Dialéctica erística o el arte de tener razón, razón , expuesta en treinta y ocho estratagemas es un pequeñ pequeño o tratad tratado o inconc inconclus luso o escrito escrito por el filósof filósofo o alem!n alem!n "rthur "rthur #chope #chopenha nhauer uer,, $asa $asado do prin princi cipa palm lmen ente te en los los %ópico %ópicos s de "risto "ristotel teles es&& 'ue 'ue pu$l pu$lic icad ado o en ()*+ ()*+,, postumamente, por ulius 'rauenst-dt $a.o el título de /risti0 1/rística2& 1/rística2& 3a o$ra contiene una serie de apuntes en los que #chopenhauer recopiló treinta y ocho 4unstgriffe 56estrata 56estratagema gemas6, s6, 6ardides6 6ardides6 o 6trucos6 6trucos6 dialéctico dialécticos5, s5, argumentac argumentaciones iones desleales y engañosas utilizadas en las discusiones cuando uno de los contrincantes desea desea que pre8al pre8alezc ezcan an sus tesis tesis u opinio opiniones nes propia propias s so$re so$re las del ad8ers ad8ersari ario, o, aun sa$iendo que éstas son a$surdas o plausi$les o que no lle8a razón alguna en el asunto a discutir& 9ara #chopenhauer, :la dialéctica erística es el arte de discutir, pero discutir de tal manera que se tenga razón tanto lícita como ilícitamente 5 por fas y nefas;&
Dialéctica erística o el arte de tener razón, razón , expuesta en treinta y ocho estratagemas es un pequeñ pequeño o tratad tratado o inconc inconclus luso o escrito escrito por el filósof filósofo o alem!n alem!n "rthur "rthur #chope #chopenha nhauer uer,, $asa $asado do prin princi cipa palm lmen ente te en los los %ópico %ópicos s de "risto "ristotel teles es&& 'ue 'ue pu$l pu$lic icad ado o en ()*+ ()*+,, postumamente, por ulius 'rauenst-dt $a.o el título de /risti0 1/rística2& 1/rística2& 3a o$ra contiene una serie de apuntes en los que #chopenhauer recopiló treinta y ocho 4unstgriffe 56estrata 56estratagema gemas6, s6, 6ardides6 6ardides6 o 6trucos6 6trucos6 dialéctico dialécticos5, s5, argumentac argumentaciones iones desleales y engañosas utilizadas en las discusiones cuando uno de los contrincantes desea desea que pre8al pre8alezc ezcan an sus tesis tesis u opinio opiniones nes propia propias s so$re so$re las del ad8ers ad8ersari ario, o, aun sa$iendo que éstas son a$surdas o plausi$les o que no lle8a razón alguna en el asunto a discutir& 9ara #chopenhauer, :la dialéctica erística es el arte de discutir, pero discutir de tal manera que se tenga razón tanto lícita como ilícitamente 5 por fas y nefas;&
"rthur #chopenhauer
Dialéctica erística o el arte de tener razón /xpuesta en treinta y ocho estratagemas e9<= 8(&> =erce$us(?&>+&(@ =erce$us(?&>+&(@
Antroducción 3a dialéctica erística B(C es el arte de discutir, pero discutir de tal manera que se tenga razón tanto lícita como ilícitamente 5por fas y por por nefasB@C& 9uede tenerse ciertamente razón o$.eti8a en un asunto y sin em$argo, a o.os de los presentes y algunas 8eces tam$ién a los de uno mismo, parecer falto de ella& " sa$er, cuando el ad8ersario refuta mi prue$a y esto sir8e como refutación misma de mi afirmación, la cual hu$iese podido ser defendida de otro modo& /n este caso, como es natural, para él la relación es in8ersa, pues le asiste la razón en lo que o$.eti8amente no la tiene& /n efecto, la 8erdad o$.eti8a de una tesis y su 8alidez en la apro$ación de los contrincantes y los oyentes son dos cosas distintas& 1acia lo Eltimo se dirige la dialéctica&2 FGu!l es el origen de estoH 3a maldad natural del género humano& #i no fuese así, si fuésemos honestos por naturaleza, intentaríamos simplemente que la 8erdad saliese a la luz en todo de$ate, sin preocuparnos en a$soluto de si ésta se adapta a la opinión que pre8iamente mantu8imos, o a la del otroI eso sería indiferente o en cualquier caso, algo muy secundario& 9ero ahora es lo principal& 3a 8anidad innata, que tan suscepti$le se muestra en lo que respecta a nuestra capacidad intelectual, no se resigna a aceptar que aquello que primero formulamos resulte ser falso, y 8erdadero lo del ad8ersario& %ras esto, cada cual no tendría otra cosa que hacer m!s que esforzase por .uzgar rectamente, para lo que primero tendría que pensar y luego ha$lar& 9ero .unto a la 8anidad natural tam$ién se hermanan, en la mayor parte de los seres humanos, la charlatanería y la innata impro$idad & a$lan antes de ha$er pensado y aun cuando en su fuero interno se dan cuenta de que su afirmación es falsa y que no tienen razón, de$e parecer , sin em$argo, como si fuese lo contrario& /l interés por la 8erdad, que por lo general muy $ien pudo ser el Enico moti8o al formular la supuesta tesis 8erdadera, se inclina ahora del todo al interés de la 8anidadJ lo 8erdadero de$e parecer falso y lo falso 8erdadero& #in em$argo, esa impro$idad misma, el empeño en mantener tozudamente una tesis incluso cuando nos parece falsa, toda8ía tiene una excusa& Gon frecuencia al comienzo de la discusión estamos firmemente con8encidos de la 8erdad de nuestra tesis, pero ahora el contraargumento del ad8ersario parece refutarlaI dando ya el asunto por perdido, solemos encontrarnos m!s tarde con que, a pesar de todo, teníamos razónI nuestra prue$a era falsa, pero podía ha$er ha$ido una adecuada para defender nuestra afirmaciónJ el argumento sal8ador no se nos ocurrió a tiempo& De ahí que sur.a en nosotros la m!xima de luchar contra el razonamiento del ad8ersario incluso cuando parece correcto y definiti8o, pues, precisamente, creemos que su propia corrección no es m!s que ilusoria y que durante el curso de la discusión se nos ocurrir! otro argumento con el que podremos oponernos a aquél, o incluso alguna otra manera de pro$ar nuestra 8erdad& De ahí que casi nos 8eamos o$ligados a actuar con impro$idad en las disputas o, cuando menos, tentados a ello ello con con gran gran faci facili lida dad& d& De esta esta form formaa se ampa ampara rann mutu mutuam amen ente te la de$i de$ilid lidad ad de nues nuestro tro entendimiento y la 8ersatilidad de nuestra 8oluntad& /sto ocasiona que, por regla general, quien discute no luche por amor de la 8erdad, sino por su tesis como pro ara et focis Bpor el altar altar y el hogarC y por fas o por nefas puesto puesto que como ya se ha mostrado, mostrado, no puede hacerlo hacerlo de otro modo& 3o ha$itual ser!, pues, que todos quieran que sea su afirmación la que pre8alezca so$re las otras, aunque aun que moment moment!ne !neame amente nte llegue llegue inclus inclusoo a parec parecerl erles es falsa falsa o dud dudosa osa66 B?C& 3os medios para conseguirlo son, en $uena medida, los que a cada uno le proporciona su propia astucia y malignidadI se adiestran en la experiencia cotidiana de la discusión& /n efecto, así como todo el mundo tiene su propia dialéctica natural , tam$ién tiene su propia lógica innata& innata& #ólo la primera, no le conducir! ni tan le.os ni con tanta seguridad como la segunda& Ko es f!cil que alguien piense o infiera contradiciendo las leyes de la lógicaI si los .uicios falsos son numerosos, muy rara 8ez lo son las conclusiones falsas&
certeza de su .uicio al formular su tesis como a la astucia y ha$ilidad con que la defendió& /n éste, como en todos los casos, lo innato es lo me.or B+C no o$stante, tanto el e.ercicio como la reflexión so$re las manio$ras con las que puede 8encerse al ad8ersario, o las que éste utiliza con m!s frecuencia para re$atir, aportar!n mucho para l egar a ser maestro en este arte& #i $ien la lógica no puede tener pro8echo pr!ctico alguno, sí puede tenerlo la dialéctica& Me parece que "ristóteles tam$ién expuso su propia lógica 1analítica2, principalmente como fundamento y preparación de la dialéctica, y que ésta fue para él lo principal& 3a lógica se ocupa de la mera forma de las proposiciones, la dialéctica de su contenido o materia, de su 8alor intrínsecoI de ahí que de$iera preceder la consideración de la forma, en cuanto lo uni8ersal, a la del contenido o de lo particular& "ristóteles no define el o$.eto de la dialéctica tan sutilmente como yo lo he hechoI si $ien es cierto que asigna como su o$.eto principal la discusión, al misi8o tiempo tam$ién la $Esqueda de la 8erdad 1 %ópicos l, @2& Después Después añade añade de nue nue8oJ 8oJ 6las propos proposici icione oness se consideran filosóficamente segEn la 8erdad y dialécticamente teniendo en cuenta la credi$ilidad o el aplauso que o$tienen en la opinión de los otros6 1 %ópicos (, (@2& /s conscien consciente te de la diferencia y disyunción de la 8erdad o$.eti8a de una proposición y del hecho de hacerla 8aler o de o$tener su apro$ación, pero no lo hace con la suficiente sutileza como para asignar este Eltimo fin a la dialéctica BNC& #us reglas para conseguir el Eltimo propósito son, a menudo, tam$ién asignadas al primero, encontr!ndose com$inadas& De ahí que me parezca que no supo terminar airosamente su tarea B*C& "ristóteles a$ordó en los %ópicos la exposición de la dialéctica con el espíritu científico que lo caracteriza, de forma extraordinariamente metódica y analíticaI aunque esto sea muy digno de admiración, no legó a alcanzar completamente su propósito, que aquí es e8identemente pr!ctico& %ras considerar en los "nalíticos los conceptos, .uicios y silogismos segEn su pura forma, forma, pasó contenido, que Enicamente tiene que 8er con los primeros, ya que es en después a considerar el contenido, ellos donde reside& 9roposiciones y silogismos son en sí mismos pura formaI los conceptos significan su contenido BOC& #u procedimiento es el siguienteJ %oda discusión tiene una tesis o un pro$lema 1éstos difieren simplemente en la forma2 y luego, axiomas que de$en ser8ir para resol8erlo& #e trata siempre de la relación de unos conceptos con otros& /stas relaciones son, inicialmente, cuatro& De un concepto se $usca, o (2 su definición, o @2 su género, o ?2 su característica particular, su marca esencial, proprium, proprium, o +2 su accidens, accidens, es decir, una cualidad cualquiera, sin importar si es peculiar y exclusi8a o noI $re8emente, un predicado& /l pro$lema de toda discusión hay que reconducirlo a una de estas relaciones& Psta es la $ase de toda la dialéctica& /n los ocho li$ros de los %ópicos, %ópicos, "ristóteles presenta el con.unto de todas las relaciones en las que los conceptos pueden hallarse recíprocamente, con respecto a las cuatro clases, e indica las reglas para toda posi$le relaciónI esto es, cómo de$e comportarse un concepto con respecto a otro para ser su proprium BpropioC, su accidens BaccidenteC, su genus BgéneroC o su definitum o definiciónI qué errores pueden cometerse cometerse f!cilmente durante la formulación y qué es lo que de$e tenerse en cuenta cada 8ez que formulamos una relación, y qué es lo que puede hacerse para refutarla si la ha formulado el otro& "ristóteles denomina locus BtópicoC a la formulació formulaciónn de cualquie cualquiera ra de estas reglas reglas o de cualquie cualquiera ra de las relaciones relaciones entre tales clases de conceptos, indicando ?)@ topoiJ topoiJ de aquí el nom$re de %ópicos& %ópicos& " éstos ad.unta unas cuantas reglas so$re la discusión en general que, por lo dem!s, no son en modo alguno exhausti8as& /l topos no es, pues, algo algo puram puramen ente te material materialII no se refier refieree a un o$.eto o$.eto o a un concept conceptoo determinado, sino siempre a una relación de clases enteras de conceptos que puede ser comEn a un nEmero indeterminado de ellos, en cuanto que éstos sean considerados en sus relaciones recíprocas, $a.o uno de los mencionados cuatro casos que se dan en toda discusión& /stos cuatro casos tienen, de nue8o, clases su$ordinadas& 3a consideración es aquí, en cierta medida, toda8ía formal, aunque no tan puramente formal como en la lógica, que se ocupa del contenido de los conceptos desde el punto de 8ista de la formaI esto es, indica cómo de$e comportarse el contenido del concepto " con respecto al del concepto = para que pueda ser formulado como su genus, genus, o como su proprium 1car!cter distinti8o2, o como su accidens, accidens, o como su definición, o, segEn las rE$ricas a él su$ordinadas, del opuesto, causa y efecto, posesión o pri8ación, etc& /n
