UYWIRIS
En la fe religiosa de la mayoría de los habitantes de los Andes, especialmente los que viven en el área rural, persiste la creencia en “espíritus”1 que de alguna manera están identificados con los cerros. aralelamente es manifiesta la creencia en la achamama,! en las illas e ispallas" y otras “fuer#as sobrenaturales”. En las páginas que siguen nos interesa refle$ionar sobre la fe en los espíritus de las monta%as y sobre las prácticas que se generan a pa rtir de esta fe. &eg'n las regiones, las y los andinos denominan de diversas maneras a la fuer#a espiritual que emana de los cerros y las monta%as( achachilas, apus, u y)iris mall*us, etc. +o siempre coinciden con el nombre com'n de la monta%a algunas tienen nombres rituales. -as comunidades humanas asignan diversas funciones a estos espíritus, pero principalmente tienen que ver con la provisin de recursos para la vida, la proteccin de la comunidad y la regulacin de la convivencia no slo entre humanos, sino entre todos los seres vivos. Así lo se%ala el traba/o etnográfico reali#ado por un equipo de investigadores interesados en el campo de la salud( 0entro de las sociedades andinas, los dioses de los cerros desempe%an variadas funciones, siendo la principal( la provisin de ganado y dinero. ambi2n ambi2n se hallan ligados a la posesin de rique#as naturales, especialmente minerales, y asimismo, están relacionados a las lagunas, agu/eros y manantiales. 3tra funcin atribuida a los dioses de los cerros es la proteccin contra las plagas, la helada y el grani#o, vinculándolos con los fenmenos meteorolgicos 4trueno, rayo, relámpago, lluvia5. 6inalmente, una tercera funcin es la de proteger la vida, la salud y el bienestar, otorgando prosperidad y buena suerte.7 -a fe en los espíritus de los cerros está vinculada a necesidades prácticas, pero a la ve# conlleva una práctica que llega a constituir un modo de ser. Esta fe y sus prácticas no siempre han sido toleradas, sino más bien combatidas por los e$tirpadores de idolatrías de la colonia, de la 2poca republicana y los contemporáneos. A'n hoy, una parte de la 8glesia catlica cuestiona esta fe y sus prácticas asociadas, y la mayoría de las iglesias protestantes y evang2licas la condena. ienso que esta actitud de condena responde principalmente a la ignorancia y a una mentalidad de no respeto a los otros. 9:u2 es lo que esta fe ofrece a las y los andinos; 9&erá que en esta creencia encuentran elementos que no pueden hallar en las creencias y prácticas cristianas; e optado deliberadamente por llamarlos así porque gran parte de la poblacin andina se refiere de esta manera a los e spíritus protectores que habitan en las monta%as. &in embargo, quiero aclarar que algunos cerros tambi2n están asociados a protectores femeninos, como se puede constatar en el siguiente re#o( “?y)ir mall*u, uy)ir talla, perdonitanta) loqtsam@ Es más, algunos cerros albergan a dos protectores( un achachila y una tBalla o a)icha. A continuacin continuacin e$aminar2 tres atributos Caunque Caunque podría haber másC de los espíritus que que moran en
los cerros( el de seres tutelares o criadores, uy)iri el de regular la organi#acin social, mall*u, y el de dar un sentido a la vida, achachila. Los achachilas son uywiri: criadores y protectores de la vida Deferirse a los achachilas como uy)iri es muy frecuente en el mundo andino, aunque tambi2n se caracteri#a de esta misma manera a los demás espíritus andinos. resento dos casos en los cuales los andinos asocian el papel de uy)iri a los espíritus de los cerros. En la regin de los yungas o bosques semitropicales de las estribaciones de la cordillera, la ca#a de animales silvestres suele ser una actividad importante para proveer de carne a los lugare%os. &in embargo, algunas personas se aficionan tanto a esta práctica que se convierten en verdaderos depredadores. +o hay qui2n haga cumplir las leyes que prohíben la ca#a indiscriminada a nadie se le ha llamado la atencin, ni mucho menos ha sido sancionado por ello. +o obstante, no de/a de sorprender la profusin de historias sobre individuos que enloquecieron supuestamente a causa de la ca#a e$cesiva( “A 6ulano de al le gustaba ca#ar y salía a velar casi todas las noches. &iempre volvía con algo. ?na noche se le apareci un lindo venado blanco y el ca#ador se emocion tanto que lo persigui. El animal se internaba cada ve# más en el monte y el ca#ador iba tras 2l, pero no podía ca#arlo.
