El Libro de Jeremías
Profesor: Milton J. Martínez Alumno: Carlos Vildósola Vidal
Índice
Introducción
3
Contexto Histórico
4
Aspectos Literarios
8
Conceptos Teológicos
12
Conclusiones
17
Bibliografías
19
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Introducción al Libro de Jeremías texto que ha inspirado a muchas generaciones de creyentes y ha servido Uncomo base de muchos escritores modernos para estudiar la historia de un pueblo que creció al amparo del Altísimo, siendo rescatados de servidumbre egipcia, y revelándoseles los misterios y verdades mas inefables de todos los tiempos: La Palabra revelada de Dios. Es de esta manera que esta monografía intentará brevemente desentrañar algunas verdades bíblicas del libro Jeremías, que serán expuestas en tres secciones sugeridas: primera, el contexto histórico en que se desarrolla esta carrera de registrar ante toda oposición la palabra profética de Dios; segunda sección, tratará de los aspectos literarios de la obra que permitirán entender algunos conflictos que los críticos intentan desentrañar la veracidad de su oráculos; y tercera, abordará algunos conceptos teológicos que se coligen de la obra y el carácter social de éste. Lo anterior, tiene como objetivo responder una pregunta como autor de esta monografía y que puede servir como un factor explicativo a los sufrimientos que muchos cristianos tienen hoy en día de manos de no conocedores de la Verdad. ¿Puede Dios usar a hombres no conocedores como instrumentos de juicio para nosotros? La historia inserta en el libro de Jeremías nos ayudará a entender el proceso habitual de los hombre de inclinarse constantemente al mal, y que la lucha diaria que Dios debe brindar para que nuestra humanidad pueda alcanzar la victoria, sea primeramente pasando por la prueba y el dolor indescriptible para alcanzar la mínima santidad de nuestra parte. Veremos que Dios es Dios de toda la creación y es el Kyrios de nuestra frágil vida.
3
Contexto Histórico del Libro de Jeremías esta sección de la monografía se describirán algunas características Enparticulares en que el profeta Jeremías desarrolló su trabajo ministerial, de manera muy específica en los contextos históricos, culturales y políticos que permitirán al lector una comprensión más acabada acerca de la obra del profeta, quien llamó la atención del pueblo a cuidarse de las palabras engañosas en medio de un mundo lleno de dolor. Todo esto en el entorno más quebrantador para un judío del siglo VI a.C.: La caída de Jerusalén en el año 587 a.C. en manos del imperio de Babilonia. Acerca del rol social del profeta y su ubicación en la sociedad, se ha dicho que es hijo de Hilcías, un sacerdote de Ananot [Jos.21:13-19]. Era descendiente de la familia sacerdotal de Abiatar, el cual fue reemplazado en el reino de Salomón [1R.2:26-27]. Fue educado en el hebraísmo puro [11:1-13] no existiendo referencia alguna acerca de que alguna vez haya desempeñado como sacerdote en el templo. Era una persona de considerables recursos económicos para la sociedad en la que vivía, pues tenía su propio escriba [Baruc] y pudo comprar una heredad de su pariente [32:6-15]. Jeremías, de la voz hebrea Yirmeyahu, con significado “Yahvé exalta” o “Yahvé confirma”1, nació durante el reinado de Manasés [716-662 a.C.], mientras este reino estaba bajo el control asirio, y con la práctica idolátrica pública a Baal y el ejército de los cielos2, y todo con el beneplácito del rey Manasés. Éste, quien fuera llevado cautivo a Babilonia [2Cr.33:10,11], y que posteriormente arrepentido, oyendo Dios su oración le retornó a Jerusalén [2Cr.33:12, 13] intentando volver al servicio de Yahvé, donde encontró la muerte siendo sucedido por su hijo Amón en el trono [2Cr.33:20]. Ya para el año 605 a.C., el faraón Nekó había dado muerte en el valle de Meguidó al nuevo rey de Judá: Josías [629 a.C.] sucesor de Amón, quien gobernara desde los ocho años de edad [659 a.C.] y durante treinta y un años en Jerusalén [2R.22:1]. Este rey a los dieciséis años de edad comenzó a orar a Dios y poner en práctica sus mandamientos para la purificación de Judá y Jerusalén, derribando los ídolos que estaban instaurados en la tierra prometida [2Cr.34:3] ya para el año duodécimo de su reinado. En tanto, Hilquías, un sacerdote de Anatot, y no el sumo sacerdote3, en ejercicio de ese instante y padre del profeta Jeremías, durante la reparación del templo de los yahvistas halló el “libro de la ley de Yahvé”4 por la mano
1
HENRY, MATTHEW. Comentario Bíblico de Matthew Henry. Ed. Clie. España. 1999. Pág.817
2
SMITH, GARY. Guía Práctica Para Entender a los Profetas de la Biblia. Ed. B&H. EE.UU. 2007. Pág.184
3
EUFEMIO, RICARDO. Curso Sobre el Libro del Profeta Jeremías. Ed.___. Ontario. 2011. Pág.9
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BIBLIA PESHITTA en Español. Traducción de los Antiguos Manuscritos Arameos.