torno a una de estas relaciones de$e girar toda discusión& 3a mayoría de las reglas que "ristóteles indica como topoi en relación con estas correspondencias, est!n incluidas en la naturaleza de la relación conceptualI cada uno es consciente de ellas por sí mismo, adem!s, ya de por sí, o$ligan al respeto por parte del ad8ersario, igual que en la lógica, siendo m!s f!cil o$ser8arlas en el caso particular o darse cuenta de su negligencia que acordarse del topos a$stracto correspondienteI de aquí pro8iene que el uso pr!ctico de tal dialéctica no sea muy grande& "ristóteles no dice m!s que cosas de suyo e8identes, y a las que la sana razón arri$a por sí misma& /.emploJ 6#i se afirma el genus de una cosa, entonces de$e tam$ién con8enirle alguna species cualquiera de ese genusI de otro modo, la afirmación ser! falsa& 9or e.emplo, se afirma que el alma est! dotada de mo8imientoI entonces de$e serle propia alguna especie determinada de aquélJ 8olar, caminar, crecer, disminuir, etc&I si carece de el a, entonces, tampoco est! dotada de mo8imiento& /sto es, cuando no le con8iene alguna especie, tampoco lo hace el genusI éste es el tópos6 1"ristóteles, %ópicos ((, +, (((a ??Q$(((2& /ste tópos sir8e tanto para construir como para destruir& /s el tópos no8eno& R, a la in8ersa, si el género no con8iene, tampoco la especieI por e.emploJ "lguien 1se afirma2 ha ha$lado mal de otro& #i demostramos que no ha$ló en a$soluto, no ha podido ha$lar mal de aquél, pues en donde no se da el genus tampoco puede darse la especie& =a.o la rE$rica de car!cter distinti8o, proprium, el locus @(N dice asíJ 6/n primer lugar, para in8alidarJ cuando el ad8ersario indica como propio alguna cosa que sólo puede ser perci$ida por medio de los sentidos, lo ha indicado mal, ya que todo aquello que es sensi$le se 8uel8e incierto en el momento en que sale del !m$ito de los sentidos& 9or e.emplo, si se sostiene como propio del sol que es el astro m!s $rillante que se desplaza so$re la tierra, esto no sir8e, pues cuando el sol se pone no sa$emos si se desplaza so$re la tierra, ya que entonces est! fuera del !m$ito de la sensación& Q/n segundo lugar, para esta$lecerJ lo propio estar! $ien indicado, cuando se presente uno que no sea reconoci$le mediante la sensación, o, que, siendo sensi$le, es e8idente que se da de manera necesaria& 9or e.emplo, como propio de la superficie se indica que es aquella que primero se coloreaI ésta es una característica propia sensi$le, y adem!s, siempre manifiesta, por lo que es correcta22 B"ristóteles, %ópicos S, N, (? i$Q(TQ?*C& /sto es suficiente para darles una idea de la dialéctica de "ristóteles& Me parece que no alcanza su propósitoI por eso yo lo he intentado de otra manera& 3os %ópicos de Gicerón son una imitación hecha de memoria de los de "ristótelesI en sumo grado superficial y misera$le& Gicerón no tiene en a$soluto una idea clara de qué es un topus ni a qué se dirigeI parlotea confusamente ex ingenio Butilizando su propia in8enti8aC cosas sin sentido, adorn!ndolas ricamente con e.emplos .urídicos&
tenerla y se equi8oca, otras lo creen am$as partes, puesto que 8eritas est in puteo B3a 8erdad est! en lo profundoC, Demócrito& Guando comienza la discusión, por regla general, cada una de las partes est! con8encida de tener la razón de su ladoI durante su transcurso am$as llegar!n a dudarloI el final de$e ser, e8identemente, cuando se estipule, cuando se demuestre la 8erdad& /n lo que a ésta respecta, ahí ya no se mezcla la dialéctica, pues su función es idéntica a la del maestro de esgrima, que no repara en quien tenga efecti8amente la razón en la riña que condu.o al duelo& "tacar y parar es lo Enico que cuenta, como en la dialéctica, que es una esgrima intelectual& #ólo así entendida puede esta$lecerse como una disciplina con entidad propia, ya que si nuestro propósito fuese la $Esqueda de la 8erdad, tendríamos que remitirnos a la simple lógicaI y, en cam$io, si nuestro o$.eto es mostrar la 8alidez de proposiciones falsas, no tendremos m!s que pura y simple sofistica& /n am$as se daría por supuesto que ya sa$ríamos que fuera o$.eti8amente lo falso o lo 8erdadero, algo que raramente se sa$e de antemano& 3a 8erdadera definición de dialéctica es, por consiguiente, la que hemos formuladoJ esgrima intelectual para tener razón en las discusiones& #i el nom$re de /rística le fuera $ien, mucho m!s apropiado es el de Dialéctica erística& #iendo de gran utilidad, en los Eltimos tiempos se la ha descuidado in.ustamente& 9or lo tanto, en este sentido, la dialéctica de$e ser simplemente una recapitulación y exposición sistematizada y reglamentada de aquellas técnicas dadas por la naturaleza, de las que se sir8e la mayoría de la gente para tener tazón cuando durante una disputa ad8ierten que no la lle8an de su parte& /s por esto por lo que sería a$surdo que en la dialéctica científica se tu8iera en cuenta la 8erdad o$.eti8a y su esclarecimiento, puesto que en aquella otra dialéctica originaria y natural esto no acontece nunca, sino que, por el contrario, su Enico o$.eti8o es el de tener razón& Desde nuestro punto de 8ista, la tarea principal de la dialéctica científica es la de formular y analizar las estratagemas desleales utilizadas en la discusión, con el fin de que en los de$ates 8erdaderos se las reconozca de inmediato y se las destruya& De ahí que, en su planteamiento, ésta de$a asumir que su propósito final 8a dirigido al hecho de tener razón, y no al esclarecimiento de la 8erdad o$.eti8a& " pesar de que he $uscado a lo largo y ancho, no me resulta conocido el que se haya logrado algo en este sentidoI por lo tanto, éste es toda8ía un campo sin culti8ar& 9ara alcanzar el fin propuesto de$ería acudirse al manantial de la experiencia, o$ser8ando en los de$ates cotidianos de nuestro entorno el modo en que uno u otro de los contrincantes utilizó ésta o aquél a estratagema, y acto seguido, aquel os ardides que aparecen con m!s frecuencia, reducirlos a sus principios generales para poder formulardesde el os las estratagemas desleales utilizadas en la discusión con el fin de que en los de$ates 8erdaderos se las reconozca de inmediato y se las destruya& De ahí que, en su planteamiento ésta de$e asumir que su propósito final 8a dirigido al hecho de tener razón, y no al esclarecimiento de la 8erdad o$.eti8a& " pesar de que he $uscado a lo largo y ancho, no me resulta conocido el que se haya logrado algo en este sentido BTC por lo tanto, éste es toda8ía un campo sin culti8ar& 9ara alcanzar el fin propuesto de$ería acudirse al manantial de la experiencia, o$ser8ando en los de$ates cotidianos de nuestro entorno el modo en que uno u otro de los contrincantes utilizó ésta o aquel a estratagema, y acto seguido, aquel os ardides que aparecen con m!s frecuencia, reducirlos a sus principios generales para poder formular desde el os los stratagemata m!s usuales, que no sólo han de ser Etiles después para la propia 8enta.a, sino tam$ién para impedir que sean usadas cuando el ad8ersario pretenda utilizarlas en su pro8echo& 3o que sigue de$e ser considerado como un primer intento&
=ase de toda dialéctica /n primer lugar hay que considerar lo esencial de toda discusión, qué es lo que en ella sucede& /l ad8ersario ha propuesto una tesis 1o nosotros mismos, da igual2& 9ara refutarla existen dos modos y dos 8ías& (2 3os modosJ a2 ad rem 1con referencia a la cosaC& $2 ad hominem Ben referencia a la persona con la que se discute2, o ex concessis Ben referencia al marco de concesiones hechas por el ad8ersario2I esto es, mostramos que la tesis expuesta no est! de acuerdo con la naturaleza del o$.eto, con la 8erdad o$.eti8a, o con otras manifestaciones o concesiones admitidas por el oponente, es decir, con la 8erdad su$.eti8aI esta Eltima es sólo una traslación relati8a y no afecta a la 8erdad o$.eti8a& @2 3as 8íasJ a2 refutación directa, $2 indirecta& 3a directa ataca la tesis en sus fundamentos, la indirecta en sus consecuenciaI& 3a directa muestra que la tesis no es 8erdadera, la indirecta que no puede ser 8erdad& a2 /n cuanto a las refutaciones directas, podemos hacer dos cosasJ o mostramos que los fundamentos del enunciado son falsos 1 nego ma.oremI minorem 1negamos tanto la premisa mayor como la menorC2I o los admitimos pero mostramos que no se sigue de ellos la consecuencia 1 nego consequentiam 1niego la consecuencial2, y atacamos así la consecuencia, la forma de la conclusión& $2 /n las refutaciones indirectas utilizamos o la apagoge, o la instancia& "2 "pagogeJ aceptamos la tesis del ad8ersario como si fuese 8erdaderaI después mostramos lo que de el a se sigue si la utilizamos como premisa de un silogismo en unión de otra tesis cualquiera reconocida como 8erdaderaI a continuación, deducimos de dicho silogismo una conclusión claramente falsa, pues o contradice la naturaleza del o$.eto B(>C, o contradice las dem!s afirmaciones del ad8ersarioI es decir, que tanto ad rem como adhominen es falsa 1#ócrates en ipias mayor y alias2& 9or consiguiente, el enunciado del ad8ersario sería tam$ién falso, pues de premisas 8erdaderas sólo pueden deducirse conclusiones 8erdaderas, aunque de las falsas no siempre falsas& =2 3a instancia, exemplum in contrarium Bcontrae.emploCJ refutación de la tesis general por medio de la aportación directa de casos particulares que aunque est!n comprendidos $a.o el enunciado de la tesis, no la confirman, por lo que deducimos que tiene que ser falsa& Pste es el andamia.e, el esqueleto de toda discusiónI aquí tenemos su osteología& " ella hay que reducir el fundamento de cualquier disputa& 9ero todo esto puede suceder real o solo aparentemente, con razones $uenas o malasI y como no podemos sa$erlo con facilidad, por eso suelen ser los de$ates tan largos y empeñosos& %ampoco podemos separar lo 8erdadero de lo falso durante su transcurso, porque, precisamente, ni siquiera los contrincantes lo sa$en con anterioridad& 9or consiguiente, pasaré a la exposición de las estratagemas sin tener en cuenta si se tiene o no razón o$.eti8aI pues tal cosa no puede sa$erse con seguridad y, adem!s, eso es lo que de$e decidirse por medio de la disputa propiamente dicha& 9or cierto, en toda discusión o argumentación en general hay que estar de acuerdo so$re algo desde lo cual, a modo de principio, podamos .uzgar el asunto en cuestiónJ Gontra negantem principia non est disputandum BGon quien niega los principios no puede discutirse2&
