Dr. JESÚS ORDÓÑEZ ANCÍN, Pbro. Director del Instituto de Perturbaciones de la Palabra de Madrid
LA TARTAMUDEZ VENCIDA (MÉTODO DE CONVERGENCIA ORTOFÓNICA)
EDITORIAL ENCICLOPÉDICA MADRID 1955
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PRÓLOGO A ti, querido compañero en la dificultad de expresarte, que deseas ardorosamente hablar bien y por tantos motivos no puedes concurrir a un centro reeducativo, va dirigido este pequeño libro con la ilusión de guiarte y ayudarte, científicamente, en el esfuerzo que realizas para liberarte del tartamudeo. He pasado horas amargas a causa de mi lengua tan trabada y descompuesta que llegué a preguntar a los médicos si quedaría mudo pronto. Y, prácticamente, eso era, un mudo, porque en mis años peores no tenía seguridad de pronunciar bien una palabra. Y después... Ya llevo quince años hablando con toda facilidad, porque mi lengua se ajusta precisa, segura y desligada; y esta dicha de hablar sin dificultad quisiera compartirla con todos mis hermanos que se ven impedidos de expresarse como quisieran. Desde mi propia corrección me he dedicado también con cariño y entrega entusiasta a la corrección de muchos, de todos cuantos han creído que mi experiencia les podría aliviar. Año ha habido que han pasado por mi academia más de trescientos alumnos. (Pero cuántos más son los necesitados que han escrito manifestando sus deseos de acudir a mis lecciones y no han podido ver satisfechos sus anhelos! Pensando en los que no pueden dejar su casa, sus negocios, su profesión, he decidido presentar con modestia, pero con ilusión metódica y científica, este trabajo que, puedes creerme, deseo sea para tu mayor bien. No te asuste tratar de corregirte por ti mismo. No es imposible, ni mucho menos. Muchos han logrado vencer su defecto poniendo en práctica lo que les ha dictado su sentido común sin contar con nadie. Y se han valido de la inspiración respiratoria, de hablar muy lento, de la lectura frecuente en alta voz o de discursear a solas fuertemente. Hace unos días me contaban de un joven de Zaragoza, un día tartamudo grave, pero que ahora ya es normal, que lo ha logrado tratando de vencer las impresiones y no inmutarse por nada. Esta decisión es heroica, pero eficaz. Si otros han triunfado solos, tú, ¿por qué no?
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Para hacerte más sencilla tu corrección expongo con el mayor detalle, que a veces se me antoja excesivo, lo que has de ejecutar durante el mes de tratamiento. He querido pecar de claro y concreto antes que dejar a tu iniciativa algunos puntos más oscuros. Si no acerté a resolver todas las dificultades, como fue mi intención, siempre puedes contar conmigo. El plan de corrección, en teoría, es sencillísimo. En la práctica ya es más complicado, pero no como para echarse atrás. En tu vida has realizado trabajos más molestos y difíciles y frecuentemente de menor repercusión en tu bienestar. Una carrera, un oficio, una profesión, ¿No es empresa más difícil que corregirse del tartamudeo? Una enfermedad ¿No exige muchas veces mayores molestias que luchar por hablar bien? Te sobra valor para librarte de la pesadilla de no hablar normalmente. Sólo hace falta que te des cuenta exacta de lo indispensable que es hablar correctamente para tu vida, y que te lances a andar por la calle de enfrente sin pararte a pensar en los obstáculos que has de vencer. Muchos casos se presentan asombrosamente sencillos a la corrección. Otros son más costosos. Y sólo muy pocos resultan extremadamente difíciles. Aunque te encontraras entre los últimos, no deberías acobardarte. La misma gravedad da ánimos, porque se hace la vida tan amarga que, por salir de este estado, cualquiera es capaz de someterse a las pruebas más duras. Nuestro método se basa en este principio: primero, guarda silencio; después, pon tu mayor cuidado en la inspiración y lentitud. Si administras diligentemente estas dos reglas, no dudes, vencerás, sea cualquiera tu gravedad. De las reglas psicológicas que te indico después, te diré desde ahora que todas tienen su razón y misterio: pero te aconsejo que no trates de aplicar más que una de ellas cada temporada. Queriendo observarlas todas, no cumplirás ninguna eficazmente. Y ya no me resta más que exhortarte a que te decidas a dar la batalla a tu lenguaje: será áspera y dura en algunos casos, pero bien merece la pena sacrificarse un poco antes de vivir, sin necesidad, hecho una víctima toda la vida. Todos los que se han propuesto superar su defecto, con tenacidad y alguna pequeña y acertada orientación, lograron por fin normalizarse. )Tú has de ser la excepción? Sería conceptuarte tú mismo demasiado pobremente, y no tienes derecho a calificarte tan bajo. El método que aquí expongo, podría denominarse Amétodo de convergencia ortofónica@, porque en él se dan cita, juntamente con los sistemas ortofónicos, todos los elementos fundamentales que, a mi juicio, pueden colaborar en la extinción del tartamudeo. De ahí los capítulos y normas, como la autosugestión, etc.
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Y porque, en definitiva, no benefician, en este Amétodo de convergencia ortofónica@ se exponen y descartan otros sistemas, como el hipnotismo y las operaciones quirúrgicas. Un sueño y una pesadilla felizmente idos parecen ahora ante mí los años tartamudos de mi infancia y mi juventud estudiantil en España y Roma, con mi lengua agarrotada para el apostolado sacerdotal. Una realidad nueva y permanente representan hoy, sin embargo, ante mi misma cenestesia psicológica, los años posteriores de hablar sin tartamudeo, tanto en el apostolado estrictamente sacerdotal, como en el esfuerzo por formar y laborar en las academias para la corrección de la tartamudez sucesivamente en Eulade (Navarra), Logroño y Madrid. Al recapitular ante mí la gravitación diaria de este sentimiento de liberación, mi alma quiere desearte, a través de estas páginas vividas, se reitere toda ella en ti. Y la sentirás tras ese tartamudeo tuyo vencido por ti mismo, solo, sin maestro, porque tú solo te bastas para corregirte.
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Capítulo I El Tartamudeo Qué es el tartamudeo. Clases de tartamudez. Causas de la misma. Datos estadísticos.
La tartamudez es un estado coreico intermitente de los aparatos que presiden la fonación articulada, incluido el mismo acto respiratorio. Así se expresa MoutradMartin, y es exacta la definición. Para mejor entenderla expondremos los caracteres específicos de la misma, que son cinco: 11. Temperamento nervioso acusado. 21. Se manifiesta en la infancia. 31. Es intermitente. 41. Va acompañada de trastornos respiratorios. 51. Desaparece al cantar. Todos los alumnos suelen confesar que son muy nerviosos y llegan a creer que difícilmente habrá nadie más excitable que ellos. No conozco ningún tartamudo que no sea nervioso. Podrá haber alguno que sea muy tranquilo en algún aspecto; por ejemplo, por y para comer, andar, etc., pero aun a ese mismo, si se le observa detenidamente, se verá que anda sobrado de nerviosismo. La tartamudez comienza por regla general entre los tres y nueve años. Alguna vez, aunque muy rara, más tarde. Y por excepción en la edad madura. En cambio, las fobias verbales, que tienen mucho de parecido con la tartamudez, se dan entre personas mayores. Es más frecuente la tartamudez en el niño que en la niña. En las clases siempre se nota esta diferencia. Por cada mujer hay seis o más hombres que tartamudean. La razón de este fenómeno reside en que la niña se desarrolla más prontamente que el niño, y así, generalmente, supera el peligro prácticamente antes de que aparezca. También la educación que recibe la niña es muy distinta: más apacible y tranquila y menos expuesta, por tanto, a los accidentes que provocan la tartamudez. El tartamudo no respira bien. A veces es tan patente que lo notan todos sus interlocutores. El hombre normal, instintivamente, habla al espirar; pero el tartamudo pretende hablar muchas veces cuando inspira. En otros casos la tartamudez se da al espirar, no aprovechando el aire inspirado, sino que antes de hablar deja salir una gran parte del aire, porque los órganos de la palabra no obedecen.
Cantando nadie tartamudea. Es notorio este hecho y de experiencia universal. El tartamudo no siempre habla mal. A solas jamás. Hay días en que el mayor tartamudo no tiene dificultad; y hay días en que quienes apenas tropiezan, no pueden articular una palabra, según se encuentren de momento. La tartamudez es inspirada o espirada, como acabamos de exponer. También, un poco festivamente, clasificamos a los tartamudos en: ametralladoras, los que repiten mucho una sílaba o palabra, y explosivos, los que no pueden arrancar o comenzar la primera sílaba y hacen esfuerzos como explosiones. Las causas del tartamudeo pueden ser muchas. Todas las impresiones fuertes, como sustos, caídas, malos tratos, etc.; la imitación, a veces la herencia, las enfermedades infecciosas, como el sarampión, etc. Respecto al número de tartamudos, no creo se haya hecho hasta ahora una estadística formal, y sería muy interesante. En pequeños círculos que conozco, he podido observar que generalmente el número de tartamudos suele ser el 1 por 100, oscilando muchas veces entre el 0,50 y el 2 por 100. Hay regiones en que abunda más que en otras ese tartamudeo grave. El de menor importancia, aquel que apenas se nota, sin duda excede en mucho ese tanto por ciento.
Capítulo II Puedes corregirte Posibilidad de corrección en todos los casos, edades y sexos No hay alumno que, siendo dócil a un tratamiento probado y científico, no logre vencer su tartamudez. El año 1951 se me presentó en Logroño el Padre L. M. a corregirse. Los Padres de su Orden, cuando le conocieron, me dijeron: Apero... ¿Casos como éste tienen solución? Se trataba de un paciente extremadamente difícil. Les contesté: AComo tenga mucho empeño y voluntad, les aseguro que obtendremos un éxito clamoroso. En un mes se venció aquella enorme dificultad en su lengua. Debo reconocer que ha sido uno de los alumnos más aplicados y perseverantes que he conocido. A. R., de Álora (Málaga), estaba tan impedido para expresarse que necesitó para trasladarse a Navarra de una carta en la que rogaba a los interventores y policías le facilitasen la llegada a su destino, porque él no era capaz de manifestarlo de palabra. Y hasta que no pasaron, en Eulate, unos cuantos días de clases no supimos apenas nada de él, porque no hablaba. Venía con tal ansia de corregirse que se prestó a cumplir cuanto se le indicase. Desde el sexto día de trabajo habló siempre con gran calma y sin trabarse ni una vez. No salía de su asombro. Cuando volvió a su tierra, fue la admiración de los que le conocían. Escribió hace casi un siglo Chervin: AEl alumno que trabaja, se cura; si no trabaja, se queda sin curar. El buen éxito del tratamiento es siempre seguro para los alumnos dóciles, atentos, laboriosos perseverantes; pero es de advertir que estas cualidades son de todo punto indispensables. Cada edad tiene sus ventajas y sus inconvenientes. El niño suele corregirse con mayor facilidad. Esto se explica porque el defecto ha arraigado menos y tiene menor preocupación por su lengua. Además, el niño capta mejor las enseñanzas del profesor. El adulto, en cambio, tiene mayor fuerza de voluntad y comprende cuánto importa disfrutar de una lengua expedita. La ciencia y la experiencia de consuno reconocen que no hay tartamudo incorregible. Cientos de miles de toda edad y condición se han visto libres de tal ligadura por su esfuerzo personal. En muchos casos sin profesor que les oriente. Academias y clínicas de Paris, Berlín, Nueva York, Viena, Marsella, Copenhage y otras han trabajado incansablemente con gran éxito en pro de los
tartamudos y su fama se extiende por toda la tierra. Ninguna persona culta desconoce su existencia y sus triunfos. Se corrige la mujer con la misma facilidad que el varón. En muchos casos se ve en ellas todavía mayor interés y constancia. Se ponen en tratamiento pacientes de todas las edades. Hace ya algún tiempo, un valenciano de setenta y dos años fue mi alumno, muy aprovechado por cierto. Y frisando los setenta son varios los que no han dudado en ponerse en tratamiento. Hay anécdotas a este respecto verdaderamente simbólicas. En una clase nuestra de corrección de la tartamudez, junto a un anciano había muchos jóvenes, que le dijeron: A)Para qué quiere usted corregirse si ya le toca morir?@. Y él les contestó: APara vivir tranquilo el tiempo que Dios quiera darme de vida. Si me cuesta un año corregirme y vivo otro hablando correctamente, me doy por satisfecho@.
Capítulo III En busca de un método Métodos de corrección. Ortofónicos y psicológicos. Algo de historia La antigüedad anduvo desorientada en lo relativo a la tartamudez. Hoy parece increíble que Aristóteles, Hipócrates y Galeno creyeran causa del tartamudeo un vicio de estructura de los órganos de la palabra, lengua, laringe o labios, o una humedad anormal del cerebro. Tenía más atisbos de acierto la americana M. Leigh, al afirmar que el defecto provenía de quedar la lengua inmovilizada en el suelo de la boca y completamente rígida. Para quitar esta inmovilidad recomendó levantar la lengua hasta el paladar. Hablando así es cierto que no se tartamudea, pero es tan feo y antinatural que semejante receta no tardó en ser desechada, aunque estuvo muy en boga durante unos años en Norteamérica y después en Europa. Rullier pretendió dar un paso adelante en el estudio del tartamudeo. Para él la tartamudez no es más que una debilidad relativa de los órganos fonéticos resultante de la falta de relación entre la exuberancia de ideas, la velocidad concomitante de la irradiación cerebral que le corresponde y la velocidad posible de los movimientos sucesivos y variados capaces de expresar los pensamientos por medio de la palabra. A la vez que lanzó al mundo su teoría, propuso su método, pero no obtuvo resultados positivos. También la cirugía ha intervenido en la lucha contra el tartamudeo. Diefenbach, desde Berlín, sostenía, en el siglo pasado, la teoría de que la tartamudez se debía al estado de las vías respiratorias, que era espasmódico, especialmente de la glotis y de la lengua, pasando a los músculos de la cara y cuello. Consecuentemente creó que, cortando la inervación de los órganos musculares en estado espasmódico, desaparecería el espasmo. Para esto hacía un corte transversal en la raíz de la lengua. Según él, desaparecería la tartamudez por completo en los operados, pero era tan peligrosa que no era aconsejable. Velpau y Amusat también siguieron aplicando la cirugía. Seccionaban los genioglosos en la parte próxima a la apófisis genis. Bonnet hacía lo mismo, pero mediante una hendidura hecha en la barba. Bennet, Lee, Yearsley y otros, en Inglaterra, operaban la úvula, las amígdalas, las
arterias linguales, el frenillo, etc. Varios de los operados pagaron un hipotética corrección con su vida y pronto se dejó de pensar en operaciones quirúrgicas como remedio del tartamudeo. Jourdan, industrial, quiso colaborar a la extirpación de la tartamudez. Según él, la causa de la misma estaba en que se utilizaba para respirar el aire que se precisaba para hablar. Para evitar esto recomendaba inspirar ligeramente, hacer una pequeña impulsión, hablar poniendo el pecho muy dilatado y el abdomen ligeramente saliente y emplear el menor aire posible. Tal método, muy alabado al principio, tampoco dio resultado. También fueron empleados métodos hipnóticos, de oscuro éxito; y otros sugestivos, de poca duración.
Capítulo IV La verdadera solución
Merece capítulo aparte Chervin, porque fue el primero que resolvió científicamente el problema del tartamudeo. Era Chervin un diligente maestro de escuela. Veía que varios de sus mejores alumnos crecían tartamudos. Interesado vivamente por su corrección, se ingenió para hacerles practicar unos ejercicios que obtuvieron el éxito más lisonjero. Inmediatamente se dedicó a estudiar con máximo interés el fenómeno mismo del tartamudeo. Y parece ser el primero que llegó certeramente a las interioridades del fenómeno. Su fama se extendió, en alas de los resultados, por toda Francia primeramente y después por el mundo. El profesor de medicina de Lyon, Bonnet, se atrevió a certificar que dos tartamudos, de doce y veinticinco años, habían sido completamente curados por el método Chervin en diez días. Método de corrección científico y eficaz. Según Chervin, el acto de hablar requiere: 11. Formación de la idea. 21. Voluntad de expresarla y 31. Emitirla por medio de sonidos articulados. Cada uno de estos actos debe ser realizado con normalidad para que la palabra salga sin dificultades. Puede darse el tartamudeo por tres causas distintas: 11. Por deficiencias en la formación de la idea. Si el paciente, por su turbación u otras causas, no es capaz de formar ideas, es natural que no las pueda emitir. Se da este caso con frecuencia. El tartamudo es sumamente impresionable y, cuando sufre una fuerte impresión, llega a no formar ideas. 21. Por falta de voluntad para expresar la idea. El tartamudo suele ser generalmente muy tímido. La gente le desconcierta, y más determinadas personas de categoría superior. En ocasiones llega a no atreverse a decir una palabra. Tiene la idea con toda claridad: pero su voluntad Cfalta de decisiónC no ordena a los órganos fonadores la emisión de la idea. 31. Por la anormal emisión de los sonidos. Sucede a veces que el entendimiento funciona con normalidad, la voluntad ordena regularmente y, sin embargo, siente la dificultad en la emisión del sonido; unas veces al comenzar la palabra, otras en medio y otras, aunque raramente, al fin. Según Chervin, lo que más hay que observar en el tartamudo para su corrección es el modo como practica
la respiración al hablar, es decir, si tartamudea durante la inspiración o la espiración; si arroja el aire por la boca o por la nariz y si se dejar escapar parte del aire destinado a la palabra, bien sea por la nariz o por la boca. Los demás trastornos, como gestos extravagantes, contracciones bruscas de los labios, los ojos o la cara tienen menos importancia. Los trastornos respiratorios dan la pauta para un tratamiento adecuado. El tartamudeo también puede provenir de la falta de coordinación entre los actos principales de la palabra. El método de Chervin trata de restablecer, en primer lugar, el ritmo respiratorio, con una multitud de ejercicios de vocalización y articulación realizados con gran lentitud. Tan acertado fue el método de Chervin que la Academia de Medicina de Paris y otras entidades oficiales no dudaron en certificar la persistencia de los buenos resultados en los pacientes sometidos a su tratamiento.
Capítulo V Puedo y confío El primer obstáculo a tu corrección Cy a la nuestra, porque yo estuve en tu casoC es el escepticismo. En la idiosincrasia del tartamudo entra peligrosamente el convencimiento firme de que su anomalía no tiene remedio. Desea ardientemente librarse de su gran sufrimiento, pero no lo ve posible. Llega a tanto que, ni aun experimentando después que ya habla bien, no lo cree. Interpreta su facilidad de habla como un hecho pasajero que pronto será sustituido por su habitual apuro. Y así, son inmensa mayoría los que pasan este dolor. No te admires, por tanto, si te encuentras en el mismo caso. Puedes corregirte, aunque de momento no lo creas. Cuando lleves cierto tiempo hablando con seguridad, comenzarás a creer. Muchos no se han puesto en tratamiento por su incredulidad en la corrección. Muchas veces he preguntado a toda la clase (que solían ser unos treinta): A)Vosotros creéis que os vais a corregir?@ Y ha sido casi unánime la respuesta: ACreemos que mejoraremos, pero no esperamos corregirnos completamente@. Sólo alguno de levísima afección consideraba seguro que se corregiría. El tartamudo ha luchado mucho, según sus propias ocurrencias y afanes, por no tropezar y ha fracasado siempre. Se ha observado con atención y ha notado tales trastornos en su interior que se ha dicho muchas veces: ASólo Dios con su omnipotencia puede quitarme este sufrimiento@. Al menos en los casos graves esto es lo que corrientemente ocurre. Y si se ha decidido a consultar con familiares y amigos, aun se ha agravado más el caso, porque es general persuasión vulgar que nuestra tara no tiene posibilidad de remedio. (Cuántas veces son los padres los peores enemigos de la corrección del tartamudo, inconscientemente sin duda, pero con toda eficacia! J. A. H., de Madrid, me contaba repetidamente que eran sus padres los que más obstaculizaban su corrección con la repetición constante de que se empeñaba en lo imposible al pretender hablar correctamente. Creí necesaria una advertencia y llamé a su padre para hacerle ver el daño que hacía al hijo. El padre aseguró que obraba de la mejor fe, pensando en el bien de su hijo. Desde el día en que aquellos padres dejaron de torturar a su hijo, éste inició el periodo de franca recuperación de la palabra con gran satisfacción de todos.
