I. MUNICIPALIDAD
SAN FELIPE
PROTOCOLO DE DERIVACIÓN Y DENUNCIA FRENTE A SITUACIONES SITUACION ES DE VULNERACIÓN DE DERECHOS DE LOS NIÑOS Y NIÑAS
TRABAJANDO JUNTOS POR LA PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS DE NUESTROS NIÑOS Y NIÑAS | OPD SAN FELIPE
CONTENIDOS Tema
Capítulos I.
Página
II.
Introducción Proceso de co-construcción del protocolo de derivación: participantes, principales dificultades observadas y medidas remediales sugeridas
3
III.
Marco conceptual ¿Qué es vulneración de derechos?
7
3.1.
Definición de Maltrato infantil
7
3.2.
Indicadores de Maltrato Infantil
7
5
a. Maltrato Físico
8
b. Maltrato Psicológico
11
c. Maltrato por Abandono o Negligencia
13
d. Agresiones de Carácter Sexual
16
IV.
Factores de Riesgo
18
V. 5.1. 5.2. 5.3.
Marco Legal ¿Cuáles son las vulneraciones de D° más frecuentes? Circuito de Derivación Obligatoriedad de denuncia ¿Qué son delitos contra menores? ¿Qué hacen ante una sospecha de deli to sexual?
19 19 19 20 21 21
VI.
Drogas: uso y abuso
22
Definiciones
22
Niveles de Consumo e Indicadores en el comportamiento de niños, niñas y adol escentes ¿Qué hacer si se sospecha que un niño, niña o adolescente está usando o abusando de las drogas?
22
VII.
Flujogramas
25
VIII. 8.1 8.2
Anexos: Fichas de derivación y respuesta Ficha de derivación de casos Ficha de respuesta de derivación
29 30 32
2
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CONTENIDOS Tema
Capítulos I.
Página
II.
Introducción Proceso de co-construcción del protocolo de derivación: participantes, principales dificultades observadas y medidas remediales sugeridas
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III.
Marco conceptual ¿Qué es vulneración de derechos?
7
3.1.
Definición de Maltrato infantil
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3.2.
Indicadores de Maltrato Infantil
7
5
a. Maltrato Físico
8
b. Maltrato Psicológico
11
c. Maltrato por Abandono o Negligencia
13
d. Agresiones de Carácter Sexual
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IV.
Factores de Riesgo
18
V. 5.1. 5.2. 5.3.
Marco Legal ¿Cuáles son las vulneraciones de D° más frecuentes? Circuito de Derivación Obligatoriedad de denuncia ¿Qué son delitos contra menores? ¿Qué hacen ante una sospecha de deli to sexual?
19 19 19 20 21 21
VI.
Drogas: uso y abuso
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Definiciones
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Niveles de Consumo e Indicadores en el comportamiento de niños, niñas y adol escentes ¿Qué hacer si se sospecha que un niño, niña o adolescente está usando o abusando de las drogas?
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VII.
Flujogramas
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VIII. 8.1 8.2
Anexos: Fichas de derivación y respuesta Ficha de derivación de casos Ficha de respuesta de derivación
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I. Introducción
Históricamente el tema de la defensa de los derechos de los niños, niñas y adolescentes tiene larga data y sus bases se encuentran en Europa y Estados Unidos, llegando a Latinoamérica a fines del siglo XIX, asentándose a comienzos del siglo XX. En sus orígenes, el principal interés solamente estuvo orientado a asegurar un bienestar material y espiritual para los Niños y Niñas. Del mismo modo, a nivel internacional, la primera declaración asociada a temáticas de infancia fue la “Declaración de Ginebra” en 1924, siguiéndola en 1948 la “Declaración Universal de los Derechos Humanos”, donde se incluía los
Derechos del Niño. Sin embargo, posteriormente se observó la necesidad de especificar de mejor manera los Derechos de la población infanto-adolescente. Es así que en el año 1959, la Asamblea General de la ONU aprueba la Declaración de los Derechos del Niño, que contó con 10 principios orientadores. En el año 1979, “El año del Niño” se comienzan a analizar estos principios orientadores, los
que tomaron forma y se consagraron en el año 1989 con la Fir ma ma de la “Convención de los Derechos de de los Niños, Niñas y Adolescentes” Adolesc entes” en la ONU. ONU.
Bajo este contexto, en el año 1990 Chile, junto a otros 57 países del mundo, ratifica esta Convención Internacional sobre sobre los Derechos del Niño (CDN), comprometiéndose a asegurar el cumplimiento y respeto de los Derechos y a trabajar en base a los principios orientadores que allí se establecen: “No discriminación; Interés Superior del Niño; Supervivencia, desarrollo y protección; y Participación”.
