TEORÍA PSICOANALÍTICA: La teoría psicoanalítica fue construida sobre la premisa de que los deseos inconscientes, especialmente los representantes psíquicos de los impulsos biológicos y sexuales, sexuales, son parte centra centrall de la motivac motivación ión de la persona personalid lidad ad humana. humana. Freud Freud postul postuló ó que los trastorno trastornos s neuróticos (y también otros trastornos mentales) tenían una causalidad psíquica, es decir, fundamentada no en lo orgánico, ni en lo hereditario, sino en un retorno de lo reprimido en forma forma de sínt síntoma omas. s. Post Postul uló ó que que las las fant fantas asía ías s y dese deseos os repr reprim imid idos os,, por por su cará caráct cter er inaceptable para el sistema consciente, habían devenido inconscientes, pero mantenían sin embargo embargo su eficacia eficacia psíquica. psíquica. Freud plantea que los contenidos inconsciente inconscientes s tienen un carácter indestructible y que las representaciones de las pulsiones están permanentemente tratando de abrirse paso hacia la conciencia para lograr algún tipo de satisfacción, aunque sea amenguada o sustituta. Las funciones específicas desempeñadas por las tres entidades no siempre son claras y se mezclan en muchos niveles. La personalidad consta según este modelo de fuerzas diversas en conflicto inevitable. Si bien la idea general de que la m ente no es algo homogéneo tiene amplia aceptación, tanto dent dentro ro como como fuer fuera a del del camp campo o de la psicología, psicología, es tambi también én una idea idea contro controver vertid tida. a. En part partic icul ular ar hay hay detr detrac acto tore res s de la teor teoría ía de que que el psiq psiqui uism smo o se divi divida da en esto estos s tres tres componentes. El psicoa psicoanál nálisi isis s es una prácti práctica ca terapé terapéuti utica ca fundad fundada a por el neuról neurólogo ogo vienés vienés Sigmund Freud alrededor de 1896. Lo que intenta intenta el psicoa psicoanál nálisi isis s es hacer hacer concie conciente nte lo inconc inconcien iente te a partir partir de la palabr palabra a mediante el método de "asociación libre" y la interpretación. El Psicoanálisis es, a la vez, un conjunto de teorías psicológicas, un método método de investigación y un método psicoterapéutico creados por Sigmund Freud. El psicoanálisis psicoanálisis se opone a identificar identificar lo psíquico psíquico con lo conciente. conciente. Los procesos procesos concientes concientes consti constituy tuyen en apenas apenas una fracci fracción ón de la vida vida anímic anímica a total. total. Freud Freud afirma afirma que existe existe un pensamiento y una voluntad inconciente. La definición clásica de Freud incluye los siguientes tres aspectos: A) Un método método de investigac investigación ión que consiste consiste esencialmen esencialmente te en evidenciar evidenciar la significac significación ión inconsciente de las palabras, actos, producciones imaginarias (sueños, fantasías, delirios) de un individuo. Este método se basa principalmente en las asociaciones libres del sujeto, que garantizan la validez de la interpretación. La interpretación psicoanalítica puede extenderse también a producciones humanas para las que no se dispone de asociaciones libres. B) Un mé méto todo do psic psicot oter eráp ápic ico o basa basado do en esta esta inve invest stig igac ació ión n y cara caract cter eriz izad ado o por por la interpretación controlada de la resistencia, de la transferencia y del deseo. En este sentido se utiliza la palabra psicoanálisis palabra psicoanálisis como sinónimo de cura psicoanalítica; psicoanalítica ; ejemplo, emprender un psicoanálisis (o un análisis). C) Un conjunto conjunto de teorías teorías psicológic psicológicas as y psicopatol psicopatológica ógicas s en las que se sistematiza sistematizan n los 4 datos aportados por el método psicoanalítico de investigación y de tratamiento. La escuela escuela psicoanalít psicoanalítica ica es una teoría sobre los procesos procesos psíquicos inconscientes inconscientes,, que presen presenta ta una concep concepci ción ón amplia ampliada da de lasexualidad la sexualidad,, de sus relacion relaciones es con el aconte acontecer cer psíquico y su reflejo en lo sociocultural. El supuesto de que existen los procesos, fenómenos y mecanismos psíquicos inconscientes junto al papel de la sexualidad y del llamado complejo de Edipo, Edipo, que resulta en una diferenciación diferenciación entre instinto y pulsión; pulsión; así como la aceptación de la teoría de la represión y el papel de la resistencia en el análisis constituyen para Freud los pilares fundamentales de su edificio teórico, al punto que sostiene que «quien no pueda admitirlos todos no debería con tarse entre los psicoanalistas». 3 En el sentido estricto, el psicoanálisis puede ser definido como un método y técnica de tratamiento psicoterapéutico basa basada da en la expl explor orac ació ión n del del inco incons nsci cien ente te a trav través és de la asociación asociación libre. libre. el psic psicoa oaná náli lisi sis s se cuent cuenta a entr entre e las las técn técnic icas as de desc descub ubri rimi mien ento to o develación que intentan que el paciente logre una comprensión profunda de las circunstacias
(generalmente inconscientes) que han dado origen a sus afecciones, o son la causa de sus sufrimientos o malestares psíquicos. Esta técnica se denomina asociación libre y constituye la regla fundamental.el paciente se recuesta en un diván y habla, en lo posible sin censura, sobre todo lo que siente, piensa, poniendo en palabras toda ocurrencia que le venga a la mente. El analista que está sentado tras él, escucha manteniendo una atención parejamente flotante y comunica al paciente sus interpretaciones, hechas en base al material que va apareciendo durante el proceso analítico. el eje central del psicoanálisis como técnica terapéutica es la asociación libre. Técnica Psicoanalítica: Según el psicoanálisis, los síntomas histéricos y neuróticos tienen un origen ligado a conflictos inconscientes, aspectos de los cuales, pese a ser ajenos por completo al consciente del analizado, pugnan por emerger a la conciencia. El retorno de lo reprimido, resultado de una represión fallida ante la fuerza emergente del material reprimido, es una formación de compromiso, ejemplo de lo cual constituye el síntoma histérico y, en general, el neurótico. El objetivo de la terapia es vencer las resistencias para que el analizado acceda a las determinaciones inconscientes de sus sentimientos, actitud o conducta. Freud, en una de las oportunidades en las que describe la operación que lleva a cabo la terapia analítica, lo hace en estos términos: "la rectificación con posterioridad del proceso represivo originario".17 La «regla fundamental» de la técnica psicoanalítica es la asociación libre.18 El analista introduce al paciente en la técnica solicitándole que le comunique todos los pensamientos, ocurrencias, ideas o imágenes que se le pasen por la mente, independientemente de que estos le parezcan absurdos, irrelevantes o comprometedores, «sin criticarlos o seleccionarlos».19 Al comunicar estos contenidos, el analizado no debe tener en cuenta cuan insignificante, trivial o desagradable le resulten, ya que esto sólo expresaría la acción de las resistencias». En cuanto a la interpretación, su función es propuesta como algo que se acercaría mucho más a un desciframiento. el analista no conoce las respuestas, El analista recoge las claves que otorga el paciente y hace las interpretaciones». 24 Los lapsus son actos erróneos para la conciencia, en los que se manifiesta una descarga del inconsciente. Para Freud, expresa un motivo personal relevante, desconocido para la personalidad consciente. A menudo el lapsus no es obvio y se revela sólo después de una larga cadena de asociaciones. Una segunda área explotada por la asociación libre es la de los sueños, considerada la «vía regia al inconsciente». Para el psicoanálisis los sueños son siempre realizaciones de deseos,25 los cuales generalmente se disfrazan por ser inaceptables para la organización consciente del individuo. Freud distingue en la estructura del sueño: el contenido manifiesto, que generalmente parece incoherente y sin sentido pero que presenta algún tipo de historia narrativa; y el contenido latente, que se refiere a las asociaciones que se despliegan a partir del sueño manifiesto. El sueño (la ilación de sus contenidos manifiestos) es una formación producida por el trabajo del sueño que transforma el material latente mediante la condensación, el desplazamiento, el trastorno en su contrario y diversos tratamientos que las representaciones inconscientes reciben, en virtud de su estructura . Los sueños son figuraciones capaces de acceder a la conciencia, ya que en esta situación de reposo (el dormir) es cuando la censura se encuentra más relajada y la resistencia se encuentra debilitada. Los anhelos y deseos que tienen prohibido el acceso en los estados conscientes tienen una oportunidad de escaparse tras el velo de la desfiguración onírica. También en el chiste encuentra el psicoanálisis una de las manifestaciones paradigmáticas del inconsciente. Freud afirmó que el individuo neurótico, cuyas necesidades eróticas infantiles permanecieron insatisfechas, podrá orientar sus requerimientos libidinosos hacia una nueva persona que surja en su horizonte. Asociación libre: En el psicoanálisis, la asociación libre es el método descrito por Sigmund Freud como la "regla fundamental", constitutiva de la técnica y que consiste en que el analizado exprese, durante las sesiones de la cura psicoanalítica, todas sus ocurrencias,
