Índice
Objetivo del ocultismo experimental
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Clases de fenómenos
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Los médiums
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Para conocer a los médiums
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El local
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Los asistentes
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El misterio misterio
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La operación
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Invocación
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El códice
20
La comunicación
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Movimientos sin cantado
23
Desplazamiento de objetos
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Deslizamientos
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Fenómenos de aportes
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Fenómenos luminosos
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Fenómenos de materialización
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Sensaciones diversas
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Huellas
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Sensaciones auditivas
41
Transmisión del pensamiento
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Lucidez
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La predicción del porvenir
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El hipnotismo como diversión
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La presentación está realizada por : www.survivalafterdeath.blogspot.com (Noviembre 2016)
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Objetivo Objetivo del ocultismo ocultismo experimental experimental La pala palabr bra a “cie “cienci ncias as ocult ocultas as” ” venía venía a sign signifi ifica carr unas unas cienc ciencia ias s que por su dificultada y lo delicado de su asunto, debían quedar del dominio de algunos pocos iniciados. Por fortuna, el tiempo en que los descubrimientos científicos se guardaban celosamente ha pasado, y ahora se trata de divulgar las verdades entre todos, único medio de librarlas de los perjuicios de los charlatanes. Es verdad que aún no se ha podido estudiar, para que quedasen demo demostr strad ados os evide evident ntem emen ente te todo todos s los los fenóm fenómen enos os y por por eso eso es nece necesa sari rio o prov provoc ocar arlos los para para la expe experi rime menta ntació ción, n, pues pues el mejo mejorr medio medio de estud estudia iarl rlos os es prov provoc ocar arlos los,, para para reso resolv lver erlo los, s, o por por lo meno menos s conocerlos de un modo práctico. Mucha gente ha explotado los fenómenos a su capricho. Unos ven la intervención de las almas de los muertos, otros reconocen la interve tervenci nción ón de sere seres s sobr sobren enat atur ural ales es,, a los los que que llama llaman n “ele “eleme menta ntales les”; ”; los cabalistas admiten la ayuda de ángeles y de genios y, en fin, un gran número lo atribuye todo a la acción del diablo. Frent rente e a todo todo,, en las las inve invest stiga igaci cion ones es cien científi tífica cas s tien tienden den cada cada vez vez más más a demo demost stra rarr que que todo todos s esos esos fenó fenóme meno nos s no son son más más que que pro product ductos os de una una fuer fuerza za que que resid eside e en noso nosotr tros os,, y de la cual no conocemos más que las manifestaciones. Así, pues, estos fenó fenóme meno nos s de orde orden, n, que que llam llamam amos os supe superi rior ores es,, no está están n estu estudi diad ados os lo bastante y no hemos podido penetrar en su naturaleza, de modo que sólo los conocemos por sus manifestaciones.
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Clases de fenómenos No están tampoco de acuerdo en la clasificación todos los que estudian estos asuntos. Generalmente se admiten dos clases de fenó fenóme meno nos: s: unos unos mate materi rial ales es y otr otros inte intele lect ctua uale les. s. Una Una de las las clasificaciones más sencillas es la siguiente: 1. “Golpes”
en los muebles.
2. “Ruidos”
diversos.
3.
“Movimientos tos sin contacto o de objet jetos en que se hay hayan apoyado las manos.
4.
“Apor Aporte tes” s” o apar aparic icio ione nes s de objet bjetos os que que no hay hayan sido sido llev lleva ado por por ninguno de los asistentes, lo que supone el paso de la materia a través de la materia o “penetrabilidad”.
5.
“Fenóm enómeno enos s de vista vista”, ”, que que puede pueden n ser ser “lum “lumino inoso sos” s”,, de una una forma humana luminosa o no.
6. Fenómenos
que dejan “trazos permanentes”, es decir, huellas o restos de su paso.
7. “Cambio
de peso” de los objetos materiales, que se levantan sin esfuerzo o ellos solos.
8. “Cambios
de temperatura” y combustión espontánea.
9. “Corrientes
de aire”, generalmente frías.
Los fenómenos intelectuales se clasifican: clasifican: 1. “Typtología”
– Golpes dados por la pata de una mesa sobre la que los asistentes hayan colocado las manos, que se inclina y recobra después el equilibro.
2. “Grammatología”
o frases que se obtienen por diversos procedi-
mientos. 3. “Escritura
automática”, que puede ser “medial” cuando lo haga con algún instrumento.
4. Escritura
directa, en la que las letras parecen formarse solas. 5
5. “Encarnaciones”,
cuando el sujeto dormido hable en nombre de otra entidad que lo “posee”.
6. “Voces
directas”, en las que las palabras parecen emanar de órganos orales que no pertenecen a los asistentes.
7. “Visión”
en la bola de cristal o en los espejos.
8. “Audición” 9.
en las conchas.
“Telepatía”, si el sujeto está influenciado por un agente a distancia.
10. “Telestesia”, 11.
que hace experimentar impresiones a distancia.
“Clarividencia” o lucidez, por las que se perciben formas invisibles para las personas normales.
Para la experimentación se emplean métodos espiritistas, procedimientos hipnóticos y los procedimientos de los magos y de los faquires indios. Pero para la más fácil y sencilla comprensión se recomienda el primero, o sea el método espiritista.
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Los médiums Se conoce con el nombre de médium a la persona por cuya intervención se manifiestan los espíritus, y estos son de varias clases, según las relaciones que por su influencia se puedan establecer. Así hay médiums: Tiptólogos Motores Escribientes Dibujantes Pintores Auditivos Videntes Parlantes Incorporantes Materializadores Músicos Pneumatógrafos Curanderos Sonámbulos Fácilmente se comprenden las relaciones que, merced a cada una de estas facultades, pueden establecerse. Los “tiptólogos” producen golpes o ruidos. Los “motores” producen movimientos de los objetos y aportes. Los “escribientes” escriben, y los “dibujantes” dibujan, y los “pintores” pintan, como si alguien guiase su mano, con una fuerza extraña superior a su voluntad, sin que sea necesario que sepan escribir, pintar o dibujar. Los “auditivos” oyen a los espíritus, los “videntes” los ven y los “parlantes” hablan bajo la inspiración de ellos. 7
Los “incorporantes” son aquellos en los que se verifica un “avatar”, o sea aquellos en los que, bajo la influencia de un sueño hipnótico, sufren la invasión de otro espíritu, que se apodera de su cuerpo, como si éste fuese una casa, de la que se arrojara al legítimo poseedor. “Materializadores” son aquellos por cuyo conducto los espíritus pueden manifestarse con apariencias de vida humana. Estos pueden producir flores por una condensación de fluidos. Los “músicos” componen música, tocan cualquier instrumento o cantan bajo la inspiración de los espíritus. Los “pneumatógrafos” son los médiums que obtienen la escritura o el dibujo de los espíritus por transmisión directa. “Curanderos” son los que tienen el don de curar a sus semejantes. Los “sonámbulos” no son siempre médiums, pero pueden llegar a serlo con una hábil dirección.
