V ivir con
felicidad
ECOE EDICIONES
Horacio Martínez Herrera
Horacio Martínez Herrera Licenciado en Filosofía y Letras por la Pontificia Universidad Javeriana (1965) y Doctor en Teología Dogmática de la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma (1973). Su labor principal durante más de cuarenta años ha sido la formación en valores éticos y cristianos dirigida a estudiantes de pregrado y posgrado de varias universidades colombianas como la Pontificia Universidad Javeriana, la Universidad Católica de Colombia, la Universidad de La Sabana y el CESA, entre otras. Es profesor y conferencista de Doctrina Social de la Iglesia a nivel nacional e internacional. En los últimos años se ha especializado en la investigación, docencia y consultoría de la Ética Empresarial y de la Responsabilidad Social Empresarial, dictando cátedras sobre ética empresarial en varias facultades de Administración a nivel de pregrado y de ética financiera en el nivel de posgrado para varias especializaciones. Ha publicado varios libros y numerosos artículos centrados en la temática del cambio cultural actual, problemas sociales y formación en valores. Su preocupación principal ha sido emprender los múltiples caminos por los que pueda contribuir a impregnar con valores éticos y cristianos a la cultura actual en un contexto de secularización y de globalización.
Catalogación en la publicación – Biblioteca Nacional de Colombia Martínez Herrera, Horacio Vivir con felicidad / Horacio Martínez Herrera– 1ª. ed. – Bogotá : Ecoe Ediciones, 2013 246 p. – (Ciencias administrativas. Administración) Incluye bibliografía ISBN 978-958-648-858-7 1. Felicidad 2. Calidad de vida 3. Estilo de vida I. Título II. Serie CDD: 170 ed. 20
CO-BoBN– a835045
Colección: Ciencias administrativas Área: Administración Primera edición: Bogotá, D.C., marzo de 2013 ISBN: 978-958-648-858-7 © Horacio Martínez Herrera E-mail:
[email protected] ©
Ecoe Ediciones E-mail:
[email protected] www.ecoeediciones.com Carrera 19 No. 63C-32, Pbx. 2481449, fax. 3461741
Coordinación editorial: Andrea Sierrra Gómez Diseño y diagramación: Yolanda Madero T. Diseño de carátula: Wilson Marulanda Impresión: ,PDJHQ(GLWRULDO LPDJHQLPYHJD#\DKRRFRP
Impreso y hecho en Colombia
Contenido INTRODUCCIÓN......................................................
7
CAPÍTULO 1. TENER UN PROYECTO DE VIDA... 9 1.1. Búsqueda del sentido de la vida........................... 9 1.2. Sabiduría para vivir ............................................. 20 1.3. Felicidad de tener un propósito para vivir............ 29 CAPÍTULO 2. VIVIR EN LIBERTAD......................... 2.1. Ética y sentido de la vida...................................... 2.2. Libertad de programaciones para ........................ realizarse............................................................... 2.3. Felicidad de desarrollar una personalidad............
43 43
CAPÍTULO 3. RELACIONARSE CON AMOR........ 3.1. El encuentro interpersonal................................... 3.2. El amor................................................................. 3.3. Felicidad y amor...................................................
77 77 89 97
53 69
CAPÍTULO 4. SERVIR A TODOS CON BONDAD.... 105 4.1. La empatía compasiva.......................................... 105 4.2. La solidaridad....................................................... 107 4.3. Felicidad y altruismo............................................ 111 CAPÍTULO 5. TRABAJAR CON CREATIVIDAD.... 117 5.1. El trabajo creador................................................. 117 5.2. Liderazgo transformador...................................... 129 5.3. Felicidad de crear un mundo mejor..................... 147 CAPÍTULO 6. ENFRENTAR LOS RETOS CON ACTITUD POSITIVA........................................ 169 6.1. Coraje ante los retos............................................. 169 6.2. Resiliencia frente a la adversidad......................... 173 6.3. Felicidad y actitud positiva................................... 180 5
Horacio Martínez
CAPÍTULO 7. CULTIVAR LA ESPIRITUALIDAD.... 189 7.1. La espiritualidad................................................... 189 7.2. Aceptar a Dios y su plan creador.......................... 214 7.3. Esperar la felicidad eterna.................................... 227 Bibliografía.................................................................. 243
6
Introducción
El problema que más preocupa en este momento a la humanidad es el de la felicidad. Europa, que durante el siglo pasado se consideraba una de las regiones con personas sintiéndose felices, actualmente se considera el continente más infeliz. Una encuesta global sobre la felicidad realizada el año 2011 arrojó la siguiente percepción. Los latinoamericanos se consideran felices en un 32%. Le siguen los norteamericanos con un 27%. A continuación vienen los asiáticos y africanos con un 23%. El último lugar lo ocupan los europeos con un 17%. El número de suicidas insatisfechos con la vida se está incrementando a nivel mundial. Y lo más triste es que ha aumentado el número de suicidas entre los jóvenes. Según una estadística de Colombia, el año pasado ocurrieron alrededor de mil ochocientos suicidios de los cuales un diez por ciento correspondieron a jóvenes. Crece la incertidumbre sobre el futuro del mundo a mediano plazo. Se estima que para mediados de este siglo habrá una catástrofe ambiental por el deshielo de los polos. Se incrementará el número de habitantes en el planeta pero habrá escasez creciente de agua potable y de alimentos. Actualmente los jóvenes que terminan sus estudios universitarios sienten una gran incertidumbre sobre su futuro laboral. El desempleo de jóvenes es muy grande, como en el caso de España que se acerca a la mitad de la población menor de treinta años. En la sociedad actual aumentan los goces materiales, pero también la insatisfacción existencial. La crisis actual de infelicidad es una oportunidad para identificar lo que nos roba la felicidad y para descubrir lo que realmente nos la incrementa. La desdicha y la felicidad atraviesan a todas las clases sociales y géneros, son absolutamente transversales y no dejan a nadie indiferente. 7
Horacio Martínez
Por las razones anteriores, la pregunta de la forma de vivir felices en el mundo actual es considerada la más preocupante. ¿En qué consiste la felicidad y cómo se puede vivir cada día más felices? En Harvard, considerada la primera universidad del planeta, el curso libre más solicitado por los estudiantes es Cómo ser cada día más feliz. Este libro quiere ayudar a resolver estos interrogantes. El libro está dividido en siete capítulos que establecen una estrategia para vivir de forma que nos genere felicidad. 1. Tener un proyecto de vida con un propósito que de sentido a nuestra existencia. 2. Vivir en libertad siguiendo los valores éticos que de sarrollan una personalidad que valga la pena. 3. Relacionarse con amor promoviendo el respeto y el cuidado por el otro. 4. Servir a todos con bondad demostrando un espíritu compasivo y altruista. 5. Trabajar con creatividad y con un liderazgo transformador que deje una huella. 6. Afrontar los retos con una actitud positiva mostrando coraje y resiliencia. 7. Cultivar la espiritualidad aceptando a Dios y realizando su plan creador con el fin de lograr el gozo eterno. Mi expectativa es que este ensayo ayude a muchas personas a encontrar el sentido de su existencia y a experimentar la alegría de la aventura fascinante de vivir.
8
Capítulo
1
Tener un proyecto de vida
1.1. Búsqueda del sentido de la vida
Tener un proyecto de vida “Quienes no han logrado acercarse a la verdad han errado el propósito de vivir” (Buda). La temática sobre el proyecto de vida es objeto de muchos libros y seminarios. Todo ser humano a medida que avanza en el camino de la vida se pregunta: ¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿Para qué debo vivir? ¿Cómo debo vivir? Estas preguntas no son propias del hombre de hoy, sino se encuentran en la reflexión filosófica y religiosa a lo largo de la historia humana. Son interrogantes sobre el sentido de la vida humana y sobre cómo debemos fijarnos un propósito de vida y realizarlo en la vida diaria. La importancia de tener claro un proyecto de vida lo han puesto de relieve varios estudios recientes. Es una realidad que el número de suicidas se está disparando a nivel mundial sobre todo entre jóvenes y una de las causas por las cuales muchos se suicidan es porque no tienen un proyecto de vida. También los estudios sobre la crisis existencial que 9
Horacio Martínez
suele ocurrir entre los cuarenta y cincuenta años de vida, denominada la crisis del medio día y donde las personas toman conciencia del quiebre de sus fuerzas vitales hacia el futuro, señalan que las personas hacen una evaluación de lo que ha sido su vida y lo que debe hacer en el resto que les queda: claramente es una revisión de su proyecto de vida. Finalmente, las investigaciones sobre la tercera edad señalan que, cuando viene el final de la vida laboral y la gente se pensiona, los que no habían tenido un proyecto de vida se sienten que caen al vacío y mueren más pronto que los que habían tenido desde jóvenes un proyecto para vivir. Según el Pontificio Consejo para la Cultura, en su documento La Presencia de la Iglesia en la Universidad y en la cultura universitaria, por desgracia, hoy por hoy son muchos los estudiantes que “frecuentan la universidad sin encontrar en ella una formación humana capaz de ayudarles en el necesario discernimiento acerca del sentido de la vida, los fundamentos y la consecución de los ideales, lo cual los lleva a vivir en una incertidumbre grávida de angustia ante el futuro.” Decía Séneca: “No existe arte más difícil que el de vivir. Porque para las demás artes y ciencias en todas partes se encuentran numerosos maestros. Hasta personas jóvenes creen que la han aprendido de tal manera que se la pueden enseñar a otros. Y durante toda la vida tiene uno que seguir aprendiendo a vivir, y, cosa más sorprendente aún, durante toda la vida tiene uno que aprender a morir.” Víctor Frank, uno de los grandes psicólogos del siglo XX, cuando joven estuvo preso en un campo de concentración nazi y afirma que las personas que sobrevivieron fueron aquellas que tenían claro el sentido de la vida y un propósito para vivir. Para él lo básico en la vida es tener resuelto quién es y para qué vive. “En un periodo de crisis mundial como el que estamos experimentando, los médicos tienen necesariamente que ocuparse también de la filosofía. La gran enfermedad de nuestra época es el hastío y la falta de propósito.” (Profesor W. Farmworth, Universidad de Harvard). Alicia en el País de las Maravillas se encuentra con flechas que indican varios caminos. Le pregunta al gato cuál camino
10
Vivir con felicidad
tomar. El gato le pregunta que a dónde quiere ir. Ella responde que no sabe para dónde ir. Entonces el gato le dice que para el que no sabe para dónde va cualquier camino le sirve. El sentido de la vida Descubrimos que lo que necesitan los hombres es ciertamente la justicia y el amor, pero más aún la significación. La falta de significado del trabajo, la falta de significado del ocio, la falta de significado de la sexualidad: he ahí a los problemas en los que desembocamos.” (Paul Ricoeur). El hombre busca comprender qué hace en la vida y qué razones existen para seguir viviendo. El sentido de la vida es la respuesta a estas inquietudes. La respuesta a lo que es el hombre hay que descubrirla. Por eso debemos buscar la verdad sobre lo que es el hombre. El hombre puede buscar la verdad sobre sí y el mundo que lo rodea gracias a que tiene una razón. A diferencia de los animales, el hombre es capaz de reflexionar y de saber de su vida y de su muerte. El oráculo de Delfos pregonaba: “Conócete a ti mismo”. De ahí debe nacer una inquietud que es más radical: ¿Quién soy yo? El sentido de la vida se encuentra, pero también hay que aceptarlo. La aceptación del sentido de la vida es libre. Tal es el caso de la búsqueda y aceptación del sentido de la profesión que uno ha escogido. El arte ayuda a romper la esfera de la rutina diaria para poner a las personas en contacto consigo mismos y con las raíces de su existencia como seres humanos. ¿Qué sentido tiene la vida humana? Esta pregunta arranca desde la raíz de nuestra existencia y nos angustia. El hombre busca ansiosamente comprender qué hace en la vida y qué razones existen para seguir viviendo. El sentido significa fundamentalmente dos cosas: inteligibilidad y orientación. Sentido es el significado de los hechos y orientación para obrar correctamente. Lo contrario de sentido como inteligibilidad es lo absurdo, la no comprensión. Lo contrario de sentido como orientación es el nihilismo, la desesperación. La pregunta 11
Horacio Martínez
sobre el sentido de la vida nos muestra la necesidad de una cosmovisión y de una moral. Como inteligibilidad, el sentido es el “logos” de las cosas. La interpretación del sentido de la vida no puede ser arbitraria sino de acuerdo a la verdad. A cada situación corresponde un solo sentido, que es el único verdadero. La vida no es un test de Rorschach, sino un cuadro enigmático. A una lámina de Rorschach se le da un sentido subjetivo, a la vida no se trata de darle un sentido subjetivo sino de encontrar el sentido objetivo. El sentido de la vida no puede idearse, hay que descubrirlo. Hay que encontrarlo cada uno por sí mismo y no se puede dar arbitrariamente. Así como hay enfermos en su parte biológica o en su parte psíquica, hay enfermos del sentido de la vida: no saben qué es lo que deben realizar como personas humanas. La sociedad actual se preocupa de los medios y no de los fines. “Estamos, respecto a los demás seres, en una relación que los sitúa en el orden de lo manejable, en el orden del utensillo. Esta extensión indefinida de lo disponible, de lo manipulable, nos propone un modelo de existencia en la que todo se convierte en ocasión de manipulación. Pues bien, es aquí donde se abre quizá el vacío sorprendente de un cierto sin-sentido.” (Paul Ricoeur). La violencia y la droga son la señal de la alienación y desesperación de una sociedad que carece de sentido. La pérdida del sentido de la vida y el consumismo están íntimamente relacionados. Cuando la competencia se convierte en un fin, se llega a un “sin sentido” de la vida. La sociedad de consumo impulsa a comprar bienes que elevan la calidad del nivel de vida. Esta lucha por adquirir niveles superiores de vida y consumo es lo que orienta la existencia. Este consumo de cosas como horizonte vital convierte los medios en fin. Consumir es destruir, es convertir la destrucción en objetivo de la existencia. No debemos trivializar la vida pero tampoco volverla algo muy solemne. Hay que interpretar la exigencia inherente a cada una de las situaciones particulares. Hallar el sentido de una situación existencial es entenderla y orientarnos hacia un comportamiento adecuado a la situación. La situación me interroga con exigencias y respondo con un sentido de
12
Vivir con felicidad
responsabilidad a sus exigencias. “El mundo entero se aparta cuando ve pasar un hombre que sabe a dónde va” (Antoine de Saint-Exupery). “Encontrar el sentido de tu vida es descubrir la llave de la felicidad” (Jorge Bucay). La cultura como sentido de vida de un grupo humano “La cultura es el proceso de conciencia colectiva que un pueblo tiene de su realidad histórica. Esta conciencia colectiva conduce a un pueblo a marcar un conjunto de valores que lo animan y de antivalores que lo debilitan. La cultura abarca formas de expresión de vida, costumbres y lengua, también la experiencia vivida y las aspiraciones de futuro.” (Mons. Roberto Rivera). Antes se entendía por cultura las manifestaciones de la emoción estética, literaria e intelectual (aspecto clásico). Actualmente la noción de cultura hace referencia a la identidad de una colectividad y a sus modos típicos de pensar, de obrar, de crear y de vivir (aspecto sociológico). No se debe reducir la cultura a sus productos, sobre todo la creación artística y literaria y el patrimonio cultural mobiliario e inmobiliario. Cultura es “todo aquello que hace de la vida algo digno de ser vivida” (T. S. Eliot). Las culturas se componen de valores, símbolos y formas de espiritualidad, de organizaciones sociales y políticas, de conocimientos prácticos y de competencia. La cultura posee órdenes institucionales: económico, familiar, político. La forma de hacer negocios, de producir y distribuir bienes y servicios es peculiar de cada cultura y factibles de mejorar. La cultura está constituida por “el conjunto de rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan una sociedad o grupo social. Ella engloba, además de las artes y las letras, los modos de vida, los derechos fundamentales del ser humano, los sistemas de valores, las tradiciones y creencias” (Unesco, Declaración de México sobre las políticas culturales, preámbulo, Informe final, 1982). La cultura se refiere a los factores que constituyen la identidad de un grupo humano. Las identidades modernas eran territoriales y monolingüísticas. Las identidades 13
Horacio Martínez
postmodernas son transterritoriales y multilingüísticas. Los signos de identidad de una cultura deben proporcionar una mayor calidad de vida que es proporcional al uso que hace una comunidad de estos signos. “Con la palabra cultura se indica el modo particular, como en un pueblo, los hombres cultivan sus relaciones con la naturaleza, entre sí mismos y con Dios, de modo que pueden llegar a un nivel plenamente humano. Es el estilo de vida común que caracteriza a los diversos pueblos; por ello se habla de pluralidad de culturas.” (Paul Poupard, Evangelio y cultura en los umbrales del tercer milenio). Toda sociedad necesita de imágenes con las que se representa. “Las identidades nacionales son construcciones históricas, basadas tanto en procesos sociales como en imaginarios colectivos” (Néstor García Canclini). La cultura es “un conjunto de procesos de producción colectiva de sentidos” (Germán Muñoz). La cultura es una forma de vida en la cual se encuentran las raíces más profundas de la propia identidad y del sentido de la vida dentro del grupo que comparte las mismas referencias vitales. Dentro de la cultura propia uno se siente en su hogar, ya que es el estilo de vida común del pueblo al cual uno pertenece. “Lo que constituye a un pueblo es precisamente su cultura, sus formas de expresar el propio ser y sentir, sus valores y desvalores, sus creaciones, sus modos de relacionarse, de trabajar, de celebrar la vida.” (UNESCO). La cultura es la personalidad histórica de un pueblo. La cultura es también la forma como un pueblo se adapta al medio ambiente y establece relaciones con otras personas. “Es la relación original de un grupo humano con el medio natural que habita, por lo que se diferencia de otros grupos. La cultura consiste en la forma escogida por un grupo humano para asegurar la supervivencia individual y del grupo; en la conformación de unas relaciones económicas, sociales y políticas entre los miembros del grupo y de otros grupos; y en la elaboración de modelos mentales, practicables para la interpretación y el manejo de la realidad.” (IDEAM, El medio ambiente en Colombia). La cultura es lo que lo hace a uno ciudadano. “Ser ciudadano no tiene que ver sólo con derechos reconocidos por
14
Vivir con felicidad
los aparatos estatales a quienes nacieron en su territorio, sino también con las prácticas sociales y culturales que dan sentido de pertenencia y hacen sentir diferentes a quienes poseen una misma lengua, semejantes formas de organizarse y satisfacer sus necesidades.” (Néstor García Canclini). La cultura proporciona representaciones simbólicas por medio de las cuales los seres humanos comunican y desarrollan sus conocimientos de la realidad y sus actitudes frente a la vida. La cultura caracteriza todos los comportamientos y las formas de vivir de una persona. Cultura es como un “diseño para vivir” (Klukhohn), y como las “comprensiones compartidas que las personas usan al coordinar sus actividades” (Becker). La cultura ayuda al hombre a relacionarse mejor con las realidades que lo rodean y por eso le ayuda a “ser”. Esto crea un “estilo de vida”, una “modalidad” propia. La cultura ayuda al hombre a ser cada vez más persona. “La cultura es aquello a través de lo cual el hombre, en cuanto hombre, se hace más hombre, es más, accede más al ser”(Juan Pablo II). La cultura hace referencia exclusiva al hombre como parte de una comunidad y por eso se refiere a una tradición. La cultura necesita ser cultivada, necesita una atención continua a su evolución. Hasta hace poco las actividades culturales eran vistas por el Estado y por muchos ciudadanos como actividades improductivas, que interesaban sólo a unos pocos y estaban separadas del resto de tareas indispensables en la vida del ciudadano. Lo mismo pasaba con las empresas que consideraban a lo cultural como fiestas folclóricas a las que había que patrocinar. Pero hoy en día se está tomando conciencia de la necesidad de recuperar y preservar los valores y tradiciones que le dan una identidad a nuestro ser de colombianos. La cultura indica en general todo aquello con lo que el hombre desarrolla sus cualidades personales y hace más humana la vida social mediante el progreso de las costumbres e instituciones. La nueva apreciación que comienza a manifestarse muestra que la cultura, que es de todos y para todos, resulta fundamental en la construcción y reconstrucción de la sociedad. Y, sobre todo, actualmente se subraya que la cultura es el aspecto intelectual del medio artificial que el hombre crea en 15
Horacio Martínez
el curso de su vida social y que proporciona al individuo una pantalla de conceptos sobre la cual éste proyecta y ordena sus percepciones del mundo exterior. Por ser un sistema de significación y valoración, permite a los grupos humanos fijarse metas y dar sentido a su vida. Más aún, la cultura se considera hoy en día como la dimensión fundamental del desarrollo pues es la que le da su sentido humano. El éxito o fracaso del desarrollo económico de las naciones está poniendo cada vez más de relieve la importancia que jugará la cultura en el siglo veintiuno para cerrar la brecha entre países ricos y países pobres. Hay que edificar una cultura que promueva el auténtico desarrollo y que ayude a que todos los hombres convivan pacíficamente. La cultura es un proceso constante donde la sociedad es significada por el grupo humano, pero, a la vez, la persona es configurada por la sociedad significante. La ciudad es una gran creación de la cultura que ofrece un espacio amplio de posibilidades de realización personal. Uno de los rasgos de la cultura del siglo XXI es que será urbana con todo lo que esto implica de racionalización, escala de valores y formas de actuar. La urbanización es un término dinámico que nos abre a una nueva cultura. Se sufre un choque cultural cuando se emigra del campo a la ciudad o cuando se pasa de una vida urbana provinciana al ritmo de la ciudad cosmopolita. El paso de la cultura agraria a la urbana, convierte a la ciudad en la propulsora de una nueva cultura. El paso de la cultura rural a la cultura urbano-industrial es el motor de la civilización moderna. Y el paso a la cultura global postindustrial la característica de la sociedad postmoderna. El horizonte mental de la ciudad produce una urbanización de los espíritus. El proceso cultural que se desencadena en nuestras ciudades lleva a la aceptación de las distintas maneras de pensar. Se han estudiado bastante las relaciones sociales en la ciudad moderna y poco la mentalidad urbana: su horizonte mental. La metropolización de nuestras grandes ciudades ha generado un tejido sociocultural y un orden simbólico caracterizado por el desarrollo de formas heterogéneas de apropiación de la ciudad por sus habitantes. Las relaciones culturales adquieren en la urbe moderna una creciente
16
Vivir con felicidad
importancia. Los conflictos sociales en la urbe moderna tienen con frecuencia una raíz cultural. La cultura es un conjunto de procesos significativos desde el cual cada grupo social ve, siente, interpreta y actúa sobre la realidad social en la que está. En la cultura están incluidas las simbolizaciones, los valores y las normas subyacentes a las prácticas de un grupo social concreto; este sistema simbólico es vivido y asumido por el grupo como expresión natural de lo humano y delimita el campo de las posibilidades de sus creencias, instituciones y actuaciones sociales. La cultura puede ser definida como “programación colectiva mental” (G. Hofstede). El hombre es un proyecto, capacidad de ser, que encuentra las cosas incluyéndolas en su propio proyecto. El modo de ser de las cosas es el sentido que poseen para nosotros. Y el hombre, a su vez, se constituye a través de su intimidad con ese conjunto de significados. Por eso es fácil atribuir un contenido cultural al mundo entendido como un conjunto de significados. La filosofía actual percibe que la relación entre nosotros y el mundo no es distante sino íntima, que nosotros y el mundo nos determinamos mutuamente, que nosotros damos significado a las cosas y a los comportamientos que integran el mundo y que éste es, fundamentalmente, un mundo de significados constituido por nosotros. La cultura “es la huella que deja el ser humano sobre la tierra” (UNESCO). El mundo no es una proyección de nosotros como individuos sino, en gran parte, construcción social que se genera a través de nuestra interacción y nuestra comunicación recíproca. El mundo no tiene una estructura fija sino queda constituido conforme desarrollamos nuestro proyecto en él. “Los líderes tienen un rol significativo en el estado mental de la sociedad” (John W. Gardner). La única forma de dar cuenta de la realidad es a través de aquellos contenidos de nuestra conciencia que nos permite interactuar con la realidad de forma significativa. En tal sentido, nosotros no usamos una cosa porque ella es lo que es sino que la cosa es lo que es porque nosotros la usamos de esta manera. “Lo cultural tiene realmente una nueva centralidad en el análisis de la realidad y en la prefiguración de los escenarios futuros” (Calderón, Hopenhayn, Otone). 17
Horacio Martínez
La cultura es un sistema de significaciones desde los cuales se ordena y da sentido a la vida de una sociedad. La cultura es la lógica desde la cual los grupos interpretan la realidad y actúan sobre él. Por eso la cultura expresa aspectos antropológicos. “Es la vida social toda la que, antropologizada, deviene cultura. Como si la imparable máquina de la racionalización modernizadora –que separa y especializa– estuviera girando en círculo, la cultura escapa a todo compartimentalización irrigando la vida entera.” (Jesús Martín Barbero). En esencia la cultura es la práctica simbólica significativa que recrea la realidad y cobra vida en las relaciones sociales. La cultura es la humanización de las estructuras sociales creando una civilización con una escala determinada de valores. Los valores dan cuenta de las calidades o características que quisiéramos ver encarnada en las cosas. De esta manera, los valores organizan la sociedad. Los procesos culturales son los sistemas de significación y valoración que han permitido a los grupos humanos, a lo largo de la historia, tener una identidad, fijarse metas y dar sentido a su vida cotidiana. La cultura “tiene que ver con la creación de sentido, con el intercambio de maneras de ver el mundo, de imaginarlo” (Santiago Coronado). La cultura es un transfondo de sentido que regula los comportamientos de un grupo humano. Los sentidos humanizan la vida. Hay que tener en cuenta el capital simbólico de la comunidad. Los seres humanos producen sentidos, es decir, cultura: esta es una dimensión transversal de toda su actuación. Es la forma de hacer humano el mundo. La cultura son sentidos producidos y compartidos. Los sentidos se comparten una vez producidos. Pero se puede cambiar de comunidad de sentidos. Lo social es un todo lleno de sentido, porque apunta a un significado humano. “La sociedad así considerada posee una dimensión simbólica, o aún mejor, cultural que la acompaña de modo fundante” (Rodrigo Guerra). Ante las crisis de los sistemas de creencias hay que crear un nuevo sentido colectivo o renovar el anterior. La crisis de los modelos económicos exige una búsqueda de sentido colectivo. Hay que buscar respuestas a las grandes hambrunas de sentido de la sociedad agobiada por crisis en sus sistemas
18
Vivir con felicidad
de motivación y de creencias. La visión colectiva de un grupo es parte de su cultura y un factor muy importante para que un pueblo se coeccione y se lance a buscar un futuro colectivo. Tal es el caso de Israel como pueblo elegido. El capital simbólico de la sociedad consiste en el conjunto de procesos colectivos de sentidos e imaginarios con los cuales un grupo perpetúa y desarrolla conocimientos y actitudes ante la vida. La cultura elabora modelos mentales para la interpretación y manejo de la realidad. Se requieren nuevas formas de imaginar la realidad para poderla cambiar: creación de imaginarios sociales. Para la Unesco, la cultura “es el aprovechamiento social de la inteligencia”. Inteligencia que debe ser entendida en todos sus aspectos: racional, emocional y práctica. La cultura, según Moles, “es el aspecto intelectual del medio artificial que el hombre se crea en el curso de su vida social”. Cultura es la manera de pensar que da identidad a un grupo. Algo racional que emancipa del mito y de los dogmatismos. J. Bronowski en su libro “El ascenso del hombre” admite que cultura no es más que la multiplicación de ideas, y lo que llamamos acción cultural es, esencialmente, un desarrollo y ensanchamiento de la imaginación humana. El término de cultura recubre el conjunto de elementos intelectuales presentes en un espíritu determinado (cultura individual) o en un conjunto de espíritus que definen un grupo social (cultura colectiva). El papel de la cultura consiste en proporcionar al individuo una pantalla de conceptos sobre la cual éste proyecta y ordena sus percepciones del mundo exterior. Antes, gracias a la educación, esta pantalla conceptual tenía una estructura reticular racional. Hoy, gracias al influjo predominante de los medios de comunicación, es una pantalla de referencia en mosaico, con yuxtaposición de ideas. La persona tiene unos conceptos-encrucijada, que son ideas integradoras de su percepción de los hechos. El valor de una idea está ligado a su originalidad y a la capacidad de comprensión por parte de la sociedad. La cultura son aquellos elementos presentes en un grupo que un miembro aprovecha como recurso para crear pensamiento. 19
Horacio Martínez
La cultura es el moblaje del cerebro. El pensamiento nace y se nutre de la cultura. La cultura se manifiesta como el material esencial del pensamiento. La cultura se mide por el número de elementos que contiene y por el número de relaciones entre sus elementos. La actividad creadora intensa de pensamiento consiste en crear nuevas conexiones entre las ideas. “El creador fabrica sus nuevas ideas a partir de las ideas adquiridas que constituyen el fondo de su cultura personal” (Moles). La cultura no es tanto el espectáculo al que uno va, sino el universo mental en el que uno vive.
1.2. Sabiduría para vivir Adquirir la sabiduría
“Hay otra sabiduría distinta de la del logro de la técnica y de la competitividad. Es la del “hombre interior” que sabe afrontar todas las situaciones con entrega cabal. Ninguna técnica, ninguna razón puede ayudar ante las situaciones límites, las estrictas e ineludiblemente humanas como son el paso del tiempo, el dolor patológico, la soledad, la muerte. En un mundo como el llamado “desarrollado” todo está resuelto menos lo esencial: la realidad de la vida en cuanto tal” (A. Grün). El hombre está dotado de la capacidad de pensar y de discernir la verdad de la información que le llega. Hoy nos abruma la cantidad de información disponible en Internet, la televisión y demás medios de comunicación. Es difícil llegar a convertir la información en conocimiento con un juicio de la verdad o mentira de la información. Hoy las personas acumulan conocimientos parciales, fruto de investigaciones con metodología científica, pero no llegan a integrar todo en una cosmovisión que revele la sabiduría sobre la vida. El conocimiento es como un árbol, con muchas hojas que son las informaciones, con ramas que son los conocimientos y con las raíces que son la sabiduría. Hay que construir no la sociedad de la información sino la de la sabiduría. La raíz de la palabra sabiduría quiere decir “ver” o “saber”. “Ciencia es conocimiento organizado. Sabiduría es vida organizada” (Emmanuel Kant).
20
Vivir con felicidad
El presidente de la Asociación de Universidades de Europa afirma: “Si la universidad renuncia a su labor de formar profesionales honestos y honrados, corre el peligro de formar profesionales inteligentes y capaces pero bárbaros e irresponsables, que es el estilo más temible de personas que hoy existen en la sociedad”. “Educar a una persona en el pensamiento pero no en lo moral es formar una amenaza para la sociedad” (Theodore Rooseventl). Desarrollar una sabiduría espiritual que nos haga conscientes de una realidad más grande que uno mismo y nos dé sentido, propósito y esperanza para vivir. “Lo más incomprensible del universo es que sea comprensivo” (Albert Einstein). Sólo así logra una percepción objetiva de sí y del mundo. “Quien no quiere razonar es un fanático, quien no sabe es un tonto, quien no se atreve es un esclavo” (William Henry). “Lo esencial no es el encontrar, sino el incorporar lo que se encuentra” (Valery). “Un entendimiento sólo nutrido de lógica es como la hoja de un cuchillo sin mango, que hiere la mano de su dueño” (Walter Rizo parafraseando a Tagore). El hombre sólo puede realizarse cuando puede ver con su razón más allá de las apariencias de las cosas y entra en contacto con los hechos fundamentales de la existencia, como el amor en las relaciones. Proyecto de vida y éxito “Si las personas no tienen una estrategia de vida clara, terminan navegando en un buque sin timón y llevados por la corriente del mar” (Clayton M. Christensen). El hombre es un proyecto de ser: no nace hecho sino tiene que hacerse. En esto se diferencia de los animales que nacen hechos y programados por sus instintos. El hombre descubre que es una persona plantada en un mundo en evolución a cuyo progreso debe ayudar, que puede formar comunidad interpersonal con otros seres. La vida es como una buena película. Cuanto más nos adentramos en ella, cobra mayor sentido. Los personajes aparecen mejor delineados y comienza a esclarecerse la 21
Horacio Martínez
significación de sucesos precedentes. Y al final experimentamos una satisfactoria impresión de integridad. La vida se nos presenta como una serie de valores que hay que realizar. La existencia como capacidad de realización se convierte en mandato de realización. Somos responsables de nuestra realización existencial. El mandato de realizar un proyecto de existencia se convierte en misión de la vida. “Ser lo que somos y llegar a ser lo que somos capaces de ser, es el fin único de la vida” (Robert Louis Stevenson). La experiencia demuestra que tienen más posibilidades de supervivencia en situaciones críticas las personas que desean vivir para desarrollar en el futuro la tarea que han elegido. “Si tomamos a los hombres tal y como son, los hacemos peores de lo que son. En cambio, si los tratamos como si fuesen lo que debieran ser, los llevamos allí donde tiene que ser llevados” (Goethe). El verdadero triunfador en la vida es el que ha encontrado el propósito de su vida y emprende el camino que señala. El verdaderamente fracasado en la vida es el que no ha logrado realizar el sentido de su vida. “No puedo construir un camino donde quede garantizado que yo consiga todas las metas que me proponga, pero sí puedo elegir el que vaya en la misma dirección que el propósito que decidí para mi vida” (Jorge Bucay). El hombre actual debería renunciar al éxito material de una carrera brillante en la sociedad de consumo, para dedicarse a la actividad que esté de acuerdo con sus aptitudes y que pueda realizar mejor que nadie, con lo cual encuentra el sentido de su vida y su realización interior. Según Albert Schweiter, “el éxito no es la clave de la felicidad. La felicidad es la clave del éxito. Si te fascina lo que haces, triunfarás.” “El éxito no es la causa de la felicidad, sino un efecto de ésta” (Tal Ben-Shahar). “El éxito consiste en conseguir lo que se desea. La felicidad, en disfrutar de lo que se consigue” (H. Jackson Brown). Un proyecto que nos apasiona nos da más claridad, más amor, más creatividad, más libertad y más dicha por tanto. “Vivir una vida motivada contribuye a tu felicidad y a la de todos aquellos con los que te relacionas” (M. Shimoff).
22
Vivir con felicidad
El propósito para vivir “Hay dos grandes días en la vida de una persona: el día que nacemos y el día que descubrimos el porqué” (William Barclay). Como orientación, el sentido es la respuesta a un interrogante y el camino que lleva a algo: el sentido nos da el significado de algo (desvela el ser) y nos muestra una meta que hay que cumplir (el deber hacer). La vida es una pregunta a la cual debemos encontrar una respuesta que signifique algo. Y una vez que descubrimos su significado este significado se convierte en meta, en tarea que debemos cumplir. El sentido se convierte así en “propósito de la vida”. En la pregunta sobre el hombre no hay que descubrir sólo su identidad “lo que es”, sino también su misión “lo que puede y debe hacer”. “Para prepararnos para las grandes decisiones de la vida hay que tener un propósito y unos valores duraderos” (Chris Lowney). El enorme deseo de llegar a ser alguien “tiene que estar asociado a un franco análisis de si en realidad lo quiero suficientemente (mis intereses), tengo las habilidades necesarias (mis talentos), dispongo del dinero y otros apoyos para hacerlo realidad (recursos), y puede comprometerme libremente a poner por obra mi sueño (circunstancias)” (Chris Lowney). “No se trata solo de saber cuáles son nuestros propósitos y talentos, sino de manifestar una actitud de vivir ese propósito y de usar esos talentos abiertamente y con amor” (Chris Lowney). “Su talento es el don que Dios le ha dado; lo que usted hace con él es lo que usted le obsequia a Dios” (Dicho popular). Tome el potencial con que ha nacido y canalícelo plenamente hacia el propósito que se ha fijado. Tenga claro que es lo que hace bien para enfocar hacia allá sus proyectos. Procure crecer sosteniendo un diálogo constante entre sus capacidades y las exigencias vitales. La preocupación nuestra debe ser cómo servir a la humanidad según los talentos recibidos y que hay que descubrir. Cada uno tiene unos talentos únicos y una manera única de expresarlos. “Somos nosotros mismos los que creamos nuestro destino cada día. La mayoría de los males que padecemos son susceptibles de ser achacados a nuestro propio comportamiento” (Henry Miller). 23
Horacio Martínez
Uno genera confianza si sabe quién es y para dónde debe orientar su vida. Se sabe ante los demás qué representa con autenticidad. En todas las etapas de la vida debemos buscar realizar nuestro propósito de vida. La gente admira a la persona que tiene claro cuál es su misión en la vida. Propósito “es una intención global de hacer lo que para ti vale la pena en la vida” (M. Shimoff). Iremos obstinadamente tras nuestro propósito cuando nos importe profundamente. “No podremos ir ferviente y obstinadamente tras nuestro gran propósito, a menos que nos impacte profundamente, lo tomemos como algo personal y nos involucremos del todo en lo que estamos haciendo” (Chris Lowney). “Hay que golpear recio, probarlo todo, hacer de todo y ser la persona que uno es capaz de ser” (W. Bennis). No hay que vivir de fantasías sino entender que el mundo real pide acciones concretas para vivirla. “Vive lo que crees y podrás cambiar el mundo” (Henry David Thoreau). No basta con tener un propósito sino manifestar una actitud de vivir con ese propósito. Quienes tienen un sentido de propósito en la vida poseen la realidad más importante de un ser humano. Una persona es íntegra porque ha podido integrar su vida alrededor de un propósito unificador. Este propósito es una manera espiritual de pensar, sentir y actuar. Formar a las personas es generar nuevas actitudes de vida y nuevas capacidades que les permitan ser espiritualmente, clarificar sus proyectos de vida e intervenir eficazmente para transformar la realidad. “Pienso que la inestabilidad de una persona comienza cuando su forma de vivir no coincide con sus valores ni con su propósito en la vida” (Julio Bevione). Las personas tienen sueños y los convierten en metas, estrategias y planes. Desarrollan actitudes y competencias para realizar siempre lo correcto bien hecho. La administración del sueño o ideal implica una reorganización y mecanismos de comunicación y reentrenamiento. Un gran ideal personal, el propósito o misión y los valores son trascendentes, intangibles y espirituales. Las personas deben utilizar lo que se ha aprendido en administración para gestionar sus vidas. Vivir como gestionamos y gestionar cómo vivimos. “Sentir que valemos, que tenemos algo importante que ofrecer al mundo y que lo estamos haciendo” (Julio Bevione).
24
Vivir con felicidad
El proyecto de vida tiene como corazón una estrategia de vida. Hay que ser capaz de traducir un sueño de lo que quiero lograr en la vida a un plan de vida viable. Para formular una estrategia de vida, piense a dónde quiere ir e identifique los instrumentos, tácticas y recursos para llegar allí. Un ejemplo de pensamiento estratégico es el de un montañista que observa la cumbre y evalúa los posibles caminos de acceso. “Sé sincero: ¿Tú sabes a dónde vas? Lo sepas o no recuerda que eres tú quien decidió caminar” (Mario Corradine). No basta con tener un propósito sino manifestar una actitud de vivir con ese propósito. “Decide qué puede hacerse y se hará, y entonces hallarás la manera” (Abraham Lincoln). En todas las etapas de la vida debemos buscar realizar nuestro propósito de vida. Hay que aprender a diferenciar entre lo que se quiere y lo que se puede, entre lo que le impulsa y lo que lo satisface. “La diferencia entre la felicidad y el sufrimiento a menudo depende de la habilidad de escoger bien” (Chris Lowney). A veces lo que más cuenta en la vida es lo más difícil de medir. “No todo lo que cuenta puede contarse” (Einstein). El problema no es la formulación de una estrategia sino su implementación. En todas las etapas de la vida debemos buscar realizar nuestro propósito de vida. Para que una estrategia funcione hay que entusiasmarse por ella tomándola a pecho. El ideal de vida debe ser acariciado para que se vuelva pasión y entusiasmo. Y de ahí brota el impulso para realizar el propósito que lo apasiona. Y todo esto apoyado en el carácter ético que le da determinación y discernimiento para realizar en el día a día el ideal. La creatividad se incrementa cuando se tiene conciencia de estar sirviendo a un gran propósito. “El destino no es un asunto de azar. Es una cuestión de elección: no es algo que se debe esperar, es algo que se debe lograr” (William Jennings Bryan). Divida los grandes retos en retos más pequeños, aprendiendo de los Alcohólicos Anónimos. “Un día a la vez”: una meta de cada día que repite y repite de nuevo para no desanimarse. Recuerde diariamente lo que es importante para usted. Durante el día hacer breves altos, como los musulmanes, para rendir culto a Dios y para darle gracias por sus bondades. “Hay que ser muy realistas con respecto a dónde estamos, pero muy optimistas con respecto a dónde queremos llegar” (Steve Ballmer). 25
Horacio Martínez
La ejecución es “la disciplina de hacer que las cosas se hagan” (Anónimo). Chris Lowney propone lo siguiente: “Para llevar a cabo nuestras metas y vivir de acuerdo a nuestros valores, tenemos que concentrarnos en la ejecución, que ya hemos asociado con cinco características: 1. Enfocarnos. 2. Conseguir que nos den retroalimentación inmediata para poder hacer las correcciones del caso. 3. Dividir nuestras metas importantes en metas más pequeñas para poderlas manejar mejor. 4. Recordarnos a diario qué es importante para nosotros. 5. Rendirnos cuentas a nosotros mismos.” Importancia del propósito en la vida y en la empresa En 2004, en una crónica titulada El forjador de empresas (edición No. 210), Dinero visitó en sus oficinas al emprendedor paisa John Gómez Restrepo. Con 91 años de edad, Gómez es la inspiración del emprendimiento en Colombia pues fundó más de 35 compañías, algunas tan grandes como Productos Familia y Cartón de Colombia. Visitar a quien es considerado el más grande emprendedor del país resultó ser una experiencia inesperada. Fueron pocas horas, pero el recuerdo es tan nítido, que su imagen abarca todo lo que este artículo pretende expresar. En una pequeña y modesta oficina en el barrio el Poblado, tras un viejo escritorio, acompañado de su secretaria de muchos años, el rejuvenecido Gómez relataba con anécdotas el surgimiento de una empresa tras otra. A pesar de haber nacido en la pobreza, Gómez, con su convicción de que “el que no sabe para dónde va, nunca llega”, evidentemente alcanzó su destino. Allí, entendimos que la gran meta de este luchador nunca fue el dinero. En su jornada, John Gómez tenía un plan en mente distinto al negocio. Tenía un propósito. Gómez es un perfecto ejemplo de que las mejores empresas y empresarios son como árboles de raíces fuertes y profundas. Camino a casa, por la noche y en medio del trancón, revisas tu día. Disgustos con proveedores, malentendidos con compañeros, peleas por precios, angustias por no cumplir las metas... en cualquier parte estabas haciendo lo que fuera necesario para crecer como profesional o sacar adelante tu proyecto. Y todo esto, ¿para qué? Esta es la pregunta clave para el intelectual griego, Nikos Mourkogiannis, un
26
Vivir con felicidad
hombre que entiende el valor del carácter en un ser humano. Mourkogiannis fue un destacado profesor de Harvard y ha sido consultor internacional de firmas como Monitor o Panthea. Cuando tenía 6 años, miembros del partido comunista de la época allanaron su pueblo y ejecutaron a 54 mujeres. Este suceso lo marcó profundamente. “Ellas murieron por la libertad en mi país. Ese día sentí la necesidad de hacer algo valioso con mi vida”, recuerda. Con el tiempo, Mourkogiannis descubrió que su propósito en la vida era transferir este concepto a las empresas. Es decir, los ejecutivos suelen hablar de visiones, misiones y estrategias. Pero muchas veces dejan a un lado una pregunta de carácter más moral ¿cuál es nuestro propósito? Para este autor las empresas deben identificar una razón de su existencia distinta al dinero. En su último libro Purpose: the starting point of great companies, Mourkogiannis pretende cumplir con su propósito. Cierto día, Gil Schwartz, director de relaciones públicas de la CBS, en una reseña del famoso libro El Príncipe, de Nicolás Maquiavelo, para el Wall Street Journal, escribió “al fin de cuentas las consideraciones morales poca utilidad tienen en el día a día de una empresa exitosa”. Lamentablemente, según Mourkogiannis, muchas personas comparten esta visión de la vida empresarial: un lugar frío, sin ideales, en donde solo importan los resultados. Pero nada es más distinto a la realidad. Para este autor, definir un propósito moral, un tema aparentemente esotérico, es en realidad una potente herramienta en los negocios. Por ejemplo, esto es evidente en los tiempos de crisis. Suele pasar que la abundancia atrae a la gente, pero es solo en las dificultades cuando se conoce realmente quiénes trabajan por un ideal. Un propósito moral en común unifica a un equipo. “Finalmente, las personas no son leales a un jefe, ni incluso a una compañía, sino a una serie de valores con los que se identifican”, resalta Mourkogiannis. Para él, definir un propósito moral es una tarea clave de los gerentes y de los mejores líderes. “Definir un propósito moral es trabajo de los verdaderos campeones”, asegura. Por eso, el propósito de una compañía debe ir más allá de la ambición y la avaricia. Es como el ADN de la empresa, es lo que cree su gente sin necesidad de pensar. 27
Horacio Martínez
Según Mourkogiannis, la principal ventaja de un propósito es que representa un gran motivador para la vida personal y empresarial. Para Mourkogiannis, un propósito moral es algo muy distinto a los conocidos valores corporativos. De alguna forma es la respuesta a la pregunta más filosófica ¿cuál es mi destino en la vida? Este propósito recoge todo lo que usted es en realidad: sus experiencias, su vida y aquello en lo que cree. “En los negocios, probablemente un propósito bien definido no sea garantía de éxito, pero es un prerrequisito para forjar una compañía a largo plazo”, plantea el autor. Así, además de motivar, el propósito de las empresas les ayuda a no perder el rumbo ni desesperarse. Es como un ancla que nos aferra en las mayores turbulencias. Como bien lo establecieron los autores James Collins y Jerry Porras, en su libro clásico Empresas que perduran, las mejores compañías del mundo nacieron de un sueño bien definido.. El paso a seguir, para este autor, es establecer su propio propósito moral. “Cuando se reúna con su equipo a realizar esta tarea, lo mejor es pensar en ideas que hayan perdurado con los años”, asegura Mourkogiannis en su libro. Aunque usted es libre de definir el propósito, Mourkogiannis plantea cuatro ideas principales. Lo primero es un afán por descubrir. Empresas como IBM, Sony, 3M o GE tienen en su código genético el deseo de innovar y aportar al mundo. Además, existe el propósito de la excelencia. Emprendedores que se levantan todas las mañanas deseando construir ese “relojito” que marcha perfectamente. The Economist, BMW y Warren Buffett son ejemplos de este propósito de la excelencia. En tercer lugar, Mourkogiannis habla del altruismo. Sam Walton, fundador de Wal-Mart, es recordado por su pasión casi obsesiva por atender a sus clientes. En su autobiografía, Walton dejó una carta en la que expresaba “que su principal fuerza de cada mañana era mejorar la calidad de vida de todas las personas cercanas a su compañía”. Finalmente, Mourkogiannis habla del heroísmo como el cuarto propósito fundamental en los negocios. Y la mejor forma de entenderlo es toda aquella compañía que nace de la frase ¡voy a cambiar el mundo!, como por ejemplo Ford, y en años recientes Microsoft y Google.
28
Vivir con felicidad
Ojalá la crisis que apenas se está superando nos haya dejado lecciones sobre el liderazgo. Muchas personas están cansadas de los prototipos típicos de un líder: el gran negociante, el duro emprendedor a toda prueba e, incluso, el carismático. Definir un propósito requiere más que intelecto, ego y experiencia. Finalmente, las compañías no compiten en los mercados por recursos, como el dinero o las tecnologías, sino por las mejores ideas. Estamos hablando de la vida y sus connotaciones morales. Quienes dudan de la importancia de estos temas deberían preguntarse ¿cuántas personas trabajan para hacer ricos a sus jefes? Sí, las personas quieren un salario competitivo, pero principalmente quieren que su vida tenga sentido. Quieren líderes que puedan ganar la batalla de las ideas y que actúen como piensan. Y, por supuesto, la mejor forma de lograrlo es construyendo empresas y organizaciones cimentadas en un férreo propósito. (Tomado de la Revista Dinero, 7 de agosto del 2009)
1.3. Felicidad de tener un propósito para vivir
La felicidad “La felicidad es algo perfecto y es el fin de todo lo que hacemos” (Aristóteles). Hace unos años ya que la felicidad salió del ámbito de los anhelos íntimos y se convirtió en un asunto de discusión pública. Hoy, la felicidad de las naciones es cuantificada en una base de datos -World Database of Happiness- es el tópico de interés de encuestas y estudios sociológicos. Economistas como Richard Layard y su libro Happiness: lessons from a new science han propuesto, incluso, que la felicidad sea un parámetro para medir el progreso de los países, y hasta polémicas han armado quienes se han levantado contra la felicidad, como Eric Wilson, quien asegura que los felices de hoy serán los tristes de mañana, cuando se frustren sus sueños de alegría. 29
Horacio Martínez
Durante siglos filósofos y místicos han meditado sobre cómo alcanzar cierta felicidad en este mundo, hoy, con estas investigaciones en curso, se están estructurando las bases para desentrañar el misterio de qué hace feliz al ser humano, no obstante con miles de años de ensayo y error al respecto, existen algunos puntos que sí se sabe que ayudan y funcionan: Aprender a vivir intensamente el momento presente. Comprender que el primero de los bienes de este mundo, después de la salud, es la paz interior. Que es fundamental valorar lo que tenemos en este momento, en todos los aspectos, sin amargarnos por lo que nos falta. “La felicidad parece menos un asunto de obtener lo que nosotros queremos que de querer lo que nosotros tenemos” (Myers). Comprender que la felicidad está hecha de pequeños detalles y que son esos pequeños detalles, y no los grandes acontecimientos, los que determinan nuestra felicidad personal. Apreciar y revalorar los pequeños y hermosos detalles a nuestro alrededor, como la luz del sol, los amaneceres, el canto de los pájaros, el sonido del agua en una fuente, la brisa fresca, el silencio, etc.... Poner nuestro interés y esperanzas solo en lo que podemos controlar y depende exclusivamente de nosotros, nuestra felicidad y la que podemos dar a otros, debe estar cimentada en nuestro mundo interior, que es lo único que podemos poseer. Basar la felicidad en otras personas, el dinero, el poder y objetos o situaciones diversas, es la peor inversión, pues todo eso cambia permanentemente y no estará nunca bajo nuestro control. La felicidad es un estado interno de satisfacción y alegría que se produce en la persona cuando se activa su capacidad de libertad, de conocimiento, de amor y de creación, cuando disfruta de alcanzar un propósito deseado y cuando se siente plena de energía física, mental y espiritual. “La felicidad es la culminación de todas las acciones, decisiones y hábitos que conforman nuestra vida diaria, así como de nuestra manera de pensar respecto a ellos” (Todd Patkin, autor del libro Finding Happiness). 350 a. C. Aristóteles definió la felicidad como “el bien supremo, la cosa más noble y placentera del mundo”.
30
Vivir con felicidad
Para Víctor Frankl, una manera de no encontrar jamás la felicidad, es buscarla con ansiedad, pretender cercarla y apresarla para apoderarnos de ella. No debemos perseguir la felicidad como el Hades perseguía a la bella y aguerrida Perséfone, hija de Zeus. La felicidad es como la hermosa y delicada flor que cierra sus pétalos cuando osamos tocarla. Se produce con la felicidad, la aparente paradoja que cuanto más la cercamos, más se nos aleja y huye de nosotros, cuanto más nos obsesionamos en poseerla de forma directa, más se nos diluye y desvanece de nuestro ser: “La felicidad no puede ser perseguida, sino que más bien es algo con lo que uno se encuentra. Cuanto más corremos tras ella, más nos esquiva.” En 1776 la Declaración de Independencia de Estados Unidos establece que todos los hombres tienen derecho a “la búsqueda de felicidad”. El reino de Bután, es conocido internacionalmente por su política de fomento de la “felicidad nacional bruta”, en lugar del crecimiento económico. El Centro de Estudios del Bután, creado por el Gobierno del Bután hace 12 años, está elaborando actualmente los resultados de las entrevistas con más de 8.000 butaneses. En dichas entrevistas se registraron tanto factores subjetivos, como, por ejemplo, hasta qué punto están satisfechos los entrevistados con su vida, y factores objetivos, tales como el nivel de vida, la salud y la educación, además de la participación en la cultura, la vitalidad de la comunidad, la salud ecológica y el equilibrio entre el trabajo y otras actividades. Bután tiene una Comisión de la Felicidad Nacional Bruta, presidida por el Primer Ministro, que examina todas las nuevas propuestas presentadas por los ministerios del Gobierno. Si se llega a la conclusión de que una política es contraria al objetivo de promover la felicidad nacional bruta, se la devuelve al ministerio para que la revise. Sin la aprobación de la comisión, no puede seguir adelante. En 2001 la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó, sin oposición, una resolución patrocinada por Bután en la que se reconocía la búsqueda de la felicidad como un objetivo humano fundamental y se tomaba nota de que dicho objetivo no se reflejaba en el PIB. La resolución pedía a los Estados miembros que adoptaran medidas suplementarias que 31
Horacio Martínez
reflejaran mejor el objetivo de la felicidad en las políticas de desarrollo. El 20 de marzo de 2013 por primera vez se celebrará el Día Internacional de la Alegría. La jornada, patrocinada por la ONU, es el último paso para el establecimiento de la felicidad como un factor clave entre las naciones. Una tarde, hace muchísimo tiempo, Dios convocó a una reunión. Estaba invitado un ejemplar de cada especie. Una vez reunidos, y después de escuchar muchas quejas, Dios soltó una sencilla pregunta: “¿Entonces, qué te gustaría ser?” a la que cada uno respondió sin tapujos y a corazón abierto: La jirafa dijo que le gustaría ser un oso panda. El elefante pidió ser mosquito. El águila, serpiente. La liebre quiso ser tortuga, y la tortuga, golondrina. El león rogó ser gato. La nutria, carpincho El caballo, orquídea. Y la ballena solicitó permiso para ser zorzal... Le llegó el turno al hombre, quien casualmente venía de recorrer el camino de la verdad, hizo una pausa, y esclarecido exclamó: “Señor, yo quisiera ser... feliz.” Vivi García, Me gustaría ser
La felicidad es fruto de vivir para ser “La felicidad resulta de la experiencia de una vida productiva y del uso de las potencias de amor y de razón que nos unen con el mundo. La felicidad consiste en nuestro contacto con lo más hondo de la realidad, en el descubrimiento de nuestro yo y de nuestra identidad con los demás, así como de nuestras diferencias con ellos. La felicidad es un estado de interna actividad interior y la sensación de aumento de energía vital que tiene lugar en la relación productiva con el mundo y con nosotros.” (E. Fromm) La felicidad es fruto de vivir para ser. La persona se siente feliz porque se está desarrollando como ser humano, en sus posibilidades de libertad, en sus decisiones sabias, en su capacidad de amar, en su trabajo creador. “Se aproxima a
32
Vivir con felicidad
la felicidad quien hace realidad su potencial humano; está en armonía consigo mismo y por lo tanto con los demás. No es agresivo sino respetuoso de los otros y goza con las realizaciones y éxitos de los demás” (E.P.L.U., El arte de vivir). “La felicidad es íntima, no exterior; y así no depende de lo que tenemos sino de lo que somos” (Henry Van Dyke). La felicidad no depende de lo que pasa a nuestro alrededor… sino de lo que pasa dentro de nosotros. La felicidad se mide por el espíritu con el cual nos enfrentamos a los problemas de la vida. La felicidad… ¡es un asunto de valentía!; es tan fácil sentirse deprimido y desesperado… La felicidad… ¡es un estado de ánimo!; no somos felices en tanto no decidamos serlo. La felicidad… ¡no consiste en hacer siempre lo que queramos!; pero sí en querer todo lo que hagamos. La felicidad nace de poner nuestro corazón en el trabajo… y de hacerlo con alegría y entusiasmo. La felicidad no tiene recetas… cada quién lo cocina con la sazón de su propia meditación. La felicidad… ¡no es una posada en el camino… sino una forma de caminar por la vida! (Nathaniel Hawthorne)
La felicidad no está en ser llevado a la cumbre de una montaña en un helicóptero sino en haber vencido los obstáculos del ascenso y disfrutado del paisaje. Todas las cosas tienen una dosis de esfuerzo y otra de gratificación que deben estar en proporción correcta. “He aprendido que todo el mundo quiere vivir en la cima de la montaña, sin saber que la verdadera felicidad está en la forma de subir la escarpada” (Gabriel García Márquez).
Las claves para ser feliz “Hay que sacar lo mejor de las cosas que pasan” ( Tal Ben-Shahar)
La felicidad es el anhelo de cualquier persona, pero muchas veces no se sabe cómo alcanzarla. Por esto, la Universidad de 33
Horacio Martínez
Harvard diseñó un curso que ayuda a conseguir ese estado, cátedra que se ha convertido en una de las más populares de esa prestigiosa casa de estudios. La clase se llama “Mayor felicidad” y es dictada por Tal Ben-Shahar, un israelí experto en psicología positiva. A pesar de ser un curso electivo, cada semestre 1.400 alumnos de diferentes carreras se inscriben en él. Tal Ben-Shahar propone tres pilares para alcanzar la felicidad: 1. Permiso para ser humanos. El experto indica que en el mundo existen sólo dos clases de personas que no sienten tristeza, ansiedad, disconformidad o angustia, y esas son los psicópatas y la gente muerta. Es decir, no todos sentimos esas emociones y que no hacerlo, no sólo no es normal, sino también nocivo. Es decir, a medida que no nos permitimos aceptar este tipo de emociones, éstas se intensifican y no logramos deshacernos de ellas, explica. De esta forma, y con la frase “permiso para ser humanos” Ben-Shahar enfatiza en que debemos dejar que las emociones malas fluyan, para así dar paso a unas mejores. Además, el especialista agrega que el mal de estos tiempos es el estrés, el cual se soluciona principalmente con dos pequeños consejos: El primero tiene que ver con la sensación de tener tiempo para hacer cosas que nos gusta o estar con la gente que queremos, y para alcanzar ese tiempo hay que saber parar. De esto, el principal elemento predictivo para saber si una persona es feliz, es saber cuánto tiempo pasa con la gente que quiere. El segundo se basa en practicar la capacidad de darnos pequeños recreos, durante el día, la semana o el mes. Esto es vital para poder seguir adelante, señala TalBen-Shahar. “Necesitamos recrearnos para poder seguir creando”, afirma. 2. Conexión Cuerpo y Mente. El segundo pilar tiene que ver con cómo el ejercicio ayuda a ganar confianza, actitud, y felicidad. Tal Ben-Shahar afirma que ejercitarse un par de veces a la semana y la capacidad que tiene la actividad física de hacer que la gente se dé cuenta que ellos tienen el control de su felicidad. Otra actividad recomendada es la meditación, el yoga y la respiración. Pero no una respiración común y corriente, sino una profunda que realmente ayude a bajar los niveles de ansiedad. Aprender a respirar con calma tiene que ver con darnos tiempo y permitirnos ser humanos, asegura.