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De esta manera, nuestro país como Estado parte de la Convención, se compromete a desarrollar todos los esfuerzos necesarios para el resguardo de los Derechos enunciados. Bajo este contexto, desde el año 1990, el Estado de Chile a través del Servicio Nacional de Menores (SENAME), a implementado una serie de reformas y programas con el objeto de avanzar en la implementación de la CDN; es así que en el año 2001, surgen como experiencia piloto las Oficinas de Protección de Derechos de la Infancia y Adolescencia (OPD), cuyo objetivo es facilitar el desarrollo institucional de sistemas locales de protección de derechos de la infancia y adolescencia. De acuerdo al señalado modelo de intervención, la articulación territorial está orientada a la Protección y Promoción de los derechos infanto-juveniles en el espacio local, favoreciendo una cultura de reconocimiento de los mismos a través del enfoque de Derecho. Bajo dichos lineamientos es que el año 2006, comienza a funcionar en nuestra comuna, la Oficina de Protección de Derechos - OPD San Felipe “Construyendo Ciudadanía” -, realizando acciones de manera sistemática y coordinada con los distintos actores, programas e instituciones presentes en el territorio, en las áreas de protección y promoción de los derechos de los niños, niñas y adolescentes; facilitando la implementación de una política local de infancia en la comuna, la que fue instaurada en el año 2010 y entendida como el instrumento de planificación comunal desde donde se plantean iniciativas concretas para la unificación de un lenguaje común, contexto desde donde surge la construcción participativa de un protocolo para la eficiente derivación de niños, niñas y adolescentes en riesgo o en situación de vulneración de sus derechos.
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II. Proceso de co-construcción del protocolo El presente documento es el resultado del trabajo realizado por múltiples instituciones presentes en el territorio y que operan en temáticas de infancia y adolescencia, orientado a optimizar la atención de usuarios y sus familias, además de facilitar el eficiente trabajo en red. Se trata de un protocolo de derivación y/o denuncia estándar, instrumento que será entregado a todas las instituciones que realicen labores directamente con niños, niñas y adolescentes, con el objetivo de aunar los criterios de derivación y optimizar la atención. Para la construcción del respectivo protocolo, se realizaron tres grupos focales de trabajo con representantes de diversos programas de la red local, en dichas oportunidades se reconocen las principales dificultades al momento de realizar derivaciones y a su vez se proponen medidas remediales orientadas a mejorar dicha dificultad. Además se expone y discute el recorrido institucional óptimo frente a casos de vulneración de derechos. Finalmente con toda la información recolectada se construye el presente documento, el que contempla un marco conceptual e indicador de vulneración de derechos, distinguiendo distintas formas de maltrato y sus características, además de destacar factores de riesgos que puedan ampliar o disminuir la complejidad del caso. Finalmente desde el enfoque legal y normativo se realizan orientaciones para accionar frente a distintas vulneraciones de derechos en la población infanto-adolescente.
Instituciones Participantes: Programa Chile Crece Contigo. Programa Barrio en Paz Residencial. Programa Jefas de Hogar, Ilustre Municipalidad de San Felipe. Cesfam Segismundo Iturra. Departamento de organizaciones comunitarias de la Ilustre municipalidad de San Felipe. Departamento de deportes, Ilustre municipalidad de San Felipe. Fundación Integra Junji. Senda Previene. OPD San Felipe. Pro niño, Fundación Telefónica. Cesfam San Felipe el Real.
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DAEM San Felipe. Centro de rehabilitación esperanza Juvenil. Programa de Intervención Especializada PIE San Felipe - Los Andes. Sistema de Protección Social Gobernación San Felipe. Hogar de adolescentes embarazadas Nuestra Señora de la Visitación. fundación María Ayuda. Jardín infantil Hormiguitas de Aconcagua. Centro de rehabilitación esperanza Juvenil.
Principales dificultades observadas:
Desconocimiento de la red local y sus sujetos de atención. Desconocimiento de los mecanismos de derivación. Tiempos prolongados de atención que generan desinterés en el beneficiario. Derivaciones no asistidas. Falta de responsabilización frente a la derivación. Dualidad de criterios de instituciones y programas. Temor a realizar denuncias por consecuencias negativas. Derivaciones sujetas a la voluntad de quien la recibe. Constante rotación de profesionales
Medidas remediales sugeridas:
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Sensibilización a los actores de la red local operativa respecto a los programas vinculados a la infancia. Creación de un formulario único de derivación. Construcción y socialización de un flujograma de derivación
III. Marco Conceptual ¿Qué es vulneración de derechos? Es toda acción u omisión, que sitúa o expone a los niños, niñas o adolescentes a peligros o daños, ya sea a nivel individual, familiar y/o social; y que impide el pleno goce de sus derechos. Existen diversos factores que se constituyen en riesgo y/o amenaza, y que se definen como variables de vulnerabilidad; entro ellos encontramos, la presencia de comportamientos, conductas o situaciones que configuran señales de alerta y que dificultan que los niñ@s puedan ejercer sus derechos. Son señales para identificar posibles vulneraciones de derecho o bien, detectarlas antes de que éstas ocurran.
