EL MITO DE LA NEUTRALIDAD RELIGIOSA
EL MITO DE LA NEUTRALIDAD RELIGIOSA Un ensayo sobre el papel oculto de la creencia religiosa en las teorías Edición revisada
Roy A. Clouser
University of Notre Dame Press Notre Dame, Indiana
PARTE I RELIGIÓN
Capítulo 2 QUÉ ES LA RELIGIÓN
2.1. 2.1. El proble problema ma Definir “religión” es notoriamente difícil. La palabra se usa de muchos modos: se aplica a rituales, organizaciones, creencias, doctrinas y sentimientos, así como a tradiciones de gran escala tales como el hinduismo, el budismo, el taoísmo, el judaísmo, el cristianismo y el islam. Más aún, el mismo tema de la creencia religiosa frecuentemente se haya emocionalmente cargado. Esta sensitividad es natural porque la religión le preocupa a la gente en el más profundo nivel de sus convicciones y valores. Para ayudar a minimizar estas dificultades, mantengamos dos pensamientos firmemente en la mente mientras procedemos. El primero es que no estamos ahora tratando de establecer que religión es verdadera o falsa, correcta o incorrecta. Estamos tratando de alcanzar un entendimiento de qué es la religión —cualquier religión. Para responder a esta pregunta estaré proponiendo y defendiendo lo que frecuentemente se llama una definición real, esto es, una definición que es más precisa o científica que las que se usan en el habla común. La segunda cosa a recordar es que la definición que ofreceré se enfoca en un uso particular del término “religión”, el sentido en el que califica la creencia. Nuestra búsqueda de una definición de religión, entonces, será una búsqueda de lo que distingue una creencia religiosa de una creencia que no es religiosa. Esto se debe a que doy por sentado que la creencia es el asunto clave, pues son las creencias religiosas las que incitan y guían a las personas, las prácticas, los ritos, los rituales, y las tradiciones que comúnmente llamamos “religiosas”. ¿Qué es, entonces, una creencia religiosa? Considere la pregunta de este modo. Tenemos todos literalmente miles de creencias acerca de miles de cosas. En este momento, por ejemplo, creo que soy pariente consanguíneo de ciertas otras personas; creo 1 + 1 = 2 ; creo que el próximo día 15 es día de paga, que hubo una edad de hielo hace alrededor de 20,000 años, y que hubo una guerra civil en Inglaterra en los 1640s. Mientras que la mayoría de las personas probablemente concuerdan en que ninguna de estas creencias es re3
4
EL MITO DE LA NEUTRALIDAD NEUTRALIDAD RELIGIOSA
ligiosa, los antiguos pitagóricos consideraban a 1 + 1 = 2 ¡como una creencia religiosa! Así que necesitamos saber no solamente qué hace que una creencia sea religiosa y otra no, sino como puede ser que la misma creencia pueda ser religiosa para una persona y no para otra. Conforme procedemos, debemos también mantener en mente lo que cualquier definición debe hacer si es que ha de evitar ser arbitraria. Una definición no arbitraria arbitraria debe declarar declarar el conjunto conjunto de característ características icas compartido compartido de manera única por todas las cosas del tipo que está siendo definido. definido. Esto se hace inspeccionando tantas cosas de ese tipo como sea posible y tratando de aislar precisamente la combinación de características que es verdadera de ellas y solamente solamente de ellas. Esto es algo difícil de hacer incluso para objetos que podemos inspeccionar, como computadoras o sillas, pero es aún más difícil para ideas abstractas tales como las creencias religiosas. Lo que hace posible tales definiciones es que todos podamos reconocer que las cosas son de un cierto tipo antes de ser capaces de definir el tipo con precisión. Todos sabemos que muchas cosas son árboles, por ejemplo, mucho antes de que llevemos a cabo la difícil tarea de analizar el conjunto de características poseído por todos los árboles y solamente solamente los árboles. Así que, si bien el proceso de definir empieza examinando una lista inicial de cosas del tipo ser definido, no necesitamos examinarlas todas para formular su definición. Desde luego, no podríamos hacerlo porque tendríamos que tener ya una definición para decidir si incluimos o excluimos cualquier caso controversial o limítrofe. Así que el proceso de definir empieza examinando una lista de las cosas a ser definidas que deja fuera los casos controversiales. A primera vista parece una tarea fácil compilar una lista inicial de religiones relativamente no controvertida para buscar un elemento común entre sus creencias centrales. Virtualmente todos concederían que el judaísmo, el cristianismo, y el islam, junto con el hinduismo, el budismo 1 y el taoísmo, pueden ser ubicados con seguridad en la lista. Más aún, casi todo mundo piensa que las creencias en los antiguos dioses olímpicos griegos, los cultos griegos de misterio, el panteón romano, el politeísmo egipcio, o la antigua creencia cananea en Baal eran también religiosas. Tampoco parece objetable que creencias que nunca han generado un gran número de seguidores pueden de todos modos contar como religiones —las antiguas creencias y enseñanzas epicúreas acerca de los dioses, por ejemplo. De hecho, parece haber una “lista corta” inicial bastante grande de religiones que, más aún, incluye el druidismo, las creencias acerca de Isis y Mitra, así como las enseñanzas del zoroastrismo, el sintoísmo y una constelación de otros candidatos. Cuál podría ser la razón, después de todo, para rehusarse a reconocer que todas éstas son religiones y sus creencias centrales creencias religiosas? Son o fueron todas consideradas como tales por
¿ QUÉ ES LA RELIGIÓN ?
5
sus adherentes, y los adherentes de al menos la mayoría de ellas rápidamente reconocieron a otras en la lista como religiones alternativas o en competencia. Pero, a pesar de la disponibilidad de una aceptable lista de religiones, ha resultado extremadamente difícil extraer cualquier creencia que ellas, y solamente ellas compartan en común. Para ilustrar esto demos un breve vistazo a la pobreza que la mayoría de las más ampliamente aceptadas definiciones exhiben cuando se aplican aplican a las tradiciones tradiciones de nuestra nuestra lista. Empezaremos Empezaremos con las que son actualmente las ideas más populares y luego daremos una mirada a algunas cuantas de las propuestas académicas más influyentes. Una de las ideas más populares es que las creencias religiosas son aquellas que inspiran y sancionan un código ético de algún tipo. De hecho, muchas personas suponen que el propósito primario de la creencia religiosa es proveer una dirección moral a la vida. Aunque esto puede sonar plausible, el hecho es que hay religiones en nuestra lista que no incluyen ninguna enseñanza ética en lo absoluto. El antiguo epicureísmo, por ejemplo, no hizo ninguna conexión entre la creencia en sus dioses y los deberes morales hacia nuestros semejantes. De acuerdo con lo epicúreos, los dioses no tenían ningún interés en los asuntos humanos, de modo que la persona podía estar moralmente corrompida por lo que a los dioses concierne. Otros ejemplos de religiones con esta misma creencia son la tradición sinto japonesa y algunas formas de la religión romana antigua. Para empeorar las cosas para esta propuesta, hay creencias claramente no religiosas que inspiran o incluyen enseñanzas morales. Por ejemplo, hay códigos morales de honor en las escuelas, los clubes deportivos, los ejércitos, e incluso a las organizaciones criminales. Esto es suficiente para mostrar que, incluso si todas las religiones proveyeran enseñanzas éticas, esa característica por sí sola no sería suficiente suficiente para distinguir distinguir las creencias creencias religiosas religiosas de aquellas que no son religiosas. Y tampoco es el caso que todas las creencia religiosas inspiren un culto. Aristóteles argumentó en favor de la existencia de un bien supremo que llamaba el Primer Motor. Pero puesto que él también sostenía que hubiera estado más allá de la naturaleza y dignidad del Primer Motor saber algo acerca de u ocuparse de los asuntos terrenales, él consideraba al culto como fútil. Los antiguos epicureos mencionados arriba estaban de acuerdo. De acuerdo con ellos, también, también, a los dioses les tiene sin cuidado el mundo, así que el hecho de que los dioses existen es interesante para los humanos, pero no inspira ningún culto. Incluso en nuestro tiempo hay formas de hinduismo y budismo en las que no hay culto. A veces se sugiere que, si las últimas dos propuestas simplemente fueron ampliadas un poco y conjuntadas, podrían formar una definición exitosa. Supongamos que suponemos que una creencia religiosa es una que genera ritual
6
EL MITO DE LA NEUTRALIDAD NEUTRALIDAD RELIGIOSA
y/o ética, donde el ritual puede ser de cualquier tipo en vez de específicamente un culto. ¿Funcionará eso? La respuestas es que no. En el caso de los rituales conduce al círculo vicioso de tener que saber qué rituales son religiosos para identificar las creencias religiosas, y tener que saber que creencias son religiosas para saber qué rituales los son. Si hubiese una lista específica de rituales generado solamente por las creencias religiosas, esto funcionaría. Pero hay muchos rituales que a veces son religiosos y a veces no: quemar una casa, prender fuegos artificiales, ayunar, festejar, tener relaciones sexuales, cantar, entonar entonar cánticos, cánticos, cortarse, circuncidar circuncidar un infante, infante, cubrirse el cuerpo cuerpo con estiércol, lavarse, matar un animal, matar un humano, comer pan y beber vino, rasurarse la cabeza y muchos más. Así que está claro que el único modo de saber si un ritual es religioso o no es saber qué es lo que creen acerca de él los que participan en el mismo. Si su creencia motivadora es religiosa, entonces el ritual puede serlo. Pero, sin saber si se hace por razones religiosas, incluso lo que parece un acto de oración puede ser indistinguible del fantasear o el hablar con uno mismo. Y observe que muchos de los rituales recién citados tienen un código ético conjuntado con ellos cuando se hace por razones no religiosas, mientras que se cree que otros son no éticos ¡a menos que se hagan por razones religiosas! Los rituales llevados a cabo por clubes que tienen un código ético o las ceremonias de toma de posesión de una oficina de una empresa o un gobierno que tiene código ético son ejemplos de rituales no religiosos acompañados por creencias éticas, mientras que el homicidio de un humano por razones religiosas era considerado como piadoso por los aztecas quienes por lo demás o consideraban como un asesinato. Concluyo, por lo tanto, que esta propuesta fracasa. Las creencias religiosas no son necesariamente aquellas que generan enseñanza ética y/o ritual; hay que creencias religiosas que carecen de ambos y creencias no religiosas que generan ambos. Quizá la más difundida de todas las definiciones populares es que la creencia religiosa es creencia en un ser supremo. Muchas personas no sólo parecen pensar que esto cubre a todas las religiones, sino que también sospechan que todas tod as las religi religione oness rinden rinden culto culto al mismo ser suprem supremoo bajo bajo difere diferente ntess nom nombre bres. s. Esto es simplemente un error. No todas las tradiciones de nuestra lista incluyen una creencia en cualquier cosa que tenga un status únicamente supremo. Lo que es más, en el hinduismo lo divino (Braham-Atman) no es considerado como un ser en lo absoluto. Es más bien una indefinida “cualidad de ser” o el “ser-mismo”. Por esta misma razón Braham-Atman no puede estrictamente ser llamado un dios, si se supone que un dios es individual y personal. El budismo también niega que lo divino sea un ser, pero va todavía más allá. Temiendo que el “ser-mismo” sea todavía una expresión demasiado definida, insiste en términos tales como “vacío”, “no ser”, y “nada” para lo divino. Así que, aun-
¿ QUÉ ES LA RELIGIÓN ?
7
que esas religiones creen que hay una realidad divina, no creen que lo divino sea un ser en lo absoluto, ya no digamos un ser supremo. Sorprendentemente, a uno de los intentos académicos más ampliamente aceptados por definir creencia religiosa no le va mucho mejor que a estos populares. Uno de los más influyentes de los pasados cincuenta años fue el de Paul Tillich, quien declaró que la creencia o fe religiosa era idéntica a “la preocupación última”. 2 Se supone que esta expresión muestra los huesos pelones de todas las religiones. Tillich sostuvo que todas las personas tienen una preocupación última acerca de algo, y que el estado tener esta preocupación última es la religión de una persona. ¿Pero, qué significa precisamente tener una preocupación última en relación con algo? El modo más plausible de entender la expresión es tomarla como refiriéndose al estado de estar preocupado con cualquier cosa que resulte ser la realidad realidad última. Esto, aunque aunque no deja en claro todavía todavía qué significa significa precisamente “preocupado “preocupado”, ”, parece incluir el tratar tratar con la realidad realidad última de algún modo y de esta manera suena mucho como lo que tiene lugar en las religiones. Más aún, hay razones para pensar esto es precisamente lo que quería decir Tillich.3 Pero, incluso pasando por alto la ambigüedad de “preocupado”, está también el problema de cómo hemos de definir “último” para saber que creencias y preocupaciones son acerca de lo que es la realidad última y son por ello religiosas. Tillich identifica lo último con “lo santo” o “lo divino”, 4 pero desde luego eso no ayuda mucho. (¿qué significan aquellos términos?) Sin embargo, agrega que lo que es verdaderamente último —el único objeto apropiado de preocupación última— es el “ser mismo” o “el infinito”. 5 Más aún, pone en claro que sea lo que sea infinito en su sentido debe ser ilimitado, de tal modo que no puede haber nada distinto de él. Piensa que si alguien fuera a decir que Dios es último pero también creyera que el universo es una realidad distinta de Dios, esta persona sería inconsistente. Pues si hubiera otra cosa distinta de Dios, Dios estaría limitado por lo que él no es, y por ello no sería infinito y no realmente último. El resultado de esto, dice Tillich, es que cualquiera que tenga una preocupación última con ese tipo de Dios (un dios que es un ser más que el ser mismo) estaría poniendo su fe o confianza en algo que no es realmente último y por lo tanto tendría una creencia religiosa falsa (él la llamada “fe”). 6 Pero, al entender “última instancia” de este modo, la definición de fe de Tillich resulta ser demasiado estrecha. Más que encontrar un elemento común a todas las creencias religiosas, Tillich cae en prescribir su versión de lo que es la religión verdadera. Es así que deja de darle un significado a “último” que dé cuenta tanto de la creencia religiosa falsa como de la verdadera. Pues si la creencia religiosa se preocupa acerca de lo último sólo en su sentido, entonces
8
EL MITO DE LA NEUTRALIDAD NEUTRALIDAD RELIGIOSA
cualquiera que esté preocupado con algo tomado como último pero no infinito, como él entiende “infinito”, simplemente no tendría ninguna creencia religiosa. Por lo tanto, Tillich a de hecho definido la fe de tal modo que solamente su idea de verdadera fe cuenta como fe en lo absoluto. De modo que si su idea de religión verdadera es correcta o incorrecta es ahora irrelevante, porque es un hecho que hay religiones que no creen en nada que sea último en su sentido de “infinito”. Por supuesto, Tillich estaba consciente de esta objeción pero no se dio cuenta de que era letal para su definición. Trató de soslayar su importancia sugiriendo, como indiqué arriba, que las religiones preocupadas con algo que no es infinito en su sentido intentan que su s u preocupación sea con aquello que es infinito pero se quedan cortas. Su soslayo equivale equivale decir que la verdadera religión es una preocupación preocupación o creencia creencia que tiene éxito al estar dirigido a lo infinito, mientras que la religión falsa es una preocupación que intenta estar dirigida a lo infinito pero falla. Pero esto simplemente no resuelve el problema. Pues las religiones teístas —el judaísmo, el cristianismo cris tianismo y el islam— mantienen la doctrina de la creación que se encuentran en el Génesis. Por lo tanto no intentan creer en nada que sea infinito del sentido de Tillich. En vez de ello, muy deliberadamente creen en Dios el creador quien es distinto del universo que creó. Sostienen que el universo depende de Dios para su existencia porque Dios lo trajo a ser a partir de nada, no que sea parte de Dios. De manera que “preocupación última”, como la define Tillich, no es característica de esas religiones y por ende es demasiado estrecha como para ser la definición esencial de toda creencia religiosa. Otra definición académicamente influyente es ésta: la religión es la variada expresión simbólica de, y respuesta apropiada a, aquello que las personas deliberadamente afirman como siendo de valor irrestricto para ellas. 7 En otras palabras, lo que se crea que está dotado de valor irrestricto es por lo tanto considerado como el núcleo preciso de la creencia religiosa. Esta definición parece ser más plausible de lo que realmente es debido al modo en que a veces hablamos metafóricamente de las obsesiones de una persona como su “religión”. Por ejemplo, llamamos a la devoción deportiva de un fanático hacia su deporte su religión debido a que esa devoción es como la devoción religiosa de un santo o un profeta. Pero el hecho de que el fervor o la dedicación de un fanático del deporte sea como la de un santo no convierte al deporte en una religión más de lo que convierte a una religión en un deporte. Dejando ese punto de lado, hay razones incluso mejores para pensar que esa definición simplemente no es correcta.
¿ QUÉ ES LA RELIGIÓN ?
9
En primer lugar, hay politeísmos para los cuales hay dioses que son poco valorados o incluso son odiados. 8 Si la creencia religiosa fuese idéntica a la creencia en lo que una persona valora más, entonces ¡la creencia en estos dioses tendría que ser no religiosa! Pero si una creencia en un dios no es una creencia religiosa, entonces ¿qué es? Aquí, y en todo lo que sigue, adoptaré como una regla que no requiere de defensa que cualquier definición que haga que la creencia en un dios sea no religiosa se ha con ello desacreditado a sí misma. Sin embargo, tales politeísmos no son los únicos contraejemplos a esta propuesta; también lo es el cristianismo. Pues mientras que es seguramente verdadero que lo que es de valor supremo es una parte importante de la enseñanza cristiana, el ordenamiento apropiado de los valores se presenta en el Nuevo Testamento como resultado de la creencia en Dios, más que como idéntica a ella. Lo que a un cristiano se le exhorta a valorar por encima de todas las cosas es el favor de Dios: el reino de Dios y la justicia que ofrece a aquellos que creen en él (Mt. 6:33). Pero el Nuevo Testamento también estipula que para agradar a Dios uno debe primero creer que existe y que es galardonador de los que buscan (He. 11:6). Claramente, entonces, si la creencia de que Dios es real y confiable es la precondición para valor reino y el favor de Dios por encima de todas las cosas, entonces la creencia en Dios no puede ser lo mismo que valorar los resultados que resultan de ella. En pocas palabras, en la enseñanza cristiana Dios, no es un valor, sino el creador de todos los valores. Y la relación propia con Dios para nosotros es amarle con todo nuestro ser, no meramente valorarlo. Por ello se sigue que el cristianismo es otro contraejemplo a esta propuesta, pues definir la creencia religiosa como la creencia en lo que uno valora más haría que la creenciaen cristiana en Dios fuese no religiosa. (Desde luego, esto no es negar que lo que la gente valora más es ffrecuentemente recuentemente un indicador de lo que considera como divino. Pero el hecho de que el valor más alto para uno pueda reflejar una creencia religiosa no muestra que siempre lo haga, ya no digamos que esa creencia religiosa pueda ser definida por el mismo.) Aunque no hay espacio aquí para examinar un gran número de las otras propuestas,9 no creo que sea necesario, pues muchos otros teóricos de la religión están ahora de acuerdo en que ninguna de ellas tiene éxito, e incluso algunos han concluido que no es posible dar una definición precisa de creencia religiosa.10 Como resultado, la concepción prevaleciente actualmente es que las creencias religiosas solamente tienen “parecidos de familia” más que cualesquiera características definitorias comunes a todas ellas. Para apreciar por qué tantos pensadores se sienten conducidos a decir eso, consideran los obstáculos que se interponen a la formación de una definición real. Suponga, por ejemplo, que fuéramos a responderles que toda religión está caracterizada
10
EL MITO DE LA NEUTRALIDAD NEUTRALIDAD RELIGIOSA
por una creencia en que algo es divino. Eso parece bastante verdadero pero no es muy útil; simplemente traslada el problema al de definir “divino”. Preguntarían: ¿Cómo hemos de ubicar un elemento común entre las ideas de divinidad que se encuentran aunque sea en las principales religiones mundiales del presente? ¿Qué elemento común es compartido entre la idea de Dios en el judaísmo, el islam, el cristianismo, la idea hindú de Brahamán-Atman, la idea de Darmakaya en el budismo mahayana y la idea del Tao en el taoísmo? Aislar un elemento común entre éstas parece bastante intimidatorio, pero incluso si pudiéramos hacerlo tendríamos entonces que ubicar ese mismo elemento en las ideas de divinidad que se encuentran en el antiguo Egipto, Babilonia, Palestina y Grecia; las divinidades de China y Japón, de las islas del Pacífico, de Australia, de los druidas, y en las religiones tribales de África, Norte y Sudamérica. ¿Es que no es obvio, preguntan, que no hay una característica común a las divinidades de todas estas tradiciones? Así planteada, tendría que estar de acuerdo con la respuesta negativa que la pregunta anticipa. Las divinidades tratativas comparadas son, desde luego, tan diversas como para no tener una característica en común. Pero antes de rendirnos en la búsqueda de una definición precisa, vale la pena preguntar si la lista cuyas enseñanzas están siendo comparadas es tan inocente como se supone que es. Concedido, las creencias representadas en la lista son todas prima facie religiosas, pero ¿son religiosas en el mismo sentido? ¿No podría ser que la lista ocultara un cambio en el significado de “religioso” para las creencias que está siendo comparadas? Para ser más específicos, estoy preguntando si es posible que algunas creencias de la lista sean religiosas en un sentido que es básico para otras en esa lista, de modo que las otras sean religiosas sólo en un sentido secundario. Si esto es así, la lista ha dejado de distinguir creencias que son religiosas en un sentido primario de aquellas que son religiosas religiosas solamente solamente en un sentido sentido secundario, secundario, y esto podría ser la causa que impide obtener una definición precisa para la lista entera. Ahora bien, hay al menos dos sentidos en los que una creencia puede ser primaria con respecto a otra. Uno es un sentido noético, esto es, un sentido que tiene que ver con el orden de nuestras creencias. En este sentido una creencias es primaria con respecto a otra cuando es una presuposición necesaria de la otra, de tal manera que nadie podría mantener la creencia secundaria sin estar ya manteniendo (o suponiendo) la creencia primaria. El otro sentido de primacía es óntico, esto es, tiene que ver con el orden de la realidad. En este sentido una creencia es primaria con respecto a otra cuando se supone que el objeto de la creencia secundaria depende del objeto de la creencia primaria para existir. En cada sentido, entonces, lo que es “primario” es una precondición necesaria para lo que es secundario secundario.. En el primer caso, la creencia creencia primaria es necesa-
¿ QUÉ ES LA RELIGIÓN ?
11
ria para mantener la creencia secundaria; en el segundo caso se sostiene que el objeto de la creencia creencia primaria es lo que genera la realidad del objeto de la creencia secundaria. Mi preocupación es, entonces, si la corta lista de religiones con la que empezamos este hecho una mezcla de creencia secundarias así como primarias. Si lo es, puede muy bien ser el caso que la búsqueda de una definición precisa haya sido abandonada prematuramente. Pues podría ser que las creencias religiosas primarias tengan características definitorias comunes que no comparten las creencias religiosas secundarias, haciendo que la lista entera tenga solamente “parecidos de familia”.. Considere la siguiente analogía con este punto. Suponga que quisiéramos definir qué cuenta como escuela, y tratáramos de hacerlo bajo la descripción “organización educativa”. Tres guiados por esa descripción compiláramos o una lista de todos los tipos de escuela que pudiésemos pensar, pero también incluyéramos en nuestra lista las asociaciones de padres y maestros (APMs)formadas en muchas comunidades como auxiliares de sus escuelas primarias públicas locales. Suponga que entonces tratáramos de formar una definición precisa de escuela sólo para encontrar que no hay características compartidas por todas las organizaciones de nuestra lista. La razón sería que aunque hay características comunes compartidas por un jardín de niños, una escuela primaria, una escuela secundaria, una preparatoria, una universidad, etcétera, estas características no son verdaderas de las APM s. Pero las APM s son claramente organizaciones educativas solamente en los sentidos secundarios de ese término. No puede haber APM s a menos que haya escuelas, y no podemos creer que necesitemos una APM , o formemos creencias acerca de lo que debería hacer para apoyar una escuela, sin creer que tenemos una escuela y sin creencias acerca de la naturaleza de las necesidades de la escuela. Está claro en este caso de nuestra incapacidad para producir una definición precisa de escuela sería el resultado de haber enlistado una organización que es educativa, solamente en el sentido secundario de apoyar a las escuelas, junto con organizaciones que son educativas en el sentido primario de impartir educación a los estudiantes. Pues mientras que todas las escuelas tienen la meta común de proporcionar educación, exhiben la misma relación general interna entre instructor y estudiante, y operan con la misma noción de autoridad basada en la pericia del instructor, las APM s no comparten ninguna de estas características. De modo que sería nuestra incapacidad para distinguir entre los sentidos primario y secundario de “educativo” lo que hubiera conducido a la falsa conclusión de que no hay una definición precisa de escuela. Si es esto lo que ha sucedido en el caso de “creencia religiosa” es una cuestión que vale la pena proseguir precisamente por lo mucho que hay en juego.
12
EL MITO DE LA NEUTRALIDAD NEUTRALIDAD RELIGIOSA
Así que necesitamos reexaminar nuestra corta lista inicial para ver si, dentro de la misma tradición de pensamiento y práctica, algunas de las creencias de nuestra lista exhiben dependencias con respecto a otras creencias, o si se piensa que los objetos de algunas de estas creencias dependen de los objetos de otras creencias. Si esto resultara ser el caso, podemos entonces remover las creencias secundarias de la lista y reexaminar las creencias primarias para ver si realmente sólo tienen parecidos de familia o si comparten, después de todo alguna(s) característica(s) definitoria(s).
2.2. Una resolución resolución con base en lo que hemos visto hasta aquí, una cosa parece clara: todas las tradiciones religiosas se centran en torno a lo que creen que es divino, pero tienen amplios desacuerdos con respecto a lo que es divino. Por ejemplo, se cree que lo divino es un creador trascendente, o dos fuerzas siempre opuestas, o un gran número de dioses, o el ser mismo, o la nada, etcétera. Es esta gran divergencia de creencias lo que problematiza las definiciones recién revisadas y lo que ha conducido a muchos pensadores a perder la esperanza de llegar a capturar un elemento común a toda creencia religiosa. Así que, de acuerdo con la distinción trazada al final de la última sección, quisiera ahora investigar si cualesquie cualesquiera ra de las creencias creencias de nuestra corta lista es religiosa en un sentido secundario más que primario. La respuesta sólo puede ser “sí”. En muchas tradiciones por politeístas hay explicaciones de cómo los dioses llegaron a la existencia. Esto significa que la divinidad de tales dioses es considerada claramente cómo derivada y secundaria en comparación con cualquier cosa que sea divina en el sentido de tener realidad incondicional y dar cuenta de sus orígenes (de aquí en adelante llamaré a éste el status de ser divino per se ). Consideren, por ejemplo, las explicaciones de los dioses de la antigua Grecia tal y como se encuentran en Hesíodo y Homero. En la versión de Hesíodo, el mundo natural en un estado indiferenciado es precisamente lo que es; existe incondicionalmente y da lugar a todo lo demás después de que ha generado generado un hiato entre la tierra y los cielos que llamó Caos. Después de ese cambio inicial, fueron generadas todas las otras formas formas específicas específicas de existencia existencia incluyendo incluyendo los dioses. dioses. De acuerdo con Homero, la realidad primordial era Okeanos, una vasta extensión de material acuoso del cual surgió todo lo demás incluyendo los dioses. A pesar de sus diferencias, entonces, ambas explicaciones concuerdan en que los dioses son dependientes de una realidad más básica, de tal manera que los dioses son ellos mismos realidades derivadas.11 Es por ello que ninguno de ellos —de todos ellos juntos— podría ser llamado “creador” en el sentido que lo es Dios en el Génesis. Más aún, los dioses no sólo son divinidades secundarias debido
¿ QUÉ ES LA RELIGIÓN ?
13
a su dependencia óntica con respecto a otra cosa que es divina per se . También son secundarios en el sentido noético, puesto que las creencias acerca de ellos dependen de la creencia en Okeanos o Caos. Pues no se puede creer que un cierto ser individual es un dios —esto es, un ser con más poder divino que el que poseen los humanos— a menos que ya se haya creído que hay una fuente divina per se de todas las otras cosas que les confiere diferentes grados de poder. Los mismo es verdadero de los mitos de la antigua Babilonia. También en ellos los dioses adquirían su status y poder divino de modo derivado. Pues, de acuerdo con ellos, El origen de todas las cosas era el caos acuoso primigenio, representado sentado por el par Apsu y Tiamat. Tiamat. . . . Con ellos empieza empieza la teogoteogo12 nía cosmogénica. En otras tradiciones más los dioses son seres con más poder que los humanos. Esto es verdadero de la tradición sinto, por ejemplo, en la que los divino per se es llamado “Kami”. En otras un poder divino permea todas las cosas pero está concentrado en objetos, lugares o humanos particulares. La antigua noción romana de Numen, la idea melanesia de Mana, y las creencias indígenas americanas en Wakan u Orenda son ejemplos de esto. 13 Lo mismo se ha notado acerca de un número de religiones africanas. Aún cuando algunas de ellas creen en un dios supremo, mantienen esa creencia de un modo diferente del teísmo bíblico, un modo que un escritor ha denominado “monoteísmo difuso” porque aquí tenemos un monoteísmo en el que existen otras potestades que derivan de la Deidad tal ser y autoridad que pueden ser tratados, tratados, para propósitos prácticos, prácticos, casi como fines en sí mismos.14 No es necesario destacar cada caso de creencia secundaria en la corta lista, puesto que lo que es importante no es cuántas de ellas contaminan la lista, sino el hecho de que la lista está contaminada. Nos ha estado forzando a comparar creencias en divinidades supuestamente divinas per se con divinidades que se cree deben su existencia y poderes sobrehumanos a lo divino per se; y hemos estado comparando creencias que dependen de otras como de sus presuposiciones con creencias que son básicas. ¡No es de extrañar que no hallamos encontrado características definitorias comunes entre ellos! Así que, ¿qué sucede si ahora eliminamos de nuestra corta lista todas las divinidades que sean divinas en un sentido secundario? Una definición esencial de las restantes creencias de divinidad primarias ¿no seguirá planteando una
14
EL MITO DE LA NEUTRALIDAD NEUTRALIDAD RELIGIOSA
tarea intimidante? Seguramente la respuesta es “sí”. Y por esa misma razón quiero proponer ahora un modo de mirar a las restantes divinidades putativas que puede ayudarnos a enfocarnos en lo que puede ser común a todas ellas. La propuesta es que pensemos en lo que puede ser común a las varias divinidades primarias como el de la divinidad , por un lado, y distingamos eso de la descripción específica de aquello que se crea que ocupa ese status , por el otro. Por supuesto, esto es un recurso heurístico. No hay una diferencia absoluta entre el status una cosa de sus propiedades; su status seguramente es una de sus propiedades. Pero tratar de pensar este modo puede ayudarnos a no recaer en suponer una u otra de las definiciones que encontramos falsas anteriormente. Nos ayudará a enfocarnos en qué hay acerca de una pretendida divinidad que la hace ser divina per se, en vez de revertirnos a enfocarnos en los otros modos en que los humanos pueden considerarla (por ejemplo, como objeto de culto). Dejen explicar este enfoque usando otra analogía. Si alguien fuera a plantear la pregunta “¿quién es el presidente de los Estados Unidos?” podríamos muy propiamente responder en uno de dos modos. Uno consistiría en describir la persona que actualmente desempeña el oficio de presidente. El otro consistiría en decir que el presidente presidente es la persona que tiene los siguientes siguientes deberes deberes y poderes, para proceder luego describir el oficio de presidente. La diferencia entre estos dos modos de responder la pregunta “¿quién es el presidente?” es como la diferencia entre los dos modos en que podamos responder a la pregunta acerca del significado del término “divino”. Podemos preguntar “¿qué es divino?” significando que queremos una descripción de aquello que tiene el status de divinidad. O podemos interpretar la pregunta como pidiendo una definición de ese status, independientemente de quién o que se cree que lo tiene. La diferencia es importante. Se hubiera una elección presidencial tan cerrada que la gente estuviera en desacuerdo con respecto a quien la había ganado, entonces también estarían desacuerdo acerca de la descripción de la persona que fue elegida para esa posición. Pero aún así todos estarían de acuerdo acerca de la posición para la cual elección se hubiera realizado. Así que la pregunta es: hay algo que pueda, de un modo paralelo, ser distinguido como el status de la divinidad per se? Es posible posible que aunque aunque las ideas de lo que tiene status divino sean tan diversas como para dar la apariencia de que no tienen ningún elemento común, haya un acuerdo común entre todas las religiones en cuanto qué significa ser divino ? Si esto fuera el caso, los amplios desacuerdos entre las religiones todavía serían importantes. Serían desacuerdos acerca de la identificación correcta de quién o qué tiene un status divino, pero todavía dejarían intacto el acuerdo universal sobre qué significa que algo tenga ese status.
¿ QUÉ ES LA RELIGIÓN ?
