1. Tú puedes dejar de fumar con el método Rowshan El diablo impartía un nuvo curso en el infierno. Empezó la clase explicando a sus aprendices que su trabajo se le hacía cada vez más dificil por que la gente ya no estaba dispuesta a vender su alma tan fácilmente com antes. “La humandad siente la presencia de lo divino en sus corazónes”, dijo el representante de Satanás. El diablo preguntó a sus jovenes aprencides si tenían alguna sugerencia. El pimer aprendiz dijo: “¿Por qué no decimos a la gente que Dios no existe?” El diablo sonrió y respondió: “Eso no funcionará porque Dios ha plantado una semilla en sus corazónes y tarde temprano lo descubrírían”. El sgundo aprendiz levantó a mano y preguntó: “¿Por qué no les decimos que el pecado no existe, que el infierno es una invención?”. El diablo sacudió la cabeza y cotestó: “No. Eso tampoco daía resultado porque el mismo Dios que se ha colado en sus crazones les hace sufrir cuand comenten un error. Así que todo el mundo ha sufrido un infierno muhas veces. No funcionaría”. El tercer aprendiz pidió permiso para halar: “Maestro, afirmas que decirles que Dios no existe no tiene sentido, ni decirles que el infierno es una invención; ¿y si les decimos que no deberían de darse prisa por que tienen todo el tiempo del mundo?”. Una gran sonrisa iluminó la caa del diablo: “Es una sugerencia genial. Sencillamente genial. Digámosles que tiene todo el timpo por delane.” Mi propósito al escribir este libro es decirte que no tienes todo el tiempo del mundo. No tenemos todo el tiempo del mundo para dsfrutar de la vida. Ni para disrutar de ella sin dependencias. Tienes este libro en tus manos porque te has dado cuenta de que no disfrutabas de la vida plenamente por tu dependencia del tabaco. Miles de fumadores han dejando de fumar con mi método. Sin el sufrimiento, las ansias por fumar ni el aumento de peso que se asocian normalmenete al abandono del hábito. A lo mejor te parece un milagro porque has luchado contra ello anteriormente y no lo han conseguido, o tienes demasiado miedo como para itentarlo siquiera. Yo también fumaba. Sé lo mal que sientan las primeras caladas y como se convierten en algo “placentero”. También “volví a engancharme” a propósito unos años después para entender lo que decian los exfumadores felices cuando me explicaban cómo se lamentaban por un tonto pitillo que les volvió a atrapar. Más adelante lo explicaré más detalladamente. Existe una gran confusión y falta de comprensión en cuanto al carácter fundamental del tabaquismo. Entenderás la verdadera naturaleza de la respuesta física y psíquica a la nicotina. Lo qe te ayuradá a dejar de fumar no es saber que el tabaco puede acabar con tu vida, sino cómo liberarte de él. Se que puedes ser escéptico a la hora de plantearte dejar de fumar. Probablemente te cosideras a ti mismo como alguien que tiene poca fuerza de voluntad, que disfruta del tabaco y que ha intentado dejarlo antes con poco o ningún éxito. He llevado a cabo estudios sobre las diferentes formas de dejar de fumar. No me considero un experto en la “adicción” a la nicotina. Soy experto en dejar de fumar. Después de más de quince años de estudios y experimentos, he desarrollado diferentes métodos basados en la hipnósis y en la terapia magnética con el fin de ayudar a los fumadores a dejar el tabaco de forma fácil, sin esfuerzos, sin aumento de peso, sin sufrimiento y, sobre todo, sin fuerza de voluntad y en una sola sesión.
Fui pionero en introducir en España unmétodo basado en la hipnósis de grupo. Pocos años después de mi trabajo, descubrí que había gete que me copiaba. Algunos habían calcado habilmente la estructura de mi programa. Oros, sin embargo, simplemente repetían lo que decía. Se colaban en mis sesiones y las plagiaban. Acabaron teniendo una mala copia de un gran método. Algunos todavía se anuncian por ahí. ¡Me contaron que una persona se dedicó a copiar mis palabras al pie de la letra y las lee!. Esas personas no entienden que yo mejoro mi método constantemente. Para salvaguardar la propiedad intelectual de mi sistema y proteger a los fumadores de copias baratas, inicié un programa de formación para personal sanitario serio. Si estás interesado en aprender cómo ayudar a los fumadores con mi método, puedes obtener la informaión necesaría en www.metodorowshan.com o llamando al 94 401 41 84.
El objetivo de este libro es proporcionarte todo lo necesario para dejar de fumar.Te facilitaré herramientas que puedes utilizar para dejar el tabaco más fácilmente de lo que puedas pensar. Encontrarás información instructiva sobre el tabaquismo que te ayudará a dejar de fumar. De hecho, puedes dejar de hacerlo con este libro y CD siempre que lo leas atentamente y sigas sus sencillas instrucciones. Sí.Puedes dejar de fumar y liberarte de esa esclavitud leyendo este libro y, después de fumar tu último cigarrillo, escuchar el CD que viene con el libro. Es todo lo que necesitas. Después de leer y entender mi libro, fúmate tu último cigarrillo, luego escucha mi voz en el CD y libérate del tabaco.
Una noche de verano me desperté muy sediento. Me levanté y me dirigi a Ia cocina. Al caminar descalzo por el suelo de Ia cocina, me entro frio. Así quc me puse un jersey de lana. Su textura hizo que el torso empezara a picarme. Así que empecé a rascarme. Los picores no hicieron que me olvidara dc la sed. No había agua mineral en la nevera. No soporto el sabor del agua del grifo. No habia nada en la nevera. Ni siquiera zumo. Solo habia un gran limón jugoso que me observaba desde una esquina. Así que Io tomé, saqué un afilado cuchillo de un cajon y lo partí por la mitad. Sostuve la mitad del limón en la mano y después pasé Ia lengua por él lentamente. Me encanta el sabor de los limones. Empecé a exprimirlo. Su zumo amargo inundó mi boca y lo tragué con alivio. Por fin di un gran mordisco a la pulpa de la otra mitad mientras el jugo ácido me chorreaba por la cara y... Bueno, si continúo con esta historia, tarde o temprano acabaras salivando. No tienes ningún limón en la boca, pero tus papilas gustativas reaccionan como si hubiera un sabor ácido. ¿Cómo explicas tu experiencia? Imagino que ahora empiezas a creer que las palabras tienen un efecto mágico. Tus pensamientos pueden modificar tu bioquímica y tus sensaciones corporales. Eneste caso, mi instrumento es la palabra escrita y hablada en el CD de relajación hipnótica. Las palabras son poderosas; tanto que pueden curar como herir. Históricamente, seres diabólicos y buenas personas han empleado el lenguaje para conseguir milagros y atrocidades. Gandhi, por ejemplo, movilizó los recursos internos de un pueblo y liberó su país de un ejercito “invencible” gracias a las “palabras”. En el extremo contrario tenemos a Adolf Hitler, que utilizó la misma herramienta, “las palabras”, y movilizó a todo un pais para que se uniera a él en la perpretación de actos diabólicos. El profesor Giorgo Galli, historiador y experto en nazismo con reconocimiento mundial, en una entrevista publicada en la revista italiana 30 giorni, dijo que Adolf Hitler “con toda probabilidad aprendió esta forma casi hipnótica de comunicación de Hanussen, el mago alemán”. El profesor Galli añadió; “Sabemos con certeza que Hitler hizo clases de dicción con Hanussen.” El CD que acompaña este libro te ofrece todas las sugerencias necesarias para que puedas
librarte de la dependencia del tabaco. Con la relajación hipnótica de mi método, dejar de fuamr es mucho más fácil de lo que crees. Sin fuerza de voluntad Haz la siguiente prueba. Imagínate un cigarro: su olor, su sabor, su color y su tacto entre los dedos o entre tus labios mientras das una clada profunda. Es como si estubieras fumando en este momento. Hazlo. (Obviamente, puedes seguir fumando mientras lees este libro, hasta que llegues a la última parte, en la que fumarás tu último cigarrillo). Así que estás pensando en un cigarrillo o disfrutando de él plenamente. Ahora con toda tu fuerza de voluntad, intenta no pensar en el tabaco. Trata de olvidarte de él mediante la fuerza de voluntad. Tómate tu tiempo y pocúralo con todas tus fuerzas. Adelante. Inténtalo ahora. ¿Qué sucede? ¿Te resulta difícil no pensar en el cigarrillo?. Como ves, cuanto más lo intentes, mayor deseo tendrás de fumar. La fuerza de voluntad es un estado mental espontáneo, una actitud que fluye libremente y que no puede forzarse. Intentemoslo ahora con la imaginación, un recurso de nuestro insconsciente. Imagínate que estás fumando o que enciendes un cigarrillo mientras lees. Colócatelo entre los labios y dale una calada. Deja que el humo cálido te baje por la garganta. Siéntelo. Ahora imagínate que dentro del cigarrillo, entre las hojas del tabaco triturado, de algún modo, hay pequeños huevos de los que, al calentarse por el humo, salen minúsculos guanos. Algunos se queman vivos y mueren entre las cenizas. Otros, sin embargo escapan del fuego hacía el extremo del cigarrillo y se acercan al filtro hasta llegar a tu boca. Imagínate la sensación de tener pequeños gusanos, del tamaño de un grano de arroz, deslizándose por tu lengua. Algunos se trituran entre tus dientes y otros bajan por tu garganta cuando inhalas. ¿Qué sensación te causa esta experiencia emocional? Compárala con la experiencia de tu fuerza de voluntad. ¿Cual de ellas te ha causado un efecto más poderoso?. Mi método no se basa en una experiencia que causa adversión. Simplemente quería mostrarte el poder de la imaginación; el poder de tu subconsciente. La imaginación es más poderosa que la fuerza de voluntad. La fuerza de voluntad es un estado mental que no puede emplearse a dicreción. Es un contrasentido. Desear la ausencia de un deseo lleva a anhelarlo más. Intenta no pensar en un gato blanco. Independientemente de lo poderosa que sea tu voluntad, no puedes olvidar algo sólo por desearlo. Otra variación del método basado en la fuerza de voluntad es reducir el número de cigarrillos que fumas. Veamos cómo funciona. Tú reduces el número de cigarros que fumas hasta llegar a un cigarro al día. Reducir lentamente tu consumo de nicotina no funciona, tal como demuestran muchos estudios, y lo que es más, numerosos fumadores frustados son prueba de ello. ¿Por que no funciona la técnica de la reducción? Cuando llegaste a uno al día, no era un fumador que sólo fumaba un cigarro al día. Eras un fumador de veinte, de cuarenta o incluso más cigarros al día, que sólo fumaba uno para mantener vivo ese hábito. En terminos químicos, habias superado la nicotina pero el verdadero hábito estaba tan activo como cuando empezó. Si el aspecto químico del tabaco fuera el problema principal, la reducción gradual habría funcionado, pero como básicamente se trata de un hábito repetitivo, nada hará que lo dejes a no ser que lo hagas de golpe. Las personas que dejan de fumas con éxito son las que deciden dejarlo de golpe. Reducir el número de cigarros es una trampa. Cuando llegas a uno o dos ciggaros al día, te obsesionas y estás ansioso de que llegue el momento de fumarte el próximo cigarro. También fumarás muy intensamente pensando que “al fin y al cabo, solo fumo dos cigarros al día”. Las personas que dejan de fumar con éxito lo dejan en seco.
