Factores asociados con el uso Irracional de medicamentos en pacientes atendidos atendidos en la consulta Externa del del Hospital Belén de Trujillo – Perú Perú TESIS PARA OBTENER EL GRADO PROFESIONAL DE:
MAGISTER EN GESTION DE LOS SERVICIOS DE SALUD AUTOR:
Q.F. JARA ORTEGA ROSA MARIA ASESOR:
Dra. ELIANA J. GUZMAN AVALOS SECCIÓN
CIENCIAS MÉDICAS LÍNEA DE INVESTIGACIÓN
PROBLEMÁTICA EN SALUD PÚBLICA
PERÚ – 2014 2014
ESQUEMA DE TESIS (ENFOQUE CUANTITATIVO)
CARÁTULA PÁGINAS PRELIMINARES
Página del Jurado Dedicatoria Agradecimiento Declaratoria de autenticidad Presentación Índice RESUMEN ABSTRACT
I. INTRODUCCIÓN
El medicamento constituye un elemento con características especiales en el contexto global de la medicina por diversas razones: a) por prevenir o tratar la mayoría de los síntomas de una enfermedad y, b) por el valor que tiene conocer el modo cómo son utilizados.1 Constituye un importante determinante de la salud de los ciudadanos, porque de ellos depende en buena medida la capacidad que hoy tiene la medicina de interrumpir o modificar el curso natural de las enfermedades, de prevenirlas o, en cualquier caso, disminuir la sintomatología.2 El proceso que sigue un medicamento, desde su elaboración hasta su utilización, está conformado por diversas etapas, las cuales requiere la participación de profesionales como Médicos, Enfermeras, Químicos Farmacéuticos y demás personal de salud, los cuales buscan la mejor alternativa terapéutica para la prevención, tratamiento y restablecimiento de la salud del paciente.3 El paciente también es requerido en este proceso, al tomar una actitud de autocuidado y responsabilidad, utilizando el medicamento correctamente siguiendo atentamente las instrucciones recibidas. Así, desde una óptica integral del uso de medicamentos, todas las personas estamos llamadas a propiciar un uso us o racional y apropiado de éstos. 4 El uso de medicamentos es un fenómeno complejo y multifactorial, partiendo del hecho que la población tiende a automedicarse, siendo uno de los determinantes la accesibilidad a los servicios de salud. Permanecer largas horas en las colas y a veces esperar días o hasta meses para ser atendidos en un establecimiento de salud son desencadenantes que llevan al paciente a automedicarse. 5 Por otro lado, los anuncios publicitarios de los medicamentos, son un estímulo frecuente para el uso inadecuado de los mismos. Asi mismo cada vez más los pacientes que exigen como resultado de la consulta la prescripción de un medicamento, es decir se ha medica mentalizado el tratamiento y por ultimo está la falta de adherencia o cumplimiento con el
esquema de administración del medicamento; algunos pacientes ignoran los peligros de asociar medicamentos y no declara si ya están usando otros. 6, 7 Otra problemática que se tiene es que los médicos, farmacéuticos y profesionales prescriptores consideran generalmente innecesario informar al paciente sobre los medicamentos que prescriben o sobre aquellos que el paciente ya consume de manera crónica; no existen registros fármaco terapéutico o historiales farmacológicos de los pacientes que guíen la prescripción médica y la dispensación farmacéutica posterior. 8 Ambos, prescripción y dispensación son actos fríos que no instruyen al paciente en el conocimiento y uso de los medicamentos originando en la práctica pacientes desinformados, que en el mejor de los casos se auto instruyen de manera dudosa o recurren a otros actores tanto o menos informados, que basan sus recomendaciones en la costumbre y el resultado del uso previo del medicamento en otras condiciones y en pacientes con características particulares diferentes. Como resultado de lo anterior enfrentamos la situación de una comunidad desprotegida, ignorante y vulnerable al peligro del uso irracional y desinformada de los medicamentos. 9 El aumento del número de productos farmacéuticos disponibles en el mercado mundial ha producido un rápido crecimiento tanto del consumo de medicamentos como del gasto correspondiente. Sin embargo, en todo el mundo, al menos una tercera parte todavía no tiene acceso a los medicamentos esenciales, ya sea porque no están disponibles o son demasiado caros o, porque no existen servicios adecuados o profesionales capacitados para prescribirlos. 10 Se estima que 75% de la población mundial, tiene acceso sólo a 25% de la oferta global de fármacos y esta cifra se duplica en las zonas más pobres de África y Asia. En este orden de ideas, se observa como en los estratos más pobres utilizan una menor cantidad de medicamentos a pesar de requerirlo en mayor cantidad. Asimismo, más del 50% de todos los medicamentos se recetan, se dispensan o se venden de forma inadecuada, y al mismo tiempo, alrededor de un tercio de la población mundial carece de acceso a medicamentos
esenciales, y el 50% de los pacientes los toman de forma incorrecta. La consecuencia es la muerte o el sufrimiento innecesario de millones de niños y adultos cuyas enfermedades se habrían podido prevenir o tratar con medicamentos esenciales baratos y eficaces en relación con su costo. 10, 11 Igualmente, otro de los factores relacionados con el uso y tenencia de medicamentos son las Condiciones de salud en la familia: edad, sexo, tipo de enfermedades (agudas o crónicas). En los EE.UU, se estima que en los pacientes-usuarios mayores de 65 años, se incrementó el gasto en este rubro (35%) con respecto a la media anual en otros adultos. Igualmente se ha observado que las prescripciones médicas, aumenta con la edad y es mayo en mujeres que en los hombres en un 10% aproximadamente. 12 Entre los aspectos negativos de la automedicación para el individuo se destacan los riesgos de efectos indeseables e interacciones del medicamento consumido y la posibilidad de retraso en el diagnóstico de una enfermedad potencialmente letal. Sin embargo, en los países desarrollados se señala también un aspecto positivo de dicha práctica, la cual se ha asociado a una disminución tanto de la asistencia médica en patologías relativamente benignas y de fácil manejo como del gasto farmacéutico controlado por el Sistema Nacional de Salud. No obstante, esta cualidad no puede extenderse a los países en desarrollo, donde el nivel de educación sanitaria de la población es aún precario. 13, 14 Por otro lado se ha estimado que cerca del 30 % de todas las hospitalizaciones están relacionadas con el uso de medicamentos ya sea por enfermedades no tratadas, inadecuada selección, reacciones adversas, tratamientos incumplidos, interacciones, sobredosis, la utilización poco controlado de productos naturales, y la automedicación, sitúa los costes por reacciones adversas entre las cinco primeras causas de morbilidad en el mundo desarrollado. Algunas publicaciones han señalado, qué la automedicación continua siendo un problema preocupante desde el punto de vista de salud pública a pesar de observarse cifras bajas (27,3%). 15, 16
