¿Por qué la Iglesia romana erradicó a la Iglesia cátara? José Manuel Ruiz Ramírez La Edad Media fue un periodo, entre los siglos V y XV, que se caracterizó por la fuerte influencia de la Iglesia romana en la sociedad. La Iglesia romana heredó la universalidad del Imperio Romano, convirtiéndose en el factor común de un pueblo con una soberanía fraccionada. La Iglesia cátara ±que se desenvolvió entre los siglos X y XIV- representó una amenaza al poderío que la Iglesia romana ostentaba. Para la Iglesia romana resultó de vital importancia exterminar a la nueva iglesia, con el fin de continuar su dominio en la Europa medieval. En el presente ensayo expongo el culto cátaro y el poder de la Iglesia romana con el fin de demostrar el choque entre ambas Iglesias, y así, poder comprender las acciones emprendidas por parte del papa Inocencio III con el fin de exterminar la herejía. * El término cátaro surge como una manera peyorativa, inventada por la Iglesia romana, para denominar a aquellos considerados como herejes1, que se establecieron principalmente en el territorio de Occitania;2 en este ensayo los mencionaré del mismo modo en el que ellos se denominaba, Buenos Cristianos o Buenos Hombres. Los Buenos Cristianos tuvieron la certeza de ser la verdadera Iglesia cristiana; consideraron que su misión consistía en difundir el Evangelio y en transferir el poder de la absolución del pecado, cedido por Cristo, para salvar las almas y apresurar la llegada del Reino de Cristo.3Esta creencia se aprecia en el sermón del Buen Hombre Jacques Authié: ³[«] de parte del Padre, Aquél que 1
Hereje del griego elección. Así denunciaba la Iglesia a aquellos que h abían realizado una elección ilícita entre los textos sagrados canónicos que debían d ebían ser admitidos o no. 2 Anne Brenon, La verdadera historia de los cátaros (España: Ediciones Martínez Roca, 1997), 15. En adelante: Anne Brenon, La verdadera 3 Anne Brenon, La verdadera, 91
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nos devolvió la memoria y nos mostró con la ayuda de las Escrituras que nos ha revelado, cómo volveríamos a la Salvación y como escaparíamos del poder de Satán´4. En la prédica de Authié se reconoce la noción de los Buenos Hombres de poseer, ellos, la fórmula de la salvación; esto los obligó, en su concepción, a predicar su dogma a todo el mundo con tal de apurar la reunión con el Padre. Los Buenos Cristianos negaron la concepción de un infierno después de ésta vida. Fundamentaron su creencia
en la esencia del Dios Amor que promovía el Nuevo
Testamento; el Dios piadoso del que hablaban las sagradas escrituras no podía permitir que uno de sus hijos fuera condenado eternamente; por ende, concluyeron que el infierno era un malvado intento de la Iglesia romana para mantener sometidas las almas de los hombres.5 Para los Buenos Hombres la salvación poseía un carácter dicotómico. En primer lugar creían que Cristo había devuelto la memoria a las almas adormecidas en el sueño de los cuerpos proclamando la Buena Nueva.6 La memoria a la que hacen referencia consiste en el deseo de retornar al Reino del padre, mismo que habían abandonado por estar en este mundo material. La segunda parte de la salvación consistía en el Bautismo del Espíritu a través de la imposición de las manos, que debía ser transmitido para la salvación de cada alma por medio de su único sacramento el C onsolament.7 El
C onsolament
consistió en la transmisión, por imposición de las manos, del
Espíritu Santo, quien era nombrado, también, como el consolador de Cristo. Su sacramento se fundamentó en las sagradas Escrituras; como en el pasaje en el que Juan Bautista
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Anne Brenon, La verdadera, 92 Anne Brenon, La verdadera, 93 6 Anne Brenon, La verdadera, 92. 7 Anne Brenon, La verdadera, 93. 5
