UNIVERSIDAD DE SOTAVENTO A.C
ESTADO ACTUAL Y PERSPECTIVA EN LAS NEUROCIENCIAS COGNITIVAS. Neurocognición.
INTRODUCCIÓN En las últimas décadas se ha progresado pr ogresado considerablemente en el conocimiento cono cimiento del cerebro y la inteligencia. Sabemos mucho más no sólo sobre la organización anatómica del cerebro y cómo circula en él la información, sino también sobre la interacción con el mundo exterior, ya sea físico, social o cultural. Estamos en el inicio de una revolución en la formación de una base científica de los procesos psicológicos. La Neurociencia Cognitiva, ha asumido y asume la tarea de penetrar en la estructura y funcionalidad del cerebro humano. Esta disciplina, en construcción, es alimentada con un conocimiento interdisciplinario. Para ello los estudiosos de la neurociencia cognitiva utilizan un enfoque interdisciplinar que combina el análisis de imágenes del cerebro, la neurofisiología, las matemáticas, la genética conductual, las ciencias computacionales, la psiquiatría, la psicometría y la psicología experimental, así como cualquier otro paradigma científico que pueda resultar de utilidad. El campo de estudio de esta disciplina se solapa en gran medida con el de la psicología cognitiva. El desarrollo de métodos avanzados para estudiar el cerebro ha favorecido el acercamiento entre esta rama de la psicología y otras ciencias interesadas en la anatomía y en las funciones del sistema nervioso, como la psiquiatría, dificultando la distinción entre ellas. Entre los procesos y aspectos de la experiencia humana que se enmarcan en el área de interés de la neurociencia cognitiva encontramos el aprendizaje, el lenguaje, la inteligencia, la creatividad, la conciencia, la atención, la memoria, la emoción, la toma de decisiones, la empatía, la cognición social, la percepción del propio cuerpo o el ciclo sueño-vigilia. De este modo conoceremos más a fondo lo que trata las neurociencias y su desarrollo histórico y su estado actual y las perspectivas de estas.
1.1 PROBLEMA ACTUAL. Si analizamos la historia de la ciencia podemos encontrar múltiples antecedentes de la neurociencia cognitiva. Entre estos destacan la frenología de Franz Gall, que pretendía atribuir cada función mental a un área distinta del cerebro, las teorías localizacionistas de John Hughlings Jackson o los estudios pioneros de Broca y Wernicke sobre lesiones cerebrales. Sin embargo, la consolidación de este paradigma tal y como hoy lo conocemos ha sido atribuida fundamentalmente a la popularización de la psicología cognitiva y de la neuropsicología, estrechamente vinculada al desarrollo de técnicas de neuroimagen como la resonancia magnética funcional o la tomografía por emisión de positrones. Estos avances metodológicos favorecieron la integración de las aportaciones realizadas por muchas disciplinas con respecto a la relación entre el cerebro y la cognición. Así, la neurociencia cognitiva surgió entre las décadas de 1960 y 1980 como un paradigma interdisciplinar que permitía estudiar la mente humana aprovechando todas las técnicas disponibles. George Miller y Michael Gazzaniga acuñaron el término “neurociencia cognitiva” a
finales de los años 70. Hasta entonces la psicología de o rientación cognitivista y las neurociencias se habían desarrollado de forma independiente, sin apenas trabajos que unieran los conocimientos de ambas. Su meta era resaltar la comprensión de ésta, defendiendo que la mejor aproximación era estudiar a sujetos humanos sanos con técnicas tanto de la ciencia del cerebro como de las ciencias cognitivas al mismo tiempo. Las ciencias de la computación han realizado importantes contribuciones a la neurociencia cognitiva. Específicamente, la inteligencia artificial ha otorgado a esta disciplina el lenguaje para las explicaciones de la función cerebral.