Definiciones e Indicadores
3.1.
Maltrato infantil: identificado frecuentemente con lesiones físicas, sin embargo se identifican además vulneraciones menos evidentes que los golpes. Es por derivación, se entenderá como:
“C u alquier acc ión u om isión, no acc idental, po r parte de los padres, madres, cu idadores/as o terc ero s q ue p ro v o c a dañ o a la salu d o sicológico del niño o niña”. desarrollo p
3.2.
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Indicadores de maltrato infantil: son signos objetivos que se asocian a una manifestación concreta del maltrato infantil. Cada manifestación de maltrato infantil tiene asociado un conjunto de indicadores que lo definen. En algunas de las manifestaciones del maltrato infantil se presentan determinadas conductas asociadas.
Dadas las definiciones anteriores, es posible reconocer maltrato físico, psicológico, por negligencia o maltrato en la esfera de la sexualidad. Dichas formas de maltrato, son definidas de acuerdo a la siguiente clasificación:
a. Maltrato Físico: Es cualquier acción no accidental por parte de los padres, madres o adultos responsables, que provoque daño físico o sea causal de enfermedad en el niño/a o lo ponga en grave riesgo de padecerla. La aflicción de daño físico y dolor puede tener distintos propósitos, incluso aquellos validados socialmente como corregir o controlar la conducta del niño o niña. Por tanto, conductas constitutivas de maltrato físico son el castigo corporal, incluyendo golpes, palmadas, tirones de pelo, palmaditas, empujones, azotes, zamarrones, pellizcos u otras medidas que causen dolor o sufrimiento físico.
Indicadores físicos en el niño o niña: Lesiones cutáneo - mucosas: hematomas, contusiones, heridas, erosiones y pinchazos. Se localizan en zonas no habituales (área periocular, pabellón auricular, mucosa oral, cuello, zonas laterales de la cara, labios, espalda, tórax, nalgas o muslos, área genital). En ocasiones su forma reproduce la señal del objeto con el que han sido infringidas (correa, hebilla, regla) y se presentan en diferentes estados de evolución y/o de cicatrización. Quemaduras: Localización múltiple. Tienen bordes nítidos que reproducen el objeto con el cual se quemó. Las quemaduras están ausentes de salpicaduras y su profundidad es homogénea. Alopecias traumáticas: Presencia de zonas en que se ha arrancado pelo de forma intencionada. Diferentes estados de evolución, manifestado por diferentes larguras de pelo sin explicación aparente. Mordeduras: Reproducen la arcada dentaria humana en forma circular. Se distinguen de una mordedura de un perro, en donde la mordida es más amplia, mayor a 3 cm de separación. Fracturas: Fracturas múltiples que pueden ir asociadas a otras manifestaciones cutáneas de maltrato.
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Indicadores en el comportamiento del niño o niña:
Parece tener miedo a su padre, madre o cuidadores.
Cuenta que su padre o madre le ha pegado.
Se muestra temeroso al contacto físico con personas adultas.
Se va fácilmente con personas adultas desconocidas, o bien, prefiere quedarse en el jardín o colegio a irse con su padre, madre o cuidador/a.
Comportamiento
pasivo, retraído, tímido, asustadizo, tendencia a la soledad y
aislamiento.
Actitud de auto culpa y aceptación de los castigos.
Sentimiento de tristeza y depresión.
Inquietud desmedida por el llanto de otros niños/as.
Juego
con contenidos violentos, de dominación, repetitivo o llamativamente distinto a lo habitual.
Indicadores en el comportamiento del padre, madre o cuidador/a:
Utilizan una disciplina severa, inadecuada para el niño o niña.
No
dan ninguna explicación con respecto a la lesión del niño o niña, o, si las dan, éstas son ilógicas, no convincentes o contradictorias.
Parecen no preocuparse por su hijo/a.
Perciben al niño/a de manera negativa.
Abusan del alcohol u otras drogas.
Intentan ocultar la lesión del niño/a o proteger la identidad de la persona responsable de ésta.
Culpabilizan al cónyuge como causante del maltrato.
Se contradice mutuamente con el cónyuge ante la causa de la lesión.
Retraso
médica.
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indebido o sin explicación en proporcionar al niño o niña atención
El maltrato físico no ha de ser necesariamente resultado de un intento premeditado de dañar al niño, sino que puede derivar de un exceso de disciplina o de un castigo inapropiado. Para identificar la presencia de maltrato físico, deben cumplirse al menos uno de los siguientes requisitos: • Se ha detectado la presencia de al menos uno de los indicadores antes señalados. Las lesiones físicas no son “normales” en el rango de
lo previsible en un niño/a de su edad y características (bien por su mayor frecuencia o intensidad, por ser lesiones aparentemente inexplicables o no acordes con las explicaciones dadas por el niño o niña y/o el padre, madre o cuidadores). • No se han percibido indicadores de comportamiento, pero hay
conocimiento de que el niño o la niña ha padecido alguna de las lesiones físicas indicadas. • No existen lesiones físicas, pero hay conocimiento de que el padre,
madre o cuidador ejerce violencia hacia el niño o niña.