J. P., señorita de Salamanca, refería que, cuando confidencialmente manifestaba a su madre su desgracia de no hablar bien, ésta lo consideraba como un castigo de Dios, imposible de eludir. Es muy posible que tú te encuentres en parecida situación, que no creas en tu corrección y menos aun la crean tus familiares. )Cómo vas a intentar corregirte pensando así? Pues te repetiré lo que tantas veces he dicho a mis alumnos: Mejor sería que tuvieseis mucha fe en vuestra corrección; pero si carecéis de ella, a pesar de todo, adoptad un método científico y experimentado de corrección con tenacidad, y cuando veáis sus maravillosos resultados durante cierto tiempo y os sintáis seguros para hablar sin dificultad, surgirá en vosotros, no la fe, sino la experiencia de vuestra normalidad, la feliz realidad de la total corrección.
Capítulo VI Ante los demás El segundo obstáculo para la corrección suele ser cierto temor de hacer el ridículo al cumplir el tratamiento. En la mayoría de los sistemas de corrección se adopta como indispensable la lentitud en el hablar. Al principio, como es natural, no se sabe hacerlo con naturalidad y resulta tal modo de hablar artificial, violento y raro. No cabe duda de que, siendo así, han de notarse por los que nos escuchan, que a veces muestran su extrañeza. Esto exaspera al tartamudo. Le parece inaguantable. A veces llega a pensar si no es mejor seguir tartamudeando a tener que pasar por esta prueba, para él tan amarga. Ante esta dificultad son muchos los que se declaran vencidos. Una alumna de Corella (Navarra), J. C., cuando se le enseñó cómo había de hablar, le pareció tan ridículo frenar su lengua que no hubo modo de convencerla. Ella se encastillaba oponiendo que jamás haría Ael indio@. Y quedó sin corregir, a pesar de ser tan grave su caso que hay días que no dice una palabra a derechas. S. M., de Zaragoza, hizo algo parecido los primeros días, aunque después, a ruegos de su madre y más por complacer a ésta que por hablar bien, aceptó el hablar con tranquilidad. Y, gracias a Dios, habla normalmente. Si preguntamos motivos a los que comienzan a observar un tratamiento y lo abandonaron antes de su corrección, nos responderá la mayor parte que por no llamar la atención de los interlocutores. ¿Qué actitud tomaremos ante este hecho demasiado repetido? Vamos a examinar la realidad del caso. ¿Qué es más ridículo, hablar tropezando, con los estos tan feos que suelen acompañar al tropezón, o hablar despacio y con seguridad y sin equivocarse? ¿No es más razonable adoptar un modo de hablar tranquilo y seguro Cel que suelen observar las personas de temperamento sosegadoC que no seguir una forma de hablar atropellada, brusca, que muchas veces no se deja entender a los que escuchan? Tratando de hablar con naturalidad, la preocupación por el ridículo carece de fundamento. No existe el ridículo más que en la mente del que no se decide a desentenderse de él. Y, aun suponiendo que, de hecho, así fuese, que al hablar más despacio que los demás llamemos la atención de las gentes, )no es más razonable y prudente aguantar un supuesto o verdadero ridículo un poco de tiempo (el que necesite para corregirse) que sufrirlo toda la vida?
No razone bien el que, por estos temores infantiles, deja de corregirse. ¿No hace el ridículo el que después de una operación exhibe vendajes que hacen que todo el mundo se fije en el paciente? Y, sin embargo, nadie deja por ese motivo de hacer vida social, llevando siempre el aparato que le han prescrito. No dejo de reconocer que no es gusto de nadie acaparar las miradas del público por motivos que no traen alabanzas; pero me parece exagerado estar tan esclavizado al parecer de otros que por un supuesto temor a parecer mal dejemos de recobrar el don de la palabra, de valor inconmensurable. Seamos atentos y educados para todos, pero nunca esclavos.
Capítulo VII Observancia del método Otro obstáculo de la corrección es el descuido en cumplir las reglas. Los profanos seguramente no se explican que quepa descuido en asunto tan fácil e importante. Creerán tan natural que el paciente ha de extremar su diligencia en observar cuantas reglas sepa para hablar normalmente. Y, sin embargo, la realidad es otra muy distinta. Todos, cuando comienzan a hablar, suelen poner los cinco sentidos para hacerlo a la perfección. Tienen el mayor cuidado en la respiración y la realizan de manera ejemplar; pero, en infinidad de casos, ese esmero no dura mucho. (Es tan fácil salirse del plan de corrección! Debe preceder siempre al acto de hablar una inspiración hecha con naturalidad y suavidad. Lo sabe todo el mundo. Mas, después, las prisas en querer expresar la idea, hace que se lance a hablar sin haber inspirado. Nuestro pensamiento es veloz como el relámpago y la lengua tiene a imitar esa velocidad. El que tiene gran interés en corregirse, se esfuerza en no olvidarse de la respiración. Y mantiene el cuidado cierto tiempo: pero la fragilidad humana pronto da señales de vida, quebrantando su buen propósito, que ha de reafirmar y consolidad frecuentemente. A veces, para no hacer esperar al que escucha, se prescinde de la respiración, que es tan necesaria. Exagerada amabilidad y delicadeza. Cuesta dos segundos ordinariamente la inspiración perfectamente hecha y no hay por qué dejar de corregirse por un motivo tan fútil. Una buena norma para no olvidarse de la respiración es escucharse con atención. No resulta difícil y ha de hacerse con disimulo y sin afectación. Al principio se hace violento y más tarde con toda facilidad. También conviene echar a intervalos una mirada retrospectiva con objeto de examinar cómo cumplimos las consabidas reglas de pronunciación. Es la manera de saber si estamos dentro del tratamiento y si no nos salimos de él nunca o casi nunca. Hay que seguir a rajatabla el plan de corrección para tener la garantía plena de su eficacia. Debemos conservar siempre viva la llama del entusiasmo por corregirnos. No imitemos a tantos que comienzan con ardor y que poco a poco se van amortiguando. Y si la voluntad decae por su propia debilidad, bueno será que nos
hagamos alguna reflexión para levantar nuestro ánimo. Y pude ser ésta, tan natural: (Cuánto daño me hace el no hablar correctamente! (Y cuánto sufro inútilmente y hago sufrir a los que me estiman! ¿No merece la pena imponerse como una obligación el cumplir siempre las reglas? Un Padre jesuita, alumno distinguido, llegó aparentemente a una temeridad: a hacer el voto de respirar siempre y hablar despacio el tiempo prudente para su corrección. Cuando le advertí lo heroico del caso y que lo creía exagerado, repuso él: APara mí el hablar bien es tanto como mi vocación, que no podría seguir si no me corrigiera@. Con esta fuerza de voluntad excuso añadir que venció su defecto, que era muy grave. Hoy es un excelente profesor.
Capítulo VIII Victoria en las derrotas Otro obstáculo fuerte puede resultar el desaliento ante las distracciones y consiguientes momentáneos fracasos. Por muy bien que se quiera llevar el tratamiento, por más cuidado que se ponga en observar las normas, ¿Quién podrá evitar algún descuido y, por tanto, algún patinazo? De hombres es el equivocarse. Nada importaría si se tuviese la calma suficiente para medir con exactitud la trascendencia leve de un pequeño tropiezo, pero... el tartamudo es un enorme pesimista que acostumbra a dar a sus fracasos proporciones gigantescas. Ahí está el mal. No te dejes alucinar por tu exaltada imaginación, que te hundiría en el derrotismo. Considera con mayor frialdad los hechos para no desorbitarlos, y te convencerás que un tropiezo significa poca cosa; que los normales también lo tienen alguna vez y se quedan tan satisfechos, sin preocuparse para nada del mismo; que lo más acertado que puedes hacer ante un tropiezo es prestar más atención para evitarlo en lo futuro, sin llevarte un grave disgusto, que no merece la pena. Es más: un fracaso en el hablar puede ayudarte no poco a tu corrección. Es un aviso que te advierte que alguna pieza del mecanismo anda mal: que no has respirado (casi siempre) o que lo has hecho mal, de prisa, y apenas ha penetrado aire en los pulmones, o que te has lanzado a hablar tan velozmente que no te es posible controlarte a esta marcha. El patinazo puede ser como el buen amigo que nos echa en cara nuestros defectos para que nos corrijamos, porque desea sinceramente nuestro mayor bien. Cuántas veces vemos que se ha corregido perfectamente aquel alumno que durante los primeros días tropezaba en no pocas ocasiones, pero no se desanimó. Siguió luchando con valor y en algunas semanas consiguió una seguridad envidiable. En Madrid, un estudiante aventajado, con grave perturbación en su lengua, tenía enorme dificultad para expresarse; especialmente la t le desconcertaba. No se arredró por eso, sino que, cuanto más le costaba, mayor empeño ponía en vencer. En un mes de brega constante consiguió la mayor desenvoltura de su lengua. El fracaso, reconocido pero no admitido, es muchas veces una lección de gran valor para el futuro. En cambio, el paciente que no siente dificultad alguna durante su corrección, que jamás se equivoca, corre el peligro de confiarse
demasiado prematuramente, prescindiendo de las reglas oportunas por considerarlas para él innecesarias, y se encuentra cualquier día con la sorpresa desagradable de no poder hablar cuando más lo necesita. Entonces viene el derrumbamiento completo de aquella exagerada confianza sin base suficiente. No te desanimes si alguna vez no hablas bien. Y no decaiga tu ánimo por tan poca cosa. Antes bien, enciende tu deseo de volver a la lucha con más coraje y con mayor cuidado y precaución. Y cada día notarás menos dificultad, menos tropiezos, más habilidad y seguridad, mayor fuerza en tu voluntad, que no se acobarda aunque las palabras no salgan tan bien como desearías. Unos días de esfuerzo y tienes la victoria a las puertas.
Capítulo IX Siempre firmes También existe un obstáculo para la corrección en la inconstancia. Hace falta perseverar en el tratamiento hasta el fin, fácilmente dilatable unos cuantos meses. Y es molesto estar siempre en el cuidado de aplicar las reglas, aunque éstas sean fáciles. Nada de extraño tiene que venga pronto el cansancio y aun el hastío. Y no poco no tienen la paciencia suficiente para continuar el tiempo preciso. Es la eterna cuestión de la debilidad humana. Hay que estar enérgicamente decididos a vencer, a acabar con el defecto. Sólo así tendremos valor para perseverar. Aquí podría aplicarse la teoría del investigador psicólogo P. Lindvorski con el motivo determinante de la voluntad: AToda voluntad es enérgica si se la ofrece un motivo que la mueva, que en cada persona puede ser distinto y a veces en cada ocasión@. Lo difícil es dar con ese motivo mágico que electrice la voluntad. Ese motivo en el tartamudo puede ser el dilema en que está puesto sin poder salir de él. O se corrige trabajando con tesón varios meses y después es normal y perfecto, útil para todo como cualquiera, con la satisfacción que reporta, o continúa siendo objeto de burlas por su ridículo defecto, incapacitado para la vida social, con su carácter huraño, sufriendo lo indecible, sin ilusiones y sin esperanza de remedio. Ante esta perspectiva, auténticamente exacta, no hay lugar a dudas si el paciente es inteligente y no demasiado abúlico. Así se explica el tesón de muchos, que raya en el heroísmo. Un joven de Cáceres practicó por su cuenta, durante tres meses catorce horas diarias, ejercicios de vocalización; tarea como para rendir al más fuerte. Y para estar ampliamente seguro al hablar, estaba dispuesto a permanecer en silencio los seis laborables de la semana y hablar tan sólo el domingo. Cuando le decíamos después que era exagerado, que no hacía falta tanto esfuerzo, replicaba: ASi no hablo bien, no valgo para nada. Tengo que hacer lo imposible por corregirme @. Así no hay defecto que no pueda ser eliminado. Un alumno de Filipinas, después de haber quedado completamente libre de toda traba para hablar, ha continuado practicando particularmente los diversos ejercicios de articulación y vocalización durante seis años. Sus familiares le indicaban que dejase ya tales ejercicios. Él les respondía: ASerá así, pero es que quiero evitar hasta el peligro remoto de caer. El trabajo que me suponen los ejercicios me parece poca cosa con tal de ahuyentar el espectro de mi lengua trabada@.
La actitud de héroes como éstos aparece más lógica que la de aquellos enclenques de voluntad, que comienzan animosos y pronto desmayan, abandonando el empeño de corregirse. Hay que sacar fuerzas de flaqueza para perseverar luchando hasta la meta final. El recuerdo pavoroso de los malos ratos pasados por no poder hablar puede ser bien acicate para que procuremos muy de veras que no se repitan más en toda la vida. Y la seguridad de hablar normalmente se constituirá en el norte que nos sostenga firmes en la lucha hasta la victoria.
Capítulo X Lejos del alcoholismo Como enemigo de la corrección se presenta en algunos el alcoholismo. Expongo desde el punto de vista experimental y me dirijo exclusivamente a los necesitados de orientación para corregirse. Puedo decir que ninguno de los que habitualmente se excede en la bebida llega a vencer su defecto. Más aun: los mismos que esporádicamente se permiten condescendencias a fondo con los licores, suelen sufrir un retroceso notable, que después no se cansan de lamentar. Ante estos hechos, todos los días repetidos, no queda más que gritar claro y recio contra el alcohol para los que intentan librarse del tartamudeo. Que el nerviosismo aumenta con las bebidas alcohólicas no habrá nadie que lo ponga en duda. Y que los que se dan a beber no suelen tener gran fuerza de voluntad para las luchas cotidianas, también parece evidente. No necesitamos excitantes que alteren más aun nuestros alborotados nervios ni pócimas que debiliten nuestra anémica voluntad. La nicotina es, sin duda, otro excitante de los fuertes. Sin embargo, no sé de ningún alumno que, aunque sea fumador empedernido de los que con un cigarro prenden el siguiente y no gastan más de una cerilla diaria o no encienden el mechero más de una vez, que haya dejado de corregirse por fumar. Sólo uno me advirtió que a él le perjudicaba mucho el tabaco para hablar. En cambio, los bebedores reconocen unánimemente que el alcohol les destroza cuando desean librarse del tartamudeo. Un alumno, de Zamudio, confesaba ingenuamente: AMe he corregido bastante y hablaría perfectamente si me pudiese contener en la bebida; pero me pueden el vino y los amigos, a quienes les gusta tanto como a mí. Después de un día de Afarra@ no puedo hablar, y me duran los efectos del alcohol cerca de ocho días@. Otro, de Burgos, me preguntaba: A)Qué le parece? )Me hará mal el vino? Para mí es indispensable. Lo he bebido toda mi vida y se me hace muy duro prescindir de él@. Le contesté: AEl uso del vino es saludable, el abuso, fatal. Si te domina, lo mejor sería dejarlo radicalmente. Desgraciadamente se contuvo poco tiempo. Y sigue sin corregirse. En cambio, hay muchos que, desde que saben cuánto les perjudica el alcohol
para hablar, lo abandonan para toda la vida, y ni aun en las ocasiones más solemnes de la sociedad se permiten una excepción en su plan de abstención de toda bebida alcohólica. Hay que sacrificarse en aras de la lengua expedita. Y de no ser muy antigua la costumbre de beber o muy intensa, no suele costar mucho prescindir de la bebida. Y si en verdad es muy violento, no dudemos en imponernos esa medida tan conveniente. Los que hacen caso de estas indicaciones pronto están satisfechos de sus resultados por la tranquilidad que sienten, con la consiguiente facilidad para hablar. La misma salud se fortifica extraordinariamente en muchos casos. Un tercero, de Murcia, a los dos meses de seguir este plan estaba desconocido por su salud vigorosa, su alegría habitual, su dominio de nervios y su optimismo contagioso, que le daban un aspecto totalmente distinto.
Capítulo XI Preliminares al método Superados los obstáculos anteriormente dichos, decidámonos a seguir estrictamente el plan siguiente, que ha salvado a muchos cientos y miles. Consiste en ejercicios de vocalización y articulación, juntamente con otros de respiración, como fase preparatoria para comenzar a hablar normalmente. Se adopta el silencio, cuanto más mejor, con la finalidad de olvidar, lo más posible, el antiguo modo de hablar, además del efecto sedante que indiscutiblemente produce. Puede observarse un periodo de tiempo que oscile entre seis y quince días, según los casos, la edad y la formación del alumno. Después del silencio se habla con lentitud, aplicando las reglas de los ejercicios fonéticos. Se añaden algunas normas psicológicas que facilitan la corrección en gran manera. Ortofonía y psicología. Todo lo fundamental utilizable, a nuestro juicio, tiene proyección en este plan, que por eso mismo podría llamarse, como hemos dicho Amétodo de convergencia ortofónica@. Eso es, en síntesis, nuestro plan de corrección, experimentado en mí mismo primeramente y en mis alumnos después de muchos años, con la seguridad del éxito más completo si se ha aplicado concienzudamente. La primera y fundamental disposición que se ha de tener antes del tratamiento y durante el mismo, es una resolución enérgica de corregirse. Si no la siente el paciente, más vale que no comience, para no perder el tiempo. Aun entrando con gran resolución, suele apagarse paulatinamente al chocar con dificultades que no se preveían en el primer entusiasmo. ¿Qué hará aquel que desde el principio no está muy seguro de su voluntad de vencer su defecto? Tampoco has de pensar que hace falta ser un héroe de leyenda para seguir el método que te presentamos. Sólo se requiera una sincera y verdadera determinación de corregirse. Y, contando con una buena voluntad, el triunfo es seguro desde el primer día. Puedes tener la mayor confianza en que vas a hablar correctamente si trabajas con ahínco y cumples con fidelidad. No se te ocurra pensar que sólo el probable tu corrección: que puede darse o también fallar. Las reglas que has de observar son leyes físicas que producen su efecto siempre, a no ser que un milagro suspensa su eficacia. Es, por tanto, segura e infalible tu corrección, supuesta la observancia del método, que depende
principalmente de ti. Conviene que sigas el plan con entusiasmo, que, a no dudarlo, hace más suave el tratamiento y aumenta su efectividad. Te has de encontrar con dificultades, como las tiene toda obra de importancia. Pero no pienses que son invencibles, ni siquiera muy graves en la mayor parte de los casos. De todos modos, prepara tu ánimo para hacer frente a lo que hayas de arrostrar. Que te alegre toda el alma la proximidad de disfrutar de una lengua suelta y expedita como la de los normales. Habrá sido seguramente tu sueño dorado, a poco que hayas sufrido por hablar bien. Vas a seguir al pie de la letra el plan que te voy a presentar con la claridad que Dios me da a entender. Día a día y semana a semana has de seguir el método con la mayor diligencia por la cuenta que te trae. Vas a ver largamente compensados, y en fecha inmediata, los esfuerzos que te exija la corrección. Tus deseos vehementes de hablar correctamente van a ser pronto una feliz realidad, que permanecerá alegrando tu espíritu toda la vida.
Capítulo XII Método de corrección (Se especifica día a día, mañana y tarde, para la amplitud máxima de un mes, el programa y realización del método de convergencia ortofónica). Día 1 Mañana 11. Se encerrará al alumno en silencio absoluto. 21. Practicará durante una hora el siguiente ejercicio: Los primeros veinticinco minutos los dedicará a la respiración, invirtiendo cinco segundos en la inspiración y doce, quince, dieciséis y veintidós en la espiración. Al principio sostenga la respiración unos doce segundos y vaya aumentando el tiempo de la espiración con el ejercicio hasta donde pueda. Es fácil llegar hasta cuarenta segundos. Después de cierta práctica conviene alternar: unas veces menos tiempo y otras cuanto más mejor, sin esforzarse demasiado. Así se va adquiriendo el dominio de la respiración, que es fundamental para corregirse. 31. Los diez minutos siguientes los empleará en permanecer inmóvil en todo su cuerpo, con los ojos cerrados. Y los últimos veinticinco minutos practicará este ejercicio de vocales: u..... i...... e..... a..... o..... Se repite u, u, u, u..., hasta acabar la respiración, y así sucesivamente las demás. El precedente ejercicio durará unos doce minutos. Después Cel tiempo restante hasta completar los veinticinco minutosC hará el siguiente:
u i u i u
i u i e a o
u i u i e a
i e a e o i
u i u a a o
i u i o o a
Se repite dos veces. Antes de cada pronunciación se hace una inspiración que dure cinco segundos. Tarde Pronunciar bien las vocales es básico para hablar correctamente. Por eso insistimos otra vez en otro ejercicio de las mismas: u u u u u
u u u u u
u e e o i
u u e u a u o u i
i e e e e
i a o u
e i a o i
u e e e e
u e u i e e i e i i e e i u a i a a i a o i a o i o u i u u i u
e e a e u o o o o o o
u i a e u u
u u o i i i
o o o o o a
u i a e u o
a u u a a e e a o o a a u a i e
a i a a a a
u i a e o o u
i
Notas. 10. No se olvide jamás la inspiración, que ha de llenar cinco segundos. 20. Cada línea léase en una espiración, que ha de durar más de veinte segundos. 30. Léase horizontalmente y repítase una vez. 40. Después deténgase cinco minutos a guardar inmovilidad absoluta y otros cinco a practicar inspiraciones lentas que duren cinco segundos, y espiraciones que se prolonguen quince segundos unas y otras veintidós. Lectura lentísima La palabra es una de las funciones biológicas más importantes en el mundo
de relación entre los hombres. Su fuerza es avasalladora. Su poder inconmensurable.
