Ulmann, Stephen. Semántica. Introducción a la ciencia del significado. 2a. ed. Madrid, Aguilar, 1967. CAPÍTULO 8
CAMBIO DE SIGNIFICADO Hace más de cuarenta años, Edward Sapir introdujo un estimable concepto nuevo en la lingüística. "La lengua—escribía—se mueve a lo largo del tiempo en una corriente de su propia hechura. Tiene un curso... Nada es perfectamente estático. Toda palabra, todo elemento gramatical, toda locución, todo sonido y acento es una configuración lentamente cambiante, moldeada por el curso invisible e impersonal que es la vida de la lengua" 1. Esta concepción heracliteana de un perpetuo fluir en el lenguaje, que todo lo penetra, es de particular interés para el estudioso de la semántica. De todos los elementos lingüísticos apresados en este flujo, el significado es probablemente el menos resistente al cambio. Esto es debido a la interacción de diversas fuerzas, algunas de las cuales fueron identificadas por Antoine Meillet a comienzos de siglo2, mientras que otras solo han sido advertidas en los últimos años. En tre los factores que facilitan los cambios semánticos, los siguientes parecen ser de importancia decisiva: 1) La lengua se transmite, como señaló Meillet, de una manera "discontinua" de una generación a otra: cada niño tiene que aprenderla de nuevo. Es de conocimiento común que los niños a menudo entenderán mal el significado de las palabras. En la mayoría de los casos, tales errores serán corregidos antes que puedan ir muy lejos; pero si, por una Tazón u otra, no sucede esto, tendrá lugar un cambio semántico en el uso de la nueva generación. La mayor parte de los lingüistas estarían probablemente de acuerdo en que este es un factor de cierta importancia; no obstante, por la naturaleza misma de las cosas, es difícil probar que cualquier cambio particular haya podido surgir solamente en el lenguaje infantil3. Meillet da un ejeml Op. cit., págs. 150 y 171 (el subrayado es mío). Sobre el cambio lingüístico en general, véase recientemente E. COSERIU, Sincronía, diacronía e historia. El problema del cambio lingüístico, Montevideo, 1958. Un sumario y una crítica útiles de las ideas de COSERIU se encontrarán en N. C. W. SPENCE, "Towards a New Synthesis in Linguistics1: the Work of Eugenio Coseriu", Archivum Linguisticum, xn (1960), págs. 1-34. Véase también H. M. HOENJGSWALD, Lángüágf[0(iange and Linguistic Reconstruction, Chicago, 1960. : , • ; „ 3 En su importante artículo "Comrnent les mbts changérif"de sens", Linguistique historique et linguistique genérale, vol. I, págs. 230-71, esp. págs. 235 y. sgs. "Cf. las observaciones críticas de G. STERN, en -Meaning atid CKánge of Meatting, págs. 178 y sgs. 218
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pío plausible, pero no enteramente convincente: la historia del adjetivo francés saoul o soül. Este proviene del latín popular satullus "repleto de comida, saciado", y conservó este significado hasta el siglo xvn; el sentido originario todavía sobrevive en locuciones como manger tout son soül "comer hasta hartarse". Desde el siglo xvi, sin embargo, el adjetivo adquirió la nueva acepción de "borracho, beodo", que es hoy su sentido principal (Bloch-Wartburg). Meillet arguye que esta modificación es debida a un malentendido que debe haberse originado en la mente de los niños: los adultos se referirían irónicamente a una persona embriagada como estando "harta, repleta", y el niño, pasando por alto estos delicados matices, aplicaría la palabra al hecho bruto mismo. Este puede muy bien haber sido el caso, pero es obviamente imposible demostrarlo. Lo mismo cabe decir de otros cambios que se han atribuido a este agente, tales como el paso de la palabra bead del sentido de "oración, plegaria" al de "cuenta, bolita perforada": La frase to count your beads significaba originalmente "contar tu» oraciones", pero como el cómputo de las oraciones se hacía mediante bolita*, la palabra beads llegó a transferirse a estos objetos y perdzó su sentido 011 ginal. Parece claro que esta equivocación no podía ocurrir en los cerebro» de aquellos que ya habían asociado la palabra con la significación original, mientras que era muy natural por parte de los niños que oían y entendían la frase como un todo, pero que la analizaban de un modo diferente al de la generación anterior. (lespersen, Language, pág. 175.)
2) La vaguedad en el significado es otra fuente de cambios semánticos. Las varias formas de vaguedad discutidas en el capítulo *> —la naturaleza genérica de nuestras palabras, l;i multiplicidad de su;; aspectos, la falta de familiaridad, la ausencia de fronteras l>¡ni (íeslindadas—conspiran todas a facilitar las alteraciones
la pérdida de motivación. Mientras una palabra permaiuv,i-,i In mímente vinculada a su raíz y a otros miembros de la misma familia, conservará su significado dentro de ciertos límites. Una ve/,
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e* 0* e*
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conectada con dough [masa] (NED). Cuando la conexión con loaf fue oscurecida por el desarrollo fonético (cf. pág. 110), las. dos palabras evolucionaron desembarazadas de asociaciones etimológicas. A estos factores generales identificados por Meillet, pueden agregarse al menos otros tres, conducentes todos a la movilidad de la significación: 4> La existencia de la polisemia introduce, como hemos visto, un elemento de ductilidad en el lenguaje. No hay nada definitivo en relación con el cambio semántico: una palabra puede adquirir un nuevo sentido, o veintenas de sentidos nuevos, sin perder su significado original. Algunas de estas innovaciones son accidentales y de corta vida, reducidas a un solo autor o incluso quizá a un solo1 contexto; otras pasarán del habla a la lengua y perdurarán en cambios permanentes, dando lugar a una de las formas de polisemia discutidas en el capítulo precedente: las mutaciones en la aplicación, la especialización en un medio social, las expresiones figuradas, etc. 5) Muchos cambios semánticos surgen de primera instancia en contextos ambiguos, en los que una palabra particular puede tomarse en dos sentidos diferentes, mientras que el significado de la expresión en su conjunto permanece inafectado1. La frase to count one's IM-IUÍS, que acaba de mencionarse, es un ejemplo a punto. Ya se tome •muí el lérnimo bcads para referirse a las oraciones, o a las bolas del rosario utili/.adas para contarlas, no habrá diferencia real en el significado total de la frase. Análogamente, la palabra boon originariamente quería decir "ruego, petición, súplica"2; sin embargo, en una fecha muy temprana llegó a denotar la cosa pedida o solicitada. Aquí a su vez el cambio debe haber sido facilitado por contextos ambiguos tales como "he gave her freely all her boon"3 (1300), en donde la palabra puede ser tomada o bien en el primer sentido o bien en el segundo, y a pesar de ello el significado de la oración será prácticamente el mismo4. Las construcciones ambiguas de este tipo son bastante comunes, y el lexicógrafo a menudo hallará difícil establecer la fecha precisa en que emergió upa nueva significación. 6) Acaso el más importante de los factores generales que rigen el cambio semántico sea la estructura del vocabulario. El sistema fonológico y gramatical de una lengua está constituido por un número limitado de elementos estrechamente organizados. El vocabulario, 'Este proceso es plenamente discutido en STERN, op. cit., cap. 13, de donde están tomados los dos ejemplos inmediatos.' ~ *Cf., por ejemplo: "But you will take exeeptions to my boon." Pero opondréis excepciones a mi requerimiento, Ring Henry the Sixth, parte III, acto III, escena 2 (Shorter OED). 7 3 "El le concedió libremente a ella toda su demanda" o "El le concedió libremente toda su gracia." 4 STERN, op. cit., pág. 351,
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por otro lado, es un laxo agregado de un número infinitamente mayor de unidades; es, por consiguiente, mucho más fluido y móvil, y los elementos nuevos, las palabras tanto como los significados, podrán añadirse con más libertad, mientras que los ya existentes desaparecerán del uso más fácilmente. Sobre esta cuestión se hablará más en el último capítulo; baste indicar por ahora que el vocabulario de una lengua es una estructura inestable en la que las palabras individuales pueden adquirir y perder significados con la máxima facilidad 1. El cambio de significado monopolizó virtualmente la atención de todos los primeros semánticos. Se recordará que el fundador de la semántica moderna, Bréal; y su precursor, Reisig, habían impuesto a la nueva ciencia la tarea de explorar las leyes que gobiernan el desarrollo de los significados 2. Hasta comienzos de los años treinta, la labor en este campo se centró casi exclusivamente sobre dos problemas: la clasificación de los cambios de significado y el descubrimiento de las leyes semánticas. La búsqueda de "leyes" al can/ó un éxito muy limitado, y el celo clasificatorio dio por resultado un cierto número de ambiciosos esquemas construidos sobre endebles datos empíricos; fue, según observó acremente un lingüista, como si alguien intentase idear una clasificación comprensiva de las plantas, mientras que su propio conocimiento se redujera al álamo, la margarita y las setas3. Hay que conceder, sin embargo, que estas clasificaciones primerizas con frecuencia mostraban una notable ingeniosidad, y que hicieron una contribución sustancial a nuestra mejor comprensión de los procesos semánticos. Los dos esquemas más sobresalientes fueron los propuestos por los profesores Carnoy y Stern, notable el primero por la extraordinaria riqueza de sus subdivisiones, y el segundo por su claridad, su sólida documentación y el sano empirismo que lo informaba4. Durante los pasados treinta años, ha habido una importante variación en el énfasis de las investigaciones: el interés da la mayoría de los semánticos ha girado en torno a los problemas descriptivos y estructurales, y el cambio de significado ha sido relegado a un 1
Para algunos datos interesantes sobre la proporción del influjo de los nuevos significados en el inglés, véase E. L. THORNDIKE, "Semantic Change", American Journal of Psychology, ix (1947), págs. 588-97. 2 Véanse anteriormente, págs. 1 y sgs. 3 H. SPERBER, op. cit., págs. 93 y sgs.; cf. H. HATZFELD, Leitfaden der vergleichenden Bedeutungslehre, Munich, 1924, pág. xil. J Un examen detallado de estos y otros esquemas se encontrará en el cap. 4 de mis Principies of Semantics. Cf. asimismo P. GÜIRAUD, La'sémantique, París, 1955, caps. 3-4; J. CREMONA, "Historical Semantics .ana the Classification of Semantic Changes", Hispanic Studies in Honoür of I. González ÍJubera, Oxford, 1959, págs. 1-6; K. SVOBODA; "Sur la classification des changernents sémantiques*' Le Francais Moderne, XXVIII (1960), págs. 249-58.
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CAP. 8: CAMBIO DB SIGNIFICADO
segundo plano. Esto no quiere decir, por supuesto, que el trabajo en este campo haya quedado parado. Continúan publicándose monografías sobre problemas específicos; ha habido algunas aportaciones teóricas estimables1, y los cambios de significado ocupan un lugar prominente en la mayor parte de los manuales más recientes 2. Algunos de los experimentos estructuralistas que se discutirán en el capítulo final son más idóneos para remozar el estudio del cambio semántico que para invalidar los sólidos logros del pasado, que a veces son desdeños amenté descartados como semántica "atomística" o "anecdótica". Examinar todos los sucesivos esquemas de clasificación, basados en una variedad de criterios diferentes, sería una tarea tan hercúlea como ingrata. Me limitaré, por consiguiente, a unos cuantos problemas escogidos, agrupados en torno a tres temas: las causas del cambio semántico, su naturaleza y condiciones, y sus efectos. I.
LAS CAUSAS DEL CAMBIO SEMÁNTICO
Los cambios de significado pueden ser producidos por una infinita multiplicidad de causas. Uno de los primeros semánticos distinguió no menos de treinta y una posibilidades3, pero por muy fina que sea la malla de distinciones que podamos discurrir, siempre habrá algunos casos que se escaparán a través de ella. Muchos cambios, incluidos algunos que parecen falazmente simples, son debidos .a causas excepcionales que solo cabe establecer reconstruyendo el fondo histórico completo. Un ejemplo clásico de tales cambios excepcionales es el origen del vocablo latino maneta que ha¡ dado las palabras inglesas mint [casa de moneda] y money [dinero], esta última por mediación de la francesa mcmnaie. Maneta procede del verbo moneo "amonestar, advertir, aconsejar", pero a primera vista es difícil imaginar una conexión entre las dos ideas. La conexión, en efecto, fue puramente fortuita: Maneta era un sobrenombre de la 1 Véanse, v. gr., A. BACHMANN, Zur psychologischen Theorie des sprachlichen Bedeutungswandels, Munich, 1935; O. FUNKE, "Zum Problem des Bedeutungswandels", Angla-Americana: Wiener Beitrage zur englischen Fhilologie, ixn (1955), págs. 53-61; A. SAUVAGEOT, "A propos des changements sémantiques/", Journal de Psychologie, XLVI (1953), págs. 465-72; J. SCHROPFER, "Wozu ein vergleicbendes Worterbuch des Sinirwandels?", Proceedings of the Seventh International Congress of Lingüista, págs. 366-71_; 3JJORNDIKE, loe. cit.; H. WERNER, "Ghange of Meaning: a Study of Semantíc Prbcesses. through Experimental Data", The Journal of General Psycholpgy,^ (1954), págs. 181-208. 2 Véanse en particular los de Ganüllseheg, jGuiraud, Kronasser y Zvegintsev. s R. DE LA GRASSERIE, Essai d'une sémanüqueintégrale, París,-1908, yol. I, páginas 89-139.
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diosa Juno, en cuyo templo de Roma se acuñaba moneda *. Tomando un ejemplo bastante diferente, parece obvio que el bollo francés conocido como croissant debe su nombre al hecho de que tiene forma de media luna. Esto es, por supuesto, verdad, pero no es toda la historia. La palabra francesa es una traducción de la alemana Hornchen, y los primeros bollos de esta forma se hicieron en Viena a finales del siglo xvn para conmemorar una victoria decisiva sobre los turcos, cuyo emblema nacional es la media luna (Bloch-Wartburg). Tales casos contienen una saludable advertencia para el etimologista y prestan renovada fuerza a la vieja consigna: "palabras y cosas" (Worter und Sache); sin un estrecho enlace entre la lingüística y la historia de la civilización, el origen de nHoney habría seguido siendo un misterio insoluble y el de croissant habría sido groseramente simplificado. No obstante, a despecho de la complejidad de estos procesos, es posible discernir varias causas principales que dan cuenta en su conjunto de una gran proporción de cambios semánticos. Tres de ellas fueron claramente identificadas en el artículo fundamental de Antoine Meillet sobre el tema 2 : 1) Causas lingüísticas.—-Algunos cambios semánticos son debidos a las asociaciones que las palabras contraen en el habla. Lii colocación habitual puede afectar permanentemente el significado de los términos en cuestión; en virtud de un proceso conocido desde Bréal como "contagio"3, el sentido de una palabra puede ser transferido a otra sencillamente porque aparecen juntas en muchos contextos. Quizá el ejemplo más notable de esta tendencia sea la historia de la negación en el francés. Cierto número de palabras que originalmente tenían un sentido positivo han adquirido un valor negativo porque a menudo se usaban en conjunción con la partícula negativa ne: latín " " " "
passus "paso" punctum "punto" persona "persona" rem, acusativo de res "cosa" jam "ahora, ya" + magis "más"
ne ne ne ne ne
... pos "no" ... point "no, en modo alguno" ... personne "nadie" ... ríen "nada" ... jamáis "jamás, nunca"
El contagio ha sido tan eficaz que estos términos tienen en la actualidad un sentido negativo incluso cuando subsisten por sí mis1 Véase ya W. WUNDT, Volkespsychologie 1: Die Sprache, Leipzig, 1900, vol. I, p;Sf:inas 426 y sgs. -3 Véase anteriormente, pág. 218, n. 1. Otro importante tratado sobre las causas
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CAP.
8 : CAMBIO DE SIGNIFICADO I. ZAS CAUSAS DEL CAMBIO SEMÁNTICO
mos, sin estar apoyados por ne. Esto ha conducido a la situación paradójica de que la palabra personne tiene dos usos diametralmente opuestos: como nombre todavía significa "persona"; empleada como partícula, como por ejemplo en respuesta a una pregunta, quiere decir "nadie": J'ai vu une persone. "He visto una persona." Qui a dit cela?—Personne. "¿Quién ha dicho eso?—Nadie."
