Comentario literario de “Otro poco de calma, camarada”
¿Cómo podemos salir de una prisión si ni siquiera somos conscientes de estar en una? El marxismo, por ejemplo, señala que el hombre obrero se encuentra oprimido por el sistema capitalista, y que mientras no sea consciente de esta opresión no será capaz de emanciparse de ella. La literatura ha abordado estos temas de diversas formas a lo largo de la historia, pero tal vez ningún autor lo ha hecho de manera tan remarcable como César Vallejo. Vallejo comprendió al sufrimiento como un elemento omnipresente en la vida, y al hombre como el objeto de este dolor lacerante, encarnado en su alma. Sin embargo, Vallejo también comprendió que era necesario que el ser se enfrente al dolor y supere su existencia doliente. Una de las maneras en las que Vallejo buscó soluciones al dolor fue a través del socialismo. Estas ideas acerca del sufrimiento y la liberación son ex presadas con especial precisión en el poema “Otro poco de calma, camarada”. “Otro poco de calma, camarada” está incluido en el po emario póstumo “Poemas Humanos”, publicado en 1939. Los textos
incluidos en dicha antología fueron escritos entre 1931 y 1937. El período entre esos dos años fue p articularmente rico en sucesos (culturales y sociales) de relevancia. Sin embargo, aquellos que configuran con mayor fuerza el plano de la expresión y del contenido en la lírica de Vallejo son dos : el auge de las corrientes políticas de izquierda —pues recordemos que en 1931, treceavo aniversario de la revolución bolchevique y la fundación de la unión soviética, Vallejo se afilió al partido comunista español — y el vanguardismo literario, que justifica muchas de las elecciones métricas y estilísticas del autor a lo largo del poema. El que el poemario haya sido publicado póstumamente, por otro lado, justifica que ciertos poemas (como ocurre en este caso) tengan por título su primera línea. Del poema podemos extraer el tema del sufrimiento —y, para ser más específicos, el sufrimiento del proletario —; de este tema, además, se desprenden los de la solidaridad frente al dolor, las acciones a tomar frente al mismo y el actuar del hombre frente al sufrimiento. Estos temas y subtemas se construyen a través de los recursos literarios empleados por el autor y su uso del lenguaje, que se explorarán a profundidad en la separación por apartados del poema. El poema, al enmarcarse su autor en la vanguardia literaria, carece de una estructura métrica adherida a los parámetros clásicos de la lírica. “Otro poco de calma, camarada…” cuenta con ocho estrofas de tres, cuatro, cinco, seis y nueve versos,
distribuidos de manera espontánea. Los versos que componen cada estrofa son de composición irregular. Podemos, sin embargo, resaltar una fuerte recurrencia de los versos endecasílabos, además de apariciones esporádicas de versos de seis, siete, ocho, nueve, catorce y cinco sílabas. Hall amos, también, diez casos de encabalgamiento presentes, un ejem plo claro siendo el hallado en la totalidad d e la cuarta estrofa del poema “E mbriaguez te sobra, y no hay / tanta locura en la razón como este / tu raciocinio muscular, y no hay / más racio nal error que tu experiencia”. La rima, por otro lado, es esporádica e irregular: solo encontramos cinco ejemplos de rima externa Con respecto a los actores líricos, podemos establecer que el yo lírico, si bien no explica quién es, presenta ciertos sentimientos característicos a lo largo del poema. Debemos, para comprender al yo lírico, estudiar su relación con el tú lírico, pues la mayor parte del poema está redactada en segunda persona. Por ejemplo, en el trigésimo quinto verso dice “es idiota / ese método de padecimiento / esa luz modulada y virulenta”. El uso deliberado de adjetivos peyorativos nos
indica la frustración que siente el yo lírico frente a las actitudes de su interlocutor. Sin embargo, esto no significa que la relación entre ambos se caracterice por el desprecio : en el décimo sexto verso el yo lírico señala que “necesario es que sepas / contener tu volumen sin correr, sin afligirte”, en un tono que claramente indica la búsqueda de soluciones para la
situación del tú lírico y el deseo de ayuda del yo lírico. La relación entre los actores líricos del poema, en conclusión, es una de solidaridad que, sin ser paternal, se caracteriza por la búsqueda de ayuda hacia el prójimo. Como lo explica el yo lírico en la última línea del poema: “yo, aunque grite, estoy siempre a tus órdenes”.
El tú lírico (o el “camarada”, como se establece en la primera línea del poema) es el hombre obrero. Podemos establecer
esto basándonos en indicios: el primero, el apelativo de “camarada” que se le otorga al interlocutor desde la primera línea; el segundo, que la temática de Vallejo gira comúnmente alrededor del oprimido desde un punto de vista socialista; el tercero, las me táforas como “y pensándolo en oro, eres de acero”, que remarcan la situación de opresión social que sufre el interlocutor. Dado que el poema está escrito en segunda persona, conocemos las características del tú lírico a través de la voz del yo lírico: con base en esto, podemos decir que el tú lírico no es consciente de su opresión (“embriaguez te sobra…”), pero sí se encuentra oprimido (“¡Cuánta presión idéntica, a tus pies !”). El tú lírico, entonces, es el proletario
inconsciente de su opresión. El hombre obrero también cumple la función de objeto lírico en el poema. Tal vez los versos que mejor explican esta duplicidad de sentido sobre el proletario son “embriaguez te sobra, y no hay / tanta locura en la razón como este / tu
l a categoría de raciocinio muscular”. Mientras que la categoría de tú lírico la otorga el uso co ntinuo de la segunda persona, la objeto lírico la otorga la descripción de las características internas del obrero, que, como ejemplifica el verso anterior, se hace con el fin de criticar su falta de conciencia sobre su situación. lírica, por otro lado, es enunciativa y carmínica en ciertos versos, aunque más notablemente es apostrófica. La actitud lírica, Decimos que la actitud lírica es mayormente apostrófica puyes a lo largo del poema el yo lírico interpela, usando la segunda persona, a su interlocutor. La actitud lírica es también enunciativa y carmínica pues es medio de la interpelación del tú lírico se describe (es este caso, su actitud: “Embriaguez te sobra (…) tu raciocinio muscular (…) el racional error de tu
lírico es el sufrimiento (en especial es experiencia”) y se expresan emociones (a través del tono del yo lírico). El motivo lírico es del tú lírico), sobre el cual se ahonda en la séptima estrofa. El temple es, al inicio, irónico (como demuestra la primera línea del poema, que expresa algo contrario a lo que se quiere decir a lo largo del resto d el poema), luego, recriminativo (“No seas tonto [ni ] rehúses…”, “Es idiota / ese método de padecimiento”) y, al final, solidario (como muestran las recomendaciones “Considera tu crisis, suma, sigue” o, como se ha explicado anteriormente, la oración del últ imo verso).
Para un mejor análisis del poema, hemos considerado dividirlo en dos apartados. apartados. El primero, primero, que abarca las líneas 1-39, gira alrededor de la actitud del tú lírico frente al sufrimiento, y las soluciones frente al mismo. Es necesario, para comprender los temas planteados a lo largo de este apartado, comprender dos ideas casi omnipresentes en la lírica de “Poemas Humanos”. La primera, que Vallejo comprende al obrero como un ser cuyo dolor se halla amplificado por la opresión que
ejerce el sistema sobre él; la segunda, que Vallejo —como se ha explicado anteriormente — comprende al dolor como un elemento casi omnipresente en la vida del ser humano que, sin embargo, debe ser combatido. Si entendemos esto, podemos entender que el yo lírico que plantea Vallejo desea que el oprimido sea consciente de su situación para poder liberarlo del dolor que le causa la misma. Utilizando terminología socialista, el yo lírico desea que el oprimido tome consciencia de clase para liberarse de la opresión (y consecuente sufrimiento) que le causa su posición en el sistema capitalista. Estas ideas, que se desprenden del tema, son matizadas y reforzadas por medio del uso de recursos literarios como la ironía, el epíteto, la metáfora, la enumeración y la exclamación. La ironía, presente en la primera línea del poema, es descubierta por medio del contraste del mensaje de este verso con el de los siguientes. El yo lírico llama a su interlocutor a la “calma” textualmente: en verdad, usa este recurso para resaltar la falta de acción del tú lírico y criticar su sumisión e ignorancia frente a las circunstancias. El segundo recurso literario es el epíteto, usado para reforzar el reproche del yo lírico hacia el tú lírico. Por ejemplo, la referencia hecha en el octogésimo verso al “raciocinio muscular” refuerza la temática si comprendemos que, según las pautas de la lírica Vallejiana, la razón
y el cuerpo (es decir, lo muscular) se oponen como se oponen lo espiritual y lo terrenal. Este epíteto (y posible oxímoron), entonces, denota el desarraigo de la dimensión espiritual (es decir, la dimensión racional, y los aspectos del ser relacionados con la mente y el alma) que sufre el tú lírico, y la importancia que tiene para él la dimensión terrenal (es decir,
lo muscular) puesto que incluso su raciocinio está impregnado de ella. Esta puede ser una referencia a la importancia que usualmente se le da a la dimensión física del oprimido y el abandono que sufre su dimensión espiritual al no reflexionar acerca de su situación doliente. El segundo apartado, que abarca desde la línea 40 hasta la 42, se caracteriza por la introducción del tema de la solidaridad. Mientras que el apartado anterior exploraba distintos aspectos de los dos temas anteriormente mencionados, este a partado abarca uno distinto — pero igualmente recurrente en la lírica de Vallejo —: a través de la exploración del otro, el yo lírico se encuentra a sí mismo y es capaz de demostr ar su deseo de ayuda. La primera línea (“Vam os a ver, hombre ”) consolida el estilo casi conversacional del poema, además de reafirmar la actitud lírica apostrófica. La expresión “Vamos a ver”, además, reafirma que el mensaje que el yo lírico está a punto de emitir es conclusivo. La siguiente línea, “cuéntame lo que me pasa”, contiene la idea anteriormente mencionada (el encuentro del yo a través de la exploración del otro): El yo lírico
se coloca en la posición de su interlocutor y al hacerlo admite también cometer los errores que el tú lírico comete pero, además, admite su deseo de salir su situación también doliente (pues al dársele a conocer su errores será consciente de cómo escapar de ellos). En su estructura, el poema está compuesto por 8 estrofas, asimismo, destacan los quintetos, las cuales poseen versos sueltos con rimas asonantes, así como se percibe en “pero, hablándolo más clar o/ o/ y pensándolo en oro, eres de acero, / a condición de que no seas/ tanto y rehuséi s” (vv.11-13). En el plano del contenido, se puede reconocer un yo lírico cuyo propósito se basa en: aconsejar y recordarle sus buenas cualidades al tú lirico, ya que el tú lírico, es una persona con poder, sin sentimientos al momento de tomar sus decisiones y hostil con sus enemigos, así como se aprecia en los siguientes versos “Esa luz modulada y virulenta/ si tan solo la calma haces señal es” (vv37-38). El motivo lírico del poema es aconsejar al tú lírico acerca de sus acciones, tal como se aprecia en “Necesario es que s epas, / contener tu volumen sin correr, sin afligirte” (vv.16-17) a partir de esto se puede colegir que la actitud lírica es Apostrófica y el temple de ánimo es la solidaridad. Podemos reconocer entonces que el tema es “Las decisiones definen el camino de la vida” y en relación con el título se debe a que él sujeto lírico le d ice al tú lírico que tenga calma ca lma para tomar una decisión con respecto al poder que él concibe porque una mala decisión o la ambición de querer poseer más le puede llevar a la muerte. Para un mejor análisis, se ha considerado dividir el poema en dos apartados. El primer apartado (vv.1-20), el yo poético expone los rasgos significativos del tú lírico, idea expresada en los siguientes versos “pero, hablándolo más claro/ y pensándolo en oro, eres de acero” y “entusiasmarte por la muerte tanto y por la vida, con tu sola tumba” describiéndolo de tal manera, como una
persona sin sentimientos y que tiene poder. Al mencionar “con tu sola tumba” hace referencia a la idea que en las decisiones que el tú lírico tome puede costarle la vida. Además, se hace presencia de una metáfo ra “pensándolo en oro” lo cual ayuda a comprender que el yo lírico los ha pensado muchas veces y llegado a la conclusión que el tú lírico es realmente “de acero. De igual manera, se evidencia una aliteración en “Otro poco de calma, camarada “que indica al tú lírico tener mayor calma, asíndote “un mucho inmenso, septentrional, comp leto”, en diferentes lugares se aprecia personificación, tal como “locura en la razón” y “… servidumbre de fracaso”. Se puede inferir, entonces, que la muerte puede ser resultado de una decisión.
En el segundo apartado (vv.21-42), la voz poética se solidari za con el tú lírico, esto es evidente en “Anda, n o más; resuelve, / considera tu crisis, suma, sigue, / tájala, bájala, ájala” donde la voz poéti ca aconseja al tú lírico que resuelva la crisis lo más pronto posible. Por otro lado, en los versos 32-34 se puede apreciar signos de admiración, lo cual ayuda a destacar las cualidades buenas que el tú lírico posee. Apreciamos que en la frase “luz, modulada y virulenta” se encuentra una sinécdoque lo que expresa la hostilidad del tú lírico hacia otros. Asimismo, la solidaridad del yo poético enfatiza en cederle un poco de su tiempo para escucharlo ya que él también en su amigo y no un enemigo contra quien debe luchar, esto se evidencia en la los siguientes versos “Vamos a ver, hom bre; / cuéntame lo que me pasa/ que yo, aunque grite, estoy siempre a tús órdenes”.
En conclusión, el poema “Otro poco de calma, camarada…” presenta versos sueltos, además, está relacionado con lo
realista, ya que el objetivo del yo lírico llama a reflexionar al tú lírico sobre sus acciones, ya que este no lo hace con calma, al contrario siempre se muestra como una persona con ganas de obtener mucho más y que no está contento con lo que tiene. Por lo cual, este poema permite reflexionar al lector sobre cada una de las decisiones que toma día a día porque será lo que define el camino de la vida o la muerte. Fue domingo en las claras orejas de mi burro El poema “Fue domingo en las claras orejas de mi burro...” pertenece al compilado Poemas Humanos (1939) de César
Vallejo, quien mostró gran identificación con la literatura social y revolucionaria en esta etapa de su arte lírico. El poemario fue publicado por Raúl Porras Barnechea y Georgette, la esposa de Vallejo. El autor del poema, nació en Santiago de Chuco; sin embargo, su permanencia en su tierra natal no fue tan duradera por las condiciones que se suscitaban en su tiempo, como el hecho de no ver un futuro exitoso si se quedaba allí. En ese sentido, Vallejo viaja a Europa y pasa por una gran cantidad de sucesos no favorables hacia su persona, lo que por momentos pone en duda su existencia y asimismo emerge un conjunto de sensaciones que muestran cuánto extrañaba a su país. El poema en mención da a conocer parte de esto, resaltando una vez más la condición humana del hombre. La temática abordada es el dolor humano, causado por encontrarse lejos del país de origen, pues se percibe un ambiente de reconocimiento patriótico y cómo el encontrarse lejos puede provocar daño a la existencia de una persona. Esta situación en la cual uno rememora a su t ierra, en su mayoría ocurre cuando una pe rsona tiende a estar mucho tiempo lejos, con lo cual comienza a expresarse una emanación de tristeza, debido a no poder ver a los familiares o por estar en una situación complicada, ya sea económica o social. En relación a la actitud lírica, esta es carmínica, pues el yo lírico, mediante una situación descriptiva rememora a su tierra, expresando así su tristeza y llenando al poema de un temple nostálgico, el cual se va intensificando por la lejanía, siendo esta la causante de los sentimientos penosos que se perciben. Asimismo, se presentan isotopías de complementariedad, una basada en el patriotismo: peruano, tierra, cerros, creencias, sueño, vivo, sol, patriótico, ricos, hijos y padres; mientras que la otra hace referencia al dolor: clavado, burrada, hecatombe, penas, espanta, olvidado, años, toso, duele, (ciclo) microbiano y lluvia. Con eso se podría evidenciar la situación por la cual pasaba el yo lírico. En su estructura, el poema presenta 4 estrofas asimétricas con un sexteto, dos cuartetos y 8 versos respectivamente. Además es de verso libre y no presenta una rima definida, pero sí cierto ritmo, que brinda cierta musicalidad al poema. El poema se puede dividir en dos apartados, según las sensaciones que muestra el yo lírico. Estos están comprendidos entre las dos primeras y las dos últimas estrofas del poema. Respecto al primer apartado, los recuerdos del yo lírico hacia su país, se van intensificando; esto se ve percibe con la redundancia “(...), de mi burro peruano en el Perú” (v.2). A nivel morfológico, se presenta la adjetivación, “experiencia personal” (v.3), la cual nos muestra cuan significante es para el yo lírico lo que quiere expresar. A nivel sintáctico se presenta un paralelismo final: “Clavado en pleno pecho” (v.4, 5 y 6), que expresa lo más profundo del yo lírico, es decir, muestra que es muy difícil sobrellevar esta situación (el estar lejos de su tierra natal). En la segunda estrofa, el asíndeton “ricos en burros, hijos de burros, padres hoy de vista,” (v.8), podría expresar el largo
tiempo que el yo lírico ha pasado viviendo lejos de su lugar de procedencia; y esto ha hecho que este mismo se encuentre sufriendo en su existencia, pues su pena se basa en ello: “cerros horizontales de mis penas” (v.10). Con relación al segundo apartado, se puede percibir que el dolor se ha impregnado en el yo lírico y poco a poco lo va consumiendo. En esta parte, el sujeto lírico medita la distancia de su presente y su pasado; esto se percibe con la comparación sutil que presenta en el
anterior apartado, al describir su experiencia pasada (tierra natal) y ahora en este, donde expresa su presente con “Volt aire cruza su capa y mira el zócalo,” (v.12); la estatua ubicada en Paris muestr a la situación actual en que se encuentra, que en relación con “pero el sol me penetra y espanta de mis dientes incisivos un número crecido de cuerpos inorgánicos.” (v.