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de Moisés [2Cr.34:14-33], que algunos sostienen que podría haber sido el original escrito por Moisés5. Es en este contexto de la búsqueda de la pureza de Judá y de Jerusalén de parte del reino de Josías, durante el año decimotercero de su reinado, por medio de la excelencia de la ley de Moisés recientemente encontrada, en que Jeremías recibe el llamamiento durante su juventud6 para el ministerio profético. Es así como la primera profecía de Jeremías es anunciada en el año decimotercero del reinado de Josías, en el año 646 a.C. aproximadamente, estando en plena expansión Asiria7. Este es un país de la antigüedad que ocupaba lo que hoy se conoce como el extremo septentrional de Irak, y que se hallaba comprendido entre los ríos Tigris y Pequeño Zab, sobre todo en una zona de tierras altas. Su capacidad militar era poderosa que se caracterizaba por sus hazañas de crueldad y rapacería8. Así queda demostrado en el relieve del Palacio de Senaquerib, en Nínive, exhibido en el museo de Londres, a soldados asirios empalando a prisioneros judíos para el año 701 a.C.9 Existen otras evidencias de la crueldad de los asirios como la descripción realizada por uno de sus monarcas guerreros, Asurnasirpal, que señala: “Edifiqué una columna cerca de la puerta de su ciudad y desollé a todos los principales que se habían sublevado, y cubrí la columna con su piel”10. Ya para los años 640 a.C. existen registros que los asirios habrían conquistado el imperio elamita. Es de esta manera que el profeta crece en un entorno sacerdotal debido a la práctica de su padre como sacerdote del templo, pero con un claro llamado al ministerio profético, pues para esos días el pueblo se encontraba con la incertidumbre del momento en que éste conquistador pagano llegaría hasta los interiores de la santa ciudad para ejercer autoridad sobre ellos. Por esa razón, Jeremías advierte de la necesidad de volverse a Dios o de lo contrario la ciudad sería completamente destruida. Tal era la convicción profética de Jeremías que se postula la posibilidad que su decisión personal 5
WATCH TOWER, Perspicacia Para Comprender las Escrituras, Vol. 2. Estados Unidos. 1991. Pág.129
6
Ibid. WATCH TOWER, Vol.2, Pág.58
7
Enciclopedia Libre. (http://es.wikipedia.org/wiki/Siglo_VII_a._C. consultada el 02 de octubre de 2012)
8
Ibid. WATCH TOWER, Vol.1, Pág.234
9
Historia del Arte. (http://www historiadelarte.net/babilonia-asiria/arte-plastico-asirio-3/ consultada el 02 de octubre de 2012) 10
LUCKENBILL, D.D.. Ancient Records Of Assyria and Babylonia. 1926, Vol.1 Pág.145
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de no formar familia, ni tener descendencia, basada en el no tener que presenciar el sufrimiento11 durante esta futura condición de opresión que vendría sobre la ciudad12. La segunda profecía fue recibida desde los días de Joacím hasta el año undécimo de Sedequías, es decir veintidós años, entre el 608 a.C. y el 586 a.C.13 Ya para el reinado de Joacím, que tendría una duración de once años, se vislumbraba el comienzo de un final debido al restablecimiento de la práctica idolátrica que Josías habría intentado erradicar a través de su reforma. La depravación estaba en todos los niveles de la estructura social judía, e incluso estaba presente en la clase sacerdotal y en la de los profetas, como se encuentra descrito en el texto de Jeremías 23:11 “Impíos son los profetas y los sacerdotes; aun en mi propia casa encuentro su maldad”14. El enriquecimiento desmesurado de parte de las castas sociales altas a costa de los más indefensos, acrecentaba las desigualdades sociales y de administración de justicia, llegándose a aceptar la práctica de la esclavitud entre su propio pueblo, como lo señala un profeta contemporáneo de Jeremías: Habacuc (Hab.2:9-17). Para estos días Necao, faraón egipcio que gobernó entre el 610 a.C. y el 595 a.C., y que habría apoyado a los asirios en su campaña en contra de los babilónicos comienza su ataque contra el imperio, lo que se conoce como la batalla de Carquemis, y que habría desencadenado la caída de Nínive en manos de Nabopalasar, rey de babilonia, y Ciaxares, rey de los Medas15. Luego, en un tiempo breve, Nabucodonosor avanza hacía tierra santa para el quinto año de Joacím, quien es sometido junto al pueblo imponiéndoles fuertes tributos a favor de estos nuevos gobernantes paganos, lo que genera un descontento ya para el tercer año de opresiones económicas, decretándose un castigo para el rey y la ciudad: fue invadida y no hubo quien le ayudase. Joacím encuentra la muerte y Joaquín, su hijo, a los dieciocho años de edad es ascendido al trono por un periodo de tres meses y diez días [2Cr.36:9] con la posterior designación de Sedequías en el trono. Esta rebelión encabezada por el rey, y seguido por su pueblo, que fue promovida por una instigación de Egipto16, tiene como resultado que Nabucodonosor, sitia la ciudad con la consecuente victoria sobre Jerusalén. Como se relata en los libros de los reyes, las riquezas del Templo y del palacio fueron llevados por este rey 11
ABREGO, DE LACY J.M. Los Libros Proféticos. Editorial. Verbo Divino. España. 1993. Pág.153
12
ENCICLOPEDIA CATOLICA ONLINE. (http://ec.aciprensa.com/wiki/Jerem%C3%ADas Consultada el 03 de octubre de 2012) 13
Ibid. EUFEMIO, RICARDO. Pág.11
14
BIBLIA NUEVA VERSION INTERNACIONAL. Editorial Vida. Florida. 1999
15
