- P R IM E R F I N AL ESCRITA POR
YUMI TOUMA
CON ILUSTRACIONES DE
KOSUKE FUJISHIMA E HIDENORI MATSUBARA
TRADUCIDA AL INGLES POR
CAMELLIA NIEH
TRADUCIDA AL ESPAÑOL POR
Miguel Ángel
[email protected] www.3freaks.keiichisama.com.ar
COLABORACIÓN ESPECIAL IMÁGENES A COLOR
Juanc70
[email protected] www.3freaks.keiichisama.com.ar
- P R IM E R F I N AL ESCRITA POR
YUMI TOUMA
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KOSUKE FUJISHIMA E HIDENORI MATSUBARA
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NUESTROS PERSONAJES
¿DE QUE TRATA ¡OH, MI DIOSA!?
Keiichi Morisato, un estudiante del Instituto de Tecnología de Nekomi, es chaparro, pobre, y no tiene mucho éxito con las mujeres. Un día, es visitado por una diosa de verdad. La diosa Belldandy ofrece concederle un deseo, y Keiichi responde, “quiero que una diosa como tu se quede conmigo para siempre.” Su deseo se vuelve realidad, y pronto a Belldandy se le unen su hermana mayor Urd y su hermana menor Skuld. Y así comienzan las tribulaciones de un ordinario estudiante viviendo con tres diosas.
INDICE PROLOGO 9
CAPITULO UNO Utakata – Efímera Tasogare – Crepúsculo Kizashi – Presagio
14 28 39
CAPITULO DOS Haribi – Día de Primavera Baniyoku – Verdes Horizontes Kyouen – Banquete
55 71 89
CAPITULO TRES Tsukihana – Flor de Luna Kazabana – Flor del Viento
108 135
CAPITULO CUATRO Kamitoki – Rayo Mizukagami – Espejo de Agua Hakumei – Crepúsculo
152 166 180
FINAL 190
EPILOGO 194
PROLOGO “Oh-oh…” Keiichi exclamo ligeramente y dejo lo que estaba haciendo. En una esquina de los terrenos del templo, había estado acelerando el motor de celdas de su BMW con sidecar por más de tres horas. Más rápido y más despacio, más rápido y más despacio… la marcha había sido irregular pero continua. Ahora, el motor se detuvo, echando unas cuantas explosiones amortiguadas, y se quedo en silencio. Keiichi se enderezo un poco-había estado agachado por horas, completamente absorto en su trabajo. “Ups.” Keiichi suspiro largamente. El sol calentaba en el enorme cielo azul, interrumpido de vez en cuando por finas brisas del este. Las hojas color dorado en forma de abanico en los árboles ginko bailaban con el viento. “No debí haberlo forzado…” Se paro lentamente y empezó a caminar a grandes pasos. Las hojas secas esparcidas por el suelo crujían bajo sus pies. Era una tarde soleada y templada en el Templo Tarikihongan. Después de dar un vistazo alrededor del terreno, Keiichi empujo con fuerza la puerta corrediza de la casa, abriéndola de golpe. La luz del sol entro a raudales en el oscuro interior. Una vez adentro en el vestíbulo, Keiichi suspiro profundamente, como si contrastara con el vigor con el que había abierto la puerta. “Ahora si que la hice buena,” se quejo en voz alta. Estirando la mano, suavemente jalo la puerta para cerrarla y se paro apáticamente en el descanso que conducía hacia el interior. Despreocupadamente se limpio el sudor de la frente con su manga, la cual estaba enrollada hasta el codo y miro fijamente hacia abajo a su puño derecho, todavía apretado. “¡Muévete Keiichi!” Asustado, pego un brinco y se dio la vuelta. “¡A-ah! ¡Skuld!” ¿Por donde había salido? Skuld estaba parada con una bolsa de compras en la mano, y una expresión alegre que contrastaba con la de nervios de Keiichi. “No te quedes ahí parado en medio de la entrada. Si quieres descansar un poco, al menos pásate adentro.” “Oh, eh, perdón… ¿vas a salir?” “¡Sip! ¡El nuevo tomo de la Dobon sale hoy!”
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YUMI TOUMA
La Dobon era la revista de manga que Skuld leía religiosamente cada mes. Siempre se podía contar con que estaría de buen humor el día en que saldría a la venta la revista. “¡Qu-que bien!” Eso explicaba la alegría de Skuld. Tan discretamente como le fue posible, Keiichi uso su mano izquierda para cubrir el objeto que estaba apretando, escondiéndolo detrás de su espalda. “Bueno” dijo Keiichi agradablemente, tratando de igualar la radiante sonrisa de Skuld, “¡que te vaya bien!” Empezó a emprender la rápida retirada, pero desafortunadamente los seres humanos están maldecidos con la tendencia de ser bastante obvios a la hora de que están haciendo hasta lo imposible por esconder algo… No era de sorprenderse, Skuld se había dado cuenta. “Un momentito Keiichi… ¡estas escondiendo algo, verdad!” “¡¡!!” Esa mirada fija. Keiichi se quedo quieto. “Primero actúas todo asustado e histérico, luego te pones muy tranquilo y animoso… ¡algo traes!” Skuld extendió la mano. Desafortunadamente su primer hechizo Revelar Objetos Ocultos fallo. A pesar de su desanimo, los reflejos de Keiichi permanecieron intactos. “¡Carambas!” Skuld realizo el hechizo una segunda vez, luego una tercera. Pero cada vez, su mano únicamente se agitaba con impotencia en el aire. “¡Argh!” Skuld miro con enojo hacia el piso. Su humor optimista se había evaporado completamente e inquietantes nubes de enojo empezaron a formarse. “…ña, verdad…” “¿Eh?” Keiichi no pudo entender lo que fuera que Skuld estaba murmurando. Pero era claro por los hombros temblorosos y apretados puños que su irritación estaba convirtiéndose rápidamente en furia. “¿S-S-Skuld?” Keiichi tartamudeo con miedo. La tensión de la furia de Skuld continuaba en constante ascenso. “¡Me estas tratando… como a una niña… cierto!” “¿Qu…?” Esta vez sus palabras fueron claras, pero el mensaje lo agarro descuidado. “¡¿Te estas burlado de mi, porque crees que solo soy una niña, verdad?!” “¿Eh? No… yo nunca…” La acusación imprevista, y el gratuito arranque de furia desconcertaron a Keiichi. Pero con la aguja del medidor de enojo rondando la zona de peligro, Skuld no estaba para escuchar razones. Lentamente, Skuld levanto la mirada. “¡Bien! ¡Si es así como vas a seguir… te voy a acusar!” “¿Qué?” “¡Te voy a acusar con Belldandy!” “¿Y qué tiene que ver Belldandy con esto?” Por alguna razón, la repentina mención de la hermana mayor de Skuld no parecía tan sorprendente para Keiichi como absurda. Pero cuando Skuld estaba empeñada en salirse con la suya, la razón y coherencia salían sobrando. Esta vez su plan era usar a la amada Belldandy de Keiichi como influencia para hacer que éste cooperara. “Belldandyyyy… Belldandyyy… Keiichi esta es-” Skuld empezó a gritar hacia las habitaciones de atrás, con voz triunfante. Esto estaba empezando a salirse de control.
¡OH MI DIOSA! PRIMER FINAL
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“¡Está bien, está bien! ¡No hay que hacer tanto alboroto!” De mala gana Keiichi lentamente saco su mano derecha de detrás de su espalda. “¡Mucho mejor!” Una sonrisa de satisfacción se dibujo en toda la cara de Skuld, tanto de alegría por haber ganado como de emoción por descubrir lo que le estaban escondiendo. “Me temo que te vas a decepcionar,” Keiichi se encontró a si mismo murmurando cuando vio el brillo de curiosidad en los ojos de Skuld. “¿… un desarmador?” Skuld frunció el ceño ante la poco interesante herramienta en la mano de Keiichi. Era claro por su reacción que esto no era lo que había esperado ver. Keiichi suspiro, tal y como lo había pensado. “Trate de decírtelo…” “¿Entonces, porque no nomás me lo mostraste? Te veías tan triste que pensé que se trataba de algo importante.” Con el interés completamente evaporado, Skuld alzo su bolsa de compras que había aventado al piso. La expresión de Keiichi se nublo ligeramente con esa repentina indiferencia. “Es importante. Para mí, bueno… sucede que este desarmador es algo especial. Siempre he hecho cuanto he podido para cuidarlo muy bien. Pero justo ahora, lo estaba usando y lo apreté un poco muy fuerte…” “¿Oh?” Skuld tomo el desarmador de precisión Phillips de la mano de Keiichi y lo examino de cerca. Le faltaba una diminuta esquina en su punta con forma de estrella, hecha para trabajos de precisión. “A mi me parece que todavía puede servir.” El desperfecto era tan pequeño que apenas era visible sin una cuidadosa revisión. Pero el giro de un desarmador Phillips era una función de su punta para encajar perfectamente en las ranuras del tornillo. Incluso la más diminuta muesca cambiaria el toque de la herramienta significativamente, dificultando su efectividad al llevar a ca bo tareas delicadas. “Si de verdad te preocupa, te traeré uno nuevo en lo que estoy fuera. Un numero 3, ¿verdad? Mientras vuelvo, puedes usar uno de los míos.” Skuld hizo el ofrecimiento alegremente. Keiichi agarro de nuevo el desarmador. “No, Skuld…” “¿Y por qué no? ¿Es difícil usarlo ahorita, no?” “No se trata de eso…” Mientras Keiichi miraba con ternura su desarmador, Skuld mostraba decepción. ¿Entonces, se había tomado la molestia de ser amable con él, y la estaba rechazando? “¿Y de que se trata entonces?” “Es que…” Keiichi se mordió los labios. “¿Te acuerdas cuando te dije que los raspones son parte de la historia de una persona? Es igual con todo lo que usamos, incluyendo las herramientas. Aun cuando se despostillen, o peor se rompan… cuando has usado algo por mucho tiempo, en las buenas y en las malas, eso hace que ese algo sea algo único. Lo hace irremplazable. Pues, es así como me siento…” Skuld escucho atentamente lo que Keiichi estaba diciendo, pero al final seguía sin quedar muy convencida. “Si, pero… es una herramienta. ¿El uso lo es todo, no?” Balanceo su bolsa de compras y se puso los zapatos. “¡Uy, ya se me hizo tarde! ¡Me voy a comprar la Dobon!” ¿En donde había quedado su enojo? Skuld salió hacia el sol de la tarde, con su buen ánimo restaurado.
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YUMI TOUMA
“Supongo que también tiene razón…” Keiichi sonrió forzadamente desde adentro de la casa mientras observaba a Skuld desaparecer en la distancia. “Pero aun así prefiero a este vejestorio.” Keiichi termino diciendo, sonriendo abiertamente. Y acaricio el desarmador Phillips.
¡OH MI DIOSA! PRIMER FINAL
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CAPITULO UNO U T A K A T A – E F I M E R A Bailando suavemente con la brisa, las largas flores blancas de magnolia se veían casi como servilletas amarradas a las ramas de los árboles. En medio de las flores, los gorriones volaban afanosamente de aquí para allá. Gorjeando alegremente, revoloteaban de rama en rama como si jugaran a los escondidas. En ese momento, un solitario gorrión revoloteo hasta el suelo. Con pequeños saltitos, avanzo hacia la figura que estaba parada cerca de la entrada del frente de la casa. Vreeeeeeee. Una lente afoco al gorrión que se acercaba, capturando los pequeños y redondos ojos negros, asomándose de entre su capa de plumas blancas y cafés. Banpei RX sonrió a pesar de su aspecto. Bueno-para ser más exactos, el “robot antidemonios de ataque táctico” construido por Skuld para proteger a las diosas y a Keiichi día y noche, realmente no tenía la capacidad para sonreír. Pero si pudiera, Banpei habría estado sonriendo en ese momento. Era capaz de amar, de ofrecer ayuda… e incluso de cometer errores. Dotado con una abundancia tanto de compasión como de comprensión, Banpei era más bondadoso que un ser humano. El gorrión se acerco más sin miedo a Banpei RX, como si de alguna forma pudiera percibir la verdadera naturaleza del robot guardián. Entonces salto en el aire, posándose en el sombrero cónico negro tipo de paja en la cabeza de Banpei. Inmediatamente, el resto de la bandada, habiendo observado a su compañero desde lo alto, bajaron en picada hasta Banpei. Posados sobre el sombrero y los brazos del robot, los gorriones se divertían, revoloteando y parándose, revoloteando y parándose. Bañado con los cálidos rayos del sol, aun asomándose, era una apacible mañana como cualquier otra en el Templo Tarikihongan.
En una sartén caliente, un pedazo de mantequilla chisporroteaba y se derretía, dejándola lista para recibir los huevos batidos y espumosos. Chisporroteando apetitosamente, los huevos se cocieron rápidamente. Belldandy entonaba una alegre melodía mientras revolvía los huevos con sus palillos de cocina, su largo pelo, color castaño amarrado en cola de caballo, se movía al compás de su canción. Un rubor sonrosado inundaba su tez clara y tersa. Cuando los huevos estaban revueltos y esponjosos pero todavía húmedos, Belldandy los pasaba un plato. Después le agregaba el tocino que había freído en una sartén aparte. Y ahí estaba-un desayuno listo.
¡OH MI DIOSA! PRIMER FINAL
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Belldandy sonreía satisfecha con su trabajo. “¿Qué se supone que debería estar haciendo ahorita?” En la sala un agitado Keiichi estaba empezando a lamentarse el haberse sentado a la mesa tan temprano. “¿Leer el periódico? No me parece correcto… ¿ver la tele? No, eso tampoco se vería bien…” La canción de Belldandy era apenas audible a través de la puerta de papel corrediza que separaba la sala de la cocina. Esto era parte de su rutina normal al preparar el desayuno. Por otro lado… el escenario con que se habían encontrado los ojos de Keiichi esa mañana indicaba que este no iba a ser un desayuno ordinario. La mesa estaba adornada con un mantel de encaje. Los palillos normales y los porta palillos no estaban, reemplazados por un juego de cubiertos relucientes, cuidadosamente acomodados. “¿Y por qué estoy tan nervioso?” Su pulso se escuchaba fuertemente en sus oídos. No podía evitar sentirse un tanto avergonzado por estar tan intimidado por esta situación. “Pero que patético es esto.” Se carcajeo sin ganas y respiro profundamente varias veces, haciendo todo lo posible por tranquilizarse. La dulce voz de la diosa lo saludo alegremente. “¡Keiichi-san, el desayuno esta listo!” La puerta de papel se deslizo abriéndose, y la sala se transformo con el delicioso aroma y la deslumbrante sonrisa de Belldandy. Por un momento, Keiichi se encontraba reclinado hacia delante con gran anticipación. “Con permiso,” Belldandy dijo recatadamente mientras entraba en la habitación con su bandeja bien cargada. “¡Er, adelante!” Esto definitivamente no era un desayuno ordinario. Nervioso, Keiichi se sentó tan derecho como le fue posible. Con un vestido café largo y delantal de encaje blanco, Belldandy casi parecía una sirvienta. Keiichi era incapaz de mirarla directamente mientras ella se arrodillaba a su lado y le servia con movimientos elegantes y diestros. Primero, un vaso de jugo fresco de tomate, rico en antioxidantes. Un tazón con yogurt adornado con rebanadas de fresa y manzana en la esquina superior izquierda, una humeante taza de sopa de elote cremosa en la esquina superior derecha. Una canasta con panecillos bien calientes y aromáticos, a la izquierda, y finalmente, el platillo principal-huevos revueltos y tocino-entre el cuchillo y el tenedor. “¡Guau!” Keiichi dejo escapar un suspiro de admiración ante el deslumbrante banquete. Pero inmediatamente se dio cuenta de su dilema. “Em, ciertamente no conozco la etiqueta apropiada para este tipo de cosas…” De la cintura para arriba, el uso de los cubiertos sugería que los modales de la mesa Occidental estaban en orden. Pero de la cintura para abajo, sentado con las piernas cruzadas en una mesita agregaba un elemento definitivamente Japonés, haciendo que se preguntara si tal vez semejante decoro era innecesario. A pesar de su torpeza, se devano los sesos, tratando de recordar las reglas correctas para comer con cuchillo y tenedor. “Keiichi-san, lo mas importante es que disfrutes tu comida. Yo estaré muy feliz si te olvidas de la etiqueta y comes como quieras.” Finalmente, la tensa expresión de Keiichi se suavizo. “Gracias Belldandy-¡que alivio!” Keiichi puso el cuchillo a un lado y agarro el tenedor con la mano derecha.
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YUMI TOUMA
“¡Esto se ve delicioso!” Con una expresión de puro deleite, empezó con sus huevos revueltos. Luego embarro un poco de margarina en un panecillo recién horneado. Lo caliente del panecillo rápidamente derritió la margarina, y abrió su boca a lo ancho y le encajo los dientes con suavidad. Una delicada fragancia floto hasta su nariz. “Se que has dicho que el arroz te llena mejor que el pan… pero la foto de un desayuno tipo hotel en mi revista se veía tan riquísima, que tenia que probarla,” Belldandy le explico. “¿Qué te pareció?” Belldandy saco una revista de debajo de la mesita de centro, abriéndola en el articulo marcado acerca de un centro vacacional en alguna playa lejana. Imágenes de los platillos en el restaurante del hotel estaban presentados cerca de las fotos de las lujosas habitaciones tipo suite. Un ramo de delicadas azucenas Linterna China arqueadas elegantemente en un florero pequeño. Los cubiertos de plata estaban tan pulidos que brillaban, y los vasos eran de cristal Bohemio brillante. Los lugares estaban dispuestos con platos de porcelana Meissen como si no fueran la gran cosa. Aunque la vajilla de la mesa enfrente de el palidecía en comparación con la de la revista, para Keiichi, nada podía superar una comida que Belldandy había hecho especialmente para él. “Esto es fabuloso. ¡Ningún hotel tiene un mejor desayuno que éste!” Sonriendo de oreja a oreja, se metió un bocado de tocino a la boca. Los ojos color azul-lavanda de Belldandy saltaron de emoción ante la vista del disfrute de Keiichi. Nada la hacia mas feliz que observarlo deleitarse con su comida. Esas palabras sinceras la llenaban de una calidez inexpresable. “Esto fue un verdadero banquete.” No que fuera el mas refinado comensal, Keiichi acabo con su desayuno sin dejar nada y suspiro de contento. El hecho de que no quedara ni una sola migaja de comida, demostraba su satisfacción. “Haré un poco de té.” Belldandy empezó a limpiar la mesa, su delantal con encajes se agito. En ese mismo momento, el teléfono en el vestíbulo empezó a sonar. “¿Quién podrá ser a esta hora?” Keiichi frunció el ceño. Era inusual que el teléfono sonara tan temprano en la mañana. “Yo contesto.” A medio camino hacia la cocina, Belldandy cambio de dirección y se dirigió hacia el pasillo. Mientras salía de la sala, el frío en el aire le indico que a la llegada de la primavera aun le faltaba mucho tiempo. El sonido del teléfono se hacia mas fuerte mientras caminaba por el pasillo. Pero a pesar del sonido insistente, Belldandy iba sin prisas mientras levantaba el auricular. “Casa de la familia Morisato,” dijo. “¡Belldandy! ¡Soy yo, Skuld!” La voz en el otro lado de la línea expresaba una urgencia aun más grande que la del sonido del teléfono. Todo había empezado dos días atrás. Entonces, también el teléfono había sonado… al principio Skuld lo ignoro, fingiendo no escuchar. Pero era la única que estaba en la casa, y finalmente de mala gana levanto el auricular.
¡OH MI DIOSA! PRIMER FINAL
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“¿Bueno?” dijo sin mucho entusiasmo. Eso contradecía sus principios, pero estaba dispuesta a usar el acto de soy-solo-una-niña si eso significaba el zafarse de un vendedor. “¡Ah, good Lord 1 ! Que bueno que hay alguien en casa.” “¿Peorth?” Al igual que Belldandy, Peorth era una Diosa de Primera Clase, Tipo 2, Ilimitada. Sus vastas habilidades eran usadas en el manejo del sistema de Yggdrasil. Por esa razón, a menos que algo grave estuviera sucediendo, no escuchaban de ella con frecuencia. “¿… er, que sucede?” Skuld pregunto con vacilación. “¡Yggdrasil esta en estado de emergencia!” Exactamente como Skuld había temido. ¡Claro, las cosas tenían que ponerse mal cuando sus hermanas mayores no estaban en casa! Sintió una oleada de tristeza ante el desafortunado momento. Pero arriba en el Cielo, eso era la menor de las preocupaciones en la mente de Peorth. Su explicación surgió como un discurso agitado. Dejando a un lado los detalles técnicos y matemáticos, el meollo del asunto era que por varios días habían tenido repentinas epidemias de bichos en el Cielo. Skuld se sentó y abrazo sus rodillas, escuchándola hablar y hablar. Después de unos veinte minutos, Peorth finalmente hizo una pausa y Skuld pudo interrumpirla, “pero esto no es nada nuevo, ¿cierto? Los bichos siempre están apareciendo de pronto en Yggdrasil-así que solo ejecuten un programa de limpieza…” “Obviously 2 . Eso hicimos hace buen rato,” Peorth la interrumpió, como regañándola por resaltar lo obvio. El tono creciente de su voz traicionaba su irritación. Dejo escapar un suspiro. “Pero esto es algo diferente. De otra manera, no te estaría llamando, ¿right 3 ?” “¿Algo diferente?” Skuld dejo de jugar con el cordón del teléfono y agarro el auricular con las dos manos. “Entonces el programa de limpieza…” “Completely useless 4 . Ejecutamos el programa y tratamos de realizar un borrado, pero no sirvió de nada. De hecho, las cosas están peor que nunca.” Al parecer, el problema estaba empezando a afectar el sistema principal de Yggdrasil, una situación completamente sin precedentes. Skuld se paró de un salto. Si las cosas estaban así de mal, tenía que enviar a sus hermanas a ayudar tan rápido como fuera posible. “Muy bien. Le diré a Belldandy y a Urd ense-” “Olvídate de eso. Quiero que tú vengas.” “¿Eh? ¿Yo?” Por un momento, esta inesperada solicitud hizo que los pensamientos de Skuld se paralizaran por completo. Señalándose a sí misma y hablando lentamente, trato de confirmar lo que Peorth le acababa de decir. “¿Tú quieres… que yo?” “Si. Tú” La respuesta no había cambiado. Aunque las dos, Skuld y Urd eran Diosas de Segunda Clase, había una gran diferencia entre las capacidades de ella y la Licencia de Administración, Limitada de su hermana. Además, para ser del todo sincera, no estaba mucho muy ansiosa de regresar a la esfera celestial dominada por el caos. Rápidamente, empezó a inventar excusas, pero Peorth permanecía inflexible. 1
¡Oh, très bien!: ¡Ah, que bien! Évidement : Evidentemente 3 ¿n’est pas?: ¿o si? 4 Complètement inutile: Completamente inútil 2
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YUMI TOUMA
“Eliminar a estos bichos es la prioridad número uno ahorita. ¡Quien mejor para exterminarlos que tu, Skuld! ¡Regresa enseguida! “¡Eeh!” En la Tierra, dos días habían pasado desde entonces, mientras que en el plano celestial probablemente solo habían sido unas cuantas horas. Pero para Skuld, se sentían como miles de años desde que recibió las repentinas ordenes de regresar a casa. “Belldandy, escúchame… ¡no se qué hacer! To-… todavía no se cuando podré regresar a la casa… aun con mis brillantes habilidades, apenas si puedo evitar que las cosas no se pongan mucho peor… ¡no importa cuántas veces re-calcule, los números siguen cambiando! ¡Ya no resisto más!” Un mundo de lamentaciones amargas salió en tropel de Skuld. El hecho de que Belldandy escuchara todo con semejante compasión solo incremento la avalancha de lloriqueos. Una vez que se hubo desahogado, Skuld pareció sentirse un poco mejor, pero ahora sus lamentaciones se convirtieron en quejas por haber sido dejada sola para encargarse de ese trabajo. Por un momento, su lista de quejas se escuchó sin pausa. Fue entonces cuando Belldandy se dio cuenta de que Urd se había acercado silenciosamente hasta el teléfono y estaba escuchando las quejas. “Urd…” Belldandy murmuro. “Shh.” “¿Pero por que fui yo la que tuvo que venir acá? El manejo del Sistema es área de Urd, ¿Qué no debería estar ella encargándose de esto?” Skuld por casualidad acababa de cambiar la intensidad de sus quejidos con velocidad pasmosa, ignorante de que Urd estaba ahora en el otro lado de la línea. “¿Y sabes que, Belldandy? Estaba pensando… tal vez podrías decirle a Urd que debería venir aquí y ayudarme a restaurar el sistema. Era una excelente propuesta. El problema era, que se lo estaba sugiriendo a la parte equivocada. “Ella te escuchara, Belldandy. Claro, Urd carece de mis prodigiosas habilidades, pero una ayudita nunca hace falta…” “¿Ay, en serio? ¡Entonces creo que mejor paso!” En el otro lado de la línea, Skuld se quedo inmóvil. Hablando en sentido figurado, su temperatura descendió hasta los -273º C-la temperatura en la cual incluso una rosa es reducida a partículas. “¡¡…U-U-Urd!!” Fue hasta ese momento que se dio cuenta del gran problema en que se había metido ella sola. ¿En qué momento exactamente Urd agarro el teléfono? Pero el daño ya estaba hecho. “¡Estoy segura de que no tenemos de que preocuparnos si lo dejamos todo a tus prodigiosas habilidades!” La pobre de Skuld era incapaz de moverse siquiera. “¡Para que, esto debería ser pan comido para ti! ¡Una cosita de nada! ¡Te aseguro que si yo estuviera ahí, solo te estorbaría!” Skuld era completamente incapaz de contestar el ataque lleno de sarcasmo de Urd. “¡Me saludas a Peorth!” La boca de Skuld estaba demasiado seca para articular palabra. “¡Y que todo salga bien!”
¡OH MI DIOSA! PRIMER FINAL
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Suavemente, Urd colgó el teléfono. Únicamente el interminable sonsonete del impasible tono de marcado hacía eco en el oído de Skuld. “¡Ja-ja-ja-ja-ja-ja! ¡Eso estuvo demasiado perfecto!” Mientras tanto, de regreso en la casa de Morisato, Urd se doblaba por la incontrolable risa, los ojos se le llenaban de lágrimas. “¿Urd… estas segura de esto?” Belldandy le pregunto a su agitada hermana mayor con tono de preocupación. Pero Urd estaba completamente despreocupada. “¡Ay, tranquila, todo esta bien! Te preocupas demasiado, ¿lo sabias? Mira, si las cosas estuvieran de verdad mal, Peorth me habría llamado directamente.” Era verdad-aunque era una Diosa de Segunda Clase, sus poderes eran enormes. Y no por nada tenia una Licencia de Administración, Limitada-cuando se trataba del sistema de Yggdrasil, ni siquiera Belldandy podía igualarla. “Supongo que si, pero…” Todavía algo preocupada, Belldandy miraba fijamente el teléfono. En ese instante, sintió un golpecito sobre su hombro. “¿Belldandy, en serio tienes tiempo para esto ahorita?” Urd le pregunto. ¡Ah! La insistencia trajo a Belldandy de vuelta a la realidad. Tenía que preparar el almuerzo de Keiichi antes de que se fuera… además, ¡ni siquiera había terminado su desayuno! “¡Ay, Todopoderoso! Iba a hacer el té de Keiichi…” Urd observaba, bostezando, como Belldandy regresaba a toda prisa a la cocina, moviéndose mucho mas rápido que cuando había venido al teléfono. “¡Caramba! ¡El mundo humano si que anda de prisa también!” Miro lánguidamente hacia la sala y lentamente cerro la puerta corrediza de papel de su cuarto. Despojado de las brillantes Diosas que habían estado ahí momentos antes, el pasillo regreso a su silencio helado. En ese momento, una forma oscura se movió. Una figura con forma de nube salió burbujeando del teléfono que minutos antes había estado conectado al plano celestial. Permaneció inmóvil por un rato, como si examinara lo que le rodeaba, entonces de repente bajo de un salto hacia el piso del pasillo, posándose en silencio con sus ocho patas de araña. Movió sus grandes y anchos ojos distraídamente, y sus largas orejas de conejo se agitaban intensamente. Un “bicho.” Este era precisamente el enemigo contra el cual Skuld estaba actualmente librando una guerra de una sola chica. Sin embargo, en el sistema de Yggdrasil, los bichos eran simples errores de datos-pero abajo en la Tierra, tomaban forma de extrañas criaturas sobrenaturales. Desafortunadamente, tenían la inconveniente cualidad de ser invisibles no solo para el ojo humano, sino para los seres celestiales también. Todavía nadie sabia que este bicho estaba aquí en el plano terrenal.
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¡¡Tweet-tweet-tweet-tweet!! Gorjeando agudamente, la bandada de gorriones de repente remonto el vuelo. Volaron hacia el árbol de magnolia y se posaron, todos a la vez, sobre el techo de arriba.
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YUMI TOUMA
Vreeeeeee. Ajustando sus sensores, Banpei lentamente giro sus lentes para localizar al visitante anunciado por los gorriones. Enfrente, alguien estaba acercándose al templo, empujando una Kawasaki KSR II de aspecto pesado. Dejando un profundo surco en el suelo arenoso, el visitante llego a la puerta de la casa y respiro profundamente. “¡Uf! ¡Por fin llegue!” Por lo que se veía, había recorrido una buena distancia a pie. Estaba respirando con dificultad, con pequeños jadeos blanquecinos. Ríos de sudar fluían por su frente, y su pelo, el cual lo traía muy corto, estaba pegado a la cara. Empujo la KSR cerca del costado de la casa y le puso el soporte, recupero el aliento, y miro detenidamente a los lentes de Banpei. “¡Buenas, Banpei! ¿Esta todavía Keiichi en casa?” Después de comparar el rostro sonriente con su base de datos, Banpei volteo para indicar la casa. Vreeeeeeee. Era su política el responder rápida y cortésmente a cualquiera que fuera un amigo. “¡Gracias!” Se alzo la manga y miro su reloj. Después de ver la hora, inhalo profundamente y grito hacia las ventanas con postigos de Shoji. “¡Kei-chan! ¡Kei-chan!” Por un momento no hubo ninguna respuesta. Justo cuando estaba preparándose para gritar de nuevo, una de las puertas externas de papel de la casa finalmente se abrió hacia un lado. “¿… Megumi?” Keiichi se asomo, visiblemente molesto por ser interrumpido a semejante hora tan ajetreada de la mañana. “¿Qué haces aquí a esta hora…?” Pero cuando vio la KSR II al lado de Megumi, el mal humor inmediatamente desapareció de su cara. “¿Ah, se te poncho una llanta?” No era obvio, ya que la KSR II tenía llantas sin cámara, pero había algo ligeramente fuera de lugar en la llanta trasera. “Que buen ojo tienes, Kei-chan. Pensaba llevármela así, pero ya sabes…” Cierto, todavía podía andar en ese estado… pero Megumi no había querido arriesgarse a dañar los rines. Le tenía un cariño sincero a su motocicleta. Juntando sus manos enfrente de su pecho como si rezara, miro hacia Keiichi suplicante. “Kei-chan… ¿vas ir a la escuela hoy?” “No, me toca trabajar.” “Ay… ya me lo temía…” Que mala suerte para Megumi. Puso su cara entre sus manos y dejo escapar un suspiro de desaliento. Keiichi y Megumi Morisato eran hermanos, con un solo año de diferencia. Los dos compartían la pasión por las motocicletas, y Keiichi estaba un año delante de Megumi en el Instituto de Tecnología de Nekomi. Bueno, eso era hasta el año pasado. Debido a un tecnicismo menor que derivo en un crédito de segunda lengua extranjera perdido, Keiichi se vio forzado a quedarse un año más en la escuela. Naturalmente esto también significo el que tuviera que rechazar la oferta de trabajo por la que lucho tanto para asegurar. Afortunadamente, llego en su auxilio-nada menos que Chihiro Fujimi, la fundadora del Club de Motores, del cual él era miembro. “Después de todo, no querrás desperdiciar todo un año,” le dijo generosamente, ofreciéndole un trabajo de medio tiempo
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en su recién inaugurada tienda-taller de motocicletas. Y lo mejor de todo, le había prometido contratarlo de tiempo completo después de que se graduara. Así fue como había terminado con la ocupada tarea de asistir a un segundo ultimo año de la carrera en la universidad y trabajar al mismo tiempo. Durante todo el año, la única clase a la que tenía que asistir era la del crédito de segunda lengua extranjera. Megumi sabía que las probabilidades de que su hermano tuviera clase ese día eran escasas, pero tenia la minima esperanza. Si tenía suerte, podría pedirle que la llevara al campus. Pero desafortunadamente no iba a ser así. “Ah, bueno… es solo que, se supone que hoy tengo mi clase de aerodinámica…” Megumi dijo. “¿Ah… es hoy?” La expresión de Keiichi cambio. La clase de aerodinámica era extremadamente popular-y únicamente estaba abierta a los primeros treinta estudiantes que estuvieran en la puerta. Además, era la única clase que no se daba en el campus del Tec de Nekomi, sino en la escuela de Inokuradai, a seis kilómetros de distancia sobre un sinuoso camino local. Por esta razón, a las 11:30 a.m. de cada tercer miércoles del mes, ese camino se convertía en una pista de carreras, inundado de estudiantes apresurándose para llegar a la clase. “Ay, por favor, Kei-chan… ¿podrías por fa, por fa, por fa llevarme a la escuela?” Megumi hizo la petición sabiendo demasiando bien que Keiichi odiaba llegar tarde y que a Chihiro tampoco le gustaban los retrasos. Keiichi observo a su hermana por unos instantes, luego sonrío finalmente. “aerodinámica, ¿eh?” Había sido su clase favorita. Como su hermano-no, como un devoto compañero y fan de todas las cosas mecánicas- estaba muy consciente de cómo se sentía Megumi. “Esta bien,” dijo. “¿De veras?” “Tendré que dejarte súper temprano, pero no hay problema por eso, ¿verdad?” “¡Claro que no!” Una sonrisa se dibujó en el rostro de Megumi. Emocionada, se lanzo para abrazar a Keiichi. “¡Gracias, hermano!” “¡’ta bien, ‘ta bien!” Keiichi siempre se sentía tanto contento como un poco nervioso cuando Megumi lo llamaba así. Su padre creía firmemente en “respetar al individuo,” y en la casa Morisato, cada miembro era llamado por su nombre de pila, en vez de un titulo. Si los términos como “madre,” “padre,” y “hermano” de verdad se clasificaban como títulos era otra cuestión pero hasta donde se acordaba, su padre siempre había sido “Keima” y su madre “Takano.” Pero cuando estaban solo ellos dos, siempre que Megumi quería dar rienda suelta al cariño, llamaba a Keiichi “hermano” en vez de “Kei-chan.” Había pasado tiempo desde que Megumi había usado por última vez el término, y en el rostro de Keiichi se dibujo una sonrisa abierta por la sincera muestra de gratitud de su hermana. “Calienta mi moto, ¿quieres?” Saco las llaves de su bolsa y se las aventó. Este iba a ser un viaje de alta velocidad, así que era esencial que primero se calentara bien la maquina.
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Brillando con el sol, las llaves formaron un arco hacia Megumi. Las atrapo bien con ambas manos y le hizo un guiño a su hermano. “¡Claro!” Corrió hacia atrás de la casa donde la motocicleta estaba estacionada. Keiichi se metió corriendo hacia su cuarto. “¿Keiichi-san?” Ante el repentino sonido del motor de la BMW, Belldandy se quedo quieta, con la tetera en la mano. Miro hacia el reloj colgado en una de las vigas de arriba. Era todavía temprano para que Keiichi se estuviera yendo. yen do. Regreso a la sala con la bandeja de té justo en el momento en que Keiichi entraba apresuradamente en el cuarto, con los calcetines en una mano y un brazo metido en su chamarra. “Keiichi-san, ¿ya te vas?” Belldandy pregunto, un tanto sorprendida. “¡Mil disculpas! Megumi quiere que la lleve a la escuela…” “¿Megumi?” Completamente absorta en la preparación del té, Belldandy ni siquiera se había dado cuenta de la llegada de Megumi. Echo una mirada rápida en dirección del patio donde probablemente estaba esperando. esperan do. “Hoy es su clase de aerodinámica… pero se le poncho una llanta de su moto.” “¡Caramba!” Mientras hablaba, Keiichi se puso los calcetines. Belldandy puso la bandeja de té encima de la mesita y lo ayudo a arreglarse. Belldandy iba con él a la escuela, así que entendía bien las circunstancias. “A esa clase es difícil de entrar, ¡¿verdad?!” Agarro el codo de la chamarra y guío el otro brazo de Keiichi dentro de la manga. Con la hábil asistencia de Belldandy, estuvo listo para irse en segundos. La estela de humo ascendente del té lleno el cuarto con el aroma de Earl Grey. Normalmente usaban vasos, pero hoy Belldandy había sacado tazas de té especiales adornadas con fresas silvestres. Le afligía a Keiichi el no que no hubiera terminado el desayuno completo que le habían preparado. “Discúlpame, Bell… después de todas las molestias que-” Belldandy lo interrumpió con una dulce sonrisa. “No te apures, Keiichi-san. Puedo preparar mas té a la hora de la cena… además si quieres, ¡preparare otro desayuno completo mañana!” “¡Genial!” El rostro de Keiichi se ilumino de inmediato. “¿Qué tal jamón y huevos esta vez?” Se apresuro hacia la puerta, con el casco en la mano. “Si. Con huevos estrellados termino medio, ¿verdad?” Belldandy salio detrás de él. Estaba empezando a hacer un poco de calor, pero su respiración todavía hacia ligeras nubes blancas. El motor de la BMW hizo eco a través de los terrenos del templo, convirtiéndose en un agradable zumbido, que significaba que esta lista y caliente. “Discúlpame, Belldandy-se que esto te incomoda, también…” Megumi dijo disculpándose desde el sidecar de la BMW cuando la vio.
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“¡Claro que no! ¡Tu solo preocúpate por disfrutar tu clase!” Belldandy le sonrío cariñosamente por encima del hombro de Keiichi mientras éste se subía a la BMW. Dirigió su sonrisa hacia Keiichi. “Keiichi-san, ¿quieres que le hable a Chihiro?” “Umm… creo que tal vez llegare a tiempo… pero por si acaso, y si no es molestia…” “Lo haré con gusto. ¿Y tu almuerzo?” “Ya lo llevo.” “Bien.” Intercambiaron sonrisas con una perfecta sincronización. Keiichi bajo el visor y acelero. “¡Bueno, nos vemos luego!” “¡Nos vemos! ¡Cuídense, Keiichi y Megumi!” El rugido del motor de la BMW se desvaneció rápidamente en la distancia, dejando a una sonriente Belldandy de pie y diciendo adiós con la mano. El paisaje pasó como un rayo. Una vez que dieron vuelta en la esquina, el templo en la colina ya no era visible. Las montañas resplandecieron como joyas con el sol de la mañana. “Discúlpame por esto, Kei-chan… en una mañana de trabajo y demás…” Megumi grito a través de su casco y el estruendo del motor. “No te apures. Esa clase es especial. Yo también la lleve, así que ya debería saberlo,” Keiichi le contesto sin voltear. “¡Lo es, ¿verdad?! ¡Es realmente divertida, echar a volar avioncitos de papel y esas cosas!” Además de la difícil conversación por la velocidad a la que estaban yendo, el viento de frente les golpeaba en el cuerpo. Pero el volverse uno con el viento era parte del placer de ir en una motocicleta. Keiichi acelero aun más. La BMW se deslizaba suavemente mientras bajaba. Poco después de la siguiente curva, tendrían a la vista el campus principal del Tec de Nekomi. Bien. Parece que llegaremos a tiempo. Un tanto aliviado de que las cosas estuvieran marchando tan bien, estaba a punto de inclinarse hacia la derecha cuando algo se le cruzo en su campo de visión. “¡¿?!” Instintivamente apretó los frenos. “¿… Kei-chan?” Megumi alzo la mirada, sorprendida por la inesperada desaceleración. No vio nada fuera de lo normal enfrente enfr ente de ellos. Pero Keiichi lo vio claramente-un bicho de ocho patas con orejas largas. Y no era un solo bicho. Salían de todas direcciones, saltando directamente en medio del camino. “¡Ack!” Se estaban acercando a una curva cerrada mientras Keiichi se desviaba repentinamente en un intento por esquivar el enjambre de bichos-pero en el siguiente instante, se encontró mirando directamente a un camino que venia de frente, la bocina sonó. “¡¡!!” El conductor metió de golpe el freno de emergencia del camión. Los frenos se trabaron y empezó a patinar de lado. Sin titubear un segundo, Keiichi acelero a fondo, apenas rozando de lado en la parte trasera del camión. “¡Kei-chan!” El sonido de las llantas patinando abrumo a Megumi como el aullido de un monstruo.
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¡Ririririririri! El teléfono en el pasillo volvió a sonar por segunda vez esa mañana. Urd había vuelto a acostarse, esperando poder dormir un poco mas, pero el insistente sonido era como la alarma de un reloj; forzándola a levantarse. “… Skuld.” No había nada tan molesto como ser interrumpido justo cuando uno estaba a punto de quedarse dormido. Tenia que ser Skuld-la elección del momento era demasiando desagradable para ser alguien más. Probablemente había pensado en una forma de vengarse de Urd por burlarse de ella momentos antes. Urd río entre dientes, “¡eso es lo que crees, niñita tonta!” Lentamente, alzo la bocina del teléfono hasta su oído y estaba a punto de soltar un carcajada de triunfo cuando… “¿Bueno? ¿Bueno?” La inesperada voz hizo que Urd reprimiera la carcajada. “¿… este… Peorth?” Ya había previsto que cuando las cosas se pusieran graves, le hablarían para ayudar con su pericia, pero definitivamente no había esperado que la llamaran tan pronto. “Bien, ya necesitan de…” empezó a decir tranquilamente. Pero Peorth la interrumpió, su voz estaba cargada de un sorprendente nivel de tensión. “¿Bueno, Urd? ¿Eres tu, Urd, o quien es?” Algo andaba mal. La usual expresión de indiferencia de Urd cambio rápidamente a una de absoluta atención. “¿Peorth? ¿Qué ocurre? ¿Hay nuevos problemas con el sistema?” “¡Problema no alcanza para describirlo!” La voz de Peorth temblaba. “Pero no hay tiempo para explicártelo todo ahorita. ¡Urd, necesito que tu y Belldandy formen una barrera de protección de máximo nivel en el Templo Tarikihongan… immediately 5! ¡Vamos a evacuar a tantos como podamos del Cielo!” Esta afirmación era tan absurda que casi disipo por completo la tensión de Urd. “¡A ver… espérate un momentito! ¡¿Todos los dioses bajando a la Tierra de un tiron?! ¡Si es una broma, no me estoy riendo!” “¡Ya lo se. Es por eso que te estoy diciendo que formes la barrera de protección del nivel más alto posible. Nos queda muy poco tiempo. Por favor, Urd!” “Peorth…” Pero la única respuesta fue el eco mecánico del tono de marcado. “¡¿Pero que rayos…?!” Urd frunció el ceño, completamente desconcertada. De repente, se dio cuenta del brillo deslumbrante de la luz detrás de ella-un fenómeno que precedía a la abertura de una puerta. “¡Ay no… no ahorita!” No había tiempo para pensar. Todo lo que sabia era que si no formaba una barrera de protección. La Tierra estaría en problemas pr oblemas mayores. Frenéticamente, corrió hacia fuera. En medio del jardín inundado de luz, Belldandy estaba parada con sus manos alzadas mientras entonaba el hechizo de Barrera de protección. “¡Belldandy!” 5
immédiatement : inmediatamente
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“Sentí las vibraciones de una puerta abriéndose… pero… esto…” Las vibraciones eran increíblemente poderosas. Apresuradamente, Urd se unió al canto de Belldandy. En medio de ellas, la brillantez de la luz abrumadora se hacia visiblemente mas fuerte con cada minuto que pasaba. “¡Peorth dijo… que esta a trayendo a todos en el Cielo para acá!” “¿A todos los dioses? ¿Pero podrá la barrera de protección contener a tantos?” El suelo debajo de ellas empezó a temblar. La puerta se abriría en solo unos cuantos segundos más. “¡¡… nunca lo lograremos!!” “¡No te rindas, Urd!” Arriba en lo alto, un torrente de luz roja brillante apareció como un geiser en el cielo. El suelo emitió un violento retumbo. “¡Barrera de protección, Máxima Defensa!” Las voces de Urd y Belldandy se elevaron en armonía. Justo en el momento en que la barrera de protección se formaba, una luz cegadora lleno su vista. Una multitud de dioses empezaron a salir en tropel a través de la puerta abierta. “¡Que bien… lo logramos!” “¡Apenas! ¡Caray, eso fue intenso!” Habiendo de algún modo completado su formidable tarea, Belldandy y Urd suspiraron con alivio. Entonces miraron alrededor el estado del templo y suspiraron otra vez, esta vez sin preocupación. Incluso en el Cielo, nunca se veían a tantas deidades juntas en un solo lugar al mismo tiempo. No había que decir cuanto duraría la barrera de protección. En silencio, intercambiaron miradas. En ese momento, escucharon una voz conocida. “¡Belldandy!” “¡Skuld!” A toda prisa, Skuld llego corriendo hasta el dulce abrazo de Belldandy. El rostro de la pequeña diosa estaba manchado manch ado de lágrimas. “Belldandy… Belldandy…” Estaba llorando demasiado fuerte para poder hablar. “¡Ya, ya… ya todo esta bien!” Abrazando a Skuld fuertemente, Belldandy le echo una mirada a Urd. El cuerpo tembloroso de Skuld le comunicaba la gravedad de la situación. “¿Skuld… cual es el problema? ¿Qué paso?” Urd pregunto, reprimiendo el impulso de simplemente consolar a su pequeña hermana. Tenían que averiguar que estaba ocurriendo. “Es el fin de Yggdrasil.” Detrás de ellas, una voz diferente contesto en nombre de la llorosa Skuld. Automáticamente, Urd y Belldandy voltearon. “Peorth…” La Peorth que estaba parada enfrente de ellas era una diosa transformada. Normalmente rebosante de aplomo y confianza, se veía tan asustada como un gatito perdido. Se abrazaba a si misma, los brazos cruzados y los hombros encorvados. “Sucedió tan rápido… apenas si pudimos llegar aquí.” Peorth logro de algún modo que las palabras salieran de sus temblorosos labios azules. De la nada, nubes grises se amontonaron en el antes cielo azul y el viento se tiño de humedad. “Peorth… vamos adentro… Skuld y Urd, ustedes también vengan…” Belldandy apremio a las tres diosas delicadamente, echando un vistazo de lado al patio lleno de dioses.
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La mesita con su mantel de encaje parecía emitir una tenue luz. A pesar del espectáculo allá afuera, el cuarto del té era el mismo de siempre. Peorth se sentó inmediatamente, a gusto en un ambiente conocido. Belldandy y Urd se sentaron a ambos lados de ella. Skuld seguía llorando, con la cara metida en el regazo de Belldandy. “Hace poco, hubo una epidemia de bichos. Y pedí la ayuda de Skuld, bueno, eso ya lo saben,” Peorth empezó lentamente. Las pantallas de papel shoji se sacudían con el viento. “Pero era solo un viejo y simple error del sistema, ¿o no?” “Eso pensé al principio también, Urd. Pero hace unas horas, empezamos a ver un valor de singularidad anormal.” “¿Un valor de singularidad?” “Yes 6 … nunca había visto números como esos. Como si eso no fuera lo suficientemente raro… aumentaron rápidamente por un momento y entonces de repente… desaparecieron.” “¿Desaparecieron…?” Belldandy repitió con preocupación. Su corazón estaba sobrecogido por un miedo indescriptible. Por primera vez, se lamentaba de cuan acertados siempre eran sus presentimientos. “… después de eso, todo sucedió tan rápido…” la voz trémula y débil de Skuld se unió a la tensa conversación. “Yggdrasil se salio de control por completo… aquí y allá, empezó a caerse en pedazos… todo el Cielo entro en pánico.” Una vez más, las lágrimas inundaron sus ojos. Los apretaba fuertemente para cerrarlos pero no podía dejar de ver las horribles imágenes. Se esforzaba por respirar. “No tuvimos mas opción que evacuar,” Peorth finalizo. En medio de la multitud de deidades aterradas, el liderazgo de Peorth era digno de elogio. Pero sus problemas apenas estaban empezando. Si Yggdrasil continuaba haciendo estragos fuera de control, el plano celestial seria destruido. Si el Cielo dejaba de existir, tendría efectos desastrosos en el Plano Infernal y, finalmente en la Tierra. Ese panorama era incomparablemente peor que cualquier cosa que hubieran visto hasta ahora. ¡R-r-r-r-ringgggg! El silencio de las cuatro diosas fue interrumpido por el timbrar del teléfono. Las cuatro alzaron la cabeza al mismo tiempo. “¿Podría ser… del Cielo?” Peorth murmuro, pero Belldandy negó con la cabeza. “Creo… que probablemente es Keiichi-san.” Sin duda Keiichi había dejado a Megumi en la escuela con éxito y llegado a tiempo al trabajo, y esta ba llamando para avisarle a Belldandy para que no se preocupara. “Of course 7 … la línea de contacto de Yggdrasil no debería estar funcionando… pero que tonta soy.” Peorth cubrió su cara con sus manos, pero las lagrimas se filtraron por en medio de sus dedos. Urd puso un brazo alrededor de ella consolándola. “Yo contesto, Urd.” Quitándose suavemente de encima a Skuld, Belldandy se puso de pie y se apresuro a contestar el teléfono. Agarro el auricular que sonaba. 6
Oui: Si Bien sur : Claro
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“Bueno, casa de la familia Morisato… ¿perdón…?” Thunk. Se escucho un inesperado sonido en el corredor. Urd fue la primera en reaccionar. Salio corriendo del cuarto y las otras dos corrieron detrás de ella. “Belldandy…” Al final del oscuro corredor, Belldandy permanecía de pie inmóvil. El auricular del teléfono caído colgaba de su cordón, rozando contra el piso. “¿Belldandy…?” Urd se acerco a su hermana y puso una mano en su espalda inmóvil. No hubo ninguna reacción. “¡Belldandy!” Urd apretó los hombros de Belldandy, forzándola a voltear. Lentamente, Belldandy levanto la cabeza. Su cara estaba pálida e inexpresiva. Entonces sus temblorosos labios se movieron ligeramente. “… Keiichi-san esta…” Después de logra decir esas pocas palabras, Belldandy se desplomo como una marioneta con los hilos cortados, cayéndose lánguidamente en el piso del corredor. T A S O G A R E – C R E P U S C U L O “Onee-sama…” Skuld le grito a su hermana con voz afligida, pero Belldandy parecía no escuchar. Después de ser llevada al cuarto del té, no había dicho no había hecho otra cosa mas que mirar fijamente a un solo punto, con la expresión paralizada. Urd miro a su deprimida hermana menor con una expresión de preocupación, incapaz de decir algo. El silencio pareció durar una eternidad. El único sonido era el de la ruidosa y desesperante manecilla del reloj marcando el paso del tiempo. “… me dijeron… que murió casi instantáneamente,” Belldandy murmuro tan débilmente que casi fue opacada por el tic-tac del reloj. “¿… que?” Por un momento, no pudieron entender lo que les acababa de decir. “¿Quién fue?” Skuld pregunto inmediatamente, sin el más ligero titubeo. Los ojos color azul-lavanda de Belldandy lentamente miraron a las tres diosas. Con vacilación empezó a hablar. Había contestado el teléfono completamente convencida de que era Keiichi el que llamaba… pero la voz en el otro lado de la línea era la de un extraño. El que hablaba impasiblemente le hizo el recuento de lo que había sucedido. Veinte o treinta minutos atrás, dos hermanos fueron llevados a la sala de emergencias: Keiichi y Megumi Morisato. La hermana menor sufrió únicamente heridas menores y seria dada de alta en una semana… pero había sido demasiado tarde para salvar al hermano mayor. “… debió haber dado su vida para protegerla… his little sister 8 …” Peorth susurro. No sabían los detalles de que había causado el accidente o que tan grave había sido. Pero era sencillo imaginar que Keiichi se había sacrificado para proteger a Megumi. Después de esto, Belldandy cerró sus ojos llenos de lágrimas. 8
sa petite soeur : su hermanita
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Keiichi-san, es por eso que te amo… Un hilillo de lágrimas broto de entre sus parpados. El ambiente en el cuarto era tan agobiante, era sofocante. Entonces Urd echo para atrás su pelo y dejo escapar un suspiro fuerte deliberadamente. “Belldandy, discúlpame pero… ¿te importaría esperar hasta mas tarde para llorar por él?” ¿Cómo podía Urd decir algo tan insensible y cruel? Skuld estaba a punto de explotar en defensa de Belldandy pero en el momento en que levanto la cabeza, sus ojos se encontraron con los de Peorth. Por supuesto que la muerte de Keiichi era una tragedia terrible. Pero su máxima prioridad ahora era poner a Yggdrasil bajo control. La destrucción del Cielo estaba muy cerca y el tiempo estaba transcurriendo-no había tiempo para preocuparse por la muerte de un mortal. Peorth entendió mejor la postura de Urd e hizo callar a Skuld con una mirada. A la pequeña diosa no le quedo más remedio que asentir sin decir ni una palabra. “Empecemos desde el principio.” El vie viento triste se escuchaba como un canto de funeral. “Yes 9 .” Urd y Peorth volvieron a repasar lo que recordaban, analizando la situación. “La epidemia de bichos empezó…” “… hace dos días, tiempo terrestre.” Fue entonces cuando Skuld recibió la llamada telefónica.” “Tratamos de todo… pero mas que mejorar, la situación estaba poniéndose peor… entonces la singularidad desapareció…” “Y eso fue cuando Yggdrasil empezó a caerse en pedazos, ¿cierto?” Luego, justo después de la exitosa evacuación del Cielo, se enteraron de la muerte de Keiichi. Una cosa después de la otra. “Se fueron… la singularidad… y Keiichi…” Urd murmuro para si, ensimismada en sus pensamientos, y entonces comprendió lo que qu e acababa de decir. Todo se derivaba de la desaparición de la singularidad. Y las dos cosas que se habían ido eran la singularidad y Keiichi. “¿Urd?” “… espérate.” Urd no hizo caso de la pregunta de Peorth y se concentro en sus razonamientos. Estaba empezando a relacionar las ideas. “Escucha esto… ¿y si… que tal si el accidente-y la muerte de Keiichi-fue lo que causo que Yggdrasil se saliera de control?” Peorth había estado en ascuas, pero ahora reía inadvertidamente ante lo puro absurdo de la sugerencia de Urd. “Urd… tenias una mirada tan rara en tu cara, y estaba esperando escuchar lo que se te había ocurrido… pero ¡porque rayos dirías algo tan ridículo! ¿Por qué la muerte de un solo mortal causar ía ía que Yggdrasil se descontrolara, poniendo a todo el Cielo en peligro? ¡Unbelievable 10 !”
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Oui: Oui: Si Incroyable: Incroyable: Increíble
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Belldandy reacciono un poco ante la la palabra “muerte”. Entendió lo que estaba ocurriendo en su mente, pero su corazón todavía no se había puesto al corriente. Entre tanto, Urd seguía firmemente concentrada en unir las pistas, impasible ante el escepticismo de Peorth. Su intuición le decía que iba en la dirección correcta. En su mente analizaba varios de los eventos con los que Keiichi se había enfrentado. “¡Skuld!” “¡¿Qué?!” Skuld se había acercado muy despacio a Belldandy, observando con profunda preocupación a su conmocionada hermana mayor. Dio un grito asustada cuando Urd de repente grito su nombre. “¿Recuerdas cuando viniste por primera vez aquí, persiguiendo bichos?” “Si… recuerdo que…” Habían pasado casi tres años. Los días de Skuld estuvieron llenos de soledad después de haber sido separada de su querida hermana mayor, Belldandy. Cuando Urd, con su licencia de administración, abandono su puesto para reunirse con Belldandy en la Tierra, se quedo ella sola en el Cielo para lidiar con el sistema. Un día, una enorme plaga de bichos ocurrió, esparciéndose espa rciéndose hasta el mundo de los mortales, y fue tras ellos en su persecución. Así fue como tuvo que llegar primero al Templo Tarikihongan. “Energía en forma de un mini agujero negro expuesta a una singularidad…” Una “singularidad” era el resultado de irregularidades en el sistema de Yggdrasil. Normalmente, tales problemas podían ser contenidos muy fácilmente fá cilmente en el Cielo, pero por alguna razón esta vez el problema se había extendido al plano terrestre. “Hubo una enorme infestación de bichos en la Tierra. ¡Fue un verdadero lío!” Skuld todavía tenía vivos recuerdos del desastre. Por otro lado, aunque atrapar a los bichos había sido una enorme tarea, el incidente le había dado a Skuld la oportunidad de permanecer en la Tierra. Desde su perspectiva, los beneficios y los inconvenientes inc onvenientes más o menos se anulaban mutuamente. Bueno, Bue no, no-suponía que los beneficios ganaban por un pequeño margen. “Si, si. ¿Y que era lo que estaba atrayendo a los bichos? ¿Dónde resulto estar la singularidad?” Urd le recordó, inclinándose hacia delante con expectación mientras estaba cada vez mas segura de si misma. “Er…” Skuld le echo a Belldandy una mirada indecisa antes de contestar. “Dentro… del cuerpo de Keiichi Keiichi.” .” 11 “¡ Impossible Impossible !” Peorth exclamo con incredulidad. Su escepticismo era muy natural. Era inaudito el que una singularidad-un error en el sistema que controla el Cielo-apareciera en el cuerpo de un mortal. Pero Urd tenía un contra-argumento que afianzaba esa anomalía. Para conectar a Keiichi con Yggdrasil, afirmaba, tendría que tener una energía igual -o ser una entidad equivalente a la de Yggdrasil. La sola existencia de una singularidad dentro del cuerpo de Keiichi no debería haber sido suficiente para crear una atracción entre él e Yggdrasil. Había una posibilidad más radical, y más absurda: él mismo era la singularidad. 11
Impossible: Impossible: Imposible
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Belldandy y las otras deidades habitaban en un plano con más dimensiones que las del plano mortal. Así como un ser de tres tre s dimensiones d imensiones es invisible para par a uno de dos, las diosas dios as eran normalmente invisibles para los mortales como Keiichi. Por esa razón, las diosas continuamente regeneraban sus estructuras atómicas para mantener una forma visible para los mortales. Bajo circunstancias normales, la pequeña cantidad de energía liberada en ese proceso se disipaba naturalmente, sin causar ningún problema. Pero el caso de Keiichi era un poquito diferente. Tres años atrás, aunque una singularidad se había formado dentro de su cuerpo, él mismo no podía haberse convertido en la singularidad. Pero las cosas cambiaron después de que a Belldandy se le unieron en la Tierra Urd y eventualmente Skuld. Keiichi había pasado gran parte del tiempo con las tres diosas, que no eran solamente seres divinos, eran un trío especial: las Diosas del Tiempo. Aparte de eso, tuvieron frecuentes visitas de Peorth. Y hubo incluso una ocasión cuando Keiichi se convirtió en el anfitrión físico temporal de un ángel que pertenecía a Lind, una Diosa de Primera Clase, Misiones Especiales, Limitada. Sobre todo, amaba-y era amado profundamente-a Belldandy. ¿No era posible que la constante presencia de estos tres insignificantes niveles de energía-que normalmente se disiparían naturalmente-lo hubieran afectado? Y si ese ambiente inusual y la energía acumulada habían causado que se convirtiera en una singularidad… esa era razón suficiente para que un simple mortal se convirtiera en una entidad que pudiera influenciar a Yggdrasil. Yggdrasil era más que un simple sistema que regulaba el Cielo. Mantenía a las diosas en muchas y diferentes maneras. En primer lugar, suministraba la energía usada por los seres divinos en la Tierra para sus hechizos y regeneración. Era realmente el soporte de vida de todos ellos. Las diosas estaban directamente conectadas a Yggdrasil, y Keiichi tenía continuo contacto con ellas. Si la suficiente Energía Celestial se había acumulado gradualmente en su cuerpo, creando una atracción con Yggdrasil, en algún punto también podría haber estado conectado al sistema… La hipótesis de Urd sonaba extravagante, pero de hecho sorprendentemente era acertada. Incluso la más diminuta de las partículas puede equivaler a una montaña en números suficientemente grandes. El nivel de Energía Celestial que Keiichi había absorbido era una cantidad mas alta de lo que normalmente se acumularía en el mundo natural, y al final, habría sido lo suficientemente grande para convertirlo en una singularidad. Este era el por qué pudo ver a los bichos, cuyas formas normalmente serian invisibles sin la continua regeneración de su estructura atómica. “Keiichi e Yggdrasil se unieron y desarrollaron una relación de mutua atracción.” “¿Yggdrasil y un mortal unidos? ¡Pero que absurda teoría! Por otro lado, eso explicaría el comportamiento extraño de Yggdrasil…” Peorth estaba escéptica al principio, pero reconociendo la lógica de los argumentos de Urd, tuvo que admitir que tenían sentido. “Cuando los valores seguían cambiando sin importar con que frecuencia recalculáramos-era por qué Yggdrasil estaba en sincronía sinc ronía con la fluctuación del valor de la singularidad.” Skuld había estado escuchando sin hablar la explicación, pero ahora la incomprensible situación de repente se había aclarado para ella.
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“¡Si tan solo hubiera mantenido mejores mediciones de los neutrinos… podríamos haber hecho algo antes de llegar a esto!” La comprensión llego con una ola de remordimiento. Se mordió el labio con frustración. Suavemente, Belldandy le acaricio la cabeza. “Skuld… no es tu culpa. Nadie tiene la culpa.” ¿Cómo podría alguien haber previsto una situación causada por demasiadas coincidencias? “Ni siquiera el Todopoderoso sabía que esto sucedería.” La dolorosa tragedia había sido inevitable. Belldandy todavía luchaba por contener la agitación en su corazón. “¡ Aaaaiiieeeeee Aaaaiiieeeeee!” Las cuatro diosas se miraron unas a otras, sobresaltadas por lo que se escuchaban como repentinos gritos de dolor. “¿Qué fue eso?” Los gritos espeluznantes estaban viniendo de afuera. No era una sola voz-los lamentos estaban surgiendo de cada rincón de los terrenos del templo, como si fuera una reacción en cadena. Algo terrible estaba ocurriendo. Belldandy y las otras diosas salieron corriendo. El panorama con el que se encontraron sus ojos era increíble. “¿Qu-que…?” Dentro de la barrera de protección, el número de dioses había disminuido. Habían claramente mucho menos de ellos que de los que habían visto antes. “¿Pero que rayos…?” Entonces lo vieron. Un dios parado enfrente de Urd empezó a desvanecerse. “Todopoderoso…” Desapareció en el aire enrarecido. “¡Eek!” Skuld escondió su rostro en el pecho de Belldandy. El espectáculo delante de ellas era tan perturbador que incluso la firme Urd quería apartar la mirada. “La energía… la energía de Yggdrasil…” La energía estaba empezando a ser cortada a las deidades de más bajo nivel primero. Con gritos de agonía, se desvanecieron una detrás de la otra. El desastre que mas habían temido estaba ya volviéndose una realidad. Temblando, Belldandy se rehúso a apartar la mirada. Mientras observaba, la luz regreso a sus ojos color azul-lavanda. “Urd…” A pesar de la tristeza que la inundaba, tomo una decisión, y alzo la cabeza. Hasta el momento en que ya no existiera Yggdrasil y que ella misma desapareciera, como Diosa de Primera Clase, haría todo lo que estuviera en su poder para encontrar una solución. “Urd,” Belldandy prosiguió, “¿podríamos crear un tipo de singularidad temporal? Tal vez podríamos evitar un poquito el colapso de Yggdrasil…” “Imposible, Belldandy… con nuestra energía cortada y el Cielo a punto del colapso, no falta mucho antes de que las cuatro desaparezcamos también.” Peorth dijo con desesperación. Era el Ragnarok, el ocaso de los dioses. Pero Skuld, tampoco estaba dispuesta a rendirse. “¡Tiene razón! Si podemos crear una singularidad temporal…” Sus ojos negros se abrieron.
