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PAIDOS ESTADO YSOCIEDAD
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Martha C. Nussbaum
Colecci6n dirigida por Carme Castells Oltimos tirulos publicados: N. Chomsky y G. Achcar, Estados peligrosos. Oriente Medio y la politica exterior estadounidense A. Touraine, El mundo de las mujeres N. Klein, La doctrina del shock J. Arrali, Breve bistoria del futuro A. Giddens, Europa en la era global R. Dworkin, La democracia posible. Principios para un nuevo debate politico U. Beck, La sociedad del riesgo mundial A. Negri, La fdbrica de porcelana M. Yunus, Un mundo sin pobreza 1. Napoleoni, Economia canalla J. Gray, Misa negra Z. Brezinski, Tres presidentes A. Mattelart, Un mundo uigilado U. Beck, El dios personal La indiuidualizacion de la religion y el «espiritu» del cosmopolitismo M. C. Nussbaum, India. Democracia y uiolencia religiosa D. Innerarity, El futuro )' sus enemigos. Una defense de la esperanzapolitico P. Singer y J. Mason, Somos 10 que comemos. La importancia de los alimentos que decidimos consumir G. Vattirno, Ecce cornu. Como se llega a ser 10 que se era W. Kymlicka, Las odiseas multiculturales. Las nuevas politicas internacionales de la
Crear capacidades Propuesta para el desarrollo humano
dioersidad A. Touraine, La mirada social Un marco de pensamiento distinto para el siglo XXI N. Garda Canclini, La globalizacion imaginada (ed. espanola) Z. Bauman, Mundo consumo H. Heclo, Pensal' institucionalmente M. Walzer, Pensarpoliticamente J. Rifkin, La cioilizacion empdtica. La carrera hacia una conciencia global en un mundo en crisis P. Rosanvallon, La legitimidad democrdtica. Imparcialidad, reflexibidad y proximidad 1. Napoleoni, La mordaza. Las uerdaderas rezones de la crisis mundial A. Margalit, La sociedad decente E. M. Wood, De ciudadanos a senores [eudales M. Yunus, Las empresas sociales 1. Napoleoni, Maonomics. La amarga medicina china contra los escdndalos de nuestra
economia J. S. NyeJr., Las cualidades del lider A. Montebourg, iVolad la desglobalizacion! Los ciudadanos somas mas poderosos que
laglobalizacion D. Innerarity, La democracia del conocimiento. POI' una sociedad inteligente J. Rifkin, La tercera Reoolucion Industrial Como el poder lateral estd transformando la energia, la economia y el mundo D. Innerarity, La democracia del conocimiento. POI' una sociedad inteligente J. Gray, Anatomia de Gray. Textos esenciales U. Beck, Cronicas desde el mundo de la politico interior global C. Casarino y A. Negri, Elogio de 10 com un. Conuersaciones sobre filosofia y politica M. C. Nussbaum, Crear capacidades Propuesta para el desarrollo humano
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Mexico
Titulo original: Creating Capabilities, de Martha C. Nussbaum Publicado en ingles por The Belknap Press of Harvard University Press Truduccion de Albino Santos Mosquera Cubierta deJudit G. Barcina
A todos los miembros de la Asociacion para la CapaciJad)' cl Desarrollo fIlIJ1I(1I10S
1" cdicion, marzo 2012 No sc pcrrnitc 1.\ rcproduccion total 0 parcial de este libro, ni su incorporacion a un sistema inform.itico, ni su trunsmision en cualquier forma 0 pOl' cualquier mcdio, sea esre elccironico, mcc.inico, por fotocopia, PO[ gmbaci6n U orros metodos, sin el perrniso previa y POf escrito
del editor. La infracci6n de los derechos men cion ados puede ser constitutiva de Jelito contra la propicdad intelectual (Art. 270 y siguientes del Codigo Penal), Dirijase a CEDRO (Centro Espafiol de Derechos Reprograficos) si necesita fotocopiar a escanear algun fragmento de est" ohm. Pucde contactur can CEDRO a traves de In web www.coulicencia.corn 0 1'01' telcfono en cl 91 702 [970 / 9.3 272 04 47
© 2011 by Martha C. Nussbaum All Rights Reserved © 2012 de la traduccion, Albino Santos Mosquera © 2012 de tad as las ediciones en castellano, Espasa Libras, S. L. U.,
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EI papel utilizado para la irnpresion de estc libra es cien par cien libre de eloro
y ewi calificado como papel ecologico
Imprcso en Espana - Printed in Spa,»
SUMARIO
Agradecimientos Prologo , . . . . 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8.
Una mujer en busca de justicia Las capacidades centrales. . . Una «contrateoria» necesaria . Derechos fundamentales . . Diversidad cultural. . . . . La nacion y la justicia global Influencias filos6ficas. . . . Capacidades y problemas contemporaneos
Conclusion . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Posfacio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Apendice A: Heckman a proposito de las capacidades Apendice B: Sen a proposito del bienestar y la agencia Notas de los capitulos . . . . Bibliografia. . . . . . . . . Indice analitico y de nombres
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AGRADECIMIENTOS
Las ideas. contenidas en este libro nacieron de mi trabajo con el enfoque de las capacidades a 10largo de los afios. Asi que, en reali dad, tengo una deuda de gratitud con todos aquellos y aquellas que me han brindado sus comentarios y sugerencias durante todo ese quehacer. Pero la idea de escribir un libro mas pequefio para un publico general a modo de introduccion al enfoque surgio en el encuentro anual de la HDCA celebrado en Nueva Delhi (la India) en septiembre de 2008. Alli pronuncie una conferencia precongre sual para presentar el desarrollo, las variedades y los retos futuros del enfoque a los nuevos miembros de la asociacion. Tras aquellas palabras, much as personas me comentaron: «2Y si pusieras por es crito eso mismo que acabas de explicar aqui? Nos resultaria muy uti! en nuestras labores docentes y a la hora de relacionarnos con el publico en general». Yo ya habia oido ese tipo de peticiones con anterioridad, pero esa vez tuve que admitir que estaba en la obliga cion de responder a elIas. Asf que estoy agradecida a todas las per sonas que plantearon esa cuestion en el encuentro. Como siempre, tarnbien doy gracias a Bina Agarwal, Sabina Alkire, Kaushik Basu, David Crocker, Enrica Chiappero-Martinetti, Flavio Comim, Reiko Gotoh, Mozaffar Qizilbash, Henry Richardson, Ingrid Robeyns, y a los demas miembros del grupo de «abejas obreras» de la asocia cion, asi como al cornite ejecutivo rotatorio de la misma, por sus increibles esfuerzos y logros, que han mantenido el trabajo que rea lizamos vivo ante los ojos del mundo y ante los de acadernicos y estudiosos mas jovenes, con una efectividad de la que s610 una de dicacion apasionada como la suya es capaz. Fue par el agradeci miento que siento hacia su labor por 10 que llegue a la conclusion de que les debia el libro que querfan, y espero haber producido algo util, Estoy igualmente en deuda con mis colegas de la Facultad
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de Derecho de la Universidad de Chicago por el tiempo que tan generosamente han dedicado a mi obra. Por sus utiles cornentarios a un borrador previa de este libro doy particularmente las gracias a Daniel Abebe, Emily Buss, Rosalind Dixon, Mary Anne Franks, Tom Ginsburg, Adam Hosein, Jae Lee, Saul Levmore, Richard McAdams, Eric Posner, Lior Strahilevitz, Julie Suk y David Weis bach. Henry Richardson pidi6 que me hicieran llegar de su parte unos maravillosos comentarios entregados a la Harvard University Press, al igual que hizo David Crocker con otros comentarios dig nos de similar admiraci6n, asi que les debo un particular agradeci miento a ambos (asf como a un lector anonimo). Como es natural, mi gratitud para con Amartya Sen es fundamental, pero como esta resulta evidente a 10 largo de todo ellibro, no hace falta que afiada nada mas aqui.
PR6LOGO
Durante mucho tiempo, los economistas, los disefiadores de politicas y los funcionarios especializados en el ambito de los pro blemas de las naciones mas pobres del mundo contaron una histo ria que distorsionaba la experiencia humana real. Sus modelos do min antes se amparaban en la idea de que la calidad de vida de un pais mejoraba cuando (y solo cuando) se incrementaba su produc to interior bruto (PIB). Ese indicador indiferenciado asignaba no tas elevadas a paises que contenian desigualdades alarmantes: na ciones en las que un porcentaje considerable de la poblaci6n no gozaba de los frutos de la mejora de conjunto de la economia na cional. Como los paises reaccionan a aquellas calificaciones publi cas que afectan a su reputaci6n internacional, ese enfoque indife renciado los alentaba a centrar todos sus esfuerzos en el capitulo del crecimiento econ6mico, sin prestar atenci6n al nivel de vida de sus habitantes mas pobres y sin abordar tam poco cuestiones como la salud y la educaci6n, que normalmente no mejoran con el creci miento econ6mico sin mas. Ese modelo aun sigue vigente. Aunque donde mas arraigado se encuentra es en los analisis convencionales del rendimiento de los «paises en vias de desarrollo» (es decir, en la vertiente practica de la econornia del desarrollo y en los organismos relacionados con esta, como el Fondo Monetario Internacional [FMI] y el Banco Mundial), tarnbien se recurre a el en abundancia para reflexionar sobre la situaci6n de las naciones ricas y sobre 10 que significa para estas «desarrollarse» 0 mejorar su calidad de vida. (Todos los paises estan «en vias de desarrollo», aun cuando esa expresi6n se utilice en ocasiones solamente para referirse a las naciones mas pobres: todos los Estados tienen mucho margen de mejora en 10 tocante a proporcionar una calidad de vida adecuada para toda su pobla
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cion.) Dado que estos paises tarnbien contienen grandes desigual dades, el mencionado enfoque genera en elIas distorsiones simi lares. Actualmente, existe un nuevo paradigma teorico en el campo del desarrollo y las politicas publicas. Conocido como el enfoque del «desarrollo humano» (y tarnbien como el enfoque «de la capacidad» o «de las capacidades»), ese paradigma parte de una pregunta muy simple: 2que son realmente capaces de hacer y de ser las personas? 2Y que oportunidades tienen verdaderamente a su disposicion para hacer 0 ser 10 que puedan? Amen de simple, esta pregunta es tarnbien compleja, pues la calidad de una vida humana implica multiples elementos cuya interrelacion precisa de un estudio dete nido. De hecho, uno de los rasgos mas atrayentes del nuevo enfo que es, precisamente, su complejidad: parece bien dotado para res ponder a la enrevesada diversidad de la vida y el ernpefio humanos. A fin de cuentas, la pregunta que se propone abordar es la misma que nos hacemos todos en algun momento, a menudo incluso en nuestra vida cotidiana. Este nuevo paradigma ha tenido una repercusion creciente en las organizaciones internacionales que tratan y debaten cuestiones relacionadas con el bienestar humane, desde el Banco Mundial hasta el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Y gracias ala influencia ejercida por los Informes sobre Desarrollo Humano que publica anualmente desde 1990 la Oficina del Informe sobre Desarrollo Humano de la propia ONU, ahora incide tambien en la mayor parte de las naciones contemporaneas, que se han inspirado en el para producir sus propios estudios del bienestar (de diferentes regiones y colectivos de sus propias soc ie dades) basados en el enfoque de las capacidades. Pocos son los paises que no elaboran de forma regular algun informe de ese tipo enla actualidad. (Incluso Estados Unidos se incorporo a ese grupo de naciones en 2008.) Hay asimismo informes regionales, como el Informe sobre Desarrollo Humano Arabe. Adernas, la Asociacion para la Capacidad y el Desarrollo Humanos (HDCA, segun sus si glas en ingles), que reune a unos 700 miembros de 80 paises, pro mueve investigaciones de calidad sobre un amplio abanico de temas en los que los enfoques del desarrollo humano y de las capacidades
Prologo
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han realizado contribuciones significativas. Recientemente, por ejem plo, este paradigma ha influido decisivamente en el Informe de la Cornision Sarkozy sobre la medicion del rendimiento economico y el progreso social. El cad a vez mas influyente «enfoque de las capacidades» ha sido expuesto hasta el momenta principalmente a traves de densos articulos y libros dirigidos a especialistas. El publico lector en ge neral y los docentes de primeros cursos de carreras universitarias se han quejado reiteradamente de la ausencia de un libro mas accesi ble sobre este tema. La presente obra pretende lIenar ese vacio cla rificando los elementos clave del enfoque y ayudando a los lectores a valorarlo con respecto a otros paradigmas rivales. Pero, por enci ma de todo, este libro intenta situar el enfoque dentro del contexto narrativo de las vidas human as mostrando hast a que punto la pers pectiva aqui explicada cambia realmente la apreciacion que los di sefiadores de politicas tienen de esas vidas y, por tanto, de la capa cidad de dichas politicas para conformal' intervenciones relevantes que muestren respeto por las personas reales y las empoderen, y que no se limiten a ser un simple reflejo del sesgo 0 la tendenciosi dad de las elites intelectuales. Mejorar la calidad de vida de las personas exige decisiones po liticas inteligentes y la participacion dedicada de muchos indivi duos. Podria parecer inncccsario, entonees, cscribir un libro tcori co sobre el tema, por muy empapado de detalles narrativos que este. Pero las teorias son una parte sustancial de nuestro mundo, ya que enmarcan nuestro modo de ver los temas, moldean nuestras apreciaciones de 10 que es destacado y 10 que no, y, por consiguien te, decantan el debate hacia ciertas politicas y no hacia otras. Son muchos los activistas sensatos e inteligentes que no consiguen tener mas que una influencia exigua en las altas esferas de poder. Las teorias dominantes que han orientado historicarnente la decisi6n politica en este terreno estan profundamente equivocadas -como argumentare en los capitulos siguientes- y, por 10 tanto, han cana lizado la polirica del desarrollo hacia elecciones que son erroneas desde el punto de vista mismo de una serie de valores humanos ampliamente compartidos en to do el mundo (como pueden ser el respeto a la igualdad y el respeto ala dignidad). Si queremos que la
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elecci6n de politicas avance en la direcci6n correcta, necesitamos una «contrateoria» que ponga en entredicho esas arraigadas y, a la vez, desacertadas teorias. Esta contrateoria deberia servirnos para dar con nuevas formulas de articulaci6n del mundo del desarrollo que nos indiquen un catalogo diferente de prioridades y una mane ra distinta de ordenarlas. El enfoque de las capacidades es la con trateoria que necesitamos en esta era de problemas humanos acu ciantes y de desigualdades injustificables.
CREAR CAPACIDADES
Capitulo 1
UNA MU]ER EN BUSCA DE ]USTICIA
Par todo e1mundo hay personas que se esfuerzan en llevar unas vidas humanarnente dignas. Los dirigentes de los paises sue1en cen trarse exclusivamente en e1 crecimiento econornico nacional, pero sus ciudadanos y sus ciudadanas se afanan, mientras tanto, por conseguir algo dis tin to: unas vidas significativas para si mismos. El aumento del PIB no se ha traducido siempre en una mejora parale la de la calidad de la vida de las personas, y ningun informe sobre la prosperidad de conjunto de un pais servira probablemente de con suelo a aquellos y aguellas cuya existencia esta sefialada por la des igualdad y las privaciones. Estas personas necesitan enfogues teori cos que puedan ayudarles en sus esfuerzos 0 que, cuando menos, susciten un debate publico llamando la atencion sobre su situ a cion; de 10 que no tienen necesidad alguna es de enfoques que oculten esos afanes y sacrificios 0 gue acallen la discusion y la criti ca. Como el ya desaparecido Mahbub ul Hag, el economista pa quistani que inauguro los Informes sobre Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, escribiera en el primero de dichos informes en 1990, «ll la verdadera rigueza de una nacion esta en su genre. El objetivo basico del desarrollo es crear un ambiente propicio para gue los seres humanos disfruten de una vida prolongada, saludable y creativa. Esta puede parecer una verdad obvia, aunque con frecuencia se olvida debido ala pre ocupacion inmediata de acumular bienes de consumo y riqueza financiers»." En opinion de Hag, la economia del desarrollo nece sita un nuevo enfoque teorico si pretende responder a los proble mas mas urgentes de la gente. ;, Cit a en castellano tomada de PNUD, Desarrollo bumano: lnforme 1990, Bogota (Colombia), Tercer Mundo, 1990, pag. 31. (N de! t.)
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Una mujer en busca de justicia
Consideremos el caso de Vasanti, una mujer rnenuda, de treinta y pocos afios de edad, que vive en Ahmedabad, una gran ciudad del est ado de Gujarat, en el noroeste de la India. El marido de Va santi era un adicto al juego y al alcohol. Se emborrachaba con el dinero reservado para los gastos familiares y, euando 10 agoto, se hizo una vasectornia para aprovecharse del incentivo monetario que el gobierno gujarati ofreda para fomentar la esterilizaci6n. Asi que Vasanti tampoco tenia hijas ni hijos que la ayudaran, 10 que era un enorme inconveniente para ella, pues una mujer sin descenden cia es mas vulnerable a la violencia domestics. Finalmente, y ante el aumento de los abusos recibidos por parte de su marido, ella opto por dejarlo y regresar con su propia familia. Los padres pobres (0 los hermanos, en el caso de que los padres hayan fallecido) suelen ser reacios a acoger de vuelta a un descen diente casado, sobre todo cuando se trata de una hija, ya que esta se lleva consigo en su momento una dote para poder contraer ma trimonio. Readmitir a esa hija en el hogar paterno significa una boca mas que alimentar y un nuevo curnulo de preocupaciones. En el caso de Vasanti, adernas, el divorcio iba a ser costoso porque su marido no estaba dispuesto a concederselo. Fue muy afortunada, pues, de que su familia sf quisiera ayudarla. Muchas mujeres en su situaci6n acaban en la calle, sin otra alternativa que la del trabajo sexual. El padre de Vasanti, que se dedicab a a fabricar piezas para las maquinas de coser Singer, ya habia muerto hada algun tiempo, pero los hermanos regentaban un negocio de recambios de auto m6vil en 10 que habia sido el taller paterno. Usando una de las viejas rnaquinas del padre y alojandose en el mismo local, Vasanti empez6 a obtener unos pequefios ingresos propios cosiendo ojales para abrochar la parte superior de los saris. Sus hermanos le hicie ron un prestarno para que adquiriera otra maquina: una con la que coser los dobladillos de ese mismo tipo de prenda. Ella acept6 el dinero, pero no le gustaba depender de sus hermanos: eran hom bres casados y con hijos, y su apoyo podfa terminar en cualquier momento.
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que trabaja con mujeres pobres. Fundada por la internacionalmen te aclamada activista Ela Bhatt, la SEWA habia ayudado ya por entonces a mas de 50.000 miembros gracias a programas en diver sos arnbitos, como los microcreditos, la educaci6n, la sanidad e, incluso, un sindicato. A diferencia de otros estados indios, Gujarat ha actuado conforme a un orden de prioridades enfocado especial mente hacia el crecimiento macroecon6mico, sin dedicar muchos recursos a la atencion de las necesidades de sus habitantes mas po bres. Ninguna de las politicas gubernamentales que podrian haber ayudado a Vasanti (como programas de ayuda juridica, sanitaria, crediticia 0 educativa, por ejernplo) estaban disponibles en aquel territorio. Fue toda una suerte para ella que una de las mejores ONG de la India estuviera radicada casualmente muy cerca de su casa. Con la ayuda de la SEWA, Vasanti obtuvo un prestarno banca rio por su euenta y devolvi6 el dinero que debia a sus hermanos. (La SEWA, que inici6 su andadura siendo una humilde cooperati va de credito, funciona actualmente como un banco alojado en un impresionante edificio de oficinas del centro de Ahmedabad. Todo el personal directivo y las empleadas del banco son mujeres, mu chas de elIas antiguas beneficiarias de los programas de la SEWA.) Cuando yo la conoci, varios aries mas tarde, Vasanti habia devuelto ya la totalidad del irnporte del prestarno que Ie habia concedido aquella organizaci6n. Reunia ya, ademas, los requisitos necesarios para matricularse en los programas educativos de la SEWA y tenia previsto aprender a leer y a escribir para adquirir las habilidades necesarias que Ie permitieran dedicarse a la promoci6n tanto de la independencia social y econ6mica como de una mayor participa ci6n social. Con la ayuda de su amiga Kokila, se implic6 activamen te en la lucha contra la violencia domestics en su barrio. Aquella amistad habria sido muy improbable de no haber existido la SEWA: Vasanti, pese a su pobreza, pertenece a la casta brahman, mientras que Kokila es de una de las castas inferiores. Pero, aunque resultan aun muy evidentes en la sociedad en general, las divisiones confor me a criterios de casta y religion son anatema en el movimiento de mujeres indio. 2Que enfoque te6rico podria dirigir la atencion hacia los rasgos
Vasanti descubri6 entonces la existencia de la Organizaci6n de Mujeres Autoempleadas (SEWA, segun sus siglas en Ingles), una organizaci6n no gubernamental (ONG) pionera en Ahmedabad
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mas significativos de la situaci6n de Vasanti, favorecer un analisis adecuado de esta y producir recomendaciones pertinentes para ac tuar en consecuencia? Supongamos por un momenta que no estu vieramos interesados en la teoria politica 0 en la econ6mica, sino unicarnente en las personas: ~que advertiriarnos y que considera riamos destacable en la historia de Vasanti? Para empezar, probablemente, nos llamaria la atenci6n 10 me nuda que es Vasanti e, inicialmente, podriamos ver en ello el indi cio de una mala nutrici6n durante su infancia. Las familias pobres se ven obligadas con frecuencia a alimentar mal a sus hijos c hijas. Nosotros, sin embargo, querriarnos ir mas alla y preguntarnos en este caso que tal les fue a sus hermanos. Y es que hay sobradas pruebas de que las nifias estan peor alimentadas que los nifios y que se las lleva menos ala consulta del pediatra cuando enferman. ~Por que? Porque las j6venes tienen menos oportunidades de empleo que los j6venes y, por 10 tanto, parecen ser menos importantes para el bienestar de toda la familia. El trabajo que realizan en la casa no aporta dinero, por 10 que es facil minusvalorar su importancia eco n6mica. Adernas, en el norte y el oeste de la India, las chicas aban donan el hogar familiar cuando se casan y se llevan consigo una dote. Resultan, pues, mas caras que los chicos, y los padres se pre guntan muchas veces por que han de malgastar recursos en unas hijas que no van a tener a su lado para ayudarlos cuando llegue la hora de la vejez. La mortalidad de las segundas hijas en la India septentrional y occidental es notoriamente elevada. Asi que la defi ciencia nutricional de Vasanti es producto no s610 de la pobreza, sino tambien de la discriminaci6n por genero. La desigualdad en la legislaci6n sobre propiedad y herencia contribuye tarnbien a los serios aprietos que padecen las hijas in dias, y ninguna reflexi6n sobre la vida de Vasanti deberia pasar por alto la incidencia que ese peculiar ordenamiento juridico ha desem pefiado en su situaci6n. Los sistemas de derecho personal basados en principios religiosos que han imperado en la India des de la in dependencia del pais regulan tanto la propiedad y la herencia como el derecho de familia. Todos los susodichos sistemas institucionali zan desigualdades profundas en perjuicio de las mujeres. Hasta 1986, por ejemplo, las cristianas heredaban unicarnente una cuarta
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parte de 10 que heredaban los hijos varones, una costumbre que contribuye seguramente a hacer que el valor de la vida de una hija sea menor que el de la de un hijo. Las mujeres hindues tambien han sufrido desigualdades sancionadas por el c6digo de la propiedad hindu; hasta 2005 no consiguieron el derecho a recibir partes igua les de los terrenos agrfcolas, siete afios despues de que yo conociera a Vasanti. La suya no es una familia propietaria de tierras, pero cualquier analisis de los origenes de su dificil situaci6n nos condu ciria naturalmente a reparar en un factor de desigualdad tan estre chamente relacionado como ese. La reflexi6n en torno a todas esas cuestiones nos llevaria tam bien a estudiar el impactante desequilibrio entre generos que se observa en la poblaci6n de la India. Los dem6grafos estiman que, a igualdad de condiciones de nutrici6n y atenci6n sanitaria simila res para hombres y mujeres, las segundas viven de media un poco mas que los primeros, 10 que se traduce en una ratio esperada de un as 102 mujeres por cada 100 varones. Sin embargo, el censo in dio mas reciente evidencia que en el pais hay 92 mujeres por cada 100 hombres. Y hablamos de promedios. En el sur, donde la pro piedad se transmite por linea materna y donde es el marido el que se muda al hogar de su esposa (en vez de llevarse ala mujer consi go), la esperanza de vida basica femenina se corresponde con la predicci6n de los dem6grafos: el est ado de Kerala, por ejemplo, arroja una ratio entre sexos de 102 mujeres por cada 100 hombres. En algunos estados septentrionales, sin embargo, esa proporci6n se encuentra alarmantemente alterada: segun una encuesta realizada casa por casa en una zona rural de Bihar, en aquella area geografica viven solamente 75 mujeres por cada 100 varones. De sobra sabido es, adernas, que estos desequilibrios aumentan cuando se dispone de informaci6n sobre el sexo del feto durante el embarazo y, de hecho, hay clinicas que practican la prueba de la amniocentesis por to do el pais. Dado que los abortos selectivos son un problema muy extendido en la India, actualmente es ilegal informarse del sexo del feto con anterioridad al parto, pero esa es una legislaci6n de muy diffcil aplicaci6n en la practica. Vasanti, pues, ha tenido cierta fortuna, como minimo, por el hecho de estar viva. Sus padres no la alimentaron muy bien, pero 10
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hicieron mejor que otras muchas familias pobres. Cuando la cono ci, parecia gozar de una salud razonablemente buena. Tiene ade mas la suerte de ser de constituci6n fuerte, ya que las personas pobres de Gujarat no tienen facil acceso a la sanidad. EI derecho constitucional indio atribuye a los estados (y no al gobierno fede ral) todas las competencias en materia sanitaria, 10 que produce gran des variaciones de un est ado a otro en cuanto a los recursos disponibles para la poblaci6n pobre. Algunos est ados indios -como, por ejemplo, Kerala- cuentan con sistemas sanitarios efi caces, pero la mayoria no.