13 y 14) refleja que la realidad ha hecho que se dé cuenta de la crisis por la que pasa, pues los dientes incisivos son los más fuertes que tenemos; pero el dolor ha sido más fuerte que ha logrado sacarlos. Además, existen indicios que muestran que la desgracia unida probablemente a la enfermedad que padece el yo lírico, está aumentando. Esto se ve evidenciado con: “sonido de años en el rumor de aguja de mi brazo” (v.18) que muestra que luego de haber hecho memoria a una piedra, la cual para Vallejo significa instituir una relación dialéctica entre la vida y la muerte, nos muestra que el riesgo a perder la salud se incrementa cada vez. Las exclamaciones ¡cómo toso! ¡cómo vivo! (v.19) ayudan a reforzar la idea mencionada anteriormente. A nivel semántico la hipérbole y exclamación: “¡cómo me duele el pelo al columbrar los siglos semanales!” (V.20) refuerzan que el dolor es muy fuerte y que el tiempo ha pasado lentamente, a pesar de parecer lo contrario. A nivel morfológico se encuentra nuevamente una adjetivación: “patriótico peinado” (v.22) refuerza el sentimiento de pertenencia que nunca se perderá. “Fue domingo en las claras orejas de m i burro” tiene un valor humano, mostrándonos que el dolor puede tener base en algo mucho más trascendente de lo que estamos acostumbrados a escuchar. Las personas que deciden ir a un nuevo lugar, en muchos casos, por buscar condiciones que mejoren su calidad humana, hace que la lejanía y el hecho de encontrarse en un lugar desconocido, traiga como consecuencia la tristeza y la impotencia por volver; pero que por cuestiones de mejoría, en su consciente de ver un futuro mejor “afuera”, tomen la decisión de quedarse allí sin importar el motivo que amerite no hacerlo. Los desgraciados: En su estructura, el poema presenta 7 estrofas de 5, 7, 8, 9 y 11 versos respectivamente que en su mayoría son endecasílabos, decasílabos, heptasílabos, en otras palabras, presenta una métrica irregular. En el aspecto métrico, se identifica una rima asonante; además una gran variedad de encabalgamientos, por ejemplo, en los versos 2 y 3: ….”Búscate debajo/del colchón”; en el cual resalta el esfuerzo mental y físico del hombre. De lo dicho, se concluye que el poema es de
composición asimétrica y de versos libres. El objeto lirico del poema es la desgracia de la vida endeb le expresado en los versos: “Cuando le cae a uno la desgracia/ y se le cae a uno el fondo del diente”; “la m añana, la mar, el meteoro van/ en pos de tu cansancio, con banderas”. Reflej an
el impacto de este infortunio, que hace al hombre luchar por su existencia. El motivo lirico es la serenidad que toma el hombre ante las adversidades que se le presentan; “remiéndote, recuerda/ confía en tu hilo blanco , fuma, pasa lista/ a tu cadena y guárdala detrás de tu retrato”. A partir de los elementos planteados, se puede reconocer el tema de la desdicha del hombre ante su desdicha; el cual se evidencia en los versos 1 y2: “Ya va a venir el día; da/ cuerda a tu brazo; búscate debajo/ del corazón”; esto nos aclara que el hombre se está preparando para algo que lo acechará. Para un m ejor análisis
del poema, se ha considerado dividirlo en tres apartados. En el primer apartado (Versos 3, 4 y 12,13) tiene como tema la autocompasión del yo poético, el cual se expresa en los versos 3 y 4: “Vuelve a pararte/ en tu cabeza; para andar derecho”; en esta parte nos expresa que el yo poético se da
ánimos para seguir adelante. Además este verso muestra un encabalgamiento el cual no solo se enfoca en el esfuerzo sino también en la búsqueda de su valor y valentía. Debido a que la estrofa da a entender a un hombre el cual despierta, en la cama reposa su cuerpo, un hombre a quien el agotamiento enajena y busca su ser abrumado. De la misma manera, en los versos 12 y 13 menciona: “No tengas pena , que no es de pobres/ la pena, el sollozar jun to a su tumba”; hace alusión
al rechazo de todo lo que sea evasión de la circunstancia. Cabe resaltar un matiz importante en estos versos es que el yo poético se dice a si mismo lo que también es frase para los receptores. Es decir, según James Higgins est e desdoblamiento
es un recurso para registrar los procesos de introspección y en la mayoría de los casos el poeta está dialogando con el hombre a la vez que consigo mismo. En el segundo apartado (Versos 6-10, 52-54) gira en torno al sufrimiento que el hombre tiene que afrontar por la enfermedad y la representación de la muerte. Tal como se muestra en los siguientes versos: 6 y7 “Ya va a venir el día, ten/ fuerte en la mano de tu intestino grande, reflexiona”. Se refiere a que el hombre tiene que soportar la s molestias como el hambre y los dolores físicos, es decir afrontar las necesidades de las clases bajas. Igualmente en los versos 9 y 10: “Cuando le cae a uno la desgracia/ y se le cae a uno el diente”, refuerza la idea de la carencia del desgraciado y la escasez de alimento. Sin
olvidar que en los versos finales del poema (52-54) “el malo, ¡ay! Inmortal/ has soñado esta noche que vivías/ de nada y morías de todo”, manifiesta una antítesis; el cual obstenta que este hombre “vivía de nada”, a consecuencia d el hambre y
la desgracia, “morías de todo”, hace alusión de que morirá por la falt a de satisfacer sus necesidades básicas del ser humano. En el tercer apartado se extiende desde el verso (24-26, 27-31, 39-42) cuyo tema es la desgracia que acecha al hombre expresado en los siguientes versos: 24-26, “como quedan sus poros, enjuiciándolo! /con cuantos doses; ¡ay! Esta tan solo! “, recordando lo mencionado, este hombre que se encuentra en un hotel, e esta parte alude a la soledad que el siente
porque cuando nos habla de “clases”, son parejas que viven cerca de él, como vecinos . Además en los versos 27 y 28: “Ya va a venir el día, repito/ por el órgano oral de tu silencio” y el ver so 31, “abstente de ser pobre con los ricos”, los versos presentados señalan que el “silencio” se vuelve interior; de esta manera asume su carencia material. Pero al asumirla
perece más y orienta a los responsables de su desgracia, “los ricos”. Esta idea presentada puede ser reforzad a con los versos 39-42: “…. Las hienas/cuentan sus pasos al compás del asno/ la panadera piensa en ti/ el carnicero piensa en ti, palpando”. Aquí se refiere a que sus enemigos no son las pe rsonas de la clase alta sino la panadera, y el carnicero, estas “supuestas hienas” disimulan su codicia detrás de la manse dumbre del asno.
Del mismo modo podemos encontrar símbolos muy representativos de Vallejo, se evidencian en el verso 15 y 16: “confía en tu hilo blanco, fuma, pasalista/ a tu cadena y guárdala detrás de tu retrato”. Primero, “hilo blanco”; el débil hilo, con el que el desgraciado trata de remendar los j irones de su existencia es símbolo de la escasez. Luego “fuma” símbolo de “ser humo”. A parte de ello en el poema podemos resaltar un paralelismo en t odo el poema; “Ya va a venir el día”; en los cuales
se refiere a objetos materiales como “ponte el cuerpo”, “ponte el sol”. Asimismo alude a entes abstractos como “ponte el alma” y “ponte el sueño”. En síntesis “Ya va a venir el día”, es un refuerzo temático y rítmico a la vez que coligan el final de
una estrofa con el comienzo de la siguiente. Sin olvidar la actitud apostrófica en el verso 27 cuando menciona “Ya va a venir el día, repito”; esta última palabra “exhorta” al hombre a seguir adelante. “Los desgraciados”, está estructurado a
partir del verso libre, métrica irregular. A la vez contiene recursos literarios como símbolos que representan el contexto de Vallejo; a la vez antítesis. Presenta encabalgamientos que establecen una cadena entre días, las separan para darle coherencia y modular las palabras. Entonces, ¿Hasta qué punto la desdicha del ser humanos puede influir en su vida diaria? Como se puede apreciar, esta desgracia que afronta el hombre lo lleva a sentirse desgraciado; sin embargo el yo poético se “alienta a sí mismo” para que sea persistente y luche. A pesar de las dificultades presentadas ante la i nterpretación del
poema analizado como las palabras y expresiones anómadas de Vallejo, se necesita ser perseverante y ser eflexivos para comprender el contexto en el cual vivía Cesar Vallejo. Hoy me gusta la vida mucho menos En el poema se encuentran recursos literarios tales como los actores liricos, el yo lirico por su parte expresa un afán por la vida a pesar de los obstáculos, este cumple la función de demostrar lo que siente y dar a entender que l a vida no es eterna
y que en cualquier momento esa parte que conforma nuestro cuerpo que actualmente lo palpamos dejaría de existir. Además expresa recuerdos tales como el hospital y el cuerpo inmóvil de sus padres. Con respecto a sus cualidades resalta inconscientemente el pesimismo, se siente abatido, sin embargo a porta que su cuerpo sigue en pie. Así mismo, el tú lirico no se encuentra dentro del poema por ende es mudo e intertextual. En el texto se encuentra explícitamente una actitud carmínica y esto se ve representado en los versos “Me gusta la vida enor memente”, “Hoy me gusta la vida mucho menos pero siempre me gusta vivir” el yo lírico presenta estos versos expresando su sentir. El temple de ánimo predominante es la melancolía ya que se denota sufrimiento por una pérdida y el cuestionamiento de la vida. El objeto lirico del poema es la vida, la cual es exp resada en “Hoy me gusta la vida mucho menos”, “Me gusta la vida enormemente”, “Me gustará vivir siempre”. El motivo lirico es la angustia de la cercanía de la
muerte porque aunque él aún se encuentre de pie, siempre habrá algo que lo atraiga hacia la misma y esto se ve en “Me gusta la vida enormemente pero, desde luego, con mi muerte querida y mi café”. De acuerdo a los elementos extraídos del poema se puede reconocer que el tema planteado es la apetencia de la vida del yo lírico y se justifica en los versos expuestos “¡Tanta vida y jamás! “. Este se intens ifica con que primero toma a la vida como aquella situación en la que
siempre habrá caídas, pero decide continuar viviendo. Con la finalidad de una mejor comprensión se ha considerado dividirlo en dos apartados. El primer apartado abarca los dos primeros párrafos donde se evidencia el desánimo de la vida y se ve en el verso” Hoy me gusta la vida mucho menos, pero siempre me gusta vivir”, “Mis padres enterrados con su piedra y su triste estirón que no ha acabado inserta ropa “en estos m omentáneos pantalones” la cual es usual como dando referencia que continuamente
puede suceder situaciones inesperadas. El segundo apartado consta de las tres últimas estrofas retomando el tema de l a vida, pero desde otra perspectiva. Ahora el yo lírico expresa que le gusta la vida y que todos los acontecimientos pasados fueron malos, pero se rehúsa a continuar con esa idea. Sino refuerza que desea mejorar con respecto a sus ideales; y el cual se refleja en: “Que es verdad que sufrí en aquel hospital que queda al lado y está bien y está mal haber m irado de abajo hacia arriba mi organismo”. Terminando con la última estr ofa “Me gustará vivir siempre, así fuese de barriga”, lo que quiere decir que así
fuese de cualquier modo. Igualmente a partir del poema no se cuenta una métrica en su estructura, por lo que se podría decir que es un poema de verso libre, además el poema está constituido por cinco estrofas que poseen (4, 8, 8, 5, 4) versos. Este poema presenta rima consonante. Asimismo, acontece a una estructura asimétrica ya que no contiene un orden definido en sus versos y explicativa, debido a que comienza con una conclusión y encierra con la explicación. Cabe resaltar que se percibe encabalgamientos en el poema tales como “Me gusta la vida enormemente/pero desde luego”, “Y viendo los castaños frondosos de París / y diciendo”, “Dije chaleco, dije- todo”, estos dan énfasis y resaltan las
últimas palabras del verso. Los recursos estilísticos son indispensables para expresar lo que quiere como objetivo el autor. Para esto se encuentra una aliteración “Los castaños frondosos de Paris”, lo cual busca el efecto sonoro y la expresividad, producidos por la repetición consecutiva de un mismo fonema. El poeta hace uso de una omisión de nexos: “todo, parte, ansia, dije casi, por no llorar” (verso 22); “Es un ojo éste, aquél; una frente ésta, aquélla...” (Verso 18), estos
tratan de interpretar el sufrimiento. El símil es un recurso perfecto para el yo lírico expresar y comparar lo que siente: “Me gustará vivir siempre, así fuese de barriga, po rque, como lo iba diciendo y lo repito” (Verso 26). Aunque la metáfora es el principal elemento del poema. “Y me contuve con un tiro en la lengua detrás de mi palabra” (Verso 4), este verso nos quiere decir que hubo un silencio y no quiso decir nada m ás por su angustia y nostalgia. El poema adquiere peculiaridad respecto a la conformación de sus versos y su título en el que se va desarrollando en todo el contenido. Igualmente, se emplea una frase repetitiva constante “¡Tanta vida y jamás!”, “¡Tántos años y siempre (...)!” , este recurso permite
encontrar el tema central puesto que se constata que el yo lírico tiene anhelo hacia algo. Incluso se muestran signos exclamativos en todo el poema, lo que manifestaría la expresión de este. El lenguaje utilizado es formal y se hace uso de un vocabulario de la corriente de la vanguardia post al modernismo como “tonada, momentáneos, estirón”. Vallejo redacta sus poemarios rompiendo con los esquemas ya establecidos en la sociedad porque existe un espacio en blanco que queda vacío en la vida cuando no existe algo que te impulse a contin uar. “Hoy me gusta la vida mucho menos...” pertenece a uno de estos, donde el yo lírico a pesar de todo lo que ocurre continuamente tiene una apetencia a la vida, en el trance se encuentran sentimientos de tristeza, nostalgia, pesimismo, pero al finalizar decide seguir y le da una esperanza a la vida. Esto se relaciona con las personas que se encuentran desahuciadas y que al pasar un hecho frustrante decide dejar parar, pero siempre habrá una ra zón, por la cual seguir viviendo. Considerando el frio imparcialmente En su estructura, el poema presenta 8 estrofas de 6, 8, 6, 3, 3, 3 ,3 y 4 versos l ibres respectivamente, se puede decir que respecto a su estructura es conclusiva ya que primero describe al ser humano y al final brinda una valoración final, otro aspecto a destacar son los encabalgamientos alrededor del poema que nos llevan a pensar en un énfasis especial en ciertos versos como: “que lo único que hace es componerse/ de días” (versos 4 y 5) Del poema se desprende que el tú lirico es extratextual pues se refiere a la humanidad en conjunto, el objeto lírico es la condición humana ya que esta es descrita y juzgada a lo largo del poema por el yo lírico que trata de comprender su naturaleza con una postura ecuánime. El motivo lírico es la reflexión sobre la condición humana ya que se analiza detenidamente todas las características de este desde un punto de vista objetivo sin embargo, al final, este sentimiento cambia y se torna en emoción. La actitud lírica predominante es enunciativa. El temple de ánimo es sereno ya que trata de describir con la mayor “Imparcialidad” posible a la condición humana. Los sentimientos encontrados a lo largo del poema son la frialdad y la emoción. A través de los elementos planteados se puede reconocer como temas a la dialéctica de la construcción humana que radica en su imperfección y perfección simultánea, el cual se evidencia en los versos 6 y 36: “que es lóbrego mamífero y se peina…” / “¡Qué más da! Emocionado… Emocionado…”, esta dialéctica se manifiesta a través de una terminología particular que nos
posiciona en una especie de juicio debido a las palabras iniciales de cada estrofa (Comprendiendo. Considerando,Examinando), por lo anteriormente dicho, se puede afirmar que el lenguaje empleado es culto. Para un m ejor análisis del poema, se ha dividido en 3 apartados.Planteamiento y explicación de apartados (temática, figuras literarias, sentimiento expresado, forma de los apartados, versos o palabras reiterativas) El primer apartado (versos del 1 al 14) tiene como tema una mirada cruda pero objetiva de la condición humana en su totalidad el cual se expresa en los versos 2 y 14; el primero describe al humano como un ser enfermizo (tose) y melancólico (triste), y el segundo nos da a entender cómo el ser humano se condena a sí mismo a través de su “fórmula famélica de masa”, de este verso también se infiere que el hombre es consciente de su condición pero, nunca la
cuestiona, solo la acepta y convive armoniosamente con ella, la palabra “famélica” hace referencia a un ser que at raviesa por mucha hambre, este término profundiza todo el mensaje. A lo largo de estas dos estrofas se pueden observar paranomasias que dotan de cierta tonalidad al poema, luego, se aprecia una somera decodificación del lenguaje (de formal/semi-formal a poético) ya que empieza con palabras como “Considerando” y continúa con otras como “pecho colorado”, este trance entre las palabras usadas nos otorga un clima de cotidianeidad que es necesaria para analizar al
ser humano en su totalidad. También se puede distinguir una anáfora (“Comprendiendo”) que enfatiza la utilización de un razonamiento ordenado en las afirmaciones. A pesar de una visa realista no se puede afirmar que el yo lírico se presenta en un tono pesimista ya que en ningún momento pierde la esperanza ni da a entender desfallecimiento por la humanidad, esta idea se ve respaldada ya que a
pesar de que “el hombre es triste” se “complace en su pecho colorado”, metáfora que hace referencia al arduo trabajo del
hombre. Otra idea a considerar se encuentra en los versos 8 y 9 de la segunda estrofa donde se percibe un aroma marxista que explica el origen del hombre pues señala que el humano se realiza mediante el trabajo, en la segunda se subraya la condición de parásito del jefe en el contexto laboral justificado en el siguiente verso: “y repercute jefe, suena subordinado”.