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“¡No tu también Skuld!” Peorth la reprendió. “Aun cuando eso fuera posible, ¿Cómo piensan tener acceso? Y aunque el acceso fuera posible, ¿Cómo conseguirán que Yggdrasil responda cuando no esta funcionando apropiadamente?” “¡Si no lo intentamos, nunca lo sabremos! ¡No quiero estar solo aquí parada y ver como todo se acaba! ¿Verdad, Belldandy?” “Skuld…” Belldandy se devanaba los sesos, esperando animar a su pequeña hermana, pero no más ideas se le ocurrían. ¿Qué podemos hacer? Entre mas trataba de pensar en una singularidad temporal, mas el rostro de Keiichi aparecía en el fondo de su memoria. Keiichi-san… En ese momento, sintió como un brazo rodeaba suavemente sus temblorosos hombros. “Urd…” Los ojos color índigo de Urd contemplaron dulcemente a Belldandy. Finalmente, rompió el pesado silencio. “Hay solo una manera, Belldandy.” “¿Eh?” “Una manera de traer de vuelta a Yggdrasil y a Keiichi…” Siniestras nubes negras se habían amontonado arriba de ellas, envolviendo al templo en una oscuridad como la noche en pleno invierno. De vez en cuando resplandores de luz azul se retorcían como víboras gigantes. Un fuerte viento silbo por entre los árboles sacudiéndolos violentamente. La destrucción de Yggdrasil también estaba empezando a manifestar sus efectos en el plano terrestre. “¿Urd… es eso realmente cierto…?” El pelo largo, color castaño de Belldandy ondeo con el viento. Silenciadas por la milagrosa declaración de Urd, tanto Peorth como Skuld la miraban fijamente con una intensa anticipación. Urd hablo suavemente. “Tenemos que restaurar a Yggdrasil?” “¿Restaurar a Yggdrasil?” “Así es. Hasta un punto de restauración del sistema.” El enorme destello de un relámpago y el sonido de un trueno hicieron temblar al Templo Tarikihongan. Las diosas se aparecían ante personas con problemas para concederles deseos. ¿Pero que tal si un deseo causaba problemas imprevistos-afectando dramáticamente los destinos de otros seres vivos, incluso provocándoles la muerte? Claro, los deseos estaba sujetos a un proceso riguroso de revisión antes de que fueran aprobados, para prevenir tales contingencias… sin embargo, era imposible asegurar que el sistema estaría 100% libre de errores. Como medida de protección, un programa especial de emergencia era implementado para ocuparse de esos problemas potenciales: la función de restauración del sistema. Cuando se hacia un contrato, el emblema en la frente de la diosa enviaba datos a Yggdrasil. Únicamente cuando la información era recibida y aprobada entonces el contrato
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se hacia valido. Siempre que se hacia un contrato, un punto de restauración también se creaba. Pero las diosas siempre evitaban el elegir a clientes que albergaban deseos dañinos. Por esa razón, nunca había habido ni una vez la necesidad de realizar una restauración del sistema.
* * * “¡Es la primera vez que oigo hablar de tal función!” Peorth frunció el ceño. ¿Un programa era desconocido para ella, una Diosa de Primera Clase? “¡Ja-ja-ja! ¡De pura casualidad me tope con el solita! ¡Creo que es algo que se dice cuando se tiene una Licencia de Administración Limitada!” Urd contesto ligeramente con un guiño. Pero esa no es la única razón, ¿o si? Peorth respondió internamente para si, pero se detuvo rápido de decir el pensamiento en voz alta. Urd era más que una Diosa del Tiempo. Era mitad diosa y mitad demonio, la hija de la Gran Líder del Infierno que dirigía el plano infernal. Seguía como Diosa de Segunda Clase únicamente para poder proteger a sus hermanas menores. Pero Peorth estaba por la sensación de que los verdaderos poderes de Urd sobrepasaban con mucho a los suyos, aun cuando Peorth era una Diosa de Primera Clase. “Odio tener que admitirlo…” Peorth sonrío medio burlándose y desvío la mirada, “… pero mucho me temo que eres nuestra única esperanza.” Todavía viendo para el otro lado, dio su consentimiento. Las cuatro diosas estaban unidas. “Ahora que todas estamos de acuerdo… Belldandy, ¿el punto de restauración del sistema?” “El dormitorio del Instituto Nekomi de Tecnología,” Belldandy respondió suavemente, recordando con nostalgia la primera vez que conoció a Keiichi. Quiero que una diosa como tu se quede conmigo para siempre. Esas palabras estaban tan frescas en su memoria como si hubiera sido ayer. Al principio, el deseo de estar juntos había sido puramente de Keiichi… ¿Cuándo había pasado que Belldandy llego a sentir de la misma forma? Pero eran precisamente esos sentimientos los que habían causado el predicamento que ahora enfrentaban. “Si podemos regresar a ese momento… esta vez, estaré absolutamente segura de no hacer que Keiichi-san se convierta en una singularidad. ¡Protegeré a Yggdrasil!” Belldandy junto sus manos como si rezara mientras renovaba su decisión. Pero Urd susurro suavemente, “… eso podría ser algo difícil…” “¿…?” “Tu memoria será restaurada también. Todo regresara a como estaba. Yggdrasil, la Tierra… todo.” “¡¡!!” Como si respondiera a la sorpresa y confusión de Belldandy, el bramido del viento subió de intensidad. Clic.
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La manecilla se movió en el reloj-cronometro que indicaba la energía de Yggdrasil y calculaba el fin del mundo natural. Quedaban menos de cinco minutos. “¿Segura que funcionara esa cosa?” Peorth le echaba una mirada dudosa al artefacto definitivamente no de alta tecnología, que estaba hecho con un reloj despertador grande amarrado a una pequeña olla arrocera, con todo tipo de cables y tubos cruzando por todos lados. “¡Jum! ¡Es de mala educación decir eso enfrente del elegante, altamente funcional y de alto rendimiento: Fumigador Paku-Paku-san!” El Fumigador Paku-Paku-san era un aparato para eliminar bichos que Skuld había ideado cuando llego por primera vez al Templo Tarikihongan. El ingenioso artefacto atrapaba a los bichos automáticamente en un abrir y cerrar de ojos. “Si ponemos al Fumigador Paku-Paku-san en reversa y metemos un bicho inyectado con una vacuna anti-viral, deberíamos poder ejecutar el programa de restauración del sistema de Yggdrasil.” “¿Inyectar una vacuna? ¿Pero, hay bichos aquí en la Tierra?” Peorth estaba de verdad sorprendida. La expresión de Skuld se entristeció visiblemente. “Esta detectando la presencia de miles de bichos. El punto de origen es el teléfono.” Cuando Skuld había llamado al Templo Tarikihongan para quejarse, había creado un enlace entre el Cielo y la Tierra, proporcionándoles a los bichos una ruta para viajar. Era la responsable por provocar esta calamidad-y aunque había sido un accidente, estaba llena de remordimiento. “En medio de la limpieza de bichos… fue un descuido de mi parte el llamar a Belldandy… todo es culpa mía…” se limpio las lagrimas que amenazaban con rodar por sus mejillas. “No, Skuld.” Belldandy tomo la manita húmeda de Skuld. “Belldandy…” “Era algo inevitable. Puedo entenderlo ahora.” Belldandy no solo estaba confrontando su tristeza. Con dignidad y aplomo, volcó su atención a su nuevo futuro. “Después de todo, se nos ha estado dando una nueva oportunidad para comenzar de nuevo…” Aun cuando perdieran sus recuerdos, todavía habría una posibilidad de que las cosas pudieran funcionar-Belldandy podía sentirlo, dentro en lo profundo de su corazón. “¡No debemos perder la esperanza!” le dijo a Skuld. Skuld asintió con vehemencia, como si se liberara de las lágrimas. Había querido consolar a su hermana, pero al final, Belldandy término consolándola. ¡Cierto… tengo que ser fuerte! ¡Por Belldandy… por todos! Para enmendar su comportamiento descuidado, tenia que hacer que este plan funcionara, sin importar lo que se necesitara. Incluso Peorth ofreció su apoyo. “También tienes mi ayuda, aunque no se cuanta magia podré usar.” La determinación de Skuld se renovó. “¡Muy bien! ¡Aquí vamos!” Concentrado toda su energía, empezó a escribir en el teclado. “Primero tenemos que entrar a Yggdrasil, ¿verdad? Me llevara algo de tiempo el calcular un valor de entrada desde esta dimensión.” Con su línea normal de acceso interrumpida, tendrían que asegurar una ruta alterna.
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“Entonces les dejaremos esos cálculos a las dos…” Animada por la renovada determinación de Skuld, Urd le hizo señas a Belldandy. “Nosotras localizaremos a un bicho, ¿si? Empecemos.” “¡Esta bien!” Urd y Belldandy salieron del cuarto del té para buscar un bicho e inyectarlo con la vacuna anti-viral. El oscuro y frío corredor se sentía como la entrada hacia un abismo siniestro. “¿Por donde empezamos a buscar?” Urd camino a grandes pasos en el pasillo como para disipar ese ambiente. No podían usar mucho poder y tenían poco tiempo-enfocar su atención en su búsqueda era crucial. “Empecemos en el cuarto de Keiichi-san.” “Bien.” Poniéndose los lentes detectores de bichos, las dos diosas fueron hacia delante. Cuando abrieron la puerta corrediza de “El Taller de Keiichi,” todo estaba tal y como lo había dejado. Varias chamarras colgando de ganchos en las paredes, y un montón de playeras recién lavadas y dobladas todavía estaban acomodadas en un montón enfrente del closet. El escritorio estaba cubierto de tareas sin terminar y libros y documentos de referencia desparramados. Varias fotos de una sonriente Belldandy estaban situadas encima del estante para libros. Belldandy titubeo ligeramente mientras entraba al cuarto-normalmente nunca ponía un pie dentro cuando Keiichi no estaba en casa. “El cuarto… de Keiichi-san.” Su aroma todavía persistía aquí y allá. Parecía inimaginable que el habitante de ese cuarto de verdad se hubiera ido. Suavemente, Belldandy trato de agarrar una de las fotosuna imagen de Keiichi y ella recostados juntos en la playa. Si pierdo mis recuerdos… ¿convertiré a Keiichi-san en una singularidad y provocare la destrucción del Cielo otra vez? Por un momento, el miedo se apodero de su corazón. En la foto, Keiichi estaba sonriendo felizmente. Si puedo evitar que eso suceda, si nunca veo a Keiichi-san de nuevo, yo… Se enderezo con una determinación y en silencio negó con la cabeza. Yo creo… yo creo en el futuro. “Apurémonos.” Lo voz de Urd trajo de regreso a Belldandy al presente. Coloco la foto en su lugar y respiro profundamente. “Si,” dijo firmemente. “Skuld… ¿la siguiente coordenada es? 3R.” Quedaban menos de 5 minutos en el reloj. Los dedos de Skuld volaban sobre el teclado sin detenerse siquiera, pero todavía no habían conseguido alcanzar el valor señalado. Habían logrado de algún modo, no obstante, conectarse a otra dimensión, pero el entrar a Yggdrasil desde ahí seguía siendo una tarea formidable, y el tiempo estaba transcurriendo despiadadamente. En ese momento, las puertas corredizas del cuarto del té se abrieron de golpe. “¡… Skuld! ¡Peorth! ¡Agarramos a uno!”
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Belldandy y Urd irrumpieron en el cuarto, sus hombros moviéndose vigorosamente. Urd sostenía al bicho arriba por las orejas, las ocho patas se agitaban frenéticamente en el aire. “¿Dónde estaba?” “En el garaje de la motocicleta. Caramba, hablando de un astuto latosito…” Era definitivamente una criatura de mirada asustadiza, con los ojos inexpresivos y chillidos casi ultrasónicos. “¿Cómo van ustedes?” Belldandy miraba con atención el trabajo con preocupación. “Estamos cerca de entrar…” Era la última parte que estaba probando ser elusiva. Peorth estaba empezando a mostrar señales de cansancio por estar trabajando en detectar las coordenadas y al mismo tiempo protegiendo a Skuld. “Peorth, yo también ayudare.” Inmediatamente, la voz de Belldandy se unió al hechizo que Peorth estaba cantando. Un rayo dorado de luz entro a raudales y baño a las diosas con su aura. “¿Esto es…?” El viento se había puesto continuamente mas violento y el cielo mas oscuro. Afuera de la casa, las únicas deidades que quedaban eran dioses de primera clase. Como podían sentir que sus poderes disminuían, los seres divinos restantes se arrodillaron y rezaron hacia el cielo. La energía empezó a fusionarse, Belldandy se concentro aun mas en el hechizo que estaba cantando. Clic. La cruel manecilla del reloj marco otro minuto. Únicamente quedaban dos minutos antes de que Yggdrasil se detuviera por completo. “Skuld, ya le inyecte la vacuna.” “¡Espérate, Urd! Solo un poquito mas…” El viento agitado hizo que la vieja casa crujiera y chirriara. La energía de la oración desaparecía progresivamente, y las cuatro diosas supieron que eran las últimas deidades que quedaban en el Templo Tarikihongan. “¡Ay!” En ese mismo momento, las pequeñas manos que escribían en el teclado empezaron a desvanecerse. Belldandy y Peorth vertieron toda la energía que pudieron reunir hacia Skuld, pero parecieron haber alcanzado el punto de no retorno. Suavemente, Peorth cerró sus ojos y libero toda la energía restante en una sola ráfaga. “Ultima coordenada… Ω7A… el resto… depende de ti…” Su pálida piel se volvió transparente, luego se convirtió en vapor. “¡Peorth!” Clic. Un minuto quedaba en el reloj. El sonido de los dedos en el teclado seguía. Ahora únicamente tres diosas quedaban en el cuarto. Entonces, Skuld sintió la mano de Belldandy sobre su hombro temblar y hacerse ligera. “¡Belldandy!” Mientras sentía que Belldandy desaparecía, Skuld no volteo. Escribió más rápido que nunca. Veinte segundos. El cuarto empezó a agitarse, y agujeros de no-espacio empezaron a aparecer aquí y allá. Lentamente una luz misteriosa empezó a llenar el cuarto. Diez segundos. “… Sk… uld-”
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Todavía agarrando al bicho, Urd uso cada ultima gota de fuerza en su cuerpo para mantenerse a si misma, pero no podría resistir mucho mas tiempo. Sus pies ya estaban empezando a desaparecer. …4 “Lo tengo. 18.5937.299… estamos dentro. Urd, mete el bicho.” El Fumigador PakuPaku-san estaba encendido. …2 “¡AHORA!” …0 Hubo un destello de luz cegadora. El cuarto fue envuelto por una oscuridad blanca. Ririririririri… El teléfono. Keiichi lo contesto justo en el momento en que estaba a punto de sonar por segunda vez. “Bueno… me temo que Aoyama lo llamaron de repente del trabajo… si… dijo que tendría que hacer otra cita… dijo que lo disculpara…” Keiichi pasó el mensaje con impecables modales de telefonista y colgó presionando el interruptor con un dedo. Luego puso violentamente el auricular en su lugar con fuerza desproporcionada. “¡Jum! Cómprate una maquina contestadora, ¿si?” El cuarto atestado era la típica guarida desordenada de un estudiante, con su futon eternamente sin tender, prácticamente plantado en el piso. En una TV de catorce pulgadas, una linda cantante adolescente sonreía dulcemente mientras cantaba a viva voz una exitosa canción de pop. Para su gran disgusto, los senpais del dormitorio le habían ordenado que se quedara y atendiera el teléfono en sábado por la noche. La peor parte era que de cualquier manera apenas si podía quejarse y no tenía a donde ir. De todos modos, no es que pudiera conseguir una cita, así que supongo que no importa. Un alumno de primer año no tenía porque desobedecer a los senpais. Sin embargo, lo dejaba un poco más que disgustado por ser tratado como esclavo. “Pero que nochecita.” Se estiro y se dejo caer pesadamente hacia atrás contra la pared. Una de sus manos rozo contra la superficie del espejo de pared. Suspirando profundamente, estiro la mano para agarrar un cigarro. No que fumara mucho, pero al menos le dio a sus manos algo que hacer. En el momento en que lo ponía en su boca, el cronometro que había puesto empezó a sonar. “Ah, cierto… se supone que debo llamar a Aoyama…” Acerco el teléfono y marco el número. Era un viejo teléfono de disco giratorio, y el disco hacia un suave zumbido entre los números. Antes de que el teléfono hubiera empezado siquiera a sonar, escucho que alguien contesto en el otro lado de la línea. “Bueno…” empezó él a decir, pero la voz de una mujer lo interrumpió. “Bueno, habla a la Línea de Ayuda Técnica de las Diosas.” “Hijole… debí haber marcado el numero equivocado…” Keiichi había estado esperando una voz masculina. “Estaré ahí con usted en un segundo para concederle su petición,” la voz dijo. La línea se corto antes de que Keiichi tuviera la oportunidad de disculparse por su error.
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“¡… oiga!” ¿Y como pues pensaba ella hacer eso, cuando no le había dado un nombre o dirección? A menos que tuviera una forma de rastrear la llamada… “Que raro… pero bueno, a otra cosa ma…” Keiichi estaba a punto de olvidarse del asunto y volver a marcar el número cuando escucho una voz femenina encima de su cabeza. “¡Buenas noches!” Asustado, Keiichi miro hacia arriba-directamente a la cara de una chica desconocida. “¡¡¡!!!” Aun mas increíble era el hecho de que la parte superior del cuerpo de la chica estuviera sobresaliendo hacia el cuarto desde el espejo. “¿Cuál es su deseo?” Era la misma voz que acababa de escuchar en el teléfono-eso era cierto. ¿Pero como había logrado aparecer en el espejo? Keiichi su puso pálido de miedo mientras la chica sonreía dulcemente y saltaba del espejo hacia el cuarto. “Soy la Diosa Belldandy. Estoy aquí para concederle un deseo… pero por favor, tenga en cuenta que usted solo puede pedir únicamente un deseo.” “¿D-d-diosa?” “¿Puedo preguntar cual es su nombre?” “A-ja… me llamo Keiichi… Morisato…” K I Z A S H I – P R E S A G I O Una lluvia de fragmentos de madera cayó del techo. El agujero era de casi 30 cm de diámetro, dejando ver en lo alto el cielo de la noche lleno de estrellas. “E-er…” Keiichi finalmente consiguió decir algo con la boca completamente seca. Pero su cerebro estaba totalmente paralizado mientras miraba fijamente hacia el techo destrozado del dormitorio. Como si no fuera bastante extraño el que una diosa hubiera salido de pronto del espejo, el evento ya había sido eclipsado por varias sorpresas aun más increíbles. Cuando le pidió que hiciera un deseo, Keiichi había dicho impulsivamente “quiero que una diosa como tú se quede conmigo para siempre.” El hecho de que Belldandy fuera hermosa y pareciera agradable fue un factor importante, por supuesto-pero la razón mas grande del deseo, fue el hecho de que pareciera inconsciente de que tan chaparro era él-una cualidad que lo hacia terriblemente tímido. Todo había comenzado en el momento en que había hecho el deseo. El cuerpo de Belldandy había empezado a emitir una luz azul-blanca, como si una tremenda energía estuviera brotando dentro de ella, y el emblema de la frente empezó a brillar. Un haz de luz salio disparado de la marca, perforando el techo y yendo directamente hacia arriba a los cielos mientras que un torbellino mando a volar todas las cosas de Keiichi, como si hubiera un espíritu chocarrero en el cuarto. Esta completa serie de eventos probablemente no habrían durado mas de dos o tres minutos, pero para el aterrorizado Keiichi, había parecido que duro mucho mas. “Ejem…” De nuevo, trato de hablar. El cuarto estaba destruido, pero al menos estaba en calma otra vez. Agachado en una esquina y paralizado de miedo, contemplaba fijamente a la hermosa diosa delante de el, con los ojos llenos de temor. “Aceptado.”
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Ya sin la luminosidad, la expresión de Belldandy estaba tranquila mientras transmitía el mensaje del Todopoderoso a Keiichi. “¿… eh?” “Su deseo ha sido aprobado.” “Ah.” “Así que puedo quedarme aquí para siempre.” “… oh” “Me alegra mucho el conocerle, Keiichi Morisato-sama.” “No, el placer es mío, en serio…” La diosa cortésmente hizo una reverencia y Keiichi devolvió el saludo con una inclinación aun mas pronunciada. Mientras miraba fijamente a sus pies, su cerebro lentamente empezaba a funcionar de nuevo. La gravedad de la situación empezó a manifestarse en el. A-a-ay no… Hasta ese mismo momento, simplemente había permitido que la repentina serie de eventos lo llevaran hacia delante como una corriente rápida… pero haber hecho un exitoso contrato con una diosa le iba a traer algunos problemas mayores. Este es un dormitorio para hombres… las mujeres están estrictamente prohibidas. Si los senpais la encuentran aquí adentro… Su cerebro se bloqueo cuando incluso trato de imaginar lo que podría suceder. Los chicos más grandes en el dormitorio incluían a Tamiya, el presidente del Club de Motores al que Keiichi se había inscrito, y Otaki, el vicepresidente. Había muchos otros, también, pero esos dos eran definitivamente el dolor más grande de cabeza. Realmente no eran tipos malos… pero se enojaban rápidamente por cualquier cosita y tenían un verdadero talento para crear problemas. Y además, Tamiya era el presidente del dormitorio. Keiichi dudaba mucho que pudieran arreglar esto pacíficamente. “Este… se que hice un deseo y bueno, de verdad odio pedirte esto… pero me temo que necesito que te vayas por un momentito, ¿si?” “Oh cielos…” Era difícil adivinar si la reacción era de sorpresa o consternación, y Keiichi sintió que su determinación se ablandaba. Pero tenia que ser firme y no ceder. “De veras que me siento mal por esto… pero no se permiten mujeres en el dormitorio… y si te encuentran aquí, me echaran a la calle.” “¡Oh!” Esta vez, su sorpresa estaba mezclada con una ligera afirmación. Estaba empezando a convencerla-de alguna manera sus frenéticas excusas parecían estar llegándole al corazón. Ahora ya nos estamos entendiendo… Animado, estaba a punto de dar el último empujón, cuando Belldandy dijo alegremente, “¡pero si no hay problema! ¡Después de todo, no soy una mujer, soy una diosa!” De vuelta al principio. “Este, ese realmente no es el punto…” No estaba consiguiendo haciéndola entender para nada. Keiichi estaba a punto de emprender un renovado intento de persuadirla cuando su puerta se abrió violentamente. “¡Hey, Morisato! ¿Tengo algún recado?” Era el momento que tanto había estado temiendo. “Tamiya… y Otaki…”
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Las enormes figuras en la puerta del cuarto tenían un físico que parecía adecuado para algún tipo de deporte de combate-judo, o quizá lucha libre. “Este, verán yo…” Keiichi hacia gestos frenéticamente, tratando de explicar la situación. Pero un grupo mixto de dos alumnos en un cuarto era una situación que hablaba por si misma-no había excusas. “¡¡¡MO-RI-SA-TO!!!” Keiichi era como un venado ante las luces frontales de un coche. No podía hablar. “S-s-si…” Keiichi paso saliva mientras Tamiya y Otaki avanzaban hacia el, tronando los nudillos. “¡Sabes lo que cuando se rompen las reglas!” Estaba más allá de toda salvación. Todo lo que podía hacer era asentir. Hubo un momento de silencio, y luego la voz de Tamiya resonó en todo el dormitorio. “¡Morisato, en mi calidad de presidente, declaro que quedas expulsado!” “Ya me lo imaginaba.” El clamor de gritos y pisadas lleno el aire mientras los compañeros de Keiichi del dormitorio se precipitaban hacia delante para cumplir la sentencia. “¡Yaaaaarrr!” “¡Sáquenlos!” “¡Afuera los dos!” “¡Aiieee!” Keiichi y Belldandy fueron alzados en vilo y en segundos, habían sido llevados afuera. “¡Cuando encuentres una nueva casa, te mandaremos el resto de tus porquerías!” La puerta se cerro de golpe. Mientras Keiichi se sentaba en silencio aturdido, una ráfaga fría helo su mejilla. Eran los primeros días de primavera, y las noches todavía eran frías y con viento. “Mil disculpas.” Belldandy lo miro disculpándose. “¿Eh?” Los mechones de su pelo bailaban con el viento. “Fue usted expulsado de su dormitorio… por mi culpa. Cuando algo amenaza con separarnos, es difícil saber lo que la fuerza de sistema hará…” “¿La fuerza del sistema?” Keiichi repitió el término desconocido. “Si.” Belldandy contemplaba las estrellas brillantes titilando en el cielo de la noche. “La fuerza del sistema funciona automáticamente para proteger los deseos. Usted pidió que yo me quede a su lado para siempre, así que esta fuerza se opondrá a cualquier cosa que pudiera separarnos.” “Ah… ya entiendo.” Keiichi, también miraba fijamente a las estrellas. ¿Qué tan lejos de este mundo estaba el hogar de ella? De alguna forma, el solo pensar en eso lo hacia sentirse un poco mejor. Hasta ese momento, Keiichi no había tenido ningún éxito con las mujeres. ¡Pero ahora esta adorable chica-no, no solo era una chica, sino una diosa-iba a estar con el para siempre! No tenia ninguna razón para sentarse ahí a sentir lastima por si mismo-¡que importaba el ser expulsado del dormitorio! De repente, se vio listo para enfrentarse a cualquier cosa que se le pudiera presentar mas adelante. “Primero que nada, debemos encontrar un lugar para dormir…” Se amarro las agujetas de los zapatos y se puso de pie, lleno de determinación.
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A medida que la noche avanzaba, el frío en el aire se haría mas intenso. Unos momentos antes, las estrellas habían sido visibles, pero gruesas nubes estaban empezando a tapar el cielo, amenazando lluvia. “¿Nos vamos?” Tímidamente, le ofreció la mano. No había tomado de la mano a una chica desde la primaria. Su corazón se acelero y la palma de la mano le empezó a sudar, y estuvo a punto de apartarla y limpiarla con el pantalón cuando sintió el suave toque de la delicada mano de Belldandy. “¡Si, Keiichi Morisato-sama!” Apretó la mano de Keiichi y lentamente se puso de pie. Se sentía tan ligera e inmaterial como una pluma. Esforzándose por contener el mareo, Keiichi sonrío torpemente. “Puedes decirme Keiichi.” Le desconcertaba el que lo llamara por su nombre completo. “Muy bien, Keiichi-san.” Que felicidad. Cuando pronunciaba su nombre con esa clara y dulce voz, lo hacia ponerse insoportablemente nervioso y profundamente feliz al mismo tiempo. “Este… ¿Cómo te gustaría… que te llamara?” No estaba seguro de la forma apropiada de dirigirse a una diosa. “Como quiera que gustes, Keiichi-san.” “¡¿Eh?!” Esto era algo difícil. Era un nombre de pronunciación extraña, pero Keiichi no quería arriesgarse a ser demasiado confianzudo al omitir los acostumbrados sufijos Japoneses. Sin embargo, el amistoso “chan” no se oía adecuado, y el formal “sama” parecía excesivamente ceremonioso. Pensó en ello por un buen rato antes de finalmente hacer su petición. “¿Esta bien si solo te digo ‘Belldandy’?” Temía que su corazón pudiera explotar. “Si,” la dulce voz contesto. “¿De veras no hay problema?” “No hay ningún problema, Keiichi-san.” La diosa de ojos color azul lavanda le dedico la calidez de su sonrisa. ¡Es casi como si fuera mi novia…! Mientras metía la llave en el encendido de su motocicleta que estaba detrás del dormitorio, se lleno con más felicidad de la que alguna vez hubiera experimentado en toda su vida. Una BMW Oscar Liebman Rennsport Especial con sidecar. Un sistema de distribución OHC12 con transmisión biselada de 4 tiempos, enfriador de agua con tubo de aire gemelo. Desplazamiento: 494 cc. Máxima potencia: 48 caballos de fuerza. Eje de de transmisión con 4 velocidades. Era una maquina especial de una serie basada en la plataforma de la BMW RS. Keiichi había trabajado mucho en ella durante el tiempo que la había tenido, y verdaderamente se había convertido en un medio de transporte único en su tipo. Perfecto-podemos ir los dos juntos. Ahora que pensaba en ello, quizá esta diosa era la razón de que hubiera estado andando por ahí solo en la moto con un sidecar todo este tiempo. Este es el destino. ¡Mi suerte esta cambiando! 12
OverHead Camshaft: Árbol de levas
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Con un discreto salto de alegría, Keiichi llevo la moto cerca de Belldandy y encendió la maquina. “Este, puedes ir en el sidecar.” El zumbido de la maquina era como música para los oídos. Después de asegurarse de que Belldandy estaba sentada apropiadamente, Keiichi puso la primera. “¡Vámonos!” Sus ánimos subían vertiginosamente mientras aceleraba. Pero en ese instante, algo misterioso apareció en el camino, justo enfrente de la luz delantera. “¡¡!!” Inmediatamente apretó los frenos. La moto respondió instantáneamente. Apenas habían empezado a moverse, pero sin embargo, le dio mala espina. “¿Y eso?” Keiichi se esforzaba para ver, sus ojos todavía no se acostumbraban a la oscuridad. Pelo largo, plateado y sedoso balanceándose con el viento. Piel color de cobre y una silueta esbelta y seductora. Ojos penetrantes pero amables de color índigo como la tanzanita le devolvieron la mirada atenta a Keiichi. Sus sentidos le dijeron fuerte y claro que quienquiera que fuera, no era alguien de este mundo. Sus ánimos decayeron. Echo un vistazo hacia el sidecar. Ahí sentada Belldandy, con sus mejillas ligeramente sonrojadas y sus alegres ojos brillando. ¿A lo mejor se conocen? La mujer de pelo platinado avanzo a grandes pasos hacia Keiichi y Belldandy, su vestimenta larga y de aspecto exótico se movía mientras caminaba. También llevaba un emblema en la frente, aunque era diferente del de Belldandy. ¡¡Debe ser otra diosa!! Keiichi se controlo para no sorprenderse sin importar lo que sucediera después. Recordó el momento cuando el haz de luz había salido disparado de Belldandy. Pero lo que Belldandy dijo enseguida echo por tierra su determinación. “¡Urd! ¿Cuándo llegaste a la Tierra? ¡Ay, Keiichi-san, déjame presentarte! ¡Ella es mi hermana mayor, Urd!” ¿¡H-h-hermana mayor!? Por alguna razón, Keiichi sintió que se le congelaba la sangre. La felicidad efímera de Keiichi dio paso a la angustia. Después de haberse encontrado con dos diosas en menos de una hora, ya no estaba tan seguro si al fin y al cabo este era su día de suerte. ¿Era esto el presagio de algo realmente malo? ¿Tal vez ya no le quedaba mucho tiempo en este mundo? Su mente de pronto se lleno de miedos paranoicos-una reacción humana muy típica. Mientras luchaba desesperadamente por controlar su miedo, Urd lentamente volteo la mirada hacia él. Se sentía como si pudiera ver dentro de su corazón. “Este… a-ja…” Eso fue vergonzoso. Mientras Keiichi permanecía paralizado, incapaz de reaccionar, Urd le puso un pequeño pedazo de papel en la cara. “Sigue este mapa.”
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“¿Eh?” Esto era lo último que había esperado. Era un mapa detallado de una ruta que empezaba en el dormitorio. El camino era completamente desconocido para él, aun cuando había estado yendo al I.T.N. ya por algún tiempo. “¿… Templo Tarikihongan?” El destino final del mapa, marcado por una estrella grande, parecía ser un templo que se encontraba en lo profundo de las montañas. “¡Ay, Urd! ¡No tenia idea de que tuvieras contactos con templos en otros planos! ¿No es maravilloso, Keiichi-san? ¡Ya tenemos donde quedarnos!” Belldandy sonrío radiantemente. Cierto-era la salvación perfecta, considerando que habían sido echados fuera del dormitorio y que no tenían a donde ir. Keiichi todavía era incapaz de librarse de la sensación de total desconcierto… pero después de todo, se trataba de la hermana mayor de Belldandy. Seguramente no había nada que temer. “A-ja…” Se tranquilizo un poco y le sonrío a Belldandy con torpeza. Incluso las nubes de mal agüero que se habían juntado arriba se habían alejado hacia el norte, como si no pudieran convencerse de eclipsar a las diosas. Urd echo hacia atrás los mechones de pelo plateados revueltos por el viento y suspiro ligeramente. Luego agarro su escoba voladora, sentándose ágilmente en ella. Permaneció inmóvil en el aire, materializando las ideas preconcebidas de Keiichi de cómo se vería una hechicera. “¡Y no se pierdan en el camino!” les grito, echándole una mirada a Keiichi por ultima vez mientras se inclinaba hacia adelante lista para volar. Con una ráfaga de viento, desapareció en el cielo de la noche en un suspiro. Keiichi miraba fijamente con incredulidad-era como si hubiera despegado a la velocidad del sonido. “¡E-eso fue increíblemente rápido!” Comparado con el transporte de las diosas, su BMW se sentía como un medio muy inconveniente. “La escoba Stringfellow de Urd es asombrosa. ¡Es la mas rápida del Cielo!” Belldandy dijo con un tono de orgullo. Por primera vez Keiichi sintió un acceso de afinidad con su nueva acompañante. Era agradable saber que el cariño de hermanos era lo mismo entre dioses y mortales. “¿Nos vamos?” Piso el acelerador. “¡Si!” La BMW con el sidecar avanzo suavemente hacia el Templo Tarikihongan. Keiichi estaciono la moto al lado del camino y miro fijamente hacia arriba a los escalones de piedra que conducían a la entrada. “Supongo que es aquí.” El templo estaba casi a la mitad del camino subiendo una montaña pequeña, y las luces de la ciudad abajo resplandecían como brillo esparcido en el piso. Pero el área alrededor estaba poblada de árboles, haciendo que la oscuridad de la noche fuera incluso más densa. Pero Belldandy inhalo profundamente y subió corriendo alegremente los escalones de piedra. “Es un lugar maravilloso. ¡No siento ninguna maldad aquí!”
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Por alguna razón, el susurro de los árboles con el viento no era para nada un sonido siniestro. De hecho, parecía de algún modo reconfortante. El Gran Castillo, la casa, y los árboles dispersos que crecían ahí y allá dentro del espacioso terreno parecían ofrecerles a Belldandy y Keiichi una cordial bienvenida. “¡Que templo tan hermoso!” Belldandy contemplaba fija y tiernamente a los árboles. Estaban plantados con sus ramas elevadas hacia el cielo, esperando con ansias la llegada de la primavera. Sus ojos se posaron en un gran ciruelo con flores blancas. La mayoría estaban terminando de florecer, pero unos cuantos pétalos dispersos todavía colgaban de las ramas, llenando el aire con un dulce y fuerte aroma. “Keiichi-san, solo voy a platicar un ratito con este árbol.” “Bueno. Yo buscare a tu hermana.” Keiichi se encamino hacia la casa-era probablemente lo mejor el avisarle a Urd que ya habían llegado. No quería ser demasiado atento, pero deseaba hacer su mejor esfuerzo para causar una buena impresión. Al fin y al cabo, era la hermana mayor de Belldandy. Justo en el momento en que estaba a punto de abrir la puerta de la entrada del frente, se dio cuenta por primera vez de algo. El lugar parecía estar completamente abandonado-no solo la casa, sino todo el templo. Pero es un lugar tan elegante, y tan bien cuidado. El Gran Castillo proyectaba una silueta algo intimidante en la oscuridad, Keiichi contuvo el temblor de su cuerpo y de nuevo estiro la mano para abrir la puerta. En el momento en que estaba a punto de darle un buen empujón, está se deslizo de pronto abriéndose como si tuviera vida propia. “¡…!” La mirada sorprendida de Keiichi se encontró con una pequeña niña desconocida. El grueso pelo negro le colgaba hasta la altura de la cadera y tenia ojos negros grandes y redondos como los de un cachorrito. Pero el emblema en su frente le indicó que esta no era una niñita ordinaria. ¿¡No me digan… que esta niña es otra diosa!? Dispuesto a no ser intimidado por la niña que lo contemplaba dulcemente, hizo una reverencia y le dio su más amable saludo. “¡Hola, buenas noches, jovencita!” Desafortunadamente, pareció haber dicho lo contrario. “¡Jum! ¡Como te atreves a tratarme como a una niña!” la niña le gruño, cerrando la puerta de golpe de nuevo. “¡Ah! Eh… Keiichi estaba desorientado-había seguido las indicaciones que le habían dado, únicamente para ser recibido como un intruso. Mientras estaba parado analizando la situación, Belldandy se acerco por detrás de él. “¿Qué paso? ¿No esta Urd aquí?” Cuando ladeaba la cabeza así, era tan bonita como un pajarito. Por un momento, Keiichi se vio perdido en su belleza. Apresuradamente, recupero la compostura. “Ah, este, no la he encontrado todavía. Pero esta una niña mas pequeña…” Mientras esforzaba por explicar, la puerta se abrió de golpe una vez más. “¿Y ahora que?”
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Parecía incluso más amenazadora que antes, y Keiichi empezó a echarse para atrás. Pero cuando la mirada de la niña se poso en su acompañante, la expresión rápidamente se convirtió en una sonrisa de alegría. “¡Belldandy! ¡Ay, querida Onee-sama!” Empujo a Keiichi hacia un lado y arrojo sus brazos alrededor de Belldandy. “¡Ay, Onee-sama, me alegra mucho que estés aquí! ¡Tenia tanto miedo!” ¡De un cachorro de tigre a un cordero en un parpadeo! “¡Skuld! ¿También estas aquí? ¿Qué esta pasando?” “Urd me trajo aquí sin decirme nada. ¡Ni siquiera me pregunto! Pero dijo que podría verte… entonces yo…” La voz de Skuld se arrastraba por las lágrimas, Belldandy le acaricio el pelo tiernamente. La hermanita de Belldandy. ¡Así que son tres! No… son diosas, después de todo… ¡quizá incluso haya mas! En la mitología, los dioses siempre tienen familias numerosas… Keiichi decía pensativamente para si mientras imparcialmente observaba la reunión llena de sentimiento de las hermanas. Estaba sorprendido de que cuan indiferente estaba por la aparición de otra diosa más. “¿Cuánto tiempo mas planean quedarse así parados platicando en la puerta? ¿Por qué no se meten?” Finalmente, la voz de la persona que habían estado buscando, Keiichi miro detenidamente hacia adentro y vio la impaciente cara de Urd mirándolos fijamente desde un cuarto al final del pasillo. Los tres se quitaron los zapatos.
*** Una puerta corrediza de papel permanecía abierta al final del largo pasillo, y la luz se filtraba del cuarto, iluminando tenuemente el oscuro corredor. Era un cuarto sencillo de tamaño mediano: ocho tatamis. Había una televisión cerca de la pared. En medio del cuarto estaba una mesita de medio uso en buenas condiciones, y en la pared opuesta a la TV, había una alacena china que llegaba a la altura del pecho. El cuarto tenía una ambiente de mediados de siglo que le daba un aire un tanto nostálgico. “¡Pero que lindo cuarto!” Belldandy echo un vistazo alrededor. Entonces sus ojos se posaron en la cocina, la cual tenía una estufa antigua y un fregadero de azulejos. “¡Voy a preparar un poco de té!” dijo, yendo de prisa hacia la cocina. “…” Sin su presencia unificadora, el ambiente en el cuarto del té se puso tan tenso que incluso el tic-tac del reloj se sentía agobiante mientras los tres ocupantes restantes estaban callados. Keiichi echaba un vistazo distraídamente alrededor del cuarto, buscando algo para iniciar una conversación. Su mirada se poso sobre varias fotografías enmarcadas encima de la alacena. Tranquilamente, estiro la mano para agarrar una. Sus dedos temblaron. “¡¡…!!” Sentado al lado de una alegre Belldandy, rodeada por unas sonrientes Urd y Skuld, estaba ningún otro que él mismo. ¿Y esto?
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Su corazón le latía violentamente en los oídos. ¿Qué estaba haciendo él en una foto con Belldandy, y sus hermanas-cuando las había conocido por primera vez hoy? No tenía ni el más vago recuerdo de haberse tomado esa foto. Empezó a sudar profusamente y su boca se puso demasiado seca para poder hablar. Si les preguntaba a las diosas sentadas detrás de él, podrían darle algunas respuestas. Pero de algún modo, esa posibilidad era incluso más atemorizante. Lucho para contener su miedo y actuar con naturalidad. “Caray, ha sido un día bastante pesado…” dijo, medio para si, con un tono dos octavas demasiado alto. “¡Ja-ja-ja-ja! ¡Creo que ya estoy cansado!” Lo mejor que podía hacer ahorita era no pensar en ello. Con exagerada tranquilidad, se dirigió lentamente hacia la puerta. Urd lo observaba fríamente, entonces se puso de pie y lo agarro del brazo. “¡¿…?!” “Te mostrare tu cuarto.” ¿Estaba siendo amable o solo estaba asegurándose de que no huiría? Todavía agarrándolo del brazo, Urd llevo a Keiichi hacia el pasillo. Abrió una puerta corrediza de papel al lado de un letrero que decía “Taller de K1.” Adentro, Keiichi fue recibido por la visión de su escritorio y su futon-y todas y cada una de sus pertenencias que tenia. Todas esas cosas habían estado en el dormitorio de Nekomi apenas hace un rato. ¡Ja-ja-ja-ja-ja! ¡Esto ya es demasiado! Keiichi no podía soportarlo más. Su cerebro estaba sobrecalentándose. “Que descanses.” Se desplomo sobre el futon antes de que la puerta de papel se cerrara de un golpe. “¡Ah, esto si que es vida!” Skuld se tomo su segunda taza de té con placer. El cuarto del té estaba lleno con el rico aroma de Earl Grey. “¿Creen que Keiichi-san este bien?” Al haber escuchado que Keiichi estaba cansado y que se había ido a dormir temprano, Belldandy dirigió una mirada de preocupación hacia el cuarto. Pero Skuld estaba en modo total de cachorrito, rehusándose a estar separada de Belldandy ni siquiera un segundo. “¡Él esta bien, Belldandy! Tengo cosas mas importantes que quiero platicar contigo.” Las hermanas platicaron y se relajaron las dos por un rato, disfrutando del té. Después de un rato, Belldandy miro a Urd, quien había estado observando a sus hermanas menores en silencio. “Urd…” la miro fijamente a su hermana mayor con sus ojos color azul lavanda. “¿Ya estas lista para decirnos que esta pasando?” “…” Belldandy se paro y tomo la fotografía encima de la alacena. “No fue una casualidad el que te aparecieras y nos trajeras aquí. Esta foto y todo aquí me esta indicando eso.” Urd se puso rígida. Aquí viene. Esto era lo que había planeado-pero, muy para su desilusión, una parte de ella todavía era ambivalente. Bajo la cabeza, luchando con sus emociones en pugna. Sus manos, entrelazadas sobre la mesita, temblaban ligeramente. “Urd…”
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Los dedos pálidos de Belldandy rodearon los bronceados de Urd. Su mirada tranquila y sonrisa serena estaban llenas de fortaleza-estaba lista para enfrentar lo que fuera. Skuld las observaba ansiosamente, y Urd la acaricio suavemente en la cabeza. Entonces, haciendo surgir su decisión, asintió. “Síganme.” El Gran Castillo proyectaba una figura majestuosa con la suave luz de la luna. Sus pesadas puertas dobles crujieron suavemente mientras daba la bienvenida a las diosas adentro. Ninguna luz de la luna llegaba al interior, y la oscuridad era tan negra como la tinta. “Si que esta oscuro aquí…” Skuld dijo con voz asustada. Belldandy entono melódicamente un rápido hechizo. Entre sus manos extendidas, hizo aparecer una esfera de luz del tamaño de una naranja y la lanzo al aire. Con un gesto de su mano, la esfera se convirtió en miles de diminutas luciérnagas. Las diosas se arrodillaron en la entrada. La suave luz de las luciérnagas iluminaba el área de la base de una estatua de oro brillante de la diosa Kanon13. “¿Urd, eso es…?” Belldandy frunció el ceño y miro fijamente. “Si. Una Mandala de Despertar Espiral,” Urd respondió suavemente, contemplando fijamente el intricado circulo mágico que se extendía a lo largo del piso. Estaba prohibido incluso para los dioses investigar el futuro. Pero con la excepción de ciertos eventos prohibidos, no era contra las reglas el investigar el pasado. Todas las Diosas de Primera Clase tenían métodos únicos que les permitían recordar el pasado. Peorth, por ejemplo, usaba un animal: el ave Vanir. Cuando éste se posaba encima de la cabeza de alguien, traía y volvía a presentar los recuerdos del pasado. Pero las Diosas del Tiempo-las tres hermanas y solamente ellas-tenían una clase especial de magia. La memoria difiere de persona a persona, basada en los sucesos que le han acontecido a esa persona-pero esta magia permitía a las hermanas sincronizar sus recuerdos. Es decir, podían recordar todos y cada una de las sensaciones y percepciones de sus experiencias pasadas y compartir esa información entre ellas. “Con base en mi memoria, podemos revivir los recuerdos. Excepto ese…” Una imagen del Ragnarok, la destrucción del Cielo, se reflejo en la mente de Urd. Ese fue el día en que Keiichi, quien se había convertido en una singularidad y desaparecido del plano terrestre, provoco la destrucción de Yggdrasil. En ese terrible día, como ultimo recurso, regresaron a un bicho inyectado con una vacuna anti-viral. El intento tuvo éxito-increíblemente, Yggdrasil fue restablecido a un punto de restauración, y la paz y la tranquilidad regresaron al Cielo. “Cuando se restauro el sistema, nuestros recuerdos fueron restaurados también. En consecuencia, nadie en el Cielo recordaba… nadie excepto yo.” “¿Pero por que?” “Yo que se. Creo que probablemente fue la obra de mi sangre de demonio.” Cuando Urd descubrió que ella sola conservaba sus recuerdos, su sorpresa fue dejada atrás por una insondable sensación de soledad. “Urd…” Sus ropas se agitaban mientras avanzaba a grandes pasos hacia el centro de la mandala. 13
Diosa budista de la misericordia y de las 11 caras.
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“He estado esperando todo este tiempo por el día en que cerraras tu contrato con Keiichi, Belldandy.” Al principio, los recuerdos habían sido desconcertantes, pero con el tiempo, esa sensación se había convertido en algo especial. “Dijiste que creías que había esperanza, Belldandy. Sabia sin lugar a dudas que era mi misión el ayudarte a hacer realidad esa esperanza.” Ese era el por qué había bajado a la Tierra por su cuenta, restaurado el templo a su antiguo estado, y esperado. Pero el recordar el pasado no solo les traería a sus hermanas únicamente alegría, sino también sufrimiento. Era este temor lo que todavía la atormentaba. “Gracias, Nee-san.” Belldandy puso su mejilla contra la espalda de Urd, abrazándola suavemente. “¿Sabes que creo?” le dijo. “Creo que retuviste tus recuerdos porque los necesitabas. No creo que sea un asunto de sangre de demonio o de diosa… creo que es algo mucho mas grande que eso.” “Belldandy…” Lentamente, la preocupación del corazón de Urd empezó a atenuarse. “Así que no te preocupes. Muéstrame tus recuerdos, Urd… muéstrame mi pasado.” La calidez del cuerpo de Belldandy le dio fuerza. “De acuerdo.” Las dos diosas se miraron mutuamente a los ojos. “¿Skuld? ¿Y tu que dices?” dijo Urd. La más joven de las diosas había estado escuchando la conversación en silencio, su expresión todavía de miedo. Aun no comprendía del todo la situación. Pero aunque era joven, todavía era la Diosa del Futuro. En el fondo de su corazón, sabia que lo correcto era seguir a sus hermanas. Saco el pecho, indignada porque Urd le hablaba en semejante tono tan dulce. “¡Sí Belldandy lo va hacer, yo también lo haré! ¡Y no me trates como a una niña!” “¡Bien dicho! ¡Manos a la obra entonces!” El intrincado diseño de la mandala contenía los emblemas del pasado, presente y futuro. Las tres diosas tomaron sus posiciones, sincronizaron su respiración, y lentamente alzaron sus brazos. “Skuld, tu sígueme.” “Si, Onee-sama.” El hechizo seria una pesada carga para la joven Skuld. Belldandy le hizo un guiño a Urd. Mientras Urd cantaba, los emblemas en la frente de las tres hermanas empezaron a brillar. El hechizo fluía como una canción. Los tres rayos de luz se cruzaron y se volvieron uno. La luz emitió una deslumbrante ráfaga de blanco, envolviendo a las tres diosas.
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Estaban flotando en un mar de luz. Las ondas resplandecientes avanzaban y retrocedían, retrocedían y avanzaban. Cada vez que las ondas las bañaban, los recuerdos brotaban como flores. Los ojos de Belldandy se llenaron de lágrimas. “… yo…” La luz se apaciguo rápidamente y Belldandy lentamente abrió los ojos. No podía ver bien a través de las lágrimas que salían. Pero no eran de dolor o de tristeza. Su corazón estaba rebosante de alegría porque Keiichi estaba vivo. “Urd… tengo que ver a Keiichi-san…” Con sus recuerdos restablecidos, Belldandy quería ver ese amado rostro. Tenia que verlo por si misma una vez mas, ver que estaba con vida y a salvo. Urd asintió en silencio, abriendo las puertas de par en par con un hechizo mágico. Belldandy salio volando del Gran Castillo como el viento. Bien. Urd tuvo únicamente un segundo para sentirse aliviada antes de que se sobresaltara por el sonido de algo golpeando el piso. Se dio la vuelta para ver a Skuld tirada a la mitad de la mandala, sus hombros se movían mientras se esforzaba por recuperar el aliento. “¿Skuld… estas bien?” La respuesta de Skuld fue brusca. “¡M-m-mejor que nunca! ¡E-eso fue pan comido!” ¡Lo hiciste bien, niña! Urd sonreía con ironía ante la visión de la pose de su pequeña hermana y extendió su puño derecho hacia la pequeña diosa. “¿Eh?” Instintivamente, Skuld asumió una posición de pelea anticipando un golpe. Pero cuando Urd abrió su puño, se quedo boquiabierta por la sorpresa. “¡Ay, Urd! ¿Esto es…?” “Es una recompensa por tu buen trabajo.” Un diminuto huevo blanco brillaba en la palma de Urd. “¿De verdad no hay problema?” Al igual que Belldandy, Skuld inmediatamente había pensado en alguien especial cuando todos sus recuerdos volvieron. Su ángel complemento-no, el ángel que era una parte verdadera de su ser. Cuidadosamente, estiro la mano para tomar el huevo. Respiro profundamente y se lo paso de un solo trago. Su cuerpo se lleno de calor y luchaba por respirar. Pero incluso el dolor le trajo alegría. ¡Pronto estaremos juntas! Después de un momento, diminutas alas blancas crecieron rápidamente en su espalda. En una explosión de alas, un ángel de pelo rubio y ojos azules nació. “¡Noble Scarlet!” Skuld abrazo a su ángel con profundo cariño. Lagrimas de felicidad corrían por su cara. Ahora todo esta como antes. Urd suspiro un poco aliviada mientras salía del Gran Castillo en silencio. La luna menguante brillaba blanqui-azul en el claro cielo índigo. Urd se sentó en la base del gran ciruelo de flores blancas y exhalo profundamente. Se sentía bien-la sensación de haber llevado a cabo su misión, mezclada con la fatiga que
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venia después de la ejecución de un hechizo de alto nivel. Una brisa nocturna jugueteaba con su pelo de aroma dulce. En ese momento, de la nada, una lluvia de pétalos rosados cayó flotando. Bailaron en la palma de su mano-pétalos de flores de cerezo. “El poder de una diosa es el poder del amor…” Una rama de un árbol de cerezo cercano estaba floreciendo. Urd contemplaba fijamente la casa, donde Belldandy estaba y sonrío. La primavera ya estaba llegando.
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CAPITULO DOS H A R U B I – D I A D E P R I M A V E R A Din… don… din. Desde su cuarto, Keiichi apenas podía escuchar el sonido de la alarma del reloj que estaba colgado en el cuarto del té. Aparto la mirada de su tarea. Las tres de la tarde… Belldandy debe estar sirviendo el té. “Bien podría tomarme un descansito…” Puso encima del escritorio su lápiz de puntillas, se estiro, y lentamente se puso de pie.
Los mortales tienen asombrosos poderes de adaptación. Sin darse cuenta, dos semanas habían transcurrido desde la noche en que se desmayo a causa de la conmoción. Hubieron muchas otras pequeñas sorpresas desde entonces, pero de alguna manera había conseguido acostumbrarse a vivir con las tres diosas. Supongo que todo mundo tiene su punto de quiebre. Viviendo en un espacioso templo con unas diosas… ¿realmente de que podía quejarse? Tarareaba mientras abría la puerta del cuarto del té. Sobre la mesita, una humeante taza de té y un tazón de chazuke-arroz con té-ya lo esperaban. El tentempié de hoy en la hora del té son galletas Nambu Senbei , observo. Belldandy siempre servia un postre especial a la hora del té, y nunca era el mismo dos días seguidos. Pone tanta dedicación en cada pequeño detalle , Keiichi pensaba con cariño. Mientras disfrutaba de este sencillo placer que se había vuelto parte de su vida diaria, Belldandy ponía agua de la llave caliente en la tetera, levanto la cabeza y le sonrío. “¡Aquí tienes!” “Gracias.” Rápidamente, Keiichi levanto su taza de té. “¿Puedo?” “Claro.” El cuarto estaba en silencio, excepto por los sorbos que le daba al té. Keiichi todavía se sentía algo incomodo cuando estaban solos los dos. Miraba discretamente a Belldandy. Era tan hermosa, modesta y amable. Habría estado agradecido de solo tener la dicha de su compañía, pero además de eso, le preparaba comidas de variados platillos todos los días, y también era muy hábil con los quehaceres de la casa y el lavado de la ropa. Era perfecta en cada aspecto. Mujeres como ella eran difíciles de encontrar hoy en día. No obstante…
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Debería estas más que satisfecho… y sin embargo, se veía esperando por más. Estaba bien consciente de que ya se estaba quedando para vestir santos. Pero era un hombre saludable… y ahí estaban, viviendo bajo el mismo techo. Si solamente pudiera acercarse más a Belldandy, aunque fuera solo un poquito. No espero que sea mi amante… ¿pero tal vez estaría dispuesta a ser mi novia? Con ese deseo ardiente en su corazón, Keiichi bajo los ojos hacia su té verde. Una hoja del té estaba flotando encima, un augurio muy favorable. ¡Si! ¡Es una señal! ¡Tengo una posibilidad! Su corazón latió a ritmo acelerado, pero inmediatamente contuvo su euforia. Estoy tomando el té con una diosa… ¡pero claro que la hoja del té esta flotando! Suspiro, su ánimo decayó. En ese mismo momento, se dio cuenta de que estaba siendo observado. Levanto la cabeza, y sus ojos se encontraron con la atenta mirada de Belldandy. ¡Ah, caramba… me estaba observando! Era bastante penoso tener a alguien observando la confusión emocional interna en toda su cara, y tenia la sensación de que ella podía ver dentro de su corazón, todo su cuerpo se lleno de vergüenza. Rápidamente se tomo la taza de té de un solo trago y le paso la taza a Belldandy. “¿Puedes servirme otra taza?” El calor hizo que sus ojos lagrimearan-el té le había quemado la boca. Sin embargo, sonrío forzadamente e hizo la expresión mas tranquila posible. Orgullo masculino-era algo triste. ¡Brrrrrinnng! En ese momento el reloj de la cocina sonó. “Los mufins deben estar listos.” Belldandy estaba en su habitual personalidad sonriente. Era imposible saber si estaba o no consciente de lo que pasaba por la mente de Keiichi. “¿Keiichi-san, quieres uno?” “¡Claro que si!” “¡Ahorita los traigo!” Keiichi observo a Belldandy desaparecer dentro de la cocina llevando la taza vacía. Si, de verdad era un tipo con suerte. Y prometió quedarse conmigo para siempre… Recordando que su deseo había sido aceptado, se hizo para si una doble señal de ánimo secreta. No hay necesidad de apresurar las cosas… El interior de su boca todavía le hormigueaba. Cuando Belldandy abrió el horno, una dulce fragancia inundo la cocina. Sin levadura, de arándano, con semillas de ajonjolí… puso los humeantes mufins en una canasta. “¡Mmmm, huelen rico!” Saco un bote de margarina del refrigerador. Estaba a punto de estirar la mano para agarrar la mermelada de naranja, pero entonces se detuvo. No-a Keiichi-san la gusta mas la mermelada de fresa. Cerro la puerta del refrigerador y saco un frasco nuevo de mermelada de fresa de la parte de atrás de la alacena. Ay, Keiichi-san…
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Acuno el frasco suavemente con ambas manos. Incluso estos pequeños recuerdos se sentían como tesoros preciosos. Quería ver la cara sonriente de Keiichi, quería hacer mas cosas que lo hicieran feliz. Los recuerdos del pasado llenaron su corazón de satisfacción. Sin tan solo pudiera dejarse llevar… No. Negó con la cabeza como si sacudiera ese deseo. Miro fijamente el frasco, luego lo puso con calma en la bandeja. Después de recuperar los recuerdos, Belldandy había bloqueado esos sentimientos mientras contemplaba el rostro dormido de Keiichi. Tenia que mantenerse a distancia de él en sus encuentros, para asegurarse de no repetir el mismo error. Jure protegerlo sin importar que. Suavemente cerró los ojos y respiro profundamente. Agarro esos dulces sentimientos que habían brotado dentro de ella y los sello herméticamente dentro, aconsejando a su corazón que los vigilara bien. Soy Belldandy, una Diosa de Primera Clase. Su rostro recupero esa seria compostura. Alzo la bandeja y suavemente abrió la puerta. “¡Aquí tienes!” “¡Ay, querida Onee-sama! ¡Hiciste mufins!” Un grito de expectación recibió el regreso de Belldandy. La más joven de las diosas, atraída por el olor, esperaba ansiosamente en el lugar acostumbrado de Keiichi. “¡Pero Skuld!” Belldandy se sentó al lado de su hermana, quien estaba visiblemente lista para empezar a comer. “¡Bien sabes que no necesitamos comer!” Belldandy la regaño. “Pero Belldandy…” Skuld resoplo inflando los cachetes y frunciendo el ceño. Keiichi observaba en un lado, su lugar usurpado por Skuld. “¿Cómo esta eso de que no necesitan comer?” se metió en la conversación. Era verdad-en el tiempo en que habían vivido juntos, Belldandy nunca había comido con Keiichi. Pero él había asumido que simplemente estaba siguiendo la antigua tradición japonesa de comer por separado, después de que el hombre de la casa hubiera terminado. Ciertamente nunca sospecho que ella podría no estar comiendo para nada. “¿Quieren decir que todo este tiempo, no han comido nada de nada?” “Así es.” Belldandy recordó la ultima vez, cuando Keiichi había mostrado una sorpresa similar al hacer el mismo descubrimiento. Sintió una sensación de déjà vu mientras empezaba a explicar. “Para que los mortales como tu puedan vernos, las diosas mantenemos nuestras formas al estar regenerando continuamente nuestra composición molecular. La energía que necesitamos para hacer esto-y la que necesitamos para sobrevivir-es suministrada por Yggdrasil, el sistema que controla el Cielo. Por esta razón no necesitamos comer.” “… ah.” “Claro, podemos comer y disfrutar de la comida. Pero es una falta de respeto para los alimentos el que los comamos aunque no los necesitemos como energía. Por esta razón, trato de no comer tanto como sea posible.” “… ah.”
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“Pero cuando nuestros niveles de energía se reducen dramáticamente, como después de usarla en un hechizo de alto nivel, es posible para nosotras el recuperar esa energía usando fuentes alternas de este plano. Yo requiero del sueño, Urd bebe sake japonés, y Skuld come helado.” “¡Ah!” Finalmente, todo encajaba. En ese momento, Keiichi sintió una ola de culpabilidad de que Belldandy había estado cocinando exclusivamente para él… y un arranque de profunda gratitud. ¡Estos mufins, también habían sido preparados única y exclusivamente para él! “Ya lo se. Pero Onee-sama…” Skuld había estado escuchando en silencio, pero ahora empezaba a protestar de nuevo. “¡No es justo!” “Skuld…” “¡Únicamente Keiichi disfruta de tu comida! ¡No es justo! ¡Quiero comer de lo que tú haces! ¡Ándale Onee-sama, ¿siiii?!” Skuld suplicaba, poniendo sus manos juntas. Le recordó a Keiichi a su propia hermana pequeña. Aparentemente las relaciones de hermanos eran las mismas tanto para dioses como para mortales. “… los disfrutaría mas si pudiéramos comerlos juntos,” propuso. “Keiichi…” Skuld miro fijamente a Keiichi con sorpresa ante el inesperado gesto. Por un breve instante, su rostro reflejo gratitud, pero entonces inmediatamente volvió a su expresión normal de triunfo. “Bueno, supongo que si eso hace feliz a Keiichi, bien podría ayudarle a comer sus mufins…” Belldandy no pudo evitar el sonreír-Skuld había cambiado completamente el rumbo de su discusión. “¡Ganaste, Skuld!” Con cuidado, puso un plato pequeño, un cuchillo y un tenedor enfrente de Keiichi. “¡Entonce ve y trae tu plato!” “¡Si señora! ¡Mmm, creo que voy a comer el mío con helado!” Los mufins de Belldandy quedarían perfectos con su helado favorito, el cual tenía guardado en el congelador. Skuld fue corriendo hacia la cocina. Belldandy y Keiichi intercambiaron sonrisas forzadas ante la despreocupación de la pequeña diosa. “Discúlpala, Keiichi-san.” “¡No te apures! También tengo una hermana menor, ¡así que ya estoy acostumbrado!” Por un breve instante, se sintió como si sus corazones estuvieran latiendo en perfecta armonía. “Belldandy…” En el momento en que el corazón de Keiichi estaba a punto de atreverse a dar un paso más, una voz más alegre que el sol tropical lo interrumpió. “¡Listo!” una alegre Skuld regreso de nuevo al cuarto y se dejo caer justo en medio de Keiichi y Belldandy. Hablando de apariciones inoportunas. No hay problema. Tenemos todo el tiempo del mundo. Paciencia Keiichi, paciencia… Keiichi le mandaba mensajes de ánimo a su propio corazón herido. El vapor de los mufins parecía picarle los ojos. “¡Esto se ve delicioso! ¡Gracias, Belldandy!” Skuld exclamo. Divididos entre los dos platos, los mufins despedían un aroma seductor. El plato de Skuld estaba lleno de helado. Ésta empezó a comer inmediatamente. El frío helado se mezclo con el caliente mufin en su boca. “¡Gracias, Belldandy! ¿Puedo?” Keiichi dijo. “¡Claro! ¡Ah! Supongo que el té negro acompañaría mejor a los mufins, ¿verdad?”
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“Bien pensado. En serio te gusta el té negro, ¿o no, Belldandy?” “Si, mucho. Iré a preparar un poco. Si quieres empieza a comer.” “¡Bien!” En un abrir y cerrar de ojos, Skuld ya estaba comiendo su segundo mufin. Apresuradamente, Keiichi estiro la mano para agarrar uno, también, y estaba casi a punto de hincarle el diente al dulce postre… “¿Qué, no hay nadie en casa?” una voz grito desde la puerta del frente. Pero que oportuno, otra vez. “Eh…” La boca de Skuld estaba llena con el mufin. Keiichi no creía que ella podría (mucho menos estaría dispuesta) pararse y ver quien era. Y Belldandy había ido a la cocina a preparar el té, así que difícilmente podría esperar a que se encargara de otra tarea. Suspiro, regreso el mufin al plato con el corazón afligido, y a regañadientes se dirigió hacia la puerta. “¿Si? ¿Quién?” No pudo reprimir un tono de enojo en su voz. Pero el visitante parado en la puerta lo saludo con alegre entusiasmo. “¡Hola!” ¡Hablando del rey de Roma! ¡La pequeña hermana que acababa de mencionar momentos antes estaba parada justo enfrente de él! “¡Megumi!” corrió hacia ella. “¿Qué estas haciendo aquí?” “¿Qué que hago aquí? ¿Es todo lo que vas a decir?” Megumi bajo la mochila grande que estaba cargando en su hombro. “No sabia que te habías cambiado, así que fui al dormitorio de Nekomi… y me dijeron que te encontraría aquí. ¡Este lugar si que esta lejos del dormitorio, sabias!” “Ah, perdón… las cosas han estado un poco complicadas últimamente…” Keiichi había estado tan ocupado acostumbrándose a su nueva vida con las diosas que no pensó en avisar de su cambio de domicilio. “Tuve que arrastrar esta mochila todo el camino colina arriba…” Megumi no había terminado de quejarse. Pero el resto de su discurso fue interrumpido pronto cuando su mirada se poso en la chica de pelo color castaño claro en el pasillo detrás de Keiichi. “¡¿?!” “¿Keiichi-san? ¿Tenemos visitas?” Belldandy pregunto. “¡Si!” Keiichi dijo. “K-Kei-chan…” Megumi se quedo callada por un momento. Miraba fijamente a su hermano con los ojos muy abiertos por la sorpresa. Oh-oh. ¿Cómo rayos podría explicarle esto a Megumi? Por supuesto que no podía decirle la verdad. Frunció el ceño, presa del pánico. Mientras estaba parado ahí devanándose los sesos, Megumi le dio unas palmadas a su hermano en la espalda. “¡Bien por ti, Kei-chan!” “¿Eh?” Megumi dejo escapar una carcajada alegre y sincera. Siempre había estado preocupada por su aburrido y casi solteron hermano mayor, y estaba que no cabía en si de contenta por este nuevo cambio. Desde que Keiichi se había salido de la casa, no había tenido ninguna noticia alentadora de él. Cuando se entero que
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estaba viviendo en un templo, Megumi hasta se pregunto si tal vez había ido a unirse al sacerdocio Budista. Pero ahí estaba, viviendo con una chica que era una verdadera bellezaincluso para los estándares de las de su género. “¡Caray, esto es genial! ¡Tu primavera por fin ha llegado, Kei-chan!” Justo en el momento en que estaba empezando, Megumi fue pronto interrumpida otra vez. En esta ocasión, por una jovencita de pelo negro, sosteniendo un plato con mufins y helado con una mano. “¡Si no te apuras, me voy a comer también los tuyos, Keiichi!” Una vez mas, miro fijamente y con asombro a su hermano. ¿La tardía primavera de Keiichi ya había pasado al verano? ¿Un triangulo amoroso? No, la chica era demasiado joven. ¿Su hija, entonces? No, era demasiado grande para ello. Su sonrisa se desvaneció-su cerebro estaba completamente sobrecargado. Fue Belldandy quien, sonriendo dulcemente, le hizo la invitación a la confundida Megumi. “¿Por qué no entras?” De alguna manera, la amable voz de Belldandy y apacible cordialidad consiguieron sacarla de su confusión. “Este, gracias…” Megumi se quito los zapatos, y dejo que la hicieran pasar adentro. “¡Órale, pero que sorpresa! ¡Nunca imagine que estuvieras viviendo con extranjeras, Keichan!” Al principio, Megumi se mostró escéptica de la explicación que Keiichi le invento sobre el compartir casa en un templo con hermanas extranjeras que habían venido a Japón a aprender sobre la cultura Japonesa. Pero de alguna manera, se las arreglo para convencerla. ¡Fiu! Keiichi suspiro aliviado. Al final, las dos parejas de hermanos terminaron sentándose alrededor de la mesita todos juntos, haciendo las presentaciones correspondientes. ¡Nunca había un momento aburrido cuando se vive con unas diosas! “¿Y bien, que estas haciendo aquí tan de repente, Megumi?” Después de todo, la repentina visita de Megumi fue la que había provocado toda esta crisis. Megumi golpeo con el puño la palma de su mano como si de repente se acordara de algo, “¡ay, cierto!” dijo despreocupadamente, como si todo el asunto no tuviera nada que ver con ella. Busco desordenadamente dentro de su mochila y saco un sobre color manila. “Se supone que te traía esto.” “¿…?” Dentro del sobre estaba una carta cuidadosamente doblada que tenia escrito un mensaje conciso. “Por favor, cuida de tu hermana mientras esta en la ciudad para su examen de admisión.” Era de la madre de K eiichi, eiichi, Takano, quien nunca se había andado con rodeos. 1 “Ah, y hay 40,000.00 yenes ” Un fajo de billetes venia adentro, era para cubrir los gastos de Megumi. “¿Así que vas a presentar examen?”