15
Ahora bien, ¡encuentro que precisamente esto es lo que está sucediendo! Pues nunca he encontrado una sola religión que deje de sostener que divino per se es cualquier cosa que sea incondicionadamente, no dependientemente real. Por favor no malentienda este punto. No estoy diciendo que no haya desacuerdos en lo absoluto acerca de lo que significa tener un status divino. Los hay. Pero todos ellos son desacuerdos acerca de qué más se supone verdadero de la divinidad por encima de la no dependencia. Así que aunque las personas puedan argumentar acerca del status de la divinidad per se, estoy diciendo que de hecho todas están de acuerdo sobre la no dependencia y solamente sobre la no dependencia. Tampoco Tampoco significa esto que todo mito o escritura o teología ha usado la expresión “no dependencia” o un sinónimo de ella. Muchos lo hacen, pero no todos. Algunos escritores hablan de lo divino como “autoexistente”, o “absoluto”, o “incausado e impredecible”, “meramente allí”, por ejemplo. Pero otros simplemente retrotraen todo lo no divino a un algo original, el status del cual no está enfatizado o no está explicado. En tales narraciones el algo original es por lo tanto dejado en el papel de tener realidad no dependiente por default: no hay nada de lo que se diría que depende mientras que se dice que todo lo demás depende de él. De este modo se le otorga el status de no dependiente. Así que no importa cuán poco enfatizado o tentativamente mantenido sea este punto, lo divino sigue siendo tratado como no dependiente por lo que concierne a la narración . Me parece que esta definición tiene éxito mientras que ninguna otra lo tiene. Para comenzar, puede dar cuenta de un elemento común entre las creencias en Dios Dios,, Brah Brahma mann-At Atma man, n, el Dhar Dharma maka kaya ya y el Tao, ao, que que era era la bre breve li lista sta que que pare pare-cía tan intimidante anteriormente. Más aún, encuentro que también cubre todas las siguientes creencias primarias de divinidad: el Nam en el Sikhismo, Ahura Mazda (Ohrmazd) en el Zoroastrianismo temprano o Zurvan en su posterior desarrollo, el dualismo alma/materia de los Jains, el alto dios de los aborígenes Dieri, la creencia en Mana entre los isleños Trobriand, Kami en la tradición Shinto, la Raluvhimba de la religión Bantu, el Vacío, la Talidad o Nada que se encuentra en las varias formas de Budismo y la idea de Wakan u Orenda que se encuentra entre varias tribus del Norte y Sudamérica. También vale para la antigua idea romana del Numen, para Okeanos en los mitos de Homero y para una constelación de otras ideas. O, para ser más precisos, debiera decir que cubre toda creencia religiosa que conozca con respecto a su creencia en algo como divino per se más que en algo que sea divino sólo en un sentido secundario. La última observación podría invitar la respuesta de que mi lectura de las tradiciones religiosas, aunque amplia, no puede pretender ser exhaustiva, de
16
EL MITO DE LA NEUTRALIDAD NEUTRALIDAD RELIGIOSA
modo que mi definición puede no estar basada en una base empírica lo suficientement cientementee grande. grande. A esto replico que la definición definición no responde responde solamente a mis lecturas. He descubiert descubierto, o, después de elaborarla elaborarla,, que esta definición definición no es nueva sino que ha tenido muchos propugnadores. Se basa, por lo tanto, no sólo en mis investigaciones, sino en la lectura cumulativa y la experiencia de muchos pensadores, algunos de los cuales estoy a punto de citar. Para comenzar, virtualmente todos los filósofos presocráticos concebían el status de la divinidad como siendo aquello que no depende de nada más para su propia existencia y entonces, acaloradamente debatieron precisamente que realidad o realidades tenía ese status.15 Los pitagóricos son un ejemplo. Para ellos la realidad divina eran los números porque pensaban que los objetos de nuestra experiencia ordinaria consistían de números y las relaciones entre ellos. Esto es, creían que todas las cosas estaban estaban hechas de números. En su concepción, las combinaciones que forman los ojetos se generan y se corrompen, pero los números que se combinan para formarlas son completamente independientes y eternos. Tanto el status de divinidad como la atribución de ese status a los números se expresan bellamente en una de sus oraciones, una oración al número diez: ¡Bendícenos, divino número, tú que generaste dioses y hombres! ¡Oh santo, santo Tetraktys, tú que contienes la raíz y fuente de la creación eternamente fluyente! Pues el número divino comienza con lo profundo, la unidad pura hasta que llega al santo cuatro; entonces engendra a la madre de todos, el omniabarcante, el omnilimitador, el primer nacido, el que nunca se desvía, el que nunca se cansa santo diez, el que tiene la clave de todos.16
Aquí el status divino de los números se expresa en términos de su carácter inmutable y “la raíz y fuente” de todo lo que cambia. Interpreto esto como significando que todo lo demás depende de los números, mientras que ellos no dependen de ninguna otra cosa, en lo absoluto. (Es en este sentido que los pitagóricos pensaban que 1 + 1 = 2 era una creencia religiosa, como fue mencionado anteriormente). Para Platón no eran solamente los números los que eran divinos, sino las entidades que él llamaba “Formas”. Explícitamente dice que estas son “autoexistentes”(Timeo 50 ff. y Filebo 53-54), y también se refiere a ellos como a “dioses”. Timeo 37). Aristóteles, también, es casi tan explícito como es posible en el tema de que significa que algo sea divino cuando dice: Metafísica 1064a33 ss.
Observemos que lo divino se caracteriza aquí como cualquier cosa que sea capaz de existir independientemente de todo lo demás, aún cuando Aristóteles
¿ QUÉ ES LA RELIGIÓN ?
17
agrega que también es inmutable —un punto que no se comparte universalmente. Poco después agraga que ser el “primero y más dominante principio” significa que es “prior” a todo lo demás, en el sentido de que todo lo demás depende de ello. 17 Esta concepción no estuvo confinada a Grecia, sin embargo, pues varios escritores bíblicos hacen aseveraciones que parecen presuponerla o implicarla. Una de éstas es nada menos que la enseñanza más básica acerca de Dios, a saber que Él es creador de todo lo que es distinto de sí mismo. Esto implica que él es aquel en el que todo lo demás depende para existir mientras que él no depende de nada para su existencia. 18 Desde luego, Dios también tiene el status de ser redentor o salvador y de ser el único que merece adoración. Pero los escritores bíblicos consideraban el carácter creador de Dios como fundamental. Es debido a que él es creador y Dios que puede garantizar el redimir a todos aquellos que creen en él y es debido a que él es redentor que los creyentes le deben adoración y gracias. 19 Otras enseñanzas bíblicas también parecen presuponer esta definición. Una es el modo en que algunos autores hablan de tener un Dios falso o un “ídolo”. Pues aunque muchas personas hoy piensan que tener un dios falso es tener un salvador sustituto o un objeto de culto, los escritores bíblicos no llaman a algo un falso dios solamente porque era objeto de culto (por ejemplo, algunos de ellos se refieren a la codicia como idolatría). Más bien, ellos decían que algo era un falso dios o un ídolo si de cualquier manera manera sustituía al verdadero Dios. Desde este punto de vista, por lo tanto, tener un creador sustituto es un dios falso como tener tener un salvador salvador sustituto. sustituto. Esto es crucial crucial para entender entender el modo en que los escritores de la bíblia por doquiera suponen que todas las personas son innatamente religiosas —que todo mundo, o bien, tiene al verdadero Dios o a un ídolo. Pues si ser religioso significa solamente creer en algo como salvador o rendir culto a algo entonces sería claramente falso que todas las personas son religiosas. Pero si ello incluye sustituir a Dios con algo que se cree que es una realidad no dependiente sobre la cual todo lo que es no divino per se depende, entonces no es, en lo absoluto claro, si es posible que cualquiera evite toda creencia tal. 20 Durante la Edad Media, los teólogos judíos, cristianos y musulmanes así como los filósofos tendieron a perder la distinción entre el status de divinidad y su ocupante —por buenas razones. Puesto que las tres religiones aceptaban al Creador trascendente como la única divinidad, la existencia independiente que cualesquiera otros pensadores antiguos hubieran visto como definidores del status divino fue muy naturalmente pensada como un atributo de Dios. Pero obsérvese que no tomaron a la autoexistencia como siendo uno más entre los muchos atributos que Dios posee. Más bien insistieron en que es lo que
18
EL MITO DE LA NEUTRALIDAD NEUTRALIDAD RELIGIOSA
es esencial a Dios; Dios, dijeron, es el Ser cuya esencia es la existencia. Así que ellos, también, reconocieron la realidad incondicional y no dependiente de Dios como la característica esencial de Su divinidad. Y aunque los reformadores del siglo dieciseis tuvieron muchas críticas de la teología medieval, no disputaron ese punto. Tanto Lutero como Calvino afirmaron la realidad incondicional de Dios. “No hay nada tan propio a Dios”, dice Calvino “como la eternidad y la autoexistencia”. 21 Y a pesar del hecho de que en el teísmo no hay diferencia entre el status óntico de la divinidad y el que mantiene ese status, Lutero avanzó bastante lejos hacia la restauración de la distinción —la cual es tan útil para entender la creencia no teísta. 22 Finalmente, solamente en el siglo pasado esta definición de creencia religiosa (primaria) ha sido reconocida una y otra vez por un número de pensadores distinguidos que incluyen: William James, A.C. Bouquet, H. Dooyeweerd, Hans Kung, Paul Tillich, Mircea Eliade, N. Kemp Smith, Joachim Wach, C. S. Lewis, Will Herberg y Robert Neville, para nombrar algunos. 23 Ésta es, entonces, mi réplica a la sugerencia de que mi definición esencial de creencia religiosa no está basada en una cimiento empírico lo suficientemente amplio. Pienso que es una evidencia poderosa que todas estas personas, a pesar de sus muy diferentes tiempos, culturas, lenguajes, caminos en la vida y convicciones acerca de la ulterior descripción de exactamente que tiene status divino per se, todos están de acuerdo con la definición que formulo como sigue: Una creencia religiosa es una creencia en algo como divino per se no importa como se le describa ulteriormente, donde “divino per se” significa tener realidad incondicionalmente no dependiente.
Ahora bien, aunque encuentro que esta definición captura el núcleo esencial de la creencia religiosa en su sentido primario, aún así no permite creencias en realidades realidades que se piensen piensen como divinamente divinamente dependiente dependientes, s, más bien que per se. Ni tampoco cubre otras creencias creencias que también también merecen ser llamadas llamadas “religiosas” en otros sentidos secundarios adicionales. Un sentido tal es si una creencia puede ser acerca de como lo no divino depende de lo divino, y otra es que una creencia pueda ser acerca de como los humanos vienen a encontrarse en una relación propia con la divinidad per se. Cualquier definición adecuada también también debe dar cuenta cuenta de tales creencias creencias secundarias secundarias puesto que son ellas las que constituyen la tajada del león del contenido de creencias de la mayoría de las tradiciones religiosas. Por ejemplo, mientras que el hinduismo enseña que Brahman-Atman es la realidad no dependiente que abarca todo lo que es, también incluye creencias acerca acerca de el Karma, la reencarnación y varios modos de alcanzar la unificación con Brahman-Atman. El cristianismo, también, no termina su enseñanza con la doctrina de que Dios el Creador no depende de
¿ QUÉ ES LA RELIGIÓN ?
19
nada en ningún modo, sino que incluye creencias acerca del pacto de Dios con los humanos, la encarnación de Dios en Jesucristo y la resurrección de los creyentes para la vida eterna. Dicho de manera más general, el punto es que el núcleo esencial de la divinidad nunca es todo lo que se piensa como verdadero de aquello que tiene ese status. El núcleo esencial de la divinidad es por lo tanto, como una ranura vacía en la cual se insertan varias ideas de lo que ocupa la ranura y una descripción más completa de lo que ocupa la ranura es también conjuntado con otras creencias, especialmente creencias acerca de cómo estar en una relación propia con lo divino. El simil de una ranura vacía no debe ser, sin embargo, mal entendido como sugiriendo que una creencia primaria acerca de lo que la ocupa tiene una prioridad temporal con respecto a las creencias secundarias que la acompañan. No es el caso que la gente primeramente ubique la ranura vacía y luego busque la descripción correcta de sus ocupantes. Más bien, es la experiencia religiosa la que es la fuente de ambas creencias simultáneamente. La experiencia que supuestamente revela lo que es divino per se también arroja alguna descripción amplia del mismo más allá del mero status de divinidad —incluso si esa descripción es en gran medida negativa (como por ejemplo, en el budismo). Por esta razón, toda creencia en la divinidad per se surge en conjunción con una idea de cómo lo no divino, de hecho, depende de lo divino y una idea de cómo la gente puede llegar a estar en una relación propia con lo divino. Así, la experiencia religiosa es crucial aquí porque, hablando generalmente, las ideas de cómo relacionarse propiamente con lo divino no son racionalmente deducidas de las descripciones de lo wue es divino per se, ni tampoco son accidentes puramente históricos; más bien, ambas se derivan juntas de la experiencia religiosa. Para estar completa, por lo tanto, nuestra definición debe ser expandida como sigue. Una creencia es una creencia religiosa siempre y cuando: (1) Sea una creencia creencia en algo como divino divino per se no importa de que manera esto se describe ulteriormente, o (2) es una creencia acerca de cómo lo no divino depende depende de lo divino per se o (3) es una creencia acerca de cómo los humanos vienen a estar en una relación propia con lo divino per se, (4) donde el núcleo esencial esencial de la divinidad divinidad per se es tener el status de realidad incondicionalmente no dependiente. Se requieren inmediatamente dos observaciones. La primera es que mientras que he llamado “creencias secundariads” a las creencias definidas en (2) y
20
EL MITO DE LA NEUTRALIDAD NEUTRALIDAD RELIGIOSA
(3) arriba, eso no pretendía disminuir su importancia. Como decía justo antes de la definición expandida, son secundarias solamente por lo que concierne encontrar una definición esencial de creencia religiosa pero no en la vida y práctica religiosa efectiva. En la vida y práctica efectiva, las enseñanzas acerca de lo que es divino per se siempre están incrustadas en enseñanzas secundarias de los tipos (2) y (3) y se supone que aquellas de tipo (3) hacen posible que los humanos adquieran la plena realización de la verdadera naturaleza humana. Ya Ya he dejado en claro que las creencias del tipo (3) no son deducidas (ni se piensa que sean deducibles) de la descripción de lo que tiene status divino per se . Así que debiera observarse aquí, por contraste, que la relación de las creencias de tipo (2) a aquellas de tipo (1) es frecuentemente una mezcla de implicación lógica y experiencia religiosa. Esto se debe a que la descripción de lo que tiene status divino per se no puede dejar de tener algunas implicaciones para una concepción de la naturaleza humana, la felicidad y el destino. La segunda observación es que debiera quedar claro ahora por qué y cómo incluir las creencias en los dioses que no son divinos per se arruinaba la corta lista de creencias utilizada para intentar una definición esencial de creencia religiosa. Estas creencias pueden ahora ser vistas como genuinamente religiosas pero solamente en un sentido secundario, a pesar del hecho de que muchas de las tradiciones en las que ocurrieron casi no pusieron atención en lo que se sostenía que era divino per se.24 Los dioses en estas tradiciones tuvieron el foco de atención completo porque era el único modo en que los humanos podían relacionarse con la divinidad per se, esto es, indirectamente. Fue precisamente debido a su enorme importancia práctica que las creencias en tales dioses sirvieron para oscurecer lo que es esencial a la divinidad per se. Al mismo tiempo, esta falla también resultó en que no se tomara con suficiente seriedad el obvio cambio de significado que el término “dios” adquiría dependiendo de si connotaba lo que era divino per se, como lo hace en el teísmo o si connotaba una realidad que media lo divino per se poseyendo más poder divino que los humanos, como lo hace en el politeísmo.
2.3. Algunas clarificaciones Distinguir el sentido primario de los sentidos secundarios de la creencia religiosa nos equipa ahora para evitar otros tipos de confusiones que se hacen frecuentemente con respecto a las creencias religiosas. Una de estas es el modo en que la gente llama a una creencia “religiosa” cuando no es una creencia ni primaria ni secundaria, sino que está meramente alterada o influenciada por alguna. Tómese, por ejemplo, la creencia de los judíos y los cristianos de que la esclavitud es equivocada. Esta convicción no es parte de la idea judeo-cristiana de Dios, ni tampoco se expresa explícitamente en la Torah, los Profetas o el
¿ QUÉ ES LA RELIGIÓN ?
21
Nuevo Testamento. Pero cuando los judíos y los cristianos han examinado la institución de la esclavitud a la luz de sus creencias religiosas primarias y secundarias, han llegado casi universalmente a rechazarla como incompatible con la perspectiva de justicia social engendradas por aquellas creencias. Tal influencia fue lo suficientemente indirecta como para que en algunos lugares tomara un largo tiempo para que esta perspectiva hiciera efecto. Mi punto aquí es simplemente advertir que cuando las personas ven que tal conección entre una creencia religiosa y otra creencia frecuentemente tienden a sobreestimarla y a identificar la creencia así influenciada misma como una creencia religiosa. (Esto de hecho ocurrió durante el movi movimient mientoo antiescla antiesclavista vista en los Estados Unidos). Pero mientras que la influencia de una creencia religiosa sobre creencias no religiosas puede ser muy importante, es todavía es todavía conceptualmente importante no confundir las dos; una creencia no es ella misma una creencia religiosa meramente porque este influenciada por una. Por favor también observe que no hay nada acerca de esta definición que requiera que haya solamente una divinidad per se . En muchas religiones hay dos o más divinidades, y se puede pensar que se relacionan entre sí y con el mundo no divino en una variedad de modos. Por ejemplo, puede haber algo, X , que se considera como siendo incondicionadamente real. Pero no hay razón por lo que esta creencia no pudiera ser conjuntada con creencias en otras dos realidades, Y y Z , ninguna de las cuales es incondicional en sí mismo pero que juntas forman una segunda realidad incondicional. En ese caso, X y y Y Z cada uno sería considerado como divino per se y tal creencia equivaldría a una religión dualista en la cual una de las dos divinidades principales se haya a la vez dividida. Más aún, hay de hecho religiones que creen en todo un ámbito completo de seres, cada uno de los cuales es considerado como teniendo existencia incondicional no dependiente y no veo ninguna incoherencia lógica en tal posición. Y, por supuesto, se podría creer en un número ilimitado de individuos como divinos en un sentido secundario dependiente. Más aún, donde se cree en más de una divinidad per se , es posible pensar en la dependencia de lo no divino con lo divino en cualesquiera de varios modos diferentes. Por ejemplo, una religión podía enseñar que una parte del mundo no divino depende de una divinidad, mientras que otra parte depende de otra divinidad. O una religión podía enseñar que una parte de todas y cada una de las cosas no divinas dependen de una divinidad mientras que el resto de cada cosa no divina depende de la otra divinidad. Así que mientras que la suma total de lo que no es divino per se siempre depende, al menos en algunas partes, de lo que es divino, los modos de parafrasear la dependencia de lo no divino con lo divino pueden ser muy variados. Explicitaré en el próximo capítulo el más ampliamente sostenido de estos “arreglos de dependencia”.
22
EL MITO DE LA NEUTRALIDAD NEUTRALIDAD RELIGIOSA
El modo en que esta definición permite variaciones con los arreglos de dependencia divino/no divino también sirve para explicar un punto que es problemático para otras definiciones. Me refiero al hecho mencionado antes de que hay religiones que creen en divinidades de las cuales poco o nada de nuestro mundo cotidiano depende. En estas religiones algo es considerado como divino pero no es estimado u objeto de culto por sus creyentes porque o bien, está ocioso con respecto a sus vidas o es temido o incluso, odiado. Ya observamos algunas tradiciones en las que hay dioses que se piensa que son la fuente del mal, por ejemplo. En tales casos, si “divinidad” se utiliza como un término de honor, tales dioses pueden incluso dejar de ser designados como divinos. Pero eso no va a cambiar el hecho de que ya están siendo considerados como divino en alguno de los sentidos definidos arriba, así que no alterara el hecho de que la creencia en ellos es religiosa. Una vez más: lo que hace a algo divino no es si es personal o bueno, o amado u objeto de culto. Es si es considerado como incondicionadamente real o como teniendo más poder divino que los humanos. Y esto es así, incluso si una divinidad no es honrada (piénsese en la observación en Santiago 2:19 que incluso los demonios creen en la existencia de Dios aunque dejan de amarlo o servirlo). En este punto a veces se sugiere que quizá no todas las religiones tengan un arreglo de dependencia. ¿Acaso no hay religiones que enseñan que todo es divino? En tal caso, ¿no sería verdadero que no hay una realidad no divina que dependa de la divina? Por ejemplo, hay personas que dicen que creen que “toda la naturaleza es dios y todo dios es naturaleza”. ¿Y no es cierto que el hinduismo y el budismo enseñan que realmente sólo es lo divino? Antes de dar una respuesta, quiero decir que incluso si esto fuera verdadero no sería realmente una objeción a mi definición de creencia religiosa. De acuerdo con la definición, algo es considerado como divino per se si se le otorga realidad completamente no dependiente ya sea que otras cosas dependan o no de ella. La razón por la que el asunto de los arreglos de dependencia surgen la discución es que la mayoría de las creencias religiosas reconocen que hay una realidad no divina como divina y usan esa dependencia tanto como la explicación para la existencia de lo no divino como para un contraste que ayude a identificar lo divino. Así que, incluso, si alguno fuera a proponer la sumamente extraña posición de que cada cosa en el universo es autoexistente, haciendo así a todo divino, eso no expondría ninguna debilidad en mi definición. La razón por la que digo que negar cualquier realidad no divina es implausible, es debido a que es tan patentemente obvio que las cosas que observamos todos los días pueden ser generadas y corromperse. Tales cosas, eventos y situaciones, son por lo tanto directamente experimentadas como no divinas. Así que si alguien fuera a creer que hay algo distinto del universo natural (hacién-
¿ QUÉ ES LA RELIGIÓN ?
23
dolo así divino pues entonces no habría ninguna otra cosa de la que pudiera depender), esta persona aún así tendría que admitir que las cosas que observamos en el universo no son divinas. Esta es la razón por la que tal creencia todavía requeriría una idea de como las cosas individuales, no divinas en el universo dependen del universo (divino) como un todo. Y esta idea equivaldría equivaldría a un arreglo de dependencia. En el hinduismo y el budismo, sin embargo, la obvia no divinidad de las cosas individuales en nuestra experiencia ordinaria es llamada Maya o ilusión. Así que estas tradiciones se aproximan a negar cualquier realidad no divina. Pero obsérvese que llamar a algo ilusión no lo elimina enteramente; es simplemente una manera de decir que no es lo que parece ser. Para que haya una ilusión tiene que haber algo algo que no es lo que parece ser. Así que trazando la distinción entre el mundo ilusorio y la realidad divina aún deja la dependencia de Maya con respecto a lo divino sin explicación. El hinduismo explicitamente aborda este problema enseñando que Brahman-Atman genera el mundo ilusorio, mientras que el budismo evita el asunto sobre la base de que es espiritualmente insano pensar acerca del mundo ilusorio en lo absoluto. 25 Pero ni la persona que supone que el universo como un todo es divino, ni la doctrina hindú/budista de Maya, plantea ninguna dificultad para la definición que estoy defendiendo. Muy por el contrario, nuestra definición puede ahora ser utilizada para dirimir el asunto notado anteriormente de si el budismo theravada es de hecho una religión. Un número de académicos han dudado esto porque Buda una vez subrayó que él no sabía o incluso le importaba si existía cualesquiera dioses y porque porque la tradición tradición theravada theravada continúa con la misma actitud. actitud. No obstante, en nuestra definición, el budismo theravada se confirma como una religión — incluso a pesar del hecho de que algunos budistas theravada han dicho que su creencia no es una religión
Capítulo 3 TIPOS DE CREENCIAS RELIGIOSAS
Volvamos ahora a algunas de las principales religiones del mundo de hoy en día y veamos cómo las definiciones recién desarrolladas pueden ayudarnos a entenderla entenderlas. s. No podemos, podemos, desde luego, hacer una comparación comparación detallada detallada de siquiera dos de tales tradiciones, ya no digamos cinco o seis, sin descarrilarnos completamente de nuestro tópico principal. Pero resultará muy iluminador si miramos brevemente las más influyentes religiones mundiales agrupándolas de acuerdo con el modo en que ven lo no divino como dependiendo de lo divino, esto es, de acuerdo acuerdo con los arreglos arreglos de dependencia dependencia a los que me referí referí en el último capítulo, esto es, de acuerdo con creencias secundarias del tipo (2). VolVolvernos más precisos acerca de esos arreglos no solamente arrojará importante luz sobre estas tradiciones, sino que nos permitirá ser más conscientes de tales arreglos cuando los encontremos en las teorías posteriormente.
3.1. La base para para tipificar las religiones religiones Tratar con las principales religiones del mundo de acuerdo con sus ideas de cómo ven que lo no divino depende de lo divino, es un beneficio principal arrojado por las definiciones desarrolladas en el capítulo previo. Nos permitirá hacer algo mejor que clasificar las varias series de tradiciones de acuerdo con alguna característica arbitrariamente seleccionada. En el pasado las religiones ha sido cateogrizadas, por ejemplo, por cuántos dioses tenían o por sí promovían una moralidad estricta, y así consecutivamente. Pero esos modos de tipificar las tradiciones principales no solamente son arbitrarios sino también estrechos en el sentido de que tienen un rango muy limitado de aplicación. Una vez que tomamos la idea de arreglo de dependencia como nuestra guía, resulta claro que hay tres tales arreglos que prevalecen prevalecen en el mundo hoy en día. (Éstos no son los únicos posibles; he sido capaz de distinguir al menos catorce posibles arreglos de dependencia.) Llamaré a estos tres las ideas de dependencia pagana, la bíblica y la panteísta. “Bíblico”, como lo uso, es un termino cobija para la creencia teísta en un creador trascendente que se encuentra en 25
26
EL MITO DE LA NEUTRALIDAD NEUTRALIDAD RELIGIOSA
el judaísmo, el cristianismo y el islam; mientras que el término “panteísta” incluye el hinduismo, el budismo y las formas más recientes del taoísmo. El tipo pagano de creencia religiosa cubre una variedad de tradiciones tan amplia que no podría ahora clarificarlas simplemente nombrando una o dos de ellas, aunque dentro de poco examinaremos unas cuantas de sus representantes más influyentes. Antes de hacer eso, sin embargo, quiero dejar en claro que el término “pagano” no es un término despectivo como yo lo uso. No está siendo usado como, digamos, los misioneros cristianos usaban el término “pagano” en el siglo diecinueve. No se refiere solamente a creencias que son supersticios upersticiosas o irracional irracionales, es, o que son sostenidas sostenidas solamente solamente por pueblos considerados considerados como primitivos. Por el contrario, veremos que el paganismo puede ser muy sofisticado y que sus formas sofisticadas aún ejercen una tremenda influencia en el mundo hoy en día.
3.2. El tipo pagano pagano La característica esencial de la idea pagana de dependencia es que lo divino per se es alguna parte, aspecto, fuerza o principio del universo abierto a nuestra experiencia y pensamiento ordinarios. Dicho de otro modo, el arreglo de dependencia pagano supone que hay solamente una realidad continua, una parte de la cual es lo divino per se, de lo cual todo lo demás depende. Quizá el siguiente esquema ayudará a clarificar la idea. Si usamos una línea sólida para representar representar lo div divino ino y una línea quebrada para representar representar lo no divi divino, no, entonces nuestra ayuda visual para la idea de dependencia pagana se vería como la Figura 1.
Figura 1
Una amplia variedad de creencias religiosas cae bajo este tipo pagano. Las religiones de la naturaleza que rendían culto a un poder divino en la tierra, el sol, los ríos, el mar, etc. son todos ejemplos de ello, como lo son la mayoría de las politeístas. Por ejemplo, uno de los dioses a los que más comúnmente se les rendía culto en el mundo antiguo era el dios que controlaba las tormentas. Era
TIPOS DE CREENCIAS RELIGIOSAS
27
llamado Baal en el Medio Oriente, Zeus en Grecia, Júpiter en Roma. En cada caso, se creía que este dios era uno entre muchas divinidades que son divinas en el sentido secundario: eran seres que debían su existencia a algo que era divino per se, pero que tenía más poder divino que los humanos. Las creencias en Mana, Numen y Kami como divinidades per se, que mencioné al principio, también caen bajo este tipo. Aunque estas tradiciones frecuentemente estaban en desacuerdo con respecto a los nombres y las descripciones precisas de dioses específicos, y aunque algunas tienen dioses de los que otras carecen, todas sostuvieron que lo divino per se tenía la misma relación general con lo que es no divino, a saber, que lo divino per se es parte de toda cosa no divina. De ahí que la caracterización de Werner Jaeger de este arreglo de dependencia, cuando aparece en la filosofía debido a la influencia de Hesíodo, se aplica muy bien a toda creencia pagana: Cuando el pensamiento hesiódico acaba por dejar paso a un pensar verdaderamente filosófico, se busca lo Divino dentro del mundo, no fuera de éste, como en la teología judeo-cristiana que se desarrolla a partir del libro del Génesis.1
En conexión con mi observación de que la creencia pagana es todavía fuerte en el mundo hoy, necesitamos guardar en mente mi señalamiento en el último capítulo capítulo en el sentido de que la religión no siempre resulta en un culto. culto. Pues en tanto que pensamos solamente en las formas de paganismo expresadas en el ritual y el culto será imposible creer que el paganismo es una fuerza importante en el mundo hoy. Esto es debido a que el paganismo que incluye un culto —llamémoslo paganismo “cúltico”— hace mucho que ha venido declinando ante los avances del hinduismo, el budismo, el cristianismo y el islam, así como a partir de las presiones de las creencias paganas no cúlticas tales como el materialismo y otras teorías que consideran a algún aspecto del universo como no dependiente y, así, como divino per se. Tales paganismos no cúlticos, sin embargo, han seguido floreciendo. Muchos pensadores modernos en filosofía y las ciencias mantienen teorías cuyas suposiciones son creencias religiosas paganas tanto como los son aquellas de sus contrapartes antiguas. Por ejemplo, mientras que la comunidad religiosa de los pitagóricos desapareció hace mucho, y nadie que yo conozca sigue rindiendo culto a los números, la creencia pitagórica de que los números u otros elementos de las matemáticas son partes de un ámbito de realidades autoexistentes de las cuales todo lo demás depende, al menos en parte, está lejos de haber desaparecido. Desde luego, continúa dominando grandes ámbitos del pensamiento científico hoy en día. 2 Y, como ya 1 Werner Jaeger, La teología de los primeros filósofos griegos (México: Fondo de Cultura Econó-
mica, 1952, pp. 22, 23. 2 W. Heisenberg, Physics and Philosophy (New York: Harper, 1958), 72-73.
28
EL MITO DE LA NEUTRALIDAD NEUTRALIDAD RELIGIOSA
vimos, es igualmente una creencia pagana no cúltica considerar la materia y la energía, más que los números, como la realidad no dependiente de la cual todo lo demás depende. Pues esto también es un caso de creer que algún aspecto del mundo natural es divino. Puede ser instructivo en este punto aplicar mi explicación del tipo pagano de creencia religiosa a la teoría del materialismo dialéctico propuesto por Karl Marx. Este es un caso especialmente interesante puesto que el marxismo es una teoría declaradamente antirreligiosa. En su interpretación de todo, desde la física y la biología hasta la economía, la historia y la política, el marxismo profesa estar opuesto a todas las religiones de cualquier tipo. De acuerdo con la teoría de Marx, la materia/energía es la realidad básica, y dentro de la materia hay una ley innata que conduce a las cosas al cambio de acuerdo con un proceso que él llama “desarrollo dialéctico”. Esta ley ha hecho que la materia se organice en una multitud de formas a lo largo de millones de años: galaxias y sistemas solares, seres vivos, seres humanos y sociedades humanas son todos productos de la materia organizada por la ley del desarrollo dialéctico. La hipótesis marxista continúa proponiendo que esta ley dialéctica, cuando se entiende correctamente, muestra que las economías de libre mercado (capitalista) son la causa de que existan gobiernos injustos y represivos, y está condenada a desaparecer. Esto tendrá lugar conforme se desarrollan gobiernos con voluntad de abolir la propiedad privada, la cual es es la raíz de todo el mal. Una vez que los sistemas económicos comunistas puedan ser establecidos, a su vez traerán gobiernos que son todavía más justos, así que habrá continuamente una mayor felicidad para toda la humanidad. El resultado eventual será la emergencia del estadio final de la historia: la sociedad comunista. En tal sociedad los ciudadanos no sólo evitarán la propiedad privada espontáneamente sino que nunca siquiera la desearan. Debido a esto el delito desaparecerá y así también la necesidad de un gobierno. La sociedad será libre de la enajenación de un grupo por otro, puesto que ya no habrá clases con intereses en conflicto. Ya no habrá ninguna alienación con respecto a la naturaleza, de los medios de producción o de los medios para la vida. Las personas serán felices y buenas, y vivirán en paz. Debe quedar claro, sin embargo, que aunque Marx era desde luego un materialista sus teorías todas presuponen la no dependencia o autoexistencia de la materia; la materia física, junto con su innata ley del desarrollo dialéctico está “meramente allí”. 3 La materia no depende de nada en lo absoluto y toda la realidad o bien es idéntica con o depende de la materia. Por esta razón a pesar de sus declaraciones en contrario, la creencia de Marx está basada en una creencia religiosa. Y, Y, lo que es más relevante, relevante, esta creencia religiosa es típicamente pa3 J. Vander Hoeven, Karl Marx: The Roots of His Thought (Amsterdam: (Amsterdam: Van Gorcum, 1976), 12.
TIPOS DE CREENCIAS RELIGIOSAS
29
gana, puesto que supone que algo del universo (la materia y su ley dialéctica) es un segmento autoexistente de la realidad de lo cual todo lo demás depende. Tenemos Tenemos derecho a esta conclusión porque nuestras definiciones han mostrado no solamente por qué una creencia puede ser religiosa sin involucrar un culto, sino por qué puede ser religiosa ya sea que sus adherentes deseen admitirlo o no. Menciono esto de nuevo porque ello es especialmente verdadero de paganismos ganismos no cúlticos cúlticos que sus propugnado propugnadores res frecuentem frecuentemente ente niegan que sus creencias sean religiosas en lo absoluto, y se refieren a ellas como “seculares” o “no sectarias” —términos que pretenden trasmitir que son religiosamente neutrales. Tan pronto como comparamos estas creencias con nuestra definición de “divinidad per se , sin embargo podemos ver por qué muchas creencias que han pasado como humanistas o seculares son de hecho creencias religiosas alternativas. Los ejemplos del pitagorismo y el materialismo son casos de paganismo en los cuales hay un solo tipo de realidad divina per se. Pero las formas más populares de creencia pagana a lo largo de la historia han pertenecido a un subtipo llamado “dualismo” para indicar la creencia de que hay dos divinidades distintas per se en vez de solo una. De acuerdo con las creencias más influyentes de este subtipo, es la interacción entre las dos divinidades lo que produce el resto de la realidad que es no divina. La creencia forma-materia de los antiguos griegos es un ejemplo de tal dualismo, como lo es la doctrina taoísta del Ying-Yang. La Figura 2 muestra el esquema previamente ofrecido, alterado para reflejar esta diferencia.
Figura 2
Usualmente en religiones que creen que hay dos realidades divinas, una de las divinidades es considerada como la fuente de lo que es bueno en el mundo, mientras que la otra es la fuente de lo que es malo. El paganismo dualista de la antigua Grecia recién mencionado es un caso de esto.Vio las dos divinidades como (1) Materia, un stuff o o mazacote original del cual todas las cosas están hechas, y (2) Forma, el principio de orden que convierte al stuff o o mazacote en el mundo inteligible que experimentamos. Algunos pensadores griegos enten-
30
EL MITO DE LA NEUTRALIDAD NEUTRALIDAD RELIGIOSA
dieron este orden divino como siendo lógico en naturaleza, mientras que otros lo vieron como esencialmente matemático. Aplicado a la naturaleza humana, esta fe dualista enseñó que los humanos también son combinaciones de forma y materia. El cuerpo humano está constituido de materia, la cual genera sentimien miento to y pasi pasión ón.. Por Por cont contra raste ste la ment mentee huma humana na es una una enca encarn rnac ació iónn de la form formaa porque es capaz de razonar lógica y/o matemáticamente. Desde este punto de vista, todo lo que es bueno, bello y verdadero tiene un carácter esencialmente racional y es conocido mediante el ejercicio del pensamiento racional por la mente. Por contraste, todo lo que es malo y desordenado es traído por los impulsos corporales de sentimiento y pasión irracionales. La vida humana es por lo tanto una lucha constante entre la naturaleza emocional y la naturaleza racional de uno, entre el cuerpo y la mente de uno. A partir de la dualidad básica de sus dos divinidades, esta versión del paganismo vio no solamente a la naturaleza humana sino a toda la realidad como permeada por pares correspondientes de oposiciones: el bien vs. el mal, lo racional vs. lo irracional, la estabilidad vs. el cambio, el orden vs. el desorden, la verdad vs. la fealdad, etc. Esta perspectiva todavía disfruta de una gran popularidad de nuestra cultura hoy en día. Pero no importa cuán confortable muchos no paganos hayan venido a sentirla, esta imagen dualista de las cosas está en conflicto con los tipos de creencias religiosas tanto bíblica como panteísta.
