Roberto Barajas Amieva.
Estética 2. La tesis IX de Walter Benjamín.
A lo largo de la obra filosófica de Benjamín sobre el concepto tradicional de historia se encuentra la crítica paradigmática la idea del progreso. Una idea de progreso que determina el convulso sistema capitalista hoy inservible y que «…muestra su fuerza destructiva, no solo de la vida social, sino incluso de la vida natural, dimensiones propias de la existencia humana.»1 Lo que hace necesaria una nueva interpretación tanto de la vieja idea de historia como de la concepción burguesa del progreso atraves de la lupa del materialismo histórico. LA HISTORIA. En lo que para nosotros aparece como una cadena de acontecimientos, el [ángel de la historia] ve una catástrofe única, que arroja a sus pies ruina sobre ruina, amontonándolas sin cesar.
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En su tesis IX Benjamín nos habla metafóricamente del aspecto del ángel de la historia, un aspecto de asombro y desolación que ha sido provocado por la destructiva actividad humana en aras del progreso atraves de la historia. «En lo que para nosotros aparece como una cadena de acontecimientos, el ve una catástrofe única... »3 La historia ya no funciona más como una linealidad temporal de sucesos, de los grandes sucesos, donde lo que ha sido queda sepultado y superado por el presente, provocando una catástrofe destructiva. Benjamín
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Sierra, Natalia., El progreso una esperanza terminada., p. 1. Benjamín, Walter., Tesis sobre la historia y otros fragmentos., Tesis IX. 3 Ibíd. 2
denuncia la destrucción y el abuso del hombre tanto de la naturaleza como de sí mismo, persiguiendo un ideal que en el mejor de los casos está confuso. Con el materialismo histórico Benjamín pretende recuperar la historia, sacarla de su concepción banal para transportarla a un quehacer del presente «…hasta que, una apocatástasis de la historia, todo el pasado haya sido llevado al presente.»4 Poner en relación el pasado con el presente, no perderlo de vista en el panorama del presente. En realidad no hay una historia homogénea que va sumando suceso tras suceso, sino una un panorama abierto a la interpretación, algo que a los historicistas le da miedo siquiera considerar. El materialismo dialectico permite una actividad constructiva de la historia más que su simple contemplación. Una actividad constructiva que en sus bases tiene ligada la lucha de clases, donde al final deben ser redimidos los oprimidos que han sido víctimas de un progreso burgués, «El materialista histórico aborda un objeto histórico única y solamente allí donde este se le presente como monada […] una oportunidad revolucionaria en la lucha por el pasado oprimido.»5 Aprovechando cada momento de la historia como una posibilidad de revolución. Tenemos una conexión, un deber más fuerte con los abatidos del pasado que con las generaciones futuras. EL PROGRESO Y LA RUINA. El ángel quisiera detenerse, despertar a los muertos y recomponer lo destruido Pero un huracán sopla desde el paraíso y se arremolina en sus alas Este huracán lo arrastra irresistiblemente hacia el futuro […]
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Benjamín Walter., Libro de los Pasajes. Apuntes y materiales., N 1 a, 3. Id., Tesis sobre la historia y otros fragmentos., Tesis XVII.
Mientras el cumulo de ruinas crece ante él. Este huracán es lo que llamamos progreso.
