UNIVERSIDAD DIGITAL DEL ESTADO DE MÉXICO ETAC UNIVERSIDADES ASESOR: ASERSORA MAESTRA MARTHA PATRICIA CASANAS GUTIERREZ SESIÓN 6 / SEMANA 6 SEMANA 7 ÁNALISIS DE DATOS Y ELABORACIÓN DEL INFORME
ALUMNO: FRANCISCO JAVIER PAOLO SERRANO GÓMEZ
FECHA: !"AGOSTO"#$6
INDICE $% INTRODUCCIÓN&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&%% % ETAPAS DE LA INVESTIGA CIÓN&&&&&&&&&&&&&&%%%! !% MUESTRA&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&%%7 '% RECOLECCIÓN DE DATOS% &&&&&&&& &&&&&&&&&%( 5. RECOLECCIÓN DE DATOS CUANTITATIVOS&&&&&&&&&%( 6% OBSERVACIÓN CUANTITATIVA
7% SITUACIÓN SOCIOECONÓMICA DE LA POBLACIÓN EN DIFERENTES BARRIOS DE L A CIUDAD DE PUEBLA&&&&&%%%)
(% EL IMPACTO Y MODALIDAD DE LA POL *TICA SOCIAL&&&&7 9. CONCLUSIONES&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&!6 10. REFERENCIAS
BIBLIOGRÁFICAS&&&&&&&&&&&&&&!7
INTRODUCCIÓN 1
El presente trabajo se refiere a los procesos metodológicos de la investigación cualitativa en educación y tiene la finalidad de establecer un proceso de fases, etapas, escalones de investigación situación +,-.,-,012.-3 4 53 ,53-.10 0 4.890+ 399.,+ 4 53
-.;434 4 P;53. Los procesos y modelos esquemáticos de investigación son inmensamente necesarios para el abordaje inmediato o mediato de trabajo investigativo socioeconómica de la población. A través de un estudio que se hio se ha encontrado variedad de procesos, as! como tantas técnicas e"istentes en la metodologiación de la investigación cualitativa. Asimismo se ha intentado proponer un proceso metodológico #tipo engranaje circular#, término prestado de la mecánica, considerando que las etapas de un proceso, sus componentes no son lineales ni horiontales, sino circulares, para su funcionamiento deben engranar coherentemente, todos los elementos constitutivos del proceso de investigación cualitativa.
PASO $ %oncebir la idea de investigar
PASO )lantear el
PASO !
PASO '
problema de
&arco
$efinir tipo
ETAPAS DE LA INVESTIGA CIÓN $etección, teórico investigación
de estudio
E"traccióny obtención 2
Establecer $esarrollar (ustificar la las objetivos investi ación
de la de consulta 'nformación la literatura
E"ploratorio %orrelacion $escriptivo E"plicativo al
3
PASO <
PASO 6
PASO 7
Establecer
*eleccionar el
*elección de la
hipótesis
dise+o apropiado de $ise+o $ise+o investigación no e"perimental e"perimental
muestra
$efinir $efinir $etectar variables operacionalmente conceptualmente
$eterminar el universo o población
4
PASO (
PASO )
PASO $#
ecolección de
Analiar los
)resentar los
datos
datos *eleccionar las ealiar los pruebas análisis estad!sticas
resultados
Elaborar %odificar los el datos %alcular valide y de yinstrumento crear el archivo confiabilidad medición y aplicarlo
Elaborar elel )resentar informe informe de de investigación investigación
A2,+ .,+ -,99+,040 3 8,923+ 4 =3-9 -.0-.3 > 9,4;-.9 -,0,-.2.0, ?2@,4, -.08.-,%
S-;0-.35 D4;-., P9,3,9., A035.3 53 935.434 ,.3 S-;0-.35
5
D4;-.,
P9,3,9.,
A035.3 53 935.434 ,.3
Investigació n Cualitativ a
Cuantitativ a
Mixta •
6
M.4 80120,+
•
U.5.3 +34+.-3+
•
E253 9.203-.10
•
A05.+.+ -3;+3"8-,
•
O9.03-.10 =3-.3 53 4+-9.-.10 94.--.10 > 5.-3-.10%
•
D.9..4, 3 43,+ 24.5+ > ,+935+%
•
D.+, 4 I0+.3-.10 C;30.3.3
•
Diseño = Plan o estrategia para obtener la información que se requiere.
•
El diseño en este tipo de investigaciones es estructurado predeterminado.
•
Est! orientado a anali"ar la certe"a de las #ipótesis.
•
Es posible utili"ar uno o m!s diseños.
•
$rienta la recolección de los datos.
M;+93 El objetivo es generaliar los datos de una muestra a una población. •
•
*e involucra a muchos sujetos en la investigación porque se pretende generaliar los resultados de la investigación. *e compone de casos que en conjunto son estad!sticamente representativos.
R-,5--.10 4 D3,+%
$atos cuantitativos, numéricos, -datos duros. ecolección se basa en instrumentos estandariados. $atos obtenidos por la observación, medición y documentación de mediciones. Los instrumentos son válidos y confiables. 'mplican medir variables y conceptos. 7
)or medio de instrumentos de medición validos /evidencia0, confiables /calculables0 y objetivos /estándares0.
I0+9;20,+ 4 R-,5--.10 4 D3,+ C;30.3.,+% 1. 3. 4. 5.
2bservación. Análisis de contenido. %uestionarios. Escalas de Actitudes
O+93-.10 C;30.3.3 eferida al registro sistemático, válido y confiable de comportamientos o conductas que se manifiestan. *e recolecta información sobre la conducta más que de percepciones.
S.;3-.10 +,-.,-,012.-3 4 53 ,53-.10 0 4.890+ 399.,+ 4 53 -.;434 4 ;53 Los resultados de la tarea de recolección de información de los hogares llevada a cabo en las localidades de *an 6icolás y )uebla, a lo largo del a+o 3718, se han resumido a través de treinta y seis cuadros, los cuales permiten el acercamiento a un tratamiento de tipo cuantitativo con relación a diversos aspectos vinculados con la situación socioeconómica de la población entrevistada, relevamiento emp!rico realiado en función de las hipótesis y objetivos de nuestra investigación. La recolección de indicadores, a un nivel general y meramente e"ploratorio, se hab!a efectuado en tres áreas de *an 6icolás y otra perteneciente a la localidad de )uebla, consultándose a pobladores integrantes de 174 hogares9viviendas, dentro de los cuales resid!an 584 personas, sobre cuya base se completó 8
el informe estad!stico. La actividad de procesamiento cuantitativo, concerniente a esta parte de la información relevada, constituyó un recurso metodológico complementario de las entrevistas a actores considerados -clave respecto del proceso de privatiación, como as! también de sus consecuencias sociales locales posteriores, junto al análisis de orden cualitativo realiado con las mismas. Al margen de dicha tarea doble, y de manera simultánea a ella, al interior del equipo de investigación se tuvo conciencia permanente acerca de las limitaciones e"perienciales /y por ende conceptuales0 propias de este tramo del estudio, acotamiento lógicamente causado por la escasa representatividad del muestreo adoptado, circunstancia asumida desde el comieno y en modo constante en la medida en que, a pesar del propósito ideal, resultaba imposible, en el terreno material, operar realmente en torno a una muestra auténticamente representativa. :eniendo en cuenta tal condicionamiento fáctico, los cuadros ;nicamente reflejan el delineamiento de tendencias generales, por lo cual sus datos debieran interpretarse en el sentido de base hipotética provisional, en lugar de fundamento verificador de los enunciados teóricos ensayados preliminarmente. En vistas de la aclaración mencionada, el análisis de los indicadores se e"presa en términos porcentuales con el propósito de intentar realiar una comparación relativa entre las cuatro áreas geográficas seleccionadas. Es preciso se+alar que tales onas, a partir de las cuales fue relevada la información sustantiva, resultaron elegidas a través de la orientación recibida por el equipo de investigación sobre el mismo terreno. Esta gu!a provino de las autoridades municipales
9
dedicadas a la gestión de las pol!ticas sociales de ambas localidades, l!deres vecinales y de 26<=s dedicados a tareas comunitarias y dirigentes de organiaciones sindicales, tanto aquellos vinculados a la actividad metal;rgica previa a la privatiación de la planta de *2&'*A, como as! también otros todav!a efectivamente ocupados en ella, conjunción que aporta un elemento adicional trascendente al valor representativo de los datos emp!ricos acopiados. El sentido impl!cito en la selección de esos barrios en los que se llevó a cabo la actividad investigativa de campo consistió en procurar la obtención, más allá de las limitaciones indicadas, de un panorama lo más adecuado posible, una ve transcurridos die a+os desde el profundo cambio que impactó al complejo metal;rgico estatal, después de su privatiación, y las consecuentes transformaciones reflejadas en la estructura sociodemográfica, educacional, laboral, junto a la composición de los hogares residentes en las respectivas onas actualmente. Al respecto, cabe acotar que la consideración para el análisis comparativo de dos barrios de más reciente desarrollo urbano, y a la ve con mayor grado de deterioro económico>social junto a otras dos áreas relativamente antiguas y dotadas de mejores condiciones generales, resultó adecuada a los efectos de evaluar de manera representativa las contrastaciones sucesivas. :al estimación permitió al mismo tiempo elaborar criterios conceptuales lo suficientemente abarcativos a los fines de comprender, de modo amplificado, el impacto y los efectos sociolaborales del proceso de privatiación de la firma sider;rgica de marras en referencia a segmentos muy significativos de la poblaciones locales. %orresponde advertir, desde un punto de vista metodológico general, que siempre se presenta el riesgo de incurrir en el sesgo fala de identificar ciertas áreas geográficas con determinadas condiciones sociales de habitantes y hogares pobladores de ellas, presuponiendo erróneamente que en la misma ona las unidades domésticas resultan homogéneas / pobres o no-pobres, por ejemplo, seg;n el caso0. 6o obstante ello, debe indicarse que en los cuatro espacios territoriales donde se obtuvo información emp!rica e"iste una tendencia hacia la concentración y predominio de segmentos sociales con caracter!sticas marcadamente diferentes, lo cual devino factor facilitador en aras de realiar por un lado las comparaciones interregionales y, por el otro, posibilitar la reconstrucción del impacto del proceso privatiador con relación a los diferentes estratos socio>ocupacionales. Asimismo, tal realidad e"periencial coadyuvó, ya en una primera instancia de la investigación, a eludir cualquier tipo de construcción teórica generaliadora acerca de las consecuencias sociales de dicho proceso de privatiación sobre las poblaciones de *an 6icolás y amallo consideradas integralmente como si se tratase de una totalidad coherente. 10
En forma previa al estudio anal!tico de los distintos cuadros estad!sticos es conveniente proceder a una descripción panorámica de algunos rasgos particulares del conjunto de la población entrevistada en los cuatro barrios citados, reflejados a partir de la e"tracción de los datos pertinentes teniendo en cuenta la simple acumulación de frecuencias.
