Una introducción a la obra de D.W. Winnicott. Contribuciones al pensamiento relacional [Abello, A., y Liberman, A., 2011] Publicado en la revista nº039 nº 039
Autores !ar"ulis, Lucas # $ey, !ar%a Ale&andra Reseña: Una introducción a la obra de D. W. Winnicott. Contribuciones al pensamiento relacional. Augusto relacional. Augusto Abello Blanco y Ariel Liberman. Ágora Relacional, Madrid, España.20. !olecci"n #ensamiento Relacional $% &. &'& pp.
Reseña: Lic. Lucas Margulis y Lic. Mar(a Ale)andra Rey.
'ntroducción Los autores nos *ablan del doble mo+imiento ue signi-ic", por un lado, resumir algunos de los grandes temas de la obra innicottiana y, por otro, desarrollar tanto tanto alguno algunoss supues supuestos tos impl(c impl(cito itoss como como auell auello o ue ue /innic /innicott ott presen presenta ta marginalmente, con cierta opacidad, a lo largo de sus escritos. ado ue, -iel a su estilo poco a-ecto a la sistemati1aci"n, /innicott *a escrito numerosos art(culos en los ue sus conceptos se encuentran desperdigados, los los auto autore ress *an *an teni tenido do ue ue en-re en-rent ntar ar la tare tarea a de reco recopi pila larl rlos os e *ila *ilarl rlos os,, persiguindolos a lo largo de distintos te3tos. Augusto Abello Blanco y Ariel Liberman sostienen ue la obra de /innicott 4se *a le(do muc*as +eces con cierta premura, de -orma un poco estereotipada y5o supe superr-ic icia ial6 l6.. Asimi simism smo o seña señala lan n ue ue algu alguno noss conc concep epto toss esen esenci cial ales es y su articulaci"n con la pr7ctica cl(nica *an sido muc*as +eces malentendidos. Los autores e3plicitan estos malentendidos e intentan dar cuenta de la comple)idad de los conceptos en )uego. 8an optado por conser+ar conser+ar cierta reiteraci"n reiteraci"n tanto dentro de un mismo cap(tulo como entre distintos cap(tulos, con-iados en ue la transmisi"n conceptual se bene-icia con ella. 9ambin 9ambin *an reparado en algunas pala palabr bras as cla+ cla+e e de la obra obra inn innic icot ottitian ana a ue ue pres presen enta tan n en este este libr libro. o. As( 4creati+idad, la continuidad e3istencial o el 4estar siendo,6 going on being;, la espo espont ntan anei eida dad d <=> <=> y otro otross conc concep epto toss ue ue los los auto autore ress consi onside dera ran n en articulaci"n comple)a.
CA( CA()*U )*UL+ 1 A(-C*+ '+/$ $'C+ W''C+**. #or Augusto Abello Blanco.
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'ntroducción Abello propone considerar algunos datos de la biogra-(a de /innicott de modo de enriuecer la comprensi"n de su obra. Rescata entonces palabras de !lare /innicott ue relacionan algunos de sus aspectos con 4su -orma de entender la +ida y de relacionarse con las personas6. 4?ue su capacidad para el )uego6 #7g. 2@; en el sentido de )uego no reglado, ue conser+" toda su +ida, la ue lo orient" *acia el estudio de los ob)etos y -en"menos transicionales. El autor toma en cuenta aspectos de lo ue denomina el 4talante personal6 de /inn /innic icot ottt como como deci decisi si+o +oss para para comp compre rend nder er una una -uen -uente te propro-un unda da de sus sus propuestas te"rico cl(nicas. #or e)emplo auellas ligadas 4a su concepto de regresi"n a la dependencia y su aborda)e6 p.2@;. #or talante personal entiende el autor 4su concepci"n del +(nculo *umano <=> su mirada sobre la persona
antes ue sobre sus particulares mecanismos ps(uicos el pri+ilegio ue le otorgaba al ser, al gesto espont7neo <=> a todo lo ue implica preguntarse <=> u es lo ue *ace ue la +ida +alga la pena ser +i+ida.6 pp. 2@2C;. Abello nos in+ita a constatar *asta u punto /innicott +islumbr" la relaci"n entre su biogra-(a, sus +i+encias y su obra. Lo ue ueda demostrado por un episodio de su inconclusa autobiogra-(a. En l recordaba ue siendo peueño destruy" el rostro de una muñeca ue su padre utili1aba para -astidiarlo, y ue luego ste repar". El episodio caus" gran impresi"n en /innicott niño, tanto en lo ue respecta a *aberse +uelto destructi+o como al acto de reparaci"n *7bi *7bilme lment nte e e)ec e)ecut utad ado o por por su padr padre. e. Ambos mbos aspe aspect ctos os,, agre agresi si"n "n odio odio y repara reparaci" ci"n, n, intere interesar saron on pro-un pro-undam dament ente e a /innic /innicott ott y se plasma plasmaron ron en sus concepciones -uturas al respecto.
Al"unos datos personales y 3amiliares $acido el siete de Abril de @C' en una -amilia metodista y en un medio pro+inciano, onald era el menor de tres *ermanos y Dnico +ar"n. u padre, -igura de enrgico car7cter ue lleg" a ser dos +eces alcalde de #lymout* y nombrado tambin caballero, e)erci" gran in-luencia en onald. Abello nos relata c"mo, por mediaci"n epistolar de uno de sus me)ores amigos, onald -inalmente se atre+e a contrariar las e3pectati+as de Fo*n ?redericG /innicott de ue su *i)o +ar"n continuara con sus pr"speros negocios, y a comunicarle entonces su decisi"n de estudiar medicina. En la casa, muy amplia, +i+(an +arias asistentas y dos institutrices, 4lo ue le *i1o comentar <=> ue se *ab(a criado rodeado de mDltiples madres6 p.&0;. El autor rescata un singular poema ue /innicott escribiera a los sesenta y siete años de edad y ue, teniendo por protagonista la -igura de su madre, in+ita a interrogarnos sobre 4u papel y en cu7ntas maneras di-erentes *a )ugado esa madre deprimida deprimida en la +ocaci"n pro-esional pro-esional de /innicott6 p.&;. Luego nos o-rece el autor la imagen de un /innicott multi-actico y di+ertido, ue desde temprano en su +ida es capa1 de interesarse y dis-rutar de di+ersas acti+idades. 4Escribi" poemas, *i1o teatro, cant" y bail" en di+ersos grupos <=> dis-rutaba con la nataci"n y con el deporte en general. u *abitaci"n en el internado en ue estu+o era sede de encuentros en los ue se cantaba, se bailaba y se *ac(a mDsica6 p.&2;. /innicott, ue comien1a sus estudios de medicina en C', se alista en la Marina Marina durant durante e la #rimer #rimera a Huerra Huerra Mundia Mundial.l. La muerte muerte de muc*os muc*os de sus amigos en el -rente de batalla lo marc" indeleblemente. e)ar7 en l un 4a-7n intenso de reparaci"n6 p.&2; y *ondo pesar. ?ue tambin durante la guerra ue una a-ecci"n pulmonar le impuso tres meses de internaci"n. e con+ence entonces de ue esta e3periencia deber(a tenerla todo mdico alguna +e1. El autor resalta la importancia de la e3periencia personal, ue /innicott supo poner al ser+icio de la comprensi"n emp7tica de sus pacientes. onald /innicott termin" la carrera de medicina a comien1os de los años +einte, optando por la especialidad de pediatr(a. El principal escenario de su ue*acer pro-esional lo brind" durante cuarenta años el #addington Hreen
antes ue sobre sus particulares mecanismos ps(uicos el pri+ilegio ue le otorgaba al ser, al gesto espont7neo <=> a todo lo ue implica preguntarse <=> u es lo ue *ace ue la +ida +alga la pena ser +i+ida.6 pp. 2@2C;. Abello nos in+ita a constatar *asta u punto /innicott +islumbr" la relaci"n entre su biogra-(a, sus +i+encias y su obra. Lo ue ueda demostrado por un episodio de su inconclusa autobiogra-(a. En l recordaba ue siendo peueño destruy" el rostro de una muñeca ue su padre utili1aba para -astidiarlo, y ue luego ste repar". El episodio caus" gran impresi"n en /innicott niño, tanto en lo ue respecta a *aberse +uelto destructi+o como al acto de reparaci"n *7bi *7bilme lment nte e e)ec e)ecut utad ado o por por su padr padre. e. Ambos mbos aspe aspect ctos os,, agre agresi si"n "n odio odio y repara reparaci" ci"n, n, intere interesar saron on pro-un pro-undam dament ente e a /innic /innicott ott y se plasma plasmaron ron en sus concepciones -uturas al respecto.
Al"unos datos personales y 3amiliares $acido el siete de Abril de @C' en una -amilia metodista y en un medio pro+inciano, onald era el menor de tres *ermanos y Dnico +ar"n. u padre, -igura de enrgico car7cter ue lleg" a ser dos +eces alcalde de #lymout* y nombrado tambin caballero, e)erci" gran in-luencia en onald. Abello nos relata c"mo, por mediaci"n epistolar de uno de sus me)ores amigos, onald -inalmente se atre+e a contrariar las e3pectati+as de Fo*n ?redericG /innicott de ue su *i)o +ar"n continuara con sus pr"speros negocios, y a comunicarle entonces su decisi"n de estudiar medicina. En la casa, muy amplia, +i+(an +arias asistentas y dos institutrices, 4lo ue le *i1o comentar <=> ue se *ab(a criado rodeado de mDltiples madres6 p.&0;. El autor rescata un singular poema ue /innicott escribiera a los sesenta y siete años de edad y ue, teniendo por protagonista la -igura de su madre, in+ita a interrogarnos sobre 4u papel y en cu7ntas maneras di-erentes *a )ugado esa madre deprimida deprimida en la +ocaci"n pro-esional pro-esional de /innicott6 p.&;. Luego nos o-rece el autor la imagen de un /innicott multi-actico y di+ertido, ue desde temprano en su +ida es capa1 de interesarse y dis-rutar de di+ersas acti+idades. 4Escribi" poemas, *i1o teatro, cant" y bail" en di+ersos grupos <=> dis-rutaba con la nataci"n y con el deporte en general. u *abitaci"n en el internado en ue estu+o era sede de encuentros en los ue se cantaba, se bailaba y se *ac(a mDsica6 p.&2;. /innicott, ue comien1a sus estudios de medicina en C', se alista en la Marina Marina durant durante e la #rimer #rimera a Huerra Huerra Mundia Mundial.l. La muerte muerte de muc*os muc*os de sus amigos en el -rente de batalla lo marc" indeleblemente. e)ar7 en l un 4a-7n intenso de reparaci"n6 p.&2; y *ondo pesar. ?ue tambin durante la guerra ue una a-ecci"n pulmonar le impuso tres meses de internaci"n. e con+ence entonces de ue esta e3periencia deber(a tenerla todo mdico alguna +e1. El autor resalta la importancia de la e3periencia personal, ue /innicott supo poner al ser+icio de la comprensi"n emp7tica de sus pacientes. onald /innicott termin" la carrera de medicina a comien1os de los años +einte, optando por la especialidad de pediatr(a. El principal escenario de su ue*acer pro-esional lo brind" durante cuarenta años el #addington Hreen
8ospital de Londres. Abello entiende ue la obser+aci"n repetida y sostenida del contacto entre los bebs y sus madres 4ser7 determinante en su -uturo pro-esional6 p.&&;. /innicott contra)o nupcias por +e1 primera en C2& con la ceramista Alice Bu3ton 9aylor, matrimonio ue dur" +einticinco años. Alice debi" ser asistida e internada por se+eros padecimientos ps(uicos. En CI se casa por segunda +e1 con !lare Britton, uien -ue traba)adora social con especialidad en psiuiatr(a y se gradu" de psicoanalista luego, en C'. /innicott no tu+o *i)os. Jarios -ueron los cargos ue /innicott ocup" en la ociedad #sicoanal(tica Brit7nica, nos recuerda Abello, desde ue obtu+o su membres(a, llegando a la presidencia durante los per(odos CI'KCIC y C'IK C'@. El autor recoge las impresiones ue /innicott causaba sobre algunas personas ue lo conoci conociero eron, n, destac destacan ando do ue 4-(sica 4-(sicamen mente te ten(a ten(a algo algo e3trañ e3traño6. o6. na mirada 4penetrante y atracti+a6. 4u -orma de estar en el mundo, ue oscilaba entre el ensimismamiento y la tendencia a adormilarse aparentemente mientras escuc*aba6 p.&&;. El +ein +eintic ticin inco co de Ener Enero o de C C /inni /innico cott tt -all -allec ece e a ra(1 ra(1 de los los se+e se+ero ross problemas card(acos ue lo aue)aron durante las dos Dltimas dcadas de su +ida.
u estilo personal En este este apar aparta tado do,, Abell bello o se +ale +ale del del conc concep epto to de ecuación ecuación personal personal del analista para integrar 4el aspecto biogr7-ico y la e+oluci"n pro-esional6 pp.&NK &I; de /innicott. !on esta e3presi"n el autor abarca tanto el baga)e personal del del anal analis ista ta,, -ruto -ruto de sus sus e3pe e3perie rienc ncia iass y +i+e +i+enc ncia ias, s, como como su ue* ue*ac acer er y -ormaci"n pro-esional, ambos ligados de modo indisoluble. Aclara luego ue 4por estilo personal entendemos lo re-erido a su modo de pensar aspectos te"ricos y cl(nicos, a su estilo de escribir, el estilo ue de)a +er su traba)o cl(nico, su estilo epistolar, su estilo 4relacional6 y su estilo en trminos m7s generales, lo ue podr(amos llamar una forma de estar en el mundo6 p.&I;. Abello nos o-rece entonces algunas +iñetas y testimonios ue desde distintas -uentes +an construyendo una semblan1a de /innicott y de su obra. As( Andr Hreen, F. Bous*ira y Marie !laire urieu3, Marian Fames, Marion Milner y Feremy /alGer, /alGer, de distintas maneras +an coincidiendo en el 4estilo inimitable de /innicott6 en su 4conceptuali1aci"n original6 p.&I; pero de engañosa claridad, no esuemati1able ni ordenable en una teor(a compacta y l"gica sino, por el contrario, transmitida creati+amente y reuerida tambin de la creati+idad de uien la recibe. Otros testimonios lo retratan como un brillante con-erencista y orador, sensible y capa1 de adaptarse a las caracter(sticas de distintas audiencias. Abello continDa este retrato a tra+s de algunas ancdotas ue rescatan su tono *umor(stico y espont7neo, su capacidad de mantener el contacto con el mundo
e3terno y el interno simult7neamente, su 4manera -resca de relacionarse6 p.&;. El autor describe el rec*a1o ue /innicott sent(a *acia la repetici"n de 4conceptos acuñados en la )erga psicoanal(tica6 p.&@; y su necesidad de repensarlos de manera personal, cada +e1 reno+adamente, para mantenerlos +i+os. E+itando dar por sentado ue el uso de un mismo concepto implica +erdaderos acuerdos sobre de u se est7 *ablando. !ita entonces Abello tres cartas dirigidas en distintas oportunidades a M. Plein y a A. ?reud, donde mani-iesta, entre otras, la necesidad de ue cada analista pueda e3presar sus descubrimientos en un lengua)e propio y no en uno r(gidamente doctrinario. ?iel a su postura /innicott *a -or)ado su propio repertorio conceptual. En cuanto a su -orma de escribir, el autor a-irma ue 4/innicott *a sido criticado Ky creemos ue con +7lidas ra1onesK por no citar adecuadamente a colegas y autores en general cuyas ideas aparec(an en sus traba)os6 p.&C;. Abello opina ue la idea de imprimir 4un sello personal a todo lo ue le(a<=> parece tener como desa-ortunado e-ecto colateral ue el autor original de auella idea no uedara luego reconocido6 pp.&CN0;. El propio /innicott se disculp" por ello e intent" subsanar su error en +arias oportunidades. En el agradecimiento ue /innicott sent(a *acia maestros y pacientes y en su reconocimiento e3pl(cito de *aber apre*endido de ambos, Abello intuye una actitud epistemol"gica ue pri+ilegia la riue1a y comple)idad de la cl(nica por sobre las alturas de la abstracci"n te"rica, incapa1 de abarcarla por completo. En cuanto a su estilo comunicacional el autor cita el testimonio de Rodman ue lo muestra -rontal en las cr(ticas y señala luego tanto su capacidad autocr(tica como de reconocer plenamente los aspectos *ostiles, el odio en su amplia gama de +ariantes. Abello destaca el protagonismo del paciente en la concepci"n innicottiana, su proceso teraputico como creaci"n propia aunue asistida, ale)ada entonces de -ormas sutiles o groseras de alienaci"n.