Como el objetivo de la inteligencia artificial es construir máquinas que tengan un comportamiento inteligente, el primer paso para lograrlo es determinar los p rocesos del comportamiento inteligente para programar la jerarquía de dichos procesos. En las últimas décadas el énfasis en el localizacionismo cerebral que era propio de los inicios de la neurociencia cognitiva ha quedado superado por el estudio de las funciones cognitivas como lo que son en realidad: un conjunto de procesos muy complejos y ampliamente distribuidos por el sistema nervioso. Y en los últimos años ha surgido la neurociencia cognitiva en la psicología, para el estudio desde los procesos estudiados por la psicología cognitiva y las áreas cerebrales que se activan en estos procesos son entendidos desde la neurociencia. La importancia de esta unión se puede fundamentar desde conocimientos biológicos del sistema nervioso (SN) y de las estructuras que lo componen, con la que se conforman un todo que pueden dar la etiología o causa de ciertas alteraciones cognitivas. Algunos autores le han dado a esta unión, el entrelazamiento entre la ciencia de la mente y la ciencia del cerebro o encéfalo. Esta unión tiene la finalidad de generar más explicaciones científicamente válidas a los diferentes fenómenos psicológicos que en la actualidad afectan a gran parte de la población y de los cuales se necesita la posible causa para encontrar un posible tratamiento o solución para estos. Además de la neurociencia y psicología cognitiva, esta nueva disciplina integra la Neuroanatomía, la Neurofisiología, Biología del Desarrollo y celular, entre otras. El amplio espectro que abarca la neurociencia puede ayudar a la psicología cognitiva a construir fenómenos cognitivos fundamentados en la información encontrada por las investigaciones biológicas llevadas a cabo por la neurociencia y relacionando cada fenómeno cognitivo con la complejidad del SN y llegar desde un nivel micro hasta macro.
En la actualidad el uso de las técnicas de neuroimagen (EEG, TAC, PET, IRM, etc.) para explicar los comportamientos subyacentes a la conducta es frecuentemente usado, ya que, en los últimos 50 años y después de que se popularizaron el uso de esta, se ha logrado comprender más procesos cognitivos como las emociones, motivación, atención, lenguaje, aprendizaje, conciencia y la memoria; en estos se ha encontrado la etiología biológica subyacente en los sistemas o redes neuronales que hacen que estos procesos cognitivos sucedan o impiden el buen funcionamiento de los mismos. A partir de estos resultados tan satisfactorios se popularizó la neurociencia. La importancia de esta alianza se ve en la fundamentación de los hallazgos psicológicos, para que estos tengan validez es necesario de la base teóricoempírica que brinda la neurociencia. Esto impulsará la psicología en el ámbito científico y podría eliminar las dudas que tienen los integrantes de otras disciplinas en cuanto el desarrollo de la psicología. Ya que, con esta disciplina se puede encontrar respuestas a las preguntas: ¿dónde?, ¿qué?, ¿cómo? y ¿cuándo?. Aunque el desarrollo de la neurociencia cognitiva no ha parado y sigue en la actualidad, en la mayoría de los casos no se logra integrar las teorías de la psicología cognitiva con la neurociencia cognitiva, debido en primer lugar a la resistencia de alguno de los miembros de estas disciplinas por resaltar el papel de su disciplina y dejar a la otra en el mismo nivel, restándole peso a los hallazgos de cada una y negando que estas dos ciencias se pueda reducir a una en el campo de la psicología. Pese a las dificultades, el camino de la neurociencia cognitiva es prometedor y es necesario que la interdisciplinariedad de las neurociencias y psicología cognitiva se aplique en este caso y se llegue a un acuerdo equitativo entre estas dos disciplinas.