$ C393-9+.-3+ 0935+ 4 5,+ =,39+ > ,53-.10 09.+34,+ %on respecto a distribución onal es preciso se+alar que el 5?@ del total de los hogares relevados reside en 7 de Septiembre, y el 1 @ de aquél a San NicolasB mientras tanto, otro 1@ habita el barrio San Nicolas y el 14@ restante el área. En la medida en que la composición y tama+o de los grupos que integran las unidades domésticas obviamente difiere, las proporciones mencionadas determinan que la mitad de las personas entrevistadas perteneca al primer barrio enunciado, correspondiendo por otra parte el 34 @ de ellas a San Nicolas, también la misma cifra a puebla, y el resto porcentual a *an 6icolas. En la mayor!a absoluta de los casos contemplados /?5@0 se trata de hogares -completos, formados por relaciones de parentesco establecidas y con predominio de jefes de hogar del se"o masculino /?C@0, junto a una proporción escasa de -no parientes conviviendo con el grupo familiar /17@0. Además, en lo concerniente a los grupos etarios, resalta el bajo porcentaje detectado de ni+os, puesto que apenas el 1@ del total de individuos son menores de 15 a+os. Dn factor destacable remite al hecho de que, a pesar de constituir >aun en nuestros d!as> centros industriales enclavados dentro de una amplia ona rural, el 8C@ del total de la población actual es nativa de las dos localidades en que se realiaron las entrevistasB es decir que en el presente no conformar!an centros de atracción de migrantes del resto de la provincia, as! como tampoco de la contigua *anta e. )or otro lado, debe a+adirse la constancia de que solamente el 8@ de los entrevistados declara haberse moviliado hacia su actual lugar de residencia con posterioridad a la privatiación de )uebla, realiada en el a+o 14. elativiando el alcance de esta ;ltima apreciación, es necesario aclarar que el corte migratorio alusivo a esta información omite forosamente el funcionamiento como polo de atracción de esos n;cleos urbanos durante el periodo e"tendido de dos décadas previas al proceso privatiador. :al fenómeno resultar!a potencialmente reconstruible mediante la aplicación de una rigurosa y sistemática metodolog!a histórico>demográfica, sobre la base de la estimación de indicadores censales distribuidos de acuerdo a las diferentes localiaciones, 11
lo cual permitir!a elaborar conceptualmente la eventual reorientación de los flujos migratorios correspondientes a la región considerada en su conjunto. Los resultados de las encuestas arrojan el dato de que un 4?@ del total de la población se reconoce como económicamente activa, porcentual dentro del cual el F3@ declara desempe+a, o haberlo hecho en el pasado, una actividad ligada a la industria metal;rgica. *in embargo, sólo el 11@ >del total de la )EA> afirma realiar actualmente un trabajo remunerado correspondiente a esa rama de la industria. Dn indicador relevante, que será retomado posteriormente en el análisis de la información emp!rica, refiere a los niveles educacionales de la población adulta, !tem donde el 34@ declar a como má"imo nivel alcanado la educación universitaria /completa o incompleta0, mientras que el 15@ completó los estudios secundarias completa, contrastando ambos porcentajes frente a los casos e"tremos constituidos por los adultos con nivel primario incompleto, o menor al mismo, que apenas conforman el F@ del total.
L3 +.;3-.10 45 habitat > 53 -,2,+.-.10 4 5,+ =,39+ :al como puede observarse en los cuadros 5, F y 8, la condición de hogares con necesidades básicas insatisfechas y precariedad urbana, e"ceptuando el caso de aquellos residentes en San Nicolas, representa una porción min;scula dentro de las unidades domésticas en las cuales se llevaron a cabo las entrevistas. Al interior del barrio citado, en contraposición ante dicho estado, tienden a manifestarse n!tidamente los rasgos de diversas e"presiones de pobrea /por hacinamiento, baja calidad de las construcciones habitacionales y condición sanitaria insatisfactoria0, reflejando un marco predominante de precariación caracter!sticamente urbana. En 7 de Septiembre estas condiciones t!picas de pauperismo ;nicamente afectan a un peque+o n;cleo de hogares, al tiempo que en las otras dos áreas relevadas ellas resultan prácticamente ine"istentes. %onviene apuntar, teniendo en cuenta los datos emp!ricos, que la condición 6G' /6ecesidades Gásicas 'nsatisfechas0 se encuentra tradicionalmente asociada, en los conte"tos espaciales periurbanos de nuestro pa!s, )uebla capital y determinadas ciudades de provincias, a la configuración de -hogares e"tensos. Esta correlatividad se verificar!a entre la población caracteriada por una presencia importante de 6G', lo cual no ocurre dentro de las regiones analiadas dado que, aun considerando la situación espec!fica y diferencial de San Nicolas, dicha condición no es relativamente mayoritaria en el conjunto del territorio abarcado. 12
La ausencia de hogares 6G' en el barrio Puebla, no debe sorprender, pues al margen de las consecuencias desfavorables para sus habitantes de la reducción del empleo demandado por la planta sider;rgica luego de la privatiación de la firma homónima, esa localiación fue producto de un poblamiento planificado urban!sticamente. El mismo estuvo destinado desde sus comienos a la residencia fija de obreros, funcionarios y técnicos de la fábrica, ubicada virtualmente en su frente , e incluso el -onamiento interno de las viviendas obedece a la adopción de criterios estratificacionales de acuerdo a los niveles graduales de cualificación laboral concernientes a la ocupación asalariada, en algunos casos todav!a vigente, en el propio establecimiento fabril.
C;349, $: H,39+ NBI ,9 399., 0 ,9-0;35+ S30 N.-,53+
B399., 4 P;53
P;5 3
O93+ -,5,0.3+ 34533+
H,39+ NBI
?
CF
7
7
H,39+ 0, NBI
3
3F
177
177
TOTAL
177
177
177
177
C;349, : P9-39.434 4 5,+ =,39+ ,9 399., 0 ,9-0;35+
S30 N.-,53+
B399., 4 P;53
P;5 3
O93+ -,5,0.3+ 34533+
P9-39.,+
37
F
7
34.1
N, 9-39.,+
?7
F
177
C8.
TOTAL
177
177
177
177
C;349, !: T., 4 =,39 +K0 399., 0 ,9-0;35+ S30 N.-,53+ N;-539
13
C8
B399., 4 P;53
P;5 3
O93+ -,5,0.3+ 34533+
FF
177
3.4
177
177
E0+,
35
5F
TOTAL
177
177
C.C
! L3 4.+9.;-.10 45 .09+,
C;349, ': I09+, 20+;35 9 -3.3 45 =,39 ,9 932,+ > 0 ,9-0;35+
S30 N.-,53+
B399., 4 P;53
P;5 3
O93+ -,5,0 .3+ 3453
≤ 50 <$"$##
41.5 41.5
8?.5 1F.?