Las organizaciones que trabajan en programas relacionados con los fármacos deben prestar atención a la educación de los consumidores en su uso adecuado. Las intervenciones dirigidas al consumidor son relevantes si se centran en los patrones comunes de uso irracional y examinan los problemas de uso en los consumidores. Los responsables de las políticas públicas deben involucrarse en la investigación de intervenciones destinadas a promover el uso adecuado de los medicamentos, para facilitar el pase de la investigación a la acción. Los estudios sobre el uso de medicamentos forman parte del proceso de diseño de intervenciones que promuevan su uso más adecuado entre los consumidores. 14 Es así como, la percepción cultural que el usuario tiene de los medicamentos y en general de cualquier terapéutica «ortodoxa» o «no ortodoxa», es un determinante crítico del efecto final del tratamiento. No es preciso insistir en que esta percepción cultural no depende tanto de los índices de «cultura» de un pueblo (porcentaje de analfabetismo, de niños escolarizados, etc.) sino también, y sobre todo, de la manera cómo se planifica y orienta «la salud» y de la participación de la comunidad en la selección de las estrategias de salud. Desde esta perspectiva Organización Mundial de la Salud (OMS) considera los estudios de utilización de medicamentos un tema prioritario, su objetivo principal es la consecución de una terapia más racional.8, 14, 15 La OMS, define como «uso racional de los medicamentos» al hecho que “los pacientes
reciben la medicación adecuada a sus necesidades clínicas, en las dosis correspondientes a sus requisitos individuales, durante un período de tiempo adecuado y al menor coste posible para ellos y para la comunidad”. En consecuencia, el uso irracional o no racional es
la utilización de medicamentos de un modo no acorde con la definición de uso racional. El empleo indebido de los medicamentos tiene grandes repercusiones en la persona y en la sociedad, con consecuencias en su salud y economía. En sus reuniones 118ª y 120ª, los miembros del Consejo Ejecutivo reconocieron que el uso no racional de los medicamentos suponía una grave crisis de salud pública de dimensión mundial, cuya resolución exigía trabajar específicamente sobre los sistemas y las políticas de salud.10
En el 2002 publica el artículo “Promoción del uso racional de medicamentos: componentes centrales” en el que revisa la problemática del Uso Racional del Medicamento, conceptos,
causas, necesidades y sugerencias para solucionar este problema destacando la “Educación al público sobre medicinas”. En ella señala que los gobiernos son responsables de asegurar
la calidad de las medicinas y la calidad de la información sobre dichas medicinas de que disponen los consumidores gestionando campañas de educación dirigidas al público, considerando las creencias culturales de la población en cuestión y la influencia de los factores sociales implicados. 17 En este sentido, y con el fin de aprovechar al máximo el potencial de los medicamentos en la prestación de asistencia sanitaria, la OMS ha venido trabajando para lograr que tanto profesionales de la salud como consumidores los utilicen de manera rentable y sensata desde el punto de vista terapéutico púes la noción de uso racional o de buena calidad de los medicamentos engloba desde frenar el abuso o la infrautilización de los fármacos hasta corregir el incumplimiento de los tratamientos. 13, 17 Según lo anterior, el uso racional de medicamentos contempla, más allá del acceso, calidad y cantidad de la farmacoterapia. Si bien la racionalidad ocurre con todos los grupos farmacológicos, con algunos medicamentos el problema es mayor, como el caso de los antimicrobianos, antiinflamatorios o analgésicos, en donde la racionalidad merece una atención especial. La irracionalidad puede estar presente en diferentes tipos de decisiones o conductas erróneas que llevan a una incorrecta o inadecuada prescripción de medicamentos, en dosis y períodos sub óptimos.18 La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que todos los países formulen y apliquen una política farmacéutica nacional integral, los avances en la creación y aplicación de políticas farmacéuticas nacionales han sido notables desde que se lanzó el concepto.10 En las Políticas Nacionales de Medicamentos se han establecido las estrategias gubernamentales en torno a la racionalidad del uso de los medicamentos, que pasan por verificar los procesos de selección, prescripción, dispensación y uso de medicamentos, para
que se desarrollen de manera técnica, independiente de intereses económicos y en la búsqueda de la mejor terapéutica posible. 19 El 2003, la OMS preció que una política farmacéutica nacional debe promover la equidad y la sostenibilidad del sector farmacéutico, cuyos objetivos generales son asegurar: el acceso (disponibilidad equitativa y asequibilidad de los medicamentos esenciales, incluidos los de la medicina tradicional), la calidad (calidad, inocuidad y eficacia de todos los medicamentos) y el uso racional (promoción del uso terapéuticamente racional y económicamente eficiente de los medicamentos por parte de los profesionales sanitarios y los consumidores). En realidad, las metas y objetivos más específicos de una política nacional dependerán de la situación del país, de la política sanitaria nacional y de las prioridades políticas que establezca el gobierno. 10, 11 En América Latina y El Caribe se tienen políticas farmacéuticas nacionales o políticas de medicamentos con objetivos principales muy coincidentes con los propuestos por la OMS, como Brasil (1998), Bolivia (1996 y 2005), Colombia (2003), Chile (2004), República Dominicana (2005) y México (2005). En cambio, Nicaragua (1998) y Venezuela (2000) han elaborado políticas de medicamentos con objetivos menos coincidentes con los propuestos por la Organización Mundial de la Salud.20 En el 2004, la OMS creó una base de datos con 792 estudios realizados desde 1990, demostrando, que en los servicios de atención primaria en África, Asia y Latinoamérica, solo un 40 % de los pacientes recibieron un tratamiento acorde con las directrices clínicas existentes, la situación no mostraría mejoría en los últimos 15 años. Diversos estudios realizados en varios países señalan que un 30% de los productos farmacéuticos son utilizados vía automedicación y un 50% del total de medicamentos son usados en forma irracional.21 Así la Encuesta Nacional de Salud, en España mostró que el 52% de la población se auto medicó dentro de las dos semanas previas al estudio. Dicha encuesta reflejaba también que el consumo de medicamentos es mayor en las mujeres (59%), que en los hombres (44%), y