34
Vivir con felicidad
3. Gratitud. Ben-Shahar asegura que todo ser humano debe estar agradecido por todas las cosas simples de la vida que reciba. En este caso, el experto aconseja que escribamos a diario las cinco cosas más importantes por las que estamos agradecidos. Este acto es bueno para darnos cuenta de las cosas que tenemos en el presente y no valorarlos sólo cuando las perdemos, asegura. Tal Ben-Shahar opina que existe una relación entre felicidad y religión. “En general, cuando observas las investigaciones, la gente religiosa generalmente es más feliz que la no religiosa. La religión entrega significado: sé por qué me levanto cuando despierto en las mañanas, sé lo que estoy haciendo cuando voy a la iglesia los domingos. Sabemos que la gente que expresa gratitud es más feliz que la que no lo hace, y en la religión hay un mecanismo interno, que te conduce a la gratitud.” La cátedra está fundamentada en encuestas y estudios de campo sobre las características y componentes que permiten vivir felizmente. En ella Ben-Shahar, también conocido como el gurú de la felicidad, entrega 13 consejos que contribuyen a alcanzarla. Son tips bastante sencillos y fáciles de seguir. Aquí están: 1.- Realiza algún ejercicio: Los expertos aseguran que hacer actividad física es igual de bueno que tomar un antidepresivo para mejorar el ánimo. Treinta minutos de ejercicio es el mejor antídoto contra la tristeza y el estrés. 2.- Toma desayuno: Algunas personas se saltan el desayuno porque no tienen tiempo o porque no quieren engordar. Estudios demuestran que desayunar ayuda a tener energía, pensar y desempeñar exitosamente las actividades. 3.- Agradece a la vida todo lo bueno que tienes: Escribe en un papel 10 cosas que tienes en tu vida que te dan felicidad. Cuando hacemos una lista de gratitud nos obligamos a enfocarnos en cosas buenas. 4.- Sé asertivo: Pide lo que quieras y di lo que piensas. Está demostrado que ser asertivo ayuda a mejorar la autoestima. Ser dejado y aguantar en silencio todo lo que te digan y hagan, genera tristeza y desesperanza. 5.- Gasta tu dinero en experiencias no en cosas: Un estudio descubrió que el 75% de las personas se sentía más feliz cuando invertía su dinero en viajes, cursos y clases. En tanto, sólo el 34% dijo sentirse más feliz cuando compraba cosas. 35
Horacio Martínez
6.- Enfrenta tus retos: No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy. Estudios demuestran que cuanto más postergas algo que sabes que tienes que hacer, más ansiedad y tensión generas. Escribe pequeñas listas semanales de tareas a realizar y cúmplelas. 7.- Pega recuerdos bonitos, frases y fotos de tus seres queridos por todos lados: Llena tu refrigerador, tu computador, tu escritorio, tu dormitorio, en fin, tu vida de recuerdos bonitos. 8.- Siempre saluda y sé amable con otras personas: Más de 100 investigaciones afirman que sólo sonreír cambia el estado de ánimo. 9.- Usa zapatos que te queden cómodos: Si te duelen los pies es seguro que te pondrás de mal genio, asegura el doctor Keinth Wapner, Presidente de la Asociación Americana de Ortopedia. 10.- Cuida tu postura: Caminar derecho con los hombros ligeramente hacia atrás y la vista hacia el frente ayuda a mantener un buen estado de ánimo. 11.- Escucha música: Está comprobado que escuchar música te despierta deseos de cantar y bailar, lo que alegra la vida. 12.- Aliméntate bien: Lo que consumes tiene un impacto importante en tu estado de ánimo. Por esta razón, lo recomendable es comer algo ligero cada tres o cuatro horas para así mantener los niveles de glucosa estables; no saltarse comidas; evitar el exceso de harinas blancas y el azúcar; comer de todo y variar los alimentos. 13.- Arréglate y siéntete atractivo(a): El 41% de la gente dice que se siente más feliz cuando piensa que se ve bien. El rollo de las encuestas sobre felicidad Según Peter Singer, desde tiempos antiguos, se ha considerado buena la felicidad. Los problemas surgen cuando intentamos definirla y calibrarla. Una cuestión importante es la de si consideramos que la felicidad es el excedente de placer respecto del dolor experimentado en toda una vida o el grado de satisfacción con nuestra vida. Con el primer criterio se intenta sumar el número de momentos positivos que tienen las personas y después sustraer los negativos. Si el resultado es substancialmente positivo,
36
Vivir con felicidad
consideramos feliz la vida de la persona; si es negativo, la consideramos desdichada. Así, pues, para calibrar la felicidad definida de ese modo tendríamos que tomar al azar momentos de la existencia de las personas e intentar averiguar si están experimentando estados mentales positivos o negativos. Un segundo planteamiento es el de preguntar a las personas: “¿Está usted satisfecho de cómo ha sido su vida hasta ahora?” Si dicen que están satisfechos o muy satisfechos, son felices, no desdichados, pero la cuestión de cuál de esas formas de entender la felicidad refleja mejor lo que debemos promover plantea cuestiones de valor. En las encuestas que utilizan el primer criterio, países como Nigeria, México, Brasil y Puerto Rico obtienen buenos resultados, lo que indica que la respuesta puede tener más que ver con la cultura nacional que con indicadores de objetivos como salud, educación y nivel de vida. Cuando se adopta el segundo planteamiento, suelen ser los países más ricos, como Dinamarca o Suiza, los que ocupan los primeros puestos, pero no está claro si las respuestas de las personas a las preguntas de las encuestas en lenguas y culturas diferentes significan de verdad la misma cosa. En el estudio mundial de felicidad Happy Planet Index realizado por la fundación New Economics en el 2012 otra vez los colombianos ganaron medalla. Los últimos datos son que el país es el tercero en el ranking, después de Costa Rica y Vietnam. Los tres países fueron premiados por su bajo impacto ambiental, su buena expectativa de vida y los altos niveles de satisfacción que reportaron sus ciudadanos. El que en las encuestas los colombianos se declaren felices muestra que la gente de este país cree en la vida, siempre piensa que las cosas pueden ser mejores, se ríe, se alegra, agradece al cielo lo que tiene y disfruta cuanto pueda. Los colombianos le sacan el jugo a la situación que viven en el presente sin pensar ansiosos en lo que vendrá mañana. Si la felicidad no es fruto de lo que sucede sino de las actitudes con las que la persona asume lo que sucede, las actitudes son la clave de la felicidad. El caso colombiano lo demuestra: el carácter del colombiano, que es la suma de sus actitudes, le permite reír y disfrutar lo que tiene 37
Horacio Martínez
independientemente de la situación de violencias y pobreza que sufren las personas. El poner énfasis en las actitudes y no en las cosas que se tienen es un enfoque humanista y no puramente economicista de la felicidad. Dime cuáles son tus actitudes ante la vida y te diré cuán feliz eres. Daniel Samper Pizano, en un artículo –País feliz- del 9 de marzo de 2005 en El Tiempo, se pregunta: ¿Quién puede entender que, pese a sus graves problemas, los colombianos sean uno de los pueblos más felices del planeta? Y responde: Los pueblos latinoamericanos, tradicionalmente sumidos en el subdesarrollo económico y la injusticia social, y explotados y expuestos a mil frustraciones, figuran en la cúpula de la felicidad. Según Time, “una encuesta sobre actitudes positivas y diferencias nacionales que se adelantó a mediados de los años noventa entre universitarios reveló que Puerto Rico, Colombia y España son los tres países más alegres”. Los datos de la encuesta Biswas-Diener coinciden con otras similares. Hace unos meses, EL TIEMPO publicó datos que recogían la sorprendente vocación de ufanía que nos signa a los nacidos en Colombia. En septiembre del año pasado Cambio publicó otra encuesta que confirmaba esta tendencia, y en enero del presente El Nuevo Siglo reveló un informe de varias entidades según el cual el 76 por ciento de los colombianos se declara “muy feliz” y un 20 por ciento adicional se siente “bastante feliz”. La suma de los dos arroja un insólito 97 por ciento. ¿Cómo puede ser que un país con los niveles de violencia, desempleo, inseguridad callejera, corrupción administrativa y desigualdad social de Colombia produzca gente tan feliz? No creo que todas las encuestas fallen; los datos parecen demasiado consistentes como para atribuirlos a error o coincidencia. También me niego a pensar que todos los colombianos somos tontos. No es que no caigamos en cuenta de la espada. Es que nos reímos a pesar de ella. ¿De qué modo, pues, es posible explicar esta doble condición de jodidos pero contentos de la que hacemos gala? Uno de los diseñadores del índice Biswas-Diener afirma que algunos pueblos, entre ellos los latinoamericanos, “llevan inscrita una tendencia positiva en las raíces de su cultura que
38
Vivir con felicidad
los lleva a creer que en general son buenas las condiciones de su vida”. Más que responder la pregunta, esta frase la repite en términos enredados. Yo tiendo a creer que la fuerza que hace felices a los colombianos, pese a las condiciones habituales del país, es la misma que enamora a muchos extranjeros que nos visitan, incluso cuando sufren algún percance menor durante su estancia. Ignoro cómo se llamará: idiosincrasia, espíritu, duende, magia… De todos modos, se trata de una rara atracción que es producto de mezclas raciales, amor por las cosas populares – desde la comida hasta la música, pasando por llamar “mamita” a la hija y “gordis” al cónyuge—y, en muy buena dosis, sentido del humor. Alguien tendrá que estudiar algún día el sentido del humor colombiano y analizar cómo este ha evitado males sociales aún mayores que los que padecemos. Felicidad y propósito de vida “Esta es la verdadera alegría de la vida, servir a un propósito que uno reconoce como un gran propósito” (George Bernard Shaw). Según Wikipedia, “la felicidad es un estado de ánimo que se produce en la persona cuando cree haber alcanzado una meta deseada y buena. Tal estado propicia paz interior, un enfoque del medio positivo, al mismo tiempo que estimula a conquistar nuevas metas”. El verdadero triunfador en la vida es el que ha encontrado el propósito de su vida y emprende el camino que señala. El verdaderamente fracasado en la vida es el que no ha logrado realizar el propósito de su vida. “Si dejamos que nuestra vocación aflore en cada momento de la vida, con ella también vendrán la alegría y la satisfacción de sentirnos útiles” (Julio Bevione). El Che Guevara es un ícono del heroísmo latinoamericano. Este argentino, médico de profesión, llevado por su sensibilidad social decidió dedicar su vida a la causa de la liberación de los pueblos latinoamericanos. Acompañó a Fidel Castro en 39
Horacio Martínez
su lucha victoriosa en Cuba. Dejando la posición destacada que ocupaba en el gobierno cubano, decidió internarse en la manigua de Bolivia y luchar por su liberación. Poco antes de morir a manos del ejército boliviano, dejó consignado en su diario el hecho de que a pesar de sentirse devorado por los mosquitos se sentía feliz de haber dedicado su vida a una causa. “La felicidad es, para mí, la satisfacción de saberse en el camino correcto. La felicidad es la tranquilidad interna de quien sabe hacia dónde dirige su vida, la felicidad es la certeza de no estar perdido” (Jorge Bucay). Según Bergson, la vida se encarga de mostrarnos con un signo inequívoco si hemos logrado la finalidad que nos propusimos: ese signo es la alegría. Y en ello el optimismo, el buen humor y la esperanza. Es la alegría de vivir que se contagia, que hace llevaderos los días oscuros de la vida. Decía Nietzche a unas monjas con cara triste: “Yo creería en vuestro Dios si mostrárais en vuestros rostros la alegría de seguirlo.” Dice G. B. Shaw en Hombre y Superhombre: “Ésta es la verdadera alegría de la vida, ser uno empleado para un propósito reconocido como poderoso por uno mismo; ser una fuerza de la naturaleza en lugar de un febricitante y egoísta zoquete, cargado de quejumbres y agravios, que se duele porque el mundo no se ha dedicado a hacerlo feliz”. “Cuando muera, quiero estar totalmente gastado, porque cuanto más trabaje más viviré. Me regocijo de la vida por ella misma. Para mí, la vida no es una ‘vela fugaz’, es una especie de espléndida antorcha que he tomado por un momento, y que quiero hacer arder tan brillantemente como me sea posible antes de pasársela a las futuras generaciones”. Según Carl Rogers, “la única cuestión que importa es: ¿Estoy viviendo de una manera que me satisfaga profundamente, y que me exprese con autenticidad?” La vida es una hermosa aventura donde Dios nos depara en el día a día sorpresas que superan nuestra imaginación. “Cada mañana, cuando nos levantamos, tenemos veinticuatro nuevas horas para vivir. ¡Qué regalo tan precioso! Tenemos la capacidad de vivir de manera que estas veinticuatro horas nos traigan paz, alegría y felicidad a nosotros y a otras personas” (Monje budista Thich Nhat Hanh). El Dalai Lama nos da
40
Vivir con felicidad
el siguiente consejo: “Todos los días piense al despertar: soy afortunado de vivir, tengo una preciosa vida humana, no voy a desperdiciarla. Voy a usar todas mis energías para desarrollarme, para expandir mi corazón hacia los demás; para adquirir iluminación en beneficio de los otros. Voy a tener pensamientos amables para el resto, no voy a enojarme o a pensar mal de los demás. Voy a beneficiar a los demás lo más que pueda”. Una persona es feliz si está cómoda en su propia piel, si comparte con otros, si tiene claridad del sentido y propósito de la vida humana, si no anda temeroso por la vida sino confiado en la Providencia divina. Si uno no sabe disfrutar el aspecto agradable de la vida, ésta se vuelve simple y aburrida. Como un huevo sin sal: insípida. La falta de felicidad se manifiesta en la depresión, que cuando es aguda puede llevar al suicidio o a la droga. Según Marcia Shimoff, “la felicidad es la consecuencia de vivir plena y apasionadamente, comprometidos a servir coherentemente a una causa más elevada”. Y para Walter Rizo “cualquier cosa que elijas puede convertirse en tu pasión, si trabajas activamente para ello.” La Madre Teresa de Calcuta escribió: La vida es una oportunidad, aprovéchala. La vida es belleza, admírala. La vida es dulzura, saboréala. La vida es un sueño, hazlo realidad. La vida es un reto, afróntalo. La vida es compromiso, cúmplelo. La vida es un juego, disfrútalo. La vida es costosa, cuídala. La vida es riqueza, consérvala. La vida es un misterio, devélalo. La vida es una promesa, lógrala. La vida es tristeza, sopórtala. La vida es un himno, cántalo. La vida es un combate, acéptalo. La vida es una tragedia, enfréntala. La vida es preciosa, jamás la destruyas. Porque la vida es la vida, vívela. 41
Horacio Martínez
Las matemáticas de la felicidad “Crea toda la felicidad de que seas capaz: suprime todas las desgracias que puedas. Cada día te permitirá -te invitará- a añadir algo a los placeres de los demás, a aminorar parte de sus dolores. Y por cada grano de gozo que siembres en el corazón de los demás encontrarás toda una cosecha en tu propio corazón, al tiempo que cada tristeza que arranques de los pensamientos y sentimientos de tus prójimos serán reemplazados por hermosas flores de paz y gozo en el santuario de tu alma”. (J. Bentham). Sumar valores: conocimientos, experiencias, actividades creadoras, oportunidades, aventuras, habilidades, responsabilidades, intereses Restar ataduras: complejos, iras, posesiones que son una carga, actividades enervantes, vicios, temores, resentimientos, preocupaciones inútiles, culpas, presiones exageradas, exageraciones y críticas. Multiplicar actos positivos: momentos de oración, pruebas de cariño, retos a sus capacidades, ejercicios físicos y mentales, puntos de contacto y participación, tiempos dedicados a las aficiones, iniciativas personales, luchas para lograr lo que se desea Dividir dones y cargas: Compartir dones, delegar responsabilidades, solucionar problemas, suplir limitaciones. Elevar a la enésima potencia las actitudes positivas: el entusiasmo, la confianza en sí mismo, la consideración y el servicio por el otro, el profesionalismo, la mente positiva, el nivel de esfuerzo, el sentimiento de gratitud, la viveza de los sentidos, el éxtasis de estar absorto trabajando, el disfrute de los dones que posee, el llevar a la práctica el sentido elegido para su vida.
42
Capítulo
2
Vivir en libertad
2.1. Ética y sentido de la vida
La ética “Yo entiendo la ética como un esfuerzo por investigar cómo se puede vivir una vida que valga la pena, bien entendido que tal vida no está cerrada en los propios horizontes, sino que incluye un interés activo en ayudar a otros a que también vivan vidas que valgan la pena, y buscar una realización personal no meramente individual sino en comunidad con otros” (John M. Elegido). Ética es saber vivir con calidad humana. Saber vivir con dignidad es un equilibrio, es la sabiduría. Esta sabiduría es necesaria para obtener la felicidad. Como gramática para escribir los párrafos de la vida, la ética es una dimensión esencial de la vida humana; del mismo modo en que es imposible pensar sin tener lógica, es imposible vivir como ser humano careciendo de ética. Según Aristóteles, la ética es la vida humana racionalmente vivida. La ética nos permite estar en la mejor forma de eficacia vital para enfrentar con agallas los retos de la vida. “Me irrita este vocablo, ‘moral’. Me irrita porque en su uso y 43
Horacio Martínez
abuso tradicionales se entiende por moral no sé qué añadido de ornamento puesto a la vida y ser de un hombre o de un pueblo. Por eso yo prefiero que el lector lo entienda por lo que significa, no en la contraposición moral-inmoral, sino en el sentido que adquiere cuando de alguien se dice que está desmoralizado. Entonces se advierte que la moral no es una perfomance suplementaria y lujosa que el hombre añade a su ser para obtener un premio, sino que es el ser mismo del hombre cuando está en su propio quicio y vital eficacia. Un hombre desmoralizado es simplemente un hombre que no está en posesión de sí mismo, que está fuera de su radical autenticidad y por ello no vive su vida, y por ello no crea, ni fecunda, ni hincha su destino”. (José Ortega y Gasset) El término moral se refiere a un conjunto de principios, valores, patrones de conducta, prohibiciones e ideales de vida buena que conforman un sistema, propio de un colectivo humano concreto en un determinado momento histórico. Refleja una determinada forma de vida de la mayoría de los miembros de una sociedad. La moral, como un determinado modelo ideal de buena conducta socialmente establecido, puede ser estudiada por las Ciencias Sociales, como la Sociología y la Antropología Social. También el término moral se utiliza para hacer referencia al código de conducta que guía los actos de una persona concreta a lo largo de su vida; se trata de las convicciones y pautas de conducta que sirve de base para los juicios morales que cada cual hace sobre sí mismo y sobre los demás. Tales contenidos morales concretos, personalmente asumidos, son una síntesis del patrimonio moral del grupo social al que uno pertenece y a la propia elaboración personal, supeditada a las condiciones socioeconómicas, el temperamento y otras circunstancias. Tanto la moral socialmente establecida como la moral personal constituyen lo que se denomina “moral vivida”, en contraposición con la “moral pensada” que está constituida por las doctrinas morales y por las teorías éticas. Las doctrinas morales (“moral católica”, “moral comunista”, “moral islámica”) tratan de sistematizar un conjunto concreto de principios, valores y normas, que han sido tomados de tradiciones ancestrales, confesiones religiosas y sistemas filosóficos. Las teorías éticas
44
Vivir con felicidad
pretenden dar razón del hecho de la moralidad, es decir, del hecho de que los seres humanos se rigen por códigos morales. La ética es la ciencia que estudia de una manera reflexiva la conducta humana. Es una ciencia no teórica sino traducible en actos concretos. Es una ciencia no estática sino dinámica y constructiva del ser humano. La ética debe guiar el desarrollo de las personas y del colectivo social. Como hombres, hacemos nuestra vida y nos conducimos, no arbitraria y caprichosamente, sino conforme a determinadas formas de conducta. Con razón, Teilhard de Chardin llama a esta ciencia “una energética humana, la técnica y la ingeniería de las energías espirituales del mundo”. Frecuentemente se utiliza la palabra “ética” como sinónimo de lo que hemos denominado “la moral”. La palabra “ética” procede del griego ethos, que significa “lugar en donde vivimos”, pero posteriormente pasó a significar “el carácter”, el “modo de ser” que una persona o grupo va adquiriendo a lo largo de su vida. Por su parte, el término “moral” procede del latín “mos, moris”, que originariamente significaba “costumbre”, pero que luego pasó a significar también “carácter” o “modo de ser”. La Ética, como Filosofía moral, no se identifica con ningún código moral determinado. La Ética no puede ser neutral ante todo sistema moral. Los métodos argumentativos y críticos y los objetivos propios de la Ética la comprometen con ciertos valores y la obligan a denunciar a algunos códigos morales como incorrectos o hasta “inhumanos”, al tiempo que otros pueden ser recomendados por ella en la medida que los encuentre “razonables”. Son funciones de la Ética: aclarar qué es la moral mostrando sus rasgos específicos, fundamentar la moralidad averiguando cuáles son las razones por las que las personas deben vivir moralmente y aplicar a los distintos ámbitos los resultados obtenidos en las dos primeras funciones, de manera que se adopte una moral crítica en lugar de un código moral impuesto sin fundamentos racionales. La ética nos forma un carácter recio que nos permite enfrentar la vida con altura humana. Para llevar una vida que valga la pena es necesario que cada persona forje un carácter compuesto por hábitos morales 45
Horacio Martínez
que le ayuden a obrar correctamente. En la tradición griega los buenos hábitos morales recibieron el nombre de virtudes (aretai) o excelencias del carácter. Estos hábitos, que vienen a formar una segunda naturaleza o carácter (ethos), no se adquieren por herencia o mediante estudio teórico, sino que son alcanzados conscientemente por el hombre a través de la práctica en su proceso de crecimiento (por ejemplo, no llego a ser justo solamente porque asisto a una conferencia sobre la justicia, sino que me vuelvo justo siendo justo en todos los actos de mi vida). La virtud es un elemento indispensable para la formación del carácter que edifica al sujeto y lo habilita a obrar excelentemente, impulsando a la excelencia en determinados campos (por ejemplo, la responsabilidad impulsa la creatividad e iniciativa de la libertad en el campo económico). Virtud es habilidad, saber hacer; es potencialidad de la acción, un hábito incorporado voluntariamente por el hombre para desarrollo de sus posibilidades humanas. Está en el orden del carácter (incorporado) y no del temperamento (heredado). La virtud es distinta de la bondad natural: hay personas que tienen un temperamento apacible y generoso, pero otras necesitan armarse de razones y motivaciones para dominar la ira y el deseo de venganza, la codicia y la manipulación de los demás; por eso el hombre virtuoso es más fuerte en su carácter que la buena persona por temperamento. Las virtudes son rasgos de carácter que nos impulsan a obrar bien. La ética es una doctrina de la vida lograda: no somos lo que tenemos sino lo que hacemos. La virtud es la máxima expresión de la vida lograda o plena. La más elevada “empresa” es vivir bien la propia vida y contribuir a hacerla más plena para los demás. “Sabiduría es saber qué hacer; virtud es hacerlo” (David Starr Jordan). Hay una complementación y dialéctica entre “ética del deber” y “ética de la virtud”. La primera tiende a la regulación de las relaciones sociales y la segunda a mejorar las personas. Las éticas postkantianas se preocupan de “qué debo hacer”, las de las virtudes del “cómo debo vivir” para alcanzar una vida lograda y feliz. La ética de la virtud crea una dinámica entre “el hombre-tal-como es” y “el hombre-como-podría-ser-si-realizara-su-naturaleza-esencial”.
46
Vivir con felicidad
“En toda acción humana hay un componente personal que depende de las disposiciones estables del carácter que dan facilidad para actuar bien. No olvidemos que virtud significa fuerza, es fuerza para actuar bien” (D. Melé). Las virtudes son rasgos de carácter que nos impulsan a obrar bien. “Una persona virtuosa es aquella que actúa habitualmente de una manera ‘buena’ –con valor, honestidad, justicia, sabiduría y templanza. Es alguien que actuará bien aun cuando nadie esté para aplaudirlo, simplemente porque actuar de otra forma sería una violación de lo que sería una persona buena” (F. Beauchamps). “Vigila tus pensamientos, se convierten en palabras. Vigila tus palabras, se convierten en acciones. Vigila tus acciones, se convierten en hábitos. Vigila tus hábitos, se convierten en carácter. Vigila tu carácter, se convierte en tu destino.” (Frank Outlaw) El ideal ético “El valor no merece su nombre sino en la medida que es vivido, en que nos compromete, en que, por consiguiente, influye en lo real y cambia nuestro destino y el destino del mundo” (L. Lavelle). La ética es un propósito activo de excelencia en la vida. Es la voluntad de ser fiel al ideal de ser humano que ha construido como proyecto de ser. Para ser ético lo imprescindible es tener alta la moral. Tener alta la moral es creer en lo posible y no sólo en lo racional abriéndonos a un futuro más humano superando las programaciones cosificadoras. La moral desarrolla la imaginación por la afirmación de lo posible. Quien no tenga la moral alta ha perdido toda disposición moral. El ideal ético es lo que nuestra voluntad se propone llegar a ser. El ideal ético articula todo lo que vale para cada uno, es lo que nos da la fuerza de la esperanza y la alegría. Para ser moral se necesita tener vida interior reflexiva, tomar una distancia de perspectiva que nos permita trascender la superficialidad y las satisfacciones inmediatas para elegir lo que realiza nuestro ideal de ser humano. 47
Horacio Martínez
Hay que interpretar la exigencia inherente a cada una de las situaciones particulares. Hallar el sentido de una situación existencial es entenderla y orientarnos hacia un comportamiento adecuado a la situación. La situación me interroga con exigencias y respondo con un sentido de responsabilidad a sus exigencias. Las actitudes morales se van concretando en actos virtuosos que se realizan en el diario vivir. El hecho de poseer una virtud no siempre garantiza que se exprese en un acto virtuoso. Una persona suele ser veraz pero en ciertas ocasiones maquilla las cosas que dice. Para que un acto sea humano debe ser consciente y libre. Se dan casos en que los impulsos enceguecen a la persona, lo mismo que cuando se está bajo el efecto del alcohol o de las drogas. En los casos complejos necesitamos tomar una decisión antes de realizar o dejar de realizar algo. Para tomar decisiones ajustadas a la moral es muy importante tener una escala de valores expresada en principios morales e incorporados en actitudes. Una obra para que sea buena no basta con que sea benéfica para alguien. Debe ser realizada con el afán desinteresado de hacer el bien. La moral no se puede preocupar sólo del acto descuidando el agente. No basta con hacer el bien, hay que ser bueno. La ética nos lleva a la convicción de que no todo vale por igual y de que hay razones para preferir un tipo de actuación a otra. La ética se ocupa de lo que alienta al hombre a luchar por lo que es digno del ser humano. Valores y sentido de la vida “Existen unos universales de sentido ligados a la condición humana como tal. Estas posibilidades generales de sentido constituyen lo que llamamos ‘valores’” (V. E. Frankl). Los valores son cualidades reales de las acciones, de las cosas, de las sociedades y de las personas. El valor no es un objeto sino una cualidad que está en la cosa (un hermoso paisaje), en la persona (una persona solidaria), en una sociedad (una sociedad respetuosa), en un sistema (un sistema económico justo) o en las acciones (una acción buena).
48
Vivir con felicidad
Entre los valores se destacan los llamados morales que poseen la característica de ser obligatorios para el hombre: el respeto a las personas, la libertad, la justicia, la verdad, la solidaridad, la honestidad. Los valores morales dependen de la libertad humana, lo cual significa que está en nuestra mano realizarlos. Precisamente porque dependen de la libertad humana, los adjetivos calificativos que se construyen partiendo de valores morales no pueden atribuirse ni a los animales, ni a las plantas ni a los objetos inanimados. Una vida humana sin esos valores está falta de humanidad, por eso los universalizamos; es decir, estamos dispuestos a defender que cualquier persona debería intentar realizarlos. “Valores fundamentales son aquellos en los que creemos profundamente, y no aquellos en los que debemos creer” (Anónimo). “No trates de ser un hombre de éxito, sino por el contrario, un hombre de valores” (Albert Einstein). El valor moral es aquello que tiene precio porque humaniza la vida; por lo tanto, algo estimado que vale la pena realizar y sacrificarse por obtenerlo. Como es algo por lo cual alguien está dispuesto a sacrificarse, es una razón para vivir que da sentido a la existencia y forja el carácter de integridad de la persona dándole unos parámetros para vivir. El principio moral es un imperativo que prescribe determinado tipo de actuaciones teniendo en cuenta la realización de un valor moral en una esfera determinada y que exige cultivar una predisposición a tomar decisiones ajustadas a este valor hasta que se convierta en un hábito virtuoso. Un principio moral es una idea regulativa que sirve de guía para la acción dándonos orientación para nuestra actuación cotidiana. Un principio moral es como una brújula que no nos dice cuál es el camino a seguir concretamente, sino que siempre indica un punto invariable para orientarnos. Gracias al principio moral tenemos un punto de referencia desde donde poder analizar la situación, desde donde poder decidir racionalmente nuestros problemas prácticos. Es necesario conocer los principios morales que rigen el comportamiento y aprender a aplicarlos. 49
Horacio Martínez
La conciencia moral como órgano de sentido “En última instancia, vivir significa asumir la responsabilidad de encontrar la respuesta correcta a los problemas que se van planteando y cumplir las tareas que la vida asigna continuamente a cada individuo” (Víctor Frankl). Para encontrar el sentido de la vida, el hombre es guiado por su conciencia. La conciencia es un “órgano de sentido” que nos permite descubrir ese único sentido que se esconde detrás de cada situación. La conciencia puede también inducir al hombre a error. Hasta su último suspiro el hombre no sabe si realmente ha realizado el sentido de su vida, o si por el contrario ha sido víctima de un engaño. Ha podido sufrir una “ilusión” de sentido. Conciencia en sentido psicológico es el conocimiento inmediato que el hombre tiene de la realidad de sus propias acciones. Porque el hombre está dotado de conciencia sabe que está en el aquí y en el ahora y se pregunta por el sentido de su existencia. Somos espíritu, porque somos conciencia de nosotros mismos. La conciencia nos dice si estamos viviendo con el sentido de despliegue de nuestras potencialidades espirituales y si estamos realizando nuestra misión personal en el mundo. Conciencia moral es la conciencia en cuanto establece una valoración de la conducta humana y dice lo que se debe hacer o evitar, según los valores interiorizados y las normas aceptadas por la persona. La conciencia moral aprueba o desaprueba nuestros actos. La conciencia cumple el papel de norma interior, pues establece para mí la moralidad de mis actos: establece la vigencia y aplicabilidad de una norma exterior o de un valor objetivo en relación con una situación personal concreta. La conciencia obliga y compromete a la persona en relación con aquella conducta que aparezca como debida. Por eso, tiene un carácter inviolable. La conciencia moral o capacidad de discernir entre el bien y el mal aparece con el uso de razón. Pero la valoración moral en el hombre es una actitud dinámica con capacidad de un mayor desarrollo. El contacto con la cultura y con los
50
Vivir con felicidad
valores que recibe de su medio ambiente, van formando la conciencia moral de la persona a lo largo de su existencia. Es el hogar donde se realiza fundamentalmente la formación de la conciencia. Se contribuye a ello no sólo haciendo reflexionar a la persona sobre los valores morales, sino dándole ejemplo de su aplicación. Es importante que haya adecuación entre lo que dicen y lo que hacen los padres para que impacte en la conciencia del hijo. El medio ambiente en que crece el niño, especialmente el del colegio, influye en la formación de la conciencia moral. Si en su ambiente se considera la discriminación racial como un valor, es difícil que el niño haga un discernimiento de la maldad de esta conducta. Es importante para formar la conciencia que la persona pueda conocer claramente los principios morales que rigen el comportamiento y aprender a tomar decisiones aplicando los principios a los casos concretos. La capacidad de los hombres para conocer y cumplir el deber moral varía conforme sea el grado de inteligencia, temperamento y educación. “Si la moral individual consiste solamente en el ejercicio de la libre elección, con ausencia de algún principio para evaluar la realidad de esa elección, lo que tenemos entonces es un “vacío moral”.” (Daniel Callahan). El desarrollo y la felicidad del hombre es el tema de una conciencia humanista preocupada por el bienestar de las personas. “El hombre debe, para actuar y vivir, aceptar una gran parte de las reglas morales, sociales y religiosas que la humanidad, antes de él, ha reconocido necesarias” (André Maurois). Tipos de conciencia: La verdadera que juzga de acuerdo con los valores éticos y siente o la satisfacción de haberlos aplicado o el remordimiento de haberlos violado. La errónea que juzga con falsos valores. La dudosa que no tiene claro lo que es bueno o es malo en cada caso. La insegura que en unos casos juzga moralmente y en otros semejantes lo hace incorrectamente. Hay obligación de seguir el dictamen de la conciencia, aunque sea erróneo. La conciencia no es autónoma en sus dictámenes. Tiene que tener en cuenta las normas morales universales. Nunca se debe ceder a presiones que van en contra de los principios y valores de la propia conciencia. 51
Horacio Martínez
La obligación de obedecer a la conciencia se refiere a lo que con certeza nos dice que debemos hacer o evitar. Pero con frecuencia surgen dudas tanto en relación de la interpretación del principio moral como de su aplicación. En caso de duda teórica o práctica hay que clarificar las cosas. Nunca se debe obrar cuando hay duda de la licitud moral de determinada conducta pues conscientemente se pondría en peligro la persona de cometer una falta moral. Sólo obrará rectamente si reflexionando encuentra motivos razonables para hacerlo. El caso del ciudadano Kane Recuerde al Ciudadano Kane, el héroe de la película de Orson Welles, que quiere triunfar a cualquier precio. El millonario posee todo: las cosas más bellas y más caras del mundo, reunidas en su palacio de Xanadú. Dispone de hombres y mujeres que le sirven y satisfacen todas sus ambiciones. Al final de su vida, Kane se pasea solo en sus salones cubiertos de espejos, que le devuelven su propia silueta solitaria. Esta película es una parábola. Kane descubre demasiado tarde que tuvo todo lo necesario, menos lo esencial: la parte humana. Obsesionado por la idea de acumular objetos y dinero, trató a las personas como si fueran cosas… Compró y vendió personas, las doblegó y las manipuló: sus amantes, sus empleados, sus rivales políticos y hasta sus amigos. Era su manera de ejercer el poder. Pero el dinero no puede servir para comprarse una amistad. Con millones se puede, a lo máximo, rodearse de espíritus serviles. No tuvo esos dones más sutiles, que solo las personas pueden dar, esa complicidad fundamental que no aparece sino entre iguales: el respeto, la amistad, el amor. Muchas personas se engañan sobre lo esencial: se puede ser muy inteligente en negocios o en política, y un asno en dominios más serios como el vivir bien. Se puede ser un genio en matemáticas y un cretino en moral. Estoy seguro que hay premios Nóbel muy inteligentes en su especialidad, que son verdaderos imbéciles en el arte de vivir. ¿Cómo no vivir idiotamente? Adquiriendo lo que se llama la conciencia, o si usted prefiere, un buen gusto moral. Claro
52
Vivir con felicidad
que esto no se encuentra en un supermercado. Se necesita un mínimo de condiciones sociales y económicas para esto: si nadie lo trata como un ser humano, no es de extrañar que evolucione hacia la bestia. Tener esta conciencia es vigilar si lo que nosotros hacemos es fiel a lo que queremos, es renunciar a los prejuicios que nos permiten no sentirnos responsables. No transformando las otras cosas, defendemos nuestro derecho a no ser cosas para los demás. Kane es su propio y peor enemigo porque no se respeta él mismo: su desesperación al fin de su vida no era solamente causada por la pérdida de los afectos de su infancia, sino por su obstinación en haber consagrado su vida a destruirse. Esto es lo que un padre debería decir a su hijo: “No hagas como Kane. Trata las cosas como cosas, y a las personas como personas. No te rebajes, compórtate como humano.” (Adaptado de Fernando Savater, Lo que un padre debe decir a su hijo, Summa, junio 1994, Edición 84, págs. 79-80)
2.2. Libertad de programaciones para realizarse
Vivir en libertad “Sólo se merece la libertad y la vida aquel que se esfuerza por conquistarla cada día.” (Goethe) El hombre es un proyecto de ser: no nace hecho sino tiene que hacerse. En esto se diferencia de los animales que nacen hechos y programados por sus instintos. El hombre descubre que es una persona plantada en un mundo en evolución a cuyo progreso debe ayudar, que puede formar comunidad interpersonal con otros seres. Nosotros somos personas, por lo cual tratar y lograr conocernos es comprender lo que es persona. Tratando de expresar nuestra experiencia de lo personal, podemos definir la persona como el individuo capaz de conocerse a sí mismo y que es sujeto de actos libres. 53
Horacio Martínez
El carácter personal hace de un ser un fin en sí mismo. La persona como espíritu dotado de conocimiento y amor es superior a los seres materiales y merece que se le respete y no se le “use” como un objeto. La persona humana es un ser espiritual, pero limitado en su naturaleza, que está dotado de unicidad y singularidad, de independencia e indivisión interior. Por ser un fin en sí (para otros y para sí misma) la persona es sujeto de derechos. Es un fin en sí, un ser para sí, aunque no en sentido absoluto y total, porque es un fin en dependencia de Dios, fin último de todas las cosas y personas finitas. Como persona el hombre tiene el poder de dominar y juzgar el mundo. El hombre pasa de persona a personalidad (persona plenamente desarrollada) sólo en y por la comunidad, porque el yo necesita de tú para llegar hasta sí mismo en el pleno conocimiento de sus potencialidades y en el desarrollo de las mismas. Además, sólo en una comunidad personal puede sostenerse la personalidad. Se deben aceptar y tolerar las diferencias de los grupos humanos. Por naturaleza somos persona pero hay que buscar que la existencia devenga en personalidad. La libertad es la capacidad que tiene el hombre de individualizarse frente al mundo material y de autocrear una personalidad. Ser auténticamente libre supone la ausencia de todas las sujeciones, lo cual implica una conquista continua de la propia libertad. La libertad es una exigencia de autenticidad que permite el desarrollo de la propia personalidad, pues elimina las ataduras de la espontaneidad que ahogan el yo auténtico bajo el yo social. El encuentro del espacio para la libertad va acompañado de los sentimientos de desorientación e incertidumbre, de impotencia e insignificancia y de aislamiento. La libertad es una tarea: trabajar por la liberación propia y de los demás. La libertad se realiza abriéndose al conocimiento, la aceptación de la realidad, el trabajo creador y el amor interpersonal. Se favorece la liberación al tener una actitud crítica ante las cosas, una actitud creadora y una actitud de servicio a los demás. La felicidad es el gozo de realizarse plenamente teniendo un proyecto claro de vida. No hay que decir “la vida debe ser así” sino “la vida puede ser así”.
54
Vivir con felicidad
La felicidad es fruto de una vida en libertad, porque logramos romper las cadenas limitantes que nos encerraban y abrimos las alas para volar en pos de nuestros sueños. Pregúntate: ¿qué es lo que expande tu corazón?, ¿qué es lo que te hace vibrar? Liberarse de las falsas creencias de la mente “Sólo hay una causa de la infelicidad: las falsas creencias de la mente, creencias tan extendidas, tan comunes que nunca se nos ocurre cuestionar” (Anthony de Mello). Hay que superar las falsas suposiciones que nos autolimitan para lograr desplegar una actividad al nivel de nuestras capacidades. La espiritualidad es un camino de iluminación concientizadora de la dimensión espiritual de la realidad y un esfuerzo liberador de los prejuicios y de la mentalidad autolimitante. Debemos crear una disposición para desaprender lo que nos han enseñado mentirosamente. Aceptar que uno estaba equivocado es tener una apertura hacia la verdad, sin importar las consecuencias. Pero con frecuencia rechazamos lo nuevo porque es perturbador e implica un cambio. El peligro en la sociedad actual no es la de convertirnos en esclavos sino en autómatas. No podemos aceptar el control de la mente por la falsa publicidad y las ideologías deshumanizadas. Adecuamos nuestras percepciones a lo que sabemos o creemos saber. “Cuanto más se eleva un hombre, más pequeño les parece a quienes no saben volar” (Nietzche). El ser humano, de una forma reflexiva, tiene consciencia de sí mismo, de las demás personas y de la naturaleza. Pero esta consciencia es más de un sonámbulo que de una persona despierta. Hay que buscar la iluminación interior para conocer sin vendas y sin filtros la realidad; la realidad de sí mismo, de los otros seres humanos, del Espíritu Divino y de la naturaleza animada e inanimada. Para ver la realidad desnuda se requiere una mente abierta y disciplinada. “Nada es tan fácil como engañarse a sí mismo” (Ludwig Wittgenstein). Toda persona debe tener un espíritu crítico capaz de discernir lo verdadero de lo falso. No se apoya en simples opiniones sino que comprueba si lo que se dice es cierto. 55
Horacio Martínez
La crítica es el camino para llegar a la verdad. Tenemos que someter a la crítica las ideas que hemos recibido sobre Dios, el hombre, la vida, el dinero, la felicidad, porque muchas están distorsionadas, envenenadas y nos impiden vivir nuestra libertad personal. Tenemos que estar abiertos para ver lo bueno que hay en otras concepciones de la vida, pero debemos rechazar todas las concepciones ideológicas que nos esclavizan. Sólo cuando descubramos la verdad de lo que somos y la verdad de las personas y cosas que nos rodean podremos relacionarnos con la realidad correctamente. “La persona que no se ha liberado de los vínculos de la sangre y el suelo aún no ha nacido del todo como ser humano; su capacidad de amor y de razón está tullida; no siente a sí mismo ni a sus prójimos en su realidad humana” (E. Fromm). Hay que liberarse de la prisión de los conceptos que nos acercan a la verdad pero no son la verdad. La prohibición de pensar es la más dura de las tiranías. Hay que dejar toda forma de esclerosis mental, porque la pasión por la verdad es lo que nos puede salvar. Uno puede despertar a la realidad, si está dispuesto a aceptar altas dosis de verdad y a aceptar las consecuencias que eso trae para nuestra vida. “La verdad os hará libres” (Jesucristo). Adecuamos nuestras percepciones a lo que sabemos o creemos saber. “Las percepciones del mundo social están determinadas en gran parte por nuestra posición en este mundo” (Richard J. Gelles). “Nuestras percepciones están filtradas por los lentes de nuestras experiencias previas, actitudes y creencias” (Richard J. Gelles). Es una obligación moral despertar a la realidad de la vida como seres espirituales capaces de realizarse integralmente. “El autodesarrollo es mejorar algo en lo que ya se es bueno. También significa no preocuparse por las cosas en las que no se puede ser bueno” (Peter Drucker). “Así que lo importante no es convertirse en líder; lo importante es convertirse uno en uno mismo, utilizarse uno totalmente –utilizar todas sus habilidades, todos sus dones y sus energías- para poner de manifiesto su visión. No se puede suprimir nada. En suma, uno tiene que llegar a ser la persona que se propuso ser, y gozar en el proceso de llegar a esa meta” (W. Bennis).
56
Vivir con felicidad
El hombre principalmente llega a su realización no por un proceso de adición sino de sustracción. Cuentan que Miguel Ángel, cuando veía un trozo de mármol de calidad, exclamaba: “Ahí está: sólo hay que quitarle lo que sobra”. Él veía la obra de arte y lo que faltaba era sacarla del mármol. Las personas tienen un concepto autolimitante de sus posibilidades de realización. Dicen que los niños criados por una manada de lobos se comportan como tales. También cuentan que un campesino encontró en la montaña un huevo de águila real y lo puso en el gallinero. Cuando nació el águila creyó que era pollo y se comportaba como tal. Ya viejo observó un águila danzando en las alturas y sintió envidia de no ser como él. Somos lo que pensamos que somos: si nací un águila pero pienso que soy un pollo, viviré como un pollo. Debo despertar a la realidad de mi grandeza como persona y ayudar a que los otros también tengan consciencia de ella. Uno es víctima de sus propios pensamientos. “Nuestros propios pensamientos pueden llegar a dañarnos e incluso destruirnos si le otorgamos a nuestra mente, programada desde la infancia por nuestra familia y el entorno social, el poder de dirigir nuestra vida” (Brianda Domenecq). Para no ser víctima de sus propios pensamientos, identifique las ideas que lo están perjudicando y sustitúyalas por otras que sean liberadoras. “Nadie puede hacerte sentir inferior sin tu consentimiento” (T. Roosevelt). Tenemos creencias que nos sesgan para interpretar lo que otros dicen o hacen. “una vez que se constituye una creencia, filtramos la información de manera que la consolida” (Myers). Poseer madurez emocional es conocerse a sí mismo y a las demás personas con objetividad, es decir, con sus posibilidades de realización. La sabiduría emocional es un camino para llegar al conocimiento propio como espíritu libre porque la cultura ha condicionado la manera como nos miramos a nosotros mismos. Uno de estos condicionamientos son los rótulos para identificarnos: apellido, profesión, ciudadanía, estado civil, etc. Hay que someterse a un proceso de desidentificación para llegar a conocer nuestro yo real. Los rótulos se refieren al mí y no al yo. Se fracasa en la vida cuando se identifica lo que soy como persona con un rótulo: soy alcalde o soy arquitecto. No 57
Horacio Martínez
identifiquemos el “yo” con lo “mío”: mi casa, mis posesiones, mi familia, mi profesión. Cuando se es libre no le importan a uno los convencionalismos ni los rótulos. Hay que desprenderse del ego, del temor al qué dirán, para ser uno total y realmente libre. “No podemos hacerlo todo, y hay una sensación de liberación en darnos cuenta de ello. Esto nos permite hacer algo y hacerlo muy bien” (Mons. Oscar Romero). Cuando uno vive conscientemente no se preocupa de las opiniones sociales acerca de su actuación sino lo que opina su conciencia. Para lograr la autoconsciencia uno debe observarse en la forma como se reacciona ante las experiencias, con el fin de tratar de comprenderlas. Uno cambia cuando comprende lo que experimenta. Una persona debe poseer una capacidad emocional de percibirse a sí mismo y a las demás personas con realismo. Se debe tener un carácter realista. Ser realista significa quitarse las vendas que impiden ver la realidad como es. Desde niños nos lavan el cerebro con una especie de hipnosis mental, programándonos para ver sólo algunos aspectos distorsionados del mundo como si fuera la totalidad. Por eso no somos capaces de ver con claridad la realidad. No podemos seguir hipnotizados; hay que despertar a la multifacética riqueza de nuestra existencia. Sin embargo, a las personas no les gusta despertar de ese estado de hipnosis que genera todos los tipos de fanatismo. Por efecto del recuerdo de la evolución de nuestra especie, tenemos velcro para las experiencias negativas y teflón para las positivas. Al final del día recordamos vivamente lo malo que nos pasó y olvidamos las muchas cosas buenas que nos sucedieron. Para alcanzar la felicidad hay que cambiar la dinámica de nuestra mente: que se nos pegue como velcro lo positivo y dejar que se deslice lo negativo como el teflón. Una personalidad madura percibe no sólo a las personas, sino a los acontecimientos con objetividad buscando la verdad de las cosas. Es capaz de ver los fenómenos de la realidad con objetividad sin dejarse sesgar por los condicionamientos interiores, como los culturales, o exteriores, como una manera superficial de ver las cosas. Para tener objetividad en la vida hay que suprimir las reacciones neuróticas. “La neurosis consiste básicamente
58
Vivir con felicidad
en resistirse a aceptar lo que está pasando en el presente. Es decir, implica una negación de la verdad sobre cualquier manifestación actual de la emoción. Neurótico es aquel que sin cesar, exige que la vida sea distinta de lo que es” (Blandon). Víctor Frankl afirma que la neurosis de nuestra sociedad es el vacío existencial. Y para evitarlo, lo rellenamos con cosas superficiales: bienes materiales, posición profesional… En definitiva, todo lo que después tememos perder. Un día Didharta, denominado Buda, escucha a un maestro de cítara decirle a un estudiante que debe tener cuidado con las cuerdas del instrumento porque si están muy flojas no suenan, y si están muy tensas se rompen y todo se echa a perder. Para que aparezca la música, para que el instrumento alcance su plenitud, la cuerda debe estar templada en su punto. Buda se da cuenta de que el exceso de ascetismo es similar al exceso de placer: los extremos se parecen, se rozan, se reflejan el uno al otro. Hundirse en la vida es igual a negarla: en ambos costados está uno atrapado en aquello que afirma o que niega, depende de él, está sujeto a permanecer encarcelado. Jorge Bucay utiliza la metáfora del elefante encadenado para poner de relieve el poder esclavizante de la mente. Narra lo siguiente: Cuando yo era chico me encantaban los circos, y lo que más me gustaba de los circos eran los animales. También a mí como a otros, después me enteré, me llamaba la atención el elefante. Durante la función, la enorme bestia hacía despliegue de peso, tamaño y fuerza descomunal…pero después de su actuación y hasta un rato antes de volver al escenario, el elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas a una pequeña estaca clavada en el suelo. Sin embargo, la estaca era sólo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en la tierra. Y aunque la cadena era gruesa y poderosa me parecía obvio que ese animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su propia fuerza, podría, con facilidad, arrancar la estaca y huir. El misterio es evidente: ¿Qué lo mantiene entonces? Por qué no huye? Cuando tenía cinco o seis años, yo todavía confiaba en la sabiduría de los grandes. Pregunté entonces a algún maestro, 59
Horacio Martínez
a algún padre, o algún tío por el misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no se escapaba porque estaba amaestrado. Hice entonces la pregunta obvia: -Si está amaestrado, por qué lo encadenan? No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente. Con el tiempo me olvidé del misterio del elefante y la estaca…y sólo lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se habían hecho la misma pregunta. Hace algunos años descubrí que por suerte para mí alguien había sido lo bastante sabio como para encontrar la respuesta: El elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca desde que era muy, muy pequeño. Cerré los ojos y me imaginé al pequeño recién nacido sujeto a la estaca. Estoy seguro de que en aquel momento el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de soltarse. Y a pesar de todo su esfuerzo no pudo. La estaca era ciertamente muy fuerte para él. Juraría que se durmió agotado y que al día siguiente volvió a probar, y también al otro y al que le seguía… Hasta que un día, un terrible día para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino. Este elefante enorme y poderoso, que vemos en el circo, no escapa porque cree, pobre, que NO PUEDE. Él tiene registro y recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia que sintió poco después de nacer. Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro. Jamás…jamás…intentó poner a prueba su fuerza otra vez… Liberarse de la tiranía de los deseos desmedidos Un hombre encontró una lámpara, la frotó y salió un genio. El genio le dijo: “Amo, yo soy el genio de la lámpara, dime tu deseo para ser feliz y yo lo cumpliré inmediatamente”. La persona se detuvo, pensó por unos momentos y respondió “Genio, deseo no desear”. Cuentan que había un rey que era muy rico, que tenía todas las cosas que podía desear en la vida, excepto la felicidad.
60
Vivir con felicidad
Un día un consejero le recomendó que vistiera la camisa del hombre más feliz del reino para contagiarse y ser feliz. Todo el ejército se dedicó a encontrar a este hombre en el reino. Cuando finalmente encontraron a la persona más feliz del reino, resultó que no usaba camisa. Era un hombre humilde, pobre, pero muy feliz. Esta historia ancestral está relacionada con las últimas investigaciones sobre la felicidad. Según Ed Diener, la felicidad se puede medir dividiendo tus logros entre lo que deseas y anhelas. En otras palabras si uno alcanza en su vida el doble de lo que desea, tiene una felicidad de 2. Por otro lado, si uno alcanza los mismos logros, pero desea el doble de lo que logra, su felicidad podría bajar a 0.5. El hombre feliz de la historia, quizás había alcanzado poco, pero sus deseos eran mínimos, era muy feliz con lo que tenía. El deseo de tener más y más cosas materiales no da una felicidad duradera. El deseo de tener más dinero abre la avaricia que es el gran enemigo de la felicidad. ¿Cómo salir de esta trampa que nos quita felicidad? Ed Diener comenta que el sistema neuronal de “querer algo” y “que te guste algo” son totalmente distintos. A veces un niño desea desesperadamente un juguete, como si la vida o la muerte dependiesen de la compra. Pero una vez que lo tiene, juega y luego queda guardado para siempre. Querer algo y desearlo es muy distinto a tener algo y que te guste en el tiempo. La próxima vez que se encuentre deseando algo que no tiene, piense si realmente está siendo cegado por sus deseos; si realmente lo que comprará será de utilidad, si realmente lo va usar tanto como lo anhela. Estoy seguro de que más de un lector tiene olvidado en su armario algún producto que desesperadamente quería comprarse. Según David Fischman otro concepto que nos ayuda a no caer en la trampa del deseo es saber que el ser humano se adapta a las cosas materiales muy rápidamente. ¿Cuántas familias sueñan con hacer mejoras en sus casas? Trabajan mucho para juntar el dinero e incluso se endeudan, pero al cabo de unos meses de implementadas las mejoras, se adaptan y no valoran lo adicional, es la misma casa de siempre. La próxima vez que quiera comprarse algún tipo de bien, recuerde que se adaptará muy rápido y no cambiará en nada su felicidad. 61
Horacio Martínez
Para David Fischman una estrategia para bajar el deseo en la ecuación de la felicidad es la gratitud. En la medida en que nos sintamos más agradecidos con lo que tenemos, nos sentiremos menos inclinados a desear más. La gratitud ayuda a saciar el hambre del deseo, nos hace sentir llenos y completos. Componente de la Felicidad = Lo que tienes / Lo que deseas. ¿Cómo está su propia ecuación de felicidad? ¿Qué tanto tiempo dedica a pensar en lo que le falta, en lo que desea? ¿Qué tan satisfecho y agradecido se siente con su vida? Uno no puede condicionar la felicidad al cumplimiento de algo: “seré feliz, cuando…” Constreñir la felicidad al cumplimiento de un deseo futuro es un camino falso. Esto pasa con el consumismo como camino de felicidad. Cuando se adquiere el objeto que impulsa la propaganda se disfruta un período de tiempo y se desea el nuevo modelo que reemplaza al primero. El hecho que deseemos algo mucho, no significa que sea lo correcto para nosotros (un empleo, una pareja). A veces lo que deseamos con ahínco es para apaciguar el ego, pero no ayuda en nada a cumplir con nuestro propósito en la vida, incluso puede desviarnos de él. Libertad como autocreación “La responsabilidad consiste en mantener la capacidad de respuesta” (Gustav Mahler). La libertad como autocreación es la capacidad para realizar el proyecto de ser humano: o “libertad para”. Es autoposesión consciente de sí mismo y actividad creadora de valores. Es exigencia de autenticidad es el desarrollo de la propia personalidad. Cada hombre se hace a sí mismo por ser elección, porque ser libre es elegir. La libertad se realiza abriéndose al conocimiento, la aceptación de la realidad, el trabajo creador y el amor interpersonal. Se favorece la liberación al tener una actitud crítica ante las cosas, una actitud creadora y una actitud de servicio a los demás. La realidad humana tiene tres dimensiones básicas: la racional, la emocional y la operativa. Estas tres dimensiones
62
Vivir con felicidad
deben ser asumidas por la libertad de una forma armónica con el fín de lograr la construcción de una persona libre. Cuando se privilegia sólo una de estas dimensiones y no se logra la armonía entre las tres no se alcanza el desarrollo integral de la persona. “Convenzámonos que en el hombre existe una tríada de centros espirituales -entendimiento, voluntad y corazón- llamados a cooperar y fecundarse el uno al otro” (Dietrich von Hildebrand). El fin de toda educación en la familia y en la escuela es sacar a la luz la personalidad productiva que hay en cada ser humano según su vocación personal o talentos recibidos. La palabra educación viene del sentido literal fundamental de “e-ducere” o sacar lo que está dentro del hombre. Responsabilidad “En última instancia, vivir significa asumir la responsabilidad de encontrar la respuesta correcta a los problemas que se van planteando y cumplir las tareas que la vida asigna continuamente a cada individuo.” (Víctor Frankl) La responsabilidad es la capacidad de dar respuesta a los desafíos de la vida. El hombre es un ser dotado de libertad. Cuando Víctor Frankl visitó en Nueva York la Estatua de la Libertad comentó que al frente se debía erigir la Estatua de la Responsabilidad. Responsabilidad es responder adecuadamente a las obligaciones y expectativas de la vida, significa hacer bien y a tiempo lo que sabemos que nos corresponde sin que nadie nos lo ordene asumiendo las consecuencias. El hombre, al nacer, viene cargado con una serie de responsabilidades a las cuales hay que añadir aquellas que asume libremente. Para H. Jonas (El principio de responsabilidad: ensayos de una ética para una civilización tecnológica), el poder que ha adquirido el hombre con la tecnociencia exige mucha responsabilidad en su manejo. La responsabilidad no es sólo con la presente generación sino también con las futuras generaciones. Ser responsable significa también el dar cuenta de las acciones realizadas. Uno tiene que responder ante la sociedad 63
Horacio Martínez
y ante su conciencia de lo que hizo o dejó de hacer en una determinada situación concreta. La responsabilidad es una de las virtudes más importantes para todo empresario, que al mismo tiempo debe estar animado de un espíritu de servicio a la sociedad y a prestarlo con calidad. Los artículos excelentes son producidos por gente que busca la calidad de vida en todo lo que hace. Esto es lo que hay que inyectar a la gente. “Mantén tu nivel de responsabilidad por encima de lo que los demás esperen de ti” (Henry Ward Becher). Autocontrol de la vida “Soy libre si conozco realmente quién soy, por qué estoy aquí y qué camino debería seguir y tener el coraje de comportarme de acuerdo con ello” (Peter Pruzan). La palabra “autocontrol” deriva de una raíz griega que significa agarrar o sostener. Esta palabra describe a una persona que agarra su vida y toma control de las áreas que le producirán éxito. La persona que no se controla tiene fuertes deseos que la apartan de lo que es correcto. Para triunfar en la vida hay que mantener los deseos bajo control. “Al leer la vida de los grandes hombres me doy cuenta que la primera victoria que ganaron fue la victoria sobre sí mismos… la autodisciplina fue lo primero en todos ellos”. (Harry S. Truman) Para que un líder pueda dirigir a los demás, primero tiene que ser capaz de autodirigirse. “Un solo acto secreto de autonegación, un sacrificio ante el deber, vale más que todas las simples buenas intenciones, sentimientos afectuosos y plegarias apasionadas con que los haraganes actúan indulgentemente para con ellos mismos” (John Henry Newman). La primera responsabilidad de un líder es ordenar su vida según los valores éticos que le permiten lograr el desarrollo personal. Se necesita de disciplina para ir adquiriendo aquellas competencias que forman el carácter de un líder. “En la vida hay dos metas: la primera, conseguir lo que uno quiere; y, acto seguido, disfrutarlo. Sólo las personas más sabias consiguen la segunda” (Logan Persall Smith). “El verdadero sabio solo es riguroso consigo mismo; con los demás es amable” ( Plutarco).