EDERSHEIM, ALFRED. Comentario Bíblico Histórico. Ed. Clie. USA. 2009. Pág.589
16
BIBLIA DE JERUSALEN. Ed. Descleé De Brouwer. España. 1998. Pág. 1082
6
Nabucodonosor, y los utensilios de oro del templo fueron destrozados para su saqueo, cumpliéndose fielmente las palabras advertidas al pueblo en reiteradas ocasiones por los profetas [2R.24:12, 13]17. Claramente el profeta había visto el cumplimiento de las palabras que Dios le había entregado para advertencia de su pueblo, pero tal vez no debía ser tan extraño para él que los hombres siempre tienden a inclinarse al mal y no a la palabra del Señor que los conmina a permanecer fieles a la doctrina [Jer.7:24, 26; 11:8; 17:23; 25:4; 34:14; 35:15; 44:5]. La voz hebrea natá tiene un sentido de doblar18, o quizás con el sentido de doblegar la voluntad, lo que seguramente el profeta señalaba que el pueblo debía someterse o doblegarse a la palabra de Yahvé, no obstante, el olvido permanente de la Ley y del pacto mermó la moral del pueblo. No fue suficiente para ellos el haber presenciado los empalamientos de hombres y mujeres de su pueblo en las puertas de la ciudad por parte de los asirios años atrás, donde sus pieles forraban las columnas de éstas, ni tampoco fue demasiado ver como lo sagrado de su fe (tesoros del templo y utensilios) eran tocados y destrozados por manos inmundas que nunca habían honrado al Señor, que los había rescatado de la servidumbre egipcia, y que ahora los llevaba a la servidumbre babilónica por causa de su desobediencia e inmoralidad. Se suma a lo anterior que la autonomía política sucumbía ante un reino que no honraba al mismo Dios, pero que llegó a ser un instrumento de juicio del Dios que adoraron sus padres, y que no llegaron a conocer ellos en su vida. Es así como George Fischer, en su texto, expresa: “Se terminó así el sistema monárquico y de la soberanía de la dinastía davídica”19.
17
Ibid. EDERSHEIM, ALFRED. Pág.590
18
STRONG, JAMES. Concordancias Exhaustivas de la Biblia. Editorial Caribe. USA. 2002. Pág.87 Diccionario de Palabras Hebreas y Arameas del mismo libro. (Código 5186) 19
FISCHER, GEORGE. Guía Espiritual del Antiguo Testamento: El Libro de Jeremías. Ed. Herder. España. 1996. Pág.17
7
Aspectos Literarios del Libro de Jeremías de Jeremías tiene sus inicios en los días de Josías, hijo de Amón, ELreylibrode Judá, en el año decimotercero de su reinado, que mas o menos vendrían a ser unos sesenta años después de la muerte de Isaías, según Scofield y que otros estudiosos1 lo consignan por poco más de un siglo después, teniendo una gran importancia debido a que este texto es el eslabón entre los profetas pre-exílicos con aquellos profetas que en carne propia vivieron el destierro2. Los libros proféticos en general tienen como mensaje central la soberanía de Yahvé, y Jeremías no es la excepción de ello, y claramente él agrega algo más a esta soberanía: el reinado de Dios sobre las naciones. Ya no existe un mensaje centrado en los reinos septentrional ni meridional de la tierra prometida, sino el reino que Yahvé tiene es más extenso de lo que la tradición deuteronómica pensaba. Dios no solo juzga a Judá sino también a las naciones vecinas como Edom, Moab y Egipto entre otras, y alguna de ellas, como Siria y Babilonia, son instrumentos de juicio de Dios sobre la nación que los padres hebreos habían concebido. El concepto central del texto es la “palabra de Yahvé” que cobra fuerza a través de su vocero Jeremías, pues Dios ha prometido que pondría sus palabras en la boca del profeta [Jr.1:9], siendo muy pocos en la historia con este privilegio divino, dándole a la narración y la prosa la característica de estar en primera persona. Se ha consensuado en la crítica moderna que el texto entrega referencias de su autor, ya sea con ciertas referencias biográficas en tercera persona como se relatan en algunas citas como Jr.19:1-20 entre otras, y otras son claramente confesiones en primera persona o personales del profeta Jeremías, como Jr.11:18-22 “Tú, Señor me lo hiciste saber, y yo lo comprendí”. Claramente las citas en tercera persona de este libro provienen de Baruc3, no solo un escriba sino vocero de Jeremías, pues él leyó en voz alta el rollo a los oídos del pueblo y que fatigosamente servía al profeta por lo que Dios le protegió de la muerte aun durante el exilio4. Se postula la posibilidad que Jeremías haya tenido restricciones de ingresar al templo, pues otros piensan que el profeta estaba tras las rejas de la prisión por motivos de las palabras anunciadas y no aceptadas por las autoridades, y debido a los abiertos reproches que el profeta hacia a los infieles del
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BIBLIA DE JERUSALÉN. Descleé de Brouwer. España. 1998. Pág.1082
2
SCOFIELD, C.I. Biblia Anotada de Scofield. Ed. Publicaciones Españolas. Florida. 1984. Pág.743
3
SCHOKEL, ALONSO. Profetas, Vol.1. Ediciones Cristiandad. Madrid. 1980. Pág.403
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WATCH TOWER. Perspicacia para Comprender las Escrituras. Vol.1. Pág.287
8