que el consumo de medicamentos aumenta con la edad, elevándose la proporción al 82.8% en el caso de los mayores de 65 años. En este sentido, se estima que un 10% de los ingresos que se producen en los hospitales pueden deberse a la utilización indebida de medicamentos. 21 En Filipinas, Hardon encontró que de 51 niños menores de 18 meses de edad durante un período de 5 meses, el 42% de enfermos no fueron medicados, el 38% de los menores fue tratado en sus casas, por enfermedades comunes (diarreas, tos, resfrío común), con medicamentos dañinos, contraindicados o combinaciones irracionales, y el 15% fueron tratados por los profesionales. Por lo general, los médicos recetaban 3 o más preparados, aunque las madres con frecuencia no podían comprar todos los medicamentos. Los medicamentos con receta, así como productos over-the- counter (OTC) fueron utilizados en la automedicación por enfermedades comunes (diarrea, tos, resfrío común).Hay 4.000 medicamentos diferentes disponibles en las Filipinas que contienen 600 compuestos diferentes. Tanto los médicos como los laicos son presionados por la publicidad agresiva de las empresas farmacéuticas.8 En un estudio realizado en ancianos cubanos, se encontró que de 168 pacientes, el 60.71% se auto medicaban, presentándose la polifarmacia en un 29.76% de los casos y encontrándose sobredosis en el 17.86%. Las causas que motivaron la automedicación fueron principalmente somáticas (13.7%) y los trastornos del sueño (4.8%). Siendo los psicofármacos (26.8%), los antibióticos (17.9%) y los antiinflamatorios no esteroideos (12.5%), los medicamentos más empleados.20 En México la situación no parece ser diferente. Un estudio realizado entre pacientes febriles en áreas rurales por la frontera guatemalteco-mexicana encontró que de 817 pacientes, 55% se auto medicaron, mientras que sólo el 16% consultó a un médico. Esto es, porque enfrentan problemas tales como disponer de cantidades suficientes de medicamentos de buena calidad, en presentaciones adecuadas y al menor costo posible, y que se utilicen en forma racional. Algunas características del uso irracional de medicamento están reflejadas en su gasto que puede alcanzar el 30 – 40%, del gasto sanitario, correspondiendo
principalmente a compras individuales para la automedicación, y rara vez por prescripción médica. Otro estudio realizado en 360 pacientes mexicanos atendidos en un Servicio de Urgencias encontró un 40.6% de automedicación, principalmente por analgésicos (47%) y antibióticos (36.7%).22 En nuestro país, el Ministerio de Salud (MINSA) es el sector del Poder Ejecutivo encargado del área de salud. Tiene la misión de proteger la dignidad personal, promoviendo la salud, previniendo las enfermedades y garantizando la atención integral de salud de todos los habitantes del país; proponiendo y conduciendo los lineamientos de políticas sanitarias en concertación con todos los sectores públicos y los actores sociales. El ministerio de salud promueve la prevención de enfermedades a través de diversas actividades como las estrategias sanitarias y los programas de salud preventiva. Las campañas de salud son una importante herramienta y la ejecución de estas se orienta de acuerdo a las necesidades de la población. 17 En el año 2004 se aprueba por resolución ministerial Nº 1240 – 2004/MINSA, la Política Nacional de Medicamentos, la cual nace de la necesidad de aplicar lineamientos que permitan el acceso de medicamentos a la mayor parte de la población el Perú, a un precio razonable, promocionando un uso apropiado y eficaz y asegurando la calidad de los mismos. El objetivo general de esta política es el de “Asegurar el acceso universal a
medicamentos esenciales como componente fundamental de la atención integral en salud. 23 El capítulo 4.3 de la Política Nacional del Medicamento: “Promoción del uso racional de medicamentos” tiene como objetivo específico “Fomentar una cultura de uso racional de medicamentos a nivel nacional”. Dentro de las siete propuestas para este objetivo se incluye el campo de “Información y educación para los usuarios”. 17, 23
En el año 2005 el MINSA publica, en colaboración con DIGEMID y la Organización Panamericana de la Salud, el Manual para la Enseñanza del Uso Racional de Medicamentos a la Comunidad (EURMC)
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. Dicho manual constituye un documento educativo de
referencia para todas las personas comprometidas con la promoción del uso racional de los
medicamentos. Sin embargo, en el Perú, tal documento ni otro similar han sido objeto de investigaciones que permitan validar sus contenidos didácticos o si reflejan las necesidades de la población o si en un contexto determinado, como en los clubes de madres, tienen validez para mejorar actitudes y conocimientos en pro del uso racional del medicamento.25 En el año 2009, DIGEMID realizó la “Jornada Nacional para la promoción del Manual para la Enseñanza del Uso Racional de Medicamentos a la Comunidad” dirigida a las