2) Causas históricas.—Sucede frecuentemente que la lengua es más conservadora que la civilización, tanto material como moral. Los objetos, las instituciones, las ideas, los conceptos científicos cambian en el transcurso del tiempo; sin embargo, en muchos casos el nombre es conservado y contribuye así a asegurar un sentido de tradición y de continuidad,1. El proceso es demasiado conocido para que requiera una discusión detallada; un ejemplo de cada una de las categorías esenciales será suficiente para mostrar cómo funciona: a) Objetos. — La palabra inglesa car [coche] se remonta en definitiva a la latina carrus, una palabra de origen celta que significaba un "vehículo de cuatro ruedas" y que se mencionaba repetidamente en los comentarios de César sobre la guerra de las Galias. Nuestros coches modernos guardan escasa semejanza con los vehículos celtas del siglo i a. C; pero el desarrollo tecnológico fue tan continuo que en ningún momento se precisó reemplazar el rótulo, y la palabra se ha mantenido casi inalterada fonéticamente desdé los tiempos romanos (cf. también la francesa char, la italiana, española y portuguesa carro, la rumana car)2. b) Instituciones. — El significado de la palabra parliament [parlamento], calcada de parlement, del antiguo francés3, ha cambiado más allá de todo reconocimiento desde los concilios de los primitivos reyes Plantagenet, pero el desarrollo fue gradual, la continuidad de la tradición nunca se interrumpió, y el término sobrevive para dar testimonio de esta tradición; sin duda continuará dándolo cualesquiera que sean lajs reformas constitucionales que el futuro pueda traer. 1 Algunos lingüistas rehusan considerar estos procesos como cambios de significado; cf. v. gr. J. SCHWIETERING, "Schriften zur Bedeutungslehre", Anzeiger jür dcutsches AlterJurn, XLIV (1925). págs. 153-63. En The Principies of Semantics, página 211. yo he sugerido tratar tales casos como "cambios semánticos debidos, al conservadurismo lingüístico", a diferencia de los que son debidos a la innovación lingüística. •"•;••-'•-'-;.•---Gf:W. D. ELCOCK The Romance Languages, pág. 183, y L. R. PALMER, The Latín Language, pág; 53. Cf. igualmente Bloch-Wartburg y Lewis and Short. s Véaser-el-NED;cñ anteriormente, pág. 186.
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c) Ideas. — El término humour [humor], que el inglés tomó del antiguo francés, se basa en concepciones fisiológicas totalmente anticuadas : la teoría de los "cuatro fluidos o humores cardinales (cardinal humours) del cuerpo (sangre, flema, cólera o bilis, y melancolía o atrábilis), por cuyas proporciones relativas se sostenía en el pasado que estaban determinadas las cualidades físicas y mentales y la constitución de una persona" (NED). Posteriormente estas nociones fueron olvidadas y humour se convirtió gradualmente en uno de los términos claves del modo de vida británico; pero, una vez más, la palabra se ha conservado, ya que no ha habido ninguna ruptura en la continuidad. Un cierto número de otros términos modernos—choleric [colérico], melancholy [melancólico], phlegmatic [flemático], sanguine [sanguíneo], temperament [temperamento]— tienen sus raíces en la misma teoría fisiológica. d) Conceptos científicas. — Aunque humour y su grupo fueron en un tiempo términos científicos, o seudocientíficos, hace mucho que dejaron de ser reputados como tales y han pasado a la categoría de ideas generales. Hay, sin embargo, múltiples conceptos científicos propiamente dichos que han retenido sus nombres tradicionales a pesar de todos los cambios que han experimentado. Una ojeada a la etimología de algunos de estos términos mostrará que completamente han sobrecrecido a sus significaciones originales. Electricidad procede del griego -íjXex-pou. en latín électrum, "ámbar"; geometría significaba antaño "el arte de medir terrenos"; más recientemente, incluso la palabra átomo se ha vuelto etimológicamente inapropiada, como ya apuntamos (pág. 65), puesto que en griego significaba "indivisible". 3) Causas sociales. •—• Cuando una palabra pasa del lenguaje ordinario a una nomenclatura especializada la terminólo}-.!.! de un oficio, un arte, una profesión o algún otro grupo limitado -, tiende a adquirir un sentido más restringido. Recíprocamente, las palabras adoptadas del lenguaje de un grupo por el uso común suelen ensanchar su significado. Hay así dos tendencias socialmente condicionadas que operan en direcciones opuestas: la especialización y la generalización. La especialización del significado en un grupo social restringido es un proceso extremadamente común; es, como ya hemos visto (págs. 182 y sgs.), una de las fuentes principales de la polisemia. En algunos casos, el sentido especializado ha anulado por completo al más general, y el alcance de la palabra se ha estrechado considerablemente. Esto ha acaecido en el francés a un cierto número de verbos ordinarios cuando pasaron al lenguaje de ía granja1: " "*En algunos de estas yerbíos, la restricción del significado se remonta a los tiempos latinos; en otros es un desarrollo específicamente francés (Bloch-Wartburg). DlUtANN.—15
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CAP. 8 : CAMBIO DE SIGNIFICADO
latín cubare "echarse, recostarse" " imitare "cambiar" " poneré "colocar" " trahere "tirar, extraer"
francés " " "
couver "empollar" muer "mudar, estar de muda' pondré "poner huevos" traire "ordeñar" *
El proceso inverso, la generalización, también es muy común. Cierto número de términos de caza y de cetrería, por ejemplo, han pasado al lenguaje ordinario y han ensanchado correspondientemente su significado '¿. Haggard [intratable, rebelde, montaraz] se refería originariamente al halcón que había sido "cogido después de haber adquirido el plumaje adulto" y que, por tanto, era feroz e indómito (NED). Lure [señuelo, añagaza] y el verbo to allure [atraer, halagar, seducir] también se derivan de la cetrería: un lure era "un aparato usado por los halconeros para llamar a sus halcones, consistente en un manojo de plumas atadas a una cuerda, dentro del cual, durante su amaestramiento, el halcón encuentra su comida" (Skorter OED). El vocablo francés niais "necio, bobo" proviene del latín vulgar, *nidax, * nidacem, un derivado de nidus "nido"; originalmente denotaba un "polluelo", un halcón joven sacado del nido. Muchas expresiones idiomáticas—"to be at bay" [hallarse en el mayor aprieto; literalmente : estar entre ladridos], "to beat about the bush" [andarse por las ramas; literalmente: batir el matorral], "to be caught in the toils" [caer en las redes], y otra's—pueden rastrearse asimismo hasta diversos aspectos de la caza. A estos tres factores capitales establecidos por Meillet pueden añadirse al menos otros tres, que son responsables de muchos cambios de significado. 4) Causas psicológicas. — Los cambios de significado con frecuencia tienen sus raíces en el estado de ánimo del que habla o en algún rasgo más permanente de su índole mental. Algunos de los factores psicológicos en juego son superficiales o incluso triviales, Un'a semejanza casual que capta la vista, una asociación humorística que viene al pensamiento, pueden producir una imagen que, por su adecuación o su calidad expresita, pasarán del estilo individual al uso común. La idea de que algo tiene una vaga similitud con un caballo—en la forma, la situación o el carácter—ha inspirado muchas metáforas e idiotismos gráficos o jocosos: clothes-horse [pcr1 Traire, como ya se mencionó (pág. 210), reemplazó al verbo moudre "ordeñar", del latín mulgere, después que el último se hubo convertido en homónimo de moudre "moler", del latín ñíoíere; ...'.-... 2 Sobre términos de montería, véaseLN, BOGAR, Les expressions figuréis d'origine cynégétique en /raneáis, Úrsula, 1906, y, más recientemente, la serie de Cynegetica publicada por G. Tilander. Cf. también J. VENDRYES, "Sur quclqjics, rnots de la larigue des chasseurs", Archivüm linguisíícurn, i (1949), págs. 24-9, y WEEKIJEY, The Romance of Words, págs. 107 y sgs.
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cha para la ropa], horse-fish [caballa], horse-tail [cola de caballo} horse-play [broma pesada], horse-sense [sandez], "to flog a dead horse" [azotar un caballo muerto: después del burro muerto, la cebada al rabo], "to mount the high horsé" [montar el caballo alto: asumir un porte altivo], "to look a gift horse in the mouth" [a caballo regalado no le mires el diente], etc. Tales metáforas a veces terminarán en un cambio permanente del significado: easel "caballete de pintor", por ejemplo, proviene de la palabra holandesa ezel, que quiere decir "asno" (cf. el término alemán Esel). Más interesantes psicológicamente son aquellos cambios de significado que brotan de algún rasgo o tendencia profunda del espíritu del que habla. Dos de tales causas en particular han sido enérgicamente recalcadas en los estudios semánticos: los factores emotivos y el tabú. a) Factores emotivos. —¡ El papel desempeñado por el sentimiento en el cambio semántico fue explorado. con gran detalle por el profesor H. Sperber en un libro publicado en 1923 1, que pretendió aplicar un método freudiano a estos problemas. Sperber argüía que si estamos intensamente interesados por un terna, tendemos a hablar frecuentemente de él; incluso nos referiremos a él al tratar de asuntos totalmente diferentes. 'Tales temas están siempre presentes en nuestra mente y, por consiguiente, sugerirán símiles y metáforas para la descripción de otras experiencias. En la terminología de Sperber, se convertirán en "centros de expansión". Al mismo tiempo, estas importantes esferas formarán también "centros de atracción": acogeremos analogías de otros campos con el fin de describirlas con el máximo de precisión, frescura y variedad. Habrá así un doble movimiento de metáforas desde y hacia estos centros emocionales. Sperber cita algunos ejemplos sorprendentes para mostrar el impacto de ciertas armas pavorosas durante la primera guerra mundial. En el argot de los poilus, las personas y los objetos eran apodados a veces según estas armas: así, las judías se denomin'aban "balas" y una mujer con muchos hijos era aludida como una "ametralladora" (mitrailleuse á gosses). Inversamente, toda clase de metáforas pintorescas y festivas se aplicaban a las propi'as armas; en un intento de despojarlas de algo de su terror oran comparadas con objetos familiares: una ametralladora se convertía en un "molinillo de café" o en una "máquina de coser", y un tanque recibía el mote de "cocina rodante" (ibíd., págs. 45 y sgs.). De las dos fuerzas emocionales propuestas por Sperber, la "atracción" ciertamente representa un papel importante, aun cuando no :;¡i'ni[>re comportará las implicaciones de largo-alcance sugeridas por la teoría. Como vimos en un capítulo anterior (págs. 168 y sgs.), las ()¡>. cit, caps. 4-10.
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cuestiones por las que se interesa una comunidad, que compendian sus temores, sus aspiraciones o sus ideales, tenderán a atraer sinónimos de todas las direcciones, y muchos de ellos serán metafóricos, puesto que la metáfora es la fuente suprema de la expresividad en el lenguaje. El cometido de la "expansión" es menos obvio y más problemático. No hay ciertamente nada parecido a una conexión automática entre el interés que exige una materia y el número de metáforas inspiradas por ella. Si tal correlación existiera serían de esperar incontables imágenes de la aviación en nuestra época tan inclinada a la aeronáutica, mientras que el número de semejantes figuras en el lenguaje ordinario es muy pequeño. Por otro lado, hay indudablemente casos en que los intereses de una generación se reflejan en su elección de las metáforas. En la Francia del siglo xvi, donde la religión era el más importante de todos los temas públicos, cierto nú> mero de expresiones figuradas se derivaban de ese campo: vray comme la messe "verd'adero como la misa"; vray camme le patenótre "verdadero como el padrenuestro"; se rendre au premier coup de matines "ir al primer toque de maitines (= tan pronto como uno es requerido); il faut laisser le moustier oü il est "hay que dejar el monasterio donde está" (= respetar la tradición), y muchas más *. En el tiempo de la Revolución francesa hubo una plétora de metáforas de la ciencia y la medicina, que reflejaban el interés público por los recientes avances en estos campos: la gente hablaba de la "fuerza centrífuga" del espíritu revolucionario y de la "refrangibilidad de sus rayos regeneradores", del efecto "electrificador" de las asambleas públicas, de los "glóbulos fosforosos" que Pitt inflaba en los ojos del público, y de la necesidad de "flebotomizar" a los periodistas 2. En el siglo xix, la introducción de los ferrocarriles en Francia fue seguida por la aparición de toda suerte de metáforas de esta esfera 3. La teoría de la "expansión" es de una aplicabilidad directa en el estudio del estilo literario. Si hay alguna verdad en esta teoría, entonces es presumible que los intereses y preocupaciones dominantes de un escritor se reflejen en el conjunto de sus imágenes; cabría incluso la esperanza de utilizar su! símiles y metáforas como una guía para sus actitudes y procesos mentales básicos. Esto es lo que ía profesora C. F. E. Spurgeon pretendió hacer en su famoso libro Shakespeare'* Imagery and what it tell us (Cambridge, 1935). No cabe duda de que algunos de los hallazgos de miss Spurgeon son revela-
dores. Se sorprendió, por ejemplo, de la frecuencia de las imágenes relativas a las crecidas de los ríos en Shakespeare:
1 Véase E. HUGUET, La langage figuré au seiziéme siécle,París, 1933,págs. 1-18. -••""^yéase F. BRUNOT, Histoireiie la langue franyaise, vol. X, parte 1, págs. 64 y siguientes. „ s Cf. P. J. WEXLER, La formation du vocabulaire des chemins de fer en France, 1778^1842, págs. 130 y sgs.; véase también mi Style in the Freneh Novel, pág. 32. La boga de ciertos sufijos en nuestro propio tiempo—beatnik formado según el modelo de sputnik—es un síntoma de la misma tendencia.
my particular grief. Is of so flood-gate and o'erbearing nature That it engluts and swallows other sorrows, And it is still itself. * Othello, acto I, escena 3'. Never carne reformation in a flood, With such a heady currance, scouring faults. * King Henry ¡he Fifth, acto I, escena 1 2 .
Ahora bien: es sabido que el río Avon se desbordaba con frecuencia en los días de Shakespeare, como todavía lo hace en la actualidad. Es, por tanto, muy razonable suponer que hay alguna conexión entre las inundaciones que Shakespeare debe haber observado en Stratford cuando niño, y la persistente recurrencia del motivo de las crecidas en su imaginería 3. No obstante, la "teoría de las metáforas predominantes", como se le ha llamado, ha sido severamente criticada y debe manejarse con extrema precaución4. Está claro, desde luego, que los argumentos ex süentio no son de ningún valor; el hecho de que ciertas experiencias no se encuentren en la imaginería de un escritor no quiere decir en modo alguno que estas materias le sean poco familiares o que no se interese por ellas. Es divertido señalar, por ejemplo, que en Life of Donne, de Izaac Walton, no haya ni una sola imagen derivada de la pesca; la apasionada afición que inspiró el Cotuplwt Antier (líl perfecto pescador de caña) ha dejado totalmente inafectada la imaginería de la otra obra. En los escritos novelescos de Alln-rl Camus solo he encontrado una imagen, poco interesante, relacionada con la tuberculosis, una enfermedad que ha desempeñado un papel tan serio en su vida. Al mismo tiempo, la presencia de un grupo particular de metáforas no necesita estar asociada con ninguna experiencia per1 "Mi dolor particular es dé una naturaleza tan desbordante, tan impetuosa y parecida a las aguas de una esclusa, que engulle y sumerge las demás penas, y él queda siempre igual." SHAKESPEARE, Obras completas, 10.a ed., Madrid Aguilar, 1951, pág. 1471. 3 "Jamás vino la reforma en una oleada de tan impetuosa corriente para limpiar los vicios." Ibld., pág. 518. 3 _SpiJRGEON,op. cit;, pág. 93 y sgs. Sobre un caso similar en Proust, la importancia, psicológica de sus metáforas de medicina y cirugía, ver mi Image in the Modern Freneh Novel, fágs. 130 y sgs. -* Cf. L. H. HORNSTEIN, "Analysis of Imagery: a Critique of Literary Method", Pubücations of the Modern Language Association oí America, LVU (1942), páginas 638-53; R. WELLEK y A. WARREN, Theory of Literature, Londres, impr. 1954, páginas 213 y sgs.; y mi Style in the Freneh Novel, págs. 31 y sgs.
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CAP.
8 : CAMBIO DE SIGNIFICADO
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I. LAS CAUSAS DEL CAMBIO SEMÁNTICO
sonal intensa. Sería ingenuo atribuir las numerosas imágenes sobre insectos que se encuentran en varios novelistas modernos a un interés absorbente por la > entomología, o a algún choque traumático en conexión con los insectos; las más de las veces, el factor determinante fue simplemente la fuerza expresiva de estas imágenes y sus desagradables tonos emotivos, que se ajustaban a la atmósfer'a entera de la obra en cuestión 1. Puede también suceder que un escritor trate de lograr la verosimilitud adaptando el estilo de sus personajes, incluida la imaginería de estos, a los intereses y al fondo personal de ellos. Esto es lo que Víctor Hugo hizo con buen resultado al final de su poema Baoz endormi, que está basado en el Libro de Ruth. Después de haber pasado un día trabajando en l'a tierra, Ruth contempla el cielo estrellado, con su mente llena todavía de las gentes y las cosas que ha visto durante el día:
introdujo en el inglés, de donde pasó a otras lenguas europeas. Según el propio capitán Cook, el término "tiene un significado muy amplio; pero, en general, quiere decir que una cosa está prohibida" 1. En su libro Tótem y tabú, Freud ha hecho un interesante "análisis del significado y las implicaciones de la palabra:
Ruth se demandan, Immobile, ouvrant l'oeil a. rnoitié sous ses voiles, Quel dieu, quel moissonneur de l'éternel été. Avait, en s'en allant, négligemment jeté Cette jaucille d'or dans le champ des étoiles3.