La p resen cia d e un o o m ás indicadores no constituye un a CERTEZA de vulneración, por lo tanto es necesario realizar una evaluación para despejar cada caso.
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b. Maltrato Psicológico: Consiste en la hostilidad hacia el niño o niña manifestada por ofensas verbales, descalificaciones, críticas constantes, ridiculizaciones, rechazo emocional y afectivo. También se puede incluir la falta de cuidados básicos, ser testigo de violencia, discriminación sufrida en razón de raza, sexo, características físicas, capacidad mental. Algunos ejemplos son el lenguaje con groserías o que menoscabe al niño o niña, cualquier forma de burla, humillación pública o privada, incluyendo amenazas de castigo físico, cualquier forma destinada a aterrorizar o aislar a un niño o niña, sanciones o castigos que impliquen el retiro de alimentos, descanso o prohibición de acceso a servicios higiénicos o encuentros con su familia. Incluye: discriminación y observadores de violencia intrafamiliar.
Indicadores en el niño o niña: A
nivel de pensamientos: presenta baja autoestima, visión negativa de la vida y de sí mismo, síntomas de ansiedad (hipervigilante y buscando constantemente indicios que demuestren la existencia de un peligro, movimientos nerviosos, moverse de un lado a otro, entre otros) y depresión (sentimientos de tristeza, autoculpabilización, entre otros). Muestra permanentes comportamientos negativistas; patrón recurrente de conducta desafiante, desobediente y hostil hacia figuras de autoridad que se mantiene en el tiempo (por lo menos durante seis meses). Demuestra cambios repentinos en su comportamiento y emociones. Presenta problemas de aprendizaje que no pueden ser atribuidos a una causa física o psicológica específica. Cambios bruscos en el rendimiento escolar (disminución de atención, se concentra con dificultad, aumento significativo de inasistencias). Reacciones de temor o de miedo ante estímulos sociales, o bien, de inquietud excesiva y apego inadecuado ante profesionales o figuras adultas (profesores, cuidadores, secretarias, etc.). Ausencia de respuestas ante estímulos sociales (aislamiento social). Relaciones sociales escasas y/o conflictivas. Pueden presentarse reacciones agresivas, hiperactivas, rebeldes o bien ser extremadamente tímidos, sumisos y poco comunicativos. Presenta enfermedades de origen psicosomático (cefaleas, dolores abdominales, trastornos de alimentación, trastornos del sueño, dificultades en el control de esfínter). Se queda mucho tiempo en escuela y no desea regresar a su hogar, generándole ansiedad y nerviosismo ante esta situación (no siempre obvia o manifiesta). Poco contacto físico con figuras paternas (padre, madre o cuidadores). Presenta relatos negativos de éstos, que suelen mantenerse en el tiempo. Parece tener miedo de sus padres o cuidadores, mostrando una conducta hipervigilante y temerosa.
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Indicadores en el comportamiento del padre, madre o cuidador/a: Rechazo: El relato que el padre, madre o cuidador/a hace del niño/a implica un menosprecio, una descalificación: utilizar frecuentemente apelativos de desprecio hacia el niño o niña y sus logros, desvalorizarlo/a, tratar de manera desigual a los hermanos/as, negarse a hablarle, someterle a humillaciones verbales y a críticas excesivas, no nombrar al niño o niña ni darle su lugar (la madre no es capaz de decir “mi hijo/a”, “mi guagua” o no lo llama por su nombre), hacer comparaciones negativas ( “eres igual de desordenado/a que…”).
Atemorización: Amenazar al niño/a continuamente con castigos desmedidos: exponerlo/a a la humillación pública, crearle miedo, sobreexigirle y castigarlo/a por no lograr lo exigido, asignarle responsabilidades excesivas o no adecuadas a su edad, burlarse del niño o niña, utilizar gestos y palabras exagerados para intimidar, amenazar o castigar, forzar al niño o niña a elegir entre dos adultos enfrentados. Aislamiento: Se refiere a privar al niño o niña de las oportunidades para establecer relaciones sociales: dejar al niño o niña solo/a durante largos períodos de tiempo, negarle la relación con otros, prohibirle invitar a otros niños/as a la casa, sacarle del jardín sin motivo adecuado. Violencia doméstica extrema y/o crónica: Se producen de manera permanente, situaciones de violencia física y/o verbal intensa entre el padre y la madre en presencia del niño/a. Se utiliza al niño o niña como intermediario de descalificaciones mutuas (insultos, maltrato, amenazas de abandono de hogar) que le producen inseguridad y culpa al niño/a, incapacidad de los padres para proteger al niño o niña de los conflictos de pareja.
