11. No hay fracaso, sólo retroalimentación (Ericskon) Llamamos “fracaso” al resultado no deseado. Pues bien, una forma de entender el
aprendizaje y el progreso es considerar que cada vez que se obtiene un resultado distinto del deseado es posible extraer alguna conclusión: sobre aquello que no conviene repetir y sobre aquellas partes que sí conviene reproducir en el futuro. Así, la próxima vez que vayamos a abordar esa actividad tendremos una información adicional que nos permitirá ser más efectivos. 12. La variable más flexible tiene más posibilidades de liderar el sistema (Ley de Ashby de la variedad requerida).
Toda situación exige un determinado grado de flexibilidad para los componentes que interactúan. En situaciones muy sencillas, se requiere poca flexibilidad, mientras un grado de complejidad mayor exige de sus componentes un correlativo grado más elevado de flexibilidad. En última instancia, el elemento que tenga más flexibilidad o adaptabilidad será el que generará un número mayor de opciones y, por lo tanto el que tendrá más posibilidades de liderar el sistema.
13. Todo lo que un ser humano puede hacer puede ser modelado (Bandler
y Grinder). Podemos modelar la realización de todo ser humano identificando los comportamientos que lleva a cabo, las estrategias de pensamiento que le guían y los patrones de lenguaje que utiliza. Si el modelo es excelente, con esos elementos cualquier persona puede mejorar su propio desempeño. Es obvio que estamos hablando de “mejorar” y no de “hacerlo al mismo nivel” ya que en este caso necesitaríamos verificar que el conjunto de
circunstancias físicas, técnicas, materiales, biológicas, etc. son similares. De todos modos, también podemos pensar en el auto-modelado, de modo que toda persona puede tomarse a sí misma como modelo de desempeño eficaz (cuando realiza una actividad de manera satisfactoria) y aplicar ese modelo en todas las situaciones.