André Castelot, prologuista de esta obra póstuma de G. Lenotre, escribe a propósito de Maximi Maximilie lien n Robesp Robespier ierre: re: «[! «[! Le"end Le"endo o el #Robes #Robespie pierre rre$$ %ue a&ora a&ora presen presentam tamos os al amplio p'blico de esta colección, (eremos nacer al con)uro de la pluma de G. Lenotre el Maximiliano %ue %ui*+ no mostramos suicientemente en nuestra emisión tele(isada -l terror " la (irtud . Mi amigo Alain ecaux /autor de los notables di+logos de dic&o programa/ no ten0a m+s remedio %ue seleccionar, desde luego 1ero "o lamenté, por mi parte, %ue el #padre$ de la atro* le" de 1radial uera sacriicado en beneicio de un Robe Robesp spie ierr rre e id0li id0lico co.. Lame Lament nté é igua igualm lmen ente te %ue %ue los los impe impera rati( ti(os os de la tele tele(i (isi sión ón imp impidie idies sen mos mostra trar las las carre arreta tas s atra tra(esa (esand ndo o 1ar0 1ar0s s cada cada d0a d0a en medi medio o de un nauseabundo olor de sangre2. G. Lenotre constru"ó, con datos idedignos " documentados, una bre(e pero prounda biogra biogra0a 0a de Robesp Robespier ierre re 3consu 3consulta ltaba ba tantos tantos arc&i( arc&i(os, os, lega)o lega)os, s, &emero &emerotec tecas, as, %ue proporcionó en su magistral 1ar0s Re(olucionario &asta &asta el plano plano de la (i(ien (i(ienda da del carpintero upla", donde Maximilien tu(o un modesto cuartito donde traba)aba " (i(0a de modo espartano4 %ue no oculta (irtudes " deectos, sin escorar los datos &acia una &agiogra0a %ue &urte los aspectos obscuros del retratado 3como tantas lo &acen4 ni &acia acia una sembl emblan an*a *a despe espect cti( i(a a %ue abon bone los los (itu ituperi perio os &aci &acia a una una igu igura ra contro(ertida a la %ue no se le puede negar una prounda &onestidad de base, aun%ue lle(ase demasiado le)os la inluencia de 5ean65ac%ues Rousseau 3casi un ser di(ino para él4 a su exigencia de «(irtud2.
André Castelot, prologuista de esta obra póstuma de G. Lenotre, escribe a propósito de Maximi Maximilie lien n Robesp Robespier ierre: re: «[! «[! Le"end Le"endo o el #Robes #Robespie pierre rre$$ %ue a&ora a&ora presen presentam tamos os al amplio p'blico de esta colección, (eremos nacer al con)uro de la pluma de G. Lenotre el Maximiliano %ue %ui*+ no mostramos suicientemente en nuestra emisión tele(isada -l terror " la (irtud . Mi amigo Alain ecaux /autor de los notables di+logos de dic&o programa/ no ten0a m+s remedio %ue seleccionar, desde luego 1ero "o lamenté, por mi parte, %ue el #padre$ de la atro* le" de 1radial uera sacriicado en beneicio de un Robe Robesp spie ierr rre e id0li id0lico co.. Lame Lament nté é igua igualm lmen ente te %ue %ue los los impe impera rati( ti(os os de la tele tele(i (isi sión ón imp impidie idies sen mos mostra trar las las carre arreta tas s atra tra(esa (esand ndo o 1ar0 1ar0s s cada cada d0a d0a en medi medio o de un nauseabundo olor de sangre2. G. Lenotre constru"ó, con datos idedignos " documentados, una bre(e pero prounda biogra biogra0a 0a de Robesp Robespier ierre re 3consu 3consulta ltaba ba tantos tantos arc&i( arc&i(os, os, lega)o lega)os, s, &emero &emerotec tecas, as, %ue proporcionó en su magistral 1ar0s Re(olucionario &asta &asta el plano plano de la (i(ien (i(ienda da del carpintero upla", donde Maximilien tu(o un modesto cuartito donde traba)aba " (i(0a de modo espartano4 %ue no oculta (irtudes " deectos, sin escorar los datos &acia una &agiogra0a %ue &urte los aspectos obscuros del retratado 3como tantas lo &acen4 ni &acia acia una sembl emblan an*a *a despe espect cti( i(a a %ue abon bone los los (itu ituperi perio os &aci &acia a una una igu igura ra contro(ertida a la %ue no se le puede negar una prounda &onestidad de base, aun%ue lle(ase demasiado le)os la inluencia de 5ean65ac%ues Rousseau 3casi un ser di(ino para él4 a su exigencia de «(irtud2.
G. Lenot Lenotre re
Robespierre e1ub r8.9 :iti(illus ;9.9<.8=
0tulo original: Robespierre G. Lenotre, 8>=? raducción: @ederico Re(illa -ditor digital: iti(illus e1ub base r8.;
1R--BACDB - -A -CDB GAL e los grandes, capitales persona)es &istóricos, de %uienes &an (isto sus nombres grabados indeleblemente en las p+ginas %ue rescatan su existencia para la posteridad, nunca podr+ saberse todo, conocerse todos sus detalles, pensamientos, intenciones, impulsos, estados de +nimo, luces " sombras. Lo %ue podamos saber de ellos ser+ siempre una aproximación, un esbo*o, un mero bos%ue)o, por muc&os datos %ue &istoriadores de cual%uier cuFo &a"an podido recabar sobre sus (idas. Maximilian Robespierre no sólo es un e)emplo m+s de esa imposibilidad de conocimiento total de su (ida, sino %ue ésta se enmaraFa de orma inextricable debido al sesgo con %ue le retrata la &istoriogra0a tradicional por autores tan signiicati(os como Albert oboul, Georges Leeb(re 3escorados a una interpretación marxista %ue trata de imprimir rebours el concepto de «luc&a de clases2 a cual%uier enómeno &istórico %ue caiga en sus manos, cortando a%u0, estirando all+ (erdaderos 1rocustos de la (erdad4 o Albert Matt&ie* 3%ue declaró &onestamente su «Robespierrismo2 de base4. ambién &a" &istoriadores %ue derrotan menos a babor, por supuesto. Hnos lo &acen m+s a estribor " otros procuran mantener un rumbo e%uilibrado, como meros reporteros de un tiempo terrible " con(ulso %ue cambió para siempre el mundo, saliendo del eudalismo para entrar en la -dad Moderna, también, cómo no, repleta de brillos " obscuridades. e Robespierre escribió tean IJeig en su extraordinario retrato de 5osep& @ouc&é lo siguiente: « [! Robespierre sigue siendo el bregado " seco abogado %ue en su pro(incia de Arras [! produc0a dul*ones (ersitos a la manera de Grécourt " después aburrió a la Asamblea de 8K> con su torrente oratorio. [! Hn duro " persistente traba)o sobre s0 mismo " el incremento de sus tareas &an &ec&o del demagogo Robespierre un &ombre de -stado, de un lexible intrigante un pol0tico de pensamiento preciso, de un retórico un orador. Casi siempre, la responsabilidad ele(a al &ombre a la grande*a as0 Robespierre creció por el sentimiento de su misión, por%ue en medio de codiciosos meritorios " meros gritones, siente la sal(ación de la Rep'blica como la tarea %ue el destino le &a impuesto exclusi(amente a él. iente como una misión sagrada para la Numanidad la necesidad de lle(ar a la pr+ctica precisamente su concepción de la Rep'blica, de la Re(olución, de la Moral e incluso de la i(inidad. -sa rigide* de Robespierre es a un tiempo la belle*a " la debilidad de su car+cter. 1or%ue, embriagado por su propia incorruptibilidad, &ec&i*ado en su dure*a dogm+tica, contempla la opinión de cual%uier otro no sólo como distinta a la su"a, sino como traición ", con el puFo gélido de un )ue* de la n%uisición, arro)a como &ere)e a todo el %ue piensa de otra manera a la nue(a pira, la guillotina. in duda una gran idea, una idea pura (i(e en el Robespierre de 8K>O. Me)or dic&o: no (i(e, est+ petriicada en él. Bo puede salir completamente de él " él no puede salir completamente de ella 3destino de todos los esp0ritus dogm+ticos4, " esa alta de calor comunicati(o, de &umanidad %ue arrastra, %uita a su acción la uer*a (erdaderamente creadora. ólo en la rigide* est+ su uer*a, sólo en la dure*a su energ0a lo dictatorial se &a con(ertido en sentido " orma de su (ida. As0, sólo puede imprimir su "o a la Re(olución, o destruirla. Hn &ombre as0 no tolera contradicción alguna, ninguna otra opinión en cuestiones intelectuales, a nadie )unto a él " menos a'n a alguien en su contra. ólo puede soportar a la gente en tanto le de(uel(e como un espe)o sus propias concepciones, en cuanto son almas escla(as, como aint65ust " Cout&on la rabiosa solución de su atrabiliario temperamento expulsa implacable cual%uier otra. 1ero Pa" de a%uellos %ue no sólo se apartan de su opinión 3también a éstos los persiguió4, sino %ue incluso se &an atra(esado en su (oluntad, %ue no &an tenido en cuenta su inalibilidadQ2.
Airmaciones no gratuitas 3el extraordinario baga)e cultural de IJeig no pro(en0a de ning'n episodio pentecostal, sino de una traba)ada cultura libresca, de m'ltiples uentes %ue pugnaban, cada una de ellas, por subirse al podio de la diosa Ra*ón4 %ue molestar+n a tantos de los deensores del diputado de Arras, como 5a(ier Garc0a +nc&e* 3autor de una monumental, documentad0sima " enormemente parcial no(ela &istórica del l0der m+ximo del Club de los 5acobinos4. -n medio de seme)ante panorama &istórico surge una (o* templada, bonancible, de obser(ador
ascinado tanto por el bos%ue como por sus +rboles 3todos los +rboles, de la especie %ue sean4: la del &istoriador " académico &eodor Gosselin, %ue utili*aba el pseudónimo de «G. Lenotre2. u bre(e pero intensa biogra0a de Robespierre, publicada póstumamente 3" tanto Lenotre alleció en 8>=?4, es un monumento a la ma"or precisión posible en la e)ecución de un retrato, a sabiendas de la imposibilidad de pincelar todos los matices. André Castelot explica en el preacio de esta biogra0a 3centrada en el auge " ca0da del gran tribuno, ese Catón redi(i(o llamado )ustamente «-l ncorruptible2 " %ue lle(ó tan le)os su concepto de «irtud2, con tanto exceso, %ue terminó siendo arrastrado por su relu)o4: «[! le"endo el #Robespierre$ %ue a&ora presentamos al amplio p'blico de esta colección, (eremos nacer al con)uro de la pluma de G. Lenotre el Maximiliano %ue %ui*+ no mostramos suicientemente en nuestra emisión tele(isada -l terror " la (irtud . Mi amigo Alain ecaux /autor de los notables di+logos de dic&o programa/ no ten0a m+s remedio %ue seleccionar, desde luego 1ero "o lamenté, por mi parte, %ue el #padre$ de la atro* le" de 1radial uera sacriicado en beneicio de un Robespierre id0lico. Lamenté igualmente %ue los imperati(os de la tele(isión impidiesen mostrar las carretas atra(esando 1ar0s cada d0a en medio de un nauseabundo olor de sangre. Lamenté no &aber (isto las reacciones del ncorruptible al recibir a%uella carta escrita por la seFora uplessis, madre pol0tica de Camilo esmoulins, %ue suplicaba a Robespierre la sal(ación de Lucila: #i recuerdas toda(0a nuestras (eladas &ogareFas si recuerdas las caricias %ue prodigabas al pe%ueFo Noracio, al %ue te gustaba tener sobre las rodillas si recuerdas %ue &ab0as de ser mi "erno, e(ita una (0ctima inocente$2
Robespierre, inconmo(ible, no sal(ó a Lucila, como no lo &i*o con su marido Camilo 3ue el padrino de su &i)o Noracio, mencionado por madame uplessis en su in'til reclamo de piedad4 ni con su antiguo amigo anton. 1osiblemente sent0a m+s aecto " ternura por su perro, «Srount2, %ue por cual%uiera de los %ue le rodeaban " no siguiesen sus &uellas " dict+menes con idelidad a'n m+s perruna %ue la de su amigo cuadr'pedo. -n la &istoria &a &abido e)emplares &umanos as0, desde a(onarola &asta Cal(ino. A ninguno de ellos puede reproc&+rsele (enalidad alguna, pero s0, en rase mac&adiana, no &aber sabido poner «sordina a sus des(ar0os2. La apoteosis de Robespierre, en la %ue &i*o rente a los excesos conceptuales de «La MontaFa2 " cambió los %ue manten0a «-l 1antano2 31ara entendernos, la ultrai*%uierda re(olucionaria " el centroderec&a conser(ador, aun%ue tal taxonom0a no &aga )usticia a los torbellinos de la Re(olución @rancesa4, ue «La iesta del er upremo2 3Tue Lenotre, con perspicacia, insin'a %ue Robespierre no organi*ó tanto ad maioren ei gloriam como pro domo sua4, a un tiempo triuno " mascarada. La ca0da est+ mil (eces narrada en los tr+gicos acontecimientos del > de termidor, en donde los asediados " amena*ados por sus acusaciones dieron la (uelta al panorama, precipitando al cabecilla de los montagnards a entrar en la Nistoria por la puerta de la ragedia, con un inal pa(oroso " estremecedor 3en el %ue se le aplicó su propia «Le" de ;; de pradial2, una de las m+s inicuas disposiciones legales de todos los tiempos4, %ue induce m+s a compasión, contemplado por el paso del tiempo, %ue al sentimiento de ali(io %ue tu(ieron %ue sentir los (encedores de a%uella (ertiginosa )ornada allien, Sarras, @ouc&é absolutamente en nada me)ores %ue el derrotado " &umillado Maximilian Robespierre, cu"a inmolación ue la prueba conclu"ente de la proética airmación de una de sus (0ctimas m+s célebres, el me)or orador de la Con(ención Bacional, 1ierre ergniaud: «La re(olución, como aturno, acabar+ de(orando a sus propios &i)os2.
1R-@ACU -n el n'mero <> de la calle aint6Nonoré (i(0a eli* " tran%uila una amilia de artesanos. in embargo, corr0an los d0as del error. Las carretas de los condenados pasaban cada d0a ba)o las (entanas de la casa, rodando pesadamente sobre el empedrado de la calle " &aciendo temblar las igurillas sobre los muebles. 1ero esto no imped0a %ue all0V se (i(iera una dulce existencia, tanto m+s cuanto %ue la amilia ten0a la suerte de albergar a un &uésped ex%uisito %ue lle(aba alegremente a las &i)as del artesano a recoger plantas en ss", a almor*ar sobre la &ierba de Meudon o a (agar por las alamedas desiertas de los Campos -l0seos. «-leg0amos generalmente las alamedas m+s retiradas2, contar+ Sabet, la linda &i)a menor de la amilia. -l &uésped /a %uien llamaban Suen Amigo/ las acompaFaba. «1as+bamos as0 )untos ratos elices. -st+bamos rodeados siempre de pe%ueFos sabo"anos. Suen Amigo go*aba (iendo bailar les daba dinero Pera tan buenoQ en0a un perro llamado Srount, al %ue %uer0a muc&o el pobre animal era mu" iel a su amo2. 1or la noc&e, Suen Amigo les le0a (ersos. PLe adorabanQ La ma"or, -leonora, le amaba en secreto. Hn (isitante de la casa nos muestra al &uésped «bien peinado " empol(ado, (estido con una bata impecable, recostado en un gran sillón, ante una mesa cargada con los rutos m+s &ermosos, mante%uilla resca, lec&e pura " caé perumado. oda la amilia /padre, madre e &i)os/ procuraba adi(inar en sus o)os todos sus deseos para complacerlos al instante2. PTué contraste el de a%uella (ida apacible en el <> de la calle aint6Nonoré, los traba)os de costura de las )ó(enes upla", los cocidos de &ierbas preparados por la madre ", llegando desde el patio, el ruido de la garlopa del carpintero, con el 1ar0s de 8K><, sumido cada d0a m+s en la sangre por la (oluntad de Suen AmigoQ 1or%ue el Nuésped de los upla" se llamaba Maximiliano Robespierre. 1or la maFana, Suen Amigo le0a su correspondencia Recib0a cartas de admiradores. -scrib0a un ciudadano de Annec" el 8O de Mesidor del aFo : «Tuiero saciar mis o)os " mi cora*ón con tus rasgos, " mi alma, electri*ada por todas las (irtudes republicanas, me prestar+ ese uego con %ue abrasas a todos los buenos republicanos. -n tus escritos alienta tu persona. Wo me alimento de ellos2 -l incorruptible recib0a también /X%uién lo &ubiera cre0doY/ cartas de amor. Hna mu)er de Bantes /la (iuda 5aZin/ le escrib0a: «Mi %uerido Robespierre, desde el comien*o de la Re(olución esto" enamorada de ti, pero antes me &allaba encadenada " supe (encer mi pasión. No" %ue so" libre, por%ue &e perdido a mi marido en la guerra de la endée, %uiero &acerte mi declaración ante el er upremo. 2Con0o %ue ser+s sensible a la conesión %ue te &ago. Cuesta a una mu)er &acer conesión seme)ante, pero el papel todo lo soporta " el sonro)o es menor en la distancia %ue rente a rente. ' eres mi di(inidad suprema " no cono*co en la tierra otra %ue t' te miro como +ngel tutelar m0o " no %uiero (i(ir sino ba)o tus le"es son tan dulces %ue te )uro, si eres tan libre como "o, unirme contigo para toda la (ida2. in duda alguna, Robespierre sentir0a lison)eado su orgullo /por%ue gustaba de respirar los (apores del incienso/ " guardó la carta en el ca)ón de su mesa, donde la encontrar0an al &acer el in(entario, el d0a siguiente a su e)ecución, de los ob)etos de)ados por el ncorruptible en su amoso «cuarto a*ul2 P-l cuarto de RobespierreQ Bo conten0a m+s %ue cuatro sillas de pa)a, una mesa " una cama de nogal cubierta de damasco a*ul con lores blancas: un antiguo (estido de la seFora upla". All0 &ab0an sido recibidos un d0a @réron " Sarras. Alguien /Cornelia Copeau/ &ab0a anunciado: /P-s @réron " un amigo su"o %ue no sé cómo se llamaQ Les precedió " abrió la puerta. Robespierre no les saludó. -staba terminando su arreglo personal ante un espe)o. Acababa de ser empol(ado por el pelu%uero " con un cuc&illito raspaba el pol(o %ue cubr0a su rostro. e %uitó la bata, %ue arro)ó sobre una silla, se la(ó las
manos en una palangana " escupió, sin excusarse por ello, a los pies de sus (isitantes, sin concederles la menor atención. @réron " Sarras &ablaron uno tras otro, deendiendo su causa. /-s mu" penoso, cuando se procede con tanta sinceridad como nosotros, no sólo no (er %ue se le &aga a uno )usticia, sino ser ob)eto de las m+s inicuas acusaciones " de las calumnias m+s monstruosas. -stamos seguros de %ue, por lo menos, %uienes nos conocen como t', Robespierre, nos &ar+n )usticia " lograr+n %ue se nos &aga. Robespierre no &i*o ni un gesto. Respondió con el silencio. «Bo &e (isto nada tan impasible en el m+rmol &elado de las estatuas ni en el rostro de los muertos2, relatar0a Sarras. e retiraron. Robespierre no les &ab0a mirado si%uiera. -n otra de sus obras, Lenotre (io a Robespierre /por%ue él (e0a (erdaderamente el pasado/ en el amanecer de la iesta del er upremo: «esde la maFana, con un cielo de pure*a admirable, 1ar0s se llenó de alegr0a " se adornó con las rosas de (einte leguas a la redonda. odas las (entanas ten0an su guirnalda " sus banderas. 2esde el ondo de la casa de los upla" se o0a el ir " (enir de la muc&edumbre por la calle aint6Nonoré, el go*oso estruendo de los preparati(os. 2-n la modesta &abitación donde abriga sus sueFos, sentado ante la mesa ba)o la %ue se &a tendido Srount, su perro iel, Maximiliano permanece ensimismado obre la cama se extienden preparados la casaca a*ul barbo, el cal*ón amarillo, el anc&o cinturón de seda con los colores nacionales " el sombrero adornado con un penac&o tricolor. 1iensa en su casita de Arras, en su inancia sombr0a, en sus penosos comien*os en esta gran ciudad donde &o" est+ su nombre en todas las bocas: piensa %ue @rancia, &arta de sangre, cansada de terror, atigada de re(oluciones, no aguarda m+s %ue una palabra su"a para aclamarle, una palabra de concordia " de piedad. 1iensa en el discurso %ue (a a pronunciar " cu"a minuta copiada est+ all0, sobre su mesa piensa %ue es el amo de 1ar0s " %ue puede a su anto)o &acer %ue reine en él la calma o sople la tempestad. 2arias (eces, en este siglo, @rancia se &a encontrado as0 a merced de un discurso. Hna palabra en lugar de otra &ubiera cambiado el destino del pa0s. 1ero los &ombres %ue ueron as0 amos de la situación pocas (eces supieron &allar la %ue deb0a pronunciarse, la rase psicológica %ue respondiera a la idea latente de la nación. -n cual%uier caso, Robespierre /pues él sólo es %uien nos ocupa/ deb0a de estar a%uel d0a poco inspirado. 2Cuando se &ubo enundado en su brillante uniorme, ba)ó al comedor para %ue le (ieran. oda la amilia se encontraba all0 reunida, las mu)eres con ata(0os claros, upla" " su &i)o en tra)e de iesta -leonora entregó, a %uien ella orgullosamente se complac0a en considerar su prometido, el bello ramo de espigas " llores %ue deb0a lle(ar durante la ceremonia. Luego, en su ebril apresuramiento, éste marc&ó sin probar el desa"uno2. ste es el Robespierre de la le"enda. 1ero le"endo el «Robespierre2 %ue a&ora presentamos al amplio p'blico de esta colección, (eremos nacer al con)uro de la pluma de G. Lenotre el Maximiliano %ue %ui*+ no mostramos suicientemente en nuestra emisión tele(isada -l terror " la (irtud . Mi amigo Alain ecaux /autor de los notables di+logos de dic&o programa/ no ten0a m+s remedio %ue seleccionar, desde luego 1ero "o lamenté, por mi parte, %ue el «padre2 de la atro* le" de 1radial uera sacriicado en beneicio de un Robespierre id0lico. Lamenté igualmente %ue los imperati(os de la tele(isión impidiesen mostrar las carretas atra(esando 1ar0s cada d0a en medio de un nauseabundo olor de sangre. Lamenté no &aber (isto las reacciones del ncorruptible al recibir a%uella carta escrita por la seFora uplessis, madre pol0tica de Camilo esmoulins, %ue suplicaba a Robespierre la sal(ación de Lucila: «i recuerdas toda(0a nuestras (eladas &ogareFas si recuerdas las caricias %ue prodigabas al pe%ueFo Noracio, al %ue te gustaba tener sobre las rodillas si recuerdas %ue &ab0as de ser mi "erno, e(ita una (0ctima inocente2
Xal(ar a LucilaY XLe asaltó si%uiera la ideaY Tui*+ Robespierre /como se nos airmar+/ deseaba a (eces detener la matan*a pero atigado, perdido en sus ensoFaciones e inerte, de)aba &acer, cre"endo %ue «la guerra %ue sosten0a con el arma del cadalso era la de la (irtud contra el crimen2. PLa (irtudQ PRobespierre est+ 0ntegro a&0Q /La (irtud /dec0a/ sin la %ue el error es unesto. Hn aFo antes, la (iolencia sanguinaria &ab0a sido saludable: la patria estaba en peligro. 1ero en a%uel (erano de 8K>O, «amorda*ados los enemigos del interior2, el sistema se &ab0a &ec&o tanto m+s in'til cuanto %ue los e)ércitos de la )o(en Rep'blica, tras la (ictoria de @leurus, consegu0an éxitos por todas partes. /Las (ictorias se encarni*an detr+s de Robespierre como urias /dir0a Sarr\re, el miembro de la Con(ención. -ra la época en %ue exclamaba Cambon, el ordenador de las inan*as: /XTueréis &acer rente a (uestros compromisosY PGuillotinadQ XTueréis indemni*ar a los lisiados, a los mutilados " a todos los %ue tienen derec&o a presentaros reclamacionesY PGuillotinadQ XTueréis en)ugar las incalculables deudas %ue tenéisY PGuillotinadQ Peguid guillotinandoQ W la guillotina uncionaba todos los d0as, reduciendo incluso las ilas de la Con(ención. Los diputados, para sentirse m+s seguros, se apretaban unos )unto a otros en sus bancos, mientras algunos espacios %uedaban (ac0os. odos temblaban W de a%uel miedo &ab0a de nacer el br0o de la desesperación. Robespierre sent0a aproximarse la re(uelta " adi(inaba la alian*a %ue se preparaba entre los partidos &asta entonces di(ididos por sus mane)os. -n el )ard0n Marbeu, Sabet upla", %ue tan le)os se siente de la pol0tica, escuc&a a su marido /su %uerido Le Sas/ suspirar contemplando a su &i)o, a %uien la )o(en esposa da el pec&o: /i no uese un crimen, te saltar0a la tapa de los sesos " me matar0a "o luego 1or lo menos morir0amos )untos. 1ero est+ ese pobre niFo -n la misma &ora en %ue Robespierre lan*aba un terrible alarido de dolor cuando el (erdugo arrancaba la (enda %ue su)etaba su mand0bula, en el Comité de alud 1'blica %uienes le &ab0an sostenido, seguido " adulado daban (uelta a la c&a%ueta " se apresuraban a en(iar una circular a los e)ércitos anunciando %ue &ab0an desaparecido «la opresión " los modernos Catilinas2. «odos los cora*ones se abren a dulces eusiones /aFad0an/. W en 1ar0s la alegr0a &a sustituido a la consternación2. -ra cierto 1ero los m+s sorprendidos ser0an seguramente los «podridos2 /a%uellos Sillaud, Sarr\re, allien, &uriot/ %ue &ab0an derribado al tirano, no para poner in al error sino para ocupar el sitio del dictador aborrecido, " (e0an estupeactos al pueblo de 1ar0s acudir a ellos con el cora*ón lleno de )'bilo, aclamarles como sal(adores a la salida de la Con(ención " orecerles lores A%uellos parisienses no se e%ui(ocaban /se e%ui(ocan pocas (eces cuando &abla su cora*ón/ " su alegr0a debiera, a mi entender, &acer relexionar un poco a algunos &istoriadores %ue %uieren inmortali*ar a toda costa al ncorruptible, &aciendo de él una especie de arc+ngel. al (e* en ermidor del aFo &ubieran pensado de otro modo A este propósito, el epitaio de Maximiliano %ue &i*o entonces un buón /seguramente un parisiense/ dice en dos (ersos m+s %ue un largo discurso: Bo llores caminante por mi suerte %ue mi (ida tal (e* uera tu muerte. ABR CA-LU
Cap0tulo HSR esgreFada " ca0da la peluca, la nari* dilatada, ina la boca, con la mirada irme de un patrón (igilante, tan orgulloso de su oicio %ue para orecerse al l+pi* del retratista, le)os de ponerse su tra)e bueno " su camisa de los domingos, &a conser(ado su c&a%ueta arrugada, abierta sobre una corbata corriente %ue ata en &ueco con anc&o nudo: as0 nos muestra un dibu)o del aFo al carpintero upla", %ue risaba entonces en los sesenta. Nab0a llegado )o(en a 1ar0s de su Gé(audan natal " se &ab0a casado &acia 8K=? con una buena muc&ac&a de Créteil, cerca de C&arenton, llamada Mar0a @rancisca augeois, un poco ma"or %ue él, a decir (erdad, pero &i)a de tres generaciones de carpinteros upla" &ab0a logrado un desa&ogo económico después de treinta aFos de orden " de traba)o irreproc&able. Nab0an nacido de su matrimonio cinco &i)os, un (arón " cuatro &embras: el muc&ac&o, llamado Mauricio, como su padre, comen*aba en 8K>9 sus estudios en el colegio de Narcourt. upla" &ab0a recogido adem+s a los dos &uéranos de su &ermano, antiago " imón, a los %ue empleaba como obreros. odo a%uel pe%ueFo mundo era dirigido a la ba%ueta: el carpintero, mu" buen &ombre, adoptaba la se(eridad de un padre inlexible su mu)er /modelo de amas de casa/ conoc0a el (alor del tiempo " no toleraba %ue se malgastase las cuatro )o(encitas, bien educadas por las religiosas de la Concepción, se dedicaban a las labores domésticas: aparecen en el libro de la amilia limpiando legumbres, preparando las comidas, la(ando " repasando la ropa al parecer, no les a"udó en estas ocupaciones ninguna sir(ienta pero una traba)adora a )ornal, @rancisca Calandot, (en0a de (e* en cuando de C&ois"6le6Roi para remendar. -n C&ois" se &ab0an instalado desde &ac0a muc&o tiempo todos los parientes de la seFora upla", atra0dos por las grandes obras %ue en el castillo real emprendió Luis ]. u padre, el carpintero de Créteil, &ab0a muerto all0 all0 se &ab0a instalado en 8KO> su &ermano, 5uan 1edro augeois, carpintero como sus ma"ores su &ermana, Mar0a Luisa, &ab0a casado all0 con el arrendatario del bote transbordador del ena, empleo lucrati(o " considerado. Los domingos de (erano, cerrado el taller, los upla" embarcaban en el patac&e o en un barco de sirga e iban a pasar el d0a en C&ois". Com0an en casa del t0o 5uan 1edro, %ue pose0a una casa cómoda, con )ard0n " corral (isitaban a la t0a uc&ange, %ue no sal0a de casa, pues lle(aba (arios aFos paral0tica, " daban paseos por los deliciosos )ardines del castillo, extendidos en terra*a a orillas del ena. Los cuFados upla" " augeois estaban mu" unidos: an+loga &onorabilidad, an+logo éxito, an+loga satisacción del deber cumplido. Ambos &ab0an nacido de &umildes obreros, se &ab0an ele(ado a uer*a de traba)o " pod0an, no sin orgullo, uanarse de %ue sus &i)as contraer0an buenos matrimonios " sus &i)os ser0an burgueses. La casa %ue ocupaba upla" en la calle aint6Nonoré pertenec0a a las religiosas de la Concepción. -staba situada rente a la Asunción, mu" próxima al 1icadero de las uller0as, donde en octubre de 8K>9 se instaló la Asamblea Bacional. -sa (ecindad daba una extraordinaria animación a a%uel rincón de 1ar0s. Algunas semanas m+s tarde, los 1adres )acobinos, cu"o con(ento se encontraba un poco m+s aba)o en la misma calle, orecieron un local del mismo a los seFores diputados. All0 celebraban estos sus reuniones nocturnas " ello contribu"ó aun m+s al renombre re(olucionario del barrio. Los clubs estaban mu" de moda. -sta inno(ación &ac0a uror, pero la reputación del %ue ten0a su sede en los 5acobinos eclipsó mu" pronto a todos los dem+s. espués de menos de un aFo de existencia, contaba casi mil miembros para ormar parte del mismo bastaba con ser presentado por cinco de ellos " pagar una cuota anual de ;O libras. -l carpintero upla" se inscribió en el club: no por%ue se &ubiera ocupado nunca de pol0tica, ni por%ue pretendiera asesorar con sus luces a los representantes del pueblo, sino por%ue &allaba a pocos pasos de su casa, adem+s de un espect+culo de una no(edad estimulante, la ocasión de (er " escuc&ar a los oradores cu"as alaban*as cantaban las
gacetas. All0 se codeaba en plan de igualdad con Saill", Sarna(e, los Lamet&, 1étion, Mirabeau, uport, Srissot " Robespierre, sin contar al du%ue de C&artres ni al (i*conde de Boailles. -ran estas compaF0as mu" &alagadoras %ue deb0a pagar, cierto es, con el astidio de las interminables peroratas sobre las cuestiones m+s abstrusas de la t+ctica parlamentaria. Hna tarde, el domingo 8K de )ulio de 8K>8, 1ar0s se alarmó: circulaba el rumor de una terrible escaramu*a %ue acababa de producirse en el Campo de Marte entre la guardia nacional " la muc&edumbre. Nab0a muertos " &eridos se acusaba a la Corte de a%uel golpe de uer*a proclamada la le" marcial, se tem0a %ue a%uella noc&e ueran detenidos los m+s amosos patriotas. La sesión, en los )acobinos, ue apasionada. Hn gent0o amena*ador llenaba la calle aint6Nonoré: aplausos, silbidos " gritos acogieron la salida, &acia las once de la noc&e, de los miembros del club. Las tropas de La @a"ette, mu" excitadas, regresaban del Campo de Marte, lan*ando in(ecti(as al pasar contra el antro de los «&ermanos " amigos2. upla" distinguió a Maximiliano Robespierre escurriéndose para sustraerse a las maniestaciones amena*adoras acababa de o0rle, unos momentos antes, «(erter en el seno de la sociedad el disgusto %ue inspiraban a los patriotas los (ergon*osos sucesos de la )ornada2. e acercó a él " le in(itó a reugiarse en su casa, all0 cerca. Robespierre no conoc0a a upla" sin embargo, in%uieto por no poder regresar sin contratiempos a su le)ano alo)amiento de la calle de aintonge, en el Marais, aceptó el orecimiento de a%uel generoso ciudadano " unos minutos m+s tarde se encontraba uera de peligro. -ra un acto de (alent0a lle(ar a su casa a un &uésped tan comprometedor. @uera %ue upla" cediese espont+neamente, como buena persona %ue era, al deseo de &acer un a(or, uera %ue no se sintiese insensible al &onor de albergar a uno de los campeones de la libertad, lo cierto es %ue no consideró los posibles incon(enientes de su imprudencia " al d0a siguiente, al aprestarse Robespierre a partir, sus anitriones de una noc&e insistieron en %ue se %uedase. La casa era grande: ten0an una modesta &abitación %ue orecerle, en espera de %ue se &allase libre alguna de las (i(iendas %ue subarrendaban. All0 estar0a cómodo, mu" cerca de los 5acobinos " de la Asamblea. i consent0a en participar de las comidas de la amilia, su (ida se simpliicar0a en gran manera. -l orecimiento era tentador " Robespierre lo aceptó a t0tulo pro(isional. -n(ió a buscar su ba'l " se instaló en una pe%ueFa pie*a del primer piso, con (entana al patio, encima del taller donde traba)aban los obreros. 1uede imaginarse el tra)0n de esta instalación, en a%uella casa upla", donde nunca &ab0a sucedido nada normal: la discreta curiosidad de las )ó(enes con respecto a a%uel extraFo, )o(en, célebre " un poco misterioso la satisacción del carpintero %ue, en lo sucesi(o, tendr0a un relie(e en los )acobinos la solicitud de mam+ upla", &alagada por el asombro del (ecindario -n la amilia, a%uella amilia eli*, sólo se &ubieran encontrado incrédulos si se les &ubiese predic&o %ue a%uel &uésped tan sencillo, tan poco exigente, %ue a todo se acomodaba " no pose0a m+s %ue algo de ropa corriente, papeles " libros, lle(ar0a el desastre a %uienes as0 le acog0an sin desconian*a. Hn desastre %ue no tardar0a en sobre(enir tres aFos: para el padre, la ruina " la (iude* el luto para una de sus &i)as para otra, un total desamparo la muerte para la madre " para todos sus parientes " sus amigos, la persecución, la c+rcel " la miseria. 1or su parte, a%uel &ombre descubr0a en a%uel interior apacible, donde todos procuraban agradarle, un bienestar %ue &asta entonces &ab0a ignorado. Bunca &ab0a go*ado de las tran%uilas dul*uras de la (ida amiliar por mu" le)os %ue se remontase su agriada memoria, no conser(aba m+s %ue recuerdos de amarguras " &umillaciones. u mismo nacimiento /" él lo sab0a/ no &ab0a sido deseado: su padre, @rancisco de Robespierre [8!, abogado del Conse)o de Artois, &ab0a seducido a la &i)a de un &umilde cer(ecero del suburbio Ron(ille, en Arras, " &ubo de casarse con ella, con gran disgusto de sus padres, para e(itar un esc+ndalo cu"a amena*a era maniiesta. Maximiliano nació cuatro meses después de a%uel matrimonio. ste tu(o otros cuatro &i)os el 'ltimo, %ue no sobre(i(ió, costó la (ida a su madre.
Hn tenebroso drama se in)erta en la muerte prematura de la seFora de Robespierre. u marido se niega a irmar el acta de deunción en el registro de la parro%uia aint6Aubert no asiste a las ceremonias 'nebres ni al entierro en la iglesia parro%uial. Tui*+ por%ue el duelo &ubiese extra(iado su ra*ón o por%ue la inluencia de su compaFera &ubiera reprimido &asta entonces una extra(agancia ingénita %ue "a no conocer0a reno, el abogado Robespierre de)ó de deender causas, (egetó en la inacción durante (arios meses, abandonó Arras, de)ando a sus cuatro &i)os sin recursos, " ue a instalarse en auc&"6Cauc&", cerca de Mar%uion, donde e)erció el cargo de bail0o del seFor del lugar. Al cabo de seis meses regresó a Arras, donde (i(ió alg'n tiempo ocioso, pidió prestadas K99 libras a sus &ermanas -ulalia " -nri%ueta, )ó(enes mu" piadosas cu"os bienes eran &arto escasos, " desapareció de nue(o por espacio de dos aFos, sin %ue sea posible penetrar el misterio de su retiro. ol(er+ a aparecer en octubre de 8K=, implorando un subsidio de su anciana madre, retirada desde su (iude* en el con(ento de amas de la 1a* obtu(o lo %ue pretend0a, mu" probablemente por%ue, en a%uella misma ec&a, renunció «tanto para s0 como para su posteridad2 a sus derec&os sobre toda posible &erencia. Nabiendo arruinado as0 el por(enir de sus &i)os, @rancisco de Robespierre se expatrió a Mann&eim, en el 1alatinado renano. A partir de las primeras escapadas de a%uel padre singular ue preciso asegurar la suerte de los cuatro niFos abandonados. Las t0as -ulalia " -nri%ueta se encargaron de las dos niFas: Carlota, %ue ten0a cuatro aFos en 8K=O, " @rancisca, diecioc&o meses menor %ue ella. -l abuelo Carrault, el cer(ecero de Ron(ille, lle(ó a su casa a los niFos, Agust0n6Son, a %uien llamaban Sonbon, %ue ten0a aFo " medio, " Maximiliano, %ue acababa de cumplir seis. 1l+cido " aplicado, con el mundillo en las rodillas " los bolillos entre los dedos, éste &ac0a "a enca)e con mu" buena maFa. -n cuanto supo leer " escribir, siguió como externo las clases del colegio, donde, ba)o la dirección del obispo, unos sacerdotes seculares daban instrucción gratuita a los niFos de la ciudad. us compaFeros consideraban «detestable2 su car+cter " no soportaban «su desmesurado a+n de dominio2. 1ero a a%uella (anidad preco* deb0a Maximiliano su gran ardor en el traba)o " una especie de obstinación en con%uistar el primer puesto. A decir (erdad, sur0a por la compasión %ue su desgracia inspiraba. Tui*+ también la abuela Carrault, bien intencionada pero gruFona, le ex&ortaba sin ambages a reconocer " compensar con su celo en el estudio los sacriicios %ue ella se impon0a. i el niFo, con su susceptibilidad siempre alerta, sorprendió alguna de las diicultades o de los regateos recuentes en las econom0as pobres, donde un gasto suplementario gra(a el modesto presupuesto, ello explicar0a su preco* melancol0a " su &osca tendencia al aislamiento. l no ten0a mam+ %ue adi(inase su pena " la disipase con una caricia. Hn in(entario mu" detallado nos permite conocer la decoración del ambiente en %ue transcurrieron los primeros aFos de Robespierre. La casa de los Carrault, en Ron(ille, distaba muc&o de ser una «bombonera2. -n la planta ba)a, por donde se entraba, &ab0a una mesa de m+rmol, un encerado " una cama con cortinas de tela pintada en la sala (ecina, dos camas con columnas " cortinas de sarga (erde, un sillón " una silla encima una &abitación pe%ueFa /la de Maximiliano, %ui*+/ con un catre " muc&o grano, as0 como en la antec+mara cerca de la cocina, dos guardarropas de madera de encina donde se guardaban los ob)etos de lo*a, la ropa blanca " las prendas de toda la amilia: cal*ones de ma&ón o de paFo, sombreros, pelucas por todas partes, &ornillos " otros elementos de cer(ecer0a. -n a%uel ambiente, durante cinco aFos, cada tarde, al regresar del colegio, en medio del ir " (enir de los obreros " de los clientes, el &uérano &ac0a sus deberes " estudiaba sus lecciones. us di(ersiones no eran ruidosas su &ermana Carlota escribió %ue «raras (eces compart0a los )uegos " los placeres de sus condisc0pulos2 le gustaba estar solo «para meditar a sus anc&as2 " pasaba «&oras enteras relexionando2. -n cuanto a la casa «llena de pa)areras2 de %ue se &a &ablado, es una le"enda: no &ab0a una sola pa)arera en casa del (ie)o Carrault. -s (eros0mil, en cambio, %ue Maximiliano,
sin )uguetes ni amigos, se di(irtiera simplemente amaestrando los palomos " los gorriones %ue atra0an en gran n'mero las pro(isiones de grano del cer(ecero. A pesar de su buena (oluntad, éste no ten0a ni la intención ni los medios de &acer de su nieto «un seFor2 por otra parte, le parec0a poco en(idiable la proesión de abogado, tan escasamente pro(ec&osa para el padre " para el otro abuelo del niFo [;!. Carrault pensaba emplear a Maximiliano en su industria tan pronto como estu(iese en condiciones de comen*ar su aprendi*a)e: ser0a el encargado de las estuas en la cer(ecer0a o bien contable. 1ero los proesores del colegio lamentaban %ue un alumno tan estudioso no continuara sus clases &asta obtener los diplomas. us repetidos éxitos excitaban interés inter(inieron algunas personas caritati(as sus dos t0as, %ue a pesar de su estrec&e* ocupaban en la sociedad de Arras un lugar &onroso, por sus (irtudes " su piedad, intercedieron en a(or de su sobrino ante un canónigo de la catedral, el re(erendo A"mé, " llegó a mediar el propio obispo, %ue obtu(o para el pe%ueFo Robespierre una de las cuatro becas en la Hni(ersidad de 1ar0s de %ue dispon0a, desde tiempo inmemorial, el abad regular de aint6aast, uno de los monasterios m+s amosos " poderosos del Artois. -n otoFo de 8K=>, Maximiliano abandonó Arras para ingresar en el colegio de Luis el Grande. 1or lo general se ignora %ue desde 8K8>, la enseFan*a secundaria, reser(ada a los &i)os de los a(orecidos por la ortuna, se impart0a gratuitamente por la Hni(ersidad. Lo %ue se pagaba en los colegios era «la pensión2, cu"o precio (ariaba seg'n el tren de (ida " las exigencias de cada uno: algunos )ó(enes lle(aban al colegio (arios criados " (i(0an casi suntuosamente los becarios estaban exentos de todo pago " recib0an alo)amiento, manutención " enseFan*a sin pagar un céntimo sólo %uedaba a cargo de sus padres o protectores el cuidado de la ropa. Aun%ue sea di0cil interpretar la &istoria de un escolar al %ue unos representan como un enómeno de dul*ura " sumisión " otros describen como un )o(en tigre "a ero* " sediento de sangre, ailando sus colmillos para desgarrar a sus bien&ec&ores, es indudable %ue en los siete aFos durante los %ue siguió los cursos del gran colegio parisino, la tenacidad de Robespierre en el traba)o no se rela)ó ni un solo d0a por lo dem+s, sus éxitos demuestran su aplicación. Bo menos cierto parece %ue las aspere*as de su car+cter no le gran)earon la amistad de sus compaFeros ni la conian*a de sus proesores no todo es also en los recuerdos de uno de éstos, %ue publicó en la emigración, con seudónimo, una ida de Robespierre, parcial como un panleto. -n ella nos muestra al estudioso niFo «inatuado por su excelencia2, manteniéndose al margen de sus compaFeros «a menudo, durante los recreos particulares %ue se ten0an en las aulas, se le de)aba solo " él ten0a la constancia de permanecer as0 durante &oras enteras2, simulando «bastarse a s0 mismo2 " preiriendo a las di(ersiones bullangueras «las meditaciones sombr0as " los paseos solitarios2. «i en la clase era nombrado para el primer puesto, iba a ocuparlo sin prisa, como si uera el 'nico lugar %ue con(en0a a su talento2. «Nablaba poco, sólo cuando parec0a %ue se le escuc&aba, " siempre con tono ta)ante2. al (e* esta arrogancia disimulase la (erg^en*a %ue experimentaba por su pobre*a. PTuién sabe si el pobre abandonado no sur0a al no ser «como los dem+s2, si no se sonro)aba de sus (estidos rotos " sus *apatos torcidosQ Badie sino él pensaba en tales cosas, por%ue tem0a las arentas. Aun%ue el colegio albergaba a gran n'mero de becarios /d0cese %ue =99/, Robespierre era uno de los m+s traba)adores, pero también uno de los m+s necesitados. us abuelos Carrault cre0an &aber «cumplido con su deber2 " sus dos buenas t0as de Arras eran demasiado pobres para en(iarle alguna a"uda: incluso &ab0an tenido %ue renunciar a &ospedar en casa a sus sobrinas Carlota " @rancisca, cu"a manutención era una carga demasiado onerosa para ellas, " obtu(ieron /siempre por mediación del clero/ sendas becas para las niFas en una casa religiosa de ourna", donde las &i)as de los pobres eran «instruidas en leer " escribir, enla*ar " coser, &asta %ue se &allasen en condiciones de ganarse la (ida2.