El tabú es de vital importancia para el lingüista porque impone una interdicción no solo sobre ciertas personas, animales y cosas, sino también sobre sus nombres. En la mayoría de los casos, aunque no en todos, la palabra sometida al tabú será abandonada y un sustituto inofensivo, un eufemismo3, será introducido para llenar el vacío. Esto entrañará con frecuencia un ajuste en la significación del sustituto, y de este modo el tabú es una causa importante de los cambios semánticos. Los tabús del lenguaje se hallan comprendidos en tres grupos más o menos distintos, según la motivación psicológica que h'ay tras ellos: unos son debidos al miedo, otros a un sentimiento de delicadeza, otros finalmente a un sentido de decencia y decoro. i) Tabú del miedo. — El pavor reverencial en que son mantenidos los seres sobrenaturales ha impuesto frecuentemente interdicciones tabús sobre sus nombres. A los judíos, como ya se ha indicado, no les estaba permitido referirse directamente a Dios; utilizaban en su lugar la palabra para designar "señor", y este circunloquio sobrevive en el término ingles the Lord, en el francés Seigneur y en otras formas modernas (pág. 187). El nombre del diablo ha dado origen a incontables eufemismos, incluida la curios'a expresión l'Autre, "el Otro", en francés. En su * Address tó the Deil, Burns ha reunido toda una serie de apodos cariñosos ideados para propiciar al diablo y mostrar que se está en relaciones de familiaridad con él:
b) Tabú 3.—Tabú es una palabra polinesia que el capitán Cook 1 Cf. G. O. REES, "Animal Imagery in the Novéis of André Malraux", French Studies, ix (1955), págs. 129-42. En el caso de Sartre, sin embargo, la recurrencia obsesiva de las imágenes de insectos parece tener una motivación psicológica, a juzgar por lasi recientes revelaciones en La forcé de l'áge de Simone de Beauvoir. Estoy en deuda con madame Escoffier, de la Universidad de Lyon, por haber atraído mi atención hacia este punto. Sobre las imágenes de insectos en Sartre, véase S. JOHN, "Sacrilego and Metamorphosis. Two Aspects of Sartre's Imagery". Modern Language Quarterly, xx (1959), págs. 57-66, y mi Style in the French Novel, págs. 251 y sgs. 2 "Ruth se preguntaba, inmóvil, abriendo a medias los ojos: bajo sus velos, qué dios, qué segador del eterno estío, había arrojado descuidadamente al irse esta hoz de oro en el campo de las estrellas." s Una extensa información de los tabús lingüísticos se encontrará en dos monografías: W. HAVERS, Neuere Literatur zur Sprachtabu, Akademie der Wissenschaften in Wien, Phil.-Hist. Kl., Sitzungsber, 223, 5, 1946, y R. F. MANSUR Gvf.RÍOS. Tabús lingüísticos, Río de Janeiro, 1956. De la vasta literatura sobre el tabú y el problema emparentado del eufemismo, puede mencionarse lo siguiente: G. BONFANTE, "Etudes sur le tabou dans les langues indo-européennes", Melattges Ch. Bally, Ginebra, 1939, págs. 195-207; CH. BRUNEAU, "Euphémie et euphé misme", Festgabe G. Gamillscheg, Tubinga, 1952, págs. 11-23; M. CORTEI.A^O, "Valore attuale del tabú linguistico mágico", Rivista di Etnografía, vn (19511), páginas 13-29; M. B. EMENEAU, "Taboos on Animal Ñames", Langua«e, xxiv (1948), págs. 56-63; J. MAROUZEAU, "Le parler des gens moyens. Interdicticm
Para nosotros el significado del tabú se ramifica en dos direcciones opuestas. Por vai lado significa para nosotros sagrado, consagrado; pero por otra parte significa misterioso, peligroso, prohibido e inmundo. Lo contrario al tabú se designa en la Polinesia por la palabra noa y quiere decir algo, ordinario y generalmente accesible. Así, algo parecido al concepto de reserva es inherente al tabú; el tabú se expresa esencialmente en prohibiciones y restricciones. Nuestra combinación "temor santo" expresaría a menudo el significado del tabú 2 .
liiers de l'Assoctation Internationale des Etudes Francaises, 1953, págs. 167-75. Cf. asimismo EsTRicH-SPÉRBER,<7£>. cit., caps. 1-4; GAMILLSCHEG, Franzosische Hfdeutungslehr.e, cap. 35; JESPERSEN, Mankind, Nailon and Individual, cap. 9;
NYKOP, Sémantique, libro VIL 1 M GUÉRIOS, op. cit.','pág. 8. '* Pelican Books, Londres, impr. 1940, pág. 37. Del griego eu "bien" + phe me "habla".
s
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CAP. 8: CAMBIO DE SIGNIFICADO
O thou! whatever title suit thee— Auld "Hornie", "Satán", "Nick", or "Clootie"... Hear me, auld "Hangie", for a wee... But fare-you-weel, auld "Nickie-ben"! *
Los nombres de los espíritus diabólicos son declarados tabú de la misma manera. El intento de propiciarlos puede llegar extraordinariamente lejos: testimonio de ello son las E'J¡J.EVÍOC<; griegas, uno de los nombres d'ados a las Furias, que literalmente significa "las bien dispuestas, las favorables, las benévolas". Las criaturas y las cosas ordinarias dotadas de cualidades sobrenaturales pueden también convertirse en objeto de temor y de tabú. Particularmente difundidas están las prohibiciones sobre los nombres
I. LAS CAUSAS DEL CAMBIO SEMÁNTICO
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en desuso. El español ha recurrido al vascuence para un sustituto (izquierdo) 1, mientras que el francés utiliza un vocablo germánico, gauche, que originalmente significaba "el camino equivocado; tosco, grosero" (Bloch-Wartburg). El inglés left tenía el sentido primario de "débil, indigno" (NED), y una de las palabras griegas para decir "izquierdo", eútovujxoc, es evidentemente un eufemismo: su sentido originario era "de buen nombre, honrado; de buen augurio, próspero, afortunado" (Liddell and Scott). II) Tabú de la delicadeza. — Es una tendencia humana general el eludir la referencia directa a los asuntos desagradables. Ya hemos visto ¡"algunos de los numerosos eufemismos enlazados con la enfermedad y la muerte (págs. 171 y 208). La historia de palabras como disease y undertaker muestra que tales sustitutos pueden quedar tan estrechamente asociados con la idea declarada tabú que pierdan su valor eufemístico, y haya que volver a reemplazarlos para mitigar el desagrado. Otro grupo de palabras afectadas por esta forma de tabú son los nombres de los defectos físicos y mentales. Imbecile, en inglés, proviene, a través del francés, del latín imbecillus, o imbecillis, "débil, endeble". En el siglo xvn, Corneille todavía pudo referirse al "sexo débil" como "le sexe imbécüle"; un siglo más tarde, este uso había quedado tan anticuado que Voltaire lo describía como una "burda y extraviada afrenta" (Nyrop, Sémantique, pág. 22). Otras palabras de la misma esfera han evolucionado sobre líneas similares. El término francés crétin [cretino] es una forma dialectal de chrétien "cristiano", tomada del patois francés de Suiza en el siglo xvni (BlochWartburg). Benét "tonto, estúpido, simple" procede de benedict.ns "bendito, bienaventurado", y es un eco palmario de la primera bienaventuranza: "Bienaventurados los pobres de espíritu, porque cf. las observaciones de W. D. ELCOCK, op. efr,; pág. 178. C£ asimismo ENTWISTLE, The Spanish Language, pág. 65. 3 Cf. STERN, op. cit., pág. 403, y el NED.
CAP. 8: CAMBIO DE SIGNIFICADO
I. LAS CAUSAS DEL CAMBIO SEMÁNTICO
Barnhelm (acto IV, escena 2). "Robar" ha dado lugar a numerosos eufemismos en diferentes lenguas; algunos de ellos han sido indicados en el capítulo sobre la sinonimia (pág. 170). Un ejemplo divertido se encuentra en * The Merry Wives of Windsor (acto I, escena 3:
de las palabras más comunes de una lengua puede llegar a corromperse en virtud del uso eufemístico. En el sentido de "hija", filie es todavía perfectamente respetable, pero en el sentido de "muchacha, joven", ya es necesario decir jeune filie, puesto que filie sola se usó tan frecuentemente como un eufemismo para "prostituía" que este fue, por último, su significado ordinario. Una frase como la siguiente, que se encuentra en el escritor del siglo xvm Marivaux, sería imposible hoy día: "Tu me dégoütes de toutes les filies qu'on pourrait m'offrir pour mon fils"1. Otras palabras de esta esfera han tenido un sino semejante: garce, la forma femenina de garcori, se ha convertido en un término injurioso, y el alemán Dirne, que en otro tiempo se aplicó a la Virgen María como la sierva de Dios, ha concluido por significar una "ramera", excepto en los dialectos alemanes del Sur 2. Varios términos asociados con el amor ilícito se han deteriorado en su significado como resultado de un empleo eufemístico. Cuando Alceste dice a Céliméne, en el Misanthrope, de Moliere: "Vous avez trop d'amants qu'on voit vous obseder" (acto II, escena 1)3, esto es mucho menos insultante que como suena a los oídos modernos, porque en aquel tiempo amant quería decir meramente "alguien enamorado de una mujer"; es solo por eufemismo como adquirió gradualmente el sentido de "amante", que es el único significado actual. Análogamente, no había nada muy ofensivo en las palabras de Pauline del Polyeucte, de Corneille: "Mon pére fut ravi qu'il me prit pour maítresse (acto I, escena 3); en el siglo xvii, maítresse significaba simplemente "novia" 4. Hasta la palabra francesa para designar "beso", baiser, ha caído víctima de una interdicción tabú. Desde que acabó por usarse como un eufemismo con connotaciones obscenas, ha sido reemplazada en gran medida en su sentido original por embrasser "abrazar", un derivado de bras "brazo"; de aquí combinaciones tan extravagantes como "embrasser quelqu'un sur la joue", "besar a alguien en la mejilla" 5. Esta breve selección de ejemplos habrá mostrado que el tabú y el eufemismo son causas importantes del cambio semántico. Conviene advertir, sin embargo, que este es sólo uno de los modos como puede llenarse un vacío creado por el tabú. Como hemos visto, una
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NYM : The good humour is to steal at a minute's rest. FISTOL: "Convey" the wise it cali. "Steal" foh! A fico for the parase! *
En los campos de concentración nazis, el verbo organizar acabó por ser usado en muchas lenguas como un eufemismo para expresar "procurar por medios ilícitos" y así para "robar". Esto produjo algunas curiosas combinaciones: "Les magasins du camp sont pleins de tout ce que les S. S. ont organisé en France" 2. Un -ejemplo de un cambio radical de significado debido a este tipo de tabú es el verbo francés tuer "matar", que se deriva del latino tutari "custodiar, guardar, proteger". Según una investigación reciente, este uso parece haberse "originado como un eufemismo irónico debido, en definitiva, a la jerga de los ladrones o los soldados" 3. ni) Tabú de la decencia. — Las tres grandes esferas más directamente afectadas por esta forma de tabú son el sexo, ciertas partes y funciones del cuerpo, y los juramentos. Hay variaciones extremadamente amplias entre las normas del decoro obtenidas en diferentes períodos: la procacidad de un Rabelais y la gazmoñería de las précieuses (cf. pág. 211), la derechura con que madame de Rambouliet en el Sentimental Journey, de Sterne, se refiere a la fisiología humana 4 , y la hipersensibilidad de las damas norteamericanas del siglo xix, que hablarían de los miembros (limbs) de un piano y de sus propias agachaderas (benders) antes que mencionar las piernas o las patas (legs), y que dirían talle (waist) antes que proferir la palabra cuerpo (body)5. No obstante, el sentido de la decencia y del pudor ha sido a lo largo de las edades una rica fuente de tabús y de eufemismos. Unas cuantas expresiones de la esfera de las relaciones sexuales servirán para ilustrar esta tendencia. La historia de la palabra francesa filie muestra que incluso una 1 "NYM : El talento consiste en robar en un silencio de mínima. — FISTOL : "Transmisión" llaman a eso las gentes sensatas. "Robo", ¡puaf! ¡Una higa con la frase!" SHAKESPEARE, Obras completas, 10.a ed., Madrid, Aguilar, 1951, página 1103. 3 "Los almacenes del campo están Ilénos-de todo lo que las S. S. han organizado en Francia." (Véase AMSLER, Le Franjáis Moderne, xm,, 1945, pág. 248: cf. Y. EYOT. ibid., xiv, 1946, pág. 167). ~r _; *B. FOSTER, Essays Presented to C. M. Girdlestone, págs. I()9s21. —-, :, *En el capítulo "The Rose" (ed. Penguin, pág. 97); cf. NYROP^ Sémantique, páginas 303 y sgs. " JESFERSEN, Growth and Structure, pág. 226.
1
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"Tú me haces sentirme disgustado con todas las muchachas que podrían ofrecérseme para mi hijo" (citado por GAMILLSCHEG, Franzosische Bedeutungslehre, pág. 100). 2 PRIEBSCH-COLLINSON, op. cit., pág. 304. 3 "Tienes demasiados admiradores a los que se ve asediarte." Este ejemplo y el próximo son citados por NYROP, Sémantique, pág. 299. 4 "Mi padre quedó encantado de que me tomase por novia." 5 Véase esp. J. ORR, "Le role destructeur de l'euphemie", loe. cit., págs. 170 y siguientes.
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CAP. 8: CAMBIO DE SIGNIFICADO
I. LAS CAUSAS DEL CAMBIO SEMÁNTICO
palabra viciada es reemplazada a veces por una nueva lomiadón (belette) o por un término tomado de una lengua extranjera (el español izquierdo). Bloomfield ha llamado la atención sobro el hecho curioso de que los rusos tomasen su palabra para denotar la luna, luna, del latín, mientras que por lo demás copiaron muy |x>co de esta fuente, salvo algunos términos sumamente cultos (Language, página 400). Puesto que toda lengua es capaz de tener su propia palabra para designar la luna, tal término sería importado del exterior solo si el nombre nativo había sido infamado por una prohibición tabú. Puede ocurrir también que la palabra declarada tabú no se haya desvanecido enteramente, sino que se conserve en una forma modificada. El vocablo inglés arcaico zounds [pardiez] es una variante eufemística de by God's wounds [por las llagas de Dios]; drat equivale a God roí/ [¡podre de Dios!] y el vocablo francés bougre, aunque no tan ofensivo como su réplica inglesa, se hace más respetable cuando se cambia en bigre [caramba]1. Cierto número de tacos franceses terminados en -bleu—cdrbleu, morbleu, parbleu, ventrebleu [cáspita, caramba, pardiez, voto al chápiro], etcétera—no tienen nada que ver con el adjetivo bleu "azul"; bleu es meramente una forma modificada de Dieu. El reniego palsambleu, que pertenece a la misma familia, es una variante bien camuflada de la frase par le sang de Dieu "por la sangre de Dios"; cf. los términos ingleses 'sblood y Od's blood. 5) La influencia extranjera como causa del cambio semántico. — Muchos cambios de significado son debidos a la influencia de algún modelo extranjero. Tomando un ejemplo obvio, el uso de la palabra bear para denotar dos constelaciones, la Great y la Lesser Bear, la Osa mayor y la Osa menor, tiene un paralelo en muchas lenguas: en francés, Ourse; en italiano, Orsa; en español, Osa; en alemán, Bar; en húngaro, Medve, etc. Ninguna de ellas es una metáfora espontánea: todas se basan en la latina Ursa y, más allá de esta, en la griega r¡ ''Apx-oc/'osa", las cuajes ya se utilizaban en la antigüedad clásica para denotar las constelaciones. La parte desempeñada por la influencia extranjera en los cambios semánticos fue discutida con cierto detalle en el capítulo sobre la polisemia (págs. 186 y sgs. y 193); es, por tanto, innecesario citar aquí más ejemplos. 6) La exigencia de un nuevo nombre como causa del cambio semántico. — Siempre que se requiera un nuevo nombre para denotar un objeto o idea nuevos, podemos hacer una detestas tres
cosas: formar una palabra nueva de elementos existentes; copiar un término de un idioma extranjero o de alguna otra fuente; y finalmente, alterar el significado de una palabra vieja. La necesidad de encontrar un nombre nuevo es así una causa extremadamente importante de los cambios semánticos. La historia de los descubrimientos científicos y tecnológicos nos depara abundantes pruebas de cómo se operan tales cambios. Un* ejemplo interesante es el uso del término tanque para denotar el vehículo blindado inventado en la primera guerra mundial. El nuevo sentido fue añadido un tanto arbitrariamente a la palabra existente con el fin de asegurar el secreto durante la fabricación (Shorter OED). El nombre de un arma anterior, el torpedo, también tuvo un origen inusitado. En el latín, el vocablo torpedo, que procede de la misma raíz que torpor, significaba "entumecimiento, modorra, torpor" y, traslaticiamente la "tremielga" o "raya eléctrica". Cuando en la segunda mitad del siglo, xvín se inventó una nueva arma submarina, fue llamada, primero en inglés y luego en otras lenguas, con el nombre latino del pez1. Otra palabra latina, satelles, satellitis, "alabardero, guardián, acompañante", tuvo una historia más complicada. Cuando Kepler necesitó un nombre para describir a un planeta pequeño girando alrededor de otro mayor, empleó la palabra satélite en este sentido, en lugar de acuñar un término nuevo. En el transcurso del tiempo, satélite adquirió diversos significados técnicos en anatomía, zoología y urbanización; en el sentido político fue usado por primera vez por Federico Naumann en su libro Mitteleuropa (1915). Durante los últimos años, el lanzamiento de los primeros satélites artificiales ha ensanchado más aún el alcance de la palabra. En todos estos casos, los descubrimientos científicos y otros desarrollos obligaron a encontrar un nombre nuevo, y la necesidad se satisfizo añadiendo significados inéditos al término latino 2. jba celeridad del progreso científico y tecnológica en nuestro tiempo está haciendo demandas cada vez más importantes a los recursos lingüísticos, y las posibilidades de la metáfora y de otros tipos de cambio semántico están siendo plenamente explotadas.. Esto puede verse, por ejemplo, en la nomenclatura rápidamente cambiante de la industria aeronáutica. Primero tuvimos flyin-boats [barcos voladores, aeronaves], luego flying fortresses [fortalezas volantes]; ahora tenemos flying saucers [platillos volantes] y hasta flying bedsteads [camas volantes]. Muchos tipos de aviones tienen nombres metafóricos expresivos: Hurricane (huracán], Spitfire [escu-
1
Cf. J. ORR, Words and Sounds in English and French, pág. 227.