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Para conocer a los médiums Las facultades de unas y otras clases son muy frecuentes; se hallan muchas personas que los poseen, y todas pueden llegar a tenerlos desarrollando en este sentido sus facultades de un modo perseverante. Hay, sin embargo, personas nerviosas y “sensitivas”, cuyas condiciones de mediumnidad se hace más intensa. Una mujer, estudiada por los doctores Clarac y Llaquet, no tenía más que acercar las manos a un animal o una planta y se desecaba paulatinamente. Se encuentran multitud de casos. María Pascorel hacía bailar a todos los objetos en torno suyo. Daniel Dunglas se remontaba y volaba como un pájaro. Ricardo Cahgnet, disolvía nubes con la mano. Slade jugaba con carbones hechos ascuas, Emilia Sagee se desdoblaba y podía estar en dos sitios, visible, a la vez.
Reconstrucción de unos de los vuelos del médium Daniel Dunglas Home 9
El médium Henry Slade 10
Emilia Sagee desdoblada en la imagen
Hay otras anomalías fisiológicas, como desarrollar corrientes eléctricas y focos luminosos en algunas partes del cuerpo, ver con los pies o a través de cuerpos opacos, oyen lo insonoro y palpan lo intangible, tienen sabor en las manos y huelen con los riñones. Todos estos son misterios que no llegamos a saber por qué se producen; pero que no por eso son menos verdaderos. Misterio es para nosotros la generación, y misterios son la muerte y la vida. Vemos los hechos y no conocemos sus causas, pero esto no quiere decir que sean sobrenaturales; todo se reduce, simplemente, a que salen del orden natural de las cosas que tenemos costumbre de ver. Pero la prueba de que son naturales está en que se realizan. Muchas veces las condiciones de un médium las descubre otro, o 11
bien los mismos fenómenos espirituales, pero sin necesidad de eso se hallan señales que los dan a conocer; estudiados en los “Effluves odiques” por algunos célebres doctores, Reichembach propone para descubrir a los “sensitivos” este medio: Se reúnen en cono los dedos de cada mano, y se colocan las dos manos de manera que queden ambos conos frente a frente. Se notará que se aproximan lentamente una a la otra, que se experimenta como un deseo fortísimo de unirlas. Los sensitivos no las pueden contener, se les escapan como un por resorte bruscamente, y al querer de nuevo separarlas se nota que los dedos no obedecen de buen grado; pero si se dejan algunos minutos tranquilamente en contacto, se notará que la atracción se debilita, y se puede, sin dificultad, separar los conos. Pero esta fase del fenómeno es aún más extensa si se dejan más tiempo unidas; la atracción primera se transforma en un sentimiento de repulsión, que hace el contacto desagradable y las dos manos tienden a separarse.
Esos juegos populares que se transmiten de padres a hijos sin saber en qué consiste el fenómeno que operan tiene su explicación en esta atracción desconocida. Ese juego de la llave que se coloca entre varias personas, las cuales dirigen sus dedos hacia ella, y que al cabo de algunos minutos empieza a girar y se aproxima a una de ellas, quedando bajo su mano, no es más que una manifestación de la existencia de mayor cantidad de efluvios “ódicos”, y quién sabe si en estos se podrá hallar el secreto de las afinidades eléctricas entre los sexos y del misterio de la fecundación.
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También se conocen los médiums por la imposición de manos sobre los omoplatos, según sea más o menos viva la impresión que se experimente. Por lo general, tienen condiciones de médium las personas que oyen los crujidos débiles de la madera en las mesas y en los muebles, y que son muy sensibles a las impresiones de todo género.
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El local Para operar es bueno cualquier local y cualquier hora; pero para obtener con perfección toda clase de fenómenos, lo mejor es preparar las sesiones en un gabinete en el que haya algún espejo, un par de cortinas de tela, cuadros e instrumentos de música, sin olvidar un sillón para el médium que puede verse fácilmente acometido de un estado de sonambulismo, y de este modo se evita una caída. La mesa en que ha de operarse tiene gran valor, porque de todos los medio de que se han valido hasta ahora para la experimentación, el mejor es la mesa. La forma de la mesa importa poco; puede ser rectangular, de cuatro patas; pero son más fáciles de mover las de tres patas, y más aún los veladores montados sobre un solo pie. Es conveniente que no sea demasiado pesada. Se recomienda que no haya en ella clavos ni nada de metal, porque eso hace más perfectos los fenómenos.
El gabinete es un espacio oscuro tapado por un par de cortinas donde se sienta el médium 14
Los asistentes Se necesitan varias personas para verificar los fenómenos de movimiento de mesas. Será difícil que una persona sola pueda moverla; dos ya es más fácil, y desde tres en adelante no se limita el número, que no debería pasar de cinco a siete para mayor claridad. Es conveniente que todos crean en los fenómenos, o, por lo menos, que haya en todos un buen deseo de investigación de unir su voluntad a la voluntad de los otros y no poner dificultades u obstáculos, a veces tan visibles, que los mismos fenómenos obligan a rechazar a la persona que los dificulta. Es bueno que todos se recojan y se propongan obrar de consuno. Nada obliga a los incrédulos o a los que no quieran investigar o acudir a estas sesiones, y es mejor que no vayan a ellas si no han de proponerse un fin de cultura, respetando lo que no se llega a conocer, y sin confundir lo que estas sesiones tienen de científico con los “trucos” de los juegos de salón. Entre los asistentes se debe designar la persona que haya de dirigir la sesión, para que sea él solo el que hable, a no resultar alguno elegido por el resultado de la reunión. El no observar ese orden da lugar a que todos hablen al mismo tiempo y se establezca una confusión, en la que todos charlen a un mismo tiempo, sin lograr entenderse, lo que causa el descorazonamiento, que no deja producir fenómenos decisivos.