a las oportunidades, en 2002 se introdujo una enmienda en la Constituci6n india que convertia tanto la ensefianza primaria como la secundaria en un derecho fundamental directamente vinculante para el sistema juridico-Iegal del pais. Consciente de que muchos padres y madres pobres no dejan que sus hijas e hijos vayan a la escuela porque necesitan del trabajo de estos para sobrevivir, el Tribunal Supremo de la India ha ordenado a todos los centros edu cativos que ofrezcan a sus alumnos y alumnas una com ida nutritiva de mediodia que contenga un minimo de 350 calorias y de 18 gra mos de proteinas a fin de proporcionar a los progenitores pobres un incentivo econ6mico que, en muchos casos, supera en valor los jornales perdidos por el trabajo que sus pequefias y pequefios no desernpefian durante el horario escolar. Vasanti tarnbien se perdi6 ese cambio, que podria haber servido tanto para alfabetizarla como para aumentar su tarnafio corporal. A nivel nacional, mientras tanto, en 1992 se enmend6la Cons tituci6n para asignar a las mujeres un rninimo de un tercio de los miembros de los pancbayats (0 concejos) locales. Este sistema, al igual que la comida del rnediodia, proporciona incentivos para que los padres eduquen tanto a sus hijas como a sus hijos, ya que algun dia podrian acabar representando los intereses de la familia en el gobierno de la localidad. Este fue otro cambio que tambien lleg6 demasiado tarde para Vasanti, pues no pudo influir en su momenta en las decisiones educativas que sus padres tomaron para los diver sos miembros de la familia. En la actualidad, sin embargo, Vasanti puede aprovechar los program as educativos que ofrece la SEWA para potenciar su propia participaci6n tanto en el mundo de la politica como en el del empleo. Al carecer de educaci6n formal, Vasanti se ha visto privada de un conocimiento adecuado de la historia de su naci6n y de la es tructura politica y econ6mica de esta. (Puede ver las noticias por televisi6n u oirlas de boca de sus amigos y amigas, pero su capaci dad para acceder a una explicaci6n mas integral de la situaci6n 0 para hacer un seguimiento de las cuestiones que mas puedan inte resarle esta aun seriamente limitada.) Tampoco puede disfrutar de la poesia, las novel as 0 las multiples obras de creatividad literaria que enriquecerian su vida y la harian mas divertida. De 10 que no
Lo siguiente en 10 que probablemente repararfamos al oir la historia de Vasanti es en el hecho de que una mujer tan inteligente y decidida como ella haya dispuesto de tan escasas opciones de empleo debido a que nunca aprendi6 a leer y a escribir. Esto es algo que podemos atribuir a un fallo del sistema educativo gujarati, ya que la educaci6n (como la sanidad) es competencia estatal y no fe deral, y los niveles de alfabetizaci6n varian considerablemente en tre estados. En Kerala, el alfabetismo adolescente, tanto masculino como femenino, esta en niveles pr6ximos al cien por cien, mientras que, a nivel nacional, un 75,3 % de los hombres y (s610) un 53,7 % de las mujeres saben leer y escribir. Los factores que generan esta discrepancia guardan relaci6n con los que producen la diferencia entre sexos tanto en el terreno de la esperanza de vida basica como en el de la salud: existe la creencia generalizada de que las mujeres tienen menos oportunidades laborales y politicas, asf que, des de la perspectiva de las familias, resulta mas logico asignar las tareas do mesticas a las chicas y enviar a los chicos a la escuela. Se trata, pues, de una profecia que se cumpIe por si misma, ya que el analfabetis mo excluye a las mujeres de la rnayoria de los posibles empleos y de muchas oportunidades politicas. Por otra parte, el hecho de que una joven tenga que abandonar pronto su familia de nacimiento para incorporarse a otra a traves del matrimonio hace que sus pa dres se desinteresen por su futuro. Kerala ha abordado estos pro blemas mejor que Gujarat, aunque sus cifras de creaci6n de opor tunidades laborales para los graduados y las graduadas de su sistema educativo son bastante pobres. Dada la importancia de la educaci6n como via crucial de acceso
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esta privada, sin embargo, es de la musica y la danza, y, de hecho, la SEWA hace un valioso uso de estos medios en sus programas educativos para mujeres como Vasanti. Una cuestion clave en la historia de Vasanti es la violencia do rnestica. Su compleja historia se ha visto afectada, a su vez, por toda una serie de elecciones sociales y gubernamentales en numerosos ambitos. Es evidente que la violencia de su marido estaba alimen tada por el alcoholismo. Varios estados indios han adoptado «leyes secas» por ese mismo motivo, aunque estas no han resultado ser un remedio muy eficaz: de mas ayuda habrian sido los programas edu cativos sobre el alcohol y las drogas, y los de tratamientos y terapias de calidad, pero el gobierno estatal no contemplaba ninguno de elios para la poblacion pobre de Gujarat. En el sentido contrario, sin embargo, no es la inaccion, sino la accion directa del estado la que explica la vasectornia del marido de Vasanti: sobornar a varo nes pobres para que se practiquen la vasectomia no es un muy buen rnetodo de control dernografico, y no 10 es por numerosos motivos, entre los que cabe destacar el hecho de que priva a las mujeres de su libertad de eleccion. En cuanto a la violencia propiamente di cha, Vasanti no recibio ayuda alguna de la policia, algo que respon dia a una debil vigilancia del cumplimiento de la ley y a una mala [ormacion policial. De ahi que su integridad fisica y su salud estu vieran constantemente en peligro, y que viese violada su dignidad. Cuando pensamos en violencia domestica tenemos que consi derar las opciones de salida y el poder de negociacion con los que cuentan los conyuges en el matrimonio. Si una mujer puede irse, no tiene que soportar que la maltraten. Y cuando el marido sabe que ella puede irse porque dispone de oportunidades laborales 0 de control propio sobre la propiedad, se reduce (cuando no se elimi na) la probabilidad de que la mujer sea objeto de malos tratos. Una importante investigacion lievada a cabo par Bina Agarwal muestra que la propiedad de tierras es el factor mas relevante a la hora de explicar por que unas mujeres de una rnisrna region padecen abu sos dornesticos y otras no. La mujer que es duefia de tierras es me nos proclive a ser victima de maltrato porque puede abandonar el matrimonio cuando quiera, a sabiendas de que, cuando 10 deje, podra llevarse consigo algo de gran valor. Otras Fuentes de poder
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negociador sobre un marido abusador son el empleo, la educa cion, la propiedad de bienes rnuebles' y los ahorros. Una familia de origen que sea compasiva tambien brinda opciones de salida a la esposa. La de Vasanti tuvo un comportamiento fuera de 10 comun porque le dio la opcion de dejar a su marido con dignidad e, inclu so, de incorporarse a un empleo. Pese a todo, la dificultad de obte ner su divorcio -el sistema judicial es lento y tiene fama de co rrupto-le cornplico bastante la posibilidad de valerse plenamente por si misma. El prestarno de la SEWA cambio ese panorama. La organizacion facilito a Vasanti una Fuente de sustento que la desligaba del estatus de persona dependiente que habia tenido hast a entonces; el dinero era suyo y podia dade el uso que quisiera sin preocuparse por 10 mucho 0 poco que eso pudiera disgustar a sus hermanos. Esa inde pendencia potencio su autoestima y su capacidad de elegir. El precio que la violencia dornestica se cobra en la salud fisica de quienes la padecen es enorme, y su efecto sobre la salud emocio nal no es menos devastador. Las mujeres que se encuentran en la situacion de Vasanti suelen sufrir mucho por culpa del miedo y de la ira que tienen que reprimir. A menudo, no encuentran ningun placer real en la expresion amorosa y sexual. Las condiciones que hicieron posible que Vasanti dejara a su marido mejoraron a su vez su salud emocional, que tambien se vio muy favorecida por la bue na relacion con sus hermanos. El prestarno de la SEWA abrio aun mas puertas ala felicidad: Vasanti disfruta a todas luces de su amis tad con Kokila y de la experiencia de ser respetada y tratada como una igual dentro de un grupo de mujeres. Durante su matrimonio, Vasanti se vio aislada de toda relacion que no fuera la acusadamente desigual que mantenia con su mari do abusador. No tenia amigas ni amigos, no podia trabajar, no par ticipaba en politica. Esa es la suerte reservada a muchas mujeres que sufren relaciones con abusos, pero es particularmente com un entre aquellas cuyo estatus de casta hace que sea vergonzoso para ellas buscar empleo fuera del hogar. Las mujeres de castas privile giadas como Vasanti suelen estar entonces en peor situacion que otras de castas inferiores, pues estas, al menos, pueden circular li bremente. A Vasanti se le impidio incluso tener hijos, algo que le
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habria facilitado una fuente importante de amor y carifio. La SEWA ha posibilitado que se haga una persona activa en politica y que forme un grupo de amigas que la respetan como a una igual. El hecho mismo de que se acercara hasta las oficinas de la SEWA para contar su historia a una perfecta extrana como yo fue todo un sin toma de su nueva actitud abierta y de su curiosidad por el mundo que la rodea. Pareda entusiasmada y orgullosa de hablar de su vida. Aun asi, las opciones laborales disponibles para una mujer brahman como ella continuan estando muy circunscritas a unos ambitos limitados y su participacion en la vida politica se encuentra aun bastante restringida por su analfabetismo. Vasanti participa activamente en un ambito concreto de actua cion politica: tanto ella como Kokila trabajan para que disminuya la violencia dornestica. Aun asi, cabe preguntarse si conoce bien sus derechos como ciudadana, si vota en las elecciones, si sabe algo acerca de como usar el sistema judicial. El sistema de pancbayats ha contribuido significativamente a potenciar la implicacion y los co nocimientos politicos de las mujeres, y los niveles de participacion electoral de las personas pobres de la India en general son muy elevados, por 10 que es probable que ella tenga cierta idea de como funciona el sistema politico. En cualquier caso, sin una alfabetiza cion y una escolarizacion formal previas, la capacidad de Vasanti para informarse mas a fondo sobre el tema es limitada. Los estu dios realizados sobre los panchayats han mostrado que a las muje res analfabetas les cuesta mucho participar en los asuntos de la vida publica y ganarse el respeto que merecen por ello. La SEWA enfoca sus esfuerzos en un tema muy basico que es transversal a todas esas cuestiones: la capacidad de las rnujeres para controlar y planificar sus propias vidas. Esta organizacion les ense fia que no son pasivas, que no son meros objetos a merced de las ordenes de otras personas ni peones ni siervas de nadie: pueden elegir, pueden planificar su futuro. Esta es una idea nueva y emo cion ante para unas mujeres que han sido criadas para creerse de pendientes y carentes de autonomia. En el caso de Vasanti, la posi bilidad de elegir y la independencia fueron, en realidad, la principal diferencia entre el prestamo de la SEWA y el de sus hermanos. La satisfaccion que [e reportaba ese recien descubierto estatus de per-
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sona que toma sus propias decisiones pareda impregnar tanto su relacion con Kokila (una amiga elegida por ella: quiza, su primera amiga elegida de verdad) como su trato con el grupo de mujeres en general. ~En que mas podriamos reparar fijandonos en Vasanti y en su historia? No sabemos gran cosa de cuantas horas trabaja al dia ni de como estructura su jornada. ~Le queda tiempo para el ocio? ~Puede alguna vez sentarse (aunque solo sea un mornento) a pen sar, 0 a disfrutar de algo hermoso, 0 a beber te con sus amigas? AI parecer, le gusta vestir bien. Su sari es de un precioso color azul vivo; Vasanti, como la mayoria de las mujeres pobres de la India, no deja que su pobreza limite su imaginacion estetica. Muy probable mente, tiene tambien la posibilidad de disfrutar, en cierta medida, de actividades de juego y ocio, no tanto porque su sociedad haya protegido ese tiempo de asueto para todos sus ciudadanos y ciuda danas, sino, mas bien, porque ella no tiene hijos ni responsabilida des para con ninguna familia politica. Ellado bueno de su desgra ciada historia es que, por 10 menos, ella no est a atrapada en la «doble jorriada» que para millones de mujeres de todo el mundo supone, por un lado, el desempefio de un empleo agotador y, por el otro, la responsabilidad exclusiva sobre las tareas domesticas y el cuidado de nifios y ancianos. En general, pues, el de la protec cion de un tiempo de ocio para los trabajadores y, en especial, para las trabajadoras es un aspecto muy importante a la hora de crear una sociedad digna. Precisamente, pensando en el juego y la diversion, me pregunte si a Vasanti le interesaba conocer a hombres buenos para, tal vez, volver a casarse en cuanto su divorcio fuera ya definitivo. Uno de los aspectos mas sorprendentes del movimiento de mujeres indio ha sido la ausencia, practicamente total en el, de los conceptos ro manticos occidentales. Las rnujeres que han tenido que soportar un matrimonio desdichado rara vez expresan interes alguno en buscar un nuevo esposo. Quieren ser capaces de vivir sin un hombre y les encanta que uno de los ideales centrales de la SEWA sea la nocion gandhiana de autosuficiencia. Aplicada a la situacion de estas per sonas, la logica dicta que, del mismo modo que la India no podia conquistar su autoestima y su libertad sin alcanzar la autosuficien f
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cia con respecto a suo amo colonial, las mujeres tampoco pueden tener amor propio y libertad sin liberarse de la dependencia de sus amos coloniales particulares, en su caso, los hombres. Las rnujeres yen en la capacidad de vivir sin un hombre una sefial de autoesti rna. Pero de ese modo, ~acaso no se yen esas mismas mujeres (que suelen ser hom6fobas y, por consiguiente, muy poco proclives a participar en relaciones lesbicas) privadas de uno de los grandes placeres de la vida?, podriamos preguntarnos. ~Realmente eligen vivir en solteria 0 estan demasiado traumatizadas desde el punto de vista emocional (0 agotadas por la rnalnutricion) como para buscar un cornpafiero? Lo cierto es que, con su manera de hablar de las nociones occidentales de romanticismo y de expresar su preferen cia por la solidaridad con un grupo de mujeres, nos recuerdan que un modo de vida (en este caso, el de la vida en una relacion roman tica de pareja, ya sea del mismo 0 de distinto sexo) no tiene por que ser necesariamente el optimo para las mujeres de cualquier lugar del mundo. Habra algunas y algunos de nosotros, como minima, que tal vez queramos preguntarnos por la relacion de Vasanti con su en torno. ~Esta contaminado? ~Es peligroso? ~Tiene ella oportunidad alguna de reflexionar sobre temas medioambientales y de tomar decisiones por si misma y por otras personas con respecto a ese ambito? Hay muchos rnovimientos de rnujeres de orientacion eco logica; no es el caso de la SEWA. Tampoco el estado en el que resi de Vasanti destaca por su dinamismo ala hora de abordar esa clase de cuestiones. Es muy posible, pues, que Vasanti carezca de opor tunidades para implicarse productivamente en la reflexion medio ambiental y que su salud este actualmente en peligro por culpa de la degradacion del entorno en el que vive (contaminacion atrnosfe rica, agua de mala calidad, etcetera). A menudo, las mujeres que llevan las vidas supuestamente mas «naturales» son las que corren un mayor riesgo, pues los excrernentos de vaca, utilizados como combustible en muchos paises pobres, son uno de los contaminan tes mas dafiinos para la salud de las vias respiratorias. Estos son, como rninimo, algunos de los aspectos de la situa cion de Vasanti que un observador 0 un lector preocupado y cono cedor de su contexto social tornaria en consideracion. La relevan-
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cia de la rnayoria de estas cuestiones es bien sabida tanto por la SEWA como por las personas proximas a Vasanti. Muchos de esos puntos fueron importantes para ella desde un principio. Pero, a medida que conoce mas cosas acerca de su situacion y de los facto res que la producen, otros elementos de los que tal vez no era cons ciente con anterioridad (por ejemplo, el papel del sistema de pan chayats 0 la necesidad de un aporte adecuado de proteinas durante la infancia) tarnbien han adquirido importancia para ella. Los diversosaspectos de la condicion de Vasanti mantienen in teracciones complejas entre si, como ya hemos podido ver, pero cada uno de ellos es, al mismo tiempo, un factor diferenciado que debe ser abordado en si mismo si queremos que Vasanti viva la vida que merece. Una politica publica correcta puede influir positiva mente en todas las facetas de su existencia. Es logico, pues, que un enfoque que se dice «del desarrollo» -0, 10 que es 10 mismo, de como hacer mejor las cosas- se centre en como afectan las diver sas politicas a las oportunidades y a las libertades de Vasanti. Por desgracia, no puede decirse que los enfoques teoricos do min antes en la econornia del desarrollo (enfoques utilizados en todo el mundo, por cierto) esten aliados con Vasanti en su lucha. No «leen» su situacion como un activista local 0 un observador preocupado 10 harlan. De hecho, tampoco la interpretan de un modo que tenga semido para la propia Vasanti 0, ni siquiera, de un modo que la respete como un ser humano digno con los mismos derechos que las dernas personas. Equiparan la buena marcha de la situacion (de un Estado 0 de una nacion) con el incremento del PIB per capita, 10 que, dicho de otro modo, significaria que Guja rat estaria aplicando las politicas correctas con tal de que el conjun to de su economia crezca, y que deberia compararse con otros es tados indios solamente en funcion de su PIB per capita. Pero ~que significa esa citra, por maravillosa que sea, para al guien como Vasanti? Lo cierto es que ni ese numero tiene una inci dencia apreciable en su vida ni -menos aun- soluciona sus pro blemas. En algun lugar de Gujarat hay un crecimiento de la riqueza derivado de la inversion exterior, pero ella no ve ni un centimo de todo eso. Que a Vasanti le digan que el PIB per capita se ha incre mentado de forma considerable es como si le dijeran que en algun
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rincon de Gujarat hay una pintura esplendida, pero que a ella Ie esta vedado mirarla, 0 que hay una mesa puesta con toda clase de deliciosos manjares, pero que ella no va a poder catar ninguno. El aumento de riqueza es un fenomeno positivo porque podria hacer posible que el gobierno adoptase polfticas con efectos provechosos en la vida de Vasanti. Pero nada de esto ultimo ha sucedido y tam poco deberfamos sorprendernos de ello. En general, los beneficios de los aumentos de riqueza resultantes de la inversion exterior van a parar, en primera instancia, a las elites. No se trata unicarnente de que las cifras del PIB sean un promedio que ignora la distribucion real de la renta: como bien ha mostrado el Informe de la Comision Sarkozy, las ganancias que se obtienen a partir de la inversion exte rior no llegan siquiera a incrementar la renta familiar media en mu chos y frecuentes casos. Los beneficios de ese incremento economi co no se hacen extensivos a la poblacion pobre salvo en aquellas ocasiones en las que esas elites locales sf se muestran comprometi das con politicas de redistribucion de la riqueza. Y, en particular, no llegan a las mujeres pobres, cuyas oportunidades laborales son mucho peores que las de los hombres. Segun las investigaciones realizadas al respecto, el crecimiento economico tampoco sirve por sf solo para propiciar mejoras en salud y educacion si no media una accion estatal directa. Asi pues, los factores que de verdad impor tan para Vasanti no figuran en el enfoque convencional, centrado en un unico aspecto que no introduce diferencia alguna en la vida de una mujer como ella.
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aula son una nacion que cuenta con una riqueza de «cincuenta rni llones». «Nina numero veinte -Ie pregunta el maestro (pues, en consonancia con ese enfasis en la agregacion, cada estudiante tiene un numero en vez de un nornbrel-s-, ~no es esta una nacion pros pera y no debe usted alegrarse por ello?» Sissy rompe a llorar y sale corriendo de la clase. Luego Ie cuenta a su amiga Louisa que no podia responder a semejante pregunta «antes de saber si existia dinero 0 si me correspondia a mi alguno. Pero esto no se relaciona ba con el asunto, no figuraba en las cifras». i, Lo que necesitamos, al parecer, es un enfoque que se haga la misma pregunta que Sissy jupe, que defina el rendimiento y el exi to en funcion de las oportunidades que se abren a cada persona. Un enfoque asi debe partir de un nivel muy proximo a la base so cial, tomando como referencia los relatos de las vidas de personas reales y el significado humano que para estas tienen los cam bios de politica. Desarrollar politicas que sean de verdad pertinentes para un amplio abanico de situaciones humanas supone atender a diver sos factores que afectan a la calidad de vida de una persona: signi fica preguntarse, en cada ambito, «~que son las personas en general (y cada una de elias en particular) realmente cap aces de hacer y de ser?». Evidentemente, toda aproximacion al desarrollo debe mane jar mecanismos de agregacion, pero para que las cifras agregadas nos faciliten informacion relevante, antes debemos empezar por estudiar detenidamente que capitulos 0 factores deben destacarse en especial. Los elementos de la historia de Vasanti guardan una relacion muy estrecha con la lista de «capacidades centrales» que presenta remos en breve, por 10 que podrfa parecer, en principio, que mi manera de explicar el relato de la vida de Vasanti es circular y que destaco unos determinados aspectos en concreto simplemente por que ya se que componentes figuran en el mencionado listado. Lo cierto, sin embargo, es que no podemos observar una vida ni escu char una historia sin ir equipados de antemano con ciertas intuicio nes preliminares acerca de 10 que es significativo y 10 que no. Esa es
Asf pues, el enfoque convencional no dirige nuestra atencion hacia las razones que hacen que Vasanti sea incapaz de participar del disfrute de la prosperidad general de su region. En realidad, contribuye mas bien a desviar hacia otro lugar cualquier atencion que pudieramos prestar a los problemas de Vasanti, ya que sugiere que la manera correcta de mejorar la calidad de vida en Gujarat es aspirando al crecimiento econornico y nada mas que al crecimiento econornico. En Tiempos dificiles, Charles Dickens describe un aula donde a los pequefios y a las pequefias se les ensefia el mencionado enfoque convencional. A Sissy]upe, una nina del circo que acaba de incor porarse a esa clase, le piden que imagine que los alumnos de esa
;, Cita en castellano tomada de Charles Dickens, Tiempos dificiles, ed. de M" Juana Ribas, Barcelona, Bruguera, 1967, pag, 86. (N. del t.)
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Capitulo@)
LAS CAPACIDADES CENTRALES
EI enfoque que estamos investigando recibe a veces el nombre de «enfoque del desarrollo humano» y, otras veces, el de «enfoque de la capacidad» 0 «de las capacidades». En alguna que otra oca sion, ambos terrninos aparecen combinados, como en el Journal 0/ Human Development and Capabilities (<
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que los elementos mas importantes de la calidad de vida de las per sonas son plurales y cualitativamente distintos: la salud, la integri c.lad fisica, la educacion y otros aspectos de las vidas individuales no pueden ser reducidos a una metrica unica sin distorsionarse. Tam bien Sen hace especial hincapie en esa idea de pluralidad e irreduc tibilidad, que constituye un elemento clave del enfoque. Yo prefiero el terrnino «enfoque de las capacidades» (en mu chos contextos, cuando menosl al de «enfoque del desarrollo hu mano» porque me interesan las capacidades tanto de las personas, C01110 las de los anirnales no humanos. EI enfoque proporciona una buena base para la edificacion de una teoria de la justicia y los de rechos para los ani males en general (tanto los humanos como los que no 10 son). Sen comparte este interes, aunque no 10 ha conver tido en el foco central de su trabajo. EI enfoque de las capacidades puede definirse provisionalmen te como una aproxirnacion particular a la evaluacion de la calidad c.le vida y a la teorizacion sobre la justicia social basica. En el se sostiene que la pregunta clave que cabe hacerse cuando se compa ran sociedades y se evaluan conforme a su dignidad 0 a su justicia basicas es: (que es capaz de hacer y de ser cada persona? Dicho de otro modo, el enfoque concibe cada persona como un fin en si ntis 171a y no se pregunta solarnente por el bienestar total 0 medio, sino tambien por las oportunidades disponibles para cada ser humane. Esta centrado en La eleccion a en La libertad, pues defiende que el bien crucial que las sociedades deberian promover para sus pue blos es un conjunto de oportunidades (0 libertades sustancialesl que las personas pueden luego llevar, 0 no llevar, a la practica: ellas eligen. Es, por 10 tanto, un enfoque comprometido con el respeto a las facultades de autodefinicion de las personas. Es decididamente pluralista en cuanto a ualores: sostiene que las capacidades que tie nen una importancia central para las personas se diferencian cuali tativamente entre si y no solo cuantitativamente. que no pueden reducirse a una sola escala numerica sin ser distorsionadas, y que una parte fundamental de su adecuada cornprension y produccion pasa por entender la naturaleza espedfica de cada una de ellas. Por ultimo, el enfoque se ocupa de La injusticia y La desiguaLdad socialcs arraigadas, y, en especial, de aquellas fallas u omisiones c.le capaci-
Las capacidadcs ccntralcs
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dades que obedecen a la presencia de discriminacion 0 rnargina cion. Asigna una tare a urgente al Estado y a las politicos publicas: concretamente, la de mejorar la calidad de vida para todas las per sonas, una calidad de vida definida por las capacidades de estas. Estos son los elementos esenciales del enfoque. De el existen (como minimo) dos versiones, algo debido en parte a que ha sido utilizado para dos fines diferentes. Mi propia version, que pone ese enfoque al servicio de la construccion de una teoria de la justicia social basica, afiade otras nociones en el proceso (como las de la dignidad bumana, niuel umbra] 0 liberalismo politico). Al ser una teoria de los derechos (entitlements) politicos fundamentales, mi version del enfoque ernplea tambien una lista con creta de las «ca pacidades centrales». Comparado con otras muchas conocidas teo rias del bienestar, mi enfoque no solo afiade, sino que tambicn sus trae: mi teoria de la justicia basada en las capacidades se abstiene de ofrecer una evaluacion de conjunto de la calic.lad de vic.la en una sociedad, ni siquiera con fines comparativos, pues el papel dellihe ralismo politico en esta teoria mia me obliga a renunciar a propug nar un concepto global de valor. La preocupacion principal de Sen, par su parte, ha sido la de reconocer en la capacidad el espacio de comparacion mas pertinente en materia de evaluacion de la calidad de vida, cambiando asi la direccion del debate sobre el desarrollo. Su version del enfoque no propone un concepto definic.lo de la justicia basica, aunque se trata de una teoria normativa y sc interesa claramente par las cuestiones c.le justicia (centrandose, por ejem plo, en los casos de fallas de capacidades que son producto de la discriminacion racial 0 de genero). Como consecuencia, Sen no ernplea un umbral ni una lista especifica de capacidades, aun cuan do es evidente que piensa que algunas capacidades (como, por ejernplo, la salud y la educacion) ocupan un lugar particularmente central. Tampoco hace un uso teo rico primordial del concepto de dignidad bumana, si bien reconoce sin duc.la su importancia. Al mismo tiempo, Sen propone que la idea de las capacidades puede ser la base de una evaluacion integral de la calidad de vida en una nacion, y, en ese sentido, se aparta de los fines deliberadamcnte li mitados de mi liberalismo politico. Nos ocuparemos mas a fondo de est as diferencias en el capitu
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10 4. De momento, sin embargo, podemos continuar tratando el enfoque como si se tratara de una sola y relativamente unificada aproximacion a un conjunto de cuestiones sobre la calidad de vida y Ia justicia basica. Tanto la historia de Vasanti como los aspectos que destacan de su situacion podrian haber sido referidos tanto por Sen como por mi misma, y ambos habriamos reconocido los mismos elementos esenciales (aunque Sen no los habrfa formaliza do en una Iista ni habria realizado evaluaciones de justicia social minima, pues habria optado mas bien por centrarse en temas rela cionados con la calidad de vida). Espero haber explicado ya 10 suficiente como para haber puesto de relieve los contornos cornu nes del enfoque y los conceptos que 10 guian, asi como algunos conceptos espedficos de mi propia versi6n que tambien definite en este capitulo, aun cuando no figuren de forma central en la teoria de Sen. ~Que son las capacidades? Son las respuestas a la pregunta: «~Que es capaz de hacer y de ser esta persona?». Por decirlo de otro modo, son 10 que Sen llama «1ibertades sustanciales», un con junto de oportunidades (habitualmente interrelacionadas) para elegir y actuar, Segun una de las definiciones del concepto tipicas de Sen, «la "capacidad" de una persona hace referencia a las com binaciones alternativas de funcionamientos que le resulta factible alcanzar. La capacidad viene a ser, por 10 tanto, una especie de li bertad: la libertad sustantiva de alcanzar combinaciones alternati vas de funcionamientos». Dicho de otro modo, no son simples ha bilidades residentes en el interior de una persona, sino que inc1uyen tambien las libertades 0 las oportunidades creadas por la combina ci6n entre esas facultades personales y el entorno politico, social y econornico. Para dejar clara la complejidad de las capacidades, yo me refiero a estas «libertades sustanciales» con el nombre de capa cidades combinadas. Las capacidades combinadas de Vasanti son la totalidad de las oportunidades que dispone para elegir y para ac tuar en su situacion politica, social y econ6mica concreta. Evidentemente, las caracteristicas de una persona (los rasgos de su personalidad, sus capacidades intelectuales y emocionales, su estado de salud y de forma ffsica, su aprendizaje interiorizado 0 sus habilidades de percepci6n y movimiento) son sumamente rele-
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vantes para sus «capacidades combinadas», pero viene bien dis tinguir aquellas de estas ultimas, de las que no son mas que una parte. Esos estados de la persona (que no son fijos, sino fluidos y dinarnicos) son los que yo denomino capacidades internas. Convie ne diferenciarlos, a su vez, del equipamiento innate de cada perso na: se trata mas bien de rasgos y de aptitudes entrenadas y desa rrolladas, en muchos casos, en interaccion con el entorno social, econ6mico, familiar y politico. Se incluyen en ellas caracteristicas tales como la habilidad politica aprendida y evidenciada por Va santi 0 sus aptitudes como costurera, asi como la confianza en sf misma que ha descubierto recientemente 0 su liberaci6n con res pecto a sus temores anteriores. Una de las tareas que corresponde a una sociedad que quiera promover las capacidades humanas mas importantes es la de apoyar el desarrollo de las capaeidades inter nas, ya sea a traves de la educacion, de los recursos necesarios para potenciar la salud fisica y emocional, del apoyo a la atencion y el carifio familiares, de la implantacion de un sistema educativo, 0 de otras muchas medidas. ~Por que es importante distinguir las capacidades internas de las combinadas? Porque esta distincion se corresponde con dos labores (coincidentes en parte, aunque diferentes) de toda socie dad digna. Una sociedad pod ria estar produciendo adecuadamente las capacidades internas de sus ciudadanos y eiudadanas, al tiempo que, por otros canales, podria estar cortando las vias de acceso de esos individuos a la oportunidad de funcionar de acuerdo con esas capacidades. Muchas sociedades educan a las personas para que sean capaces de ejercer su libertad de expresi6n en asuntos politi cos (es decir, a nivel interno), pero luego les niegan esa libertad en la practica reprimiendola. Muchas personas que son internamente libres para ejercer una religion carecen de Ia capacidad combinada para hacerlo debido a que la libertad de la practica religiosa no esta protegida por su Estado. Muchas personas que disponen de la ca pacidad interna para participar en politica no pueden optar por hacerlo porque no tienen la capacidad combinada para ello: pue den ser inmigrantes sin derechos legales, por ejernplo, 0 pueden estar exc1uidas de la participaci6n de algun otro modo. Tarnbien es posible que una persona viva en un entorno politico y social en el
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que podria materializar una capacidad intern a (como, por ejernplo, criticar al gobierno), pero carezca de una aptitud suficientemente desarrollada para pensar con sentido critico 0 para pronunciarse en publico. Puesto que las capacidades combinadas se definen como la suma de las capacidades internas y las condiciones sociales/politi cas/econ6micas en las que puede elegirse realmente el funciona miento de aquellas, no es posible conceptualmente imaginar una sociedad que produzca capacidades combinadas sin que antes pro duzca capacidades internas. Si que podriamos, sin embargo, con cebir una sociedad que cree correctamente contextos para la elec cion en muchos ambitos, pero que no eduque a sus ciudadanos y ciudadanas, ni nutra el desarrollo de sus capacida des de pensa mien to. Algunos estados de la India son asi: abiertos a quienes quieran participar, pero nefastos a la hora de proporcionar la sani dad y la educacion basicas que perrnitirian a esas personas partici par. En estos casos, terminol6gicamente hablando, diriarnos que ni las capacidades internas ni las combinadas estaban presentes, pero que, al menos, la sociedad en cuestion habia hecho algunas cosas bien. (Y, por supuesto, en una sociedad asi, son muchas las perso nas que si disponen de capacidades combinadas, pero entre elias no se cuentan las pobres ni las marginadas.) El Gujarat de Vasanti tiene una elevada tasa de participacion politica, como todos los estados indios en general, por 10 que podemos decir que ha consc guido hacer extensivas las capacidades politicas a todos y a todas. (Notese que aqui inferimos la presencia de la capacidad a partir del funcionamiento real: parece dificil obrar de otro modo ernpirica mente, pero desde un punto de vista conceptual deberiamos tener presente que una persona puede ser perfectamente capaz de votar y, aun asi, optar por no hacerlo.) Sin embargo, Gujarat no ha teni do un cxito similar a la hora de promover capacidades internas re lacionadas (como pueden ser la educaci6n, Ja informacion adecua da y la confianza), ni entre las personas pobres ni entre las mujeres y las minorias religiosas. La distinci6n entre las capacidades internas y las combinadas no es diafana, ya que una persona adquiere normalmente una capa cidad interna gracias a cierta forma de funcionamiento y puede
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perderla si carece de la oportunidad de funcionar. Pero esta dife renciacion constituye una especie de rnetodo hcuristico util con el que diagnosticar los logros y las deficiencias de una sociedad. Las capacidades internas de las personas no son 10 mismo que el equipamiento innato de estas. Aun asi, el concepto de equipa miento innato no deja de tener importancia en cl enfoque del desa rrollo humano. A fin de cuentas, el termino «desarrollo humane» sugiere el despliegue de un as facultades que las personas traen con sigo al mundo. Historicamente, el enfoque ha estado influido pol' perspectivas filos6ficas que se centran en el Ilorecimiento 0 la rea lizacion humanos, desde Aristoteles yJohn Stuart Mill en Occiden te hasta Rabindranath Tagore en la India, por poner algunos ejem plos. Y el enfoque utiliza en muchos sentidos la idea intuitiva del derroche y el hambre para dar a entender 10 que hay de malo en una sociedad que frustra el desarrollo de las capacidades. Adam Smith escribi6 que la privacion de educacion hacia que una perso na estuviera «rnutilada y deforrnada en una parte del caracter de la naturaleza humana incluso mas esencial»." Esta frase capta una importante idea intuitiva que subyace al proyecto de las capacida des. Necesitamos, pues, un modo de rcferirnos a esas facultades innatas, tanto si son nutridas posteriormente como si no, y en esc sentido podemos emplear el terrnino capaculades bdsicas. Ahora sa bemos que el desarrollo de capacidades basicas no es algo que este integrado en nuestro ADN: la nutricion materna y la expericncia prenatal desempefian un papel importante en su desplieguc y su conformaci6n. Ademas, desde el momento mismo del nacimiento de un bebc, tratamos con capacidadcs internas muy ternpranas que, lcjos de tratarse de una cuesti6n de puro potencial, cstan con dicionadas ya por el entorno. Pese a ello, la categoria es util siem pre y cuando no la malinterpretemos. Las capacidades basicas son las facultades innatas de la persona que hacen posible su posterior desarrollo y formaci6n. El concepto de capacidades basicas debe usarse con suma cau tela, pues es £acil imaginar una teoria desde la que se sostenga que ,', Cita en castellano tomada de Adam Smith, La riqueza de !OJ nacioncs, cJ. de Carlos Rodriguez Braun, Madrid. Alianza, 2001, p
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Crear capacidades Las capacidades centrales
los derechos politicos y sociales de las personas deberian ser propor cionales a su inteligencia 0 su habilidad innatas. Nuestro enfoque, sin embargo, no propone nada por eI estilo, sino que incide en que eI objetivo politico de todos los seres humanos de una nacion debe ria ser eI rnismo: todos y todas deberian superar un cierto nivel um bral de capacidad combinada, entendiendo ese deber no como un funcionamiento obligado, sino como una libertad sustancial para eIegir y actuar. Eso es 10 que signifies tratar a todas las personas con igual respeto. Por consiguiente, la actitud hacia las capacidades ba sicas de las personas no es meritocratica (no se concede un mejor trato a las personas dotadas de mayores habilidades innatas) sino, si acaso, to do 10 contrario: quienes necesitan mas ayuda para superar eI nivel son quienes mas la reciben. En eI caso de personas con dis capacidades cognitivas, eI objetivo deberia consistir en que tengan las mismas capacidades que las personas «normales», aunque algu nas de esas oportunidades tal vez tengan que ser ejercidas a traves de un representante sustituto y este pueda suministrar en algunos casos parte de la capacidad interna en cuestion si la persona es incapaz de desarrollar suficiente capacidad de eleccion por sf rnisma (por ejern plo, votando en nombre de esa persona inc1uso en eI caso de que esta sea incapaz de elegir). La (mica condicion es que la persona sea hijo 0 hija de padres humanos y sea capaz de demostrar, al menos, algun tipo de actividad conativa: por 10 tanto, segun esta teoria, una persona anencefalice 0 en estado vegetativo permanente no seria candidata a tener derechos politicos iguales a las demas, Pero la no cion de capacidad basica continua siendo apropiada para eI ambito
educativo: si un nifio 0 una nina sufre discapacidades cognitivas in
natas, las intervenciones especiales estan justificadas.
Si la capacidad es una cara de la moneda, la otra es eI/unciona miento. Un funcionamiento es la realizacion activa de una 0 mas capacidades. Los funcionamientos no tienen por que ser particu larmente activos ni -por ernplear eI mismo termino utilizado por uno de los criticos de la teoria- «vigorosos». Disfrutar de buena salud es un funcionamiento, como tambien 10 es el estar tranquila mente tendido en la hierba. Los funcionamientos son seres y hace res que, a su vez, vienen a ser los productos 0 las materializaciones de unas capacidades.