1or su parte, Robespierre se encontraba casi reducido a la indigencia a pesar de las caridades del obispo " del canónigo A"mé, sus protectores de Arras, " de otro canónigo de Buestra eFora de 1ar0s, elaroc&e, %ue en los primeros tiempos del muc&ac&o en Luis el Grande le ser(0a de corresponsal. eseoso de no desentonar entre sus condisc0pulos m+s acomodados, se permit0a el gasto de pelu%uero " no era raro (erle «con un peinado elegante " el cal*ado o tra)e rotos2. e cita una carta su"a al subdirector del colegio en la %ue coniesa su pobre*a en términos altaneros: «Carece de tra)e " le altan igualmente (arias cosas sin las %ue no puede presentarse ante el obispo de Arras, de (isita en 1ar0s2. X@ue por ser el m+s pobre o ue como recompensa por sus éxitos por lo %ue le eligieron sus superiores para cumplimentar a Luis ] cuando éste (isitó un d0a el colegio de Luis el GrandeY e apro(ec&ó a%uella circunstancia para pagar un tra)e al )o(en estudiante, «de modo %ue pudiera presentarse decentemente2, " Robespierre pronunció su parlamento, %ue el Re", seg'n se dice, escuc&ó con aire bondadoso. Ambos deb0an encontrarse de nue(o alg'n d0a -n la época de sus (acaciones, %ue cada (erano le de(ol(0an a Arras por espacio de dos meses, ocupaba sin duda su pe%ueFa &abitación en la cer(ecer0a de Carrault, pero com0a en casa del caritati(o canónigo A"mé. 1ero &a" algo %ue conunde " resulta inexplicable: en )ulio de 8KK8, su padre, desaparecido desde &ac0a casi tres aFos, (ol(ió a Arras, donde permaneció (arios meses &abiendo recuperado su puesto en el oro, deendió diecisiete asuntos. 1arece in(eros0mil %ue no (iera a sus &i)os. Carlota Robespierre &ablar+ luego largo " tendido de las grandes alegr0as %ue le deparaban las (acaciones " silenciar+ con el ma"or cuidado su estancia en el &ospicio, donde pasó once aFos, pero no desli*ar+ ni una sola palabra sobre este retorno de su padre, a %uien asegura «no &aber (uelto a (er )am+s desde la muerte de su madre2. XTué secreto ocultan estas reser(as acerca de &ec&os proundamente conmo(edores para una )o(encita %ue se retrata tan aectuosa " sensibleY XA %ué mó(il o a %ué plan obedec0a a%uel padre errabundoY XBo ser0a uno de a%uellos «(ia)eros desconocidos2, de %uienes &abla Louis Slanc, «%ue se (e0an rondar por las ciudades en (0speras de la Re(olución2 " cu"a «presencia, ob)eti(o " ortuna constitu0an otros tantos enigmas2Y Mientras este misterio permane*ca sin solución, no cabr+ (anagloriarse de &aber penetrado en los entresi)os de la sorprendente &istoria de Maximiliano Robespierre. La beca de %ue era titular le coner0a el derec&o de permanecer en Luis el Grande &asta la obtención del t0tulo de medicina, teolog0a o )urisprudencia. e modo %ue continuó &abitando en el colegio, alo)ado " mantenido gratuitamente, durante los cuatro aFos %ue dedicó a sus estudios de derec&o. Aun%ue libre para andar a su anto)o por a%uel 1ar0s &ec&icero, %ue tan nue(o era para él " %ue trastornó a tantos otros, Robespierre (i(ió /cerrado el cora*ón " desapro(ec&ada su )u(entud/ &ostigado por su idea i)a de predominio. -l tiempo %ue la @acultad le de)aba libre lo ocupaba en &acer pr+cticas en el despac&o del procurador Aucante, calle ainte6Croix de la Sretonnerie. -l 8? de ma"o de 8K8 obten0a con éxito su licenciatura " el ; de agosto siguiente era admitido como abogado en el 1arlamento de 1ar0s. 1ero Xcómo (i(ir mientras aguardaba las causas %ue le permitiesen ganar dineroY @uera del colegio, %ue por espacio de doce aFos &ab0a sido su uni(erso, el desgraciado se encontraba sin cobi)o " sin pan. Los regentes de Luis el Grande acudieron por 'ltima (e* en su a"uda: su &ermano, Sonbon, %ue cumpl0a entonces los diecioc&o aFos, &eredó la beca " ue a ocupar su puesto en el colegio " como los reglamentos autori*aban a los administradores a distribuir cada aFo el excedente de las rentas de la institución en a"udas a los becarios, Maximiliano recibió como exeat =99 libras, acompaFadas de un certiicado en los términos m+s elogiosos. A%uel par(o (i+tico le (edaba la permanencia en 1ar0s, de modo %ue partió para Arras con la intención de establecerse all0. Los acontecimientos sobre(enidos en su amilia re%uer0an, por otra parte, su presencia. us t0as, ambas casi cuadragenarias, se &ab0an casado: -ulalia, con un antiguo notario llamado
es&orties, (iudo " padre de (arios &i)os -nri%ueta, con un (ie)o médico, u Rut, coniada en %ue su matrimonio apro(ec&ase a sus sobrinos " sobrinas, cu"o por(enir la in%uietaba. u Rut &ab0a tenido %ue comprometerse a admitir en su casa a Maximiliano cuando éste acabara sus estudios. Los abuelos Carrault &ab0an allecido " su &i)o &eredaba la cer(ecer0a. -n cuanto a las &ermanas de Maximiliano, Carlota " @rancisca, &ab0an sido recogidas por sus t0as al salir de ourna" @rancisca &ab0a muerto en la prima(era de 8K9. Al regreso de Maximiliano &ubo %ue ocuparse de li%uidar la &erencia de Carrault. u Rut se mostró intratable " exigió la de(olución de las sumas %ue antaFo prestara su mu)er a @rancisco de Robespierre. A in de cuentas %uedaron a Maximiliano por toda &erencia K= libras " 8; sueldos, apenas lo suiciente para procurarse la toga " el birrete con %ue &abr0a de ganarse el pan. -ste per0odo de la (ida de Robespierre &a sido presentado por sus apologistas como una era de éxitos incesantes " creciente reputación. -sto es adere*ar un poco la realidad. Lo cierto es %ue sus paisanos, cora*ones generosos " almas sensibles, se interesaron un+nimemente por él a causa de sus desgracias, su penuria " su loable obstinación en (encer la mala suerte. odos se ingeniaron para a"udarle: el Conse)o de Artois lo admitió sin tardan*a en el oro el seFor e Madre, uno de los presidentes de ese tribunal, lo tomó como secretario " el obispo de Arras le nombró )ue* en el tribunal episcopal, cu"a )urisdicción se extend0a sobre una parte de la ciudad " una (eintena de parro%uias de los contornos. As0 protegido " seguro de no morir de &ambre, Robespierre puso casa con su &ermana Carlota en la calle aumon, re&usando la &ospitalidad de sus t0os u Rut, con los %ue "a no manten0a relaciones mu" cordiales. 1ero los clientes escasearon " las causas eran tan poco importantes como exiguos los &onorarios. 1ronto se (io en el 'ltimo extremo, agotados sus escasos recursos " los de su &ermana, por lo %ue al cabo de un aFo tu(o %ue mostrarse arrepentido " pedir asilo a los esposos u Rut, %ue le acogieron en su casa de la calle de los intoreros. La oportunidad le llegó por mediación de su colega Suissart, abogado menos preocupado por los éxitos proesionales %ue por las in(estigaciones cient0icas. Suissart colaboraba con regularidad en el 5ournal de p&"si%ue " manten0a correspondencia con (arios sabios, o supuestos sabios, entre los %ue se contaba un (ecino de aint6Umer, el seFor de isser", temible in(entor %ue se )actaba de &aber &allado el medio de «&acer respirar un aire resco " (itali*ante en el ondo del agua2, cosa %ue permit0a «caminar con seguridad en las aguas m+s proundas2. isser", entusiasmado por el descubrimiento de @ranZlin, &ab0a al*ado sobre su casa un pararra"os, ingenio extraFo " aterrori*ador compuesto de «un globo ulminante armado de saeta en di(ersos sentidos2, de donde sal0a una larga espada %ue amena*aba al cielo. Los (ecinos, llenos de miedo, obtu(ieron de la autoridad el derribo de a%uel arteacto. isser" &ubo de obedecer, pero interpuso apelación al conse)o de Artois Suissart se &i*o cargo del caso " )uró %ue lo &ar0a triunar. e dirigió a todos los isicos " a todos los )uristas conocidos, al 1adre Cotte, a Condorcet, a Gu"ton de Mor(eau, al abate Sert&olon, a Gerbier, a -lie de Seaumont, a arget puso en conmoción la Academia de Ciencias, la de i)on, la de Montpellier, " publicó una memoria llena de testimonios cient0icos " )ur0dicos. A8 cabo de poco m+s de un aFo todos los cuerpos eruditos se interesaban "a por el asunto del pararra"os de aint6Umer " precisamente entonces Suissart, a %uien correspond0a todo el mérito, de)ó la gloria a Robespierre encarg+ndole la deensa de a%uella causa resonante. Los debates se abrieron en ma"o de 8K<: Robespierre, apro(ec&ando la ocasión, actuó durante tres " consiguió un éxito triunal su deensa ue impresa algunos periódicos de 1ar0s se reirieron a ella " el seFor e isser", en la embriague* del triuno, &i*o le(antar de nue(o sobre su te)ado el pararra"os con su bola, sus saetas " su &o)a de espada. us (ecinos "a no pod0an poner en duda la eicacia benéica de los pararra"os en general, después de tantas demostraciones oratorias pero conser(aban su desconian*a en el aparato &eteróclito
imaginado por su conciudadano: lo %ue ellos reclamaban eran una peritación, no redactada a distancia por sabios de 1ar0s, i)on, Montpellier o cual%uier otro sitio, sino (eriicada por especialistas locales %ue examinasen el aparato en litigio. W en esto obtu(ieron satisacción: los especialistas, entre los %ue se &allaban dos oiciales de ingenieros, declararon «por unanimidad2 %ue el pararra"os del seFor e isser" «estaba erigido contrariamente a las reglas del arte " no pod0a subsistir en el estado en %ue se &allaba2. @ue condenado " derribado como isser" &ab0a muerto, mientras tanto, nadie reclamó. Suissart no propaló a%uel desenlace ad(erso. Robespierre %uiso ignorarlo " sus panegiristas &icieron otro tanto. 1ero el asunto dio %ue &ablar " pro(ocó la &ilaridad p'blica. Las *umbas per)udicaron al «abogado del pararra"os2 %ue de una mala causa, en realidad perdida, se &ab0a &ec&o una reputación %ue sobrepasaba los l0mites de su pro(incia. A%uel deplorable ep0logo indispuso a los magistrados, poco satisec&os de la engaFia. XNa" %ue atribuir a este racaso la escasa conian*a %ue los litigantes del Artois demostraron a RobespierreY u elocuencia, proli)a " embrollada, no go*aba de gran aprecio: sobre este punto poseemos la opinión de Carnot, )o(en oicial de ingenieros, entonces de guarnición en Calais, %ue le conió la causa de una (ie)a sir(ienta %ue reclamaba una pe%ueFa &erencia. Carnot acudió a Arras con moti(o del proceso: era la primera (e* %ue (e0a a Robespierre. -ste &abló con tanta torpe*a %ue Carnot6@eulins, %ue acompaFaba a su &ermano, «se enardeció &asta el punto de ol(idar %ue estaba all0 como simple espectador e interrumpió al abogado con (i(e*a2. e &ec&o, el despac&o de Maximiliano, le)os de prosperar, disminu0a de importancia de aFo en aFo. -n 8K;, por el n'mero de sus asuntos, ocupaba el séptimo lugar en el oro en 8K, el undécimo. -l abogado m+s renombrado de Arras, Liborel, se &ab0a retirado, pero su ausencia sólo beneició a los competidores de Robespierre: durante a%uel aFo )udicial de 8K, nuestro &ombre, con sólo die* causas, descend0a al 'ltimo puesto, mientras auc&e* iguraba en cabe*a con ciento setenta " oc&o asuntos. -stas ciras desmienten la apreciación de un «robespierrista2 intrépido %ue escribió de su &éroe: «Apenas llegado a su pro(incia, se colocó de un salto en primera ila de los abogados del Conse)o de Artois2. in embargo, era traba)ador, instruido, austero, probo &asta la escrupulosidad. 1ero su tiesura " su alti(e* le &ab0an ena)enado muc&as simpat0as: disimulaba mal la con(icción de su superioridad " era moti(o de c&an*a el recuerdo satisec&o %ue conser(aba de sus éxitos escolares. l imputaba a la male(olencia de sus colegas las decepciones de su amor propio. u susceptibilidad inantil se &ab0a agriado en el colegio " a la sa*ón se con(irtió en desconian*a ero* ante la menor sospec&a de epigrama. u amigo Suissart le introdu)o en la Real Academia de Suenas Letras de Arras, donde le acogieron a(orablemente. us colegas le otorgaron incluso, en 8K= el &onor de su presidencia. Mas &e a%u0 %ue en la sesión p'blica %ue siguió a su elección dio lectura a un traba)o de su estilo «sobre esa parte de la legislación %ue regula la suerte de los bastardos2. Nabló durante siete cuartos de &ora " apenas %uedó tiempo para escuc&ar a un nue(o académico %ue deb0a pronunciar a%uel d0a su discurso de recepción. La Academia, temiendo %ue seme)ante e)emplo de proli)idad uese contagioso, cre"ó prudente introducir en su reglamento un art0culo %ue limitase a media &ora la duración de las lecturas. Robespierre (io en ello una cr0tica. u presidencia terminó con un iasco: alegó el pretexto de «sus asuntos " su salud2 " en dos aFos no apareció m+s %ue oc&o (eces en las sesiones semanales. e a&0 se sacar0a la conclusión de %ue «el primer puesto era el 'nico %ue le con(en0a2. @ue m+s iel a los Rosati pero éstos sólo se reun0an una (e* al aFo, en )unio, ba)o un cenador lleno de llores, a las puertas de la ciudad, para almor*ar alegremente, beber (inos selectos " cantar cancioncillas sin pretensiones. -s di0cil imaginar, en esta compaF0a de )ó(enes epic'reos, la actitud de Robespierre, %ue pose0a mal &umor, cantaba con (o* desainada " sólo beb0a agua /aun%ue %ui*+ m+s por econom0a %ue por gusto/, esor*+ndose no obstante en
ponerse a tono con sus amables compaFeros. A decir (erdad, sus bromas resultar0an or*adas, lo mismo %ue, por otra parte, las dos o tres cartas su"as %ue se conocen, dirigidas a muc&ac&as de Arras, " cu"a rebuscada galanter0a tiene algo de amargo e irónico. en0a algunos amigos: su colega Suissart, el abogado general @oacier de Ru*é, ubois de @osseux, %ue m+s tarde ser0a alcalde de Arras, los tres en condiciones de a"udarle pero su creciente acrimonia le aislaba cada (e* m+s. X-ra despec&o o ata(ismoY u abuelo, %ue se &ab0a procurado un escudo de armas, lo &ab0a compuesto con «dos bastones nudosos2, %ui*+ simbólicos. A%uel emblema «&ablaba2 de un car+cter insociable " &ubiera podido ser adoptado por Maximiliano. La en(idia " sus resentimientos acumulados le &icieron odiar a%uella sociedad mon+r%uica, a la %ue sin embargo lo deb0a todo. -so no le imped0a, en sus deensas celebrar con énasis «al )o(en " prudente monarca %ue ocupaba el trono2 la santa pasión por la elicidad de los pueblos %ue constitu0a «el augusto car+cter2 de a%uel pr0ncipe %uerido a%uel re" «%ue el cielo les &ab0a deparado en su clemencia2 1ero su odio torpe le expuso a di(ersas (e)aciones. -n una ocasión, &abiendo diamado en un alegato impreso, por necesidades de su causa, a los mon)es de Anc&in, se (io obligado a una retractación p'blica, cosa %ue &i*o lleno de rabia, " «su uror estalló p'blicamente en la audiencia2. Hn poco m+s tarde, en 8K, los abogados se reunieron en una conerencia, con exclusión de Robespierre, " éste, cegado por la cólera, lan*ó en orma de «Carta2 anónima «una (erdadera declaración de guerra2 contra sus colegas del oro " los procuradores, sus cómplices. -ste libelo lle(aba por ep0grae: «-s mu" di0cil, sea cual uere la iloso0a %ue se tenga, surir largo tiempo sin de)ar escapar alguna %ue)a2. -l autor derramaba su bilis sobre «los (ie)os %ue acaparaban todos los asuntos2, cerrando la entrada del pretorio a los principiantes «%ue no se esor*aban en agradarles o no lo consegu0an2. Consider+ndose (0ctima de a%uella gente, aFad0a: «ea cual uere el talento de %ue les &a"a dotado la naturale*a, cual%uiera %ue sea su inclinación al traba)o, éstos 3los )ó(enes4 deben estar seguros de (egetar para siempre riste alternati(a, sin duda, para gente )o(en bien ormada, estar expuesta a no &acer nada o a deber su traba)o a gestiones &umillantes. 1or%ue, Xacaso no es duro ir a mendigar una causa al despac&o de un procurador cu"o aire " tono dul*arrones parecen decir: #Wo te prote)o$Y2 A%uel rasgo de orgullo suble(ado e%ui(al0a a una irma. Badie abrigó dudas sobre la procedencia de la diatriba. Liborel, el m+s caliicado para responder a ella él &ab0a sido %uien presentara antaFo a Robespierre al Conse)o de Artois, lo &i*o de manera rotunda. «Bo recibimos entre nosotros a los calumniadores ni a los malé(olos %ue sólo destilan &iel PA", tres (eces a", de %uien no siente la noble*a de la proesión de %ue (os dec0s re(estidoQ -l interés sórdido, la ba)a a(ide*, reinan en el ondo de (uestro cora*ón " la en(idia rastrera os lle(a a colocar a (uestro ni(el a &ombres ilustres, a )urisconsultos desinteresados %ue sólo deben la conian*a p'blica a su talento " a sus luces Bo tenéis por %ué %ue)aros si lo %ue dec0s es cierto, tenéis m+s de lo %ue necesit+is para salir airoso, si para ello sólo se re%uiere ba)e*a2 W como Robespierre, indignado por los excesi(os &onorarios impuestos a los litigantes pobres, &ab0a citado un (erso de Racine. «dos ga(illas de &eno, Pde cinco a seis mil librasQ2 Liborel replicaba agriamente: «Tue eso no os alarme: los encontraréis m+s baratos. -l gran consumo %ue suger0s necesitar de esa mercanc0a os merecer+ una reba)a2 eme)ante soión &ac0a imposible la permanencia de Robespierre en el oro " le obligaba a abandonar a Arras o bien, si se obstinaba, a «(egetar all0 el resto de su (ida en una posición próxima a la indigencia2. -l por(enir se presentaba tr+gico: Acababa de al%uilar /en 8KK/ una (i(ienda en una casa de la calle de los Relatores, mu" cercana a la pla*a de la Comedia es la %ue toda(0a se muestra como «casa de Robespierre2, pese a %ue la &abitó, a lo sumo, durante dos aFos. 1or%ue &ab0a de orecérsele una ocasión magn0ica de salir brillantemente de su irremediable descrédito " &uir de a%uella ciudad ingrata, donde no &ab0a encontrado, desde
su nacimiento, m+s %ue cat+stroes, triste*as, sinsabores " &umillaciones. Cuando, a inales de enero de 8K>, se supo %ue Luis ] con(ocaba la Asamblea de los -stados de todas las pro(incias del reino para conocer los an&elos " las %ue)as del pueblo, &ubiera &ec&o re0r a los &abitantes de Arras %uien les predi)ese %ue el golilla arisco, cu"os altercados con sus colegas eran pro(erbiales, ormar0a parte de a%uella augusta delegación. Robespierre se &ab0a desatado ", desaiando el rid0culo, &ab0a lan*ado un maniiesto A la nación artesiana, seguido pronto de una Ad(ertencia a los &abitantes del agro " de un tercer indigesto escrito %ue lle(aba por t0tulo Los enemigos de la patria desenmascarados. Robespierre bregaba, se agitaba, estaba en todas partes, clamando contra «la opresión en %ue gem0a la ciudad de Arras ba)o la autoridad de sus magistrados2 descubriendo una &orrible con)ura «tramada por los &ombres ambiciosos de la administración municipal para perpetuar el régimen opresi(o en %ue basaban su autoridad, su ortuna " sus esperan*as2 &alagando al pueblo, excitando a los pobres, utili*ando todos los medios, sarcasmos, in(ecti(as, calumnias, insinuaciones, amena*as, promesas " &abladur0as erigiéndose en m+rtir de la libertad, en 'nico deensor de los oprimidos " de los &umildes denunciando como &ostil a su causa a su protector ubois de @osseux redactando por s0 mismo el pliego de reclamaciones del gremio de los *apateros atacando al gobernador " a los -stados de Artois asumiendo el control de los escrutinios con)urando a los ingenuos electores del ercer -stado, dispuesto a creerlo todo, a e(itar «las burdas trampas2 %ue se les tend0an " a nombrar &ombres incorruptibles, design+ndose a s0 mismo para sus (otos con a%uel ep0teto %ue él ue el primero en atribuirse. Los burgueses de Arras mostr+banse estupeactos ante el s'bito renes0 %ue agitaba a a%uel &ombre de talla mediana " apariencia endeble, a pesar de sus anc&os &ombros, de cabellos rubios " o)os a*ules de mirada indecisa, «de aspecto r0o " casi repelente2, %ue &ab0an conocido solapado, cierto es, pero deerente " reser(ado. Al (erle de pronto (ol(erse urioso contra las instituciones " los magistrados de la pro(incia e incitar a la re(uelta a las c+ndidas gentes campesinas, muc&os se asombraban " algunos se in%uietaban. 1ero nadie protestó: la gente buena de a%uel tiempo, "a indolente " ap+tica, preer0a el silencio al ruido " la resignación a la batalla. 1or otra parte, su discreción llegó al punto de %ue no se sabe cómo ue elegido Robespierre: uno ad(ierte %ue «intrigó2 otro, %ue «conspiró muc&o2 un tercero escribe: «1or el &onor de mi pa0s debo ec&ar un (elo impenetrable sobre todo lo %ue sucedió en la asamblea donde actué como encargado del escrutinio los diputados se eligieron en una bara&'nda de riFas, in)urias " declaraciones irrespetuosas2. ólo un gracioso se &i*o eco del asombro un+nime: en una corta s+tira, en %ue comparaba a los elegidos del Artois, partiendo &acia ersalles, con unos caballos dispuestos a entrar en la pista, tras &aber descrito a los cuatro perc&erones «pesados, negros, maci*os, (erdadero tiro de carreta2 de la cuadra n'mero uno /el Clero/ " los cuatro corredores de ra*a, «(i(os, ligeros, de seguros remos " soberbios )aeces2 de la cuadra n'mero dos /la Boble*a/, se reer0a a los oc&o caballos de la cuadra n'mero tres /el ercer -stado/, «animales campesinos, prudentes, reposados, excelentes para el laboreo, m+s aptos para el carricoc&e %ue para la silla2, " llegaba as0 a Robespierre: «el Colérico, )aca de dos cuerpos de larga crin, (iolenta, %ue no conoce el bocado ni la brida, resabiada como una mula, %ue no de)a de cocear pero %ue no se atre(e a morder m+s %ue por la espalda de miedo al l+tigo. Na sorprendido su admisión. 1ero se le cree destinado a &acer el papel de &a*merre0r al lado de los brillantes papeles de los Mirabeau cu"as maneras acostumbra a remedar grotescamente2 PCruel ilusión la de los %ue se dispon0an a re0r de esta suerteQ Los diputados alu0an de todos los puntos del reino a ersalles, &ir(iente " congestionado: ricos prelados " grandes seFores, con su e%uipa)e " su ser(idumbre pobres curas rurales, sin dinero ni impedimenta, atónitos de (erse all0 &idalg^elos, burgueses, gentes de le"es, campesinos
(agando al a*ar por las solemnes a(enidas en busca de una posada o una casa amueblada La administración &ab0a &ec&o imprimir una lista de 8;99 alo)amientos libres pero muc&os (ersalleses preirieron abordar al paso a los recién llegados para especular m+s +cilmente con su desconcierto. Muc&os diputados pobres del Clero " del ercer -stado, perdidos en a%uella gran ciudad desconocida, se reunieron en grupos de colegas de la misma pro(incia para (i(ir )untos económicamente. e pod0an &allar con acilidad &abitaciones amuebladas a O9 ó O? libras al mes adem+s, la manutención costaba un escudo diario. Los contratos se &ac0an por tres meses, pla*o m+ximo pre(isto como duración de la Asamblea de los -stados. Robespierre, nombrado el ;= de abril, partió de Arras no antes del (iernes 8 de ma"o por la noc&e, "a %ue a%uel d0a los dieciséis elegidos del Artois &ab0an comparecido solemnemente ante los tres órdenes, reunidos en la sala ma"or del &ospital general, para prestar el )uramento de cumplir su mandato con idelidad " exactitud. Como estaba sin dinero, una amiga de su &ermana Carlota, la seFora Marc&and, %ue imprim0a los aic&es dVArtois, le prestó die* luises " un ba'l, donde se apretu)ó la ropa del diputado, entre otras cosas «tres cal*ones negros mu" usados, una casaca de terciopelo negro reteFida, seis camisas en buen estado, tres pares de medias de seda, uno de ellos casi nue(o, una pe%ueFa capa negra, una toga, un sombrero para lle(ar ba)o el bra*o2 " un lote de e)emplares de sus maniiestos electorales. -s mu" probable %ue Robespierre no llegase a ersalles el ; de ma"o a tiempo para desilar ante el re" con los dem+s diputados del ercer -stado Luis ] &ab0a recibido a%uel mismo d0a, a las once, a los representantes de la Boble*a " a la una a los del Clero. La reunión de a%uellos «seFores del estado llano2 estaba seFalada para las cuatro, en el salón de Nércules, a donde deb0an acudir por la escalera %ue daba (uelta a la capilla, por el lado derec&o. e congregaron en n'mero de ?=9. 1asaron tres mortales &oras en discusiones con los maestros de ceremonias " los u)ieres: inalmente comen*ó el desile a tra(és de los espléndidos salones " la Galer0a. e &ab0an dispuesto unas barreras %ue ormaban un estrec&o corredor, por donde a(an*aban los representantes, poco dócilmente, uno tras otro, mientras %ue al otro lado de a%uellas balaustradas las &ermosas damas " los persona)es de la Corte contemplaban el paso de «a%uellas buenas gentes2. Llegados a la c+mara real, los (isitantes &ac0an un proundo saludo a Luis ], %ue, en pie entre sus dos &ermanos " rodeado de una multitud de elegantes caballeros, c&arlaba " re0a sin prestar la menor atención al desile de los elegidos de la nación. ólo uno atra)o la mirada de u Ma)estad por la singularidad de su atuendo, pelli*a negra " c&aleco oscuro: era un labrador, Gérard, diputado por la senescal0a de Rennes. -l re" le di)o: «Suenos d0as, buen &ombre2. -stos pe%ueFos detalles, al comentarse aumentaron el descontento. Robespierre se encontraba ciertamente en ersalles cuando tu(o lugar la procesión del O de ma"o, acto militar " religioso en %ue la susceptibilidad %uis%uillosa de los diputados del estado llano se (io expuesta a nue(as oensas. Buestro &ombre &ab0a eectuado el (ia)e con tres de sus colegas del Artois, los m+s &umildes: 1a"en, agricultor de So0r"6Sec%uerelle, @lur", gran)ero de Coupelle6ieille, " 1etit, labriego de Magnicourt6sur6Canc&e. Los cuatro pudieron alo)arse en una onda situada en un extremo de la ciudad, calle de lV-tang n'mero 8=, la «@onda del *orro2. Los tres campesinos, despla*ados, no se separaban de Maximiliano " ser0an sus primeros «agentes2. Mas, para él, P%ué des%uite de las pasadas &umillaciones, a%uel ? de ma"o, en %ue se &alló con sus tres inseparables desde las oc&o de la maFana en el local %ue ser(0a de (est0bulo a la sala de los -stadosQ Los tres órdenes se encontraban all0, entreme*clados. Buestro &ombre se codeaba con los m+s grandes seFores " los prelados m+s ilustres de @rancia. -l gran maestro de ceremonias, el seFor mar%ués de reux6Sre*é, (elaba por el orden: era un arrogante )o(en, bien plantado, «con un manto brillante de oro " pedrer0a, los dedos cubiertos de diamantes " la cabe*a empenac&ada de plumas de blancura deslumbrante un bastón de ébano, adornado con
un puFo de maril, %ue él mane)aba con gracia, era el emblema de sus altas unciones2. esde lo alto de un balcón, un &eraldo con(ocó a los asamble0stas. Los a"udantes de ceremonias, con una cortes0a deerente, examinaron r+pidamente los poderes de cada diputado, introduciéndoles a continuación en la sala de la asamblea. Hn deslumbramiento. os ma)estuosas columnatas constitu0an los lados de la inmensa na(e, en cu"o ondo, en &emiciclo, se ele(aba el santuario donde mu" pronto ocupar0a su lugar el re" de @rancia ba)o un alto dosel cu"as opulentas colgaduras de terciopelo (ioleta, bordadas con @lores de lis de oro, se recog0an pomposamente en pesados pliegues. Al lado del trono preparado para Luis ], un poco m+s ba)o, se &allaba el %ue ocupar0a la reina, " luego los sillones, los taburetes " las ban%uetas para los pr0ncipes " los dignatarios. Los m+s &ermosos tapices de La a(onnerie cubr0an los peldaFos del estrado real " todo el entarimado de la sala, %ue iba llen+ndose poco a poco. -n el extremo opuesto al trono, los representantes del ercer -stado ueron &acinados, en (ista de su n'mero, «en ban%uetas sin respaldo mu" apretu)adas2 a su derec&a, a lo largo de la columnata, se situaron los diputados de la Boble*a " rente a éstos los delegados del Clero entre los dos órdenes pri(ilegiados, el centro de la sala %uedó (ac0o. Hna multitud de elegantes ocupaba "a las tribunas entre las columnas. -l mo(imiento de la instalación de todo a%uel gent0o se prolongó durante cuatro &oras. @inalmente, cerca del mediod0a, todo estu(o terminado. La (isión de con)unto era espléndida: la Boble*a, adornada de plumas blancas, con casacas de bocamangas de oro la alineación de las sotanas ro)as o (ioletas de los prelados sentados en la primera ila de la diputación del Clero en el ondo, el apiFamiento de las buenas gentes del ercer -stado, con (estidos negros " pe%ueFos mantos en el estrado, los du%ues " los pares, los gobernadores de las pro(incias, los %uince conse)eros de -stado, los (einte relatores del Conse)o de -stado e pronto, un grito: P-l Re"Q oda la asistencia se puso en pie, con un (0tor entusiasta, mientras Luis ], la Reina, los pr0ncipes de sangre " las princesas ocupaban sus puestos, entre grandes saludos " proundas re(erencias, en medio del tra)0n de los c&ambelanes " las damas de &onor. Luego, el Re" &abló: su (o* limpia " clara se ele(ó por encima del silencio «augusto " ma)estuoso2 %ue rompieron, cuando él calló, largas protestas de amor " de (eneración. A continuación se (io al Guardi+n de los ellos, con toga (ioleta " carmes0, dirigirse al trono, &incar una rodilla en tierra para recibir las órdenes de u Ma)estad " regresar «de espaldas2 &acia su puesto. Le"ó algo %ue no se percibió " el seFor BecZer director general de inan*as, comen*ó su inorme: una &ora, dos &oras, tres &oras " aun m+s se escuc&ar0a su (o*, " luego la del a"udante %ue le rele(aba en a%uella penosa tarea, enunciando ciras, alineando millones, &ablando de primas, tabaco rapé, anticipos, ca)a de descuentos, pensiones, rentas Al cabo de una &ora pesaba "a sobre la asistencia una atiga terrible: la atención m+s irme se extra(iaba en a%uel dédalo de ciras " e(aluaciones. X-n %ué pensar0an los %ue all0 estaban, obligados a obser(ar una compostura interesada " aprobatoriaY 1odemos imaginamos al Re" lamentando &aber de)ado su partida de ca*a a la Reina, in%uieta, temiendo la ca0da del dosel %ue coronaba el estrado donde se &allaba la Corte /&ab0a sabido, por casualidad, %ue el enorme peso de a%uel balda%uino se encontraba en desproporción con la debilidad de la arma*ón %ue lo sosten0a " &ab0a recomendado «%ue tu(ieran muc&o cuidado: el menor cru)ido pod0a comprometerlo todo2/. Las &ermosas damas a&ogaban sus boste*os, lamentando &aber acudido all0, " no se atre(0an a abandonar sus puestos a causa de la presencia del Re". Muc&os pensaban en la &ora de comer, pasada &ac0a "a rato, sin %ue nada permitiese pre(er cu+ndo inali*ar0a a%uella interminable lectura. 1erdido all+ en el ondo de la sala, entre la compacta multitud de las gentes del ercer -stado, el modesto abogado de Arras, absorto en sus embrolladas pre(enciones, segu0a con sus o)os de miope las peripecias de a%uella ceremonia en %ue la monar%u0a aparec0a como una institución in%uebrantable, con el grandioso aparato de sus tradiciones seculares " «toda la pompa de una
corte idólatra2. Bunca debió sentirse tan pe%ueFo, tan desarmado, impotente " &umilde. XCómo pod0a esperar /pobre pro(inciano desconocido, sin relaciones ni crédito, con su (ie)a casaca reteFida " su semblante desmedrado/ un puesto, por modesto %ue uera, en a%uel congreso de &ombres eminentes por el rango, los t0tulos, la ortuna o el talentoY in embargo, se entregó temerariamente a a%uella tarea paradó)ica: aun%ue lo ignoraba todo acerca de la estrategia parlamentaria, se esor*ó en &ablar, para «curtirse2, pues, seg'n propia conesión, «temblaba siempre al acercarse a la tribuna2 " «lo perd0a todo de (ista2 en el momento de tomar la palabra. Apenas le escuc&aban. us mociones parec0an absurdas a a%uellas gentes %ue, en su ma"or0a, estaban con(encidas de %ue &ac0an una re(olución. Apenas preguntaban por el nombre de a%uel ser in%uieto a %uien (e0an le(antarse del banco al menor pretexto " %ue se rebull0a entre el ruido " las risas, con el cuello " los &ombros sacudidos por mo(imientos con(ulsi(os " las manos crispadas por el ner(iosismo. 1ermanec0a anónimo a pesar de todo, sin trato con nadie, sin cabida en ninguno de los numerosos comités de la asamblea. i alg'n inorme mencionaba su nombre era alter+ndolo: seFor Robert61ierre, seFor Robertspierre, seFor Roberspierre, seFor de Robert*61ierre Casi siempre se le cita como «un miembro2 o con unos asteriscos. As0, cuando el = de )unio el ar*obispo de Aix, monseFor de Soisgelin, atra)o la atención de los diputados del estado llano sobre la miseria del pueblo ", para mo(er su compasión, presentó un peda*o de pan negro, ue un desconocido %uien replicó insolentemente al prelado: «i (uestros colegas sienten tanta impaciencia en ali(iar la situación de los pobres, renunciad a ese lu)o %ue oende la modestia cristiana, a las carro*as " a los caballos, " (ended, si es preciso, una cuarta parte de los bienes eclesi+sticos2 A%uel desconocido era Robespierre. u interpelación suscitó un murmullo, de aprobación en unos " de repulsa en muc&os otros: toda(0a predominaba la tónica de discusiones corteses " la inter(ención de a%uel mal educado causó esc+ndalo. M+s %ue darle categor0a le ocasionó un per)uicio. Hnas semanas m+s tarde, cuando, &arto de no ser escuc&ado, reclamó %ue todos " cada uno «sin temor a las protestas pudieran orecer a la asamblea el tributo de sus opiniones2, ue interrumpido por una tempestad de gritos /PUrdenQ, PordenQ/ " obligado a abandonar la tribuna. Cual%uier otro se &ubiera desanimado él persistió obstinado. Nele de nue(o en octubre, «atigando2 a sus colegas: se trataba de una órmula de promulgación de las le"es Robespierre no %uer0a el tradicional -s nuestro deseo " propuso en cambio: 1ueblo, ésta es la le" %ue tus representantes &an &ec&o %ue sea in(iolable " santa para todos Hn diputado gascón bromeó: «P-&, le(antémonosQ P-s un c+nticoQ2 -stallaron las risas " Robespierre se &undió en el tumulto[
patriotas es el seFor Malouet -ste &ombre, armado de descaro " pro(isto de artiicios, &ace mo(er todos los resortes de la intriga -n general, la C+mara de la Boble*a encierra pocos &ombres de talento: dV-spréménil acumula todos los d0as extra(agancias sobre extra(agancias -n cuanto al Clero, no &a" artiicios %ue los prelados no empleen para seducir a los curas: P&an llegado &asta insinuar %ue pretend0amos atacar a la religión católicaQ2. Apenas encuentra gracia ante los o)os de Robespierre nadie m+s %ue los campesinos con %uienes (i(e " %ue e(identemente le admiran: «Los diputados del Artois son citados como patriotas decididos: esto ser+ di0cil de concebir por %uienes (ituperaron la elección de los labradores %ue comprende nuestra diputación2. in embargo, su amor propio obtu(o algunas satisacciones por e)emplo, a%uel 89 de )ulio, en %ue ormó parte de la delegación de ;O miembros encargados de lle(ar al Re" el (oto de la asamblea sobre la retirada de las tropas acantonadas en ersalles. Adem+s de un ar*obispo, un obispo " un du%ue, eligieron para ello a los diputados del estado llano caracteri*ados por su opinión a(an*ada o cu"a turbulencia era notoria %ui*+ los dem+s re&usaron todos, "a %ue la gestión no ten0a nada de grata. As0, pues, Robespierre acudió al castillo con Mirabeau, Sar\re, 1étion " Su*ot "a entonces este 'ltimo experimentaba &acia él /«ese &ombre con cara de gato2/ una a(ersión in(encible. La semana siguiente, Luis ] (isitó su buena ciudad de 1ar0s " Robespierre se me*cló en el corte)o. Ni*o el camino a pie, asistió a la recepción del A"untamiento " ue a (er las ruinas de la Sastilla. -n una larga carta a Suissart ad(ertir0a con satisacción %ue ue conducido all0 por los ciudadanos armados de la milicia burguesa, %ue «consideraban un placer escoltar &onor0icamente a los diputados2, " éstos «no pod0an caminar sino entre las aclamaciones del pueblo2. Lison)era o(ación pero %ue se dirig0a en blo%ue a los seFores de la Asamblea Bacional, de %uienes esperaba @rancia la inminente restauración de la -dad de Uro. 1or lo %ue a él ataFe, contrariamente a sus esperan*as, no sobresal0a de ning'n modo a pesar de sus esuer*os. XCu+nto tiempo (egetar0a de a%uella maneraY Cuando los llamados Nec&os de los Apóstoles se moen de él, le mote)ar+n de «pobre becario2 " el mismo Mirabeau, cu"as &uellas intentaba seguir, dir+ desdeFosamente: «Bo despierta ning'n temor ese ca*urro en la tribuna2. Xe %ué (i(0aY -l al%uiler " la pensión en la onda de la calle de lV-tang eran ciertamente módicos pero &ab0a %ue pagarlos " él nada ten0a. 1ara resol(er este enigma se &a supuesto %ue &ubiera «de)ado algunos bienes en Arras2. Bada &a" %ue indi%ue tal cosa. M+s probable parece %ue recibiera todos sus recursos de la generosidad de su amigo Suissart. Como, por lo dem+s, era mu" sobrio, &abituado a las pri(aciones, gastaba poco. Clos, el teniente de polic0a de ersalles, &ab0a organi*ado para uso de los diputados menesterosos dos mesas redondas, una de cien cubiertos, en el &otel C&arost, calle del Sel6Air, donde se com0a por tres rancos, " la otra en el Notel de los n(+lidos, a(enida de aint6Cloud, donde pod0an acomodarse cuarenta comensales, pagando ;? sueldos. Robespierre " sus tres r'sticos compaFeros debieron de recuentar este restaurante económico, mu" cercano a su alo)amiento. Con todo, su penuria era grande " parece bastante (eros0mil, como inorma Montlosier, %ue &ubiese solicitado de la seFora BecZer un puesto de ecónomo en alguno de los &ospitales %ue ésta &ab0a undado. al (e* estaba dispuesto a simultanear su mandato de diputado con a%uel empleo %ue le permitir0a (i(ir con menos estrec&eces " sub(enir a las necesidades de su &ermana Carlota, %ue &ab0a %uedado en Arras. Muc&os de sus compaFeros del estado llano, as0 como otros del ba)o clero, padec0an una miseria seme)ante. Bo altaban %uienes, cubiertos de deudas por la (ida dispendiosa de ersalles, ansiaban regresar a sus casas, cuando en la sesión del 8; de agosto, pre(ia proposición del du%ue de Liancourt, los diputados (otaron para s0 mismos /con una unanimidad mu" poco recuente/ la asignación de una indemni*ación diaria de l libras, con
eecto retroacti(o desde el ;K de abril. A%uello ue la sal(ación. Antes incluso de %ue se decretara esa consignación, muc&os reclamaron anticipos. X@ue Robespierre uno de ellosY Lo cierto es %ue el 8 de setiembre cobraba m+s de ;.;99 libras " se encontraba a cubierto de la necesidad. 1ero no cambió en nada su (ida modesta. Cuando, siguiendo al Re" %ue &ab0a sido lle(ado a 1ar0s por el pueblo, la asamblea celebró sus sesiones en el 1icadero de las uller0as, Robespierre se alo)ó en un extremo del Marais donde un tal Numberto, en la calle de aintonge. A%u0, por econom0a, compartió el tec&o con «un antiguo capit+n de dragones2, llamado illiers, a propósito del cual estamos bastante mal inormados. i &emos de otorgar crédito a las anécdotas %ue m+s tarde contar0a este dragón, Robespierre «&ac0a tres partes2 de su asignación: se %uedaba con una de ellas, otra la en(iaba regularmente a su &ermana " destinaba el resto a «una persona a %uien él idolatraba2. -sta persona tan %uerida Xno ser0a prosaicamente Suissart " Robespierre, poco pródigo en conidencias, no disimular0a con un pretexto no(elesco la obligación %ue pesaba sobre él de li%uidar cuentas con su protector de ArrasY -n eecto, es di0cil imaginarle entorpeciendo con la disipación de un gran amor su existencia recluida " laboriosa. Robespierre continuaba con tenacidad su tarea, traba)aba con a&0nco, proundi*aba en todas las cuestiones, incluso las m+s a)enas a sus estudios &abituales, com0a por treinta perras " se pri(aba de distracciones. -n su modesto alo)amiento, donde /al decir de su &ermano/ no siempre reinaba el orden[O!, continuaba siendo el «empollón2 de Luis el Grande, empeFado en meter ba*a en todas las discusiones. -n la asamblea «se colocaba )unto a la tribuna para apoderarse de la palabra " conser(arla con obstinación2. Casi siempre le &ac0an callar: su aparición era acogida con murmullos. A la sa*ón era conocido " temido: se le ten0a por un latoso impertinente. -l celo de los representantes se &ab0a enriado. Muc&os se asustaban de las locas esperan*as %ue su reunión &ab0a suscitado " %ue carec0an de talla para satisacer: éstos &ubieran deseado (ol(er atr+s, poco seguros del camino en %ue imprudentemente se &ab0an comprometido. 1or ello soportaban con impaciencia a a%uel arrogante golilla %ue, con r0a agresi(idad, con el tono de un a(inagrado picapleitos, deduc0a implacablemente las consecuencias lógicas de las premisas %ue se &ab0an establecido, de modo ciego, en las &oras de entusiasmo de la eclaración de los derec&os del &ombre " del ciudadano. Robespierre se &ab0a &ec&o un programa de una rase de Rousseau, %ue rele0a continuamente: «La (oluntad general es siempre recta " tiende siempre a la utilidad p'blica2. As0, pues, se erigió en abogado del pueblo, cu"a soberan0a proclamaba en cual%uier ocasión, rei(indicando para los pobres todos los goces de los ricos: " su (o* seca su elocuencia sin matices ni garbo, sonaba como el taFido de una campana %ue tocara a muerto por el (ie)o mundo. us soismas emanaban un tuo de su inancia triste, de su (anidad mortiicada, de sus decepciones " sus rencores. -n la Asamblea ten0a "a algunos partidarios, pero carec0a de amigos. in embargo, un d0a, el 8> de )unio de 8K>9, lo eligieron entre los secretarios, &onor e0mero %ue no le (ol(er0a a ser concedido. A todos a%uellos &ombres del antiguo régimen parec0a Robespierre un energ'meno a %uien no se pod0a tomar en serio pero tras él adi(inaban los m+s perspicaces una uer*a irresistible, la del pueblo crédulo %ue, por (e* primera, se o0a lison)ear " cu"as m+s (iolentas pasiones despertaban ba)o a%uella caricia insólita. Los contempor+neos de Robespierre reconocen %ue no aciertan a comprender su inesperada ascensión: no se debió ésta a su elocuencia ni a la simpat0a de sus colegas, sino al impulso de una popularidad %ue él se &ab0a creado, tal (e* sin saberlo, " %ue manten0a de(otamente. Adem+s, las circunstancias le a"udaron: se le (e0a ascender a medida %ue ba)aba el ni(el de la Asamblea. A inales de 8K>, uese por cansancio, por des+nimo o por miedo, muc&os diputados &ab0an presentado su dimisión u obtenido licencia la derec&a disminu0a el n'mero de d0a en d0a. «odo se (a desmoronando en la Asamblea Bacional2, escrib0a un representante
del Clero. La seFora Roland, entusiasta al principio, dein0a: «Hna colección de *o%uetes a diecioc&o rancos diarios, %ue no siempre comprenden el asunto sobre el %ue son llamados a (otar2. 1or otra parte, al lado de la Asamblea, se &ab0a undado el Club de los )acobinos, donde se pretend0a /como si uera un Conse)o de -stado/ preparar " estudiar las cuestiones antes de lle(arlas a la tribuna del 1arlamento. Como las puertas estaban mu" abiertas, todos los diputados mon+r%uicos %ue se &ab0an inscrito en el club, )u*gando comprometedora para su dignidad a%uella promiscuidad democr+tica, desertaron en masa en los 'ltimos d0as de mar*o de 8K>9 para undar un c0rculo m+s elegante, de)ando as0 el campo libre a los a(an*ados: éstos eligieron al punto a Robespierre como presidente. déntico éxodo se produ)o un aFo m+s tarde: los a(an*ados del aFo anterior se &ab0an con(ertido en retrógrados " abandonaron el club a su (e*, esperando pro(ocar as0 su ruina. 1ero el er(or re(olucionario del club, por el contrario, aumentó aun m+s ", como pilotaba m+s de O99 sociedades ailiadas e impon0a su (oluntad a la moribunda Asamblea, la impol0tica deección de los moderados entregó el poder a los demagogos. -l 8K de )ulio de 8K>8, los acciosos agrupados en el altar de la patria, en el Campo de Marte, gritaban: «PSasta de Luis ]Q PBuestro re" es RobespierreQ2. Recordando estas cosas, cuarenta aFos m+s tarde, un antiguo demócrata desengaFado obser(aba: «Cuando en las re(oluciones &a" %ue contar con los &ombres de bien, no %ueda m+s %ue en(ol(erse en la capa2 -ntonces se dio algo extraordinario: el <9 de setiembre de 8K>8, la Asamblea Bacional, debilitada, se disgregó: la muc&edumbre se congregó en torno al 1icadero para asistir a la marc&a de los diputados a los %ue alg'n tiempo atr+s &ab0a recibido con aclamaciones. Acogió con un silencio gélido a todos a%uellos &ombres gastados por dos aFos " medio de (ida pol0tica, a%uellos &ombres a los %ue, decepcionada, trataba a la sa*ón de renegados, (endidos " traidores. 1ero cuando apareció Robespierre, del bra*o de su compadre 1étion, estalló un alarido, una aclamación triunal: &ubo bra*os %ue le tend0an coronas de laurel una mu)er le presentó a su &i)o para %ue le bendi)era se conund0an los gritos de «Pi(a la libertadQ2 «Pi(a RobespierreQ2, «Pi(a el ncorruptibleQ2. sta era la palabra escrita en el marco de su retrato, expuesto en el salón de a%uel aFo, la misma con %ue se &ab0a presentado, en abril de 8K>, a los electores del Artois. Cuando, para escapar al entusiasmo, los dos diputados populares se reugiaron en un simón, la plebe delirante desenganc&ó los caballos " arrastró el carrua)e. Hn mes después, Robespierre, en unión de 1étion, tomaba el camino de su ciudad de Arras, donde le &ab0an agriado tantos racasos dolorosos. -sta (e*, desde Sapaume, doscientos )inetes rodearon su carrua)e " al atardecer, a las puertas de Arras iluminada, salieron a recibirle un grupo de ancianos %ue lle(aban coronas c0(icas, mu)eres (estidas de blanco " niFos %ue arro)aban lores. Nubo ban%uetes, discursos, adoraciones los Suissart exaltaban de go*o[?!. -l ; de no(iembre, Robespierre se &allaba de regreso en 1ar0s " se instalaba deiniti(amente en casa del carpintero upla". Aun%ue "a no era diputado, renunciaba a toda idea de regreso a su tierra natal. -n los registros del distrito de Arras se encuentra «su demanda de desgra(ación de su contribución mobiliaria, "a %ue &ab0a abandonado totalmente la casa %ue &abitaba en la calle de los Relatores2.