Ella transmite los pensamientos más delicados del hombre: el amor, la gratitud, la bondad, el entusiasmo, la esperanza, la felicidad. La palabra es progreso. Donoso Cortés en uso de
la palabra levanta tempestades de entusiasmo. Subyuga al que le escucha. Vázquez de Mella arranca aplausos hasta de sus mismos adversarios políticos con su palabra.
Día 2 Mañana Insistimos en los ejercicios de vocales porque son el eje de una buena pronunciación y dan al lenguaje toda su belleza, si son perfectamente pronunciadas: u u u
u u
u i e i u e a e u e a e e a e e u a o a o u i e u i e e o i e e u o a a u i e e u e o u a i e e
i
u u e
u e
i
u e a
u i
u
a a e
i i i i e a o i i i o a o u i i i i e i u i a u a o u a i o a i a o u i o u u a a u a a i o o u o o i
a a i a i
a i a a a e a u a u
a
a u o a o u a
i o
a a o e e u u e o o
o
o u
i
o
i
o
i a
o
o
o a e
o
o
o e a
o
u
o a e
o
Lectura lentísima Vivir sin hablar bien La palabra insegura y vacilante quita todo atrevimiento. No estar seguro de hablar bien da una preocupación y angustia que sólo el que la padece, puede apreciar con exactitud. sacrificios, ya que muy pronto se verán compensados
es un tormento que hace sufrir a todas horas. Hay que librarse cuanto antes y para siempre de ese martirio. Se pueden y se deben corregir los trastornos del lenguaje, aunque cueste grandes generosamente y toda la vida disfrutaremos de una seguridad al hablar.
Nota. Léase como el primer día, dedicando veinticinco minutos y repitiendo hasta llenar ese tiempo. Entre el primer ejercicio y la lectura hágase ejercicio de inmovilidad durante cinco minutos, y respiración suave y lenta otros cinco: así se distribuye la hora de práctica fonética. Tarde
Ejercicio de labiales directas ba pa fa va ma
ba pa fa va ma
ba pa fa va ma
ba pa fa va ma
ba pa fa va ma
Cada uno de estos ejercicios repítase con todas las demás vocales. Nota. Jamás se olvide la respiración suave, diafragmática y lenta, que llene los cinco segundos. El ejercicio anterior ha de durar veinticinco minutos. Repítase hasta completar el tiempo. Lectura lentísima El tartamudeo desaparece de dos maneras, dice el doctor Antoni: o por un ejercicio técnicamente dirigido, o por psicoterapia, o por una acción conjunta de ambos. Lo que está fuera de duda dejar de ser tartamudo. Alegra tu ánimo y ponte a trabajar con toda ilusión en tu corrección, que pronto
entre científicos es que puede vencerse completamente. No hagas caso, por tanto,
de los sabihondos que te digan que tú no puedes será un hecho tangible, si cumples un método de solvencia y garantía, y hay no pocos en el mundo.
Día 3 Mañana Ejercicio de guturales y nasales directas ga fa ka za na ña
ga fa ka za na ña
ga fa ka za na ña
ga fa ka za na ña
ga fa ka za na ña
Cada uno de estos ejercicios se repiten con las demás vocales. Nota. Cúmplanse las indicaciones de ayer. Lectura lentísima Sin la palabra la sociedad política se destruye: y la doméstica queda reducida a la conservación de la especie, a manera de los brutos animales. Por la palabra nos transmitimos las más delicadas relaciones de las ideas. Sin ella el espíritu humano
estaría encerrado en sí propio y no podría poner en conocimiento de sus semejantes sino muy poco de lo que experimenta dentro de sí; y eso imperfectamente. Y no se limite la palabra a la comunicación de los espíritus. (Balmes)
Nota. Distribúyase la hora de ejercicio como ayer.
Tarde Ejercicios de paladiales y linguales directas ya ra rra la lla
ya ra rra la lla
ya ra rra la lla
ya ya ra ra rra rra la la lla lla
Cada uno de estos ejercicios repítase con las demás vocales. Nota. Este ejercicio durará veinticinco minutos. Repítase hasta llenar este tiempo. Después dedíquense cinco minutos a respirar suave y profundamente sin pronunciar nada y otros cinco a la inmovilidad absoluta. Lectura lentísima El mecanismo de la palabra es de lo más asombroso que cabe imaginar, así como la suma facilidad con que se presta a todos los mandatos de la voluntad, constituyendo un forma sensible del pensamiento. )Quién es capaz de medir el tiempo que media
entre la concepción de un pensamiento y su expresión hablada? La palabra no es privilegio de los sabios; es el patrimonio de todos los hombres normales. Lo mismo habla el orador más nombrado que un sencillo labriego o una mujer ignorante.
Día 4 Mañana Ejercicios de dentales directas da da ta ta cha cha sa sa za za
da ta cha sa za
da da ta ta cha cha sa sa za za
Repítase cada uno de estos ejercicios con las demás vocales. Nota. Hágase la articulación como en los ejercicios precedentes, invirtiendo veinticinco minutos. Procúrese que la articulación sean clara y exacta. Lectura (1) Reconozcamos brilla la sabiduría en la del y bondad oyente de Dios con la y démosle rapidez gracias del relámpago. por el Y sin beneficio embargo, inmenso ha sido de la palabra. preciso El hablar que el es un pensamiento fenómeno se concibiese asombroso. y que la El lenguaje voluntad es admirable mandase en sí mismo. a los órganos Esmerémonos de la palabra, en la pronunciación que el aire perfecta. vibrase El pensamiento para que surge en esa vibración la mente llegase del que habla, al oído y al instante del otro. Léase durante veinticinco minutos, repitiéndolo tantas veces como sea
necesario. (1) Todos los ejercicios, aunque expresamente no se indique, deberán siempre realizarse muy lentamente. Tarde Ejercicio de guturales y nasales directas entrelazadas ga ja gue je gui ji go jo gu ju
ka ke ki ko ku
j k x n ñ
n g j g j
xa xe xi xo xu
ña ñe ñi ño ñu
Hágase lo mismo con: g n n j n
ñ ñ ñ ñ g
k z g k x
Nota. Inviértanse los veinticinco minutos en el ejercicio como de costumbre. Lectura El tartamudeo se corrige con mucha mayor facilidad en la niñez que después de la misma. Y es natural que así sea. A esa edad el hábito de la defectuosa pronunciación está menos asentado y firme; de la niñez,
siendo, por tanto, más fácil desarraigarlo. Tampoco a esa edad se ha contraído la timidez que suele ser compañera inseparable del tartamudeo; y que suele dificultar mucho la corrección del defecto. Después es la juventud
la época más apropiada para una corrección a fondo.
Y cuanto más joven es uno, menos cuesta lograrla.
Léase como de costumbre y practíquese la inmovilidad e inspiración.
Día 5 Mañana Ejercicio de paladiales y linguales directas entrelazadas ya ye yi yo yu
ra re ri ro ru
rra rre rri rro rru
la le li lo lu
lla lle lli llo llu
Hágase lo mismo con: r rr l ll y
l ll y r l ll ll y rr y rr r ll r rr
rr y r l l
Nota. Dedíquense veinticinco minutos a este ejercicio. Inspírese suave y profundamente antes de cada línea. Con una inspiración basta. En la espiración se invertirá no menos de veinte segundos. Lectura También después de la juventud y niñez es susceptible de corrección el tartamudeo. He visto casos de personas de más de sesenta años que han vencido su defecto. En la edad madura
la voluntad de corregirse es más tenaz, porque se conoce mejor la necesidad de hablar bien, por los fracasos sufridos en el largo tiempo de experiencia. Así se explica el máximo interés
que ponen casi todos los mayores en corregirse plenamente, que muchas
veces es admirable.
Léase como de costumbre. Tarde Ejercicios de dentales directas entrelazadas da de di do du
ta te ti to tu
sa se se so su
cha che chi cho chu
za ze zi zo zu
Hágase lo mismo con: t ch g d s ch g d s t s d t g ch z s ch d t d z ch t s Nota. Hágase el ejercicio como en los días anteriores. Lectura Bueno será que a la vez que combates el tartamudeo, también ataques la timidez, que es tan perjudicial como él. No hay tartamudo que no sea en alguna época
tímido. El tartamudeo produce timidez y ésta aumenta en grandes proporciones el tartamudeo. También la timidez es vencible. Pocos son los que de su vida no fueron
tímidos, y después, con la práctica y ejercicio ante el público, consiguieron Léase como de ordinario.
normalizarse. La timidez afecta a muchos más que el tartamudeo. Hay que acabar con los dos defectos.
Día 6 Mañana Ejercicio de consonantes dobles directas cla cla cla cla cla Así con todas la vocales. Practíquese lo mismo con: gl fl pl bl Lectura Léase como de costumbre. Te has de convencer de que hay que luchar varonilmente contra la timidez, juntamente con la tartamudez. (Cuántos males produce la timidez! Inutiliza a las personas, aunque éstas sean superdotadas. Hace algún tiempo, un gran
investigador
que trabaja en unos laboratorios de fama, fue propuesto para un alto cargo por su competencia bien probada. El interesado no sólo no aceptó, sino que pidió, más que por favor, que le dejaran en su retiro, porque temía enfrentarse con el público.
Tarde Otro ejercicio de consonantes dobles directas tra tra tra tra tra Repítase con las restantes vocales. Repítase ahora con: dr fr pr gr cr br Hágase como el ejercicio de la mañana. Lectura Procura refrenar tu nervosismo. Se puede mitigar notablemente, como la experiencia nos lo enseña todos los días. Vive un señor obispo (muy notable por cierto), que decía ser tan nervioso que cualquier disgusto hacía subir sus pulsaciones a más de ciento veinte por minuto. Sin embargo,
aparecía
tan sereno siempre y equilibrado ante el público, que era conocido como si nada le afectase, y fuese de piedra. Y tanto era así, que molestaba a los que no estaban en el secreto de su mucha virtud y abnegación. Una voluntad tenaz y constante puede lograr una verdadera transformación en nosotros.
Día 7 Hoy no hay ejercicio de articulación. Ha debido guardarse silencio absoluto los días anteriores y, supuesto que así sea, puede comenzar el alumno a hablar, ateniéndose a estas tres normas: 10. Inspirar suave y profundamente antes de hablar. 20. Hablar con gran lentitud (al principio se hace necesario el silabeo). 30. Prescindir de lo que pueda parecer a los demás esta nueva manera de hablar. Ampliaremos el significado de estas normas para que se cumplan estrictamente. Se hace indispensable cuidar la inspiración. El tartamudeo es tanto com una perturbación de la palabra, un trastorno de la respiración. Se impone, por tanto, normalizar la respiración para una corrección completa. Se ha de hacer la inspiración con la mayor naturalidad posible, sin que se note, a ser posible, por los que escuchan; suavemente, de tal manera que el aire penetre lentamente en el pulmón; y profundamente, sin exageraciones ni violencias, que pueden poner nervioso al alumno; pero de modo que al hablar disponga de aire abundante. Es preciso conceder importancia máxima a la inspiración bien hecha y que no se omita jamás. Hablo por experiencia y puedo decir que no he encontrado nada que me haya ayudado más en mi corrección como procurar hacer siempre la inspiración y del mejor modo que Dios me dio a entender. Hay que hablar con lentitud. Y se comprende sin dificultad. Es un aprendizaje de un modo nuevo de hablar, y forzosamente en los principios hay que proceder con mucha calma. Así se hace en todo aprendizaje. Ya proceda nuestro tartamudeo de nuestras facultades mentales o de indecisión en la voluntad o de trastornos en los órganos fonéticos, lo cierto es que la lentitud resulta provechosísima a todos los factores que intervienen en la formación de la palabra. Al principio, la manera fácil y práctica de hablar despacio es adoptar el silabeo, deteniéndose en cada vocal tres veces más de lo corriente. El primer día de hablar de esta forma tan distinta de la anterior suele hacerse pesado y molesto; pero no por eso deje de hablarse así. Estas primeras dificultades van suavizándose poco a poco y en pocos días se acostumbra uno al nuevo modo de hablar. Y no se deje vencer el alumno por la impresión que pueda producir a los
demás su sistema de expresión. Está decidido a corregirse totalmente, pase lo que pase. Todos los obstáculos son pasajeros y la corrección es para toda la vida. Además, nadie tiene por qué extrañarse. Puede suponer que, si se habla de esta manera, por algún motivo justificado se procede. Por tanto, tranquilidad. No debe estar supeditada nuestra corrección al parecer de otros. Por lo demás, se ha de procurar observar la mayor naturalidad dentro de la lentitud. Con un poco de cuidado y ejercicio se llega pronto a hablar tranquilamente, sin que nada puedan advertir los que nos escuchan que les llame la atención. Conságrese el alumno a aplicar hábilmente estas tres normas que hemos expuesto, y pronto verá con qué seguridad pronuncia aun las letras y palabras más difíciles.
Día 8 Mañana Ejercicio de consonantes explosivas singularmente difíciles pa pa pa pa pa Repítase con cada una de las vocales. Hágase lo mismo con: b g k t Nota. Cúmplanse las indicaciones de los primeros días. Lectura (léase en la forma acostumbrada) Una de las notas del tartamudeo es la intermitencia. Unas veces el mayor tartamudo habla tan perfectamente que asombra por su seguridad y claridad; y otras no articula palabra por la emoción. El miedo hace titubear. Me contaban de un soldadito de nuestra de liberación o comandante.
que con los compañeros hablaba normalmente. Si le llamaba el cabo, tropezaba algunas veces, aunque pocas. Pero si era el sargento o el oficial el que lo reclamaba, iba en aumento su tartamudeo, hasta llegar a no decir palabra ante el capitán Hay que procurar
vencer las emociones. Tarde Ejercicio de consonantes sopladas, también difíciles de suyo za za za za za ce ce ce ce ce ............................... Hágase con el resto de las vocales. Practíquese también con: s j ch v f Nota. No olvidar las normas sobre estos ejercicios. Lectura Los primeros días de hablar después del silencio son los más decisivos para la corrección. Si se comienza con decisión y cumpliendo con el mayor rigor las indicaciones, se puede asegurar que se ha conseguido la mayor parte del éxito. En cambio, si por cualquier motivo se prescinde de la observancia de las reglas, cuesta mucho
subsanar estas primeras deficiencias. Nada se te ponga por delante que obstaculice tu corrección. Habla con la mayor calma; inspira como se te indica; toma el tratamiento con ilusión; no te saltas del plan que se te manda, y pronto recibirás la recompensa.
Día 9 Mañana Ejercicio de consonantes explosivas entrelazadas pa ba ga pe be gue pi bi gui po bo go pu bu gu
ca da que de qui di co do cu du
Hágase lo mismo con p, d, g, k, b; b, g, p, d, t; k, t, d, p, g; g, p, k, f, b; d, t, p, b, g; t, p, g, d, b. Dedíquese el tempo acostumbrado a estos ejercicios. Lectura No hagas caso de los que dicen que los cambios de tiempo producen el tartamudeo; que la humedad del aire traba la lengua. Es verdad que un cambio brusco de la temperatura influye notoriamente el tiempo
en el sistema nervioso; pero no tanto como para atribuir a esta causa ese trastorno de la palabra. Aun a los más normales les afecta el descenso vertical del barómetro o termómetro. Habla despacio y aunque sea desapacible
hablarás correctamente. Tarde Ejercicio de sopladas entrelazadas, para su mejor articulación sa za ja cha fa Hágase con las demás vocales. Continúese con v t ch j s j, ch s f v ch f s z j f j z s v z s j v ch ch v z s f Inviértase el tiempo ordinario en este ejercicio, y en la inspiración e inmovilidad. Lectura Buen ejemplo para ti, para que le imites, es el de Demóstenes. Según dice la historia, adoleció de un grave defecto de pronunciación, hasta el punto que fue silbado cuando pronunció su primer discurso en el Ágora por su dicción ridícula. No se arredró
por eso. Se dedicó con ahínco a vencer su defecto, que era tartamudeo, según dicen algunos, o tartajeo, a juicio de los más. Cuando se vio libre de tal anomalía, se presentó al público, cosechando un triunfo colosal. Fue el mejor orador.
Día 10 Mañana Ejercicio de vocales, que son la espina dorsal de la palabra clara aaa aaa aaa aaa aaa aae
aaa eaa iaa oaa uaa iaa
ae ai io ou ua ou
eee eee eee eee eee eee
eee iee iee oee uee aee
ea ea io ou ua ao
iii iii iii iii iia iia
iii aii eii oii oii eii
ia ie io iu ua eo
ooo ooo ooo ooa ooi oou
ooo aoo eoo ioo ooo ioo
oa oe oi ei eu iu
uuu uue uui uuo uua
auu iuu ouu uuu
ue io ou oa euu ea
Inviértase en este ejercicio el tiempo ordinario. Lectura No hay caso de tartamudeo que no pueda vencerse. A veces se corrigen en menos tiempo los alumnos con grave defecto que aquellos que padecen una ligera anomalía; a la lucha,
porque suelen tener un mayor interés y ponen más cuidado. Depende de la voluntad del alumno la corrección total. El que dispone de un carácter formado y hecho está en
condiciones
magníficas para corregirse plenamente.
Tarde Repetición del ejercicio de vocales de la mañana. Lectura El alumno trabajador, obediente, cumplidor y tenaz se ha corregido siempre completamente, aunque haya sido el caso más desesperado que pueda suceder. No es necesario para corregirse ser un héroe con méritos
para la laureada. En ese caso pocos serían Es preciso
los vencedores. poner el interés y la diligencia propios de un asunto serio e importante. Cúmplase cierto tiempo un plan de garantía estrictamente, y el éxito está asegurado en todos los casos.
Día 11 Mañana Ejercicio de labiales inversas ab ab ab ab ab ............................... Repetir con todas las demás vocales, prosiguiendo lo mismo con ap af av am Nota. Este ejercicio se practica de esta manera: se inspira como de costumbre. Antes de cada línea y después de cada sílaba se interrumpe el sonido como un segundo, teniendo cuidado de no respirar hasta terminar toda la línea. En la interrupción es conveniente cerrar los labios suavemente. Lectura Esfuérzate por vencer cuanto antes tu defecto. Te conviene imperiosamente, como sin duda estás convencido. Todo vicio o defecto, cuanto más antiguo más difícilmente se enmienda. Forma un nuevo modo de ser y hay que luchar varonilmente para contrarrestarlo. Si eres joven,
lograrás eliminar
este defecto con menos sacrificio a esa edad, que si aguardas a más tarde. No obstante, si pasaste ya esa época de tu vida, no desesperes, que siempre hay solución para este problema. Abuelos con muchos años consiguieron librarse del tartamudeo. Basta hacer frente a todas las dificultades.
Tarde Ejercicio de guturales y nasales inversas ag ag ag ag ag ............................... Hágase lo mismo con las demás vocales. Practíquese con aj ak ax an añ .............................. Lectura Fortalece tu determinación de corregirte perfectamente, tratando de no plegarte ante las dificultades que indudablemente has de encontrar. El tiempo de corrección es breve y los beneficios son para toda la vida. Aunque seas el caso más grave, bien llevado y observando el tratamiento,
en un año
triunfarás rotundamente. No te quepa la menor duda. Entrégate con coraje a corregirte sin nerviosismos ni impaciencias, pero con una voluntad decidida y resuelta. Vas a dejar de sufrir las torturas que conoces amargamente por experiencia, y comenzará para ti una nueva era feliz de paz y seguridad.
Día 12 Mañana Ejercicio de paladiales y linguales inversas ar ar ar ar ar ............................ Repetir con las demás vocales. Lo mismo con arr al all. Nota. Repítase cuanto sea necesario para completar los veinticinco minutos, practicándose con en los días anteriores. Lectura Léase como de ordinario. Si quieres corregirte de veras y alcanzar éxito clamoroso, amontona energía en ti y fuerza de voluntad bastante para destruir, superar u orillar las dificultades que implica la corrección. Para salir victorioso en tu empeño, necesitas grandes reservas de energía como la garantía mejor del éxito.