/stratagema ( 3a amplificación& 3a afirmación del ad8ersario se lle8a m!s all! de sus límites naturales, se la interpreta de la manera m!s general posi$le tom!ndola en su sentido m!s amplio y exager!ndola& 3a propia afirmación, en cam$io, se especifica cuanto se puede reduciéndola a su sentido m!s nimio, a sus límites m!s estrechos, pues cuanto m!s general sea una afirmación, a m!s ataques estar! expuesta& /l remedio m!s eficaz contra la amplificación es la definición concreta de los puncti y el status contro8ersia Blos puntos a discutir y las condiciones de la discusiónC& /.emplo (& "firméJ 63os ingleses son la primera nación en el arte dram!tico&6 U /l ad8ersario quiso intentar una instantia y manifestóJ 6Lue de todos era conocido que tanto en lo que a mEsica se refiere, y por consiguiente, tampoco en la ópera, hu$ieran hecho algo de importanciaV& Q 3e repliqué record!ndole que 6la mEsica no est! incluida entre las artes dram!ticasI éstas se refieren Enicamente a la tragedia y la comediaV, lo que él muy $ien sa$ía, sólo que intentó generalizar mi afirmación para poder incluir en ella todas las representaciones teatrales, y por consiguiente, tam$ién la ópera y la mEsica, con lo que me derrotaría con seguridad& " la in8ersa, se sal8a la propia afirmación mediante su limitación con respecto al primer propósito manifestado, si la expresión utilizada lo fa8orece& /.emplo @& " diceI 63a paz de ()(+ incluso de8ol8ió a todas las ciudades hanse!ticas alemanas su independenciaV& Q = responde con una instantia in contrarium que Danzig, que ha$ía conseguido su independencia gracias a =onaparte, la perdió con aquella paz& Q" se sal8a de esta manera 6yo di.e 6todas las ciudades alemanas6, Danzig era una ciudad hanse!tica polaca6& /sta estratagema la enseña ya "ristóteles en los %ópicos Bli$& SAAA, c& (@, ((& /.emplo ?& 3amarc0 19hilosophie zoologique B9arís, ()>T2, 8ol, l, p& @>?2 niega a los pólipos toda clase de percepción sensi$le porque carecen de ner8ios& 9ero, sin em$argo, se sa$e que perci$en, pues $uscan la luz en tanto que artificiosamente se mue8en hacia ella de ramo en ramoI y atrapan su presa& De esto se ha concluido que la masa ner8iosa est! proporcionalmente esparcida por la totalidad del 8olumen de sus cuerpos, homogéneamente fundidaI ya que es e8idente que tienen algEn tipo de percepción, aunque sin órganos perceptores específicos& 9orque esto in8alida su hipótesis, 3amarc0 argumenta de forma dialécticaJ 6/n este caso cada una de las partes del cuerpo de los pólipos de$ería ser capaz de toda clase de percepción sensi$le, de mo8imiento, de 8oluntad, de pensamiento, siendo así que el pólipo tendría en cada punto de su cuerpo todos los órganos correspondientes a las especies de los animales m!s perfectos& Gada partícula podría 8er, oler, gustar, oír, etc&, y tam$ién pensar, .uzgar, inferirI en definiti8aJ cada molécula de su cuerpo sería como un animal perfectamente desarrollado, y el mismo pólipo ocuparía un puesto superior al del ser humano, pues cada uno de sus trocitos poseería todas las capacidades que el hom$re sólo tiene en con.unto& Q "dem!s, no ha$ría ninguna razón que impidiese aplicar lo que so$re los pólipos se afirma, tam$ién a cada mónada, el m!s imperfecto de todos los seres, y, finalmente, tam$ién a las plantas, que por supuesto tam$ién 8i8en, etc&6 Q Gon el uso de tales estratagemas dialécticas traiciona un escritor que en su fuero interno es consciente de no tener razón& 9orque se afirmóJ 6su cuerpo entero es sensi$le a la luz, por lo tanto es de naturaleza ner8iosa,W, concluye que todo el cuerpo piensa&
/stratagema @
/stratagema ? %omar la afirmaciónB(?C que ha sido formulada en modo relati8o, relati8e, como si lo hu$iera sido en general, simpliciter, a$solute, o por lo menos, entenderla $a.o otro aspecto muy distinto al de su 8erdadera intención para seguidamente refutarla segEn este Eltimo& /l e.emplo de "ristóteles esJ 6el moro es negro, por lo que a sus dientes se refiere, $lancoI por lo tanto es negro, pero no negro a la 8ez6& Q Pste es un e.emplo imaginario que no engañar! de 8erdad a nadieI tomemos en cam$io, otro de la experiencia real& /.emplo (& /n una con8ersación so$re filosofía, admito que mi sistema defiende y ala$a a los quietistas& 9oco después, recae la con8ersación en egel, y aseguro que, en general, no ha escrito m!s que disparates, o que, al menos, hay en sus escritos partes en las que el autor ha puesto la pala$ra y el lector de$e añadirle el sentido& Pl ad8ersario no se a8entura a re$atirlo ad rem, sino que se conforma con el uso del argumentum adhominemJ 6yo ha$ía ala$ado a los quietistas y éstos, en cualquier caso, tam$ién escri$ieron muchos disparates6& "dmitiendo este hecho, corri.o al ad8ersario añadiendo que no admiro a los quietistas como filósofos y escritores, es decir, no por sus aportaciones teóricas, sino como a hom$res, por sus acciones y, simplemente, en un sentido pr!cticoI con respecto a egel, me refería a sus aportaciones teóricas& Gon esto se paró el golpe& 3as tres primeras estratagemas est!n emparentadasI tienen en comEn el hecho de que el ad8ersario ha$la en realidad de otra cosa distinta de la que se manifestó& Ancurre en una ignoratio elenchi Bdesconocimiento de la refutaciónC aquél que se de.a desarmar de esta manera& /n todos los e.emplos mostrados es 8erdadero lo que aduce el ad8ersario, pero no est! realmente en contradicción con la tesis, la contradicción es sólo aparenteI así, quien es atacado de$er! negar la consecuti8idad de la conclusión del ad8ersario, es decir, que de la 8erdad de su tesis se desprenda la falsedad de la nuestra& /s, pues, refutación directa de su refutación por negationem consecuentiae Bnegación de la consecuti8idadC& Ko admitir premisas 8erdaderas porque se pre8é su consecuencia& Gontra esto, los dos medios siguientes, reglas + y N&
/stratagema + Guando se quiere llegar a una conclusión, no hay que de.ar que ésta se pre8ea, sino procurar que el ad8ersario admita las premisas una a una y dispersas sin que se dé cuenta durante el transcurso del di!logoI de lo contrario, lo impedir! con todos los medios a su alcance& X, cuando es dudoso que el ad8ersario 8aya a aceptarlas, se formulan primeramente las premisas de esas premisasI se hacen prosilogismosI entonces se de.a que admita unas cuantas premisas desordenadas de tales prosilogismos enmascarando así la .ugada hasta que haya admitido todo lo que queríamos& 3uego se procede recapitulando el asunto desde atr!s& /sta regla la da "ristóteles, %ópicos SAAA,(, Ko necesita e.emplo alguno&
/stratagema NB(+C 9ueden usarse premisas falsas para demostrar la propia tesis cuando el ad8ersario no admita las 8erdaderas, es decir, o por& que no reconozca su 8erdad, o porque 8e que de el as se seguiría como conclusión inmediata nuestra tesis& #e toman entonces proposiciones que de suyo son falsas, pero 8erdaderas ad hominen, y se argumenta exconcessis, segEn la manera de pensar del ad8ersario, pues lo 8erdadero puede seguirse tam$ién de premisas falsas, si $ien nunca de 8erdaderas lo falso& 9or otra parte pueden refutarse tesis falsas del ad8ersario mediante otras tesis tam$ién falsas pero que él sostiene como 8erdaderasJ puesto que hay que tratar con él, de$e utilizarse su propia forma de pensar& 9or e.emplo, si pertenece a alguna secta con la que estamos en desacuerdo podemos utilizar contra él las m!ximas de la secta como principia& "ristóteles, %ópicos SAAA, G& T&
/stratagema * #e encu$re una petitio principi Bpetición de principioC postulando aquello que se de$e demostrar, (2 usando otro nom$re, por e.emplo, en 8ez de 6honor6, 6$uen nom$re6, en 8ez de 68irginidad6, 68irtud6 etc&I o tam$ién, utilizando conceptos intercam$ia$lesJ animales de sangre ro.a, en 8ez de animales 8erte$radosI @2 dando por supuesto en general aquel o que es muy discuti$le en un caso particularI por e.emplo, se afirma la inseguridad de la medicina postulando la inseguridad de todo sa$er humanoI ?2 o 8ice8ersa dos cosas consecuentes la una de la otra, si hay que demostrar la primera, se postula la segundaI +2 si para demostrar el uni8ersal, se hace que se admitan todos los casos singulares 1la contraria a la nEmero @2 1"ristóteles, %ópicos SAAA, c& ll2& /l Eltimo capítulo de los %ópicos de "ristóteles contiene $uenas reglas so$re el e.ercicio de la dialéctica&
/stratagema O Guando la discusión se dirige de manera algo formal y rigurosa y deseamos que se nos comprenda muy claramente, si hemos enunciado una afirmación y de$emos pro$arla, procederemos preguntando al ad8ersario para poder deducir de sus respuestas la 8erdad de nuestra afirmación& /ste método erotem!tico fue so$re todo utilizado por los antiguos 1se le l ama tam$ién socr!tico2I a él se refiere la presente estratagema y algunas que después la seguir!n& 1%odas ellas li$remente adaptadas segEn el 3í$er de elenchissophistichis, c& (N de "ristóteles2& 9reguntar mucho de una 8ez y so$re muchas cosas para ocultar lo que en realidad queremos que admita el ad8ersario y, adem!s, extraer r!pidamente de lo admitido la propia argumentación, pues quienes son lentos en comprender no pueden seguirla con precisión y pasar!n por alto los fallos o lagunas en las deducciones de las prue$as&
/stratagema ) 9ro8ocar la irritación del ad8ersario y hacerle montar en cólera, pues o$cecado por ella, no estar! en condiciones apropiadas de .uzgar rectamente ni de apro8echar las propias 8enta.as& #e le encoleriza trat!ndole in.ustamente sin miramiento alguno, incomod!ndole y, en general, comport!ndose con insolencia&
/stratagema T Ko esta$lecer las preguntas en el orden requerido por la conclusión a la que se desea llegar con ellas, sino desordenadamenteI el ad8ersario no sa$r! a dónde queremos ir a parar y no estar! preparado para pre8enir la conclusiónI adem!s, dependiendo de como 8ayan resultando sus respuestas, éstas podr!n utilizarse para extraer conclusiones di8ersas, incluso contradictorias& /sta estratagema se aseme.a a la +& en cuanto que de$e enmascararse su procedimiento&
/stratagema (> #i se ad8ierte que el ad8ersario niega intencionadamente aquel as preguntas cuyaI respuestas afirmati8as podrían ser utilizadas en $eneficio de nuestra tesis, hay que preguntarle lo contrario de lo que de$emos haciendo como si esto fuese lo requerido para defenderlaI o por lo menos presentarle am$as opciones a elegir, de manera que no note cu!l de las dos es la que se desea que afirme&
/stratagema (( #i hacemos una inducción y el ad8ersario admite como 8!lidos los casos particulares mediante los que se prue$a, no de$emos preguntarle si tam$ién admitir! la 8erdad general que puede concluirse de aquel os, sino que de$emos introducirla a continuación como si se tratase de algo ya esta$lecido y admitido anteriormenteI porque puede ser que así lo crea, y tam$ién los presentes tendr!n la misma impresión, pues se acordar!n de las muchas preguntas hechas so$re los casos particulares, que de alguna manera ha$rían tenido que conducir a tal conclusión&