1
$ 3,980.00 pesos, Tipo de Cambio ¥ 1.00 - $ 0.0995
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Con sus propios exámenes encima, el examen de admisión parecía como un fenómeno distante para Keiichi. Especialmente cuando se trataba de su hermana menor, quien de todas maneras, siempre había sido mejor de lo que él había sido en la escuela. “¿Y cuando es?” “La siguiente semana.” “¿Para cual escuela?” “¡Buenas a todos!” Sin previo aviso, la puerta del cuarto del té se abrió de lado enérgicamente, interrumpiendo la plática de Keiichi y Megumi. La recién llegada hizo una entrada espectacular, echando hacia atrás su pelo plateado y bostezando lánguidamente. “¡¿P-pero quien…?!” ¿Otra paisana de las hermanas extranjeras? Megumi miraba embobada a esta nueva personalidad. La bata de algodón arrugada estaba ceñida peligrosamente debajo de ese generoso pecho, y la expuesta piel bronceada era irresistiblemente sexy y flexible. Keiichi y las demás ya estaban acostumbrados, pero este primer encuentro era un poco abrumador para Megumi-que aunque las dos eran mujeres, no estaba segura de hacia donde mirar. Pero Urd se sentó en el círculo alrededor de la mesita y empezó a hablarle a Megumi como si fuera una vieja amiga. “¡Que onda, Megu! ¡Que milagro! ¡Hace tiempo que no te veíamos, me preocupaba que estuvieras enferma o que te hubiera pasado algo!” “¿Eh?” “Ah, cierto… has estado ocupada con el Festival Escolar de Nekomi, ¿verdad?” Sus ojos estaban soñolientos y apenas se veía despierta. Su línea temporal interna estaba revuelta totalmente. “¿… y como les fue? ¿Tuvo éxito el puesto del club de softbol? Espérate, tuvieron un partido a puerta cerrada, ¿verdad?” ¿ver dad?” “Urd…” Belldandy trato de hacerla callar, pero el cerebro de Urd todavía estaba en el modo de sueño MOR. Siguió hablando y hablando sobre cosas que habían sucedido, para ella, en el pasado. Entre tanto, Megumi se veía como si hubiese visto a un fantasma. No solamente esta persona sabia su nombre-aun cuando nunca antes se habían conocido-sabia que iba a presentar examen de admisión para el Tec de Nekomi, y hablaba como si supiera que iba a ser aceptada. “¿C-como supo mi nombre? ¿Y que voy a presentar examen para el I.T.N.? ¡… ni siquiera se lo he dicho a Kei-chan todavía! ¿Y… voy a pasar el examen?” Esa era la pregunta de los sesenta y cuatro mil yenes2 . Megumi se trago su miedo y se inclino hacia delante con expectación. Esto era un desastre. Si alguien no detenía a Urd, no había forma de saber lo que podría decir. Frenéticamente, Belldandy trato de traer a su hermana de vuelta a la realidad. “¡Nee-san!” Agarro del brazo a Urd y envió ondas de energía hacia su hermana. Una sensación como una ráfaga de viento avanzo hacia delante desde el pecho de Urd y se extendió a través de todo su cuerpo, despertándola de su estado como de sueño. 2
Alusión al programa del concurso de los sesenta y cuatro mil pesos, en ingles: el premio de un millón de dólares.
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“¿Eh… ah? ¡Ja-ja-ja-ja!” No fue su intención, pero no había forma de retractarse de las cosas que dijo. Cuando Urd vio las expresiones en los rostros de sus hermanas, se sintió incluso peor. “Este, bueno, buenos días de nuevo…” Sorprendentemente, fue Megumi la que disipo la pesada tensión. “¡Eso fue asombroso! ¡Le atinaste a todo!” exclamo, mirando a Urd con algo que rayaba en la admiración. “¿Este, Urd? ¿Eres… adivina?” La pregunta salio de su boca antes de que pudiera corregirla. “¡¿Eh?!” “¡Si! ¡Es la Adivina Dormida-Confundida!” Skuld trato de arreglarlo frenéticamente para poner la situación bajo control. “Este, veras… a veces, cuando esta durmiendo, Urd puede ver el futuro… digo, puede adivinar el futuro. Así que supongo que tuvo un sueño sobre tu futuro, ¿verdad, Urd?” Esto era realmente exagerado, y por un momento, un silencio tenso lleno el cuarto. Pero por extraño que parezca, parez ca, Megumi exclamo con júbilo. “¡Increíble! ¡Eso es suuuper genial!” Misión cumplida. Se había creído toda la historia. “Entonces, a ver ¿… no sabes que va a venir en el examen también?” Megumi fue directo al grano. Los aspirantes no podían pensar más que en otra cosa. “Ay, bueno, eso es pedir demasiado… pero soy un as no conocida en química, así que puedo ayudarte a estudiar.” El cúmulo de conocimientos de una diosa era incomparable con los de un mortal. Urd le hizo a Megumi un guiño de orgullo. “¿Ah, si? Bueno, pues yo soy una genio en matemáticas y física-¡y en cualquier otra materia técnica que menciones!” Aunque Skuld era joven, tenia habilidades que rivalizaban con aquellas de un estudiante de postgrado. “¡Es grandioso! ¡Me queda una semana mas, así que le echare todas las ganas!” “¡Muy bien!” Antes de que Keiichi se diera cuenta, las tres chicas ya eran grandes amigas. Irónicamente, él era el único que se sentía como un extraño. No que me moleste, dijo para si. Keiichi pasó la semana en ascuas, con miedo de que Megumi descubriera la verdad sobre las diosas… pero para el resto de los habitantes de la casa, el tiempo paso volando. El árbol de ciruelo se había despojado por completo de sus flores y ya estaba listo para echar nuevos brotes, y los capullos estaban empezando a crecer en el árbol de cerezo. Un hermoso día japonés de primavera despejado. El cuchillo de Belldandy sacaba una cancioncilla rítmica dando golpecitos sobre la tabla de picar. Muy pronto, la seductora fragancia de la sopa miso empezaría a emanar de la cocina. “¡Buenos días, Belldandy!” Keiichi hizo su aparición una media hora antes de lo habitual. “¡Buenos días! ¡Te levantaste temprano hoy!” Cucharón en la mano, Belldandy se dio la vuelta para saludarlo. El corazón de Keiichi latía aceleradamente. “Sip-bueno, el examen de Megumi es hoy, ¿sabias?”
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¿Había logrado oírse tranquilo? Sintió que las palmas de las manos empezaron a empaparse de sudor. “El desayuno esta casi listo. Solo un poquito mas, ¿si?” “Aja.” Keiichi se recargo contra la puerta con pantalla de papel que separaba la cocina del cuarto del té y observaba a Belldandy. Recordó lo que Megumi le había dicho la noche anterior. “¿Kei-chan, ya has salido con Belldandy?” La repentina pregunta fue directo al punto. Keiichi estaba tan frustrado por su incapacidad para llegar a algún lado con Belldandy, que no pudo contestar. “¡Tal y como pensé! Te gusta, ¿verdad? ¡Tienes que fajarte los pantalones y dar el primer paso!” Sabía que ella tenía razón. Pero después del primer día en que se conocieron, Belldandy jamás había vuelto a ir de paseo con Keiichi en el sidecar de la motocicleta. Aparte de llevarse la bicicleta para ir sola de compras, nunca ponía un pie fuera de los terrenos del templo. Había tratado de invitarla a ir a varios lugares en un buen numero de ocasiones, y siempre le sonreía y le decía, “me encantaría, tal vez un día de estos”-pero ese día parecía nunca llegar. Temía que si era demasiado insistente, Belldandy se hartaría de sus insinuaciones y seria más difícil para él hacer nuevas proposiciones. “¡Entonces esta es tu oportunidad! ¡Puedes usarme como excusa-invita a Belldandy a salir mañana!” “¿Qué? ¿Y como?” “Prepara algo de comer y vengan conmigo al campus… como mis guardaespaldas, apoyo moral o lo que se te ocurra. Solo inventa algo. Cuando se termine el examen, ustedes dos podrían irse a algún otro lado solos. ¿Qué te parece?” Era una idea fantástica. Toda la noche, Keiichi había estado dando vueltas en el futon, su mente acelerada. No era un milagro el que se levantara tan temprano para el desayuno-no había pegado el ojo en toda la noche. Keiichi apretó los puños. Si no te apuras, todo el mundo se levantara. ¡Vamos, Keiichi! ¡Se un hombre! “¿B-Belldandy?” “¿Si?” Belldandy se dio la vuelta hacia él con sus exquisitos ojos color azul-lavanda. Keiichi pensó que el corazón se le saldría por la boca. “Este… te platico mucho sobre la escuela, ¿verdad?” “Si. Siempre disfruto oír de eso.” Keiichi sintió que el interior de su boca se secaba completamente. “¿Entonces… irías conmigo hoy?” “¿Perdón?” “Megumi… tiene su examen, ¿si? Supuse, que probablemente se sentiría con más confianza si tiene algo de compañía. Digo… para animarla. ¿Qué dices?” Todavía sosteniendo los palillos de cocinar, la mano de Belldandy se quedo quieta. Él vio esos ojos llenos de preocupación antes de que los apartara. Evidentemente estaba confundida… ¡lo había echado todo a perder!
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“¡… discúlpame, Belldandy! Sabia que no debía habértelo preguntado así de repente. Iré yo solo…” Keiichi estaba desistiendo de la idea cuando la salvación llego desde una fuente imprevista. “Esa es una buena idea. Deberías ir.” “¡Urd!” ¿Cuánto tiempo había estado parada detrás de él? Urd estaba de pie con los brazos cruzados, observando a Belldandy, con su acostumbrada bata de algodón desarreglada. “No te pongas tan nerviosa. Es solo un día. No pasara nada.” “Nee-san…” “Es bueno que salgas y que te de el aire de cuando en cuando.” “Pero…” Keiichi se encontraba atrapado en medio de la discusión de las dos hermanas, incapaz de moverse. Como un niño confundido atrapado entre dos padres que discutían, seguía mirando de un lado para otro indeciso, observando sus reacciones. “¡Míralo, pobrecito Keiichi!” Urd dijo. “Keiichi-san…” A pesar de ella misma, Belldandy sintió que su corazón se iba hacia el. Tal vez solo un poco… quizá solo un poco no hará daño. “Todo saldrá bien,” Urd la tranquilizo, como si leyera sus pensamientos. Belldandy alzo la mirada sorprendida. “Hacer felices a los demás es lo que hace felices a las diosas, ¿cierto?” Urd dijo. Esas palabras convencieron a la indecisa Belldandy. Si. Sí eso hace feliz a Keiichi-san… Belldandy sonrío alegremente, lentamente asintiendo con la cabeza. “Si. Vamos juntos, Keiichi-san.” “¿DE VERAS?” El rostro de Keiichi se ilumino. “Si. Preparare algo para llevar… ¡iremos todos juntos!” “¿Er… todos nosotros?” La sonrisa de Keiichi se congelo. “Si. Urd, Skuld… tu y yo.” “Ah…” Por un momento, se entristeció. Pero sin embargo, ¡Belldandy iba a salir con él! Tenia que estar feliz por ese primer pasó. Además, todavía había esperanza. Si las cosas salían bien, siempre había la posibilidad de que terminaran solos y juntos de alguna forma. “¡Bien! ¡Iremos todos juntos!” Una enorme sonrisa se dibujo en el rostro de Keiichi, “¡Voy a despertar a Megumi!” Su paso era ligero mientras salía de la cocina, y bailo un poco de alegría. ¡Hablando de libros abiertos! Urd movió los ojos. Keiichi era tan fácil de entender. “¡Será mejor que me apure a preparar lo que vamos a llevar!” Mientras hablaba sobre los preparativos, Belldandy imprimió un pequeño salto a su caminar también. Que mal que ninguno de los dos puedan abrirse el uno al otro. Urd suspiro mientras los observaba a ambos. Edificios modernos formaban la espaciosa ciudad universitaria. En la primavera, las hileras de árboles de cerezo floreciente formaban una hermosa bóveda en la parte de arriba, y en los árboles cercanos de vez en cuando una madre mapache salía con sus crías. El Instituto de Tecnología de Nekomi estaba ubicado en un lugar ideal: ni demasiado urbano, ni demasiado rural. Era una escuela de espíritu libre, llena
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con la energía de los estudiantes que con entusiasmo iban a sus clases y actividades de club. Pero en día de examen de admisión, el ambiente estaba cargado de tensión. “¡Órale, pero que campus tan grande!” Aun con el examen encima, Megumi estaba tranquila y relajada, contemplando los alrededores como si estuviera de paseo. “¿Oye… estas bien?” Aunque solo estaba acompañándola, Keiichi estaba mucho mas afectado por la tensión. “¡No te apures! De verdad que repase bien con Urd y Skuld. ¡Observa y aprende, Keichan!” Le sonrío maliciosamente golpeándose ligeramente en la frente. “¿Ah, si?” Su pequeña hermana siempre le ganaba. “Bueno, después de que acabe el examen, nos veremos en la fuente. Tienes el mapa que te di.” “Claro. La fuente de la ballena en el patio.” “¡Acaba con ellos, Megumi!” “Lo haré. ¡Luego nos vemos!” Se alejo. Era difícil de creer que estaba apunto de presentar el examen de admisión. “¡Buena suerte, Megumi!” Belldandy dijo mientras ella y los demás despedían con la mano a la figura que se alejaba. El resto depende de ella, Keiichi dijo para si mientras miraba hacia el edificio donde se iba a hacer el examen de admisión. Sabia que estaría bien y sin embargo no podía evitar el preocuparse-llámalo cariño fraterno. Pero por ahora, todo lo que podía hacer era esperar. “¿Y bien, que quieren hacer de aquí hasta que termine el examen? ¿Quieren dar una vuelta por el campus?” Era difícil para Keiichi el irse, pero se obligo a hacerlo. “¡Hurra! ¡Siempre quise conocer este lugar!” Skuld exclamo inmediatamente. A diferencia de Belldandy y Urd, Skuld nunca visito el campus ya que una niña de su edad resaltaría entre los estudiantes. Observaba con envidia como sus hermanas mayores habían ido para asistir al festival escolar o a las clases, y siempre abrigo una fuerte curiosidad hacia el Instituto. “¡Muy bien! ¡Les daré un recorrido por la escuela!” Animado por el entusiasmo de Skuld, Keiichi guío a las tres diosas por el silencioso campus. La brisa todavía era fría mientras pasaba a través del cabello de Belldandy, pero el sol era calido y agradable. Caminaba a unos cuantos pasos atrás de Keiichi y las demás, sonriendo para si ante los escenarios conocidos. Es igual que antes… Los felices recuerdos llegaron en tropel, uno después de otro. ¡Ah! Esa es la sala de conferencias donde tomaba las clases con Keiichi-san… y ahí esta la banca donde comíamos juntos… Hizo que su corazón latiera rápidamente al recordar la mirada en el rostro de Keiichi siempre que abría los obentos que le había preparado. Aun después de decenas de almuerzos-cientos, inclusive-siempre le sonreía tímidamente como si fuera la primera vez. Me pregunto si lograre ver esa mirada en su rostro otra vez hoy… Su corazón se hinchaba con expectación mientras bajaba la mirada hacia la canasta de día de campo que estaba cargando. No llevaba nada especial, ya que no había tenido mucho
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tiempo para prepararlo, pero había puesto todo su amor en ello. Estaba esperando con ansia la hora del almuerzo cerca de la fuente en el patio. Pero el escenario que los recibió estaba muy alejado de sus expectativas. La fuente tenia una escultura moderna de una figura masculina musculosa, como un dios Griego, alzando una ballena por encima de su cabeza. Era el símbolo de la escuela, y por generaciones había sido un lugar popular de reunión para los estudiantes y pasar el rato. Pero hoy, una lona azul cubría la fuente, y el agua estaba desconectada. El patio estaba acordonado y desierto. Desde la parte de la escultura de la ballena que se asomaba de abajo de la lona, pudieron ver que le faltaba la cola. La misma escultura estaba seriamente dañada, como si hubiese sido golpeada por un rayo. “¡Ay, pobrecita!” Belldandy murmuro. Su corazón se arrugo por la escultura dañada. Keiichi, también, estaba sorprendido. “¡Ca…ramba! Tenia planeado pasar el rato ahí…” El detallado itinerario de la cita en su mente empezaba con sentarse para platicar sin prisas. Pero con el área acordonada y el ambiente deprimente, definitivamente parecía estar en condiciones para ser un lugar de encuentro en esos momentos, y mucho menos para tener una agradable conversación. “Creo que debí haberle dicho a Megumi que nos viéramos en otro lado…” Keiichi estaba desanimado-¡adiós a sus esmerados planes! Skuld escogió ese momento para darle el golpe de gracia. “Keiichiiii… No vamos a esperarla ahí, ¿o si? ¡Quiero sentarme… ya me canse!” “¿Ya estas cansada? ¡Pero si ni siquiera has hecho nada!” “¡Soy de constitución delicada- no como tu, Urd!” “Ándale, pequeña…” Keiichi había visto este comportamiento antes: las quejas de Skuld sacando de quicio a Urd, y antes de que se diera cuenta, los golpes estaban volando. Tenia que evitar que eso sucediera mientras estuvieran en el campus, sin importar como. Rápidamente, se metió en medio de las peleoneras hermanas. “Vamos entonces a la cafetería. Podemos sentarnos a descansar un buen rato y tomar algo de té.” “¿Y tienen helado?” “Sip.” “Entonces si voy.” De alguna manera, las había calmado. Como siempre, Keiichi se vio complaciendo a la testaruda diosa mas joven. Estaba a punto de empezar a caminar cuando Belldandy hablo. “¿Pero que pasara con Megumi?” Buen punto-Megumi podría preocuparse. “Yo la esperare aquí,” se ofreció. “Ustedes pueden ir a descansar.” Pero la respuesta de Keiichi fue optimista. “En tanto regresemos aquí un poquito antes, todo saldrá bien. Después de todo, Megumi no es de las que se enojan por algo como esto.” De hecho, aun cuando llegara y viera una ballena de verdad nadando en la fuente, Megumi probablemente lo tomaría con calma. “Vamos todos, Belldandy.” Keiichi trato de tomarla de la mano, y por primera vez, se sintió como si fuera la cosa más natural del mundo. Pero una fracción de segundo antes de que sus dedos tocaran los de ella, se vio jalado del brazo opuesto. “¡Ándale, Keiichi, apúrate!” … pero que mal. ¡Había estado tan cerca!
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Urd observaba como Skuld arrastraba a Keiichi hacia delante y entonces le susurro a Belldandy. “¿Alguna vez se rompió la estatua en el pasado?” “No. Esta es la primera vez.” “Eso es lo que pensé, también.” La expresión de Urd se entristeció. “¿Nee-san…?” “¿Eh? Ah, perdón…” Urd se quedo callada. El frío viento paso rápidamente entre su pelo. Belldandy se olvido del asunto y s fue detrás de Keiichi. “¡Aquí es!” El blando edificio moderno se erguía en la cima de una amplia escalinata de piedra. En contraste con los salones de clase agrupados estrechamente, el edificio tenía una espaciosa atmosfera, con grandes ventanas por todos lados. “¡Así que esta es la cafetería!” Skuld exclamo. Mas allá de las plantas en macetas que cubrían las ventanas, podían ver a los estudiantes adentro, riendo, platicando, disfrutando de la comida. Skuld subió corriendo las escaleras. “¡Si que tiene mucha energía!” Keiichi río entre dientes. Skuld abrió de par en par las puertas de cristal, llamando con impaciencia a Keiichi y las demás, que apenas estaban empezando a subir por las escaleras. “¡Vamos! ¡Apúrense!” La cafetería estaba llena con los mezclados olores de diferentes comidas y una cacofonía como de miles de discos compactos siendo tocados al mismo tiempo. Las risas cantarinas de las chicas universitarias salpicaban el aire, acentuadas por los intensos debates de los estudiantes de postgrado. “¿Belldandy, quieres té negro?” “Si, por favor.” “¿Urd?” “Nada, gracias.” “… y helado para Skuld, ¿verdad?” “¡Si!” “Iré a comprar los boletos de la comida. ¿Por qué no van las tres a buscar una mesa?” Keiichi metió las manos a los bolsillos y desapareció entre la muchedumbre. Urd lo observo de reojo y echo para atrás su cabello plateado. “¿Dónde podremos sentarnos?” Echaron un vistazo alrededor de la atestada cafetería. Afortunadamente, había una mesa vacía para cuatro justo cerca de la ventana. “Perfecto. Vamos a sentarnos ahí.” Urd avanzo sin prisas. Llevaba puestos unos pantalones de mezclilla ajustados, una blusa blanca corta y ceñida, y una chaqueta negra de cuero. Belldandy la siguió con su vestido largo azul pálido y chaleco blanco de punto de cruz. “¡Espérenme!” Skuld se movió rápidamente para alcanzarlas. Llevaba una falda pantalón color beige, botas vaqueras y una chaqueta roja deportiva. Sus ropas de diosa eran demasiado llamativas para usarlas en público, así que se cambiaron a ropas normales. Sin embargo, las tres deslumbrantes bellezas tenían una fuerte presencia. Forzosamente llamaban la atención, quisieran o no. “Mira, ¿quienes son?”
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“¡Pero que nena!” Tenedores y palillos quedaron suspendidos en el aire mientras todos los ojos volteaban para seguir a las tres diosas. Urd se detuvo de repente en medio de los embelesados chicos universitarios. “¡Oye, tu!” dijo. “¿S-si?” El estudiante se puso de pie de un salto y se cuadro ante la sorpresiva llamada de Urd. “¿Sabes que le paso a la ballena de la fuente?” Urd lo miro fijamente con sus ojos color tanzanita. “Este, er… hay rumores de que fue golpeada de repente por una descarga.” Como venado antes las luces delanteras, el cuerpo del chico estaba tieso y ríos de sudor empezaron a correr por su frente. Inmediatamente sus compañeros empezaron a intervenir, tratando de mejorar la respuesta poco convincente y pausada. “No, yo supe que fue un rayo de luz blanqui-azul…” “¿Y que no había rumores de un fantasma rondando por la fuente?” “¿… un fantasma?” Las orejas de Urd se alzaron. “¡Ah, si! La dama fantasma de cabello largo. Dicen que se pasea en la ballena a veces…” “¡Eek! ¡Belldandy!” “Tranquila, Skuld.” Skuld retrocedió violentamente. Odiaba las historias de fantasmas. “Ya veo… gracias.” Urd les guiño el ojo tranquilamente a los chicos sonrojados y embobados, empezó a caminar otra vez. “¿Nee-san?” Detrás de su pelo, la expresión de Urd era triste. Belldandy trato de llamar su atención, pero en ese momento, Keiichi apareció llevando una bandeja cargada con el té y el helado. “¿Qué no hay mesas?” “Hay una cerca de la ventana-estábamos yendo para allá ahorita,” Belldandy le dijo. El pandemónium estallo detrás de ellos entre el grupo de chicos con quienes Urd había hablado. Quienes no habían recibido ninguna atención por par de la sexy diosa estaban molestando a los que si. Ya habían provocado suficiente conmoción. La falda larga de Belldandy se balanceaba mientras conducía a Keiichi hacia la mesa. “¡Pero que bonito lugar!” Los ojos de Belldandy brillaron de alegría detrás del humo de su té caliente. Alrededor de ellos, los estudiantes continuaban echando miradas discretas hacia el hermoso trío. Después de todo, son unas diosas, Keiichi se recordó a si mismo. En medio del abrasador centro de atención de todo mundo, se vio ligeramente henchido de orgullo-después de todo, era el único chico en todo el mundo que tenia una comitiva personal de diosas de carne y hueso viviendo con él. Se esforzaba para reprimir una sonrisa de satisfacción. Las puertas de cristal de la cafetería se abrieron de par en par una vez más y un par de zapatillas Ferragamo resonaron contra el piso. “Hoy esta muy callado aquí adentro.” Llevando un sofisticado vestido Gucci, una elegante estudiante avanzo con gracia a grandes pasos en el recibidor, sus mechones de pelo negro sedoso se movían suavemente
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mientras caminaba. Una multitud de devotos lacayos la seguían muy de cerca, casi pisándole los talones. “Ah, bueno. Lleven mi Pan Frances a mi mesa de siempre, por favor.” La persona a la que se dirigió separada de los demás que la escoltaban, hizo una reverencia vigorosamente y desapareció dentro de la cocina sin ni siquiera voltear hacia la maquina de boletos. Su señora no era un clienta de las que pagaban en la cafetería de la escuela. “Vámonos, ya.” Su bufanda Hermes ondeaba mientras caminaba. Lo había establecido como una regla estricta el siempre caminar lentamente en espacios llenos, asegurándose de que todas la vieran bien. Los chicos se quedaban boquiabiertos ante su presencia con anhelo, y gritos de adulación llenaban el lugar. ¡Ah, era dicha absoluta! Eso es, chicos… ¡adórenme! El aroma del Chanel No. 5 fluía detrás de ella. Pero no importaba que tan glamorosamente se paseara, las miradas de admiración estaban ausentes ese día. “¡Pero que raro!” De hecho, toda la población estudiantil parecía completamente inconsciente de su presencia. “¿Qué esta pasando?” Esto nunca antes había sucedido Luchando por ocultar su consternación, mantuvo el aplomo mientras se dirigía hacia su asiento. En ese momento escucho algo que la hizo poner en duda su sentido del oído. “¿Crees que sean estudiantes extranjeras de intercambio?” “¡La chica de cabello negro es una verdadera lindura!” “¿Hablas en serio? Eres un sátiro, ¿sabias eso? ¿Qué no viste a la que tiene ese cuerpo de ensueño?” “¡La del pelo color castaño era como un ángel!” Su expresión se entristeció mientras su cerebro procesaba el coro de exclamaciones de admiración… sobre alguien más. ¡Yo soy la reina de esta escuela! ¡Yo! ¿Estudiantes de intercambio? ¡No me hagan reír! ¡Que ninguna novata se atreva siquiera a querer robarme mi lugar! El golpeteo de sus zapatillas se hizo mas rápido mientras rompía su propia regla. Los brazaletes de sus muñecas tintineaban melodiosamente. ¡Les enseñare quien es la reina! En ese momento, se dio cuenta por primera vez que el centro de atención de las miradas fijas de los estudiantes estaba en la misma mesa hacia la que se estaba dirigiendo. Frunció el ceño. ¡Un segundo… esa es mi mesa! Su indignación llego al punto máximo. ¡Pero como se atreven! ¡No solamente le habían robado la atención de los demás… sino que habían usurpado su lugar también! ¡Eso fue el acabose! Su pelo saltaba mientras se acercaba a la mesa cerca de la ventana y se detuvo dando un taconazo. Se cruzo de brazos y adopto una pose antes de hablar-una reina tenia que verse hermosa en cualquier circunstancia. “¡Me permiten!” Keiichi fue el primero en levantar la mirada.
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“Ay, no. ¡No Sayoko Mishima!” gruño muy a su pesar cuando vio los furiosos ojos mirándolo fijamente a él.
*** Sayoko Mishima era estudiante de segundo de electrónica en el Instituto de Tecnología de Nekomi. Conocida como “la reina del campus,” cada vez que se paseaba, entre treinta y cincuenta chicos tratarían de llamar su atención. Incluso Keiichi fue su admirador al inicio de su primer año de escuela, y la había invitado a ir a una visita al museo. No era de extrañarse, lo rechazado rápida y brutalmente. “Este, er…” tartamudeo. Pero Sayoko parecía inconsciente de la presencia de Keiichi. Veía fijamente a las tres chicas sentadas con él. Ahí estaban una belleza de piel bronceada con un cuerpo como de modelo de trajes de baño, y una de belleza prístina con pelo color castaño claro y sonrisa desbordándose de amabilidad y amor. La niña de pelo negro era demasiado joven para ser un problema-eran las otras dos las que requerían su atención. Observaba detenidamente a Urd y Belldandy, su mirada era fija y feroz. “¿Y ustedes son?” Urd se acomodo malhumorada en su silla. Era lo único que les faltaba, un encuentro con la mas grande provocadora de problemas de todas. En el pasado, Belldandy había asistido a la escuela con Keiichi. Fue tan popular que Sayoko tuvo miedo de que Belldandy la destronara como la reina del campus, y había provocado una crisis tras otra, persiguiendo a las diosas despiadadamente para tratar de desenmascarar sus verdaderas identidades y finalmente caer bajo la influencia de Mara, una demonio rival, causando un tremendo disturbio cuasi-temporal. Aquí vamos de nuevo, Urd suspiro internamente. Mientras Sayoko se cernía sobre ellas como una arpía furiosa, era evidente que no había cambiado para nada. Una vez mas, estaba lista para pelear contra la amenaza percibida hacia su reinado. “Tengo entendido que son estudiantes extranjeras de intercambio.” Urd estaba a punto de inventar una historia cualquiera y prepara la huida, pero Belldandy respondió antes de que tuviera la oportunidad de hablar. “No. No somos estudiantes extranjeras.” Por un segundo, Urd y Skuld meditaron las implicaciones de la respuesta de Belldandy. Entonces las dos se quedaron con la boca abierta por la sorpresa. “¿Qué?” “¡Onee-sama!” Urd agarro de los hombros a Belldandy casi violentamente. La respuesta de Belldandy solo podía significar una cosa: había decidido no asistir a la escuela con Keiichi. Claro, al reducir la cantidad de tiempo que pasaba con él, seria posible disminuir el efecto de su presencia-pero sin embargo, esto parecía una medida extrema. “¡Un momentito, Belldandy! ¿Estas segura? ¿De veras que estas segura?” Desesperadamente, trato de persuadir a Belldandy de reconsiderar su decisión. Pero Belldandy prosiguió, su voz tranquila. “Únicamente estamos aquí hoy para acompañar a la hermanita de Keiichi-san durante el examen de admisión. Hemos estado
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recorriendo el campus en lo que esperamos a que termine el examen, ¿verdad, Keiichisan?” “Este, si. Es solo por hoy,” Keiichi dijo. “¡Oh! ¿Ah si?” el comportamiento agresivo de Sayoko se apaciguo, desinflado como un balón pinchado. Si no eran estudiantes en el I.T.N., no eran ninguna amenaza después de todo. No había ninguna necesidad de emprender la guerra. “¡Discúlpenme! ¡Parece que malentendí todo!” Rápidamente, cambio de humor y los deleito con una sonrisa confiada. “En ese caso, haré una excepción especial y les concederé el uso de mi mesa por hoy. Diviértanse y que tengan un bonito día.” Aliviada, Sayoko dejo escapar una risa ligeramente chillona y se retiro, su grupo de servidores yendo detrás de ella. Como el mar después de la tormenta, el tenso ambiente se evaporo y un coro de suspiros y exclamaciones de decepción se propagaron a través de la cafetería. Aquellos que estuvieron rezando fervientemente porque las misteriosas bellezas fueran nuevas estudiantes les habían destrozado las esperanzas. “Mil disculpas por esto, Belldandy,” Keiichi se disculpo. “No te apures. Que bueno que aclaramos el malentendido,” Belldandy le contesto. Urd observaba a los dos en silencio. Skuld era incapaz de disimular su preocupación. “Keiichi-san, ya debemos irnos. El examen probablemente casi termino,” Belldandy dijo. “Si, tienes razón.” Salieron de la cafetería y se encaminaron hacia el patio donde estaba la fuente. Ya era casi de noche, y no había más sol. El cielo había estado completamente despejado horas antes, pero de la nada un banco de nubes negras se había juntado. “Espero que Belldandy de veras se encuentre bien…” Skuld le dijo suavemente a Urd. “…” Un viento del norte soplo a través del cielo nublado. B A N R Y O K U – V E R D E S H O R I Z O N T E S La temporada de lluvias hizo su aparición, y por fin, el calido sol resplandecía con vigor. Los caracoles se agachaban tímidamente bajo el abrigo de las hortensias ya en flor, mientras las cigarras finalmente emergían de su refugio subterráneo para agasajar al mundo con sus clamorosas melodías de verano. “¡Gracias, Belldandy!” Megumi exclamo alegremente. Era de mañana en el Templo Tarikihongan, y un tradicional desayuno japonés adornaba la mesita en el cuarto del té. Arroz natural al vapor, pescado asado, espinacas hervidas, soya fermentada y sopa miso. Era difícil decidirse por donde empezar. “¿Otra vez aquí?” Keiichi le refunfuño a su hermana. “¡Haz estado viniendo cada mañana últimamente!” “¿Y que tiene eso de malo? Contribuí con algo para el desayuno, ¿o no? ¡Además, es que no me canso de la comida de Belldandy!” Keiichi estaba visiblemente disgustado, pero Megumi no dejo que eso la incomodara. “¡Gracias, Megumi!” Belldandy sonrío. “Ten, prueba un poco de pescado kisu seco desmenuzado. Lo sazone con vinagre, salsa de soya, y sake dulce.” “¡Aah, se ve delicioso!”
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Megumi dio un bocado con entusiasmo. La textura sustanciosa del pescado seco estaba combinada con la fragancia como salada de las algas. El sabor fuerte del vinagre no solo era refrescante, le dio la sensación de que todo su cuerpo estaba enfriándose. “¡Caramba, este tipo de comida de veras que abre el apetito cuando hace calor afuera!” exclamo. “¡Tu comes como pelona de hospicio sin importar que tiempo haga!” Keiichi replico. “Kei-chan…” Megumi frunció el ceño. El comentario de su hermano finalmente había tocado la fibra sensible. “Aquí tienes tu parte, Keiichi-san.” Belldandy puso un plato de kisu enfrente de Keiichi, impasible ante los hermanos peleoneros. “El vinagre disuelve el acido latico en tu sistema, así que es muy bueno cuando estas cansado… y ayuda también a aliviar la irritación.” “¡Belldandy, eres asombrosa! ¡Eres casi una nutriologa o algo parecido!” Megumi estaba maravillada. “Solo estoy repitiendo lo que escuche en un programa de cocina que vi en la tele.” Belldandy sonrió tímidamente ante el elogio de Megumi. “Hace calor hoy, así que preparare té helado. ¡Voy por el!” Belldandy desapareció dentro de la cocina con la bandeja en la mano. Keiichi suspiro profundamente mientras la observaba irse. Con los palillos todavía en la boca, su mirada estaba perdida en el espacio. “Ya ha pasado medio año…” se lamento tristemente. Megumi observaba a su hermano de reojo, con la boca llena del kisu. Decidió ir directo al grano. “¿Kei-chan, alguna vez has besado a Belldandy?” “¡¿Qué?!” Keiichi dejo caer los palillos. “¡Pe-pero claro que si!” dijo con voz aguda, su tono toda una octava demasiado alto. Era una mentira tan obvia que Megumi no podía atreverse a culparlo por ello. ¡Kei-chan es un terrible mentiroso! Claro, esa es una de sus mejores cualidades… Sonrió irónicamente para si. Metió la mano en el bolsillo de su pantalón corto y saco un grueso fajo de boletos. “¿Y esto que es?” “Boletos para la rifa que están haciendo en el mercado. Me llevo bien con muchos de los vendedores allá, así que me dieron un montón de estas cosas. Puedes quedártelos, Keichan.” “¿Una rifa?” “Sipi. El gran premio es una cena y estancia de una noche en el Hotel Koenig. El primer premio es un viaje un viaje de un día con comida tipo buffet incluido… o algo así. Bueno, con todos estos boletos seguramente ganaras algo. Si tienes mucha suerte para ganar la cena, puedes usarla como pretexto para invitar a Belldandy a salir.” “Megumi…” El Hotel Koenig era el hotel más lujoso de la Ciudad de Nekomi. Su restaurante era muy exclusivo, con un chef de clase mundial y un código de vestimenta formal. Normalmente, Keiichi nunca tendría la posibilidad de poner un pie en semejante lugar. Si pudiera llevar a Belldandy a un lugar como ese… seria su gran oportunidad. “¡Gracias, Megumi!” Estaba conmovido hasta las lágrimas. “Perate, todavía no has ganado…” Megumi trato de mantener las cosas en perspectiva. Pero Keiichi ya estaba en un mundo de ensueño, imaginando una velada romántica entre los elegantes alrededores del Hotel Koenig.
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“¡Si! ¡Creo que iré ahora mismo!” “¡¿Eh?!” En una loca carrera, Keiichi salio a toda prisa de la casa. “¡Kei-chan, espérate!” Sola en el cuarto del té, Megumi puso los ojos en blanco y suspiro. La tendencia de Keiichi de precipitarse en todo era igual que la de su padre-era casi de miedo como se parecía cada vez más al viejo cada año. Hijo de tigre, pintito. “¡Pero bueno, Keiichi! ¡Ni siquiera acabaste de desayunar!” Bajo la mirada hacia la mesa. Keiichi apenas si había tocado su desayuno. “¡Y eso es una violación a las reglas de la familia Morisato!” Desde niños, habían sido estrictamente educados en dejar limpios sus platos en cada comida. Era una de las Tres Grandes Reglas de la familia. “Pero por otra parte, bien podría verle el lado amable…” Megumi sonrió de oreja a oreja y metió sus palillos en el pescado asado de Keiichi. A decir verdad, había estado anhelando una segunda ración. “¡Gracias de nuevo!” dijo cantando, jalando todos los platos hacia ella y empezando a comer. El ventilador eléctrico inclino su cabeza hacia un lado y hacia el otro. Cuando Megumi se había comido la mitad del desayuno de Keiichi, Belldandy reapareció cargando una jarra de cristal de té helado. “¡Aquí tienen!” Keiichi se había ido. Belldandy miro alrededor del cuarto confundida. Megumi seguía comiendo. “Este… Kei-chan tuvo que salir de urgencia…” “Ah…” Megumi se sintió mal por no dar una explicación apropiada, pero no quería echar a perder la sorpresa. Se mantuvo ocupada zampándose la comida y tener una excusa para no hablar. La campana de la ventana en la terraza bailaba con el viento. “¿Belldandy, me podrías servir otro plato de arroz?” ¡Ting-a-ling, ting-a-ling! La campana sonaba dulcemente. Una brisa soplo sobre el terreno recién regado, refrescando el aire. El sol estaba alto en el cielo, proyectando pequeñas sombras aquí y allá. “Parece que va a ser un verano caluroso.” Belldandy miro con los ojos entrecerrados al deslumbrante sol en lo alto. Cuando Megumi hubo terminado de comer hasta quedar satisfecha, Belldandy la había visto salir por la entrada principal. Estaba a punto de volver hacia la casa, pero se detuvo a medio camino. Tal vez esperare a que Keiichi-san regrese, pensó de repente. Tal vez, solo tal vez, eso lo haría feliz. Mientras se imaginaba la sorpresa de Keiichi, Belldandy se reclino contra el tronco del árbol de cerezo, el cual ya estaba cubierto de hojas verdes y se sentó en su base. Nubes blancas flotaban pausadamente a lo largo y ancho del cielo azul. Los pequeños pájaros entraban y salían volando de entre los árboles divirtiéndose inocentemente, indiferentes al calor. “Que agradable sensación…” La brisa acariciaba el pelo amarrado en cola de caballo en su nuca. Antes de que se diera cuenta, sucumbió a la proposición de la naturaleza, poniéndose a cantar. “¡Ay, pero que hermoso!”
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Skuld estaba a la mitad de lavar los platos-en estos días, se había ofrecido voluntariamente a ayudar con los quehaceres de la casa. Cuando escucho los dulces acordes de las voces de Belldandy y Holy Bell, salio corriendo de la casa con la espuma del jabón chorreándole de las manos. Ella y Noble Scarlet se quedaron a poca distancia del árbol de cerezo, extasiadas con los encantadores acordes. La brisa transportaba la melodía, llevándola por el aire hacia el cielo. ¿Cuánto tiempo pasaría antes de que pudieran cantar así también? La pequeña diosa y su ángel se ensimismaron con la tranquilizadora música, soñando con ese día en el futuro. Entonces Holy Bell doblo sus alas, y la última nota cristalina se desvaneció. “¡Ay, Belldandy! ¡Eso fue maravilloso!” Un río de lágrimas corría por las mejillas de Skuld y aplaudía frenéticamente mientras corría hacia su hermana. “Gracias, Skuld.” Belldandy y Holy Bell alzaron los ojos y les sonrieron a Skuld y Noble Scarlet, cuyos ojos brillaban de admiración. “¿Belldandy, nos enseñaras a hacer eso también?” Skuld suplico. “Claro. Tendremos una linda y larga sesión de practica juntas un día de estos.” “¡Huurraa! ¡Ahora que no estas yendo a la escuela con Keiichi, tenemos mucho tiempo!” “Si…” Por un breve instante, la expresión de Belldandy se puso tensa. “¿Y sabes que? De veras estoy muy feliz de que ya no estés yendo a la universidad. ¡Ahora podemos estar juntas todo el tiempo!” “Si… es cierto.” El corazón de Belldandy le dolió. “Bueno, iré a terminar de lavar los trastes.” Skuld corrió alegremente de vuelta hacia la casa. Mientras Belldandy la observaba alejarse, la sonrisa rápidamente se desvaneció de su rostro. Sola, se recargo de nuevo en el árbol de cerezo y cerros sus ojos fuertemente. ¿Qué es esta agitación que siento? El viento susurraba a través de los árboles. Belldandy, también, disfrutaba de pasar el tiempo con sus hermanas, Y mas que nada, estaba segura de que su decisión de no asistir a la escuela era la mejor estrategia posible. Sin embargo, su corazón dudaba. Justo en el momento en que la confusión interna de Belldandy se hacia casi sofocante, escucho las pisadas en Keiichi precipitándose por las escalones de piedra del templo y venir corriendo hacia ella a todo lo que daba. “¡BELLDANDY!” Grito a voz de cuello, su voz áspera y sin aliento. “¡Bienvenido! ¿Esta todo bien?” En su prisa, Keiichi había salido de la casa corriendo sin llevar nada más que los boletos. Sus hombros subiendo y bajando por correr tan rápido como pudo. Suavemente, Belldandy le puso una mano sobre la espalda y lo miro a la cara detenidamente. “No te llevaste la moto, así que me imagine que no habías ido lejos…” “¡…ne!” “¿Perdón?” “¡Que gane!” Mientras se esforzaba por respirar, una sonrisa deslumbrante se dibujo en el rostro de Keiichi. “¿Ganaste que?”
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“¡Gane en la rifa! ¡Gane el ultra-súper gran premio de todos!” Keiichi le dio el folleto a Belldandy. “Tienes que ir conmigo, Belldandy, ¿si?” exclamo, sonriendo de oreja a oreja. Luego grito como un animal salvaje y se fue corriendo hacia la casa. “¡Megumi! ¡Lo logre!” grito otra vez mientras abría la puerta. Belldandy lo observaba con callada perplejidad, luego bajo la mirada hacia el folleto que le había dado. ¿Esto es un premio de la rifa? En su vida anterior, había solicitado la ayuda de los espíritus para ganar el gran premio de una rifa-cena para dos y una noche de estancia en el Hotel Koenig-con el deseo de hacer feliz a Keiichi. Pero en esta ocasión, ni siquiera sabia que él estaba yendo a la rifa. Y simplemente no parecía posible que hubiera ganado el gran premio con la ayuda de su buena suerte-después de todo, era una persona terriblemente desafortunada. Incluso cuando su suerte estaba en su punto mas alto, no era lo suficientemente fuerte para ganar un premio de cuarto lugar, ¡mucho menos un gran premio!” Una ráfaga de viento soplo. “Urd, estas aquí, ¿verdad?” Belldandy echo hacia atrás su pelo color castaño ligeramente. En contraste de su calmada voz, la energía vibrante en el aire se hacia mas fuerte y un aura intensa brillaba cegadoramente. “¿Por qué tan enojada, Belldandy?” Una mini Urd, de solo 20 centímetros de alto, salto de pronto de la sombra del árbol. Las poderosas diosas podían alterar el proceso de su regeneración molecular para crear múltiples copias en miniatura-verdadera magia de duplicado. “Si te enojas todo el tiempo, le saldrán arrugas a tu corazón, sabias.” Belldandy miro hacia arriba. La Urd original, de tamaño natural estaba sentada arriba de ella en una rama del árbol de cerezo. Efectúo un descenso elegante y reabsorbió a la mini Urd que estaba en el suelo. “Seguiste a Keiichi-san y usaste magia para ayudarlo, ¿verdad?” “No fue gran cosa. Ni siquiera use un hechizo de alto nivel ni nada por el estilo.” “Pero interviniste en la rifa, ¿o no? ¡Hiciste que ganara el ultra-súper gran premio, un viaje de tres días y dos noches a una isla del mar del sur!” “Mucho mas divertido y emocionante que una cena y una noche de estancia en el Hotel Koenig, ¿no lo crees?” “¡Urd!” Una ráfaga de viento fuerte paso. “Belldandy…” el pelo plateado agitado de Urd centelleaba como los hilos de una telaraña. Después de un momento, rompió el silencio. “Tu quieres ver la sonrisa de Keiichi, ¿verdad?” Belldandy le lanzo a Urd una mirada de absoluta sorpresa. “¿Qué dijiste?” “Te pregunto si quieres ver la sonrisa de Keiichi.” “¡Claro que quiero!” Belldandy se sintió algo indignada porque le hizo semejante pregunta tan obvia. “¡Siempre quiero que Keiichi-san sea feliz!”
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Eso era lo que siempre había querido en el pasado, y todo lo que quería ahora. Ese era el por qué tenia el mayor cuidado incluso desde que sus vidas juntos fueron restauradas. En ese aspecto, su confianza era firme. Urd se enterneció ligeramente cuando vio la reacción de Belldandy. “Escúchame, Belldandy… se cuanto estas tratando de asegurarte de no convertirlo en una singularidad y provocar la destrucción de Yggdrasil. Pero si es eso en todo lo que piensas, ¿no crees que podría ser algo difícil para él?” Belldandy se quedo de una pieza. “¿Difícil para Keiichi-san…?” La idea nunca se le había ocurrido. Por un momento, sus pensamientos se congelaron. “¿Qué quieres decir con eso? ¿Urd, he sido demasiado insensible con Keiichi-san?” Su voz tembló. “Discúlpame. No debí haberlo puesto de ese modo…” Suavemente, Urd puso un brazo alrededor de Belldandy. Sus ojos color tanzanita centellearon. “¿Cómo se veía Keiichi hace ratito?” le pregunto. Belldandy recordó la sonrisa exuberante de Keiichi y la alegría que había irradiado de todo su cuerpo cuando había llegado a toda prisa con ella. “Ha pasado mucho tiempo desde que lo viste sonreír así, ¿verdad?” “¡…!” ¿Cuánto tiempo había pasado desde que Belldandy vio esa mirada de tal felicidad sincera en el rostro de Keiichi? Y ahora que se ponía a pensar en ello, había transcurrido muchísimo tiempo. “Keiichi quiere acercarse mas a ti. Quiere salir contigo, viajar juntos. Piensa cuanto significaban el uno para el otro-me entiendes, ¿verdad?” “…” Belldandy miraba fijamente hacia los ojos de Urd y asintió en silencio. “Pero en la forma en que te comportas con él ahora-la diosa perfectamente disciplinada pues no puede encontrar el modo.” Si con tratar de poner distancia de por medio entre ella y Keiichi, Belldandy le había causado estrés y preocupación innecesarios… estaba entonces teniendo el efecto opuesto del verdadero propósito de una diosa: dar felicidad a las personas. “El deber es importante, claro.” Urd acaricio la espalda rígida de Belldandy como si consolara a un niño. “Pero eso no lo es todo, ¿cierto?” Le guiño el ojo, echo para atrás su pelo plateado y se encamino de vuelta hacia la casa, tarareando mientras caminaba. “Nee-san…” Belldandy sintió que su endurecido corazón empezaba a ablandarse. Como si la animara, el sol reapareció detrás de las nubes. El viento se llevo el calor de la tierra caliente, sugiriendo aires de una isla del mar del sur.” “Keiichi-san…” Belldandy le respondió al viento con una brillante sonrisa, estrechando tiernamente el folleto contra su corazón. “Veamos… necesitare mi cepillo de dientes, toalla, y traje de baño…” De vuelta en su cuarto, Keiichi estaba dando vueltas afanosamente agarrando cosas mientras se le venían a la mente. Era como un sueño hecho realidad. Apenas podía contener su ansiedad. “¿Ey, que no había un articulo en el ultimo numero de Brutus…?”
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Había comprado la revista para leer un artículo especial sobre equipos de sonido, pero recordó haber visto un artículo acerca de un hotel en una isla tropical. Busco entre el montón de revistas y finalmente localizo la que estaba buscando en la parte de atrás del librero. “Vamos a ver… pagina 136…” Después de ver el índice, pasó rápidamente las hojas hasta que llego al anuncio a doble página. Aguas color azul-turquesa brillaban en contra del coral blanco reluciente y la playa de arena. Las fotografías eran tan intensas, que casi podía escuchar el rugir de las olas. “¡Órale… una Isla en el Mar del Sur!” Su imaginación empezó a desbocarse. Belldandy en traje de baño… los dos corriendo agarrados de la mano sobre la playa cubierta de arena… El artículo en cuestión había sido hecho en Cancún, México. “Eso me recuerda que… se me olvido leer los detalles del folleto.” Había leído las palabras “Isla del Mar del Sur” y perdió por completo la cabeza. Le había dado el folleto a Belldandy sin realmente siquiera echarle un vistazo. Claro, el destino más probable era Okinawa. O podría ser Guam o Saipan. Si de verdad habían sido generosos, podría ser Hawai-pero no quería poner sus esperanzas demasiado alto. En cualquier caso, iban a ir a una paradisíaca playa candente para relajarse y descansar. La sola idea casi lo hizo babear. “Tal vez debería llevar un juego extra de ropa interior…” Su imaginación corrió en direcciones sospechosas. Estaba metiendo la mano en el cajón de la ropa interior cuando en ese momento la puerta de su cuarto se abrió de golpe. “¡Uy!” Rápidamente, cerro de golpe el cajón. “¡AUCH!” Desafortunadamente, se había olvidado de sacar la mano primero. Skuld parada en la puerta miraba fija y fríamente el comportamiento frenético y sospechoso de Keiichi. “¿Qué estas haciendo?” “¿Eh? ¡N-nada! ¡Ja-ja-ja-ja!” Skuld llevaba puestos un par de lentes de sol encima de la cabeza, y luego los bajo para ponérselos en los ojos y avanzo hacia Keiichi hasta que estuvo justo enfrente de su cara. “¡Tal y como sospeche!” “¿Qué?” “Nada.” Contemplo momentáneamente la maleta amontonada de Keiichi y se cruzo de brazos. “¿Y bien? ¿Qué debo meter en mi maleta?” “¿Eh?” “Nos vamos a ir de viaje, ¿cierto? Nunca antes había preparado una maleta para un viaje. Dime que necesitare llevar.” Los ánimos de Keiichi decayeron de golpe. “Ah, cierto. Me olvide de ustedes dos.” Las hermanas de Belldandy se le habían ido de la memoria. “¿Este, supongo que ustedes también van…?” Se acordó de cuando había invitado a Belldandy a ir al Tec de Nekomi con el. Ese fue únicamente un paseo corto en motocicleta desde el templo, pero incluso entonces, no habían ido solo ellos dos. A juzgar por la experiencia, había una buena probabilidad de que de nuevo le sugiriera que fueran todos juntos… de hecho, estaba seguro de que lo haría. Dado que eran diosas, asuntos como el costo del boleto de avión y hospedaje
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probablemente no eran mayores obstáculos. Pero la cuestión de sus sentimientos era un asunto diferente. Por un lado, nos iremos de vacaciones… estoy seguro de que habrá una oportunidad de estar solos los dos… algún día. Se esforzaba para darse confianza justo cuando sentía que sus fantasías de tardes románticas con Belldandy se escabullían. Pero para acabarla de amolar, una sorpresa más le esperaba. “Y por cierto,” Skuld dijo, “¿dónde queda la isla de Yakushima?” “¿Eh?” Yakushima era una isla diminuta con frecuencia anunciada como las Galápagos de Japón, y estaba registrada como Patrimonio Natural del Mundo. “¿Skuld, te interesa la isla de Yakushima? ¡Eso es bastante fuera de lo común!” Keiichi la miro con sorpresa. Yakushima era una especie de destino turístico, pero principalmente para viajeros de gustos relativamente oscuros. “¿Qué quieres decir con eso? Vamos a ir ahí, ¿o no?” Skuld saco los boletos de su bolsillo. “¿… Yakushima?” Keiichi miraba fijamente por primera vez los boletos que venían junto con el folleto que había recibido. Efectivamente, estaban impresos con las letras “Isla de Yakushima: tres días y dos noches.” Yakushima estaba localizada en la parte baja de la Prefectura de Kagoshima, muy alejada al sur del área de Tokio. Imagino que técnicamente, eso la calificaba como una “Isla del Mar del Sur,” pero definitivamente era una descripción engañosa. “Yakushima…” Así que ni siquiera iban a ir hasta Okinawa. ¿La magia de Urd había sido demasiado débil, o era el presupuesto del mercado demasiado escaso? De cualquier manera, Keiichi tendría que reajustar sus fantasías un poco. “Ah. Isla de… Yakushima…” repitió inexpresivamente, desanimado. “¡Increíble, pero que hermoso día!” La constante lluvia de los últimos días se había desvanecido, y era una mañana esplendorosamente despejada. Lo pegajoso causado por la humedad persistente era ligeramente desagradable, pero todas las plantas estaban desplegando nuevas hojas verdes, templadas por las bendiciones de la lluvia. Skuld corría de aquí para allá alegremente, saltando diestramente por encima de los muchos charcos de lluvia. “Eso es lo grandioso de las diosas… son el mejor amuleto de la buena suerte para el clima,” Keiichi dijo pensativamente. El sol de la mañana prometía un día caluroso. Keiichi respiro profundamente el aire fresco y dio un imponente estirón. Al principio, había estado muy decepcionado de que estuvieran yendo todos juntos a la Isla de Yakushima. Pero una semana había transcurrido desde que gano la rifa, y con cada día que pasaba, sus ánimos se habían elevado, hasta que su emoción por el viaje peso mas que sus recelos… El día anterior, había estado tan impaciente como un niño chiquito. Incapaz de contener su entusiasmo, tuvo dificultades para dormir. Se fue a acostar temprano pero paso la mayor parte de la noche dando vueltas en el futon. “Será mejor que me asegure que no se me ha olvidado nada, una vez mas.” ¿Cuántas veces ya había revisado? Keiichi regreso a su cuarto otra vez.
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“¡Pero carambas!” Urd dijo, sentada encima del guarda zapatos en la puerta del frente, “¡si no nos vamos a cambiar de casa!” Estaba vestida simplemente con pantalones de mezclilla y una blusa corta de tirantes tejida y llevaba únicamente una cangurera. “Podemos regresar en un instante en cualquier momento que lo necesitemos,” murmuro, para nadie en particular. Observaba como los otros miembros de la casa Morisato corrían de un lado para otro, prestando atención a cientos de cosas diferentes a la vez. Belldandy, también, estaba completamente absorta en asegurarse de que las puertas estuvieran bien cerradas y los aparatos eléctricos apagados. Señalaba cada objeto como si los marcara en una lista mental, luego agarro su canasta de comida y su pequeña bolsa de lona. “¡Por favor, cuiden de nuestro hogar mientras estamos fuera!” En respuesta, un buen número de chirridos resonaron desde lugares no identificados de la casa. Estos eran los multitudinarios dioses Shinto de la tradición japonesa antigua… no solamente los objetos inanimados tenían sus propios dioses, cada habitación de la casa, desde el baño hasta la cocina, tenían una deidad especifica que la protegía. “¡Nos vemos pronto!” Belldandy hizo una ligera reverencia a los espíritus de la casa y en silencio cerro la puerta. “¡Pero bueno! ¡Entre ustedes dos, se nos hará de noche antes de que nos vayamos!” dijo a la mitad de un bostezo, y el teléfono sobre el cual Urd tenía recargado su codo empezó a sonar. “¡Ya ven! ¡Esto es lo que pasa cuando se toman años para estar listos!” los regaño. En ocasiones como esta, las llamadas telefónicas no eran nunca para nada bueno. Probablemente lo mejor era no contestar. Por un momento, se sentó sobre sus manos, pero como el teléfono seguía sonando con insistencia, se sintió obligada a contestar. “¿Bueno?” “¡Eh, MO-RI-SA-TO!” Era Tamiya, el presidente del club de motores. “¡Se suponía que deberías estar aquí desde hace horas!” gruño con ira. ¡Sabia que no debí haber contestado! La intuición de una diosa rara vez se equivocaba. Sostuvo el auricular lejos de su oído y escucho a regañadientes los acalorados gritos de Tamiya y Otaki. “¡Y dile que traiga su triste trasero para acá inmediatamente!” “¿Eh? ¿Ahorita?” “¡Todo el club de motores esta por salir!” Aparentemente, era el día para el gran campamento de entrenamiento del club. Keiichi estaba tan emocionado con su primer viaje con Belldandy que no se dio cuenta que se había comprometido por partida doble. A estas alturas, para bien o para mal, se olvido por completo del otro viaje. ¡De ninguna manera voy a permitir que este par de inútiles arruinen este día! Por el bien de Belldandy, Urd estaba dispuesta a asegurarse de que nada interfiriera con este viaje. Sus ojos brillaron. “No puedo.” “¿Qué?” “Keiichi se inscribió al seminario para el verano.” “¿Eehhh?” Era una mentira bastante audaz.
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“Así que invítenlo otra vez para el siguiente año, ¿si?” Urd hizo su voz extra súper cariñosa justo antes de colgarles. Decidió por el momento no decirle nada a Keiichi que mas adelante podría esperar que los miembros de su club vendrían por el con rasuradoras eléctricas, ansiosos de darle al nuevo sacerdote un corte de pelo circular muy corto. “Bien, bien. ¡Eso será suficiente!” Urd estaba complacida con su trabajo. Finalmente, Belldandy apareció con su maleta en la mano. “¿Quién hablo?” Parecía una recién casada, con su vestido blanco de verano y sombrero ancho de paja. ¡Se ve perfecta! Urd dejo escapar un suspiro sentimental. En la parte de atrás, Keiichi todavía estaba dando vueltas como pollo descabezado. Su primer viaje juntos-esta de verdad será una ocasión especial. Se bajo del guarda zapatos de un salto y puso sus manos juntas como disculpándose. “¡Discúlpame, Belldandy! ¡Siempre no voy a poder ir!” “¿Qué?” “Parece que el sistema esta funcionando mal otra vez… necesitan de mi ayuda, por lo de mi licencia de administrador y demás. Ah… y quieren que Skuld vaya también.” Era la excusa más convincente que pudo inventar. “¿Entonces, la llamada de ahorita era del Cielo?” “Si… este, era de… Peorth.” “¡Ah!” Belldandy contemplo fijamente el teléfono, su cara llena de preocupación. “¿Voy con ustedes?” Urd había previsto esto. Tenía que convencerla, o se le caería todo el teatro. “¡No seas tonta!” Echo hacia atrás su pelo lánguidamente y dejo escapara risas, segura de si misma. “Como siempre, es la misma vieja rutina de limpieza de bichos. Además, tú no tienes licencia de administrador. ¡No podrías hacer nada si vinieras!” “Supongo que tienes razón…” “No te apures. Si algo pasa, te llamaremos de inmediato.” Finalmente, Belldandy asintió. Urd, también, asintió satisfecha. Abrió la puerta del frente y le grito a Skuld, quien todavía estaba jugando en el jardín. “¡Skuld! ¡Ya es hora!” “¡Bien!” Skuld grito alegremente. Regreso corriendo felizmente, ignorante de que estaba a punto de ser enviada de vuelta al Cielo. “¿Ya nos vamos?” “Si.” Sin aviso, Urd lanzo un hechizo. “¿Eh?” El cuerpo de Skuld floto en el aire. “¡O-oye! ¿Por qué…?” Enojada por el ataque sorpresa agito sus brazos y piernas frenéticamente, pero fue incapaz de escapar del hechizo. “¿Qué crees que haces, Urd?” “Nos vamos de vuelta al Cielo.” “¡¿Por qué?!” Se movieron rápidamente por el corredor y antes de que Skuld se diera cuenta, llegaron al baño. “Te explicare todo cuando lleguemos. Tu vas primero, ahora.” Con eso, Urd aventó a Skuld hacia la puerta de agua. “¡BELLDANDYYY!” El grito desesperado de Skuld se apago con el chapoteo del agua del baño. “Pobre Skuld… ¿Nee-san, estas segura de esto?” “¡Si! ¡El trabajo es el trabajo!”
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A Urd no le agradaba la idea de tener que encargarse de su enojada hermana menor allá en el Cielo, pero si eso significaba que las cosas saldrían bien para Belldandy y Keiichi, entonces todo valdría más que la pena. “Bueno, será mejor que me vaya, también.” Regreso al cuarto del té y metió un pie dentro del televisor. “Nee-san… gracias.” “Ay, de que… tan pronto como se calmen las cosas, regresaremos directo para acá. Tu trabajo es divertirte con Keiichi. ¿Entendido y anotado?” “… si.” Urd flexiblemente se deslizo dentro de la televisión. “¡Nos vemos!” grito. La pantalla de la televisión brillo débilmente por un momento mientras la puerta se abría, luego volvió a la normalidad. Belldandy contemplo fijamente la pantalla después de que Urd desapareció. Entonces, escucho a Keiichi que la llamaba desde la entrada del frente. “¡Belldandyyyy! ¿Ya estas lista para irnos?” ¡Mi trabajo es divertirme! Internamente, Belldandy, cambio de humor. “¡Si! ¡Ya voy!” Suavemente, cerró la puerta del cuarto del té. Yakushima estaba ubicada aproximadamente a 60 Km. al sur de Satamisagi, en el extremo meridional de la isla de Kyushu. Con una circunferencia de 126.7 Km. y un área de 504.55 km2, no era de ningún modo grande. Pero la redonda isla de granito sobresalía en el océano ostentando más de 50 picos de más de 1,000 metros de alto, ganándose el sobrenombre de “los Alpes flotantes.” “¡Puedo verla, Belldandy!” Desde lo alto, la isla era un círculo imperfecto, como una galleta moldeada por un pastelero inexperto. No había vuelo directo desde Tokio, así que tuvieron que ser trasladados al aeropuerto de Kagoshima. Keiichi y Belldandy se inclinaron juntos por la ventanilla de la pequeña aeronave. “Es hermosa, ¿verdad?” “Si…” Keiichi había estado tan ansioso de viajar a solas con Belldandy, pero ahora que estaba sucediendo de verdad estaba tan nervioso que pensó que el corazón se le iba a salir por la garganta. La conversación no era fluida precisamente, pero aun así, era una pizca de pura felicidad en lo que a él se refería. Estoy solo con Belldandy… ¡solo con Belldandy! Podía sentir que su temperatura corporal se elevaba. El ardiente sol resplandecía sobre Yakushima como si lo incitara. “¡Por fin estamos aquí!” El sol había estado en el cielo oriental cuando salieron del templo, pero ahora estaba inclinándose decididamente hacia el occidente. “Vamos a explorar la ciudad un poco y luego regresaremos a la posada a descansar,” Keiichi sugirió. Caminaron hacia la parada del autobús, hojeando su guía turística. “Debemos estar descansados para la excursión al Cedro Jomon mañana.” Belldandy ladeo la cabeza inquisitivamente.