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Ala hora de comparar capacidades con funcionamientos, de beriamos tener en cuenta que capacidad significa «oportunidad de seleccionar». La noci6n de libertad de eleccion esta, pues, ins crita en eI concepto mismo de capacidad. Por usar un ejemplo de Sen, una persona que pasa hambre y otra que ayuna tienen el mismo tipo de funcionamiento en 10 que a su nutricion respecta, perc no disponen de la misma capacidad, pues la que ayuna es capaz de no ayunar, mientras que la hambrienta 10 es porque no tiene eleccion, En cierto modo, las capacidades son importantes porque pue den traducirse en funcionamientos. Si las personas nunca funciona ran, en ningun sentido pareceria extrafio decir de su sociedad que es buena porque les ha conferido muchas capacidades. Estas serian inutiles y van as si no se usaran nunca y la gente se pasara la vida durmiendo. En ese limitado sentido, pues, la nocion de funciona rniento sirve de punto de destino final para la nocion de capacidad. Pero las capacidades tienen tambien valor en si mismas, entendidas como arnbitos de libertad y eleccion. Promover capacidades es pro mover areas de libertad, 10 que no es 10 mismo que hacer que las personas funcionen en un determinado sentido. Por consiguiente, el enfoque de las capacidades se aparta de toda una tradicion en economia que rnide el valor real de un conjunto de opciones en fun cion del mejor uso que se pueda hacer de ellas. Las opciones son aqui libertades y la libertad tiene un valor intrinseco. Algunas perspectivas politicas niegan esto, pues sostienen que la manera correcta de actuar de un gobierno es hacer que las per sonas lleven vidas saludables, realicen actividades que valgan la pena, ejerzan la religion, etcetera. Nosotros negamos esto ultimo y decimos que los objetivos politicos apropiados son las capacidades y no los funcionamientos, puesto que son aquellas las que garanti zan la existencia de un espacio para el ejercicio de la libertad huma na. Existe una diferencia moral enorme entre una politica que pro mueve la salud y otra que promueve las capacidades en materia de salud: la segunda (y no la primera) es la que verdaderamente respe ta la eleccion de estilo de vida de la persona. Esta preferencia por las capacidades esta ligada a la cuestion del respeto a una pluralidad de visiones religiosas y laicas de la vida
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capacidades
diferentes, y, por 10 tanto, a la idea delliberalismo politico (defini do en cl capitulo 4). La de los nifios es, evidcnternente, una situacion distinta: exi girles ciertas tormas de funcionamiento (como, por ejernplo, la educaci6n obligatoria) es defendible como preludio necesario de la capacidad adults. Algunas de las personas que emplean el enfoque de las capaci dades piensan que, en ciertas areas, el Estado est a legitimado para promover funcionamientos y no s610 capacidades. Richard Arne son, por ejemplo, ha dcfendido politicas de orientacion paternalis ra en cl ambito de la salud: los gobiernos deberian utilizar su poder para obligar a las personas a adoptar estilos de vida sanos. Ni Sen ni yo estamos de acuerdo con esa postura debido al elevado valor que atribuimos a la libertad de elecci6n. Hay, eso si, una excepci6n: el trato respetuoso y no humillante del Estado a las personas no deberia ser una opci6n en manos de estas, 0, al menos, asi 10 sos tengo yo. Supongamos, por ejernplo, que el gobierno federal esta dounidense diera a cada ciudadano y ciudadana un centavo que, cada uno de ellos, pudiera emplear luego opcionalmente para «cornprar» un trato respetuoso de parte de ese gobierno. Si la per sona optara pOl' guardarse el centavo, el gobierno la humillaria. Y eso es inaceptablc. EI Estado debe tratar a todas las personas con respeto y debe abstenerse de humillarlas. Si incluyo csta excepcion, cs por la centralidad que los conceptos de dignidad y respeto ocu pan en la generaci6n de la lista completa de capacidades. POl' otra parte, y en parecido sentido, la practica totalidad de usuarios y usuarias de este enfoque coincidirian conmigo en que la esclavitud debe estar prohibida, aunque haya una rnayoria que se declare fa vorable a ella y aunque haya quienes esten dispucstos a suscribirla para sf mismos mediante un contrato voluntario. Otro ambito de desacuerdo razonable es el relacionado con el derecho a hacer cosas que, aparentemente, pueden destruir algu nas capacidades (0 todas elias). 2Deberia permitirse a las personas que vendan sus 6rganos? 20 que consuman drogas duras? 20 que practiqucn alguno de los numerosos deportes de riesgo que exis ten? Normalmente, alcanzamos compromisos en ambitos de ese tipo, pero no siempre son logicos: de ahi que el alcohol, una droga
Las capacidadcs ccntrales
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muy destructiva, continue siendo legal mientras que la marihuana este ilegalizada en casi todos los sentidos. Regulamos la rnayoria de los deportes por razoncs de seguridad, pero no mantencmos nin gun debate publico organizado en torno a que ambitos de libertad tendria sentido suprimir en aras de la seguridad. Podemos estar de acuerdo, sin duda, en opinar que la dcstruccion de capacidades en nines y nifias es un asunto de particular gravedad y que, como tal, deberia estar prohibida. En otros casos, parecen plausibles ciertas regulaciones razonables de la seguridacl, a menos que algun debate al res peeto revele que la eliminaci6n de una opcion (como la de boxear sin guantes, por poner un caso) constituye realmente una violaci6n tal de la libertad que hace que la vida de las personas sea incompatible con la dignidad humana. Lo normal, de todos mo dos, es que las situaciones no sean tan graves; de alii que, en I11U chos de esos casos, nuestro enfoque no tenga nada que decir y per mita que las situaciones se decidan a traves del proceso politico. Hay una pregunta relacionada y crucial cuya respuesra resulra aun mas esclarecedora de este punta anterior: 2cuales son las capa cidades mas importantes? Lejos de ocultarla, el enfoque convicrte esta pregunta valorativa en uno de sus aspectos ccntrales. Esc cs uno de sus rasgos atractivos. Otros enfoques siernpre adoptan algun tipo de posicionamiento en cuestiones de valor, pew, a me nude, sin Jarle un caracter explicito ni argumentative. Sen y yo sostenemos que es crucial airoutar directamente esa prcgunra y abordarla con argumcntos normativos pertinentes. Sen se posiciona a proposito de esa cuesti6n valorativa pOl' me dio del enfasis, la selecci6n de ejernplos y las referencias implicitas, pero no prueba a ofrecer una respuesta que pucda considerarse sistematica a la pregunta, algo sabre 10 que volveremos en el capi tulo 4. Es razonable que no 10 intente en la medida en que utilice la idea de capacidades unicarnentc para enmarcar cornparacioncs. Ahara bien, si la utiliza para construir una teoria de la democracia y la justicia, ya no esta tan claro que su elusi6n de compromiso al guno en cuanto a la sustancia del argumento sea tan acertada. Todo uso del concepto de capacidad para fines relacionados can cl derc cho normativo y las politicas publicas debe acabar posicionandosc en un momenta u otro sobre la sustancia, afirrnando que algunas
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capaddades son importantes y otras 10 son rnenos, y que algunas son buenas y otras (incluso) malas.
Volver sobre la idea de las capacidades basicas nos ayudara a comprender mejor esto ultimo. Los seres humanos vienen al rnun do con e1 equipamiento suficiente para multiples «haceres y seres» (por emplear una expresion habitual de Sen) y tenemos que pre gUl1tarnos cuales de ellos merece la pena desarrollar en forma de capaddades maduras. Adam Smith afirmaba, a proposno de los nifios privados de educacion, que estos quedaban asf «mutilados y deformados». Pero imaginemonos a un nino cuya capaddad para la crue1dad y la humilladon de otras personas acaba agostandose y secandose gracias al desarrollo familiar y social al que se ve someti. do: no se nos ocurriria dedr de ese pequeno que esta «mutilado y deformado», ni siquiera aunque admitieramos que esas capadda des frustradas tenian su base en su propia naturaleza humana inna tao 0 supongamos que nos explicaran que a una nina jarnas Ie ense. fiaron 10 necesario para que fuera capaz de silbar la melodia de Yankee Doodle Dandy y hacer el pi no al rnisrno tiempo. Tampoco dirfamos que las facultades humanas de esa nina han sido «mutila das y deformadas» porque la capaddad en cuestion, si bien no es mala (a diferenda de la capaddad para la crue1dad), y aunque es probable que este arraigada en su propia naturaleza humana, 10 cierto es que no es muy importante. El enfoque de las capaddades no es una teorfa sobre 10 que la
naturaleza humana es 0 no es, ni interpreta norrnas a partir de
la naturaleza humana innata. Es, mas bien, evaluativo y etico desde
e1 principio: se pregunta que cosas, de entre las muchas para las
que los seres humanos pueden desarrollar una capacidad de de
sempeno, son aquellas que una sociedad con un minimo aceptable
de justicia se esforzara por nutrir y apoyar. Las teorias sobre la na
turaleza humana nos explican cuales son los recursos y las posibili
dades con los que contamos y cuales podrian ser nuestras dificulta
des. Sin embargo, no nos indican que valorar. Los animales no humanos son menos maleables que los huma nos y pueden no ser capaces de aprender a inhibir una capacidad dafiina sin sufrir una frustracion doloros a. Son tambicn mas difici les de «interpretar», ya que sus vidas no son las nuestras. La obser
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vacion de sus capacidades reales y e1 rnanejo de una buena teoria descriptiva de cada especie y de su forma de vida desernpefiaran correspondientemente un pape1 mas am plio en la creacion de una teoria normativa de las capacidades animales que en el caso huma no. Aun asi, el ejercicio normativo es crucial, por diffcil que pueda resultar. ~Por donde comenzariarnos ala hora de seleccionar las capaci dades sobre las que queremos centrarnos? Buena parte de la res puesta a esa pregunta depende del fin que persigamos. Por un lado, si nuestra intencion es meramente cornparativa, todos los tipos de capacidades sugieren comparaciones interesantes entre naciones y entre regiones, y no hay motivo para prescribir unas u otras por adelantado: los nuevos problemas que vayan surgiendo podran su gerir, a su vez, nuevas comparaciones. Por otro lado, si nuestra meta es, mas bien, establecer unos principios politicos que puedan servir de fundamento para el derecho constitucional y las politicas publicas en una nacion que aspire a la justicia social (0 proponer unos objetivos para la comunidad de naciones), la seleccion ad quiere una importancia primordial. Pero no podemos seleccionar utilizando unicarnente la nocion de capacidades. El hecho de que se Harne «enfoque de las capacidades» no deberia inducirnos a creer que el enfoque en cuestion emplea solamente un unico con cepto y trata de exeIuir todos los demas. LIegados a este punto es cuando invoco la nocion de dignidad humana y de vida humana digna (0, en e1 caso de que estemos con siderando alguna otra especie animal, la dignidad que sea apropia da para la especie en cuestion). La de dignidad es una nocion intui tiva que no esta ni mucho menos del todo clara. Si se usa de forma aislada, como si fuera completamente evidente en si misrna, puede acabar ernpleandose de manera caprichosa e incoherente. Serfa erroneo utilizarla, pues, como si se tratara de un fundamento intui tivamente evidente y solido para una teoria que se construyera en tonces a partir de ella. Mi enfoque no obra de ese modo: la digni dad es un elemento de la teorfa, pero todos los conceptos empleados en esta se entienden como elementos interconectados entre sf y que, como tales, se explican y se esclarecen mutuamente. (En e1 capitulo 4 se desarrolla mas a fondo la idea subyacente en este tipo
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de justificacion holistica y no basada en fundamentos.) En el caso de la dignidad, la noci6n de respeto viene a ser un pariente particu larmente importante de aquella, y son los principios politicos rnis mos los que esclarecen el significado que damos a la dignidad hu mana (y a la ausencia de esta). Pero la idea basica es que ciertas condiciones de vida facilitan a las personas una vida que es merece dora de la dignidad humana que ellas poseen, mientras que otras condiciones no 10 hacen. En estas ultimas circunstancias, las perso nas conservan dignidad, pero est a funciona mas bien como un pa gare cuyos plazas aun no han sido abonados. Tal como Martin Lu ther King, Jr., dijo a prop6sito de las promesas inherentes a los ideales nacionales, la dignidad puede ser como «un cheque que nos han devuelto con una notificacion de "fondos insuficientes" estam pada en el», Aunque la de dignidad es una idea poco precisa que hay que dotal' de contenido situandola en una red de nociones relacionadas, tiene un impacto diferenciai. El enfasis en la dignidad se diferencia (y mucho) del enfasis en la satisfacci6n, par ejernplo. Pensemos en los debates sobre la educaci6n para personas con discapacidades cognitivas graves. Desde luego, parece posible general' satisfacci6n para muchas de esas personas sin necesidad de un desarrollo edu cativo. Los casos judiciales que abrieron las puertas de las escuelas publicas a esos alumnos y alurnnas esgrimieron, en divers as senten cias clave, el concepto de dignidad: no tratamos a un niiio COil sin drome de Down de manera acorde con su dignidad si no desarro llamos las facultades mentales de ese pequeiio par medio de una educaci6n adecuada. Adernas, en una amplia variedad de ambitos, del enfasis en la dignidad se desprende necesariamente la elecci6n de politicas que protejan y apoyen la agenda (la capacidad de ac cion del individuo) en vez de otras que infantilicen a las personas y las traten como receptoras pasivas de prestaciones. Muchas son las formas en las que se pueden negar las aspiracio nes de dignidad humana, pero todas ellas son resumibles en dos, que se corresponden precisamente con los ambitos asociados a las nociones de capacidad interna y capacidad combinada. ASl, por un lado, las condiciones sociales, politicas, familiares y econ6micas pueden impedir que las personas opten par funcionar conforme a
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una capacidad interna ya desarrollada: este es un tipo de frustraci6n comparable al encarcelamiento. Pero, par otro lado, las condiciones negativas pueden penetrar mas a fondo en las personas, atrofiando o deformando el desarrollo de sus capacidades internas. En ambos casos, pervive la dignidad humana basica: la persona sigue siendo merecedora de igual respeto que las demas, En el segundo de ellos, sin embargo, se ha vulnerado mas profundamente esa dignidad. Pensernos, par ejemplo, en la diferencia entre una violaci6n y un simple robo. Ambos dafian a una persona; ni 10 uno ni 10 otro elimi nan la dignidad humana de esta, igual a la de los dernas individuos. Pero podemos decir que la violaci6n vulnera la dignidad de una mujer (como no la vulnera un robe) porque invade su vida interior de pensamientos y emociones, y cambia su relacion consigo misma. La noci6n de dignidad esta estrechamente relacionada con la idea de conacion activa." Guarda, pues, un parentesco cercano con la noci6n de capacidad basica: algo inherente a la persona y que exige ser desarrollado. Pero, si bien hay margen para debatir si el potencial innate difiere entre personas, la dignidad humana es des de un principio igual en todas las personas que son agentes 00 que significa que quedan excluidas aquellas que se hallan en un est ado vegetative permanente y las anencefalicas, que, por 10 tanto, care cen de cualquier clase de agencia). Todos y todas, dicho de otro modo, merecen igual respeto de parte de las leyes y las institucio nes. Si las personas son consideradas en su calidad de ciudadanos y ciudadanas, todas ellas tienen iguales derechos, En este nivcl, pues, la igualdad ocupa un lugar primario en la teoria: un papel que se ve luego confirrnado por su ajuste con cl resto de la misma. De un supuesto como el de la igual dignidad de las personas no se sigue, sin embargo, que todas las capacidades de importancia cen tral tengan que ser igualadas para todos y todas. Tratar a las perso nas como iguales puede no significar necesariamcnte igualar las condiciones de vida de todas ellas. La cuestion de que se debe ha cer para tratar a las personas como iguales habra de abordarse en una fase posterior y con argumentos independicntes. ,'. La conacion Crlrivillg) es aquella parte del sujeto humane relerida a sus anhelos, csfuerzos, motivaciones y deseos. (N. JeL t.)
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En general, pues, el enfoque de las capacidades (a] menos, en mi versi6n) se centra en la protecci6n de ambitos de libertad tan cruciales que su supresi6n hace que la vida no sea humanamente digna. Cuando una libertad no es tan trascendental, su regulaci6n depende ya del funcionamiento corriente del proceso politico. A veces, es evidente que una determinada capacidad tiene una rele vancia central en ese sentido: el mundo ha alcanzado un consenso,
por ejemplo, en torno a la importancia de Ia educaci6n primaria y
secundaria. Parece igualmente claro que Ia habilidad que se requie
re para silbar Yankee Doodle Dandy y hacer el pino al mismo tiern
po no tiene tan crucial trascendencia y no rnerece un nivel especial
de protecci6n. No son pocos los casos que pueden no estar claros
durante mucho tiernpo: siglos y siglos se tard6, por ejemplo, en
enrender que el derecho de una rnujer a negarse a mantener rela
ciones sexuales con su marido es un derecho crucial de su integri
dad ffsica. Lo que debe suceder en esos casos es que el debate co
rrespondiente tenga lugar y que cada interviniente en eI exponga
argumentos que intenten mostrar que una libertad dada es inhe
rente a la idea de dignidad humana. Esto es algo que no puede
realizarse haciendo vag as invocaciones intuitivas del concepto de
dignidad por si solo, sino que debe llevarse a cabo discutiendo la
relaci6n del supuesto derecho con otros derechos ya existentes a
traves de un proceso prolongado y detallado, que muestre, por
ejernplo, Ia relaci6n entre Ia integridad fisica de las mujeres en el
hogar, por un lado, y la plena igualdad de estas como ciudadanas y
trabajadoras, su salud emocional y fisica, etcetera, por el otro. Pero
siempre habra numerosos casos que esten poco claros. (Que pasa,
por ejemplo, con el derecho a los matrimonios plurales? (Y con el
derecho a Ia educaci6n en el hogar? Como el enfoque no inHere
el valor de una Iibertad 0 de una capacidad a partir de las preferen cias ya existentes de las personas (pues, asi calculado, tal valor pue de distorsionarse de formas diversas), 10 que resulta realmente cru cial es la calidad del argumento y no el nurnero de personas que 10 apoyan. Pero es evidente que el enfoque dejara rnuchos asuntos en el terreno de 10 opcional, como temas que Ie compete decidir al proceso politico. Considerando las diversas areas de la vida humana en que las
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personas se mueven y actuan, este enfoque de la justicia social se pregunta: (que se necesita para que una vida este a la altura de la dignidad humana? Lo rninimo y esencial que se exige de una vida humana para que sea digna es que supere un nivel umbral mas que suficiente de diez «capacidades centrales», Dada la existencia de una concepcion ampliamente compartida de Ia que se supone que ha de ser la tarea central de un gobierno (en concreto, Ia de hacer que las personas sean capaces de llevar una vida digna y prospera por encima de unos minirnos exigibles), podemos deducir que un orden politico aceptable est a obligado a procurar a todos los ciuda danos y ciudadanas un nivel umbral de las siguientes diez capacida des centrales:
1. Vida. Poder vivir hasta el termino de una vida humana de una duraci6n normal; no morir de forma prematura 0 antes de que la propia vida se vea tan reducida que no merezca Ia pena vivirla. 2. Salud fisica. Poder mantener una buena salud, incluida Ia salud reproductiva; recibir una alimentaci6n adecuada; disponer de un lugar apropiado para vivir. 3. Integridad /isica. Poder desplazarse libremente de un lugar a otro; estar protegidos de los ataques violentos, incluidas las agresiones sexuales y la violencia domestics; disponer de oportunidades para la satisfaccion sexual y para Ia elec cion en cuestiones reproductivas. 4. Sentidos, imaginacion y pensamiento. Poder utilizar los sentidos, la imaginaci6n, el pensamiento y el razonamien to, y hacerlo de un modo «verdaderamente humano», un modo formado y cultivado por una educacion adecuada que incluya (aunque ni mucho menos este limitada a) la alfabetizaci6n y la formaci6n maternatica y cientifica basi ca. Poder usar la imaginaci6n y el pensamiento para Ia ex perirnentacion y la producci6n de obras y actos religiosos, literarios, musicales 0 de indole parecida, segun la propia eleccion, Poder usar la propia mente en condiciones pro tegidas por las garantias de la libertad de expresi6n politi ca y artistica, y por la libertad de practica religiosa. Poder
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disfrutar de experiencias placenteras y evitar el dolor no como inmuebles) y ostentar derechos de propiedad en ,I beneficioso. igualdad de condiciones con las dernas personas; tener de 5. Emociones. Poder sentir apego por cosas y personas exter recho a buscar trabajo en un plano de igualdad con los nas a nosotras y nosotros mismos; poder amar a quienes demas; estar protegidos legalmente frente a registros y de nos aman y se preocupan par nosotros, y sentir duelo por tenciones que no cuenten con la debida autorizacion judi cial. En el entorno laboral, ser capaces de trabajar como su ausencia; en general, poder amar, apenarse, sentir afio ranza, gratitud e indignacion justificada. Que no se malo seres humanos, ejerciendo la raz6n practica y manteniendo gre nuestro desarrollo emocional por culpa del miedo y la relaciones valiosas y positivas de reconocimiento mutuo ansiedad. (Defender esta capacidad significa defender, a su con otros trabajadores y trabajadoras. vez, ciertas formas de asociaci6n humana que pueden de mostrarse cruciales en el desarrollo de aquella.) Aunque esta lista ataiie a la vida humana en general, los titula res generales de sus diversos elementos proporcionan tarnbien una 6. Razon prdctica. Poder formarse una concepcion del bien y base razonable sobre la que empezar a reflexionar de forma ade reflexionar criticarnente acerca de la planificacion de la propia vida. (Esta capacidad entrafia la protecci6n de la li cuada acerca de 10 que debemos a los animales no humanos, un bertad de conciencia y de observancia religiosa.) tema que analizaremos mas a fondo en el ultimo capitulo. Las capacidades pertenecen, en primer y prioritario lugar, a las 7. Afiliacion. a) Poder vivir con y para los dernas, reconocer y mostrar in teres por otros seres humanos, participar en far personas individuales, y s610 luego, en sentido derivado, a los co lectivos. El enfoque propugna un principio segun el cual cada per mas divers as de interaccion social; ser cap aces de imaginar sona es un fin en sf misma. Estipula que el objetivo es producir ca la situacion de otro u otra. (Proteger esta capacidad impli pacidades para todas y cada una de las personas, sin usar a ninguna ca proteger instituciones que constituyen y nutren tales de elIas como medio para las capacidades de otras ni para las del formas de afiliacion, asi como proteger la libertad de reu conjunto, Este enfasis en la persona es de suma irnportancia de cara ni6n y de expresi6n politica.) b) Disponer de las bases so ala orientacion de las decisiones politicas, pues no pocas naciones ciales necesarias para que no sintamos humillacion y si res '1 :.1 han entendido la familia, por ejemplo, como una unidad homoge peto por nosotros mismos; que se nos trate como seres nea a la que apoyar desde el Estado, sin examinar ni fomentar las dignos de igual valia que los demas. Esto supone introducir capacidades de cada uno de los miembros de aquella por separado, disposiciones que combatan la discriminacion por raz6n En ocasiones, determinadas politicas de base colectiva (como, por de raza, sexo, orientacion sexual, etnia, casta, religion u origen nacional. ejemplo, las de discriminaci6n positiva) pueden constituir instru mentos eficaces en la creacion de capacidades indivicluales, pero 8. Otras especies. Poder vivir una relaci6n proxima y respe tuosa con los animales, las plantas y el mundo natural. solo as! resultan justificables. Tampoco podemos desplazar este foco de atenci6n normativo sobre el individuo hacia otros terrenos 9. Iuego. Poder reir, jugar y disfrutar de actividades recrca tivas. alegando algo tan obvio como que las personas se identifican a ve ces con colectivos que las engloban, como su grupo etnico, su Es 10. Control sabre el propio entorno. a) Politico. Poder partici l tado 0 su nacion, 0 que se enorgullecen de los logros de ese grupo. par de forma efectiva en las decisiones politicas que gobier Muchos habitantes pobres de Gujarat se identifican con los logros nan nuestra vida; tener derecho ala participaci6n politica y l generales de su estaclo en materia de desarrollo, aun cuando apenas a la protecci6n de la libertad de expresi6n y de asociaci6n. han salido ganando con ellos. EI enfoque, sin embargo, considera b) Material. Poder poseer propiedades (tanto muebles
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que cada persona es merecedora del mismo respeto y considera cion, incluso aunque las personas no siempre tengan esa opinion de sf mismas. El enfoque, por asi decirlo, no se basa en la satisfac cion de las preferencias ya existentes. Esta irreducible heterogeneidad de las «capacidades centrales» es de extraordinaria importancia. Ninguna nacion puede satisfacer la necesidad de una determinada capacidad dando a las personas una gran cantidad de otra, ni siquiera entregandoles dinero. Todas son distintivas y todas han de ser garantizadas y protegidas de ma nera igualmenn- diferenciada. Veremos mejor la traduccio-, de esta idea a la practica si pensamos en el caso de una constitucion enco mendada a la proteccion de las capacidades como derechos esen ciales de todos los ciudadanos y ciudadanas: las personas esraran facultadas a denunciar a su gobierno si la Constitucion de su pais protege la libertad religiosa y esta ha sido vulnerada, por rnucho que, en otro orden de cosas, lleven una vida confortable, esten bien alimentadas y tengan adecuadamente aseguradas todas las dermis capacidades importantes. La exigencia fundamental de mi concepcion de la justicia social es la siguiente: el respeto por la dignidad humana obliga a que los ciudadanos y las ciudadanas esten situados por encima de un urn bral minimo amplio (y especifico) de capacidad en todas y cada una de las diez areas. (AI hablar de ciudadanos y ciudadanas no pretendo negar los diversos derechos de los que tam bien deben
gozar los extranjeros residentes en situacton legal 0 ilegal: simple
mente me limito a comenzar por el caso central.)
La lista es una propuesta: puede discutirse argumentando que uno 0 mas de sus elementos no es tan crucial y, por consiguiente, deberia dejarse al arbitrio del proceso politico corriente en lugar de recibir una proteccion especial. Supongamos que alguien pregunta por que el juego y el ocio deberian ser objeto de semejante protec cion. Yo empezaria por senalarle que para muchas mujeres de todo el mundo, la «doble jornada» (el desempeno de un empleo y, ade mas, de vuelta a casa, la realizacion de todas las tareas domesticas, incluido el cuidado de los nifios y de los ancianos) es una carga aplastante que les impide el acceso a rnuchas de las otras capacida des de la lista: opoftunidades laborales, participacion politica, sa
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Iud fisica y emocional, amistades de muy variada indole, etcetera. La contribucion del juego y de la libre expansion de las capacida des imaginativas a una vida humana no es unicarnente instrumental sino que es tambien, en parte, e1emento constitutivo de una vida humana va!iosa. Esa es la clase de argumento que hay que presen tar para incluir algo en la lista. A veces, las condiciones sociales hacen que parezca imposible garantizar un nivel umbral de las diez capacidades para todos y todas: es posible que dos 0 mas de elIas resulten conflictivas entre sf. Por ejemplo, los padres pobres del estado de Vasanti tal vez crean que necesitan que sus hijos e hijas no vayan a la escuela por la propia supervivencia de todos elIos, ya que necesitan los salarios del trabajo infantil para asegurarse la existencia. En un caso asf, la pregunta natural del economista es: (que sacrificios y compensa ciones conviene hacer? Sin embargo, cuando las capacidades tie nen un valor y una importancia intrinsecos (como sucede con las diez de mi lista), la situaci6n producida cuando dos de elIas colisio nan entre si es trcigica: sigamos el camino que sigamos, sera inevita ble que obremos de forma incorrecta con alguien. El analisis coste-beneficia convencional no lIega a captar por completo esta situacion de elecci6n trcigica: la vulneraci6n de un derecho fundamentado en la justicia basica no supone s610 un cos te muy e1evado, sino tarnbien un coste cualitativamente distinto que ninguna persona tendria que soportar en una sociedad total mente justa. Sen ha explicado que esas situaciones de e1ecci6n tragica evi dencian un defecto inherente a los enfoques econornicos convencio nales, como es eI hecho de que normalmente requieran una ordena cion completa de todos los escenarios 0 estados de cosas. En los casos «tragicos», insiste el, no podemos clasificar una opci6n alter nativa por encima de la otra y, por consiguiente, toda ordenacion buena tendra que ser incornpleta. En este punto, sin embargo, exis te un cierto matiz de diferencia entre su critica y la rnia. Yo diria mas bien que no todas las situaciones «tragicas» entrafian la imposibili dad de ordenar un estado de cos as por encima de otro por enten derlo como mejor que este. Deberiamos distinguir entre la presen cia del dilema tragico (aquella elecci6n que nos aboca a obrar mal,
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tomemos la opci6n que tomernos) y la imposibilidad de una ordena cion, En ocasiones, es posible tam bien que una opci6n sea mejor que otra en una situaci6n tragica de ese tipo, aun cuando todas las opciones disponibles impliquen una vulneraci6n. (Para el heroe tra gico Eteocles, personaje de la obra de Esquilo Los siete contra Tebas, optar por matar a su hermano estuvo horriblemente mal, pero la alternativa, que suponia la destrucci6n de toda la ciudad, era a todas luces peor.) Sen esta probablemente en 10 cierto al afirmar que la exigencia de una ordenaci6n completa es un error, pero se equivoca si sostiene al mismo tiempo que todos los dilemas tragicos son casos en los que no resulta posible ninguna ordenaci6n general. Cuando nos encontramos ante una decisi6n dificil de esa clase (y asumiendo que se ha establecido correctarnente el nivel umbral de cada capacidad), debem os pensar: «Esto est a muy mal. A estas personas no se les esta dando una vida a la altura de su dignidad humana. ~Cual seria el mejor camino que seguir para obrar en pos de un futuro en el que puedan satisfacerse las exigencias de todas las capacidades?». Si la lista ha sido sabiamente elaborada y los umbrales se han fijado en niveles razonables, 10 normal es que esa pregunta tenga respuesta. Volviendo sobre el caso de la India, por ejernplo, el dilema al que se enfrentan alli los padres y las madres pobres fue resuelto por el est ado de Kerala, que implanto un pro grama pionero de horarios escalares flexibles y ofrecio tambicn una comida nutritiva de mediodia que compensaba con creces los salarios perdidos por los pequefios y las pequefias. El programa en cuesti6n ha erradicado casi por completo el analfabetismo en ese estado. Al comprobar que un estado relativamente pobre como ese era capaz de resolver el problema con ingenio y esfuerzo, el Tribunal Supremo de la India ha convertido la comida del mediodia en medida obligatoria para todas las escuelas estatales de la naci6n. Tarnbien en los paises ricos abundan esa clase de elecciones tragicas. En Estados Unidos, por ejernplo, una madre soltera pobre podria verse frecuentemente forzada a optar entre una atencion de calidad para su hijo 0 su hija y un nivel de vida digno, ya que algu nas de las condiciones legales para la percepci6n de prestaciones publicas Ie obligan a aceptar un empleo a tiempo complete aun cuando ella no disponga de ningun servicio de atenci6n infantil de
calidad al que confiar su pequefio 0 su pequefia. En Estados Uni dos, pues, muchas mujeres se yen obligadas a renunciar a oportu nidades de ernpleo para cuidar de sus hijos 0 de sus familiares ma yores; las politicas de bajas familiares 0 rnedicas, unidas a una buena provisi6n publica de servicios de atencion a la infancia 0 a la terce ra edad, podrian solucionar esa clase de dilemas. Una elecci6n tra gica muy generalizada en Estados Unidos es la que obliga a muchas personas a optar entre su tiempo de ocio y un nivel de vida digno ligado a un as prestaciones sanitarias adecuadas. De todos es sobra damente conocido que los estadounidenses trabajan mas horas a la semana que los habit antes de la mayoria de las dernas naciones ri cas, y se sabe que las relaciones familiares se resienten de ello; pero aun no hemos adquirido la medida completa de esa situaci6n «tra gica». La perspectiva de las capacidades nos ayuda a vel' mejor cual es el problema. Dicho de otro modo, cuando detectamos un conflicto tragico como los anteriormente descritos, no nos resignamos sin mas: nos preguntamos cual es la mejor intervenci6n po sible de cara a crear un futuro en el que las personas no tengan que seguir enlrenrando se a esa clase de elecci6n. Asimismo, debemos considerar el modo de acercar de inmediato a las personas al umbral de capacidad, aun cuando no podarnos conseguir que 10 superen aun, Un ejernplo: conseguir el acceso igualitario a la educacion prirnaria para todos y todas, aunque no esternos todavia en disposici6n de facilitar ese acceso a todo elmundo en el caso de la educaci6n secundaria. Las capacidades centrales se sustentan mutuarnente entre sf en multiples sentidos, Dos son, sin embargo, las que parecen desem penal' un papel arquitectonico diferenciado, pues organizan y tie nen una presencia dominante sobre las dernas. Son las de la afilia cion y la razon prdcttca. Dominan sobre las demas en el sentido de que, cuando las otras estan presentes de manera acorde can la dig nidad hurnana, esas dos estan entretejidas en ellas. Si las personas estan bien alimentadas, pero no facultadas para ejercer la razon practice ni para hacer planes sobre su salud y su nutrici6n, la situa cion no es plenamente acorde con la dignidad humana: se las esta cuidando como se cuida de los bebes y de los niiios de muy corta edad. Una buena politica en el ambito de cada una de las capacida
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Crear capacidades
des es aquella que respeta la razon practica del individuo; esta no es mas que otra forma de insistir en la importancia central de la eleccion dentro de la nocion general de la capacidad entendida como libertad. Mas obvio resulta 10 que se qui ere decir cuando se afirma que la capacidad de la razon practica organiza todas las de mas: la oportunidad de planificar la propia vida supone una opor tunidad para elegir y ordenar tambien los funcionamientos corres pondientes a las diversas capacidades restantes.