/stratagema (@ #i la con8ersación 8ersa so$re un concepto general que carece de nom$re propio y tiene que designarse trópicamente mediante una similitud, enseguida hemos de elegir nosotros el símil, de manera tal que sea lo m!s 8enta.oso posi$le para nuestra afirmación& "sí, por e.emplo, los nom$res con que en /spaña son designados los dos partidos políticos, ser8iles y li$erales, los eligieron, e8identemente, estos Eltimos& /l nom$re de 6protestantes6 lo eligieron el osI el de 6e8angélicos6, tam$iénI pero el de 6here.es6, los católicos& sir8e tam$ién para nom$rar las cosas de manera que resulten m!s apropiadas a nuestro interésJ por e.emplo, si el ad8ersario ha propuesto un cam$io, se le l amar! inno8ación, pues se trata de una pala$ra a$orrecida& "ctuaremos de manera contraria si somos nosotros quienes hacemos la propuesta& /n el primer caso se llama a lo opuesto 6orden esta$lecido6I en el segundo, 6un pel e.o6& "quel o que alguien desintencionada e imparcialmente llamaría algo así como 6culto6 o 6doctrina pE$lica de la fe6, otro que quisiera ha$lar en su fa8or, lo llamaría 6piedad6 o 6$eatitud6, y un enemigo, 6hipocresía6 o 6superstición6& /n el fondo se trata de una sutil petitio principii, ya que con la pala$ra, en la denominación utilizada, damos ya por supuesto aquel o que queremos pro$ar y que luego deri8amos mediante un simple .uicio analítico& " lo que uno denomina 6asegurar su persona6, 6poner $a.o custodia6, su enemigo lo llama 6encerrar6&
/stratagema (? 9ara lograr que el ad8ersario admita una tesis de$emos presentarle su opuesta y darle a> elegir una de las dos, pero teniendo la desfachatez de proclamar el contraste de forma estridente, de modo que, para no ser paradó.ico, tenga que decidirse por nuestra tesis que parecer! muy pro$a$le en comparación con la otra& 9or e.emploJ el ad8ersario de$e admitir que uno tiene que hacer todo lo que su padre le diceI así es que le preguntamosJ 6Fse de$e o$edecer a los padres en todas las cosas, o deso$edecerlesH6 Q X cuando se di.o con respecto a algo 6a 8eces6, preguntamos si es que con 6a 8eces6 se entienden pocos casos o muchosI él dir! 6muchos6& /s como si comparamos el gris con el negro, y lo llamamos $lanco, y luego con el $lanco y lo llamamos negro&
/stratagema (+
/stratagema (N #i hemos expuesto una tesis paradó.ica, pero nos encontramos en dificultades para demostrarla, presentamos al ad8ersario otra tesis correcta, aunque no del todo e8idente, para que la acepte o la refute como si de el o quisiéramos o$tener la prue$aI si sospechando alguna treta la rechaza, entonces lo reducimos ad a$surdum Bal a$surdoC y triunfamosI pero si la acepta, ha$remos dicho entretanto algo razona$le, y ya 8eremos cómo sigue adelante el asunto& X utilizamos aquí la estrategia precedente y aseguramos que con eso ha quedado demostrada nuestra parado.a& 9ara esto hace falta una insolencia extrema que, si $ien la proporciona la experiencia, tam$ién hay gente que la pone en pr!ctica instinti8amente&
/stratagema (* "rgumenta ad hominem o ex concessis& Gon respecto a una afirmación del ad8ersario, tenemos que $uscar si de alguna manera no estar! en contradicción Qen caso necesario, por lo menos en aparienciaQ con alguna otra cosa que él haya dicho o admitido pre8iamente, o con los principios de una escuela o secta que él haya ala$ado o apro$adoI tam$ién con hechos de quienes pertenecen a tal secta, o con los de miem$ros falsos o supuestos, o con su propia conducta& #i, por e.emplo, él defiende el suicidio, se le espetaJ 6 F9or qué no te ahorcas tE H6& X si afirma que la permanencia en =erlin no le es grata, se le increpa inesperadamenteJ 6F9or que no te marchas de aquí en el primer correoH6& De una forma u otra podr! encontrarse algEn tipo de incomodo&
/stratagema (O #i el ad8ersario nos amenaza con una refutación, a menudo podremos sal8arnos mediante una sutil diferencia en la que antes no ha$íamos reparado, si es que el asunto se presta a alguna que otra am$ig[edad o permite su remisión a un do$le caso&
/stratagema () #i notamos que el ad8ersario comienza una argumentación con la que 8a a derrotarnos, no tenemos que consentirle que siga adelante con ellaI hay que impedirle a toda costa que la concluya, interrumpiendo o des8iando a tiempo la trayectoria de la discusión al encaminarla hacia otras cuestiones& =re8emente, le salimos al paso con una mutatio contro8ersiae Bcam$io del tema de la discusión B(NC&
/stratagema (T #i el ad8ersario nos solicita explícitamente alegar algo en contra de algEn punto concreto de su afirmación pero no tenemos nada adecuado, tomamos el asunto de manera general y argumentamos así en su contra& #i de$emos responder a la pregunta de por qué no es de fiar una determinada hipótesis física, ha$lamos de lo engañoso del sa$er humano y lo adornamos con toda suerte de e.emplos&
/stratagema @> Guando hayamos o$tenido del ad8ersario la concesión de una premisa que requeríamos, tenemos que deducir la conclusión deseada no con m!s preguntas, sino concluyéndola inmediatamente nosotros mismosI así, incluso careciendo toda8ía de una u otra de las premisas, la tomamos tam$ién como igualmente concedida y deducimos de esta forma la conclusión& 3o que resulta entonces es la aplicación de la fallacia non causae ut causae Bfalacia que consiste en tomar por fundamento lo que no esC&
/stratagema @( #i o$ser8amos que el ad8ersario utiliza un argumento meramente aparente o sofístico podemos anularlo sencil amente atacando su capciosidad y apariencia, pero es mucho me.or presentarle otro argumento si ca$e, de an!loga apariencia y sofistería para liquidarlo, pues lo que importa no es la 8erdad, sino la 8ictoria& si él utiliza un argumentumad hominem, $astar! para in8alidarlo con que le respondamos con otro contraargumento ad hominem 1ex concessis2I y, so$re todo, ser! mucho m!s corto esgrimir un argumentum ad hominem cuando se tenga oportunidad que enzarzarse en una discusión so$re la 8erdadera naturaleza del asunto&
/stratagema @@ #i el ad8ersario nos conmina a que admitamos algo de lo que inmediatamente se seguir! el pro$lema que se de$ate en la discusión, nos negamos aduciendo que se trata de una petitio principii, pues tanto él como el auditorio confundir!n con facilidad una tesis, que en apariencia se parece al pro$lema, con el pro$lema mismoI así le pri8aremos de su me.or argumento&
/stratagema @? 3a contradicción y la discordia moti8an la exageración de la tesis& contradiciendo al ad8ersario podemos inducirlo a que lle8e fuera de sus límites una afirmación que dentro de el os hu$iera podido ser 8erdadera& /n cuanto hayamos refutado la exageración parecer! que refutamos tam$ién su primera tesis& /n cam$io, de$emos guardarnos de que no se nos lle8e al a$ultamiento o a una mayor extensión de nuestra tesis empleando en contra nuestra el mismo procedimiento& " menudo el ad8ersario recurrir! al intento de extender nuestra afirmación m!s al ! de los términos en los que la ha$íamos expresadoI en este caso de$emos pararlo sE$itamente y reconducirlo a los límites de lo que manifestamos con un 6tanto di.e, y no m!s6&
/stratagema @+
/stratagema @N /sta estratagema tiene que 8er con la "pagoge mediante una 6instancia6, exemplum in contrarium& 3a epagoge, inductio, requiere una gran cantidad de casos para poder hacer 8aler un principio uni8ersalI a la apagoge le $asta con presentar un Enico caso en el que el principio no es 8!lida para refutarloI se llama 6instancia6 a un caso de este genero, entasis, exemplum in contrarium, instantia Bcontrae.emploC& 9or e.emplo, la proposición 6todos los rumiantes tienen cuernos6, ser! in8alidada por la Enica 6instancia6 del camello& 3a 6instancia6 es un caso en la aplicación de la 8erdad general que queda su$sumido $a.o el concepto principal de aquélla, pero para el que tal 8erdad general no es 8!lida, por lo que ésta queda in8alidada& #in em$argo, no es raro que aquí se den engañosI por eso ser! con8eniente tener en cuenta lo siguiente cuando el ad8ersario haga instanciasJ (2 #i el e.emplo es efecti8amente 8erdadero& ay pro$lemas cuya Enica solución es la de que son falsosJ por e.emplo, muchos milagros, historias de espíritus, etc& @2 #i est! realmente $a.o el concepto de la 8erdad propuesta& Muchas 8eces esto es sólo aparente y puede solucionarse mediante una sutil distinción& ?2 #i 8erdaderamente se contradice con la 8erdad expresada, pues a menudo es esto tam$ién sólo aparente&
/stratagema @*
/stratagema @O #i inesperadamente el ad8ersario se muestra irritado ante un argumento, de$e utilizarse tal argumento con insistenciaI no sólo porque sea el m!s indicado para irritarle, sino porque es de suponer que se ha tocado la parte m!s dé$il de su razonamiento y porque si se sigue por ahí, ha$r! de o$tenerse mucho m!s de lo que se muestra a simple 8ista&
/stratagema @) /sta estratagema est! especialmente indicada para cuando discuten personas doctas ante un pE$lico que no lo es& si no se tiene ningEn argumentum ad rem y ni siquiera uno ad hominem, se intenta uno ad auditores Bal auditorioC, esto es, se arguye una o$ser8ación in8!lida, cuya in8alidez sólo reconoce el experto& si $ien el ad8ersario lo es, no así el auditorioJ a sus o.os, nuestro ad8ersario pasar! por ser el derrotado, y aEn m!s rotundamente, si la o$ser8ación que se hizo pone en ridículo de algEn modo su afirmación& 3a gente est! en seguida dispuesta a la risaI y se o$tiene el apoyo de los que ríen& 9ara mostrar la nulidad del comentario, el ad8ersario tendría que de$atir largamente y remitirse a los principios de la ciencia o a otra cosa por el estilo, con lo que no o$tendría f!cilmente atención& /.emplo& /l ad8ersario diceJ 6/n la formación de la costra rocosa primigenia, la masa desde la que cristalizaron el granito y toda la roca restante se hal a$a fluida a causa del calor, es decir, derretidaI el calor de$ió de ser por lo menos de @>>\ ]&I la masa cristalizó $a.o la superficie marina que la cu$ría&6 U acemos el argumento ad auditorem, aduciendo que $a.o aquel a temperatura, ya incluso antes de los )>\, el mar ha$ría cocido y se ha$ría esfumado en forma de 8apor& Q 3os espectadores ríen& 9ara refutarnos, nuestro ad8ersario tendría que demostrarnos que el punto de e$ul ición no depende sólo del calor, sino tam$ién de la presión atmosférica y que ésta es tan intensa que incluso si la mitad del agua marina su$e en forma de 8apor, aun a la temperatura de @>>\ ]& no da lugar a cocción alguna& U Mas él no se a8entura a demostrarlo, pues para quienes no son físicos se necesita pr!cticamente todo un tratado&
/stratagema @T #i se ad8ierte que 8amos a ser 8encidos, B(*C hacemos una di8ersiónI es decir, comenzamos repentinamente a ha$lar de otra cosa totalmente distinta como si tu8iese que 8er con el asunto en cuestión y constituyese un nue8o argumento en contra del ad8ersario& /sto ocurre con cierto disimulo si, a pesar de todo la di8ersión est! relacionada, aunque sólo sea de forma general, con el thema quaestionis Bel tema en cuestiónCI o descaradamente, cuando sólo se usa para huir del ad8ersario y no tiene en a$soluto nada que 8er con el tema& 9or e.emploJ ala$é que en Ghina no se conceden cargos pE$licos por no$leza de cuna sino que todos se otorgan como consecuencia de /xamina Bex!menesC& Mi oponente afirma que precisamente el sa$er no capacita m!s para el e.ercicio de un cargo pE$lico que la excelencia del nacimiento 1que él tiene en mayor consideración2& Q Mas ahora esta$a perdido& /n seguida hizo la di8ersión aduciendo que en Ghina se castiga a todos los estamentos con $astonazos, lo que relacionó con el consumo excesi8o de té, dos cosas que reprocha a los chinos& Luien a continuación se de.ase enredar por esto, ha$ría sido des8iado y perdería con el o la 8ictoria que ha$ía estado a punto de o$tener& 3a di8ersión es descarada cuando a$andona por completo el asunto en cuestión y ataca con algo parecido a estoJ 6sí, y eso que usted afirma$a recientemente, en cualquier caso, etc& 6 9ues esto ya se corresponde en cierta manera con el 6ataque personal6, del que se tratar! de$idamente en la Eltima estratagema& Gonsiderada en sentido estricto, la di8ersión es un estadio intermedio entre el argumentum ad personam, y el argumentumad hominem& Gu!n comEn y natural es esta estratagema lo confirma toda disputa entre gente 8ulgarJ cuando uno hace al otro reproches personales, éste no responde con su refutación, sino con recriminaciones personales en contra del ad8ersario, de.ando sin responder los reproches que a él se le hayan dirigido y admitiéndolos igualmente& ace como /scipión, que no atacó a los cartagineses en Atalia sino en ^frica& /n la guerra tal di8ersión es muy Etil cuando se hace a tiempoI en las disputas es mala, pues los propios reproches se de.an sin respuesta, y el auditorio llega a conocer lo peor de am$os contrincantes& /n la discusión se utiliza faute de mieux Ba falta de algo me.orC&