Sabes
a dónde caminas: a tu liberación, a tu recuperación de la palabra. Avanza con paso firme y decidido hacia la meta de tu corrección. No temas: la decisión ahuyenta los obstáculos. Ante el hombre decidido los demás se apartan para darle paso. Cumple el tratamiento sin titubeos.
Tarde Ejercicio de dentales inversas ad ad ad ad ad ................................ Lo mismo con las demás vocales. Continuar con at as ach at. Nota. Dedíquense los veinticinco minutos a estos ejercicios. Téngase gran cuidado en no inspirar en las interrupciones. Practíquese con calma y suavidad. Lectura Apunta alto, muy alto, en tu corrección. No te contentes con mejorías apreciables, que te dejen aun con alguna dificultad en la pronunciación. Debes aspirar a los más, porque puedes lograrlo. Sería una necedad quedarse a mitad del camino. Esfuérzate
en perfeccionarte
hasta el máximo, de tal manera que sea normal totalmente en la dicción. No pongas límites a tu progreso. Fija tu mirada en las alturas, en lo más perfecto. No vaciles ni dudes jamás de que conseguirás lo que parece ahora un sueño, si no decaes en tus ilusiones por hablar pronto normalmente.
Día 13 Mañana Ejercicio de guturales y nasales diversas entrelazadas ag aj ak ax añ .............................. Igualmente con el resto de vocales. Continúese con j k z n ñ
g ñ n j n
n g j g j
ñ n ñ ñ g
k x g x x
Dedíquese el tiempo de costumbre a este ejercicio. Lectura Léase como de ordinario. Cree en Dios y en ti. Aumenta tu fe, dilata tu esperanza. Eres hijo predilecto de Dios. De ti puedes esperarlo todo, si confías con plenitud en Dios. Te fe en ti porque eres una fuerza de Dios. Has recibido
aptitudes personales;
no las desperdicies; fíate de ellas porque su origen es divino. Ten gran fe y grandes serán tus hechos. Por la fe obrarás prodigios. Si cuentas con Dios y contigo, tu corrección será una realidad gratísima en poco tiempo.
Tarde Ejercicio de paladiales y linguales inversas entrelazadas arr al all ar ...................... Proseguir con las demás vocales. Lo mismo con r rr l ll ll
l ll r l ll rr rr r r rr
rr ll r l l
Lectura No te acobardes ante las dificultades de tu corrección por grandes que sean. El hombre de más mérito en su valer es el que se debe a sí mismo lo que es. Los grandes hombres han superado todas las adversidades que les salieron al paso. El gran Bach copió métodos
enteros de solfeo
a la luz de la luna, porque no disponía de velas. Le robaron las copias y no desfalleció, sino que aumentó su entusiasmo por la música. El roble se fortalece con las tempestades. Dios suele enviar muchas pruebas y dificultades a los más favorecidos suyos. Cuanto más te cueste corregirte, mejor hablarás.
Día 14 Hoy puedes hacer un alto en los ejercicios de pronunciación para dedicarlo al examen de la semana que llevas hablando y formar el plan para la que vas a comenzar. )Cómo has cumplido las instrucciones que se te trazaron el día séptimo? ) Hablaste despacio, teniendo cuidado de inspirar antes de hablar y desechando el temor de parecer ridículo por tu nueva forma de expresarte? Si seguiste estas normas con todo rigor, te felicito con efusión, porque no me cabe la menor duda de que has hecho grandes progresos en tu corrección en pocos días. Ha debido ser una semana de emociones fuertes. No puedo olvidar lo que sentí cuando me encontré en situación igual a la tuya. Es cierto que me costaba muchísimo frenar tanto la lengua, que me dolían las mandíbulas por el esfuerzo para contenerme; pero (con qué alegría de mi corazón iba viendo que pasaban horas y días expresándome con claridad y seguridad aunque fuese tan despacio! Poder decir cuanto se me apetecía me parecía un sueño que acabaría pronto. No cabía de satisfacción en mi ánimo. También recuerdo lo que me dijo el alumno J. M., de Pamplona, todo emocionado el primer día que habló sin tropezar: AEste es el día más feliz de mi vida@, fueron sus palabras textuales. R. A., de Valencia, parecía un auténtico loco de alegría. Y repetía con entusiasmo delirante: A(Pero si puedo hablar! Pero que hablo todo lo que quiero!@. Algo parecido has podido sentir también tú si has sido dócil y obediente a las indicaciones que te señalé. Han debido desaparecer todos los trastornos de tu palabra. Si por la causa que sea, no has cumplido estrictamente el plan establecido, reflexiona de nuevo con toda seriedad para determinarte a cambiar de conducta desde este mismo momento. No puedes dejar de hablar bien pudiendo hacerlo. Sería poco menos que suicidarse. No hay derecho a abusar de tu libertad para tu perdición. Debes hacer el propósito más firme de rectificar tu conducta inmediatamente. La nueva semana que vas a iniciar, debe ser de mucho mayor provecho, entre otras razones, porque siempre es mucho más fácil continuar un trabajo que dar los primeros pasos, y en los principios se esfuerza uno acaso más con menor rendimiento. Es ley de la vida. A poco que hayas hecho por aplicar el método, habrás podido ver la facilidad
que tienes para expresarte. Es un motivo de aliciente. En la primera semana de hablar desaparecen ordinariamente todos los tropiezos, con la satisfacción consiguiente. Sólo cuando no se ha cumplido el plan, o en algún caso extraordinario, se sigue tropezando. Si ten encuentras tú en esta situación, no te desanimes, que Ano se hizo Zamora en una hora@ y nadie es perfecto en poco tiempo en ningún arte. Vuelve a la lucha con más ardor y mayor cuidado, y persevera en tu empeño, que no tardarán en llegar los resultados que tanto deseas y esperas. He conocido alumnos que los primeros días tropezaban mucho y después se corrigieron con facilidad. La perseverancia en el método te dará sin tardar el éxito más completo que se puede desear. Ten ánimo y confianza.
Día 15 Mañana Ejercicio de dentales inversas entrelazadas ad at as ach az ................................ Continuar con las demás vocales. Practíquese lo mismo con t ch z d s ch z d s t s d t z ch z s ch d t d z ch t s Practíquese el ejercicio como en los días anteriores. Lectura Tu salvación está en cumplir la ley de Dios. Nuestra felicidad y salvación, o sea, el cielo de aquí y el de más allá, corren paralelos al cumplimiento de la ley de Dios y el efectivo acercamiento a Él. Seguir las inspiraciones de Dios, hacer lo que Él quiere y vivir en su compañía
producen en el hombre
el máximo bienestar posible en este mundo. La experiencia enseña desde hace muchos siglos, que el hombre se siente feliz en la medida en que cumple la ley de Dios. El justo hasta en los padecimientos encuentra una suavidad y un gozo que los alejados de Dios no sospechan.
Tarde Ejercicio de labiales inversas entrelazadas ab ap af av am ................................ Seguir con las demás vocales. Lo mismo con n b f v p
v f m p m
p v p b f
f p b f b
b n v m v
Dedíquese el tiempo ordinario a este ejercicio. Hágase con la mayor calma y tranquilidad. Lectura Diversas señales puso el padre La Puente para conocer quién es el que está predestinado para el cielo. Todos debemos procurarlas para nuestra seguridad de salvación, pues no hay mayor motivo de alegría que estar nuestros nombres escritos en el cielo,
como dijo
Jesucristo. La primera señal es oír con gusto la palabra de Dios. La segunda, ser muy devoto de la Virgen. La tercera, ser muy inclinados a obras de caridad; y la cuarta, el temor continuo de Dios y de sus juicios. Si las tienes, alégrate firmemente.
Día 16 Mañana Ejercicio de consonantes dobles inversas acl acl acl acl acl ................................... Seguir con las demás vocales. Practicar lo mismo con gl pl fl bl Hágase este ejercicio como los anteriores. Ténganse en cuenta las advertencias sobre la interrupción del sonido sin respirar. Lectura Una voz bien modulada es un verdadero encanto para el que escucha. Es, por tanto, conveniente que se trata de mejorar la voz todo lo posible, y primeramente mediante una exacta pronunciación. Para ello se requieren correctos modos de respirar,
frecuentemente
muy descuidados, pensando que basta con dejar obrar a la naturaleza. (Están completamente equivocados! Quien no respira con corrección nunca pronunciará perfectamente. Es preciso ejercitarse en la respiración hasta hacerla lo más profunda posible mediante diversos ejercicios.
Tarde Ejercicio de consonantes dobles inversas abr abr abr abr abr ...................................... También con las demás vocales. Practíquese lo mismo con fr pr dr tr gr cr Practíquese este ejercicio como el de la mañana durante veinticinco minutos y dedíquense diez a la inspiración. Lectura Debemos cuidar con esmero la pronunciación de las vocales para que la voz salga clara, vibrante y robusta. Se ha de corregir la voz áspera y chillona, tan desagradable que suele dar complejo de inferioridad a quien la posee; y no conviene olvidar el tono de la voz, que debe ser medio, ni muy algo
ni muy bajo,
porque en ambos casos no se hablaría con claridad. Puede practicarse un ejercicio para lograr el tono medio. Se canta en tono el más bajo posible ascendiendo cada vez un tono hasta llegar al más alto. Durante el ejercicio fíjese cuál es el tono intermedio para adoptarlo corrientemente.
Día 17 Mañana Ejercicio de consonantes explosivas inversas ap ap ap ap ap ................................ Continuar con las demás vocales. Lo mismo con b g k d t Lectura Ten cuidado de pronunciar con naturalidad, evitando hacerlo nasal o guturalmente, que es tan feo. Pronuncia las vocales con toda precisión. En ellas está toda la belleza del lenguaje. Esto no quiere decir que las consonantes no tengan importancia. También se ha de cuidar articularlas clara y exactamente. Ayuda mucho a pronunciar bien escuchar a aquellos
que se distinguen por una pronunciación perfecta, de tal manera que sea eminente su claridad, naturalidad, seguridad y precisión. Se ha de evitar toda tensión de los músculos de la garganta, para que no salga el sonido entrecortado. Escucharse reflejamente contribuye a mejorar la dicción.
Tarde Ejercicio de consonantes sopladas inversas az az az az az ............................... Sígase con las restantes vocales. Lo mismo con s j ch v f Lectura Se puede mejorar la sonoridad de la voz hasta llegar a dotarla de un timbre siempre agradable. Sin llegar a Aimpostar@ la voz, puede ser conducente el ejercicio de cantar a boca cerrada durante algunos minutos todos los días. Es un sencillo ejercicio de una eficacia insospechada.
Muchos que buscan
una voz penetrante y clara, no lo olvidan de practicar ningún día. Debemos hablar con naturalidad, sin dar a las palabras un todo enfático, que resulta pedante y molesto. Tampoco se ha de hablar con voz arrogante, denotando superioridad, que se hace inaguantable a aquel que no tenga alma de esclavo.
Día 18 Mañana Ejercicio de consonantes explosivas inversas entrelazadas ab ap ag ak at ............................... Lo mismo con: d p g t k b
t k d p b d
k g p b g p
g t r g p k
b d t k d t
Lectura Se ha de evitar la monotonía, tan molesta para el que escucha. Denota el que así habla carencia de interés por lo que dice, que no lo siente, que le da lo mismo decir aquello u otra cosa. La voz ha de reflejar la importancia de lo que se dice, procurando
que las palabras tengan vida y se hagan interesantes para el que escucha. La voz se ha de cultivar para que sea clara, armoniosa, bien modulada y expresiva. La articulación clara de la palabra agrada grandemente al que escucha.
Tarde Ejercicio de consonantes sopladas inversas entrelazadas az as aj ach af ............................... Practicar lo mismo con s z v f s j
j v ch z ch j s v j s f ch s v j z ch z v j z ch f j Lectura
Habla sin miedo ni temor. La persona tímida difícilmente se hace escuchar. La timidez anula u oculta las facultades morales. Son necesarios el palomo y la valentía para expresarse bien. Se dan muchos grados de timidez.
De todos modos
es necesario eliminar esa tara de nuestro carácter. El tímido se siente generalmente inferior a los demás. Aunque fuera menos dotado, debe hablar con decisión y con la mayor confianza posible en sí mismo.
Día 19 Mañana Ejercicio de diptongos con explosivas directas ea ei io ou pae pei pio pou
ea ie oi uo
eu io ou ua
pea pai pie pia poi pou puo pua
ia oa oi ua uo au au ue pia poa poi pua puo pue pau pue
Lo mismo con: b g k t d Repítase hasta llenar los veinticinco minutos que ha durar el ejercicio. Lectura Otra cualidad que ha de poseer el que quiera expresarse bien es una gran expedición. Debemos hablar con galanura y agilidad, con gracia y naturalidad en tono, ademanes, gestos y movimientos. Tan de mal gusto es accionar violentamente o de continuo
como permanecer rígido e inexpresivo en rostro y manos. Para lograr accionar justamente deben hacerse ejercicios ante el espejo. Así se da uno cuenta de los movimientos que hace, y corrige los que no le parecen adecuados.
Tarde Ejercicios de diptongos con sopladas directas sae sei sio sou
sie sie soi suo
sai sio sou sua
sia soa soi sua sue sau sau sue
Lo mismo con las sopladas siguientes: j v ch z f Lectura Ha de darse a las palabras fuerza y vigor sin llegar a la afectación. Han de evitarse ambigüedades y equívocos. Búsquese la mayor claridad y precisión en las palabras. Puede uno ejercitarse a solas antes, para que así le sea fácil expresarse ante los demás,
aunque el público
sea numeroso. Ser un buen conversador es un arte muy apreciable. Quien ha adquirido ese arte hará amena cualquier conversación, aunque ésta verse sobre los temas más áridos. Al intercalar además anécdotas oportunas la conversación crece en interés.
Día 20 Mañana Ejercicio de diptongos con consonantes explosivas inversas entrelazadas aep eip iop oup d p g t b
t k d p d
eab aig ieb iog oib oug uob uag
iak oat oik uat uek aut auk uet
Lo mismo con: k g b g t d p b t b g k p k t
Nota. Practíquese este ejercicio con gran interés, dedicándole veinticinco minutos. Lectura Debemos evitar cuando hablamos la impresionabilidad e impulsividad, tan propias de los nerviosos. Miremos al interlocutor serenamente, sin permitir que nos desconcierte por alta que sea su autoridad o ascendiente. Hagamos esfuerzos por conservar la importancia
la calma. Vigilémonos para no dejar la impresión que nos produce. La afectación en el hablar es reprobable, así como el tono enfático que denote superioridad. Alguna vez puede permitirse este énfasis un momento para hacer resaltar de lo que exponemos.
También puede conseguirse
el mismo efecto levantando un poco más el tono de la voz.
Tarde Ejercicio de diptongos con consonantes sopladas inversas entrelazadas aes eis ios ous
eaj aip iep iof oij ouf uoj ouf
iaz oiz uoz uoz
sach uach auch uech
Lo mismo con: j f v ch v ch j z s z ch f ch f j z z j ch s
z s j s v
Lectura Se ha de conversar tranquilamente para que las palabras fluyan sin dificultad y las ideas aparezcan claras y seguras. La conversación ayuda a cultivar nuestro vocabulario. Las palabras de la conversación han de ser sencillas, bien pronunciadas, sin rebuscar palabras que denoten
artificio y falta de naturalidad. En una conversación es necesario ser
dueño de sí mismo. Nunca aparezcan nuestros nervios dominando nuestra voluntad. Sea la voluntad la que imponga su imperio sobre la lengua y nervios. Así pronunciaremos a la perfección cuanto hayamos de decir.
Día 21 Hoy puedes dedicar el día a un repaso de los pasados. Intencionadamente te he expuesto el plan de corrección acentuando la lentitud en la lectura y en el hablar, pensando principalmente en los casos más graves, que necesitan adquirir la mayor seguridad posible. Puede ser que en algunos casos no sea preciso frenar tanto nuestra lengua. Sin embargo, aun para estos leves, sinceramente creo que les será utilísimo afirmarse en su seguridad para hablar. Cierto que resulta molesto leer y hablar tan lentamente, pero es el camino más seguro y fácil para corregirse. Si se han practicado con diligencia los anteriores ejercicios y se ha hablado cumpliendo siempre las normas trazadas, forzosamente ha tenido que verificarse una transformación importante y tan manifiesta que habrá desaparecido todos los tropiezos al hablar en el 95 por 100 de los casos, por lo menos. Y aun habría que aumentar la cifra. La experiencia en mí (que es la que más me ha enseñado) y en infinidad de alumnos me da derecho a poder hacer esta afirmación sin temor de ser contradicho. )Qué deberán hacer los que ya no se equivocan ni tropiezan? Han de seguir con cuidado unos cuantos meses, no menos de seis, hasta que este modo de hablar se haya hecho costumbre y el miedo haya desaparecido. Esto en el alumno normal. Si el defecto era caso grave, mejor será alargar el plazo algunos meses más. Quizá parezca largo este lapso de tiempo a muchos que, porque ya no tartamudean, tienen mucha prisa en quitarse el freno. No se dejen llevar de su impaciencia. Se lo dice quien está cansado de ver la desilusión de tantos que, tras haberse lanzado a volar prematuramente, han sucumbido en pocos días, por no hacer caso de quien les aconsejaba más prudencia. (Cuánto mejor es continuar así aún más tiempo que el estrictamente necesario! )Qué mal se sigue de ser extremadamente cauto? Para aquellos que, a pesar de haberse esmerado en cumplir rigurosamente el plan, siguen tropezando y sienten gran dificultad al hablar, les trazamos estas normas: paciencia y perseverancia en la observancia del método. Hay casos extremadamente graves. Su sistema nervioso tan descompuesto hace pensar a muchos que no pueden tener corrección. No adelantemos juicios.
Sepamos esperar trabajando, luchando, poniendo mucho cuidado, y veremos resultados sorprendentes, aunque en algunos casos aparecen al mes de tratamiento y en otros aún más tarde. Condición única: no desalentarse ni renunciar a la lucha. De lo contrario, nosotros mismos nos condenamos a no corregirnos. No tomemos este camino, muy cómodo de momento, pero de fatales consecuencias. Cuanto más difícil veamos la corrección, más debemos aprestarnos a luchar por conseguirla. Si perseveramos cumpliendo estrictamente el método, el éxito más halagüeño será tuyo y acaso antes de lo que se espera. Hay sorpresas gratísimas en muchos alumnos. Tanto los que no tropiezan como los que aún no están seguros, traten de hablar con naturalidad. Hablen como los demás en todo, excepto en la calma o lentitud, y sin olvidarse de respirar. Tomen como modelo a alguno de los normales que hablen sosegadamente por temperamento e imítenlos cuanto puedan.
Día 22 Mañana Ejercicios de diálogos Le convienen mucho al tartamudo. Hay que detenerse a respirar en las rayitas y en los puntos, y léase con naturalidad y lentitud. Federico el Grande C visitaba en Brandeburgo C la escuela C de un pueblo. En la clase C de geografía preguntó C el emperador a un niño: C )Dónde está este pueblo? C En Prusia, contestó el niño. C )Y dónde está Prusia? C En Alemania. )Y Alemania? C En Europa. )Y Europa? C En el mundo. C )Y el mundo? C (En las manos de Dios! C Así es. C Dios con su infinito poder C lo sostiene. San Masona C decía al rey Leovigildo, C que se empeñaba C en imponerle C la fe arriana. )Tratas C de amedrentarme C con el destierro? Has de saber C que no le temo. )Conoces C alguna región C donde no esté Dios? C )Y dónde no está?, repuso el rey. C Te lo pregunto C porque parecías C creer que el destierro me asusta. Lectura muy expresiva La fe es luz C de Dios C que ilumina C nuestras inteligencias. C Los que no creen, C decía el Santo Cura de Ars C tienen el alma C mucho más ciega C que si carecieran de la vista. C Estamos envueltos C por densa niebla. C La fe es el viento C que la disipa C y hace lucir C sobre nuestra alma C un bello día. La fe es C como una antorcha C entregada por Dios C a nuestra alma C para caminar C hacia el cielo. C Con su luz C vemos lo bastante, C aunque no veamos todo. Divina luz C la de la fe, C porque ella C nos hace partícipes C de la primera C y suma verdad, C asemejándose así C nuestro conocimiento C en este mundo C lo más posible C al conocimiento de Dios, C luz de alborada C y reflejo anticipado C de la visión beatífica. Nota. Léase durante veinticinco minutos, repitiendo cuanto haga falta. Durante los diez minutos que median entre los dos ejercicios, puede hacerse un ejercicio sugestivo, que es muy beneficioso, con unas fórmulas parecidas a éstas: AYa estoy corregido@. APuedo hablar como los demás@. AMe siento seguro@. AJamás tropezaré@.