-l conte4to 5istórico e institucional de Winnicott. #or Ariel Liberman. Liberman nos brinda en este apartado algunas re-erencias b7sicas con relaci"n al conte3to *ist"rico, social e institucional, con la intenci"n de poder ubicar el pensamiento de /innicott dentro del marco en ue su obra se -ue desarrollando. As(, como mo)ones nos sitDa en di-erentes momentos ue considera (ntimamente ligados a la producci"n innicottiana: Octubre de C&: ?undaci"n de la London #syc*oKAnalytical ociety por E. Fones, disuelta a los pocos años por desa+enencias entre grupos -reudianos y )unguianos. ?ebrero de CC: Fones insiste -undando la Britis* #syc*oKAnalytical ociety B#;, contando entre sus miembros adem7s de Fones, a Babara Lo, Edard Hlo+er, Mar)orie Brierley, Fames trac*ey, Ali3 trac*ey, usan Qsaacs, Fo*n RicGman, Foan Ri+iere, yl+ia #ayne, Ella ?reeman *arp y Adrian tep*en, la mayor(a de los cuales eran noKmdicos, -actor ue contribuy" a generar un
car7cter espec(-ico del psicoan7lisis brit7nico. Esto gener" un intenso debate en el seno de la sociedad, llegando ?reud a inter+enir con su traba)o de C2' 4#ueden los legos e)ercer el an7lisisS6, di-erenciando claramente entre 4an7lisis lego6 y 4an7lisis sal+a)e6. Fulio de C2I: Melanie Plein es in+itada por Fones para brindar una serie de con-erencias ue despertaron gran inters entre algunos de los miembros. Plein decide instalarse en Londres y en C2 es aceptada como miembro de la B#. Entre los logros de esta sociedad, peueña pero +ital, se encuentra la -undaci"n del Qnternational Fournal o- #syc*oKAnalysis y del Britis* Fournal o- Medical #syc*ology en C20 la constituci"n en C2N de un Qnstituto de ?ormaci"n del cual /innicott ser7 parte en C2 la organi1aci"n del TQ !ongreso Qnternacional de #sicoan7lisis en C2C, en el cual se mani-estaron pDblicamente los con-lictos entre ?reud y ?erenc1i. Otro de los debates centrales ue menciona el autor es el en-rentamiento entre las dos representantes del psicoan7lisis de niños de entonces, Anna ?reud y Melanie Plein, cuyas di+ergencias tcnicas implicaban pro-undas di-erencias en la comprensi"n te"rica del -uncionamiento ps(uico y de las teor(as del desarrollo. En C2&, /innicott comien1a su primer an7lisis con Fames trac*ey y en C2N combina su pr7ctica pedi7trica con la apertura de su consulta pri+ada. Mani-iesta el autor ue, pre+io a la llegada de Plein a Londres, /innicott se sent(a pionero en el campo del an7lisis in-antil, +iendo en su cl(nica diaria una insu-iciencia de las teor(as e3istentes para dar cuenta de los trastornos en el desarrollo emocional temprano. in de)ar de reconocer los con-lictos ed(picos en los pacientes neur"ticos ni la regresi"n de-ensi+a a puntos de -i)aci"n libidinal, sent(a ue 4algo estaba mal en algDn lugar6 y ue 4los trastornos comen1aban m7s temprano6 p7g.N'. !it. /innicott, C'I;. El encuentro con Plein, ue se estableci" cerca de C&2, despert" la admiraci"n de /innicott y e)erci" un impacto trans-ormador en l, al punto ue su traba)o para ser aceptado como ?ull Member de la ociedad, 4La de-ensa man(aca6, est7 pro-undamente in-luenciado por el pensamiento Gleiniano. Entre C&I y CN0 super+isa con ella. A pesar de todo esto, /innicott ir7 -or)ando una +isi"n personal ue lo lle+a a ale)arse de Plein a partir de los años cuarenta y a pensar por su propia cuenta, replanteando y rec*a1ando algunas propuestas conceptuales Gleinianas tales como el pensar el desarrollo saludable en trminos de 4posici"n esui1oKparanoide6 y las propuestas sobre la en+idia primaria. /innicott rescat" en 4na +isi"n personal de la contribuci"n Gleiniana6 C'I;, la idea de ue el an7lisis de niños era igual al an7lisis de adultos la idea de ue el material del an7lisis ten(a ue +er con las relaciones de ob)eto del niño +alori1" la tcnica del )uego como modo de traer la realidad ps(uica a la escena anal(tica pudo traba)ar los con-lictos y ansiedades in-antiles y las de-ensas primiti+as tanto en adultos como en niños no marca di-erencias tcnicas entre ?reud y Plein, ya ue a su criterio pre+alecen el cuidado por no salirse del rol del analista y la consideraci"n de la interpretaci"n como
*erramienta central de la e-icacia teraputica. Asimismo considera ue la llamada 4posici"n depresi+a6 es un comple)o estadio del desarrollo ue rebauti1ar7 como 4-ase de preocupaci"n por el otro concern;6. iguiendo con las di-erencias te"ricas planteadas por /innicott, Liberman reali1a un punteo de temas ue ser7n desarrollados luego a lo largo del libro. Remarca: la distinci"n entre 4pro-undo6 y 4temprano6 el pensar el desarrollo temprano en trminos de mecanismos de escisi"n entre ob)eto bueno y malo, o considerar la presencia cl(nica del temor a la retaliaci"n, supone para /innicott una 4renegaci"n impl(cita del ambiente6 ya ue desconoce el 4*ec*o de la dependencia6 y la importancia de una 4madre su-icientemente buena6 la -alla ambiental produce angustias inconcebibles o agon(as primiti+as la imposibilidad de describir a un beb e3cluyendo la persona ue lo atiende 4el beb no e3iste6; la )erarui1aci"n del ambiente en el desarrollo de la persona. 9ermina destacando una de las grandes cuestiones sobre las ue giraron las !ontro+ersial iscussions: el lugar de la realidad en la comprensi"n del -uncionamiento ps(uico. Los enrgicos debates all( suscitados lle+aron a la di+isi"n de la ociedad Brit7nica en los Hrupos A y B y a la constituci"n del 4grupo intermedio6 a partir de C&, Hrupo Qndependiente; con-ormado por auellos psicoanalistas ue no pertenec(an a ninguna de las dos corrientes dominantes. /innicott -orm" parte de este grupo y como bien dice el autor 4su luc*a por un lengua)e +i+o, por un psicoan7lisis en el ue cada psicoanalista pueda reapropi7rselo de un modo personal lo e3clu(a, naturalmente, de cualuier ad*esi"n incondicional6 p.I2;
CA()*UL+ 2. D-A$$+LL+ -!+C'+AL *-!($A+. #or Augusto Abello Blanco. 'ntroducción El autor sostiene ue el desarrollo emocional del beb 4es uno de los temas m7s traba)ados6 p.I&; por /innicott. En l con-luye su condici"n de mdico pediatra y de psicoanalista. Abello destaca ue, no obstante aparecer mDltiples re-erencias a cuidados corporales y estados -isiol"gicos, /innicott intenta comprender un momento +inculado a la constituci"n del narcisismo primario ue pre+iamente a sus -ormulaciones -ue poco in+estigado y su curso 4normal6 -ue dado por supuesto. A partir de /innicott en cambio se *ace notable ue ese comple)o proceso est7 e3puesto a mDltiples in-luencias y puede perturbarse. Abello sitDa en el desarrollo emocional temprano 4todo lo ue ocurre a partir del inicio de la +ida del beb6 p.IN;, auello ue la bibliogra-(a cita como pre+erbal o preed(pico.
Comien6an las di7er"encias A tra+s de oportunas citas de /innicott y de Foyce Mc ougall el autor da -orma a la idea no+edosa de ue el encuentro madreKbeb puede -allar. El -ruto de ese desencuentro podr(a mani-estarse como una potencialidad ue no se *a desplegado. Es sobre este punto ue /innicott debate con-rontati+amente con ?reud. Abello sostiene ue /innicott 4apunta a ue ?reud desatendi" el tema de los logros necesarios en el desarrollo temprano6 p.I'; ue, en opini"n del autor, ?reud consideraba garanti1ados, pues sta era para l una 4condici"n
necesaria para ue el narcisismo primario se constituyese6 p.I'; de modo compatible con la salud. Abello a-irma ue /innicott en-ati1a la importancia de la madre o de uien cumpla su -unci"n por el papel central ue le cabe en la construcci"n del narcisismo primario. #resta a consideraci"n luego una cita de /innicott en la ue di-erencia a auellos pacientes ue *an contado con materna)e adecuado de auellos ue no. U propone seguir el tema del presente cap(tulo pensando en 4temprano6 en lugar de 4primiti+o6 por re-erencia al te3to 4esarrollo emocional primiti+o6 de CNI;. /innicott di-erencia entre 4temprano6 y 4pro-undo6, siendo para Abello -undamental esta di-erencia para 4entender la psicopatolog(a6 p.I; y su aborda)e cl(nico. !ita entonces a !arlos $emiro+sGy, uien plantea dos categor(as de pacientes en la clasi-icaci"n /innicottiana: ; padecen trastornos del desarrollo pro-undos uienes *an tenido un materna)e su-iciente 4y el su-rimiento actual es deri+ado de los cl7sicos con-lictos6 p.I@;. En cambio 2; cuando -alla preco1mente la -unci"n madre su-icientemente buena, los trastornos son tempranos. Abello aclara ue la constituci"n de lo profundo al depender de la e3istencia de la pro+isi"n medioambiental, puede no ocurrir en etapas tempranas de la +ida como ser(a deseable. #odr7 originarse entonces, como el concepto innicottiano de segunda oportunidad lo indica, en cualuier momento posterior de la +ida, dentro o -uera de un tratamiento, cuando se encuentren las condiciones ue el trmino madre su-icientemente buena condensa.
Desarrollo emocional temprano El autor a-irma ue /innicott incluye como determinantes los primeros cinco o seis meses de +ida del beb, -ran)a et7rea a la ue los estudios psicoanal(ticos, con algunas e3cepciones, ad)udicaban poco +alor. Recomienda luego tener presente ue: - En
lugar de intentar de-inir -ec*as e3actas con+iene 4pensar <=> u procesos deben lle+arse a cabo para obtener u logros en el desarrollo6 p.IC;. - Los
logros alcan1ados no uedan garanti1ados. #ueden perderse.
- ic*os
logros no terminan de conseguirse en una etapa determinada, son tareas de todo el ciclo +ital.
De 8u9 tipo de pacientes 5ablamos :primordialmente; La propuesta te"rica innicottiana, sostiene Abello, presenta especial inters en el caso de los pacientes a uienes consideramos gra+es, 4pacientes ue recaban ayuda con respecto a su relaci"n primiti+a y predepresi+a6 p.'0;, es decir, anterior a la posici"n depresi+a Gleiniana. !omo idea m7s signi-icati+a destaca ue la etiolog(a de las patolog(as gra+es remite a 4estas tempranas etapas del desarrollo emocional6 p.'0;. En las neurosis, en cambio, deberemos en-ocarnos en las +icisitudes del comple)o ed(pico. Los pacientes neur"ticos 4pueden relacionarse con personas enteras sintindose ellos tambin 4personas enteras6 p. ';.
Abello distingue luego las angustias neur"ticas, ue remiten a las angustias de castraci"n, de auellas resultantes de -allos en el +(nculo primario: angustias +i+enciadas como 4partirse en peda1os, ca(da interminable, separaci"n entre psiue y soma.6 p.'; on angustias de aniuilaci"n ue /innicott di-erencia tanto de la angustia de castraci"n como de la de separaci"n. Las palabras de M Little y otros testimonios oportunamente citados por el autor e3presan estas angustias tempranas en toda su intensidad y dramatismo. Augusto Abello recalca las re-erencias a la desintegraci"n corporal, a una realidad ue parece desdibu)arse, a la desesperan1a y el desamparo totales como re-erencias comunes en los relatos.