64
Vivir con felicidad
Es de notar que la conquista de sí mismo no consiste en un conocimiento puramente teórico, sino en un reconocimiento interior de lo que se es. Y este reconocimiento ante Dios, ante los hombres, y ante sí mismo, es lo que en lenguaje espiritual se llama humildad. Reconocer nuestros defectos y nuestras posibilidades, reconocer que muy poco podemos hacer por nosotros mismos y que necesitamos de una fuerza superior que nos cambie —la gracia de Dios—, esto es ser humildes, esto es conquistarse el hombre a sí mismo. “El don de Dios para mí es mi potencial. Mi don para Dios es lo que yo hago con ese potencial” (John C. Maxwell). Humildad es la capacidad de ver las cosas con realismo, sobre todo lo que es uno mismo. Según José Luis Sanpedro, hay que hacer de minero de uno mismo para, desde la humildad, encontrar esa dimensión que nos hace humanos y desde allí encontrarnos con el otro. En palabras de un sabio profesor: “el poder mundano sin el dominio de uno mismo es la ruina del liderazgo”. “La peor educación que enseñe la autonegación es superior a la mejor educación que lo enseña todo menos eso” (Sterling). Una persona debe tener autocontrol para obrar con ética. Sin él es imposible actuar siempre con respeto por las personas. Para lograr el autocontrol se necesita tener una estabilidad emocional que evita cualquier predisposición a escuchar solamente a los que nos caen bien. La estabilidad emocional es el grado en el cual una persona está adaptada y es tranquila y segura de sí misma; es la capacidad de ver la realidad con objetividad y de adaptarse a ella sin angustia para controlar las emociones personales y evitar reacciones ante oposición, hostilidad o estrés. “La madurez es estar satisfecho con la otra parte de uno mismo” (Ruth Tiffany Barnhouse). “El hombre que es dueño de sí mismo, termina con un dolor con la misma facilidad que inventa un placer. No quiero estar a merced de mis emociones, quiero usarlas, gozarlas y dominarlas” (Oscar Wilde). Aquel que tenga autodominio integra lo racional y lo emocional. “Las personas con altos nivel de dominio personal no se plantean deliberadamente integrar la razón con la intuición; les sale espontáneamente, es un resultado de su determinación de emplear todos los recursos a su alcance. No pueden permitirse escoger entre razón e intuición, entre 65
Horacio Martínez
cabeza y corazón, del mismo modo que no escogerían nunca caminar sólo con una pierna o ver sólo con un ojo” (Peter Senge). El primer error es equivocarse en las expectativas. Esperar de forma moderada. La persona equilibrada se mantiene sereno y firme en situaciones complejas o adversas, focalizándose en el logro de sus objetivos, sabe controlarse ante conductas negativas, evaluándolas objetivamente como consecuencia de una situación difícil o de alta exigencia, idea y utiliza herramientas que lo respaldan en períodos laborales de alta exigencia, manteniendo organizadas sus tareas y las del grupo, aportando tranquilidad. El estado sereno de la mente del líder es el factor más importante para generar, almacenar y gastar energía vital eficientemente. Bertrand Russell dijo: “La preocupación es una forma de miedo, y toda forma de miedo produce cansancio. El hombre que haya aprendido a no sentir miedo descubrirá que le disminuye inmensamente el cansancio en la vida cotidiana”. Partiendo de la importancia de la inteligencia emocional en la empresa, D. Goleman (La inteligencia emocional en la empresa) detalla doce aptitudes laborales específicas, todas basadas en el autodominio (entre otras, iniciativa, confiabilidad, confianza en uno mismo y afán de éxito) y describe la contribución inigualable que cada una efectúa para lograr un buen desempeño. Después enumera trece aptitudes clave para la relación, tales como la capacidad de trabajar en equipo. Éstas son las aptitudes que nos permiten, por ejemplo, navegar sin esfuerzo por las corrientes de una organización, mientras otros encallan. Si estamos flojos en alguna de estas aptitudes, siempre es posible aprender a mejorar. Según V. Frankl, existir significa salirse de sí mismo y enfrentarse consigo mismo. Es entonces, cuando las diversas dimensiones de la estructura humana se desarrollan en armonía y adquiere su verdadero significado, condiciones indispensables para lograr una vida feliz. La toma de decisiones “Para actuar prudentemente, debemos saber qué queremos; saber qué hacemos; saber qué hacer y cómo hacerlo y saber que
66
Vivir con felicidad
aquello es digno de ser querido, digno de saberse y digno de luchar por él” (Karl Deutsch). Para tomar decisiones hay que tener en cuenta los valores morales. La ética ayuda a decidir lo que debe hacerse teniendo en cuenta el bien total del hombre y de todos los hombres. Reflexionar hasta llegar a un juicio moral en la situación concreta. Lo primero es aprender a descubrir los valores éticos presentes en los casos concretos que se nos van presentando ya sea como personas o como instituciones. Lo segundo es clarificar los principios y normas que se aplicarían a la situación concreta. Lo tercero es tomar las decisiones éticas con responsabilidad, teniendo en cuenta todos los valores y principios morales que están presentes en la situación. Para la toma de decisiones se deben considerar los conflictos de valores y de intereses presentes. Para lograrlo en ética es necesario tener en cuenta los datos de las ciencias y las tecnologías para iluminarlos desde las humanidades. La toma de decisiones no es siempre entre lo correcto y lo incorrecto, por ejemplo, llevar o no una doble contabilidad. La toma de decisiones más difícil es entre lo correcto y lo más correcto, por ejemplo, en los casos de conflictos de intereses: mayor ganancia para la empresa o mejor servicio a la sociedad. El objetivo de la ética no es sólo enseñar a tomar decisiones “evitando el mal”, sino también buscar el bienestar económicosocial que se pueda realizar. Entre el mal que se debe evitar y el máximo bien que se puede realizar se extiende un amplio campo de opciones. Una empresa es ética no sólo si resuelve bien los dilemas éticos que se le presentan, sino sobre todo si incorpora a los procesos ordinarios de gestión los valores que le confieren una identidad moral. La tarea ética de la sociedad no puede ser negativa para evitar comportamientos censurables sino afirmativa para incorporar a las estructuras culturales el espíritu ético. La seriedad ética de una sociedad es un elemento importante de su éxito económico y de su sostenibilidad. Las decisiones gerenciales son configuradas por el carácter moral de quien toma la decisión y por la cultura de la sociedad. Para que la cultura de una sociedad se rija por los principios éticos, es necesario cambiar la mentalidad de las personas que componen esta sociedad. 67
Horacio Martínez
La prudencia es necesaria para tomar decisiones honestas, realistas y oportunas. La prudencia es el término medio entre la insensatez apresurada y la irresolución para actuar. “No hay nada más tonto que quien cree que repitiendo las mismas acciones se producirán resultados diferentes” (A. Einstein). Es inherente a ser persona la necesidad de optar, de escoger en función de unos objetivos y por la fuerza de una motivación. La persona humana es un ser de opciones, de razones, de diálogos y de fines. En la toma de decisiones se debe tener en cuenta el futuro bienestar de la humanidad. Por eso, actúa de tal manera que las consecuencias de tu acción sean conciliables con el desarrollo integral de todos los hombres. Para vivir con dignidad hay que percibir realistamente la situación, decidir correctamente y actuar apropiadamente. Ver, juzgar y obrar son sabiduría. “Uno de los trucos de la vida consiste más que en tener buenas cartas, en jugar bien las que uno tiene” (Josh Billings). Para la toma de decisiones se debe fomentar la perspectiva. La perspectiva se da cuando los miembros clave de la empresa se toman un tiempo de reflexión para estudiar dónde está la empresa, adónde quiere ir y de qué manera llegará allí. Cuando se analiza una empresa es importante separar el proceso (la toma de decisiones y la forma de tratar a la gente cuando se intenta alcanzar el objetivo) del resultado (beneficios). Las nuevas tendencias administrativas -como la reingeniería y el empowerment- son esfuerzos para infundir en todos los empleados un espíritu de responsabilidad en la toma de decisiones. La buena actuación ética se produce en las empresas en las cuales el proceso de toma de decisiones previamente acordado no sufra ninguna variación ni se pase por alto con el fin de alcanzar los resultados deseados. Si se toman atajos para ahorrar en la calidad del producto o no se preocupa por los intereses de los empleados y clientes, su miopía le llevará a resultados desastrosos. La frase “No me importa cómo consiga los resultados, pero consígalos”, revela con toda claridad que el corto plazo interesa más que el largo. Casi todos los deterioros éticos que se observan en una empresa se deben a la impaciencia en alcanzar los objetivos y metas previstos. Para actuar con ética hay que actuar con paciencia, porque se tiene fe en el futuro. “Ten el valor de equivocarte” (Hegel).
68
Vivir con felicidad
2.3. Felicidad de desarrollar una personalidad
La identidad personal El Yo es “el fondo último de mi ser y de mi historia, que está presente en todos los procesos de mi tiempo vivido como centro intemporal, que se reconoce en su pasado, que responde de él, que recoge la correspondiente gloria o vergüenza, que permanece cuando pasan sus estados” (J. Guitton). Nosotros somos personas, por lo cual tratar y lograr conocernos es comprender lo que es persona. La persona se revela en nosotros como un Yo. Analizando lo que es el Yo encontramos: a) Que el Yo es la autoposesión conciente del propio ser, lo cual revela que la persona es un ser reflexivo. Reflexión es el poder de la conciencia de replegarse sobre sí misma, y de tomar posesión de sí misma como de un objeto dotado de una consistencia y un valor particulares: no solamente conocer, sino conocerse; no solamente saber, sino saber que se sabe. b) Que el Yo es el sujeto inmutable de todos los actos humanos. Yo veo, Yo leo, Yo estoy alegre, Yo amo: la naturaleza de los actos cambia pero el sujeto que lo respalda es único. El Yo es el centro intemporal de los actos de conocimiento y de voluntad de mi ser. Intemporal porque se reconoce idéntico con su pasado y proyectado hacia el futuro. c) Que el Yo es el sujeto responsable de los actos libres. Es el Yo aquel centro íntimo donde nos sentimos llamados por los valores. El Yo es aquello que se siente responsable de sus actos de respuesta o de rechazo a los valores morales. Tratando de expresar nuestra experiencia de lo personal, podemos definir la persona como el individuo capaz de conocerse a sí mismo y que es sujeto de actos libres. Individuo: la sustancia singular y completa que constituye un todo. Capaz: la mera potencialidad de ejercer actos personales. Un feto y un loco son personas. Conocerse a sí mismo: dotado de reflexión y lo tanto un ser espiritual. Sujeto de actos libres: ser con libertad. 69
Horacio Martínez
El filósofo Kant formuló el principio de autonomía. Según él, si el ser humano es capaz de reflexionar y tomar decisiones libres es un fin en sí mismo y por lo tanto es un ser autónomo al cual no se le puede manipular. El carácter personal hace de un ser un fin en sí mismo. La persona como espíritu dotado de conocimiento y amor es superior a los seres materiales y merece que se le respete y no se le “use” como un objeto. La persona humana es un ser espiritual, pero limitado en su naturaleza, que está dotado de unicidad y singularidad, de independencia e indivisión interior. Por ser un fin en sí (para otros y para sí misma) la persona es sujeto de derechos. Es un fin en sí, un ser para sí, aunque no en sentido absoluto y total, porque es un fin en dependencia de Dios, fin último de todas las cosas y personas finitas. Como persona el hombre tiene el poder de dominar y juzgar el mundo. Para entender la sociedad se necesita reflexionar en la complejidad de la relación del individuo con la sociedad. La realidad social es compleja y se requiere una mentalidad interdisciplinar para poder comprenderla con matices. El hombre no recibe su ser personal de la comunidad. En la esfera personal, el hombre sobrepasa toda comunidad terrena para ejercer su autonomía. Pero, no obstante, el hombre, aun en su esfera personal, está insertado en la comunidad. El hombre logra la plena formación de su persona sólo en y por la comunidad con otras personas. El hombre pasa de persona a personalidad (persona plenamente desarrollada) sólo en y por la comunidad, porque el yo necesita de tú para llegar hasta sí mismo en el pleno conocimiento de sus potencialidades y en el desarrollo de las mismas. Además, sólo en una comunidad personal puede sostenerse la personalidad. Se deben aceptar y tolerar las diferencias de los grupos humanos. Por naturaleza somos persona pero hay que buscar que la existencia devenga en personalidad. Nadie está a cargo de tu felicidad, excepto tú mismo. El hombre es el único animal consciente de su propia realización. “El hombre sólo vive y crece por la relación con todo el universo, todos los hombres y Dios” (M. Quoist).
70
Vivir con felicidad
Respetar viene de la palabra latina “respicere” que significa mirar. Respetar a las personas significa reconocerlas en su dignidad y autonomía. Se debe respetar la dignidad y la centralidad de la persona humana. Esto significa reconocer a los demás como iguales a uno, no manipularlos y promover su desarrollo personal. Dignidad de la persona humana “El hombre no es sino un junco, el más débil de la naturaleza; pero un junco que piensa. No es menester que el universo entero se arme para aplastarle. Un vapor, una gota de agua basta para hacerle perecer. Pero, aun cuando el universo lo aplastara, el hombre sería más noble que lo que lo mata, porque él sabe que muere. Y la ventaja que el universo tiene sobre él, no la conoce el universo”. (Pascal). La dignidad humana es la bondad inherente a cada ser humano, la calidad más esencial y fundamental del ser humano, el núcleo central e ineluctable de la persona, un derecho inalienable dado a todos por el hecho mismo de la existencia. La dignidad humana es indivisible, no puede menos de ser reconocida por todos, sin distinción de ningún tipo. La dignidad humana es inalienable; ninguna fuerza exterior, ninguna circunstancia de la vida puede forzar al ser humano a perder su dignidad: únicamente el individuo mismo puede maltratarla o abandonarla. Las cosas tienen “precio”, las personas tienen “dignidad”. Precio es aquello que se puede dar a cambio de algo. Dignidad es el valor incondicional que reconocemos en la existencia de todo ser humano independiente de sus condicionamientos sociales. Hay que distinguir la dignidad ontológica de la existencial. La primera pertenece a la esencia de la persona y la segunda es fruto de su conducta honesta. El desarrollo integral de la persona es el contenido mismo de la dignidad humana. La “pobreza” humana es no estar a la altura de su dignidad. Una persona virtuosa es el resultado de la vivencia de la dignidad existencial. 71
Horacio Martínez
Felicidad y desarrollo de la personalidad “La principal tarea del hombre en la vida consiste en dar nacimiento a sí mismo, en llegar a ser lo que es potencialmente. El producto más importante de su esfuerzo es su propia personalidad” (E. Fromm). Para E. Fromm, “la felicidad va unida a un aumento de la vitalidad, a la intensidad del sentimiento, pensamiento y a la productividad; la infelicidad va unida a la disminución de estas capacidades y funciones.” Según Goethe, “la mayor felicidad del ser humano es la personalidad”. Es decir, se es feliz cuando se logra el desarrollo de la individualidad. La persona encuentra felicidad al desplegar sus peculiares capacidades: dominarse a sí mismo para ser libre, relacionarse con los demás con amor, buscar y encontrar la verdad, realizar un trabajo creador. “Felicidad no es hacer lo que uno quiere sino querer lo que uno hace” (Jean Paul Sartre). La felicidad es fruto del equilibrio mental que se caracteriza por un sentimiento de identidad basado en la percepción de sí mismo como sujeto y agente de las propias capacidades, por el desarrollo de la objetividad y de la razón, por la capacidad de amar y de crear. “La persona mentalmente sana es la que vive por el amor, la razón y la fe, que respeta la vida, la suya propia y la de su semejante” (E. Fromm). “La tendencia hacia la salud mental, hacia la felicidad, la armonía, el amor, la productividad, es inherente a todo ser humano que no sea un idiota mental o moral de nacimiento” (E. Fromm). La alegría es el resultado de una vida bien desarrollada en libertad. “La felicidad no se produce por grandes golpes de fortuna, que ocurren raras veces, sino por pequeños avances que ocurren todos los días” (Benjamín Franklin). “La esencia de la felicidad consiste en que aceptes ser el que eres” (Erasmo de Rotterdam). El hombre se realiza a sí mismo cuando se trasciende. “El hombre es humano en la medida en que pasa por alto y se olvida de sí mismo entregándose a una causa a la que servir o a una persona a la que amar. Al sumergirnos en el trabajo o en el amor nos trascendemos a nosotros mismos y de este modo nos autorealizamos” (Víctor Frankl).
72
Vivir con felicidad
Lo ideal es volar muy alto como lo sugiere con inspiración poética y espiritual Richard Bach en Juan Salvador Gaviota: “Subamos, dejemos atrás la tierra y empecemos a volar en lugar de decir: “Mi ala, no puedo mover mi ala. Tienes la libertad de ser tú mismo, tu verdadero ser, aquí y ahora, y no hay nada que te lo pueda impedir. Eres libre para volar al tope de sus fuerzas y desde la altura, gritar: ¡Puedo volar! ¡Escuchen! ¡puedo volar! La libertad es la misma esencia de tu ser y todo aquello que limite o impida esa libertad debe ser eliminado. Puedes sacarlo de tu alma y de tu vida, sea ritual o superstición o limitación en cualquier forma. Eres libre si así lo decides”. El Dr. Martin Seligman, se dedicó 30 años al estudio de las causas de la depresión, antes de interesarse por el tema de la felicidad, y creó un cuestionario para detectar nuestros “talentos” para ser alegres y/o felices, e identificó tres principales tipos de felicidad.. Al primero lo llamó “La Vida Agradable”: el bienestar que nos invade al disfrutar de la comida, del sexo, de la bebida, e incluso, de una buena película. Es decir el estímulo sobre nuestros sentidos físicos. La felicidad del cuerpo animal, gozar brutamente, que es casi como se concibe la única felicidad que conocemos hoy en este planeta. Seligman critica a este tipo de felicidad, que él identifica con el estilo de vida hollywoodense o las campañas publicitarias, donde estelares figuras sonríen ante cámaras y luego consumen pastillas para matar la angustia. “El efecto de esta felicidad dura poco” advierte. Es la felicidad hueca del soma, que nada deja y todo tiene que volver a repetirse, para obtener más de lo mismo. Esta felicidad no se acumula en palabras de Salas Sommer. El segundo tipo se llama “La Buena Vida”: es la felicidad que nace en cada uno de nosotros cuando disfrutamos algo en lo que somos buenos, o incluso talentosos. Se trata de identificar esos dones y de saberlos usar. Esto es desarrollar cualidades y disfrutar con superarnos. Tiene que ver con vivir intensamente el momento presente y disfrutar con las cosas simples de la vida. Revalorizar los pequeños detalles. El tercero es Vida con Sentido: “Se trata de encontrar aquello en lo que realmente creemos y de poner todas nuestras fuerzas 73
Horacio Martínez
a su servicio. Aquí entran en juego nuestras convicciones profundas y nuestros ideales. Las obras de caridad, el tratar de ser mejores, el criticar menos y comprender más, sonreír al vecino, todo vale”. Quizás cuando al final de la vida la persona hace un examen sobre el desarrollo de su personalidad encuentra que no lo ha logrado y tampoco ser feliz. He cometido el peor de los pecados que un hombre puede cometer. No he sido feliz. Que los glaciares del olvido me arrastren y me pierdan, despiadados. Mis padres me engendraron para el juego arriesgado y hermoso de la vida, para la tierra, el agua, el aire, el fuego. Los defraudé. No fui feliz. Cumplida no fue su joven voluntad. Mi mente se aplicó a las simétricas porfías del arte, que entreteje naderías. Me legaron valor. No fui valiente. No me abandona. Siempre está a mi lado La sombra de haber sido un desdichado. (Jorge Luis Borges) La fórmula de la felicidad El Dr. Martín Seligman en su libro Auténtica Felicidad propone una ecuación: FELICIDAD = S + C + V La letra S se refiere al “set” genético, al paquete genético que heredamos de nuestros antepasados, herencia con que venimos a este mundo. Sin duda existen personas que desde que nacen son más entusiastas, optimistas y en general más felices. Otros, en cambio, ven la vida a través de un filtro oscuro. La buena noticia es que estudios muestran que este rasgo hereditario, a diferencia de otros como la altura, sí puede modificarse. Requiere tomar consciencia de aquello y trabajar duro, con la técnica adecuada. La letra C se refiere a las “circunstancias” que debemos afrontar en nuestra vida: nuestro nivel económico, edad,
74
Vivir con felicidad
matrimonio, salud, educación, entre otros. Uno de los mitos que tiene nuestra sociedad es que el dinero compra la felicidad. Seligman tiene estudios que demuestran que después de un nivel mínimo de ingresos, no existe correlación entre el dinero y la felicidad. El matrimonio, en cambio, sí es una circunstancia que fomenta o disminuye la felicidad, según los últimos estudios. En una investigación se estudió a parejas que pasaban por momentos difíciles. Aquellas que continuaron juntas pese a sus diferencias, después de unos años eran significativamente más felices que las que decidieron divorciarse, producto de un trabajo en si mismos y de encontrar puntos de unión, pues de nada sirve tampoco, estar juntos por el solo hecho de estar casados. Otra variable de “circunstancias” es el entorno en que nos tocó vivir en nuestra niñez. Si nuestros padres no nos dieron el cariño que necesitábamos o nos agredieron puede resultar en una tendencia hacia la infelicidad. El dolor guardado en el inconsciente es como una sombra negra que sale cuando menos lo esperamos, eclipsando nuestra felicidad. Finalmente la letra V se refiere a los factores que están sobre nuestra “voluntad”. En qué medida tomamos la vida en nuestras manos e intentamos buscar nuestra felicidad. Es fácil quedarse en las dos primeras letras; nuestra genética y nuestras circunstancias. Es fácil culpar a nuestra empresa de nuestro desbalance, o a la competencia, por no alcanzar nuestras metas, o culpar al matrimonio de ser la causa de todos los problemas. Pero la pregunta es: ¿estoy haciendo absolutamente todo lo humano posible para que esto no ocurra? La verdad es que todo indica que ser feliz, es un acto volitivo. Ximena Sanz de Santamaria nos cuenta la siguiente anécdota. Hace varios años conocí al abuelo de una amiga muy cercana. Él se había separado de su esposa cuando era muy joven porque ella le había sido infiel con su mejor amigo y había decidido dejarlo a él y a sus seis hijos para poder formalizar su nueva relación. Así que él no solo tuvo que superar el dolor por la decepción y la doble ‘traición’ de su esposa y su mejor amigo, sino también tuvo que ser padre y madre de sus hijos. Sin embargo, a los 87 años era un hombre que hacía deporte, tenía una maravillosa relación con todos sus hijos, sus nietos y sus bisnietos, y se había vuelto a casar. Cada vez que alguien 75
Horacio Martínez
le preguntaba por su vida, por su pasado, y quería saber cómo lograba mantener tan buena salud, su respuesta era siempre la misma: “No cargo ningún resentimiento contra nadie. Vivo mi vida feliz, por mí, por la felicidad de las personas a las que quiero y que me quieren. Cada quien tiene que vivir su vida y escoger un camino: yo escogí vivir feliz, querer a quienes me rodean y dejarme querer por quienes me quieren”. Fue siempre una persona alegre, que no hablaba mal de nadie -ni de su exesposa y su ‘ex mejor amigo’. Murió a los 87 años de un infarto fulminante, pero hasta el último minuto tuvo una maravillosa salud. “Él se murió como quería morirse. Siempre dijo que no quería sufrir, que esperaba morirse dormido de un infarto, sin darse cuenta. Y así se murió, feliz”, contaba su esposa.
76
Capítulo
3
Relacionarse con amor
3.1. El encuentro interpersonal
El encuentro interpersonal “La revelación cristiana sobre la unidad del género humano presupone una interpretación metafísica del humanum, en la que la relacionalidad es elemento esencial” (Benedicto XVI). Mi ser personal frente a los demás hombres puede colocarse en una doble actitud, puede establecer dos clases de relación: se puede recibirlos como si fueran un objeto o como una persona. Lo percibo como objeto cuando considero únicamente lo inventariable del otro y busco poseerlo egoístamente. Se le recibe como persona cuando nos ponemos en relación con el otro como un yo personal y libre, cuando se le recibe como un otro yo, como de tú a tú, de actualidad a actualidad, buscando su propio bien. “Toda vida real es encontrarse” (Martin Buber). Ante otra persona podemos adoptar las mismas actitudes que ante un libro de poesías. Una primera actitud es admirar la belleza de la encuadernación del libro, su precio, su fama dentro de la literatura o la musicalidad de sus versos y la brillantez de sus imágenes. En otra persona también podemos fijarnos en su belleza física, su dinero, su posición social 77
Horacio Martínez
o puede despertarnos sentimientos al percibir la ternura de su corazón, la fuerza de su carácter y la profundidad de su inteligencia. Una segunda actitud es captar el sentido profundo que expresa el poeta a través de sus versos y que nos pone en contacto con su alma. De manera semejante, en el rostro de otra persona podemos descubrir el ser espiritual que se hace presente y se revela a través de sus cualidades físicas y anímicas. El “tú” es la persona como ser-valor. El descubrir en el otro su esencia espiritual individualizada en cuanto posibilidad de realización. El “tú” es un foco de inteligencia y de amor. El “tú” es lo personal que se manifiesta ante todo como presencia. Se capta esta presencia del espíritu personal en el cuerpo humano, como al sol en sus reflejos luminosos. Es como captar en el surtidor no los cambios de figura o de color del agua sino el manantial de origen. El tú personal es la imagen de lo divino en el hombre y su claridad nos dispone a ver a Dios. Hoy contemplamos un eclipse de lo personal, porque son muchas las cosas que nos impiden descubrir el centro espiritual de los hombres. Son las cortinas de humo que las personas colocan ante sí y ante los demás: activismo, pasatiempos, rituales sociales. También las enfermedades psicológicas dificultan el descubrimiento del “tú”, porque con su turbulencia impiden ver el fondo del mar personal. El “ello” del hombre es lo circunstancial de la persona: belleza física, salud psíquica, posesiones materiales, posición social, juventud o ancianidad. Cuando considero en una persona únicamente su atractivo físico o su simpatía, la trato como un “ello”. La atracción sexual y el enamoramiento que consideran únicamente lo que posee la otra persona, permanecen en el ámbito del “ello”. Todos los hombres son personas, fines en sí. Cuando nos acercamos a ellos con egoísmo posesivo y explotador, los objetivamos, los reducimos a meras “cosas”. Su contacto en vez de espiritualizarnos nos sumerge en lo material. También se da una mejor relación “yo-ello” cuando amamos en otro no lo que en realidad es sino la idea que nos hemos formado de su persona. Cuando se tiene una idea de la persona amada se le atribuyen cualidades y defectos y
78
Vivir con felicidad
defectos que reflejan nuestros gustos. De esta imagen mental se hace una especie de ídolo al cual uno se aferra. Esta imagen es “poseída” y nos hará dichosos o desgraciados en la medida en que la persona amada se conforma con esta imagen. Tratar a otra persona como objeto es denigrarla, porque nos apoderamos de ella como si fuera una cosa con tenencia de poseedores. En la relación-objeto queremos usar de las personas como si fueran cosas sin respetar su dignidad personal de “tú” frente a nuestro “yo” y lo convertimos en meros “ello” impersonal. Mediación corporal del encuentro interpersonal “El cuerpo y el sexo se vuelven “malos” desde que se los aísla, desde que dejan de ser valores mediadores al servicio de la persona. La perversión comienza precisamente en esa disociación, en esa objetivación del cuerpo o del espíritu que les impide controlarse y garantizarse mutuamente. Por lo tanto, el problema de la impureza es de orden metafísico y no moral” (R. Grimm). El encuentro interpersonal se realiza a través de la mediación corporal. El cuerpo humano es principio de individuación y de relación que hace concretamente al hombre un ser para el encuentro interpersonal. El espíritu humano es apertura al “tú”, porque Dios creó un universo de personas para la comunión que fueran imagen de la comunidad interpersonal trinitaria. El cuerpo humano, que está irrigado por el espíritu, participa de la naturaleza de comunión interpersonal del espíritu. Por eso el cuerpo humano es una realidad abierta hacia la relación interpersonal. Al cuerpo hay que entenderlo desde el espíritu y no lo contrario. En el encuentro “yo-tú” el cuerpo adquiere un matiz referencial hacia el espíritu. Es como una sonrisa que nos hace sentir la alegría original. En el encuentro “yo-ello” el cuerpo nos deja prisioneros, es pegajoso. Parecería que el cuerpo fuera espíritu congelado que brilla como una piedra preciosa despertando el deseo de posesión. En el encuentro “yo-tú” el cuerpo es camino hacia el espíritu y se percibe vaporoso y sutil. La diferencia se parece a los tipos de música: la música caliente 79
Horacio Martínez
excita la sensibilidad y aturde el espíritu, mientras la música clásica conmueve el espíritu a través de la magia del piano. En el encuentro “yo-tú” el cuerpo es presencia del espíritu, porque es sentido como alguien que viene y se hace presente en una figura humana. Es la experiencia que tenemos cuando contemplamos un niño recién nacido y percibimos detrás de sus ojos la presencia de alguien recién venido al mundo. En el encuentro “yo-tú” el cuerpo humano es experimentado como presencia del espíritu, como un signo que expresa un contenido trascendente. El yo percibe a través de la corporalidad del amado la presencia de un tú personal. La capacidad amorosa del yo consiste en la fuerza captadora de lo personal a través de la realidad corpórea del tú. Una persona ama a otra verdaderamente cuando logra percibir a través de su corporalidad la presencia de alguien inefable. Para el amante el cuerpo del amado es como el de un niño que deja transparentar su fuerza espiritual; por eso los que se aman gustan contemplarse en silencio, como lo hace la madre con su niño. La madurez personal consiste en la integración del cuerpo como sujeto y en la capacidad de entablar relaciones “yo-tú” con las demás personas. Con esto se logra integrar lo corporal a lo espiritual elevando el tener al ser. La relación “yo-tú” no niega lo corporal sino lo integra a lo espiritual. Humanización de la sexualidad “El fuego original y primordial, la sexualidad, levanta la llama roja del erotismo y ésta, a su vez, sostiene y alza otra llama, azul y trémula: la del amor. Erotismo y amor: la llama doble de la vida.” (Octavio Paz). El puesto central de la sexualidad en la vida humana se ha ido reconociendo cada día más. Las ciencias de la conducta humana nos muestran cómo la felicidad concreta de la persona depende en gran parte de la buena integración psíquica, social y ética que se logre del instinto sexual. La difusión más universal de la cultura ha concientizado a un mayor número de personas sobre este valor fundamental de la existencia humana, lo cual
80
Vivir con felicidad
ha despertado un interés creciente por el conocimiento de todo lo referente al sexo. Para responder al interés informativo del hombre actual sobre la sexualidad se ofrecen hoy una gran variedad de libros, revistas y películas que en su mayoría se caracterizan por su unilateralidad al tratarla. El noventa por ciento del material que pretende dar una información sexual se limita a presentar, con frecuencia deformado, el aspecto biológico. La verdad es que la sexualidad es una de las realidades más complejas de la existencia humana que por su naturaleza exige un tratamiento interdisciplinar donde colaboren todas las ciencias de la conducta humana para dejar en claro su auténtico sentido. Partiendo de una perspectiva global interdisciplinar presen tamos a continuación las dimensiones fundamentales de la sexualidad humana. Los elementos principales que entran en una consideración integral de la sexualidad son los siguientes: biológico, metafísico, psicológico, social, religioso y moral. La confrontación complementaria de los diversos aspectos es la única forma de llegar a descubrir el sentido integral que posee la sexualidad humana y a despejar los prejuicios y tabúes sobre la conducta sexual. El estudio global de la sexualidad lo vamos a enfocar desde el problema de la culturización del instinto sexual. El instinto sexual ha sufrido a lo largo de la historia de la humanidad un proceso de culturización. Por culturización entendemos aquellas modificaciones que los hombres han introducido al proceso natural del instinto sexual en orden a un uso más humano de esta fuerza fundamental de la existencia. Si recorremos la historia de la sexualidad desde el hombre primitivo hasta nuestros días encontramos tres aspectos fundamentales en su culturización: subjetivización, institucionalización y sacralización. El instinto se ha subjetivizado porque se ha relacionado con el encuentro inter personal en el amor. El instinto sexual se ha institucionalizado socialmente con el matrimonio. El instinto se ha sacralizado pues se considera un sacramento del encuentro con Dios. La culturalización del instinto sexual nos demuestra que la sexualidad humana es algo más que una fuerza biológica, pues posee unas dimensiones psíquica, social y religiosa que 81
Horacio Martínez
deben entrar en la valoración moral de la conducta sexual. En el comportamiento sexual entra en juego toda la personalidad lo cual nos exige una gran responsabilidad. Examinando críticamente las discusiones modernas sobre la sexualidad se llega a la conclusión que lo cuestionado es la relación tradicional entre instinto sexual y formas culturales de su uso. ¿La liberación sexual actual no va contra la subjetivización del instinto? ¿El divorcio y las relaciones prematrimoniales no ponen en discusión la institucionalización tradicional de la conducta sexual? ¿El matrimonio civil acaso no es una secularización del sexo? La sexualidad tiene la capacidad de convertirse en palabra de amor dentro de un encuentro interpersonal. El hombre y la mujer por la unión de sus cuerpos expresan y acrecientan la comunión espiritual del amor. Sin la mutua ternura los gestos sexuales no tienen sabor auténtico y a la larga producen el hastío. El amor moldea profundamente la sexualidad humana, porque la va haciendo cada vez un instrumento más perfecto de comunicación interpersonal. A los arrebatos sexuales de la juventud sucede la compenetración de la mutua presencia en la vejez. Esta subjetivización del instinto sexual se presenta siempre problemática para el hombre de nuestros tiempos. Por un lado existe la tensión hacia la objetivización de lo sexual por la pornografía, la prostitución y la promiscuidad sexual. Por otro lado en algunas mentalidades se espiritualiza tanto lo sexual que pierde su carácter de gesto concreto que expresa y realiza un encuentro amoroso. La sexualidad produce la alegría de amar a través de todo el ser completo. El que la experiencia de ser amado se viva intensamente en el goce sexual tiene su fundamento en el carácter corporal del hombre. Para el hombre que es de naturaleza corporal, el placer sexual es algo positivo. El placer sexual no depende tanto de las técnicas de hacer el amor cuanto de la intimidad de la pareja. La mutua ternura es el alma de todo gesto sexual y el secreto para vencer el aburrimiento en el campo sexual. El disfrute del sexo conlleva un compromiso con el otro. El descubrimiento progresivo del cuerpo del otro y de su
82
Vivir con felicidad
sensibilidad erótica debe marcar etapas de madurez en la relación interpersonal. Las relaciones sexuales de un hombre y una mujer solamente procurarán la satisfacción de una verdadera plenitud allí donde existe un compromiso mutuo entre dos compañeros. El matrimonio es la situación ideal para una heterosexualidad gratificante, pero lo decisivo para el éxito de la relación sexual no es el matrimonio en cuanto tal, sino una determinada cualidad del encuentro entre los dos sexos. Todo hombre está obligado a promover los valores integrales de su sexualidad inscritos en su estructura racional. Si la exis tencia humana es sexuada, la realización del hombre obliga a promover la sexualidad. Pero no es una obligación que lleve hasta el acto sexual, porque el hombre como ser sexuado puede relacionarse heterosexualmente en variedad de formas y el matrimonio es la ordinaria pero no la única forma de realización plena de la sexualidad. Todo hombre está obligado a observar la castidad. Por castidad hay que entender la integración del impulso biológico al encuentro interpersonal en el amor, al bien social y al encuentro con Dios. La castidad no es represión sexual sino una virtud positiva que permite el uso humano de la sexualidad. La impureza no consiste fundamentalmente en la búsqueda de un placer sexual prohibido sino en la negación a un uso humano de la sexualidad. La impureza es un uso simplemente instintivo de la sexualidad. “El cuerpo y el sexo se vuelven “malos” desde que se los aísla, desde que dejan de ser valores mediadores al servicio de la persona. La perversión comienza precisamente en esa disociación, en esa objetivación del cuerpo o del espíritu que les impide controlarse y garantizarse mutuamente. Por lo tanto, el problema de la impureza es de orden metafísico y no moral.” (R. Grimm). “El espíritu de castidad debe enseñarse desde la infancia y constituir el eje de la educación y el amor.” (R. Grimm).
83
Horacio Martínez
Concepción personalista del matrimonio “Parece que la naturaleza ha querido el amor por sí mismo, es decir, que ha tenido en vista en primer término no a la especie sino al individuo.” (J. Guitton). Actualmente estamos viviendo un cambio fundamental en la manera de concebir y vivir la relación matrimonial. Se está pasando de una concepción contractual a una relacional. Comprender esta evolución ayudará a vivir de una manera más plena los valores propios del matrimonio. En la concepción contractual, la primera razón de ser del matrimonio son los hijos que de él nacen, porque la sexualidad se considera dada al ser humano para asegurar la perpetuidad de su especie. Porque la sexualidad se halla en íntima relación con la procreación, su uso ha de permanecer circunscrita al interior del matrimonio institucional. El premio individual a que se hace uno acreedor por este servicio prestado a la supervivencia del género humano es el goce sexual, al que, sin embargo, no hay que perseguir como un fin en sí. Se institucionaliza la relación de los sexos con la mira puesta en el bien de la prole y se considera el matrimonio ante todo como un contrato. Para la concepción relacional, la sexualidad no es algo que está al servicio de la procreación, ni es tampoco un simple medio para llegar al goce, sino que es un elemento integrador en la edificación de las relaciones entre hombre y mujer, porque este es el fundamento sobre el cual es posible asentar esa relación de amor. La sexualidad es el lenguaje del amor, porque está al servicio de la integración amorosa del hombre y de la mujer, lo cual es un fin en sí mismo y está por encima de la necesidad de satisfacer los instintos que operan en el hombre y la mujer por separado. “La finalidad de la pareja no es procrear, sino realizar la expansión mutua de dos seres en uno solo y volverse así reflejo terrestre del amor de Dios.” (R. Grimm). Desde el punto de vista individual, en la concepción rela cional se aspira a llegar al perfeccionamiento personal por medio de las relaciones sexuales satisfactorias. El mutuo placer sexual se busca como un elemento expresivo e integrador
84
Vivir con felicidad
de la relación. Se espera una satisfacción de las necesidades afectivas, algo que sólo puede realizarse cuando se desarrolla una vinculación personal verdaderamente profunda. Si no se consigue la realización personal, por mutuo entendimiento se admite la posibilidad de llegar a una disolución de la convivencia matrimonial. Desde el punto de vista social, no se trata de mantener el matrimonio por cumplir un contrato concertado un día, sino de mantener la relación matrimonial que lleva en sí todas las posibilidades de su propia permanencia. El matrimonio da lugar a enlaces que consiguen su estabilidad desde dentro y no por presiones exteriores. El mutuo amor es lo que sustenta al matrimonio. El matrimonio como relación “La libertad es el clima del amor. La pareja está formada por dos personas que se aman y que deciden juntas, bajo la mirada de Dios, pero también con su razón, acerca de su destino y de su manera de amarse.” (R. Grimm) El matrimonio relacional se centra en la relación como tal. La meta suprema de la mujer y el marido es una unión sumamente estrecha, una verdadera unión. Es un poner el acento en el «nosotros» en lugar del «tú» y del «yo». Se busca la fusión de las diversas identidades de los cónyuges sin perder la individualidad personal. La armonía dentro de la convivencia matrimonial debe respetar la personalidad de cada uno, evitando la dependencia total de uno al otro. Es coordinación que respeta las diferencias. En esta forma de vivir el matrimonio se afirma la igualdad fundamental del hombre y la mujer. Se busca el éxito matrimonial a través de la mutua aceptación como personas, del diálogo y de la cooperación. La totalidad de la convivencia entre el hombre y la mujer se ve como el fruto de una mutua creatividad que produce el efecto de una profunda alegría de realización plena. Casarse aparece como una promesa de compartir absoluta mente todo, lo cual abarca todas las decisiones y acciones que 85
Horacio Martínez
puedan afectar la relación. La infidelidad matrimonial sería no poner en práctica esta entrega total. Todo lo que impidiera a un casado compartir con su pareja ocupa existencialmente el puesto de un amante, sea un empleo absorbente, un hobby apasionante o una amistad encantadora. El matrimonio relacional se refiere más a una vida compartida que a unos intereses compartidos. Lo esencial es la implicación mutua con otra persona por amor. El matrimonio no se construye sobre la base de los intereses; se construye sobre la relación amorosa donde el compañero es el centro. Tener muchos intereses en común es el resultado de un buen matrimonio relacional, no la causa. El matrimonio es una relación total que hay que vivir, no una serie de problemas para resolver. Cuando un matrimonio está en dificultades la solución no está en atacar los problemas sintomáticos sino en descubrir los factores que están impidiendo una relación armónica, como la inmadurez afectiva y la irresponsabilidad. La exclusividad es la garantía del matrimonio relacional. Con la adquisición de actitudes y acciones de exclusividad se evita el adulterio. Por ejemplo, la búsqueda de armonía sexual con la esposa ayuda a «monogamizar» el amor conyugal. Un matrimonio relacional no puede progresar o sobrevivir sin un grado elevado de respeto mutuo. El respeto del propio cónyuge es uno de los dones más remuneradores de un matrimonio. La convivencia matrimonial presupone hoy una compatibili dad integral. Una compatibilidad sexual para que tanto el hombre como la mujer encuentren la satisfacción básica de su sexualidad; la falta de armonía sexual es una de las causas fundamentales de conflictividad dentro del matrimonio. Una compatibilidad psicológica con afinidad de gustos, comprensión mutua y tolerancia recíproca de los defectos de los dos. Una compatibilidad cultural de educación similar, de intereses comunes respecto a las diversas manifestaciones culturales. Una compatibilidad de valores éticos y religiosos en sus pautas fundamentales. Una compatibilidad sociofamiliar donde él y ella se encuentren a gusto, al menos sin grave conflicto, con los miembros de la familia de su cónyuge. Una
86
Vivir con felicidad
compatibilidad laboral donde haya interés mutuo por las tareas desempeñadas por cada miembro de la pareja. Lograr esta compatibilidad integral es la meta de la convivencia matrimonial. Esta compatibilidad es progresiva y fruto del esfuerzo de las dos personas que conforman la pareja. Para lograr esta progresiva compatibilidad se requiere la capacidad básica de cada uno de los cónyuges y el esfuerzo mutuo para alcanzarla mediante el trabajo diario. Durante el noviazgo se debe verificar si se da la compatibilidad suficiente para construir la armonía conyugal en todos sus aspectos. Durante los primeros meses de convivencia matrimonial hay que buscar la consolidación de la armonía de la pareja realizando el mayor número de cosas juntos, comunicándose al máximo y buscando la mutua comprensión en todos los aspectos de la personalidad. La consumación del matrimonio no es sólo física sino integral y consiste en lograr la armonía conyugal en la convivencia. Esta consumación integral debe ser buscada inteligentemente por los dos. En la vida matrimonial siempre habrá conflictividad y hay que aceptarla con realismo viendo que la riqueza de la vida nace de la conjunción de armonías y desarmonías. Lo que importa es que predominen las armonías y se acepten y toleren las desarmonías. El matrimonio es una comunidad construida a base de intercambios, e incluso de enfrentamientos, entre seres diferentes y autónomos, por lo cual no hay que soñar con que el matrimonio sea la supresión de todas las distancias entre los cónyuges por la fusión en la manera de pensar y de obrar. Cuando el conflicto matrimonial se agudiza hasta el punto del rompimiento de la convivencia, pueden encontrarse varios factores de este fracaso. Falta de madurez personal para entrar en el estado matrimonial. Falta de compatibilidad básica con esta determinada persona para una convivencia permanente. Falta de esfuerzo diario para acrecentar la armonía conyugal a todos los niveles. Los esposos tienen el deber del diálogo. Dialogar es tomar una conciencia más profunda de sí mismo diciéndose al otro; es escuchar, acoger al otro en lo que es, en sus aspiraciones más personales, que son muchas veces las más desconocidas de él. La razón fundamental de la comunicación entre los 87
Horacio Martínez
esposos es descubrir las necesidades, deseos y sentimientos de su compañero. La comunicación es una interacción muy compleja que hay que aprender y desarrollar en la práctica diaria. La verdadera comunicación es una mutua comprensión, mediante el esfuerzo por dejar que otro esté presente para nosotros, y por estar nosotros presentes a otro. Es el intento de participar la privacidad con otro ser humano. Esta relación de comunicación abarca tanto la dimensión informativa como la emocional. Para comprender a otro, hemos de ser capaces de entrar en su mundo de sentimientos. La comunicación en el matrimonio exige en alto grado esta comprensión de sentimientos y de reacciones. Comprensión que exige una aceptación sin reservas de la otra persona. Atenta contra la comunicación matrimonial la tendencia a escuchar, no las palabras que se dicen, sino nuestras adiciones inconscientes a lo que se dice. El uso que hacemos del lenguaje es también fuente frecuente de nuestros problemas de comunicación, porque las palabras pueden sugerirnos resonancias que tergiversan el contenido del mensaje objetivo de nuestro interlocutor. El ser humano usa barreras, amortiguadores y excusas para evitar una auténtica comunicación. A veces toma una actitud defensiva, si se siente atacado en alguna área en que se crea inseguro o inferior. Por eso la mujer debe evitar expresiones y reacciones «castradoras» de su marido, que lo hacen sentirse menos hombres. Y el esposo no debe emplear expresiones despreciativas de la forma peculiar de ver las cosas su mujer. Si la comunicación falta, el matrimonio nunca llegará a lograr desarrollar sus potencialidades. Cuando más profunda y más significativa sea la relación deseada por la pareja, más necesaria se hace la comunicación. La comunicación se convierte así en la piedra clave sobre la que se construyen los matrimonios. La pareja debe dedicar un rato cada semana a conversar de su amor y de su vida. La auténtica comunicación entre esposos es la antítesis de una idea de derechos y compromisos contractuales. Se basa en una actitud de darse mutuamente.
88
Vivir con felicidad
3.2. El amor
El amor “El amor es la única respuesta satisfactoria al problema de la existencia humana” (Erich Fromm). El amor es una mirada profunda sobre otro ser humano que nos permite descubrir el tú personal que está detrás de las máscaras como la belleza física, la simpatía, los conocimientos. El amor me revela el otro como ser-valor personal, haciendo de él una presencia para mí. Una persona accede al amor cuando logra percibir a través de la corporalidad la presencia de alguien inefable, de un espíritu luminoso, que fascina el corazón. El amor es un reconocimiento afectivo de un tú que nos encanta y que produce en nuestro corazón un incendio incontrolable que nos llena de alegría. “La persona es un bien tal que solo el amor puede dictar la actitud apropiada y valedera respecto de ella”. (Juan Pablo II ) El amor infunde la dinámica propia de los espíritus a todo el ser del hombre. Nos materializamos en la medida en que nos encerramos en nosotros mismos por el egoísmo y tratamos a las demás personas como un «ello» objetival. Nos espiritualizamos según nos abramos por el amor hacia otros seres espirituales considerándolos como un «tú». “El amor es la mejor música en la partitura de la vida. Sin él serás un eterno desafinado en el inmenso coro de la humanidad” (Roque Schneider). El amor es apertura que vuelve todo tener en ser. Volver el tener en ser sólo es posible por obra del amor que eleva «lo mío» (el cuerpo) hacia el «yo» (el espíritu), incorporando el tener al ser. Al reconocer sus respectivos valores, el amor rompe la tensión propia del tener entre poseedor y poseído, pues se relaciona con el amado, no como si fuera un objeto, sino como una persona, que a su vez considera y se relaciona con el amante como persona. “El amor todo lo vence. Dejémonos vencer por el amor” (Virgilio). El amor hace libre a la persona, porque el hecho de la respuesta al valor personal del otro es el ejercicio supremo 89
Horacio Martínez
de la libertad. La relación «yo-ello» quita la libertad propia, porque tiene un carácter eminentemente posesivo. La relación «yo-tú» del amor, todo lo contrario, es una afirmación de sí libre, un don en el que el donante mantiene la propia libertad. El camino de la realización de la libertad es el encuentro «yotú». “Cuanto más grande sea un hombre, más hondo es su amor” (Leonardo da Vinci). “El amar es algo tan extremo, tan grande, tan esencial; abarca tan absolutamente la persona, que su calidad puede servir de patrón para medir la grandeza y profundidad natural del hombre” (Hildebrand). Cuando amamos de verdad el tiempo se abre hacia el futuro de la esperanza. Cuando el tiempo es cerrado y no vemos ninguna posibilidad ni incentivo para vivir nos sentimos solos. La soledad hace que las personas se sientan superfluas y que consideren las cosas como absurdas y la vida como un sin sentido. El hombre es un ser para la vida y no para la muerte, porque es un ser para el amor. “Amamos la vida, no porque estemos acostumbrados a vivir, sino porque estamos acostumbrados a amar” (Nietzche). Necesitamos construir una vida rica en relaciones satisfactorias. Hay que “optimizar” nuestros momentos de encuentro interpersonal con todo tipo de personas. Tener conexiones cálidas con los demás. Las relaciones sólidas son como vitaminas emocionales. Aumentar el valor nutricional emocional de cada una de nuestras relaciones de forma que se aproximen al tipo Yo-Tú. La categoría básica de lo humano no es el individuo con derechos sino la relación con los demás. La mirada del amor es el reconocimiento mutuo como personas de donde nace una relación interpersonal comprometida con el bienestar del otro. “El amor es dado por Dios y no deberíamos despreciarlo. El amor es el alma y la vida de este mundo” (Giordano). El amor considera «lo que es», es decir, el ser de otra persona en cuanto que es valor en sí. Es un amor que penetra por una especie de intuición afectiva hasta la sustancia de la persona. Por eso es un amor firme, porque está fundamentado «en lo que permanece» y no en lo que cambia. “La razón puede advertirnos qué es lo que se debe evitar; pero únicamente el corazón nos dice lo que hay que hacer.” (J. Joubert).
90
Vivir con felicidad
Según C. S. Lewis, el amor “no significa una emoción. No es un estado de los sentimientos sino de la voluntad; esa facultad del alma que gobierna nuestros actos, y que debemos aprender a usar con las otras personas”. “El amor se podría definir como: el acto(s) de esforzarnos por los otros; identificar y responder a sus necesidades legítimas, y buscar su mayor beneficio. La paráfrasis apropiada sería: El amor es lo que el amor hace” (James C. Hunter). El amor es la acogida de reconocimiento del otro como valioso estableciendo un diálogo de encuentro y un compromiso de cuidarlo. El fenómeno del amor se explica como un encuentro espiritual de un yo con un tú, centro a centro de la personalidad. El amor verdadero no es la satisfacción de una necesidad personal sino el compartir, el dar el ser a otro. El amor viene de las entrañas de la persona. Sólo tú tienes el poder de abrir y cerrar tu propio corazón a las demás personas. Abre el grifo de tu corazón y deja que fluya el cariño hacia las personas que te rodean. “¿Nunca debéis amar? No, ciertamente no. Si no amáis seréis inertes, muertos, despreciables y miserables. Amad. Pero fijaos en lo que amais” (San Agustín). En la experiencia interior del amor no importa la clase de persona. La esencia es sentirse invadido por su presencia en el fondo del alma que llena de dicha y abre a una relación de cuidado. La respuesta afectiva ante el otro es espiritual, la voluntad entra con la aprobación. Para los místicos el centro del espíritu es como un círculo de amor o una hipersensibilidad espiritual para sentir la presencia del otro. Las experiencias profundas de amor interpersonal nos van perfeccionando esta capacidad de amar. Todos vinimos al mundo “para vivir un gran amor” (Vinicius de Moraes). El amor pleno debería ser para Dios: con todo el corazón, con toda la mente. Y desde el amor a Dios abrirse al amor a sí mismo, a los demás hombres y a todas las criaturas. Amar de una manera absoluta a otro ser humano es una especie de idolatría. No se puede renunciar a amar sino amar de una manera correcta. “¡No aceptar nada como verdad que esté privado de amor. Y no aceptar como amor nada que este privado de verdad! El uno sin el otro se convierten en una mentira destructora”. (Sor Teresa Benedicta) 91
Horacio Martínez
El amor es como el azul del cielo que armoniza en el horizonte los colores de los árboles y demás objetos. Sin la luz, la rosa del jardín, los pastizales, las montañas y todas las cosas permanecen sin color. Sin el amor el hombre permanece en la opacidad de la muerte vital. Amando el hombre adquiere el color que le pertenece, produce dentro de su vida una sinfonía de luminosidad y de calor. Reconocimiento respetuoso del otro como un tú “La actitud fundamental de respeto es la base de todos los modos de conducta moral ante nuestro prójimo y ante nosotros mismos” (D. von Hildebrand). El amor me revela el ser de otra persona, haciendo de él una presencia para mí, al tiempo que yo soy una presencia ante él, un Yo frente a un Tú. El amor es un camino de belleza para llegar al «tú». El amor considera a la persona como valor individual único. Esto en dos aspectos. En primer lugar, como persona individual con una identidad esencial que la hace única en el mundo: como «lo que es». En segundo lugar, como un valor que debe desplegarse «como lo que debiera ser». En resumen, como un ser valioso personal que debe desarrollar su riqueza. Por el amor nos acercamos a otra persona no como a un «ello» con cualidades físicas y anímicas que nos atraen y emocionan, sino como a un «tú» personal que es un foco de inteligencia, amor y acción con unas características individuales exclusivas. El «tú» aparece como una especie única y se le podría atribuir lo que pensaban los medievales sobre los ángeles como constituyendo cada una especie diferente. Por eso el amor es una mirada metafísica sobre el hombre que descubre su esencia individualizada e irrepetible. El reconocimiento del otro como persona confiere autoestima a la persona receptora . Descubrir el «tú» es descubrir al otro como único e irrepetible, lo cual es el fundamento de la monogamia. Se supone que quien se encuentra con un «tú» en una relación de
92
Vivir con felicidad
amor pleno adquiere una actitud exclusiva ante un ser único en el mundo. Lo institucional jurídico viene a expresar es algo que existía y no crea propiamente la relación monogámica. El problema está con los que se casan sin haber llegado a la relación interpersonal yo-tú. La mirada del amor es un descubrimiento del otro como tú personal y además una opción de lo profundo de nuestro ser espiritual por este «tú» que interroga nuestro «yo». Esta capacidad para realizar opciones por un «tú» personal es lo que constituye la esencia de la madurez afectiva. En efecto, al abrirnos hacia lo personal individual optamos por una persona irrepetible y entablamos una relación exclusiva con ella. Para el hombre que de veras ama a una mujer, ella es única en el mundo y no puede ser reemplazada por otra igual. Por eso la madurez afectiva del hombre consiste en la capacidad para entablar una relación monogámica con una mujer. Lo que fundamenta el matrimonio es el hecho de que dos seres humanos se revelan el «tú» el uno al otro. El descubrimiento del «tú» es el factor metafísico del amor, del cual los sentimientos son meros acompañantes, Es el amor y no los sentimientos los que producen la vida interpersonal. A los sentimientos se los tiene; el amor es hecho que se produce. Los sentimientos sólo conocen el «objeto»; el amor el «sujeto». El verdadero amor es más que sentimentalismo, porque pasa por la inteligencia. El sentimiento capta en el otro un «ello» con cualidades que impresionan y deleitan a los sentidos. La inteligencia se dirige al ser y capta al otro como un a un ser subsistente, como un «tú» personal. Cuando la inteligencia ha captado el «yo personal» del otro, a este «tú» se le entrega el verdadero amor. Lo que distingue el amor de sus falsificaciones es la capacidad de penetrar hasta el yo profundo de la otra persona descubriendo la intimidad de su ser espiritual. El verdadero amor existe no a pesar de conocer el verdadero rostro de la persona amada, sino precisamente porque lo conoce.
93
Horacio Martínez
Compromiso libre “Dar el corazón es darlo todo” (Gandhi). La esencia del verdadero amor es la entrega por el valor mismo de la otra persona, no por las ventajas que nos reporta. Es la entrega de un ser consciente y libre a un ser consciente y libre que se funda en el hecho de ser la persona un fin en sí mismo. El don de sí mismo a otro es la consecuencia de aquella intuición del valor personal del tú, que nos lo descubre como un «otro yo». Más aún, el verdadero amor, aunque presupone el conocimiento del valor personal del «tú», no da una respuesta medida por éste. En el amor hay siempre un «más» infundado, algo que sobrepasa el valor personal y que es puesto por la libertad del que ama. De aquí nace esa tendencia a elevar al amado y mediante el cual se eleva espiritualmente el amante. El amor es una «gracia» del que ama hacia el ser amado, porque es concebido como un «tú» y acogido como tal por otro yo. El que ama hace sentir al amado que es persona, un ser peculiar y singular en el mundo abierto a la realización de valores. La gratitud del amor que personaliza al tú amado no es ningún mérito sino don personal. Se abre al amor quien posee una actitud de acogida del otro como un «tú» y esta disposición es el apriori de la relación interpersonal. La crisis actual de las relaciones humanas se soluciona abriéndonos al ideal del amor que se compromete a cuidar del otro y de los otros. Por eso hay que impulsar una civilización del amor que cuida, de la compasión y de la solidaridad. Cuando el amor invade nuestro corazón no podemos menos que cuidar a todos los seres humanos y a la naturaleza. “Mi amor es mi peso; por él voy dondequiera que voy” (San Agustín). Comprensión mutua “Siempre que haya reciprocidad, se puede hablar de que Dios ha pronunciado una palabra entre dos personas y de que, con ella, se les ha encomendado a ambos de algún modo la “misión” de amar al otro” (Hildebrand).
94
Vivir con felicidad
La esencia del amor es el encuentro del uno al otro persona a persona. El amor atrae y une a los hombres centro a centro. “Encontrémonos siempre con una sonrisa, porque la sonrisa es el comienzo del amor” (Madre Teresa). Cuando se mira al otro como un «tú», como a persona libre, el yo se subordina a algo que es «más que yo mismo» y se realiza el encuentro espiritual o copresencia que incluye con el amor, disponibilidad, fidelidad y esperanza. El egoísmo nos hace impermeables y opacos mientras el amor nos abre translúcidamente hacia el «tú». Siendo el ser de la existencia una relación de «yo» y «tú», o de «nosotros», se llegará a la plenitud cuando el yo se encuentre con el «tú». “Cuando hay un amor profundo recíproco “existe un gran misterio entre nosotros” (Claudel). La tragedia del hombre moderno es su soledad, debida a que trata al otro como un objeto, como un «ello» y no como una persona, que es un «tú». Esta relación del «yo» con el «tú» sólo se obtiene cuando ésta se hace presente en el amor. Los hombres deben trabajar para que la sociedad sea un «nosotros» viviente, una comunidad amorosa donde se trate al otro como un hermano, como un «tú». En el mundo actual se le da primacía a la capacidad de experiencia sensible y de utilización de la materia con lo cual no se desarrolla el poder del hombre de entrar en relación interpersonal, que es la única capacidad en virtud de la cual el hombre es susceptible de vivir la vida del espíritu. “Tanto el mercado como la política tienen necesidad de personas abiertas al don recíproco.” (Benedicto XVI). Cuidado por el otro “Cuando amamos, cuidamos; y cuando cuidamos, amamos. Por eso el ethos que ama se completa con el ethos que cuida. El cuidado constituye la categoría central del nuevo paradigma de civilización que trata de emerger en todo el mundo” (Leonardo Boff). El amor es la pasión por cuidar a los demás. El amor es un compromiso de cuidar al otro. En el momento en que uno se compromete definitivamente a cuidar de otra persona, el amor se pone en marcha. Se ama de verdad a otra persona cuando 95
Horacio Martínez
uno se compromete a cuidarla. La actitud de cuidar derriba la indiferencia con el otro. Cuidar de alguien es atenderlo, es tratarlo con deferencia. El cuidado saca al otro del anonimato, pues es reconocido como un ser único y se vuelve foco de atención personal. El cuidado requiere receptividad del otro. El cuidado es una actitud de preocupación y de compromiso efectivo por el otro. La ética del cuidado tiene en cuenta las debilidades humanas y las responsabilidades en su contexto histórico particular. La actitud de cuidar se manifiesta en el espíritu de delicadeza con los demás. El amor a otra persona no es más que una proyección o prolongación del amor que se tiene uno a sí mismo: por eso el «tú» humano de nuestro amor es «otro yo». Amar no es sentir sino ante todo querer el bien del «tú» con todas las fuerzas. No es sentimentalismo sino entrega; no es hacer actos aislados por otro sino acogerlo interiormente y poner desinteresadamente toda su actividad a su servicio. Amar no es dar de sus cosas sino darse principalmente a sí mismo. El amor es cuidado por el tú. Cuando se ama de verdad uno se preocupa porque la persona amada despliegue su riqueza personal y se realice en sus posibilidades como ser humano. Según Leonardo Boff, “cuidar del otro es velar para que este dialogar, esta acción del diálogo yo-tú, sea liberadora, sinergética y constructora de una alianza peremne de paz y amor.” El amor es creatividad porque impulsa al amante a promover el desarrollo personal del ser amado. Y al ser correspondido, se entabla una colaboración creativa que lleva a la plenitud. Y el efecto de sentirse plenamente realizados es la mutua felicidad. El amor es arte y oficio: hay que trabajarlo diariamente. El amor en la relación de pareja “El hombre se asemeja cada vez más a Dios sólo cuando clarifica y configura también su relación con la mujer de acuerdo con el designio originario de Dios: no sometimiento sino igualdad; no menosprecio, sino estima; no enfrentamiento, sino armonía; no escisión, sino fusión” (A. Grün).