universidades, como resultado de este trabajo las instituciones educativas participantes se comprometieron a realizar trabajos de investigación con los bachilleres en Farmacia y Bioquímica. El ente rector en alianza estratégica con las universidades necesita el aporte académico, para la aplicación de estos manuales y así llegar a la mayor parte de la población y obtener aportes, sugerencias, por parte del bachiller investigador. para el mejoramiento del manual y como eje principal evitar la automedicación en la población peruana. 17, 26 Sin embargo, en el Perú hay estudios dispersos sobre el uso de medicamentos en instituciones de salud y en la comunidad. Algunos de ellos fueron recopilados para fundamentar la Política Nacional de Medicamentos, y otros han venido realizándose para conocer al interno de las instituciones del MINSA el uso de los medicamentos. Las recopilaciones, como los reportes del Instituto Nacional de Estadística (INEI) basados en la Encuesta Nacional de Hogares (ENAO), fueron empleadas para justificar la falta de acceso a los medicamentos, problemas en la regulación y calidad, y el problema de uso irracional de los medicamentos.17, 26 En el Perú la automedicación es una realidad que afecta a la población en diferentes edades y niveles socioeconómicos, en mayor o menor grado. Según García L., la automedicación fue la modalidad de tratamiento más utilizada en una muestra de Lima Metropolitana, de 51% a 64%27. En Chimbote, Amery y López describieron que el 59% de su población estudiada no consultó a ningún profesional de la salud sino que el enfermo, o la madre, decidió consumir la medicina que consideró conveniente. El estudio muestral del consumo de medicamentos y automedicación en Lima Metropolitana”, realizado por Mestanza y
Pamo concluye que la automedicación ocurrió en el 66.7% del estrato bajo mientras que sólo el 40.6% del estrato alto (p<0.001) y se relacionó con: ser menor de edad, menor grado de escolaridad, ser estudiante o trabajador independiente, dolencias agudas (respiratorias y dérmicas). 27, 28 Se ha demostrado que el uso irracional de medicamentos es fuente potencial de una gran cantidad de complicaciones en los pacientes (Sobredosis, resistencias bacterianas, hemorragias digestivas, etc.) Está instalado dentro de los patrones culturales de la población la creencia de que los medicamentos tienen el poder no solo de curar sino también otros de tipo mágico y maravilloso que les otorgan probablemente capacidad para solucionar problemas sociales tales como desnutrición, preocupaciones familiares, estrés y otros, de tal forma que su consumo ha escapado del marco farmacológico racional siendo frecuente la práctica de usarlos de manera habitual y e irracional. 29 Ejemplos de esta irracionalidad son la utilización de multivitamínicos como alternativas para malas prácticas alimentarias, el uso de medicamentos peligrosos para la tos y el resfrío, consumo de antibióticos para infecciones virales comunes, el uso de formas farmacéuticas orales por otras vías de administración inapropiadas, el incumplimiento de las indicaciones médicas y farmacéuticas o la automedicación estrafalaria para males crónicos graves como hipertensión o diabetes, etc. 8, 29 En el entorno hospitalario, el grado de intervención es más favorable, ya que las distintas comisiones hospitalarias (infecciosas, farmacia, calidad, etc.) establecen criterios de selección y utilización de medicamentos, y realizan un seguimiento para conseguir el máximo cumplimiento. Sin embargo, en atención primaria la situación es más compleja debido a la diversidad de factores que influyen negativamente sobre el correcto uso del medicamento. La situación se agrava por el estado del mercado farmacéutico peruano donde existe escasa regulación en el registro sanitario de sustancias, ausencia de normas claras en la distribución, dispensación y uso o simplemente incumplimiento de aquellas ya existentes. 30
El análisis preliminar de las investigaciones evaluadas por la OMS en este tema hasta 1999 muestra que la cuarta parte de las intervenciones tuvo impacto positivo en la conducta de los consumidores.31 Por ejemplo, el Consejo de Investigación Médica de la India reporta el efecto positivo de una estrategia educativa para controlar el abuso de medicamentos inyectables, desarrollada en lugares públicos y escuelas, que arrojo cifras del 40 y 25% para las mediciones pre y post test del uso de medicamentos inyectables. 8 En Pakistan los trabajadores comunitarios recibieron entrenamiento en el manejo apropiado de medicamentos para que puedan ayudar y educar a las madres de familia. Los resultados preliminares revelan que el impacto de las charlas educativas impartidas por los agentes comunitarios generó un cambio considerable en el conocimiento y las actitudes de las madres acerca de los medicamentos. 31 No obstante Homedes et.al sugieren que las intervenciones educativas por si solas podrían no ser suficientemente efectivas y es necesario un enfoque integral desde varios frentes, con diversas metodologías y dirigida hacia todos los actores involucrados. Por ejemplo en Uganda un programa de educación pública a través de pósteres no fue suficientemente útil y los mensajes acerca del uso racional no fueron entendidos a cabalidad. 30 En cuanto a los materiales educativos utilizados en las intervenciones para el uso racional de los medicamentos, según la OMS, los más utilizados son los volantes (dípticos, trípticos) (70%), los posters (60%) y los avisos en periódicos (60%). Estos materiales generalmente son desarrollados por equipos multidisciplinarios, usualmente conformados por el personal del proyecto, profesionales de salud y un especialista en educación general, educación sanitaria o comunicación. 10, 11 En el desarrollo de los materiales educativos se sugiere utilizar lenguaje simplificado, aclarado o cambiado para permitir una mejor comprensión de parte de la audiencia objetivo. Para los países desarrollados, los cambios deben incluir la mejora de detalles técnicos, cambios en el tipo de material usado, así como cambios en el formato con el fin de que sea más atractivo y comprensible. 11
En un meta análisis sobre investigaciones acerca del impacto de actividades educativas sobre uso de medicamentos, Le grand et.al concluyeron que la gran mayoría de los estudios era de tipo pre experimental utilizando un diseño antes después y en algunos casos cuasi experimental utilizando grupo control. El estudio reveló que solo 36 de 59 intervenciones (61%) cumplieron los criterios mínimos de rigor científico. Esta debilidad no es específica de algún tipo de intervención sino que también se halla en estudios descriptivos e intervenciones de tipo educativo. 31 Ross – Degnan et.al evaluaron 14 intervenciones en el formato de cursos intensivos y charlas educativas. Tres de ellas (21.4%) lograron gran impacto, 7 (50,0%) mostraron efectos moderados y 4 (28,6%) tuvieron pequeño impacto. De aquellas tres investigaciones de gran impacto solo una fue dirigida al público, en la que se utilizaron múltiples técnicas para educativas para cambiar actitudes en el manejo de infecciones respiratorias agudas y enfermedad diarreica aguda y desnutrición. Las reuniones comunitarias se realizaron en el formato de charlas a grupos numerosos con técnicas orientadas a la resolución de problemas que permitieran a los participantes a mejorar sus estrategias comunicativas y sus habilidades para el manejo de situaciones. 32 Moyano I. (2010), Comportamiento de la Automedicación en una población de Ciego de Ávila, Cuba. Estudio observacional descriptivo, tipo retrospectivo de corte transversal que relaciona la automedicación con factores como el sexo, grupos de edad, frecuencia, además de fármacos utilizados y el nivel de conocimientos de estas personas. Se encuestó a una muestra de 155 personas adultos pertenecientes al policlínico Centro. Se les aplicó un cuestionario con los elementos necesarios y de interés para la investigación. Este trabajo permitió demostrar que el 83.9% de las personas se auto medican, predominando las mujeres y las personas entre 31 – 60 años. Los fármacos más usados son los analgésicos (90.7%) y la frecuencia de automedicación fue mensual o semanal. El 83.9% no tienen conocimientos sobre el fármaco que usan.33