8.3F 8.3F
3F 18.8C
$#$"##
3F.C
1F.?
13.F
18.8C
#$"!##
7
7
13.F
18.8C
!#$"<##
?.8
7
3F
3F
<##
3.?
7
83.F
7
T,35
177
177
177
13 177
La distribución del ingreso en los hogares, correspondiente a las onas en las cuales se efectuaron las encuestas, es analiada en su carácter per capita /')%0, con el propósito de neutraliar las diferencias eventualmente insertas en el ejercicio comparativo debido a la utiliación del ingreso por perceptores, o del ingreso total de la unidad doméstica ya que, seg;n lo se+alado anteriormente, la composición de los grupos familiares difiere en los distintos espacios comprendidos por la investigación. $entro de las dos localiaciones que evidencian un deterioro socioeconómico superior en términos relativos, esto es * an Nicolas, una mayor!a notable de la población se encuentra posicionada en un e"tremo de muy bajos ingresos per capita, de montos inferiores a H 1777 mensuales. En este sentido, la apreciación de la variable anal!tica precedente remite al plano sustantivo de nuestro marco conceptual, al percibirse que el relevamiento fue realiado durante los primeros meses del a+o 3773, es decir en pleno auge de la crisis profunda atravesada por la Argentina entonces, y en instancias de e"perimentación de un pico inflacionario, e"tendido a escala nacional, posterior a la defenestración del -plan de convertibilidad, vigente a lo largo de apro"imadamente una década. La visión de tal panorama ampliado aporta significativamente a la e"plicación comprensiva del agravamiento progresivo de las condiciones económicas de aquellos hogares que, prácticamente en sus dos terceras partes respecto al total de unidades domésticas, o aun en mayor dimensión, 14
como se manifiesta en el caso de * an Nicolas, se ubican en situación de pobrea, mensurable a través de sus diversos parámetros. ecurriendo a una práctica conte"tualmente comparativa, resulta apropiado destacar que en octubre de 3771, momento previo al estallido de la crisis mencionada, seg;n cálculos efectuados sobre la base de datos suministrados por la Encuesta )ermanente de Iogares /E)I> '6$E%0, realiada durante el antedicho mes, el &inisterio de $esarrollo *ocial estimaba, genéricamente, en H 1C3 el ingreso per capita en cuanto indicador determinante de la -l!nea de pobrea, dentro del per!metro conformado por el )uebla. Asimismo, corresponde acotar que esta tendencia e"pansiva de la pauperiación debida al achicamiento de los niveles de ingresos, al menos puntualmente en el caso de san nicolas, se presenta combinada con la incidencia de la población pobre, caracteriada de este modo por sus necesidades básicas insatisfechas. En referencia al caso de barrio de )uebla, a partir de la información emp!rica obtenida por el equipo investigativo, el mismo demuestra una situación intermedia en la medida en que, si bien un 53@ de la población habitante en hogares de esa ona registra un ingreso per capita concentrado en niveles sumamente reducidos /inferiores a los H 177 mensuales0, la mayor parte de los ingresos se distribuyen en los tramos que comprenden desde H 177 hasta H F77 de -')% por mes, motivo por el cual el empeoramiento alusivo a dicha variable e"presa un estado considerablemente amortiguado en términos de la difusión de los efectos del proceso de pauperiación. )or otro lado, el barrio Puebla, puebla representa, con relación al conjunto de las áreas seleccionadas para el presente estudio, el caso donde la situación de empobrecimiento cristalia estad!sticamente en !ndices que reflejan grados relativamente menores de gravedad, datos que ratificaron las e"pectativas a priori. En ese aspecto, apenas el 14@ de su poblac ión regis tra un ingreso per capita situado por debajo de los H 177 mensuales, mientras que el 84@ resulta perceptor de ingresos superiores a los H F77 igual periodicidad. A esta altura del informe, aunque mediante la anticipación al análisis de indicadores complementarios, puede aseverarse que la realidad precitada corrobora la e"istencia de un espectro socio>ocupacional notoriamente diferenciado en el conte"to de las restantes onas investigadas, teniendo en cuenta el peso que siempre tuvieron all! los residentes de alta calificación laboral, trabajadores de la propia planta de *2&'*A.
15
' L;39 4 ,9. 0 > 30. 434 4 5,+ =,39+ Es de gran incumbencia para el contenido sustancial del estudio indagar acerca del lugar de srcen y antigJedad de residencia, en las respectivas localidades, de los hogares en los cuales se llevaron a cabo las entrevistas, información que indirectamente permite apro"imarse, por medio de tales indicadores, a la apreciación del carácter alternativamente migratorio o nativo de la población, as! como también de la instancia temporal que los mismos se constituyeron en términos de unidades domésticas.
C;349, <: L;39 4 03-.2.0, 4 5,+ 2.29,+ 45 =,39 0 ,9-0;35+
S30 N.-,53+
B399., 4 P;53
P;5 3
N3.,+
8F.F
CF
4.C
O93+ -,5,0. 3+ 3453 3+ ?1.?
N, N3.,+
45.7F
3F
87.4
1?.3
TOTAL
177
177
177
177
C;349, 6 E434 45 8 4 =,39 0 ,9-0;35+
S30 N.-,53+
B399., 4 P;53
P;5 3
O93+ -,5,0. 3+ 3453
M0,9 3 <#
4?
5F
3F
1F.4?
<# 3,+ > 2+
58
4F
F7
58.1F
6# 3,+ > 2+
18
37
3F
4?.58
TOTAL
177
177
177
177
El abordaje de la temática sobre los caracteres y composición de los grupos familiares en los cuatro barrios se realió de manera indirecta, estimando el lugar de nacimiento de cada miembro integrante del hogar y la edad del jefe, datos que supuestamente permitir!an conocer la antigJedad en la constitución de las unidades domésticas. Al respecto, estos 16
atributos demostraron otra ve diferencias relevantes de acuerdo a los barrios considerados, dado que en los dos más precarios e"iste un predominio neto de los nativos sobre los migrantes, hegemon!a asimismo presente en este caso dentro de amallo, lo cual resulta contrastante con la caracter!stica inversa del barrio Puebla, donde más del 87 @ de los hogares pertenece a la categor!a no>nativos. $el mismo modo, los dos barrios tipificados en cuanto a su mayor precariedad e"presan una tendencia a la conformación de unidades familiares relativamente -más jóvenes, compuestas por jefes de hogar con menores edades en alrededor del 57@ de los hogares encuestados, en comparación con los casos de san Nicolas, áreas con supremac!a de jefes con edades F7 a+os y superiores, que representan el
CF@ o más del total del relevamiento.
< L3 4;-3-. 10 8,9235 0 34;5, + > 0.,+%
C;349, 7: M.29,+ 45 =,39 -,0 $' 3,+ > 2+ 4 434 K5.2, 0.5 4;-3-.,035 35-3034, 0 O93+ -,5,0.3 + 3453 3+
S30 N.-,53+
B399., 4 P;53
P9.239., I0-,25,
8.8
C.?
4.1
P9.239., C,25, S-;0439., I0-,25,
55.F 33
F5.C 38.8
8.1F .3
35.5 1C.1
S-;0439., C,25,
1C
5.C
17.C
3.4
U0.9+.39.,
.
8.3
C7.C
3.3
177
177
177
177
P;53
7
I0-,25,/ TOTAL
C;349, (: P9-39.434 4;-3-.,035 4 5,+ 0.,+ 0 434 +-,539 ? 09 6/$' 3,+ 0 ,9-0;35+ B399., 4
S30 N.-,53+
O93+ -,5,0. 3+ 3453 3+
P;53
P;53 P9-39., 17
14.?