En la introducción se especificó que el verso 6 daba paso a la dialéctica de la construcción humana, este se justifica ya que se le distingue al ser humano de cualquier otra especie al detallar que es “lóbrego mamífero y se peina…”, de esta etopeya se entiende que es un ser incierto lo que da lugar a sus ideas tan variadas y, por ende, a la necesidad de un pensamiento dialéctico para abarcarlo en su totalidad. El segundo apartado (versos del 15 al 26) tiene como objetivo mostrar el optimismo latente del yo poético hacia la condición humana ya que “ sujeto a tenderse como objeto,/ se hace buen carpintero, suda, mata” (versos 18 y 19) y “no
obstante, al voltear, me da con su tristeza en l a cabeza…” (verso 23), los primeros versos nos dan a entender a través de un símil que a pesar de que el humano piensa y razona se reduce a un objeto en su trabajo, además, junto con el siguiente verso se arma el concepto de vida rutinaria ya que el humano responde a su carencia de humanidad con más trabajo, del verso 23 se entiende que el ser humano no solo siente sino también lo expresa, algo que no podría hacer un animal, asimismo los puntos suspensivos al final nos permiten inferir que el yo poético no sabe qué decir situación que probablemente haya sido provocado por la impresión hacia las características de la condición humana. Se detallará más este verso próximamente. A pesar de ello, hay que destacar que este eco de optimismo no despoja al yo poético de su imparcialidad sino que le permite abarcar la totalidad del asunto. Esta constante de objetividad está presente ya que en un verso se expresa “que el hombre es en verdad un animal”, afirmación bastante cruda y realista. Es importante destacar los versos 16 y 17 pues, a lo largo del poema se trata al hombre como un ser débil e incapaz de cuestionar su realidad sin embargo, en estos versos se menciona que existen momentos en los que es reflexivo, piensa acerca de su realidad (pensando) y sufre ante esta (quiere llorar), esta contrariedad de ideas enfatiza el uso de la dialéctica como método de pensamiento para entender al ser humano, adicionalmente, el 23: “me da con su tristeza en la cabeza”, expresa a través de una metonimia de continente por contenido (cabeza y cognición, mente) que la tristeza
transmitida por el humano es razonada por el hablante lírico, esta colisión entre un sentimiento (subjetivo) y un ente de raciocinio (objetivo) da paso, nuevamente, al empleo de la dialéctica. El tercer apartado que se extiende desde los versos 27 al 36 gira en torno a la solidarización del yo lírico que se justifica ya que el yo poético nos dice que “él sabe que le quiero” (verso 28) y “le doy un abrazo, emoci onado. ¡Qué más da! Emocionado… Emocionado…” (Versos 35 y 36), el primer verso nos da a entender que a pesar de descubrir las más
profundas realidades del hombre el yo poético no pierde su estima hacia la condición humana y de los dos últimos versos expuestos se deduce que el yo lírico se torna subjetivo ante la condición humana, para una mejor comprensión se puede analizar una frase en específico: “¡Qué más da!”, esta indica que el yo lírico se lamenta de su sensibilidad y, es
consciente de ello, esta actitud corresponde a una revolución psicológica de la que se hablará posteriormente. Cabe recalcar la presencia de los puntos suspensivos que indican una impresión del yo lírico pues no sabe qué decir. Podemos analizar más profundamente los dos primeros versos de la antepenúltima estrofa pues, se exhibe la unión de un razonamiento lógico objetivo (comprender) con un acto m eramente subjetivo (querer), este nexo representa de la mejor forma el pensamiento dialéctico al que ha tenido que recurrir el yo poético para entender a la humanidad en su totalidad, en este caso, la relación entre la objetividad y subjetividad. Otro aspecto a destacar es la falta de gerundio en la última estrofa “Comprendiendo, Considerando”, este otorgaba una estructura muy pareci da a la de una sentencia, al no estar
presente en la última estrofa se entiende que el yo poético se despojó de esta estructura y finalmente, se solidarizó como humano. Como se mencionó, la actitud final presenta matices que apuntan a un rompimiento de la estructura psicológica del yo lírico justificado en el siguiente verso: “que le odio con afecto y me es, en suma, indiferente...”, este nos da a entender que él se rehúsa a perder su postura fría, situación que cambia a lo largo del poema debido a la precisa descripción humana inundada de subjetividad. Conclusión (síntesis) y valoración crítica “Considerando en frío, imparcialmente” está estructu rada a través de versos libres, métrica irregular y un pensamiento cambiante: al principio se muestra totalmente imparcial, luego emocionado. Adicionalmente, el hablante lírico trata de comunicar (a través de una crítica muy objetiva) el valor de la condición humana y de demostrar que no se puede ser imparcial al momento de juzgarlo como se indicaba en el título “Considerando en frío, imparcialmente”. De esta forma, re sulta conveniente formularse la siguiente pregunta: ¿Hasta qué
punto la condición humana es entendible para los propios humanos? Como se puede apreciar, al momento de buscar una respuesta se terminará desviándose siendo, inevitablemente subjetivo, ante esto el hablante lírico emplea un método dialéctico para tratar de comprenderlo en su totalidad aunque no lo logra. En conexión con el perfil del Bachillerato Internacional, el poema nos llama hacia la valoración de la condición humana, en ese sentido, representa un
alegato para la humanidad entera. Los mineros salieron de la mina
Con respecto a su estructura, el poema presenta 6 estrofas de 6, 4,7, 8, 4,15 versos respectivamente. Mayormente están presentes los endecasílabos, y presenta una métrica irregular. En el aspecto métrico se aprecia que el poema no cuenta con identidad fonética, por ello decimos que no tiene una rima definida. Por otra parte, se muestra solo 1 caso de encabalgamiento. Este se encuentra en la primera estrofa en los versos 5 y 6: “cerraron con sus voces/ el socavón”, se presenta una frase incompleta, por lo cual llegamos a la conclusión que todo el poema está escrito en verso libre. El objeto lirico presente en el poema, es el hombre trabajador expresado mediante el símbolo de los mineros; dicha simbolización alude un ambiente protervo en el cual los actores liricos se desenvuelven. El yo lirico refleja un sentimiento de solidaridad y admiración hacia la opres ión que estos tienen que pasar, por no poder dejar de trabajar. Este hecho se muestra con mayor intensidad en lo siguiente: “¡Era de ver sus polvos corrosivos! / ¡Era de oír sus óxidos de altura!; (estrofa 2, vv.1-
2) se evidencia la configuración del hombre a través del trabajo forzoso. El motivo lirico es reflexionar acerca de la condición y el sufrimiento humano, la responsabilidad que asumen, los peligros a los que se exponen y sobre todo las secuelas que tienen que afrontar, degradando cada vez más a su propio “ser”. Se presentan descripciones, sin embargo predomina la actitud lirica carminica, principalmente en la cuarta estrofa: “Craneados d e labor, y calzados de senderos infinitos, y los ojos físico llorar” (estrofa 4. VV : 1-4), donde se muestra que el esfuerzo y la opresión hacia el hombre, no tienen cuando acabar. El temple de ánimo es la solidaridad y la admiración hacia el trabajo, ya que se percata de la opresión y degradación del hombre. A partir de
los elementos planteados se puede reconocer como temas la sumisión del hombre, asimismo del compromiso con su trabajo. Para un mejor análisis del poema lo dividimos en 3 apartados.En cuanto a al primer apartado (estrofa 1 y 3, vv.1-17), se evidencia la subyugación del hombre que se configura a través del abuso laboral. Esto es expresado por el hablante lirico para aludir a la degradación del “ser” a través de su mundo representativo deferido a la opresión: “remotando sus ruinas venideras fajaron su salud con
estampidos y, elaborando su función mental cerraron sus voces con el socavón” se percibe como yo lirico observa al hombre , en su afán de avanzar y ser aceptado en la sociedad, pero esto puede conllevar a que este sufra las consecuencias de su trabajo, sin embargo él no puede expresarse libremente, llegando a una medio de animalización por el trabajo ineludible. Además desde el paratexto se configura el trabajo rutinario del ho mbre “engranaje”: “orden de sus túmulos, inducciones plásticas, sus respuestas cor ales”, manifiesta al hombre que desea cambiar su vida rutinaria, sin embargo la autocracia de la sociedad lo limita a cambiar, pese a sus esfuerzos que realiza día a día. Por ello su deseo de cambiar se convierte en una esperanza inalcanzable. Todo ello tiene función pragmática por medio de las metáforas “cerraron con sus voces el socavón” hace alusión acerca del trabajador y su afán de expresar y liberar su sentir, no obstante esto se le impide, dejándolo en la nada. Y el símbolo: “los mineros salieron de la mina” permite representar la vida del
hombre, es decir cómo pasa cada día de su existencia, percibiendo su vuelta al mismo automatismo de siempre. En síntesis en este apartado se revelo la manera de subyugación del hombre, a través del trabajo laboral que este sufre, además de las secuelas presentes a lo largo de su vida. En el segundo apartado (estrofa 2 y 6, vv.3-24), podemos resaltar a la deshumanización del hombre reflejado en su compromiso laboral y familiar, hasta el punto de menospreciarse. Ello es señalado por el yo lirico para manifestar el compromiso vigente del hombre, por sus ansias de ser aceptado en la sociedad actual. ”Cuñas de boca, yunques de boca, aparatos de boca (¡Es formidable!)”, señala que el hombre tiene una carga que lleva consigo y que lo limita a expresarse de manera libre ante la civilización; también se reafirma la admiración por parte del yo lirico hacia la gran labor realizada. “¡Felpa de hierro a sus nupciales sábanas!, ¡M ujeres hasta bajo, sus mujeres! (Estrofa 6, verso 1-2).
Representa a la presencia de su familia como otro objeto de opresión ya que siente la responsabilidad de velar por el bienestar de ellos y a la vez de su trabajo. Sin embargo esto también provoca que el hombre se aleje y cambie su actitud por la inconformidad de su situación actual. Todo ello es reforzado por la presencia de figuras literarias, como es e l caso del oxímoron: “ ¡Felpa de hierro!”, representa al cambio que atravesó el hombre, es decir de alguien tan sensible y sublime a
volverse una persona inerte que no expresa sus pensamientos y emociones. Aditivo a esto tenemos una aliteración: “conocieron los trístidos y tristes imbuidos” la cual cumple el rol de dar tonal idad y
musicalidad al poema, de esta manera se expresa con mayor intensidad el mensaje que nos quiere transmitir el autor. Análogamente los sentimientos revelan la postura del ser humano, en su condición de trabajador y sumiso ante el yugo de la sociedad, que pesa enormemente sobre él. En resumen se puede indicar el compromiso laboral y familiar que tiene el hombre a lo largo de su vida, puede resultar un avallasamiento y menosprecio hacia su propio ser. “los mineros salieron de la mina” es un poema que m anifiesta cómo el ser humano está en constante subyugación e imposición
por parte de la sociedad; en el trabajo que realiza día a día; a consecuencia de esto el hombre, no puede expresar lo que realmente desea hacer. Esto nos lleva a la pregunta, ¿Hasta qué punto el hombre puede llegar a ser subordinado en el mundo actual? Se debe saber que todas las personas atraviesan por el sufrimiento debido a las labores que realizan al exponerse a peligros e incluso humillaciones de parte de la sociedad al no ser visto como algo válido. El estilo del autor es muy peculiar porque presenta una variedad de palabras anómadas muy comunes en la poética de Cesar Vallejo. Asimismo se puede relacionar esta temática con uno de los atributos del Ib, como por ejemplo, ser indagadores ya que se necesita un análisis profundo para comprender los tópicos Vallejianos. Quisiera ser feliz de buena gana: El poema Hoy quisiera ser feliz de buena gana forma parte del copilado de
Poemas Humanos,
perteneciente a
Cesar Vallejo, autor peruano que es considerado uno de los mejores del siglo xx, ya que poseía un estilo original. El escritor vivió una infancia pobre que influyo en la creación de sus poemas, donde se aborda temas como el dolor, el sufrimiento y el hambre. Vallejo fue arrestado pasando tres meses en la cárcel y finalmente, en 1939 muere en Paris. Poemas Humanos refleja la concepción de la solidaridad como eje fundamental para el desarrollo del hombre y la sociedad, lo colectivo por encima de lo individual.
Este poema nos presenta a un yo lirico que anhela la felicidad en el presente, ya que se menciona explícitamente el tiempo del hoy, “Quisiera hoy ser f eliz de buena gana”. El tu lirico es extra textual y se puede percibir que rechaza al yo poético, “Hombre m ío en rechazo y observación”. Los sentimientos que
se presentan en este yo poético son de reclamo, deseo y provocación. El objeto lirico usado por Vallejo es el sentimiento de felicidad, ya que este es el s entimiento al que el yo poético aspira. Con respecto al motivo lirico se evidencia un cierto reclamo en el que se hace énfasis, ya que se menciona esta palabra dos veces en la primera estrofa “y reclamar en fin / reclamar voy diciendo”.
El tema encontrado en la poesía es la marginación de la sociedad, y como consecuencia de esta, la infelicidad y el sufrimiento o dolor. Ello se ve reflejado en el reclamo que se hace al tu lirico, donde expresa lo que siente al no poder ser feliz. Este poema puede ser divido en dos apartados por el cambio de actitud. El primer apartado corresponde a las dos primeras estrofas, donde el yo lirico establece una actitud carmínica y el segundo apartado son las dos últimas estrofas donde el yo lirico emplea una actitud apostrofica.
En relación al primer apartado el poeta nos da a entender que el yo lirico desea alcanzar la felicidad sin embargo no puede ya que existen personas que le causan dolor, esto se representa en la siguiente cita: “por qué me dan así tanto en el alma”. Además podemos ver una acti tud desafiante que se puede percibir en los siguientes versos “solo por ver si quieren / solo por ver si quieren probar de mi espontanea posición”, en esta cita se alude a las personas que lo han marginado ya que el verbo está en plural y les
dice que si les gustaría sentir que es ser él, estar en su lugar. El yo lirico desea ser dichoso, y este expresa lo que es la dicha para el a través de un asíndeton “obrar sin bastón, laica humildad, ni burro negro” que tienen relación entre si ya que los tres hacen re ferencia a la docilidad y sencillez que
anhelaba ante el maltrato que recibía. También, se enfatiza el dolor que sentía en el verso 15, donde habla de “órganos de llanto”.
Con respecto al segundo apartado se le habla a un tu lirico colectivo, que son desc ritos como “Hermano persuasible, camarada / padre por la grandeza, hijo mortal/ amigo y contender / inmenso documento de Darwin”, que se puede deducir son sus atacantes, a quienes les habla con cierta provocación, para ello
se utilizan preguntas retoricas: ¿a qué hora, pues, vendrán con mi retrato? ¿A los goces? Así mismo, se hace referencia a las misericordias, “A las m isericordias, camarada” (verso 22), esto nos indica que el yo
poético quiere que esta persona sienta compasión por su dolor. En relación a la estructura, el poema está formado por cuatro estrofas de 9, 6, 6 y 4 versos respectivamente, siendo así, de estructura asimétrica. Adicionalmente, no muestra una rima definida, pero si un cierto ritmo que es generado por los usos de las figuras fonológ icas, como la aliteración “Pues quisiera en sustancia ser dichoso” (verso 10), “abrir por temperamento de par en par mi cuarto” (verso 3),
donde se repite la s y la r respectivamente, esta figura le da musicalidad al poema. En el nivel morfológico, se emp lea la adjetivación “cantos subjuntivos” “goce amortajado“, “cuello enorme”. En el nivel sintáctico, uno de los recursos más utilizados por Vallejo, el asíndeton, que se puede ver muy marcado en la 2, 3 y 4 estrofa, que dan el efecto dramático al poema. El hipérbaton “sólo por ver si quieren” (verso 6), que se usa para hacer énfasis en la palabra solo. En el nivel semántico, el uso de metáfora “(…) órganos de llanto”, que enriquece la expresividad de la acción, un símil “abrir por temperamento de par en par mi cuarto, como loco” (verso 3) que significa decir
lo que siente dentro de él sin control. En todo el poema se puede notar las repeticiones de adjetivos posesivos en primera persona como: mi cuarto- mi confianza- mi espontanea posición- mi cavidad- mis amados órganos- mi retrato- hombre míomi esperanza.(versos 3, 5, 7, 14, 15, 19, 23 y 25), los cuales hacen énfasis en que los sentimientos que expresa son suyos y solo le pertenecen a él. El poeta utiliza un lenguaje formal y una estructura ilativa. Además, se vale de figuras literarias como las mencionadas anteriormente. Vallejo, hace un reclamo a la sociedad a través de esta composición literaria. Construye una nueva forma de escribir, no solo en la literatura peruana, sino también en la literatura universal, caracterizándose por su estilo realista, que lucha contra la injusticia, promueve el trabajo colaborativo, busca dar un mensaje más profundo y con trascendencia. Mediante sus poemas se expresa contra el maltrato que la sociedad puede hacer a través de rechazos y prejuicios, impidiendo la felicidad plena.