1 MIGLIORINI, The Coniribution of the Individual to Language, loe. c¡t., páginas 7 y sgs. 2 Ibíd., págs. 9 y sgs.
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CAP. 8: CAMBIO DE SIGNIFICADO
II. LA NATURAI£ZA DEL CAMBIO SEMÁNTICO
pe-fuego], Comet [cometa], Constellation [constelación], Vampire [vampiro]. Entre todos los artificios lingüísticos disponibles, el cambio de significado es el modo más simple, más discreto, y quizá el más elegante para andar al mismo paso que el progreso de la civilización.
ventaja inmediata de enlazar con una de las definiciones básicas del significado discutida en el capítulo tercero de este libro. Se recordará que una escuela de pensamiento considera el significado como una "relación recíproca y reversible entre el nombre y el sentido" (página 66). Si se acepta esta fórmula como una hipótesis de trabajo entonces los cambios semánticos se incluirán naturalmente en dos' categorías: los basados en una asociación entre los sentidos y los que implican una asociación entre los nombres. Cada una de estas dos categorías puede subdividirse a su vez, si admitimos la acostumbrada distinción entre dos especies de asociación: la semejanza y la contigüidad 1. Estas dos parejas de criterios dan lugar a cuatro tipos cardinales de cambio semántico, algunos de los cuales pueden escindirse en ulteriores subdivisiones.
II.
LA NATURALEZA DEL CAMBIO
SEMÁNTICO
El axioma de Leibniz: "Natura non facit saltus" ("La Naturaleza no da saltos"), es enteramente aplicable al cambio semántico. Cualesquiera que sean las causas que produzcan el cambio, debe hable r siempre alguna conexión, alguna asociación entre el significado viejo y el nuevo. En unos casos la asociación puede ser lo bastante poderosa para alterar el significado por sí misma; en otros proporcionará meramente un vehículo para un cambio determinado por otras causas ; pero de una forma o de otra, algún género de asociación subyacerá siempre al proceso. En este sentido, la asociación puede considerarse como una condición necesaria, un une qua non del cambio semántico. En la historia de la semántica, la teoría asociacionista ha aparecido en dos formas diferentes. Algunos de los primeros semánticos profesaron un asociacionismo ingenuo: trataron de explicar los cambios de significado como el producto de asociaciones entre palabras aisladas. En las últimas décadas, una visión más sofisticada, basada sobre .principios estructurales, ha acabado por prevalecer; la atención ha pasado de las palabras solitarias a las unidades más amplias, los llamados "campos asociativos", a que pertenecen. La diferencia entre las dos actitudes se discutirá más cumplidamente en el capítulo final. Se han hecho varios intentos de clasificar los cambios semánticos de acuerdo con las asociaciones que los fundamentan. Mediante una ingeniosa combinación del método estructural de Saussure con algunos de los principios de la filq'sofía de Bergson, el lingüista francés Léonce Roudet esbozó, hace cuarenta años, la primera clasificación comprensiva de este género, que fue desarrollada más adelante por la investigación subsiguientex. El esquema de Roudet tiene la 1
Véase L. ROUDET, "Sur la classification psychologique des changenicnts se"mantiques", Journal de Psychologie, xvm {1921), págs. .616-92. Entre los precursores de Roudet, Wundt y Schuchardt fueron de partiejular-importancia. El esquema de Roudet fue adoptado y perfeccionado pcfeelT lingüista húngaro Z. Gombocz (véase anteriormente, pfág. 66, n. 2). Una discusión del desenvolvimiento de esta teoría, y una forma un tanto modificada del esquema mismo, se'hallará en mis Principies of Semantics, págs. 215 y sgs.; cf. también GUIRAUD, La sérnantique, págs. 43 y sgs., y AMMER, op. cit., págs. 79 y sgs.
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1. Semejanza de sentidos (metáfora) La importancia suprema de la metáfora 2 como fuerza creadora en el lenguaje siempre ha sido reconocida, y en su defensa se han hecho muchas reivindicaciones extravagantes. Según Aristóteles, "la cosa más grande es, con mucho, poseer el dominio de la metáfora. Esto es lo único que no puede ser impartido por otro; es la marca 1 La "contigüidad" debe tomarse aquí en un sentido amplio: abarca cualquier relación distinta de las basadas en la semejanza. 2 Quizá el tratado más detallado jamás publicado sobre la metáfora sea la obra monumental de C. F. P. STUTTERHEIM, Het Begrip Meíaphoor. Een taalkundig en -wijsgeríg onderzoek, Amsterdam, 1941. Entre los innumerables libros y artículos sobre la materia pueden señalarse los siguientes: H. ADANK, Essai sur les fondements psychologiques et linguistiques de la métaphore affective, Ginebra, 1939; C. BROOKE-ROSE, A Grammar of Metaphor, Londres, 1958; CH. BRIJKEAU, "L'image dans notre littérature", Mélanges A. Dauzat, París, 1951, pág¡_ ñas 55-67; E. COSERITJ, La creación metafórica en el lenguaje, Montevideo, 1956 • G. ESNAULT, Imagination populaire, métaphores occidentales, París, 1925; P. HENLE, "Metaphor", Language, Thought, and Culture, cap. 7; L. G. KNÍGHTS-B. COTTLE (ed.), Metaphor and Symbol (Colston Research Society; Colston Papers 12) Londres, 1960; H. KONRAD, Etude sur la métaphore, París, 1939; F. W.'LEAKEY' "Jntention in Metaphor", Essays in Criticism, ív (1954), págs. 191-8; C. DAY Lnwis, The Poetlc Image, Londres, 1947; J. MIDDLETON MURRY, "Metaphor" Conntries of the Mind, Londres, 1931; B. MIOLIORINI, "La metáfora reciproca"' Sn¡n!i linguistici, págs. 23-30; L. SAINÉAN, La création métaphorique en f raneáis' c.t en román, 2 vols., Halle a. S., 1905-7; W. B. STANFORD, Greek Metaphor, Qxl'oixl, 1936; M. SALA, "Sur les métaphores reciproques", Revue de Linguistique (Hiicarest), v (1960), págs. 311-17; H. WERNER, Die Ursprünge der Metapher, l,c¡p/ig, 1919. Cf. igualmente ESTRICH-SPERBER, op. cit. cap. 13 y passim; R. JA! <:<>nsoN-M. HALLE, Fundamentáis of Language, La Haya, 1956, págs. ~76-821'.. I.nisr, Der Wortinhalt, 2." ed., Haidelberg, 1961; I. A..RICHARDS,'The Philox«i>hy of Rhetoric, caps. 5-6; R. A. SAYCE, Style in French Prose,Oxford;;1953 i'upíinlo 10; WELLEK-WARREN, Theory of Literature, cap. 15. Cf. asimismo" mí .SVy/c ¡n the French Novel, cap. 6, y The Image in the Modern French Novel,
24!
CAP. 8 : CAMBIO DE SIGNIFICADO
II. LA NA1URAILE2A DEL CAMBIO SEMÁNTICO
del genio"I. En nuestra propia época, Chesterton llegó a afirmar que "toda metáfora es poesía"2, mientras que Sir Herbert Read ha argüido que "siempre debiéramos estar dispuestos a juzgar a un poeta... por la fuerza y originalidad de sus metáforas"3. Todavía más exageradamente, Proust declaraba en su artículo sobre el estilo de Flaubert: "Je crois que la métaphore seule peut donner une sorte d'éternité au style" 4. Aun rebajando algo estas infladas pretensiones, no cabe duda de la importancia decisiva de la metáfora en el lengua]e y en la literatura. La metáfora está tan estrechamente entrótejida con la textura misma del habla humana que ya la hemos encontrado bajo varios aspectos: como un factor capital de la motivación, como un artificio expresivo, como una fuente de sinonimia y de polisemia, como un escape para las emociones intensas, como un medio de llenar lagunas en el vocabulario, y en otros diversos cometidos. Bastará, pues, dar aquí una breve información sobre el fondo psicológico de la metáfora y describir algunas de las formas características que asume en el lenguaje. La estructura básica de la metáfora es muy simple. Siempre hay presentes dos términos: la cosa de la que estamos hablando, y aquella con quien, la comparamos. En la terminología del Dr. Richards, el primero es el tenor (tenor); el segundo, el vehículo (vehicle); mientras que el rasgo o los rasgos que tienen en común constituyen el fundamento (ground) de la metáfora 5. Tomando un caso concreto, la palabra latina musculus "ratoncillo", un diminutivo de mus "ratón", se usó también figuradamente en el sentido de "músculo"; de aquí la voz inglesa muscle y otras formas modernas6. En esta metáfora, "músculo" es el tenor, "ratoncillo" es el vehículo, y la semejanza caprichosa entre las dos formas el fundamento de la imagen, el elemento común que subyace bajo la transferencia7. En lugar de declarar explícitamente, en forma de comparación, que un músculo se parece a un ratoncillo, el tenor se identifica con el vehículo mediante una especie de taquigrafía verbal. En este sentido es verdad
decir que una metáfora es una "comparación condensada que afirma un aidentidad intuitiva y concreta" 1. Hay que advertir que la semejanza entre el tenor y el vehículo puede ser de dos clases: objetiva y emotiva. Es objetiva en el caso que acabamos de citar o, por ejemplo, cuando la cima de una montaña es llamada cresta porque se parece a la cresta de la cabeza de un animal. Es emotiva cuando hablamos de un amargo contratiempo porque su efecto es similar al de un sabor amargo. Es así como la palabra francesa déboire, un derivado de boire "beber", que originalmente se refería al regusto desagradable dejado por una bebida, llegó a significar "sinsabor, contratiempo, esperanza frustrada" (BlochWartburg). Un factor importante en la eficacia de la metáfora es la distancia entre el tenor y el vehículo o, como lo denomina el Dr. Sayce, -eüj "ángulo" de la imagen2. Si los dos términos están muy próximos uno de otro—si, por ejemplo, una flor es cotejada con otra—la metáfora será apropiada, pero sin ninguna calidad expresiva. Como dice Wordsworth patentemente:
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The song would speak Of that interminable building reared By observation of affinities In objects where no brotherhood exists To passive minds *.
Los escritores modernos gustan de producir efectos sorpresivos trazando paralelos inesperados entre objetos dispares. El poeta surrealista André Bretón ha declarado inequívocamente: "Comparar dos objetos, lo más lejos posible uno de otro en cuanto al carácter, o juntarlos por algún otro método de una manera repentina y sorprendente, esto sigue siendo la más alta tarea a que la poesía puede aspirar." Al citar este aserto, el Dr. Richards hace el comentario pertinente: "Cuanto más remotas estén las cosas acopladas, la tensión creada será, por supuesto, mayor. Esta tensión es la combadura del arco, la fuente de energía del disparo, pero no debemos confundir la potencia del arco con la excelencia del tiro; ot el esfuerzo con el blanco" 4. Entre las innumerables metáforas en que se ha expresado la facultad imaginativa del hombre, hay cuatro grupos principales que se repiten en las más diversas lenguas y estilos literarios.
1
Citado por C. DAY LEWIS, op. cit., pág. 17. * The Defendant. A Defence of Slang. Cf. anteriormente, pág. 170. Citado por C. DAY LEWIS, loe. cit. 4 "Yo creo que solo la metáfora puede dar una suerte de eternidad al estilo" ("A propos du "style" de Flaubert", Nouvelle Revue Frangaise, xiv, 1 (1920), páginas 72-90). 5 The Phüosophy of Rhétoric, págs. 96 y sgs. y 117. Los críticos franceses tienen una terminología aún más-sencilla t-llaman al vehículo le comparara y al tenor le comparé. ' La misma metáfora se encuentra en el griego, en donde ytá;' "ratón", puede significar también "músculo". 7 JLa palabra griega metaphora significa literalmente "transferí!"': meta "trans-" + pherein "llevar". B 3
1 ESNAULT, 2
Imaginalion populare, pág. 30,,=££. anteriormente, pág. 153, Style in French Prose, págs. 6_2 y sgs. •'"La canción hablaría de ese interminable edificio, erigido por la observación de afinidades en objetos) en los que no existe ninguna hermandad para las mentes pasivas." Citado por C. DAY LEWIS, op. cit;, pág. 36. 4 Lor cit., págs. 123 y 125. '."'•":. ; : ,\ , v ^ ; : ". 3
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i) Metáforas antropomórficas1. — Uno de los primeros pensadores que reparó en la extraordinaria frecuencia de este tipo de transferencia fue el filósofo italiano del siglo xvm Giambattista Vico. "En todas las lenguas"—escribía en su Scienza Nuova—la mayor parte de las expresiones que se refieren a objetos inanimados están tomadas traslaticiamente del cuerpo humano y de sus partes, de los sentidos humanos y de las pasiones humanas... El ignorante hombre se convierte a sí mismo en el rasero del universo" 2. Esta tendencia es alostiguada en las más diferentes lenguas y civilizaciones, y yace en la raíz de incontables expresiones de uso corriente. En el capítulo sobre la polisemia (págs. 183 y sgs.) vimos una breve muestra de las metáforas en que se comparan objetos inanimados con el ojo humano. Del mismo modo hablamos de la ceja (brow) de una colina, de las costillas (ribs) de una bóveda, de la boca (ntouth) de un río, de los pulmones (lungs) de una ciudad, del corazón (heart) del asunto, del nervio (sinews) de una guerra, de las manecillas (hands) de un reloj, y muchos más, mientras que los usos metafóricos de otros órganos, tales como el pie (foot) y la pierna [pata] (leg), son virtualmente ilimitados. Naturalmente, hay, asimismo, muchas transferencias en la dirección opuesta, en donde partes del cuerpo reciben nombres de animales o de objetos inanimados: músculo, pólipo, nuez de la garganta (Adam's apple: manzana de Adán), globo del ojo (apple of the eye: manzana del ojo)-, tímpano del oído (ear-drum: tambor de la oreja), y otros varios. En la terminología de Sperber, el cuerpo humano es un poderoso centro de expansión, así como de atracción metafórica (cf. pág. 227); en general, sin embargo, las metáforas de esta esfera parecen ser mucho más comunes que las dirigidas hacia ella. u) Metáforas animales. — Otra fuente perenne de imágenes es el reino animal. Estas metáforas, de las cuales ya se han citado algunos especímenes (cf. págs. 227, 236, 241, etc.), se mueven en dos direcciones capitales. Algunas de ellas se aplican a plantas y a objetos insensibles. Muchas plantas deben su nombre a alguna vaga similitud, a menudo caprichosa o burlesca! con un animal: barba de cabra (goat's-beard), pata de gallo (cock's-foot), cola de perro (dog's-tail), etcétera. Dandalion viene del francés dent de lion "diente de león". Hasta hay combinaciones de metáforas animales, como en el francés chiendent, queue-de-renard, "grama", que literalmente quiere decir 1 2
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Del griego anthropos "hombre" -f mffrphé "forma". Citado por GOMBOCZ, op. cit.,.'ipSg73;La monografía más comprensiva sobre las metáforas, antropomórficas es la de J. J. DE WITTE, De Betekeniswereld van het /¡Vfráow, Nimega, 1948./Véase también CARNÓY, ap. üt^págs. 324-36, y E. CASSIRER, Philosophie der symbolischen Formen, vol. I, Berlín, 1923, páginas 158 y sgs.