Tarde Otro ejercicio de diálogos Consideramos muy beneficiosos estos ejercicios. Don Eugenio, C maestro de un colegio, C explicaba C a los discípulos C el dogma confortador C de la providencia de Dios C según enseña el Evangelio. C Todos los cabellos C de vuestra cabeza C están contados por Dios. C Un alumno, C llamado Antonio, C se arrancó C un pelo de su cabellera C y, burlándose, C se lo muestra al maestro C diciendo: C )Se podrá saber C qué número tiene C este pelo en mi cabeza? C Sin duda, C respondió el maestro. C Y sujetándolo con suavidad, C le arranca un pelo C y le dice: C Mira este pelo, C el número uno; C y éste, el número dos; C y éste, el número tres. C Los demás alumnos C se reían a carcajadas. C Y el maestro le dijo: C )Quieres que sigamos C hasta contarlos todos? C No, señor, basta ya. C Y volvió a su asiento, menos insolente. Un doctor se disponía C a hacer una operación C a un enfermo. C La esposa de éste, C buena cristiana, C encendió seis velas C a un Santo Cristo. C Al verlo, el doctor C le preguntó: C )Quién va a hacer C la operación? C )Ése o yo? C Algún tiempo después C enfermó gravemente C el mismo doctor. C Confesó, comulgó, C pidió el Crucifijo C y mandó encenderle C otras seis velas. C Un amigo le preguntó: C Amigo, )cómo es esto? C Aquello era otra cosa C y esto algo muy distinto. Léase durante los veinticinco minutos. Lectura natural muy lenta. Lectura expresiva y natural La Biblia es C el libro sin igual, C dice Donoso Cortés. C Hay un libro, C tesoro de un pueblo, C que es hoy fábula C y ludibrio de la tierra, C y que en tiempos pasados fue C la estrella de oriente. C Un libro a donde han ido a beber C su divina inspiración C todos los grandes poetas C de las regiones C occidentales del mundo; C y en el cual han aprendido C el secreto de levantar sus corazones C y de arrebatar las almas C con sobrehumanas C y misteriosas armonías. C Este libro es la Biblia, C el libro por excelencia. C Libro prodigioso C aquel en que el género humano C comenzó a leer treinta y cuatro siglos ha. C Y con leer en él todos los días, C todas las noches y todas las horas, C aún no ha acabado su lectura. CLibro prodigioso, C aquel que lo ve todo C y lo sabe todo, C que ve los pensamientos C que se levantan C en el corazón del hombre C y los que están C en la mente de Dios.
Día 23 Mañana Ejercicio de palabras con explosivas dobles y sencillas Babilonia - bacaicoa - babotear - balandro - balandrán - balandronada - barrabasada - barracas - barracón - birrectángulo - bisagra - bistriado - bocamanga - bocanegra bocateja - brabante - brabantino - brabanzón - braquicéfalo - braquidáctilo branquial - brigadier - brihuega - bribonada - británico - britano - briviesca brocamatón - brochadura - brochazo - broncíneo - broncista - bromista - bronquítico bronquio - bromhídrico - brújula - brujulear - brujuleo - bruselas - brutalidad brutalmente - blanco - blancura - blanquear - blandengue - blandura - blanducho blandir - blandimiento - blandicioso - blanqueamiento - blanquecino - blanqueador bloquear - bloques- bloqueador - blusa - blucher - boardilla. Léase inspirando en las rayitas. Lectura expresiva lenta Dios castiga - a veces - en el mismo acto - de pecar. - George Whale, presidente - de la asociación - de Prensa racionalista, - celebraba en Londres - un banquete - en 1925. Y al final habló vivamente - contra la religión, diciendo: Atraigamos - al gran número - de nuestros ciudadanos - que quieren formar - en las filas de la Iglesia. - Suman menos - de la séptima parte - de nuestra población - y tienen la osadía - de pretender - que forman la élite nacional. - Comamos y bebamos - que mañana estaremos muertos. - Al pronunciar estas palabras, - mister George Whale - se desplomó - y quedó muerto súbitamente. Al verdugo que dio muerte - a San Albano, - protomártir de Gran Bretaña, cuando todavía - se hallaba junto - al cadáver del Santo - por justo juicio de Dios - se le saltaron los ojos de sus órbitas - y cayeron al suelo - cerca del cuerpo del mártir. Léase como de costumbre.
Tarde
Ejercicio de palabras con explosivas sencillas y dobles Patético, patente, patidifuso - patraña, patrañero, patriarcal - patricio, patricidio, patriarcado - patriotismo, patrocinio, patriótico - patrimonio, patrimonial, patrimonialidad - patronato, patronazgo, patronímico - pedestre, pedestal, pedernal pedante, pedantesco, pedantería - placentero, placentuela, plácido - planteamiento, plantígrado, plantificar - planimetría, planimétrico, planímetro - platinotipia, platinoide, platinífero - pleito, pleitista, pleitoso - plebiscito, plebiscitario, plebeyo - plétora, pleonasmo, plexímetro - plomizo, plenario, plumígero - plural, pluralizar, pluscuamperfecto - prepotente, prepósito, prepositivo - premostratense, premiosamente, premiativo - presupuestar, presupuesto, presuntuosidad prestatario, prestidigitador, prestigioso - prodómico, productividad, protutor. Léase como los anteriores. Lectura expresiva y lenta Debemos tener - devoción - al ángel de la guarda. - San Juan Bosco - oyó un día - a unos albañiles - una canción - profana muy bella. - Tanto le gustó - la música - que al momento - sacó su cuaderno - rayó un pentagrama - y apuntó las notas para retenerlas. - Después rogó - a Silvio Pellico - autor de AMis prisiones@ - y maravilloso escritor, - que compusiese - una poesía en honor - del ángel de la guarda, - capaz de adaptarse - a aquella música. - Pellico compuso entonces - los deliciosos versos - AAngelito de mi Dios@, - que pronto - aprendieron los muchachos - de Don Bosco - y que todavía se canta - en los colegios salesianos. San Isidro Labrador - se entretenía todas las mañanas - en oír misa. - Su amo quiso sorprenderle - y vio que dos ángeles - guiaban los bueyes - supliendo al santo. Léase como de costumbre.
Día 24 Mañana Ejercicio de palabras con consonante explosiva doble y sencilla Cantabria, cantábrico, cantabrana - caníbal, canícula, cangrejo - cantimplora, cantilena, cantonalismo - capitolio, capitel, capitalista - carpeta, carpetazo, carpintería - cartográfico, cartografía, cartógrafo - cascapiñones, cascajares, cascabelero - clamoroso, clamoreo, clandestino - claustro, claustral, claustrillo climatérico, climatológico, climatología - Clotario, Clotilde, clorcer - clister, clistelería, clistel - Clodomiro, Clodoveo, clorato - clerical, clericato, clericatura - cronológico, cronología, cronologista - crustáceo, crucífero, cruórico - cruento, cruentamente, cruelmente - croqueta, croquis, cretona - cromolitografía, cromolitográfico, cromolitógrafo - criticastro, criticón, criticismo - cromático, cromatismo, cromosfera cristalográfico, cristalografía, cristal. Lectura lenta y expresiva Diderot, filósofo librepensador, - uno de los grandes - enemigos de la Iglesia en el siglo dieciocho, - fue sorprendido por la visita - de un amigo suyo, - Beauze, cuando tomaba a su hija - lección de catecismo. - A la sorpresa del visitante, Diderot - respondió sonriente: - El primer conocimiento - esencial de la juventud debe ser - la religión. - La religión debe, pues, - ser la lección primera - y la lección de todos los días. - Mucho he buscado - para encontrar libros - donde enseñar - a mi hija querida - y no encontré ninguno mejor - que el Catecismo. - Lo encuentro - el mejor tratado - de pedagogía. - )Qué fundamento más sólido - puedo dar - a la instrucción de mi hija? - Papini enseñaba - el Catecismo a sus hijos - antes de convertirse, - cuando era incrédulo - y furioso anticatólico. - Quizás se deba - a la consideración de las verdades - que enseñaba a sus hijos, - su propia conversión. Tarde Ejercicio de palabras con consonantes explosivas, dobles y sencillas Tartáreo, tartárico, Tartaria - tartera, tártrico, tartesio - tataranieto, tatarabuelo, tataradeudo - tauromáquico, taurología, tauromaquia - teléfono, telefonía, telefonema teleología, teleólogo, telemétrico - telepático, telepatía, telegráfico - tempestivo, tempestuoso, tempestad - tetraedro, tetraédrico, tetracordio - testificativo, testimonio,
testarudo - tetragrama, tetralogía, tetrágono - tetrarquía, tetrasílaba, tétrico - transformativo, trasfretano, tránsfuga - traspositar, traspuesto, trasterminante - transcrito, transcripción, transcurso - translaticio, tramitivo, transitorio - tremendamente, tremedal, trémulo - tremendo, tremebundo, tricentenario - tremolante, trepidante, trepatroncos - tresillista, trespaderne, trepanación - tributo, tributar, tributante. Lectura muy expresiva y natural La felicidad no está - en las riquezas. - Rockefeller, - dueño de cuatrocientos millones de dólares, - ha dicho, - hablando de los ricos: - Este gente )qué son? - No son sino máquinas. - No tienen derecho - a llamarse hombres. - Conozco bien - a esa sociedad - que se llama - aristocracia del dinero. - He combatido con ellos - y contra ellos. - Todos en el fondo - son esclavos - de un egoísmo - que pasa todo límite. - No conocen ningún respeto - y se arrojan hasta - sobre los cadáveres. - Es una verdad - que los ricos - han avocado mucha gente - a la muerte. - Yo mismo no he sido - distinto de ellos - y me arrepiento - de lo más íntimo de mi corazón - de toda mi vida pasada. - Creí que amontonar dinero - y adquirir influencia - daría satisfacción - a la vida terrena; - mas hoy debo confesar - que ninguno de esos triunfos, - aunque fuese el mayor, - da satisfacción verdadera. - Todo es vacío - inútil, infeliz.
Día 25 Mañana Ejercicio de palabras con consonante explosiva doble y sencilla Decámetro, decálogo, decamétrico - debatir, debelador, debelar - decrépito, decrepitante, decretista - decuplicar, décuplo, decretorio . declaratorio, declamatorio, declinatorio - delineante, delincuente, delinquimiento - demagogo, demagógico, demandar - demócrata, democracia, democráticamente - dignatario, digladiar, dilapidar - difamatorio, disidente, digestivo - empedrado, dragado, dragón - dragar, drago, dragonear - druidismo, drupa, drupáceo - druídico, druida, drope dromedario, droguería, dropacismo - droguista, droguero, droga - drogado, drástico, drenaje - dramaturgia, dramaturgo, dramatizar - dramática, dramáticamente, drama dualidad, dualismo, dubiedad - duplicado, duplicación, duodecágono - duodeno, duodenal - duodécuplo. Lectura expresiva y natural (Cuánto vale un alma! - Dice Santa Teresa: - No hallo yo cosa - con qué comparar - la gran hermosura de un alma - y su gran capacidad. - Y verdaderamente - apenas deben llegar - nuestros entendimientos - por agudos que fuesen - a comprenderlas; - así como no pueden - llegar a considerar a Dios, - pues Él mismo dice que nos crió - a su imagen y semejanza, - para que apenas - podamos entender - la gran dignidad y hermosura del alma. - No es pequeña lástima y confusión - que por nuestra culpa- no entendamos a nosotros mismos - ni sepamos qué somos. Qué bienes puede haber - en esta alma - o quien está dentro - en esta alma - o el gran valor de ella - pocas veces lo consideramos; y así se tiene - en tan poco procurar - con todo cuidado - conservar toda su hermosura. - Todo se nos va - en la grosería - de estos cuerpos. Tarde Ejercicio de palabras con consonante explosiva doble y sencilla Galactóforo, galactómetro, galactita - galardón, galardonear, galardonador Galdácano, galeno, galvanoplastia - gallipavo, gallineta, gallipienzo - Guipúzcoa, guipuzcoano, guirlache - guillotina, guillotinar, guindaleta - gramático, gramatiquería, gramatical - grafómetro, grafito, gráfico - granito, granilloso, granívoro -
grandilocuencia, grandilocuente, grandificencia - gratificador, gratificación, gratificar gratulatorio, gratulación, gratuitamente - grecolatino, gregoriano, grecorromano glacial, glacialmente, gladiador - gladiatorio, glandífero, glandígero - glicerina, gliconio, globuloso - glutinoso, glutinosidad, gluten - glotón, glotonear, glotonamente - glorificante, glorificador, gloriosamente. Lectura lenta y natural Jesucristo es - el centro de la historia. - Dijo Lacordaire: - Jesucristo se nos muestra - el móvil de lo pasado - así como el móvil - de lo futuro, - el alma de los tiempos - anteriores a Él - y el alma de los tiempos - que le sean posteriores. - Se nos muestra - en sus antepasados - apoyado en el pueblo judío, - que es el monumento - social y religioso - más grande de los tiempos antiguos, - y en su posteridad, - apoyado en la Iglesia Católica, - que es la obra social y religiosa - más grande de los tiempos nuevos. - Napoleón se puso a comparar - a Jesucristo con los grandes hombres - de la historia - y consigo mismo. - Hizo notar las diferencias características que dan - que dan a Jesucristo - un puesto distinguido - entre los hombres; - y después de un torrente - de elocuencia - terminó: Creedme, - conozco a los hombres - y Jesucristo no era solamente hombre.
Día 26 Mañana Ejercicio de palabras que llevan consonante soplada doble y sencilla Facistol, facistoles, factible - factura, facturar, factótum - facultativo, facultar, facultativamente - fachendear, fachendoso, fachenda - faldistorio, falconete, falsete factoría, faltriquera, fanático - febrífugo, febrero, federativo - fertilizante, ferventísimo - ferretería - flobotonía, flebotoniano, flautista - flotante, flotamiento, flotadura florescencia, floretista, florestero - fluctuante, fluctuación, fluctuar - fluorhidrato, fluorhídrico, fluoruro - fletante, fletamento, flotador - fratricidio, fraterno, fraudulento frenético, frecuente, frecuentativo - fricativo, frígido, friolento - frotadura, frotante, frotación - fructífero, fructificador, fructificación - frumenticio, frumentario, fruncimiento - frustración, frustráneo, fruitivo. Lectura expresiva y natural Debemos - obedecer al Papa. - A San Ignacio de Loyola - el convertido Papini - llama el santo más católico - de la Iglesia Romana. - Y el protestante Adolfo Harnack, - lo califica de gigante, - que sostuvo con sus brazos - los muros del Pontificado - y de la Iglesia Romana, - amenazados de ruina - a los golpes de la reforma luterana. - Pues bien, con ocasión - de una grave disidencia - entre las cortes de Roma y Lisboa, - San Ignacio escribía una carta - al Padre Simón Rodríguez, - confesor del rey, - Don Juan Tercero, - para que el Padre - la pusiera en manos del rey. - En su misiva - Loyola cuenta - al rey portugués - esta anécdota: - El Cardenal de Burgos - oyó decir - que el rey de Portugal - se resistía - a la obediencia al Papa. - Y el buen cardenal - respondió con mucho ánimo: - Aunque el Papa pisase con sus pies - al rey de Portugal, - éste jamás se saldría - de su obediencia; no es como el rey de Inglaterra. Tarde Ejercicio de números El tres y el cuatro, el treinta y el setenta son de difícil pronunciación para los tartamudos. Tres, cuatro, trece y catorce - veintitrés, veinticuatro y treinta - treinta y tres y
treinta y cuatro - treinta y siete, cuarenta y tres y cuarenta y cuatro - cincuenta y tres, cincuenta y cuatro y cincuenta y siete - sesenta y tres, sesenta y cuatro y sesenta y siete - setenta y tres, setenta y cuatro y setenta y siete - ochenta y tres, ochenta y cuatro y ochenta y siete - noventa y tres, noventa y cuatro y noventa y siete - ciento tres, ciento cuatro y ciento siete - trescientos tres y trescientos cuatro - trescientos trece, trescientos catorce y trescientos treinta y tres - tres mil tres, tres mil, tres mil cuatro - trescientos trece mil, trescientos catorce mil - trescientos treinta y tres mil, trescientos cuarenta y cuatro mil. Dedíquense veinticinco minutos a pronunciar cifras difíciles. Lectura expresiva y lenta El hombre debe buscar - la verdadera felicidad, - dice Menéndez Pelayo. Busquemos nuestra dulce patria - como la fuente de donde procedemos. - No habemos menester - ni caballos ni naves - para este viaje, - sino cerrar los ojos corporales - y abrir aquellos otros - que todos poseen - y muy pocos usan. - El Santo Cura de Ars, - oyendo cantar - un día en el patio de su casa - a unas avecillas, levantó los ojos al cielo - y exclamó: (Pobres avecillas! - Vosotros habéis sido creadas para cantar - y cantáis. - El hombre ha sido creado - para amar a Dios - y no le ama. - (Qué dolor! - Una pobre leprosa - repartía el pan - a tres cieguecitas, también leprosas, - que la llamaban madre, - y decía: Soy feliz. - Valgo poco, - pero valgo al menos - para dar de comer - a estas tres cieguecitas - que me lo agradecen. - No me cambio - ni por la reina de España.
Día 27 Mañana Ejercicio de preguntas Muy conveniente para el tartamudo, a quien le cuesta mucho, de ordinario, preguntar. )Conoces Londres? - )Y Paris? - )La Costa Azul? - )Y Roma? - )Qué me dices de cada una? - )No son bellas - perlas de Europa? - )Cuántos días hacen falta - para conocer - esas importantes ciudades? - )Bastaría un mes para conocer lo más principal? - )Qué te gusta más? - )El arte? - )La antigüedad? - )La historia? - ) Conoces las obras - de Miguel Ángel? - )Y las de Rafael? - )Qué dices de Leonardo de Vinci? - )Has visitado Madrid? - )No es también - una de las bellas ciudades de Europa? - )Viste el Museo del Prado? - )Qué opinas de Velázquez? - )Y del Greco? )Qué me dices de Goya? - )Has visto la Dama de Elche? - )Has visto la Puerta del Sol? - )Y la calle de Alcalá? Lectura lenta y expresiva Elogios de la lengua española, por Castelar. - Sobre todas nuestras creaciones - se levanta la creación por excelencia - del ingenio español, - se levanta nuestra lengua; - de varias y entrelazadas raíces, - de múltiples y acordes sonidos; de onomatopeyas tan musicales - que abren el sentir - a la adivinación de las palabras - antes de saberlas. - Dulce como la melodía - más suave y retumbante como el trueno - más atronador: - enfática - hasta el punto de que - sólo en ella pueden hablarse dignamente - las cosas sobrenaturales, - y familiar - hasta el punto de que - ninguna otra - le ha sacado ventaja - en lo gracioso - y en lo picaresco; - tan proporcionada - en la distribución de las vocales - y consonantes - que no ha menester - ni los ahuecamientos de voz - de los pueblos del Mediodía, - ni los redobles - de pronunciación exigidos - a los labios del Norte.
Tarde Ejercicio de frases admirativas que suelen excitar al tartamudo. Es conveniente hacerlo con suavidad. (La gloria del cielo - nuestro final destino, - es una felicidad absoluta! - Su consecución - merece todos nuestros esfuerzos, - todas nuestras fatigas, - sangre de las venas, - sangre del alma, - si es lícito decirlo así. - )Por qué esta gloria eterna - merece tanto sacrificio? - (Ah! - (Sencillamente porque - más se sacrificó - por dárnosla - nuestro gloriosísimo Capitán! - (Por la gloria de su Padre, - la suya propia - y la de sus elegidos - aceptó pacientemente - lágrimas, gemidos, - agonías, azotes, salivas, bofetadas, - hiel, cruz y lanza - y todo lo que se le hizo - al gran Mártir - de todos los siglos! - (Oh Jesús! - (Cuánto pesa el oro infinito - de tus méritos de Redentor! Lectura lenta y expresiva Le lengua castellana - es libre en su sintaxis, - de tantas combinaciones - que cada autor - puede procurarse - un estilo propio y original - sin daño al conjunto. Única en su formación, - pues sobre un fondo latino - y las ramificaciones - celtas e iberas - ha puesto el germano - algunas de sus voces, - el griego algunos - de sus esmaltes, - y el hebreo y el árabe - tales alicatados y guirnaldas - que la hacen, - sin duda alguna, - la lengua más propia - tanto para lo natural - como para lo religioso. La lengua que más se presta - a los varios tonos y matices - de la elocuencia moderna. - La lengua que posee - mayor copia de palabras - con que responder - a la copia de ideas. - Verbo de un espíritu, - que si ha resplandecido - en lo pasado, resplandecerá - luz más clara en lo futuro.