pero tambi2n es potencialmente importante para e$igir en los espacios nacionales la proteccin de la vida de todos y todas. -os achachilas son uy)iris, entidades tutelares de la comunidad y de la vida, y el seguirlos implica que nosotros tambi2n seamos uy)iris, criadores y protectores de la vida. H H-os mall*us( reguladores de la organi#acin social 0on &ilvestre, un e$ yatiri 4sabio, chamán5 y ahora líder de una iglesia, me comentaba que solía escuchar el ruido que se producía una ve# al a%o cuando se celebraba el cabildoI en el que los achachilas elegían al marani, es decir, al achachila que “gobernaría” o “serviría” ese a%o. El ruido le indicaba qui2n podría ser el elegido, y de esa eleccin dependía que el a %o fuera bueno, regular o malo. En los Andes es com'n elegir a las autoridades comunales por un periodo anual 4maranis5. El e/ercicio de la autoridad implica servicio a la comunidad y, como todas las familias deben cumplir ese servicio, la eleccin se reduce a decidir a qui2n le tocará el turno. -a lgica comunal favorece la alternancia entre una autoridad e$igente, que hace traba/ar a la comunidad, y una autoridad “descuidada”, que permite descansar.1J or lo general, un sistema religioso no es slo un calco de una determinada forma de organi#acin social tambi2n implica legitimacin y hasta utopía. -a creencia admite de hecho una /erarquía entre los achachilas. 0e ninguna manera podría compararse el imponente 8llimani, uno de los nevados más altos de los Andes, con un cerro local que alberga a un achachila. -as y los andinos conciben esta /erarquía en t2rminos espaciales( tanto mayor será el área de influencia de un achachila cuanto mayor sea su tama%o.11 Así, el achachila 8llimani es invocado hasta en localidades bien adentradas en los territorios peruano o chileno. -a /erarquía no implica “gobernar” eternamente. El marani es el protector de la vida durante un tiempo determinado. A todos y cada uno, ya sean grandes o peque%os, les llegará el turno de ocupar el lugar principal entre los achachilas y entre los humanos. -a autoridad entendida como servicio es algo corriente en las comunidades indígenas y campesinas, pero de alguna manera subsiste en las periferias de las ciudades. or ello, el e/ercicio del cargo político se considera más bien como una carga, y no faltan algunos que procuran rehuir a esta responsabilidad. -os achachilas se re'nen en cabildos y los humanos en asambleas comunales para tomar decisiones que ata%en a toda la comunidad. El marani no es el /ue# que decide sobre todas las cosas, sino el que tiene poder de convocar y promover la gestin colectiva del a%o. &eguir el modelo de los achachilas implica reconocer que todos tenemos la capacidad para ser servidores de la comunidad, así como deslegitimar el monopolio del poder que e/ercen unas pocas personas en su propio beneficio. Esta fe religiosa es una apuesta por una verdadera democracia y choca con la democracia formal, que genera e$clusin y en la que unas cuantas familias detentan permanentemente el monopolio del poder.1! 3tro elemento que conviene resaltar es la articulacin entre la fe en los achachilas y la movili#acin popular. >abiendo acompa%ado varias movili#aciones campesinas, desde la importante marcha indígena “por el territorio y la dignidad” de 1II1, he podido constatar una articulacin entre la movili#acin social y el culto a los achachilas. -os indígenas y campesinos movili#ados celebran constantemente ritos para procurar el apoyo de los achachilas en favor de su causa. &in embargo, no debemos de/ar de tomar en cuenta los aportes de eter Kose1" respecto a la necesidad de considerar la situacin de subordinacin de los indígenas y campesinos en la realidad nacional, y la posibilidad de que la creencia en los achachilas haya sido cooptada para legitimar un orden social determinado. Este autor afirma que los vecinos de los “pueblos”,17 enclaves estatales en las comunidades rurales, comparten la visin de los campesinos o indígenas. ambi2n suelen ofrecer ritos a los achachilas, sobre todo procurando la prosperidad de sus