/stratagema ?> /l argumentum ad 8erecundiam Bargumento al respetoC& /n 8ez de razones se usan autoridades elegidas a la medida de los conocimientos del ad8ersario&
que su indolencia les sugirió que era me.or creerlo enseguida que andar haciendo tra$a.osas compro$aciones& De este modo creció de día el nEmero de tales acólitos indolentes y crédulos, pues, al fin y al ca$o, la opinión 8enía respaldada por un $uen nEmero de 8oces que apoya$anI entretanto, aquellos que la 8enera$an atri$uyeron Enicamente el car!cter determinante de sus fundamentos el que hu$iese conquistado tal consenso& 3os restantes se 8ieron o$ligados a admitir lo que ya era aceptado en general pasar por las ca$ezas inquietas que se re$ela$an contra la opinión de la mayoría, o por tipos presuntuosos que pretendían ser mas listos que el resto del mundo& " estas alturas el consenso se con8irtió ya en de$er& De aquí en adelante, los pocos que est!n capacitados para .uzgar se 8en o$ligados a callarse, mientras que aquellos a quienes se le permite ha$lar son precisamente los mas incapaces de tener opiniones y .uicios propios y los que, simplemente, se hacen eco de la opinión de los otrosI por otra parte, éstos son sus m!s celosos e intolerantes defensores& /n efecto, no odian tanto la opinión distinta de quien piensa de otra manera, cuanto la audacia querer .uzgar por sí mismo, algo que ellos ya no intentan hacer y de lo que, adem!s, son consientes& ]esumiendoJ muy poco son capaces de pensar, sin em$argo todos quieren tener opinionesI y siendo así, Fno ser! f!cil, en 8ez de crearlas ellos mismos, tomarlas ya listas de otrosH& "nte estos hechos, Fqué 8alor de 8erdad puede tener ahora la opinión de cien mil ones de personasH /l mismo que el de un dato histórico que se encuentra en cientos de historiadores y del que después se sa$e que lo han copiado uno de otros, por lo que se concluye que al ca$o todos se fiaron del testimonio de uno solo 1#egEn =ayle, 9ensées sur les Gombtes B(O>+,Sol& A, p& (>>2& Dico ego, tu dicis,sed denique dixit et illeJ Dictaque post toties, nil nisi dicta 8ides& B()C Ko o$stante, cuando se discute con gente comEn puede usarse la opinión uni8ersal como autoridad& 9or lo general, se o$ser8ar! que cuando dos personas ordinarias discute, el arma m!s utilizada por am$as partes es el de las autoridadesJ con ellas se acosan mutuamente& #i una persona m!s inteligente tiene que 8érselas con este género, lo me.or que puede hacer es adaptarse a tal arma y utilizarla segEn los puntos dé$iles del ad8ersario& /n efecto, contra el arma de las razones ésta es, ex hypothesi, un #igfrido cornudo inmerso en la marea de la incapacidad de pensar y .uzgar& /n los tri$unales se litigia exclusi8amente recurriendo a la autoridad, a la autoridad de la ley, que est! firmemente esta$lecida& Gompetencia de la facultad de .uzgar es encontrar la ley, es decir, la autoridad que ha de aplicarse en cada caso concreto& 3a dialéctica posee, sin em$argo, suficiente amplitud de campo como para, en aquel os casos en los que con8enga, hacer que un caso y una ley que en realidad no concuerdan, giren hasta que pueda 8érselos como concordantes y al contrario&
/stratagema ?( Guando no se tiene nada que oponer a las razones expuestas por el ad8ersario, uno se declara fina e irónicamente incompetenteJ 63o que usted dice supera mi po$re capacidad de comprensiónI pro$a$lemente ser! muy .usto, mas yo no acierto a comprenderlo, por lo tanto renuncio a cualquier .uicio6& Gon esto se insinEa al auditorio, al que se ha tenido en cuenta en todo momento, que lo que se ha dicho es a$surdo& "sí, muchos profesores de la 8ie.a escuela ecléctica declararon al aparecer la Grítica de la razón pura, o me.or, cuando ésta empezó a suscitar interés, 6nosotros no la comprendemos6I con eso creyeron ha$er resuelto el asunto& 9ero cuando algunos adeptos de la nue8a escuela les demostraron que realmente tu8ieron razón al afirmar que no la ha$ían comprendido, se pusieron de muy mal humor& /sta estratagema de$e utilizarse Enicamente allí en donde se est! seguro de ser m!s estimado por el auditorio que el ad8ersarioJ por e.emplo, un profesor contra un alumno& /n realidad, pertenece a la estratagema precedente, ya que es una manera especialmente maligna de hacer 8aler la propia autoridad en 8ez de atenerse a razones& 3a .ugada contraria es la siguienteJ 69ermítame&&&, con su gran capacidad de penetración, de$e ser para usted algo muy sencillo de comprender, por lo que Enicamente mi mala exposición tiene la culpa6, y así darle en las narices, que tenga que entenderla nolens8olens Bquiera o no quieraC, con lo que quedar! claro que efecti8amente no la ha$ía entendido& "sí se trocó el argumentoJ él quiso insinuar 6a$surdo6, nosotros le demostramos 6incomprensión6& "m$as cosas con la m!s exquisita cortesía&
/stratagema ?@
/stratagema ?? 6/sto ser! 8erdad en la teoría, pero en la pr!ctica es falso6& Mediante este sofisma se conceden las razones, pero se niegan las consecuenciasI est! en contradicción con la regla a ratione ad rationatum 8alet consequentia Btiene que ha$er consecuti8idad necesaria entre la causa y su efectoC %al afirmación supone una imposi$ilidadJ lo que en la teoría es 8erdadero de$e serlo tam$ién en la pr!cticaI si esto no se 8erifica, ha$r! un fal o en la teoríaI algo se omitió y no salió $ien la cuentaI consecuentemente, tam$ién la teoría es falsa&
/stratagema ?+ #i el ad8ersario no da una respuesta precisa a una pregunta o a un argumento, o no toma posición concreta alguna al respecto, sino que se e8ade respondiendo con otra pregunta o con una respuesta esqui8a o con algo que carece de relación alguna con el asunto en discusión, pretendiendo des8iar el tema hacia otra parte, es signo e8idente de que hemos tocado 1a 8eces sin sa$erlo2 uno de sus puntos dé$ilesI se trataría por su parte de un enmudecimiento relati8o&
/stratagema ?N Lue si es practica$le hace innecesarias rodas las dem!s& /n 8ez de influir en el intelecto con razones, se influye en la 8oluntad por medio de moti8osI de este modo, tanto el ad8ersario como el auditorio, si es que posee los mismos intereses que aquél, se ganan al instante para nuestra opinión, aunque ésta pro8enga del manicomio& R es que casi siempre tiene m!s peso una pizca de 8oluntad que un quintal de .uicio y de persuasión& Katuralmente, esta estratagema sólo da resultado $a.o determinadas condiciones, cuando se puede hacer sa$er a$iertamente al ad8ersario que si se de.ase 8aler su opinión la consecuencia que se seguiría de ello sería muy per.udicial para sus propios intereses, la soltar! enseguida con la misma rapidez con que arro.aría un hierro candente que hu$iese agarrado por descuido& 9or e.emploJ si un clérigo defiende un dogma filosófico y se le hace notar que est! en contradicción con un dogma fundamental de su iglesia, enseguida renunciar! a mantenerlo&
/stratagema ?* Desconcertar y aturdir al ad8ersario con a$surda y excesi8a locuacidad& /sto tiene que 8er con que 'recuentemente cree los hom$res, al escuchar pala$ras huecas, que se trata de gra8es pensamientos& #i el ad8ersario es consciente de su propia de$ilidad y lo oculta, si est! acostum$rado a escuchar cusas que no entiende haciendo como si las hu$iese entendido, entonces puede impresion!rsele si con aire de seriedad y haciendo que parezcan 8erdades profundas, se le espetan los mayores a$surdos como si fueran la prue$a palpa$le de lo que se desea defender& 'rente a ellos perder! el nido, la 8ista y el pensamiento& Gomo se sa$e, algunos filósofos han utilizado recientemente esta estratagema ante el pE$lico alem!n, o$teniendo con el o un extraordinario aplauso& Ra que se trata de exempla odiosa Be.emplo odiosoC tomaremos para ilustrarlo un fragmento de la o$ra de Xli8er oldsmithJ %he 8icar of a0efield Bcap& SAAC&B(TC 5Muy $ien 'ran0 5repuso el #quire5, pues que me ahogue este 8aso si una hermosa muchacha no 8ale m!s que todos los clérigos del país& 9orque los impuestos y los diezmos no son m!s que una imposición, todo un condenado engaño, y puedo pro$arlo& 5Me gustaría que lo hiciera 5di.o MoisésI y continuó5J R creo que yo podría replicarle adecuadamente& 5Muy $ien, ca$allero 5exclamó el #quire $url!ndose de él y haciendo señas al resto de la familia para que nos dispusiéramos a di8ertirnos5& #i tiene usted firmes argumento so$re el tema estoy dispuesto a aceptar el desafío& /n primer lugar, Fcómo prefiere discutir, analógicamente o dialógicamenteH 5]acionalmente 5respondió Moisés, muy contento de que se le aceptara la discusión& 5Muy $ien 5di.o #quire5 y para empezar por el principio, espero que no me negara que lo que es, es& #i no est! usted de acuerdo en esto es inEtil que sigamos adelante& 5Desde luego 5replico Moisés5, estoy de acuerdo con eso& 5/spero que igualmente admitir! 5prosiguió el otro5 que una parte es me.or que el todo 5Glaro que lo admito 5contestó moisés5& Ko es mas que lo razona$le& 5#upongo 5continuó #quire5 que no me negar! que los tres !ngulos de un tri!ngulo 8alen dos rectos& 5Ko puede ha$er nada m!s que e8idente 5concedió el otro, mirando alrededor con aire de importancia& 5Muy $ien 5contestó #quire, ha$lando muy deprisa5, ahora que est!n $ien sentadas las premisas, empiezo por o$ser8ar que la concatenación de la propia existencia, procediendo por una razón duplicada recíproca, produce naturalmente un dialogismo pro$lem!tico, que de algEn modo prue$a que la esencia de la espiritualidad puede ser referida al segundo predicado& 5C
/stratagema ?O 1Lue de$ería ser una de las primeras2 Guando el ad8ersario, l e8ando de hecho razón, ha tenido la mala suerte de elegir para su defensa una prue$a inadecuada que podemos in8alidar f!cilmente, damos con eso todo el asunto refutado& /n el fondo, lo que hacemos es sustituir un argumentum ad hominen por uno ad rem& /n caso de que el o los presentes no aporten una prue$a me.or, ha$remos 8encido& 9or e.emploJ alguien que para demostrar la existencia de Dios aduce como prue$a el argumento ontológico que, como $ien se sa$e, es muy f!cil de refutar& De esta manera pierden los malos a$ogados con $uena causaJ pretenden defenderla con una ley inadecuada, mientras que la adecuada no se les ocurre&