Buritica O, et al. (2003), Automedicación en estudiantes de la Universidad de Caldas. Revista de Ciencias Básicas; un estudio descriptivo para determinar la frecuencia y las características de la automedicación. Sé tomó una muestra aleatoria estratificada por facultades y para el análisis estadístico de las variables se utilizó la prueba chi cuadrado. El 47% de los estudiantes se auto medicaron en los últimos 30 días, de ellos el 57.4% eran mujeres y el 42.6% eran hombres; el 74% de los estudiantes eran de estratos 3 y 4. Los medicamentos más utilizados fueron los antiinflamatorios no esteriodeos (67%) Se encontró que los factores relacionados con la automedicación son el estrato y la facultad (p<0,05) .34 Widayati A, et al. (2010), “Automedicación con antibióticos en Yogyakarta Indonesia: una investigación transversal”, Se realizó una encuesta a 625 pobladores mayores de 18 años.
El período de prevalencia de la automedicación con antibióticos durante el mes previo al estudio fue de 7,3 %. La amoxicilina fue el antibiótico más usado (77%), además de otros como ampicilina, tetraciclina y ciprofloxacino usados para el tratamiento de los siguientes síntomas: el resfriado común incluyendo tos y dolor de garganta, dolor de cabeza y otros síntomas menores, siendo el tiempo promedio de uso menor de cinco días. Los médicos o los farmacéuticos fueron la fuente más común de información sobre antibióticos usados (52%). Los antibióticos se compran sin receta en las farmacias (64%) y el costo de las compras era comúnmente menos de EE.UU. $ 1 (30%). La experiencia previa fue la razón principal para el uso de antibióticos no prescritos (54%). No hubo variables sociodemográficas asociadas significativamente con la práctica real de la utilización de antibióticos sin receta. Sin embargo, el género, el seguro de salud, y estado civil se asociaron significativamente con el intento de automedicarse con antibióticos (p <0,05).35 Albarrán y Villa. (2008), realizaron el estudio “Análisis y cuantificación de los patrones de automedicación en pacientes de farmacias comunitarias en el sur de Chile”, en el que se aplicó un cuestionario previamente validado a 909 clientes que solicitaron medicamentos. Los resultados muestran que el 75% se automedican. De éstos, el 31% lo hacen por síntomas leves (dolor de cabeza, resfriado común, dolor muscular, etc). Los medicamentos más solicitados fueron los anti – inflamatorios no esteroideos (AINES) (33%). Hubo
diferencias significativas en la evaluación de los conocimientos de los consumidores, la lectura de los folletos de información y opiniones acerca de la automedicación en cada farmacia (p < 0,001). Concluyendo que la mayoría de los consumidores de las farmacias encuestadas utilizan medicamentos sin el conocimiento adecuado de sus beneficios, el método de tratamiento y la duración.36 Reynoso J, et al. (2008), en el estudio “Prevalencia de la automedicación y del consumo de remedios Herbolarios entre los usuarios de un centro de salud”, aplicó una encuesta a todos los usuarios mayores de 18 años. Se encontró que la frecuencia de la automedicación fue más alta en la población cuya edad oscila entre los 25 a 34 años con un 93.25%, seguido del grupo etario de 18 a 24 años con un 88.03%. La automedicación se presentó ligeramente más frecuente en los hombres con un 87.74%, que en las mujeres, la cual se presenta en un 85.64%. Se observó que las personas con mayor frecuencia de automedicación son aquellas que tienen el bachillerato terminado 92.80%, y estudios superiores completos 92.30%. Las personas con ocupaciones como: obreros (96.77%) y comerciantes (94.73%) son las que tienden más a la práctica de la automedicación.37 En nuestro país, lamentablemente son escasas las publicaciones referidas al uso irracional de medicamentos. En Ica, el estudio realizado por Bendezú R. et al, (2004), Prevalencia de automedicación en estudiantes de la Universidad Nacional San Luis Gonzaga de Ica, octubre 2001 – setiembre 2002. Haciéndose uso de un cuestionario de opción múltiple validado y prueba estadística de chi cuadrado aplicado a136 estudiantes del I al IX ciclo concluyó que hay una prevalencia del 72,9% de automedicación entre los alumnos y que son los profesionales de Salud (médicos, enfermeras y farmacéuticos) que tienen el deber de informar, educar acerca de esta práctica.38 García L. (2004), “Determinantes de la automedicación en el Perú”, se investiga los
posibles factores que puedan influir en la decisión de automedicación. Los resultados muestran que los factores que influyen son la autoridad del jefe del hogar, gravedad de la enfermedad, nivel de ingreso de la familia, tenencia o no de un seguro, demora en recibir atención, gasto de las atenciones y gasto en medicamentos.39
Tello, S. (2005), Factores asociados a la Prevalencia de la automedicación y al nivel de conocimientos de sus complicaciones en mayores de 18 años del distrito de Chiclayo – Perú en el periodo enero – marzo del 2005, se realizó un estudio descriptivo, retroprospectivo y transversal cuyo objetivo fue determinar los factores asociados a la prevalencia de la automedicación y el nivel de conocimientos de sus complicaciones en la población. La muestra de estudio fue 371 personas mayores de 18 años de los distintos estratos socioeconómicos del distrito de Chiclayo. Se concluyó que la proporción actual de la automedicación en la población estudiada es de 44% y la mayor parte de los estudiados tienen un nivel de conocimiento medio; destacando que los medios de comunicación influyen en la toma de decisión del consumo de un fármaco. 40