3.3. El tipo panteísta panteísta Los principales ejemplos de religiones contemporáneas que propugnan el arreglo de dependencia panteísta son el hinduismo y el budismo. Este arreglo puede ser mejor visto como el inverso del sostenido por el paganismo. En vez de ubicar lo divino como una división de la realidad continua única, la creencia panteísta es que sea lo que fuere lo que experimentemos como realidad no divina, es de hecho una subdivisión de la realidad divina la cual es tanto infinita como omniabarcante. Este último punto crea un obstáculo para dibujar un esquema que lo ilustre, sin embargo, puesto que no podemos dibujar un círculo infinitamente grande. Así que simplemente estipularé que el círculo finito de la Figura 3 representa uno infinito. Este esquema muestra que las religiones panteístas comparten con las religiones paganas la convicción de que existe solamente una realidad continua. Las dos están en desacuerdo, sin embargo, con respecto a si hay algo más en la realidad que lo que es divino per se (pagana) o si lo divino es coextensivo con o mayor que lo no divino, de modo que el segundo es una subdivisión de lo divino (panteísta). Dada esta diferencia, podemos decir que desde el punto de vista pagano hay una clara distinción entre lo que es divino y lo que no lo es, pero desde el punto de vista panteísta la distinción es un asunto complicado.
TIPOS DE CREENCIAS RELIGIOSAS
31
Figura 3
Pues si lo no divino es en su integridad parte parte de lo divino, ¿cómo puede haber realmente algo que no sea divino? Y si no lo hay, ¿entonces qué distinción está siendo trazada? La respuesta dada por las tradiciones panteístas fue ya tocada en el último capítulo. Dice que, sí, lo divino es la misma esencia y ser de todas cosas, pero que nosotros no obstante experimentamos experimentamos cosas y eventos de nuestro mundo cotidiano como no divinos. Así que la distinción que se hace en estas tradiciones no es entre una porción de la realidad que es verdaderamente divina per se y una porción que verdaderamente no lo es, sino entre el ser divino de todas las cosas y la apariencia ilusoria de que hay cosas que no son divinas . Es debido a que la diferencia entre nuestra experiencia cotidiana ilusoria (Maya) y la realidad divina que subyace a ella es tan grande, que las escrituras y disciplinas de la tradición panteísta no simplemente enseñan esta doctrina, sino que buscan inducir una experiencia mística de la unidad de todas las cosas. Solamente mediante tal experiencia mística, dicen ellos, puede una persona superar el velo de la ilusión, ver detrás del mundo de la mera apariencia, y hacerse consciente de la realidad divina escondida por aquella. Esta realidad divina es llamada Braham-Atman en el hinduismo; Darmakaya, el Vacío, la Talidad, la Nada, el Nirvana (y otros términos) en el budismo; el Tao en el taoísmo. Aquí debiera enfatizarse que el sentido en que la mayoría de las versiones de estas tradiciones sostienen que el mundo, tal como es conocido por la experiencia y la razón ordinarias, es irreal, es desde luego muy seria. No quieren decir solamente que el mundo cotidiano es menos real que la realidad divina que oculta; quieren decir que todo acerca del mismo es irreal . De acuerdo con ellos, la experiencia mística muestra que lo divino no es solamente la verdadera naturaleza de todas las cosas, sino que de hecho es la única realidad, de manera que los divino ¡es todo lo que existe! Así, incluso las características más comunes del mundo cotidiano son ilusorias desde este punto de vista. 4 4 J. B. Noss, Man’s Religions (New York: Macmillan, 1980), 181. Por supuesto, es también ver-
dadero que hay versiones de las tradiciones panteístas que no son tan extremas y que sólo sostienen
32
EL MITO DE LA NEUTRALIDAD NEUTRALIDAD RELIGIOSA
Por ejemplo, de acuerdo con las versiones prevalecientes de estas tradiciones, realmente no hay objetos individuales distintos; no hay diferencias reales de cualidades —incluyendo la diferencia entre el bien y el mal. En el fondo, todas las cosas son una; solamente es lo divino. Esta doctrina usualmente aparece extraña y difícil de paladear para los occidentales quienes frecuentemente señalan que conduce a contradicciones lógicas. En respuesta a tales críticas, estas tradiciones advierten que sin la necesaria experiencia mística las personas siempre estarán impedidas para entender o creer en la oculta identidad de todas las cosas con lo divino. La crítica de que esta posición es autocontradictoria, dicen ellos, deja de reconocer que el pensamiento lógico es también parte del mundo de la ilusión. Como tal, es parte del engaño que impide a la gente descubrir la unidad divina de toda la realidad. De acuerdo con el arreglo panteísta de dependencia, por lo tanto, no solamente lo divino nunca ha de ser concebido como una parte o aspecto del mundo (como lo hace el paganismo); puesto que la lógica es eliminada, lo divino no puede ser concebido en lo absoluto. Ésta es la razón por que las tradiciones hindú y budista insisten en una experiencia mística de la unidad con lo divino per se como el único medio para descubrir la verdad acerca de ello. La diferencia entre los arreglos de dependencia pagano y panteísta resulta en otros desacuerdos importantes entre ellos. Tome, por ejemplo, las diferentes creencias secundarias del tipo (3) de acuerdo con las cuales interpretan la naturaleza humana y la ordenación propia de los valores en la vida. De acuerdo con la influyente versión griega del paganismo bosquejado anteriormente, el error de las personas es su incapacidad de reconocer la razón humana como encarnación del mismo principio divino que ordena toda la realidad, y de trabajar para superar los impulsos de la emoción, haciendo de la racionalidad el valor más alto tanto en sus vidas personales como en la sociedad humana. Desde esta perspectiva, entonces, vivir de acuerdo con la razón es el modo propio de relacionarse con lo divino, el valor más alto en la vida y aquello que conduce a la genuina felicidad. Por contraste, las tradiciones panteístas insisten en que el error de las personas es creer que el mundo ilusorio, incluyendo la racionalidad humana son reales. Puesto que ninguna parte o característica distinta del mundo natural es divina o incluso real desde el punto de vista panteísta, el modo propio de relacionarse con lo divino es descubrir la verdadera realidad (divina) rechazando y desprendiéndose del mundo ilusorio de la experiencia ordinaria. El valor más alto para los humanos, para esta concepción, concepción, no es el ordenamiento ordenamiento racional que lo divino es más real que las cosas individuales de la experiencia ordinaria. Tales importantes diferencias son típicas de las tradiciones panteístas; sus variadas escuelas de pensamiento difieren mucho más ampliamente que, digamos, las diferencias entre los teístas.
TIPOS DE CREENCIAS RELIGIOSAS
33
de la vida, ¡sino el completo rechazo de la experiencia ordinaria, incluyendo la razón! Como hemos visto, esto ha de lograrse a través de una experiencia mística de completa unión con lo divino. Más aún esta experiencia hace algo más que meramente revelar lo divino: es también el medio de liberarse del (irreal) mundo de la ilusión y el sufrimiento. Así, común a todas las tradiciones panteístas es la enseñanza de que el modo apropiado de relacionarse con lo divino, y el más alto valor en la vida, es buscar la iluminación vía la experiencia mística. Dejar de alcanzar esa experiencia en la vida presente resulta en la reencarnación de uno en otras vidas de ilusión y sufrimiento. Y se cree que esto continúa (usualmente a través de millones de vidas) hasta que una persona es finalmente iluminada por la experiencia mística y de esa manera exentada de futuras reencarnaciones. Esto es, una vez iluminada, a una persona se le garantiza el Nirvana: el estado en el cual el (ilusorio) yo individual de uno es absorbido por lo divino, como una gota de agua es absorbida por el océano. Ese es el estado de “inefable bienaventuranza”, y por ende es la realización de la verdadera naturaleza humana y de la felicidad genuina en su sentido más alto.
3.4. El tipo bíblico bíblico En contraste con las ideas de dependencia tanto pagana como panteísta, el arreglo bíblico niega que haya una realidad continua . La idea hebrea de creación, la cual es básica también para el cristianismo y el islam, es que Dios (o Alá) el Creador es distinto del universo que lo trajo a la existencia a partir de la nada. De acuerdo con esta enseñanza, enseñanza, lo divino per se no es parte del universo ni es el universo parte de lo divino; hay una discontinuidad fundamental entre el creador y todo lo demás que es su creación. Esta diferencia básica ha sido bien expresada por Will Herberg. Usando la expresión “greco-oriental” para cubrir las ideas de dependencia tanto pagana como panteísta, y el término “hebraico” para referirse a la idea bíblica, Herberg dice: las religiones hebrea y greco-oriental, como religiones, están de acuerdo en afirmar alguna Realidad Absoluta como Última, pero difieren fundamentalmente en lo que dicen acerca de esta realidad. Para el pensamiento greco-oriental, ya sea místico o filosófico, la realidad última es alguna fuerza fuerza primaria impersonal impersonal . . . alguna sustancia sustancia divina inefable, inefable, inmutable e impasible que permea el universo o más bien es el universo en tanto que el segundo es en lo absoluto real.... Nada podría hallarse más lejos de la religión hebraica normativa.... En contra de la concepción de la inmanencia greco-oriental, greco-oriental, de una divinidad que permea todas las cosas y constituye su realidad, la religión hebrea afirma a Dios como una persona trascendente que desde luego ha
34
EL MITO DE LA NEUTRALIDAD NEUTRALIDAD RELIGIOSA
creado el universo, pero que no puede sin blasfemia ser identificado con el mismo. Donde la religión greco-oriental ve una continuidad entre Dios y el universo, la religión hebraica insiste en la discontinuidad.5
Como consecuencia las tradiciones bíblicas ni elevan alguna parte de la creación al status divino, ni descartan al universo creado como ilusorio. El universo es menos real que Dios, desde luego, puesto que depende de Dios mientras que Dios no depende de nada en lo absoluto. Pero, aunque dependiente, el universo es real precisamente porque ha sido creado por Dios. Y es importante porque es la arena en la que los humanos han de vivir en compañerismo con, y servicio a Dios. Es así que el mundo creado es a la vez importante y completamente dependiente; no hay nada en él que no sea dependiente de Dios. Toda cosa, evento y estado de cosas; toda parte y propiedad, hecho y faceta, ley y norma —en breve, todo lo que no sea Dios mismo— ha sido traído a la existencia por Dios y continúa dependiendo de Dios, quién es la única divinidad que existe. La figura 4 representa este arreglo de dependencia bíblico.
Figura 4
Es debido a este arreglo de dependencia que la idea de revelación es tan importante en las tradiciones bíblicas. Dios no es una realidad cuya naturaleza y propósitos pudieran ser descubiertos investigando el universo o mediante una experiencia mística en el sentido panteísta. En vez de ello las tradiciones bíblicas están todas ancladas en la creencia de que Dios ha creado dentro del mundo una revelación inteligible de sus relaciones con el universo, especialmente sus relaciones con los humanos. Este cuerpo de enseñanza es la guía autoritativa para todo conocimiento de Dios (incluyendo la interpretación de las experiencias religiosas inusuales). Enseña que sólo Dios es divino per se y transmite los contenidos del pacto de redención de Dios, los cuales son creencias secundarias del tipo (3) necesarias para que los humanos estén en una relación apropiada con él. Al convertirse en suscriptores de este pacto o tratado de salvación, las personas se convierten en miembros de su reino y reciben 5 W. Herberg, “The Fundamental Outlook of Hebraic Religion,” op. cit., 283.
TIPOS DE CREENCIAS RELIGIOSAS
35
vida eterna. En contraste con las tradiciones paganas, entonces, la experiencia religiosa que fundamenta el teísmo no encuentra que lo divino sea una parte o aspecto del mundo natural, si no que lo encuentra revelado en un libro. De allí el reconocimiento musulmán de que los judíos y los cristianos, a pesar de sus diferencias con respecto a los musulmanes, también son “pueblos del libro”. Y aunq aunque ue la reli religi gión ón bíbl bíblic icaa enfa enfati tiza za el pape papell de la expe experi rien enci ciaa en la cree creenc ncia ia en Dios de una persona, no requiere que sea una experiencia “mística” en el sentido sentido que lo requieren requieren el hinduismo hinduismo el budismo. budismo. En la concepción concepción bíblica, bíblica, puesto puesto que Dios Dios trasci trasciend endee comple completam tament entee la creaci creación, ón, inclus inclusoo las exper experien iencia ciass de unidad con Dios nunca no son tomadas como siendo con el ser esencial de Dios, sino siempre mediadas a través de (y hacia) algo que él ha creado. Y mucho menos una experiencia —la que sea— conduce a convertirse en parte de Dios. El destino prometido a los creyentes no es el de ser absorbido en el Ser de Dios, puesto que en las religiones bíblicas los humanos son y siempre serán criaturas distintas de Dios. Son los individuos distintos, como miembros del cuerpo del pueblo de Dios, los que son objeto del amor y el perdón de Dios. Y es como individuos que se les concederá vida eterna en el Reino final de Dios. Es ese compañerismo con Dios y con otros humanos que aman a Dios lo que constituye la plenitud de la naturaleza humana y constituye la verdadera felicidad humana. Como lo dice uno de los catecismos cristianos: “Pregunta: ¿Cuál es el principal fin del hombre? Respuesta: Glorificar a Dios y disfrutar de él por siempre”. Es crucial observar, sin embargo, que insistir en la diferencia insalvable entre Dios y la creación no significa que Dios no pueda entrar en la creación y actuar en ella; no significa que no pueda estar presente con la gente o que no se pueda comunicar con ella. Simplemente significa que su presencia y comunicación son siempre acomodadas al entendimiento humano al estar mediadas a través de relaciones que él crea y utiliza para ese propósito. Y tampoco es que su comunicación usualmente deje de lado las facultades humanas normales; él diseñó a los humanos de tal manera que sus capacidades para experimentar y conocer fueran capaces de recibir su revelación, así como entender su mundo, para que le sirvieran en el mismo. Así que incluso cuando los profetas bíblicos tuvieron experiencias inusuales en conexión con la recepción de revelación de Dios, esa revelación nunca fue algo que abandonara la experiencia y la razón humana ordinarias enteramente, o mostrara que el mundo es una mera ilusión. En la concepción bíblica, el mundo no oculta lo divino como lo supone el panteísmo, sino que fue formado de manera que revelara a Dios. (La razón por la que las personas son incapaces de reconocer la revelación de Dios en la naturaleza y su palabra es llamada “pecado” por los autores bíblicos. Regresaré a este punto en un momento.) Así, mientras que siempre hay algo de Dios que se
36
EL MITO DE LA NEUTRALIDAD NEUTRALIDAD RELIGIOSA
halla más allá de la comprensión humana en la religión bíblica, los humanos son capaces de conocer la verdad acerca de Dios porque él ha hecho dos cosas: primero, ha estructurado el universo de tal modo que, visto correctamente, apunta más allá de sí mismo hacia él como su Origen divino trascendente; segundo, se ha acomodado a la experiencia y la razón humanas, y comunicado sus pactos de amor, perdón y vida eterna a través de la historia. Y esto incluye su producción de un registro escrito de aquellas comunicaciones en la escritura. Por esas razones, la experiencia de Dios está mediada a través de su revelación y nunca es un logro del esfuerzo humano sin ayuda —como se enseña en las tradiciones panteístas. Así que el papel del profeta bíblico no es el de un Swami hindú o un Maestro budista. En el hinduismo o el budismo, los Maestros son expertos que por su propia iniciativa han encontrado la fórmula para experimentar lo divino. Por contraste, un profeta bíblico es un representante escogido por Dios para entregar su mensaje; no es un experto que descubriera la verdad religiosa por sí mismo, sino un mensajero a quien Dios le reveló la verdad religiosa (de hecho, los profetas frecuentemente se quejaban de que no entendían el mensaje que les era dado). La iniciativa en toda revelación es tomada por Dios, no los humanos. Más aún, la experiencia religiosa humana por sí misma nunca es la norma o estándar de creencia de las religiones bíblicas; más bien, es la experiencia de reconocer la palabra de Dios como la norma y estándar de la creencia. En otras palabras, la experiencia misma no es la autoridad religiosa última; lo es la revelación de Dios. Y ese es el reverso de la idea panteísta de la experiencia mística, donde la experiencia misma es la autoridad religiosa última. Correspondiendo a estas diferencias acerca de la experiencia y la revelación religiosas, hay todavía otra diferencia que es importante. Desde la perspectiva panteísta, una persona debe perseguir el logro de la experiencia mística a través de muchas vidas. Sólo cuando es lograda verá la persona la verdad de la unidad de todas las cosas y logrará así ser liberada de la maldición de interminables nacimi nacimient entos, os, alcanz alcanzand andoo el Nirva Nirvana. na. Pero Pero en la perspe perspecti ctiva va bíb bíblic licaa las cláusu cláusulas las del pacto garantizan que dirigir la fe y el amor de uno a Dios le aseguran ya al creyente su salvación. Es un don de Dios al comienzo y no un logro que se gane en la ruta. La garantía de la salvación es así una parte integral de ser un judío, un cristiano o musulmán, y no llega solamente después como producto de varias vidas de lucha. Por supuesto, es también verdadero que hay lucha en servir a Dios en la vida diaria, de acuerdo con la religión bíblica. Hay esfuerzo y a veces agonía al tratar de responder al amor que Dios libremente ofrece. Y hay una profundización dización de la fe en Dios y el amor hacia otros que solamente solamente puede resultar resultar
TIPOS DE CREENCIAS RELIGIOSAS
37
de la oración y el trabajo, los cuales se hayan frecuentemente acompañados de dolor. No obstante no es el destino último del creyente lo que se halla en juego en las luchas luchas diarias por servir a Dios, sino sólo la cercanía de de la relación del creyente con Dios y el grado de recompensa que Dios en última instancia le otorgará. Pues de acuerdo con las escrituras bíblicas cualquier persona que crea la verdad de la revelación de Dios y ame a Dios ha recibido ya la promesa de su redención y el don de la vida eterna. Continuando el contraste, deberíamos observar que la posición bíblica también tiene una concepción distintiva de la naturaleza humana, la cual es incluso más antagó antagónic nicaa a las concep concepcio ciones nes pagana pagana y panteí panteísta sta de lo que aquéll aquéllas as lo fuefueron entre sí. En contraste con la concepción pagana más popular, la enseñanza bíblica acerca de lo que está mal en las personas no es que tengan un cuerpo, sentimientos y emociones. De acuerdo con los escritores bíblicos, las mentes, los cuerpos, las emociones, los pensamientos, etc., de las personas pueden ser todos buenos o malos, dependiendo de si son usados en el servicio de Dios. Una vez más Herberg lo dice bien: No importa cuán familiar y plausible pueda parecer la concepción dualista a muchas personas religiosas hoy en día, ésta es sin embargo completamente contraria contraria a la perspectiva perspectiva hebraica. En el auténtico hebraísmo, hebraísmo, el hombre no es un compuesto de dos “sustancias”, sino una unidad dinámica.... El cuerpo, sus impulsos y pasiones no son malos; como partes de la creación de Dios son inocentes y, cuando están propiamente ordenados, positivamente buenos. Ni tampoco, por otra parte, es el espíritu humano la “divinidad falsa” de los griegos. El espíritu es la fuente tanto del bien como del mal, pues el espíritu es voluntad, libertad decisión.6
En esta conexión es importante observar que la idea bíblica del pecado no es primariamente la del error moral. Mientras que los actos inmorales son, desde luego, llamados pecados (plural) y son condenados, la idea central de lo que está mal en las personas, de acuerdo con la religión bíblica, es religioso. Esto es, el “pecado” (singular) es el nombre para esa condición de la naturaleza humana que hace que la gente deje de reconocer la verdad de la revelación de Dios y deje así de amar y servir a Dios con todo su ser. Este sentido religioso de “pecado” es el poner algo en el lugar de Dios, de tener una divina falsa en vez de la Verdadera. Es por ello que la primera exigencia del pacto de Dios es amarle con todo nuestro corazón, a lo cual entonces agrega que amemos a nuestro prójimo como a nosotros mismos, por la razón de que nuestro prójimo ha sido creado “a imagen de Dios”. En la concepción bíblica, entonces, el pecado es sólo secundariamente un asunto de intenciones y comportamiento inmorales. Es antes que nada un asunto de no dirigir la fe y el amor de uno 6 Ibid., 284. This point will be developed in more detail in chapter 10.
38
EL MITO DE LA NEUTRALIDAD NEUTRALIDAD RELIGIOSA
al creador, considerando como divino en vez de ello algo que Dios ha creado. Como lo dijera un rabino hace mucho tiempo: Porque Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e in justicia de los hombres que detienen con injusticia la verdad . . . ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador. (Ro. 1:18 y 25)7
Es interesante considerar esta cita de San Pablo a la luz del contraste entre la religión pagana y la religión bíblica que ha sido trazado por el pensador pagano Alfred North Whitehead. Whitehead cita de la Biblia la pregunta “¿Descubrirás tú los secretos de Dios?” (Job 11:7). Reconociendo que el texto espera una respuesta negativa, Whitehead hace la inteligente observación de que esta actitud es “buen hebreo pero mal griego”; esto es, bíblico pero no pagano. Luego agrega la mofa de que la posición bíblica es la de “intelectos más espesos” que “se gloriaban en la noción de que los fundamentos del mundo había sido puestos en medio de una niebla impenetrable”. 8 En otra parte, Whitehead regresa a este mismo punto, esta vez rechazando las posiciones bíblica y panteísta en favor de la versión del paganismo que ve a la razón humana como semejante al orden divino del mundo. Dice: ¿Cuál es el status de la duradera estabilidad en el orden de la naturaleza? Se halla la respuesta sumaria, la que refiere la naturaleza a alguna realidad más grande que se haya detrás de ella. Esta realidad ocurre en la historia del pensamiento bajo muchos nombres: el Absoluto, Brahma, el Orden de los Cielos, Dios. Mi punto es que cualquiera conclusión sumaria que salte de . . . un orden tal de la natural naturaleza eza a la fácil fácil suposició suposiciónn de que hay una realidad realidad última última . . . constituye constituye el gran gran rehusamient rehusamientoo de la racionalida racionalidadd a afirmar sus derechos. Tenemos que investigar investigar si no es que la naturaleza en su mismo ser se muestra como autoexplicativa.9
Este lúcido contraste de la creencia pagana (racionalista) con la bíblica, formulada en defensa de la posición pagana, se comporta perfectamente tanto con el contraste trazado por San Pablo como con los esquemas que acabo de ofrecer. Todos reflejan las diferencias centrales entre las ideas de dependencia sostenidas por los paganos, los panteístas y los teístas. Y sirven para confirmar mi punto de que la creencia pagana —al menos en sus versiones no rituales— se halla vivita y coleando en el pensamiento y la cultura occidentales. Los contrastes recién trazados entre los tres tipos de ideas de dependencia meramente rascan la superficie al comparar solamente unas cuantas de sus más 7 A menos que se estipule lo contrario las citas bíblicas son de la traducción de Reina-Valera,
revisión 1960. 8 A. N. Whitehead, Adventures of Ideas (New York: Mentor Books, 1955), 108. 9 A. N Whitehead, Science and the Modern World (New (New York, Free Press, 1967), 92.
TIPOS DE CREENCIAS RELIGIOSAS
39
notables características. No obstante, podrán ser suficientes para reforzar tres puntos que serán útiles en todo lo que sigue: (1) cuán ampliamente difieren las creencias sobre justamente qué es divino per se y sobre cómo lo divino se relaciona con lo que no es divino; (2) por qué los tipos de estas creencias revisados aquí son irreconciliables; y (3) cuán fácil es dejar de reconocer una creencia como religiosa cuando llega en una forma extraña o proviene de una tradición que no nos es familiar, especialmente si carece de un culto asociado a ella.
3.5. ¿Por qué pensar pensar que hay algo divino en lo absoluto? absoluto? Habiendo ahora bosquejado los tres tipos principales de arreglos de dependencia que se encuentran en las creencias religiosas de hoy en día, terminaré este capítulo regresado a la pregunta planteada en el capítulo 1 con respecto a si algo en lo absoluto es divino per se. La pregunta es porque no podría alguien responder a todo lo que se ha dicho hasta aquí de este modo: “te concedo que le hayas atinado a lo que es esencial a la creencia creencia religiosa, religiosa, e incluso incluso te concedo que tales creencias han jugado un papel importante en las teorías. Pero, ¿por qué no es ello simplemente un hecho lamentable, en vez de inevitable? ¿Por qúé no podemos hacer un mayor esfuerzo para no permitir que nuestras teorías se vean engrosadas con creencias religiosas? ¿Y por qué no podemos expander el ateísmo de tal manera que no solamente niegue que hay dioses, sino que niegue que haya algo divino per se ? La cuestión de si las teorías pueden evitar incluir o presuponen alguna creencia de divinidad se abordará separadamente en el capítulo 10. Por ahora me concentrar en la última parte de la objeción de si es posible defender la propuesta “nada es divino per se ”. Esto, como hemos visto, es lo mismo que decir “nada tiene una realidad no dependiente”. Mi réplica es que esta pro puesta no tiene una interpretación interpretación coherente . No importa cuán duro tratemos, sostengo, no podemos pensar en ningún estado de cosas concebible que sea un ejemplo de ello en el cual nada tenga el status de divinidad. Así que, mientras que podemos decir las palabras “nada es divino”, y saber lo que significan, no podemos pensar en ningún conjunto de circunstancias que sean un ejemplo de ello —así como podemos decir y entender las palabras “círculo cuadrado” pero no podemos pensar en nada que pudieran nombrar. Quizás el mejor candidato para una concepción de la realidad que carezca de toda divinidad per se sería la aserción de que la realidad está compuesta sólo de cosas individuales y eventos cada uno de los cuales es dependiente. En esta concepción cada cosa o evento que llega a ser interactúar con otras cosas y eventos, produce nuevas cosas o eventos, y deja de ser. Y, Y, hasta donde sabemos, esta sucesión de cosas dependientes ha estado transcurriendo desde
40
EL MITO DE LA NEUTRALIDAD NEUTRALIDAD RELIGIOSA
toda la eternidad, de modo que nunca tuvo un comienzo. En tal caso, ¿no sería todo dependiente? Así que, ¿no es éste un estado de cosas concebible en el que sólo hay cosas y eventos dependientes? ¿Y no tiene por lo tanto éxito al especificar un mundo en el que nada es divino? Las respuesta es que no. Incluso en esta explicación hay algo que se deja en el status de divinidad per se, a pesar del esfuerzo concertado para evitarlo. Lo que es dejado como divino por esta propuesta es el arreglo total de las cosas dependientes. Puesto que de acuerdo con esta propuesta no existen más que los miembros del arreglo total, no hay nada de lo que el arreglo como un todo dependa; no hay nada que explique por qué existe; meramente es. Así que no importa a esta propuesta que todos y cada uno de las cosas y eventos dentro del arreglo sea dependiente, porque el arreglo como un todo no lo es y por lo tanto encaja en la definición de divinidad per se. La pregunta “¿por qué existe el arreglo más bien que nada?” no es respondida. El arreglo total es así dejado por default en el status de tener una existencia incondicional. Algunas veces se replica que de acuerdo con esta propuesta el arreglo depende de algo, a saber sus miembros. Después de todo, no podría existir sin sus miembros, ¿correcto? Esta respuesta, sin embargo, es una seria confusión. El término “arreglo’ es un nombre colectivo colectivo para todas las cosas dependientes que constituyen el tipo de realidad que se está proponiendo, no el nombre propio de una cosa individual. Así que el arreglo total no puede ser considerado como un objeto sencillo que dependa de sus miembros como partes. En otras palabras, el arreglo no depende de sus miembros; es precisamente sus miembros. Así, sugerir que el arreglo depende de sus miembros equivale a decir solamente que depende de sí mismo —lo cual no es más que otro modo (aunque menos claro) de decir que es no dependiente. Déjenme poner este rechazo de “nada es divino per se ” de otro modo, en caso de que todavía no este claro. La suma total de la realidad, no importa cómo se entienda, tendría que ser divina en parte o en todo precisamente porque no habría nada más de lo cual dependiera. El único modo de evitar esta conclusión sería sostener que “la suma total de la realidad” es una noción de alguna manera carente de sentido. Pero, ¿por qué pensar eso? Me parece que sé lo que significa: significa todo lo que es —cualquier cosa que pueda ser eso. Si lo que es dependiente es la suma total de la realidad tomada como un todo, entonces alguna forma del arreglo de dependencia panteísta es correcto. Si la suma s uma total de la realidad es parcialmen parcialmente te no dependien dependiente te entonces el arreglo arreglo de dependependencia pagano o el bíblico es correcto. De estos dos, si el segmento de realidad independiente está contenido dentro de y permea a el segmento dependiente, entonces es el arreglo pagano de dependencia el que es correcto. Mientras que si la parte independiente de la realidad trasciende (no es parte del ser de) el seg-
TIPOS DE CREENCIAS RELIGIOSAS
41
mento dependiente de la realidad, entonces el arreglo de dependencia bíblico es el correcto. Hay varias cosas que debieran ser notadas acerca de este argumento. La primera la señalé antes cuando dije que los tres arreglos de dependencia que se encuentran en las religiones del pasado y el presente del mundo no son los únicos posibles. Así que he estado hablando de estas tres meramente porque de hecho ocupan en el campo, y no en la suposición de que no pudiera haber otras. En segundo lugar, lo que estamos señalando acerca de ellas será verdadero no importa qué descripción más completa pudiera sostenerse de aquello que tiene status divino per se. He estado hablando solamente de los arreglos de dependencia, no de la naturaleza supuesta de las divinidades per se sobre las cuales la realidad no divina depende. Sería muy posible que alguien sostuviera alguno de estos arreglos pero proveyera una descripción específica diferente de lo que tiene status divino, divino, de aquellas que se enseñan enseñan por las tradiciones tradiciones religiosas religiosas que han históricamente defendido ese arreglo de dependencia particular. En tercer lugar, este argumento no pretende mostrar qué arreglo de dependencia, o qué idea de lo que tiene status divino per se es correcto. Sólo muestra por qué no tiene sentido decir que nada tiene status divino per se , a saber, que no podemos ni siquiera enmarcar una idea de realidad en la cual nada es divino. Finalmente, debiéramos observar que este argumento no muestra que todas las person personas as tengan tengan alguna alguna creenc creencia ia de divin divinida idad. d. (Pienso (Pienso que eso es verda verdader dero; o; pero lo creo porque la escritura lo enseña, no debido a este argumento.) El hecho de que una creencia no tenga una alternativa coherente no garantiza que todo mundo de hecho creerá en ella. Esto concluye nuestra discusión de la creencia religiosa. Pasaremos ahora la pregunta de qué es una teoría y distinguiremos algunos tipos principales de teorías. Esto nos ayudará a ponernos en posición de ver por qué y cómo una u otra descripción de la divinidad per se inevitablemente juega un papel regulativo regulativo activo crucial en cualquier teoría abstracta.
PARTE II TEORIAS
Capítulo 4 ¿QUÉ ES UNA TEORÍA?
4.1. Introducc Introducción ión Empecemos preguntando: ¿por qué deberíamos estar particularmente interesados en la relación de la creencia religiosa con las teorías? ¡Seguramente hay más cosas para la interpretación de la vida que lo que proporcionan las teorías! ¿Y después, de todo no son las teorías asuntos altamente técnicos entendidos o lo por los científicos los filósofos? ¿Y no contribuyen poco al entendimiento que la mayoría de las personas tienen de sí mismas y de sus vidas cotidianas? Mientras que algunas teorías son, desde luego, muy técnicas y comprensible sólo por los expertos muchas otras no lo son. La idea de que todas las teorías hallan más allá de la persona por medio proviene de asociar la palabra “teoría” con los últimos avances en la física la química o la astronomía. Debiéramos recordar, sin embargo, que hay también teorías influyentes acerca de los derechos políticos, la felicidad humana, la moralidad, el entendimiento del arte, la crianza de los niños, el tratamiento médico efectivo y la educación pública, para nombrar aunque sea algunos cuantos. Muchas de estas teorías se hallan bien dentro de la comprensión de la persona promedio. Lo que es más, parece improbable que haya alguien que no sostiene una teoría sobre al menos uno de estos tópicos. De modo que la verdad es que la persona promedio se halla altamente influenciada por las teorías. Otra razón por la que deberíamos estar interesados en la relación de la creencia religiosa con las teorías, tiene que ver con la autoridad que frecuentemente se pretende que tienen las teorías, especialmente, las de las ciencias. Una creencia que se sostiene ampliamente hoy en día es que una vez que se formula se somete a prueba y se acepta una teóría científica por la mayoría de los expertos, se convierte en el estándar más autorizado para juzgar la verdad de cualquier cosa sea de lo que trata. Esto implica, desde luego, que si una teoría ampliamente aceptada se opone a la creencia religiosa de uno, uno sería un perverso si rechazara la teoría y mantuviese la creencia. En el último siglo y medio esta conclusión ha sido alcanzada repetidamente por los propugnadores 45
46
EL MITO DE LA NEUTRALIDAD NEUTRALIDAD RELIGIOSA
de la biología Darwiniana, la psicología Freudiana y la política Marxista, para mencionar solamente los ejemplos más obvios. ¿Podemos aquellos de nosotros que creemos en Dios aceptar la pretensión de que las teorías son los árbitros finales de la verdad? ¿Son éstas realmente neutrales neutrales con respecto respecto a la creencia religiosa religiosa y por ende capaces capaces de concitar la abrumadora lealtad que comunmente se les adscribe? Si esto es así, ¿se hallan verdaderamente en la posición de decidir la verdad (o racionalidad) de las creencias religiosas? Y ¿qué hay de la concepción popular de que las teorías tienen autoridad en un ámbito de la vida, la creencia religiosa tiene autoridad en otro ámbito? ¿Es ésta una manera satisfactoria para el teísta de entender como la creencia en Dios se relaciona con las teorías? Para responder estas, y otras preguntas preguntas importante importantes, s, debemos debemos primeramen primeramente te lograr lograr algún entendientendimiento miento de lo que son las teorías para que así podamos entonces entonces investigar investigar la relación entre ellas y las creencias de divinidad per se .