ideas, imágenes, emociones, pensamientos, recuerdos o sentimientos, tal cual como se le presentan, sin ningún tipo de selección, sin restricción o filtro, aun cuando el material le parezca incoherente, impúdico, impertinente o desprovisto de interés. Las asociaciones pueden surgir de manera completamente espontánea (asociación libre propiamente tal, en sentido estricto) o inducidas por algún elemento de un sueño o por cualquier otro objeto de pensamiento (por ejemplo una fantasía). Para el psicoanálisis es justamente la observancia de esta técnica esencial la que contribuye a que afloren las representaciones inconscientes, actualizando los mecanismos de resistencia. Cuanto más libres sean las asociaciones, tanto más probable será que los contenidos inconscientes aparezcan en la sesión analítica. DINÁMICA MENTAL: La psicología psicoanalítica explica los fenómenos psíquicos como el resultado de la acción recíproca y de la acción contraria de fuerzas, esto es, de una manera dinámica, que es al mismo tiempo genética, puesto que no sólo examina un fenómeno como tal sino las fuerzas que lo producen. Hay un tipo especial de fuerzas, los impulsos instintivos, que son directamente experimentados como una energía apremiante, instan a una acción inmediata y uno se siente impulsado por fuerzas de diversa intensidad para cumplirlos. La parte no instintiva de la mente humana resulta comprensible como un derivado de la lucha en pro y en contra de la descarga, creada por influencia del mundo externo. Existe otro tipo de fuerzas, los triebe o impulsos, que son variables en su fin y en su objeto por acción de fuerzas derivadas del ambiente. La dinámica mental lleva a una homeostasis, que no implica una inamovilidad, sino un trabajo constante de las funciones vitales. La homeostasis se encuentra, en principio, en la raíz de toda conducta instintiva y las conductas "anti - homeostáticas" se explican como una complicación secundaria a fuerzas externas. Cuando las tendencias a la descarga y las tendencias inhibitorias son igualmente fuertes, no hay signos exteriores de actividad, pero se consume energía en una lucha interna oculta. ECONOMÍA PSÍQUICA: La energía de las fuerzas existentes tras los fenómenos psíquicos es desplazable. Los impulsos intensos que exigen una descarga son más difíciles de refrenar que los débiles, pero pueden ser contrarrestados por fuerzas contrarias igualmente poderosas. Establecer la cantidad de excitación que puede ser soportada sin descarga, significa un problema económico. Existe un intercambio de energía psíquica entre las funciones de ingreso, consumo y eliminación. Existen tensiones placenteras, como la excitación sexual y faltas de tensión dolorosas, como el aburrimiento, no obstante la hipótesis de Fechner -según la cual, todo aumento de tensión psíquica es sentido como displacer y toda disminución de la misma, como placer- es válida en general. El hecho que un impulso tenga la cualidad de conciente no tiene nada que ver con su aspecto cuantitativo o dinámico, sino que se relaciona con su dimensión cualitativa. ESTRUCTURA PSÍQUICA: Los fenómenos psíquicos deben ser considerados como el resultado de la acción combinada de fuerzas que presionan, las unas, hacia la motilidad, las otras, en sentido opuesto.
LAS TÓPICAS: Corrientemente se habla de dos tópicas freudianas, la primera en que se establece una distinción fundamental entre inconsciente, preconsciente y consciente, y la segunda que distingue tres instancias: el ello, el yo, el superyó". Estos sistemas son "lu gares virtuales", es decir, producto de una conceptualización espacial que carece de cualquier tipo de vinculación anatómica. El inconciente no está ubicado en ninguna parte de nuestra fisiología; es un espacio virtual.
PRIMERA TÓPICA: CONCIENTE, PRECONCIENTE, INCONSCIENTE. La conciencia es la cualidad momentánea que caracteriza las percepciones externas e internas dentro del conjunto de los fenómenos psíquicos. El término inconsciente se utiliza
para connotar el conjunto de los contenidos no presentes en el campo actual de la conciencia. Está constituido por contenidos reprimidos que buscan regresar a la conciencia o bien que nunca fueron conscientes y su cualidad es incompatible con la conciencia. El 'preconsciente' designa una cualidad de la psique que califica los contenidos que no están presentes en el campo de la conciencia pero pueden devenir en conscientes. Los estados reprimidos son aquellos que no se les puede acceder sin una hipnosis, generalmente son revelaciones a través de imágenes retenidas durante el tiempo de vida de cada individuo. ♦ Sistema Conciente : Freud no se esfuerza demasiado por caracterizar la conciencia, La conciencia está asociada a la percepción y cumple una función selectiva, recibiendo y filtrando los estímulos provenientes tanto del mundo exterior como del interior. De toda la información que se ofrece a nuestra percepción, somos concientes momentáneamente de ciertos elementos y de otros no. Se trata de la parte del aparato psíquico más próxima al mundo exterior y se encuentra entre este y la memoria. Sin embargo, el consciente no memoriza nada, esto le corresponde a otro elemento que es el preconciente, del cual hablaremos más tarde. La conciencia debe ser considerada como un órgano sensorial situada en el límite de lo interno y lo externo, capaz de percibir procesos de una u o tra naturaleza. Su función es fundamentalmente perceptiva, registra la información procedente del exterior y también la del interior. Frecuentemente se ha intentado explorar el sistema conciente mediante la auto-observación, pero esta observación introspectiva no puede convencernos por completo, pues todo lo que uno puede decir de si mismo no ofrece suficiente garantía de objetividad. El estado de vigilia sería la superficie externa de la conciencia. Durante el sueño, en cambio, aquella sería impermeable a los estímulos externos al mismo tiempo que aumentaría la sensibilidad a la superficie intrapsíquica. El conciente es un órgano de percepción situado en el límite de lo interno y lo externo. En el sujeto despierto, la más sensible sería la superficie externa del conciente, mientras que durante el sueño esta superficie sería menos permeable a los estímulos externos, aumentando en cambio la sensibilidad de la superficie interna. Para que un acto psíquico llegue a ser conciente, es necesario que recorra todos los peldaños del sistema psíquico. El hombre no reacciona siempre a todo estímulo y el sistema conciente de la impresión de contar con un detector o amortiguador de estímulos, que amortigua los potenciales energéticos que llegan a él. Su localización topográfica correspondería hipotéticamente a la corteza cerebral. ♦
Sistema Preconciente
Es una instancia cuyos contenidos no están en la conciencia pero son susceptibles de acceder a ella. Comprende los pensamientos y vivencias que en un momento dado no son conscientes, pero que pueden convertirse en tales, mediante un esfuerzo de atención, a diferencia de lo inconsciente que indica los procesos y los contenidos psíquicos activamente rechazados de la conciencia por fuerzas intrapsíquicas, como la censura y la represión Este último es un sistema de percepción y está íntimamente ligado o relacionado con la afectividad, pero en el transcurso del desarrollo se interpone algo entre ambos sistemas, que viene a complicar al mecanismo psíquico. Este algo está constituido por el preconciente que contiene, por una parte, elementos procedentes del inconsciente que progresan hacia la conciencia y por otra parte, por impresiones almacenadas procedentes del exterior. Por lo tanto aunque sus contenidos no se encuentran en el campo de la conciencia pueden estarlo en cualquier momento. Sus contenidos son accesibles a la conciencia, sin que para ser parte de ella tengan que superar una censura represiva, sino más bien una censura de tipo selectiva ya que no caben todos los contenidos del exterior en nuestra memoria. Así, cualquier información que llegue a nuestro sistema perceptivo, aunque luego sea reprimido, dejará de estar en el campo de la conciencia para pasar al preconciente, al mismo tiempo que contenidos del preconciente pueden pasar al consciente sin ningún esfuerzo.