1.2 PRINCIPALES VARIABLES BIOLÓGICAS QUE PARTICIPAN EN LA CONDUCTA NORMAL Y ALTERADA. Para los psicólogos del siglo XXI, resulta fundamental entender, aunque no sea en profundidad, cómo influyen las funciones orgánicas en los procesos mentales del ser humano. En este sentido, la conducta, los afectos, las relaciones interpersonales y la psicopatología (como procesos psicológicos) pueden explicarse mediante el reconocimiento de una serie de características psicológicas que existen en el ser humano que son consecuencia de los procesos bioquímicos del organismo. Estas particularidades (el sueño, el apetito, las emociones, el estado de ánimo, el deseo sexual, entre otras), derivan del estado de salud y de las funciones a nivel orgánico del cuerpo. Para comprender tales características, desde el punto de vista psicológico, es necesario remitirse a ciertas funciones a nivel físico; primordialmente, tener conocimientos de la fisiología y anatomía del sistema nervioso humano. Las investigaciones relacionadas a las funciones cerebrales, el tejido nervioso, la fisiología del cerebro y la histología del sistema nervioso han tenido importantes avances a finales del siglo XX y principios del siglo XXI, con el desarrollo de nuevas tecnologías médicas. Algunos ejemplos de avances en la investigación neurológica son, de acuerdo con la función de los hemisferios cerebrales, la sinapsis neuronal, los avances en las enfermedades neurodegenerativas (como el Alzheimer, la esclerosis múltiple o el Parkinson), así como el análisis de la función de los neurotransmisores y su efecto en el comportamiento. También se ha investigado sobre la génesis de algunos trastornos mentales, medicamentos y tratamientos.
1.2.1 EL CEREBRO El órgano central del sistema nervioso es el cerebro, éste es el encargado de organizar las funciones de todo el cuerpo desde que nace, hasta que muere.
También es responsable de controlar los procesos cognitivos del ser humano, 30 como la percepción, la memoria, el razonamiento o el lenguaje. El cerebro procesa, a cada segundo una gran cantidad de información proveniente del mundo exterior valiéndose de los sentidos. En él se encuentran ubicados los sistemas procesadores del tacto, gusto, olfato, vista y oído. Con esta información, procesa, codifica e interpreta el mundo. A esto se le conoce como percepción. El cerebro, además de percibir el mundo exterior, también es responsable de las funciones internas del organismo (como los ciclos de sueño y vigilia, la digestión, la producción de hormonas, el crecimiento, la protección en contra de agentes nocivos, entre los que se encuentran las bacterias o virus) y la homeostasis, entendida como el equilibrio térmico, metabólico y bioquímico del cuerpo para su supervivencia. El cerebro está dividido en dos hemisferios: derecho e izquierdo; éstos se encuentran separados uno del otro por una cisura; pero también se encuentran unidos en la parte media inferior por una estructura fibrosa que permite que ambas estructuras se comuniquen entre sí. El tipo de información que los hemisferios procesan también implica una diferencia: cada uno tiene una función neuronal y cognitiva específica; por ejemplo, el hemisferio izquierdo está relacionado con el procesamiento de información de tipo racional, mientras que el hemisferio del lado derecho procesa información de tipo simbólica; un caso específico: cuando una persona escucha la palabra agua, el hemisferio derecho ubica en su memoria conceptos o imágenes referentes al agua (un vaso con agua, gotas, ríos, mares, lluvia, globos rellenos de agua, líquido vital, la supervivencia u otros símbolos); en el hemisferio izquierdo, mientras tanto, aparece la palabra “agua”, que puede verse acompañada por la composición
química (H2O) el significado de la palabra, entre otros conceptos. La división de áreas determinadas para funciones específicas difiere enormemente de la frenología, debido a los avances en las investigaciones de la actividad eléctrica y bioquímica del cerebro, así como a los avances tecnológicos que permiten obtener imágenes digitales capaces de mostrar esta actividad interna del mismo, lo que, a
su vez, ayuda a obtener información precisa acerca de qué área o zona cerebral controla determinadas funciones, físicas o cognitivas. En este sentido, debe mencionarse que la estructura del cerebro está dividida en cuatro áreas o lóbulos: Frontal.
Parientales.
Temporales.
Occipital.