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"diente de perro, cola de zorra". Un gran número de objetos inanimados, incluyendo varios instrumentos, máquinas y partes de algunas máquinas, son también denominados según un animal: caí [gato], catheod [cabeza de gata: serviola], cat-o'nine-tails [gato de nueve colas], crab [cangrejo: cabrestante], crane [grulla: grúa], cock [gatillo] de una escopeta, cock [gallo] en el sentido de "espita, grifo", y otros incontables. Otro extenso grupo de imágenes animales se transfieren a la esfera humana, en donde con frecuencia adquieren connotaciones humorísticas, irónicas, peyorativas o incluso grotescas. Un ser humano puede ser comparado con una inagotable variedad de animales: un perro, un gato, un cerdo, un burro, un ratón, una rata, uní ganso, un león, un chacal, etc.; puede parecer o comportarse de un modo gatuno, perruno, borreguil, lechuzo, como un pez o como una muía; puede sabuesear (dog: perseguir, espiar a un criminal), monear (ape: imitar, remedar) o leonizar (lionize: exaltar, alabar) a los que admira y hasta papagayear (parrot: repetir de memoria) sus palabras. Esta abundante imaginería brota de la misma actitud que las numerosas obras literarias, desde Esopo a Lafontaine y desde la griega Batracomiomaquia (guerra de las ranas y los ratones) a la Animal Farm de Orwell, en las que se hace hablar y actuar a las bestias como seres humanos. Aunque las imágenes animales se hallan entre los más antiguos artificios del estilo literario—Hornero ya había llamado a la diosa Hera "la de los ojos de buey"—no han perdido nada de su fuerza expresiva y evocadora: todos los lectores de Proust recordarán la tersa y vivaz caricatura de M. de Palancy "qui, avec sa grosse tete de carpe aux yeux ronds, se déplacait lentement au milieu des fétes en deserrant d'instant en instant ses mandibules comme pour chercher son orientation" J. ni)' De lo concreto a lo abstracto. —• Una de las tendencias básicas en la metáfora consiste en traducir experiencias abstractas en términos concretos. En muchos casos, la transferencia es todavía transparente, pero en otros será necesaria alguna indagación etimológica para recapturar la imagen concreta subyacente bajo una palabra abstracta: para descubrir los vocablos latinos finís "límite, fin" detrás de define [definir] y de finance [finanza]; limen "umbral" detrás de elimínate [eliminar]; sidus "estrella" detrás de desire [desear] ; velum "velo" detrás de reved [revelar]; o volvere "rodar, voltear" detrás de involve [envolver]. Tales transferencias prosiguen continuamente; de hecho sería imposible discutir ningún tema abstracto sin ellas. Tomemos, por ejemplo, las innumerables metáforas 1
"que, con su gran cabeza de carpa de ojos redondos, se desplazaba lentamente en medio de las fiestas, abriendo y cerrando^sus mandíbulas como para buscar su orientación" (Du cote de chez Swann, vol. II, pág. 143). Cf. mi Image in the Modern French Novel, págs. 176 y sgs.
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relacionadas con light [luz]: to throw light on [arrojar luz sobre], to put in a favourable light [poner a una luz favorable], leading lights [luces indicadoras], to enlighten [alumbrar], üluminating [iluminador], bñltiant [brillante], beaming [luciente], radiant [radiante], coruscating [coruscante], dazzling [deslumbrador], etc. Que esta vena metafórica está lejos de agotarse puede verse en expresiones relativamente recientes, tales como in the limelight[en las candilejas], tohold the spotlight [mantener el reflector], o high-lights [luces altas], en el sentido de "un momento o detalle de vivo interés" (Shorter OED). Hasta una experiencia tan abstracta y elusiva como el tiempo1 puede hacerse concreta y tangible por el escritor creador. El viejo cliché del "fluir" del tiempo se rejuvenece en manos de Sartre cuando, evocando la lánguida atmósfera de un día caluroso de verano, habla del "tiempo fluyendo dulcemente, como una tisana entibiada por el sol" 2. En otros autores, el tiempo es visualizado en imágenes novedosas y atrayentes. A Shakespeare se le aparece como "el viejo Tiempo, ese regulador de los relojes; el Tiempo, ese sepulturero calvo" (* King John, acto III, escena 1)3. Tennyson lo pinta como un "maníaco esparciendo el polvo" ("rnaniac scattering dust". * In Memoriam, L). En Proust, cuya obra entera se centra en el problema del tiempo, hay infinitas variaciones sobre este tema, que culminan, al término mismo del ciclo, en la visión de pesadilla de los hombres montados en los zancos siempre crecientes del tiempo hasta que finalmente se derrumban 4. iv) Metáforas "sinestéticas" 5. — Un tipo muy común de metáfora es el basado en la transposición de un sentido a otro: del oído a la vista, del tacto al oído, etc. Cuando hablamos de una voz cálida [warni] o fría [cold], obramos así porque percibimos alguna especie de semejanza entre la temperatura cálida o fría y la cualidad de ciertas voces. De la misma manera, hablamos de sonidos penetrantes [piercing], de colores chillones [laúd], de voces y olores dulces [sweet], y muchos más. Las asociaciones sinestéticas descansan también en la raíz de ciertas etimologías. El adjetivo alemán hell "claro, resplandeciente" está emparentado con el verbo hallen "resonar" (cf. pág. 115). El vocablo de origen griego barytone [barítono] se
basa en paoóí, "pesado", y oxytone [oxítono], "que tiene el acento agudo", se basa en ¿ £6?, "afilado"; análogamente, los términos latinos gravis y acutus, que dieron nuestros acentos grave y acute [agudo]. Comentando tales transposiciones en De anima, Aristóteles escribía: "Agudo y grave son aquí metáforas transferidas de su propia esfera, a saber, la del tacto... Parece haber una suerte de paralelismo entre lo que es agudo o grave al oído y lo que es afilado o romo al tacto"1. La explotación sistemática de estos recursos en el estilo literario empezó con el advenimiento del Simbolismo, pero el artificio mismo es de respetable abolengo. La combinación sinestética "de voz de lirio" ya se encuentra en la Ilíáda2, y en la Eneida se dice del cielo que está "encendido de gritos" 3. Shakespeare fue lo suficientemente consciente de esta técnica para ridiculizarla en: ¡A Midsummer Night's Dream.(acto V, escena 1):
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1 Cf. 2
G. POULET, Eludes sur le temps humain, Edimburgo, 1949. "Le temps coulait doucement, tisane attiédie par le soleil" (La mort dans I'ame, París, 1949, pág. 70; cf. Style in the French Novel, pág. 256). 3 "Oíd Time the clock-setter, that bald sexton Time." SHAKESPEARE, Obras completas, 10.a ed., Madrid, Aguilar, 1951, trad. de ASTRANA MARÍN, op. cit., página 334. i LetempsJretrOuvé,fnTÍs, ed. 1949, vol. II, pág. 229. Sobre las metáforas de Proüst acerca del-tiempo ver mi Lmage in the Modern French Novel, páginas213-17. 5 JDeT griego syn "juntamente" + aisthesis "percepción". Una plena discusión Ue'este tipo de metáfora, además de referencias detalladas, se hallará en mis Principies of Semántica, págs. 266 y sgs.
PYRAMUS : I see a voice; now will I to the chink, To spy an I can hear roy Thisby's face 4.
Sin embargo, el propio Shakespeare no vaciló en usar el artificio; en The Tempest, Acto IV, escena 1, habla de "olorosa música" (smelling music), y Twelfth Night se abre con una compleja serie de imágenes sinestéticas: If music be the food of lovc, pl;iy on, Give me excess of it, that, surfciting, The appctite muy sicki-n ;nul so d¡c. That strain again! It had a dyinjt fnll; O, it carne o'er my ear l i k c (lio íiwi-cl :.niiml That breathes upon a bank of violéis, Stealing and giving odour •''.
Hay varias metáforas sinestéticas en la poesía del siglo xvn, tales como el "estridente perfume" (loud perfume) de Donne (Elegy, 1
Citado por STANFORD, Greek Metaphor, pág. 49. Citado ibfd., pág. 53, de la Ilíáda, m, 152 ( ómc Xeiptóóoaav ). "Clamore incendunt caelum' (Eneida, x, 895). Cf.' E. STRUCK, Sedeutungslehre. Grundziige einer lateinischen und griechischen Semasiologie, 1.a ed., página 98. 4 "PÍRAMO : Veo una voz. Ahora voy a la abertura a espiar para poder oír el rostro de mi Tisbe." SHAKESPEARE Obras completas, 10.a ed., Madrid, Aguilar, 1951, trad. de ASTRANA MARÍN, op. cit., pág. 939. 5 "Si la música es el alimento del amor, tocad siempre., saciadme de ella, para que mi apetito, sufriendo "un empacho, pueda enfermar, y así morir. ¡Repetid ese trozo! Tiene tuia lánguida cadencia. ¡Oh! Llega a mis oídos como el dulce sonido que alienta sobre un bancal de violetas, arrebatando y, a la vez, dando olor." Cf. íbíd,, pág¿1247. Sobre la historia de este pasaje, véase E. v. SIEBOLD, "Synasthesien in der englischen Dichíung des 19. Jahrhunderts", Englische Stuáien, LUÍ (1919-20), págs. 1-157 y 196-334: pág. 217, n. 1. 2
3
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IV: "The Perfurne") y las "bocas ciegas" (blind mouths) de Milton (Lycidas, v. 119). Los románticos fueron particularmente aficionados a tales combinaciones; Byron fue criticado por escribir: "the Music breathing from her face" [la música que exhala de su rostro] (The Bride of Abydos, I, 6) 1, pero Keats llegó aún más lejos y combinó tres sentidos diferentes cuando escribió en Isabella: "And taste the music of that visión palé" [y saborean la música de esa visión pálida]. Entre los románticos franceses, Théophile Gautier, con su Symphonie en blanc majeur, desempeñó un papel importante en la moda de semejantes transposiciones. La sinestesia fue erigida en una doctrina estética en el soneto de Baudelaire, Correspondances:
tre palabras ya relacionadas entre sí. La diferencia entre los dos procesos ha sido resumida con perspicacia por M. Esnault: "La métonymie n'ouvre pas de chemins comme l'intuition métaphorique; mais brülant les étapes de chemins trop connus, elle raccourcit des distances pour faciliter la rapide intuition de choses deja connues" 1. Pero si la metonimia es de limitado interés para el estudioso del estilo 2, es un factor importante en el cambio semántico; ya la hemos encontrado en la discusión de los nombres propios (pág. 89), de la motivación (pág. 104), de la polisemia (pág. 185), y en otras partes. Las metonimias pueden clasificarse mejor según las asociaciones que subyacen bajo ellas. Algunas transferencias metom'micas se basan en relaciones espaciales. La mutación de significado del vocablo latino coxa "cadera" al francés cuisse "muslo" se explica por el hecho de que la cadera y el muslo son dos partes contiguas de nuestro cuerpo, sin fronteras definidas entre sí (págs. 141 y sgs.). Como se verá en el último capítulo, esta no fue la causa fundamental del cambio; fue meramente la condición que hizo posible semejante transferencia. Una metonimia similar yace en la raíz de la palabra francesa para designar "huelga", gréve, que deriva su nombre de la Place de Gréve, llamada ahora Place de l'Hótel de Ville, en donde los obreros parisienses acostumbraban reunirse cuando abandonaban el trabajo (Bloch-Wartburg). Otro grupo de metonimias se basan en relaciones temporales. El nombre de una acción o acontecimiento puede transferirse a algo que inmediatamente le precede o le sigue. Ya hemos visto un ejemplo de esto en la historia de la palabra colación (pág. 112). Una asociación parecida entre acaecimientos sucesivos explica con toda probabilidad el desarrollo semántico de la voz inglesa mass, la francesa m'esse [misa], y de términos emparentados que denotan el oficio católico en muchas lenguas. Todos ellos se remontan al vocablo eclesiástico latino missa, participio pasado femenino del verbo latino mittere "enviar, despedir, disolver". Como los oficios terminaban con la fór1! muía: "Ite, missa est (contio)", "Idos, se disuelve la asamblea", la palabra missa acabó con el tiempo por significar el culto mismo (Bloch-Wartburg). Un caso exactamente similar es el de la palabra francesa veille "vigilia, vela", que en la actualidad quiere decir principalmente "víspera, día anterior". Entre otras relaciones que pueden dar por resultado un cambio metonímico, hay un tipo tan importante que a veces ha sido tratado como una categoría separada: pars pro toto o "la parte por el todo" 3.
Les parfums, les couleurs et les sons se répondent. II est de parfums frais comme des chairs d'enfants, Doux comme les hautbois, verts comme les prairies 2.
Desde esa época en adelante, la imaginería sinestética ha sido plenamente explotada e incluso se ha abusado de ella, tanto en la poesía como en la prosa. Hasta se hicieron intentos por sistematizar las correspondencias entre los varios sentidos; el experimento más conocido de esta clase fue el soneto de Rimbaud sobre el color de los sonidos vocálicos:-"A noir, E blanc, I rouge, U vert, O bleu...", que puede haber sido sugerido por los recuerdos de una cartilla usada en su niñez 3 . En la actualidad, tales transposiciones son tan comunes que nadie se asombra cuando un novelista habla de "sabor amarillo" o de "olores verdes y puntiagudos" 4. 2. Contigüidad de sentidos (metonimia) La metonimia 5 es intrínsecamente menos interesante que la metáfora, puesto que no descubre relaciones nuevas, sino que surge en1
1. v. ERHARDT-SIEBOLJD, "H^rmony of the Senses in English, Germán, Véase E. and French Romanticism", Publications of the Modern Language Associalion oi America, XLVH (1932), págs. 577-92: págs. 587 y sgs. 2 "Los perfumes, los colores y los sonidos se corresponden. Hay perfumes frescos como carne de niños, dulces como los oboes, verdes como las praderas" (Cf. la trad. de FRANGÍS SCARFE, en Baudelaire, Penguin Books, 1961, pág. 37). 3 Cf. H. HÉRAUT, "Du nouveau sur Rimbaud", Nouvelle Revue Francaixe, XLIII (1934), págs. 602-08; R. ETTEMBLE, "Le Sonnet des Voyelles", Revuir de LiitéramreComparée, xrx: (t939), págs. 235-61; J.-F. BARRERÉ, "Rimbaud, l'apprcmi sorcier",Revite d'Histoíre Litíéraire de la Franee, LVI (1956), págs. 50-64. 1 "Le jeune goút jaüne de bois tendré" (SARTRE, La mort dans l'áme, pág. 233); "des odeurs verles etgaievencoré pointues, éncores acides" (ibíd., pág. 45). 8 Del griego meta "trans" + onpma "nombre". Muchos ejemplos, de metonimia se encontrarán en NYROP, Sémantique, libro V, y en E. HUGUET, L'évoluíion dtt sens des mots depuis le XVI' siécle^ París, 1934, cap. 7.
'"La metonimia no abre caminos corno la intuición metafórica; sino que, <|iu:iimndo las etapas de caminos demasiado conocidos, acorta distancias para facilitar la rápida intuición de cosas-ya sabidas" (Imagination populaíre, pág. 31). "•• Cf. mi Style in the French Novel, págs. 211 y sgs. ;l Esta es una parte de la figura tradicional sinécdoque (del griego syn "jun-
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II. I A N Y I I I K A I i l ' . / A HUÍ. CAM1IIO SEMÁNTICO
Un ejemplo sencillo es el empleo de redbreast [petirrojo, pechicolorado] en lugar de "robin" [tordo, pardillo] (pág. 105), dando nombre al pájaro de acuerdo con el detalle de apariencia más notable. Análogamente, los tipos humanos y las clases sociales se denominan con frecuencia según alguna prenda de vestir característica: redcoat [casaca roja: los soldados], redcap [gorra roja: los cargadores en las estaciones de ferrocarril], blue-stocking [media azul: marisabidilla, mujer pedante]1, Blackshirt [camisa negra: fascista]; en francés la blouse "trabajador; clase obrera, proletariado", y más recientemente blouscm noir, el equivalente francés de un "teddy boy" [gamberro], así titulado por la chaqueta negra usada por estos jóvenes. La conexión ha cesado de ser transparente en la palabra francesa grisette, un derivado de gris, que originalmente significaba una tela gris barata y luego llegó a designar, con tonos peyorativos, las muchachas obx-eras que gastaban este género de ropa (Bloch-Wartburg). Otros tipos de metonimia son tan simples y tan conocidos que no requieren una discusión detallada. Como ya se mencionó, las invenciones y descubrimientos a menudo reciben el nombre de la persona responsable de ellos; cuando un físico dice que un amperio es la corriente que un voltio puede enviar a través de un ohmio (NED), está conmemorando a tres grandes pioneros de su ciencia: al francés André Ampere, al italiano Conde Alessandro Volta, y al alemán Cícorg Simón Ohm. Parejamente, los alimentos y bebidas se denominan según su lugar de origen (gruyere, champagne), el contenido según el continente ("beber un vaso, una botella de vino"), y muchos otros casos. Un rasgo interesante de la metonimia es que, a diferencia de la metáfora, tiende a dar a las palabras abstractas un significado concreto: el nombre de una acción representará su resultado; el nombre de una cualidad, la persona u objeto que la exhibe, etc. Bréal ha descrito gráficamente estos cambios como "condensación o engrosamiento del significado" (épaississement de sens)2. Hay incontables ejemplos de esta tendencia en diversas lenguas: el acto de encua-
dernar (biinlni;',) y l.i cncmn¡criMríón (binding) de un libro; la ejecución o eiimplimu'Mli) (itcrf^rnumcc) de un deber, y una ejecución o representación (¡'t-rfoniuincv) operística; mantener la guardia (to keep guará) y los y,u
.
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lamente" + ekdekhesthai "tomar, recdger"), en la cual "un término más comprensivo se usa en lugar de otro menos comprensivo o viceversa" (NED). 'Traducido a varios idiomas: en francés bas-bleu, en alemán Blaustrumpf, en sueco blástrumpa, en húngaro kékharísnya, etc. La expresión "data de las asambleas que se reunían en Montagu House, en Londres, hacia 1750 con el fin de sustituir los juegos de cartas por conversaciones literarias, etc., etc. Un asistente principal de ellas fue Mr. Benjamín Stillingfleet, que habitualmente gastaba medias de estambre azules en vez de medias negras de seda. En referencia a esto, la camarilla fue apodada por el almirante Boscawen "the Blue Stockíng Society" (Shorter QED). 2 Essai de sémantique, cap. 13. Véanse asimismo GAMIIASCHEG, Franzósische Sedeutungslehre, págs. 53-8 y 73-94; K. BALDINGER. Kollektivsuffixe und Kollektivbegriff, Berlín, 1950, parte-1, 1; R. ZINDEL, Des abstraits en franjáis et de leur pluralisation, Berna, 1958.