Por 10 que respecta a la afiliacion, el argumento es similar: se entiende que domina sobre las dernas capacidades, pues cuando estas estan disponibles de un modo respetuoso con la dignidad hu mana, la afiliacion forma parte de ellas (Ia persona es respetada como ser social). No seria adecuado, por ejemplo, fomentar la dis ponibilidad de opciones laborales sin considerar las relaciones en ellugar de trabajo; tampoco 10 serfa contar con form as de arencion sanitaria que desatendieran la necesidad que tienen las personas en general de proteger zonas de intimidad mediante disposiciones re feridas a la privacidad personal. La afiliacion organiza las capacida des porque la deliberacion sobre las politicas publicas es un asunto social en el que todo un conjunto de relaciones de muchos tipos y
formas (familiares, de amistad, grupales, polfticas) desempenan una
fun cion estructuradora.
Las capacidades de la lista son bastante abstractas: ~quien las
concreta mejor? La respuesta a esa pregunta se encuentra, sobre
todo, en el sistema de derecho constitucional de cada nacion (0 en
sus principios legales fundamentales si carece de una constitucion
escrita). Los paises tienen cierto margen para desarrollar esas capa.
cidades de forma diferente en funcion de sus distintas tradiciones e
historias. La comunidad mundial plantea problemas particular
mente especiales de especificacion porque no existe un gobierno
global (responsable ante el conjunto de la poblacion del planeta)
que pueda facilitar esa concrecion. Como ya hernos visto, la idea de umbral forma parte de la con
cepcion misma de esa lista de capacidades. En rni version, el enfo
que es una teo ria parcial de la justicia social: no pretende resolver
todos los problemas distributivos, sino que simplemente especifica
un minimo social bastante amplio. Proporcionar esas diez capaci
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Las capacidades centrales
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dades a todos los ciudadanos y ciudadanas es una condicion nece saria de la justicia social. Es muy posible que dicha justicia requiera aun de mas condiciones: por ejemplo, el enfoque tal y como ha sido desarrollado hasta el momento no propone compromiso alguno so bre como deberian tratarse las desigualdades que esten por debajo de ese rninimo. Muchas aproximaciones a la justicia social sostie nen que no basta con un umbral sobradamente suficiente. Algunas exigen una igualdad estricta; John Rawls subrayaba que las desi gualdades solo pueden justificarse cuando sirven para aumentar el nivel de quienes estaban en peor situacion. El enfoque de las capa cidades no pretende haber dado respuesta a esas preguntas, aun que podria abordarlas en el futuro. No obstante, 10 que si requiere el umbral es igualdad en algu nos casos. La pregunta de hasta que punto la adecuacion de la ca pacidad exige la igualdad de la capacidad tiene diffcil respuesta. Es un interrogante que solo puede responderse reflexionando deteni damente sobre cada capacidad, preguntandonos a que nos obliga el respeto a la igualdad de dignidad humana de todas las personas. Yo sostengo, por ejernplo, que el respeto a esa igualdad de digni dad humana requiere igualdades paralelas en los derechos al voto y los derechos a la libertad religiosa, y no simplemente un minimo amplio en ambos arnbitos. Cualquier sistema que asignara a las rnu jeres la mitad de los votos que asigna a los hombres seria manifies tamente irrespetuoso, como tam bien 10 seria un sistema que diera a los miembros de las religiones minoritarias cierta libertad pero no en el rnisrno grado que a los de la mayoria. (Por ejemplo, si los cris tianos pudieran santificar sus fiestas sin penalizacion porque asi esta establecido en el calendario laboral, mientras que los judios y los adventistas del septimo dia fuesen despedidos de sus empleos por negarse a trabajar en sabado, estariarnos ante un sistema con evidentes problemas de justicia.) Desde mi punto de vista, todos los derechos politicos son de tal naturaleza que su distribucion no igualitaria supone un insulto a la dignidad del desigual. Por el mis mo motivo, si algunos nifios y nifias de un pais gozan de oportuni dades educativas manifiestamente desiguales a las de otros nifios y nifias, por mucho que todos ellos superen un minimo, la suya es una situacion que parece plantear un problema de justicia basica
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Crear capacidndes
Las capacidades centrales
(como bien argumento el juez Thurgood Marshall en una famosa sentencia sobre las escuelas publicas de Texas). Es posible, pues, que la adecuacion requiera la igualdad 0 algo muy proximo a esta. Pero tam bien es muy posible que ese mismo principio no sea aplicable a los derechos relacionados con el ambito de las condicio nes materiales. Puede que baste, por ejemplo, con disponer de una vivienda digna y suficicnternente amplia: no est claro que la digni dad humana exija que todo el mundo tenga exactamente el mismo tipo de domicilio. Postular algo asi podria redundar en una especie de fetichismo excesivo de las posesiones materiales. Toda esta cues ti6n debe ser investigada mas a fondo todavia, Fijar el umbral con precision es competencia de cada nacion y, dentro de ciertos limites, es razonable que los paises aborden esa tarea de formas y modos distintos, con arreglo a la historia y las tra diciones de cada uno de ellos. Habra cuestiones e interrogantes que, ineludiblemente, seguiran siendo muy dificiles: en esos casos, el enfoque de las capacidades nos indica que es 10 que debemos con siderar relevante 0 destacado, pero no nos dicta una asignacion de finitiva de pesos ni una decision nitida e inconfundible. (El enfoquc no fija los contornos de un derecho al aborto, por poner un ejernplo, aunque SI nos dice en que pensar 0 rellcxionar a la hora de debatir tan divisiva cuestion.) Asi pues, incluso en el nivel de la fijacion del umbra!' el proceso politico corriente de una democracia funcional y opcrativa desempefia un papel tan legitime como irrenunciable. Otra cuestion planteada por esta idea del umbral es la del uto pismo. Situandonos en un extremo, podriamos especificar un urn bral tan elevado que ninguna nacion pudiera cubrirlo en las actua les condiciones mundiales. Los conflictos «tragicos» proliferarian por doquier y ni el ingenio ni el esfuerzo lograrian resolverlos. En el extremo opuesto, encontramos la falta de arnbicion: podriarnos fijar un umbral tan bajo que resultara facil de cumplir, pero que fuera inferior a 10 que la dignidad humana mas elemental parece requerir. La tarea que tiene ante si el poder constituyente (0, mas frecuentemente, los tribunales que interpretan una constitucion abstracta y los legisladores que proponen codigos y leyes) es la de seleccionar un nivcl con aspiraciones pero no ut6pico, que desafie a la nacion para que de muestras de su ingenio y sepa mejorar,
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Muchas son las preguntas que quedan aun en el tintero a pro posito de como conseguir algo asf. POl' ejernplo, ~deberia ser el mismo umbral para todas las naciones a pesar de que est as cuentan de partida con recursos economicos muy diferentes? Responder que no podria parecer una falta de respeto hacia muchas personas a quienes, por pura casualidad, les ha tocado nacer en una nacion mas pobre; responder afirrnativamente, sin embargo, obligaria a los paises a cumplir con algunas de sus obligaciones (al menos en parte) mediante una redistribucion de recursos entre naciones ricas y pobres. Podria ser, ademas, una medida excesivamente dictato rial, pues negaria a los paises el derecho a concretar su propia situa cion con una cierta independencia, en fun cion de sus historias y sus contextos respectivos. EI enfoque de las capacidades se ha visto enriquecido recicntc mente con un importante libra, Disadvantage, de Jonathan Wolff y Avner De-Shalit. Adem-is de aportar ideas que sustentan la lista de las diez capacidadcs centrales aqui descriias y de desarrollar argu mentos de peso a favor del reconocimiento de la existencia de bie nes irreduciblernente heterogeneos, Wolff y De-Shalit introducen algunos conceptos novedosos que mejoran el aparato teo rico del enfcque de las capacidades, El primero es el de la seguridad de fa capacidad. Ellos sostienen de forma bastante convincente que las politicas publicas no deben limitarse a proporcionar U1Hl capacidad a las personas, sino que dcbcn facilitarsela de tal modo que estas puedan contar con ella de cara al futuro. Consideremos el caso de Vasanti: cuando recibio un prestamo de sus herrnanos, pudo con tar con un nuevo abanico de capacidadcs sanitarias y laborales, pero estas no cstaban aseguradas, ya que sus herman os poclian re clamarle el dinero 0 echarla de su cas a en cualquier momento. El prestarno de la SEWA sf Ie proporciono esa seguridad: mientras ella continuara trabajando de forma regular, podria atencler a los pagos e, incluso, acumular algunos ahorros. Wolff y De-Shalit han trabajado en sus paises respectivos (Gran Bretaiia e Israel) con colectivos de nuevos inmigrantes y han descu bierto que la seguridad ace rca del futuro es de vital importancia en cuanto ala posibilidad real que esas personas tienen de usar y disfru tar de todas las capacidades de la lista. (Notese que la sensacion de
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Crear capacidades
seguridad es uno de los aspectos de la capacidad de la «salud emo cional». Estos autores se refieren, sin embargo, tanto a las emociones como a las expectativas razonables: la seguridad de la cap acid ad es un asunto objetivo y no quedaria satisfecha si el Estado se limitara a hacer creer a la gente que esta segura cuando en realidad no 10 esta.) Esta perspectiva relacionada con la seguridad implica que debemos preguntarnos hasta que punto esta protegida cada capacidad de los caprichos y tumbos del mercado 0 de la fuerza politica de los intere ses poderosos. Una de las vias a traves de las que las naciones suelen promover la seguridad de la capacidad es mediante la implantacion de una constitucion escrita que no pueda ser enmendada salvo por un laborioso proceso que requiera de rnayorias cualificadas. Pero las constituciones no se hacen valer por sf mismas y solo contribuyen a la seguridad cuando existe una adecuada accesibilidad a los tribuna les y una confianza iustificada en la conducta de los jueces. Pensar en la seguridad de las capacidades nos lleva a pensar rarnbien en el procedimiento y la estructura politicos. ~Que forma de organizacion politica es mas favorable a la prornocion de la se guridad? ~De cuanto poder deberfan disponer los tribunales de justicia y como deberia articularse su funci6n? ~Como deberfan organizarse los legislativos, que procedimientos de votacion debe dan adoptar y como podria limitarse el poder de perturbacion del proceso politico del que hacen gala los grupos de interes y los lob bies? ~Que papel corresponde a los organismos de la administra ci6n publica y al conocimiento experto en la promoci6n de las ca pacidades de los ciudadanos y las ciudadanas? Volveremos sobre estas cuestiones -insuficientemente exploradas todavfa en el enfo que de las capacidades- en el ultimo capitulo, Wolff y De-Shalit introducen dos conceptos mas de gran inte res; los de /uncionamiento [enil y desuentaja corrosiua. Un funcio namiento Iertil es aquel que tiende a favorecer tambien a otras ca pacidades relacionadas. (Aqui no distinguen tan claramente como podrian entre funcionamiento y capacidad y me temo que la alite racion ha sustituido a la claridad teorica.) Argumentan de manera convincente que la afiliacion es un funcionamiento fertil, pues apo ya la formaci6n de capacidades en multiples ambitos. (~Se refieren en realidad al funcionamiento asociado a la afiliacion 0 es, mas
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Las capacidades centrales
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bien, la capacidad de formar afiliaciones la que tiene ese buen dec to? Esto no queda suficientemente claro en su analisis.) Hay fun cionamientos fertiles de muchos tipos y los funcionamientos (0 las capacidades) que son realmente fertiles pueden variar de un con texto a otro. En el relate de Vasanti, por ejemplo, podemos apre ciar que el acceso al credito es una capacidad fertil, pues el presta mo le perrnitio proteger su propia integridad fisica (no volviendo
con un marido que abusaba de ella), disponer de opciones de em
pleo, participar en polltica, tener una sensacion de bienestar erno
cion al, formar afiliaciones valiosas y sentir mas respeto por sf mis
ma. En otros contextos, tambien la educaci6n desempena una
funcion Iertil, pues abre opciones de muchas clases. La propiedad
de tierras puede ejercer un papel fertil en ocasiones, ya que protege
a una mujer frente a la violencia domestica, le facilita opciones de salida y, en general, mejora su estatus. Las desventajas corrosivas son el reverso negativo de la moneda de las capacidades fertiles: constituyen privaciones que tienen efectos especialmente amplios en otras areas de la vida. En la historia de Vasanti, e1 sometimiento a la violencia domestica era una desventaja corrosiva: esa ausencia de protecci6n de su integridad fisica ponia en peligro su salud, su bienestar emocional, sus afiliaeiones, su raciocinio practico y, sin duda alguna, otras capaeidades. Investigar posibles capacidades/funcionamientos fertiles y des ventajas corrosivas ayuda a detectar puntos donde pueden interve nir mas adecuadamente las polfticas publicas. Cada capacidad tie ne importancia por SI misma y rodos los ciudadanos y las ciudadanas deberian ser aupados por encima de los umbrales de las diez capa cidades, sin excepci6n. Es posible, sin embargo, que algunas de estas reciban justamente cierta prioridad; uno de los motivos para asignarles tal precedencia seria, precisamente, la fertilidad de la ca pacidad en cuesti6n 0 su tendencia a eliminar una desventaja co rrosiva determinada. Esta idea nos ayuda a reflexionar en torno a las llamadas elecciones tnigicas, pues, a menudo, la mejor manera de preparar un futuro libre de tales «tragedias» consistira en selec cionar un funcionamiento especialmente fertil y en dedicarle los escasos recursos de que disponemos.
Capitulo
tV
UNA «CONTRATEORIA» NECESARIA
La economia del desarrollo no es solo una disciplina academi ca: tambien tiene una influencia de gran alcance en nuestro mun
do. Las teorias imperantes sobre el terreno influyen en las decisio nes de los dirigentes politicos y de los disefiadores de politicas, ya sea directamente (a traves de la propia apreciacion que esas perso nas hacen de dichas teorias) 0 indirectarnente (a traves del asesora mien to que reciben de sus econornistas y de organizaciones inter nacionales como el FMI y el Banco Mundial). Aunque las teorias dominantes en el campo de la economia del desarrollo ejercen una influencia particularmente intensa en las naciones mas pobres, que dependen especialmente de las politicas del Banco Mundial y del FMI, tarnbien influyen en las vidas de las personas de todos los
paises en general. En realidad, encarnan unos modos de pensar a los que se recurre cuando las naciones pretenden mejorar su cali
dad de vida 0 se afanan par afirrnar que ya 1a han mejorado. Sin embargo, hoy en dia, se tiene ya a nivel internacional cierta sensa cion de que es necesario enfrentarse a esos model as dominantes.
De hecho, Francia -una nacion muy rica- lanzo una influyente
iniciativa de replantcamienro de la medici6n de la calidad de vida (rnuy influida por el enfoque de las capacidades) que se dada en conocer C01110 la Comisi6n Sarkozy, y muchos de los datos ernplea dos en el analisis de esta comision provienen de las naciones mas
ricas. Cuando analizarnos teorias del desarrollo, pucs, analizamos
algo que las personas de todos los paises se esiuerzan por alcanzar:
una calidad de vida digna.
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Crear capacidades Una «contrateorfa» necesaria
EL ENFOQUE DEL
PIB
Durante muchos afios, el modelo reinante en la economia del desarrollo media el progreso de un pais fijandose en su crecimiento economico tal como este se reflejaba en su PIB per capita. Este enfoque tenia sus ventajas: el PIB es relativamente facil de medir, ya que el valor monetario de los bienes y los servicios posibilita la
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tender que las clasificaciones nacionales generadas par el Indice de Desarrollo Humano (lDH), que toman en consideracion factores como la educacion y la longevidad, no son las mismas que las gene radas cuando solo se mide el PIB medio por habitante: Estados Unidos, por ejemplo, pasa de la primera posicion en cuanto al PIB ala decimosegunda en cuanto al IDH, y su puesto es aun mas bajo en otras capacidades concretas. En la decada de 1980, sin embargo, estos eran datos aun desconocidos, por 10 que la teoria del PIB parecia mas convincente entonces de 10 que jarnas podria parecerlo ahora como rnetodo de medicion de la calidad de vida relativa (convincente incluso para personas que se preocupaban de verdad por las condiciones de la poblacion pobre y por la calidad de la sanidad y la educacion). El de desarrollo es un concepto normativo. Significa (0 deberia significar) que las cosas estan mejorando. Asi que, clasificando a las naciones en funcion de su PIB per capita, venia a sugerirse que las situadas en los primeros puestos estaban haciendo mas y mejor por sus habitantes: que allf las vidas humanas estaban mejorando. A veces, esa suposicion implicita se hacia explicita: el PIB medio por habit ante se tomaba como un indicador de la calidad de vida de un pais. A estas alturas, es probable que ustedes sean ya muy conscientes de los problemas que conlleva esa forma de examinar las naciones y las regiones, pero no estara de mas que los detalle mos un poco. Para empezar, incluso en el caso de que estuvierarnos decididos a medir la calidad de vida en terminos estrictarnente monetarios y a utilizar un unico promedio nurnerico en vez de fijarnos en indica dores distributivos, no esta ni mucho menos tan claro que el PIB per capita sea la nocion mas interesante que podamos considerar. Como bien se sugiere en el informe de la Comisi6n Sarkozy, la ren ta familiar media real parece un pararnetro mas pertinente para conocer el autentico nivel de vida de las personas, y el incremento del PIB no tiene una correlacion muy elevada con el incremento en la renta familiar media, sobre todo, en un mundo globalizado, don de los inversores extranjeros pueden repatriar beneficios sin que estos contribuyan al poder adquisitivo de los ciudadanos y las ciu dadanas de un pais. Adernas, tratandose de una medida bruta y no
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Crear capacidadcs
neta, el PIB no recoge la depreciacion de los bienes de capital. Como minimo, pues, los usuarios del PIB deberian admitir que hay otros indicadores nacionales tambien significativos y que, en con creto, conviene tener en cuenta la perspectiva que tom a el hogar familiar como unidad de observacion de las mediciones. Ahora bien, en cuanto admitimos que esto es asf (como tarnbien argumen ta la Cornision Sarkozy), tenemos razones de peso para ir mucho mas alla, reconociendo, por ejernplo, que tarnbien deberiamos in cluir el valor del trabajo que se realiza en los hogares fuera del mercado laboral, ya que ese trabajo domestico es un sustituto de los bienes y los servicios que, de no existir aquel, tendrian que ad quirirse en el mercado. Pero ese valor no queda recogido ni siquie ra en los actuales indicadores de la renta familiar media. El PIB es objeto de objeciones crecientes incluso en el nivel econornico mas simple y no parece que exista ningun indicador sen cillo y unico que pueda ser un sustituto inmediato de aquel. En segundo lugar, el enfoque del PIB y todos los dernas enfo ques similares basados en un promedio nacional no prestan aten cion a la distribucion y pueden otorgar notas altas a paises que contienen enormes desigualdades, dando con ello a entender que es tos van por buen camino. La Sudafrica del apartheid, pese a sus inmensas desigualdades, solia situarse ala cabeza de la lista de pai scs en vias de desarrollo: contaba con recursos y activos mas que suficientes, y si se clividia su riqueza por el nurnero de habitantes del pais, se obtenia un cociente elevado, pues el volumen global es alto. Evidentemente, ese cociente no nos indicaba donde se locali zaba esa riqueza, ni quienes la controlaban, ni que les ocurria a quienes no la poseian. El enfoque del PIB no solo no recoge informacion sobre la ca lidud de vida de las personas pobres, sino que tampoco se formula una pregunta que el ejernplo de la propia Sudafrica sugiere muy a las claras: ~hay grupos dentro de la poblacion nacional -ya sean raciales, religiosos, etnicos 0 de genero- que esten particularmen te sometidos a situaciones de marginacion y privacion? En tercer lugar, el enfoque del PIB agrega divers as partes com poncntes de la vida humana, sugiriendo con ello que un unico nu mere bastara para decirnos todo 10 que necesitamos saber sobre la
Una «cont ratcoria» ncccsaria
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cali dad de las vidas de las personas, cuando, en realidad, este no nos proporciona buena informacion. Hace pasar por una especie de embudo unificador aspectos de la vida humana que, no solo son diferenciados, sino que estan escasamente correlacionados entre sf: salud, longevidad, educacion, seguridad Hsica, derechos y accesibi lidad politicos, calidad medioambiental, oportunidades de cmpleo, ocio y otros mas. Aun si todos los ciudadanos y las ciudadanas de Sudafrica contaran realmente en su haber con la cantidad de rique za reflejada en la cifra promedio del PIB, este numero no nos elida que talles esta yendo en esos diversos arnbitos. Dos paises con un similar PIB medio por habit ante pueden dilerir radical mente en cuanto a la cali dad de sus sistemas sanitarios, 0 la de su educacion publica, 0 en cuanto a sus libertades y derechos politicos. (De alii que el modelo del PIB haya alentado en ocasiones ciertos elogios acriticos hacia China: las cosas deben de ir muy bien alli cuando el crecimiento economico es tan robusto, dicen algunos.) Obviarnen te, tales diferencias suelen verse acentuadas pol' las discrepancias de poder antes mencionadas: aun suponiendo que las rnayorias y las minorias disponen de igual riqueza e igual renta (10 que normal mente no es el caso), pueden tener niveles muy desiguales de liber tad religiosa, acceso politico 0 seguridad frente a la violencia. Al no destacar como se rnerecen la cucstion de la distribucion, la irnportancia de la libenad politica, la posible subordmaci6n de las minorias 0 los diversos aspectos de la vida a los que cabe prcstar atencion por separado, el enfoque del PIB dcsvia nuestra atencion de tan urgentes asuntos sugiriendo simplemente que, cuando una nacion ha mejorado su PIB per capita, es sefial de que se est.i «de sarro11ando» bien. Incluso suponiendo que el PIB sea una buena medida aproxi rnada de otras capacidades, no dejara de ser m
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Crear cupucidades Una «contruteoria» necesaria
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EL ENFOQUE UTILITARISTA
Un puesto por encima del PIB en la escala de la adecuaci6n se situa otro enfoque econ6mico cormin que mide la calidad de vida en una naci6n fijandose en la uttlidad total 0 media de esta, enten diendo por utilidad la satisfacci6n de preferencias. (Este enfoque tiene sus origenes en la filosoffa politica, yen el capitulo 4 conside rare mas a fondo su versi6n filos6fica.) El enfoque utilitarista tiene la virtud de interesarse por las personas: mide la calidad de vida en funci6n de las impresiones manifestadas por esas personas acerca de sus existencias concretas. Y tiene tarnbien otro gran merito pro clamado por Jeremy Bentham, el fundador del utilitarismo: «Cada uno cuenta como uno y no mas de uno». Eso signifies que la satis facci6n de la persona A cuenta igual que la satisfacci6n de la perso na B, aunque A sea un campesino y B un rey. A cada una de esas personas [e corresponde un voto y nada mas que un voto. Asi que la teo ria es bastante democratica en potencia, e incluso (planteada en contextos hist6ricos de jerarquizaci6n social arraigada) radical. Y esa era exactamente la intenci6n Con la que la expuso eI propio Bentham. Quienes menosprecian el utilitarismo tachandolo de in sensible 0 de estar aliado con los grandes intereses empresariales suelen olvidar err6neamente la radicalidad de los origenes y los compromisos de esa filosofta. Ahora bien, las intenciones no 10 son todo. El enfoque utilira.
rista entendido como indicador de la calidad de vida en una naci6n
presenta cuatro problemas que 10 hacen rnenos democrarico de 10
que parece y 10 convierten en una guia engafiosa de cara a la elabo
raci6n de politicas publicas. En primer lugar, al igual que el enfoque del PIB, agrega vidas. Incluso aunque tome como referencia las satisfacciones mas que la riqueza y, de ese modo, a diferencia del enfoque del PIB, no ignore por completo a la persona pobre que puede carecer de riqueza al guna, termina por evidenciar un problema similar. Un pais puede obtener un promedio 0 un total de utilidad muy elevado si a mu chos de sus habitantes les va bastante bien, aunque un as pocas per sonas situadas en el fondo de la escala social esten sufriendo consi derablemente. De hecho, el enfoque justifies incluso que se inflija
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sernejante vida de miseria y sufrimiento a una clase marginada, siempre y cuando dicha estrategia sirva para acrecentar el nivel de satisfacci6n media. Y si la esclavitud y la tortura est an descartadas bajo este enfoque (suponiendo que realmente 10 esten), es unica mente en virtud de la supuesta ineficiencia de ambas practicas que se alega en ciertos argumentos empiricos no muy claros. En segundo lugar, y como tarnbien hace el enfoque del PIB, el utilitarismo agrega los diversos componentes de cada una de esas vidas en un solo concepto. El terrnino «satisfacci6n», como el de «placer» (el otro terrnino que los utilitaristas tienden a ernplear como medida multiuse), sugiere unicidad y conmensurabilidad alli donde la vida real evoca diversidad e inconmensurabilidad. Pense mos, si no, en la satisfacci6n que sentimos cuando ingerimos una buena comida. (C6mo podemos comparar algo asf con el placer 0 la satisfacci6n que obtenemos ayudando a un amigo que nos nece sita, 0 criando a un nino, 0 escuchando una desgarradora pero pro funda pieza musical? (POl' d6nde ernpezariamos siquiera a con mensural' el placer de escuchar la Decima Sinfonia de Mahler con el de comernos un helado de cucurucho? S610 la idea parece ya ri dicula de por sf. Normalmente, no hacemos tales cornparaciones: pensamos que la vida humana contiene placeres (0 satisfacciones) de muy diferentes clases. Si nos preguntaran «(C6mo est a de satis fecho con su vida?» (el tipo de pregunta que tan aficionados son a formular los cientificos sociales utilitaristas), nos sentiriarnos cier tamente inclinados a responder algo como: «Bueno, mi salud es genial, mi trabajo va bien, pero una de mis amigas esta enferma y eso me tiene muy preocupada». Los cientfficos sociales utilitaristas, no obstante, no permiten un tipo normal de respuesta hurnana compleja como esa. Confeccionan encuestas disefiadas para que arrojen como resultado una unica escala y quienes las responden tienen que elegir un unico nurnero. El hecho de que haya tantos individuos que responden a esa pregunta de todos modos no es evidencia alguna de que coincidan con quien la formula en la pre misa de que todas las satisfacciones son conmensurables en una unica escala. Si algo nos muestra esa reacci6n de los encuestados y las encuestadas, es una caracterfstica que ya conocemos: que las personas somos deferentes con la autoridad. Si una persona en una
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Crear capacidades
posicion de autoridad ha formulado el cuestionario de cierto modo, nosotros 10 aceptamos como esta, aunque nos parezca bastante burdo. A fin de cuentas, quienes no responden porque estan en desacuerdo con como se ha planteado la pregunta no cuentan en el resultado final. En resumidas cuentas, el enfoque utilitarista parece interesarse pOl' las personas, pero, en el fondo, estas no le importan tanto como la obtencion de un indicador unico que ignora y borra buena parte de 10 que las personas hacen para buscar y encontrar valor en sus vidas. Bentham no era alguien deliberadamente insensible 0 grose ro, pero sf un hombre con una imaginaci6n limitada, Como su alum no John Stuart Mill dijo en el gran ensayo que dedico a su maestro, Bentham, «no tenia simpatia por muchos de los sentimientos mas naturales y mas fuertes de la naturaleza humana; era totalmente ajeno a muchas de sus experiencias mas importantes; y la facultad por la cual una mente entiende a otra diferente [.. .J Ie fue negada por su falta de Imaginacion», ,', Bentham, Mill y muchos economistas utilitaristas conternpora neos (como, pOI' ejernplo, Gary Becker) equiparan la utilidad con una especie de estado psicologico real, como el placer 0 la satisfac cion, que puede ser identificado independientemente de cualquier clecci6n y que, de hecho, se supone que subyace a las elecciones. Hay otra forma de utilitarismo para la que las preferencias se revel an prccisamcnte a traves de las elecciones. Entre esas dos posturas del ambito de la economia existe una serie de cornplejos debates tecni cos que no podemos reconstruir aqui. Uno de los logros mas imp 01' tantes de Sen en la econornia, sin embargo, ha sido mostrar que hay dificultades insalvables con el enfoque de las preferencias reveladas. En «Internal Consistency of Choice», demuestra que las preferen cias asi deducidas no obedecen siquiera a axiomas basicos de la ra cionalidad como el de la transitividad. (Si A es preferible a B, y B es preferible a C, la transitividad nos dice que A es preferible a C.) POl' ese motivo, yo circunscribire aqui mi critica a la que entiendo que es la version mas fuerte del utilitarismo de las preferencias. .', Cita cn castcllano ramada de John Stuart Mill, Bentham, ed. de Carlos Mellizo, Madrid, Tecnos, 1993, pag. 38, (N. del t.)
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Es posible imaginal' una respuesta desde el enfoque utilitarista a rni primera y mi segunda criticas: a la primera, adoptando una concepci6n separada de minimo social; a la scgunda, admitiendo que la utilidad tiene dimensiones plurales. John Stuart Mill etcctuo esta segunda correcci6n proponiendo distinciones cualitativas den tro del ambito de la utilidad. En su importante articulo titulado «Plural Utility», Sen sigue ese camino sefialado por Mill. Y, por otra parte, Mill cuando menos comenz6 a dar una respuesta a la primera objecion garantizando una posicion segura para los dere chos politicos, situados asf fuera de la orbita del c.ilculo utilitarista. Hay una tercera objecion, sin embargo, que penetra mas a fon do en la critica al estandar basado en la utilidad y que nos obliga a renunciar a el por complete. Esta objeci6n, popularizada por Sen y Jon Elster, se centra en la maleabilidad social de las preferencias y las satisfacciones. Las preferencias no son innatas y perennes: res ponden a las condiciones socialcs. Cuando la socicdad ha puesto ciertas cosas fuera del alcance de algunas personas, estas normal mente aprenden a no querer tales cosas; forman 10 que Elster y Sen lIaman prejerencias adaptatiuas. A veces, la adaptacion se produce incluso despucs de que la persona quisieru inicialmente esa cosa: el titulo mismo dellibro de Elster, Uvas ainargas, se inspira en la fa bula de la zorra que dice que las uvas esran verdes desde el momen to en que se Ja cuenta de que no puede llcgar a ellas. En ocasiones, sin embargo, las personas aprenden desde el principio a no quercr esos bienes porque estan situados fuera de los limites alcanzables pOl' los individuos de su genero, su raza 0 su clase. Las mujeres educadas conforme a un modelo de la mujer corrccta, entendida como aquella que no trabaja fuera de casa 0 que no se escolariza mas alla de la infancia, no suelen desarrollar el deseo de hacer cosas asi y, por consiguiente, pueden declararse satisfcchas con su estado, aun cuando se les haya negado oportunidacles que habrfan disfru tado aprovechandolas en su beneficio. Otros grupos marginados tambien tienden a interiorizar su categoria de ciudadanos 0 ciuda danas de segunda clase. Al definir el objetivo social en terrninos de la satisfacci6n de preferencias reales actuales, los enfoques utilita ristas suelen reforzar el statu quo, que puede ser, a su vcz, muy in justo.