*res procesos b
Abello sinteti1a lo esencial de la propuesta innicottiana. En ella se a-irma ue partimos de un estado de no integraci"n inicial ue atra+iesa comple)os desarrollos *acia la integraci"n. !uando sta es insu-iciente 4aparecer7n estados ue llamaremos disociados6 p.'I; o m7s e3puestos a la e+entualidad de -uturas disociaciones. #or no integraci"n 4/innicott se re-iere a estados di+ersos de los ue el niño no tiene un idea Ko una +i+enciaK con)unta o integrada6 p.'I;. As(, el niño no tiene -orma de comprobar, de sentirse siendo el mismo su)eto en los momentos de saciedad como en los de *ambre. 9ampoco en los estados alternantes de calma y e3citaci"n. Qgual acontece con el ob)eto, no puede en un principio reconocer como la misma madre a auella ue se acerca de -rente y a auella otra ue se ale)a dando la espalda. ebe integrar progresi+amente todas estas e3periencias *asta poder sentirse el mismo en distintas situaciones y estados. El autor relaciona este tema con el concepto Gleiniano de posici"n depresi+a, en el ue al integrarse el ob)eto amadopresente con el odiadoKausente en la -igura de la misma madre, surgen 4-en"menos ps(uicos nue+os <=> el sentimiento de culpa y la necesidad de reparaci"n <=>6 p.'';. El autor menciona ue en la obra de /innicott la integraci"n es el m7s abarcador y general de los tres procesos mencionados 4y ue por momentos incluye a los otros dos6 p.''; e implica ue toda la serie de +ariables ue +an desde 4la dimensi"n temporal a la relaci"n con el espacio, con el propio cuerpo y con la realidad e3terior6 reuiere ser integrada gradualmente 4en el -uncionamiento psico-(sico del beb6 pp.''K';. Abello reconoce una di+isi"n y di-erenciaci"n arti-icial entre los tres procesos b7sicos ue presenta en este apartado. #re-iere entenderlos como 4parte de un todo6 p. '; ue se presenta en -orma simult7nea. 9ambin sostiene ue 4dentro de las -unciones del analista estar7n todas las ue pro+een al paciente de auellas +i+encias y e3periencias ue deber(a *aber podido recibir de su entorno6 p.'@; y no *a recibido. e all( se
desprende el +alor ue tienen en la obra innicottiana las inter+enciones no interpretati+as y lo ue podr(amos englobar como las actitudes del analista. estaca ue el desarrollo del beb se da en un doble -rente, pues al proceso de integraci"n contribuyen tanto las e3periencias instinti+as, de -uentes end"genas, como el amplio repertorio de los cuidados brindados al in-ante, ue llegan del ambiente. El sostén
El autor lo de-ine como 4el aporte ue el entorno en general y la madre en particular pro+een <=> para ue la integraci"n del beb llegue a buen -in6 p.0;. El trmino holding abarca tanto el sentido -(sico como todo auello ue el ambiente debe pro+eer al beb antes de ue sea capa1 de establecer relaciones ob)etales. #er(odo de dependencia absoluta en el ue el beb, por carecer del registro de separaci"n yono yo, est7 in*abilitado para percatarse de la e3istencia de una madre ue le brinda los cuidados. Vstos tienen por -unci"n ue 4el potencial *eredado se con+ierta en un continuidad del ser6 p.0;. Abello e3plica ue las alternati+as son el logro del ser, es decir, de la continuidad e3istencial, o su interrupci"n aniuilatoria ue se da cada +e1 ue el beb debe reaccionar a las intrusiones del ambiente por resultar stas desorgani1antes. 4#or lo tanto, la -unci"n principal del ambiente sostenedor es la reducci"n a un m(nimo de las intrusiones a las ue el in-ante debe reaccionar6 pp.0 ;. El n-asis de /innicott en los detalles del cuidado y con-ort -(sico del beb no debe, en opini"n del autor, eclipsar las importantes repercusiones psicol"gicas ue tendr7n dic*os cuidados dependientes de una 4muy dedicada y espec(-ica relaci"n entre la madre y su beb6 p.2;. Abello retoma lo planteado por /innicott en su Dltima con-erencia pDblica, de octubre de C0. All( e3presa su pensamiento respecto del sostn como una tarea compartida en +arios ni+eles: 4<=> el beb es sostenido por su madre, sta por el padre del beb, W=> los padres del beb por el grupo -amiliar y la -amilia est7 sostenida por la sociedad6 p.&;. Alega ue el concepto de sostn, de reconocido +alor cl(nico, *a e3perimentado una importante ampliaci"n, siendo en su opini"n el psicoan7lisis relacional 4uien me)or *a tomado muc*os conceptos de /innicott para continuar con su desarrollo6 p.&; 2. La personalización
48abitar el propio cuerpo, sentirlo propio, estable, con-iable6 p.&;. Menciona Abello el aspecto inacabado de este proceso ue reuiere de nue+as e3periencias ue continDen brind7ndole soporte. As(, considera +igentes tambin en la +ida adulta las acciones de sostn, manipuleo y presentaci"n del ob)eto, aunue modi-icadas y en buena medida meta-ori1adas. #ara e)empli-icar la re+ersibilidad de este proceso y sus matices, el autor se +ale de los -en"menos de despersonali1aci"n, tanto cuando es -ruto de gra+es patolog(as o situaciones traum7ticas como cuando la -alta de sueño a-ecta el registro corporal *abitual, pro+ocando +i+encias de e3trañe1a y a)enidad del propio cuerpo. Agrega ue en los momentos iniciales del desarrollo la integraci"n y la personali1aci"n del beb tienen lugar en la madre Ko me)or
dic*o, en la unidad ue ella con-orma con su beb. i todo +a bien 4el protagonista de dic*as +i+encias pasa a ser el beb6 p.I; uien progresi+amente integrar7 en su cuerpo el erotismo y asumir7 el cuidado y la de-ensa de su cuerpo. Manipuleo (handling)
El trmino incluye en opini"n del autor los cuidados corporales y todo auello ue ocurre simult7neamente: la estimulaci"n rec(proca entre la madre y el beb, ue se compone de arrullos, miradas= 4piropos con los ue la madre tambin baña a su beb6 p.';. e trata de un 4repertorio relacional de acciones sutiles, tiernas, placenteras6 p.'; ue permitir7n gradualmente ue el beb se sienta *abitando su propio cuerpo y consiga integrar su unidad psiueKsoma. Los autores pre-ieren reempla1ar el trmino usual manipulación por el de manipuleo para e+itar la connotaci"n peyorati+a ue el primero tiene en nuestra cultura. 3. La realización
Abello postula una secuencia en la ue la integraci"n debe estar su-icientemente lograda para ue se d luego la reali1aci"n. Este proceso temati1a la -orma en ue 4el beb se ir7 relacionando con la realidad 6 p.; e3terna y los ob)etos ue la pueblan. #ara e3plicarlo Abello detalla el encuentro madreKbeb durante secuencias de amamantamiento. El beb aporta su *ambre y su oralidad, sus 4deseos predatorios6 sobre el pec*o. La madre posee el pec*o y la capacidad de aceptar la +oracidad de su beb, dando placer y alimentando. er7 ella uien al o-recerle el pec*o pondr7 en relaci"n estos dos -en"menos. $o basta con el *ec*o -7ctico o mec7nico de la alimentaci"n. ebe tener lugar 4una relaci"n mutua en la ue la madre y el niño vivan y sienta juntos” p.;. Abello remarca las ideas de relaci"n y de mutualidad como lo -undamental de este proceso. !uando el encuentro entre el beb an*elante y la madre ue o-rece su pec*o se produce -eli1mente, estamos en presencia de un momento de ilusión. El autor aclara ue ste trmino se ale)a del sentido peyorati+o ue suele con-er(rsele a lo ilusorio, ale)ado de la realidad. #or el contrario, la capacidad para ilusionarse est7 (ntimamente relacionada 4con la capacidad de sentir esperan1a6 p.@; y autocon-ian1a.
La presentación del ob&eto Abello sinteti1a el proceso de este modo: antes de acudir al pec*o el beb 4*abr7 anticipado, en nombre del mecanismo alucinatorio ya descripto por ?reud, ue el ob)eto se presentar(a en el momento ue su urgencia lo reuiere6 p.C; El pec*o aparece entonces 4y el beb puede sentir ue ese pec*o es lo ue acaba de alucinar, creando de esta -orma al ob)eto *allado6 p.C;. #rimera parado)a innicottiana: el beb crea el ob)eto ue le es presentado, lo crea gracias a ue su madre lo brinda en el momento crucial en ue el beb lo
espera. El autor subraya la importancia de dic*a parado)a como acto -undacional de la creati+idad del beb, parado)a ue no debe ser cuestionada desde la l"gica para preser+ar su +alor. Esta escena del encuentro bocapec*o es tomada por el autor para e)empli-icar un modo adecuado de presentaci"n y de relaci"n con la realidad ue resguarda la omnipotencia in-antil mientras es necesaria para el desarrollo. La presentaci"n del ob)eto es un proceso en el ue, a medida ue el beb o el niño aduiere mayores *abilidades, los adultos +an disminuyendo su mediaci"n entre ste y la realidad. Este dispositi+o en muc*os casos no es asumido adecuadamente por los padres, dando inicio a una relaci"n con la realidad en la ue se la percibe como amena1a e imposici"n arbitraria. En la obra de /innicott, a-irma Abello, la presentaci"n del ob)eto 4<=> es el complemento espec(-ico y necesario para ue el proceso de 4reali1aci"n6 llegue a buen -in.6 p.@;. Esto implicar7 ue en sus registros pro-undos el beb +i+encie al mundo y a la realidad impregnados 4con el sabor tan agradable del amor maternal6 p.@;.
La madre en la obra de Winnicott Abello retrata a la madre suficientemente buena como auella capa1 de una uni"n emp7tica con su beb ue le permita 4+i+ir y sentir )untos6 p.@2;. #uede, merced a ello, asistirlo antes de ue lo estados de necesidad se +uel+an intolerables y desorgani1antes. Qncluye tambin la capacidad de comunicarse con su beb de un modo especial, la de dis-rutar de satis-acer sus necesidades, o-reciendo as( suficiente sostn. Es tambin la madre ue desea recibir de su beb 4auello ue l o-rece incluidos los aspectos pasionalesK <=> y todo ello sin ue *aya ue *acer nada de manera consciente ni desde la +oluntad6 p.@K@2;. El autor aclara ue para /innicott solo desde el punto de +ista descripti+o e3terno se trata de dos su)etos. Madre y beb constituyen una unidad ue Abello representa como dan1ando compenetrada y sincroni1adamente, siendo el beb 4el ue lleva, el ue marca el ritmo, el ue decide intensidades6 p.@&; en una primera etapa. escribe luego a la madre en el estado de preocupación maternal primaria. $os dir7 ue se trata de un estado organi1ado en el ue la madre se repliega de su cotidianeidad. !ursa con 4muc*a e3altaci"n6 p.@&; y suele ser ol+idado una +e1 ue pasa. Es -uncional a sus tareas de crian1a, ra1"n por la cual se di-erencia de un cuadro psicopatol"gico. Qntroduce luego la -unci"n del padre, ue en estas primeras etapas consiste en sostener a la madre 4para ue ella pueda sostener de me)or manera al beb6 p.@N;. El autor señala ue se est7 re-iriendo al 4desarrollo incipiente del sel-6 antes de ue 4las pulsiones asuman protagonismo en el de+enir e3istencial del beb6 p.@N; di-erenciando luego entre: a; el deseo, ue est7 ligado al Ello y ue puede ser satis-ec*o o no satis-ec*o, en cuyo caso *ablar(amos de -rustraci"n, y b; la necesidad, ligada al Uo o al sel- y cuya insatis-acci"n a-ecta el desarrollo temprano del beb en grados +ariables. Las de-iciencias importantes en las acciones de sostn, manipuleo y presentaci"n del ob)eto tendr7n consecuencias aniuilatorias del sel- in-antil, ya
ue perturban di-erenciadamente segDn el caso, los procesos de integraci"n, personali1aci"n y reali1aci"n. Recordemos au( lo desarrollado m7s arriba sobre las alternati+as ser +ersus reaccionar! El autor en-ati1a las enriuecedoras consecuencias cl(nicas de trasladar a la relaci"n pacienteterapeuta las idea centrales acerca del +(nculo temprano madrebeb. As( /innicott propone di-erencias esenciales en lo relati+o 4a la -rustraci"n del paciente o a la abstinencia y el anonimato del terapeuta6 p.@'; entre otras. Abello sostiene ue las -allas ambientales son ine+itables y ue no todas interrumpen la continuidad e3istencial del beb. Auellas ue resultan tolerables 4+an -ormando la primera organi1aci"n del yo6, p.@; pues cada +e1 ue se +i+encia la amena1a de aniuilaci"n pero -inalmente no se con-irma, el yo crece en sus capacidades de espera, resistencia y a)uste a la realidad. 8asta au( Abello *a re-le)ado el pensamiento innicottiano en relaci"n a la etapa de dependencia absoluta. na nue+a etapa se presenta cuando el beb ya es 4capa1 de emitir señales ue dan cuenta de sus necesidades y deseos, *abr7 ue de)ar de adi+inarlos para -omentar esa capacidad e3presi+a ue ser7 la ue promue+a el desarrollo *acia la independencia6 p.@C;. i la madre no modi-ica su conducta en este punto de su relaci"n con el beb obstaculi1ar7 su desarrollo. El autor incluye luego el odio ue la madre siente *acia su beb. Ella debe ser capa1 de registrarlo para luego contenerlo, e+itando actuaciones retaliati+as. e e+idencia au( el ale)amiento de la postura de /innicott de +ersiones sensibleras del concepto madre suficientemente buena!
La capacidad para estar solos El autor recuerda ue /innicott la consideraba uno de los logros m7s importantes del desarrollo. e entre las e3periencias ue contribuyen a posibilitarla se destaca la de 4<=> estar solo en la in-ancia y en la niñe1 en presencia de la madre6 p.C2;. ?ormulaci"n parad")ica ue *ace *incapi sobre 4la calidad de la presencia de la madre6 p.C2; uien puede estar presente o representada por los detalles del entorno inmediato. Abello da -orma a la idea de ue para ue el beb 4pueda descubrir su propia +ida personal6 p.C&; es crucial la e3periencia de estar solo. esde all( podr7 contactar con su sel- +erdadero y e3presarlo. El caso contrario est7 dado cuando, pri+ado de dic*o contacto, el beb reacciona sistem7ticamente a las intrusiones del ambiente, o dic*o de otro modo, las -uentes internas son reempleadas por los est(mulos intrusi+os e3ternos;. e genera as( un 4-also sel- o -alsa e3istencia6 p.C&;. #ero, dado ue el yo in-antil es inmaduro, precisa aDn de la madre en -unci"n de yo au3iliar para lograr el euilibrio. En la etapa de dependencia relativa, dir7 el autor, podemos ad)udicarle -iguradamente al beb la -rase 4yo estoy solo6. As( 4damos por sentado ue est7 presente en l la e3istencia de una madre di-erenciada y con-iable6 p.C&;. #resencia sostenedora ue le posibilitar7 sentirse acompañado. Esta presencia se despla1ar7 a los ob)etos de su entorno.
Abello destaca la correspondencia entre la din7mica de la relaci"n madre beb y la de la dupla pacienteterapeuta, de donde deri+an importantes consecuencias tcnicas y relacionales.
La relacionalidad y el or"asmo del =o Un aspecto particular del desarrollo emocional temprano
Las di-erencias conceptuales entre necesidades del Ello y necesidades del "o tienen para el autor importantes consecuencias te"ricoKcl(nicas. ?ocali1a entones en el art(culo ue /innicott escribiera en el año C'I 4La capacidad de estar solos6, para detenerse m7s puntualmente en algunas de las ideas ue all( se plantean sobre las necesidades o capacidades del "o! A-irma luego ue el concepto innicottiano de 4relacionalidad del Uo6 surge de la necesidad de 4dar cuenta de un tipo de e3periencia o de relaci"n <=> en la ue la madre comparte con su beb un <=> clima6 di-erente de auel ue surge cuando es el Ello uien determina 4la pauta relacional y la capacidad de sentir placer <=>6 p.CN;. Abello declara ue en +irtud de este concepto 4lo pulsional Ky todo lo relati+o al Ello no alcan1ar(a para dar cuenta de muc*as de las cuestiones ue atra+iesan <=>6 p.C'; las relaciones *umanas. /innicott, dir7 el autor, propone la colaboraci"n entre relaciones del Ello y relaciones del "o! La idea central, considera Abello, 4es ue el Ello asienta sus reuerimientos sobre Ky a tra+s de un determinado "o, no en el +ac(o6. #or lo ue un impulso de Ello puede 4-ortalecer a un yo-uerte6 o bien 4-racturar a un "o dbil6 p.C';. El clímax en la relacionalidad del Yo
9al como ocurre en la amistad o en el dis-rute, por e)emplo, de las e3presiones art(sticas, 4el orgasmo del "o ser(a el 3tasis alcan1ado en situaciones altamente placenteras no regidas por lo pulsional6 p.C';. /innicott, sostiene Abello, considera ue tampoco el )uego in-antil puede remitir en su totalidad a la sublimaci"n de impulsos del Ello. i-erencia: a; 4un )uego -eli1 o )uego satis-actorio6, auel ue se inscribe en el marco de las relaciones del Uo, y del ue el niño puede dis-rutar en calma, de b; 4un )uego con e3citaci"n compulsi+a, <=> dominado por la e3periencia pulsional6 donde predomina el compromiso corporal y la descarga. En opini"n del autor esta modalidad ser(a m7s -recuente en los niños cuyo desarrollo *a sido a-ectado por algDn tipo de d-icit.