negocios. eror va a'n más allá( estudiando relatos en los que los achachilas se presentan en forma antropomorfa, estos asumen la imagen de los patrones blancos de los pueblos. Esto lo lleva a concluir que los indígenas aceptan un papel subordinado frente los achachilas y frente a los vecinos de los pueblos. El culto a los achachilas tambi2n puede servir para legitimar un orden social in/usto y favorecer la posicin de los que no traba/an la tierra. &in embargo, el mismo autor narra cmo en los levantamientos campesinos e indígenas los comunarios solían hacer sesiones con coca para definir las estrategias de lucha e invocar la proteccin de los achachilas. Este sistema de creencias religiosas puede ser cooptado por otras prácticas para legitimar el tributo y el sometimiento al “desorden” social y, aunque tal situacin pueda darse, la fuer#a movili#adora de los achachilas permanece latente, así como permanece latente y movili#ado el sector que sustenta esta fe. Achachilas: caminar por el taki (camino) de los ancestros -os achachilas son los antepasados, los que ya fueron, los que con su vida y su práctica tambi2n modelaron la geografía, aquellos que construyeron una cultura y prefiguraron un modo de ser. El culto y la fe centrados en los achachilas implican, de alguna manera, la continuidad y la afirmacin de una identidad. El culto a lo ancestral convoca al mantenimiento de una práctica cultural. &e di/o antes que achachila significa tambi2n abuelo y antepasado. Algunas investigaciones apuntan a ubicar el mundo de los muertos, el más allá cristiano, en los cerros. Entonces los achachilas serían los antepasados que perviven como /is*Ba diosa, peque%os dioses, protegiendo a la comunidad. En casi todas las chBallas 4ofrendas5 y otros ritos andinos se repite la frase “Achachila ta*i”, que se puede traducir como “para los achachilas” o “en el camino de los achachilas”. 0efinitivamente, aquellos que contin'an practicando ritos andinos parecen transitar conscientemente por el camino de sus ancestros. Esto no quiere decir petrificarse en el tiempo ni en el espacio, sino ante todo caminar en este mundo de una manera similar a los que ya pasaron. 8mplica la consciencia de que somos caminantes en el mundo, pasa/eros, /unto a los otros seres vivientes. esa!"os 9
han sido menos intolerantes respecto a las prácticas religiosas andinas. 0el lado catlico, 0iego 8rarrá#abal plantea que, tanto en la fe en los achachilas como en otros protectoresGas, se muestra el rostro del 0ios de los pueblos. -os pobres invocan a 0ios en muchas formas lo que implica que anuncian varios rostros de 0ios. Esto ha sido catalogado como politeísmo.
El 0ios de la iglesiaQ está le/os no sabemos dnde... el 0ios de la iglesia no lo alcan#amos. +i la cascada ni nuestro adre conocen su habla. Es el primer 0ios RperoS el adre u*asira Rel cerroS va a estar en el cabildo grande. El recoge a cada hi/o suyo, muerto o vivo. TEstá brillando siempre en nuestra cabe#a, en nuestro pecho.1F 0igo que ya no es posible seguir afirmando esto, pues ahora sabemos que el 0ios de la vida, el que oye el clamor de los empobrecidos, el que ba/a para liberarlos, no solo ha sido clavado en la cru# y encerrado en las catacumbas, sino que ha sido desterrado. al ve# el 0ios que los evangeli#adores presentaron a nuestros padres no sea el 0ios verdadero tal ve# no sea el Abba. 3 qui#á este 0ios se present a nuestros pueblos ba/o la forma de los achachilas o la achamama. 0ios se escurre como agua entre los dedos de quienes pretenden atraparlo y encasillarlo, pero se presenta como lluvia para quienes quieren sembrar. -a “democracia” que practican los achachilas afirma un proyecto Cuna propuestaC que se nos presenta como una alternativa frente a las democracias puramente formales, vigentes en nuestros países. -os achachilas están presentes en el cabildo, inspirando y animando la movili#acin de su pueblo. Mien podrían estar dici2ndonos( “donde dos o más personas se re'nan en nombre de la vida, ahí estoy yo”.