7
7
7
N, P9-39.,
?8.3
177
177
177
TOTAL
177
177
177
177
Las variables referidas a la educación formal, más allá de representar ésta un bien en s! mismo, además de una parte del bienestar personal, se encuentran indisolublemente ligadas, dentro del marco teórico conjunto de las concepciones sociológicas contemporáneas, a la condición social general de la población, a los estratos respectivos ocupados en el mercado de trabajo, junto a sus correlativos niveles de ingreso, y simultáneamente vinculadas con diversos indicadores emp!ricos atinentes a los grados de satisfacción de las necesidades básicas. A través de nuestro desarrollo anal!tico, la asociación precitada es corroborada a la lu de los datos contenidos en los cuadros C y ?, los cuales ilustran la correspondencia de factores en ese sentido. El corte en la educación formal, para la población caracteriable como superadora de la -edad escolar /15 a+os y más0, resulta netamente contrastante entre lasáreas más empobrecidas y aquellas situadas en condiciones comparativamente favorables. &ientras tanto, la fragilidad escolar considerando los ni+os menores de 15 a+os /ingreso tard!o, deserción, repitencia0 registra !ndices muy reducidos o prácticamente nulos en todas las onas abarcadas por la investigación, e incluso en San Nicolas comprende una porción inferior al 15 @ de la ni+e en edad escolar. En el cuadro C se verifica efectivamente que, tanto en 7 de septiembre como en San Nicolas, la escuela primaria constituye la fase superior alcanada por la mayor!a de la pobla ción residente en esos barrios, al mismo tiempo que en Puebla dicha instancia corresponde al nivel universitario, completo o no, y en amallo el secundario9universitario configurando esta ;ltima región, de manera semejante a otras condiciones, un especio intermedio entre ambos polos.
6 C,9;93 > 30-.10 4 53 +35; 4
C;349, ): C,9;93 4 +35;4 ,9 2.29, 45 =,39 0 ,9-0;35+
S30 N.-,53+
B399., 4 P;53
P;53
O93+ -,5,0.3 +
O93 +,-.35 / P933
48.78
C.5
1.3
3453 C3.C
PK5.-,
5C.F5
3.8
?.?
1.?
18
N.0;03
18.5
TOTAL
177
7
7 177
3F.F 177
C;349, $#: E0892434+ 4 5393 4;93-.10 "0 ,9 5, 20,+ ;0 2.29, 45 =,39"
S30 N.-,53+
177
0 O93+ -,5,0.3
B399., 4 P;53
P;53
+3453
P,9 5, 20,+ ;0 miembro
48
F7
37
1F.5
N.0K0 2.29,
85
F7
?7
?5.8
TOTAL
177
177
177
177
A través de su comparación entre barrios, el cuadro 13 se+ala datos previsibles en conjunto, dado que dentro de las dos onas pobres la cobertura de salud de los hogares depende, en su mayor parte, a la prestación realiada por efectores del sistema p;blico, teniendo en cuenta la supuesta -gratuidad del mismoB por otro lado, respecto de los hogares encuestados en )uebla prevalece la atención brindada por obras sociales o instituciones de medicina prepaga. :al contraste no obedece ;nicamente a la e"istencia de una condición de ingresos directos diferenciales entre las onas comparadas, sino en lo esencial a la situación ocupacional, alternativamente formal o informal, de los miembros activos de las unidades domésticas. En ese sentido, la historia ocupacional e"perimentada por las personas actualmente pasivas constituye el factor crucial que les ha permitido, eventualmente, el correlativo acceso al sistema de salud espec!fico destinado a los retirados del mercado laboral, es decir el )A&'. En referencia a la misma temática de la salud, el cuadro 14 permite observar ciertas divergencias adicionales en los hogares de acuerdo a las diversas áreas comprendidas por la investigación. *e ha constatado en dicho aspecto que la presencia de enfermedades crónicas en las unidades familiares, si bien no es e"clusiva de los sectores sociales más carenciados económicamente, tiende a manifestarse con mayor frecuencia en los mismosB en las onas estudiadas esa regla general resulta emp!ricamente comprobable, puesto que al interior de los dos barrios con pobrea relativamente superior la e"istencia de enfermos crónicos supera en términos comparativos la correspondiente a amallo y barrio Puebla, oscilando esta diferencia entre el F7 y 177 @. 19
7 L3 3-;35 +. ;3-.10 ,-;3-., 035 La descripción efectuada en distintas partes de nuestro estudio, sobre la situación ocupacional en una región como la abarcada por *an 6icolás, vinculada de manera estrecha durante el transcurso de medio siglo al desarrollo de la principal industria sider;rgica nacional, hac!a prever un trastrocamiento socioeconómico radical en los citados espacios territoriales. Esa mutación srcinada en el proceso de privatiación, junto a la cesación del empleo de mano de obra ligada >directa o indirectamente> a las actividades de la planta de propiedad anteriormente p;blica, se percibe de igual modo que otros rasgos evidenciados en el presente. )or cierto, una década después del comieno de dicha transformación en la firma )uebla, el impacto de la misma ha sido heterogéneo seg;n la consideración de diversos sectores, aunque indudablemente, al margen de las repercusiones diferenciadas, y cualquiera fuere el nivel de dependencia y calificación de los respectivos trabajadores, se han registrado cambios notables en variados factores de alguna forma relacionados con la dinámica del mercado ocupacional.En el sentido e"puesto, el cuadro 15 posibilita un primer acercamiento a la problemática tratadaK
C;349, $$: P,53-.10 3-.3 .03-.3 ,9 =,39 0 ,9-0;35+
S30 N.-,53+ M.29,+A-.,+
!
B399., 4 P;53
P;5 3
O93+ -,5,0.3+ 34533+
4.?
F?.?
47.
M.29,+ I03-.,+
8
87.3
51.3
8.1
T,35
1
177
177
177
$e acuerdo a estos indicadores estad!sticos, la relación simple activos>inactivos denota contrastes de distintas dimensiones teniendo en cuenta las áreas respectivas, sin que ello implique, como en los casos anteriores y debido a las limitaciones e"puestas del relevamiento emp!rico, que los datos resulten representativos en un sentido estricto. &ás allá de tal reconocimiento es posible se observar que, e"ceptuando la ona con ingresos relativamente superiores, es decir barrio Puebla, la tasa de dependencia e"presada por dicha ecuación, inclusive dentro de la región de amallo, presenta !ndices situados entre el 87@ y el C7@. &ientras que en la ;ltima localiación citada por cada integrante activo del hogar e"iste una carga de 3,3 miembros inactivos, la proporción es cercana en 7 de septiembre 20
/3,10 al tiempo que desciende considerablemente en San Nicolas /1,40. Los tres casos mencionados, frente a la situación espec!fica del barrio Puebla donde la relación se invierte 7,C inactivos por cada activo, induce a concebir que esa tasa de dependencia refleja no solamente el caudal de las personas no integradas al trabajo /por retiro y realiación de tareas hogare+as, entre otros factores0, sino en lo sustancial la estructura etaria, dado el peso que en las unidades domésticas ubicadas en los espacios con mayor precariedad, desde el punto de vista socioeconómico, detentan los grupos más jóvenes /hasta 15 a+os de edad0, esto es al margen del mercado laboral, lo cual genera una sobrecarga sobre los miembros potencialmente en actividad. )or otro lado, el cuadro 1F permite apro"imarse al tratamiento de la problemática crucial del desempleo, manifestada en plenitud al interior de los territorios de *an 6icolás, aunque la misma obviamente afecta al conjunto del pa!s, proceso acentuado a partir de la segunda mitad de la década de los noventa, y que alcanó niveles históricamente alarmantes después de la crisis general, aun irresuelta, desencadenada hacia finales del a+o 3771.
C;349, $: P,53-.10 3-.3 +K0 -,04.-.10 ,-;3-.,035 0 ,9-0;35+
S30 N.-,53+
B399., P;53
4
P;53
O93+ -,5,0.3+ 34533+
O-;34,+
F4.
F1.
?7
?3.4F
D+,-;34,+
58.
5?.
37
1C.8F
TOTAL PEA
17
17
177
177
*e percibe que, en la instancia temporal correspondiente al relevamiento emp!rico a través de la encuesta durante 3773, cada una de las onas en cuestión presentaba perfiles diferenciados, los cuales >apelando a una escala gradual de carácter cualitativo> podr!an calificarse desde lo -grave a lo -muy grave. &ientras que dentro del área de *an 6icolas e"iste un alto !ndice de desocupación, en referencia al total de población económicamente activa /1C,8F@0, en el barrio de Puebla, a pesar de sus condiciones económico>sociales relativamente favorables en otros aspectos, dicha tasa asciende al 37@ de la fuera de trabajo en situación potencial de actividad. $e manera simultánea, al interior de los barrios más pobres de San Nicolas tal indicador opera un -salto cuantitativamente enorme, ya que en los mismos el desempleo abarca a casi la mitad de la )EA. Es necesario destacar que en ambos espacios urbanos, en el conte"to de las pol!ticas sociales por entonces vigentes, se aplicaba el denominado -)lan :rabajar, destinado a jefes de hogares desocupados y con bajos ingresos, personas que deb!an llevar a cabotareas comunitarias, o emprendimientos locales de diversa 21
!ndole, por un periodo restringido con un alcance má"imo de seis meses, asignándoles un ingreso m!nimo, el cual en el transcurso de la vigencia del plan se+alado varió en forma sucesiva de H ?7 a H 177 mensuales, seg;n la disponibilidad de fondos >por parte del &inisterio de :rabajo y *eguridad *ocial> dirigidos a ese fin espec!fico. %uando se efectuó el sondeo de esta información, el 17@ de la fuera total de trabajo residente en *an 6icolas y el 51@ de otras colonias se encontraba comprendida entre los beneficiarios de esa contribución asistencial, siendo considerados estad!sticamente, de acuerdo a datos oficiales >no obstante ello> en términos de trabajadores efectivamente empleados. Los dos cuadros siguientes procuran analiar la distribución de las personas económicamente activas a partir de su empleo en grandes ramas de actividad económico>productiva y de sus categor!as ocupacionales, de modo respectivo, factores estimados fundamentales en aras del acceso a una visión integral de la mutación srcinada en el proceso de privatiación del sector sider;rgico iniciado en el a+o 14.