Dejarlo en seco es como pulsar un botón. O se pulsa o no. Un botón no puede pulsarse a medias. No tiene sentido. O quieres dejar de fumar o no. O eres fumador o no lo eres. Todos los fumadores, ya fumen cuatro cigarros o cuatro paquetes al día, pertenecen a la misma categoría: son fumadores. Puede parecerte que será más dificil dejar de fumar para alguien que fume cuatro cajetillas al día que para alguien que sólo fuma cuatro cigarros al día. La verdad es que no importa el número de cigarros que fumes. Eres fuamdor incluso si sólo fumas los fines de semana. En realidad, lo que nos esclavida son nuestro miedos y pensamientos. Una vez cambiamos esos pensamientos, podemos modificar nuestro comportamiento y dejar de fumar. La mente no puede diferenciar de lo real y lo imaginario. La mente reacciona ante una idea y produce cambios bioquímicos como si esta fuera real. Leer acerca de un limón jugoso y percibir su sabor ácido es un buen ejemplo de las reacciones fisiológicas antes un simple pensamiento. El miedo a que tu vida no vaya a ser la misma sin el tabaco es como el miedo que sentiste cuando aprendiste a montar en bicicleta. Con toda probabilidad, tu padre, tu hermano mayor o algún familiar te enseñó a montar en bicicleta . Tesostuvo la parte trasera de la bicicleta mientras tú la agarrabas con firmeza e intentabas conducirla al tiempo que pedaleabas y mantenías el equilibrio. Te sentías torpe y tenías cierto temos a caerte. “No me sueltes todavía. Por favor. Nome sueltes”, rogabas a esa persona mientras ella te aseguraba que no iba a soltarte. Tú no parabas de mirar hacía atrás para asegurarte de que no te soltaba. Hasta que de pronto te diste cuenta de que pedaleabas y llevabas la bicicleta túsolo. Tus temores desaparecieron al instante. Aprendiste a montar en bicicleta.
A veces los cambios se producen de forma espontánea. Sin embargo, cuando queremos cambiar algo de nuestras vidas, tendemos a luchar y a sentirnos frustrados por miedo a caer. Parece que cuanta más fuerza de voluntad empleamos, peores son los resultados. ¿Alguna vez has intentado obligar a comes a un niño algo que no quiere? Si lo has hecho, te habrás dado cuenta de que cuanto más insistas, más se resistirá el niño. Sin embargo, si le “prohibes” comer verduras diciendo que “eres muy pequeño para comértelas, por que la verduras son para niños mayores”, es muy probable que el niño empiece a pedirlas. Es un contrasentido. Émile Coue, el padre de la autosugestión, lo denominó “Lay del Efecto Contrario”. Coue afirmaba que “cuando hay un conflictoentre la fuerza de voluntad (un esfuerzo consciente) y la imaginación (una imagen mental), no sólo no hacemos lo que deseamos, sino todo lo contrario”. Cuando alguien piensa que le gustaría hacer algo pero cree que no puede, cuanto más lo intenta, más dificil le resulta. Un ejemplo típico de la Ley de Efecto Contrario es no recordar dónde has puesto las llaves. Cuanto más esfuerzos por recordar donde las has puesto, más dificil resulta. Después, cuando has dejado de intentarlo y estás lavando los platos o pensando en otra cosa, recuerdas dónde las has puesto. O puede que siempre que hayas intentado hacer un esfurzo por dormirte, no lo hayas conseguido. Los insomnes se dicen a sí mismos que tienen que dormir o estarán cansados, de mal humor, etcétera. Dan vueltas en la cama e intentan forzarse a dormir sin éxito. Cuanto más se esfuerzan por dormir menos lo consiguen. Quedarse dormido es una actividad natural y espontánea. La mayoría de la gente se acuesta y deja que fluyan sus pensamientos. Piensan en lo que han hecho durante el día, recuerdan algunas escenas de una película que hayan visto, etcétera, y antes de darse cuenta, se quedan dormidos sin esfuerzo. Es un contrasentido, Ni siquiera piensan en quedarse dormidos. Simplemente se duermen.
Por lo tanto, un esfuerzo consciente mediante la fuerza de voluntad a menudo se convierte en un obstáculo para romper un mal hábito o formar otro nuevo. Como cofundador del Instituto de Invetigación Mental, el doctor Paul Watzlawick advertía, en muchos casos, que el esfuerzo por cambiar un hábito indeseable, de hecho, puede servir para reforzarlo. Al contrario de lo que se cree normalmente, las personas que dejan de fumar con éxito no emplean una fuerza de voluntad “férrea” para librarse del tabaco. Se lo toman con calma. Su actitud es “bueno, voy a dejar ese hábito”. Nolo ven como algo grave. Lo que NO encontrarás en este libro En este libro no encontrarás información detallada sobre lo sucio, caro, cancerígeno, etcétera, que resulta el tabaco. No pierdo el tiempo con eso porque tú ya lo sabes, y ofrecer más información detallada sería “más de lo mismo”. Si la información específica sobre los peligros del tabaco ayuda a dejar de fumar, ¿por qué en España el personal sanitario fuma más que nadie? ¿no saben los doctores, por ejemplo, lo peligroso que resulta el tabaco para la salud? ¿Por qué a pesar de la información detallada que se tiene sobre ello, fuma tanto el personal sanitario? La respuesta es que saber que el tabaco puede matarte lentamente no motiva al fumador a dejr de fumar. Cuando los fumadores oyen hablar de los peligros, se ponen nerviosos y ansiosos. ¿Cómo se calamn los fumadores? Contradictoriamente, ¡intentan calmar su ansiedad fumando más! A menudo, la información que tenía el propósito de motivarles para dejar de fumar les asusta tanto que acaban fumando todavía más. Durante años, me he dedicado a tratar con fumadores de todo tipo. ¡Desde personas que fumaban cinco cigarros al día hasta fumadores empedernidos que dependían de tres o cuatro o hasta cinco cajetillas al día! Ayudé a miles de fumadores tanto leves como empedernidos. Fuamdores de entre doce y ochenta años que dejaban de fumar fácilmente en una sesión. Al principio viajaba mucho llevando mis métodos a númerosas ciudades. Sin embargo, mi método se hizo popular casi sin publicidad, hasta tal punto que había fumadores que se desplazaban hasta mi consulta en Bilbao desde todo el país e incluso desde el extranjero. Un fumador empedernido Antes de explicarte cómo puedes librarte de las garras diabólicas del tabaco, déjame que te cuente una de las muchas historias de fumadores que han dejado de hacerlo fácilmente y con éxito. Victor había fumado durante toda su edad adulta, como un campeón. Prácticamente no podía ni subir las escaleras sin perder el aliento. Empezó a pasarlo tan mal con la tos del fumador que durante un ataque de tos perruna estuvo a punto de desgarrarse un músculo. ¡Solía levantarse de noche respirando con dificultad y muriéndose por un cigarro! Se fumaba cinco paquetes diarios. Tenía los dientes amarillentos, los ojos sin el más minimo brillo, la piel de ese tono gris mortecino que le identificaba como “fumador”, y llevaba siempre un cigarro colgando en la boca o en sus dedos amarillentos. Había intentado dejar de fumar muchas veces, pero había fracasado de mala manera. Ni siquiera dos operaciones del coranzón habían conseguido apartarle del tabaco. Sus familiares y amigos le habían rogado que “salvara su vida”, pero estaba totalmente convencido de que al no haber logrado dejar de fumar anteriormente, era “un adicto a la nicotina” de por vida y probablemente inhalaría cigarrillos hasta su último aliento. Bueno, así era Victor el fumador. Tosía con tos perruna, le faltaba el aire y todo el mundo le regañaba diciendole “¡coge el toro por los cuernos y deja de fumar!”. Pero a pesar de aquella presión y de su mala salud, lo último en lo que pensaba era dejar de fumar.
Se presentó en mi sesión con bastante escepticismo. Ningín método le había ayudado a dejar de fumar sus queridas cinco cajetillas diarias. Una vez acabada la sesión, ya no quería volver a fumar. Dejó de fumar fácilmente. Sin ansiedad. Sin sufrimientos. Se convirtió en un exfumador feliz. Hace cinco años que disfruta de una vida feliz sin fumar. Es muy probable que hayas oído historia de terror de personas que han intentado dejar de fumar, o quizás hayas pasado por una terrible experiencia si lo has intentado. Así que puedo entender que seas escéptico cuando te digo que dejar de fumar es más fácil de lo que crees. Tú puedes dejar de fumar sin mucho estrés y sin sufrir durante semanas o meses esas ansias por fumar o el doloroso síndorme de abtinencia. ¡No tienes que tomar otra decisión extraordinaria para dejar de fumar! Te pido que continúes leyendo sin prejuicios y que luego sigas unas sencillas instrucciones. Tú puedes dejar de fumar y dejar atrás todo eso. En este libro me refiero a ti como fumador de cigarros. Sin embargo, quizá fumes en pipa, puros o cualquier otro tipo de tabaco. Obviamente, las estrategias explicadas aquí son aplicable a cualquier fumador. Cómo leer este libro Dedica varios días a cada capítulo. Evita pensar demasiado en el libro. Si alargar la lectura durante muchos meses, el libro no surtirá efecto. Probablemente necesitarás de tres a cuatro semanas para asimilarlo. No lo hagas apresuradamente. Sé que quieres dejar el tabaco lo antes posible, pero es mejor hacerlo bien. Quizá puedas seguir los pasos en sólo dos semanas. Asegúrate de que sigues las instrucciones atentamente. Algunos conceptos pueden parecerte tan familiares que quizá quieras leerlos rápidamente. Te ruego que tengas apciencia. Sé que algunas ideas o datos te resultarán nuevos, así que es importante que leas este libro con atención. Lee el libro y sigue las instrucciones. Muy pronto te pediré que acometas una tarea importante. Puede que el ejercicio te parezca algo raro. Sin embargo, te preparará para dejar de fumar fácilmente. Dale una oportunidad. Ponlo en práctica tal y como te lo explico en el libro y comprueba los resultados. El desarrollo de mi método Cuando escribí mi primer libro, Estrés, entrvisté a numerosas personas que había superado circunstancias adversas, campos de concentración, persecuciones por causas religiosas, terrorismo, o el estrés de la vida diaria. Yo estaba más interesado en sus estrategias que en lo que pudiera ofrecer la psicología. Quería aprender a descifrar los secretos de esas personas y luego enseñárselos a los demás. En lugar de buscar teoría y principios en los libros de psicología, quería encontrar las actitudes y estrategias probadas que habían ayudado a estas personas a superar su tensión a pesar de las situaciones estresantes. Cuando empecé a interesarme por los métodos para dejar de fumar, leí e investigué todas las técnicas y consejos de los profesionales de la medicina. Decían lo siguiente:
La nicotina es una droga Los fumadores son drogadictos El tabaquismo es una enfermedad contagiosa categorizada como enfermedad mental Dejar de fumar es muy dificil Debido a su alto grado de adicción, los fumadores sufren síndrome de abtinencia La terapia de sustitución de la nicotina (parches, chicles, bupropión) son los únicos tratamientos eficaces
Para dejar de fumar, debes elegir una fecha (preferiblemente una especial), cambiar de marca de tabaco, fumar en lugares incómodos, evitar a los fumadores, los bares y las cafeterías, y pedir a tus familiares y amigos que te ayuden, te animen y que no fumen cuando estés presente. Cuando tengas ansias de fumar, bébete un vaso de agua o come algo de fruta. Modifica tu rutina. En lugar de beber café, toma té e infusiones.