Día 28 Damos fin a los ejercicios de lenguaje. Cada día has debido consagrar al menos dos horas a ellos, y mejor dos y media. Tienen mucha importancia, a no dudarlo, porque son el entrenamiento para hablar. Sin embargo, su utilidad evidente puede malograrse, si al hablar olvidas las reglas que en los mismos se aplican. (Qué bien hablarás a estas alturas si has practicado los ejercicios con habilidad y has hablado con calma e inspirando! Ahora te queda otra labor: la de consolidar el nuevo modo de hablar. Hay que evitar la recaída. Ya sabes lo que dicen algunos, que parecen desean no nos corrijamos: que para qué nos molestamos en buscar la normalidad; que es inútil; que así como otros nacen cojos o tuertos y así viven y mueren, nosotros padeceremos la anomalía de la palabra mientras vivamos. A lo más que nos conceden es que podamos hablar bien un tiempo breve después de mucho trabajo; pero que después de corto plazo volveremos a nuestra habitual dificultad para hablar. )Qué debemos pensar de esta teoría? Que es una falsedad feroz y que de muestra firme ignorancia sobre la materia. Es verdad que, después de la corrección, queda una gran propensión a hablar como antes. Cosa muy natural, por otra parte. Así como el fumador que deja el cigarro o el bebedor que abandona el alcohol, sienten después deseos fuertes de repetir sus antiguas costumbres, así el tartamudo, que habló atropellando las palabras, experimentará durante cierto tiempo su tendencia a obrar como antes. Esto explica que algunos alumnos que se corrigieron perfectamente y hablaron normalmente algunos meses, después sean tartamudos como antes o poco menos. )Quieres evitar todo peligro de recaída? Indudablemente. Pues procede con prudencia. No hables de prisa hasta no estar muy seguro. Esto puede exigir seis o más meses según los casos. Ni omitas las respiración. Si tal haces, cuanto más vivas más seguro estarás para hablar. Te lo dice quien lo lleva experimentado mucho tiempo en sí mismo y en los demás. Es muy difícil que tu defecto haya sido más grave que el mío, que algún tiempo antes de corregirme, me hacía poco menos que mundo. Sin embargo, después he podido cumplir mis obligaciones pastorales y de profesor con toda facilidad.
Más vale que sea exagerado en cumplir el plazo de tiempo hablando con tranquilidad, que no te adelantes y eches a volar antes de salirte las alas. Hablando con naturalidad y calma )qué inconveniente hay en perseverar el tiempo suficiente para que se logre seguridad plena y así sea punto menos que imposible la recaída? Un poquito de cuidado durante una temporada te pone a salvo de todo riesgo. Cuando la nueva costumbre de hablar sin tropezar y con precisión se haya hecho muy firme y las normas sabidas las cumplas por la fuerza del hábito sin tener que preocuparte, y la palabra salga sin miedo (todo lo cual puede alcanzarse en no mucho tiempo), podrás decir ya que estás plenamente recuperado, y es seguro que no volverás a hablar mal por muchos años que vivas.
Día 29 Antes de terminar el mes de ejercicios de pronunciación, vamos a tratar un punto de capital importancia. Me refiero a las fobias verbales, que representan un gran escollo para la corrección de muchos. Son ese miedo terrible, absurdo, a pronunciar una letra determinada, por ejemplo, la p o la k, o una sílaba o todo un párrafo. Al llegar una de esas letras temidas, el alumno se desconcierta, pierde la serenidad de tal manera que va a la deriva, a lo que salga, y sale muchas veces un fracaso rotundo. Parece inútil que se den reglas al alumno. Él contesta: Sí, las quiero aplicar, pero no puedo. Hay algo superior a mí que no me deja articular en esa ocasión. Y no se vaya a creer que es un caso aislado. En personas mayores es muy repetido. Un alumno de Bilbao me decía: AEstoy bien corregido excepto para pronunciar la palabra tres: ese número me descompone@. )Qué hacer para quitar tanto miedo? Otro de Lérida manifestaba que era útil para todo, menos para rezar el Padrenuestro en público. Unas palabras de esa oración se le hacían imposibles. Es natural que las letras más difíciles hagan tropezar más. Y que después del fracaso, el alumno reflexione sobre él y sus circunstancias. Como muchas veces le da importancia exagerada, se siente muy humillado y tiene pánico a que se repita el bochorno. Y apenas apunta la probabilidad, se excita tremendamente. El que lo pasa, se cuenta perfecta de lo que digo. )Qué aconsejaremos a los fóbicos verbales? Que por difícil que parezca vencer ese gran miedo, es posible siempre. Hay que tomar todas las precauciones que eviten el patinazo. Cuando llega la letra o palabra temida, deténgase a inspirar suave y profundamente y después trata de pronunciar tranquilamente dicha letra, deteniéndose en todas las vocales y más en la primera. Si el temor es muy grade, es más que probable que se fracase, a pesar de las medidas tomadas. No hay que acobardarse por eso. Debemos ir a la lucha contando con algunas derrotas. Venceremos totalmente si insistimos con tenacidad en querer pronunciar a la perfección las palabras que nos asustan. Procúrese además no dar proporciones exageradas al fracaso. Así el pánico aumentaría. Váyase a la pelea con la esperanza de vencer en poco tiempo, y mejor diríamos, con seguridad
completa. He conocido un alumno que no podía decir las palabras Christi Filii tui de la oración Gratiam tuam. Tenía que pasarlas por alto porque se le hacían imposibles. Pero era tenaz. Y cuanto más fracasaba, más deseo tener de vencer. Estuvo luchando durante dos meses. Después se recreaba en decir las fatídicas palabras que le hacían tropezar. Si a las reglas apuntadas añadimos alguna de orden psicológico, será más fácil triunfar. Puedes pensar: AEsto es fácil para mí. Yo venceré. Si tengo algún tropiezo, poco importa. Me creo capaz de superar mayores dificultades que la presente. Llegaré pronto a desenvolverme con tranquilidad y dominio completo. Pase lo que pase, he de triunfar@. Conjugadas unas y otras reglas, forzosamente han de dar un resultado satisfactorio, perseverando en su aplicación. Aquel miedo ridículo debe desaparecer y dar paso a la seguridad completa de poder pronunciar cualquier frase por difícil que ella parezca.
Día 30 Deseo asegurar en ti la corrección más completa y no acierto a dejarte solo por temor a que te extravíes en este áspero camino. Por eso voy a trazarte las últimas normas. )Cuánto tiempo es necesario practicar los ejercicios de vocalización y articulación? En estas cosas psíquicas no se puede precisar matemáticamente. Por regla general, tres meses de ejercicios suelen ser suficientes. Sin embargo, ningún daño hace continuar más tiempo y te dará mayor facilidad y seguridad. Hay alumnos que llevan años practicando una hora diaria estos ejercicios a pesar de sentirse dueños de sí mismos. Más prudente es excederse en practicar que no quedarse cortos. )Y la lentitud en el hablar cuánto ha de durar? Son los casos tan distintos unos de otros que lo que para unos puede resultar exagerado, para otros sea muy poco. En términos generales se puede decir que un plaza de seis meses es el término medio. Los muy graves necesitarán, sin duda, más tiempo. Un año bien cumplido y observado sin excepciones bastará para vender aun en los más difíciles. Alguno, por excepción, necesitará más tiempo aún. También se han dado ejemplos que han hablado despacio unos días, ocho o quince a los más, y se han corregido completamente. Pero no te aconsejo que tomes a estos últimos por modelo, aunque tu defecto sea levísimo. Más vale asegurar firmemente tu corrección que dejarla a la ventura. No juegues con tu lengua, que puedes perder. )Y el cuidado de inspirar antes de hablar? Es tan necesario en los casos fuertes que nunca será exagerado encarecerlo. Y es tan fácil olvidarlo que pocos son los que lo aplican siempre. Si durante un mes se inspirase todas las veces que se habla, se contraería la costumbre y ya no sería necesario preocuparse de esta necesidad. Sin embargo, sucede de ordinario que se omite muchas veces, aun por los alumnos que tienen gran empeño de corregirse. Por eso te recomiendo que continúes atendiendo a la inspiración mucho tiempo, aunque sea un año y más, si hace falta. )Qué haremos uno de esos días aciagos, que parece que todo nos sale mal, que no damos una en el clavo, que tropezamos a cada instante, a pesar de querer aplicar reglas? Es otra de las grandes dificultades que puedes encontrar. Y te prevengo contra ella. No te descorazones. No lo eches todo a rodar creyendo que para ti ya no hay remedio. Cuanto antes has de reaccionar contra el desaliento, tan humano, por otra parte.
Necesitas perseverar en la aplicación de esas reglas tan sabidas. Hay que tener entereza y persistir, que es la manera de superar la presente dificultad y las que pueden venir. Mucho ánimo y no dar entrada al desaliento, pase lo que pase. Así no hay motivo de preocupación. Si hoy nos cuesta mucho dominarnos, mañana será menos, y más adelante será fácil. La victoria está a las puertas. Todo lo vence un empeño tenaz. Hay que mantener firme la resolución de triunfar hasta el fin. Que nos aliente y estimule la seguridad de vencer. Todo tartamudo que ha sido perseverante en el cumplimiento de las reglas, ha cantado victoria. No creamos que somos especiales y en nosotros no va a tener aplicación ni eficiencia el método que ha salvado a infinidad que se encontraban igual o peor que nosotros.
Capítulo XIII Hipnotismo Es muy fácil que hayas leído u oído que el tartamudeo desaparece con el hipnotismo. Diversos libros cruzan el mundo pregonando la utilidad del hipnotismo para los tartamudos. Constantemente se aplica por especialistas esa panacea que tanto da que hablar. )Qué diremos de su influjo sobre el tartamudeo? Mientras dura el efecto o acción de ese fenómeno, el tartamudo habla perfectamente. Después de una o varias sesiones de hipnotismo sale el tartamudo tan renovado que asombra contemplar tal transformación en tan poco tiempo. Si persistiese mucho tiempo o toda la vida su influjo, no dudaríamos en recomendarlo, a pesar de los inconvenientes que acarrea. Desgraciadamente se evapora pronto su influencia y el tartamudo vuelve a tartamudear como antes. Un párroco de un pueblo de la provincia de Valladolid contaba lo que a él le había hecho el hipnotismo. Fue sometido a este tratamiento en Valladolid durante una semana con éxito rotundo. Regresó a su pueblo esperanzado y feliz. Habló perfectamente durante ocho días. A los quince reaparecía en parte su defecto. Y al mes estaba como antes, si acaso un poco peor. Una señora de Madrid, deseosa de hablar bien, acudió a todos los medios, entre ellos a sesiones de hipnotismo. Vio que alguna de sus compañeras, durante unos días al menos, ya no tropezaban; pero ella nada bueno sacó de ese procedimiento, que, por lo demás, es tan cómodo para el paciente. Al margen de la eficacia que pueda tener el hipnotismo para eliminar el tartamudeo, se ha de reprobar por perturbar intensamente el sistema nervioso. Esto parece tan cierto que apenas hay quien lo niegue. Y no necesita el tartamudo excitar más sus nervios, tan averiados. Hay que buscar precisamente todo cuanto modere su impresionabilidad. Dejémonos de ensayos, que ha traído fracasos ininterrumpidos hasta el presente, y sigamos la senda segura de la ortofonía, que jamás se ha visto que produzca ningún daño al sistema nervioso y es irrefutable su acción bienhechora. El hipnotismo es arma de dos filos, que puede volverse contra el que la emplea, con notorio perjuicio. Mientras no avance más o se emplee con mayores resultados que hasta ahora, lo prudente será prescindir de él. Es una lástima que así sea porque exige poco sacrificio al paciente y es relativamente fácil su aplicación por parte del hipnotizador. En cambio, los procedimientos ortofónicos (no podemos evitarlo) suponen trabajo constante, cuidado y gran interés en el alumno; cualidades que no abundan, desgraciadamente.
Alguno de mis alumnos, al ver lo que le costaba y los procedimientos que empleamos, me decía porfiadamente: A(Hipnotíceme usted! Se lo pido muy de veras. (Qué fácil resulta sentarse a seguir las indicaciones del hipnotizador, pasar algún tiempo durmiendo y despertar hablando normalmente!@ Y me daban tentaciones de hacerle caso, pero nunca me presté, convencido de los peligros que ofrece y de los insignificantes resultados que se obtienen. Parece lo más prudente y lógico seguir las huellas de los que han vencido su defecto que no imitar a los que poco o nada consiguieron.
Capítulo XIV Sugestión )Qué influencia ejerce la sugestión sobre el tartamudo? Tan grande que ha podido decir Paul Jagot que basta un ejercicio sugestivo para dejar de ser tartamudo. Y lo puede afirmar sin temor a ser desmentido. La dificultad está, a mi entender, en aplicar bien la fuerza enorme de la sugestión el tiempo necesario. Es incuestionable el poder de la sugestión y es evidente que el tartamudo es sugestionable como pocos. Y, sin embargo, apenas se da un caso de un defectuoso que se haya corregido sólo por la sugestión. Un alumno de Pamplona contaba que había intentado borrar su defecto por sugestión. Todos los días dedicaba al menos una hora a practicar un ejercicio sugestivo. Tuvo paciencia para continuar durante tres años. Y a pesar de todo, sacó poco provecho. Algunos días llegó a hablar bien, para volver a tropezar al siguiente día. Y al fin se sometió a un tratamiento ortofónico, logrando más en un mes por este procedimiento que en tres años de sugestión. La explicación de tan pequeño fruto de la sugestión está en que no se emplea adecuadamente, dejando, después del ejercicio de sugestión, que penetren en la subconsciencia idea opuestas a las que se ha intentado introducir en la sugestión. Y así perdemos el tiempo, tejiendo y destejiendo, o se avanza a paso tan lento que es capaz de cansar a cualquiera que no sea un héroe. Más recomendable es unir la sugestión a un método ortofónico, y así el aprovechamiento crece a marchas forzadas. Uno de los ejercicios puede ser alguna sesión de sugestión o autosugestión. Pero no se olvide que la sugestión puede producir exactamente los efectos contrarios a los que se buscan si no se ejerce con la competencia y preparación que requiere. No hablo por apriorismo. He conocido casos en los que se ha cumplido al pie de la letra esa advertencia. El principio de sugestión que más conviene aplicar en nuestro caso es el que los psicólogos llaman el segundo. Y lo expresan así: ATodo pensamiento que no es recordado, tiende a perder su claridad y a desaparecer, y con él las sensaciones, movimientos y actividades que provoca@. Este ejercicio es de utilidad inmediata. Se ha de procurar olvidar en lo posible el defecto, no dejando entrar ni permanecer en el espíritu la idea del tartamudeo. Se me dirá que es difícil conseguir esto cuando a todas horas nos está viniendo su recuerdo, aun contra nuestra voluntad.
Con todo, se puede ahuyentar el recuerdo del tartamudeo pensando en otra cosa, porque dos pensamientos no caben a la vez en nuestro cerebro. Si ocupamos completamente nuestro espíritu con otra idea distinta del tartamudeo, ya estamos olvidando nuestro defecto. Y comienza la facilidad de hablar. Este ejercicio supone dominar la atención para fijarla en una sensación o idea diferente. El que pueda manejar la atención a su gusto unos momentos. con facilidad sacará gran provecho de este ejercicio. Trata de olvidar cuanto puedas tu defecto. Desvía tu pensamiento a otro objeto cuando te asalte su recuerdo. Aplica el tratamiento ortofónico que arriba te explané, y ayúdate para acelerar sus resultados de la eficacia de este principio de sugestión, procurando tenerlo muy presente una temporada, hasta que se haya borrado de tu memoria tu dificultad para hablar.
Capítulo XV Mayor aprovechamiento de la sugestión Vamos a servirnos de la sugestión para corregirnos, sacando de ella la mayor utilidad. Además del principio enunciado en el capítulo anterior, podemos aplicar también el primer principio, que es fundamental y que se expresa en estas palabras: AToda idea o pensamiento que ocupa con frecuencia nuestro espíritu tiene tendencia a transformarse en acto, despertando al mismo tiempo sensaciones, movimientos y recuerdos, que están íntimamente ligados con él@. Fíjate cuánto bien podemos reportar de esta verdad. Nos conviene, por tanto, llenar nuestra memoria, nuestro espíritu, del pensamiento de nuestra posibilidad de hablar normalmente, de que somos, ni más ni menos, como los demás. Y este pensamiento dejará sentir pronto sus efectos en la lengua. La idea es la fuerza del hombre, la única potencia que posee para obrar sobre sí mismo y sobre su cuerpo. El solo hecho de aparecer una idea en la esfera mental provoca al instante tendencias en relación con ella. Supongamos la idea de miedo. Baste con que penetre en la mente la idea de miedo, e inmediatamente se producirán sensaciones propias del mismo: aceleración del pulso, sudores, temblor, opresión, agitación, etc. Y persistirán tales fenómenos mientras perdure la idea. )Por qué no valernos de la fuerza de la idea para corregirnos más fácilmente? Antes de que te dediques a aplicar en ti un ejercicio de sugestión, necesitas ejercitarte durante unos diez días en prácticas de atención, relajación muscular y representación mental. Así el rendimiento será grande desde el primer momento. La práctica de la sugestión puede hacerse de la siguiente manera, que es muy sencilla. Tres veces al día, a la mañana, al mediodía y a la noche, con los ojos cerrados, se abandona el cuerpo completamente, como si se intentara dormir, procurando la mayor inmovilidad de todo el cuerpo. Luego se repite muy despacio, sonriendo, la frase siguiente, unas cien veces: APuedo hablar perfectamente. Tan bien como el que mejor. Para mí hablar es facilísimo@. Esta autosugestión, practicada con constancia durante cierto tiempo, es suficiente para actuar sobre la subconsciencia, ayudándonos mucho a lograr la corrección. Antes del ejercicio de autosugestión se hará algún ensayo de atención, sujetándola durante tres minutos y obligándola a detenerse en una sola cosa. Aun será mayor el beneficio que obtengamos de la sugestión si combinamos
los dos principios susodichos. Por un lado, tratamos de no tolerar la entrada en nuestro cerebro del recuerdo de nuestra anormalidad. Y por otro, asentamos firmemente en nuestro interior la persuasión de que somos normales, perfectos y completos, como la generalidad de los mortales. Por este último, la idea de nuestra posibilidad de hablar correctamente persistirá en la esfera mental y provocará lógicamente una mayor facilidad para hablar. Por el primero, no se permite que la idea nociva de nuestra tara ocupe en ningún momento nuestra mente. de ahí vendrá el predominio de aquella idea de nuestra seguridad en el hablar y su realización inmediata. Si quieres beneficiarte de estas leyes psicológicas, aplícalas con tranquilidad, poniendo en primer lugar el método ortofónico, cuyos resultados son casi instantáneos, duraderos y fáciles relativamente de conseguir.
Capítulo XVI La imaginación sugestiva Otro ejercicio de sugestión es el de la imaginación. Resulta facilísimo y altamente eficaz. Imaginación es la facultad del espíritu que representa la figura de las cosas como si las viéramos en nuestro interior. Para poder realizar efectivamente este ejercicio es necesario conocer y practicar la relajación muscular, que equivale a descanso, dejadez, aflojamiento. Para realizar bien la relajación muscular, el paciente se echará de espaldas en la cama o diván, con la mayor comodidad y cerrados los ojos; procurará que cada una de las partes de su cuerpo quede completamente inmóvil. Y no intentará el más pequeño movimiento de ninguna parte de su cuerpo durante un tiempo, que al principio puede ser de un minuto, aumentando hasta llegar al cuarto de hora. El cuerpo irá quedando en el mayor descanso. Con práctica en estos ejercicios se llega a no pensar en nada, a no sentir el cuerpo, como si fuese un cadáver. La relajación muscular encierra por sí sola el reposo nervioso muscular y orgánico, tan conveniente a los muy nerviosos, como son los tartamudos. Una vez lograda cierta facilidad en la relajación muscular, es llegado el momento de realizar el ejercicio de imaginación, que se verifica del modo siguiente: Puesto en relajación muscular y conservando el estado de somnolencia que produce, se procura creer, imaginar o representar tal como se quisiera ser y estar, que en nuestro caso es sentirse feliz, hablando maravillosamente en todas las situaciones que se nos presenten, aun las de mayor compromiso. Ha de durar este ejercicio no menos de diez minutos. Y se ha de tener la atención fija en la contemplación de tu imagen facial y total, tal como sería si hablaras inmejorablemente. Dale importancia a esta sugestión por imaginación, que puede ayudarte muchísimo a corregirte plenamente en poco tiempo. La imaginación es una gran fuerza. Si la cuentas como aliada de tu corrección, te favorecerá mucho. Si es tu enemiga, conseguirá entorpecerte en tu corrección. La imaginación es más poderosa que la idea. Es idea que h conseguido sensibilizarse en el alma; es idea revestida y coloreada. La imaginación empuja hacia las acciones.