C;349, $!: O-;34,+ ,9 9323 4 3-..434 0 ,9-0;35+ B399., 4 P;53
S30 N.-,53+ I04;+9.3
F
14.8
O93+ -,5,0. 3+
P;5 3 7
7
7
C,29-.,
37
31.
C.3
S9.-.,+ S.49;9.3
1F 53.F
33.C 14.8
41.3 58.
31.5 C1.5
P530 S,-.35
17
51
7
7
NS/NC
C.F
.1
7
7
T,35
177
177
177
177
C;349, $': O-;34,+ +K0 -3,93 ,-;3-.,035 0 ,9-0;35+
S30 N.-,53+ A+3539.34, T93334,9 E2534,9
22
CF
,9
-;03
C.F 7
7 7
B399., 4 P;53
P;5 3
O93+ -,5,0.3 +
41.?
8.C
C?.8
35.3 7
C.1 7
T93334,9
+.0
+3539.,
7
14.8
4
7 7
3>;43 832.5.39 2534, P530 T93339
17
51
7
N+/NC
C.F
14.8
4
TOTAL
177
177
15.4 177
177
%abe acotar que la actividad vinculada a la siderurgia contin;a ejerciendo un papel esencial en la dinámica productiva al interior de las áreas donde se efectuaron las encuestas, teniendo en cuenta que dentro del barrio de )uebla, ubicado frente a la planta industrial de la empresa homónima, el porcentaje de trabajadores ligados a la rama metal;rgica sigue resultando significativa. En tal sentido, apro"imadamente el 5C @ los trabajadores ocupados entrevistados en esa localiación declaró su pertenencia a la misma, mientras que en amallo ese !ndice alcana el C 7 @ y en 7 de Septiembre el sector consignado emplea al 54 @ de la mano de obra disponibleB es probable que, en muchos casos, este fenómeno obedeca a la emergencia de nuevas radicaciones industriales correspondientes a peque+as y medianas empresas -satélites de *'$EA. En marcado contraste con las tres situaciones anteriores, en alusión a Nicolas, San la localidad caracteriada por sus mayores niveles de pobrea y precariedad urbana entre las estudiadas, representa la ;nica donde el porcentual de de población económicamente activa, empleada en la rama industrial metal;rgica, demuestra guarismos inferiores al sector de servicios. La distribución de los trabajadores por rama productiva es muy heterogénea de acuerdo a los distintos espacios analiados, puesto que en el barrio de )uebla la actividad sider;rgica cubre al F7 @ de la mano de obra empleada y el sector terciario /comercio9servicios0 el 13@ de ese universo, al tiempo que en las restantes onas la ocupación >tanto en siderurgia como en el ;ltimo rubro citado> presenta amplias variaciones. )or otra parte, resulta llamativa la proporción reducida de personas ocupadas que, en términos generales, identifica su ocupación en otras ramas industriales alternativas. Asimismo, es muy significativo que en las tres onas donde se mantiene el predominio de la actividad sider;rgica el nivel de asalariamiento de los trabajadores es relativamente elevado /394 de los mismos o más0, mientras que en San Nicolas e"perimentan esa situación menos de un tercio de la mano de obra ocupada, cifra superada por aquellos que se encuentran cubiertos por el mencionado -)lan (efes de Iogar
23
C;349, $<: R323 4 53 K5.23 ,-;3-.10 393 5,+ 4+,-;34,+ 0 ,9-0;35+ S30N.-,53+
I04;+9.3
7
B399., 4 P;53+
P;5 3
15.4
7
C,29-.,
F.C
.F
7
S9.-.,+
11.5
.F
13.F
S.49;9.3
5?.8
44.4
F7
P530 J8+ 4 H,39
?.8
5.?
NS/NC
3F.C
3?.8
4C.F
T,35
177
177
177
O93+ -,5,0.3+ 34533+ 7 44.4 7 88.C
7
7 7 177
El %uadro permite confirmar que la mayor parte de la fuera de trabajo desempleada, al momento de levantar la encuesta en los hogares, se hab!a desempe+ado en la rama sider;rgicaB dentro de tal panorama, corresponde indicar que el menor registro pertenece a
T9333 20,+ 4 !< =+% > ;+-3
S30N.-,53+
B399., 4 P;53+
P;5 3
O93+ -,5,0 .3+ 3453 3+
F?.45
8?.CF
17
.1
3F
41.3F
7
7.
,9,
T9333 20,+ 4 !< =+% > 0, ;+-3 ,9, NS/NC
18.88
TOTAL
177
7
7 177
7 177
177
Es notable por su gravedad el nivel general relevado de desempleo, circunstancia potenciada en los dos barrios más carenciados, a lo cual debe adicionarse la gran cantidad de personas desocupadas cubiertos por el denominado -)lan :rabajarF?, a la ve que el agregado del desmesurado subempleo horario a esta situación en7 de Septiembre y Las Mellizas, escenario que en conjunto da pábulo a un diagnóstico e"tremadamente preocupante concerniente a la inserción de los sectores sociales más empobrecidos en el circuito del mercado laboral.
24
C;349, $6: F;0 4 .09+,+ 4 5,+ 4+,-;34,+ 4;930 5 9,4, 4 4+25, 0
A=,99,+ .09+,+
832.5.39+/ 4
C=303+
S30N.-,53+
B399., 4 P;53
P;5 3
O93 + -,5, 0.3+
5?.?
F7
F7
F7
33
3F
3F
3F
1C
4.8
13.3
31.5
3F
177
177
177
,9,+ ,
T933,+ P530+ +,-.35+ O9,+ TOTAL
?9;Q;
7
3F 7 177
En referencia a las fuentes alternativas de ingresos, con las cuales manifiestan contar en aquellos hogares en los que residen desempleados, sorprende >más allá de la veracidad de las %abe destacar que cuando se realió el relevamiento, el )lan :rabajar era muy minoritario, y nuestro trabajo de campo coincidió con el advenimiento del )lan (efes de Iogar $esocupados. 6o obstante, los entrevistados, suelen confundir ambos programas.respuestas, debido por ejemplo al grado de memoria> el hecho de que, independientemente del barrio y de los niveles sociales, e"iste una tendencia generaliada a caracteriar como srcen de dicho ingreso el ahorro o el aporte económico de otros miembros del hogar. $e manera que resulta muy reducida la proporción de sujetos encuestados que reconocen hallarse incluidos entre los beneficiarios de planes sociales, conformando éstos la génesis de parte de su sustento, a pesar de que ellos representan un recurso bastante difundido, tal como se percibió a través de cuadros precedentes, sobre todo en las dos onas pobladas por unidades domésticas con !ndices superiores de pobrea. La calificación ocupacional de los trabajadores ocupados, al momento de implementarse las encuestas, presenta una distribución regional acorde con los datos hasta ahora analiados, lo cual se refleja en el %uadro 31. Al respecto, se evidencia un neto predominio de mano de obra no calificada en el barrio Las Mellizas, una proporción levemente inferior de la misma en el 7 de Septiembre, y una incidencia prácticamente nula de ella en los casos de amallo y del barrio SOMISA. Estas dos ;ltimas áreas, en especial la segunda, e"presan la prevalencia de empleados con cualificación técnico>profesional entre la fuera de trabajo en actividad, mientras que en 7 de Septiembre , por su lado, sobresale una presencia considerable de trabajadores semi>calificados. 25
C;349, $7: -35.8.-3-.10 ,-;3-.,035 4 5,+ ,-;34,+ 0 ,9-0;35+ S30N.-,53+
B399.,4 P;53
P; 53
O93+ -,5,0.3+ 34533+
S.0 -35.8.-3-.10
43.F
?1.?