Mi interés por el tema aumentó gradualmente y empecé a preguntar a los exfumadores cómo habían dejado de fumar. Me ofecieron una gran variedad de formas por las cuales habían dejado de fumar por sí mismos. Terapias sustitutivas de la nicotina y formas alternativas que incluían la hipnosis. Aunque había estudiado hipnosis y la practicaba, quería descubrír los secretos de quienes habían dejado de fumar sin ayuda. Quería saber cómo lo habían conseguido. Obviamente, cuando les preguntaba cómo habían dejado de fumar, la mayoría contestaba algo así: “Bueno, un día pensé, ¡qué demonios!, ya he fumado bastante. Voy a dejar de fumar por que toso, me canso al andar, etcétera”. Y simplemente tiraron la cajetilla y no sufrieron ninguno de los sintomas del “síndorme de abtinencia” de los que les habían advertido los expertos. No engordaron. No sufrieron ansias por fumar. No tuvieron que hacer el más minimo esfuerzo. Pensé que esas personas eran excepcionales; que quizá tenían una fuerza de voluntad de hierro. Sin embargo, resultó que la mayoría había tenido dificultades a la hora de terminar algún proyecto y, como el resto de los mortales, había tenido que arrastarse para levantarse de la cama los lunes por la mañana. En resumen, no tenían una voluntad de hierro. Para mi sorpresa, como también descubrírán en este libro, quienes habían dejado de fumar con éxito habían quebrantado todas las normas ofrecidas por los expertos. ¿qué era lo que marcaba la diferencia para lograr dejar de fumar? Empecé a recopilar distintas estrategias. Pero estaba interesado únicamente en los exfumadores que habían dejado de fuamr sin esfuerzo. Por ejemplo, empecé a descartar a todos aquellos que habían dejado de fumar durante años pero que todavía seguían pensando en el tabaco y encendían un cigarro y jugueteaban con él sin fumarselo. O a los que habían dejado de fuamr pero lo consideraban un sacrificio. Aquéllos a los que si su doctor les dijera que el tabaco no era peligroso para ellos, volverían a fumar de inmediato. Así que mi selección se fué reduciendo hasta que obtuve un grupo de personas que cumplian los siguientes criterios:
Sin esfuerzo Sin fuerza de voluntad sin engordar Sin molestias Sin ayuda (artilugios, parches de nicotina, chicles, medicamentos, ect...)
Cuando analicé a los exfumadores que habían dejado de fumar sin ansiedad y sin aumento de peso, me dí cuenta de que habían incumplido los consejos de la mayoría de los expertos. Sus consejos recomiendan evitar los lugares y actividades que se asocian al tabaco. En otras oalabra, le piden que despertarse, beber café, leer el periódico, conducir, habalr por teléfono, trabajar en la oficina o en casa, ir a restaurantes y cafeterías, mantener relacciones sexuales, etcétera. Para un fumador todas estas sitiaciones están asociadas al fumar. Cuando he preguntado a personas que han dejado de fumar con éxito cómo lo consiguieron, lo único que han podido contestarme ha sido: “Bueno, un día decidí que ya no queria volver a fumar”. Está claro que esa fué la parte consciente de sus estrategias insconscientes. Después de varios años de estudios, entrevistas y experimentos, había encontrado la solución. Descubrí cómo ayudar a los fumadores en grupo e individualmente en sesiones privadas. Normalmente, los científicos formulan teorías y luego realizan experimentos para probar que la teoría es correcta. Yo hice lo contrario. Primero descubrí la solución y luego busqué teorías que
probaran su efectividad. Al contrario que los científicos, yo no buscaba la verdad. Me preocupaba su efectividad (algo que funciona bien) y eficiencia (con el menor esfuerzo). Con este libro en las manos, quizá sientas cierto temor en cuanto a tu decisión. Puede que incluso tengas dudas o te muestres escéptico. Tu sensación cambiará. Continúa leyendo y te daras cuenta de que se produce un cambio en tu ánimo. Actitud e ideas en cuanto a tu decisión. Sé que estás enganchado al tabaco. No quiero que intentes dejar de fumar antes de acabar de ller este libro. Sé que no estás preparado para ello. Por eso lo estás leyendo. No quiero que dejes de fumar en este momento. Sólo ten presente que cada vez que fumas porque crees que obtienes algún beneficio con ello, recibes un doble mensaje de tu cigarro. Si te pudiera hablar, te diría: “Tu no tienes remedio; no puedes hacer nada sin mi ayuda”. Y “Te enganché”. No dejes de fumar hasta que termines de leer este libro al menos una vez. Después de leerlo y de escuchar el CD, tendras todas las capacidadess necesarias para dejar de fumar, tanto a nivel consciente como inconsciente. Puede que al leer este libro tengas miedo de tomar esta decisión. Sin embargo, todo lo que te estoy pidiendo es que te decidas a leerlo. No hace falta que la decidas todavía. Da una oportunidad a mi método. Sigue las instrucciones y compruébalo. Si eres como la mayoría de los fumadores, la idea de dejar de fumar te aterra. Puede que tengas miedo de dejar de fumar, miedo a dejar el tabaco después de tantos años. Miedo a matar a ese compañero que te da calma, te ofrece un gran placer, te da seguridad y confianza, te anima y te ofrece una larga lista de beneficios. Sin embargo, si estas leyendo este libro es porque te has dado cuenta de que ese mismo compañero te hace toser, hace que te entre el pánico cuando te quedas sin cigarrillos y es muy probable que te produzca un gran número de enfermedades graves. Así que por un lado quieres dejar de fumar porque sabes que es dañino para tu salud, pero por otro te da miedo dejar de depender de el. Esta sensación de pánico es normal. Una tarea importante Me gustaría pedirte que hagas una tarea durante los próximos siete dias. Es un ejercicio importante. Es indispensable que lo hagas. Puede que este ejercicio te parezca extraño y algo absurdo. Creo que a estas alturas me he ganado alga de tu confianza. Ademas, si quieres conseguir dejar de fumar fácilmente, te recomiendo que sigas mis instrucciones. Cada día, preferiblemente a la misma hora, pon en hora un despertador para que suene media hora más tarde. Sientate en un lugar cómodo donde nadie te moleste. Durante esa media hora, permanece solo en una habitación, túmbate o siéntate en un sillón, e intenta recordar de forma voluntaria tus peores fantasías relacionadas con dejar de fumar. Piensa en la gran ansiedad y el pánico que sufrirías por el «mono». Seguirás en ese estado durante la media hora restante. En cuanto suene el despertador, deja de evocar esas sensaciones, apágalo y termina el ejercicio. Deja de evocar los pensamientos y sensaciones que has provocado, sal de la habitación, lavate la cara y sigue con tus actividades diarias. Sin embargo, durante esos treinta minutos, debes pensar voluntariamente en las cosas que más te preocupan sobre dejar de fumar y en particular sobre las posibles consecuencias del «mono», recordando todas esas sensaciones y sentimientos. Si quieres gritar, hazlo. Si necesitas llorar, hazlo. Si tienes que tirarte del pelo, hazlo. Haz todo lo posible por pensar en las peores fantasías que puedas tener sobre dejar de fumar. Quizá pienses, por ejemplo, que sin cigarrillos no podrás concentrarte como antes, ni relajarte, ni vivir como antes. Haz este ejercicio durante los próximos siete dias. La razón de este ejercicio te lo explicaré más adelante. Mientras tanto, haz este ejercicio cada día a la misma hora. Y por supuesto, puedes seguir leyendo el libro en otro momento, cuando te apetezca.
2. Por que quieres dejar de fumar Aquel que tiene un porque para vivir, se puede enfrentar a todos los «cómos». FRIEDRICH NIETZSCHE En una ocasión, un hombre inició un largo viaje para visitar a un maestro de zen en busca de la sabiduría. Cuando llegó, después de varios meses de viaje, pidió que le permitieran hacer preguntas sobre el sentido de la vida. Cuando por fin estuvo ante el maestro de zen, este le explicó todo lo que sabía. Cuando el maestro le decía algo, el hombre le interrumpía diciendo lo que pensaba sobre el tema. Después de varias horas, el maestro pidió que les trajeran té. El maestro ofreció una pequeña taza a su nuevo alumno y empezó a verter el té. El nivel de té comenzó a aumentar rápidamente, pero el maestro de zen continuaba vertiendolo, hasta el punto de empezar a derramarse y a caer sobre las ropas del viajero, que se quejó diciendo: «Pero, maestro, mi taza esta llena. Ya no cabe más.» El maestro de zen se detuvo y dijo: «Efectivamente. También lo esta la taza de tú conocimiento. iComo puedes recibir algo si tu taza esta llena!» Mi método funciona
Si deseas acabar con tu esclavitud a un producto que ya no deseas comprar, consumir ni permitir que reduzca tu calidad de vida, utiliza este libro y el CD que incluye la llave para abrir la puerta de salida. Este método funciona. Funcionará para quien de verdad desee utilizarlo. Todo lo que hace falta es prestar atención. Aunque he dicho que puedes dejar de fumar sin fuerza de voluntad, está claro que deberas estar dispuesto a realizar las sencillas acciones de este proceso que no incluyen resistirse al tabaco. De hecho, te ánimo a fumar cada vez que de verdad quieras o «necesites» hacerlo mientras lees. Al final del libro te pediré que fumes tu último cigarrillo y que luego escuches el CD de relajación hipnótica. La mayoría de los fumadores tiene una actitud complaciente respecto al tabaco. Esos fumadores complacientes saben que estan enganchados a unos cigarrillos venenosos pero intentan hacer caso omiso de la tos, la baja autoestima, el cansancio, el mal aliento y, sobre todo, la dependencia. Y digo que «intentan» porque creo que incluso los miembros más fervientes del club del tabaco a veces son conscientes de que este les hace sentir fatal. Sin embargo, tratan de convencerse con nurnerosas justificaciones, como «de algo se tiene que morir uno», o «la tos y el riesgo de enfermedades es el precio del placer», etcétera. Lamentablemente, esos fumadores se han convertido en maestros del autoengaño. Tú eres diferente. Tú eres un fumador que se cuestiona el acto de fumar. Quieres dejar de fumar de forma inteligente. Tú no eres complaciente. Eres, coma diría un ex fumador, «un fumador arrepentido». Eso significa que lamentas todos esos años que has estado envenenando a tu cuerpo y quieres dejar de hacerlo. Eso significa que quieres cambiar a mejor. Veamos ahora las posibles causas por las que quieres dejar de fumar. Tus razones son importantes porque influyen en tu motivación para dejar de fumar.