Resumiendo: lo inconsciente sería como una gran cámara en la que se acumulan todas las tendencias psíquicas, hay otro gran salón que llamamos la conciencia, y entre ambos salones hay un centinela que permite o no el paso de lo inconsciente a lo conciente. Ese centinela es la censura. Las tendencias rechazadas por la censura son reprimidas y no pueden ingresar en la conciencia. Tenemos lo conciente, tenemos lo inconsciente; pero hay otra instancia en el medio de ambos y es el preconciente. Freud observa que hay pensamientos que no son concientes porque no están en el pensamiento constantemente, y que tampoco son inconscientes porque se hayan de este lado de la censura, entonces se dice que son pensamientos preconcientes. Su contenido está integrado, en parte, por elementos procedentes del inconciente en paso hacia el conciente y también del conciente hacia el inconciente, adoptando la forma de material preconciente. Existen además impresiones del mundo exterior, radicadas como representaciones fonéticas o verbales. ♦
Sistema Inconciente:
Su conocimiento sólo puede darse de un modo indirecto, mediante los datos que suministran los sueños, los actos fallidos, los test proyectivos y sobretodo, la historia de síntomas neuróticos y psicóticos. El inconciente, para el psicoanálisis, es psíquicamente positivo, en constante evolución y cargado de energía psíquica. La existencia del inconciente se puede establecer por el contenido y modo de actuar . Dentro de los contenidos se pueden encontrar los equivalentes instintivos y las representaciones de hechos, objetos y de órganos. El modo de actuar del inconciente se denomina proceso primario, por ser la primera forma de actuación, la más primitiva del psiquismo. En el inconciente hay que tomar en cuenta los siguientes mecanismos Desplazamiento: consiste en la movilización y cambio de lugar de una carga psíquica, un desplazamiento de la importancia de una unidad a otra. (Histeria de angustia: neurosis fóbica y neurosis obsesiva). Condensación: consiste en la unión de varios elementos separados que tienen determinada afinidad entre sí (Histeria de conversión). Proyección: el sujeto proyecta sus impulsos agresivos sobre otros y luego se siente perseguido y acosado por esos mismos (Paranoia y neurosis fó bica). Identificación: transferencia del acento del objeto al sujeto en una manifestación general. Va de sujeto a objeto. Características del inconsciente: Ausencia de cronología: el inconciente no reconoce pasado ni futuro, tan sólo el presente. Ausencia del concepto de contradicción: no pone reparo a la existencia de sucesos antitéticos. Tampoco sabe decir que no y cuando necesita dar una negativa, debe enunciarla recurriendo a otros elementos. Lenguaje simbólico: cuando el inconciente tiene que decir, lo expresa en forma de símbolos. Igualdad de valores para la realidad interna y la externa o supremacía de la primera. Predominio del principio del placer: no soporta el displacer. Dentro del sistema inconciente es necesario tener en cuenta una porción que se halla integrada por elementos que si llegaran a ser concientes presentarían notables diferencias con los demás, constituyendo el inconciente reprimido. Todo lo reprimido tiene que permanecer inconciente, pero no forma por sí solo todo el contenido de este sistema. Constituye el gran descubrimiento freudiano. El inconciente es un sistema psíquico cuyos contenidos no tienen acceso a la conciencia, al menos no fácilmente, porque han sido reprimidos y encuentran una resistencia cada vez que intentan acceder a la conciencia. Estos contenidos inconcientes son representantes de las pulsiones que tienen vedado el acceso al sistema preconciente – conciente. Es la parte más arcaica y originaria del psiquismo y al mismo tiempo la parte más próxima, a las fuentes pulsionales. Se considera como el habitáculo de los impulsos innatos, los sentimientos, los deseos, los recuerdos reprimidos, etc; y se caracteriza porque, en general,
sus elementos son inaccesibles a la conciencia, solo pueden acceder a esta a través del preconciente, que cumple la función de censor o filtro, por medio de la crítica o represión, excluyendo los elementos inconscientes que pueden dañarle. Pone de manifiesto que el psiquismo es más que lo consciente y que ciertos contenidos solo se vuelven conscientes cuando en el proceso curativo se superan las resistencias. Es un sistema en constante evolución y cargado de energía psíquica. En esto, Freud ubica nuestras energías, nuestros instintos, que son de tanta importancia en nuestro comportamiento. El sistema inconsciente, carece de edad cronológica , no conoce pasado ni futuro y si, solo presente.