El yo lirico desea ser dichoso, y este expresa lo que es la dicha para el a través de un asíndeton “obrar sin bastón, laica humildad, ni burro negro” que tienen rel ación entre si ya que los tres hacen referencia a
la docilidad y sencillez que anhelaba ante el maltrato que recibía. También, se enfatiza el dolor que sentía en el verso 15, donde habla de “órganos de llanto”. Con respecto al segundo apartado se le habla a un tu lirico colectivo, que son descritos como “Hermano
persuasible, camarada / padre por la grandeza, hijo mortal/ amigo y contender / inmenso documento de Darwin”, que se puede deducir son sus atacantes, a quienes les habla con cierta provocación, par a ello se utilizan preguntas retoricas: ¿a qué hora, pues, vendrán con mi retrato? ¿A los goces? Así mismo, se hace referencia a las misericordias, “A las m isericordias, camarada” (verso 22), esto nos indica que el yo
poético quiere que esta persona sienta compasión por su dolor. En relación a la estructura, el poema está formado por cuatro estrofas de 9, 6, 6 y 4 versos respectivamente, siendo así, de estructura asimétrica. Adicionalmente, no muestra una rima definida, pero si un cierto ritmo que es gener ado por los usos de las figuras fonológicas, como la aliteración “Pues quisiera en sustancia ser dichoso” (verso 10), “abrir por temperamento de par en par mi cuarto” (verso 3),
donde se repite la s y la r respectivamente, esta figura le da musicalidad al poema. En el nivel morfológico, se emplea la adjetivación “cantos subjuntivos” “goce amortajado“, “cuello enorme”. En el nivel sintáctico, uno de los recursos más utilizados por Vallejo, el asíndeton, que se puede ver muy marcado en la 2, 3 y 4 estrofa, q ue dan el efecto dramático al poema. El hipérbaton “sólo por ver si quieren” (verso 6), que se usa para hacer énfasis en la palabra solo. En el nivel semántico, el uso de metáfora “(…) órganos de llanto”, que enriquece la expresividad de la acción, un sím il “abrir por temperamento de par en par mi cuarto, como loco” (verso 3) que significa decir
lo que siente dentro de él sin control. En todo el poema se puede notar las repeticiones de adjetivos posesivos en primera persona como: mi cuarto- mi confianza- mi espontanea posición- mi cavidad- mis amados órganos- mi retrato- hombre míomi esperanza.(versos 3, 5, 7, 14, 15, 19, 23 y 25), los cuales hacen énfasis en que los sentimientos que expresa son suyos y solo le pertenecen a él. El poeta utiliza un lenguaje formal y una estructura ilativa. Además, se vale de figuras literarias como las mencionadas anteriormente. Vallejo, hace un reclamo a la sociedad a través de esta composición literaria. Construye una nueva forma de escribir, no solo en la literatura peruana, sino también en la literatura universal, caracterizándose por su estilo realista, que lucha contra la injusticia, promueve el trabajo colaborativo, busca dar un mensaje más profundo y con trascendencia. Mediante sus poemas se expresa contra el maltrato que la sociedad puede hacer a través de rechazos y prejuicios, impidiendo la felicidad plena. Sombrero, abrigo, guantes
En su estructura el poema está compuesto por 4 estrofas, dos cuartetos y dos tercetos, es por esto que es soneto, por ende los versos son alejandrinos, sintetizando todo se puede decir que si hay métrica. Además tiene ritmo y presenta una rima asonante; Se puede decir que en la primera, segunda y última estrofa se hace presente una rima de tipo abrazada, mientras que en la tercera estrofa se evidencia una rima de tipo gemela. De acuerdo a los actores liricos, podemos encontrar un Yo lirico en primera persona, que según su estado de ánimo que tiene de tristeza y melancolía, se expresan en el verso 4 de la segunda estrofa, “y en el tórax, un óxido profundo de tristeza.”, y la forma en la que se expresa denotado en el verso 4, “Cuando entro, el polvo inmóvil se ha puesto ya de pie”, se puede decir que es un personaje de clase
social alta, que se encuentra adolorido y entristec ido, pero no dice precisamente por qué se encuentra así. También se puede decir que no hay presencia de un tú lirico, ya que el Yo lirico nunca se dirige a una persona. En cuanto a la actitud lírica, esta es enunciativa, por qué se ésta describiendo el lugar en el cual suceden todos los hechos, este se puede denotar en el verso 1, 2 y 3, “En frente a la Comedia Francesa, ésta el Café de la Regencia; en él hay una pieza recóndita, con una butaca y una mesa”, a
partir de esto podemos darnos cuenta que el tema principal del poema es el dolor.
Este poema se puede dividir en 2 apartados, estos apartados, están separados por el cambio de actitud del yo lirico. El primer apartado constan de las dos primeras estrofas, ya que aquí se muestra claramente la actitud de melancolía del yo lirico, que se puede evidenciar con palabras como: tristeza, profundo, inmóvil, etc. Además el tema del primer apartado esta relacionado con el dolor y la tristeza, ya que el yo lírico está describiendo las acciones que realiza, y de las cuales podemos inferir que esta entristecido y adolorido. En cambio en el siguiente apartado que sería en las dos últimas estrofas, se hablaría sobre el deseo del yo lirico por hacer una cosa o por cubrirse de algo, ya que es aquí donde el yo lirico cambia su forma de pensar y actuar, estas actitudes se pueden denotar gracias a las palabras: importa, injerte, integre, fulminante, cuándo, etc. En el verso 4, se puede evidenciar una figura literaria de nivel semántico, esta es la personificación: “El polvo inmóvil (…)”, aquí el autor quiere resaltar que el yo lirico es una persona de clase superior, por qué
al mencionar polvo, se refiere a las personas que se encuentran en el lugar en el que se lleva a cabo todo el poema, y cuando menciona inmóvil, es que estas pers onas, solo se paran al ver entrar a una de clase alta; También en el verso 8 podemos encontrar otra personificación, “un oxido p rofundo de tristeza (…)”, esto resalta el tema del poema, que es el dolor, ya que al mencionar la palabra profundo, este
resalta que ese sentimiento es inmenso, y está haciendo que el yo lírico se muestre aún más adolorido. Asimismo en el verso 5, “Entre mis labios hechos de jebe, (…)”, aquí quiere resaltar la sensación de que
al fumar cigarro los labios se vuelven como si fueran jebe, esto apoya al sentimiento del yo lírico, el cual esta adolorido, y por esta razón fuma. En el verso 2 de la cuarta estrofa, podemos ver que hay la presencia de una figura literaria, el cual es el oxímoron, “Que cálida es la nieve, que fugaz la tortuga”, en este verso el autor, trata de crear un nuevo
concepto, el cual es la incoherencia del yo lírico, en otras palabras, el yo lírico termina confundido. Sombrero, abrigo, guantes, es un poema el cual expresa el dolor de una persona por motivos, que no se presentan, pero por las referencias e influencias del autor, este dolor es causado por la pérdida de un ser querido y por la pena que esto trae, de esto podemos inferir que Cesar Vallejo fue un escritor el cual demostraba las penas del humano, y las acciones que este realiza para poder desfogarse y olvidarlo. Poema para ser leído y cantado En su estructura, el poema presenta 5 estrofas de 5, 5, 7, 5,1 versos respectivamente que en su mayoría son endecasílabos, pentasílabos, en otras palabras, presenta métrica irregular. En el aspecto métrico s e identifica una rima asonante, además, un caso de encabalgamiento presente, por ejemplo en los versos 13 y 14: ‘‘sé el acto universal que hizo en su cama con ajeno valor y esa agua tibia (...) ’’.De lo dicho, se puede inferir que el poema es de composición asimétrica y de versos libres. El objeto lírico del poema es la amada expresado en los versos: ’’sé que hay una persona que me busca en su mano, día y noche / sé que hay una persona compuesta de mis partes, a la que integro cuando va mi talle / La veo e n las esquinas, se abre y cierra su veste’’. El motivo lírico es la protección, el afecto que busca la amada, ‘’sé que hay una persona que me busca en su mano, día y noche / pero me busca y busca’’. Se puede reconocer la presencia la presencia de la actitud lírica carmínica sobre todo al finalizar cada estrofa donde es más reflexivo. El temple de ánimo predominante es sereno y dudoso, pues se realiza interrogantes ‘’Ignora que la noche está enterrada con espuelas detrás de la cocina? / ¿Ignora que a su cofre no volverá moneda que salió co n su retrato?’’ A partir de los elementos planteados, se puede reconocer como temas la solidaridad con la amada y la ayuda mutua, el cual se evidencia en los versos 3,7 y 23:‘‘encontrándome, a cada minuto, en su calzado/ a la que integro cuando va mi talle / Pero me busca y busca. ¡Es una historia!’’ para un mej or análisis del poema se ha considerado dividirlo en 3 apartados.En el primer apartado (versos del 1 al 5) gira en torno al tema del interés, al saber que hay una persona que lo busca y que lo va encontrando, el cual se expresa en el verso 3: ‘‘encontrándome, a cada minuto, en su calzado. ’’ Así, también está presente una hipérbole en el verso 2: ‘‘que me busca en su mano, día y noche’’, resaltando una exageración, ya que para encontrar a una persona es algo erróneo buscarlo en su mano. Además, se puede evidenciar en el verso 4 una personificación ‘‘Ignora que la noche está enterrada (...)?’’, ya que la noche no se puede enterrar, por ello la noche estaría tomando el papel de una persona, a la cual, sí se le puede
enterrar cuando fallece. El segundo apartado (versos del 6 al 10) tiene como tema la ayuda mutua, el cual se expresa en el verso 7: ‘‘a la que integro cuando va mi talle’’, en es te verso se puede reconocer un tono reflexivo por parte del yo poético, en donde se puede inferir que la voz poética va a integrar a esa persona que está compuesta de sus partes.En el tercer apartado (versos del 11 al 23) tiene como tema la tristeza el cu al se puede evidenciar en el verso 12 y 22: ‘‘pero el sol se me ha escapado/ ¿Qué podrá hacer sino, cambiar de llanto’’, en estos versos se puede reconocer un tono melancólico por parte del yo poético.En la parte final de este apartado se nota una seguridad de la voz poética al saber que hay una persona que lo busca: ‘‘Pero me b usca y busca. ¡Es una historia! Además, se evidencia un paralelismo en los versos 1, 6,11, repitiendo la palabra ‘‘sé’’, el cual expresa el ‘‘saber’’.Poema para ser leído y cantado está estructurado a partir del verso libre, métrica irregular y con sentimientos variables: en un inicio es sereno, luego reflexivo y triste al final. Así mismo, contiene recursos estilísticos de nivel semántico como la hipérbole, el paralelismo. Además el hablante lírico logra evocar en el lector sentimientos de inseguridad y reflexión. Desde el plano del contenido explica como la amada busca a esa persona hasta llegar a encontrarla y esa persona va a ser quien la va a integrar en él, en este caso, la persona, la cual va a buscar a la amada,será la voz del poeta, a fin de convertirse los dos en una sola persona. Al leer el título ‘‘Poema para ser leído y cantado’’ produce en el lector una sensación de curiosidad por saber de qué trata el texto, sin embargo el lector falla en el intento,ya que el título no tiene mucha coherencia con el tema.Cabe se, entonces, ¿Hasta qué punto la persona es c apaz de depender de otra ante los conflictos diarios? Como se puede expresar en el poema, la amada es la que busca a esa persona para sentirse protegida ante los problemas que le van sucediendo ,ya que, esa persona le genera bienestar dando a entender como ayuda mutua, por parte de la persona , en este caso la voz del poema para con la amada.
En “Poema para ser leído y cantado” Vallejo sigue la misma línea
temática, empleando como tópico principal la solidaridad con la clase obrera frente a la subordinación capitalista. En su estructura, el poema perteneciente a Poemas humanos, presenta 5 estrofas, de dos quintetos, un septeto, un quinteto y por último una de un verso, predominando los de tipo octosílabos, decasílabos y endecasílabos, es decir, posee una métrica basada en verso libre, y en mayoría de arte mayor. De igual manera, únicamente se identificó rimas asonantes y la presencia de 5 casos de encabalgamiento como por ejemplo, en los versos 20 y 21: “La veo en las esquinas, se abre y cierra/ su veste, antes palmera interrogante...” además, el ritmo que prevalece es trocaico,
puesto que los acentos en las palabras son conferidos en mayor medida a las sílabas impares y por último, la estructura textual del poema es asimétrica, ya que no se evidencia un igualdad de versos en las estrofas. En el plano del contenido se identifica a un yo lírico que a lo largo del poema describe y reflexiona acerca de la situación de la clase obrera, como sujetos alineados a la sociedad capitalista, y simbolizada por “una persona” y por el pronombre “ella”, disposición que puede consentir una
primera interpretación errónea del poema direccionada a una temática de amor, ajena a las intenciones de Vallejo. En base a lo mencionado inicialmente, se puede reconocer que el objeto lírico es la condición de la clase obrera y el motivo lírico es la necesidad de manifestar la solidaridad del yo lírico frente al escenario lamentable y constante que afronta el proletariado. Para ello, emplea una actitud enunciativa reflexiva, plasmada con mayor énfasis en las preguntas que se realiza al finalizar cada estrofa, asimismo, a pesar de manifestar un temple de ánimo predominantemente sereno, el yo lírico realiza una exclamación al final del poema que realza su mensaje y exalta su temple. Para un mejor análisis del poema se ha convenido dividirlo en tres apartados. En el primer apartado (vv. 1-8) el yo lírico enuncia la fatiga de la clase obrera como consecuencia del trabajo rutinario y declara su solidaridad con ellos. Se evidencia el uso de una anáfora al inicio de las dos primeras estrofas: “Sé que hay una persona”, para recalcar que tiene conocimiento de la
presencia de aquella persona, que simboliza al proletariado, como se infiere a partir de los primeros versos de la segunda estrofa: “una persona compuesta de mis partes”, refiriéndose a aquella persona
que atravesaba una condición similar al de él, es to es, miseria y hambre. Se dice que la clase obrera busca la mano del yo poético constantemente con la pretensión de recibir algún tipo de ayuda, sin embargo, la búsqueda que realiza puede considerarse vana ya que la ayuda que necesita del yo poético está cerca en todo momento “en su calzado” y ,sin embargo, no es c apaz de verla. Se
incluye una pregunta al final de la estrofa: “¿Ignora que la noche está enterrada con espuelas detrás de la cocina?” a la que recurre para tratar de entender por qué lo busca en la noche (“me busca en su mano, día y noche”) si esta ha sid o enterrada; a través de esta metáfora se sobreentiende que para la
Clase obrera la noche se ha suprimido convirtiéndose en un momento en el que no puede descansar debido a sus tormentos internos, además se dice que se encuentra detrás de la cocina, la cual simboliza el lugar de trabajo, lugar que lo somete rutinariamente; en síntesis, toda la cuestión en conjunto pretende revelar la razón por la que el proletariado busca ayuda, se encuentra subordinada por sus obligaciones laborales. Finalmente al menciona r, “a la que integro” haciendo referencia a aquella persona que lo busca, manifiesta la necesidad de unión, y refirma su disponibilidadsolidaria. En el segundo apartado (vv. 9-15) el yo lírico revela ciertos aspectos que constituyen la personalidad del proletariado predominada por una actitud cobarde. En primer lugar, se hace alusión a un posible desconocimiento por parte del proletariado de su realidad, preguntándose al terminar la segunda estrofa “¿Ignora que a su cofre no volverá moneda que salió con su retrato?”, es
decir, se menciona como la interioridad trabajador, simbolizado por la moneda, puede finalmente terminar de enajenarse a las estructuras del sistema capitalista, hasta el punto de perder su identidad, simbolizada por “su cofre” y si es que ac aso el hecho de ignorar esa lamentable posibilidad es la razón por la que no actúa en pos a un cambio que admita su bienestar y estabilidad. No obstante, en los versos siguientes se evidencia que la clase obrera sí tiene conocimiento de su situación y se refugia de su tormentosa realidad cada noche al dormir, adquiriendo de esta manera una postura cobarde: “sé el acto universal que hizo en su cama con ajena valor”, además trata de apaciguar sus
tormentos, situación simbolizada por el agua tibia, sin embarg o, esto es sólo aparente y es un hecho que tiene que realizar de manera rutinaria, figurando su adaptación al sistema capitalista (“mina”).