pacto, lo que habría originado que Baruc fuera por él a leer los oráculos entregados por Dios [Jr.7:1 – 10:25]5. Algunos eruditos como John Scholz, erudito exégeta y Doctor en Teología, sostiene la teoría que el libro fue ordenado por “décadas”, como los que creen que es necesario considerar la observación desde el principio de ordenación cronológica del libro que pudiera ser perceptible en la composición actual del texto6, pero otros piensan que el libro no sigue un orden cronológico sino más bien temático7. Esta es una obra que ha trascendido en el tiempo, y ha dejado un influjo sobre otros escritores y pensadores posteriores, lo que tiene el mérito teórico de no haber sido escrito en un solo acto, cuyos relatos biográficos del autor y los oráculos poéticos contienen prosas afines al de Deuteronomio. Esto llevó a pensar a algunos que la autenticidad del texto no recae en Jeremías sino a redactores posteriores al destierro babilónico8. En cuanto a las partes en que el libro está distribuido, se pueden distinguir desde el punto de vista de la Biblia de Jerusalén, dos: La primera, contiene amenazas contra Judá y Jerusalén [1:1 – 25:13]; y la segunda, profecías contra las naciones [25:13-38; 46:1 al cap. 35]. Existiría una tercera parte de orden arbitrario de prosas más optimistas por parte del profeta. Por otro lado Warren Wiersbe9, propone un bosquejo general tripartito que en primera instancia se centra en Judá, y de cómo Dios condena no solo a la nación sino además a los líderes, con consecuencias de entregarlos al cautiverio con una promesa posterior de restauración. En una segunda parte, se refiere mas al carácter del sufrimiento personal del profeta contemplados entre el capítulo 34 al 45 del mismo texto. Y la tercera sección, tiene un carácter más internacional próximo a las tierras de Judea como lo son el caso de Egipto, Filistea, Moab, Amón, Edom, Siria, Cedar, Elam y Babilonia, teniendo plena armonía con la teoría del ministerio profético internacional. Y en su último capítulo, tras la deportación sufrida por el profeta a la tierra de Egipto, se concluye con la liberación del profeta. Otro aspecto importante a rescatar es el que comenta Schokel acerca de los cuatro grupos de textos que contiene la obra de Jeremías, que como todos los textos proféticos contienen problemas de contenido y estructura. Es así como los grupos identificados son cuatro y que se conocen como los discursos u oráculos de forma 5
ARCHER, GLEASON L. Reseña Crítica de una Introducción al Antiguo Testamento. Editorial Portavoz. USA. 2003. Pág.397 6
ENCICLOPEDIA CATOLICA ONLINE. (http://ec.aciprensa.com/wiki/Jerem%C3%ADas Consultada el 05 de octubre de 2012) 7
Ibid. WATCH TOWER. Vol.2. Pág.60
8
Loc. Cit. BIBLIA DE JERUSALÉN.
9
WIERSBE, WARREN W. Bosquejos Expositivos de la Biblia. Ed. Caribe. Colombia. 2002. Pág.133
9
poética, los de prosa, algunas narraciones en primera persona y otros en tercera persona10. El comentarista agrega la clasificación de Mowinkel que postula tres grupos y no cuatro como la mayoría de los comentaristas. Es bueno destacar que el texto, en casi un cincuenta por ciento, está en una narración en tercera persona lo que es conocido como los “textos B” de la agrupación propuestas por Mowinkel, y que seguirían en gran parte a un orden cronológico. Los “textos A” en tanto son los expresados en primera persona por el profeta y que inician su relato con “Así dice el Señor”. Los “textos C” son considerados reelaborados por Deuteronomistas y que se encuentran repartidos por todo el texto. Estos deuteronomistas añaden palabras en prosa al texto original de Jeremías, donde expresan arrepentimiento del pueblo y del merecimiento de tal sufrimiento de las manos de Nabucodonosor como instrumento de Dios 11. Existe una clara descripción de la distribución y de cómo se ha añadido al texto de Jeremías lo que se denomina como apéndice que se localizan en el capítulo 52 del texto con el fin de demostrar los eventos trágicos que habían ocurrido eran cumplimiento fiel de las palabras del profeta12. Existen algunas diferencias propuestas por los estudiosos de las Escrituras Sagradas entre los textos Septuaginta, traducción del Antiguo testamento al griego, realizado durante el siglo III a.C., y el texto hebreo o Masorético, en relación al texto de Jeremías. Esto debido a que seguramente circulaban varias copias de los oráculos de Jeremías durante el tiempo del exilio babilónico, Egipto y Judá, llegándose a constatar la existencia de 2.700 palabras menos en el texto griego en comparación al masorético13. Además, se ha constatado que no solo faltan un número determinado de palabras sino versos y en otros casos secciones enteras del libro. Hay diferencias en cuanto al texto. Schokel sostiene, por ejemplo, que los oráculos a las naciones extranjeras se encontrarían a la mitad del texto jeremiaco en la versión griega de los setenta en comparación con el texto Masorético. Todo esto bajo la teoría que los textos más cercanos a la fuente sufrieron pérdidas por lo que han tenido que reconstruir con posterioridad. Recomienda el escritor la Vulgata y la Peshitta como textos más cercanos a los originales. En cuanto a la formación del texto de Jeremías, hay quienes sugieren diferentes etapas en el proceso. Desde once etapas, según Mowinckel hasta tres etapas propuestas por Weiser14. Jeremías 36 es considerado el texto inicial del libro, cuando Baruc 10
SCHOKEL, ALONSO. Profetas, Vol.1. Ediciones Cristiandad. Madrid. 1980. Pág.402
11
MONLOUBOU, LOUIS. CB43 - Los Profetas del Antiguo Testamento. Editorial Verbo Divino. España. 1987 Pág.22 12
COMENTARIO BÍBLICO MUNDO HISPANO: Jeremías y Lamentaciones. Tomo 11. USA. 2010. Pág.48
13
Loc. Cit. COMENTARIO BÍBLICO MUNDO HISPANO: Jeremías y Lamentaciones. Tomo 11.
