Los monocitos son un tipo de glóbulos blancos agranulocitos. Es el leucocito de mayor tamaño, su tamaño es de 18 μm, y representa del 4 a 8% en la sangre. Presenta un núcleo arriñonado (forma de riñón), que se tiñe de color violeta-azulado con una proporción 2:1 con respecto al resto de la célula, y tiene una depresión profunda. El citoplasma es abundante y de color gris azulado pudiendo estar acompañado de vacuolas blanquecinas. Los monocitos se generan en la médula ósea y después viajan por la sangre, para luego emigrar a diferentes tejidos como hígado, bazo, pulmones, ganglios linfáticos, huesos, cavidades serosas, etc. Después de alrededor de 24 horas de permanecer en el torrente sanguíneo, los monocitos lo abandonan y atraviesan el endotelio de los capilares o las vénulas poscapilares hacia el tejido conectivo, donde se diferencian rápidamente a macrófagos. Su principal función es la de fagocitar, es decir, comerse a diferentes microorganismos o restos celulares. Para fagocitar se tienen en cuenta diversos factores como la presencia de antígenos. No obstante, el procedimiento es sencillo, y consiste en rodear con los pseudópodos la molécula, acción que es inhibida en los casos en que el macrófago reconoce a la célula como integrante de un tejido propio del organismo, por medio de las proteínas del CMH o complejo mayor de histocompatibilidad presentes sobre las membranas celulares. Los macrófagos son unas células del sistema inmunitario, que se localizan en los tejidos procedentes de la emigración desde la sangre a partir de un tipo de leucocito llamado monocito. La palabra macrófago procede del griego y significa gran comedor (macros + phagein)
Fagocitosis: la función principal de los macrófagos es la de fagocitar todos los cuerpos extraños que se introducen en el organismo como las bacterias y sustancias de desecho de los tejidos. Los macrófagos son fagocitos junto con los neutrófilos y otras células. Los macrófagos tienen la capacidad de quimiotaxis, es decir la de ser atraídos y desplazados hacia una determinada localización por la presencia de determinados factores quimiotácticos para monocitos como interleucina-I, interleucina-I, trombina, factor de crecimiento derivado de las plaquetas, factor de complemento C5a, fragmentos de colágeno, elastina, fibronectina, calicreína, activador del plasminógeno, inmunoglobulinas y leucotrienos. Inflamación: Los macrófagos forman parte de la inmunidad celular innata (la inflamación), inflamación), es decir, inician una respuesta natural contra los microorganismos, porque los macrófagos expresan receptores de membrana para numerosas moléculas bacterianos, por ejemplo: receptor para lipopolisacárido (CD14), receptores C11b/CD18, receptores para manosas, y receptor para glúcidos entre otros. Los macrófagos de los vertebrados y de los invertebrados participan en gran medida de la respuesta inmune innata a infecciones gracias a sus receptores "scavengers", o barredores, que poseen una especificidad a ligandos muy amplia como: lipoproteínas, proteínas, poli y oligonucleótidos, polisacáridos aniónicos, fosfolípidos y otras moléculas. Presentación de antígenos: cuando los macrófagos fagocitan un microbio, procesan y sitúan sus antígenos en la superficie externa de su membrana plasmática, donde serán reconocidos por los linfocitos T colaboradores; tras el reconocimiento, los T producen linfoquinas que activan a los linfocitos B. Por eso los macrófagos forman parte de las llamadas células presentadoras de antígenos, ya que poseen en sus membranas moléculas del complejo mayor de histocompatibilidad (MHC) de clase II. Los linfocitos B activados producen y liberan anticuerpos específicos a los antígenos presentados por el macrófago. Estos anticuerpos se adhieren a los antígenos de los microbios o de células invadidas por virus y así atraen con mayor avidez a los macrófagos para fagocitarlos.
Hemostasia: el macrófago produce una serie de substancias que participan en la coagulación como son: proteína C, trombomodulina, factor tisular, factor VII, factor XIII y el inhibidor del activador del plasminógeno.