Michón C. (2010), “Política farmacéutica nacional: Impacto en el Uso Racional de Medicamentos en el Perú”, sostiene que el análisis del impacto de la política farmacéutica
peruana en el uso racional de medicamentos, retrospectiva y prospectivamente a la aprobación de la Política Nacional de Medicamentos (2004), se ha encontrado evidencias de uso irracional de medicamentos pero también de mejoras en ciertos indicadores de prescripción, dispensación y uso de medicamentos. La automedicación por autorecetado o uso de receta anterior determinada en base a la ENAHO, fue del 27.6% el 2004, disminuyendo al 25.9% el 2005 (p=0.000<0.05), pero del 2005 al 2006 aumentó al 26.4% (p=0.102>0.05) sin alcanzar diferencia estadísticamente significativa. La facilidad para adquirir medicamentos que requieren receta médica sin con contar con esta fue determinada in situ en farmacias y boticas, alcanzando al 85.6% los casos, inclusive la predisposición a recomendar medicamentos de marca fue del 68.4%, aun cuando en la mayoría de casos atendió el propio farmacéutico.41 Es importante destacar que la mayoría de las investigaciones sobre uso de medicamentos reportados por la OMS, independientemente de la metodología, extensión y grupo objetivo generalmente se enfocan en la solución de problemas puntuales relacionados con las patologías prevalentes y los medicamentos usados. En el caso de los países
latinoamericanos tienen que ver con la enfermedad diarréica aguda, infecciones respiratorias y otras enfermedades infectocontagiosas como TBC, paludismo, dengue y malaria. 13 El uso racional de medicamentos se define como el uso seguro, efectivo y oportuno de los medicamentos durante el tiempo necesario para prevenir, curar o atenuar los efectos de una enfermedad determinada y a costos que el usuario y el sistema de salud puedan sufragar. El uso irracional es justamente lo opuesto; tiene que ver con: usar demasiadas medicinas para un solo paciente, usar medicamentos innecesarios y usar por ejemplo antibióticos para infecciones no bacterianas10, 11. Así mismo la OMS tipifica como irracional el usar inyecciones en exceso en vez de fórmulas orales igualmente efectivas, la automedicación inadecuada, a menudo con medicinas que requiere receta médica y todos aquellos problemas que inciden en la falta de acceso de ciertos sectores de la población a los medicamentos más esenciales. 13 Son muchos los factores que influyen en el uso irracional de medicamentos, entre los posibles factores que podrían explicar este fenómeno están las características individuales de las personas (edad, sexo, nivel educativo, gravedad de la dolencia, etc.), la facilidad del acceso a los establecimientos formales (con un significativo efecto en el costo de oportunidad), factores culturales y otras variables económicas como la tenencia de un seguro, el ingreso de las personas y los gastos en atenciones y medicamentos.42 Describiendo los factores sociales podemos decir que desde que nacemos cada persona está inmersa en un mundo social y su desarrollo depende de la interacción con otros miembros del grupo, estas interacciones son múltiples y condicionan sus ideas, creencias y modos de comportamiento. Destacan entre los factores sociales la presión del grupo o de nuestros propios familiares que nos ofrecen una alternativa para la solución de nuestros problemas de salud basados en su propia experiencia. También influye el bajo nivel de instrucción de personas especialmente de los padres de familia, los cuales ignoran por completo el riesgo que implica la automedicación.23
Respecto al uso irracional de medicamentos pueden considerarse como factores sociales: la disponibilidad de medicamentos sin restricciones. En muchos países la prescripción de medicamentos como los antibióticos se hace libremente, sin necesidad de receta. Esto conduce al consumo excesivo, a la automedicación inapropiada y a la inobservancia de los regímenes posológicos. El incumplimiento o las leyes flexibles favorecen la adquisición de medicamentos sin receta médica ya sea en un establecimiento (farmacia o botica) o en forma ambulatoria. 43, 44 Así mismo influye la promoción inapropiada de los medicamentos y contraria a la ética por parte de las empresas farmacéuticas, la mayoría de los prescriptores obtienen la información sobre los medicamentos de las empresas farmacéuticas, y no de fuentes independientes, como las directrices clínicas. Esto puede conducir a menudo al uso excesivo.26 Los laboratorios Farmacéuticos intentan simplemente potencializar la venta de sus productos y en el aspecto socioeconómico existen estudios que relacionan la influencia de esta variable con el número de medicamentos que utilizan las familias, un ejemplo viene dado por el hecho que las personas de mayores recursos son los más favorecidos en cuanto a la disponibilidad de los medicamentos.45 Respecto a los factores culturales, French (1997) plantea que el mal uso de los medicamentos también se ve influenciada por factores culturales, entre los que menciona: falta de acceso a los servicios y escasa educación sanitaria, que ha permitido a las empresas farmacéuticas ganar espacio difundiendo información sesgada que incita al consumo de fármacos poco seguros.25 En ocasiones, es posible observar que se prescriben antibióticos de amplio espectro para tratar infecciones simples (casi siempre más costosos). Agrega igualmente, que otro factor clave es la pérdida de la credibilidad sanitaria basada en el deterioro de la relación médico – paciente. No es preciso insistir en que esta percepción cultural no depende tanto de los índices de analfabetismo, sino también, de la manera cómo se planifica y orienta la salud y de la participación de la comunidad en la selección de las estrategias de salud. 46
Dentro de los factores económicos se puede citar el desempleo, las malas condiciones de vida y sobre todo, el bajo ingreso económico familiar que impide acceder a los servicios de salud y a los medicamentos. Lo cual generalmente se traduce en tomar decisiones con la ausencia de una prescripción profesional.20 Existe lugares donde los medicamentos son inaccesibles, los pacientes pueden no adquirir las cantidades necesarias para un tratamiento completo o no comprar ningún medicamento en absoluto. En lugar de ello pueden buscar alternativas de medicamentos de calidad no garantizada, como los adquiridos a través de Internet, o los medicamentos que han sido prescritos a familiares o amigos. 47 Debe tenerse en cuenta que la perspectiva del “consumidor” (paciente) respecto al “uso racional” puede ser diferente. Lo que es racional en el sentido de términos en salud
