La moral anarquista y otros escritos
Piotr Kropotkin
La moral anarquista y otros escritos
Piotr Kropotkin
La moral anarquista y otros escritos
LA MORAL ANARQUISTA
LA MORAL ANARQUISTA1
I La historia del pensamiento humano recuerda las oscilaciones del péndulo, las cuales hace ya siglos que perduran. Después de un largo período de sueño, viene el despertar; y entonces se libera de las cadenas con las que todos los interesados –gobernantes, magistrados, clérigos– le habían cuidadosamente amarrado. Las rompe. Somete a severa crítica todo cuanto se le había enseñado; y pone al desnudo la vanidad de los prejuicios religiosos, políticos, legales y sociales en cuyo seno había vegetado. En aras de su espíritu de investigación se lanza por caminos desconocidos, enriquece nuestro saber con descubrimientos imprevistos: crea nuevas ciencias. Pero el enemigo sempiterno del pensamiento –el gobernante, el magistrado, el religioso– se rehacen en seguida de la derrota. Reúnen poco a poco sus diseminadas fuerzas, remozan su fe y sus códigos, adaptándolos a nuevas necesidades; y, valiéndose de ese servilismo de carácter y de pensamiento que ellos mismos tan cuidadosamente cultivaron, aprovechan la desorganización momentánea de la sociedad, explotando la necesidad de reposo de unos, la sed de riquezas de otros, los desengaños de algunos –sobre todo los desengaños–, vuelven paulatinamente a su obra, apoderándose primero de la infancia, por la educación. El espíritu del niño es débil, y fácil, por lo tanto, el someterlo por terror: a esto apelan. Lo intimidan, y le pintan los tormentos del infierno, le hacen ver los sufrimientos de las almas en pena, la venganza de un Dios implacable; más tarde le hablarán de los horrores de la Revolución, explotarán cualquier exceso de los revolucionarios para hacer del niño “un amigo Se ha revisado la traducción, bastante criticable, idéntica al texto publicado por La Catarata de Madrid en 2003, con el texto francés y otra versión de Caracas, 1972, tampoco muy fiable. Las mejoras propuestas provienen de un conocimiento del francés y del castellano primero y, luego, de la superación –propuesta de la colección Utopía Libertaria de Buenos Aires– del vosotros peninsular y del ustedes latinoamericano (para traducir el on francés) por la primera persona del plural que casi siempre se ajusta y corresponde, además, al uso del mismo Kropotkin. (Nota de María Esther Tello y Frank Mintz.)
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Lucha para permitir a todos vivir esta vida rica y exuberante, y ten por seguro que encontrarás en esta lucha goces tan grandes, como no los encontrarías parecidos en ninguna otra actividad. Tal es cuanto puede decirte la ciencia de la moral: a ti te toca escoger.
APÉNDICES
Selección y comentarios de Frank Mintz
Acepté la sugerente propuesta de la editorial de completar el breve texto de Kropotkin sobre la moral ampliando la visión del autor. Me pareció significativo insistir en el rol de la ética en la propia vida de Kropotkin. Acudí a su correspondencia en ruso y a varios textos poco conocidos en castellano, o cuidando mejor el sentido original ruso en el caso de las dos cartas a Lenin. Cada vida encierra un mensaje y una incógnita. En el caso de Kropotkin, con una salud precaria, pasado los setenta años y tras más de cuarenta fuera de su tierra, dejó la quietud inglesa para regresar a su país convulsionado por la revolución social. ¿Yo, tú lector(a), habríamos hecho lo mismo? De presentarse un evento similar, ¿haremos igual que Kropotkin? La moral se vive y Kropotkin prefirió estar unido a la lucha, reunido con los excluidos del poder marxista-leninista (hasta morir entre los suyos) a la solidaridad crítica desde la lejanía, acaso más tiempo pero con un compás atenuado. Consciente o inconscientemente Kropotkin vivió el fin de su obra “[…] “Y entonces habrás vívido, y por algunas horas de esta vida no darás años para estar vegetando en la podredumbre del pantano”. F. M. Mayo de 2008
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1 - LA MORAL EN LA OBRA DE KROPOTKIN Kropotkin resumió su propio pensamiento en 1905: Como anarcocomunista, quien escribe [Pedro Kropotkin] se esforzó durante muchos años en desarrollar las siguientes ideas: enseñar la relación profunda, lógica, que existe entre la filosofía moderna de las ciencias naturales y el anarquismo; poner el anarquismo sobre una base científica a través del estudio de las tendencias que se manifiestan ahora en la sociedad, y que pueden indicar una ulterior evolución; y elaborar una ética anarquista. En cuanto al contenido del anarquismo como tal, Kropotkin se propuso probar que el comunismo –al menos en parte– tiene más probabilidades de ser instaurado que el colectivismo, sobre todo en las comunas avanzadas, y que el comunismo libre (es decir, anarquista) es la única forma de comunismo que tiene al guna probabilidad de ser aceptada en las sociedades civilizadas. Comunismo y anarquismo son, pues, dos metas evolutivas que se complementan recíprocamente, ya que el segundo resulta posible y aceptable en virtud del primero. Además trató de señalar cómo puede organizarse una gran ciudad, en un período revolucionario, de acuerdo con un comunismo libre, suponiendo que sus habitantes hayan aceptado esa idea; la ciudad ha de garantizar a cada habitante vivienda, alimento y vestido en un nivel correspondiente al confort del que en esa misma época gocen las clases medias: a cambio de eso recibirá el trabajo de una media jornada o de cinco horas. Señaló también que todo lo que se considera lujo podría ser obtenido por cada miembro de la sociedad si durante la otra mitad de la jornada participase en toda clase de asociaciones libres consagradas a todos los fines posibles: educativo, literario, científico, artístico o deportivo. Para demostrar la primera de estas afirmaciones analizó las posibilidades de combinar el trabajo agrícola e industrial con el trabajo intelectual. Y para elucidar los principales factores de la evolución humana analizó el papel desempeñado en la historia por las organizaciones constructivas de apoyo mutuo del pueblo y el papel histórico del Estado.1 1
Extraído del artículo publicado en la 11ª edición de la Enciclopedia Britanica con referencia al termino Anarquismo. De Kropotkin Obr(a)s, Barcelona 1977, corregido con el original inglés. [N. de T.]
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