El cerebro es parte del sistema nervioso; y como tal es denominado encéfalo; a la prolongación inferior se le conoce como medula espinal. De ésta se desprenden varias ramificaciones que recorren el cuerpo, las cuales son conocidas como nervios, o fibras nerviosas. El sistema nervioso, a su vez, tiene subdivisiones en el sistema nervioso central y nervioso periférico; estas estructuras realizan funciones voluntarias, como el movimiento muscular, e involuntarias, como la frecuencia cardiaca. En la parte interior del cerebro, entre los dos hemisferios, se encuentran ubicados el tálamo y el hipotálamo. El tálamo es un centro de integración de señales sensoriales y motoras, que convergen en esa zona; de ahí parten al resto del cuerpo. Tienen una relación estrecha con la regulación de la conducta emocional. El hipotálamo está situado debajo del tálamo, en una línea media que se sitúa en la base del cerebro. Esta estructura cerebral regula importantes funciones relacionadas con la homeostasis del organismo, es decir, ajusta el organismo; es el responsable de la regulación de la sed, los niveles de dolor, hambre, satisfacción sexual, enojo y agresividad. Asimismo, equilibra la temperatura del cuerpo cuando el ambiente varía. El hipotálamo está relacionado con las emociones y recuerdos profundos; también está relacionado con el sistema nervioso endócrino, que controla la producción de hormonas en el cuerpo; en las mujeres regula la ovulación y el ciclo menstrual.
El cerebelo participa de manera activa en el aprendizaje de actividades que requieren de destreza motriz y coordinación, por ejemplo: practicar algún deporte, tocar algún instrumento musical o aprender alguna habilidad, como lanzar pelotas en el aire sin dejarlas caer. Es una estructura que, evolutivamente, fue de las primeras en desarrollarse (a diferencia de la corteza cerebral y lóbulo pre-frontal, que son estructuras relativamente nuevas en el ser humano).
1.2.2 LA NEURONA El tejido del sistema nervioso está conformado por células llamadas neuronas. El término neurona es asignado a la célula nerviosa, incluidas su s prolongaciones; que tienen la capacidad de excitarse para transmitir o recibir señales bioquímicas y eléctricas. Es posible imaginar que una neurona posee determinada información; si esta neurona sufre de alguna enfermedad que acorte su vida o la persona sufre de algún traumatismo cerebral o ingiere sustancia química que provoque la muerte de esta célula, seguramente la información que poseía se perderá por completo. En otro escenario, es posible imaginar a la misma neurona, con la misma información pero con la diferencia de que la acompañan otras tres neuronas a su alrededor y que logran interconectarse entre sí.
El medio de comunicación entre neuronas es bioeléctrico, es decir, funcionan a partir de cambios de concentración entre potasio y calcio (dentro y fuera de la neurona) que produce un potencial de acción o impulso eléctrico que viaja por el axón hasta llegar al final y ordenar que ciertos neurotransmisores (dopamina, serotonina, acetilcolina, etc) se liberen y produzcan un cambio en la otra neurona o célula nerviosa que a su vez llevará ese impulso nervioso a su destino (ya sea a la neurona o aun músculo). Todo este proceso es llamado sinapsis, aunque parece simple se requiere de un sin fin de variables para que se lleve a cabo, aunque es muy frecuente. Hablar es una función del cerebro y las neuronas, gracias a nuestra corteza motora y sensorial podemos hablar y producir sonidos que son interpretados como fonemas por los otros (pues ellos también tienen un cerebro y un código convencional o igual al nuestro con respecto a esos fonemas). Si esa parte del cerebro se daña (está en la corteza fronto temporal llamada área de Broca en combinación con el área de Wernicke) tú no podrías entender lo que decimos o escribimos o no entenderías lo que decimos, y en el peor de los casos no podrías comunicarte con tu lenguaje, pues
ese
centro
está
dañado
Si piensas en un deporte, es gracias a la capacidad de las neuronas de interconectarse y formar agrupaciones que puedes aumentar tus habilidades en tal o cual deporte. Para salir de tu casa a comprar unas galletas, necesitas, planear lo que harás, cómo lo harás, te situarás en un espacio-tiempo y deberás llevarlo a cabo, todo ello con participación de las excelentes neuronas que nos permiten movernos, planear, y ejecutar lo que pensamos.