puede no serlo para el usuario y viceversa. Para una persona común, la racionalidad del uso de un medicamento está basada en la interpretación del valor que da al producto en su vida diaria, algo influenciado por el entorno cultural de su sociedad y por las condiciones económicas. Por ejemplo, una persona podría adquirir solo unos cuantos comprimidos de un antibiótico porque los considera suficientes o no dispone del dinero, pero podría gastar más dinero en otras cosas, muy aparte de sus problemas de salud.48 Entre las consecuencias del uso irracional podemos mencionar a la resistencia a los antimicrobianos y el número de medicamentos que dejan de ser eficaces para combatir las enfermedades infecciosas. Otro aspecto importante lo constituyen las reacciones adversas y los errores de medicación, estas pueden ser causa de enfermedad o incluso la muerte. Por tanto, si los medicamentos no se prescriben y usan adecuadamente, se desperdician miles de millones de dólares de fondos públicos y personales.47 El uso irracional de los medicamentos probablemente siga aumentando si no se toman medidas, y ello por dos motivos. Primero, porque el uso de los medicamentos en los países en desarrollo y con economías en transición es significativamente peor en el sector privado que en el público, y la participación del sector privado en la prestación de asistencia
sanitaria es cada vez mayor en todo el mundo. En segundo lugar, porque muchas de las principales iniciativas para incrementar el acceso a los medicamentos esenciales y ampliar el tratamiento del VIH/SIDA, la tuberculosis, el paludismo y otras enfermedades se centran en el acceso a los medicamentos, sin abordar el problema fundamental y generalizado de su uso inadecuado10. La experiencia de muchos países ha demostrado que la mejor manera de abordar esos problemas complicados e interdependientes es hacerlo dentro de un marco común, ya que los planteamientos parciales pueden dejar problemas importantes sin resolver y a menudo fracasan. En la actualidad, la disponibilidad de medicamentos cada vez más complejos y de uso delicado, ha complicado la labor asistencial y el cuidado del paciente, todo ello sin considerar el impacto económico que dichos productos tienen en el sistema de salud. Se puede ver entonces, que el uso irracional o inadecuado involucra tanto al médico, al farmacéutico y al paciente, y además es llevado a cabo por factores sociales, económicos y culturales.49 El Hospital Belén de Trujillo es un hospital de categoría III – 1 que corresponde al 3° nivel de atención de los establecimientos de salud categorizados por la Gerencia Regional de Salud de La Libertad y que tiene una amplia cobertura tanto dentro como fuera de la ciudad de Trujillo, lo que se ve reflejado en la masiva concurrencia día a día¸ entre otros, al servicio de consulta externa y por ende al servicio de farmacia donde es frecuente observar pacientes que buscan adquirir medicamentos sin contar con la receta médica, o que teniendo receta no adquieren el tratamiento completo, evidenciándose el uso irracional de medicamentos que hoy en día ha pasado a ser un problema de salud pública extendido a todos los países incluyendo el nuestro, siendo aún insuficientes los estudios que analizan sus causas y otros factores que puedan contribuir a detener esta mala práctica. Conocer cómo eligen los pacientes los medicamentos y por qué lo hacen, es el primer paso para lograr que utilicen los medicamentos con el menor riesgo posible.
Por lo tanto se justifica la realización de investigaciones de este tipo, como propuestas originales que permitan comprobar si las teorías y documentos de divulgación específicamente aquellos desarrollados por el Ministerio de Salud del Perú para encarar el problema sobre el uso de medicamentos en la comunidad, contienen información adecuada que permita crear expectativas en la población para educarse acerca del uso racional de medicamentos. En tal sentido, se aspira que este trabajo de investigación ofrezca información valiosa que permita estimar los hábitos que llevan al uso irracional de medicamentos por parte de los pacientes que acuden al servicio de farmacia de consulta externa del Hospital Belén de Trujillo. Ante esta realidad nos planteamos el siguiente problema: ¿Qué factores están asociados al uso irracional de medicamentos en pacientes atendidos en el Servicio de Consulta Externa del Hospital Belén de Trujillo en el periodo Marzo a Mayo 2014? Con el Objetivo General: Determinar los factores asociados al uso irracional de medicamentos en pacientes atendidos en el Servicio de Consulta Externa del Hospital Belén de Trujillo durante el periodo Marzo a Mayo 2014; y con los objetivos específicos:
Determinar el uso irracional de medicamentos en pacientes atendidos en el Servicio de Consulta Externa del Hospital Belén de Trujillo
Identificar los factores sociales que se asocian con el uso irracional de medicamentos en pacientes atendidos en el Servicio de Consulta Externa del Hospital Belén de Trujillo
Identificar los factores culturales
que se asocian con
el uso irracional de
medicamentos en pacientes atendidos en el Servicio de Consulta Externa del Hospital Belén de Trujillo
Identificar los factores económicos que se asocian con el uso racional de medicamentos en pacientes atendidos en el Servicio de Consulta Externa del Hospital Belén de Trujillo.
II. MARCO METODOLÓGICO: 2.1. Variables
Variable dependiente: Uso irracional de medicamentos Variable independiente: Factores asociados
2.2. Operacionalización de Variables DEFINICION
DEFINICION
VARIABLE CONCEPTUAL
Factores que se asocian al uso irracional en los pacientes
ESCALA D E I NDI CADORES
Factores Sociales: Son las condiciones sociales que inciden en la conducta de la población y en cómo esta hace frente a sus problemas de salud. 46
OPERACIONAL
Son todos los factores que condicionan el uso irracional de medicamentos entre ellos tenemos la Situación laboral
Como factor económico se considera el nivel de Ingreso Factores económicos: económico bajo menos de Están en relación a la S/.500.00 NS, médio de 500.00 a capacidad adquisitiva y S/. 1500.00 NS y alto de 1500.00 el patrón de gastos de a más. Así mismo se considera los pacientes. 33 como factor económico al costo de medicamentos.