4.2. ¿Qué es una teoría? teoría? La misma alma de una teoría está constituida por sus hipótesis y una hipótesis es una conjetura educada propuesta para explicar algo. Desde luego, el hecho de que todas las hipótesis sean conjeturas no significa que todas las conjeturas sean hipótesis, pues no todas las conjeturas pretenden explicar. A veces conjeturamos para ganar un premio o hacer una broma, por ejemplo. En lo que sigue, me ocuparé solamente con las conjeturas hechas para el propósito de explicar algo y que son por lo tanto las conjeturas muy especiales que llamamos “hipótesis”. Dejenme aclarar inmediatamente que no trataré de corregir la comunmente aceptada práctica de utilizar “hipótesis” y “teoría” de modo intercambiable para indicar una conjetura sencilla explicativa o un conjunto de conjeturas explicativas estrechamente relacionadas. Casi no me ocuparé aquí, sin embargo, con hipótesis aisladas sino con complejos de las mismas, junto con sus condiciones iniciales y suposiciones de trasfondo, las cuales forman una explicación altamente abstracta y sistemática que es defendida con argumentos y evidencia. Hay Hay otro modo modo en que “teoría” “teoría” se usa frecuentem frecuentemente, ente, hoy hoy en día, día, que debo rechazar completamente. Esta es la práctica empleada por muchos escritores que utilizan el término “teoría” para cualquier tipo de explicación, ya sea que emplee hipótesis o no. Para ellos, el término “teoría” simplemente significa cualquier narración, interpretación o ayuda para el entendimiento. Tal uso de “teoría” confunde e induce al error porque oscurece lo que es esencial a las teorías en contraste con otros modos explicación. Por ejemplo, deja en la oscuridad la diferencia entre una teoría y un mito. En muchos mitos se personificaban los efectos de la naturaleza y las relaciones entre ellos eran
¿ QUÉ ES UNA TEORÍA ?
47
explicadas, como explicaríamos las relaciones entre humanos. Fue este tipo de explicación la que los antiguos filósofos griegos quisieron reemplazar con hipótesis, las cuales intentaban explicar varios datos mediante las propiedades que poseían y las leyes que los gobernaban y que debatían, produciendo argumentos y evidencia en favor o en contra de ellos. (Esta es la razón por la que terminó “mito” eventualmente vino a tener la connotación de una explicación que era tanto inferior como falsa). Puesto que ya no hacemos mitos para explicar la naturaleza, puede no parecer importante preservar su diferencia con respecto a las teorías. Pero incluso aparte de los mitos, todavía utilizamos modos de explicac explicación ión que no son teorías. teorías. Por ejemplo, ejemplo, las direccione direccioness de cómo llegar a mi oficina o instrucciones acerca de cómo operar un helicóptero ofrecen explicaciones pero no propone ninguna hipótesis y por lo tanto no debían ser llamadas teorías. Por lo tanto, usaría “teoría” para indicar solamente las explicaci explicaciones ones que os ofrecen ofrecen hipótesis hipótesis y que tratan de justificarla justificarlass mediante mediante argumentos y evidencia. Dada Dada esta esta definic definición ión de “teorí “teoría” a” debier debieraa ser obvio obvio que el negoc negocio io de hacerl hacerlas as no es el dominio exclusivo de los científicos y los filósofos. Un detective puede hacer una teoría acerca de un caso en el que se haya trabajando; un conductor puede concebir una acerca de un ruido extraño que proviene del motor de su coche y un oficinista puede proponer una hipótesis para explicar por qué el jefe está tan enojón el día de hoy. Puesto que todas estas conjeturas se hacen para explicar algo, son teorías tanto como lo son las propuestas de la teoría atómica o la psicología freudiana. Más aún, ambos tipos de teorías —las conjeturas de sentido común así como la de los científicos y los filósofos— son instigadas por la misma frustración: se hace cuando no podemos descubrir directamente directamente la respue respuesta sta a alguna alguna pregun pregunta. ta. Cuando Cuando eso sucede sucede conjet conjetura uramos mos una respue respuesta sta.. Sin embargo, hay diferencias importantes entre el modo en que las teorías son hechas por los científicos los filósofos y el modo de sentido común en que son hechas en la casa o la oficina. Dos diferencias tales que han recibido un reconocimiento casi universal son: (1) las teorías en la ciencia la filosofía son más abstractas que las de sentido común 1 y (2) los métodos de evaluar teorías ofrecidos en la ciencia la filosofía son mucho más complejos sofisticados. Esta mayor sofisticación es parcialmente un resultado de la naturaleza abstracta de estas teorías, pero también una respuesta al hecho de que las teorías que se proponen explicar los mismos datos frecuentemente se hallan en desacuerdo entre sí. Los métodos de evaluación están así orientados no solamente a juzgar una teoría teoría intern intername amente nte,, si no ha ponder ponderarl arlaa frente frente a las teoría teoríass en compet competenc encia. ia. Así, no solamente son las hipótesis más los abtractas, sino que también lo son las razones que se dan en su favor.
48
EL MITO DE LA NEUTRALIDAD NEUTRALIDAD RELIGIOSA
En lo que queda de este capítulo, examinaré algunas importantes diferencias entre las teorías altamente abstractas y las del sentido común. Esto es necesario porque a pesar de su amplio reconocimiento, estas diferencias rara vez examinan cuidadosamente y a sus consecuencias no se les otorga su plena importancia. 2 Digo esto porque resultará que entre sus consecuencias se hallan características cruciales para una explicación de cómo las teorías se relacionan generalmente con la creencia religiosa. Así que primero necesitamos un análisis de la abstracción, después del cual veremos qué diferencia a las teorías científicas de las filosóficas. Con eso una vez que hayamos hecho eso, distinguiremos entonces dos tipos de hipótesis abstractas que ocurren tanto la ciencia como en la filosofía. Y finalmente cerraremos con una explicación de varios lineamientos para evaluar las teorías de cada tipo.
4.3. La abstracción abstracción Si bien todo mundo parece estar de acuerdo en que las teorías científicas y filosóficas son altamente abstractas, rara vez intentan los escritores parafrasear exactamente que se quiere decir con “abstracto” o que significa su ser “alta’. Un punto de partida obvio para esta tarea es considerar el significado literal del término: “abstraer” significa extraer o remover algo (mentalmente) de algún trasfondo más amplio. Esta actividad es virtualmente la misma que enfocar nuestra atención, algo que hacemos frecuentemente todos los días. Por ejemplo, si estamos tratando de encontrar un libro que tiene una cubierta verde buscamos en el estante mirando todos los libros con cubiertas verdes. Para hacer eso, habremos primero destacado mentalmente (abstraído) el color verde de todos los otros colores y también haber destacado el color de cada libro de todas las otras cualidades o propiedades que los libros tienen. Este nivel de abstracción es tan común que ordinariamente no le ponemos atención. Por ejemplo, frecuentemente llevamos a cabo acciones tales como evitar algo porque huele mal, juzgar que algo es demasiado grande para un recipiente o preferir una secuencia de acciones porque es justa. Comunes como son tales acciones, todas requieren que hayamos primeramente abstraído el olor, el tamaño o la justicia de entre todas las otras propiedades exhibidas por aquello que huele mal, es demasiado grande o es más justo. En tales casos la extracción de aquellas propiedades en nuestro pensamiento no se hace para las cosa cosass o even evento toss que que las las exhi exhibe ben, n, sin emba embarg rgo. o. Esto Esto es, es, este este nive nivell aislarlas de las de abstracción no se enfoca en el olor o el tamaño de una cosa o lo que sea, a tal grado como para romper la continuidad de aquellas propiedades con todas las otras propiedades de las cosas que las tiene. En este nivel de abstracción, una propiedad, aunque distinguida y destacada, sigue siendo experimentada como una característica de la cosa que la exhibe. Llamaremos a este el nivel bajo de
¿ QUÉ ES UNA TEORÍA ?
49
abstracción abstracción.. Por contraste, contraste, también también somos capaces capaces de intensificar intensificar el foco de nuestra atención a tal grado que de hecho aislamos una propiedad de cualquier cosa que la exhiba y así, enfocamos nuestra atención en la propiedad misma. Esto es lo que llamaré abstracción “alta’. Puesto que este nivel de abstracción más alto es una característica tan importante de las teorías científicas y filosóficas, ilustraré ahora su diferencia con respecto respecto a la abstracción abstracción de niv nivel el bajo con mayor detalle. Considere Considere el caso de alguien que acaba de comprar un coche nuevo y lo está mostrando a un grupo de amigos. Uno de los amigos dice que le fascina el color del coche, otro comenta que el coche es bello, mientras que otros preguntan cuán caro fue y cuánto pesa. Todas estas observaciones muestran que los hablantes han destacado a un nivel de abstracción bajo diferentes propiedades del coche: su color, belleza, costo y peso. Pero ninguna de estas propiedades ha sido aislada del coche; siguen siendo experimentadas y concebidas como propiedades del coche. Sin embargo, si alguien se enfocara en la propiedad de, digamos, el peso mismo, aparte del coche (o de cualquier otro objeto particular), estaría concibiendo el peso de un modo altamente abstracto. Otras propiedades tales como la velocidad, la masa, la densidad y el volumen podrían ser aisladas de igual manera. De este modo, el pensamiento altamente abstracto puede proveernos con un tipo de concepto distintivamente diferente por encima de aquellos que están están dispon disponibl ibles es sin ella. ella. Agreg Agregaa una nueva nueva dim dimens ensión ión al teoriz teorizar ar hacien haciendo do posible que las hipótesis sean conjeturas de (o acerca de) propiedades altamente abstraídas, funciones, relaciones, etc. además de ser acerca de las cosas y los eventos que las tienen. Es así posible que conceptos altamente abstractos, sean utilizados para explicar tanto otras abstracciones como las cosas y eventos que continuamos experimentando en la conexión no rota de todas sus propiedades. Así, al abstraer propiedades, creamos la posibilidad de preguntar acerca de las relaciones relaciones entre estas propiedades propiedades y de buscar buscar patrones patrones de conexione conexioness entre aquellas relaciones todos los cuales son concebidos aparte de cualesquiera cosas o eventos en los que puedan ocurrir. 3 Para las teorías, teorías, la más importante importante de la relaciones que se puede descubrir de este modo son las leyes. En el caso de las propiedades muestra recién nombradas, las leyes que valen entre ellas incluirían: momentum = masa × velocidad o densidad =
masa . volumen
50
EL MITO DE LA NEUTRALIDAD NEUTRALIDAD RELIGIOSA
Leyes que valen entre otras propiedades adicionales incluirían las leyes del movimiento o de la termodinámica o la famosa ley de Einstein E = mc 2 . Así, la abstracción abstracción alta nos permite permite preguntar preguntarnos nos preguntas acerca de las propiedades que no podían haber sido planteadas sino las hubiésemos aislado de las cosas que las exhiben y responder aquellas preguntas aislando además, relaciones específicas entre ellas —especialmente relaciones nómicas. Así, para la mayoría de las teorías de la ciencia y la filosofía, ni las preguntas planteadas ni las respuestas ofrecidas a las mismas pudieran ser concebidas sin la abstracción alta. Más aún, producir argumentos y evidencia en favor de (o contra de) la verdad de tales teorías también involucra alta abstracción; de hecho, los argumentos para las teorías son frecuentemente más sofisticados e ingeniosos que las hipótesis mismas. Las teorías de la ciencia y la filosofía hicieron así de las teorías de sentido común por su empleo de la alta abstracción en cualquiera de (o combinación) de al menos tres modos: (1) plantear la(s) pregunta(s) que la teoría se propone responder, (2) inventar las hipótesis propuestas como respuestas a las preguntas o (3) evaluar la verdad de las hipótesis mediante los argumentos y la evidencia. 4 De aquí en adelante me ocuparé sólo de las teorías que emplean la alta abstracción, así que no continuaré trazando la distinción. El término “teorías” se referirá siempre al tipo altamente abstracto y el término “abstracción” se referirá siempre a la alta abstracción más que al mero destacar de una propiedad de una cosa sin aislarla de la cosa.
4.4. Aspectos de la experiencia Además Además de los tres tres mod modos os recién recién enlist enlistado ados, s, la alta alta abstra abstracci cción ón juega juega otro otro papel papel crucial en la construcción de teorías. Pues no solamente abstraemos propiedades individuales, relaciones y patrones, sino que también abstraemos tipos de ellas. Considere las propiedades que recién considerábamos: peso, masa momento y densidad. Podemos ver que ellas, así como las leyes que rigen entre ellas, todos comparten en común la propiedad adicional de ser físicas. Distinguir este tipo de propiedades y leyes de gran escala, omniabarcantes, es así una ulterior abstracción abstracción con respecto respecto a las propiedades propiedades y leyes leyes abstraídas abstraídas de ese tipo. Así que mientras que las propiedades individuales y las leyes puede ser directamente extraídas de las cosas y los eventos de nuestra experiencia orordinaria, la idea del tipo al que pertenecen es una abstracción de abstracciones. Una vez reconocidas, tales ideas de tipo sirven ulteriormente a la construcción de teorías, delimitando un dominio distinto o campo de investigación e indagatoria; en el ejemplo de arriba era el dominio físico de nuestra experiencia lo que era aislado como campo de estudio —el campo para las teorías de la física, fís ica, incluyendo todas sus subdivisiones y ramas.
¿ QUÉ ES UNA TEORÍA ?
51
Del mismo modo muchos, otros tipos de propiedades y leyes han sido abstraídas y convertidas en áreas específicas de estudio. Por ejemplo las propiedades y leyes biológicas son el campo de estudio de la biología, mientras que las propiedades y leyes espaciales distinguen el campo de estudio de la geometría. Del mismo modo, las teorías en la economía o en la ıética ha resultado de aislar propiedades y leyes de aquellos tipos y construir teorías acerca de cómo las varias propiedades dentro de cada tipo se relacionan entre sí y con las cosas que las poseen. A lo largo de los veintiséis siglos pasados tales tipos han seguido siendo abstraídos y se han convertido en campos distintos de investigación y construcción de teorías para las disciplinas formadas para dedicarse a ellos. Los principales ejemplos de tipos de propiedades y leyes que ha sido aislados como campos para la construcción de teorías incluyen (al menos) aquellos en la siguiente lista (los miembros y orden de los cuales será discutido con mayor detalle en capítulos posteriores): fiduciario ético diquético estético económico social lingüístico histórico lógico sensorial biótico físico cinético espacial cuantitativo Llamaré a estos tipos de propiedades y leyes “aspectos” de las cosas que experimentamos, y me voy a referir las disciplinas dedicadas a su estudio como “ciencias”. El término “aspecto” servirá para enfatizar que los tipos son exhibidos por e (indirectamente) extraídos de los objetos de nuestra experiencia preteórica. El término “ciencia” significará cualquier disciplina específica, delimitada por uno o más aspectos en el que las teorías son construidas.
52
EL MITO DE LA NEUTRALIDAD NEUTRALIDAD RELIGIOSA
La lista de arriba no debiera ser entendida como un pronunciamiento dogmático acerca de si estos aspectos son todos genuinos, puesto que hay pensadores que ofrecerían una lista algo diferente. Más bien se pretende, primero, que sea una descripción de (no una teoría acerca de) el modo en que llegamos a experimen experimentar tar propiedades propiedades de las cosas en aislamient aislamiento, o, así como en su conexidad en los objetos. Y, segundo, es un reporte de la lista de aspectos que la mayoría de los pensadores han considerado como campos genuinos de investigación y construcción de teorías. La lista, entonces, solamente pretende ayudarnos entender las ramas principales de la construcción de teorías de hoy en día, no llegar a la lista verdadera de aspectos genuinos del mundo. Así que de aquí en adelante, cuando use expresiones tales como “aspectos de las cosas” o “aspectos del mundo” o “aspectos de nuestra experiencia”, se debe entender que estas expresiones se refieren a aspectos en el mismo modo que la lista lo hace. Esto es, se refieren a los distintos tipos de propiedades y leyes que la mayoría de los pensadores han supuesto que son exhibidas por los objetos de nuestra experiencia antes de cualquier teorización. La lista no requiere dogmáticamente que ninguna lista alternativa pudiera ser correcta, que nuestra experiencia ordinaria no pudiera posiblemente estar equivocado en algún respecto, o que ninguna teoría pudiera mostrar que el mundo es diferente algún respecto del modo en que está presentado a nuestra experiencia preteórica. Aunque muchas ciencias son delineadas por y están dedicadas a un aspecto particular, e incluso toman su nombre del mismo, hay otras que delimitan su campo y toman su nombre de una clase particular de cosas que quieren investigar. la entomología, la paleontología y la botánica son ejemplos. 5 Pero ese hecho no cuenta en contra del papel de los aspectos al teorizar que recién he estado enfatizando. Pues incluso con una ciencia nombra su campo por una particular tipo de cosas, aún así no puede estudiar todo aspecto de aquellas cosas. Siempre es algún aspecto específico de los insectos , fósiles o plantas que investiga —el biótico, por ejemplo. Por otra parte, las ciencias no necesitan estar confinadas a un solo aspecto. Por ejemplo, la antropología cultural trata con varios aspectos de las culturas antiguas e incluye teorías acerca de cómo ciertos datos se relacionan a través de los aspectos. Esto tampoco disminuye el papel e importancia de abstraer aspectos en la construcción de teorías. Pues si una ciencia toma su nombre de un aspecto particular, o de un cierto ámbito de cosas, o de varios aspectos de un cierto rango de cosas, en todo caso las delimitaciones aspectuales siguen siendo cruciales. En todo punto una teoría debe dejar en claro los tipos de propiedades con los que trata y los tipos de leyes que está usando para relacionar y/o explicar sus datos. Habiendo hecho este énfasis en el papel de la abstracción al aislar aspectos, admito ahora libremente que muchas personas que trabajan en las ciencias di-
¿ QUÉ ES UNA TEORÍA ?
53
rían, si se les preguntara, que no son conscientes de estar abstrayendo aspectos enteros. Pienso que esto es verdad, pero que no cuenta en contra de la necesidad e importancia de tal abstracción. La razón por la que alguien puede no ser consciente de abstraer un aspecto entero es que este acto usualmente se hace tan automáticamente que no es notado por el pensador que lo hace —parecido al modo en que frecuentemente no somos conscientes de mover nuestros ojos mientras leemos. En ambos casos tiene lugar un subevento dentro de un acto más grande en aras de ese acto más grande. Movemos nuestros ojos para leer y nuestra atención está fijada en nuestro propósito pretendido, más que en el movimiento del ojo que se hace para lograr tal propósito. Del mismo modo y por la misma razón, las abstracción de un aspecto puede pasar desapercibida porque se hace en aras de investigar y teorizar acerca de las propiedades y leyes que caen dentro de él. Así que es sorprendente que alguien involucrado en una ciencia puedo darse cuenta del papel que juega la abstracción en la conceptualización de propiedades o relaciones específicas, pero no notar su papel al aislar aspectos enteros. Tal papel es tan básico que puede pasar desapercibido. Ofreceré ahora algunos ejemplos para ilustrar de qué manera la abstracción de aspectos está involucrada en las ciencias. Para apreciar el propósito de estos ejemplos, uno debe mantener en mente la observación anteriormente hecha de que abstraer un aspecto no resulta en el vaciado de la experiencia o el pensamiento del pensador de todo con excepción del aspecto que está siendo abstraído. Lo que estos ejemplos más bien estarán mostrando es cómo la abstracción de un aspecto entero es agregada a nuestra experiencia y es una adición que es indispensable para la empresa de la teorización científica. Como primera ilustración, tome el caso de un biólogo que mira a ciertos microbios a través del microscopio. Conforme los experimenta, los microbios parecen tener tamaño y configuración espaciales, color sensorial, masa física, etcétera. También puede ser importante qué cantidad de ellos existe en una cierta área. Pero estas propiedades se entienden todas desde el punto de vista de su foco abstractivo en el aspecto biológico de los microbios. Es ese enfoque el que guía y dirigir su s u pensamiento. Aun cuando el tamaño, la masa, el color y el número de los microbios no son ellos mismos propiedades biológicas, todos son importantes en tanto que contribuyen a su entendimiento de los procesos vitales de aquellos objetos. Es el enfoque en su aspecto biológico lo que guía las preguntas que plantearía acerca de ellos y las conjeturas explicativas que puede hacer para responder a aquellas preguntas. Para ver que esto se aplica igualmente bien a otras ciencias, consideramos un caso en el que la atención de un pensador está guiada al distinguir el aspecto económico. El economista puede incluso estar preocupado con el mismo conjunto de microbios que el biólogo estaba examinando. Pero en vez de ocu-
54
EL MITO DE LA NEUTRALIDAD NEUTRALIDAD RELIGIOSA
parse con ellos como de datos a ser cubiertos por una explicación biológica estará ofreciendo una teoría económica acerca de ellos —una explicación cuyo principios explicativos incluyen la ley de la oferta y la demanda, y la ley de los retornos decrecientes. Así que los microbios serán cubiertos por la explicación del economista debido a sus propiedades económicas, aun cuando sus propiedades económicas pudieran cambiar si los microbios estuvieran muertos en vez de vivos. Estas son ilustraciones de un papel jugado por la abstracción en la construcción de teorías que frecuentemente no es suficientemente apreciado. Sin la abstracción de aspectos enteros no sería posible especificar el tipo de propiedades que están siendo investigadas o el tipo de leyes que está siendo utilizadas para explicar lo que una teoría está buscando explicar. Por esas razones — y otras que pronto descubriremos— la abstracción de aspectos es esencial al teorizar. No importa exactamente qué lista de aspectos adopte un pensador, el teorizar necesariamente presupone alguna lista u otra.
4.5. Tipos Tipos de teorías Consideremos primero la diferencia entre las teorías científicas y las filosóficas. Ambas son altamente abstractas, desde luego, pero mientras que los científicos delimitan uno o más aspectos específicos como su dominio, los filósofos parecen carecer de tal “base terrestre”. De hecho, supervisaro la lista de aspectos anteriormente dada pudiera atentar a alguien a sospechar que, puesto que hay ciencias dedicadas a todos los aspectos de nuestra experiencia, no queda nada acerca de lo que pudiera tratar la filosofía. Para complicar las cosas, muchos muchos de los temas acerca de los que los filósofos escriben escriben son los mismos acerca de los que escriben esos pensadores que investigan investigan un solo aspecto. Por ejemplo, hay montones de obras dedicadas a la filosofía de las matemáticas, la filosofía de la historia, la filosofía del derecho, y así consecutivamente. Esto hace parecer que la filosofía carece de propio dominio de manera que se entromete los de todos los demás. No obstante, tengo el gusto de reportar que la filosofía sí tiene un territorio propio y que, una vez que este territorio es propiamente entendido, se clarifica la diferencia entre una teoría científica en un aspecto y una teoría filosófica acerca del mismo aspecto. Vimos anteriormente que algunas ciencias teorizan a través de aspectos así como dentro de ellos. Esto nos permitió notar la posibilidad de desarrollar una teoría más general, no restringida a un aspecto específico, sino una que da una explicación de cómo es que propiedades de diferentes aspectos se interconectan en ciertos datos. Eso plantea la posibilidad de una teoría completamente general, una teoría acerca de cómo todos los aspectos se conectan. Y esto es precisamente lo que distingue a la filosofía de las ciencias. Mientras que las
¿ QUÉ ES UNA TEORÍA ?
55
ciencias están dedicadas solamente a uno o unos cuantos aspectos específicos, la filosofía se propone como meta una visión panorámica omniabarcante; ofrece teorías que buscan explicar la conexión general de todos los aspectos y por lo tanto de toda la ciencias. Y mientras que unos cuantos filósofos ocasionalmente han estado en desacuerdo con esta definición y han tratado de argumentar que la filosofía debiera tener una meta menos ambiciosa, sus argumentos son ellos mismos testimonios del hecho de que desde el principio las teorías filosóficas han tratado desarrollar este tipo de concepción panorámica. Como lo dijera Gilbert Ryle: el tipo de pensamiento que presenta la biología no es el tipo de pensamiento que dirima las aseveraciones y contraaseveraciones entre la biología y la física. Estas cuestiones interteóricas no son internas a aquellas teorías. No son preguntas biológicas o físicas. Son preguntas filosóficas.6
El famoso psicólogo Jean Piaget también reconoció esta característica de la filosofía cuando dijo que repasar los límites de la disciplina propia implica una síntesis, y esa disciplin ciplinaa que se especia especializ lizaa en la síntesis síntesis . . . no es otra que que la misma misma filosofía.7
Los dos tipos de teorías inventados por los filósofos para “sintetizar” o conectar todos los aspectos de la experiencia en una concepción panorámica son: (1) una teoría general de la realidad y (2) una teoría general del conocimiento. Los términos técnicos para estas teorías son, respectivamente, “ontología” (tambi (también én apodad apodadaa metafí metafísic sica) a) y “epist “epistemo emolog logía” ía”.. Es el desarr desarroll olloo de ont ontolo ología gíass y epistemologías lo que distingue al teorizar filosófico y su “base terrestre” distintiva. Podría usted objetar que ésta es una base terrestre que abarca todas las otras bases terrestres —¡y estaría usted en lo correcto! Pero ésta es precisamente la razón por la que una teoría filosófica acerca de las matemáticas, la física, la lógica o la ética no está simplemente entrometiéndose en los dominios de aquellas ciencias. No está meramente siendo una intrusa en ellas porque está trayendo los resultados de una teoría general de la realidad o el conocimiento a tener que ver en el estudio de aquellos aspectos. Por esta misma razón, r azón, siempre que los científicos se involucran con asuntos que requieren que adopten una posición en relación a cómo su campo específico de estudio se relaciona con cualesquiera otros, adoptar esa posición los ha hecho cruzar las fronteras de la ciencia hacia la filosofía. Esta observación no pretende ser una crítica; no hay nada malo con que teorías dentro de un aspecto específico se relacionen con una perspectiva más amplia. De hecho, argumentaré que es imposible construir teorías dentro de un aspecto particular que por lo menos no supongan (así sea inconscientemente)
56
EL MITO DE LA NEUTRALIDAD NEUTRALIDAD RELIGIOSA
alguna respuesta a la pregunta de cómo es que ese aspecto se relaciona con todos los demás. La diferencias es por lo tanto de énfasis. Pues aunque las teorías científicas no puedan evitar alguna concepción panorámica acerca de cómo se conectan todos los aspectos, esa concepción puede permanecer como una suposición de trasfondo que nunca es conscientemente planteada, cuestionada o defendida. Pero mientras que un científico puede meramente suponer una concepción panorámica, el filósofo se especializa en ella. Los filósofos ponen como negocio negocio de primer orden la justificació justificaciónn de la concepción concepción panorámica panorámica que inventan o adoptan y todos sus otras teorías se desarrollan de acuerdo con lo que se requiere por la concepción panorámica desarrollada en sus teorías de la realidad y/o del conocimiento. Pero, ¿qué es precisamente lo que se significa con “una teoría general de la realidad”. Es una teoría que trata de descubrir la naturaleza esencial de la realidad. Su meta puede ser formulada como la de tratar de encontrar qué géneros de cosas hay. Pero decirlo así no debe ser confundido con preguntar qué tipos de cosas existen. Los tipos de cosas harían una enorme lista que incluiría zapatos, montañas, animales, nubes, personas, etcétera. Así que la cuestión aquí no es qué tipos de cosas hay, sino cuál es la naturaleza más básica de todas ellas. El enfoque tradicional para responder esa pregunta se puede pensar de este modo: si los variados aspectos de las cosas que experimentamos son representados como cuentas en un collar entonces una teoría general de la realidad quiere saber: ¿cuál es la cuerda? ¿Qué es aquello de lo que estos aspectos son aspectos? Esto se debe, tradicionalmente, a que las teorías de la realidad han tratado de responder a esta pregunta proponiendo uno o dos de los aspectos mismos como la cuerda —como la naturaleza básica de todas las cosas. Por ejemplo ejemplo algunas teorías han propuesto propuesto que todas las cosas son básicamente físicas; otras que la naturaleza de la realidad combina propiedades y leyes físicas con lógicas, y otros más que todo es básicamente matemático o sensorial etcétera. Lo mismo acierto de una teoría general del conocimiento. Ésta es una teoría que trata de explicar qué es lo esencial a todo conocimiento, no meramente a un tipo específico tal como el conocimiento matemático, el conocimiento estético o el conocimiento ético. En vez de ello, trata de responder preguntas tales como: ¿qué caracteriza al conocimiento en tanto que distinto de la mera opinión? ¿Cómo obtenemos conocimiento? y ¿qué es la verdad? Para responder estas preguntas, una epistemología tiene que dar cuenta de la conexión general del todo los tipos (aspectuales) de conocimiento. Como en el caso de las teorías tradicionales de la realidad, las teorías tradicionales del conocimiento han adoptado también el enfoque de proponer uno u otro tipo de conocimiento (aspectual) como la clave de todo el resto. Algunos de ellos han sostenido que
¿ QUÉ ES UNA TEORÍA ?
57
el conocimiento es esencialmente matemático, por ejemplo, mientras que otros han dicho que es sensorial, o lógico, o histórico. 8 Debiera quedar claro, entonces, que las teorías del conocimiento y la realidad buscan explicar la conexión general entre los aspectos que forman los dominios de todas las ciencias de un modo que es paralelo al modo en que la mayoría de las ciencias tratan de explicar las relaciones de los datos dentro de un aspecto particular. particular. Una segunda distinción que podemos hacer concerniente a las teorías es entre dos tipos de hipótesis, cada una de los cuales ocurre tanto en la ciencia como en la filosofía. Llamaré a la primera de éstas una “hipótesis entitaria”. El término “entitaria” se usa aquí por qué es el término más amplio y más indefinido que tenemos en español para referirlos a cualquier tipo de realidad: se usa para cosas, eventos eventos,, estados estados de cosas, cosas, relaciones relaciones,, propiedade propiedades, s, leyes leyes y cualcualquier otra cosa de la que uno quiera hablar. Una hipótesis entitaria es una que propone alguna nueva realidad como solución a una pregunta o perplejidad. En otras palabras, este tipo de hipótesis postula alguna realidad subyacente escondida como explicación de cualquier cosa que esté tratando de explicar. De este modo, las lagunas de nuestro conocimiento concernientes a lo que experimentamos son llenadas mediante conjeturas educadas acerca de entidades que no experimentamos. Es como si se nos hubiera dado un rompecabezas para armar que no tuviera un dibujo para guiarnos, aunque sabemos cuál debiera ser su bosquejo general. Cuando encontramos que no podemos encajar las piezas para producir ese bosquejo, conjeturamos que hay una pieza faltante que, si fuera de tal y tal configuración, iría en una lugar particular y permitiría que todas las piezas formaron la configuración correcta. La mayoría de las teorías que son bien conocidos por el público son de este tipo. La teoría atómica y la teoría del Big Bang en la física, la teoría de la evolución en biología y la teoría psicológica de Freud que postula entidades tales como el id, el ego y el superego, son todos ejemplos de teorías que proponen entidades que no experimentamos para explicar características de cosas que sí experimentamos. He aquí un ejemplo sencillo de cómo una teoría entitaria tal puede ser cocinada. Supongamos que observamos que la pintura roja mezclada con la pintura azul se convierte en púrpura y que queremos saber por qué. Ninguna cantidad de observaciones cercanas responderá esta pregunta. Incluso si metemos nuestras cabezas en la mezcla no veremos por qué la pintura se vuelve púrpura en vez de cualquier otro color. Así que inventamos una teoría. Decimos que la pintura está hecha de partes tan pequeñas que no podemos verlas, y que estas partes están configuradas de tal modo que reflejan diferentes longitudes de onda de la luz. Así que la pintura roja se ve roja porque sus partes pequeñas reflejan la luz de la longitud de onda asociada con nuestro ver rojo, mientras
58
EL MITO DE LA NEUTRALIDAD NEUTRALIDAD RELIGIOSA
que la pintura que aparece como azul lo hace porque sus pequeñas partes están conf confor orma mada dass para para refle refleja jarr la long longit itud ud de onda onda de la luz luz asoc asocia iada da con con nues nuestro tro ver ver azul. Entonces proponemos que, cuando se mezclan, las dos pequeñas partes de configuraciones diferentes se combinan para formar una nueva configuración —una configuración que refleja la longitud de onda de la luz asociada con nuestro ver púrpura. Esta teoría ha postulado ahora un número de entidades: pequeñas partes de pintura, longitudes de onda de la luz, asociaciones de ondas de luz específicas con colores percibidos, y leyes acerca de cómo las partes de la pintura se combinan para formar partes con una nueva configuración. Observe que la forma de la explicación es a grandes rasgos la de un argumento lógico. En un argumento enlistamos las prermisas como razones para la verdad de la conclusión y luego especificamos las reglas lógicas por las cuales la conclusón se sigue de aquellas premisas. En una teoría entitaria las condiciones iniciales adoptan en lugar de las premisas y lo que necesita ser explicado adopta lugar de la conclusión. Así que obtenemos: P1. Tenemos pintura roja P2. tenemos pintura azul P3. mezcamos las pinturas C. la pintura se vuelve púrpura Lo que no sabemos, sin embargo, es por qué 1, 2 y3 producen el efecto que se form formul ulaa en C. Así Así que que nos nos preg pregun unta tamo mos: s: ¿que ¿que más más está está teni tenien endo do luga lugarr que que no podemos observar? ¿Qué otros factores están involucrados que en adición a 1, 2 y 3 producen C? Nuestras conjeturas de lo que éstas podrían ser constituyen entonces nuestras hipótesis acerca de las faltantes piezas de información que, si pudiéramos conjuntarlas con 1, 2 y 3 conducirían mediante leyes lógicas a C. En este este ejempl ejemplo, o, nuestr nuestraa teoría teoría propon proponee qué son aquell aquellas as piezas piezas de inform informaci ación ón faltantes. Luego trata de mostrar que enunciados de aquellas hipótesis, junto con enunciados de las condiciones iniciales (1, 2, 3) conducen mediante reglas lógicas al enunciado de C. Es en este sentido que se dice que la teoría explica C. Debiera quedar claro incluso partir de esta narración (sobresimplificada) que tales teorías involucran —como se dijo antes— no meramente hipótesis, sino también condiciones iniciales tales como 1,2, 3 y suposiciones de trasfondo (tales como reglas de demostración). Mi énfasis en el papel de las hipótesis es porque su naturaleza frecuentemente se malentiende y por qué son especialmente las hipótesis lo que se puede mostrar que está regulado de un modo importante por la creencia religiosa. Debiera observarse también que las
¿ QUÉ ES UNA TEORÍA ?