En el tercer apartado (vv. 15-23) el hablante lírico considera que la clase obrera finalmente se ha alineado al sistema, sin embargo, sigue preservando una actitud esperanzadora y positiva expresada en sus reflexiones. Como primer punto se interroga si se puede considerar al proletariado como un conjunto de seres inferiores incapaces de remediar su situación, cuestión utilizada para continuar con el marco reflexivo del poema; a pesar de que sus descripciones pueden concluir como cierta la interrogante, el yo lírico vuelve a mencionar que estos sujetos son cercanos a él, y que comparte con ellos una situación similar: “un gato es el lindero entre ella y yo, al lado mismo de su tasa de agua”,
reiterando de cierta manera su solidaridad. Asimismo, hace un contraste entre el pasado de la clase obrera y su presente, indicando como esta antes poseía una mayor participación en su contexto: “antes palmera interrogante” y actualmente se encuentra cohibida con intenciones de manifestar sus opiniones, sin embargo, su cobardía no le permite expresarse completamente: “La veo en las esquinas, se abre y cierra su veste”, se concluye que esta comparación pretende motivar al
proletariado a mejorar su condición, exhortación plasmada de manera más explícita en su última interrogante: “¿Qué podrá hacer sino cambiar de llanto?”. En la última estrofa, se incluye una reduplicación: “pero me busca y busca” que sugiere que a pesar de la cobardía que caracteriza a la
clase obrera, interiormente esta tiene la ilusión de una vida feliz, y busca ayuda para lograrlo, es decir, el yo lírico representa una presencia esperanzadora para el proletariado, el cual a pesar de convivir en un mismo ambiente y compartir ciertas condiciones deplorables, sí es capaz de transmitir sus pesares y luchar por la construcción de una sociedad justa; finalmente, en el último verso la exclamación “¡Es una historia!” provoca a modo de cierre una entonación mayor al poema, aludiendo a toda la situación que transcurre como un acontecimiento, propio de la época. En conclusión, “Poema para ser leído y cantado” es un poema de métrica irregular en la que el
hablante lírico se vale de una actitud enunciativa que le permite exponer las diferentes circunstancias que suceden a la clase obrera en su rutina diaria las cuales condicionan su alienación al sistema capitalista, además de la construcción de una personalidad ajena de valor, lo que la imposibilita a revertir su situación, para ello el yo lírico manifiesta su solidaridad y su compromiso social. 1. Piedra negra sobre una piedra blanca
La muerte es una constante en la poesía de todos los autores, ya sean de narrativa o poesía. Sin embargo es en el poético, en el que existen muchísimas formas de expresar, esta sensación se plasma de modo diferente. Lo que sí
observamos en los poetas es que, a medida que se acerca la última etapa de sus vidas, la presencia de la muerte es mucho más constante, se describe con mucha más ansiedad y además se asocia con otras sensaciones, como las de la pérdida, la soledad y también el miedo a ese último momento. El poeta desea morir en París, en un día de lluvia, como en sus mejores recuerdos. No desea correr hacia la muerte, sino que desea que cuando se produzca el momento sea en un día cualquiera. Si ha de escoger uno, prefiere un jueves, algo que sitúa directamente al poeta en el poema, porque siente el dolor de la vejez en sus huesos y se siente solo. El poeta se ve a sí mismo muerto y habla en tercera persona, como si fuera otra la que habla sobre él. No son palabras amables las que siente de quienes le rodeaban o agredían, lo trataban mal. Pero esos sentimientos son fruto de los jueves, ese día en el que prefiere morir, porque cuando llueve, siente dolor de huesos y se siente solo. Cuando acabamos de leer el poema, la sensación que tenemos es la de que al poeta realmente le preocupan dos aspectos en el momento en que la muerte se acerque. Por un lado es el dolor. Se nos habla de cierto tipo de achaques físicos que él nota de manera constante y le hacen ser más conscientes de su edad, de que su camino vital llega a su fin. Por otro lado, la sensación de soledad es también más acentuada, bien porque haya perdido amigos que también hayan muerto, bien porque su carácter ha hecho que otras personas se aparten de su lado o, sencillamente, porque el mismo busca tener momentos de soledad más amplios, lo que le hace pensar mucho más en este sentimiento. Lo relevante no es sólo la sensación de que la muerte esta próxima, sino que poco a poco esta sensación va obsesionando cada vez más al poeta. Después de leer el poema se percibe un tono por parte de Cesar Vallejo de tristeza, de soledad, pesimista y trágico ya que él mismo predice su muerte en un ambiente de tristeza. A pesar de que el poema tiene versos escritos en presente, también hay versos en futuro, la cual es una característica del vanguardismo al que pertenece el autor. Cesar Vallejo utilizo en este poema un lenguaje coloquial ya que las palabras usadas no son formales, es decir, son muy comunes. En este caso, el yo lírico se interpreta como una persona que lo conocía, aunque también al principio del poema los versos están escritos en primera persona. Incluso se menciona su nombre, siendo él quien siente y expresa sus sentimientos. El poema contiene rima asonante porque solo coinciden las vocales. Los adjetivos presentes en los versos son puestos después del sustantivo. Los adverbios utilizados en este caso son de tiempo (“hoy”), cantidad (“nada”) y de afirmación (“también”). Los verbos que Cesar Vallejo incluyo en el poema son principalmente en presente y futuro e indican actividad o acción. En cuanto a las conjunciones, no hay una cantidad incrementada de ellas y son utilizadas más que nada para unir las oraciones. La palabra proso presente en el primer verso de la segunda estrofa, es un neologismo ya que el verbo prosar no existe pero es creado por el autor. En la primera estrofa se presenta una anáfora, ya que se repite “Me moriré…” en 2 versos de la misma estrofa. También hay encabalgamientos, donde un verso termina en el siguiente, como por ejemplo: “Cesar Vallejo ha muerto, le pegaban todos sin que él les haga nada…” Piedra negra sobre una piedra blanca Contextualización Santiago de Chuco, 1892 - París, 1938 Escritor peruano. César Vallejo es acaso una de las figuras de mayor relieve dentro del vanguardismo hispánico. De origen mestizo y provinciano, su familia pensó en dedicarlo al sacerdocio, este propósito familiar, acogido por él con ilusión en su infancia, explica la presencia en su poesía de abundante vocabulario bíblico y litúrgico, y no deja de tener relación con la obsesión del poeta ante el problema de la vida y de la muerte, que tiene un indudable fondo religioso. El poema “Piedra Negra Sobre Piedra Blanca”, fue leído en su funeral el 15 de abril de 1938, tiene un gran significado ya que en realidad acierta con su escrito, porque murió en donde quería morir. Estructura externa e interna Tiene 4 estrofa, las primeras 2 tiene 4 versos con métrica de11 sílabas con sinalefa y sinéresis, y las últimas 2 estrofas tienen 3 versos con sinalefa y 11 sílabas cada uno, excepto por el segundo verso de la tercera estrofa que tiene 9 sílabas. Me/ mo/ri/ré en/ Pa/rís/ con/ a/gua/ce/ro,/ = 11 sílabas
un/ dí/a/ del/ cual/ ten/go/ ya el/ re/cuer/do./ = 11 sílabas Me/ mo/ri/ré en/ Pa/rís/ ?y/ no/ me/ co/rro?/ = 11 sílabas tal/ vez/ un/ jue/ves,/ co/mo es/ hoy,/ de o/to/ño./ = 11 sílabas Jue/ves/ se/rá,/ por/que hoy,/ jue/ves,/ que/ pro/so/ = 11 sílabas es/tos/ ver/sos,/ los/ hú/me/ros/ me he/ pues/to/ = 11 sílabas a/ la/ ma/la y,/ ja/más/ co/mo hoy,/ me he/ vuel/to,/ = 11 sílabas con/ to/do/ mi/ ca/mi/no, a/ ver/me/ so/lo./ = 11 sílabas Cé/sar/ Va/lle/jo ha/ muer/to,/ le/ pe/ga/ban/ = 11 sílabas to/dos/ sin/ que él/ les/ ha/ga/ na/da;/ = 9 sílabas le/ da/ban/ du/ro/ con/ un/ pa/lo y/ du/ro/ = 11 sílabas tam/bién/ con/ u/na/ so/ga;/ son/ tes/ti/gos/ = 11 sílabas los/ dí/as/ jue/ves/ y/ los/ hue/sos/ hú/me/ros,/ = 11 sílabas (12 - 1) la/ so/le/dad,/ la/ llu/via,/ los/ ca/mi/nos.../ = 11 sílabas Tiene varias figuras literarias como la ironía, en el segundo v erso, ya que no puedes tener un recuerdo de tu propia muerte como menciona aquí. Al igual que el símil en el séptimo párrafo. Tema Uno de los temas mencionados dentro de este poema es Idea París le tenia admiración y cariño al autor (Cesar Vallejo) de este poema es por eso que en su funeral decidieron leer "Piedra negra sobre piedra blanca". Sentimientos Tristeza Soledad Pesimismo Tragedia "La muerte" ya que refleja tristeza, soledad, dolor en la forma de expresarse y de escribirlo.
Nivel morfosintáctico Plano de expresión Las figuras literarias son formas no convencionales de utilizar las palabras de manera que , aunque se emplean con sus significados habituales, se acompañan de algúnas particularidades fónicas , gramaticales o semánticas. En la primera estrofa se presenta una anáfora , ya que se repite "me moriré"...me dos versos de la misma estrofa. También hay encabalgamientos (donde un verso termina en el siguiente) "Cesar Vallejo ha muerto,le pegaban Todos sin que el les Haga nada"... Plano valorativo Este poema refleja el pensamiento que tenia cesar Vallejo sobre el día de su muerte, habla de la proyección que el tenia sobre su ultimo día, sobre cómo cada persona tiene una idea de cómo van a tratar su funeral depende de la personalidad de cada quien; Cesar Vallejo expresa como el dolor es tan grande que se junta con las ganas de abandonarlo todo, vivió con mucha empatía con la muerte y en la mayoría de sus poemas mantiene un tono personal. Plano valorativo Los valores literarios que se presentan en el poem a son el simbólico, ya que presenta significados cannotativos y personales también el valor social-cultural, da testimonio personal de la época y muestra sus ideas, esta el valor filosófico que ayuda a comprender al ser humano desde una perspectiva diferente presenta pensamientos y sentimientos, y el catártico que es donde el autor proyecta y expresa sus sentimientos e ideas. Nivel léxico semántico La palabra proso presente en el primer verso de la segunda estrofa es un neologismo ya que el verbo prosar no existe pero es creado por el autor Cesar Vallejo era una persona muy pesimista y el veía su vida muy miserable, entonces el veía la muerte como una solución a sus problemas. El escribió el po ema estando en la cárcel, entonces el así veía su vida en ese momento, El quería morir debido al sufrimiento que estaba pasando,mucho después de haber escrito el poema muere, y pues acierta en el lugar donde muere que es en París y en el poema lo dice.ya que Cesar Vallejo expresa que la única forma de evitar el sufrimiento humano es a través de la muerte. a consecuencia de lo que estaba viviendo en esa actualidad el tema que predomina en el poema es el la anticipación de la muerte como el fin del sufrimiento del hombre subtemas • El recuerdo del dolor sufrido del autor a lo largo de su vida. • La muerte como solución a sus problemas. Vallejo tomo uno de los temas importantes de su poemario “la muerte”, pero no la ve como un castigo o un látigo que le azota el alma, sino como fin de una vida, de su vida; también nos muestra sus recuerdos de un sufrimiento vivido en vida y de una soledad. Negra: simboliza la muerte Blanca: simboliza la vida. símbolos Tristeza, negatividad, soledad, abandono, desesperación, injusticia. tono:efleja tensión, tristeza características contextuales:vanguardista, cesar vallejo, cárcel, muerte de su madre uso de lenguaje:coloquial Yo lírico: Vallejo Estrofas: 4 Versos: 14 versos ( endecasílabos de arte mayor) Métrica:( regresar al poema) Rima : consonante adjetivos: mala, duro, jueves adverbios: Verbos: el autor juega con los verbos en diferentes tiempos primero habla en presente y futuro y después en pasado ( moriré, será, daban, haga, pegaban, recuerdo, proso)
La Resistencia es la esperanza. Es aquello que se hace aun cuando todo está perdido. La Resistencia es pensar y hacer cosas buenas en una sociedad en decadencia. Ernesto Sábato propone La Resistencia para este m undo cambiado, diferente en valores, en emociones, en pensamientos. Propone la Resistencia contra el tiempo, contra lo que no es como ayer. En el desarrollo de sus ideas, Ernesto Sábato hace un esbozo de una sociedad en decadencia, en donde la televisión es la causa de la aislación humana. Argumenta en contra de la televisión porque es el principio de lo antisocial. El hombre llega del trabajo cansado, después de una jornada larga, y no se sienta en familia, como antaño, sino busca la compañía de lo virtual, de los dioses de la pantalla. Esto demuestra la decadencia de lo humano: el olvido de los antiguos valores, la indiferencia de ser más en sociedad. La Resistencia es contra los cambios; la esperanza de hacer algo para no seguir decayendo. Se olvidaron los antiguos valores como la vergüenza y la capacidad de creer en lo que no se ve. Sábato pone como ejemplo culturas que no se hallan, después de desmitificar sus ritos, sus certezas. Hay que resistir, según el autor, incluso a esto: al olvido de los dioses, de la fe, de la consistencia de la sociedad. Hay una forma para dejar de decaer: buscar al Hombre Nuevo en la reintegración. Se puede resistir al tiempo, al espacio y a la decadencia en sociedad. Se debe tener en cuenta que la resistencia se logra gracias a la ayuda del otro, al olvido de la individualidad, a la aceptación de que somos más junto a los otros. La Resistencia es la esperanza del Nuevo Cambio: de dejar a un lado la televisión, de retomar las conversaciones en familia, de darse cuenta de que sin los demás no es posible un cambio para bien, en medio del mal en que se habita, en que se convive. La Resistencia es la esperanza de no decaer más. En “La Resistencia” encontramos constantemente la afirmación de que el ser humano no es únicamente un objeto
físico, sino que está compuesto de alma y mucha inteligencia, que le permite tomar decisiones para construir un mundo de bienestar de acuerdo a sus necesidades. Sin embargo, hallamos un pensamiento en nuestra actualidad que, a causa de la modernidad, se ha implantado y lidera una forma de vida totalmente en contra de las tradiciones culturales y los buenos valores, es un ideal que se nos ha impuesto de manera mundial y que gira en torno al ansia del dinero, mantiene a los seres humanos encadenados al poder y a las comodidades materiales dejando de lado intereses realmente importantes como las reflexiones profundas y la vida en comunidad. Ernesto Sábato, autor de “La Resistenc ia”, presenta una descripción detallada de lo que somos actualmente como
personas y en lo que hemos convertido a nuestro mundo, haciendo ver que estamos viviendo en un entorno totalmente descompuesto producto de una serie de objetivos banales que nos hemos dedicado a perseguir sin obtener ningún beneficio óptimo para nuestro espíritu y que nos obliga a estar en constante lucha y competencia por crear y alcanzar nuevos instrumentos en los que nos podamos desahogar constantemente. En medio del análisis que hace el autor, encontramos un punto de partida para lograr un cambio en nuestra sociedad actual, que nos permita transformar nuestra triste realidad. Dicho cambio está en nuestra inteligencia, razonamiento por medio del cual podremos elegir una mejor manera de construir nuestra cultura. Para lograrlo, es indispensable empezar a reeducarnos en la realidad y la consciencia pensando en construir una vida más humana lejos del individualismo y la competencia, para alcanzar una construcción ética de la personalidad que nos ayude a tener más seguridad al momento de oponer resistencia a hechos nos lleven a la destrucción y más bien dedicarnos a construir nuevas formas de vida que nos acerquen cada vez más a nuestras raíces culturales, a los afectos y a la solidaridad con los demás. Así se construirá una nueva personalidad axiológica que dé lugar a incluir de manera razonable y pertinente la idea de la resistencia como un arma para la defensa de nuestra vida, ya que dadas las condiciones de superficialidad en las que nos encontramos y que mantienen este mundo actualmente desubicado, confundido y lleno de profundos vacíos, es necesario oponernos ante grandes males que han producido tales desastres.