MEDICION
Situación Laboral Trabajador estable Trabajador temporal Cesante/jubilado Ama de casa Estudiante
Nominal
Nível de ingresso econômico. Alto Médio -Bajo
Ordinal
Costo de Medicamento Accesible No accesible
Nominal
DEFINICION
DEFINICION
VARIABLE CONCEPTUAL
Factores que se asocian al uso irracional en los pacientes
Uso irracional de medicamentos.
ESCALA D E I NDI CADORES
Factores Culturales: Son condiciones que determinan los rasgos distintivos de los grupos humanos dentro de un mismo espacio geográfico y social. 50
El uso "irracional" se da cuando los profesionales prescriptores, los farmacéuticos y los pacientes no cumplen con el buen uso de los medicamentos. 10, 51
OPERACIONAL
Se considera como factores culturales que podrían intervenir en el uso irracional de medicamentos entre ellos el grado de instrucción, acceso a los servicios de salud y la publicidad.
Se considerara como uso irracional por parte de los pacientes: 1. Automedicación. 2. cumplimiento del tratamiento indicado por el médico.
MEDICION
Grado de instrucción Analfabeto Primaria Secundaria Superior
Nominal
Publicidad Consultorio médico Radio y televisión Paneles publicitarios
Nominal
Acceso a los servicios de salud Siempre A veces Nunca
Si uso irracional 10 – 20 pts No uso Irracional 0 – 9 pts
Nominal
Nominal
2.3. Tipo de estudio Investigación no experimental
2.4. Diseño Descriptivo correlacional
2.5. Población, muestra y muestreo 2.5.1. Población: Todos los hombres y mujeres de 18 años a 70 años que fueron atendidos en el servicio de Consulta Externa del Hospital Belén de Trujillo y que cumplieron los criterios de inclusión y exclusión. Se tomó un número histórico de datos teniendo como universo el promedio de los usuarios atendidos en un mes del año anterior (suma total de atendidos/ 12 meses). En el año 2013 se realizaron 91 560 atenciones en consulta externa, por lo tanto el tamaño de la población (N) considerada para el estudio será de 7 630 pacientes.
2.5.2. Muestra: Como la variable de estudio es cualitativa y la población es finita se usa la siguiente fórmula para determinar la muestra:
Dónde:
N: Población (7 630 Pacientes) Z: Coeficiente de confiabilidad (1.96) p: Proporción de la población adulta que hace uso irracional de los medicamentos (0.5).4, 31
q: (1-p): Proporción de la población que hace no hace uso irracional de los medicamentos (0.5).
d: Nivel de error (0.05).
Entonces: 7630 (3.8416) (0.25) n
=
=
400
(0.0025 7629)+ 3.8416
La muestra quedo conformada por 400 personas a encuestar de forma aleatoria simple. 2.7. Técnicas e instrumentos de recolección de datos 2.7.1. Técnica:
Encuesta
2.7.2. Instrumento: Se utilizó un cuestionario estructurado de 18 preguntas mixtas que constó de tres partes, el primer grupo de preguntas son datos generales, el segundo grupo busca conocer los factores sociales, económicos y culturales de los encuestados y su influencia en el uso irracional de medicamentos.
Datos generales: Preguntas 1,2.
Factores sociales: Pregunta 3.
Factores económicos: Preguntas 4, 5.
Factores culturales: Preguntas 6, 7,8.
En la tercera parte se buscó determinar los patrones de uso de medicamentos y si hay un uso inapropiado de los mismos. Preguntas 9 al 18. (Anexo N°2)
Validación y confiabilidad del instrumento: El cuestionario se validó a juicio de expertos y luego se aplicó a una muestra piloto de la población (10%) teniendo una confiabilidad de 0.857 de coeficiente alfa de Cronbach.
Recolección de datos: -
La recolección de datos se realizó en el Servicio de Consulta Externa del Hospital, previa solicitud al Director del Hospital y con el visto bueno del Área de Capacitación.
-
La encuesta se aplicó aleatoriamente a los pacientes que acuden al Servicio, y que voluntariamente accedieron a participar de la encuesta, una vez terminada la consulta, entre las 8:30 a.m. y las 12:00 m. de lunes a viernes, durante 3 semanas.
-
Los pacientes fueron abordados individualmente y con un trato amable por un encuestador capacitado, se les indicó los fines del estudio y se les informó que si desean formar parte del estudio deben llenar una encuesta. En todo momento se remarcó que su participación es voluntaria y anónima; del mismo modo, que los datos que proporcione son en estricto confidenciales.
-
Una vez que el paciente decidió y accedió a formar parte del estudio, se le entregó la encuesta impresa y un lapicero para su respectivo llenado. Se fomentó un ambiente de privacidad. En todo momento el encuestador asisitió, de ser el caso, al paciente para clarificar alguna interrogante.
-
Las encuestas una vez llenadas se codificaron y se almacenanalmacenaron para su posterior análisis.
2.8. Métodos de análisis de datos: La información obtenida fue vaciada en tablas de simple y doble entrada utilizando el programa Microsoft Excel 2010, y luego fueron vertidos a la base datos. Se aplicó el índice de correlación de Pearson (R 2), para determinar relación entre las características demográficas y los factores que se relacionan con el uso irracional de medicamentos. Con un nivel de significancia estadística de p<0.05. Los resultados se presentaran en tablas y gráficos.
III.
RESULTADOS
IV.
DISCUSIÓN
V. CONCLUSIONES
El Químico Farmacéutico como especialista en la ciencia del medicamento, es el profesional idóneo para participar en las campañas de educación a la comunidad sobre el uso racional del medicamento. Para llevar a cabo esta tarea es necesario diseñar metodologías de aprendizaje que permiten informar, consolidar y refinar el conocimiento adquirido en la capacitación. La participación activa del farmacéutico en estas campañas, afianza su posición como educador en salud, contribuyendo con los conocimientos especializados natos de su profesión en el uso racional del medicamento.* * VI.
RECOMENDACIONES
VII.
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