96
Vivir con felicidad
El amor de pareja es el reconocimiento mutuo del otro como un tú personal y el compromiso, sin engaños y de manera fiel, de compartir la vida y de cuidarse con ternura en todas las situaciones de la existencia pase lo que pase y para siempre. Si la presencia de otra persona nos produce paz, alegría, cariño, respeto, deseo de cuidarla y de unirse espiritualmente a ella, es que Dios nos hace un gran regalo, porque estos sentimientos son dones del Espíritu Santo. El hombre está hecho de amor, porque es imagen de DiosAmor. No hay nada en Dios que no sea amor. Comprender el amor es comprender a Dios. Buscar siempre el rostro de Dios en el rostro del otro. Los que se aman reflejan el uno para el otro el rostro de Dios, el amor de Dios. Por eso las bendiciones de Dios pasan por el corazón de aquel a quien amamos y nos ama.
3.3. Felicidad y amor
La alegría de amar “Todas mis ilusiones arden en fiesta de alegría y todos mis deseos maduran en frutos del amor.” (Rabindranath Tagore). Amar es sentir una profunda alegría. Gracias al amor la vida se vuelve una canción alegre. No se teme ya al sufrimiento porque el amor da el coraje para enfrentarlo con alegría. “El amor expulsa el miedo. Neutraliza una multitud de pecados. Es absolutamente invencible. No hay dificultad que con suficiente amor no se supere; ninguna enfermedad que con suficiente amor no se cure; ninguna puerta que con suficiente amor no se abra; ningún abismo que con suficiente amor no se salve; ningún muro que con suficiente amor no se derribe; ningún pecado que con suficiente amor no se redima… Si sólo pudiéramos querer lo bastante, serías el más feliz y el más poderoso ser sobre la tierra” (Emmet Fox). Todo espíritu humano está sediento de felicidad, de alegría y de paz verdaderas. Todas estas cosas, con todo, no sabe 97
Horacio Martínez
buscarlas donde se encuentran: en el verdadero amor que es don de sí mismo. La felicidad moral es la perfecta realización del sujeto espiritual. Y sólo el amor espiritualiza al hombre personalizándolo. “Los vencedores no son aquellos que están siempre aferrados a sus bienes, ni los que se pasan rezando con las cuentas secas del deber; son aquellos que aman porque viven, y vencen de veras porque de veras se dan; los que aceptan el dolor con toda su alma y con toda su alma separan el dolor; los que creen porque conocen el secreto de la única alegría, que es el secreto del desprendimiento”. (Rabindranath Tagore). Cuando se logra el estado de amor universal la vida es colmada de alegría. El amor es fuente de alegría, esperanza y vida. El amor es la sangre de la evolución espiritual del universo. El amor mueve la historia hacia el bien. “La falta de amar es un grado de imbecilidad, porque el amor es la perfección de la conciencia. Nos amamos porque nos comprendemos, o, más bien, no comprendemos porque no amamos. Porque el amor es el sentido último de cuanto nos rodea: es la verdad, es el gozo que está en la raíz misma de toda creación” (Rabindranath Tagore). Vivir la existencia con un sentido de amor es la clave de la felicidad. “La felicidad es la cosquilleante arremetida del amor en acción, el flujo del Ser que se alarga para encontrarse consigo mismo y se curva hacia atrás encantado por el contacto. El amor quiere encontrarse a sí mismo y cuando el circuito se completa, fluye la felicidad.” (Deepak Chopra). Para Aristóteles, “Amar es alegrarse”. La alegría es un efecto del amor. Bergson distingue el “placer” de la “alegría” que irradian los héroes y los santos. El placer (incluso el legítimo) es pasivo, individual, incomunicable; disminuye en intensidad cuando se procura comunicarlo; en fin, se agota rápidamente. La alegría, por el contrario, es la culminación de una acción desinteresada; es acción, es construcción; irradia por sí misma, y crece al comunicarse; en fin, se renueva por sí misma, porque es inagotable. “¡Vive hoy! ¡Arriesga hoy! ¡Hazlo hoy! ¡No te dejes morir lentamente! ¡No te impidas ser feliz!” (Martha Madeiros). Ya desde la antigüedad San Gregorio había dicho que lo que distingue a los “bienes materiales” es que tan pronto como se los gusta sacian y hastían; los “bienes espirituales”, por
98
Vivir con felicidad
el contrario, cuando se está privado de ellos, parecen faltos de realidad, mientras que cuando los gustamos no podemos hartarnos de ellos. Entre estos bienes espirituales el principal es el verdadero amor que produce aquella profunda alegría que es fruto del esfuerzo, dilatación del ser, irradiación, comunión y fuerza propulsora hacia delante. El cuerpo y la mente del hombre tienen sed de amor. Por eso cuando alguien percibe que otro ser lo ama se experimenta una sensación de júbilo y los problemas cotidianos parecen más ligeros. “Si tu meta principal es ser feliz, vas a ser infeliz; pero si tu meta principal es amar, vas a ser feliz” (Anónimo). Amar es sentir una profunda alegría. Cada vez que se ve al ser amado, cada vez que se habla con él, el corazón estalla de alegría. ¡Qué dulce es amarlo! ¡Qué bello es pensar en él! Cuando uno está con la persona que se ama, sonríe el corazón, se oye una música que embeleza el espíritu, el ser es invadido por una ternura muy grande. Cuando la persona amada está lejos y se piensa en ella, se siente en el fondo del ser una dulce ternura que acompaña y que llena la existencia de alegría y de paz. Gracias al amor la vida se vuelve una canción alegre. No se teme ya al sufrimiento porque el amor da el coraje para enfrentarlo con alegría. Ya en el corazón no hay espacio para el odio o el resentimiento sino para la compasión y el perdón. Esta alegría del amor es causada por la contemplación del universo maravilloso del espíritu con todas sus inefables bellezas. El amor nos hace comprender que realmente “hay en el hombre más cosas dignas de admiración que de desprecio” (Camus). Por el amor verdadero descubrimos esos tesoros ocultos en la persona humana que son de una belleza fascinante, y “con la contemplación de lo bello crecen las alas de nuestra alma”, como decía Platón (Fedro, 249). El amor es quien verdaderamente nos lleva a contemplar lo Bello. El amor nos hace comprender que no hay nada banal en la existencia humana. Si la salvación del hombre está tejida del amor que nosotros vivimos, entonces cada acto de amor importa en alto grado y el amor es el único que puede dar al hombre la alegría de existir. “Quien, aunque fuera una sola vez, amó y fue amado de verdad, por miserable que sea su vida ulterior no debe maldecir demasiado del destino.” (A. Graf) 99
Horacio Martínez
“Es vergonzoso ser dichoso uno solo”, ha escrito Camus. El amor es una doble fuente de dicha, porque es una alegría que al comunicarse se multiplica. Quien no se ama sino a sí mismo es un desgraciado por todos los costados. “La felicidad suprema de la vida es la convicción de que son amados” (Víctor Hugo). “La felicidad consiste en tener siempre algo que hacer, alguien a quien amar, y alguna cosa que esperar” (Thomas Chalmers) La paz interior y el amor “¿Quién puede llamarse rico? Aquel a quien su fortuna le produce paz interior” (Rabino Meir, siglo I). La paz del espíritu es otro fruto precioso del verdadero amor. Inquieto está nuestro corazón hasta que vive el amor con autenticidad. La paz es la tranquilidad del orden, pero del orden del amor. Solamente del orden de lo correcto, que es una exigencia del amor, nace la paz profunda del espíritu. La quietud del espíritu está en el amor vivido en todas sus exigencias. “Mirar hacia dentro para conocernos mejor, cambiar lo que podemos y aceptar lo que no, es el camino para estar en paz con nosotros mismos y con los demás” (Julio Bavione). “Nadie puede ser feliz si no se aprecia a sí mismo” (Rousseau). La paz sólo se da en el orden del amor, porque es el amor quien actualiza el ser del hombre plenificándolo. Plenitud que colma la insatisfacción metafísica del hombre, ser finito con capacidad de progresar en el orden del amor. San Agustín ha destacado bastante este aspecto, pues, para él, la virtud es el “ordo amoris”. Este orden del amor es descrita por el mismo santo: “Vive justa y santamente el que estime en su valor todas las cosas. Este será el que tenga el amor ordenado de suerte que ni ame lo que no deba amarse, ni deje de amar lo que debe ser amado, ni ame más lo que se debe amar menos, ni ame con igualdad lo que exige más o menos amor, ni ame, por fin, menos o más lo que por igual debe amarse.” El amor nos ayuda a encontrar nuestra alma gemela masculina o femenina según el caso. En el mito del Banquete de Platón los humanos antes eran hermafroditas y Dios los
100
Vivir con felicidad
dividió en dos mitades que desde entonces vagan por el mundo y se buscan. Por esto, cada uno de nosotros tiene en algún lugar del mundo a su mitad, con la cual formó un día una sola alma y un solo cuerpo. El ser del hombre es inquietud en espíritu vivo, como una pecera es inquietud en materia viva. El hombre es inquietud pensante, inquietud existencial, inquietud amante. Pero el hombre no será feliz mientras no llegue a la quietud multifacético de su ser a través de la plenitud vital que nos da el amor vivido como entrega generosa. Según Juan Pablo II, “el amor hace que el hombre se realice mediante la entrega sincera de sí mismo. Amor significa dar y recibir lo que no se puede comprar ni vender, sino regalar libre y recíprocamente.” Las relaciones de amor y de amistad nos hacen felices “Nada está jamás perdido –estoy convencido de ello, lo creo firmemente- para un hombre que vive un gran amor o una verdadera amistad; pero todo está perdido para el que está solo” (G. Marcel). El amor es una inclinación hacia una persona por su bondad conocida intelectualmente como buena, es decir, por su bondad moral. Se llama amor de benevolencia o amor de amistad si se busca el bien de la otra persona por lo que ella es. El amor de benevolencia se contrapone al amor espiritual egoísta que no busca sino su bien. El amor de benevolencia es el amor propiamente tal, porque el egoísta (sensible o espiritual) no es amor en el sentido pleno de la palabra. Al amor de benevolencia lo llamaban los griegos Ágape. “Desear lo mismo y rechazar lo mismo” (Salustio) es el auténtico contenido del amor: hacerse uno semejante a otro, que lleva a un pensar y desear común. Según los escolásticos, la amistad es “la mutua estimación no oculta”. El amor de amistad es la entrega a otra persona por su bondad moral y la correspondiente entrega de esta persona por el mismo motivo. La amistad podemos definirla como el amor de benevolencia particular a un “tú” considerado como otro yo. 101
Horacio Martínez
La amistad, como amor que es, aparece como una respuesta vibrante ante el valor personal de otro ser humano y conlleva el compromiso de buscar ante todo el bienestar y la felicidad de la persona amiga. El amor de amistad es la expresión de que el hombre es un ser incompleto. Es la expresión de la tendencia del hombre al diálogo con el ser que está más allá del yo. Modernamente se reserva la palabra amor al sentimiento exclusivo y de carácter erótico-sexual que une a una pareja. Y se habla de amistad cuando se refiere a los otros tipos de relaciones afectivas fuera del matrimonio. La amistad se diferencia del amor entre novios y esposos en que no es exclusivista ni se expresa en formas erótico-sexuales. El amor exclusivo entre amantes es algo más que una amistad, pero debe fundarse en una amistad. Para que la comunicación matrimonial sea exitosa debe haber ante todo una comunión de almas, de simpatía interior, de manera afín de ver la vida. La expresión erótico-sexual del amor entre esposos no entra en el ámbito de la amistad. Muchas bellas amistades entre hombres y mujeres terminan cuando se saltan las barreras entre amigos y novios. La dinámica de la amistad es la misma del amor. Por eso entre los griegos la consideraban la forma más noble del amor. Una amistad basada en la verdad es más fuerte que la relación basada en el amor romántico. La amistad se basa en la afinidad interior y busca mejorar esa similitud hasta formar con el amigo una sola alma. Por eso un amigo es “otro yo”. La amistad, como el amor en general, despierta una actitud de cuidado por el otro. Se busca su bienestar Lo más importante de la amistad es su carácter de reciprocidad como anota Santo Tomás: “La amistad se funda en la comunicación de bienes; porque siendo la amistad un amor recíproco entre los amigos, es necesario que recíprocamente se comuniquen los bienes, en la manera que a cada uno conviene; de suerte que sin esta comunicación no habrá amistad.” La amistad permite una comunicación fluida entre los amigos. Como se tiene una forma parecida de ver al mundo, no hay choque de valores. La amistad facilita el trabajo conjunto de dos personas, porque comparten ideales y fácilmente se ponen
102
Vivir con felicidad
de acuerdo en las formas prácticas de pasar a la acción. Esta mutua comunicación en la amistad llena a los amigos de frutos espirituales. Para Saint-Exupery “amar no es contemplarse mutuamente, es mirar juntos en una misma dirección.” La amistad sincera entre un hombre y una mujer exige mucho respeto, transparencia e integridad moral. Un amigo verdadero despierta en el alma de su amigo el coraje para enfrentar los retos de la vida. Lleno de delicadeza sabrá escuchar y comprender a su amigo en las horas difíciles y será para él un oasis en el desierto de las incomprensiones y fracasos. Respetuoso de su intimidad se revela a sí mismo no con palabras sino con la autenticidad de su vida; no se afana tampoco de entrar a saco en otra alma sino que respeta la libertad de su amigo. Parco en palabras pero abundante en gestos generosos hará a su amigo mucho bien. Sacrificado, generoso, sincero, puro de intenciones, ¡que bello es el corazón de un verdadero amigo! Según Gabriel Marcel, “la desesperación es el infierno. Y me parece que se podría añadir que es la soledad. Por otra parte, nada puede ser más importante que poner de relieve la vinculación muy raramente advertida, a mi entender, entre el tiempo cerrado y la ruptura de toda comunicación viva con otro. Estar encerrado en este tiempo inmovilizado es, a la vez, perder esas pujantes comunicaciones con el prójimo, que son lo más precioso que hay en la vida, que son la vida misma. Casi prefiero usar, en este contexto, el término amistad, en vez de amor, del que tanto se ha abusado… En el tiempo cerrado, ya no hay amistad posible; e inversamente –lo cual es más importante aún-, allí donde surge la amistad, el tiempo empieza a moverse de nuevo y, a la vez, aunque sea muy imprecisamente, la esperanza se despierta como una melodía en el fondo de la memoria”. Dentro del orden natural no existe nada más noble que el amor de amistad. La amistad es un gran tesoro. Cicerón hace su panegírico diciendo: “la vida no es digna de vivirse si no descansa en la amistad de un amigo”. La Sagrada Escritura la alaba diciendo que “un amigo fiel es todopoderoso protector; el que la encuentra halla un tesoro. Nada vale tanto como un amigo fiel; su precio es incalculable. Un amigo fiel es remedio 103
Horacio Martínez
saludable; los que temen al Señor lo encontrarán” (Eclesiast., 6, 14-16). El Abad de Rievel ha hecho de la amistad este caluroso panegírico: “nada de más santo, de más útil, de más dulce, de más fructuoso entre las cosas humanas.” “Esta vez dejadme ser feliz, nada ha pasado a nadie, no estoy en parte alguna, sucede solamente que soy feliz por los cuatro costados del corazón, andando, durmiendo o escribiendo. Qué voy a hacerle, soy feliz”.
(Pablo Neruda)
104
Capítulo
4
Servir a todos con bondad
4.1. La empatía compasiva
La inteligencia social “Sólo podemos construirnos en la relación con los demás. Esa es la gran lección pendiente que tenemos que aprender a vivir.” (Álex Rovira). La inteligencia social es la capacidad de entablar relaciones con las demás personas. Se fundamenta en la empatía. La empatía social es la capacidad de ver a los demás seres humanos como personas autónomas, estableciendo una comunicación interpersonal y con espíritu de amor cuidarlos. Orienta el diálogo interior a tratar de comprender cómo se sienten otras personas ante cierta situación. “La habilidad de relacionarse es la más importante en el liderazgo” (John C. Maxwell). La inteligencia social significa poseer una sensibilidad empática para prestar atención a las personas que nos rodean. Empatía es sentir dentro de mí los sentimientos de otra persona. Cuando hay conexión emocional, tendemos a percibir, pensar y sentir de la misma manera que la otra 105
Horacio Martínez
persona. Intersubjetividad es la capacidad de la persona de sintonizar, de querer entrar y entender la realidad interior del otro. La empatía nos facilita el actuar eficazmente a favor del otro, el ser compasivos. Acerquémonos emocionalmente a otras personas lo más que podamos, hasta que la empatía hacia ellos se transforme en sentimientos compartidos. Cuando la empatía se hace intencional esta crece. Cuando caemos en la cuenta de la emoción de otra persona, sentimos juntos. La inteligencia social se muestra “en” nuestras relaciones. Sentir con nos mueve a actuar para. El ser humano posee un cerebro social. Estamos diseñados para conectarnos a los demás y ayudarlos. “Todos los hombres tienen una mente que no soporta ver el sufrimiento de los otros.” (Sabio chino Mengzi). D. Goleman (Inteligencia Social. La nueva ciencia para mejorar las relaciones humanas) explica cómo estamos diseñados y fabricados para relacionarnos. La neurociencia ha descubierto que el diseño mismo de nuestro cerebro lo hace sociable, inexorablemente atraído a un íntimo enlace cerebro a cerebro cada vez que nos relacionamos con otra persona. Este puente nervioso nos permite hacer impacto en la mente y, por ende, en el cuerpo de cualquier persona con la que actuamos. La empatía nos permite ponernos en el lugar de las personas que nos rodean y comprenderlas. La compasión no es sólo sentir pena por los desposeídos. Es tomar en serio las esperanzas y sueños de las personas y hacer lo posible para ayudarlas a concretar sus aspiraciones. Es perdonar las fallas de su comportamiento y ayudarles a ser mejores personas. Es respetar las diferencias de mentalidad y seguir estimándolos como personas. En las interacciones Yo-Ello una persona no sintoniza con la realidad subjetiva del otro, no siente una empatía real hacia la otra persona. Las relaciones Yo-Ello van de simplemente indiferentes a absolutamente explotadoras. Al contrario, cuando estamos en una interacción Yo-Tú sentimos empatía con el otro, entramos en comunión con él. La categoría básica de lo humano no es el individuo con derechos sino la relación con los demás. La mirada del amor es el reconocimiento mutuo como personas de donde nace una relación interpersonal comprometida con el bienestar del otro.
106
Vivir con felicidad
La indiferencia se da cuando las personas en una sociedad muestran en su día a día que no poseen empatía y mucho menos compasión frente a los otros. “Los psicólogos utilizan el término “agéntico” para este enfoque frío hacia los otros, para ese ver a las personas sólo como instrumentos a ser utilizados para nuestros objetivos. Soy agéntico cuando no me importan en absoluto tus sentimientos sino sólo lo que yo quiero de ti. Este modo egocéntrico contrasta con la “comunión”, un estado de alta empatía mental en la que tus sentimientos, más que importarme, me cambian. Cuando estamos en comunión, permanecemos compenetrados, entrelazados en un círculo de retroalimentación mutua. Pero durante los momentos de agencia, nos desconectamos.” (Daniel Goleman). Se debe promover la atención y preocupación de las personas hacia las necesidades de los demás. La solidaridad es la otra cara de la indiferencia. La concentración en sí mismo mata la empatía y la compasión. Cuando nos concentramos en los demás, aumenta nuestra capacidad de conexión empática. Desarrollar las capacidades que enriquecen las relaciones personales, tales como la empatía y la compasión. Se tiene inteligencia social, si se tiene consideración, empatía en acción. Tener inteligencia social es aprender a actuar sabiamente.
4.2. La solidaridad
La solidaridad “La compasión es un amor comprometido con la misión de acabar con el sufrimiento de los otros”. (Dalai-Lama) El amor no se puede reducir a la relación interpersonal. El amor nos agranda el corazón para que quepan todos los seres humanos como hermanos. Cuando contemplamos el rostro de otro ser humano, este rostro nos interroga: ¿Y usted, qué está haciendo por mí? Todo ser humano tiene alguna necesidad física o espiritual y nosotros debemos descubrirla para darle 107
Horacio Martínez
una mano en su satisfacción. El amor es una actitud generosa de servicio a todos los hombres: nos hace un ser para los demás. “Lo que importa es cuanto amor ponemos en el trabajo que realizamos” (Madre Teresa de Calcuta). El amor universal es la acogida cariñosa de todo ser humano en la convivencia para servirlo sin esperar correspondencia. En el amor universal no hay un objeto especial al que amar, porque el amor se convierte en un estado de ser. Todo lo que se hace se realiza de una forma amorosa o bondadosa. Cuando miras a cualquier persona, animal u objeto tus ojos están llenos de amor. La Madre Teresa de Calcuta es un buen ejemplo de esto. El amor universal que no busca nada a cambio es el amor de Dios que opera en el corazón humano. El amor no es un estado de enamoramiento sino una actitud de servicio a los demás como filosofía de vida. Alguien decía: “El que no vive para servir no sirve para vivir”. El amor da fuerza al corazón, a la mente y a las manos para servir. Un visitante de un hospital de leprosos observaba a una monjita atender a los enfermos. Yo no haría eso ni por un millón de dólares, dijo. Yo tampoco, le comentó la religiosa. El amor universal nos crea un corazón solidario. Ser solidario es ser capaz de tener compasión frente a las necesidades del otro. La solidaridad es una opción de vida, mediante la cual uno se relaciona con el otro pensando en su bien; es un estilo de vida que es capaz de incluir al otro en la propia perspectiva; es una actitud radical de ayudar a los demás que se verifica en la forma de acercarse a las personas. “Aquel que salva una vida, salva la humanidad” (Talmud). La solidaridad exige no quedar indiferente ante las necesidades del otro. El otro se me presenta como una llamada, como una exigencia ética que reclama una respuesta. La solidaridad es responder al otro, es responder del otro. La solidaridad es una actitud de acogida del otro para cuidarlo. La solidaridad es más que estar con el otro: es estar por el otro. La solidaridad es reconocer al otro como alguien. “El amor y la compasión son necesidades y no lujos. Sin ellos, la humanidad no puede sobrevivir” (Dalai Lama). Según Leonardo Boff, “la com-pasión no es un sentimiento menor de “piedad” hacia quien sufre. No es algo pasivo sino
108
Vivir con felicidad
my activo. Com-pasión, como sugiere la etimología latina de la palabra, es la capacidad de com-partir la pasión del otro y con el otro. Se trata de salir del propio círculo y entrar en la galaxia del otro en cuanto otro, para sufrir con él, alegrarse con él, caminar junto a él y construir la vida en sinergia con él.” Con preferencia debemos amar a los más necesitados, porque en ellos tenemos que apoyarnos con más firmeza en su semejanza interior con Dios. Aquí está la razón de ser de que los santos prefieran a sus hermanos menos dotados como predilectos en su caridad: porque en el pobre brilla con más fuerza el rostro de Dios. La única posesión de muchos pobres, de muchos enfermos, son las huellas de Dios sobre su ser íntimo. “Irradia una bondad colmada de afecto entre cuantos halles a tu paso” (M. Shimoff). La solidaridad es el amor social. El principio de solidaridad debe ser entendido como preocupación por el desarrollo humano de todos con una opción preferencial por los más excluidos. Vivir esta solidaridad es lo que construye la sociedad. Por eso es necesaria una globalización de la solidaridad. La solidaridad social entre las naciones es necesaria para que todas alcancen el desarrollo. La solidaridad es búsqueda del bien común. La solidaridad exige trabajar para aliviar los sufrimientos humanos y no quedar indiferente ante las necesidades del otro. El otro se me presenta como una llamada, como una exigencia ética que reclama una respuesta. La solidaridad es responder al otro, es responder del otro. La solidaridad no se puede reducir a una instancia emocional que conlleva sentimientos de horror ante las necesidades de los demás y una proclamación abstracta de principios, pero que no pasa a un compromiso serio de ayudar a los demás. La solidaridad conduce a la opción por los más necesitados, ya que en esta preferencia se verifica su autenticidad como empatía y como compartir. La empatía nos facilita el actuar eficazmente a favor del otro, el ser compasivos. Sentir con nos mueve a actuar para. “La compasión es una emoción inestable que necesita ser traducida a la acción para no marchitarse” (Sontag). La dimensión social del individuo exige unas relaciones de solidaridad con los otros. La solidaridad constituye una exigencia antropológica en cuanto la realización del “yo” sólo 109
Horacio Martínez
es posible dentro de una red de relaciones con “otros”; por tanto, sólo la configuración del “nosotros” permite la auténtica realización del “yo”. Todos los seres humanos necesitamos de una integración recíproca. “El hombre puede encontrarle sentido a la vida, aun siendo corta y peligrosa, únicamente consagrándose a la sociedad” (A. Einstein). El ejercicio de la solidaridad parte del hecho del reconocimiento de todos como personas dentro de una sociedad. La solidaridad nos ayuda a ver en el otro -persona o grupo social- un semejante nuestro que necesita nuestra ayuda. La solidaridad supera la mentalidad individualista y busca acciones concretas de servicio social. En este mundo atravesado por toda clase de conflictos, se necesita de una solidaridad que asuma la interdependencia de todos. Todos los hombres deben construir juntos un destino común. Un proverbio chino reza: “Ámame cuando menos lo merezca, ya que es cuando más lo necesito”. La solidaridad es compasión activa, es búsqueda del bien común. “La pregunta más persistente y urgente en la vida es: ¿Qué está haciendo usted por los demás?” (Martin Luther King). La solidaridad se construye a partir de la empatía y se hace realidad en el compartir. La empatía ética es la capacidad de sentir y asumir la condición humana como una responsabilidad entre todos, y, por tanto, implica la vulnerabilidad frente a las necesidades de otros. La empatía es auténtica en la medida que se traduce en la disponibilidad para compartir: el estar con se hace el ser para. La solidaridad nace de la gratuidad de la donación de sí que se traduce en la comprensión de la vida como un servicio al otro en la acogida respetuosa. La persona es madura éticamente si toma decisiones teniendo en cuenta las consecuencias sociales. La Madre Teresa decía que la mayor hambre en el mundo es de amor y aconsejaba: “No nos quedemos satisfechos con sólo dar dinero. El dinero no es suficiente, el dinero se puede conseguir, pero ellos necesitan que sus corazones los amen. Por ello, esparzan su amor dondequiera que vayan.” “La felicidad se apoya en dos pilares fundamentales: tomar la vida como un juego y prodigar amor a los demás” (Robert Baden-Powell).
110
Vivir con felicidad
La solidaridad conduce a la opción por los más necesitados, ya que en esta preferencia se verifica su autenticidad como empatía y como compartir. El principio de solidaridad debe ser entendido como preocupación por el desarrollo humano de todos con una opción preferencial por los más excluidos. Vivir esta solidaridad es lo que construye la paz. Por eso es necesaria una globalización de la solidaridad. La solidaridad social entre las naciones es necesaria para que todas alcancen el desarrollo.
4.3. Felicidad y altruismo
El amor desinteresado al prójimo “Las personas egoístas son incapaces de amar a los demás, pero tampoco pueden amarse a sí mismos” (E. Fromm). El amor que brota del conocimiento sincero de lo que es el otro y es uno mismo tiene una aguda sensibilidad para reaccionar concretamente en cada situación. A veces más complaciente y a veces enérgico. Es que el amor adopta inesperadas formas para responder, no a pautas preconcebidas sino a la realidad concreta del momento. El amor tiene el poder de descubrir lo que es exigido en una situación concreta difícil. El amor exige la disponibilidad de la indiferencia o desapego para hacer el bien en cada situación concreta. “En realidad, el amor desinteresado al prójimo no existe auténticamente y no puede verdaderamente prevalecer sobre el egoísmo sino atrayendo hacia él y transformando en él el amor natural que el sujeto existente tiene, y debe tener, para consigo mismo. No es, por supuesto, que el amor natural de sí mismo sea el fin al cual esté destinado el amor al prójimo, como creen absurdamente los teóricos del egoísmo. Más, por ser aquel que yo amo otro yo mismo, el amor natural de mi mismo es la matriz en la que ha formado otro amor profundamente diferente, amando al prójimo, no por sí, sino por él mismo y como a mí mismo, es decir, tan verdadera y realmente como 111
Horacio Martínez
me amo a mí mismo, y en cuanto a la medida cuantitativa, ora menos, ora igual, ora más que a mí mismo. De suerte que el amor natural de sí mismo está siempre ahí, como soporte ontológico vitalmente implicado en el amor desinteresado del prójimo, incluso cuando este amor al prójimo adquiere tal envergadura que eclipsa enteramente el amor natural a sí mismo” (J. Maritain). Lo extraordinario del amor es que entre más ama uno se obtiene mayor capacidad de amar. El amor nos crea un “alma grande” donde cabe todo el universo. Al contrario, el egoísmo empequeñece el alma. El amor agiganta nuestro espíritu: el amor es como una fuente de agua viva que entre más reparte cariño más ternura brota de las entrañas del corazón. Por eso, cuando uno ama generosamente y sin medida siente existencialmente que es imagen viviente de Dios, porque Dios es Bondad que se irradia, es un Sol de ternura. Alguien decía: “Si hay amor en el corazón, habrá integridad en el carácter. Y si hay integridad en el carácter, habrá una convivencia justa y solidaria con la sociedad.” Ser compasivo para captar el sufrimiento. La compasión ante el sufrimiento ajeno es escuchar el grito del que sufre en silencio. El sufrimiento suscita compasión: no sólo conmoción sino acción a favor del que sufre: nos lleva a la entrega sincera de sí mismo a los demás. La empatía ante la vivencia ajena del sufrimiento (compasión) inspira la ética del cuidado. El sufrimiento ajeno suscita compasión (no sólo conmoción sino acción a favor del que sufre) y nos lleva a la entrega sincera de sí mismo a los demás. El sufrimiento nos enseña a “cuidar de los demás”. El fundamento del cuidado es la actitud de benevolencia que se manifiesta en la compasión. Compasión como solidaridad no como paternalismo. Nuestra respuesta ante el que sufre es compasión activa. Para enfrentar el sufrimiento del otro, hay que escucharlo, dialogar y observarlo. Es bueno permitir a la persona que sufre compartir lo que siente. Amar es “cuando tú sufres, sufro yo” (Abbé Pierre). No se lamenta del sufrimiento del otro, sino misteriosamente lo comparte, comulga con él.
112
Vivir con felicidad
Ser bondadoso es tener un compromiso efectivo de servir y aportar al bienestar de los demás. La bondad emana del corazón generoso. “Cultivar la bondad es como una fórmula mágica para alegrar el espíritu” (Ángela Marulanda). La felicidad de los seres humanos es proporcional a su bondad. “Si una persona es bondadosa la gente lo querrá más, lucirá su rostro radiante y su mente estará completamente serena” (Buda). “Aunque haya religiones diferentes, debido a distintas culturas, lo importante es que todas coincidan en su objetivo principal: ser una persona bondadosa. Todas subrayan la importancia de la compasión y el perdón” (Dalai Lama). “En una mesa redonda sobre religión y paz entre los pueblos, en la cual participaba el Dalai Lama le pregunté: “Santidad, cuál es la mejor religión?” Esperaba que dijera: “El budismo tibetano“ o las religiones orientales, mucho más antiguas que el cristianismo ...” El Dalai Lama hizo una pequeña pausa, sonrió, me miró fijamente a los ojos. “La mejor religión es la que te aproxima más a Dios, al Infinito“. Es aquella que te hace mejor.” Para salir de la perplejidad delante de tan sabia respuesta, pregunté: “¿Qué es lo que me hace mejor?” El respondió: -”Aquello que te hace más compasivo, más sensible, más desapegado, más amoroso, más humanitario, más responsable, más ético... La religión que consiga hacer eso de ti es la mejor religión.” Altruismo y felicidad “Yo dormía y soñaba que la vida era alegría. Desperté y vi que la vida era servicio. Serví y descubrí que el servicio era alegría” (Rabindranath Tagore). El servicio por amor nos permite percibir a los demás con empatía, nos hace considerar a las personas dentro del todo 113
Horacio Martínez
cambiante de la sociedad y nos lleva a trabajar como parte de organizaciones. “Cuando hago el bien, me siento bien; cuando hago el mal, me siento mal, y ésa es mi religión” (Abraham Lincoln). Cuando las personas empiezan a servir a los demás poco a poco van convirtiéndose en altruistas. El psicólogo Ervin Staub, en su ensayo sobre el altruismo, estudió a las personas que arriesgaron sus vidas para proteger a los judíos del régimen nazi. Staub escribió: “La bondad, como la maldad, a menudo empieza por dar pequeños pasos. Los héroes evolucionan, no son innatos. Al principio, las personas que ofrecen su protección sólo se comprometen a ocultar a alguien durante un día o dos. Pero una vez que han dado ese paso, empiezan a verse de un modo diferente, como alguien que ayuda”. El amor universal debe dar forma a todo ejercicio del poder. “El poder viene de querer extenderse a sí mismo más allá de su propio interés y preferencias, y ser capaz de ayudar al mundo que lo rodea” (L. Rinzler). El espíritu de humanidad es el amor universal hacia toda persona y hacia todo ser vivo. “No podemos hacer grandes cosas en esta tierra. Sólo podemos hacer cosas pequeñas con mucho amor” (Madre Teresa). Martin Luther King decía que toda la humanidad es parte del mismo proceso, y en ese mismo grado en que yo le hago daño a mi hermano, en ese mismo grado me hago daño a mí mismo. “Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces; pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir como hermanos” (Martin Luther King). Dinero y felicidad Si su jefe decidiera darle este mes un bono por su trabajo, usted seguro estaría convencido, que ese dinero extra lo hará muy feliz porque podrá gastarlo en cosas que ha deseado desde hace tiempo, desde un nuevo traje hasta unas vacaciones merecidas. ¿De acuerdo? Si su respuesta es afirmativa, está de cierta manera equivocado. Los psicólogos han encontrado suficiente evidencia para asegurar que las personas serían más felices si compartieran parte o la totalidad de ese dinero inesperado con otros, en lugar de gastarlo en sí mismos.
114
Vivir con felicidad
“Comprar más, y sobre todo para uno, es poco efectivo cuando se quiere convertir el dinero en felicidad”, dicen Elizabeth Dunn y Michael Norton, dos expertos que durante diez años han estudiado este tema a profundidad. Dunn, profesora de la Universidad de British Columbia, y Norton, del Harvard Business School, querían saber por qué la gente que gana dinero de manera súbita, una vez ha pasado la euforia de la noticia, vuelve al mismo estado de satisfacción con la vida que tenía antes de recibirla. En otras palabras, por qué la supuesta felicidad no les duró. A esa pregunta se sumó otro elemento. La ciencia encontró una cifra base, a partir de la cual, por mucho más dinero que ganen, la felicidad de las personas no aumenta. En Estados Unidos, por ejemplo, esa cifra base es de 75.000 dólares anuales (150 millones de pesos). “Por debajo de dicha cifra la gente es infeliz”, explicó Daniel Kahneman, premio Nobel de Economía, durante una charla para el portal TED. “Pero por arriba de ella tenemos una línea recta, lo que muestra que mucho dinero no me compra más felicidad”, agrega el psicólogo y economista. En el caso colombiano, no se conoce cual es esa cifra base. Si fuera la misma de Estados Unidos, la tesis del premio Nobel se aplicaría a quienes ganan poco más de 10 millones de pesos. Pero es muy problable que sea mucho menos porque el costo de vida en Colombia es menor. Con esos dos planteamientos, Dunn y Norton quisieron saber por qué algunos entonces, que ya han alcanzado esa cifra, se empecinan en ganar más dinero y trabajar horas extras si, luego de alcanzar dicho tope, recibir más plata no generará mucho más placer en sus vidas. Una razón, dicen ellos, es que la gente tiene ideas erróneas sobre la relación entre dinero y felicidad. En un estudio hecho con ciudadanos estadounidenses, ambos observaron que existe la creencia de que cualquier incremento en el sueldo representa un aumento igual en el nivel de dicha. Pero en la realidad no sucede así. “Un aumento nos pone felices, pero ese dinero extra no hace que mi relación con mis suegros sea menos difícil ni que las peleas con mis hermanos se arreglen”, dice Norton. En un estudio publicado en 2010 en el Journal of Positive Psychology, los investigadores vieron que los participantes subvaloraron la felicidad de aquellos que ganaban menos. Por 115
Horacio Martínez
ejemplo, mientras muchos vaticinaron que la diferencia en felicidad entre quienes ganan 55.000 y 25.000 dólares al año era de 50 por ciento, en el estudio resultó ser de apenas 9 por ciento.. El otro asunto es el desconocimiento de la gente acerca de la importancia de cómo gastar ese dinero. Cuando sueña con ganarse la lotería, la gente hace un listado de cosas que compraría para su placer. Sin embargo, en experimentos que los dos investigadores han hecho en Norteamérica han podido constatar que comprar cosas para sí mismos, como carros, televisores, sofás, tiene muy poco impacto en la felicidad a largo plazo. A excepción de las experiencias, como vacaciones o pasar tiempo junto a los seres queridos, adquirir bienes materiales no tiene tanto peso en el bienestar general de las personas. Lo es mucho más, y para sorpresa de la mayoría, donar dinero, ya sea a través de regalos a familiares y amigos o a través de fundaciones sin ánimo de lucro que asisten a los más necesitados. (Revista Semana, 14 de julio del 2012)
116
Capítulo
5
Trabajar con creatividad
5.1. El trabajo creador
El trabajo como realización personal “El trabajo es un esfuerzo por encontrar una alquimia adecuada que despierte y al mismo tiempo satisfaga las raíces mismas de nuestro ser” (Thomas Moore). Si el hombre no trabaja, se queda inédito, sin capacidad de expresarse en su mundo circundante. El hombre no puede desarrollar sus potencialidades ni hacerse en las decisiones de su libertad sino por su acción en y con el mundo. A través de su acción transformadora del mundo, el hombre objetiva en la materia su propia interioridad y se descubre a sí mismo y la intimidad del mundo. Gracias a su actividad el hombre va forjando su existencia y realizando su aspiración de tener una mayor conciencia de sí mismo. El hombre no puede progresar como hombre –materia espiritualizada- sino espiritualizando indivisiblemente la materia y a sí mismo en la materia. “La acción lo es todo” (Goethe). Por su acción en el mundo el hombre se hace más hombre, más espíritu emergente de la materia, lo que significa progreso de humanización, lo que a su vez incide en la humanización 117
Horacio Martínez
del mundo. Si la actividad humana tiene como uno de sus fines humanizar el mundo material, se sigue que todos los bienes de la tierra están ontológicamente convocados a encontrar en la acción humana el espíritu que les dé expresión a su realidad, conformando en el hombre unidad de sentido. El desarrollo económico y social debe, por tanto, subordinarse al bien de la persona, porque los progresos científicos, técnicos y sociales son mediaciones humanas en función de su propia promoción y la del mundo. Sin el trabajo el hombre no puede conseguir el pleno perfeccionamiento de las posibilidades de su naturaleza. Ello exige que el trabajo se desarrolle en condiciones dignas del hombre. “Ganarse la vida no basta. El trabajo también tiene que hacer una vida” (Peter F. Drucker). Todo procede del trabajo del hombre y todo debe regresar a él. El capital se debe subordinar al trabajo y no al contrario. El hombre no se debe dejar esclavizar por su trabajo. “El trabajo es un esfuerzo por encontrar una alquimia adecuada que despierte y al mismo tiempo satisfaga las raíces mismas de nuestro ser” (Thomas Moore). El trabajo creador es fuente de felicidad en el aquí y el ahora “Cuando el trabajo es un placer la vida es bella. Pero cuando nos es impuesto, la vida es una esclavitud” (Maksim Gorki). La felicidad es un efecto de la plenitud resultante de la autocreatividad responsable. “Si no puedes ser un pino en la cima de una colina, sé maleza en el valle..., pero sé la maleza mejor junto al torrente, sé arbusto, si no puedes ser un árbol. Si no puedes ser camino real, sé atajo. Si no puedes ser sol, sé estrella. No vencerás por el volumen, sino por ser el mejor de lo que seas”. (Douglas Mallock). “Si usted empieza por ser menos de lo que es capaz de ser, no será feliz” (Abraham Maslow). Bryan Dyson, al dejar el cargo de Presidente de Coca Cola, pronunció este corto discurso: “Imagina la vida como un juego en el que estás malabareando cinco pelotas en el aire. Estas son:- Tu Trabajo,- Tu Familia,- Tu Salud,- Tus Amigos y- Tu Vida Espiritual, Y tú las mantienes todas éstas en el aire. Pronto te darás cuenta que el Trabajo es como una pelota de goma. Si la dejas caer, rebotará y regresará. Pero las otras cuatro pelotas: Familia, Salud, Amigos
118
Vivir con felicidad
y Espíritu son frágiles, como de cristal. Si dejas caer una de estas, irrevocablemente saldrá astillada, marcada, mellada, dañada e incluso rota. Nunca volverá a ser lo mismo. Debes entender esto: apreciar y esforzarte por conseguir y cuidar lo más valioso. Trabaja eficientemente en el horario regular de oficina y deja el trabajo a tiempo. Dale el tiempo requerido a tu familia y a tus amigos. Haz ejercicio, come y descansa adecuadamente. Y sobre todo.....crece en vida interior, en lo espiritual, que es lo más trascendental, porque es eterno. Shakespeare decía: “Siempre me siento feliz, ¿sabes por qué? Porque no espero nada de nadie; esperar siempre duele". Los problemas no son eternos, siempre tienen solución. Lo único que no se resuelve es la muerte. La vida es corta, ¡por eso ámala.! Vive intensamente y recuerda: Antes de hablar... ¡Escucha! Antes de escribir... ¡Piensa! Antes de criticar... ¡Examínate! Antes de herir... ¡Siente! Antes de orar... ¡Perdona! Antes de gastar... ¡Gana! Antes de rendirte... ¡intenta! Antes de morir… ¡Vive!” Trabajo profesional “Lo que hace a la vida algo insustituible e irremplazable, algo único, algo que sólo se vive una vez, depende del hombre mismo, depende de quién lo haga y de cómo lo haga, no de lo que se haga”. (V. Frankl). Profesión es la actividad puesta de una manera estable y honrada al servicio de los demás y a beneficio propio, a impulso de la propia vocación y con la dignidad que comprende a una persona humana. Todo acto profesional es moral, porque las actividades humanas están reguladas por una norma moral El sentido de la vida como responsabilidad por la promoción humana tiene como característica la productividad autocreadora. Un trabajo será mejor para nosotros en la medida no de que sea rutinario y bien remunerado, sino de que ofrezca mayores posibilidades para expresarnos de una manera personal. El trabajo es algo más que un medio para ganarse la vida: es una ocasión para expresarse personalmente. “La vida no 119
es algo, sino que es siempre, simplemente, la ocasión para algo”. (Hebbel). Para sentirse realizado en la vida no importa en el fondo el tipo de profesión que se ejerza, sino el modo como se lo ejerce. Un profesional se realiza no simplemente por aplicar las reglas de su profesión, sino por la forma como realice una obra personal, por medio de actos personales. Una profesión suministra a la personalidad un marco de posibilidades, de ocasiones para hacer algo personal. El empleo es el que da un sentido a la vida, es la fuente de ingreso y la forma de desarrollar su propia personalidad. El profesional debe tener la capacidad de generar credibilidad sobre la base de los conocimientos técnicos de su especialidad. Demuestra pericia o especialización técnica en su área de experticia e interés en la organización. El profesional está obligado en justicia a adquirir una preparación que le capacite para llevar a cabo con eficacia y rendimiento la labor que tiene encomendada. El profesional debe poseer un alto nivel de criterios profesionales en su área de especialidad. Se actualiza continuamente en las últimas metodologías o tecnologías de su área de especialidad. Amplía sus conocimientos más allá de su área de trabajo. El profesional promueve el área funcional mediante mejora de sistemas y rediseño de procesos. Identifica e implementa procesos y procedimientos efectivos para obtener resultados. Es impulsor de acciones de capacitación acordes con las necesidades del contexto. Se anticipa a sus competidores, generando oportunidades aún en situaciones restrictivas. Uno debe tener talento para realizar su trabajo. Talento es la capacidad de una persona para realizar un trabajo y ser recursiva. Para descubrir el talento hay que preguntar: ¿qué es lo mejor que sabe hacer? Responsabilidad profesional “La ética y la responsabilidad corporativa global se convertirán en un aspecto de la gestión de empresas tan esencial para el éxito continuo de la empresa como cualquier otra función dentro de los negocios. Líderes a cualquier nivel deben aceptar su responsabilidad
y crear las estrategias, el entorno de trabajo, las estructuras, los procesos y las habilidades que permitirán a todos sus miembros tomar decisiones de manera globalmente responsable.” (Peggy Cunningham) Responsabilidad es responder adecuadamente a las obligaciones y expectativas de la vida. Responsabilidad significa hacer bien y a tiempo lo que sabemos que nos corresponde sin que nadie nos lo ordene asumiendo las consecuencias. El hombre al nacer viene cargado con una serie de responsabilidades a las cuales hay que añadir aquellas que asume libremente. La responsabilidad nos compromete: A hacer lo que estamos comprometidos a hacer, sin que necesitemos ser vigilados. A satisfacer las necesidades y expectativas de nuestros clientes. A trabajar a conciencia, observando lo que hacemos y buscando cómo hacerlo cada día mejor. A tomar la iniciativa, proponiendo cómo hacer el trabajo mejor. A cumplir con los deberes más que a reclamar derechos. Ser responsable significa también el dar cuenta de las acciones realizadas. Uno tiene que responder ante la sociedad y ante su conciencia de lo que hizo o dejó de hacer en una determinada situación concreta. La Responsabilidad es una de las virtudes más importantes para todo trabajador. Todo trabajador debe estar animado de un espíritu de servicio a la sociedad. Y este servicio prestarlo con calidad. Responsabilidad en el uso de la tecnociencia. “La técnica atrae fuertemente al hombre, porque lo rescata de las limitaciones físicas y le amplía el horizonte. Pero la libertad humana es ella misma sólo cuando responde a esta atracción de la técnica con decisiones que son fruto de la responsabilidad moral. De ahí la necesidad apremiante de una formación para un uso ético y responsable de la técnica. Conscientes de esta atracción de la técnica sobre el ser humano, se debe recuperar el verdadero sentido de la libertad, que no consiste en la seducción de una autonomía total, sino en la respuesta a la llamada del ser, comenzando por nuestro propio ser.” (Benedicto XVI). 121
Horacio Martínez
Emprendimiento creador “Al creer apasionadamente en algo que aún no existe, creamos ese algo. Lo no existente es lo que no hemos deseado con suficiente fuerza” (Nikos Kazanttakis). La vida es cambio continuo. Según Heráclito, panta rei: todo corre, todo avanza, la vida es un torbellino que nos envuelve. “Existir es cambiar, cambiar es madurar, madurar es avanzar creándose uno mismo permanentemente” (Henry Bergson). Estamos viviendo una era de cambio acelerado en todos los órdenes que nos exige tener una mente abierta a la innovación. En la actual sociedad del conocimiento la habilidad para solucionar problemas aplicando el conocimiento disponible se valora por encima del desarrollo de tareas rutinarias. Mentalidad innovadora es la capacidad de producir ideas nuevas, con el incentivo que utiliza el pensamiento lateral, el inconsciente y la intuición para comprender con mayor perspicacia, es pensar de una manera original, es la capacidad para aprender e incorporar nuevos esquemas o modelos cognitivos y nuevas formas de interpretar la realidad. “La mente intuitiva le dirá a la mente pensante dónde debe buscar” (Jonas Salk). “Existe la necesidad de crear un medio en que el pensamiento del hemisferio derecho pueda salir a la superficie en vez de permanecer dominado por las expectativas del hemisferio izquierdo” (Edward de Bono). Las investigaciones señalan que el cuarenta y cinco por ciento de los ejecutivos, al manejar sus negocios, confían en su intuición más que en los hechos”. (Guía Decision Making de la Escuela de Negocios de Harward). “Hay un consenso de que cuanto más alto ascienden las personas en la escala corporativa, más necesitan afirmar sus instintos de negocios. En otras palabras, la intuición es uno de los factores X que separan a los hombres de los niños”. (Alden Hayeshi). Un líder funciona con todo el cerebro. La visión o el emprendimiento son frutos de todo el cerebro y no de una parte del mismo. Por ejemplo, el pensamiento estratégico, el entusiasmo, la iniciativa creadora y el coraje que asume riesgos son propios del emprendimiento. “La prosperidad está en la mente de las personas” (José Alejandro Cortés).
122
Vivir con felicidad
La nueva economía es una economía digital, donde se sustituye masa y esfuerzo por conocimiento y se crea riqueza tan sólo convirtiendo los átomos en bits. El conocimiento se acumula exponencialmente con cada innovación, generando la oportunidad de crear muchas otras. Los mercados internacionales también extienden el intercambio de conocimiento, lo que hace a todos más inteligentes con mayor rapidez. La creatividad está desplazando al capital como el principal elixir del crecimiento. Existen personas con una mente cerrada que son incapaces de captar el cambio y que suprimen toda creatividad. Las personas menos creativas piensan haciendo juicios y las más creativas observan con atención la situación para reaccionar ante ella. Las personas programadas para pensar de una forma determinada tienen poca probabilidad de aprender de la experiencia. Tengamos una mente abierta como los niños, esforzándonos por mantener la curiosidad infantil que permite hacer una lectura rápida y fresca de la realidad. “Nunca pierdas tu bendita curiosidad” (Albert Einstein). Los prejuicios nos vuelven ciegos. “Sólo los artistas y los niños ven la vida tal como es” (Hugo von Hoffmannsthal). Todos los procesos de la creación son procesos de pensa miento. Si la vida es una danza de pensamientos, la mente humana puede participar en ella con todo el potencial de sus fuerzas creativas. “Somos lo que pensamos. Todo lo que somos surge de nuestros pensamientos. Con ellos nos construimos el mundo” (Buda). “El mundo que hemos creado es producto de nuestra forma de pensar” (Albert Einstein). “El universo es transformación; y nuestras vidas son lo que hagan nuestros pensamientos” (Marco Aurelio). El líder empresarial debe ser capaz de buscar la solución a los problemas de la empresa teniendo en cuenta todos los factores en juego y, sobre todo, las necesidades del contexto tanto de la empresa como de la sociedad donde opera. “En mayor grado, a los líderes les pagan por resolver problemas y obtener resultados” (Gordy Curphy). El líder empresarial promueve el área funcional mediante mejora de sistemas y rediseño de procesos, identifica e implementa procesos y procedimientos efectivos para 123
Horacio Martínez
obtener resultados, es impulsor de acciones de capacitación acordes con las necesidades del contexto, se anticipa a sus competidores, generando oportunidades aun en situaciones restrictivas. La creatividad nos sugiere varias alternativas de solución a los problemas. Asimismo, las preocupaciones y la rigidez mental ahogan las facultades creativas. El que obra con iniciativa se convierte en el gerente del proyecto que tiene entre manos. Para ser creativo busque el enfoque novedoso a las cosas, no repita sin crítica los procedimientos establecidos, piense de nuevo las cosas, utilice la dialéctica de los contrarios, reconozca las deficiencias de las cosas y trate de remediarlas por nuevos caminos. Atrévase a tomar iniciativas y a buscar soluciones nuevas. “La imaginación es más importante que el conocimiento” (Albert Einstein). “La inspiración existe, pero tiene que encontrarte trabajando” (Picasso). El líder necesita enfrentar la realidad con una gran dosis de creatividad para sobrevivir a los problemas que se le presentan. “Cuando las cosas van bien, hay poco que aprender… Es el dolor de las experiencias vitales que nos confunde, que nos deprimen y nos torturan, el que nos obliga a definir y decidir qué hacer” (Suzanne Somers). Un líder resistente tiene un pensamiento prospectivo: capacidad de anticipar los problemas para plantearse diversos escenarios de solución. El líder empresarial resuelve problemas complejos en su área de experticia y posee la habilidad para encontrar, mediante procesos creativos e innovadores, nuevas oportunidades para atender una necesidad. Los líderes tienen que enfrentar el reto de vencer la resistencia al cambio. “Gran parte de las dificultades por las que atraviesa el mundo se deben a que los ignorantes están completamente seguros y los inteligentes llenos de dudas” (Bertrand Arthur W. Russell). La iniciativa emprendedora es una virtud individual pero también social, porque desarrolla al individuo pero también es necesaria para el desarrollo de la comunidad. La vida pone a las personas ante situaciones cambiantes, muchas de ellas muy penosas, lo cual les plantea la necesidad de entender la situación y de buscar una solución creativa al problema concreto que se les plantea. Por eso el coraje
124
Vivir con felicidad
tiene que ver con las competencias cognitivas de la persona, sobre todo con su creatividad para solucionar problemas. “Ser amado profundamente te da fuerza, mientras amar profundamente a alguien te da coraje” (Lao Tsé). La solución creativa de problemas consiste en encontrar ideas y soluciones poco habituales que funcionan en una situación especial. Cuando se enfrenta a una crisis, haga una lista de preguntas sobre cómo salir del atolladero. Pensar en preguntas ayuda a encontrar un camino para reaccionar. “¿Debo atormentarme con problemas que tal vez nunca ocurran? ¡No! El mañana yace sepultado con el ayer y no pensaré más en él. Viviré este día de mi existencia” (Og Mandino). El líder crea nuevas realidades a través de sus iniciativas emprendedoras. El emprendedor debe tener los rasgos del superviviente para que salga adelante, a pesar de los obstáculos. Según W. Bennis, “el aprendizaje innovador es una manera de realizar una visión”. Visualice lo que desea porque le conviene sintiendo la felicidad de disfrutarlo intensamente y eso materializará su deseo, como en la lámpara de Aladino. “No sé qué cosa es ése poder, lo único que sé es que existe” (Graham Bell). Hay que vivir la magia de la vida. Según Deepak Chopra, el desapego es uno de los grandes principios que aplica la naturaleza para crear todo lo que existe. Por ello, actuar en sintonía con esta ley natural es una de las claves para desarrollar nuestros sueños. Para conseguir cualquier cosa en el universo físico es preciso renunciar al apego a esa misma cosa. Ello no significa que haya de dejar de lado la intención de crear nuestro deseo, sino que consiste en abandonar el apego al resultado. El líder empresarial comparte el conocimiento y fomenta un espíritu innovador, visualiza la posibilidad de aplicación exitosa de conocimientos adquiridos recientemente y es pragmático frente a nuevas formas e información disponible, distinguiendo qué es viable aplicar con eficacia. “Hay que hacer siempre lo que creemos que no puede realizarse” (Eleanor Roosevelt). R. K. Mueller (The Innovation Ethics) muestra cómo está emergiendo una ética de la innovación: una disciplina que 125
Horacio Martínez
trata con la innovación y la forma como el administrador debe asumir una acción creadora y responsable en las maneras técnica y social para enfrentar los impactos innovadores de la tecnología. Este autor examina el componente intelectual de la innovación y su proceso administrativo. El problema real es cómo convertir un interés en la innovación en una acción innovadora. Todavía no existen pautas para manejar con ética profesional el proceso de innovación. Por estar abiertos al cambio, los líderes son aprendices perfectos. Para solucionar los problemas hay que estar abiertos al aprendizaje continuo. “Quienes no aprenden no sobreviven como líderes” (Warren Bennis y Burt Nanus). El líder patrocina el aprendizaje organizacional. “La característica más marcada de los auto-actualizadores como líderes potenciales supera la auto-actualización de Maslow; es su capacidad de aprender de otros y del medio la capacidad de ser enseñado” (James MacGregor Burns). El líder impulsa la empresa que aprende, que estimula la investigación y la innovación del conocimiento. El líder es “un estímulo y un foco de aprendizaje innovador” (Warren Bennis y Burt Nanus). Los líderes son expertos en una clase particular de aprendizaje: aquel que se da en un contexto organizacional. “El aprendizaje organizacional es el proceso mediante el cual una organización obtiene y utiliza nuevos conocimientos, instrumentos, comportamientos y valores. Se presenta en todos los niveles de la organización –entre individuos y grupos y también en el sistema. Las personas aprenden como parte de sus actividades diarias, en especial cuando interactúan entre sí y con el mundo externo. Los grupos aprenden a medida que sus miembros cooperan para alcanzar objetivos comunes. Todo el sistema aprende en la medida que obtiene retroinformación del ambiente y prevé cambios posteriores. En todos los niveles, el conocimiento recientemente adquirido se traduce en objetivos, procedimientos, esperanzas, estructuras de rol y medidas para el éxito” (Warren Bennis y Burt Nanus). Una organización que aprende debe establecer un sistema de planeación eficaz. “La planeación es el modo por el cual un organismo social complejo puede aprender lo que busca
126
Vivir con felicidad
ser, percibir cómo intentar lograrlo, poner a prueba si se ha logrado progreso, y revaluar a lo largo del camino para ver si el objetivo original todavía es deseable” (Donald Michael). Prepárese a conciencia para aprovechar las ocasiones que le ofrecerá la vida. Domine los conocimientos teóricos y prácticos para realizar bien las tareas que exigen sus proyectos; hay que estar bien preparado para que cuando se presente la ocasión se obtenga la realización de su sueño e ideal: las ocasiones son aprovechadas por las mentes preparadas (con tu preparación creas las oportunidades; se cosecha en otoño lo que se siembra en primavera). No son los bienes materiales con que se nace lo que determina el destino de una persona, sino el carácter que se forja cada una para enfrentarse a los retos de la vida. Si un líder quiere alcanzar sus metas se debe concentrar en su realización aprovechando sus mejores habilidades. El líder concentra todas sus energías para hacer frente a los desafíos del momento. Sólo los enérgicos son capaces de concentrarse y limitar sus horizontes para dominarlos y alcanzarlos más fácilmente. Cuando excursione en un nuevo campo de actividad, corra riesgos sin preocuparse de las caídas, así como el que se inicia en el esquí no cae sino aprende. Sin miedo, busque nuevas experiencias y con espíritu aventurero salga de las paredes de su rutina y ábrase al mundo de las oportunidades. Tener una mente llena de iniciativas nos permite salir adelante en la realización de nuestros proyectos. “Empieza haciendo lo posible y luego podrás hacer lo imposible” (San Francisco de Asís). Los productos y servicios de calidad de las empresas tienen que estar sustentados por gente de calidad. El espíritu de amor nos lleva a jugarnos la vida por los demás, porque el amor es eficaz o no es amor. También nos impide soportar el sufrimiento de los demás sin intervenir para cambiarlo. Se buscan entonces caminos innovadores para resolver los problemas de los que tienen necesidades insatisfechas. Es sabio el dicho: “si uno no es parte de la solución, continúa siendo parte del problema”. Una característica del siglo XXI es la incertidumbre ante los cambios acelerados de todo orden que vemos en el mundo. Las seguridades que antaño gozaron las generaciones en cuanto 127
Horacio Martínez
estabilidad laboral y acceso al empleo bien remunerado es cosa del pasado siglo. Los jóvenes profesionales que salen al mundo laboral no tienen seguridad de conseguir rápidamente un empleo según sus expectativas. Los salarios para los recién egresados cada vez son menores y la estabilidad laboral de por vida en una empresa ya no existe. Tantos cambios están produciendo un ambiente de incertidumbre. Por algo están aumentando el consumo de pastillas para los nervios y para dormir. Renuncie al apego por el resultado de su acción para vivir la sabiduría de la incertidumbre. Adentrándonos a lo desconocido de la incertidumbre la vida se llena de emoción, aventura, misterio: experimentamos la alegría de vivir. No renuncio a la intención de cumplir mi deseo sino al interés por el resultado. Nos abrimos a la incertidumbre del futuro que penetra en lo desconocido en cada momento. Tener una idea rígida de lo que haremos en el futuro nos hace abandonar un abanico de posibilidades. Con la intención del deseo nos fijamos metas, y con el desapego dejamos abiertas las posibilidades del futuro. La seguridad no la dan las cosas porque las cosas más importantes de la vida no son cosas. Trate de penetrar la alegría del desprendimiento. Emprenda cada día una acción que le acerque a su meta. Si tienes una misión: ¡apodérese de ella! La persistencia es el resultado de la calidad del impulso que se generó inicialmente; así, el que persevera alcanza: “cada día volver a empezar mi proyecto”. Al lado de la perseverancia que no sucumbe jamás existe otra que se levanta siempre. La perseverancia es el arte de comenzar de nuevo: “No vamos a perder esta batalla: si vencimos antes, podemos vencer otra vez”. Persistencia es sinónimo de fortaleza y de tenacidad. “No tengo miedo del mañana, porque he visto el ayer y amo el hoy” (William Allen White). El emprendedor es un guerrero de la luz porque acepta el desafío de convertir una visión en realidad. “La diferencia entre un hombre común y corriente y el guerrero es que el guerrero lo acepta todo como un desafío, mientras que el hombre común y corriente lo toma todo como una bendición o una maldición” (Carlos Castañeda).