La p resencia d e un o o m ás i n d i c ad o r e s n o c o n s t i t u y e un a CERTEZA de vulneración, por lo tanto es necesario realizar una evaluación para despejar cada caso.
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c. Maltrato por Abandono o Negligencia: Se refiere a situaciones en que los padres, madres o cuidadores/as, estando en condiciones de hacerlo, no dan el cuidado ni la protección tanto física como psicológica que los niños y niñas necesitan para su desarrollo. El cuidado infantil implica satisfacer diversos ámbitos como son el afecto, la alimentación, la estimulación, la educación, la recreación, la salud, el aseo, entre otros. Las vulneraciones en este ámbito, incluye deserción escolar, trabajo infantil y consumo problemático de alcohol y drogas. Negligencia Física:
Las necesidades físicas básicas del niño o niña (alimentación, vestido, higiene, protección y vigilancia en las situaciones potencialmente peligrosas, educación y/o cuidados médicos) no son atendidas temporal o permanentemente por ningún miembro del grupo que convive con el niño o la niña.
Indicadores en el niño o niña: Alimentación: No se le proporciona la alimentación adecuada. El niño o niña presenta problemas o enfermedades por déficit o exceso de alimento. Vestido: Vestuario inadecuado al tiempo atmosférico. El niño/a no va bien protegido del frío. Vestuario sucio, roto. Higiene: El niño o niña constantemente se presenta sucio/a, con escasa higiene corporal. Cuidados médicos: Ausencia o retraso importante en la atención médica de los problemas físicos o enfermedades. Ausencia de cuidados médicos rutinarios. Retraso de crecimiento y desarrollo. Supervisión: El niño o niña pasa largos períodos de tiempo sin la supervisión y vigilancia de un adulto. Se producen repetidos accidentes domésticos claramente debido a negligencia por parte de los padres o cuidadores/as del niño/a. Visitas repetidas a urgencias del hospital. Condiciones higiénicas y de seguridad del hogar que son peligrosas para la salud y seguridad del niño o niña. Área educativa: Inasistencia injustificada y repetida al jardín o colegio. Retraso en la adquisición de logros madurativos y problemas de aprendizaje.
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Indicadores en el comportamiento del niño o niña: Pide o roba comida. Raras veces asiste al jardín o colegio. Se suele quedar dormido/a, se observa muy cansado/a. Dice que no hay nadie que le cuide. Tendencia a la apatía, somnolencia y tristeza. A resividad autoa resión.
Indicadores en el comportamiento del padre, madre o cuidador:
Para poder definir la existencia de negligencia física, debe presentarse uno o varios de los indicadores de manera reiterada y/o continua.
Los indicadores que se observan en el niño o niña y que ayudan a detectar una negligencia física son los mismos que los indicadores de un maltrato físico. La principal diferencia entre estas dos manifestaciones reside en el comportamiento de los padres: el maltrato físico implica una ACCIÓN, mientras que la negligencia física está más relacionada con la OMISIÓN.
Abuso de drogas o alcohol. Muestra apatía y desinterés. Mentalmente enfermo, o con bajo nivel intelectual. Despreocupación por enfermedades del niño o niña. Incumplimiento médicos.
de
tratamientos
Exceso de vida social y laboral.
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las La p resen cia d e uno o m ás indicadores no constituye una CERTEZA de vuln eración, por lo tanto es necesario realizar una evaluación para despejar cada caso.
Negligencia Psicológica (emocional): Falta persistente de respuesta a las señales, expresiones emocionales y a las iniciativas de interacción iniciadas por el niño/a y falta de contacto por parte de una figura adulta estable
Indicadores en el comportamiento del padre, madre o cuidador: Ignorar: Ausencia total de disponibilidad del padre, madre o cuidador hacia el niño o niña. Falta de respuesta a las iniciativas de apego del niño/a (no devolución de sonrisas y vocalizaciones, no corresponder a sus abrazos). Padres, madres o cuidadores/as que están preocupados por sí mismos y son incapaces de responder a las necesidades del niño o niña. Frialdad y falta de afecto en el trato. No tener en cuenta al niño/a en las actividades familiares. No ayudarle a resolver sus problemas cuando lo solicita. No estar pendiente de su crecimiento. Rechazo a comentar las actividades e intereses del niño/a.
Rechazo de atención psicológica Rechazo del padre, madre o cuidador a iniciar un tratamiento de algún problema emocional o conductual del niño/a, existiendo acceso a un recurso de tratamiento que ha sido recomendado por profesionales competentes.
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La p resencia d e un o o más indicadores no constituye un a CERTEZA de vulneración, por lo tanto es necesario realizar una evaluación para despejar cada caso.
d. Agresiones de Carácter Sexual: Definidas como cualquier tipo de actividad sexual, tales como insinuaciones, caricias, exhibicionismo, voyeurismo, masturbación, sexo oral, penetración oral, anal o vaginal, exposición a material pornográfico, explotación y comercio sexual infantil, entre otros, con un niño o niña en la cual el agresor/a está en una posición de poder y el niño o niña se ve involucrado en actos sexuales que no es capaz de comprender o detener. Las agresiones sexuales incluyen abuso sexual, violación, estupro, explotación sexual comercial infantil.