4.13
S2."-35.8.-34,+
5C.F
.1
4.13
15.4
C35.8.-34,+
17
7
1?.CF
15.4
[email protected], " P9,8+.,035
3.F
7
F.5
4F.C
NS/NC
C.F
.1
1F.8
4F.C
TOTAL
177
177
177
177
7
En lo concerniente a la calificación laboral los trabajadores desocupados en el relevamiento del a+o 37730, la distribución seg;n los distintos barrios también presenta rasgos diferenciales dado que, teniendo en cuenta el %uadro 33, en las dos áreas más empobrecidas la mayor!a de aquéllos eran semi>calificados o sin calificaciónB dentro de amallo, dos tercios de los desempleados correspond!a a fuera de trabajo semi>calificada o calificadaB finalmente, en barrio SOMISA el F7 @ estaba compuesto por calificados y técnico> profesionales. Esta escala ascendente, seg;n las onas, en los grados de cualificación de la población activa desocupada tiende a corroborar que, aunque con variada en territorios de *an 6icolás y amallo, el fenómeno del desempleo ha sido e"perimentado ampliamente en diversos y heterogéneos estratos sociales.
C;349, $(: C35.8.-3-.10 ,-;3-.,035 4 5,+ 4+,-;34,+ 0 ,9-0;35+ S30N.-,53+
B399., P;53
4
P; 53
S.0 -35.8.-3-.10
4C.1F
4?.1
7
S2."-35.8.-34,+
3F.C
1.7F
7
C35.8.-34,+
[email protected], P9,8+.,035
?.8 3.?F
NS/NC
33.?F
26
7 7
3F 3F 1.7F
13.F
O93 + -,5, 7 44.4 7
44.4 44.4
B;+-30 ,9 9.293
3.?F
34.?
4C.F
TOTAL
177
177
177
7 177
)uede consignarse que los trabajadores aportantes al sistema jubilatorio S30N.-,53+
D,% ,9 ;.53-.10 A,9 4.9-,
8.5 4.8
TOTAL
177
B399., 4 P;53
P;5 3
O93 +
177
?5 18
1.C ?.4
177
177
177
7
*iguiendo con la temática precedente, las cifras del %uadro 35, referido a la vigencia del ne"o contractual por tiempo indeterminado, atributo t!pico del mercado laboral formal, tienden a realimentar la observación anterior atinente a los reparos sobre la información previamente vertida.
C;349, $): O-;34,+ ?953-.10 -,093-;35 0 ,9-0;35+ S30N.-,53+
B399., 4 P;53
P;5 3
C,093, +.0 5.2. 4 .2,
87.F
84.8
?5
C,093, 5.2.34, / 3 9;3 /
1F.?
7
C=303+
17.F
7
O93 2,435.434
17.F
3C.4
?
NS/NC
3.8
.1
5
TOTAL
177
177
O93 + -,5, 8.3
5
7
7
7
4 2,9343 C.C 34.1 177
177
( E5 .23-, > 2,435. 434 4 53 ,5 .-3 +,-.35 Esta problemática evolucionó de acuerdo a la trayectoria de un centro industrial de la importancia histórica que detenta el área geográfica formada por *an 6icolás y amallo, en su conjunto, dentro del marco amplio generado por el impacto del desempleo que acompa+ó 27
a la privatiación desde comienos de la década de los noventa, a lo cual se le superpuso a posteriori la profundiación e"tendida de la crisis socioeconómica a partir de 1?, con su punto de eclosión en el a+o 3773. :eniendo en cuenta tal panorama, devino lógico un ejercicio activo de la pol!tica social de contención de la pobrea, ejercida desde >y9o mediatiada por> el poder pol!tico local /municipal0 y algunas 26<=s, aunque estas ;ltimas desempe+aran ese papel en menor medida relativa. A través de los %uadros 3F a 3? puede visualiarse el escenario general del proceso antedicho.
C;349, N #: P39.-.3-.10 0 0,4,+ 4 9;Q;+ 4 ,9 5, 20,+ ;0 2.29, 45 =,39 0 S30N.-,53+
B399., 4 P;53
P;53
7
O93+ -,5,0. 3+
P39.-.3
55.
17
1F.5
N, 39.-.3
FF.1
7
177
?5.8
TOTAL
177
177
177
177
En el %uadro 3F se e"pone una modalidad e"pandida en los n;cleos urbanos de prácticamente todo el pa!s, en los inicios del a+o 3773, y que subsist!a aun en tiempos recientes, aunque con rasgos variables y alcance progresivamente acotado, consistente en la adopción de una forma -regresiva de intercambio directo /o cuasi directo0 de productos y servicios. Esta práctica, genéricamente denominadanodos o mercados de trueque, constituyó una de las -estrategias mediante las cuales numerosos hogares procuraron sortear los efectos más graves de la crisis, utiliando esa metodolog!a rudimentaria. :al intercambio no monetario de bienes e insumos elementales se lleva a cabo en pos del acceso a ciertos recursos imprescindibles, ante la acentuada escase de dinero provocada por la abrupta ca!da de los ingresos, a la que coadyuvó decisivamente el incremento de la desocupación o del subempleo. Ello implica recurrir al -comercio directo de determinados productos o mano de obra , por medio de un cálculo apro"imativo del valor de cada -mercanc!a intercambiada, lo cual permit!a a las personas y unidades domésticas, al menos durante un breve periodo, compensar precariamente el deterioro sufrido por los ingresos laborales. Esta estrategia, de cuasi ef!mera vigencia significativa, e"perimentó una severa limitación, seg;n nuestro encuadre interpretativo en el conte"to teórico de la presente investigación, srcinada en dos factores fundamentales. En primer lugar debido al agotamiento de la posibilidad, en cada hogar relativamente empobrecido que participaba en los -nodos de 28
intercambio, de reponer los obetos del trueque con el fin de mantener la circulación. )or otro lado, y esencialmente, operaba la necesidad periódica comprar alg;n insumo fuera de ese circuito supuestamente desmercantilizado, debiéndose entonces acudir a la cadena de comercialiación -normal. :al condicionamiento ineludible requer!a por parte de los participantes de esos nic!os comerciales la disponibilidad de un ingreso monetario suficiente, cuya carencia hab!a sido justamente el motivo crucial que, srcinalmente, obligó al ejercicio de la citada forma primitiva de intercambio, en términos anacrónicos de !ndole precapitalista, generándose de ese modo un c!rculo vicioso que conclu!a en la privación gradual, agregada a las penurias propias ocasionadas por la debacle estrepitosa del mercado formal de trabajo y de bienes, de dicha manifestación e"temporánea alternativa de actividad económica. 2bviamente, a efectos de participar en este intercambio, el aspirante inicial a realiarlo deb!a disponera priori de alg;n bien valoriable para poder llevar a cabo el mismo, o en su defecto de la capacidad de brindar un servicio buscado por otro asistente al -mercado ad-!oc, factor condicionante que e"plica la raón por la cual, en ciertas onas con medianos problemas de ingreso, pudo desarrollarse de manera bastante e"tensiva >durante un tiempo considerable> esa actividad, mientras que al interior de onas caracteriadas por la e"istencia de -pobrea e"trema, esa práctica no fue implementada o se la realió con participación demasiado acotada y9o permanencia e"igua. Estas consideraciones aportan a comprender las causales de que en los dos barrios con indicadores socioeconómicamente polariados, Las Mellizaspor un lado y SOMISA por el otro >en el caso carencia en de cuanto recursos y ende el segundo porlas noprivaciones resultar necesario>, modalidad delprimer trueque no por se presenta modo compensar derivadaslade las falencias mercantiles del ámbito -oficial. En cambio, la emergencia del fenómeno fue más notoria en amallo y, fundamentalmente, representó una de amplia difusión en el barrio 7 de Septiembre.
C;349, $: C,9;93 +,-.35 4 5,+ =,39+ 24.30 9+3-.,0+ 4.9+3+ 4 3>;43 +,-.35 0 S30N.-,53+
B399., 4 P;53
R-.0
F7
C7
N, 9-.0 TOTAL
F7 177
47 177
29
P;53
F
O93+ -,5,0.3+ 34533+ C.C
F 177
3.4 177
Los datos correspondientes al %uadro 38 apuntan al análisis de la recepción de -ayuda social por parte de los hogares, y el mismo se han incluido todos los tipos de prestaciones, tanto en especie como dinerarias, que perciben cualquiera de los integrantes de las unidades domésticas, e"cluyendo lógicamente aquellas pertinentes al sistema de *eguridad *ocial, las cuales están vinculadas al ne"o > actual o pasado> con el mercado de trabajo formal, por ejemplo en el caso de jubilados y pensionados.En forma coherente respecto a la previsibilidad de la cuestión, una parte considerable de los hogares, mayoritaria en Las Mellizas y abarcando cerca de la mitad de ellos en 7 de Septiembre, se encuentran cubierta a través de la aplicación de pol!ticas sociales de carácter protectivo /-)lan :rabajar, pensiones no contributivas, distribución de alimentos, etcétera0. En referencia al barrioSOMISA, e incluso a amallo, esa práctica asistencial es casi ine"istente, hecho que reafirma, en estos conte"tos singulares, la correcta focaliación de los programas !acia los m"s pobres , aunque dicha apreciación no conlleve el reconocimiento acerca de que la e"tensión y la cobertura de los planes asistenciales e"presen el mismo nivel adecuación.