Cap0tulo LA -B-l lector &abr+ comprendido "a %ue nuestra intención no es la de escribir una ida de Robespierre, sino solamente la de penetrar /si es posible/ en la tenebrosa psicolog0a del persona)e %ue &ab0a de desempeFar el primer papel en el drama cu"o relato (a a seguir. -scrutar su inancia desgraciada, las &eridas de su orgullo )u(enil, las diicultades " los sinsabores de sus comien*os es entre(er "a las causas de su &umor sombr0o, de sus ansias de des%uite, de su ero* desconian*a, casi lindante con el delirio de la persecución. 1étion, %ue pudo creerse amigo su"o " le conoc0a bien, le pintó «(iendo con)uras por todas partes, traiciones " despeFaderos no perdonaba )am+s una oensa del amor propio se irritaba ante la m+s ligera sospec&a cre0a siempre %ue se ocupaban de él, " para perseguirle [=!2. -n cual%uier &ombre &usmeaba un enemigo probable de s0 mismo o del pueblo, con %uien &ac0a causa com'n. i atribu0a al populac&o todas las (irtudes " lo consideraba inalible, era por%ue el populac&o le idolatraba a él " sus aplausos le (engaban de las tarascadas de la suerte. -l culto %ue proesaba a los pobres " los des&eredados no era la noble compasión, acuciante tormento de las almas generosas, %ue se maniiesta en la caridad acti(a sino una especie de piedad teórica, traducida en peligrosas adulaciones. XinceroY in duda lo era, o cre0a serlo, sin discernir %ue amaba al pueblo /«el pueblo, 'nico %ue era grande " respetable a sus o)os [K!2/ por%ue &ab0a &allado en él un adulador cortesano, delicia nue(a de %ue su (ida &ab0a estado pri(ada &asta entonces. W 1étion aFade a su retrato: «Tuer0a por encima de todo los a(ores del pueblo, le &ac0a continuamente la corte " buscaba con aectación sus aplausos2. sta es también la ra*ón por%ue se complac0a en casa de la gente sencilla %ue le albergaba. Con su educación literaria " sus &+bitos espirituales parece %ue debiera &aber preerido un medio m+s reinado. 1ero no &ubiera estado seguro de dominar sobre él. Mientras %ue entre los upla" su superioridad innegable le e(itaba cual%uier ri(alidad. -l carpintero, «de una probidad a toda prueba2, no ten0a muc&as letras. u esposa, como "a se di)o, no demostraba m+s pretensión %ue la de lle(ar bien su &ogar " casar a sus &i)os. Hna de las &i)as, la segunda, o0a, "a casada con un abogado de ssoire, Au*at, &ab0a abandonado la casa cuando Robespierre entró en ella. Las otras tres, -leonora, ictoria e sabel, siguieron en ella mientras él la ocupó " aun%ue la primera, seg'n se asegura, ue «uno de esos caracteres irmes " rectos cu"o modelo debe buscarse en los buenos tiempos de los antiguos2, el &uésped estaba con(encido de no &allar en a%uellas )ó(enes m+s %ue admiradoras irreductibles. 1ero &ab0a otras (enta)as %ue le reten0an en casa de a%uella &onrada amilia. Como "a no era diputado, se encontraba de nue(o sin recursos. e ignora %ué con(enios &i*o con upla" pero ante determinados indicios parece %ue el buen artesano, demasiado eli* por &ospedar al &ombre eminente cu"os &ermosos discursos «beb0a2 en el (ecino club, debió de orecerle generosamente alo)amiento " manutención. A in de cuentas, nada perder0a con ello, pues lo (eremos a menudo obtener del gobierno el encargo de importantes traba)os de carpinter0a en setiembre de 8K><, ser0a )urado /aun%ue poco asiduo/ en el tribunal re(olucionario, cobrando por a%uel concepto 8 libras diarias: los emolumentos de un diputado. i Robespierre no estaba en situación de li%uidar cuentas con su anitrión, no parece %ue tu(iera muc&a prisa en li%uidarlas. Al instituirse la magistratura electi(a &ab0a sido nombrado presidente del tribunal de ersalles. 1ero después de algunas (acilaciones re&usó a%uel tran%uilo puesto. -l 89 de )unio de 8K>8, los parisienses le eligieron acusador p'blico del tribunal criminal con 999 rancos de retribución. -sta (e* aceptó " tomó parte durante (arias semanas, tras, la disolución de la Asamblea, en los traba)os preparatorios del tribunal, pero inalmente presentó su dimisión. XTué ambicionaba, entoncesY Algo me)or, sin duda. -n a%uel tiempo publicaba un pe%ueFo periódico semanal, cu"a (ida ue bre(e " el racaso notorio. -n él
&alagaba a la Corte o, por lo menos, al Re", &aciendo protestas en cada asc0culo de su ad&esión a la Constitución mon+r%uica establecida por la Constitu"ente " solemnemente aceptada por Luis ]. XacilabaY XU bien, como se &a dic&o, esperaba %ue el Re" le oreciera el tentador puesto de preceptor del el0nY 1arece cosa cierta %ue la Corte le &i*o algunas «insinuaciones2 él mismo lo reconoció en una alusión a «los partidos %ue intentaron seducirle2. ambién parece probable %ue uese pronunciado su nombre /por lo menos, en los 5acobinos/ cuando se trató de designar al preceptor del &eredero del trono " seguramente él entre(e0a posibilidades grandiosas. X1odr+ saberse nunca lo %ue &ab0an soFado a%uellos &ombres %ue, simplemente &ablando, acababan de derribar una monar%u0a catorce (eces secular sin tener idea de lo %ue colocar0an en su lugar: un tribuno, un regente, un dictador, un cónsul o un protectorY esde la &uida de arennes, sólo este problema retrasaba la destitución del Re" " todo el mundo buscaba al &ombre destinado a reempla*arle en la c'spide de la Rep'blica, deseada toda(0a conusamente. A&ora bien, entre el pueblo el %ue se citaba era «el ncorruptible[!2. esignar a alguien para una pla*a cu"a (acante est+ próxima, Xno es acaso &acer nacer en su esp0ritu la esperan*a de obtenerla " suscitar as0 los odios " las cóleras de sus competidoresY Ne a%u0 todo el tema de a%uella batalla de siete aFos %ue se librar0a en torno al trono abolido: batalla encarni*ada, abominable, en %ue *o*obrar0a la Re(olución. A comien*os de la Con(ención, los campos se perilaron. -stos eran de desigual uer*a. Robespierre, primer elegido de la capital, ten0a de su parte la diputación de 1ar0s, Marat, anton, Collot dVNerbois, Sillaud6arenne, toda la MontaFa: as0 se sobrenombrar0a su &ueste. us ad(ersarios, m+s numerosos, ten0an como tropa elegida la brillante alange de la Gironda, con ergniaud, Srissot, Su*ot, Guadet, Lou(et " Sarbaroux. -lla ue la %ue inició el duelo. Los odios, cada (e* m+s acerbos, re(entaron en in(ecti(as, en términos despecti(os " en amena*as de muerte. agaces " elocuentes, los girondinos &er0an a su enemigo en el punto sensible. Nostigado por sus sarcasmos desdeFosos, Robespierre, testarudo " rabioso, se irritaba, protestaba, se encabritaba, apelaba a todo género de tri%uiFuelas con su eterno estilo: el interminable paneg0rico en %ue exaltaba su (irtud " su abnegación por la causa del pueblo, interrumpido por los gritos de «PUrdenQ2, «PAbre(ieQ2, «Permine de una (e*Q2. embloroso, regresaba a su puesto entre murmullos, (ol(0a a aparecer en la tribuna, se as0a a ella en la tempestad. -n a%uella Con(ención de ma"or0a moderada, nadie le )u*gaba a'n temible: llegó a serlo en la época del proceso del Re", cu"a cabe*a reclamó tena*mente, sin debates, interrogatorio, discusión ni deensores. «-l m+s grande de los criminales no puede ser )u*gado: Pest+ condenado "aQ2. A%uella erocidad parec0a tan singular %ue Su*ot ob)etó: «Tuienes se oponen a %ue el Re" sea escuc&ado, Xacaso temen %ue &ableY2 Hna (e* emitida la (otación regicida, Robespierre ue también %uien se erigió en empresario del (ergon*oso drama. Ad(irtiendo %ue la Con(ención, asustada del (eredicto %ue acababa de lan*ar, se ablandaba " desear0a otorgar su gracia o un sobreseimiento, exigió la e)ecución sin demora, se opuso a escuc&ar a los deensores ", ante la (acilación de la Asamblea, alborotó a los renéticos espectadores %ue abarrotaban las tribunas p'blicas, apeló a la Comuna de 1ar0s, a las secciones armadas " a los clubs. riunó al in: &ab0a encontrado su camino. us colegas le subestimaban " no admit0an su superioridad pero tendr0a consigo al pueblo, tan crédulo, tan escasamente relexi(o en sus admiraciones " tan +cil de con%uistar por tanto: una uer*a a'n m+s temible puesto %ue toda(0a nadie (aloraba su poder, recent0simo. u partido ser0a la masa incontable de los sencillos %ue creer0an en su genio, los en(idiosos cu"as pasiones de odio &alagar0a, todos a%uellos %ue penaban " sur0an, a %uienes no inspirar0a resignación sino rebeld0a. Aun%ue este
programa no %uedase mu" netamente ormulado en su esp0ritu, cosa (eros0mil, respond0a tan perectamente a sus instintos (indicati(os %ue le entregó a él pese a no pocas contradicciones descon desconcer certan tantes tes en a%uel a%uel t0mido t0mido,, m+s arisco arisco %ue batall batallado ador: r: él, %ue &ab0a &ab0a propue propuesto sto la abolición de la pena de muerte, acababa de obtener la cabe*a del Re" dos meses m+s tarde reclamar0a, sin éxito, la de la Reina. Con un uror an+logo a la intrepide* ca"ó mu" pronto sobre los girondinos %ue le despreciaban. -n los 5acobinos los seFaló como sicarios %ue «ailaban los puFales contra los patriotas2 " en la Con(ención como «los m+s (iles de los mortales2 " «asesinos de la patria2. e dec0a enermo, agotado por cuatro aFos de luc&a no ten0a uer*as para seguir combatiendo. 1ero con)uró a la Comuna %ue «se uniera al pueblo2 " el <8 de ma"o, &abiéndose al*ado el populac&o por a%uella llamada, ani%uiló a ergniaud con un apóstroe decisi(o[>!, luego se esumo " de)ó %ue Marat rematase la tarea. Cuando, en octubre, la MontaFa completó a%uella rotunda (ictoria con el arresto de los setenta " cuatro diputados oscuros, culpables de &aber pactado con la Gironda, él no se opuso a seme)ante medida «%ue &onraba para siempre a la Con(ención2 pero, temiendo %ue el (erdugo (acilase ante un n'mero tan ele(ado de cabe*as " escapase alguno de a%uellos ri(ales %ue despertaban sus celos, especiicó %ue «la dignidad de la Asamblea le obligaba a ocuparse sólo de los )ees )ees u castigo estremecer0a a los traidores " sal(ar0a a la patria2. As0 perecieron ergniaud, Srissot " (einte de sus amigos. Los %ue consiguieron &uir /Guadet, Sarbaroux, Su*ot " tantos otros/ sucumbieron al cabo de unos meses de miseria " (ida oculta. odos ellos, incluido 1étion /el «%uerido 1étion2 de otros d0as/, murieron maldiciendo a Robespierre, cu"o camino %uedaba expedito con la muerte de sus ri(ales. esaparecieron todos los %ue le molestaban o le &ab0an mortiicado: el (irtuoso Roland, a %uien no perdonaba a%uel caliicati(o, insolente remedo de su t0tulo de incorruptible[89!, el du%ue de Urléans, «gualdad2, peligroso competidor la seFora Roland, %ue en otro tiempo le &ab0a recibido en su salón, demostr+ndole tan sólo una conian*a limitada " una amistad un tanto tanto distan distante te Condor Condorcet cet,, %ue le &ab0a &ab0a arranc arrancado ado la m+scar m+scara, a, atrib atribu" u"énd éndole ole todas todas las caracter0sticas, no de un )ee de -stado, sino de un «)ee de secta2, " &ab0a aconse)ado a sus amigos %ue «no le(antasen la ma*a de Nércules para aplastar a%uella pulga %ue desaparecer0a en in(ierno2. esembara*ado de sus enemigos, en el (ac0o %ue éstos &ab0an de)ado, Robespierre parec0a grande, produc0a la ilusión de &aberse al*ado con la (ictoria. -l cuc&illo de Carlota Corda" le &ab0a librado de Marat, extra(agante competidor, %ue no por ello de)aba de ser temible. Nenos, pues, a Robespierre nombrado miembro del Comité de alud 1'blica " poco después /;8 de agosto de 8K>
abra*ado a los postres. A%uella (e*, Robespierre &ubo de tomar precauciones: si no asestaba bien el golpe, se (ol(er0a contra él, por%ue anton ten0a numerosos partidarios. As0 tendió la trampa con peridia insuperable: cuando la Con(ención supo la cosa, las (0ctimas designadas "a estaban en la c+rcel. La Con(ención se alborotó, pero Robespierre la &i*o callar ", sin perder un instante /«no se dio punto de reposo2/ dirigió todo el asunto. Nab0a %ue e(itar %ue la elocuencia indignada de los acusados conmo(iera al tribunal: para ello encontró un (ie)o decreto %ue les %uitaba el uso de la palabra. 1od0a temerse %ue a*u*asen al p'blico de la audiencia al pronunciarse el (eredicto de muerte: para ello &i*o leerlo en ausencia de los condenados. -ntre estos se encontraba Camilo esmoulins, el compaFero de colegio de Luis el Grande. Robespierre &ab0a sido testigo de su boda con Lucila en an ulpicio, &ab0a comido mu" a menudo en casa de a%uellos amigos &ab0a deseado con(ertirse en su cuFado &ab0a &ec&o brincar a su &i)o sobre sus rodillas Bada importaba: Camilo morir0a como los dem+s, como &ab0an muerto o deb0an morir m+s adelante cuantos pudieran conser(ar el recuerdo del pobre becari becario o del del colegi colegio, o, con su (estid (estido o " sus *apatos *apatos rotos, rotos, del modes modesto to abogad abogado o de Arras, Arras, mendigando causas en el despac&o de los procuradores, o bien del diputado escarnecido en los -stado -stadoss Gener Generale aless o acerba acerbame mente nte molest molestado ado en la Con(en Con(enció ción n por la insole insolente nte Girond Gironda. a. Nubiérase dic&o %ue, en marc&a &acia un ob)eti(o %ue él sólo distingu0a, %uisiera eliminar testigos " recuerdos de sus &umillaciones pasadas " de sus lamentables comien*os. ncluso la amante e inocente Lucila morir0a, por no &aber contenido el grito de desesperación %ue le arrancó la muerte de su amado Camilo. -n unión de la esposa de Nébert " de C&aumette /0dolo e0mero de 1ar0s/ subir0a serena los peldaFos del cadalso sólo por%ue &ab0a conocido al suspica* opresor antes de su poder0o. 1ero X%ué soFaba ésteY Bo se sabe. XAcaso él mismo lo supoY Nele a&0 a la sa*ón en el pin+culo: tiene en su puFo la Con(ención, los 5acobinos, la Comuna de 1ar0s, el e)ército parisién, el colegio electoral, todos los clubs de @rancia, el tribunal re(olucionario, al %ue &a «depurado2 ba)o cuerda, la (ida " la ortuna de todos los ciudadanos [88!. A&ora le escuc&an con respeto, o con cobard0a, por%ue los tiempos &eroicos &an terminado. Na llegado la &ora /Ppor inQ/ de (er arrastrarse a los dem+s. 1ero ocurre %ue, en ese gran silencio %ue la muerte impone a su alrede alrededor dor,, se siente siente acome acometid tido o por una espec especie ie de miedo. miedo. A su lado, lado, dos colabo colaborad radore oress seguro seguros: s: aint6 aint65us 5ust, t, una espec especie ie de gallit gallito, o, &ermos &ermoso, o, bra(o, bra(o, sente sentenci ncioso oso,, apocal apocal0pt 0ptico ico,, " Cout&on, de esp0ritu pulcro " penetrante, inmo(ili*ado por una antigua paraple)ia, &ombre aable " terrible, «bebedor de sangre2 con rostro «angelical2, limitado al régimen casi exclusi(o de &orc&ata " lec&e de almendras. -xceptuados estos dos «satélites2 /uno imposibilitado " el otro en los e)ércitos/, el aislamiento es absoluto para %uien, como dir0a Sarras, «sostiene el cetro de la muerte2 " cu"o mero aspecto in%uieta como un abrumador enigma. Aguardaba a %ue se maniestase. XTué uso &ar0a de su poderY XCu+les ser0an el resultado " las conclusiones de tantas matan*as, de tanta sangre como continuaba corriendo todos los d0asY Aguardaron un mes. @inalmente, el K de ma"o de 8K>O, al comien*o de la sesión, Robespierre subió a la tribuna ", en el pesado silencio %ue pro(ocaba su presencia, comen*ó la lectura de un inorme. esde las primeras palabras aseguraba %ue @rancia se &allaba en el colmo de la dic&a: «-n la prosperidad /di)o/ los pueblos deben recogerse para escuc&ar la (o* de la sabidur0a2 La (o* de la sabidur0a era la su"a en cuanto a la prosperidad, la (0spera se &ab0an cortado en 1ar0s (einticuatro cabe*as " a%uel d0a se cortar0an (einticinco. Robespierre continuó, m+s ner(ioso aun %ue de costumbre: el «tic2 %ue crispaba su rostro picado de (iruelas, el ebril tamborileo de sus dedos sobre el arce de la tribuna, traicionaban su emoció emoción. n. al(o al(o alguno algunoss sali(a sali(a*os *os a sus enemig enemigos os abatid abatidos os /a Condor Condorce cet, t, «el acadé académic mico o despreciado por todos los partidos2, a anton, «el m+s peligroso de los conspiradores, si no &ubiera sido el m+s cobarde2/, el discurso, mu" traba)ado, se manten0a en las altas regiones
de la meta0sica: era un acto de e en ios " en la (ida eterna. Algunos p+rraos alcan*aban alta elocuencia pero el sesgo era tan tortuoso " el desarrollo tan rondoso %ue los o"entes no discern0an a dónde ir0a a parar [8;!. Le aplaud0an siempre %ue pod0an. Robespierre conclu"ó presentando un decreto en %ue el pueblo rancés reconoc0a la existencia del er upremo " la inmortalidad del alma, cosa %ue no de)ó de causar una especie de estupeacción. Al principio se &ab0a supuesto %ue se trataba de un simple e)ercicio oratorio, «sin inalidad ni ob)eto2 pero cuando comprendieron %ue re%uer0a una (otación, obedecieron con entusiasmo. Algunas (oces pidieron la impresión de a%uella pie*a, ponder+ndola muc&o. Cout&on, lle(ado a la tribuna por el gendarme %ue le ser(0a de montura, expuso %ue «la 1ro(idencia &ab0a sido oendida2 " %ue «la simple impresión no bastar0a para (engarla2. 1ropuso %ue a%uel ediicante discurso uera en(iado a los e)ércitos, a todos los cuerpos constituidos, a todas las sociedades populares, impreso en pas%uines, i)ado en las calles " colocado en medio de los campos, traducido a todas las lenguas " diundido por todo el uni(erso Repetidos aplausos, (otación un+nime " por la tarde, en los 5acobinos, segunda lectura del «sermón2, acogido con nue(as aclamaciones " renéticos pataleos aprobatorios. PAdm PAdmir irab able le doci docililida dad d del del pueb pueblo lo de @ran @ranci ciaQ aQ Hnas Hnas sema semana nass ante antess se apre apretu tu)a )aba ba en las las ceremonias sacr0legas del culto de la Ra*ón, aplaudiendo la ex&ibición de una mu)er de la Upera en el coro de Buestra eFora inmediatamente daba la (uelta ", durante los d0as %ue siguieron a la diusión en carteles del discurso del «sublime Robespierre2, la gente de 1ar0s sólo estu(o pendiente /con una ternura mu" sincera/ del er upremo " de su próxima iesta, i)ada para el cabo de un mes. Bunca, desde &ac0a cuatro aFos, &ab0a estado ios tan de moda. Alu0an las comisiones a la barandilla de la Con(ención para elicitar a ésta por la decisión adoptada. Bunca, en una asamblea parlamentaria, &ab0a sido celebrado con tanto er(or el Creador de todas las cosas nunca se &ab0a bendecido con ma"or con(icción su di(ina 1ro(idencia, a la %ue todos los oradores atribu0an /sin *umba/ la elicidad de %ue @rancia go*aba. 1ero mientras los papanatas se extasiaban, muc&os miembros de la Con(ención reunuFaban en su uer uero o inte intern rno. o. Los Los llam llamad ados os «esp «esp0r 0rit itus us uer uerte tes2 s2,, los los incr incréd édul ulos os por por inte interé réss o por por con(icción, se indignaban de (erse me*clados en a%uella «beater0a2, escandaloso retroceso &ac0a las supersticiones de la tiran0a. odos &ab0an aplaudido a Robespierre, por supuesto, para no destacarse como ad(ersarios de seme)ante &ombre pero se in%uietaban por su prodigiosa popularidad " m+s a'n por lo %ue presagiaba su próximo pontiicado. -ntre los descontentos se encontraba adier, el &ombre importante del Comité de eguridad Gene Genera ral. l. -ra -ra oriu oriund ndo o del del Arié Ariége ge,, con con larg largaa nari nari** " colo colorr terr terros oso: o: alto alto,, seco seco,, &ues &uesud udo o " desgalic&ado como un t0tere (ie)o. -n la Con(ención, compuesta en gran parte de &ombres )ó(enes, adier pasaba por (ie)o, "a %ue ten0a cincuenta " oc&o aFos. u terrible acento gascón, sus impro(isaciones inconexas, su incorregible iron0a " «sus sesenta aFos de (irtud2, de %ue él alardeaba con cual%uier moti(o, le coner0an el aire de una especie de buón, a cu"a costa se &ab0a di(ertido la Asamblea algunas (eces. iputado de la senescal0a de 1amiers en los -stados Gener Generale ales, s, &ab0a &ab0a asisti asistido do a los penoso penososs comien comien*os *os de Robes Robespie pierre rre,, con %uien %uien orec0 orec0aa un singular contraste. Meridional burlón %ue no pod0a contener su lengua, no simpati*aba con a%uel &ombre del norte, concentrado, glacial, laborioso, a %uien )am+s se &ab0a (isto re0r no obstante, ambos &ab0an combatido )untos a la Gironda " adier, %ue se &ac0a ilusiones de su importancia, se &ab0a «portado bien2 en la luc&a contra anton, aun%ue no tomara mu" en serio serio al aleFi aleFi%ue %ue %ue &ab0a (isto, (isto, en tiempo tiempo de la Consti Constitu" tu"ent ente, e, sin dinero dinero ni asider asidero, o, intentando subir a despec&o de las pullas " las arentas. Cuando a%uel cani)o disc0pulo de Rousseau se erig0a en «gran sacerdote2 " (ol(0a a crear al ios abolido, el (ie)o gascón (olteriano no escatimó los sarcasmos ", acalor+ndose con sus propias c&ocarrer0as, decidió %ue &ab0a %ue cerrar el paso al an+tico clerical " desembara*arse de «a%uella pandilla de imbéciles %ue %uer0an ponerse otra (e* a decir misa2.
-l empeFo era arduo " se )ugaba en él la cabe*a. 1ero cuando adier ten0a un pro"ecto no desist0a de él +cilmente, tanto m+s cuanto %ue present0a la ocasión de &acer re0r " abatir al ncorruptible mediante el rid0culo, 'nica arma %ue él sab0a mane)ar. ólo necesitaba encontrar el argumento cómico %ue sir(iera de tema a sus moas. Como mandaba a toda la polic0a de la rep'blica, dispon0a de sabuesos magn0icos para a%uella clase de in(estigaciones. @uese %ue el a*ar le a(oreciera, uese %ue &iciera part0cipes de su pro"ecto a sus dos agentes de conian*a /énar, turbio persona)e %ue rebuscaba en todas partes, " Néron, especie de matón, c0nico " ormidable/, uno de ambos /" parece %ue ue énar/ colocó cierto d0a una carpetita sobre la mesa de adier. ste, al primer (ista*o, entusiasmado por su buena suerte, exclamó con iron0a (enteando el triuno: «PNe descubierto el secretoQ2 -l expediente %ue Néron " énar &ab0an descubierto conten0a algunos testimonios di(ertidos del guillotinado C&aumette, antiguo procurador de la Comuna de 1ar0s. adier encontró en él, especialmente, el proceso (erbal de unas pes%uisas reali*adas en enero de 8K>< por el comisario de polic0a de la sección de los erec&os del Nombre en casa de la (iuda Goderoid, costurera %ue (i(0a en la calle Rosiers, %uinto, sobre el patio [88 / [L &a llegado como de costumbre. [L me &a dado su bendición. Bo tenemos nada extraordinario %ue ordenar, por%ue tenemos grandes traba)os Tue los &ombres no se impacienten " %ue se preparen, por%ue el tiempo se acerca. el ; de agosto de 8K>8 / [L pasó &ace unos d0as, me dio su bendición " repitió: «obre todo, la oración2. La carpeta conten0a adem+s seis borradores de cartas dictadas a la (iuda Goderoid por Catalina &éot, %ue no sab0a escribir. A%uellas misi(as, sin ec&a, cu"os destinatarios no se designaban, a primera (ista resultaban no menos oscuras %ue el diario. «engo el &onor de escribirle esto: no es sólo para usted, sino para todos sus corades, el &acer copias " d+rselas, para %ue se instru"an acerca de la gran mara(illa de ios " la instru"an a usted misma, por%ue toda(0a se encuentra en el error2 Nasta a%u0, un esp0ritu sencillo no &ubiera ad(ertido relación alguna entre este galimat0as " Robespierre. 1ero adier, %ue, presumiendo de incredulidad e incluso de ate0smo, no diger0a el m0stico discurso sobre el er upremo " la inmortalidad del alma, se percataba del partido %ue podr0a sacar de una nota como ésta: «engo el &onor de &acerle escribir lo siguiente, como tengo muc&a conian*a en usted " usted gusta de &acer las obras de ios, por eso ios le &a elegido para ser el +ngel de su conse)o " para ser el gu0a de su milicia para conducirles por el camino de ios Le ruego %ue diga a la Asamblea %ue &aga &acer procesiones, con el in de %ue el eFor nos en(ié la llu(ia " &aga &acer un mandato " %ue sea irmado por la Asamblea2 i se supon0a dirigida al ncorruptible esta petición /X" por %ué noY/, orec0a abundante materia para rec&ilas " *umbas al atribuirle t0tulos como «+ngel del eFor2 " «gu0a de las milicias celestiales2. 1or otra parte, parec0a %ue Robespierre &ubiese obedecido las insinuaciones de la pitonisa: &ab0a le0do el «mandato2 recientemente en la Asamblea, %ue se &ab0a apresurado a suscribirlo. -n cuanto a la «procesión2, &ab0a sido dispuesta para un d0a
próximo " &ab0a "a numerosos obreros traba)ando en le(antar los altares del recorrido. Bo obstante, por desgracia, a%uella carta parec0a remontarse a una ec&a en %ue Robespierre apenas &ab0a salido de la sombra " adier, para caricaturi*ar plenamente al pont0ice, %uer0a precisiones m+s actuales. -ra preciso inormarse de si no &ab0a muerto Catalina &éot en los 'ltimos diecioc&o meses, si no &ab0a abandonado 1ar0s o renunciado a sus comunicaciones con las potencias in(isibles. Néron " énar recibieron, pues, orden de lan*ar a la ca*a sus me)ores agentes con el in de descubrir a la proetisa. Bo tardaron en saber %ue ésta (i(0a. La (iuda Goderoid, %ue la &ospedaba, se &ab0a instalado en la montaFa de anta Geno(e(a, calle Contrescarpe, no le)os del 1anteón. -l esp0a 5aton, en(iado para in(estigar, detalló %ue ambas mu)eres ocupaban una pe%ueFa (i(ienda donde Catalina recib0a a sus adeptos, cu"o n'mero crec0a de d0a en d0a [8O!. Nab0an llegado "a al comité de la sección del Ubser(atorio (arias denuncias acerca de a%uellas reuniones sospec&osas, una de ellas procedente de un in%uilino de la casa, pero ninguna &ab0a sido tenida en cuenta [8?!. eg'n los &abitantes del barrio se produc0an all0 escenas extraFas " sólo penetraban en casa de la (iuda Goderoid los asiduos del cen+culo, %ue ormaban la corte de la llamada «madre de ios2, o los catec'menos deseosos de ser iniciados. 5aton consiguió penetrar en el santuario e indicó a Néron el modo de &acerlo[8=!. ste, tras &aber asistido a una primera sesión, acudió de nue(o a la calle Contrescarpe, esta (e* precediendo a la polic0a. La (idente " sus adeptos ueron inmediatamente detenidos e interrogados all0 mismo. Binguno de los ieles de Catalina renegó de su e: todos se orecieron en &olocausto por a%uella causa rid0cula con tanta serenidad " (alent0a como los primeros cristianos cuando conesaban al ios (erdadero. Néron " énar a(eriguaron muc&as cosas %ue ser0an interesantes para adier. Catalina &éot, interrogada en primer lugar, airmó %ue «escuc&aba a ios cuando &ablaba, aun%ue no le (e0a A ella obedec0an los e)ércitos -lla era la madre de todas las naciones, %ue la llamaban biena(enturada2 Acud0an a su casa muc&os ciudadanos " militares, «sobre todo de los %ue part0an a la guerra2 incluso llegó uno «de cien leguas, de L"on, %ue la &ab0a buscado por todo 1ar0s2 " no se &ubiera integrado en el e)ército sin (erla antes, pues %uienes recib0an las seFales «ten0an la seguridad de no ser &eridos " go*ar0an de la inmortalidad del alma " del cuerpo2. Catalina citó, entre otros, al llamado 1éc&eloc&e, oicial superior, a la sa*ón en el e)ército de la *ona de unZer%ue. Hna (e* inali*ados los interrogatorios sumarios, Néron comunicó a los inculpados %ue, por orden del Comité de eguridad General, %uedaban arrestados como «instigadores de reuniones sospec&osas2 procedió luego a colocar los sellos " por la noc&e /pues la in(estigación se &ab0a prolongado durante todo el d0a/ los &abitantes del barrio -strapade (ieron desilar un curioso corte)o: la sedicente «Madre de ios2, con la cabe*a (acilante, a(an*aba a pasitos cortos, rodeada de gendarmes segu0a el grupo de sus ieles, entre dos ilas de guardias nacionales Néron " énar dirig0an la marc&a, escoltados por su estado ma"or de polic0as. 1or la calle aint65ac%ues llegaron al antiguo colegio de 1lessis, %ue, unido a los ediicios del "a cerrado colegio de Luis el Grande, acababa de ser con(ertido en una amplia prisión los obreros toda(0a traba)aban en ella. All0 ueron encarcelados la (idente " sus adeptos: as0 resultaba reali*arse una de las predicciones de Catalina, %ue &ab0a anunciado %ue se operar0a un gran cambio en su existencia en una escuela próxima al 1anteón. obre a%uel tema de la (idente, adier se dispuso a preparar su trama. Bo &ab0a en el asunto nada %ue tu(iera la menor relación con Robespierre, pero esto importaba poco. 1or supuesto, &ubiera sido preerible poder mencionarle entre los de(otos de la «madre Catalina2 " &aberle sorprendido de rodillas, besando piadosamente los o)os " el mentón de la (ie)a sibila pero nada impedir0a insinuar %ue ésta le consideraba su &i)o bienamado " %ue él deb0a desempeFar un papel en la ceremonia del gran corte del séptimo sello. 1or lo dem+s, bastaba con &acer re0r
tra*ando un cuadro burlesco %ue &iciera pare)a con la pomposa &omil0a del predicador del er upremo. A%uellas paparruc&as costar0an la cabe*a a la nue(a -(a de la calle Contrescarpe " a una (eintena al menos de sus o(e)as pero el incon(eniente era m0nimo, puesto %ue les &ab0a sido conerida la inmortalidad, seg'n dec0an, " adier no se detu(o en seme)ante detalle. adier %uer0a (engar a oltaire, acerbamente atacado por el ncorruptible en su reciente discurso, " permitir a los «esp0ritus uertes2, secuaces del autor del iccionario ilosóico, &acer rente a la alange de los partidarios de Rousseau, de %uien Robespierre se declaraba disc0pulo " apóstol. -n la guerra sorda %ue se desencadenó entre el Comité de alud 1'blica, donde dominaba Robespierre, " el Comité de eguridad General, personiicado por adier, se &a %uerido (er un rebrote tard0o del (ie)o antagonismo %ue &ab0a enrentado a Rousseau " oltaire. eg'n esta óptica, ambos grandes destructores (ol(0an a encontrarse rente a rente en las personas de sus partidarios respecti(os, aplicados a la tarea de poner en pr+ctica sus teor0as. 1ero la luc&a de los comités no alcan*ó en realidad seme)ante categor0a: el aristócrata oltaire se &ubiera sentido mu" poco &alagado con un suplente como adier, ergoti*ante de mediocre gusto a )u*gar por su elocuencia desaliFada. -n cuanto al suspica* Rousseau, si por desgracia &ubiera (i(ido en la época del error, es mu" probable %ue Robespierre le &ubiera tren*ado menos coronas. os &ombres de un car+cter tan di0cil no estaban &ec&os para armoni*ar: era preciso %ue uno &ubiera muerto para %ue el otro le (enerase. e unas l0neas dirigidas por Robespierre a los manes de 5uan 5acobo /«te (i en tus 'ltimos d0as, contemple tus augustos rasgos2/ se dedu)o %ue a%uél pudo (isitar al autor del Contrato social en su soledad de -rmenon(ille. ncluso se &a imaginado %ue el ilósoo institu"era a a%uel )o(en desconocido como &eredero de sus doctrinas, leg+ndole la misión de aplicarlas eme)ante episodio no(elesco se debe, mu" probablemente, a comentaristas audaces. i Robespierre &ubiese obtenido el insólito a(or de una entre(ista con el mis+ntropo ginebrino, no &ubiera de)ado de explotarla en su propia gloria ni de consignar &asta las menores palabras con %ue el 0dolo le seFalaba el camino %ue deb0a seguir para cumplir su tarea. 1uede admitirse %ue emprendiera el (ia)e a -rmenon(ille, %ue (iese a 5uan 5acobo dando su paseo solitario " %ue no se atre(iera a entablar con(ersación con él por temor a ser mal acogido. -l &ec&o puede situarse &acia la prima(era de 8KK cuando, inali*ando "a sus estudios " tal (e* inscrito en la escuela de derec&o, elud0a +cilmente la disciplina del colegio. 1arecidas peregrinaciones estaban de moda entonces " muc&os otros entusiastas soFaban con acercarse al gran &ombre: pero no se cita a ninguno %ue se gloriase luego de &aberlo conseguido, Carnot " uno de sus compaFeros intentaron la a(entura " ueron acogidos con exabruptos. Manon @lipon, la utura seFora Roland, a(enturó también una (isita ", a pesar de sus &ermosos o)os " de sus (eintidós aFos, &ubo de soportar %ue le dieran con la puerta en las narices. Mas, pese a lo r+pida " urti(a %ue debió ser su (isión de Rousseau, Robespierre se declaraba disc0pulo su"o: se inspiraba en sus escritos, le citaba a menudo e incluso aectaba conormar su (ida a la del taciturno ilósoo. Beasto modelo para un presuntuoso %ue sent0a la &umillación de no ser apreciado. «Cuando se &a le0do a Rousseau, dec0a 5oubert, se cree uno (irtuoso: con él se aprende a estar descontento de todo, excepto de s0 mismo2. Robespierre se inspiró para la idea de su religión nue(a en la piedad irreligiosa del autor de -milio. 1ero, aun%ue al decretar dic&a religión siguió un principio establecido por 5uan 5acobo, también obedeció /%ui*+ inconscientemente/ a una necesidad de su alma, proundamente inluida por la impronta católica. XAcaso pod0a ser de otro modoY esde mu" niFo &ab0a (i(ido en contacto con sacerdotes su instrucción religiosa &ab0a sido (igilada por dos t0as mu" cre"entes " piadosas sacerdotes otra (e*, " sacerdotes eminentes, ormaron su esp0ritu durante sus aFos de colegio: (i(0a sus escasos d0as de salida con los canónigos de Buestra
eFora " un canónigo de Arras le recib0a durante sus (acaciones. A'n &a" otros detalles. -n los dos meses %ue pasaba cada aFo en su ciudad natal, el niFo, al caer la tarde, iba &asta una capillita situada en el campo, en las cercan0as del pueblo de Slair(ille, " permanec0a all0 largo rato, recogido en meditación, en medio de la soledad. M+s tarde, "a abogado del Conse)o de Artois " )ue* del tribunal episcopal, es cosa cierta %ue se mostró iel obser(ante de las pr+cticas obligadas: cual%uier otra conducta &ubiera escandali*ado en a%uella ciudad, tan religiosa. ambién se &a dic&o, " es mu" (eros0mil, %ue &asta 8K> Robespierre «comulgaba todas las semanas2. Cuando ue diputado en los -stados Generales, protestó al principio contra los malintencionados %ue, para desacreditar a los representantes del estado llano, se atre(0an a insinuar %ue éstos «pretendieran atacar la religión católica2. -s e(idente %ue entonces la consideraba sagrada e intangible. Al desencadenarse la guerra contra el culto se desató en términos (iolentos contra los prelados " los altos dignatarios de la glesia pero se consideró siempre deensor del «ba)o clero2. Lle(ar0a incluso su solicitud a reclamar en 8K>9 para los eclesi+sticos el derec&o al matrimonio, prematura inno(ación %ue las murmuraciones le impidieron ormular. -n la Con(ención ser0a el 'ltimo deensor de los católicos " de la libertad de cultos, obteniendo %ue se mantu(iera el estipendio de los curas " los (icarios: «Atacar el culto /dec0a/ es atentar contra la moralidad del pueblo2. Al reali*arse la depuración de los 5acobinos, de donde se barrió a los extran)eros, los nobles " los ban%ueros, se opuso a la expulsión de los sacerdotes miembros del club. Le (eremos siempre buscando la sociedad de los eclesi+sticos /nue(a similitud con Rousseau, %ue escrib0a: «engo muc&os amigos en el clero de @rancia &e (i(ido siempre mu" bien con ellos2/. Continuamente se adi(ina la presencia de sacerdotes alrededor de Maximiliano. urante la Constitu"ente mantu(o 0ntimas relaciones con su colega " paisano el abate Mic&aud, cura de Sour"6en6Artois. -n a%uella misma época «conser(aba excelentes relaciones con algunos canónigos del Cap0tulo de 1ar0s " algunas (eces iba a comer con ellos2. Antes del 89 de agosto, «uno de sus amigos sacerdotes2 mantu(o negociaciones en su nombre con los pol0ticos del momento " les in(itó a agruparse. acerdotes renegados " tarados, se dir+, tanto m+s &ostiles al clero ortodoxo cuanto %ue éste los consideraba desertores. Con todo ser0a in)usto generali*ar, pues muc&os de a%uellos eclesi+sticos %ue )uraron la Constitución conser(aban en el error la e ardiente " las (irtudes de su primer estado. 1or lo dem+s, la protección del ncorruptible se extend0a también a otros: puede ser testigo de ello el santo sacerdote -mer", el m+s acti(o de los irreductibles, %ue &ab0a sido detenido en la Conser)er0a, durante el error, " continuó e)erciendo all0 de modo clandestino su ministerio pudo escapar del cadalso gracias a la abnegación de la seFora de illette, sobrina de oltaire, a las diligencias de una t0a de @ou%uier6in(ille, el acusador p'blico, " sobre todo a la misteriosa inter(ención de Robespierre Lo poco %ue se sabe de a%uellas amistades a"uda a comprender la sorprendente escena %ue tu(o por teatro el Club de los )acobinos el ;= de mar*o de 8K>; " %ue con(iene recordar bre(emente. -n el curso de una impro(isación acerca de los peligros de la situación, Robespierre &ab0a aludido a «la 1ro(idencia, %ue (ela siempre por nosotros, muc&o m+s %ue nuestra propia prudencia2. «Nemos de temer cansar la bondad del Cielo, aFadió, %ue &asta a&ora se &a obstinado en sal(arnos a pesar nuestro2. u discurso &ab0a estado salpicado de exclamaciones como «Tuiera ios %ue2 " otros apóstroes %ue ol0an a sacrist0a " %ue &ac0an enro)ecer a los &ermanos " amigos, conundidos al escuc&ar a su &éroe expres+ndose como «un clerical2. Guadet se &i*o eco de la estupeacción general: /Ne o0do muc&as (eces en esta discusión repetir la palabra «1ro(idencia2. Bunca &ubiera cre0do %ue un &ombre %ue, durante tres aFos, &a traba)ado con tanto denuedo para liberar al
pueblo de la escla(itud pudiera cooperar as0 a su)etarlo de nue(o con las cadenas de la superstición Rumores, alaridos, aplausos. 1ero apareció Robespierre en la tribuna: /Wo sostengo esos principios eternos, en los %ue se apuntala la debilidad &umana para ele(arse a la (irtud. Bo es un lengua)e (ano en mi boca, como tampoco lo &a sido en la de todos los &ombres ilustres %ue no ten0an menos moral por creer en la existencia de ios umulto, gritos: «PUrden, ordenQ2. /Bo, seFores, no a&ogaréis mi (o* o" a continuar desarrollando uno de los principios brotados de mi cora*ón n(ocar el nombre de la 1ro(idencia, emitir la idea del er eterno %ue inlu"e esencialmente en los destinos de las naciones -s un sentimiento para m0 necesario. W en a%uel momento, %ui*+ 'nico en su carrera, en %ue, arrastrado por el impulso de su impro(isación, descubrió el ondo de su alma, Robespierre de)ó entre(er %ue continuaban enranci+ndose en ella los rencores " las magulladuras morales de las &umillaciones de su )u(entud " de sus +speros comien*os: /XCómo no &a de ser necesario para m0 ese sentimiento si estu(e en la Asamblea constitu"ente a merced de todas las pasiones " todas las (iles intrigas " me sostu(e en medio de ellas, rodeado de numerosos enemigosY XCómo &ubiera podido soportar traba)os %ue est+n por encima de la uer*a &umana si no &ubiese ele(ado mi almaY -ste sentimiento di(ino me &a compensado de la renuncia a todas las (enta)as orecidas a %uienes %uer0an traicionar al pueblo La ediicante arenga terminó entre los gritos " los silbidos de los desconcertados o"entes. Como )acobinos puros, estaban con(encidos de %ue un &ombre no puede ser(ir la causa del pueblo si no es materialista conspicuo a%uella noc&e, para colmo de desastre, presid0a la sociedad el desgraciado obispo intruso Gobel, %ue lle(ó su arrogancia a cubrirse con su sombrero, cosa %ue cerró la sesión. iecioc&o meses m+s tarde, en a%uella misma tribuna, Robespierre proclamaba de nue(o su creencia. 1or una mudan*a, cu"a iron0a no de)a de sorprender, presid0a Anac&arsis Cloot*, el ban%uero prusiano, extra(agante apóstol del ate0smo internacional. As%ueado de las sacr0legas mascaradas ocasionadas por la reciente instauración del culto a la Ra*ón /era el primero de @rimario del aFo , el mismo d0a en %ue se &ab0a proanado en la Comuna el relicario de anta Geno(e(a/, Robespierre, tembloroso de indignación, se disparó en diatribas contra los sacerdotes renegados %ue «se apresuraban a abdicar de sus t0tulos a cambio de los de mun0cipes, administradores e incluso presidentes de sociedades populares2. /Bo tem+is el &+bito %ue lle(an /di)o/ sino la nue(a piel de %ue se &an re(estido. Bo admit0a Robespierre %ue unos desconocidos &asta entonces en la Re(olución «perturbasen la libertad de los cultos " atacasen el anatismo mediante un anatismo nue(o2 /e &a denunciado a sacerdotes por &aber dic&o la misa. W la dir+n tanto m+s tiempo si se les impide &acerlo. Tuien %uiere imped0rselo es m+s an+tico %ue %uien la dice -l ate0smo es aristocr+tico: /La idea de un er grande %ue (ela por la inocencia oprimida " persigue el crimen triunante es enteramente popular. Los &omena)es tributados a ese poder incomprensible, espanto del crimen " apo"o de la (irtud, son otros tantos anatemas contra la in)usticia Lo repito: no tenemos %ue temer otro anatismo %ue el de los &ombres inmorales pagados por las cortes extran)eras %ue %uieren &acernos odiosos a todos los pueblos para aian*ar los tronos %ue se tambalean. 5am+s &ab0a sido tan elocuente como cuando &ablaba de la di(inidad. 5am+s &ab0a sido su (erbo tan c+lido ni tan claro su pensamiento. -n estas ocasiones no &ab0a ambig^edades, socarroner0as, reticencias ni insinuaciones péridas " deliberadamente oscuras. 1+ginas éstas &arto escasas en Robespierre pero, como el rel+mpago en la noc&e opaca, dan la
ilusión de un resplandor en a%uel alma enigm+tica " tenebrosa. Aun%ue la sombra (uel(e a espesarse con rapide* tras el destello, parece %ue no pueda ponerse en duda la sinceridad del instinto religioso en el &ombre %ue as0 &ablaba. 1robablemente &a" deba)o de ello muc&as reminiscencias del icario abo"ano, pero también se ad(ierte una prounda con(icción, pues (ol(emos a encontrarla en la intimidad de su (ida, tal como aparece en esos instantes de sincero abandono. -n el encantador relato %ue de)ó de sus inocentes amores, la m+s )o(en de las &i)as del carpintero upla", sabel, cuenta cómo &ac0a conidente de sus penas al &uésped de sus padres. Le consideraba como un &ermano ma"or, de una bondad, una delicade*a " una indulgencia siempre despiertas: a%uel &ombre la consolaba &abl+ndole de ios /a %uien él llamaba el er upremo/. «PCu+ntas (eces /escribe la muc&ac&a/ me reprend0a por%ue "o pareciera no creer con el mismo er(or %ue élQ Me dec0a: #e e%ui(ocas ser+s desgraciada -res mu" )o(en a'n, sabel piensa %ue es el 'nico consuelo en el mundo [8K!$2 1uede comprenderse %ue, en medio del libertina)e " del derrumbamiento de todas las creencias, a%uella actitud %ue él maniestaba atra)ese a Robespierre odios " *umbas. -n los 5acobinos pod0a permit0rselo todo, aun%ue se deplorasen amargamente sus «sermones2 pero cuando &ubo expuesto ante la Con(ención su teor0a de la existencia de ios " de la inmortalidad, los ateos auténticos u ocasionales consideraron a%uella proesión de e como una declaración de guerra, un retorno al «oscurantismo2. otaron lo %ue él exig0a, por%ue le ten0an miedo pero en la sombra se prepararon para la luc&a " adier asumió la dirección del mo(imiento. Las &ostilidades se romper0an en la iesta del er upremo.