/stratagema final Guando se ad8ierte que el ad8ersario es superior y se tienen las de perder, se procede ofensi8a, grosera y ultra.antementeI es decir, se pasa del o$.eto de la discusión 1puesto que ahí se ha perdido la partida2 a la persona del ad8ersario, a la que se ataca de cualquier manera& 9uede denominarse a este procedimiento argumentum ad personam, distinguiéndolo así del argumentum ad hominem, que consiste en ale.arse del o$.eto de la discusión atacando alguna cosa secundaria que ha dicho o admitido el ad8ersario& "dpersonam, en cam$io, se procede a$andonando por completo el o$.eto en discusión y atacando a la persona del ad8ersarioI así, uno se torna insolente y $urlón, ofensi8o y grosero& #e trata de pasar de la apelación de la fuerza del espíritu a la tuerza del cuerpo, o a la $estialidad& /sta regla es muy popularI como todo el mundo est! capacitado para ponerla en pr!ctica, se utiliza muy a menudo& Luerr! ahora sa$erse cual ser! la contrarregla 8aledera para la otra parte, pues si tam$ién sigue por el mismo camino, la cusa aca$ar! en pelea, o duelo, o en un proceso por in.urias& #e equi8ocaría irremedia$lemente quien pensara que $astar! sólo con que, a su 8ez no se proceda personalmente contra el contrario& /s un hecho compro$ado que, si con toda tranquilidad, se le demuestra que no tiene razón y que .uzga y piensa falsamente Qalgo que acontece en toda 8ictoria dialécticaQ se le irritar! m!s que con una expresión grosera y ofensi8a, F9or quéH 9orque como dice o$$es 1 de Gi8e, c, i2, Xmnisanimi 8oluptas, omnisque alacritas in eo sita est, quod quis $a$eat, qui$uscum conferensse, possit magnifice sentire de seipso B%oda alegría del !nimo y todo contento residen en que haya alguien con quien, al compararse, uno pueda tener un alto sentimiento de sí mismoC& R es que nada importa m!s a los hom$res que la satisfacción de su 8anidad, siendo la herida m!s dolorosa aquél a que la afecta& 1De esto pro8ienen dichos como 6antes la honra que la 8ida6, etc&2& %al satisfacción de la 8anidad surge, por lo general, de la comparación de uno mismo con los dem!s $a.o cualquier aspecto, pero principalmente en lo que concierne a la inteligencia& /sto se comprue$a effecti8e Bde hechoC y con gran intensidad en la discusión& De ahí la ra$ia del 8encido aunque no tenga razón, y de ahí el que recurra extrema ratio Bcomo Eltimo medioC, a esta estratagema final& " eso no se puede responder simplemente con gentileza por nuestra parte& Mucha sangre fría, sin em$argo, puede ser8ir de gran ayuda si en cuanto se ad8ierte que el oponente nos ataca ad personam, le respondemos tranquilamente que eso no tiene que 8er con el asunto y proseguimos a continuación con las demostraciones para pro$ar su error, sin hacer caso alguno de la ofensa, Qm!s o menos como %emístocles a /uri$íadesJ Bpégame pero escEchame, 9lutarco, %emístocles ((, @>C& 9ero esto no se le da $ien a cualquiera& 3a Enica contrarregla segura es, por tanto, aquélla que ya "ristóteles indica en el Eltimo capítulo de los %ópicos l& SAAA& 1(*+hQ),(*2CJ no discutir con el primero que salga al paso, sino sólo con aquéllos a quienes conocemos y de los cuales sa$emos que poseen la inteligencia suficiente cor8o para no comportarse a$surdamente, y que se a8ergonzarían si así lo hiciesenI que discuten con razones y no con demostraciones de fuerza, y que atienden a razones y son consecuentes con el asI y en definiti8a, con quienes sean capaces de 8alorar la 8erdad, de escuchar con agrado los $uenos argumentos incluso de la$ios del ad8ersario y que posean la suficiente ecuanimidad como para admitir que no tienen razón cuando la otra parte la tiene& De esto se deduce que de entre cien apenas si hay uno con el que merezca la pena discutir& " los dem!s se les de.a que digan lo que quieran, pues desipere est .uris gentium Btodo el mundo tiene derecho a des$arrarC, piénsese adem!s, en lo que dice SoltaireJ 3a paix 8aut encoremieux que la 8érité Bse 8alora m!s la paz que la 8erdadCI y un dicho !ra$eJ 63os frutos de la paz penden del !r$ol del silencio6& " menudo la discusión Qya que se trata de una 6colisión de ca$ezas6Q es de mucha utilidad para am$as partes, pues sir8e para la rectificación de las propias ideas y, adem!s, para proporcionar nue8os puntos de 8ista, si $ien, am$os contrincantes de$en estar igualados en cuanto a cultura e inteligencia& si a uno de el os le falta la primera, no entender! todo, no estar! au ni8eau Ba la misma altura2& #i le falta la segunda, el rencor que sentir! por el o le instigar! a actuar deslealmente, con astucia o grosería& /ntre la discusión en colloquio pri8ato si8e familiari Bcoloquio pri8ado o familiarC y
ladisputatio solemnis pu$lica, pro gradu, etc& Bdiscusión solemne y pE$lica, de categoríaC no hay una diferencia esencial& sólo que en esta Eltima se requiere que el respondens siempre de$a o$tener la razón contra el opponens y, por eso, que, en caso necesario, el praeses le socorraI Qy tam$ién que en esta Eltima se argumenta m!s formalmente, se complace en 8estir sus argumentos con rigurosidad silogística&
9liegos anexos A 3ógica y dialécticaB@(C fueron ya usadas como sinónimos por los antiguos, si $ien, meditar, reflexionar, calcular y con8ersar, son dos cosas $ien distintas& /l nom$re dialéctica 1pragm!tica dialécticaC, Bhom$re dialécticoC 1segEn Diógenes 3aercio2 lo utilizó por primera 8ez 9latón& /n el 'edro, en el #ofista, en el séptimo li$ro de ]epE$lica, etc&, 9latón entiende $a.o el nom$re de dialéctica el uso correcto de la razón y el estar e.ercitado en su pr!ctica& "ristóteles lo utiliza en el mismo sentidoI pero tam$ién 1segEn 3orenzo Salla2 de$ió de ha$er utilizado primero logi0é de igual modo& /n sus escritos encontramos logi0!s dus.ereias, esto es, argutiae Bdificultades lógicas, arguciasC, protasis logi0en Bpremisas lógicas2, aporian logi0én Baporías lógicas2& "sí pues, el término dialecti0é sería m!s antiguo que logi0é& Gicerón y Luintillano no utilizaron dialéctica ByC lógica con el mismo significado general& "sí, Gicerón en 3EculoJ Dialecticam in8entam esse, 8en etfalsi quasi disceptatricem B3a dialéctica fue in8entada para decidir entre lo 8erdadero y lo falsoC& #toici enim .udicandi 8ias diligenter persecuti sunt, ea scientia, quam Dialecticemappellant B3os estoicos han seguido diligentemente el método del .uicio con la ayuda de la ciencia que llaman dialécticaC, Gicerón, %ópicos, cap& @& Luintiliano B De institutioneoratoria `AA , @Q(?2J itaque $aec pars dialecticae, sirle illam disputatricem dicere malimus Bde aquí esa parte de la dialéctica, o como preferimos decir, arte de disputar C, la Eltima le parece pues, el equi8alente latino de dialecti0é& 1%odo esto segEn 9etri ]ami dialéctica,"udomari %alaei praelectioni$us illustrata, (N*T2& /ste uso de los términos lógica y dialéctica como sinónimos se mantu8o tam$ién en la /dad Media y a lo largo de la /dad Moderna hasta hoy& 9ero en época m!s reciente se ha utilizado a menudo Qso$re todo por parte de 4antQ 6dialéctica6 en un sentido peyorati8o como 6arte sofístico de la discusión 6y de ahí que se prefiera la denominación de 6lógica6 por ser menos comprometedora& #in em$argo, originalmente, am$as significan lo mismoI de hecho, en los Eltimos años se las ha 8uelto a utilizar de nue8o como sinónimas&
AA /s una l!stima que 6dialéctica6 y 6lógica6 hayan sido utilizadas desde la antig[edad como sinónimos, y que por eso no me sea posi$le distinguir li$remente su significado como yo hu$iese querido y definir 6lógica6 1de logixestai, reflexionar, calcular, de lógos, pala$ra y razón, que son insepara$les2 como 6la ciencia de las leyes del pensamiento, es decir, del modo de proceder de la razón6 y 6 dialéctica6 1de dialegestai, con8ersarI mas toda con8ersación transmite o hechos u opiniones, es decir, es, o histórica, o deli$erati8a2 como 6el arte de disputar6 1entendiendo esta pala$ra en sentido moderno2& /8identemente, la lógica tiene un o$.eto que es a priori, es decir, no determinado por la experiencia, esto esJ las leyes del pensamiento, el proceder que sigue la razón 1el lógos2 de.ada a su ar$itrio sin cosa alguna que la tur$e, en el pensar aut!rquico de un ser racional, al cual conduce sin error alguno& 3a dialéctica, en cam$io, tendría que 8er con la comunicación de dos seres racionales que piensan consecuentemente, lo que da ocasión a que en cuanto éstos no coincidan como si de dos relo.es sincronizados se tratara, sur.a tina discusión, es decir, una contienda intelectual& /n tanto que razón pura, los dos indi8iduos de$erían concordar& #us di8ergencias surgen de las diferencias que constituyen a toda indi8idualidadI son, pues, un elemento empírico& 3a lógica, ciencia del pensamiento, esto es, la ciencia del proceder de la razón pura, sería así determina$le Enicamente a prioriI la dialéctica, en $uena medida, sólo a posterioriI es decir, del conocimiento que se adquiere empíricamente con ocasión de las afecciones del pensamiento puro cuando dos seres racionales piensan a la 8ez, como resultado tanto de la di8ersidad de sus respecti8as indi8idualidades como del conocimiento de los medios que am$os utilizaron con o$.eto de hacer que el pensamiento propio de uno pre8aleciese como puro y o$.eti8o so$re el del otro& 9ertenece a la naturaleza humana que al pensar en comEn, dialegestai, es decir, al comunicar opiniones 1exceptuando los discursos de tipo histórico2, cuando " ad8ierte que so$re un mismo asunto los pensamientos de = di8ergen de los suyos, en
8ez de re8isar en primer lugar los propios para 8er si en ellos se o$ser8a algEn fallo, presuponga que esto est! en el pensamiento del otroI es decir, el ser humano es prepotente por naturalezaI lo que se sigue de tal propiedad enseña la disciplina que yo quisiera denominar como dialéctica, pero que, sin em$argo, denominaré dialéctica erística para e8itar equí8ocos& 3a dialéctica sería el sa$er que se ocupa de la técnica de la prepotencia natural y la o$stinación innata de los seres humanos&