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El misterio No hay nada que autorice a pensar que los fenómenos que resultan no sean hijos de las fuerzas magnéticas de los asistentes; pero sin embargo, como la fuerza que se manifiesta es una fuerza inteligente y personificada, por lo general, un ser imaginario, es como si fuese otro ser sobrenatural e invisible que se encuentra presente. Los espiritistas hacen comúnmente esta personificación en el alma de un muerto; los ocultistas en un ángel o un diablo; las personas científicas, sin ideas preconcebidas, creen que las comunicaciones emanan de los asistentes mismos que forman entre todos “una especie de conciencia colectiva”, lo que hace desaparecer el ridículo que hay en conversar con un ser imaginario; pero al mismo tiempo nos revela qué pueril es el crear ese ser inteligente tan efímero, que por nacer de nosotros no es superior a nosotros, y esta investigación queda reducida a un entretenimiento vano, que a nada conduce.
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La operación Tiene gran importancia la colocación del grupo para el buen resultado de la operación. Hay naturalezas completamente opuestas; pero el que en un grupo sea repelente podrá no serlo en otro, o, por lo menos, en cualidad repulsiva se puede aminorar. Así, si después de colocados no se verifica el fenómeno, hay que preguntar al “Espíritu” (llamaremos así, para mayor claridad, a esa especie de ser consciente que resulta en el curso de la operación) qué lugar ocupa cada uno y él indicará el lugar que ha de ocupar cada uno. Se colocan las manos con la palma de plano, sin hacer peso y procurando que los dedos meñiques de los unos se toquen con los pulgares de los otros, para establecer la “cadena” o corriente magnética. Al poco tiempo se empiezan a sentir ligeras ondulaciones en el tablero de la mesa, que parece que ondula y que se ablanda. No es necesario estar quietos o guardando silencio; es un fenómeno natural de nuestro fluido, que se opera sin necesidad de esa precaución, y tampoco se necesita el misterio de la oscuridad. La mesa se levanta naturalmente y se inclina del lado donde esté el “médium” que tenga más fluido.
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Invocación
Cuando se tienen estas sesiones sin esa fe supersticiosa que algunos ponen en ellas, el director, para dirigir la palabra al espíritu, dice simplemente: Si quieres manifestarte da un golpe. En la mayoría de los casos la mesa se levanta de un lado y luego se deja caer. Los creyentes, que hacen de esta práctica una especie de religión, y tienen sus espíritus protectores, los invocan con una oración previa antes de llamar al que desean, como una especie de intercesor: Lucía Bueno, ángel de la guarda, al que Dios colocó a mi lado para ayudarme y protegerme. Sostenedme en las debilidades de mi alma y abridme horizontes más amplios que los de la Tierra. Espíritu de X. ( Generalmente esos guías tienen nombres poéticos, Flor Blanca, Flor de Luz, etcétera ), ruega a Dios que deje manifestarse al espíritu de H. ( Aquí el nombre que se desea ) En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Luego está la invocación al Espíritu que se desea. Conviven una división de espíritus buenos, directores, superiores, otra de espíritus bondadosos y nobles y otra de espíritus traviesos, revoltosos, burlones y hasta malvados que se suelen designar con el nombre de “gmemarrupia”. En la invocación se ruega al Espíritu protector que traiga a los primeros y aleje a los otros. A pesar de eso, se suelen presentar y enredarlo todo. Algunos les mandan alejarse, y si no obedecen sacan una navaja y hacen una cruz en el aire. Carmen de Burgos, “Colombine”, que asistió a una de estas sesiones dice: Es una cosa emocionante, sobre todo por la intención; parece que se mata realmente a un ser, se oye un crujido que me parece un lamento y todo queda en silencio. 18
Carmen de Burgos
Todas estas son prácticas supersticiosas, que nada tienen que ver con la ciencia. Ese Espíritu director es el dominio de un buen “médium”; los equívocos que parecen impertinencias y faltas de seriedad en los Espíritus no son más que la mezcla de influencias de los asistentes que se imponen y predominan indistintamente unas sobre otras. Pensamientos inconscientes quizás que se forman entre todos. Dejaremos, pues, de tratar de las supersticiones para hablar sólo de lo científico y del estudio de los fenómenos tal como se presentan.
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El códice Se debe establecer un códice previo si se trata de buscar la expresión del Espíritu por medio de la triptología. Puede convenirse del siguiente modo: Un golpe para la a. Dos para la b. Tres para la c. Y así sucesivamente para cada una de las letras del alfabeto; como esto resulta muy difícil a la memoria, se coloca un abecedario sobre la mesa, y debajo de cada letra un número de orden. Se va contando los golpes, y en el número que se detengan se busca la letra que conviene y se va escribiendo con un lápiz en una hoja de papel. Es menester no ser escrupulosos en la ortografía. Para simplificar más se conviene que para las preguntas que no requieran más que una respuesta negativa o afirmativa, el Espíritu responda dando un golpe para decir “SÍ” y dos para decir “NO”.
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La comunicación Director.- Si te quieres manifestar da un golpe. Espíritu.- Un golpe. Director.- Bien. Saluda a los asistentes. Espíritu.- Un golpe por cada uno. Director.- Para no dejarnos duda levanta otra pata de la mesa. Espíritu.- Verifica el movimiento. Director.- ¿Estamos bien colocados? Un golpe indica “Sí”, dos “No”.
Espíritu.- Responde con uno o dos golpes, según el caso. Si es la respuesta negativa se le demanda.
Director.- Da un golpe para mí y tantos golpes como correspondan al lugar que ocupa el que ha de sentarse a mi derecha. Por el mismo procedimiento di el que ha de sentarse a la derecha de éste, y así sucesivamente.
Espíritu.- Da los golpes indicados. Director.- ¿Estás contento? O si hay alguien que le desagrada da dos golpes.
Espíritu.- Da dos golpes. En tal caso le preguntan:
Director.- ¿Quieres que se retire? Cuenta hacia la derecha empezando por mí.
Espíritu.- Lo hace o se resiste a ello y se manifiesta a pesar de su desagrado. Si lo manifiesta, el señalado puede retirarse. Después de esto empiezan las preguntas, a las que se entregan los espiritistas, llamando a diversos espíritus de muertos y a veces 21
conversando con el espíritu de un amigo ausente, dormido y hasta en estado de vigilia. Esto es lo más pueril de la experimentación, y no hay que detenerse en ello si se quiere estudiar los fenómenos de verdadero interés.
