7.- Promoción de la innovación tecnológica El uso de la tecnología en las organizaciones ha sido fundamental desde la invención de aparatos y utensilios que remodelaron y complejizaron el proceso productivo a partir de la transición de los tall eres artesanales a las primeras fábricas. La llamada tercera revolución industrial, con el uso de la computadora como elemento central, sin duda ha afectado los procesos organizacionales y se ha convertido en un factor que influye directamente en las formas de trabajo. Las innovaciones tecnológicas en el campo de la informática y de las telecomunicaciones están realizando una gran transformación, tal vez la revolución más grande de nuestro siglo, en cuanto que transforman dos dimensiones de la existencia humana: el espacio y el tiempo. Esta transformación abarca la estructura de las organizaciones, las relaciones entre éstas y el entorno, rediseña la organización del trabajo y redefine las relaciones tanto trabajo como las industriales. El gran cambio implica una descentralización del trabajo y un ahorro en el tiempo de trabajo. En este caso, hablar de transformaciones organizacionales significa hablar de transformaciones transformaciones técnicas, económicas y sociales. La rápida incorporación de nuevas tecnologías en las empresas ha suscitado un gran interés entre profesionales, especialistas e investigadores. De este modo, a lo largo de la última década se han llevado a cabo numerosos estudios acerca de las implicaciones y consecuencias de la incorporación de tecnología en l as organizaciones. En su mayor parte, presentan una concepción estática del "impacto" que tratan de explorar, sobre todo, cuando analizan las consecuencias no pretendidas del mismo.
En este contexto, habría que señalar que los impactos son resultados, efectos o consecuencias y consisten en cambios significativos en las personas y en el entorno del trabajo y de la organización. Los impactos pueden ser funcionales, disfuncionales o neutros. Además, el mismo cambio tecnológico puede tener diferentes impactos sobre varios subgrupos y en diferentes momentos temporales. Los impactos son potenciales y no predeterminados, emergentes y no estáticos y condicionales a un contexto específico.
Dependen de la estructura social subyacente, de los grupos de usuarios y del diseño tecnológico.
La introducción de nuevas tecnologías en la organización puede contribuir a la aparición de nuevos modos de trabajo y a la eliminación de tareas aburridas y rutinarias, introduciendo una mayor variedad de habilidades necesarias en el puesto de trabajo y permitiendo a los trabajadores desempeñar trabajos de mayor responsabilidad y más retadores. Sin embargo, a pesar de estas consecuencias potencialmente positivas, a menudo, aparecen consecuencias negativas tales como reducción del empleo, obsolescencia de las habilidades, estrés e insatisfacción laboral. Asimismo los puestos de trabajo pueden quedar fragmentados y despersonalizados, apareciendo una pérdida de control del trabajador sobre su trabajo
La introducción de una nueva tecnología en el contexto de trabajo produce también cambios en la estructura y el funcionamiento de los grupos de trabajo. El impacto es previsible sobre redes de comunicación, flujos de información, eficiencia de la comunicación, patrones de interacción grupal, toma de decisiones, emergencia de liderazgo, formación de coaliciones, etc. Respecto a los cambios producidos por las nuevas tecnologías a nivel organizacional se pueden mencionar los referentes a la estructura de la organización y los que inciden sobre los distintos procesos organizacionales como la comunicación, los sistemas de supervisión y control, la toma de decisiones o la cultura organizacional.
La flexibilidad con que cabe considerar el cambio tecnológico y sus consecuencias, frente a la postura determinista tradicional, permite orientar la intervención desde la óptica de que los usuarios y los principales aspectos implicados en la introducción de las nuevas tecnologías serían las opciones organizacionales, los principios de diseño e implantación, los determinantes de uso de los usual ríos y las políticas de gestión, en interacción con las características de esas nuevas tecnologías.
Definir cuándo es el momento para integrar herramientas tecnológicas, que apoyen en forma integral la operación de la empresa, es una tarea compleja debido a dos factores que han venido creciendo e interactuando juntos: el vertiginoso desarrollo de las Tecnologías de la información (TI) y el cambio de enfoque en los modelos de negocio que han existido a lo largo del tiempo, ya sea en la producción de un bien o en la cadena de valor que proporciona un servicio prestado por una organización.