128
Vivir con felicidad
El campo de los emprendimientos sociales es una gran oportunidad para que las personas innovadores realicen maravillas. Los emprendimientos sociales ponen al alcance de la población pobre bienes y servicios ajustados a su capacidad de compra. Alineando el emprendimiento social con la actividad del negocio se logra la construcción de una sociedad mejor. “Encontrar modelos útiles para las personas excluidas y con privaciones con el fin de crear formas de vida sostenible y promover la integración social ha sido para mí un reto intelectual y creativo.” (Bill Drayton, fundador de Ashoka)
5.2. Liderazgo transformador
Ser para liderar “Permítaseme dar mi opinión parcializada: que el liderazgo es en realidad cuestión de carácter. El proceso de convertirse en líder no es diferente del proceso de convertirse en un ser humano sano y plenamente integrado” (Warren Bennis). Cuando una persona desarrolla una personalidad a través de un proyecto de vida se convierte en líder que influye en el mundo por su visión, integridad, pasión y emprendimiento. Erich Fromm nos explica así lo que es el carácter como forma de ser: “Ser es un modo de estar en el mundo. Tiene que ver con nuestro carácter, con nuestra orientación general hacia la vida; es un estado de actividad interna. Por primera vez en la historia, la supervivencia física de la especie depende de un cambio radical del corazón humano. Es la llamada a un servicio que requiere mucho coraje: dejar lo que tenemos y avanzar, y aunque tengamos miedo, no sucumbir a él. Es una llamada a redefinir nuestras posibilidades, a ver una visión de un nuevo mundo y a estar dispuestos a emprender, paso a paso, lo que sea necesario en términos concretos para realizar esa visión”. El carácter de líder está constituido por el conjunto de virtudes, razonamientos, actitudes psicológicas y habilidades prácticas de una persona que son requeridas para ejecutar 129
Horacio Martínez
con calidad las funciones de guiar a los miembros de una organización. Talante personal de líder es poseer los hábitos, las actitudes, los conocimientos y las destrezas necesarias para desempeñar una determinada tarea o rol. Ser espiritualmente para sentir profundamente, pensar lúcidamente y actuar eficazmente. Los aspectos del carácter del líder se determinan siguiendo las cuatro dimensiones fundamentales del ser humano: la espiritual, la cognitiva, la socio-afectiva, y la psicomotora, las cuales sólo se separan y se enuncian aisladamente para efecto de análisis, porque en la realidad el comportamiento humano es integral. El liderazgo es un estado extraordinario de ser abierto interiormente. El liderazgo efectivo comienza desde adentro, desde el espíritu. Para pasar a ser líder se requiere un gran cambio interior, una conversión profunda. La mayoría de los líderes tienen una experiencia que los lleva a un “renacer” en ese estado. “Las crisis destruyen el sentido de identidad heredado y estimula el que se pase a un nuevo y fortalecido sentido de identidad creado” (Chris Lowney). El cambio personal del líder debe comenzar mirando hacia adentro. Para nacer nuevamente como líder con una nueva identidad personal se requiere renuncia a lo que uno era antes, a lo que nos daba identidad. “Lo importante es transformar la pasión en carácter” (F. Kafka). El líder debe ser maestro en las habilidades humanas más fundamentales. Tiene la capacidad de inspirar confianza por su carácter íntegro. Mantiene relaciones positivas con los demás. Comprende las dimensiones complejas de su visión. Emprende con coraje la realización de su visión. El líder es una persona libre que toma decisiones autónomas, es una persona que piensa en perspectiva, es una persona que se relaciona formando comunidad, es una persona que trabaja con emprendimiento innovador. Se entiende por liderazgo el conjunto de orientaciones del carácter de la persona que configuran una manera de ser, de pensar, de sentir y de actuar que permite a un individuo influir sobre la conducta de las demás personas para construir conjuntamente el futuro del mundo. El liderazgo es adaptar una forma de ser espiritual, un hábito de pensar, un estilo de relación con los demás, una habilidad para actuar. En suma, el liderazgo es un talante que adopta la persona. “El
130
Vivir con felicidad
liderazgo significa grandeza en todo lo que uno hace” (Peter Kostenbaum). El liderazgo más que la suma de competencias es el fruto de procesos complejos que le permiten ser visionarios, conectados con los demás en actitud de servicio, emprendedores y con carácter íntegro. Este espíritu de liderazgo se obtiene con experiencias fundamentalmente más que con cursos teóricos. Es tener un carácter o personalidad en evolución permanente de maduración que busca nuevos paradigmas para solucionar los problemas de la gente y del mundo, con iniciativas audaces de emprendimiento. Todo esto es lo que crea un talante de líder, y no unas cuantas habilidades que facilitan la administración eficaz y eficiente del espíritu de liderazgo. Se tienen competencias gerenciales y se “es” líder. Liderazgo expresa el influjo misterioso que ejerce una per sona sobre otras dentro de una organización gracias a la fuerza de su personalidad moral, es “el proceso de mover a un grupo o grupos en una dirección a través de medios no coactivos” (J. M. Burns). Según Barbara Kellerman, “se entiende por liderazgo un proceso social complejo mediante el cual un individuo logra tener un alto grado de influencia en un grupo, ya sea para transformarlo o para movilizarlo hacia el cumplimiento de ciertos objetivos”. Podemos entender el liderazgo como “las habilidades para influir sobre la gente para que trabaje con entusiasmo en la consecución de objetivos en pro del bien común y con el carácter que inspira esta confianza” (James C. Hunter). Nadie sigue a un líder infeliz. Los que optan por el liderazgo tienen que hacerse preguntas de envergadura sobre el propósito de su vida y la realización del mismo en el día a día. Lo más importante es tener aspiraciones sobre la forma que uno quiere vivir su vida. “Somos mejores de lo que creemos pero no del todo lo que queremos ser” (Mikki Giovanni). Raíces éticas del liderazgo “Ningún líder se propuso deliberadamente ser líder. A lo que todos aspiran es a vivir su vida, a expresarse plenamente. Cuando esa expresión es valiosa, se vuelven líderes” (W.Bennis). 131
Horacio Martínez
El término integridad tiene dos significados. El primero es la cualidad de ser honesto y ser coherente e intransigente con los principios y valores éticos. El segundo equivale a totalidad, hace referencia a estar integrado. Una persona, además de ser correcta y severa, debe ser considerado como parte integrante de la sociedad en que vive. El término integridad viene de las legiones romanas. Cuando venía la inspección de la mañana de las tropas y un legionario estaba con todo su equipo y con un espíritu presto a enfrentar a cualquier enemigo del imperio, se exclamaba: íntegro, que significa “uno” o totalidad. La integridad moral muestra la coherencia personal de vivir de acuerdo con principios y valores éticos. Equivale a ser auténtico consigo mismo y con los demás. Una persona íntegra se comporta de manera consecuente. La palabra integridad proviene de la palabra íntegro, que significa “uno” o totalidad. La integridad requiere comprometerse a discernir lo que es correcto o incorrecto en una situación. Y actuar con coraje moral de acuerdo con este discernimiento aun a costa personal. La integridad implica también decir claramente que uno actúa según su leal saber y entender de lo que es correcto y lo que es incorrecto. La integridad nos exige hacer frente, aceptar e integrar el aspecto sombrío y oculto de nuestra naturaleza con el aspecto luminoso. La vida moral pide no perfección sino entereza para ser luminosos a pesar de nuestras oscuridades, gracias a que hemos realizado una profunda autoaceptación de lo que somos en realidad. La integridad produce confianza de los demás en uno y admiración. Ser auténticos mostrando una concordancia entre lo que creo y lo que vivo. No se puede tener integridad sin ser honesto, pero sí se puede ser honesto teniendo poca integridad. Se es honesto expresando claramente lo que piensa sobre algo, pero sin haber hecho un discernimiento de si eso es correcto o incorrecto. Un racista es honesto al expresar lo que piensa, pero eso no equivale a la integridad, pues se es injusto. De una profunda experiencia de nuestro potencial único y propósito, respaldado por un compromiso con la integridad es de donde proviene nuestra genuina influencia. Es esta influencia la que nos capacita para hacer sentir nuestra
132
Vivir con felicidad
presencia en el vasto mundo de nuestras relaciones. Uno tiene que tener fe y valor para asumir el compromiso de mostrar siempre integridad en su conducta para evitar caer en la doble moral de comportarse bien en ciertas situaciones y en otras incorrectamente. El líder debe tener en cuenta las necesidades de distintos grupos dentro y fuera de la organización. La organización moderna tiene que enfrentar la complejidad y la incertidumbre del cambio, para lo cual se necesita una mano experta que la guíe buscando lo correcto. El liderazgo basado en valores es un “liderazgo sin respuestas fáciles.” (Heifetz). “Las organizaciones no hacen funcionar la administración por valores. ¡Lo hacen funcionar las personas!” (R. Blanchard y M. O´Connor). El líder es un liberador de las personas “Liderazgo consiste en liberar las posibilidades humanas” (J. Jaworski). Los líderes tienen un espíritu independiente porque son conscientes de su libertad; lo que los aleja del espíritu de los seguidores sin personalidad y los convierte en modelos para los demás. Los líderes empoderan a los demás para que se sientan capaces de logros de excelencia. “No es el grito, sino el vuelo del pato silvestre lo que lidera a la parvada a seguirlo” (Proverbio Chino). “El crecimiento de las sociedades humanas se explica por la presencia de unas minorías o personalidades creadoras que dan siempre respuestas exitosas a los retos del medio y que, en razón de su integridad y de sus compromisos con el grupo, son libremente seguidos por la mayoría” (A. Toynbee). Un líder tiene vida espiritual, porque se da tiempo para reflexionar en silencio temas como qué quiero, de qué soy capaz y en qué puedo inspirarme para lograrlo. El liderazgo es un talante espiritual, un espíritu de coraje. La espiritualidad nos da la clave para entender el liderazgo porque ésta es la conciencia del hombre como ser pensante y libre, del despliegue de esta libertad en la relación y la transformación de la realidad 133
Horacio Martínez
propia, de la realidad de los seres pensantes libres con quienes entra en contacto y de la realidad del mundo de las cosas. La espiritualidad constituye una cosmovisión, un paradigma para interpretar la realidad, relacionarse con ella y transformarla. La espiritualidad nos da el secreto para vivir plenamente en el mundo, porque nos despierta a la realidad, nos relaciona sin dependencia con ella y nos impulsa a transformarla. En resumen, la espiritualidad nos descubre el sentido profundo del liderazgo. “El líder se afina como líder siendo sí mismo, logrando un control de su propio desarrollo como persona y como líder” (Jorge Yarce). El Titanic mundial necesita líderes que lo guíen con valores espirituales para que no se estrelle con témpanos de corrupción y se hunda. Las crisis económicas, sociales, ecológicas y culturales que sacuden al mundo al comienzo del siglo XXI, y con síntomas de hecatombe desde finales del 2008, muestran que se necesita reorientar el desarrollo mundial, que Edgar Morin califica de “Titanic planetario, con su cuatrimotor técnico, científico, económico y de beneficios, pero no controlado éticamente y políticamente”. Para reorientar el mundo actual hay que volver a poner la ética en el centro del desarrollo. “Hay que pensar de nuevo el desarrollo para humanizarlo. ¿Cómo integrar la ética? No se puede hacer una inyección de ética como se hace una inyección de vitaminas a un cuerpo enfermo. El problema de la ética es que debe encontrarse en el centro mismo del desarrollo” (E. Morin). Hoy predomina el relativismo que es la ética “del depende”. Por eso hay que formar personas con un talante de líderes (su ethos) que tengan un estilo de vida de acuerdo a unos principios correctos. “De nada me sirve saber la línea recta si no tengo rectitud en la vida, de nada me sirve saber dividir si no sé compartir con mi hermano” (Séneca). Tener coraje para vivir como debemos. “La mayoría de nosotros no tenemos el valor de vivir como debemos hacerlo” (Bill Clinton). “Liderazgo no es sólo saber quién queremos ser, sino encontrar el valor para convertirnos en esa persona” (Chris Lowney). Un líder debe promover el desarrollo de las capacidades de las personas. El líder debe ayudar a que todo ser humano realice sus potencialidades. “Tratad a un hombre como es
134
Vivir con felicidad
y siempre será igual; tratadle como puede y debería ser y se convertirá en la persona que puede y debería ser” (Goethe). Un líder es como una primavera que hace florecer a los demás. “Lo mayor que puedes hacer por los demás no es enseñarles tus riquezas, sino hacerles ver la suya propia” (Goethe). Jaime Escalante estaba seguro de que sus estudiantes, en una escuela secundaria de un barrio marginado de Los Ángeles, sí eran capaces de aprender el cálculo diferencial. Y lo aprendieron. Cuidar del otro es ayudarlo a desarrollar todas sus potencia lidades. Cuidar al otro es fijar nuestra atención para descubrir sus intereses y sus necesidades, para apoyarlo en la creación de sí mismo. El cuidado nos lleva a reconocer en el otro las posibilidades de un yo mejor y estimular su desarrollo, nos lleva a luchar porque emerja aquello admirable que se encuentra potencialmente en el otro. “El verdadero amor no es más que el deseo inevitable de ayudar a otro a que sea quien de verdad es” (Antoine de Saint Exupery). Si confiamos en el potencial de una persona, tendrá muchas opciones de realizarse. Este efecto debe su nombre a Pigmalión,el escultor de Chipre que protagoniza un mito griego. Éste, al crear una mujer que consideraba ideal, acabó enamorándose de ella. La diosa Afrodita, sintiendo pena del artista, transformó la estatua en una mujer de carne y hueso, llamada Galatea, y el escultor se casó con ella. El mito ilustra la fuerza de la confianza y de la visión creativa, que incluso puede dar vida a algo que es sólo imaginado. La película My Fair Lady ejemplifica de una forma moderna el efecto Pigmalión. Un líder es eficiente si logra que las personas que lo rodean mejoren como personas gracias a su influencia. Robert Green leaf, en su ensayo The servant as leader, escribió: “¿Aquellos que usted ha liderado han crecido como personas? Mientras los lideró, ¿llegaron a ser más prósperos, astutos, libres y autónomos, y más capaces de servir a los demás?”. “Un líder es aquella persona capaz de asumir la responsabilidad de dirigir a otros al libre logro de sus fines individuales o colectivos” (Jorge Yarce). Los líderes ayudan a que las personas que los rodean adquieran conciencia de su valor. 135
Horacio Martínez
El líder es un visionario “Así que lo importante no es convertirse en líder; lo importante es convertirse uno en uno mismo, utilizarse uno totalmente – utilizar todas sus habilidades, todos sus dones y sus energías- para poner de manifiesto su visión. No se puede suprimir nada. En suma, uno tiene que llegar a ser la persona que se propuso ser, y gozar en el proceso de llegar a esa meta” (W. Bennis). La influencia del líder viene dada por su carácter visionario: los líderes son personas con un realismo visionario que les permite visualizar el futuro creando una imagen ideal de lo que una sociedad puede llegar a ser. El profesor John Kotter, de la Escuela de Negocios de Harvard, define a un líder como alguien que establece una visión del futuro, alinea a los demás entorno a esa visión, y los ayuda a pasar los obstáculos inevitables que dificultan lograrla. “El liderazgo consiste en ir adonde nadie más ha ido” (Bob Galvin). “Líder es todo aquel capaz de hacernos ver el futuro y lograr que nos movamos hasta alcanzarlo” (Pirela). El líder ve las cosas hacia el futuro y por eso considera diversos escenarios de realización. Actualmente el mundo está volcado hacia el futuro y se necesita una mentalidad prospectiva para entenderlo. Según W. Bennis, “la perspectiva no es otra cosa que la manera de ver uno las cosas, su marco particular de referencia. Sin ella está volando uno a ciegas”. “No podemos tener una visión si no podemos ver más allá de la punta de nuestra nariz” (Chris Lowney). El cerebro humano tiene la capacidad de imaginar el futuro: podemos anticipar cosas buenas y cosas malas que podrían suceder. “Una visión nueva de la vida es como si se encendiera una luz dentro de nosotros” (Jorge Yarce). La visión del líder debe estar sujeta a revisión permanente porque no es algo estático. “El líder no ofrece una visión una vez para siempre, y luego la deja desvanecer. Debe repetirla una y otra vez. Debe incorporarla a la cultura organizacional y reforzarla mediante la estrategia y el proceso de tomar decisiones. Debe evaluarla continuamente para posibles cambios a la luz de circunstancias nuevas” (Warren Bennis
136
Vivir con felicidad
y Burt Nanus). “La visión, como el mundo mismo, es dinámica, no estática, y tiene que ser renovada, adaptada, agotada. Y cuando se vuelva muy vaga, hay que abandonarla y reemplazarla” (W Bennis). El liderazgo provee guía y dirección a los individuos y grupos para el beneficio común y de la organización como un todo; involucrando a sus miembros y anticipando los posibles esce narios de desarrollo de la acción. Fija objetivos y prioridades, realiza el seguimiento a los mismos y da retroalimentación, integrando las opiniones de los participantes del grupo; también motiva e inspira valores y confianza. Según John P. Kotter, el liderazgo se podría describir como “establecer una dirección sensata, lograr que la gente se identifique con ella, y darle la energía de modo que sea hecha realidad sin importar los obstáculos”. Por otro lado, Bill Gates habla del liderazgo como “un sentido de propósito, sentir que se hace algo único y ver el impacto que logra el trabajo de cada quien”. Decía Jung: “Un sueño que no se entiende queda como un simple suceso; cuando se entiende, pasa a ser una experiencia vital”. Jim Burke dedica el cuarenta por ciento de su tiempo a comunicar el credo de Johnson & Johnson entre sus gerentes, para ver qué modificaciones necesita. El líder tiene una visión idealista que inspira y es capaz de convencer a otras personas de realizar acciones determinantes. El líder con responsabilidad social debe tener una cosmovisión de hacia dónde debe orientar el cambio de la sociedad. “Todos los grandes líderes poseen dos cosas: una, saber a dónde van, y dos, pueden persuadir a otros para que le sigan” (John C. Maxwell). Un líder es coordinador de los sueños de un grupo. “Todo líder tiene la capacidad para crear una visión convincente, que lleva a la gente a un lugar nuevo, y luego a convertir una visión en realidad” (W. Bennis). Dice W. Bennis: “Las competencias o los conocimientos sin visión y sin virtud producen tecnócratas; la virtud sin visión y sin conocimientos produce ideólogos; la visión sin virtud y sin conocimientos produce demagogos”. Un líder visionario es una persona capaz de establecer por sí mismo “la forma de concebir sueños, entusiasmar a los demás con sus visiones y luego materializarlas” (Burt Nanus). 137
Horacio Martínez
El líder tiene los pies sobre la tierra y la mirada en las estrellas. “No importa lo que la visión es sino lo que la visión logra” (Senge). Alguien decía: “Vivir la vida con un sentido de misión es la clave de la felicidad”. “La cualidad que mejor define al líder es su capacidad de crear y realizar una visión”, dice W. Bennis. “Todo líder tiene la capacidad para crear una visión convincente, que lleva a la gente a un lugar nuevo, y luego a convertir una visión en realidad” (W. Bennis). El líder se conduce interiormente por una visión, tiene una clara perspectiva del futuro y ayuda a que todos los miembros del grupo comprendan que están al servicio de la misma, de la construcción del futuro. El líder tiene, por tanto, un rol visionario: define la visión, la misión y los valores del grupo, y ayuda a los miembros del grupo a vivir de acuerdo a la visión adoptada. “Las ideas creativas se vuelven realidad cuando los que están en posición de actuar captan la visión de un líder innovador” (John C. Maxwell). “El liderazgo es lo que le da a una organización su visión y su capacidad para traducir esa visión en realidad” (Warren Bennis y Burt Nanus). En el estado de liderazgo la persona se convierte en una distorsión para el sistema social. El líder posee una visión sobre lo que debe ser la sociedad y por eso es un crítico del status quo en la medida que ésta no se ajusta al ideal de sociedad que sueña el líder. Martin Luther King encarnó en la sociedad norteamericana racista este espíritu de protesta crítica. Un líder se convierte en el creador de un nuevo orden social. “Liderazgo es la capacidad de transformar la visión en realidad” (Warren Bennis). El líder es la persona que orienta la organización hacia una visión, la cual ofrece un “polo norte” que la gente debe seguir. Asimismo, el líder establece una dirección y logra que la gente se identifique con él. Según Konrad Adenauer, “todos vivimos bajo el mismo cielo, pero no todos tenemos el mismo horizonte”. Para John C. Maxwell, “al trabajar con líderes, me he preguntado: ¿El hombre hace el sueño o el sueño hace al hombre? Mi conclusión ha sido: ambas cosas son ciertas”. En un epitafio inglés leemos: “La vida sin una visión es una carga. La visión sin acción no es sino un sueño vacío. La acción guiada por la visión es la alegría y la esperanza sobre la tierra”.
138
Vivir con felicidad
Un líder eficaz es capaz de comunicar a otros su visión para entusiasmarlos y comprometerlos, así como de concretizar las ideas abstractas, de establecer comparaciones y expresar ideas gráficamente. “Un factor esencial en el liderazgo es la capacidad de influir y de organizar el significado para los miembros de la organización” (Warren Bennis y Burt Nanus). El poder de la imaginación es muy grande y un líder necesita de ella para ser creativo. La imaginación es también una herramienta poderosa para visualizar el futuro que deseamos y lograr su realización. Visualice en su interior el objetivo que desee alcanzar. Estando mentalmente relajado visualice una pantalla mental de gran tamaño y proyecte en ella el objeto que desea obtener. Visualice internamente la acción futura desde el comienzo hasta su conclusión exitosa. Si se visualiza un objeto que cambia de estado, coloque a la derecha como está en el presente y a la izquierda la imagen nítida de cómo estará. Para que lo visualizado se convierta en suceso real es preciso que usted tenga el deseo, la creencia y un grado máximo de expectativa de que el acontecimiento puede tener lugar. Al visualizar en su mente el objeto o el suceso, sienta como si ya fuera realidad el deseo apetecido y disfrute intensamente el logro en tiempo presente. Al imaginar con fe el resultado, se está causando: el futuro se convierte en lo que se visualiza hoy. “Si lo puedes soñar, lo puedes hacer” (Walt Disney). “No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas… Vive con intensidad tu vida y no dejes de soñar” (Walt Whitman) Descubre tu sueño para visualizar su realización. Cada día debo esforzarme más por realizar mis sueños. Determine qué anhela en el fondo de su corazón y atrévase a realizarlo. El ideal que se sueña nos impulsa a realizarlo. “Realmente soy un soñador práctico; mis sueños no son bagatelas en el aire. Lo que yo quiero es convertir mis sueños en realidad” (Gandhi). Uno debe abrazarse a sus sueños; no se atormente con sueños irrealizables. Los sueños se pueden convertir en realidad con facilidad y sin esfuerzo, si aprovechamos la dinámica mental y contamos con la ayuda de Dios. Es bueno soñar en grande para ser un protagonista y no un simple espectador de la vida: “¿Cuál es mi sueño dorado hoy?”. “A la hora de la verdad lo que cuenta es tener sueños” (Patarroyo). “El tamaño 139
Horacio Martínez
de tus logros es el tamaño de tus sueños” (Santo Tomás). Yeats dijo: “En los sueños empieza la responsabilidad”. El líder es un servidor de los demás con los demás “Todo el mundo puede ser grande porque puede servir. No tiene que tener un grado universitario para servir…No tiene que tener una teoría de la relatividad de Einstein para servir… Solamente necesita un corazón lleno de gracia. Un alma generada por el amor” (Martin Luther King). El líder influye por ser un inspirador de grupo que promueve la colaboración y construye equipos animados. Generalmente, el líder se involucra activamente con los demás y crea atmósferas de confianza y dignidad (liderazgo es pasión). Tomando las palabras del santo chileno Alberto Hurtado, diríamos que un líder es “un fuego que enciende otros fuegos” con su idealismo, un sembrador de sueños que ofrece una visión de un mundo mejor, la roca que se sostiene con su coraje ante los embates de las tempestades. La ética lleva al líder a descubrir que la existencia humana tiene como sentido el servir a los demás, a la vida del planeta y al plan de Dios sobre el universo. Este espíritu de servicio nace del amor entendido como la actitud de reconocer a los demás como personas y cuidarlos. “El mundo necesita líderes, el mundo necesita amor. Ama profundamente y serás líder” (Moisés Ruiz). Liderazgo es la capacidad de influir y movilizar a la comu nidad para que ésta afronte sus problemas. Se influye sobre la conducta ética de una persona mostrándole una nueva y mejor concepción de la vida. El líder servidor dirige porque quiere servir a los demás, no porque quiere que éstos le sirvan. Los líderes servidores no sólo poseen valores, sino que ayudan a sus servidores a desarrollar los suyos. El líder mira el liderazgo como un acto de servicio por amor. El líder servidor se ocupa activamente de los demás con espíritu de servicio, es accesible y servicial en el tratamiento de los problemas del personal de la empresa, está atento a buscar el bienestar de la sociedad y es compasivo con todo ser viviente en la tierra.
140
Vivir con felicidad
Un líder debe hacer la opción fundamental de servir y sin ella la capacidad de dirigir queda limitada. “Un líder que pretende servir a los demás podría llegar a ser un servidor natural a través de la larga y ardua disciplina de aprender a escuchar. La clave para dar una respuesta inmediata a cualquier problema es escuchar primero. He visto transformaciones notables en personas que han aprendido a escuchar. Quizá porque la persona que escucha verdaderamente inspira confianza y seguridad en los otros” (Robert Greenleaf). Un explorador europeo se encontró en Nepal con un cargador muy servicial que por su manera de tratar a las personas tenía mucho ascendiente sobre ellas. Al cabo de quince años volvió a Nepal y se encontró con la sorpresa que el cargador se había convertido en el líder respetado de un monasterio. “Servidumbre de amor es señorío”, reza un antiguo refrán. Debo ser una persona que se da, que se entrega, que sirve a los demás. Alguien ha dicho: “El que no vive para servir no sirve para vivir”. “El que aspire a ser líder entre vosotros, debe ser antes el servidor. Si quieres liderar tienes que servir.” (Jesucristo) En el fondo del espíritu del líder hay un deseo de expresarse plenamente. Cada uno tiene sus talentos, su vocación para realizarse y ayudar a la gente. El proyecto de vida como líder es el deseo de mejorar el mundo dejando un legado. Un empresario decía: espero ser recordado por el sentido de hacer desinteresadamente el bien a los demás. Es el legado por el cual espero ser recordado, imitado y superado por las generaciones actuales y venideras. Un líder es un coordinador de personas que forma un equipo para servir a la sociedad. “Liderazgo es el arte de crear un clima de trabajo que inspire a otros a lograr metas y niveles de realización extraordinarios” (John Michael). Un líder sabe lo que quiere, comunica esa intención, diseña su posicionamiento y desarrolla las habilidades para lograrlo. “Lo esencial en el liderazgo organizacional es que el estilo del líder hale, no empuje a la gente” (Warren Bennis y Burt Nanus). Los líderes habilitan a otros para que traduzcan la visión en realidad y la mantengan a través del tiempo. “Concentrando la atención en una visión, el líder opera sobre 141
Horacio Martínez
los recursos emocionales y espirituales de la organización, sobre sus valores, compromisos y aspiraciones” (Warren Bennis y Burt Nanus). Por último, el líder empodera a sus seguidores para que hagan lo que él desea pero desde el interior de sus corazones: “Respecto a un buen líder, que habla poco, cuando ha hecho su trabajo y ha alcanzado sus objetivos todos dirán: Esto lo hicimos nosotros” (Lao-Tse). Sea el líder de su equipo por su espíritu emprendedor. Para granjearse el apoyo de sus colaboradores sepa escuchar, tenga tacto, acepte y haga críticas en forma conveniente. Forme un equipo de trabajo con personas de gran calidad humana. El líder impulsa la participación de los miembros del equipo, de forma que sea un equipo autodirigido. Un líder es capaz de lograr acuerdos para lograr una acción conjunta con personas de distintas mentalidades. Actuar con persuasión “no consiste en que los demás hagan lo que yo quiero, sino en que quieran hacer lo que yo quiero que hagan” (W. Churchill). En una empresa, la capacidad para entablar relaciones sociales se muestra, sobre todo, a través de la habilidad para establecer relaciones de trabajo productivas, mediante la integración y coordinación de recursos, trabajando a todo nivel con la organización para la consecución de un objetivo común. Cabe destacar, entonces, la importancia de tener capacidad de colaborar y cooperar con los demás en beneficio de objetivos organizacionales, anteponiendo éstos a los del equipo y los personales. Un líder es un director de orquesta que guía para coordinar la ejecución de la partitura: “Esto es como una orquesta: a mí me toca dirigirla, pero también depende de todos los músicos para que todo suene bien” (Antonio Catalán). El líder es un reformador del mundo “Debemos llegar a ser el cambio que deseamos ver en el mundo” (Mahatma Gandhi). El líder influye por ser un emprendedor para transformar su sueño en una realidad. Los líderes desafían el status quo, buscan formas innovadoras de mejorar la organización,
142
Vivir con felicidad
experimentan y asumen riesgos. Como asumir riesgos implica cometer errores y sufrir fracasos, los líderes aceptan las inevitables desilusiones como oportunidades de aprendizaje. Un líder es un gestor del cambio que tiene la capacidad de ver la limitación del paradigma que rige la situación dada y busca un cambio más de acuerdo con su visión. “El liderazgo consiste en crear un campo en el que los seres humanos profundicen continuamente su comprensión de la realidad y sean capaces de participar en el despliegue del mundo. En definitiva, el liderazgo tiene que ver con la creación de nuevas realidades” (Peter Senge). El líder empresarial tiene capacidad de mejoramiento continuo, corrigiendo los errores que se presentan y construyendo sobre los aciertos que identifica, busca nuevas estrategias que permitan trabajar de manera autodirigida y evita errores que obstaculicen la productividad de la organización. “El cambio en la sociedad es de secundaria importancia; eso ocurrirá natural e inevitablemente cuando usted, como ser humano, realice ese cambio en usted mismo” (Jidu Krishnamurti). El sueño de realizar un servicio a la sociedad para mejorarla lo llevan a cabo personas con espíritu empresarial -emprendedor- que por esencia es moral, pues es capacidad de realizar valores. “Esperamos hacer de este mundo un lugar mejor para vivir” (Apple). Los procesos de globalización y el desarrollo de la sociedad del conocimiento están cambiando el papel de la empresa en la sociedad actual. Los implicados con la empresa ya no quieren ser pasivos ante la acción de ésta: exigen nuevas responsabilidades empresariales. En la gestión empresarial hay que tener en cuenta los intereses de todos los participantes: inversionistas, empleados, consumidores, etc. Puede hacerse la distinción entre el saber y el saber hacer, lo cual en una profesión es evidente y es lo que suele denominarse como fundamentación científica (teórica) por una parte, y fundamentación tecnológica o Know how, por la otra. Las dos formaciones son complementarias, y un verdadero profesional quedaría incompleto si faltare alguna. “Sólo en la acción, en el actuar, pueden encontrarse respuestas verdaderas a las preguntas vitales” (Víctor Frankl). Todo proceso de 143
Horacio Martínez
liderazgo se concretiza en la acción. “En nuestra época la vía hacia la santidad pasa necesariamente por el mundo de la acción”(Dag Hammarskjold). Para Santiago Álvarez, “todo proceso de liderazgo converge y finaliza en la acción. En la mera reflexión el aprendizaje queda truncado. Sólo haciendo cosas expulsamos los fantasmas que sabotean nuestras mejores iniciativas, destrozamos las normas inhibidoras y damos un margen a la vida, para que humildemente imparta su docta doctrina”. Adicionalmente, no puede perderse de vista que la acción humana conlleva una dimensión valorativa, que suele llamarse la dimensión del Ser Personal y que puede expresarse en un contexto pedagógico y ético como un aprender y un saber dar sentido a sus acciones. “Liderazgo es un asunto de cómo ser; no de cómo actuar” (Frances Hesselbein). “Sin el saber el hacer es ciego, y el saber es estéril sin el amor” (Benedicto XVI). Una maestra llegó al cielo y San Pedro le pregunta: quién eres. Ella respondió: una maestra. San Pedro le comenta: no te pregunté qué haces sino quién eres. A un profesional no hay que preguntarle sólo sobre lo que hace sino sobre el tipo de ser humano que es. ¿Es usted un líder profesional? Un profesional sin liderazgo es como un caramelo sin dulce. El fundamento de las acciones de un líder proviene de la combinación de su actitud personal ante la vida, de su capacidad para reflexionar sobre las situaciones que enfrenta y de las destrezas prácticas que ha desarrollado. “El liderazgo es la capacidad y voluntad de conducir a hombres y mujeres a un propósito común y a un carácter que inspire confianza” (Bernard Montgomery). Peter Senge, en su libro La danza del cambio, define el liderazgo como la capacidad de una comunidad de dar forma a su futuro y específicamente para sostener los procesos de cambio que para ello se requieren. Por tanto, “cualquier organización cuenta con muchos líderes porque hay muchas personas en diversos niveles de la jerarquía que desempeñan papeles críticos para generar y sostener la tensión creativa”. El líder debe tener flexibilidad para adaptarse al cambio, lo cual consiste en la habilidad para adaptarse y trabajar eficazmente dentro de una amplia gama de situaciones y con
144
Vivir con felicidad
muchos tipos de individuos y grupos, entendiendo y apreciando perspectivas diferentes e incluso opuestas sobre un mismo asunto, adaptando el enfoque propio a medida que cambien las condiciones de una situación y aceptando y promoviendo el cambio en su área de responsabilidad. Con flexibilidad un líder se adapta a las circunstancias. “Ser como un río que fluye” (Paulo Cohello). Será flexible en la consecución de sus metas ante las exigencias de cambio del futuro. El líder se adaptará a las presiones de la vida para sacar adelante sus proyectos. Para sobrevivir en las tempestades de la vida debemos ser flexibles como la caña. El arte de saber vivir con éxito es el arte de rebotar con flexibilidad ante las situaciones cambiantes de la vida. La flexibilidad del ser humano le permite sobreponerse después de las derrotas. “Vivir es cambiar, y ser perfectos es haber cambiado muchas veces” (Cardenal Newman). El campo de los emprendimientos sociales es una gran oportunidad para que los líderes innovadores realicen maravillas. Los emprendimientos sociales ponen al alcance de la población pobre bienes y servicios ajustados a su capacidad de compra. Alineando el emprendimiento social con la actividad del negocio se logra la construcción de una sociedad mejor.Convirtámonos en líderes asumiendo la visión de crear la civilización del amor en el planeta. Liderazgo significa voluntad de cambiar el mundo. La misión de una empresa es la respuesta moral a sus responsabilidades por el desarrollo de la sociedad, no un plan para explotar una oportunidad comercial. Para realizar la visión y misión de la empresa se requieren unos valores éticos. Las metas de la actividad empresarial son la satisfacción de necesidades humanas y desarrollar al máximo las capacidades de sus colaboradores, las cuales no podrá alcanzar si no es promocionando valores de libertad, igualdad y solidaridad desde el modo específico en que la empresa puede y debe hacerlo. El mejoramiento de la sociedad pertenece a la esencia misma del quehacer empresarial. “Los líderes del mañana tendrán que aprender cómo crear un entorno que acoja el cambio, no como una amenaza sino como una oportunidad” (Warren Bennis). 145
Horacio Martínez
Alfonso Gómez propone “educar líderes que busquen apasionadamente hacer del mundo un lugar mejor”. En la Declaración del primer programa de MBA de Harvard se explicita como misión “educar líderes para hacer una diferencia en el mundo”. El líder empresarial es un gestor del cambio cultural que configura la cultura organizacional alrededor de unos valores compartidos por todos los miembros de la organización. Configurar la cultura de su organización es una función esencial del liderazgo. “Una organización tiene una estructura saludable cuando tiene un sentido más claro de lo que es y de lo que hay que hacer” (Warren Bennis y Burt Nanus). Cuando una organización tiene claridad sobre su visión tiene identidad, y una organización está integrada cuando está en congruencia con su visión. A su vez, un líder no sólo transmite información sino que convence a otros de su visión y los persuade para que se comporten de modo que alcancen las metas que realizan la visión. “El acto supremo del liderazgo es institucionalizar una cultura centrada en él” (John Kotter). Los grandes líderes son el alma de una colectividad, el ejemplo a seguir. “La visión anima, inspira, transforma el propósito en acción” (Warren Bennis y Burt Nanus). El líder también debe crear “una visión que inspire a las personas y las motive para crear un mundo mejor” (Richard L. Daft). Los líderes “influyen en la cultura organizacional y configuran el entorno que determina el estado de ánimo y el desempeño de los empleados y, con ello, consiguen que comulguen con la visión” (Richard L. Daft). Asimismo, orienta el diseño de la organización hacia la formación de una cultura de la integridad. Es necesario crear una cultura empresarial honesta donde se tenga una axiología común, pautas de comportamiento definidas y formas establecidas de interpretar el medio. “Los únicos límites son, como siempre, los de la visión” (James Broughton). Los líderes logran “una cultura organizacional que ayuda a que los empleados generen un sentimiento de significado de su trabajo y el deseo de retarse a sí mismos para experimentar el éxito” (Warren Bennis y Burt Nanus). En otras palabras, los líderes logran una cultura del orgullo.
146
Vivir con felicidad
Un líder es un arquitecto social. “Más allá de su capacidad para crear visiones, el líder debe ser un arquitecto social que entienda la organización y moldee la forma en que ésta funciona. La arquitectura social de cualquier organización es la variable silenciosa que traduce en significado la ‘floreciente y zumbante confusión’ de la vida organizacional. Determina quién dice qué a quién, acerca de qué y qué clase de acciones deben seguirse. La arquitectura social es un intangible, pero gobierna la manera de actuar la gente, los valores y normas que sutilmente se transmiten a los grupos y a los individuos, y la construcción de los lazos y enlaces dentro de la compañía” (Warren Bennis y Burt Nanus). La transformación de la arquitectura social de cualquier organización hacia la nueva visión es la tarea más difícil de la administración, debido a las complejidades organizacionales, operacionales y tecnológicas que es preciso afrontar. “La visión tiene que ser claramente articulada y con frecuencia de diversas maneras, desde ‘enunciados de política’ que tienen un máximo impacto, hasta la revisión de los objetivos de reclutamiento y los métodos, entrenamiento que está orientado específicamente a la modificación del comportamiento para apoyar los nuevos valores organizacionales y, no de menor importancia, adaptar y modificar símbolos compartidos que señalan y refuerzan la nueva visión” (Warren Bennis y Burt Nanus).
5.3. Felicidad de crear un mundo mejor
Construcción de un mundo mejor “¡Qué maravilloso sería que nadie tuviera que esperar un solo momento antes de empezar a mejorar el mundo!” (Ana Frank). En medio de un mundo en evolución, el hombre se encuentra con el poder de dominar con su inteligencia y actividad el progreso del cosmos. El hombre tiene conciencia de ser responsable de la transformación y del porvenir de la evolución, porque el mundo despliega paulatinamente sus propias posibilidades, sobre todo en el hombre y por medio del hombre. 147
Horacio Martínez
Gracias a los adelantos tecnológicos se está manipulando cada vez más la vida. La investigación hace del hombre un Aladino que puede hacer salir de la probeta un genio poderoso para el bien o para el mal del planeta. La ética se encuentra emplazada entre la manipulación y la protección de la vida. ¿Cuáles son los criterios para discernir entre la una y la otra? La ética nos permite descubrir lo atentatorio contra la vida de los avances científico-técnicos. No todo progreso técnico se inscribe sin más dentro del proceso de promoción de la vida en el planeta. El proceso de evolución de la vida es ascendente y está abierto a la planificación del hombre y a la esperanza de una vida mejor para todos los vivientes. El hombre es un constructor del mundo. Gracias a su capacidad de racionamiento puede dedicarse a descubrir los secretos de la naturaleza y pensar un mundo distinto al que lo rodea. El trabajo para construir un mejor mundo tiene como sentido prestarle un servicio integral al hombre y a su entorno natural. El progreso en todas sus manifestaciones tiene como objetivo mejorar la calidad de vida de todo el hombre y de todos los hombres. Si la actividad humana tiene como uno de sus fines humanizar el mundo material, se sigue que todos los bienes de la tierra están ontológicamente convocados a encontrar en la acción humana el espíritu que les dé expresión a su realidad, conformando en el hombre unidad de sentido. El desarrollo económico y social debe, por tanto, subordinarse al bien de la persona, porque los progresos científicos, técnicos y sociales son mediaciones humanas en función de su propia promoción y la del mundo. El mundo está en proceso continuo de evolución. De hecho, la ciencia ha descubierto las pruebas fósiles de una continua evolución de la materia hasta llegar al hombre. En medio de un mundo en evolución, el hombre se encuentra con el poder de dominar con su inteligencia y actividad el progreso del cosmos. El hombre tiene conciencia de ser responsable de la transformación y del porvenir de la evolución, porque el mundo despliega paulatinamente sus propias posibilidades, sobre todo en el hombre y por medio del hombre.
148
Vivir con felicidad
Una vez que la evolución de la materia-energía ha dado de sí al ser humano en el proceso de hominización, se inicia el proceso de humanización, por el cual la persona humana comparte con la naturaleza el espíritu que le confiere sentido de trascendencia hacia formas novedosas de organización de la materia. El hombre es así el intérprete del sentido del mundo, asumiendo que el mundo accede en el hombre a la conciencia del mundo mismo. El hombre puede insertar en el cosmos una dinámica espiritualizadora, porque el hombre es materia devenida en espíritu. El mundo y el espíritu poseen una unidad interna. Esta unidad implica la integración del mundo en la historia y el destino del hombre, que le permite al hombre recapitular en sí a la naturaleza. Por tanto, a través de la corporalidad el mundo es gestor de la ilimitada trascendencia del espíritu humano, el cual es simultáneamente el espíritu del mundo. La actividad laboral es una tarea social; el trabajo estrecha la solidaridad en la que se manifiesta la necesaria cooperación y dependencia de los hombres entre sí. Toda persona tiene el derecho al trabajo, a la oportunidad de desarrollar sus propias capacidades y su personalidad a través del ejercicio de su profesión. El trabajo es el gran motor del proceso de reconocimiento de los derechos que califican a la ciudadanía. Por eso no se debe admitir la discriminación laboral de la mujer. El hombre por su trabajo crea mayor fraternidad y sirve al bien de la comunidad. El hombre no puede desplegar su dimensión comunitaria sin objetivarla en su acción transformadora del mundo. De esta forma crece la responsabilidad del hombre por el respeto del otro y por el bien común. La actividad creadora del hombre tiene una responsabilidad social de construir el bienestar de la sociedad. El hombre con su trabajo crea la civilización tecnocientífica que eleva el nivel de vida de la sociedad, pero corre el peligro de convertirla en un fin en sí mismo olvidando que el bienestar real de la persona es el centro del desarrollo y no el progreso material. La ética nos recuerda que no debemos caer en el mito de la eficiencia por la eficiencia, sacrificando, por ejemplo, la vida familiar de los empleados. 149
Horacio Martínez
El trabajo para construir un mejor mundo tiene como sentido prestarle un servicio integral al hombre y a su entorno natural. El progreso en todas sus manifestaciones tiene como objetivo mejorar la calidad de vida de todo el hombre y de todos los hombres. “Nadie tiene derecho a consumir felicidad sin producirla” (Helen Keller). Responsabilidad social con el bienestar de todos “El desarrollo es imposible sin hombres rectos, sin operadores económicos y agentes políticos que sientan fuertemente en su conciencia la llamada al bien común” (Benedicto XVI) . Desde la antigüedad se define la justicia como la actitud de dar a cada uno su derecho. Sin la justicia no puede existir un orden social digno del hombre. La justicia hay que entenderla también como equidad. Equidad es proporcionalidad en la distribución de bienes y servicios, favoreciendo a los más necesitados. Como expone John Rawls en su libro Teoría de la Justicia, todos los valores sociales -como libertad y oportunidad, ingreso y riqueza, así como las bases sociales y el respeto a sí mismo- habrán de ser distribuidos igualitariamente a menos que una distribución desigual de alguno o de todos estos valores redunde en una ventaja para todos o en beneficio de los menos aventajados. Decía Shopenhauer que el azar reparte las cartas pero que somos nosotros quienes las jugamos. De entrada unos reciben mejores cartas que otros. Por eso hay que trabajar porque la justicia se encarne compensando con equidad las desventajas en oportunidades. Lo que da valor a una sociedad no es sólo la eficiencia económica conseguida o los índices macroeconómicos alcanzados, sino los valores de justicia y equidad compartidos, lo cual facilita el desarrollo humano de quienes la integran. Hay que enmarcar la libertad de iniciativa económica dentro del marco del bien común. Los bienes de la tierra tienen un destino universal y deben estar al servicio del desarrollo de todas las personas. “Sólo cuando el hombre logre desarrollar
150
Vivir con felicidad
su razón y su amor más que hasta ahora, sólo cuando pueda organizar un mundo a base de solidaridad humana y de justicia, sólo cuando pueda sentirse enraizado en un sentimiento de fraternidad universal, habrá encontrado una forma nueva y humana de arraigo, habrá transformado su mundo en una patria verdaderamente humana” (E. Fromm). Los bienes de la tierra son para el uso de todos los hombres y pueblos. Por tanto, los bienes deben llegar a todos en forma equitativa. En las diversas formas de propiedad jamás debe olvidarse este destino universal de los bienes. El derecho a poseer una parte de bienes suficientes para sí mismos y para sus familias es un derecho que a todos corresponde, como una expresión de la libertad. La propiedad privada debe reconocerse como medio fundamental para asegurar la construcción libre y responsable de la economía. El destino universal de los bienes debe prevalecer sobre la propiedad privada. Pero esta repartición debe ser viable para que no se produzca más pobreza. El hombre, al usar de los bienes, no debe tener las cosas que legítimamente posea como exclusivamente suyas, sino también como comunes, en el sentido de que no le aprovechen a él solamente, sino también a los demás. Estamos obligados a compartir los bienes con los desposeídos y por cierto no sólo con los bienes superfluos. “Tener más” es sólo un instrumento para “Ser más”. Tener para ser es volver a dar a la teoría económica su valor humano y comunitario. La “E” de economía no debe seguir prevaleciendo sobre la “E” de ética, educación, ecología, estado. Cuando uno busca que los hombres valgan más y que la humanidad en su conjunto sea más, las ciencias económicas y las ciencias sociales dejan de estar separadas. Por el destino universal de los bienes, el compartir está por encima del tener. La austeridad debe caracterizar el estilo de vida de la persona que quiere vivir los valores éticos más esenciales en el uso de los bienes. Por austeridad se entiende una definición de las propias necesidades según una jerarquía de valores que sabe dar la prioridad a lo más esencial. La austeridad es la expresión de una solidaridad para con los demás. La abundancia y el lujo constituyen una verdadera ofensa hacia aquellos que apenas 151
Horacio Martínez
tienen para sobrevivir de día en día. “No es rico el que más tiene, sino el que menos necesita” (San Agustín). La justicia y la equidad hay que enfocarlas desde el respeto por la persona y sus derechos. Al fin y al cabo el fundamento último de los derechos humanos es la autonomía de la persona que no permite que se le trate como un objeto sin derechos. El respeto por la persona y sus derechos es la base de la cultura y las leyes tratan de reglamentar el justo ejercicio de estos derechos de cada individuo de forma que no se vulneren los derechos de los demás miembros de la sociedad. En el campo económico el hombre es el artífice de los mecanismos de funcionamiento de la economía, aunque sea en forma mediata a través del entrelazamiento de las relaciones sociales con las formas institucionales. El criterio rector fundamental de toda actividad es la promoción de lo humano en su dignidad de persona (su realización en cuanto individuo y miembro de una sociedad). El auténtico éxito de un sistema económico consiste en su capacidad de incluir a todos los miembros de la sociedad en el proceso de producción y hacerlos partícipes de los beneficios logrados. Hay que buscar un crecimiento económico pero con equidad. Una economía dinámica debe ser complementada con la justicia distributiva. La economía debe estar al servicio de la persona humana y no al contrario. En un nivel moral de justicia son justas las decisiones que tomaríamos poniéndonos en el lugar de cualquier otro, lo cual excluye el tener por justo lo que satisface las necesidades de un grupo pero no de toda la sociedad. Un negocio en el sentido moral busca un acuerdo sincero para ambas partes. El comercio globalizado está fundamentado en la justicia. La Responsabilidad Social Empresarial en una perspectiva comercial puede interpretarse desde dos valores fundamentales: la transparencia y la justicia. La transparencia entendida como poner todas las cartas sobre la mesa y la justicia como la capacidad de retribuir a cada empresa según su esfuerzo y especialmente según su aporte al valor total de la cadena. Desde estos dos valores debe apuntar a la sustentabilidad de las empresas y su entorno, a la consecución de un mundo mejor más equilibrado y justo. Es decir, al bienestar del conjunto.
152
Vivir con felicidad
Esta responsabilidad social plantea, entonces, un problema ético que solo puede comprenderse a partir de constatar que la vida es el resultado de una serie de relaciones articuladas con el entorno. El concepto de comercio justo se relaciona con el de negocios inclusivos, que se promueve, se relaciona con los componentes de la base de la pirámide que buscan soluciones de vida sostenible no solo para ellos – los pobres – también para las empresas. Por lo tanto, se busca beneficio en las comunidades de bajos ingresos; beneficios para la empresa que participe en ello. En una frase: hacerlo bien haciendo el bien, es la concreción de lo establecido para las empresas que asumen y desarrollan el reto de disminuir la extrema pobreza y el hambre. La moral no condena la existencia del poder económico ni pide su eliminación, pero exige su subordinación al bien común según criterios de justicia. La ordenación del poder económico al bien común no puede abandonarse a una mera responsabilidad ética de los sujetos del poder; ha de atenerse a su regulación jurídica e incluso a la institucionalización de las concentraciones de poder y económicas. En la medida en que el recto funcionamiento de la economía y la justa distribución de la renta nacional dependen de los precios, éstos dejan de ser unos puros datos económicos y adquieren dimensiones morales por su inseparable conexión con el bien común. El precio justo es aquel que garantiza al empresario un beneficio, valorado en función de criterios sociales de producción y distribución de bienes. Hay que superar una visión mecanicista de la economía que reduce al ser humano a un sujeto de mercado que sólo busca el máximo beneficio económico. El hombre puramente económico es esencialmente un imbécil social (“rational fool”, lo denomina A. Sen). Las decisiones económicas no pueden separarse del impulso ético presente en las acciones de los seres humanos. Según E. Durkheim, en la sociedad industrial moderna el individuo y el grupo han dejado de funcionar satisfactoriamente, porque viven en una situación de “anomia”, es decir, con una carencia de vida social estructurada y dotada de sentido, donde el individuo sigue cada vez más “un sentimiento desasosegado, 153
Horacio Martínez
un auto-desenvolvimiento sin propósito, una finalidad de la vida que no tiene criterio del valor y en que la felicidad está siempre en el futuro y nunca en ningún logro presente”. Responsabilidad con el desarrollo sostenible “Obra de tal manera que tu nivel de consumo pueda convertirse en máxima de conducta universal, por ser compatible con condiciones de vida dignas para el presente y para las futuras generaciones.” (J. Ballesteros) Las empresas muestran responsabilidad social según su compromiso con la sostenibilidad del desarrollo. Las empresas son el gran motor del desarrollo económico, pero hay que ver si presentan estándares de calidad para satisfacer las necesidades humanas y si en el uso de la tecnociencia no están acabando con los recursos del medio ambiente, como el agua y el aire. La comunidad europea ha propuesto en su Libro Verde los principios que deben guiar la actividad de las empresas para que sea responsable del desarrollo sostenible. La responsabilidad social empresarial es un llamado a sentirnos parte de la comunidad viviente que existe sobre el planeta tierra. El hombre debe velar para que el desarrollo humano no atropelle al medio ambiente. Su papel es el de ser un ángel guardián de la naturaleza y no su exterminador. La acción destructora del hombre sobre la naturaleza es como un cáncer. Un cáncer que devora su medio ambiente. La ética busca humanizar al medio ambiente exterior, para hacer más visible el hábitat humano. La ética no sólo debe tomar en serio al hombre en su dimensión biológica y sociocultural. Además debe profundizar en las obligaciones del hombre con todo ser viviente. Existe una fraternidad entre todos los seres con vida en el universo. No podemos olvidar que el hombre es el hermano responsable de la familia viviente. La vida que considera la ética es no solamente la vida humana, sino la vida en el planeta tierra. Por eso se pasa de un antropocentrismo a un biocentrismo. La vida debe ser considerada desde la perspectiva de la tierra y dedicarnos a su supervivencia. La vida humana es tan sólo la manifestación
154
Vivir con felicidad
más perfecta de las formas de vida en la naturaleza. Sobre este punto las Naciones Unidas han hablado bellamente en su documento Carta de la Tierra. La responsabilidad con la vida del planeta debe estar en la conciencia de toda persona que se proclame ciudadano de la tierra en el siglo XXI. Debemos desarrollar un espíritu verde de mística por la naturaleza. Tenemos que defender todo tipo de vida natural en la tierra y evitar que por intereses económicos se siga eliminando la biodiversidad. La supervivencia de la vida en la tierra está en peligro. Se requiere asumir compromisos éticos: unir tecnociencia con conciencia. Según Leonardo Boff (El principio tierra. El retorno a la tierra como patria común), la tierra está enferma y requiere una terapia ecológica. El paradigma de la civilización está en crisis y está naciendo un nuevo paradigma: la comunidad planetaria. La nueva perspectiva mira la Tierra desde fuera de la Tierra. La Tierra es un superorganismo vivo: GAIA. La complejidad es la característica del nuevo paradigma y de la lógica no lineal. El autor muestra la contribución del ecofeminismo, la profundidad espiritual del universo y las características del nuevo paradigma. Gracias a los adelantos tecnológicos se está manipulando cada vez más la vida. La investigación hace del hombre un Aladino que puede hacer salir de la probeta un genio poderoso para el bien o para el mal del planeta. La ética se encuentra emplazada entre la manipulación y la protección de la vida. ¿Cuáles son los criterios para discernir entre la una y la otra? La ética nos permite descubrir lo atentatorio contra la vida de los avances científico-técnicos. La ciencia y la tecnología nos permiten aumentar el número, tipo y calidad de bienes disponibles y planificar su obsolescencia operativa. La calidad y durabilidad de los productos son factores que contribuyen a asegurar la abundancia de los bienes necesarios para la vida digna para todos. La calidad productiva disminuye la contaminación del medio ambiente. La ética nos pide buscar el punto óptimo de calidad y durabilidad que deben tener los productos para asegurar su producción industrial, cuidar de los recursos naturales y aumentar la abundancia disponible. 155
Horacio Martínez
Dejar una huella en el mundo “No me resigno a que cuando yo muera el mundo siga como si yo no hubiera vivido” (Pedro Arrupe). El hombre deja su huella en el mundo que le rodea a través de su esfuerzo por comprender el mundo, expresar su sentido y transformarlo. Aquí radica el valor que posee el trabajo para el hombre. “Ser hombre es saber que con la contribución propia se construye el mundo” (El Principito). Toda persona que ha realizado algo importante en la vida siente la alegría de dejar un legado. Deberíamos ser defensores del derecho a amar ayudando a las personas a encontrar la oportunidad de expresar al máximo su amor y su cariño por el otro con un servicio desinteresado. El influjo de una persona que deja huella, por ejemplo un docente, se deriva del amor, reverencia y excelencia en el servicio que se presta a los demás. Cuentan que en la Edad Media le preguntaron a un artesano qué estaba haciendo y respondió que construía una catedral hermosa para alabar a Dios. Se narra en la vida del presidente Kennedy que cuando visitó la agencia espacial Nasa le preguntó a un barrendero por su trabajo; éste supuestamente contestó: “Señor, estoy llevando un hombre a la luna”. Nuestro trabajo, sin importar el tipo que sea, es ante todo para construir un mundo mejor para todos. Esto lo pone en práctica la empresa Body Shop que propone a sus empleados embellecer el mundo a través de su trabajo. El hombre deja su huella en el mundo que le rodea a través de su esfuerzo por comprender el mundo, expresar su sentido y transformarlo. Aquí radica el valor que posee el trabajo para el hombre. “Es fácil seguir el camino marcado, pero sólo siguiendo tu propio camino acabarás dejando huella” (Paulo Coello). Cuando una persona es consciente de estar logrando transformar la vida de otras personas siente una profunda alegría y sabe que haber vivido valió la pena. “La alegría del alma está en la acción” (Shelley). Según Tal Ben-Shahar, una clave de la felicidad reside en la intersección entre el placer y el significado. Uno debe buscar en las cosas y el trabajo, actividades que nos sean placenteras
156
Vivir con felicidad
e importantes. Si no es posible, al menos deberíamos buscar momentos en la semana que cumplan esos requisitos. Descartando situaciones extremas, nuestro nivel de bienestar es determinado por las cosas en que decidimos enfocarnos y por nuestra interpretación de los eventos externos. “Si trabajo en algo que es significativo para mí, si siento que es importante, si creo que hace la diferencia, y si además disfruto de mi trabajo y experimento placer, entonces, mi trabajo me entrega felicidad”. Cuando se trabaja en algo que apasiona y da sentido a mi vida es fácil vivir en estado de flujo. En el estado de flujo se trabajan varias horas en perfecta concentración y se siente poca fatiga. Con esto se logra una eficiencia máxima. La experiencia de flujo se refiere al total envolvimiento en que entra la persona cuando su actividad es un fin en sí misma y la atención se enfoca sin ningún esfuerzo; es similar al deleite que acompaña al dominio o maestría de actividades altamente diestras. En un experimento llevado a cabo en la Universidad Estatal de Nueva York, se pidió a los sujetos que completaran la frase: “Me siento contento de no ser…” Tras haber repetido cinco veces este ejercicio, más de noventa por ciento de los sujetos experimentó un claro aumento de su sensación de satisfacción personal. Y al salir del lugar demostraron tendencias más amables, colaboradoras y solidarias entre sí y con ocasionales desconocidos a los que ayudaron espontáneamente. Un par de horas después, los investigadores pidieron al grupo que completara la frase: “Hubiera deseado ser...” Esta vez, el experimento dejó a los sujetos más insatisfechos con sus vidas. Los expertos en optimizar rendimiento han realizado miles de estas pruebas y todas parecen confirmar que las personas de buen humor, los individuos que se definen felices y aquellos que se sienten contentos con sus vidas poseen una voluntad de acercamiento y ayuda mayor con respecto a los demás, un mejor rendimiento y una mayor eficacia en lo que emprenden. Un sacerdote decía siempre a sus feligreses que ser desdichado es más fácil, mucho más fácil que ser feliz. 157
Horacio Martínez
“Cuando me siento desdichado —aclaraba— me digo que estoy tomando la salida más sencilla, que estoy dejando que algunos hechos me alejen de Dios. “La felicidad —explicaba— es algo por lo que debemos trabajar y no un mero sentimiento resultado de que nos ocurra algo bueno.” El negocio de ser feliz Las personas felices son 30% más productivas en el trabajo. El profesor de Harvard, Shawn Achor, revela siete claves para lograrlo. El profesor Shawn Achor nunca imaginó que algún día entraría a Harvard. Cuando era niño soñaba con descrestar a su familia tan solo con aplicar a esa prestigiosa institución. Por esto, cuando tuvo la oportunidad decidió honrarla. Actualmente lleva más de 13 años trabajando para la universidad. En 2006 le ofrecieron una tarea poco usual: crear un curso nuevo sobre la felicidad. ¿Un curso sobre felicidad en una de las universidades más prestigiosas del mundo? El resultado fue sorprendente. Desde que se fundó el curso, más de 1.200 alumnos lo han tomado; es decir, uno de cada seis estudiantes en Harvard, convirtiendo el curso de la felicidad en uno de los más famosos de toda la universidad. Muy pronto en este proceso el profesor Shawn Achor encontró una tendencia entre sus estudiantes. Aquellos que veían la educación como un privilegio, y disfrutaban estar allí, sobresalían sobre aquellos a quienes simplemente el estudio se les había convertido en una carga adicional. En una encuesta de 2004 se encontró que 4 de cada 5 estudiantes en Harvard sufría algún grado de depresión. Sin embargo, el profesor Shawn Achor quiso llegar más allá. Los hallazgos de la psicología positiva representan un cambio radical en la forma como vemos el mundo. “La gente suele pensar que después de una vida de éxito profesional va a ser feliz. Pero resulta que la ciencia ha demostrado todo lo contrario. Se requiere ser felices para tener éxito en el trabajo”, explicó el profesor Shawn Achor en entrevista con Dinero. Estas son buenas y malas noticias. En mediciones internacionales se calcula que 45% de las personas no son felices en el trabajo. Lo valioso en
158
Vivir con felicidad
los hallazgos de la psicología positiva es que están soportados en rigurosas investigaciones académicas. A partir de allí el profesor Shawn Achor ha destilado siete recomendaciones clave para ser más felices en el trabajo. Estos principios están consignados en su exitoso libro The Happiness Advantage: The Seven Principles of Positive Psychology that Fuel Success and Performance at Work. A continuación las principales conclusiones de dichas investigaciones. La ventaja de la felicidad En su libro, Shawn Achor relata una maravillosa historia. A comienzos del siglo pasado dos vendedores de zapatos visitaron una zona de África. Luego de un tiempo uno regresó desilusionado diciendo “no hay esperanzas, acá no utilizan zapatos”. En cambio, el segundo regresó entusiasmado gritando “¡¡gloriosa oportunidad!! Todavía no utilizan zapatos”. Aunque ficticia, esta anécdota muestra el poder de la felicidad en acción. Estudios formales han encontrado que los vendedores felices y optimistas llegan a vender 56% más que el resto. Todo es cuestión de perspectiva En 1979, la renombrada psicóloga de Harvard, Ellen Langer, realizó un apasionante estudio. Por una semana le permitió a un grupo de adultos mayores de 75 años vivir como si estuvieran en 1959. Pensar que tenían 20 años menos les permitió mejorar física y mentalmente. En 2008, un grupo de investigadores encontró que después de la elección de Barack Obama los afrodescendientes en Estados Unidos empezaron a mejorar sus resultados académicos. Arquímedes decía “denme un punto de apoyo y moveré el mundo”. Para Shawn Achor este punto de apoyo es la forma en la que vemos el mundo. El efecto Tetris En el año 2000 investigadores de Harvard contrataron a 27 personas para que jugaran el famoso juego Tetris por tres 159
Horacio Martínez
días consecutivos. Luego de varios días del experimento ellos no podían parar de soñar y pensar en cuadros en movimiento. Desde entonces, la tendencia a crear patrones en el cerebro se llama ‘El efecto Tetris’. Por ejemplo, Achor encontró que auditores que pasan el día revisando errores llevan esta conducta a la casa. Algunos atletas no dejan de competir con sus familias o amigos. No obstante, también es posible crear patrones positivos: como el agradecimiento, el optimismo y la felicidad. La importancia de fracasar de vez en cuando Antes se pensaba que después de una guerra un soldado solo tenía dos posibilidades: regresar “normal” o con un trastorno de estrés postraumático. Sin embargo, el reconocido profesor en psicología, Richard Tedeschi, encontró una tercera alternativa. Al parecer, muchos soldados regresan fortalecidos. Achor explica que desde entonces una rama de la psicología, posttraumatic growth, estudia las bondades de las crisis. A los líderes se les conoce en la adversidad; es en estos momentos cuando logran mayor espiritualidad, compasión y confianza en sí mismos. El legado de El Zorro Una escena de la película La Máscara del Zorro tiene un valor particular para el profesor Achor. En la historia, el joven Alejandro (Antonio Banderas) se encuentra perdido en la vida. Entonces, Don Diego de la Vega (Anthony Hopkins) decide entrenarlo. Pero por largo tiempo solo pueden entrenar en un pequeño círculo. Para Achor esta es una metáfora perfecta de la importancia de arrancar con pequeñas metas. En momentos de dificultad es crucial sentir control sobre pequeños logros. En un estudio entre más de 3.000 personas se demostró que la gente que tiene esta actitud es más feliz y exitosa.