14
Ibid. SCHOKEL, ALONSO. Profetas, Vol 1. Pág.406
10
presenta los oráculos del profeta al rey Joaquín, quien termina por destrozar y quemar las inspiraciones proféticas. Sin embargo, la tarea de Jeremías no termina con la quema de su primera obra, sino más bien reescribe por las manos de Baruc todas y cada uno de los oráculos leídos ante el rey y el pueblo, pero se le agregaron más elementos proféticos al detallar la tarea con estas palabras: “y se añadieron muchas otras palabras semejantes” [Jr.36:32]. Gleason Archer, en su obra Reseña Crítica de una Introducción al Antiguo Testamento, comenta y expone la siguiente tabla que explicaría las diferencias entre el Texto Masorético y la Septuaginta15sería la siguiente: Texto Masorético
Septuaginta
1:1 – 25:13
1:1 – 25:13
25:14 – 45:5
32:1 – 51:35
46:1 – 51:64
25:14 – 31:44
No existe evidencia que sustente un trabajo serio para diferenciar cuales fueron los textos añadidos al “rollo del capítulo 36”. De esta forma, Schokel sostiene que ante tanta añadidura, de escritores posteriores a Jeremías, sin un orden cronológico o temático es imposible afirmar cuales son los orígenes de cada una de las partes del libro16. Otros, sin embargo no dudan en afirmar que Baruc habría realizado una más amplia colección de los oráculos de Jeremías, reacomodando los textos en un orden más lógico17. Los textos más cuestionados por los racionalistas como porciones escritas por Jeremías y/o Baruc serían Jr.10:1-16, con argumentos que fueron escritos por judíos en el exilio que recuerdan Deutero-Isaías; 17:19-27 por el hincapié de estricto cumplimiento del descanso dominical que sería muy tardío para los días de Jeremías; Capítulo 30 y 31, por la característica mesiánica que es posterior al exilio; y su capítulo 51 que en su verso 41 se menciona a Babilonia en un nombre equivalente.
15
Ibid. ARCHER, GLEASON L. Pág.399
16
Ibid. SCHOKEL, ALONSO. Profetas, Vol 1. Pág.407
17
Ibid. ARCHER, GLEASON L. Pág.399
11
Conceptos Teológicos del Libro de Jeremías esta sección de la monografía se describirán algunos elementos Enteológicos que se encuentran ocultos en el texto que se le asigna al profeta Jeremías. Además de ello se ofrecerá la oportunidad de comprender el rol social y la ubicación del profeta dentro de esta sociedad y con ello las consecuencias teológicas y sociales que ello contraería. El libro de Jeremías se caracteriza por el gran número de profecías relacionadas con su tiempo más próximo y la realidad del reino meridional, pero que ciertamente contiene un gran número de principios que nos pueden guiar a pesar de haber sido concedidos hace miles de años de nuestra historia. Dentro de los principios que se pueden extraer del texto nos encontramos con la realidad cruda del formalismo religioso ante los ojos de Dios, pues para el profeta el formalismo no tiene ningún valor ante los ojos de Yahvé. Entiéndase como el concepto de formalista, según Diccionario de la Lengua Española, que dícese de aquel que para cualquier asunto observa escrupulosamente las reglas y tradiciones1. El profeta inspirado por el Espíritu de Dios, anuncia entre sus mensajes como lo que expresó en el capítulo 4:4 lo que sigue: “Circuncídense para Yahvé, y quiten el prepucio de su corazón, oh varones de Judá y habitantes de Jerusalén, no sea que por la maldad de sus obras mi ira salga como fuego y arda y no haya quien la extinga” Claramente el deseo de Dios, por medio de las palabras del profeta, era la obediencia y la adoración de corazón. Esta metáfora “del prepucio circuncidado” extraída de las costumbres hebreas de circuncisión, tendría como significado, según Ralph Grower, la dedicación exclusiva del hombre desde sus inicios2, y que también tendría motivos higiénicos que evitarían algunos cánceres cérvix uterino3. Esto traería como consecuencia un concepto teológico importante dentro de la doctrina cristiana de estos días, y que claramente era un pilar fundamental de la fe y la religión judía para aquellos días: La Consagración. Schokel, entrega un concepto de consagración como parte de la voluntad o la decisión humana al decir que esta consiste en apropiarse algo para una tarea o función sacra, es como apartar y transferir a la esfera sagrada4. Claramente esta consagración no estaba considerada en la vida de los 1
DICCIONARIO SINÓNIMOS Y ANTÓNIMOS DE LA LENGUA ESPAÑOLA. Ed. Veron. España. 1994. Pág 489
2
GOWER, RALPH. Usos y Costumbres de los Tiempos Bíblicos. Ed. Portavoz. USA. 1990. Pág. 62
3
Ibid. GOWER, RALPH. Pág. 182
4
SCHOKEL, ALONSO. Profetas Vol. 1. Pág. 413
12