Cuando una empresa piensa en la adquisición de tecnología, lo hace pensando normalmente en optimizar las operaciones o bien, incrementar el grado de control sobre los recursos que se poseen. Para ello, una tarea importante es la evaluación y selección del sistema que mejor se apegue la forma de operar de la empresa. No es recomendable evaluar o entrevistar un número grande de opciones, 5 o 6 es un buen número para evaluar.
Algunas reflexiones al respecto son:
A) ¿De dónde surge la necesidad de optimizar o controlar la operación y qué áreas se encuentran involucradas? B) ¿Qué debemos de tomar en cuenta para definir si es momento o no de integrar herramientas tecnológicas a la operación de la empresa? C) ¿Cuáles son los beneficios cuantitativos y cualitativos que me traerá esta adquisición? La primera pregunta tiene que ver con el ambiente en el cuál se detecta la necesidad de contar con una herramienta tecnológica que apoye a la operación, esto tiene que ver con algo tan simple como el hecho de que la operación ha superado las capacidades de ejecución de la organización. Esto es común en empresas que crecen repentinamente o que su índice de crecimiento es alto y que no se han estructurado planes y acciones contundentes para hacer frente a este tipo de situaciones.
Por otra parte hablemos de la obsolescencia tecnológica de la empresa: en muchos de los casos las herramientas tecnológicas sufren un grave deterioro debido principalmente a
que no es actualizada. Las empresas que usualmente no invierten en la actualización de sus herramientas tecnológicas, es porque conceptualizan estas partidas como gastos, aunque quizás sería conveniente cambiar este enfoque y ver a la tecnología como una inversión que brindará frutos a mediano plazo.
La lista que se presenta a continuación resume los factores clave que deben considerarse cuando se piensa en la implantación de un sistema de información integral:
• Analizar la estrategia de crecimiento de la empresa. • Analizar el entorno del mercado, competidores y tendencias tecnológicas. • Analizar las exigencias de los clientes en función de los tiempos de respuesta, la velocidad en la comunicación con ellos.
• La veracidad y oportunidad con la que se obtiene información vital para la toma de decisiones de la empresa.
• La integridad de la información con la que se toman decisiones en la empresa. • La cantidad de re trabajos, captura y “complementos” en la información con la que opera la empresa. Bien pudiéramos continuar enlistando factores que debieran considerarse para definir si es el momento adecuado para integrar herramientas tecnológicas en nuestra empresa, generalmente la decisión de hacerlo o no la dejamos mucho al “feeling” o bien se
encomienda al responsable del área de sistemas que “evalué” la necesidad de integrar nuevas herramientas tecnológicas.
Con la finalidad de ayudar a definir si es el momento adecuado para integrar herramientas tecnológicas a la operación de la empresa es necesario tomar en cuenta y analizar los puntos siguientes:
• Requerimientos de información interna. • Requerimientos de información para los clientes. • Esfuerzo requerido para integrar la información (tiempo, re trabajos, etc.). • Requerimientos de integración con los clientes / proveedores.
• Estructura operativa interna de la empresa (áreas / procesos de negocio). • Grado de madurez de los procesos de negocio de la empresa. Por último, se debe tener un convencimiento total que la adopción de una solución tecnológica de este tipo será redituable y es adecuada, es importante que los proyectos tecnológicos de esta naturaleza sean tratados como cualquier otro proyecto de inversión para la empresa, en donde se tiene un presupuesto asignado y un ROI asociado, sustentada por un caso de negocio con cifras duras, a fin de contar con fundamentos que apoyen el indicador del retorno de la inversión.
El cambio tecnológico puede ser considerado como una opción de desarrollo organizacional, que da lugar a nuevas formas de gestión de las organizaciones, nuevas condiciones de trabajo y un nuevo estilo en la gestión de recursos humanos y de las relaciones laborales que permitan lograr ña máxima eficacia en el uso de las nuevas tecnologías.