59
teorías entitarias pueden conectar sus hipótesis acerca de lo que ha de ser explicado mediante reglas matemáticas así como reglas lógicas, o determinando su probabilidad más que mediante deducción lógica o matemática. Los argumentos probabilísticos todavía caen dentro del mismo formato, sin embargo, puesto que la teoría como un todo se halla todavía (a grandes rasgos) en la forma de un argumento lógico. Esto es, el argumento se propone mostrar que, daos todos los factores relevantes, la teoría de hecho tiene probabilidad X , no que probablemente tenga una probabilidad X . Siempre que se propone alguna entidad nueva, los pensadores en ese campo quieren encontrar si las entidades que han propuesto son s on reales. Pero puesto que las entidades usualmente propuestas por las teorías no pueden ser directamente experimentadas, su realidad solamente se puede comprobar de manera indirecta. La descripción más general de tal evaluación indirecta es decir que una teoría es evaluada por cuán bien explica aquello para explicar lo cual fue inventada, incluyendo se explica mejor que cualesquiera de las teorías rivales. La lista de puntos a checar para la evaluación incluyen puntos tales como la consistencia de la teoría, cuán completamente explica sus datos y también cuán ampliamente se pueden aplicar sus hipótesis. Frecuentemente este último paso es el más persuasivo y es uno que yo llamo “extensión más allá de la intención”. Significa que, cuando una teoría ofrecida para explicar una perplejidad de manera inesperada se encuentra que explica varias otras también, se vuelve difícil negar que la teoría ha tocado algo que corresponde a la realidad. 10 Otra forma de confirmación especialmente persuasiva es cuando una hipótesis que inicialmente tenía un pequeño rango de evidencia se convierte en beneficiaria de nueva evidencia proviniente de fuentes inesperadas. Esta “convergencia de evidencia” es entonces también difícil de resistir. Así como es difícil de creer que una hipótesis que inesperadamente explica cosas para explicar las cuales no fue inventada es completamente falsa, así también es difícil de creer que es enteramente falsa cuando muchos tipos evidencia de fuentes muy diferentes convergen para apoyarla. Pero esto no es para sugerir que tal evidencia pudiera jamás demostrar una teoría más allá de toda duda. Puede hacer eso incluso cuando la evidencia consistente de experimentos exitosos. He aquí la razón de ello. Muchas hipótesis entitarias incluyen la experimentación entre sus métodos de evaluación. Pero, como hay en malentendidos muy difundidos acerca del papel de los experimentos, quiero tomar tiempo para deshacer dos de los más comunes de ellos. El primero es la noción de que, a menos que haya un experimento para comprobar una teoría, esa teoría realmente no puede contar como científica. La verdad, es sin embargo, que los experimentos, aunque son deseables, frecuentemente no son posibles, y una teoría no se descarta meramente
60
EL MITO DE LA NEUTRALIDAD NEUTRALIDAD RELIGIOSA
porque no está sujeta a comprobación experimental. El segundo malentendido es que si un experimento es exitoso entonces la teoría ha quedado demostrada más allá de duda y debiera de por lo tanto constar como la verdad indubitable. Este error frecuente se combina con otro más, a saber, la idea de que la prueba experimental distingue las teorías científicas de las filosóficas. De acuerdo con este doble error, las teorías científicas no pueden ser demostradas por el experimento pero las tareas filosóficas son indemostrables porque no están sometidas al experimento. Pero, si bien es verdad que hay teorías filosóficas que se han opuesto entre sí durante siglos, esto no se debe a que las teorías de la ciencia sean siempre demostrables mientras que las teorías filosóficas nunca lo son, ni se debe a la presencia o carencia de experimentos. Y esto nos lleva al malentendido final: la idea de que los experimentos puedan demostrar que una teoría es verdadera más allá de toda duda. El hecho es, sin embargo, que los experimentos prestan un servicio diferente. Para entender por qué los experimentos no pueden demostrar que una teoría es verdadera, debemos entender primero dos reglas lógicas simples. La primera dice que si es verdad que “si A entonces B ”, y A es verdadero, entonces B debe ser verdadero. Por ejemplo, A podría significar “está lloviendo” y B podría significar “la banqueta se está mojando”. En ese caso, “si A entonces B ” se traduciría como: “si está lloviendo entonces la banqueta se está mojando”. Ahora bien, la regla dice que si eso es verdadero, y que si es verdadero que está lloviendo, entonces debe ser verdadero que la banqueta se está mojando. Escrita como una fórmula la regla se ve así: 1. Si A entonces B 2. A 3. por lo tanto B Lo crucial de esta regla es que, mientras que funciona de izquierda a derecha, no funciona de derecha a izquierda. No tenemos derecho a decir: 4. Si A entonces B 5. B 6. por lo tanto A Pues incluso si la banqueta se estuviese mojando eso no nos diría que está lloviendo (otras cosas pueden causar que se moja la banqueta además de la lluvia). Pero afirmar que un experimento exitoso ha demostrado una teoría es cometer el error representado en 4, 5 y 6 arriba. El argumento diría:
¿ QUÉ ES UNA TEORÍA ?
61
7. Si la teoría es correcta entonces el experimento tendrá éxito 8. el xeperimento tiene éxito 9. por lo tanto la teoría es correcta Así, la noción de que un experimento exitoso puede demostrar que una teoría verdadera es un error lógico. Hay, sin embargo, otra regla lógica que va de derecha a izquierda. Dice así: 10. Si A entonces B 11. no B 12. por lo tanto no A Aplicado a nuestro argumento muestra esto se traduciría como: si es verdad que la lluvia mojará la banqueta, y si es verdad que la banqueta no sé está mojando, entonces también es verdad que no está lloviendo. Cuando el valor de un experimento se entiende de este modo, podemos obtener un argumento lógicamente válido que se ve así: 13. Si la teoría es correcta entonces el experimento tendrá éxito 14. El experimento no tiene éxito 15. por lo tanto la teoría es (al menos parcialmente) falsa Aquí tenemos un papel importante para los experimentos en las teorías. No puedan demostrar que una teoría es verdadera, pero pueden demostrar que es (al menos parcialmente) falsa. Pero incluso este valor está sujeto a limitaciones. Mostrar que una teoría es parcialmente falsa no mostrará por sí mismo exactamente qué parte de la misma es errónea. Y es siempre posible que el experimento no haya sido propiamente conducido, o que no haya sido propiamente concebido en primer lugar. Más aún, incluso si el experimento se planea y se lleva a cabo bien, las teorías frecuentemente tienen un poder explicativo tan grande que no se abandonan meramente sobre la base de unos cuantos experimentos fracasados. Así que el papel real de los experimentos en la construcción de teorías es más sutil. Es este: cuando una teoría sobrevive un número de intentos (bien planeados y bien ejecutados) de demostrar su falsedad, los teóricos en ese campo se consideran a sí mismos como justificados al tener más confianza en ella. Se dice entonces que la teoría ha sido confirmada
62
EL MITO DE LA NEUTRALIDAD NEUTRALIDAD RELIGIOSA
por los experimentos. (Los experimentos pueden tener otros usos también, desde luego. Pueden por ejemplo ayudar a decidir entre teorías en competencia.) Pero ningún conjunto de experimentos exitosos puede jamás alcanzar el punto demostrar conclusivamente que una teoría es verdadera. En este punto algunos lectores pudieran sentirse tentados a preguntar: “¿por qué es que la refutación por experimento parece suceder más frecuentemente en las ciencias que en la filosofía? La respuesta es que hay otro tipo de teoría además de las teorías entitarias, un tipo que frecuentemente no es susceptible de ser comprobada por ningún experimento en lo absoluto. Y aunque tanto las teorías entitarias como las teorías de este otro tipo ocurren tanto en la ciencia como en la filosofía, filosofía, las teorías más famosas famosas en las ciencias ciencias son teorías entitarias, mientras que las teorías filosóficas más famosas son del otro tipo. Este otro tipo no comienza proponiendo la existencia de alguna realidad previamente insospechada e inexperimentada, sino que explica sus datos otro modo. Piense nuevamente en nuestra analogía del rompecabezas. Si lo que ha de ser explicado es representado por el bosquejo general del rompecabezas, entonces este segundo tipo de teoría busca llegar al bosquejo del rompecabezas mirando uno de sus piezas como la clave para la ubicación propia de todas las demás. Más que proponer alguna nueva entidad, este tipo de teoría propone una nueva perspectiva de la yuxtaposición y arreglo mutuos de todas las piezas que ya tiene. Esto es, este enfoque considera a las piezas presentes como suficientes para resolver el rompecabezas, siempre y cuando identifiquemos a la pieza clave para ordenar las otras del modo correcto. Así que llamo este segundo tipo de teoría una hipótesis “perspectival”. Un ejemplo de una hipótesis perspectival es la interpretación marxista de la historia. De acuerdo con esta teoría el factor clave para entender la historia es siempre la economía. Esto significa que el factor económico es visto como decisivo en la explicación del curso del historia de modo que otros factores explicativos posibles, tales como las creencis religiosas, el odio racial, la rivalidad política, el deseo de poder, o el talento y la influencia de individuos poderosos, se hayan siempre controlados por la economía de la situación y no al revés. Claramente, esta no es una hipótesis entitaria; que las fuerzas económicas juegan un papel en la historia humana no es una conjetura. Pero es una hipótesis que solamente ellas determinan el entero curso del historia. Es importante distinguir las teorías perspectivales de las teorías entitarias por varias razones. Una es que nos permite reconocer que las teorías que son centrales a la filosofía —las teorías que proporcionan una concepción panorámica de la realidad o el conocimiento— son teorías de perspectiva. perspectiva. Ya tocamos este punto en conexión con la suposición prevaleciente en la filosofía occidental acerca de cómo construir teorías generales de la realidad o el conocimiento.
¿ QUÉ ES UNA TEORÍA ?
63
La suposición es que el modo de llegar a la naturaleza básica de la realidad o el conocimiento es seleccionar uno o dos aspectos (de cualesquiera que sea la lista que adopte el pensador) como identificando esa naturaleza. En términos de nuestra anterior analogía, la suposición es que una o dos de las que parecen ser meramente cuentas del collar de hecho constituyen su cuerda. Esta suposición identifica así la naturaleza de la realidad o el conocimiento asignándole una prioridad a uno o dos aspectos por encima de todos los demás. Luego defiende su asignación asignación de prioridad prioridad argumentando argumentando que su aspecto aspecto escogido escogido da cuenta de la conexión entre todos los otros porque todos los otros son o bien idénticos con o generados por aquellos a los que se les ha asignado prioridad . La prioridad es por lo tanto una prioridad ontológica. Puesto que el último punto es importante, no quiero pasarlo demasiado rápido, así que helo aquí nuevamente formulado desde un ángulo diferente. La suposición de que la naturaleza de la realidad o el conocimiento es idéntica a uno o dos aspectos de nuestra experiencia dicta una estrategia específica para defender los aspectos que ha sido elegidos por una teoría para jugar ese papel. Requiere la estrategia de argumentar en favor de estar teoría en uno de dos modos. El modo más popular en que las ideas argumentan en favor de sus aspectos pectos selecc seleccion ionado adoss es admiti admitirr que la realid realidad ad tiene tiene muchos muchos aspect aspectos os genuin genuinos os pero argumentan que su aspectos seleccionados tienen prioridad porque generan todos los demás. Las teorías que adoptan este primer modo pueden por lo tanto ser vistas como argumentando que sus aspectos favorecidos constituyen la naturaleza básica de la realidad o el conocimiento. En contraste, el segundo modo en que una teoría puede emplear la estrategia es argumentar que su aspecto favorecido es el único genuino, de manera que todos los demás se derrumban en él. De acuerdo con este segundo modo, el aspecto escogido no será meramente la naturaleza básica de toda realidad sino su naturaleza exclusiva. El núcleo común de ambas opciones, y así el corazón de la estrategia, es por lo tanto la aseveración de que cualquier aspecto al que se le asigne prioridad podría existir aparte de los otros, pero los otros no podrían existir aparte de que tiene prioridad. Y esta es la razón por la que la prioridad asignada en estos dos modos es ontológica, y también por la que simultáneamente confiere status de realidad no dependiente y por ende de divinidad per se a cualesquiera aspectos que hayan sido seleccionados para recibirla. 11 Finalmente, reconocer la distintividad de las teorías de perspectiva es importante porque nos permite darnos cuenta de qué modo concepciones panorámicas de la naturaleza de la realidad o del conocimiento permean los conceptos y teorías de las ciencias, y no se hayan confinadas solamente a la filosofía. De hech hechoo es espe especi cial alme ment ntee a trav través és de las las conc concep epci cion ones es de la natu natura rale leza za de la real realiidad que se trasmite la influencia de la creencia religiosa a las teorías científicas.
64
EL MITO DE LA NEUTRALIDAD NEUTRALIDAD RELIGIOSA
En otras otras palabr palabras, as, nuestra nuestra aseve aseverac ración ión centra centrall acerca acerca del contro controll religi religioso oso de las teorías tiene dos pasos: las teorías científicas presuponen necesariamente una perspectiva panorámica de la realidad, mientras que las perspectivas panorámicas de la realidad necesariamente presuponen alguna creencia de divinidad creencia religiosa reguladas reguladas así las concepciones concepciones panorámicas panorámicas de per se. La creencia la realidad de modo directo y, a través de la mediación de alguna concepción panorámica, regulan las teorías científicas de manera indirecta. En mis clases he encontrado frecuentemente resistencia a la idea de que las teorías científicas no pueden evitar presuponer una concepción de la naturaleza de la realidad y por ende de la divinidad. Incluso personas que se sienten cómodas concediendo que las teorías filosóficas de la realidad podrían inevitablemente presuponer una creencia religiosa, frecuentemente se detienen antes de extender ese punto a la ciencia. Así que, mientras que la plena defensa de esta afirmación debe esperar hasta el capítulo 10, al menos una explicación rudimentaria, preliminar de la aseveración parece ser requerida ahora. Para mostrar que esto es verdadero no solamente de las teorías filosóficas, lo ilustraré primero utilizando el concepto de un objeto ordinario (un salero) y luego utilizando el concepto de átomo. Eso nos permitirá ver cómo el análisis de conceptos invoca la pregunta de cómo las propiedades de diferentes tipos estructurales incluidos en ellos se relacionan entre sí. Ésta es la pregunta —la pregunta de qué tipo de relaciones conectan propiedades de diferentes aspectos— que ha hecho que tantos pensadores identifiquen uno o dos aspectos como generadores de todo el resto. Esto es porque relacionar propiedades del mismo tipo aspectual nunca ha sido tan problemático como lo ha sido propiedades de diferentes aspectos. Dentro del mismo aspecto se puede ver que las propiedades están relacionad relacionadas as causalment causalmente, e, son mutuamente mutuamente incompatibles, incompatibles, ocurren ocurren en patrones típicos, etcétera. Esto se debe a que las relaciones son del mismo tipo que las propiedades involucradas. Pero a través de los aspectos las relaciones mismas se convierten en el problema: ¿qué tipo de relaciones son? ¿Como, por ejemplo, ejemplo, pueden propiedades propiedades ed un tipo producir propiedades propiedades de un aspecto aspecto diferente? Es para responder tales preguntas que los pensadores han hecho lo que llamé asignaciones de prioridad. Postulan que las propiedades y leyes de uno o dos aspectos tienen realidad independiente de los otros y que pueden de hecho producir los otros. Así es como identifica el tipo de relación hay entre diferentes propiedades aspectuales como las encontramos en las cosas o las postulamos en las teorías. Y esa es la razón por la qué hacer esto identifica el tipo de realidad del que dependen las cosas experimentadas o las entidades hipotéticas. Este tipo de respuesta es por lo tanto la misma que una concepción panorámica de la naturaleza de la realidad, y de esa manera también identifica la naturaleza de lo que se toma como divino per se.
¿ QUÉ ES UNA TEORÍA ?
65
Si estoy está sentado sentado en una cena con, digamos, un materialista, materialista, y le pido que por favor me pase la sal, es perfectamente capaz de entender mi solicitud por varias razones. Primero se halla presente ante el salero tanto como yo lo estoy y su percepción está funcionando adecuadamente. Como consecuencia, él también ha formado la creencia de que hay un salero a su lado de la mesa. Ninguno de nosotros forma esa creencia debido a lo que sostenemos que es divino, sino porque lo vemos allí. Más aún, nuestra percepción del mismo no es enteramente sensorial, sino que incluye propiedades de muchos tipos (aspectuales) diferentes que exhibe el salero. Estos son lógicamente distinguidos y combinados por cada uno de nosotros para constituir un concepto del salero, de tal modo que hay un gran traslape entre estos conceptos, un traslape suficiente para confirmarnos en la creencia de que estamos tratando con el mismo objeto. En este nivel de experiencia y pensamiento, por lo tanto, no surge ningún asunto filosófico o religioso. Me pasa la sal. Pero si empezáramos a analizar más extensamente nuestros conceptos del salero pronto encontraríamos que, mientras que mientras yo creo que ninguno de los tipos de propiedades y leyes que exhibe han sido generados por cualquier otro, sino que todos son creaciones de Dios, él cree que todas ellas han sido generadas por o son idénticas a algo físico. Así que, mientras que en el nivel inicial de la experiencia cotidiana puede estar de acuerdo conmigo si hubiera tenido que comentar que el salero es hermoso o caro, un sondeo más extenso mostraría por qué su concepto del mismo lo forzaría a negar que hay propiedades no físicas tales como la belleza o el costo, o a insistir en que son dependientes de las propiedades y leyes físicas verdaderas del salero. Esto es porque, desde su punto de vista, o bien las propiedades no físicas no existen o, si es que existen en lo absoluto, deben su existencia a lo físico. 12 Descubriríamos esto, sin embargo, sólo si analizaramos estos conceptos con mucho mayor detalle que el que se necesita por el pensamiento ordinario en la experiencia cotidiana. Ahora bien, las teorías también empiezan con nuestra experiencia común del mundo alrededor de nosotros. Ellas también están basadas en nuestras percepciones y en los reportes perceptuales de otros, y en el reconocimiento de que los objetos de la experiencia exhiben propiedades y conformidadades nómicas de diferentes tipos aspectuales. Pero, a diferencia de nuestro concepto del salero, los conceptos de entidades hipotéticas son nuestras propias invenciones. Ponemos en ellos precisamente las propiedades que deseamos combinar como la naturaleza de la entidad que estamos proponiendo para llenar la laguna relevante en nuestro conocimiento. Esto es, nunca simplemente proponemos una entidad sin especificar su naturaleza; no podemos meramente decir “hay átomos”, por ejemplo. Necesitaríamos saber qué tipo de cosa se supo-
66
EL MITO DE LA NEUTRALIDAD NEUTRALIDAD RELIGIOSA
ne que es un átomo para entender qué explica y cómo lo explica. Así que el concepto concepto de una entidad hipotética hipotética exhibe exhibe de manera manera mucho mucho más inmediata y clara el tipo de relación que se supone tiene lugar entre los varios tipos de propiedades incluidos en él de lo que lo hacen todos conceptos de objetos de la experienc experiencia ia teórica. teórica. En el concepto de átomo sus propiedades propiedades físicas, por ejemplo, deben ser pensadas como relacionándose de un modo específico con sus propiedades matemáticas y espaciales, así como otros tipos más de propiedades tales como las propiedades sensoriales de nuestras observaciones. Esto es, tales relaciones interaspectuales deben ellas mismas ser concebidas de modo específico, y sea cual sea la respuesta que se dé (o suponga) a esa pregunta, representa una posición acerca de la naturaleza básica de la realidad. Pues tanto los átomos como las cosas que constituyen dependen de la colnexidad de todas sus propiedades, así que cualquier cosa que suponga que cualifica a ese tipo de conexión es también el cualificador último (naturaleza) del mundo que experimentamos. He aquí el mismo punto parafraseado desde otro ángulo. Un pensador que ve un aspecto particular como la naturaleza última de la realidad estaría impulsado a tener una concepción de la realidad consistente con esa creencia. Y eso sería verdadero ya fuera que el pensador de hecho elaborara o no toda una concepción filosófica entera. Incluso sin elaborar tal teoría, incluso si la concepción panorámica de la realidad permaneciese inconsciente, no podría entonces dejar de estar implícita en cualesquiera conceptos hipotéticos que aceptara el científico. científico. Pues Pues en cualquier cualquier concepto concepto de una entidad entidad hipotética hipotética el modo en que sus propiedades se combinan para constituir su naturaleza reflejará qué tipos de ellas se piensa tienen existencia independiente, y cuáles deben su existencia al tipo o los tipos independientes de propiedades y leyes. Si el tiempo aspectual de propiedades que constituyen la naturaleza de la entidad se entiende como el único tipo real, o como el tipo que genera todos los otros tipos, entonces ese aspecto está siendo considerado como cualificador de la naturaleza de toda realidad y por esa razón tienen status de divinidad per se. Por otra parte, si el tipo de propiedades que el concepto combina como naturaleza de la entidad se presenta como debiendo su existencia a propiedades y leyes de algunos otros tipos, entonces la naturaleza de la entidad hipotética es no divina. Pero, en ese caso, su poder explicativo es relativizado a los tipos divinos de propiedades y leyes de los cuales depende en última instancia. En cualquier caso el asunto de la naturaleza de la relación entre aspectos no se puede evitar. Sin embargo, esta paráfrasis puede parecer una petición de principio, pues utiliza la ilustración de un pensador que tiene ya una asignación prioritaria debido a una creencia acerca de la naturaleza última de la realidad. Así que puede parecer que sólo explica cómo es que tal creencia impactará los concep-
¿ QUÉ ES UNA TEORÍA ?
67
tos científicos de pensadores que ya tienen una concepción panorámica de la correcto. Lo que realidad y una creencia de divinidad per se . Pero esto no es correcto. fue mostrado antes de la paráfrasis ya mostraba por qué el concepto de entidad hipotética no puede evitar suponer alguna idea de cómo es que los diferentes tipos aspectuales de propiedades se relacionan dentro de esa entidad. Y esto será verdadero de cualquier tal concepto, independientemente de si la persona que lo acepta (conscientemente) sostiene una concepción de la naturaleza de la realidad basada en la asignación de prioridad a uno u otro aspecto. Pues es inevitable que propiedades que constituyen la naturaleza de una entidad hipotética sean pensadas como: (1) perteneciendo al único tipo real de propiedades o a un tipo que genera todos los otros tipos, o (2) debiendo su existencia a propiedades y leyes de algún otro aspecto que tiene existencia independiente, o (3) debiendo su existencia y conexidad a algo distinto de cualquier aspecto. Cuál de éstos se supone no es un asunto trivial, trivial, ya que es crucial para entenentender el alcance y el poder explicativo de una entidad para saber si (y cuáles) propiedades incluidas en su naturaleza son independientes y, si no, para saber de qué dependen (en última instancia). De este modo, un tesis acerca de cómo se relacionan entre sí las propiedades incluidas en el concepto presupone alguna concepción panorámica de cómo es que los aspectos se relacionan generalmente, la cual, como he estado diciendo, es lo mismo que una concepción panorámica que identifique la naturaleza de la realidad. Así, la cuestión de cómo se relacionan los varios aspectos es inevitable. Ya Ya sea que una respuesta se suponga de manera tácita, o se defienda abiertamente, alguna concepción de ella guía el modo como el concepto de cualquier entidad se forma. Es por ello que incluso los conceptos más simples y básicos de las ciencias se entienden de modo diferente, dependiendo de la concepción panorámica de la realidad adoptada por el pensador. 13 (Veremos un número de ejemplos de esto en los capítulos de casos, cuando examinemos los conflictos teóricos en matemáticas, física y psicología.) Déjeme dejar enclaro, sin embargo, que aunque he estado tratado principalmente con teorías y conceptos enmarcados en la suposición de las opciones (1) o )2), ello es porque son aquéllos los que han dominado por largo tiempo la ciencia y la filosofía. Pero no son las únicas, como lo deja en claro la opción (3). Y como es mi tesis que (1) y (2) presuponen un compromiso religioso pagano, también sostengo que debieran ser rechazadas por los teístas. Así que en los tres capítulos finales investigaré qué aspecto tendrían teorías y conceptos enmarcados en la opción (3). A lo largo de este bosquejo preliminar sólo he estado hablando de conceptos e hipótesis entitarios. He estado diciendo que el impacto de la creencia religiosa en las teorías entitarias se deriva del modo en que las asignaciones
68
EL MITO DE LA NEUTRALIDAD NEUTRALIDAD RELIGIOSA
de prioridad aspectual aparecen dentro de los conceptos, y no meramente del contacto con las teorías filosóficas. 14 Pero este punto se aplica igualmente a las teorías perspectivales que hay en las ciencias, así como a sus teorías entitarias. Como mencioné antes, hay hipótesis perspectivales perspectivales en las ciencias tanto como en la filosofía. Por ejemplo, un botánico puede proponer algo tan simple como que es el color de una flor, más que su olor, lo que atrae a las abejas. Eso sería una hipótesis perspectival pero ciertamente no es una teoría de concepción panorámica acerca de la relación de todos los aspectos. No obstante, incluso en un caso tan simple, un análisis más extenso de los conceptos empleados en el mismo reflejaría —como los del salero o el átomo— lo que stá siendo supuesto acerca de las relaciones entre propiedades de diferentes tipos aspectuales. Ésta es la razón por la que el asunto de la concepción panorámica no puede ser eliminado, y es así la razón por la que las ciencias nunca pueden ser completamente independientes de la filosofía. Y, puesto que ya hemos visto por qué tales concepciones panorámicas a su vez presuponen alguna creencia de divinidad per se, también es la razón por la que las teorías perspectivales nunca puede estar libres de regulació regulaciónn religiosa, religiosa, ya sea que el pensador pensador lo quiera quiera o no, lo admita o no, o incluso aunque no sea consciente de ello.
4.6. Criterios para para juzgar teorías Los métodos para confirmar las teorías entitarias parecen ser más precisos y definidos que aquéllos para las teorías de perspectiva general perspectivales. Como ya se mencionó, la completud de explicación para las teorías entitarias puede ser checada utilizando lógica y/o matemáticas para decir si hechos conocidos se implican cuando se agrega una propuesta entitaria a los datos iniciales con los que está tratando una teoría. Se puede intentar también dar argumentos para mostrar que una hipótesis entitaria es más probable que sus rivales. Por añadidura, las teorías entitarias frecuentemente conducen a predicciones que pueden ser controladas controladas por los experimentos. experimentos. La amplitud amplitud de aplicación aplicación es también más fácil de determinar para una teoría entitaria. Puede ser obvio si una entidad propuesta, cuando se le utiliza por otra teoría, arroja resultados confirmables. Los teóricos también evalúan una teoría entitaria de acuerdo a cuantas nuevas entidades necesita proponer. Su regla es que si dos teorías rivales explican las cosas de igualmente bien la que tiene menos hipótesis ha de ser preferida. De estos modos, las hipótesis entitarias se pueden evaluar, mejorar o desaprobar. desaprobar. En contraste, estos procedimientos estándar para juzgar hipótesis entitarias no parecen funcionar, en lo absoluto, para las concepciones panorámicas perspectivales. pectivales. Puesto que proponer un punto de vista perspectival sobre la naturaleza de la realidad no es cosa de conjuntar entidades propuestas a condiciones
¿ QUÉ ES UNA TEORÍA ?
69
iniciales para ver si todas juntas implican resultados específicos, las perspectivas panorámicas perspectivales no son puestas en el formato de un argumento lógico como lo son las teorías entitarias. Por esa razón casi nunca son capaces de ser confirmadas por el experimento. Y cuando se comparan perspectivas perspectivas rivales para determinar su completud, la que le parece verdadera a una persona parecerá explicar las cosas mejor, incluso, si otro explica de una manera más completa. De hecho, cuando una perspectiva alternativa da un explicación más detallada de más cosas, eso sólo la hace parecer falsa en mayor detalle al que la rechaza. 15 Más aún, la amplitud de cualquier perspectiva de concepción panorámica es (al menos potencialmente) universal; toda la realidad puede ser vista desde el punto de vista de, digamos, sus aspectos cuantitativos, espacial, físico, sensorial o lógico etc. Y, Y, finalmente, no tiene sentido s entido comparar dos perspectivas para ver cuál propone menos entidades, puesto que ninguna propone alguna. Así que parece claro que las concepciones panorámicas perspectivales necesitan sus propios lineamientos. Desde luego, comparten con las teorías entitarias titarias la necesidad de ser lógicamente lógicamente consistente consistentes. s. Una teoría que se contradice a sí misma no puede ser correcta tal cual. Pero eso no son ningunas noticias. Por encima de la consistencia lógica, la única regla específica a una teoría de concepción panorámica hasta ahora ha sido ver si hay datos de los que no parezca dar cuenta, en lo absoluto, desde su punto de vista. Por ejemplo, está claro que las viejas formas de materialismo no pudieron dar cuenta de manera plausible de los conceptos. Pero los materialistas modernos ahora señalan las capacidades de las computadoras y afirman que la formación humana de conceptos es esencialmente el mismo proceso. Si ello puede ser defendido exitosamente o no, el materialismo dispone ahora de alguna suerte de explicación del pensamiento conceptual donde antes no tenía ninguna. Esta regla de evaluación es, desde luego, más holgada que los modos en que las teorías entitativas son juzgadas y arroja resultados menos definidos. Como ya se notó, aunque cuenta en contra de una perspectiva si ésta carece de explicación cualquiera para el mismo rango de datos, incluso aquellos de lo que puede dar cuenta parecerá falso cualquiera que sostenga otra perspectiva. Más aún, no hay criterios claramente delineados para lo que es o no es una “explicación plausible”. Para complicar esas dificultades también es el caso que incluso si pudiera mostrarse que todas las explicaciones actualmente existentes de ciertos datos desde una perspectiva particular no son plausibles, eso no mostraría que ninguna explicación plausible pudiera jamás ser dada desde ese punto de vista. Así que los debates entre las perspectivas perspectivas de concepción panorámica duran por los siglos de los siglos.
70
EL MITO DE LA NEUTRALIDAD NEUTRALIDAD RELIGIOSA
Pero es posible, sin embargo, ofrecer algunos lineamientos adicionales que pueden agudizar la evaluación de las hipótesis de concepción panorámica. Cada uno de estos lineamientos será el enunciado de un tipo de incoherencia a ser evitado. (Por supuesto, estas incoherencias debieran ser evitadas por las teorías perspectivales de más corto alcance así como por las teorías entitarias, pero serán presentadas aquí principalmente con su aplicación a concepciones panorámicas perspectivales de la realidad o el conocimiento en mente). Encuentro que hay (al menos) tres incoherencias además de la inconsistencia lógica que necesitan ser expuestas, definidas y evitadas. Más aún, estas tres frecuentemente son más sutiles y difíciles de detectar que la contradicción lógica directa. También es el caso que la inconsistencia lógica es usualmente fácil de corregir corregir y que su corrección corrección raramente raramente requiera una alteración alteración seria de una teoría en la que ocurre. En contraste, las tres incoherencias que estoy a punto de formular no son fácilmente corregidas. Frecuentemente ocurren en el núcleo de una teoría y no pueden ser eliminadas sin alterar seriamente o abandonar las principales aserciones de la teoría. Dos de estas incoherencias han sido observadas por los filósofos en el pasado pero, en mi opinión, no han sido tomadas lo suficientemente en serio todavía. La tercera es relativamente nueva, habiendo sido definida y desplegada por primera vez por Herman Dooyeweerd hace alrededor de cincuenta años. 16 El primero de estos criterios elimina cualquier teoría que haga una aseveración que, a la vez que no contradice ningún otro enunciado de la teoría, sea incompatible consigo misma. Siguiendo a varios pensadores recientes, llamaré a tal aseveración “autorreferencialmente incoherente”. Encuentro que hay un sentido fuerte y un sentido débil en el que una aseveración puede violar este requerimiento. En el sentido fuerte, una aseveración es utorreferencialmente incoherente si es ella misma una excepción a lo que afirma. En ese caso, cancela la posibilidad de su propia verdad. En el sentido débil, un enunciado que cae en esta incoherencia no requiere su propia falsedad sino que cancela la posibilidad de que cualquiera llegue jamás a saber si es verdadero. Así, incluso aunque posiblemente podría ser verdadero, el hecho es que nunca podemos saber si su verdad lo convierte en una conjetura explicativa muy mala. Como ejemplo del sentido fuerte de esta incoherencia, consideren la aseveración que a veces hacen los taoistas de que “Nada puede decirse del Tao”. Tomados sin cualificación (que no es la manera en que se pretende), esto es autorreferencialmente incoherente puesto que decir “Nada puede decirse del Tao” es decir algo del Tao. Así, cuando se toma como refiriéndose así mismo, el enunciado cancela su propia verdad. Como ejemplo de la versión débil de incoherencia autorreferencial, considérese la aserción hecha alguna vez por Freud de que toda creencia es un producto de las necesidades emocionales
¿ QUÉ ES UNA TEORÍA ?
71
inconscientes del creyente. Si esta afirmación fuera verdadera, tendría que ser verdadera verdadera de sí misma misma puesto que es una creenc creencia ia de Freud. Freud. Por lo tanto requierequiere de sí misma que no sea más que el producto de las necesidades emocionales inconscientes de Freud. Esto no haría necesariamente falso a la aserción pero significaría que incluso si fuera verdadera ni Freud ni nadie más pudiera saberlo. Lo más que podría permitirle a alguien decir es que él no puede evitar creerla. El siguiente criterio dice que una teoría no debe ser incompatible con ninguna creencia que tengamos que suponer para que la teoría sea verdadera. Llamaré a una teoría que viola esta regla “autosupositivamente incoherente”. Como ejemplo de esta incoherencia, considere la aserción hecha por algunos filósofos de que todas las cosas son exclusivamente físicas. Esto ha sido explicado por sus propugnadores como significando que nada tiene ninguna propiedad o está gobernado por ninguna ley que no sea una propiedad física o una ley física. Pero el mismo enunciado que expresa esta aseveración, el enunciado “Todas las cosas son exclusivamente exclusivamente físicas”, debe suponerse como poseyendo un significado lingüístico. Este no es una propiedad física pero a menos que la tenga el enunciado, no sería un anunciado; no sería más que sonidos o marcas físicas que no significarían lingüísticamente ningún significado, en lo absoluto y así no podrían expresar ninguna aseveración —así como un grupo de canicas o nubes u hojas, deja de significar cualquier significado o expresar cualquier aseveración. Más aún, afirmar este materialismo exclusivista es lo mismo que afirmar que es verdadero, lo cual es otra propiedad no física y la aseveración de que es verdadero supone uteriormente que su negación tendría que ser falsa, lo cual es una relación garantizada por leyes lógicas, no físicas. (Desde luego, cualquier teoría que niegue la existencia de leyes lógicas es instantánea e irredimiblemente autoasumtivamente autoasumtivamente incoherente puesto que esa misma mis ma negación se propone como verdadera de un modo que lógicamente excluye su ser falso). Lo que esto muestra es que la aseveración “Todas “Todas las cosas son exclusivamenexclusivamente físicas” debe ella misma ser supuesta como teniendo propiedades no físicas y como estando gobernada por leyes no físicas o pues de lo contrario no podría ser entendida ni ser verdadera. Así, no importa cuán inteligentes puedan parecer los argumentos que apoyan esta afirmación, la afirmación misma es incompatible con suposiciones que se requieren para que sea verdadera. Es por lo tanto autosupositivamente incoherente en el sentido fuerte. 17 El hecho de que el ejemplo previo tenía que ver con una teoría que negaba una genuina pluralidad de aspectos no es accidental. Aunque tales teorías no son las únicas que violan este criterio, las teorías que niegan que el mundo que experimentamos realmente contiene cosas con una pluralidad de tipos de propiedades y leyes, son invariablemente autosupositivamente incoherentes.