CA()*UL+ >. +$- LA *$A'C'+AL'DAD. #or Ariel Liberman. Liberman a-irma ue el concepto de transicionalidad *a sido con -recuencia entendido err"neamente 4por e3cesi+a <=> catalogaci"n de tipos de ob)etos transicionales y su correlaci"n con la patolog(a6 p.00;. ostiene ue el analista ingls se re-iere a 4un tipo de e3periencia ue se sitDa 4entre6 di-erentes oposiciones: 4#or un lado, autoerotismo, acti+idad creati+a primaria, no consciencia primaria de la deuda y, por el otro +erdadera relaci"n de ob)eto,
proyecci"n de lo pre+iamente introyectado y reconocimiento de la deuda gratitud;6 p.0;. El autor recuerda ue a /innicott le interesaba el uso del ob)eto, 4el 7mbito de e3periencia ue ese uso -undaba6 p.0; y no lo concreto del ob)eto en s(. ic*a 7rea de e3periencia es, parado)almente, 4al mismo tiempo sub)eti+a y ob)eti+a, interna y e3terna, concebida y *allada <=>6 p.0; siendo necesario aceptar la parado)a de esta -ormulaci"n para comprenderla. Menciona ue el trmino transicional 4alude <=> al mo+imiento emocional in*erente a este momento del desarrollo ue conduce 4de la dependencia absoluta a la dependencia relati+a o capacidad de preocupaci"n por el otro6 p.02;. Liberman retoma luego algunos conceptos ya desplegados en el cap(tulo sobre desarrollo temprano, pero agrega un detalle. La presentaci"n del pec*o en el momento y lugar oportuno en ue el beb est7 pronto a crearlo, enriuece las ideas pre+ias ue el beb, en +irtud de su necesidad, se -or)" respecto del pec*o. #ues el pec*o aporta datos reales: su aspecto, olor, sua+idad, calide1, etc. El autor concluye ue 4la ilusi"n genera un 7mbito de e3periencia en el ue *ay un tr7-ico constante con lo ue el mundo e3terior o-rece <=>6, 7mbito ue as( se comple)i1a gradualmente. El autor a-irma ue madre y beb con-iguran una unidad desde el punto de +ista psicol"gico, di-iriendo de lo ue un obser+ador e3terno, ue describir(a intercambios entre dos su)etos, apreciar(a. !ada polo de esta unidad in+iste al otro narcis(sticamente. La ilusi"n de omnipotencia de *aber creado el pec*o encontrado; es anterior y base necesaria sobre la ue asentar7 luego la transicionalidad. Liberman describe un mo+imiento ue +a de la ilusi"n de 4omnipotencia en relaci"n con el pec*o 4encontradoKcreado6 omnipotencia primaria; a una ilusi"n +inculada a la transicionalidad como tal, ue tiene su origen en el ob)eto transicional6 primera posesi"n noyo p.0I;. Este despla1amiento reuiere del proceso gradual de desilusi"n ue implica la prdida de la omnipotencia primaria al irse incluyendo gradualmente, en -orma no traum7tica, el noyo. iguiendo a Ogden C@'; Liberman di-erencia dos usos del concepto de ilusi"n en la obra innicottiana. El primero re-iere a lo ue acabamos de desarrollar, a la etapa de dependencia absoluta en la cual la 4ilusi"n protege al infans de un contacto prematuro <=> con la di-erenciaci"n entre el self y el ob)eto6 p.0';. El segundo sitDa la transicionalidad como 4un espacio de articulaci"n entre uni"n y separaci"n6 ue permite 4ir lidiando con la separaci"n yoKno yo6 p.0'; en el proceso ue lle+a desde la dependencia absoluta a la dependencia relati+a. El arribo a esta Dltima ya se enmarca en la posici"n depresi+a. ir7 luego ue cuando el infans y su madre comien1an a separarse 4los ob)etos y las e3periencias ue son compartidos por ellos comien1an a tener una 4cualidad noyo6,6no pertenecen ni a uno ni a otro6 p.0@;. Esto contribuye a regular el proceso de separarse sintindose al mismo tiempo +inculados. El destino de los -en"menos y ob)etos transicionales no es, a-irma Liberman, perderse ni internali1arse, sino e3tenderse y di-undirse en 4un campo de e3periencia muc*o m7s +asto, ue incluye el )uego, la imaginaci"n, el
simbolismo6 p.0@;. Menciona luego otras caracter(sticas del ob)eto transicional. ucintamente: la imposibilidad de su imposici"n al infans, su car7cter idiosincr7sico, su materialidad manipulable, ue sustenta la idea de primera posesi"n noyo. on detalladamente considerados por el autor los modos y recursos ue el in-ans instrumenta para lidiar con lo ue registra como noKyo: la constataci"n de ue las -rustraciones -inali1an, la ampliaci"n de su capacidad de espera, la 4instalaci"n de un sentido de proceso6 en los acontecimientos, el comien1o de la acti+idad mental, el empleo de satis-acciones autoer"ticas y la integraci"n de la temporalidad. A-irma luego ue si la adaptaci"n materna da lugar a las capacidades crecientes del beb 4los ob)etos se *acen reales, es decir, otros y, por lo tanto son amados y odiados. Este descubrimiento de la alteridad ir7 de la mano <=> con el despliegue de la agresi"n y el uso del ob)eto6 p.&;. Liberman rescata el +alor positi+o de la ilusi"n, ue no es pri+ati+a de lo in-antil ni de lo de-ensi+o, e3tendindose a la +ida adulta y a la e3periencia cultural.
-l espacio potencial Liberman retoma la pregunta de /innicott: 4d"nde estamos la mayor parte del tiempo cuando estamos e3perimentando la +idaS p.I;. Ese dónde alude a un espacio abstracto, 4un tercer concepto entre interno y e3terno6 p.I;, lugar desde el cual se +i+encian el )ugar y su deri+ado natural, la e3periencia cultural. En lo sucesi+o, el autor articula la creati+idad con el )uego y el espacio potencial. !aracteri1a el tema de la creati+idad en la obra innicottiana di-erenciando la acti+idad creati+a de los productos ue de ella resultan, y de-inindola como 4la ant(tesis de la complacencia6 p.'; indicati+a, esta Dltima, de en-ermedad y asociada al sentimiento de -utilidad. El )uego y la e3periencia cultural se desarrollan en ese particular espacio potencial, capa1 de 4albergar dentro de s( la parado)a ue lo sostiene: la de la uni"n y la separaci"n6 p.';. El autor recapitula luego las tesis centrales innicottianas sobre el espacio potencial y la relaci"n entre tradici"n y originalidad en el campo cultural.
CA()*UL+ ?. LA CA(AC'DAD D- ($-+CU(AC'@ (+$ -L +*$+. #or Ariel Liberman. espus de pasar re+ista a los conceptos Gleinianos de posici"n esui1oK paranoide y posici"n depresi+a, ue tanto *an in-luido el pensamiento innicottiano, Liberman presenta los aportes originales ue /innicott reali1ara como -ruto de su elaboraci"n personal de este Dltimo concepto. El autor sitDa dos te3tos de re-erencia, 4La posici"n depresi+a en el desarrollo emocional normal,6 de CI@ y 4El desarrollo de la preocupaci"n por el otro,6 de C'&. Entre ambos Liberman *ace notar un despla1amiento de e)e de la culpa a la preocupaci"n por el otro, de 4car7cter positi+o6 p.2&; y relacionado con el sentido de responsabilidad. egDn el autor, /innicott consideraba el alcan1ar la posici"n depresi+a como un logro del desarrollo saludable, ue di-erenciaba de las depresiones cl(nicas. "lo algunas de estas Dltimas estar(an relacionadas con la posici"n depresi+a, mientras ue otras remitir(an a etapas
anteriores del desarrollo emocional. Aclara luego ue 4para ue el niño atra+iese la posici"n depresi+a tiene ue *aberse constituido como una persona total ue se relaciona con personas totales. Es decir, *aber alcan1ado cierto estatus de unidad y de discriminaci"n yoKno yo6 p.2';. El autor e3amina la l(nea de desarrollo ue conduce de la 4precompasi"n o crueldad a la compasi"n <=> o preocupaci"n por el otro6 p.2'; donde resalta la responsabilidad del su)eto por el dolor y el padecimiento a)eno. !uando el beb es capa1 de integrar a la madreKmedio ambiente auella adaptada a las necesidades del beb y +inculada a las necesidades del yo; con la madre ob)eto 4atacada en los momentos de e3citaci"n6 p.2; pulsional;, est7 en condiciones de sacar las consecuencias respecto de sus acciones. Esto supone su propia integraci"n como unidad y la integraci"n de la temporalidad, procesos ambos ue Liberman +incula con la capacidad naciente de establecer relaciones de causalidad donde antes solo *ab(a sucesiones discontinuas. El autor detalla con *ondura secuencias de ataue al pec*o y reencuentros entre el beb en estado calmo y la madre no retaliati+a, ue sobre+i+e a dic*os ataues secuencias en las ue 4la dimensi"n intersub)eti+a6 se re+ela como primordial en 4la estructuraci"n de lo ps(uico6 p.2C; conducente al reconocimiento de la alteridad. Abre+ando en Ogden, Bollas y /innicott pasa a caracteri1ar la 4relaci"n de su)etos6 p.2C; en la ue cada uno puede atribuir al otro un mundo interno, dando lugar a distintas -antas(as y angustias: Las de *aber dañado al ob)eto y consecuentemente el riesgo de perderlo y las relati+as tanto al sentimiento de culpabilidad por dic*o daño como a la con-ian1a en la capacidad de repararlo, ue depender7 de ue la madre est all( para recibir los dones ue el niño le o-rece como gestos reparatorios, establecindose as( un c(rculo benigno entre ambos, ue da lugar a ue el niño pueda 4aceptar la responsabilidad de lo ue *a puesto en )uego6 p.&; ue ya no es tan penosa, pues e3iste a*ora la posibilidad de reparar al pec*o. 4Eso signi-ica ue se puede tolerar la preocupaci"n6 p.&;. El autor desarrolla las consecuencias ue dic*o c(rculo benigno tiene sobre la libertad y riue1a del despliegue instinti+o, en oposici"n a la 4in*ibici"n y el empobrecimiento general6 p.&; ue se constata cuando el *olding materno -racasa, alterando el 4desarrollo de la capacidad para sentir culpa6 p.&2;. !uando este proceso se da -eli1mente, lle+a a lo ue /innicott llama culpa +erdadera, emanada de -uentes personales, contrapuesta a la culpabili1aci"n o 4culpa implantada6 desde a-uera. El autor introduce luego el atracti+o tema del 4desarrollo de las bases psicol"gicas de la moral6 p.&&; poniendo en di7logo el pensamiento de Al-redo #ainceira, HrolnicG, Ric*ard Rorty y el suyo propio.
CA()*UL+ . -L U+ D- U +B-*+. LA C$-AC'@ D- LA $-AL'DAD C+!(A$*'DA.#or Augusto Abello Blanco. !omo recalca Augusto Abello en el inicio de este cap(tulo, la enigm7tica -rase: 4#ara la mayor parte de las personas el mayor logro es ser descubierto y utili1ado6 #.&; de alguna manera condensa ideas desarrolladas por /innicott pro+enientes del campo de su traba)o como cl(nico. 9an es as( ue el t(tulo de este cap(tulo:6El uso de un ob)eto6 pro+iene de mo+imientos
trans-erenciales obser+ados en algunos tratamientos ue lle+aron a /innicott a repensar de manera radical el lugar del analista con determinados pacientes. El autor acertadamente nos recuerda la -rase:6Me aterra pensar cu7ntos cambios pro-undos imped( o demor en pacientes de cierta categor(a de clasi-icaci"n debido a mi necesidad de interpretar. i sabemos esperar el paciente llega a una comprensi"n en -orma creadora y con inmenso )Dbilo, y a*ora dis-ruto de ese alboro1o m7s de lo ue sol(a go1ar con el sentimiento de *aber sido penetrante6 C'C, p.@; Jase /innicott, CC2;. Agrega ue para /innicott lo importante era ue el paciente reconociera el l(mite de su comprensi"n, ue solo ellos ten(an las respuestas, ue el psicoan7lisis no era una -orma de +ida y ue 4descubrieran ue el +i+ir mismo es la terapia ue tiene sentido6 C'C, p.C; Jase /innicott.CC2;. Recuerda Abello ue el trmino 4uso de un ob)eto6 reDne lo -undamental de la +ida de un su)eto y est7 re-erido a la relaci"n del in-ante con sus progenitores, a la relaci"n anal(tica y a la e3periencia cultural. A la idea del uso de un ob)eto le es esencial la posibilidad de lograr colocar el ob)eto por -uera de los -en"menos sub)eti+os, pasa)e ue le permitir(a construir un mundo -uera de la omnipotencia primaria del su)eto dando as( paso a la constituci"n del ob)eto ob)eti+o. Adem7s para ue el uso del ob)eto ob)eti+o pueda darse 4Es -or1oso ue sea real en el sentido de -ormar parte de una realidad compartida y no un mano)o de proyecciones6 caracter(stica esencial ue di-erencia la relaci"n de ob)eto del uso del ob)eto. As( en los tratamientos de pacientes -ronteri1os el uso del analista por parte del paciente se con+ierte en meta traba)osa pero necesaria. !laramente agrega Augusto Abello ue para acceder al uso de un ob)eto /innicott consideraba necesario el aporte de un ambiente facilitador pro+isto por una madre suficientemente buenaue sostendr(a la parado)a de estar all( para poder ser creada por el beb, dando lugar al nacimiento de la omnipotencia primaria, del narcisismo primario, de la capacidad de ilusi"n, de la creati+idad primaria y del ob)eto sub)eti+o ue necesariamente deber7 dar paso al principio de realidad. Este paso se basa en el concepto de 4destrucci"n6, se trata de una destrucci"n -antaseada ue para los autores reuiere ue el ob)eto sobre+i+a 4ue no se +engue de manera retaliati+a ni se repliegue6; Liberman, Ariel y Abello, Augusto, 200@; El ob)eto sub)eti+o deber7 ser destruido para pasar a e3istir como ob)eto ob)eti+o y parte de una realidad compartida. Abello nos señala au( como /innicott se di-erencia de la teor(a Gleiniana de la poca, en la ue el ob)eto e3ist(a como proyecci"n del mundo interno del su)eto.
Al"unos comentarios sobre el tema de la a"resión y el odio eñala el autor en este punto ue las posturas te"ricas -reudianas y Gleinianas reinantes reconoc(an la e3istencia de la pulsi"n de muerte. A sta le atribu(an ser una de las causas de la agresi"n )unto a la -rustraci"n por el c*oue entre el principio del placer y el de realidad. #ero /innicott no reconoce
la pulsi"n de muerte e in+ersamente +a a ser la agresi"n en su versión destructiva la ue posibilite al su)eto -uncionar segDn el principio de realidad y aceptar la realidad compartida.
La super7i7encia del ob&eto En este asunto nos reitera Abello ue la destrucci"n -antaseada del ob)eto )unto con su super+i+encia ser7 la causa de la realidad compartida, no su consecuencia. Eso s(, el proceso reuiere ue el ob)eto reciba el gesto ue incluye amor y odio, sobre+i+iendo sin respuestas retaliati+as. As( le trasmitir(a al su)eto ue ni su -antas(a destructi+a ni su -orma de amor primario acaban con l. #or otro lado ue el ob)eto sobre+i+a no signi-ica ue sea in+ulnerable, ueda tocado por el su)eto, mani-iesta su dolor, se lo *ace saber y comunica al in-ante ue eso no le gusta, ue no debe *acerlo. Es as( como el ob)eto ob)eti+o comien1a a cobrar e3istencia por -uera de la omnipotencia del beb. eñala el autor ue la destrucci"n real depende m7s del ob)eto ue de las intenciones del su)eto. U subraya la idea de una destrucci"n potencial inconciente; di-erente de una capacidad destructiva real con consecuencias en el objeto!
Es en este punto ue Abello cree ue la destrucci"n debe considerarse de naturale1a relacional y no indi+idual ubicando a /innicott como uno de los autores ue comien1an a pensar relacionalmente. er7 en la manera de los pacientes de relacionarse con nosotros donde +eremos las *uellas de las respuestas del ob)eto y sus consecuencias en el desarrollo del in-ante. Algunos podr7n o no *acer uso de nosotros como ob)eto. En auellos pacientes -ronteri1os la tarea ser7 pro+eerlos de esa capacidad.
Al"unos comentarios sobre los conceptos de destrucción y a"resión primaria en relación con el paradi"ma relacional !on acierto el autor nos +a introduciendo a las ideas de /innicott acerca de la agresi"n uien no la considera necesariamente correlato de la -rustraci"n. Es la e3periencia cl(nica lo ue lo lle+a a +incular la agresi"n con la e3citaci"n m7s ligada al amor primario, a una sobrecarga +ital ue a la -rustraci"n o a una intensi"n *ostil. Abello muestra como /innicott di-erencia lo ue puede ad)udicarse como intencional al beb, de auello ue es signi-icado por el adulto. #or e)emplo los mo+imientos incontrolados erotismo muscular;, llorar, berrear, patear ue no pueden considerarse como agresi+os ya ue el bebe no esta aDn constituido como persona. Es au( donde Abello destaca la perspecti+a relacional del en-oue /innicottiano .Ua ue ste considera de +ital importancia para la maduraci"n emocional del beb a los di+ersos signi-icados ue el ambiente otorga a esos espont7neos gestos +itales. er7 m7s tarde con la integraci"n del yo del beb cuando se le podr7 otorgar intencionalidad.