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Movimientos sin cantado Los movimientos de la mesa, cuando las manos de los asistentes reposan sobre ella podrían atribuirse a movimientos inconscientes, es decir, a movimientos que ejecutan los asistentes involuntariamente y sin darse cuenta de ellos, o a un fenómeno normal producido por nuestras propias contracciones musculares. Así, pues, se empiezan a oír golpes en la mesa que son más fuertes y claros cuanto mayor es la potencia del “médium”. Esos golpes parecen producidos por una fuerza inteligente que accede a contestar por medio de ellos, como sucede en la triptología, y también se abstienen de ritmos determinados que pueden acompañar una canción o un vals, etc. Poco a poco, cuando ya el fenómeno se produzca con facilidad se van separando las manos de la mesa y se conservan unidas en la cadena, de modo que se le envíen los efluvios sin tocarla. Se nota en estos experimentos un poco de cansancio en el “médium”. Es necesario tener en cuenta que el gasto de fuerza magnética que se hace puede perjudicar a algunas personas nerviosas; así que es frecuentemente, alrededor de las mesas parlantes, se dan casos de indisposiciones súbitas de los que toman parte en los experimentos. A veces, hay alguno que se marea, que sufre un desmayo y otros que no pueden formar la cadena sin caer en estado de sonambulismo. El movimiento de las mesas, descubierto en América e importado a Europa por el doctor André, es efecto de una ciencia natural aún desconocida en su esencia, y ninguna otra ha sido jamás tan injustamente combatida; mirada por unos con miedo, con desdén por otros, son muchos los que se niegan a la investigación, llamando a estos fenómenos la aberración de nuestra época. Y sin embargo, el fenómeno es real y se verifica a la vista de todos. No cabe superchería; basta colocar las manos de plano sobre la mesa, con los dedos un poco encorvados, para que el fluido haga mover la mesa. A veces, para aumentar la corriente, se debe poner 23
la cabeza sobre la mesa; pero en ese caso se debe colocar el lado derecho.
Se forma una cadena con la médium mediante las manos (Srta. Golinger)
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Desplazamiento de objetos Aunque haya contacto con las manos de los experimentadores, el hacer perder su pesadez a un objeto y vencer su resistencia para que se mueva es siempre un fenómeno supranormal. Tal es, por ejemplo, la “levitación” de las mesas, que se consigue cuando éstas empiezan a balancearse. El “médium” levanta las manos, y ordena con voz insinuante: “Levita”, “levita”, y la mesa se eleva y sigue las manos del “médium”, como atraídas por él, contradiciendo todas las leyes del equilibrio. También hay desplazamientos de objetos con contacto que se diferencian de los otros en que los operadores no tocan la mesa y sólo hacen la cadena a distancia, formando círculo alrededor del mueble. El “médium” presenta la palma de la mano a una ligera distancia del tablero y la deja inmóvil algunos instante y luego la eleva lentamente seguida por el mueble que se eleva detrás de ella. Estos fenómenos se producen más fácilmente cuanto mayor sea el número de personas que forman la cadena.
Eusapia Palladino con la mano levanta encima de la mesa y ésta se eleva siguiendola
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Deslizamientos Estos son más fáciles de producir que la levitación; para conseguirlos, el “médium” presenta la palma de su mano a la mesa y la retira con lentitud, como si quisiera atraer el mueble que le sigue, algunos consiguen así, no sólo movimientos de mesas, sino de los cuadros y de otros objetos. Este fenómeno tan extraño lo explican algunos doctores diciendo que la inteligencia presente puede por la volición privar a los cuerpos inertes de su fuerza de inercia y moverlos por la voluntad. Verdaderamente en estos estudios es cuando más conocemos lo mucho que nos falta que saber, como se ignoran en realidad las fuerzas de la Naturaleza, y como contradicen los hechos las más arraigadas teorías. Se cuentan sesiones de espiritismo, en las que el “médium” ha hecho aumentar y disminuir a voluntad el peso de la mesa; a veces se han visto las manos iluminarse de un modo extraño. Una dama arroja su collar de coral sobre la mesa y a los pocos instantes el collar empezó a dar vueltas y se levantó en espirales como una serpiente. En otra sesión una señora sintió que una mano desconocida se apoyaba con fuerza sobre su rodilla; a los pocos momentos la mesa se alzó a más de un metro de altura, sin que nadie la tocase. Es curioso el recuerdo de las célebres sesiones de espiritismo celebradas por nueve sabios en Milán en 1892 con la médium Eusapia Palladino, en las que se dio el caso de que las sillas cercanas a los médiums se acercaban a ellos por sí solas. Los “yoguis” de la India explican estos fenómenos diciendo que la gravitación depende de la diferencia entre la polaridad eléctrica y magnética, y afirman que el cuerpo humano tiene una polaridad diferente de la de la tierra, de modo que pueden anularla en ciertos casos. Es decir; que si la tierra y el cuerpo llegan a un mismo estado de polaridad, el cuerpo queda libre de elevarse en el aire; en todo caso, lo que hay de cierto es que la fuerza física anula o neutraliza 26
con frecuencia la ley de la gravitación. Hay veces en que se ven avanzar las mesas sin ningún contacto hasta un espacio de medio metro. Un velador muy pesado de madera maciza se eleva hasta dos metros del suelo sin contacto ninguno.
Eusapia en los experimentos de Milán en 1892
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Y no son solamente las mesas sino también objetos. Un peso de pesar cartas puesto sobre la mesa, después de haber hecho la cadena, sigue el movimiento de la mano del médium. En este orden de fenómenos se producen verdaderamente extraordinarios: las sillas cambian de sitio, las puertas se abren y se cierran, las cortinas se levantan y caen sobre la mesa y sobre los operadores. A veces, con un buen médium, se producen los fenómenos tan espontáneamente, que tienen lugar hasta sin que él se lo haya propuesto.