sacerdotes de la época de Jeremías, pues tanto los sacerdotes como los profetas tenían prácticas inicuas, según la denuncia hecha por el profeta en su texto [Jr.23:11] “Impíos son los profetas y los sacerdotes; aun en mi propia casa encuentro su maldad”5. Aquí podemos hacer algún análisis tipológico acerca del “prepucio” que Jeremías recomendaba extirpar del corazón humano. Esta maldad que cubre el corazón del hombre, como el prepucio a la virilidad masculina, es necesario extirpar para que podamos no solo entender sino vivir la consagración. Es necesario el arrepentimiento genuino de parte del hombre para llevar una adoración verdadera al Dios verdadero. Dentro del texto se pueden encontrar algunas características o cualidades de Dios que nos permiten realizar algún tipo de análisis teológico que nos ayude a entender someramente el carácter de Dios y su voluntad eterna a través de las palabras de Jeremías. La bondad y la misericordia de Yahvé son pilares fundamentales de la teología jeremiana. La bondad y la misericordia se encuentran reflejadas o manifestadas en la liberación de su pueblo, permitiéndoles la repatriación a Jerusalén como lo había profetizado Jeremías. Claramente el pueblo había desobedecido a Dios, y por lo tanto, debía ser corregido como un hijo es corregido por su padre quien le ama. Habían experimentado las horrorosidades más espeluznante que pudiera ser testigo un ser humano: los empalamientos de hombres y mujeres, y el deshollejamiento de algunos de ellos para que con sus pieles cubrieran parte de la entrada de la ciudad como escarmiento. Quizás para muchos hombres y mujeres, y los familiares que sobrevivieron a estas torturas, Dios no tiene nada de bondadoso ni misericordioso. Pero debe entenderse de manera global que los hombres sufren mayormente por consecuencias de sus actos, y que Dios es remunerador de quienes le buscan y le obedecen, tal como consta en la inspiración profética de Jeremías, capítulo 31, verso 19: “Porque después de que me arrepentí, fui confortado y hallé descanso luego de que comprendí; fui avergonzado y también reprendido, pues cargué con el oprobio de mi juventud”6
Es interesante constatar la teología doctrinal acerca del reino universal de Dios. Claramente Dios es Dios de todos, sublime y eterno. El es el Creador de todas las cosas que están debajo del cielo y en ellos, por tanto su gobierno y soberanía es absoluta. El mueve los hilos de la humanidad, y que todo lo controla sin sobrepasar el libre albedrío humano, pues su soberanía no se basa en el autoritarismo sino más bien en el amor eterno que emana de él. Él corrige y dirige a los que invocan su nombre, y ante tal 5
BIBLIA NUEVA VERSION INTERNACIONAL. Editorial Vida. Florida. 1999
6
BIBLIA PESHITTA en Español. Traducción de los Antiguos Manuscritos Arameos.
13
situación ninguna nación está de pie por si misma ante él. Él como el Gran Alfarero es quien forma y moldea a los hombres y sus gobiernos. Como vasijas de barro los hombres y todo lo que ellos hacen son destruidos para ser moldeado de acuerdo a su voluntad. Babilonia, una nación que no buscaba a Dios, llegó a ser el instrumento ejecutor del juicio de Dios para con el pueblo judío. Con esto Dios ya no era el Dios de los Judíos sino el Dios de Toda su Creación, para la cual estaban reservadas las promesas de restauración y consolación para todo aquel que clame a Yahvé. Es así como se explica que al cusita Ebedmelec, la profecía de bienaventuranza de Jeremías trajo salvación ante los filos de espadas de sus enemigos temidos, por haber confiado en el Señor [Jer.39:16-18]. “Vé y di al cusita Ebedmelec: Así dice Yahvé […] Yo te libraré aquel día […] yo te libraré y no caerás a espada, porque has puesto tu confianza en mí, declara Yahvé” Además, puede extraerse del texto de Jeremías de que Dios espera que el pueblo que le conoce y adora su Santo Nombre contribuya al engrandecimiento de la obra iniciada por él mediante la gloria y la alabanza, y que ellos son un pueblo amado por su Dios. Es por ello que los sacerdotes y falsos profetas que anunciaban aires de paz para la nación, cuando no era lo que Dios estaba anunciando, tendrán que recibir su castigo al rendir cuentas a Dios por sus palabras [Jr.6:13-15]. “Pues desde […] todos llevan a cabo estafas, y de los falsos profetas hasta los sacerdotes, todos practican el engaño […] diciendo: `Paz, paz, pero no hay paz`”
Del texto se colige como la estafa era parte de la vida judía, llegando esta práctica a las cúpulas sacerdotales y de profetas, corroyendo la fe y la moral del pueblo que tanto Dios había hecho por ellos. Además, se puede establecer en el libro de Jeremías, que la infidelidad de la esposa se puede comparar con la prostitución, según Jr. 3:1-3, pero que el amor está por sobre todo juicio. “Si un hombre se divorcia de su esposa, y ella se va de su lado y se casa con otro hombre […] Pues tú te has prostituido con muchos pastores. Regresa a mí.”