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bautizaba en el río Jordán: ³[«] pero vendrá otro, más poderoso que yo, y os bautizará con el Espíritu y fuego [«].´8Cristo después de su arribo al cielo envió a los apóstoles la llama del Espíritu Santo misma que, al considerarse los Buenos Cristianos como la verdadera Iglesia Cristiana, poseían y debían transmitir a los demás con el fin de continuar con la obra de la Salvación. Los Buenos Hombres eran los cristianos del Nuevo Testamento, ya que, rechazaban el Antiguo Testamento. Su fe se basaba en el Dios Amor, consideraban a los libros del Génesis, las Crónicas y los relacionados a la mayoría de los Profetas como relatos legendarios de un Jehová distinto a ese Dios bondadoso al que Cristo hacía referencia en sus sermones.9La Biblia de los Buenos Cristianos, salvo por la omisión del Antiguo Testamento, era igual a la que utilizaba la Iglesia romana, y ha sido posible compararla gracias a un ejemplar que sobrevivió el paso de los años y que se encuentra en Lyon, permitiendo también, observar que procede del sur del territorio occitano por su origen lingüístico. Los Buenos Hombres necesitaron de un territorio en el cual establecerse y poder practicar su fe sin ser constantemente perseguidos; encontraron ese lugar en Occitania. Los grandes principados y, en menor medida, ciertas ciudades libres de Italia resultaron muy tolerantes hacia las prácticas heréticas, así llamadas por la Iglesia romana, que tuvieron la oportunidad de satisfacer ciertas expectativas de la población.10Ejemplo de la tolerancia es el encuentro que sostuvieron obispos de la Iglesia romana y una delegación encabezada por el obispo de los Buenos Hombres de Albigeois; el encuentro se realizó en 1165, en 8
Anne Brenon, La verdadera, 95-97. Anne Brenon, La verdadera, 69. 10 Anne Brenon, La verdadera, 145. 9
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Lombres, vizcondado de Trencavel de Albi. El encuentro fue de un carácter oficial y público, en presencia de los poderes religiosos aristocráticos de la Iglesia romana; pero una vez iniciada la sesión no fue interrumpida; en contraste en Lieja, en Colonia, desde hacía treinta años se quemaba en hornadas regulares a los Buenos Cristianos.11 En este ejemplo resulta sencillo entender el por qué del establecimiento de la Iglesia de los Buenos Hombres en Occitania, sobre todo en los territorios de los vizcondes de Trencavel. * La continuación de la obra de Cristo también fue la misión que los miembros de la Iglesia romana razonaban como propia; su seguidores se consideraron como el nuevo pueblo de Israel, ³linaje elegido, sacerdocio real, nación santa, pueblo adquirido (escogido) (1 Pedro 2:9)´.12 Precisamente en la figura del apóstol Pedro encontraban su razón; pues entre los doce, Pedro, era el predilecto de Cristo y a quien encomendó continuar con su mensaje de salvación; así la Iglesia romana descendiente directa de la obra de Pedro era la encargada de llevar la Salvación.13 La Iglesia romana continuó con la universalidad que el Imperio Romano poseía pese a la caída de éste en el siglo V. Inmediatamente la Iglesia romana adquirió un gran poder en un mundo de jurisdicciones fraccionadas; esto es debido a que se había derrumbado la burocracia del Imperio, y al ser el clero quien poseía la mayor preparación académica, fue el único que pudo proveer a la nueva organización feudal de administradores y consejeros
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Anne Brenon, La verdadera, 147. Gonzalo Balderas Vega, Jesús, cristianismo y cultura de la Antigüedad y la Edad Media (México: Universidad Iberoamericana, 2007), 204-205. En adelante: Gonzalo Balderas Vega, Jesús. 13 Gonzalo Balderas Vega, Jesús, 205. 12