160
Vivir con felicidad
La regla de los 20 segundos Existe una paradoja interesante en el mundo de la psicología. Diversos estudios muestran que la gente se divierte más en actividades como el deporte que viendo televisión. Aun así, en promedio las personas pasan cuatro veces más frente al televisor que ejercitándose. El eminente psicólogo de la Universidad de Claremont, Mihály Csíkszentmihál, explica que el problema es que estas actividades requieren de una “chispa activadora”. Según investigaciones esta chispa toma en promedio 20 segundos. Es en 20 segundos que en el día a día uno se juega realizar actividades clave para la vida. El activo más importante Justo en el peor momento de la crisis de 2008, el profesor Shawn Achor presenció una triste escena. Algunas de las personas más educadas y profesionales prefirieron resguardarse sin compartir con nadie. Sin embargo, la ciencia ha demostrado que las personas realmente exitosas hacen totalmente lo contrario. En el que es tal vez el estudio de psicología más largo de la historia de Harvard le siguieron el rastro a un grupo de hombres por más de 70 años. La conclusión de este estudio fue puntual: los más felices de ellos fueron quienes más tiempo dedicaron a fortalecer sus relaciones con los demás. (Artículo tomado de la Revista Dinero).
Volver feliz un trabajo aburrido Deborah L. Jacobs, editora senior de la Revista Forbes, entrega una serie de recomendaciones para que los trabajadores vuelvan feliz un empleo aburrido. 1. Negociar cambios en sus labores. Hable con su jefe acerca de la alteración de su carga de trabajo. Tal vez, entienda que usted nunca será tan productivo como puede ser si está sobrecargado y flexibilizan sus labores. 161
Horacio Martínez
2. Intente trabajar con diferentes personas. Incluso si usted no se la lleva mal con sus compañeros, puede cambiar de ambiente. En los próximos proyectos, solicite trabajar con diferentes empleados e incluso interactuar con toda la oficina. 3. Buscar sinergias. Si ya sabe que a la gente le gusta trabajar con usted, trate de encontrar más oportunidades de colaborar entre sí. Internamente, esto podría hacer que en determinado momento puedan trabajar juntos. 4. Pasar a un departamento diferente. Si no pasa nada en su sección, piense en un cambio de frente. Pero antes, calcule inteligentemente cómo puede ser útil para que esto suceda, en lugar de sentarse y esperar a ser trasladado a algún lugar nuevo. Haga cierta investigación antes de presentar su solicitud y mire las áreas de la organización donde pueda desarrollar sus puntos fuertes. 5. Encontrar un confidente. Independientemente de si se queda en el equipo actual o cambia a uno diferente, habrá momentos en los que necesitará un confidente. A pesar de que su jefe es una persona con quien puede hablar de un montón de cosas, él no es el indicado. Una alternativa puede ser un colega, un mentor o un amigo cercano en otro departamento. Elija con cuidado: debe ser alguien en quien pueda confiar. 6. Aproveche al máximo su tiempo libre. Muchos se molestan por el tiempo que pasan en el trabajo. Aprovechar el tiempo libre, dormir lo suficiente y olvidarse de las cargas laborales, funciona. 7. No se olvide de la dieta y el gimnasio. Una dieta pobre lo hará sentir débil e irritable, lo que exacerba los sentimientos negativos que pueda tener sobre el trabajo. Al comer bien y hacer ejercicio regularmente, aumentamos nuestros niveles de energía y puede ayudar a levantar el estado de ánimo. 8. Restablezca horarios. Si le molesta el trabajo debido al horario, que le impide seguir con sus estudios, no piense que tiene que aguantar en silencio. Hable con su empleador sobre la posibilidad de cambiar su horario. Por ejemplo, usted podría comenzar y terminar de trabajar un poco más tarde. 9. Adapte sus alrededores. Si estamos gastando al menos ocho horas al día trabajando, cinco días a la semana, mirando las mismas cuatro paredes en blanco, y el mismo escritorio, no es
162
Vivir con felicidad
de extrañar que nuestro espacio de oficina puede ser visto como una cárcel y nuestro trabajo como una sentencia de cadena perpetua. Personalice su espacio de trabajo con fotografías de amigos y familiares, adornos o decoraciones favoritas o incluso un jarrón de flores. Si su silla es incómoda o la altura equivocada, no les tema a los cojines. 10. Ordene correos. Pocas cosas son más desmoralizadoras en el trabajo que la bandeja de entrada llena de mensajes de correo electrónico sin clasificar y sin leer o la bandeja de entrada en su escritorio repleta de papeles que ni siquiera ha mirado. Dedique un tiempo para ordenar los correos electrónicos y las hojas en carpetas diferentes. Ser feliz mejora la salud y alarga la vida Una revisión de más de 160 estudios, llevada a cabo por un equipo de la Gallup Organization de Princeton (Estados Unidos), permitió constatar de forma “clara y convincente” que los individuos que reconocen ser felices viven más y con mejor salud. “El secreto de la felicidad está en contar las bendiciones, no los cumpleaños” (Shannon Rose). El profesor de psicología Ed Diener analizó diferentes estudios a largo plazo con personas, algunas pruebas experimentales en las que también se incluían animales y otras investigaciones que evalúan el estado de salud de gente estresada por fenómenos naturales. “Se revisaron ocho tipos de estudios”, dijo Diener, reconociendo que “la conclusión general es que el bienestar es subjetivo -a diferencia del estrés o la depresión- y, en cada caso, contribuye tanto a la longevidad como a una mejor salud”. Uno de estos estudios, en el que participaron casi 5.000 personas desde su juventud hasta la vejez mostró que aquellos que eran más pesimistas solían morir más jóvenes que sus compañeros. En otra investigación, en la que se hizo seguimiento a 180 monjas, se observó que aquellas que escribieron autobiografías positivas a los 20 años sobrevivieron más que las que recordaban de forma más negativa su vida juvenil. Los experimentos realizados con humanos en laboratorio mostraron que los estados de ánimo positivos reducen las 163
Horacio Martínez
hormonas relacionadas con el estrés, aumentan la función inmune y favorecen una pronta recuperación del corazón después del esfuerzo. “A lo que me refiero con “felicidad” es el sentido profundo de eclosión que surge de una mente excepcionalmente sana. No es un mero sentimiento de placer, una emoción pasajera o un estado de ánimo, sino un estado óptimo de ser” (Mattieu Ricard, En defensa de la felicidad). Según Leonardo Boff, “la salud no es un estado, sino un proceso permanente de búsqueda de equilibrio dinámico de todos los factores que componen la vida humana. Todos estos factores están al servicio de la persona para que tenga la fuerza de ser persona autónoma, libre, abierta y creativa en las diferentes situaciones que tenga que afrontar. La fuerza de ser persona significa la capacidad de acoger a la vida tal como es, con sus posibilidades y su entusiasmo intrínseco, pero también con su finitud y su condición mortal. La fuerza de ser persona traduce la capacidad de crecer, de humanizarse y de convivir con estas dimensiones de vida, de enfermedad y de muerte.” Y continúa Boff, “salud y curación designan un proceso de adaptación y de integración de las más diversas situaciones, en las cuales se producen la salud, la enfermedad, el sufrimiento, la recuperación, el envejecimiento y el tranquilo caminar hacia el gran paso de la muerte. La salud, por tanto, no es un estado ni un acto existencial, sino una actitud frente a las diversas situaciones que pueden ser de enfermedad o de salud. Ser persona no consiste simplemente en tener salud, sino en saber afrontar “saludablemente” la enfermedad y la salud. Estar sano significa tener un sentido de la vida que englobe la salud, la enfermedad y la muerte. Alguien puede tener una enfermedad mortal y, a la vez, estar sano porque con esa situación de muerte crece, se humaniza y sabe dar sentido a lo que padece. Como dijo un conocido médico alemán: “La salud no es la ausencia de enfermedad. La salud es la fuerza de vivir con esa enfermedad”. La salud es acoger y amar la vida tal como se presenta, alegre y laboriosa, saludable y enfermiza, limitada y abierta a lo ilimitado que vendrá más allá de la muerte.” Un documento de la Clínica Mayo dice: “El potencial de salud durante toda la vida es determinado por sus propias actitudes y acciones. Usted es lo que usted piensa. A través de
164
Vivir con felicidad
la vida, es importante permanecer concentrado en lo que es importante y no tener en cuenta lo que no lo es. Cuando cree en algo más grande que usted, se refuerza la capacidad para enfrentar lo que la vida le presenta.” “La salud es la capacidad de las personas o de las comunidades para adaptarse, o para autogestionar los desafíos físicos, mentales o sociales que se le presentan en la vida” (Alejandro Jadad). Tomar la vida sin afán para ser feliz Hoy en día las personas viven aceleradas. Yo los denomino los intensos. Van por la vida con el deseo de conseguir una meta rápidamente. Se parecen a un tren bala que lo lleva a uno a su destino en otra ciudad a tal velocidad que no se puede disfrutar del paisaje. Se olvidaron que la felicidad está en disfrutar y saborear las cosas sencillas de la vida. Conocí el caso de un abogado brillante cuya meta obsesiva era hacerse millonario para dedicarse luego a disfrutar de la vida. Logró acumular mucha plata pero al poco tiempo murió en un accidente de tránsito. Su plata la heredaron sus sobrinos. Se le olvidó que lo único que tenemos para vivir felices es el momento presente porque nadie sabe los años que vivirá. “El secreto de vivir mucho tiempo es vivir lentamente” (Ludwig Feverbach). Si se quiere ser feliz hay que quitar el pie del acelerador. Los sucesos de cada día y semana pasan tan rápido que no hay tiempo para vivirlos y disfrutarlos. Hay que aprender a apropiarse la vida, para que sea de uno y nos ayude a ser persona. Para esto conviene “recogerse” y reflexionar, orar al respecto para ver la vida desde la perspectiva de Dios. Hay personas que creen todavía que para disfrutar de la vida hay que tener mucho dinero. Se les olvida que lo mejor de la vida es gratis. ¿Cuánto pagó usted por el amor de su mamá? ¿Cuánto pagó por un bello paisaje, por un amanecer, por un atardecer, por el canto de los pajaritos? No se ha preguntado por qué el índice de suicidios es mayor en los países ricos y por qué entre los países más felices hay varios en desarrollo. La tecnología digital ha aumentado nuestro apetito por la gratificación inmediata y que todo sea rápido. Va contra ir 165
Horacio Martínez
más despacio y saborear el momento. Es una cultura picaflor de volar rápido y con intensidad. El antídoto es meditar las cosas con calma y degustarlas. Dice Ignacio de Loyola en sus Ejercicios Espirituales: “no el mucho saber satisface al alma sino el degustar las cosas interiormente”. La vida del periodista británico Carl Honoré se había convertido en una verdadera carrera contra el tiempo. “Había llegado al punto de querer comprar una colección de cuentos para niños que se leen en sólo un minuto. Y, de repente, me di cuenta de que mi adicción a la velocidad se me había salido tanto de las manos, que estaba dispuesto a acelerar el momento más valioso que podía tener: leerles una historia a mis hijos al final del día”. Y así nació una de las tendencias más comentadas del momento: el Slow Movement, o Movimiento por la lentitud. “Una de las razones por las que muchas personas no se sienten felices hoy -dice Honoré- es porque han sido infectadas por el virus del afán”. Y explica: “Tratamos permanentemente de hacer caber más y más cosas en menos y menos tiempo, lo que nos lleva a poner la cantidad antes que la calidad en una dinámica asfixiante. En otras palabras, estamos corriendo a través de nuestras vidas, en vez de vivirlas realmente”. La gente, asegura, tiende a tratar la felicidad como un proyecto, algo en lo que se invierte tiempo, dinero y energía para lograr un resultado, pero para Honoré, la felicidad no es un fin en sí mismo. “No se puede comprar en una tienda ni bajar de un sitio web. La verdadera felicidad viene con el vivir una buena vida”. Para lograrlo, el periodista recomienda buscar un camino propio rodeándose de personas que estimulan nuestras mentes y levantan el ánimo, llenando nuestras agendas de actividades que les dan sentido a nuestras vidas, y convirtiendo cada día en una aventura. “El secreto -dice- es vivir una vida plena”. Y para ello, el primer consejo es dejar de tratar de ser feliz. Empiecen a vivir de verdad y dejen que la felicidad ocurra por sí misma”. Las cosas se pueden cambiar.
166
Vivir con felicidad
La felicidad mantiene joven el alma “Yo realmente creo que la juventud es una cosa que uno gana con la edad. De joven uno más bien es viejo y tonto. Los hombres más jóvenes que he conocido en mi vida fueron Luis Buñuel, que hizo sus más grandes películas entre los sesenta y los ochenta años, y Arthur Rubinstein, hombre que se convirtió en genio a los ochenta, siendo capaz de dar una nota levantando el brazo al cielo y dejándolo caer exactamente como lo exigía Beethoven y Chopin. Pablo Picasso pintó sus obras más eróticas y apasionadas ya octogenario. Estos fueron hombres que ganaron su juventud. Tardaron ochenta años en volverse jóvenes” (Carlos Fuentes). La juventud no es un estadio de la vida sino una actitud del espíritu. “No es por la fuerza y agilidad del cuerpo por lo que las grandes cosas se llevan a cabo, sino por el consejo, por la autoridad, por la prudente madurez de las cuales la vejez, lejos de hallarse desprovista, está, por el contrario, más abundantemente dotado” (Cicerón). Todos hemos sido creados para vivir una existencia bella y maravillosa sin importar cuánto dure. “No importa cuánto se viva, sino cómo se vive. Si se vive bien y se muere joven, se puede haber contribuido más que una persona que vive hasta los ochenta años preocupada sólo de sí misma” (Martin Luther King). La espiritualidad mantiene la mente en un estado permanente de juventud. La vida es considerada como una oportunidad y aventura. Las relaciones se consideran como encuentros amorosos. Se tiene la energía de la sabiduría. El trabajo es visto como creatividad. “El verdadero mal de la vejez no es el debilitamiento del cuerpo, es la indiferencia del alma. Pero contra esta indiferencia, podemos y debemos luchar. Los hombres que envejecen menos a prisa son los que han conservado razones para vivir” (André Maurois). Lo que importa no son las arrugas de la cara sino las cicatrices en el alma. Alguien escribió: “Los años arrugan la piel, pero abandonar el entusiasmo arruga el alma. La juventud no es un estadio de la vida es un estado de la mente. La preocupación, el temor, la desesperanza inclinan el corazón hacia la tierra y hacen al espíritu regresar al polvo.” 167
Horacio Martínez
El líder es el permanentemente joven de espíritu: “Cualquiera que deja de aprender está viejo, ya sea a los 20 o a los 80. Cualquiera que siga aprendiendo se mantiene joven. Lo más grande en la vida es mantener su mente joven” (Henry Ford). Una de las características de Juan Pablo II, considerado por algunos el más grande líder del siglo XX, era su espíritu joven y su poder de arrastre sobre los jóvenes: cuando los invitó a una reunión en París logró convocar a más de un millón. El Papa, en su reunión anual con los jóvenes, decía esta frase que estremecía a su auditorio: “nosotros los jóvenes”. En su funeral los jóvenes se hicieron presentes en un número notable para despedirlo. En Colombia conocimos otro gran líder recientemente: Hernán Echavarría. Don Hernán, como era conocido, formaba parte de una familia de grandes industriales; fue ministro y fundador de varias universidades. Se le reconocía su talante vertical contra todo tipo de corrupción que lo llevó a fuertes enfrentamientos con los políticos. Cuando murió de más de 90 años una publicación hizo una semblanza de él con este titular: “Un joven con cuerpo de viejo”. Un líder mantiene un estado mental joven y abierto al cambio; con impulso juvenil busca un mundo mejor, nuevas oportunidades, y se adapta gustoso a los nuevos estilos de vida. Con una mente fresca, contempla las cosas no como son preguntándose “¿por qué son así?” sino cómo podrían llegar a ser y pregunta “¿y por qué no?” El poeta Goethe tiene una de las más bellas descripciones de Dios: “Dios es el eternamente joven”. Cuando Miguel Ángel pintó en la Capilla Sixtina la creación del hombre, pintó a Dios como un joven dando vida a Adán. ¡Qué lejos está esta imagen de Dios lleno de energía de la imagen tradicional de Dios como un anciano! Dios es el modelo que deben imitar los líderes para permanecer siempre jóvenes. En una región de la India un águila puede vivir hasta setenta años si se somete a un proceso de rejuvenecimiento. A los cuarenta años el pico del águila ha crecido tanto que ya no puede comer ni limpiar sus alas. El águila se retira a un lugar escarpado donde, frotando el pico sobre la roca, vuelve a darle la forma original. Luego se arranca las alas y espera varias semanas a que vuelvan a crecer. Finalmente se eleva por los aires y vive otros treinta años.
168
Capítulo
6
Enfrentar los retos con actitud positiva 6.1. Coraje ante los retos
“El coraje no es la simple ausencia de miedo, sino la conciencia de que hay algo por lo cual merece arriesgarse. El coraje convierte la amenaza en oportunidad” (Álex Rovira). El coraje es la capacidad de arriesgarse por lo que creemos que vale la pena. Para eso necesitamos tener claro el propósito de nuestra vida; propósito es la “voluntad y entrega para lograr que un sueño se haga realidad” (Álex Rovira). Se suele adjetivar este término con la palabra moral para significar que es un rasgo del espíritu humano. Los griegos y varios autores contemporáneos consideran que el coraje es la parte más importante de la ética. Puede decirse entonces que ésta tiene dos grandes componentes: la rectitud de la conducta, que denominamos integridad moral, y la actitud para enfrentar los retos de la vida, que llamamos coraje moral. La mayoría de las personas, cuando hablan de moral, tratan lo referente a la integridad y dedican poco espacio al coraje moral. Coraje moral es realizar los valores, aunque cueste mucho; es decir, tener valores y sobre todo valor para realizarlos. El coraje muestra el temple moral de la personas, mientras la ética forma un carácter recio que permite enfrentar la vida con altura humana; 169
Horacio Martínez
una persona comprometida con unos valores no acepta ninguna excusa para realizarlos a toda costa. Además, se debe tener un compromiso inquebrantable con la rectitud; cuando uno asume un compromiso moral, trata por todos los medios de eliminar las justificaciones “razonables y de conveniencia” para no realizarlo en circunstancias difíciles. La persistencia en la vida se caracteriza por esta fortaleza ética: la persistencia tenaz en la realización de nuestros valores muestra el grado de compromiso. Hay que tener fortaleza para obrar siempre con rectitud. “Espero tener suficiente firmeza para conservar lo que considero el más envidiable de todos los títulos: el carácter del hombre honesto” (George Washington). Se puede ser un sagaz empresario y a la vez una persona humanamente impresentable por carecer de un carácter ético. “Soy libre si conozco realmente quién soy, por qué estoy aquí y qué camino debería seguir y tener el coraje de comportarme de acuerdo con ello” (Peter Pruzan). El coraje se refiere a la actitud básica de la personalidad para salir de los atolladeros. Conlleva, por tanto, unos matices de superación y de resistencia a la adversidad. Esta cualidad pone en juego todas nuestras capacidades cognitivas, emocionales y prácticas para sobrepasar las situaciones adversas. “No es que no nos atrevemos porque las cosas son difíciles, simplemente las hacemos difíciles cuando no nos atrevemos” (Séneca). El coraje no hay que verlo como aventura y correr riesgos vitales: es audacia. Es negarse al aburrimiento de lo seguro mediocre. Es buscar excelencia y cambio. Por otro lado, el coraje también se define como la capacidad de enfrentar las situaciones cambiantes de la vida con reciedumbre. Actualmente vivimos en un mundo con cambios rápidos y turbulentos que nos plantean retos y nos exigen energía suficiente para enfrentarlos y recuperarnos de los contratiempos. “El futuro no está en ninguna parte: hay que construirlo desde el presente” (J. Attali). En ese sentido, el coraje innovador nos da la fortaleza para enfrentar los retos de la vida, nos abre a la percepción del mundo como cambio lleno de oportunidades, nos hace reflexionar en la solución creativa de problemas y nos impulsa a trabajar con iniciativa emprendedora. “La valentía es estimada correctamente como
170
Vivir con felicidad
la primera de las cualidades humanas… porque es la que garantiza todas las demás” (Winston Churchill). Discurso de Steve Jobs a los estudiantes de la Universidad de Stanford: “Su tiempo es limitado, así que no lo malgasten viviendo la vida de otro. No se dejen atrapar por el dogma - que implica vivir con los resultados de las creencias de otros. No permitan que el ruido de otras opiniones ahogue vuestra voz interior. Y lo que es más importante, tengan el coraje de seguir a sus corazones e intuición. De algún modo ellos ya saben lo que ustedes realmente quieren llegar a ser. Todo lo demás es secundario.” Del mismo modo en que el entorno cambia incesantemente, la personalidad del ser humano está en evolución permanente a través de crisis vitales, lo cual le exige una adaptación continua para sobrevivir. Por eso el coraje se puede considerar como la capacidad de adaptación de una persona a las situaciones cambiantes de la vida. “El futuro tiene muchos nombres. Para los débiles, es lo inalcanzable. Para los temerosos, lo desconocido. Para los valientes, la oportunidad” (Víctor Hugo). Para tener un sable perfecto hay que poner el hierro a tem peraturas muy altas. Para desarrollar una gran personalidad hay que pasar por el crisol de las crisis. “No le evites a vuestros hijos las dificultades de la vida, enseñadles más bien a superar las” (Louis Pasteur). El filósofo Estanislao Zuleta afirma en su ensayo Elogio de la dificultad que la felicidad es frecuentemente mal concebida por los seres humanos, que la relacionan con una vida sin riesgos y con paraísos inexistentes prefabricados por una sociedad uniforme. “A la lucidez se llega después de haber vivido con coraje la vida en toda su magnitud” (Álex Rovira). Llegar a la lucidez es alcanzar una vida sabia. Toda persona necesita coraje para enfrentar con agallas los retos de la vida. Hay que tener coraje para tomar decisiones y realizar acciones al borde del caos. Como gestor del cambio, el líder necesita tener fuerza espiritual para emprender caminos innovadores que se abren a través del coraje. “El secreto de la vida es tener una tarea, algo a lo que consagrar la vida entera… ¡y lo más importante es que debe ser algo imposible de hacer!” (Henry Moore). “Lo que hace falta es que haya más gente que se especialice en lo imposible” (Theodore Roethke). 171
Horacio Martínez
Además, las personas tienen que enfrentar continuamente situaciones cambiantes, muchas veces adversas, que exigen de él una gran dosis de coraje. En vista de eso tiene que desarrollar las habilidades que lo hacen resistente a la adversidad como la actitud positiva y la confianza en las propias capacidades. Las personas con mayores capacidades para resistir tienen una ventaja muy significativa frente a los que se sienten desamparados ante la adversidad, de manera que las empresas con trabajadores muy resistentes tienen una ventaja competitiva. Las personas con madera de líderes sobresalen en épocas de cambio e innovación. “Si puedes encontrarte con el triunfo y el desastre, y tratar a estos dos impostores de la misma manera… serás un hombre” (Kipling). Una persona corajuda tiene serendipia. La serendipia es la capacidad de convertir los accidentes y las desgracias en acontecimientos afortunados y buena suerte. “Toda adversidad trae consigo la semilla de un beneficio equivalente o mayor” (Napoleón Hill). Sin embargo, para experimentar este beneficio es necesario buscarlo y cultivarlo. Según Álex Rovira, en su libro La buena suerte, uno tiene buena suerte si se lo propone, porque la buena suerte la crea uno mismo construyendo las circunstancias para que algo se dé. “Crear buena suerte es preparar las circunstancias a la oportunidad. La buena suerte sólo depende de ti. A partir de hoy, ¡tú también puedes crear buena suerte!” (Álex Rovira). En conclusión, hay que elaborar la buena suerte y no esperar sentado a que venga. Vincent Lombardi decía que la suerte es una combinación de preparación y oportunidad. “Lo importante en el proceso de crear circunstancias necesarias no es tanto lo que finalmente te ocurra sino el sentido que le des a eso que ocurre y cómo decidas actuar a partir de entonces” (Álex Rovira). El coraje se muestra y crece con la lucha por la supervivencia vital. Es un rasgo del carácter de la persona tan importante como la integridad moral. Un líder necesita un alto nivel de coraje porque tiene que enfrentar un mayor número de situaciones caóticas y ser un hombre de frontera donde se forje el porvenir del mundo. No debemos creer que las fuerzas externas puedan determinar el destino, sino la fuerza
172
Vivir con felicidad
interior de la persona. Los que sienten dentro de sí una fuerza espiritual y de control interno son más capaces de sortear las adversidades, porque consideran que tienen cierto control sobre los acontecimientos. “La confianza es lo que nos permite asumir retos aparentemente imposibles y cumplirlos. La confianza es la fuerza que nos eleva hasta los anhelos” (Álex Rovira). Decía Víctor Frankl que “la última de las libertades humanas es elegir nuestra propia actitud ante cualquier circunstancia”. Yo puedo elegir ser positivo, altruista, respetuoso de la autonomía ajena, veraz, responsable, confiado en la Divina Providencia. Hay personas que soportan la vida que les tocó y otras que se arriesgan a configurar una nueva situación. “No conozco ningún hecho más alentador que la incuestionable capacidad del hombre para mejorar su vida, a través del esfuerzo consciente” (Henry David Thoreau).
6.2. Resiliencia frente a la adversidad
“La mejor manera de juzgar a un hombre no es la actitud que adopta en los momentos de prosperidad y conveniencia sino la posición que asume en los tiempos de desafío y controversia.” (Martin Luther King) La resiliencia es la capacidad de una persona o grupo para seguir proyectándose en el futuro a pesar de acontecimientos desestabilizadores, de condiciones de vida difíciles y de traumas a veces graves. En otras palabras, es la capacidad para enfrentarse a los cambios y a las crisis vitales que muestra la resistencia interior de las personas para construir desde la adversidad. La resiliencia viene a ser la superación positiva de los conflictos. La American Pychological Association define la resiliencia como “un producto interactivo de creencias, actitudes, acercamientos, conductas y, quizá también psicología, que ayuda a las personas a moverse mejor en la adversidad y recuperarse más rápidamente después”. Cuando se pisa una alfombra de calidad, ella recupera su forma 173
Horacio Martínez
rápidamente. Esto es resiliencia. La resiliencia es tener la capacidad de recuperación de una bola de caucho que al caer se comprime y recupera rápidamente su forma original y por eso rebota; la persona con resiliencia rebota hacia arriba ante las caídas. El líder empresarial debe tener resiliencia, es decir, la capacidad de rebotar ante las dificultades y no dejarse hundir por los fracasos. El líder no se dejará hundir en el pantano del fracaso, entendido éste como la incapacidad del hombre para alcanzar sus metas en la vida. Realmente no fracasa el que se esfuerza al máximo independientemente del resultado, pero, aun en las situaciones de fracaso, no se debe culpar a nadie de las mismas, pues cada quien es el que ha sido su protagonista. Asimismo, hay que actuar como si fuese imposible fracasar, ya que aquél que pierde la esperanza en el éxito es quien menos posibilidades tiene de alcanzarlo. Los resbalones nos recuerdan que somos vulnerables, así que no fracasa quien aprende de sus errores; sólo fracasa quien no lo intenta. El único fracaso sin nuevas oportunidades es la muerte. Quien ha fracasado tiene la fuerza de quien ha sobrevivido. Héroe es el que, caído en un fracaso, es capaz de sobreponerse y luchar de nuevo: “Me levantaré una y otra vez para seguir combatiendo”. El temor al fracaso es el obstáculo más grande para el éxito en la vida adulta. Nadie llega a la cumbre de un salto: lo que importa es la voluntad de ascender paso a paso, convertir la adversidad en el punto de arranque de algo positivo. Se puede salir adelante, a pesar de los fracasos, si se recomienza con la experiencia adquirida. Para sobrepasar la adversidad no seamos socialmente sumisos pero sí socialmente responsables. “Nutre su mente con grandes pensamientos. Creer en lo heroico hace héroes” (Benjamín Disraeli). “Nuestro mayor triunfo no consiste en no tropezar nunca, sino en levantarnos cada vez que caemos” (Ralph Waldo Emerson). “Hay caídas que sirven para levantarnos más sabios y felices” (William Shakespeare). A las situaciones adversas hay que buscarles una salida. La resiliencia impulsa a construir desde la adversidad con iniciativas emprendedoras. La resiliencia se puede defi nir como una oportunidad para aprender y, por ende, para crecer como ser humano. Por eso el éxito en la vida requiere fracaso.
174
Vivir con felicidad
Es importante convertir la adversidad en el punto de arranque de algo positivo: dentro del fracaso está la semilla de una nueva oportunidad. “El fracaso es sólo otra oportunidad de comenzar de nuevo de una manera más inteligente” (Henry Ford). Watson, fundador de IBM, decía: “¿Quieres tener éxito? Pues entonces duplica tu índice de fracasos. El éxito tiene fronteras con el fracaso”. “Enseña a una persona muy educada que no es una desgracia fracasar y que debe analizar cada fracaso para encontrar su causa. Debe aprender a fracasar con inteligencia, ya que el fracaso es una de las más grandes artes del mundo” (Charles F. Kettering). El líder empresarial considera las crisis como oportunidades, califica los fracasos como aprendizajes y toma medidas preventivas para manejar las crisis. Los triunfadores descubren con su mente abierta grandes oportunidades en los problemas, mientras los perdedores consideran que las oportunidades traen problemas. Hay que aprender a distinguir sabiamente entre contratiempo y problema real: lo que parecen ser adversidades destructivas resultan a menudo ventajas creativas. Lidiando con problemas difíciles el hombre capaz obtiene grandes resultados. El hombre, cuanto más problemas tenga, más vivo está, porque los problemas son un síntoma de vida y los que carecen de ellos habitan en el cementerio. Nada grande se hace sin sufrimiento. Las dificultades pasan como el agua debajo del puente, y aquellas soñadas y temidas son peores y más amargas que las reales. El martillo de la dificultad quiebra el carácter del pusilánime y forja las personalidades de acero. Las dificultades ponen en juego nuestras capacidades convirtiendo la vida en algo vibrante. En tiempo de adversidad surge lo mejor de la persona. “El peor momento es el mejor momento” (Dickens). Los acontecimientos adversos producen sentimientos negativos, como la ira, y una sensación de pérdida y confusión, pero las personas resistentes no permiten que se conviertan en sentimientos permanentes. Las emociones negativas como miedo, rabia, angustia, desesperación, reducen su capacidad para la superación de la adversidad. Culpar a los demás de las adversidades bloquea la capacidad para responder eficazmente a ellas y convierte a las personas en “víctimas”, lo cual impide 175
Horacio Martínez
cualquier acción de resistencia. “El ochenta por ciento del éxito se basa simplemente en insistir” (Woody Allen). Las personas resistentes siguen aprendiendo a partir de la experiencia. Así, cada vez manejan mejor las situaciones nuevas, porque aprenden de las consecuencias de sus acciones. Aceptan la crítica constructiva porque quieren tener retroalimentación sobre su conducta. “Las personas listas aprenden a no temer, sino, realmente, a dar la bienvenida a los problemas” (M. Scot). Hay que perseverar porque el éxito es la otra cara del fracaso. Un perdedor es aquel que no perseveró el suficiente tiempo para alcanzar el éxito. Debemos tener la voluntad de asumir riesgos, de ser intrépido. Según Thomas Mann, “la vida es una permanente exigencia de riesgos. Quien no la vive así, no la sabe vivir”. Para resistir hay que realinear las energías según las nuevas circunstancias. Una persona recia necesita conservar su salud mental y física. Nietzche decía: “lo que no mata, me fortalece”. Una persona que afronta las dificultades con coraje sale fortalecida de las crisis. Las personas resistentes sobreviven al cambio constante. La inquietud emocional se reduce cuando se dan respuestas eficaces. “Fíjate en la diferencia que hay entre decirse: ’He fracasado tres veces’ y decir: ‘Soy un fracasado’” (S. I. Hayakawa). El triunfador tiene la capacidad de rebotar ante los reveses de la vida: cuanto más bajo caiga, más alto rebotará. Uno debe ser como un bateador de béisbol que lanza más lejos la pelota que viene con fuerza. Lo importante no es el tamaño de la dificultad sino la actitud enérgica con que se afronta. Las adversidades de los días duros son retos para ganar nuevas victorias. “La vida es un 10% lo que me sucede y el 90% cómo reacciono ante lo que me sucede” (John C. Maxwell). Según el psicólogo William James, “el descubrimiento más grande de mi generación es que los seres humanos pueden cambiar sus vidas al cambiar su actitud mental”. Las tensiones ante la vida son reacciones personales y subjetivas. Con nuestra mente podemos observar lo que sucede y buscar una forma eficaz de responder. Los seres humanos nos diferenciamos por el grado de tensión que somos capaces de manejar, pero hay que saber combinar momentos de tensión con momentos de distensión. “Señor, dame el valor para
176
Vivir con felicidad
cambiar lo que puedo cambiar, la serenidad para aceptar lo que no puedo cambiar y la sabiduría para saber la diferencia” (Oración de la serenidad que se asocia con los Alcohólicos Anónimos). El resistente posee un pensamiento complejo capaz de ver los aspectos contrarios de una situación y capaz de comprender la diversidad de opiniones sobre un asunto, lo cual le permite encontrar una luz para salir de la adversidad. La explicación de lo que sucede refuerza la resistencia. “El éxito es 1% de inspiración y 99% de transpiración” (Einstein). Cada uno debe desarrollar su manera característica de resistir acorde con su personalidad. Hay que descubrir el propio talento para transformar las desventuras en triunfos. No son las circunstancias de la vida las que destruyen a alguien sino la forma como las enfrenta. La actitud asumida ante el sufrimiento es importante en el enfrentamiento de los sistemas límite. La manera de ser resistente debe crearla cada uno, lo cual mejora el conocimiento interior que da fuerza. “Me acepto contra viento y marea, me acepto en días claros y bellos, como en los días grises que ponen a prueba mi valentía” (Alfonso Llano). “Los que estuvimos en campos de concentración recordamos a los hombres que iban de barrancón en barrancón consolando a los demás, dándoles el último trozo de pan que les quedaba. Puede que fueran pocos en número, pero ofrecían pruebas suficientes de que al hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa: la última de las libertades humanas –la elección de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias- para decidir su propio camino.” (Víctor Frankl). A medida que se manejan los cambios y las adversidades aumenta la sensación de libertad, de control sobre su vida. Cuando uno es arrastrado por la corriente de la adversidad, nunca volverá a ser el mismo: o se transforma en un amargado o en una persona más fuerte. “No hay nada que ocupe el lugar de la perseverancia. Ni el talento: nada más frecuente que personas de gran talento que no tienen éxito. Ni el genio: los genios incomprendidos son casi el pan de cada día. Ni la educación: el mundo está lleno de fracasados con educación. La perseverancia y la determinación son por sí mismas omnipotentes” (Calvin Coolidge). 177
Horacio Martínez
Los empresarios que crean nuevas empresas tienen resiliencia con seguridad. “En muchas ocasiones, ser resistente es más esencial para la supervivencia y el éxito de los propietarios de un pequeño negocio que las buenas prácticas de gestión o el conocimiento técnico” (Al Siebert). El hecho de que un líder tenga experiencias de fracasos no lo invalida. Como dice el dicho popular: “Los buenos marineros no se forman en aguas tranquilas”. Albert Einstein afirmó: “Por más difícil que se nos presente una situación, nunca dejemos de luchar, nunca dejemos de buscar la salida, ni de luchar hasta el último momento. En momentos de crisis, sólo la imaginación es más importante que el conocimiento”. “Nuestras experiencias más difíciles se convierten en los crisoles donde se moldea nuestro carácter y se desarrollan las fuerzas internas, la libertad para abordar circunstancias difíciles en el futuro y para inspirar a otros la misma conducta” (Stephen Covey). Lo importante para salir adelante no es buscar la situación ideal que se ajuste a nuestras necesidades sino adaptarse a los acontecimientos. A veces cae uno en un hueco negro existencial donde todo es oscuro y se siente uno inerme, pero la realidad es que se está concentrando energía que estallará más tarde creativamente y dará nacimiento a un hombre nuevo más eficaz que será una estrella luminosa para la humanidad. “Dar comienzo a un mundo nuevo está en nuestro poder. Una situación semejante a la actual no se había presentado desde los tiempos de Noé. El nacimiento de un nuevo mundo está al alcance de la mano” (Tom Paine, 1775). Siguiendo a Albert Hirschman, tenemos que impulsar la pasión por lo posible, el sesgo a favor de la esperanza, la fe en la capacidad de la gente para sobreponerse a la adversidad y la de las sociedades para construir instituciones favorables al progreso en libertad. Abraham Lincoln perdió su trabajo en 1832, a los 23 años de edad. Ese mismo año fue vencido en su lucha por la legislatura. Fracasó en los negocios en 1833. Sufrió una depresión nerviosa en 1836. Fue derrotado en la búsqueda de la legislatura del estado de Illinois en el año 1838. En 1843 no pudo entrar al Congreso. En 1848 perdió de nuevo en
178
Vivir con felicidad
su intento por ser congresista. En 1849 fue rechazado de la oficina de Catastro y en 1854 fue derrotado cuando quería ir al Senado. En 1856 no logró llegar a la vicepresidencia; en 1858 no pudo ser senador. En el año 1861 Abraham Lincoln llegó a la presidencia de los Estados Unidos. El ejemplo de Lincoln nos muestra que la perseverancia convierte sueños en triunfos. ¿Afronta usted tiempos adversos? No se dé por vencido. Recuerde esta máxima: la gente que destaca es gente ordinaria, con extraordinaria determinación. Tenga presente las palabras de Robert Schuller: “Los malos tiempos no perduran ¡Pero los hombres de temple sí! Había una vez un discípulo de un filósofo griego al que su maestro le ordenó que durante tres años entregara dinero a todo aquel que lo insultara, una tarea relacionada con su actitud peleonera y prepotente. Una vez superado ese periodo y cumplida la prueba, el maestro le dijo: -Ahora puedes ir a Atenas y aprender sabiduría.Al llegar allí, el discípulo vio a un sabio sentado a las puertas de la ciudad que se dedicaba a insultar a todo el que entraba o salía. También insultó al discípulo… Éste se echó a reír, mientras agradecía bajando la cabeza ante cada improperio. -¿Por qué te ríes cuando te insulto? —le preguntó el sabio. Porque durante tres años he estado pagando por esto mismo que ahora tú me ofreces gratuitamente —contestó el discípulo. Entra en la ciudad —dijo el sabio—, es toda tuya... Más que el valor del sufrimiento y la resistencia, lo que permitió al discípulo afrontar de un modo tan efectivo una situación difícil fue su capacidad para cambiar el punto de vista. Un maestro llevó a su discípulo al campo y recogió dos nueces para darle una lección. Dijo al discípulo que le lanzaría las nueces y que tratara de esquivarlas. La primera vez el maestro lanzó la nuez a dos metros y el discípulo trató de esquivarla, pero ésta impactó en su cabeza. La segunda vez, el maestro se puso mucho más lejos y lanzó la nuez. El discípulo tuvo tiempo de esquivarla con facilidad. El maestro le dijo: Discípulo, los problemas en la vida son como esa 179
Horacio Martínez
nuez, siempre serán lanzados hacia a ti, pero tú decides dónde te paras. Aprende a tomar distancia y así podrás esquivar emocionalmente todas las dificultades y serás más feliz.
6.3. Felicidad y actitud positiva
Actitud positiva “Una mala actitud es una de las principales causas del fracaso. Adoptar una actitud equivocada, nos puede inducir a cometer errores aunque todo lo demás esté bien hecho. Sin embargo, con una actitud correcta, aunque el resto esté equivocado, se puede alcanzar el éxito. Podemos construir el éxito a través de la actitud y no la actitud a través del éxito. Es de gran significado que el Creador le otorgara al hombre el control de poder delinear sus propios pensamientos, y que los mismos puedan calzar en el molde que él escoja. Una actitud mental positiva es el punto de partida de todas las riquezas” (Mary Kay Ash). La actitud positiva es la capacidad de trabajar con tenacidad, perseverancia, optimismo y espíritu positivo aun en las situaciones más difíciles, así como de transmitir energía a los demás con su ejemplo logrando que el equipo rinda en la misma medida. “He sido un hombre afortunado: nada en la vida me ha sido fácil.” (Sigmund Freud). La actitud es una disposición habitual de la personalidad entera, que tiende a hacerla obrar de una manera dada frente a ciertas situaciones. Tiene tres elementos: uno emotivoimaginativo, otro intelectual-volitivo y otro activo. De las actitudes dependen las reacciones del individuo frente a la vida. Éstas se presentan con una orientación positiva (La vida está bien) o negativa (La vida está mal). “La actitud es una pequeña cosa que hace una gran diferencia” (Winston Churchill). Toda persona debe tener una actitud positiva de triunfador. Para la persona de cuya mente fluyen normalmente pensamientos positivos, el mundo que la rodea se activa positivamente y la prosperidad y abundancia llegarán. De la mente próspera nacen las cosechas abundantes. El pensamiento positivo
180
Vivir con felicidad
estimula las fuerzas que modificarán las circunstancias a su favor: el pensador positivo imagina lo posible y atrae el éxito hacia sus proyectos. Tener un punto de vista positivo del mundo vale más que muchas posesiones materiales. Uno no nace triunfador sino se hace con sus actitudes positivas. Los triunfadores irradian una actitud positiva que motiva a otros a realizar sus sueños. “Pon el corazón, la mente y el alma hasta en tus actos más pequeños. Éste es el secreto del éxito” (Swami Sivananda). Las personas con actitud de triunfadores superan los negativismos y los arrojan fuera de su vocabulario y pensamiento. Suprimamos todas las expresiones negativas: el “si” condicional, el “no se puede”, el “imposible”, “si acaso”, “si yo hubiera”. Emplee ante los fracasos expresiones positivas: “la próxima vez”, “sí se puede”, “sí es posible”. Convierta en positivo todo pensamiento negativo. No piense ni hable de lo que falta porque activa negativamente el mundo que le rodea y ahuyenta la prosperidad. “La vida es 10% lo que nos sucede y 90% como reaccionamos” (David Roads). El hombre no es capaz de hacer lo que él mismo cree que no puede realizar. El negativismo sólo produce el enojo de una frustración permanente. Rehúya a las personas de pensamiento negativo, porque ellas sí traen mala suerte. “Pueden porque creen que pueden” (Séneca). Las situaciones conflictivas por las cuales pasa la existencia humana están cargadas de sentimientos de angustia, ira, depresión, etc. “Cuando tenemos miedo, todo cruje” (Sófocles). Para sobreponerse a estos sentimientos negativos la persona debe tener una actitud positiva. Decía Sbair Lewis: “Siempre que me enfrento activamente a un problema, tengo confianza en que la situación va a mejorar”. El optimismo es necesario para tener éxito porque nos despierta nuevos ánimos. Los optimistas descubren con ojo avizor los aspectos positivos de las cosas: no se desaniman por las manchas negras sino se animan por la blancura casi total de las cosas. Los enemigos del optimismo son: el pesimismo con sus gafas negras para ver todo oscuro, la falta de amor a la vida, la tristeza que no ve el sol detrás de las nubes, la falta de entusiasmo para aventurarse por la 181
Horacio Martínez
vida. El optimismo es creador, porque nos mueve a la acción enérgica y a buscar soluciones a los problemas. “Para que se dé el liderazgo exitoso, debe existir una fusión entre el autoconcepto positivo y el optimismo, orientados hacia un resultado deseado” (Warren Bennis y Burt Nanus). Los optimistas, cuando sufren una contrariedad, reaccionan formulando un nuevo plan de acción. “Busco hombres que crean que no hay cosas imposibles” (Henry Ford). “Hay que ser muy realistas con respecto a dónde estamos, pero muy optimistas con respecto a dónde queremos llegar” (Steve Ballmer). Una persona echada para delante piensa en opciones y no en limitaciones. La aviadora Brooke Knapp dijo: “Hay dos clases de personas: las que se paralizan de miedo, y las que aun sintiendo miedo siguen adelante. La vida no es cuestión de limitaciones sino de opciones”. La vida es una escuela. Los problemas son lecciones que van y vienen, lo que aprendes de estos son para toda la vida. Maquiavelo decía que la fortuna favorece a los audaces. “Sé audaz y fuerzas poderosas vendrán en tu ayuda” (Un pastor protestante en el siglo XIX). “La vida o es una aventura osada, o no es nada” (Hellen Keller). Un líder debe ser consciente del riesgo y manejarlo. Los optimistas esperan que las cosas salgan bien, los pesimistas esperan que sucedan cosas malas. Las personas que se creen afortunadas perciben y actúan frente a las oportunidades afortunadas; existe una conexión entre su actitud optimista y lo bien que le va en la vida. “No dejes que la idea de crisis se afiance en tu vida sino que sea una oportunidad para ver qué tienes que cambiar o qué puedes hacer para no sólo salir airoso sino mucho más realizado como persona” (Álex Rovira). La vida del líder empresarial es dura y tiene que enfrentar situaciones de frustración y de oposición. El líder sale adelante de los fracasos y de las dificultades con una mentalidad positiva, optimista. Siempre hay una oportunidad a la vuelta de la esquina, pero hay que buscarla. Cuando lucha contra la adversidad, la mente crea puentes para un futuro mejor y se desarrollan habilidades nuevas. “Siéntate, camina o corre, pero
182
Vivir con felicidad
no vaciles” (Proverbio Zen). “Que las aves de la ansiedad vuelen sobre tu cabeza, es cosa que no se puede cambiar; pero que se aniden en tu cabello, eso sí se puede evitar” (proverbio chino). Ernest Bloch, en El principio de la esperanza, describe la esperanza como un existencial básico del ser humano. El auténtico motor de todo obrar del ser humano es la esperanza. La pintura remite a la belleza aún por contemplar, la arquitectura está impulsada por la esperanza de la patria, en la danza expresamos la esperanza de lo totalmente otro, de un bello movimiento nunca visto hasta entonces. “Si uno abriga esperanzas, no le es difícil entrar en acción. El milagro ocurre cuando la esperanza está casi muerta, pero de todos modos uno se obliga a entrar en acción. Tal vez sea el cerebro, estimulado por la acción, el que nos devuelve la esperanza. No sé por qué da resultado esto; sólo sé que lo da” (Rabino Maurice Lamm). “En tiempo de crisis, la esperanza es un deber” (Grafiti). Nadie fracasa hasta cuando pierde la jovial esperanza en el éxito de su empresa. La esperanza es optimismo en acción y la clave para pasar de lo pasivo a lo activo. Como anticipación del futuro, la esperanza nos visualiza lo que se ha de obtener y nos anima a seguir luchando por adquirirlo. Es un adelanto del futuro: ya pero todavía no, porque es un deseo con intención de que se realice, y con fe confiada de que se realizará. “La labor de un líder es mantener en alto la esperanza” (John C. Maxwell). Un universo de relaciones abierto a muchas posibilidades y el espíritu del amor que sirve lleva al líder a una actitud positiva ante la vida rebosante de creatividad innovadora. El optimismo lo lleva a la transformación del mundo. “Mi optimismo no descansa en la ausencia de mal, sino en la creencia de que el bien prevalece al final” (Hellen Keller). El líder debe ser una persona echada para adelante, sin temor a la vida. Tenga ganas de salir adelante con dinamismo para realizar lo que se propone, marche erguido por la vida con arrojo para emprender empresas. Tener una vida vibrante es participar de las luchas por salir adelante en medio de las dificultades no sólo como individuos sino como sociedad. Una persona valerosa llega muy lejos. Diga: “¡Adelante! Estoy seguro que lo voy a lograr”. “El secreto del éxito está en 183
Horacio Martínez
desvincularse de los resultados; hacerlo lo mejor que sepamos en cada momento y dejar que los resultados vengan por sí solos” (J. Donald Walters). Se aprende el juego de la vida asimilando experiencias. Las experiencias influyen en la fe en sí mismo, porque aquel que experimenta sus cualidades se tiene confianza a sí mismo. En nuestra memoria se van acumulando experiencias que orientan nuestros deseos a un desenlace exitoso. Si miramos las experiencias en el contexto en que se produjeron podremos valorarlas adecuadamente. Los errores que cometemos son un puente a la sabiduría: “La próxima vez no cometeré el mismo error”. La vida se parece más a una partida de billar a base de carambolas o a una partida de fútbol con jugadas impredecibles, que a una partida de ajedrez planificada o a una danza de ballet de movimientos armónicos. Es importante convertir la adversidad en el punto de partida de algo positivo. Se puede salir adelante a pesar de los fracasos, si se recomienza con la experiencia adquirida. Las personas resistentes son flexibles y se adaptan rápidamente a las circunstancias nuevas. “Los hechos fortuitos afortunados le suceden a quienes están mentalmente preparados” (Sir Peter Medawar). “La experiencia es el nombre que le damos a nuestros errores” (Oscar Wilde). “La caña que se tuerce suave al viento sobrevive a tormentas que rompen el roble fuerte pero inflexible” (Refrán vietnamita). El líder empresarial energiza a la gente para lograr un alto grado de desempeño y motiva al grupo al logro de los objetivos organizacionales, fomenta el entusiasmo y compromiso entre el personal, celebrando y recompensando el éxito, mantiene su rendimiento y motiva a su grupo para que también lo haga y asuma las exigencias con diligencia. También se le ve como un representante positivo de la organización, inspirando a los demás a establecer y esforzarse por lograr metas ambiciosas con un espíritu de ganador. “Enfatiza lo que se puede hacer, no lo que no se puede hacer” (Lema de los Cristóforos). El entusiasta ama lo que hace, es optimista de los resultados y sabe que lo mejor de la vida está por descubrir. El entusiasmo es emoción en acción. Los triunfadores se repiten palabras de aliento que reaniman el corazón para emprender con entusiasmo nuevas hazañas. Contagie su entusiasmo entre
184
Vivir con felicidad
los escépticos y pesimistas. Todo lo que haga realícelo con entusiasmo, porque sin él no se alcanza nada grande en la vida. Sea un motivador de entusiasmo ayudando a que si una persona tiene interés por cualquier cosa se meta de lleno en eso. La actitud mental positiva es sinónimo de entusiasmo. La falta de entusiasmo marchita el alma. La palabra “entusiasmo” deriva de la palabra griega enthous, que significa “tener un dios dentro”. Tener entusiasmo, por consiguiente, es tener en el corazón un dios con poder mágico. Según Ralph Waldo Emerson, “todo momento grandioso e impresionante en los anales de este mundo es el triunfo de algún entusiasmo”. También dijo: “El entusiasmo es el motor del éxito”. “El éxito no tiene un secreto único. Es el resultado de la conjunción de diversas variables. El éxito requiere aspectos lógicos como objetivos claros, planes de ruta, acción consciente y evaluación de resultados. También amerita responsabilidad, creatividad, voluntad, auto confianza y entusiasmo. Por eso cuesta alcanzarlo y sobre todo sostenerlo. El éxito es un estado de conciencia y un nivel de logro, o sea una forma de pensar y una medida de resultados concretos” (Renny Yagosesky). “El éxito es aprender a ir de fracaso en fracaso sin desesperarse” (W. Churchill). In Internet circula una presentación titulada El grano de café donde se expresa gráficamente la importancia de una actitud positiva. Una hija se quejaba con su padre acerca de la vida y se lamentaba de que las cosas no le salían bien. No sabía cómo hacer para seguir adelante pues sentía desfallecer y se iba a dar por vencida. Estaba cansada de luchar y luchar, sin obtener ningún resultado. Parecía que cuando solucionaba un problema, aparecía otro. Su padre, un chef de cocina, la llevó al lugar de trabajo. Allí tomó tres ollas con agua y las colocó en el fuego. Pronto el agua de las tres ollas estaba hirviendo. En una colocó zanahorias, en otra colocó huevos y en la última colocó granos de café. Las dejó hervir. Sin decir una palabra, solo miraba y le sonreía a su hija mientras esperaban. La hija se impacientaba, preguntándose qué estaría haciendo su padre. A los 20 minutos el padre apagó el fuego. Sacó los huevos y los colocó en un recipiente, sacó 185
Horacio Martínez
las zanahorias y las puso en un plato y finalmente, colocó el café en un tazón. Mirando a su hija le dijo: Querida ¿Qué ves? “Huevos, zanahorias y café” fue su respuesta. La zanahoria llegó al agua fuerte, dura; pero después de pasar por el agua hirviendo se había hecho blanda y fácil de deshacer. Los huevos habían llegado al agua frágiles, su cáscara fina protegía su interior líquido; pero después de estar en el agua hirviendo, se había endurecido. Los granos de café, sin embargo eran únicos: después de estar en agua hirviendo, habían cambiado al agua. ¿Cuál de los tres elementos eres tú? Cuando la adversidad llama a tu puerta, ¿Cómo respondes? Le preguntó a su hija. ¿Eres una zanahoria que parece fuerte pero cuando la fatalidad y el dolor te tocan, te vuelves débil y pierdes tu fortaleza? ¿Eres un huevo, que comienza con un corazón maleable, con un espíritu fluido, pero después de una muerte, una separación o un despido se ha vuelto duro e inflexible? Por fuera te ves igual, pero ¿eres amargada y rígida, con un espíritu y un corazón endurecido? ¿O eres un grano de café? El café cambia al agua hirviendo, el elemento que le causa dolor. Cuando el agua llega al punto máximo de ebullición el café alcanza su mejor sabor y aroma. Ojalá logres ser como el grano de café, que cuando las cosas se pongan mal, tú puedas reaccionar en forma positiva, sin dejarte vencer por las circunstancias y hagas que las cosas a tu alrededor ¡mejoren! Consejos con una base científica para ser feliz Sonja Lyubomirsky es una de las personas que más han investigado el tema de la felicidad en Estados Unidos. Y lo ha hecho de manera científica. Psicóloga de la Universidad de Harvard con un doctorado de Stanford y autora de La ciencia de la felicidad, ella explica que ésta tiene dos componentes. El primero es un sentido de satisfacción en la vida, es decir, tener la sensación de que uno va progresando hacia sus metas. Y el segundo es la experiencia frecuente de emociones positivas (como la alegría, el orgullo, la curiosidad, el afecto) y lo menos frecuente posible de emociones negativas. “Se necesitan ambos componentes para ser realmente feliz”, asegura desde la Universidad de California en Riverside, donde enseña e investiga.