Cap0tulo LA @-A -L -R H1R-MU urante los d0as %ue siguieron a la (otación del decreto sobre el er upremo comen*aron los preparati(os de la iesta los parisienses, ieles a sus costumbres de todos los tiempos, se di(irtieron siguiendo los progresos de los traba)os, %ue dirig0a el ciudadano Nubert, cuFado de a(id e inspector general de las construcciones nacionales. -n primer lugar se descargaron en la terra*a del palacio de las uller0as, ante el pabellón central, gran n'mero de (ol%uetes de ado%uines, cascotes " materiales de demolición al mismo tiempo, los carpinteros le(antaban enormes tablados " en pocos d0as cobró orma una doble " gigantesca escalera cu"as rampas circulares de)aban en medio libre acceso al gran portal de la planta ba)a " alcan*aban por arriba la altura del primer piso, ormando all0 una (asta plataorma al mismo ni(el del gran salón del castillo. ie* contratistas de albaFiler0a " otros tantos de carpinter0a contribu0an a la construcción de a%uel aniteatro en el %ue seg'n el programa tra*ado por a(id /el célebre pintor, miembro de la Con(ención/, deb0an acomodarse todos los diputados, los artistas, los coros " la or%uesta de la Upera. La decoración del gran estan%ue (ecino al palacio se perilaba con m+s (acilaciones e intrigaba m+s a los desocupados. -mpe*aron por cubrir el estan%ue con un sólido entarimado %ue correspond0a exactamente a su orma circular en medio de éste le(antaron una especie de cru*, ormada por dos barras de &ierro cu"a disposición modiicaron (arias (eces: era la arma*ón de una colosal estatua de la abidur0a %ue el escultor 1as%uier preparaba con gran acopio de "eso, estopa " cemento. A%uella estatua de barati)a deb0a aparecer de s'bito en el transcurso de la iesta, cuando ca"ese &ec&a pol(o otra estatua %ue representaba el Ate0smo, de construcción m+s ligera, " %ue en espera de a%uel golpe eectista iba a disimular por completo la de la abidur0a ba)o los amplios pliegues de su (estidura. Bo debieron de altar las *o*obras " &abr0a %ue proceder con bastantes indecisiones. @uese cual uere el talento del ciudadano C&audet, encargado de la tarea, &ubo de ser arduo el problema de impro(isar una igura de dimensiones imponentes, de tela engomada impregnada de a*ure, su"os atributos " actitud simboli*aran el Ate0smo, de modo tal %ue nadie pudiera conundirse. -l pirotécnico Ruggieri, %ue asist0a a C&audet en a%uel delicado traba)o, escribió la e0smo, lo cual permite suponer %ue no se &allaba mu" inormado acerca del tipo de emblemas con(enientes para la imagen. Los curiosos acud0an sobre todo al Campo de Marte, donde nubes de obreros traba)aban en le(antar una montaFa simbólica /sabido es %ue la MontaFa, en la )erga parlamentaria, designaba la parte de la Asamblea donde ten0a su asiento Robespierre/. -ra una empresa di0cil, pues para no parecer min'sculo en medio de a%uel inmenso espacio, el mont0culo deb0a alcan*ar proporciones considerables, tanto %ue en su cima deb0a colocarse toda la Con(ención, as0 como m'sicos, coristas, portaestandartes de las secciones armadas " muc&as otras personas. ambién &abr0a en la montaFa una columna de cincuenta pies de altura, una gruta, senderos abruptos, una encina casi secular, candelabros lameros, cuatro tumbas etruscas, una pir+mide, un sarcóago, un altar antiguo, un templo con (einte columnas sosteniendo el riso -l decorador paisa)ista Nou_t asumió a%uel ormidable traba)o: deb0a crearlo todo en menos de un mes, sal(o algunos accesorios deteriorados %ue tomó de las ruinas del Altar de la 1atria, abandonado desde los sangrientos sucesos del 8K de )ulio de 8K>8. A toda prisa se mo(ili*ó un e)ército de albaFiles, transportistas, carpinteros, peones, c&i%uic&a%ues, desmontistas " toda clase de artesanos. Al cabo de unos d0as la montaFa se le(antaba "a, imponente " pintoresca. Hna sola partida en la memoria del contratista dar+ una idea de la importancia del traba)o: se gastaron m+s de mil rancos en cla(i)as " cla(os. 1ero no
se escatimaba en materia de gastos. a(id lo (igilaba todo. u amigo Robespierre, como él sab0a perectamente, %uer0a %ue la iesta resultase grandiosa " %ue borrara, con sus esplendores " su no(edad, el recuerdo de todas las pompas de la reale*a. 1recisamente al ncorruptible se dirig0a también el reconocimiento del pueblo de 1ar0s, mara(illado de antemano " sobre todo satisec&o por a%uella prodigalidad en %ue &ab0a ganancias para todas las ramas del comercio " todos los oicios. 1or primera (e* desde el comien*o del error, esta acti(idad se traduc0a en una especie de calma o de rela)amiento. Cierto %ue la guillotina no descansaba " cada d0a las carretas transportaban a tra(és de las calles un nue(o contingente de (0ctimas pero la gente se &ab0a acostumbrado a a%uel &orror, &asta el punto de %ue "a no repugnaba. 1or otra parte, Xa %ué interesarse por los conspiradores si la Rep'blica tanto necesitaba desembara*arse de ellosY La &istoria de la Re(olución, tal como &a sido establecida por eminentes eruditos " especialistas en estudiar " criticar los textos, presenta un gran deecto: no nos pinta nunca al pueblo, persona)e de %uien se &abla a lo largo de todo el drama pero %ue casi siempre %ueda entre bastidores " no aparece en escena m+s %ue cuando se le arrastra a ella. Bo nos reerimos a la masa de semiburgueses, tenderos " modestos empleados %ue por la noc&e acud0an a la sección, se encuadraban en los comités locales, escuc&aban la lectura de las gacetas " cre0an ormarse una opinión escuc&ando perorar a los oradores de barrio, sino el pueblo de los artesanos, de los obreros, de los )ornaleros " de las comadres, cu"o tiempo acaparaba la preocupación del pan de cada d0a " %ue carec0an de otros medios de inormación %ue las opiniones intercambiadas de puerta a puerta o escuc&adas en el taller o en el la(adero, recogidas en las porter0as o en las tiendas o en la cola a la puerta de las panader0as. XCabe calcular la cantidad de embustes, ideas alsas, relatos extra(agantes, simple*as, enormidades, c&ismes " estupideces %ue circulaban entre a%uella población, condenada por su incompetencia a no sacar nada en limpio de los acontecimientos " %ue, sin embargo, se ocupaba de ellos con esa seguridad dogm+tica %ue procura la perecta ignoranciaY X1uede imaginarse la idea %ue a%uella gente sencilla se ormaba de Robespierre, a %uien )am+s &ab0a (isto, de cu"os discursos no comprend0a una sola palabra, pero cu"o nombre le era %uerido a pesar de todo, como el de un «mes0as2 %ue se interesase por su suerte le amara " se ocupase de su bienestarY ab0a todo el mundo /por%ue la le"enda se &ab0a propagado/ %ue &abitaba en casa de unos obreros como ellos, %ue (i(0a en medio del ruido de la garlopa " de la sierra " el p'blico le imaginaba un &ombre mu" sabio, ciertamente, pero mu" llano, de &ablar ranco, expansi(o, amiliar, con el cora*ón en la mano. u popularidad estaba &ec&a de a%uellas ilusiones " toda su uer*a reposaba en la credulidad de una masa de ingenuos, siempre creciente. l, por su parte, continuaba (i(iendo desde &ac0a m+s de (einte meses en casa upla", donde el a*ar le &ab0a lle(ado, con(irtiendo a%uella morada, por su sola presencia, en algo as0 como un gran cuartel general del error. Aun%ue la disposición del inmueble &a"a cambiado poco, su aspecto diiere notablemente del %ue presentaba en el aFo . La casa, lo mismo %ue sus (ecinas, no contaba entonces m+s %ue un piso, en (e* de los cinco %ue &o" la abruman. -l estrec&o patio %ue (emos tan sombr0o, estaba entonces mu" aireado " soleado, gracias a los anc&urosos )ardines del antiguo con(ento de la Concepción, a los %ue ten0a upla" una puerta de salida de la %ue a'n %uedan &uellas. -n a%uel patio, donde las seForitas upla" culti(aban un pe%ueFo )ard0n /un cestillo de lores/, se desbordaba el taller de carpinter0a " durante todo el d0a los obreros serraban, cepillaban " empalmaban, dando grandes golpes ba)o la (entana de Robespierre, cu"a reducida pie*a se impregnaba del perume r'stico de la madera nue(a " de las (irutas rescas. -ra una estancia estrec&a, precedida de un recibidor exiguo, " amueblada con unas cuantas sillas de pa)a, una mesa mu" modesta " una cama de nogal con cortinas de damasco a*ul,
procedentes de un (estido de la seFora upla". Hn armario adosado a la pared ser(0a de biblioteca. La escalera %ue conduc0a a a%uella celda nac0a en el comedor, situado al ni(el de la calle, al ondo del patio pero también se pod0a llegar a ella por la gran escalera de la casa, %ue se &allaba a la i*%uierda, una (e* ran%ueada la puerta, " %ue existe toda(0a: en este caso &ab0a %ue atra(esar dos estrec&as &abitaciones, de las cuales una estaba ocupada por el pe%ueFo upla", el colegial, " la otra por su primo imón, %ue ser(0a a (eces de secretario a Robespierre. imón upla" &ab0a sentado pla*a de (oluntario. Nerido de gra(edad en alm", &ubo de surir la amputación de una pierna: sol0an llamarle upla" pata de palo. Casi siempre, Robespierre sal0a temprano, después del desa"uno, %ue tomaba en la mesa amiliar la sesión de la Con(ención se abr0a normalmente a las die* de la maFana " se prolongaba &asta las tres o las cuatro de la tarde. La (elada la dedicaba a los 5acobinos, %ue raras (eces cerraban. eg'n este plan, se sol0a comer &acia las cinco. PA&Q, el ritmo de la casa &ab0ase acelerado desde %ue &ospedaba al gran &ombre: casi todos los d0as, la seFora upla" ten0a con(idados complementarios. Los m+s asiduos eran 1edro augeois, su &ermano, el carpintero de C&ois" @elipe Le Sas, )o(en diputado del Artois, de agraciado rostro, alma &onesta " entusiasta: &ab0a sido pasante antes de la Re(olución en el despac&o del procurador Sourdon, a la sa*ón diputado Sourdon, del Uise Suonarotti, descendiente de Miguel Angel, italiano nacionali*ado rancés por una (otación solemne de la Con(ención, apasionado por la igualdad, %ue conspirar0a toda su (ida " &asta su extrema (e)e* permanecer0a iel al culto de Robespierre idiée, cerra)ero de C&ois", amigo de augeois, " Gra(ier, un lionés, destilador de proesión: ambos &abitaban en la misma calle aint6Nonoré, en la casa inmediatamente (ecina a la de upla" un dibu)ante italiano, Ciett", empleado en la manuactura de papeles pintados de Montreuil a(id, %ue por ser un gran pintor se cre0a también gran pol0tico " con tal de recuentar a Robespierre se dignaba descender de su pedestal " acudir a la casa del carpintero Algunas (eces se pod0a encontrar también a Lo&ier, abacero de la calle aint6 André6des6Arcs, pro(eedor de la casa upla" a Bicolas, un lorenés de Birecourt, impresor %ue (i(0a a pocos pasos de all0, en el
enteras tac&adas. ampoco &a" modo de a(eriguar %uién o cómo le a"udaba en su labor, de la %ue sólo se (islumbra una parte, "a %ue se poseen de él p+ginas de cuaderno u &o)as (olantes donde se (en tra*adas con su escritura pe%ueFa, apretu)ada " rabiosa, a menudo ilegible, r+pidas notas indicadoras de pro"ectos de organi*ación administrati(a o )udicial, donde se mencionan /acompaFados de lacónicos caliicati(os/ los nombres de indi(iduos %ue merec0an ser empleados. 1or lo tanto, Robespierre contaba con agentes seguros para seFal+rselos entre los %ue pudieron &aber desempeFado esa misión no debemos omitir a asc&ereau, cu"o nombre /en la lista escrita por sabel upla" de los asiduos de la casa de su padre/ se encuentra acompaFado de dos palabras %ue indican %ue sus (isitas eran recuentes: «A menudo, asc&ereau2. Robespierre le &ab0a cobrado conian*a, %ui*+ por%ue gracias a él pod0a mantenerse al corriente de las maniobras de Collot dVNerbois, su dudoso colega en el Comité de alud 1'blica. -n eecto, asc&ereau &abitaba, con su esposa " su &i)a, en la misma casa %ue Collot, en la man*ana de los italianos, de la calle @a(art. -ra un antiguo armador cu"a considerable ortuna &ab0a sido comprometida por la Re(olución. Mu" exaltado, dotado de elocuencia meridional, &ab0a llegado a 1ar0s en 8K>8 " se &ab0a alistado en los 5acobinos. u carrera, desde entonces, ue sorprendente: en(iado por la Rep'blica a -spaFa, en el in(ierno de 8K><, ue mal recibido en Madrid, donde, atacado por el populac&o, pudo escapar con gran peligro, saltando por una de las (entanas de su &otel entonces regresó a 1ar0s, buscando ocupación. -nrolado en la pe%ueFa banda de los llamados «satélites de Robespierre2, pasaba por ser uno de los m+s acti(os esp0as del ncorruptible dec0ase %ue éste comunicaba con @ou%uier6in(ille por su mediación. 1ero su a(or no carec0a de altiba)os. @uese %ue Robespierre sospec&ase una traición, uese %ue cre"era 'til ingir &ostilidad &acia a%uel precioso conidente, asc&ereau ue excluido de los 5acobinos " encarcelado pero (ol(er0a a obtener su gracia en la prima(era de 8K>O. adier le tem0a " le dedicó un odio cu"as ra*ones permanecen conusas. A decir (erdad, la casa upla" /tan tran%uila en otro tiempo/ estaba in(adida: el segundo Robespierre, Sonbon, diputado como su &ermano en la Con(ención, &ab0a (enido a (i(ir con él en casa del carpintero, donde también se &ab0a instalado su &ermana Carlota. upla" le &ab0a cedido, por mil rancos al aFo, un apartamento del cuerpo %ue miraba a la calle. ampoco tardó en i)ar all0 su domicilio el amigo Cout&on, con su amilia. -ste no era un in%uilino cómodo: no pod0a dar un paso " cuando com0a con los upla" &ab0a %ue lle(arle &asta el comedor a tra(és de la escalera " el patio. A pesar de seme)ante aluencia de &uéspedes " a menudo de in(itados, nada indica %ue la seFora upla" &ubiera reor*ado su personal: ella " sus &i)as bastaban para todo. sabel pod0a incluso permitirse el esparcimiento de c&arlar recuentemente con Carlota Robespierre, ri*arle el pelo " ocuparse de su arreglo personal. Con su madre o su &ermana -leonora montaba también guardia en el patio " (elaba para %ue ning'n intruso se acercase a Robespierre. u (igilancia no remit0a nunca. enemos las impresiones de un tal -stanislao Lacante, %ue deseaba solicitar el apo"o de Robespierre en a(or de un capit+n alto de recursos para unirse a su regimiento este Lacante consiguió llegar &asta el comedor de la casa upla", donde encontró sentados a la mesa a doce comensales, pero sólo pudo ormular la petición " salió m+s %ue deprisa ba)o las in(ecti(as de los presentes, uno de los cuales le amena*ó con «una llu(ia de bastona*os2. La prudencia exig0a no a(enturarse a una tentati(a seme)ante sin ser presentado por alguien de la intimidad de Robespierre. 1ero adem+s era preciso %ue alguna de las seForitas upla" se interesase por el pretendiente: su mera inter(ención triunaba sobre la inlexibilidad de las
consignas. Uu(rard, m+s preca(ido %ue Lacante, se &ab0a empeFado en sal(ar a sus paisanos nanteses entregados al ribunal Re(olucionario " apro(ec&ó una ausencia moment+nea de Robespierre para correr a casa upla", donde ue recibido por dos de las )ó(enes les rogó con insistencia %ue le preparasen una entre(ista con su &uésped " obtu(o de ellas la promesa de una tentati(a. -l d0a siguiente, la m+s )o(en de ellas, mu" contenta, le a(isó %ue ser0a recibido (einticuatro &oras m+s tarde. -n la ocasión con(enida lo introdu)eron sin diicultad, pero mu" emocionado él, en el comedor, donde el terrible tribuno tomaba su caé al lado de -leonora " de sabel. Robespierre acogió a Uu(rard con cortes0a, in(it+ndole a compartir su desa"uno, pero declaró %ue «no pod0a &acer nada por los nanteses2. /ea usted a @ou%uier6in(ille o a su escribano /le aconse)ó. e &a dic&o %ue Robespierre «pagaba con aecto los ser(icios %ue le &ac0a su amilia adopti(a2. ólo pagaba as0, pero su prestigio compensaba ampliamente a %uienes le rodeaban por los cuidados admirati(os de %ue era ob)eto. Cuantos se &allaban cerca de él " le eran adictos obtu(ieron pro(ec&o de su protección: el cerra)ero idiée " el destilador Gra(ier /dos ieles/ ueron )urados en el ribunal Re(olucionario " sólo por declararse «con(encidos2 ganaban =.?99 rancos al aFo. -l impresor Bicolas ue promo(ido también a la misión de )urado, encargado del Comité de eguridad General " /lo %ue le (ino muc&o me)or/ abrumado de encargos oiciales: se &ar0a rico en poco tiempo. Camilo esmoulins &ab0a cometido la imprudencia de re0rse a costa de ello: «-n enero 'ltimo (i toda(0a al seFor Bicolas &acer su almuer*o a base de una man*ana cocida XW podr+ creerse %ue a ese descamisado %ue (i(0a tan sobriamente le debe el tribunal, en Bi(oso, m+s de 8?9.999 rancos por impresionesY As0 resulta %ue "o so" un aristócrata %ue bordea la guillotina " Bicolas un descamisado %ue bordea la ortuna2. Garnier6Launa" " el tendero Lo&ier, cu"os productos se degustaban en la mesa de los upla", ocupaban los altos puestos de )ueces en el mismo tribunal. -l mismo upla", también )urado, como (imos, simultaneaba ese empleo con los importantes traba)os de carpinter0a encargados por los comités: con moti(o del acondicionamiento de la sala de la Con(ención cobró sumas mu" considerables " una de sus acturas ascend0an a =9.999 libras él ue %uien, en (0speras de la iesta del er upremo, recibió el encargo de cubrir con una arma*ón el estan%ue de las uller0as, donde se ele(ar0a la estatua del Ate0smo: 8?.99 libras (ol(emos a encontrarle, con una suma de 8;.><> libras, en la construcción del gran aniteatro aplicado a la ac&ada del castillo. -l dibu)ante Ciett", %ue a pesar de ser italiano ormaba parte del Conse)o General de la Comuna de 1ar0s, ten0a sin embargo el lucrati(o entretenimiento de tapi*ar de papeles pintados las salas del Comité de alud 1'blica. W cuando leemos en el Monitor o en otro lugar los nombres de desconocidos como La(iron o Saudement, inesperadamente nombrados miembros de la Comisión 1opular encargada de seFalar a los sospec&osos " entregarlos a @ou%uier6in(ille, &emos de pensar %ue tales persona)es tu(ieran t0tulos para merecer seme)ante a(or: La(iron, carpintero de Créteil, era, en eecto, primo de la seFora upla" su &ermano ma"or, como idiée, Gra(ier " el mismo upla", era )urado en el ribunal Re(olucionario " amena*aba con abandonar su puesto si no se cortaban cien o doscientas cabe*as diarias. -n cuanto a Saudement, miembro también de la Comisión 1opular, era un )ardinero de &iais, %ue &ab0a traba)ado para 1edro augeois e (anagloriaba de &aber almor*ado «con su amigo Robespierre2 " /m+s irme patriota %ue su compadre La(iron/ declaraba %ue no se sentir0a satisec&o con menos de K9.999 cabe*as. Au*at, el "erno de upla", simple «&ombre de le"es2 de ssoire, pasó a ser director de los transportes militares con el in de %uitar a a%uel nombramiento toda apariencia de a(oritismo, el Comité de alud 1'blica se inormó de las aptitudes de Au*at ", para obtener datos idedignos, se dirigió al impresor Bicolas odo suced0a entre amigos. -l remendón Calandini &ar0a carrera también P" r+pidamenteQ
1uesto %ue, antes de dedicarse a la remonta de suelas, &ab0a sido soldado en el regimiento corso, se le in(istió con una alta )erar%u0a en el e)ército de la Rep'blica: en el aFo era a"udante general, )ee de la tercera di(isión del -)ército del Borte. Tuisiéramos describir el aspecto de a%uellas (eladas de la seFora upla", cuando los citados amigos del ncorruptible /" otros no menos irmemente asentados, pues ser0a +cil alargar la lista/ se reun0an en el pe%ueFo salón de la calle aint6Nonoré después de su )ornada de traba)o. Llegaban all0 procedentes de la Comuna, de la Comisión 1opular o del odioso ribunal: &ab0an empleado su tiempo en redactar listas de sospec&osos, seFalar a di(ersos desgraciados para la deportación o la guillotina " pro(eer a ésta de su pitan*a diaria. Nab0an escuc&ado sollo*os " gritos de desesperación &ab0an (isto a pobres mu)eres, l0(idas de &orror, en(ararse para no caer al recibir su sentencia de muerte para llegar all+ &ab0an atra(esado a%uellos (est0bulos del 1alacio, amplia +brica de muertes, donde las cabelleras ca0an ba)o las ti)eras del (erdugo " se ataban con cuerdas las manos temblorosas, %ue sólo ser0an desatadas m+s tarde, "a r0as " r0gidas &ab0an asistido a la carga de las carretas de gentes destinadas a la muerte ", sin embargo, all0 estaban, sentados a la mesa, sonrientes, tran%uilos, comiendo bien " mostr+ndose galantes con las damas. Mientras las )ó(enes ser(0an el caé, Suonarotti abr0a el cla(icordio, Le Sas cantaba «Cuando todo reposa2 o «-l bien amado no regresa2 " los dem+s escuc&aban, encantados, dic&osos de (i(ir " de estar all0. -n estas reuniones nació un idilio. sabel upla", llamada amiliarmente Sabet , la m+s )o(en " m+s alegre de las &i)as del carpintero, se (ol(ió melancólica " soFadora. Carlota Robespierre la lle(aba alguna (e* a la Con(ención. Hn d0a, &abiéndolas (isto Le Sas desde su puesto, se acercó para saludarlas a la tribuna, donde se ocupaban en pelar naran)as. Aceptó una de a%uellas rutas " prestó sus gemelos a Sabet para %ue se entretu(iera en reconocer, en el (asto &emiciclo lleno de rumores " de mo(imientos, a los diputados de renombre. ambién ad(irtió Le Sas en el dedo de la )o(en un anillo %ue le intrigó " %ue %uiso (er de cerca. Sabet, mu" emocionada, se lo %uitó, entreg+ndoselo para %ue lo examinase a placer. Mas en a%uel momento Le Sas o"ó %ue le llamaban. -ra el momento de (otar. A toda prisa descendió los peldaFos " se perdió entre los grupos. erminó la sesión sin %ue (ol(iese a aparecer e sabel &ubo de regresar a la calle aint6Nonoré, enri%uecida con unos acusadores gemelos, pero sin su anillo " con gran peligro de ser reprendida por ello. Carlota, %ue no ten0a por %ué asombrarse ante tan casto inicio de romance, alentó a su ingenua amiga. La seFora upla" no se dio cuenta de nada. olamente Robespierre se asombró ante el cambio de &umor de la )o(en: /1e%ueFa sabel /le di)o/, m0reme como su me)or amigo, como un buen &ermano. Wo le daré los conse)os %ue a su edad necesita. 1ero ella no conesó nada. -staba mu" triste, pues &ab0a sabido %ue Le Sas, gra(emente enermo, "a no comparec0a en la Asamblea. W se asustaba del sentimiento desconocido %ue "a no abandonaba su pensamiento: en su cora*ón &ab0a un gran amor. Hn d0a de )unio le (ol(ió a (er, Ppero tan cambiadoQ @ue en el )ard0n de los 5acobinos, una &ermosa tarde de prima(era. C&arlaron. l declaró %ue deseaba casarse " rogó a sabel %ue le encontrase mu)er, una mu)er mu" alegre, amante del placer " de su arreglo personal, %ue no se de)ara atar por el cuidado de los &i)os. La pobre enamorada, conusa, a duras penas consegu0a e(itar su llanto. 1ero al (er su emoción, él conesó %ue &ab0a %uerido probarla. Le tomó la mano " le di)o: /-s a usted a %uien "o %uiero desde el d0a en %ue la (i en la Con(ención 0, sabel m0a, si t' %uieres, &o" mismo te pediré a tus padres. Salbució ella:
/Wo también le amo, @elipe, desde a%uel d0a oda(0a tengo sus gemelos. /W "o, tu anillo. Bo lo &e de)ado desde %ue ca0 enermo. @elipe &abló muc&o rato. -lla le escuc&aba, como en sueFos. Luego apareció la seFora upla", ueron a sentarse a las uller0as, ba)o los +rboles, " Le Sas &i*o su petición. La madre no se atre(ió a pronunciarse: deb0a consultar a su marido. Hna (e* de regreso en casa, Sabet, %ue conten0a el aliento, isgó cuanto pudo, escuc&ó a tra(és del tabi%ue los cuc&ic&eos de sus padres " sorprendió concili+bulos prolongados &asta la una de la madrugada, concili+bulos a los %ue ue re%uerido Robespierre o"ó %ue éste ormulaba su or+culo: «Bo (acilé, amigo m0o. PLe Sas es el m+s digno de los &ombresQ sabel ser+ eli*2. @elipe se presentó la maFana del d0a siguiente a las nue(e. Sabet, con el cora*ón palpitante, repasaba la ropa blanca en el comedor. «PAnimoQ2, le susurró él, aun%ue también mu" emocionado. W penetró en el salón, donde le aguardaba upla". La con(ersación ue larga. @inalmente in(itaron a sabel a comparecer. -l carpintero, %ue no abdicaba nunca de su autoridad, adoptó un tono se(ero, aludiendo a la ingratitud de las &i)as " airmando %ue, a causa de sus tapu)os " de su alta de conian*a con su madre, la reser(ada sabel no obtendr0a su consentimiento paterno. e extendió sobre este tema, mientras %ue ella se a&ogaba en sollo*os. nter(ino @elipe, suplic+ndole %ue no lo tomara tan a pec&o, asegur+ndole %ue su buen padre la perdonaba " no se opon0a a su matrimonio. /amos /di)o upla"/, se la do". -s una buena niFa. Robespierre ba)ó de su cuarto " pronunció unas palabras. ir(ieron el c&ocolate, %ue tomaron )untos los upla", Le Sas " Robespierre, mientras sabel (ol(0a a su tarea de repasar la ropa. La boda se celebró en la Comuna, el ;= de agosto, presidida por Nébert, el 1adre uc&esne. Robespierre actuó como testigo de Le Sas sabel estu(o asistida por su t0o, 1edro augeois, el carpintero de C&ois". Los recién casados se instalaron pro(isionalmente en la calle de lVArcade, en una de las casas %ue pose0a upla" pero luego, al poco tiempo, se trasladaron a la calle Beu(e6de6Luxembourg, donde ocuparon el tercer piso sobre el patio. sabel estaba all0 mu" cerca de la casa de sus padres, donde no se cesaba de bendecir al &ombre extraordinario a %uien la amilia del carpintero deb0a tanto realce " tanta elicidad. 1ero, de pronto, se produ)o un drama: el d0a O de 1radial, por la maFana, 1ar0s se enteró con estupor de %ue Collot dVNerbois &ab0a sido asesinado por la noc&e. PCollot, el ex comediante, buen con(ersador, compaFero " casi ri(al de Robespierre en el Comité de alud 1'blicaQ Al abrirse la sesión, Sar\re anunció la terrible nue(a a la Asamblea estremecida. -l asesino era un tal Admiral, antiguo criado de una amilia noble, a la sa*ón empleado en la loter0a. Uc&o d0as &ab0a lle(ado a%uel monstruo preparando su golpe: &ab0a (endido sus muebles para comprar dos pistolas " un usil. u elección le &ab0a inclinado primero a Robespierre " el d0a < por la maFana, saliendo de su casa /n'mero O de la calle @a(art/, &ab0a llegado a la de upla", atra(esando los «bule(ares2 inormado en una lec&er0a, le aconse)aron %ue se dirigiera a las gentes de la carpinter0a. Admiral entró entonces en el patio, donde &alló un (oluntario %ue lle(aba un bra*o en cabestrillo " una ciudadana. Ambos le aseguraron %ue Robespierre, mu" ocupado, no pod0a recibir. espec&ado, el asesino almor*ó en casa Roulot, en el extremo de la terra*a de los @euillants 3antiguo con(ento bernardo, donde ten0a su sede el club de los realistas «constitucionales24, donde gastó %uince rancos luego se dirigió a las uller0as, entró en la Con(ención " se instaló en una de las tribunas p'blicas. Hn discurso de Cambon le durmió proundamente " no se despertó &asta el inal de la sesión. Rondó un rato por las antesalas de la Asamblea: Robespierre no aparec0a. -ntonces andu(o de caé en caé &asta el atardecer, )ugó una partida de damas con un )o(en, cenó en el igón de uils, de la calle @a(art, " regresó a su domicilio a las once de la noc&e. Nab0a ca0do en la cuenta de %ue Collot dVNerbois (i(0a en
a%uella misma casa: Xpara %ué perder el tiempo persiguiendo a un diputado in&allable si ten0a otro al alcance de la manoY ubió, pues, a su %uinto piso, comprobó el estado de sus armas " se puso a acec&ar el momento propicio. A la una, alguien llamó a la puerta de la calle: era Collot, %ue regresaba. Admiral se inclinó sobre la barandilla de la escalera " (io a la criada del diputado, %ue con una (ela encendida sal0a del tercero " ba)aba para abrir a su amo. -ntonces saltó a la escalera, la ba)ó de cuatro en cuatro ", &ec&o una uria, c&ocó con Collot, %ue "a estaba a punto de alcan*ar su puerta: /PetenteQ /gritó/. PNa llegado tu 'ltima &oraQ u primera pistola alló el tiro disparó la segunda al a*ar " (ol(ió a subir como un loco a encerrarse en su piso. La criada, aterrada, &ab0a abierto una (entana " llamaba a la guardia. -n un instante, la casa se (io llena de gente toda una patrulla armada de c&u*os %ue se &allaba en los peristilos del teatro (ecino «&aciendo sus necesidades2 acudió en tumulto " se apretu)ó en la escalera la mandaba un ciudadano en camisa, con las piernas desnudas: Sertrand Arnaud, miembro de la Comuna, %ue &abitaba también a%uella casa se &ab0a arro)ado de la cama, sin tomarse tiempo m+s %ue para ponerse sobre su indumento, tan sumario, la cinta de mun0cipe. odos subieron al %uinto piso, al asalto de la (i(ienda del asesino, %ue se &ab0a impro(isado en ella un parapeto. e pronto, la puerta se entreabrió. onó un nue(o disparo " uno de los asaltantes ca"ó &erido: era «el bra(o " demasiado eli* Gero"2, un cerra)ero de la sección. us compaFeros se precipitaron en el interior, ec&aron mano al asesino " lo arrastraron en triuno al puesto de mando. ste ue el relato de Sar\re, adere*ado con todos los ornamentos oratorios %ue le inspiró su &abitual (erborrea: /P-l crimen " el asesinato (elan a la puerta de este templo de las le"esQ PNabitan ba)o el mismo tec&o %ue los representantes del pueblo para asestar golpes m+s segurosQ PLos imp0os &erederos de los Capeto necesitan nue(as (0ctimasQ -n(enenad " asesinad: ésta es la respuesta de los tiranos coaligados -l gobierno inglés &a (omitado entre nosotros la traición " la guerra, rodeando de asesinos la Con(ención Bacional W Cout&on, después de con)urar al er upremo %ue (elase continuamente «sobre los &ombres de bien %ue &onran su 1ro(idencia2, se indignó de %ue el &orrible Admiral &ubiera osado pretender %ue era oriundo de 1u"6de6`me. A%uello no era cierto, ni era posible si%uiera. odos los &abitantes de a%uel departamento rec&a*aban tal cosa: «sólo nglaterra pod0a &aber (omitado seme)ante monstruo2. -stas palabras ueron interrumpidas por aplausos renéticos. 1or 'ltimo apareció en la tribuna Collot en persona, modesto como un triunador, " ue acogido con delirantes aclamaciones. Bo &ab0a muerto ni si%uiera &ab0a sido &erido. Asustado por el repentino ata%ue de Admiral, &ab0a de)ado caer el bastón ", al inclinarse para recogerlo, el segundo disparo pasó por encima de su cabe*a. La Asamblea terminó por decretar %ue, puesto %ue tres aFos antes, «en una época de degradación " (erg^en*a2, la Asamblea Constitu"ente escuc&aba la lectura «de los insigniicantes " repugnantes boletines sobre la salud de un re" per)uro2, la Con(ención se &onrar0a inclu"endo en adelante en su orden del d0a el inorme sobre el estado del bra(o cerra)ero Gero", &erido al sal(ar la (ida de un representante de la nación. As0 pues, durante m+s de un mes, se le"ó al comien*o de cada sesión el parte de los médicos de Gero", cu"a &erida, por otra parte, no &i*o peligrar su (ida en ning'n momento. Cuando, al in curado, apareció ante a%uella reunión, sostenido por dos ciru)anos " seguido de toda su amilia cuando Collot, buen comediante, abandonó su lugar para abra*arle " conducirle a la tribuna presidencial, declarando %ue «la Re(olución no es sino la pr+ctica constante " cotidiana de las (irtudes austeras " ecundas2, el enternecimiento de los diputados ue tal %ue admitieron a
Gero" entre ellos " le &icieron sentar en la cima de la MontaFa, en medio de los clamores de alegr0a de toda la concurrencia. Robespierre siguió con atención todo el curso de este asunto. -l O de 1radial, d0a del atentado, asc&ereau com0a en casa de los upla". Como se recordar+, asc&ereau (i(0a en el segundo piso de la casa de la calle @a(art %ue &ab0a sido teatro del suceso. 1or lo tanto, Robespierre ue inormado perectamente de sus pormenores " pudo también )u*gar &asta %ué punto se &allaban en desproporción con los &ec&os las o(aciones de los miembros de la Con(ención " su emoción, e(identemente icticia. u temperamento naturalmente suspica* " celoso debió de in%uietarse ante a%uellas exageraciones: all0 &ab0a una intriga dirigida contra él. -n esto no se e%ui(ocaba, probablemente. -n el momento en %ue estaba próximo a alcan*ar el pin+culo, cuando su popularidad le seFalaba como el &ombre indispensable, 'nico, &e a%u0 %ue toda la atención " el interés del pa0s se (ol(0an &acia a%uel &istrión de Collot, a %uien aborrec0a " de %uien desconiaba desde &ac0a muc&o. Al cabo de doce d0as, la Con(ención deb0a reno(ar su mesa: no cab0a duda de %ue elegir0a como presidente a la «(0ctima2 de Admiral. 1or tanto ser0a Collot %uien recogiese todo el &onor de la inminente iesta, cu"os suntuosos preparati(os agitaban 1ar0s con una emoción %ue repercut0a en las pro(incias e incluso en el extran)ero. As0, Robespierre lo &abr0a concebido " dirigido todo P" se (er0a despo)ado del éxitoQ PUtro se apro(ec&ar0a de su obraQ l, inad(ertido entre las ilas de sus seiscientos colegas, Ptendr0a %ue escuc&ar los (0tores %ue saludar0an a su indigno suplenteQ PTué dolorosa decepciónQ PTué mala suerteQ -l er upremo, para %uien tanto &ab0a traba)ado, le deb0a el milagro de un des%uite. ste no se &ar0a esperar. A%uel mismo O de 1radial /o sea, (iernes, ;< de ma"o/ &acia las nue(e de la noc&e, una )o(en mu" bonita, (estida de obrera pero elegante, penetró en el porc&e de la casa upla". -leonora montaba guardia en el patio, asistida por su (ecino, el cerra)ero )urado idiée, el pintor C&telet, asimismo )urado del ribunal, " Soullanger, )o"ero, segundo a"udante de campo de Nanriot, el general en )ee del e)ército re(olucionario. -l Club de los 5acobinos cerraba a%uella noc&e " Robespierre deb0a de estar en casa. La desconocida solicitó (erle " -leonora le respondió %ue se &allaba ausente. -ntonces la )o(en obrera, sin disimular su decepción, murmuró %ue «lle(aba tres &oras busc+ndole Xacaso no era deber de un uncionario p'blico encontrarse a disposición de todos los ciudadanosY2 A%uellas palabras parecieron irrespetuosas. -l a"udante de campo " los dos )urados la agarraron para conducirla al Comité de eguridad General. 1or el camino la &icieron &ablar: ella di)o %ue, en otro tiempo, cuando alguien se presentaba al Re" era introducido inmediatamente " como uno de los &ombres obser(ase %ue parec0a ec&ar de menos a los re"es, ella replicó con una especie de exaltación: /ar0a toda mi sangre con tal de tener un re". sta es mi opinión: ustedes son unos tiranos. -n el Comité declaró llamarse Ana Cecilia Renault ten0a (einte aFos " (i(0a en casa de su padre, papelero, en la calle Lanterne, es%uina de la de Marmousets, cerca del puente de Buestra eFora. oportó el interrogatorio con porte digno " un poco altanero, alegando %ue %uer0a conocer a Robespierre «para saber si le agradaba " cómo es un tirano2. adier deb0a de estar all0, pues entre las preguntas ormuladas a Cecilia se encuentran éstas: «XConoce la calle ContrescarpeY XConoce a on GerleY XW a Catalina &éotY2. -l (ie)o in%uisidor procuraba engrosar su expediente en germen, &asta entonces poco abultado pero la )o(en Renault no &ab0a o0do nunca a%uellos nombres. Hna mu)er %ue se &allaba en el Comité como solicitante la registró " descubrió en su poder dos cuc&illitos de bolsillo: uno de conc&a " el otro de maril con adornos de plata. Nacia el término del interrogatorio, Cecilia recordó %ue al acudir a la calle aint6Nonoré &ab0a de)ado por el camino un pa%uete de ropa blanca en el caé 1a"en, rente a la Con(ención. idiée " C&telet corrieron a buscarlo: la )o(en no se resistió lo m+s m0nimo a admitir %ue se &ab0a pro(isto de
a%uella ropa para %ue no le altase «all0 donde iban a lle(arla2. /XA %ué sitio se reiere ustedY /A la c+rcel, para ir de all0 a la guillotina. A las once de la noc&e, Cecilia %uedaba encerrada en la Conser)er0a. Hna &ora m+s tarde, Néron deten0a a su padre, a %uien &alló sollo*ando, desolado por la tardan*a de su &i)a a la &ora de cenar. La &ab0a aguardado toda la noc&e, lleno de angustia. Neron detu(o al mismo tiempo a su &i)o " a una anciana religiosa, t0a de Cecilia. A(eriguó también %ue ésta ten0a otros dos &ermanos, %ue ser(0an en el e)ército, " al punto expidió sendas órdenes de arresto contra ellos. Apro(ec&ó encontrarse en la casa para (isitar la &abitación de la )o(en Renault, donde (io, encima de la cama, «una especie de bandera adornada con una corona, una cru* " (arias lores de lis de papel de plata2. -sto ue, poco m+s o menos, todo lo %ue se pudo saber acerca de los sentimientos de la «criminal2, pese a %ue el celoso @ou%uier6in(ille remo(ió cielo " tierra para &inc&ar el asunto " &acerse (aler. eg'n sus (ecinos, Cecilia era una co%uetuela %ue gastaba todo su dinero en (estidos " &ac0a deudas incluso entre las obreras " los (endedores del barrio. 1oco antes &ab0a encargado en casa de la ciudadana Cruel, costurera, un (estido de taet+n a*ul, anim+ndola a «apresurar el traba)o2. /Bo se sabe lo %ue puede ocurrir /dec0a/. 1uedo ir a la guillotina. Tuiero adelantar mis cosas. Bo sab0a leer ni escribir, ni si%uiera irmar sus respuestas a los numerosos interrogatorios %ue le &i*o surir umas, uno de los presidentes del tribunal " er(iente robespierrista, denotan %ue estaba loca o bien %ue %uer0a morir por alguna ra*ón %ue no re(elar0a. Alguien %ue la (io en la Conser)er0a )u*gó %ue «los mo(imientos extra(iados de sus o)os parec0an indicar demencia2. PBo importabaQ Robespierre ganaba la partida a Colloti cuando el s+bado por la maFana corrió por 1ar0s el rumor de %ue el ncorruptible acababa de ser (0ctima de «una nue(a Corda"2, la emoción ue intensa. ampoco él &ab0a sido &erido pero en a%uel pugilato entre presuntos asesinados, se lle(aba claramente la palma: su caso superaba al otro en misterio " no(eler0a. -l = de 1radial, por la noc&e, la sesión en los 5acobinos ue triunal. Collot terminaba, una (e* m+s, de relatar su a(entura, adornaba con detalles &eroicos " arengas a lo ito Li(io por aclamación se &ab0a proclamado )acobino al bra(o Gero" cuando entró Robespierre. -l presidente oulland /miembro del Comité de eguridad General/ se arro)ó en sus bra*os " al tomar la palabra la ilustre (0ctima lo &i*o con un tacto " una modestia %ue conmo(ieron proundamente los cora*ones. Le)os de relatar, como el otro, su atentado, al %ue por lo dem+s él no &ab0a asistido 3Q4, sólo %uiso considerarlo desde el punto de (ista del interés p'blico " discurrió como si "a estu(iera muerto: /Los deensores de la libertad nunca &an cre0do deber (i(ir largos aFos: su (ida es precaria e incierta Wo, %ue no creo en la necesidad de (i(ir, sino sólo en la irtud " en la 1ro(idencia, me encuentro en el estado en %ue los asesinos &an %uerido colocarme -l acero de los asesinos me &a &ec&o m+s libre " m+s temible para todos los enemigos del pueblo @ranceses, cargad sobre nosotros la tarea de emplear el poco de (ida %ue la 1ro(incia nos conceda en combatir a los enemigos %ue nos rodean. P5uramos por los puFales ro)os de la sangre de los m+rtires de la Re(olución, " luego ailados contra nosotros, %ue exterminaremos &asta el 'ltimo de los mal(ados %ue %uieran arrebatarnos la elicidad " la libertadQ n%uietante alusión a nue(os enemigos %ue su desconian*a "a sospec&aba. oulland lo comprendió sin duda: este pobre &ombre sitiéndose molesto de presidir una sesión tan dram+tica sin poder meter ba*a desli*ó %ue también él &ab0a sido amena*ado de muerte, " por una mu)er. 1ero se apresuró a tran%uili*ar a sus &ermanos: «Bo &a" peligro: el tribunal &a &ec&o "a )usticia a esa ciudadana &ace dos d0as2. Aplausos un+nimes " prolongados saludaron el discurso de Robespierre, «en %uien brillaban la
auténtica bra(ura, la grande*a de alma republicana, la m+s generosa entrega a la causa de la libertad " la iloso0a m+s prounda2. Maximiliano estaba, pues, bien con(encido de &aber derrotado a su ri(al, cuando un &ermano poco perspica*, Rousselin, lan*ó la moción de otorgar al bra(o Gero" los &onores c0(icos en la iesta %ue se preparaba para el ;9 de 1radial. i la proposición obten0a una (otación a(orable, Collot " su sal(ador ser0an los &éroes de la ceremonia Robespierre tomó de nue(o la palabra: en pocas rases li%uidó al torpe o pérido Rousselin, present+ndolo como agente de los tiranos, ladrón ", lo %ue era peor a'n, dantonista re*agado. Al punto lo exclu"eron de la sociedad, lo pusieron en la puerta " entregaron al Comité de eguridad General por &aber osado dirigir sobre el 'nico &erido de la «matan*a2 el interés %ue tan sólo deb0a dedicarse al ncorruptible. ecididamente, nada se le resist0a a éste: incluso desaiaba impunemente el rid0culo. Lle(aba el (iento de popa, por lo %ue con(en0a ponerse en su órbita. -l 8= de 1radial por la noc&e, cuatro d0as antes de la @iesta, era elegido presidente de la Con(ención por unanimidad. 1ar0s rebosaba alegr0a en espera de a%uella @iesta, de la %ue se promet0a mara(illas. ncluso en las c+rceles se aprestaban a celebrar al er upremo con la con(icción de %ue los d0as malos &ab0an pasado "a. 1uesto %ue el gobierno decretaba la existencia de ios, aun%ue uese un dios re(olucionario, Xacaso no era a%uello pronóstico de una era de )usticia o incluso de clemenciaY Adem+s /Pgran no(edadQ/ el pueblo desempeFar0a un papel en la ceremonia: a(id &ab0a tra*ado el programa, pomposo " grandilocuente, ba)o la inspiración maniiesta de Robespierre, " todo se &allaba pre(isto " regulado, &asta el entusiasmo, las l+grimas de alegr0a de los asistentes, la belle*a del d0a " el resplandor del sol: «Wa los sones de una m'sica guerrera resuenan por todas partes " &acen %ue un encantador despertar suceda a la calma del sueFo Al aspecto del astro bien&ec&or Amigos, &ermanos, esposos, niFos, ancianos " madres se abra*an Los pórticos se decoran con estones " ramas (erdes la casta esposa tren*a con lores la lotante cabellera de su &i)a %uerida, mientras el lactante aprieta el seno de su madre, de %uien es el ornato m+s bello -l anciano, con los o)os baFados de l+grimas2 " todo por el mismo estilo. ste era el tono del cuadro de los regoci)os a %ue se con(ocaba a todos los parisienses. Adem+s se &ab0a distribuido prousamente un «etalle del orden %ue &a de obser(arse2, %ue indicaba a cada uno de los grupos cómo deb0a conducirse. A las cinco de la maFana, llamada general. Las cuarenta " oc&o secciones se ponen en mo(imiento deben reunirse de modo %ue inicien la marc&a obedeciendo la seFal dada, a las oc&o, por el caFón del 1uente Bue(o. odas &an de ormar en batallones cuadrados /doce de rente/, los adolescentes pro(istos de usiles o de picas " los &ombres sin armas todas las ciudadanas lle(ar+n en la mano un ramo de rosas " las )ó(enes una cesta de lores, como antaFo en la iesta del Corpus. 1ara guiar los mo(imientos de a%uellos cuarenta " oc&o batallones &ab0an sido nombrados comisarios de la iesta cincuenta miembros de la ociedad de los )acobinos, as0 como los (eintisiete artistas %ue &ab0an colaborado en los preparati(os. eme)antes disposiciones auguraban un espect+culo grandioso: el enorme aniteatro le(antado en el pabellón central de las uller0as, por el lado del )ard0n, se ele(aba elegante " ma)estuoso, adornado de )arrones " estatuas, &asta las (entanas del primer piso, cu"os balcones se &ab0an %uitado para permitir la comunicación con la inmensa sala en %ue se reunir0an los miembros de la Con(ención. obre el estan%ue circular se al*aba el Ate0smo /un poco deorme, dada la materia empleada: tela inlamable/, entroni*ado al lado de la Locura, entre la Ambición, el -go0smo, la iscordia, la alsa encille* " otros enemigos de la elicidad p'blica. -n el Campo de Marte se ele(aba, abrupta, la santa MontaFa, mostrando en sus laderas su gruta, sus tumbas, su templo " sus tr0podes, dominada por una (igorosa encina " una alta columna.
