Pateando lunas Roy Berocay Ilustraciones de
Daniel Soulier
www.loqueleo.santillana.com
© 1997, R�� B������ © 1997, E�������� S��������� S.A. Constitución 1889, (11800), Montevideo. © 2003, 2006, 2014, E�������� S��������� S.A. © De esta edición: 2015, E�������� S��������� S.A. Av.. Leandro N. Alem 720 (C1001AAP) Av Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina ISBN: 978-950-46-4 978-950-46-4348-7 348-7 Hecho el depósito que marca la ley 11.723 Impreso en Argentina. Printed in Argentina. Primera edición: octubre de 2015 Primera reimpresión: mayo de 2005 Coordinación de Literatura Infantil y Juvenil: M���� F������� M�������� Ilustraciones: D����� S������ Dirección de Arte: J��� C����� � R��� M���� Proyecto gráfico: M������ D�� B����, R���� C��������� � J���� O����� Berocay, Roy Pateando Patean do lunas / Roy Berocay Berocay ; ilustrado por Daniel Soulier. Soulier. - 1a ed. . - Ciudad Autónoma Autónoma de Buenos Aires : Santillana, 2015. 168 p. : il. ; 20 x 14 cm. - (Naranja) (Naranja) ISBN 978-950-46978-950-46-4348-7 4348-7 1. Literatura Literatura Infantil y Juvenil. I. Soulier, Daniel, ilus. II. Título. CDD 863.9282
Todos los derechos reservados. Esta publicación publicac ión no puede ser reproducida, reproducida, ni n i en todo ni en parte, ni registrada regi strada en, o transmitida tra nsmitida por, un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, magnét ico, electroóptico, por por fotocopia, fotocopia, o cualquier cua lquier otro, sin el permiso previo por escrito de la editorial.
E��� ������� ������� �� �.��� ���������� �� ����� ��� ���� �� �� ����� �������� ��� �� �� ��� �� ������� �� ���� ��A����� I��������� S.R.L., D����� ����, C����� A������� �� B����� A����, R�������� A��������.
Pateando lunas Roy Berocay Ilustraciones de Daniel Soulier
Índice
¡No se puede! Un lío gordo El terrible castigo La insoportable prima Esther Planes y desafíos Un momento de magia Mayte descubre América La guerra de las viejas La luna es una pelota El Gordo Enemigo se enamora Rayos y truenos Pateando lunas La gran fiesta Los Guerreros vs. Diente de Leche
9 19 29 41 51 59 71 81 93 103 115 123 135 149
¡No se puede! puede!
o se puede. puede. —Pero, —Pe ro, ¿por qué? El padre padre cami camina naba ba alre alrede dedor dor de la habi ha bita tación, ción, mo vía la cabe cabeza za como como si tu vie vie-ra algún algún torni tornillo llo a punto punto de aflo jar jarse se y mimiraba ra ba a la niña. niña. —Porque —Por que eres una niña. niña. —¿Y eso qué tiene tiene que ver? ¿Qué tenía tenía que ver? Mayte Mayte era una niña, ni ña, eso era cierto, cier to, una niña ni ña de nue ve años, algo algo ba ji jita ta y flaca, flaca, pero pero tenía tenía piernas piernas fuertes. fuer tes. Eso le decían decían siempre siempre sus amigos, amigos, el cómi có mico co Ja vier que se pa pasa saba ba todo todo el día ha ciendo cien do chistes chistes malí malísi simos mos o Sal vador vador que
10
siempre pare siempre parecía cía tener tener un ska te pe pega gado do a los pies: “Tenés “Tenés piernas piernas fuertes, fuertes, podés podés jugar, jugar, esta es tamos mos segu seguros”. ros”. Pe ro para Pero para los padres pa dres de Mayte Mayte el asunto asun to era dife diferen rente: te: ella era una niña, niña, las niñas ni ñas juegan juegan con muñe muñecas, cas, hacen hacen comi comidi di-tas, se portan portan bien, dicen dicen buen día, buenas buenas tardes tar des y todas todas esas cosas. cosas. ¿Cómo ¿Cómo iba a ocu rrírse rrír sele le a Mayte Mayte que quería quería ser juga jugado dora ra de fútbol? fútbol? Pero Pe ro así era. Las muñe muñecas, cas, medio medio rotas rotas y despei despei-nadas, na das, termi termina naban ban siempre siempre tira tiradas das en el piso pi so de su cuarto. cuarto. Los vesti vestidos dos rosa rosados dos se le mancha manchaban ban tan rápi rápido do que cuando cuando vol vía de la ca calle lle ya sabía sabía lo que su madre ma dre iba a decir. decir. —Pero, Mayte, —Pero, Mayte, ¿estu ¿estu vis viste te jugan jugando do al fútbol? fút bol? —No mamá, mamá, me trepé trepé a los árbo árboles. les.