Claramente en texto de Jeremías, el acto de fornicación posterior al divorcio fue presentado como una profanación que termina por entenderse como prostitución. Pero el amor que demuestra Dios por el hombre, ante la pregunta de poder volver, termina siendo positiva con la afirmación “Regresa a mí” 14
Según Gary Smith, las consecuencias teológicas y sociales del texto de Jeremías son complejas para los pensamientos modernos de ministerios, pues sus mensajes revelan los engaños vergonzosos de los seudo mensajes de algunos pastores que aparentan la verdad. Existe una gran atracción del poder que se puede ostentar al ser reconocidos como “mensajeros de Dios”, creyendo en el ministerio exitoso y sin conflicto, solo siendo atracciones erradas. Pues la aceptación pública y el estatus enceguecen la razón y la humildad. Contrariamente a lo pensado, el llamado de Dios es a oír su mensaje, transmitiendo sus palabras y se lo sirva como un acto de mucha honra. Todas las personas quieren oír lo que desean oír según sus expectativas culturales, pero ciertamente no se compara con lo que Dios tiene reservado para nuestros oídos y entendimiento. No se puede complacer a ambos señores.
La vida de Jeremías proyecta lo que muchos mensajeros actuales deben de sufrir, el rechazo de los líderes y del propio pueblo, a cambio de anunciar las palabras verdaderas de Dios y no ceder a la popularidad y el estatus codiciable por los indoctos. No pasó su tiempo administrando programas de evangelización y discipulado, sino más bien, llorando e intercediendo por la misericordia de Dios. Por lo tanto, las teologías actuales no tienen cabida en la teología jeremiana. Lo anterior lleva a pensar acerca de la verdadera lucha del hombre no son las creencias engañosas de otros, sino la lucha del mensajero por andar con Dios 7. Berkhof8 nos proporciona algunos conceptos teológicos que resultan ser importantes desde el punto de vista de la teología sistemática, y que algunos son citados en esta sección para conocer conceptos o elementos teológicos que subyacen en el libro de Jeremías. Jer.23:23. Cercanía de Dios con el hombre. Este texto nos declara la cercanía que Dios tiene con el hombre y que se declara como quien nunca ha sido un Dios lejano, por lo tanto es el hombre el que se aleja de Dios por su pecado. Y sobre todo Él es Padre para con su pueblo [Jer.3:4]. Jer.27:5. Soberanía de Dios. Para el profeta era indispensable hacer entender a los hombres de su época, quienes debían afrontar la autoridad impuesta por un rey extranjero, y para quienes en el futuro tuvieran acceso a la palabra inspirada de Dios, que Dios es soberano y a quien quiere entrega el poder sobre la faz de la tierra y a los que en ella habitan. 7
SMITH, GARY. Guía Práctica para Entender a los Profetas de la Biblia. Ed. B&H. USA. 2007. Pág. 210
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BERKHOF, LOUIS. Teología Sistemática. Editorial Libros Desafíos. USA. 2005
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Jer.32:27. Omnisciencia de Dios. Ciertamente este texto nos declara que para Dios nada está oculto delante de Él, pues Él es Dios de toda carne. Jer.1:5. Predestinación de sus Elegidos. Esta es una materia importante de conocer a la hora de estudiar la relación de Dios con sus elegidos, pues el valor percibido en esta relación la hace más fuerte que cualquier eslabón de cadenas conocido por el hombre. La relación basada en el conocimiento previo de Dios por el hombre y su posterior llamado, hace que su obra no sea una obra infértil sino más bien de eterna misericordia. Jer.17:9. La Dureza del Corazón del Hombre. El texto que precede esta cita invita a ser como un árbol plantada junto a corrientes de agua, dando su fruto en la confianza de que nunca Dios le desamparará. ¿Quién conocerá el corazón duro del hombre? El pueblo de Israel estaba en esta condición de dureza de corazón, y el profeta parafrasea palabras del salmista para exhortar a la confianza en su Dios creador, en tanto que en el corazón del hombre está asentado el pecado. Jer.31:33. Anuncio del Pacto de Gracia. Se estaba gestando una nueva forma de relacionarnos con el creador, donde las grosuras de carneros y machos cabríos eran insuficientes para poder apagar la hoguera de pecados del pueblo ante un Dios Santo. La gracia, que solo puede provenir de Dios, anuncia el nacimiento de un nuevo pacto con su pueblo, donde la ley ya no se llevaría en pequeñas tablillas sobre la frente sino que sería escrita en el corazón del hombre. El trono del pecado, el corazón del hombre, tendría un nuevo gobierno: La Gracia de Dios. Jer.23:5, 6. Anuncio del Mesías. La aparición del Mesías seguramente era esperado por la nación toda, debido a los sufrimientos constantes de opresiones de una diversidad de monarcas corruptos y de reinos extranjeros déspotas que gobernaron sobre la tierra prometida a los padres de la nación. El Mesías traerá la paz anunciada junto a la justicia, y entonces Judá e Israel podrán habitar seguros en la tierra de sus padres. Ciertamente cada uno de los versos del texto jeremiano, trae consigo la inspiración de conceptos teológicos que quizás poco entendieron Jeremías como Baruc, pues la revelación progresiva solo se encontraba en pañales como un recién nacido. Hoy podemos comprender brumosamente que Dios trató directamente con un pueblo hostil y de corazón endurecido por su incredulidad, pero que verdaderamente la gracia divina les sostenía día tras día, trayendo el profeta a sus oídos su frágil condición humana ante gobiernos que no conocían la relación paternal que Dios requería de su pueblo rebelde. Por tanto, Dios les recordaba que Él era un Dios cercano, pero que su pueblo se había alejado olvidando sus decretos mosaicos que era necesario incrustar en el corazón endurecido del hombre.