Para empezar, es necesario oponernos a la globalización, que es el punto de partida de todos los infortunios morales en que vivimos, de ahí encontramos elementos tóxicos y vigentes cada vez más con admirable fuerza e importancia en la cotidianidad como la tecnología y los medios de comunicación que nos llevan a tener pensamientos vacíos y malos sentimientos como la indiferencia, la desconfianza, la falta de fe, la resignación y el conformismo. Despojándonos de las raíces de nuestra desgracia lograremos alcanzar una nueva forma de pensamiento que vaya de acuerdo a la actualidad y al razonamiento de lo que realmente nos garantizará un mejor porvenir. Obtendremos, así, la fuerza para decidir con entera confianza resistir a estos actos dañinos y volver a las buenas costumbres de otros tiempos que giraban en torno a los valores del espíritu y que nos acercaban a nuestras tradiciones populares, a nuestras gustos y vocaciones, a la vida en sociedad, a nuestras creencias y a la originalidad que nos hacen ser seres únicos e importantes. Partiendo de lo ya dicho, intentamos relacionar la ética, la base fundamental de la cultura, con el cuarteto de José Martí: La cultura es la verdad/que el pueblo debe saber/ para más nunca perder/ su amor por la libertad. José Martí tiene como lema “Ser culto para se r libre”, haciendo referencia a una alfabetización que permita un pensamiento crítico en busca de la libertad. Si se conoce, si se es culto, se puede ser libre. El ethosse forma a partir de los actos de cada individuo, de sus experiencias en sociedad, de lo que aprenda con los demás; de esta manera, este concepto se vuelve la base fundamental de la ética, de la moral, del carácter de cada individuo, de las costumbres de la sociedad. Ahora bien, aunque la cultura, una primera cultura, sea entendida como las características y costumbres de una sociedad y aunque partiendo de esto puede concluirse que la ética es su base fundamental, el concepto de cultura (un segundo concepto, aunque no subordinado) por parte de José Martí correspondería más al conocimiento, a la alfabetización, que se logra también en sociedad y termina, al final, haciendo parte de la primera cultura. La cultura de José Martí es el principio del crecimiento del ethos y de la cultura social, la primera cultura: la personalidad, las experiencias y los actos de cada individuo hacen parte de la cultura de José Martí: la cultura de la educación, del ser como persona, de la formación de donde parte el pensamiento y el sentimiento social de cada individuo. Ernesto Sábato: antes del fin, la resistencia Antonio Valle Cien años de inteligencia Si el siglo XX latinoamericano tiene una correspondencia crítica con algún escritor, ese hombre es Ernesto Sábato. Sus orígenes intelectuales se remontan a los años treinta, cuando hacía el doctorado en física y matemáticas. Esa vocación por la ciencia será determinante al escribir su primera obra: Uno y el universo (1945). Sábato dice que este “librito”, repertorio de pequeñas joyas, lo redactó después de un intento fallido para hacer una novela que llevaría por título La fuente muda. Además de abordar temas absolutamente contemporáneos como el tiempo, la causalidad, la geometrización de la novela, la expansión del universo, el eterno retorno y el poderío del lenguaje, son relevantes las reflexiones que hace en torno al surrealismo, y también a la obra de Jorge Luis Borges, con quien mantuvo una relación de crítica, admiración y desconcierto. Ciudades laberinto de Sábato y dédalos borgeanos Hace unos meses, mientras intentaba llegar a la casa de Sarita Poot, me extravié en la ciudad de Mérida. Después de caminar un buen rato por las calles de la ciudad blanca alcancé a darme cuenta de que había llegado al punto donde inicié el recorrido. Sin duda, la sensación laberíntica que experimentaba tenía como origen la traza de sus arterias. La belleza simétrica reproducida innumerables veces hizo que imaginara algunos de los laberintos relatados por Borges. Diametralmente opuestas –recordé – son las ciudades mineras de Taxco, Guanajuato y Zacatecas, construidas con cantera gris, azulada, verde y rosa. Estas ciudades podrían representar el tipo de construcciones laberínticas que retratan las novelas de Ernesto Sábato, novelas que, como sabemos, fueron creadas sobre una red de túneles y galerías subterráneas. Por el contrario, las ficciones laberínticas de Borges parecerían desarrollarse en dédalos no por diáfanos menos complejos. Dentro de esa clase de laberintos geométricamente dibujados se encuentran los tableros de ajedrez, juego con el que los indios se propusieron ensayar las partidas y variantes que posee el infinito. Sin embargo, las novelas-dédalo de Sábato, cuyas tramas se estructuran mediante una intrincada red de zonas veladas, también se
afanan en establecer contactos con la luz abierta. Retomando algunos de los elementos laberínticos desarrollados por Kafka y por Allan Poe, cuya precisión estructural fue evidentemente apreciada por ambos narradores argentinos, encontramos algunas analogías entre esa clase de literaturas y las metrópolis laberínticas de México. Las estructuras de Sábato serían como las ciudades precortesianas del altiplano y la arquitectura borgiana sería semejante a las capitales dédalo de Pueblo Nuevo y de Casas Grandes en el norte del país. En las ficciones borgeanas las estructuras funcionan con la perfección de un mecanismo de relojería, además de ser agraciadas como las calles de Mérida, cuya belleza es casi metafísica. Por el contrario, en las escabrosas historias de Sábato, protagonistas y antagonistas son determinados por la condición humana. Se trata de relatos que genética y psicológicamente suelen estar cruzados por complicaciones de carácter histórico y sexual. Postmodernidad literaria en América Latina La narrativa de Borges presenta algunos elementos técnicos, temáticos y conceptuales, con toda su carga de artefactos, brillos, fantasmagoría, simulacros y superposiciones que hacen del invidente prodigioso (todo vidente verdadero es ciego) el gran forjador de la postmodernidad literaria del siglo XX en América Latina. Ernesto Sábato es heredero y precursor de tradiciones inclinadas hacia un humanismo más comprometido socialmente. Sábato ha asimilado una larga tradición que viene del siglo de las luces y que culmina en el positivismo. Esa metodología, tan útil como certera, le funcionó para erradicar una serie de patrañas escatológicas y religiosas. Sin embargo, con los estallidos enceguecedores y mortales de Hiroshima y Nagasaki, con los que simbólicamente se inaugura la postmodernidad, el brillante fisicomatemático termina por cuestionar algunos postulados científicos éticamente insostenibles. Después del Holocausto, para Sábato es imposible dejar de preguntarse por qué, para qué, cómo y a quién sirven la ciencia y la tecnología. El socialismo y la revuelta antiautoritaria Sábato es uno de los primeros escritores latinoamericanos del siglo XX que se sumerge en la vorágine de los movimientos revolucionarios y socialistas. Sin embargo, poco antes de que el narrador termine por comprometerse con los postulados estéticos y políticos de una influyente Unión Soviética, abandona la causa “proletaria” al darse cuenta de que Stalin, mientras instaura el realismo socialista, le clava un cuchillo a la cultura rusa, a sus intelectuales y artistas. Por supuesto, la literatura al servicio de una ideología no es una tarea para un escritor libertario como Ernesto Sábato. Pronto rompe con ese socialismo autoritario tomando una distancia crítica que a muchos poetas y artistas latinoamericanos les toma décadas emprender. La etapa surrealista Poco después Sábato se encuentra en un París que vive la creciente del movimiento surrealista. En esa estética, que como dice Paz es el último gran movimiento cultural que produce el siglo XX en Occidente, el narrador encuentra una opción para atemperar sus asperezas con el mundo de las ciencias duras. En Uno y el universo, además de relatar sabrosas experiencias con artistas notables, como Salvador Dalí, Benjamin Péret, Roberto Matta y Wifredo Lam, Sábato se interroga por qué el surrealismo reivindica el automatismo como instrumento de investigación psicológica, discrepando con André Breton, quien aseguraba que el surre alismo es una expresión del funcionamiento “real” del pensamiento. El autor de El túnel pensaba que el surrealismo constituiría una especie de capítulo “especial” del
psicoanálisis, al que habría que quitarle una serie de vagas ideas que abonaban a la confusión mental. No obstante, Sábato aceptó que sus experiencias con los surrealistas le permitieron indagar más allá de los límites de una racionalidad restrictiva, aceptando su valor catártico y reconociendo que algunas de las expresiones plásticas y literarias de los surrealistas consiguieron constituirse como obras perdurables. Esto había sido posible gracias a que en esas obras predomina la construcción, el método y el oficio. He aquí otro de los clásicos ajustes críticos que el escritor llevará a cabo con su propio proceso creativo. El milagro, la oligarquía y la dictadura En los años sesenta comienza a desmoronarse el llamado “milagro económico” que algunas naciones latinoamericanas
experimentaban. Este modelo generó el surgimiento de una clase media que de pronto vio rotas sus expectativas de
consolidación y desarrollo. A finales de los sesenta, en distintos países del Cono Sur, poderosas expresiones políticas de descontento cuestionaban la hegemonía de las oligarquías. Las tendencias políticas y sociales que buscan modernizar a distintos países de la región fueron reprimidas, mientras se instituían las funestas y célebres dictaduras militares. Ante la intolerancia, heterodoxia. Continuación de la inteligencia y la verdad La historia política de Ernesto Sábato es tan insólita como su obra literaria. Si es cierto que renuncia al socialismo autoritario y se convierte en un ferviente antiperonista, poco después defenderá a Evita. Si una mañana desayuna con Borges y Videla, más adelante, ya con Raúl Alfonsín en la presidencia, dirige la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas que abre las puertas para que sean juzgadas las juntas militares de la dictadura. Heterodoxia (1953) es el título de un ensayo publicado por el intelectual libertario. Ese concepto define las posiciones de un pensador rebelde, de un hombre cuya visión es discordante con todos los dogmas. Sábato es el gran disidente herético, cuyas posiciones políticas le valieron críticas de los más polarizados intelectuales de izquierda y de derecha. En un texto titulado Continuidad de la creación, Sábato dice que “nadie puede ver e n una novela, en un cuadro, en un sistema de filosofía, más inteligencia, más matices del espíritu que los que él mismo tiene”. Esa inteligencia, esos matices son los
que ha hecho valer en su obra. Nunca sabremos a ciencia cierta en qué estará meditando ahora mismo el fantástico escritor en su casa de los Santos Lugares construida muy cerca de Buenos Aires; aunque tal vez no sea tan difícil adivinarlo, porque se trata de un hombre que asegura que no es cierto que exista “un abismo entre la realidad y la ficción”. Sábato es un escritor que piensa que “la inteligencia persigue interminablemente a la verdad”; y que ést a “tiene infinitos cómplices e infinitos lugares”.
Literatura postmoderna en una realidad premoderna Una novela como Sobre héroes y tumbas (1961), cuya trama aborda los estertores de una familia decadente y aristocrática, que al mismo tiempo contiene algunos de los elementos más emblemáticos de la postmodernidad literaria del continente, es un buen ejemplo de cómo a partir de los años cincuenta los escritores más sensibles e inteligentes se propusieron trascender el trabajo y los métodos de lasvanguardias. Sábato nos hace recorrer un dédalo de túneles; metáfora de las ciudades mineras que crecieron al amparo de fraguas y alquimistas, y que por lo tanto también expresan –en un tono absolutamente contemporáneo – la lucidez extrema de una conciencia que se permite “narrarlo todo”. La novela se desarrolla mediante distintos planos y dimensiones, que van de lo histórico, representado por el general Juan Lavalle –personaje representativo de la independencia argentina –, al discurso cínico e intimista del narrador. Con mayor fuerza política se desenvuelve Abaddón el exterminador (1974), relato apocalíptico que recupera algunos de los sucesos más nefastos en la historia de la República Argentina. Se trata de un caleidoscopio de escenas y fragmentos, cuya simultaneidad temporal y espacial ha convertido a esta novela en un clásico de la narrativa postmoderna de América Latina. Sábato pertenece a una generación de creadores brillantes, como piensa Vargas Llosa dela obra de Juan Carlos Onetti –escritor fuera de serie nacido en la otra orilla del Río de la plata. El túnel, Sobre héroes y tumbas y Abaddón el exterminador, también pueden ser leídas como obras de creación postmodernas que exploran en realidades culturales, políticas y sociales cuya introducción a la modernidad ha sido lentísima. Antes del fin, la resistencia Antes del fin (1999) y La resistencia (2000) son dos títulos de los libros más recientes de Sábato. Este narrador que ha conocido el siglo XX como pocos, plantea que si la humanidad ha de sobrevivir será mediante la restauración de valores espirituales. Expresa que al aislamiento, generador de una “indiferencia metafísica”, es pre ciso oponerle resistencia. Si
nuestro planeta –y con él la especie humana – no ha de terminar en un basurero del cosmos, será necesario frenar su vértigo. A tan inhumana aceleración habría que oponerle c ierto tipo de lentitud, “como se suceden las e staciones, el crecimiento de las plantas y de los niños”. Al consumo enloqu ecido de ciencia y de tecnología que genera una “indolencia abstracta, cínica y violenta”; evidencia de un “poder extraño y casi sobrehumano”, habrá que resistir
apoyados en la intuición y en nuestra capacidad crítica. Antes del fin todavía sería posible desatar cierto tipo de inteligencia como la que Sábato despliega en sus tramas. Se trata de un escritor que, leal y amistoso con nosotros, ha
completado un ciclo trazando grandes novelas y ensayos del siglo XX en América Latina; geografía política de vastas áreas premodernas, que fuera de experiencias originales y recientes como la del Brasil de Luis Inacio Lula, presenta síntomas de pérdida de la memoria, la sensibilidad y la razón. Por fortuna, mientras el proceso mental que se propone deshumanizarnos sigue su curso, para resistir contamos con la obra del legendario maestro Sábato. Luego de una lectura detenida trata de explicar el titulo de la obra. Creemos que Sabato hace a una reflexión profunda sobre la vida. Un recorrido por los tiempos antiguos, como así también de los modernos que a los seres humanos nos toca vivir. Nos convoca a valorar la vida, la dignidad de los hombres... de todos los seres humanos. Habla de resistir al individualismo, al capitalismo, al culto de nosotros mismo, a la incomunicación, al sometimiento y a la masificación, a la competencia feroz y a la falta de comunicación que hoy en día ocurre gracias a los ruidos ajenos. Él piensa que el ser humano puede resistir y puede salir de esta profunda crisis en las que estamos envueltos porque siempre el hombre puede volver a renacer. Por eso piensa y nos refleja que si todos nos ocuparíamos de ese ruido molesto nos entenderíamos mejor y nos daríamos cuenta que no tenemos que resistir tanto como estamos resistiendo. 2/ Selecciona una cita textual tomada por Sabato de otro autor y explica la relación que Sabato hace en el contenido del capitulo. Seleccionamos la cita textual del primer capitulo: “Lo pequeño y lo grande”.
Cita: El hermoso consuelo de encontrar el mundo en un alma, de abrazar a mi especie en una criatura amiga Sabato en el contenido del capitulo hace referencia a la falta de amor entre las personas, ya no existe el dialogo con los demás, no conocemos el mundo que nos rodea siendo que es allí donde se da el encuentro, la posibilidad del amor. Como el dice en la cita “El hermoso consuelo de encontrar el mundo en un alma”, esto ya no ocurre, son pocas las
personas que al encontrarse con otro ser, otra alma se sienten bien, seguras, satisfechas... Ya no existe ese sentimiento de amor que nos permitía “encontrar el mundo”, es decir “todo”,( amor, amistad, seguridad, comprensión) al estar en compañía de alguien. Las personas ya no se abrazan, no se dicen “te quiero” “te nece sito” o simplemente se saludan ya
que el lugar que antes ocupaba el alma de nuestro compañero lo ocupan los medios. Uno no puede detenerse a un encuentro con un amigo o un familiar por el mundo en el que vivimos, un mundo cargado de horarios, de trabajo, invadido por la tecnología. En la cita nos indica el hermoso consuelo que es abrazar a nuestra especie, a una criatura amiga... En la sociedad un abrazo es algo “pasado de moda”, la gente no se abraza a pesar de que como lo resalta Sabato es un hermoso consuelo;
no hay tiempo para un abrazo y cuando lo hay ese espacio es usurpado por la televisión, una computadora. Hemos llegado a tal punto que las personas buscan amarse a través de un monitor 3/ Extrae las ideas principales de cada capítulo. Capitulo 1: LO PEQUEÑO Y LO GRANDE Este capitulo hace una reflexión sobre las cosas cotidianas, sobre las cosas sencillas que dejamos de valorar: una buena caminata, el perfume de las flores, la mirada y la sencillez de las persona o simplemente como eran las actitudes que teníamos en una época. Algo que nos afecta y que nos cambia es el “ruido” que nos rodea hoy e n día y ese es el motivo al que Sabato hace referencia en este libro. El hombre necesita expresarse de mil formas y si todo es bullicio es imposible tratar de hacerlo o sino estamos obligados, al igual que toda la sociedad hoy en día, a acostumbrarnos a ese bullicio. Capitulo 2: LOS ANTIGUOS VALORES
Habla en este capitulo de los antiguos valores y de la importancia y el respeto a la muerte, el casamiento y el bautismo. La vida de los hombres se centraba en los valores espirituales como la dignidad, el desinterés, el estoicismo del ser humano frente a la adversidad. El cuenta que ya no son lo mismo los paisajes, los montes, las ciudades; las ciudades ya no tienen ese aroma ni ese ruido particular, sino que esta plagada de letreros y edificios modernos y que eso es lo que hace perder el sentido a las ciudades y a los valores que hay en ellas. Otro valor que da como perdido es la vergüenza, el subraya que ya la gente no tiene vergüenza de nada y es ahí a donde se mezcla la poca gente que todavía la sigue teniendo con la gente que no la tiene ni se gasta en conseguirla, no le interesa haber perdido el valor mas grande que es la vergüenza. Capitulo 3: ENTRE EL BIEN Y EL MAL Habla sobre los ancianos, abuelos, gente mayor y el maltrato y la poca importancia que les tenemos. Hace referencia al respeto que existía hacia los padres. Habla del cambio que debe haber en la educación, y termina haciendo un paralelismo entre el bien y el mal, sintetizando que el amor como el verdadero acto creador es siempre la victoria del bien sobre el mal. Capitulo 4: LOS VALORES DE LA COMUNIDAD La ciencia que iba a solucionar supuestamente los problemas del hombre en forma positiva, terminó siendo en forma negativa utilizándola como un arma mortal. El subraya que la gente sabe que la radio, la televisión, los diarios mienten pero como parece tan real y es tan grande la ignorancia que no se puede impedir, produciendo así una crisis en el mundo, en su totalidad. Critica la competencia, por no tener un sentido comunitario y pero si un sentido individualista. Capitulo 5: LA DECISIÓN Y LA MUERTE Sabato hace referencia al valor de la vida, a dejar pasar el tiempo pero viviéndolo plenamente, a sostenernos en los valores espirituales y sostiene que hay que ser fieles a nuestro destino. Hay momentos que siente que es el final y después sucede que aparecen ciertas cosas que renuevan su esperanza y que no todo está perdido. Marca la diferencia entre aceptar, que es respetar al otro y resignarse que es rendirse frente a la vida. Siente que la muerte está cerca de él pero la toma con comprensión y se alimenta de los buenos momentos y las buenas personas que pasaron por su vida. Capitulo 6: LA RESISTENCIA En este capitulo habla fundamentalmente y se guía po r la frase “creo que hay que resistir”, ya que los hombres y las mujeres día a día tratan o han ido resistiendo de apoco a las cosas que la vida a puesto en sus caminos como obstáculos. Sabato destaca que la resistencia que hubo que pasar en estos tiempo es cada vez mayor ya que no solo hay que resistir a los enfrentamientos políticos, culturales o económicos sino también a lo enfrentamientos que existe entre nosotros mismo en la sociedad. 4/ ¿Cual es la visión que desarrolla Sabato a lo largo del texto con respecto a la televisión? Él quiere hacernos notar la sutil manera que tiene la televisión de involucrarse en nuestras vidas usurpando el lugar a ciertas cosas que anteriormente conformaban nuestra cotidianidad. Cuando Sabato expresa en su libro que el ser humano está invadido por la televisión, se basa en que perdió aquello que caracterizaba a su vida cotidiana, él ejemplifica esto afirmando que ya perdimos el diálogo, ya no reconocemos que es lo
que nos rodea; llegamos a preferir ver un paisaje por televisión, o por películas que ver la realidad... es como si se disfrutara más. Ya el ser humano está perdiendo eso que era tan común como el diálogo en las mesas, o las pequeñas discusiones. “...perdemos la capacidad para mirar y ver lo cotidiano” (Pág.13).