3. Semejanza de nombres (etimología popular) La etimología popular, como se recordará, puede cambiar tanto la forma como el significado de una palabra conectándola erróneamente con otro término al que es similar en cuanto al sonido. Las investigaciones de Gilliéron y otros geógrafos lingüistas han mostrado que este es un proceso más común de lo que cabría imaginar; sin embargo, es obvio que no se halla en paridad con la metáfora o la metonimia como factor en el cambio semántico. No obstante, contiene una importante advertencia para el etimologista: antes de pretender reconstruir la historia semántica de una palabra, debe aquel cerciorarse en primer lugar de que el desarrollo ha sido espontáneo y no inducido por un término fonéticamente parecido. Sin esta medida de precaución, algunas de nuestras más plausibles reconstrucciones pueden ser puramente gratuitas: acaso estemos estableciendo lo que el profesor Orr ha llamado un "desarrollo seudo-semán •ílCO"2.
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'"Elección entre el bien y el mal" (citado por HUGUET, loe. cit., pág. 235). Words and Sounds in English and French, cap. 15.
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LA NATURALEZA DEL CAMBIO SEMÁNTICO
En el capítulo sobre la etimología popular (págs. 115 y sgs.), se han discutido diversos cambios semánticos debidos a la semejanza fonética (el inglés saná-blind, el francés ouvrable, el alemán Sündflut). Uno o dos ejemplos más pueden darse aquí para mostrar la naturaleza de estos procesos 1. Los cambios de significado ocasionados por este factor se incluyen en dos grupos. En el más engañoso de los dos, el sentido antiguo y el nuevo están medianamente cercanos entre sí, de suerte que el último podría haberse desarrollado a partir del primero, aunque en realidad no ocurrió así. La palabra francesa forain [foráneo, forastero], que ha dado la inglesa foreign, es un claro ejemplo de este tipo. Procede del bajo latín foranus, un derivado del vocablo latino foris, "fuera, exteriormente"; su significado original era "extranjero", como lo es aún en el inglés. En la frase marchand forain, "mercader ambulante, feriante", el término se asoció equivocadamente con foire, "feria" (del latín feria[e], "días de fiesta, vacaciónfes]"), que es la misma palabra que la inglesa fair, y esta asociación ha afectado al significado entero de forain. El enlace semántico entre las ideas de "mercader ambulante" y "feria" sin duda facilitó el cambio, pero la semejanza fonética con foire debe haber sido el factor decisivo. En algunos dialectos hay una forma colateral, foirain, en donde la conexión con foire es todavía más marcada (BlochWartburg). Otro ejemplo de este tipo es el sustantivo inglés boon que ya ha sido mencionado (pág. 220). Como hemos visto, este nombre significó al principio "ruego, súplica", después "el objeto pedido o solicitado"; su sentido corriente es "un favor, un beneficio, una cosa digna de agradecerse". El desarrollo semántico podría también haber sido espontáneo, pero fue influido probablemente por el adjetivo homónimo boon [liberal, generoso, bueno], una forma adaptada al inglés de la francesa bon (NED). La situación es bastante diferente en el segundo tipo, en el que los dos significados son tan diversos que no parece haber conexión alguna entre ellos. En vez de proponer una línea de desarrollo puramente imaginaria, el semántico experimentado buscará la influencia de alguna palabra fonéticamente similar que pueda proporcionar el eslabón que falta. Así, la voz francesa gazouiller, "gorjear, murmurar, balbucear", puede significar en el habla popular "tener un olor
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desagradable". Sería ingenuo, por supuesto, intentar derivar este nuevo significado del antiguo, ya que es evidentemente un chiste vulgar sugerido por la asonancia de la sílaba inicial con la palabra gaz1. Mucho más complicado es el doble significado del verbo francés essuyer: "enjugar, secar" y "sufrir, aguantar, soportar". El profesor Orr ha demostrado que este es otro caso de "desarrollo seudosemántico": el segundo sentido no proviene del primero, sino que se debió a la confusión con essayer, que ahora quiere decir "probar, procurar, pretender", pero que, en una época tan reciente como el siglo xvi, también podía significar "experimentar, soportar, tolerar" 2. Las implicaciones de tales procesos con respecto a la semántica esr tructural serán consideradas más detenidamente en el próximo capítulo. 4. Contigüidad de nombres (elipsis) Las palabras que se encuentran a menudo juntas suelen tener una influencia semántica unas sobre otras. Ya hemos visto un ejemplo de esto en la historia de la negación en el francés (pág. 223), la forma más común que toma esta influencia en la elipsis 3: en una frase hecha constituida por dos palabras, una de ellas es omitida y su significado se transfiere a su compañera. Esto puede tener consecuencias gramaticales: un adjetivo puede convertirse en un nombre (the mean por the main sea [alta mar], a daily [un diario] por a daily paper [un periódico diario]), y en algunas lenguas puede haber anomalías de número o de género, como en el francés le cinquiéme hussards [el quinto (de) húsares], en donde regiment se ha excluido, o ten un premiére Lyon, que es una doble elipsis de "un (billete de) primera (clase)". En cierto número de casos, este tipo de elipsis ha conducido a drásticos cambios de significado. La omisión de la palabra francesa carrosse "coche" explica dos viejos términos del transporte que también han pasado al inglés: diligence [diligencia] es una abreviación de carrosse de diligence, y coupé, que es realmente el participio pasado del verbo couper "cortar", representa a carrosse coupé, un carruaje uno de cuyos compartimientos ha sido cortado (Bloch-Wartburg). Del mismo modo, drawing-room [gabinete; literalmente: sala de "tiro"] es en realidad withdrawing-room [sala de "retiro"]; el fran1
Cf. NYROP, Sémantique, pág. 328. Words and Sounds in English and French, págs. 157-60. Pueden indicarse los siguientes estudios especiales sobre la elipsis: K. BEROMAN, DieEllipse im Neufranzósischen, Friburgo, 1908; W. FRANZ, "Ellipse und Hcdeutungswandel'% -Englische_ Studien, LXII (1927-28), p£gs. 25-34; W. HORN, Sprachkorper und Sprachfunktion, Palaestra, CXXXV; 2.a ed., Leipzig, 1923: R. E. KELLER, Die Ellipse in der neuenglischen Sprache ais syníaktisch-semantisches Problem, Zuricb, 1944; WEIXANDÉR, op. cit., partes II y III. Para más referencias, véase mis Principies of Semantics, pág. 238, n, 1.
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3 3
Además de las obras ya mencionadas en el capítulo sobre la etimología popular,., cabe señalar aquí las siguientes monografías: H. AMMANN, "Wortklang :und Wortbedeutung", Neue lahrbüchtr fiir Wissenschaft und Jugendhildung, i (1925), págs. 221-35; A. ERNOUT, Philologica, París, 1946; H> HATZEELD, Ueber Bedeutungverschiebung durch Formannlichkeit im, Neufranzosischejí, Munich, 3924- 1?. LOFSTEDT, Vermischte Studien zur lateinischen Sprachkunde und Syníax, Acta Reg. Spc. Hum. Litt. Lundensis, XXIII, 1936. Más referencias se encontrarán en mis Principies of Semantics, pág. 236, n. 1.
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CAP. 8 : CAMBIO DE SIGNIFICADO
ees bouclier "broquel, escudo" era originariamente escu hoiich'r "un escudo con una hebilla" (Bloch-Wartburg); piano, de un adjetivo y adverbio italiano que quiere decir "suave, lentamente", es una forma abreviada de pianoforte "suave y fuerte", así llamado por Oistofori, su inventor, para expresar la gradación de tonos de que es capaz (Shorter OED). Un ejemplo curioso es porter, que es una abreviatura de porteas ale, porter's beer [cerveza de faquín], al parecer porque esta bebida originalmente estaba hecha para los mozos de cuerda y demás jornaleros (Shorter OED). Los compuestos y frases inglesas adoptadas por el francés han sido con frecuencia cercenadas por la elipsis. Esto ha producido algunos usos que suenan de una manera curiosa a los oídos nativos. Así, "smoking-jacket" [chaqueta de fumar] se ha reducido a smoking, que ahora significa una "chaqueta de comer" en francés y en otros idiomas continentales. Análogamente, un "cargo-boat" [buque de carga o mercante] se transforma en un cargo, un "midshipman" [guardiamarina] en un midship, un "sidecar" en un side, y una "pinup girl" en una pin-up. Tales acortamientos son comunes en el deporte, en donde un goal puede querer decir un "goalkeeper" [guardameta, portero], le catch equivale a "catch-as-catch-can" [lucha libre; literalmente: coge como puedas], le cross a "cross-country running" [carrera a campo traviesa], mientras que incluso "football" y "basket-ball" [baloncesto] pueden mutilarse: "des joueurs de foot, de basket" 1. La clasificación antedicha de los cambios semánticos reclama los comentarios generales siguientes: 1) Los cuatro tipos cardinales son de alcance muy diferente. La metáfora es con mucho el más importante de los cuatro, pero la metonimia es, asimismo, un proceso extremadamente común. La elipsis, aunque en modo alguno infrecuente, es en general de importancia limitada, en tanto que la etimología popular, a pesar de su gran interés, es un fenómeno marginal. Parecería, pues, que las asociaciones entre sentidos son de una consecuencia incomparablemente mayor que las que se dan entre nombres. Una lengua sin elipsis y sin etimología popular sería un medio de comunicación perfectamente adecuado, mientras que una lengua sin metáfora y sin metonimia es inconcebible: estas dos fuerzas son inherentes a la estructura básica del habla humana. 2) Hay muchos cambios semánticos que parecen acomodarse a más de una categoría. Cabe preguntar, por ejemplo, si expresiones como un Picasso en lugar de "un cuadro de Picasso", o un borgoña 'Todos estos ejemplos son de HARMER, op. cit., págs. 118 y sgs.
II. I..A NATUS.VUEZA DEL CAMBIO SEMÁNTICO
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en vez de "vino de Borgoña", son metonímicas o elípticas 1. Quizá sería más sencillo estimarlas como cambios "compuestos" debidos a la interacción de dos tipos diferentes de asociación. 3) El desarrollo semántico de muchas palabras consiste en una serie de cambios sucesivos, que a veces pueden apartarlas enormemente de su sentido original. Darmesteter acuñó el término "concatenación" (enchaínement) para describir estos procesos complejos2. Un buen ejemplo es el vocablo francés cadeau, que fue tomado del provenzal a principios del siglo xv en el sentido de "letra mayúscula", y que no alcanzó su significado moderno de "presente, regalo, obsequio" hasta tres siglos y medio más tarde. Las siguientes fueron las principales etapas en la historia semántica de la palabra: 1, "letra mayúscula; 2, "trazos de caligrafía"; 3, "palabras superfinas empleadas cc-mo meros adornos"; 4, "entretenimiento, diversión, especialmente cuando se ofrece a una dama"; 5, "presente, obsequio" (Bloch-Wartburg). El estudioso del significado examinará, por supuesto, cada cambio separadamente y tratará de reconstruir su trasfondo. Un etimologista que sólo diera el punto de partida y el punto terminal de semejante cadena de acontecimientos sería, según el divertido símil de Gilliéron, comparable al crítico literario que resumiera la vida de Balzac en estas sentencias:- "Balzac, sentado en las faldas de su nodriza, llevaba un vestido azul con rayas rojas. Escribió la Comedie humaine" 3. 4) Con frecuencia se ha planteado la cuestión de si los cambios semánticos son enteramente casuales, o si hay alguna especie de regularidad o norma tras de ellos 4. Desde que Bréal sugirió que la nueva ciencia de la semántica debía intentar establecer las "leyes que rigen los cambios de significado" (cf. más arriba, pág. 8), la búsqueda de "leyes" ha sido una. de las principales preocupaciones de los que trabajan en este campo. Algunos lingüistas fueron escépticos sobre las perspectivas de esta pesquisa. Comentando el cambio de sentido del vocablo francés poutre, que originalmente significaba una "potranca" y que ahora denota una "viga" o "cuartón", Saussure escribía: "cela est dü á des causes particuliéres et ne dépend pas des autres changements qui ont pu se produire dans le méme temps; ce n'est qu'un accident parmi tous ceux qu'enregistre l'histoire d'une "Para otros ejemplos de elipsis combinada con la metonimia, véase la historia de la palabra misa discutida en la pág. 247. 2 La vie des mots, págs. 76 y sgs. .-'... . . . . . . , . . . -. . 3 Citado por WARTBURG, Problémes et méthodes, .pág,. 107. Cf. anteriormente, página 35. 4 Una detallada discusión de las "leyes semánticas", junto con referencias bibliográficas, se encontrará en mis Principies oí' Semanlies, cap. 4, sección 3, y cap. 5. Véase ahora también ZVEGINTSEV, Semasiología, cap. 9, y el artículo de Sauvageot indicado en la pág. 222, n. 1.
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CAP. 8: CAMBIO DE SIGNIFICADO
II. LA NATURALEZA DEL CAMBIO SEMÁNTICO
langue" 1. Nyrop fue aún más categórico: "ici les conditions qui déterminent les changements sont tellement múltiples et tellement complexes, que les resultáis défient constamment toute previsión et offrent les plus grandes surprises" 2. No obstante, a despecho de estas y otras muchas advertencias, la búsqueda prosiguió y no fue del todo estéril en sus resultados. Incluso hoy día hay lingüistas que creen firmemente que la tarea esencial de la semántica consiste en estudiar las "leyes específicas del desarrollo del lenguaje" 3. Quizá el intento más ambicioso de formular una "ley específica" semejante fue la monografía del fallecido Gustav Stern sobre los términos del inglés medio (Middle English) para designar "swift" y "swiftly" (cf. anteriormente, pág. 162, n. 1). Un examen completo de los datos cronológicos condujo a Stern a la siguiente conclusión, notablemente precisa:
que podían, por tanto, ser considerados como síntomas de una tendencia común, de un rasgo de la mente humana ampliamente difundido y permanente. Unos lingüistas se limitaron a desarrollos específicos, mientras que otros intentaron formular leyes más generales. Entre las tendencias específicas examinadas, las metáforas paralelas han producido algunos resultados notables 1. En muchas lenguas, por ejemplo, los verbos que significan "coger" o "captar" se usan figuradamente en el sentido de "comprender": los ingleses catch, grasp; los franceses camprendre (de preñare "tomar, asir"), saisir; el italiano capire, del latino capere "coger"; el alemán begreifen, de greifen "agarrar"; y existen formaciones similares en ruso, en finés, en húngaro y en turco 2. La dificultad estriba, por supuesto, en determinar hasta qué punto estas varias lenguas pueden haberse influido mutuamente. Cabe eliminar esta dificultad si los ejemplos se toman de lenguas y civilizaciones muy diferentes, que han tenido poco o ningún contacto entre sí. De este modo, es interesante saber que la expresión inglesa eye of a needle [ojo de una aguja] tiene paralelos exactos en el esquimal y en el chuvash, lengua turca hablada en Rusia, y que el "eyelid" [párpado; literalmente: tapa del ojo] es llamado "pellejo" o "corteza" del ojo en Hungría.y en las islas Marquesas de Oceanía, así como en algunas otras áreas 3. Todavía más sorprendente es el caso de pupil, "niña del ojo", que, como ya se indicó (páginas 112 y 200), es la misma palabra que la otra pupil. El vocablo latino pupilla "huérfana, pupila, menor de edad" también podía denotar la niña del ojo, a causa de alguna vaga semejanza entre una niña y la figura diminuta reflejada en la pupila (Bloch-Wartburg). Ahora bien: se ha encontrado que en más de treinta lenguas pertenecientes a los grupos más diversos, la pupila es llamada metafóricamente "niña" o, más raramente, "niño" 4. Y no se reducen a la metáfora tales desarrollos paralelos: las metonimias pueden estar igual de diseminadas. El uso de la palabra que designa, órgano del habla, en el sentido de "lengua" o "idioma" no solo tiene lugar en muchos idiomas europeos que pueden haberse influido unos a otros, sino que también se halla en varias lenguas no europeas 5. Algunos lingüistas han apuntado más alto aún y han tratado de identificar ciertas tendencias generales que gobiernan el cambio semántico. Uno de los primeros experimentos de esta clase fue la "ley
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Los adverbios ingleses que han adquirido el sentido de "rápidamente" antes de 1300, siempre desarrollan el sentido de "inmediatamente". Esto sucede cuando el adverbio se usa para calificar a un verbo, la acción del cual puede ser aprehendida como imperfectiva o como perfectiva, y cuando el significado del adverbio es, en consecuencia, equívoco: "rápidamente/inmediatamente". Las excepciones son debidas a la influencia de factores especiales. Pero cuando el sentido de "rápidamente" se adquiere después de 1300, tal desarrollo no tiene lugar. No hay ninguna excepción a esta regla. (Meaning and Change of Meaning, pág. 190.)