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Fenómenos de aportes Se designa bajo el nombre de fenómenos de aporte los diversos objetos que aparecen sin que los lleven los asistentes. Es un hecho que sorprende y al que no se ha querido dar crédito, hasta que la evidencia, lo ha demostrado, pues no se han podido negar las cosas vistas con claridad meridiana, y este hecho es muy frecuente. A veces aparecen en la mesa los objetos más diversos: flores, frutas, piedras, etc. y no es raro que esas frutas o flores sean exóticas y fuera de su estación, tales como jazmines o fresas en pleno invierno. Tal vez la explicación de estos fenómenos incomprensibles se encuentre unida a los de desdoblamientos del cuerpo humano. Estos hechos tan extraordinarios no se producen, generalmente, mas que cuando el médium está sumergido en un profundo estado de hipnosis. Se manifiestan espontáneamente como la mayoría de los fenómenos superiores del ocultismo y no se reproducen voluntariamente, a menos que se los provoque con el recurso de los métodos espiritistas. Por lo general se presentan cuando menos se les espera.
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Fenómenos luminosos Se pueden clasificar en este grupo los fenómenos psiafisios de visión de los efluvios que se desprenden del cuerpo humano, y que sólo pueden distinguir los sensitivos y los sonámbulos. En su obra, La fuerza vital, el doctor Baraduc cuenta el hecho siguiente: Un azar me permitió distinguir este fenómeno en todo el lado izquierdo de mi hijo de doce años, el 22 de agosto de 1891 en Sac-sus-Mer, en medio de la noche. En un sueño agitado él creía haber pescado una langosta y se balanceaba en su lecho, diciendo: “Ya te tengo”, la noche era completamente oscura y lluviosa, no había luz en la habitación. Yo lo observé un instante; no tenía nada de anormal en el lado derecho; en el izquierdo desde la cara hasta los brazos, le corría una fosforescencia de un blanco un poco amarillento, más marcada en las partes salientes de la barbilla, los pómulos, la nariz, etc., que se extinguió al cabo de un minuto, cuando lo desperté de su pesadilla. Una persona encerrada con un sensitivo en una habitación oscura, se hace visible a los ojos de éste al cabo de algunos minutos. El sensitivo percibe la silueta destacándose de la oscuridad como una forma indecisa, vaporosa y blanquecina. Poco a poco los rasgos se dibujan más, el cuerpo aparece de una blancura incandescente, las manos parecen más grandes y más largas, con las últimas falanges más claras y los dedos terminados en una prolongación brillante. Una especie de aureola, en la que parecen mezclarse varios colores, rodea la cabeza, que brilla con un brillo particular. Los lados laterales del cuerpo parecen azules a la derecha y amarillos a la izquierda. Los dos colores parecen avanzar hasta la línea media para confundirse; hacia las extremidades, el amarillo se hace naranja y el azul añil.
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Cuando toda excitación ha desaparecido de los ojos, al cabo de una hora, el sensitivo ve brillar, delante del cuerpo, un color que no había aún percibido y que le había parecido de la línea media – frente, línea de la nariz, barba, esternón y columna vertebral – brilla con luz intensa, que resulta de yuxtaposición del azul y del amarillo, pero hay una banda de un azul muy vivo, de tres a cinco 31
centímetros de ancha, que tiene su nacimiento en el borde frontal y disminuye de anchura al seguir la línea de la nariz, bajo la forma de un hilo brillante. A algunos milímetros de las alas de la nariz, este hilo se alarga considerablemente y cubre todo el lado superior, donde parece terminar. Este tinte azul reaparece en la punta de la barba y sigue ensanchando hasta el ombligo, en el que desaparece completamente. Por detrás se observa la banda amarillo pálido, de unos cuatro a cinco centímetros de ancho, que parte del coxis y sigue la columna vertebral, haciéndose más brillante en el cerebelo. Allí el fenómeno se complica, y en medio de la banda amarilla se destaca una línea, de un centímetro de ancho, que brilla con un color grisáceo de un tono particular. Se observan también en el sujeto colores más o menos vivos, que se funden, palidecen y tienden a desaparecer en reflejos azules. Esos colores secundarios están dispuestos unos al lado de otros, en el orden en que la Naturaleza los ha colocado en el arcoíris. Cada movimiento respiratorio proyectado por la nariz derecha da un pequeño haz de rayas azules, y amarillas a la izquierda. El son de la voz es siempre visible bajo la forma luminosa. En general, cuando la voz es aguda, el color es azul, en los sonidos nasales; grisáceos o rojos; en los elevados, de añil muy vivo. Cuando son fuertes, el sonido es violeta. El aliento sale de la boca en forma de neblina gris acero. El soplo caliente, gris azul y el frío amarillo claro. Cuando se golpean las manos se produce una nube de luz verde que se proyecta lejos. La luz de los hombres no es la misma que la de las mujeres. A la derecha, el hombre brilla con un azul más vivo y más intenso, y ellas brillan a la izquierda con un amarillo naranja más luminoso. Cuando el equilibro de la salud se rompe, los colores son más o menos modificados. En general, en las enfermedades caracterizadas por un aumento de actividad orgánica, se hacen más 32
brillantes, como consecuencia de una combustión más activa, y, con frecuencia, el azul pasa a violeta. Cuando, por el contrario, disminuye la actividad, los colores palidecen. En lesiones graves, como la tisis o el cáncer, se hacen visibles placas de sombra rodeadas de una aureola luminosa, en la que aparece en más o menos proporción el color verde. Algunas personas nerviosas son “cebrados” oblicuamente por bandas amarillas y azules. Para los que se acostumbran a estos ejercicios, el cuerpo humanos se hace luminoso y de una transparencia notable, a través de los vestidos distinguen todos los órganos; la sangre aparece con su color propio, aunque su movimiento produzca una luz azul muy clara que ilumina todos los vasos de la articulación; y los nervios son particularmente brillantes. Hasta las manifestaciones del pensamiento y la voluntad pueden apreciarse por los matices diferentes y por la clase de ondulaciones que llevan a lo lejos los movimientos vibratorios del cerebro. Se dan casos de personas que ven a través de cuerpos opacos. Esto que parece un absurdo, ha quedado legitimado por el descubrimiento de esta luz penetrante y desconocida que, por llamarla de alguna manera, se le ha llamado rayos X. En el espiritismo se presentan estos fenómenos cuando menos se esperan, y no se repiten a voluntad. Para obtenerlos se colocan los asistentes alrededor de la mesa y apoyan las manos sobre el tablero, formando la cadena. Lo mejor es sumergir al “médium” en hipnosis y colocarlo en el sillón. En seguida se hace la cadena alrededor de la mesa, en la más completa oscuridad. Los primeros efectos luminosos que se presentan, son generalmente como reflejos en las cortinas, luego flotan en el aire y se deslizan entre los asistentes y el “médium”. Aparecen en forma de cruz, de globos de fuego y de columnas luminosas. Más adelante se llegan a distinguir formas de animales y de objetos diversos y hasta siluetas de formas humanas, como sucede cuando miramos las nubes que corren por el aire. 33