Definición: El monocito es un leucocito del tipo agranulocito. Entre otros aspectos se caracteriza por tener un núcleo arriñonado. Representa del 2 al 9% del total de los leucocitos circulantes por los vasos sanguíneos. Puede pasar a los tejidos donde se convierte en macrófago. Además de llevar a cabo la fagocitosis puede actuar como célula presentadora de antígenos. El monocito es un leucocito del tipo agranulocito. Se caracteriza por presentar un núcleo en forma de riñón y expresar el antígeno CD14. Circulan por la sangre aproximadamente de 1-3 días, tras los cuales pasan a los tejidos en un proceso conocido como extravasación. La extravasación ocurre gracias a la capacidad de los monocitos de reconocer a las células endoteliales y unirse a ellas. La unión se produce gracias a las moléculas de adhesión ICAM-1 expresadas en las células endoteliales y las LFA-1 presentes en los monocitos. Una vez están en los tejidos los monocitos se convierten en macrófagos para llevar a cabo la función de fagocitosis y la presentación antigénica. El monocito lleva a cabo la función de fagocitosis de partículas rodeadas de IgG y de factores del complemento. Existen diversas citoquinas que regulan la actividad de los monocitos:
La IL-10 estimula la expresión de receptor 1 de la fracción constante (Fc) de la IgG estimulando la fagocitosis mediada por IgG y p or complemento. El interferón gamma también estimula la expresión del receptor 1 de la fracción constante de la IgG La IL-4 disminuye la expresión de todos los receptores de IgG disminuyendo la fagocitosis mediada por IgG y activa la expresión de los receptores de la molécula del complemento C3 activando la fagocitosis mediada por C3.
El monocito también actúa como célula presentadora de antígeno (APC : Antigen Presenting Cell), ya que expresa MHC-II (complejo principal de histocompatibilidad de tipo II). La actividad de los monocitos como células presentadoras de antígeno también se regula mediante citoquinas. La IL-4 y el interferón gamma estimulan la expresión de MHC-II mientras que la IL-10 la inhibe. Otra de las funciones de los monocitos es almacenar hierro procedente de los eritrocitos lisados. Los monocitos incorporan el hierro gracias a la expresión de receptores para la ferritina y para la transferrina. En el proceso de la inflamación, los macrófagos activados sintetizan y liberan moléculas que atraen a los monocitos a la zona de inflamación y aumentan la expresión de las moléculas de adhesión en monocitos y en células endoteliales de vasos sanguíneos para su extravasación a tejidos. Estas moléculas son conocidas como quimioquinas. Algunos ejemplos de quimioquinas son la proteína MCP-1 (Monocyte Chemotactic Protein-1: proteína quimiotáctica de monocitos 1), la proteína RANTES (Regulated on Activation, Normal T Expressed and Secreted) y la MIP (Macrophage Infectivity Potentiator : proteína inflamatoria de los macrófagos). Los macrófagos activos también puede sintetizar otras citoquinas como el TNF, IL-1 y el interferón gamma El monocito procede de una célula madre hematopoyética. De la célula madre hematopoyética deriva un progenitor mieloide común, del que derivan a su vez el eritrocito, los distintos tipos de leucocitos entre los que se encuentra el monocito, y las plaquetas. En el caso del monocito, del progenitor mieloide común se forma la unidad formadora de colonias granulocito/macrófago (CFU-GM). Las células que forman estas colonias pasan a monocitos al ser estimuladas por IL-3 o GM-CSF (Granulocyte-Macrophage ColonyStimulating Factor: factor estimulante de colonias granulocito/macrófago). Si los monocitos son estimulados con M-CSF (Macrophage Colony-Stimulating Factor: factor estimulante de colonias de macrófagos) dan lugar a macrófagos, mientras que si son estimulados con GM-CSF, IL-4 y TNFalfa originan células dendríticas Las