#o$re la contro8ersia 19arerga y 9aralipómena, AA, cap& AA, @*2 3a contro8ersia, la discusión so$re un asunto teórico, puede ser, sin lugar a dudas, algo muy fructífero para las dos partes implicadas en ella, ya que sir8e para rectificar o confirmar los pensamientos de am$as y tam$ién moti8a el que sur.an otros nue8os& /s un roce o colisión de dos ca$ezas que frecuentemente produce chispas, pero tam$ién se aseme.a al choque de dos cuerpos en el que el m!s dé$il l e8a la peor parte mientras que el m!s fuerte sale ileso y lo anuncia con sones de 8ictoria& %eniendo esto en cuenta, es necesario que am$os contrincantes, por lo menos en cierta medida, se aproximen tanto en conocimientos como en ingenio y ha$ilidad, para que de este modo se hallen en igualdad de condiciones& #i a uno de los dos le faltan los primeros, no estar! au ni8eau 1a la de$ida alturaC, con lo que no podr! comprender los argumentos del otroI es como si en el com$ate estu8iera fuera de la palestra& #i le falta lo segundo, la indignación que esto le pro8ocar!, le l e8ar! paso a paso a ser8irse de toda clase de engaños, enredos e intrigas en la discusión y, si se lo demuestran, terminar! por ponerse grosero& 9or eso, en principio, un docto de$e a$stenerse de discutir con quienes no lo sean, pues no puede utilizar contra ellos sus me.ores argumentos, que carecer!n de 8alidez ante la falta de conocimientos de sus oponentes, ya que éstos ni pueden comprenderlos ni ponderarlos& #i, a pesar de todo, y no teniendo m!s remedio, intenta que los comprendan, casi siempre fracasar!& /s m!sJ con un contraargumento malo y ordinario aca$ar!n por ser el os quienes a los o.os del auditorio, compuesto a su 8ez por ignorantes, tengan razón& 9or eso dice oetheJ Kunca, incauto, te de.es arrastrar a discusionesI que el sa$io que discute con ignaros expónese a perder tam$ién su norte&B@@C 9ero aEn se tiene peor suerte si al ad8ersario le faltan ingenio e inteligencia, a no ser que sustituya este defecto por un anhelo sincero de 8erdad e instrucción& Ko siendo así, se sentir! enseguida herido en su parte m!s sensi$le y, quien dispute con él, notar! enseguida que ya no lo hace contra su intelecto, sino contra lo radical del ser humano, es decir, que tiene que 8érselas con la 8oluntad del ad8ersario, que lo Enico que $usca es quedarse con la 8ictoria sea por fas o por nefas& De ahí que su mente ya no se ocupe entonces de otra cosa m!s que de astucias, ardides y toda clase de engaños hasta que, agotados éstos, recurra para terminar a la grosería, con el Enico fin de compensar de una o de otra manera sus sentimientos de inferioridad y, segEn el rango y las relaciones de los contrincantes, con8ertir la pugna de los espíritus en una lucha cuerpo a cuerpo, en donde espera tener m!s posi$ilidades de éxito& "sí, pues, la segunda regla es que no se de$e discutir con personas de inteligencia limitada& Gomo puede 8erse, pocos ser!n aquellos con los que se pueda enta$lar una contro8ersiaI en realidad, sólo de$e hacerse con quienes constituyen tina excepción& /n cam$io, la gente que constituye la regla, se toma a mal ya el hecho mismo de que no se comparta su opiniónI mas para eso tendrían que disponerla de tal manera que pudiera ser compartida& "un sin que l eguen a recurrir a esa ultima ratio stultorum a la que m!s arri$a nos referíamos, en contro8ersia con ellos casi siempre se tendr! algEn disgusto, porque no sólo ha$r! que 8érselas con su incapacidad intelectual, sinoQadem!s, tam$ién con su maldad moral, que ha$r! de mostrarse repetidas 8eces en su comportamiento a lo largo de la discusión& 3as astucias, ardides y $a.ezas a las que se recurre con el propósito de tener razón son tantas y tan 8ariadas y se repiten con tanta regularidad, que en años anteriores constituyeron para mí materia de reflexiónI ésta se limita$a a los aspectos puramente formales de aquel as una 8ez reconocido que aun siendo tan di8ersos los temas de las discusiones, así como las personas en ellas implicadas, una y otra 8ez durante su transcurso 8ol8ían a manifestarse las mismas astucias e idénticos ardides, lo cual los hace f!cilmente identifica$les& /sto me condu.o entonces a la idea de separar lo que tales estratagemas tu8ieran de puro formal de lo material, y de esta manera, como si de un limpio preparado anatómico se tratara, o$ser8arlas detalladamente& 9or
eso reuní las estrategias m!s utilizadas en la discusión y coloqué a cada una de ellas con lo propio de su esencia, las ilustré con e.emplos y distinguí a cada cual con un nom$re particular& 'inalmente, añadí adem!s los medios a utilizar contra el as, es decir, las paradas correspondientes a cada ataqueI de esto surgió toda una dialéctica erística formal& /n el a ocupa$an las ya eludidas argucias o estratagemas, en cuanto que figuras dialécticoQerísticas, el mismo lugar que ocupan en la lógica las figuras silogísticas, y en la retórica las figuras retóricas, con las que tienen en comEn que en gran medida son innatas, puesto que su pr!ctica precede a la teoría, es decir, para usarlas es innecesario ha$erlas aprendido antes& /sta definición puramente formal sería un complemento de aquel a técnica de la razón, que consiste en lógica, dialéctica y retórica, cuya exposición se encuentra en el capítulo no8eno del tomo segundo de mi o$ra capital& Gomo, que yo sepa, no ha ha$ido intento alguno de esta clase, no pude ser8irme de ningEn estudio pre8io, si $ien he utilizado de cuando en cuando los %ópicos de "ristóteles, apro8echando de ellos para mi propósito algunas reglas para formular 1 0atas0enaxein2 y refutar 1 anas0enaxein2 enunciados& " esto, pero de forma m!s completa, de$ió de ha$erse referido la o$ra de %eofrastro que menciona Diógenes 3aercioJ Discusión so$re la teoría de los discursos erísticosV, que se ha perdido .unto con todos sus escritos de retórica& %am$ién 9latón 1 ]ep& S&, p& (@& =ip&2 se refiere a una antilogi0e te0né, que enseña el erixein, así como la diale0ti0é, el dialeguesxai& De los li$ros recientes, el que m!s se aproxima a mi propósito es el del profesor de alle 'ridemann #chneiderJ %ractatus logicus singularis, in quo processusdisputandi, seu officia, aeque ac 8itiaa disputantium exhi$entur , alle, (O()I pues en los capítulos so$re los ultra expone 8arios engaños erísticos& "unque sólo se refiere a las discusiones formales académicas en general, la manera que tiene de tratar el tema es superflua e insuficiente, cosa que suele ser normal en ese tipo de productos académicosI adem!s, en un latín excesi8amente malo& /l Methodus disputandi de oachim 3ange, aparecido un año después, es decididamente me.or, pero no contiene nada que sir8a a mi propósito& Q"l efectuar ahora la re8isión de mi tra$a.o anterior encuentro, sin em$argo, que ya no tengo !nimos para l e8ar a ca$o una completa y minuciosa o$ser8ación de los rodeos y argucias que utiliza la malignidad natural humana para disimular sus carencias, por eso lo de.o a un ladoI pero para aquellos que en el futuro deseen hacer algo a este respecto y para acercarlos m!s detal adamente a mi modo de tratar el asunto, quiero indicar aquí algunas de estas estratagemas como prue$aI pero antes, y tam$ién de aquel tra$a.o, deseo exponer lo que sería el resumen de lo esencial en toda discusión, el andamia.e a$stracto compara$le al esqueleto, la condición indispensa$le de toda contro8ersia, es decir, lo que ser8ir! como una osteología de ésta y, que de$ido a su transparencia y claridad, $ien merece que lo exponga aquí& /s el siguienteJ /n toda discusión, ya sea pE$lica, como las que se enta$lan en las aulas académicas y en los tri$unales, o las que se sostienen por simple di8ersión, se procede de la siguiente maneraJ se presenta una tesis que de$e ser refutada& 9ara lograrlo hay dos modos y dos 8ías& (2 3os modos sonJ ad rem y ad hominem, o ex concessis& sólo con el primero derri$amos la 8erdad a$soluta u o$.eti8a de la tesis, en cuanto que demostramos que no coincide con la cualidad de la cusa de la que se ha$la& aun el otro, en cam$io, derri$amos Enicamente su 8erdad relati8a en cuanto que demostramos que la tesis contradice otras afirmaciones o concesiones de su defensor, o que sus argumentos son insosteni$lesI con esto queda indeterminada la 8erdad o$.eti8a de la cosa propiamente dicha& 19or e.emploJ si en una contro8ersia so$re asuntos filosóficos o de ciencias naturales, el ad8ersario 1que, naturalmente, tendría que ser un inglés2 se permitiera presentar argumentos $í$licos, tendríamos que refutarle con argumentos parecidos aunque no fuesen m!s que meros argumenta ad hominem, que nada deciden& /s como si se pagase a alguien con su misma moneda B@?C /n algunos casos, incluso puede compararse este modus procedendi al acusador que presenta ante el tri$unal un pagaré falso que el acusado liquida por medio de un reci$o falsoI el préstamo podría ha$erse hecho a pesar de todo& 9ero, siendo an!loga a este Eltimo procedimiento, la mera argumentatio ad hominem tiene la 8enta.a de la $re8edad, ya que, con frecuencia, tanto en uno como en otro caso, la 8erdadera y
exhausti8a explicación del asunto sería muy difícil y complicada& @2 3as dos 8ías son la directa y la indirecta& 3a primera ataca la tesis en sus fundamentosI la otra, en sus consecuencias& "quélla demuestra que no es 8erdad& /sta, que no puede ser lo& considerémoslas m!s detenidamente& a2 ]efutando por 8ía directa, es decir, atacando los fundamentos de la tesis, mostramos que éstos no son 8erdad aduciendoJ nego ma.orem o nego minoremI en cuanto que con am$os procedimientos atacamos la conclusión que fundamenta la materia de la tesis& X reconocemos aquellos fundamentos pero mostrando, sin em$argo, que la tesis no se sigue de el os, aduciendoJ nego consequentiamI con lo cual atacamos la forma de la conclusión& $2 ]efutando por 8ía indirecta atacamos la tesis en sus consecuencias para deducir de la falsedad de éstas, en facultad de la ley a falsitate rationati ad falsitatemrationis 8alet consequentia 1de la falsedad de la consecuencia se sigue la falsedad del fundamentoC, su propia falsedad& 9odemos ser8irnos para eso de la mera instantia, o de la apagoge& "2 3a instancia, enstasis, es un simple exemplum in contrarium& ]efuta la tesis mediante la aportación como prue$a de cosas o relaciones que est!n comprendidas en su enunciado, es decir, que se deducen de ella, pero a las que manifiestamente no es aplica$le el enunciado de la tesis, por lo que no puede ser 8erdad& =2
contro8ersiae, es decir, des8iando la discusión del asunto principal a otro asunto de car!cter secundario, y, en caso de apuro, incluso saltando directamente a otra cosa& 3uego se intenta adscri$ir ésta al ad8ersario para com$atirla en sustitución del asunto principal y con8ertirla así en tema del de$ate, de manera que el ad8ersario tenga que de.ar a un lado la partida a medio ganar para defenderse de nue8o& #i, desgraciadamente, se topa otra 8ez con un argumento difícil de refutar, se 8uel8e a saltar de nue8o a otro asunto, pudiéndose repetir esto diez 8eces en un cuarto de hora, si es que el ad8ersario no ha perdido antes la paciencia& /stas di8ersiones estratégicas se efectEan con ha$ilidad si se lle8a la contro8ersia impercepti$lemente y poco a poco a un asunto emparentado con el o$.eto en cuestión, a ser posi$le algo relacionado con él, pero conceptualmente distinto& Ra es menos discreto cuando simplemente se mantiene el o$.eto de la tesis pero se ponen so$re el tapete otras relaciones suyas que no tienen nada que 8er con las que se est!n cuestionandoI por e.emplo, ha$lando del $udismo chino, se pasa a ha$lar del comercio del té& 9ero si ni siquiera esto puede ponerse en pr!ctica, se ataca entonces cualquier expresión empleada casualmente por el ad8ersario, lle8ando de esta manera la contro8ersia a un nue8o terreno para 8erse li$re del anterior& 9or e.emplo, si el ad8ersario utiliza la expresión 6"quí precisamente est! el misterio del asunto6, se le interrumpe r!pidamenteJ 6"h, si ha$la usted de misterios y de mística, entonces no cuente conmigo, pues en lo que a esto respecta&&&, etc&, y así se ha$r! ganado amplitud de campo& 9ero si tampoco hay ocasión de esto, entonces, con todo descaro, se salta de repente a otro asunto completamente a.eno, con algo parecido a lo siguienteJ 6"h, y eso que usted afirmó antes 6 etc& De entre todas las estrategias de las que instinti8amente se sir8en los discutidores desleales, la di8ersión es la m!s querida y m!s utilizada, y casi ine8ita$le en cuanto se 8en comprometidos& De tales estratagemas, reuní y expuse cerca de cuarenta& 9ero el examen de todos esos su$terfugios que, .unto con la tozudez, 8anidad e impro$idad, aEn se hermanan con la cortedad e incapacidad humanas, me resulta ahora repugnante& 9or lo dem!s, me $astan estas prue$as para tomar en serio las razones antes aludidas y e8itar las discusiones con ese tipo de gente que es el que m!s a$unda& /n todo caso, se puede