1ero lo %ue m+s excitaba la curiosidad del p'blico era el carro anunciado por el programa, en el %ue traba)aban en los talleres del guardamuebles el escultor Mic&allon " el igurero Montpellier. A%uel carro simbólico, arrastrado por oc&o toros, deb0a lle(ar una imagen de la Libertad sentada a la sombra de una encina, sobre un montón de rutas de cartón " atributos campestres auténticos, acilitados éstos por el ciudadano uc&esme, culti(ador. Bo era a(id el creador de todos a%uellos s0mbolos: en esta cuestión, las pro(incias &ab0an a(enta)ado a 1ar0s. 1odr0a escribirse un libro /" un libro esti(o/ con la relación de las extra(agancias re(olucionarias brotadas de la imaginación de los comités departamentales. -l in(ierno anterior, por e)emplo, los descamisados de Montméd", para celebrar la toma de oulon, &ab0an organi*ado una cabalgata en la %ue iguraba un carro lle(ando a la @ecundidad: «-staba representada /seg'n los inormes/ por una )o(en %ue amamantaba a su &i)o en torno saltaban (arios niFos m+s, %ue sonre0an a su madre2. egu0a otro carro, este 'nebre, «oscurecido por negros cipreses2 lle(aba una tumba rematada por una pir+mide: «Hna encantadora beldad, con atuendo descuidado, los cabellos en desorden " adoptando la actitud propia del dolor, se apo"aba en la tumba, %ue regaba con sus l+grimas2. -sa encantadora beldad iguraba «la (iuda del ciudadano Seau(ais, representante del pueblo, muerto por los ingleses en oulon2. 1ero Montméd" pudo saber /Pdespués de la iestaQ/ %ue Seau(ais no &ab0a muerto P" %ue precisamente era (iudoQ 1or lo dem+s, a%uella iesta &ab0a orecido atracciones a'n m+s sensacionales, entre otras el asalto " con%uista de una ciudad rebelde por los patriotas: «Los (alientes escalan las murallas, ponen en uga al enemigo, entregan la ciudad a las llamas, e)ecutan la (engan*a nacional el iname 1itt es conducido por los mismos ingleses, %ue ab)uran sus errores " solicitan alian*a se ele(a una pira2 -l persona)e de 1itt /papel %ue re%uer0a sacriicio/ debió de ser asignado a alg'n aristócrata. La iesta inali*ó con la dan*a de la CarmaFola " «los m+s dulces abra*os2. -stas cosas, mu" bonitas sobre el papel, eran de una reali*ación grotesca. a(id no lo ignoraba " pretend0a %ue la ceremonia del ;9 de 1radial uese digna de su renombre. 1or otra parte, no &ac0a nada sin consultar a Robespierre, cu"a apoteosis personal se preparaba en realidad. Robespierre se ocupaba de los menores detalles: as0, &abiendo sabido el d0a 8= %ue el Comité de nstrucción &ab0a encargado a Mar0a65osé C&énier la redacción de la letra del &imno %ue cantar0an en la montaFa los solistas " los coros del nstituto Bacional de M'sica de la Upera, rec&a*ó de plano el poema de a%uel accioso, de a%uel girondino, en %uien (enteaba un enemigo. Los periódicos estaban imprimiendo "a los (ersos de C&énier Gossec &ab0a terminado "a su m'sica, %ue se &ab0a grabado incluso Bo importaba: tres d0as antes de la iesta, &ab0a %ue obedecer. 1or suerte, un poeta desconocido, ésorgues, presentó una oda cu"o texto se adaptaba perectamente a la melod0a del compositor: la sustitución se reali*ó a toda prisa. ambién debió de ser Robespierre %uien concibió la idea de asociar el pueblo al coro oicial para e(itar una cacoon0a %ue &ubiera per)udicado a la ma)estad de la @iesta, los niFos de las escuelas &ubieron de acudir al nstituto de M'sica, donde les metieron en la cabe*a el moti(o del &imno mientras tanto, otros proesores recorr0an las di(ersas secciones para enseFarlo a los ciudadanos. arios relatos nos presentan a algunos de tales maestros, como Gossec, Lesueur, Mé&ul " C&erubini, encaramados en un tonel o en una silla en los cruces de las calles, &aciendo repetir el &imno a los transe'ntes, congregados " dóciles. Gossec, %ue no sent0a ning'n deseo de o0r «destro*ar2 su obra por a%uellos intérpretes impro(isados, &ab0a escrito para su uso una (ersión mu" sencilla " mu" melódica, reser(ando la otra, «soberbia " amplia composición2, para los artistas experimentados %ue se encargar0an de su e)ecución magistral. 1or in llegó el gran d0a, radiante. Hn sol deslumbrador, una brisa tibia, una atmósera dulce, perumada por las guirnaldas de lores " por los olla)es (erdes %ue cubr0an las casas m+s pobres, " por encima de 1ar0s, %ue se &ab0a le(antado con el rescor de la aurora, uno de esos
cielos de la sla de @rancia, (ibrante " nacarado, cu"o encanto no puede igualar ning'n otro. A%uel ;9 de 1radial, de )unio, era el domingo de 1entecostés " seme)ante coincidencia /deliberada o casual/ parec0a también de buen ag^ero. -n la casa upla", todos se &ab0an despertado temprano. Robespierre, (estido con un rac a*ul (iol+ceo, %ue ceF0a una anc&a banda tricolor, un c&aleco de pi%ué, un cal*ón de bombas0 " medias c&inés, ba)ó al comedor, donde la amilia se &allaba reunida en torno al caé con lec&e, dispuesta "a para acudir a la iesta. ncluso sabel, próxima a dar a lu*, se preparaba para ir al Campo de Marte. Maximiliano no se concedió tiempo para desa"unarse. obre sus cabellos, cuidadosamente ri*ados " empol(ados, colocó el sombrero, empenac&ado con altas plumas de los tres colores, tomó el ramo de espigas, acianos " amapolas artiiciales %ue deb0a ostentar durante toda la )ornada " salió, a eso de las nue(e, a las calles llenas del ruido de los tambores " animadas por ciudadanos endomingados, adolescentes pro(istos de armas, doncellas " mu)eres (estidas de blanco de modo uniorme, entre la agitación eli* del placer esperado. @ue en derec&ura a las uller0as, no sin detenerse, probablemente, al pie de la estatua del Ate0smo, en la %ue &ab0an traba)ado los obreros durante una parte de la noc&e " a la %ue daban a la sa*ón los 'ltimos to%ues. eb0a ponerse de acuerdo, en eecto, con los pirotécnicos sobre la manera de pegar uego a a%uella eigie, destinada a %uedar reducida a ceni*as por un simple gesto su"o. -ra la escena m+s di0cil de su papel " en ella corr0a peligro de pro(ocar las *umbas de los malintencionados. Robespierre subió la gran escalera del pórtico ele(ado contra el palacio, en cu"os di(ersos descansillos, "a ocupados por mesas " pupitres, se colocar0an los m'sicos " coristas, en n'mero de m+s de doscientos. 1or todas partes &ab0a )arrones con lores, bustos antiguos sobre sus pedestales, guirnaldas " banderas al (iento. -n lo m+s alto del aniteatro se encontraban dispuestas en &emiciclo las sillas para los miembros de la Con(ención. W aislado en el espacio libre, sobre una gran alombra nue(a con los colores a*ul, blanco " ro)o, el sillón de Robespierre en una grada: su trono. -n la c'spide de la c'pula central del palacio, %ue remataba un enorme gorro rigio tricolor montado sobre una arma*ón de &ierro, un estandarte de die* metros de longitud lameaba en el a*ul del cielo los colores de la (ictoriosa Rep'blica. Maximiliano penetró en el palacio, (ac0o a'n a a%uella &ora matinal, " llegó &asta la sala de la Libertad, antec+mara de la Con(ención. All0 encontró a empronio Graco, descamisado, pisa(erde de (eintiséis aFos. Llamado en realidad 5oa%u0n ilate, &i)o de burgueses pro(incianos, &ab0a recibido mu" )o(en las órdenes " se &ab0a seculari*ado en 8K>;, acometido por un uror re(olucionario e impulsado por «el entusiasmo de la belle*a " la (irtud2. -n 1ar0s /a donde &ab0a llegado sin m+s e%uipa)e %ue una prounda instrucción cl+sica/ &i*o carrera r+pidamente. en0a «tierno el cora*ón2, linda igura, modales distinguidos " talento para insinuarse. Sar\re le &ab0a cobrado aecto, poniéndole en relación con Robespierre. ilate ser(0a a ambos de «inormador2 /léase: de esp0a/, de modo %ue no tardó en ser sospec&oso tanto para uno como para otro. -n espera de &allarle un empleo bien retribuido se le &ab0a nombrado )urado en el ribunal Re(olucionario ", para %ue se encontrase en condiciones de obser(arlo todo, le &ab0an asignado un bonito apartamento en las mismas uller0as. Nabitaba en el pabellón de @lora " sus (entanas miraban el )ard0n nacional. Lle(aba una existencia agradable en grado sumo, cenaba con los poderosos del momento «en los restaurantes de renombre2 " era in(itado a las iestas galantes de Clic&" o de aint6Cloud lle(aba a éstas a su amiga, una deliciosa morena «de te* de lirio " rosa2, radiante de alegr0a, «brillante de atracti(os2, %ue deb0a ser, en eecto, mu" seductora, pues ue acogida con antipat0a por las amantes de Sar\re " de adier, cu"os «sesenta aFos de (irtud2 no &ac0an ascos a me*clarse en los )uegos amorosos de los cala(eras de la Con(ención. ilate in(itó a Robespierre a entrar en su casa &asta la &ora de la ceremonia, cosa %ue éste
aceptó. ilate, %ue esperaba gente, &ab0a preparado un rerigerio para sus in(itados e insistió para %ue el presidente, %ue estaba en a"unas, tomase algo. Robespierre de)ó su ramo, comió poco " &abló menos a'n. 1arec0a transportado a las nubes sus rasgos crispados se &ab0an rela)ado su rostro, por lo general sombr0o, irradiaba alegr0a interior " toda su actitud re(elaba un entusiasmo ebril. e acercó a la (entana. Con maniiesta " prounda emoción contemplaba la muc&edumbre %ue alu0a a a%uel inmenso espacio en co&ortes militarmente ordenadas. Las mu)eres, todas (estidas de blanco, se alineaban por la parte del r0o los &ombres, por la parte de la terra*a de los @euillants. us largas ilas ondulantes se perd0an ba)o la proundidad de los rondosos castaFos, de)ando libre la gran a(enida del )ard0n, donde se colocaban los grupos de tambores, el batallón de los adolescentes rodeando a los abanderados, los artilleros con sus pie*as, los cuerpos de m'sica " las delegaciones de ancianos, agrupados todos en perecto orden desde el 1uente ournant &asta los arriates (ecinos al castillo, donde a%uella prima(era se &ab0an plantado patatas para democrati*ar el )ard0n real " cu"o aspecto r'stico desentonaba en a%uella teatral decoración. Maximiliano obser(ó largo rato a%uella multitud, cu"a go*osa animación le llenaba de orgullo: a su llamada se reun0an precisamente a%uellos centenares de miles de seres. Hn mismo pensamiento les un0a: el %ue él les &ab0a sugerido. ilate le o"ó murmurar: «Ne a%u0 la m+s interesante parte de la &umanidad. PU&, naturale*a, cu+n sublime " delicioso es tu poderQ PCómo deben palidecer los tiranos a la idea de esta @iestaQ2. i estas palabras nos &an sido transmitidas ielmente, de)an demostrado %ue, incluso cuando &ablaba sólo para s0, el ncorruptible culti(aba el énasis. e entretu(o en su ensoFación. 1or in, de repente, (iendo %ue era la &ora en %ue deb0a entrar en escena, salió con tanta prisa %ue ol(idó su ramo ilate lo regaló éste a su bella amiguita. Tui*+ se debiera a esta inad(ertencia de Robespierre su retraso en unirse con sus colegas por uer*a &ubo de procurarse otro ramo " los minutos empleados en ello suscitaron el descontento de algunos representantes, mal dispuestos de antemano &acia su presidente por la carga %ue les impon0a. Cuando apareció en la terra*a, los miembros de la Con(ención &ab0an ocupado "a sus puestos. u entrada solitaria causó sensación. Robespierre se dirigió al sillón ele(ado %ue se le destinaba a lo le)os redoblaban los tambores " la importante or%uesta colocada en el grader0o atacaba una sinon0a. esde el pedestal %ue ocupaba Robespierre, la panor+mica era grandiosa. -n semic0rculo, a su alrededor, los %uinientos o seiscientos representantes, casi todos (estidos de modo uniorme con un tra)e oicial %ue estrenaban a%uel d0a todos lle(aban en el sombrero el alto penac&o de plumas tricolores, cu"o con)unto, al soplo de la brisa esti(al, ondulaba como un mar tricolor. -n las dos rampas, descendiendo en elegantes cur(as, los artistas " los m'sicos de la Upera todas las cantantes, (estidas de blanco " coronadas de rosas, sosten0an cestillos llenos de lores. -n la parte ba)a de la escalera, los cuerpos de tambores " las bandas militares. Luego, &asta el ininito de la perspecti(a, todo el pueblo de 1ar0s, con un orden perecto, enmarcando las delegaciones %ue &ab0an de igurar en el corte)o. -l &ombre %ue a%uel d0a soleado era centro de todas las miradas " ob)eto de la admiración, la curiosidad o el asombro de %uinientos mil seres deb0a eectuar en su pensamiento una comparación entre seme)ante apogeo de su (ida " el recuerdo de a%uel otro d0a /cinco aFos atr+s/ en %ue con su (ie)o (estido ra0do, perdido entre el gent0o, &ab0a (isto de le)os, desde aba)o, al re" de @rancia, en lo alto de un estrado, dirigiéndose a los diputados de su pueblo lo mismo %ue él, antiguo abogadillo pro(inciano, &ab0a de &ablar a la sa*ón a la inmensa muc&edumbre extendida a sus pies. Robespierre &abló, en eecto, de pie en la balaustrada del aniteatro. u (o*, &abitualmente ronca, era tan clara " su dicción tan correcta %ue se le escuc&ó de le)os. u bre(e discurso ue interrumpido (arias (eces por los aplausos. Luego llegó el instante cr0tico: deb0a abandonar el estrado, descender solo la monumental escalera " recorrer la larga distancia %ue separaba el
aniteatro del estan%ue, en medio del cual se al*aba el Ate0smo %ue se dispon0a a pul(eri*ar. Binguna relación indica cómo salió de a%uel paso di0cil. A(an*ó «con una tea en la mano2, escriben unos «sosteniendo una antorc&a encendida2, seg'n otros. XCómo se las arregló para no &acer el rid0culo de a%uella guisaY PCu+n menudo " desangelado debió parecer en a%uella inmensidadQ XW cómo a(an*ar por ellaY i caminaba deprisa, producir0a la impresión de acudir a una alarma si adoptaba un aire lento, tendr0a aspecto de oiciante. ólo un maestro de ballet pod0a asumir papel seme)ante. 1or otra parte es mu" (eros0mil %ue no lle(ase tea ni antorc&a. eterminados indicios permiten presumir %ue Robespierre se contentó con un gesto simbólico. Ruggieri le presentó una lan*a de uego la unesta eigie se inlamó, desprendiendo una &umareda apestosa, " (arios obreros, encaramados en una escalera, contribu"eron al milagro arrancando en )irones la tela combustible para &acer aparecer cuanto antes la estatua de la abidur0a Bo obstante, ésta apareció mu" ennegrecida " malparada: «era la abidur0a m+s triste %ue se &a"a (isto )am+s, con el cuello %ue parec0a cortado de un &ac&a*o " la cara %ue i)aba los o)os en las rodillas2. -l p'blico, %ue &ab0a sido mantenido a distancia, aclamó el prodigio, aceptando la e en el programa. 1ero cuando Robespierre (ol(ió a ocupar su trono en el aniteatro, sus colegas le acogieron con *umbas " dic&arac&os. «u abidur0a est+ oscurecida2, se moaban. Cuando tomó la palabra de nue(o /«Na (uelto a la nada ese monstruo %ue el genio de los re"es &ab0a (omitado sobre @rancia2, di)o/, se rieron de él sin ambages. Los numerosos materialistas de la Asamblea consideraban una pro(ocación a%uel insulto a sus opiniones. A partir de a%uel momento se rompió el encanto: el &éroe de la iesta percib0a de pronto %ue estaba rodeado de enemigos en(idiosos de su preponderancia " aborrecedores de su misticismo. Bo obstante, la ceremonia continuaba de acuerdo con el plan de a(id: los coros &ab0an entonado la (ersión popular del &imno de Gossec " ésorgues /la %ue se &ab0a repetido (eces " (eces la (0spera en las secciones/ " el pueblo sencillo se sent0a arrobado por a%uella melod0a +cil, "a amiliar para él. e organi*aba el corte)o para dirigirse al Campo de Marte, re(olucionariamente bauti*ado «Campo de la Reunión2. Cien tambores " tres bandas militares acompaFaban la marc&a abr0a esta un destacamento de caballer0a precedido por sus trompetas a continuación (en0an los bomberos, los artilleros, las secciones, los grupos de ancianos " de adolescentes, el carro r'stico, algo excesi(amente cargado de aperos agr0colas &ab0an renunciado a los «oc&o toros (igorosos2, a los %ue reempla*aban otros tantos bue"es, pl+cidos " lentos, suntuosamente adornados. -n medio de cuatro cuernos de la abundancia iguraba en el carro la imagen sedente de la Libertad, %ue ten0a una cla(a en la mano. 1ara ma"or solide* del con)unto se &ab0a armado interiormente con un cilindro de &o)alata la encina %ue la cobi)aba. La Con(ención rodeaba el carro, a(an*ando en grupo compacto ba)o la protección de una banda tricolor lle(ada «por la inancia adornada de (ioletas, la adolescencia adornada de mirtos, la (irilidad adornada de encina " la ancianidad adornada de p+mpanos2. Cada representante lle(aba en la mano un ramo. ReunuFando contra a%uellas comedias, a(an*aban con escasa docilidad, acatando mal las consignas i)adas por a(id, a %uien pod0a (erse, mu" aanado, recorriendo toda la columna " (elando por el orden, manteniendo las distancias " agitando su sombrero de plumas al gritar: «P1aso al delegado de la Con(enciónQ2. ambién iguraba el carro de los ciegos, %ue cantaban un &imno a la di(inidad. Hn cuerpo de caballer0a cerraba el corte)o. Robespierre, destacado (einte pasos delante de sus colegas, atra0a todas las miradas. Hn escritor, %ue cuarenta aFos m+s tarde recordaba &aber (isto el imponente desile, &a relatado %ue su padre, %ue le &ab0a lle(ado al acto, le tocó en el &ombro para decirle: «PMiraQ se es Robespierre, ése %ue a(an*a solo2 -l niFo miró " (io a un &ombre pe%ueFo, de te* p+lida, seca " gra(e caminaba con pasos mesurados, el sombrero en la mano, los o)os ba)os su aire, lleno de compostura " a (eces incierto, re(elaba un maniiesto embara*o " la expresión
taciturna e in%uieta de su rostro contrastaba con la agitación del grupo turbulento de los representantes. Lo %ue el niFo no pod0a saber era %ue a%uel indi(iduo sombr0o padec0a en a%uellos momentos la m+s cruel de las decepciones de su (ida. A despec&o de las airosas marc&as, las sal(as, los cantos " las aclamaciones %ue acog0an su paso, él no escuc&aba m+s %ue las in(ecti(as " las pullas de los colegas %ue lle(aba detr+s. ncluso reconoc0a las (oces: la de Sourdon de lVUise, %ue le seFalaba a los dem+s " al gent0o como un dictador " un c&arlat+n las de Ruamps, &irion, Montaut " sobre todo Lecointre, el (endedor de telas de ersalles, %ue m+s de (einte (eces le trató de tirano " amena*ó matarle. Merlin, de &ion(ille, al o0r gritar a una mu)er «Pi(a RobespierreQ2, la corrigió indignado: «PGrita, #(i(a la rep'blica$, desgraciadaQ2 -ntonces inter(ino Robespierre: /X1or %ué maltratar a esta pobre mu)erY /di)o en tono mu" dulce, tanto %ue Merlin se sintió perdido Utro representante obser(ar0a irónicamente: «Bo &ubo muc&o incienso para el dios del d0a Wo pude o0r todas las imprecaciones proeridas en (o* bastante alta para %ue llegasen &asta el sacriicador, a pesar del espacio %ue mediaba entre él " nosotros -l odio %ue se le proesaba &ab0a determinado a%uella separación2. Robespierre &ubo de caminar crispado de rabia, meditando espantosas represalias contra su odiosa escolta. 1ero, Xcómo asombrarse de seme)ante a(ersiónY XAcaso no sab0a %ue, sal(o escasas excepciones, su corte)o estaba compuesto por los %ue alg'n tiempo atr+s se &ab0an opuesto a entregarle la cabe*a del Re", los cuales desde entonces callaban aguardando su &ora por antiguos partidarios de la Gironda, %ue acec&aban el des%uite por los amigos de anton, %ue no pod0an perdonar " sólo le soportaban por miedo por &oscos miembros de la montaFa %ue ec&aban de menos a Nébert " a C&aumette, con sus maniestaciones de ate0smoY -n a%uel d0a de triuno, su escolta no estaba ormada solamente por los (i(ientes %ue le escarnec0an " le in)uriaban, sino también por todos los espectros de %uienes &ab0a sacriicado para despe)ar su camino. 1recisamente, el corte)o, al salir del )ard0n nacional, llegó al empla*amiento del cadalso, desmontado la (0spera por la noc&e: doce cabe*as /entre ellas, la de un (oluntario de diecioc&o aFos/ &ab0an ca0do a%uel d0a " un ciudadano, 1rudV&omme, &ubo de traba)ar durante la noc&e «en la(ar " cubrir de arena la sangre de las (0ctimas2 All0 &ab0a sido donde Srissot, ergniaud, anton, Camilo esmoulins " su tierna Lucila, la espartana Manon Roland " tantos " tantos m+s murieron maldiciendo a %uien, con el rostro adusto " el aire impasible, atra(esaba a la sa*ón el tr+gico escenario. Las bandas de m'sica, los coros, el redoble de los tambores " los to%ues de las trompetas acompaFaban el desile, cu"a marc&a deb0a amoldarse a la lentitud del enorme carro donde oscilaba el +rbol de la Libertad. -l recorrido era largo: el puente de la Re(olución, la orilla del r0o, la pla*a de los n(+lidos " la a(enida de la -scuela Militar %ue remataba en un arco de triuno ba)o el %ue pasaron todos antes de penetrar en el «Campo de la Reunión2. -l espect+culo ue mara(illoso. Cuando los diputados, los cantantes " los m'sicos, lle(ados all0 ciertamente en coc&e, &ubieron ascendido los escarpados senderos " las escaleras %ue conduc0an a la cima de la MontaFa cuando los di(ersos grupos se &ubieron alineado en c0rculo alrededor de la emblem+tica colina %ue dominaba el escenario, la poderosa or%uesta preludió " los coros atacaron la noble composición de ésorgues " Gossec, 1adre del uni(erso, cu"o eecto /seg'n se dice/ ue grandioso, al menos para %uienes se &allaban cerca de la MontaFa, "a %ue en a%uella amplitud los sones no llegaban a la muc&edumbre m+s %ue de modo ragmentario. 1or otra parte puede suponerse %ue el aspecto de los mismos comparsas, en el transcurso de una ceremonia tan larga, debió en ocasiones de perder solemnidad: m+s de un ciudadano coronado de encina sacó del bolsillo una pipa, %ue se puso a umar discretamente m+s de una doncella «adornada con lores de prima(era2 lle(aba en su bolsa pan " salc&ic&ón " no ue
pe%ueFo el n'mero de los ancianos cargados de p+mpanos %ue ocultaban una pinta de (ino para beber un trago de (e* en cuando " coger uer*as. obre todos estos detalles (ulgares, %ue a(id no &ab0a pre(isto, sólo poseemos un testimonio: el de dos aristócratas, madre e &i)a, %ue por prudencia se (istieron de blanco, se &icieron con sus correspondientes ramos de rosas ", me*cladas con la delegación de su sección, ueron lle(adas a tambor batiente, marcando el paso, &asta el )ard0n de las uller0as. Alineadas militarmente con sus compaFeras, aguardaron a pie irme &asta las once: entonces, no pudiendo m+s, la madre se sentó en el suelo su &i)a &i*o otro tanto " algunas otras mu)eres las imitaron. 1ero el )ee del grupo les ordenó %ue se le(antaran. -llas suplicaron %ue se les permitiera descansar en los bancos (ac0os situados a pocos pasos. Begati(a terminante. -ntonces, al comen*ar la @iesta, cuando la atención de todos los )ees se dirig0a al aniteatro donde peroraba Robespierre, ellas se desli*aron &+bilmente, alcan*aron las puertas del )ard0n " regresaron a su casa, atigadas " muertas de sed. -l entusiasmo sostu(o a %uienes resistieron &asta el inal, %ue ue impresionante: tras el gran coro de Gossec se cantaron unas estroas a la di(inidad con m'sica de La Marsellesa " la multitud unió sus (oces a las de los artistas encaramados en la MontaFa. -n la cima de ésta, las trompetas marcaban el ritmo " un director de or%uesta utili*aba como batuta una bandera. ras la 'ltima estroa retumbó un ormidable caFona*o, %ue de(ol(ieron los collados de 1ass". óciles al programa, los niFos arro)aron lores &acia el cielo, los ancianos bendi)eron a los adolescentes, las madres dieron gracias al er upremo por su ecundidad " las doncellas )uraron no casarse m+s %ue con ciudadanos %ue &ubieran ser(ido a la patria. nmediatamente se produ)o la desbandada: la noc&e estaba próxima " los parisinos &ab0an aguantado en pie desde las cinco de la maFana. Muc&os se instalaron al pie de la MontaFa para tomar un bocado. -staba pre(isto %ue el corte)o se dislocar0a en la pla*a de los n(+lidos " %ue la Con(ención Bacional regresar0a en corporación a las uller0as pero los caetines de la a(enida de la -scuela Militar atra)eron al gent0o sediento " el retorno de los diputados se eectuó sin orden en medio de la marea de ciudadanos %ue (ol(0an al cora*ón de la ciudad. Al remitir la gra(edad propia del acto, los resentimientos se recrudecieron. Alguien citaba esta rase o0da: «Miren ese tipo. PBo le basta ser el amo " toda(0a %uiere ser un diosQ2. e asegura %ue Lecointre /un su)eto medio loco/ se acercó a Robespierre " le di)o en la cara: «Me gusta tu iesta, Ppero a ti te odioQ2 Cuenta ilate %ue adier " Sar\re, con %uienes se encontró en la entrada de las uller0as o %ui*+ en otra parte, &ablaban con palabras de doble sentido, di(irtiéndose en intrigar con ellas a a%uel empronio Graco. Sarere dec0a: /La «Madre de ios2 no parir+ su «erbo di(ino2. /-l &ue(o %ue la gallina empolla no tendr+ germen /respond0a adier, siempre irónico. /Bo entiendo nada de esa «Madre de ios2 /di)o ilate. /PA&Q /replicó Sar\re, sonriendo de sus propios pensamientos/, son misterios %ue los proanos deben ignorar. e trata de la «Madre del abio2 %ue es el centro donde el cielo " la tierra deben desembocar Como %uiera %ue ilate reclamase otras explicaciones, adier murmuró: /Bo se c&ancea. PNumQ Na" muc&o cierto en todo esto. @uesen o no recogidas con exactitud, rases como éstas re(elaban una irritación declarada " mu" real. Cuando sabel Le Sas, %ue a pesar de su inminente maternidad &ab0a acudido al Campo de Marte, encontró all0 a su marido al inal de la iesta, éste, consternado, se acercó a ella con estas palabras: «PLa patria est+ perdidaQ2 Wa era noc&e cerrada cuando Robespierre regresó despeado a casa upla", de donde &ab0a salido tan ligero por la maFana. odos sus anitriones &ab0an asistido a su triuno, %ue ellos /gente sencilla/ consideraban deiniti(o. Le elicitaron por él con (erdadero aecto.
Robespierre les de)aba &ablar, %ui*+ abrumado por la re(elación s'bita de la desproporción ragante entre su mérito " el tremendo papel %ue temerariamente &ab0a asumido. Al (er a%uel pueblo a sus pies, X&ab0a experimentado por (e* primera la intuición de su propia mediocridadY U, m+s probablemente, Xse asustaba del n'mero creciente de enemigos %ue acababa de descubrir desde el pin+culo a donde se &ab0a encaramadoY Bada re(eló de sus angustias a la buena gente %ue le rodeaba, pero di)o con tono proético: /Bo me (eréis muc&o tiempo. @uera, en la noc&e calurosa, el populac&o prolongaba sus regoci)os. -l palacio de las uller0as, iluminado, reten0a a los mirones. Hna estrella de uego brillaba ante el pabellón central poco a poco se debilitó su resplandor por in palideció " terminó por apagarse. A%uella estrella %ue se apagaba era también un s0mbolo.