El autor señala la distinci"n cl(nica ue *ace /innicott entre auellos niños ue pueden e3presar sus mociones pulsionales agresi+as y auellos ue las in*iben arrastrando con esta in*ibici"n su capacidad creati+a. Menciona por otra parte ue tambin los sueños tramitan estas pulsiones agresi+as, en ellos el su)eto destruye y mata en su -antas(a. ostiene Abello ue a pesar de ue /innicott no lo e3plicita, de su lectura se desprende el *ec*o de ue al despertar el su)eto comprueba ue nada de lo destruido durante el sueño lo -ue en realidad, ue los ob)etos *an permanecido intactos, y ue ser7 de estas sucesi+as constataciones como el in-ante ir7 regulando el alcance de su omnipotencia primaria. Recalca el autor la importancia de la relación entornoK beb; en la tramitaci"n de la agresi"n de cada su)eto. Al tiempo ue nos recuerda ue en el traba)o de C'C, 4El uso de un ob)eto en el conte3to de Moisés y la religión monote#sta” Jase /innicott, CC e; /innicott postular7 el concepto de amorKluc*a. Esbo1ando la idea de ue la moci"n primera o pulsi"n es algo ue llamar7 4destructi+idad6 pero ue tambin *ubiera podido llamar amorKluc*a combinada. e trata de una unidad primaria cuyo destino depender7 de la respuesta del entorno. Menciona Abello la perspecti+a /innicottiana acerca de la agresi+idad adulta C&C; /innicott 200g; uien la postula -ormando parte de todas las relaciones, considerando ue no debe ser curada sino solo reconocida y permitida. Agrega el autor ue /innicott no es ingenuo respecto a la agresi"n ya ue considera ue si -uera inmane)able deber(a ser la )usticia la encargada de ella. El autor buscando sinteti1ar la importancia del +alor de la agresi"n en la obra de /innicott toma palabras de Bous*ira y urieu3, para /innicott 4sin agresi+idad no *ay amor, ni puede *aber su)eto ni ob)eto ni realidad compartida;, ni creati+idad6 Jase Bous*ira y urieu3, 200I;. ostiene ue el tema del uso de un ob)eto permite tambin entender poru para el adolescente es m7s importante ser auello ue su destructi+idad adolescente le obliga, ue lo ue reciben de la generosidad de sus padres. U ue es a*ora la sociedad la ue debe mostrarse sobre+i+iendo sin represalias. Retomando la cita del inicio de este cap(tulo Abello considera ue auello ue el ob)eto e3perimenta cuando el su)eto *ace uso de l es el go1o de ser encontrado, el go1o de ser reconocido, de ser percibido y tratado como nosotros mismos. A-irma el autor ue esto solo es posible en una relaci"n en la ue se perciba el es-uer1o por relacionarse con otro distinto de m#,independiente y en la ue se recono1ca algDn grado de alteridad.
CA()*UL+ . -$DAD-$+ = AL+ -L. #or Ariel Liberman. En este cap(tulo el autor trata de esclarecer los sentidos, siempre comple)os, de los conceptos de +erdadero y -also sel- y reali1ar una articulaci"n entre los mismos. 9oma como e)es de lectura 4La mente y su relaci"n con el
psiuesoma6 CNC;, 4La distorsi"n del yo en trminos de +erdadero y -also sel-6 C'I; y 4El papel de espe)o de la madre y la -amilia en el desarrollo del niño6 C;.
-l concepto cl%nico de 3also sel3 Liberman nos recuerdan au( ue /innicott comien1a a re-le3ionar sobre este tema a partir de su e3periencia con pacientes ue atra+iesan -ases de 4regresi"n a la dependencia6 en el an7lisis. urante estos per(odos es posible pro-undi1ar en las e3pectati+as y necesidades ue estos pacientes ponen en )uego en los momentos de 4e3trema dependencia6. A partir de la met7-ora de la c7scara y el nDcleo en-ati1a ue la unidad primaria en trminos de desarrollo no la constituye el indi+iduo sino la 4organi1aci"n ambienteKindi+iduo6. n desarrollo saludable se reali1a a tra+s de un despla1amiento del 4centro de gra+edad6 del sel- desde la -usi"n primaria a una locali1aci"n en el cuerpo propio como entidad ue comien1a a tener una e3istencia;. Es a tra+s de la cl(nica ue /innicott +a articulando la di-erencia entre un sel- +erdadero ue se mue+e centr(-ugamente del centro *acia -uera, creando y *allando un mundo; y un sel- -also ue se desarrolla centr(petamente, de a-uera *acia adentro; ue se encuentra al ser+icio de proteger al sel- +erdadero. estaca como caracter(stica predominante del -also sel-, el sentimiento de -utilidad, de-inido como 4la incapacidad de sentir las e3periencias como reales6, y cuya -unci"n de-ensi+a consiste en proteger al +erdadero sel- de las intrusiones del medio y de sus -allas de adaptaci"n cuando son sistem7ticas 9oma el autor el concepto de 4trauma acumulati+o6 de Masud P*an, para en-ati1ar ue los desencuentros entre el su)eto y el medio no son aislados o puntuales sino ue son reiterati+os y silenciosos y tendr7n un car7cter traum7tico, a posteriori, por acumulaci"n.; La -unci"n de-ensi+a del -also sel- se organi1a en torno a la disociaci"n de las propias necesidades Aclara au( el autor ue *a pre-erido seguir manteniendo la ambigXedad entre los conceptos de disociaci"n y escisi"n;. /innicott coloca el origen de ciertas patolog(as en la -alla ambiental reiterada, pri+ilegiando este punto de +ista sin desconocer otros -actores. El -also sel- ser7 una de las e3presiones del -allo materno en pro+eer un ambiente ue -acilite un crecimiento saludable. La cl(nica de los pacientes en los ue predomina el -also sel- se +i+encia con sentimientos de -utilidad, irrealidad, +ac(o, sin sentido, arti-icialidad parad")icamente en personas ue suelen tener 3ito en sus acti+idades. La -alsedad no radica en el 4contenido6, sino en la calidad de la e3periencia, en la precariedad de su apropiaci"n. La 4-alsedad6 de esos patrones de e3presi"n tiene la contracara de la amena1a del derrumbe, la aniuilaci"n, angustia central de esta problem7tica. Otro punto ue destaca el autor es la complacencia tambin traducido como sumisi"n; $os recuerda la di-erencia ue planteara /innicott acerca de las necesidades del yo y las necesidades del ello, destacando ue si no se 4+a al encuentro6 de las necesidades del yo se en-renta al in-ans con un -also dilema:
o toma sumisamente lo ue le dan al precio de disociar lo ue necesitaK, o rec*a1a al otro eligiendo la -rustraci"n para mantener cierta integridad a costa de un empobrecimiento enorme. Juel+e a preguntarse por los or(genes del -also sel-, para desarrollar otra de las parado)as innicottianas: los dos e3tremos del continuo de los cuidados maternos, la 4madre su-icientemente buena6 y aulla ue no lo es, siendo la primera la ue +a al encuentro de la omnipotencia del in-ans permitindole la ilusi"n de 4encontrarKcrear6 la realidad ue ella le +a presentando. La realidad es as( *allada y no impuesta E)e importante en la concepci"n del desarrollo de este autor;. e detiene luego a re-or1ar la importancia de la -unci"n de la madre como espe)o del niño ue +e al beb y re-le)a lo ue +e en l. ostn y mirada, dice, ue posibilitan e3istir en una intersub)eti+idad ue es condici"n de e3istencia creati+a: cuando +eo ue soy +isto, e3isto. !uando se da un -racaso materno, la madre sustituye con su propio gesto el gesto espont7neo del niño y ste es complaciente al precio de de)ar de lado sus propias necesidades disoci7ndolas. 4Esta complacencia por parte del in-ans es la -ase m7s temprana del -also sel- y es propia de la incapacidad de la madre de interpretar las necesidades del in-ans6 cit. p.', /innicott, C'0;. i no puede comprender emp7ticamente durante el per(odo de -usi"n, ni *acerlo por medio de signos en el per(odo de separaci"n, el saber materno aplasta, e3igiendo un desarrollo complaciente -also; ue deteriora la capacidad creati+a del in-ans. !omplacencia ue produce como e-ecto el aislamiento del niño. !omo estrategia de sobre+ida para protegerse del caos aparecen los conceptos de 4mente6 o 4-unci"n intelectual6 y la disociaci"n La mente trata en los comien1os de e3plicar las -allas de adaptaci"n ambiental y de instrumentar un sistema de anticipaci"n ue le permita me)orar las condiciones, con+irtindose en una 4niñera6;. El autor sinteti1a de la mano de #ainceira a la e3istencia -alsa, diciendo ue: no es -ruto del desarrollo espont7neo sino de la reacci"n no es -ruto de la creati+idad innata sino de un intento de super+i+encia no se desarrolla a partir del polo beb sino del polo mam7 a tra+s de la introyecci"n masi+a del mundo materno asumir7 las -unciones maternas cuidando, ocultando y *aciendo desaparecer al +erdadero sel- y adoptar7 una pauta adaptati+a de sumisi"n autom7tica en relaci"n a las e3pectati+as del medio complacencia;.
/rados del 3also sel3 Qntroduce a continuaci"n una di-erenciaci"n de grados de -also sel- entre la patolog(a se+era y la salud, colocando en uno de los e3tremos al -also sel- complaciente y escindido y en el otro e3tremo a un -also sel- propio del desarrollo saludable Vste tambin tiene como -unci"n proteger al +erdadero sel- pero sin necesidad de recurrir a la escisi"n como 4-ractura6 sino a una 4escisi"n del sel- como logro del crecimiento personal6;. istingue cinco grados de -also sel-: a; el -also sel- se establece como real, ocultando al +erdadero sel- pacientes ue denomina 4predepresi+os6, m7s cercanos a los esui1oides o borderlines; b; el -also sel- es reconocido como potencial c; -also sel- cuya preocupaci"n es encontrar las condiciones ue *agan posible ue el +erdadero sel- se *aga presente incluso la destrucci"n del sel- total para e+itar la
aniuilaci"n del +erdadero sel-; d; -also sel- ue se establece sobre identi-icaciones e; el -also sel- protege la intimidad.
-l concepto de 7erdadero sel3 Qnsiste el autor en este punto en ue la noci"n de +erdadero sel- es elusi+a y cuesta apre*enderla ya ue est7 articulado con el concepto de -also sel- y se +a comple)i1ando. #arte del supuesto de ue el gesto espont7neo es el +erdadero sel- en acci"n y ue s"lo el +erdadero sel- puede ser creati+o y sentirse real. $o es respuesta a un est(mulo e3terno. El +erdadero sel- recoge los detalles ue surgen de la e3periencia de estar +i+o y sentirse real, destaca, es m7s ue e3istir ya ue supone encontrar una -orma de e3istir como uno mismo, creati+amente aspectos ue no deben darse por sentados implican una potencialidad ue no tiene una +ida asegurada y corren el riesgo de perderse si no se cuenta con un ambiente ue los reciba, con un otro signi-icati+o ue los sostenga y estable1ca la 4continuidad del estar siendo6;. e introduce au( otra parado)a: 4el in-ans es a la +e1 dependiente e independiente6. $os pide ue atendamos al potencial *eredado, al proceso madurati+o y a la +e1 nos señala ue ste depende de la pro+isi"n ambiental para su e+oluci"n, para concluir diciendo ue el proceso madurati+o no -abrica al niño sino ue a lo sumo permite ue realice su potencial. ?inali1ando el cap(tulo +ierte di3erentes opiniones sobre el concepto de 7erdadero sel3,recogidas del pensamiento de Adams #*illips, Al-redo #ainceira, im"n HrolniG, !*ristop*er Bollas y tep*en Mic*ell, intentando acercarse a este escurridi1o signi-icado. Recurre tambin al mismo /innicott uien interrogado por Feaninne Palmano+itc*, intenta una de-inici"n del +erdadero sel-: /innicott, C0 cit. pp.@IK';. Me preguntaba si era capa1 de escribir algunas notas sobre este trmino, pero, por supuesto, desde el momento en ue me puse a ello me di cuenta de ue *ab(a muc*a incertidumbre, incluso en mi propia mente, sobre su signi-icado para m(. Escrib( lo siguiente: para m( el sel-, ue no es el ego, es la persona ue yo soy, y solamente yo, ue posee una totalidad basada en las operaciones del proceso madurati+o. A mismo tiempo, el sel- tiene partes y est7 constituido por ellas. Esas partes se aglutinan en una direcci"n interiorK e3terior en el curso del proceso madurati+o au3iliadas segDn el caso en un grado m73imo al comien1o; por el ambiente *umano, ue sostiene y manipula y, de una manera +i+a, -acilita. <=> Es el sel- y la +ida del sel- los ue dan sentido a la acci"n o al +i+ir desde el punto de +ista del indi+iduo ue *a crecido y ue continDa creciendo desde la dependencia e inmadure1 *acia la independencia y la capacidad de identi-icarse con los ob)etos maduros de amor sin perder su identidad indi+idual.
CA()*UL+ E. LA *-D-C'A A*'+C'AL. D-L'CU-C'A. #or Augusto Abello Blanco. 'ntroducción. -l marco 5istórico
D-($'AC'@
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esde el inicio el autor nos aclara ue tanto el t(tulo como el subt(tulo remiten a un art(culo y a un libro ue engloba la mayor(a de los traba)os acerca de este tema, ue son muy +ariados y -ueron presentados ante pDblicos di+ersos. $os recuerda asimismo la importancia del marco *ist"rico los niños e+acuados en la segunda guerra mundialK ue marca otra l(nea te"rica cl(nica en los desarrollos de . /innicott l(nea poco di-undida pero ue con)uga las particularidades ue le toc" +i+ir como pediatra y miembro del #lan de E+acuaci"n de #ersonas luego !omit de Qn+estigaci"n sobre el !uidado de $iños eparados de sus #adres y -inalmente Ley de Menores de CN@K, +ariables ue in-luyeron en su concepci"n de la realidad e3terna y el lugar de pri+ilegio ue le otorga a la misma di-erenci7ndola de la realidad ps(uica;. Estas cuestiones -orman parte de la ecuaci"n personal del analista y nos ayudan a entender la articulaci"n ue /innicott *ace entre el ambiente, la realidad ps(uica y sus dinamismos. e destaca en esta introducci"n la necesidad de incluir la realidad para poder comprender al su)eto, en sus aspectos saludables como en sus padecimientos, sobre todo en casos de situaciones traum7ticas. 8ace particular *incapi en el *ec*o de ue 4si las cosas andan bien6 es posible seguir traba)ando con las categor(as cl7sicas del psicoan7lisis, pero recomienda especial atenci"n a aullos niños ue ya *ab(an presentado di-icultades en su desarrollo antes del momento de la e+acuaci"n. Estos niños -ueron alo)ados en instituciones pDblicas, armadas con euipos multidisciplinarios, con la con+icci"n de ue *ab(a muc*as -ormas de inter+enir en salud mental y era posible obtener cambios en las condiciones de +ida de las personas. Esta singular e3periencia le sir+e para articular los *alla1gos en el campo del desarrollo emocional temprano con las obser+aciones de las +i+encias en los niños depri+ados. osten(a /innicott ue las crisis ue presentaban los niños y adolescentes *ab(a ue +i+irlas con ellos antes ue reaccionar ante ellas, con+encido de ue si se abordaban con un mayor compromiso +i+encial, la 4tensi"n disminu(a y se reno+aba la con-ian1a y la esperan1a6 cit. !laire /innicott, CIN p.CI;. Aclara Abello ue si bien la palabra depri+aci"n no e3iste en el diccionario de la R.A.E. *an optado por mantener esta traducci"n por la pregnancia ue el trmino tiene en nuestro medio. Asimismo /innicott di-erencia entre depri+aci"n y pri+aci"n, siendo la segunda m7s cr(tica y con peores consecuencias en el desarrollo, en tanto ue la pri+aci"n ser(a un grado no patol"gico de carencia. Otra idea ue rescata Abello es el +alor de la relaci"n es a partir de ella ue en-ati1an la posibilidad de transmitir cambios y mensa)es, y no s"lo a tra+s de la palabra, conectando esta idea con el actual conocimiento relacional impl(cito, destacando la importancia de lo 4pre+erbal6 ue podr7 encontrar en la relaci"n 4su medio m7s genuino y natural para ser compartido6 p.C';
La tendencia antisocial como concepto En este apartado encontramos ue ba)o el amplio concepto de 4conducta antisocial6 se engloban distintos -en"menos ue +an desde la +oracidad del beb y el descontrol de es-(nteres, pasando por la capacidad de -astidiar, *acer l(o y crear ambientes con-licti+os, *asta los actos psicop7ticos ue +an de la
mentira al robo y la destructi+idad. A estas e3presiones de la tendencia antisocial se la nombra algunas +eces como 4trastornos de conducta6 y otras 4trastornos del car7cter6. $os recuerda el autor la importancia de la dotaci"n ambiental en el pensamiento innicottiano como +ariable e3plicati+a -undamental articulada con la +ida ps(uica del su)eto;. Esto marcar7 una -orma de pensar los aborda)es cl(nicos con su cuota de creati+idad. estaca la toma de conciencia ue tanto /innicott como Bolby en esos años C&C; *acen sobre la relaci"n ue se puede establecer entre depri+aci"n y delincuencia, al punto de sostener ue el *ec*o de tener ue abandonar un *ogar puede eui+aler a un 4apag"n emocional6 y dar origen a una 4gra+e alteraci"n del desarrollo de la personalidad, capa1 de perdurar toda la +ida6 cit. /innicott C&C, p.C@;. $os introduce -inalmente en otra de las parado)as ue *abita el pensamiento de /innicott: la delincuencia como s(ntoma de esperan1a. $os aclara ue lo original del concepto no es la descripci"n del mismo sino pensar ue la conducta antisocial incluye un signi-icado inconsciente con un +alor positi+o y esperan1ador para el su)eto y ue, dependiendo de la respuesta del entorno, ser7 posible conseguir logros positi+os. Resalta el aspecto relacional nue+amente: la conducta antisocial aduiere +alor positi+o, siempre y cuando el ambiente su par en la relaci"nK responda de -orma apropiada.