SEGUNDA TÓPICA: ELLO, YO Y SUPERYO En 1923 y ha medida que avanza el psicoanálisis y viendo que esta forma de imaginar el aparato psíquico no llegaba a explicar todo lo nuevo que iba apareciendo, decide reformular sus conceptos. Por eso crea un nuevo soporte teórico que si bien no anula el anterior lo enriquece y lo modifica. Ahora para Freud el aparato psíquico se divide en tres instancias que comparten funciones y no se encuentran separadas físicamente. ♦
Ello:
Constituye el polo pulsional de la personalidad. Contiene las pulsiones inconcientes, en partes innatas y en parte reprimidas. El Ello es totalmente inconciente. Es el fondo de las pulsiones de la personalidad; lo que la personalidad tiene de heredado, constitutivo y pulsional se expresa psicológicamente en el ello. Se encuentra en él la energía psíquica tanto erótica o libidinosa como destructiva o agresiva. Incluso, cuando con el tiempo se desarrolle el Yo y el Superyo, toda la energía de estos tiene su origen y fuente en el Ello. Al principio el ser humano solo es pulsión, el recién nacido es solo ello. Esta constituido por la totalidad de los impulsos instintivos. Gran parte del ello esta formado por elementos arcaicos, es decir, todo lo heredado, lo que ha traído el hombre genéticamente desde su nacimiento. Todos los sectores del ello son inconcientes. No se ve afectado por él tiempo ni perturbado por las contradicciones; ignora los juicios de valor, el bien y el mal y la moral. Unicamente trata de satisfacer sus necesidades instintivas según el principio del placer. El Ello se rige únicamente por el principio del placer, solo busca satisfacción inmediata al margen de cualquier consideración como la supervivencia, la defensa de los peligros, los principios morales o la convivencia social. Dinámicamente está compuesto por los impulsos innatos, agresivos y sexuales y por los deseos reprimidos. En síntesis, el ello es la parte de la mente en donde estas los instintos que no conocen otra lógica que el lograr el placer, es la parte mas animal del ser humano. Es el lugar de los instintos o pulsiones sexuales, también de los instintos agresivos. Pero así también es el reducto que aporta la energía mental a los individuos. El ello está integrado por la totalidad de los impulsos instintivos, tiene íntimas conexiones con lo biológico. Todo lo que desarrolla está sometido al proceso primario y por ello, se rige por el principio del placer. Todas las porciones del ello son inconcientes y una gran porción del mismo está constituida por elementos arcaicos de origen onto y filogenético. Instinto: excitante interno continuo que produce, cuando es contestado en forma adecuada, un goce específico. El impulso instintivo trata de alcanzar su fin sin tomar en cuenta los medios, mientras que el instinto estaría dado por una movilización, de modo que el organismo debe valerse de medios adecuados para lograr su fin. Existen dos instintos primarios: Eros y Tanatos. El primero tendería a la reunión, integración, fusión, conservación y creación de nuevas vidas; el otro, motiva al envejecimiento y a la muerte, su finalidad es la destrucción, la desintegración y el aniquilamiento y se pone de manifiesto bajo la forma de sadismo. Freud especuló la idea de que lo único que hacen los instintos de vida, por la forma que actúan, es evitar la muerte accidental y que el instinto de muerte se encuentra en todos los seres.
Lo que diferencia un estímulo biológico o instinto de un estímulo exterior es que resulta imposible huir de los primeros, cuya fuente está en nosotros mismos. Los instintos tienen características que le son propias y distintivas: Fuente de origen: el proceso energético, fisioquímico que se desarrolla en un órgano somático, cuyo estímulo es representado en lo psíquico por un equivalente instintivo. Parece ser un proceso complejo, puramente energético. Intensidad o impulso dinámico: la magnitud de los obstáculos que es capaz de superar para lograr su satisfacción. Su factor motor. Objeto: pertenece al mundo exterior (persona o cosa), por la cual y con la cual el instinto alcanza su satisfacción al suprimir la excitación o estado de necesidad. Es lo más variable del instinto. Fin: restablecer un estado en el cual deja de subsistir una determinada tensión instintiva. Libido: intensidad de la energía dinámica del instinto sexual, su elemento cualitativo. Todo ser humano dispone de una cantidad determinada de libido, que podrá ser afectada por la acción de diversos factores que pueden ser divididos en intrapsíquicos (sueños y fantasías -concientes e inconcientes) y extrapsíquicos (características del objeto detectadas a través de los sentidos, factores somáticos -estados hormonales y físicos-, farmacológicos -excitantes o depresores- y factores telúricos -estaciones del año y composición atmosférica-). Existen varios instintos sexuales a los que se les denomina instintos parciales (exhibicionismo, deseo de ver, orales, anales, fálicos y sádicos) que actúan al principio independientemente unos de otros, pero que luego de un tiempo evolucionan hasta quedar reunido en una síntesis más o menos completa que, en el adulto normal, debería estar organizada en torno a la satisfacción genital (para el psicoanálisis todo lo genital es sexual, pero no todo lo sexual es genital, sino la función de obtener placer) El Ello es la parte primitiva, desorganizada e innata de la personalidad, cuyo único propósito es reducir la tensión creada por pulsiones primitivas relacionadas con el hambre, lo sexual, la agresión y los impulsos irracionales. Comprende todo lo que se hereda o está presente al nacer, se presenta de forma pura en nuestro inconsciente. Representa nuestros impulsos, necesidades y deseos más elementales. Constituye, según Freud, el motor del pensamiento y el comportamiento humano. Opera de acuerdo con el principio del placer y desconoce las demandas de la realidad. Allí existen las contradicciones, lo ilógico, al igual que los sueños. Representa la necesidad básica del ser de cubrir sus necesidades fisiológicas inmediatamente y sin considerar las consecuencias. La necesidad de obtener comida, la agresividad, así como la búsqueda del sexo, son respuestas del Ello a diferentes situaciones. El Ello, sin embargo, no es sinónimo de inconsciente. También las otras dos instancias, el Yo y el Superyó, tienen amplios sectores no asequibles por la conciencia. El Ello tiene una relación estrecha y conflictiva con las otras dos instancias, que se forman, escindiendose del Ello, a partir de la interacción con el medio social (Realidad) y de la decantación del Complejo de Edipo, respectivamente. Para Freud, la mayor parte del Ello es desconocida e inconsciente. Reservorio primero de la energía psíquica, representa la arena en la que se enfrentan pulsiones de vida (Eros) y de muerte (Thanatos). La necesidad imperiosa de la satisfacción pulsional rige el curso de sus procesos. Sus contenidos inconscientes son de diferentes orígenes. Por una parte, se trata de tendencias hereditarias, de determinaciones innatas, de exigencias somáticas, y, por otra parte, de adquisiciones, de lo que proviene de la represión. De forma sucinta, se puede definir al Ello como el reservorio pulsional del hombre. La conquista del Ello, ese núcleo de nuestro ser, para Freud, es facilitada por el psicoanálisis a través del método de la asociación libre. El Ello está presente desde el nacimiento. Está constituido por impulsos tan básicos como la tendencia natural a satisfacer el hambre la sed y sexualidad, las que Freud llamó pulsiones de vida, alimentados por una forma de energía llamada libido. Las pulsiones de la vida se engloban en el concepto de Eros (el nombre del dios griego del amor). El Ello contiene