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Los trabajos de Sen sobre las preferencias adaptativas se cen tran precisamente en esas adaptaciones a 10 largo de la vida. Sen muestra que, inc1uso en el nivel de la salud fisica, las expectativas y las percepciones subjetivas de buen 0 mal estatus que expresan las personas son ref1ejo de otras expectativas de indole social. Al com parar los historiales medicos de personas viudas en Bengala, descu brio que los de los viudos estaban llenos de quejas: despues de todo, estos habian perdido a la persona que atendia todas sus nece sidades personales. POI'su parte, las viudas -a quienes en realidad les iba bastanre peor segun una evaluacion medica independien te- presentaban pocas quejas: no es de extrafiar, pues la sociedad les decia que no ten fan derecho a seguir existiendo tras la muerte de sus maridos. Esos problemas quedan nftidamente resaltados en la vida de Vasanti, ya que ella jarnas habria dec1arado insatisfacci6n alguna con su analfabetismo 0 con su aislamiento de la participaci6n poll tica antes de que su concienciadora experiencia con el grupo de la SEWA le rnostrara la importancia de esas capacidades y la animara a concebirse a sf misma como una persona de igual valfa que las demas, Aunque nunca lleg6 a adaptarse a la violencia domestica, sf que se ajusto a una vida que careda de algunas de las capacidades centrales de la lista... hasta que la nueva situacion la condujo a apreciar el valor de estas. Existe tarnbien una cuarta y ultima obiecion no rnenos contun
dente: el enfo que utilitarista que he descrito se centra en la satis
faccion como objetivo. Esta se entiende habitualmente como un
estado 0 una condicio» de la persona que es resultado de una acti
vidad, pero que no constituye en sf misma una forma de actividad
y que, de hecho, puede inc1uso conseguirse sin que medien actos
relacionados. POI' ejernplo, una persona puede sentirse satisfecha
por un trabajo bien hecho aunque no haya realizado nada del mis mo y la hayan inducido a creer que sf 10 ha hecho. El filosofo Ro bert Nozick explic6 graficamente esta posibilidad imaginandose una «maquina de experiencias» a la que pudieramos conectarnos para tener la fals a ilusion de estar amando, trabajando 0 comiendo, y que nos permitiera tener las experiencias de satisfacci6n asociadas a tales actividades aunque, en realidad, no estuvierarnn, haciendo
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nada de eso en absoluto. La mayoria de las personas, apuesta No zick, no optarian por la mencionada maquina de experiencias, sino que preferirian una vida de elecciones y actividades propias, aun sabiendo de antemano que muchas de esas actividades les depa rarian frustraciones. Y la mayoria de sus lectores y lectoras coinci den con el. En definitiva, el enfoque utilitarista infravalora la libertad. Esta puede ser valorada como un medio para la obtencion de satistac cion y, en ese aspecto, podemos coincidir los utilitaristas y los teo ricos de las capacidades, puesto que tambien nosotros subrayamos la importancia instrumental de la libertad. Pero la libertad de elegir y actual' es un fin adernas de un medio, y ese es el aspecto que la postura utilitarista convencional no puede captar, La cuesti6n de la libertad de eleccion y la agencia ocupan un lugar preponderante en el contexto de vidas como la de Vasanti. Las mujeres suelen ser tratadas como personas dependientes pasi vas, criaturas de las que hay que cuidar (0 no), mas que como seres humanos independientes merecedores de respeto por sus decisio nes. POl' decirlo de otro modo, tienden a ser infantilizadas. Noso tros pensamos que, dentro de unos limites, la satisfaccion es un objetivo apropiado en el caso de las nifias y los nifios de corta edad, aun cuando tam bien queremos que traten de iniciar su actividad bastante pronto, par mucho que esta les reporte alguna que otra frustraci6n. Pero, desde luego, ningun estado pasivo de satisfac cion es un objetivo apropiado para los seres humanos adultos. Existe una gran diferencia entre una politica publica orientada a cuidar de las personas y otra que pretenda respetar y proteger la libertad de eleccion. Inc1uso en el ambito de la nutricion, donde inicialmente cabria pensar que la satisfacci6n es 10 unico que nos interesa, podemos vel' que una politica que se limite a suministrar comida a las personas en vez de darles la posibilidad de elegir en materia de alimentacion sera insuficientemente respetuosa con la libertad de estas. Esta no deja de ser, en el fondo, una version mas del argumento de que la razon practica domina sobre todos los dernas objetivos porque hace que la busqueda de la consecucion de estos este a la altura de 10 que dicta la dignidad humana.
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Crear capacidadcs
ENFOQUES BASADOS EN LOS RECURSOS
Una alternativa popular al enfoque utilitarista es la constiiuida por un grupo de enfoques que insta a una asignacion igualitaria (0 mas adecuada desde el punto de vista distributive) de los recursos basicos, entendiendo que la riqueza y la renta son recursos multiu so de esa clase. Arnartya Sen critica a menudo tales enfoques y se centra, concretamente, en la teoria de los «bienes primarios» ex puesta por John Rawls en su Teoria de la justicia. De todos rnodos, y dado que, para Rawls, los bienes primarios son solo un elemento mas de una teoria general sumamente compleja, tal vez sea mejor no evocar sus tesis y considerar en su lugar una propuesta mas sim ple, como la que vcndria a decir que un pais es mejor para sus ciu dadanos y ciudadanas cuantos mas recursos tiene, siempre y cuaudo los diuida igualitariamente (0 con la igualdad sujiaente) entre todos sus hahitantes. Llamemos a tal propuesta «entoque basado en los recursos». Este enfoque vendria a ser una version igualitarista del enfoque del PIB. Este programa tendria la virtud de preocuparse mucho porIa distribuci6n. Ahora bien, tarnbien toparia con formidables obje ciones. Para empezar, la renta y la riqueza no son buenos indicado res representatives de 10 que las personas son realrnente capaces de hacer y de SCI'. Cada individuo tiene necesidades diferentes de re cursos para alcanzar un nive! similar de funcionamiento, y tam bien tiene facultades y aptitudes distintas para convertir recursos en funcionamientos. Algunas de las diferencias relevantes son de ca racter ffsico: un nino necesita mas proteinas que un adulto para un hmcionamiento fisico saludable, y una mujer embarazada 0 lactan te precisa de mas nutrientes que una que no este en estado. Ningu na politica publica sensata daria iguales recursos relacionados con la nutricion a todas las personas, sino que, pOl' ejcmplo, dedicarfa mas a las necesidades proteinicas de los nifios, ya que el objetivo sensate de esa clase de politicas no se encierra solamente en el re parte equitativo de dinero, sino en facilitar a las personas la capaci dad de funcionar. EI dinero no es mas que un instrumento, Ademas, algunas de las diferencias relevantes son creadas por desigualdades sociales persistentes y, en esc punto, el enfoque ba-
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sado en los recursos -como los enfoques previarnente considera dos- demuestra ser un aliado del statu quo. Para situar a las muje res y a los hombres en una posicion similar con respccto a las oportunidades educativas en una sociedad que devalua fuertemen te la educacion femenina, tendremos que gas tar mas en esta ultima que en la masculina. Si queremos que las personas con discapacida des fisicas sean capaces de desplazarse en una sociedad igual de bien que las personas «norm ales», necesitarernos dedicarles dinero adicional, adaptando los edificios mediante la construccion de ram pas, 0 introduciendo plataforrnas elevadoras en los autobuses, en tre otras medidas. Uno y otro caso son similares: la razon por la que se precisa de un gasto extraordinario es que la sociedad en cuestion ha obrado de manera injusta en el pasado, construyendo un enter no social que ha marginado a ciertas personas. Pero ese gasto puc de estar justificado incluso aunque no tenga una finalidad compen satoria, si bien, en ese caso, el argumento justificador es un tanto diferente: tal vez sea mas caro educar a un nino nacido con sindro me de Down que a otros nifios y nifias, pero una sociedad compro metida con el fin de educar a todos sus ciudadanos y ciudadanas no deberia rehuir ese desembolso. Lo importante para los fines que aqui perseguimos es que, ni en uno ni en otro caso, nos dice el en foque basado en los recursos 10 suficiente acerca de que tal les esta yendo real mente a las personas. Podria incluso otorgar puntuacio nes clevadas a una nacion que ignore las protestas de grupos mar ginados 0 subordinados. La renta y la riqueza no son indicadores representatives ade cuados de la capacidad para funcionar en much as areas. Son, segu ramente, mcdidas especialmente mal aproximadas del respeto so cial, la inclusion y la no humillacion. Las sociedades contiencn habitualmente grupos que son razonablemente ricos, pero que se encuentran excluidos socialmente: era el caso de los judios en la Europa de los siglos xvtu y XIX, 0 el de los gais y las lesbian as en el Estados Unidos del siglo xx. Aunque igualaramos la riqueza y 1a renta por completo para todos los individuos, no nos librariamos del cstigma ni de la discriminacion. Hay, por otra parte, algunos bienes que puedcn estar total 0 practicamerue auscntes en una socicdad en la que la riqueza y la
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renta sean razonablemente altas y esten distribuidas de forma bas tante igualitaria. Una sociedad as! podria seguir careciendo igual mente de libertad religiosa, 0 de libertad de expresion yasociaci6n. sus miembros podrian disfrurar de esas libertades, pero no del acceso a un medio ambiente razonablemente poco contaminado. EI PIB per capita, aun en el caso de que este distribuido de forma igualitaria, no es un buen indicador de la existencia de esos otros importantes bienes, Si creemos que todas esas cosas tienen impor tancia, nos interesara que las politicas publicas se centren en cada una de ellas, en vez de sugerir que todas eHas quedan satisfechas si nos centramos exclusivamente en la renta y la riqueza.
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LAS CAPACIDADES Y LA CUESTION DE LA MEDICION
De todas estas objeciones nacio la idea de que las preguntas que en realidad debemos hacernos son: ~que son las personas real mente capaces de hacer y de ser? y ~cuales son las oportunidades reales que la sociedad les ha dado para actuar y para elegir? EI en foque en cualquiera de sus formas -tanto la de la teorfa compara tiva de la calidad de vida empleada por Sen y por los economistas del desarrollo influidos pOl' el, como la de la teorfa de la justicia minimamente exigible que yo he desarroHado- recalca la hetero geneidad y la inconmensurabilidad de todas las oportunidades 0 capacidades importantes, la importancia de la distribucion, y la es casa fiabilidad de las preferencias como indicadores de los objeti vos que merece realmente la pena perseguir. Quienes hayan leido los «inforrnes de desarrollo humane» del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo se habran dado cuenta de que, en ellos, se clasifica aun a las naciones confor me a una medida unica: el Indice de Desarrollo Humano (lDH). EI IDH es e! resultado de una agregaci6n ponderada de datos sobre la esperanza de vida, el desernpefio educativo y el PIB per capita. (Las ponderaciones se explican en un apendice tecnico que se in cluye en cad a uno de los inforrnes.) Podriamos alegar, entonces, que el IDH comete el mismo exceso de simplificacion del que se acusa a los otros enfoques. Pero esta objeci6n malinterpretaria el
pape! del IDH. EI IDH es estrategico. Se inserto en el primer infer me en las postrimerias del proceso de formulaci6n (y contra las objeciones de algunos puristas) porque Mahbub ul Haq, pragrnati co consumado, creia que los paises acostumbrados a las c1asifica dones unicas no aceptarian oua cosa y, por 10 tanto, los informes no tendrfan repercusi6n a rnenos que produjeran una c1asificacion de ese tipo. Lo que de verdad importaba, pues, era confeccionnr un indicador unico diferente. que diera un peso import ante en las pon deraciones a facrares (como la longevidad 0 la educaci6n) sobre los que normalmente no se ponia ningun enfasis en las clasificaciones de naciones por su nivel de desarrollo. Una vez ese estadistico uni co y diferente, resaltador de la importancia de la salud y la educa cion, hubiera captado la atendon general, era de suponer que la gente rrataria de hurgar por debajo de la primera tabla de resulta dos y leeria los datos desagregados expuestos en el resto del inior me. En estas ciEras desagregadas es donde esta la sustancia real, pero un indicador unico (mas indicativo que definitivo) puede diri gir nuestra atenci6n hacia ciertos aspectos destacados de los datos. A 10 largo de los afios, los informes han ido manteniendo tanto el IDH como los datos desagregados, pero han ana dido rarnbien otras agregaciones sugerentes. EI IDG (el in dice de desarrollo hu rnano relative al genero) corrige e1 IDH incluyendo los desequili brios entre generos, y algunos paises que se enorgullecian de su posici6n e1evada en la tabla del IDH (como, por ejemplo,Japon) se sorprendieron de verse muy por debajo en la lista del IDG. La MEG (la medida de empoderamiento de genera) mide no los avan ces de las mujeres en terrenos como la longevidad a la educaci6n, sino su acceso a cargos directivos y politicos. Tambien este indica dor ha resultado ser rnuy esclarecedor, pues, en no pocos cases, se observe una notoria discrepancia entre e1 IDG y la MEG: la MEG, aun siendo un indicador agregado, induce allector a valorar la im portancia que el poder directivO y politico tiene por separado como elementa de la igualdad de las mujeres. Tambien se han ido ana diendo otras sugerentes medidas agregadas. Ademas, cada informe gira en torno a un tema destacado (1a tecnolog ia, los derechos hu manos u otras cuestiones) Yrecoge otros articulos y estudios reple tos de datos. Nadie que use esos informes, pues, puede extraer de
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Crear capacidades
ellos la impresi6n de que 10 unico que importa es un indicador de un solo numero. Esos numeros unicos van dirigiendo nuestra aten cion hacia las diversas capacidades centrales pertinentes. Es natural preguntarse si las capaeidades pueden medirse y como. Tendemos a sucumbir a 10 que podriarnos llamar «la falaeia de la medicion», a 10 que es 10 mismo, al conveneimiento de que, como una deterrninada cosa (pongamos par cas a el PIB) es facil de medir, esta ha de ser la mas pertinente a la mas central. Ni que de cir tiene que eso no tiene por que ser asi, Pero quien proponga un nuevo criteria de valor de la accion publica necesitara mostrar de todos modos que, en principia al menos, podemos hallar formas de medir ese valor. Las capacidades son plurales, pero eso no signi fica que no pod amos medir cada una de elIas par separado. La di ficultad estriba en que la noci6n de capacidad combina de manera cornpleja la preparaci6n interna can la oportunidad externa, por lo que es muy probable que su medici6n no resulte sencilla. Esta cuesti6n ocupa, como es logico, a muchas de las personas que tra bajan en este enfoque y, de resultas de ella, se esta desarrollando una amplia bibliografia especializada en la medici6n de capacida des. Es posible que, a veces, tengamos que inferir la capacidad a partir de las pautas de funcionamiento. Supongamos, par ejernplo, que observamos que la participaci6n electoral es menor entre la poblaci6n afroamericana. No podremos inferir una auseneia de capacidad a partir de est a ausencia de funcionamiento, ya que las personas podrian muy bien haber optado simplemente par no vo tar. Pero cuando un patron de participacion baja esta correlaciona do ademas can una situacion de subordinaci6n y estigma sociales, podernos sospechar can mas fundamento que estan presentes cier tos impcdimentos sutiles que interfieren en la capacidad politica. Podriarnos estar hablando de obstaculos al registro en el censo de votantes, dificultades en el acceso a los colegios electorales a de nigracion de esos electores en dichos colegios; tarnbien podria tra tarse de desigualdades educativas, sensaci6n persistente de irn potencia y otras deficiencies de capacidad menos tangibles. Pero la complejidad de la cuesti6n no significa que no sea real y suscepti ble de estudio: de alii que la respuesta correcta a tal complejidad sea la de esforzarse mas par detectar y medir los facto res pertinen-
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tes. De igual modo, si quisierarnos saber si las personas tienen ac ceso al juego y al esparcimiento, comcnzariarnos por observar 10 mas evidente: las horas que se dedican al trabajo y las rescrvadas al oeio. Pero esto nos Ilevaria enseguida a analizar temas mas cornple jos, como la ubicaci6n, el estado de mantenimiento y la seguridad de los parques y de otras instalaciones de recreo. Es habitual pensar que la medici6n supone la aplicacion de al gun tipo de escala numerics. En la vida real, sin embargo, estamos familiarizados can otras formas de medici6n de caracter mas cuali tativo. Cuando el Tribunal Supremo de Estados Uuidos se pregun ta si una determinada ley vulnera la garantia de la libertad de ex presi6n contenida en la Primera Enmienda de la Constituci6n, los magistrados no utilizan una escala numerics conforme a la cua] or denan diferentes regimenes de expresion, sino que consultan el texto constitueional, los precedentes del propio tribunal y otros materiales historicos y sociales pertinentes, De toJos modos, pare ce correcto afirmar que el tribunal acaba decidicndo si una politica dada coloca a algunos ciudadanos y ciudadanas por debajo de un umbral aceptable en 10 que ala libertad de expresi6n se refiere, La que aqui sugiero es que algunas capacidades tiencn que ser medi das de ese modo y no conforme a ninguna escala cuantitativa. Si creyerarnos que una escala numerica hubiera resultado util en ca sos relatives ala 1ibertad de expresion, 0 a la de religion, probable mente ya habriamos usado alguna. Sin embargo, la forma discursi va de analisis que se ha desarrollado en su lugar parece apropiada, cuando menos, para ciertas cuestiones relacionadas can el nivel umbral de un derecho fundamental.
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ENFOQUES BASADOS EN LOS DERECHOS HUMANOS (HUMAN RIGHTS)
El enfoque de las capacidades esta estrecharnente unido almo virniento internacional de defensa de los derechos humanos, En el fonda, mi propia version esta caracterizada como una especie de enfoque basada en los dercchos humanos. Sen tambien pone de re lieve el estrecho vinculo existente entre las capacidades y los de rechos humanos. El enfoque de las capacidades y los de los dcre
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chos humanos coinciden en torno a la idea de que todas las personas tienen derecho a ciertos bienes centrales en virtud de su humani dad rnisma, y que uno de los deberes fundamentales de la sociedad es e1 de respetar y apoyar tales derechos. (Mi enfo que sostiene que tam bien los animales no humanos tienen derechos; en ese sentido al menos, es mas amplio que el enfo que de los derechos humanos.) Hay tarnbien una re1aci6n estrecha en cuanto al contenido. Las ca pacidades de mi lista coinciden sustancialmente con los derechos humanos reconocidos en la Dec1araci6n Universal y en otros ins trumentos parecidos. Cubren, efectivamente, e1misrno terreno que los llamados derechos de primera generaci6n (los derechos politi cos y los civiles) y de segunda generaci6n (los econ6micos y los socialex). Y desempefian un papel similar, pues proporcionan una base tanto para las comparaciones transculturales como para las garantias constitucionales. Y si el paradigma de los derechos hu manos ha sido criticado por no prestar atenci6n suficiente a cues tiones relacionadas con el genero, la raza y otras por el estilo, e1 que enfo de las capacidades (como los mejores enfo ques basados en los derechos humanos, por cierro) trata de remediar tales defectos. En ciertos e importantes sentidos, el enfoque de las capacida des complementa los enfo q ues convencionales de los derechos hu manos, entre otras cosas, por su explicitud y su c1aridad filos6ficas a prop6sito de las nociones basicas relevantes y por el atractivo de sus formulaciones especificas. Por ejemplo, para que alguien tenga derechos el enfoque s610 exige que haya nacido humano 0 humana y que cuente con un minimo nivel de agencia; no estipula requisitos como la racionalidad ni otras propiedades espedficas. De ese modo, permite que se reconozca la igualdad de los derechos huma nos de las personas Con discapacidades cognitivas. Ademas, articu la y expresa con mayor c1aridad que la mayoria de los enfo q ues convencionales sobre los derechos humanos la re1aci6n entre estos ultimos y la dignidad humana (pues las capacidades centrales se definen, en parte, en terminos de dignidad). Articula con similar claridad la relaci6n entre los derechos humanos y los de otras espe cies (rodos los seres sensibles tienen derechos basados en la justi cia, y los «conflictos tragicos» deben resolverse como se resolverian dentro de una rnisrna especie, es decir, aspirando a conseguir un
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mundo en el que no se den tales conflictosl. Por ultimo, explicita la relaci6n entre los derechos y los deberes humanos. El enfoque de los derechos humanos no son teorias plenamente integradas; el en foque de las capacidades, sin embargo, trata de ser precisamente una de elIas. Existe una conexi6n conceptual entre la idea de las capacida des centrales entendidas como derechos humanos fundamentales y la idea de los deberes. Antes incluso de que podamos asignar obli gaciones a personas 0 grupos concretos, la existencia de un dere cho entrafia que esten presentes tambien tales deberes. A nivel na cional interno, esos deberes corresponden, en primera instancia, a la estructura politica basica de la nacion, que es responsable de distribuir una cantidad adecuada (superior a un umbral rninimo) de todos los derechos entre todos los ciudadanos y las ciudadanas. Pero los paises pobres no pueden cumplir con todas sus obligacio nes en materia de capacidades sin ayuda de otras naciones mas ri cas. Por 10 tanto, estas (las naciones ricas) tienen sus correspon dientes deberes de ayuda a los paises mas pobres. Tambien las grandes empresas, las organizaciones y los acuerdos internaciona les (sin olvidar, por ultimo, los individuos) tienen asignados debe res de promoci6n de las capacidades humanas (vease el capitulo 6l. A mi modo de ver, existe un enlace conceptual entre las capaci dades centrales y los gobiernos. Si una capacidad pertenece real mente a la lista de las centrales, es porque guarda una relacion es trecha con la posibilidad misma de una vida vivida con arreglo a la dignidad humana. Una concepcion convencional de los fines del Estado es la que sostiene que la labor de un gobierno consiste, como minirno, en hacer posible que las personas Beven una vida asi, Habra otras capacidades que sean menos cruciales de cara a materializar esa posibilidad y es posible que estas no sean tarea de ningun gobierno, pero para que su nacion sea justa (aunque s610 sea rninimarnente), un gobierno ha de responsabilizarse de la pre sencia de las diez capacidades de mi lista entre sus habitantes. (Ob viamente, los gobiernos pueden de1egar una parte de esa labor en entidades privadas, pero, en ultima instancia, es en los Estados -0, 10 que es 10 mismo, en la estructura politica basics de la socie dad- en los que recae la responsabilidad final de garantizar las
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capacidades.) AI hablar del mundo en su conjunto, podemos con siderar que un unico gobierno global tal vez no sea la forma id6nea de solucionar problemas de fallas de capacidad, pero, aun asi, los gobiernos continuan desernpefiando una funci6n de capital impor tancia a la hora de garantizar esas capacidades: los gobiernos de cada nacion, en primer lugar, y los de las naciones mas rieas (que tienen el deber de ayudar a las mas pobres), en segundo lugar. Sen, diferenciando los derechos humanos de las capacidades, sefiala que las segundas no guardan la relaci6n conceptual can cl Estado que claramente tienen los primeros. Pero Sen se esta rcfi riendo a las capacidades en un sentido muy generico: no esta ha blando de las capacidades centrales, un concepto que el no usa. En muchas de sus obras y escritos, parece dispuesto a evaluar los go biernos de acuerdo can su rendimiento a la hora de proveer capa cidades (a traves de campos como, por ejemplo, los de la sanidad 0 la educacion) que ocupan un lugar central en mi lista. Aparente mente, pues, no tendriamos ningun desacuerdo importante en esc sentido, y si 10 tuvierarnos, formaria parte de un desacuerdo mas general en torno al papel que pcdria desempefiar una lista de capa cidades en el disefio de una teo ria de la justicia. £1 enfoque de las capacidades complementa en esos sentidos mencionados el modelo convencional de los derechos humanos. Pero tambien aporta criticas de, como minirno, algunas vcrsiones familiares de ese modelo. Una idea prominente en materia de dere chos, muy comun en la tradici6n politica y judicial de Estados Uni dos, es la que los entiende como barreras frente a la interferencia de la acci6n estatal: basta can que el Estado no se inmiscuya en los asuntos de sus ciudadanos y ciudadanas para que se consideren garantizados los derechos de estos y estas. El enfoque de las capa cidades, par su parte, insiste en que todos los derechos entrafian una acci6n positiva par parte del gobierno: este debe apoyar acti vamente las capacidades de las personas y no solo abstenerse de ponerles obstaculos, En ausencia de acci6n alguna, los derechos no son mas que palabras en un papel. Vasanti no recibia palizas del gobierno de Gujarat, sino de su marido, pero un gobierno que no promulgue y vigile activamente el cumplimiento de una legislaci6n contra la violencia domestics, a que no de a las mujeres la educa-
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ci6n y las habilidades que estas necesitan para obtener un salario que les permita ganarse la vida en caso de que abandoner, un ma trimonio en el que son objeto de abusos, es responsable de la indig nidad que una mujer asi padece. Los derechos fundamentales no son mas que palabras hasta que la acci6n del Estado los convierte en reales. La sola idea de «libertad negativa», que tan a menudo se menciona a prop6sito de est as cuestiones, es sencillamente incohe rente: todas las libertades son positivas, pues significan la libertad de hacer a de ser alga, y todas exigen la inhibici6n de la interferen cia de otros. Este es un argumento en eJ que debemos hacer hinca pie, muy especialmente en Estados Unidos, donde hay bastante gente que cree que el gobierno hace mejor su trabajo cuanto mas inactivo se mantiene. Nada pone mas de manifiesto la diferencia entre unos derechos «negativos» y un as verdaderas capacidades combinadas que el caso de grupos a colectivos que padeccn situaciones de subordinaci6n y exclusi6n desde hace mucho tiempo. Cuando la India preparaba una constitucion repleta de enunciados acerca de los derechos fun damentales de los ciudadanos, el ministro de Justicia de Nehru, B. R Ambedkar, que era un dalit (miembro del grupo de los ante riormente llamados «intocables»), no se cans6 de sefialar que una proclamaci6n de la igualdad de derechos de todos los indios y las . l' . .t:. ba 1 • 1 tnoras no srgrunca a nad naca para 1las personas exciurcas a menus que viniera acompafiada de una serie de politicas estatales positivas que garantizaran que esos individuos podrian disfrutar realmente de sus derechos: protecci6n frente a interferencias de otras perso nas u organizaciones, apoyo econ6mico para que no renunciaran a sus dercchos por desesperacion, y discriminaci6n positiva en poli tica y educaci6n. En ausencia de tales programas, los derechos son mero papel mojado. Par similares motivos, para rectificar el racis rna y el sexismo en Estados Unidos se ha necesitado alga mas que el reconocimiento formal de la igualdad de trato para todas las per sonas: ha sido precisa una agresiva acci6n gubernamental dirigida a poner fin a la desigualdad de oportunidades. Nuestro Tribunal Supremo ha recurrido repetidas veces allenguaje de las capacida des a la hera de revocar sistemas de trato «separado aunque (pre suntamente) igual», argumentando que los nifios segregados en
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escuelas diferenciadas para negros y para blancos, y las mujeres a las que se les niega la admisi6n en instalaciones exclusivamente para varones sufren un menoscabo en sus capacidades. Los tribu nales han examinado reiteradamente ese tipo de sistemas y disposi ciones preguntandose por 10 que las diferentes personas son real mente capaces de hacer y de ser. Uno de los arnbitos en los que las ideas sobre la inacci6n estatal y la «libertad negativa» han resultado particularmente perniciosas ha sido en el de la relaci6n del Estado con el hogar 0 la familia. La distinci6n liberal clasica entre las esferas de 10 publico y 10 privado contribuye a la reticencia natural que muchos pensadores liberales han mantenido con respecto a la acci6n estatal: para ellos, aunque este bien que, en algunos ambitos, el Estado actue para garantizar los derechos de las personas, siempre habra una esfera privilegiada que aquel no deberia invadir bajo ningun concepto, y esta es la del hogar. Las mujeres se han quejado con raz6n de que algunos mode los tradicionales de los derechos humanos han obviado equivoca damente los abusos de los que algunas de ellas son objeto en el hogar. EI enfoque de las capacidades enmienda ese error, pues in siste en que la intervenci6n en el hogar esta justificada siempre que se vulneran los derechos de sus miembros. Por razones relacionadas con 10 anterior, el enfoque rechaza la distinci6n -muy comun en el movimiento de los derechos huma nos- entre los «derechos de primera generaci6n» (los politicos y los civiles) y los «derechos de segunda generaci6n» (los economi cos y los sociales). Esa distinci6n da a entender que los derechos politicos y los civiles no tienen un as precondiciones econ6micas y sociales. El enfoque de las capacidades pone de manifiesto que si las tienen. Todos los derechos requieren de una acci6n positiva de los gobiernos (gasto publico incluido) y, por consiguiente, hasta cierto punto, todos son derechos economicos y sociales. Sen ha sostenido en alguna ocasi6n que la noci6n de capacida des es mas amplia que la de derechos, porque las capacidades pue den incluir cuestiones de procedimiento (es decir, el hecho de que una persona sea capaz de participar en un cierto tipo de proceso), mientras que los derechos son siempre cuestiones de oportunidad sustantiva (10 que la persona es realmente capaz de tener). Yo creo
que esa distinci6n no se sostendria tras un estudio a fondo del usa dellenguaje de los derechos en las principales tradiciones constitu don ales del mundo. Los derechos fundamentales suelen ser proce dimentales: por ejemplo, el derecho al «debido proceso legal» y a la «igual protecci6n de las leyes», ambos recogidos en la Constitu ci6n estadounidense, asi como otras disposiciones similares que podemos encontrar en la mayoria de las constituciones modernas. Esos son derechos fundamentales y son derechos a un procedi miento imparcial. Si la noci6n de capacidades es mas amplia que la de derechos (humanos). es por un motivo diferente: algunas capa cidades son triviales y algunas son incluso malas. La lista de capaci dades centrales (aquellas que, tras una detenida evaluaci6n, han sido consideradas buenas y de suma importancia) se corresponde muy de cerca con las listas de derechos humanos conveneional mente defendidos en buena parte del mundo. Tomando en consideraci6n esas correcciones, el enfoque de las capacidades puede adoptar ellenguaje de los derechos y las princi pales conclusiones del movimiento internacional de defensa de los derechos humanos, asi como el contenido de muchos documentos internacionales que los proclaman. Ellenguaje de los derechos con tinua siendo relevante e importante. Pone de relieve la idea de un derecho fundamental arraigado en la nocion de la justicia basica. Nos recuerda que las personas tienen derecho, justificado y urgen te, a reclamar ciertos tipos de trato, con independencia de 10 que el mundo que las rodea haya hecho al respecto. Y ni siquiera nuestra busqueda del mayor PIB total 0 medio posible, 0 de la mas elevada utilidad total 0 media, nos autoriza a vulnerar tales derechos.