Indicadores en el niño o niña: Físicos: Dificultad para andar o sentarse. Ropa interior rasgada, manchada. Queja por dolor o picazón en la zona genital. Contusión o sangrado en los genitales externos, zona vaginal, anal. Enfermedad venérea. Cerviz o vulva hinchada. Enuresis y/o encopresis. Ano o vagina dilatados, enrojecidos, con desgarros.
Conductuales: Actitudes de abierto sometimiento Juegos sexuales persistentes e inadecuados con niños de la misma edad, con juguetes o con sus propios cuerpos, o conductas sexualmente agresivas hacia los demás Comprensión detallada e inapropiada para la edad de comportamiento sexuales (sobre todo con niños pequeños) Mala relación con sus pares y dificultades para entablar amistades Desconfianza, en especial hacia figuras significativas Disminución brusca del rendimiento escolar Temor exacerbado hacia los hombres (en los casos que la víctima es una niña y el perpetrador, un hombre) Conductas seductoras con los hombres ( en los casos en que la víctima es una niña y el perpetrador, un hombre) Fugas del hogar Trastornos del sueño, terrores nocturnos Conductas regresivas Retraimiento Depresión clínica Ideación o intento suicida
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Indicadores en el comportamiento del agresor/a: Extremadamente protector/a o celoso/a del niño o niña. Alienta al niño/a a implicarse en actos sexuales o prostitución. Abuso de drogas o alcohol. Favorece al niño o niña con actitudes y regalos inapropiados. Familia aislada socialmente.
L a p r e s e n c i a d e u n o o m ás i n d i c a d o r es n o c o n s t i t u y e una CERTEZA de v u l n e r ac i ó n , p o r l o t a n t o e s n e c e s a r i o r e a l i za r u n a evaluación para despejar cada caso .
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IV. Factores de Riesgo Los factores de riesgo hacen referencia a la presencia o ausencia de determinadas condiciones en la vida del niño o niña y su entorno, que aumentan la posibilidad de que aparezcan conductas o situaciones de maltrato. Los factores de riesgo por sí solos nunca prueban la existencia de malos tratos, sólo predicen la probabilidad de que aparezcan.
Es posible identificar factores de riesgo a nivel individual, niño o niña:
Nacimiento prematuro.
Hijo/a no deseado.
Déficit físico y /o psíquico que conlleva al incumplimiento de las actividades propias de su edad.
Problemas médicos crónicos o retrasos en el desarrollo.
También se identifican factores de riesgo a nivel familiar y ambiental:
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Padres y madres víctimas de maltrato en su infancia.
Falta de habilidades para la crianza del niño/a.
Trastornos emocionales, mentales, físicos, que le impiden reconocer y responder adecuadamente a las necesidades del niño/a.
Estilos de disciplina extremadamente relajado o castigador.
Abuso de dependencias (droga, alcohol, juego, fármacos, etc.)
Ausencia prolongada de los progenitores o adultos responsables.
Familias desestructuradas.
V. Marco Legal
5.1. ¿Cuáles so n las vu lnerac ion es de derech os m ás frecu entes ?
En las distintas situaciones que se presentan las vulneraciones que con mayor frecuencia respecto de niños, niñas y adolescentes son el maltrato (golpes, gritoneos, etc.), el abandono (falta de cuidados personales, higiénicos, lo dejan mucho tiempo solos, etc), y despreocupación de los adultos que deben cuidarlos, el vivir la violencia intrafamiliar, el abuso sexual, violación, comercio sexual, la inasistencia al colegio, incluso dejar la educación, trabajo infantil. 5.2. Circuito de d erivación.
Para las distintas vulneraciones de derecho existen distintos caminos que se deben tomar para colaborar, evitando que se produzcan más vulneración o apartando para evitar que estas vulneraciones dañen más a los niños, niñas y adolescentes. (ver Flujogramas – páginas 25, 26, 27) Como se había mencionado, se puede ayudar, informando de ello a OPD, Tribunal de Familia, Carabineros de Chile, Policía de Investigaciones o Fiscalía Local.