Sabato se basa en que a veces pensamos que la televisión nos conecta con el mundo exterior, y en realidad lo único que nos genera es una aislamiento “...en verdad nos arranca la posibilidad de convivir humanamente...” (Pág.14).
Ya llegaremos a un punto, en el que la televisión nos quitara las motivaciones que anteriormente teníamos, ya sea, para leer un libro, para trabajar, o para hacer otra cosa. Hemos llegado al extremo de adoptar costumbres de otros países, solo por verlas en la tele. Ya no quedan familias o grupos de amigos que por medio de un mate compartan sus alegrías o tristezas. Cuando la familia se sienta a compartir un plato de comida interesa mas mirar y escuchar la tele, saber lo que pasa a miles de kilómetros, los asaltos que ocurren día a día, secuestros, trafico de drogas, muertes, política, que lo que siente y piensa la persona que esta sentada en nuestra misma mesa, nadie se preocupa por el que tiene al lado pero si por aquel que se suicido o lo secuestraron a miles de kilómetros...
Primera parte: Lo pequeño y lo grande Sabato expresa una esperanza que llama «demencial» en que siente que se puede vivir una vida más humanitaria en una sociedad marcada por el individualismo y la competencia. Establece por convicción lo que él llama «valores del espíritu», que son los únicos remedios que pueden salvar a la humanidad de la soledad y deshumanización en que ha caído el hombre moderno. Culpa a los aparatos virtuales, entiéndase la virtualidad como el progreso de la informática y el auge de la televisión como fuente preferida de entretenimiento, que aparta al hombre de su entorno: Porque a medida que nos relacionamos de manera abstracta más nos alejamos del corazón de las cosas y una indiferencia metafísica se adueña de nosotros, [....] el hombre está perdiendo el diálogo con los demás y el reconocimiento del mundo que lo rodea siendo, que es allí donde se dan el encuentro, la posibilidad del amor, los gestos supremos de la vida. Por esto mismo, según Sabato, el hombre se halla en una profunda soledad existencial, ya que no tiene comunicación con el otro. Así, «la cercanía con la presencia humana nos sacude, nos alienta, comprendemos que es el otro el que siempre nos salva». Ahora, a través de lo virtual, no se da una comunicación afectiva con el otro. La idea de la resistencia comienza a aparecer en este ensayo cuando explica que ésta consiste en no permanecer en actitud pasiva y quejarse del ruido y de lo que llama «intrusión sensorial»: El hombre se está acostumbrando a aceptar pasivamente una constante intrusión sensorial [....] que termina siendo una servidumbre mental, una verdadera esclavitud. Pero hay una manera de contribuir a la protección de la humanidad, y es no resignarse. Segunda parte: Los antiguos valores Los valores espirituales a los que Sabato se refiere son los siguientes que enuncia en este fragmento: La vida de los hombres se centraba en valores espirituales hoy casi en desuso, como la dignidad, el desinterés, el estoicismo del ser humano frente a la adversidad. Estos grandes valores espirituales, como la honestidad, el honor, el gusto por las cosas bien hechas, el respeto por los demás, no eran algo excepcional, se los hallaba en la mayoría de las personas.
También considera la solidaridad como el fundamento del comportamiento humano: la cima, o como le llama, la «cumbre». Llega a afirmar la existencia de Dios como algo necesario: Cuando ya no hay un Padre a través del cual sentirnos hermanos, el sacrificio pierde el fuego del que se nutre. Si todo es relativo, ¿encuentra el hombre valor para el sacrificio? ¿Y sin sacrificio se puede acaso vivir? Hace una crítica a la globalización porque quiere crear uniformidad en los seres humanos. Esta uniformidad destruye las culturas que se caracterizan por ser diversas unas de otras. En efecto, según el mismo Sabato, la relativización por parte de la cantidad de culturas y la globalización el ser humano ha perdido «el sentido de los valores». En efecto, la importancia de las culturas, de acuerdo con Sabato, es que «el conocimiento de otras culturas otorga la perspectiva necesaria para mirar desde otro lugar, para agregar otra dimensión y otra salida a la vida.» Sobre la religión, Sabato afirma que el hombre dentro de su crisis existencial ha vuelto a ella «en busca de Alguien que lo pueda sostener».También afirma que el problema está en que «al sobrevalorarse lo racional, fue desestimado todo aquello que la lógica no lograba explicar».A esto se le conoce como secularización. Ocurre que, según Sabato escribe, a través de esas manifestaciones religiosas el hombre indaga en su condición última que es trascendente. Tercera parte: Entre el bien y el mal Sabato toca el tema de la educación y cómo se ha de educar a cuidar el ambiente y que fomente la vida comunitaria y la búsqueda del bien común. El hombre mismo es quien oscila constantemente entre el bien y el mal: El hombre, el alma del hombre, está suspendida entre el anhelo del Bien, esa nostalgia eterna de amor que llevamos, y la inclinación al Mal, que nos seduce y nos posee, muchas veces sin que ni siquiera nosotros hayamos comprendido el sufrimiento que nuestros actos pudieron haber provocado en los demás. Cuarta parte: Los valores de la comunidad Sabato considera en crisis el mundo contemporáneo capitalista, que está basado «en la idolatría de la técnica y la explotación del hombre».Argumenta que se incumbe clamar con el fin de que el gobierno convierta su mando en caridad y hace una alusión al Contrato social de Rousseau cuando habla del bien común, no como suma de las voluntades individuales, sino el bien supremo. Quinta parte: La resistencia Lo primero que plantea es el problema del vértigo en nuestra sociedad, tan afanada por el trabajo y la técnica. Esta velocidad es deshumanizante y dice Sabato que el hombre tiene que vivir con serenidad: «La serenidad, una cierta lentitud, es tan inseparable de la vida del hombre como el suceder de las estaciones lo es de las plantas, o del nacimiento de los niños.» La salvación del hombre, dice Sabato, está en el amor: «el ser humano [...] sólo se salvará si pone su vida en riesgo por el otro hombre, por su prójimo, o su vecino, o el chico abandonado en el frío de la calle. Un acto de arrojo como saltar de la casa en llamas no es un hecho racional, pero no es importante que lo sea, nos salvaremos por los afectos.» La resistencia está, por último, en un fragmento del último párrafo que dice: En esta tarea lo primordial es negarse. Defender, como lo han hecho heroicamente los pueblos ocupados, la tr adición que nos dice cuánto de sagrado tiene el hombre. No permitir que se nos desperdicie la gracia de los pequeños momentos de libertad que podemos gozar: una mesa compartida con gente que queremos, una caminata entre los árboles, la gratitud de un abrazo. El mundo nada puede contra un hombre que canta en la miseria. Epílogo: La decisión y la muerte Profundiza Sabato en lo efímero de la vida. Habla de cómo hay sólo una vida y cada hora y momento es único y no se vuelve a repetir. Y afirma creer que lo principal en cada hombre es cumplir lo que cada cual cree que es su destino. De acuerdo con el destino, se toman las decisiones para ejecutarlo. Por otro lado, vuelve a denunciar el fin de esta
sociedad; y cómo no es capaz de producir algo perdurable. Propone también como decisión ante la muerte, la apertura a lo nuevo y la confianza en la vida. Nos trata de explicar que las personas tienen que ser libres de hacer lo que quieran.
La palabra del mudo: La palabra del mudo es una compilación de los cuentos de Julio Ramón Ribeyro en el que, asimismo,
figuran prólogos del autor. Fue publicado por primera vez en 1973 y posteriormente, han surgido nuevas ediciones que han ido incrementando la cantidad de los relatos compilados hasta abarcar su obra cuentística completa. Asimismo, esta compilación incluye cuentos nuevos que no salieron en las versiones originales de sus libros de relatos, además de cuentos inéditos, pudiendo apreciarse los diversos estilos que manejó el autor: cuentos de realismo urbano, evocativos o fantásticos. 1.
TEMA Y CARACTERIZACIÓN DEL AUTOR Entre 1929 y 1994, en un país de cuyo nombre sobradamente nos acordamos –Perú- vivió un escritor del boom latinoamericano, tan marginal como los personajes que desfilan a lo largo de su obra: sublime prolongación de la permanencia en el tiempo, de quien en vida fuera Julio Ramón Ribeyro Valle; nuestro tema de ocasión. Es poco lo que Ribeyro ha escrito para la novela; algo más lo que dedicó al teatro, regulares sus elucubraciones críticas, muchísimo su registro personal y copiosa, abundante, cuantiosa y profusa su producción cuentística. En suma, la obra de Ribeyro es vasta y muy difícil de seleccionar. Elegir un cuento de Julio Ramón puede tomar tanto tiempo o más del que tomaría leer to da su obra, a menos que nos aproximemos al todo con un criterio discriminador; por ejemplo, un texto que ponga a prueba la tan mencionada objetividad del narrador riberyano, dada su alta carga emotiva y, naturalmente, efectiva, en el horizonte de la recepción (lector). Aun así – y en realidad así es- podríamos llegar a la conclusión de que más de un cuento cumple con dicho criterio. Entonces, no hay salida. También el lector tiene derecho a hacer valer sus preferencias, siempre que le parezca que un texto cumple más que otro. En síntesis, el texto a elegir deberá ser una narración que no pueda ser leída sin dejarse afectar, sin permitir que la emoción embargue y cumpla su rol de comprometer más allá de lo necesario l a susceptibilidad del lector, quien pone en todo momento a duda la inafectación del narrador frente a los hechos. Así, de una nueva Edición de La palabra del mudo preparada por PEISA en este año, hemos tomado el cuento Los merengues como el texto capaz de poner a prueba la objetividad del narrador Riberyano, y mostrar cómo funcionan las estrategias discursivas de Ribeyro en la consolidación de dicha objetividad. Un cuento de Julio Ramón
Ya para muy pocos es ajeno saber que mientras que en los años del boom se difundía la idea que un gran escritor debía gozar de publicidad y fama, de alguna manera Ribeyro era la negación del boom. A decir de sí mismo: "Escritor discreto, tímido, laborioso, honesto, ejemplar, marginal, intimista, pulcro, lúcido: He allí algunos de los calificativos que me ha dado la crítica. Nadie me ha llamado nunca gran escritor. Por que seg uramente no soy un gran escritor". Y es que al inicio de su carrera literar ia – y aún mucho tiempo después Ribeyro creía que sólo una gran novela podría convertirlo en el gran escritor que añoraba y no creía ser. Pero esa percepción de su propia obra fue cambiando y el cuento lo fue ganando hasta adueñarse de las páginas con las que alcanzó, como muy pocos, gran lucidez para la evaluación de la vida, la literatura, y su propia labor creativa. Así, Miguel Gutiérrez en su texto La generación del 50: un mundo dividido opina que Ribeyro no sólo es el más grande maestro del cuento y l a narración corta del Perú, sino uno de los mayores de la lengua española del siglo XX y su nombre con toda justicia debe figurar al lado de Borges, Rulfo, Cortázar, Onetti y García Márquez. Ribeyro en suma, es un gran es critor no porque ahora su fama esté en crecimiento, o porque su publicidad después de muerto haya aumentado estrepitosamente. Es un gran escritor porque en él comienza el valor de poner la obra del hombre por encima de cualquier moda o tendencia, sabiendo siempre que al hombre lo desfigura la transitoriedad y toda obra se configura en la permanencia; por ello afirma: "Lo que quedará de mí será lo que escribo y todo lo demás (…), carece completamente de importan cia. Debo hacer lo único que sé hacer más o menos bien, lo que me agrada hacer y lo que otros no pueden hacer en mi lugar: escribir mis historias boludas o sutiles, hasta reventar". Y sigue: "El más insignificante de los hombres deja una reliquia – su pantalón, su medalla…- pero son pocos los que dejan un a obra. Por ello la reliquias me deprimen y las obras me exaltan". En síntesis – a decir de José Antonio Bravo- hay que considerarlo un escritor marginal no por los temas que elige sino por su actitud como creador, alejada de la publicidad y la propaganda, tal como el mismo lo entendía: "El mudo, además de los personajes marginales de mis cuentos, soy yo mismo. Y eso quizás porque, desde otra perspectiva, yo sea también un marginal". Primero pesimista, ya más maduro, escéptico e irónico: "Toda la gente me considera un escritor muy sombrío, muy trágico, es decir, pesimista, cuando hay, yo creo, cosas muy divertidas. Yo me divierto mucho cuando escribo." Hace coincidir sus historias y la forma de contarlas con su manera de ver al hombre, la vida y la literatura: "El hombre es un animal solitario, si cree en algo se engaña, si procura algo fracasa, la vida es un procesoirremediablemente destructivo; la historia de la humanidad un melancólico disparate. En cada uno de sus cuentos un personaje sufre el sinsentido de la vida p orque al fin y al c abo, opino siempre que "La vida no tiene sentido y, por tanto, no hay que empeñarse en buscarlo."Escritor marginado, exiliado (física y existencialmente hablando) que escribe por placer (sin pretenciones morales o s ociales), que desaprueba la experimentación, abdica de las ideologías, que es ecléctico en cuanto a las teorías estéticas, sobrio en su presentación formal, que huye de lo institucional con todos los sentidos de la vida y el pensamiento, que desconfía de la revolución y sus buenas intenciones y métodos; en pocas palabras, Ribeyro es tan desarraigado como sus personajes, y privilegia únicamente la relación con su propia interioridad. (Alejandro Losada)
Acerca de un gran escritor Ribeyro al borde del ¡boom!
La narrativa del boom ha sido estudiada siempre a partir de los autores que han llenado los ojos del público, que han traspasado las fronteras nacionales y continentales y que han sido apoyados por editoriales muy conocidas y poderosas. Pese a ello, aun cuando muchos de estos escritores han escrito cuentos de calidad, poco se les conoce por ese tipo de narrativa. Felizmente, muchos años después del triunfo del boom, ya nadie duda de la importancia que tuvo el cuento en el desarrollo tan espectacular que tuvo la narrativa hispanoamericana desde los años 50. Ello, entre otras cosas, ha permitido que autores con una producción importante pero con poca distribución y propaganda, hayan salido a la luz pública respaldados por editoriales de prestigio. Es el caso, por ejemplo, de Julio Ramón Ribeyro. Ribeyro coincide con los escritores de su generación en apostar por una profesionalización de su labor literaria, pero es un elemento atípico dentro de la globalidad del boom, por su negativa a aceptar y ensayar todas las novedades técnicas que la literatura europea y norteamericana de la primera mitad del siglo ha impuesto. Se siente heredero de una tradición realista del siglo XIX hasta el extremo de haber sido denominado con cierta ironía "el mejor narrador peruano del siglo XIX". Sino, baste tomar en cuenta las puntualizaciones de Donald Shaw acerca de las c aracterísticas técnicas novedosas más comunes en los escritores del b oom: a. Tendencia a abandonar la estructura lineal, ordenada y lógica, típica de la novela tradicional, sustituyéndola por otra estructura basada en la evolución espiritual del protagonista, o bien con estructuras experimentales que reflejan la multiplicidad de lo real. b. La tendencia a subvertir el concepto de tiempo cronológico lineal. c. La tendencia a abandonar los escenarios realistas de la novel tradicional, construyendo espacios imaginarios. d. La tendencia a reemplazar al narrador omnisciente en tercera persona con narradores múltiples y ambiguos. e. Un mayor empleo de elementos simbólicos. Ribeyro sólo cultiva con profusión la última de las puntuaciones. sus símbolos contribuyen a crear en los cuentos un ambiente mágico, que carga de originalidad unos relatos que ni por el tema ni por la técnica constituyen una novedad narrativa. Nuestro autor se muestra reacio en la utilización del resto de caracteres novedosos, imprescindibles en muchos escritores del boom, porque su estilo consigue una cualidad difícilmente igualable precisamente en el relato lineal. Aunque además del símbolo, como bien sostiene Jorge Ruffinelli en tendencias formalistas de la narrativa hispanoamericana, Ribeyro también practica la llamada metaliteratura, es decir, cuestiona su materia literaria a través de sus propias obras literarias. 1. En los cincuenta Ribeyro no se cuenta Una realidad política e histórica común (movimientos obreros, decepción que produce el proceso bélico del 39 al 45, democracias pasajeras, dictaduras, crisis de valores, ausencia de liderazgo), coincidencia cronológica (nacidos entre 1925 y 1935), presencia de impulsores intelectuales, concurrencia a espacios comunes (un iversidades y cafés), y la semejanza en la búsqueda lectora (Borges, Arreola, Rulfo, Carpentier, Faulkner, La Generación Perdida, Kafka, Bioy Casares, Neruda, Vallejo, Baudelaire y los simbolistas, la cadena Dadá y los surrealistas desde Bretón, los grandes novelistas del siglo XIX incluyendo la Generación del 98, Arguedas, Alegría); no son suficientes razones –por increíble que parezca- a o pinión de José Antonio Bravo, para afirmar que Ribeyro, Guevara, Delgado, Zavaleta, Vargas Vicuña, Congrains, Valcárcel y Vargas Llosa, entre otros, forman parte de una generación. La Generación del 50 se desarma ante la imposibilidad de reconocer en ella un destino c omún; la ausencia de un guía ideológico y la oposición política a la formación de un sistema doctrinario sólido, son las principales culpables de haber desdibujado el manoseado título de generación para el grupo del 50. Más allá del hecho de que José Antonio Bravo tenga o no razón, es importante rescatar que ayer, hoy y siempre, memorables miembros de este grupo del 50, han negado s u condición de pertenencia. Es el caso de Pablo Guevara, poeta, y como para no dejarlo sólo, el caso también de Julio Ramón Ribeyro, que confirma así, de todas las formas posibles, su distanciamiento, o como se quiera, su marginalidad. CAPÍTULO II TRAYECTORIA BIOBIBLIOGRÁFICA DE J. R. RIBEYRO 1. Murió en el hospital de enfermedades neoplásicas en diciembre de 1994. 2. Cronología biográfica 3. Cronología bibliográfica La obra de Ribeyro permaneció durante buen tiempo oculta para el gran público; sin embargo, con el paso del tiempo sus cuentos y novelas han llegado hasta nosotros a tal grado que hoy nadie duda de su calidad y trascendencia. Aunque Ribeyro empezó a publicar casi a la par que los autores del boom siempre se mantuvo al margen del montón editorial. La difusión masificada de la obra de Ribeyro es mérito de del editor Carlos Milla Batres, debido a que las primeras ediciones de sus libros de cuentos, e inclusive novelas fueron muy poco difundidas. Algunos de sus libros ya alcanzaron ser traducidos al francés, al inglés, al italiano e inclusive al alemán. Wolfang Luchting afirma que este desconocimiento de su obra se ha debido, en parte, a que el lugar de líder de la generación lo ha ocupado siempre su compatriota Vargas Llosa y, por otr o lado, al temperamento solitario y tímido de Ribeyro, que siempre le ha llevado a ocultarse y no hacer propaganda de su obra. A. Cuentística: La narrativa corta de Ribeyro, a decir de Ángel Esteban (Granada, 2000), es la más voluminosa y la de mayor carga literaria y crítica. La componen nueve libros de cuentos, sin contar seis de ellos que fueron publicados en la s revistas de Lima y que Jorge Coahuila recoge en 1995, en el volumen de entrevistas y relatos Ribeyro, la palabra inmortal. Los nueve libros de cuentos mencionados han sido sucesivamente reunidos en Lima; a saber, en 1973 los volúmenes I y II, en 1 977 el volumen III, y en 1992 el cuarto y último volumen; todos bajo el título global: La palabra del mudo. 1955.