Capitulo 4
DERECHOS FUNDAMENTALES
LII3ERTAD Y CONTENlDO
La utilidad mas antigua (y la mas habitual todavia) del enloque de las capacidades es la de proporcionar una nueva logica para una comparacion y una ordenacion correctas de los logros alcanzados en materia de desarrollo. Cuando las naciones 0 las regiones com piten entre si por un buen puesto en el «mercado» de las clasifica ciones mundiales de desarrollo -tratando de mostrar que ofrecen una calidad de vida mejor que la de otros paises 0 que la que elIas mismas ofrccian con anterioridad-, el enfoque de las capacidades les suministra una nueva teoria de la manera correcta de llevar a cabo tales comparaciones: en lugar de fijarnos exclusivamente en cl PNB, debernos tener en cuenta toJo un grupo de capacidades 11U manas centrales. Cualquier capacidad puede servir, en principio, de criteria estandar de cornparacion; en el casu concreto de los Inforrnes sabre Desarrollo Humano, los campos a los que se les presto una especial atencion fueron los de la salud y la educacion. El enfoque tam bien se usa para una finalidad relacionada con la anterior, como es la de proporcionar una nueva vision del espa cia de cornparacion cuando las que est an en juego son cuestiones de igualJad. La igualdad suele ser considcrada un valor politico importante, cuando men os, en algunos arnbitos de la vida. Debe riamos preguntarnos entonces: 2igualdad de que? En un debate que manticne con oponentes que defienden la prioridad de la maximizacion del bienestar (la satisfaccion) 0 de los recursos (la renta y la riqueza), Sen ha sostenido que las capacidades pro porcionan un indice de refcrencia mas atractivo para la compara cion. Sus argumentos en contra de las otras visiones alternativas son los mismos que hacen recomendable el usa de las capacida
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Crear capacidades Derechos fundamentales
des como el espacio de comparacion adecuado en el debate sobre el desarrollo. Sen se centra normalmente en el uso comparativo de las capa cidades. Pero, al rnisrno tiempo, cuando evalua sociedades reales, destaca ciertas capacidades pOl' considerarlas mas importantes que otras: concretamente, la salud, la educacion, la participacion politi ca, 0 la no discriminacion pOl' razon de raza, religion 0 genero. Es evidente que Ie interesa el uso de las capacidades para definir una nocion de justicia basics. Y aunque no ha presentado una lista for malo enumerada de capacidades con ese fin, no deja de ofrecer numerosas pistas de hacia donde apuntaria tallistado. Sin embargo, Sen habla a veces de las capacidades como si todas ellas constituyeran valiosas zonas de libertad y como si la tarea social absoluta consistiese tal vez en la maximizacion de dicha libertad. Ha bla de una «perspectiva de libertad», como si esa libertad fuera un bien social general y multiuso del que las capacidades mas valoradas no dejaran de ser mas que simples ejernplos. La version Nussbaum del enfo que no procede de ese modo, pues formula compromisos en materia de comenidos y usa la lista de diez capacidades centrales como una base para la idea de un os derechos politicos fundamenta les comemplados en el derecho constitucional. La de seleccion es una labor crucial para que el enfoque tenga algo que decir acerca de la justicia. Desde el punto de vista de la vida de Vasanti, hay ciertas capacidades que son de importancia central: por ejemplo, la libertad que una persona tiene de hablar, de aprender, de participar en politica, de defender su cuerpo de las agresiones. Otras capacidades a las que a veces se da mucha impor tancia parecen triviales en comparacion, como la libertad de rnon tar en motocicleta sin lIevar casco 0 la libertad de no abrocharse el cimuron de seguridad. Y algunas, rnuy codiciadas pOl' los podero sos, podrian resultar muy perniciosas porque permitirian a esos detentadores de poder infligir dafio a otras personas. Muchos hom bres estan molestos con la Jegislacion contra la violencia domestica y el acoso sexual porque, aducen ellos, tales leyes interfieren en su libertad. Un enfoque de las capacidades preocupado por la justicia no deberia atender tales quejas. Mi version del enfoque emplea la idea de las capacidades como nueleo de una concepcion de la jus
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ticia social rninirnamente exigible y del derecho constitucional. Me obliga, por 10 tanto, a defender una lista concreta de capacidades centrales. En el proceso, trato de articular una serie de principios politicos susceptibles de ser utilizados como base para disefiar un conjunto de derechos constitucionales fundamentales, por 10 que el enfoque que aqui sostengo guarda, pues, un estrecha relacion con el derecho y la construccion nacional. De todos modos, ~por que no habriamos de aceptar la solucion de Sen: es decir, hablar de la libertad entendida como un bien ge neral y dejar a cad a nacion la tarea de seleccionar las capacidades concretas que su estructura constitucional protegera? ~Acaso un enfoque de esa elase no seria mas respetuoso con las elecciones dernocraticas de las personas? Evidentemente, coincido en que no deberiamos imponer nada desde fuera a naciones que son demo craticas: mi propuesta tiene como proposito la persuasion; la de la implernentacion es una cuestion bien distinta. La pregunta deberia ser: ~por que deberiamos tratar de justificar un conjunto unico de capacidades a escala internacional alegando que son importantes para todos los paises? ~Por que no, simplemente, ensalzar la idea general de libertad? Para empezar, no esta elaro que la sola idea de promover la li bertad configure siquiera un proyecto politico coherente. Algunas libertades limit an a otras. La libertad de las personas ricas para efectuar generosas donaciones a las campafias electorales puede so caval' la igualdad del derecho al voto de todas las personas. La li bertad de la industria para contaminar el medio ambiente empo brece la libertad de los ciudadanos y las ciudadanas para disfrutar de un entorno no contaminado. Es obvio que estas libertades no estan entre las consideradas por Sen, pero el no dice nada al res pecto de limitar la concepcion de la libertad ni de descartar tales conflictos. Y 10 cierto es que podemos ahondar aun mas en ese te rreno, pues la idea misma de libertad implica, a su vez, la nocion de restriccion: la persona P no es libre de realizar la accion A a menos que se impida a otras personas interferir en ella. Adernas, aun en el caso de que existiera un proyecto coherente que concibiera y abarcara todas las libertades como bienes sociales deseables, no esta ni mucho menos claro que esa fuera la elase de
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Crear capac ida des
propuesta que alguien con los objetivos politicos y eticos propios del enfoque de las capacidades debiera respaldar, Como los ejern plos recien expuestos ponen de manifiesto, todo proyecto politico que sc proponga proteger la igualdad de valor de ciertas libertades basicas para las personas pobres y mejorar las condiciones de vida de estas necesita procIamar can toda franqueza que algunas liber tades tienen una importancia central a efectos politicos y otras, cla rarnente, no la tienen. Algunas radican en la base misma de una deterrninada concepcion de la justicia politica y otras no. Entre las que no son basicas para esa concepcion, las hay que son simple mente menos importantes sin mas, y las hay que incluso pucden ser activamente malas. La justicia de genero no puede materializarse de manera efecti va sin limitar la libcrtad masculina, POl' ejernplo, el «derccho» de un esposo a mantener relaciones sexuales con su esposa, tanto si ella consiente en ello como si no, ha sido una prerrogativa masculi na historicamente muy apreciada en la rnayoria de las sociedadcs y muchos hombres se han sentido muy molestos par el recorte de li bertad que se siguio de la implantacion de leyes contra la violacion conyugal (ese resentimiento es uno de los motivos por los que, en Estados Unidos, aproximadamente la mitad de los estados del pais no otorgan el rango de violacion propiarnente dicha a las relaciones sexuales no consensuadas dentro del matrimonio. y por los que much as sociedadcs del mundo carccen aun de leyes yue las casti guen). La libertad de acosar a las mujercs en ellugar de trabajo cs otra prerrogativa muy querida por muehos varones de todo el mundo: en cuanto se introducen rcgulaciones para desterrar el aco so sexual, siempre se dejan sentir protestas que invocan la idea de libertad. Hoy en dia es habitual leer terrninos como cl de «femina zis» sugiriendo que las feministas estan en contra de la libertad pOl'que apoyan ese tipo de politicas. Y, sin duda, en cierto sentido, las teministas estan realmente abogando por una restriccion de la libertad, pero des de la base de que ciertas libertades son adversas tanto a las igualdades como a las libertades y las oportunidades de las mujeres. En resumidas cuentas, ninguna sociedad que aspira a la igual dad 0, cuando menos, a un minimo social mas que suficiente para
Dcrcchos (undamcntalcs
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todos y todas puede evitar una mayor 0 menor acotacion de la li bertad par multiples vias, y 10 que deberia decirse al respecto es que hay libertades que no son buenas, que no forman parte de un grupo nuclear de derechos exigidos por la nocion misma de la jus ticia social, y que, en muy diversos sentidos, subvierten esos dcre chos basicos. De otras libertades, como la de los motoristas para circular por las vias publicas sin casco, puede decirse que no son muy importantes, que no son libertades ni muy malas ni muy bue nas. No se hallan impliciras en nuestra concepcion de justicia social y, dcsde lucgo, no deberian figurar en ninguna lista de derechos constitucionales fundamentales. Si entendemos que una sociedad no es minimamente justa hasta que no facilita a sus miembros las precondiciones de una vida que este a la altura de la dignidad humana, entonces incumbe a los acto res politicos indagar y deterrninar que elementos se necesitan para que una vida sea asi, Dicho de otro modo, si quieren facilitar ese minima de vida digna, antes deben saber cual es. Parece de suma y urgente importancia distinguir aquellos faetores que son autcntica mente fundamentales (como la libertad de expresion 0 la protec cion de la integridad fisica) de aquellos que no 10 son 0 que, incluso, pueden resultar negativos. Los legisladores, los tribunales de justi cia y los organismos de la administracion publica no pueclen hacer cfcctiva 1<1 aplicacion de tal concepcion sin saber en que consiste esta. Las constituciones escritas son un metodo practice y comedo de explicitar esa clase de derechos y de asegurarlos frente a los ca prichos de una mayoria. Tambien hay naciones que funcionan rna nejando concepciones no escritas de una serie de derechos Iuncla mentales. Pero con independencia de si la constitucion esta escrita o no, 10 cierto es que, cuando una mayo ria impaciente tiene la capa cidad de suprimir algunos de esos dcrechos basicos en rnuy poco tiempo -incluso en apenas una hora, como sucedio con las liber tades de expresion y asociacion, cuya suspension voto el Parlamen to indio durante el estado de emergencia declarado por Indira Gan dhi en 1975-, la dignidad humana se halla en una posicion muy arriesgada y la nacion cst,} obligada a dar can una forma mcjor de proporcionar una seguriclad de las capacidades. La protecci6n de los derechos fundamentales mediante algl1l1 tipo de mayorfa cualifiea
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Lrear capacidades Derechos fundamentales
da (tanto si esta esta recogida en una constituci6n escrita como si no) parece un elemento indispensable para procurar tal seguridad. Dicho de otro modo, todas las sociedades que aspiran a irn plantar una concepci6n politica razonablemente justa tienen que evaluar libertades humanas y declarar abiertamente que unas tie nen una importancia central y otras son triviales, que unas son bue nas y otras son decididamente malas, y que algunas merecen pro tecci6n especial y otras no. Esta evaluaci6n afecta tam bien a 1a manera en que valoraremos el recorte de una libertad cuando se de el caso. Ciertas libertades son consideradas derechos de los ciuda danos y las ciudadanas basados en la justicia. Cuando a1guno de estos derechos es objeto de recortes, estarnos ante un fallo especial mente grave del sistema politico. En tales casos, las personas sien ten que la reducci6n no es un Coste sin mas que hay que soportar como cualquier otro: es un coste de caracter diferenciado, que en trafia una vulneraci6n de la justicia basics. Cuando la recortada es una libertad no perteneciente al micleo central de libertades, e1 Coste puede ser mayor 0 menor segun el actor 0 los actores afecta dos, pero no es un Coste exactamente como los anteriores (es decir, como aquellos que, en justicia, no deberfan exigirse a ningun ciu dadano ni ciudadana). Asf, una reducci6n de la libertad de religion constituye un Coste que afecta a una cuestion de derechos basicos, la restricci6n de la 1ibertad de montar en motocicleta sin llevar cas co, por su parte, no implica cuestiones tan fundamenta1es, por mu cho que bastantes personas puedan considerarla un coste. Sen defiende su forma abierta (es decir, sin limites predefini
dos) de trabajar con el concepto de capacidades a1udiendo a la
importancia de la deliberaci6n democratica. Mi enfo q ue tam bien
respeta la importancia de la deliberaci6n democratica tanto en los ambitos de la implementaci6n (nada ha de ser impuesto a una na cion por otras, salvo en las mas graves -e inhabitua1es_ de las circunstancias) como en los de la especificaci6n concreta (cada na ci6n especifica cada capacidad a su modo y, siempre que esa con creci6n se mantenga dentro de unos limites, e1 enfo que afirma que esto esta perfectamente justificado). Pero tam bien reconoce que, en una democracia funcional y operativa, la deliberaci6n tiene 1u gar en diferentes niveles y en muy diversos contextos. Los ciudada-
~i:1i1&4
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nos y las ciudadanas pueden deliberar acerca de los principios po liticos fundamentales que quieren que su naci6n represente (cuando estan disefiando una nueva constitucion, por ejernplo); pero, una vez decididos, 10 normal es que se dediquen a afianzar ciertos dere chos concretos, blindandolos frente a posibles cambios que pudie ran ser decididos por mayoria simple. Cuando esos documentos fundacionales son poco claros 0 cuando hay una legislaci6n que aparentemente los vulnera, los tribunales suelen intervenir de1ibe rando acerca de la interpretacion adecuada de los derechos centra les. (El control judicial de constitucionaIidad es un tipo crucial de deliberaci6n dernocratica, como es bien reconocido en casi todas las democracias contemporaneas.) La ciudadanfa tambien delibera acerca de las enmiendas constitucionales, y esa deliberaci6n es di ferente del disefio inicial, ya que presupone la existencia de una arquitectura y de un os principios subyacentes, que son los que la mencionada deliberaci6n retoca. Y los ciudadanos y las ciudadanas deliberan tarnbien sobre la legislaci6n (una legislaci6n sujeta poste riormente a la intervenci6n de los tribunales en el caso de que una ley 0 un c6digo infrinja garantfas constitucionales). La lista de capacidades puede ejercer un papel en cualquiera de los nive1esde ese proceso. Puede ser utilizada como una Fuente de principios politicos durante un periodo de disefio constitucional 0, en un momenta posterior, como una Fuente para la interpretacion de esa constituci6n. Puede guiar la interpretaci6n judicial de dere chos fundamentales, aunque dentro de un os Iimites fijados por el texto constitucional y por los precedentes. Puede activar el proceso de enmiendas: la nueva enmienda constitucional que protege en la India e1 derecho universal a la educaci6n primaria y secundaria fue alentada por una serie de sentencias judiciales que reconocian la relaci6n entre la educacion y la dignidad humana. Par ultimo, pue de servir de Fuente para la legislaci6n destinada a implementar un derecho. La de1iberaci6n interviene en todas esas areas. El unico sentido en el que e1 enfoque recorta la deIiberaci6n es en su insis tencia en que los derechos fundamentales queden garantizados frente al capricho de las preferencias temporales de las mayorias. El proceso de enmienda constitucional deberia ser prolongado y dificil, pues de ese modo respetara y protegera mejor la seguridad
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Crear capaciJaJes
de las capacidades. Y, de hecho, asf 10 han previsto la practica tota lidad de las democracias conternporaneas. Existe otra razon diferente para que una teoria de la justicia se posicione en materia de contenidos. Es, en concreto, una razon derivada del compromiso con el liberalismo politico. Si estamos convencidos de que los principios politicos de una sociedad acep table deberian ser respetuosos con un amplio abanico de doctrinas comprehensivas diferentes y deberian tratar de convertirse en el objeto de un consenso entrecruzado entre estas, entonces no que rrcmos proponer principios que empleen la idea de capacidad como si esta fuera una teoria comprehensiva del valor 0 de la cali dad de vida. La teorizacion sobre la calidad de vida general deberfa dejarse a cada una de esas doctrinas comprehensives, usando los tcrminos y los conceptos que les sean familiares a estas, Lo que ra zonablernente si se puede pedir de los ciudadanos y las ciudadanas es la ratificacion de la importancia politica de una lista relativamen tc corta y circunscrita de derechos fund amentales (en forma de lis ta de capacidades), una lista que podria acoplarse asi a las doctrinas comprehensives de cada uno y cada una. Desde esta perspectiva, el cnfoque de Sen (que, en ocasiones, podria dar la impresi6n de uti lizar la capacidad como si fuera un indicador comprehensive del valor de la vida) parece decir dernasiado (rnientras que, confonne al argurnento anterior, parecia quedarse corte). Antes de analizar el enfoque de las capacidades en su cali dad de teo ria politica normativa, debemos al menos mencionar la cues tion de la llamada «teoria ideal». En su nuevo libro sobre la justicia, Sen critica en general el proyecto consistente en teorizar ace rca de la justicia de tal modo que se acaben fijando objetivos exigentes en exceso y un tanto idealizados. Seglin el, esa teoria ideal (y Rawls es, en cste sentido, el blanco principal de su critica) supone un obstacu 10 que nos irnpidc pensar con claridad en las opciones con las que contamos en las situaciones reales: deberiamos priorizar enfoques que clasifiquen las alternativas comparativamente, en lugar de aque 1I0s que solo fijan indices de referencia ideales. Este no es un lugar apropiado para valorar la critica que Sen hace de las tesis de Rawls 0 de la teo ria ideal en general. En cual quier caso, resulta dWcil determinar hasta que punto son aplicables
Derechos Iundamcnrah-,
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tales criticas a la version de teoria ideal desarrollada en mi enfoque normativo de las capacidades, que propugna un umbral minirno de capacidad como condicion necesaria de la justicia social. Este enfo que no es ideal en un sentido que podriamos calificar de irreal 0 utopico, pero tampoco 10 es (en mi opinion) el de Rawls. Toda esta es una cuestion que debemos dejar para discusiones futuras.
]UST1F1CAC10N POLlTICA
EI enfoque de las capacidades (tanto en su version cornparati va como en la norrnativa) introduce la filosofia moral en la econo mia del desarrollo, 10 que, ya de par si, es todo un progreso. Las cosas iran mejor que en el pasado, sostcnernos Sen y yo, si quiencs trabajan en el campo del desarrollo simplemente se detienen un memento a hacerse una serie de preguntas difieiles acerca de las norrnas eticas y los criterios de justicia. Aun en el caso de que 110 acaben optando finalmente par la teoria cle las capacidadcs, ha bran tenido que examinar normas eticas en lugar de asumir que estas no importan. La version normativa del entoque que yo desa rrollo en Las mujcres y el desarrollo bumano y en Las jronteras de La justicia obliga a una reflex ion aun mas critica, ya que pide que 1 I 1 • 1 , ' --l . . as personas consiccrcn que" CS 10 que nace que una sociedac sea minimamente justa. La rncra formulacion de esa pregunta supone de por si un avance cuando la base de la que se partia era la (muy habitual) toma de decisiones desprovista de considcraciones de caracter etico, Pero el enfoque no se queda tan solo en eso. Desarrolla tam bien argumentos concretes en contra de las teorius de la justicia social mas comunes dentro de [a filosofia moral. Esa confrontacion especffica de visiones es parte del proceso de justihcacion de una perspectiva moral/polirica, tal como yo la entiendo, En general, [a forma de justiticacion politica que yo defiendo esta basada en la version del rnetodo justificativo en etica emplcado par John Rawls (que, a su vez, esta fundaclo sabre los procedimien tos de Socrates y Aristoteles). Al igual que en el enfoyue de Rawls, mi justificacion recurre al «equilibrio ret1exivo» como objetivo del
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Crear capacidades Derechos fundamentales
proceso examinador. Como Rawls, yo tarnbien concibo todo ese pro ceso como un intento socnitico de alcanzar la claridad Con respecto a la estructura de los propios juicios morales en el ambito de la justicia social. Y tam bien como en el caso de Rawls, yo entiendo que ese proceso adopta -en politica- un caracter multivoco: la justificacion no se alcanza a traves de individuos que actuan en solitario, sino mediante el debate entre interlocutores que delibe ran al mas puro estilo socratico. En ese proceso, los individuos hacen a£1orar sus mas firmes jui cios eticos ace rca de la justicia (Rawls usa como ejemplo el princi pio de que «la esclavitud esta mal») y los confrontan con una serie de perspectivas teoricas. El objetivo consiste en encontrar un enca je estable entre los juicios y los principios teoricos, Nada se da por fijado: un juicio inicialmente convincente puede acabar siendo mo dificado porque se contradice con los postulados emanados de una teorfa que cuenra con otras muchas ventajas, y una teorfa atractiva de inicio puede terminal' pOl' ser rechazada porque no preserva un numero suficiente de los juicios mas basicos, Tal vez nunca se lle gue a un equilibrio definitivo, pues es muy posible que vayan sur giendo nuevas teorias que merezcan consideracion. De todos mo dos, con el tiernpo, es de esperar que se vaya obteniendo una concepcion general mas profundizada y adecuada de la justicia, aunque nunca deje de ser incompleta. Quien propugne un enfoque teorico debe empezar esbozando
los argumentos que 10 generan, tratando de presentar una defensa
prima facie de ese enfoque que muestre que cuadra con algunas
intuiciones y algunos juicios eticos muy poderosos. Yo hago eso
mismo argumentando que las diez capacidades son componentes importantes de la idea de una vida acorde con la dignidad humana. Como Rawls, concibo mis argumentos desde un caracter esencial mente socratico. apelo al interlocutor para que re£1exione sobre 10 que esta implicito en la nocion de la dignidad humana y de una vida que sea acorde con aquella. Pido al interlocutor que piense en que ciertos modos de vida que muchos seres humanos estan obli gados a lIevar no son plenamente humanos, pues no estan a la altu ra de la dignidad propia del ser humano. Creo que este punto de partida intuitivo, aun siendo muy general, ofrece una orientacion
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bastante definida. Las graficas descripciones que Marx hizo de las formas de trabajo que permiten la continuacion de la vida sin que est a sea una vida plenamente humana resuenan aun por todo el mundo. La nocion de una vida acorde con la dignidad human a es una de las ideas mas fertiles que se emplean en la jurisprudencia constitucional a nivel mundial. De ahi que yo misma sostenga, de un modo muy general e intuitivo (y moviendorne por terrenos di versos de la vida in£1uidos por las politicas publicas), que la protec cion de estos diez derechos basicos es un requisito esencial para que una vida este realmente dotada de dignidad humana. Al igual que Rawls, tarnbien yo trato de mostrar que el enfoque proporciona un buen fundamento para los principios politicos de una sociedad pluralista, y 10 hago demostrando que, con el tiempo, podria convertirse en la base de un «consenso entrecruzado» entre personas adheridas a las tesis de las principales perspectivas reli giosas y laicas (es decir, tanto de las religiones mayoritarias como de las teorias eticas laicas mas destacadas, como las kantianas 0 las pragrnatistas). El enfoque constituye, pues, una forma de «libera lismo politico», que evidencia su respeto por los ciudadanos y las ciudadanas absteniendose de pedirles que se adscriban a ninguna doctrina politica erigida sobre una vision religiosa 0 metafisica par ticular. Bien sabido es que el consenso entrecruzado no es una rea lidad actual y presente (tam poco Rawls exige que 10 sea). Basta sencillamente con mostrar que es perfectamente posible imaginar que, con el tiempo, sf 10 sea. Quizas imaginal' esa transicion resulte especialmente dificil en el caso de la parte de este enfoque que de fiende los derechos de los animales. Pero personalmente creo que, inc1uso en ese punto, el consenso entrecruzado es un escenario ve rosimil en ultima ins tan cia. Hasta aqui, no obstante, el argumento es solo preliminar: el lector puede pensar que existen unos cuantos enfoques mas que ofrecen ventajas similares. A partir de este punto, pues, el enfoque de las capacidades ha de ser confrontado con los principales opo nentes de esa misma tradicion teorica: se trata de demostrar que estos no salen tan bien parados de dicho contraste como el (al me nos, en ciertos aspectos). Desde luego, comparado con el utilitaris mo de los deseos informados y con la teoria clasica del contrato
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Crear capaciJaJes
social, el enfoque de las capacidades cuenta, como minimo, can algunas ventajas. Y, en cualquier caso, tambien cuadra razonable mente bien can la rnejor version de esos otras enfoques. Antes de examinar mas detenidamente estas dos alternativas teoricas, conviene decir algo mas a proposito de que lugar ocupa en el enfoque el material ernpirico referido a los esfuerzos y las lu chas reales de las personas pobres. 2Que uso Ie da, por ejernplo, a la historia de Vasanti? Yo la he utilizado aqui con un sentido pri mordialmente ilustrativo, a fin de clarificar 10 que ofrece el enfoque de las capacidades en contraste con los otros enfoques conocidos en el campo del desarrallo. Tambien he mencionado que el enfo que parece tener sabre los demas la ventaja -manteniendo todos los dermis factores constantes- de que formula una pregunta que las personas de verdad como Vasanti tarnbien se preguntan Y se responden: ningun enfoque que haga alga asi puede ser acusado de ser un mero constructo occidental. Pero, evidenternente, los argumentos que sirven de respaldo al enfoque no estan basados simplemente en relatos y ejernplos: utili zan tambien nociones (como la idea de la dignidad humana 0 la de la capacidad) y argumentaciones filosoficas abstractas. Tarnbien deficnden capacidades que Vasanti tal vez no habria defendido: como la libertad de prensa, par ejemplo, defendible tarnbicn (entre otras casas) pm Sll irnportancia para las personas pobres en una democracia, aun cuando estas no hablen mucho de aquella 0 no la consideren prioritaria. En un sentido mas general, el enfoque de las capacidades no se basa sabre las preferencias subjetivas, aunque las tome en serio. De hecho, se posiciona firmernente en contra de los enfoques basados en las preferencias dentro tanto de la economia del desarrollo como de la filosofia. Y 10 hace porque considera que las preferencias sue len no resultar fiables a efectos politicos. Solo las versiones mas radicalmente corregidas de los enfoques de los deseos inforrnados desempefian algtlO papel (aunque meramente secundario) en cuan to a la justificacion politica, La historia de Vasanti y las de otras vidas parecidas distan mucho de praporcionar una descripci6n (ni rernotarnente) exhaustiva de las preferencias de las personas; serne jante descripcion solo puede proceder de otros materiales ernpiri-
Dcrcchos fundumcntalcs
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cos distintos. Pero estos no servirian para praporcionar una justifi cacion, porque ningun material subjetivo puede aportar tal cosa, Entonces, 2que papel desernpefian esas historias y relatos de vidas? El que desempefiaron para mf fue eminentemente educativo: sin haber observado un amplio cuadra de las condiciones en las que mujeres como Vasanti viven y se esfuerzan par salir adelante, rnuy posiblernente yo habria pas ado por alto problemas importan tes,o habria ignorado las interconexiones que los relacionan entre sf. Los lectores y las lectoras pueden encontrarse en una situacion similar a la mia. Una idea como la de que la cducacion esta ligada a la faeultad de proteger la integridad fisica propia porque propor ciona una via de salida de un matrimonio abusivo, par poner un ejernplo, puedc no ser tan obvia para un estudioso dedicado a re flexionar desde el eontexto de una sociedad muy diferente. Esa clase de ejernplos detallados puede resultar educativa tambien para el lector 0 la lectora, quien bien podria no haber sido eapaz de imaginarse unas condiciones de vida tan distintas sin la ayuda de esas narraciones. Los relatos ayudan a que esos leetores presten atencion a una mayor varied ad de problemas y temas; cultivan adc mas la imaginacion, producicndo un reconocimiento de la igual dad de condicion humana de personas cuyas vidas son norrnalmen te ignoradas par las elites privilegiadas, Los ejernplos clarifican tambien la argumentacion teorica al mostrar la manera exacta en que dos posturas difieren entre sf.
EL lllENESTARISMO DE LOS DESEOS INFORMADOS
Aunque ya hemos vista como difiere el enfoque de las capacida des de la version simple de utilitarisrno empleada par muchos eco nomistas del desarrollo, conviene decir aun alga mas para mostrar en que sentido se diferencia tambien de (y supera a) otras formas mas sofisticadas de utilitarismo conocidas en filosofia y, en concre to, de aquellas perspectivas que admiten que las preferencias exis tentcs se prestan a frecuentes deforrnacioncs y correcciones. Estas otras concepciones filosoficas se preguntan normalmente cuales sedan las preferencias de las personas si estas dispusieran de
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Crear capacidades
informaci6n completa y exhaustiva (un util factor corrector), Po demos calificar razonablemente tales perspectivas de «bienestaris tas» en esencia, porque estan basadas en las preferencias de las personas a prop6sito de su propio bienestar y porque se entiende que las que tales enfoques manejan son, segun dirian sus propo nentes, «las preferencias reales 0 autenticas de las personas, pues, sin duda, las preferencias que tendrian con informacion completa son mas verdaderamente las suyas que las que tienen cuando la in formacion de la que disponen es incompleta 0 erronea». Ahora bien, estas teorfas suelen introducir asimismo otra serie de correcciones (de un tipo distinto) que resultan mas dificiles de cuadrar con el bienestarismo puro. A partir de un examen deteni do de tres de las mas sofisticadas perspectivas de esa clase, como son las del economista Iohn Harsanyi y los filosofos Richard Brandt y Jean Hampton, en Las mujeres y el desarrollo bumano yo misma sostengo que estos teoricos no pueden generar resultados que les parezcan justos sin antes introducir nociones morales que son inde pendientes de las preferencias de las personas. Por 10 tanto, sus teorias no puede decirse que sean formas puras de bienestarismo, sino mas bien rnixtas. Harsanyi menciona una cierta clase de preferencias que deno min a «sadicas 0 maliciosas», pues derivan placer del dolor 0 el so metimiento de otras personas. No duda de que estas sean preferen cias genuinas que pueden estar muy arraigadas en las personas; ni el incremento ni la mejora de la informacion podrian erradicarlas. En ese sentido, pues, son preferencias reales de los individuos. Harsanyi, sin embargo, opta simplemente por no tenerlas en cuen tao Avisa de que procede de ese modo para combinar el recurso utilitarista a las preferencias con la concepcion kantiana de una comunidad de iguales y con la idea del espectador imparcial de Adam Smith. Su perspectiva, pues, es solo en parte una forma de bienestarismo. Brandt no es tan claro y directo en cuanto a sus desviaciones con respecto al bienestarismo, pero podemos mostrar que, aunque afirma que para discernir preferencias emplea un metodo des pro visto de valores, en el proceso de decidir que preferencias son «au tenticas» utiliza en realidad algunos valores bastante controverti-
Derechos fundamentales
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dos, como son la independencia con respecto a la autoridad y la autonomia, No puede asegurar con un rninirno de verosimilitud que estas normas formen parte de la personalidad de todo ser hu mano, asf que tam poco muestra que estas sean las preferencias que cad a persona tendria en condiciones ideales. A traves de esta y de otras vias, Brandt incorpora en su teoria, pues, divers as nociones morales independientes. Centrandose en las dificultades a las que los enfoques basados en las preferencias se enfrentan en el caso de la deformacion de preferencias que se observa en mujeres que son victimas de relacio nes abusivas 0 asimetricas, Jean Hampton propone ciertas correc ciones: las preferencias que valen, segun ella, son aquellas que las personas tendrian si vivieran en condiciones de igualdad, de respe to y de no intimidacion. Estas correcciones parecen abordar el quid de la cuesti6n y, desde el punto de vista de la justicia social, generan resultados mas adecuados aun que los de Harsanyi y Brandt. Pero, como reconoce la propia Hampton, no tienen su origen propia mente dicho en una teoria basada en las preferencias. La igualdad de respeto no forma parte de la personalidad de muchos seres hu manos y, por desgracia, el deseo de intimidar a otros individuos puede estar muy arraigado. Introduciendo estas restricciones, por 10 tanto, no estamos simplemente descubriendo que preferirian las personas en condiciones de informacion perfecta. Con el objeto de generar resultados que consideren moralmen te aceptables, los autores de estos enfoques se han apartado del utilitarismo y han incorporado algunos de los elementos morales clave del enfoque de las capacidades: la idea de la igualdad de dig nidad humana de todas las personas, la idea de la importancia fun damental de la razon practica como capacidad, la idea de que las personas no deberian tener la prerrogativa de suprimir los dere chos fundamentales de otras. Una vez incorporamos esas restricciones independientes, ~son estos enfoques corregidos tan satisfactorios como el de las capaci dades? Creo que no. Como buenos enfoques utilitaristas que son (aun con la inclusion de ciertas restricciones independientes), no dejan de implicar la agregaci6n de elementos heterogeneos de las vidas de las personas, ni de estar comprometidos con la busqueda
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del total (0 del prornedio) social 6ptimo. Asi pues, ni siquiera los enfoques mas sofisticados de ese tipo escapan a los problemas de tectados ya anteriormente en las versiones del utilitarismo em pleadas en la econornia del desarrollo. Por ultimo, ninguno de ellos aborda adecuadamente el problema de las preferencias adaptativas. Siempre es posible discernir preferencias afiadiendo informaci6n 0, simplemente, desechando aquellas que contengan elementos sa dicos 0 maliciosos. Pero, como Elster y Sen han argumentado, re sulta sencillamente imposible corregir el problema de la adapta cion, porque esta relacionado con el hecho de que las personas se crian 0 se educan por completo en una sociedad. La adaptaci6n no responde unicamente a una ausencia de informaci6n. Si las mujeres han aprendido que la educaci6n no es para ellas, sera dificil que cambien de parecer solo porque reciban nueva informaci6n sobrc los beneficios y los placeres de la formaci6n educativa. Algunas S1 10 haran, pero no sera el caso de aquellas que hayan interiorizado profundamente la idea de que las mujeres que son «como deben sen> no van al colegio. Por otra parte, tam poco es posible identifi car las preferencias que representan la adaptaci6n a un estado de cosas injusto 0 indebidamente jerarquico sin recurrir a una teoria independiente de la justicia social, algo que el enfoque utilitarista en general se resiste a darnos. Incluso las perspectivas corregidas conservan, pues, algunos problemas serios. El utilitarismo tiene multiples defectos, pero evidencia tam bien una gran virtud: la de tomarse en serio tanto a las personas como los deseos de estas, y mostrar respeto por 10 que quieren. Algunas perspectivas eticas -en concreto, las situadas en la tradici6n kan tiana- desestirnan el deseo de manera prematura porque conside ran que es una faceta animal de la personalidad donde la inteligen cia no tiene cabida alguna. Yo me posiciono en contra de esos enfoques y sugiero que el deseo es un aspecto interpretative e inte ligente de la personalidad, un aspecto que es sensible a la intorrna ci6n acerca del bien, hasta el punto de que algunos de ellos -en concreto, los deseos informados en los que se cent ran los mejores enfoques de esa corriente (concretarnente, los enfoques que, como los de Harsanyi y Hampton, incorporan restricciones morales in dependientesl-e- desernpefian ciertos papeles de importancia en la
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justificaci6n politica, El deseo puede ayudarnos a valorar si el enfo que 0 la perspectiva que apoyamos tiene alguna probabilidad de ser estable. Y mostrar la estabilidad de un enfoque forma parte de la justificaci6n del mismo como perspectiva politica aceptable.