asimismo la pulsión de muerte, responsable de las tendencias a la agresividad y la destrucción. El Ello demanda la gratificación inmediata y opera bajo el principio del placer, el cual persigue la inmediata gratificación de las pulsiones. El Ello: Su contenido es inconsciente y consiste fundamentalmente en la expresión psíquica de las pulsiones y deseos. Está en conflicto con el Yo y el Superyó, instancias que en la teoría de Freud se han escindido posteriormente de él. 2 ♦ El Súper-Yo: Se forma por la interiorización de las exigencias y prohibiciones parentales. Su tarea es comparable a la de un juez respecto al yo. Son funciones del Súper-Yo la conciencia moral, la autoobservación y la formación de ideales. El Súper-Yo es el asiento de los valores, la discriminación entre lo que está bien y lo que está mal. Es, por ende, una instancia netamente cultural y tiene "partes" concientes, preconcientes e inconcientes. En el desarrollo de la personalidad, finalmente se constituye una tercera instancia al separarse una parte del Yo y observarse a si misma, juzgando y criticando. Su papel viene a ser el de juez o censor del Yo. Su acción se manifiesta en la conciencia moral, en la autocrítica, en la prohibición y funciona en oposición a la gratificación de los impulsos o enfrentándose a las defensas que el Yo opone a dichos impulsos. Es una especie de censura que inspira el sentimiento neurótico de culpabilidad y autocastigo; es la instancia represora por excelencia, el soporte de todas las prohibiciones y de todas las obligaciones sociales y culturales. Es la instancia psíquica desglosada del Yo que auto-observa y critica las acciones del ser humano y le presenta la imagen ideal a la que debe parecerse. Además de la función de censura, el Superyo preside también la formación de los ideales, funciones imaginarias del Yo, cuyas complejas relaciones con él es uno de los grandes problemas psicoanalíticos que implican a los problemas de identificación. La severidad del Superyo no es proporcional a la de los padres, ya que, debido a la intervención de los procesos de identificación imaginaria, puede ser grande la diferencia entre las prohibiciones establecidas por el entorno y las exigencias del Superyo del sujeto. Juzga y critica, representa las exigencias de la moralidad y de la sociedad, pero también el Super yo representa a los ideales y lo que uno aspira a ser. El superyó es el resultado de la incorporación dentro del yo de los mandatos prohibitivos de sus padres, es decir, la internalización de la compulsión externa. En sus primeros estados el superyó pertenece al yo, pero gradualmente se va diferenciando de éste, sin que el sujeto normal lo perciba como un elemento definido. Representa todas las restricciones morales y todos los impulsos hacia la perfección. En el Edipo, el primer mecanismo de defensa al que el niño recurre es el de regresión, en el plano oral, y a la introyección e identificación posterior con ese objeto del mundo exterior. Con la incorporación del padre en el yo, el niño introyecta la actitud "mala" de éste para conservar en el mundo real al padre "bueno". En la constitución del superyó no sólo interviene un núcleo severo que corresponde, en general, al padre o a sustitutos, sino también otro núcleo materno más tolerante. Las imágenes parentales sólo originan el núcleo del superyó, sus elementos últimos provienen de la incorporación de las exigencias impersonales y generales del ambiente social. Existe simultáneamente algo más que la incorporación simple de la realidad externa, se producen también incorporaciones de los objetos internos infantiles que han sido proyectados y deformados por la situación interna del niño. De acuerdo con los conceptos de Freud, el superyó hace su aparición en los individuos alrededor de los cinco años, cuando termina de elaborarse del complejo de Edipo y por lo tanto sería el heredero de este último. Las funciones del superyó son: la autoobservación, la conciencia moral, la censura onírica, la influencia principal en la represión y el enaltecimiento de los ideales. Sobre la base de los rasgos particulares que presenta el superyó, se puede clasificar en:
Superyó heterónomo: provocando una conducta cambiante, encontrado más comúnmente en los sujetos que en su infancia fueron dirigidos por varios familiares. Superyó con identificación negativa: reflejo, con rasgos contrarios, de la personalidad de los padres. El Superyó es la parte que contrarresta al ello, representa los pensamientos morales y éticos recibidos de la cultura. Consta de dos subsistemas: la "conciencia moral" y el ideal del yo. La "conciencia moral" se refiere a la capacidad para la autoevaluación, la crítica y el reproche. El ideal del yo es una autoimagen ideal que consta de conductas aprobadas y recompensadas El Superyó en la enseñanza clásica freudiana es una instancia que no está presente desde el principio de la vida del sujeto, sino que surge a consecuencia de la internalización de la figura del padre como un resultado de la resolución el complejo de Edipo. Con posterioridad a Freud se ha discutido sobre el origen de la instancia. Melanie Klein, por ejemplo, postula la existencia de un Superyó en el lactante. Para la corriente psicoanalítica que sigue la orientación de Jacques Lacan será en cambio relevante reforzar la idea de Freud acerca del momento del surgimiento del Superyó, otorgándole a la castración, a la resolución del complejo de Edipo y a la función paterna un carácter fundacional del sujeto y de su posición estructural. Instancia moral, enjuiciadora de la actividad yoica. El Superyó es para Freud una instancia que surge como resultado de la resolución del complejo de Edipo y constituye la internalización de las normas, reglas y prohibiciones parentales. 4 ♦
El Yo:
El núcleo del Yo se asocia al sistema percepción-conciencia, pero no se limita a eso, dado que Freud adjudica al Yo la tarea defensiva de la represión; y la represión es inconciente. el Yo "se encuentra en una relación de dependencia, tanto respecto a las reivindicaciones del Ello como a los imperativos del Súper-Yo y a las exigencias de la realidad". Si bien es una instancia que se exhibe como mediadora y como representante de los intereses de la totalidad de la persona, Freud puntualiza que la autonomía del Yo es ficticia. El Yo es lo conciente. Es el yo coherente encargado de coordinar funciones psíquicas e impulsos internos, se encarga de manejar el cuerpo, el que recoge las percepciones, el que ordena y coordina. Por otro lado es el encargado de reprimir a lo inconsciente los procesos psíquicos que no aprueba. El Yo actúa como mediador entre la persona y la realidad externa, entre el Ello y el mundo exterior, entre el Ello y el Superyo, una posición entre los instintos primarios y las exigencias del mundo exterior. Percibe las necesidades de la propia persona, tanto físicas como fisiológicas, y las cualidades y actitudes del ambiente. Valora e integra estas percepciones de manera que busca que las exigencias internas se pueden ajustar a los requerimientos externos. Las otras dos instancias psíquicas de la personalidad, el Ello y el Superyo, se relacionan con el Yo intentando siempre alcanzar un equilibrio. El Superyo está formado por la asimilación de las normas culturales que rigen una sociedad. El Ello es una reserva de energía que guiada por el instinto del placer, busca la satisfacción total e inmediata de los impulsos instintivos. Para Freud, el yo no es más que una parte del ello modificado por el impacto o la interacción de las pulsiones internas y de los estímulos externos. El yo se encuentra ubicado entre el mundo interno y el externo, en una posición tal que se comporta como receptor de los impulsos que le llegan desde ambos campos. Una parte del yo es conciente, otra es preconciente y otra es inconciente. El principal papel del yo es coordinar funciones e impulsos internos y tratar que los mismos puedan expresarse en el mundo exterior sin conflictos. El yo tiene una estructura específicamente motora. El yo ideal lo es para el ello, porque hace lo que éste quiere, el ideal del yo, en cambio, es una imagen externa idealizada, un objeto real modificado por lo que se llama "de idealización" y al cual el yo toma com o modelo y meta de su estructura.