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5.3. Obligatoriedad de denuncia
Cualquier adulto que tome conocimiento de un delito, aún cuando no cuente con todos los antecedentes que le parezcan suficientes o necesarios, deberá poner en conocimiento del hecho, en el menor tiempo posible, en Carabineros de Chile, Policía de Investigaciones o a la Fiscalía. Para el caso que se trate de un adulto que ejerza funciones en un establecimiento educacional o el Director está obligado a denunciar el hecho (art. 175 CPP) ante la Fiscalía antes de transcurridas 24 horas desde que toma conocimiento de la situación que podría estar afectando al menor de edad. De lo contrario, se expone a las penas establecidas en el Código Penal. Existiendo la obligación de denunciar, el denunciante se encuentra amparado ante acciones judiciales que se puedan derivar de su ejercicio. Poner en conocimiento al apoderado de la situación denunciada, salvo que se sospeche que éste podría tener participación en los hechos. En caso de existir objetos (ropa u otros) vinculados a la posible comisión de un delito, evitar manipular y guardarlos en una bolsa cerrada de papel. En caso que se estime que el niño/a o adolescente se encuentre en situación de riesgo, esto deberá ser informado inmediatamente a la Fiscalía, de forma que se adopten las medidas de protección hacia el niño o niña.
Con el niño o niña que podría estar siendo víctima de un delito deberá: • • • • •
Escucharlo y contenerlo en un contexto resguardado y protegido. Escucharlo sin cuestionar ni confrontar su versión. Evitar emitir juicios sobre las personas o la situación que le afecta. Evitar atribuirle alguna responsabilidad en lo sucedido o en su posible evitación. Manejar de forma restringida la información, evitando con ello la estigmatización y victimización secundaria.
Que NO hacer ante este tipo de casos: • • • • •
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Una investigación sobre lo sucedido, que pretenda recabar antecedentes “objetivos” o
que acrediten el hecho, cuestión que corresponde de forma exclusiva al fiscal. Un enfrentamiento (o careo) con el posible agresor, otros adultos, u otros/as niños/as posiblemente afectados. Poner en entredicho la credibilidad de lo develado, intentando confirmar o descartar la información aportada por el niño o niña. Presionar al niño/a para que conteste preguntas o aclare la información. Otra información que podría resultarles de utilidad
5.3.1. ¿Qué son los delitos sexuales contra menores de edad?
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Los delitos sexuales contra menores de edad están básicamente constituidos por una conducta de contacto, abuso, transgresión y/o agresión sexual hacia el niño/a, caracterizada por la falta o vicio en el consentimiento. Esta conducta constituye una forma de 5.3.2. ¿Qué hacer ante una sospecha de violencia sexual, en donde está presente delito sexual? como elemento esencial el uso de la fuerza o el poder, dirigido hacia fines 1. Lo más importante de todo es hacer sexuales, que la víctima no ha la DENUNCIA correspondiente ante consentido o no está en condiciones de Carabineros, Policía de consentir. Es por esto que por violencia Investigaciones o la Fiscalía que se debemos entender no sólo el uso de encuentre más cercana. Esta fuerza física, sino que también todo tipo obligación se encuentra de coerción, ejercicio de presión, abuso consagrada en el artículo 175 del de autoridad o confianza, engaño y, en Código Procesal Penal, y se aplica, general, cualquier conducta que esté entre otros, a los directores, encaminada a determinar o doblegar la inspectores y profesores de libre voluntad de la víctima. cualquier establecimiento En el caso de los profesores o educacional, respecto de los delitos funcionarios de establecimientos que afecten a sus alumnos. educacionales, el contacto sexual o afectivo (de pareja) con un alumno 2. El plazo para efectuar la denuncia debiera estar totalmente prohibido, dada es de 24 horas, contadas desde la relación asimétrica de dependencia que se toma conocimiento del del menor o ascendencia del adulto hecho (art. 176 CPP). sobre éste. 3. Quien no cumpliere esta obligación, o lo hiciera tardíamente, será castigado con multa de 1 a 4 UTM Es importante señalar que (art. 177 CPP); salvo que realice quien haga la denuncia algún acto que implique el puede recibir protección en ocultamiento del hecho, caso en el su calidad de testigo, si cual incluso podría ser sancionado existe temor fundado de como encubridor. hostigamiento, amenazas o lesiones. Además, está obligado a declarar ante el 4. En el caso de tratarse de una Fiscal, y podrá también ser violación, el niño, niña o llamado a declarar en juicio. adolescente debe ser trasladado La denuncia realizada por dentro de las 24 horas de ocurrido alguno de los obligados en el hecho al servicio de salud de este artículo eximirá al resto. urgencia más cercano, o al Servicio Médico Legal. En estos mismos lugares se podrá interponer la denuncia ante el funcionario de Carabineros o Investigaciones destinado en el recinto asistencial.
VI. Drogas: Uso y Abuso
Según la Organización Mundial de la Salud, se considera droga a todas aquellas sustancias que introducidas en un organismo vivo por cualquier vía (inhalación, ingestión, intramuscular, endovenosa), es capaz de actuar sobre el sistema nervioso central provocando una alteración física y/o psicológica. Asimismo, esta sustancia es capaz de cambiar el comportamiento de la persona, teniendo la capacidad de generar dependencia y tolerancia en sus consumidores.
