Relación entre el sistema circulatorio con el respiratorio
Cuando nosotros inspiramos, estamos introduciendo en nuestros pulmones distintos gases, entre ellos el oxigeno. Cuando el aire inspirado llega a los alvéolos pulmonares, el oxigeno pasa a la sangre y a través de la hemoglobina es transportado por las arterias a las células de los músculos. Los músculos toman el oxigeno y devuelven el dióxido de carbono (uno de los productos de deshecho del ejercicio) a la sangre, que a través de las venas lo lleva hasta el corazón. El corazón recibe esta sangre con dióxido de carbono y la envía hasta los pulmones; allí, los alvéolos pulmonares la absorben y se produce la expiración de los pulmones mediante el cual eliminamos el dióxido de carbono. Este trabajo mancomunado entre el aparato respiratorio y circulatorio se produce efectuando aproximadamente 17 respiraciones y 70 latidos (ambos por minuto) en un adulto normal dependiendo de ello el sexo, edad, talla y peso.
Relación entre el sistema circulatorio con el digestivo
La mayoría de las moléculas digeridas de los alimentos, y el agua y los minerales provenientes de la dieta se absorben a través del intestino delgado. La mucosa del intestino delgado contiene muchos pliegues cubiertos de proyecciones diminutas llamadas vellosi dades. Éstas sucesivamente están cubiertas de proyecciones microscópicas llamadas microvellosidades. Estas estructuras crean una superficie amplia a través de la cual se pueden absorber los nutrientes. Hay células especializadas que permiten que los materiales m ateriales absorbidos atraviesen la mucosa y pasen a la la sangre, que los distribuye a otras partes del cuerpo para almacenarlos o para que pasen por otras modificaciones químicas. Esta parte del proceso varía según los d iferentes tipos de nutrientes.
Relación con el sistema circulatorio y urinario En esta unidad se estudian dos importantes aparatos relacionados con las funciones de nutrición: El aparato circulatorio y el excretor. El aparato circulatorio se encarga de transportar substancias en el organismo: Lleva los nutrientes resultado de la digestión desde el tubo digestivo hasta todas y cada una de las células del cuerpo, transporta las substancias de desecho, producto del metabolismo de las células, desde estas hasta los órganos de la excreción y transporta las hormonas, tan importantes para que el organismo funcione coordinadamente. Además regula la temperatura del cuerpo. El aparato excretor, por su parte, es el encargado de sacar del organismo los productos de desecho que ha llevado hasta él el aparato circulatorio. El riñón, órgano principal de la excreción, puede hacerlo gracias a su compleja estructura que le permite recuperar casi en su totalidad el agua y los productos útiles que irremediablemente salen de la sangre junto con los productos de desecho. Al hacer esto el riñón está controlando, a la vez, la concentración de sales en el organismo. Los pulmones se encargan de excretar las substancias de desecho de naturaleza gaseosa.
Relación entre el sistema respiratorio y oseo
Los huesos poseen la fuerza suficiente para soportar el peso del cuerpo y al mismo tiempo poseen la ligereza adecuada para facilitar el movimiento. Su función principal es la de proteger los órganos internos, también guardan la mayor parte del calcio, el fósforo, las sales de magnesio, entre otros minerales esenciales para la vida. Los huesos vivos son una húmeda concentración de actividad; en la médula ósea se producen las Hematíes, y algunos Leucocitos (glóbulos blancos encargados de la defensa del organismo). La longitud de los huesos depende de Factores Hormonales y hereditarios, estos son los encargados de regular el metabolismo del calcio.