intentar ayudar a la inteligencia del otro con argumentos, pero en cuanto se note terquedad en su contraargumentación, de$e de.arse el asunto al instante, pues poco ha de faltar para que acuda a los engaños, y lo que en teoría es un sofisma, en la pr!ctica es una 8e.ación& 3as estratagemas de las que ha$lo son toda8ía m!s indignas que los sofismas, pues en ellas la 8oluntad se pone la m!scara de la inteligencia para representar su papel, algo que siempre es a$omina$le& 9ocas cosas despiertan tanta indignación como ad8ertir que alguien carece de intenciones para comprender& Luien no permite que pre8alezcan las $uenas razones del ad8ersario denota tener, o $ien una inteligencia simplemente dé$il, o $ien sometida por el dominio de la propia 8oluntad, es decir, indirectamente de$ilitadaI de ahí que sólo de$amos enzarzarnos con alguien así cuando la condición del oficio u la imposición del de$er lo hagan necesario& Gon todo, de$o admitir, para darles su parte de razón a los engaños mencionados, que muchas 8eces podemos actuar apresuradamente al renunciar a nuestra opinión ante un certero argumento del ad8ersario& #entimos 8erdaderamente la fuerza de uno de estos argumentos cuando lo tenemos delante, así como que los contraargumentos u otra cosa que pudiese sostener nuestra opinión y, tal 8ez sal8arla, no se nos ocurren con presteza& #i damos entonces nuestra tesis por perdida puede ocurrir que, con eso, seamos precisamente infieles a la 8erdad, pues quiz!s se descu$ra m!s adelante que éramos nosotros quienes teníamos razón, pero que, dada la de$ilidad y escasa confianza en nuestra causa, ha$íamos cedido ante la impresión moment!nea de lo contrario& incluso puede que la prue$a con que defendimos nuestra tesis fuera realmente falsa, pero, no o$stante, hay otra correcta para defenderla& "nte tal impresión, ocurre que, incluso gentes sinceras y amantes de la 8erdad, no cedan con inmediata facilidad a un argumento, sino que intenten defender su causa aun cuando la argumentación contraria les haga dudar de su 8erdad& "quí se aseme.an al comandante de un e.ército que procura mantener un poco m!s de tiempo una posición que sa$e insosteni$le con la esperanza de que lleguen los refuerzos& Gonfían en que mientras se defiendan con malos argumentos se les ocurrir!n entretanto los $uenos, o en
que aca$ar!n por ad8ertir la simple falsedad del argumento del ad8ersario& 9or eso, esta ilusión o$ligar! casi necesariamente a pequeños engaños en la discusión, ya que, de momento, uno no lucha por la 8erdad sino por su tesis& 9or otra parte, esto es una consecuencia de la incertidum$re de la 8erdad y de la deficiencia del intelecto humano& 9ero tam$ién existe el peligro de ir demasiado le.os, es decir, de luchar demasiado tiempo por malas con8icciones, de que finalmente nos entorpezcamos, y cedamos a la maldad de la naturaleza humana defendiendo nuestra tesis por fas y nefas, con ayuda de estratagemas deslealesI que mordicus Bcon todas las fuerzas, a muerteC, luchemos por nuestra tesis& Lue a cada uno le ampare en esto su genio particular y que luego no tenga que a8ergonzarse& 3a clara comprensión de lo que aquí hemos presentado es tam$ién importantísima para la autoeducación en este sentido&
Kotas B(C9or lo general, los antiguos, usaron lógica y dialéctica como sinónimoI tam$ién los modernos& B@C/rística sería sólo una pala$ra m!s se8era para designar lo mismo& "ristóteles 1segEn Diógenes 3aercio, S, @)2 colocó .untas a la retórica y a la dialéctica, cuyo propósito es la persuasión, t pizanónI así tam$ién, la analítica y la filosofía, cuya meta es la 8erdad& BDialéctica es el arte del discurso con el que afirmamos refutar o pro$ar alguna cosa por medio de la pregunta y la respuesta de los interlocutoresVC 1Diógenes 3aercio, AAA, +), en Sita 9latonis2& "ristóteles distingue (2 la lógica analítica, como la teoría o instrucción para o$tener los silogismos 8erdaderos o apodícticosI @2 la dialéctica o la instrucción para o$tener los silogismos pro$a$les, los que corrientemente se tienen por 8erdaderos, pro$a$ilia 1 %ópicos A , (Q(@2 Q #ilogismos a propósito de los cuales no est! esta$lecido que sean falsos, pero tampoco 8erdaderos 1en sí y para sí2, no siendo esto lo importante& Fqué es esto m!s que el arte de tener razón, independientemente de que de 8erdad se tenga o no se tengaH 9or lo tanto, es el arte de conseguir que algo pase por 8erdadero, sin preocuparse si en realidad lo es& "ristóteles di8ide los silogismos en lógicos y dialécticos, como hemos dichoI ?2 en erísticos 1erística2, en los que la forma del silogismo es correcta pero las proposiciones, la materia, no lo son, sino sólo lo parecenI y finalmente +2 en sofísticos 1sofística2 en los que la forma del silogismo es falsa, pero parece correcta& /stas tres especies, pertenecen propiamente a la dialéctica erística, puesto que no atienden a la 8erdad o$.eti8a, y sin preocuparse de ella sólo estiman su apariencia y el hecho de tener razón& /l li$ro so$re silogismos sofísticos fue editado sólo m!s tarde& /ra el Eltimo li$ro de la Dialéctica& B?CMaquia8elo escri$ió al príncipe que apro8echase cada instante de de$ilidad de su 8ecino para atacarle, porque de lo contrario aquél se apro8echaría a su 8ez de los suyos& #i dominasen la fidelidad y la franqueza, seria muy distintoJ pero como su uso no es frecuente, tam$ién est! permitido de.ar de utilizarlas, o de lo contrario uno se 8er! mal pagado& 3o mismo ocurre en la discusiónI si le doy la razón al ad8ersario mientras parece que la tiene, ser! difícil que él lo haga en el caso in8ersoI m!s $ien proceder! por nefasI por eso tengo yo que hacer lo mismo& #e dice f!cilmente que de$e $uscarse Enicamente la 8erdad, sin el pre.uicio del amor a la propia opiniónI pero no hay que anticipar que el otro tam$ién lo hagaI ésta es la causa por la que tenemos que a$stenernos de pretenderlo& "dem!s, puede suceder que al renunciar a mi argumento por parecerme que el ad8ersario tenía razón, ocurra que, inducido por la impresión moment!nea, haya renunciado a la 8erdad a cam$io del error& B+C Doctrina sed 8im promo8et insitam B6#ólo la educación agudiza las facultades innatas6& oracio, Garmina AS, +, ??C& BNC9or otra parte, en el li$ro De elenchis sophistices, "ristóteles se esfuerza de forma especial por separar la dialéctica de la sofistica& 3a diferencia de$e consistir en que los silogismos dialécticos son 8erdaderos tanto en la forma como en el contenido, mientras que los silogismos erísticos o sofísticos 1que sólo se distinguen por el propósito, siendo en los primeros Q6erísticos6Q el de quedarse con la razón, y en los Eltimos Q6sofísticos6Q el de conseguir credi$ilidad y, mediante el a, o$tener dinero2 son falsos& #a$er si las proposiciones son 8erdaderas en cuanto a su contenido es algo completamente incierto, pues el criterio para determinarlo no puede tomarse de ellasI tampoco quienes discuten tienen so$re esto la menor certeza, pues incluso la conclusión final de la disputa proporciona al respecto un resultado tam$ién incierto& 9or lo tanto, de$emos incluir la erística, la sofística y la peir!stica en la dialéctica de "ristóteles y definirla como el arte de tener razón en las discusionesI naturalmente, la me.or ayuda para eso es que efecti8amente se tenga razón o$.eti8a en la cuestión a discutirI sin em$argo, segEn la manera de pensar de la gente, esto no es suficiente y, por otra parte, dada la de$ilidad de su entendimiento, tampoco a$solutamente necesario& ay, pues, una serie de estrategias que al ser independientes del hecho de que se tenga razón o$.eti8a, pueden ser utilizadas tam$ién cuando o$.eti8amente no se tiene razónI si éste es el caso, tampoco es algo que nunca puede sa$erse con a$soluta certeza& Mi punto de 8ista es, por lo tanto, el de diferenciar la dialéctica de la lógica mucho m!s sutilmente de como lo hizo "ristótelesI es decir, de.ar a la lógica la 8erdad o$.eti8a, en tanto que
ésta sea formal, y limitar la dialéctica al arte de tener razón& 9or lo dem!s, no separar de el a la sofística y la erística, como hace "ristóteles, ya que esa diferencia se refiere a la 8erdad material o$.eti8a so$re la que no podemos tener pre8iamente algo claro, sino exclamar con 9oncio 9ilato 6Fqué es la 8erdadH6I pues 8eritas est in puteo Bla 8erdad est! en lo profundoVC, segEn el dicho de Demócrito 1Diógenes 3aercio, A`, O@2& #e dice f!cilmente que en la discusión no existe otro fin m!s que el de sacar a relucir la 8erdadI el hecho es que no se sa$e donde reside, ya que tanto quiere des8i!rsela mediante los argumentos del ad8ersario como mediante los propios& 9or lo dem!s, re intellecta, in 8er$is simus faciles B6cuando se ha comprendido una cosa, es f!cil ponerle pala$ras6C& Gomo, en general, es frecuente utilizar el nom$re de dialéctica como equi8alente al de lógica, deseamos denominar a nuestra disciplina dialéctica erística& B*C1#iempre hay que distinguir claramente el o$.eto de una disciplina del de todas las dem!s2& BOC3os conceptos pueden su$sumirse dentro de ciertas clases como género o especie, causa y efecto, propiedad y contrariedad, posesión y pri8ación, y otros afinesI para estas clases sir8en unas cuantas reglas generalesJ los loci& 9or e.emplo, un locus de causa y efecto esJ 6la causa de la causa es causa del efecto6 BGhristian olf, Xntología, T@)CI aplic!ndolo o$tenemosJ 6mi riqueza es la causa de mi felicidad, quien me ha dado la riqueza es el causante de mi felicidad6& 3oci de antónimosJ (2 que se excluyen, por e.emplo, derecho y cur8o& @2 /st!n en el mismo su.etoI por e.emplo, si el amor est! en la 8oluntad tam$ién el odio& #i éste reside en el sentimiento, entonces tam$ién el amor& #i el alma no puede ser $lanca, tampoco puede ser negra& ?2 #i falta el grado mínimo, tam$ién el m!ximoJ un hom$re que no es .usto tampoco es $ené8olo& 9odr! o$ser8arse que los 3oci son ciertas 8erdades generales que conciernen a clases enteras de conceptos a losque puede recurrirse en casos en casos concretos para fundar desde el os un argumento,e incluso para apelar a el como uni8ersalmente e8idente& #in em$argo, la mayoría de los tópoi son muy engañosos y est!n su.etos a muchas excepciones& 9or e.emplo, el locus siguienteJ cosas contrapuestas tienen relaciones contrapuestas, por e.emplo, la 8irtud es $ella, el 8icio feo, la amistad es $ene8olente, la enemistad malé8ola& Mas ahora el derroche es un 8icio, la a8aricia una 8irtudI los tontos dicen la 8erdad, luego mienten los listosJ no funciona& 3a muerte es un pasar, la 8ida un empezarJ falso& /.emplo de la falacia de tales tópoiJ #coto /urígena en el li$ro Depraedestinatione, cap& AAA, quiere refutar a los paganos que admiten en Dios dos praedestinationes BpredestinacionesC 1una la de los elegidos para la sal8ación, otra la de los destinados a la condenación2 y utiliza para eso este topos 1sólo Dios sa$e de dónde lo ha$r!n sacado2J B63as causas de lo que es opuesto entre sí, de$en ser contrarias entre síI pues que una e idéntica causa produzca un efecto contrario y otro no contrario es algo que prohí$e la razón6C& =ien sea 9ero experientia docet Bla experiencia enseñaC, que es el mismo calor el que endurece la arcilla y derrite la cera, y así cientos de e.emplos similares& R aun así, el topus suena plausi$le& /urígena construye tranquilamente su demostración a partir del topus, mas ésta no nos interesa&