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“¿Qué es la excursión al Cedro Jomon?” “El Cedro Jomon es un árbol de cedro que se cree tiene mas o menos entre dos mil y siete mil años de edad. Esta en lo profundo de las montañas, así que es una caminata de diez horas para llegar allá y regresar. Se supone que es bastante pesado, pero imagine que podríamos verlo ya que vinimos hasta acá.” “¡Ah!” Keiichi se puso un poco nervioso cuando vio la sorpresa inocente de Belldandy. La excursión al Cedro Jomon era casi sinónimo de viajar Yakushima-pero podía entender si Belldandy no estaba emocionada de hacer una caminata de diez horas. “Claro, si de veras no quieres ir, puedo cancelarlo,” agrego con preocupación. Pero Belldandy estaba mirando con atención a la guía turística, sus ojos se desbordaron con ilusión. “¿Ese es el Cedro Jomon?” De 2.5 metros de altura, con una circunferencia en la base de 16.4 metros, era claro incluso en la fotografía que el Cedro Jomon destacaba entre sus vecinos. “¡Pero que maravilloso! ¡No puedo esperar para verlo!” “¿En serio? ¡Ah, que bien!” Keiichi suspiro aliviado ante la reacción entusiasta de Belldandy. “En el Cielo, tenemos un gran árbol llamado Yggdrasil,” le dijo. “¿Yggdrasil?” “Si. Es un árbol muy importante; preside sobre el sistema… ¡este cedro antiguo es casi como el Yggdrasil de la Tierra!” Los mechones de pelo color castaño de Belldandy resplandecieron con el sol del sur. “El Yggdrasil de la Tierra, ¿eh? Eso tiene un tono místico. ¡Estoy ansioso por verlo, también!” Aunque la compañía de Belldandy todavía lo ponía un tanto nervioso, Keiichi se hincho con nueva ilusión por la aventura del día siguiente. El autobús para el centro de la ciudad se para enfrente de ellos, un poco atrasado en su horario. Después de un baño sin prisas en las aguas termales al aire libre teniendo como vista a las montañas seguido de una apetitosa cena hecha sobre un tradicional brasero, Keiichi y Belldandy se habían deleitado con las comodidades de la posada tradicional. Decidieron acostarse temprano para estar frescos para las actividades del día siguiente. Cuando Keiichi abrió la puerta de la habitación, su respiración se detuvo. Ay Todopoderoso. Dos futones estaban acomodados uno al lado del otro. Su corazón latía frenéticamente. Justo cuando finalmente había logrado estar a gusto cerca de Belldandy, lo consumían los nervios otra vez. “De acuerdo, bueno, me voy a acostar.” Apenas podía convencerse de mirarla. Fingiendo tranquilidad con cada fibra de su ser, se acostó en el futon, muy consciente una vez mas de que estaban los dos juntos y solos. Quería decir algo agradable, pero las únicas palabras que logro decir se escucharon como las de un líder de tropa de un grupo de niños exploradores. “Mañana nos levantamos a las 4:30 y salimos a las 5:00. Necesitamos llegar al Camino Principal de Arakawa a las 6:30.”
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Pero que romántico Señor. Tan pronto como las palabras salieron de su boca se reprocho a si mismo. Pero la respuesta de Belldandy fue entusiasta. “¡Bien! ¡Será un hermoso día mañana!” Estaba sentada cerca de la ventana, contemplando fijamente la luna llena que brillaba encima del océano. “¡Buenas noches Belldandy!” “¡Buenas noches, Keiichi-san!” Con las luces apagadas, la habitación fue bañada por la suave luz de la luna. El ruido de las olas del mar era un arrullo rítmico. Keiichi estaba convencido de que estaría demasiado nervioso como para dormir, pero antes de que se diera cuenta se encontraba durmiendo placidamente. Después de todo, no había pegado el ojo la noche anterior y habían viajado bastante durante ese día. Belldandy miro fija y tiernamente a Keiichi, observando su pecho subir y bajar. Se deslizo hacia él y se sentó a su lado. Tan suavemente como le fue posible, puso su mano encima de la de él. “Keiichi-san…” El calor de la mano la lleno de felicidad. Como las olas del océano, la sensación era infinita y continua. La luna llena los cuidaba desde lo alto mientras la noche transcurría silenciosamente.
“¡Es como un loco juego de pégale al topo!” Skuld gritaba con frustración. No importaba cuantos cálculos y correcciones hiciera, los bichos continuaban proliferando. Su grito resonaba contra el techo en forma de domo y rebotaba con aun más vehemencia. “¡Dear Lord 3 ! ¡Te escuchas por todo y hasta el otro extremo del pasillo!” Los tacones de Peorth sonaron mientras entraba con elegancia y a grandes pasos en el cuarto, exudando el perfume de las rosas. Aunque probablemente no era intencional, todo lo que decía siempre lograba oírse mordaz. “¡Es que… nunca antes me había enfrentado con bichos como estos!” Skuld se dio la vuelta, con el rostro irr adiando disgusto. “Entiendo, my dear 4 .” Peorth sonrío tranquilamente. “Estoy bastante desorientada,” dijo poniendo un monto de blocs con información enfrente de Skuld. “¿Qué es… esto?” “Nuevos datos. Al parecer, los números están ligeramente mal otra vez… los acaban de mandar del cuarto de control.” “¡¡!!” Justo cuando acababa de terminar de hacer bien sus cálculos-¡ahora tenia que hacerlo todo otra vez! Skuld dejo caer sus hombros con desaliento. “Thank you 5 ” Peorth le dio a la casi llorosa Skuld una suave palmadita en al espalda y se encamino hacia donde estaba Urd, quien estaba mirando atentamente su monitor. “¿Cómo se ve?” le pregunto. “No muy bien,” Urd respondió sin apartar la mirada de la interminable serie de números. 3
¡Sacré bleu!: ¡Por el Todopoderoso chérie: querida 5 Merci: Gracias 4
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“Tal y como me lo temía.” Peorth miro con atención al monitor, su mano presionaba los mechones de cabello negro que rozaban su mejilla. “Veo que hice bien en solicitar la ayuda de ustedes.” “Y entonces nos habrían llamado para que regresáramos de todas maneras…” Al principio, Urd había mentido para darles a Belldandy y a Keiichi una oportunidad de estar juntos a solas. Pero llegaron al Cielo únicamente para descubrir que Yggdrasil estaba a la mitad de una caída del sistema. Peorth y las otras diosas recibieron la ayuda extra con los brazos abiertos, poniéndolas a trabajar de inmediato en las labores de reparación. “Estonces después de todo le estaba diciendo la verdad. ¡Menos mal!” Urd murmuró. “¿?” Urd se había ahorrado el problema de aplacar a Skuld, pero ahora Yggdrasil se rehusaba a calmarse. Y también estaba teniendo bastantes problemas con ello. Los errores persistían inalterablemente sin importar lo que intentara. En ese mismo momento, una aberración inusual se produjo en el flujo de energía. “¿Qué fue eso?” Urd tuvo un mal presentimiento. “¡Ah! ¡Ahí esta otra vez!” Peorth frunció el ceño. “Ya es la segunda vez. Hasta ahorita, nunca había visto nada como eso. No tengo ni idea de lo que podría ser…” El tono de Peorth era de despreocupación, pero Urd se vio recordando el pasado. Todavía podía escuchar los gritos horribles de los dioses. Mientras los recuerdos de esa fatídica tarde llegaban en tropel, su cuerpo tembló y dejo escapar un profundo suspiro. “¿Te importaría ayudarme por un rato?” “¿Excuse me6 ?” “… creo que realmente tenemos que limpiar por completo el sistema.” Peorth estaba algo sorprendida por la inusual seriedad en la voz de Urd. “¿Qué mosca te pico, Urd? No estas enferma, ¿o si?” “Una nunca sabe…” Urd dijo sarcásticamente con su tono usual despreocupado. Sintió una ligera punzada de envidia hacia Peorth por no tener recuerdos de esa existencia anterior. Sobre los paneles resplandecientes y cambiantes, los números y ecuaciones fluían como música. Será mejor revisar los valores de neutrinos también… Mientras Urd conectaba el sistema, se acordó de lo que Skuld había dicho aquel día. “Skuld, descansa un rato de la limpieza de bichos y ven a echarnos la mano,” le dijo a su hermana. Peorth, también, se sentó en medio de las dos hermanas y rápidamente se puso a trabajar. “¿Este… y que vamos a hacer?” Skuld se atrevió a preguntar tímidamente, preocupada por las miradas serias en los rostros de las diosas mayores mientras empezaban a procesar la enorme cantidad de datos en los paneles de control. “Estamos limpiando el sistema de Yggdrasil,” Peorth le dijo, sus dedos se movían rápidamente. “¿Limpiándolo? ¿Qué parte?” Skuld pregunto, armándose de valor. Urd y Peorth se voltearon hacia ella. “Todo,” contestaron al unísono. Las débiles esperanzas de Skuld se evaporaron completamente. ¿Cuánto tiempo y esfuerzo tomaría el terminar semejante tarea? “¡¡¡~~~~~~!!!” 6
¿Pardonnez-moi?: ¿Perdón?
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Otra vez, el lamento mudo de Skuld hizo eco a través de los confines del Cielo. “¡Únicamente tres mil metros mas, amigos! ¡Animo!” El grupo de excursionistas hizo unos cuantos gruñidos dispersos de aprobación en respuesta al alegre incentivo de su guía. Más de cinco horas habían pasado desde que salieron del Camino Principal de Arakawa a las 6:25 de ese día. Los primeros ocho kilómetros habían sido relativamente planos y sencillos, casi como paseándose a lo largo de las vías del tren. Pero los últimos cuatro kilómetros mas o menos habían sido mucho mas pesados, y aunque animados a lo largo del camino por tantos escenarios como el de un tremendo tocon de árbol llamado el Tocon de Wilson y el segundo cedro mas grande la isla, los empinados escalones de madera y las cuestas arduas parecían interminables, y el grupo estaba mostrando señales de cansancio. “¡Solo un poquito mas, Keiichi-san!” Belldandy volteo la cabeza para mirarlo sin aminorar su enérgico paso. El grupo estaba casi cerca del Cedro Jomon. “Sip…” El lema del Club de Motores era “fuerza y resistencia,” y los senpais hacían pasar a Keiichi por un riguroso régimen de ejercicios a diario. No estaba fuera de forma o débil en cierto grado… pero al final, con la duela empinada del camino de la montaña, se vio apenas sin aliento. Abajo en la llanura, la temperatura había estado en el lado caluroso, pero arriba a 1,300 metros el aire del bosque era bastante frío. Su cara estaba pegajosa por el sudor, pero al menos no le estaba chorreando por el rostro. En ese momento… “¡Ah! ¡El Cedro Jomon!” El grito emocionado vino desde adelante. ¡Por fin, habían llegado! “¡Muy bien, vamos!” “¡Si!” Keiichi y Belldandy apresuraron el paso. “¡Increíble!” Era diferente de cualquier árbol que Keiichi hubiera visto antes. Los otros árboles cercanos parecían arbustos en comparación. El enorme tronco se erguía en el camino como una pared, y las ramas se extendían hacia arriba como senderos hacia el cielo. Surgía majestuosamente en la luz del sol, como un dios terrenal. “¡… órale!” Keiichi dijo con asombro, maravillado otra vez. Estaba completamente abrumado por su magnificencia. ¿Qué tipo de cosas había este árbol presenciado en los miles de años que tenia erguido en este lugar? Mientras el aura de su antigüedad se extendía a través de su cuerpo, sintió que su agotamiento desaparecía. “¿No es increíble, Belldandy?” Se volteo hacia ella, esperando disfrutar el profundo momento, juntos. Pero cuando miro, la expresión de Belldandy estaba llena de dolor. “¿Qu-que pasa?” Esa reacción era tan diferente a la suya propia que era incapaz de esconder su aturdimiento. Belldandy junto sus manos, sus ojos cerrados, como si silenciosamente estudiara la energía del árbol. El viento acaricio sus sonrojadas mejillas. Después de unos segundos, murmuro suavemente, “¡Keiichi-san… el árbol esta enfermo!” “¿Eh?” Keiichi quedo desconcertado. “¿Enfermo?”
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Levanto la mirada hacia el Cedro Jomon una vez más. La grandeza del árbol todavía lo lleno de admiración, pero esta vez lo examino más detenidamente. Empezó a notar lo que Belldandy quería decir-de inspección más de cerca, las grandes ramas y hojas parecían un tanto enervadas. Y aunque la copa del árbol recibía mucha luz del sol, su verdor estaba moteado con parches de café. “… Tienes razón…” dijo. “Sus vibraciones son muy débiles,” le dijo. “¿…Me pregunto que le pasara?” Mientras que los otros excursionistas se mantenían ocupados felizmente tomando fotografías, Belldandy y Keiichi miraban fijamente al Cedro Jomon en silencio. “¡Lo lograron!” una voz dijo de repente. Se voltearon. El adolescente que era su guía del camino estaba de pie sonriéndoles abiertamente. Era un líder consciente y, durante todo el trayecto, había estado atento y alerta a los niveles de energía del grupo. “¿Se sienten bien los dos?” les pregunto. “¡Usted se ve como si estuviera muy bien!” agrego, mirando a Belldandy. Belldandy había exclamado con entusiasmo sobre el paisaje todo el camino, si ni siquiera perder el aliento o sudar una gota. “Nunca había visto a nadie como usted,” el guía dijo con admiración. “¡Es una escalada difícil, incluso para un hombre!” “Gracias.” Era muy natural, ya que era una diosa. Incluso escalar el Monte Everest probablemente seria como un paseo por el parque para Belldandy. “Nos iremos otra vez como en una hora.” El chico miro su reloj. “No es mucho tiempo, pero traten de descansar y coman algo si pueden.” Les había tomado cinco horas el llegar hasta allá, así que claro seria una caminata de cinco horas para regresar también. Para cuando llegaran al Camino Principal de Arakawa, seria después de la puesta del sol. “¡Entendido!” Keiichi sonrío. Satisfecho con esta respuesta, el guía llevo al resto del grupo hacia un lugar de descanso cercano. “¿Belldandy, sabes que tiene?” Keiichi y Belldandy se quedaron cerca del árbol. La luz del sol caía hacia las enormes raíces. “No… no puedo saberlo sin tocarlo directamente.” El árbol estaba rodeado por una plataforma de observación, para evitar que los visitantes se acercaran demasiado. Aunque Belldandy era una diosa, no podían quebrantar las reglas cuando otras personas podían ver. “Un cedro tan importante…” Keiichi murmuro. Tal vez el árbol no estaba en peligro inmediato, pero era claro que algo se necesitaba hacer, entre más pronto mejor. Además, podía notar que Belldandy quería ayudar desesperadamente. “Muy bien…” dijo. Le contó su plan. Los únicos sonidos en el área de descanso eran los cantos de los pájaros, las ráfagas de viento, y las alegres voces y risas de los excursionistas. Mientras comían felizmente los
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almuerzos preparados y proporcionados por la posada, la satisfacción de ver el Cedro Jomon pronto los hizo olvidarse de cuan cansados estaban. “¿Puedo acompañarlo?” Keiichi se sentó al lado del guía. “¡Claro, adelante!” El chico sonrío. Sus dientes blancos brillaban en contraste con su piel bronceada. “¿Y donde esta la chica que estaba con usted?” “Ah… dijo que respirar el aire de aquí arriba era mas vigorizante para ella que comer. Esta por allá cerca del Cedro Jomon…” “¡En serio! ¡Caray… de veras que es alguien extraordinaria, ¿verdad?!” “Sip…” El lugar de descanso estaba a unos cuantos metros de distancia del cedro. El resto del grupo acababa de empezar a comer, así que estarían ahí por un buen rato quietos. Si Keiichi solo pudiera mantener distraído al guía, Belldandy tendría bastante tiempo para tocar el árbol y hacer funcionar su magia. Ese era su plan. Desenvolvió el papel aluminio alrededor de sus bolas de arroz. El guía se había zampado las suyas de un bocado. Mientras lo observaba, de repente pensó en algo. ¿Me pregunto si lo habrá notado? Dado que el chico vivía en el área y veía al cedro con frecuencia, podía tener información importante. Keiichi saco a colación el tema tan tranquilamente como le fue posible. “Ciertamente no se mucho de botánica… pero parece que el Cedro Jomon no tiene muy buen aspecto.” “¿Si?” “Es que me preguntaba si estaba saludable…” Al principio, el chico se veía sobresaltado, pero su expresión rápidamente se tranquilizo otra vez. “Estoy impresionado,” dijo. “Es la primera vez que un visitante lo nota siquiera.” Lentamente, le empezó a explicar. “Sucedió a principios de la primavera de este año… En un principio el árbol se veía algo cansado, pero tiempo después, partes de el se pusieron cafés… Todos los guías estábamos muy preocupados, así que llamamos a todo tipo de expertos y probamos muchas cosas diferentes, pero todavía no sabemos que es lo que tiene.” “No lo saben…” “Así es.” Por primera vez, la alegría del chico se desvaneció y su expresión se entristeció. “Claro, ese árbol ha estado aquí por mucho mas tiempo que la civilización humana. Tal vez es arrogante de nuestra parte el pensar que podemos hacer algo…” En ese mismo momento, una poderosa ráfaga de viento sacudió los árboles cercanos.” “No se preocupe,” Keiichi lo tranquilizo. “Estoy seguro de que se recuperara.” Se dio cuenta de que Belldandy estaba detrás de ese viento. Después de todo, añadió internamente, ¡tenemos una diosa de nuestro lado!
*** Belldandy estaba parada sola enfrente del cedro y lentamente alzo sus brazos. Plumas blancas brotaron de su espalda, y un ángel de ojos azules emergió, extendiendo sus alas.
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“Holy Bell…” El sol brillaba a través del pelo rubio del ángel mientras ondeaba con el viento. “Quiero darle energía a este cedro.” Las dos juntaron sus manos y suavemente empezaron a cantar. Su energía se convirtió en sonido, y después en melodía. Las venerables voces de la diosa y el ángel se fusionaron en un haz de luz que suavemente envolvió al Cedro Jomon. La calida energía de esa luz se propago alrededor de ellos, revitalizando a los árboles cercanos e inundando el bosque con fuerza. Pero solo el Cedro permanecía sin cambios… “Me pregunto que pasa… todavía puedo sentir una fuerte voluntad de vivir…” Cuando había tocado el tronco del cedro al principio, había percibido poderosas vibraciones. No podía entender por qué su magia no estaba surtiendo efecto. “Cedro Jomon… por favor, contéstame.” De nuevo, presiono su mano contra el tronco del árbol. De repente, sintió una pulsación de energía rígida a través de su brazo. ¡¿?! “¿Qu-que dijiste?” Había sido incapaz de descifrar el mensaje del árbol, y busco desesperadamente escuchar la voz una vez más. Pero el árbol nunca le hablo una segunda vez. Holy Bell observaba con preocupación mientras Belldandy inclinaba la cabeza con aflicción. “Cantemos… solo una vez mas.” De nuevo, pusieron sus manos juntas como si rezaran y enfocaron sus energías. “¡Por favor acepta nuestra ayuda… aunque sea un poquito!” Su cuerpo emito un resplandor dorado. La dulce música resonó a través del bosque antiguo y se desvaneció en la distancia. K Y O U E N – B A N Q U E T E “¿Qué vamos a hacer, Den-chan?” “Sepa, Dai-chan.” Las mañanas y tardes se habían vuelto frías, y el cambio de estación era evidente en la vestimenta de los apresurados estudiantes por los alrededores del campus del Instituto de Tecnología de Nekomi. Llevaban suéteres, botas, y sacos-los especialmente elegantes lucían prendas de piel. Pero Tamiya y Otaki eran la excepción a la regla. Como siempre, el Presidente del Club de Motores llevaba pantalones de mezclilla y una camiseta de corredor, y el Vice Presidente Otaki traía una chamarra de cuero negra surtida con docenas de herramientas. Los dos amigos vestían las mismas ropas como si fueran uniformes año tras año. Parecía que se olvidaban del pasar de las estaciones… excepto por su angustiosa conversación. “¡Estamos en problemas, Den-chan!” “Is. ¡Grandes problemas, Dai-chan!” Mientras se inclinaban sobre sus platos extra grandes de ramen y arroz con curry en la cafetería de la escuela, su conversación no parecía tener ningún sentido. Con la alegría de las vacaciones de verano detrás de ellos, el siguiente gran evento por venir era el festival escolar. Era una ocasión emocionante, ofreciendo oportunidades para mezclarse con estudiantes de otras escuelas y exhibir los frutos de sus trabajos. Pero era más que eso. Para los clubes estudiantiles que aspiraban a mejores y más grandes
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proyectos, era el momento cuando los fondos eran absolutamente necesarios. Por esta razón, era la época del año mas critica para los clubes que buscaban llenar sus arcas. Desafortunadamente… “… Esto no esta nada bien.” Tamiya apuro la ultima gota de su tazón de ramen, suspiro profundamente, y se dejo caer en su silla. Para el Club de Motores, eternamente faltos de dinero, el Festival de Nekomi era una salvación crítica. Esa salvación estaba en peligro de ser cortada. “¡Oigan, escuche que el fantasma de cabello largo se apareció en la sala de maestros anoche!” una voz dijo en la mesa de al lado. “¿De veras? ¡Dijeron que se apareció detrás de los edificios norte apenas antenoche!” “¡Órale, son muchas apariciones!” “Pero al principio, únicamente solía aparecerse cerca de la fuente…” Los rumores habían empezado a circular a principios de la primavera. En un principio, parecía solo una historia escolar de fantasmas… “Dicen que es el espíritu de una mujer que se suicido tiempo atrás…” “¿Hace cuanto?” Pero últimamente era el tema de conversación de la escuela. Incluso desde las vacaciones de verano, las apariciones se habían incrementado dramáticamente, así como el número de estudiantes que lo habían visto. Algunos quedaron tan traumatizados que dejaron de asistir a clases, y la rectoría ya no podía ignorar por más tiempo este asunto. “¡Es una desgracia total!” Un grupo de chicas que caminaba por ahí se quejaron en voz alta. “¡Si! Que mala pata-estaba esperando con ansia la oportunidad para traer a mi galán a la escuela…” “¿Perate, entonces ya en definitiva se cancelo?” “No, no todavía. Se supone que harán pública la decisión la siguiente semana. Pero como se están dando las cosas, no se ve nada bien…” “Grandioso. ¡Si cancelan el Festival de Nekomi-será una aburrición total!” Los ojos de Tamiya brillaron. Había escuchado vagos rumores de que la rectoría y el Comité del Festival estaban considerando cancelar el festival debido a la imprevisible situación, pero nunca había esperado que las cosas se adelantaran así de rápido-y en una siniestra dirección, nada menos. “¿Qué hacemos, Den-chan?” “Esto esta mal, Dai-chan.” “¡El Club de Motores tiene que proteger el Festival de Nekomi, sin importar como!” “¡Cierto!” Con los brazos cruzados, se quedaron callados de nuevo por un rato. “Oye, Den-chan… si esa cosa que causa los problemas se fuera, no habría mas problemas, ¿cierto?” Apurando su vaso con agua, Otaki resalto lo obvio en voz baja. “… Sip… así es. Si esa cosa se fuera, no habría ningún problema.” Tamiya apretó el puño. “¡Así que todo lo que tenemos que hacer es deshacernos de esa molestia!” Sus rostros dibujaron sonrisas de confianza. “… Dai-chan…”
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“Si, Den-chan.” Asintieron decididamente. Sus sillas se sacudieron ruidosamente y casi se cayeron mientras se paraban de un salto y salían a toda prisa de la cafetería. Suaves hileras de nubes cirrocúmulos se esparcían en el brillante cielo azul, y entre las hojas marchitas, las bayas empezaban a ponerse de un intenso naranja de atardecer. El otoño hizo sentir su presencia rápidamente en el Templo Tarikihongan. “¡Bienvenida!” En el cuarto del té, Belldandy aparto la mirada de su costura. Una bolsa de plástico con una caja cuadrada dentro fue dejada caer sin miramientos sobre la mesita. “¡Me duelen las patas! ¡Esta es la ultima vez que hago esto!” Urd suspiro ruidosamente y se dejo caer en el piso con una dramática expresión de agotamiento. Su cara era el vivo descontento. Belldandy dejo escapar un suave chasqueo mientras cambiaba de postura y gritaba hacia el pasillo. “¡Skuld! ¡Ya vino Urd!” Un momento después, la puerta corrediza se abrió. “¡Si que te tomaste tu tiempo!” la mas joven de las diosas entro saltando al cuarto, brusca e impacientemente, su pelo negro balanceándose detrás. “¿Supongo que compraste el helado que te pedí?” Fastidiada por el tono extra autoritario de Skuld, Urd se puso de más mal humor. “Si, lo que digas…” murmuro con resentimiento. Normalmente, esta clase de provocación haría enojar a Skuld, pero hoy miraba con aire de superioridad a Urd y con una sorprendente tranquilidad. “¿Ah si? ¿Estas segura de que esa es tu respuesta?” Skuld tenía una buena razón para tratar despóticamente a su hermana. Casi habían terminado con su trabajo en el Cielo, cuando Peorth inadvertidamente dijo algo que puso al descubierto el engaño de Urd. Los gritos de enojo de Skuld habían resonado por todo Yggdrasil, y su indignación estallo como un volcán incontenible. Era comprensible… había sido llevada al Cielo en la mañana de un viaje, obligada a ayudar con la eliminación de los bichos e incluso con la limpieza completa del sistema. Su furia no conocía ningún límite. Al principio, Urd ignoro a su agitada hermana. Pero como todavía quedaba trabajo por hacer y necesitaban de la ayuda de Skuld. No le quedo otra opción, había cedido… “¡Una promesa es una promesa!” Skuld la regaño. Para convencerla, Urd había prometido hacerle a su hermana cualquier favor que le pidiera cuando regresaran a la Tierra. Era una promesa que viviría para lamentar. Solo habían estado de vuelta en el templo por cuatro o cinco días cuando le cobro el favor. “Urd, el nuevo numero de la Dobon sale hoy. Quiero que vayas-a pie-y me lo compres, y que me traigas todos los sabores de helado de esta lista.” El solo recordar la voz jactanciosa hizo enojar a Urd. “Espero que no se te haya olvidado el de almendra y moka dulce, el de chocolate con menta, el de galletas y crema, o el de ron con pasas…” Skuld miraba dentro de la caja. Urd lanzo una mirada hacia su hermana y echo para atrás su pelo con fastidio. “Compre cada sabor que tenían, así que esos deben estar ahí.” “¿Qué?” Skuld se quedo de una pieza. “¿Los treinta y dos sabores?” ¡No era de extrañar que la caja fuera tan grande!
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“¡Yuupiiiii!” Skuld grito, sonriendo de oreja a oreja. Abrazo la caja contra su pecho, con todo y bolsa de plástico, e hizo un pequeño baile de alegría. Despertada por el alboroto, su ángel salio de pronto de la espalda. “¡Noble Scarlet! ¡Es el nuevo número de Chicas de Flores! ¡Vamos a leerlo juntas y a comer helado!” Los ángeles compartían los gustos de sus diosas. Los ojos de Noble Scarlet brillaron mientras asentía con la cabeza. “¡Urd, estoy lista para hacerlo cálculos incluso ahora!” Skuld salio saltando alegremente del cuarto, su diminuto ángel a cuestas. Probablemente no saldría de su cuarto hasta en la noche. “¡Caramba!” Mientras la paz y la tranquilidad regresaban al cuarto del té, Urd y Belldandy intercambiaron miradas. Mientras que solo unos cuantos días habían pasado en el Cielo, más de un mes había transcurrido en la Tierra. Nadie estaba más feliz y aliviada que Belldandy de estar finalmente reunida con sus hermanas. “Nee-san… gracias por trabajar tanto. Se enfrentaron a muchos problemas, ¿verdad?” “Ay, pero si no fue la gran cosa.” Belldandy sonrío-había extrañado los firmes alardes de Urd. De atrás de un estante, saco una botella larga. “Te traje un regalo. Espero que te guste.” Ella y Keiichi la habían escogido juntos mientras curioseaban en la tienda de recuerdos de Yakushima. “¡Shochu de papa! Nunca antes lo había probado…” Hecho con papas dulces de la ciudad de Satsuma y el agua pura de manantial que le daba a Yakushima el sobrenombre de “isla de agua,” el shochu de papa era una especialidad de sake que gozaba de fuertes seguidores. Después de saborear el aroma que lleno el aire cuando rompió el sello, Urd lleno su vaso de cerámica hasta el borde. “¡Por esto vale la pena regresar a la Tierra!” Vacío su vaso de un solo trago. Una sonrisa de satisfacción se dibujo en toda su cara mientras disfrutaba el sabor. “Ah, que bien. Que bueno que te gusto.” Urd se sirvió otro vaso e inmediatamente se lo tomo. “¿Y bien? ¿Cómo les fue en el viaje?” Urd miraba con atención a la cara de Belldandy, anticipando una historia picante para acompañar su deliciosa bebida. Pero en vez del nerviosismo y el rubor rojo encendido que Urd había esperado, la expresión de Belldandy se ensombreció. “¿Belldandy?” “Yo…” Cuando vio la atención en los ojos color tanzanita de Urd, la preocupación reprimida en el corazón de Belldandy afloro. “Nee-san… no… no se que pensar…” Belldandy apodo al Cedro Jomon “el Yggdrasil de la Tierra” en su mente, y esperaba con ansia el verlo incluso más que pasar un tiempo a solas con Keiichi. Pero el cedro mas viejo de la Tierra se había rehusado a contestarle, y no importaba cuanto tratara, había frustrado sus esfuerzos para darle fuerza. Preocupada de que pudiera estar algo mal con sus poderes, después de regresar al Templo Tarikihongan, busco respuestas de las montañas detrás del templo y del océano a lo lejos. Cuando descubrió árboles cuya fuerza vital les estaba fallando, con Holy Bell les canto su canción curativa, como lo habían hecho con el
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Cedro Jomon. Las montañas y el mar le contestaron como siempre lo hacían, y sin excepción, los árboles enfermos recuperaron su vigor. “Tal vez ese cedro solo dio la casualidad de que era de verdad obstinado,” Urd sugirió. Seres orgullosos eran con frecuencia difíciles de tratar. “Espero que solo sea eso…” “Bueno, todos los demás respondieron muy bien, ¿cierto?” “Si…” “Entonces todo esta bien. No hay nada de que preocuparse.” Era raro-no importaba cuanto Belldandy había tratado de convencerse de lo mismo, una parte de ella había permanecido poco segura. Pero las simples palabras de consuelo de su hermana mayor le dieron gran alivio. “Gracias, Nee-san.” Su preocupación no estaba aliviada por completo, pero la presencia de Urd le dio tanta tranquilidad como si hubiera tenido un ejército de aliados. “¿Y entonces… besaste a Keiichi?” “¡Nee-san!” La sonrisa de Belldandy regreso. Mientras las dos hermanas reían juntas, el ruido del motor de una BMW rompió el silencio de afuera. Keiichi había llegado. “¡Ooh, ahí esta tu amorcito corazón! ¡Será mejor que vayas a recibirlo a la puerta!” “¡Si! Belldandy asintió con vigor. Su pelo color castaño se balanceo detrás mientras salía del cuarto. Urd la miro irse y dejo escapar un leve suspiro. ¿Podría estar esto relacionado con las aberraciones del sistema? Vació su vaso de sake una vez más y contemplo fijamente la botella de shochu, ahora un tercio vacía. “¡Bienvenido! Llegas tarde, ¿verdad?” Keiichi le dijo que su clase terminaría temprano en la tarde, pero ya eran más de las tres. Belldandy había estado un poco preocupada al no saber nada de él, pero estaba mas tranquila de que ya estuviera en casa sano y salvo. “¿Ya comiste?” pregunto. “Si no…” Keiichi permanecía inmóvil en su moto, con la espalda hacia Belldandy, aunque ya había apagado el motor. Algo malo pasaba. “¿Keiichi-san…?” Lentamente, Keiichi se volteo hacia ella, tenia una expresión tan miserable, que parecía una mascara del teatro tradicional japonés Noh. “Belldandy…” Gruesos pliegues arrugaban su frente, y su boca era una línea recta y delgada. “¿Qué tienes?” “Belldandy…” Esto era serio. “Sea lo que sea, vamos adentro, ¿si, Keiichi-san?” Suavemente, lo llevo hacia la casa y abrió la puerta del frente. “Ey, bienvenido.” En el cuarto del té, Urd todavía estaba platicando con su botella de sake. El líquido adentro ya estaba a la mitad. “¿Y por qué esa cara tan larga?” Sin decir palabra, Keiichi bajo los hombros y se dejo caer apáticamente, su casco todavía debajo del brazo. “Estoy amolado.”
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“¿Ah, si?” “Si… cuando ya venia para acá, los senpais me llamaron para platicar.” Los senpais. Esos eran Tamiya y Otaki. La sola mención de su involucramiento daba entender algún tipo de problema ridículo. “¿Y que querían esta vez?” Keiichi miraba de una hermana a la otra. Lentamente empezó a relatar lo que había sucedido en la escuela.
*** “¡Que onda, Morisato-kun! ¿Ya te vas para tu casa?” “Ah, hola chicos…” Cuando Keiichi vio a sus dos senpais esperándolo en el estacionamiento al lado de su moto, con los brazos cruzados, tuvo el presentimiento de que algo desagradable esta a punto de suceder. “¿…Qué hay de nuevo?” El hecho de que habían usado el sufijo relativamente respetuoso “kun” después de su nombre era una clara indicación de que querían algo de él. También era fácil imaginar que probablemente se trataba de algo mucho muy molesto. “En realidad tenemos un trabajo para ti.” ¡Aquí viene-! Las alarmas sonaron en su mente. Si solo pudiera alejarse de algún modo y no escuchar el resto de lo que tenían que decirle. Su corazón se lleno con una desesperada sensación de hundirse en una trampa de arenas movedizas. “¿Y de que… se trata? Con esas simples palabras, abrió una caja de Pandora. “¡Keiichi Morisato, oficialmente te nombramos…Jefe de las Fuerzas Especiales!” “¿?” Eso era definitivamente algo que no había esperado, e inclino de lado su cabeza confundido. Basado en experiencias anteriores, había imaginado algo mas en la línea de limpiar la casa sede del Club de Motores de arriba abajo, o buscar y conseguir partes de motocicleta desechadas en la basura… “¿Fuerzas Especiales? ¿Y eso que es?” pregunto, desconcertado por este inesperado hecho. Esa era la gran pregunta que Tamiya y Otaki habían estado esperando. “¡Es para el Juego de Supervivencia CMC!” “¿Juego de Supervivencia?” “Sip. C de Cacería del Fantasma, M de Millón de Yenes, y C de Club de Motores. Juego de Supervivencia CMC para abreviar. Genial, ¿eh?” No otra idea descabellada… Keiichi suspiro profundamente mientras observaba a sus senpais jactarse orgullosamente. Solo podía haber una explicación del por qué habían ideado algo tan ridículo. “¿No me digan… que esto tiene que ver con salvar el festival escolar?” También él había oído rumores de que el festival de Nekomi estaba en peligro. Y también sabía que era a causa de las apariciones del fantasma. “¡Acertaste, Morisato-kun! ¡Tenemos un magnifico plan para salvar el Festival de Nekomi, y garantizar un brillante futuro para el club!”
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Lo sabía. Cualquier plan que este par hubiera ideado estaba destinado a ser un desastre. Desesperadamente, busco como rebatirles. “¡Pero caramba, eso es imposible! ¿CMC? ¡Un mejor nombre podría ser el Juego de Supervivencia 3S, de Sospechoso, Singular, y Sedicioso!” “¡Órale! ¡Eso fue muy ingenioso!” Por raro que parezca, eso pareció impresionarlos. “De todos modos, Morisato-kun, este es el por qué te estamos nombrando Jefe de las Fuerzas Especiales…” Pero sus protestas habían caído en oídos sordos. “Vas a ser nuestro francotirador.” Un remolino de pensamientos giraron frenéticamente a través de su cerebro. Conociéndolos, quieren que acabe con el fantasma y gane el millón de yenes del premio. ¡¿Esperan que derribe a un fantasma?! ¿Qué se creen que somos, Los Cazafantasmas? Se inclino hacia delante. Antes de que pudiera acomodar las ideas, una sarta de protestas salio de su boca. “¡Eso es imposible! ¡Ni loco! ¡No soy experto en fantasmas-solo un chico universitario normal! ¡No hay forma de que pueda dispararle desde arriba al fantasma de alguien que se suicido!” Tamiya interrumpió sus alegatos con un violento gruñido. “¡Tonto! ¡No al fantasma! ¡Queremos que les dispares a los participantes!” “¡¿…Eh?!” Con una sonrisa de auto-satisfacción, Otaki explico el plan. El ganador del juego de supervivencia recibiría un millón de yenes. La competencia empezaría a una hora determinada, y tanto jugadores solos como equipos podían registrarse para participar. Las reglas se basaban en esas de un juego normal de supervivencia: los participantes a los que les disparara un contrario estarían “muertos” y tendrían que dejar el juego. Al inicio del juego, a los participantes les darían diez minutos para dispersarse antes de que el combate empezara. El combate seria sin límite de tiempo, y el primer participante en subyugar al fantasma seria declarado el ganador. “¿Entonces por qué quieren que les dispare a los participantes?” “¡Sigue escuchando!” No había cuota de inscripción para entrar al juego. De esa manera, cualquiera podía sentirse en libertad de participar. Ahí era donde Atrapador # 1 entraba al juego: el club recaudaría fondos vendiendo un mapa de todos los lugares donde el fantasma había sido visto en el campus, así como un manual para cazar fantasmas escrito por Remi Zweiganir, la antigua matriarca de Nekomi. Esta brillante estrategia dependía del anhelo de los participantes para buscar cualquier ventaja que pudieran tener sobre sus participantes. “¿Quién es Remi Zweiganir…? Keiichi quería saber. “¡Todo por el increíble precio bajo de 3,000 yenes!” Le mostraron un detallado mapa. Y se preguntaba quien rayos lo había dibujado. “¡Eso nos lleva a las obligaciones del Jefe de las Fuerzas Especiales!” Tamiya puso su rostro justo enfrente del de Keiichi. “¿Qué?” “¡No nos hagas explicártelo, Morisato-kun!” Si… él era el Atrapador # 2. Por supuesto que no tenían un millón de yenes de premio en efectivo para darle al ganador. Si un no-miembro llegaba a ganarse el premio, tendrían problemas para pagar. Pero si Keiichi eliminaba a todos los demás participantes, no habría
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nada de que preocuparse, y el club simplemente podría sacar provecho directamente de las ganancias del mapa y el manual. “Claro, que lo mejor seria si de verdad derrotaras al fantasma y salvaras el Festival de Nekomi…” “Pe-pe-pero…” “¡Si… conociendo bien al viejo Morisato-kun… bien podría hacerlo!” “Pero oigan…” Keiichi alegaba. Los ojos de Tamiya brillaron despiadadamente. “¡Morisato, no nos hemos olvidado de cómo abandonaste el campamento de entrenamiento del club este verano!” “¡…!” Ese era su punto débil-Keiichi había estado tan emocionado por el viaje a Yakushima que se olvido por completo de eso de la noche a la mañana. Desde las vacaciones de verano, los miembros del club usaron eso en contra de él en numerosas ocasiones. “… Esta bien… ustedes ganan…” Su voz era tan débil como el zumbido de un mosquito. “¡Contamos contigo, Jefe de las Fuerzas Especiales!” Palmadas llenas de entusiasmo cayeron sobre su espalda. “Y eso básicamente lo resume todo…” Belldandy le había servido a Keiichi otra taza de té en la mesita. Como siempre las hojas del té estaban flotando encima-pero no había forma de que él pudiera interpretar eso como un signo de buena suerte en un momento como ese. “Ya veo…” Belldandy miraba a Keiichi compasivamente mientras él bajaba los hombros derrotado. Todo lo que podía hacer era dar su mejor esfuerzo, sabiendo muy bien que el fracaso era inevitable. Pero Urd respondió a su mala suerte con sorprendente entusiasmo. “¡Suena divertido!” dijo. “¿Eh? ¿Quieres decir que te gustan ese tipo de cosas, Urd?” Keiichi levanto la cabeza, sorprendido. “¿Y por qué no? Podría ser una gran oportunidad.” “¿Una oportunidad?” “Exactamente.” Urd vació lo que quedaba de shochu en su vaso y se lo tomo. “¡Hemos estado en casa solo por unos días, y ya las cosas están poniéndose interesantes!” De buen humor, se puso de pie y salto pavoneándose del cuarto. Inmediatamente, se escucharon gritos sofocados y pelea desde el otro extremo del pasillo. Aparentemente, Urd había ido a ajustar cuentas con Skuld. Después de una breve refriega, se escucho un grito de “¡candado a la cabeza!” seguido de un silencio. “… Creo que ya se arreglaron…” “Si…” Al parecer, Urd se había vengado por completo de Skuld por su irritante comportamiento de momentos antes. Belldandy hizo una mueca, y Keiichi aclaro su garganta para sacar a colación el difícil asunto que había estado evitando. “¿Belldandy…? En realidad… hay algo mas… los senpais insistieron en ello…” Al principio, se había resistido firmemente… pero debido a ciertos motivos ocultos propios, se había visto incapaz de negarse.
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El sudor salio violentamente de los poros de su piel. Inclino la cabeza, demasiado abrumado tanto por desgano como emoción para levantar la mirada. Juntado sus manos en suplica, dejo salir la petición. “¿Podrías vestirte con un disfraz de enfermera?”
*** En la oscuridad de la maleza, los insectos ofrecían sus melodías alegres. No había luna, pero el cielo de la noche claro como el cristal brillaba con estrellas. La oscuridad envolvía al campus con un ambiente completamente diferente, y los edificios conocidos aparecían misteriosamente, como reliquias abandonadas. Pero en el estacionamiento estudiantil cerca de los edificios, un ambiente alegre de fiesta reinaba. Engalanados con disfraces extravagantes, los participantes estaban de buen humor mientras esperaban a que empezara el juego. Esa noche era la gran noche para la Cacería del fantasma del Millón de yenes del Club de motores-el Juego de Supervivencia CMC, y unos impresionantes seiscientos participantes habían llegado. “¡El negocio va bien, chicos, el negocio va bien!” Tamiya dijo. Los organizadores estaban que alucinaban. Tamiya estaba luciendo una cinta pasada de moda y una chamarra de algodón, además de su omnipresente camiseta de corredor, y Otaki llevaba puesto su apreciado traje de armadura de caballero cromado. “¡No nos falles, ahora, Morisato-kun!” “Aja…” Keiichi suspiro tristemente. Armados con una variedad de pistolas de bolitas de pintura, incluyendo del tipo eléctrico, de gas en aerosol, de tanque de aire y de carga de aire, los combatientes se habían disfrazado con atuendos que iban desde lo tradicional-equipo SWAT y policía, Segunda Guerra Mundial, guerra de Vietnam, y uniformes militares contemporáneos-hasta lo estrafalario-ropa del oeste, guerra civil, samuráis, bárbaros, ciencia ficción, películas, caricaturas, juegos de video, historietas (tanto japonesas como norteamericanas), y de ciencias ocultas. Estos eran los fanáticos y locos con los que Keiichi habría de competir. “¿Este, Tamiya? ¿Dónde están Imai y los otros del club?” pregunto. Lo habían nombrado Jefe de las Fuerzas Especiales, pero no había señales de los demás miembros del club. “Bueno… algunos de ellos están dirigiendo el juego o haciéndola de réferis, otros están vendiendo bebidas y cosas así. Todos están ocupados.” ¡¿Vendiendo refrescos?! Hablando de espíritu empresarial. ¿Así que solo estoy yo y estos dos? Como si pudiera leer los pensamientos de Keiichi, Tamiya inmediatamente extinguió las últimas esperanzas de Keiichi. “Por supuesto, nosotros dos tenemos que quedarnos aquí.” “¿Qué? ¿Quieres decir que no se van a unir a la batalla?” “Así es. Lo haríamos si pudiéramos, pero como los organizadores de este juego, tenemos que estar de guardia para ayudar a los heridos.” “Pe-pe-pero…”
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“¡La gloria de la batalla es toda tuya, Morisato-kun!” “Pe-pe-pero…” No había discusión con una excusa tan mala. Las Fuerzas Especiales iban a estar constar de únicamente Keiichi, Urd, y Skuld. Keiichi suspiro y dejo caer los hombros. Una mano le dio una enérgica palmada en la espalda. “¡Anímate, niño!” dijo Urd, “¡Con nosotras de tu lado, tienes el coraje de miles, la fuerza de millones!” Urd vestía un traje de una sola pieza tipo Ángeles de Charlie, el cierre del frente abierto peligrosamente hasta abajo para dejar ver el apretado escote de su generoso pecho. Se veía insoportablemente salvaje y sexi. “¡Si! ¡Somos un equipo de elite de lo mejor y lo más brillante! ¡No necesitamos excedernos en números!” Skuld estaba vestida con sus ropas de siempre, pero había traído algo que hizo que los ojos de Keiichi se abrieran por la sorpresa. “¿Qu-qué es…eso?” “¡Creí que nunca lo preguntarías! ¡Es el nuevo y mejorado Banpei RX: El Regreso!” “¿Banpei?” Con una cara blanca redonda, un cuerpo rojo redondo, un sombrero negro cónico, Banpei RX parecía estar hecho según el modelo del soldado de infantería japonés de la antigüedad. Keiichi miro fijamente al robot-nunca antes había visto nada como eso. “Increíble. Es asombroso.” “Lo se, ¿cierto? Se ve igual que antes, pero en el interior esta más avanzado que nunca. ¿Puedes distinguir la diferencia, Keiichi?” Skuld estaba llena de confianza mientras alardeaba, su nariz puesta en alto en el aire mientras Keiichi se movía alrededor de Banpei. Se detuvo en seco. “¿Eh? Este… pero nunca antes había visto a este robot antes…” “¿Qué?” “¿Estaba en el templo?” Por un instante, Skuld se quedo helada. “¡Así es! Lo dejo en el Cielo. ¡Creo que pensó que ya te lo había enseñado!” Urd respondió tranquilamente. “¡Ah!” Keiichi se convenció fácilmente, y las diosas respiraron con alivio. Urd le dio un codazo a Skuld enojada por su inapropiado comportamiento. “Eso fue estupido. ¡Él no recuerda, así que no solo puedes decirle nada!” susurro. “¡Bueno, a diferencia de ti, yo no digo mentiras!” “Eres una niñita malcriada.” “¡¿Qué dijiste?!” Justo cuando parecía que el gong de la batalla estaba a punto de sonar, antes de que el juego empezara, la voz de Belldandy se metió en la conversación. “¿Esta todo bien?” Keiichi se dio la vuelta, y la realidad se desapareció. Belldandy era una visión de belleza con su disfraz de enfermera de principios del siglo veinte. Llevaba puesto un vestido largo, azul pálido con mangas abombadas como pequeñas linternas. Su delantal blanco largo como la nieve estaba adornado con cinta de encaje adorable en el cuello y mangas, y un gorro de enfermera descansaba coquetamente encima de su brillante pelo color castaño. “¡Be-Be-Belldandy!”
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La temperatura de Keiichi se elevo y su pulso se acelero. ¡Caray, es bueno estar vivo! pensó. Por primera vez, se sintió agradecido con Tamiya y Otaki por urdir todo este plan. Mientras miraba fijamente, hipnotizado por esa hermosura, de repente se sintió motivado a dar su mejor esfuerzo. Belldandy se sonrojo ante la expresión aturdida de Keiichi. “¿Me veo rara?” pregunto. “¡Ah, no! De verdad te ves muy bien. En realidad muy bonita.” Keiichi quería decir algo mas elocuente, pero únicamente logro decir el más banal de los cumplidos. Su corazón latía violentamente, su cara se puso aun más roja que la de Belldandy. “¡Ah, que bien!” Le sonrío, los ojos azul-lavanda bailaron, y Keiichi creyó que perdería la razón. En un esfuerzo por controlar su emoción, se echo el pesado equipo al hombro, tratando de usar el peso para conservar la cordura. “¡Bueno, creo que trataremos de llegar tan lejos como podamos!” Fingió calma lo mejor que pudo mientras desviaba la mirada y cambiaba de tema. “¡Que clase de disparate es ese! ¡Venimos a ganar, y únicamente a ganar!” Urd grito. “¡Exacto!” Skuld estuvo de acuerdo. Las dos diosas emitían una feroz aura enardecida, casi dando palmadas al reacio Keiichi en el trasero. En ese momento, de la nada, escucharon el sonido de una concha marina. La hora era medianoche. La batalla estaba empezando. Los salvajes gritos de seiscientos combatientes sacudieron el aire. “¡Cuídate, Keiichi-san!” Belldandy grito, pero su voz fue ahogada por un silbido agudo. Hubo una fracción de silencio, y entonces un estrépito que hizo temblar la tierra. Los participantes se precipitaron hacia el frente desde la línea de salida. Keiichi se volteo momentáneamente para despedirse, pero instantáneamente fue envuelto por un mar de guerreros.
*** La oscuridad total gobernaba la noche sin luna. En los cielos remotos, los millones de estrellas brillaban como diamantes, pero su luz era demasiado débil para iluminar la Tierra. Debajo de este exquisito cielo nocturno de otoño, una feroz batalla había estado llevándose a cabo por ya casi una hora. El campus se convirtió en zona de muerte7 , su frente de batalla extendiéndose más y más hasta que amenazaba con abarcar toda la escuela. “¿Es posible que podamos abrirnos paso entre sus defensas?” “Difícil de decir. Tienen tremenda potencia de fuego.” Los mensajes volaban a través del aire en los radios miniatura. La batalla estaba al rojo vivo en el Edificio Inokuradai, donde había habido una oleada de apariciones del fantasma desde el verano. “Equipo A, ¿han tenido éxito en entrar a los edificios?” “El Equipo D esta movilizándose para apoyarnos… por favor esperen por ahora.” 7
La versión de Dark Horse hace referencia a la batalla de Hamburguer Hill, mas información al final de la novela en Notas del Traductor.
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El juego incluía a equipos de competencia y jugadores solitarios, pero los participantes en el frente de batalla del Edificio de Inokuradai habían unido fuerzas. Un buen número de equipos individuales fue aniquilado por completo cuando trataron de acercarse al edificio, y los equipos que habían observado la matanza se agruparon en una improvisada coalición. La verdad era, que se habían dado cuenta de que esta era la única manera en que tenían alguna esperanza de contender contra el feroz adversario que les esperaba. “Aquí el Equipo C. Queremos sincronizar con ustedes el ataque.” Los combatientes avanzaban cautelosamente, esperando una oportunidad. Pero después de abrirse paso en el camino de la ciudad, se vieron incapaces de ganar más terreno. “¡Por la Vaca! ¿¡Qué diablos es eso!?” Antes de que lograran ver al enemigo, las exclamaciones de terror desde los radios del equipo invasor fueron seguidas inmediatamente por el estruendo de la artillería mezclada con los gritos. “¡Desde las tres en punto por el lado del edificio…Aaaaughh! ¡Estamos bajo fuego pesado!” El mensaje se corto con una nube de estática. Los otros combatientes escuchaban atentamente por más noticias. “¡Oigan…que fue ese sonido!” “¿Sienten como si temblara? ¿Es un terremoto?” En ese momento, el misterioso enemigo alzo la cabeza. Con una explosión que sacudió la tierra, un enorme vehiculo con seis cañones emergió desde las sombras del edificio. Por alguna razón, la inocua cabeza de Banpei se asomaba desde la monumental y salvaje torre blindada. La extraña yuxtaposición hizo el espectáculo aun más atemorizante. “Aquí tienen el ‘Vehiculo Blindado de 8 Ruedas de Maniobra de Precisión Acoplado a Control Banpei de Asalto, Numero 3.’ ¡Éntrenle, idiotas!” Skuld asomo la cabeza desde la escotilla y soltó unas carcajadas frenéticas que habrían hecho sentir orgullosa a Urd. “¡Ey! ¡Nadie dijo que los vehículos pesados estaban permitidos!” un combatiente grito, asomando la cabeza entre los arbustos. Banpei respondió inmediatamente a la voz. El tanque tenía integrado el monitor visual dejando la maniobrabilidad y puntería innecesarios cuando el control de “enemigos vencidos” estaba activado. Lentamente, la torre blindada afoco a su presa. “¡Oye! ¡Eso va contra las reglas!” Pero este era un juego del Club de Motores-no había reglas. La ametralladora potenciada por una piedra Maxwell soltó una despiadada sucesión de balas de pintura de 8 mm hacia su blanco. “¡¡¡AAAAAUGGH!!!” “¡Retirada! ¡¡A cubierto!!” Aun cuando los combatientes habían tomado posiciones ofensivas en cada lado del edificio, se dispersaron con un pánico desorganizado. Skuld calmada y serena ante el inesperado éxodo. Inclino su cabeza encantadoramente hacia un lado, presiono el botón azul sobre su panel de instrumentos. “¡Sensores de Persecución de Banpei: ENCENDIDO!” se rió espasmódicamente. Vreeeeeeee. Los ojos de Banpei brillaron espeluznantemente. Momentos después…
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Sobra decir que, los seis kilómetros de camino entre el campus principal y el Edificio Inokuradai pronto estuvieron cubiertos de soldados caídos. Mas tardaron en huir los jugadores hacia el camino, creyendo estar a salvo, que en se aniquilados totalmente por los Sensores de Persecución de Banpei. La Batalla de Inokuradai había terminado, y toda una tercera parte de los participantes del juego fueron aniquilados. “¡Caray…muerto en acción, y el juego apenas esta empezando!” Un soldado con disfraz militar caminaba tristemente de regreso por el camino. El equipo nunca se sintió más pesado que después de un fallecimiento inoportuno. “¡Anímate! ¡El ser una baja también tiene sus meritos!” un samurai le grito. “¡Ah, cierto!” Un agradable recuerdo vino a la mente del soldado. “¡El ángel de blanco!” ¡Este no era el momento para ser lento! “¡Belldandy!” Los soldados caídos se dieron las manos y corrieron alegremente de regreso. “¡Soldados heridos, una fila por aquí!” El estacionamiento estudiantil estaba inundado de gente. No únicamente era el punto de inicio del juego, sino también la única Zona Segura designada, la cual protegía la tienda hospital del juego. Establecer un hospital por un simple juego de supervivencia parecía un tanto excesivo, pero de hecho era otro de los planes de Tamiya y Otaki. Belldandy se había convertido en casi una leyenda después de su visita al campus el día del examen de admisión. Los estudiantes que la vieron en la cafetería difundieron anécdotas, y a esas anécdotas les fueron añadidos más detalles de la imaginación de aquellos que no la habían visto. Si Sayoko era la reina de Nekomi, entonces Belldandy era la diva de Nekomi. Se dedujo que si ella estaba dispuesta a hacer una aparición especial en el campus-y vestida con disfraz de enfermera, nada menos-no había forma de que los chicos se fueran a perder eso. Era el tesoro oculto del Juego de Supervivencia CMC. “¡Aquí vamos, Dai-chan!” “¡Si, Den-chan!” Otaki se dirigió a la multitud formada. “¡Gracias por la espera! ¡La Enfermera Belldandy empezara ahora con sus rondas!” Belldandy salio por la entrada de la tienda vistiendo su vestido largo azul-pálido y delantal blanco. Silenciosamente, hizo una reverencia, y un coro de ahs y suaves aplausos fluyeron entre la multitud. Era una solitaria flor floreciendo en un campo de batalla. “¡Increíble…la legendaria Belldandy!” “¡No puedo creer que la estoy viendo con mis propios ojos!” Incluso después de que Belldandy desapareció dentro de la tienda, las reacciones de su presencia continuaban causando revuelo entre la multitud de chicos. “¡Los honorarios por la atención medica son de 3,000 yenes!” Otaki blandía una caja para dinero y un fajo de boletos numerados. En un abrir y cerrar de ojos, la caja estaba rebosando de billetes. “¡Den-chan, nuestro plan es un éxito!” Otaki susurro. Después de recibir un solo disparo, los participantes estaban excluidos del juego. Los caídos forzosamente se frustraban por el hecho de que no había forma de regresar al juego.
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Bajo el lema de “CAT físico y emocional 8 ,” el hospital de Belldandy era un bono extra para los participantes del juego-y para los no-participantes también (entiéndase: otra oportunidad de hacer dinero). “¡Caramba, que emoción!” En la cara de Otaki se dibujo una gran sonrisa. Se esforzó por reprimirla mientras le gritaba a la multitud, “¡3,000 yenes! ¡3,000 yenes por el tratamiento medico de la Enfermera Belldandy!” Keiichi no estaba enterado de este plan-había sido engañado para que creyera que los cuidados de Belldandy serian gratis. “¡Bien por ti, Morisato!” Pronto, la fila de soldados heridos se extendía más allá de los límites del estacionamiento. ¡Plaf! Un disparo preciso rompió el silencio. “¡Le di!” Y otro soldado se encontraba con su destino. En contraste con los estragos del frente de batalla de Inokuradai, el “frente de batalla de la escultura moderna de la ballena” estaba cargado de tensión. Casi dos horas habían pasado desde el inicio del juego, y los combatientes estaban dentro de un feroz estancamiento. Dos filas de edificios de cuatro pisos enmarcaban la plaza con la fuente, haciendo el sitio ideal para un ataque sorpresa. Por esa razón, numerosos tiradores estaban escondidos dentro de los edificios, apuntando hacia la “calle del francotirador” abajo. Cualquiera que se moviera a lo largo del área tenia que proceder con extrema cautela. Los jugadores tenían que estar en constante vigilancia del fantasma, y esa vigilia exigía absoluta paciencia y concentración. Aquellos que no podían estaban condenados. Dos de esos francotiradores vigilaban al enemigo con una cámara de video equipada con visión nocturna. “¿…siguiente blanco?” “Estoy en ello…” Aunque todavía era otoño, el aire de la noche ya era lo bastante frío, una condición exacerbada por el hecho de que tenían que permanecer totalmente inmóviles. “¡Maldición, hace frío aquí adentro con las ventanas abiertas!” Todas las ventanas del segundo y tercer piso estaba abiertas de par en par, para hacer que las posiciones de los francotiradores mas difíciles de ubicar. “Oye, no solo vigiles el suelo. ¡También pon atención al techo!” “¡En eso estoy! ¡Pero… no es sencillo, sabias!” Habían estado vigilando en el tercer piso del Edificio Norte por ya algún tiempo. Tan pronto como el juego empezó, se dirigieron enseguida a este lugar. Pero… “¿De veras crees que el fantasma se va a aparecer?” El primer francotirador pregunto a su compañero sin alejar la mirada de la cámara de video. El Francotirador Dos estaba mirando fijamente a través de una mira telescópica de gran aumento diseñada para un rifle de verdad. “Ay, si se aparecerá,” dijo seguro de si mismo. “Incluso consulte con la Gran Izumi.” 8
Cuidado Amoroso Tierno, del ingles TLC: Tender Loving Care
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“¿Izumi, la de la especialidad en electrónica?” “Sip. Me arriesgue. Le pedí que hiciera un análisis estadístico en el laboratorio de la facultad.” “¡Órale…de veras que te fuiste hasta la cima!” “Ya sabes.” “¿Y como estuvo?” “Ah, es muy linda. Súper inteligente, pero no es presumida ni nada por el estilo…” “¡No la nena, caramba! ¡Eso ya lo se! ¡Digo los resultados!” “Ah, bueno. De acuerdo con nuestro análisis, hoy a las 2:00 am, hay una probabilidad del 87 por ciento de que el fantasma se aparezca en el techo del Edificio Sur.” Los edificios opuestos a ellos estaban aproximadamente a 40 metros de distancia. Dado que la máxima prioridad era derribar al fantasma, era evidente que estos dos tenían una inusual confianza en sus habilidades de tiro. “Unos cinco minutos mas. Cuando el fantasma se aparezca, lo traspasare con mis ‘balas de pintura benditas.’ Cobraremos el premio del millón de yenes y lo dividiremos 70-30… ¡augh!” Se quedo callado. El francotirador con la cámara de video se quedo inmóvil y se volteo hacia su compañero. “¿Qué paso?” Con su cara torcida por el dolor, la respuesta del francotirador fue breve. “… Muerto.” Se desplomo. Por como se veía, le habían disparado a corta distancia. “¿Qu-qu-qué?” El soldado con la cámara de video equipada con visión nocturna busco furiosamente al enemigo. Viendo a su compañero eliminado tan rápidamente lo sacudió hasta los huesos. “¿En donde?... Maldición… ¿en donde estas?” Reviso cada rincón y cada grieta, pero no había ninguna señal del tirador. Cuando estaba a punto de tener un ataque de pánico, una sola bala de pintura silbo a través del cielo nocturno y le pego. ¡Plaf! Fue un tiro perfecto, pero al principio el chico estaba demasiado nervioso como para darse cuenta. Esta vez, una serie de disparos cayo sobre el. ¡Tac-tac-tac-tac-tac-tac-tac-tac-tac-tac-tac-tac-tac-tac! El bombardeo de balas de pintura fue lo suficiente para que volviera a la realidad. “Me… dieron.” Ante esto, la tiradora experta de pelo plateado finalmente soltó el gatillo. “¡Entonces, muévete!” Suspendida en el aire en el cielo nocturno sobre su escoba Stringfellow, Urd quito el cargador de multidisparos de su rifle plegable de cañón de 20 pulgadas. Con perfecta coordinación, la voz de Keiichi se escucho crepitando en su radio. “Parece que esto cierra la cacería de francotiradores, Urd.” Desde su posición en el techo del Edificio Sur, Keiichi exhalo profundamente y se sentó derecho. Llevaba puesto un chaleco de carga y un casco que parecía un sombrero con orejas de conejo adheridas. “De aspecto muy bizarro,” comento para si mientras se quitaba el aparato y lo observaba una vez mas. Sobra decir que, era una de las creaciones de Skuld: la Maquina con Sensor de Objetos en Movimiento y Estáticos, y con Asombroso Detector de Ondas de Luz
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Visibles e Invisibles, o el Súper McMoneagle para abreviar. Con el Súper McMoneagle en su cabeza, le había dado indicaciones a Urd desde el techo, quien en orden se había acercado con cautela y silenciosamente hasta sus victimas sentada sobre la escoba Stringfellow, eliminándolos desde el cielo cuando menos se lo esperaban. Trabajando juntos como una maquina bien aceitada, habían acabado con más de noventa parejas de francotiradores. De aspecto raro o no, tenía que admitir que el Súper McMoneagle hizo su trabajo. “Muy bien, Urd… bajemos hasta el suelo.” Ahora todo lo que restaba era ir en busca de los rezagados escondidos allá abajo, aun ignorantes de que los francotiradores habían sido aniquilados. “¡Bien! Esto deberá ser rápido.” Hábilmente, Keiichi metió el aparato en su mochila y la escondió entre las sombras donde nadie la notaria. Estaba pesada, y en todo caso podría regresar por ella mas tarde. Luego se quito la pistola eléctrica de su pistolera y se precipito hacia las escaleras de emergencia, mucho más ligero sin el exceso de peso. Entre tanto, Urd cambio su rifle de alto calibre con mira telescópica por una ametralladora a gas mientras que en silencio empezaba a descender. En ese momento, violentas oleadas de energía sacudieron su cuerpo. Este no era un simple fantasma o espíritu. Su fuerza era fría, enorme, y abrumadora. “No me digan que…” Se dio la vuelta. La energía provenía del techo del Edificio Sur. “¡Keiichi…!” Tirando al suelo su arma de gas. Salio volando en su escoba a toda velocidad. “¿Belldandy?” Belldandy estaba cariñosamente atendiendo a un soldado herido cuando de repente sus manos se quedaron quietas a mitad de su tarea. Su sonrisa desapareció y su cuerpo se puso tieso. El ambiente en la tienda se puso tenso. “¿Estas bien?” El chico al que estaba atendiendo le pregunto con preocupación. Pero sus palabras cayeron en oídos sordos. Belldandy estaba esforzándose con todo su poder para volver a sentir las vibraciones que había detectado por un breve instante. Esa energía… La impresión residual de la vibración todavía persistía en su cuerpo. Pudo detectar su urgencia. Se puso de pie repentinamente. “Por favor, discúlpenme.” “¿Eh?” “¡Tienes que atender a los demás!” Le dio el gorro de enfermera a Tamiya y salio corriendo de la tienda. “¡Keiichiii!” Cuando Urd aterrizo en el techo, encontró a Keiichi con miedo, tendido sobre su trasero. Ahí, en medio del techo, resplandecía un destello con forma de llamarada de pálida luz blanca. ¿Este era el famoso fantasma? Sus instintos violentamente rechazaron esa explicación. “¿Estas bien?” Como pudo, Keiichi logro asentir. “¡Yo atraeré su atención-tu vete!” Urd le ordeno.