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«El concepto PROGRESO [en Benjamín] debe ser entendido como el núcleo significante articulador del campo ideológico que fundamenta el proyecto moderno capitalista.»7 En el ideario marxista de Benjamín la tradicional idea de progreso es producto de la necesidad burguesa en la sociedad capital del progreso técnico industrial, que ha acompañado a la lucha de clases, la dominación de una clase sobre otra y la destrucción como consecuencia de una guerra con el porvenir. «La crítica central al concepto del progreso es que éste constituye un lastre para la historia a la que convierte en un camino recto y eterno que no sirve sino para mantener las posiciones de vencedores y vencidos.»8 Podemos señalar dos aspectos de la idea del progreso en la crítica de Benjamín: el progreso en tanto que ideal a perseguir (aspecto teórico) y progreso técnico (aspecto práctico), ambas estrechamente relacionadas. Este progreso como ideal kantiano, es adoptado por la filosofía socialdemócrata donde Benjamín fija una de sus críticas más duras. Un ideal que no se apegaba a la realidad y que tergiversa la conciencia de los oprimidos creando simples ilusiones que los mantienen inmóviles ante una oportunidad revolucionaria, que los mantienen aun mas oprimidos. Benjamín destaca tres aspectos de este progreso:9 un progreso de la humanidad misma, sin término y esencialmente indetenible. Estos aspectos dan la sensación del progreso como una fuerza que actúa sobre el hombre y lo empuja hacia el futuro inequívocamente, fijando la creencia de que 6
Ibíd., Tesis IX Sierra, Natalia., Óp. Cit.., p. 2 8 Muro Abad, Juan R., Walter Benjamín: ¿Qué materialismo? ¿Qué historia? Progreso, pasado e instante salvador., p. 6. 9 Benjamín, Walter., Tesis sobre la historia y otros fragmentos., Tesis XIII 7
llegara el momento en el que el hombre alcance una situación de perfección, sin que exista la necesidad de detenerse a mirar su pasado convertido en ruinas por la misma acción destructiva del progreso. Un progreso automático e inevitable donde la vida en el futuro será mejor que cualquiera ya vivida. En el aspecto práctico Benjamín ve como un progreso tecnológico alimenta la idea del progreso ideal, arraigándose en la conciencia de los oprimidos, generando una pasividad y conformismo ante su situacion. «No hay otra cosa que haya corrompido mas a la clase trabajadora alemana de que ella nada con la corriente. El desarrollo técnico era para ella el declive de la corriente con la que creía estar nadando.»10
Nace una concepción del desarrollo técnico como una evolución
positiva a escala global, que abre paso «…a la ilusión de que el trabajo en las fabricas, que sería propio del progreso técnico, constituye de por sí una acción política.»11 Apagando la chispa de la revolución y cerrando la puerta al mesianismo. De esta manera, Benjamín ve en Dietzgen un claro ejemplo de este peligro, «…Dietzgen proclama: “Trabajo es el nombre del Mesías del tiempo nuevo. En él […] mejoramiento […] del trabajo estriba la riqueza, que podrá hacer ahora lo que ningún redentor pudo lograr.”»12 Así el peligro de la tradicional concepción de historia y progreso se hace presente, pues tiende a crear confusiones sobre una de las fuerzas humanas más importantes del hombre: el trabajo.
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Ibíd., Tesis XI. Ibíd. 12 Ibíd. 11
El trabajo bajo la interpretación del progresó socialdemócrata, dejara de ser aquel trabajo que Marx hace propio del hombre, ya no se es del trabajador sino de las fuerzas del progreso a las que solo le interesan el auge económico e industrial. «Solo está dispuesta a percibir los progresos del dominio sobre la naturaleza, no los retrocesos de la sociedad.» el trabajo en su conjunto se convierte en una actividad destructiva de la naturaleza, una actividad que sin importar el coste pretende alcanzar el progreso, que a su vez, va dejando tras de sí ruinas como resultado de su ambición. Ruinas que se convierten en un arma de doble filo, mientras que para el materialista histórico puede ser indicio de momento histórico singular y útil al presente, para el historicista es la muestra de un progreso excluyente y presuntuoso. Una ruina que pretende mostrar un crecimiento y desarrollo, mirar al pasado y decir: somos mejores que ellos. Pero esta ruina mal usada solo demuestra una explotación tanto de lo natural como de lo humano en aras del progreso, que solo va dejando muerte y destrucción tras de sí, y no permite al hombre detenerse sobre sus pasos, “redimir a los muertos”, anticipar y evitar una catástrofe que puede terminar con nuestra propia existencia. Una ruina que nos intenta recordar a aquellas culturas que han perecido bajo la conquista del más fuerte quedando sumidas en el olvido, que existió una cultura que rivaliza con nuestro presente y que nada nos ha de envidiar, pero este grito, su última llamada de atención es ignorada bajo la consigna de alcanzar el alba de la civilización, que tal vez no llegue antes de nuestra aniquilación.
BIBLIOGRAFIA. -Benjamín, Walter., Tesis sobre la historia y otros fragmentos., Trad. Echeverría, Bolívar., Ed. Itaca., Ciudad de México, 2008. -Benjamin, Walter., Libro de los pasajes., Ediciones Akal, Madrid, 2005. -Muro Abad, Juan Robert., Walter Benjamin: ¿Qué materialismo? ¿Qué historia? Progreso, pasado e instante salvador., en EUROPE Revue Europeenne d’HistoireEuropean
Review
ofHistory,
Vol.
3,
nº
1
(1996),
87-99
[Consulta: 30 marzo, 2013] -Sierra,
Natalia.,
El
progreso
una
promesa
terminada.,
Ecuador,
[Consulta: 30 marzo, 2013]