Si la fórmula del profesor Stern es realmente válida4, entonces tuvo razón al pretender que se trata de las leyes fonéticas de que estaban tan orgullosos los lingüistas del siglo xix: "Esta ley" tiene la forma de una ley de los sonidos: da .las circunstancias del cambio y un límite cronológico" (ibíd.). Es lícito preguntar, sin embargo, si puede aceptarse esto como una ley semántica genuina. Los desarrollos de sentidos paralelos no surgen espontáneamente: las diversas palabras tienen que haber influido unas sobre otras, en virtud del proceso de analogía o "irradiación sinonímica" que se discutió en el capítulo 6 (págs. 159 y sgs.)^ Es en una dirección diferente donde la mayoría de los lingüistas han buscado normas regulares en el cambio semántico. Han procurado reunir casos de cambios parecidos que habían ocurrido, independientemente unos de otros, en diferentes lenguas y períodos, y
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"Esto es debido a causas particulares y no depende de los demás cambios que hayan podido producirse al mismo tiempo; no es más que un accidente entre todos los que registra la historia "de una lengua" (0pt~cit;, -pág. 132). —-- * "Aquí las condiciones que determinan los cambios son tari múltiples y tan complejas que los resultados desafían constantemente toda previsión y ofrecen . l a s 5mayores sorpresas" (Sémantique, pág. 79). ~ - • . r.i;r;~'" . „ ZVEGINTSEV, op. cit., pág. 46. * Véanse las reservas de E. OKSAAR, en op. cit., págs. 499 y sgs.
Véase esp. GOMBOCZ, op. cit., págs. 5 y sgs.; cf. asimismo SAUVAGEOT, loe. cit., y DE WITTE, op. cit., passim. ,-....._.,..--..-• a Véase GOMBOCZ, loe. cit. - - . _ , . , 3 SAUVAGEOT, loe. cit., págs. 466 y sgs. ".. ..... * C. TAGLIAVINI, "Di alcune denominazioni della "pupilla", Annatí dell'Istiíuto Universitario Oriéntale di Napoli, N. S., m (1949), págs. 341-78: págs. 363 y "sgs. •'' GOMBOCZ, op. cit., pág. 94; RÉVÉSZ, The Origins and Prehistory of Lant<.iii¡!í<í, págs. 56 y sgs.
CAP. 8 : CAMBIO DE SIGNIFICADO
III. XAS CONSECUENCIAS DEL CAMBIO SEMÁNTICO
de diferenciación de sinónimos" de Bréal, que ya ha sido mencionada (pág. 159). La mayor parte de los intentos posteriores se han centrado sobre la metáfora, aunque la metonimia también ha recibido cierta atención. G. Esnault lanzó algunas breves e incitantes alusiones sobre la naturaleza de ambos procesos, tales como, por ejemplo, que tendemos a describir el tiempo por medio de metáforas del espacio, pero no el espacio por medio de metáforas del tiempo 2 . Sperber ha desarrollado su teoría de la "expansión" (cf. págs. 227 y sgs. en una "ley" semántica: "Si en un cierto tiempo un complejo \de ideas está tan fuertemente cargado de sentimiento que hace que una palabra extienda su esfera y cambie su significado, podemos esperar confiadamente que otras palabras pertenecientes al mismo complejo emocional también alterarán su significado"2. El estudio cuidadoso de las metáforas antropomórficas ha convencido a De Witte de que las transferencias del cuerpo humano son más frecuentes que las dirigidas hacia esta esfera (cf. pág. 242). Bloomfield ha sugerido plausiblemente que "los significados refinados y abstractos proceden en gran medida de significados más concretos" 3. Yo mismo he encontrado ciertos rasgos comunes en las imágenes sinestéticas de varios escritores ingleses, franceses y húngaros; parece, por ejemplo, que las transferencias de los sentidos inferiores y menos diferenciados a los superiores y más diferenciados son más comunes que las realizadas en la dirección opuesta: las impresiones acústicas y visuales son transcritas con más frecuencia en términos de tacto o de calor, que viceversa 4. Algunas de estas "leyes" pueden muy bien ser confirmadas, otras contradichas por ulteriores inquisiciones; lo que es necesario para todas ellas es una base empírica harto más ancha, que incluya datos estadísticos de muchos lenguajes diferentes. En este sentido el profesor Spitzer tenía perfecta razón cuando declaró en 1943 que "nadie ha pensado nunca en ofrecer una "ley semántica" 5. En vista de la escala de las investigaciones implicadas, lo mejor sería abordar estos problemas bajo la forma de una serie de proyectos de indagación internacional. Los resultados
de tales pesquisas serían de gran importancia no solo para la lingüística, sino también para la psicología, la antropología cultural y otras varias disciplinas.
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"Lois sémantiques", en Oú en sont les études de franjáis, págs. 130-38. Op. cit., pág. 67; traducción inglesa del profesor W. E. COIXINSON, Modern Language Review, xx (1925), pág. 106. z Language, pág. 429; cf. G. BONFANTE, Word, i (1945), pág. 145. 4 The Principies of Semantics, págs. 277 y sgs. Estos hallazgos parecen concordar con las expectativas de los psicólogos; cf. H. WERNER, Language. xxvm O952), pág. 256. Cf. también A. H. WHITNEY, "Synaesthesia in Twentieth-Century Hungarian Poetry", The Slavonic and Eúst European Review, xxx (1951-5Z), páginas 444-64. .... ,: ^,n^->\ 5 "Why Does Language Chango?", Modern Language Quarterly, iv (1943), páginas 413-31: pág. 427; cf. BONFANTE, loe. cit., pág. 146. 2
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LAS CONSECUENCIAS DEL CAMBIO SEMÁNTICO
Entre las innumerables consecuencias que pueden resultar de los cambios semánticos, dos problemas han recibido particular atención: el radio de acción y las tonalidades emotivas del nuevo significado en comparación con el antiguo. 1. Cambios en cuanto al alcance: extensión y restricción del significado Muchos délos primeros tratadistas sobre semántica dividieron los cambios de significado en tres categorías: extensión, restricción, y un tercer grupo misceláneo que no mostraba ni ampliación ni cslu-dia miento del alcance. Esta supuesta "clasificación lógica" ', a u n q u e sen cilla y .cómoda de manejar, tenía algunas debilidades serias. Sr Apoyaba sobre criterios puramente fórmalos y- no arrojada ninguna lir/. ni sobre las causas últimas de un cambio ni sobre sn lomlu psicolo gico. Otra desventaja era que las tro;; ralec'orfas eran licieíoi'.eneas; bajo los títulos de "extensión" y "rcslrirctun" aparecía mu v.ksla variedad de cambios que no tenían nada cu romnn l u c i a ilH hrrho superficial de que el nuevo sentido era nía:; ancho o nía:; aiij-oslo ,|ue el viejo; todo lo que no respondía a esle crilcrio :;c eonsic.iiaba
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CAP. 8: CAMBIO DE SIGNIFICADO
III. LAS CONSECUENCIAS DEL CAMBIO SEMÁNTICO
miento puede demostrarse con un sencillo ejemplo. La palabra inglesa voyage significaba originariamente un "viaje", como todavía lo hace el correspondiente término francés. En el transcurso del tiempo, su alcance se estrechó y concluyó por referirse más específicamente a un "viaje por mar o por agua". El resultado neto del cambio fue que la palabra es ahora aplicable a menos cosas, pero nos dice más sobre ellas; su alcance se ha restringido, pero su significado se ha enriquecido con un rasgo adicional: el de una travesía por el agua. Como diría un lógico, su "extensión" se ha reducido mientras que su "intensión" ha aumentado correspondientemente (cf. página 134). Un cambio similar ha experimentado el vocablo francés viande, del latín vulgar vivenda, un derivado de vivere "vivir". Hasta el siglo xvii, viande significó "alimento" en general; desde entonces se ha especializado en el sentido de "carne". Las palabras correspondientes en otras lenguas—la italiana vivanda, la española vianda, la inglesa viand(s)—han conservado el sentido más amplio (BlochWartburg). La causa más frecuente de la restricción es la espeeialización del significado en un grupo social particular. Las más de las veces esto dará lugar meramente a la polisemia (véase anteriormente, págs. 161 y sgs.), pero también puede reducir de modo permanente el alcance de la palabra en su conjunto. Diversos ejemplos de este proceso se die: ron anteriormente en este capítulo (pág. 225), y no es menester multiplicarlos aquí. Otra causa de restricción es el eufemismo, incluida la variedad que es sugerida más por ironía que por tabú (cf. págs, 234 y sgs.). Un caso famoso a propósito es poison [veneno, ponzoña], que históricamente es la misma palabra que pollón [poción, pócima]. El aspecto más desagradable del sentido, el hecho de que la poción sea "ponzoñosa", dejó de decirse, pero cuando la palabra quedó íntimamente asociada con el significado sometido a tabú, gradualmente se limitó a denotar este género particular de poción y ninguno otro. La palabra alemana para designar el "veneno", Gíft, sufrió una reducción más radical aún: entre todos los posibles "regalos" (gifts) que pueden otorgarse, acabó por. aplicarse a esta única variedad. La restricción del significado también puede resultar de la elipsis (canino por "diente canino"), de la necesidad de llenar una laguna del vocabulario (traire, "tirar, extraer", reemplazando a moudre en el sentido de "ordeñar")1, y de otras varias causas2. Algunos nombres de animales han sido restringidos del género
a la especie o han sufrido una restricción más drástica. Deer [ciervo] significaba en otro tiempo una "bestia", hound [sabueso] un "perro", y fowl [gallo] un "ave" en general: "Behold the fowls of the air: for they sow not, neither do they reap, ñor gather into barns" (* San Mateo, VI, 25)1. Es interesante señalar que en los tres casos, la palabra alemana correspondiente — das Tier, der Hund, der Vogel — ha mantenido el sentido más amplio. De la misma manera, la francesa oie, la italiana y española oca, proceden de * avica del latín vulgar, derivada de avis "ave", como si el ganso fuese considerado como el ave doméstica par excellence (Bloch-Wartburg). Por una ruta diferente, el vocablo francés sanglier "jabalí" ha evolucionado, mediante elipsis, de la voz latina singularis "singular, solitario", en la frase singularis porcus "cerdo solitario" (ibíd.) Algunos verbos se han desarrollado sobre líneas similares: to starve [hambrear, desfallecer] significaba antaño "morir", como todavía ocurre con el término alemán sterben; y el francés noyer "ahogar" se remonta al latino necare "matar" (cf. pág. 208). Un ejemplo interesante de restricción es la palabra inglesa corn [grano] que, además de su significado general de "semilla de plantas cereales", ha acabado por denotar las mieses más importantes producidas en un área particular: el trigo en Inglaterra, la avena en Escocia, el maíz en América 2. 2) Extensión del significado. — Varios lingüistas han insinuado que la extensión es un proceso menos común que la restricción3, y esto ha sido corroborado recientemente por los experimentos verificados por el psicólogo Heinz Werner. Según el propio profesor Werner, hay dos razones capitales para esta tendencia:
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ría de los ejemplos qué siguen están tomados de este artículo,-Véase asimismo H. WERNER, "Change of Meaning'', loe cit:,págs¿-201"y-sgs~"~::" 'Véase anteriormente, págs. 210 y 226, -;-;":.::ii:;.--'•-:.::p~ir™:i'.:~_. 3 SCHREUDER, loe. cit., págs. 1.18 y sgs., •distingue seis cansas principales de restricción: el lenguaje profesional; la sinonimia, los términos medios, el eufemismo, la sustitución y las asociaciones de frases.
Una es que el rumbo evolutivo predominante apunta en la dirección de la diferenciación más que en la de la síntesis. Una segunda razón, relacionada con la primera, es que la formación de conceptos generales a partir de términos específicos es de menor importancia en la comunicación no científica, aunque es quizá una característica del esfuerzo científico. En otras palabras, el lenguaje de la vida diaria se dirige hacia lo concreto y específico más que a lo abstracto y general *.
No obstante, los casos de ampliación semántica son bastante frecuentes en diversas lenguas. Desde un punto de vista puramente lógico, son el opuesto exacto de la restricción: aquí tenemos un in-1 1
"Mirad las aves del ciclo, que no siembran, ni siegan, ni allegan en alfolíes.'' " Véase SCHREUDER, loe. cit., págs. 119 y sgs. • cf•-. WEINREICH¡ Languages in Contad, pág. 49. ,v— : .: : : - - - - / * BRÉAL, Essai de sémanñque, pág. 107; VENDRYES, Le langage, pág. 237; HUXJMFIELD, Language, pág. 151; cf. WERNER, loe. cit., pág.-203. 4 Loe. cit.. ibíd.
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CAP. 8: CAMBIO DE SÍGNIFiCADO III. LAS CONSECUENCIAS DEL CAMBIO SEMÁNTICO
cremento de la "extensión", siendo aplicada la palabra ;\ mía mayor variedad de cosas; al mismo tiempo, su "intensión" lU-cicccifi, nos dirá menos acerca de las cosas a que se refiere. Así, el vocablo francés panier "cesta" procede del latino panarium "panera, cesta para el pan", derivado de pañis "pan". Cuando desapareció la conexión con "pan", la palabra pudo aplicarse a más objetos que antes, pero su significado había quedado empobrecido al perder un rasgo distintivo. Target, un diminutivo de targe, "escudo", originariamente significaba una "rodela, un. escudo o broquel ligero y redondo", así como también un "blanco, una estructura en forma de escudo, marcada con círculos concéntricos, a la que se apunta en las prácticas de tiro"; ahora tiene un radio de significaciones mucho más amplio y, por consiguiente, menos específico (NED). La extensión, como la restricción, a menudo es debida a factores sociales. Según hemos visto, una palabra que pasa de un medio limitado a un uso común, a veces ensanchará su significado y perderá algunos de sus rasgos distintivos en el proceso (pág. 226). Un ejemplo citado con frecuencia es el verbo francés arriver y el inglés arrive [llegar], que en otro tiempo significaban ambos "arribar, alcanzar la costa", lo mismo que su antepasado del latín vulgar * ampare, un derivado de ripa "ribera, orilla, costa". De una esfera emparentada tenemos nuestra palabra moderna rival, debida a una extensión del significado que se remonta a los tiempos romanos: el término latino rivales, de rivus "arroyo, acequia, riachuelo", literalmente quería decir "los que tienen o utilizan el mismo arroyo, vecinos"; más tarde, esta "rivalidad" se amplió al amor y a otros asuntos (Lewis and Short). Otra causa de extensión es la necesidad de "palabras ómnibus" con un significado extremadamente confuso y general. El vocablo latino causa era un término preciso y bien definido, mientras que sus descendientes romances, el francés chose, el italiano y español cosa, se encuentran entre las palabras más vagas de estas lenguas; en francés, la combinación quelque chose se ha convertido realmente en un pronombre indefinido que .significa "algo" o "un poco". En tanto que la voz francesa cause, laí italiana y española causa, que fueron calcadas directamente de la latina, conservan su precisión prístina. La palabra machine también se ha transformado en una palabra comodín en el francés, en el sentido de "cosa, artefacto, chisme, trebejo"; incluso ha dado nacimiento a una forma masculina y jocosa, machín. Entre las palabras que han ensanchado su significado hay varios nombres de animales y plantas. Un caso curioso1 es el de ía palabra para designar "rosa" en algunas lenguas eslavas meridionales, que la emplean en el sentido genérico de "flor". Este uso hasta ha llegado a afectar a algunos dialectos alemanes e italianos vecinos
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(Vendryes, Le langage, pág. 237). En diversos casos, un término que en otro tiempo significaba la cría de un animal o una planta tierna ha acabado por representar a la especie entera: los vocablos franceses pigeon (cf. pág. 107), dindon "pavo", y hétre "haya", adquirieron su significado presente de esta manera. En un nivel más general, bird procede del inglés antiguo brid "cría de ave" (NED), plant, en francés plante, proviene del término latino planta "vastago, retoño, esqueje" (cf. anteriormente pág. 135). 2. Cambios en cuanto a la valoración: desarrollos peyorativos y ameliorativos Los desarrollos peyorativos 1 son tan comunes en el lenguaje que algunos de los primeros semánticos los consideraban como una tendencia fundamental, un síntoma de una "vena pesimista" en la mente humana. Bréal protestó vigorosamente contra esta asunción. "La prétendue tendance péjorative—escribía—"est l'effet d'une disposition tres humaine qui nous porte á voiler, á déguiser les idees fácheuses, blessantes ou repoussantes... U n'y a pas la autre chose qu'un besoin de ménagement, une précaution pour ne pas choquer —précaution sincere ou feinte, et qui ne sert pas longtemps, car Fauditeur va chercher la chose derriére le mot et ne tarde pas á les mettre de niveau"2. Como Bréal vio correctamente, el eufemismo, o el seudoeufemismo, es la fuerza motriz que hay detrás de muchos desarrollos peyorativos. Si un sustituto eufemístico cesa de percibirse como tal, si queda directamente asociado con la idea que se proponía velar, esto dará por resultado una depreciación permanente de su significado. Es este factor lo que explica la deterioración de muchas de las palabras examinadas en la sección sobre el tabú: disease, undertaker, tuer, fule, amant, maltresse, imbecile, crétin, silly y otras. Un segundo factor que conduce al cambio peyorativo del sentido es la influencia de ciertas asociaciones. Las ramificaciones semán1 Véase esp. H. SCHREUDER, Pejorative Sense-Development in English /, Groninga, 1929, y K. JABERG, "Pejorative Bedeutungsentwicklung im Franzósischen", Zeitschrift. für Romanísche Philologie, xxv (1901), págs. 561-601; xxvn (1903), páginas 25-71; xxix (1905), págs. 57-71. Cf. igualmente NYROP, Sémantique, libro III; HUGUET, L'évolution du sens des mots, cap. 4; GAMILLSCHEG, Franzosische Bedeutungslehre, págs. 94-115; G. GOUGENHEIM, "Adjectifs laudatifs et adjectifs dépréciatifs", Le Franjáis Moderne, xxvi (1958), págs. 3-15. 2 "La pretendida; tendencia peyorativa es el efecto de una disposición muy humana que nos lleva-a "velar, a disfrazar las ideas enojosas, ofensivas o repugnantes... No hay en ella otra .cosa que una necesidad de miramiento, una precaución para no molestar—precaución sincera p fingida, y que no sirve mucho tiempo, porque el oyente va á buscar la cosa detrás de la palabra y no tarda en ponerlas al mismo niveí" (Essai de sémantique, págs. 100 y sgs; cf. SCHREUDER, toe. di., cap, 11).