El yo primario de los períodos evolutivos iniciales es netamente placentero, porque introyecta lo que es agradable y proyecta fuera de él lo que es desagradable, rigiéndose por el principio del placer. En las primeras etapas de la vida, el yo es estructuralmente débil pero se cree omnipotente por tener en sí mismo una parte del mundo exterior, que ha introyectado por vía oral (no tiene criterio de realidad y no conoce sus debilidades); de esta manera, tiene impulsos de actuación mágica y de omnipotencia, que nacen en el ello y aparecen como tales en el yo. Estas fases mágicas del yo desaparecen casi por completo cuando son sustituidas por el sentido de la realidad. Percibir, adaptarse a la realidad y actuar son las funciones más elevadas del yo, pero todo hombre en algún mo mento puede tener un pensamiento mágico. El yo no sólo es capaz de actuar sobre el mundo exterior, modificándolo (aloplastía), sino que puede también actuar sobre el organismo (autoplastía), condicionando las reacciones de éste hasta tal punto que llega a simular la realización de un deseo. El yo tiene dos funciones muy importantes, que son. Examen y sentido de la realidad : el yo tiene la llave de la motilidad, que le permite al mismo tiempo comprobar la existencia real de los objetos. Se vale de dos recursos: el examen de la realidad por medio de la actividad motriz y el sentido de la realidad, en el que ya no hay necesidad de motor y mediante la cual se sabe si el objeto está realmente allí. En el hombre medio normal, el yo perceptor y el yo enjuiciador se desenvuelven paralelamente, ya que sus actuaciones son armónicas, dentro de los límites variables de cada individuo. Función sintética o de homeostasis: consiste en recibir el impulso, diferenciar de dónde llega, luego realizar un proceso de síntesis entre los distintos elementos que llegar del ello, tratando que una cantidad determinada de energía pueda descargarse en un sólo movimiento, si esta satisfacción no provocara una reacción del superyó. Mecanismos de defensa del yo El Yo tiene como fin cumplir de manera realista los deseos y demandas del Ello con el mundo exterior, a la vez conciliándose con las exigencias del Superyó. El Yo evoluciona según la edad y sus distintas exigencias del Ello actuando como un intermediario contra el mundo externo. El yo sigue al principio de realidad, satisfaciendo los impulsos del Ello de una manera apropiada. Utiliza razonamiento realista característico de los procesos secundarios que se podrían originar. Como ejecutor de la personalidad, el Yo tiene que mediar entre las tres fuerzas que le exigen: el mundo de la realidad, el Ello y el Superyó, el yo tiene que conservar su propia autonomía por el mantenimiento de su organización integrada. Aunque en sus escrituras tempranas Freud comparó el Yo con nuestro sentido de uno mismo, en adelante comenzó a retratarlo más como un sistema de funciones psíquicas tales como el examen de realidad, defensa psíquica, funciones cognitivas e intelectuales (síntesis de la información, memoria y similares). Es la entidad que actúa como regulador entre las demandas del Ello y del Superyó. No es cien por ciento consciente, en particular, los contenidos referentes a las funciones yoicas de defensa son esencialemente inconscientes. Se basa en un concepto realista del mundo para adaptarse al mundo. Casi ejemplificado como un poder o una persona dentro de la mente, que nos presta atención en todo momento, incluso en nuestras acciones más íntimas, esta observación no es lo mismo que una persecución, pero no esta muy lejos de serlo. Todas las acciones ejecutadas, son analizadas por el Yo. Amenazando con el castigo en caso de incumplimiento. El Yo, en su observación nos permite reconocer las acciones que realizamos, la oportunidad de elegir el camino a seguir, y razonar los impulsos que realizábamos con tal de no ceder lugar a la liberación libidinosa, y velar por la integridad general de la realidad. Es el primer paso del reconocimiento, para afrontar las alegrías, culpabilidad o castigo. El Yo: Instancia psíquica actuante y que aparece como mediadora entre las otras dos. Intenta conciliar las exigencias normativas y punitivas del Superyó, como asimismo las demandas de la realidad con los intereses del Ello por satisfacer deseos inconscientes. Es la instancia encargada de desarrollar mecanismos que permitan obtener
el mayor placer entidad psíquica
posible, pero dentro de los marcos que la realidad permita. Es además la encargada de la defensa, siendo gran parte de su contenido inconsciente. 3
Diagrama del modelo estructural de tres instancias (Ello, Yo y Superyó) y de su superposición con el modelo espacial de la psique
en
la
primera
tópica
de
S.
Freud
(consciente,
preconsciente, inconsciente). El Ello es la instancia más antigua y original de la personalidad y la base de las otras dos. Comprende todo lo que se hereda o está presente al nacer, se presenta de forma pura en nuestro inconsciente.
Representa
nuestros
impulsos
o pulsiones más
primitivos. Constituye, según Freud, el motor del pensamiento y el comportamiento humano. Opera de acuerdo con el principio del placer y desconoce las demandas de la realidad. El Superyó es la parte que contrarresta al ello, representa los pensamientos morales y éticos recibidos de la cultura. Consta de dos subsistemas: la "conciencia moral" y el ideal del yo. La "conciencia moral" se refiere a la capacidad para la autoevaluación, la crítica y el reproche. El ideal del yo es una autoimagen ideal que consta de conductas aprobadas y recompensadas. El Yo es una parte del ello modificada por su proximidad con la realidad y surge a fin de cumplir de manera realista los deseos y demandas del ello de acuerdo con el mundo ex terior, a la vez que trata de conciliarse con las exigencias del superyó. El yo evoluciona a partir del ello y actúa como un intermediario entre éste y el mundo externo. El yo sigue al principio de realidad, satisfaciendo los impulsos del ello de una manera apropiada en el mundo externo. Utiliza el pensamiento realista característico de los procesos secundarios. Como ejecutor de la personalidad, el yo tiene que medir entre las tres fuerzas que le exigen: las del mundo de la realidad, las del ello y las del superyó, el yo tiene que conservar su propia autonomía por el mantenimiento de su organización integrada. Los papeles específicos desempeñados de las entidades ello, yo y superyó no siempre son claros, se mezclan en demasiados niveles. La personalidad consta según este modelo de muchas fuerzas diversas en conflicto inevitable.
PULSIONES La pulsión sería algo dinámico, en la que influye la propia experiencia del sujeto, y su historia ontogenética, la referida al desarrollo de éste. En cambio, el instinto sería netamente congénito, heredado genéticamente. El instinto es típico de los animales no racionales. Mientras que el instinto posee objetos precisos e inamovibles para su satisfacción, las pulsiones carecen de objetos fijos, predeterminados. Se denominan así pulsiones a las fuerzas derivadas de las tensiones somáticas en el ser humano, y las necesidades del ello; en este sentido las pulsiones se ubican entre el nivel somático y el nivel psíquico. Así como las pulsiones carecen de objetos predeterminados y definitivos; también tienen diferentes fuentes y por ello formas de manifestación, entre ellas: Pulsión de vida o Eros, pulsión de muerte o Thanatos, pulsiones sexuales, pulsión de saber, etc. para el estudio del comportamiento humano. Se denomina pulsión a las fuerzas derivadas de las tensiones somáticas en el ser humano, y las necesidades del ello; en este sentido las pulsiones se ubican entre el nivel somático y el nivel psíquico. La pulsión es un impulso que se inicia con una excitación corporal (estado de tensión), y cuya finalidad última es precisamente la supresión de dicha tensión. Hay dos tipos de pulsiones, la pulsión sexual o de vida y la pulsión de muerte. Para el psicoanálisis el impulso sexual tiene unas acotaciones muy superiores a lo que habitualmente
se considera como sexualidad. La libido es la energía pulsional, y puede presentar diferentes alternativas según esté dirigida a los objetos , o bien se dirija al propio Yo
Dimensiones de una pulsión: -La fuente, que tiene su origen en lo somático y que se traduce por una tensión, una suerte
de impulso (en alemán: Drang). -El Drang (Esfuerzo)
mismo,
es
decir
la
tensión
interior
que
se traduciría
en Trieb (pulsión). -La meta que se puede encontrar en un estado pasivo o activo. -El objeto de la pulsión, que en lo real es un medio bastante accesorio ya que sólo sirve para disminuir temporalmente la tensión inherente a la pulsión.