186
Vivir con felicidad
Según Lyubomirsky, la felicidad es en parte determinada por la genética. Explica que cada vez más estudios empíricos hechos con gemelos indican que cada persona nace con lo que llama un ‘set point’ de felicidad, es decir, un potencial de bienestar al que siempre se vuelve, ya sea después de un momento duro o de un gran triunfo. El ‘set point’ de felicidad es muy similar al ‘set point del peso’. Algunas personas cuentan con la suerte de tener una disposición a la delgadez. Aunque no se esfuercen para ello, mantienen su peso fácilmente. Otros, en cambio, tienen que poner mucho empeño para no engordar. Las circunstancias de vida también tienen una influencia sobre nuestro bienestar. Pero esto no impide que tengamos el poder de cambiar hasta el 40 por ciento de nuestra felicidad. Para ayudar a conseguirlo, Lyubomirsky propone algunas claves. Maneras de hacerse la vida más grata: 1. Exprese gratitud por lo que tiene. 2. Cultive el optimismo, vea el lado positivo siempre. 3. Evite pensar demasiado y compararse con otros. 4. Practique el arte de la amabilidad. 5. Nutra sus relaciones: elija un vínculo que quiera estrechar y trabaje en consolidarlo y disfrutarlo. 6. Rememore y saboree las alegrías de la vida. 7. Busque la forma de enfrentar y superar el estrés. 8. Aprenda a perdonar. 9. Practique la religión y/o espiritualidad, en cualquiera de sus formas. 10. Cuide su cuerpo haciendo ejercicio, meditando y riéndose. 7 pasos para alcanzar la felicidad Feliz porque sí es el título del último libro de Marci Shimoff en compañía de Carol Kline. Trata sobre cómo todos tenemos un nivel básico de felicidad ya que el 50 por ciento de nuestro nivel depende de lo genético y el otro 50 por ciento de nuestras vivencias. Después de analizar miles de entrevistas sobre la felicidad escogieron lo que las autoras llaman los 100 felices, que tienen 187
Horacio Martínez
en común varios elementos que se retoman en este libro para lograr un nivel más alto de felicidad. Se habla de 21 hábitos que comparte la gente feliz y se describen 7 pasos para alcanzar la verdadera felicidad. El primer paso a seguir es ser el dueño de la propia felicidad. Para lograrlo es necesario aceptar que ser feliz es algo que depende de uno mismo y asumir responsabilidad para responder a los acontecimientos de un modo que refuerce la propia dicha. El segundo paso es no creer todo lo que piensa. Reemplazar los pensamientos negativos como quien suelta algo que lo amarra. El tercer paso tiene que ver con el corazón; dejarse llevar por el amor, la bondad y el perdón. El cuarto paso tiene que ver con el cuerpo. Es la alegría de estar bien físicamente, de comer sanamente, de descansar y hacer ejercicio. En el quinto paso hacia la felicidad se hace necesario conectarse al espíritu mediante la meditación, la calma, saber escuchar la voz interior, orar, entregarse y confiar en un poder superior. En el sexto paso está el propósito de vida. Hay que tener claros los objetivos propios, descubrir las cosas que te apasionan y sentirse útil para los demás. Por último, en el séptimo paso, está el cultivo de las relaciones nutritivas. Aquí los hábitos de felicidad consisten en cuidar las relaciones con los demás, dar abrazos y considerar el mundo como la familia.
188
Capítulo
7
Cultivar la espiritualidad
7.1. La espiritualidad
El despertar actual de la espiritualidad “La espiritualidad no puede ser algo con lo que a veces nos entretenemos, un pequeño compartimiento de la vida. Tiene que estar en el centro, de manera que afecte a todas las demás partes” (Stephen Covey). Durante su campaña presidencial decía el presidente Clinton: “El problema es la economía, estúpido”. Después de haber dictado muchos cursos y publicado varios libros sobre Responsabilidad Social digo: “El problema es la espiritualidad”. A comienzos del presente siglo se nota un interés creciente por los temas de responsabilidad social, como el cuidado del medio ambiente. Y al mismo tiempo, ante la crisis financiera muchas personas se han vuelto hacia la espiritualidad buscando una respuesta. Realmente en el fondo la crisis actual más que de economía es de espiritualidad. Actualmente se siente un gran despertar espiritual en el mundo. Según las estadísticas los libros más vendidos y los seminarios más solicitados giran alrededor de temas 189
Horacio Martínez
de espiritualidad como la autoayuda y el coaching. Varios desarrolladores de sistemas que quebraron en la crisis del punto com, resolvieron viajar a la India para buscar una respuesta en la espiritualidad. Esto ha sido producido por un ambiente de crisis con varias manifestaciones. El mito del progreso creciente gracias a los adelantos científicos resultó falso. El consumismo voraz no ha traído el bienestar prometido. La economía de mercado aumentó la desigualdad social. Los sistemas socialistas están fracasando por todas partes. Crece la indignación de la gente por la corrupción de los políticos. Hoy nos sentimos rodeados de zombies, cuya alma está muerta, aunque su cuerpo sigue vivo. La búsqueda de una respuesta a los problemas en la espiritualidad ha sido una constante a lo largo de la historia. Los romanos ante la crisis del imperio o los medievales ante la corrupción reinante en el Renacimiento buscaron una respuesta en la espiritualidad cristiana. Fue el cuarto de hora de los monjes que se retiraban del mundo para someterse a privaciones y dedicarse a la contemplación de Dios. En la literatura sobre espiritualidad se encuentran variedad de enfoques. Los libros de espiritualidad antiguos, como la Imitación de Cristo, insistían en el dominio de las pasiones y en la oración. Los libros de espiritualidad de moda hoy, de inspiración budista, hablan del desapego del ego, del yoga pero callan sobre Dios. Los libros de espiritualidad cristiana actuales, inspirados en Teilhard, buscan vivir su compromiso cristiano en el trabajo científico y técnico. Otros libros cristianos, inspirados en la teología de la liberación, hacen énfasis en el trabajo por las comunidades pobres. Para hablar de espiritualidad hay que partir de la experiencia personal. “Un gurú es un hombre que no se limita a hablar de lo que ha leído en los libros, sino que habla desde la entrega de su propia experiencia religiosa y guía a sus discípulos con mano segura, porque les lleva a Dios por unos caminos que él mismo ya ha recorrido, sin limitarse a estudiarlos en los libros” (A. de Mello). Detrás de esas búsquedas espirituales está la búsqueda de sentido. ¿Quién soy yo? ¿Para qué debo vivir? ¿Cómo logro lo que debo ser? Para encontrar una respuesta valedera a estas inquietudes precisemos el concepto de espiritualidad.
190
Vivir con felicidad
La espiritualidad es un proceso dinámico por el cual se descubre una sabiduría que da significado y propósito a su realización personal, a sus relaciones y a su trabajo. Espiritualidad es el arte de ser persona según una cosmovisión. La cosmovisión es una concepción que abarca todos los aspectos de la vida. Esta cosmovisión, si acepta a Dios, es religiosa; si no acepta a Dios, es ética. Todas las religiones tienen una cosmovisión y por lo tanto una espiritualidad. En este caso, la espiritualidad es el dogma en acción. Con otras palabras, la espiritualidad es convertir una religión en proyecto de vida. La espiritualidad cristiana, por ejemplo, es el dogma cristiano en acción. El Cristianismo me da la libertad de la gracia, la sabiduría de la fe, la comunión de la caridad y la energía de la esperanza. La gracia me libera del pecado que esclaviza y me realiza como hijo de Dios creado a su imagen y semejanza con potencialidad de volar muy alto. La fe me permite descubrir a Dios y la sabiduría de su plan creador sobre el mundo. La caridad me une a Dios como hijo y a los demás seres como hermanos. La esperanza me da la energía para construir la civilización del amor como anticipo del Reino de Dios. La espiritualidad cristiana es la existencia humana vivida desde la revelación divina en Cristo como verdad, buscando la realización personal en la libertad como hijo de Dios creado a su imagen y semejanza, abriéndose a la relación con los demás en el amor para vivir una comunidad de hermanos y empeñándose en un trabajo creador para desarrollar con coraje un mundo mejor para todos como anticipo del Reino de Dios esperado en la eternidad. La espiritualidad convierte el cristianismo en un proyecto de vida. El hombre se libera por la presencia y acción de Dios en su vida, recibida en el bautismo y que continúa la encarnación. El hombre se vuelve amor, transformado por la eucaristía que es el sacramento del amor y que nos hace parte del pueblo de Dios. El hombre se vuelve sabio por la fe aceptada y hecha testimonio por el sacramento de la confirmación. El hombre se vuelve creador por la participación en la fuerza transformadora de la resurrección por el sacerdocio universal cristiano. 191
Horacio Martínez
En los Evangelios encontramos el ADN de la vida cristiana. En los Evangelios encontramos una doctrina y una persona que la encarna: Jesucristo. Toda la espiritualidad cristiana se puede resumir así: vivir como Cristo con coraje y esperanza para ser libres y creadores en el amor sabio logrando influir positivamente sobre el mundo. En el año 2004 Juan Pablo II estaba agobiado por las enfermedades y uno de sus allegados le sugiere "¿por qué no renuncia? Y el Papa le respondió: "porque siempre he dicho que la vida es la fe convertida en actos". El cristianismo es la religión de la felicidad porque es una sabiduría que da sentido a la realización personal, a las relaciones y a la actividad productiva. El cristianismo, que está orientado por el espíritu de las bienaventuranzas, es la religión de la alegría. El cristianismo es la religión del espíritu pascual de triunfo sobre el pecado, el sufrimiento y la muerte. El cristianismo es una religión “cordial”, como se muestra en el espíritu navideño, que nos lleva a vivir como un hermano universal al servicio compasivo con el necesitado. El cristianismo nos expande interiormente dándonos alas y un sentimiento de satisfacción interior y paz durable. La espiritualidad cristiana no hace énfasis en la fe como ortodoxia sino en la caridad y la esperanza como ortopraxis. La espiritualidad trata de vivir la religión no desde la razón sino desde el corazón. La espiritualidad abre al hombre hacia la sabiduría. Lo ilumina para conocer lo que hay en el corazón humano y le descubre el origen del universo. Pero, sobre todo, le revela el sentido de la vida. El hombre espiritual no pretende acumular conocimientos sino descubrir el sentido que contienen. Más que un proceso de suma de conocimientos es una destilación para encontrar la verdad sobre la vida y la muerte. La pregunta del hombre sabio espiritual no es sólo “qué soy” sino “para qué vivo” y sobre todo “cómo logro vivir lo que debo ser”. La cosmovisión es el “modelo de” que debe pasar al ethos que es el “modelo para” y pasar al emprendimiento que es el “modelo cómo”. Hoy se escribe mucho sobre el poder mental que proviene del cerebro y poco del poder espiritual que radica en el espíritu. En el espíritu es donde se aceptan los valores morales
192
Vivir con felicidad
y religiosos, donde se hacen los juicios sobre la verdad o falsedad de las realidades, donde se toman las decisiones fundamentales (donde realmente se peca). Es el reino de la integridad personal, de la unicidad del espíritu, del sentido de la vida personal, del amor como encuentro yo-tú, de los juicios de conciencia, de la opción de la fe en Dios. Así como en lo mental hablamos de emociones, ideas y hábitos, en lo espiritual se gira alrededor de valores, juicios, opciones fundamentales. En el área de lo espiritual prima lo que podríamos llamar “espíritu de sentido” entendido como el ejercicio interior de descubrir lo verdadero, optar por ello como bueno y degustarlo como bello. Lo que los maestros espirituales han hablado refiriéndose exclusivamente a Dios, tiene un campo más amplio. Así como en el área del espíritu descubrimos a Dios como un Tú personal, también descubrimos el tú de las demás personas y la armonía bella del cosmos. Los niveles físico, mental y espiritual son como tres círculos concéntricos. No se trata de negar y olvidar lo corporal y lo mental en el hombre, sino de integrarlos a lo espiritual. El estrato profundo del espíritu no es la negación de lo corporal y lo mental sino su unificación y ordenamiento. Las culturas de los pueblos han hecho énfasis en uno de los tres aspectos: corporal (Caribe), mental (Alemanes) y espiritual (rusos). Nuestras relaciones personales con Dios, con los demás, con el cosmos y con nosotros mismos cambian según lo hagamos desde el estrato profundo (Tú) o de los periféricos (Ello). Un hombre superficial no se puede relacionar con otro ser sino superficialmente: con Dios a través de la magia manipuladora, con los otros con manipulaciones ideológicas, con la naturaleza cósmica con visión depredadora. Sólo si somos espirituales podremos tener relaciones sanas y fructíferas con Dios, la sociedad y la naturaleza. Cultivar el estrato interior profundo, el espiritual, donde está nuestra libertad con sus opciones de conciencia. Nadie debe tratar de comprar la conciencia de otro. Hay que ampliar las fronteras del espíritu. Si nuestro espíritu es hermoso y sereno, nos gusta estar en nuestro interior. En el estrato más profundo de nuestro ser no importa el tener sino el ser. La vida se simplifica. Se va a lo fundamental. Se gusta saborear internamente las “verdades sabias”. Es un 193
Horacio Martínez
ambiente de oración, de renovación interior constante hacia la perfección, de aceptación de nuestras limitaciones y errores. En el estrato de la superficie de nuestro ser está la competitividad, la agresión, el aparentar, la fantochería. Es el reino del tener y se vale por lo que se posee. El estrato exterior está compuesto por los sentidos corporales y por la actividad mental. Estas actividades reciben su sentido en el estrato espiritual que las unifica. En el caso de la sexualidad esto aparece muy claro. Cuando uno está simplemente enamorado de cualquier cosa se sitúa en el plano exterior de disfrute. Cuando uno ama de verdad a las personas y a la vida se sitúa en el estrato profundo de respeto, de generosidad. En la superficie de mi ser pueden haber horas de disgusto, preocupación, dolor, causado por los diversos avatares de las vida; pero debo conservar en el estrato más profundo de mi ser el optimismo vibrante, la fe, la esperanza, la confianza, la serenidad, la generosidad. En los momentos de tempestad en la superficie mantenerme comunicado y enraizado con este estrato profundo de equilibrio y felicidad. Esta es la fórmula auténtica de la felicidad y la que da valor a la espiritualidad. Ser un hombre espiritual es ser una persona con este estrato profundo dominando los otros. En este estrato profundo está la integridad de nuestra conciencia, nuestras opciones libres fundamentales, nuestros juicios de verdad. El secreto de la serenidad es colocarse en el estrato profundo pero purificado de la maldad del espíritu: falsedad, egoísmo, injusticia. La búsqueda de la serenidad o paz interior nos lleva a la espiritualidad. Tratar de obtener la paz desde los sentidos o la mente, sin acceder a las opciones de nuestra conciencia libre es utópico. El desarrollo de una espiritualidad es el nombre de la paz interior. Tratar de construir la paz y tranquilidad personal a través de pólizas de seguros, de espectáculos de entretenimiento (pan y circo), de terapias psicológicas, de ideologías, etc. es utópico. Tarde o temprano se derrumba. La roca sólida de la paz es la conciencia responsable del espíritu. La mayoría de los libros de autoayuda se quedan a nivel mental mostrando el influjo de lo mental sobre lo corporal. Pero no dan el salto a lo espiritual. Por eso no hablan de valores,
194
Vivir con felicidad
de opciones fundamentales, de juicios de verdad. No hablan de libertad y pecado. Tampoco de oración y contemplación. Los libros de espiritualidad y de autoayuda nos dan ánimo y nos suben la autoestima que son los principales factores psicológicos para enfrentar los problemas. La espiritualidad nos pone en contacto con la fuerza de Dios para que actúe. Para afrontar un cáncer terminal, la pérdida de un ser querido, no bastan unas recetas de autoayuda: se necesita una cosmovisión espiritual que nos dé una respuesta afectiva, racional y actitudinal. Tanto los libros de autoayuda como los de espiritualidad buscan la liberación del hombre como autorrealización personal y social. Los libros de autoayuda son en muchos puntos una versión secularizada de la espiritualidad porque suprimen el sentido religioso y cristiano de la misma. La espiritualidad auténtica busca la liberación del hombre enfocándola desde la religión. Espiritualidad religiosa es el arte de gustar en el corazón el significado interno de los acontecimientos de la vida donde se hace presente Dios, hasta el punto de ser transformado por ellos. El efecto de toda espiritualidad es la transformación de las personas. Ser testigo vivo de la fuerza que da la espiritualidad para desarrollar un estilo de vida que produzca felicidad. Las energías espirituales mantienen la lucidez mental, la ternura del corazón, el coraje para emprender metas grandes y la libertad interior. Un hombre espiritual se suele denominar como el iluminado, porque, con la ayuda de Dios, logró conocerse a sí mismo y descubrir el sentido de la vida. Por eso el abrirse hacia una espiritualidad suele denominarse despertar. La espiritualidad es un estado de ser: ser libre, ser sabio, ser amor, ser creador. La espiritualidad pone de manifiesto que el hombre es imagen de Dios. Dios no tiene libertad, es libertad. Dios no tiene amor, es amor. Dios no tiene conocimientos, es sabiduría. Dios no tiene trabajo, es creador.
195
Horacio Martínez
Cuerpo y espíritu “Aquel que no es espiritual hasta en su carne, se vuelva carnal hasta en su espíritu” (San Agustín). En filosofía actual se ha superado la visión dualista del hombre que lo consideraba como compuesto de dos partes: alma y cuerpo. Hoy se presenta una antropología unitaria que considera el cuerpo humano como la objetivación o exteriorización del espíritu. El cuerpo humano no es una “cosa que se tiene” sino “la forma de ser temporal del espíritu”. El cuerpo es lo que permite estar al espíritu en el aquí y en el ahora El hombre como espíritu es luminosidad autoconsciente. Es capaz de conocerse a sí mismo y de amarse, lo cual muestra que es causa de sus actos, el origen de ellos, y por lo tanto sujeto. Esto significa que el hombre es un ser para sí. La persona, como espíritu libre dotado de conocimiento, amor y creatividad, es superior a la materia y merece que se le respete y no se le “use” como un objeto. El hombre como sujeto es libre y por lo tanto capaz de diversas opciones. En sí mismo el espíritu humano se aprehende como capaz de poner diversos actos o de no ponerlos, es decir, se siente abierto a diversas formas de actuación. Esto indica que la persona humana puede hacerse a sí mismo según diversas posibilidades de realización. Como un proyecto de ser libre, el hombre es un universo espiritual en expansión a través de la materia. El cuerpo del hombre es materia asumida por un espíritu. El espíritu se encarna para conquistar la materia y moldearla según sus leyes. El espíritu es como el agua que irriga el desierto de la materia para hacerla fecunda, es como lava ardiente que brota por las venas rotas del mundo, es como luz que ilumina la opacidad de la materia. El espíritu del hombre se manifiesta en el mundo a través de su cuerpo. Por su modo de ser corporal y por sus gestos conocemos el espíritu de otra persona. El cuerpo es el lenguaje del espíritu para comunicarse en el mundo. La belleza humana es el atractivo de lo espiritual sobre un cuerpo material. Si comparamos la experiencia de contemplar un recién nacido con la visión de un cadáver se entiende la peculiaridad
196
Vivir con felicidad
del cuerpo humano. En el niño su cuerpo es como la máscara que esconde un rostro invisible y cuya presencia experimentamos. En el cadáver el cuerpo es como una habitación vacía y sentimos la ausencia de alguien que ha partido. La escultura es el intento creativo que hace el hombre para representar la presencia espiritual en la materia. Lo que admiramos en el Moisés de Miguel Ángel es la expresión de vida humana en el mármol. A través de su cuerpo el espíritu humano transfigura también el cosmos material, pues el hombre por su trabajo en el mundo va imprimiendo en la materia las huellas de su espíritu. Por ser instrumento de la espiritualización del mundo el cuerpo humano recibe su valor y el trabajo corporal su sentido. Por su referencia al espíritu el cuerpo humano y su actividad no pueden considerarse objetos mercantiles que se pueden comprar y vender como cosas. El obrar humano es un proceso de espiritualización de su corporalidad y de todo lo que dice relación a su cuerpo: el mundo material. No debe entenderse este proceso como un separarse de lo material, sino como una integración de la materia al espíritu. Al hombre lo encontramos implantado en un cuerpo para realizarse como ser espiritual. El hombre, espíritu encarnado en la materia, posee la potencialidad de realizarse hacia cualquiera de los polos de su ser: la materia o el espíritu. El espíritu humano se materializa en la medida en que por su operación libre se entrega a la dinámica propia de los cuerpos materiales. Esto acaece cuando el hombre se adhiere a su cuerpo y a las posesiones materiales que de algún modo están ligados dejándose devorar por él e identificándose plenamente con sus deseos. Cuando nos entregamos al cuerpo humano tomando por directiva de nuestro obrar la satisfacción sensible, nos materializamos: congelamos nuestro espíritu. Al contrario, el hombre espiritualiza su materialidad cuando asume su cuerpo transfigurándolo por un obrar conforme a las exigencias de su espíritu. Entonces su corporalidad deja de ser un cuerpo-objeto para ser un cuerpo-sujeto. Al hombre se le ofrece como tarea fundamental la transformación espiritualizante de su corporalidad, porque aquel que no espiritualiza su cuerpo acabará corporalizando su espíritu. 197
Horacio Martínez
El cuerpo humano tiene la capacidad de ser transparencia material del espíritu. Nuestro cuerpo puede convertirse en coagulación objetivada del espíritu o en transparencia personalizada de la presencia del espíritu. De aquí que el hombre tenga la tarea esencial de transformar su corporalidad hacia una forma de mayor transparencia del espíritu. Cuánto más persona se es, el espíritu tiende a sublimar el cuerpo convirtiéndolo en su signo translúcido. La verdad de la corporalidad humana no se halla fundamentalmente en los determinismos biológicos, sino en el movimiento de trascendencia hacia el espíritu. En el hombre hay dos polos mutuamente relacionados: carne y espíritu. La carne la constituyen en el hombre los instintos, sensaciones e imaginaciones. El espíritu las tendencias hacia las ideas, los valores sociales, morales y religiosos, la comunión interpersonal. La carne tiende a lo inmediato, a lo concreto y a su interés egoísta. El espíritu a lo eterno, ideal y social. La carne puede satelizar el espíritu y el espíritu puede satelizar a la carne. El hombre espiritualiza su materialidad cuando asume su cuerpo transfigurándolo por un obrar conforme a las exigencias de su espíritu. Entonces su corporalidad deja de ser un cuerpo-objeto para ser un cuerpo-sujeto. A través de su cuerpo el espíritu humano transfigura el cosmos material, pues el hombre por su trabajo en el mundo va imprimiendo en la materia las huellas de su espíritu. Por ser instrumento de la espiritualización del mundo el cuerpo humano recibe su valor y el trabajo corporal su sentido. Por su referencia al espíritu el cuerpo humano y su actividad no pueden considerarse objetos mercantiles que se pueden comprar y vender como cosas. La sexualidad es una expresión del hombre completo, por lo cual cada hombre espiritualiza siempre en alguna medida las imágenes y los deseos que se refieren al sexo mediante un proceso de sublimación. Por la sublimación, las imágenes, sentimientos y deseos que giran alrededor del instinto sexual pasan a servicio del espíritu. No se transforma la tendencia fundamental del instinto sexual sino su tonalidad emocional. La imaginación y sus resonancias sensibles estarán dominadas
198
Vivir con felicidad
por formas espirituales. Los sentimientos quedarán polarizados hacia un encuentro interpersonal lleno de ternura. Los deseos no serán de dominio positivo sino de entrega respetuosa. En la sublimación espiritual de la sexualidad los elementos y los símbolos sensibles están verdaderamente ligados a un contexto espiritual que los realza. Se da una ascensión, un cambio de nivel. Se da una síntesis de elementos donde el espíritu asume elementos que en un plano inferior son radicalmente incompatibles. Con la sublimación no se busca ninguna compensación imaginativa o sentimental a las limitaciones que el espíritu impone a la satisfacción puramente carnal del instinto sexual. La sublimación pone al servicio de las metas del espíritu las inmensas energías sensibles de la sexualidad. La espiritualización de la carne da lugar al despliegue de las capacidades de la sexualidad. “Incluso lo espiritual es carnal” (Peguy). La forma y el grado de espiritualidad de un hombre lo impregnan hasta las profundidades del sexo. El modo de tener y el modo de ser “Ser es un modo de estar en el mundo. Tiene que ver con nuestro carácter, con nuestra orientación general hacia la vida; es un estado de actividad interna. Por primera vez en la historia, la supervivencia física de la especie depende de un cambio radical del corazón humano. Es la llamada a un servicio que requiere mucho coraje: dejar lo que tenemos y avanzar, y aunque tengamos miedo, no sucumbir a él. Es una llamada a redefinir nuestras posibilidades, a ver una visión de un nuevo mundo y a estar dispuestos a emprender, paso a paso, lo que sea necesario en términos concretos para realizar esa visión”. (E. Fromm) A diferencia de los animales, que nacen hechos y listos para la acción, los hombres nacemos para hacernos. Los animales nacen hechos porque están programados por sus instintos. Los hombres tenemos programaciones instintivas como los animales, pero también gozamos de una zona de autodeterminación o libertad. La libertad se basa en la capacidad racional de conocer y en el poder decisorio. La 199
Horacio Martínez
capacidad de conocer y decidir muestra que el hombre es espíritu. Pero es un espíritu encarnado en un cuerpo material. Cuerpo y espíritu son las dos caras, exterior e interior, de la persona humana. De la realidad corpóreo-espiritual del ser humano proviene toda la problematicidad de la vida humana. Por un lado, nuestro cuerpo está regido por las leyes de la materia y busca la satisfacción inmediata de sus instintos. Por otro lado, nuestro espíritu está regido por las leyes del espíritu y busca su realización con los valores del espíritu. La lógica que rige al cuerpo es la del tener mientras la lógica del espíritu es la del ser. El modo de tener se expresa en la forma de aproximarme a las cosas. Se da una cultura de la satisfacción en la búsqueda de la calidad de vida cuyos valores fundamentales son el lucro, el individualismo y la libertad sin cortapisas; en definitiva, una cultura de mercaderes. La sociedad adquisitiva tiene formas de propiedad, no sólo de cosas sino también de personas. Antiguamente las propiedades se cuidaban y se conservaban; hoy se adquieren, se usan transitoriamente y se desechan. En una mentalidad de propietarios las personas se esclavizan a las cosas en la medida que se apegan a ellas. La sicología mercantilista atrapa a las personas. Cuentan que en su lecho de muerte un anciano judío preguntó: David; y él respondió: aquí estoy, papá. Moisés; y él respondió: aquí estoy, papá. Jacob; y él respondió: aquí estoy, papá. Y entonces el anciano angustiado preguntó: ¿Y, entonces, quién se quedó en la tienda? El hombre del siglo XXI ha cambiado el deseo de posesión por el deseo de cambio. Cuando compra un celular o una tableta de computador o un carro está pensando en cambiarlo en poco tiempo. Hoy prima el compre, use y bote. Nadie piensa en conservar modelos obsoletos. Hoy el proceso de vivir tiene una mentalidad mercantilista. Si se va a un espectáculo se pregunta si valió la pena invertir determinada cantidad de dinero en ello. Lo mismo con la experiencia de un viaje de turismo donde prima es tomar fotografías y no gozar del espectáculo de la naturaleza. “En el mundo moderno rige el principio de que todo deseo debe ser satisfecho inmediatamente y no debe frustrarse ninguno” (E.Fromm).
200
Vivir con felicidad
La sociedad de consumo convierte la felicidad en un producto caro, cuando en realidad lo más placentero de la vida, como los amigos, es gratis. La sociedad de consumo convierte el trabajo en una pena forzada para pagar deudas. El cajero automático no es el pozo de la dicha que convierte en realidad nuestros deseos materiales, más bien es el traficante de esclavos que nos vende al sistema financiero. Si el tener es la base de mi identidad, porque yo soy lo que tengo, se produce la codicia o deseo de tener mucho. El codicioso envidia a los que tienen más y como sabe que puede perder lo que tiene se vuelve agresivo preventivamente. El modo de ser significa estar activo en el sentido de expresar productivamente nuestros poderes humanos, no en el sentido de estar ocupado. El carácter es nuestra orientación general hacia la vida porque es un estado de actividad interna. El carácter se refiere al ser de la persona y lo constituyen las actitudes fundamentales de la persona. Las orientaciones del carácter configuran una forma de ser, de sentir, de pensar y de actuar. El carácter es la habilidad de la persona para resolver los problemas de la vida. El carácter da el temple de la persona para enfrentar la vida. Primacía del ser sobre el tener, porque el culto al tener dificulta la realización de la vocación humana fundamental. El ser da seguridad, mientras el tener exige correr riesgos que generan inseguridad. Uno debe liberarse de las posesiones que esclavizan y del ego, para conocer con profundidad, amar y ser productivo. En los años 60 los hippies se buscaban a sí mismos centrados en el amor en vez de dedicarse a adquirir y consumir cosas. No es el tener sino el ser lo que hace feliz al hombre. “¿Cuál es el secreto para ser feliz? Que viene desde el interior. No depende de lo que tienes, sino de lo que eres y de lo que experimentas. Viene de conseguir lo que deseas, no de tener lo que tienes” (J. O’Connor). La crisis económica actual en su raíz es una crisis de consumismo, de la mentalidad del tener sin ética ni espiritualidad. Se está resquebrajando el fin de la vida puesto en el lucro. La civilización actual no ofrece ideales sino consumo, ya no busca el ser sino el tener, no se preocupa 201
Horacio Martínez
por el bienestar social sino por el individual, no protege la vida en el planeta sino la destruye. “Pocas cosas bastan para hacer feliz a un hombre sensato, pero nada puede satisfacer a un necio, por eso son tan infelices casi todos los hombres” (Roche Foucauld). La forma de ser reconoce un solo Absoluto, Dios, mientras la forma de tener erige ídolos de oro; así como los israelitas en el desierto, cuando se rebelaron contra Moisés. Sólo a través de un éxodo de liberación se llega al ser. El sentido de lo real en la vida espiritual “El que empieza viviendo como ángel acaba viviendo como bestia” (Pascal). Hoy en día buscamos integrar lo real en la vida humana sobre todo en lo espiritual. Es un error confundir idealismo con vida espiritual. Este peligro es inoculado por numerosos libros idealistas espirituales que confunden el perfeccionismo angelical con la condición humana. El idealista-perfeccionista se hace impermeable a la vivencia de lo real, se hace inconsciente a “lo que es”. El idealismo perfeccionista crea un angelismo muy peligroso, porque el hombre es un espíritu corporalizado, es decir, una materia espiritualizada. Los perfeccionistas son psicoríqidos y eso les genera dificultades para relacionarse con los demás. Los perfeccionistas viven menos por cuenta de sus altos niveles de estrés y de ansiedad. Existe una diferencia entre excelencia y perfección. La excelencia implica goce con lo que se está haciendo y autoconfianza. El perfeccionista, en cambio, genera sentimientos de insatisfacción en la mayoría de los casos. Lo real-espiritual, la realidad de la vida espiritual, para quien se hace consciente de ella, supera todo sueño idealista. Aceptarse a sí mismo como se es, encontrar la plenitud interior en “lo que es” realmente la vida espiritual; no sueño místico etéreo sino lucha continua, es poseer el sentido de lo realespiritual. Se trata de ver al hombre como es e inmerso en su situación concreta. Una visión de todas las realidades del hombre
202
Vivir con felicidad
(fisiológicas, psicológicas y espirituales) tienen que tenerse en cuenta en la vida espiritual. Sin un estado somático y un equilibrio psicológico adecuados es imposible una vida de plenitud espiritual –salvo el caso de una gracia de Dios especial. Muchos obstáculos para la vida espiritual son meramente somáticos o psicológicos, por ejemplo, el equilibrio hormonal. El desequilibrio proviene de un desarrollo no armónico de todo el hombre. Algunos exageran el factor intelectual convirtiéndose en “intelectuales puros” con olvido y detrimento de lo emocional y del desarrollo de lo práctico. Actualmente existe también el peligro de que lo virtual robe a las personas su vida real. Estas personas se convierten no en ratones de biblioteca sino en gatos de internet que se refugian en un mundo mental casi esquizofrénico y que no lleva a entablar relaciones con los demás verdaderamente ricas en humanidad. El desequilibrio es causado también por una formación ascética no armónica: se le da una preponderancia a las virtudes teologales y se deja en la sombra el desarrollo de las virtudes morales. En el enfoque de muchos libros de espiritualidad hay un desequilibrio de la “espiritualidad humana”. Históricamente esto se debe al influjo de corrientes no cristianas, como el estoicismo y el platonismo. Se considera el cuerpo como la cárcel del alma y se desprecia la sexualidad. Cuando se vive en una espiritualidad de estructura idealistaperfeccionista y se choca con la realidad cotidiana imperfecta viene el peligro de desilusionarse y sentirse defraudado. Para lograr el sentido de lo real debe haber un equilibrio entre introversión y extroversión, entre subjetivismo y realismo objetivo, entre pensar y obrar. Conocer los diversos factores psicológicos y socioculturales que condicionan la vida humana y tenerlos en cuenta; por ejemplo, la educación, el ambiente, la alimentación, las experiencias. Sé un hombre-espiritual y no un niño-angelical. Para ser hombre-espiritual hay que haber llegado a la plena madurez humana cuyo meollo es lo propiamente espiritual. Jesús en el Evangelio nos muestra ese modelo de hombre-espiritual que asiste a fiestas y participa en los eventos sociales de su comunidad. 203
Horacio Martínez
¿Qué debo esperar y qué no debo esperar de la vida espiritual? Debo esperar una vida más serena y feliz. No debo esperar una vida angustiada por un ideal imposible de alcanzar. La espiritualidad me ayuda a concentrarme en quién soy y para qué debo vivir. En la espiritualidad las realidades no son sustantivos estáticos sino verbos dinámicos: ser sabio, ser libre, ser amor, ser creativo. Debo aceptar lo que realmente soy, basado en el conocimiento real de mis posibilidades. La vanidad es una actitud idealista ante nosotros mismos. Fomentar una actitud positiva ante sí de entusiasmo, de desarrollo de las propias posibilidades. Ser sinceros como hombres y humildes como cristianos. No querer conocernos por curiosidad sino con actitud de cambio. Debo aceptar la propia limitación en mis relaciones con Dios: cambios en el estado interior por causas psico-somáticas, limitación del tiempo de oración formal. Debo aceptar a los demás como son y no como quisiéramos que fueran. Hay muchos que poseen una caridad ideal perfecta, de propósito de amor in genere, pero que no poseen caridad en concreto. La caridad es un terreno pródigo de engaños. El amor se realiza en actos concretos de servicio desinteresado por los demás. Debo aceptar las relaciones con el mundo de las cosas valorando sus aspectos positivos y liberándonos de los apegos a lo material. Necesitamos de la comida y del esparcimiento. Pero debemos ser austeros frente al consumismo. Debemos ser protectores de toda forma de vida sobre la tierra y evitar el deterioro medioambiental. Antes se quería ante todo “seguridad” y por eso se tenía una moral de “modelo previo” con leyes fijas que hay que cumplir porque se imponen a la conciencia: es bueno el que “cumple” estas leyes. Se buscaba el perfeccionamiento en cada detalle de la vida. Hoy se ve la vida espiritual como una historia de madurez progresiva. Una historia sobre la cual Dios tiene un plan particular dentro de su plan universal.
204
Vivir con felicidad
La abnegación en la espiritualidad actual “El camino real de la cruz no es ni más ni menos que el camino del esfuerzo humano dirigido y prolongado sobrenaturalmente” (Teilhard de Chardin). Hoy se ha sobrepasado la mentalidad de creer que el reino de Dios es un reino de almas, cuya salvación es lo único necesario. Antes se hacía hincapié en el pecado y en la purificación del amor propio y de lo profano. Por eso la mortificación era para neutralizar la influencia del cuerpo. Por tanto sacaba al hombre de su condición histórica. Se sobrevalora la gracia, viviendo en un universo religioso autónomo, aislado lo más posible de lo “profano”. Su ascetismo era de desprendimiento total de toda creatura para no quedarse más que con Dios. Las prácticas de mortificación tenían antiguamente por fin neutralizar la influencia del cuerpo; a los sentidos y a las facultades se les negaban sus objetos propios para conseguir un mayor equilibrio y facilitar la búsqueda pacífica de la unión contemplativa con Dios. Según esta concepción el silencio y la soledad reducen la disipación y la mundanidad. También se atacaba despiadadamente el amor propio desordenado, para lo cual se buscaba lo difícil más que lo fácil, lo desabrido más que lo agradable. Los esfuerzos ascéticos estaban dirigidos más por el desprendimiento que por la caridad. Por eso antes de unirse con Dios había que prepararse purificándose de lo profano. Lo que daría significado espiritual primario es la rectitud de intención. En síntesis, en este sistema la lucha espiritual era una lucha entre dos contrarios: el amor de Dios y el amor propio desordenado. Suprimiendo este último en la vida espiritual de un hombre quedaría revelado el primero. Es simple este sistema, pero olvida la dimensión de lo temporal y creado. Al hombre espiritual actual, la condición humana como tal le parece digna de respeto y de ser vivida sin trampas para ser asumida por Dios. Asume su condición humana para transformarla siguiendo el modelo de Cristo. La nueva espiritualidad pretende mejor ir a Dios a través de las criaturas. 205
Horacio Martínez
El hombre espiritual actual considera que no puede saltar fuera de su cuerpo y de su estructura sexual para lanzarse más libremente al encuentro con Dios. Para un hombre espiritual actual, Dios existe en la vida, es más actual que la actualidad misma y nos abre las puertas al futuro de la plena realización humana. Su abnegación y mortificación consiste en llevar las cruces de su condición humana y de su acción cristiana sobre el cosmos. Es un ascetismo de realización gradual de las exigencias de la gracia en todos los sectores de la vida personal. Las noches de los sentidos y del espíritu, de que hablan los místicos cristianos, son pasos para desapegarnos y dar su justo valor a lo corporal y lo mental. Para llegar a la primacía del espíritu sobre lo corporal y lo mental hay que pasar por la noche de los sentidos y de la mente. ¿Cómo se manifiesta esta crisis de purificación hoy en día? Una ascesis moderna debería mostrar la integración y liberación por parte del espíritu de lo material y lo mental. No se trata de considerarlos malos y pecaminosos sino de valorarlos y disfrutarlos en su justo valor sin esclavizarnos de ellos. Bienvenidos los maestros espirituales modernos que valoren y relativicen al mismo tiempo lo corporal y lo mental. Recordar que también hay grandes peligros en lo espiritual, como el orgullo. “Yo no quiero confort, yo quiero a Dios, quiero la poesía, quiero el verdadero peligro, quiero la libertad, quiero la bondad” (Aldous Huxley). Se debe expresar en forma secularizada los principios de liberación de la espiritualidad y aprovechar las nuevas formulaciones para poner en vigencia los métodos y objetivos de la espiritualidad tradicional: dominio de sí, paz interior, servicio generoso al prójimo, hacer la voluntad de Dios, etc. La purificación de las aficiones a lo que no es Dios, no debe coartarnos la alegría. Gozamos de las cosas sencillas como regalo de la mano de Dios, pero sin dejarnos esclavizar de ellas. Nos distanciamos para gozarlas con objetividad. Antes se quería ir a Dios sin pasar por el hombre y el universo. Amaba al hombre como un “recomendado” por Dios, no en sí mismo: no se amaba al hombre sino a Dios en el hombre. Por eso los asuntos humanos y las realidades
206
Vivir con felicidad
temporales no eran más que medios útiles para salvar almas, porque en sí mismo eran desechos sin valor. Se preocupaba casi exclusivamente de la relación del individuo con Dios y no de su relación con sus semejantes y con el mundo. El hombre espiritual actual piensa que no puede desear huir de las solidaridades estrechas con las personas con quienes convive. Estas actividades se ven como parte esencial de su realidad. La perfección cristiana consiste en la caridad que estriba en el diálogo cordial con Dios y con los demás. Este diálogo interpersonal se convierte en una acción conjunta para promocionarse juntos hacia un más ser. Ahora la espiritualidad individual antigua debe ser sustituida por una espiritualidad comunitaria. El desarrollo del cristiano es social, el crecimiento de todo el cuerpo de la Iglesia se da hasta la medida de la Cabeza, Cristo, para constituir así el pleroma de Cristo resucitado. El cristiano moderno en todos sus contactos debe buscar y acoger a los demás como personas dignas de respeto. Situado en los circuitos actuales de globalización, la persona espiritual se transforma en un hombre de relaciones solidarias y de acción transformadora del mundo a favor de todos. “Cada sonrisa que excitamos en el prójimo equivale al pedazo de pan dado al hambriento... y quién sabe cuál pesará más en la balanza divina” (P. Faber). El amor es la clave para tomar inteligencia de la vida espiritual, porque ella no es más que una vida de amor. La única forma vital de presentar la vida cristiana y la vida espiritual es presentarla como es: una vida de amor a Dios, a los hombres y a la naturaleza. A esta luz se entienden las enseñanzas teológicas, la revelación, la vida espiritual. Todo es amor. La ascesis cristiana no es más que un modo de ser propio (característico, determinado por) del verdadero amor a Dios y a nuestros hermanos. Como expresión de la vida de amor se sigue que la ascesis verdadera es una desviación cuando va contra la vida de amor. La caridad es la única norma y criterio de la ascesis. Hacer extraordinario lo ordinario es el secreto de los que alcanzaron la santidad. El santo transformó la realidad cotidiana con su espíritu de fe y de servicio en la caridad y la esperanza. 207
Horacio Martínez
Toda la espiritualidad cristiana, toda la teología se puede sintetizar en la gracia, en la vida de la gracia considerada como vida de amor a Dios y a nuestros prójimos. El ideal de la santidad cristiana es vivir como hijo de Dios lleno de amor a su Padre y a todos sus hermanos los hombres. La visión cristiana tiene el poder de dinamizar nuestra vida y se es feliz en la lucha por alcanzar su realización. Uno irradia la alegría de estar realizando su vocación dentro del plan creador de Dios. Al ser bautizados se nos dicta un programa: “Que esta alma te sirva dichosa en tu Iglesia, Señor”. La felicidad persigue siempre a la persona que se siente agradecida para con su Dios, tranquila con su conciencia, y fiel a sus valores. “Amigos míos, pedid a Dios la alegría. Sed alegres como los niños, como los pájaros del cielo” (Fiódor Dostoievsky). La vida espiritual está regida por las “leyes de la gracia” y no por las leyes psicológicas. Para llevar los hombres a Dios se necesita sobre todo conocer los secretos de la gracia, conocer los movimientos de la gracia y sobre todo tener a Dios de su parte. El hombre espiritual hace presente a Dios en el mundo “La espiritualidad creyente es la existencia humana vivida desde la verdad divina, reconociendo un sentido objetivo y una exigencia ética humanizadora en el mundo de los valores, y buscando una plenitud humana a través del amor a los otros, del servicio profesional y de la lucha por la justicia. Espiritualidad quiere decir ejercicio constante y práctica incesante, en las circunstancias más cotidianas de la vida, de un abandonarse a la verdad, el sentido y la promesa de plenitud que sale a nuestro encuentro en la profesión, en la vida de familia, en la relación diaria con la gente y con los hechos dinámicos y tendencias de nuestro tiempo” (Joan Ordi Fernández). Hay personas que son ciénagas espirituales. Dicen saber mucho de espiritualidad pero sólo crían larvas porque se han olvidado de Dios que es el único jardinero del espíritu. El hombre verdaderamente espiritual es un hombre de Dios, que
208
Vivir con felicidad
da a Dios, comunica a Dios, infunde a Dios. Es un instrumento en manos de Dios para repartir su gracia por el mundo. Lo que importa no es hablar de espiritualidad sino llevar a las personas a una experiencia de Dios. Una persona que dice ser un gurú de espiritualidad pero no la vive ni la comunica es una estafa viviente. Las ideas espirituales no hacen santo al hombre sino sus obras. No seremos salvos ni agradables a los ojos de Dios por lo que sepamos de espiritualidad sino por lo que vivamos y practiquemos. El fin de la vida espiritual es la unión con Dios, el aumento de la gracia, la santidad. Hay que distinguir la unión con Dios de los medios o caminos para ir a ella. Si una persona y sus escritos o palabras no te ayudan a unirte a Dios, lo mejor que puedes hacer es dejarlos de lado. La espiritualidad es en verdad la tarea seria de la humanidad. El fin de la espiritualidad cristiana es la unión con Dios pero con Cristo y en la Iglesia. Es un crecer como Cristo en la Iglesia, con la Iglesia y por la Iglesia. La espiritualidad es la vivencia del encuentro con Dios en las realidades de la vida. La fe cristiana nace de un encuentro de la persona con Dios en Cristo dentro de la Iglesia. De este encuentro nace un compromiso de vida. La espiritualidad cristiana es eclesial, porque la Iglesia es la depositaria de la manifestación salvífica de Dios para el mundo. Esto en dos aspectos, como Maestra del humanismo cristiano y como Sacramento de la transformación del mundo en Cristo. Dice hermosamente el P. de Lubac: “La fe del cristiano es, y no puede dejar de ser, una participación en la fe común de la Iglesia… Es en el interior de la Iglesia que el cristiano puede decir, con toda verdad: yo creo en Dios”. Por la espiritualidad descubrimos que el universo está lleno de la presencia de Dios (dinámica encarnatoria) y que Él tiene un proyecto creador de transformación del mundo y de participación al hombre de su vida divina (dinámica pascual). El propósito de la vida debe estar alineado con el plan de Dios, para que se obtenga toda la energía del universo en su realización. Así como la clave de la intervención de una empresa en lo social es que esté alineada con el objetivo del 209
Horacio Martínez
negocio, mi propósito debe estar alineado con el plan de Dios. ¿Cómo puede haber personas tan ciegas que no ven el plan de Dios en su existencia? Si el propósito de la vida humana es desarrollar sus capacidades como imagen de Dios, la felicidad es sentir en el día a día que nos vamos asemejando a Dios logrando la libertad espiritual, la sabiduría para vivir, las relaciones con amor, el emprendimiento creador. Hay que lograr un compromiso con la vocación humana desde el cristianismo que produzca felicidad a la persona. Para lograr este compromiso de vida, el cristianismo debe ser comprendido en su totalidad con la verdad, acogido plenamente con la libertad, vivificado apasionadamente con el amor y realizado fielmente con la justicia. Este compromiso debe ser radical. Radical viene de radix en latín y expresaba la humectación procedente de la raíz para las frutas y verduras. Después se ha utilizado el término para nombrar la esencia o substancia de las cosas. Se refiere a la realidad esencial de algo desde el centro u origen mismo. La espiritualidad se da en la vida corriente. Se trata de vivir las cosas sencillas y cotidianas poniéndole mucho amor de servicio a los demás y la intención de hacer en cada una de ellas la voluntad de Dios según la vocación personal dentro del plan de Dios. El proyecto de vida es nuestra hoja de ruta en la vida y debe chequearse continuamente para ver cómo la convertimos en experiencia de vida. Para esto es importante el examen diario de conciencia que nos permite evaluar el camino recorrido y cambiar el rumbo cuando nos hemos desviado. Hay que incorporar el examen de conciencia a la rutina del día de trabajo. El examen diario de conciencia es un modelo para mantenerse en la ruta. Debe haber una búsqueda incesante de la realidad. Hay que ponerle atención a nuestra información interna. Nuestras emociones pueden afectar nuestro juicio. El examen diario de conciencia dos veces al día es llevar control en tiempo real. Lo primero en estos altos del camino es dar gracias a Dios por las bendiciones recibidas, pues somos conscientes de que Dios está presente y actuante en nuestras vidas. “Aunque tengamos grandes planes, Dios tiene siempre uno mejor para nosotros” (Julio Bevione).
210
Vivir con felicidad
Caminar humildemente con Dios para realizar en paz el viaje de mi vida. “Crisis es el lugar de un nuevo y fuerte encuentro con Dios y ocasión de experiencia de Dios” (A. Grün). El tiempo de vida que te resta, gástalo en ayudar a las demás personas a crecer y ser felices. La espiritualidad cristiana no es de huida del mundo sino de transformación del mundo. No es freno al progreso, sino un motor poderoso que lo impulsa. No es opio, sino dinamita. Lástima que algunos cristianos despistados busquen en ideologías y en otras religiones la fuente de vida espiritual que tienen en casa. La fuente existe en el corazón cristiano pero hay que quitar los obstáculos que impiden al agua brotar hacia la superficie y regar el desierto de su vida transformándolo en un vergel lleno de frutos que sacien el hambre de la humanidad por una vida con amor y dignidad. “Un hombre, tarde o temprano, descubre que él es el maestro jardinero de su alma, el director de su vida” (James Allen). En la espiritualidad Dios es considerado un amigo y un compañero en el viaje de la vida. Su presencia nos acompaña y nos ofrece continuas oportunidades para colaborarle en la creación del universo. No nos obliga a realizar las cosas sino invita a nuestra libertad a acompañarlo. Lo único que nos pide es que lo queramos mucho. La vida en compañía de Dios se torna una canción alegre y experimentamos una profunda paz en nuestro ser interior. Un corazón agradecido con Dios hace feliz. San Pablo dice con un tono de obligatoriedad: “sean agradecidos”. Dios y yo somos un equipo invencible: Dios me da la fuerza para realizar el milagro de vivir a plenitud. “No amedrentarme ante lo más grande y sin embargo encajar en lo más pequeño, eso es alinearse con Dios” (Gaston Fessard). Una persona con espiritualidad jamás se siente sola. Su alma siente la presencia de Dios en todo instante de la vida. La vida se vuelve un interesante juego de ajedrez con Dios, cuyo desenlace conoceremos cuando muramos. A través de una sucesión de acontecimientos milagrosos, Dios nos va formando para que dejemos atrás todo tipo de inmadureces. Sabemos que todo lo que sucede es un regalo de la mano bondadosa de Dios. Cuando viene el sufrimiento, el fracaso, la 211
Horacio Martínez
oscuridad, tenemos la esperanza cierta de un nuevo amanecer. Sabemos que del caos Dios hace brotar las nuevas estrellas del firmamento. En la espiritualidad el mundo es estremecedoramente bello. Todas las personas, animales, plantas y objetos se ven como sonrisas de Dios. El mundo se ve armónico y bello. Nuestro espíritu se vuelve estético y gusta espiritualmente de todos los seres de la creación. El hombre espiritual quiere ser un artista para crear un mundo no solamente útil sino bello. El arte, como la música y la literatura, empieza a ocupar un lugar relevante en su tiempo. Una persona espiritual tiene una mentalidad positiva y no negativa, por eso busca ante todo realizar el bien más que luchar contra el mal. “El buscador del bien es aquel que busca y halla el bien dentro de sí, en los demás y en todas las situaciones de la vida. Si estamos dispuestos a encontrar el mal hay mucho que descubrir. Pero si intentamos encontrar el bien hay muchísimo más que espera ser descubierto” (John Powell). El tesoro de una persona con espiritualidad no son cosas sino experiencias. Las personas aparecen y desaparecen en el teatro de la vida en el momento adecuado según el plan de Dios. Como no se aferra a las personas y a las cosas, las deja salir en el teatro de la propia vida, con agradecimiento de lo que le dieron y dejaron. El telón se ha vuelto a levantar y nuevas personas y acontecimientos están por suceder. La vida con espiritualidad es un espectáculo permanente, una fiesta de nunca acabar. La espiritualidad cristiana es una mística de la alegría en el mundo. Una persona con espiritualidad aporta gotas de alegría a lo cotidiano. “La santidad consiste en estar siempre alegres” (San Juan Bosco). Por algo se dice que un santo triste es un triste santo. Tener un sentido místico de la existencia es tener un sentido de lo fundamental que está detrás de la apariencia de lo físico y mental. Ver en todas las cosas su dimensión religiosa: esto es ser místico. Un místico lee la mente de Dios en los acontecimientos. Un místico no está en ninguna parte, porque está en Dios. Un místico inserto en la vida del siglo XXI busca a Dios en la familia, en el trabajo profesional, en la vida en comunidad,
212
Vivir con felicidad
en el compromiso sociopolítico, en la investigación científica. La Doctrina Social de la Iglesia nos ofrece ricas indicaciones de cómo realizar una espiritualidad desde el trabajo y la vida en familia. “La única manera de ser feliz es vivir en un mundo lleno de esperanza y de Dios” (Thomas Merton). Todo cristiano debe ser un místico inmanente que por un lado se interesa de todos los valores y sucesos intramundanos y por otro busca descubrir la presencia de Dios en el mundo para ser un instrumento dócil de su providencia y manifestar en el mundo su bondad, su sabiduría y su belleza. Todo teólogo debería ser un ingeniero de las energías espirituales del mundo creado por Dios y recreado por Cristo a través de su Iglesia. El cristianismo le da un sentido peculiar a la existencia del hombre y del cosmos y de ahí nace una espiritualidad. ¿Cuáles son los puntos cardinales del sentido que confiere la realidad de Cristo a la vida del universo? ¿Cuáles las exigencias espirituales que de ahí se derivan? Pedir a Dios tener un agudo principio de intelección espiritual de los misterios y realidades teologales y sobrenaturales. El cristianismo no dice que la vida será fácil, sólo promete que valdrá la pena vivirla. Alguien dijo: “No importa la fuerza de la tormenta, cuando estás con Dios, siempre hay un arco iris esperándote.” Dios se manifiesta y sonríe a través de la belleza de las flores, de la nobleza de los animales, del orden perfecto de las estrellas, de la sonrisa de los niños, de la comprensión de los ancianos, del amor sacrificado del corazón de las madres. Todas las criaturas son ángeles mensajeros de Dios que me revelan algún rasgo suyo y me invitan a alabarlo. Son rayos de que luz que me invitan a recordar el Sol. Soy un hombre espiritual si mi rostro y mis actitudes irradian la fe en Dios, la sinceridad en la búsqueda de la verdad, el espíritu bondadoso de ser hermano universal, la autoestima de ser hijo de Dios, el empeño por servir eficazmente a todos construyendo la civilización del amor y el coraje de la esperanza en la venida del Reino de Dios. Todo cristiano debe ser un hombre de Dios y realizar en sí lo que es Cristo: verdad, vida y camino. Como Cristo debe llegar a ser palabra que ilumina, palabra que vivifica, palabra que se comunica. Hay hombres espirituales que son sólo verdad. 213
Horacio Martínez
Hay otros que son vida. Nosotros, como Cristo, debemos ser verdad y vida, pero no verdad y vida encerrada dentro de un yo egoísta, sino verdad viviente que se entrega, que se comunica. El hombre de Dios debe ser verdad, vida y también camino. La espiritualidad no se tiene sino se ostenta. Uno no tiene espiritualidad sino está en la espiritualidad. El hombre espiritual es rico, porque vive contento con lo que tiene. Como no tiene deseos de cosas materiales disfruta plenamente de la existencia. Sin espiritualidad volveremos al planeta de los simios.
7.2. Aceptar a Dios y su plan creador
Nostalgia de Dios “Nos hiciste, Señor, para ti, e inquieto está nuestro corazón hasta que descansa en ti” (San Agustín). ¿Es posible para un hombre del siglo XXI con un celular en el bolsillo creer en Dios? ¿Es posible para un hombre pegado a un computador o a un televisor durante horas cada día tener experiencia de Dios? Yo creo que sí, porque en el fondo del corazón del hombre de hoy está presente una terrible nostalgia de Dios. Cada día que pasa en este siglo XXI con sus ataques terroristas y con sus vaivenes económicos nos infunde una incertidumbre creciente. ¿No será hora de que hagamos un alto en el frenesí de la vida actual y pensemos con seriedad si existe Dios, quién es Dios y de cómo esta creencia afecta nuestra vida? Todo hombre posee un corazón sediento de amor. Es una sed infinita que no se sacia y que en el fondo es una búsqueda de Dios, como el único sueño de amor que no desengaña nunca, como decía Santa Teresa. “Si deseas conocer a Dios aprende primero a conocerte a ti mismo” (Evagrio Póntico). La apertura espiritual del hombre no se aquieta con el amor a otros espíritus semejantes a sí mismo, sino que busca más allá de todo amor humano el Amor. Dios “más antiguo que todo y más reciente que todo” es el polo norte de la
214
Vivir con felicidad
nostalgia metafísica del espíritu humano. “Dios es la sinfonía de los espíritus” (Gabriel Marcel) en cuyo regazo brillarán eternamente las constelaciones de almas que lograron la plenitud de su ser por el ejercicio de su libertad y la entrega por amor. Abriéndose con su libertad al misterio de Dios, el hombre alcanza su verdadera estatura. Según Gabriel Marcel, “el espíritu es como un foco de inteligencia y de amor”, que busca con su luz y con su calor a Dios, porque Dios es “el Amor que mueve el sol y las demás estrellas” (Dante). Aun naturalmente busca el espíritu finito a Dios su Creador. Pero a este deseo natural de Dios se suma en los espíritus cristianos la dinámica de la fe y de la caridad que nos permiten llegar a Dios como Amigo. Por la fe y la caridad obtengo una especie de revelación de Dios, que llega a ser Alguien para mi, una Presencia y un Tú, el Tú absoluto. “Si están buscando a Dios, Dios los encontrará a ustedes” decía alguien. El tú humano no puede saciar nuestro espíritu infinito en potencialidad: “el alma del hombre es tan honda que sólo Dios puede colmarla; ningún hombre, aunque sea el más grande de los santos, puede dar a otros la dicha que Dios promete a sus criaturas” (Ch. Moeller). Como destaca muy bien Julián Green en su Journal, el amor de Dios está tras las apariencias de las cosas: “Algunas días la vida me parece un velo finísimo y, sin embargo, invenciblemente opaco, tras el cual ruge un horno enorme; pero este horno no es sólo el infierno. El velo del que hablo es todo lo que nos llega por los sentidos: el color de la mesa en que escribo estas líneas, el piar de los pájaros bajo mis ventanas, el sonido de las campanas de un convento próximo, los jardines que veo al alzar los ojos y el ruido que hace esta pluma al correr sobre el papel, todo lo que veo, oigo, toco y gusto a lo largo del día, y no sólo esto, sino los pensamientos de los hombres que se comunican conmigo, y también mis pensamientos; en fin, todo lo que no es Dios. Cuando la apariencia de este velo es demasiado hermosa, forma una trampa donde son apresadas las almas (Species decepit me, dice uno de los viejos de la historia de Susana). Los hombres pasan su tiempo “sacándose 215
Horacio Martínez
los ojos agradablemente”, y el inmenso horno de la caridad de Dios se lo ocultan a sí mismos”. Dios está detrás del velo de las cosas para los espíritus que lo quieran descubrir. Allí está pero es necesario que en todas las cosas descubramos a Dios. En todas las cosas, pero sobre todo, en el amor humano. La apertura a Dios es el fundamento de la apertura a otros espíritus. “Dios… no está aislado de nosotros. Por el contrario en cada momento nos aguarda en la actividad, en el trabajo que hay que hacer… En cierto sentido, está en la punta de mi pluma estilográfica, mi pincel, mi aguja, mi corazón y mi pensamiento.” (Pierre Teilhard de Chardin). Frederick Buechner cree que Dios se comunica con nosotros a través de nuestros intereses e inquietudes más profundas. “El sitio desde donde Dios nos llama es ese sitio donde la intensa hambruna del mundo y nuestro propio intenso deseo se juntan”. “Nosotros solamente sobrepasamos la fatalidad (el destino) con el poder de Dios, que es lo que la gente vio cuando dijo Dios es Amor” (Darryl R. J. Mocer). Dios prende la chispa del amor en los corazones de los hombres. Si se afirma que Dios ilumina nuestro entendimiento para poder entender, con cuanta mayor razón hay que decir que cuando nace en el corazón el amor, Dios es el que prende esa chispa misteriosa. Dios se hace presente en el corazón de dos formas, una cuando a través de una experiencia mística se hace sentir tocando el alma en su centro y llenándola de un sobrecogedor sentimiento y otra cuando prende una llama dulce hacia un tú personal, sea el niño recién nacido que entregan a su madre, sea la mujer soñada que por fin se encuentra, sea el amigo con quien comparte unos ideales. Toda fidelidad en el amor humano -de los esposos, de los amigos- se funda en Dios como testigo y garante. E. Jolivet, comentando la filosofía de G. Marcel, afirma: “Pongamos en relieve, por lo demás, que todo compromiso, en realidad, es relativo a una persona. No hay compromiso con las cosas. Además, todo compromiso auténtico hacia una persona es necesariamente absoluto: se puede limitar, en duración y en alcance, un compromiso relativo a cosas, pero no el que se dirige a una persona: una fidelidad afectada de condiciones y reservas no es ya fidelidad, sino desconfianza y suspicacia.