72
EL MITO DE LA NEUTRALIDAD NEUTRALIDAD RELIGIOSA
Este criterio es así nuestra primera defensa para considerar nuestra experiencia de una pluralidad pluralidad de aspectos aspectos como genuino: genuino: cualquier cualquier intento intento de negar negar que hay cualesquiera aspectos o de reducirlos todos a solamente uno alegadamente genuino, resulta que siempre comete esta coherencia. El último de los tres criterios, como el anterior, también tiene que ver con la compatibilidad de una teoría con un factor que yace fuera de su contenido explícito. Pero más que estar preocupados con la compatibilidad de una teoría con sus propias suposiciones no asentadas, este final tiene que ver con la compatibilidad de una teoría con condiciones necesarias para su producción. En otras palabras, dice que una teoría debe ser compatible con cualquier estado que tendría que ser verdadero de un pensador o cualquier actividad que el pensador tuviera que llevar a cabo, para haber formulado las aserciones de la teoría. Tomando Tomando y reformulando una vieja expresión marxista, una teoría debe ser compatible con “los medios de su producción”. Cualquier teoría que viole este criterio se dirá que es “autodesempeñativamente “autodesempeñativamente incoherente”. Para empezar con una ilustración de esta regla tan simple como sea posible, tomemos el caso trivial de alguien que dice que nadie puede hablar o que no hay cosa tal como el lenguaje. Puesto que uno tiene que hablar para decir que no se puede hacer y puesto que uno tiene que hablar en un lenguaje para decir que no hay ninguno, estas aseveraciones violan el criterio en el sentido fuerte y no podrían ser verdaderas. Para ilustrar la versión débil del criterio, considere el caso en que se nos pide determinar la temperatura del agua en un vaso usando un termómetro. El hecho es que, una vez que ponemos el termómetro en el agua, no podemos pretender de un modo coherente saber cuál era la temperatura antes de llevar a cabo esa acción. La acción misma cambiado la temperatura del agua. Así que la misma actividad necesaria para descubrir lo que queremos saber nos impide ser capaces de saberlo (produce una “relación de certidumbre”). Así que afirmar que “el termómetro muestra que el agua en el vaso era de veinte grados C” es ignorar el hecho de que la acción mediante la cual se obtuvo esta información nos impide llegar jamás saber si la aseveración es verdadera. Un ejemplo más serio del sentido fuerte de esta incoherencia es el ofrecido por Descartes (pero sin reconocerlo o definirlo como criterio distinto específico). Al reflexionar sobre lo que puede y no puede ser razonablemente dudado, Descartes vio que una cosa que no podía ser razonablemente dudada era su propia existencia. Esto es porque tenía que existir para llevar a cabo el acto de dudar. También tenía que existir para pensar o para decir “no existo”. Así que su estado de existir y su acto de pensar o hablar eran todos incompatibles con la afirmación “no existo”. Por lo tanto, sostuvo que “no existo” tenía que ser falso, en cuyo caso no podía negar razonablemente la verdad de “yo xeis-
¿ QUÉ ES UNA TEORÍA ?
73
to” siempre que pensara en ella. Este ejemplo es importante porque destaca el modo en que este criterio puede arrojar resultados importantes comparando las aseveraciones de una teoría con condiciones que no solamente están fuera de la teoría misma, sino que ni siquiera son creencias. Como el criterio previo, la exigencia de coherencia autodesempeñativa no deja de lado, sino que supone las leyes y las distinciones lógicas. No obstante, nos da una manera de contrastar teorías que va más allá de la mera consistencia lógica. Nos recuerda que una teoría puede evitar el violar explícitamente cualesquiera reglas lógicas e incluso seguir siendo compatible con sus propias suposiciones, pero aún así puede tener fallas fatales. Observe que no hay nada lógicamente autocontradictorio en el enunciado “no existo”; la verdad de “yo existo” no es requerida por las solas reglas lógicas. Del mismo modo, Descartes vio que la primera afirmación no podía ser verdadera y la segunda afirmación no pueda ser falsa en un sentido algo más que lógico —un sentido que ahora ha sido identificado y nombrado. La prueba de si una teoría es autodesempeñativamente coherente es una que encontraremos particularmente iluminadora cuando examinemos las teorías tradicionales de la realidad con mayor detalle en el capítulo 10. Allí usaremos este criterio para mostrar por qué la cuestión de la conexidad interaspectual tual no puede puede ser evita evitada da y por qué atrib atribuir uir exist existenc encia ia ind indepe ependi ndient entee a cualqu cualquier ier aspecto, siempre es autodesempeñativamente incoherente en el sentido débil. Su empleo mostrará que cualquier intento de justificar la aserción de que un aspecto abstraído es autoexistente (y así divino) siempre es incompatible con la actividad de abstracción requerida para hacer esa aseveración .18 Y esto,
como lo dije anteriormente, confirmará aún más tanto el carácter religioso de aquellas aseveraciones, como la posición de que están fundamentadas en la experiencia más que en el tipo de justificación buscado por las teorías. Sin embargo, antes de que se pueda defender esta posición, es necesario clarificarla aún más. Esta es la tarea de los siguientes dos capítulos. El capítulo 5 contrastará esta posición con sus principales rivales concernientes a la relación de la creencia religiosa con las teorías. Luego el capítulo 6 dará una explicación más detallada de lo que se quiere significar al decir que alguna creencia religiosa siempre “controla” o “regula” las teorías abstractas. Con estas clarificaciones detrás de nosotros, estaremos entonces preparados para los capítulos de casos que ilustran ese control operando en varias teorías científicas, en las matemáticas, la física y la psicología.
Capítulo 5 LAS TEORÍAS Y LA RELIGIÓN: LAS ALTERNATIVAS ALTERNATIVAS
En este capítulo daré un breve bosquejo de las principales posiciones que han sido adoptadas en la historia del pensamiento occidental concernientes a la relación relación entre las creencias creencias de divi divinidad nidad y las las teorías. teorías. Desde luego, luego, hay un buen número de variaciones dentro de cada una de estas posiciones, y éstas pueden ser ulteriormente combinadas en una amplia variedad de permutaciones. Así que las ideas delineadas deben ser por lo tanto entendidas como las alternativas alternativas más básicas enunciadas en su forma más simple.
5.1. El irracionalismo irracionalismo religioso religioso El título que le he dado a la primera alternativa no debiera ser interpretado como significando que toda creencia de divinidad es en algún sentido subestándar o carente de sentido cuando se evalúa racionalmente. Algunos abogados de esta posición extraen esa conclusión, pero otros no. Así que la posición misma no es necesariamente un juicio sobre la verdad de las creencias religiosas sino una concepción de cómo, en general, se relacionan tales creencias con cualquier base racional para las mismas. Tomada de esta manera, la concepción irracionalista se puede formular de modo muy simple: dice que la razón y las creencias creencias de div divinida inidadd no tienen tienen nada que ver entre sí. Como consecuenc consecuencia, ia, ninguna puede juzgar a la otra. Esto significa, entre otras cosas, que la creencia religiosa no puede ser ni demostrada ni refutada. Para esta concepción, el hecho de que la gente tiene creencias de divinidad es llamado su “fe”, la cual se interpreta como confiar en la verdad de una creencia sin tener ninguna justificación para la misma (en vez de la concepción de que la creencia religiosa está basada en la experiencia, en favor de la cual he argumentado antes). Esta concepción ve la fe como confianza racionalmente ciega que es un hecho inexplicable, suspendido en medio del aire, sin conexiones fuertes con nada más —con la posible excepción de la ética.
75
76
EL MITO DE LA NEUTRALIDAD NEUTRALIDAD RELIGIOSA
Esta posición me fue nítidamente presentada mi mero primer día en la escuela de posgrado. Un instructor del departamento de filosofía me preguntó por qué había llegado a la universidad y cuál era mi principal interés. Cuando le contesté que estaba ingresando al programa de filosofía de la religión saltó decepcionado y subrayó: “Aquí en Harvard enseñamos filosofía y enseñamos religión. Allá tú si vez alguna conexión”. De hecho, la manera en que lo dijo fue suave en comparación con el modo en que otros pensadores lo han formulado. Algunos han sostenido que la creencia religiosa y el razonamiento teórico son tan mutuamente hostiles que todo intento por dar razones en favor de una fe la destruye. Por ejemplo Søren Kierkegaard dijo de aquellos que quieren explicar o justificar su fe de un modo racional: ¿No sería mejor detenerse en la fe, y no disgusta que todo mundo quiera ir más lejos? lejos? . . . ¿No sería sería mejor que que se mantuvieran mantuvieran quietos quietos en la la fe, y que el que se sostiene esté atento para no caer? Pues los movimientos de la fe deben hacerse hacerse constantemente constantemente por virtud virtud de lo absurdo. absurdo. . . . 1
Al llamar “absurda” a la fe Kierkegaard no quiere decir solamente que no es racionalmente justificable, sino que la razón teórica y la fe son mutuamente excluyentes: Por lo tanto, es cierto y verdadero que el primero en inventar la noción de defender el cristianismo ... es de facto el Judas número dos.... 2
Y de nuevo, en más palabras, Supóngase que un hombre desea adquirir fe; que empiece la comedia. desea tener fe pero desea también salvaguardarse mediante la indagación objeti objetiva va.. . . . ¿Qué ¿Qué sucede? sucede? . . . Se vuelve vuelve proba probable ble,, se vuelve vuelve cada cada vez más probable, se vuelve extremada y enfáticamente probable. Ahora está listo pára creerlo, y se aventura a afirmar para sí mismo que él no cree al modo de los zapateros y sastres y gente sencilla cree, sino sólo después de una larga larga deliberació deliberaciónn . . . y he aquí, ahora ahora se ha vuelta vuelta precisame precisamente nte imposible imposible creerlo. creerlo. Cualquie Cualquierr cosa que . . . sea aquello aquello que él pueda casi casi conocer ... es imposible creer . Pues lo absurdo es el objeto de la fe y el único objeto que puede ser creído.3 1 S. Kierkegaard, Fear and Trembling and Sickness Unto Death (Garden City, N.Y.: N.Y.: Doubleday, Doub leday,
1955), 48. 2 Ibid., 218. 3 S. Kierkegaard, The Concluding Unscientific Postscript , reprinted in Nineteenth-Century Philosophy, ed. P Gardiner (New York: Free Press, 1964), 306-7. Varios académicos expertos en Kierkegaard me han informado que la posición expresada en estas citas en realidad conduce al error, y que su posición real es más parecida a la mía. Admiten, sin embargo, que enunciados como los que he citado aquí ciertamente parecen indicar que su posición es como yo la describo, y también que este (mal)entendido ha por mucho tiempo constituido su legado intelectual. Puesto que eso es el
77
LAS TEORÍAS Y LA RELIGIÓN
Otro pensador que siguió esta línea fue Friedrich Schleiermacher, un influyente teólogo alemán del siglo diecinueve. Para Schleiermacher, la creencia religiosa estaba aislada de la razón porque la razón es estrictamente un asunto del sentimiento. Así que definió la religión como la “suma de todos los sentimientos más altos” y extrajo la consecuencia: De donde se sigue que las ideas y los principios son todos extraños a la religión. religión... . . Si las ideas y los principios principios han de ser algo, deben pertenecer pertenecer al conocimiento, el cual es un departamento de la vida diferente de la religión.4
Es así que Kierkegaard y Schleiermacher vieron ambos la fe y la razón teórica como mutuamente excluyente, pero mientras que Schleiermacher piensa que la razón no se puede entrometer en el ámbito de la fe incluso si lo quisiera, Kierkegaard piensa que tales intromisiones son posibles pero siempre destructivas de la fe. Dije que podía haber un número de variaciones dentro de cada una de las alternativas básicas sobre la relación entre la creencia religiosa y la razón teórica, y eso es verdadero de esta posición tanto como de las otras. De modo que así como los dos pensadores pensadores recién citados citados no son los únicos que la han sostenido, tampoco son sus versiones las únicas variantes de esta posición. Pero todos los que la suscriben tienen en común el tema de menospreciar el papel de la razón para la creencia religiosa; todas mantienen que en el mejor de los casos no puede hacer ningún bien, y en el peor puede hacer mucho daño. Un diagrama puede ayudar a clarificar esta posición.
La creencia religiosa es:
La razón teórica es:
1. opcional
1. religiosamente neutral y autónoma 2. una corte final de apelación en su ámbito
2. aislada de la razón teórica
Hay dos características de esta posición a las que quiero llamar la atención antes de pasar a mirar las otras alternativas. La primera, indicada por el número 1 en el lado izquierdo del diagrama, es que mientras que toda personal normal tiene la facultad de la razón, la fe es una opción que puede ser ejercitada o no. La segunda característica es que, aunque esta posición limite el alcance de la razón, no menosprecia la razón enteramente o aboga por que dejemos de caso, dejo las citas como ejemplos de la posición que está siendo descrita, con el reconocimiento de que pueden no expresar con precisión lo que el mismo Kierkegaard quería decir. 4 F. Schleiermacher, On Religion: Speeches to Its Cultured Despisers (New York: Harper & Brothers, 1958), 46.
78
EL MITO DE LA NEUTRALIDAD NEUTRALIDAD RELIGIOSA
pensar. Está dispuesta a ir junto con la más alta estimación de la competencia de la razón en asuntos que tienen que ver con el lado racional de la vida. Acepta que la razón es la corte final de apelación en estos asuntos, que es —en principio— neutral con respecto a las influencia de afuera e incluso autónoma (autogobernadora). Más que menospreciar la razón, la posición que llamo irracionalismo religioso simplemente mantiene que hay un lado no racional de la vida que “deja espacio a la fe”. Puesto que el nicho así dejado para la creencia religiosa es uno en el que la razón no puede o no debe entrometerse, esta posición abandona toda esperanza deobtener un apoyo racional para la fe pero a cambio obtiene inmunidad frente a cualquier crítica racional de la fe. A cambio, la posición asimismo concede a la razón inmunidad ante la censura de la fe. El resultado es que para esta concepción los dos términos de la relación están tan separados uno del otro que no puede haber conflicto entre ningún artículo de fe y ninguna teoría de la ciencia o la filosofía. El “departamento de la vida” en que la razón teórica es suprema no se traslapa con el área de la vida en que las creencias de divinidad son recibidas por fe.
5.2. Racionalismo Religioso En contra de esta posición irracionalista se halla la alternativa que llamo “racionalismo religioso”. Según esta posición todas las creencias, incluyendo la creencia religiosa, han de pasar por el banquillo de los acusados de la inquisición racional. Como lo dijera una vez el filósofo A. N. Whitehead: “la apelación ción a la razó razónn es al juez juez en últi última ma insta instanc ncia ia,, univ univer ersa sall y sin emba embarg rgoo indi indivi vidu dual al 5 para cada uno, al cual toda autoridad debe inclinarse”. Para esta posición, ninguna consideración —ninguna cantidad de confianza, esperanza, sentimiento, etcétera— ha de ser permitida como una autoridad competente ante el veredicto de la razón, y ninguna creencia de divinidad se halla fuera de la competencia de la razón para juzgarla. 5 A. N. Whitehead, Adventures of Ideas (New York: Mentor Books, 1955), 165. Ésta ha sido la
concepción prevaleciente en el pensamiento occidental durante mucho tiempo y ha sido compartida por pensadores que en lo demás difieren ampliamente. Por ejemplo, en su tesis doctoral Karl Marx citó a David Hume con aprobación como sigue: Es ciertamente una especie de indignidad para la filosofía, cuya autoridad soberana debiera ser reconocida por doquier, obligarla en cada ocasión a pedir disculpas por sus conclusi conclusione oness y a justifica justificarse rse.. . . . Esto Esto lo pone a uno en la mente mente de un rey indiciado por alta traición contra sus súbditos. Marx entonces inmediatamente agrega su propio comentario de que “la conciencia del hombre [es] la divinidad suprema. No debe haber ninguna a su nivel” (de “Foreword to Thesis: The Difference between the Natural Philosophy of Democritus and the Natural Philosophy of Epicureus,” reimpreso en Marx and Engels on Religion [Moscow: Foreign Language Publishing House], 14-15).
LAS TEORÍAS Y LA RELIGIÓN
79
El racionalismo religioso está así de acuerdo con el irracionalismo religioso por lo que concierne a la neutralidad de la razón, y difiere solamente por lo que concierne a los límites del alcance de la razón. Ambos sostienen que la razón es autónoma y que ésta no ha de ser guiada, en principio, por nada más que sus propias reglas. Desde luego, esto no significa que, de hecho, las personas sean siempre neutrales y carentes de sesgos cuando evalúan creencias o construyen teorías. Pero no importa cuán poco exitosas puedan ser las personas al impedir que influencias extrañas coloreen su juicio, las reglas del pensamiento racional y los procedimientos por los que hacemos y evaluamos teorías son ellos mismos neutrales; conducen a conclusiones no sesgadas si y cuando las personas impiden que otras influencias interfieran con ellas. En algunas versiones versiones más antiguas de racionalism racionalismo, o, se suponía suponía que la razón no sólo era neutral y corte final de apelación, apelación, sino que también también se pensó frecuentemente que era competente para juzgar cualquier asunto. os que sostuvieron esta concepción no pretendían poseer una explicación para todo, sino sólo que todo es en principio racionalmente decidible o cognoscible. Esta convicción estuvo basada en la creencia de que el orden que subyace a la totalidad de la realidad es el mismo tipo de orden que hace posible la racionalidad humana. Desde el principio, sin embargo, muchos racionalistas fueron reticentes a aceptar este último punto. Algunos dudaron que la realidad estuviera completamente ordenada por leyes lógicas o matemáticas y con ello abierta a la explicación racional. Así que dudaron que la razón humana tuviera el poder —incluso en principio— de decidir toda cuestión. Hoy hay pocos, si es que hay alguno, que estarían en desacuerdo con su duda. Pero los religiosos racionalistas no necesitan aseverar que la razón es omnicompetente para mantener su posición. Todo lo que necesitan negar es que es legítimo sostener cualquier creencia que la razón no pueda decidir. En vez de permitir un nicho para las creencias que no son racionalmente decidibles, exigen que suspendamos la creencia en tales casos. Más al punto, insisten en que la creencia religiosa es uno de los asuntos asuntos que la razón teórica puede decidir. Diagramaticamente, la posición de que la creencia religiosa depende del veredicto de la razón teórica puede representarse en la siguiente figura. Ser un racionalista acerca de la relación del razonamiento teórico con la creencia religiosa no asegura, por sí mismo, qué concluirá un pensador dado que es el veredicto de la razón sobre la creencia religiosa. Uno de los grandes campeones de esta posición fue Platón, quien concluyó que la razón provee demostración de las (sus) creencias religiosas. Al ser racionales, dice él, se nos asegura que hay dos cosas que conducen a los hombres a creer en los dioses.... Uno es el argumento acerca del alma....
80
EL MITO DE LA NEUTRALIDAD NEUTRALIDAD RELIGIOSA
La creencia religiosa es: 1. una teoría o conclusión de la razón 2. opcional ↑
La razón teórica es: 1. neutral con respecto a todos los asuntos 2. corte final de apelación en todos los asuntos 3. capaz de decidir todos los asuntos (?) Que es la más antigua antigua y más divina divina de todas las cosas. cosas. . . . La otra era un argumento a partir del orden del movimiento de la estrellas y de todas las cosas bajo el dominio de la mente que ordenó el universo. ( Laws XII, 966) Pero la misma posición racionalista fue también mantenida por el pensador del siglo veinte Bertrand Russell, quien arribó a una conclusión muy diferente: Hasta donde llega la evidencia científica, el universo ha reptado por lentas etapas a un resultado algo penoso sobre esta tierra y va reptar por etapas aún más penosas a una condición de muerte universal. Si esto ha de ser tomado como evidencia de propósito, sólo puedo decir que el propósito propósito es uno que no me resulta resulta atractivo. atractivo. No veo ninguna razón, por lo tanto, para creer en ningún tipo de Dios, no importa cuán vago y cuán atenuado. 6 Entre aquellos que sostienen la posición racionalista ha habido una tendencia definida a lo largo de las tres últimas centurias a alejarse de la conclusión de Platón y acercarse a la de Russell. Como resultado, muchos de los que sostienen esta concepción dan por sentado que la razón ha refutado la creencia religiosa reemplazándola con las teorías de la ciencia y la filosofía. Antes de pasar a la siguiente concepción alternativa, vale la pone notar que el racionalismo y el irracionalismo están de acuerdo en un punto señalado anteriormente, a saber, que no todo mundo tiene una creencia religiosa. Para ambas posiciones, es cuestión de elección el que alguien mantenga una creencia de divinidad y, si es así, cuál sea tal creencia. El racionalista se opone al irracionalista sólo por su insistencia en que las creencias de divinidad han de ser juzgados mediante procedimientos racionales, y que de otra manera no son legítimas. 6 B. Russell, Why I Am NOT a Christian (New York: Simon & Schuster, 1957), 32-33.
LAS TEORÍAS Y LA RELIGIÓN
81
5.3. La posición posición radicalmente bíblica Al llamar a esta posición “radicalmente” bíblica no quiero sugerir que es una concepción extremista o absurda, sino sólo que es la concepción que se encuentra en los mismos escritores de la Biblia. El término “radical” es tomado así aquí en su sentido literal de “raíces” y es sinónimo de “estrictamente bíblico”. Necesitamos distinguir esta posición por dos razones. Una es que es la concepción que intento defender. defender. La otra es que necesitamos tenerla clara para entender entender la última concepció concepciónn a ser cubierta, cubierta, que es la que la mayoría mayoría de los teístas en la filosofía y la ciencia han mantenido. Esta última concepción es una combinación de las posiciones estrictamente bíblica y racionalista. La posición racionalista racionalista fue la influencia dominante dominante en la antigua cultura grecorromana, cuando el orto y difusión del cristianismo introdujo a la escena mundial la creencia en otra autoridad. Las religiones bíblicas (por ese tiempo sólo el judaísmo y el cristianismo) negaban que la razón fuese la autoridad final o que la razón fuese el único o mejor modo de acceder a toda verdad. En vez de ello enseñaron que, mientras que la razón es importante, su función más alta es permitirle a los humanos entender la revelación de Dios para servirle sobre la base de lo que él ha revelado. Por lo tanto, la mayoría de los pensadores judíos y cristianos (y posteriormente los musulmanes) han rechazado la posición racionalista. Incluso aquellos entre ellos que trataron de permanecer tan cerca como fuera posible del racionalismo tuvieron que tratar de alguna manera con la cuestión de relacionar la razón con la palabra de Dios como una autoridad otra y distinta. Como dije, la mayoría de los pensadores teístas hoy en día mantienen una combinación de la posición estrictamente bíblica con la posición racionalista. De hecho, esa combinación ha tenido una hegemonía tan amplia por tanto tiempo, que muchos que se apegan a ella han perdido de vista la posición estrictamente bíblica tan completamente que usualmente niegan que exista. En vez de ello sostienen que los escritores bíblicos nunca adoptaron ninguna posición sobre un tópico tan abstracto como el de la relación de la creencia en Dios con las teorías, así que no hay ninguna posición bíblica sobre este tópico en lo absoluto. Puesto que este error se halla tan difundido, quiero tomar un tiempo para mostrar que de hecho sí hay una posición adoptada sobre el tema ha ser encontrada en los Salmos, los Profetas y el Nuevo Testamento. La posición es ésta: no hay conocimiento o verdad que sea neutral con respecto a la creencia en Dios. Los escritores que afirman esto no llegan a especificar exactamente de qué modo la creencia en Dios impacta el conocimiento de todos los tipos o “toda verdad”, pero están claros en que consideran las creencias en otras divinidades (putativas) como falsificando parcialmente todo lo que ha de
82
EL MITO DE LA NEUTRALIDAD NEUTRALIDAD RELIGIOSA
ser tomado como verdadero o como conocimiento y que conocer a Dios nos permite, en principio, evitar esa falsedad parcial. Hay un número de textos en los que los escritores bíblicos afirman que conocer a Dios es la “parte principial de la sabiduría y el conocimiento”, pero muchos de ellos ocurren en obras poéticas de modo que usualmente son descartados como hipérboles (Sal. 11:10; Prov. 1:7, 9:10, 15:33; Jer. 8:9). Así que los pasaré de largo por ahora con el comentario de que podrían de igual manera no ser hipérboles y que el posterior desarrollo de este tópico por los escritores del Nuevo Testamento Testamento muestra que no lo son. s on. Un desarrollo posterior tal es el comentario de Jesús en el sentido de que aquellos que distorsionan la ley de Dios han “quitado la llave de la ciencia” (Lc. 11:52). Obsérvese que no dice que las distorsiones de la palabra de Dios quiten la llave de la ciencia de Dios; dice meramente “ciencia”. Aquellos que mantienen la concepción de que la Biblia nunca habla de algo tan filosófico como Jesús parece hacerlo aquí podrían querer replicar que su comentario es elíptico, de modo que es una abreviatura para hablar del conocimiento de Dios aunque se omita la frase “de Dios”. Pero compárese el comentario de Jesús a 1 Co. 1:5, donde San Pablo dice que conocer a Dios a través de Cristo nos ha enriquecido con respecto a “toda sabiduría y conocimiento”. Eso no suena elíptico ni tampoco es poesía. Ni tampoco se puede referir meramente al conocimiento de Dios. Pues posteriormente en el mismo libro (12:8) habla de los varios dones que Dios da a los creyentes y menciona específicamente el don del conocimiento. Luego, en el capítulo 13 dice que éste don de conocimiento habrá de pasar junto con otros dones tales como la profecía, mientras que el conocimiento de Dios será perfeccionado de tal manera que conoceremos a Dios de manera directa, así como Dios nos conoce. Por ende, el don de conocimiento —el conocimiento que resulta de un talento otorgado por Dios y que es impactado por el conocimiento de Dios— no es (redundantemente) solo el conocimiento de Dios mismo. Por añadidura, es importante observar el modo en que los escritores bíblicos usan la metáfora de la luz como símbolo de la verdad y usan “ser iluminado” para significar la adquisición de conocimiento. El Salmo 43:3 explícitamente confirma este uso cuando le pide Dios “envía tu luz y tu verdad”. Así que cuando el Sal. 36:9 afirma que “en tu luz [la de Dios] veremos la luz” suena prima facie como si estuviera diciendo la misma cosa que dijo Jesús y que 1 Co. 1:5 afirmó, a saber, que el conocimiento de Dios juega un papel clave en la adquisición de todos los otros tipos de conocimiento. La metáfora de la luz es continuada en el Nuevo Testamento. Por ejemplo 2 Co. 4:3-6 dice que los incrédulos se hallan ciegos a la luz del Evangelio y afirmó otra vez que esta “luz” es “el conocimiento de Dios”. Con esto en mente, el claro enunciado
83
LAS TEORÍAS Y LA RELIGIÓN
de Ef. 5:9 es quizá el enunciado más fuerte de todos sobre la relación de la creencia en Dios con todo tipo de conocimiento. Dice que las consecuencias de la luz del Evangelio ha de llevar fruto “en toda bondad , justicia y verdad ”. ”. Concluyo, por lo tanto, que el efecto acumulativo de estos textos es el de señalar que ningún tipo de conocimiento es religiosamente neutral. Es esto lo que entiendo por posición estricta o “radicalmente” bíblica. Y puesto que se dice que vale para toda verdad y para el conocimiento “de todo tipo”, se aplica al conocimiento obtenido por las teorías así como al conocimiento adquirido de cualquier otro modo. Ya he bosquejado brevemente, en el capítulo 4, mi versión de la propuesta de Dooyeweerd acerca de cómo debe ser esto entendido. Allí señalé cómo es que nuestros conceptos de objetos experimentados (tales como un salero) o de entidades postuladas por las teorías (tales como un átomo) reflejan creencias de divinidad. En el capítulo 10 defenderé esta propuesta con mayor detalle, incluyendo el argumento que prueba por qué los compromisos de divinidad son inevitables. Y en los capítulos finales explicaré la propuesta de Dooyeweerd que explica cómo es que la creencia en Dios específicamente debiera impactarlos. Esta posición sobre la relación general de las creencias de divinidad con las teorías puede ser representada diagramáticamente como sigue:
La razón teórica is: 1. no neutral porque está controlada por la creencia religiosa 2. no es la corte final de apelación 3. no es capaz de decidir sobre todos los asuntos ↑
La creencia religiosa 1. guía y dirige el uso de la razón en todas la vida A manera de comparación, deberíamos observar que la posición radicalmente bíblica difiere de las dos posiciones previas con respecto a si la creencia religiosa es opcional. Más que hablar de la creencia de divinidad como una que una persona puede o puede no tener, los escritores bíblicos siempre consideran a todo mundo como teniendo una u otra creencia de divinidad. De acuerdo con ellos, lo que está mal de las personas no es que carezcan de creencia religiosa, sino que creen en la divinidad equivocada. Para esta posición, entonces, ser religioso es una parte tan natural de todo humano como lo es el ser racional o el ser capaz de sentir; puede ser ejercitado de manera correcta o incorrecta pero no se puede dispensar en lo absoluto.
84
EL MITO DE LA NEUTRALIDAD NEUTRALIDAD RELIGIOSA
Es justo preguntar en este punto si, en esta posición, está fuera de lugar para los teístas que traten traten de justificar su creencia creencia en Dios racionalmente racionalmente.. Pienso que la posición bíblica es que ni es posible ni deseable intentar ninguna justificación teórica de la creencia en Dios para convencer a un incrédulo. Pero me apresuraría agregar que esto no elimina la reflexión crítica en la fe propia para entender mejor sus enseñanzas o para compararlas con las enseñanzas de otras fes. Ni tampoco significar que la discusión racional con los no teístas sea totalmente inútil. Puede clarificar las enseñanzas bíblicas para los incrédulos tanto como para nosotros mismos y permitir permitir que se hagan réplicas réplicas réplicas a las críticas de estas enseñanzas. Por lo tanto, no veo la posición de los escritores bíblicos como rechazo de todo razonamiento en conexión con la creencia en Dios. Más bien aquélla es que no debiéramos esperar que los no teístas se conviertan en creyentes en Dios solamente por la persuasión racional, ni debiéramos pensar que debemos tener algún tipo de argumento para nuestra creencia en Dios Dios si ésta ha de ser intele intelectu ctualm alment entee respet respetabl able. e. Este último último punto punto,, sin emembargo, no debe ser malentendido como un tipo de fideísmo, siendo referido a mi aserción de que todas las creencias de divinidad se basan en la experiencia más que en la inferencia. Calvino expresó bien esta posición cuando dijo de la Escritura: aunq aunque ue ella ella ll llev evaa cons consig igoo el créd crédit itoo que que se le debe debe para para ser ser admi admiti tida da sin sin obob jeción alguna y no está sujeta a prueba ni argumentos, no obstante alcanza la certidumbre que merece por el testimonio del Espíritu Santo ( Institución, I, vii, 6).
Así, a pesar de rechazar la exigencia de una justificación inferencial de la creencia en Dios, la posición bíblica no pide una adherencia ciega. Ni tampoco la apelación a la experiencia requiere de un experiencia extraordinaria. No se necesita que los muebles vuelen alrededor del cuarto para que uno tenga una experiencia religiosa. Más bien, la experiencia a la que me refiero es la de ver el mensaje bíblico como la verdad autoevidente acerca de Dios y proviniente de Dios. (Recuerde las citas de Calvino y la nota sobre Pascal en el capítulo 2.) Esta posición, por lo tanto, está en desacuerdo con el irracionalismo religioso al negar que la creencia en Dios sea fe ciega o se halle separada de la racionalidad. Por el contrario sostiene que una otra creencia de divinidad siempre dirige el modo en que la gente usa la racionalidad para interpretar el rango entero de su experiencia, de modo que la verdad completa acerca de cualquier tema desde luego depende de tener la divinidad correcta. Obsérvese que estas dos enseñanzas enseñanzas —el control religioso del pensamiento pensamiento teórico teórico y la negación de la necesidad de justificar la fe— se hallan conectadas de manera importante. Pues si una creencia religiosa controla y dirige el razonamiento, se sigue que todos los intentos teóricos por demostrar o desacreditar cualquier creen-
LAS TEORÍAS Y LA RELIGIÓN
85
cia de divinidad dejarían, incluso si fuesen formalmente válidos, de ser religiosamente neutrales y conformarían así una petición de principio. En otras palabras, cualquier intento por proveer, digamos, una prueba convincente de Dios a aquellos que tienen algún otra divinidad sería inútil porque, para los teístas, la creencia en Dios es una presuposición de y establece los límites para cómo todo lo demás ha de ser interpretado, incluyendo las premisas de la demostración. Y lo mismo sería verdadero de la demostración de una creencia de divinidad contraria: también regularía cómo todo lo demás ha de ser interpretado por aquellos que tienen esa creencia de divinidad. Pascal lo dijo bien: para aquellos que creen, no es necesaria ninguna demostración; para aquellos que no creen, ninguna demostración es posible. Es esta posición radicalmente bíblica la que estaré defendiendo en todo lo que sigue. Mantendré que el ejercicio de la razón teórica se halla siempre regulado y dirigido por alguna creencia de divinidad per se , de modo que ni la razón es autónoma ni la teorización es religiosamente neutral. Si la creencia de divinidad es llamada “fe” entonces, de acuerdo con esta concepción, la fe no es una facultad distinta de la mente separada de la facultad de la razón, sino que es una parte integral de la razón. Afirmo que las intuiciones racionales de autoevidencia no está confinadas a los axiomas lógicos y matemáticos, sino que siempre incluyen alguna intuición de la divinidad también. El resultado es que la razón está esencialmente dirigida por la fe en todas las personas. Pero, para ser distinguida completamente, esta concepción debe ser contrastada con la posición más popular, la que mencioné brevemente con anterioridad. Ésta es la posición que insiste en que la fe y la razón son desde luego facultades separadas, de manera que hay ámbitos distintos para la autoridad de la razón y la autoridad de la fe. Como ya notamos, esta alternativa no separa completamente la fe de la razón como lo hace el irracionalismo, sino que ve a las dos como relacionadas de un modo mucho más complejo.