Jugar fútbol, Jugar fútbol, trepar treparse se a los árbo árboles, les, desa de safiar fiar a Ja vier o a Sal va va a ju jugar gar carre carre ras, eran cosas cosas que a Mayte Mayte le pare parecían cían
11
12
in fini infi nita tamen mente te más di ver ve rti tidas das que las muñe mu ñecas. cas. Ah ora su padre Aho pa dre seguía seguía cami caminan nando do por la habi habita tación ción y ponía ponía cara cara de preocu preocu-pación, pa ción, esa cara ca ra que ponen ponen los adulto adul toss cuando cuan do están están pensan pensando do en decir decir algo algo muy impor im portan tante. te. —Mayte, ya sabés —Mayte, sabés lo que los veci vecinos nos nos comen comentan tan casi casi todos todos los días. Vienen Vienen y nos dicen: dicen: “Ah, su hi ja ja es taaaan lin linda, da, qué lásti lás tima ma que se porte porte así”. —¡Pero, papá! —¡Pero, papá! Esas vie jas son unas tara ta radas. das. Ésa era otra de las cosas co sas que hacía hacía eno jar mu muchí chísi simo mo al papá papá de Mayte. Mayte. La ni ña no sólo sólo quería quería jugar jugar al fútbol, fútbol, trepar treparse se a los árbo árboles les y correr correr carre carreras, ras, sino sino que también tam bién era bastan bastante te boca bocasu sucia. cia. —¿Qué di jiste? jiste? —Nada, nada; —Nada, nada; es que esas seño señoras ras son muy, muy moles molestas. tas. Así las co cosas, sas, Mayte Mayte se fue a su cuarcuar to y se tiró tiró en la cama. cama.
13
Por la venta ventana na entra entraba ba una luz suasua ve que se par partía tía en rayas rayas al atra ve vesar sar los visi vi sillos. llos. Las rayas, rayas, tan claras, claras, se dibu dibu jan en la pared, pared, justo justo enci encima ma de todas todas esas fotos fotos de grandes grandes juga jugado dores, res, bande banderi rines nes y tamtambién algu algunos nos gala galanes nes de cine cine ya que, pese pese a lo que pare parecían cían creer todos, todos, Mayte Mayte en dedefini fi niti ti va va era una niña niña abso absolu luta tamen mente te igual que todas. todas. Mayte miró Mayte miró por un rato rato las fotos fotos y suspi sus piró. ró. Se sentía sentía aburri aburridí dísi sima. ma. Además, Además, también tam bién por la venta ventana na se cola colaban ban los grigritos y las risas risas de los varo varones nes que juga jugaban ban en la plaza plaza de enfren enfrente. te. ¿Por qué no podía podía jugar jugar así? ¿Quién decía decía que las niñas niñas no pue den jugar jugar fútbol? fútbol? Ésas eran las pregun preguntas tas que Mayte Mayte siempre siem pre se hacía. hacía. Le gusta gustaba ba mucho mucho pen sar en las cosas. cosas. Imagi Imaginar nar un mundo mundo total total mente men te dife diferen rente te en el que los grandes grandes cam peona peo natos tos fueran fueran juga jugados dos por mu je jeres. res. ¡Qué emocio emocionan nante te sería!