216
Vivir con felicidad
Pero si la fidelidad debe ser sin reservas, me obliga, por una dialéctica que se identifica con sus exigencias esenciales, a elevarme hasta el Absoluto divino, que es el único que puede, en cierto modo, aguantar el peso de un don sin reservas y de un amor sin límites. Porque la fidelidad no puede, en último análisis, dirigirse más que a un ser que no pueda faltar jamás a aquel que se le entrega. Toda fidelidad es, pues, una llamada a Dios como testigo y garante. El compromiso, en lo que tiene de más profundo y de más secreto, resulta así un testimonio.” Gabriel Marcel insiste en este aspecto, como lo anota Troisfontaines: “El Tú en quien espero es cada uno de los seres a los que amo: es, sobre todo, el Tú absoluto, trascendente. La esperanza, porque quiere llevar a cabo la experiencia de comunión que la fundamente, no se separa de un recurso más o menos explícito al Único. Espero en Ti para nosotros. El vínculo vivo, que sólo la reflexión más insistente puede descubrir en el acto de esperar, entre este Tú y este nosotros, consiste en que el Tú es el garante de esta unidad que nos vincula.” El orden maravilloso en el universo tiene sólo una explicación: la existencia de una mente creadora a quien llamamos Dios. “El hombre encuentra a Dios detrás de cada puerta que la ciencia logra abrir” (Albert Einstein). “La prueba de la existencia de Dios para los que creen es su propia existencia” (Alfonso Gómez Dávila). “La mejor prueba de la existencia de Dios es la unión con él” (A. de Mello). El encuentro con Dios es un acontecimiento que da un nuevo horizonte a la vida. “No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva.” (Benedicto XVI,). La tendencia a completarse y la tendencia al diálogo sólo se sacian y se realizan en el amor de Dios, porque la criatura está dentro de los limites espacio-temporales y es mudable, lo cual va contra la tendencia del amor que tiende al gozo estable. El que ama a Dios, de parte del objeto amado, posee un amor absoluto e inmutable: esta «seguridad» de eterna fidelidad y estabilidad, sólo la da el amor de Dios eterno y absoluto. 217
Horacio Martínez
Se va a Dios por el amor a nuestros prójimos, porque el camino hacia el Padre pasa por el corazón de sus hijos. Más allá del amor está el Amor. Dios es la sinfonía que auna “los miembros fraternales y maravillados de una orquesta.” (G. Marcel,). Julien Green se refiere a este paso de Dios por el corazón de los hombres: “Si tuviera que partir esta noche y se me preguntara qué es lo que más me conmueve en este mundo, diría quizá que es el paso de Dios por el corazón de los hombres”. Para él, “El Paraíso no es otra cosa que amar a Dios, y no hay más infierno que el no estar con Dios”. Todo amor termina en Dios, su fuente y su término. Más aún, es en el corazón de nuestros amigos que abre sus alas nuestra alma y se lanza hacia las cumbres en busca de Dios. Cuando uno ama, descubre que la vida no es más que una “divina comedia”, porque el tiempo está atravesado por la eternidad del amor, que es Dios. Desde el amor se ve cómo el universo no es más que una danza de amor donde Dios crea amantes que se entrelazan entre sí y con Él en un gozo eterno. En verdad no existe sino una sola clase de caridad: el amor a Dios, porque por la caridad amamos a Dios porque es Dios o a nuestros hermanos los hombres porque son semejantes o participaciones de Dios. Esto es una evidencia para el que ha experimentado cómo de un acto de amor a nuestro prójimo se pasa a un acto intenso de amor de Dios, y de éste se vuelve a otro acto de amor fraternal, para seguir, en un sólo acto de amor esta alternancia bifásica de lo que no es más que una realidad: amor a Dios. Telhard de Chardin ha señalado justamente este camino de trascendencia hacia Dios: “¿Por qué separar y oponer dos fases naturales de un mismo esfuerzo? Vuestro deber y vuestro deseo esenciales consisten en uniros a Dios. Pero, para uniros, es preciso que antes seáis íntegramente vosotros mismos. Pues bien, desarrollad primero vuestra personalidad, tomad posesión del mundo para ser. Y después renunciaos, aceptad vuestra disminución para ser para el Otro. He aquí el único y doble precepto que la ascética cristiana completa”. Según San Agustín, hasta el amor a sí mismo nos lleva a Dios: “Quien ama a Dios no puede no amarse a sí mismo”, “quien se ama a sí mismo ama a Dios.”
218
Vivir con felicidad
El destino de los espíritus encarnados en la materia, que somos nosotros, no tiene otra explicación que el hecho de que Dios es Amor que se comunica. Dios quiere dársenos y por eso todos sus dones los dirige hacia ese fin. Nos dio un cuerpo para darnos un alma. Nos dio un alma para poder darnos la gracia. Nos dio la gracia para darnos el lumen gloriae. Nos dará el lumen gloriae para dársenos en la medida en que una criatura puede ser capaz de Dios, que es Don y es Amor. La fe en Dios liberadora de la persona “Sólo quien conoce a Dios, conoce la realidad y puede responder a ella de modo adecuado y realmente humano” (Benedicto XVI). La fe en Dios no es un obstáculo a la libertad, sino un horizonte de la misma que nos revela el sentido último de la vida. Sólo la aceptación de un Ser Absoluto nos permite dar un valor relativo a las realidades de este mundo y alcanzar la liberación. La vida tiene un sentido dado y garantizado por Dios. Al hombre Dios le ofrece en Cristo y a través de la acción de la Iglesia una liberación total. El hombre se beneficia de esta liberación plena en la medida en que acepta ser liberado. Esta aceptación se da en el acto de fe y se ratifica con la recepción de los sacramentos. La fe es un sentido crístico que se le confiere a toda la existencia. Para el cristiano que se compromete radicalmente con Cristo por el sí de la fe, este acto se convierte en una actitud permanente con un efecto de liberación total. La fe se convierte en un éxodo de liberación integral. En primer lugar, la fe es un éxodo de liberación religiosa. El hombre es un ser capaz de Dios pero necesita del don de la fe para entrar en contacto interpersonal con el Dios viviente. La fe es un don porque sólo el que es llamado por Dios y recibe fuerzas para acercarse a él puede pronunciar el sí de la entrega total a Dios. Por la fe el hombre es liberado del pecado que lo mantenía alejado de Dios. Esta respuesta de la fe se da sobre todo y a veces exclusivamente en las actitudes concretas de la existencia. “Algo de reflexión nos mostrará que todas las creencias, incluso la más simple y más fundamental, va más 219
Horacio Martínez
allá de la experiencia cuando se le considera como una guía para nuestras acciones” (William Kingdon Clifford). En segundo lugar, la fe es un éxodo de liberación personal. El hombre, prisionero de su soledad existencial rompe el círculo efímero de su inmanencia a través de su relación interpersonal con el Trascendente. El compromiso de fe es la liberación del egoísmo del hombre y la conquista de la liberación espiritual. San Pablo ha mostrado brillantemente los efectos de la liberación espiritual del cristiano frente a los legalismos esclavizantes del hombre. “Todo es para bien” (Josemaría Escrivá). La espiritualidad necesita tomar en cuenta la dimensión integral liberadora de la fe. La mística cristiana de los últimos siglos ha puesto un énfasis tan fuerte en la fe como liberación religiosa que se impone una revisión de la espiritualidad en clave de liberación integral. La espiritualidad para el hombre de hoy exige sobre todo un volver a colocar la oración cristiana en su contexto de experiencia de la fe. Si la fe posee un dinamismo de liberación integral, la oración cristiana será un poner en acto la potencia liberadora de la fe. La oración es la práctica de la liberación religiosa del hombre. Los místicos cristianos han descrito la oración como un camino que conduce a la cima del Carmelo donde se contempla a la Trinidad Divina y donde se realiza el encuentro nupcial entre el alma y Dios. Hoy que se intenta hacer naufragar la dimensión vertical del cristianismo es conveniente volver a las envejecidas páginas de los místicos cristianos donde el alma encuentra ese temblor de adoración que es raro encontrar en los libros actuales de teología. La oración también es la práctica de la liberación personal del hombre. La mística cristiana ha descrito elocuentemente cómo la experiencia del encuentro con Dios es un verdadero éxodo de liberación personal. Una relectura en categorías actuales de los escritos de los místicos cristianos revelaría facetas profundamente dinámicas de la experiencia de oración. La auténtica oración es una profunda terapia psicológica de liberación. “Encomiéndate a Dios de todo corazón, que muchas veces suele llover sus misericordias en el tiempo que están más secas las esperanzas” (Miguel de Cervantes Saavedra).
220
Vivir con felicidad
La oración abre al hombre a la comunión interpersonal. La oración es esencialmente un acto de comunión interpersonal con la Divina Trinidad y que tiende a la formación de una comunidad de amor. La oración cristiana crea en el hombre un dinamismo comunitario no sólo con Dios sino también con todos los hombres. De aquí que el místico cristiano sea un hombre profundamente fraternal. La vida de San Francisco de Asís es una ejemplificación concreta de esta profunda dimensión de la experiencia cristiana de oración. El hombre que ora es un hombre abierto en profundidad hacia los demás: el místico cristiano es un hermano universal. En esta perspectiva, la crisis actual de solidaridad humana aparece como una crisis de oración, porque un hombre que ora es un ser solidario. En Harvard han hecho investigaciones donde se demuestra que los pacientes apoyados por una cadena de oración se restablecen más rápido que los que no tienen este soporte. La oración impulsa además al hombre a la acción sobre el mundo. Un cristiano que ora y luego permanece inactivo, es un cristiano que no ha llegado a la perfección en la oración. Los libros de la mística cristiana nos muestran claramente que cuando el cristiano alcanza la plenitud de la oración, éste desarrolla un dinamismo de actividad prodigiosa. La cima de la oración cristiana no es la quietud pasiva del éxtasis y la eutanasia del poder creador del hombre, sino el despliegue pleno del impulso de transformación de la historia. A la luz de la historia de la espiritualidad cristiana se nos revela la práctica auténtica de la oración como el camino para que el hombre alcance su liberación integral. El cristianismo es ante todo una escuela de oración y sólo quien ora cristianamente alcanzará la liberación integral. El hombre que no ora está desintegrado, porque no posee el Espíritu de Dios que da la vida renovada. “El fruto del silencio es la oración. El fruto de la oración es la fe. El fruto de la fe es el amor. El fruto del amor es el servicio” (Madre Teresa). La oración es esencialmente un sentir que no estamos solos en el universo sino acompañados de la presencia de un Ser Todopoderoso a cuya voluntad nos sometemos por amor y cuya acción poderosa experimentamos en todos los acontecimientos 221
Horacio Martínez
con mayor o menor carácter de milagroso. ¡Tú estás siempre presente en mi memoria y corazón, Señor! La oración es una moción de la voluntad hacia Dios que se puede expresar con palabras o con obras. Por eso la vida trabajadora según la voluntad de Dios es una oración: porque expresa con obras los sentimientos nuestros para con Dios. La oración habitual es la prontitud interior para la entrega amorosa a Dios, la sujeción filial a su santa voluntad y a las disposiciones de su divina providencia en todas las circunstancias de la vida. Realizar con amor a Dios todo lo que nos sale al paso como deberes: “Sí, Padre, porque así te agrada”. Aceptar con una disposición interior todas las dificultades y faenas del día, lo mismo que sus alegrías, como un presente de Dios. Hay una oración habitual que podemos hacer: la de intención de hacer en todo su voluntad aceptando lo que diariamente nos trae la vida como un presente suyo, y también de buscar su mayor glorificación en nuestra actividad interior y exterior y trabajando porque su Reino de verdad, justicia y fraternidad se instale en el mundo. El plan creador de Dios “Dios no evaluará mi vida basándose en los dólares que generé sino por las vidas de las personas en las que he podido influir como individuo” (Clayton M. Christensen). Según Benedicto XVI (Caritas in Veritate, n. 57): “Para los creyentes, el mundo no es fruto de la casualidad ni de la necesidad, sino de un proyecto de Dios. De ahí nace el deber de los creyentes de aunar sus esfuerzos con todos los hombres y mujeres de buena voluntad de otras religiones, o no creyentes, para que nuestro mundo responda efectivamente al proyecto divino: vivir como una familia, bajo la mirada del Creador.” Todo ser humano nació para ser libre, sabio, amoroso y creador. Pero Dios le da a cada persona unos talentos especiales para ser especialmente sabio o servidor de los demás o creador de desarrollo. Dios tiene un plan creador sobre el mundo y cada hombre tiene un papel específico que desempeñar en él. Dios a
222
Vivir con felicidad
través de las cualidades de cada uno y de los acontecimientos le va mostrando esa misión especial en la vida. Dios no hace las personas en serie sino cada persona tiene su misión específica que realizar. Descubrir esa misión específica es necesario para convertirla en su propósito de vida. Y este propósito debe concretarse con una estrategia de realización, es decir, convertirse en un proyecto de vida. Los ejercicios espirituales, como los de San Ignacio, ayudan a formular un proyecto de vida según el designio de Dios. No sólo hay que descubrir qué quiere Dios de mi, sino también dónde, cuándo y cómo debo desarrollar esa misión. “La intención es una fuerza del universo y todos están conectados a esa fuerza invisible” (Dyer). Con su razón y el conocimiento de la fe el hombre descubre a Dios y el plan creador de Dios en la historia, porque Dios es el Señor de la historia que lo invita a realizar su voluntad en el aquí y en el ahora. Con la razón y la fe podemos discernir la llamada concreta de Dios para realizar su plan divino. ¿Cuál es la vida que estamos destinados a vivir según el proyecto de Dios? Esta vocación te muestra el sentido de tu vida que debe concretarse como propósito de vida y ejecutarse como un proyecto de vida. Ante todo uno tiene que saber quién es y qué representa. La pregunta clave es qué clase de persona quiero ser y no qué ocupación deseo ejercer en el futuro. Descubrir el orden secreto de la realidad es introducirnos en la mente creadora de Dios. El propósito de la vida debe estar alineado con el plan de Dios, para que se obtenga toda la energía del universo en su realización. Así como la clave de la intervención de una empresa en lo social es que esté alineada con el objetivo del negocio, mi propósito debe estar alineado con el plan de Dios. “La vocación no es una voz que me llega ‘desde allá’ y me llama a convertirme en lo que no soy. Es una voz que viene ‘de aquí’, y me llama a ser la persona que estaba destinada a ser, y a cumplir con el designio que Dios tenía para mí al nacer” (Parker Palmer). El propósito de la vida espiritual de un cristiano podría formularse como el hacer traslúcida la presencia amorosa de Dios al mundo. No soy yo el que sirve amorosamente a los demás, sino Dios a través de mí. Eso implica que el “yo” debe desaparecer para que brille Dios que se comunica al mundo a 223
Horacio Martínez
través de mí. Uno debe con su vida hacer visible a Dios. “Junto a él tenía siempre el sentimiento de una presencia actual de Dios”, testimonia Alice Olle-Lapune de su marido. La santidad es “ser consciente de que se está en presencia de Dios” (Rabino Lawrence Kushner). Dios es una presencia unificadora de cada momento de mi vida. “Qué principio más apropiado y abrazador podría haber que el que Dios nos diga que debemos actuar de tal manera que nos recordemos los unos a los otros la presencia de Dios” (Rabino Lawrence Kushner). En el fondo del espíritu hay un deseo de expresarse plenamente. Cada uno tiene sus talentos, su vocación para realizarse y ayudar a la gente. El proyecto de vida debe tener el deseo de mejorar el mundo dejando un legado. Estamos en el mundo para corregir sus injusticias. Existen muchos paradigmas que no nos dejan ver, como si fueran nubes, la claridad del sol del amor. Desde la relación del hombre con Dios por Cristo y en la Iglesia es como se comprende lo que es la persona como imagen de Dios con libertad de conciencia para tomar decisiones de las cuales tiene que dar cuenta a Dios. El compromiso fundamental del cristiano es colaborar con Dios en la implementación de su plan creador sobre el universo. Con su trabajo los cristianos “contribuyen de modo personal a que se cumplan los designios de Dios en la historia” (Juan Pablo II, Laborem Exercens, n. 25). El hombre espiritual actual se orienta a descubrir su lugar personal en el plan de Dios. La fidelidad a este plan le da al hombre una seguridad de estar en lo correcto. Y apoyándose en esta conciencia ante la mirada de Dios puede abordar en detalle los diversos problemas de su vida y darles un sentido. La espiritualidad actual se fundamenta en la fe que ve a Dios como el Señor de la Historia que está presente y actuando en ella. Alinear la vida con el plan de Dios según su vocación da a la vida una simplicidad y plenitud extraordinarias. Cuando se enfoca la vida al encuentro con Dios y a la realización de su plan de salvación para el mundo la persona tiene un punto de apoyo firme para enfrentar los retos de la vida. El carácter integral y sintético de la espiritualidad actual exige una elucidación permanente de nuestra respuesta a Dios en el
224
Vivir con felicidad
momento presente. Por eso es necesario educar nuestra mirada sobre los acontecimientos para ver los imperativos que desde ellos nos hace Dios. La espiritualidad más que un “programa” es una luz y una energía para vivir. La espiritualidad cristiana nos da un ideal grandioso para vivir. Pasteur tenía sobre una de las ventanas de su laboratorio la siguiente frase inspiradora: “Dichoso el que, teniendo un ideal, logra sacrificárselo todo”. El cristianismo nos ofrece la mejor espiritualidad porque nos revela el sentido de la vida plenamente y nos da un propósito como vocación e ideal de vida. Creados a imagen de Dios “Sólo el encuentro con Dios permite no ver siempre en el prójimo solamente al otro, sino reconocer en él la imagen divina, llegando así a descubrir verdaderamente al otro y a madurar un amor que es ocuparse del otro y preocuparse por el otro.” (Benedicto XVI) La Biblia afirma que hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios. En estas breves palabras está contenida la respuesta al sentido de la vida y a nuestra misión en ella. La vida tiene un sentido dado y garantizado por Dios. “Si el hombre fue creado a imagen de Dios, fue creado como portador de cualidades infinitas” (E. Fromm). Nos dice la reflexión filosófica y teológica que Dios existe y es un espíritu libre, inteligente, bondadoso y creador. Nos dice esa misma reflexión que el hombre es un espíritu encarnado en un cuerpo porque está en el espacio y en el tiempo y que es imagen de Dios, por lo tanto un ser dotado de libertad, de razón, de amor y de creatividad. Cuando nacemos arribamos al mundo con estas cuatro potencialidades y nuestra tarea como seres humanos es desarrollaras al máximo. Y en la medida en que las vayamos desplegando nos vamos haciendo semejantes a Dios. “Un hombre viviente es la gloria de Dios”. (San Ireneo) Siguiendo la antropología bíblica podemos decir que el corazón es el centro más íntimo de la persona humana, en el que se abre a lo intelectual, lo afectivo y lo creativo, en donde 225
Horacio Martínez
sus comportamientos son informados por el amor y los integra a todos dándoles su sentido ético y vinculándolos a Dios. Cuando estudiamos los Evangelios nos impacta la forma como Jesús se muestra libre, sabio, bondadoso y creativo. Y nos dicen las Sagradas Escrituras que Jesucristo es la imagen perfecta de Dios encarnada en una humanidad. San Pablo nos dice que debemos renacer como hombres nuevos revistiéndonos de las actitudes de Cristo. Es decir, que el ser humano llega a realizarse plenamente imitando a Jesucristo. Por eso la espiritualidad cristiana afirma que el sentido de la vida es imitar a Cristo. La vida de los santos cristianos nos impactan también porque imitando a Cristo lograron realizarse plenamente como seres humanos. San Francisco de Asís encarna el espíritu del hermano universal de todos los seres vivientes como el “hermano lobo”. La Madre Teresa de Calcuta encarna la bondad que sirve a los más pobres. San Agustín la inteligencia llena de luz para entender la vida humana. Juan Pablo II el hombre libre que despliega una actividad prodigiosa en un mundo globalizado. “El testimonio de caridad es el argumento más convincente que los cristianos presentan de la existencia de Dios” (Paul Poupard). Según Pedro Arrupe, “el mundo es de aquellos que sepan ofrecerle y contagiarle hoy horizontes y síntesis de sentido.” Para Benedicto XVI (Caritas in Veritate, n. 78), sólo un humanismo trascendente impulsa al verdadero desarrollo: “Sólo si pensamos que se nos ha llamado individualmente y como comunidad a formar parte de la familia de Dios como hijos suyos, seremos capaces de forjar un pensamiento nuevo y sacar nuevas energías al servicio de un humanismo íntegro y verdadero. Por tanto, la fuerza más poderosa al servicio del desarrollo es un humanismo cristiano, que vivifique la caridad y que se deje guiar por la verdad, acogiendo una y otra como un don permanente de Dios. La disponibilidad para con Dios provoca la disponibilidad para con los hermanos y una vida entendida como una tarea solidaria y gozosa. Al contrario, la cerrazón ideológica a Dios y el indiferentismo ateo, que olvida al Creador y corre el peligro de olvidar también los valores humanos, se presentan hoy como uno de los mayores
226
Vivir con felicidad
obstáculos para el desarrollo. El humanismo que excluye a Dios es un humanismo inhumano. Solamente un humanismo abierto al Absoluto nos puede guiar en la promoción y realización de formas de vida social y civil —en el ámbito de las estructuras, las instituciones, la cultura y el ethos—, protegiéndonos del riesgo de quedar apresados por las modas del momento. La conciencia del amor indestructible de Dios es la que nos sostiene en el duro y apasionante compromiso por la justicia, por el desarrollo de los pueblos, entre éxitos y fracasos, y en la tarea constante de dar un recto ordenamiento a las realidades humanas. El amor de Dios nos invita a salir de lo que es limitado y no definitivo, nos da valor para trabajar y seguir en busca del bien de todos, aun cuando no se realice inmediatamente, aun cuando lo que consigamos nosotros, las autoridades políticas y los agentes económicos, sea siempre menos de lo que anhelamos. Dios nos da la fuerza para luchar y sufrir por amor al bien común, porque Él es nuestro Todo, nuestra esperanza más grande.”
7.3. Esperar la felicidad eterna
La esperanza cristiana “Con humilde valor y plena confianza en el Señor, para que la fe cristiana tenga o recupere un papel guía y una eficacia que arrastre en el camino hacia el futuro.” (Juan Pablo II). La esperanza cristiana es el dinamismo de superación del presente y de apertura al futuro de la justicia escatológica. Este dinamismo es impreso al hombre por el influjo de la gracia. La esperanza cristiana no se apoya en la capacidad de progreso del hombre sino en la promesa de Dios en Cristo resucitado, que ha realizado ya esta promesa y es garantía de nuestra participación futura. La esperanza cristiana es la incoación del futuro escatológico en cada uno de los creyentes. El cristiano por su esperanza participa ya del estado escatológico de reconciliación y de 227
Horacio Martínez
comunión armónica con Dios y con el universo. La esperanza cristiana es también un impulso hacia el futuro escatológico. El carácter escatológico de la virtud de la esperanza explica la oscuridad de las afirmaciones de la Sagrada Escritura sobre el futuro prometido. Pero este impulso hacia el futuro de la fe tiene un influjo real en la actitud del cristiano hacia la historia intramundana. El hombre como ser espiritual posee una apertura apriórica de superación del presente y de apertura al futuro. Esta apertura hacia el futuro es radicalizada por el dinamismo de la esperanza cristiana. Porque la apertura al futuro es una dimensión fundamental de la constitución del hombre, la esperanza cristiana constituye el vínculo existencial entre compromiso histórico del hombre y compromiso cristiano con el Reino. De esta forma, la esperanza cristiana aparece no como una negación del compromiso intramundano del hombre sino como una plenitud de sentido y de eficacia del mismo. La esperanza en el futuro no realizado de la promesa entra en contradicción con la experiencia de la situación concreta y crea un dinamismo de superación del presente. Por eso el cristiano es un insatisfecho de lo adquirido y un buscador de un futuro mejor. Ser cristiano significa responsabilizarse del futuro del hombre, velando por la mejora constante de su bienestar integral. Sostenido por su esperanza, el cristiano se compromete en la construcción de una sociedad nueva más de acuerdo con el Reino que espera. Como este Reino que el cristiano espera es un Reino de justicia, el cristiano se empeña ante todo por construir una sociedad más justa, donde todos los hombres participen, en la medida de su capacidad y necesidad, de los bienes de la cultura. Por consiguiente, la esperanza cristiana es una esperanza de justicia que se compromete en la edificación de la justicia en el mundo. Para un cristiano, la construcción de un orden social justo es una exigencia de su esperanza. El Papa Juan Pablo II en su Encíclica Sollicitudo Rei Sociales (n. 47) afirma: “La Iglesia debe afirmar con fuerza la posibilidad de la superación de las trabas que por exceso o por defecto, se interponen al desarrollo, y la confianza en una verdadera liberación. Confianza y posibilidad fundadas,
228
Vivir con felicidad
en última instancia, en la conciencia que la Iglesia tiene de la promesa divina, en virtud de la cual la historia presente no está cerrada en sí misma sino abierta al Reino de Dios. La Iglesia tiene también confianza en el hombre, aun conociendo la maldad de que es capaz, porque sabe bien -no obstante el pecado heredado y el que cada uno puede cometer- que hay en la persona humana suficientes cualidades y energías, y hay una «bondad» fundamental (cf. Gen 1, 31), porque es imagen de su Creador, puesta bajo el influjo redentor de Cristo, «cercano a todo hombre», y porque la acción eficaz del Espíritu Santo «llena la tierra» (Sab 1, 7). Por tanto, no se justifican ni la desesperación, ni el pesimismo, ni la pasividad. Aunque con tristeza, conviene decir que, así como se puede pecar por egoísmo, por afán de ganancia exagerada y de poder, se puede faltar también -ante las urgentes necesidades de unas muchedumbres hundidas en el subdesarrollo- por temor, indecisión y, en el fondo, por cobardía.” La esperanza es además una fuerza que denuncia críticamente el orden social injusto, el anquilosamiento de una situación determinada de progreso y la pretensión de construir un paraíso intramundano. En virtud de su esperanza en una situación de justicia perfecta para todos, el cristiano se opondrá a la discriminación en la participación de los bienes terrenos. Llevado por el impulso de superación del presente histórico, el cristiano se opondrá críticamente tanto a los órdenes establecidos como a las utopías de un futuro pleno intrahistórico. La esperanza debe crear en el cristiano una actitud nueva ante la historia. Por un aspecto será un hombre sereno para contemplar los avatares de la historia humana; ni pesimista que considera estar viviendo una historia que es toda degradación continua, ni optimista utópico que confía ciegamente en la capacidad de superación autosuficiente del hombre. Por otro aspecto, el cristiano será un hombre en actitud de disponibilidad ante lo nuevo; no se apegará al pasado porque cree en un futuro mejor; gustará del presente pero dándole un valor relativo; gozará de las múltiples perspectivas del futuro, porque espera del futuro una plenitud infinita. Esta plenitud infinita es Dios, futuro del hombre y del universo. 229
Horacio Martínez
Mientras llega la hora de su encuentro con el Eterno, el cristiano trabajará gozoso por hacer crecer los resplandores de la aurora de un día mejor. La espiritualidad del trabajo “Trabaje como si todo dependiera de ti; confía como si todo dependiera de Dios” (San Ignacio). La Biblia considera al hombre como la imagen de Dios creador. Dios es el creador del universo que ha puesto al hombre en el mundo como su colaborador. El hombre ha sido creado creador con el mandato de transformar la naturaleza. Gracias a ser una imagen viviente de Dios, el hombre es un ser dotado de razón y de libertad con capacidad para conocer el universo y transformarlo de forma que se establezca una mejor armonía entre el hombre y su medio ambiente. Dios no ha creado un mundo estático, el hombre es un colaborador en la obra de la creación del universo. La acción del hombre sobre el mundo entra de por sí dentro de la intención creadora de Dios, pues tiene en sí misma el sentido de completar la acción creativa de Dios y de llevarla al término exigido por su finalidad interna. Sin la actividad del hombre sobre el mundo, la creación del mundo quedaría malograda en su orientación fundamental. El trabajo que despliega el hombre para transformar el mundo no es un castigo ni para él ni para la naturaleza, sino la expresión de la creatividad humana como imagen de Dios creador. El hombre deja su huella en el mundo que le rodea a través de su esfuerzo por comprender el mundo, expresar su sentido y transformarlo. Aquí radica el valor que posee el trabajo para el hombre. Para el cristianismo, la dignidad del trabajo humano se fundamenta en el hecho de ser una expresión del carácter personal de cada ser humano y de ser una prolongación del poder creador de Dios en el universo. Mediante el trabajo el hombre se realiza a sí mismo como hombre. La actividad creadora del hombre tiene una responsabilidad social de construir el bienestar de la sociedad. En este valor
230
Vivir con felicidad
del trabajo, en cuanto crecimiento de la responsabilidad ante el bien de la comunidad, descubrimos una apertura al valor absoluto, que es Dios. Si la actividad creadora del hombre, que se despliega a través de la ciencia y la técnica, ocupa un puesto en el plan providencial del Dios, se sigue que el progreso humano, lejos de ofender la majestad de Dios, la glorifica. La actividad creadora del hombre no convierte al hombre en un rival de Dios, como la interpretación corriente del mito de Prometeo deja entender. Nosotros somos creadores con Dios no solo de lo que sostiene la vida, sino también de lo que la hace más bella. “Vivir no es sólo existir, es existir y crear” (Gregorio Marañón). El mundo antes era considerado como un peligro y una trampa del cual hay que huir. Se buscaba ante todo “seguridad”. Hoy se ve cómo la fe es un riesgo y también la aventura humana en este mundo es incierta. El cristiano actual no quiere evadirse del mundo donde Dios lo ha colocado. El hacerse presente en las luchas de las personas que lo rodean es parte esencial de su vocación cristiana. Esta espiritualidad es de inmersión en el mundo, de inclusión de las realidades de la vida y de los valores humanos en su vivencia religiosa. No se preocupa tanto por la purificación espiritual, sino por el compromiso que es un quehacer en bien de los hombres. Pero este compromiso debe ser ordenado y de acuerdo con la voluntad divina. Concibe la vida cristiana menos como transformación personal que como apostolado transformador del mundo. Anteriormente se encajaba a Dios en el devenir de los sucesos ordinarios, por un exceso de inmanentismo pues se pensaba que Dios lo tiene dispuesto todo, dispensándose así de la tarea obligatoria de inventar la historia por nuestros propios recursos. Pero Dios quiere que el hombre escriba en el mundo su propia biografía. Se tenía una espiritualidad para ángeles que sacaba al hombre de su situación histórica. Si en el cosmos está la presencia de Dios en virtud de la inmanencia divina, ¿por qué para encontrar al Señor hay que huir del mundo y repudiar la sensibilidad humana? Hay que aprender a gustar de Dios en la naturaleza, porque Dios es el que da consistencia a todas las cosas. Dios actúa en todas las cosas conservándolas en una creación continua y providencial. 231
Horacio Martínez
El quehacer del hombre cristiano tiende a una comunión en la acción con Dios, tiende a identificarse con la acción creadora de Dios. Hoy se quiere ir a Dios a través del hombre y del universo. Es una visión encarnacional, porque es profundamente de este mundo al considerar que este mundo es un mundo redimido en camino hacia la redención completa. Por lo tanto, se fija en los aspectos cósmicos de la encarnación. No se interesa tanto por el pecado en el mundo cuanto por la gracia para el mundo, puesto que el cristiano es un instrumento de la gracia para cristificar el universo. Todo esto se basa en los aspectos de la resurrección, por eso es una espiritualidad pascual. Propugna un camino para llegar a Dios mediante la acción. La acción del hombre espiritual actual no está contrapuesta a la oración, porque su vida es testimonio del plan divino de transformar el mundo humano en una civilización del amor. De aquí su inquietud por la redención del mundo más que por la unión contemplativa con Dios. Como dice San Ignacio hay que ser contemplativo en la acción. Y como dio ejemplo Santa Teresita de ser misionera en la vida contemplativa. “La espiritualidad pide responsabilidad social y compromiso amoroso con el universo” (Gonzalo Gallo). La presencia del cristiano en la realidad de su tiempo se fundamenta en la certeza personal que la construcción del Reino de Dios, aunque no se acabe en este mundo, se empieza a operar en la historia, lo cual exige que uno se entregue a su edificación de manera activa. Una espiritualidad de la acción de Cristo en el cosmos nos lleva a la acción para construir el reino de la vida. El compromiso del cristiano viene desde el corazón porque se ha abierto al don a Dios y a los otros en formas de servicio eficaz. Creer en la intervención milagrosa de Dios “Hay solamente dos formas de vivir: una, pensando que nada es un milagro. La otra, pensando que todo lo es” (Albert Einstein). Crea que Dios hace milagros en su vida. El milagro se da cuando una extraña serie de coincidencias y circunstancias
232
Vivir con felicidad
lleva a un resultado que no se daría en una situación normal. En la vida se rebota de circunstancia en circunstancia y al rebotar notamos la presencia de alguien que interviene para que se dé un resultado que no era previsible en el orden de las consecuencias, pues no hay premisas para concluir lo que acaece. Sembramos muchas ideas en nuestra vida, pero hay alguien que hace que una prospere y alcance el tamaño de un árbol gigantesco que domina el paisaje de nuestra existencia. A este fenómeno milagroso se le denomina “sincronicidad”. Arthur Koestler define la “sincronicidad” como “el encuentro aparentemente accidental de dos cadenas causales sin relación en un suceso coincidente que parece ser al mismo tiempo muy improbable y altamente significativo”. Para ser resistentes hay que poseer actitudes y perspectivas que le permitan involucrarse y, al mismo tiempo, distanciarse de la acción. Cuando sucede algo malo, si uno aleja de la mente lo que le preocupa y actúa, pueden suceder cosas milagrosas. El milagro se da cuando ocurre una concatenación de hechos imposible de programar. En la vida suceden acontecimientos cuyo sentido no entendemos sino cuando se miran en la perspectiva amplia de muchos años. Varias veces nos sucede que se da una serie de casualidades en dirección positiva o en dirección negativa que marcan nuestra historia. Toda persona tiene que tener en cuenta la intervención de las leyes del universo en los sucesos cotidianos. “Nada es casual, la vida teje una red de circunstancias que parecen aisladas pero que desde un punto de vista más amplio, integrador, abierto encaja con un todo coherente” (Álex Rovira). Si tenemos fe en la acción milagrosa de Dios, cosas maravillosas nos empezarán a suceder por vías extrañas. En los momentos de mayor estrechez es cuando se experimenta la providencia de Dios, porque Dios escribe derecho con líneas torcidas. Cuando el hombre se compromete con algo, la Divina Providencia viene en su ayuda. La ayuda milagrosa de Dios se nos manifiesta en el “ahora” con todas sus circunstancias y oportunidades. En la entrada de la casa de Carl Jung en Suiza hay una inscripción en latín que dice: Vocatus atque non vocatus, Deus aderit: Invocado o no invocado, Dios está presente. 233
Horacio Martínez
Dar un sentido espiritual al sufrimiento “Es Dios quien verdaderamente anima la búsqueda de todo cuanto alivia y de todo lo que sana (incluso en el caso de los no creyentes en Dios, sin importar su religión). Cuanto más nos opongamos al sufrimiento con todo nuestro corazón y con todas nuestras fuerzas, tanto más nos adherimos al corazón y a la acción de Dios” (Telhard de Chardin). El sufrimiento acompaña al ser humano a lo largo de su historia. Se cuenta que un rey llamó a los sabios de su reino y les pidió un resumen de la historia de la humanidad. Los sabios le redactaron un libro con los principales acontecimientos. Pero el rey les pidió algo más breve. Un sabio le resumió en una frase la vida de los hombres sobre la tierra: “Nacieron, sufrieron y murieron.” El dolor es opuesto a placer pero no a felicidad: por eso se puede tener dolor y ser feliz. El sufrimiento hay que ubicarlo en el ámbito de interioridad de las personas. El sufrimiento denota una experiencia mental angustiosa enriquecida por representaciones (recuerdos, etc.) y como tal es más denso que el dolor. El sufrimiento es propio tan sólo de las personas e implica conciencia de una desintegración presente y hacia el futuro. El sufrimiento, al contrario del dolor físico, afecta al hombre en su totalidad. La función primordial del sufrimiento es la puesta en estado de alerta de la persona ante acontecimientos internos o externos a él que suponen un ataque a la propia dignidad personal. El hombre cuando sufre se siente amenazado de perecer y busca sobrevivir. El dolor psíquico o sufrimiento se confunde con la angustia y está ligado al sentimiento de impotencia. La ansiedad es percibida como un ataque que viene desde dentro del sujeto o desde fuera de él. El sufrimiento entraba el propósito central de la vida personal. El sufrimiento depende de la percepción, interpretación y valoración que se realice de los estímulos en función de los valores personales, sociales y culturales que interactúan. El sufrimiento es propio tan sólo de las personas, porque implica consciencia de una desintegración hacia el futuro. Se cuestiona “el sí mismo”, porque se capta en peligro de
234
Vivir con felicidad
desintegración hacia el futuro. Sufrir supone el experimentar el dolor/enfermedad en relación a la identidad propia de ser persona y en relación a la comunidad humana. El sufrimiento es la expresión más sagrada de la intimidad personal. El sufrimiento es misterioso porque está vinculado a lo desconocido. El sufrimiento coloca a la persona en una situación de incertidumbre. El hombre actual vive una angustia multifacética. El sufrimiento es una de las más profundas y perturbadoras experiencias. La agresividad forma parte integrante de toda elaboración del sufrimiento en la enfermedad y manifiesta cuán insoportable es aquello a lo que uno se debe de confrontar. Cada persona vive a su manera el sufrimiento y lo interpreta según sus valores personales. Hacerse cargo del sufrimiento personal incluye el asumir responsablemente la búsqueda de su significado. Si se bloquea o niega la búsqueda de significado para el sufrimiento, se aniquila la voluntad de vivir. El sufrimiento produce una angustia fundamental. Esta angustia la debemos calmar buscándole su sentido al sufrimiento. Trascender nuestro sufrimiento buscándole un sentido global que integre la muerte con la vida. Sobrellevar el sufrimiento interpretándolo como una experiencia consubstancial a la existencia humana. El hombre crece y madura por el sufrimiento. La experiencia del sufrimiento entraña un cambio radical en nuestras relaciones con nuestro cuerpo, con el tiempo, con los otros, con Dios y con la vida misma. La pregunta más traumatizante de una persona es: ¿Por qué me toca a mí sufrir esto? Un punto clave es la aceptación auténtica del sufrimiento como algo negativo que en el misterio de Cristo llega a ser algo positivo. La condición pecadora de la humanidad requiere reparación, según la religión cristiana. El sufrimiento salva a la humanidad de su pecado. Cristo es la respuesta concreta a la pregunta sobre el sentido del sufrimiento. El cristiano cree que puede contribuir con su sufrimiento al plan salvífico de Dios imitando a Cristo. Así para el cristiano adquiere un sentido positivo. Los sucesos que parecen malos en el presente, a la luz del futuro, pueden resultar muy positivos. Por eso, la Divina Providencia permite el sufrimiento. 235
Horacio Martínez
Dios purifica en el fuego del sufrimiento. El dolor es salvífico. La creencia de que las personas que más sufren en la tierra alcanzarán mejores recompensas en el otro mundo. Por tanto, la finalidad del sufrimiento es la maduración del individuo, su perfeccionamiento espiritual. El sufrimiento humano alcanza el culmen de su sentido en la cruz de Cristo: es la muestra de un amor extremo por el otro. La alquimia cristiana para convertir en positivo lo negativo del sufrimiento es el misterio pascual. La solución al problema del sufrimiento está en no cerrarse la persona que sufre sobre sí misma como víctima y abrirse más bien hacia los demás y hacia Dios. Cada persona vive a su manera el sufrimiento. Cada persona lucha contra la angustia con mecanismos y defensas que le son propias. Es necesario restaurar “las heridas del alma que sangran en silencio” (O. C. Recamier). El significado del sufrimiento no sólo consiste en afirmaciones y meditación sino también en acciones. No sólo meditar y hablar, sino también realizar conductas adecuadas concretas. Hay que saber manejar con sabiduría el sufrimiento propio de la vida humana. Eliminar sufrimientos inútiles, causados por deseos y necesidades artificiales. Saber conformarnos con las cosas buenas que nos ha dado la vida. No sentir rabia ante la pérdida de personas y cosas. Aprender a vivir la incertidumbre del sufrimiento. Para reducir el sufrimiento se deben combinar las diversas estrategias para afrontarlo: psiquiátricas, relajación, compasión. Hay que tener imaginación y entrenamiento en técnicas psicológicas para aplicarlas en la reducción del sufrimiento. Por ejemplo, técnicas para obtener pensamientos y actitudes positivas, entrenamiento en relajación. Ante el sufrimiento, promover las actitudes positivas. Ante el sufrimiento algunas personas adquieren una actitud regresiva de comportamiento infantil. Algunos enfrentan el sufrimiento con pasividad y repliegue sobre sí. La aceptación del sufrimiento puede ir acompañada de la esperanza de vivir. Un enfermo terminal, aunque sabe que pronto se va a morir, debe intentar vivir cada instante intensamente como un regalo.
236
Vivir con felicidad
Lo importante no son las circunstancias de nuestro sufrimiento sino las actitudes con que lo enfrentamos. Hay que modificar las coordenadas mentales y los símbolos a los que el hombre referencia su sufrimiento personal. Lo importante es la actitud que asumimos para enfrentar la carga del sufrimiento. La vida entre más consciente es más dolorosa. Y entre más desprendida del pasado, presente y futuro, menos se sufre. El sufrimiento egoísta es alienante. Si el sufrimiento es un invitado frecuente a mi mesa, puedo decir: Dame la mano, sufrimiento, pues otra vez eres mi compañero de viaje en la vida. Es verdad que sufro, pero otros sufren más frente a mí. Pero aunque me estoy desmoronando, sigo esperando un más allá de este valle de sufrimiento. La persona que por su propia experiencia haya aprendido lo que es el sufrimiento, puede ayudar mejor a que otros lo soporten: se vuelve un hermano de los que sufren. Saber envejecer “El verdadero mal de la vejez no es el debilitamiento del cuerpo, es la indiferencia del alma. Pero contra esta indiferencia, podemos y debemos luchar. Los hombres que envejecen menos a prisa son los que han conservado razones para vivir” (André Maurois). Envejecemos desde la concepción de la vida hasta la terminación de la misma. Como dice Schok: “vivir es envejecer”. El envejecimiento es, pues, una realidad, pero el problema es cómo envejecemos. Manejemos nuestra vida de manera que no tengamos remordimientos en la vejez. “Y la dicha perfecta llega con el atardecer, para quien supo emplear con fruto la jornada” (Corneille). Aunque ser viejo significa tener muchos años, la vejez es relativa a las diversas épocas y culturas. En la antigüedad una persona de cincuenta años era vieja. Hoy en día se considera que se entra a la ancianidad a partir de los 65 años y se clasifica como “anciano joven” a los que tienen entre 65 y 75 años y como “anciano más anciano” los que superan los 75 años. Marc Fried señala que “la vejez carece de límites, excepto el de la muerte y varía no sólo de un individuo a otro, sino según 237
Horacio Martínez
la posición económica y social, así como de acuerdo con las expectativas culturales y sociales”. Aunque el envejecimiento equivale a deterioro, es posible diferenciar el envejecimiento fisiológico y el envejecimiento con patología. El envejecimiento trae una disminución de la vitalidad -entendida como la habilidad de un organismo para ejecutar funciones biológicas-, pero esto no significa necesariamente que sea un deterioro patológico. Por lo tanto, envejecer no equivale a enfermarse. El envejecimiento implica un aumento de experiencia en el individuo. La persona que envejece tiene una memoria ampliada de la existencia humana y una visión más completa de la vida. “Es preciso que el espíritu florezca sobre la vejez como el muérdago sobre la encina muerta” (Montaigne). El envejecimiento va volviendo a las personas más delicadas y menos fuertes para enfrentar los cambios climatológicos y culturales, por lo cual necesitan más cuidado de las personas que lo rodean. La verdadera vejez se inicia cuando los recuerdos pesan más que las esperanzas. “Cuando me dicen que soy demasiado viejo para hacer una cosa, procuro hacerla de inmediato” (Pablo Picasso). Envejecer se encuentra en gran parte en la mente. Se es viejo únicamente cuando se piensa que se es viejo, cuando usted “acepta una actitud de latencia, de dependencia de otros, de una limitación sustancial de la actividad física y mental, y de restricciones en el número de personas con las que interactúa” (Jimmy Carter). “Quien se dedica a su trabajo por entero, nunca envejece. Por eso, cada día volvemos a nacer” (Pablo Casels, muerto a los 96 años). Morir con dignidad Así como una jornada bien empleada produce un dulce sueño, así una vida bien usada causa una dulce muerte” (Leonardo Da Vinci) Derecho a morir dignamente es el derecho que tiene toda persona a rechazar aquellos procedimientos extraordinarios
238
Vivir con felicidad
que, de manera innecesaria, prolongan artificialmente la vida; es el derecho a recibir los cuidados que alivian su dolor; es el derecho a ser informado adecuadamente de su situación de salud. Todo ser humano tiene derecho a morir con dignidad, tan confortable y apaciblemente como sea posible. Si es posible, es preferible morir en casa, rodeado del calor del hogar, de los seres queridos, en un ambiente que no se encuentra en un hospital. Cuando el paciente se enfrenta al momento más decisivo de su vida, las personas que lo rodean deben esforzarse por promover aquella disposición psicosomática de serenidad y paz que aumente al máximo el ejercicio de la libertad de la persona. Según la enfermera Bronnie Ware en su libro The top 5 regrets of the dying, en el que recoge los más comunes lamentos de quienes están a punto de morir, el 5 es “ojalá hubiera sido más feliz”. Cada decisión particular prepara a lo largo de la vida la opción final en la hora de la muerte para aceptar el designio de Dios o para esperar el absurdo y la desesperación final. Se puede caer en el fatalismo o aceptar la vida desde el principio hasta el final como una misión. Toda persona espera que su muerte corresponda a su vida y concuerde con aquello que lo identificaba como ser humano: que sea una muerte digna del ser humano. Más aún, que sea digna de nuestro ideal de la vida y que se corresponda con nuestra fe. Una forma de morir indigna es el suicidio. Quien intenta el suicidio, ordinariamente lo hace porque se le cerró el horizonte interior, de sentido, y ya no encuentra una razón para vivir. Lo abruma el peso de una gran carga de emociones negativas. Los conflictos con las personas que lo rodean le amargan la vida. El dolor, el fracaso en sus actividades, la pérdida de una relación y muchas otras situaciones llevan al ser humano a encerrarse en la oscuridad del momento y a creer que todo lo suyo ya no tiene sentido. “Muchos casos de suicidio se deben al sentimiento de que “la vida ha sido un fracaso”, de que “no merece la pena seguir viviendo” (E. Fromm). 239
Horacio Martínez
Esperar el gozo en el Reino eterno de Dios “Para el cristianismo, el ser humano es espiritual en tanto que sujeto de esperanza: el motor de su vida se encuentra en la secreta o reconocida esperanza de que la vida humana puede caminar con confianza hacia la plenitud, el sentido y la verdad definitivas” (Joan Ordi Fernández). La muerte es el pasadizo para llegar a Dios. ¿Qué será esta vida de plenitud en Dios, la del cielo? San Agustín lo ha expresado con una fórmula concisa: “Allí descansaremos y contemplaremos, contemplaremos y amaremos, amaremos y alabaremos. Esto es lo que será para siempre”. “A los otros la muerte les pasa y sobrecoge. A nosotros, la muerte, la vida, nos anima y nos impulsa. Para ellos es el fin; para nosotros el principio” (Josémaría Escrivá). El destino de los espíritus encarnados en la materia, que somos nosotros, no tiene otra explicación que el hecho de que Dios es Amor que se comunica. Dios quiere dársenos y por eso todos sus dones los dirige hacia ese fin. Nos dio un cuerpo para darnos un alma. Nos dio un alma para poder darnos la gracia. Nos dio la gracia para darnos el lumen gloriae. Nos dará el lumen gloriae para dársenos en la medida en que una criatura puede ser capaz de Dios, que es Don y es Amor. “El Paraíso no es otra cosa que amar a Dios, y no hay más infierno que el no estar con Dios” (Julien Green ). La resurrección de Cristo es la revelación de Dios como futuro del mundo y el rechazo de una concepción estática o cíclica de la historia. La resurrección del Señor nos revela a Dios como fuerza victoriosa de la caducidad temporal, como destino trascendente del hombre y del mundo. En Cristo resucitado, la promesa de una futura renovación del universo se ha hecho ya realidad. Más aún, todo el universo está sometido actualmente a un proceso de futurización escatológica, porque la fuerza de Cristo resucitado está ya presente en la historia impulsándola hacia su plenitud eterna. Para tratar de expresar este llamamiento que tiene la historia a trascender la temporalidad y participar de la vida eterna adquirida ya por la humanidad de Cristo resucitado, la
240
Vivir con felicidad
Sagrada Escritura habla del Reino de Dios que vendrá. Reino de Dios que significa que el futuro escatológico de Cristo será participado por el mundo. Se llama “reino” porque en esta participación se realizará la victoria del poder de Dios sobre las tendencias pecaminosas disgregadoras del mundo. La persona humana no es algo estático, congelado, sino que precisamente aquello por lo cual es persona le permite perforar el espacio y el tiempo. La esperanza nos abre hacia el futuro. “La esperanza es paradójica. Tener esperanza significa estar listo en todo momento para lo que todavía no nace, pero sin llegar a desesperarse si el nacimiento no ocurre en el lapso de nuestra vida” (Erich Fromm). El tiempo es parte de la eternidad. La eternidad da sentido a nuestra vida cotidiana, porque es la vida a plenitud. La eternidad es la negación de la muerte. La eternidad es la solución que nos permite resolver la contradicción entre los hechos de la vida y la muerte. Espero sobrevivir a la muerte ingresando a la eternidad. La eternidad es el futuro de mi ser en devenir. Es cumplimiento: desarrollo de mi ser que tiende a su realización. Si uno se considera huésped de la tierra, mantiene el interés de la muerte durante la existencia. Pero hay hombres que borran de su conciencia a la muerte. Convierten en fetiche la actividad y el éxito en este mundo. La eternidad consagra los sucesos del tiempo que nuestra libertad ha escogido vivir. La eternidad es también potencia de aquello que yo seré. Cielo e infierno no son lugares sino estados existenciales de aceptación o negación plena de Dios y los demás seres. Únicamente Dios puede juzgarnos basándose en lo que somos y no sólo en lo que hemos hecho. Solamente Dios puede reconocernos las palabras de enojo que nos abstuvimos de pronunciar, las tentaciones que supimos resistir, las pruebas de paciencia que apenas fueron percibidas por las personas que nos rodeaban. Las buenas acciones de la persona jamás resultan malgastadas u olvidadas, porque Dios las dota de una porción de eternidad. 241
Horacio Martínez
Voy sin temor por la vida, no sólo porque Dios va conmigo ahora, sino porque El me ha guiado hasta aquí y es mi futuro. La fe en Dios no suprime la muerte; pero la transforma de tal manera que nos acercamos a una forma más elevada de vivir y morir. Si he amado y he sido amado, si he vivido sanamente, si he luchado por ser íntegro, si he buscado la verdad, si he realizado los valores morales, si he trabajado con espíritu de servicio, si he buscado hacer la voluntad de Dios cada día, puedo aguardar con serenidad el acto final de mi vida.
242
Bibliografía
Benedicto XVI (2006), Deus Caritas est, Roma. Bird, J. y L. (1972), El matrimonio es para adultos, Santander, Sal Terrae. Boff, L. (1996), El principio tierra. El retorno a la tierra como patria común, Bogotá: Editorial Norma. Buber, M. (1974), Yo y Tú, Buenos Aires, Ediciones Nueva Visión. Chopra, D. (2005), Cuerpos sin edad, mentes sin tiempo, Barcelona, Ediciones Byblos. Consejo Pontificio para el diálogo con los no creyentes (1992), Fe Cristiana y Felicidad, Barcelona, Herder. De Chardin, T. (1957), Le Milieu Divin, Suil. De Mello, A. (1992), Una llamada al amor, Santander, Sal Terrae. Endokinov, P., Sacrement de l’amour, París, 1962. Fromm, E. (1956), Psicoanálisis de la sociedad contemporánea, México, Fondo de Cultura Econonómica. Fromm, E. (1975), El arte de amar, Paidos. Fukuyama, F., (1995), Trust. The Social Virtues & the Creation of Prosperity, The Free Press, New York. Gafo, J. (ed.) (1993), Ética y Biotecnología, Madrid, UPCM. Giblet, J. y Otros (1969), En las fuentes de la moral conyugal, Bilbao, Desclée De Brouwer. Gimm, R. (1968), La sexualidad y el amor, Troquel, Buenos Aires. Guitton, J. (1948), Essai sur l’amour humain, París. Horney, K. (1981), La personalidad neurótica de nuestro tiempo, Paidos, Buenos Aires. Jonas, H. (1995), El principio de responsabilidad: ensayos de una ética para una civilización tecnológica, Barcelona: Herder. Juan Pablo II (1981), Laborem Exercens, Roma. Juan Pablo II (1988), Sollicitudo Rei Socialis, Roma. Küng, H. (1991), Proyecto de una ética mundial, Editorial Trotta, Madrid. Kwant, R. C. (1967), Filosofía del Trabajo, Ediciones Carlos Lohlé, Buenos Aires. 243
Horacio Martínez
Lowney, C. (2010), Vivir Heroicamente: encuentre su propósito en la vida y ayude a construir un mundo mejor, Bogotá: Norma. MacIntyre, A. (1987), Tras la virtud, Crítica, Barcelona. Marinoff, L. (2000), Más Platón y menos Prozac. Filosofía para la vida cotidiana, Ediciones B. S.A., Barcelona. Martínez, H. (2005), El compromiso social del cristiano, Bogotá, Editorial Pontificia Universidad Javeriana. Martínez, H. (2007), Amor y Libertad. El espíritu de la Responsabilidad Social, Bogotá, Editorial Pontificia Universidad Javeriana. Martínez, H. (2010), Liderazgo responsable, Bogotá, Ecoe Ediciones. Martínez, H. (2011), Responsabilidad Social y Ética Empresarial, Bogotá, Ecoe Ediciones. Maurois, A. (1976), Un arte de vivir, Medellín, Ediciones Académicas. Paz, O. (1993), La llama doble. Amor y Erotismo, Seix Barral, Barcelona. Pontificio Consejo “JUSTICIA Y PAZ” (2005), Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, Roma, Librería Editrice Vaticana. Rawls, J. (1978), Teoría de la justicia, F.C.E., México. Riaza, F. (1967), Teilhard y el Trabajo, Editorial ZVX, Madrid. Richard, G. (1960), Sexualité et fidélité dans le mariage, Lausana. Rovira, A. y Trias de Bes, F. (2003), La buena suerte, Barcelona: Ediciones Urano. Rubio, J. (1987), El hombre y la ética, Anthropos, Barcelona. Savater, F. (1991), Ética para Amador, Ariel, Barcelona. Schillebeeckx, E. (1969), God the future of Man, Theological Soundings Vol, London, Sheed Ward (Trad. N. D. Smilh). Shimoff, M. (2008), Feliz porque sí, Barcelona, Urano. Schoonenberg, P. (1967), Le monde de Dieu en devenir, Centurion, París. Singer, P. (1995), Ética para vivir mejor, Ariel, Barcelona. Stendhal (1977), Del Amor, Barcelona, Ediciones Nauta.
244
Otros textos de su interés Responsabilidad social y ética empresarial Horacio Martínez Herrera
Liderazgo Responsable Horacio Martínez Herrera
Fundamentos de sociología Armando Rodríguez Rojas
Hijos felices y equilibrados Héctor Francisco Afanador
La transformación de la personalidad Martha Manzanares Toledo
V ivir con felicidad El problema que más preocupa en este momento a la humanidad es el de la felicidad. La crisis actual de infelicidad es una oportunidad para identificar lo que nos roba la felicidad y para descubrir lo que realmente nos la incrementa. La desdicha y la felicidad atraviesan a todas las clases sociales y géneros, son absolutamente transversales y no dejan a nadie indiferente. Por las razones anteriores, la pregunta de la forma de vivir felices en el mundo actual es considerada la más preocupante. ¿En qué consiste la felicidad y cómo se puede vivir cada día más felices? En Harvard, considerada la primera universidad del planeta, el curso libre más solicitado por los estudiantes es Cómo ser cada día más feliz. Este libro quiere ayudar a resolver estos interrogantes. El libro está dividido en siete capítulos que establecen una estrategia para vivir de forma que nos genere felicidad. 1. Tener un proyecto de vida con un propósito que de sentido a nuestra existencia. 2. Vivir en libertad siguiendo los valores éticos que desarrollan una personalidad que valga la pena. 3. Relacionarse con amor promoviendo el respeto y el cuidado por el otro. 4. Servir a todos con bondad demostrando un espíritu compasivo y altruista. 5.Trabajar con creatividad y con un liderazgo transformador que deje una huella. 6. Afrontar los retos con una actitud positiva mostrando coraje y resiliencia. 7. Cultivar la espiritualidad aceptando a Dios y realizando su plan creador con el fin de lograr el gozo eterno. La expectativa es que este ensayo ayude a muchas personas a encontrar el sentido de su existencia y a experimentar la alegría de la aventura fascinante de vivir. Colección: Ciencias administrativas Área: Administración
ISBN 978-958-648-858-7
9 789586 488587