C;349, : S.+23 Q; ,,93 53+ 9+3-.,0+ 3 5,+ =,39+ 0 ,9-0;35+ S30 N.-,53+
P;5.-, N, ;9032035 TOTAL
B399., 4 P;53
3 ? 177
P;53
177 7
177 7
177
O93+ -,5,0.3 + 177 7
177
177
El contenido estad!stico inserto en el %uadro 3C informa sobre las fuentes de origen de las mencionadas prestaciones sociales, y él se observa de qué modo las mismas resultan atribuidas mayormente al sector p;blicoB sin embargo, a través de la ilustración del %uadro 3?, que refiere a los lugares reconocidos como sitios donde las -ayudas de marras se retiran o consiguen, las opciones tienden a diversificarse. 6o obstante ello, es preciso aclarar que ambas representaciones emp!ricas aluden a dos instancias diferentes, al margen de que presenten una articulación rec!proca, esto es por una parte la comprensión de cuál es el ente prestador de los beneficios sociales, atributo asignado masivamente al Estado aunque, por la otra, el lugar de recepción de aquéllos no se halle directamente ligado al sistema p;blico>administrativo. 30
C;349, !: L;39 0 Q; 5,+ =,39+ 9-.0 53 9+3-.10 0 ,9-0;35+ S30N.-,53+
M;0.-.., E0 +; -3+3 C,24,9
18 ?
B399., 4 P;53 C.C
P;53
7
7
-,2;0.39., TOTAL
F7 177
C8
3.4
177
177
O93+ -,5,0. 3+
7
7 F7
177
177
C;349, ': H,39+ 0 Q; 5,+ 8+ 23>,9+ 4 6< 3,+ 9-.0 ;.53-.10 , 0+.10 0 S30N.-,53+
177
R-.0 N, 9-.0 TOTAL
7 177
B399., 4 P;53
P;53
O93+ -,5,0. 3+
88.8C
57
4?.58
44.44
87
81.F5
177
177
177
:al como se verifica en el cuadro 3, la proporción de jefes de hogar mayores de 8F a+os que percibe jubilación o pensión representar!a una condición de las personas retiradas del quehacer laboral independiente de las áreas de residencia, y de los niveles graduales de pobrea respectiva. Ello puede deberse a un sesgo metodológico ocasionado por la e"igJidad de la muestra, o corresponder al eventual arrastre histórico del papel protagónico que desempe+ó hasta la primera mitad de los a+os noventa, respecto a la formaliación generaliada del mercado de trabajo onal.
) A5;03+ -393-9+.-3+ 34.-.,035+ > +-8.-3+ 4 5,+ 93334,9+ 3-;3520 ,-;34,+ >/, 4+2534,+ 4 53 .04;+9.3 +.49K9.-3 4 53 ,03 Esta ;ltima sección del análisis cuantitativo se halla dedicada, como su t!tulo lo indica, a destacar ciertos rasgos relevantes propios del personal actual, y de los e">empleados, pertenecientes a la rama industrial de la siderurgia, residentes en los hogares encuestados. )or supuesto, a través de este abordaje no se agota la información disponible, relevada mediante las entrevistas y luego procesada, sino solamente determinados indicadores, considerados de mayor relieve sustantivo por el equipo de investigación, que permiten traar un perfil definido y representativo de dicha fuera de 31
trabajo.
C;349, <: A, 4 .09+, 4 +,+ 93334,9+ 0 53 9323 +.49K9.-3 0 S30N.-,53+
E09 $)'7 > $))
?8
E09 $))! > ## NS/NC
11.5 3.4
TOTAL
177
B399., 4 P;53
P;53
O93+ -,5,0. 3+
F.5F
177
7. 7
.1
7
177
5.FF
7 7
177
177
C;349, 6: E434 4 .09+, 4 +,+ 93334,9+ 0 53 9323 +.49K9.-3 0 7 Entre15y47a+os
F.5F
&ayor de 41 a+os
5.FF
:2:AL
4
L3+
SOMI
84.8 48.5 177
R32355,
CC.3C
3.4
33.C4 177
C.C 177
177
Los %uadros 47 y 41 evidencian n!tidamente que el segmento de trabajadores metal;rgicos entrevistados en las unidades domésticas seleccionadas, actualmente desempleados o que aun permanecen en actividad dentro de esa rama productiva, se hab!an insertado laboralmente en la misma, casi en su totalidad, en épocas anteriores a la privatiación de *2&'*A y siend o jóvenes, a una edad que podr!a estimarse de un modo sui generis en términos de -primera mitad de sus vidas ocupacionalmente activas. Esta caracter!stica, si hipotéticamente se interpretase en tanto generaliable, derivar!a en la conclusión de que, a partir de ese proceso de transferencia de la propiedad de la firma a la esfera privada, la actividad de la planta sider;rgica de la empresa se+alada dejó de funcionar como mecanismo dinamiador del mercado de trabajo.
C;349, 7: E 2534,+ 4 SOMISA Q; 3-39,0 5
9.9, 7
A-1 32
8F.8
4
,5;039., L3+ 57
4
53
29+3 S,2. ?C.F
0 R3235 CF
N, 3-1
45.5
87
13.F
3F
TOTAL
177
177
177
177
La información tratada en el %uadro 43 remite al estudio de la situación de los empleados cesados en su actividad en la planta de *2&'*A, al momento de la privatiación de la firma, en calidad de -retiro voluntario, de acuerdo a los ingresos percibidos cuando los mismos negociaron con la empresa esa forma del cese laboral, y de los trabajadores renuentes a este arreglo. Al respecto, es importante destacar que no e"iste evidencia alguna que se efectuara despidos que no fueran las formas encubiertas del retiro voluntario. 6o obstante, la encuesta
33
evidenció que los damnificados visualiaban al retiro como un despido, por ese motivo, los resultados cuantitativos de la encuesta no alcanan para describir cuáles fueron las caracter!sticas de la cesación ocupacional.
C;349, (: O9.03-.10 4343 ,9 SOMISA 35,+ 93334,9+ 4;930 53 9.3.3-.10 393 5 25, 4 5,+ 9-;9+,+ 4 .0420.3-.10 >/, 9.9, ,5;039., 0
R-..1 ,9.03-.10
7 C.15
4
L3+ 11.1
SOMISA .1
R3235 7
N, 9-..1 ,9.03-.10
3.?8
??.
7.
177
TOTAL
177
177
177
177
C;349, ): E"93334,9+ 4 SOMISA +K0 =3>30 .0.-.34, 35K0 ., 4 3-..434 -,0 5,+ 9-;9+,+ 9-..4,+ ,9 53 9.3.3-.10 0 ,9-0;35+ 7 I0.-.1
4F.C
N, .0.-.1
F7
NS/NC
15.4
TOTAL
177
4
L3+
SOMI
33.3 CC.? 7
R3235
84.8
C7
48.5 7
177
47 7
177
177
C;349, !#: E"93334,9+ 4 SOMISA Q; .0.-.39,0 3-..434+ -,0 5,+ 9-;9+,+ 9-..4,+ +K0 9323 4 3-..434 5.43 0 7 I04;+9.3
37
C,29-.,
?7
S9.-.,+
7
NS/NC
7
4
L3+ 7
7
R3235 7
F7
C1.5
F7
15.4
7
15.4
7
7 177
TOTAL
SOMI
177
177
177
177
C;349, !$: C,0.0;.434 3-;35 0 53 3-..434 .0.-.343 0 ,9-0;35+ 7 C,0.0K3 34
37
4
L3+ 7
SOMI C1.5
R3235 FC.15
N, -,0.0K3
?7
177
3?.8
53.?F
TOTAL
177
177
177
177
En los cuadros 44 a 48 se e"amina la forma de utiliación de dinero recibido en concepto de indemniación, el tipo de actividad iniciada y la continuidad en la mismaB en ese sentido, en caso de ser representativas tales categor!as, ellas contribuyen a descartar varios mitos divulgados, tanto a nivel local como nacional, por v!a de los medios de comunicación masiva. En primer término, la información difundida post>privatiación acerca de una supuesta -orientación proporcionada a los trabajadores de cara a emprender actividades rentables mediante la inversión de las sumas indemniatorias, corresponde a la realidad a través de un muy reducido n;mero de casos. En segundo lugar, e"ceptuando la situación de las onas donde prevalecen los trabajadores dotados de mejores calificaciones ocupacionales, no se manifiesta con nitide un vuelco significativo a nuevas actividades empleando esos recursos. En aquellas circunstancias contrarias que revelaron esa dedicación, las mismas respondieron a una canaliación generaliada hacia rubros comerciales, lo cual aqu! también, si se dejan de lado situaciones caracteriadas por mejores calificaciones e ingresos, ha demostrado una regular discontinuidad, al menos hasta el momento de recolección de la información emp!rica. )or otra parte, y ratificando tangencialmente la evaluación precedente, los indicadores comparativos de ingresos, vertidos en el %uadro 4F, correspondientes a fases previas a la privatiación, con relación a los percibidos en la época de nuestra investigación de campo, confirman rotundamente la ca!da e"tendida de las remuneraciones laborales.