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Conclusiones Personales al Libro de Jeremías de Jeremías que abarca un gran periodo de la monarquía de Judá, Elnostextoproporciona el privilegio de ser testigos indirectos de la historia de una nación escogida que da vueltas las espaldas a Dios, con sus desbastadoras consecuencias sociales y culturales, y que de igual forma impactó y generó un cambio radical en la forma de entender y conocer más a fondo el carácter divino y el culto. El templo de Salomón, erigido como un orgullo de la tradición hebrea, un ícono de la monarquía única de Israel, que además, trae los más nostálgicos recuerdos del esplendor de la nación escogida entre todas las naciones de la tierra, es no solo desmantelada de sus utensilios sagrados sino mas bien destruida ante los ojos perplejos de los que aún permanecían fieles a la santidad y el culto Yahvista. ¿Cómo Dios quien había permitido el esplendor de la nación la dejaba en manos de saqueadores e inicuos para que hicieran según pareciera su voluntad? Es entonces que este profeta nos ayuda a entender a Dios como el artífice de la historia, no como quien la mira desde la distancia sino más bien como quien tiene en sus manos el destino de cada hombre y nación. Ya no es el Dios de Israel ni de Judá, sino que ahora es y debe ser reconocido como Dios del universo y de toda creación, como siempre debió de ser entendido. El Señor no se contentaba con la adoración emanada de las esquinas de un grandioso y frio templo, no se conformaba con la circuncisión vacía reglamentada por Moisés o la matanza indiscriminada de animales casi perfectos para que la sangre pagara precios por los crecientes pecados; ya no era suficiente el incienso ni el pan de la proposición, pues había llegado la hora de modificar de manera radical la forma cúltica de adorar a Dios. Había un llamado directo al arrepentimiento que no estaba presente en los sacrificios, pues había que quitar el prepucio del corazón. Pues el corazón se había endurecido de tanto pecado no solo en las ciudades ni pueblos, ya había enraizado su cizaña en la casta sacerdotal y de los profetas que inspirados por su propio corazón, ofreciendo la paz que no vendría de manos de los enjuiciadores de Dios. Hoy, como en los tiempos de ayer, se han levantado voces en medio de las naciones para anunciar días de esplendor para el pueblo de Dios, con adornos de espectáculos que vemos en círculos circenses para demostrar un poder embriagador que desorienta a los indoctos de las verdades consagradas en su palabra. El pueblo se ha olvidado de la forma verdadera de adorar a Dios, y ha trastocado sus verdades, reemplazándolas por técnicas o habilidades administrativas que intentan sobrellevar la existencia jurídica de un grupo humano y no de la iglesia. De esta forma, cabe señalar y enfatizar que Dios no ha cambiado su metodología de traer el mensaje y la enseñanza, no requiriendo sapiencias ni técnicas humanas de iglecrecimiento para plantar y hacer crecer una congregación, sino más bien nos hace 17
recordar la técnica jeremiana enseñada en el libro: el llanto y la humillación ante Dios para interceder por algo o alguien. No es relevante si la mano de Baruc o de Jeremías escribieron las verdades encontradas en estos textos, como tampoco es relevante si en tiempos posteriores se añadió algún pensamiento inspirado en las palabras proféticas de Jeremías; pues lo verdaderamente importante es el fondo de este mensaje y no la forma, que claramente no ha tergiversado el propósito central del libro: Cuidarse de los mensajeros engañosos y advertir los juicios venideros. Pero no se ha aprendido por parte de la iglesia de todo lo pasado por la nación escogida, pues no se ha entendido que Dios usa instrumentos de ira externos como los del pueblo asirio o babilónico con el solo fin de hacernos entender que esto no es una religión ni moda pagana de culto, sino es una forma de vida en la santidad y la misericordia en la búsqueda constante del rostro del Señor y su Reino. Recordando las palabras de Gary Smith, se concluye que el fin de este texto es darnos cuenta que el verdadero llamado de Dios no se encuentra reflejado en las habilidades humanas ni portentos espirituales, sino claramente Dios quiere ser escuchado con el único propósito de ser un canal de transmisión para los hombres, y que además, se le pueda llegar a servir en contentamiento de su voluntad. El hombre podrá tener sufrimientos por causa de la fidelidad a su llamado, no embriagándose de la fama ni del estatus, pero que ciertamente Dios será el galardonador de quien le busca.
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