Por los demás «Mi esposo no soporta que yo fume; por eso voy a dejar el tabaco.» «Mi esposa está intentando dejar de fumar, así que voy a dejarlo para ayudarla.» «Mis hijos se ponen enfermos cuando fumo delante de ellos. Tosen, estornudan y no me dejan en
paz. Lo dejo por ellos.» «Mi médico me dijo que mientras sea su paciente tengo que dejar de fumar, así que lo hago para que el deje de insistir.» Puede que todas esas personas dejen de fumar, pero lo más probable es que les cueste mucho, simplemente porque lo hacen por motivos equivocados. El fumador puede dejar de fumar temporalmente por su pareja, pero sentirá que se priva de algo que de verdad quiere. Este sentimiento de privación puede permanecer oculto durante cierto tiempo. Sin embargo, tarde o temprano, algún hecho podría hacer que volviera a fumar. Lo único que hace falta es que la persona por la que dejo de fumar haga algo que he decepcione. Su respuesta será: «iMe he privado de mis cigarrillos por ti y mira como me tú pagas! Te voy a dar una lección, iahora mismo me fumo un cigarrillo!» No va a dar ninguna leccion a nadie. Él será el que vuelva a fumar y sufra las consecuencias. O volverá a fumar hasta que el tabaco le mate o tendrá que volver a dejarlo. Ninguna de estas opciones resultará agradable. Es imperativo que se dé cuenta de que él será el principal beneficiado si deja de fumar. Es cierto que su familia y amigos se beneficiarán, pero él se sentirá más feliz, más sano, más tranquilo y tendrá mayor control sobre su vida. Me maravillan las mujeres que dejan de fumar cuando estan embarazadas y vuelven a fumar cuando nacen sus hijos. ¿Por que no siguen disfrutando de los beneficios de ser no fumador? Quizá sea porque, para empezar, no querían dejar de fumar. Creyeron que tenían que dejar de fumar por la salud de sus hijos. Cuando desapareció el motivo por el que dejar de fumar, se esfumaron también sus deseos de librarse del tabaco. Hay fumadores que dejan de fumar temporalmente. Si fueran realmente honestos consigo mismos, se darían cuenta de que siempre habían sabido que volverían a fumar. Era una cuestión de tiempo. La persona que lo deja con éxito no tiene esas reservas. Decide que no va a volver a fumar, pase lo que pase. Y eso es precisamente lo que hace. Por mi salud La mayoría de los fumadores continuan fumando incluso cuando les dicen que sufren una enfermedad grave. En mi experiencia, después de haber tratado con miles de fumadores, el miedo a morir no es ningún motivador. Incomprensiblemente, cuando explicas a un fumador los peligros del tabaco y le muestras las estadisticas, enciende un cigarrillo. Es muy poco frecuente encontrarme con un fumador que haya dejado de fumar por miedo y que haya cumplido estos criterios: sin sufrir y sin engordar. El miedo produce una reacción de estrés conocida como la reacción de luchar o huir. La reacción de estrés es un mecanismo biológico y que todos tenemos para defendernos de cualquier amenaza. En situaciones de miedo, la parte primitiva de nuestro cerebro que no tiene nada que ver con la lógica se apodera de nuestras reacciones. Por eso, asustarse porque te han advertido de una consecuencia grave, como una amputación por ejemplo, normalmente no te motiva a cambiar tú comportamiento. Un día vino a verme una vendedora para explicarme un nuevo servicio de una compañía de telefonía. En cuanto entró, en menos de un segundo, me llamó mucho la atención. Llevaba una falda bonita que resaltaba sus hermosas piernas y maquillaje para resaltar sus rasgos atractivos. Llevaba el cabello bien arreglado y todos sus accesorios, el bolso, zapatos y joyas, eran perfectos. Era una mujer atractiva que habia empleado tiempo y dinero en su aspecto. Sin embargo, lo que me llamo la atención de aquella mujer durante los primeros segundos de nuestro encuentro no fué su aspecto. Era el fuerte olor a cigarrillos que me golpeo como un punetazo en la nariz. Lo que me
confundió todavía más fué que el suave aroma de su caro perfume se mezclaba con el fuerte olor a tabaco y se habia convertido en un hedor insoportable. Contemple su tez grisacea y reseca llena de arrugas prematuras. Y pense: «Todo ese esfuerzo, toda esa belleza destruida por la peste a tabaco.» Ni que decir tiene que me despedi de ella rápidamente porque no podía soportar el olor. ¿Te has preguntado alguna vez por que las cajetillas de cigarrillos tienen un diseño tan agradable y glamuroso? Probablemente, las tabacaleras se gastan más dinero en las cajetillas que en los cigarrillos, porque saben que son sucios y asquerosos. Los fumadores inhalan porquería que introducen en su cuerpo. Así que hagamos que parezca limpio. Había una vez un viajero que iba de pueblo en pueblo. No era un santo varón. Simplemente era un hombre que viajaba y hacía pequeños trabajos aquí y allá. Al llegar a un pueblo en particular, notó de inmediato el hedor putrefacto a despojos de animales en el aire. Advirtió que el pueblo tenía dos granjas de cría intensiva de pollos y una de cerdos. «No es normal el olor de este pueblo», pensó. Advirtió un muchacho que corría con dos cubos de agua de una granja de pollos a otra. Le llamó y le pidió que se acercara. Cuando el chico se acerco, le preguntó: —¿Como podeis vivir con este hedor? El chico le miró de forma extraña, pensando que era uno de esos tipos raros que llegaban al pueblo de vez en cuando, y dijo: —¿Qué peste? Yo no noto ninguna peste. Y lo decía en serio, no percibía ningtin olor extraño. ¿No notas la peste, el olor a porquería? —No. Y se dispuso a alejarse. El hombre lo tomo por el brazo. —Dime, muchacho, ¿cuanto tiempo hace que vives aquí? —Toda mi vida. ¿No has ido nunca a las montañas? ¿No has ido nunca a la costa? No. La verdad es que nunca he salido de este pueblo. Solo recuerdo haber estado aquí ayudando a mis padres a cuidar de los pollos. No hay tiempo para perderlo en tonterías como irse por ahí cuando hay trabajo. Cuando no estoy trabajando, me quedo en mi habitación, en el altillo de uno de los gallineros. «Dios mio», penso el viajero. —Muchacho, tienes que venir conmigo ahora mismo. Te voy a mostrar algo que no olvidarás nunca. Lo tomó por el brazo y prácticamente lo arrastró a las afueras del pueblo. Lo llevó a la montaña, hasta la cima, para que pudiera oler el aire fresco y sin restos de hedor por primera vez en su vida. Hizo que oliera las flores, los arboles y la hierba. Después de un rato, lo llevó de vuelta y cuando llegaron al pueblo, el muchacho olió el hedor putrefacto por primera vez en su vida. —;Dios mio! iQue peste! Y llevo toda mi vida viviendo rodeado de este hedor sin saberlo.
Muchos fumadores se dan cuenta en seguida de que el tabaco y los problemas que conlleva son como estar encerrados en una mazmorra. ¿Cómo ha podido suceder? Un día pensaron que podian fumarse unos cigarritos «para divertirse». Tú debistes haber pensado: «Yo no soy como el resto de los fumadores que se quedan enganchados.» Así que empezaste a fumar y a encaminarte hacía la mazmorra. Entraste de forma voluntaria y conociste a mucha gente en aquella mazmorra. Algunos sufrían un dolor atroz e intentaron advertirte que deberías volver inmediatamente, pero tú te sentías orgulloso de tú nuevo «juguete» y pensaste: «Yo no soy tan tonto como para engancharme. Puedo salir cuando quiera.» Tú solo prestaste atención a quienes te hicieron comentarios similares, te uniste al grupo y empezaste a «disfrutar» de tu estancia en la mazmorra. De vez en cuando, ves a personas que escapan sin graves problemas. Así que te tranquilizas pensando: «Ves, yo también puedo salir cuando los cigarrillos dejen de gustarme o ya no me apetezcan.» Irónicamente, cuando ves u oyes historias de personas que han intentado salir y han sufrido numerosas dolencias, te tranquilizas con pensamientos como «después de todo, no es tan malo; los médicos exageran» o «todos tenemos que morir de algo», o «solo se vive una vez y tenemos que disfrutar de los pequeños placeres de la vida», etcétera. También te dices a ti mismo que te falta fuerza de voluntad. Eso se convierte en tu excusa favorita para dejar de fumar, así que no te atreves. La salud no es una razón suficiente para motivar a los fumadores a dejar de fumar. Saber que el tabaco se los come por dentro y les causa numerosas enfermedades no les motiva a dejar de fumar. Personalmente, creo que el cuerpo humano es una parte importante de la totalidad del cuerpo, el alma y el espiritu. Sin embargo, creo que el alma y el espiritu son más importantes que el cuerpo. La mente es una manifestation de los poderes del alma. El tabaco desgasta el cuerpo, pero, lo que es más importante, aprisiona el alma. Yo explico a los fumadores que sus almas sufren por su esclavitud al tabaco. Tu naciste como no fumador, como una alma libre. No es muy decoroso que una alma libre se vea cautiva de un hábito desagradable. Para ahorrar dinero El dinero puede parecer un buen motivo, pero es un factor externo. No viene del interior de la persona. Mucha gente piensa en todo el dinero que se ahorraría y, de hecho, lo guarda en una hucha colocada en un lugar visible. Algunos incluso se paran a ver como aumenta ese dinero o lo regalan. Sin embargo, esa señal del inconsciente espera que se produzca algún evento estresante o una ocasión especial, como por ejemplo una gran celebración, para aparecer. Las personas que dejan de fumar con éxito tienen como principal motivador su deseo de hacerlo. Su motivación es interior. Quizá tengan hijos pequeños, pero en primer lugar, dejan de fumar por su propio bien. Para liberarme Algunos fumadores admiten haber repasado los ceniceros, las papeleras e incluso las basuras en busca de colillas que puedan tener restos suficientes como para sacar algunas caladas cuando se quedan sin cigarrillos. Les da asco pensar que alguna vez hayan podido cometer algún acto tan grotesco, pero muchos saben que si siguieran fumando y se encontraran en una situación similar, serían capaces de repetir un acto tan repulsivo. ¿Cuantas veces habrás estado disfrutando en casa de un rato tranquilo un domingo por la noche vestido con ropa cómoda, quizá leyendo un libro o viendo la televisión, y de repente te has dado cuenta de que te has quedado sin tabaco? Alguna noche lluviosa habrás tenido que salir corriendo a
buscar cigarrillos. La mayoría de los finnadores son conscientes de los motivos para dejar de fumar: ahorrar dinero, mejorar la salud, reducir el riesgo de enfermedades coronarias, de cáncer de pulmón y de otras muchas dolencias, oler mejor, parecer más joven, tener los dientes limpios, tener buen aliento, vivir más tiempo, etcétera. Todas estas razones parecen lógicas y útiles. Sin embargo, ninguna de ellas es la razón clave para quienes dejan de fumar con éxito. El único motivo que hizo que esos furnadores consiguieran dejarlo fué lo siguiente: «Quiero dejar de fumar porque quiero.» ¿Te parece demasiado simple? Bueno, es así. Desde luego que tuvieron en cuenta su salud, su aspecto, la salud de sus hijos, etcétera. Pero el motivo clave que marco la diferencia fué porque lo quisieron. Es como si hubieran pensado: «Quiero dejarlo porque "me da la gana"».
3.