ENFOQUES BASADOS EN EL CONTHATO SOCIAL
En fechas mas recientes, mi propio enfoque ha afrontado el reto que presentan las potentes teorias de la justicia dcsarrolladas dentro de la tradici6n del contrato social, iniciada con John Locke en el siglo XVII. La importante teo ria de la justicia elaborada par John Rawls ofrece una s6lida tesis te6rica de la distribuci6n social en muchas areas, pera 10 hace apropiandose de ciertos supuestos tomados de la teoria lockeana clasica del contrato social que el pro pio Rawls contemplaba con cierto escepticismo porque considera ba que planteaba dificultades para su propia teoria en cuatro arnbi tos. En concreto, los ambitos problernaticos segun Rawls son los de la justicia para las generaciones futuras, la justicia entre fronteras nacionales, el trato imparcial para las personas con discapacidades y las cuestiones morales relacionadas con el trato que dispensamos a los animales no humanos (cuestiones que Rawls, a diferencia de mi misma, no consideraba entroncadas con 1a justicia). E1 propio Rawls resolvio el primer problema razonablemente bien, gracias a su «principio del ahorro justo». (El enfoque de las capacidades tie ne aun pendiente la integraci6n de ideas similares a esa.) Tambien trato de solucionar el segundo en su ultimo libra, El derccbo de gentes, pero creo que su intento no fue muy exitoso. Y respecto a los dos ultimos problemas, que el creia que eran aspectos en los que su propia teoria tal vez «fallaba», su enfoque revela serios pun tos debiles que no pucdcn solvcntarse sin una modificacion mas radical de la teo ria como la que el mismo estalia dispuesto a reali zar. Estas tres areas problernaticas son las tres «tronteras» de las que hablo en mi libro Las fronteras de la justicia. Si queremos ahon dar en la soluci6n de los problemas que radican en dichas fronte ras, debemos considerar una alternativa a la teorfa de Rawls, aun que sin rechazar las aportaciones e intuiciones reflejadas en esta.
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La teoria de Rawls es heredera de un pedigri intelectual rnixto. La mayor parte de las que (desde el punto de vista del enfoque de las capacidades) podernos entender como sus dificultades provie nen del hecho de que sea descendiente de la teoria clasica del con trato social. Tambien incorpora elementos eticos kantianos (como, por ejemplo, la idea de que cada persona es un fin en si misma y no un medio), elementos que la enriquecen considerablemente. No obstante, en 10 esencial, Rawls no estaba dispuesto a deshacerse de la estructura contractualista en beneficio de una teoria mas pura mente kantiana. Tampoco se puede decir que la vena kantiana del pensamiento de Rawls este totalmente exenta de dificultades. En el ambito de la justicia para las personas con discapacidades, los ele mentos kantianos resultan problemaricos porque Kant justifies el respeto en la presencia de un elevado grado de racionalidad moral y, por consiguiente, se ve incapaz de otorgar una plena igualdad de respeto para las personas con discapacidades cognitivas graves. De todos modos, centremonos ahora en analizar las dificultades rela cionadas con la tradicion del contrato social. La teoria clasica del contrato social parte de la observacion de que todas las estructuras sociales existentes han venido dictadas por jerarquias artificiales de riqueza, clase y prestigio. Si despoja rnos a los seres humanos de todas esas ventajas artificiales, se pre gunta la teoria, 2que tipo de sociedad e1egirian? Esta especie de experimento imaginario tiene un enorme valor y la famosa «posi cion original» de Rawls es una version del mismo: en una siruacion hipotetica de ignorancia de la clase, la riqueza, la raza y el sexo que
tendran, se les pide a un os individuos racionales que seleccionen
un os principios de justicia para la sociedad en la que viviran. Sin
embargo, en el proceso rnisrno de construccion de ese experimento
mental (que se supone que debe mostrarnos como las instituciones
podrfan respetar el hecho de que todos compartimos la condicion humana por igual, a pesar de las ventajas artificiales que nos divi den), todas las teorias contractualistas (incluida la de Rawls) asu men una igualdad aproximada de poder ffsico y mental entre todos los participantes. Y es precisamente el conocimiento de esa igual dad aproximada (hasta el mas debil de esos individuos puede rna tar furtivamente al mas fuerte) 10 que convence a los implicados y
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a las implicadas de que no seran capaces de dominar a los demas con certeza, y de que, por consiguiente, les conviene a todos y a todas ceder algunos de sus activos naturales y consentir en que se les impongan ciertas restricciones politicas y legales. La teoria sos tiene que el contrato se suscribe para ventaja reciproca de los par ticipantes: es esa ventaja (y no el altruismo ni el amor por los de mas) 10 que los reline en sociedad. (Obviamente, las teorias de esa clase no sostienen que las personas reales carecen de beneficencia: la teoria se limita a trazar una representacion hipotetica: no esta elaborando una historia ni una antropologia. Lo que si dicen esas teorias es que no tenemos por que suponer la presencia de un ex tendido instinto caritativo entre las personas para mostrar como se pone en marcha el contrato.) Esas teorias nos proporcionan una buena manera de entender la cooperacion y la justicia sociales. Si estamos de acuerdo en que la justicia nos exige que tratemos imparcialmente a las personas, sin favorecer a un individuo 0 a un grupo sobre ningun otro por razon de su riqueza, su clase 0 cualesquiera otras ventajas artificiales (como la raza 0 el genero), entonces estas teorias nos sirven de gran ayuda para saber que aspecto tendria una sociedad erigida sobre un ideal de imparcialidad. La teoria de la justicia de Rawls es uno de los grandes hitos de la filosofia politica occidental conternpora nea. Resuelve ciertamente muy bien el conjunto de problemas que se propone inicialmente resolver. Demostrar que una perspectiva rivalla supera ala hora de abordar toda esa lista de problemas seria una tarea de colosal dificultad que el enfoque de las capacidades no se ha propuesto afrontar todavia. Pero los supuestos de la igualdad aproximada y de la ventaja reciproca 0 mutua impiden que el enfoque aborde bien aquellos casos en los que se da una acusada asimetria de poder entre los in dividuos potencialmente suscriptores del contrato que no puede ser facilmente corregida varian do la renta y la riqueza sin mas. Esa es precisamente la razon por la que las personas con discapacida des fisicas y cognitivas graves quedan explicitamente omitidas de la «posicion original» y no aparecen incluidas dentro de la definicion de las capacidades de los ciudadanos y las ciudadanas de una «so ciedad bien ordenada». Las de dichas personas son necesidades
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que, segun el propio Rawls, habra que abordar en su momento, pero que no son tomadas en consideracion cuando la sociedad se lccciona sus principios y estructuras mas fundamentales. En la practica, esto significa que deben sorneterse a la dominaci6n de otras personas (por muy benevolente que esta sea). Este problema se vc exacerbado, adernas, por el hecho de que la concepcion kan tiana que Rawls ticne de la persona esta basada en la racionalidad (tanto en [a prudencial como en la moral), de manera que los seres humanos aquejados de discapacidades cognitivas serias sencilla mente no cuentan como personas propiarnente dichas para cse en roque. Rawls sostiene explicitarnente que los seres humanos que sean inca paces de suscribir acuerdos 0 contratos no son acreedores de justicia politica, Asi pues, Rawls pone en duda la aplicabilidad de [a cuestion de la justicia en general al caso de muchisimas perso nas con discapacidades. En 10 que respecta a los animales no humanos, Rawls no cree que nuestra relacion con elios implique temas relacionados con la justicia presumiblemenre por razones similares a las anteriores, es decir, poria ausencia en elios de capacidad racional. De ahi que enticnda que tenernos deberes eticos para con los animales, pero no debcres politicos. Yo sostengo que la presencia en un ente de cual quier tipo de capacidad de accion (agencia) 0 de conacion, acompa fiadas de su condicion de ser sensible, hace que sean pertinentes las cuestiones relacionadas con la justicia y que resulte apropiado con siderar al ser en cuestion objeto de una teoria politica de la justicia, sea 0 no capaz de entender 0 de valorar dicha teoria, Esta diferencia en la concepcion basica de donde (y para quien) resulta apropiada la justicia me lleva a la conclusi6n (inrnediata para 010 de que casi todos los animales (a excepcion, quiza, de aquellos dotados de una sensibilidad muy reducida y de nula movilidad, como podria ser el easo de las esponjas) son sujetos de justicia y poseedores de una dignidad (vinculada a la forma de agencia caracterfstica de su espe cie) que es merecedora del respeto y del apoyo de las leyes y las instituciones. EI enfoque de las capacidades necesita ser modificado para abordar las obligaciones para con los animales no humanos, pero esa modificaeion es sencilla e inmediata y no obliga a deshacer se de ningun elemento esencial de la teorfa.
Dcrechos tundamcntales
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Nadie ha demostrado que el enfoque de las capacidades sea superior en todos los ambitos a la versi6n del contrato social pro pugnada por Rawls: s610 10 es en las tres areas problernaticas antes referidas. Se necesitaria llevar a cabo un trabajo mucho mas exten so para mostrar su superioridad general. Pero, por otra parte, tam poco esta claro que el nucleo central del enfoque rawlsiano de la justicia no pucda reforrnularse de un modo que preserve b mayoria de las ideas esenciales de Rawls y, al mismo tiernpo, responda saris factoriamente a mis criticas. Henry Richardson ha aportado una reforrnulacion de ese estilo, por eiemplo, aun cuando el propio Ri chardson admita que su versi6n conlleva la introduccion de cam bios en la teoria de Rawls que este jarnas habria aceptado. Adernas, como bien se pone de manifiesto en Lasjronteras dc La justicia, hay otros tipos de contractualismo kantiano que no asu men los supuestos que yo considero problematicos en la teoria de Rawls: por ejemplo, el contractualismo etico de Thomas Scanlon. Este propone que evaluernos los principios prcguntandonos si po drian ser razonablernente rechazados pOl' cualquiera de las partes suscriptoras del contrato social; en ningun momenta asume que tales partes tengan que ser aproximadarnente iguales en capaeidad fisica y mental, ni que persigan la obtencion de una ventaja mutua. La idea de Scanlon es mas ctica que politica y el mismo reconoce que, si fuera 10 segundo, tendria que venir acornpanada de una teoria de los bienes politicos. Pcro, incluso en el hipotetico cas a de que 61 tormulara una teoria adecuada de esta ultima clase (par ejemplo, en terrninos de capacidades centrales, una idea con la que Scanlon muestra cierta afinidad), esta seguiria teniendo una cstruc tura un tanto diterente de mi enfoque de las capacidades, aun cuando ambas recurririan a las mismas ideas, ya que yo tambicn ernpleo la noci6n de rechazo razonable (u otra 11luy proxima a esta) ala hora de articular mi teo ria de la justificacion politica. Esto sig nifica, pues,-desechar la tradicion del contrato social en su forma clasica, pero aceptando que perviva la idea fundamental de dicha tradicion: la del acuerdo imparcial. Sin embargo, delmismo modo que parece bueno buscar una convergencia entre las mejores teo rias cle los cleseos informados y el enfoque de las capacidades, tam bien podemos decir con respecto a un enfoque contractualista
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como este que el hecho de que produzca resultados similares a los nuestros nos aporta renovada confianza en que estamos siguiendo el camino correcto.
EL LIRERALISMO POLITICO Y EL CONSENSO ENTRECRUZADO
Si el enfoque de las capacidades discrepa de Rawls en algunos arnbitos, no es menos cierto que tarnbien respalda y desarrolla otro prominente aspecto del enfoque de la justicia politica desarrollado por este autor: la idea de liberalismo politico. Dado que todas las sociedades contienen una pluralidad de perspectivas religiosas y laicas sobre el significado y la finalidad de la vida humana, no pa rece aconsejable desde el punto de vista estrategico adoptar una visi6n politica que opte por una de esas perspectivas en contra de todas las dernas: el regimen politico resultante de tal opci6n sera probablemente inestable, al menos, si rigen unas minimas condi ciones de libertad. Pero esa no es la unica (ni siquiera la principal) objeci6n a tal clase de doctrina politica, El problema moral mas profundo estriba en que toda doctrina de ese tipo no es suficiente mente respetuosa con los ciudadanos y las ciudadanas que mantic nen un punto de vista diferente. Esas perspectivas de afan exclu yente alcanzan su peor versi6n cuando reprimen el disenso, por ejemplo, 0 cuando imponen una determinada ortodoxia como con dici6n para que una persona pueda ejercer un cargo. Pero incluso los Estados confesionales (0 anticonfesionales) de variantes mas benignas ponen en peligro la igualdad al crear un grupo de allega dos al poder diferenciado de otros grupos de excluidos de ese po der. Dan a entender a sus ciudadanos y ciudadanas que no todos ellos entran en la arena publica en iguales condiciones. La igualdad de respeto por las personas parece exigir del Estado la abstencion de posicionarse, siempre que sea posible, en temas religiosos y me tafisicos que dividan ala ciudadania conforme a las lineas que deli mitan sus doctrinas comprehensivas respectivas (entiendanse como tales aquellas visiones generales que las personas tienen del valor y del sentido en la vida, ya sean de caracter religioso 0 secular). Es evidente que toda perspectiva politica debe adoptar una po-
sici6n moral y debe basar sus principios politicos en unos valores definidos, como la imparcialidad Y la igualdad de respeto por la dignidad humana de todas las personas, por ejemplo. Ahora bien, estos valores forman (0 pueden forrnar) parte de una 0 mas de las multiples doctrinas comprehensivas a las que los ciudadanos y las ciudadanas estan adheridos razonablemente, pero si se forrnu Ian de un modo calculadamente «tenue», sin fundamentarse en no ciones metafisicas controvertidas (como seria, por poner un caso, la idea del alma inmortall, en nociones epistemologicas (como la idea de la verdad evidente por S1 misma) 0 en doctrinas eticas mas «densas» (como el kantismo 0 el aristotelismo), tendran potencial para merecer la aprobacicn de una amplia variedad de ciudadanos y ciudadanas adscritos a posiciones religiosas y laicas diferentes. Lo que se les pide a estas personas desde un enfoque como el de las capacidades es que den su respaldo a las ideas basicas del mismo parajines exclusivamente politicos (y no como una guia comprehen siva de vida) y que las consideren operativas dentro de un dominic caracteristico diferenciado: el de 10 politico. Que las personas den su «respaldo» no significa simplemente que admitan a reganadien tes que tenemos que vivir conforme a esos principios. Respaldo significa aqui que la persona suscriba realmente esas ideas como una parte intrinseca de su concepcion general de como vivir. (Rawls emplea la imagen de un «modulo» que puede acoplarse al resto de la doctrina comprehensiva de la persona.) Ni Rawls ni yo sostenemos que ese «consenso entrecruzado» en torno a unos principios politicos basicos (los principios de la justi cia en su case; el enfoque de las capacidades en el mio) tenga que estar ya presente en la sociedad. 5610 ponemos como condicion que exist a un camino posible y probable hacia ese respaldo, de tal modo que, con el tiempo, no sea irrazonable suponer que la socie dad podria llegar a tal consenso. EI consenso entrecruzado tarnpo co exige la exclusion de personas que piensen de forma diferente. En cualquier sociedad habra quienes no puedan aceptar algunos aspectos de la doctrina politics que la gobierna: personas que se oponen a la igualdad de derechos electorales para las mujeres, por ejemplo, 0 que estan a favor de la segregacion racial. Esa genre puede continuar viviendo dentro de la sociedad y puede expresar
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su opinion libremente, siempre y cuando no vulneren los derechos de otras personas ni provoquen un riesgo inminente de desordenes violent os. Si su numero fuese muy elevado, su presencia amenaza ria la estabilidad del sistema politico y de su constitucion. De todos modos, tanto Rawls como yo creemos que podemos mostrar que la mayoria de las principales doctrinas comprehensivas existentes en las sociedades modernas podrian acabar apoyando, con el tiempo, los principios que nosotros propugnamos. Bien es cierto que, si incluimos en la vision politica en cuestion una decidida defensa de los derechos de los animales, la materiali zacion del consenso se presenta como un proyecto de mas largo alcance. Pero, aun en ese caso, cree que es posible que emerja un consenso sobre un umbral de condiciones de vida minimarnente dignas para los animales. Un ambito en el que las ideas del consenso entrecruzado y de la igualdad de respeto para todas las personas tienen especial im portancia es el de la religion, y la relacion de esta con el Estado, La lista de capacidades asigna un lugar preeminente ala libertad reli giosa, pero en dicho decalogo no se describe explicitarnente el tipo de proteccion para la religion compatible con la idea basica del igual respeto por la dignidad humana de todas las personas. De todos modes, es posible decir bastante mas a proposito de esta cuesrion y asi lo he intentado yo rnisma en Libertad de conciencia. Creo que la igualdad de respeto por la dignidad de todas las per sonas obliga a irnplantar amplias protecciones para ellibre ejerci cio de cultos y creencias, inc1uyendo espacio para 10 que la ley es tadounidense denomina «acornodaciones»: es decir, exenciones para las minorias del cumplimiento de leyes generales que puedan resultar onerosas para su conciencia; exenciones contempladas, par ejemplo, en la legislacion sobre el horario y el calendario labo rales, sabre el consumo de drogas, 0 sobre el servicio rnilitar obli gatorio. Tambien sostengo que la idea de la igualdad de respeto es dificil (si no imposible) de compatibilizar con cualquier tipo de oficializacion estatal de una iglesia 0 de un credo religioso, aunque se tratc de una confesionalidad bastante benigna y poco coerciti va. Toda iglesia oficial (como toda imposicion estatal de laicisrno) degrada a los no creyentes en la doctrina que cuenta con el favor
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gubernamental, pues los dec1ara grupo exc1uido del nucleo de po del' politico. Llevar a la practica una concepcion de igualdad de respeto par la capacidad religiosa de todas las personas es un asunto delicado que exige sensibilidad hacia muchos factores contextuales e histo ricos que dan forma al significado social de las elecciones y decisio nes gubernamentales. El estudio de los modos en que diferentes naciones han tratado de implementar ese objetivo general permite que entendamos rnejor 10 que significa materializar una capacidad a travcs de la legislaci6n (y, por consiguiente, a traves de una com binacion de accion legislativa y judicial). Este tipo de analisis debe ria realizarse, en principio, para cada una de las capacidades y para cada pais, pero las capacidades, en ultima instancia, deberian estu diarse no aisladas las unas de las otras, sino dentro de su entramado de relaciones y de conexiones con las dernas. (Yes que, como es logico, las capacidades no son unidades aisladas, sino que forman un conjunto de oportunidades que se influyen y se moldean mutua mente y que deben materializarse, en ultima instancia, como un bloque completo.) Asi entendido, Libertad de conciencia es el pri mer paso de un ingente programa de investigacion. Cuanto mas 10 apliquernos y 10 dcsarrollernos, mas seguros podremos estar de afirmar que el enfoque de las capacidades puede convertirse, con el tiernpo, en el objeto de un consenso entrecruzado en una sociedad pluralista. El enfoque de las capacidades -tal como aparece desarrollado en Las mujeres y el desarrollo bumano y en Las fronteras de la justi cia- constituye una forma de liberalismo politico y, como tal, no se puede considerar una doctrina comprehensiva de ninguna clase. Yerra pues (y hace una lectura gravernente erronea de mis tesis politicas) quien 10 cataloga como una forma de cosmopolitismo. Si bien cl enfoque incluye una teoria de la justicia tanto global como a nivel interno de cada pais, es sencillamente incorrecto equiparar 10 con la teoria etica comprehensiva conocida como «cosmopolitis rno», que suele definirse como aquella vision segun la cualla leal tad prirnera de la persona debe ser para con la humaniclad en su conjunto y no para con su nacion, region, religion 0 familia particu lar. Los cosmopolitas pueden probablemente aceptar la mayor par
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Crear capacidades Derechos fundamenrales
te de 10 que yo recomiendo, pero no hay que ser cosmopolira para aceptar que todos los ciudadanos y las ciudadanas (de la nacion propia y, a continuacion, en un segundo paso, de todas las nacio nes) deberfan contar can una cantidad umbral minima de provi sion de las diez capacidades. La mayorfa de las grandes doctrinas comprehensivas (religiosas y seculares) pueden, en mi opinion, aceptar esa idea, pero pocas de ellas podrian aceptar un cosmopo. litismo comprehensivo. Baste un ejemplo: la doctrina social de la Iglesia catolics encaja bastante bien dentro de las condiciones glo bales y nacionales exigidas par el enfoque de las capacidades, pero ningun catolico puede ser un cosmopolita, ya que el cosmopolitis rna afirma que el deber primero del individuo es para can toda la humanidad antes que para can Dios a su religion. Que mi propia doctrina etica comprehensiva sea cosmopolita a no (en realidad no 10 es, pero casi) es una cuestion separada de la anterior. La relevan te aqui es que el enfoque de las capacidades solo es una doctrina politica que aspira, adernas, a ser el objeto de un consenso entre cruzado. Como tal doctrina politica, jamas deberfa recomendar una doctrina etica comprehensiva par encima de las dermis ni eri girse sabre ella. Considerarla una forma de cosmopolitismo es como acusarla de no respetar la diversidad de doctrinas religiosas y laicas que toda nacion moderna contiene en su seno. Pero, precisa mente, el respeto par esa pluralidad es uno de los objetivos centra les de mi enfoque teorico,
CONSECUENCIALISMO Y DEONTOLOGIA
En etica y en politica, los enfoques filosoficos suelen dividirse (a veces, de manera manifiestamente simplista) en dos grupos. Los consecuencialistas son aquellos que valoran la bondad de una op cion preguntandose si (yen que medida) maximiza las mejores consecuencias, definidas conforme a una cierta teoria de que con secuencias son buenas y cuales no. Dicho de otro modo, parten de una concepcion del bien y definen 10 correcto y 10 incorrecto de una eleccion en funcion de dicha concepcion. Se diferencian de las perspectivas deontologicas, que son aquellas que parten de una
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concepcion del deber a la accion correcta y permiten la busqueda del bien solo dentro de los confines de 10 correcto. Kant, par ejern plo, permite que el agente moral busque la felicidad, pero solo si 10 hace estrictamente dentro de los lirnites de una moral construida sabre el respeto y la imparcialidad. La distincion que acabo de presentar es bastante general y poco matizada. De hecho, los enfoques deontologicos pueden atribuir un valor positivo a la busqueda del bien (algo que, seguramente, se puede afirmar de la propia teoria de Kant). Par su parte, las visio nes consecuencialistas -como Sen se ha destacado en argumen tar- pueden incorporar en su concepcion de las consecuencias buenas ciertos elementos que son convencionalmente considera dos como deontologicos, como, par ejemplo, la preservacion de los derechos. Ni siquiera esta del todo claro que todo consecuencialis mo ponga los derechos en una misma balanza junto a otros elemen tos del bien sin tratar los primeros como una condicion obligatoria previa, pues la concepcion del bien que maneja puede estar forma da par distintas capas a niveles a los que atribuya diferentes orde nes de prioridad (aunque, de todos modos, ese no es el tipo de concepcion que Sen propugna). £1 enfoque de las capacidades esta estrechamente vinculado a la deontologia, Uno de sus antecedentes historicos mas importan tes es Kant, ya que sostiene que la persecucion del objetivo del bienestar social jamas deberia realizarse de un modo tal que vulne rara los derechos fundamentales de las personas. De hecho, coinci de con los kantianos en afirmar que el utilitarismo no atribuye la importancia correcta a cada persona ni a la idea de respeto par las personas. £1 principia de que cada persona es un fin en sf misma, al que Ie he atribuido relevancia central en este enfoque desde Muje res y desarrollo humano en adelante, es una version de ese deber de respeto a la humanidad como fin en sf misma (y de la obligacion consustancial de no tratarla como un simple media) propugnado por Kant en su momento. £1 enfoque de las capacidades tambien se situa muy proximo a la deontologia en su adopci6n del liberalismo politico. £1 conse cuencialismo suele presentarse normalmente como una doctrina comprehensiva: la eleccion correcta (no importa ellugar ni el terna)
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Crear capacidades
es aquella que maximiza las consecuencias buenas tal como las de fine la teoria. Los consecuencialistas no distinguen normalmente entre un ambito politico de la vida y el resto de los ambitos, ni cir cunscriben sus recomendaciones al terreno politico. Aseguran que su rnetodo de elecci6n es el correcto en todos los contextos. Con ello consiguen plantear a los ciudadanos y las ciudadanas exigen cias que son irrazanables desde el punto de vista del liberalisma politico. Muchos ciudadanos y ciudadanas religiosos podrian estar perfectamente conformes can dar su apoyo a una sociedad basada en las diez capacidades y, al mismo tiempo, negarse a aceptar que la elecci6n correcta sea siempre aquella que maximiza las conse cuencias buenas: su religi6n tal vez ofrezca una concepci6n dife rente de la elecci6n correcta. POl' ello, si el consecuencialismo se presenta (como normalmente es el caso) como una concepci6n comprehensiva tanto de 10 correcto como de 10 bueno, no podria servir de base para los principios politicos de ninguna forma de li beralismo politico, ya sea del propugnado por el enfoque de las capacidades 0 de cualquier otro. Hay otro sentido, sin embargo, en el que el enfoque de las ca pacidades puede ser entendido como un pariente del consecuen cialismo, cuando no directamente como una forma de consecuen cialismo politico y no bienestarista. Y es que el enfoque proclama , 1 · · ' , '" ,.. . , 1 que ia manera correcta oe juzgar SI una snuacion pounca oaoa es adecuada desde el punta de vista de la justicia consiste en observar resultados: 2se satisfacen y se aseguran los derechos fundamentales de los ciudadanos y las ciudadanas? Pod ria considerarse entonces como un enfoque orientado a resultados, a diferencia de los enfo qucs procedimentalistas por los que suelen decantarse los deontolo gistas. John Rawls ofrece el siguiente y muy esclarecedor ejemplo. Supongamos que estamos repartiendo un pastel y que rem os divi dido en pedazas equitativos. Una forma de entender esa equidad es fijandonos en el resultado de la divisi6n: el proceso equitativo 0 imparcial seria entonces aquel que reparte partes iguales del pastel. Pero otra forma de concebir la equidad es centrandonos en el pro cedimiento: la divisi6n equitativa 0 imparcial podria ser aquella en la que a to do el mundo Ie corresponde un turno propio para cor tarse y servirse un pedaza del pastel. Rawls encuentra similitudes
Derechos funJamentales
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entre su propia teoria y este segundo tipo de divisi6n y reparto. El enfoque de las capacidades, por su parte, es un ejemplo del prime 1'0. Cuando analizamos una sociedad y nos preguntamos: 2es esta sociedad minimamente justa?, nos fijamos en si ha procurado y asegurado las capacidades. Evidentemente, hay capacidades que entrafian una idea de procedimiento imparcial (en el derecho pe nal, par ejernplo, el derecho a un juicio justo; en otros ambitos, derechos a un praceso debido en diversos terrenos). Pero estas se integran dentro del resultado bueno cuyo cumplimiento sirve de medida de evaluaci6n del (buen 0 mal) funcionamiento de una so ciedad. Un criterio de justicia como ese, orientado a resultados, no con vierte el enfoque de las capacidades en una forma de consecuencia lismo, pues dicho enfoque no deja de ser una concepci6n parcial de derechos especificamente politicos, y no una visi6n comprehensiva del bien social. Aun asi, el enfoque muestra un interes real por sa ber que talles esta yendo de verdad a las personas, y, en ese sentido, resulta razanable clasificar el enfoque de las capacidades junto a otras que se centran en la promoci6n del bienestar social (obvia mente, entendiendo el bienestar en terminos de capacidades y no de satisfacci6n de preferencias).
LAS EMOCIONES POLITICAS Y EL PROBLEMA DE LA ESTAB1LlDAD
Todas las visiones politicas (y, especialrnente, aquellas que plantean a los individuos una serie extensa de requerimientos) ne cesitan demostrar su estabilidad potencial a 10 largo del tiernpo, una estabilidad que es producto no de la anuencia reticente de los ciudadanos, sino tanto de la aceptaci6n bien informada por parte de estos de los elementos clave de la visi6n en cuesrion como de la existencia de unas motivaciones est abies para apoyarla. El enfoque de las capacidades no descansa sobre la idea de que el contrato social ha de ser mutuamente ventajoso para todos sus participan tes, idea con la que la teo ria clasica del contrato social explicaba muy eficazmente por que sus principios podian ser considerados estabies a largo plaza. De hecho, una de las ventajas de concebir el
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Crear capacidades Derechos fundamentales
Contrato de este modo era que hacia innecesario recurrir a1 altruis por e1 que, Contrario, sf que necesita recurrir a1 altruismo y, por consiguien te, esta obligado a exp1icar detalladamente como y por que surgen las motivaciones a1truistas, con que otras motivaciones deben com petir y como podrfamos cultivar los sentimientos utiles de un modo socia1mente propicio. Los fundadores de 1a India, Gandhi y Nehru, pensaron largo y tendido en como podfan contribuir los politicos a construir una cu1tura publica que pusiera el acento cen tral en el altruismo y 1a atenuacion del sufrimiento. Durante un tiempo, se esforzaron por aplicar sus propias conclusiones. Actua1 mente, sin embargo, ese consenso se esta resquebrajando. Hoy tenemos 1a urgente necesidad de contar con una buena teorfa explicativa de las emociones de los ciudadanos y las ciudadanas en una sociedad digna. rno genera1izado como factor estabilizador. Mi enfo
Esa tarea debe impu1sarnos a reflexionar sobre 1a familia, las normas socia1es, las escue1as y los incentivos que crean las propias instituciones po1fticas. Tambien exige una rcflexion conceptual so bre las emociones, sobre como surgen y se despliegan, sobre cual es su estructura y sobre como interactuan entre sf.
IMPLEMENTAcrON
que E1enfo de las capacidades dibuja un ambicioso conjunto de
objetivos. Pero ~que nos dice a proposito de como alcanzarlos?