C;349, !: E"93334,9+ 235K9.-,+: -,2393-.10 4 5,+ .09+,+ 3-;35+ -,0 5,+ 9-..4,+ 309.,920 0 53 .04;+9.3 +.49K9.-3 0 7
4
L3+
I;35+
7
7
M3>,9+
7
7
R3235
8.3F
?.44
7
M0,9+
8.
7
NS/NC
4.1
17
TOTAL
177
177
35
SOMISA
18.8C 4.CF
7
CF 7
177
177
El cuadro 4C proporciona, por ;ltimo, una información absolutamente previsible, esto es la pertenencia masiva de los e">trabajadores sider;rgicos a la organiación sindical correspondiente a esa rama de actividad, más allá de los diferentes niveles de cualificación laboral predominantes en las diversas áreas relevadas.
C;349, !!: E"93334,9+ 235K9.-,+ +K0 38.5.3-.10 35 +.04.-3, =3+3 +; +35.43 4 53 9323 4 3-..434 0 7 E+;, 38.5.34, N, NS/NC TOTAL
36
4 ?1.3F 1?.
+;, 7
L3+ 7 7
R3235 88.8
13.F 17
17
SOMI ?C.F
177
7
44.5 7
177
177
PROPUESTA DE ANÁLISIS DE LOS DATOS OBTENIDOS E5 ;+, 4 53 5338,923 M,,45 Los sistemas educativos del mundo se enfrentan actualmente al desaf!o de utiliar las tecnolog!as de información y comunicación /:'%0 para proveer a sus alumnos con las herramientas y conocimientos necesarios para el siglo ""i, por lo que hay cambios sustanciales en el proceso de aprendiaje, el cambio más importante requerido es el cambio de la función docente /lvare, 37780. $iversos investigadores /%astellano, 3717B %ebrián, 37740 han detectado los beneficios del uso de las :'% en el proceso de ense+ana>aprendiaje y que al formar a los docentes en el uso de las :'% se puede lograr que las utilicen como apoyo en sus clases o e"traclases. %omo se menciona en estudios previos, hay un problema de formación de los profesores universitarios en el uso de las :'%. A pesar de que se utilian las :'% en la educación, e"iste la inquietud por indagar por qué, si e"isten tantos recursos tecnológicos para apoyar en el proceso educativo, no todos los docentes los están utiliando. Dna de las probables e"plicaciones es que puede deberse a la falta de conocimiento de cómo se pueden incorporar en el aulaB otra e"plicación es que puede deberse a la poca o ine"istente formación que las instituciones ofrecen a sus docentes en el uso pedagógico de estas tecnolog!as. La integración de las :'% en el aula depende de la capacidad de los maestros para estructurar el ambiente de aprendiaje con pedagog!as eficaces basadas en las :'% /*haMNi et al., 377?0. *in em> bargo, numerosos reportes de investigación muestran una falta de formación tanto técnica como pedagógica entre los docentes, situación que les impide establecer criterios de cuándo y cómo usar esta tecnolog!a /Oaput, 13,
aprendiaje /Gates, 1C0. Este artículo tiene como propósito presentar un modelo tecnopedagógico de formación docente y su validación con la participación de profesores de una universidad privada mexicana. La conjunción de lo pedagógico con lo tecnológico es un asunto poco usual en la formación de los docentes de educación superior !ue es en muchos casos inexistente. "e describen abajo los resultados de la investigación#acción utili$ada tanto para desarrollar el modelo como para validarlo.
37
INFORME DE INVESTIGACIÓN El método de investigación>acción ha sido la gu!a en gran parte de la intervención, pues el trabajo implica la simultaneidad de conocer e intervenir, as! como la participación de las personas involucradas /docentes e investigadores0. acción, es decir, a partir de la práctica, detectar el problema, clarificarlo y diagnosticarlo, formular un plan para resolver el problema o introducir el cambio, implementar el plan y evaluar resultadosB retroalimentación, la cual conduce a un nuevo diagnóstico y a una nueva espiral de refle"ión y acción /*and!n, 37740. En este sentido, la investigación se realió en cuatro etapas, que a continuación se describen. La primera etapa del trabajo de campo consistió en el desarrollo del modelo tecnopedagógico. )ara hacerlo se recabó la opinión de docentes y directivos de la Dniversidad, mediante un cuestionario dirigido a docentes y tres entrevistas a docentes, además se revisó la literatura de los modelos e"istentesB toda la información se analió y se elaboró el modelo. En la segunda etapa, se plasmó el modelo en una planeación didáctica, las sesiones presenciales y en l!nea, en la plataforma de &oodle. )ara documentar el proceso de aprendiaje, se elaboró material didáctico e instrumentos como cuestionarios, fichas de lectura, e"ámenes de diagnóstico, pruebas de autoevaluación y bitácoras en l!nea para fomentar la refle"ión. En la tercera etapa, se impartió el curso en septiembre y octubre de 3713, con una duración de siete semanas, en la Dniversidad, y al fin del curso permanec!an dieciséis docentes>aprendientes. La ;ltima etapa fue la del análisis de toda la información recogida durante la formación, es decir, las actividades realiadas por los participantes, como los ejercicios, cuestionarios, comentarios de foros y chats, bitácoras, correos electrónicos y las evaluaciones del curso y del facilitador.
38
CONCLUSIONES FINALES La investigación de aula, que no tiene que ser investigación en el aula, sino en cualquier ambiente educativo institucional en el que se fomente el aprendiaje formal, pone las bases de la ense+ana del futuro y hace parte del énfasis actual en pedagog!as activas que busca promover el aprender a aprender, el protagonismo del estudiante con respecto a su propio aprendiaje o aprendiaje autónomo, yendo más allá del aprendiaje de conceptos o conocimiento declarativo, en pos del conocimiento estratégico, esto es, el conocimiento con el cual se puede producir conocimiento. Este ;ltimo incluye el aprendiaje y la aplicación del método o de los métodos cient!ficos, y el acceso a los tipos de aprendiaje de orden superior, planteados por las distintas ta"onom!as de aprendiaje, desde la de Genjamin Gloom hasta las más recientes en las que se propone llegar hasta la pregunta o problematiación de los fenómenos, la solución de problemas, la evaluación de teor!as, la transferencia metodológica, la formulación de leyes o principios y la metacognición /Gloom, 1F8B
39
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS LPAEQ, &. /37780. #elimitaciones pre$ias a la formaci%n para el uso de las &I' en la ense(anza uni$ersita- ria) funciones * competencias del docente en entornos $irtuales . 5R %ongreso 'nternacional
$ocencia Dniversitaria e 'nnovación /%'$D'0. Garcelona, Espa+aK Dniversitat 2berta de %atalunya. ecupera>
do
deKhttpK99openaccess.uoc.edu9Mebapps9o39bitstream9178791888919alvareS saS%'$D'S78Spaper.pdf GDE6$TA, L.B %2L*, ). y IE66$EQ, . /1?0.M+todos de in$estigaci%n en psicopedagoga. &adridK &cIill. %A*:ELLA62, I. /37170. Integraci%n de la tecnolog,a educati$a en el aula) nse(ando con las &I'. Guenos Aires, ArgentinaK %enage Learning. %EG'6, &. /37740. nse(anza $irtual para la inno$aci%n uni$ersitaria. &adrid, Espa+aK Ediciones 6ar> cea. %E*UELL, (.U. /1?0. .ualitati$e inquir* and researc! design/ '!oosing among fi$e traditions . LondresK *age. Ivmanitas. p. 14W1C. &ELLA, 2. /37740. Metodologa cualitati$a en 'iencias Sociales * ducaci%n/ Orientaciones te%ricometodol%gicas * t+cnicas de in$estigaci%n . *antiago de %hileK )rimus. 2$T rado de httpK99MMM.eduteNa.org9pdfdir9D6E*%2Estandares$ocentes.pdf *:AD**, A. L. y (. %2G'6. /170. 1asis of .ualitati$e 2esearc!. LondresK*age PALLE*, &. /1C0. &+cnicas cualitati$as de in$estigaci%n social/ 2efle3i%n metodol%gica * pr"ctica profesional. &adridK *!ntesis *.A. 40
41