Por que fumar
La mentira más común es aquella con la que un hombre se engaña a si mismo. Engañar a los demás es un defecto relativamente vano. FRIEDRICH NIETZSCHE Cuando pregunto a los fumadores por que lo hacen, obtengo una larga lista de motivos. Algunos de los motivos que he recopilado son: «Me gusta fumar.» «Estoy enganchado.» «Me ayuda a relajarme.» «Me ayuda a calmar el estrés.» «Hace que no me aburra.» «Me ayuda a concentrarme.» «Me ayuda a it al bano con regularidad.» «Me ayuda a hablar con desconocidos.» «Sin el, no puedo hablar.» «Así disfruto de una copa o de la comida.» «Es parte de mi. Soy fumador.» «Así ligo mejor.» «Mejora mi imagen.» «Me ayuda a pensar.» «No puedo escribir sin el.»
Analicemos los más comunes. Me gusta fumar Lo que los fumadores me estan diciendo realmente es: «Me gusta satisfacer el impulso de fumar y me he acostumbrado al sabor y al olor.» Lo que les gusta es que los cigarrillos son fiables y contribuyen a la imagen que los fumadores tienen de si mismos. La primera vez no es agradable para nadie. Fue una experiencia dolorosa, nauseabunda y desagradable para la mayoría. Te dolió la garganta, primero por el humo y luego por la tos. Te dieron ganas de vomitar. El sabor de boca no se te fué ni lavandote los dientes. Pero seguiste porque viste que era un reto y querías superarlo. Y lo lograste. Hiciste caso omiso de las señales. Lo que nos lleva a por que empezaste a fumar realmente y por que continuas fumando. ¿Qué era lo que buscabas en realidad con aquel primer cigarrillo? ¿Estaríamos de acuerdo en que no fué por el placer de la «experiencia del tabaco»? Así que, ¿por que fumamos? Los seguidores de Freud creen que la gente fuma porque de niños no mamaron, así que todavía se encuentran en la fase oral. Los psicólogos del comportamiento creen que la publicidad engancha a la gente a los cigarrillos por la asociación de imágenes y experiencias agradables con la acción de fumar. Otros dicen que la causa de que la gente fume es la represión sexual. Los fumadores no han tenido oportunidad de chupar unos labios lo suficiente, así que chupan cigarrillos. El fumador piensa subconscientemente algo como: «Bueno, si no puedo tener a mi alcance los labios de George Clooney o Catherine ZetaJones, al menos puedo chupar un cigarrillo.» Algunos psicólogos dicen que la gente con un ego débil, poca confianza en si misma y baja autoestima tienden a copiar ejemplos a seguir de alguna figura heróica, como algún actor que fume. De este modo, el tabaco tranquiliza al débil y le da seguridad. Los sociólogos señalan que la influencia de la cultura y los factores socioeconamicos empujan a la gente a fumar. Por ejemplo, la gente de poco estatus, la comunidad médica y las personas relacionadas con los medios de comunicación fuman más que el resto. Todas estas teorías podrían tener cierta validez. Sin embargo, ninguna de ellas explica plenamente por que algunos se enganchan al tabaco y otros lo rechazan. Suelo pensar que tanto a nivel consciente como subconsciente, el individuo, normalmente una persona joven, toma la decisión cuando entra en contacto con los cigarrillos por primera vez. Después de la mala experiencia habitual que suponen las primeras caladas, algunos determinan no volver a fumar y otros deciden continuar a pesar de lo incómodo que resulta el tabaco. Quizá sigas pensando que fumar es la mejor manera de controlar tu estado de ánimo, dejar a un lado la vergüenza, hacerte salir de la depresión y devolverte tu confianza y seguridad. No obstante, como tus amigos no fumadores, has adquirido habilidades y recursos internos para hacer todo lo anterior sin necesidad de fumar. Sin embargo, cigarrillo tras cigarrillo, sigues con tu estado de envenenarniento y te has mantenido firme en la creencia de que tu capacidad para delimitar el alcance de tu respuesta emotional depende de fumar a diario. Hay muchos fumadores que basan sus estrategias para sobrellevar ciertas situaciones en la falsa creencia de que los cigarrillos les ayudan a controlar sus ernociones, a concentrarse, les dan energía o una lista interminable de mitos relacionados con el tabaco.
Por lo tanto, fumar es un comportamiento adquirido. Día tras día, calada tras calada, refuerzas la creencia de que necesitas desesperadamente tu dosis diaria de veneno. En cuanto el cuerpo intenta deshacerse de la nicotina, tu cerebro le envía una señal pidiéndole un cigarrillo como forma desesperada de mantener el status quo. El tabaco me ayuda a hacer vida social En una ocasión, una mujer me explicó que si no tenía un cigarrillo en los dedos, ¡no podía hablar! Me contó que se quedaba en blanco y era incapaz de mantener una conversación. Sin embargo, cuando fumaba, le fluian las ideas y la conversación se volvía agradable. Estaba convencida de ello. Como dijo Seneca: «Lo que creemos, existe». ¿Quiere decir que cuando se habla con alguien se necesita un pitillo humeante colgado de la mano o de los labios para mantener una conversación? Si ves a un niño, te das cuenta de que, desde una corta edad, todos los niños pueden comunicarse con la gente de forma no verbal y poco después mediante sonidos. La comunicación humana es una habilidad innata. Estamos preparados para hablar y comunicarnos. Nunca se ha necesitado un pitillo encendido para comunicarse. Fumar es un obstáculo para mantener relaciones sociales, sobre todo hoy en día, cuando fumar no se percibe como algo glamuroso. La gente no ve a los fumadores como «en la onda», «sexys», ni «glamurosos». Todo lo contrario. Cuando la gente ve a un fumador, piensa: «Mira, ahi va otro enganchado a esa sucia sustancia.» Me ayuda a comer menos Si el tabaco ayuda a adelgazar, ¿por qué hay tantos fumadores gordos por ahi? Supongamos que es verdad que cuando tu cuerpo esta contaminado por un potente veneno como la nicotina, tienes menos apetito porque no te encuentras bien. Suponiendo que eso sea verdad, ¿estás seguro de que envenenarte es una buena forma de controlar tu ingestión excesiva de alimentos? Necesito fumar cuando bebo ¿De verdad lo «necesitas»? ¿O «crees» que necesitas fumar? Cuando bebes, disfrutas de la bebida con tus papilas gustativas. Cuanto más sensibles sean estas, mayor placer sentirás. ¿Has olvidado que tus papilas estan cubiertas de una capa de alquitrán y otras toxinas? Deja de fumar y en unos dias tus papilas gustativas descubríran un verdadero placer. No me gusta fumar y estoy seguro de que no tiene nada bueno que ofrecerme, pero no puedo dejarlo porque soy adicto Ya llegaremos al tema de la adicción. Ten paciencia y sigue leyendo. No quiero tener que sufrir el «mono» Curiosamente, los fumadores no sufren el «mono» tanto como lo temen. Estan aterrorizados por el temido sufrimiento que podrían Ilegar a soportar. Y digo «podrían» porque en este planeta, millones de fumadores han dejado de fumar sin malestar. Es el miedo a algo que temes lo que lo convierte en una experiencia real, tangible y dolorosa. Hablaremos del miedo a dejar de fumar un poco más adelante, pero permiteme decirte que tus temores y preocupaciones pueden crear experiencias reales. Te pondre un ejemplo. He tratado a personas que sufrían fobias de todo tipo. Los que tienen miedo a volar, por ejemplo, sienten panico solo con pensar en ello. Si les pides que se imaginen que estan sentados en un avión en plena vuelo, sudan, sus músculos se tensan como una piedra, el corazón les late tan deprisa que parece que vaya a explotar, se les hace un nudo en el estómago, sienten mareos y se les va la cabeza. Sufren esto simplemente por pensar en algo de lo que tienen miedo. No sienten dolor físico. Sus pensamientos generan una experiencia negativa
tangible que abarca desde una sensación de intranquilidad a graves ataques de ansiedad. Los fumadores temen dejar de fumar por miedo al «mono». Por lo tanto, su miedo a dejar de fumar hace que su vida sea insoportable cuando no estan fumando. Con mi método, tú puedes liberarte del tabaco sin el «mono». Ten paciencia, lee el libro y sigue las instrucciones. Mientras el cuerpo vuelve a la normalidad, los nuevos no fumadores confunden a menudo las fluctuaciones naturales en sus concentraciones de azúcar en la sangre y el proceso de desintoxicación con el desagradable «síndrome de abstinencia». El leve malestar que sienten algunos fumadores durante los tres o cinco dias después de dejar de fumar es señal de que su cuerpo se esta limpiando. Después de años de recibir numerosas sustancias venenosas coma nicotína, cadmio, plomo, amoníaco, monóxido de carbono y alquitrán, es de esperar que el cuerpo necesite ajustarse para volver a estar sano. Este ajuste es tan leve que resulta imperceptible. Mas adelante leerás por que la mayoría de fumadores sufren el «mono» y cómo puedes liberarte del tabaco con facilidad y sin el síndrome de abstinencia. El tabaco me da alga que hacer con las manos ¿Estás seguro de que manosear cigarrillos es lo único que puedes hacer con las manos? ¿Quieres decir que a tú edad, con una mente clara como la de un ser humano adulto normal, no sabes que hacer con ellas? El tabaco te ata de manos, como a un cautivo, como a un esclavo. Es un impedimento molesto para vivir. Este es otro motivo por el que la mente consciente justifica un estado venenoso. «No estoy loco —podría pensar un fumador—, se que fumar es nocivo para mi, pero debo de estar haciendolo por un buen motivo, como por ejemplo porque me da algo que hacer con las manos». El tabaco me quita el aburrimiento ¿Estas diciendo que un adulto como tú no sabe que hacer cuando se aburre? ¿Y que lo único que se te ocurre es ponerte un trozo de veneno reseco empaquetado en forma cilindrica en la boca y encenderlo? Si esto es lo único que se te ocurre, no tienes un problema con el tabaco. Tienes un grave problema de creatividad. Es como pedir a un grupo de fumadores: «Por favor, digannos tres cosas que alguien puede hacer cuando se aburre.» Y repiten como un robot: «Fumar, fumar, fumar.» Es una ridiculez, ¿verdad? Te garantizo que ahora mismo tú puedes nombrar otras tres cosas que puedas hacer además de ese hábito. No te engañes. El tabaco no evita el aburrimiento. Lo único que hace es reforzar tu creencia de que lo hace. ¿Cuando descubríste que papa Noel o los Reyes Magos no son reales? Antes de eso, creias firmemente que eran personas de carne y hueso que te traían muchos regalos. Sin embargo, te diste cuenta de que era una gran mentira benévola (según algunos). Los cigarrillos son un buen amigo Los cigarrillos son como lobos con piel de cordero. Tú te engañas continuamente pensando que la mala bestia que te esclaviza es tu amigo. No te cortes, crea tu propia realidad y sigue siendo cautivo de ella. También puedes abrir los ojos y salir de ese trance autoinducido para ver los cigarrillos desde otro punto de vista. Tú eliges. Recuerda que tú te inventas tu realidad. Te cuento la historia real de un hombre que afecto las vidas de casi toda la población del planeta. Era un joven rico que estudiaba con un grupo de personas. Era encantador y adinerado, los dos ingredientes que ayudan a tener muchos amigos que disfrutaban de su compañía. Le consideraban su amigo. Se reunían con frecuencia y hacían muchas cosas juntos. Había una joven española que incluso tenía una foto con él que guardaba como un tesoro, en recuerdo de aquellos dias que pasó en la agradable compañía de aquel amigo. Pasaron varios años. Un día, la foto de este encantador