14
Pero claro, Pero claro, como como era muy lista, lis ta, se daba da ba cuenta cuenta de que eso tendría tendría algu algunas nas didificul fi culta tades, des, por ejemplo, ejemplo, las juga jugado doras ras no podían po dían parar parar el balón balón con el pecho. pecho. Sonrió. Son rió. Ahora se imagi Ahora imagina naba ba el final final del parpartido, ti do, el grito grito de las tribu tribunas nas llenas llenas y otro proble pro blema: ma: ¿qué harían harían cuando cuando llega llegara ra el momen mo mento to de inter intercam cambiar biar cami camise setas? tas? Nunca había Nunca había pensa pensado do en eso. ¿Sería ¿Sería ésa la razón razón por la que sus padres pa dres no quequerían que fuera fuera juga jugado dora? ra? Si era eso, pensa pensaba ba Mayte, Mayte, no habría habría proble pro blema, ma, después después de ganar ganar un parti partido do no cambia cam biaría ría su cami camise seta ta y asunto asunto arregla arreglado. do. Si al menos menos pudie pudiera ra hablar hablarlo lo con alalguien. Con sus padres padres era muy difí difícil. cil. Pri mero me ro porque porque el papá papá traba traba ja jaba ba casi casi todo todo el día, y de noche, noche, cuando cuando llega llegaba ba cansa cansado, do, se senta sen taba ba a mirar mirar la tele. tele. Mayte se rió ba ji Mayte jito. to. Recor Recorda daba ba la ca ra de bobo bobo que ponía ponía su papá papá cuando cuando mira mira ba la tele. tele. Era como como si se fuera fuera muy le jos. Senta Sen tado, do, con los ojos bien abiertos abier tos y una
15
ca ra como cara como de vaca vaca hipno hipnoti tiza zada, da, mira miraba ba prime pri mero ro el noti noticie ciero ro y después después algu algunas nas de esas histo historias rias poli policia ciales. les. —¡Muere, maldi —¡Muere, maldito to poli polizon zonte! te! ¡No me atrapa atra parás rás con vida! vida! Y el hé héroe, roe, gene general ralmen mente, te, escon escondi dido do detrás de trás de una lata lata de basu basura, ra, apunta apuntaba ba su arma ar ma y contes contesta taba: ba: —¡Rínde —¡Rín dete, te, Joe! A May Mayte te no le gusta gustaban ban esas histo histo-rias, ni tampo tampoco co los tele teletea teatros tros que veía su madre, ma dre, ésos en los que la heroí he roína na resul resulta ta-ba ser la madre madre de su padre padre y la hi ja ja de su herma her mano, no, quien a su vez resul resulta taba ba ser el tío falle falleci cido do muchos muchos años atrás. “¡Oh, Car los Segis Segismun mundo! do! No puedo puedo ser tu espo esposa sa porque por que soy tu abuela”. abuela”. Lo que sí le gusta gustaba ba ver eran los par tidos ti dos y, por suerte, suerte, cuando cuando su padre padre tam bién los veía, podía podía sentar sentarse se y de jar jarse se lle var por la emoción. emoción. —¡Pero, papá, —¡Pero, papá, ese gol fue fuera fuera de juego! jue go!
16
—Estu vo bien —protestaba entonces el padre que, como todos los hombres, creía saber mucho sobre fútbol. —Estaba en orsay —protestaba Mayte que seguía concentrada en la prestancia del guardameta, con esos saltos que se con vertían en vuelo cuando venía un disparo muy fuerte o las corridas de los punteros del cuadro ri val. —¡Re ventalo! —gritaba Mayte a sus defensores y, como por arte de magia, ¡plum! el veloz puntero terminaba con la nariz incrustada en el césped. —¡Bieeeeeen! —aplaudía Mayte y su padre, eno jado, trataba de explicarle que no estaba bien pegar patadas. —Pero si seguía nos iba a hacer un gol —protestaba ella. —Además, es hora de que estudies. ¿No tenés nada que estudiar? —¡Ufa!