Desde 1uego, hace especial hincapie en el hecho de que todas las
capacidades de 1a lista son importantes y que no se lograra 1ajusti cia plena supeditando a1guna de ellas a las demas. Como veremos en el capftu10 final, tam bien formula a1gunas recomendaciones re feridas a1 disefio constituciona1 y a 1a estructura instituciona1, aun que este ultimo es un ambito en e1 que todavfa queda mucho traba jo por hacer. De heche, y sin duda alguns, una de las principa1es vias de imp1ementacion de las «capacidades centra1es» se encuen tra en el sistema de adjudicacion constituciona1 de derechos funda recuerda mentales vigente en cada nacion. Por ultimo, e1 enfo que a los decisores politicos que e1 objetivo siempre consiste en faci1itar
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a las personas alternativas u opciones en aquellos ambitos que 1a lista destaca como centrales, y no en presionarlas para que se aten gan a un modo concreto de funcionamiento. Este enfasis en la li bertad de eleccion influye indudablemente en las estrategias de irnplernentacion que todo decisor politico deberia manejar. Hasta cierto punto, cualquier otra recomendaci6n en 10 que a la implementaci6n se refiere deberia ser especffica segun el contex to. Cualquier receta dirigida a conseguir que las personas superen los umbrales marcados por las «capacidades centrales» resultara probablemente inutil a menos que este construida sobre e1 conoci miento detallado del contexto cultural, politico e hist6rico de las elecciones de esos individuos. (Ese es el motivo por el que Mujeres y desarrollo humano es un libro que versa sobre regiones concretas de la India y no sobre 10 que las mujeres necesitan en el mundo en general. Aun asi, esos estudios especfficos sugieren, de hecho, algu nas conclusiones a prop6sito de otras cuestiones de alcance mas general.) Pero si volvemos sobre la historia de Vasanti, veremos que la orientaci6n que el enfoque ofrece va mas alla. Las capacida des no est an concebidas como atomos ais1ados, sino como un con junto de oportunidades que interactuan entre sf y se conforman las unas a las otras. Asf que, como bien ponen de relieve Wolff y De Shalit, tiene mucho sentido que identifiquemos funcionamientos (0, mejor dicho, capacidades) fertiles: oportunidades que generan a su vez otras oportunidades. Las capacidades fertiles seran especi ficas de sus respectivos contextos hasta cierto punto, pero no es menos cierto que podemos apostar con bastante seguridad a que 1a educaci6n es una de elias en todas las naciones, ya que proporciona acceso no solo a las opciones de empleo y a 1a voz politica, sino tarnbien a un mayor poder de negociaci6n en e1 hogar familiar y, por consiguiente, al poder de va1erse por uno mismo de cada per sona. Vasanti apenas habra comenzado su educaci6n cuando 1a co nod, pero es evidente que el hecho de que sus padres no 1e facilita ran una formaci6n en su momenta fren6 su avance personal durante mucho tiempo, y es igualmente obvio que los programas educativos de la SEWA han aportado a muchas mujeres como ella opciones de las que nunca antes habian dispuesto: programas cen trados no solo en las habilidades tecnicas, sino tambien en el pen
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Crear capacidades
samiento critico y en la capacidad de cap tar -con imaginacion e informacion-c--Ia naturaleza de la situacion histories y politica pro pia de la persona. Esta no es una formula valida solamente para personas de paises en vias de desarrollo: tam bien las naciones mas ricas desatienden con frecuencia la educacion de sus ciudadanos y ciudadanas pobres y desaventajados, por 10 que una buena inter vencion en el ambito educativo puede resultar igualmente fertil en esos contextos nacionales. (Pensemos, por ejernplo, en la novela Pusb, de Sapphire, recientemente llevada al cine con gran exito de critica y publico con la pelicula Precious: en ella se nos muestra el impresionante efecto que la lectura puede tener tanto sobre la ca pacidad de una mujer para afrontar con suficientes recursos una vida en la que ha padecido violencia y privaciones indecibles, como, de hecho, sobre la sensacion de dignidad y valia que ella acaba te niendo de si misma como persona a la que se Ie debe tanta justicia como a cualquier otra.) Otra capacidad fertil en el casu de Vasanti fue la propiedad: la independencia proparcionada por el credito. Tanto el credito como la propiedad de la tierra tienen una importancia extraordinaria como fuentes de otras capacidades, como pueden ser las oportuni dades laborales, la capacidad de proteccion de la integridad fisica propia frente ala violencia domestica, y la clase de confianza y au torrcspcto que Vasanti no ernpezo a experimcntar clararncntc hasta despues de que Ie fuera concedido el prestarno de la SEWA. Por ultimo, tanto en los colectivos estudiados por Wolff y De Shalit (que, recordemos, estan radicados en paises ricos y desarro llados) como en el casu de Vasanti, una capacidad especialmente fertil es la de la afiliacion: tener lazos con otras personas (en el casu de Vasanti, con las mujeres de la SEWA) que las yean con respeto como sus iguales y que esten dispuestas a preocuparse por elIas y a compartir con elIas proyectos comunes. Por otro lado, del mismo modo que los politicos harian bien en gastar los escasos recursos de los que disponen en la potenciacion de las capacidades mas ferriles, desde la esperanza de que estas gencren mejoras en otros ambitos diferentes a sus propios contex tos de origen, tambien tendrian buenos motivos para centrar ener gias en suprimir las que Wolff y De-Shalit llaman «desventajas co-
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rrosivas»: aquellos tipos de ausencia 0 privacion de capacidad que repercuten en la falIa de otras capacidades en otros arnbitos. Aun que, conceptualmente hablando, la desventaja corrosiva es el rever so negativo de la moneda de la capacidad fertii, no siempre puede deducirse una desventaja corrosiva mediante la mera lectura en ne gativo de una capacidad fertil. La discril1linacion y la estigmatiza cion raciales, par ejernplo, son una fuente de dcsventaja corrosiva que no podriarnos discernir simplementa a partir del estudio de la capacidad de afiliacion, aunque no dejen de ser, en ciertos sentidos, una negacion dc dicha capacidad. De rnancra similar, el desconoci mien to de la lengua local fue una de las desvenrajas corrosivas de tectadas por Wolff y De-Shalit, pero nadie podrla haber inferido su potencial para corroer otros ambitus a partir exclusivamente de una concepcion de la educacion como capacidad fertil en lineas generales. eada sociedad, pues, had bien en esforzarse por concre tar aquellos tipos dc desventaja que parecen particularmcnte dcbi litantes yen emplear sus escasos recursos en abordar tales desven tajas como maxima prioridad. A menudo, se tratara de privacioncs vinculadas a la marginacion, la estigmatizacion y otras formas de impotencia grupal, 10 que legitimar.i a las sociedades en cuestion para adoptar remedios igualmente grupales, aun cuando estos ten gan siempre en perspectiva el empoderamiento pleno de cada indi viduo,
Capitulo 5
DIVERSIDAD CULTURAL
Solo hay una lista de capacidades humanas centrales, pero esta es 10 suficientemente general como para que pueda ser luego con cretada de muchas y diferentes formas. Incluso cuando se traduce en un indicador comparativo, el paradigma del desarrollo humano aplica las mismas norm as y criterios a todas las naciones, ordenan dolas conforme a su com pet encia para proveer a su poblaci6n de todo un conjunto de capacidades humanas importantes. Pero vivi mos en un mundo muy diverso. (No es dictatorial 0 cerril aplicar un unico conjunto de norm as a todos los pueblos del mundo? Esta importante pregunta ha estado siempre presente en el nucleo mis mo de nuestro enfoque. Como equipo internacional de investiga dores que somos, de origenes repartidos a 10 largo y ancho tanto de culturas occidentales como no occidentales, hemos sido plenamen te conscientes del encendido debate que enfrenta a los universalis tas con quienes critican el supuesto imperialismo de los valores que encierra el universalismo, y hemos estado sumamente interesados desde un principio en abordarlo. 'I, Dado que el enfoque de las capacidades es pariente cercano del ,', Sen, por ejernplo, es un indio bengali; aunque ha adquirido la eiudadanfa britanica y aetualmente reside en Estados Unidos, eonserva su eiudadanfa india y una profunda implieaei6n en la politica y la eultura de su pafs. Yo soy eiudada na estadounidense, perc mi trabajo me ha llevado hasta la India (donde he reali zado buena parte de mi investigacion) y otros diversos paises, Entre los prinei pales fund adores de la Asoeiaei6n para la Capaeidad y el Desarrollo Humanos se eneuentran investigadores e investigadoras de las siguientes naeionalidades: paquistani, japonesa, brasilefia, holandesa, italian a, bangladesf, britanica y esta dounidense. A la asoeiaei6n estan afiliados miembros de oehenta pafses distin tos. Entre sus presidentes ha habido dos indios, una eiudadana britanica y una eiudadana estadounidense.
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Crear capacidadcs
movimiento internacional de los derechos humanos (y, de heche, a mi juicio, es una subespecie de este), hariamos bien en cornenzar pOl' abordar las objeciones que tan frecuentemente se expresan en contra de dicho movimiento, antes de centrarnos en las aportacio nes concretas del enfoque de las capacidades. Es habitual oir voces que recriminan al movimiento de los derechos humanos (la forma mas cornun e influyente de la visi6n que atribuye a toda persona de cualquier lugar del mundo la posesi6n de unos derechos tunda mentales por el simple hecho de su condici6n human a) su origen supuestamente occidental y que afirman que el respaldo a aquellas norrnas internacionales que consagran los derechos humanos como grandes objetivos de la humanidad refuerza la subordinacion de las culturas no occidentales a una ideologia propia de Occidente. Tras haberse sustraido solo en fecha reciente a la dorninacion colonial, estas culturas -se quejan las mencionadas voces- vuelven a ser colonizadas de nuevo. tQue opinion deberia merecernos tal argu mento? En primer lugar, no se puede decir que haya alcanzado aun la categoria de argumento. Aunque fuera cierto que los derechos hu manes tuvieron su origen hist6rico en Occidente, esc dato no cons tituiria por SI solo razon alguna para considerarlos inapropiados para otras naciones. Las personas tom amos prestadas cosas conti nuamente y la inventiva con la que las cult mas utilizan esos presta mos es una de las realidades mas significativas de la historia hurna na, Adem as, las sociedades no se conforman a veccs con tornar prestados pequefios pedazos de una manera externa de ver las co sas, sino que aprovcchan extensas perspectivas sisternaticas venidas originariamente de fuera. Todos los grandes rnovimientos cultura Ies del mundo (incluidos el cristianisrno, el budisrno, el islam y cl marxismo) tuvieron sus respectivos origenes especificos en un [u gar y un momento determinados, pero se difundieron ampliamente mas alla de su localizacion original porque otras personas se sintie ron atraidas por elIos. No hay motivo para ver nada inherentemente rep rob able en tal fenomeno. Rara vez se ha arguido que los ori genes occidentales del marxismo fueran una razon para que las naciones no occidentales no adoptaran posiciones marxistas. La adopcion del marxisrno tal vez fuera un error, pero no porque sus
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comienzos se rernontaran al trabajo de un judie aleman en la Bi blioteca Britanica. Se necesita algun argumento mas para justificar ese rechazo. Tarnpoco tienen mayor contundencia las posturas si milares a prop6sito de los derechos humanos. A menos que poda mos alegar algun motivo adicional por el que otras culturas no de ban adoptar los conceptos defendidos par el movimiento de los derechos hurnanos, no habremos dicho nada sustancial en contra de este. Incluso si se entiende como una tesis de contenido exclusiva mente historico, 1<1 acusacion de «irnperialismo» choca con scrias dificultades de validacion em pirica. Como bien ha mostrado Amartya Sen, los elementos constituyentes del concepto de los derechos humanos estan presentes tanto en la tradici6n india como en la china. La Ilustracion europea les dio una configura cion particular (antes de esta, la propia tradicion Iilosofica occi dental con tenia solo algunos elementos de la idea en si), pero esc hecho no es demostracion alguna de que el concepto, en su es tructura mas profunda, sea cspecialmente europeo. Algunas de las ideas que habitualmente relacionarnos con la Ilustracion existian en realidad en la India mucho antes de que aparecieran en Occi dente. El concepto mismo de tolerancia religiosa, por ejcmplo, pucde encontrarse en el pensarniento del emperador budista As hoka, cuya dinastia reino sobre Luena parte de la India entre los siglos II! y I! a.e. Los arquitectos conternporaneos del movimicnto internacional de los derechos humanos, que da comienzo con la elaboracion de la Declarucion Universal de los Dcrechos H umanos de 1948, pro venian de una amplia diversidad de paises, entre los que se incluian Egipto, China y Francia, por ejcmplo. Los artifices de aquel docu rnento dieron deliberadarnente a la lista de derechos la formulacion que hoy conocemos para que Iuera aceptable para personas de una gran variedad de tradiciones culturales y religiosas. Los grandes instrumentos internacionales de los derechos humanos formulados en fcchas mas recientes tam bien han sido obra de equipos intcrna cion ales, en los que han tenido un destacado papel personas de paises no occidentales, Estados Unidos, naci6n cuyo papel impe rialista suele ser el mas temido por quienes plantean las objeciones
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Crear capacidades
antes mencionadas, no ha ejercido liderazgo alguno en ese rnovi miento. Todo 10contrario: Estados Unidos ni siquiera ha ratificado la mayoria de los principales instrumentos y documentos sobre los derechos humanos, incluidas la Convencion sobre 1a Eliminaci6n de todas las Formas de Discrirninacion contra la Mujer (CEDAW, segun sus siglas en ingles) y 1a Convenci6n sobre los Derechos del Nino (CDN), convenios estos ultirnos que si han sido ratificados por la mayoria de las dernas naciones (desarrolladas 0 en vias de desarrollo) del mundo. ,', Quienes sugieren que Estados Unidos esta intentando imponer las normas sobre derechos hurnanos a un mundo que no las quiere muestran una ignorancia supina en torno a esta cuesti6n. Adernas, si examinamos mas de cerca 1ahistoria del colonialis mo, veremos que las normas sobre derechos humanos no surgie ron en las naciones colonizadas como respuesta a las exigencias de unos colonizadores ernpefiados en que los pueblos colonizados aceptaran los «valores occidentales». De hecho, resulta mucho mas preciso afirmar que esas norm as constituyeron elementos de resistencia frente a la arbitrariedad del poder colonial. Considere mos el caso de la India, cuya Constituci6n incluye protecdones exhaustivas de los derechos human os. EI Raj britanico en aque! subcontinente no import6 normas como la libertad de expresion, la libertad de asociacion ni la libertad politica. Puede que tales normas sf fueran defendidas en Gran Bretafia por ciertas personas de ciertos sectores, pero 10 cierto es que, en 10 tocante al gobierno de la India, los britanicos hicieron gala de un absoluto desprecio por las ideas re!acionadas con los derechos humanos. Dificilmen te podrian haber asociado los indios al Imperio britanico con la noci6n de los derechos humanos cuando tenian que soportar a diario segregaciones forzadas y la negacion de su libertad asocia tiva, par no hablar de ataques violentos (y asesinos en ocasiones) contra quienes trataban de expresarse y de protestar libremente, ,', Las naciones que no han ratificado la CEDA\XI son Estados Unidos, Iran. Tonga, Palau, Somalia. Sudan, Niue y Ciudad del Vaticano (sin duda, una Fuente central de «valores occidentales»). La CDN ha sido ratificada por todos los miemhros de las Naciones Unidas salvo Esrados Unidos y Somalia.
asi como arrestos y detenciones sin cargos ni juicios, Y otros in contables atentados. Rabindranath Tago re, e1 poeta ganador del Premio Nobel en 1913, que devolvio su nombramienro de caba llero de! imperio en 1919 en protesta contra las atrocidades brita nicas en materia de violacion de derechos humanos, dijo que la cultura occidental estaba erigida sobre una base de poder arbitra rio carente de respeto por la humanidad. Tagore, que admiraba a muchos pensadores occidentales, sabia bien que habia otras co rrientes en la cultura de Occidente, entre las que se incluian ideas relacionadas con el respeto y los derechos. Pero trataba de dejar claro que, en la conducts de Europa para con el resto del mundo, predominaba en aquel momento el desprecio por los derechos en general. Cuando, mucho despues, Gandhi y Nehru pusieron todo su empefio en construir la nueva naci6n india sobre unos cimientos s61idos en e! terreno de los derechos humanos, 10 hicieron tras ha ber sufrido durante afios y anos 1a vulneraci6n constante de tales derechos por parte de los britanicos a 10 largo de la lucha por la independencia del pais. Ambos, pero en especial Nehru, pasaron largos periodos en carceles britanicas condenados por el «delito» de la protesta pacifica. Gandhi no era en absoluto am ante de la cultura occidental; a1 igua1 que Tagore, la consideraba materialista y avida de poder. Asi pues, si Gandhi se adherfa a los derechos humanos como 10 hada, era por la importancia intrinseca que estos tenian para el; insistia, adernas, que las tradiciones indias, tal como el mismo las interpretaba, proporcionaban la base fundacional ul tima para 1a aplicaci6n de aquellos en el pais. Mas 0 menos 10 mismo puede deeirse del papel de los derechos .humanos en 1ae!aboraci6n de la Constituci6n sudafricana. La carta magna de la moderna Sudafrica, firmernente fundada sobre la no cion de los derechos humanos, representa un intento de normativi zacion de garantfas de la dignidad humana encaminada a que nin gun regimen arbitrario futuro pueda vu1nerar tal dignidad como se vu1ner6 a diario durante el apartheid. Si tenemos en cuenta algo tan extraordinario como que la Constituci6n de Sudafrica prohibiera en 1996 no solo 1a discriminaci6n por genero y por raza, sino tam bien por orientacion sexual (en un momento en que Estados Uni
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Crear capacidudes
dos seguia ratificando la constitucionalidad de sus leyes «antisodo mia» y mucho antes de que ninguna otra nacion tornara medidas legislativas serias en ese terreno), podremos ver hasta que punto la proteccion de los debiles frente a la tirania de los fuertes fue un elemento central de la mision de los redactores de aquella Consti tucion. No se sostiene, pues, la objecion de «imperialismo» que algu nas voces plantean contra la nocion de los derechos humanos. El programa politico erigido sobre la defensa de estos ultimos pro pugna la igual valia y dignidad de todas las personas. La idea de la igualdad de valia no es particularrnente occidental y, desde lue go, en ningun caso puede considerarse imperial. El programa de los derechos humanos es un aliado de los debiles contra los fuertes. De todos modos, esta acusacion de «imperialismo» es muy in tluyente en la escena internacional de los estudios sobre desarro llo. Por 10 tanto, si 10 que pretendemos es evitar caer una y otra vez en las mismas acusaciones infundadas, siernpre podemos Hamar la atencion sobre el hecho de que el enfoque de las capacidades, aun que estrechamente vinculado al enfoque de los derechos huma nos, tiene su origen primario en la India y que su forrnulacion ha sido obra de un grupo internacional de investigadores e investiga doras. Mas importante aun: el enfoque de las capacidades mantic ne los pies rnuy pegados al suelo. Su nucleo conceptual no hace uso de ningun concepto teorico enrarecido, como a veces se cree que es la idea de los «derechos humanos». En vez de ello, formula y da respuesta a una pregunta que las personas reales se plantean a si misrnas y entre sf en muy diferentes contextos y cada uno de los dias de su vida: (que soy capaz de hacer y de ser? (Cwiles son mis opciories reales? No hay duda de que es posible, cuando me nos, suponer que la poblacion de una nacion, N, carece del con cepto de derechos humanos (aun cuando yo personalrnente crea que tal suposicion es, por 10 general, erronea). Pero 10 que es del todo inverosimil es suponer que los habit antes de la nacion N ja mas se han preguntado que son cap aces de hacer 0 de ser. En ese sentido, pues, eJ enfoque de las capacidades, manteniendose mas proximo al terreno que pisa, nos permite sortear el confuso (y de-
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sorientador) debate abstracto en torno a los derechos y el imperia lisrno,
Hablando en lineas mas generales, al rctlexionar sobre la cues tion del pluralismo y los valores culturales en su conjunto, deberia mos tener siempre presente que ninguna cultura es rnonolftica. 1'0 das ellas contienen una diversidad de voces y, a mcnudo, 10 que pasa por scr «la» tradicion de un lugar no es mas que la manera de ver de los miembros mas poderosos de esa cultura, que han gozado de mayor acceso a la exprcsion escrita y politica. Para obtener una version minimamente aceptable de «los» puntos de vista de una cul tura, tenciriamos que buscar las opiniones de las minorias, las mu jeres, la poblacion rural y otros colectivos de cuyo modo de vel' las cosas es improbable que den cuenta los registros y las descripcio. nes canonicas. Si entendemos bien esto, dificilmente podernos atri buir autoridad norrnativa alguna a los valores tradicionales: la tra dicion no nos proporciona mas que una conversacion, un debate, y no nos queda mas remedio que evaluar las diferentes posturas en el enfrentadas. El enfoque de las capacidades sugiere que las evalue mos usando la idea de la dignidad humans para todas las personas como guia. Pese a todo, no deberfamos ignorar el hecho de que cada per sona toma opciones distintas y que el respeto a las personas exige 'h' 1 1·t.. . .a caca 1 que se respeten 1ios ambitos LlC liuerta d- en torno una ue euas dentro de los que roman sus decisiones. Algunas de tales decisiones seran personalcs e idiosincrasicas, pero otras much as estaran rcla cionadas con identidades culturales, religiosas 0 etnicas de indole colectiva. A la hora de construir cualquier concepcion normativa, pues, est amos obligados a pres tar una detallada atcncion al respeto por la libertad de eleccion y a asegurarnos de que protegernos los espacios dentro de los que las personas se expresan con arreglo a sus propias elecciones. Y ncccsitarnos baccrlo con mayor claridad y explicitud, si cabe, cuando nuestro enfoque exige unas condicio nes terrninantes en cuanto al contenido norrnativo de los valores politicos. Tenemos que estar seguros de que ese contenido no re prima inapropiadamente la capacidad de elecci6n de las personas en 'lmbitos que tienen una significacion central para sus vidas. 1n sistir, por ejemplo, en el caracter obligatorio de ciertos tratamien 1
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Crear capacidades Diversidad cultural
tos medicos destinados a salvar vidas, como las transfusiones de sangre, significarfa desairar la eleccion de no aceprar transfusiones que los testigos de ]ehova hacen por motivos de conciencia, Esta clase de problemas se evita convirtiendo la capacidad (y no el fun cionamientol en el objetivo politico apropiado. Sen, como ya hemos visto, se posiciona en materia de conteni. do centrando su atencion en la educaci6n y la salud, adernas de la igualdad de genero. Mi propia lista, mas explfcira, propone, sin embargo, un conjunro mas extenso y definido de compromisos, y se ha mostrado hasta el momento mas vulnerable a la critica por que, tal vez, este demasiado sesgada a favor de un conjunto parti cular de valores religiosos 0 culturales en detrimento de otros, 0 constituya una intromisi6n excesiva en ese terreno. Como yo creo que la libertad de expresi6n cultural y religiosa es una cuestion importante, he integrado en mi enfoque un elemento de sensibili dad al pluralismo cultural a traves de diversas vias. En primer lugar, la lista de capacidades es producto de un pro ceso de argumentacion y debate normative critico, centrado en tor no a la nocion de la dignidad humana. Como todos los argumentos filosOficos resperables, este tam bien se ha planteado para que sea criticado, rebarido, abordado: las personas son lib res de valorarlo y, si 10 encuentran convincente, aceptarlo. La lisra es abierta y est a sujeta a un continuo proceso de revision y reconsideraci6n. En segundo lugar, mi enfoque especifica los componentes de esa lisra de un modo un tanto abstracto y generico, Y 10 hace pre cisamente para dar cabida a la especificacion y la deliberaci6n adi cion ales por parte de los propios ciudadanos y ciudadanas, sus parlamentos y sus sistemas judiciales, tareas imprescindibles antes de que cualquier principio abstracto de esa clase pueda materiali zarse en una constitucior; 0 en otro documento politico fundacio nal con un minimo de legitimidad. Dentro de ciertos pararnetros, es perfectamente aceptable, pues, que cada nacion realice ese pro ceso a su manera, tomando en consideracion sus propias historias y circunstancias especiales. Asi, por ejernplo, un derecho de liber tad de expresion como el que resulta perfectamente apropiado para Alemania, donde esta prohibida cualquier muestra de expre si6n escrita u organizacion politica de contenido antisemitico, se
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ria probablemente demasiado restrictivo en un clima diferente como puede ser el de Estados Unidos, donde se ha mantenido durante mucho tiempo que la idea de la libertad de expresion contenida en la Primera Enmienda protege incluso tales actividades. Existen, pues, diferentes maneras legitimas de definir y proteger la libertad de expresion, aunque tambien hay politicas que son inacepta blemente represivas en ese terreno. La determinacion de si una situacion concreta a1canza (0 no) a superar el umbral de adecua cion tendra que realizarse normalmente «sobre el terreno», abor dando una arnplia variedad de casos, pero si algo podemos afirrnar con total seguridad, es que cualquier politica que asigne grados divergentes de libertad de expresi6n a diferentes grupos de ciuda danos y ciudadanas estara automaticarnente condenada a no supe rar el umbral minirno. En tercer lugar, la lista esta formulada como una parte mas de una «concepcion moral parcial» independiente (por usar la expre sion de Rawls), es decir, que ha sido introducida de manera expli cita a efectos exclusivamente politicos, sin arraigamiento alguno en un as ideas metafisicas como las que dividen a las personas en fun cion de su cultura 0 religion, Tal y como Rawls dice a proposito de sus propios principios basicos, podemos entender esta lista (y el enfoque teorico en el que esta integrada) como un «modulo» sus ceptible de obtener el respaldo de personas que sostengan concep ciones muy diferentes del sentido y el fin ultimo de la vida, ya sean estas religiosas 0 seculares. Estas personas enlazaran esta lista de multiples formas con sus propias doctrinas comprehensivas de ca racter religioso 0 laico. Al igual que la Declaracion Universal de los Derechos Humanos, el enfoque de las capacidades busca un acuer do a efectos politicos practices y rehuye deliberadamente comentar nada a proposito de temas hondamente divisivos en torno aDios, el alma, los limites del saber humano y otros por el estilo, que divi den a las personas en funcion de sus doctrinas. Esa estrategia cons tituye una expresion de respeto por la diversidad, en el mismo sen tido en el que una doctrina de aconfesionalidad del Estado, en el ambito de la religion, puede ser entendida como una manera de expresar una igualdad de respeto por todos los ciudadanos y las ciudadanas, con independencia del credo religioso al que esten afi
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liados. De hecho, en mis obras y trabajos mas detallados sobre reli gion y capacidad, planteo una defensa firme de una doctrina de aconfesionalidad del Estado, asi como de una doctrina de contun dente defensa de la libertad de ejercicio de la religion, como pro tecciones esenciales de la capacidad y la igualdad humanas en el ambito religioso. En cuarto lugar, mi enfoque hace uso de una lista de capacida des y concibe como labor propia del gobierno la de aupar a todos los ciudadanos y ciudadanas por encima del umbral minimo de las diez capacidades mencionadas. Esa es una tarea explicitarnente distinta de la de presionar a los ciudadanos para que adquieran los funcionamientos asociadas con cada una de esas capacidades: las personas que tienen una capacidad tienen una opcion, una zona de libertad. Las personas pueden elegir el funcionamiento asociado (por ejernplo, seguir una dieta nutritiva) a pueden re nunciar a el (ayunando u optando por un estilo de vida insane). El enfasis en las capacidades entendidas como objetivos politicos protege, pues, el pluralismo. Muchas personas que estan dispues tas a apoyar una determinada capacidad por entender que se trata de un derecho fundamental se sentirian maltratadas si el [uncio narniento asociado a dicha capacidad se convirtiera en un elemen to basico obligatorio. De ahi que el derecho avatar pueda can tar con cl rcspaldo de ciudadanos devotes, como los arnish, que se sentirian profundamente insultados si el 'lata fuese obligatorio porque tal practica es contraria a su concepcion religiosa. Ellibre cjercicio de la religion puede ser apoyado par personas que se oporidrian frontalmente a cualquier clase de apoyo estatal a un credo concreto en detrimento de los dernas 00 que significaria presionar a todos los ciudadanos y las ciudadanas para que se ajustaran a un tipo concreto de funcionamiento religiose) median te profesiones de fe obligatorias, reserva del acceso a cargos ofi ciales para miembros de un credo deterrninado, etcetera. Vasanti, una persona creyente, usara la libertad religiosa que la Constitu cion de la India Ie reconoce; su amiga Kokila no usara esa libertad si no es creyente. Ambas, sin embargo, pueden respaldar esa dis posicion constitucional, ya que es buena idea que toclos los ciuda danos y ciudadanas dispongan de una zona de libertad como esa;
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pueden esrar de acuerdo, porque la India es un pais donde las diferencias religiosas estan rnuy presentes; y, de ese modo, ade mas, respetan a sus conciudadanos y conciudadanas. En quinto lugar, las principales libertades que protegen el plura lismo son elementos centraies de la lista de capacidades. La libertad de expresion, la libertad de asociacion, la libertad de conciencia, y la accesibilidad y las oportunidades politicas, son aspectos cruciales para una sociedad que se proponga proteger el pluralismo cultural y religioso. Incluyendolas en la lista les concedemos un lugar cen tral que es innegociable como tal. Comparemos ese enfoque can una concepcion politica que simplemente se supedite a las tradi ciones locales, sean cuales sean: en muchas sociedades del mundo (si no en la mayorfa de ellas), este segundo enfoque politico no pro tegerfa el pluralismo, porque muchas tradiciones locales no res paldan la libenad de ejercicio religioso ni los dernas elementos de un pluralismo significativo. El respeto par el pluralismo tal como se entiende en nuestro enfoque difiere por complete del relativismo cultural 0 del sometimiento a la tradicion, plies exige que la sociedad se posicione a proposito de cicrtos valores globa les dirigidos a proteger la libertad de eleccion de sus ciudadanos y ciudadanas. Por ultimo, quienes acusan a nuestro enfoque de «colonialis mo» supanen que quiencs propugnan una lista como la nuestra instaran a los gobiernos (y, en especial, a los gobiernos occidcnrales mas pcderosos) a cargar contra aquellas naciones que no respeten los valores encarnados por el enfoque para imponerlo por la fuer za. Sin embargo, el enfoque de las capacidades rechaza de plano esa forma de proceder. Mi version pone especial enfusis en una se paracion estricta entre las cuestiones relacionadas con la justifica cion y las vinculadas con la implementacion, Creo que existen bue nos argumentos para justificar est a lista como base valida para unos principios politicos aplicables en to do el mundo. (lncluso la justifi cacion implica un elemento democrarico, pues el enfoque se jus tificara solamente si se puede mostrar que converge, a largo plaza, con los veredictos del deseo informado.) La justificacion pro porciona a las partes irnplicadas buenas razones para prornover el enfoque en sus naciones respectivas y para esforzarse por trasladar
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Crear capacidades
10 a los documentos internacionales. Pero otra cosa bien distinta es
tolerar la intervenci6n en los asuntos de un Estado que no recono ce 0 no aplica los objetivos del enfoque. Si e1 enfoque politico en cuesti6n incorpora en S1 mismo una firme defensa de la soberania nacional (como es e1 caso de mi version del enfoque de las capaci dades, desde la que argumento que la soberania nacional es una expresion importante de la libertad humana y del derecho basico de todos los seres humanos a otorgarse a S1 mismos leyes de su pro pia eleccion), habra erigido ya una solida barrera contra la «in tervencion humanitaria» a la fuerza en los asuntos de cualquier Estado que cumpla con un criteria minimo de legitimidad (un cri terio que, segun yo entiendo, esra muy por debajo del de la justicia absoluta, que, can toda probabilidad, ninguno de los Estados exis tentes cumple par complete). Yo sostengo (basandome en las concepciones convencionales de la intervencion hurnanitaria) que las sanciones militares y eco nornicas se justifican unicamente en ciertas circunstancias de suma gravedad que impliquen crimenes contra la humanidad tradicio nalmenre reconocidos como tales, como el genocidio. Pero incluso cuando se han producido tales crfrnenes, intervenir suele ser un error estrategico; sobre rodo, si la naci6n es democratica y puede ser persuadida para que repudie esos actos atroces. AS1 pues, aun que yo misma he sostenido que los asesinatos de musulmanes en el estado indio de Gujarat en 2002 se ajustan a la definicion de geno cidio, tambien defiendo que habria sido muy poco prudente que cualquier potencia extranjera hubiese intervenido en los asuntos internos de la India, una nacion dotada de una democracia activa y vital. La condena internacional de las atrocidades es importante, como tambien 10 es toda negativa a admitir a los perpetradores de los crimenes como invitados de honor en otras naciones. (Esrados Unidos, por ejemplo, hizo bien en negar un visado a Narendra Modi, ministro principal del est ado de Gujarat y protagonista des tacado de las agresiones genocidas.) Pero mientras exista una posi bilidad aceptable de que el propio sistema dernocratico del pais pueda abordar el problema -como ahora, siete aDOS despues, se puede decir que en buena medida ya ha hecho-, intervenir a la fuerza supondria un error sin paliativos.
AS1 pues, la principal preocupaeion de las voces que plantean objeciones en este sentido parece injustificada. Es dificil poner re paros ala recornendacion de una buena idea, respaldada por argu rnentos validos, solo por el hecho de que se recomiende a todo el mundo, cuando se hace evidente que la soberan1a estatal, arraigada en el consentimiento del pueblo, es una parte muy importante de su contenido y su contexte.