amigo apareció en todas las televisiones del mundo. Todo el mundo podía reconocerlo porque su foto aparecia en la primera pagina de todos los diarios del mundo. Su nombre es Osama Bin Laden. Desde el momento en que aquella española vió su fotografía y se entero de que él era el responsible de un atroz acto de terrorismo en el que murieron miles de personas, dejo de ser su amiga. No solo eso, sino que todos aquellos años de «amistad» perdieron su significado, porque se dió cuenta de que su amigo era un terrorista. Muchos de nosotros hemos tenido algún «amigo» que normalmente se comportaba como un idiota. A menudo nos avergonzaba delante de los demás. Pero seguiamos pasando el rato con aquel «amigo». Hasta que un día abrimos los ojos, u otra persona nos dijo: «¿Por qué demonios te relacionas con este idiota? ¿Estas loco?» Entonces nos dimos cuenta de que aquel amigo nos avergonzaba y de que no teniamos ninguna obligación de pasar tiempo con el. E incluso sentimos lastima de otros tontos que consideraban a ese idiota su amigo. Se aprovecha de ti. Te llama a las nueve de la noche un domingo cuando estas viendo tu programa favorito en la tele. Se inventa cualquier excusa para que tengas que ir a buscarlo. Así que tienes que cambiarte de ropa, dejar tu cómodo sillon y salir como un tonto bajo la lluvia para ir a por él. A veces te das cuenta de que huele mal y eso te avergüenza. Es sucio. Deja quemaduras en el sofa y en los asientos del coche. A veces incluso en tu ropa favorita. En ocasiones, te despierta tosiendo en mitad de Ia noche. O se cuela en tu vida sexual y puede perjudicarla. A veces se te sienta en el pecho con su culo gordo y hace que te falte la respiration. No para de pegarte germenes para que tu resfriado dure semanas. Quiere depender de ti. A eso se dedica: a depender de ti. ¿Y a ello lo llamarias tú un amigo? Me siento sofisticado y sexy cuando fumo ¿Es sexy toser en la boca de la persona a la que amas cuando la estas besando? ¿Te ponen los fumadores «sexys» a los que les huele la boca, el cabello y la ropa? ¡Si, hombre! El tabaco no tiene nada de sexy ni sofisticado. Las películas de Hollywood o el sector de la moda intentan por todos los medios asociar el tabaco a estar en la onda. Cuando pregunto a los fumadores si el tabaco les hace parecer más sofisticados o sexys, todos contestan: «Por supuesto que no, no soy tan tonto.» Me ayuda a calmar el estrés Cuando eras jovencito y empezaste a fumar, tu cuerpo rechazó la nicotina y las demás sustancias que contienen los cigarrillos, pero tú insististe. No prestaste atención a la tos, a la falta de aliento, al mal sabor de boca ni al olor asqueroso, ni tampoco a la sensación de mareo ni al dolor de cabeza. Todas esas señales intentaron decirte que fumar es tóxico y venenoso. Tu cuerpo te proporciona esas señales porque viene de fábrica con un mecanismo de protección contra el veneno. La madre naturaleza nos crea así para que cuando nos veamos expuestos al veneno, nos sintamos mal y lo evitemos. Sin embargo, tú haces caso omiso de esas señales de protección y sigues dando caladas, aunque los primeros dias no te gustó en absoluto porque estabas sano: el statu quo de un no fumador que rechaza el veneno de la nicotina. Después de varios dias o semanas, tu cuerpo no tiene más remedio que alojar el veneno e invertir el statu quo de no fumador sano a fumador envenenado. Así que sigues fumando, envenenandote, porque tu nuevo statu quo lo exige. En cuanto baja la concentración de nicotina en tu organismo, sientes cierta ansiedad, como si estuvieras perdiendo tu statu quo. Todo esto sucede a nivel subconsciente. Adernas, recibes una señal del subconsciente que te dice «quiero un cigarrillo» para mantener el statu quo. Recuerda que el subconsciente no es analítico ni lógico. Simplemente obedece a ciertos mecanismos automáticos que tú le ordenas poner en marcha. Por ejemplo, al insistir en envenenar tu cuerpo y luchar por tragar el humo tóxico por la garganta hasta Ilegar a los pulmones, el subconsciente obedece. Crea un mecanismo automático para hacer todas esas cosas antinaturales y protege ese mecanismo con
todas sus fuerzas. Así que, mientras el organismo lucha por eliminar la nicotina y las toxinas de tu sistema, tú te pones algo ansioso y estresado, por lo que te furnas un cigarrillo. Inmediatamente, tu statu quo se restablece totalmente y vuelves al estado de envenenamiento. ¡Oh, que gran placer es deshacerse de ese estrés! Pero, un momento. ¿Podria ser que la propia nicotina fuera la causa de ese estrés? ¿No podría ser que el tabaco produzca estrés y ansiedad? ¿No podría ser que se envenene el statu quo del fumador y reciba mensajes poco claros? Antes de terminar este libro, entenderas como la nicotina, una sustancia tóxica y venenosa, parece relajar los nervios. No solo te darás cuenta de que la nicotina y otras sustancias tóxicas realmente aceleran tu pulso y te hacen entrar en un circulo vicioso de reacción de estrés, sino que también pueden detenerlo. El libro te proporcionará la información y el CD liberará tu mente. La comida sabe mejor ¿Alguna vez te has preguntado por que no se puede fumar en los museos? Bueno, la respuesta es que el alquitrán se deposita en las cosas. Tus pulmones, boca y lengua se cubren de capas de un polvo marrón pegajoso. Eso significa que tus papilas gustativas se vuelven insensibles a los sabores. Cuando te liberas de la nicotina, tu lengua se aclara en cuestión de dias y empiezas a disfrutar el sabor de la comida. Como has leido anteriormente, los fumadores confunden el placer de restablecer su statu quo de envenenamiento con los verdaderos placeres de la vida. Esta claro que la mente desempena un papel principal para que asocies la sensación de sentirte bien después de una comida con el tabaco. ¿Cuantas veces has fumado después de una comida? ¿Cuantas veces has sentido esas desagradables punzadas de hambre mientras esperabas que llegara la comida? ¿Cuantas veces has acabado de corner con placer y deleite? Bueno, la respuesta es: toda la vida. Todos tenemos apetito y lo satisfacemos con comida. Comer es uno de los grandes placeres de la vida. ¿No será que todos estos años, cuando te sentías satisfecho después de una deliciosa comida, asociabas el tabaco a ese ritual? Comer es un ritual saludable y necesario que se ha emparejado con un ritual poco saludable y que causa ansiedad. ¿Puedes ver la relacion? La lucha interior Recuerdo que en una ocasión, una fumadora me dijo que libraba una batalla diaria consigo misma. Lo explicó de este modo: «Una parte dice: "¿Eres idiota? ¿No sabes el aspecto tan desagradable y sucio que tienes? El tabaco te hace toser y jadear y sigues fumando. ¿Eres tan tonta que no ves que tu mente esta esclavizada? Te consideras una persona independiente. Mirate, dando caladas como una idiota... » Le expliqué que dejar de fumar no tenía nada que ver con su inteligencia ni con su fuerza de voluntad. Su cuerpo y su mente se defienden para mantener el statu quo. Un statu quo poco saludable creado por la inhalación de nicotina día tras otro. Así que se convierte en un circulo vicioso: «Pienso en las consecuencias del tabaco, temo contraer una enfermedad mortal y luego furno para calmarme.» Esa desagradable conversación con uno mismo crea un estado mental de estrés. Para deshacerte del estrés recurrres al cigarrillo para tranquilizarte. Fumas uno, pero todo lo que has hecho ha sido pulsar el boton de «encendido» de ese tocadiscos que toca la misma canción. Así que te enfrentas a una decisión: en primer lugar, admitir que es «estupido» seguir furnando y, en consecuencia, sentirte fatal; en segundo lugar, buscar una razón para defender tu comportamiento «estupido»; cualquier razon, cualquier excusa serviría. Así que planteas cosas coma: «Me gusta. Me relaja. Me ayuda a concentrarme. Es bueno para combatir el aburrimiento. Etcétera.» La mayoría de los fumadores pasan innumerables horas de sus vidas como tales intentando
responder satisfactoriamente a esta cuestión desconcertante. Normalmente, las respuestas que se les ocurren son que fuman porque no son felices, porque estan insatisfechos, nerviosos, aburridos, ansiosos, se sienten solos, están cansados o simplemente se sienten frustrados sin sus cigarrillos. Otros motivos que mencionan a menudo son que los cigarrillos los mantienen delgados, les permiten pensar mejor o que son más sociables cuando fuman. Algunos dicen que fuman para celebrar los momentos felices de la vida. La comida, la bebida, los juegos y la diversión, e incluso el sexo, parecen perder su atractivo sin un cigarrillo que los acompañe. Pregunta a cualquier fumador por que continua permitiendose una actividad tan peligrosa. Normalmente responderá: «Porque me gusta fumar». Aunque diga esto honestamente, es una afirmación engañosa, tanto para quien la escucha como para el fumador. ¿Estas seguro de que fumas por placer? Para los fumadores, fumar es una obligación. Los fumadores no tienen otro remedio que encender un cigarrillo tras otro, comprar una cajetilla tras otra y fumar sin parar. Te habrás dado cuenta de que no tienes la opción de dejar este «placer» durante unas semanas, y olvidarlo para luego volver a «disfrutarlo». Si no tienes la libertad de elegir cuando fumar o no, ya no es placentero. Algo que estas obligado a realizar ¿es realmente un placer?
4.