citoquinas del entorno y otras señales de diferenciación, estimulan la interconversión de estas células entre sí. Los monocitos son las células de mayor talla halladas en la sangre periférica. Su tamaño oscila entre 15 y 30 µm de diámetro, adquiriendo una forma irregular, cuadrangular u oval. El núcleo, situado en posición central, es voluminoso y adopta formas abigarradas en herradura, indentado o doblado; la cromatina es densa y con aspecto como peinada en finas franjas cromatínicas, lo cual es característico de estas células. Los monocitos están desprovistos de nucleolos. El citoplasma es amplio con ocasionales mamelones periféricos, de color azul plomizo y contiene un número variable de gránulos azurófilos. Estudios ultraestructurales han permitido obsevar en los monocitos dos tipos de granulación: la primaria, peroxidasa positiva, que aparece en estadios evolutivos más jóvenes,y la secundaria, peroxidasa negativa típica de los monocitos maduros. Este segundo tipo de granulación no tiene nada que ver con la granulación secundaria de la granulopoyesis. El citoplasma puede contener alguna vacuola. Citoquímicamente estas células se caracterizan por su riqueza en esterasas inespecíficas (naftol-As-D-acetatoesterasa, alfanaftilacetatoesterasa ácida y butiratoesterasa) que se inhiben casi totamente con el fluoruro sódico. Asimismo son ricas en fosfatasa ácida, lisozima, beta-glucuronidasa, catepsina y arilsulfatasa. A diferencia de la granulopoyesis neutrófila, los monocitos son naftol-As-D-cloroacetaroesterasa negativos; tampoco contienen fosfatasa alcalina y lactoferrina.Los histiocitos y macrófagos constituyen el último estadio evolutivo de las células del sistema mononuclear fagocítico. Originados a partir de los monocitos sanguíneos, los histiocitos adoptan un aspecto morfológico característico y diferencial dependiendo del tejido u órgano donde finalmente se ubiquen. Los h istiocitos del tejido conjuntivo se caracterizan por poseer un núcleo pequeño en relación con la gran extensión del citoplasma, que adopta una forma variable (redondeada, oval, incurvada, bilobulada) situándose, generalmente, en un extremo de la célula. La cromatina, típicamente reticulada, puede contener uno o dos nucleolos de tonalidad basófila. El citoplasma incoloro o débilmente basófilo se caracteriza por su gran extensión y por sus límites imprecisos. Agunas veces puede contener abundante granulación azurófila y vacuolas. Los macrófagos son aquellos histiocitos que contienen en su interior restos de material fagocitado. Son fáciles de identificar y se observan con frecuencia en la médula ósea, ganglios linfáticos, bazo, etc. En circunstancias patológicas los macrófagos se transforman adoptando diversos aspectos morfológicos (células gigantes de Langhans, de cuerpo extraño y células epitelioides). Estas modificaciones morfológicas traducen, sin duda, ciertas actividades funcionales inducidas por tóxicos químicos o bacterianos. En condiciones normales los histiocitos pueden ofrecer una variada expresividad morfológica según el tejido donde asienten (células de Kupffer en el hígado, macrófagos de los alveolos pulmonares, macrófagos de las cavidades serosas, osteoclastos de la médula ósea, microglía en el sistema nervioso central). Los histiocitos y macrófagos son muy ricos en hidrolasas ácidas (fosfatasa ácida, beta-glucuronidasa, alfanaftilacetatoesterasa ácida) y esterasa inespecíficas en adaptación a su intensa capacidad digestiva, por lo que deben considerarse como fagocitos profesionales. También contiene muramidasa, proteasa neutras, inhibidores enzimáticos como la alfa-2-macroglobulina, factor quimiotáctico de los neutrófilos y ciertas proteinas como fibronectina, transcobalamina II, etc. No contiene habitualmente peroxidasa. Las funciones del monocito-macrófago pueden resumirse en capacidad de migración, fagocitosis, actividad microbicida y modulación de la respuesta inmune, y síntesis de múltiples factores solubles como interferón, interleucinas, prostaglandinas, factor de necrosis tisular y factores de crecimiento de als células hematopoyéticas. Su papel en el complejo mecanismo de la inmunidad es decisivo; así, en este contexto se ha comparado al linfocito con el director de orquesta y al monocito con el primer violín.