Según enseña la psicología experimental, toda acción es el resultado de un pensamiento anterior insistente y constante; y la imaginación es la que encarna el pensamiento persistente. De ahí su gran poder, a veces irresistible. Hay que apoderarse de la imaginación, tenerla sujeta, sometida a nuestra voluntad, para que nos sirva a perfeccionarnos. El sistema nervioso condiciona la actividad del hombre; el pensamiento la encauza y la imaginación la hace efectiva. Vence en la vida quien piensa y quiere vencer. De la unión de pensamiento y voluntad se origina el poder irresistible de la imaginación. No es que la imaginación aporte nuevas facultades, pero aprovecha toda la fuerza de las que uno tiene. Es un obrero que silenciosamente trabaja los pensamientos y voliciones hasta darles eficacia. Estas conclusiones de la psicología debes tomarlas en cuenta para que tu corrección sea más llevadera, honda y completa. Hasta es agradable el ejercicio que te he presentado, además de ser incalculablemente eficaz. Por la imaginación descontrolada nos echamos a perder; en cambio, si ella está bien dirigida, podemos regenerarnos, recobrando la facultad de hablar.
Capítulo XVII Deseo y voluntad Cuánto puede contribuir a nuestra corrección el deseo, no es fácil justipreciarlo. Deseo es el movimiento enérgico de la voluntad hacia la posesión de un objeto. El deseo vivo y constante de obtener una cosa con voluntad y creyendo posible su obtención es lo que lleva al individuo y con toda la fuerza a su adquisición, sea arte, ciencia, santidad, etc. Tres son las actividades el espíritu para lograr todo lo que está a su alcance: 10. Desear viva, constante y ardorosamente una cosa, un fin, soñando a todas hora en él. 20. Accionar con la voluntad los medios para lograrlo. 30. Confiar siempre y ciegamente en su consecución. Has de procurar, por tanto, desear tu corrección vehementemente, con verdadera ilusión, con entusiasmo desbordante. Y este deseo, que no sea flor de un día o nube de verano. Ha de permanecer vivo y palpitante mientras no cristalice en realidad venturosa. Puedes valerte de consideraciones y reflexiones que te hagan ver claro cuánto importa la lengua sin trabas. Recuerda las personas que hablan expeditamente, cómo lucen y gozan a todas horas. Y compara ese dominio que admiras, con tu inseguridad, que te acobarda, para que anheles con furor ser uno de esos que se recrean hablando. Así se encenderá la llama del deseo, que te lanza a conquistar ese tesoro de la palaba fácil y segura. Has de repetir frecuentemente: A(Deseo hablar perfectamente!@. Y lo has de repetir con fuerza y convicción. Es de un poder maravilloso la palabra quiero, deseo. Tal virtud tiene que hace posible lo que siempre pareció irrealizable. )No parecía imposible atravesar los Alpes en pleno invierno, y más a un ejército numeroso? Sin embargo, un deseo fuerte de Napoleón logró que, venciendo obstáculos sobrehumanos, sus soldados traspusieran aquella barrera infranqueable. )No parecía invencible el tartamudeo en tiempo de Demóstenes? Y he aquí que su gran deseo hizo asequible lo que parecía un imposible. Cuando pronunció su primer discurso, la multitud prorrumpió en tales burlas que tuvo que interrumpirlo sin terminarlo. Quedó de momento abatido, pero un anciano le alentó a ejercitarse. Y desde aquel día se dedicó con más tenacidad a conseguir ser un orador perfecto.
Era el blanco de las mofas de sus enemigos; pero él no se preocupaba. Se escondía en una gruta subterránea y allí se aplicaba a pronunciar perfectamente. Cuenta la historia que ponía una piedrecita debajo de la lengua para que se moviera sin trabarse. Íbase a la orilla del mar y gritaba con toda su alma. Sus pulmones eran débiles y los robusteció con largos paseos al aire libre, recitando en alta voz discursos y poesías. Cuando oía discutir, se retiraba a su aposento y sopesaba las razones de los polemizantes, y sentenciaba quién estaba en posesión de la verdad. Un deseo ardiente y constante hizo de un tartamudo, que no puede terminar un discurso, un orador que aún hoy admira por sus discursos insuperables después de más de dos mil años de progreso. )Y qué no hará en ti un deseo parecido, que a todas horas te está quemando el alma? Ese deseo será capaz de despertar todas las fuerzas latentes de tu espíritu.
Capítulo XVIII Los actos conscientes El tartamudeo es un acto inconsciente, descontrolado, que escapa a la acción de la voluntad y, por tanto, no podemos evitar. Si llegáramos a hacerlo consciente, hablaríamos con facilidad. )Por qué no procurarlo con todo empeño? Nos haría muchísimo bien acostumbrarnos a obrar conscientemente en todo momento. Y no es tan difícil. Cuestión de cuidado, nada más. Así disminuiremos y aun lograremos suprimir el influjo del inconsciente, causa del tartamudeo. Percibir ruido, olor, dureza, dándose cuenta, es acto consciente. Todas las sensaciones pueden ser plenamente conscientes, y aun la conciencia de las mismas puede ser fijada en la memoria. Muchas sensaciones conscientes, no adulteradas por pensamientos extraños, son tonificantes del sistema nervioso hasta en sus más altas sedes cerebrales. Si sabemos recibir conscientemente las sensaciones gratas en nuestro interior, calmará nuestros nervios la paz de la noche estrellada, la belleza de las flores, la brisa de la mañana, el canto del pajarillo, el verdor de la pradera, los juegos de los niños. El tartamudo es propenso a no darse cuenta de las sensaciones gratas que recibe, porque vive en su mundo interior, lleno de preocupaciones por su lengua defectuosa y otros motivos. Le gusta poco fijarse en el mundo exterior y, cuando lo hace, es con pensamientos extraños, los de sus apuros, que mezcla en todas sus acciones. Nos vendrá bien reformar nuestra habitual manera de proceder. Y podremos verificarlo de muchas maneras. Al andar, procuremos darnos cuenta exacta del pie que se asienta, de la pierna que se mueve y de todo el cuerpo que se traslada. Después de pone la atención en el ritmo respiratorio: inspiración, pausa y espiración. Cuando miremos un objeto o paisaje, apliquemos la vista con calma, sin prisa, sin permitir que el pensamiento se vaya a otra cosa. Al escuchar un ruido, se aplica el oído, sin raciocinar sobre la acción, con naturalidad, siendo nosotros mero receptor. El tacto se aplica tocando los objetos, fijándose en el frío, calor, dureza, forma, etc. Estando sentados, se siente la silla sobre la que se descansa. Y así se van acostumbrando los sentidos a percibir las sensaciones conscientemente. Al cabo de unos días se nota un gran sosiego nervioso, que permite hablar mejor, y una mayor actuación de la voluntad, que domina con más eficacia todos los actos.
Principalmente hemos de fijarnos en el acto de hablar: cómo entra el aire, cómo se ensancha el pecho, cómo se mueven los labios, la lengua, la mandíbula, hasta conseguir que estos actos sea plenamente conscientes. Cada acción consciente nos ayuda a hablar mejor, por la repercusión que tienen todos los actos, unos sobre otros; peo mucho más, incomparablemente más, se nos facilita la palabra mediante la atención sobre todos los elementos de la expresión, desde el entendimiento que produce la idea hasta los órganos fonéticos que la manifiestan. Se tiene seguridad en la palabra cuando todo obedece dócilmente a una orden de la voluntad. Y la voluntad es tanto más poderosa sobre los actos cuanto más conocimiento y atención se pongan en los mismos. La irreflexión nos hace obrar como autómatas; la atención, como hombres. El ideal será que todo cuanto realicemos, sea hecho con pleno dominio y seguridad.
Capítulo XIX Vivir en el presente Es condición del tartamudo, especialmente en el aspecto del lenguaje, vivir preocupado por los fracasos venideros y entristecido por los pasados. Y en cuanto al presente, se olvida, en el momento de hablar, de realizarlo con la mayor perfección. Si te examinas un poco, reconocerás conmigo que ésta es la realidad. Para corregirte, se precisa un cambio en el modo de obrar. No pienses en tu pasado, triste y melancólico, que nada bueno sacarás de ello. Me ocurre con frecuencia ver a los alumnos taciturnos sin motivo inmediato. Les he preguntado muchas veces familiarmente: )A que te adivino en qué estabas pensando este rato? Se quedan sorprendidos, como el que hace algo que no quiere que se descubra. Y al declararles que el motivo de su tristeza no podía ser otro que el recuerdo de lo que han sufrido por no hablar bien o el temor de que no han de llegar a quitar su defecto, ni una sola vez han dejado de manifestar que, en verdad, por eso se entristecían. Cerremos la puerta al recuerdo del pasado y estemos vigilantes para que no se nos entrometa furtivamente. No tiene vuelta ni remedio lo que pasó, ni está en nuestra mano lo que está por llegar. Es nuestro sólo el presente, que debemos aprovechar con empeño de avaro. No te preocupes demasiado por el futuro. Parece asombro, más que ridículo, lo que cuenta un alumno: ACuando tengo que hacer una gestión en una oficina de un Ministerio, ocho días antes no puedo dormir, pensando en el apuro que voy a pasar y lo mal que me van a salir mis asuntos@. Esto es amargarse la vida insensatamente. Dirás: AEs inevitable. )Qué le voy a hacer yo?@. Y te digo por experiencia que en gran parte se puede dejar de ser así y con el tiempo llegar a no tener ninguna preocupación. Aplica tu alma y sentido totalmente a realizar lo que estás haciendo de la manera mejor posible, y no tendrán cabida en ti ni la melancolía por el pasado ni la angustia del porvenir. Forzosamente ha de ser pesimista quien se pasa la vida refrescando la memoria de sucesos adversos, como será tímido quien esté angustiado temiendo lo que va a venir. Trata de hablar de manera ejemplar y cada día hallarás más facilidad, y en adelante podrás ir progresando con menos trabajo. Cuando leas, has de ceñir tu vista e imaginación a la palabra que estás diciendo, porque suele suceder que en
nuestra prisa de nerviosos, primero se adelante la mente dos líneas más de lo preciso; después va la vista unas cuantas palabras antes que la se pronuncia; y al fin viene la lengua con mucha celeridad, pero no tanta como para poder seguir a los ojos y a la mente. Todo a compás, juntamente, )no es para ti mucho más acertado? Procura refrescar tu entendimiento y tus ojos para que se posen en la palabra presente, no en lo que está por llegar. Algo parecido ocurre al hablar. La idea y la imaginación trabajan mucho más velozmente que la lengua, y se observa que rara vez van acordes. Nada extraño, si no nos controlamos, que tropecemos frecuentemente. La palabra es complicada. Los órganos fonadores tienen que ir al ritmo de las facultades mentales, si no queremos que haya choques y patinazos. Hay que moderar la prisa. Si no, ésta nos empuja fuertemente hacia un ritmo tan exageradamente veloz que no es posible articular y vocalizar adecuadamente, y obstaculiza la armonía que debe reinar entre el celebro emisor y la lengua, que es un órgano fonador. Por eso, una regla que has de tener siempre presente es la siguiente: vivir el momento actual con la mayor intensidad.
Capítulo XX La concentración mental Es poner tal atención en lo que hacemos, estudiamos u oímos, que excluya toda otra. Y también ese fijarnos en una idea sin permitir la entrada e nuestro cerebro de otra distinta. Si aprendemos a concentrarnos, habremos dado un gran paso en nuestra corrección. Somos muy distraídos. Nos es muy difícil mantener la atención en una sola cosa, aun por breves momentos. Y lo que es peor aun, nos dejamos invadir de ideas parásitas: miedo de hablar, preocupaciones, temores. Así se entorpece nuestra corrección. Nos ponemos a hablar, y en vez de aplicar todo el cuidado a realizarlo de forma impecable, se nos introduce subrepticiamente el miedo a tropezar. La consiguiente interferencia de ideas fatiga y nos lleva a tropezar, o al menos nos hace más áspera y violenta la corrección. Necesitamos acostumbrarnos a la concentración, aunque sea por breves instantes. A todos conviene, porque es la manera de ser eficaces en el trabajo y de fatigarse menos. Los santos, héroes, inventores, artistas, son ordinariamente concentrados. No disipan sus energías divagando a todas horas. Pero a los tartamudos les resulta mucho más útil, pues valiéndose de ella, alcanzarán sin trabajo su corrección. Es la aplicación completa de los dos principios fundamentales en que se basa la sugestión. En la concentración total se atiende a una sola idea, la que se elija, y se excluye, por tanto, toda otra. Si llegamos a poder excluir a nuestro antojo el recuerdo de nuestro defecto, caminamos a pasos de gigante hacia nuestra normalidad. Hay muchas clases de ejercicios que tienen por objeto aumentar en nosotros la capacidad de concentrarnos. La escuela de Lausanne enseña la práctica de los más importantes. El fin es fijar la atención en una idea. Uno muy útil es el de la lectura. Se comienza fijando la atención durante la lectura de una línea. Si no se ha logrado mantener la atención ni siquiera para ese pequeño tiempo, puede reducirse a la mitad. Y cada día se va aumentando de una a varias líneas hasta poder leer una página entera sin distraerse. En el descanso, que ha de durar algunos instantes, se relajan los músculos y nervios, atendiendo a alguna sensación de frío o calor, dureza o blandura. El que se concentra, llega a poder trabajar en medio de un gran estrépito sin
distraerse. Exige más esfuerzo, pero es magnífica. Se entrena practicando algún ejercicio de concentración en la calle, en un café, en una oficina de gran movimiento y ruido, entre niños que juegan y alborotan. Al principio, por unos momentos; después algo más y se continúa hasta ser impasible a lo que nos rodea. La concentración auditiva se practica escuchando el tic tac del reloj diez verse sin distraerse y, logrado esto, se procura llegar a contar hasta treinta sin perder la atención. También se hace en la conversación o al escuchar una conferencia, tratando de no distraerse. Cuando asalta la distracción no hemos podido vencerla, se descansa unos instantes y se vuelve a seguir el discurso con la mayor atención. Estos y otros ejercicios que pueden hacerse, han de realizarse tres veces al día. En poco tiempo que continuemos practicándolos, veremos la ventaja que se obtiene de pensar en lo que deseamos y dejar de atender a lo que no nos conviene. Podremos dedicarnos a nuestros trabajos con toda la atención y espantar la preocupación de nuestra lengua. Hablaremos sin miedo ni sobresalto porque dominamos el pensamiento.
Capítulo XXI Ejercicio de eliminación Continuemos en nuestro empeño de borrar hasta el recuerdo de nuestra dificultad para hablar. Tratamos de atacar directamente; presentamos batalla cara a cara a nuestro defecto. Consiste este ejercicio en pensar voluntariamente en nuestro defecto, pero no con miedo sino con audacia. Introducimos en nuestra conciencia la fobia que tenemos para hablar. Imaginamos de propósito que nos encontramos en situación apurada por no poder hablar, pero no nos asustamos. No nos da miedo. Contemplamos el caso con la misma frialdad que si fuese otro el que no podía hablar. Y reflexionamos. No hay razón para alarmarse por no hablar bien alguna vez. Y miramos el tropiezo sin darle tanta importancia. Dedicamos unos minutos a este ejercicio y apartamos después nuestra atención de nuestra fobia. No pienses que te va a dar más miedo esta práctica y, por tanto, mayor dificultad para hablar. Todo lo contrario. Y la razón es que la idea obsesionante, cuando viene voluntariamente grabada por nosotros y no aparece impuesta por el inconsciente, jamás provoca las perturbaciones acostumbradas, sino que ayuda a dominar esa misma obsesión, pudiendo reducirla o retirarla a discreción. Para hacer mejor este ejercicio se recomiendan diversos entrenamientos. Escribir dos, tres, cuatro o cinco números y al momento borrarlos de la memoria. Lo mismo puede hacerse con letras o palabras. También se pueden tomar varios objetos y se colocan sobre la mesa. Se aparta uno de ellos y, con los ojos cerrados, borramos de la mente el objeto separado. Se continúa la operación hasta quitar todos los objetos de la mesa y, acto seguido, borrarlos de la memoria. Más atrevido es el ejercicio de concretar en una palabra o frase la causa de nuestra perturbación: miedo al público, a una letra, temor al ridículo, etc. La frase o palabra que expresa nuestra fobia se graba en la mente o se quita alternativamente. Con estos sencillos entrenamientos se prepara nuestro espíritu a no dejarse dominar por el inconsciente, sino a ser él quien tome la iniciativa cuando convenga. Así se logrará hacer desaparecer de nuestra memoria las causas de nuestras dificultades de lenguaje; al principio, por breves momentos y, más tarde, totalmente. El ejercicio de eliminación es más eficaz que otros. Con él no se trata sólo de defenderse; va más adelante: ataca el mal en su raíz. Tenemos fija la obsesión del
hablar dificultado. Es la causa de nuestro malestar y hay que arrancarlo definitivamente. Esa obsesión inconsciente ha de hacerse consciente. Y nos haremos normales. El Dr. Vitor enseña esta doctrina, afirmando que un sentimiento perturbador subconsciente se normaliza si se llega a darle conciencia. Y la psiquiatría moderna, al tratar de la ansiedad, dice que su efecto pernicioso disminuye a medida que es más consciente la causa que la produce. Un examen de nuestro defecto y sus causas contribuirá a disminuirlo. El miedo, si se piensa y concreta, muchas veces desaparece o debilita. Debes valerte del ejercicio de eliminación, que tan excelentes resultados puede dar. Con él podrás examinar con valentía la causa de tus trastornos, tratando de sustraerla al subconsciente, para hacerla plenamente consciente y dominarla por entero. No es difícil ejercitarse en este entrenamiento que tanto te facilitará el vencimiento del miedo, causa principal de los trastornos del lenguaje.
Capítulo XXII Audacia Los múltiples fracasos de la lengua necesariamente crean un carácter apocado y pusilánime, que es preciso reformar. La audacia es cualidad conquistable como otras virtudes, a pesar de que tengamos muy arraigado el hábito opuesto. Y una vez adquirida, sentiremos su influjo notable sobre la lengua. )No has notado que cuando te sentiste valiente hablaste mucho mejor? Puedes hacerte tan audaz como el que más. Examinó un frenólogo a Jorge Washington y después le dijo: AUsted no tiene demasiada valentía personal@. A lo que el veterano soldado contestó: ATenéis razón; y a no ser por el sentimiento del deber, hubiera huido al entrar en fuego por vez primera@. El miedo lo siente todo el mundo, pero hay que sobreponerse a él. Shakespeare lo expresó con exactitud: ANo es valiente quien no tiene miedo, porque esto sería estúpido e irracional; sino quien con nobleza de alma vence al miedo y gallardamente da rostro al peligro que, por naturaleza, esquivaría@. Hay que contrarrestar las acechanzas del miedo y combatir fuertemente sus asaltos. Es la manera más eficaz de vencerlo. Los que tenemos el privilegio de la fe recurramos a la confianza heroica en Dios, que puede y quiere ayudarnos, y nos previene contra el miedo cuando nos dice en el Evangelio: ANo temáis a los que os pueden quitar la vida del cuerpo; temed más bien al que puede lanzar alma y cuerpo al infierno@, al pecado. Quien sabe que cuenta con la ayuda del Todopoderoso no se amilana ante los mayores peligros, ni por la misma muerte. Santa Catalina de Siena daba un paseo por el mar, cuando se levantó una fuerte tempestad que amenazaba hundir la nave. Los que la acompañaban se morían de miedo; y ella, con una calma envidiable, reconvino a los acobardados diciéndoles: A)No estamos en las manos de Dios? )Por qué temer? Hay que luchar insistentemente consigo mismo para no dejarse influenciar del miedo, considerándolo indigno y vituperable. No tiene nada de laudable y varonil; es repulsivo y deprimente, como el valor es digno y enaltecedor. La cobardía es la derrota, y la audacia, el triunfo. Hasta la fortuna coquetea con el atrevido y vuelve la espalda al cobarde.