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III. LAS CONSECUENCIAS DEL CAMBIO SEMÁNTICO
ticas del término latino captivus pueden servir para ilustrar esto. Partiendo de la idea de cautividad, esta palabra ha adquirido significados desfavorables en diversas lenguas, aunque no en todas: el español cautivo todavía significa "prisionero". En el francés se ha convertido en chétif, "endeble, enclenque, enfermizo, pobre, miserable" ; el lazo de unión era la idea de un hombre dominado y debilitado por sus pasiones (Bloch-Wartburg). Las mismas asociaciones condujeron a un resultado diferente en italiano, donde cattivo significa "malo". Todavía se encuentra otra línea de desarrollo en el vocablo inglés caitiff, de origen anglonormando, que en la actualidad es un término arcaico y poético. Este ha evolucionado a través de tres etapas: 1, "un cautivo, un prisionero; 2, "el que se halla en una situación lastimosa; 3, "un hombre bajo, mezquino, despreciable, un villano". En la frase de Shakespeare: "the wicked'st caitiff on the ground" (Measure for Measure, acto V, escena 1)1, la palabra ha viajado muy lejos de sus orígenes 2. Un destino similar ha caído sobre algunos términos de la misma esfera. El inglés wretch [vil, ruin, sórdido] quería decir antaño "desterrado"; mientras que su significado se ha deteriorado fuertemente 3 , la correspondiente palabra alemana, Recke, ha subido de estimación y ahora significa "guerrero, héroe". El adjetivo alemán schlecht, emparentado con el inglés slight [ligero, leve], ha tenido una historia parecida: primero significó "derecho, recto", luego "llano, liso" (ahora schlicht), "simple", "sencillo", "pobre", y finalmente "malo, perverso" (Priebsch-Collinson, op. cit., pág. 305). Una tercera fuente de desarrollos peyorativos es el prejuicio humano en sus varias formas. La xenofibia, como" ya se indicó (pág. 152), ha henchido algunas palabras extranjeras de un sentido despectivo 4 : la alemana Ross "caballo, corcel", ha dado la francesa rosse "rocín, jamelgo"; y la holandesa medieval boeckin "librito", la francesa bouquin "libraco, libro viejo o sin valor", aunque en el habla familiar este término está libre actualmente de cualquier connotación desfavorable (Bloch-Wartburg). El vocablo portugués palovra "palabra" se ha convertido en palaver [chachara, palabrería] en inglés! (NED). El mismo sesgo antiextranjero se refleja en las extrañas vicisitudes de algunos nombres étnicos. El inglés slave, el francés esclave [esclavo], etcétera, son la misma palabra que Slav, slave [eslavo], y bulgarus "búlgaro" es el origen del francés bougre [bribón, picaro], que ya se ha mencionado (pág. 236), y de su más deshonrosa contraparte inglesa. Bougre se usó en la Edad Media en el sentido de "hereje"
porque los búlgaros eran miembros de la Iglesia oriental; después llegó a significar "sodomita" y por último evolucionó hasta el término injurioso que dio a Sterne la idea para un incidente grosero pero divertido en Tristram Shandu (libro VII, caps. 20-5)1. Los prejuicios sociales contra ciertas clases y ocupaciones también han deformado el significado de muchas palabras 2 . Términos como el inglés boor [patán, rústico] y el francés rustre "zafio, palurdo, páparo", del latino rusticus, muestran el desprecio con que los campesinos solían ser tratados. El vocablo del latín rusticus, villanus. "habitante de una granja o cortijo (villa)", ha dado en inglés el término histórico villein "siervo", y asimismo el peyorativo villain, mientras que el francés moderno vilain significa "feo" y "sucio, desagradable". Otros grupos sociales han sido víctimas de prejuicios análogos. Brigand. [salteador, bandolero] fue originariamente un "soldado de infantería irregular y armado a la ligera", y knave [bribón, bergante] equivalía en otro tiempo a un "muchacho" (cf. el alemán Knabe), y especialmente un muchacho empleado como criado (NED). El francés coquin "picaro, pillo, belitre" tenía el significado anterior de "mendigo", y faquín "ganapán, rufián", el de "esportillero, mozo de cordel" (Bloch-Wartburg). Ni siquiera otros rangos más elevados de la jerarquía social sé han librado del prejuicio. Un pedant [pedante] era antaño un "dómine", un "pedagogo" o "maestro de escuela" 3, y los altibajos de la palabra bourgeois [burgués] formarían un interesante capítulo de la historia social. Esta clase ha sido el blanco de los ataques no solo de sus superiores e inferiores, sino también de los artistas e intelectuales. Théophile Gautier definió al bourgeois como un hombre que "no tiene comprensión para ninguna de las artes, ni sentido de la forma o el estilo, que carece de entusiasmo y de pasión, y no admira la naturaleza" 4, y Flaubert expresa las mismas opiniones de un modo más terso e incisivo en su famoso dicho: "j'appelle bourgeois quiconque pense bassement"5. Aunque hay así muchas palabras que se han deteriorado en su significado, otras han cambiado en la dirección opuesta. Los llamados desarrollos "ameliorativos" han recibido menos atención que los peyorativos 3, y en general parecen ser menos frecuentes. Se hallan
1 "El más miserable bellaco de la tierra," SHAKESPEARE, Obras completas, 10.» ed., Madrid, Aguilar, 1951, págT1571. ..;.._ ;": : ...... ..; 3 Véase el NED y SCHKEUDER, loe. di., pág. 85 y sgs. . _ 3 Ibíd., págs. 82 y sgs. 'Ibíd., cap. 7.
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Véase BLOCH-WARTBURG y el NED; cf. también J. ORR, "Bougre as Expletivo". Romance Philology, i (1947), págs. 71-74, y ESTRICH-SPERBER, op. cit., cap. 6. ~ Cf. SCHREUDER, loe. CÍt., cap. a
6.
Cf. ibld., págs. 91 y sgs.; JABERG, loe. cit., xvn, pág. 51, n. 1; NYROP, Sémantique, pág. 126. ..-" .-,-. .•-.-•- ~ 4 Citado por G. MATORÉ, Le vocabulaire et la"sacíete sous Louis-Philippe, Ginebra-Lila, 1951, pág. 76;'-"cf; ibíd., pág, 234. = -X.-.,^. .;;''"Llamo burgués a quienquiera que piense bajamente"; citado por NYROP, Sfmantique, pág. 130. ' ;"""',-.: --•••:-•. ;;_;-;• . . - . : . * Véase G. A. VAN DONGEN, op. cit.; cf. NYROP, Sémantique, págs. 138 y sgs., y ( ¡AMILLSCHEG, Franzosische Bedeutungslehre, págs. 115 y sgs.
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comprendidos en dos categorías. La primera incluye los casos en que el mejoramiento es puramente negativo: por un proceso de debilitamiento gradual, un término con un sentido desagradable perderá gran parte de su estigma y quedará sólo suavemente desfavorable. Así, to blame [censurar, culpar, vituperar] es la misma palabra que to blaspheme [blasfemar], y to annoy, en francés ennuyer [incomodar, fastidiar], se originó de la frase latina in odio esse "ser objeto de odio" (NED y Bloch-Wartburg). El verbo francés regretter [sentir, deplorar] quería decir antiguamente "lamentar la muerte de alguien", y gene significaba "tortura física o moral" hasta las postrimerías del siglo xvn, mientras que ahora tiene el sentido mucho más débil de "incomodidad, molestia, embarazo" (Bloch-Wartburg). Un ejemplo extremo de debilitamiento es el término inglés pest [calamidad, azote, aflicción], que en otro tiempo equivalía a pestilencia y en particular a la peste bubónica (NED). La palabra plague [peste, plaga, miseria] lia tenido un desarrollo similar. En las expresiones hiperbólicas, tal debilitamiento puede borrar el significado desagradable de una palabra. Esto ha sucedido, como hemos visto (pág. 154), con cierto número de adjetivos ingleses: awful, dreadful, frightful y otros. Una etapa más avanzada de esta evolución puede verse en el vocablo alemán sehr "muy", que es etimológicamente la misma palabra que la inglesa sore [penoso, doloroso] 1. Hay también varios casos de mejora positiva del significado. Estos pueden ocurrir por una simple asociación de ideas. El adjetivo nice se deriva, a través del francés antiguo, del latino nescius "ignorante", y en tiempos de Shakespeare teñía diversos sentidos desfavorables : podía significar "licencioso, lascivo": These are complements, these are humours; tfaese betray nice wenches. that would be betrayed without these. Lqve'p Labour's Lost, acto III, escena 12.
y "tenue, insignificante, trivial": ...feed upon such nice and waterish diet. Othello, acto III, escena 3 ". 'VásseSTERN, Meaning and Change of Meaning, pág. 393. "Esos son los cumplimientos, esas son las perfecciones; eso es lo que traiciona"arías mozas retozonas, que sin ello también se traicionarían." Cf. SHAKESPEARE, Obras completas, 10.a ed., Madrid, Aguilar, -1951, pág. 143. 3 "Alimentarse con una dieta tan parca e insípida." Cf. ibíd., pág. 1492. 3
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In such a time as this it ís not meet That every nice offence shouM bear his comment. Julius Caesar, acto IV, escena 3 '.
Gradualmente la palabra evolucionó, a través de significados como "fastidioso" y "delicado", en una dirección ameliorativa; desde la segunda mitad del siglo xvm, tiene el sentido de "agradable, delicioso", y desde principios del xix, el de "benévolo, considerado, amable con los demás" 2. Otros desarrollos ameliorátivos son debidos a factores sacíales3. Un oficio modesto o incluso servil puede elevarse progresivamente en prestigio y hasta puede terminar en la cima de la jerarquía. Chancellar, en francés chancelier [canciller], se deriva del bajo latín cancellarius, un "ujier que se apostaba ad cancellos, junto a los estrados de una basílica o de otro tribunal de justicia. En el Imperio de Oriente este oficial ascendió hasta ser un secretario o notario, y, más tarde, tuvo funciones judiciales. Eduardo el Confesor introdujo el cargo en Inglaterra, y su importancia aumentó bajo los reyes normandos" (Shorter OED). Minister [ministro] se ha elevado asimismo hasta su eminencia presente desde modestos comienzos: el latín minister, derivado de minus "menos", significaba "asistente, servidor, criado" (NED y Lewis and Short). Como resultado de los movimientos de vaivén de la escala social, la misma palabra puede aparecer en dos puntos muy diferentes de una jerarquía particular. Marshal [mariscal], un viejo término germánico compuesto de las palabras para designar "caballo" (cf. nuira [yegua]) y "sirviente", es ahora el título do vario;; oíiri.ilr:; y f u n cionarios de alto rango en Inglaterra, pero en el ejérrilo f i . i n r r s h.iy dos clases de "mariscales": maréchal (de Frunce) "inai'iscul de <-;im po, capitán general", y maréchal des logis "sargento de. caballería"; existe también el maréchal ferrant "albéitar, herrador", que ha pernj^necido muy cerca del sentido etimológico del término (cf. NED y Bloch-Wartburg). Una ambivalencia similar se encuentra a veces en significados de la misma palabra en lenguas diferentes, como por ejemplo en el vocablo inglés knight [caballero], comparado con el alemán Knecht "erado" 4. 1 "En tiempos como estos no debe llevar su comentario cada falta insignificante" Ibíd., pág. 1322.2 Véase elJVE£>, de donde7están tomadas las citas anteriores; cf. también G. L. BROOK, A History of the Engtish Langúage, Londres, 1958, pág. 184. *-.Cf. VAN DONGEN, op. cit., cap. 2. * Sobre el desarrollo semántico de la palabra alemana, véase PREBSCHCOLLINSON, op. cit., pág. 303. Sobre la historia de la palabra inglesa, véase VAN DONGEN, op. cit., págs. 17 y sgs.
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CAP. 8: CAMBIO DE SIGNIFICADO
Un grupo especial de desarrollos ameliorativos y peyorativos son los que afectan al significado de los llamados "términos medios" (voces mediae): palabras que son intrínsecamente neutras y que tomarán una acepción favorable o desfavorable según su contexto 1. A veces acontece que tales palabras, o sus derivados, quedan fijas o bien en la significación positiva o bien en la negativa. Fortune [fortuna] es uno de semejantes términos medios, ya que puede ser buena o mala; pero tiene un valor exclusivamente positivo en el adjetivo fortúnate [afortunado] y también cuando se usa metonímicamente en el sentido de "riqueza". Luck [ventura, suerte], aunque ambivalente, tiende a implicar "buena suerte" cuando no hay ninguna contraindicación, y el adjetivo lucky [venturoso] sólo tiene el último significado. Análogamente, el antiguo francés heur, derivado del latín augurium "augurio", significa "buena o mala suerte", bonheur o malheur, mientras que el adjetivo heureux equivale solamente a "dichoso, feliz" (Bloch-Wartburg). Chance [acaso, casualidad], del latín vulgar * cadentia "caída", originalmente se refería a la manera de caer los dados; luego se ensanchó su significado y, en frases como "to give, to stand a chance" [dar, tener suerte], se toma por el lado favorable (ibíd.). Si bien todas estas palabras han evolucionado en un sentido optimista, otras se han movido en la dirección opuesta. Hazard [azar, albur], un término arábigo que también se refería al juego de dados, ha acabado por significar "riesgo de pérdida o daño, peligro, contingencia" (ibíd.' y NED). Accident [accidente] en algunos de sus usos muestra la misma tendencia, aunque el adjetivo accidental es inmune a ella. Del inglés fate [hado], un término medio que se inclina hacia el lado pesimista, se derivan dos adjetivos: fatal [fatal, funesto], que es casi enteramente desfavorable, y fateful [fatal, inevitable], que es menos agresivo. El estudio comparativo del desarrollo de tales expresiones en diversos idiomas podría arrojar una interesante luz indirecta sobre la psicología humana. 1 Véase esp. SCHREUDER, Pejorative Sense-Development, cap. 10, y VAN DONGEN, op. cit., caps. 3-4.
CAPÍTULO 9
LA ESTRUCTURA DEL VOCABULARIO Según una estimación reciente, hay cuarenta y cuatro o cuarenta y cinco fonemas en el inglés, mientras que, por otra parte, el Oxford Dictionary contiene cerca de 415.000 palabras. El contraste entre los recursos fonológicos y los léxicos del inglés es, por tanto, aproximadamente del orden de 1 por 10.000. Pocas lenguas tienen sin duda un vocabulario tan extenso como el inglés, pero la disparidad estriba en que en la mayoría de los casos también habría menos fonemas, ya que, como nos dice la misma autoridad, su número en diferentes idiomas varía alrededor de quince a cincuentax. La comparación entre el vocabulario y la gramática de una lengua produciría un resultado algo distinto, pero la discrepancia seguiría siendo todavía muy considerable. Un inventario completo de todos los sufijos y prefijos, flexiones, palabras-formas, entonaciones, modelos de estructura sentencial y rasgos afines contendría un número mayor de artículos que el sistema fonológico, pero el total aún sería muy pequeño comparado con el volumen del vocabulario. Es de experiencia común el que incluso la gramática de una lengua altamente inflexiva puede aprenderse en un tiempo relativamente corto y recordarse sin demasiada dificultad, mientras que pocas personas sabrán más del 10 por 100 de las palabras de su lengua materna 2. La magnitud de este contraste tiene serias implicaciones para el futuro de la semántica. Como ya se indicó en el capítulo introductorio, la lingüística moderna está dominada por la idea de estructura. Desarrollando la concepción de Saussure de la lengua como una Gestalt, como un sistema sumamente organizado de elementos interdependientes, procura determinar la estructura peculiar de cada idioma, la norma fundamental que difiere de una lengua a otra y hasta de un período a otro en la historia de una misma lengua. Como escribió en cierta ocasión uno de los pioneros de la lingüística estructural, Edward Sapir, 'S. POTTER, _Modern Lingutstics, págs. 40 y 101. Según uri escrito inédito de J. H. GREENBERG, C. E. OSGQOD y J. J. JENKINS, "para todas las lenguas el número de fonemas no es menor de10 ni mayor de 70", "Cf. JESPERSEN, íírawlh and Structure, pág. 196. Cf. anteriormente, pag. 368. 267