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Aun pegado al techo, Keiichi empezó a retirarse poco a poco de la aparición, mientras que Urd daba un paso hacia adelante para protegerlo. Parece que mis temores eran correctos. Urd recordó la extraña sensación que había tenido cuando había escuchado los rumores del fantasma en su primera visita el campus del I.T.N. El Tiempo tenía una intrínseca habilidad para auto-corregir su eje, así que mientras ciertos procesos podían cambiar, las consecuencias definitivas variaban rara vez. Pero esta presencia era diferente. Desde que se restauro el sistema, habían habido pequeñas diferencias en sus vidas. Pero esta historia del fantasma era otro asunto completamente diferente. Nada como esto había sucedido en el pasado. Y los rumores estuvieron circulando en menos de dos semanas después de la restauración del sistema, sin ninguna interferencia por parte de las diosas. Tal vez esto esta detrás de la experiencia de Belldandy en Yakushima… y de los valores anormales en el sistema de Yggdrasil, también. Urd miraba directamente a la aparición y se dirigió hacia ella con el tono de Diosa. Sus palabras provocaron una reacción. La aparición empezó a emitir nuevas pulsaciones de energía desde su velo de luz como capullo. ¡¿Qué es esto?! Retrocedió momentáneamente. De inmediato, la aparición se expandió, brillando más intensamente. Entonces, tan rápidamente que apenas fue visible, se abalanzo sobre Keiichi. ¡Ay, no! Tentáculos de luz se extendieron hacia Keiichi, rodeándolo. En el momento en que lo tocaron, una deslumbrante lluvia de chispas cayó desde el punto de contacto. “¡AAUGHHH!” Keiichi grito mientras el impacto sacudía todo su cuerpo. “¡Keiichi!” Retorciéndose de agonía, fue impulsado hacia atrás por la explosión blanqui-azul. La aparición, también, se echo para atrás, con su poder algo debilitado. “¡Ahora! Golpe de Relámpago…” Urd alzo las manos, decidida a no perder la oportunidad, cuando fue interrumpida por un violento estallido. “¡…!” “¡Espérate, Urd!” Belldandy salio de una capucha reflejante de una lámpara justo a tiempo para evitar que Urd lanzara su golpe de relámpago. “¡Belldandy! ¿Pero como…?” Había requerido una gran cantidad de fuerza para Belldandy el viajar a través de un objeto tan lejos de un espejo, y sus hombros se alzaban por el esfuerzo. Aterrizo enfrente de Keiichi, con las piernas temblorosas, y vertió toda su energía en un hechizo de barrera de protección. “¡Yo protegeré a Keiichi-san!” No había forma de saber como la aparición podía reaccionar ante el hechizo de Urd, y había una buena probabilidad de que Keiichi saliera lastimado, también. Belldandy llamo a Holy Bell, haciendo su hechizo de barrera de protección aun más fuerte para apartar a la aparición. Pero la aparición se rehusaba a ser bloqueada. Se lanzo contra la barrera expandiéndose como si absorbiera poder del viento. Un vendaval frenético como de tormenta empezó a
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soplar, creando una enorme discrepancia con la presión del aire. Si no hacían algo, ¡la estructura del espacio mismo seria desgarrada! “¡Urd! ¡Keiichi-san!” “¡Me ocupare de él!” Primero tenían que garantizar la seguridad de Keiichi. Luego podrían ocuparse del resto de la situación. “¡Hechizo de Barrera de protección, máximo poder!” Mientras Belldandy vertía hasta la ultima gota de energía en la barrera, Urd empezó a entonar. En respuesta al llamado de, World of Elegance, la compañera Divina de Urd, emergió en una explosión de flamas, sus alas blancas y negras bailaron. “¡Hechizo de Tele transportación…ahora!” Mientras Urd y su ángel cantaban, el hechizo formo un haz de luz y corto a través del viento furioso. En el momento adecuado, Belldandy atenúo el hechizo de Barrera de Protección, guiando la luz hacia Keiichi. En una tremenda oleada de luminosidad, el haz lo ennovio, y se desvaneció en el aire. “¡Belldandy! ¡La tele transportación fue un éxito!” Belldandy asintió. Deshizo la barrera y cambio a modo de combate. El viento se apaciguo y el ambiente estuvo cargado de tensión. En el momento en que Urd alzaba las manos para realizar un hechizo de ataque“¿Qué es eso?” De repente, la luz trémula blanca empezó a retorcerse frenéticamente, como si se retorciera en agonía. Emitió un resplandor de luz cegadora y luego se desvaneció como la niebla. “Se fue…” De nuevo, el techo estaba en silencio. La misma oscuridad reinaba como si nada hubiera pasado. La única evidencia de la batalla que acababa de acontecer era la lámpara hecha pedazos. “¡Belldandy!” Urd agarro a su hermana suavemente mientras su cuerpo se derrumbaba. Con cada gota de su energía utilizada, Belldandy había caído en un profundo sueño. Delicadamente, Urd le echo hacia atrás los mechones de pelo castaño que yacían a lo largo de la cara. “Realmente deberías ser mas cuidadosa, hermanita…” Varias plumas de ángel todavía flotaban en el aire. Urd levanto la mirada en silencio hacia el cielo nocturno sin luna y negro como el carbón. “Hay problemas avecinándose…” El momentáneo pulso de energía que había sentido de la aparición… energía Demoníaca. Era evidente. Para Urd, no había nada mas odioso… o mas familiar. Su pelo largo plateado bailaba con la brisa fresca. Sus pensamientos, también, fueron arrastrados por el viento. Las estrellas titilantes predecían la llegada del invierno.
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CAPITULO TRES T S U K I H A N A –
FLOR DE LUNA “¡¡¡AAAAIIIIIEEEEEEEEEE!!!” Fue un grito lo bastante agudo como para romper el cristal… pero tales palabras no alcanzaban a describir por completo el chillido que hizo eco por los terrenos del Templo Tarikihongan. La bandada de gorriones posados en el patio se elevó hacia el cielo, expresando su irritación con un coro de gorjeos. “¿Pero que…?” “Vino del la entrada principal.” La puerta del frente se abrió de golpe, Keiichi y Belldandy salieron corriendo. A un lado de la entrada, Banpei, el robot guardián, tenía atrapado a alguien con una Nelson. “¡No otra vez!” Después de su satisfactoria victoria en el Juego de Supervivencia CMC, Skuld le había asignado a Banpei el cuidado de la entrada del templo, con su enorme Aditamento de Control de Disturbios listo. Era casi como vivir en una fortaleza. Desafortunadamente esto causaba alboroto cada vez que venia el cartero o algún repartidor. “Esa Skuld…” Belldandy suspiro. “Le dije que quitara esa cosa…” Keiichi añadió. Mientras estaban haciendo comentarios sin pensar, la prisionera de Banpei luchaba desesperadamente por zafarse, su pelo corto se balanceaba con frenesí. “¡Apúrate y ven a ayudarme, Keiichi!” “¡Ah…Megumi!” La victima del día era la hermana menor de Keiichi. “¡Lo siento mucho, Megumi...Skuld, tu también discúlpate!” Ante la orden de Belldandy, Skuld se puso de rodillas cortésmente, pero tenía una expresión desafiante en su rostro. “¡Ja-ja-ja! ¡No paso nada! Solo estoy un poco sorprendida, nada mas.” Sonriendo alegremente, Megumi bebió un sorbo del té que Belldandy le había servido inmediatamente. Skuld alzo la vista brevemente hacia ella, pero rápidamente la volvió a bajar. “Al menos pudiste haber llamado antes de venir para acá. ¡Así habríamos estado preparados, si!” “Skuld…” Belldandy reprendió a su hermana severamente por su falta de tacto. Pero Skuld únicamente apretó la boca con fuerza y salio corriendo del cuarto del té. “¡Skuld!” La pequeña diosa corrió por el pasillo y cerro de golpe la puerta de su cuarto.
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“¿Y ahora que le paso?” Megumi pregunto, sobresaltada por el arrebato. “Bueno… Urd tuvo que regresarse de repente…” Keiichi le explico. “¡Ah! ¿A su país de origen?” Keiichi casi había olvidado que se suponía que las tres hermanas eran extranjeras. “Este, si. A su país de origen.” “¿Paso algo malo?” “Bueno, yo tampoco me se todos los detalles.” Después del Juego de Supervivencia, Urd había regresado al Cielo. No dio muchas explicaciones, solo que “tenia que revisar algo.” Skuld había estado que no cabía en si de contenta. Tenía la televisión y el periódico para ella sola, y no nadie la molestaba o interfería con sus proyectos. Pero su euforia duro solo unos cuantos días. Pronto, el aburrimiento hizo presencia, el cual luego se convirtió en soledad, y eventualmente en irritabilidad y mal humor. “Creo que las hermanas siguen siendo hermanas.” “Si. Aunque se pelean mucho, en realidad Urd y Skuld son muy unidas,” Belldandy dijo, “tanto que a veces las envidio.” “Uno nunca se da cuenta de cuan importantes son los hermanos hasta que se van,” Megumi estuvo de acuerdo. Un fino hilillo de humo flotaba del té. “Creo que iré a ver como esta,” Belldandy dijo. Aunque había sido severa con Skuld, no podía evitar preocuparse por su pequeña hermana. Discretamente se retiro del cuarto. Por un momento, el cuarto del té estuvo en silencio. Entonces, ahora que tenía a Keiichi solo, Megumi cruzo los brazos deliberadamente enfrente de su pecho. “¿Y bien? ¿Qué te paso?” “¿Eh?” “Apenas ayer escuche que no habías ido a la escuela desde el gran desastre del juego de supervivencia. ¡Eso fue hace dos semanas! ¿Qué paso? ¿Estas bien?” “¡Ah! Este, si.” Keiichi no podía recordar nada después de que el fantasma lo había tocado en el techo del edificio de la escuela. Lo siguiente que supo fue que estaba de vuelta en el templo, en su propio cuarto-con las tres diosas entonando sobre él, no menos. Lo primero que vio cuando abrió los ojos fue a Belldandy, con los ojos inundados de lágrimas. Todavía recordaba intensamente la mezcla de tristeza y felicidad que vio en su rostro en ese momento. “¡Creí que nunca te despertarías!” Urd había bromeado. De hecho, el toque del fantasma le había inflingido una tremenda conmoción, e incluso con las tres Diosas del Tiempo vertiendo toda su energía en él, tomo tres días y tres noches para que recuperara la consciencia. Sin esa intervención, le habría tomado seis meses el recuperarse. Así que realmente, no era un asunto de mucha risa. “Discúlpame. No quería preocuparte,” Keiichi le dijo a Megumi. Desde ese día, se había quedado en casa y no ido a la escuela para reponerse del trauma físico y emocional del encuentro. “¡Me habría preocupado menos si me hubieras dicho que estaba pasando!” Cuando Megumi finalmente se entero de que Keiichi no había asistido a la escuela, después de dos semanas completas, vino corriendo a verlo. Fue un alivio encontrarlo viéndose igual que siempre. “Bueno, me alegra que estés bien. Pero la próxima vez…”
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“Si. De verdad discúlpame, Megumi.” Keiichi junto sus manos disculpándose, y Megumi finalmente sonrío. Ya tranquila, inmediatamente estiro una mano hacia las galletas para el té. “Por otro lado, creo que de todos modos estuvo mejor el que no fueras a la escuela.” Megumi masticaba, incapaz de resistir la comida casera de Belldandy. Ahora era el turno de Keiichi de inclinarse hacia delante ansiosamente. “¿Por qué? ¿Qué paso?” Keiichi no había estado en contacto con nadie de la escuela, así que naturalmente no tenía ni idea de lo que estaba ocurriendo allá. Las noticias que trajo Megumi eran sorprendentes, en cierto sentido, pero por otra parte no lo eran tanto. Primero, a la mitad del juego, hubo una repentina y bien localizada tormenta en un edificio cerca del patio de la fuente, hiriendo bastante a los estudiantes. La situación se volvió aun peor cuando los heridos buscaron tratamiento medico en la tienda-hospital y se enteraron de que Belldandy había desaparecido y no había atención disponible. Los enfurecidos estudiantes volcaron su furia contra los organizadores del juego, exigiendo la devolución del dinero y pidiendo a voces ver a Belldandy, pronto un disturbio en forma estallo. “¿Se encuentran bien Tamiya y Otaki?” “No.” Ya que no solicitaron permiso para realizar un juego de supervivencia, en el campus, Tamiya y Otaki habían sido reprendidos por los extensos daños causados por su aventura empresarial, incluidos los árboles caídos cerca del Edificio Inokuradai (provocado por el Aditamento de Control de Disturbios de Banpei de Skuld), la luz de seguridad rota en el Edificio Sur (causado por la tele transportación de Belldandy), y todas las ventanas rotas de los edificios (provocado por las vibraciones síquicas de la batalla de Urd y Belldandy con la aparición). Los dos organizadores fueron suspendidos indefinidamente de todas las actividades del club. “Pobres tipos…” “Y a causa de todo ese fiasco, el Festival de Nekomi ha sido cancelado también.” “¿Qué? ¿En serio?” Ese era un giro inesperado. “¡Como voy a mostrar mi cara en la escuela!” Keiichi se quejo. Estaba destinado a haber una fuerte reacción contra el Club de Motores por un tiempo. Mientras Keiichi se rascaba la cabeza con consternación, Megumi se zampo la última galleta de la canasta. “Bueno, hay algo bueno de todo esto,” le dijo. “El fantasma se fue.” Vaya buena noticia. Tal vez se había desecho del fantasma, pero no tenían ningún millón de yenes de premio para disfrutar-¡cero recompensas por todos los problemas! “Ah, y parece que eres el presidente sustituto del club,” Megumi agrego. “¿Qué?” “Hay un anuncio colocado en la puerta del club.” Grandioso. Ahora él seria el blanco directo de la reacción de los estudiantes. “Caramba… ahora si que no querio regresar a la escuela.” Keiichi dejo caer los hombros. Megumi empujo su cámara hacia él. “¿…tu cámara?” Keiichi dijo, confundido. De repente, la voz de Megumi tomo un tono meloso. “Oye, Kei-chan…” dijo.
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Cuando Megumi se ponía así, Keiichi sabia que tenia que ponerse en guardia. Hizo a un lado sus preocupaciones por el club y se concentro en su inmediata auto-defensa. Pobre ¿no había fin para sus problemas? “Kei-chan, a ti te gusta la fotografía, ¿verdad?” “Bueno, si…” “Esta es una cámara muy bonita.” “Si…” “Podrías tomar hermosas fotografías de Belldandy con ella.” “Aja…” Megumi mantenía una dulce sonrisa mientras le daba vueltas al asunto. Finalmente, Keiichi perdió la paciencia. “¿Qué te traes? ¡Ya dilo!” “¿Me la comprarías?” Megumi dijo, como si hubiese estado esperando por ese preciso momento. “Y yo que creí que viniste corriendo porque estabas preocupada… ¡ahora veo la verdadera razón!” Keiichi suspiro. “¡Eso no es cierto! ¡Claro que mi preocupación por tu salud era extrema! Pero… parece que ya estas bien y bueno, me imagine que…” ¡Vaya!
Sin embargo, Keiichi no podía evitar ser arrastrado por el ímpetu de Megumi. Alzo la cámara y la inspecciono de cerca, recordando como Megumi había ahorrado sus domingos para comprarla. Su primera cámara. “Creí que esto era realmente importante para ti.” “Si… pero no tengo otra opción. El club de softbol hizo planes para ir todas juntas de viaje para fin de año… pero el Festival de Nekomi ha sido cancelado, ¿si? Estábamos contando con ello para reunir fondos. La fecha limite para pagar todo ya esta cerca, y no hay tiempo para conseguir un trabajo de medio tiempo o algo por el estilo.” Lo tenía acorralado. Basado en lo que le acababa de decir, y como miembro del Club de Motores, difícilmente no podía decir no cuando se lo ponían en esos términos. Anoten otra victoria para Megumi.
De mala gana, Keiichi saco su billetera. “¿Cuánto?” solo pregunto. “¡Exactamente 30,000 yenes, no mas, no menos!” “¡¿Tanto?!” “¡Bueno…es temporada de Navidad, si! ¡Hicimos las reservaciones desde hace seis meses, e incluso tuvimos suerte de conseguirlas! Sucedió que alguien tuvo que cancelar. Sino, hay una lista de espera de un año… “‘ta bien, ‘ta bien, ya entendí.” Keiichi suspiro profundamente y rechino los dientes. Saco tres billetes nuevos de 10,000 yenes de su cartera al mismo tiempo y a regañadientes se los dio a Megumi. “¡Gracias, hermano!” Megumi apretó el dinero fuertemente con ambas manos, sus ojos brillaban. Era difícil aflojar el dinero, pero como el hermano mayor, Keiichi no pudo evitar sentirse satisfecho por la sonrisa de felicidad en el rostro de su hermana. Pero Megumi no le dejo saborear esa sensación por mucho tiempo. “¿Y…tienes algún plan especial para Navidad, Kei-chan?” “No puedo creer que me preguntes eso justo después de llevarte todo mi dinero.”
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El asunto más apremiante era como le iba a hacer hasta fin de mes después de esto. Únicamente cuatro solitarios billetes de 1,000 yenes se apretaban tristemente en la cartera de Keiichi. “¡Ja-ja-ja! ¡Tienes razón!” Rápidamente, Megumi metió los billetes yenes en su propia cartera y apuro su té ya tibio. “Pero todavía hay tiempo antes de Navidad,” indico. “Podrías conseguir un trabajo o algo. Te apuesto a que Belldandy se entusiasmaría si le dieras un regalo.” “Belldandy…” Keiichi no había celebrado la Navidad desde que era un niño pequeño. “A fin de cuentas, no somos cristianos,” su padre dio su opinión, y el Año Nuevo siempre había sido el evento más importante en la casa de la familia Morisato. Desde que entro en la universidad, Keiichi estuvo más consciente de la festividad gracias a otros estudiantes. Pero como nunca tuvo novia, era más una razón de envidia que cualquier otra cosa. Pero esta Navidad seria diferente. Tal vez todavía estaba muy lejos de realmente poder llamar a Belldandy su novia, pero sin embargo-tenia la suficiente suerte para tener a una diosa a su lado para siempre. “Cierto… un regalo.” Ahora que Keiichi pensaba en ello, varios meses habían pasado desde el viaje a Yakushima sin que nada especial sucediera. Este era el evento mas grande y ultimo del añono había forma de que pudiera dejar pasar una perfecta oportunidad para acercarse son un poco mas a Belldandy. Mientras su imaginación volaba, empezó a emocionarse más y más. “¡Muy bien! ¡Esta vez si voy a besarla!” “¿Kei-chan…no las besado todavía?” “¡…!” Las hojas doradas del árbol ginko caían como abanicos tradicionales de bailarinas mientras el sol de la calida tarde de otoño daba paso al crepúsculo. ¡Ting! Una suave campana anunciaba la llegada del elevador al piso de destino.
“Aun con licencia de administrador de sistema, no hay muchas oportunidades de bajar aquí,” Urd dijo para si. ¿Cuánto tiempo había pasado desde que alguien había estado ahí? Sus pisadas eran el único sonido que rompía el silencio absoluto. Jalo una silla, mirando primero a la grande consola, luego hacia arriba a los distantes niveles. “Cuando la miras en serio, es bastante espectacular.” Era la Unidad de Acceso Universal de la Central de Control Principal de Yggdrasil, la Terminal No. 3. Localizada a más de treinta niveles abajo del cuarto de operación del sistema donde ella y las operadoras normalmente trabajaban, era uno de los cuartos de aparatos del sistema. Para defender a Yggdrasil de la amenaza continua de los bichos, el sistema estaba siendo actualizado constantemente. Y como resultado, muchos de estos viejos programas y aparatos eran ya obsoletos. “Espero poder hacer funcionar esta cosa…” Sus dedos se deslizaron elegantemente sobre el panel. Aunque habían sobrevivido a su vida útil, estas viejas tecnologías no podían ser descartadas a la ligera. La eliminación o un borrado descuidado era probable que causara efectos secundarios negativos. Por esa razón, era practica común el simplemente abandonarlas tal y como estaban.
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“¿Esta aquí la respuesta que estoy buscando?” Se pregunto. Una ráfaga de luces parpadeó, iluminando la consola. Urd desplegó una imagen del espectro contra esas luces. Cuando luche contra esa cosa en el techo… las olas síquicas que sentí que emitió eran definitivamente demoníacas… y no nomás de cualquier demonio.
Aun recordaba la sensación-no podía ni siquiera olvidarlo si hubiera tratado. Ese era precisamente el por qué había regresado al Cielo, para corroborar sus sospechas… pero hasta ahora, había sido incapaz de averiguar algo. “En cualquier caso, basado en el análisis de algoritmos del eje del tiempo, han habido irregularidades en el balance entre la ocurrencia de elementos inciertos y el grado de área de ocupación de certidumbres del continuo-tiempo desde que el sistema se restauro.” Repaso los hechos de los que estaba segura en voz alta, echando para atrás los mechones de pelo plateado que descansaban sobre sus hombros. A menos que…
Sus brazaletes tintinearon. Ese día cuando los cielos se habían colapsado… tal vez el programa que hizo Skuld estuvo incompleto… o quizá el sistema se colapso ligeramente un poco antes de lo que anticipamos… A medida que los pensamientos le llegaban a la mente, empezó a introducir
nuevos datos en la consola, pero entonces se detuvo. Eran únicamente posibilidades hipotéticas. Ahora que la restauración se había completado, el atajo más rápido era efectuar una simulación de las condiciones del momento cuando el programa de restauración estaba ejecutándose-con el supuesto de que el programa de Skuld y el momento de ocurrencia del colapso del sistema habían estado del todo correctos. “Pensare en las implicaciones mas adelante.” Los dedos de Urd reanudaron con su trabajo. Había llevado a cabo exhaustivas investigaciones en numerosas áreas, bajo el auspicio de “trabajos de mantenimiento del sistema,” pero no había logrado identificar un solo problema. La única posibilidad que quedaba por investigar era esta antigua reliquia: la Terminal No. 3 de la Unidad Universal. Sintió una complicada mezcla de preocupación y esperanza mientras se ponía a trabajar verificando el sistema. Bip-bip-bip…
De pronto una señal brilló entre la avalancha de datos que pasaban. “¿…?...” Urd se cambio de monitor para confirmar lo que había visto. Aunque parecía mentira, era una indicación de la primerísima unidad de Yggdrasil. “¿Por qué esta unidad…?” Aun cuando era lo suficientemente vieja para ser un fósil, había evidencia de que la unidad había estado en funcionamiento muy recientemente. “¿Por qué se activo?” De inmediato, se puso a revisar la reliquia. Pero mientras que mostró una señal de haber respondido durante la restauración del sistema-cuando Yggdrasil había sido reiniciado-no respondía para nada ahora. “No te me bloquees en este momento…” le reprocho. Trato todo lo que se le ocurrió, pero fue en vano. No había manera siquiera de saber si había habido o no un problema. “Genial… si tengo que restaurar este sistema, podría tomarme años…”
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“Seguro que si.” Urd se dio la vuelta para localizar la fuente de la repentina interrupción. “¡…Peorth!” La Diosa de Primera Clase con pelo negro brilloso le sonrío. Urd había estado tan ensimismada en su trabajo, que ni siquiera había notado la presencia de Peorth. ¿Cómo pudo haber sido tan descuidada? “Te has estado comportando tan rara, que decidí seguirte, my dear 1 .” Esto únicamente hizo sentirse peor a Urd. ¡No se dio cuenta de que había sido tan obvia! “Grandioso. Esto de verdad es deprimente,” murmuro. Pero Peorth no le hizo caso. “Urd, eres propensa al comportamiento imprudente, pero no eres completamente insensible, ¿are you?2 Cuando te metes en tu trabajo con tanto fervor, es obvio que algo fuera de lo normal esta pasando.” “¿Es eso un cumplido o un insulto?” “Tómalo como quieras, my dear 3 .” Peorth rió entre dientes suavemente y miro con atención por encima del hombro de Urd hacia el monitor. “Nunca antes había estado aquí abajo. Supongo que una nunca sabe cuando este tipo de información podría ser de utilidad…” “Si, como digas.” Urd decidió no ponerle atención. Le dio la espalda a Peorth y regreso a su trabajo. Trato un buen número de procedimientos, pero sin embargo la unidad se rehusaba a responder. Después de descender más de treinta niveles para llegar a este lugar, la única cosa que había descubierto era que esta unidad era parte de algún tipo de red y que por alguna razón, había respondido cuando el Sistema de Yggdrasil se había reiniciado. Difícilmente lo que se podrían llamar resultados satisfactorios. Muy bien entonces… lo único que queda por hacer es realizar una búsqueda en el registro del tiempo hasta el punto en el cual esa amenaza toco a Keiichi…
Parecía que el curso de acción más rápido que restaba era el investigar todos los avistamientos de la aparición, uno por uno, empezando desde el punto de restauración y terminando con el encuentro en el techo del Edificio Sur. Y eso le tomaría una eternidad. “Peorth… siendo que eres una Diosa de Primera Clase, quisiera pedir tu ayuda con algo.” Peorth dejo de curiosear y giro de manera espectacular hacia Urd. “¿Ah, si? ¿Y que podría ser?” “¿Me darías un masajito en los pies?” “¿Qué…?” “Bueno, ya que parece que no tienes nada mejor que hacer…” “…” De la nada, un remolino de rosas rojas empezó a girar en el aire. “¡No baje hasta aquí…para tolerar tu insolencia!” Los blancos brazos de Peorth se movieron con elegancia en el aire. “¡Ataque Especial-Huracán de Rosas!”
1
chérie: querida ¿n’est pas? : ¿o si? 3 chérie 2
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Mientras los tallos sobresalían de la espalda de Peorth, pétalos y espinas volaron hacia Urd como metralla. “¡AYIIIIIIIIIIII!” La frenética tormenta de rosas lleno de rojo carmesí la Unidad Universal de la Terminal No. 3 de la Central de Control Principal de Yggdrasil. ¡Plip!-algo cayó en la mejilla de Keiichi.
Al principio, estaba demasiado absorto en su trabajo para notarlo. Pero en un santiamén, las gotas dispersas se convirtieron en una lluvia fuerte. “¡Esta lloviendo! Bien querida Belldandy,” Keiichi murmuro para si. Había sido una hermosa mañana, y el reporte del tiempo pronostico un cero por ciento de posibilidad de lluvia. Pero cuando salio de la casa, Belldandy le dio el impermeable. Keiichi se pregunto por qué, pero lo había metido en su mochila de todas maneras. Entonces, esa tarde, el clima había cambiado. Negras y amenazadoras nubes se habían juntado a lo largo y ancho del cielo, y ahora, finalmente, la lluvia había llegado. Saco el impermeable de la mochila y rápidamente se lo puso. Tenía mucho trabajo esperándolo, y lo último que necesitaba era enfermarse de gripa. “¡Ey, niño! Después de que terminemos de ensamblar este, nos vamos.” “¡Bien!” Keiichi exhalo profundamente, su vaho salio blanco. Otaki le había conseguido este trabajo de medio tiempo instalando barandales protectores. En el camino prefectural cerca del Acuario de la Vida Marina de Nekomi, los trabajadores corrían a toda prisa hacia los camiones, apresurándose para terminar la jornada. Ya la lluvia estaba cayendo en serio. Las gotitas se mezclaban con la brisa del océano, y Keiichi podía sentir que sus manos y pies rápidamente se entumecían. Usando el taladro de aire, cuidadosamente instalo el último barandal y apago la compresora motorizada. “Muy bien. Echen las herramientas y la compresora al camión y con esto terminamos por hoy. Buen trabajo, muchachos.” “Bien.” Keiichi rápidamente junto las herramientas desperdigadas y las guardo, y con la ayuda de otros trabajadores, pudo subir la compresora a la parte de atrás del camión. “Muy bien, nos vemos mañana. “Lleguen diez para las once en punto.” “De acuerdo. Nos vemos luego.” Keiichi observo al convoy de camiones irse y suspiro profundamente, echando un vistazo hacia arriba al reloj de movimiento en el arco de la entrada del acuario. “Solo poco mas de cuatro horas hasta mi siguiente trabajo… bien. Tengo tiempo para ir a casa y cenar primero, tal y como lo planee.” Froto sus manos congeladas y encendió el motor de su BMW. El zumbido de la maquina se ahogaba con la lluvia y una nube de humo blanco se elevaba del tubo de escape hacia la oscuridad de la noche. “Espero que pase pronto…” Rezaba con gran seriedad mientras ponía las manos encima del cuerpo de la motocicleta para calentarse. Su trabajo nocturno-otro de los conectes de Otaki-era el dirigir el trafico en un sitio de construcción. Ese tipo de trabajo físico era pesado para el cuerpo, y era fácil congelarse hasta los huesos haciéndolo, ya que tenía que estar quieto en una sola posición en un mismo lugar por horas. Seria mucho peor con la lluvia.
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“Será mejor que me vaya.” La moto finalmente se calentó, Keiichi estaba a punto de acelerar cuando se dio cuenta de que una mujer se dirigía hacia él. No traía paraguas y se tambaleaba con paso vacilante bajo el aguacero. “¿…?” Keiichi sabia muy bien que en momentos como ese, lo mejor era no meterse donde no lo llamaban. Pero por alguna razón, no podía apartar la mirada completamente. De repente-tal vez sintiendo la mirada encima-la mujer se paro en seco. Su paso de repente se volvió sorprendentemente firme mientras iba directamente hacia él. “¡Hijole! ¡Ya valió!” Keiichi puso la mano en el acelerador y estaba casi a punto de meterse a la carretera cuando la mujer dejo escapar un grito imponente. “¡Alto ahí!” Sin pensar, Keiichi soltó el acelerador. El pelo de la mujer estaba empapado y desarreglado, pero emanaba un aura impresionante… Keiichi trago saliva. Era Sayoko Mishima, la reina del Instituto Tecnológico de Nekomi. Camino a paso largo hacia Keiichi, lo agarro por el cuello, y lo empezó a interrogar. “¿Quién eres? ¿Vas en el I.T.N.?” “S-si.” “Nombre y año.” “¡Keiichi Morisato, de segundo año, facultad de ingeniería mecánica!” Keiichi grito haciendo un rígido saludo. Perate, si no estamos en el ejercito, se recordó a si mismo, avergonzado. Sayoko lo miraba fijamente, luego de repente golpeo su puño contra la palma de su mano como si se acordara de algo. “Morisato… Tu fuiste el que llevo a esa chica…” “¿A esa chica?” “Tu estabas con Belldandy…” Su aura vibraba con emoción-y por alguna razón, mientras mencionaba el nombre de Belldandy, con furia. “¿Eh?” “Es cierto…” Mientras dirigía ese enojo hacia el nervioso Keiichi, los ojos de Sayoko brillaron. “Que bueno que me tope contigo. Ven conmigo, ¡después de todo, es lo menos que puedes hacer!” Los delicados dedos se posaron sobre el brazo de Keiichi. Éste asintió, involuntariamente. El exclusivo bar, no lejos del acuario, estaba dentro de un hermoso edificio de paredes blancas y un ambiente hogareño. No tenía ningún letrero en la entrada, y habría sido fácil el confundirlo con una residencia privada. Era un establecimiento para socios únicamente. “Buenas tardes.” “¡Pero, Mademoiselle Sayoko! ¿Hoy no trajo su carro?” Sayoko estaba tan empapada, que parecía que se había ido a nadar con todo y ropa. Yendo en motocicleta bajo la pertinaz lluvia era una rápida forma de mojarse hasta los huesos.
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“Por favor, póngase esta bata Mademoiselle Sayoko. Tendré sus ropas secas para cuando se vaya.” Naturalmente, recibió el tratamiento de toda una celebridad. “¿La acompaño hasta su mesa de costumbre?” Ya vestida con una suave bata de seda, Sayoko echo un vistazo hacia las mesas cerca de las ventanas. Mesas para dos personas rodeaban le enorme ventana que daba al océano, y hasta el final había mesas para cuatro personas. Aparentemente, ahí era donde Sayoko normalmente se sentaba. Pero Sayoko negó con la cabeza y aparto la mirada. “No tengo ganas de ver el mar en un día como este. Nos sentaremos en la barra.” “Por aquí, por favor.” Keiichi todavía estaba parado en la entrada, incapaz de decir algo. Se sentía profundamente fuera de lugar e incomodo, y más que nada quería irse a casa. “¿Qué haces ahí?” Sayoko dijo con voz severa. “¡Siéntate!” Pero la reina también tenia otros planes. Keiichi permitió que el propietario se llevara el impermeable y la mochila mientras se sentaba de mala gana en la barra. “¿Tienen Krug?” Sayoko pregunto. “Por supuesto, Mademoiselle. Tenemos una completa selección.” “Claro que la tienen. Déme el Klos du Mensil, por favor.” “Enseguida, Mademoiselle.” Suavemente, el barman puso una elegante botella color verde-jade con una etiqueta dorada y adornada enfrente de Sayoko. Klos du Mensil era una champaña Krug hecha únicamente con un tipo especial de uva, de una cosecha en particular, de un año especifico. La cantidad producida cada año dependía de la cosecha, y por lo general era bastante pequeña-solo de nueve mil a diecisiete mil botellas. Naturalmente costaba un ojo de la cara. “Agradece la oportunidad de beber conmigo-yo invito,” Sayoko le informo a Keiichi. El líquido espumoso brillaba con burbujas como perlas mientras el barman lo servia en dos vasos-así que a esto se referían cuando decían “oro de champaña.” “Salud.” Sus vasos tintinearon musicalmente, y Sayoko se tomo la champaña como si fuera agua. “¡Aah…delicioso!” Mientras ella disfrutaba su bebida, Keiichi permanecía inmóvil con su vaso en el aire. Tenia que conducir la moto después de esto-no había manera de que pudiera beber alcohol. Al mismo tiempo, no se sentía cómodo para pedir otra cosa. “¿No es de su agrado el Krug, Monsieur?” el barman le pregunto en voz baja. Keiichi bajo su vaso disculpándose. “Es que… vengo en motocicleta.” “Por favor discúlpeme, Monsieur.” El barman sonrío y rápidamente le trajo a Keiichi un reemplazo. Vertió el líquido color ámbar sobre unos cubos de hielo en un vaso de cristal brillante. “Es té oolong.” Para el observador ocasional, la bebida parecía whisky. De esta forma, Sayoko no se sentiría ofendida. “¿Morisato-kun…no tomas?” Sayoko pregunto, en ese mismo momento.
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Keiichi señalo hacia su vaso. “¡Es cierto…hasta el fondo!” Sayoko sonrío con satisfacción. Sus mejillas eran de un rosa brillante, y el área alrededor de su boca se veía un poco sonrosada, también. Pero eso era apenas sorprendente, considerando que ya había visitado varios bares esa noche. “Mira… de veras que tengo que irme pronto,” Keiichi dijo. “Tengo que trabajar al rato…” Tal vez Sayoko estaba en medio de algún tipo de gran crisis personal, pero Keiichi no tenia ni el tiempo ni el dinero para acompañarla ahorita. Con cada minuto que pasaba, se le estaba acabando el tiempo antes de que su siguiente trabajo empezara. “¿Por qué no hablas a tu casa y pides que alguien venga por ti? Si te llevo en mi moto, solo te mojaras de nuevo.” Keiichi estaba haciendo su mejor esfuerzo para ser cortes, pero una vez mas, Sayoko lo miro fijamente. “Se trata de Belldandy, ¿verdad?” “¿Eh?” “Preferirías estar con ella, ¿o no?” “¡¿Qué?!” Casi no parecía una pregunta relevante. Cuando Keiichi llego por primera vez al I.T.N., como muchos otros estudiantes, había reunido el coraje para pedirle a Sayoko que fuera con él de visita al museo. Ella lo rechazo inmediatamente. Ahora, apenas si sabía como reaccionar ante su repentina atención. “¡Belldandy, Belldandy! ¡Ella es el tema, ya nadie habla de otra cosa…y eso que yo soy la reina de la escuela!” Para ese momento, Sayoko ya se había acabado la botella de Krug y cambiado a Zafiros de Bombay en las rocas. Ese era su tercer vaso. “No puedo soportarlo. ¿Cómo se supone que voy a competir con una rival que ni siquiera esta presente?” ¡Entonces ese es el por qué le guarda rencor a Belldandy!
Desde el Juego de Supervivencia CMC, las anécdotas de una angelical Belldandy, vestida de blanco se habían vuelto legendarias-no, incluso mitológicas. Su popularidad estaba fuera de control, y la frustración de Sayoko era igualmente incontenible. “Creí que podría distraerme si salía con un joven empresario…” Sayoko relataba. Su acompañante de esa noche había sido una elección atractiva en cada aspecto: bien parecido, un excelente estudiante, y de buena familia. Sayoko había disfrutado de las atenciones y realmente había esperado con ansias la cita. Primero, fue por ella en un Aston Martín. Les sirvieron una encantadora comida en un afamado restaurante francés y una cena en una café al aire libre con vista al océano. Sayoko estuvo complacida con la selección de lugares, la sofisticada conversación, e impecables modales de su acompañante. “Pero la verdadera medida de un hombre es como se comporta ante una crisis,” Sayoko prosiguió. “Ah…” Sucedió en el estacionamiento. El espacio era tan reducido, y el joven había estado tan concentrado en no golpear a otros carros que raspo el costado del Aston Martín contra una maceta decorativa baja. Ahí fue cuando toda la velada se fue al caño.
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Resulto que el lujoso auto ingles pertenecía al papa del chico y lo había agarrado prestado sin permiso para salir. ¡Un desastre! ¡Su padre lo repudiaría por llevarse el precioso carro sin su autorización y traerlo a casa dañado! De repente, el porte perfecto del chico se derrumbo, y rompió a llorar ahí enfrente de todos. “Puedo entender por qué estaba preocupado…” Keiichi se compadeció. Desde la perspectiva del carro, la lesión tuvo que haber sido una experiencia terrible y traumática. Y en cuanto al conductor, el costo de las reparaciones seria igualmente dolorosa. Como colega amante de las maquinas, Keiichi sintió compasión por el pobre Aston Martín, pero Sayoko no estaba convencida. “¡Pero no dejaba de llorar! ¡Hablando de ser patético!” Completamente desilusionada por la reacción de su acompañante, Sayoko lo abandono en ese lugar y se dirigió hacia un bar. Tres bares después, había estado deambulando bajo la lluvia cuando se topo con Keiichi. “Resulto que solo era un niñote disimulando,” se lamento. Vacío su vaso y suspiro profundamente. Los cubos de hielo en el vaso tintinearon musicalmente. “Uno mas,” le dijo al barman. El barman retiro el vaso, dejando ver el ligeramente húmedo portavasos. Sayoko saco una caja roja de joyas de su bolso Fendi y la puso encima del portavasos. “¿Qué es eso?” Keiichi pregunto. “¿Ah, no lo sabes? Se le llama ‘anillo de amor’.” “Ah…” El diseño muy vistoso del anillo brillo con la luz. Ahora que pensaba en ello, Keiichi había estado tan ocupado trabajando hasta el cansancio que no había pensado en que iba a comprar con el dinero. Y la Navidad ya esta cerca… Mientras Sayoko se tomaba de un solo trago su bebida, Keiichi pregunto con indecisión, “supongo que hace feliz a una chica cuando un chico le da un anillo, ¿eh?” “Oh, si…” La expresión de Sayoko se enterneció. “Hay toda clase de joyas… pero un anillo es de verdad especial.” Sonrío como soñando, mirando fijamente el vaso. “Y aun mas si es de un chico que realmente te agrada.” “Ah…” Fue un cambio espectacular de su habitual comportamiento altanero y aristocrático, y Keiichi se sorprendió un poco. Es una chica después de todo…
Mientras observaba con atención el anillo brillante, una sensación indescriptible lo inundo. Su cara enrojeció y su corazón se acelero mientras se imaginaba el rostro sonriente de Belldandy con su brillo. Un anillo… es una gran idea.
Probablemente a Belldandy le encantaría que le diera un anillo como ese. Se imagino a si mismo sonrojándose mientras le ponía el anillo en el dedo anular... y entonces… y entonces… Por un instante, sus fantasías se desbocaron, pero se obligo a volver a la realidad. Fue cuando se dio cuenta de la suave música de jazz tocando en el sistema de sonido. ¡Ja-ja-ja…debe haber sido por la música!
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Embebido por la música ambiental, miro detenidamente a la caja rojo-carmesí una vez más. No sabia nada del precio de los metales preciosos, mucho menos cuanto podría costar un anillo como ese. “Por cierto… ¿Cuánto cuesta algo como esto…?” Empezó a preguntarle a Sayoko-solo para consulta-pero cuando levanto la mirada, ella ya no estaba. “¿A dónde…?” “Mademoiselle Sayoko se retiro al tocador. Sus prendas ya estaban secas, y fue a cambiarse,” el barman le informo. “Ah.” Aparentemente, el tiempo había seguido su curso en el mundo real mientras él había estado perdido en la tierra de la fantasía. Alzo su vaso, ya húmedo por la condensación, y se tomo de un trago el té oolong. Si Sayoko había ido a cambiarse, probablemente estaba lista para irse a casa. Keiichi finalmente estaría libre. Echo un vistazo a su reloj… menos de dos horas quedaban antes de su siguiente trabajo. Si me voy directo a la casa todavía podría cenar algo rápido…
Pero esa vana esperanza iba a ser hecha pedazos cruelmente. Sayoko salio de la parte de atrás vistiendo sus ropas y abrigo. A pesar de lo mucho que había bebido, todavía tenia paso firme. La chica tenía clase. “La cuenta por favor… y Morisato-kun, voy a necesitar que me lleves a mi casa.” “¿Qué?” Keiichi se preguntaba si había escuchado bien mientras Sayoko pagaba la cuenta con su tarjeta dorada. “¿Quieres que yo…te lleve?” Sintió que su cena, y la sonrisa de Belldandy, se desvanecían en la distancia. “¿Y por que? ¡Puedes pedir un taxi! Ya te dije, tengo que trabajar…” “Pero tuve una cita hoy y solo traje conmigo mi tarjeta de crédito.” “¿Y?” “Y no traigo nada de cambio.” “¡¿Qué?!” “Así que necesito que me lleves.” Keiichi estuvo tentado a continuar debatiendo esta lógica de princesa, pero alguien tan fácil de manejar como él no era rival para alguien como Sayoko. Terminaría llevándola a su casa en el sidecar de la BMW. Keiichi suspiro profundamente. La luz de la luna brillaba sobre el pavimento mojado mientras se acercaba a una caseta telefónica y se quitaba el casco. Las manecillas del reloj se habían movido bastante desde la ultima vez que lo había visto… le quedaban menos de cincuenta minutos. “¡Maldición! ¡Sayoko me echo a perder por completo mis planes!” Busco dentro de su bolsillo por cambio y salieron puras monedas plateadas-en algún otro momento, eso habría sido algo bueno. “¿No hay de diez?” Reviso en el otro bolsillo y finalmente encontró una única moneda de diez yenes. Echando un vistazo a su reloj una vez más, lentamente marco el número de teléfono. Después de que le dije a Belldandy que iría a la casa para cenar…
Nunca había estado tan nervioso por llamar a su propia casa. Después de seis timbrazos que parecieron una eternidad, escucho a alguien contestar.
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“¡Belldandy, discúlpame por favor!” Keiichi empezó a disculparse inmediatamente. Pero la voz en el otro lado de la línea no era la que él había esperado escuchar. “Ah, eres tu, Keiichi.” “¿Skuld?” Keiichi sintió que las fuerzas se le iban del cuerpo. Belldandy siempre contestaba el teléfono-tenia que ser Skuld en un momento como este. “Este, me pasas a Bell…” estaba a punto de pedirle a Skuld que lo comunicara con Belldandy, pero se acordó que su moneda de diez yenes no duraría tanto. Habría preferido platicar con Belldandy, pero si el tiempo se agotaba solo en lo que Skuld la buscaba, todo estaría perdido. Tendría que pedirle a la pequeña diosa que le diera un mensaje. “Dile a Belldandy que me voy a ir directo a mi siguiente trabajo y que me disculpe. No iré a la casa hasta en la mañana así que dile que no me espere despierta. Y que lamento haberme perdido la cena… me disculpare apropiadamente cuando llegue.” “Bien. Adiós.” Skuld colgó bruscamente, dejando el teléfono zumbando en el oído de Keiichi. Una ráfaga de aire muy frío lo envolvió cuando abrió la puerta de la caseta telefónica. “¡Brr!” Rápidamente se subió el cierre de la chamarra. “¿Es…nieve?” La lluvia había recomenzado una vez más, pero ahora cristales blancos estaban empezando a reemplazar las gotas transparentes. Keiichi respiro profundamente para restaurar su marchita determinación y le dio la vuelta a la llave de encendido. Su vaho se condenso en una nube blanca y se desvaneció en la oscuridad. “¡Simplemente no me puedo concentrar!” Boletín de los Inventos del Mundo, un programa de documentales que hacia la crónica de los inventos que hicieron época y las grandes luminarias que los habían desarrollado, estaba llegando a su punto culminante. Con una música apacible de fondo, el inventor estelar estaba a punto de realizar su experimento final. Normalmente Skuld estaría a la expectativa furiosamente tomando notas, pero no hoy. Sus ojos observaban fijamente la pantalla, pero la información no conseguía llegar hasta su cerebro. “Pero que aburrición…” se quejo, abrazando sus rodillas. ¡Ririririririririri! El teléfono del pasillo sonó estridentemente. “Urd…” Por alguna razón, estaba segura de que la llamada venia del Cielo. Se precipito a toda prisa hacia el teléfono y agarro el auricular. “¿Bueno?” grito con gran emoción. “¡Belldandy, discúlpame por favor!” La voz en el otro lado de la línea no era la que había esperado escuchar. “Ah, eres tu, Keiichi.” Skuld se desplomo como balón desinflado. Pero Keiichi no se dio cuenta de su reacción, murmurando algo de darle a Belldandy un mensaje. ¡Ay, por favor!
Skuld sintió que su irritación crecía. “Bien. Adiós,” dijo bruscamente cuando Keiichi termino de hablar. Entonces colgó de golpe el auricular.
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¿Le haría daño a Urd el al menos reportarse así? Hizo
pucheros, mirando furiosamente al teléfono negro. En ese momento, escucho una suave voz decir su nombre. “Skuld…” “¡Ah…Belldandy!” Belldandy estaba parada detrás de ella, llevando puesto un delantal y con una cara de preocupación. Skuld sintió una oleada de vergüenza-Belldandy debió haberla visto descargar su frustración con el teléfono. “¿Quién era?” Belldandy pregunto. “Keiichi. Dijo que se iba directo a su siguiente trabajo. Y que se disculpaba por no haber llegado a cenar.” “Ah…” Por un instante, el pasillo se quedo en silencio aparte del débil sonido de la televisión. Boletín de los Inventos del Mundo estaba llegando a su fin. “Skuld, estabas viendo la tele en el cuarto de Urd otra vez, ¿verdad?” Belldandy dijo viéndose confundida. La puerta estaba semi abierta y podía ver la luz de la TV. Sin Urd para pelear con uñas y dientes por los derechos de la televisión, Skuld tenia el monopolio total de la TV del cuarto del té en estos días. Pero por alguna razón, no estaba del todo interesada en verla ahí. No importaba cuantas veces Belldandy la regañaba, veía la TV del cuarto de Urd en lugar de la otra. “Skuld…” Belldandy sabia que Skuld moriría antes de admitir que extrañaba a Urd. Puso un brazo alrededor del hombro de su terca hermana pequeña y le sonrío calidamente. “¿Quieres un poco de helado?” Skuld asintió en silencio. En el calido cuarto del té, un tazón de arroz y platillos preparados por Belldandy esperaban en la mesita. Belldandy cubrió la comida con plástico para envolver y la regreso a la cocina. “Después de todo tu esfuerzo…” Skuld se lamento. “No importa, Skuld,” Belldandy sonrío suavemente, negando con la cabeza. Regreso al cuarto del té con el helado de Skuld, luego puso su trapo de cocina sobre el tazón de arroz y estiro su mano hacia su costurero. “Es que…” Skuld frunció el ceño, con la cuchara en la boca. En lo que a ella se refería, cualquiera que desaprovechara la comida casera de su amada hermana merecía la pena capital. Pero Belldandy solo sonreía tristemente. “Yo soy la razón… por la que Keiichi-san esta trabajando tanto,” dijo después de titubear un momento. “¿En serio?” Skuld se quedo sorprendida. “… Si” Belldandy sonrío, y una expresión de nostalgia se dibujo en su rostro. Cuando un año había pasado desde que había llegado por primera vez a la Tierra y sello su contrato con Keiichi, éste le había regalado un anillo. Trabajo afanosamente día y noche, incluso privándose a si mismo del sueño. Y ahora estaba haciendo lo mismo otra vez. “En ese caso, eso es algo bueno…” Los ojos negros y redondos de Skuld miraron dentro de los de Belldandy. “¿…Verdad?” Sí Keiichi iba a darle un regalo de nuevo, Belldandy debería estar feliz-pero parecía tener un mal caso de melancolía. Skuld ladeo la cabeza. “¿Entonces, por qué te ves tan deprimida?” le pregunto.
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Por un instante, la mirada en los ojos de Skuld le recordó a Belldandy a Keiichi. Tan llena de preocupación, incertidumbre, y esperanza incontenible. ¡Ay, Keiichi-san! Belldandy aparto la vista, incapaz de sostener la mirada fija de Skuld. Por supuesto que me alegra… es solo que…
Sintió la agitación crecer en su corazón, y se mordió el labio para contenerla. En el fondo de su memoria, todavía podía escuchar la voz de Urd. “Quieres ver la sonrisa de Keiichi, ¿o no?”
Claro, no quería nada más. Pero lo que de verdad haría sonreír a Keiichi era si ella pudiera bajar la guardia. “¡Te comprendo, Onee-sama!” Sin ningún aviso, Skuld le apretó la mano. “Skuld…” “Quizá es importante… y tal vez están de veras trabajando mucho… ¡pero tanto Keiichi como Urd deberían pensar en como se siente ser el que se queda todo solo esperando en casa!” Skuld parecía haber interpretado la cara de preocupación de Belldandy, como una expresión de la misma soledad que ella estaba sufriendo. Asintió enfáticamente, con los ojos negros llenos de lágrimas. Si… a veces no es suficiente el solo preocuparse por alguien. A veces también se necesita corresponder a esos sentimientos.
Suavemente, Belldandy puso una mano en la espalda de Skuld. Keiichi debía estar sintiéndose de la misma forma-la misma tristeza y nostalgia por alguien que esta fuera del alcance. Como Diosa de Primera Clase, su misión era dar felicidad a Keiichi. Si le estaba causando tristeza al ser demasiado cautelosa, estaba haciendo todo lo contrario. Desearía poder hacer sonreír a Keiichi-san desde muy adentro.
Su corazón se estremeció. Era casi Navidad. En un día cuando la gente esta tan llena de felicidad, tal vez podría permitirse el ser flexible un poquito. No haría daño el corresponder a los sentimientos de Keiichi un solo día de todo el año. Un ligero rubor rosado apareció en sus blancas mejillas mientras tomaba una decisión. “¡Skuld!” dijo alegremente. “¡Vamos a hacer una fiesta de Navidad!” Skuld alzo la mirada sorprendida. “¿Lo dices en serio, Belldandy?” Sus ojos de cachorrito brillaron. “¿Entonces…podemos comer pastel y poner un árbol? E intercambiar regalos…” “¿Intercambiar regalos?” Belldandy repitió. “¡Si! Lo leí en Chicas de Flores. Adornas un árbol, comes pastel, e intercambias regalos a la luz de las velas. La Navidad es una fiesta muy importante para los enamorados.” La melancolía de Skuld se desvaneció completamente y una sonrisa radiante apareció en su cara mientras se perdía en el mundo de su querida Dobon. Belldandy se quedo pensando, sonriendo, cuando algo se le vino a la mente. ¡Ahora que me acuerdo…nunca le di a Keiichi-san un regalo de verdad!
Recordando el pasado, los dos habían estado juntos más de cuatro años, pero de hecho nunca habían intercambiado regalos. Una vez-aunque no por algún motivo en particulartejió un suéter para dárselo a Keiichi. Pero gracias a un poco de la interferencia de Sayoko, se perdió de la oportunidad de entregárselo en persona. Al final, el suéter encontró su camino hacia Keiichi-pero éste se había perdido un poco de la verdadera experiencia de recibir un regalo. Tal vez le haré otro suéter para dárselo yo misma esta vez. Tejeré cada punto con amor…
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Pero de inmediato, rechazo la idea. Si ponía demasiado cariño en el regalo, podría causar problemas… alzo la cabeza decididamente. Mejor le daré algo más…
Pero por alguna razón, ese algo más la eludía. Miraba fijamente hacia el vacío, devanándose los sesos. “¿Belldandy…? ¿Estas bien?” Skuld pregunto cautelosamente. Lentamente, Belldandy volteo la cabeza. “¿Skuld… que tipo de regalo crees que le gustaría a Keiichi-san?” “¿Eh?” Esa era una pregunta muy difícil. Ahora era el turno de Skuld de quedarse en ascuas. “¿Keiichi?” En realidad, Skuld no tenía ni la más minima idea. Nunca había pensado en ello-para ser bastante honesta, nunca malgastaba mucho tiempo pensando en Keiichi. Pero si algo estaba afligiendo a su amada hermana, Skuld no tenia la menor intención de no prestar oídos. Era un reto más difícil que los problemas de matemáticas o eliminar bichos, pero abordo la pregunta de frente. “Keiichi, ¿eh? Keiichi…” Se quedo callada, sus cejas se fruncieron fuertemente mientras se esforzaba por recordar las cosas que éste había dicho y hecho. “Ahora que lo mencionas… dijo que había astillado su desarmador,” dijo entre dientes, mirando fijamente hacia un punto en el techo. El desarmador Phillips que Keiichi había astillado mientras trabajaba en su moto… Skuld le había aconsejado que se comprara uno nuevo, pero él se había negado rotundamente. “Las raspaduras son historia,” le dijo. “Eso se aplica para todo lo que usamos, incluyendo las herramientas. Aun cuando se astillen, o peor, se rompan… cuando has usado algo por mucho tiempo, en buenos y malos momentos, eso las hace únicas en su tipo. Las hace irremplazables.” “Un desarmador…” Gradualmente, Skuld saco el incidente de su gran fuente de recuerdos dormidos. Podía verlo todo todavía en el fondo de su memoria. Cada gesto y palabra de Keiichi trajeron una sensación de profunda calidez en el corazón de Belldandy. “¡Ay…pero eso fue antes de la restauración!” Skuld se acordó. Grandioso-se había tomado toda la molestia de acordarse únicamente para darse cuenta de que el evento no tenían ninguna relevancia en esta realidad. Se incorporo y estiro con ganas, tratando de reavivar su concentración decaída. Abrió las contra-ventanas, esperando limpiar el aire un poco. “¡Aah!” Exclamo. Un velo blanco cubría el paisaje, “Belldandy, esta nevando.” Unas gotas de blanco puro espolvoreaban los adoquines, los árboles de cerezo, y los de ginko, transformando el patio conocido en un paisaje completamente diferente. “¡Ay, pero que hermoso!” Belldandy llevo su cara hasta el vidrio y miro hacia afuera. Los copos de nieve caían desde el Cielo, cubriendo uniformemente la tierra. Las delicadas hadas de nieve blanca eran tan puras y hermosas como las alas de Holy Bell. Con luces deslumbrantes y adornos tintineantes del árbol de Navidad, la noche sagrada y romántica que preparaba el terreno para la gran festividad era una blanca Nochebuena. Cada rincón y grieta del paisaje estaba cubierto con nieve. Era un mundo encantado y plateado.
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Las calles estaban llenas de multitudes bulliciosas, y “Navidad4 ” se tocaba alegremente en las tiendas…. o al menos, así es como debería haber sido. Pero la nieve no había parado ni siquiera por un minuto desde que empezó a caer una semana antes, y las calles estaban desiertas. Este día, también, los emisarios celestiales vertían incansablemente desde el cielo. “¡Agh! Limpiando el techo, ya veo…” El vaho de Megumi hizo bocanadas blancas mientras subía por los escalones de piedra del Templo Tarikihongan. Directamente enfrente de ella, podía ver a Keiichi encima del tejado. “¡Un, dos!” Keiichi grito, alegremente abstraído en su trabajo. “¿Cómo puede disfrutar eso?” Megumi dejo escapar un suspiro medio exasperado mientras se abría paso a través del ya limpio camino de piedra. Muñecos y cuevas de nieve estaban esparcidos por el patio. “¡Ah, Megumi! ¿Qué estas haciendo aquí?” una voz le pregunto desde arriba, Keiichi finalmente había notado su presencia. Se limpio el sudor de la frente y la saludo con la mano. “Te traje algo de parte de Takano.” Megumi alzo la bolsa de plástico que estaba cargando. La bolsa parecía que podría romperse en cualquier momento bajo el peso de su aterronado contenido. “No, digo que qué haces aquí . ¿Qué paso con tu viaje?” “¡Ah… Ja-ja-ja-ja!” Megumi hizo muecas. “Se cancelo. Por la nieve.” Había estado planeando su viaje desde el otoño y le había vendido su cámara a Keiichi para pagar las reservaciones. Prometía ser todo un agasajo-un paseo espectacular hasta la posada, aguas termales, y una cena de lujo-pero la imprevista nieve lo arruino todo. Primero, la amiga de Megumi tuvo miedo de manejar en los caminos cubiertos de nieve, así que cambiaron a viaje en tren en el último minuto. Justo cuando estaban empezando a esperar con ansias el ir en tren, las líneas férreas fueron sido suspendidas por completo. Las únicas opciones que les quedaban eran irse caminando o por avión, y dos días antes finalmente hablaron para su cancelación oficial. “Hijole, que mala pata.” “Sip, bueno, ¿qué mas se puede hacer? No puedes pelearte con la madre naturaleza. Además, hicieron una excepción especial y no nos hicieron cargos por cancelación. La agencia de viajes nos regreso la mitad del dinero, también.” “Que bien.” “Bueno, nunca había habido una tormenta de nieve como esta antes, nunca. Supongo que muchos otros clientes armaron un escándalo. Así que nos regresaran nuestro dinero tan pronto como reservemos otro paquete de viaje. Ya hicimos planes para la próxima primavera.” “Bien hecho.” Esa era la pequeña hermana de Keiichi-no era fácil de manejar. “Aparte, logre agarrar uno de los últimos lugares en el curso intensivo especial de la escuela. Así que creo que fue una bendición disfrazada.” En los últimos años, se había vuelto una tradición de fiesta el llevar a cabo una clase especial en el día de Navidad que era especialmente popular entre los estudiantes. “¿Y que van a dar este año?” “¡Aerodinámica!” Megumi rió entre dientes triunfantemente. 4
Se refiere a la canción en ingles “Jingle Bells”
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Eso sonó como un golpe de buena suerte. Tanto que Keiichi se puso un poco envidioso. Megumi siempre tenía toda la suerte del mundo, y sintió un repentino impulso de hacerla enojar un poquito. Recogió una paleteada extra grande de nieve y la aventó hacia abajo. Hizo un fuerte crujido mientras chocaba con la nieve de abajo. “¡Muy bien, entonces puedes ayudarme a limpiar el tejado!” “¡Ni loca!” La negativa de Megumi fue inmediata. “¡Olvídalo! ¡Ya hice mucha limpieza de techo hasta el año pasado!” Megumi odiaba la nieve. Más específicamente, odiaba la forma en que se acumulaba innecesariamente en los caminos y techos de las casas. Tenían que quitarla o dañaría la casa, y tenían que limpias las calles para poder ir a algún lado. Mas que nada, le irritaba que la nieve diera tantas grandes molestias por si sola y luego se desapareciera como si nunca hubiera existido. No que prefiriera que se quedara a lo largo de todo el año, pero había algo indescriptiblemente molesto en hacer todo ese trabajo duro de invierno completamente en vano. “¡Lo dejare en tus manos, ya que parece que los estas disfrutando! Además, necesito hablar con Belldandy.” Sin darle a Keiichi la oportunidad de responder, Megumi avanzo hacia la casa más rápido que antes. ¡Ja! ¡Pero que hipócrita! ¡Allá en la casa, Kei-chan también odiaba limpiar el techo!
El asa de la bolsa de plástico estaba clavándose en sus dedos y la paso a la otra mano mientras abría la puerta del frente. “¡Holaaaa!” gritó. Se comportaba en el templo como en su propia casa. “¿Si? ¿Quién es?” La puerta de papel del final del pasillo se abrió. El aroma que floto hacia delante eran tan invitador que hizo gruñir el estomago de Megumi. “¡Ah, Megumi! ¡Pásate!” Belldandy salio vistiendo un delantal y guantes para el horno. ¡Ah…van a tener una fiesta de Navidad!
Ahora todo tenia sentido. No era de extrañar que Keiichi hubiera estado de tan buen humor. “Parece que les traje esto justo en el momento preciso,” Megumi dijo, dejando caer de golpe la pesada bolsa. “¿Qué es?” Belldandy se arrodillo y echo un vistazo dentro de la bolsa. Una sonrisa se dibujo en su cara. “¡Ay, papas!” Bien llena de gordos tubérculos, la bolsa despedía un agradable olor a tierra. “¿Son para nosotros? ¿En serio?” “Takano… nuestra madre en Hokkaido envió toda una caja llena desde la casa. Nunca me las habría acabado todas yo sola, así que pensé que me podrían echar una mano.” En ese momento, a Megumi todavía le quedaba más de media caja. Se había comido unas cuantas, pero vivía sola y su repertorio de recetas de papa era limitado. Únicamente podía hacer ensalada de papas, o pasa al horno… y tal vez croquetas de papa si de verdad se esforzaba al máximo. “Si no fuera por toda esta nieve, les habría traído la caja entera…” La verdad era que prefería más que Belldandy las cocinara para que pudiera venir y comérselas. Parecía que eso era mucho mejor para las papas también. Belldandy sonrió, podía adivinar lo que Megumi estaba pensando. “¡Seria mejor si las preparo todas y nos ayudas a comerlas!” “¡Hurra! ¡Belldandy eres lo máximo!” Megumi alzo sus brazos con alegría, en ese momento el sonido de un motor ahogo sus elogios.
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“¿Qué fue eso?” Se dio la vuelta sorprendida justo cuando la puerta del frente se abría de golpe. “¡Ya llegue, querida Onee-sama!” Skuld irrumpió en el cuarto, sus brazos cargados de cajas. Las dejo caer pesadamente en el piso. Las bolsas rebosaban con accesorios para fiesta: todo desde serpentinas y gorros hasta luces, guirnaldas y adornos para el árbol. “¡Caramba, pero que cargamento!” Megumi dijo maravillada. “¡Sip, bueno, va a ser una fiesta espectacular!” Skuld se quito sus anteojos para nieve. “Hay mas afuera. ¡Ven, ayúdame!” Agarro la mano de Megumi y la llevo hacia fuera sin darle a elegir. “¡Guau! ¿Pero que rayos es…?” Megumi miro boquiabierta el vehiculo futurista estacionado justo afuera de la puerta del frente. Skuld saco el pecho con orgullo ante la reacción de sorpresa de Megumi. “¿No es fabuloso?” se rió estridentemente. “Es el ‘Aditamento para el Clima Frío de Banpei-kun: Jinete de la Nieve V3,’ o el ‘Banpei-kun V3’ para abreviar.” ¿Para abreviar? Megumi se preguntaba. La figura se parecía a esa de un vehiculo para la nieve pero la cabeza redonda de Banpei sobresalía de su proa5 , creando un efecto que era un tanto lindo e inquietante al mismo tiempo. El V3 estaba pintado de rojo, blanco y negro. Skuld se ponía cada vez mas contenta entre mas lo miraba Megumi fijamente. “Te daré una vuelta en el un día de estos.” “Aja…” Megumi respondió evasivamente, sonriendo con cortesía y asintiendo. Skuld le puso un monto de cajas en los brazos. “Ten, llévate estos.” De bió haber comprado la mitad de la tienda. Esas bolsas estaban llenas de ornamentos y acebo6 artificial. “¡Hora de empezar a decorar!” Skuld corrió enérgicamente dentro de la casa con otra carga de artículos. Megumi se echo a reír-le recordaba a una abeja obrera atareada. “¡Discúlpame!” Megumi sintió que su carga se aligeraba. Belldandy, parada en el lugar que Skuld acababa de dejar vacante, sostenía los paquetes que ésta última le había dado a Megumi. “No hay problema. ¡Si que están echando la casa por la ventana, verdad!” “¡Si! Es nuestra primera fiesta de Navidad, sabes…” Las celebraciones siempre eran divertidas, sin importar que ocasión fuera. En especial para los niños-no que Megumi hubiera expresado esa opinión en la cara de Skuld. “¡Deberías venir, si quieres!” Belldandy la invito. Megumi estuvo a punto de asentir, seducida por los amables ojos color azul-lavanda de Belldandy y el aroma muy apetitoso de su comida. Pero en ese instante, escucho otra paleteada de nieve caer desde arriba y se contuvo. Mejor no.