El general Sanjurjo fue condenado a muerte por los sucesos del 10 de agosto. Tuvo que firmar la notificación. Ni aun en ese momento perdió el valor que lo caracterizó toda su vida. Estampó su firma con trazo seguro y firme. Hemos de nutrir nuestro espíritu de ideas que nos inspiren valor, admirando a los hombres que se distinguieron por su valentía. Así nos será factible el imitarlos, comenzando por acciones pequeñas y progresando paulatinamente hasta llegar a hechos más destacados. No te acobardes de hablar ante otras personas, ni eludas los compromisos que se te presenten. Si sientes miedo, como es natural, no cedas ante él. Con miedo o sin él preséntate donde lo haga otro hombre. Te será violento al principio. No importa; después será un placer. Así obraron los que anularon completamente el miedo. Repasa la historia de tantos personajes que se distinguieron por su valor y aplomo. En sus primeras actuaciones se sintieron torpes y atados, sin acertar a desenvolverse. Pero fueron constantes en luchar contra el miedo y lograron anularlo.
Capítulo XXIII Calma Excitación y nerviosismo representan la antesala del tartamudeo y son nocivos para la energía anímica, que desbaratan. (Si pudiésemos mantenernos siempre en calma! Estaríamos en disposición de hablar perfectamente dondequiera que fuere. Y es posible. De muchas maneras podemos disminuir el nerviosismo. Ante todo, quitando importancia a los contratiempos que nos excitan. Todo hombre tiene adversidades. No debe extrañarnos que nos suceda lo que es patrimonio de la humanidad. Por tanto, estemos dispuestos de antemano a no dejarnos desconcertar por los incidentes que puedan surgir. Y cuando aparezca uno de éstos, procuremos no dar señales de apuro y aturdimiento. Sepamos devorarlo en la intimidad sin que los demás se aperciban. Así se apaga el fuego de la excitación. Desde la mañana propongámonos no alterarnos por más que ocurran ocasiones molestas. Atiende lo que dice uno que estaba dotado de un temperamento nervioso e irritable y supo someterlo y vivir en perpetua calma. San Francisco de Sales: ATodas las mañanas prepara tu alma para tener un día tranquilo. Cuando estés en paz, aprovecha tan ventajoso estado para avanzar, ejercitándote sin cesar en actos de bondad y mansedumbre. Si algo te descompone, no te turbes y contraríes, sino, al descubrir el hecho, humíllate suavemente en la presencia de Dios y trata de poner tu alma en actitud tranquila, diciendo: Sí, tropecé; debo ser más cuidadoso@. Parece que pensaba an ti el Doctor de la Paz. Sus consejos te harán inmenso bien si los practicas con paciencia. Espera, esfuérzate y lograrás el hábito de la paz y serenidad de ánimo. Si practicas la virtud, te será más fácil aceptar con calma las contrariedades, pensando que ese contratiempo que te sale al paso, es una excelente ocasión que Dios te prepara, para que acrezcan tus méritos en la eternidad. La psicología señala otros medios, que cuestan poco y son eficaces. Enseña que la respiración profunda es utilísima para desbaratar el efecto depresivo que produce cualquier temor o impresión. Apenas sobrevenga alguna decepción, haz por inspirar muy hondo, con lo que disipes la excitación. Si la impresión es fuerte, necesitarás dos o tres inspiraciones suaves profundas.
No dejes de aplicar una práctica tan sencilla siempre que sientas alguna contrariedad o excitación. Y lo mismo, y aun con más motivo, cuado te asalte el miedo a actuar en público, sea hablar, leer, recitar, etc. El miedo es la emoción que con más celo debemos combatir. Mayor eficacia sedante alcanzará la respiración, si añadimos la fuerza de la idea, que es innegable. Esa idea ha de ser la de serenidad, tranquilidad, dominio absoluto. Después de realizar las inspiraciones profundas, puedo uno calmarse más diciéndose: AMe siento seguro, dueño de mí mismo, inalterable. Domino mis impresiones con facilidad@. Y repetirlo unas cuantas veces. La calma tiene ventajas grandes para todos: se discierne con más acierto, la voluntad es más firme, la memoria más segura, el sistema nervioso, equilibrado. Pero para el tartamudo sube de punto su conveniencia: estando en calma perfecta nadie tartamudea. Cuanto hagamos por vivir en completa calma es caminar en derechura hacia nuestra normalidad absoluta. Aprecia en lo que vale esa calma, que puedes conseguir.
Capítulo XXIV Dominio de sí Nos interesa esta disposición. Y no cuesta mucho demostrarlo. El tartamudo es influido fundamentalmente por la falta de dominio de sí mismo. Por la vía del dominio de sí mismo se puede llegar a la verdadera corrección. Es virtud difícil para todo el mundo, pero cuánto más para el tartamudo, que tiene unos nervios siempre encrespados y una imaginación desbordada. No obstante, no hay que desanimarse. Con la ayuda de Dios, que nunca falta, lo podemos todos. )Qué haremos para ser dueños de nosotros mismos? Ante todo, ser más reflexivos. Obramos bajo la influencia de las impresiones, y en estas condiciones no es posible que predomine la mente sobre los nervios. Sucede todo lo contrario. Cuando una emoción nos embargue, parémonos a reflexionar sobre ella y en el noventa y ocho por ciento de los casos observaremos que no hay motivo para inquietarse, que perdemos nuestro dominio sin causa justificada. Tenemos que hablar en público, por ejemplo. (Qué cosas nos sugerirá la loca imaginación! Detengámonos a discurrir unos instantes y la mente nos dirá que es pueril ese miedo, que nadie debe intimidarnos, que ni por muchos o pocos que nos escuchen, nada nos quitará la posibilidad de hablar correctamente. Acostumbrémonos a no permitir que nos arrastre en nuestras determinaciones la imaginación, sino que sea el entendimiento, que sabe medir la importancia de las cosas, quien nos guíe en todos nuestros actos. También es en alto grado aconsejable la tranquilidad exterior. Podemos adoptarla en todo momento y, si la perdemos un segundo, tratar de recuperarla cuanto antes. No permitamos que salgo al exterior la emoción que sentimos. Aunque tengamos que hacernos violencia, obremos con tal calma aparente como si nuestro espíritu estuviese bañado en un lago de máxima paz. No demos a conocer la turbación que sentimos con nuestros ademanes, gestos, movimientos, expresiones. No poder contenerse acusa debilidad de carácter. Los fuertes viven en un estado de paz siempre igual o con ligeras variantes, que muchos ni perciben.
Capítulo XXV Alegría Si vives alegre, hablarás mejor. A poco que te hayas observado, me darás la razón. La alegría es valor; y ya sabes cuánto ayuda la valentía para hablar mejor. La alegría sana y auténtica es tónica, es calmante: tonifica la sangre y calma los nervios; aviva el espíritu y representa muchas veces la gran medicina. (Qué propiedades más estimables para nosotros! Eso necesitamos precisamente: tonificarnos, calmarnos. Con la alegría se toman más prontamente las determinaciones, el arranque es más decidido y la constancia más firme. (Qué ajustadamente nos beneficia este influjo de la alegría! Precisamente adolecemos de indecisión, de falta de audacia para determinarnos, y de no ser perseverantes en nuestros planes. La alegría favorece en la lucha. La persona triste está vencida de antemano. El alegre es luchador ordinariamente. Y nos hace mucha falta luchar de veras para superar nuestra dificultad de hablar. Si nos acompaña la alegría, es mucho más segura la victoria. Las ventajas que proporciona la alegría son, pues, incontables. Podemos decir que a la alegría puede aplicarse en cierto modo el elogio que se hace de la Sabiduría: ATodos los otros dones recibe el alma a quien yo he sido dada@. Ozanan apreciaba la alegría sobre todas sus cosas. Un día en que, postrado en su casita de Antignano, contemplaba el sol descendiendo sobre las olas, su esposa, sentada un poco más atrás que él para que no se diese cuenta de que lloraba, admiraba la serena tranquilidad que reinaba en las facciones de su querido enfermo. En esto, se le ocurrió preguntarle: AFederico, )cuál de los dones que has recibido de Dios crees ser el más grande?@ Y sin vacilar contestó: ALa paz del corazón@. La paz del corazón no es otra cosa que la verdadera alegría: un gran estimulante que hace tolerables todos los males de esta vida. Todos los actos resultan más fáciles con la presencia de la alegría en el alma. Los ejercicios que hayas de practicar, procura realizarlos con entusiasmo, con sincera alegría. Serán más eficaces, además del efecto sedante que da el sentirse alegres. Existen diversas fuentes perennes de alegría. Una muy importante es el cumplimiento del deber. Ni los placeres ni los millones ni los cargos elevados valen
nada si se consiguen o se conservan con olvido del deber. El que no cumple con su deber está lejos de la justicia, del orden, de Dios. )Y quién tendrá alegría, justicia y orden sin Dios? La emperatriz Justina pedía al notario imperial, Benévolo, su cooperación a una acción injusta, amenazándole con desposeerle de su alto cargo si no la complacía. Pero se encontró con un hombre que anteponía el deber a su cargo. Al instante se despojó de la banda, que era la insignia de su dignidad, y la puso en manos de la emperatriz diciendo: AA vos, los honores; a mí, mi conciencia@. Cumplir el propio deber es como vivir siempre de fiesta. Dice San Juan Crisóstomo: AEl que practica la virtud celebra una fiesta, aunque ésta no exista en el calendario. La forma de esta fiesta halla su expresión en la pureza de la conciencia@. Puedes, por tanto, estar en perpetua alegría, cumpliendo escrupulosamente con tus obligaciones, aunque te cuesten sacrificios. Con esta alegría constante tu sistema nervioso se hallará más sosegado, tu lengua más ágil y segura, tus trabajos más llevaderos, tus energías más poderosas, tu voluntad más heroica, tu entendimiento más despierto.
Capítulo XXVI Optimismo No es revelar ningún secreto decir que no eres optimista. Estás tan acostumbrado a fracasar que te resistes fuertemente a confiar en tu buena estrella. Y hay que ser optimista, pese a todos los reveses sufridos en tu vida pasada. Has de ser optimista en lo que se refiere a tu corrección y aun a tus restantes asuntos. Tu imaginación descontrolada te llevó al pesimismo, a la exageración de tus males, al desaliento. Los recuerdos tristes de tus fracasos han penetrado tu inconsciente y, aun contra tu voluntad, siguen operando a todas horas. Examina atentamente tu modo de pensar y deducirás que te has desalentado, entristecido y apesadumbrado exageradamente sin motivo. Hay que vigilar con cuidado esa imaginación para que no nos precipite en el pesimismo y abatimiento. Puedes ser optimista en la mayor cantidad respecto de tu corrección. Sigue con fidelidad el método de corrección que queda expuesto arriba, y tu lengua desgranará palabras seguras y claras como las del más normal. Y también has de ser optimista en tus demás planes. Si crees en Dios y en ti nada te será imposible. El Evangelio te dice que puedes hasta trasladar montañas si tienes fe en Dios. Aumenta tu fe, dilata tu esperanza. No temas estimarte en mucho. Si te estimas rectamente, jamás serás orgulloso ni engreído. El orgullo y el engreimiento son alta de Dios en el hombre. Cuenta siempre con Dios si deseas levantarte a lo alto. Harás verdaderos prodigios confiando plenamente en Dios. Has recibido aptitudes personales que, si las cultivas, darán ubérrimos frutos. Despierta tus potencias, que son los talentos que Dios te ha dado y que exige se los devuelvas duplicados. Puedes esperar mucho de ti, no por esfuerzos esporádicos, que a poco conducen, sino por la perseverancia en tu empeño y trabajo. Puede más la insistencia de la gota de agua que la impetuosidad del torrente. Sé optimista. Confía en ti y confiarán en ti los demás. Si te sientes capaz de corregirte perfectamente y de emprender otras grandes empresas, te puedes sonreír de confianza ante las imposibilidades que otros puedan sugerirte. (Cuánto más podrás si alimentas con cariño estos renovadores pensamientos! Y no son palaras huecas, sin sentido. Tienen más realidad y verdad de la que te he expresado.
Has de vivir y sentir estusiásticamente esta preciosa doctrina del optimismo. Entrégate a tu corrección saturado de este contagioso optimismo, y con menor sacrificio y tiempo habrás cantado victoria. Extiende ese optimismo a los demás actos de tu vida.
Capítulo XXVII Decisión Otra importante faceta del espíritu, que se ha de tener en gran aprecio. Somos vacilantes. Nuestra dificultad de hablar nos ha hecho así, si no lo éramos antes. Vacilamos para comenzar a hablar, que es lo que con más cuidado hemos de evitar. Vacilamos entre expresar una idea u otra muy distinta, una palabra o su equivalente. Nuestra mente se agita en constante vacilación. Y la lengua, naturalmente, ha de resentirse de la misma inseguridad. Debemos, por consiguiente, procurar que quede enraizada en nuestra alma la decisión. No vaciles. Mantén viva la idea de la serenidad. Es esencial que te sientas con fuerzas para realizar lo que proyectas. Ten por seguro que puedes hablar normalmente en todo momento. Condúcete desde ahora como si estuvieras plenamente decidido. Has de conquistarte para ti valor, determinación, voluntad y dominio de ti mismo. Mientras no tengas el pleno dominio de ti mismo, trata de portarte como si ya realmente fueses dueño absoluto. Lejos la indecisión. Las altas empresas tuvieron por determinante una enérgica decisión, y esta excelsa cualidad aureoló a cuantos se distinguieron extraordinariamente. El que vacila, anda titubeando entre dos opiniones sin saber a qué carta quedarse. No denota dominio, sino servilismo. El decidido no espera circunstancias favorables ni se somete a los acontecimientos. El vacilante no se pertenece. Está a merced de cualquiera. Ejemplo de decisión histórica es la de Julio César. Ningún general podía pasar el Rubicón, río sagrado e inviolable, sin autorización del Senado. Pero César se veía en la alternativa de perecer él o de que pereciese la patria. Y pronunció la consabida frase: Alea jacta est. La suerte está echada. Y atravesó el río. La decisión de César cambió la faz de la historia. El que vacila está perdido, se ha dicho siempre. Y así es. Nada de provecho hará el que va sin rumbo fijo, lleno de dudas y vacilaciones. El hombre negativo inspira desconfianza. El positivo está en el mundo para altas empresas. Se cuenta de Alejandro Magno que le preguntaron cómo había conquistado el mundo. Y contestó: ANo vacilando nunca@. Y tú puedes ser decidido. Aprende a hablar y obrar resueltamente. Recuerda
que el hombre decidido vale dos veces más que el irresoluto, que no sabe adónde va ni lo que busca. La decisión fue la cualidad característica de Napoleón. Así asombró al mundo con sus resonantes triunfos. Era resuelto en lo esencial y en lo accesorio. Levantaba el ánimo de sus tropas medio derrotadas y daba valor a los soldados más caídos. Solía decir que había pasado la moda y la época de los Aperos y contras@ y que ahora convenía obrar con máxima celeridad y decisión. Para decidirse es necesario antes concentrarse. Y el vacilante no sabe hacerlo; dispersa sus energías y no persevera en su propósito hasta vencer. El vacilante no obra con arreglo a los principios que son inmutables; se guía por impresiones, que cambia a cada momento. El apocado pasa su vida lamentándose de las dificultades que le salen al paso. El decidido allana los caminos más abruptos y se abre paso entre peñascos. Aprende, por tanto, a tener firme y enérgica voluntad. Aplica en todos tus actos esta tan hermosa doctrina de la importancia y valor de la decisión; proscribe de tus acciones la vacilación, que te anulará. El vacilante pasa lo mejor de su vida antes de decidirse, porque jamás supo forjar con fijeza en su mente lo que había de hacer.
Capítulo XXVIII Confianza en ti
Muchas virtudes nos son necesarias; muchas cualidades nos convienen desde varios puntos de vista. Pero dudo que haya otra que pueda interesarnos más que la anteriormente aludida: la confianza en nosotros mismos. )Por qué no podemos hablar sino porque desconfiamos de nosotros mismos? La confianza va directamente contra el tartamudeo. Es necesario despertar en ti una gran confianza. Y ningún mal se seguirá si fuese exagerada y te creyeras más de lo que eres y te lanzaras a empresas para las que no vales. Cuánto peor sería que, estando destinado para altos planes, te empequeñecieras llevando una vida sin ilusiones, sin aspiraciones, vegetando como un adocenado más. Es propio de todo hombre no sentirse satisfecho con lo alcanzado hasta ahora y tratar de levantarse un poco más. La actitud de superarte, de mejorarte, se convertirá en aptitud si no desistes, porque todo converge hacia el punto al que aspiramos. Puedes intentar planes descabellados Cpor ejemplo, ser un NapoleónC que está más allá de tus posibilidades. Pero si persistes en tus esfuerzos, adquirirás una mayor habilidad, una capacidad de esfuerzo de que antes carecías. )Es poco esto? ) Qué has perdido con confiar demasiado en ti? No temas, por tanto, excederte en aspiraciones nobles y puras, que manifiestan una gran confianza en ti. Atiende a esta cita interesante de Bover: ALa desconfianza personal es la determinante de casi todos nuestros fracasos. La confianza en nuestras fuerzas es ya de por sí una fuerza; y en cambio es débil el fuerte que desconfía de su fuerza@. Poco más se puede decir en pocas palabras. También tiene verdad entrañable esta otra idea de Reynolds: ALa confianza en sí mismo es un poderoso elemento del carácter, gana olímpicas coronas e ístmicos laureles, y confiere paridad con los hombres que reivindicaron el derecho de mantener su nombre en la memoria de las gentes@. La confianza da un sentimiento de poder que ninguna otra cualidad puede dar. Dice Shakespeare que Ani el débil ni el apocado podrán conocer el generoso impulso que mueve a quien confía en sí mismo; su gozo no es el del que ha logrado el premio, sino el del que se siente capaz de lograrlo, que es mucho mayor@. Los grandes hombres han tenido siempre confianza en sí mismos. Dante se
atrevió a vaticinar su fama. Julio César animaba a su piloto diciéndole: ANo temas, que llevas a César@. La confianza en sí mismo denota energías de reserva. Generalmente se puede confiar en quien confía en sí mismo. Kosutt aconsejaba humildad sin menoscabo de la confianza. Su pensamiento lo expresaba en estas palabras: ALa humildad es parte de la sabiduría; pero no ha de oponerse a la confianza propia, que de todas las demás cualidades es la que más se conforma a la verdadera virilidad@. Es vituperable el engreimiento, la presunción y la jactancia; como es laudable la confianza en el propio valer. Ni presumido ni tímido. En medio de estos dos vicios está la virtud de la confianza en sí mismo. Has de procurar no sólo hablar correctamente, sino librarte de todos esos defectos que suelen engendrar el tartamudeo: la timidez, la tristeza, el pesimismo, la inseguridad, etc. Aspira a la mayor normalidad en el hablar y en todo lo demás. Así ves cómo tantas cosas afianzarán tu triunfo formando para ti un Amétodo de convergencia ortofónica@.
Índice Prólogo .........................................................................................................................1 Capítulo I.- El tartamudeo .........................................................................................5 A II.- Puedes corregirte ..................................................................................7 A III.- En busca de un método .........................................................................9 A IV.- La verdadera solución .........................................................................11 A V.- Puedo y confío .....................................................................................13 A VI.- Ante los demás ....................................................................................15 A VII.- Observancia del método .....................................................................17 A VIII.- Victoria en las derrotas .......................................................................19 A IX.- Siempre firmes ....................................................................................21 A X.- Lejos del alcoholismo ..........................................................................23 A XI.- Preliminares al método .......................................................................25 A XII.- Método de corrección (treinta día de prácticas del método de convergencia ortofónica) ......................................................................27 A XIII.- Hipnotismo ..........................................................................................91 A XIV.- Sugestión ............................................................................................93 A XV.- Mayor aprovechamiento de la sugestión ............................................95 A XVI.- La imaginación sugestiva ...................................................................97 A XVII.- Deseo y voluntad ................................................................................99 A XVIII.- Los actos conscientes ......................................................................101 A XIX.- Vivir en el presente ...........................................................................103 A XX.- La concentración mental ...................................................................105 A XXI.- Ejercicio de eliminación ....................................................................107 A XXII.- Audacia .............................................................................................109 A XXIII.- Calma ................................................................................................111 A XXIV.- Dominio de sí ....................................................................................113 A XXV.- Alegría ...............................................................................................115 A XXVI.- Optimismo .........................................................................................117 A XXVII.- Decisión ............................................................................................119 A XXVIII.- Confianza en ti...................................................................................121