6.1.1. Uso de drogas Constituye aquella modalidad de consumo no generadora de consecuencias negativas para el sujeto, bien porque la cantidad de droga es mínima, bien por realizarse con escasa frecuencia o bajo un estricto control.
6.1.2. Abuso de drogas Supone un uso de las drogas que, bien por la frecuencia con la que se consumen, bien por la propia naturaleza de las sustancias o las circunstancias en que se utilizan, puede comprometer de manera seria la salud del consumidor o interferir con su funcionamiento normal.
6.2. Niveles de consumo de drogas e indicadores en el comportamiento de niños, niñas y adolescentes Consumo experimental: Desconoce los efectos de la droga. Consume para experimentar, para saber lo que se siente. Su consumo se realiza generalmente en el marco de un grupo que invita a probarla. El consumo se registra por lo general sólo los fines de semana o en las fiestas. Consumo ocasional:
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Continúa utilizando la droga en grupo. Es capaz de llevar a cabo las mismas actividades sin necesidad de consumir drogas.
Conoce los efectos de la droga en su organismo y por eso la consume. La persona aprovecha la ocasión, no la busca directamente. Se relaciona con grupos o personas que pueden proveerlo, pero no compra.
Consumo habitual:
Consume en diversas situaciones. Consume tanto en grupo, como en forma individual. Conoce el precio, la calidad y los efectos de las drogas (solas o combinadas). Se establece un hábito de consumo. Busca la droga y la compra.
Consumo abusivo:
Se consume en situaciones grupales o individuales, concertadamente. El consumo es selectivo de una o más drogas. El consumo genera cambios significativos en sus conductas y relaciones interpersonales. Conoce la calidad y busca impulsivamente los efectos de las drogas, tanto físicos como psicológicos. Consume en situaciones de riesgo o peligro para sí mismo o para otros y no mediatiza las consecuencias de sus conductas. Por su forma de consumo, comienza a tener problemas con su familia, trabajo, etc. El uso pasa a ser regular y la tolerancia aumenta.
Consumo dependiente:
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La característica esencial de la dependencia de sustancias consiste en un grupo de síntomas cognoscitivos, comportamentales y fisiológicos que indican que el individuo continúa consumiendo la sustancia, a pesar de la aparición de problemas significativos relacionados con ella. Existe un patrón de repetida autoadministración que a menudo lleva a la tolerancia, la abstinencia y a una ingestión compulsiva de la sustancia. Utilización de la droga en mayor cantidad o por un período de tiempo más largo de lo que la persona pretendía. Dificultad para controlar el uso de la droga. Actividades relacionadas con la obtención de la droga y el consumo de la misma pasan a ser las más importantes. Intoxicación frecuente. Síntomas de abstinencia. Reducción considerable o abandono de actividades sociales, laborales, educativas o recreativas. Uso continuado de la droga a pesar de ser consciente de los problemas que ello le está causando. Se recurre a la droga para aliviar el malestar provocado por su falta. Presenta incapacidad de abstenerse y de detenerse. Problemas físicos asociados. Aumenta la dosis para obtener los mismos efectos.
6.3. ¿Qué hacer si se sospecha que un niño, niña o adolescente está usando o abusando de las drogas? El adulto responsable del niño podrá solicitar orientación gratuita a SENDA-Previene San Felipe, entidad que cuenta con profesionales que podrán realizar una primera evaluación respecto a la sospecha de consumo de droga. A partir de los resultados obtenidos, la atención podrá contar con una derivación a las entidades de la red local acordes al nivel de consumo que se detecte.
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VII. Flujogramas
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VIII. ANEXOS
VIII. ANEXOS
Ficha de Derivación DATOS DEL/LA DERIVADO/A Nombre Completo: Rut: Dirección: Fecha de nacimiento :
Edad:
Teléfono:
Celular:
Adulto responsable de los cuidados del niñ@ Relación del Adulto Responsable con el Niñ@ Beneficiario de otra institución (cuales) Establecimiento Educacional Curso Profesor jefe Tipo de asistencia
DATOS DE QUIEN DERIVA Nombre completo Institución a la que pertenece Cargo que ocupa Teléfono Correo electrónico
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INSTITUCIÓN A LA QUE SE DERIVA Nombre de la institución Profesional que recibe la derivación; cargo que ocupa:
Planteamiento de lo que se espera resolver con la derivación (objetivo de derivación):
Antecedentes del caso; Descripción detallada de la situación que genera la derivación:
Factores de riesgo asociados al caso:
Presenta consumo
Producto que consume SI
Otros Antecedentes:
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No
Cantidad de consumo en la última Semana.
N
Ficha de Respuesta de Derivación
INSTITUCIÓN RECEPTOR:
O
PROGRAMA
INSTITUCIÓN SOLICITANTE:
O
PROGRAMA
FECHA DE DERIVACIÓN: RESPONSABLE DE LA DERIVACIÓN: TIEMPO DE RESPUESTA TIPO DE ATENCIÓN FECHA
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