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instruidos14; llegando a un punto en el que además de conformar las diócesis, los obispos, eran oficiales imperiales. Esta fue una de las causas por las cuales se creó una relación muy estrecha entre la Iglesia y la autoridad dominante de la época; ejemplo de esto fueron las generosas donaciones territoriales y toda clase de privilegios que entregaron como pago, por el apoyo y la cooperación, los reyes merovingios a la Iglesia romana en el territorio de las Galias.15 El papa había adquirido un gran poderío económico, resultado de una serie de impuestos y pagos que, combinados con un efectivo sistema de recaudación, representaban un constante ingreso a las arcas del Vaticano. Uno de los pagos que proveía más ingresos al clero fueron las indulgencias. De acuerdo con el dictamen de la Iglesia romana, cuando un pecador arrepentido confesaba sus pecados ante un sacerdote, éste le otorgaba la absolución que lo redimía del castigo espiritual, pero conservaba una pena temporal que sería sanada por la llamas del Purgatorio; la pena temporal podía ser saldada a través de la indulgencias, cuyo poder era garantizado por la Iglesia romana en el ejercicio de la gracia que le fuese otorgada por Cristo y los Santos.16 Éstas se vendían en los territorios a través de los sacerdotes autorizados por el papa, quienes cobraban una suma establecida por el Vaticano. Con el paso del tiempo los obispos se convirtieron en magnates territoriales que imponían su voluntad de una manera similar a los príncipes.17 Los miembros del clero, a través de sus sermones, constantemente buscaban justificar el poder que la Iglesia ostentaba. Francesc Eiximenis, monje nacido en 1327, a 14
Gonzalo Balderas Vega, Jesús, 347. Gonzalo Balderas Vega, Jesús, 347. 16 Roderick Page Thaler, ³Indulgences: The Worst Abuse´, T he Slavonic and East Eu ropean Review, Vol. 30 ( junio 1952): 559-561. 17 Gonzalo Balderas Vega, Jesús, 347. 15
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través de sus escritos, nos permite entender la visión de la sociedad hacia la Iglesia. La Iglesia era vista como la esposa de Dios, y por ello, al igual que la reina, la Iglesia debía recibir sus diezmos y primicias. Por otra parte como esposa del Señor, estaba dotada con la fuente del bautismo, el vientre del que nacían nuevos cristianos.18En otra parte de su texto refleja la independencia que la Iglesia pose respecto al poder civil y sus propias bases teóricas para el ejercicio de su jurisdicción sobre la sociedad con el respaldo del poder civil en su cumplimiento19, ³no bastaba con honrar al clero y a la Iglesia, sino que además era necesario cubrir sus pecados y sus errores para honrar a Dios´.20 * El antagonismo que los Buenos Hombres representaron a la retención del poder ±en este caso, poder: ser aceptado como defensor de una comunidad, por lo tanto, con la capacidad de administrar justicia y garantizar la acción colectiva21- de la Iglesia romana se denota en la descripción que los contemporáneos hacen respecto de los herejes refiriéndolos como pauperes ( pobres de poder) contra los potentes ( poderosos) representados por el clero y el
señor feudal o el poder civil.22 Las contradicciones entre la Iglesia romana y la Iglesia de los Buenos Hombres crecían de manera proporcional a la influencia que la segunda iba adquiriendo en Europa. Ejemplo de la creciente preponderancia que los Buenos Cristianos adquirían se encuentra
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María Inés Munsuri Rosado, ³Perspectiva Socio-Económica del Clero Secular en la Valencia del siglo XV de doctorado, Universidad de Valencia, 2006), 248. En adelante: María Inés Munsuri Rosado, ³Perspectiva´. 19 Este respaldo no implica la falta de constantes enfrentamientos con el fin de obtener más poder por ambas partes. 20 María Inés Munsuri Rosado, ³Perspectiva´, 249-250. 21 Abel Ignacio López, Disidencia y Poder en la Edad Media: La Historia de los C átaros (España: Universidad de la Rioja, 2000), 23. En adelante: Abel Ignacio López, Disidencia. 22 Abel Ignacio López, Disidencia, 23. (Tesis