Fases o estadios Pulsionales: El psicoanálisis establece una serie de fases a través de las cuales se verifica el desarrollo del sujeto. Desde el punto de vista de dichas fases, los conflictos psíquicos - y su posibilidad de resolución- dependerán del estancamiento de una fase (fijación) o del retorno a una fase precedente (regresión). En la teoría "clásica" freudiana, originalmente todas las pulsiones se concebían como derivadas de una pulsión basal (casi totalmente instintiva): la Pulsión de vida, cuyo objeto es la autoconservación del individuo (luego, se verá, el mismo Freud evolucionó y modificó tal opinión). La posibilidad de que ocurran los estadios o fases pulsionales son uno de los factores genéticos involucrados en las pulsiones, en efecto, se dan por etapas según va madurando el sistema nervioso de cada individuo; en cada etapa se produce un desarrollo neurológico específico en áreas que formarán partes focales del conjunto de las zonas erógenas. Derivada de la pulsión de vida, es la pulsión por nutrirse, sin embargo las derivaciones más complejas e interesantes son las que aparecen en fases o estadios, y estas son las siguientes: -Fase oral: ocurre entre el nacimiento y los 18 meses; la zona erógena casi exclusiva es la
boca (el neonato recién comienza a "centrar" su psiquismo en un objetivo: nutrirse. 3 -Fase anal: entre los 18 y los 36 meses. Debido al desarrollo del control de los esfínteres anales, el o la infante experimenta sensaciones placenteras al poder
tener un
cierto primer control de su cuerpo, el de poder retener o expulsar los excrementos. 4 -Fase fálica (o -mejor- uretral): ocurre entre los 3 a 6 años, el niño o la niña pueden
en esta
etapa controlar sus esfínteres uretrales y será un esbozo anticipatorio de la fase
genital.
Freud nota que en la fase fálica se da la constitución definitiva (aunque no su
terminación,
ya que el edipo existe activamente durante toda la vida del sujeto)
del edipo de cada sujeto. -Complejo de castración y sepultamiento del complejo de Edipo: en este momento se produce un quiebre, o puede no darse. Por esto es un momento crucial en la evolución del
aparato psíquico. Pero esta no es una fase o un período, sino un proceso
mediante el cual se subjetiva. Esta
produce una reorganización de las experiencias y de la posición reorganización es fundamental para la organización de las pulsiones.
-Período latencia
de
latencia:
entre
los
6
años
y
la pubertad existe
una
fuerte sublimación espontánea
de los sentimientos libidinales, el período de
(por razones evolutivas existe para
facilitar una integración cultural del sujeto).
-Fase
genital:
ya configurado el edipo;
Desde
la
pubertad
en
adelante,
cuando
se
encuentra
en esta fase se desarrollan y devienen en cada sujeto los intereses
sexuales ya determinados ("inclinaciones sexuales" etc.).
REPRESIÓN La represión es un concepto central del psicoanálisis que designa el mecanismo o proceso psíquico
del
cual
se sirve
un
sujeto
para rechazar
representaciones,
ideas,
pensamientos, recuerdos o deseos y mantenerlos en el inconsciente. De acuerdo con la teoría deSigmund Freud, los contenidos rechazados, lejos de ser destruidos u olvidados definitivamente por la represión, al hallarse ligados a la pulsión mantienen su efectividad psíquica desde el inconsciente. Lo reprimido constituye para Freud la componente central del inconsciente. Lo reprimido se sintomatiza El concepto de represión,es Freud quien logra describirlo como mecanismo esencial de la escisión originaria entre los sistemas consciente e inconsciente en el aparato psíquico. Para Freud la represión opera porque la satisfacción directa de la moción pulsional, que en realidad está destinada a causar placer, podría causar displacer por entrar en disonancia con las exigencias provenientes de otras estructuras psíquicas o que llegan directamente desde el medio exterior. 1 En un sentido estricto, se trata del mecanismo típico de la neurosis histérica, pero en sentido lato es un proceso que ocurre en todos los seres humanos dado que constituye originariamente el proceso clave y f undacional del inconsciente. La represión en la teoría freudiana no recae sobre la pulsión misma porque en la hipótesis freudiana
esta
última
tiene
una
base
orgánica
y
escapa
a
las
categorías inconsciente y consciente. Tampoco pueden reprimirse los afectos en sentido estricto. La represión opera entonces sobre los “representantes” representativos de la pulsión. La energía libidinal en el proceso de represión se conserva y queda ahora fijada a la representación ahora reprimida es esa energía la que funciona atrayendo nuevas representaciones en contrapunto con la tendencia del yo a expulsar y reprimir contenidos de naturaleza penosa, agresiva o dolorosa que con frecuencia van acompañados de afectos angustiosos no compatibles con el yo.
Momentos de la represión: -La represión originaria, la que al expulsar de la conciencia las primeras representaciones intolerables asociadas a la pulsión marca una escisión de la vida anímica delimitando las áreas consciente e inconsciente y posibilita la represión posterior. -La represión propiamente tal o represión “secundaria” que desplaza hacia el inconsciente y mantiene allí las representaciones intolerables para la consciencia, magnetizadas por el polo de atracción del núcleo del inconsciente constituido por la represión originaria. -El retorno de lo reprimido donde lo reprimido expresa su efectividad psíquica, puesto que mantiene una tendencia a acceder de algún modo a la consciencia, a obtener algún tipo de satisfacción a través de las formaciones del inconsciente, como los sueños, los actos fallidos, los síntomas neuróticos. Represión: para combatir, ante todo, deseos sexuales. Es impedir al impulso instintivo el acceso a la motricidad, manteniéndole intacta su carga de energía. Una condición indispensable de la represión es que el motivo de displacer adquiera un poder superior al del placer que produciría la satisfacción, significa un constante gasto de energía y es, por lo mismo, antieconómico. Toda represión consta de dos fases: una represión primitiva, que aleja del campo de la conciencia la representación psíquica del instinto y la represión propiamente dicha, que recae sobre las ramificaciones psíquicas de la representación reprimida o sobre aquella serie de ideas que se han ligado asociativamente a dicha representación. El hecho que una idea esté reprimida no impide que continúe organizándose, creando ramificaciones y relaciones, constituyendo lo que se denomina complejo, porque al ser retirada de la influencia conciente, al representación del instinto se desarrolla de una forma
mucho más libre y amplia. Cuando estas ramificaciones se han distanciado suficientemente de la representación central del complejo, por deformación o por interpolación de numerosos elementos, se llega a una representación que puede aflorar a la conciencia. Regresión: proceso que conduce nuevamente la actividad psíquica a una forma de actuación ya superada, evolutiva y cronológicamente más primitiva que la actual. La intensidad de la regresión es motivada por dos factores: el grado de vacilación con que el individuo acepta las nuevas formas de gratificación y el grado de fijación a los patrones anteriores. La regresión del yo se refiere a la actuación mágica, es decir, a un tipo de expresión que es característico de un yo inmaduro.
Mecanismos de defensa: Freud define la represión como un mecanismo de defensa cuya esencia consiste en rechazar y mantener alejados de la consciencia determinados elementos que son dolorosos o inaceptables para el yo. Estos pensamientos o ideas tienen para Freud un contenido sexual. La represión se origina en el conflicto psíquico que se produce por el enfrentamiento de exigencias internas contrarias entre un deseo que reclama imperativamente su satisfacción y las prohibiciones morales. El yo se defiende del dolor que causa la incompatibilidad reprimiendo el deseo. En los sueños opera la condensación. Varios elementos presentes en el sueño latente se conjugan, se unen en un mismo elemento; pueden ser fragmentos de imágenes, frases o trozos de ideas. Estos fragmentos de vivencias siempre estarán unidos de alguna forma por elementos comunes, que los relacionan y aparecen durante el análisis por medio de la asociación libre. Un ejemplo de condensación se da cuando soñamos con una persona que reúne rasgos de diferentes personas, a veces se presenta como una persona determinada y de pronto se convierte o desempeña el papel de alguna otra más. El desplazamiento, que también se presenta en los sueños, consiste en que la intensidad, la importancia y la cantidad de afecto de algunas ideas se desplaza hacia otras de manera que puede mostrar como importante algún elemento que en realidad es superfluo y, por el contrario, mostrar como imprecisos y sin importancia elementos importantes que por lo general corresponden a recuerdos de la infancia. El desplazamiento es el proceso que más influye en ocultar el sentido latente del sueño. Cuanto más confuso y oscuro es un sueño, más ha sido influido por el desplazamiento. Los mecanismos de defensa en la teoría psicoanalítica tienen la función de evitar la censura del superyó, instancia psíquica estructurada a partir de la resolución del Complejo de Edipo. Son auxiliares de la represión, mecanismo éste en el cual las representaciones censurables son eliminadas del discurso consciente. En la concepción de Freud, las pulsiones no pueden ser eliminadas, sino sólo reprimidas en elinconsciente. Las pulsiones tienden, de forma invariable, a su descarga, de modo tal que, si su representación pulsional le es denegada a una expresión consciente, entonces es desfigurada simbolicamente. La angustia juega
un papel esencial en la producción de la defensa, dentro de la
teoría freudiana. Ella es una señal de alerta al yo, que es la instancia intrapsíquica que produce los diversos mecanismos de defensa y de adaptación. El mecanismo de defensa principal, clave para todas las demás, es la represión. Es la defensa en la cual el yo mueve las representaciones de la conciencia a un nivel inconsciente (fundamento príncipe de la neurosis). Esa representacion reprimida es la que motiva la aparición de sintomas.