Se oía como Keiichi estaba limpiando ya la otra parte del tejado. Megumi podía escuchar el fuerte crujir de la nieve desde atrás de la casa. Esta es la gran noche de Kei-chan.
En su lugar negó con la cabeza. “Discúlpame… ya hice planes con una amiga,” dijo sin convicción. “Tal vez en otra ocasión.” 5
Parte delantera de un barco-vehiculo Arbusto o árbol pequeño de 6 o 7 metros de altura, llamado también: agrifolio, cardón, muerdago, cebro.
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“¡Oh!” Por alguna razón, la sonrisa calida e ingenua de Belldandy hizo que la consciencia le remordiera. ¡Caray, de veras que es difícil mentirle! Pensó. “¡…Nos vemos!” Dijo, rápidamente dirigiéndose hacia la puerta. Pequeñas montañas de nieve rodeaban la casa, prometiendo más muñecos por aparecer. Una nueva capa de nieve ya estaba acumulándose en las recién limpias tejas del techo. ¡Buena suerte, Kei-chan! Le envió un silencioso grito de ánimo a su hermano mientras descendía por los escalones de piedra. Me pregunto si conseguirá besarla…
Encendió el motor de su KSR, echo hacia atrás su pelo, y se puso el casco negro. Riendo entre dientes, acelero y dio una vuelta hábilmente-había crecido en una ciudad cubierta de nieve después de todo. La KSR zumbo alegremente mientras desaparecía camino abajo en la nieve con una nube de humo blanco. “¡Ahora les presento…la Grande y Única Ceremonia de Iluminación Navideña de Skuld! ¡Y ahora…Interruptor Numero Uno!” Un increíble despliegue de ornamentos y guirnaldas plateadas y doradas adornaban el altísimo arce japonés. Mientras el dedo de Skuld movía rápidamente el interruptor, todo el árbol se ilumino, incluyendo la estrella en la punta misma. “¡Es hermoso!” Keiichi dijo maravillado, sonriendo de oreja a oreja. “¡Y eso es solo el comienzo! ¡Interruptor Numero Dos-ENCENDIDO!” Esta vez, cada árbol en el patio se ilumino. “¡Y finalmente, Interruptor Numero Tres!” Los muñecos y las cabañas de nieve que poblaban el patio parpadearon con luces de colores. Era casi como el desfile eléctrico de Disneylandia. “¡Ah, increíble!” Las luces brillaban en la oscuridad, haciendo que la nieve centelleara. “¡Pero que fantástica fiesta! ¡Los tres la vamos a pasar en grande!” Keiichi dijo animado. Un mantel de encaje cubría la mesita, llena con pollo frito, papas gratinadas, ensalada verde… y otros tantos platillos que era difícil decidir por donde empezar. “¡Fantástico!” Skuld exclamo, agitando sus puños en el aire. Llevaba puesto un gorro de fiesta puntiagudo. “¡Feliz Navidad!” grito. Estaba esforzándose mucho. “No te preocupes,” Keiichi dijo suavemente. “Ya sabes cuanto le gustan a Urd las fiestas. Apuesto a que se aparecerá en cualquier momento.” Skuld inhalo bruscamente. “No estaba…” sus puños cayeron sin fuerzas. “¡No me importa!” insistió apartando la mirada y jugueteando con un anillo de serpentinas de fiesta. Urd había regresado al Cielo desde hace más de un mes. Skuld había albergado vanas esperanzas de que Urd pudiera llegar a casa para Navidad, pero todavía no había señales de su retorno. Aparentemente Santa estaba sordo a los deseos navideños de las diosas. “¡No me importa! ¡Me comeré el pastel especial de Belldandy yo sola! ¡Y no le guardare ni un pedazo a Urd!” Skuld se limpio las lagrimas que le salían de los ojos y empezó a poner velas en el pastel colocado encima de la TV. “Eso es. ¡Los tres vamos a divertirnos! ¡Y para esta ocasión especial, hay champaña para ti también, Skuld!” Impresionado por la fortaleza de la pequeña diosa, metió la mano dentro de la nevera y saco una pequeña botella de champaña rosada. La bebida espumosa brillaba como una turmalina rosa.
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Pero Skuld le lanzo una mirada furiosa. “Espérate. Me estabas tratando como a una niña hace un momento.” “¡No!” Keiichi estaba haciendo todo lo posible para ser amable, pero de alguna manera la había ofendido. “¡Además, el alcohol no se me sube, lo sabes!” “¿Eh?” Eso fue incomodo. Keiichi temía que si trataba de retractarse, únicamente empeoraría las cosas. En ese momento, la puerta de la cocina se abrió, rescatando al acorralado Keiichi. Sonriendo calidamente, Belldandy emergió cargando un plato de entremeses lleno de carne y queso. “¡Gracias por esperar!” “¿Skuld me ayudarías, por favor?” ¡Justo en el momento preciso! Pero el alivio de Keiichi pronto fue eclipsado por el asombro. Rollos de sushi hechos a mano, croquetas, todo un pollo rostizado… platillo tras platillo salieron desfilando de la cocina. “…” Belldandy se había encerrado en la cocina por tanto tiempo que Keiichi había anticipado un banquete… pero esto estaba más allá de su más loca imaginación. Era más comida de la que podía caber en la mesita, y ya los platos estaban esparcidos sobre el piso de tatami. “¡Hice ponche de frutas, también!” La bebida principal. Coloridos trozos de fruta flotaban alegremente en un gran tazón de cristal. También había camarón frito, budín chino relleno de puerco, pastas frías, pizza… Keiichi casi se marea mientras observaba boquiabierto a la gran sinfonía de exquisitos manjares japoneses, occidentales, y chinos en cantidades dignas de un concurso de comida. “Me pregunto si podré comerme todo…” Mientras el espacio del cuarto del té estaba gradualmente llenándose con los platos de comida, un grito enérgico resonó en el aire. Era la última voz en el mundo que Keiichi esperaba escuchar en ese momento. “¡HOLA! ¡MORISATO! ¡FELIZ NAVIDAD!” La puerta del frente se abrió de golpe. “¡¿…?!” Keiichi casi se cayo por la sorpresa-¿ya estaba escuchando cosas? Corrió hacia la puerta, rezando porque estuviera equivocado. “¿Ta-Ta-Tamiya?” Pero sus oraciones no fueron escuchadas. Era Tamiya, si. Y no solamente él… ahí estaba también Otaki y todo el Club de Motores. “¿Po-po-por que…?” Keiichi dijo tartamudeando con incredulidad. Tamiya le sonrío desdeñosamente, agitando una casi llena botella de sake. “¡Mira lo que traje!” “…” Mientras Keiichi se esforzaba en controlar su propia persistente incredulidad, su mente buscaba desesperadamente una ruta de escape. Pero sus esfuerzos fueron interrumpidos por la aparición tardía de Skuld. “¡De verdad vinieron!” dijo maravillada suavemente. “¿Qué?” “Me los encontré en el centro comercial cuando fui a comprar las cosas… y les dije que íbamos a tener una fiesta navideña…” “¿Y?”
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“Se veían como que de veras querían venir, así que les dije, ‘por qué no van si no están haciendo nada’…” “¡¿Les dijiste eso?!” “¡Nunca creí que realmente vendrían!” “Skuld, piensa de quienes estamos hablando…” Desde que Tamiya y Otaki fueron suspendidos del club, habían estado aburridos como hongos. Una fiesta de Navidad en la casa de Morisato era la oportunidad perfecta para divertirse a sus anchas-no había modo de que dejaran pasar la invitación. “¡Vamos a celebrar esta noche!” Los gritos y aplausos de los miembros del club hicieron eco a través de los terrenos del templo. Adiós a mi noche romántica…
Keiichi se dejo caer lenta y flacidamente hasta el piso, preguntándose por qué la tierra no se lo tragaba de una vez. “¡El numero 37, Tamiya Toraichi! ¡Voy a cantar ‘Barco de Primos’!” “¡Si, Den-chan! ¡Hemos estado esperando por este momento!” El cuarto se lleno de aplausos y gritos mientras Tamiya hacia una pose, moviendo el micrófono de la maquina portátil de karaoke. “¡Ey! ¿No hay mas arroz?” “¡Enseguida va!” El Club de Motores había acabado con la montaña de comida. En un abrir y cerrar de ojos, hasta el ultimo pedazo había desaparecido dentro de sus estómagos, dejando atrás un montón de platos vacíos. La botella larga de sake que había traído rodaba por el piso, y la otra de sake que habían ido corriendo a comprar ya estaba a la mitad. “¡Discúlpame, Belldandy!” Keiichi se disculpo, inclinando la cabeza mientras Belldandy corría de un lado para otro atendiendo a los invitados. “¡No hay de que disculparse! ¡La estoy pasando muy bien!” Belldandy sorprendió a Keiichi al dirigirle rápidamente una sonrisa de genuina felicidad. “Estamos aquí todos juntos en Navidad-y lo mejor de todo, Skuld esta divirtiéndose muchísimo…” Skuld estaba jugando cartas con los miembros del club y carcajeándose como nunca. Había pasado mucho tiempo desde que estuvo de tan buen humor. “Es verdad.” Keiichi no pudo evitar sonreír. Su romántica Navidad no se había hecho realidad, pero tal vez una Navidad de frenéticos festejos no era tampoco algo tan malo. Las risas bulliciosas y las canciones duraron hasta las primeras horas de la madrugada. Justo cuando parecía que nunca se pararía, la nevada se detuvo por completo. Las gruesas nubes que habían tapado el cielo desaparecieron, y una brillante luna plateada ilumino en lo alto. Keiichi se sentó en la orilla de la terraza, disfrutando el aire fresco del invierno mientras se enfriaba su piel enrojecida. “Ya todos se durmieron.” Keiichi se volteo-no había escuchado a Belldandy acercarse. La blanca piel brillaba con la luz de la luna. “Debes estar cansada… ¡vaya fiesta de Navidad!” Keiichi comento. Su corazón se acelero, pero se empeño en actuar con naturalidad.
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“¡Tu también debes estar cansado, Keiichi-san!” Belldandy sonrió, su vestido amarillo claro se movía con la brisa. Finalmente se había quitado el delantal. Los terrenos del templo brillaban con las luces navideñas de Skuld. “Keiichi-san…” “¿…Si?” “¿Puedo sentarme…a tu lado?” “Cla-claro.” Sin hacer ningún ruido, Belldandy se sentó tan cerca que Keiichi pudo sentir el hombro chocar contra el suyo. Creyó percibir una dulce fragancia, como el perfume de las flores. El pelo color castaño le rozaba en la mejilla, y sintió que su corazón explotaría. “Ya dejo de nevar…” comento. “Si.” Keiichi sintió que sus manos se ponían húmedas por el sudor mientras el interior de su boca se secaba, dificultándole el hablar. “La luna es realmente hermosa.” “Si.” Estaba teniendo problemas para hacer que la conversación fluyera. En ese momento, sintió un suave peso sobre su hombro. “¡…!” ¡Belldandy estaba recostando su cabeza en él! “~~~~~~~~~~~~” Keiichi estaba tan eufórico que creyó que se moriría ahí mismo. La adrenalina recorrió su cuerpo, y lagrimas de felicidad llenaron sus ojos. ¡Caray, que bueno es estar vivo!
Mientras su corazón se agitaba con turbulenta emoción, levanto la mirada hacia los cielos. El congelado cielo nocturno estaba completamente limpio, y la blanca tierra reluciente estaba totalmente en silencio. “¿Keiichi-san?” La calidez dejo el hombro de Keiichi después de lo que pareció tanto una eternidad como un parpadeo. Belldandy se enderezo y lo miro con detenimiento a la cara. “¿S-si?” Keiichi pregunto, incapaz de disimular su desilusión. Belldandy le puso una caja grande con un moño rojo en las manos. “¡Feliz Navidad!” “¡Ah!” En un principio, Keiichi estaba sorprendido, pero luego una torpe sonrisa se dibujo en su rostro. “¡Gra-gracias!” dijo tartamudeando. Keiichi nunca se había imaginado que Belldandy le daría un regalo. Apretó la caja grande y pesada con ambas manos tan feliz como un niño. “¡Guau! ¡De verdad no te hubieras molestado!” Esa sonrisa abierta en su cara lleno el corazón de Belldandy de felicidad. “¿Puedo abrirlo?” “Si.” El moño cayó a un lado. “Espero que te guste…” El corazón de Belldandy se acelero. ¡Pero que sensación tan especial! Nunca se había dado cuenta de que darle a alguien un regalo era emocionante también para el que regalaba. Por primera vez, estaba llena con la satisfacción de entregarle a alguien un obsequio.
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Keiichi desenvolvió la caja y abrió la tapa. Dejo escapar un grito de emoción. “¡Ah, guau!” Un total de seis desarmadores de estilo profesional yacían acomodados en la caja, tres Phillips y tres normales, ordenados uno y uno. Keiichi no podía apartar la mirada de los mangos. En la actualidad, los mangos de plástico o de goma dura eran lo normal, pero estos desarmadores los tenían de madera. La madera fina de los desarmadores Phillips estaba teñida de un color granate oscuro, y la de los desarmadores normales era de un verde-hiedra oscuro. Eran tan elegantes y estaban tan hermosamente fabricados, que parecían más trabajos de arte que simples herramientas. “Son tan diferentes de los que normalmente usas que no estaba segura… pero me atrajo la calidez de la madera…” Belldandy dijo tímidamente, y Keiichi sintió que su corazón se llenaba de cariño. Debió haber sido difícil para Belldandy el escogerlos-después de todo, no era ninguna devota a los desarmadores. Se había tomado toda la molestia para buscarlos, solo para él. Eso era suficiente para hacer que el corazón de Keiichi se alegrara. “¡Gracias, Belldandy! ¡Me gustaron mucho!” “¿De veras?” “¡Si! Estos están fabricados por una compañía de nombre Suzuka Circuit, y había tenido deseos de conocer sus productos desde hace tiempo.” Belldandy se había decidido por los desarmadores después de escuchar el relato de Skuld y dándole al asunto la debida consideración. Cuando vio que tan feliz se veía Keiichi mientras los contemplaba detenidamente, se lleno de alivio. ¡Gracias al Todopoderoso que le gustaron!
La luna estaba empezando a ocultarse en el cielo mientras el amanecer se acercaba. En el cielo norte, la estrella Polaris brillaba casi tan intensamente como la luna llena. “¿Quieres escuchar algo raro? Soñé que alguien me daba un desarmador.” Keiichi se acordó de repente mientras recorría con la mirada las relucientes herramientas. “¿Un sueño?” “Sip… fue cuando estaba inconsciente, después del incidente de la cacería del fantasma.” Keiichi había soñado que todavía estaba viviendo en el dormitorio del I.T.N. Un día mientras estaba haciendo su tarea en su cuarto, escucho un repentino toquido en la puerta. Cuando fue a ver quier era, no había nadie ahí. Pero una extraña maquina se hallaba en el piso del pasillo. Eso parecía raro, pero Keiichi alzo la maquina y la examino. De inmediato quedo maravillado. Los mecanismos internos estaban llenos de hermosa maquinaria esotérica-nunca había visto nada como eso. Había una parte que estaba rota, y Keiichi no podía soportar el dejarla así. “Simplemente tenia que arreglarla,” le explico a Belldandy. Era difícil arreglar una maquina desconocida, pero de alguna manera Keiichi había logrado hacerlo. La regreso al pasillo donde la encontró y, satisfecho, se fue a dormir. Cuando despertó-todavía en su sueño-abrió la puerta de nuevo únicamente para descubrir que la maquina ya no estaba. En su lugar había un desarmador suelto, como si se lo hubieran dejado como regalo de agradecimiento. “Debió haber sido un déjà vu-no, espera, quiero decir, una premonición-de que me ibas a dar estos…” Keiichi concluyo alegremente. Pero en contraste, la sonrisa de Belldandy se había desvanecido. Un sueño de los Mecanoides…
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Era difícil de asegurar por lo que Keiichi acababa de contarle, pero Belldandy estaba bastante segura. Los Mecanoides eran en realidad un tipo de misteriosas creaturas que parecían maquinas. Eran muy raros y la magia de las diosas tenía poco o nada de efecto sobre ellos. Por esa razón, fue difícil incluso para Belldandy el ayudarlos cuando estaban lastimados. Un día, los Mecanoides buscarían a Keiichi por su desenfrenado cariño por todas las cosas mecánicas… pero eso no debía pasar sino hasta mucho tiempo después. Antes de la restauración del sistema, eso había tenido lugar alrededor de cuatro años después de que Keiichi y Belldandy se conocieron por primera vez. ¿El tiempo se había vuelto un tanto distorsionado?
Pero eso fue un sueño, no un evento real. Tal vez, la aparición que casi causo la ruptura del espacio, había permitido a Keiichi el vislumbrar el futuro de algún modo. Todo esta bien… muy bien. En tanto tenga cuidado…
Belldandy se aseguro a si misma, tratando de dominar el pánico que fluía dentro. En ese mismo momento, Keiichi extendió una pequeña caja hacia la pensativa Belldandy. “Este… Feliz Navidad de mi parte.” Tieso por el nerviosismo, Keiichi ofreció el regalo con manos temblorosas. Por la sonrisa ansiosa en su cara, era evidente que se había dado cuenta del cambio de humor de Belldandy. “Solo quiero que sepas cuan agradecido estoy contigo, todos los días…” Keiichi había estado esperando el momento adecuado para darle a Belldandy el regalo, y ahora se sentía ligeramente apenado de que ella se le había adelantado. Decidió seguir de cualquier manera, estrechando la pequeña caja atada con un moño dorado con sincera emoción. “Belldandy… espero que te quedes a mi lado para siempre.” Mientras repetía las palabras que le había dicho cuando habían sellado su contrato por primera vez, Belldandy lo miro de nuevo directamente a los ojos. Sabia que debería estar feliz por recibir el regalo, pero sus emociones eran un caos. Tal vez debido a su ansiedad al escuchar el sueño de los Mecanoides. No-era más que eso-era también su ambivalencia sobre permitirle a Keiichi el acercarse tanto. ¿Debo realmente ceder y aceptarlo? Se preguntaba mientras sus ojos color azul-lavanda se le llenaban de lágrimas. “¿Este…Belldandy?” Los ojos negros de Keiichi se llenaron de tristeza, y Belldandy supo que lo había angustiado. “Discúlpame,” se encontró a si misma diciendo… Sonrió entre sollozos. “Discúlpame… es que estoy tan feliz…” Inmediatamente la ansiedad de Keiichi desapareció. “¡Ah, que bien! Yo…” Las mejillas se le enrojecieron mucho, y presento el regalo una vez más. Es que jure que te protegería.
Belldandy amablemente acepto la diminuta caja y la contemplo con ternura. Keiichi simplemente miraba, su corazón palpitaba aceleradamente. “¿Puedo abrirlo?” “Si.” Cuidadosamente deshizo el moño y abrió la tapa de la caja. Un estuche café de anillo se encontraba en el interior.
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“Espero que te guste…” Con delicadeza, abrió la tapa. Adentro un anillo de oro en forma de tiara brillaba con diminutos diamantes. “¡…Es hermoso!” Belldandy exclamo. Cuando Yggdrasil había sido reiniciado, todo en el mundo anterior había dejado de existir y todo lo que existía ahora era diferente. Pero sin embargo, el anillo lleno a Belldandy con una sensación de nostalgia. “Realmente no se nada de marcas o cosas así, vi un monto de tipos diferentes-pero creo que este diseño de tiara te queda mucho mejor,” Keiichi explicaba tímidamente. “Gracias, Keiichi-san.” ¿Cuántas joyerías había visitado Keiichi hasta encontrar este pequeño y fino anillo adornado? Belldandy lo imagino recorriendo las tiendas de joyas en lo que se movía de un trabajo a otro. “¿Me lo pondrías, por favor?” Belldandy dijo, suavemente regresándole el estuche a Keiichi. “¡Oh!” Una vez más, la adrenalina recorrió el sistema de Keiichi. Era casi desconcertante el ver que su sueño se realizaba exactamente como lo había imaginado. ¡Uy! ¡Es casi como mi fantasía!
Trago saliva. “¿En serio?” Keiichi podía sentir que cada poro de su piel se dilataba. Suavemente, respiro hondo y agarro el anillo. Con torpeza tomo la mano izquierda de Belldandy. ¡Ay, Todopoderoso! ¡Es como una boda!
Se escuchó a si mismo respirando fuerte mientras lentamente ponía el anillo en el dedo anular de Belldandy. La tiara destellaba sobre la blanca piel. “Feliz Navidad, Belldandy.” “Feliz Navidad, Keiichi-san.” Las luces navideñas brillaban como las estrellas de la Vía Láctea en lo alto, iluminando los rostros de Keiichi y Belldandy mientras se sonreían el uno al otro. Pero en ese mismo instante, una sombra cruzo por sus caras. De la nada, nubes negras aparecieron en el cielo, envolviendo a la luna en oscuridad. Una ráfaga de viento soplo entre los árboles, esparciendo la nieve acumulada en las ramas. El anillo de Belldandy brillo mientras se llevaba la mano izquierda hacia el corazón y formaba un puño con la derecha. El aire gélido enfrió la noche muda.
*** – FLOR DE VIENTO “¡Pero que día tan esplendido!” Keiichi abrió hacia un lado la puerta de cristal con un vigoroso empujón. Una ráfaga de aire helado soplo en el cuarto, enfriado por el congelado paisaje. Keiichi respiro profundamente, ignorando la fría sacudida en sus fosas nasales. Era increíble cuan fantástico se sentía el ver el sol por primera vez en semanas. “¡Muy bien! ¡Empecemos!” grito, lleno de energía. Llevando puesta una cinta en el pelo hecha con una toalla enrollada, se estiro cuan alto era enfrente del cielo azul mientras alzaba una escoba en una mano, y una bolsa para basura en la otra. Incluso el canto de las KAZABANA
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golondrinas mientras revoloteaban alegremente de aquí para allá entre el techo y los árboles sonaba como una vigorosa canción de batalla para sus oídos. “¡Caramba! ¿Por qué estas tan feliz?” Skuld refunfuño tristemente. El cuarto era un desastre, cubierto con latas, botellas vacías, y envoltorios de comida hasta donde llegaba la vista. La diversión se había terminado, y no podía ver ninguna razón para estar emocionada ahora. “¡Ah… ja-ja-ja-ja-ja!” Este día Keiichi estaba lleno de buen humor. Se le formo una gran sonrisa en el rostro solo de recordar el intercambio de regalos con Belldandy la noche anterior, y el mundo parecía ser un lugar maravilloso. “No hay nada de malo con estar feliz, ¿o si?,” dijo y levanto una lata cerca de su pie para ocultar el hecho de que se estaba sonrojando. “El sol brilla, los pájaros cantan… ¡es un hermoso día para limpiar la casa!” “¿Qué?” “¡Ja-ja-ja-ja!”
Skuld suspiro. Era inútil el hablar con alguien tan feliz que lo único que hacia era reírse. “¡Idiota!” dijo entre dientes. De reojo observo como Keiichi alegremente se ponía a trabajar recogiendo la basura. Contra su voluntad, alzo el recogedor y miro alrededor del cuarto una vez más. El recuerdo de los cantos y el divertirse con los demás todavía estaba fresco en su memoria. Y sin embargo… “¡Estos idiotas!” Aventó el recogedor de plástico, y éste reboto suavemente contra el piso de tatami. ¿Por qué tenemos que limpiar todo nosotros solos? ¡No es justo! Skuld inflo los cachetes, indignada. Luego de unas cuantas horas de sueño, los miembros del Club de Motores se habían escabullido antes de que el sol estuviera en lo alto. ¿Qué nadie les enseño a limpiar su propio tiradero? “¡No quiero limpiar!” Estaba demasiado enojada como para encargarse del desorden. La mejor opción era irse directo a su cuarto, o salir a algún lado, pero con su amada hermana dirigiendo la tarea de limpieza, no podía atreverse a huir. “Desearía que hubiese una forma mas fácil de limpiar todo esto…” Dijo pensativamente, mirando con detenimiento al recogedor en el piso. De repente, le llego la inspiración. “En tanto la casa quede limpia… eso es lo que importa, ¿verdad?” Los ojos le brillaron y su cara se ilumino. ¡Apenas si era un desafío para una brillante inventora! “¡Soy un genio!” Asintió con entusiasmo ante su propia idea, corrió de vuelta hacia su cuarto, tarareando una pequeña melodía. Entre tanto Keiichi continuaba limpiando, haciendo caso omiso de la presencia de Skuld. De vez en cuando, hacia bolas un pedazo de papel y se colocaba en pose de lanzador en el montículo antes de aventar la pelota y lanzaba el papel dentro de la bolsa de la basura. “¡Y lanza la bola!” Entono, haciéndola tanto de jugador como de comentarista. La bola de papel trazo un arco elegante y cayo justo dentro de la bolsa. “¡Primer strike!” Se imagino a una multitud ovacionándolo mientras bailaba un poco celebrando. Animado agarro otro pedazo de papel y lo hizo bolas. “Es la parte baja de la novena entrada. El ultimo bateador se acerca a la caja de bateo…”
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Estaba de pie listo. Negó con la cabeza varias veces al cacher detrás de la bolsa de la basura-no quería lanzar una curva ni una recta. Quería que este último lanzamiento fuera una bola rápida. Le sonrió al malhumorado cacher, y finalmente asintió cuando éste le hizo la seña para el lanzamiento directo. “El lanzador esta listo… prepara la bola…” Levanto la pierna izquierda alto. “¡Y aquí viene!” La pelota de papel estaba casi a punto de salir de su mano cuando… “¡Creí que estábamos haciendo nuestra limpieza de Año Nuevo!” una dulce voz dijo detrás de él. “¡Uy!” La bola de papel se le escapo de la mano y trazo una curva apáticamente en el aire, perdiendo impulso, alejándose de la bolsa de la basura y cayendo a los pies de Belldandy. “¡Ay, que pena! ¡Casi le atinabas!” Ésta le dijo sonriendo, recogió el pedazo de papel y lo echo dentro de la basura. “¡Be-Belldandy!” Nervioso Keiichi agarro el recogedor y se volteo hacia el otro lado. Estaba apenado de que lo sorprendiera jugando al lanzador, pero no era lo único que lo hacia ponerse nervioso. Toda la mañana no había podido mirarla directo a la cara. “Enjuague los trapos para limpiar. ¡Ten!” “¡Ah, si!” Su corazón hacia un ruido sordo mientras Belldandy le daba el trapo. Llevaba puesto un delantal japonés, un pañuelo en el pelo, y el anillo de tiara brillando tenuemente en su dedo. También en el desayuno, Keiichi no había podido quitar la vista de encima del anillo cada vez que ella se acercaba. Estaba que no cabía en si de contento de haber acortado la distancia entre ellos aunque fuera solo un poquito. Solo esta dándome un trapo. No es como si fuéramos a tomarnos de la mano ni nada por el estilo…
Aun cuando eso era la más mundana de las interacciones, se sentía extrañamente cohibido. Podía sentir que cada vaso capilar de su cuerpo se dilataba y empezaba a sudar. El pelo de Belldandy flotaba hacia abajo de su pañuelo triangular como el sol filtrándose a través de los frondosos árboles. Justo en el momento en que Keiichi estaba a punto de tocar la delicada mano… “¡Oigan chicos, miren esto!” La más joven de las diosas entro saltando en el cuarto con su letal oportunismo de costumbre. Keiichi se lleno de melancolía y alivio al ser rescatado de la última frontera de su auto-control. ¡Tan cerca…y sin embargo tan lejos!
A la energía al rojo blanco de Keiichi no le iba a ser permitida alcanzar el punto de incineración. Skuld se metió justo en medio de él y Belldandy, ignorante del estado anterior de la combustión incompleta. “¡Es el Súper Recogedor de Basura Tottoko Mark 2!” Sostenía un contenedor de plástico tapado que se parecía a un bote de basura. ¿Y qué paso con el Mark 1? Keiichi estuvo a punto de preguntar, pero se contuvo justo a tiempo. El Mark 1 probablemente había resultado ser un fracaso y el Mark 2 era la versión mejorada. Durante el año, aprendió una o dos cosas acerca de tratar con diosas temperamentales. “¡Limpiare este tiradero en un dos por tres!”
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Aclaro la voz, satisfecha de que todas las miradas estaban sobre ella. Puso al Tottoko Mark 2 en medio del cuarto y saco la antena al lado de la tapa. “¡Todos los sistemas encendidos!” Apretó el botón de encendido en su control remoto. Un motor empezó a zumbar y la luz de la energía se ilumino. La maquina hizo un ruido metálico, la tapa de plástico empezó a vibrar. De repente, la tapa se abrió de golpe y múltiples brazos salieron del contenedor. Se parecía a Avalokiteshvara7 , el bodhisattva8 de los mil brazos. “¡Epale!” Keiichi se alejo de la maquina estrafalaria. El Tottoko Mark 2 estiro un brazo directamente hacia él, agarro bruscamente un pedazo de basura que estaba a sus pies, y lo aventó rápidamente dentro del bote de plástico. “¡Guau!” “¡Y eso no es todo!” Ahí fue cuando Keiichi se dio cuenta de que otros brazos estaban haciendo distintas tareas-uno barriendo mientras que otro sacudía con un trapo. “¡Increíble!” Skuld rió agudamente con satisfacción ante el asombro de Keiichi. “¡Jo-jo! ¡Este lugar quedara limpio en un abrir y cerrar de ojos! ¿Cómo la ven?” “¡Es maravilloso, Skuld!” Skuld disfrutaba del elogio de Belldandy. “¡Les diré algo…yo terminare de limpiar el resto de la casa!” “¡Ah!” Mientras Skuld sacaba el pecho y bailaba con orgullo, su invento había dejado impecable el cuarto en menos de diez minutos. “¡Ustedes pueden irse a su cuarto y descansar, querida Onee-sama!” grito con entusiasmo mientras alzaba al Tottoko Mark 2 y se iba al siguiente cuarto. “¿En verdad deberíamos?” Keiichi y Belldandy intercambiaron miradas. Podían aprovecharse de la generosidad de Skuld y dejado todo en sus manos-pero el clima sencillamente era demasiado perfecto. Habría sido un desperdicio el pasar tan hermoso día holgazaneando. Keiichi amarro la bolsa con la basura que había recogido y la lanzo hacia afuera. “Creo que aprovechare este sol y limpiare la nieve alrededor del gran castillo,” Keiichi dijo. Ya había despejado el área alrededor de la casa, pero el área cerca del gran castillo permanecía sin tocar. Podía ser peligroso si la nieve espesa se convertía en hielo durante la noche. “¡Yo me encargare de la cocina y el baño!” Belldandy anuncio. El árbol de abeto despedía destellos pidiendo perdón. La Navidad había terminado, y la gran limpieza de Año Nuevo estaba en pleno apogeo en el Templo Tarikihongan. Era asombroso cuan sucio se ponía el refrigerador solo con la comida. Belldandy limpio el interior con un trapo húmedo para quitar la suciedad y las migajas. Lo hizo cuidadosa y minuciosamente, limpiando hasta el último rincón, pero moviéndose rápido para no dejar que se escapara mucho aire frío. 7
O también Avalokite śvara, es el Buda de la compasión; en Japón se le conoce como la diosa Kanon (o Kannon). Literalmente significa: El señor que mira hacia abajo. 8 O también Bodisatva, es un término del budismo para referirse a alguien que se ha embarcado en el camino de Buda de forma significativa, buscando la suprema iluminación.
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“Gracias por sernos tan útil.” Sonrió mientras cerraba la puerta del ya limpio refrigerador. El motor zumbaba alegremente. “¡Y ahora el fregadero!” Su anillo despidió destellos de luz mientras se acercaba a los platos en el escurridero. ¡Keiichi-san estaba sonriendo!
El tiempo que habían pasado juntos la noche anterior también era un feliz recuerdo para ella. Mientras contemplaba el anillo, su corazón se lleno de cariño. Todo esta bien-las cosas están en paz, y en tanto siga siendo cuidadosa… todo saldrá bien.
La Nochebuena vino y se fue sin ningún problema grave. Seguía preocupada por el sueño de los Mecanoides, pero por ahora, todo lo que podía hacer era esperar y encargarse de las cosas como iban sucediendo. El tazón para arroz de Keiichi estaba colocado en el escurridero. Estaba a punto de alzarlo y secarlo cuando se le resbalo de la mano-como si tuviera vida propia-girando en el aire. “¡Ah!” El tazón se hizo pedazos mientras golpeaba el piso. Los fragmentos volaron en todas direcciones-era un espectáculo difícil de contemplar. Mientras bajaba la mirada hacia los pedazos, un miedo indescriptible atravesó su corazón. De inmediato, se precipito hacia la puerta del frente. “¡¿Keiichi-san?!” Salio corriendo de la casa presa del pánico, pero afuera, los terrenos del templo estaban tranquilos y en silencio. Nubes blancas flotaban en el cielo azul como plumas, y la nieve en el suelo resplandecía con la luz del sol. Una capa dura de hielo se había formado en la superficie, y las huellas definidas se dirigían hacia el Gran Castillo. No percibo ninguna fuerza malévola…
Cuidadosa pero rápidamente, siguió las pisadas de Keiichi. Las ramas del árbol de caqui9 se doblaban bajo el peso de la nieve. De repente, el camino cubierto de nieve hacia el Gran Castillo se terminaba abruptamente. Había una pequeña área-de más o menos del tamaño de dos tatamis-que estaba limpia de nieve, dejando ver los adoquines de abajo. Ahí debió ser donde estuvo limpiado con la pala por última vez. “¿Keiichi-san…?” Las huellas iban y venían hacia un pequeño montón de nieve pero no había ninguna señal de él. Belldandy dio la vuelta hacia el otro lado, para encontrar únicamente una hermosa capa de nieve, sin ninguna indicación de la presencia de alguien. “¿En donde rayos…?”
Echo un vistazo con preocupación alrededor del patio. ¿Cómo alguien había desaparecido tan de repente? Miro fijamente hacia el tejado del Gran Castillo. Nieve blanca y pura cubría el tejado ligeramente inclinado con pintorescos montones. Solo había un lugar donde las tejas estaban expuestas. Directamente abajo, había un montón grande. Alzo sus manos hacia el sospechoso montículo. ¡No puede ser!
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O también Kaki, igual conocido como Palosanto, Persimonio o Zapote; en México al fruto se le conoce como Persimo.
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Mientras concentraba su atención, una expresión de horror apareció en su rostro. ¡No podía ser cierto, pero lo era! ¡Pudo sentir la clara presencia de Keiichi desde adentro del montón de nieve! “¡Holy Bell!” grito agudamente. No había ningún momento que perder. El ángel apareció, esparciendo plumas que se mezclaban perfectamente con la nieve. Las dos juntaron las manos y sus ojos se encontraron brevemente mientras empezaban a cantar en armonía. “Oh nieve… elévate y baila con el Viento…” Una ráfaga de viento empezó a dar vueltas, barriendo la nieve alrededor del suelo. Pero el montículo permanecía intacto. ¡No esta funcionando! ¡No es suficiente poder!
Comprimida por la gravedad, la nieve amontonada era mas pesada de lo que había anticipado. Podría mandar a Keiichi a volar… ¡pero ahora mismo lo importante es sacarlo de ahí!
Levanto la mirada hacia Holy Bell y asintió decididamente. Entonces reunió todas sus energías. “¡Tormenta Sagrada!” El remolino se convirtió en un poderoso tornado, moviéndose en espiral sobre el montículo de nieve como un sinuoso látigo. Pero incluso el embudo no logro desarreglar el montículo. ¿La magia de una Diosa de Primera Clase no tuvo ningún efecto? Sus ojos se abrieron con incredulidad. ¿Por qué no funciono…?
La imagen del Cedro Jomon en Yakushima pasó como un relámpago en su memoria. ¡La naturaleza se le estaba resistiendo una vez más! Pero a diferencia de antes, esta vez no estaba usando un hechizo regenerador. El hechizo para quitar la nieve era uno sencillo. Entonces por qué… Desesperadamente, despejo el intenso miedo en su corazón y grito con todas sus fuerzas. “¡Skuld!... ¡Skuld!” “¿Qué pasa, querida Onee-sama?” La pequeña diosa salió corriendo, todavía cargando al Tottoko 2. Nunca había escuchado tal desesperación en la voz de su hermana. En un instante, estaba al lado de la pálida Belldandy. “¿Onee-sama?” “¡Por favor…necesito de tu ayuda, Skuld!” “¿Qu…?” “¡Keiichi-san esta enterrado debajo de ese montón de nieve!” “¡¿Qué?!” Eso era terrible. Skuld entendía ahora por qué Belldandy estaba tan desesperada. Pero todavía no entendía por qué su hermana necesitaba su ayuda. Debería ser fácil con sus poderes. “¿Entonces, por qué no usas un hechizo…?” Skuld empezó. Mientras alzaba la mirada, vio la preocupación reflejada en los ojos de Holy Bell. Algo andaba mal. Skuld fue presa de la ansiedad. La respuesta de Belldandy llego como una tremenda sacudida. “¡Mi magia no esta funcionando!” “¡¿No esta funcionando?!”
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La magia de Belldandy era sumamente poderosa, incluso para una diosa. ¿Cómo podía fallar su hechizo? La mente de Skuld se acelero. No podía creer que Belldandy pudiera ser culpable. Eso era imposible. En ese caso, Yggdrasil tenía que estar funcionando mal. Y ahora que pensaba en ello, ¡esa pendenciera de Urd estaba ahora mismo en el Cielo! ¡Probablemente había echado a perder algo! Eso tenía que ser… todo tenia sentido. “Entendido, Onee-sama. Déjamelo a mi.” Las palabras salieron fácilmente de su boca, pero en realidad no tenía ninguna brillante solución en mente. “¡Ah! Usare el Aditamento de Control de Disturbios de Banpei…” Sus ojos se posaron en la inmensa forma endurecida enterrada en la nieve-circunstancias extremas requerían de medias extremas. Pero de inmediato, rechazo la idea. Si usaba demasiada fuerza, podría terminar lastimando a Keiichi. Además, tomaría horas el desenterrarlo de la nieve. “Y Banpei no esta cargado…” Había utilizado la fuente de poder para su despliegue de luces de Navidad, y Banpei estaba parado lánguidamente cerca de la puerta del frente de la casa, su luz roja amenazaba con apagarse en cualquier momento. La única maquina que quedaba era el Tottoko 2 que sostenía en los brazos. “Muy bien-vamos a intentarlo.” Puso al aparato en el suelo enfrente de la base del montículo de nieve y abrió el panel al lado del contenedor. Rápidamente, cambio algunas conexiones y activo el interruptor de energía. “Esto deberá aumentar su poder…” El motor de la maquina zumbo algo mas fuerte ya con sus brazos extendidos de abajo de la tapa del contenedor. Empezó a excavar rápidamente en la nieve como un topo. “¡Adelante, Tottoko 2!” Skuld dijo con ánimo. Al tiempo que la maquina cavaba con rapidez en la nieve, el montículo empezó a desmoronarse visiblemente. Una fina estela de humo se elevo mientras el aparato ejecutaba su formidable tarea. Fue entonces que una chamarra verde para el viento se volvió visible entre la nieve-era la forma encorvada de Keiichi, agachado debajo de la protección de la pala para la nieve. “¡Keiichi-san!” Con cuidado, Belldandy saco el débil cuerpo de Keiichi de la nieve. Se inclino hacia la mejilla congelada. La respiración era débil pero estable. “¡Oh, gracias Todopoderoso!” Keiichi había logrado escapar de la sofocación al agacharse justo en el momento en que la nieve caía, creando un pequeño espacio, y su pala le había ayudado protegiéndolo desde arriba. La nieve en el techo estaba empezando a gotear, y otros pedazos caían desde el árbol de caqui inclinado. El sol brillaba en lo alto mientras Belldandy abrazaba el cuerpo húmedo de Keiichi. “Belldandy…” Skuld levanto la mirada hacia su hermana. Había estado esperando en el corredor. “Ya todo esta bien.”
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Belldandy había acostado a Keiichi en el futon, y ya estaba roncando tranquilamente. La cara la había estado azul cuando lo sacaron de la nieve, pero ahora sus mejillas estaban teñidas de rojo y era evidente que su cuerpo estaba entrando en calor otra vez. “Se sentirá mejor para la noche.” “¿Funciono tu magia curativa?” “Si.” Skuld respiro con alivio. Había estado más preocupada por el bienestar de Belldandy que por el de Keiichi. “Muchísimas gracias, Skuld. Si no hubiese sido por ti…” Belldandy abrazo a su pequeña hermana. “¡Lo hice por ti querida Onee-sama!” Mientras disfrutaba de la dulce fragancia de su hermana, los ojos negros de Skuld brillaron con orgullo. Ahora que la crisis había terminado, de repente recordó su enojo. Giro sobre sus pies y avanzo con paso largo por el corredor hacia el teléfono. “¡Te apuesto a que es culpa de Urd, Onee-sama! ¡Debió haber bloqueado el sistema otra vez! ¡Pero voy a llegar al fondo de esto…!” Levanto el auricular de su gancho, decidida a decirle a Urd unas cuantas verdades por provocarle a su amada hermana semejante sufrimiento. Pero una delicada mano la detuvo. “Onee-sama…” “Permíteme,” Belldandy dijo mientras tomaba el auricular y lentamente marcaba el numero. Si había algún problema con el sistema de Yggdrasil, esto traería varias repercusiones en la Tierra, y ella tendría que tomar ciertas medidas. Además, ahora mismo, sentía una desesperada necesidad de escuchar la voz de Urd. Hay tanto que quiero contarte, Nee-san…
Su corazón se acelero con expectación mientras el teléfono sonaba. Después de cuatro o cinco timbrazos, se escucho un clic en el otro lado de la línea mientras alguien contestaba. “¿Bueno?” “¡Vaya, pero si es Belldandy! ¡Tanto tiempo sin escucharte, my dear 10 !” la voz en la línea exageraba con tono meloso. “Peorth…” Belldandy se desilusiono. Pero se recupero rápidamente, y pronto estaba platicando con su vieja amiga como si nada malo estuviera pasando. “Si, ha pasado el tiempo. ¿Cómo esta todo en el Cielo?” “So far so good11 . Todo esta tranquilo y sin novedad.” “¿Yggdrasil ha estado funcionando bien?” “¡A ver, a ver, primero llamas así de repente y luego te oyes como si esperaras que algo anduviera mal! ¿Qué rayos pasa?” “Ay, nada, solo preguntaba…” “¿Ah, si? Claro que aprecio tu preocupación, querida mía, pero en este momento todo marcha sobre ruedas.” No que Belldandy hubiese preferido escuchar que algo andaba mal… pero si el sistema estaba funcionando correctamente, eso quería decir que la causa de la falla del hechizo estaba dentro de ella misma. 10 11
cherie: querida Très bien, tres bien: Muy bien, muy bien
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“Por favor, discúlpame. Eso era todo lo que quería saber.” Apretó el auricular aun mas fuerte. “Eso me recuerda que…” Peorth dijo. “Hay unas cuantas cosas que olvide decirle a Urd antes de que se regresara a la Tierra el otro día. Dile que…” Peorth todavía estaba enojada por la impertinencia de Urd en la Terminal No. 3 de la Unidad de Acceso Universal de la Central de Control Principal de Yggdrasil. Lanzo un discurso lleno de mal humor en el otro extremo de la línea, emitiendo nubes de perfume rosado mientras se quejaba. Pero sus desvaríos cayeron en oídos sordos. Una fuerte aprensión se había formado en el pecho de Belldandy. En este mundo, cada uno de los eventos era importante-cada acción y cada reacción, sin importan cuan diminutos eran. No existía tal cosa conocida como mera coincidencia-todo sucedía por una razón. ¿Pero qué significaba para Belldandy este ultimo suceso? “¿Belldandy…?” La voz de Skuld la trajo de regreso a la realidad. Finalmente, se dio cuenta de que el auricular estaba zumbando en su oído-la conversación había terminado. Colgó el teléfono e hizo que su voz sonara normal. “No pasa nada malo con Yggdrasil.” “Oh…” Skuld miro a su hermana con preocupación. Se hubiera sentido mejor si hubiese habido algún problema con el sistema. “¿Y qué dijo de Urd?” “Peorth dijo que se regreso hace rato…” Viajando por tele transportación, Urd debería haber llegado a casa instantáneamente. ¡Seguro que se estaba tomando su tiempo! Skuld se enojo. ¡Como podía ser Urd tan insensible-yéndose a perder el tiempo por ahí cuando Belldandy estaba en medio de una crisis! “¡Esa Urd! Pero que descaro de su parte…” Inflo el pecho, pero antes de que pudiera decir una denuncia de indignación en contra de su lenta hermana, fue interrumpida por un grito que venia de afuera. “¡¡Kei-chaaaan!!” Las dos hermanas intercambiaron miradas y salieron corriendo. Megumi acababa de llegar, empujando su KSR. La llanta estaba ponchada. “¡¿Megumi?!” Belldandy no podía creer lo que estaba viendo. El recuerdo de aquel día pasó de golpe en el fondo de su memoria. El día cuando Keiichi había llevado a Megumi a la escuela y muerto instantáneamente en un accidente de tráfico… el día en que su muerte desencadeno el colapso de Yggdrasil. ¡No puede ser! ¡Es demasiado pronto!
Sus ojos color azul-lavanda se llenaron de terror. El cuerpo lo sentía inmovilizado por una fuerza invisible. Pero Megumi era ajena a la angustia de Belldandy. Exhausta se limpio el sudor que rodaba por su frente mientras estacionaba la KSR cerca de la puerta del frente. “¡Caray, pero que lata!” Sus hombros se alzaban mientras exhalaba profundamente. “Me confié demasiado. Y eso que estoy acostumbrada a manejar en la nieve. Debí haber pasado por encima de algo filoso enterrado en la nieve…” La llanta de la KSR estaba flácida. “Pensaba en pedirle a Kei-chan que me lleve…” “¿Pedirle a Keiichi-san…?” “Sip. Hoy hay una clase especial de Navidad.” “¿Es… la clase de aerodinámica?” Belldandy pregunto titubeando.
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“Exacto. Keiichi te platico de ello, ¿eh? Ya que mi viaje se cancelo, decidí no perderme esa clase.” Ha comenzado.
A pesar del cuidado y atención, el destino estaba decidido a contrarrestarla, al meterse a fondo, precipitándose, sin tomarla en cuenta, por el mismísimo camino. Belldandy sintió que sus rodillas amenazaban con doblarse mientras una sensación de desesperanza e inutilidad la invadía. “Belldandy…” Los dedos de Skuld se entrelazaron suavemente con los de su hermana mayor. La Mándala del Despertar Espiral tenia el poder de sincronizar los recuerdos de las diosas. Aunque Skuld no había estado en la Tierra en ese entonces, vio los sucesos de ese día a través de los ojos de Belldandy. El aterrador recuerdo de la destrucción de Yggdrasil la inundo de nuevo. También sabía que esos eventos tenían evitarse. “¿Dónde esta Kei-chan? ¿En su cuarto?” Una vez mas, Megumi se limpio la frente sudorosa mientras se encaminaba hacia la casa. Las hermanas estaban abrumadas por la confusión e incertidumbre… pero el tiempo se rehusaba a esperar. La historia se repetiría a si misma si simplemente se quedaban paradas y observando, con los corazones llenos de miedo. Mientras Skuld echaba un vistazo a la llanta ponchada de la KSR, su mirada se poso en el Aditamento para el Clima Frío en el estacionamiento. ¡Eso es!
Rápidamente, reviso lo que quedaba de la batería de poder de Banpei. Podría llegar-a duras penas.
La batería estaba casi muerta, pero debería tener la suficiente energía para llevar a Megumi hasta el campus. El viaje de regreso era otro asunto-pero ahorita, lo importante era resolver el problema inmediato. “¡Oye, Megumi! ¡Te presto el Jinete de la Nieve V3!” Skuld le propuso con una sonrisa abierta. “¿Eh?” “¡Si tienes prisa por llegar a la escuela, el Jinete de la Nieve es justo lo que necesitas! ¡Podría llevarte allá en un dos por tres!” Sin esperar la respuesta, Skuld se fue directo a trabajar para equipar a Banpei con su aditamento. “Este… eh…” Megumi balbuceo. El día anterior, Skuld había hecho mención de que le prestaría el Jinete de la Nieve alguna vez, pero Megumi nunca imagino que ese día llegaría tan pronto. Miro indecisa mientras Skuld ensamblaba la maquina en menos tiempo del que se requería para preparar ramen instantáneo. “¡Listo! ¡Súbete!” “¡¿Qué?! Pero yo…” “¡Ay, ándale!” Skuld apuro a Megumi para que se subiera en el Aditamento para el Clima Frío de Banpei: Jinete de la Nieve V3. “Este… de veras que aprecio la oferta… pero no estoy segura de saber como manejar este aparato…” Megumi no podía evitar sentirse intimidada por la desconocida maquina. Tenía deseos de llegar a su clase-pero no los suficientes para arriesgar su pellejo. Mientras
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se esforzaba por inventar alguna forma cortes de negarse, Skuld hábilmente evadió las protestas. “¡No te preocupes! ¡Es completamente automático!” “¿Eh?” “Todo lo que tienes que hacer es sentarte aquí. Ten, ponte esto.” Skuld metió a la fuerza un casco en la cabeza de la indecisa Megumi y rápidamente escribió “Edificio Inokuradai” en el panel de la maquina. Una a una, las luces rojas se pusieron verdes. “Pero Skuld, yo…” El motor zumbaba progresivamente más fuerte. “¡Muy bien, Banpei! ¡Muéstrales quien eres!” Skuld grito. “Quizá debería…” “¡Jinete de la Nieve V3, ADELANTE!” Mientras un 0 aparecía en el panel de control, el motor hizo un fuerte estruendo y una brillante flama a reacción salio del tubo de escape. El vehiculo se deslizo hacia delante, acelerando con rapidez. “¡¡¡AIIIEEEEEE!!!” El grito de Megumi resonó a través del patio mientras luchaba contra la intensa fuerza de gravedad. En un abrir y cerrar de ojos, el V3 había desaparecido de los terrenos del templo. El estruendo del motor se desvanecía por el camino, junto con los gritos. “Llegara en menos de veinte minutos,” Skuld dijo. “Garantizado.” Mientras el silencio regresaba al jardín, el único sonido era el de la nieve derretida cayendo hasta el suelo. Liberadas de ese peso, el árbol de cerezo estiro sus ramas hacia el cielo azul. Mientras Belldandy contemplaba fijamente por donde se había ido Megumi sus piernas se le doblaron de repente y cayó al suelo. “¡Onee-sama!” ¡Había sido incapaz de actuar por completo...pero Skuld había estado maravillosa! Belldandy le sonrió con cariño mientras la pequeña mano de su hermana le agarraba el hombro. “Gracias Skuld. ¡Fuiste nuestra salvación!” “¡Ay, Onee-sama!” El viento pasó rápidamente a través del pelo color castaño de Belldandy. Normalmente las voces de la naturaleza se escuchaban como amistosos susurros para ella-pero ahora tenían un tono completamente diferente. Aunque el destino este decidido a llevarse a Keiichi-san… y destruir Yggdrasil… ¡no lo permitiré! ¡Lo juro como Diosa de Primera Clase!
No podía darse el lujo de desperdiciar mas tiempo temblando con temor. Belldandy miraba fija y valientemente, concentrando su energía en el emblema de su frente. Su larga falda de terciopelo color beige se agito con el aire, en una explosión de luz, se transformo en su uniforme azul de diosa. “Onee-sama…” Sus brazaletes dorados brillaron. “Voy a crear la barrera de protección y defensa mas grande que se pueda,” anuncio. La nieve derretida caía a gotas en los charcos de agua sobre los adoquines, formando ondas que parecían hacer alusión a lo que estaba por venir.
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Cubos de hielo tintineaban en el vaso vacío. Había empezado a sudar por la condensación y a formar un círculo de agua en la mesa. “Mas agua, por favor.” Normalmente, en el día de Navidad, el distrito comercial de Nekomi estaba inundado tanto de parejas como de familias que apenas había espacio para caminar. Pero este año, gracias a la nevada, casi no había nadie por ahí. Las alegres notas de “Navidad” hacían eco a lo largo del desierto bulevar únicamente resaltando el vacío. “Aquí tienen.” El señor puso una jarra llena hasta el borde con agua en la mesa. Las manchas cafés secas en las tazas eran testigos de cuanto tiempo había pasado desde que estuvieron llenas. “También estaría genial si nos pudieran volver a llenar de las tazas de café.” “Me encantaría tomar ordenes extras de café.” A pesar de los escasos clientes, el negocio tenía que abrirse. Como siempre, la cafetería en una de las esquinas del distrito comercial había abierto sus puertas a las 7 de la mañana. “Si quieren mas café gratis, vayan a un restaurante familiar.” En un principio, el propietario se emociono cuando un grupo grande entro por la puerta… pero cuatro horas habían transcurrido sin que ninguno de ellos ordenara mas que una simple taza de café. No hacían nada más que tomar agua gratis, pidiéndola varias veces, y su paciencia estaba empezando a agotarse. “Pero primero, agradecería el que pagaran la cuenta,” agrego. Llevo la cuenta a la mesa para asegurarse de que no se le irían sin pagar. Luego les puso otra jarra con agua antes de retirarse a la parte de atrás. “Que bien. Toda el agua que podamos tomar.” Las jarras iguales con agua reflejaban la luz del sol que se filtraba a través de la ventana. La música de radio por cable se escuchaba suavemente en el sistema de sonido. “Caray… toda ese licor de anoche me hizo efecto, Den-chan.” Otaki echo agua en su vaso vacío. “Sip… si todavía estuviéramos caminado con esa nieve ahorita, ya seriamos paletas de hielo.” El hielo bailo con el agua y se deshizo ligeramente. “La nieve es cosa seria.” Otaki se reclino en el sofá y bostezo con ganas. Después de una fiesta extraordinaria y un corto pero agradable sueño, el grupo había salido del Templo Tarikihongan al amanecer… pero después de eso, la resaca feroz y los caminos cubiertos de nieve apenas transitables habían dejado a Tamiya, Otaki, y a los demás al borde del colapso. La cafetería había sido su salvación. Al principio, habían tenido la intención de quedarse a descansar un rato, pero ahora estaban tan a gusto que no podían resignarse a irse. “Si que es un lindo día.” El calido sol entraba por la ventana, y los vendedores de las tiendas cercanas estaban aprovechando el hermoso clima para quitar la nieve. “Probablemente la casa club también necesita limpieza,” uno de los chicos murmuro suavemente mientras los observaba trabajar. “Is. El techo.” La casa club-la segunda casa del Club de Motores-era un edificio prefabricado. Definitivamente no fue construida teniendo en cuenta los climas fríos, y la nieve en el techo probablemente era una amenaza. Desafortunadamente…
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“Que mal que no tengamos permitido el ni siquiera estar cerca del lugar por ahora.” A Tamiya y Otaki todavía les tenía que ser levantada la prohibición impuesta después de sus travesuras del juego de supervivencia. “¡Pero que tragedia, Den-chan!” “¡Una verdadera lastima, Dai-chan!” El par rompió en abatidos sollozos. Uno de los miembros del club alzo la mano con una sugerencia. “¿Por qué no le pedimos al presidente interino que lo haga?” “¡Ah! ¡Morisato!” Ahora que se acordaban, tanto los terrenos como el tejado de la casa del Templo Tarikihongan habían estado inmaculadamente limpios cuando lo visitaron el día anterior. “¡Morisato, nuestra salvación!” Tamiya proclamo, y el resto del grupo asintió ansiosamente. Sacaron de los bolsillos las manos llenas con monedas y las esparcieron a lo largo de la mesa. “De acuerdo. Le pediremos a Morisato que se haga cargo,” Tamiya ratifico. “El resto de ustedes, asegúrense de ir mas tarde a echarle una mano,” Otaki ordeno. “¡Si!” El grupo respondió con entusiasmo-aunque faltaba ver si acatarían la orden o no. Con las monedas en la mano, Tamiya fue directamente al teléfono público al lado de la caja registradora. “Muy bien… la ultima.” Vistiendo la falda roja y blanca que era el uniforme de una Diosa de Segunda Clase, Skuld uso un martillo y estaca para trazar una mandala en el piso. Su diminuto ángel, Noble Scarlet, echaba un vistazo desde atrás en su espalda, moviéndose de aquí para allá mientras hacia todo lo que podía para ayudar. Skuld trazo el complejo diseño con gran cuidado. Mientras terminaba de dibujar la línea final, levanto la vista con orgullo hacia su hermana en el cielo. “¡Ya termine, Onee-sama!” El suelo brillaba como dulce con azúcar glass, contrastando hermosamente con el despejado cielo azul. Una ráfaga se agito en el aire. “No estoy segura de si esto es correcto o no…” Belldandy miraba fijamente hacia abajo al templo desde su posición sobre Stringfellow. Un par de cariñosos ojos azules miraron con atención su severo rostro. “Holy Bell…” Las plumas blancas bailaban con el viento. Sin palabras, el ángel sonrió, asintiendo con comprensión al tiempo que miraba fijamente hacia los cielos. “Tienes razón… necesitamos hacer todo lo que podamos ahora,” Belldandy estuvo de acuerdo. Alzo los brazos en alto por encima de la cabeza y empezó a cantar, y Holy Bell hizo lo mismo. Mientras sus voces se mezclaban, la armonía se materializo como una brillante luz dorada, delineando una mandala reluciente en el cielo. “Es asombroso…” Skuld suspiro con admiración mientras observaba desde abajo. Los rayos de luz zumbaban a través del aire como estrellas fugaces, creando un diseño aun más intrincado y detallado que el de abajo en el suelo. Skuld se quedo mirando hipnotizada, hasta que las frenéticas señas de Noble Scarlet atrajeron su atención. La mandala era solo un símbolo que faltaba ser completado.
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“¡Ah, ups!” Rápidamente, Skuld, también, elevo su voz en una canción. Al sincronizar las mandalas en el cielo y en la tierra, crearían la barrera más fuerte posible. Al mismo tiempo que Belldandy cantaba, su mandala dorada brillo aun más intensamente. La canción de Skuld hizo que la suya en el suelo reluciera con luz plateada, y sus rayos se extendieron hacia el diseño de su hermana en el cielo. Las dos canciones se mezclaron, haciendo eco a través del cielo. Las dos mandalas se superponieron brillando con luz blanca, luego en una explosión esparcieron partículas relucientes. Impedirían la intromisión de cualquier ser que tuviera energía maléfica. “¡Onee-sama!” Belldandy descendió del cielo, seguida de Holy Bell, aterrizando suavemente en medio del jardín. “Gracias, Skuld. Lo hiciste muy bien.” Había sido una labor de mucho esfuerzo para una Diosa de Segunda Clase. Belldandy acaricio ligeramente las cansadas mejillas de Skuld, cariñosamente acercándose a su hermana pequeña. “Descansemos un poco. Holy Bell y Noble Scarlet, también ustedes deben estar cansadas.” Los ángeles se retiraron a su letargo, satisfechos por el trabajo bien hecho. Una vez más, el viento era suave, y el Templo Tarikihongan estaba tranquilo y en paz. “Oye, Onee-sama… ahora nadie ya puede entrar si tiene incluso un poquito de maldad en su corazón, ¿verdad?” “Así es.” “Que mal para Urd.” “¡Skuld, eso no estuvo bien!” Ya tranquilas, las hermanas bromeaban alegremente mientras abrían la puerta del frente. En ese mismo momento, Belldandy vio algo que la hizo dudar de sus sentidos. Los zapatos de Keiichi no estaban. “¿Keiichi-san…?” Un terrible presentimiento corrió a través de su cuerpo. Rápidamente, corrió hacia el cuarto de Keiichi y miro hacia adentro. El futon donde éste había estado durmiendo momentos antes estaba doblado cuidadosamente y colocado dentro del armario. La chamarra tampoco estaba. “¡No!” Era obvio que Keiichi había salido. ¿Pero por qué? ¿Por qué? La mente de Belldandy estaba llena de confusión. “Onee-sama… mira.” Skuld le entrego una nota a su pasmada hermana. “Estaba encima del escritorio.” Era un mensaje breve, escrito con la característica letra de Keiichi. Llamo Tamiya-quieren que limpie el techo de la casa club. Voy a ir al campus un rato. -K1
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Que ironía-el destino se había llevado a Keiichi incluso mientras ellas estaban creando un mecanismo para protegerlo. “Belldandy…” Pero Belldandy solo asintió, en silencio. Puso otra vez la carta en el escritorio y se dio la vuelta hacia Stringfellow, sus ojos brillaban con determinación. “Iremos detrás de él.” “¿Qué? ¿No quieres usar una puerta?” “Quiero vigilar las cosas desde arriba.” Keiichi había muerto en un accidente de trafico-si el destino tenia alguna intervención, ese era el riesgo con el que tenían que tener mas cuidado. Apenas habían pasado más de diez meses desde la restauración. El Cedro Jomon en la isla de Yakushima, el incidente con el fantasma en el Edificio Sur, y la avalancha de nieve que parecía haber puesto la mira deliberadamente en Keiichi. Belldandy había atribuido todos estos fenómenos a la energía negativa, o a la debilidad de su propio espíritu. Eso era lo que hubiera querido creer. Pero ahora sabía que no era así. El destino-este universo-estaba tratando de corregir el error temporal, al reprimirle sus poderes, y conspirar para borrar la existencia de Keiichi, sin tener en cuenta si éste se había convertido en una singularidad o no. Si el destino estaba tratando de corregirse a si mismo al terminar con la vida de Keiichi, no era raro que él hubiese pasado a través de la barrera de protección sin ninguna dificultad. Entonces haré todo lo que pueda para luchar contra ello.
Mientras Skuld se subía en la parte de atrás de la escoba, Belldandy apretaba su agarre. Una ráfaga de viento giro alrededor de ellas, y la escoba salio zumbando hacia arriba al cielo. Los autos y motocicletas en las calles de abajo se veían como de juguete. El hecho de que pudimos realizar una restauración del sistema debe tener un significado. ¡Debe haber una forma!
Belldandy estaba consciente del gran poder que este universo ejercía-pero sin embargo, se rehusaba a perder la esperanza. Mientras iban ganando velocidad, el viento se hacia mas fuerte, pasando a toda velocidad a través de su pelo y vestido. Stringfellow dejo una fina estela en el cielo mientras volaba hacia el Instituto de Tecnología de Nekomi.
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CAPITULO CUATRO
K A M I T O K I – R A Y O “¡Ya puedo ver la escuela!” Skuld grito para hacerse oír por encima del estruendo del viento. Habían revisado atentamente el camino buscando accidentes de tráfico mientras volaban hacia la universidad, pero ahora el campus del I.T.N. estaba a la vista y los temores de Belldandy seguían sin hacerse realidad. Keiichi-san… Sin embargo, no podía tranquilizarse hasta que no lo viera. Estaba más a la expectativa que nunca, conduciendo la escoba hacia el cuartel general del Club de Motores. Las clases terminaban temprano por las vacaciones de invierno, y gracias a la nevada que hizo estragos por siete días y noches, apenas si había un alma a la vista. La blanca y reluciente nieve permanecía sin tocar y en su estado original. Ahí, entre los salones de clase, una simple rodada interrumpía la superficie de la nieve. Dos gruesas líneas que se entrelazaban aquí y allá, con una sola línea exactamente a la izquierda. Era inconfundible: la rodada de una motocicleta con sidecar. Esta aquí. Belldandy trato de tranquilizar a su agitado corazón mientras desaceleraba y volaba mas bajo. Dio vuelta en la esquina del edificio escolar, saliendo a un espacio abierto. El edificio prefabricado era mas pequeño que los árboles que lo rodeaban, y tenía una pesada capa que lo hacia verse como una choza de nieve. “¡¡Keiichi-san!!” Ahí estaba él, fresco como la mañana-metido hasta los muslos en la nieve mientras trabajaba en limpiar el techo. El corazón de Belldandy dio un vuelco cuando lo vio. Salto hacia el edificio, demasiado impaciente para realizar un adecuado aterrizaje. Sus ropas ondearon con el viento como alas. “¿Belldandy…?” Keiichi detuvo su labor, sobresaltado por la inesperada visión de una diosa descendiendo desde el cielo. Rápidamente soltó la pala y abrió los brazos de par en par para recibirla. Sabía muy bien que ella no necesitaba de su ayuda… pero de alguna manera se veía extrañamente delicada y frágil como una niña perdida. “¡Belldandy!” En el momento en que sus manos se tocaron, Belldandy escondió el rostro en su pecho, abrazándolo fuertemente. Él quería preguntarle que estaba pasando, pero tenía un nudo en la garganta. Las palabras podían estropear el momento. Titubeo incluso para respirar. Tímida pero decididamente, puso sus brazos alrededor de la delgada figura de Belldandy. El frío viento que picaba sus mejillas llevaba un dulce perfume. “¡¡¡AAIIIEEEEE!!!”