Cap0tulo -L -TH- - RUS-1-RRAun%ue sus colegas de la Con(ención se negasen a ser sus turierarios, Robespierre no se (e0a pri(ado de incienso. u correo diario le tra0a bocanadas de incienso de todos los puntos de @rancia: un incienso de calidad inerior, pero con el %ue se embriagaba no obstante, puesto %ue conser(aba a%uellas necedades, ruto de ingenuos, si no de comediantes, cu"os mo(imientos de incensario carec0an de delicade*a: «Admirable Robespierre, antorc&a, columna, piedra angular del ediicio de la Rep'blica @rancesa, Psalud [8!Q2 «La corona " el triuno se os deben " os ser+n otorgados en espera de %ue el incienso c0(ico &umee ante el altar %ue os ele(aremos un d0a[8>!2 Hn corresponsal le comparaba con «un +guila %ue planea en los cielos2 otro adoptaba de(otamente la orma de las letan0as: «-sclarecido miembro de la montaFa, genio incomparable, protector de los patriotas, %ue todo lo (e, todo lo pre(é, desbarata todos los peligros2 Hnos padres a %uienes la naturale*a &ab0a regalado un &i)o a(isaban al ncorruptible %ue &ab0an osado cargar al recién nacido «con el peso de su nombre ilustre2. Hna (iuda, m+s pr+ctica, le orec0a su ortuna " su mano: «esde el comien*o de la Re(olución esto" enamorada de (os, pero antes me &allaba encadenada " supe (encer mi pasión os sois mi di(inidad suprema Us miro como +ngel tutelar m0o2 A la noticia del atentado de %ue estu(o a punto de ser (0ctima el &ombre sin igual respondió un concierto de lamentaciones " gritos de rabia: un milagro del er upremo le &ab0a sal(ado del puFal de a%uella nue(a Corda". «La &istoria )am+s pintar+ tanta (irtud, talento " (alor. o" gracias al er upremo, %ue &a (elado sobre (uestros d0as2 ncluso la comuna de Marion «se arro)ó a sus pies " le anunció %ue &ab0a cantado un e eum en su &onor2. Bunca Luis ], con toda su gloria, &ab0a recibido de su pueblo testimonios de m+s loca adulación. -l aparente éxito de la @iesta del er upremo multiplicó toda(0a las maniestaciones de a%uel culto, %ue cobró las m+s singulares ormas. La gente del campo no comprend0a nada del dios pereccionado %ue se instauró por decreto del 8 de @loreal. Cre0a simplemente en un retorno a la antigua religión " no era raro (er a la gente «asistiendo a la ceremonia con el misal " el rosario2. -n C&aronne, los organi*adores no &ab0an sabido &acer cosa me)or %ue instalar una pila de agua bendita en el altar erigido a la nue(a di(inidad. W en el mismo 1ar0s algunos imaginaban %ue la Re(olución &ab0a terminado. Las arrabaleras se trasladaron a C&tillon con ramos %ue orec0an a los ex nobles, seg'n la antigua costumbre del Mercado, diciéndoles: «Mi cora*ón, mi re", debo abra*arte2, " elicit+ndoles por la protección %ue el er upremo conced0a a Robespierre. XAcaso no &ab0a tenido éste la idea, por lo menos absurda, de sacar al obispo constitucional Le Co* de las prisiones del monte aint6Mic&el " llamarle a 1ar0s para darle un papel en la ceremonia pagana del Campo de MarteY -stos s0ntomas, " otros muc&os, in%uietaban a la ma"or0a de la Con(ención, cansada de lle(ar el "ugo de a%uel colega %ue, con acaparadora ca*urrer0a, &ab0a sabido alcan*ar insensiblemente una importancia sin )ustiicación, %ue rerendaba a los o)os de @rancia " de toda -uropa el brillo de la reciente @iesta. u reputación, en eecto, era uni(ersal. Lo mismo en Londres %ue al otro lado del Rin se &ablaba de «los e)ércitos de Robespierre2 " «la pol0tica de Robespierre2. 1ara el extran)ero, él era la personiicación de la Re(olución @rancesa sus colegas del gobierno apenas eran considerados simples ministros. XTué &ab0a &ec&o para ad%uirir a%uel prestigio ilusorioY iempre se &ab0a a&orrado misiones peligrosas " no &ab0a conducido nunca a la (ictoria a sus soldados. -n sus discursos &ubiera sido (ano buscar «una lu*, una solución, una idea ecunda o una indicación 'til2. 5am+s tomó la iniciati(a de una le" de instrucción p'blica, de inan*as o de deensa nacional. Carec0a de la elocuencia de Mirabeau o de ergniaud, del &umor de Camilo " de la tumultuosa audacia de anton. -n torno a la mesa del Comité soberano, su opinión
apenas pesaba: «en las deliberaciones, no aporta m+s %ue (agas generalidades2. Muc&os llegaban, como aunou, a tac&arle de impotencia de esp0ritu " nulidad en las concepciones legislati(as. i &ablaba, era siempre de s0 mismo, de los peligros a %ue le expon0a su amor al pueblo, de los tiranos coaligados contra él, de su integridad, %ue era real, " de su (irtud, %ue era +spera. -ra uno de esos &ombres %ue pinta Sossuet: «Ciegos admiradores de sus propias obras, no pueden surir las a)enas si llega a sus o0dos alguna cr0tica, se &acen )usticia a s0 mismos con un aparente desdén2 odo lo %ue sobrepasaba su ni(el estaba condenado al desprecio " al odio. Bo ten0a m+s %ue un genio: el de la sospec&a. -n su perpetua desconian*a (e0a por do%uier traidores " conspiraciones as0 se embeb0a en una tarea polic0aca en %ue era mu" experto " %ue sus colegas no le disputaban, «)u*g+ndola m+s repugnante %ue di0cil2. in embargo, &ele con(ertido en amo " seFor: &ab0a poblado de &ombres de su conian*a la comuna de 1ar0s, el estado ma"or del e)ército re(olucionario, las comisiones administrati(as, el tribunal re(olucionario, " «trasladado la soberan0a nacional al Club de los )acobinos, (ocinglera pandilla %ue dominaba con su inluencia la Con(ención sub"ugada2. e &ab0a atrinc&erado en a%uel club «como en una ortale*a, desde donde no cesaba de disparar sobre los comités del gobierno2. XCómo reducirleY X1or dónde atacarleY Wa no era tiempo: %uien se atre(iese a dar el primer golpe era &ombre muerto. W los miembros de la Con(ención, impotentes, (e0an al*arse en el &ori*onte próximo el espectro &orripilante de la dictadura, desenlace neasto de tantas luc&as, esuer*os, sacriicios " duelos. 1ero a%uella oposición se reduc0a a concili+bulos secretos se (i(0a en una sombra de emboscadas. Robespierre ten0a por todas partes o)os " o0dos: estaba inormado &asta tal punto %ue parec0a leer los m+s recónditos pensamientos de sus mudos detractores. Al cabo de tres d0as (enc0a el pla*o de reno(ación del Comité de alud 1'blica. 1re(e0a %ue una (otación por sorpresa pod0a excluirle de él, de modo %ue le importaba actuar a toda prisa. 1or otra parte se esperaba algo de él. Muc&os presum0an %ue cerrar0a la era de los encarcelamientos " la guillotina, inaugurando una nue(a era de clemencia. Algunos diarios insinuaban respetuosamente %ue «el pueblo no aguardaba m+s %ue una seFal su"a para entregarse a los dulces transportes de la raternidad2. Utros le aconse)aban %ue «proclamara una amnist0a general2. ólo él pod0a &acerlo: toda @rancia le aclamar0a. Mas &e a%u0 %ue dos d0as después de la @iesta, ocupando él su sillón presidencial, tras &aber anunciado Sar\re, con su acostumbrada acundia, los éxitos de los e)ércitos ranceses, " tras la aplaudida lectura del bolet0n sobre la salud del bra(o Gelro", (ieron ocupar la tribuna al gotoso Cout&on. -n el exterior circulaba en coc&e o bien en un sillón de ruedas pero en el interior de las uller0as necesitaba uno %ue le lle(ara "a di)imos %ue un gendarme cumpl0a esta misión de acémila. ébil, aable, «amado por una esposa (irtuosa, padre de dos &i)os &ermosos como el amor2, Cout&on pasaba por &ombre pl+cido " moderado. Nablaba or*osamente sentado " esa posición comunicaba a sus discursos una apariencia de calma %ue tran%uili*aba. -n a%uella ocasión comen*ó en medio del ruido. Los escaFos se &ab0an llenado casi por completo, pero apenas nadie escuc&aba. -l orador alababa los buenos sentimientos de sus conciudadanos de Au(ernia " enumeraba las importantes presas de la marina de la Rep'blica: la cl+sica reta&0la de los comien*os de toda sesión. Mas de pronto se ad(irtió %ue expon0a un plan de reorma del orden )udicial: las palabras «moral2, «&umanidad2, «interés p'blico2, «)usticia2, «libertad2 " «(irtud2 sonaban a menudo en su discurso. Como no se ignoraba %ue él era el porta(o* de Robespierre en determinadas circunstancias, cuando éste preer0a no dar la cara, cundió el asombro: cesaron las con(ersaciones " se &i*o el silencio. Cout&on, con su (o* dulce, ormulaba axiomas como éstos: «Hnas cuantas (erdades sencillas: la indulgencia con los satélites de la tiran0a es atro* la clemencia es parricida -l pla*o para castigar a los enemigos de la patria no debe durar m+s
%ue el tiempo )usto de reconocerlos como tales. -s m+s cuestión de ani%uilarles %ue de castigarles2 W con el tono conciliador de %uien sólo reclama una ligeras modiicaciones a un estado de cosas cu"os deectos &a comprobado la experiencia, dio tran%uilamente lectura a un pro"ecto de decreto cu"os (eintidós art0culos ca"eron como otros tantos golpes de la guillotina sobre la Asamblea muda, &elada de espanto, aterrori*ada por lo %ue escuc&aba: reor*amiento del tribunal re(olucionario, con cuatro secciones en (e* de dos supresión de «ormalidades2 como la in(estigación pre(ia, el interrogatorio en la audiencia, la audición de los testigos " la deensa una sola pena, la muerte, tras la mera comprobación de la identidad obligación de todo ciudadano de denunciar a los sospec&osos XTuiénes eran los sospec&ososY «Tuienes intenten disol(er o en(ilecer la Con(ención Bacional %uienes abusen de los principios de la Re(olución %uienes propalen noticias alsas, extra(0en la opinión, impidan la instrucción del pueblo, depra(en las costumbres o corrompan la conciencia p'blica en in, %uienes, por el medio %ue sea, atenten contra la libertad, la unidad " la seguridad de la Rep'blica o retrasen su consolidación2 Podo el mundoQ W Cout&on le"ó la lista de los &ombres encargados de la sangrienta " sumaria misión: cinco sustitutos, doce )ueces " cincuenta )urados, entre los %ue iguraba toda la corte de Robespierre, con umas, ilate, Coin&al, upla", su primo La(iron los Gra(ier, los Gamier6Launa", el impresor Bicolas, el cerra)ero idiée, el tendero Lo&ier, illers, recomendado por aint65ust, esboisseaux, el abricante de almadreFas, el caetero C&rétien, el pelu%uero Game" " muc&os otros, %ue él &ab0a colocado meticulosamente en a%uella +brica de muerte %ue se con(ert0a para ellos en su terreno " su pertenencia. Hna (e* inali*ada la lectura, en el abrumador silencio %ue pesaba sobre la Asamblea consternada, se al*ó una (o*, sola una: la de Ruamps, %ue, resumiendo la impresión un+nime, gritó: /i ese decreto sale adelante, me salto la tapa de los sesos. -sto inundió cierto (alor a los dem+s: Lecointre pidió el apla*amiento. 1ero Robespierre &ab0a abandonado "a su sillón " se encontraba en la tribuna, exigiendo la discusión acto continuo. W dio sus órdenes: «Tue la Con(ención permaneciese reunida, si era preciso, &asta las nue(e de la noc&e2 Los apocados aplaudieron " Cout&on comen*ó una segunda lectura de los (eintidós art0culos, %ue Robespierre interrumpió con algunas palabras conminatorias, ta)antes como el &ac&a de un (erdugo. La &orrible le" ue (otada e inmediatamente se sometió asimismo a (otación la reno(ación del Comité de alud 1'blica, cu"os poderes se prorrogaron sin oposición: la Con(ención se orec0a as0 en &olocausto al tirano al %ue %uer0a derribar. -l cuadro de los d0as %ue siguieron &a sido pintado muc&as (eces: cuc&ic&eos angustiados en los pasillos la consternadora re(elación de %ue la le" de sangre no era obra de los comités, sino de Robespierre solamente, +(ido de castigar a sus insolentes colegas por sus *umbas " sus in)uriosas interpelaciones el d0a del er upremo la con(icción de %ue todos se &allaban ba)o la amena*a del cuc&illo, pues la nue(a le" abrogaba t+citamente el decreto pre(io por el %ue los miembros de la Asamblea no pod0an ser lle(ados al ribunal Re(olucionario -sto era, sobre todo, lo %ue les alarmaba. in decir palabra &ubieran entregado el pa0s al &ombre ante %uien temblaban pero entregarse a s0 mismo era "a un sacriicio excesi(o Bo &ab0a modo de escapar: Robespierre no admit0a ausencias ni permisos. «Bada de asuntos particulares2, &ab0a decretado. i, por lo menos, &ubieran sabido %ué cabe*as necesitaba 1ero sólo se supon0a " se enumeraban sus enemigos declarados. odos estaban dispuestos a entregarle a su (ecino pero como a%uel Moloc& se obstinaba en no designar a nadie, no &ab0a %uien se sintiera libre de amena*a. Sar\re, «con (ergon*oso des+nimo2, dec0a a ilate: /-se Robespierre es insaciable i nos &ablase de &uriot, Gulro", 1anis, Ro(ere " Cambon, nos entender0amos. Tue pida en buena &ora también a allien, Sourdon de lVUise, Legendre " @réron 1ero es imposible consentir en el caso de Audouin, Leonardo, ourdon, adier "
oulland. -l d0a ;<, como Robespierre se &allaba ausente de la sesión, Sourdon de lVUise, %ue ten0a ra*ones para considerarse amena*ado, se &i*o eco de las *o*obras un+nimes: /ecretemos /di)o/ %ue los representantes del pueblo arrestados no puedan ser entregados al tribunal m+s %ue cuando la misma Con(ención &a"a ormulado el decreto de acusación. Merlin, de ouai, presentó un alegato en este sentido, airmando el derec&o inalienable de la Asamblea de ser la 'nica en someter a )uicio a sus miembros. u proposición ue aceptada al punto. -sto tran%uili*ó un tanto. 1ero al d0a siguiente el terrible +rbitro estaba all0. As0 como su compadre Cout&on. ste, meloso " contristado, protestó cortésmente contra «las calumnias2 de la (0spera: PAmena*ar a la Con(enciónQ Pntentar someterlaQ PTué indignidadQ ólo un mal ciudadano pod0a lan*ar acusación tan in)uriosa " tan impol0tica. 1rolongados aplausos acogieron sus palabras. Sourdon, el culpable, se retractó p'blicamente: /Aprecio a Cout&on. Aprecio al Comité. Aprecio a la in%uebrantable MontaFa %ue &a sal(ado la libertad. Badie osar0a de)ar de adular " &umillarse ba)o la mirada del déspota. 1or%ue esta (e* presid0a Robespierre: desde lo alto de su sillón, con sus gruesas gaas ante los o)os, escrutaba los escaFos, donde cual%uiera pod0a creerse ob)eto de sus miradas in%uisiti(as. Arremetió contra Sourdon de lVUise, uno de los %ue le insultaron en la @iesta sin pronunciar su nombre, le picó, le espoleó, sabiendo %ue saltar0a con a%uellos agui)ona*os. escribió a «a%uellos intrigantes, m+s miserables %ue los dem+s por m+s &ipócritas2, %ue extra(iaban a la Con(ención " (ilipendiaban al Comité. Sourdon gritó, en eecto: /1ido %ue se demuestre lo %ue se insin'a e acaba de decir mu" claramente %ue so" un mal(ado. -ntonces, con a%uella (o* ronca de cólera %ue causaba escalor0os, Robespierre replicó: /Wo no &e nombrado a nadie. PA" de %uien se nombra a s0 mismoQ e al*aron (arias (oces: /P0ganse nombresQ /Los diré cuando sea preciso /ata)ó el impenetrable tribuno. A%uel anatema, tanto m+s estremecedor cuanto %ue era impersonal, sub"ugó a la Con(ención una (e* m+s: el in)urioso alegato de Merlin ue rec&a*ado " la sesión inali*ó «en medio de los m+s (i(os aplausos2. A%u0 comen*ó el gran p+nico. Bo cab0a duda de %ue la Asamblea, postrada en lo sucesi(o, entregar0a a su domador a %uienes este reclamase. Sastar0a %ue los designase " los tendr0a al punto. Bo era (ida la %ue se lle(aba. ncluso los m+s indolentes se aterrori*aban con la obsesión del brusco despertar a medianoc&e por los en(iados de los comités, al %ue seguir0a la conducción a la Conser)er0a, el )uicio a mediod0a " la e)ecución a las cuatro sin &aber podido pronunciar una palabra ni recurrir a un amigo. A%uella ue la época en %ue las amilias impon0an silencio a los niFos para escuc&ar el paso de las patrullas por la calle todos permanec0an inmó(iles &asta el momento de o0r golpear el aldabón de una puerta (ecina entonces se &ac0an con)eturas " cuando los soldados se ale)aban cab0a exclamar: «PWa pasó por esta noc&eQ2 urante el d0a, los &ombres iban " (en0an, se agitaban, para desa&ogar su iebre " e(itar la pesadilla obsesi(a. Aumentó el n'mero de espect+culos: el éxito de ciertos teatros /entre otros, el de aude(ille/ comen*ó en a%uellos angustiosos tiempos. 1ero los diputados (i(0an peor %ue nadie: muc&os de ellos no se acostaban si%uiera en su cama acud0an a las sesiones para (igilar la marc&a de los acontecimientos mas, para no llamar la atención, cambiaban de sitio con recuencia, pues as0 cre0an despistar a los esp0as " no mal%uistarse con nadie. Los m+s desconiados no se sentaban nunca " permanec0an en pie cerca de la tribuna, dispuestos a desli*arse urti(amente &acia el exterior de la sala en caso de
peligro. Llegó a (erse una escena como ésta: un miembro de la Con(ención, con la rente apo"ada en su mano, cre"ó %ue «el dictador2 le miraba " cambió r+pidamente de posición, balbuciendo tembloroso: «Pa a igurarse %ue pienso algoQ2 in embargo, a pesar del temor %ue les atena*aba a todos, «&ab0a %ue mostrar una especie de alegr0a si no se %uer0a exponerse a morir. 1or lo menos, &ab0a %ue adoptar un aire de contento, una actitud abierta, algo as0 como en tiempo de Berón2. Algunos, como Mail&e, preer0an no comparecer " pasaban el d0a midiendo con sus pasos la a(enida de Beuill" o las espesuras del Sos%ue de Solonia. -scribió uno de ellos: «Nablé a (arios colegas amigos m0os de un pro"ecto personal %ue abarcaba el pla*o de un mes ellos se moaron muc&o de mi presunción al contar con un mes de (ida2 Los miniaturistas se (e0an desbordados por los encargos. Muc&as personas, sabiendo %ue iban a morir, %uer0an de)ar a los su"os por lo menos su retrato ", por prudencia, lo mandaban &acer con atuendo de descamisado. Umer Granet, dueFo de una ortuna de cien mil rancos de rentas " uturo alcalde de Marsella con Bapoleón, no sal0a sino armado «con un bastón nudoso, grueso como el bra*o, " (estido de la orma m+s descamisada %ue se pueda imaginar2 se titulaba «el accioso Granet2. W el uturo conde &ibaudeau, (estido con una carmaFola de tela de colc&ón, «ten0a la costumbre, cuando &ablaba de apo"ar ambas manos en los &ombros del llamado Granet para &acer (er %ue era aun m+s #accioso$ %ue su colega2. -l *apatero C&alandon, miembro del Comité Re(olucionario de la sección del Nombre Armado, procuraba cada d0a una garraa de &orc&ata al representante allien «para garanti*arle contra el (eneno con %ue estaba amena*ado2. -n in, no pudiendo resistir m+s la angustia, una docena de miembros de la Con(ención se con)uraron para apuFalar al pie de la tribuna al tirano Robespierre, cu"o mero aspecto les &elaba de espanto. W a pesar del deseo de agarrarse a la menor bri*na de esperan*a la gente encog0a los &ombros cuando adier siempre bromista, intentaba le(antar el +nimo de sus colegas desli*+ndoles al o0do relexiones c&ocarreras sobre el gran milagro %ue se dispon0a a obrar gracias a la a"uda de la «Madre de ios2. us guiFos maliciosos, sus gestos de complicidad, sus actitudes satisec&as " tran%uili*adoras, sus alusiones a los siete sellos del -sp0ritu anto " a los siete dones de la Bue(a -(a "a no intrigaban a nadie " sus semiconidencias no eran tomadas m+s en serio %ue los «sesenta aFos de (irtud2 de %ue blasonaba. esde el d0a en %ue Néron " énar se &ab0an introducido en casa de Catalina &éot para detener a la (isionaria " a sus ieles, adier no &ab0a de)ado de otorgar al extraFo asunto los m+ximos cuidados. Los sabuesos del Comité de eguridad General continuaban en busca de elementos %ue permitiesen presentarlo como una gran conspiración pol0tica ", al mismo tiempo, una caricatura del culto instaurado por Robespierre. Néron " énar lle(aban las in(estigaciones. -n primer lugar se dirigieron, en plan de registro, al = de la calle de Correos, a casa del ex cartu)o dom Gerle, %ue, sacado de la prisión para el caso, les aguardaba ba)o la custodia de (arios descamisados. odos sus papeles ueron sometidos a riguroso examen sobre los %ue parec0an sospec&osos, Néron le in(itaba a orecer aclaraciones: &umillante situación para un sacerdote descarriado %ue no pod0a &aber ol(idado el tiempo de e luminosa en %ue reinaba sobre una abad0a célebre " a %uien dos polic0as irónicos " brutales enrentaban a la sa*ón con los testimonios escritos de sus degradantes aberraciones. Le in(itaron a explicarse, entre otras cosas, acerca de «un papel di(idido en tres columnas reerentes al establecimiento de una di(inidad en 1ar0s2: a%uella di(inidad asegurar0a a sus cre"entes la inmortalidad del alma " del cuerpo. -l ex mon)e, mu" corrido, se limitó a responder %ue «estaba mu" le)os de seme)antes ideas cuando &i*o a%uel resumen2. A continuación pusieron ante sus o)os un billete dirigido a él " redactado as0: «PU&, GerleQ,
%uerido &i)o Gerle, predilecto de ios, digno amor del eFor: el cielo, al ormaros, &i*o la dul*ura misma obre (uestra cabe*a, sobre esa rente apacible, debe ser colocada la diadema Tue (i(a por siempre el %uerido &ermano en los cora*ones de (uestras dos &ermanitas enid, &ermano %uerid0simo, a pasar la tarde del miércoles, a las cuatro " media (uestras dos &ermanitas " amigas os aguardan2. Luego, otro escrito con la misma letra: «PU&, GerleQ, Gerle, %uerido &i)o Gerle, (uestras dos &ermanitas os in(itan a (enir maFana, d0a de década, a desa"unar con ellas a las nue(e " media, no m+s temprano ni m+s tarde2. -n un tercer escrito, «sus dos palomas le citaban en el Luxemburgo2. ras la pregunta del sarc+stico Néron, in%uiriendo %uiénes eran a%uellas dos palomas, Gerle explicó mu" turbado %ue «a%uellos giros aectuosos no expresaban m+s %ue ternura " estima2: ambas )ó(enes eran &ermanas " (i(0an )untas en la calle aint6omini%ue6dV-ner n'mero K. Hna de ellas se llamaba Rosa " era la bella muc&ac&a %ue los agentes del Comité &ab0an o0do cantar en casa de Catalina &éot: la llamaban «la 1aloma2. om Gerle insistió en %ue las tres cartas «sólo se reer0an a ideas espirituales2 " el polic0a tomó nota de los dulces escritos " de los comentarios del mon)e %ue pudieran proporcionar eectos cómicos a adier. Luego se dedicó a los elementos m+s importantes. XTué era a%uel escrito donde se le0a: «Aparece un &ombre castaFo, con sombrero de copa, tra)e gris ratón, c&aleco ra"ado, medias " cal*ones negros, rostro corriente2Y -l inculpado protestó ignorarlo: la ciudadana Godero", en cu"a casa (i(0a Catalina &éot, le &abr0a entregado el papel «para leerlo o comunicarlo2 " Gerle lo &abr0a guardado en el bolsillo, )u*g+ndolo sin importancia. Utro escrito alud0a en términos enigm+ticos a la conmoción %ue aterrori*ar0a 1ar0s el d0a en %ue se cambiase la tierra, en un rel+mpago, todos los de(otos de la Madre Catalina resucitar0an para no morir )am+s. Gerle respondió acerca de éste %ue «puesto %ue no ten0a e alguna en (isiones de a%uella 0ndole, no dedicaba el menor interés a tales sueFos2. Néron dio por in con la «pie*a capital2, tan gra(e " tan inesperada %ue no la mencionar0a en su inorme: Pacababa de descubrir un escrito de Robespierre entre los papeles de dom GerleQ -ra un certiicado de ci(ismo, una especie de sal(oconducto, tal %ue pocos podr0an uanarse de poseer documento parecido: «Certiico %ue Gerle, mi colega en la Asamblea Constitu"ente, se &a mantenido en los auténticos principios de la Re(olución " me &a parecido siempre, aun%ue sacerdote, buen patriota2 -ste documento permitir0a in(olucrar al ncorruptible en el rid0culo asunto de Catalina &éot " presentarle como adepto de la Bue(a -(a. A decir (erdad, la cosa &ab0a sido mu" sencilla: como su sección le negaba un documento de seguridad, sin el cual no se pod0a circular por 1ar0s, Gerle &ab0a ido a (isitar a Robespierre, a %uien &ab0a perdido de (ista desde los le)anos d0as de la Asamblea Constitu"ente le expuso su diicultad ", sin (acilar, el ncorruptible le entregó el precioso talism+n %ue, a partir de a%uel momento, asegurar0a la tran%uilidad del antiguo mon)e " %ue, ca0do en manos de adier, inalmente le perder0a. Gerle &ab0a intentado (er de nue(o a Robespierre, esperando obtener de él una pla*a de empleado en alguna oicina. Acudió con recuencia a «su audiencia de mediod0a2, pero sólo pudo abordarle dos (eces ", ambas «en presencia de su pelu%uero " de otras personas2. 1or lo general, Maximiliano «no estaba (isible, si bien sus 0ntimos sub0an a su &abitación sin &acerse anunciar2. in duda, Gerle dio a Néron estas explicaciones, mu" admisibles, pero el polic0a no las tu(o en cuenta, reser(+ndoselas para s0 " para adier, su )ee, " recogiendo el autógrao comprometedor. e dom Gerle recabó los nombres de cuantos &ab0an igurado en la guarida de la proetisa o en el salón de la du%uesa de Sorbón, en 1etit6Sourg, donde el ex cartu)o era &uésped bien recibido en su condición de medio loco. Gerle di)o todo lo %ue sab0a: al estar con(encido de %ue nunca &ab0a conspirado contra la Rep'blica, no pod0a abrigar dudas acerca del uso %ue se &ar0a de sus re(elaciones. As0 pues, durante los d0as %ue siguieron, los esp0as del Comité detu(ieron a una (eintena de iluminados, entre ellos algunos persona)es de rango. Bo
&ab0a %ue in%uietarse por la du%uesa de Sorbón, %ue lle(aba m+s de un aFo encarcelada en el uerte de an 5uan, en Marsella pero encerraron a un antiguo médico de la casa de Urle+ns, Tué(remont de Lamotte, %ue se ocupaba de sonambulismo a una supuesta mar%uesa de C&astena", en cu"a casa encontraron «una medalla con la irgen en un lado " en el otro un an Miguel Arc+ngel aplastando a Lucier2 a Miroudot, obispo de Sabilonia, %ue pese a &aber tirado &ac0a tiempo el b+culo " la mitra &ab0a otorgado la in(estidura, en unión de alle"rand, al obispo intruso Gobel a un antiguo mon)e ranciscano llamado oisin a Gombault, tesorero de la primera di(isión de la gendarmer0a, por%ue se albergaba en el &otel de la du%uesa de Sorbón en el barrio aint6Nonoré " a un sordomudo, llamado Soutelou, por &aber grabado una estampita «cu"a mera (isión asegurar0a la (ida a %uienes la lle(asen el d0a 89 de agosto2. ambién detu(ieron «al proeta -l0as2, %ue recorr0a los arrabales lle(ando «un manuscrito %ue conten0a el secreto de &acerse in(isible matando a uno de sus seme)antes, en especial a los diputados de la Con(ención2. Utra detención entregar0a al Comité, el ;> de 1radial, a un persona)e de mu" dierente clase, el abate &éot, sobrino de la proetisa " (icario constitucional de aint6Roc&. -ra el prototipo /raro " poco atracti(o/ del eclesi+stico re(olucionario, %ue precisamente por ello sab0a tomarse con comodidad las obligaciones del sacerdocio. Apenas se (io en la prisión, el abate dirigió largos escritos al Comité de eguridad, exaltando los ser(icios %ue &ab0a rendido a la causa del pueblo " ec&ando por los suelos a la (ie)a loca de su t0a. A ella deb0a todas sus desgracias: cuando él «(egetaba en las tinieblas de la superstición2, las disputas de a%uella demente con el ar*obispo de 1ar0s &ab0an detenido su carrera eclesi+stica " una (e* regenerado, all0 estaba suriendo toda(0a a causa de las extra(agancias de a%uella mu)er, «%ue &ab0a recibido de la naturale*a todas las disposiciones necesarias para creer en todas las necedades de %ue estaban llenas las (idas de las Catalinas de ena " las eresas2. W el abate, lleno de amargura, irmaba laicamente «ciudadano &éot2. Lo en(iaron a Sictre, donde pudo meditar a sus anc&as sobre los incon(enientes de los parentescos comprometedores. -stos eran los di(ersos materiales %ue adier se dispon0a a utili*ar, regoci)+ndose de antemano por el ma*a*o %ue iba a asestar a Robespierre ", de rec&a*o, a todas las supersticiones. -l tema, en eecto, se prestaba a los comentarios risibles un &ombre de talento " de &umor lo &ubiera desarrollado en cuadros pintorescos, pero adier no era oltaire, aun%ue en su atuidad gascona se )actase de igualar la inura " la sutile*a del autor del -nsa"o sobre las costumbres. 1or lo dem+s &ab0a %ue ser prudente " conser(ar una escapatoria para el caso de %ue el «gran sacerdote2 del er upremo tomase a mal la &umorada. Resuelto a lan*ar su bomba el ;K de 1radial, adier, para prepararse un buen p'blico, ad(irtió discretamente a sus compaFeros %ue ser0a cosa di(ertida. -l d0a mencionado, la Asamblea se dispuso, pues, a re0r, tanto m+s cuanto %ue Robespierre se &allaba ausente. La (0spera, cuando atra(esaba la antec+mara del Comité de alud 1'blica, sombr0o " con el o0do siempre alerta, &ab0a percibido unas palabras de ilate en un grupo: «-l ribunal Re(olucionario podr+ di(ertirse maFana con el asunto de la #Madre de ios$ Robespierre se dirigió a él con adem+n urioso: #XCómoY X-st+ usted seguroY$2. W aFadió temblando de cólera, ro)o el semblante: «PHnas conspiraciones %uiméricas para ocultar las realesQ2. ic&o esto, se retiró. 1ero as0 pre(enido, decidió no comparecer en la Con(ención el d0a ;K " de)ó su sillón a Sréard. A%uella amosa sesión comen*ó, lo mismo %ue todas, con una serie de comunicaciones arulladas por los secretarios sin %ue nadie prestase atención: «La sociedad popular de Ri(esalte inorma %ue &a celebrado en el templo de la Ra*ón una iesta en &onor del general agobert2 P-l templo de la Ra*ónQ -staban retrasados en Ri(esalte «La sociedad popular de tena", Mosa, en(0a a la Con(ención Bacional los detalles de la iesta celebrada en esta comuna con moti(o de la inauguración de un templo a la Ra*ón2 ecididamente, el er upremo no ten0a muc&os adoradores en pro(incias. «-l ciudadano ange Menon(al, artista del teatro de
Rouen, orenda un drama titulado -l crimen " la (irtud o Admiral " Gero" 2. «-l agente nacional del distrito de Beu(ille, Lo0ret, orenda a la Con(ención un &imno %ue compuso &ace die* aFos2 -stas eran las pe%ueFeces cotidianas de la correspondencia, %ue se perd0an en el ruido de las con(ersaciones. 1ero inalmente apareció adier en la tribuna " se &i*o al punto el silencio. La mera (isión de la siniestra igura alargada del ie)o in%uisidor /los apodos estaban de moda en la Con(ención/, de %uien no se ignoraban los recreos galantes en unión de un grupo de alegres compaFeros ni su tierna co&abitación con su criada 5eanneton, &i*o pre(er %ue nadie %uedar0a decepcionado. Bada m+s &ilarante %ue un c&istoso de cara seria: desde las primeras palabras, el contraste entre la seriedad del orador " su terrible acento gascón, sus muecas " sus intenciones picantes, regoci)aron a todos sus colegas. Bo era recuente %ue se presentase una ocasión para re0r " ellos la apro(ec&aron con un ansia casi pueril. 1or%ue el inorme de adier no merec0a las aclamaciones ni las carca)adas prolongadas a %ue se reiere el Monitor era un batiburrillo sin pies ni cabe*a, des&il(anado, donde todo se entreme*claba como en un caleidoscopio descompuesto: el re" de 1rusia, los tiranos de nglaterra, la endée, los sacerdotes, el genio de la Re(olución, el inierno, anton, BecZer, el inglés especulando en su actor0a con las locuras religiosas, la acción de Urleans " la per(ersidad de 1itt La 'nica buonada algo saliente consist0a en transormar el nombre de Catalina &éot en &eos /pues &eos en griego signiica ios/, deduciendo de a%uel disra* algunos simbolismos. Tuien &o" en d0a lee a%uel galimat0as en su texto oicial no descubre nada aplicable a Robespierre, ni si%uiera una alusión al sal(oconducto auténtico otorgado por él a dom Gerle pero &abr0a %ue saber si el texto no ue expurgado entes de entregarse a las prensas del Monitor por otra parte cabe creer %ue el discurso de adier cobraba toda su importancia de acuerdo con ciertos adornos antasiosos %ue se &ab0a &ec&o circular cautelosamente antes de la sesión: as0 se &ablaba muc&o, aun%ue en (o* ba)a, de una carta &allada por Neron en el )ergón de la proetisa " dirigida por ella a Maximiliano, a %uien caliicaba de «&ombre di(ino " sal(ador del mundo2, llam+ndole también «mi %uerido &i)o2. -sta carta, %ue nunca &a (isto nadie, parece %ue no existió m+s %ue en la imaginación de adier. 1ero la burda insinuación permit0a aplicar a Robespierre toda la mordacidad dirigida contra los de(otos de la calle Contrescarpe: se daba a entender %ue se &allaba entre los iniciados %ue estaba destinada a él la butaca (ac0a cuando Gerle " la madre Catalina pontiicaban ante sus o(e)as se le imaginaba recibiendo los siete besos at0dicos ", como los dem+s, recre+ndose en «c&upar (oluptuosamente el mentón de la (ie)a loca2 As0 traspuesto, el inorme cobraba un doble sentido " resultaba en (erdad &iriente. -ra una alusión a Robespierre, %ue carec0a de esposa o de manceba, el p+rrao sobre «la renuncia de los placeres temporales impuesta a los elegidos de la Madre de ios2 otra alusión a Robespierre, %ue soFaba con la destrucción de %uien no le adulase, la proec0a del gran rel+mpago «%ue debe reducir a pol(o a todos los per(ersos de la tierra, sin respetar m+s %ue a los adeptos de la madre Catalina, inmortales como ella cantando sus alaban*as, go*ar+n sin in, en el para0so terrenal %ue (a a restablecer, del radiante resplandor de su antigua (irginidad [;9!2. adier conclu"ó proponiendo el en(0o al ribunal Re(olucionario de la &eos, el médico Tué(remont6Lamotte, dom Gerle " otros, con orden al acusador p'blico de buscar " perseguir a los cómplices de a%uella gran con)ura[;8!, cosa %ue ue decretada sin discusión. La Con(ención maniestó adem+s su satisacción, ordenando la impresión del inorme, su en(0o a los e)ércitos " a todas las comunas de la Rep'blica " la distribución de seis e)emplares a cada uno de sus miembros. Bo se &ab0a &ec&o m+s con el discurso de Robespierre sobre el er upremo " la inmortalidad del alma. adier exultaba. u buonada iba a costar la (ida a gran n'mero de inocentes, pero acababa de asestar un golpe al tirano.
-n eecto, &ubiera podido creerse %ue a%uel &+bil ata%ue le &ubiese desconcertado. Robespierre, como se &a dic&o, no &ab0a asistido a la sesión pero acudió por la noc&e al Comité de salud 1'blica. -l acusador @ou%uier6in(ille /a %uien adier se &ab0a apresurado a remitir el decreto, para %ue su e)ecución no se diiriera/ llegó también a eso de las nue(e, como &ac0a cada noc&e, una (e* expedida su «&ornada2 cotidiana. Lle(aba el expediente del asunto &éot " se dispon0a a recibir órdenes para el siguiente d0a. -n la antec+mara encontró a umas, presidente de su tribunal. -l comité se &allaba en plena sesión " seg'n su reglamento nadie deb0a molestarle en sus traba)os pero se &ac0a una excepción con umas " con @ou%uier, acólitos indispensables. 1enetraron, pues, en la sala de las deliberaciones " el acusador p'blico depositó sus papeles sobre la mesa. Robespierre se apoderó de ellos " se puso a leerlos. iendo esto, todos sus colegas, poco deseosos de recibir los primeros ra"os de su cólera, se retiraron uno tras otro, de)+ndole solo con umas " @ou%uier. ras &aber &o)eado el lega)o, Robespierre declaró in'til el expediente " ordenó %ue no se le diera curso. @ou%uier obser(ó respetuosamente %ue el decreto le impon0a la obligación de lle(ar a )uicio a los acusados, pero Robespierre le &i*o callar " guardó los papeles. @ou%uier corrió al Comité de eguridad General, %ue se encontraba reunido en el otro extremo del castillo de las uller0as. All0 le aguardaban para determinar la esceniicación de la e)ecución de la (ie)a &éot " sus adeptos. La decepción ue mu" grande cuando se supo %ue &ab0a sido re(ocada la orden. /X1or %uéY /L, L, L se opone /exclamó @ou%uier, con el tono de %uien (e %ue se le escapa un buen golpe. A%uella noc&e se despotricó muc&o contra el ncorruptible en el Comité de eguridad: imped0a %ue los iluminados ca"eran en manos del (erdugo, luego era de los su"os. -sto pareció aun m+s e(idente cuando, al d0a siguiente, su clemencia &alló una ocasión muc&o m+s plausible para maniestarse. A%uel d0a )u*gaban a «sus asesinos2, es decir, a la )o(en Cecilia Renault, %ue a principios del mes se &ab0a presentado en casa upla" con la (ana esperan*a de ser recibida por él. 1or a%uel crimen iban a morir cincuenta " cuatro personas, ninguna de las cuales /excepto Renault padre, su &i)o " su &ermana, absolutamente inocentes por lo dem+s/ &ab0a tenido nunca la menor relación con Cecilia. Al grupo &ab0an sumado a Admiral, %uien, a alta de Robespierre, &ab0a atentado contra Collot dVNerbois. Los dem+s, capturados al a*ar, sólo «&ac0an n'mero2 " ser(0an para &acer m+s imponente el castigo de la «asesina2. -se proceso ue, en cierto sentido, la inauguración de los procedimientos de )usticia sumaria promulgados por la nue(a le": llamada a los acusados por su nombre una pregunta repetida cincuenta " cuatro (eces: «XConoce usted la conspiraciónY2 Cincuenta " cuatro respuestas negati(as. i alguno de los inculpados intentaba discutir /«Ciudadano presidente, le ad(ierto %ue2/, era interrumpido al punto: «PBo tienes la palabraQ PUtroQ2 Bada de interrogatorios, audición de testigos ni deensas. La guillotina. Admiral ue el 'nico %ue no negó su propósito de asesinato pero all0 no era m+s %ue un comparsa " desaparec0a entre «los asesinos de Robespierre2: ormaban parte de éstos Montmorenc", los dos ombreuil, Ro&an6Roc&eort, un sabio, un sacerdote, una actri*, un m'sico, la seFora de ainte6Amarant&e, su &i)a, su "erno " su &i)o, sin contar al conde de @leur", %ue no era mencionado si%uiera en el acta de acusación. odos ueron condenados a muerte como con(ictos " conesos de &aber tomado parte en la «conspiración del extran)ero2: éste era el t0tulo con %ue se adornaba pomposamente a%uella amalgama. Mas para %ue el p'blico no se conundiera " con el in de resaltar %ue a%uellos miserables mor0an por &aberse manc&ado en el asesinato del gran &ombre, llegó del Comité de alud 1'blica la orden de cubrirles con el (elo ro)o de los parricidas. XTuién )ugó a%uella mala
pasada a RobespierreY X1udo la exasperación de su (anidad inspirarle la torpe*a de re%uerir o simplemente aprobar a%uella medida, %ue e%uiparaba a sus (0ctimas a los regicidas de antaFo " %ue algunos &an considerado una ma%uinación de sus enemigosY Bo obstante, para él era mu" +cil desbaratarla: puesto %ue se arrogaba el derec&o de gracia para Catalina &éot " sus ieles, Xpor %ué no protestaba contra la &ecatombe de sus pretendidos asesinosY Como %uiera %ue uere, el eecto resultó para él desastroso. Nubo %ue suspender la salida de los condenados para coneccionar a toda prisa su librea de muerte [;;! " cuando se puso en marc&a el largo corte)o de carretas, escoltado por gendarmes " artilleros, la gente lo contemplaba pasar en un silencio consternado. Pantas (0ctimas para un solo &ombreQ W %ué (0ctimas: un anciano de setenta " cinco aFos[;
a responder a la buonada de adier con un inorme interesante, un inorme decisi(o en %ue todos los conspiradores uesen desenmascarados " %ue enseFase a @rancia «%ue una muerte iname aguardaba a %uienes no se ad&irieran al gobierno re(olucionario2. ste era el remedio: desembara*arse lo antes posible de toda oposición, declarada o latente. «Bo puede elegir circunstancias m+s a(orables para atacar. PBo se ande en c&i%uitasQ2 -l conse)o era oportuno " Robespierre lo consideraba tan eica* %ue se &ab0a anticipado, solicitando al Comité de alud 1'blica las cabe*as de (arios miembros de la Con(ención, las de allien, Sourdon de LVUise, @ouc&é, ubois6Crancé " «algunos m+s2. u petición ue eludida. Al d0a siguiente insistió pero Sillaud6arenne, en nombre de los dem+s, se negó en redondo. Robespierre salió irritado. e &ab0a indispuesto con sus camaradas, como en otro tiempo, en el colegio de Luis el Grande, se indispuso con sus condisc0pulos, como se &ab0a enrentado con la Academia de Arras " con sus colegas del conse)o de Artois. «Pal(ad a la patria sin m0Q2, gritó. Abandonó, pues, el Comité, pero sin dimitir, pues la gallard0a no era su estilo. u tenacidad se &ac0a e(asi(a " oblicua. As0, pues, se coninó en el segundo piso de las uller0as, en a%uella oicina de polic0a creada, en principio, para (igilar a los uncionarios, pero cu"as atribuciones &ab0a extendido él, usurpando las del Comité de eguridad General. aint65ust dirig0a a%uel departamento. 1ero aint65ust se &allaba ausente, cumpliendo una misión, " Robespierre no tu(o incon(eniente en suplirle. -n el primer momento, el traba)o le agradó: a"udado por las comisiones populares, %ue le preparaban listas de sospec&osos, compulsaba, anotaba " conerenciaba con el agente nacional 1a"an " con el alcalde de 1ar0s, Lescot6@leuriot, dos &ombres plenamente adictos. Recib0a a umas, presidente del ribunal Re(olucionario, " al acusador p'blico, @ou%uier6in(ille: ambos se apresuraban a complacerle " no le contradi)eron nunca. Hn gendarme (igilaba continuamente la puerta de su despac&o. Los miembros del Comité, %ue no le &ab0an (uelto a (er, sab0an %ue «(i(0a all+ arriba, con los miembros del ribunal2, " Carnot, a %uien repugnaba a%uel traba)o, declaró %ue «no irmar0a ni un documento emanado de a%uel sanedr0n2, donde nadie se a(enturaba. A las cinco, cuando sus colegas &ab0an le(antado la sesión, Robespierre descend0a, atra(esaba la sala del Comité " estampaba unas cuantas irmas, con lo cual aectaba no ausentarse realmente m+s %ue de las deliberaciones comunes [;>!. As0 se preparaba una escapatoria en el caso de %ue los dem+s %uisieran apro(ec&ar su ausencia para des&acerse de él, "a %ue todo miembro de un comité %ue, sin excusa (+lida, de)ase de comparecer durante tres d0as pod0a ser rempla*ado de oicio[<9!. Bo obstante, Robespierre se de)ó (er por lo menos dos (eces, en sendas sesiones plenarias, es decir, en las %ue reun0an al Comité de alud 1'blica con el Comité de eguridad General. -s una l+stima %ue ninguno de los testigos super(i(ientes parara mientes o consintiera en escribir para la posteridad un relato imparcial de a%uellas asambleas, irremediablemente cerradas a la &istoria. 1ara e(ocarlas sólo poseemos los panletos o las memorias de gente %ue no asist0a a ellas o las )ustiicaciones " deensas de %uienes ormaban parte de las mismas, relaciones de segunda mano a menudo inspiradas por el rencor o por un a+n apologista. Lindet, Carnot, Sillaud6arenne, Collot dVNerbois, Sar\re, 1rieur, a(id, adier, Amar " otros deb0an saber, sin embargo, %ue una (e* desaparecidos nadie 1odr0a legarnos el proceso (erbal (i(ido de a%uellas escenas memorables, de las %ue nuestra imaginación, curiosa, se orma un cuadro terrible " grande. XAcaso no ten0an esas escenas para ellos la misma grande*aY XU sólo conser(aban de ellas un recuerdo (ulgar " mediocreY Xal (e* experimentaban (erg^en*a de decirnos ese «Wo estaba all0 " me ocurrió tal cosa2 ante el %ue palidecen todos los métodos &istóricos " se des(anecen las m+s eruditas compilacionesY A alta de tales testimonios irrecusables es preciso conormarse con algunas (ersiones menos autori*adas. 1or e)emplo, la de Saudot, miembro de la Con(ención, %ue nos presenta a
Robespierre " aint65ust compareciendo una noc&e en el Comité: &an aguardado esa &ora tard0a, «la &ora sepulcral2, por%ue saben %ue «los grandes golpes deben asestarse en las tinieblas2. nmediatamente, Robespierre ataca con audacia a Carnot, reproc&+ndole la torpe*a de sus planes de campaFa " atre(iéndose a decir %ue el organi*ador de la (ictoria est+ de acuerdo con los enemigos de la Rep'blica. -l gran Carnot, conteniendo su reacción, cubre su rostro con las manos " pueden (erse correr entre sus dedos l+grimas de rabia. /Copiando luego de Sarras, (emos a Robespierre (ol(er sobre las cabe*as %ue exige: su lista &a aumentado. -ntrega dic&a lista. La lectura es escuc&ada r0amente el Comité se niega a atacar a la Asamblea. Robespierre se pone en pie, disponiéndose a salir: al abrir la puerta (e en la antec+mara un nutrido grupo de ciudadanos " entre ellos a (arios diputados, %ui*+ algunos de a%uéllos cu"a muerte desea. orprendido, retrocede " (ol(iéndose a sus colegas, toda(0a sentados en torno a la gran mesa, grita para %ue le oigan desde uera: «PHstedes %uieren die*mar la Con(ención, pero "o no lo aprobaréQ2 Collot dVNerbois salta de su silla, indignado ante tamaFa &ipocres0a corre &acia Robespierre, le agarra brutalmente de la ropa " arrastr+ndole para &acerle (ol(er exclama dirigiéndose a la gente de la antec+mara: «PRobespierre es un iname, un &ipócritaQ Bos imputa precisamente a%uello de %ue él es culpable. Bosotros amamos a todos nuestros colegas: Pes este &ombre %uien %uiere matarlesQ2 iene a su enemigo su)eto por el cuello " le sacude. @inalmente logran separarles " Robespierre se escurre entre el gent0o asustado. «emblaba al salir /aFade Sarras, %ue le acompaFó un trec&o/: me miraba con o)os inciertos, %ue parec0an a la (e* darme las gracias por &aberle sal(ado " reproc&arme el estado de &umillación en %ue le &ab0a (isto2 -n las Memorias de Sar\re /testigo ocular éste, pero parcial/ (emos otro d0a los dos Comités reunidos: Maximiliano reclama, obstinado, «el establecimiento de cuatro tribunales re(olucionarios2. Le de)an &ablar, pero luego alguien pregunta si nadie tiene otra proposición %ue presentar. aint65ust toma la palabra " tra*a un cuadro siniestro de la situación: el mal &a llegado a su colmo el 'nico medio de sal(ación consiste en concentrar los poderes, lograr la unidad en las medidas de gobierno Le in(itan a precisar el ob)eti(o de tales recriminaciones. -ntonces, con esa lema arrogante %ue le caracteri*a, propone nombrar un dictador, un &ombre %ue goce de la conian*a del pueblo, un ciudadano (irtuoso e incorruptible. «-se &ombre /conclu"e/ es Robespierre. ólo él puede sal(ar el -stado. 1ido %ue sea in(estido del poder supremo " %ue los dos Comités &agan maFana mismo esta propuesta a la Con(ención2. 1rotestas " risas A%u0 inter(iene el relato de otro testigo, anónimo éste, pero %ue parece &aber (isto bien las cosas. «urante la alocución de aint65ust /dice/ Robespierre se &ab0a paseado alrededor de la mesa, &inc&ando sus me)illas " resollando: todo delataba la agitación de su +nimo. @ing0a gran sorpresa: #XTuién te &a inspirado esa proposición, aint65ustY Hna dictadura es necesaria para @rancia: lo creo lo mismo %ue t'. 1ero &a" en la Con(ención muc&os miembros %ue merecen m+s %ue "o atraer los suragios$ Cout&on, con su tono dul*arrón, apo"ó la moción de aint65ust. -l Comité sólo dedicó una atención desdeFosa a a%uella singular iniciati(a. aint65ust tomaba notas sobre las palabras de cada uno de los opinantes2. Los dictadores, a(ergon*ados " despec&ados, %uedaron con el desaire " la lista %ue Robespierre paseaba desde &ac0a casi un mes /en la %ue inscrib0a las cabe*as %ue cortar/ probablemente se enri%ueció a%uel d0a con nue(os nombres. PictadorQ -s posible, e incluso probable, %ue soFase con el poder. u alta opinión de s0 mismo le persuad0a de %ue el lamentable estado del pa0s no se deb0a sino a la incuria, la incapacidad " la corrupción de a%uella gente %ue le entorpec0a " le parali*aba: si él pudiera ser el 'nico amo, @rancia ser0a un para0so. Rousseau, de %uien se consideraba disc0pulo, &ab0a escrito estas palabras en el Contrato ocial : «i el peligro es tal %ue el aparato de las le"es constitu"e un obst+culo para deenderse del mismo, nómbrese un )ee supremo %ue redu*ca las le"es al silencio " suspenda por un momento su autoridad soberana2. Robespierre &ab0a meditado