Los Actos Fallidos: Equivocaciones orales cuando una persona dice una palabra por otra, Escribe una palabra por otra, Lee en un texto impreso algo distinto de lo que en el mismo aparece, Oye cosa diferente de lo que se dice. Olvidos momentáneos Lagunas mentales (olvido de nombres)Pérdida de objetos Olvido de propósitos (ej. Olvidar una cita)
Del estudio de los actos fallidos concluye que no son simples casualidades, sino actos psíquicos que tienen un sentido, y deben su génesis a la oposición de dos intenciones diferentes. El acto fallido representa el conflicto entre dos tendencias incompatibles. El olvido, y por tanto, la no ejecución de un propósito, testimonia de una volición contraria opuesta al mismo. Un punto importante respecto a los actos fallidos reside en su cotidianeidad. Todos podemos observarlos con facilidad en la vida cotidiana. Lo mismo puede decirse de los sueños. Y, en ambos fenómenos Freud encuentra la presencia en el hombre de tendencias susceptibles de actuar sin que él se de cuenta.
Los sueños: Para Freud los sueños, al igual que los actos fallidos, tienen un sentido. Durante el dormir, el cuerpo duerme pero el psiquismo no. Aún en el estado de reposo, actúan sobre el psiquismo estímulos a los que el psiquismo tiene que reaccionar. El sueño es la manera de reaccionar del psiquismo a las excitaciones perturbadoras que sobrevienen durante el estado de reposo. El sujeto generalmente refiere, en primera instancia, no saber nada acerca del sentido de su sueño. Pero Freud sospecha que el durmiente sabe, a pesar de todo, lo que significa su sueño, pero no sabiendo que lo sabe, cree ignorarlo. Estas son las hipótesis freudianas sobre los sueños:El sueño es un fenómeno psíquico que tiene un sentido.Se realizan en nosotros hechos psíquicos que conocemos sin saberlo (hipótesis comprobada en el estudio de la hipnosis).El sujeto del sueño posee un conocimiento del mismo, pero un conocimiento que le es, por el momento, inaccesible. Los elementos que se manifiestan en el sueño son sustitutivos de otros contenidos inconcientes. Freud distingue entre contenido manifiesto y contenido latente del sueño. El contenido manifiesto es el relato del sueño tal como el sujeto lo comunica, mientras que el contenido latente es el sentido oculto al que Freud intenta arribar preguntándole al soñante en base a técnica se la denominó “asociación libre”. La investigación de los sueños toma impulso a partir del análisis de los sueños infantiles. A diferencia de los sueños de los adultos, los sueños infantiles son breves, claros, coherentes y fácilmente inteligibles. Tienen un sentido inequívoco. En ellos coincide el contenido manifiesto con el latente (no hay deformación). El estímulo del sueño va a ser siempre un deseo. El sentido del sueño es la realización de un deseo. Así como en los actos fallidos se ve una transacción entre dos tendencias; algo similar ocurre en los sueños: Las dos tendencias que chocan en el sueño son el deseo insatisfecho y el deseo de dormir. El sueño sería el resultado de una transacción: sin dejar de dormir, satisfacemos un deseo. Al satisfacerlo, podemos seguir durmiendo. En los adultos, por su parte, los deseos que motivan el sueño suelen ser deseos no aceptables para la conciencia. Freud encuentra que esos deseos son generalmente deseos de tipo sexual. Estos deseos "incómodos" para la conciencia son reprimidos.
No son
eliminados
sino desterrados
a
lo inconciente.
En el sueño interviene una instancia de censura que elimina ciertos elementos (lagunas del sueño) y sustituye ciertos elementos por otros (simbolismo del sueño). El sueño es, entonces, resultado de una elaboración psíquica, una formación de compromiso entre lo reprimido que intenta emerger y la censura que se lo impide. Lo mismo encontrará Freud en la formación de síntomas. Los síntomas Freud se interesa por pacientes que presentan síntomas que no tienen ningún tipo de justificación orgánica., Freud relaciona la formación del síntoma con un retorno de lo reprimido. Es decir, que el síntoma se desarrollaba en base a una significación que era desconocida para el sujeto; una significación inconciente.
Freud postula que la enfermedad psíquica debe su génesis a un conflicto entre fuerzas psíquicas que se oponen. El síntoma surge de ese choque de un impulso psíquico (Freud lo llamará pulsión) inaceptable para el sujeto que demanda satisfacción y otro agente psíquico también que se le opone. El síntoma surge como una formación de compromiso. Existen en nuestro psiquismo impulsos que por entrar en conflicto con la moral tienen obstruido el acceso a la conciencia. Estos impulsos son reprimidos. Pero lo reprimido no pierde su energía y pugna por abrirse camino. En ciertos casos, el proceso de represión fracasa y no puede impedir el retorno de lo reprimido dando origen al síntoma que es una formación de compromiso porque conlleva la satisfacción del deseo reprimido pero no en forma directa, ya que la parte represora alcanza a "disfrazarlo".
DEFINICIÓN DE LA NEUROSIS En todos los síntomas neuróticos sucede algo que el paciente percibe como extraño e ininteligible. Todos los síntomas dan la impresión de algo que parece asaltar a la personalidad, partiendo de una fuente desconocida. Se distinguen las neurosis sintomáticas y las neurosis del carácter, aunque tienen a la base una característica en común: la manera normal y racional de manejar las exigencias del mundo externo e interno ha sido sustituída por algún fenómeno irracional, que parece extraño y no puede ser controlado vo luntariamente. Todos los fenómenos neuróticos tiene por base insuficiencias del aparato normal de control; esta puede producirse de dos maneras: una de ellas es un aumento del flujo de los estímulos y la otra es el bloqueo o la disminución previa de la descarga, lo que produce un estancamiento de tensiones dentro del organismo, de manera que las excitaciones normales actúan de forma equivalente a las traumáticas. Estas dos formas no se excluyen mutuamente. Una neurosis traumática se explica como la inundación del organismo por cantidades de excitación que no alcanzan a ser controladas, pudiendo iniciar un bloqueo de la descarga. En las psiconeurosis algunos impulsos han sido bloqueados, provocando un estado de tensión y, eventualmente, algunas descargas de emergencia. Así pues, la causa de las crisis emocionales y de los síntomas neuróticos es esencialmente la misma: una insuficiencia relativa en el control del yo, ya sea en el flujo o un bloqueo de la descarga.