5.4. La escolástica escolástica religiosa religiosa Como ha sido ya admitido, la posición radicalmente bíblica no ha sido sostenida por la mayoría de los pensadores judíos o cristianos. Mucho antes el surgimiento de la cristiandad hubieron fuertes diferencias de opinión entre los judíos concernientes a la actitud adecuada que había que adoptar hacia la relación de su fe con el resto de la vida, particularmente con la dominante cultura pagana racionalista del mundo grecorromano. Algunos académicos judíos rechazaron completamente esa cultura como incompatible con lo que significaba ser judío, mientras que otros pensaron que la mayor parte de la cultural antigua podría ser aceptable. Según la segunda concepción, todo lo que se necesitaba para ser verdaderamente judío era mantener el culto del Dios verdadero y los
86
EL MITO DE LA NEUTRALIDAD NEUTRALIDAD RELIGIOSA
requerimientos de la ley de Moisés contra el politeísmo pagano y la moralidad laxa. En otras palabras, la segunda de estas dos opiniones vio a la mayor parte de la vida y la cultura como religiosamente neutrales, de modo que el ser distintivamente judío estaba restringido a la fe y la moral. Fue esta segunda concepción la que prevaleció entre los académicos. El mismo problema tuvo que ser encarado también por los cristianos primitivos y entre ellos surgieron las mismas diferencias de opinión que habían dividido a los judíos. Algunos académicos y teólogos pensaron que un abismo infranqueable separaba la tradición judeocristiana entera de la cultura del mundo antiguo. Vieron los efectos de su fe sobre el resto de la vida como omniabarcantes. Uno de ellos, Tertuliano, refiriéndose a la perspectiva de “Atenas” preguntaba: “¿que tiene que ver Jerusalén con Atenas?”. Pero la mayoría de los académicos cristianos siguieron la predominante concepción judía y pensaron que, más que equivocada, la cultura de su tiempo estaba incompleta. Consideraron a la ciencia, la filosofía, el arte, el derecho, etcétera, como los productos de una razón religiosamente neutral y por ende no necesariamente reflejantes de la cultura pagana en la que había surgido. (Después de todo, ¿no es verdad que 1 + 1 = 2 para un pagano, así como para aquellos que creen en Dios?) Así que adoptaron actitud de que, con excepción de su creencia en Dios y la necesidad de corregir la moral pagana la mediante los estándares bíblicos, los cristianos podían aceptar la mayor parte de la cultura de su tiempo sin remordimiento. En pocas palabras, adoptaron la posición de que no hay una oposición radical entre la religión bíblica y cualquier cultura particular, puesto que la mayor parte de la vida es religiosamente neutral. Fue así que adoptaron la concepción de que el entendimiento propio de la mayoría de los aspectos de la cultura de uno no difieren dependiendo de cuál sea la propia religión que se profese. Así que tomaron los textos bíblicos que acabamos examinar cómo significando que solamente la sabiduría y el conocimiento religiosos dependían de tener al Dios verdadero. Esta interpretación llegó a dominar el pensamiento de la mayoría de los teólogos en los primeros siglos después del surgimiento y difusión del cristianismo. Debido a que eventualmente fue desarrollado de modo brillante en el trabajo de un número de teólogos y filósofos que fueron profesores, posteriormente vino a ser llamada la posición de los “hombres de la escuela” o “escolásticos”, y posteriormente fue simplemente llamada “escolástica”. La elaboración de esta posición por Tomás de Aquino en el siglo trece fue elaborada rada de un mo modo do tan tan bril brilla lant ntee y exte extens nso, o, y fue fue tan tan influ influye yent ntee subs subsec ecue uent ntem emen ente te,, que muchos historiadores y filósofos ahora usan el término “escolástica” para nombrar solamente las teorías de Tomás o teorías que son muy parecidas a ellas. En lo que sigue, sin embargo, no me estaré refiriendo a ningún grupo
LAS TEORÍAS Y LA RELIGIÓN
87
particular de teorías o estilo de teorizar con mi uso de “escolasticismo”, y mucho menos me estará refiriendo solamente a teorías que son tan pesadamente aristotélicas las como lo fue la de Tomás. Ni me ocuparé de la cuestión de hasta qué punto la influencia escolástica que prevalece ahora puede ser verdaderamente atribuida al mismo Tomás. Más bien estoy usando el término para la posición que entiende la relación general de las creencias de divinidad con las teorías como correspondiendo a dos clases muy diferentes de información: creencias creencias que son entregas entregas de la razón y creencias creencias que son entregas entregas de la revelación aceptadas por fe, donde la fe se entiende como una facultad mental distinta de la razón. Puesto que esta concepción ve tanto a la fe como a la razón como autoridades genuinas, enfatiza la necesidad de armonizar sus entregas para evitar que se contradigan entre ellas. Y la tarea de mantenerlas en armonía, dijo Santo Tomás, recae en la teología. Otra manera de formular esta posición es decir que concibió un compromiso entre la exigencia omniabarcante que el racionalismo pagano le hacía a la razón y la igualmente omniabarcante exigencia bíblica de que la fe correcta es un prerrequisito necesario para el conocimiento de todo tipo. Esto se hizo limitando el alcance de cada exigencia. La clave del compromiso fue la apelación a la enseñanza bíblica de que hay dos dimensiones de la creación que la Biblia llama “cielo” y “tierra”. La propuesta fue que cada una de estas dimensiones fuese tomada como conocida de modo diferente, una mediante la razón y la otra mediante la fe. La dimensión de la tierra fue llamada “naturaleza ”, la cual se sostuvo que era la dimensión de la realidad conocida por por la perc percep epci ción ón y la razó razón. n. Se sostu sostuvo vo que que tal tal cono conoci cimi mien ento to era era el mism mismoo para para todas las personas. Por lo que concierne a la naturaleza se sostuvo que la razón era así todo lo que los racionalistas decían que era: neutral y autoridad final para toda verdad. La dimensión celestial de la realidad fue llamada “sobrenatural” y se sostuvo que era conocida sólo por revelación de Dios, la cual debía ser aceptada por fe. Estas Es tas verdades reveladas transmitían conocimiento que no era demostrable mediante la razón, tal como información acerca de Dios, la naturaleza del alma humana, los ángeles y la vida después de la muerte. Estas verdades no están por lo tanto disponibles para todas las personas, sino solamente para aquellas a quienes la gracia de Dios les ha otorgado el don de la fe. Pues sin fe que acepte la revelación la razón es relativamente impotente para descubrir la verdad acerca del ámbito sobrenatural. (Digo “relativamente impotente” porque la mayoría de los pensadores escolásticos sostuvieron que la razón sin ayuda de la revelación podría demostrar que Dios existe y que los humanos tienen un alma pero nada más. No podía por ejemplo mostrar cómo es que los humanos llegan a estar en una relación adecuada con Dios.) De esta manera, cada exigencia omniabarcante es en un sentido descartada y en otro
88
EL MITO DE LA NEUTRALIDAD NEUTRALIDAD RELIGIOSA
sentido retenida: ni la razón ni la fe son verdaderamente omniabarcantes en precisamente los modos mantenidos por los racionalistas paganos y los escritores bíblicos, sino que cada uno es autoridad suprema en su propio ámbito . Debiera notarse de modo especial que para esta concepción la fe no es confianza ciega como lo es para el irracionalista. Más bien es una facultad especial para aprehender la verdad revelada y un medio para adquirir certeza. Así que la posición escolástica no debiera ser confundida con la irracionalista en ningún respecto; mientras que está de acuerdo en que las exigencias del racionalismo son verdaderas para el ámbito de la naturaleza, no empata ese acuerdo con una concepción irracionalista de la fe. Más aún, mientras que la posición irracionalista separa el lado racional de la vida de la fe, el escolasticismo ve la división entre fe y razón como una membrana semipermeable, no un muro. Hay una interacción en dos sentidos entre fe y razón. Quizá la mejor manera de pensar esta interacción es decir que en esta posición la fe y la razón cada una tiene deberes hacia el otro; cada uno tiene su propio dominio, pero cada uno también afecta afecta al otro. Por ejemplo, la razón no solamente solamente descubre descubre la verdad verdad acerca de la naturaleza y demuestra la existencia de un hábito sobrenatural, sino que también sistematiza doctrinas reveladas y controla todas las teorías racionales por lo que concierne a su compatibilidad con aquellas doctrinas. Ésta es la tarea de la teología. En caso que se encuentre que una teoría de la filosofía o la ciencia se halla irreconciliablemente en contradicción con la verdad revelada, esa teoría es entonces descartada como falsa. El deber de la fe hacia la razón es así el de proporcionar un control externo para ver si la razón ha caído en el error, y es visto como una ventaja para la razón el tener tales verdades infalibles falibles mediante las cuales cuales pueden pueden ser sometidas sometidas a prueba prueba sus hipótesis. En el análisis final, por lo tanto, la autoridad de la revelación tomada por fe es superior a la de la razón sola. Pero, a pesar de que mantiene que la fe es superior a la razón, esta posición todavía se queda corta con respecto a la estrictamente bíblica. Sostiene que la razón es autónoma autónoma en el ámbito de la naturaleza, naturaleza, mientras que los escritores escritores bíblicos sostienen que tener la creencia de divinidad correcta es una condición necesaria (aunque no suficiente) para entender la naturaleza así como lo sobrenatural. Más aún, está claro que, para esta posición, la mayoría de las teorías y muchos otros tipos de conocimiento y verdad son religiosamente neutrales. En tanto que no contradigan ninguna verdad revelada no necesitan ser impactados por la creencia en Dios —o en cualquier otra divinidad— en lo absoluto. Como resultado, el tema dominante para los pensadores escolásticos siempre ha sido el de cómo interpretar la relación entre fe y razón, la naturaleza y lo sobrenatural, para armonizar cualquier conflicto potencial entre ellos. Pues aunque las principales distinciones del esquema escolástico aparecen nítidas y
LAS TEORÍAS Y LA RELIGIÓN
89
claras en un breve bosquejo como éste, en la práctica generaron debates interminablemente engorrosos cuando se trataba de aplicarlo a casos particulares. Diagramáticamente las principales distinciones del escolasticismo se pueden representar de este modo: Ámbi Ámbito to de lo sobr sobren enat atur ural al o de la grac gracia ia Ámbi Ámbito to natu natura rall
La fe acep acepta ta la reve revela laci ción ón como como la sup suprema autoridad concerniente a Dios Dios y el alma alma y asun asunto toss rela relaci cion onad ados os.. 1. la razó razónn es la auto autori rida dadd neut neutra rall y final final conc oncerni ernieente nte a la natu natura rale leza za;; 2. La razón armoniza la religión con las teorías de la ciencia y la filosofía; 3. La razón demuestra la existencia de lo sobrenatural y sistematiza las doctrinas reveladas.
A pesar de los muchos desacuerdos de detalle en cuanto a cómo es que la fe y la razón interactúan en casos específicos, emergió un amplio consenso entre los pensadores escolásticos sobre un número de puntos principales. Antes que nada, mientras que todos los seres humanos son naturalmente seres racionales, no todos tienen la facultad de la fe, de modo que concuerdan en este punto tanto con la posición irracionalista como con la racionalista. La facultad de la fe llega a una persona como un don de Dios, lo cual es una adición a lo que un ser humano es naturalmente. Hablando de la recepción de la facultad de la fe como un don de la gracia de Dios, Tomás de Aquino se expresó de este modo: nadie recibe la gracia por sí mismo, no importa cuánto se prepare, aun cuando haga todo lo que se halla su poder.... Pues la gracia sobrepasa todos los esfuerzo esfuerzoss humanos. humanos. . . . Si es voluntad de Dios tocar tocar el corazón entonces entonces la gracia seguirá infaliblemente infaliblemente.. (Summa Theologica 1a-11ae, q. 112, a. 3)
Como vimos, esta adición de la fe no desplaza la razón de una persona, sino que la suplementa. He aquí al Aquinate de nuevo: los dones de la gracia nos son añadidos para realzar los dones de la naturaleza, no para eliminarlos. La luz nativa de la razón no es eliminada por la luz de la fe. . . . los principios principios de la razón son son los fundamentos fundamentos de la filosofía filosofía [y la ciencia]; los principios principios de la fe son el fundamento fundamento de la
90
EL MITO DE LA NEUTRALIDAD NEUTRALIDAD RELIGIOSA
teología teología cristiana. cristiana. Las verdade verdadess de la filosofía filosofía . . . no puede ser contrar contrarias ias a las verdades verdades de la fe. . . . La naturaleza naturaleza es el preludio preludio a la gracia. Es el abuso de la ciencia y la filosofía lo que provoca declaraciones en contra de la la fe.. fe.. . . 7
Así, la guía que la fe ofrece a la razón es en buena medida un control negativo y externo sobre lo que la razón puede aceptar. No es vista como una influencia internamente regulatoria. Pues si la influencia de las verdades aprendidas por la fe fuese interna a la operación de la razón, la razón ya no sería religiosamente neutral y autónoma. Y si no fuera neutral, no habría teorías religiosamente neutrales sobre la naturaleza que pudieran ser sostenidas en común con personas que carecen de fe. Puesto que el escolasticismo considera verdadero que hay teorías y otras verdades sostenidas en común por todas las personas, mantiene que el razonamiento acerca de la naturaleza debe ser neutral y es así que insiste en una nítida diferencia entre lo que puede ser aprendido por fe y lo que puede ser conocido por la razón. Lo que es más, si la razón no fuese neutral, no podría ofrecer una prueba convincente de que hay un ámbito sobrenatural. Pero, dice el escolasticismo, la razón desde luego puede proveer una evidencia racional de que hay un ámbito sobrenatural, demostrando la existencia de Dios y del alma humana. De este modo, la razón apunta a un ámbito que necesita ser revelado por Dios si es que hemos de saber más acerca de él. Podría parecer que este último punto difumina los linderos entre fe y razón, así el Aquinate lo explicó como significando que haya un poco de traslape: ciertas cosas que están disponibles a la razón de todos modos fueron revelados por Dios para que aquellos que tienen un intelecto más débil tuvieran la seguridad de no perderlos de vista. Pero, puesto que son conocibles por la pura razón, estas cosas no son por lo tanto —hablando estrictamente— artículos de fe. De modo que el Aquinate dice: Que Dios existe y otras verdades teológicas tales que pueden ser conocidas mediante la razón natural natural no son artículos artículos de fe, sino preámbulos al Credo: la fe presupone la razón del mismo modo que la gracia presupone la naturaleza. (Summa Theologica la, q. 2, a. 2, ad 1)
Debido a que les escolasticismo deja una latitud tan amplia para la fe tanto como para la razón, al mismo tiempo que admite una fuerte interacción entre ellas, sus defensores encuentran difícil ver por qué debieran adherirse a la concepción radicalmente bíblica. Siguen tomando las afirmaciones en el sentido de que la creencia en Dios impacta todo conocimiento como significando todo conocimiento acerca del ámbito sobrenatural , y apuntan especialmente al co7 Thomas Aquinas, De Trinitate exposition 2.3.
LAS TEORÍAS Y LA RELIGIÓN
91
nocimiento en las matemáticas, la lógica y la física como ejemplos de verdades sostenidas en común por todas las personas. Finalmente, esta concepción admite que teorías que explica la creación como dependiendo de uno u otro de sus aspectos reflejaría una creencia religiosa pagana si terminarán simplemente con la posición de que todas las cosas dependen del aspecto X . Pero, dice el escolasticismo, el paganismo de tal posición es fácilmente evitado. Todo lo que necesitamos es agregar a cualquier teoría tal una aseveración adicional: ya que todo el resto de la creación depende del aspecto X , X a su vez depende de Dios. Con esa estipulación adicional se neutraliza el carácter pagano de tales teorías. Ha sido dada ya la primera parte de mi objeción al escolasticismo. Tenía que ver con el modo en que la escritura ve toda verdad como (de alguna manera) impactada por tener el dios correcto. Eso implica una posición más fuerte que la de simplemente proscribir aquellas teorías que contradicen francamente la verdad revelada. Que una teoría no puede ser correcta si contradice la verdad revelada es verdadero para cualquier teísta; pero no se aproxima a ser lo suficientemente fuerte para capturar la enseñanza bíblica. Pues no importa cuál asiduamente se aplique esa regla, aún deja a la vasta mayoría de las teorías (y muchas otras creencias) intocadas por la creencia en Dios. La mayoría de las teorías sobre casi todo tópico no contradicen la doctrina revelada y así resultan ser religiosamente neutrales exactamente en el sentido en que la enseñanza bíblica lo niega. Pero, en ese caso, la regla de que sólo las teorías que francamente contradicen la verdad revelada han de ser excluidas ¡no satisface su propio requerimiento! Así que, a pesar de la insistencia escolástica en que la autoridad de la fe superior a la de la razón, y en que la verdad revelada acerca de los sobrenatural es más importante que la verdad acerca de la naturaleza, la regla escolástica sola es demasiado débil para capturar la posición bíblica sobre la relación entre la creencia religiosa y la razón. Esta misma falla es también lo que es objetable de la estratagema escolástica para localizar el carácter pagano de una teoría que explica toda la creación como idéntica a o dependiente de uno u otro de sus aspectos. Esa sería una posición pagana, dice el escolasticismo, si careciera de la aseveración adicional de que cualquier aspecto de la creación propuesto como aquello de lo que depende el resto de la creación depende su vez de Dios. Pero, con esa aseveración, lo que de otra manera sería una creencia de divinidad pagana es bautizada (o circuncidada) para recibir aceptabilidad teísta. Mi objeción a este estratagema es que el poder explicativo real de la teoría yace solamente con el aspecto que es tomado para explicar el resto de la creación, no con Dios. El poder explicativo de la teoría no es diferente con la aseveración adicional de la existencia de Dios de lo que es sin ella (¡a menos que los milagros de Dios sean
92
EL MITO DE LA NEUTRALIDAD NEUTRALIDAD RELIGIOSA
tomados como el tiradero para lo que la teoría no puede explicar en lo absoluto!). La aseveración adicional es, por lo tanto, otro modo de ignorar o negar la enseñanza bíblica de que ningún conocimiento o verdad deja de ser afectada por la creencia en Dios. Otra objeción a la concepción escolástica es que niega la concepción escritural de los humanos como seres naturalmente religiosos. La Escritura insiste en que los humanos fueron creados para tener compañerismo con Dios y, como señalé antes, los escritores de la Biblia siempre se dirigen a sus lectores como si ellos (los lectores) creyeran en Dios o en algún dios sustituto. Esta es la razón por la que los Salmos dicen que cualquiera que insista que no hay nada divino es un necio (“Dice el necio en su corazón: no hay Dios”); ello se debe a que, mientras una persona afirma eso, la misma persona está de hecho considerando a algo como divino. Así que la posición radicalmente bíblica no puede estar de acuerdo en que tener fe es un “ donum superadditum” —un poder agregado agregado a las facultade facultadess naturales naturales de una persona que no se hallaba allí desde el nacimiento. El don de la gracia de Dios no es el de agregar una facultada previamente faltante, sino redirigir y reparar una que está funcionando mal. Como dice Calvino, estamos hechos de tal manera como para que naturalmente pusiéramos “toda nuestra confianza en Él, si nuestra malicia natural no apartase nuestro entendimiento de investigar lo que es bueno” ( Institución, I, ii, 3). Más aún, la posición radicalmente bíblica niega que cada una de las dos dimensiones de la creación sea conocida por una facultad humana diferente. Tanto Dios como la creación son conocidos por la misma facultad, a saber, la razón, la cual por su misma naturaleza está siempre dirigida por alguna creencia de divinidad. Esto no es sugerir, desde luego, que no haya nada distintivo acerca de los modos en que usamos la razón para conocer la creación y los modos que usamos para conocer a Dios. Puesto que Dios no es parte de la creación, debe revelarse si hemos de conocerle. Además se haya el efecto de la Caída en el pecado sobre la razón humana. Se dice que esto es una condición de los humanos en que su razón funciona mal con respecto a lo que experimentan como divino, de manera que sus antenas de autoevidencia debe ser restauradas a un orden de funcionamiento propio si es que la razón habrá de reconocer la revelación de Dios por lo que es. Lo mismo vale para el modo en que la naturaleza puede “dar testimonio” de Dios. El Salmo 19:1 y Romanos 1:20 nos dicen que la naturaleza —vista correctamente— haría manifiesta su criaturidad dependiente. Pero la razón extraviada por la falsa fe no lee correctamente lo que la naturaleza manifiesta. En vez de ello reprime lo que otra manera sería obvio, y considera a algo que no es Dios como divino (Ro. 1:25). Esto sólo puede ser remediado por la restauración de la razón a su orden propio
LAS TEORÍAS Y LA RELIGIÓN
93
de funcionamiento, de modo tal que la palabra de Dios sea vista por lo que es y la naturaleza sea correctamente interpretada. Como Calvino subrayara una vez, la Escritura nos provee con los lentes a través de los cuales debe ser leído el libro de la naturaleza.
5.5. El conflicto entre entre estas alternativas alternativas La perspectiva escolástica bosquejada arriba había permeado la totalidad del pensamiento europeo ya por el siglo quinto y fue eventualmente adoptada por virtualmente todo pensador líder judío o cristiano. Posteriormente fue también adoptada por un número de influyentes pensadores musulmanes. 8 Correspondiendo diendo a la división del conocimien conocimiento to en los ámbitos natural y sobrenatura sobrenatural,l, esta perspectiva vio toda la vida como dividida en dos. Todo asunto era cuestión de fe o razón, razón, de lo sagrado sagrado o lo secular secular del alma o el cuerpo. cuerpo. Así que la vida ni estaba completamente unificada ni estaba altamente diversificada. Todo era asunto de lo sobrenatural, donde la fe es autoridad suprema, el destino del alma está en juego, y la iglesia es representativa de lo sobrenatural sobre la tierra; o es un de la naturaleza, en la que la razón es autoridad suprema, el bienestar corporal está en juego, y el estado es la institución autoritativa. Entre los pensadores que creen en Dios el escolasticismo es con mucho la posición más popular del mundo hoy. Sus suscriptores en estudios religiosos, filosofía, ciencia, arte y literatura todavía son muchos más que los de cualquiera de las otras tres posiciones, pero ya no tiene la casi total adherencia que tuvo a grandes rasgos entre 500 y 1500 A.D. Lo que es más importante, ya no es la perspectiva líder de la cultura occidental. Esta pérdida de liderazgo ocurrió en el siglo dieciséis, cuando la escolástica fue desafiada simultáneamente por dos movimientos. Uno de éstos, el Renacimiento, propugnaba un retorno al racionalismo pagano al insistir en la autonomía y neutralidad de la razón en todos los asuntos, así que prescindía de una fe que impusiese cualquier límite a la razón. El otro fue la Reforma, la cual rechazaba que se limitara la fe solamente a los asuntos sobrenaturales, y argumentaba que la razón se halla intrínsecamente guiada por la fe en todos los asuntos. El reavivamiento de la posición racionalista fue instigado por el redescubrimiento gradual de los logros del mundo antiguo. Los académicos involucrados 8 En aras de la exactitud histórica debe agregarse que siempre hubo una vena mayor de resisten-
cia a la posición escolástica escolástica entre los académicos académicos judíos y musulmanes musulmanes que entre los cristianos. Muchos pensadores cristianos que adoptaron la posición escolástica general con respecto a la razón y las creencias de divinidad se sintieron como resultado libres para apropiarse de muchos de los conceptos filosóficos griegos al desarrollar sus teologías. Es así que, por ejemplo, terminaron entendiendo la naturaleza de Dios como equivalente a las formas de Platón y desarrollaron la idea del alma humana en un estilo helenista más que de acuerdo con el modo en que los escritores de la Biblia hablaron de ella. Este tópico será tratado con mayor detalle en el capítulo 10.
94
EL MITO DE LA NEUTRALIDAD NEUTRALIDAD RELIGIOSA
en este redescubrimiento llegaron a considerar la cultura antigua como superior a la suya propia y, con el tiempo, pasaron a referirse a la era entre la caída de Roma y ellos mismos como una “edad media”, esto es, un periodo entre la última gran cultura y la siguiente que ellos esperaban comenzar. Se vieron a sí mismos como defensores de la razón que, mediante el reavivamiento reavivamiento del racionalismo, regresarían “la gloria que fue Grecia y la grandeza que fue Roma”, restaurando el comando supremo de la razón. (Los historiadores de siglo diecinueve que estuvieron de acuerdo con ellos empezaron a llamar su movimiento “Renacimiento”, un renacer de la libertad de la razón para reconstruir la grandeza de la civilización occidental.) Estos pensadores renacentistas hicieron el llamado a una nueva perspectiva que no impusiese límites de antemano a lo que la razón podía o no podía aceptar, y que no apuntara constantemente a un ámbito sobrenatural como algo más importante que el mundo natural. Confiadamente damente predijeron predijeron que si se le soltaba soltaba la rienda rienda a su perspecti perspectiva va empezaría empezaría a crear el paraíso aquí y ahora, en vez de simplemente tener la esperanza del mismo después de la muerte. Y empezando en la parte final del siglo dieciséis y a lo largo de todo el diecisiete señalaron los notables avances de la ciencias como evidencia en favor de estas afirmaciones. Al mismo tiempo que el movimiento del Renacimiento se hacía más impetuoso, la Reforma también desafió al establishment escolástico. escolástico. Fue diferente del Renacimiento en que surgió dentro de la iglesia, y su reverso al defender que la creencia religiosa subyacía a la razón teórica en vez de necesitar una demostración racional. Aunque el sabor de este movimiento difería algo dependiendo de sus líderes en las varias localidades, uno de los claros impulsos del movimiento fue un intento por revivir la posición radicalmente bíblica. Los reformadores líderes —Lutero y especialmente Calvino y sus asociados— vieron la palabra de Dios como permeando y transformando toda la vida; para ellos no era meramente una restricción externa o un control sobre la razón, sino su vida interna. La mayoría de sus esfuerzos estaban comprensiblemente dirigidos a reformular la teología y reorganizar la iglesia, pero una convicción fundamental detras de sus reformas fue el rechazo de la partición escolástica entre creencia religiosa y razón. En el curso curso de su trab trabaj ajoo Lute Lutero ro se revi revirt rtió ió a la conc concep epci ción ón esco escolá lást stic icaa en vavarios asuntos, pero Calvino llevó adelante la tendencia antiescolástica del pensamiento de Lutero. Al comentar, por ejemplo, sobre la supuesta neutralidad religiosa de la razón en el estudio de la naturaleza, Calvino dijo: Es vano vano para cualquiera cualquiera razonar razonar . . . sobre la la hechura del del mundo, excepto excepto para aquellos que ... han aprendido a someter la totalidad de su sabiduría intelectual (como lo expresa Pablo) a la locura de la cruz.... El reino
LAS TEORÍAS Y LA RELIGIÓN
95
invisible de Cristo llena todas las cosas y su gracia espiritual se difunde a través de todas.9
A lo largo de sus escritos Calvino adopta la concepción de que la razón humana no es neutral debido que está afectada por el pecado, donde pecado es entendido como una creencia en una falsa divinidad que produce efectos perniciosos niciosos sobre los intentos intentos de la razón por interpreta interpretarr la realidad. realidad. Como él la ve, la creencia religiosa falsa no puede dejar de producir distorsiones en todos los niveles, no meramente en la teología y la ética. Por esa razón, cuando la Escritura revela al verdadero Dios no solamente revela al objeto propio fe y adoración, sino que restaura la perspectiva adecuada para la operación de la razón. Ciertamente, Calvino no explicita con exactitud cómo es que la creencia en Dios hace esto, no más de lo que lo hicieron los escritores de la Biblia mism mismos os.. Pero Pero ya he empe empeza zado do a pone ponerr el tras trasfo fond ndoo para para una una vers versió iónn de la expl expliicación que hace Dooyeweerd de esto, la cual llevaré adelante en los siguientes capítulos de este libro. Formularé su forma específica de esta aseveración en el capítulo 6 e ilustraré la influencia de las creencias de divinidad sobre las teorías usando ejemplos extraídos de las matemáticas, la física y la psicología en los capítulos 7, 8 y 9. Entonces, en el capítulo 10, explicaré tanto sus argumentos que muestran por qué la regulación religiosa de las teorías es inevitable, así como su crítica de la tradicional estrategia (pagana) para las teorías. En los últimos tres capítulos explicitaré su programa para teorizar sobre la base de la creencia en Dios. Esto tomará la forma de mostrar cómo la doctrina de que todo lo que no es Dios depende de Dios conduce a una distintiva teoría de la realidad y, a través de esa concepción de la realidad, conduce más allá a una interpretación distintiva de todos los conceptos, incluyendo las hipótesis de las ciencias. Cuando el Renacimiento y la Reforma entraron en conflicto frontal con el arraigado escolasticismo y entre ellos a mediados del siglo dieciséis, una de las primeras bajas del conflicto fue la afirmación de los reformadores de la enseñanza radicalmente bíblica acerca de la no neutralidad de la vida toda. Aunque muchas de las reformas teológicas y eclesiales de Lutero y Calvino fueron preservadas en varias ramas del protestantismo, la doctrina de la no neutralidad no fue preservada. De hecho, los sucesores inmediatos en el liderazgo del movimiento de la Reforma (Phillip Melanchton y Teodoro Beza, respectivamente) abandonaron explícitamente la idea de que todo conocimiento está condicionado por la creencia religiosa y regresaron a la posición escolástica. Así que, aunque los teólogos protestantes y católicos continuaron estando en desacuerdo sobre asuntos tales como la organización de la iglesia, la interpre9 J. Calvin, Calvin, Commentary on the First Book of Moses (Grand Rapids, Mich.: Eerdmans, Eerdmans, 1948),
vol. 1, 63.
96
EL MITO DE LA NEUTRALIDAD NEUTRALIDAD RELIGIOSA
tación de los sacramentos y la autoridad papal, su concepción general de la relación entre fe y razón fue en gran medida la misma. Su principal diferencia sobre fe y razón vino a ser que, mientras que los pensadores católicos tendían armonizar su fe con teorías de la naturaleza derivadas de Aristóteles (debido a la influencia de Tomás de Aquino), los pensadores protestantes se sintieron libres para armonizar su fe con cualesquiera teorías acerca de la naturaleza que estuviesen de moda en el momento. El resultado ha sido un virtual desfile de combinaciones escolásticas protestantes de creencia en Dios con teorías tales como el dualismo cartesiano, el fenomenalismo, el idealismo kantiano, el monismo hegeliano, el romanticismo, el marxismo, el existencialismo, etcétera. Entretanto, la posición radicalmente bíblica, aunque sobrevivió en el trabajo de unos cuantos pensadores individuales y algunas tradiciones teológicas pequeñas, fue marginado por la mayoría del pensamiento protestante. Como resultado, resultado, ambos campos campos de la corriente corriente principal principal del cristianismo cristianismo occidental, junto con muchos pensadores judíos y musulmanes, aún carecen de la más mínima comprensión del control religioso de la totalidad de la vida. Las teorías, especialmente, se piensa que son religiosamente neutrales más que reguladas por el presuponer a Dios o una divinidad falsa. En vez de ello, la creencia en Dios usualmente se pega al fin de una teoría como la cola al burro en la fiesta de cumpleaños; más que ser una presuposición controladora de la teoría, es un pensamiento posterior que intenta solamente neutralizar su por lo demás enteramente pagano carácter. Consecuentemente, la mayoría de los pensadores teístas siguen pensando que la construcción de teorías procede de una manera neutral, y que un teísta solamente necesita agregar a una teoría la afirmación de que Dios crió cualquier cosa que la teoría proponga y checar para ver que nada en la teoría contradiga abiertamente alguna verdad revelada. Así, la relación general de las creencias de divinidad con las teorías es vista como una de armonización. Esto, sin embargo, se hallan oposición directa con la concepción radicalmente bíblica que ya hemos examinado. Desde ese punto de vista, ¡ el proyecto de armonizar la creencia en Dios con cualquier teoría dada es imposible a menos que esa teoría ya presuponga a Dios, e innecesaria si lo hace ! Pues
ninguna teoría que sea autosupositivamente coherente puede dejar de estar en armonía con sus propias presuposiciones y ser incompatible con presuposiciones contrarias. Al dejar de reconocer que si una teoría no presupone la creencia en Dios no es neutral, sino que inevitablemente presupone la creencia en alguna otra divinidad (putativa), el escolasticismo supone que los teístas son libres de hacer un tratado de paz entre su fe y cualquier teoría que suene plausible y no contradiga llanamente la verdad revelada. La objeción radicalmente bíblica a esto es, desde luego, que cualquier supuesta armonía externa de una teoría
LAS TEORÍAS Y LA RELIGIÓN
97
con la creación Dios es una mera ilusión en tanto que la estrategia explicativa de una teoría presuponga una creencia religiosa contraria. Voy ahora a anotar un punto en favor de esta posición radicalmente bíblica en la forma de una pregunta: sí, como pronto veremos, todas las teorías están reguladas por una creencia de divinidad u otra, de tal modo que sus interpretaciones difieren en relación con esa creencia, ¿por qué la creencia en Dios sería la única excepción? ¿Por qué hace una diferencia importante al contenido de una teoría el que presuponga como divinas la materia, o sensaciones, o leyes matemáticas, o sustancias hilemórficas, o leyes lógicas, etcétera, pero deja de hacer una diferencia importante solamente cuando Dios el creador es tomado como divino en vez de cualquier aspecto de la creación? Es seguro que ello es prevaleciente. prima facie implausible; no obstante, es la concepción prevaleciente. Quizá la principal razón para la deposición de la posición radicalmente bíblica haya sido los logros de las ciencias que fueron señalados por los pensadores renacentistas como evidencia en favor de su concepción. Por el tiempo de la reforma, y justamente en el siglo y medio que le sucedió, hubo una serie de logros asombrosos que fueron revendidos como completamente neutrales con respecto a la creencia religiosa. Estos incluían el reavivamiento del álgebra, el desarrollo de la geometría analítica y el cálculo, la invención del microscopio y el telescopio, el descubrimiento de las leyes del movimiento y la gravitación, y los comienzos de teorías comprensivas que cubrían campos tales como la mecánica, la óptica y la astronomía. El hecho de que la mayoría de estos logros parecían ser verdaderos independientemente de las creencias religiosas de uno hicieron más que meramente ratificar la rendición por la tradición protestante de su elemento radicalmente bíblico. Finalmente resultó en el triunfo del reavivamiento renacentista del racionalismo —primero bajo el título de “Humanismo” y posteriormente llamado “Ilustración”. Esta posición conquistó el liderazgo intelectual y cultural del mundo occidental y ha permanecido en esa posición hasta hoy. Actualmente, su mayor desafío proviene de varias versiones de historicismo, pragmatismo y relativismo, las cuales usualmente vieron la creencia religiosa al modo irracionalista. De hecho, en el último siglo y medio la posición radicalmente bíblica ha sido cada vez más esquivada por la tradición protestante, debido a la interpretación específica de la misma que ha sido defendida por el grupo más grande de sus adherentes, los fundamentalistas. Los fundamentalistas han retenido la idea de que la fe religiosa debiera guiar la totalidad de la vida, incluyendo las teoría teorías. s. Ellos Ellos tambié tambiénn ven ven la gui guianz anzaa de la creenc creencia ia religi religiosa osa como como una cuesti cuestión ón de dirección positiva e interna, más que meramente como un asunto de prohibir a las teorías que contradigan contradigan doctrinas doctrinas teológicas teológicas.. Pero su entendimie entendimiento nto particular de justamente cómo es que la creencia en Dios ejerce su influencia
las teorías es tan implausible que ha venido a dañar la reputación de la noción misma de posición radicalmente bíblica para las teorías. Así que, ahora que he dicho que los escolásticos sostienen una pluralidad numérica, que los racionalistas se hallan en el asiento del chofer, que los irracionalistas están apareciendo como los desafiantes, y que el grupo más grande que sostiene la posición radicalmente bíblica es el de los fundamentalistas, ¿qué se puede decir en defensa de esta posición? Por lo menos dos veces en la historia ha salido a la superficie solamente para ser abandonada por sus propios supuestos campeones. Así que, ¿por qué traerla a colación de nuevo? La respuesta simple es que la posición radicalmente bíblica no puede ser interpretada plausiblemente como lo hacen los fundamentalistas, esto es, derivando las teorías o la confirmación de las mismas a partir de la Escritura o la teología. Pronto mostraré de qué modo el papel de la abstracción de los aspectos en el teorizar hace inevitable que cualquier teoría presuponga alguna creencia de divinidad. Pero, antes de defender esta posición, debemos clarificar qué significa que una creencia religiosa “controla”, “dirige”, “impacta” o “regula” una teoría actuando como una presuposición de la misma. Es por ello que el próximo capítulo criticará la idea fundamentalista de control religioso y presentará la idea de control que será defendida como la interpretación adecuada de la enseñanza bíblica acerca de la relación de las creencias de divinidad con las teorías.