Dos re3erencias al tema en la obra de reud En este punto recurre a ?reud uien tambin se *ab(a ocupado de estos asuntos, pero desde una "ptica di-erente. ?reud postula ue el acto delicti+o tendr(a como origen una din7mica intraps(uica: el su)eto se +er(a lle+ado a delinuir para poder ligar el sentimiento de culpa ue lo aue)aba a determinados *ec*os. in esa -icticia liga1"n entre culpa y delito mani-iesto, el su)eto uedaba librado a una angustia intolerable. En C', en 4Los ue delinuen por conciencia de culpa6 señala ue la conciencia de culpa pree3iste a la -alta. /innicott se muestra de acuerdo con ?reud en su art(culo de CI@ 4El psicoan7lisis y el sentimiento de culpa6, aclarando ue la *ip"tesis de este Dltimo se corresponde con los 4casos normales6. i+ide en dos grupos: los actos ligados a la picard(as in-antiles: robo, mentira, destructi+idad y enuresis, actos ue se reali1an como intento de dar sentido al sentimiento de culpa, y las conductas antisociales ue ya no son 4normales6 y donde el sentimiento de culpa no )uega el papel de regulaci"n. Las di-erencias aparecen a la *ora de interpretar u signi-icados tienen esas conductas. #ara ?reud el niño d(scolo busca un castigo y logrado ste ueda calmo y satis-ec*o. En tanto para /innicott la pregunta es si a tra+s de la condici"n de d(scolo no estar(a el niño tratando de *acer un pedido de au3ilio tratando de buscar un control, un l(mite ue incluya la -unci"n de sostn dentro de un ambiente s"lido y con-iable. Aparece otra +e1 la +ertiente relacional: 4deseaba un castigo o necesitaba la cuota de contacto ue est7 incluida en todo castigoS6 p 20;. Otra re-erencia -reudiana a la ue *ace menci"n es la ue aparece en 4Las e3cepciones6 C'; en donde aparecen su)etos ue se resisten a aceptar el principio de realidad, manteniendo el principio de placer. Estos su)etos se
sienten una e3cepci"n y reclaman pri+ilegios por un su-rimiento ue los *ab(a a-ectado en su temprana in-ancia, sintindose con derec*o a reclamar un resarcimiento por esas tempranas a-rentas a su narcisismo. La di-erencia ue señala el autor es ue en tanto ?reud minimi1a los *ec*os sucedidos en la temprana in-ancia, no e+aluando las consecuencias de auello ue *a ocurrido realmente en su +ida, descart7ndolo como +ariable e3plicati+a y tom7ndolo como coartada, /innicott toma en cuenta las +i+encias del in-ante y propone pensar ue, as( como *ayan sido las primeras e3periencias del peueño y de cu7l *aya sido su tramitaci"n ps(uica, as( ser7 el desarrollo emocional del su)eto. A lo ue se en-renta el niño es a la depri+aci"n y en nombre de ese su-rimiento temprano reclama al ambiente como puede a tra+s del -astidio, transgresiones, etc.K auello ue cree ue se merece.
'deas centrales en relación a la tendencia antisocial Al en-ocar la tendencia antisocial, /innicott se centra especialmente en los niños no se re-iere a 4delincuentes6 y cuando los menciona procura comprender el delito como una en-ermedad psicol"gica. escribe niños e3pulsados del 7mbito educati+o, niños con los ue nadie puede, niños +iolentos ue )uegan de manera *ostil y agitada, niños di-(ciles, niños imposibles, niños ingobernables. #ara estos niños /innicott desaconse)aba el psicoan7lisis como tratamiento, siendo sin embargo la lectura del problema claramente psicoanal(tica, oscilando entre la re-le3i"n te"rica, diagn"stica y etiol"gica del asunto y las indicaciones cl(nicas consideradas por muc*os, poco anal(ticas o re+olucionarias para la poca. Abello destaca la posibilidad de incluir nue+os aborda)es e inter+enciones ya ue esto implica, segDn /innicott, poder pensar por -uera de las escuelas e ideas consensuadas, *aciendo uso de una *onestidad intelectual y con+encido de ue as( el psicoan7lisis puede a+an1ar y no morir. Entre los or(genes y causas de la tendencia antisocial se mencionan: La deprivación, pensada como la prdida de 4ciertas caracter(sticas de la +ida *ogareña6 luego de *aberlas tenido y dis-rutado, entendiendo por +ida *ogareña los aportes primordiales en la +ida del beb, -undamentalmente el sostn. e insiste en la prdida de algo bueno ue les *a sido uitado por un lapso tan prolongado ue ya no pueden mantener el recuerdo de la e3periencia +i+ida. e Qntroduce as( la -alla se+era ambiental en la etiolog(a de la tendencia antisocial, considerando ue tambin el ambiente en trminos de pro+isi"n ser7 el ue deba estar presente en el momento de la cura, otorgando 4cuidado y comprensi"n6. El ambiente: es llamado a inter+enir. 9anto terapeuta como sociedad deben *acerse cargo del mane)o de la situaci"n en la cual no bastan s"lo las palabras.
La esperan$a : $ue+a parado)a planteada al decir ue la tendencia antisocial implica una esperan1a y ue cuando un niño abriga esperan1as sus s(ntomas incluyen robo, +iolencia y reclamos, a di-erencia del desesperan1ado ue no presenta sintomatolog(a molesta. Re-iere tambin el autor dos +(as de e3presi"n pri+ilegiadas para esta tendencia: el robo y la destructi+idad. El primero es +isto como la intenci"n de buscar en otra parte auello ue le -ue sustra(do tra+s de la depri+aci"n. En el gesto de robar *ay un signi-icado de reencontrarse con lo perdido bDsueda del ob)eto, con un desencuentro el niño ue roba busca a la madre sobre la ue tiene derec*os y no el ob)eto robado en s(. erec*os sustentados por la primera parado)a innicottiana: el niño siente ue es l uien crea a la madre en los primeros encuentros, Kmadre ue a su +e1 est7 all( para ser encontradaK, y en tanto creador tiene derec*os sobre la misma, derec*os ue est7n detr7s del acto de robar.; La destructi+idad representa la esperan1a del niño de encontrar 4un grado de estabilidad ambiental capa1 de resistir la tensi"n pro+ocada por su conducta impulsi+a busca un suministro ambiental perdido, una actitud *umana en la ue el indi+iduo pueda con-iar y ue, por ende, lo de)e en libertad para mo+erse, actuar y entusiasmarse6 cit. /innicott CI', p.20;. Resalta la idea de ue la -alla ambiental Kue produce depri+aci"n y a la +e1 genera las conductas antisocialesK se produce en un momento e+oluti+o en el cual el beb puede percibir ue la causa del desastre radica en esa -alla. U esta prdida supone la supresi"n u obstrucci"n del incipiente proceso de sociali1aci"n.
-4presiones tempranas de la tendencia antisocial e mencionan entre las e3presiones tempranas: el -astidio. Ligado a la destructi+idad, el niño siente, transmite y contagia agresi+idad a tra+s del -astidio. e le da una connotaci"n optimista y esperan1adora, pensando ue ese -astidio lle+ar(a a la -igura de sostn a o-recer un gesto cariñoso intentando uni-icar lo agresi+o con lo libidinal. La +oracidad: 4si un beb se muestra +ora1 es porue e3perimenta cierto grado de depri+aci"n y cierta compulsi"n a buscar una terapia por medio del ambiente6 cit. /innicott CI', p.2I;. e suman como mani-estaciones tempranas las acciones ue llamen la atenci"n del entorno y ue logren ser disrupti+as, tales como la enuresis, los problemas de conducta en el colegio y los )uegos en los ue predomina la e3citaci"n motri1.
Aborda&es cl%nicos de la tendencia antisocial El tratamiento individual
Las primeras consideraciones re-eridas a la terapia indi+idual +an de la mano del concepto de madreKterapeuta. !oncepto ue di-erencia del amor maternal primario, llam7ndolo adaptaci"n teraputica de la madre. Ante las demandas +oraces del beb *ay una madre dispuesta a satis-acer y a compensar a ese beb por la depri+aci"n su-rida. $ue+a parado)a: la madreKterapeuta coincide
con la madre depri+adora. /innicott desaconse)a el psicoan7lisis indi+idual para estos casos sobre todo cuando es el Dnico aborda)e. Lo recomienda como un paso posterior al primer aborda)e consistente en un tratamiento con marco institucional y con aportes ambientales. En caso ue sea posible una psicoterapia indi+idual propone ue el traba)o se realice en la 1ona de los -en"menos transicionales, curiosamente el 7rea del )uego y del arte ue se +e cercenada en estos pacientes. En los casos m7s gra+es, reuerir7 un tratamiento ue incluya una regresi"n a la dependencia. El abordaje institucional. La unción de los albergues
El aborda)e institucional ue propone incluye la internaci"n en albergues acondicionados segDn las ideas innicottianas y con personal entrenado en la materia no un lugar como dep"sito, lugar puniti+o y antesala de la c7rcel sino como ambiente -undamental en el desarrollo emocional del niño. El supuesto sigue siendo optimista: el niño tu+o e3periencias buenas ue luego perdi" si ese buen comien1o nunca se dio, el albergue no tiene posibilidad de crearlo. Ese momento de esperan1a radica en ue se puede inter+enir pensando las conductas antisociales como gestos ue buscan curaci"n en la esperan1a de ue las cosas puedan ser de una manera distinta. U el ambiente sobre+i+e a los ataues del niño estableciendo una nue+a relaci"n con l. El ambiente soporta la agresi"n sin responder de -orma +engati+a, intenta reparar lo dañado, entiende ue esos actos *ablan m7s de una relaci"n ue de un acto indi+idual, intentando darles un signi-icado. !uidado y protecci"n son las cla+es, ue muc*as +eces se critican como e3cesi+amente maternales. La de-ensa ue *ace el autor del pensamiento de /innicott es ue el cuidado y la protecci"n arman psiuismo, construyen las bases primarias y -undamentales para ue sobre ellas se asienten m7s tarde las comple)as tramas del desarrollo ps(uico. El supuesto es ue -altaron relaciones tempranas ue den un andamia)e necesario para la construcci"n del psiuismo patolog(as del d-icit;. En-ati1a la importancia de la e3periencia relacional, alentando a ir al encuentro de las mismas y +i+irlas, te)iendo as( las bases ps(uicas sobre las ue anidar7n las e3periencias pulsionales del su)eto. $os ad+ierte de las di-icultades de esta tarea: no es sencillo recurrir a los procesos ue -allaron en el desarrollo del beb para poder desde all( armar un escenario ue represente una segunda oportunidad, logrando conseguir ue el ob)etoKmadre o alguno de sus sustitutos, se presente de -orma tal ue el su)eto sienta ue *a encontrado alguien a uien amar y de uien recibir sostn. La -unci"n del albergue ser7 entonces la permanencia, la estabilidad, el cuidado y la pro+isi"n tanto de necesidades concretas tales como tec*o, comida, abrigo y sostnK como de la internali1aci"n de ese suministro ambiental y la creaci"n de un ambiente interno ue sostenga desde dentro y ue genere esperan1a y la ilusi"n de relacionarse con el mundo e3terno en me)ores condiciones. El autor sabe ue el tipo de terapia planteado es una 4psicoterapia ue no se puede describir en trminos de *acer la interpretaci"n correcta en el momento adecuado6 cit./innicott C0, p. 22';.
CA()*UL+ F. LA CU-*'+- *GC'CA. #or Ariel Liberman. F.1# 'ntroducción.
En el marco de lo ue Liberman denomina 4bre+e introducci"n6 nos encontramos con un largo cap(tulo ue se inicia con una ad+ertencia acerca del lugar ue ocupan las as( llamadas 4cuestiones tcnicas6. Los temas centrales ue rescata en este recorte son: el )ugar, la regresi"n a la dependencia y la interpretaci"n. #arte de la consideraci"n de un triple conte3to para esta lectura: el conte3to *ist"rico, el conte3to actual y el conte3to personal, permitindose una recreaci"n, aclara, a partir de sus propias necesidades y condiciones personales y de poca, tratando de permanecer lo m7s cerca posible a las ideas de /innicott a la +e1 ue +a introduciendo otros +rtices de lectura ue siente con mayor a-inidad Qncluye entre otros a #*illips, Rousillon, Aron, #i1er, Hreen;. Liberman sostiene la parado)a ue implica el respeto por el maestro y sus ideas, y el crecimiento personal ue conlle+a la digesti"n y elaboraci"n de las ideas propias: 4s"lo *ay originalidad sobre la base de la tradici"n6. Jalori1a la apertura de -ronteras en el campo de la teor(a de la tcnica, consistente no s"lo en abordar 7reas ue el psicoan7lisis cl7sico no consideraba, sino en de)arse a-ectar en un 4e-ecto de retorno6K por nue+os conte3tos e in+entar nue+os modos de e3ploraci"n ue implican la modi-icaci"n de concepciones te"ricas y pr7cticas. Re-le)a la idea de creati+idad de /innicott al mostrar su modo personal de combinar y mantener la tensi"n entre el saber acumulado y lo personal de la apropiaci"n.
F.2# La re"resión a la dependencia !roceso analítico " cambio del tipo de consulta
La regresi"n a la dependencia -ue uno de los e)es centrales en la re-le3i"n de /innicott acerca del proceso anal(tico, llegando a sostener ue atra+esar una -ase de regresi"n a la dependencia -orma parte del proceso anal(tico mismo y no s"lo da las patolog(as gra+es como psicosis, borderlines y esui1oides;. La regresi"n a la dependencia no se circunscribe a las Dltimas -ases de un an7lisis como tampoco ocurre de entrada al mismo. e necesita ue el paciente pruebe la con-iabilidad del marco anal(tico para poder a+enturarse en ceder la protecci"n ue tiene el -also sel- /innicott parte del supuesto de la regresi"n a la dependencia para abordar las problem7ticas cl(nicas del -also sel-, regresi"n ue permite ue se pongan en )uego las -allas ambientales tempranas ue se encuentran en el origen de estas patolog(as, dando lugar a una segunda oportunidad para el desarrollo.; El autor reali1a un recorrido *ist"rico del concepto, destacando ue la preocupaci"n cl(nica comien1a ya en los años cuarenta, para plasmarse e3pl(citamente en CIN en su te3to 4Aspectos metapsicol"gicos y cl(nicos de la regresi"n dentro del marco psicoanal(tico6 Rescata 4El desarrollo emocional primiti+o6 de CNI, como punto de partida de sus aportes m7s originales en donde e3presa ue lo ue precede a la primera relaci"n de ob)eto, 4la unidad no la constituye el indi+iduo sino la organi1aci"n ambienteKindi+iduo6 cit. /innicott CI2, p.2&;.