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en la petición de Francisco de Asís a la Curia romana: en julio de 1210 solicitó autorización al papa para fundar una hermandad con votos de pobreza, bajo inspiración del mejor ejemplo herético de los Buenos Hombres.23 La penetración que los Buenos Cristianos iban obteniendo en la mentalidad de la sociedad europea representó un peligro para el poderío que la Iglesia romana poseía. La sociedad no podía abandonar el ideal de la uniformidad cristiana, por lo menos hasta que surgiesen otros medios en los que las instituciones propias de la época pudieran existir; y en esencia, los Buenos Hombres no suscitaron un conflicto social al no estar interesados, directamente, en alterar las relaciones sociales existentes.24Esta fue una de las razones por las cuales los nobles vieron en la religión de los Buenos Cristianos una posibilidad de aumentar su poder continuando con una fe cristiana. La salvación que los Buenos Cristianos ofrecían por medio del
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atentaba directamente contra las indulgencias que vendía el Vaticano; este hecho representaba potenciales pérdidas de gran magnitud para la Iglesia romana, generando un efecto en cadena que repercutiría en otros ámbitos de su obra de manera negativa, pues reducía los recursos que podría ocupar por ejemplo en el pago de las constantes guerras que enfrentaba para continuar su ejercicio de poder. Otro punto que mermaba la autoridad de la Iglesia romana fue la proclamación de los Buenos Hombres como los verdaderos continuadores de la obra de Cristo, siendo que la Iglesia romana argüía la misma naturaleza, al igual con fundamento en las Sagradas Escrituras. La proclamación de los Buenos Cristianos consistía en un desafío directo y 23 24
Anne Brenon, La verdadera, 174. Abel Ignacio López, Disidencia, 24.
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desconocimiento del mensaje proclamado por el papa; conduciendo a una necesidad imperante por parte de la Iglesia romana de emprender medidas contra los Buenos Hombres con el fin de retomar la legitimidad que poseía hasta la llegada de estos. Con base en esto el papa Inocencio III, por medio de la decretal V ergentis in senium, en 1199 proclamaba que los herejes debían ser sujetos a los procedimientos y castigos previstos por el derecho romano para el crimen de traición.25De esta manera se emprendían las acciones para erradicar el culto de los Buenos Hombres. * Concluyendo, con base en la evidencia presentaba, los Buenos Hombres fomentaron una religión muy similar al cristianismo romano. Su religión poseía un carácter más sencillo e individual que no requería de grandes instituciones para su práctica; contrario sensu la Iglesia romana constantemente reafirmaba la necesidad de poseer grandes instituciones y de que éstas recibieran soporte por parte de la autoridad civil. Los buenos hombres, como se expuso a lo largo del ensayo, atentaron contra los ingresos del Vaticano, contra su legitimidad, contra su organización y en muchos aspectos contra su fe; sumando la creciente influencia gracias al apoyo de varios nobles, y su potencial oportunidad de llegar a nuevos territorios, fueron las causas que condujeron a la Iglesia romana a emprender acciones con el fin de exterminar el culto de los Buenos Cristianos, como un simple acto de depurar aquello que dañaba la salud de su cuerpo, la supresión de los Buenos Hombres fue un simple acto de supervivencia en un mundo donde la legitimidad otorgaba poder.
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Anne Brenon, La verdadera, 173.
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Bibliografía -Balderas Vega Gonzalo. Jesús, cristianismo y cultura de la Antigüedad y la Edad Media. México: Universidad Iberoamericana, 2007. -Brenon Anne. La verdadera historia de los cátaros. España: Ediciones Martínez Roca, 1997. -Ignacio López Abel. Disidencia y Poder en la Edad Media: La Historia de los C átaros. España: Universidad de la Rioja, 2000. -Munsuri Rosado María Inés. ³Perspectiva Socio-Económica del Clero Secular en la Valencia del siglo XV (Tesis de doctorado, Universidad de Valencia, 2006), 248 -Page Thaler Roderick. ³Indulgences: The Worst Abuse´. T he Slavonic and East European Review, Vol. 30 ( junio 1952): 559-561.
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