767y
PARTE IV TEORÍAS NO REDUCCIONISTAS
Capítulo 11 UNA TEORÍA NO REDUCCIONISTA DE LA REALIDAD
11.1. El proyec proyecto to de las las teorías teorías no reducci reduccionist onistas as En el capítulo 6 distinguí la posición radicalmente bíblica del fundamentalismo. Sostuve que en un sentido la tesis fundamentalista es demasiado fuerte porque supone que la escritura es como una enciclopedia que contiene verdades reveladas acerca de todo tipo de tema. Para tal posición, la palabra de Dios no es lumbrera a nuestro camino, sino el camino mismo. Es esta suposición enciclopédica la que ha conducido a los fundamentalistas a imaginarse que el modo en que las teorías debieran ser impactadas por la creación Dios es haciendo que las hipótesis sean derivadas de, o confirmadas por verdades que son extrapoladas de la escritura o inferidas de la escritura por la teología. En oposición a este programa, mantuve que la escritura no es una enciclopedia y que tiene poco que decir que pueda servir como contenido o confirmación para la mayoría de las teorías de las ciencias naturales —aunque contiene enseñanzas específicas que debiera ser incluidas en teorías acerca de la naturaleza humana, la sociedad y la ética. En contraste, sostuve que la influencia más importante de las creencias de divinidad sobre las teorías es menos directa pero a la vez más extendida, a saber, que una u otra de ellas siempre funciona como una presuposición reguladora que guía la formación de teorías tanto en la filosofía como en las ciencias. Argüí que esa guía tiene dos pasos: la creencia de divinidad establece los parámetros para una panorámica perspectival de la realidad que a la vez delimita el rango dentro del cual aparecerá como aceptable la naturaleza atribuida a las entidades hipotéticas. Es así que la creencia en Dios puede regular la construcción de teorías incluso sin escritura no provee otras enseñanzas específicas apropiadas a la disciplina de la teoría. Al mismo tiempo, sin embargo, mantuve que la posición fundamentalista es muy débil en otro sentido. Ello se debe a que considera la influencia de la creencia religiosa sobre las teorías como algo de lo que alguien podría prescin-
101
102
EL MITO DE LA NEUTRALIDAD NEUTRALIDAD RELIGIOSA
dir. En oposición a ello, he argumentado que ninguna teoría puede jamás ser libre de regulación por alguna creencia de divinidad u otra. En los capítulos intervinientes hemos visto varias ilustraciones de cómo es que las presuposiciones religiosas extienden su control a las teorías científicas a través de las teorías de la realidad. En cada caso, sin embargo, las teorías muestra estaban todas controladas por alguna versión de creencia religiosa no bíblica (pagana); hasta el momento no provisto muestras de cómo pueden las teorías diferir al presuponer la idea bíblica de Dios. Los ejemplos considerados han mostrado, no obstante, cómo es que las presuposiciones religiosas ejercen su influencia, preparando así el camino para ver el tipo de impacto sobre las teorías que podemos esperar, presuponiendo la creencia en Dios una vez que reemplace las creencias de divinidad no bíblicas. Puesto que encontram encontramos os que las presuposicio presuposiciones nes religiosas ejercen ejercen su influencia sobre las teorías científicas a través de una teoría de la realidad, debiera ser obvio por qué estamos empezando con una teoría de la realidad en este capítulo.1 Pero debiera decir de inmediato en los capítulos que siguen a este no procederán a desarrollar teorías teístas de las matemáticas, la física y la psicología. Esto es, no serán un paralelo a los capítulos con estudios de casos. Hay dos razones para esto. Una es que no tengo la preparación requerida para hacer ese trabajo. La otra es que la teoría de la realidad que estamos por examinar no puede ser adecuadamente explicada en un capítulo, sino que debe ser desarrollada al ser aplicada aplicada a un número de asuntos asuntos diversos, diversos, si es que sus hipótesis y sus consecuencias han de ser clarificadas. Y la mayoría de los lectores encontrará que los asuntos que la teoría permite clarificar son, pienso, los de las teoría social y política, más que los de las matemáticas, la física o la psicología. Por lo tanto, este capítulo presentará el diseño de una teoría de la realidad que presupone que sólo Dios es divino, y los dos capítulos siguientes aplicarán ese diseño, primero a una teoría de la sociedad y luego más específicamente a la teoría de una institución social, el estado. Por esta razón, es crucial que estos capítulos sean leídos en el orden en que aparecen. Enfatizo esto porque tratar con una nueva teoría de la realidad puede ser un proyecto no familiar y difícil para muchos de lectores. El mismo prospecto puede por lo tanto tentarlos a saltarse este capítulo hacia los capítulos sobre la sociedad o la política, cuyos títulos suenan más familiares y quizá más interesantes. Pero sin la teoría teísta de la realidad para guiar las teoría social y política, no será obvio por qué sus propuestas deberían ser considera1 La teoría del marco de leyes presentada aquí es un resumen de la teoría desarrollada primero Wetsidee [Filosofía de la idea de la ley ] (Amsterpor Herman Dooyeweerd en su Wijsbegeerte de Wetsidee dam, 1935), la cual fue posteriormente expandida para dar lugar a A New Critique of Theoretical y ulteriormente elaborada en otras publicaciones. Una lista de traducciones al inglés de Thought y las principales obras de Dooyeweerd es provista en la nota final de este capítulo.
UNA TEORÍA NO REDUCCIONISTA DE LA REALIDAD
103
das como fruto del teísmo. Sin tal teoría de la realidad no habrá un andamiaje intelectual dentro del cual pudieran ser construidas teorías distintivamente bíblicas. Más aún, es precisamente la carencia de precisamente tal andamiaje la principal principal razón por la que los esfuerzos de tantos tantos pensadores pensadores judíos, cristianos y musulmanes no han alcanzado a producir teorías verdaderamente teístas y han terminado por defender teorías esencialmente paganas con la creencia en Dios meramente adherida a ellas. Así que nuestro procedimiento aquí será el de remoldear completamente el proyecto de una teoría de la realidad con respecto tanto a las cuestiones que plantea como a las respuestas que les da a las mismas. Por estas razones, saltarse la teoría que está por ser bosquejada resultará en dejar en la oscuridad tanto el carácter completo de las propuestas principales de las últimas teorías como las razones que las recomiendan. Más que eso —como dije—, dejaría de poner totalmente en claro por qué se supone que son propuestas distintivamente teístas en lo absoluto. 2 Antes de proceder, debíamos darnos cuenta de algunas dificultades especiales que encuentra este proyecto que no plagan el teorizar con base pagana. La primera de éstas es que un pensador cuya construcción de teorías está dirigida por una creencia pagara no sólo puede ser inconsciente de carácter religioso de su presuposición controladora, sino que puede ser enteramente inconsciente del contenido de esa presuposición. De este modo, las creencias religiosas pagana ganass no sólo sólo pued puedee ser ser supu supues esta tass de mo modo do inco incons nsci cien ente te,, sino sino que que pued pueden en guia guiarr la construcción de teorías mientras permanecen inconscientes. (Por supuesto, esto no es lo que estaba ocurriendo en las teorías consideradas en los capítulos de casos. Aquellos Aquellos pensadores pensadores tenían claras las suposicione suposicioness básicas básicas que dirigían sus teorías, y algunos incluso reconocieron al carácter religioso de las mismas.) Mi punto aquí es que, mientras que las teorías puede ser producidas bajo la guía de una fe pagana, incluso cuando ésta es sostenida inconsciente2 La teoría no reduccionista de la realidad que va a ser prsentada en este capítulo es ofrecida como
ampliamente ampliamente teísta, teísta, y presuponiendo presuponiendo así la creencia creencia común a los judíos, los cristianos cristianos y los musulmanes en un Creador trascendente. Co ya lo he dicho, además del modo en que la creencia en Dios requiere una concepción no reduccionista de la realidad, las escrituras también contienen enseñanzas específicas que pueden impactar nuestras teorías. Y también dije que encuentro que estas enseñanzas adicionales impactan más frecuentemente a las teorías que tratan de los aspectos más altos en mi lista provisional que a las que tratan de los más bajos. Así, mientras que no encuentro enseñanzas escriturales que provean información específica para las teorías en matemáticas, física, biología, lógica, etcétera, aparte de que sus datos todos son creados por Dios, encuentro enseñanzas específicas concernientes a la naturaleza humana y los aspectos social, diquético y ético de la vida humana. Conforme aplique la ontología no reduccionista al aspecto social y a una teoría del estado en capítulos posteriores, estaré por lo tanto combinándola con algunas de estas enseñanzas adicionales. Y puesto que muchas de éstas se encuentran se encuentran únicamente (o primariamente) en el Nuevo Testamento, las teorías resultantes serán no sólo ampliamente teístas, sino específicamente cristianas. No me atrevo a decir hasta qué punto serán aceptables también a los judíos o los musulmanes, pero sospecho que habrá un importante traslape.
104
EL MITO DE LA NEUTRALIDAD NEUTRALIDAD RELIGIOSA
mente, la producción de teorías controladas y dirigidas por la creencia en Dios necesitará más que la guía inconsciente por parte de los pensadores judíos, cristianos o musulmanes. No sólo requerirá un esfuerzo consciente, sino que los esfuerzos más sinceros sinceros del más capaz de los pensadores pensadores pueden encontrarse con sólo un éxito a medias. Hay al menos tres razones para esto. La primera es el modo único en que la fe llega a aquellos que creen en Dios. De acuerdo acuerdo con los escritores escritores bíblicos, bíblicos, llega sólo por la conjunción conjunción de dos factores: el contacto con la revelación que Dios hace de sí mismo y la operación de la gracia de Dios que permite a una persona ver la verdad de esa revelación. La escritura por doquier representa esta gracia especial como necesaria porque debe superar la inclinación natural rumana a considerar a una cosa distinta de Dios como divina (esta inclinación es el significado verdadero de la doctrina cristiana del “pecado original”). Así, mientras que las personas pueden inconscientemente considerar todo o parte de la creación como divino, nadie alcanza la fe en el creador trascendente de manera inconsciente. La segunda razón es el modo en que los efectos residuales de esa inclinación pecaminosa hacen que resistir las influencias de las creencias y actitudes no bíblicas sea una lucha incluso dentro del más comprometido de los creyentes. Los héroes más grandes de las tradiciones bíblicas tienen tales luchas y nosotros que somos sus admiradores novatos no podemos esperar menos. Así como nuestra debilidad religiosa requiere una lucha consciente para que nuestras actitudes y comportamiento personales llegan a ser permeados y controlados por nuestra fe, también es una lucha extender la influencia de esa fe a la tarea de construir, evaluar y reformar teorías. Finalmente, las dificultades de inventar o reformar teorías sobre la base de la creencia en Dios se hacen incluso mayores por la influencia de la larga tradición de teístas que intentaron retener la estrategia reduccionista pagana. Desde luego, esta concepción ha sido tan dominante entre los teóricos teístas por tanto tiempo que es muy difícil sacudirse los hábitos de pensamiento que produce —incluso en aquellos que han llegado a verla como inadecuada. Debido los obstáculos tanto innatos como tradicionales para construir teorías radicalmente teístas, aquellos que intentan esta tarea no pueden dejar de estar dolorosamente conscientes de que sus esfuerzos pueden ser seriamente deficientes deficientes a pesar de sus mejores intenciones. intenciones. Este capítulo capítulo y los siguientes siguientes dos capítulos capítulos no debieran, debieran, por lo tanto, tanto, ser malentendidos malentendidos como pretendien pretendien-do reflejar la perspectiva bíblica de algún modo completo o final. Tampoco pretende capturar esa perspectiva con perfecta pureza. Mucho menos pretende haber encontrado las únicas hipótesis que podría ser desarrolladas desde esa perspectiva. Más bien, las teorías a ser presentadas serán intentos por resaltar la perspectiva misma al ser guiados por ella.
UNA TEORÍA NO REDUCCIONISTA DE LA REALIDAD
105
Este último punto tiene algunas consecuencias importantes. La más obvias es que con respecto a cualquier cuestión teórica particular puede haber varias hipótesis posibles que presuponen la creencia en Dios. Así que una hipótesis puede siempre dirigida propiamente por nuestra fe y aún así simplemente ser errónea. En otras palabras, cuando nos embarcamos en la tarea de hacer conjeturas explicativas, podemos estar dentro del alcance y dirección del pensamiento bíblicamente motivado, pero aún así simplemente estar equivocados en las hipótesis entitarias entitarias o perspectiv perspectivales ales de corto alcance que postulamos. postulamos. La contraparte a este punto es que los no creyentes pueden teorizar desde una perspectiva que presupone una falsa divinidad y aún así hacer propuestas específicas que son correctas de modo importante. Debemos estar siempre abiertos a aprender de tales teorías aún cuando también debamos luchar por remoldear las interpretaciones de las mismas desde una perspectiva teísta. Sería un enorme error, por lo tanto, que los creyentes en Dios rechazaran cualquier teoría enteramente meramente porque presupone una fe no bíblica. No necesitamos, por ejemplo, rechazar toda la teoría atómica y buscar un reemplazo meramente porque ha sido defendida por los materialistas. Pero aunque una hipótesis puede ser controlada por una creencia de divinidad falsa, y aún así ser correcta de modos importantes, su falsa perspectiva sobre la realidad garantizará que distorsionará y parcialmente falsificará la naturaleza de sus propuestas. Por lo tanto, tanto, nuestra nuestra posici posición ón es que, que, mientr mientras as que las hip hipóte ótesis sis entita entitaria riass regula reguladas das de modo tanto bíblico como no teísta puedan resultar ser totalmente falsas, ninguna hipótesis dirigida de modo no teísta puede jamás ser enteramente verdadera. Así, mientras que un enfoque radicalmente teísta de las teorías no determina todas las nuevas entidades hipotéticas para toda ciencia, requiere que repensemos y reformemos muchos conceptos de la naturaleza de todas las entidades hipotéticas de modo que refleje una perspectiva perspectiva teísta, es decir no reduccionista. Déjeme advertirle que repensar una teoría de la realidad en una dirección distintivamente bíblica tal de pensamiento nos conducirá algunas hipótesis muy nuevas. Muchas de ellas sonaráan extrañas comparadas con intentos pasados de teístas por pensar acerca de la teoría de la realidad —a pesar del hecho de que todos compartimos compartimos la creencia en el mismo Dios. Donde esto ocurre, sólo puedo rogarle a mis colegas creyentes que traten de distanciarse de las influencias de la tradición que nos mueven a adaptar teorías reduccionistas. No importa cuán difícil pueda ser purificar nuestras teorías de elementos paganos, es obligatorio para todo teísta. La única alternativa es dejar el teorizar acerca de la creación de Dios a aquellos que presuponen que no es la creación de Dios. Nuestra tarea, entonces, es desarrollar teorías que estén guiadas por nuestra fe en Dios. No se trata de teorizar para proveer credenciales a nuestra fe; mu-
106
EL MITO DE LA NEUTRALIDAD NEUTRALIDAD RELIGIOSA
cho menos se trata de teorizar para “dejarle espacio a la fe”. No es nuestra creencia en Dios la que necesita hacerse intelectualmente respetable mediante las teorías, sino son nuestras teorías las que necesitan hacerse religiosamente aceptables al estar internamente motivadas y dirigidas por nuestra fe.
11.2. Algunos principios guía El profundo involucramiento de la creencia religiosa tanto en la versión fuerte como en la débil de la estrategia de reducción ha sido ya demostrada. Hemos visto cómo cada versión trata de identificar la naturaleza básica de la realidad reduciendo todos sus otros aspectos al que ha sido escogido, o a los dos que han sido escogidos, como su naturaleza. La idea central de esta estrategia es que la naturaleza esencial del cosmos se puede encontrar identificando el o los aspectos que son independientes y de los cuales todos los demás dependen para existir. Esa es la razón por la que usar el vehículo de la reducción para transportarnos a la meta de explicar la naturaleza de las cosas impone el precio de un compromiso pagano: atribuye divinidad a algún aspecto o aspectos de la creación, lo cual es llanamente contrario a la doctrina bíblica de Dios como único creador trascendente y sustentador de todas las cosas distintas de sí mismo. Cualquier teoría que considera ese status a cualquier cosa distinta de Dios es por ello falsa e idólatra. Por lo tanto, sostengo que es este punto el que debe convertirse en el primer principio guía para una perspectiva genuinamente teísta. Es el principio de pancreación defendido en el último capítulo: todo lo que no sea Dios es su creación y nada en la creación, acerca de la creación, o verdadero de la creación es autoexistente .
Pero este principio sólo no suficiente para distinguir la perspectiva bíblica, porque ha sido frecuentemente aceptado por teorías que no obstante consideran algún aspecto o aspectos de la creación como generadores de la existencia de todos los demás aspectos. Para proteger el principio de creación universal de esta distorsión se requiere un segundo principio guía, el principio de irreducibilidad : ningún aspecto de la creación ha de ser considerado como el único aspecto genuino o como haciendo posible o real la existencia de cualquier otro. Este principio refleja la concepción bíblica de que toda la creación
depende directa e igualmente de Dios, de tal modo que todos los aspectos genuinos (cualquiera que pueda ser su lista correcta) son igualmente reales. Este último principio, junto con el creacionismo universal, sirve para enfocar una perspectiva más completamente teísta. Lo hace mostrando que la creencia en Dios Dios perm permea ea y cont contro rola la nues nuestr tras as teor teoría íass al requ requer erir ir el comp comple leto to aban abando dono no de las las estrategias reduccionistas, más que meramente el rechazo ecléctico de elementos objetables en el contenido de las teorías que utilizan aquellas estrategias.
UNA TEORÍA NO REDUCCIONISTA DE LA REALIDAD
107
Pero abandonar la estrategia de la reducción no nos conducirá simplemente a una respuesta diferente a la pregunta sobre la naturaleza básica de la realidad. También resulta en una nueva manera de enmarcar la pregunta misma. Desde luego, todavía queremos una teoría que pueda dar cuenta de nuestra experiencia de que varios tipos de cosas tienen naturalezas distintivas. Pero no estaremos buscando la naturaleza básica de las cosas en los sentidos de “básico” usados por las teorías reduccionistas tradicionales. En vez de ello, negaremos que cualquier aspecto sea más real que cualquier otro, o que cualquiera produzca otro. Así, la idea pagana de “básico” será excluida de la búsqueda de lo son las que las cosas son, así como será excluida de la búsqueda de por qué son cosas. En vez de ello, tenemos ahora que inventar o reinterpretar las teorías de tal modo que sean completamente no reduccionistas. Esto no es negar que en nuestra experiencia ordinaria las cosas de un tipo particular aparezcan compartiendo una naturaleza específica que está más centralmente caracterizada por ciertos aspectos suyos más que por otros aspectos. Pero enfocarnos en un aspecto particular, como el que nos dice más acerca de la naturaleza de un tipo particular de cosa, no requiere una teoría reduccionista de la realidad. Por ejemplo, una planta tiene propiedades físicas así como las tiene una piedra, pero la planta está viva y la roca no. De este modo, la naturaleza de la planta está más centralmente caracterizada por su aspecto biótico que por cualquier cualquier otro aspecto. Esto no significa, significa, sin embargo, embargo, que sus otros aspectos hayan de ser reducidos a su aspecto biótico. Basta que las leyes de ese aspecto asuman el liderazgo gobernando la organización interna y el desarrollo de una planta tomada como un todo. Por ende, podemos desde luego caracterizar su naturaleza como la de una cosa viviente. De este modo podemos destacar el aspecto biótico como el que está diciendo algo “central” acerca de la naturaleza de una planta sin requerir que ésta sólo tenga aspectos bióticos, o que aquellas propiedades generen algunos de sus otros aspectos o todos ellos. El desarrollo ulterior de un enfoque no reduccionista tal en la siguiente sección abrirá algunas direcciones interesantes para una teoría de la realidad que fueron excluidas por las presuposiciones paganas. Si ya no buscamos la naturaleza de las cosas indagando en qué aspectos se derrumban los otros, o cual produce todos los otros, entonces no necesita haber ninguna naturaleza aspectual básica de todo. Puede haber tantas “naturaleza” diferentes en la realidad creada como se necesiten para explicar los tipos de cosas que experimentamos. Si esto es así, seremos liberados de los esfuerzos absurdos e implausibles a los que las modernas teorías reductivas han sido conducidas tratando de mostrar cómo es que los más diversos tipos de cosas en realidad tienen la misma naturaleza básica. Podemos ser liberados de tales callejones sin salida precisamente al ser liberados de la compulsión de encontrar qué hay en las cosas que expli-
108
EL MITO DE LA NEUTRALIDAD NEUTRALIDAD RELIGIOSA
ca tanto su naturaleza como lo que las hace ser reales. reales. Así que, mientras mientras que saber que Dios hace que las cosas sean lo que son no nos entrega una teoría de la realidad, sí nos libera de tener que revolver el cosmos en búsqueda de la realidad divina, autoexistente, que hace que todo en el mismo sea posible y real.
11.3. El marco de la teoría de las leyes Ya hemos observado que los varios aspectos exhibidos por los objetos de la experiencia e investigados por las ciencias no son solamente tipos de propiedades sino tipos de leyes. Cada aspecto exhibe un orden entre sus propiedades tal que sus propiedades son experimentadas como relacionadas como coposibles, mutuamente exclusivas, exclusivas, o necesariamente conectadas. Por ejemplo, es una ley del aspecto físico que todas las sales de sodio se pongan amarillas al ser quemadas, mientras que es una ley del aspecto espacial que nada pueda ser a la vez redondo y cuadrado. Sin tal orden, la creación como la conocemos no podría existir existir y sin enunciados enunciados que expresen expresen tal orden no serían serían posibles posibles las teorías teorías explicativas acerca de la creación. Los enunciados nomológicos que formulamos son, por lo tanto, nuestras aproximaciones a vínculos específicos en el orden nómico cósmico. Expresan relaciones que bajo condiciones específicas son necesarias en el sentido de que no pueden ser violadas. Ya hemos observado que la idea de la ley es también prominente en la escritura, donde también tiene el sentido de dotar de orden a las cosas. El uso más prominente del término es, desde luego, en referencia a la ley religiosa y moral que tiene un papel central en el pacto que hizo Dios con Israel a través de Moisés. Pero, como vimos, la escritura también habla del orden del universo en gran escala y dice que el orden (las “ordenanzas”) de la creación es establecido y mantenido por Dios. Y agrega, como parte de las promesas del pacto de Dios, que él fielmente preservará estas leyes. Tales aserciones bíblicas no son ofrecidas en el lenguaje técnico preciso de la filos filosof ofía ía de la cien cienci cia, a, ni tamp tampoc ocoo invo involu lucr cran an lo que que he ll llam amad adoo “alt “altaa abst abstra raccción”. Pero enfatizan un punto que puede ser desarrollado de modo importante para diseñar una teoría de la realidad: incentivan la propuesta de que los teístas deben empezar a repensar la teoría de la realidad elaborando la idea de un marco de leyes bajo las cuales todas las cosas creadas existen y funcionan . La escritura habla de estas leyes como creadas y, por lo tanto, a no ser consideradas como idénticas a Dios. No obstante, constituyen el orden con el que ha construido la creación y por el cual ésta es regulada. Esto no es sugerir que las leyes sean objetos como los planetas, los árboles o los océanos, ni tampoco pretende significar que existan separadas de las cosas y eventos que gobiernan (como se suponía que existían las formas de Platón). Más bien, “ley” es nuestro
UNA TEORÍA NO REDUCCIONISTA DE LA REALIDAD
109
término término para el orden que Dios ha incrustado incrustado en su creación creación y nuestra nuestra teoría empezará reconociendo un lado ley en la realidad creada. Más aún, puesto que hemos abandonado las estrategias reduccionistas, no habrá necesidad de esperar que el marco de leyes esté constituido solamente por uno o dos tipos de leyes, o que uno o dos tipos generen todos los demás. Más bien, nuestra teoría puede incluir todos los diferentes tipos de orden que experimentamos como existentes y considerarlos a todos como componentes igualmente reales de un marco cósmico de leyes. Hay varias especies de leyes que necesitarán ser distinguidos conforme prosigamos con este enfoque. Una de éstas es la que usualmente llamamos “leyes causales”,3 otra es lo que estaba llamando llamando “leyes “leyes aspectuales”, aspectuales”, mientras que una tercera es lo que llamaré una “ley tipo”. Puesto que con toda intención nos hemos enfocado sobre los aspectos de la experiencia, empecemos con las leyes que valen entre propiedades del mismo tipo aspectual y tratemos después las leyes leyes tipo. Y como ahora vamos utilizar esa idea para desarrollar desarrollar una teoría, teoría, revisemos otra vez nuestra lista provisional de aspectos para clarificar varios de sus miembros:4 fídico ético diquético estético económico social lingüístico histórico lógico sensorial biótico físico cinético espacial cuantitativo 3 Dooyeweerd da por sentado que las leyes causales se originan con el aspecto físico, pues no
hay relaciones causales que se den entre propiedades matemáticas, espaciales o cinéticas. Desde el aspecto físico hacia arriba en nuestra lista de aspectos, sin embargo, no hay relaciones de causa y efecto, así que habla de la causalidad como “fundada” en el aspecto físico aunque no restringida a él. Aspectos más altos que el físico cada uno aporta elementos adicionales a las relaciones causales, de tal manera que experimentamos sentidos de causalidad bióticos, sensoriales, sociales, económicos, legales, etcétera, además de los físicos. Véase New Critique, vol. 2, 41, 110; vol. 3, 34 ff. 4 A pesar de estar abierta a revisión, encuentro que esta lista ha sido defendida de modo convincente por Dooyeweerd. Véase New Critique, vol. 2, 79-163.
110
EL MITO DE LA NEUTRALIDAD NEUTRALIDAD RELIGIOSA
He tratado de evitar sustantivos para designar a los miembros está lista porque los sustantivos tienden a promover el malentendido de que éstos son clases o grupos de cosas. En vez de ello he usado adjetivos para enfatizar que lo que está siendo enlistado son tipos de propiedades y leyes exhibidas por las cosas y eventos que experimentamos. Esto ha resultado en algunos términos extraños y algunos significados especiales para algunos términos familiares, así que necesito hacer algunos comentarios breves sobre algunos de ellos. El término “cuantitativo” es usado para designar el “cuanto” de las cosas y no debe ser malentendido como refiriéndose a (la teoría de) un ámbito de números o a los sistemas abstractos de las matemáticas concebidos para calcular la cantidad. Hay evidencia de que algunos animales tienen un sentido de la cantidad aunque no pueden contar, 5 y es precisamente tal conciencia intuitiva del “cuanto” de las cosas la que estoy señalando aquí. Es esta cantidad experimentada de las cosas lo que la ciencia de las matemáticas abstrae como su campo de investigación. Dentro de ese campo luego extrae posteriormente la propiedad de la cantidad discreta, la cual se convierte en la base de la serie de números naturales a partir de la cual se construyen conceptos matemáticos todavía más abstractos y complejos. Pueden entonces ser desarrolladas varias ramas de las matemáticas correspondientes a los diferentes modos en que las cantidades pueden ser calculadas formulando leyes que rigen entre ellas. Pero todo esto surge de nuestro reconocimiento intuitivo de que las cosas tienen cantidad. “Cinético” se usa para designar el movimiento de las cosas, su movimiento del espacio. Muchos científicos incluyen estas propiedades y leyes dentro del aspecto físico, aunque Galileo no parece haber hecho eso y al menos dos pensadores pensadores contemporáneo contemporáneoss han argumentado argumentado que en realidad realidad es un aspecto aspecto distinto.6 El término “sensorial” se usa en el modo explicado en el capítulo 9, esto es para cubrir las cualidades y leyes tanto de la percepción (el tacto, el gusto, la vista, el olfato y el oído) como de los sentimientos inducidos por la percepción. Están Están incl inclui uido doss en el mism mismoo aspe aspect ctoo porq porque ue la perc percep epci ción ón y el sent sentim imie ient ntos os son son ambos modos en que los humanos y los animales son sensitivos. El término “histórico”, aunque familiar, también merecer un comentario. Ello se debe a que muchas personas piensan que se refiere a todo lo que ha sucedido en el pasado. Eso no es lo que se quiere decir aquí. Ni tampoco es el modo en que los historiadores lo usan, puesto que no todo lo que ha sucedido es históricamente importante. A juzgar por lo que interesa a los historiadores, 5 T. Dantzig, Number: The Language of Science (Garden City, N.Y: Doubleday, 1954), 2-3. 6 Véase Dooyeweerd, New Critique, vol. 1, 93-106; y M. D. Stafleu, Time and Again (Toronto:
Wedge, 1980), 80 ff.
UNA TEORÍA NO REDUCCIONISTA DE LA REALIDAD
111
parece que la diferencia entre lo que es históricamente importante, y lo que no lo es, es la misma que hay entre lo que es significativo para la formación de cultura humana y lo que no lo es. Aquello de que trata la historia es entonces la trasmisión del poder formador de cultura. Así que nuestro adjetivo “histórico” será virtualmente equivalente a “cultural”. Y debido a que la formación de una cultura está basada en la habilidad de formar nuevas cosas a partir de materiales previamente existentes, algunos filósofos han preferido el término “tecnológico” para este aspecto. No importa qué término se use, lo que es importante es que sea entendido en el modo que acabo de describir, así que estaré hablando de todos los productos de la habilidad técnica humana para formar nuevas cosas a partir de materiales naturales como artefactos culturales (históricos). El término “ético” no es en lo absoluto inusual como término general para referirse a lo que es correcto y bueno, o incorrecto y malo con relación al comportamiento y las actitudes humanas. No obstante, el término se usa frecuentemente para cubrir dos sentidos muy distintos aquellos términos: lo que es correcto o incorrecto de acuerdo con la justicia y lo que es correcto o incorrecto de acuerdo con la moralidad. En la lista dada arriba han de ser distinguidos estos aspectos. El aspecto diquético [de la justicia] tiene que ver con las normas que se aplicarán a nuestras actitudes y acciones concernientes a lo que es justo. En contraste, el aspecto ético, como el término se usa aquí, tiene que ver con normas relativas a lo que es amoroso o benéfico. Aunque diferentes, los dos sentidos están desde luego relacionados. En términos generales, podemos ser justos con alguien sin ser amorosos, pero no podemos ser amorosos con esa persona sin ser justos. El amor frecuentemente nos solicita que vayamos más allá de lo que alguien merece legalment legalmentee —como —como se ilustra mediante la famosa historia de Jesús del buen samaritano. Pero tendríamos que ser por lo menos tan justos con alguien como lo permiten las circunstancias antes de que pudiéramos lograr amar a esa persona. Nuestra concepción del aspecto ético podría por lo tanto ser llamado una “ética del amor”, pero en un sentido mucho más fuerte que el sentido en el que usualmente se usa la expresión. No queremos decir meramente que la gente debiera ser amorosa, sino que el amor es aquello acerca de lo que trata la ética. Para esta concepción, por lo tanto, el amor es más que meramente un sentimiento. Es un principio normativo de acción circunscrito por la amonestación bíblica “ama a tu prójimo como aquí mismo”. En otras palabras, debemos balancear nuestro propio interés por los intereses intereses de los demás. Las obligacion obligaciones es éticas son por lo tanto aquellas aquellas que surgen de esta norma en sentidos precisos que varían de acuerdo con las diferentes relaciones amorosas, tales como amor propio, amor a la esposa, amor a los hijos o los padres, amor a los amigos, amor a la nación o amor por el nece-
112
EL MITO DE LA NEUTRALIDAD NEUTRALIDAD RELIGIOSA
sitado, etcétera. Puesto que estas obligaciones surgen de una norma aspectual, se extienden a lo largo del entero espectro de la experiencia humana, y así también incluyen obligaciones hacia la naturaleza, hacia el trabajo propio, al país de uno, al arte, a la enseñanza, etcétera. En resumen, el aspecto ético es aquel cuyo orden incluye la norma y obligaciones para la vida amorosa humana. Debieran notarse también, sin embargo, que este sentido ético del amor no es el mismo que el sentido en que “amor” es usado por la escritura para nuestra relación propia con Dios. Esto se s e muestra por el hecho de que él mandamiento central de amar a Dios no es condicional como lo es el mandamiento ético de amar a nuestro prójimo. Pues mientras que el amor ético por otros ha de ser balanceado con el amor propio, el amor a Dios es incondicional: “amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas” (Dt. 6:5; Mr. 12:28-34). En su sentido religioso, por lo tanto, el amor a Dios no es un mero bien ético (sin negar la importancia de éste) sino que es el compromiso del ser total de uno con el servicio a Dios por encima de todo lo demás. Finalmente el término “fídico” es usado para referir a los variables niveles de fiabilidad o confiabilidad que puede tener una cosa o una persona. Este aspecto es especialmente importante en conexión con las relaciones sociales humanas de todos tipos, las que se desintegran rápidamente cuando hay una carencia significativa de confianza. Pero debido a que este aspecto tiene que ver con todos los grados de confianza y certeza, también tiene una conexión especial especial con la fe religiosa. Esta conexión conexión surge siempre que alguien alguien confía en algo como incondicionalmente fiable, pues solamente algo que tiene existencia incondicionada puede ser incondicionalmente fiable. Confíar en algo como incondicionalmente fiable, por lo tanto, presupone que ello sea lo que es autoexistente y por ende divino.