#ntecedentes del texto de 1$%&
En este e3*austi+o rastreo de temas importantes en debate Liberman nota ue el tema de la regresi"n es muc*as +eces eludido. En el citado te3to de CNI, el n-asis se encuentra en la teor(a del desarrollo temprano y /innicott adopta una posici"n pol(ticamente correcta en cuanto a la tcnica recuerda el conte3to *ist"rico de aparici"n de las contro+ersias con M. Plein;. En 4El odio en la contratrans-erencia6 CN@;, marca la di-erencia entre pacientes ue *an +i+ido e3periencias satis-actorias en la primera in-ancia con aullos ue no las *an tenido o *an sido de-icientes y por lo tanto el analista tiene ue ser la primera persona en la +ida del paciente ue aporte 4puntos esenciales de tipo ambiental6. En estos pacientes 4todo se +uel+e importante y +ital en la tcnica anal(tica, incluso auello ue puede darse por sentado6. Al año siguiente plantea en 4Recuerdo del nacimiento, trauma del nacimiento y angustia6 la importancia de un marcoKencuadre ue permita ue el paciente tenga posibilidad de en-rentar una cosa cada +e1, en +e1 de interpretar 4cualuier cosa ue uno siente *aber comprendido, actuando segDn nuestras propias necesidades6. Aconse)a seguir al paciente 4tan atr7s como necesite ir en el desarrollo emocional por medio de la regresi"n a la dependencia, con el -in de alcan1ar el per(odo en el ue las intrusiones -ueron mDltiples e inmane)ables6. En 4La mente y su relaci"n con el psiuesoma6 CNC; aparece la necesidad del indi+iduo de encontrar a otra persona ue *aga real el concepto del 4buen medio6 ya ue sobre l se cierne la amena1a del derrumbe. 4Qdeas y de-iniciones6 CI0; distingue la regresi"n a la dependencia del concepto de regresi"n en trminos del desarrollo psicose3ual, *aciendo *incapi en la introducci"n del ambiente ya ue 4la dependencia e3ige un ambiente ue atienda a ella6. 9ambin indica ue este trmino es usado para describir el proceso de 4gradual entrega del -also sel- <=> *asta apro3imarse a una nue+a relaci"n en la ue el sel- cuidador se deposita en el analista6. Esuem7ticamente entonces los problemas planteados en los te3tos pre+ios a CIN son: El lugar de la interpretaci"n el tipo de trans-erencia el aporte de elementos 4ambientales6 por parte del analista la trans-ormaci"n ue ocurre a tra+s de una nue+a relaci"n la tolerancia ue se le pide al analista la articulaci"n entre -also sel-, derrumbe y regresi"n a la dependencia lo e3perimentado por primera +e1 en la regresi"n el modo Dnico del paciente y la dupla Dnica ue se con-orma la 4entrega del -also sel-6 la importancia del ambiente. En torno al texto de 1$%&
Au( el n-asis est7 puesto en no de)ar librado el tema de la regresi"n a la intuici"n del analista ya ue 4el an7lisis no es s"lo un e)ercicio tcnico6. na +e1 obtenida una buena tcnica base se trata de ir m7s all7 de ella tratando de cooperar con el paciente en el seguimiento de un proceso Dnico y personal. e trata de ue el saber personal del analista no aplaste la singularidad de lo ue acontece, ya ue muc*as +eces la interpretaci"n altera dic*a especi-icidad, resultando iatrognica.
La idea de la regresi"n a la dependencia lle+" a la re+isi"n de la tcnica ue supone 4conducir6 un proceso y no interpretarlo. a cuenta tambin de las 4-ases de resistencia6 ue tienen origen en la contratrans-erencia del analista, es decir en la di-icultad del analista para tolerar la situaci"n de indiscriminaci"nK -usi"n ue estos pacientes presentan en la cl(nica. 'egresión(progresión
na lectura posible ue plantea el autor es pensar ue si *ay regresi"n no *ubo una progresi"n estrictamente *ablando sino una -alsa progresi"n. La regresi"n es un 4retorno al momento de -alla ambiental, de -alla en la adaptaci"n por parte de los cuidadores primarios ue implic" el desarrollo de una e3istencia -alsa.6 El -also sel-, nos recuerda, supone una de-ensa ue le permite al indi+iduo congelar la situaci"n de -racaso ambiental, disociarla, a la espera de una oportunidad ue ocurrir7 m7s adelante y ue permitir7 una nue+a e3periencia en la ue la situaci"n -allida podr7 ser descongelada y re+i+enciada en un ambiente ue realice una adaptaci"n adecuada. El autor recoge au( el concepto de 4edici"n6 $emiro+sGy, 200;, como e3periencia de integraci"nKcreaci"n a di-erencia de la idea de 4reedici"n6 entendida como pura repetici"n de lo ya acontecidoK+i+enciado. Lo ue sostiene la posibilidad de la regresi"n a la dependencia es la esperan1a en una nue+a oportunidad para el desarrollo $o se *abla au( de un analista ue compense lo ue -alt" en la *istoria temprana sino de la posibilidad de e3perimentar, procesar e integrar lo ue ued" congelado o disociado;. !ontinDa este apartado marcando di-erencias con el concepto de psicosis de trans-erencia, +inculada generalmente a patolog(as borderline, ue altera el principio de realidad en el tratamiento. $o lo *omologa al concepto de regresi"n a la dependencia puesto ue considera ue e3iste la e3periencia de actuali1aci"n de la situaci"n originaria con su potencial trans-ormador y no solamente repetidor. i-erencia tambin el concepto de 4e3periencia emocional correcti+a6 de Ale3ander. $o se trata, dice, de ue el analista promue+a deliberadamente la regresi"n del paciente sino ue se +aya generando un marco de con-iabilidad a tra+s de las condiciones del tratamiento y de la actitud del analistaK en el cual el paciente encuentre la situaci"n *umana propicia para poner en )uego su -also sel-, entreg7ndolo en la bDsueda de otro tipo de e3periencia de-inida como +erdadero sel-. e alude au( de +arias maneras a la idea del tratamiento como nue+a oportunidad, la esperan1a de ue el ambiente responda a las necesidades del yo ue se despliegan en la situaci"n de regresi"n a la dependencia integraci"n, personali1aci"n y relaci"n de ob)eto;. Qnsiste una +e1 m7s en la idea de conducci"n o gesti"n de la cura y de la suspensi"n de la interpretaci"n en estos momentos. Al decir de M. P*an, 4la consolidaci"n del estado de e3istirK+i+enciar debe preceder o -ormar parte de las condiciones necesarias para ue una interpretaci"n promue+a el saber y el cambio6 p.2I0;. El encuadre como proceso
En este punto Liberman se detiene en la distinci"n, tal +e1 arti-icial aclara, de dos aspectos de las contribuciones tcnicas de . /innicott: el traba)o interpretati+o o la 4tcnica -reudiana6 y el encuadre o marco. egDn /innicott, para ?reud, la idea de encuadre no -ue moti+o de re-le3i"n en trminos de proceso, ya ue su traba)o gir" en torno a problem7ticas neur"ticas en pacientes ue no necesitaban una regresi"n en el an7lisis y en los ue daba por sentado el traba)o reali1ado por la madre y por la temprana adaptaci"n ambiental. Resume los doce puntos de lo ue /innicott consideraba ue el marco -reudiano pro+e(a. inteti1ando al m73imo: el analista se pone al ser+icio del paciente y est7 4+i+o y respirando6 se ocupa del paciente la ambi+alencia est7 presente y no es negada la meta del tratamiento es entrar en contacto con los procesos del paciente el traba)o se reali1a en un lugar tranuilo y c"modo, pero no muerto el analista se abstiene de todo )uicio moral y no se siente dañado por las e3presiones de agresi"n del paciente no *ay reacciones retaliati+as 4el analista sobre+i+e6. El encuadre reproduce la m7s temprana maternali1aci"n, pro+ee del *olding o sostn necesario da lugar a la regresi"n por su con-iabilidad. 4El paciente y el encuadre se -usionan <=> en la situaci"n del narcisismo primario6 cit. p. 2I&, /innicott, CI@;. As( uienes *an tenido la e3periencia de nunca *aber sido de)ados caer, *an podido creer en s( mismos y en el mundo, armando una estructura en base a la acumulaci"n de la 4con-iabilidad introyectada6. #or el contrario, auellos cuyo ambiente no *a sido su-icientemente bueno caen en 4angustias impensables6 y en d-icit en la es-era de la con-ian1a. Estos -allos en la con-iabilidad del ob)eto producen una ruptura en la continuidad del sel- y el in-ans se +e lle+ado o bien a reaccionar -rente a lo impredecible problem7ticas borderline; o bien a la descone3i"n uni-orme problem7ticas esui1oides;. El mantenimiento del encuadre se con+ierte para ciertos pacientes en una e3periencia Dnica, -acilitadora de los procesos m7s arriba descritos. )e cómo se tiene *xito allando
Estamos au( -rente a una nue+a parado)a: 4tenemos 3ito -allando6 C'; dice /innicott re-irindose a ue en el me)or de los casos, las -allas "ptimas del analista y el uso por parte del paciente, estar7n al ser+icio del crecimiento personal. na +e1 establecido un +(nculo con-iable, las ine+itables -allas tcnicas o emp7ticas del analista -acilitar7n, Ksi es posible reconocerlas y 4con+ersarlas6 )unto con el pacienteK, ue apare1ca la ira por primera +e1. Esto produce desconcierto porue los progresos -ueron el resultado de la capacidad del analista de adaptarse a las necesidades del paciente y a*ora resalta ue los a+ances se deben a los errores del mismo. $ue+amente en el terreno de la parado)a: si el proceso anal(tico marc*a bien, el analista permitir7 el crecimiento gracias a sus -allas, ya ue permite la reaparici"n de lo traum7tico del desarrollo temprano, pero esta +e1 como oportunidad de e3perimentar la -alla y sentir la rabia por primera +e1.
F.># Al"unas consideraciones sobre el acto terap9utico y la interpretación a partir de la obre de Winnicott. A propósito de la carta de Winnicott a !elanie Hlein una lectura.
9omando como punto de partida la carta ue /innicott le dirigiera a M. Plein el de no+iembre de CI2, el autor imagina un di7logo entre paciente y terapeuta con la intenci"n de ilustrar c"mo es pensada la acci"n teraputica, el proceso anal(tico y la interpretaci"n. itDa el conte3to general de la carta en las relaciones ambi+alentes ue ambos analistas mantu+ieron y, particularmente, responde a la mala recepci"n de su traba)o 4La angustia asociada con la inseguridad6, le(da -rente a la ociedad Brit7nica de #sicoan7lisis. Liberman desarrolla algunos p7rra-os de la carta, insertando comentarios y re-le3iones en una propuesta de )uegoKdramati1aci"n tendiente a transmitir las ideas sobre la tcnica y lo ue entiende ue deber(a ser un encuentro teraputico. /innicott tratar7 de trans-ormar un desencuentro en algo constructi+o y poner a traba)ar lo ue all( *a ocurrido. Vl detecta un malestar contratrans-erencial en su analista -rente a lo ue considera un mo+imiento de crecimiento personal, un intento de di-erenciaci"n por medio de ideas y la construcci"n de su propio pensamiento. Yuiere comprender la molestia de su analista. ice ue ambos comparten un lengua)e comDn, pero se pregunta a la +e1 c"mo es posible mantenerlo +i+o sino es e3presando en su 4propio lengua)e6 lo ue se desarrolla en su persona a partir del contacto con su analista. urge un *abla singular, una persona aparece cuando la di-erencia se instala, cuando esa di-erencia es reconocida por un terapeuta ue pueda recibir 4lo ue el paciente le o-rece como propio despus de *aber recreado, a su manera, lo ue el analista la *a o-recido6 p.2IC;. El analista o-rece un ob)eto, un 4ob)eu6 condensa ob)et y )eu, ob)eto y )uego;. i+ide luego a los miembros de la sociedad entre personas creati+as con ideas personales y originales, de auellos ue repiten alienados en una 4locura recitante6. #lantea ue su mtodo es ir tomando ideas di-erentes, ue usa y en-renta a su e3periencia cl(nica, para -ormar sus propias teor(as. e mani-iesta en contra de mantener un an7lisisK-also sel- en el ue el paciente +uel+a a escindir auello ue no puede ser integrado. Entiende por acto teraputico, un gesto creati+o de alguien ue sale al encuentro del gesto ue *ace el paciente. 4Hesto espont7neo6, mo+imiento centr(-ugo del e3istir, ue +a de dentro *acia -uera y ue s"lo se completa si *ay alguien ue es capa1 de recibirlo saliendo a su encuentro. La carta continDa con un intento de con+encer a su analista de ue el me)or destino de sus interpretaciones es ue sean 4reKenunciadas6, redescubiertas, para lo cual deben ser destruidas en su literalidad. Aclara ue alentar la creati+idad de los pacientes no eui+ale a *acer cualuier cosa, sino generar un espacio potencial ue no uede bloueado por la interpretaci"n autoritaria ya ue un pensamiento sin pensador pro+oca aburrimiento;. Qnsiste en ue la situaci"n anal(tica debe ser un medio -acilitador del crecimiento personal. U alerta contra las ad*erencias acr(ticas, reconociendo ue el sentimiento de pertenencia es importante pero ue debe mantenerse una tensi"n entre pertenencia y di7logo porue la identidadKpertenenciaK seguridad no debe con+ertirse en un sistema de creencias y ad*esiones incondicionales a teor(as ue no con-ronten con la cl(nica. Qncita a un di7logo y a una apertura. !ree ue todo nue+o conocimiento permite ue se perciban nue+as gamas de lo desconocido, a pesar de ue las 4enunciaciones iniciales
en trminos personales6 impliuen un gran costo para el analista ue est7 personalmente in+olucrado. El gesto espont7neo implica un grado de e3posici"n personal y nos de)a en un estado sensible. e trata, nos dice, de la construcci"n de un mundo propio con otro, de ampliar la capacidad de pensar a partir del otro. Otro ue no aliene, ue no desmienta, ue no imponga, ue les permita a sus pacientes crecer o crear en el an7lisis. #lgunas consideraciones sobre la interpretación
/innicott +a a considerar la dimensi"n de la interpretaci"n como acci"n m7s all7 de los contenidos 9eniendo en cuenta el conte3to y sus interlocutores el grupo Gleiniano ue pri+ilegiaba la interpretaci"n sistem7tica de la trans-erenciaK;. Liberman aclara ue los aportes ue *ace son 4pinceladas6 o asomos de re-le3iones dentro de un asunto amplio y comple)o. En-ati1a la dimensi"n de la interpretaci"n como un espacio de construcci"n con)unta entre anali1ando y analista. Esta dimensi"n se enmarca dentro de los desarrollos acerca de la transicionalidad y el espacio potencial, espacio sostenido por la parado)a ue articula lo ob)eti+o y los sub)eti+o, el descubrir y el crear. e pregunta: cu7l es el destino de la interpretaci"nS u +e*iculi1a la interpretaci"n como espacioS u es lo ue se metacomunica en el acto de interpretarS. $os recuerda ue el esp(ritu innicottiano al interpretar re-le)a 4la actitud subyacente a la interpretaci"n6 ue se mani-iesta en los matices del *abla y en la elecci"n de la oportunidad y ue lo ue l reali1a cuando traba)a e interpreta es +erbali1ar lo ue el paciente le o-rece en cada sesi"n de manera sencilla. Le +a 4de+ol+iendo6 al paciente un 4deri+ado comple)o del rostro ue re-le)a6; con la -inalidad de *acerle saber ue lo *a o(do y ue trata de captar el signi-icado. El analista, m7s all7 de lo ue diga literalmente, metacomunica ue *a escuc*ado y ue se es-uer1a por entender y mostrar a su +e1 sus propias limitaciones de comprensi"n o-reciendo una oportunidad para ser corregido, generando un espacio de construcci"n con)unta. iguiendo a ?erenc1i, no *acen *incapi en las resistencias del paciente sino ue procuran ue el analista escuc*e y se pregunte por su contratrans-erencia. $os da dos moti+os entre +ariosK por los cuales dice /innicott ue interpreta: para ue 4el paciente no tenga la impresi"n de ue *e comprendido todo6. El acto de interpretar conlle+a una 1ona de noKcomprensi"n, de noKdic*o, ue permite la apertura de un espacio de participaci"n y protagonismo del paciente. E interpreta tambin porue 4mo+ili1a las -uer1as intelectuales6. Rescata tambin la importancia de esperar, de no precipitarse en interpretar para no aplastar la creati+idad del paciente y para no inter-erir en la e+oluci"n de la con-ian1a progresi+a del paciente en el mtodo. 9oma una a-irmaci"n 4el principio es ue es el paciente y s"lo el paciente el ue tiene las respuestas6, para 4mati1ar6 esta ase+eraci"n con una lectura m7s actual. #iensa ue es posible re+isar la idea de ue el paciente tenga todas las respuestas a priori, preKcon-iguradas en su mente. Al igual ue el in-ans, un paciente pasa de un estado de -usi"n primaria a la progresi+a separaci"n. Los distintos modos de comunicaci"n +an de una comunicaci"n silenciosa y emp7tica a la
comunicaci"n por medio de signos para la cual se necesitan indicadores. El analista recoge los indicios y *ace una interpretaci"n. e en-ati1a entonces la limitaci"n del poder del analista para -acilitar la reapropiaci"n de la interpretaci"n por parte del paciente la idea de un analista ue pueda recibir y adaptarse a cada paciente la importancia de la pare)a anal(tica el analista como -acilitador de un proceso. ?inalmente toma dos met7-oras para acercarse a la idea de interpretaci"n: la idea del ob)eto transicional y los intercambio de garabatos suiggle game;. As( como los ob)etos transicionales no pueden ser preseleccionados por las -iguras parentales, sino ue tienen ue ser descubiertosKcreados por el in-ans, el analista tampoco puede saber a priori el destino de la interpretaci"n, cu7l ser7 elegida y recreada para ser usada en la elaboraci"n de un signi-icado personal. El )uego del garabato sir+e como met7-ora del )ugar con)unto, a la superposici"n de dos espacios de )uego ue no es ni de uno ni de otro, o bien ue sean de uno y de otro. La interpretaci"n surge tambin en el espacio creado entre ambos, si es posible ue sean de)adas caer en el espacio de )uego del paciente sin obstruir y de)7ndolas estar *asta ue puedan ser encontradas y entrela1adas en una nue+a posesi"n.