a%uella m+xima, por%ue, en los papeles %ue m+s tarde se encontrar0an en su casa, igurar0a una «nota esencial2, de su puFo " letra, %ue comen*aba as0: «-s necesaria una (oluntad 'nica2. Psta era, después de tres aFos de experiencia, la opinión del demócrata m+s amoso de todos los tiemposQ W aint65ust /con %uien le un0a una perecta comunidad de ideas " de pro"ectos/ escrib0a en sus apocal0pticas nstituciones este precepto: «-n toda Re(olución es preciso un dictador para sal(ar el -stado por la @uer*a o unos censores para sal(arlo por la (irtud2. 1ero aun%ue Robespierre ambicionase la dictadura, proponer a sus enemigos %ue se la otorgasen " se pusieran en sus manos denotaba una ingenuidad desconcertante. XCómo esperar %ue aceptasen a%uel pro"ecto desatinado Carnot, a %uien acababa de insultar, Collot, %ue le &ab0a *arandeado, o adier, %ue no le perdonaba %ue &ubiera rustrado «su &ornada2 /la bonita &ornada en %ue se dispon0a a orecer a los papanatas parisinos el espect+culo de la «Madre de ios2 muriendo en la guillotina con un antiguo mon)e, protegido de Robespierre/, " todos los ieles a %uienes &ab0a prometido la inmortalidad eternaY 1ero si Robespierre se erig0a en candidato a la dictadura, Xcómo no era encarcelado inmediatamenteY odos los d0as se deten0a a la gente por delitos menores. Los documentos de las comisiones populares mencionan moti(os de sospec&a tales %ue &ar0an re0r si no &ubiera estado por en medio la guillotina: «-go0sta2 «Conser(a ta*as con la eigie de BecZer " del tirano2 «Bo cree en los beneicios de la Re(olución2 «Bo recuenta m+s %ue personas de buen tono [<8!2 PW por &aber %uerido la dictadura /negación de todo el esuer*o reali*ado en tres aFos/ Robespierre no ser0a in%uietado en absolutoQ X-s esto (eros0milY XAcaso estaba él por encima de las le"esY Bo obstante, esos &ombres ante %uienes imprudentemente se desenmascara le &an calibrado desde &ace tantos meses como (i(en con él conocen sus me*%uindades, su en(idia, su insociabilidad, su esp0ritu embrollador " suspica*. PW le declaran inatacableQ A uer*a de exaltarle con ob)eto de parapetarse en su icticia grande*a le &an encaramado tan alto %ue se les pierde pero en ese pedestal %ue le &an ele(ado inconsideradamente, no igura, como dicen los dibu)antes, «a escala2: resulta pe%ueFo " aparece con su primiti(a po%uedad. Hn pensador &a dic&o: «Bo &a" %ue tocar los 0dolos: su dorado se %ueda en las manos2. A&ora bien, el 0dolo de la Re(olución, perdido por completo su dorado pero inaccesible a la sa*ón, dirig0a sobre sus renegados el ra"o %ue éstos &ab0an puesto en su mano. -n el Club de los 5acobinos, lleno de sus ieles, Robespierre toca a rebato. All0 se encontraba en su casa: la amilia upla" ten0a all0 una tribuna reser(ada, como antaFo la amilia real ten0a su palco en los espect+culos. Robespierre se presentó como (0ctima " amena*ó, seguro de la (ictoria: «-l crimen trama en la sombra la ruina de la libertad Hna multitud de bribones " agentes del extran)ero est+ urdiendo en silencio una conspiración de calumnias " persecuciones contra la gente de bien e esuer*an en cubrir a los deensores de la Rep'blica con una capa de in)usticia " de crueldad Los patriotas %ue %uieren (engar la libertad " aian*arla son detenidos continuamente en sus operaciones por las calumnias %ue los presentan ante el pueblo como &ombres temibles " peligrosos[<;!2. -l crimen, los bribones, los agentes del extran)ero " los calumniadores eran los Comités " la Con(ención La gente de bien, los deensores de la libertad " los patriotas eran él. 1or%ue Robespierre sólo pose0a un registro " no &ablaba /siempre mediante insinuaciones/ m+s %ue para pronunciar su propio elogio " maldecir a %uienes no le admirasen. 5am+s les nombraba: sus anatemas alcan*aban a tantos m+s enemigos cuanto m+s impersonales eran. «-n Londres se me denuncia como dictador. -sas calumnias se repiten en 1ar0s: Ptemblar0ais si os di)era dóndeQ2. -sto alud0a al Comité de alud 1'blica, cu"as disensiones, sospec&adas en la Con(ención, se ignoraban entre el gran p'blico. 1ero Robespierre no disimulaba nada: «XTué dir0ais si os re(elase %ue esas atrocidades no &an parecido intolerables a unos &ombres re(estidos de un car+cter sagrado, %ue entre nuestros mismos colegas se &an &allado %uienes las propalasenY2 1or ortuna, el er upremo (elaba por él: «La 1ro(idencia &a %uerido arrancarme de las manos de los asesinos /PLa pobre Cecilia
RenaultQ/ para incitarme a emplear de modo 'til los momentos %ue me %ueden toda(0a2 1ara sembrar me)or la alarma insinuó %ue sus enemigos pro"ectaban excluirle del Comité: «i me obligasen a renunciar a una parte de las unciones %ue pesan sobre m0, aun me %uedar0a mi condición de representante del pueblo " &ar0a una guerra a muerte a los tiranos " a los conspiradores2. Tue seme)antes palabras se pudieran pronunciar " %ue un miembro del gobierno se atre(iera a predicar as0 la re(uelta " lo &iciese impunemente nos permite discernir de %ué lado soplaba el error. Robespierre, seg'n una parado)a %ue algunos deienden, sucumbió por &aber intentado abatir el cadalso. Lo %ue le perdió, seg'n ella, ue su clemencia. A&ora bien, &asta su 'ltimo d0a /"a cercano/ no cesar0a de preconi*ar ni de pereccionar la «benéica2 institución del ribunal Re(olucionario, poblado con gentes %ue eran &ec&ura su"a él lo (igilaba " lo dirig0a. esde %ue se ale)ó del Comité " dio toda su atención a la oicina de polic0a, las &ecatombes se decuplicaron en a%uel mes de Mesidor, a"udado por su paisano Nermann, a %uien &ab0a &ec&o comisario de las administraciones ci(iles, polic0a " tribunales, se ocupó en (aciar las prisiones, " @ou%uier se (io obligado a re&usar seme)ante obra. Bo obstante, Robespierre no era ero* a la manera de Carrier o de Lebon: sent0a &orror a la sangre su ner(iosa impresionabilidad le ale)aba de todo espect+culo tr+gico: no se le (io ni el 89 de agosto ni en setiembre. -s dudoso %ue acudiera como tantos otros, ni si%uiera una (e*, a la pla*a (ecina a su domicilio para presenciar una e)ecución. e cuenta %ue el d0a en %ue deb0a caer la cabe*a de Luis ] recomendó a upla" %ue cerrase la puerta de la casa. Cuando -leonora upla" %uiso saber el moti(o de a%uella precaución, le di)o: «PA&Q, es %ue &o" pasa ante casa de (uestro padre algo %ue no debéis (er2. orprenden estas contradicciones " se apro(ec&an para descargar de ciertos cr0menes su memoria, %ue ser+ siempre ob)eto de contro(ersia -s e(idente %ue, si &ubiera %uerido, &ubiese podido poner in al error: en los Recuerdos de un contempor+neo, bien situado para saber cosas, se encuentra una rase impresionante: «i Robespierre pide sangre, se derramar+ sangre. i no la pide, nadie se atre(er+ a &acerlo2. 1ero la ped0a, " la ped0a a mares: no por gusto, sino por pol0tica. La guillotina era su arma, su argumento " bien pod0a ser %ue con su le" del ;; de 1radial, con sus comisiones populares, su acti(idad en la oicina de polic0a " sus conspiraciones de las prisiones, %ue tan terriblemente estimularon la actuación del ribunal, Robespierre pretendiera desacreditar a sus enemigos de los Comités, a %uienes, ignorando los entresi)os, el p'blico as%ueado atribuir0a a%uel recrudecimiento de los asesinatos. -l 88 de Mesidor el Comité marcó un &ito: a%uel d0a se anunció la (ictoria de @leurus liberado el suelo rancés, sus soldados llegaban a las puertas de Gante. La Con(ención pataleó de entusiasmo el pueblo de 1ar0s estaba ebrio de alegr0a. Mas para Robespierre era un racaso. Bo era amigo de los militares. ambién a ellos les en(idiaba. Le molestaba su prestigio, del %ue desconiaba, pues per)udicaba al su"o. Nab0a intentado igualarles, pero en (ano. Al entrar un d0a Cambon en la sala donde traba)aba Carnot encontró en ella a Maximiliano, «rodeado de mapas " de memorias militares2 con la rente entre las manos intentaba iniciarse en los misterios de la t+ctica. /Bunca comprenderé nada de esto /gimió en tono despec&ado. Utra (e* di)o a Carnot, m+s cercano a la acide* %ue a la &umildad: /Puerte la (uestraQ PTué no dar0a "o por ser militarQ Le exasperaba el énasis de Sar\re, encargado de comentar en la tribuna los inormes de los e)ércitos: &ubiera deseado menos relie(e. A%uellas buenas noticias no le alegraban. e le escapó decir a Carnot: «Le espero en la primera derrota2. 1or otra parte, la gran (ictoria de @leurus le asestaba un golpe directo: Xpara %ué tanta guillotina si los enemigos &ab0an sido (encidosY La in(asión extran)era, pretexto del gobierno re(olucionario, &ab0a sido rec&a*ada: por tanto deb0a ser el in de las matan*as, los
encarcelamientos " las proscripciones. -l 88 de Mesidor ue una de esas ec&as elices en %ue todos los ranceses raterni*an. 1or la noc&e &ubo iluminación en las uller0as en el aniteatro %ue se &ab0a conser(ado desde la ceremonia del er upremo, gran concierto, con la primera audición del Canto de la 1artida. La inmensa muc&edumbre congregada en el )ard0n aclamó el magn0ico &imno " prolongó &asta el nue(o d0a sus cantos " sus dan*as. -sto también desagradó a Robespierre, ouscado por la obsesi(a intuición de la (anidad de las tortuosas me*%uindades de su pol0tica, comparadas con la brillante (ictoria cu"o eco &ab0a conmo(ido a 1ar0s. A%uella alegr0a %ue ten0a otro ob)eto a)eno a s0 mismo, a%uel canto de gloria %ue celebraba a)enos triunos, le aectaban como una in)uria: «e )u*ga la prosperidad de un -stado /di)o/ m+s por la situación eli* del interior %ue por los éxitos exteriores2. -l ;8 de Mesidor dio rienda suelta a su bilis en los )acobinos declarando %ue «la (erdadera (ictoria era la de los amigos de la libertad sobre las acciones2: as0 se esor*aba en reba)ar el mérito de los (alientes e)ércitos de la Rep'blica " el del admirable Carnot, %ue los &ab0a creado. -n lo cual le inspiraba mal su torpe en(idia, por%ue a la sa*ón cual%uier paso en also pod0a precipitarle en el abismo. 1a"an lo presintió: la &ilarante re(elación de los misterios de la «Madre de ios2 &ab0a signiicado un golpe unesto tanto al culto como al pont0ice del er upremo. Al enrentar al proclamador del dogma de la inmortalidad del alma una (ie)a &ec&icera medio loca, pero muc&o m+s uerte a'n, pues coner0a a sus adeptos la inmortalidad del cuerpo, adier &ab0a actuado como un consumado maestro: desde %ue &ab0a sido ob)eto de la risa general, coincidencia bien signiicati(a, Maximiliano era un &ombre %ue no se %uiere reconocer tocado pero a %uien persigue un in%uietante comple)o de derrota. 1arec0a ocultarse, turbado, perdida la e en su prestigio menoscabado pero alimentada a'n por sus uer*as de reser(a: ello nos conduce a examinar los elementos %ue ormar0an su estado ma"or en la &ora de la luc&a " compondr0an su gobierno tras la (ictoria. La camarilla del ncorruptible no ten0a buena ama en los 'ltimos meses del aFo , pese a %ue sólo se conoc0a de modo mu" imperecto su misterioso alistamiento " sus (erdaderos eecti(os. Con todo se sab0a los suiciente para temer la posible entrada en escena de a%uella oscura c&usma, reclutada entre lo m+s ambicioso " lo m+s degradado de la @rancia re(olucionaria. «Las almas (iles %ue te rodean2, escrib0a a Robespierre la pobre Lucila esmoulins, inormada por las conidencias de su Camilo. Utros, igualmente inormados, se aterraban de los «sicarios2 %ue coleccionaba el sombr0o tribuno: «XTué esperan*a de gobierno pod0a caber con a%uellos satélites a"unos de toda instrucción " toda moralY2 Utros &ab0a %ue, no sin satisacción, ad(ert0an %ue «Robespierre " sus cómplices se perd0an por la ba)e*a de sus agentes2. -n in, no altaban %uienes supon0an %ue, «rode+ndose de gentes %ue ten0an tantos reproc&es gra(es %ue &acerse2, Robespierre se aseguraba astutamente el concurso de agentes seguros, puesto %ue «con una sola palabra pod0a mandarlos a la guillotina[<
&ab0a un solo ri(al al %ue pudiera temer les impon0a sus órdenes o sus conse)os con su superioridad maniiesta " nadie los discut0a Tuer0a a su alrededor subalternos iguales, no. W no ten0a un solo amigo. aint65ust " Cout&on ten0an con él intereses comunes, pero el aecto no ten0a parte alguna en su asiduidad. -l primero e(itaba sentarse a la mesa de Robespierre cuando acud0a a la calle aint6Nonoré, sub0a a la &abitación de su compinc&e «sin comunicar con nadie2. Cout&on, por su parte, &ac0a (arios meses %ue &ab0a abandonado la casa. «All0 no esto" seguro, dec0a a sus colegas de 1u"6de6`me. Cada d0a se (e entrar en casa de Robespierre a una docena de matones, a %uienes él da de comer2. W se asombraba de %ue el ncorruptible pudiera &acer rente a gastos seme)antes. «Mis &onorarios, aFad0a Cout&on, apenas me bastan para subsistir con los m0os2. Carlota Robespierre, %ue desde inales de 8K>; &ab0a (i(ido en casa upla", se peleó con sus dos &ermanos, %ue le dedicaron «el odio m+s implacable2. Carlota prestaba o0dos a las galanter0as de @ouc&é, %ue le propuso el matrimonio, seg'n ella aseguraba, pese a %ue estaba "a casado con una compaFera tan ea como iel. -l mismo Suissart, el abogado de Arras %ue &ab0a apo"ado a Maximiliano en sus comien*os " a %uien antaFo &ab0a )urado éste gratitud eterna, "a carec0a también de crédito ante sus o)os. A pesar de su ardiente ci(ismo, asustado por lo %ue suced0a en Arras, no se cansaba de amonestar a su antiguo protegido: «Nace m+s de cuatro meses %ue no ceso de ad(ertirte e me anto)a %ue duermes " permites %ue se mate a los patriotas2 Bo tu(o respuesta. Molesta por a%uel silencio, la seFora Suissart marc&ó a 1ar0s " se presentó suplicante en casa upla": «Hsted preconi*a la (irtud, pero desde &ace seis meses estamos gobernados por todos los (icios Buestros males son mu" grandes, pero nuestra suerte est+ en sus manos2 X@ue recibidaY Cabe dudarlo. X@ue escuc&adaY Cierto %ue no. -n cuanto al segundo Robespierre, «Sonbon2, tan adicto, no exist0a m+s %ue para su &ermano ma"or. e le consideraba perectamente nulo, «un (erdadero animal, un c+ntaro %ue suena cuando su &ermano lo golpea2. ampoco él &ab0a podido soportar la atmósera saturada de incienso adulterado %ue se respiraba en casa de los upla": desde %ue &ab0a regresado del e)ército (i(0a en la calle aint6@lorentin. Tuedaban los propios upla", %ue continuaban siendo los ieles adl+teres, los turierarios obstinados de Maximiliano. XNab0an %ui*+ acaparado a su &uésped, t0mido, temeroso " suspica*Y XU &ab0a sido él mismo %uien, (oluntariamente, se &ab0a acurrucado en a%uel estrec&o ambiente &asta el punto de reducir al mismo su &ori*onteY XCre0a %ue con a%uella reclusión en casa de unos obreros se erig0a en s0mbolo " proclamaba t+citamente su desdén por los beneiciarios de la Re(olución, los %ue él llamaba «corrompidos2, %ue se dedicaban a una (ida de rancac&elas, corr0an a(enturas galantes o se enri%uec0anY Muc&o &ab0a cambiado todo en el mundillo del carpintero desde la noc&e de )ulio de 8K>8 en %ue, cediendo a un impulso altruista, introdu)o en su casa al modesto diputado de la Constitu"ente. upla" se &ab0a con(ertido en un persona)e: los m+s inlu"entes le guardaban atenciones " le &alagaban muc&os le en(idiaban. Collot dVNerbois le testimoniaba «la seguridad de su amistad ranca e inalterable &acia su republicana amilia2. «Suen ciudadano, padre eli*, tu &i)o, irme "a en los principios con %ue &a sido educado, recoger+ una &ermosa &erencia " sabr+ conser(arla2 La seFora upla" no se encerraba "a exclusi(amente en los cuidados de su &ogar " re(elaba en la mesa las intrigas %ue se tramaban alrededor. imón upla", el secretario de la pierna de palo, &ab0a ad%uirido tanta importancia al ser(icio de Robespierre %ue se sospec&aba de él %ue &ubiera penetrado de noc&e, por orden de su )ee, en los locales de los comités para sustraer (arias carpetas de los arc&i(os. ambién las &i)as del carpintero se encontraban en primer plano: en a%uel Mesidor del aFo , la tierna sabel, casada con Le Sas, acababa de ser madre o0a, esposa del ciudadano Au*at, &ab0a ido con éste a Sélgica, donde le aguardaba un importante empleo en la intendencia del
e)ército: al parecer, «la inconstancia de su cora*ón2 originó all0 m+s de un conlicto. 5am+s conoceremos las comunicaciones «estrictamente conidenciales2 %ue muc&o m+s tarde &ar0a sabel Le Sas a Lamartine sobre este delicado tema " %ue conducir0an al poético &istoriador a conundir a o0a con -leonora. sta, por el contrario, pose0a una reputación intac&able. e le atribu0an todas las (irtudes de la madre de los Gracos. 1asaba por «la prometida2 de Robespierre. -s probable %ue los upla" considerasen, no sin orgullo, la posibilidad de tener por "erno a su ilustre &uésped la misma -leonora sin duda deseaba unirse a a%uel &ombre, de %uien era «an+tica2. 1ero, sal(o una rase de sabel Le Sas, nada indica %ue Robespierre abrigase propósito seme)ante. «Bo le gustaban las mu)eres2, &a dic&o uno de sus colegas «sus ideas abstractas, sus discursos meta0sicos, sus guardianes, su seguridad personal, cosas todas ellas incompatibles con el amor, no de)aban en él ning'n margen a esta pasión2. -n sus encantadores recuerdos de )u(entud, sabel Le Sas cuenta %ue iba a menudo, con sus padres " sus &ermanas, a pasear por los Campos -l0seos. «-leg0amos generalmente las alamedas m+s retiradas. Robespierre nos acompaFaba 1as+bamos as0 )untos ratos elices. -st+bamos rodeados siempre de pe%ueFos sabo"anos. Robespierre go*aba (iéndoles dan*ar les daba dinero Pera tan buenoQ en0a un perro llamado Srount , al %ue %uer0a muc&o el pobre animal era mu" iel a su amo2. Luis Slanc, recogiendo este id0lico tema, &a precisado: los paseos de Robespierre sólo se &acen «solitarios2 en su pluma los pe%ueFos sabo"anos "a no dan*an: «tocan la gaita " cantan aires montaFeses2 " Maximiliano les trata «con una muniicencia tan asidua2 %ue ellos le llaman «el buen seFor2. e este modo progresan " se embellecen las le"endas. Aparte de %ue este episodio parece copiado, con copia un poco demasiado clara, de los ueFos de un paseante solitario, donde 5. 5. Rousseau cuenta sus largue*as con los pe%ueFos sabo"anos de la C&e(rette, no se puede dudar tampoco de %ue Robespierre emprendiera paseos menos bucólicos. esde %ue &ab0a roto con el Comité de alud 1'blica " sólo acud0a a él de tarde en tarde por la noc&e, tras la marc&a de sus colegas, Maximiliano se conced0a el esparcimiento de abandonar 1ar0s algunas (eces. Como se sabe, dispon0a de un coc&e, cosa %ue acilitaba sus despla*amientos, " las in(itaciones no le altaban. As0 iba a casa de su amigo 5uan 5acobo Art&ur, miembro de la Comuna, amoso por &aberse comido /seg'n se dec0a/ el cora*ón de un sui*o muerto el 89 de agosto. La +spera demagogia de Art&ur se amoldaba sin embargo a los esplendores reales de la seForial posesión de Serc", %ue &ab0a al%uilado para su uso personal con su castillo " su par%ue, el m+s &ermoso de los alrededores de 1ar0s. All0, Robespierre gustaba de pescar los peces del estan%ue " cuando una &ermosa carpa, sacada uera del agua por su caFa, daba los 'ltimos saltos sobre la &ierba de la orilla, los )ardineros se asombraban al (erle apiadarse mu" sinceramente de su agon0a. 1or otra parte, los &abitantes de ss" aseguraban, en el (erano del aFo , %ue Maximiliano iba a comer a menudo en su comuna, con Cout&on, Nanriot " otros, «en casa del ciudadano Au(ra", plomero del %ue ue re"2. espués de la comida se paseaba por el par%ue de la ex princesa de C&ima", a la sa*ón encarcelada en 1ar0s. Cuando Robespierre iba a C&ois", nunca de)aban de in(itar a su guardia de corps idiée. Armado de un sable " tocado con el bonete ro)o, para &acer ostentación ante sus paisanos /%ue le &ab0an conocido a"udante de cerra)ero/ de su amiliaridad con Maximiliano «se arro)aba a su cuello2, le estrec&aba en sus bra*os, como a un amigo %uerid0simo perdido die* aFos antes, aun%ue se (anagloriaba de no separarse un paso de él e incluso de acostarse a su (era. Los ban%uetes se celebraban en casa de @au(elle, testaerro de anton /pese a %ue, tras la muerte del tribuno, &ab0a puesto a la (enta su casa/, o bien en casa del alcalde augeois, &ermano de la seFora upla", donde Robespierre pasaba la noc&e algunas (eces el &i)o del ciudadano Leb\gue le (io all0 una maFana «recién le(antado, calent+ndose al uego2. -n caso
seme)ante ec&aban mano del ex cocinero Lou(eau para &acer la comida regaban la calle para %ue el ilustre in(itado no se sintiera molesto por el mal olor e incluso lle(aron una (e* (arios naran)os de los in(ernaderos del castillo para perumar la casa. Las comidas eran ruidosas. idiée, %ue tampoco despreciaba los buenos (inos [
orecer a sus partidarios una ocasión de agrupar a la Con(ención " atacar, en un mo(imiento popular, a a%uellos miembros de %uienes %uisiera des&acerse. La Asamblea, disuelta por a%uel golpe de uer*a, ser0a rempla*ada por una nue(a Constitu"ente, compuesta por la Comuna de 1ar0s " el n'cleo selecto de los )acobinos, una " otros robespierristas an+ticos. Aun%ue no puede demostrarse %ue Maximiliano preparase a%uel golpe de -stado, no podemos menos de considerar singular su premeditación de no asistir a la ceremonia patriótica del 89 de ermidor. e acuerdo con la t+ctica %ue tantas (eces le &ab0a salido bien, X%uer0a tal (e* desaparecer en el momento de la acción para prepararse una coartada en caso de racasoY 1or%ue a buen seguro «algo2 tramaba " el Comité de alud 1'blica, inormado de ello o simplemente desconiado, se pon0a a la deensi(a en(iando al e)ército de las ronteras la mitad de las cuarenta " oc&o compaF0as de artilleros %ue ormaban la llamada «artiller0a de Robespierre2: medida inesperada %ue indignó a los 5acobinos. Asimismo, el Comité &ab0a pro&ibido una reunión de los miembros de todas las secciones de 1ar0s, con(ocados ilegalmente, %ue &ab0a de celebrarse el de ermidor en la casa consistorial, al parecer con el in de recibir antes de la batalla las consignas deiniti(as. -n in, de)ando aparte los indicios de naturale*a pol0tica, siempre su)etos a interpretación " poco con(incentes por esa causa, para no i)arse m+s %ue en los antecedentes de car+cter 0ntimo, muc&o m+s probatorios, X%ué signiica esta nota escrita por Robespierre en uno de sus cuadernos: «ener preparado el e)ército re(olucionario llamar a 1ar0s los destacamentos para desarticular la conspiración2Y XA %ué se reiere esta carta dirigida el ;? de Mesidor por Nanriot al alcalde Lescot6@leuriot: «-star+s contento de m0 " del modo como me portaré Nubiera %uerido %ue el secreto de la operación %uedase entre nosotros los per(ersos nada sabr0an2Y La ciudadana Lescot6@leuriot dec0a %ue su marido «estaba mu" triste desde &ac0a (arios d0as, neg+ndose con dure*a a maniestarle el moti(o de sus preocupaciones2. -l ; de ermidor, Nanriot, @ou%uier6in(ille " doce personas m+s ueron a comer con @leuriot en la alcald0a, instalada en el antiguo &otel del primer presidente del 1arlamento al le(antarse de la mesa ueron al )ard0n a pasear " c&arlar a sus anc&as ten0an aspecto de &allarse «mu" ocupados2. -l amigo esc&s sab0a lo %ue se coc0a, pero no dec0a nada sin embargo, su mu)er no &ab0a ocultado a las comadres de Maisons6Alort %ue «algunos %ue se paseaban por 1ar0s tran%uilamente ser0an guillotinados sin tardan*a2 " %ue entre ellos &ab0a «muc&os diputados2. -l ogoso Ac&ard escrib0a desde L"on a su compadre Gra(ier: «A%u0 estamos con (i(as in%uietudes. Bo dudamos de la (ictoria 1ero &abr+ %ue no entretenerse Bada de piedad: Psangre, sangreQ2 X1or %ué aint65ust, %ue &ab0a pedido prestadas a su cocinero illers m+s de dos mil libras, le promet0a de(ol(érselas el 89 ó el 8; de ermidorY X1or %ué en el )ard0n Marbeu, «cinco o seis d0as antes del > de ermidor2, Le Sas dec0a a su )o(en esposa: «i no uese un crimen, te saltar0a la tapa de los sesos " luego me matar0a "o. 1or lo menos, morir0amos )untos. P1ero est+ ese pobre niFoQ2Y -(identemente, los 0ntimos de Robespierre esperaban un acontecimiento cu"o desenlace les parec0a incierto " en a%uel 89 de ermidor %ue se acercaba sab0an %ue &ab0a de producirse la crisis decisi(a.
Cap0tulo -RMUR -l de ermidor se perila la situación. Robespierre /%ue desde un mes atr+s se &ab0a presentado en la Con(ención mu" pocas (eces/ compareció a%uel d0a: se dec0a %ue iba a &ablar. Ante seme)ante noticia, la sala, por lo general bastante (ac0a, se &ab0a llenado como en las grandes ocasiones: el p'blico %ue se apretu)aba en las tribunas, en el salón de la libertad, en la galer0a de los peticionarios " ante la barandilla llegaba &asta los escaFos reser(ados a los diputados. -ra lo acostumbrado: a despec&o del reglamento, los solicitantes %ue buscaban a un representante o incluso los simples curiosos penetraban en el &emiciclo " se instalaban en sus bancos. All0 se circulaba como en la calle, sin descubrirse, " los mismos diputados sólo se %uitaban el sombrero cuando, en alg'n momento de tumulto, el presidente /%ue permanec0a con la cabe*a descubierta/ se cubr0a para de(ol(er la calma a la sesión. La sala de la Con(ención era mu" grande, muc&o m+s larga %ue anc&a " sobre todo singularmente alta. ista desde las tribunas p'blicas, orec0a el aspecto de un oso estrec&o " proundo, siempre rumoroso. ie* ilas de bancos cubiertos de badana taileteada se escalonaban en grader0as %ue ormaban cur(a en los +ngulos por el centro los cortaba un largo pasillo, la «barandilla2, donde se deten0an las diputaciones. @rente a las grader0as, la tribuna, bastante ba)a se sub0a al balcón donde &ablaban los oradores por cinco escalones en cada lado detr+s se &allaba la mesa del presidente, un poco m+s ele(ada, " en el mismo plano, a derec&a e i*%uierda, las mesas de los secretarios. oda la construcción era elegante, de madera de tilo " de arce, adornada con %uimeras, rosetones " coronas bronceadas, destac+ndose sobre un ondo (erde antiguo. Los escalones de la tribuna eran de caoba. -l contorno de la sala estaba re(estido, &asta cierta altura, de colgaduras (erdes bordadas en ro)o, %ue ca0an en grandes pliegues m+s arriba, sobre un ondo ocre, aparec0an oc&o enormes iguras de los sabios de la antig^edad, pintadas al temple. Hn opulento troeo de banderas tomadas al enemigo ormaba un dosel de gloriosos )irones al sillón presidencial, bello mueble, tapi*ado «a la romana2 seg'n diseFo de a(id. A%uel d0a lo ocupaba Collot dVNerbois. Robespierre, en la tribuna, le0a desde &ac0a casi una &ora: su (o* monótona, seca " r+gil, ca0a en un silencio impresionante, preFado de expectación " pre(enciones. XA %ué conduc0an a%uellos pomposos periodosY X-ran %ui*+ un maniiesto de clemenciaY XHn acto de contrición, el reconocimiento de los errores cometidos, una llamada a la concordia, un ata%ue pérido, una declaración de guerra o una conesión de impotenciaY odo al mismo tiempo, en desorden, con rodeos, repeticiones, reticencias ", en algunos puntos, sinceros acentos de soberbia melancol0a. A%uel discurso, traba)osamente escrito, carec0a de plan " m+s a'n de claridad. e (e* en cuando era una apolog0a personal: el orador insist0a en sus largos ser(icios " los peligros incesantes %ue le amena*aban, en la ingratitud " la mala e de sus colegas: «omos nosotros a %uienes asesinan " a nosotros mismos nos pintan temibles2. en0a «el cora*ón marc&ito por la experiencia de tantas traiciones2 no era «m+s %ue un pobre &ombre expuesto a los ultra)es de todas las acciones2, a %uien los per(ersos, para perderle, &ab0an atribuido «una importancia gigantesca " rid0cula2. enunció a «los monstruos %ue &ab0an arro)ado a los patriotas a las ma*morras " lle(ado el terror a todos los +mbitos2. Nabló de la lista, la amosa lista de las cabe*as %ue se dec0a %ue él reclamaba apenas pod0a creer tan espantosa peridia: «X-s cierto %ue &an con(encido a cierto n'mero de diputados irreproc&ables de %ue su perdición estaba decididaY X-s cierto %ue se &a propalado con tanto arte " audacia la impostura de %ue muc&os de nuestros colegas "a no se atre(en ni si%uiera a (i(ir en sus casas por la noc&eY2 XLe &ab0an calumniado, puesY Nubo %uien respiró tran%uilo. Mas &e a%u0 %ue en a%uella menestra de alta elocuencia " c&ismes entreme*clados aparecieron una (e* m+s di(ersas
alusiones in%uietantes a «algunos mal(ados, autores de todos nuestros males2, a los «diputados péridos2, a «la liga de los bribones, %ue tiene cómplices en el Comité de eguridad General2 " a la %ue estaban ailiados «algunos miembros del Comité de alud 1'blica2. 1or lo tanto, Xno renunciaba a (apulear a sus enemigosY XTué creerY Robespierre pasó sobre a%uel tema, sin precisar, " arremetió luego contra «el (ergon*oso sistema del error2 " la per(ersidad de los agentes subalternos %ue reclutaban gente para el cadalso: «epuremos la (igilancia nacional en (e* de emplear los (icios las armas de la libertad sólo deben ser empuFadas por manos puras2. -sto iba para Néron, énar " su banda, para adier %ue les daba traba)o la buena gente de la Asamblea estaba a punto de aplaudir, pero se abstu(o de ello por%ue el orador iniciaba el elogio del sistema %ue acababa de (ituperar: «in el gobierno re(olucionario, la Rep'blica no puede consolidarse i &o" lo destruimos, maFana no tendremos libertad -n la carrera en %ue nos &allamos, detenerse antes del inal es perecer2 XA&, de modo %ue no reprobaba los excesos cometidosY odo lo contrario: «Bosotros no &emos sido demasiado se(eros Pe &abla de nuestro rigor " la 1atria nos reproc&a nuestra debilidadQ2 Al leer esta desconcertante alocución se comprende %ue produ)era un eecto de estupor en %uienes la escuc&aron. A%uel extra(agante sistema de «péndulo2 destinado a tran%uili*ar a unos amena*ando a los otros, sin designar a nadie, conduc0a a una especie de asombro. -n el discurso &ab0a de todo, excepto un punto donde asirse: Robespierre (ert0a en él su bilis contra los &ombres %ue el d0a del er upremo, «en medio de la alegr0a p'blica2, &ab0an insultado al presidente de la Con(ención Bacional %ue &ablaba al pueblo congregado. «PA&Q, no me atre(o a nombrarles en este momento ni este lugar2 ampoco nombraba a %uien, «para multiplicar el n'mero de los descontentos2, &ab0a orecido a la male(olencia p'blica el relato de una supuesta conspiración de «unos cuantos de(otos imbéciles2, encontrando en él «un tema inagotable de sarcasmos indecentes " pueriles2. ras &aber aludido a adier atacó a Carnot " a 1rieur, pero sin mencionar tampoco sus nombres: «La administración militar se en(uel(e en una autoridad sospec&osa2. ncluso insinuó %ue &ab0a pactado con el enemigo: «nglaterra recibe me)or trato de nuestras armas %ue de nuestros discursos2. e le pod0a ob)etar %ue @rancia &ab0a (encido pero Robespierre denigró a%uella (ictoria: «Bo &ace sino en(alentonar la ambición, dormir el patriotismo, despertar el orgullo " abrir con sus brillantes manos la tumba de la Rep'blica2. -sas m+ximas consternadoras alternaban con apóstroes idealistas /«PBo, C&aumette, no, @ouc&é, la muerte no es un sueFo eternoQ2/ o desa&ogos %ue re(elaban toda la amargura de un cora*ón %ue se cre0a tierno " en realidad no estaba m+s %ue ulcerado: «PNan llegado a cargar sobre m0 todas sus ini%uidades, todos los rigores e)ercidos para la sal(ación de la 1atriaQ2 «odo &ombre %ue se ele(e para deender la moral p'blica se (er+ abrumado de (e)aciones " proscrito por los tru&anes2. Conclusión: sacudir el "ugo de los Comités, depurarlos, es decir, excluir de ellos a todos los mal(ados, &ostiles a Robespierre, " «constituir la unidad de gobierno ba)o la autoridad suprema de la Con(ención2. La posteridad debe destacar en este discurso el cuadro lamentable %ue muestra de la situación del pa0s después de tres aFos de re(olución: «la intriga " el interés, triunantes2 «todos los (icios, emancipados2 la 1atria, «repartida como bot0n2 el mundo, «poblado de incautos " bribones2 la (irtud, «sospec&osa " denigrada2 la administración, «omentando el agiota)e2, es%uilmando al pueblo, a%uel mismo pueblo «temido, adulado " despreciado2 la indignidad de los agentes del gobierno «la peridia, la impre(isión, la corrupción, la per(ersidad " la traición, enseForeadas del poder2 «el cuerpo legislati(o, en(ilecido2 i alg'n &istoriador de nuestros d0as se atre(iera a tra*ar una imagen tan negra de la obra de la Con(ención, ser0a anatemati*ado, despreciado, tratado de renegado, blasemo " anti rancés sin embargo, no &ubiera &ec&o m+s %ue reproducir la opinión de Robespierre, %ue no era tenido por retrógrado
ciertamente. 1ero en a%uella circunstancia &ab0a cometido una torpe*a irreparable: &ab0a cre0do &+bil la t+ctica de esconder las uFas, aun%ue de)+ndolas adi(inar, " &acer caer sobre otros, anónimos, la responsabilidad del error, de la %ue se declaraba «completamente a)eno2, ol(idando su le" de 1radial. Mas la desconian*a de sus o"entes estaba demasiado alerta para %ue se de)asen enredar por a%uella t+ctica. W cuando, tras doblar sus papeles, descendió de la tribuna, el eecto causado por su tenebroso discurso demostró ser mu" distinto del %ue esperaba. La Asamblea (acilaba. XTué &acerY Xe doblegar0a una (e* m+s o exigir0a aclaracionesY -n (e* de calmar las angustias, Robespierre &ab0a (enido a a(i(arlas " muc&os se reconoc0an en los retratos %ue &ab0a tra*ado. XNabr0a %ue intentar lison)earle o plantear inmediatamente un antagonismo decididoY Lecointre " Sar\re se inclinaron por el primer sistema " pidieron «la impresión del discurso2. La moción ue acogida con rialdad. Cout&on ue m+s all+: propuso no sólo la impresión, sino adem+s su en(0o a las cuarenta " cuatro mil comunas de la Rep'blica, sanción ordinaria de la aprobación un+nime. La Con(ención cedió, obedeciendo, pero e(identemente sin entusiasmo. Bo obstante, adier no pod0a permanecer callado desde %ue escuc&ó a Robespierre caliicar de pueril e indecente su inorme sobre la «Madre de ios2. Apareció, pues, en la tribuna, alto, laco, gra(e " cómico, " con tono penetrante maniestó a sus colegas su dolorosa sorpresa. XCómoY A%uel amoso inorme sobre Catalina &eos Xno se reer0a m+s %ue a una arsa rid0culaY PA%uella gran conspiradora %uedaba reducida a «una mu)er digna de desprecio2Q /PWo no &e dic&o esoQ /interrumpió Robespierre. -ra la primera (e* en muc&o tiempo, al parecer, %ue ante la contradicción se bat0a en retirada " es notable %ue esta actitud, %ue tanto deb0a costar a su orgullo, se produ)era a propósito de la proetisa adier continuó, desdeFoso, " deendió su inorme, compuesto «en ese tono de iron0a idóneo para (encer el anatismo2. 1ero oreció algo m+s: /Ne recogido inmensos documentos. Naré entrar esta conspiración en un marco m+s imponente Hstedes (er+n (er+n igurar en ella a todos los conspiradores antiguos " modernos. -stimulado por el e)emplo de adier, le sucedió Cambon en el uso de la palabra: «Wa es &ora de decir toda la (erdad: un solo &ombre parali*a la Con(ención P" ese &ombre es RobespierreQ2 -stallaron los aplausos. Maximiliano se re(ol(ió, reclamando la libertad de decir su opinión. e todos los puntos de la sala brotó el mismo grito: «P-so es lo %ue todos reclamamosQ2 1anis, aterrori*ado, suplicó %ue se le di)era si su cabe*a estaba amena*ada. nter(ino Sillaud6arenne: «PTue el discurso %ue acabamos de o0r sea sometido a los Comités antes de imprimirseQ2 /PA&Q XCómoY /gimió Robespierre/ X-n(iar mi discurso al examen de los miembros a los %ue acusoY -ntre los murmullos se ele(ó una (o*: /P-ntonces, nómbrelosQ /0, PnómbrelosQ /nsistieron (arias m+s. 1ero Maximiliano era obstinado. La suble(ación de a%uella Asamblea %ue tiempo atr+s &ab0a dirigido a su anto)o le irritaba " desconcertaba. @uera por sumisión, cólera o desprecio aseguró %ue no inter(endr0a lo m+s m0nimo en lo %ue se decidiera «para impedir el en(0o de su discurso2. Mientras abandonaba la tribuna e iba a sentarse al lado de Cout&on, con %uien con(ersó «con aire in%uieto2, los representantes se caldearon. 1arec0a %ue despertase la Con(ención. odos cuantos &ablaron contra Robespierre " contra las exigencias de «su &erido amor propio2 ueron aplaudidos. -l decreto ue retirado: el discurso no se en(iar0a a los departamentos. -ra el racaso. -l ncorruptible, %ue se &ab0a le(antado en el momento de la (otación, «se de)ó caer sentado sobre su banco2 " el tembloroso Mail&e, %ue estaba mu" cerca de él, le o"ó
suspirar: «P-sto" perdidoQ2 A las cinco sal0a (encido de las uller0as " regresó a casa de los upla", donde comió. e dice %ue ue luego con las &i)as del carpintero a tomar el aire en los Campos -l0seos. La (0spera &ab0a dado "a en su compaF0a el mismo paseo " se &ab0a mostrado alegre &asta el punto de ponerse a ca*ar abe)orros, como un colegial en (acaciones. Cuando llegó la &ora de (ol(er a la ciudad para acudir a los 5acobinos, ca0a la tarde. Maximiliano se detu(o a contemplar la puesta de sol. -ra uno de a%uellos &ermosos atardeceres del tórrido (erano del aFo . -l cielo se extend0a pur0simo, de oro " de p'rpura, por encima de las colinas de C&aillot. -leonora upla" %uiso (er en ello un presagio: PSuen tiempo para maFanaQ /di)o. -n los 5acobinos, el ambiente ol0a a pól(ora. La iglesia donde se reun0a el club estaba abarrotada. Robespierre ue recibido «con aclamaciones desenrenadas2. ab0an las arentas %ue le &ab0an sido inligidas en la Con(ención " )uraron (engarle, (encer o morir con él. Robespierre dio lectura a su discurso, %ue escuc&aron con pataleos de entusiasmo. Cuando &ubo terminado, impuso silencio a los aplausos " di)o con el tono de %uien se siente cansado de la (ida: /-ste discurso es mi testamento. La coalición de los mal(ados es tan uerte %ue no puedo esperar escapar de ella. ucumbo sin pena: os de)o mi memoria " (osotros la deenderéis. Ante los gritos de la asistencia " la emoción %ue la recorr0a, Robespierre percibió la uer*a de %ue dispon0a " lan*ó una llamada a la insurrección: /PLiberad a la Con(ención de los mal(ados %ue la oprimenQ Pd " sal(ad la libertadQ -n medio del tumulto de las o(aciones, los reunidos (otaron la exclusión de todos los diputados %ue &ubieran rec&a*ado la impresión del discurso. os de ellos se encontraban all0, Collot " Sillaud. Los asistentes se arro)aron sobre ellos " les arrancaron de su banco. «PA la guillotinaQ2 Los *arandearon, golpearon " ec&aron uera. Llameantes de cólera, regresaron al Comité de alud 1'blica. -n la c+mara de las columnas, sus colegas se &allaban reunidos en sesión secreta. Hnas cuantas l+mparas, algunos %uin%ués blancos con adornos de oro, iluminaban las mesas. -ra medianoc&e " todos traba)aban en silencio. Carnot, algo apartado, estudiaba unos planos. -n una mesa aislada, aint65ust escrib0a su presencia estorbaba a los dem+s, %ue ten0an medidas %ue adoptar en pre(isión del siguiente d0a, amena*ador de tormenta. Al (er entrar a Collot, resoplando de cólera, " a Sillaud, l0(ido de rabia, aint65ust les interpeló con el tono m+s tran%uilo, impenetrable " socarrón: «XTué ocurre en los 5acobinosY2 Collot midió la alombra a grandes pasos como para calmarse. e pronto se precipitó sobre «el mocoso2 " le agarró por un bra*o: /X-st+s redactando nuestra acta de acusaciónY aint65ust, cortado, balbució algo. Collot le *arandeó, repitiendo su pregunta: /X-st+s redactando nuestra acta de acusaciónY /PSuenoQ 1ues, s0, Collot, no te e%ui(ocas, escribo tu acta de acusación. W (ol(iéndose a Carnot, aFadió: /ampoco de ti me &e ol(idado. e trabó una luc&a. Xetendr0an a a%uel rebeldeY Bo ten0a el derec&o de &ablar a la Con(ención sin &aber sometido su inorme al Comité %ue lo le"ese " (er0an aint65ust puso manos a la obra " reanudó su escritura, aectando calma. Bo abandonar0a su puesto &asta el alba, escribiendo siempre, acec&ando lo %ue se dec0a " procurando sorprender lo %ue se preparaba a su alrededor. urante toda la noc&e, en las antec+maras, los diputados permanecieron alerta. La puerta estaba bien guardada nadie pudo entrar. Binguno de los miembros del Comité abandonó la sala de las columnas. igilaban a aint65ust, %ue no cesaba de escribir. -speraban la
comunicación %ue &ab0a anunciado. A primeras &oras de la maFana ad(irtieron %ue &ab0a desaparecido. A toda prisa apro(ec&aron su ausencia para redactar una proclama dirigida al pueblo " para discutir la detención del general Nanriot. Apareció Cout&on a lomos de su gendarme. e inormó. XTué &ac0anY Bue(as disputas: «Petener a NanriotQ P-l m+s puro de los patriotasQ XAcaso se &ab0an con)urado a desencadenar la contrarre(oluciónY2 1asó el tiempo en discusiones in'tiles. aint65ust no &ab0a regresado " estaba "a próxima la &ora de acudir a la Asamblea: la sesión comen*ar0a mu" pronto. Abrieron la puerta. Xaint65ust por inY Bo: un u)ier. -ste presentó un papel. -ra de aint65ust: «La in)usticia &a cerrado mi cora*ón. o" a abrirlo enteramente ante la Con(ención2. Mientras le aguardaban en el Comité, aint65ust /como &ombre %ue ten0a plena conian*a en el desenlace de la )ornada/ paseaba, seg'n su costumbre, por las alamedas del bos%ue de Solonia, en uno de los &ermosos caballos %ue ten0a re%uisados. Robespierre demostraba idéntica seguridad. alió de su casa tras el desa"uno, tomado «en amilia2. Al conse)o de upla", %ue le recomendaba %ue desconiara, respondió %ue estaba tran%uilo: «La masa de la Con(ención es pura2 Me)or ri*ado " m+s acicalado aun %ue de ordinario, se &ab0a puesto su bello uniorme de seda (ioleta " su cal*ón amarillo de ma&ón del d0a del er upremo. Rodeado de sus guardias de corps con garrotes, llegó a las uller0as, donde era grande el a)etreo: las tribunas rebosaban desde las cinco de la maFana, as0 como las antesalas, los pasillos, la barandilla " el mismo recinto de los diputados, obstruidos por un gent0o turbulento en el %ue iguraban muc&os de los a"udantes de campo de Nanriot " )acobinos de renombre. -l ruidoso p'blico de las tribunas, %ue ten0a prisa en maniestarse, aplaudió la entrada de Robespierre, %ue se colocó, tal como &ac0a &abitualmente, en la primera ila de la MontaFa, mu" cerca de la tribuna. A las once, los diputados se &allaban en sus puestos. &uriot ocupaba el sillón, aguardando al presidente, Collot dVNerbois, retenido en el Comité. -ntre el ruido de las con(ersaciones " la indierencia de todos, los secretarios le"eron la correspondencia " el proceso (erbal de la (0spera. e pronto comen*ó el drama. aint65ust subió a la tribuna: rostro se(ero sumido en una amplia corbata de pretencioso nudo casaca color gamu*a, cal*ón gris claro, c&aleco blanco, anillos de oro en las ore)as. Al punto salieron los u)ieres &acia los Comités para ad(ertir a los re*agados los paseantes de las galer0as relu"eron a la sala. el Comité de alud 1'blica llegaron corriendo todos los miembros, excepto Carnot: acababan de despac&ar a la Comuna al u)ier Cour(ol, portador de una orden en la %ue se urg0a a Nanriot " 1a"an %ue compareciesen ante la Con(ención. ncluso se &ab0a &ablado de encarcelar a todos los upla" para aislar a Robespierre de su cuartel general. aint65ust &abló: su comien*o ue solemne. e repente, allien saltó a la tribuna, empu)ó al orador " le arrebató el puesto. Comprendiendo %ue atacaba a Robespierre, lo acogieron con calurosos aplausos. Le sucedió Sillaud: con su raseolog0a sonora " potente excitó a la Asamblea a la resistencia " al (alor: /La Asamblea perecer+ si se muestra débil /PBoQ PBoQ odos los representantes se &ab0an puesto en pie, agitando sus sombreros con los bra*os en alto. Le Sas se suble(ó " %uiso protestar, pero los gritos de «PUrden, ordenQ2 Le &icieron callar ", aun%ue insistió, lo redu)eron al silencio. La Con(ención &er(0a después de tantos meses de catalepsia: de sus ilas tumultuosas ascend0a el rugido amena*ador del (olc+n cu"o uego interior se reanima. Los )adeantes apóstroes de Sillaud eran interrumpidos por los aplausos, por clamores seme)antes a gritos de liberación. Animado por a%uel éxito, redobló sus golpes. odas sus palabras lle(aban (eneno " cuando Robespierre, rabioso, se lan*ó a la tribuna para
ocuparla, un gran alarido le detu(o: «PAba)oQ PAba)o el tiranoQ2 allien rele(ó a Sillaud, %ue estaba sin aliento, pero permaneció a su lado para respaldarle. Robespierre &ab0a conseguido subir los escalones " se ergu0a contra ellos, codo a codo, dispuesto a apro(ec&ar el primer respiro para tomar la palabra. 1ero allien estaba lan*ado, bland0a un puFal para atacar «al nue(o CromJell2 " exig0a el castigo «de los &ombres crapulosos " libertinos %ue le ser(0an2. La Con(ención aclamaba, se sent0a renacer. Llo(ieron los decretos: detención de Nanriot " de sus a"udantes de campo, de umas, presidente del odioso tribunal, de Soullanger, de Bicolas, de 1a"an, de todo el estado ma"or, de todos los a"udantes de los conspiradores. Cuando el orador tomaba aliento, Robespierre intentaba interrumpir, pero la campana del presidente cubr0a su (o*, "a %uebrada, " estallaba un &urac+n de imprecaciones: «PAba)oQ PBo tienes la palabra, tiranoQ2 W reclamaron a Sar\re, %ue subió a la tribuna. A la sa*ón eran cuatro los %ue ocupaban el estrec&o espacio. Maximiliano, rec&a*ado " debatiéndose por mantenerse, tu(o %ue ceder terreno, pero se %uedó al pie de los escalones, con el sombrero en la mano, mu" cerca de Cout&on, a %uien su gendarme &ab0a depositado all0, " de aint65ust, impasible, con los bra*os cru*ados, seme)ante a una igura de m+rmol apo"ada en la arma*ón de la tribuna. espués de Sar\re, adier recogió su tema predilecto: por décima (e* repitió la &istoria de la «Madre de ios2, con toda suerte de precauciones oratorias, sembr+ndola de alusiones «al astuto persona)e %ue sab0a utili*ar todas las m+scaras al tirano %ue &ab0a usurpado las atribuciones del Comité de eguridad General2 /i ese tirano se dirige especialmente a m0 es por%ue "o &e &ec&o sobre el anatismo un inorme %ue no le &a gustado. W ésta es la ra*ón: ba)o el colc&ón de la «Madre de ios2 &ab0a una carta dirigida a Robespierre. -sta carta le anunciaba %ue su misión estaba predic&a por -*e%uiel -ntre los documentos %ue luego &e recibido se &alla otra carta, de un tal C&énon, notario de Ginebra, %ue, igura a la cabe*a de los iluminados: en ella propone a Robespierre Puna constitución sobrenaturalQ esde todos los puntos de la sala " desde las tribunas, las carca)adas sarc+sticas lagelaron a Robespierre, %ue pateaba impotente. 1ero adier no se deten0a: &i*o c&acota de «la modestia de Maximiliano2, cosa %ue pro(ocó una estrepitosa &ilaridad " descubrió el espiona)e e)ercido por el ncorruptible sobre a%uéllos de %uienes sent0a celos: «1or lo %ue a m0 se reiere, me &ab0a asignado a un tal asc&ereau, %ue me segu0a a todas partes, &asta las mesas a donde "o era in(itado2 Las risas se redoblaron " el (ie)o antoc&e, satisec&o de su éxito, &ubiera continuado as0 indeinidamente si allien, ad(irtiendo %ue las cóleras decrec0an, no &ubiese interrumpido sus gasconadas «para de(ol(er la cuestión a su (erdadero punto2. Robespierre se lan*aba "a a la tribuna. «Wo sabré de(ol(erla2, gritó. 1ero le &icieron callar la campanilla " las (ocieraciones. Retrocedió. Bo &ablar0a: era in'til %ue &ablase. allien le abrumó, le laceró, le aboeteó con apóstroes mortiicantes: «-ste &ombre, cu"a (irtud " cu"o patriotismo se proclamaron a todos los (ientos, se ocultó el 89 de agosto " no apareció &asta tres d0as después de la (ictoria Cuando nuestros e)ércitos se &allaban en situación cr0tica, este &ombre, para calumniar a sus colegas, desertó del Comité de alud 1'blica, %ue &a sal(ado a la 1atria sin él2 5adeante, (ilipendiado, acorralado ba)o tantas in)urias " maldiciones, el desgraciado rug0a. odos le (e0an, extra(iado, subiendo los escalones con uria, como %uien busca dónde ocultarse, " aclamando: «PLa muerte, la muerteQ2 Hna (o* le respondió: «PMil (eces la &as merecidoQ2 W él repet0a, alucinado, implorando el golpe de gracia: «PLa muerte, la muerteQ2 e propuso el decreto de acusación en medio del alboroto: toda la Asamblea, en pie, aclamó la moción con impulso un+nime. Maximiliano, &aciendo acopio de sus uer*as, pudo lan*ar un grito de estertor: /P1residente de asesinosQ 1or 'ltima (e*, dame la palabra [<=!