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También trajo un chillido que fue lo suficientemente agudo para estropear el momento. El grito hizo eco brevemente antes de ser amortiguado con rapidez por la nieve. “¡GRK!” Skuld se esforzaba con desesperación por controlar la escoba, pero no era rival para el vehiculo mas veloz-y terco-del Cielo. Después de un descenso que parecía una caída libre, hizo un impresionante clavado en el montón de nieve al lado de la casa club, la cual era mucho mas dura de lo que se veía. “¡Ah!” Nerviosa, Belldandy se aparto bruscamente ante el grito espeluznante de su hermana. Consternado por esta desdicha, Keiichi momentáneamente fue incapaz de bajar los brazos. “¡Ay, Todopoderoso, pero que he hecho!” “A-ja…” Las mejillas se les pusieron rojas por la pena, Belldandy y Keiichi corrieron hacia el lado del techo y se asomaron. “¿Skuld?” “¿Estas bien?” Con la parte superior del cuerpo enterrado en la nieve y el trasero al aire, Skuld parecía una juguetona cría de oso panda1 . A pesar de su preocupación, Keiichi y Belldandy se echaron a reír. Belldandy alzo los brazos y entono un hechizo. El cuerpo de Skuld floto en el aire. También la escoba, se elevo de la nieve y se desplazo con la pequeña diosa hasta el techo. Cristales de nieve adornaban su pelo. La cara estaba roja por el clavado, y los ojos negros, los tenia llenos de lágrimas. “¡¿Onee-sama…como pudiste?!” Ahora que la crisis había terminado, su pánico fue reemplazado por una oleada de aflicción. No seria fácil olvidar el susto de ser abandonada en la escoba, o el terror de caer en picada desde el cielo. “¡Perdóname, Skuld!” Apresuradamente, Belldandy lanzo un hechizo tranquilizador sobre su hermana. Se sentía muy mal por haber sido tan descuidada e imprudente, especialmente después de que Skuld había sido de gran ayuda para ella en ese día. “Hoy habría estado perdida sin ti, Skuld.” ¿Perdida sin mí? Skuld se lleno de júbilo ante el elogio de su hermana. El trauma de la caída rápidamente desapareció. “Keiichi-san, también tengo que disculparme contigo. Perdón si te asuste.” Belldandy hizo una leve reverencia después de que la recuperada Skuld se volteaba rápidamente. “Ah… bueno…” Las mejillas de Keiichi se pusieron rojas de pena. Quería decirle algo ingenioso como, tú puedes asustarme así cuando quieras, nena, pero en vez de eso se vio mirando fijamente a los pies. Sin embargo, una sonrisa se dibujo en su rostro ante el recuerdo del calido cuerpo de Belldandy contra su pecho. La tarde de invierno estaba tranquila y en paz… pero el lúgubre susurro de una repentina ráfaga de viento hizo pedazos el silencio. “¡¿--¿!” 1
La versión en ingles hace referencia a un osezno.
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Las dos diosas se pusieron tensas, abrumadas por el desasosiego. “Belldandy…” La melodía traída por el viento las estremeció hasta la medula. Skuld se puso tan palida como una hoja de papel y se agarro del brazo de su hermana. “¿Qué pasa?” Keiichi pregunto. Pero Belldandy no se movió. Ignorando la pregunta de Keiichi, miraba fijamente sin pestañear hacia el vació. El viento susurro afligidamente. “Urd…” Belldandy murmuro suavemente, rompiendo el tenso silencio. “Quisiera poder hacer esto en alguna otra parte con mas discreción…” Después de regresar a la Tierra, Urd había ido directamente al Instituto de Tecnología de Nekomi sin pasar por el Templo Tarikihongan. Solo para asegurarse, dio una rápida vuelta por el campus, pero tal y como lo temía, definitivamente ese era el lugar. “Magnifico.” Había muchas áreas despejadas en el campus, incluyendo una gran arboleda, un enorme campo abierto, y un estacionamiento. Fue su mala suerte en cambio el acabar en el dormitorio de la escuela. “Mil disculpas por esto.” Susurro una sucinta disculpa a todos y cada uno de los seres vivientes de los alrededores antes de usar una Onda Eléctrica Limitada para limpiar instantáneamente de nieve el lugar. Agito las manos sobre el suelo, el cual todavía estaba ligeramente húmedo, al mismo tiempo empezaba a entonar un pequeño hechizo. No era una alegre melodía, sin un conjuro parecido al Sutra 2 -suave y bajo. Un rayo de luz se precipito a través del suelo mientras cantaba, trazando una mandala secreta bajo sus pies. Cuando hubo terminado de dibujar el último símbolo, dejo escapar un suspiro mientras relajaba la concentración. “¿Caramba, qué no pudieron hacer la Mandala de Apertura del Portal del Espacio-Tiempo mas difícil de dibujar?” Echo el pelo hacia atrás al tiempo que contemplaba el inmenso trabajo. Este emitía un brillo sobrenatural. “Si me descubren esta vez me ira peor que con una suspensión de licencia…” rió entre dientes, burlándose de si misma. La Mandala de Apertura del Portal del Espacio-Tiempo era exactamente como se oía-un mecanismo que trascendía el tiempo para conectar lugares y eventos. Abrir una puerta como esa era extremadamente peligroso-era difícil incluso para la hechicera mas experimentada el abrir la puerta correcta, y conectar el espacio-tiempo o la dimensión equivocados podría conducir a la destrucción de ambos mundos. Por esta razón, el hechizo estaba estrictamente prohibido en el Cielo sin un Permiso de Nivel Uno. “Muy bien… hora de empezar.” Urd le echo una mirada al dibujo y camino a paso largo hacia el centro. Su pelo plateado colgaba en ondas suaves, y sus ojos color tanzanita brillaban intensamente con la luz del sol. Alzo en alto las dos manos. 2
También Sutta o S ūtra: son en su mayor parte los discursos en prosa dados por Buda, textos escritos que exponen enseñanzas y preceptos relativos a las vías de conocimiento para alcanzar la “iluminación.”
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El aire se quedo absolutamente tranquilo De la nada, negras y tenebrosas nubes empezaron a juntarse en el despejado cielo azul. El viento cambio de intensidad y el cielo de repente tomo una apariencia siniestra. En un abrir y cerrar de ojos, había pasado del azul al gris, oscurecido por capas de nubes. Relámpagos blanqui-azules pasaban a través de las nubes, retorciéndose como una serpientedragón. Vientos furiosos chocaban y aullaban. “¡Nee-san!” “¡…!” Urd se dio la vuelta a tiempo para ver a Belldandy, Skuld, y Keiichi venir corriendo hacia ella. “¿¡Pero como…!?” Fue incapaz de ocultar su sorpresa. No había esperado que sus hermanas llegaran tan pronto. El hechizo que estaba a punto de usar era prohibido. Naturalmente, sabía que nunca podría llevarlo a cabo sin ser vista-Belldandy seguramente vendría corriendo en el momento en que detectara la más ligera onda de energía. Ese era el por qué Urd había tenido cuidado de mas en lo que regresaba a la Tierra y dibujaba la mandala, tratando de evitar la atención de sus hermanas el mayor tiempo posible. Una vez que el hechizo fuera lanzado, aun cuando la descubrieran seria demasiado tarde para interferir. Pero ahora… Urd maldijo su descuido. “¡Atrás, Belldandy! ¡No quiero que ninguno de ustedes tres salga lastimado!” grito. “¡No, Urd!” Belldandy replico. “¡Detén el hechizo inmediatamente! ¡Te lo ordeno como Diosa de Primera Clase!” Belldandy se negó a retroceder. Sabia que Urd no cometería semejante violación tan extrema sin una buena razón-y especialmente no en su propio beneficio. Ese era precisamente el por qué no podía permitirle continuar. “¡La Mandala de Apertura del Portal del Espacio-Tiempo es un hechizo prohibido! ¡Sabes cuales son las consecuencias! ¡No lo hagas, Urd! ¡No…no quiero perderte, Nee-san!” Belldandy… Urd pensó para si. Por un breve instante, sonrió y cerro los ojos, las palabras de Belldandy lo eran todo para ella. Entonces abrió los ojos de nuevo con renovada determinación y agito la mano derecha ligeramente en el aire. Una corriente de fuego broto de su mano como un látigo, rozando levemente los talones de Belldandy y los demás. “¡Ey, cuidado!” Skuld grito con indignación. “¡Onee-sama, dile algo!” Miraba a Belldandy suplicantemente. Pero los ojos de su hermana estaban mirando fija y detenidamente a las manos y frente de Urd. “Urd…” Belldandy dijo, su voz apenas era un susurro, “… esas joyas…” Guantes de filigrana de platino cubrían ambos antebrazos de Urd, extendiéndose desde las manos hasta los codos. La banda en su cabeza estaba media tapada por el pelo plateado, pero también estaba hecha de platino finamente labrado, con una piedra rojo oscuro brillando en la frente con la forma de una gr an flor. “El Crepúsculo Hlidskjalf 3 …” dijo Belldandy. El Crepúsculo Hlidskjalf no eran simples adornos hermosos. Eran los atavíos más poderososcapaces de amplificar los poderes de quien los llevara puestos por un factor de cientos, incluso de miles de veces. 3
También Hliðskjálf, es el trono de Odín que le permite ver sobre los nueve mundos
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Cualquiera que se los pusiera podría obtener poderes que trascendían incluso a los del Todopoderoso, y en las manos equivocadas, fácilmente podía provocar el fin del mundo. Por esta razón estaba prohibido siquiera tocarlos sin el permiso del Señor del Cielo-un tabú aun más estricto que el de la mandala prohibida. “No fallare dos veces,” Urd amenazo. Ella por su parte, no era una simple Diosa de Segunda Clase. Mitad diosa, mitad demonio, hija de la Daimakaicho del Plano Infernal. Con esas prendas puestas sus poderes eran inmensurables. Pero Belldandy no se dejo intimidar. Dio otro paso hacia adelante. “¡Belldandy!” Urd le lanzo una mirada furiosa, y lenguas de fuego brotaron como flores en el suelo. “¡Onee-sama!” Skuld grito. “¡Cuidado!” Keiichi intervino en la conversación. Las inmensas nubes cargadas de electricidad rugieron como una bestia salvaje, y un feroz viento sacudió violentamente las ropas de Keiichi y las diosas. “Por que tu eres tu, Urd…” Belldandy toco el sello en su oreja y rápidamente lanzo un hechizo. Una luz pálida la envolvió mientras su pelo castaño cambiaba a rubio platinado y sus ojos se tornaron de azul-lavanda a cristalino amatista. “Urd… Entiendo ahora cuan convencida estas.” Había estado dispuesta a sufrir graves heridas para detener a su hermana. Pero ya no podía hacer eso-el hecho de que Urd estuviera lista para usar no solo la mandala prohibida sino también el Crepúsculo Hlidskjalf dejo en claro cuan decidida estaba. “En ese caso, no interferiré.” Belldandy agito su mano derecha ligeramente, haciendo aparecer un velo de luz. Los verdaderos poderes de una Diosa de Primera Clase eran inmensurablemente vastos. Eran tan grandes que normalmente llevaba un sello en la oreja para mantenerlos contenidos. Cuando reforzó la barrera de escudo con esa protección eliminada, una pared de silencio acallo por completo la furiosa tormenta. “¿Estas bien, Belldandy?” Keiichi y Skuld la miraron con caras llenas de preocupación. Belldandy hizo una leve reverencia. “Discúlpenme, Keiichi-san, Skuld, yo…” Por su propio bien, de verdad tenia que llevárselos de ahí inmediatamente. Y sin embargo… Percibiendo la ambivalencia de Belldandy, Keiichi y Skuld negaron con la cabeza. “No entiendo muy bien todo esto, pero me siento en la misma forma que tu, Belldandy,” Keiichi dijo. “¡Yo también! ¡Tampoco quiero dejar sola a Urd!” Skuld estuvo de acuerdo. Las amables palabras animaron el corazón de Belldandy. “Gracias,” dijo con emoción, y asintió silenciosamente. Entonces se elevo para protegerlos mientras Urd continuaba con su hechizo desde el centro de la mandala. Nee-san… El transformado emblema de la frente de Belldandy brillo con una luz azul.
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El cielo se sacudió y retumbo. El viento bramo aun más fuerte, convirtiéndose en un tornado y destruyendo todo a su paso. Los relámpagos pasaron de prisa a través del cielo, formando bandas de luz. Mientras Urd agitaba las manos, marañas de relámpago bailaban en la punta de sus dedos como gatitos juguetones. Comenzó con el último verso de su conjuro. Una luz roja salio en tropel de la mandala a tiempo con la canción. Desde el otro lado de las nubes cargadas de electricidad, filamentos de energía se unieron todos en una sola banda cegadora, convergiendo en el centro de la mandala. Toda al mismo tiempo, la energía cayo adentro de la mandala. Entonces, de repente, el suelo empezó a retumbar. “¡Keiichi-san, Skuld, abajo!” “¡AIIIEEEEEEE!” “¡WAAUUGHH!” La tierra chirrió y crujió. Un estruendo ensordecedor y una tremenda ráfaga ahogaron los gritos de Keiichi y Skuld. La mandala resplandeció misteriosamente, como si absorbiera la energía del cimiento agrietado. Una onda de poder puro inundo sus pies. Inmediatamente, la tierra se abrió y una pared de luz deslumbrante apareció. La ola de poder se propago hacia ellos como un tsunami, haciendo vibrar el escudo como hoja de árbol y amenazando con tragárselos. “¡Adiós mundo cruel!” Skuld gimió. “¡Resiste, Skuld!” Belldandy grito. Más allá del escudo, el mundo parecía estar llegando a su fin. La enorme y lúgubre tormenta cayó con fuerza sobre la pared de luz, creando ondas de choque que echaron por tierra el dormitorio y otros edificios cercanos, reduciéndolos a escombros. Un trueno en forma de dragón retumbo mientras una oleada de relámpagos brotó del suelo hacia el viento embravecido. De repente, el viento se calmo, como si las dos fuerzas se hubiesen anulado mutuamente. La luz del sol se filtro entre las nubes. Después de lo que había parecido una eternidad, la tormenta se termino. Con cautela, Skuld levanto la mirada. Todo estaba tranquilo. “¡E-estamos vivos!” Keiichi alzo la cabeza ante el sonido de la voz de Skuld. La escena con la que se encontró era completamente irreconocible. “E-el dormitorio…” Los alrededores se veían tan inhóspitos que era difícil el recordar lo que había estado ahí antes. Ni una sola brizna de pasto quedaba. Mientras Keiichi se sentaba, atónito e incapaz de ponerse de pie, escucho a Belldandy decir suavemente, “tenemos compañía.” ¿Compañía? En donde el dormitorio estuvo alguna vez, no había nada excepto una nube de polvo todavía moviéndose en espiral en el aire. Pero Belldandy discretamente levanto el escudo y avanzo despacio hacia delante.
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“… Ah” Keiichi miraba más cuidadosamente. Mientras la arena se dispersaba, pudo distinguir la forma de lo que parecía ser una persona. Si la mandala de Urd había tenido el propósito de convocar a alguien, ¿qué tipo de ser seria? ¿Un gigante monstruoso? ¿Un hechicero antiguo? Su imaginación se desboco mientras observaba fijamente hacia el visitante. “¿…Eh?” Una hilera de brazaletes tintineaban musicalmente en el brazo de la recién llegada. No era ni un gigante ni una anciana, sino una linda niñita que parecía tener diez años de edad. Su pelo reluciente estaba amarrado en ambos lados de la cabeza, y llevaba puesto una pieza de tela que ondeaba como una minifalda con un corte en ella. Keiichi pudo deducir por la estrella roja de seis puntas que adornaba la frente bronceada que, al igual que las diosas, no era una mortal. “¿Y quien es?” Keiichi susurro. Skuld contó hasta diez. La recién llegada era alguien a quien nunca se acostumbraba, no importaba cuantas veces se encontraran-alguien que-muy evidentemente-le daba un miedo espantoso. Con la expresión rígida, susurro la respuesta. “Es la madre de Urd.” “¿La madre de Urd?” “Si.” Al principio, Keiichi estuvo tentado a preguntar como esa jovencita podía ser la madre de alguien. Pero después de todo, ellas no eran mortales. Supuso que cuando las diosas estaban involucradas, todo era posible. Keiichi cambio de enfoque mentalmente y prosiguió con la siguiente pregunta. “¿Entonces, también es tu madre?” “No. Ella es la madre de Urd.” Skuld contesto secamente. Esto era un tanto confuso. Entonces Skuld y Belldandy debe ser medias hermanas de Urd… Keiichi concluyo. Esto era nuevo para él. Evidentemente, las relaciones familiares entre los seres divinos podían ser simplemente tan complejas como lo eran en el plano mortal. “¿Entonces, también es una diosa?” “No. Es la Daimakaicho del Plano Infernal.” “¿La Daimakaicho del Plano Infernal?” “La líder de todos los demonios.” “¿Qué?” El Plano Infernal4 … la imagen que le vino a la mente a Keiichi fue una escena de una pintura tradicional representando al Infierno, con hordas de demonios5 , lagos de sangre, y montañas de agujas. Desde la perspectiva humana, los dos mundos eran mas o menos lo mismo para él. “Es mas linda que los diablos…” comento. En contraste con Skuld, Belldandy sonreía con nostalgia al tiempo que se acercaba a la recién llegada. Las dos una vez habían puesto a prueba sus habilidades una contra la otra en una carrera de escobas voladoras. “Ha pasado mucho tiempo, Hild-sama.” Hild le dirigió una mirada furiosa. “¿En que diablos estaban pensado ustedes, diosas, al hacer un truco como ese?” vocifero. Una ráfaga de viento se precipito al lado de las diosas. El ambiente estaba tenso. “Por otro lado, si que da miedo,” Keiichi murmuro suavemente. 4
A lo largo de este sub-capitulo, Dark Horse se refiere mas a este lugar como el Plano de los Demonios ¿Diablos o Demonios? Dos palabras que son sinónimos, con ligeras diferencias, mas en Notas del Traductor.
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El sol iluminaba en lo alto benevolentemente sobre el paisaje destrozado. “¡Si me disculpas! ¿Es todo lo que vas a decir, después del mundo de problemas en los que me metiste?” Urd replico, sus joyas brillaban. Su voz se oía cansada. Incluso ayudada con el Crepúsculo Hlidskjalf, el hechizo de Apertura había sido una difícil tarea. Hild grito con deleite. “¡Urd-chan, nenita! ¡Que felices estamos de verte!” Su cara de demonio furioso desapareció. Abrió los brazos de par en par y se arrojo hacia Urd. “¡Ay, por favor! Soy una diosa, ¿lo recuerdas?” Urd dijo exasperada. “Ay, pero si eres nuestra hija, si. ¡Bien hecho, Urd-chan!” Urd y su madre parecían tener un entendimiento de lo que estaba sucediendo mientras que el resto de ellos no. “Creo que entiendo el por qué Urd no la quiere mucho…” Keiichi dijo en voz baja. “Si, ¿verdad?” Skuld estuvo de acuerdo. Su conversación en voz baja atrajo la atención de Hild. Oídos como el diablo, Keiichi pensóno, como un demonio, se corrigió el solo. Pero Belldandy dio un paso hacia delante, poniéndose entre ellos e Hild. “¿Hild-sama, que quiso decir con ese comentario? Por favor, explíquese.” Los ojos de Belldandy estaban llenos de seguridad en si misma-no había hecho nada de lo que una diosa tuviera que avergonzarse. Hild rió entre dientes ligeramente. “Eres igualita a tu padre, Bell-chan. Siempre nos gusto eso de él…” Sonrió, sus ojos color azul-índigo brillaron. “Este bien, Urd-chan diles por qué tuviste que usar un conjuro prohibido para llamarnos en vez de usar el teléfono.” Cierto, normalmente los Planos Celestial e Infernal eran accesibles por teléfono “Discúlpenme por haber sido tan reservada… Pero primero quera estar segura de las cosas,” Urd empezó, mirando firmemente a Belldandy. Ésta última se veía confundida. Urd exhalo profundamente y echo para atrás su pelo. “El primer indicio que tuve de que algo andaba mal fue el día que venimos al I.T.N., para el examen de Megumi-cuando escuchamos el rumor sobre el fantasma que había destruido la fuente de la ballena.” Lentamente, relato los eventos que habían llevado hasta ese momento. Noto que muy poco después de la restauración del sistema no era natural que ocurrieran cosas en este mundo las cuales nunca habían sucedido en la anterior línea temporal. Incluso más dado que las diosas no habían tenido ninguna intervención en esos eventos. No obstante, no quiso levantar sospechas cuando parecía no haber ningún problema inmediato. Se guardo sus dudas en un rincón de su mente con la intención de vigilar cuidadosamente la situación. Pero durante el Juego de Supervivencia, algo sucedió que la hizo ya no poder quedarse tranquila. Fue cuando se había enfrentado por primera vez con la aparición en el techo del Edificio Sur. “Hubo una enorme ráfaga de partículas cuando esa cosa toco a Keiichi. Durante ese breve instante, sentí algo. Energía demoníaca. Su energía.” “¿La de Hild-sama?” “Si.” Perpleja por este inesperado acontecimiento, regreso al Cielo para investigar. Había sacado buen provecho de su Licencia de Administrador, finalmente descubriendo una pista: por alguna razón, la Unidad de Acceso Universal de la Terminal No. 3 de la Central de Control Principal de Yggdrasil se activo durante la restauración del sistema. Desafortunadamente, no pudo descubrir por qué.
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Al final, se había visto forzada a realizar una Búsqueda en el Índice del Tiempo-mientras atendía a Peorth a la vez. “¡Buen trabajo, Urd!” Como colega técnica, Skuld tenía que darle a Urd el reconocimiento por el arduo trabajo. La memoria de Yggdrasil incluía registros de todo lo que sucedía en el Cielo y de cada evento que involucraba a cualquier diosa. Hizo que se mareara solo de imaginar que difícil debió haber sido el revisar a fondo a través de esa extensa memoria, asilando eventos relacionados con el alboroto de la aparición. “Cuando tuve todos esos datos, hice un análisis de energía. Los resultados no fueron… buenos.” Un análisis de energía era una función dentro del Sistema de Yggdrasil que era capaz de identificar un pulso de energía-no muy distinto de una prueba de ADN. Cada deidad y cada demonio tenían su propia firma de energía única. “Había un 99.2% de correlación.” “Entonces, esa aparición era…” “Si. Ella.” Urd señalo hacia Hild, quien sonreía de gusto. “¿Pero por qué…?” “Si, verdad, ¿por qué? Decidí ir al Plano Infernal para averiguarlo.” Desde que se decidió a vivir como una diosa, Urd nunca había vuelto a poner un pie en ese plano prohibido. No fue una decisión fácil de tomar-pero en el fondo no podía ignorar la persistente sensación de que algo inconcebiblemente mal estaba en movimiento. Preparándose para lo peor, llego únicamente para descubrir un Plano Infernal que no tenia ningún parecido con lo que imaginaba. “Sinceramente estaba sorprendida.” El plano era paz y tranquilidad, sus habitantes completamente inactivos. No solamente no había intentos de ganar terreno en la Tierra-normalmente la máxima prioridad de todos los demonios-ni siquiera estaban yendo para allá. Incluso Mara-una Demonio de Primera Clase, rival, y amiga de la infancia-llevaba una vida tranquila, a pesar del hecho de que en el pasado, estuvo tan decidida a idear la ruina de las tres diosas al usar a Sayoko como herramienta humana contra ellas. “Y eso incluía a Hild, la Daimakaicho del Plano Infernal.” Se había encontrado a una Hild completamente transformada. No importaba lo que le dijera, Hild no hacia nada más que sonreír, sin ofrecer ningún indicio de la ferocidad escondida dentro de ella. “¿Entonces, la Hild-sama en el plano infernal no es la misma persona que la que esta parada aquí con nosotros…?” Belldandy aventuro. “¡Muy bien, Bell-chan! ¡Tienes un diez! ¡Nos encanta lo inteligente que eres, niña!” Hild sonrió burlona y maliciosamente. “¡Hicimos de todo para llamar su atención, pero se negaron a darse cuenta por completo! ¡Eso no fue nada gracioso!” Finalmente Belldandy comprendió por qué Urd tuvo que usar la Mandala de Apertura del Portal del Espacio-Tiempo. Si Hild estaba en otra dimensión, era evidente que no habría estado accesible por teléfono. Pero eso llevaba a una nueva pregunta. ¿En primer lugar, por qué había dos Hild? Belldandy tuvo el presentimiento de que ese enigma era la raíz de todo. “Perfecto, ahora es nuestro turno de explicar.” Hild miro con atención a las diosas como si tratara de mirar directamente dentro de sus mentes. Sus dos coletas se balancearon ligeramente. “Primera pregunta. ¿Sabían ustedes que la Unidad de Acceso Universal es una línea importante
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que esta conectada a Nidhogg?” Nidhogg representaba para el Plano Infernal poco mas o menos el mismo sistema que Yggdrasil lo era para el Cielo. “¿Qué…?” Esa revelación fue tan inesperada que por un instante, las diosas no entendieron lo que Hild estaba diciendo. Simultáneamente, sus caras se pusieron tensas. “¿Yggdrasil esta conectado a Nidhogg?” “¿Qué quiere decir usted con eso?” “¡Yo tampoco lo sabia!” Aturdidas, las tres hermanas intercambiaron miradas. Se quedaron tan sorprendidas que no estaban seguras de cómo continuar con la conversación. Hild suspiro larga y profundamente. “Tal y como lo imaginábamos,” dijo exasperada. Flotando en el aire, asumió una posición sentada. “El Cielo de veras necesita mejorar su sistema educativo.” Se trono los nudillos fuertemente y una esfera transparente apareció. Varias bandas mágicas giraban adentro. “La línea roja es la de los demonios, la azul es la de los dioses.” La conexión entre Yggdrasil y Nidhogg databa desde la antigüedad… La batalla por terreno era encarnizada entre los demonios y los dioses-no únicamente sobre la Tierra sino a lo largo del Espacio-Tiempo. No solo hizo que las dos razas se masacraran mutuamente, sino que sus poderosos enfrentamientos ocasionalmente perturbaban a otros seres y planos. Ambos planos sabían que algo tenía que hacerse, y en una cumbre dios-demonio, los líderes llegaron a un acuerdo. Lo llamaron el Sistema Doble. Niños elegidos de los dos planos tendrían sus destinos entrelazados, de este modo impedirían los ataques letales en cada lado. El saber que acabar con un enemigo resultaría en la muerte de un compañero evitaría las batallas a muerte. Por otra parte, para hacer los contratos tanto justos como seguros, se acordó que una línea se establecería para conectar a los sistemas que regían ambos planos. Permitiéndoles vigilar el Sistema Doble y prevenir cualquier jugarreta. La solución creo una intima conexión entre los dos planos, a pesar de sus naturalezas contrastantes, de esta manera debilitando el conflicto. El equilibrio se mantuvo, y pronto no hubo más derramamientos de sangre. Pero por irónico que parezca, la nueva era de paz llevo a muchos a olvidarse de la existencia de esa línea. “La Unidad de Acceso Universal…” Urd dijo. Aunque en gran parte olvidada, la línea seguía conectando a los dos planos, discreta pero firmemente. “Ahora que eso esta entendido, pregunta numero dos: ¿qué suponen ustedes que paso con esa línea después de que reiniciaron a Yggdrasil?” “Este…” A menos que alguien deliberadamente la haya cortado, la respuesta obvia era que la línea había permanecido intacta. “¿Esta… todavía conectada?” Skuld se arriesgo con indecisión. “¡¿En serio?!” Hild fijo una mirada fría en la más joven de las diosas. “¡Eep!” Skuld hizo una mueca, desesperadamente luchando por contener las lágrimas. Hild parecía estar satisfecha con eso. Luego miro detenidamente el rostro de su hija.
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“En ese caso, cuando realizaron la restauración del sistema, ¿qué suponen ustedes que le paso a Nidhogg?” pregunto. “¡…!” Luz y oscuridad… estos elementos contrastantes eran ambos partes esenciales de un solo y único mundo. Sin saberlo, una línea tenia conectado a los dos planos-y cuando Yggdrasil había sido reiniciado, esa línea fue interrumpida cruelmente. “¿Empiezan a entender?” Lentamente Hild movió sus piernas morenas, cruzándolas de nuevo para el otro lado. Como los dos lados de una moneda, como el día y la noche, ambos elementos eran esenciales para la existencia de su contraparte. Pero Yggdrasil había desaparecido un día sin ninguna advertencia, dejando a Nidhogg ante su inminente destrucción-a menos que algo se hiciera. Nidhogg no había titubeado en llevar a cabo la única función que podía asegurar su supervivencia: crear un nuevo Yggdrasil. “Si Nidhogg no hubiese realizado el trabajo tan minuciosamente es probable que nunca nos hubiéramos dado cuenta,” Hild dijo. “¿Dado cuenta de que?” pregunto Urd. “De ti.” “¿Qué?” “En el Yggdrasil que existe como contraparte de nuestro Nidhogg, tu no existes.” “¿Yo no… existo?” Urd repitió. Urd hacia falta en Yggdrasil… en el Cielo. La primera en notarlo fue Hel6 , la monstruosa belleza mitad muerta, mitad viva que gobernaba Niflheim7 , el Plano de los Muertos. Ese plano era accesible a través de un puente que distinguía entre las pisadas de los muertos y de los vivos. Altas paredes aparecían amenazadoramente bajo varios nombres como barreras separando a los vivos de los muertos. Tenebroso y oscuro, estaba localizado justo al lado del Plano Infernal. En la hora del crepúsculo cuando los muertos son recibidos, Hel estaba clasificando a las almas como siempre en su palacio, junto con Garam, el perro guardián. Desde ahí, los muertos eran enviados a sus respectivos destinos. Pero ese día, Garam había mostrado sus furiosos colmillos con enojo. ¡Un alma hacia falta! “¿Hacia falta?” “¿Qué, no entienden? ¡Ese mortal!” Hild señalo a Keiichi, quien había estado haciendo su mejor esfuerzo para permanecer apartado. “¿Quién, yo?” dijo Keiichi. “¡Si, tu!” Preocupada, Hel había subido hasta la cima del Árbol del Mundo para ver que podía averiguar, y había descubierto que tanto el alma de Keiichi como Urd estaban desaparecidos. De inmediato había llevado las noticias hasta Hild. “Sinceramente, nos dolió un poquito… el que tuviéramos que escucharlo de Hel…” Por un instante, Hild mostró su lado maternal. “¡Estuvimos a punto de ir a verte para saber que estaba sucediendo, pero ustedes dos habían desaparecido del Cielo también!” “¿Nosotras?” Belldandy y Skuld intercambiaron miradas. “Y lo mas extraño fue la falta de reacción por su ausencia en el Cielo. ¡Incluso no estábamos seguras que pensar de eso!” 6
¿Alguna vez alguien confundió a Hild con Hel? Ver Notas del Traductor. Uno de los nueve mundos en la mitología nórdica, mas datos al final de la novela.
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Las tres diosas eran incapaces de esconder su agitación. ¿Por qué no hubo ningún alboroto en el Cielo? La líder de los demonios lanzo a las atribuladas diosas una señal. “Una restauración del sistema significa empezar de nuevo, ¿cierto?” “Si,” dijo Belldandy. “¿Entonces, por qué Urd-chan conservo sus recuerdos?” “¿Eh?” Skuld pensó en voz alta. Hild resoplo un poco y volvió a cruzar de nuevo las piernas, suavemente haciendo crujir la tela de su falda. “¿Debido… a mi herencia…?” Urd dijo. Había encontrado extraño que fuera la única en Yggdrasil cuya memoria estuviera intacta, pero simplemente concluyo que tenía que ver con su inusual condición de tener ascendencia mitad dios, mitad demonio. “Ay, por favor…” Hild suspiro, exasperada por la rápida pero demasiado ingenua y simplista explicación de su hija. “¡Estaban intactos porque Nidhogg no fue reiniciado! ¡Si tu memoria también hubiese sido reiniciada, eso habría constituido una exitosa restauración del sistema!” “¡…!” Las tres diosas se quedaron boquiabiertas. Urd, con sus recuerdos intactos, nunca había existido, Belldandy y Skuld desaparecieron en cierto punto-porque restauraron sus recuerdos en el Templo Tarikihongan. Para el Nidhogg que se quedo atrás cuando Yggdrasil fue reiniciado, seres que retuvieron sus recuerdos de antes de la restauración eran un error. Por esa razón, creo un Yggdrasil que no incluía a las tres diosas que habían usado la Mandala del Despertar Espiral… y el Yggdrasil donde actualmente existían-el que fue restaurado-había creado un Plano Infernal, poblado pero no operacional. Ahora, dos Nidhogg e Yggdrasil co-existían en dimensiones separadas. “Entienden cuan peligroso es eso,” Hild finalizo. Usando la línea desconectada, rastreo la pista del punto de restauración hasta el dormitorio de Nekomi donde Keiichi había vivido. Realizo un buen numero de intentos para advertir a las tres hermanas-desde la destrucción de la fuente de la ballena hasta el encuentro en el techo del Edificio Sur, apenas logrando abrirse paso con solo una milésima parte de todo su poder. La situación no era sostenible tal y como estaban las cosas, y si ella no hubiese conseguido ir mas allá del tiempo y las dimensiones para llegar hasta ellas, las actuales discontinuidades podrían eventualmente provocar la destrucción de todos los planos afectados. Ahora todo tenia sentido, y el dolor de todo ello hizo que Belldandy cerrara con fuerza los ojos. Finalmente entiendo porque el cedro en Yakushima no aceptaba mi magia… Por supuesto, el ser más antiguo sobre la Tierra rechazaría la ayuda de una diosa que había trastornado el orden divino de la naturaleza. Belldandy se lleno de remordimiento por el daño que habían inflingido-aun cuando su intención había sido salvar al Cielo y, conjuntamente, a Keiichi. Y eso no era todo. Provocaron la creación de cuatro planos. Como diosas cuyo propósito era dar paz y felicidad, eso era una grave transgresión. Yo… Una ráfaga de viento pasó a través del paisaje baldío. Hild observaba fijamente mientras Belldandy se esforzaba por aceptar lo que habían hecho. Descendió desde su posición en el aire, aterrizando suavemente de pie. “¿Por qué no vamos a caminar un rato, Bell-chan?” sugirió, haciendo un ademán informal con el pulgar.
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El viento susurro tristemente. “Nos contuvimos tanto como se pudo…” Hild dijo. El hechizo de Urd y la llegada de Hild habían causado estragos en el paisaje totalmente. No quedaba ningún rastro de nieve, y los restos de los edificios estaban esparcidos por todas partes. Belldandy caminaba en silencio. Tristemente, las dos inmortales se acercaron a lo que quedaba de la destruida fuente de la ballena. “¿… Y bien?” El viento soplo a través del cabello. Hild se sentó en lo que quedaba de la pared exterior de la fuente, se estiro un poco, levanto la mirada hacia el cielo. “Sabes lo que tienes que hacer, ¿no?” dijo. “…” Arriba de ellas, el cielo era un interminable campo de azul claro. Belldandy agacho la cabeza, e Hild supo cual era la respuesta. La única manera de reestablecer el universo a la normalidad seria el reiniciar tanto a Yggdrasil como a Nidhogg al mismo tiempo. Pero eso significaría que sus recuerdos serian borrados por completo. ¿Entonces, quien impediría el que Keiichi se convirtiera en una singularidad otra vez? ¿Quién detendría la destrucción de Yggdrasil? Esas proezas únicamente podían ser llevadas a cabo gracias a sus recuerdos retenidos. Quedarían atrapados en un interminable ciclo de destrucción y renacimiento. Era esa razón la que evitaba que Belldandy diera el paso definitivo hacia un reinicio completo. “No necesitas preocuparte por eso,” Hild dijo suavemente, como si leyera la mente de Belldandy. “¡¿…?!” Esta vez, Belldandy le devolvió la mirada fija sin asentir, sus ojos color amatista absortos. “La supervivencia del universo esta en peligro.” Sus prendas blancas se agitaron como plumas. “No entiendo como puede usted decir eso.” “¿Ah, en serio? ¿Entonces, el universo es lo único por lo que estas preocupada?” Belldandy se quedo de una pieza. Su pelo rubio platinado se agito con la brisa. Las nubes iban a la deriva en lo alto acelerando ligeramente. Hild la observo por un momento. “Muy bien entonces, Bell-chan…” Extendió su pequeña mano hacia la diosa. Su sonrisa traviesa era igual a la de Urd. “Hay algo que queremos mostrarte. Te llevaremos allá ahora.” Por alguna razón, la pequeña mano morena parecía tan grande y tierna como la de una madre. Belldandy titubeo por un instante, luego estiro la mano y agarro la de Hild por voluntad propia. “Ayúdanos, ahora,” Hild ordeno. Mientras la Daimakaicho del Plano Infernal empezó a cantar, una luz cegadora envolvió a los dos seres. Desapareciendo, como absorbidas hacia el cielo. Mientras el sol se ponía en el cielo occidental, las sombras se hacían mas largas. M I Z U K A G A M I – E S P E J O D E A G U A Capas de nubes cubrían el cielo con varios tonos de gris, no dejando pasar la luz del sol. El crepúsculo estaba empezando a caer. “¡Sabíamos que esto seria fácil con la ayuda de una Diosa de Primera Clase como tu, Bellchan!”
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Hild y Belldandy se habían materializado entre nubes gruesas, y flotaban como diminutas lanchas yendo a la deriva en el tranquilo mar. Hild la había tomado por sorpresa cuando la lanzo directo dentro de otra dimensión después de manifestar que quería mostrarle algo. Y eso no era todo: antes, la poderosa Daimakaicho del Plano Infernal requirió la ayuda de Urd y del prohibido crepúsculo Hlidskjalf para abrir la puerta ínter-dimensional correcta-pero ahora, la mirada contenta en su rostro daba a entender que este era precisamente el destino que tenía en mente. “¿Hild-sama? Creía que era difícil el viajar hacia un lugar especifico en otra dimensión…” Hild respondió a la pregunta de Belldandy sin ni siquiera voltear la cabeza. “¡Oh, si, terriblemente difícil! Si quieres influir en los eventos de este mundo, si lo es.” Atravesaron un largo túnel de nubes, antes de salir finalmente a un espacio despejado del cielo. “Pero viajando solo en espíritu es bastante sencillo, con la ayuda de alguien con los poderes como los tuyos.” Un mar azul-pizarra se extendía hasta el horizonte, y las aves marinas volaban diligentemente a lo largo del cielo distante como manchas blancas. Abajo en la ciudad, luces dispersas ya estaban empezando a aparecer, como luciérnagas brillando en la oscuridad. Belldandy contemplo fijamente hacia abajo al paisaje. Este lugar… Por un momento se pregunto si únicamente era su imaginación-pero no había ningún error con tan conocido lugar. Mientras observaba alrededor, solo para asegurarse, su mirada se encontró con la de Hild. “Lo reconoces, ¿verdad? Así es-son las afueras de la Ciudad de Nekomi. Únicamente que este no es tu universo.” “¡Ah!” Una sensación de desasosiego y confusión broto en el interior de Belldandy mientras se daba cuenta de que la ciudad que se sentía tan familiar era en realidad un lugar nuevo y desconocido. “Por acá.” Hild cambio de dirección de repente, alzando una mano para hacerle. El viento soplo con fuerza a lo largo del tranquilo cielo. Todavía frunciendo el ceño, Belldandy siguió las indicaciones de Hild. Debajo del resplandor de las lámparas, únicamente el ruido de motor de los esporádicos coches que pasaban interrumpía el silencio del camino. En la oscuridad, hileras de árboles se encontraban sin hojas y con aspecto marchito. Belldandy e Hild pasaron a través de una zona de altos edificios de departamentos antes de llegar a un gran espacio al lado del camino. “¡…!” Belldandy sonrió cuando vio los dos contenedores de carga unidos. Una antena y una unidad de aire acondicionado estaban instaladas en el techo de uno de ellos, un pequeño tramo de escalera llevaba a una puerta de aluminio en el frente. Un letrero largo estaba colocado para que fuera fácil de leer desde el camino. WHIRLWIND… Era igual al que Keiichi y ella habían puesto juntos el día en que la tienda-taller se inauguro. Tuvimos problemas para decidir el diseño… el recuerdo estaba tan fresco en su memoria como si fuera ayer. Hild revoloteaba al frente como un pájaro pequeño. “Por aquí Bell-chan… vamos adentro.” Se elevo hasta el techo y luego se metió a través de él hacia el interior. Belldandy había estado a punto de dirigirse hacia la puerta, pero en vez de eso siguió el ejemplo de Hild y entro a través del techo.
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Entendía ahora lo que Hild había querido decir con no poder influir en los eventos de ese mundo: a menos que se hiciera el esfuerzo consciente de colocar los pies el piso, se metieron justo a través de el. Era diferente de la forma en que viajaba con frecuencia por medio de los objetos todos los días-la sensación de deslizarse a través de las cosas hizo que los alrededores pareciera como un espejismo. Pero estaba tan cautivada por la escena ante sus ojos que apenas lo noto. El cuarto estaba alegremente iluminado e impecable, a pesar de su evidente deterioro. El tablero de la pared estaba colgado con una serie de herramientas bien acomodadas, y grandes cruces decoraban el piso. Es exactamente igual… Antes de la restauración del sistema, había ido ahí todos los días con Keiichi. Mientras miraba lentamente alrededor del cuarto, sintió una ola de nostalgia como si regresara a un hogar por mucho tiempo olvidado. Incluso la pequeña mesa cuadrada en el centro del cuarto estaba justo como antes. Era difícil de creer que este no era el mundo que ella conocía. ¡La letra de Keiichi-san! Un par de abollados casilleros estaban en la esquina del cuarto. Tiernamente estiro una mano hacia las placas que decían “Fujimi” y “Morisato.” Igual que antes, ellos eran los únicos empleados de la tienda-taller. “¡Fiu! ¡Con eso terminamos!” De repente, escucho una voz conocida gritar desde la parte de atrás-Chihiro Fujimi, la propietaria y ex miembro del Club de Motores. Era generosa, dinámica, ligeramente temeraria, y hermosa. ¡Chihiro-san! Belldandy se dio la vuelta, sonriendo… y entonces contuvo la respiración. No tenía el pelo blanco, ni arrugas ni nada tan obvio como eso-pero la Chihiro que salio cargando una caja de cartón era evidentemente más grande de edad. Por fin, fue claro para Belldandy que ese era un universo desconocido. “¡Limpieza anual del almacén: terminada!” La puerta de aluminio se abrió de golpe y una ráfaga de aire helado soplo dentro del cuarto. ¡Keiichi-san! Belldandy miraba fijamente mientras Keiichi entraba en el cuarto, su vaho blanco, y cerro la puerta de aluminio detrás de él. Se veía como de treinta años de edad. No representaba la edad que tenia-gracias a su eterna cara de niño-pero evidentemente ya no era un estudiante universitario, y exudaba un aire de madurez basado en la confianza en si mismo y a una abundancia de experiencias. “Si que hace frío. Parece que va a nevar,” comento. “Eso fue un mundo de trabajo,” Chihiro dijo. “Vamos a descansar.” “Muy bien.” Mientras Belldandy observaba al Keiichi adulto colgar las llaves del almacén en un gancho en la pared, sintió una inesperada punzada de emoción que era imposible de clasificar. “¡Otro año lleno de trabajo!” Chihiro contemplaba alrededor del impecable cuarto con satisfacción. Entonces, saco un calendario. “¿Hora del ritual del calendario?” Keiichi se paro enfrente del calendario con un aire ligeramente formal. “¿Te gustaría acompañarme, Morisato-kun?” Chihiro pregunto. “Claro. También lo hago ya en casa.” “¡¿De veras!?”
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Suavemente, Chihiro quito el actual calendario de la pared. “Bien, no se te olvide pedir un deseo.” Puso el calendario nuevo, luego volvió a colocar el viejo encima. La idea era que si el año había sido bueno, su buena suerte se transferiría al año nuevo. Si fue malo, absorbería la mala suerte del nuevo. Era su inusual costumbre y la practicaba cada año después de la limpieza de fin de año. “¡Que el próximo año sea otro buen año!” Keiichi entono, juntando sus manos enfrente de los dos calendarios. Luego, Chihiro y él inclinaron la cabeza una vez mas, enviando también su agradecimiento a la bien usada agenda. “Deseo del calendario: terminado,” Chihiro anuncio con satisfacción mientras se daba la vuelta. Una fragancia seductora les hizo cosquillas en las fosas nasales. “Algo huele rico,” Keiichi exclamo. La cafetera zumbaba mientras un delicioso aroma impregnaba el cuarto. El agua caliente se filtraba en el fondo y un delgado chorro de líquido marrón se colaba hacia dentro de la olla. “¡Café Montaña Azul8 !” Chihiro rió entre dientes. “¿En serio?” “El director del distrito comercial me lo dio como regalo de Año Nuevo.” “¡Perfecto!” “Pero primero, ocupémonos de la reunión de fin de año,” Chihiro ordeno. “Con mucho gusto.” La rica promesa de café recién hecho hizo la perspectiva de una reunión más agradable. Se sentaron a la mesa en el tibio cuarto, saboreando la deliciosa fragancia. “Trabajo normal hasta el treinta…” Los dos abrieron sus respectivas agendas. “Y para el treinta y uno cerraremos a las cinco pm, como siempre. ¿De acuerdo?” WHIRLWIND era también conocido como la Sala de Emergencias del fin de año. La mayoría de las tiendas-talleres de motocicletas cerraban sus puertas el veintiocho o veintinueve del mes, pero Chihiro estableció la costumbre del permanecer abiertos hasta el último día del año. Muchos motociclistas aguardaban con ansia el primer paseo del año en el día de Año Nuevo. Estudiantes universitarios-sin mencionar a personas de negocios-con frecuencia se esperaban hasta las vacaciones de invierno para empezar a afinar sus motocicletas. Esto hacia muy común el que algo necesitara arreglarse justo antes del Año Nuevo, y Chihiro había iniciado la política de permanecer abiertos el treinta y uno con el deseo de responder a esa necesidad. Actualmente, el establecimiento se había vuelto famoso, e incluso competidores a veces se aprovechaban de sus servicios. “¿Cómo siempre? No hay problema. Nos llegan muchas de esas solicitudes de último minuto, ¿o no? Me encanta ver la sonrisa que se forma en las preocupadas caras de esos clientes cuando les arreglamos sus motos.” Keiichi asintió con alegría mientras escribía la nota en su calendario en blanco. Siempre se comportaba así cuando se trataba de motocicletas-sus ojos brillaban como los de un niño. Belldandy lo adoraba cuando ponía esa mirada en su rostro. Keiichi-san sigue siendo el mismo de siempre. 8
La marca es Café Blue Mountain; un tipo de café de sabor suave y no amargo, que se cosecha únicamente en la región de las Montañas Azules de Jamaica, y una de las marcas mas reconocidas y caras a nivel mundial.
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Aunque ya era mayor, aun cuando era un mundo diferente, Keiichi era todavía Keiichi. Belldandy estaba que no cabía en si de contenta de ver que él no era diferente del Keiichi que conocía. Y eso no era todo. Estaba tranquila de ver que su futuro era uno bueno. Era triste que el que ella no estuviera a su lado, pero estaba contenta de que Keiichi estuviera teniendo éxito. Le esta yendo bien… Belldandy miro de reojo hacia Hild, quien estaba recargada contra la pared. Pero ésta desvió la vista, evitando la mirada. ¿Hild-sama? En ese mismo momento, la puerta se abrió de golpe estrepitosamente. Belldandy inhalo bruscamente por la sorpresa, luego rápidamente volteo para ver quien era. “Hola… ¡si que has trabajado mucho!” Una mujer entro al cuarto, respirando con dificultad. “¡Per… don… se me hizo tarde!” Por como se veía, había corrido a toda velocidad, y sus palabras se entrecortaban mientras se esforzaba por respirar. Cargaba un abrigo color beige claro debajo del brazo-aparentemente, tuvo mucha prisa como para ponérselo. “¡No otra vez! ¿Te viniste directo hasta acá corriendo así?” Keiichi la regaño, tomando el abrigo y ofreciéndole una silla. Pero la mujer se rehusó a sentarse, se volteo hacia Chihiro otra vez e hizo una reverencia. Todavía estaba respirando trabajosamente. “¡Discúlpame, Chihiro-san! ¡Después de que prometí que les ayudaría con su gran limpieza de fin de año!” “¡Ay, no te preocupes! Ya olvídalo… después de todo… tu también tienes un trabajo, Kozueko-chan.” Las mejillas de la mujer se pusieron aun mas sonrosadas. “Pero yo prometí…” Apretó los labios con frustración mientras la voz se apagaba. “¡Siempre te comportas así, Kozueko-chan! ¡Tienes un alto sentido de la responsabilidad, creo, y eres tan terca! ¡tu y Morisato-kun se parecen como dos gotas de agua!” Chihiro dejo escapar una carcajada ante la seriedad de la mujer. “¿Eh?” Keiichi y Kozueko intercambiaron miradas. “¿Quieres decir que soy como él?” y “¿Quieres decir que soy como ella?” exclamaron al mismo tiempo. Ya Chihiro estaba carcajeándose incontrolablemente. “Ustedes son lo máximo, chicos, ¿lo sabían?” Lagrimas de alegría corrían por su cara. Ahora las mejillas de Kozueko se pusieron rojo brillante, y Keiichi rió entre dientes tímidamente ante esa respuesta perfectamente coordinada. ¿Quién es ella? Belldandy seguía inmóvil, incapaz de apartar la mirada de Kozueko. Su pelo era ligeramente largo hasta los hombros, y lo llevaba amarrado atrás con una cinta elástica color naranja. Su piel era clara y suave, y el único maquillaje que traía era un ligero toque de brillo para los labios. No era glamorosa, pero tenía un aire amable y fresco, como las primeras corrientes de la primavera. “En cualquier caso, ven y siéntate, Kozueko-chan.” Chihiro jalo una silla cuando su risa finalmente se calmo. “Estoy preparando algo de Montaña Azul ahora mismo. ¿Por qué no nos acompañas?” “¡Mmm! ¡Eso suena genial!” Los ojos de Kozueko brillaron y su pena desapareció. Su expresión cambiaba rápidamente como la de un gatito. “¡Ah, ya se! ¡Traigo algo para
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acompañarlo!” Estiro la mano hacia su bolsa de mano color naranja y busco desordenadamente en el interior. Uno tras otro, saco un surtido de lindos y pequeños paquetes de galletas dulces y saladas. “Regalos de fin de año que quedaron en la oficina. Las vacaciones de invierno empiezan mañana, y no tenía caso el que los guardáramos hasta después de Año Nuevo, así que nos los repartimos entre las chicas.” Bastante practico. “¡Aaah! ¡Ya se cuales son esas-lo vi en un articulo de una revista! ¡Todas las estrellas las comen!” “¡Que buen ojo tienes, Chihiro-san! ¡Siempre estas al día!” Las galletas que Chihiro estaba señalando era la última moda de las celebridades, apareciendo en la televisión y cosas por el estilo. “Para sus regalos de verano, les dieron finas botellas de vino,” Chihiro recordó. “¡La oficina de la ciudad no se anda por las ramas, o si!” “Es verdad. Nuestras vacaciones empiezan antes que las de la mayoría de las empresas y sabemos que podemos contar con ellas. Y me encanta que no haya horas extras y que tengamos buenas prestaciones. Cuando me gradué con mi titulo en electrónica, estaba segura de que me iría a trabajar para alguna empresa internacional-pero me alegro que en vez de eso terminara en la oficina de la ciudad.” Chihiro le hizo gestos con la lengua en broma. “¡Si que me superaste, Kozueko-chan!” El motor de la cafetera se quedo quieto. El ansiosamente esperado Montaña Azul estaba listo. Mientras Chihiro se ponía de pie, Kozueko se levanto para seguirla, pero Chihiro le hizo una seña con la mano. “¡Yo me encargo! ¡Siéntate!” Le guiño el ojo alegremente y desapareció dentro de la cocina. Mientras respiraban el fresco aroma, Kozueko finalmente pareció relajarse, dejo escapar un leve suspiro y reclino su cabeza en el hombro de Keiichi. “¿Segura que esta bien que faltes a la fiesta de fin de año con tus compañeros de trabajo?” Keiichi finalmente rompió el silencio. “Mm-hmm. Ya sabes que soy buena para escabullirme de esas cosas.” Kozueko imito el guiño de ojo de Chihiro. Existía una calida vibración entre ellos dos. “Además…” “Si. Tenemos que decírselo.” Keiichi le apretó suavemente la mano, y Kozueko asintió tímidamente. ¿Qué es… esta sensación? Belldandy pensó. Frunció el ceño-su corazón le dolía como si alguien lo estuviera apretando. Su cuerpo se rehusaba a moverse… no podía quitar los ojos de la escena enfrente de ella, incluso para negarse a ver. “¡Mil disculpas por la espera!” Chihiro entro como si nada al cuarto llevando las cosas para el café en una bandeja. La fragancia del Montaña Azul lanzo un mágico hechizo sobre las tazas blancas de papel, haciéndolas verse tan elegante como la porcelana Real de Copenhague. “¡Guau, hablando de elegancia!” Keiichi dijo. “¡Mmm, huele delicioso!” Kozueko agrego “¡Disfrútenlo!” Una alegre reunión vespertina empezó, aderezada con una conversación animada y risas. Kozueko se subió las mangas de su holgado suéter color beige, solícitamente volviendo a llenar las tazad de café a pesar de las protestas de Chihiro. Su sonrisa alegre y sincera era tan deslumbrante como un girasol en junio.
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Es hermosa… La sensación provino desde el fondo del corazón de Belldandy. Kozueko no era una belleza excepcional-tenia un aspecto bastante ordinario-pero irradiaba honestidad y alegría, haciendo que la gente a su alrededor se sintiera a gusto y relajada. Los cristales de las ventanas se cubrieron de escarcha blanca mientras se hacia oscuro afuera. Apenas visibles a través del cristal, una llovizna de delicados copos de nieve flotaba hacia abajo desde el cielo. “Chihiro-san, hay algo que queremos decirte,” Keiichi dijo, sentándose derecho. Kozueko, también, se enderezo, como si hubiese estado esperando ese momento. “¿Y que es, Morisato-kun?” Chihiro, también, se sentó firme, su expresión de repente se puso inquieta. Una tensa carga lleno el ambiente mientras el cuarto momentáneamente se quedaba en silencio. “Queríamos que fueras la primera en saberlo…” El único sonido era el tic-tac del reloj en la pared. Parecía inusualmente fuerte. “Nosotros…” Los ojos de Keiichi se encontraron con los de Kozueko y respiro profundamente. Luego dio el paso decisivo, hablando lenta y pausadamente. “Hemos decidido casarnos esta primavera…” “¡Ah!” Los ojos de Chihiro se abrieron por la sorpresa, y en cámara lenta, una amplia sonrisa se formo en su rostro. “¡Felicidades!” Se puso de pie tan rápidamente que casi tira su silla. Primero arrojo sus brazos alrededor de Kozueko, luego agarro los hombros de Keiichi fuertemente con las dos manos y apretó. “¡Bien por ti, Morisato-kun!” “Gracias.” Las lágrimas brotaron de sus ojos mientras Chihiro felicitaba a la feliz pareja. Belldandy se quedo paralizada, con los ojos fijos en Keiichi… y en Kozueko. Ca… sarse… Las palabras le daban vueltas en su mente. Sorprendentemente le tomo un buen rato el darse cuenta de que estaban hablando de matrimonio. Se había acostumbrado bastante a la vida en la Tierra, y sentía conocer bien como vivían los mortales. Y sin embargo… Por el resto de su existencia… o por el tiempo que Keiichi lo deseara… Belldandy había tenido la intención de permanecer a su lado-mientras durara su contrato. Para ella, eso lo era todo. Ahora, por primera vez, se daba cuenta de que aunque el deseo significaba vivir cada día juntos, nunca había considerado la idea del matrimonio. “¡Uf, me quitan un peso de encima!” Chihiro se dejo caer de nuevo en su silla como una marioneta con los hilos cortados. “Me tenían tan preocupada preguntándome cuando se casarían ustedes dos. ¡Se que es impensable, pero me temía que justo ahora iban a anunciarme que se separaban! ¡Por un instante un millón de pensamientos se cruzaron por mi cabeza!” “¡Ja-ja! ¡Perdón!” Ya que el gran momento había pasado, también Keiichi respiro aliviado. Se dio cuenta por primera vez cuan nervioso estuvo todo el día. “Hemos pasado por mucho desde que nos conocimos por primera vez cuando estaba en segundo año en la universidad.” Recordó el día en que se conocieron casi una década atrás. Como de costumbre, el catalizador había sido otro de los locos proyectos de Otaki y Tamiya. Rumores acerca de un fantasma estuvieron circulando en el campus, y Tamiya y Otaki idearon un
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plan para que el Club de Motores llevara a cabo un Juego de Supervivencia de Cacería del Fantasma. Le ordenaron a Keiichi que averiguara donde se aparecería el fantasma, y a regañadientes, Keiichi se dirigió hacia la facultad de electrónica a buscar ayuda. En su mayor parte, se encontró con burlas, pero una estudiante fue lo bastante amable para escucharlo hasta el final: Izumi Kozueko, quien era aclamada extensamente como la chica genio de la facultad. “Fue muy amable de tu parte-el acceder en ayudarme a cazar al fantasma, aun cuando yo era un completo extraño.” “¡Tenia que! ¡Me diste tanta pena!” Al principio, Kozueko con indiferencia ofreció su ayuda. Pero mientras más tiempo pasaba con Keiichi, empezó a interesarse en el proyecto-y se encontró atraída hacia él… a su entusiasmo, y dedicación a todo lo que hacia, y a su sinceridad, amabilidad, y cordialidad. Keiichi, por su lado, nunca se atrevió a considerar la idea de que podía tener una oportunidad con una chica como ella, quien era considerada algo así como un premio inalcanzable por muchos de sus admiradores. Cuando terminaron con el proyecto, Keiichi había planeado invitar a Kozueko a ir a cenar para agradecerle su ayuda. En vez de eso, ella le pidió que salieran juntos. “Estaba tan nerviosa… nunca antes había invitado a salir a un chico,” Kozueko recordó. “No obstante, yo estaba entusiasmado,” Keiichi dijo. “¡Sin mencionar impresionado!” Kozueko era individualista pero también era capaz de ver las cosas desde el punto de vista de otras personas. Tenía valor y un cariñoso corazón. ¿Quién podía decir que no a eso? Desde ese día en adelante, poco a poco, Keiichi y Kozueko se enamoraron. “¿Y cuantos hijos quieren tener?” Chihiro sabia que eso no era de su incumbencia, pero no pudo evitar hacer la pregunta más vieja de todas. Los ojos de Kozueko brillaron, como si hubiera sabido lo que estaba por venir. “Fui hija única, así que creo definitivamente que es importante tener hermanos,” dijo. “Si, es cierto. A veces se pelean, pero eso es parte de la diversión.” Chihiro estuvo de acuerdo. “¿Verdad que si? Pero de hecho estoy loca con la idea de tener gemelos… gemelos idénticos. Vi un programa sobre ello en la tele-tienen una especie de conexión invisible, y a veces piensan y hace exactamente las mismas cosas. ¿No es extraño? ¡Me encanta!” “Si, ¿pero has pensado cuan difícil seria el educarlos?” “¿Eh?” Mientras Belldandy observaba a la alegre Kozueko, se encontró echando un vistazo al anillo en su mano izquierda. Casarse… tener hijos… Para los mortales, era la cosa más natural del mundo. Claro, también nuevas vidas nacían en el Cielo. Era el deber de una diosa, por toda la eternidad, el cuidar y amar a toda vida incondicionalmente. Pero la naturaleza de este proceso era muy diferente de la práctica humana de casarse, formar un hogar, trabajar para vivir, y tener hijos. Por un instante, creyó que podía ver la cara sonriente de Keiichi en el brillo del anillo de tiara. “¡Tienes una gran responsabilidad enfrente de ti, Morisato-kun! ¡Será mejor que trabajes mucho para mantener a tu esposa e hijos!” Chihiro dijo. “Si. Y hablando de eso…” Keiichi lentamente se puso de pie y saco una pequeña caja cuadrada de su casillero. “He estado pensándolo mucho, y me gustaría empezar desde cero.”
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La caja de herramientas plateada se apoyaba orgullosamente encima de la mesa. El aspecto de Keiichi era tan solemne. Su mirada firme y decidida. “Un segundo WHIRLWIND, ¿eh?” Chihiro suspiro profundamente. Estaba orgullosa de cuan lejos Keiichi había llegado-siempre le había reconocido sus talentos-pero también se lleno de una sensación de soledad. “Tengo un gran respeto por esas herramientas… y por tus habilidades.” Chihiro se había hecho a la idea desde mucho tiempo atrás que la tienda-taller pronto le quedaría chica a Keiichi. Él tenía el potencial para ser una leyenda nacional-incluso una mundial. El siguiente Soichiro Honda 9 o Carroll Shelby 10 . “Supongo que es hora de que emprendas tu propio camino,” Chihiro dijo. “Chihiro-san…” “Muy bien, tienes mi bendición para abrir un segundo WHIRLWIND. ¡Con una condición: prométeme que lo harás aun mejor que el primero!” Keiichi hizo una profunda reverencia, pensando en que ejemplo tan excelente Chihiro había sido siempre, y todo el conocimiento que había derramado sobre él. “Gracias,” dijo. “Daré todo lo que tengo.” Cerca de él, Chihiro, también, hizo una leve reverencia. Sentía en la misma forma que Keiichi. Kozueko… Keiichi estaba conmovido hasta las lágrimas. Cuando no tuvo suficientes créditos para graduarse debido a un malentendido menor, Kozueko no hizo más que apoyarlo y animarlo. Después de graduarse, ya que Chihiro le dio trabajo de tiempo completo, Kozueko lo alentó a seguir sus sueños, aunque el trabajo no redituara mucho. Su dulce pero fuerte presencia y sonrisa constante se habían vuelto irremplazables para él. Keiichi estiro la mano hacia la caja de herramientas y abrió su doble tapa. Adentro, las herramientas estaban acomodadas cuidadosamente en dos capas. “Por estas herramientas, yo aquí hago la promesa de que no echare en saco roto todo lo que has hecho por mi, Chihiro-san-desde darme trabajo de medio tiempo hasta convertirme en empleado de tiempo completo. Y Kozueko, siempre me has animado enormemente. Eres una diosa para mi, y prometo hacerte feliz…” “… Keiichi-kun…” Kozueko se puso tan roja como un durazno convirtiéndose en jitomate. Las herramientas brillaban intensamente en su caja. Belldandy se dio la vuelta y corrió directo a través de la pared y salio del cuarto. Diminutos copos de nieve bailaban con gracia en la oscuridad. Las luces delanteras de los carros iluminaban la tienda-taller en lo que pasaban a toda velocidad, apresurándose para llegar a casa. Belldandy permanecía inmóvil, apretando su mano izquierda contra su pecho arriba del corazón. Kozueko… eres una diosa para mí… Las palabras de Keiichi hacían eco en sus oídos. Al mismo tiempo, recordaba las palabras de su contrato. Quiero que una diosa como tu se quede conmigo para siempre. Desde ese día en adelante, permaneció a su lado, cuidándolo constantemente. Apoyaba sus esfuerzos y derramaba buena fortuna sobre el, nunca dudando de la felicidad de sus vidas juntos. 9
Fundador de la Motor Honda Company. Piloto de carreras y diseñador de autos, su modelo más famoso el Shelby Cobra aparece en el manga “Gunsmith Cats” de Kenichi Sonoda. 10
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Y sin embargo… Las herramientas en la caja plateada-eran inconfundiblemente las de los Mecanoides. Aun cuando Belldandy no existía en este mundo, los Mecanoides no obstante habían visitado a Keiichi. Se acordó del sueño de éste en su mundo actual, no mucho después de la restauración del sistema. Debí haberlo sabido… nada de lo que sucede es mera coincidencia… Las lágrimas rodaban por sus mejillas. Siempre había creído que en su vida anterior, los Mecanoides y Keiichi se conocieron gracias a que había una diosa en la vida de éste último. Que ella era la que los reunió. Pero este mundo le demostró que estaba equivocada. Era una parte inevitable del destino de Keiichi-san. Todos los mortales nacen con ciertas cualidades únicas. Cualidades que nunca podía ser cambiadas, sin importar como o cuando alguien interfiriera. El amor de Keiichi por las maquinas-y el amor de éstas por él-era una parte inmutable de su destino. Keiichi-san… En algún punto a lo largo del camino, el deseo de Belldandy de estar con Keiichi había trascendido su obligación de cumplir un contrato. Creyó que el ser una diosa le daba el poder de darle felicidad a un mortal como él. Las lágrimas caían incesantemente por sus mejillas y resbalaban hasta el anillo en su dedo izquierdo. Mojada, la tiara dorada resplandecía ligeramente. “Los mortales… son tan fuertes…” Incluso en un mundo sin ninguna diosa alrededor, los Mecanoides buscaron a Keiichi. Y éste se había labrado una vida maravillosa el solo en base a su propio esfuerzo y dedicación. Con Kozueko, tendría a la pareja ideal para siempre a su lado en la vida, la vejez, y eventualmente la muerte. Como diosa, nunca podría darle la misma felicidad. Belldandy contemplaba con los ojos llorosos el oscuro y opaco cielo. Los suaves copos de nieve pasaban de largo. Entre tanto, Hild observaba en silencio. Tiernamente, puso su pequeña mano en la espalda de Belldandy. “Bell-chan… regresemos.” La luz que salía de las ventanas de las tiendas era fatalmente calida. Los copos de nieve danzantes brillaban en la oscuridad mientras un delgado velo blanco empezaba a cubrir el mojado pavimento.