En las sesiones de espiritismo aparecen luces de colores en medio de la sesión
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Fenómenos de materialización Estos son los más extraordinarios de todos los fenómenos del espiritismo: “la aparición de formas materializadas y tangibles”. Para eso se coloca el “médium” en una pieza oscura que tenga una puerta que dé a la habitación donde están los asistentes. El “médium” cae en un letargo y en ese estado se presentan las formas materializadas que son fluídicamente débiles y no pueden avanzar más que algunos metros del “médium”. Cuando las formas tienen una fuerza física más grande, pueden andar, hablar y hasta escribir. Durante este tiempo el “médium” debe quedar en la oscuridad más completa. Por lo general, no se muestran más que manos, brazos y perfiles o bustos. El cuerpo entero es raro que se manifieste. Cuando el “médium” es bueno, la materialización puede tocarla los asistentes, y, en algunos casos, se han llegado a fotografiar. Estos trabajos, que se había discutido como alucinaciones, entran hoy en el camino de las realidades científicas. La ciencia del misterio va dejando levantar sus velos y se ha comprobado, en algunos de esos fantasmas, que son producidos por la materia fluida que se exhala del “médium”. Algunos han llegado a producir con esa materia aportes, entre los que se cuenta la materialización y desintegración de una planta con once lirios dorados, de siete pies de alto, importada de Egipto, en las sesiones que tuvo lugar en Londres con Madame D´Esperance. Un pintor, que asistía a estas sesiones tuvo la diabólica idea de abrazar al fantasma, y, apenas lo puso en práctica, la materialización se deshizo en sus brazos como podía haberlo hecho en un brasero, y en el mismo momento la “médium” empezó a quejarse, teniendo necesidad de acudir en su auxilio y llamar a un médico. Cabe la gloria de haber descubierto que las formas consideradas antes como de espíritus de ultratumba no son más que materia del “médium”. En las sesiones de investigación realizadas por la señora Julieta 35
Bisson, la “médium” era despojada den absoluto de toda la ropa y examinada escrupulosamente por los médicos asistentes. Se le registraba hasta la nariz, las orejas, la garganta y el pelo. La sala de sesión se había pintado de negro y se iluminaba a voluntad con seis lámparas rojas. No había muebles ni huecos; y allí, donde no era posible superchería alguna, se estableció el proceso biológico desconocido, del cuerpo de la “médium” se desprendía una materia semilíquida que poseía propiedades inherentes a algunas sustancias vivas, como las de los tejidos adiposos.
Madame D´Esperance y el lirio materializado
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Esa materia que tiene cierto poder lumínico, que parece animada y no deja obstáculo para su desarrollo sale de la boca o del ombligo de la “médium” y deja trazos de su paso, que se han podido comprobar, mediante examen microscópico de la existencia de epitoloides. Esa sustancia tiene la poderosa facultad de formar imágenes de óptica, es una sustancia que se presenta en forma de masa maleable y que puede representar flores, telas y miembros de personas. Los doctores que la han estudiado establecen este proceso: Aparición después del sueño de la “médium” de una sustancia brumosa, como humo que se va condensado. Esa fría, viscosa, pesada y da al torcerla la impresión de un reptil vivo. La boca y el ombligo son las fuentes de que mana. Segunda fase. Consiste en la evolución que se observa en ella; con movimientos semejantes a los de las llamas de fuego y de los reptiles. Tercera fase. Metamorfosis en miembros humanos que dan la impresión de estar recortados en papel. Cuarta fase. Desaparición que se produce instantáneamente en el cuerpo de la “médium”, con un salto rápido que reabsorbe la materia por el vientre bajo o por la boca. Hay que notar que las personas que asisten a estas experiencias influyen notablemente, no sólo sobre la “médium”, sino sobre las producciones, que son más o menos, según el grado de indiferencia o credulidad de los espectadores. Así, esto que se creían alucinaciones colectivas o casos patológicos, remediables con exorcismos, pasa a materia de estudio, en la que quizá se encuentren el origen de la vida, la generación espontánea, y las leyes morfológicas de las manifestaciones vitales, la unidad fundamental y la energía individual más allá de la destrucción de la forma humana. ¿Quién sabe?
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Yolanda, una materialización de la médium Madame D´Esperance 38
Sensaciones diversas En el curso de las sesiones de espiritismo se sienten impresiones y cambios de temperatura: calor o frío, ya sobre los asistentes o en los objetos. Se han llegado a observar casos de combustión espontánea en un trozo de algodón colocado sobre la mesa: se ha inflamado rápidamente. Algunos asistentes han sentido en la nuca soplos fríos como un aliento. Estas impresiones se experimentan estando alrededor de la mesa y procurando que la luz sea velada o la oscuridad completa.
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Huellas Para lograrlas se coloca en la mesa un plato conteniendo harina y se forma la cadena alrededor, el “médium” se coloca de espaldas a las cortinas, y la luz débil favorece la aparición del fenómeno. Al encender, puede verse huellas de dedos en la harina y dibujos de todas clases. A veces es una máscara que representa la faz del “médium”. Esto no tiene nada de sobrenatural; se explica por el desdoblamiento del cuerpo humano, que se estudia en los métodos hipnóticos.
Huellas dejadas por Eusapia Palladino a distancia 40
Sensaciones auditivas La conciencia general transmite mensaje a la conciencia personal por el intermedio de sensaciones auditivas. En ese caso, el “médium” cree oír la voz y puede repetir las palabras percibidas. Estos mensajes se transmiten con una rapidez extraordinaria y sin ninguna fatiga para el “médium”. Este fenómeno se presenta por alucinaciones en algunas personas que creen oír una voz que les habla y a la cual obedecen. La historia está llena de estos ejemplos.