/osotros lo &abéis o0do, ciudadanos /apo"ó Sar\re, dirigiéndose al p'blico de las tribunas, cu"a actitud, al principio a(orable a Robespierre, se (ol(0a contra él a medida %ue parec0a perdida su causa. e arriba aba)o, la inmensa sala resonó con un ensordecedor griter0o la atmósera, supercaldeada, se &ac0a soocante. -l tribuno acorralado, uera de s0, proer0a in(ecti(as %ue nadie o0a " amena*aba con el puFo. -l presidente se cubrió con el sombrero " al punto se apaciguó la tormenta. 1uesto a (otación el decreto %ue ordenaba la detención de Robespierre, la Asamblea lo aprobó por unanimidad entre grandes (oces de «Pi(a la Rep'blicaQ2 " «Pi(a la libertadQ2, anatema contra a%uel paria cu"a deensa nadie intentaba 1ero, Ps0Q -n primer lugar su &ermano: «Sonbon2 se lan*ó &acia Maximiliano, le tomó la mano " pidió morir con él. /PTue se (ote la detención del )o(en RobespierreQ /gritó un implacable. ambién se aprobó este decreto, %ue &ab0a sido acogido con aplausos. -n un grupo, gran agitación, un mo(imiento de luc&a: era Le Sas, a %uien sus colegas su)etaban por los aldones de la le(ita, mientras él intentaba desasirse. /PWo tambiénQ PWo tambiénQ PBo %uiero compartir el oprobio de ese decretoQ e soltó al in " ue a colocarse )unto a sus dos amigos. La detención de Le Sas ue (otada también sin discusión: la Con(ención se des%uitaba con el renes0 de un miedoso %ue se siente seguro. Luego &abló @réron: se elicitaba de (er por in a la 1atria " la libertad resurgir de sus ruinas. /0, los bandidos triunan /masculló amargamente Robespierre, %ue parec0a &aber recobrado su insolente alti(e*. u &ermano, a'n tembloroso, amena*ó al orador: /PAntes del inal del d0a &abré atra(esado el cora*ón de un mal(adoQ @réron no le &i*o caso. 1ronunció los nombres de Cout&on " aint65ust. Bue(o decreto de acusación " nue(os clamores de )'bilo. -ra el inal. La batalla &ab0a durado tres &oras. La Asamblea, para demostrar %ue «el incidente2 %uedaba li%uidado, aectó escuc&ar la lectura de un inorme sobre los subsidios asignados a los deensores de la 1atria: )u*gaba «ma)estuoso2, digno del enado romano, reanudar sus tareas sin (ol(er a pensar en sus in%uietudes superadas. 1ero todas las miradas se dirig0an a los cinco proscritos, %ue no abandonaban la cercan0a de la tribuna. Maximiliano estaba sentado en su lugar de costumbre " su &ermano a su lado. Hn u)ier se acercó a ellos " les presentó la ampliación del decreto de acusación. Maximiliano tomó el papel, lo recorrió de un (ista*o, lo colocó sobre su sombrero " continuó c&arlando con «Sonbon2. u mero aspecto asustaba a sus (encedores. Hno de ellos alegó %ue «los conspiradores manc&aban el recinto de la Con(ención2. Robespierre contestó con toda calma: «Aguardamos el in de2 1ero se le(antó un (ocer0o ormidable: «PA la barandillaQ PiranoQ PA la barandillaQ2 en0an miedo de (ol(er a o0rle La barandilla constitu0a el l0mite con(encional del pretorio sagrado. 1ara un diputado, «cru*ar la barandilla2 era el s0mbolo de la exclusión. -l presidente &i*o una seFal a los u)ieres. 1ero éstos (acilaron, sin atre(erse a actuar: nadie sab0a lo %ue pod0a reser(ar el d0a de maFana " entregado al tribunal, %ue era plenamente adicto a su persona, Robespierre pod0a ser absuelto, como antes lo &ab0a sido Marat, " de(uelto triunalmente a su escaFo de diputado por el populac&o delirante. Al allar los u)ieres, ue preciso llamar a los gendarmes, %ue mostraron m+s audacia: los gendarmes se acercaron a los acusados uno de ellos cargó a Cout&on a su espalda. /algamos /susurró Robespierre/. algamos en blo%ue &ar+ m+s eecto. Los soldados les empu)aron &acia uera " desaparecieron con ellos en la galer0a ba)a de los peticionarios. Al (er desaparecer al tirano derribado, muc&os present0an "a %ue la Re(olución se iba con él.
Al enterarse de la detención de Robespierre, Nanriot montó a caballo " seguido de (arios a"udantes de campo, entre los %ue se &allaba el (endedor de medias esc&s, el e0mero castellano de Maisons6Alort, se lan*ó al asalto de la Con(ención. 1or desgracia, en el arro)o del momento se e%ui(ocó de dirección " corrió, en galope desenrenado, &acia el barrio de aint6 Antoine, lugar absolutamente tran%uilo %ue nada sab0a de los acontecimientos. As0 ue grande el asombro de los &abitantes del barrio a la (ista de a%uellos )inetes %ue parec0an, derrotados, &uir a rienda suelta &acia incenses, aun%ue gritaban: «PA las armasQ Priunan los bribones " los mal(adosQ2 La gente (ol(ió a sus casas, m+s asustada %ue enardecida por a%uella manera de inlamar los +nimos. Al cabo de un rato (ieron pasar de nue(o a Nanriot %ue, orientado por in, (ol(0a a la pla*a de la Gr\(e, arrastró consigo a los gendarmes apostados en a%uel punto ", siempre corriendo, gritando, )urando " dando la alarma, se dirig0a por la calle aint6Nonoré &acia el Comité de eguridad General. La sede del Comité no se &allaba en las uller0as mismas, sino en un gran &otel mu" cercano al castillo, %ue se comunicaba con éste por un pasillo de tablas. All0 &ab0an sido conducidos, al salir de la Con(ención, Robespierre " sus cuatro compaFeros " estaban comiendo cuando de pronto, &acia las cinco " media, se o"ó un gran tumulto, pasos apresurados en la escalera, ruido de sables golpeando los escalones la puerta se abrió de golpe " apareció Nanriot. Con una impetuosidad %ue &ac0a m+s &onor a su (alent0a %ue a su estrategia, de)ando a sus gendarmes en la calle, se &ab0a precipitado, seguido de esc&s " de otro, en el interior del ediicio " arrollando a los u)ieres, empleados " mo*os, &ab0a llegado &asta el salón donde (arios agentes (igilaban a %uienes él (en0a a libertar. 1ero la puerta se cerró tras él, mientras le &ac0an prisionero " desarmaban, as0 como a sus dos acólitos. Rabioso pero inmo(ili*ado, lo arrastraron al Comité de alud 1'blica. La muc&edumbre crec0a alrededor de las uller0as, apiF+ndose en los patios, en la terra*a " al pie del gran aniteatro ele(ado para la ceremonia del er upremo. -ste aniteatro se &ab0a conser(ado con (istas a la iesta de Sarra " ala, %ue deb0a celebrarse al d0a siguiente " %ue la Con(ención acababa de apla*ar a una ec&a posterior a causa de los acontecimientos. Los grupos, ansiosos de noticias, permanec0an a pie irme ba)o el agobiante calor, entre los remolinos de aire abrasador " las nubes de pol(o. La calma reinaba en torno al palacio. La Con(ención &ab0a dado la sesión por terminada. Hn poco antes de las seis, Le Sas ue conducido por unos agentes de la eguridad General &asta su domicilio para asistir a la colocación de los sellos. Nacia las siete, Nanriot, %ue continuaba atado con cuerdas, atra(esó los patios, escoltado por gendarmes %ue lo lle(aron de nue(o al Comité de eguridad ue abuc&eado al pasar. 1oco m+s tarde se supo %ue la Asamblea &ab0a reanudado la sesión. L'gubre comien*o. Las noticias eran desastrosas: la Comuna se &ab0a suble(ado los 5acobinos pactaban con ella tocaban a rebato en el A"untamiento: la llamada resonaba en las secciones " los barrios populosos se al*aban. Hna considerable uer*a armada se congregaba en la pla*a de Gr\(e. Los mun0cipes pon0an en libertad a 1a"an, Bicolas, asc&ereau " otros, todos a%uellos cu"a detención &ab0a ordenado el Comité de alud 1'blica. La situación era tr+gica: de un momento a otro, la Con(ención pod0a ser asaltada en su palacio por el e)ército re(olucionario " no ten0a m+s deensores %ue sus puestos de granaderos " ciento cincuenta in(+lidos indisciplinados. 1or prudencia, el Comité de eguridad General se des&i*o de sus prisioneros " con la excepción de Nanriot, a %uien conser(ó a la (ista, e(acuó a todos los dem+s: Cout&on ue conducido en simón a la prisión de 1ort6Libre aint65ust, a la de los -scoceses Robespierre, escoltado por el u)ier @illeul " los dos gendarmes C&anlaire " Lemoine, asimismo en simón, a la prisión del Luxemburgo su &ermano " Le Sas, a La @orce La desgraciada sabel Le Sas, ansiosa " estremecida, acudió all0 dos &oras m+s tarde &ab0a amontonado en un coc&e alguna ropa blanca, un colc&ón, un catre de ti)era " una colc&a para e(itar a su %uerido @elipe las
incomodidades de la ma*morra. Ante la prisión se &ab0a congregado un gent0o (ocinglero. arios delegados de la Comuna liberaban a los detenidos. sabel (io de le)os salir a su marido, %ue se dirig0a al A"untamiento, donde le re%uer0an. omó el bra*o de sabel, la animó " la ex&ortó a regresar a su casa in de)ar de caminar, «le &i*o mil recomendaciones acerca de su pe%ueFo @elipe2, %ue acababa de nacer: «Cr0ale con tu lec&e. nsp0rale el amor de la 1atria dile %ue su padre murió por ella2 e mostraba irme " sombr0o ella lloraba, apret+ndose contra él, sollo*ando a cada «adiós2 de su amado. @inalmente, por la calle Martroi llegaron a la pla*a de Gr\(e. Hn 'ltimo beso. /i(e para nuestro &i)o. nsp0rale nobles sentimientos, esos %ue alientan en tu alma PAdiós, sabel m0aQ Adiós e separó de ella, subió las escaleras " desapareció entre la conusión " el gent0o %ue obstru0an la entrada del A"untamiento. -lla &ubo de permanecer a'n muc&o rato en medio de los caFones " los caballos de las tropas reunidas ante el (ie)o palacio municipal, iluminado, como en los d0as de iesta, por un cordón de arolillos %ue &umeaban sobre la cornisa del primer piso. Con su estrec&a puerta central, sus dos grandes arcos abiertos ba)o los maci*os pabellones de altas tec&umbres cargadas de monumentales c&imeneas, %ue lan%ueaban su elegante ac&ada llena de esculturas, sus largos tragaluces, sus g+rgolas " su esbelto campanario, cu"a campana tocaba a rebato, como el pulso ebril de la ciudad en conmoción, se ele(aba la casa consistorial, mara(illosa construcción del siglo ], delicada en su (etuste*, al ondo de a%uella pla*a exigua e irregular, encuadrada por casas de gabletes triangulares, carcomidas " ruinosas. e las proundidades de las tortuosas calles desembocaban continuamente partidas armadas %ue aclamaban a los mun0cipes al (er las siete (entanas iluminadas del gran salón donde éstos se &allaban reunidos. -n eecto, desde las seis de la tarde la Comuna legislaba en medio del tumulto, mal inormada sin embargo de los acontecimientos. Xónde estaban los diputados proscritosY Xónde estaba Nanriot, el &ombre indispensableY 1risioneros del Comité de eguridad, seg'n se dec0a. Coin&al, (icepresidente del tribunal Re(olucionario " enérgico robespierrista, se oreció a ir a buscarles. A eso de las oc&o salió, lle(ando consigo a (arios artilleros, " corrió al &otel del Comité de eguridad General, atra(esó el patio como una tromba, derribó las puertas " sólo encontró a Nanriot liberó al estupeacto general " éste, apenas se (io desatado, se disparó en improperios contra los gendarmes %ue &ab0an permitido %ue le ec&aran mano. Luego montó a caballo " se dirigió al Carrusel, donde sus artilleros aguardaban órdenes precisas desde &ac0a tres &oras. Bo ten0a m+s %ue &acer un gesto " la Con(ención estaba perdida. 1arali*ada por la emoción, ésta parec0a orecer su cuello a los (erdugos. -xcepto Carnot, %ue imperturbable traba)aba solitario, todos los miembros de los Comités &ab0an desertado de sus puestos para reugiarse en la sala de sesiones. 1resid0a Collot, %uien ad(irtió a sus colegas %ue los locales de la eguridad General se &allaban en poder de los mal(ados " %ue «&ab0a llegado la &ora de morir2. Nora solemne " siniestra. -n a%uella sala sombr0a " prounda, iluminada por algunos %uin%ués dos araFas pendientes del tec&o de papel pintado " las altas l+mparas de cuatro bra*os %ue se al*aban a cada lado de la tribuna, se percib0an, atenuados, los ruidos del exterior. Los diputados se agrupaban o paseaban con(ersando algunos dorm0an. Binguna deliberación. e (e* en cuando, alg'n ciudadano %ue aparec0a en la sombra de la barandilla o bien alg'n colega %ue se a(enturaba &asta las antec+maras, les inormaba sobre las peripecias del ata%ue inminente: Nanriot arengaba a sus tropas aumentaba el n'mero de los asaltantes los caFones, cargados de metralla, apuntaban al palacio " la Con(ención, cu"as 'nicas armas eran sus decretos, pon0a «uera de la le"2 a los insurgentes " a sus cómplices. P@uera de la le"Q -ra la supresión sin m+s, la condenación a muerte, sustra0da al a*ar del proceso. @uera de la le" Nanriot, Robespierre, Le Sas, aint65ust, toda la Comuna rebelde 1ero, X%ué pod0an a%uellas sanciones contra el mot0n
desencadenadoY in embargo, eran "a las nue(e " media. Nab0a ca0do la noc&e, tan abrasadora como el d0a. Nanriot no atacaba. A su lado titubeaba amour, %ue, beodo &asta el punto de no poder sostenerse apenas en pie, apretaba contra su cora*ón las cuerdas %ue &ab0an atado a su general: /A%u0 est+n estas cuerdas: para mi (alen una corona c0(ica. Bo las dar0a ni por un millón. Nanriot continuaba perorando. Lo cierto era %ue ni él, ni nadie, se atre(0a a nada irremediable. La insurrección se &allaba sin )ee: nadie %uer0a asumir la responsabilidad del primer disparo la batalla %uedar0a reducida a discursos, )uramentos " galopadas. e pronto, Nanriot ordenó media (uelta " condu)o a toda su tropa &asta el A"untamiento, donde ue recibido en triuno. All0 estaban el &ermano de Robespierre " Le Sas pero X" MaximilianoY XTué se &ab0a &ec&o de élY Al in supieron: en la prisión del Luxemburgo, a donde &ab0a llegado &acia las siete " media, seguido de «unos dos o tres mil papanatas2, el portero se &ab0a negado a abrir la puerta. La orden de la Comuna era «no recibir a ning'n detenido [
-scribieron a los e)ércitos, %ue aortunadamente distaban muc&o de interesarse por lo %ue suced0a en 1ar0s. Luego, atigado por el ruido, Robespierre pidió retirarse con sus amigos al salón (ecino. All0 celebraron conse)o, sin resol(er nada. XAguardaban el d0a para marc&ar sobre la Con(enciónY X-speraban %ue ésta no podr0a continuar sin ellos " se disol(er0a por s0 misma o %ue el pueblo se bastar0a para dar cuenta de ellaY -l pueblo era como la criada de la ciudadana Lescot: ad(ert0a %ue «&ab0a )aleo2, pero no percib0a sus causas. XCómo pod0a elegir entre dos partidos cada uno de los cuales le in(itaba a «combatir a los acciosos, a los tiranos " a los enemigos de la libertad2, términos gastados por el abuso %ue "a no impresionabanY Adem+s, nada se decid0a: a%uella carrera sin ob)eto desde el Carrusel &asta la Gr\(e, a%uel interminable plantón ante el A"untamiento, desconcertaban a los m+s resueltos. XTué esperabanY ntentaron retener a la gente con repartos de (ino: los artilleros beb0an a costa de Nanriot en la calle Mouton, pero "a se aburr0an. Bada sobre(endr0a antes del nue(o d0a. W poco a poco, primero indi(idualmente, luego en grupos " por in en masa, la ma"or0a de los soldados ciudadanos regresaron a sus barrios respecti(os. A la una de la madrugada, cuando Nanriot salió del A"untamiento para animar a sus tropas, encontró la pla*a casi desierta, soltó una andanada de )uramentos " (ol(ió a entrar sin impedir la deserción de «sus bra(os &ermanos de armas[<!2. Al (er retirarse el e)ército re(olucionario, la ciudadana Le Sas, %ue sin duda debió de %uedarse en la Gr\(e con la esperan*a de (ol(er a (er a su marido, consideró %ue no pasar0a nada decisi(o antes de la maFana. Al regresar a su casa encontró en la calle Ges(res un corte)o %ue la aterrori*ó: tres diputados a caballo proclamaban la situación uera de la le" de los conspiradores. -n eecto, la Con(ención se &ab0a recobrado al le(antar Nanriot el asedio, nombró a Sarras /uno de sus miembros/ comandante general de la uer*a armada " éste, pro(isto de un penac&o de plumas " un a)0n, se puso en acción inmediatamente. Bo dispon0a m+s %ue de cuatro mil &ombres, todos ciudadanos reaccionarios o moderados, " sólo pretend0a proteger la retirada de la Asamblea «&acia las alturas de Meudon2. Al mismo tiempo, una docena de diputados se &ab0an orecido para recorrer las calles " atraerse al pueblo desorientado: cada uno de ellos se armó de un sable " se ciFó, como Sarras, un a)0n tricolor precedidos de tambores " de u)ieres portadores de antorc&as, rodeados de polic0as, agentes de los Comités " gendarmes, se deten0an en los cruces de las calles " daban lectura a una proclama " al decreto en %ue se declaraba uera de le" al grupo disidente. -l eecto ue teatral. e alto en alto se aproximaron al A"untamiento: uno de estos grupos ue el %ue encontró sabel Le Sas. ostenidos por la tropa de barras %ue, en dos columnas, se dirig0a también &acia la Gr\(e, llegaron por in a la pla*a poco antes de las dos " media de la maFana -l lugar se &allaba desierto. Algunos miembros de las secciones se &ab0an agrupado ba)o las dos arcadas de la casa consistorial, como para guardar su acceso, " la puerta central estaba obstruida por un gent0o al %ue la aglomeración del porc&e imped0a pasar al interior. Bo se (e0an deensores. olamente las siete altas (entanas del gran salón " las dos de la sala de la ecretar0a, %ue lo continuaba, recortaban en la noc&e sus rect+ngulos de lu*. La Comuna, pues, no &ab0a le(antado su sesión. -n a%uel momento recib0a a una diputación de los 5acobinos, en la %ue iguraban el carpintero upla" " el cerra)ero idiée, dos 0ntimos de Robespierre. -l corte)o de la Con(ención, desembocando en la pla*a, se detu(o a distancia respetuosa. al (e* estu(iese minado el A"untamiento sus ocupantes lo deender0an enérgicamente. Mientras los emisarios de la Con(ención deliberaban, alguien (io, a treinta pies del suelo, a un &ombre %ue, saliendo de una de las (entanas de la ecretar0a, pon0a el pie en la estrec&a cornisa del primer piso, entre las luces %ue se apagaban. en0a los *apatos en la mano, parec0a (acilar e iba " (en0a de un extremo a otro del peligroso pasillo. e detu(o: la (o* de un pregonero proclamaba la proscripción de los rebeldes. -ntonces el &ombre tomó impulso " se lan*ó al (ac0o Ca"ó sobre la gente aglomerada en la escalinata, derribó a dos personas " %uedó,
destro*ado, en los escalones. -ra el &ermano de Robespierre, «Sonbon2. Hno de los agentes del Comité de alud 1'blica, ulac, %ue ormaba parte de la escolta de la Con(ención, le &ab0a (isto caer. Comprendiendo, a la (ista de a%uel tr+gico suicidio, %ue la insurrección se &allaba en un aprieto, se abrió paso entre el gent0o " llegó &asta la escalinata (arios &ombres decididos le segu0an, empu)ando a %uienes se apiFaban en los escalones " los (est0bulos del primer piso. Hna turba inran%ueable cerraba el acceso a la sala donde la Comuna se &allaba reunida. -l conser)e Soc&ard, %ue &ab0a subido a toda prisa llamado por un gendarme, entraba en a%uel momento en la ecretar0a por una puerta trasera m+s accesible " (io a Le Sas tendido muerto en el suelo inmediatamente, Robespierre se descerra)ó un tiro, cu"a carga le peroró la mand0bula, pasando a escas0sima distancia de Soc&ard, sobre %uien ca"ó, ensangrentado, «en el mismo %uicio de la puerta2. Al escuc&ar a%uel disparo, Lescot6@leuriot, %ue presid0a la Comuna, saltó de su sillón, corrió &asta la puerta de la ecretar0a " reapareció poco después p+lido " tembloroso. Al punto se o"ó gritar por todas partes: «PRobespierre se &a le(antado la tapa de los sesosQ2 -ra el preciso momento en %ue ulac " los su"os, sable en mano, &ab0an conseguido al in penetrar en la sala de la Comuna: en ella se encontraban a'n treinta mun0cipes, «petriicados2, %ue se de)aron prender sin resistencia. ulac continuó &acia la ecretar0a por el pasillo tortuoso %ue lle(aba &asta ella, atascado por un amontonamiento &umano, conusa me*cla de gritos, patadas, golpes " empu)ones. -n el umbral de la sala (io a Robespierre %ue "ac0a «cerca de la mesa ba)o esta se &ab0a reugiado umas, %ue daba (ueltas entre sus dedos a un rasco de agua de melisa2. -l A"untamiento &ab0a ca0do en poder de los &ombres de la Con(ención. -n todas las galer0as continuó en medio de una conusión indescriptible la ca*a de los rebeldes. Bo se sab0a %uién persegu0a " %uién era perseguido. aint65ust, siempre impasible, apenas despeinado, se entregó sin pronunciar una palabra. Nanriot &ab0a desaparecido. Hn tal Laroc&e, pintor de proesión, al subir la gran escalera, (io a un &ombre lle(ado por otro a la espalda éste le abandonó en lo alto, como si uera un bulto comprometedor: era Cout&on. Laroc&e le interpeló. /M+tame /pidió el in(+lido. 1ero el obrero se negó a ello. /-ntonces, llé(ame a la escalerilla %ue &a" a&0 /suplicó Cout&on. Laroc&e obedeció " se %uedó a su lado. /'beme un piso m+s arriba /gimió Cout&on. -l reducto donde Laroc&e le arrastró estaba mu" oscuro " el pintor no abandonó a su prisionero. urante una &ora, el angustiado gotoso prestó atención a todos los ruidos: &ubiera %uerido saber lo %ue suced0a en la sala de la Comuna. Al percibir un gran clamor de «Pi(a la Con(enciónQ2 tembló exclamando: «P-sto" perdidoQ2. W al (er %ue sacaban a los mun0cipes detenidos, repitió: «P-sto" perdidoQ ame tu cuc&illo2 -ntonces Laroc&e, seguro "a de %ue la (ictoria se &ab0a resuelto, lan*ó una (o*: /PA m0, camaradasQ Pengo a Cout&onQ /esgraciado, Xme entregasY 1ero Laroc&e era implacable: /PBo &a" ios, es preciso %ue te arregles sin élQ os &ombres acudieron con luces. Hno de ellos descargó su pistola sobre el paral0tico encogido: la bala le alcan*ó en la rente su sangre salpicó el cal*ón de Laroc&e, %ue se apartaba. Al amanecer, se &i*o el «balance2. -l cad+(er de Le Sas ue trasladado al cementerio de an 1ablo, donde lo enterraron a las siete de la maFana los dos sepultureros Tuatremain, padre e &i)o, irmaron solos al acta de deunción. -l &ermano de Robespierre, recogido «casi sin (ida2
después de su ca0da sobre la escalinata del A"untamiento, ue lle(ado en una silla por (arios ciudadanos &asta el comité de la sección de la Comuna, calle Sarres cuatro ciru)anos diagnosticaron, adem+s de una ractura de la pel(is " (arias contusiones gra(es en la cabe*a, un in%uietante estado «de debilidad " ansiedad2. A pesar de todo le interrogaron: el paciente protestó %ue «no &ab0a de)ado de cumplir con su deber en la Con(ención2 " %ue «era puro como la naturale*a, igual %ue su &ermano2 denunció como enemigos del pueblo " conspiradores a Collot dVNerbois " Carnot. -n sus bolsillos se &alló su credencial de diputado, (arios papeles, una lla(ecita " 8= libras con ? céntimos en papel moneda. Aun%ue los médicos declararon %ue estaba a punto de entregar el alma, lo condu)eron al Comité de eguridad General. Cout&on, des(anecido, aguardaba en una camilla %ue le lle(asen a un &ospital para ser curado. Maximiliano Robespierre, con el rostro ensangrentado, ue trasladado a las uller0as, tendido en una tabla[<>!. Llegó al Carrusel &acia las dos " media de la maFana. La Con(ención no &ab0a interrumpido su sesión desde la (0spera antes de mediod0a. -n a%uellos momentos presid0a C&arlier, rempla*ando a Collot, %ue estaba extenuado. /A&0 est+ el cobarde Robespierre /di)o/. XTueréis %ue entreY /PBoQ PBoQ /gritó la Asamblea, s'bitamente despierta de su sopor. As0 supo %ue su (ictoria &ab0a sido completa. Urdenaron depositar al tirano en el Comité de alud 1'blica. us portadores le tendieron en la antec+mara «sobre una mesa de caoba2 " apo"aron su cabe*a (acilante en una ca)a de abeto. -n la sala contigua, sus antiguos colegas, recobrados "a de sus *o*obras, com0an " beb0an copiosamente. -n la antec+mara, repleta de gente %ue &ab0a acudido a (erle, Robespierre, tendido en la mesa, "ac0a inmó(il " l0(ido como un muerto, con los o)os cerrados, sin sombrero ni corbata, abierta la camisa, manc&ada de sangre lo mismo %ue su casaca a*ul (iol+cea " su cal*ón amarillo de ma&ón las medias de algodón blanco estaban ca0das sobre los talones. Al cabo de una &ora abrió los o)os. u &erida sangraba en abundancia de (e* en cuando la secaba con un sa%uito de piel blanca %ue reten0a en la mano, probablemente la unda de su pistola [O9!. Alrededor de la mesa, donde le &ab0an de)ado como ob)eto de curiosidad, un gent0o sarc+stico /sus aduladores de a"er/ obser(aba sus menores mo(imientos. Muc&os le in)uriaban o &ac0an moa de él. l les miraba i)amente, sobre todo a los empleados del Comité %ue reconoc0a. Algunos, mo(idos a compasión, le pon0an en las manos peda*os de papel, a alta de paFos, para %ue secase su &erida. A (eces, agitado por sacudidas con(ulsas, le(antaba los o)os al tec&o. alió el sol, iluminando la esplendide* de a%uellos )ardines %ue &ab0an (isto su gloria. -l alba incendiada presagiaba un d0a aun m+s c+lido %ue el anterior. Nacia las cinco de la maFana, un médico militar %ue pasaba ue in(itado a atender al &erido se le sumó el ciru)ano ma"or de los granaderos de la Con(ención " ambos la(aron el rostro de Robespierre, mu" &inc&ado " maltrec&o &asta los o)os la mand0bula i*%uierda estaba perorada, a una pulgada de la comisura de los labios retiraron (arios dientes de la boca, as0 como algunos ragmentos del &ueso destro*ado, pero «no encontraron ni la bala ni rastro de su salida2 ", «(ista la pe%ueFe* de la &erida, sacaron la conclusión de %ue la pistola debió de estar cargada sólo con perdigones2. Atro* agon0a. l, %ue tan dolorosamente &ab0a surido las triste*as de su inancia " las &umillaciones de sus comien*os, %ue tanto se &ab0a esor*ado en des%uitarse de ellas, %ui*+ con la esperan*a de borrar de su esp0ritu /agriado por su causa/ su lacerante recuerdo, se encontraba all0, pisoteado, escarnecido, odiado, miserable, destilando gota a gota la suprema arenta de su derrota deiniti(a, la (ergon*osa amargura de su (ida rustrada, el ludibrio de su 'ltima a(entura en la %ue no &ab0a mostrado /Pél, tan seguro de su genioQ/ pre(isión, ni &abilidad, ni energ0a, ni clari(idencia, ni penetración pol0tica Bo &abr0a sido grande m+s %ue a los o)os de la plebe, temido sólo por los t0midos, alabado por los &ipócritas, " su nombre pasar0a
a la &istoria como el de un mediocre ambicioso, un sectario ci*aFero, arisco " en(idioso. Hna &ora, sólo una &ora radiante &ab0a disrutado en compensación de tan crueles sinsabores, cuando (io a 1ar0s a sus pies, en medio de las melod0as " las c&arangas " a%uella @iesta, en la %ue me*claba a ios " en la %ue ios estu(o decididamente ausente, &ab0a seFalado al mismo tiempo el primer paso &acia el &undimiento. PTué enigma el de una existencia seme)ante, a la (e* tan neasta " tan atormentada, sin alegr0as, &ec&a sólo de odio " de luc&asQ XTué ob)eti(o misterioso se &ab0a ocultado ba)o a%uella pretensión de lograr la edad de Uro mediante el error " el cadalsoY Wa no &ablar0a nunca )am+s se sabr0a cu+l ue su %uimera " cabr0a discutir indeinidamente, sin llegar nunca a una conclusión cierta, si ue instrumento de un partido oculto, un utopista, un monoman0aco o simplemente un en(idioso atrabiliario, (0ctima de una &iel at+(ica. Tuien le considere un precursor o un bien&ec&or del pueblo &ace pensar en a%uella rase de un demócrata desengaFado: «P-l pueblo ser0a mu" eli* si no tu(iese tantos amigosQ2 -l tr+gico in de Robespierre &a sido relatado mil (eces. Le trasladaron en un sillón desde las uller0as a la Conser)er0a. Hn niFo %ue sal0a de la escuela encontró en el 1uente Bue(o el espelu*nante corte)o. Los porteadores, para tomar aliento, &ab0an colocado su carga en el suelo, a la entrada del muelle Lunettes, rente a la explanada donde se encuentra la estatua de -nri%ue . La turba silbaba " gritaba al &erido, %ue con la cabe*a en(uelta en una toalleta manc&ada de sangre, ante cada (ocieración (ol(0a los o)os &acia el lugar de donde ésta part0a " respond0a con un encogimiento de &ombros. -n la (ie)a prisión /donde su entrada lle(aba la esperan*a " la sal(ación/ lo arro)aron en una ma*morra en espera del )uicio «los carceleros le pisoteaban2. 1areció entonces despertar de un largo sueFo. e dice %ue &i*o seFas de %ue deseaba escribir. Hno de sus guardianes respondió con un sarcasmo. XTué conidencia &ubiera &ec&oY XTué secreto se dispon0a a re(elarY X1retend0a ganar tiempo, maldecir por 'ltima (e* a sus enemigos o /P%uién sabeQ/ implorar la absolución de un sacerdoteY -n el tribunal, la audiencia ue dram+tica, pero bre(e. ólo &ab0an logrado capturar, &asta el momento, a (eintidós de los con)urados. odos estaban uera de la le", de modo %ue bastaba comprobar su identidad: dos empleados del tribunal cumplieron a%uel ormalismo. Aparecieron en el pretorio cuatro camillas: en una "ac0a Robespierre en otra su &ermano, destro*ados los riFones, casi moribundo en la tercera, Cout&on " en la 'ltima, Nanriot, &allado al in en un pe%ueFo patio del A"untamiento, donde se &ab0a arro)ado desde una (entana sobre un montón de estiércol. Los dem+s eran aint65ust, 1a"an, umas, detenido la (0spera en a%uel mismo tribunal en su poltrona de presidente, el *apatero imón, (arios otros miembros de la Comuna rebelde " Lescot6@leuriot, el alcalde de 1ar0s. Cuando llegó el turno de éste, @ou%uier6 in(ille, %ue era amigo su"o, tu(o un gesto teatral " digno: depositó su a)0n " salió de la audiencia, de)ando a Liendon, su sustituto, la misión de reali*ar el interrogatorio. Hna (e* terminada la identiicación, sin debate alguno, los (eintidós ueron entregados al (erdugo. Carecemos de detalles acerca de su actitud en a%uel momento terrible en %ue se despo)aba a los condenados de sus )o"as " de su dinero " se les preparaba para la muerte. res carretas aguardaban en el patio del 1alacio. Cuando comen*aron a cargar en ellas a los condenados, a eso de las seis, estalló en el gent0o un estruendo de aplausos " de gritos )ubilosos %ue a%uéllos no deb0an "a de)ar de o0r: en eecto, durante todo el recorrido, desde la Conser)er0a &asta la pla*a de la Re(olución /pues un decreto de la Con(ención ordenaba %ue, para ma"or solemnidad, la e)ecución se (eriicase en a%uel lugar, donde no se &ab0a le(antado la guillotina desde la iesta del er upremo/, los alaridos, los cantos, las burlas, los gritos de alegr0a " las maldiciones sal0an de la muc&edumbre en espantoso tumulto. 5am+s &ab0a (isto 1ar0s animación seme)ante, ni si%uiera en la iesta de las (ictorias. -n todas las (entanas abiertas &ab0a cabe*as risueFas en todos los balcones, grupos animados en las
calles, todos los sombreros al aire, rostros radiantes, intercambio de elicitaciones, una comunidad de sentimientos, una expansión de contento general Bi un gesto de piedad &acia a%uellos desgraciados %ue iban a morir: por el contrario, su lamentable aspecto exaltaba el entusiasmo implacable de la masa. Nanriot, con las me)illas cubiertas de costurones " un o)o uera de su órbita, iba en la primera carreta, al lado del &ermano de Robespierre, tendido como un cad+(er en la segunda, Maximiliano, sentado )unto a umas, lle(aba la cabe*a ba)a, tocada con un bonete " en(uelta en paFos sanguinolentos Cout&on, tumbado en la tercera carreta, era pisoteado por los otros. odos, mustios " consternados, guardaban silencio, escarnecidos por el )'bilo popular. La aglomeración era tan grande %ue las carretas &ubieron de detenerse (arias (eces: su recorrido se prolongó una &ora. Hn alto rente a casa upla": (arias mu)eres a la puerta bailaban en corro un arrapie*o, mo)ando una escoba en un cubo de carnicero, roció de sangre los postigos cerrados. -n la pla*a atal, una multitud turbulenta. La parada inal, al pie del Cadalso. Cout&on ue el primero %ue lle(aron ba)o la cuc&illa luego, los dem+s. @ue largo. 1or lo menos media &ora, " %ui*+ m+s, de &orrible espera. Mientras guillotinaban a sus compaFeros, recostaron a Maximiliano en el suelo, con su bella casaca a*ul atada sobre sus &ombros desnudos. ubió el pen'ltimo. Cuando, para descubrirle la nuca, los (erdugos arrancaron el (enda)e %ue le en(ol(0a toda la cabe*a, se o"ó un rugido de dolor tan estridente %ue aterró incluso a %uienes se &allaban situados en los extremos de la pla*a, " Robespierre apareció por 'ltima (e*, cubierto de sangre, con la boca abierta " la mand0bula colgando. Lescot6@leuriot murió el 'ltimo. Hnos momentos m+s tarde, en la Con(ención, %ue continuaba reunida en sesión permanente, allien anunciaba: «La cabe*a de los conspiradores acaba de caer2 Hn trueno de aplausos le impidió continuar. Cuando pudo &acer de nue(o uso de la palabra, lo &i*o con el tono del deus ex mac&ina de las tragedias colegiales: «amos /di)o/ a unirnos a nuestros conciudadanos. Compartamos la alegr0a de todos. -l d0a de la muerte de un tirano es una iesta de raternidad2. e acuerdo con su propuesta se le(antó la sesión «entre el ruido de los aplausos " los gritos de alegr0a2.
lustraciones 3BUA ACLARAURA4 Las ilustraciones 3otogra0as, grabados, cuadros, etc.4 %ue siguen son las utili*adas en la edición espaFola de este libro de G. Lenotre. Los pies de las mismas son, en general, correctos en su unción inormati(a, sal(o algunos pocos errores o datos incompletos %ue son aclarados con las correspondientes «Botas del -ditor igital2.
NUUR- GU-LB 3Ric&emont /Moselle, departamento de la Lorena/, K de octubre de 8?? 6 1ar0s, K de ebrero 8>8[!, 8K>8[!, Les Massacres de eptembre, eptembre , Les @ils de 1&ilippe6[galité pendant la terreur , Sleus, Slancs et Rouges, Rouges, Le Roi Louis ] et lVénigme lVénigme du emple emple[-!, La 1roscription des Girondins, Girondins , Bapoléon: Cro%uis de lVépopée[@!, lVépopée[@!, @emmes: Amours é(anouies[G!, é(anouies[G!, La Ré(olution par ceux %ui lVont (ue [!, Rois sans ro"aume[N!, ro"aume [N!, ersailles au temps des rois[5! rois [5! ambién trató el teatro con Les rois Glorieus Glorieuses es,, arennes, arennes, Les Grognard Grognardss. Rindiendo Rindiendo &omena)e a este gran &istoriador de la época del error, mile Gaborit escribió: «1ose0a el culto al detalle perecto " la e en una impalpable super(i(encia del pasado2. @ue elegido miembro de la Academia @rancesa el 8 de diciembre de 8><;, a la edad de KK aFos. Robespierre es una de sus muc&as obras publicadas póstumamente, póstumamente, en 8>=?. -n el aFo ;98< se le rindió &omena)e con la publicación de una obra colecti(a de )ó(enes &istoriadores: G. Lenotre. Le grand &istorien de la petite &istoire 3-ditions 5C Latt\s, collection «-ssais et documents24. -n la presentación de libro se escribió: «&éodore Gosselin, G. Lenotre, &istoriador dramaturgo, especialista de ersalles, de las guerras de la endée " sobre todo de la &istoria de 1ar0s, cuenta toda(0a &o" con numerosos incondicionales. Bo sólo sus admiradores conocen bien sus libros, en particular los seis (ol'menes de ie)as casas, (ie)os, papeles, papeles , sino %ue existe entre ellos una especie de competición amistosa: la de %uién es el %ue posee el ma"or n'mero de e)emplares del centenar de obras escritas por el #maestro$. e lee, se colecciona a Lenotre, Ppero sobre todo se le %uiereQ Badie puede recordarlo sin una especie de )'bilo teFido de aecto: como si &ubiese sido para cada uno de sus lectores una especie de #abuelo suplente$ [! su erudición, su talento innato para &acer re(i(ir con su pluma los grandes " pe%ueFos episodios " persona)es de nuestra &istoria, su bon&om0a, su &umor [! le conieren un lugar especial en el 1anteón de los narradores. -s uno de esos mara(illosos #contrabandistas$ a %uienes muc&os de nosotros debemos el &aber sabido amar la &istoria2. A propósito de su alias literario, el «apellido2 de Lenotre es un &omena)e a su admirado André Le B`tre, el amoso diseFador de los esplendorosos )ardines del palacio de ersalles en tiempos de Luis ]. -n cuanto a esa misteriosa «G2, algunas (eces ue transcrita 3" sigue pasando en la actualidad4 en notas bibliogr+icas como Georges. Georges. Hn error %ue él mismo se encargó de aclarar en sus Botes et sou(enirs 31aris, 31aris, Calmann6Lé Calmann6Lé(", (", 8>O9, p. =94: «La G %ue &e puesto ante Lenotre no signiica ni Georges, ni Gu", ni Gaston, ni si%uiera Gédéon, como algunos lo creen " dicen es simplemente la primera letra de Gosselin, %ue es mi apellido de contribu"ente2.
Botas -l apellido era, en realidad, erobespierre. As0 aparece escrito en la resolución del Conse)o de Artois por la %ue se admite a Maximiliano en el colegio de abogados. [;! @rancisco de Robespierre, padre de Maximiliano, ocupó un lugar bastante destacado en el oro de Arras: deendió treinta " cuatro asuntos en 8K=< " treinta " dos en 8K=O. Bo obstante, e(ienne, antiguo procurador del Conse)o de Artois, en unas notas manuscritas %ue se &an conser(ado, declara %ue «era un abogado pobre " un pobre abogado2. [ de setiembre de 8K>94: «-n este momento encuentro plumas, tinta " papel. Crea usted %ue no es cosa +cil en la mesa de mi &ermano2. [?! A esta entrada triunal " al papel %ue en ella desempeFaron Suissart " su mu)er /la bella Arsenia/ alude un grosero panleto %ue circuló por Arras después de ermidor, titulado La linterna m+gica o los grandes conse)eros de 5osé Lebon, obre este mismo suceso (éase las Memorias de Carlota Robespierre " Namel, , ? " sgs., %uien tu(o conocimiento de una carta escrita desde Arras por Robespierre a upla". [=! «Moniteur 2, reimpresión, ], O<9. [K! Aulard: «La ociété des 5acobins2, , OO9. esión del 8> de mar*o de 8K>;. [! -l 8? de abril de 8K>;, Robespierre ue atacado (iolentamente en los 5acobinos por Guadet " Srissot, %ue le acusaron con toda ormalidad de erigirse en 0dolo del pueblo para sub"ugarle me)or. Hnas semanas m+s tarde, Cloot*, partidario de la rep'blica uni(ersal, escrib0a: «-l re" Luis ] " el re" Robespierre son m+s temibles para @rancia %ue los e)ércitos austr0acos " prusianos2. [>! «Moniteur 2, reimpresión, ], ;
gendarme. 5aton, agente de Neron, era un antiguo sui*o de C&ateau(ieux. [8?!@K OKKO;K. Reunión en el barrio Marcel, calle Contrescalpe, en la es%uina de la calle Beu(e6 Gene(i\(e, cerca del barrio -strapade. [8=! « los comisarios del Comité no pudieron introducirse m+s %ue de uno en uno " como recipiendarios2. norme " pro"ectos de decreto presentados a la Con(ención Bacional en nombre de los Comités de eguridad General " de alud 1'blica, por adier. esión del ;K 1radial, aFo . mpreso por orden de la Con(ención, p. 8>. [8K! tep&ane 1ol: Autour de Robespierre: le Con(entionnel Le Sas, 8?9. [8! 1apeles inéditos, , 8;K. [8>! dem, 88> [;9! -l discurso de adier est+ en el Moniteur , reimpresión, ]], K. [;!M\moires sur Carnot , , ?<>. [<9! Lecombre, Les crimes des anciens Comités. [<8!Courtois, Rapport sur les papiers trou(és c&e* Robespierre 8?>, 8=9, 8=?, 8=K. [<;! Aulard, La ociété des 5acobins, , ;> " O=> n. [< de ermidor, al conser)e de la prisión de ] 3sic4. e ordenamos, ciudadano, ba)o tu responsabilidad, %ue pongas la ma"or atención en %ue ninguna carta ni otro papel alguno pueda entrar ni salir de la casa cu"a guardia se te con0a gualmente se te pro&0be recibir a ning'n detenido, ni dar libertad alguna, si no es por mandato de la Administración de 1olic0a. Los Administradores de 1olic0a del epartamento./@irmas2. [<! 1or lo general se atribu"ó a una tormenta la deección de las secciones. La ma"or0a de los relatos de la noc&e del > al 89 de ermidor &ablan de una llu(ia /e incluso de una «llu(ia torrencial2/ %ue ca"ó &acia medianoc&e. -s cierto %ue &ab0a llo(ido un poco el > por la maFana, a las nue(e " cuarto, pero no ca"ó una gota durante el resto del d0a ni en toda la noc&e. -l bolet0n del Ubser(atorio lo atestigua.