* * * Partes de edificio yacían esparcidos por todo el suelo como una ciudad de bloques construida y demolida por un bebe. Una pequeña sección de los cimientos todavía enterrada en el suelo, era el único recuerdo de donde alguna vez el dormitorio del I.T.N. había estado de pie. Ahí, Keiichi estaba sentado distraídamente entre los escombros.
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La verdad del asunto era que su mente estuvo temporalmente paralizada por la impresión de presenciar eventos mas allá de la imaginación humana. Pero eso no hizo que dejara de preocuparse por el bienestar de la chica que amaba. Espero que Belldandy se encuentre bien… Belldandy se había ido con la Daimakaicho del plano infernal. Cierto, era la madre de Urd pero eso no era suficiente para tranquilizarlo. Pero la hermana mayor de Belldandy, estaba recostada cómodamente en el aire, tal y como su madre lo había hecho anteriormente, y la hermana menor, Skuld, estaba pasando el rato escribiendo ecuaciones en la tierra con una estaca-martillo. Keiichi suspiro. Las dos diosas no se veían muy accesibles en ese momento, y no estaba seguro hacia donde voltear. En ese mismo momento, la más joven de las diosas dejo escapar un grito de alegría. “¡Oneesama!” Fue la primera en ver a Belldandy caminando hacia ellos a través de los escombros. Como un cachorrito que espera a su dueño, Skuld se precipito hacia delante para recibir a su hermana. “¡Belldandy!” Keiichi grito, parándose. Pero fue opacado por los gritos de la diosa de pelo negro mientras se lanzaba a los brazos de Belldandy. “¡Ay, Onee-sama! ¡Estaba tan preocupa de que algo te hubiera pasado! Yo…” Se agarro de Belldandy, ocultando la cara entre las ropas. “Todo está bien, Skuld.” Belldandy le dedico una calida sonrisa a su pequeña hermana y la abrazo tiernamente. El viento jugaba con su pelo rubio platinado. “Me estaba preguntando que sucedió contigo-ya que Hild se fue desde hace buen rato.” Urd, también, se paseo alrededor, echando para atrás su pelo. Había sentido la energía cuando la puerta se había abierto. Las joyas rojo oscuro del Crepúsculo Hlidskjalf brillaban con la luz del sol. “Discúlpame, Urd… me vine caminando.” “¿Viniste caminando?” Belldandy podía haber regresado en un santiamén con la tele transportación-si en vez de ello había decidido caminar, realmente debió haber tenido mucho en que pensar. Bajo la mirada preocupada de Urd, bajo sus ojos color amatista, recordando su conversación con Hild. “Listo-estamos de regreso, sanas y salvas.” El viaje de regreso a la propia dimensión de Belldandy había sido algo fácil. Pasaron a través de coloridas ondas inter-dimensionales y aparecieron en el mismo lugar de donde habían salido. “¡Maravilloso, Bell-chan!” Con eso terminaban. Belldandy respiro profundamente mientras cambiaba de enfoque mentalmente y se reajustaba a su mundo. Ahora que ya no era un simple espíritu, y que podía percibir las claras sensaciones a través de la constante regeneración de sus moléculas, los calidos rayos del sol se sentían bien. “¿Y bien?” Los ojos color azul-índigo de Hild examinaron los de Belldandy. Una brisa ondeo a través del cabello blanco de la primera y los adornos de ésta última. Por un instante, Belldandy simplemente se quedo de pie inmóvil en donde había aterrizado, pero ahora su expresión era decidida. “Por favor necesito su ayuda,” finalmente dijo, en voz baja. Hild sonrió. “Ya estas lista.” Belldandy asintió firmemente. “Si.” Ágilmente, Hild salto hacia abajo desde la fuente destruida. Lentamente, alzo los brazos y empezó a cantar un conjuro.
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Inmediatamente partículas de luz empezaron a reunirse formando figuras. Esas siluetas se ensamblaron solas en una figura tridimensional que flotaba encima de las palmas de Hild. “Una terminal de Nidhogg…” De inmediato, Belldandy empezó a cantar su propio conjuro, haciendo aparecer una terminal de Yggdrasil. La luz apareció en sus palmas, ensamblándose en una misteriosa figura que no era ni un diseño completamente geométrico ni una figura de una antigua civilización. Las formaciones que flotaban encima de las manos de Belldandy e Hild eran casi como Laputa11 , el legendario continente flotante en el cielo. “Esta vez tenemos que restaurar tanto a Nidhogg como a Yggdrasil,” Hild dijo. “Lo importante es la hora.” “¿Qué le parece el momento en que el sol se oculte bajo el horizonte?” Belldandy movió sus manos reconfigurando el diseño. “¿La puesta del sol? Está bien. La Tierra se dormirá, y los Planos Celestial e Infernal finalmente despertaran.” “Me gustaría establecer el Templo Tarikihongan como punto fundamental de observación,” Belldandy dijo. “Hecho,” Hild estuvo de acuerdo. Aunque las diosas y los demonios usaban distintos tipos de magia, la morfología de sus formaciones era bastante similar. Belldandy e Hild introdujeron la información de Yggdrasil y Nidhogg y los códigos de acceso para el sistema de restauración antes de encerrar ambas formaciones de datos en esferas mágicas. Toda la información necesaria para la operación correcta estaba ya contenida en esferas traslucidas del tamaño de pelotas de softbol. Todo lo que quedaba por hacer era insertar los programas en sus respectivos sistemas y ejecutarlos simultáneamente. Esto corregiría las aberraciones en el universo y reiniciaría las memorias de todos. “Dale esto a Urd-chan, ¿si?” Hild le entrego su esfera mágica y le hizo un ademán de despedida a Belldandy. Instantáneamente, un dibujo apareció en el suelo. Muy bien, es hora de irnos.” Le guiño el ojo alegremente y alzo las manos hacia el cielo. Una ráfaga de viento barrió el suelo. “¿No quiere decirle a Urd…?” Pero Hild hizo callar a Belldandy, moviendo un dedo. “Las cosas están mejor así entre nosotras y Urd-chan.” “Hild-sama…” El viento golpeo el cuerpo de Belldandy. Macizos de nubes giraron en círculo, mezclándose con el aire y convirtiéndose en un tornado. Poco después, el tornado se extendió hasta el cielo. Luego, en un abrir y cerrar de ojos, Hild desapareció en medio de todo. El cielo volvió a su color azul-aguamarina y una ráfaga de viento paso soplando como si nada hubiera ocurrido.
* * * 11
Finca localizada en Ballyshannon, Irlanda, y lugar ficticio que aparece en la novela Los Viajes de Gulliver, de Jonathan Swift. En la película “Laputa: el castillo en el cielo,” Hayao Miyazaki hace un homenaje a esta isla. En versiones al español le cambian el nombre por Lupata y Lapuntu.
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“¡Si que le gusta causar alboroto!” Urd suspiro, ignorando el hecho de que desde el punto de vista de los demás, su comportamiento era exactamente el mismo.
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“Dijo que te diera sus saludos.” Belldandy sonrió serenamente, sus ojos color amatista brillaron. Saco la esfera mágica de su bolsa y se la entrego a Urd. “Esta noche, con la puesta del sol,” le dijo. Ahora era el turno de Urd de sentirse mal, mientras contemplaba fijamente la titilante esfera mágica en la delicada mano de su hermana. Había hecho frente a numerosos peligros para mantener este universo restaurado, por el bien de Belldandy mas que nada. Si realizaban otra operación de restauración, esta vez todos sus recuerdos serian borrados. “Belldandy…” Urd estaba a punto de oponerse, pero se contuvo cuando vio la mirada en los ojos claros y puros de Belldandy. No sabía que había pasado entre ésta e Hild, pero si su hermana estaba decidida, no tenía caso discutir. “Está bien.” Dijo simplemente y asintió, poniendo a un lado sus dudas mientras aceptaba la traslucida esfera. Brillaba tenuemente en la palma de su mano. “Tu amistosa Administradora del Sistema se encargara de todo,” le prometió. Uso el Crepúsculo Hlidskjalf para poner un hechizo fuerte de protección a la esfera y luego, sin ninguna advertencia, agarro a Skuld con un candado a la cabeza. “¿Qu-que…?” tartamudeo Skuld, quien en silencio estaba observando la acción. “Nos vamos de vuelta al Cielo… necesitamos apurarnos si vamos a tener listo el sistema a tiempo.” Quedaban únicamente unas cuantas horas antes de la puesta del sol. No había tiempo que perder, ya que necesitaban calibrar la Unidad Universal que albergaba la línea crítica entre Yggdrasil y Nidhogg así como también llevar a cabo una buena variedad de otras comprobaciones y ajustes. “Un momentito Urd…todavía no entiendo realmente lo que esta pasando…” “Te lo explicare después de que regresemos.” “¡Explícamelo ahora!” Skuld luchaba valientemente, pero no era rival para Urd. Con un movimiento elegante de un brazo vestido con el guante, una puerta apareció al instante en el suelo. “¡Belldandy…!” Skuld gimió. “¡También iré pronto!” Belldandy le prometió. “Entonces me quedare conti-” Skuld empezó a decir, pero antes de que pudiera terminar, Urd la empujo a través de la puerta. “No de nuueee…” Los gritos se desvanecieron en la distancia mientras era absorbida por la puerta luminosa. “¡Caramba, pero que latosa es!” Urd suspiro. Se paro al borde la puerta reluciente, echo para atrás su pelo, y levanto la mirada al cielo. El sol se ponía temprano en invierno, y ya estaba bajando en el cielo occidental. “Keiichi,” dijo. Keiichi había estado de pie inmóvil, incapaz de tomar parte en la conversación de las diosas. “¿Eh?” Belldandy finalmente había regresado con bien, pero ahora Skuld se había ido y Urd estaba a punto de desaparecer a través de la puerta también. Era más de lo que podía soportar. Sin embargo, estaba haciendo su mejor esfuerzo, y el solo verlo así hizo sonreír a Urd. “El resto depende de ti, ¿entendido?” grito. Se hundió en la luz como si su cuerpo estuviera derritiéndose. Lo ultimo en desaparecer fue su mano, la cual uso para mandarles una señal de paz. Luego, suavemente la puerta se cerró. Ahora solo Keiichi y Belldandy quedaban. Una ráfaga de viento paso cerca, levantando el polvo.
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“¿Este…Belldandy?” Keiichi logro decir algo mientras una extraña sensación de abrasadora responsabilidad surgía dentro de él. No estaba seguro de que era exactamente lo que Urd quería que hiciera, pero daría su mejor esfuerzo. Belldandy le obsequio la más deslumbrante de sus sonrisas. “¿Keiichi-san, por qué no vamos a pasear?” H A K U M E I – C R E P U S C U L O La BMW con el sidecar zumbaba alegremente a lo largo de la carretera de la costa, golpeada por el viento. “¡Eso fue increíble!” Keiichi exclamo, todavía incapaz de sobreponerse de la emoción por lo que acababa de ver. Recibió una gran impresión cuando regresaron a la casa club con la intención de llevar de paseo a Belldandy tal y como ella se lo había pedido. Se encontraron con el edificio prefabricado en ruinas, la mitad de las paredes hechas pedazos. No era de sorprender, la motocicleta que dejo estacionada a un lado no estaba en mejor forma. “Destruida” no era la palabra para ello-había sido reducida a pedacitos. Estaba completamente irreconocible como motocicleta. Había dejado caer los hombros con frustración. Era un doble derechazo a la quijada, perder su amado vehiculo y no poder cumplir el deseo de su chica favorita. Pero su dolor pronto fue aliviado por el hermoso canto de Belldandy. La pura y cristalina melodía se convirtió en luz, difundiéndose alrededor de ellos. Inmediatamente, las partes de la moto empezaron a levantarse desde las sombras y los escombrosalgunas desde una distancia de varios metros. Diminutos tornillos, pernos, tubos… como si poseyeran una voluntad propia, dando vueltas en la banda de luz, reuniéndose en un destello deslumbrante. La BMW estaba entera otra vez. “¡La sensación de la maquina, la forma en que corre… todo es exactamente igual!” Keiichi estuvo preocupado al principio, pero sus temores se disiparon tan pronto como empezaron el paseo. Corría tan suavemente como si hubiese sido restaurada por el mejor de los ingenieros. “Tu moto también esta feliz,” Belldandy sonrío, contenta con la sonrisa de satisfacción de Keiichi y el zumbar alegre de la maquina. El olor de oleaje rompiendo lleno sus pulmones mientras se desviaban en un camino lateral hacia la playa.
“¡Keiichi-san!” Su diosa le hacia saludos con la mano. Una bandada de aves marinas se junto alrededor de ella, alegremente agitando las alas contra sus delicadas manos, mientras la espuma del agua salada a la orilla del océano acariciaba sus hermosos pies. Keiichi no estaba acostumbrado a como se veía Belldandy con el sello removido, pero por alguna razón, no se veía rara en lo mas mínimo. Es… tan hermosa. La observaba sentado en la playa, deslumbrado por su encanto. La risa de Belldandy se mezclaba con el estruendo de las olas. Mientras la luz del sol se reflejaba a través de su pelo rubio platinado, de repente miro hacia él como si estuviera a punto de desaparecer. “¡Belldandy!” Corrió hacia ella y le agarro las manos.
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“¿Keiichi-san?” Belldandy se quedo quieta, sorprendida. Una ola choco suavemente contra los tenis de Keiichi y se retiro. Keiichi apretó las manos. No sabía por qué pero estaba embargado por una profunda sensación de perdida y un repentino miedo de que ella desapareciera en el océano. Recordó haberle leído a Megumi el cuento de la Sirenita cuando ésta era pequeña. La sirena se convirtió en burbujas y desapareció… recordaba absorto mientras contemplaba su propio reflejo en los ojos color amatista de Belldandy. “¿Keiichi-san? ¿Estas bien?” “Ah…” Inmediatamente, Keiichi fue traído a la realidad de un tiron por la visión de los dulces ojos de Belldandy mirando atentamente a su rostro. “¡Di-di-discúlpame! ¡N-no se que estaba haciendo…!” rápidamente empezó a retirarse, pero Belldandy le apretó las manos de nuevo. ¿Qué es esta sensación? Su temperatura se elevo. Mientras Belldandy le sonreía dulcemente, Keiichi tuvo miedo de que ella pudiera escuchar el latido de su corazón. “¿Tienes frío, Keiichi-san?” “A-a-así estoy bien.” Su cuerpo se quemaba con el calor de un sol tropical. “¿Caminamos un poquito?” “¡S-s-si!” Entre los rítmicos susurros de las olas, los dos tenían toda la playa para ellos solos. Mientras caminaban lentamente, Keiichi disfrutaba cada paso. El viento salado del invierno era penetrante, pero eso era nada comparado con la calidez de la mano de Belldandy. “¿Y tu Belldandy? ¿No sientes mucho frío?” “No… estoy bien.” Una oleada de felicidad corrió a través de ella… ¡que dulce de parte de Keiichi el preocuparse por las delgadas ropas que llevaba puestas! Apoyo la cabeza en el hombro ligeramente bajo de éste y cerró los ojos. Keiichi-san… estoy tan feliz de haberte conocido… Las olas retumbantes reflejaban las ondas del sol, brillando intensamente, y las aves marinas jugueteando en medio de ellos, convergiendo y dispersándose. A lo lejos en la distancia, el mar se mezclaba con el cielo en la línea del horizonte, formando un mundo sin costura de azul. Por alguna razón, la brisa del océano traía la esencia de la primavera.
*** El sol estaba poniéndose en el cielo occidental, pintándolo de rojo oscuro. Todavía disfrutando de lo que quedaba del agradable paseo, la BMW zumbaba con satisfacción mientras se acercaba hasta el Templo Tarikihongan. Mientras Keiichi estacionaba la moto, lo primero que vio fue la nieve en derredor del Gran Castillo. Los senderos estaban todavía cubiertos con una gruesa capa, a diferencia del área despejada cuidadosamente alrededor de la casa. “Ups… me olvide de eso.” Entre su accidente con el montón de nieve y la llamada sobre la casa club, se había olvidado por completo de su proyecto de limpieza.
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Esa noche, la nieve se haría hielo, y una vez solidificada no seria fácil quitarla. Pero el paseo vespertino había sido una experiencia tan feliz que lo compensaba de mas. “Me ocupare de eso mañana,” decidió despreocupado. Incluso sintió un arranque de motivación. Belldandy estaba callada. Mañana… pero que hermosa palabra. Estaba llena de una renovada apreciación de cuan maravilloso había sido el uso de la palabra “mañana” sin reservas ahí en la Tierra. Pero este mundo no tiene un mañana… El sol estaba a punto de ponerse. Coloco su mano izquierda sobre su corazón, como si sometiera a prueba su propia determinación, y sonrió mientras levantaba la vista hacia Keiichi desde el sidecar. “¿Keiichi-san… puedes quedarte conmigo solo un poquito mas?” La última tarea que me queda como diosa. Holy Bell salio, extendiendo sus brazos, y Keiichi floto en el aire. En una nube de plumas blancas, Belldandy y Keiichi se posaron suavemente sobre el tejado de la casa. La vista desde lo alto de la casa del templo en la cima de la montaña era espectacular. Abajo, en la ciudad de Nekomi las luces empezaban a brillar, y a lo lejos en la distancia el océano era bañado con luz dorada. “¡Guau… mira eso!” Keiichi exclamo con el entusiasmo de un niño. Con el conmovedor resplandor del sol poniéndose, incluso la ciudad pintada de naranja se veía feliz. Todo era gracias a que Belldandy estaba ahí a su lado. Mientras se sentaba en el punto mas alto del tejado, Belldandy permanecía inmóvil y en silencio, contemplando fijamente el paisaje. “Keiichi-san…” dijo suavemente después de un momento. “¿Recuerdas cuando nos conocimos por primera vez?” “¡…Por supuesto!” Un año había pasado, pero Keiichi lo recordaba claramente. Fue un acontecimiento de gran importancia en su vida que nunca podría olvidar aunque quisiera. La llamada telefónica desde el dormitorio que lo había comunicado con la Línea de Ayuda Técnica de las Diosas, y Belldandy que se había asomado de repente por el espejo. “Fue el encuentro mas significativo de mi vida,” dijo. Convenientemente, logro olvidar el penoso momento cuando se resbalo y cayo sobre su trasero. “Fue un encuentro inolvidable para mi también,” Belldandy dijo. Era casi un milagro que Keiichi y ella se hubiesen encontrado el uno al otro entre los miles de seres vivientes en ese universo. La restauración del sistema les había otorgado un segundo milagro. Pero ahora. “Keiichi-san… hay algo que necesito decirte...” En voz baja, Belldandy empezó a explicar. Se habían conocido por primera vez cuatro años atrás. Tuvieron varias dificultades en ese tiempo, pero Keiichi y Belldandy, y sus hermanas, vivieron juntos ahí en el Templo Tarikihongan. Hasta que un día, de repente, todo llego a su fin. “¿Muerto? ¿Yo?” “Si. Estabas protegiendo a Megumi…” Fue una gran impresión para él cuando Belldandy le dijo que había muerto en un accidente de tráfico. Eso no fue sorprendente-pocas personas permanecían tranquilas y serenas cuando les informaban de su deceso. Finalmente, las palabras de Hild tenían sentido ahora.
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Entonces ese fue el por qué ella dijo que había un alma desaparecida y me señalo… Keiichi procesaba la información con sorprendente compostura, pero fue incapaz de ocultar su sorpresa ante la otra cosa que Belldandy le dijo. La destrucción del mundo… Su muerte había provocado el colapso de Yggdrasil, y el Cielo casi había sido destruido. “¿Pe-pe-pero por qué?” Su voz era ligeramente ronca. “El pasar tanto tiempo en la presencia de las diosas causo que nuestra energía se acumulara en tu sistema, convirtiéndote en una singularidad. Como seguía acumulándose, se volvió tan potente que provoco una relación de atracción mutua entre Yggdrasil y tu.” Keiichi todavía estaba un poco confundido con los detalles referentes a lo del sistema y la relación individual involucrada, pero se quedo anonadado por la noticia de su propia muerte y el colapso amenazador del universo como consecuencia. “No fue tu culpa, Keiichi-san… yo debí haber sido mas cuidadosa.” Luego, como ultimo recurso, las diosas habían reiniciado a Yggdrasil, recuperándolo a él y al Plano Celestial. O eso era lo que creían… El viento soplo en el cielo, pasando entre Keiichi y Belldandy. En el breve silencio que siguió, los pensamientos de Keiichi se aceleraron. Aun cuando habían habido muchos errores en el pasado, les dieron una oportunidad de empezar de nuevo. ¡Tenia que haber un modo de hacer que las cosas funcionaran! “En ese caso…” dijo, con todo el buen animo que pudo reunir, “¿y si todos fuéramos mas extra cuidadosos esta vez, así no me convertiría en una singularidad de nuevo? Entonces, todo debería estar bien, ¿cierto?” Belldandy lo miro en silencio con la espalda hacia el sol que se ponía. Entonces negó con la cabeza. “Eso es lo que yo creía también. Pero…” Le dijo como un mayor disturbio se creo al reiniciar únicamente a Yggdrasil. La reacción violenta y repentina del mundo natural estaba volviéndose más fuerte, desatando una fuerza correctiva para borrar la existencia de Keiichi. “Lo supe con toda seguridad después del desastre con la nieve esta mañana-el universo restaurado esta tratando de repararse a si mismo. Incluso usando todos mis poderes como Diosa de Primera Clase, no podré protegerte de ello. Si tratas de construir algo sobre un cimiento desigual, eventualmente esa estructura se colapsara. Debido a que no realizamos la restauración correctamente, este universo y tu vida, están en peligro.” Su expresión en los ojos color amatista era firme y fija. “Belldandy…” Keiichi contemplaba fijamente a la diosa, percibiendo un cambio en su conducta. Había algo inaccesible en ella. El cielo estaba empezando a oscurecerse más y el viento llevaba un nuevo frío. Con toda honestidad, Keiichi no había entendido casi la mitad de lo que Belldandy le explico. La parte acerca del sistema y la relación entre los dos planos era demasiado abstracta para que él la entendiera. Sin embargo, ante todo eso, solo había una cosa de la cual estaba seguro. No importa como-¡todavía quiero que estemos juntos!-una voz gritaba dese muy adentro de su corazón. No tenia ningún recuerdo de los cuatro años anteriores, en lo que a él se refería, su relación con ella apenas si estaba empezando. Aun cuando hubiera unos cuantos riesgos-no, aunque eso significara su muerte-gustosamente daría toda su vida por un solo instante juntos.
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Las palabras las tenia en la punta de la lengua… pero algo en los ojos de Belldandy le impidió decirlas. “… Yo…” dijo con voz ronca. Belldandy asintió, su mirada era serena. “La hora ha llegado para darle a este atribulado universo un nuevo comienzo. Regresaremos hasta antes de que tu y yo selláramos nuestro contrato, y todas nuestras memorias serán reiniciadas.” Se quito el anillo del dedo anular izquierdo y lo puso suavemente en la mano de Keiichi. “Fuiste tan lindo en darme este anillo. Por favor perdona mi indiscreción por devolvértelo ahora… no puedo llevarme conmigo al Cielo algo que pertenezca a esta línea temporal.” La hermosa tarde que habían pasado juntos en la playa parecía desmoronarse. Con la devolución de ese diminuto anillo… le parecía a Keiichi que su contrato-que Belldandy se quedaría con él para siempre-finalmente se daba por terminado. Mientras contemplaba fijamente la reluciente tiara dorada en su mano, se esforzaba por contener las lágrimas. Observándolo, Belldandy sintió que su corazón se partía en dos. Anhelaba desesperadamente el abrazarle esos hombros temblorosos y revelarse sus verdaderos sentimientos. Desde la restauración del sistema, sus cuidadosos esfuerzos para poner distancia de por medio entre ellos habían hecho sufrir a Keiichi… y ahora, incluso en sus últimos momentos juntos, tenia que causarle mas dolor. Endureció su corazón. Pero yo soy Belldandy, una Diosa de Primera Clase. Su pelo rubio platinado brillaba con la calida luz del sol que se ponía. Las alas blancas de Holy Bell emergieron y se agitaron. “Incluso sin mi-sin la ayuda de una diosa-tienes el poder de hacer realidad tus sueños, de encontrar el amor, y labrarte un maravilloso futuro… Anímate, ustedes los mortales están bendecidos con un potencial infinito.” “Yo…” Keiichi reunió hasta la última gota de bondad y fuerza que pudo, y le ofreció a Belldandy su sonrisa más radiante. “Sigo creyendo que nos encontraremos otra vez.” Mientras se miraban el uno al otro, el viento estaba en calma y el momento pareció durar una eternidad. El sol poniéndose se enrojeció, lanzando un resplandor de color rosa por todo el paisaje. “Adiós…” Los ojos negros de Keiichi se abrieron de par en par. “Keiichi Morisato-san.” Se quedo boquiabierto, cegado por un repentino remolino de plumas blancas. Cerró los ojos con fuerza-era casi como una ventisca. Después de lo que probablemente fueron unos cuantos segundos, el aire se calmo y abrió los ojos. “Belldandy…” La diosa se había ido. Todo lo que quedaba era el paisaje oscuro y un poquito de plumas blancas. “No dejare de creer…” Mientras apretaba el anillo, la primera lagrima cayo sobre su puño. Su sonrisa se desvaneció y las lágrimas rodaron por su rostro. Ahora que estaba solo, no había por qué contenerlas. El sol seguía bajando hacia el océano.
***
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¡Splash! Una repentina columna broto de la tranquila agua de la tina. La pequeña diosa de cabello negro que viajaba a través de puertas de agua salto hacia delante del área del baño y apresuradamente activo la alarma de su reloj. El sol se pondría en menos de treinta minutos. Tenía hasta entonces para encontrar a Belldandy y llevarla de regreso al Cielo. “Tenemos que regresar antes de que Urd se de cuenta… Noble Scarlet-¡Vamos!” Con la ayuda de su diminuto ángel, Skuld de inmediato emprendió la búsqueda. Primero en el cuarto del té… luego en la cocina… se asomo en el cuarto de Keiichi, también, pero no tuvo suerte. Después de revisar la casa de arriba para abajo, salio corriendo para buscar en los terrenos. “¿Ya ves? Este es el por qué quería que regresáramos juntas,” se lamento. Después de ser empujada a través de la puerta, Urd le había dado una brusca explicación y entonces los preparativos habían empezado, sin siquiera tener un momento para descansar. Cuando las cosas finalmente se habían calmado un poco, Skuld se las había arreglado para escabullirse sin que Urd lo notara y así poder bajar a escondidas a la Tierra otra vez. “¿Belldandy… en donde estas?” Esta vez, cuando la restauración fuera llevada a cabo, todos sus recuerdos serian borrados. ¿Y si Belldandy estaba pensando en quedarse en la Tierra por el bien de Keiichi? Skuld estaba enferma de la preocupación. La BMW estaba ahí, pero Keiichi y Belldandy no estaban en ningún lugar a la vista. Skuld reviso el Gran Castillo, y, aunque sabia que era una remota posibilidad, no podía dejar pasarlo por alto. No obstante no había ninguna señal de ellos. Su ánimo decayó-¿en donde más podría buscar? En ese mismo momento, su ángel le dio un golpecito en el brazo. “¿Qué pasa, Noble Scarlet?” El ángel estaba señalando insistentemente hacia el tejado de la casa. Miro de reojo con incertidumbre hacia el tejado-pero ahí, justo en la mera punta, una solitaria figura estaba sentada. “¡Ay, no-¿Keiichi?! ¿Esta atorado allá arriba?” No sabia que estaba haciendo él allá arriba en el tejado, pero no tenia tiempo para preocuparse por eso ahora. Tenia que actuar. “Keiichi, eres un dolor de cabeza, ¿lo sabias?” murmuro. Rápidamente, regreso a su cuarto, saco la Maquina Andante Autónoma Consciente del closet, y la llevo de vuelta hasta donde estaba Keiichi. A diferencia de sus hermanas, no tenia el poder de levitar en el aire hasta el tejado, mucho menos para traer a un mortal sano y salvo de regreso a tierra firme. “¡Keiichiii! ¡Ya voy a rescatarte!” Una serie de ruidosos y fuertes sonidos metálicos y mecánicos se aproximaban al tejado. Cuando apareció repentinamente la cabeza en la orilla del alero, Keiichi apresuradamente se tallo los enrojecidos ojos. “¿Qué paso, Skuld?” ¿Qué clase de pregunta era esa? El mal genio de Skuld estallo. “¿Qué paso de que? ¡Vengo a ayudarte porque estas atorado en el tejado!” No tenía ni un segundo que perder, y sintió que su enojo aumentaba a cada momento que pasaba. Alargo una mano. “¡ Ándale! ¡Todavía tengo que encontrar a mi Onee-sama!” lo apresuro. “Ah… si estas buscando a Belldandy, ya se regreso al Cielo.” “¿Cuándo?” “Hace un rato.”
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“¡¿Quueeeeeeee?!” ¡Debieron haberse cruzado en el camino! ¡Toda su preocupación y esfuerzo habían sido para nada! “Debí haberla esperado en el Cielo.” Ahora tenia que ayudar a Keiichi a bajar, o todo su viaje seria una completa pérdida. Sin embargo, él no hacia ningún esfuerzo por pararse. Ella trato de agarrarlo de la mano, pero éste declino la ayuda. “Gracias, Skuld… pero estoy bien aquí arriba. Belldandy me rechazo, y de todas formas el mundo esta a punto de ser reiniciado otra vez, ¿verdad?” “¿Eh?” Skuld se quedo perpleja por un instante al escuchar a Keiichi hablar de la restauración-¿cómo sabia eso? Pero lo que realmente la enojo mas fue lo que él acaba de decir antes que eso. “¿Te… rechazo?” “Sip. Me devolvió el anillo… y me dijo que nunca nos veríamos otra vez.” Él contemplaba tristemente el reluciente anillo en la palma de su mano. “¡Keiichi, eres un estupido y un idiota!” Skuld grito. “¿Qué?” “¡¿No sabes nada acerca de mi Onee-sama?!” La pequeña diosa miraba a Keiichi con furia y con los ojos llenos de lágrimas. “Skuld…” “No tienes ni idea de cuan ansiosa estaba ella de recibir ese anillo… de cuanto lo atesoraba… y que tan doloroso fue el tener que decirte adiós…” Belldandy… De repente, Keiichi finalmente entendió la extraña sensación que sintió cuando Belldandy le dijo adiós. El porte como diosa-todo fue un disfraz para no herir sus sentimientos. Entretanto, había estado tan absorto con sus propios sentimientos-y su propia convicción de que una diosa era demasiado buena para él-que no había hecho nada más que llorar como un bebe. “Dámelo.” Skuld se limpio las lágrimas y estiro la mano. “¿Qué-?” “Dame el anillo. Yo se lo llevare a mi Onee-sama.” Cuando se realizaba una restauración, no había forma de saber como un objeto de la Tierra podría afectar ese proceso. Pero debido a quien era Belldandy… y para preservar sus recuerdos del tiempo que pasó con Keiichi… Skuld se lleno del deseo de llevar de vuelta el anillo a su hermana. ¡Tenia que hacerlo! “Me encargare de eso.” Le arrebato el anillo de la mano y se bajo deslizándose por la maquina caminadora. “Skuld… gracias.” Keiichi le hizo un saludo de despedida desde su lugar en el tejado. “No me malinterpretes, Keiichi,” Skuld le grito por encima del hombro, al tiempo que corría hacia la casa. “Esto no es por ti. Es por Belldandy.” Únicamente quedaban quince minutos. Los segundos estaban corriendo. “¡No me molestes, Noble Scarlet!” Skuld reprendió a su ángel, quien estaba jalándola de la manga para recordarle que tenían que regresar al Cielo cuanto antes. Corrió de prisa a su cuarto y empezó a buscar piezas. “Me pregunto si podré armar una caja capaz de trascender el espacio-tiempo con lo que tengo aquí a la mano…”
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Había profundizado en el proyecto sin mirar atrás, pero en realidad no estaba segura de si podría o no construir semejante dispositivo sofisticado en tan poco tiempo. Pero no era el momento para dudar de si misma, ni había tiempo para darle vueltas al asunto. Simplemente tenia que hacerlo. “¡Aquí vamos!” Realizo una serie de rápidos cálculos. “¡Eh! Quizá de veras pueda hacerlo…” Su incertidumbre se desvaneció en el fino aire. Incluso bajo severa presión de tiempo, era su naturaleza el disfrutar del proceso de invención. Tarareaba para si misma mientras trabajaba a la velocidad de la luz. En solo unos minutos, su “Mini Caja a Prueba del Espacio-Tiempo” estuvo lista. “¡Implementación como de rayo sin sacrificar funcionalidad o elegancia! ¡Realmente soy un genio!” Puso el anillo dentro de la caja y se maravillo tiernamente ante su creación. Noble Scarlet le pico el hombro, interrumpiendo su ensoñación. Quedaban menos de cinco minutos. “¡Es verdad! Será mejor que escriba una nota rápida ahora.” Si dejaba una nota explicando la situación, Belldandy sabría lo que el anillo significaba aun cuando sus recuerdos desaparecieran. En un pedazo de papel, Skuld empezó a escribir. Mi Queridísima Onee-sama… Noble Scarlet revoloteaba sobre su hombro, tratando de echarle un vistazo a la nota. Una pequeña pluma blanca floto hacia abajo, cayendo suavemente, apenas tocando la tapa de la caja. ¡Clac! La caja de cerro de golpe. “¿Qu…?” Sobresaltada por el sonido, Skuld levanto la vista. Miro boquiabierta con incredulidad. “¡La Mini Caja! ¡Se cerro!” La importante carta de explicación aun no estaba adentro de la caja. La tapa se había cerrado apenas encima de una pequeña esquina de la hoja, en la parte que decía “ Mi Queridísima Oneesama.” Skuld maldijo la medida de seguridad que le había incluido a su invento: una vez que se cerrara, no podría abrirse otra vez hasta después de la operación de restauración. “¿Lo entenderá?” Dijo preocupada. El pequeño ángel dejo escapar un grito sordo, disculpándose desesperadamente. El ángel no habría culpado a su diosa si le hubiera dado un buen golpe de enojo por eso. Cuando la mano de Skuld se le acerco, Noble Scarlet cerró fuertemente sus pequeños ojos rojos. Pero la mano jalo al ángel hacia un dulce abrazo. “¡¿…?!” “No te preocupes, Noble Scarlet. Soy un genio. Aun cuando nuestros recuerdos desaparezcan, pensare en algo. Lo que es mas importante ahora es que esta vez, no te recordare. ¡Eres una parte tan importante de mi, y voy a perderte!” Skuld había estado completamente angustiada por Belldandy y el anillo-pero ella, también estaba a punto de separarse de alguien muy especial. Cuando el tiempo fuera reiniciado, regresaría a la época cuando todavía no tenía a su ángel, cuando Noble Scarlet aun no nacía. “Pero nos encontraremos otra vez… estoy segura de eso. Así que no te voy a decir adiós. Solo que no nos vamos a ver por un buen rato.” El ángel le sonrió con los ojos llenos de lágrimas y le dio un beso en la mejilla. Convencida de que se reunirían, doblo sus alas. “Noble Scarlet… te quiero.” Skuld se dio un leve abrazo, enviando ondas de cariño hacia el ángel dentro de ella. Luego recogió la pequeña caja.
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Quedaban tres minutos. El resto depende de la suerte… Usando una parte del papel que sobresalía de la caja para envolverlo, metió el paquete en su bolsa. Luego corrió de prisa hacia el baño y se precipito a través de la puerta de agua. Mientras el sol se retiraba del cielo, una tranquila oscuridad cayo sobre el Templo Tarikihongan. En ese momento, el sistema de Yggdrasil en el Cielo, y el de Nidhogg en el Plano Infernal simultáneamente emitieron un destello luminoso. La luz se derramo sobre la Tierra, bañándola con la claridad del mediodía. Keiichi suavemente cerró los ojos mientras el calido resplandor envolvía su cuerpo.
¡OH MI DIOSA! PRIMER FINAL
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FINAL La calida luz se derramaba sobre el palacio de blancas paredes mientras una brisa fresca flotaba a través del verde follaje y hacia el cielo azul. Los rayos del sol se filtraba por de las ventanas llenando la habitación color blanco y beige con un ambiente tibio y alegre. Disfrutando de la hermosa mañana, Belldandy se paro enfrente del espejo, vestida con una cómoda bata. En el momento en que una dulce entonación se escapo de sus labios, una explosión de luz inmediatamente envolvió su cuerpo, transformando la bata en su uniforme oficial de diosa. Poco a poco, los suaves pliegues de la prenda se formaron sobre ella. Luego llevo su mano derecha hasta su oreja izquierda y lanzo un hechizo para sellar. Los poderes de una Diosa de Primera Clase eran tan grandes que a veces podían tener dramáticos efectos sobre otros planos. Ese era el por qué requería de llevar un sello de poder cuando entraba al cuarto de control como operadora. “¡Ah!” Los mechones de cabello rubio platinado que caían sobre su espalda se volvieron color café-castaño. Se amarro el pelo en una cola de caballo-ya estaba lista. Dio un leve giro enfrente del espejo y sonrió con satisfacción. “¡Muy bien, todo listo!” Le echo un vistazo al reloj, asegurándose de que todavía tenía suficiente tiempo, entonces rápidamente llevo su juego de té hasta la mesa y se sentó en el sofá. “Creo que hoy me tomare… este” 1 Selecciono un té Darjeeling de su colección y lo echo en la tetera. Había descubierto la tradición británica de tomar el té en la tarde mientras estaba investigando las costumbres de la Tierra. Por alguna razón, se enamoro al instante de la idea, y ahora acostumbraba disfrutar la hora del té todos los días antes de trabajar. “¡Mm, pero que agradable fragancia!” Un rico aroma flotaba en el aire desde el líquido dorado de su taza. Yggdrasil era paz y tranquilidad como siempre. “Ah… Urd me comento que hubo otro enfrentamiento diosa-demonio por ganar terreno en la Tierra…” recordó, estiro la mano hacia el bloc de información que había llegado esa mañana. Un tipo de periódico celestial, que traía noticias de todo lo que acontecía en los tres planos. En efecto, la primera hoja estaba dedicada a la historia acerca del actual y feroz conflicto entre los Planos Celestial e Infernal. 1
Una variedad de té negro de la región de Darjeeling en Bengala Occidental, India; tradicionalmente apreciado sobre otros tes negros.
¡OH MI DIOSA! PRIMER FINAL
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“Como lo pensé.” Sus ojos color azul-lavanda se entristecieron.
*** Recientemente, los enfrentamientos en la Tierra estaban intensificándose a un ritmo inusual, y se habían convertido en un tema frecuente de conversación en el Cielo. A ella no le gustaba eso para nada. Por un lado, nunca disfruto de ese tipo de charla, y por el otro lado, hacia que su corazón le doliera por su hermana mayor. “Probablemente hoy otra vez estarán hablando de esto en el Cuarto de Operación…” Dejo escapar un leve suspiro, justo en el momento en que una delicada melodía inundo el cuarto, dando la hora. El techo alto con forma de domo hacia que sus pisadas resonaran. Caminaba mas lento de lo normal mientras pasaba entre las columnas y arcos del reluciente corredor blanco. La luz que entraba por las altas ventanas cubiertas de escarcha era tan adorable como los rayos del sol de primavera que se filtraba a través de las hojas de los árboles. Belldandy adoraba este largo corredor que llevaba hasta el cuarto de operación. Tenia uno de los trabajos mas agradables que una Diosa de Primera Clase podía realizarconectarse con otros planos por teléfono y derramar bendiciones sobre los seres que encontrara. Mientras caminaba por el corredor, siempre se llenaba de felicidad, se le aceleraba el pulso con la sola idea de las personas que conocería y el placer que le esperaba. ¡Hoy espero conocer a alguien maravilloso! La tristeza que acababa de sentir minutos antes había desaparecido por completo, y los brazaletes en su brazo tintineaban alegremente, como si reflejaran la alegría de su corazón. Justo cuando empezaba a acelerar el paso, una voz desde atrás hizo que se parara en seco. “¡Onee-sama!” El ruido hizo eco contra el techo en forma de domo. Skuld, su pequeña hermana venia corriendo por el corredor para encontrarse con ella. “¡Ah! ¿Qué pasa, Skuld?” Normalmente, Skuld y Urd estaban ocupadas con el trabajo de Administración del Sistema a esa hora. Los edificios que albergaban los Cuarto de Sistema y de Operación estaban bastante separados entre si, en los extremos opuestos del corredor. Cuando la pequeña diosa finalmente llego hasta donde estaba ella, lanzo sus brazos a su alrededor, mientras se esforzaba por respirar. “¿Skuld, por qué la prisa?” Belldandy acaricio el pelo negro de Skuld, esperando a ésta recuperara el aliento. Finalmente Skuld se calmo, tranquilizada por la dulce fragancia de su hermana. Lentamente, saco una pequeña caja de su bolsa. “¡En mi cuarto encontré algo que es tuyo!” Una caja plateada yacía en la palma de su mano. Pero Belldandy nunca la había visto antes. “No creo que sea mía…” “¡Pero si hay una nota adentro!” “¿Una nota?” “¡Mira!”
192 YUMI TOUMA
Skuld abrió la caja, poniendo al descubierto un diminuto pedazo de papel que difícilmente se le podía llamar una nota. Apenas legibles, las letras “Queridísima Oneesama” estaban garabateadas en él, pero el resto estaba rasgado. “Pero esta es tu letra, Skuld.” “Si… eso también es un misterio.” Evidentemente era la letra de Skuld, aunque las letras eran confusas como si las hubiese escrito de prisa. Todo eso era cierto. Pero ella no se acordaba de haber escrito semejante nota, y la caja le era completamente desconocida también. Belldandy le agarro la caja a Skuld y descubrió algo mas adentro. “¡Ah!” Era un adorable anillo de oro con la forma de una fina tiara. “¿Esto… es mío?” “Sepa… ¡no tengo idea!” Skuld dijo indecisa, ya completamente insegura de si misma. Había esperado que llevándole el anillo a Belldandy, todo se resolvería. Pero su hermana estaba igual de confundida que ella. “¿Y ahora que hacemos?” Belldandy le sonrió amablemente a su desconcertada hermana. Despacio, cerró la tapa de la caja y la echo en su bolsa. “Gracias Skuld… por tomarte la molestia de traérmela.” “¿Eh?” “La examinare con mas detenimiento después del trabajo. Podría ser algo importante.” “Tienes razón.” Belldandy podría averiguar algo a través del sistema. Tenía que haber una razón para la existencia de la caja. “¡Yo también te ayudare!” “¡Te lo voy a agradecer!” “¡Muy bien!” Con su buen humor renovado, Skuld se despidió con la mano, sonriendo abiertamente, y se regreso corriendo por el corredor otra vez. Belldandy se quedo observándola hasta que desapareció de su vista antes de reanudar su propio camino-esta vez con paso apresurado. ¡Ting! El elevador sonó mientras se detenía. Belldandy salio y puso un pie dentro del Cuarto de Operación. Como lo había anticipado, todo era un murmullo de charlas como el trinar del canto de las aves. “¡Buenos días, Belldandy! ¿Escuchaste lo ultimo acerca de los demonios?” “… Si.” Las otras diosas se reunieron alrededor de ella. “¡Caramba, Belldandy! ¡No es usual que seas la ultima en llegar!” “¡Si! ¡Normalmente eres la primera en estar aquí!” “Ya se-¿estuviste platicando con Urd?” Tal y como lo había esperado, su hermana mitad diosa, mitad demonio, era un tema muy discutido. “No. Hoy no la he visto todavía. Estaba platicando con Skuld…” “Ah… Skuld…” Evidentemente, estaban decepcionadas por eso. Una vez que fue claro que no había ninguna información nueva de que enterarse, retomaron sus conversaciones.
¡OH MI DIOSA! PRIMER FINAL
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Dejo escapar un ligero suspiro de alivio mientras mientras se sentaba. La silla con forma de huevo estaba enfrente de una terminal con un panel de control y teléfono. El alto respaldo de la silla le permitía concentrarse en su trabajo sin ser distraída por lo que sucedía a su alrededor. Ahora podré tener un poco de paz y tranquilidad… Después de unos cuantos minutos, una dulce melodía inundo el cuarto de operación, anunciando el inicio de la jornada. Todas las diosas al mismo tiempo se pusieron a trabajar, y finalmente el Cuarto de Operación quedo en silencio. Satisfecha, Belldandy también empezó a preparar su trabajo. En ese mismo momento, el silencio fue interrumpido por el timbrar de un teléfono. La primera llamada del día. “¡Línea de Ayuda Técnica de las Diosas, buenos días…!” una diosa en alguna parte del cuarto contesto la llamada. Su teléfono todavía no mostraba ninguna señal de sonar. Disfrutaba de la tranquilidad mientras duraba. De repente, se acordó de la pequeña caja en su bolsa. La saco y suavemente abrió la tapa. El pequeño anillo de oro resplandecía majestuosamente en el centro. ¡Me pregunto de donde vienes! El misterio hizo que su corazón se acelerara. Despacio lo agarro. Mientras lo contemplaba fijamente, una inscripción atrajo su atención. “To Belldandy.” Su propio nombre estaba grabado en el anillo con letras en ingles. ¿Esto era un regalo para mí? En el momento en que el pensamiento cruzo por su mente, el anillo emitió un aura cariñosa y tierna. Aun cuando nunca antes lo había visto, de repente se lleno de una abrumadora sensación de nostalgia. Antes de que se diera cuenta, se vio poniéndoselo en el dedo anular izquierdo, como si sucumbiera a los deseos de la tiara de oro. Le quedaba perfectamente como si hubiese sido para ella. Esto… ¡Riririririririri!-En ese mismo instante, su teléfono empezó a sonar, indicando que alguien allá afuera necesitaba de su ayuda. Su mano izquierda se acerco al teléfono como siempre-pero entonces se quedo quieta. ¡Riririririririri! Las otras diosas empezaron a echarle a Belldandy miradas curiosas mientras el teléfono seguía sonando. Sin embargo, ella permanecía inmóvil, con la mano sobre el auricular. El persistente timbrar del teléfono inundo la ha bitación. ¡Riririririririri! El anillo en el dedo izquierdo brillaba con la luz.
EPILOGO Y UMI T OUM A Creo que mi primer encuentro con las diosas fue a principios del otoño de 1991. Era la primera vez que me llamaban a un estudio de grabación para una audición de una serie animada (normalmente, se realizan en estudios de sonido)-y la primera vez que experimentaba una para un personaje en la cual una canción era el componente principal. Todavía la recuerdo claramente-me dijeron que cantara “ Arashi no Sugao” (“La Cara de 1 la Tormenta ”) de Shizuka Kudo con la voz de Urd y gritar “¡Golpe de Relámpago!” durante el interludio. Como actriz, tuve todo tipo de experiencias a través de mi participación en Aa! Megami2 3 sama . Este año , después de veinte años como actriz de voz, se me dio la oportunidad de expresarme a mi misma como escritora. La transición de actriz a escritora no fue fácil, pero di mi mejor esfuerzo para verter mis ideas y sentimientos en mi trabajo. También probé algo nuevo-incluir una canción de apertura y una de cierre en mi novela. En mis días de escuela, mis amigos y yo con frecuencia nos divertíamos poniéndole canciones a las ilustraciones de nuestras novelas y mangas favoritos. Es un misterio para mi como el solo escuchar una canción de ese entonces evoca tantos amados recuerdos. 4 Elegí “ Daisuki na Kimini” (“Para mi amado ”) de Kazumasa Oda para los ojos de Keiichi, y para los sentimientos de Keiichi y Belldandy durante la escena final del adiós es “ Memai” (“Vértigo”) de la banda Dreams Come True. Dado que mi relación con Aa! Megami-sama empezó con una canción, parecía apropiado el poner canciones tema a mis imágenes mentales. Me pregunto si esto encaja con lo que ustedes, los lectores, imaginaron. Espero que ustedes puedan relacionarse con el mundo de Primer Final. Finalmente, me gustaría aprovechar esta oportunidad para expresar mi agradecimiento a todos los que hicieron posible esta maravillosa experiencia. Muchas gracias al gran Kosuke Fujishima por amablemente darme su aprobación para la novelizacion de su bien amada serie de Aa! Megami-sama, y por tomarse el tiempo de su apretada agenda para dibujar el arte de la portada. También quisiera darle las gracias al gran Hidenori Matsubara por dibujar todas las ilustraciones para el libro a pesar de su atareado trabajo como director de arte.
1
“Face of the Storm.” Dark Horse maneja tanto “Oh, My Goddess!” como “Ah, My Goddess!” 3 Refiriéndose al 2006. 4 “For My Beloved” 2
Quisiera agradecerle a Shōhei Yoshida, el editor en jefe de Afternoon, por aprobar el proyecto y acomodarme de todas y tantas maneras. Les debo las gracias también al Sr. Hiroshi Tada y al Sr. Naoyuki Suzuki del departamento editorial. Gracias a Toshiaki Imai y Yoshikazu Yamada por sus valiosos consejos. También quiero dar mi sincero agradecimiento a ustedes, queridos lectores, por elegir esta novela y leerla de principio a fin.
K OS UK E F UJ IS HI MA A menudo pienso en el tipo de entretenimiento personalizado que las novelas ofrecen. Digo esto debido a los mundos descritos en las novelas, incluyendo a los personajes, lugares y sonidos, todo toma forma en la imaginación del lector. Naturalmente, descripciones detalladas ayudan a las imágenes del lector-pero si cien personas leen una novela, surgirían cien maneras diferentes de imaginar a los personajes, cien versiones distintas de los lugares, sonidos y colores. Esto es lo que hace a las novelas tan divertidas. El lector puede crear su propia imagen de una mujer de incomparable belleza, o de un paisaje de fantástico esplendor. Aun cuando es un participante pasivo, él o ella intervienen en el proceso creativo. Hay pocos medios de entretenimiento tan maravillosos. Cuando se trata de la novela de Aa! Megami-sama, los personajes, las voces, y los lugares en la historia ya existen. Al menos, los lectores que han visto las series animadas probablemente imaginaron a los personajes verse y oírse como lo hacen en cada episodio. Pero más allá de eso, las expresiones en los rostros de los personajes, sus gestos, y los colores del cielo existen únicamente en la mente del lector. Espero que disfruten de sus propias diosas personalizadas, Que los mundos que imagines sean tan hermosos como los que la Srita. Touma o yo hemos imaginado. Y por ultimo, quisiera expresar mi agradecimiento y admiración por la Srita. Touma, la novelista que creo este mundo.
SOBRE LOS AUTORES Como actriz de voz YUMI TOUMA (autora) es una celebridad internacional en todo el Lejano Oriente, tal vez mejor conocida como la voz de la diosa Urd en las muchas encarnaciones animadas de Aa! Megami-sama. Sus créditos en animación incluyen también Emma en 1 Emma: Un Romance Victoriano ( Eikoku Koi Monogatari Emma), Deedlit en Record of Lodoss War ( Rōdosu-t ō Senki), y Sylphiel en 2 Slayers (Sureiyā zu), entre muchos otros, pero es su intima relación con los personajes y la historia de Aa! Megami-sama que la llevo a escribir esta, su primera novela. Igualmente en gran demanda por su distintiva voz para grabar voces en juegos de video, películas y televisión, también se le puede escuchar como la voz internacional de Sarah Wynter como “Kate Warner” en la serie de televisión 24, de Holly Marie Combs como “Piper Halliwell” en Charmed , de Kate Winslet como “Rose Dawson” en Titanic, y de Jessica Alba como “Susan Storm – La Mujer Invisible” en Fantastic Four , así como también la voz de muchos personajes en juegos tan populares como Soul Calibur y Tekken.
1
“ Emma: A Victorian Romance” también conocida como “ Los Cazadores” o “ Los Justicieros.”
2
Nacido en 1964, KOSUKE FUJISHIMA (creador e ilustraciones de portada) empezo su carrera en los mangas justo después de graduarse de la preparatoria, como editor de la revista de noticias de manga Puff . Después de entrevistarse con Tatsuya Egawa creador de Be Free! para Puff , Fujishima pronto se convirtió en el asistente de Egawa y, eventualmente, emprendió su propia carrera de escritor y dibujante de manga. La primera serie de Fujishima ampliamente conocida, Taiho 3 Shichauso (¡Estas Arrestado! ) empezo su publicación en la revista Morning Party Extra en 1986 y fue un éxito instantáneo. En 1988, Fujishima presento a los personajes de Taiho Shichauso en una tira cómica de cuatro paneles que las mostraba rezándole a una diosa. Esa diosa se volvió la inspiración para Belldandy y la creación de la serie de Aa! Megami-sama en la revista Afternoon. Todavía se publica ahí actualmente, casi veinte años después. La serie ha sido base para más de cien episodios animados, una película, y un buen número de juguetes y figuras. Con 4 treinta y cuatro volúmenes publicados en Japón y veintisiete libros en los Estados Unidos (sesenta y cuatro tomos en México), Aa! Megami-sama es, a partir del 2006, la serie japonesa de manga de más larga duración en ser publicada en la Unión Americana.
3
You’re Under Arrest! En el 2006
4
HIDENORI MATSUBARA (ilustraciones interiores), Director en Jefe de Animación y Diseño de Personajes de la serie de televisión semanal Aa! Megami-sama y del lanzamiento en cines de la película Aa! Megami-sama: The Movie, es tal vez el artista más íntimamente relacionado con el desarrollo del mundo de Belldandy, Urd, Skuld, y Keiichi aparte de su creador, Kosuke Fujishima. Un animador y diseñador experimentado y muy solicitado, Matsubara también ha trabajado en la popular serie y películas de Sukeban Deka; Serial 5 6 Experiments Lain ; Gunsmith Cats; Sakura Taisen ; y Patlabor: The Movie, por mencionar algunas.
5
Shiriaru Ekusuperimentuso Rein también conocida como Sakura Wars
6
NOTAS DEL TRADUCTOR •
SINGULARIDAD (ESPACIO-TEMPORAL)
Una singularidad o punto singular se puede definir como un punto donde dejan de operar las reglas de un sistema matemático o astrofísico. Desde el punto de vista matemático, una singularidad es una región donde no se puede definir una función, convergiendo hacia valores infinitos. Desde el punto de vista astrofísico, específicamente en relatividad general, una singularidad es una híper superficie tridimensional donde la curvatura del espacio-tiempo es tan grande que sus leyes ya no operan en el sistema; esto significa que es un punto casi cero donde se concentra una enorme cantidad de materia, siendo usualmente el centro de un agujero negro. •
LA BATALLA DE LA COLINA DE LA HAMBURGUESA
Episodio acaecido durante la Guerra de Vietnam, tuvo lugar en la montaña Ap Bia, conocida entre los lugareños como la “montaña de la bestia agachada.” El ejercito de los Estados Unidos le asigno el nombre clave de Colina 937. La montaña es una región escarpada cubierta de jungla de bóveda, densos matorrales de bambú y césped gigante que llega a la cintura. La batalla tuvo lugar en 1969, en una operación apodada “Operación Nieve Apache” cuyo objetivo era apoderarse del lugar, empezando el 11 de mayo y dándose por terminada el 20 del mismo. Fue una batalla sangrienta, con numerosas bajas en ambos lados, según relatos, el poder de fuego de los vietnamitas era tal que destrozaban por completo los cuerpos de las tropas de asalto, dejándolos literalmente como “carne para hamburguesa.” Si bien no fue una de las batallas mas sangrientas, si una de las mas inútiles. •
HILD Y HEL
Hild o Hildr o Hilda es una de las valquirias al servicio de Odín; se le menciona como la hija de Högni y la esposa de Hedin. Tenía el poder de revivir a los muertos en el campo de batalla. Su nombre significa “batalla,” aunque no es claro si los poetas de las Eddas la tenían en mente como personificación de la guerra. Hel o Hela es una diosa (o giganta) hija de Loki y de la giganta hechicera Angerbode (Angrboða), hermana del lobo Fenrir y la serpiente Jormungard (también conocida como la serpiente Midgard). Es la que reina del Niflheim, y recibe a los muertos en su palacio conocido como Éljúðnir en el Helheim. Se le representa con la mitad de su
cuerpo vivo y hermoso, y la otra mitad como un cadáver putrefacto del cual se despedía un olor nauseabundo. A su reino van los que no murieron gloriosamente en batalla, o que murieron de enfermedad y vejez, ahí son recibidos en el Helheim. También recibe a los virtuosos que murieron naturalmente, pero estos después van al Vingolf; y aquellos que vivían en la blasfemia y la bajeza, aunque murieran en batalla, eran enviados a una de las regiones de Niflheim; pero no puede recibir a los que murieron ahogados, ya que estos le pertenecen a la diosa Ran, las mujeres nobles tampoco iban a su reino, sino que eran recibidas por Freya después de su muerte, mientras que las doncellas iban a la casa de Gefjun. Dentro de Aa! Megami-sama, Hild es la dirigente del Helheim (o Plano Infernal), y su reino esta al lado del Niflheim donde habita Hel y hacia donde van los muertos a recibir su premio o castigo. •
YGGDRASIL, NIDHOGG, Y LOS NUEVE MUNDOS
Yggdrasil (árbol de la vida) es un fresno perene cuyas ramas y raíces mantienen unidos a los diferentes mundos. En su raíz emana la fuente que llena el pozo del conocimiento, custodiado por Mimir. A sus pies se encuentra el dios Heimdall, quien lo protege de los ataques del dragón Nidhogg y de la multitud de gusanos que tratan de destruir las raíces; igual cuenta con la ayuda de las nornas que lo riegan con las aguas del pozo de Urd. Un puente une a Yggdrasil con la morada de los dioses, el Bifröst, el arcoiris, el cual es usado por los dioses para ir al Midgard. El árbol rezuma miel y da cobijo a un águila que entre sus ojos tiene un halcón llamado Veðrfölnir, a una ardilla de nombre Ratatösk y a cuatro ciervos. Cerca de sus raíces viven las nornas. Nidhogg o Níðhöggr es un dragón que vive en el Niflheim cerca de una de las raíces de Yggdrasil, la cual roe sin cesar hasta el día que venga el Ragnarok. Luego de la regeneración, Nidhogg atormentara a las almas que hayan quedado en el Niflheim. Mientras éste vive en las raíces, Ratatösk corre de arriba para abajo llevando los insultos entre el águila Vidofnir y el halcón Veðrfölnir, hacia él, esperando causar una guerra entre ellos. Nueve son los mundos unidos a Yggdrasil: 1. Alfheim o Álfheimr es la morada de los Elfos de la luz (o Ljósálfar) 2. Asgard o Ásgarðr es el país o ciudad capital de los Asir (o Æsir), rodeada de una muralla inconclusa. Significa lugar de habitación o morada de los espíritus. El Valhalla esta localizado dentro de este mundo. 3. Helheim o Hel conocido como el reino de la muerte y se encontraba en la parte mas profunda, oscura y lúgubre de Niflheim; aunque estos dos mundos suelen relacionarse como uno solo, no lo son. La entrada a este mundo estaba custodiada por Garm.
4. Jotunheim o Jötunheimr es el mundo de los gigantes (de dos tipos: Roca y Hielo, llamados en conjunto Jotuns); desde ahí amenazan a los humanos en Midgard y a los dioses en Asgard, de quienes están separados por el río Iving. 5. Midgard o Miðgarðr es una de las construcciones efectuadas por Odín y sus hermanos Vili y Ve, el lugar donde habitan los humanos, también conocido como el Jardín Central; rodeado por un mundo de agua que es impasable. Literalmente significa “recinto central” o “recinto de en medio;” de este nombre se deriva Middle-Earth. 6. Muspelheim, también llamado Muspel, es el reino del fuego, el hogar de los gigantes de este elemento; el nombre significa mundo de fuego u hogar del fuego. Se cree que este mundo era el más elevado de todos los demás y se encontraba por encima de Asgard. 7. Niflheim o Niflheimr, significa hogar de la niebla, es el reino de la oscuridad y las tinieblas, siempre envuelto por una niebla perpetua. 8. Svartálfaheim es el reino subterráneo y hogar de los elfos oscuros y los enanos; se le relaciona con Nidavellir (o Niðavellir), lugar donde habitan los enanos. 9. Vanaheim o Vanaheimr es el hogar de los Vanir, uno de los dos clanes de dioses aparte de los Asir
De acuerdo con la cosmología nórdica, 8 de estos mundos eran opuestos entre si: Alfheim Asgard Muspelheim Vanaheim
Svartálfaheim Helheim Niflheim Jotunheim
Luz – Oscuridad Cielo – Infierno Fuego – Hielo Creación – Destrucción
Dentro de ¡Oh, Mi Diosa!, el Cielo (o Plano Celestial) seria Asgard, donde se encontraría Yggdrasil, la computadora que lo gobierna; y por tanto el Plano Infernal seria Helheim donde gobierna Hild, y donde estaría localizado Nidhogg, la contraparte de Yggdrasil, claro, este no es el lugar a donde van las almas de los muertos como correspondería en la mitología nórdica, sino que van hacia el Niflheim. •
DIABLO O DEMONIO
El diablo es el principal enemigo de Dios, uno de los ángeles que se hizo malvado, provocando su propia caída. Se le conoce también como Satán, Satanás, Lucifer, Belcebú, Belial. En la religión, folklore, y mitología, demonio es el estado supernatural que se ha descrito generalmente como espíritu malévolo; se le representa con frecuencia como fuerza que puede ser conjurada o controlada. También tienen la potestad de poseer a los seres humanos. En el cristianismo, los demonios son espíritus inmundos, esbirros del Diablo. Dentro de ¡Oh, Mi Diosa! Hild seria la representación del Diablo, y Mara tiene la justa denominación de demonio •
EL TÉ NEGRO
Es un té que se encuentra oxidado en mayor grado que las variedades de té verde, oolong y té blanco. Estas cuatro variedades se preparan con hojas de Camellia sinensis. Generalmente posee un aroma más fuerte y contiene más cafeína que otros tés con menores niveles de oxidación. Mientras que el té verde por lo general pierde su sabor al cabo de un año, el té negro lo retiene por varios años; por esta razón ha sido desde hace mucho tiempo un articulo de mercadeo. La expresión té negro es usada para indicar una taza de té sin leche, similar al café servido sin leche ni crema; en Reino Unido por lo general el té se consume con leche y no “negro.” Variedades de té negro.- generalmente se nombran por la región en donde son producidos: 1. Tés chinos.- Lapsang souchong (de Mount Wuyi, provincia de Fujian); Keemun (de Qi Men, provincia de Anhui); Dian Hong (de la provincia de Yunnan); y Ying De Hong (de la provincia de Guangdong). 2. Tés indios de Sri Lanka.- Assam, Ceylon, Darjeeling, y Nilgiri. 3. Otros tés negros.- Vietnamita, Nepales, Rize (Çay). El té que toma Belldandy es el Darjeeling negro, también existen variedades de Darjeeling verde, Darjeeling oolong y Darjeeling blanco. •
INGLES, FRANCES, ¿ALEMÁN?
Peorth es una diosa hermosa que posee porte y gracia, y que además suele incluir palabras en otro idioma mientras habla; en la versión en español de ¡Oh, Mi Diosa!, hace uso de palabras en ingles, mientras que en la versión en ingles hace uso de palabras en francés, pero en la versión original, ¿qué idioma usara? ¿Alemán? Probablemente no, quizá este haciendo uso de un japonés antiguo y poco usado por la mayoría de la población. •
Aa! MEGAMI-SAMA, AH, MY GODDESS! OH, MY GODDESS! ¡AH, MI DIOSA! ¡OH, MI DIOSA!
El titulo original de la serie hace referencia a la frase en ingles “oh my god!”, la cual puede significar: 1. ¡Dios Mio! 2. ¡Ay, Dios Mio! 3. ¡Oh, Dios Mio! (esta de muy poco uso) Cuando la serie llego a los Estados Unidos, a la Aa primero la tradujeron como Ah, luego como Oh; al preguntársele a Fujishima cual prefería, dijo que las dos estaban bien, al parecer Aa tiene los dos significados. Al pasarla al español, en España, la tradujeron literalmente como ¡Ah, Mi Diosa!, en México se le tradujo como ¡Oh, Mi Diosa! Jugando un poco con los significados de “oh my god!,” el nombre de la serie podría quedar como: 1. ¡Diosa Mía! 2. ¡Ay, Diosa Mía! 3. ¡Oh, Diosa Mía! ¿Cuál seria la correcta traducción de la serie? Probablemente la segunda.