1.2.3 LOS NEUROTRANSMISORES Un neurotransmisor es una biomolécula, sintetizada generalmente por las neuronas, que se vierte, a partir de vesículas existentes en la neurona presináptica, hacia la brecha sináptica y produce un cambio en el potencial de acción de la neurona postsináptica. Los neurotransmisores son por tanto las principales sustancias de las sinapsis ABC (con muchos órganos). El estudio de los neurotransmisores se lleva acabo de manera multidisciplinaria por las neurociencias, la química, la medicina (psiquiatría y farmacología). El funcionamiento de los neurotransmisores aún es motivo de estudio e investigación, debido al relativo descubrimiento de la influencia que tienen en el comportamiento. Existen básicamente dos funciones de los neurotransmisores en el sistema nervioso: inhibir y excitar. En general, los neurotransmisores excitadores polarizan la neurona para generar un impulso en ella, mientras que los neurotransmisores inhibidores realizan la acción contraria, despolarizan la neurona. A continuación se mencionan de manera detallada la función y efecto que tienen estos neurotransmisores, así como algunos neurotransmisores comunes. a) Neurotransmisores excitadores. Como ya se mencionó de manera general, esta clase de neurotransmisores generan que las neuronas se polaricen para un impulso sináptico; ejemplo: la estimulación de algunos músculos para alguna actividad física. Cuando existen estímulos sensoriales externos (sonidos, olores o imágenes), se genera la estimulación a través de los neurotransmisores, así las neuronas envían impulsos eléctricos a los sitios encargados de procesar la información que proviene del exterior. La serotonina es un neurotransmisor que se encuentra relacionado con el estado de ánimo, la regulación del deseo sexual, el apetito, la vigilia, la agresividad o ansiedad. Es común relacionar la depresión con la carencia de este neurotransmisor; al igual que la baja energía, el exceso de sueño, la pesadez corporal, disminución en el apetito y deseo sexual, como algunos síntomas de la depresión. Por el contrario un exceso de serotonina, genera impulsos de ira,
ansiedad, inquietud, que pueden desembocar en trastornos como el obsesivo compulsivo. b) Neurotransmisores inhibidores. Su función es despolarizar a las neuronas para inhibir el potencial de acción (estímulo necesario para que una neurona descargue un impulso eléctrico). Estas sustancias químicas desempeñan una función metafórica de interruptores en las neuronas, permitiendo la transmisión de información entre ellas. La correlación que mantienen los neurotransmisores con el comportamiento humano es evidente, sin embargo, es motivo de investigación permanente por parte de la neurofarmacología, la psicología, la psiquiatría. Química, las neurociencias, entre otras ramas científicas relacionadas con los procesos neuronales y su influencia en el comportamiento del ser humano. Los avances en las investigaciones ayudan a conocer a profundidad la influencia de la química neuronal en los trastornos mentales, contribuyen a desarrollar fármacos más efectivos en el tratamiento de pacientes con estas características y generan tratamientos en los que se integran la psicoterapia y la medicina.
1.2.4 LAS HORMONAS Las hormonas vienen a ser sustancias químicas producidas por determinadas glándulas que se desplazan por el cuerpo a través del torrente sanguíneo, y desempeñan un papel ciertamente importante en el control de muchas funciones del cuerpo. Por ejemplo, actúan en diferentes órganos vitales (como el apar ato digestivo, genital o el respiratorio), así como controlar procesos biológicos como el ritmo cardíaco, el crecimiento muscular, el sueño, el ciclo menstrual o el hambre. Según las propias necesidades del organismo, son fabricadas y liberadas a un ritmo que precisamente viene dispuesto por este, a la par que su vida media tiende a ser muy variable (de minutos a horas). Hormonas que condicionan el comportamiento
Estrógenos: Determinan el ciclo menstrual, produciendo las células que forman el endometrio, la ovulación y las secreciones vaginales.
Adrenalina: Es denominada como la hormona del estrés, y es la que permite al organismo reaccionar en caso de urgencia.
Endorfinas: Estimulan el placer y tienen un efecto analgésico. Se segregan fundamentalmente al hacer ejercicio o al reírnos.
Melatonina: Regula tanto los ritmos biológicos como el sueño. Se segrega fundamentalmente durante la noche.