"Los gallinazos sin plumas"
1958.
"Cuentos de circunstancias"
1964 "Las botellas y los hombres" 1964 "Tres historias sublevantes"
1972 "Los cautivos" 1972 "El próximo mes me nivelo" 1973 "La palabra del mudo" (I y II - compilación) 1977 "Silvio en el rosedal" 1977 "La palabra del mudo" (III - compilación) 1987 "sólo para fumadores" 1992 "Relatos santacrucinos" 1992 "La palabra del mudo" (IV – compilación) 1995 "Ribeiro, la palabra inmortal" (publicación póstuma de seis cuentos aparecidos en revistas). Cabe anotar que en 1994 poco antes de la muerte de Ribeyro y casi al mismo tiempo de recibir el premio Juan Rulfo, se público en Alfaguara una edición de sus cuentos completos, en un tomo que contiene los c asi noventa cuentos de la palabra del mudo. También en ese año se publicó otra edición de La palabra del mudo, en Lima, con relatos que no habían sido incluidos anteriormente. A. 1960 "Crónica de San Gabriel" 1965 "Los geniecillos dominicales" 1976 "Cambio de guardia" B. Novelística: La narrativa larga de Ribeyro se agota en tan sólo tres novelas. Las dos primeras: Crónica de San Gabriel y Los geniecillos dominicales redundan en lo autobiográfico, con un estilo que las asemeja a muchos de sus mejores cuentos. La terc era de ellas cambio de guardia escrita en 1960, fue publicada todavía diez años más tarde, debido a la censura, ya que su contenido ponía el dedo en la llaga del sistema político dictatorial y la corrupción de la política peruana. C. Dramática: El teatro de Julio Ramón abarca unas diez piezas reunidas en dos volúmenes: Teatro, donde se encuentra, entre otras, la obra que lo hizo acreedor del Premio Nacional de Teatro en 1959, Vida y pasión de Santiago el pajarero. El otro volumen lo constituye, quizás, su obra teatral más lograda y elogiada: Atusparia. 1975.
"Teatro" (Vida y pasión de Santiago el pajarero- Premio Nacional de teatro, 1959)
1981.
"Atusparia"
A. Ensayística ( reflexivas o filosóficas): La prosa de ensayo consta de cuatro títulos, y contiene reflexiones acerca de la es encia y las características de la literatura, aunque en muchas ocasiones s e torna ficcional para desarrollar pensamientos que intentan explicar primero, al hombre; segundo, sus obsesiones; y tercero, las preguntas universales sobre la existencia. 1975. 1976.
"Prosas apátridas" (1ra. versión) "La caza sutil"
1978.
"Prosas apátridas aumentadas" (2da. versión)
1986.
"Prosas apátridas" (3ra. versión)
1989.
"Dichos de Lúder"
A. Autobiografismo: Con la revalorización y el auge del género autobiográfico, y la elaboración de métodos de análisis y teoría autobiográfica, las memorias de Ribeyro se han convertido en un complemento indispensable para ejercer una interpretación que se aproxime a la verdad q ue comunica su obra. Bajo el título La tentación del fracaso han salido ya tres volúmenes en los últimos años que recogen su biografía desde 1960 hasta 1978. Así, el tercer volumen de la Tentación del fracaso. El tercero de ellos (1975 – 1978), recorre uno de los momento más interesantes de s u vida: son los años de la publicación de su última novela, de uno de sus libros de cuentos –para él- más importantes, época de su primer libro de prosa filosófica y crítica, de la crisis de salud que arrastrará hasta el momento de su muerte y de su vida matrimonial después de mucho tiempo de haber llevado una vida bastante bohemia en Europa. 1992.
"La tentación del fracaso" (I y II)
1995.
"La tentación del fracaso" (III)
1.
Temas
CAPÍTULO III CARACTERIZACIÓN ESTÉTICA DE SU PRODUCCIÓN LITERARIA
Luis Alberto Sánchez en La literatura peruana; derrotero para una historia cultural del Perú, destaca a Ribeyro junto como Enrique Congrains como dos autores que juegan un papel importante en la renovación de la narrativa de mitad del siglo XX, por la a utenticidad y espontaneidad al tratar los temas referentes a la evolución externa del país y la paralela evolución interior de la sociedad. Sus páginas constituyen el retrato más completo de la Lima del siglo XX. Por su parte Isolina Rodríguez, sostiene que el complejo mundo en c risis, exhibido por los escritores de mitad de siglo, puede sintetizarse en los cuentos de Ribeyro sobre la base de un eje que soporta la dicotomía entre oficialidad y marginalidad sociales. Complementando esta idea, Ángel Esteban agrega que la dicotomía oficialidad/ marginalidad se sustenta sobre la base de una serie de tipos de personajes, que oscilan entre los integrados al sistema y los absolutamente marginados, y, entre unos y otros, co n rasgos
que pertenecen a ambos, los desarraigados. Sobre todos ellos se sitúa la mirada amarga, profunda y desengañada del narrador ribeyriano, que al exponer sentimientos de frustración, alienación, perplejidad, instinto de conservación, timidez, incapacidad para la lucha por la ascensión social o para las relaciones interpersonales, de los personajes, permite establecer un pa ralelismo con el estado interior del autor. De este modo, Ribeyro, ha abarcado una amplia temática, buena parte de la cual – según sostiene Catalina Adrianzen- se encuentra enmarcada en la llamada literatura urbana, narrativa que muestra particular madurez en el tratamiento de la problemática que empezó a desarrollarse en torno a Lima, capital que se ha ido transformando en una urbe macrocefálica donde confluyen los habitantes de todas las regiones del país. Así, en la narrativa de Ribeyro confluyen personajes de culturas diversas, de clases y circunstancias sociales muy distintas. Por estos rumbos, la clasificación temática de Ribeyro puede completarse a partir de tres visiones, fundamentalmente: a. La sostenida por Isolina Rodríguez Conde quien observa, primero, Si prima lo imaginativo, una Modalidad inventiva. Este sería el recurso más utilizado en los cuentos de Ribeyro, aquél que informa una posición positiva respecto de las po sibilidades cambiantes de la literatura por atribuirle a ésta un rol testimonial y de denuncia. El narrador establece con el lector una cercanía que se convierte en complicidad, al invitar a su destinatario a identificarse con los problemas que los protagonistas padecen. Y segundo, si prima la imagen del recuerdo, una Modalidad evocativa, que trata sobre la posibilidad de actualizar el pasado, mediante el relevo sentimental de alguna característica que sea capaz de c oncatenar o poner en relación los dos tiempos. Se conjuga el recuerdo con la catarsis que señala una especie de complacencia en la reconstrucción del pasado personal. b. La sostenida por Gutiérrez en La generación del 50: un mundo dividido, quien ordena la producción de relatos cortos de Ribeyro de la siguiente manera:
1.
Por el espacio referencial de los hechos:
1.
Según un criterio geográfico tradicional:
Relatos de la costa: "Cosa de machos" Relatos de la sierra: "Vaquita echada" Relatos de la selva: "Fénix" 1.
Relatos urbanos, que constituyen la mayoría y se desarrollan en Lima: "Una aventura nocturna", "El jefe", "Terra incognita" Relatos en pequeñas ciudades de provincias: "Una medalla para Virginia", "Los predicadores". Relatos rurales o semirrurales: "El chaco", "Silvio en el Rosedal". 1.
Cuentos europeos ambientados en:
Alemania: "Los cautivos" Francia: "Nada que hacer", "Monsiur Baruch" España: "Los españoles" Zonas fronterizas: "Te querré eternamente", "Alienación", "La insignota". 1.
Según la dicotomía urbano-rural:
De acuerdo con los diversos estratos sociales:
Indios: "Los moribundos" Campesinos: "El chaco" Capas pobres de la ciudad: "Los gallinazos sin plumas", "Interior L", "El profesor suplente", "Tristes querellas en la vieja quinta". Capas altas de la burguesía. "Junta de acreedores", "El banquete". Terratenientes: Crónica de San Gabriel, "Silvio en el Rosedal". Aristocracia en decadencia: "El marqués y los gavilanes". 1.
De acuerdo con las edades de los protagonistas. Hay grupos de cuentos en torno a:
El mundo de la infancia: "Por las azoteas" La adolescencia y la juventud: "Páginas de un diario", "Una aventura nocturna", Crónica de San Gabriel. La adultez y declinación: "Los jacarandás", "El ropero, los viejos y la muerte", "El polvo del saber", "La juventud en la otra ribera", "Terra incógnita" Alberto Escobar en La narración en el Perú, asegura que Ribeyro es uno de los autores de las últimas promociones preocupados por descubrir al hombre, y que para ello recoge experiencias obtenidas por anteriores generaciones de escritores y ensaya un estilo sencillo, objetivo y a la vez muy preocupado por la calidad literaria de la expresión.
Estilo
El estilo riberyano siempre fue clásico por la fineza con que constata los hechos humanos y por s u lenguaje sutil, carente de voluptuosidades o retorcimientos. Pero aunque al principio no se salió notoriamente de los cánones del c uento realista ni experimento mucho con las técnicas narrativas modernas, si lo hizo después y bastante pronto. Ya en cuentos de circunstancias empezó a experimentar con lo fantástico (como en "Doblaje" o "La insignia"), y con técnicas nuevas, como en explicaciones a un cabo de servicio, que sin llegar a serlo plenamente, linda en el monólogo interior; el que también practicará luego en cuentos como Silvio en el rosedal y El carrusel. Pronto también abandonó al impecable narrador omnipresente de su primer libro, para construir un narrador versátil (intercambiable), consiguiendo pasar del tono pesimista de Los gallinazos sin plumas, a un tono más bien escéptico, manifiesto en el sentido del h umor y la ironía que, a partir de El banquete comienza a cobrar presencia; sentido del humor que a veces viaja de la sonrisa tenuemente burlona a la carcajada limpia, aun cuando no abandona cierto sentido melancólico (Ej. Alienación, Tristes querellas en la vieja quinta) Ribeyro revela en sus relatos un sereno escepticismo, es decir, una indagación en el modo de transcurrir el tiempo y la vida del hombre, sin intentar obtener respuestas concretas para el sentido de la vida. A decir de Ángel Esteban la obra de Ribeyro no significa tanto la descripción de un universo como el proceso de toma de conciencia del narrador con respecto a lo que lo rodea. Sólo le interesa lo único que puede aprehender: su propia forma de arte. El estilo de Ribeyro es un estilo endeudado c on los grandes narradores del siglo XIX, como Chejov, Maupassant o Balzac. Ribeyro es uno de los autores más representativos del nuevo objetivismo de mitad de siglo (es decir, un realismo desprovisto de sentimentalidad) y de un expresionismo aprendido de Kafka que destaca lo grotesco de ser marginado a través de melancólicos asomos biográficos. La influencia de Kafka en Ribeyro ha sido s eñalada en multitud de ocasiones, sobre todo en los cuentos más fantásticos o en aquellos en los que la lógica del relato desborda el sentido común de la re alidad cotidiana; es más, los cuentos fantásticos de Ribeyro no son un simple juego o divertimiento, sino que tienen un sentido profundamente metafísico y existencial, y recuerdan en cierta medida a ciertos aspectos de los relatos de Borges. Influencias La instancia narrativa de Ribeyro a decir de Catalina Arianzen, está entre las convenciones o códigos que corresponden a l relato de corte sicologista, caracterizado por un narrador que actúa como una cámara fotográfica, cuya función es principalmente la de registrar, observar. El narrador ribeyriano es una co nciencia reflexiva, es decir, una conci encia que reflexiona sobre el mundo observado; y el escepticismo es el fundamento del modo de ver ese mundo. El mismo Ribeyro planteó que su obra obedece a ciertos presupuestos básicos que serían tres: 1) De imbricación, es decir, la creencia de que todos están relacionados con todos. "En nuestra época es imposible vivir solitariamente, sin sufrir las repercusiones del entorno. 2) La creencia en la imposibilidad de conocer lo que llamamos la verdad, de alcanzar lo indubitable. "Nos movemos en un mundo de conjeturas, más o menos demostrables, pero rara vez evidentes". 3) El azar. "En nuestra vida, por más que creamos dirigirla el azar desempeña un papel esencial". De otro lado, la ironía también es una de las características de la narrativa de Ribeyro. Es una de sus estrategias discursivas. El elemento irónico y humorístico, como es sabido, juega un pape l importante en la literatura, y se presenta como un antídoto para no caer en el nihilismo absoluto o la desesperación. Sin embargo, y tal como lo sustentan diversos estudios, es posible identificar que el discurso narrativo de Ribeyro revela procedimientos tales como el empleo de estrategias de distanciamiento; las cuales se realizan mediante el uso de la variación del punto de vista y de la focalización; el uso de las presuposiciones y el de la ironía y del humor. Estas estrategias son utilizadas por Ribeyro para situarse frente a la materia narrada en una perspectiva de objetividad artística. Éstos últimos componentes, además de ser factores de distanciamiento, actúan como atenuadores de lo trágico. La focalización según Genette, alude al hecho significativo de que los suc esos del relato se nos van revelando tal como se han presentado en la experiencia de alguien. Las presuposiciones son significados adicionales que es tán implícitos en ciertas expresiones. La ironía consiste en evaluar una situación repitiendo una frase que sirve para otra situación, evaluando así, dos c osas a la vez: la situación misma y el lenguaje con el que hablamos de la realidad. La fluctuación del punto de vista ocurre porque e l narrador transfiere provisionalmente su función a uno de los actores lo que le permite una perspectiva de objetividad. Así el narrador consigue neutralidad, ya que subraya el hecho de que lo que refiere le ha sido confiado por el personaje, se remite pues a la fuente. El empleo de la ironía también es parte muy sutil de lo no dicho (presuposiciones), porque presupone su actualización por parte del lector. Por tanto, contribuye también a una visión neutral y objet iva, del mundo narrado. Finalmente, la ironía como estrategia de distanciamiento sirve para mostrar la materia narrada a través de las diferentes ópticas y para atenuar la afectación. La ironía cumple la función de recurso distanciador del narrador, respecto a la parte trágica de los acontecimientos. Ello posibilita evitar el melodrama, el desborde s entimental que impediría una asunción objetiva y racional del mundo narrado. Concluyendo, esta modalidad narrativa de neutralidad y objetividad coincide totalmente con la visión escéptica del mundo que se atribuye a Julio ramón Ribeyro; y es también coherente con el objetivo del escritor de propiciar la participación activa d el receptor, a quien le toca conocer, reconocer, completar, interpretar y evaluar el mundo representado.