Por qué has pospuesto dejar de fumar
Quien vive temeroso, nunca será libre. HORACIO Imagina que estas atrapado en una mazmorra oscura y que lo que recibes es información detallada de lo dañino que resulta para tu salud respirar el aire estancado de ese lugar humedo y oscuro. ¿No lo sabes ya? Ademas oyes otro mensaje por el altavoz que te dice que esa mazmorra es una trampa mortal, que eres adicto a ella y que vas a sufrir si intentas escapar, pero que no te preocupes porque tienen muchos bálsamos para las heridas de tu cabeza. Sigue golpeandote la cabeza contra la pared, quiza lo consigas y te liberes. Y para empeorar las cosas todavía más, tienes los ojos cerrados y empiezas a imaginarte cosas que podrían acecharte junto a tus pies, en esa mazmorra. Te da miedo abrir los ojos. Estas allí gritando: «¡Calla! Mejor que me digas como salir sin hacerme daño». Este libro es la respuesta a ese grito desesperado. Sigue mis instrucciones y sal de allí. Ni siquiera tienes que abrir los ojos primero. Yo te guiaré para salir de esa mazmorra. O tú puedes abrir los ojos allí dentro y ver que todos esos monstruos que te acechaban a tus pies eran solo fruto de tu imaginación. Y tu miedo desaparecerá y se ira por si mismo. Lo que te mantiene atrapado en ese lugar oscuro y «aterrador» es la creencia de que si te mueves y abres los parpados, uno de esos horribles monstruos que te rodean te mordera y moriras. Incluso has oido historias de otros presos que te explicaron que su salud habia empeorado tanto que deberían haber abierto los ojos y salir de allí, pero se quedaron ¡y prefirieron que les cortaran un pie o una pierna! Así que tú piensas: «Prefiero quedarme donde estoy. Mejor que no me mueva para que los monstruos no se metan conmigo.» Sin embargo, día y noche sientes y oyes a esas bestias que te rodean como buitres. Oyes historias de gente que intento escapar y sufrio horribles torturas. Quizá hayas decidido utilizar tu fuerza de voluntad y abrir los ojos para ver si podias salir de aquel lugar. En cuanto lo hiciste, viste que terribles monstruos y fantasmas cobraban vida y te atacaban por doquier. En este momento, puedes tener muchos motivos para posponer tu decisión. Después de todo, cuantas veces en el pasado te has prometido a ti mismo que ibas a dejar de fumar mañana. Sin
embargo, ese «mañana» nunca llegó. La mayoría de los fumadores espera que llegue el momento ideal para dejar de fumar. Un momento en el que no tengan preocupaciones, estrés, vacaciones, dias de fiesta, etcétera. Cuando estaba estudiando las estrategias decisivas de quienes dejan de fumar con éxito, descubrí que eligen una fecha basada en sus propios deseos. No esperaron a que se calmaran las aguas. Esta es una lista parcial de los muchos motivos que aducen los fumadores que aplazaron la decisión de dejar de fumar. Ahora no es un buen momento para dejar de fumar Si esperas el momento ideal, este no parece llegar nunca. Si no actúas ahora, tu única opción parece seguir fumando. Todas las personas que he analizado que dejaron de fumar con facilidad lo hicieron en el momento en que lo decidieron, no cuando las cosas estaban más calmadas. Si estuvieras encarcelado y alguien te mostrara cómo salir, ¿le dirías: «Hoy no porque hoy es no se que aniversario?» ¿Les dirías que esperaran o aprovecharias la oportunidad de liberarte? Siempre es un buen momento para liberarse. He fallado otras veces. La última vez que deje de fumar, me sentí fatal Bien. Esto significa que sabes lo que no ha funcionado. Sigue este libro y liberate de esa esclavitud. El pasado no es el futuro. Este libro te ayudara a dejar de fumar con facilidad. Si los cigarrillos fueran tan dañinos como dices, el gobierno no los vendería ¿Estás seguro de que los organismos gubernamentales saben siempre lo que hacen? ¿No es cierto que los gobiernos a veces hacen cosas irracionales? El gobierno recibe grandes beneficios de los impuestos del tabaco. Recuerda que lo que mueve el mundo no es el amor sino el dinero. El gobierno se enfrenta a grandes agujeros que tiene que llenar y el irnpuesto del tabaco es dinero útil que recibe regularmente. Al tiempo que no les importa obtener grandes beneficios, tienen que actuar de forma politicamente correcta y elaborar campañas para dejar de fumar. Ademas, ¿qué tiene todo esto que ver con que tú dejes de fumar? ¿Qué tiene que ver el impuesto gubernamental sobre el tabaco con que quieras evitar contraer una enfermedad mortifera y liberarte de la tos, el cansancio y la dificultad para respirar, y poder subir las escaleras? A ti te conviene dejar de fumar. A ti te conviene vivir el resto de tu vida con tranquilidad. Si pudiera fumar solo cinco cigarrillos al día como algunos fumadores... Así que envidias a los fumadores que solo fuman cinco cigarrillos al día. Crees que ellos realmente disfrutan de esos cinco cigarrillos sin los riesgos de sufrir enfermedades. En primer lugar, cualquier especialista en tabaquismo te dirá que los riesgos no sólo vienen dados por la cantidad de cigarrillos que fumes, sino por los años acumulados como fumador. Eso significa que si solo has fumado cinco pitillos al día durante diez años úmicamente, eso es suficiente para que seas susceptible de contraer enfermedades de pulmón o corazón. ¿Durante cuantos años quieres fumar cinco cigarrillos diarios? ¿Diez años? ¿Veinte años? ¿Treinta años? ¿Durante el resto de tu vida? ¿Durante cuanto tiempo quieres fumar? Algún día vas a tener que dejar de hacerlo. ¿O quieres caer muerto con un pitillo colgandote de los labios? Los dolientes alaban tu perseverancia: «Fue una buena persona que fumó con perseverancia.» En segundo lugar, envidias a quienes fuman cinco pitillos al día sin saber que tú también eres objeto de envidia. Un fumador que fume dos cajetillas al día podría envidiarte por fumar sólo una. Alguien que fume tres podría envidiar a los fumadores enganchados a dos cajetillas. Etcétera.
Te sorprenderia saber que muchos de esos fumadores que dicen «disfrutar» de esos cinco pitillos intentan dejar de fumar. Algunos de ellos buscan mi ayuda para liberarse de esa esclavitud. Así que esa idealización que tienes de los fumadores «afortunados» es equivocada. Algunos de ellos no te dicen la verdad y la mayoría se da cuenta alguna vez de que estan aprisionados, enganchados, encarcelados y desean liberarse. No tengo fuerza de voluntad No la necesitas. La fuerza imaginativa del subconsciente es más poderosa que la fuerza de voluntad. ¿Recuerdas los gusanitos en la boca? La fuerza de voluntad trabaja en tu contra. Tú si tienes una poderosa fuerza de voluntad. ¿Cómo explicarias, si no, tu perseverancia para seguir fumando aunque tosas, te lloren los ojos, te marees, sientas nauseas, te duela la cabeza y te deje muy mal sabor de boca? La respuesta es que has empleado tu fuerza de voluntad para seguir fumando mientras otras personas que han probado los cigarrillos no han perseverado. Aumentaré de peso Sufres una guerra interior: La parte «me encanta»: Me encanta fumar. La parte «lo odio»: Odio fumar. «Me encanta»: Lleguemos a un acuerdo. Un compromiso Para que ambos estemos contentos. «Lo odio»: Vale. «Me encanta»: Te permito dejar de fumar si me das algo a cambio. «Lo odio»: La que sea. Siempre que me permitas dejar de fumar. «Me encanta»: Deja que llene mi sensación de vacio con la comida. También hay quienes llegan a ese compromiso utilizando algún tipo de sustituto como chicles, caramelos, dulces o comida. Todos esos sustitutos pueden convertirse gradualmente en porciones mayores y llevar al aumento de peso. El conflicto interior de ambas partes es la causa del aumento de peso. ¿Estas totalmente seguro de que el tabaco te mantenía delgado? ¿Por que hay tantos obesos que fuman? iNo te engañes! Lo que te ayuda a adelgazar es corner con moderación. La idea de adelgazar con el tabaco proviene de la publicidad. Mas adelante leerás la historia del anuncio de Lucky Strike, que fué la que creó este mito. Algunos fumadores que se obligan a dejar de fumar con fuerza de voluntad sustituyen los pitillos por comida. Cuando dejas de inhalar ese humo venenoso, tu metabolismo puede ralentizarse. Sin embargo, se reajusta gradualmente con la ayuda de una buena dieta y ejercicio físico ligero. Hay personas que incluso adelgazan después de dejar de fumar. Es mucho más fácil perder peso como no fumador porque puedes respirar normalmente, lo que te permite mover el cuerpo y quemar calorias. No quiero dejar de fumar Algunos fumadores me preguntan: «¿Puedes obligarme a dejar de fumar?» Son personas que
desean dejarlo pero no quieren tomar la decisión en firme. Con frecuencia son las personas que «disfrutan» fumando y que no estan preparadas para dejar de fumar. Les digo que yo no puedo obligar a nadie a hacer nada. Yo no tengo control sobre nadie. Sin embargo, puedo influir en la transformacion de alguien que de verdad desee cambiar. No pienses que un rayo magico te alcanzará desde el cielo y te convertirá en no fumador al instante. Es un proceso que puede durar de varios minutos a varias semanas. Es necesario desear cambiar para obtener resultados duraderos. Si estas intentando dejar de fumar porque algún amigo o familiar, o tu pareja, te ha pedido que lo hagas, dejar de fumar por esa persona podría resultarte muy dificil. Tú no empezaste a fumar por esa persona. Tienes que ser tú el que quiera dejar de fumar, por tus propios motivos. Por lo tanto, si deseas dejar de fumar, leer este libro puede marcar la diferencia para ti. Quizá tu médico te ha dicho que tu salud va a empeorar si no dejas de fumar. Quizá tu propia mente le esta enviando mensajes que te dicen que es hora de dejar de fumar. No aceleres el proceso. Las personas que dejan de fumar con éxito no tienen ninguna prisa en lanzar la cajetilla por la ventana o tirarla a la basura. Curiosamente, cuanta más prisa pensaban que tenían que darse en dejar de fumar, «más lentamente» lo hacían. iY esto les perrnitia hacerlo rápidamente! Al parecer. ¿No estas harto de ser esclavo de tu hábito? Quizá quieras ser el modelo a seguir para los más pequeños de tu familia. Quizá te hayas dada cuenta de que jadeas y te falta el aliento después de dar unos pocos pasos. Te quedas realmente sin aliento. Si prestas atención a tus sentimientos y pensamientos, te darás cuenta de que parte de ti quiere dejar de fumar. Al leer, esa parte de ti se hace más fuerte. Yo creo en el poder de la información. Este libro te permite llegar a comprender el asunto del tabaco y la nicotina. Descubriras nuevas perspectivas para considerar este problema, tendras una sensación diferente y podrás decirte: «Por fin soy no fumador.» Eso te hará sentirte muy bien. ¿Parece demasiado bonito para ser verdad? Ten paciencia y sigue leyendo. No me siento «bien» sin los cigarrillos Por supuesto que no te sientes bien. Tu cuerpo esta envenenado y tu subconsciente ha generado un «programa» para que quieras fumar un cigarrillo como intento de recuperar el volumen de nicotina consumido treinta minutos después de acabar de fumar otro cigarrillo. Acaba de leer este libro, escucha el CD y podrás recuperar tu salud en cuerpo y mente. ¿Qué sentido tiene dejar de fumar ahora? Quizá tengas noventa años y pienses: «Que sentido tiene dejar de fumar ahora después de tantos años. Tengo tantos problemas de salud que dejar de fumar no cambia nada.» Tú no dejas de fumar solo por motivos de salud. Dejas de fumar principalmente para liberarte de un estado físico y mental envenenado. Puede que tengas muchos problemas de salud que se ven aumentados por el veneno de la nicotina. Recuerdo una joven que vino a verme para dejar de fumar. Dijo que tenía referencias de mi porque habia ayudado a su padre a dejar de fumar fácilmente. No lo habia logrado con ningún otro método. Enfermo de cáncer de pulmón, su padre siguió fumando hasta que vino a verme. Le pregunte cómo se encontraba. «Mi padre murió hace tres meses —respondio—. Sin embargo, no sufrió como otros enfermos de cáncer de pulmón porque vivió el último año de su vida como no fumador.»