Testosterona: Las mujeres las secretan en pequeñas cantidades, aunque es la responsable de los rasgos masculinos.
Cortisol: Activa la producción de adrenalina y regula la respuesta del organismo ante el estrés. Eso sí, si sus niveles son muy bajos aparece desánimo y cansancio, pero si es elevado ansiedad, taquicardias y nerviosismo.
Tiroideas: Una cantidad demasiado elevada puede provocar ansiedad e incapacidad para relajarse, mientras que su escasez puede provocar depresión y fatiga crónica.
Oxitocina: Aumenta el grado de placer en las relaciones sexuales, la sensibilidad del aparato genital y el deseo.
1.3 MÉTODOS DE EVALUACIÓN NEUROCOGNITIVO. Exponen los métodos y técnicas comúnmente usados por la neuropsicología para realizar sus investigaciones, los cuales en ocasiones son utilizados con un fin diagnóstico. Diferenciando tres métodos: el método lesional, e l método instrumental y los métodos funcionales. El método instrumental utiliza técnicas y p rocedimientos que le permiten el control de variables que afectan indirectamente al funcionamiento cerebral. Son propias de esta metodología las técnicas de división sensorial y las técnicas de interferencia. Los métodos que registran los cambios de la actividad cerebral (electromagnética o metabólica) producidos por la manipulación de variables conductuales se denominan corrientemente métodos funcionales. Las técnicas utilizadas por estos métodos pueden ser, por la naturaleza de registro que realizan, de tipo electromagnético, como la Electroencefalografía (EEG) y la Magnetoencefalografía (MEG),y de metabólico, como la Tomografía por Emisión de Positrones (TEP), la Tomografía Computarizada por Emisión de Fotones Simples (SPECT) y la Resonancia Magnética Funcional (RMF).
Las técnicas más modernas son clasificadas en dos grandes grupos, en función del tipo de información que ofrecen: Estudio de la anatomía y estructura cerebral (Neuroimagen Estructural): TAV (Tomografía Axial Computarizada) y RMN (Resonancia Magnética Nuclear). Y, estudio de la fisiología y función cerebral (Neuroimagen Funcional): SPECT (Tomografía por Emisión de Fotón Único), PET (Tomografía por Emisión de Positrones),
RMNF
(Resonancia
Magnética
Nuclear
Funcional)
y
Magnetoencefalografía. Las técnicas de neuroimagen estructural son de gran utilidad para la detección y localización de la lesión (por ejemplo, tumores cerebrales), al mismo tiempo que promocionan una línea base que permite comparar y controlar diferentes trastornos patológicos agudos y subagudos. La evaluación neuropsicológica puede hacerse a través de una serie de baterías de pruebas comunes, siempre y cuando el profesional evaluador sepa interpretar el déficit del paciente a través de una lectura sustentada en un adecuado conocimiento de las funciones cerebrales superiores y de las manifestaciones que producen sus alteraciones. Agrupan los instrumentos a aplicar en tres grandes grupos: — Escalas breves o pruebas de rastreo cognitivo. — Baterías neuropsicológicas generales. — Y, test específicos.
Muchos neuropsicólogos encuentran en la interpretación cualitativa de los resultados de un test y el análisis de los errores una interesante información clínica. Para detectar las alteraciones que se observan en el intelecto dinámico es necesario hacer un detallado análisis de los errores que cometen los sujetos cuando tienen que resolver un problema. Estos errores se caracterizan por:
— Alteraciones de la capacidad selectiva. — Alteraciones en el mantenimiento de actividades. — Déficit en la capacidad para formar asociaciones, formar conceptos y clasificar. — Y, fallos en la resolución de problemas.
1.4 MÉTODOS DE REGISTRO DE SEÑALES ELÉCTRICAS CEREBRALES. Existen tres importantes procedimientos de registro de la actividad eléctrica cerebral: el electroencefalograma (EEG), los potenciales evocados y la magnetoencefalografía.