Elizabeth Poole, 1926, la médium del Dr. Hamilton recibión sensaciones auditivas y visuales durante los experimentos
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Transmisión del pensamiento La transmisión del pensamiento se designa comúnmente con el nombre de telepatía, y mediante ésta se puede recibir la impresión a distancia, o hacerlas experimentar, lo que se llama telestesia. Generalmente se cuentan con fenómenos de transmisión los de presentimientos y visiones atribuidas al espiritismo; pero deben reconocerse sólo como tales el solo hecho de comunicar a distancia con un sujeto, dormido o despierto, por la sola sugestión mental, con exclusión absoluta de todo otro procedimiento y sin que el sujeto pueda sorprender ningún gesto ni ningún signo en el operador. Son raros los sujetos que desde el principio pueden percibir el pensamiento del operador. Se necesita una educación que reclama gran paciencia, y el resultado es más fácil si existe una simpatía natural y una vida en común. Son sujetos más a propósito las personas nerviosas de espíritu romántico y de inteligencia cultivada.
El emisor trata de enviar telepáticamente al sujeto unas líneas de un libro o una carta de la baraja 42
Dormido el sujeto por medio de pases hipnóticos se le ordena que reconcentre el pensamiento, mirándolo fijamente a la raíz de la nariz y diciéndole: Dame toda tu atención. . . haz lo posible por penetrar en mi pensamiento . . . te voy a hacer un mandato mental. . . obedece. En seguida se piensa imperiosamente: Levanta la mano izquierda. . . levanta la mano izquierda . . . obedece. Si después de repetir esto varias veces el sujeto no obedece, se hacen pases sobre su frente para hacer el sueño más profundo, se piensa con mayor intensidad y se repite el mandato. El sujeto obedecerá. Entonces ya está en situación de recibir las sugestiones mentales. Una gran parte del éxito de estas operaciones consiste en que la persona que transmite el pensamiento vea en su imaginación el objeto, no que lo nombre sólo. Hay personas entre las que se establece tal corriente simpática, que se transmiten el pensamiento de un modo natural, sin darse cuenta, y pueden obrar por sugestiones que se comunican, con tal que se haga una concentración de pensamiento con deseo de transmitirlo.
El matrimono Zanzig eran capaces de transmitirse información telepática en estado normal
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Lucidez La lucidez , llamada también segunda vista, doble vista o clarividencia, es la facultad de ver sin necesidad valernos de los ojos y más allá del campo de la vista normal, como a través de los cuerpos opacos. No hay que confundir esta facultad maravillosa con las representaciones de la imaginación del sujeto, que pueden reproducir formas ya conocidas, creyendo que se ven realmente. La ciencia, que admite ya la transmisión de pensamiento, después de haberla negado obstinadamente durante mucho tiempo, continúa negando la lucidez, pero es fácil obtener pruebas absolutamente ciertas de la existencia de esta maravillosa facultad, aunque son pocas las personas que llegan a una lucidez verdadera, pues además de necesitar un temperamento privilegiado, es preciso habilidad y paciencia de parte del operador para desenvolver la facultad por medio de una educación adecuada. El público suele confundir la clarividencia con la transmisión del pensamiento, aunque entre ambos fenómenos existe gran diferencia. Generalmente la clarividencia se presenta en los sujetos que son capaces de ella cuando se encuentran en estado de sonambulismo, producido por el hipnotizador. A veces, casi siempre, esta asombrosa facultad no se conoce en los primeros ensayos y se va operando poco a poco hasta llegar a descubrirla, puesto que no depende de la voluntad del operador el crearla. Se empieza por sumir en sueño hipnótico al sujeto, se le aplica un reloj sobre la nuca o sobre la frente y se le pregunta la hora. Cuando después de varias sesiones se logra este resultado, se hace que describa la habitación o una ciudad que él conozca. Luego se le hace que diga los movimientos que ejecuta el operador, colocado a su espalda. Así que estemos convencidos de su lucidez, se le puede hacer que nos diga lo que sucede en sitios lejanos o próximos aunque sean desconocidos para él y se puede comprobar la verdad. 44
La confusión de la lucidez con la transmisión es fácil, porque ya sabemos que toda palabra se manifiesta con una imagen en la imaginación del que la conoce. Sabemos también que cuando una persona hace una pregunta cuya respuesta exacta conoce, esa respuesta se presenta en su espíritu de una manera automática. Así puede ser que aunque el sujeto no conozca los objetos y los describa, lo haga sólo por transmisión del pensamiento y no por verdadera clarividencia. Así se ve que se pregunta a un “médium” por una persona desconocida ¿cómo se llama?¿Qué edad tiene? Y contesta sin equivocarse; pero es porque aquella persona ha pensado su nombre o su edad. Una muestra de verdadera clarividencia es que el sujeto vea cosas que ninguno de los presentes pueda pensar. Por ejemplo: ¿Qué sucede ahora en la casa de D. X.? Se debe procurar que se trate de un amigo de algún amito nuestro, a fin de que éste pueda ir a comprobarlo.
Niña con los ojos tapados intentado leer un libro y cartas mediante la clarividencia 45
La predicción del porvenir Si la ciencia no admite la lucidez, menos admite la predicción del porvenir. No es, en efecto, posible, sin caer en el fatalismo, creer que un sujeto, en estado de sonambulismo, puede sacar de los acontecimientos actuales deducciones que le permitan prever los acontecimientos futuros. Un “médium”, en sonambulismo artificial, está asistido de una memoria y de un juicio elevado al más alto grado de desenvolvimiento; por la telepatía es sensible a impresiones que nosotros ignoramos y que puede llegar a la lucidez; así es que puede llegar a prever algunos acontecimientos del porvenir. El Presentimiento no es otra cosa sino un trabajo misterioso de deducción operado por el espíritu subconsciente fuera del campo limitado de la conciencia normal. Es decir, una forma de las manifestaciones tan numerosas de la telepatía inconsciente, aliada al automatismo psíquico. En estado de hipnosis el sujeto descubre con gran facilidad las relaciones de causa y efecto y sabe sacar relaciones lógicas que pueden dar conclusiones subsiguientes de una certidumbre matemática. La creencia en la predicción del porvenir ha sido admitida y explotada por los charlatanes sin escrúpulos que han sabido aprovecharse de la credulidad e ignorancia de sus víctimas. Muchas personas creen seriamente en la adivinación por las líneas de la mano, por las cartas, los sueños, la observación de los astros, la varita mágica, la llama de una antorcha, la espuma de café y otras supersticiones. Se ha dicho con gran justeza que a veces se han realizado las predicciones “porque la idea ha quedado en la mente del sujeto y le ha determinado obrar en consecuencia”. Es decir, que la idea de lo porvenir puede crearlo. Sea lo que quiera, es innegable que un sujeto en estado de 46
sonambulismo artificial nos dice quién es la primera persona que va a entrar en la estancia, mucho antes de que llegue; lo que dice la carta que nos va a escribir y lo que sucederá en un porvenir más o menos lejano. Son hechos probados que se pueden contrastar.