F.?# Del &u"ar y la psicoterapia ?inali1ando este e3tenso cap(tulo el autor se centra en la tesis ue desarrolla en 4El )uego. E3posici"n te"rica6, capitulo de 4Realidad y Fuego6. ice as(: 4La psicoterapia tiene lugar en la superposici"n de dos 7reas de )uego: la del paciente y la del terapeuta. La psicoterapia est7 relacionada con dos personas ue )uegan )untas. El corolario de ello es ue cuando el )uego no es posible, la labor del terapeuta se orienta a lle+ar al paciente de un estado en ue no puede )ugar a uno en el ue es posible *acerlo6 /innicott, C;. Esto supone, para el autor, el )ugar como posibilidad y el n-asis en destrabar las di-icultades ue *acen ue este espacio potencial se +ea imposibilitado. $o importan tanto los contenidos del )uego sino el )ugar como acti+idad misma, como espacio mental. /innicott despla1a la -unci"n del analista de ser concebido s"lo como un intrprete de contenidos a entenderlo como un participante en una escena centrada en el )ugar, 7rea de e3periencia intermedia, lugar de uni"n y separaci"n de los ue participan. ?en"menos transicionales ue, insiste, pertenecen a la e3periencia de la relaci"n con los ob)etos del ob)eto como tal no se deri+a la e3periencia ue de l tengo, aDn cuando sin ese ob)eto no podr(a tener lugar dic*a e3periencia;. eguimos inmersos en sus parado)as. 4Fugar es *acer6, pero 4despus de ser *acer y ue nos *agan. #ero primero ser6. En relaci"n al lugar y el tiempo nos dicen ue no se encuentra adentro pero tampoco a-uera, por ello le es necesario postular la e3istencia de un espacio potencial ue no es ni interno ni e3terno pero ue simult7neamente lo es. 4Lo uni+ersal es el )ugar6 y esta capacidad est7 +inculada con la salud. /innicott esuemati1a cuatro momentos del desarrollo y sitDa tres -ases del )ugar ue +an desde la transicionalidad del ob)eto *asta la superposici"n de dos 7reas de )uego. Ellas son: Madre como ob)eto sub)eti+o: precondici"n.
El establecimiento del campo de )uego: la inclusi"n dosi-icada del noKyo. Fugar solo en presencia de otro. uperposici"n de 7reas de )uego.
Cap%tulo I# $e3le4iones en torno al libro J$elato de mi an y *e descubierto ue +ale la pena +i+ir, algo de lo ue antes no me *ab(a dado cuenta6. A partir de estas palabras de Margaret Little, Abello nos proponen un recorrido por el libro ue recoge sus dos an7lisis anteriores y su e3periencia anal(tica con /innicott. tili1a este relato porue re-le)a la -orma de traba)ar de este analista, de manera directa, subrayando el *ec*o de ue Little -uera psicoanalista, ue proporcione un relato de sus dos an7lisis pre+ios y ue presentase una patolog(a gra+e con di-icultades en el aborda)e cl(nico ue ella reuer(a. Les sir+e tambin para marcar las di-erencias entre la cl(nica est7ndar de la poca y la ue /innicott planteaba, muc*as +eces, radicalmente distinta. Brinda algunos datos biogr7-icos sobre la autora y algunos datos sobre su -amilia o-recidos por ella misma para poder conte3tuali1ar su *istoria sobre todo una madre 4impredecible6K Resalta la importancia del subt(tulo del libro, 4angustia psic"tica y contenci"n6 ue dar7 cuenta de los aportes te"ricoK cl(nicos ue all( se plantean. La introducci"n de F. Hrotstein alude a la deuda ue como analistas tenemos con la doctora Little, por *aber brindado un relato en el ue narra la e3periencia directa de su padecimiento, en tanto ue muc*os no *an tenido la oportunidad de pasar por l o no *an encontrado uien los gu(e a tra+s del mismo. Esta idea dispara en el autor una serie de interrogantes con respecto a los l(mites de los marcos te"ricos y si stos sir+en de camino o gu(a para nuestros pacientes. !ree ue de *aber tenido otros analistas ue *ubiesen propuesto otros procesos teraputicos *ubiera sido posible conocer -acetas di-erentes de nuestro -uncionamiento ps(uico. Esto se desprende de la e3periencia relatada por Little con respecto a sus dos an7lisis anteriores al encuentro con /innicott, en los cuales -ue considerada como una 4neur"tica le+e6, segDn sus propias palabras. En su primer an
Al comien1o de este segundo an7lisis su miedo se +ol+i" intolerable, permaneciendo inm"+il en el di+7n, sin *ablar ni mo+erse, obteniendo una interpretaci"n de su miedo como angustia de castraci"n. in embargo Margaret percibe su intenso miedo como 4angustia innombrable6 y lo describe como 4ese terror ue s"lo los niños pueden e3perimentar, miedo a la destrucci"n total, al desmembramiento de mi cuerpo, a +ol+erme irremediablemente loca, a ser borrada, abandonada y ol+idada=6 escribe el clima de traba)o anal(tico con la doctora *arpe como una luc*a constante entre las interpretaciones +istas en trminos de con-lictos intraps(uicos relacionados con la se3ualidad in-antil y lo ue Little intentaba e3plicar como problemas ue ten(an ue +er con su e3istencia y su identidad: 4Zno sab(a u signi-icaba ser yo misma[6. El punto ue el autor resalta au( es nue+amente la di-icultad de entendimiento de una analista ue aplica dogm7ticamente su teor(a y la incapacidad para repensar lo ue la paciente denuncia con insistencia. Reconoce ue no es -7cil poder pensar por -uera de los marcos te"ricos, a menos ue se est dispuesto a aprender de los pacientes, aullos ue 4pagaron por enseñarme6. #one el n-asis en los trminos relacionales ue implica esta posici"n, re+isando el lugar del paciente en el proceso y el del analista, proponiendo una concepci"n original en la -orma de relacionarse de ambos. ugiere un analista en -ormaci"n permanente, capa1 de tomar lo ue cada paciente propone, reconocindolo en un lugar acti+o en la coKconstrucci"n del proceso anal(tico pensamiento ste ue sub+ierte la relaci"n de poder de un analista ue detenta un conocimiento;. Little mani-iesta ue no sent(a ue la l(nea ue segu(a su analista pudiera recoger su padecimiento y por el contrario la sumerg(a en un estado de con-usi"n y ambi+alencia seme)ante al ue *ab(a e3perimentado con su propia madre. Otro momento señalado como dram7tico ocurre sobre el -inal del an7lisis la en-ermedad cardiaca de la analista percibida y mani-estada por la paciente, ue -uera desmentida por *arpe, re-or1ando la atribuci"n de inutilidad ue pesaba sobre Little;. Esta situaci"n da pie para preguntarse acerca del lugar ue se le otorga a la realidad en nuestro traba)o cl(nico. Esta analista -allece repentinamente. Little acude a la doctora #aine uien la recon-orta reconociendo la gra+edad de sus padecimientos y la deri+a a Marion Milner con uien permanece un año, luego del cual y tras +arios cambios signi-icati+os en su +ida mudan1a, separaci"n de la casa y el consultorio, comien1a a +i+ir sola por primera +e1, relaci"n se3ual con un *ombre; inicia, en CNC, a sus cuarenta y oc*o años su an
de ira ue se despliega en las primeras sesiones, ue incluye la ruptura de un -lorero y el pisoteo de las lilas blancas algo +alioso para el analista;, /innicott abandona la *abitaci"n. egDn puede leer Margaret su analista no estaba preparado para en-rentar ese actingKout destructi+o y la de)" sola con el caos ue *ab(a pro+ocado, por lo tanto no desaparecen el sentimiento de -utilidad ni el desamparo. !ontinDa el tratamiento, muc*as +eces a-errada a las manos de su analista con -irme1a y sintiendo ue durante la primera mitad de las sesiones 4no pasaba nada6 y ue no pod(a *ablar *asta ue no se sintiera en una condici"n con-iada, sin intrusiones, sin preguntas acerca de lo ue pensaba. estaca ue eso contrastaba -uertemente con el ambiente perturbador de su in-ancia y el estado angustiante de su madre. esde entonces sus sesiones se prolongaron por *ora y media con los mismos *onorarios *asta el -inal de su an7lisis modi-icaci"n en el encuadre como elemento -undamental del proceso anal(tico en especial con pacientes gra+es;. $os recuerda el autor ue por 6gesti"n del tratamiento6 tambin llamado, conducci"n, mane)o o control; /innicott entend(a todo auello ue podemos *acer adem7s del traba)o interpretati+o. El encuadre y la relaci"n entre analista y paciente toman un papel m7s importante ue el ue ten(an *asta ese momento. Empie1an a pensarse, entenderse y usarse como -actores de cambio de gran rele+ancia, llegando a plantearse ue 4<=> a +eces, durante largos per(odos, *ay ue postergar la labor anal(tica corriente en bene-icio del control6. Abello discrepa en este punto, entendiendo ue la labor anal(tica segu(a su curso mientras se en-ati1aba el control, puntuali1ando adem7s ue tal dicotom(a entre labor anal(tica y cuestiones ligadas al control encuadre; es un arti-icio, ue la labor anal(tica no cesa cuando la 4gesti"n6 tiene m7s presencia y ue s"lo cambia el e)e ue aduiere protagonismo en el proceso teraputico. Otro punto rele+ante señalado en este art(culo es la di-erencia suscitada en el momento de entender la regresi"n y su aborda)e tcnico elemento -undamental ue separa el tratamiento de Little con *arpe y /innicott;. El concepto de sostn est7 +inculado estrec*amente al de regresi"n a la dependencia, y no s"lo como met7-ora sino tambin en sentido literal. $os recuerda asimismo la idea -undamental de /innicott ue indica ue la patolog(a gra+e es el resultado de la detenci"n del desarrollo y el congelamiento de ese desarrollo en espera de una segunda oportunidad para continuar lo ue *ab(a uedado detenido. i el ambiente no puede o-recer auello ue es necesario, el despliegue del +erdadero sel- no tendr7 lugar, apareciendo una -alsa e3istencia, adaptada a las condiciones ambientales, ue sobre+i+ir7 *asta dar con las condiciones adecuadas para una e3istencia m7s +erdadera y menos reacti+a. El autor señala algo ue considera a la +e1 e+idente e importante: 4el tratamiento psicoanal(tico reDne condiciones inme)orables para o-recer esas condiciones ue pudieron estar ausentes, a saber: estabilidad, seguridad psicol"gica, genuino inters, ausencia de retaliaci"n, con-iabilidad del analista, suspensi"n del )uicio de +alor, apro3imaci"n emp7tica, su-iciente an7lisis personal del analista, -ormaci"n tan rigurosa como sea posible y el deseo de me)or(a y desarrollo para su paciente por parte del analista6 p.&0;.
Los progresos en el proceso teraputico, segDn la +isi"n innicottiana, se consiguen en mayor medida por el marco o encuadre por la gesti"n del tratamiento; ue por el intercambio +erbal ue se produce. /innicott daba muy pocas interpretaciones, segDn Little, y cuando lo *ac(a era en -orma de suposiciones, tentati+as, ue de)aban en claro ue l no era in-alible. Es un analista acti+o, entendido como alguien ue puede pensar en cada momento del tratamiento y con cada paciente cu7l ser7 la posici"n ue m7s -a+ore1ca el proceso un analista ue no permane1ca 4enca)onado6 de antemano, pasi+amente, en una posici"n descrita por un marco te"rico de re-erencia, sino ue posee mDltiples recursos. Little describe tambin a este analista como alguien capa1 de sentir acerca de un paciente, con su paciente y para su paciente. O-rece su relato de la prdida de una amiga en su niñe1 y el lagrimeo de /innicott por respuesta, ue le permiti" llorar a ella por auella prdida como nunca lo *ab(a podido *acer. El autor subraya la importancia ue para Little debe *aber tenido el *ec*o de ue alguien signi-icati+o pudiera sentir con ella cuestiones a-ecti+as importantes y le o-reciera esa segunda oportunidad para sentir una pena congelada durante tantos años. A /innicott le interesaba el tema del odio y la agresi"n. #ostulaba la necesidad de darle a esos a-ectos un lugar en la +ida ps(uica y relacional. En 4El odio en la contratrans-erencia6 remarca el odio ue los analistas podemos sentir en nuestro traba)o odio ue engloba innumerables cuestiones, entre ellas el cobro de los *onorarios o el dar por terminada una sesi"n y, en el caso de Little, la decisi"n de ingresarla en un *ospital psiui7trico por cinco semanas. Qngreso ue -ue negociado por ambos, con determinadas condiciones. El *ospital permiti" una regresi"n total a la dependencia y Little e3presa ue lo sinti" como una e3tensi"n de lo ue su analista le *ab(a dado, tiene una +i+encia de 4continuidad de la relaci"n con su analista6. $umerosos son los e)emplos ue *abitan este relato, sobre el gesto espont7neo, sobre la sinceridad del analista, sobre el +alor del )uego como parte esencial de la +ida *umana. 9ambin nos acerca la e3periencia de un an7lisis ue e3igi" al analista soportar la angustia, la culpa, el dolor, la pena, la inseguridad y la impotencia, de)ando en claro ue la regresi"n a la dependencia no era una -ri+olidad, sino una e3periencia penosa ue compromet(a aspectos +itales de la e3istencia de ambos. Little de)a su e3periencia de un analista cercano, a -a+or de una +ida plena, ue permiti" ue ella se -uera consolidando, siendo ella misma, liberando su +erdadero sel-, su espontaneidad, creati+idad y capacidad para )ugar, de+ol+indole la salud, sin de)arla 4s"lo sana6.
-p%lo"o Al dar cierre a este libro, Abello y Liberman e3presan su satis-acci"n por la tarea reali1ada no sin resaltar ue *an de)ado por -uera muc*as ideas y problemas ue plantea la obra de /innicott. u ob)eti+o, a-irman, *a sido el de 4presentar una obra, un pensamiento, comprimiendo y ampliando di+ersas 1onas del mismo6. !on un esp(ritu sinceramente agradecido y con una emoci"n ue escapa de las p7ginas, esto autores agradecen al 4maestro6 la posibilidad de encontrar una