1.4.1 EL ELECTROENCEFALOGRAMA Es una técnica que permite registrar la actividad eléctrica cerebral, mediante electrodos colocados de manera estándar en la superficie del cuero cabelludo. La actividad eléctrica se genera a través del flujo iónico que tiene lugar a través de las membranas de las neuronas de la corteza cerebral. Este flujo iónico puede desencadenar una corriente eléctrica (o potencial de a cción) que recorre los axones de las neuronas hasta su parte terminal. En la terminal, el potencial de acción permite
la
liberación
de
sustancias
químicas
mensajeras
(llamadas
neurotransmisores) al espacio extracelular. Es los cambios eléctricos, en definitiva, permiten la comunicación neuronal, y pueden detectarse en forma de ondas eléctricas cerebrales mediante el EEG. Esta técnica fue diseñada a principios del siglo XX, y en la actualidad permite, entre otras posibilidades, detectar ondas eléctricas anómalas asociadas con disfunción cerebral, como en el caso de la epilepsia. Además, dado su potencial para mostrar la actividad cerebral en tiempo real, también se emplea en investigación básica.
1.4.2 LOS POTENCIALES EVOCADOS. Se les conoce como ERPs (Event Related Potential), potenciales evocados o potenciales evento-relacionados. Son registros de la actividad eléctrica cortical. Empero, a diferencia del EEG, la técnica permite registrar ondas cerebrales evocadas o inducidas selectivamente por algún evento o por la aplicación de algún estímulo. De esta manera, la utilización de esta herramienta puede servir para analizar patrones cerebrales asociados a determinadas tareas. Los potenciales evocados tienen una alta resolución temporal, puesto que informan en tiempo real de la actividad eléctrica cortical que se produce durante el procesamiento mismo de la información. Por este motivo son ampliamente utilizados hoy día en el estudio de las funciones cerebrales. Los ERPs son las actividades eléctricas cerebrales sincronizadas con eventos internos o externos a un sujeto. La hipótesis de base de este método es que los ERPs son la manifestación de procesos psicológicos específicamente puestos en juego para procesar los acontecimientos/eventos que los generan o activan. Este método consiste en la utilización de una red de electrodos que se coloca sobre el cuero cabelludo. Se sabe que las poblaciones de neuronas crean un campo electrónico que puede registrarse sobre el cuero cabelludo bajo la forma de potenciales eléctricos. Gracias a esto, se pude estudiar, en tiempo real, el procesamiento del lenguaje, por ejemplo. Los potenciales evocados en neurolingüística: Esta técnica ha permitido, en los experimentos relacionados con el lenguaje humano, obtener resultados muy finos sobre el funcionamiento del cerebro humano en actividades particulares del lenguaje. En el campo de la psicolingüística, las medidas electrofisiológicas han sido utilizadas para tratar de responder a preguntas específicamente ligadas a la estructura y tratamiento del lenguaje. Los experimentos han buscado procesos lingüísticos específicos y las pruebas o evidencias para demostrar la existencia de niveles hipotéticos de representación lingüística. En esta línea, los ERPs han sido
frecuentemente utilizados para evaluar la organización funcional del cerebro para el lenguaje y su procesamiento.
1.4.3 EL MAGNETOENCEFALOGRAMA. Sus principios están fundamentados en la detección de los campos magnéticos cerebrales que se originan principalmente tras la acumulación de potenciales eléctricos de membrana en las células piramidales del neocórtex. Los primeros registros no invasivos mediante esta técnica datan de los años sesenta. Actualmente el magnetoencefalograma presenta múltiples aplicaciones clínicas, diagnósticas y de investigación. Al igual que el EEG, la magnetoencefalografía (MEG) se emplea para la evaluación de la epilepsia. Por otra parte, cada vez más se encuentran estudios en los que se ha empleado la MEG para investigar las funciones neuropsicológicas.
1.5 CAMPO DE APLICACIÓN. La neurociencia aplicada tiene un carácter multidisciplinar, pues se basa en disciplinas
como
la psicología
clínica, ciencia
cognitiva, neurofisiología, ergonomía, física, ingeniería, robótica, inteligencia artificial o la bioinformática. La expansión de la neurociencia aplicada da lugar a nuevos campos, como la neuroeconomía, el neuromarketing y la neuroeducación, aunque los principales ámbitos de aplicación comprenden la clínica y el trabajo.