Una mujer precibe el futuro, un accidente de coche con un trágico final
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El hipnotismo como diversión
El arte de dar una sesión de Hipnotismo
El número de pruebas posibles es ilimitado. Cada cual podrá variar las escenas según su gusto o el del público. Algunas de esas escenas son en cierto modo clásicas, y vamos a indicar las más interesantes, tomadas el libro “Hipnotismo Práctico”: Carreras. – Se sugerirá al sujeto que es un aficionado a las carreras de caballos, de bicicletas, automóviles, etc., y se verá enseguida, según la sugestión, que toma las actitudes de un corredor , con gran regocijo de los espectadores. Buena aventura.- Sugiérase al sujeto que es un sonámbulo extra lúcido, tiradora de cartas, quiromántica, y que va a pronosticar sucesos futuros a un cliente. Sugiérase al mismo tiempo que ese cliente es sordo, a fin de que el público pueda darse cuenta de la imitación. Dentista arrancando una muela.- Se le sugerirá que es un dentista célebre, que su gabinete está lleno de clientes y que él opera de una manera colosal. Bailar con una escoba.- Después de dormir al sujeto, póngase una escoba en las manos y sugiérasele que la escoba es una encantador señorita que quiere bailar con él. Escena de amor .- Duérmase dos personas del mismo sexo, sugiriendo que son una bella joven y un muchacho muy guapo. Además, se sugerirá la sordera para que oiga el auditorio las declaraciones de los enamorados. Objetivación de tipos.- Este experimento es de los más interesante y curiosos. Se sugerirá sucesivamente que el individuo es: 1. Un
general que pasa revista o dirige unas maniobras.
2. Un
profesor célebre explicando en su cátedra.
3. Un
abogado que defiende una causa; y 48
4. Un
hombre célebre que ha pasado a la historia: Napoleón, por ejemplo.
Asombrará la perfección con que el sujeto encarnará los tipos.
Mujeres bajo el estado de sueño hipnótico
La tartamudez .- Se sugerirá a un individuo en estado de hipnosis: “Su lengua se paraliza. . . nota usted una gran dificultada para 49
hablar. . . no puede pronunciar una sola palabra sin tartamudear .” Agréguese: “Pruebe a decir una palabra, por ejemplo, su nombre.” El individuo tartamudeará tanto como se quiera. Después se puede dormir a otro, sugiriendo a ambos, además de la idea de tartamudeo, la de conversar juntos. Luego se dice a cada uno, en particular, que su interlocutor no tartamudea sino por burlarse de él. Así se obtendrán escenas tanto más cómicas, cuanto mayor sea la cólera de los hipnotizados. Sin embargo, se intervendrá a tiempo para impedir que el conflicto llegue a ser peligroso, degenerando en escándalo. Alucinaciones.- Después de dormir al individuo se le dice que un esqueleto, por ejemplo, le persigue. “¡Oh! ¡un esqueleto. . . ! Allá . . . al lado del piano (o de cualquier otro sitio). Se acerca a usted. . . cada vez más. . . le cogerá si no huye...” Entonces presenciaremos una carrera fantástica, a la vez que se pintará el terror en el semblante del hipnotizado. Silla ardiente o electrizada.- Dormido el sujeto, se le sugerirá que todas las sillas queman y que le es imposible sentarse. Se le dirá, sin embargo, que no pueden producir sino quemaduras insignificantes (en algunos sujetos extra sensibles se han observado quemaduras reales, producidas por simple sugestión). “¡Cómo queman las sillas! Es imposible sentarse. . . pero ¡siéntese!” Cada vez que el individuo se ponga en contacto con una silla, se levantará bruscamente con un grito de dolor. Se puede también sugerir que la silla está electrizada; el efecto es tan divertido y mucho menos penoso para el hipnotizado. Individuo furioso.- Se sugerirá al dormido que es injuriado por ciertos transeúntes. “¡Vea cómo le insultan esos señores. . . ! ¿Qué audaces. . . ! ¡Oh! ¿y no se atreve usted a contestarles como se merecen. . . ?”
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Acto seguido, los espectadores presenciarán una escena de indignación verdaderamente cómica.
Un hombre entrando en estado de hipnósis
Pesca fantástica.- Duérmanse varios individuos, sugiriéndoles que
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están pescando en el río. Luego se puede decir que hay muchos peces. “¡Qué hermosos peces. . . ! Es usted un buen pescador. . . ¿Otro más. . . ? Vea cómo saltan. . . Si se quiere, podrá decirse que no hay pesca. “Tiene mala suerte; todo es inútil. . . no hay un solo pez. . . ” Y si se quiere que surja una discusión entre los pescadores, atribúyase la falta de peces a cualquiera de ellos. “No me extraña que no saquen nada. . . El señor X. . . tiene la culpa. Deja el río sin peces. . . ” Transformaciones.- Duérmase profundamente al sujeto con la sugestión de que se ha convertido en el animal que se quiera. E insístase un poco. . . Rana.- ¡Oh! No me equivoco, ¡se ha convertido usted en una rana. . . ! ¡Diablos. . . ! Coma la carnada, pero, ¡cuidado con el anzuelo. . . ! Perro.- ¡Qué hermoso perro. . . ! ¡vamos al encuentro de su amo ladrando alegremente, pues le trae azúcar. . . ! Paseo en globo.- Duérmase a uno o varios individuos, sugiriéndoles que se hallan en la barquilla de un globo. Hágase que salga éste y que descienda, después de varias aventuras, en el planeta Marte o en la Luna. Se les dirá que comuniquen sus impresiones. Charlatán.- Sugiérase al dormido que está encargado de presentar al público un elixir maravilloso, una panacea universal. “Usted es el representante del célebre X. . . y a usted le ha cabido el honor de presentar este producto célebre. . . Vea la multitud que hay congregada alrededor de su carruaje, esperando su discurso. . . ¡Vamos! Empiece pronto. . . ” Escenas militares.- Duérmanse algunos individuos, haciéndoles evolucionar bajo el mando de otros. Se escogerá con preferencia escenas típicas y divertidas: las de limpiar patatas, limpieza de cuartel, ejercicios a la bayoneta, etc.
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Induciendo el estado de sonambulismo 53