Psicología clínica: es una estrategia de abordaje de la psicología que se encarga de la investigación de todos los factores, evaluación, diagnóstico, tratamiento y prevención que afecten a la salud mental y a la conducta adaptativa, en condiciones que puedan generar malestar subjetivo y sufrimiento al individuo humano.
Ciencia Cognitiva: estudio interdisciplinario de cómo la información es representada y transformada en la mente/cerebro. Es el conjunto de disciplinas
que
surgen
de
la
convergencia
transdisciplinaria
de
investigaciones científicas y tecnológicas, en torno a los fenómenos funcionales y emergentes, dados a partir de las actividades neurofisiológicas
del encéfalo y del sistema nervioso, incorporados, y que típicamente se les denomina como: mente y comportamiento.
Neurofisiología: La Neurofisiología es la rama de la fisiología que estudia el sistema nervioso. En cualquier acción o conducta de todo organismo está presente el sistema nervioso. Cualquier cambio en su d esarrollo es resultado de modificaciones funcionales de dicho sistema.
Ergonomía: es la disciplina que se encarga del diseño de lugares de trabajo, herramientas y tareas, de modo que coincidan con las características fisiológicas, anatómicas, psicológicas y las capacidades de los trabajadores que se verán involucrados.
Física: es la ciencia natural que se encarga del estudio de la energía, la materia, el tiempo y el espacio, así como las interacciones de estos cuatro conceptos entre sí.
Ingeniería robótica: es la rama de la Ingeniería mecatrónica, de la Ingeniería eléctrica, de la Ingeniería electrónica, de la Ingeniería mecánica, de la Ingeniería biomédica y de las ciencias de la computación que se ocupa del diseño, construcción, operación, disposición estructural, manufactura y aplicación de los robots.
Inteligencia Artificial: también llamada inteligencia computacional, es la inteligencia exhibida por máquinas. En ciencias de la computación, una máquina «inteligente» ideal es un agente racional flexible que percibe su entorno y lleva a cabo acciones que maximicen sus posibilidades de éxito en algún objetivo o tarea.
Bioinformática: según una de sus definiciones más sencillas, es la aplicación de tecnologías computacionales a la gestión y análisis de datos biológicos.
1.6 PERSPECTIVAS Y entonces aparece la neurociencia, que dentro de sus múltiples campos de a cción y su nexo con otras disciplinas, ha tenido puntos de encuentro con la psicología. La
relación entre el cerebro, como elemento biológico y físico, con la mente, como elemento abstracto. La mente requiere del cerebro para existir. Luego aparecen otros planteamientos, como si el estudio del cerebro puede entonces desentrañar los misterios de la mente. Tras esto, el neuromarketing hace uso de una y otra disciplina para estudiar la correlación entre cerebro y mente, para conocer y comprender el comportamiento de los consumidores. Esto, dicho de forma muy general y superficial, por supuesto. La neurociencia no va a reemplazar a la psicología. En cuanto a si es e l futuro, solo el tiempo lo dirá, pero por el momento pueden ser aliadas. De esta alianza el neuromarketing puede tomar conocimientos y beneficiarse. Así, toma los descubrimientos de la neurociencia cognitiva sobre los hábitos, patrones y comportamientos humanos respecto al consumo. Pero es importante hacer una anotación y atender la advertencia que los propios neurocientíficos hacen: cuidado con caer rendidos ante la seducción de término “neuro”.
El neuromarketing es un campo creciente, que utiliza la neurociencia para hacer descubrimientos y mejorar la comprensión de los consumidores. Cuenta con numerosos adeptos, pero también con férreos detractores. Y los detractores son consecuencia de este uso indiscriminado del término “neuro” para darle credibilidad a un estudio, metodología o técnica. Son los mismos neurocientíficos los que abiertamente expresan y comprenden que los estudios que hacen uso de escáneres cerebrales únicamente muestran una correlación entre estados cerebrales y estados mentales.