Todos mis amigos fuman/vivo con un fumador ¿Harias todo lo que hacen tus amigos? ¿Eres un imitador? ¿Quieres decir que vuestra amistad depende del tabaco? ¿Quieres decir que lo que te une a tus amigos es fumar cigarrillos? Si es así, deberías reconsiderar lo que valoras en un amigo. Los amigos de verdad respetan tus elecciones. Tú puedes convertirte en no fumador y pasar tiempo con los amigos que eligen fumar. Mi abuelo murió a los ochenta y nueve años y era fumador Por suerte, historias así ya son pasadas. Todos los abuelos sanos y fuertes que fumaron hasta los ochenta años han muerto. Sin embargo, si llegaras a conocer a alguien tan poco habitual, en primer lugar deberías preguntarte como vivió esa persona los últimos años de su vida. ¿Estas seguro de que no tosia? En segundo lugar, ese abuelo habría tenido la suerte de criarse y vivir en un pueblo de la montana donde el aire es puro y trabajaba muchas horas como granjero. Su cuerpo era fuerte y probablemente habría vivido más y habría tenido menos problemas físicos de no ser por el tabaco. ¿Y tu? ¿Cual es tu estilo de vida? ¿Dónde vives? ¿Qué calidad tiene el aire donde vives? ¿Empleas los músculos para trabajar? ¿Vives en una granja con aire puro no contaminado? Incluso si vives en una granja, tienes los músculos fuertes y estas en forma, ¿cuanto tiempo quieres ser esclavo del tabaco? Todavía soy joven; tengo mucho tiempo para dejar de fumar Efectivamente, tienes mucho tiempo para toser, para jadear por falta de aire después de subir un tramo de escaleras y para mantener el cuerpo cautivo en un estado confuso de toxicidad. ¿Has pensado alguna vez en el día en que desees dejar de fumar? ¿Cuándo será? ¿Cuando tu cuerpo esté a punto de colapsarse por los efectos nocivos de la nicotina, el alquitrán, el monóxido de carbono y demás? ¿Hasta que edad vas a seguir fumando? ¿Crees que te va a resultar más fácil si lo retrasas? Si eres joven, alegrate por tu decisión. Significa que eres más sabio que el resto de fumadores, que esperan demasiado tiempo antes de decidirse. Siempre me alegra ver a la gente joven en mi consulta. Recuerdo a una fumadora de catorce años que viajó a España desde otro pais porque estaba enferma de asma. Para mi es un placer ayudar a los jóvenes porque se que ellos son el objetivo de las tabacaleras, que necesitan reemplazar a los fumadores muertos por otros nuevos que esten vivitos y echando humo. Tampoco es para tanto; mañana me podría atropellar un autobús Si, podría ser. A eso se le llama accidente. Tú no fumas por «accidente». Fumar siempre se elige. Tú eliges tirar el dinero, toser, oler mal y jadear por falta de aire. Tú eliges seguir siendo un cautivo. Tú eliges preocuparte por tu salud y que te entre el pánico cada vez que te quedes sin cigarrillos. Si, te podría atropellar un autobús. Sin embargo, no puedes saberlo. Por suerte, no sabemos cómo ni cuando vamos a morir. Es una bendición no saber como vamos a morir. La vida se convertiría en una existencia terriblemente dolorosa si supieramos como vamos a morir. Si continúas fumando, aumentas las posibilidades de contraer alguna de las enfermedades relacionadas con el tabaco y, probablemente, morir de ella o simplemente padecerla. Podrias decir: «Bueno, todos tenemos que morir algún día.» Si, todos vamos a morir. Pero ¿te gustaría morir de la forma más tonta: esclavizado mentalmente y sucio físicamente? Cambia
mucho la forma en que respiras, en que late tu corazón, en la concepción de ti mismo y en la concepción de ti que tienen los que te rodean. Cambian muchisimo las cosas si estas enganchado a una sucia sustancia. ¡No me importa! Solo quiero fumar ¿Qué es lo que no te importa? ¿Estás diciendo que no te importa sentir dolor en el pecho? ¿No te importa que te sangren las encías, tener ataques de tos o sentir fuertes ahogos? ¿No te importa el cáncer de pulmón, el enfisema o los ataques al corazón? Tú tienes este libro en las manos porque de algún modo sabes que la vida es mucho mejor como no fumador. Conoces a muchos no fumadores que viven la alegría y el dolor de vivir sin tener que fumar. Conoces a muchos no fumadores que disfrutan de las bodas y las celebraciones de todo tipo sin tener que dar una sola calada. Sin embargo, sabes que te entra el pánico cada vez que te das cuenta de que te has quedado sin cigarrillos. Te entra el pánico con la idea de dejar de fumar. Solo fumo cigarrillos light Muy pocas personas saben cual es la diferencia real entre un cigarrillo normal y uno light. Los fumadores que estan enganchados a los cigarrillos light o que han cambiado a una marca light, creen que sus cigarrillos contienen menos nicotina. Lo leen en la cajetilla y se sienten aliviados pensando que sus cuerpos absorben menos veneno. Van per ahi la mar de contentos pensando que se preocupan más por su salud que esos pobres fumadores que consumen cigarrillos normales con mucha más nicotina. He aquí la verdad sobre los cigarrillos light. La única diferencia entre un cigarrillo light y otro normal es que el primero tiene dos lineas más de agujeritos en el filtro. Si, el contenido de nicotina es el mismo; solo tiene más agujeros en el filtro. Si esto no es un timo, no sé qué lo es. Esto es un engaño. La lógica es que esos agujeros de más interfieren en la inhalación del humo. ¿Pero por qué estan esos agujeros junto en el filtro, donde todos los fumadores sujetan el cigarrillo y los cubren sin darse cuenta? La razón clave por la que sigues fumando Puede que tengas otros motivos. Después de todo, la lista anterior es solo una parte de lo que me han explicado los fumadores. Independientemente de los motivos que tengas para dejar de fumar, todo se reduce a una razón principal: el miedo. Miedo a perder el statu quo. La nicotina no envenena el cuerpo de un no fumador. El cuerpo de los no fumadores reacciona a nivel físico y mental para mantener su statu quo sin veneno. Da nicotina a los no fumadores y se pondrán enfermos: toserán, se marearán, se les irritará la garganta, sentirán nauseas y dolor de cabeza. Sus cuerpos reaccionan así. También temen contraer una enfermedad mortal. Así que sus cuerpos y sus rnentes reaccionan para mantener el statu quo: un estado físico y mental sin veneno. En el caso de los fumadores sucede lo contrario. Si has insistido en fumar, aunque tu cuerpo y tu mente te hayan transmitido todos los signos claros para que dejes de hacerlo, tú organismo se ha adaptado para acomodar el veneno de la nicotina. Así que el statu quo de tu estado físico y mental sano normal es la toxicidad. Tu subconsciente te ayuda para que puedas hacer caso omiso de todas esas señales desagradables. Ademas, tu mente crea el miedo como un mecanismo protector para hacer que no dejes de fumar. En el caso de los no fumadores, la mente desencadena la respuesta del miedo para hacer que no fumen, para mantener el statu quo sano. En tu caso, tu mente desencadena la respuesta del miedo para hacer que sigas fumando y así mantener el statu quo de envenenamiento. Entonces, ¿por que sigues fumando? Después de más de diez años de experiencia tratando la mente, he descubierto que la respuesta es la misma en todo el mundo. Todo se reduce a dos puntos principales: un cuerpo envenenado y el miedo a que deje de estarlo. El tabaco provoca un estado
físico y mental de envenenamiento. Al inhalar la nicotina, junto con numerosas sustancias altamente tóxicas, tu cuerpo no tiene más remedio que adaptarse para acomodar la venenosa nicotina. La naturaleza de la nicotina es tal que te empuja a desear más. En cuestión de segundos, la nicotina llega a tu cerebro y, una vez en tu flujo sanguineo, afecta a todos tus órganos. Tu cuerpo contiene un mecanismo de defensa contra el veneno. Eliminas la nicotina en cuestión de horas. Tu cuerpo intenta liberarse de este statu quo deshaciendose de la nicotina. En cuanto disminuye el volumen de nicotina, tu subconsciente envía un mensaje en forma de pensamiento: «Quiero un cigarrillo», para mantener este statu quo. Este mensaje, «quiero un cigarrillo», se mezcla con el miedo a dejar de fumar y una larga lista de creencias sobre los «beneficios» del tabaco. Fumas porque temes no poder disfrutar de la vida sin los cigarrillos. Tienes miedo a matar a un valioso compañero que siempre te ha dado algo a cambio. En cuanto piensas en dejar de fumar, el miedo se apodera de ti. Sin embargo, el miedo en si mismo es un sentimiento positivo. Es un mecanismo de protección para mantener el statu quo. No obstante, en tu caso, como fumador, tu statu quo está al revés o patas arriba. Después de leer el libro y seguir todas las instrucciones, cuando te fumes el último cigarrillo y escuches el CD, mantendras ese miedo a raya para alejarte del tabaco. Recuperaras el statu quo sano de no fumador y utilizaras ese miedo para mantenerte alejado del tabaco. Llevo diez años interesado en encontrar formas de ayudar a la gente a superar sus miedos. La mayoría de las metodologías que empleo se realizan en sesiones de terapia individualizadas. A veces realizo seminarios motivacionales para vendedores y ejecutivos con el objetivo de ayudarles a superar su sistema limitado de creencias y hacer tú que más temen. Una de esas actividades es caminar descalzo sobre brasas ardientes. Si, has leido bien, caminar sobre brasas ardientes. No hate falta estar hipnotizado ni encontrarse en un estado de conciencia alterado para caminar sin peligro. Enseño a los participantes coma emplear el ciento por ciento de su atención para enfrentarse a sus miedos y superarlos. La gente que camina sobre el fuego nunca vuelve a ser la misma, porque superan sus creencias limitadas sobre algo que pensaban que era imposible. El objetivo no es enseñar a la gente a caminar sobre las brasas, sino que sean conscientes de que si pueden caminar sobre el fuego sin peligro, habrá otras cosas que podran hacer en sus vidas y que no hacen por miedo. Los sentimientos de eufória, alegría y fuerza personal después de caminar sobre el fuego son increíbles. Los vendedores y equipos directivos que participan en la experiencia de caminar sobre brasas también comparten logros y éxitos espectaculares como nunca hasta entonces. Los participantes se enfrentan al miedo a caminar descalzos sobre brasas (hasta 500 ºC) y lo superan, tienen pruebas concretas de que son capaces de logros increibles. No es necesario que camines sobre brasas para darte cuenta de que el mayor perjuicio para tu éxito en cualquier empeño es un miedo excesivo. Como ya he indicado anteriormente, he ayudado a la gente a superar sus miedos simplemente hablando con ellos como lo estoy haciendo contigo. Tu solo tienes que seguir leyendo y llegando al final del libro fumar tu último cigarrillo antes de escuchar el CD hipnótico. Miedo (M. I. E. D. O.) es «M» por «Movilizar», lo cual significa que todos los recursos físicos y mentales de la persona se movilizan para actuar. «I» por «Interior», lo cual significa que es un mecanismo innato que todos llevamos dentro. «E» por «Energía», lo que significa que el miedo es energía en estado puro. Es un combustible que moviliza nuestros recursos internos hacía una acción especifica. «D» por «Dirigir», lo que significa que puedes dirigir esta energía interna rnovilizadora hacía tu objetivo: aprovechar la «Oportunidad». Resumiendo, MIEDO es una energía interna que podemos controlar para aprovechar una circunstancia concreta. Como puedes ver, el objetivo no es deshacerse del miedo, sino emplearlo de forma constructiva.
Estos son los principales miedos que he descubierto entre los fumadores que estan considerando dejar de fumar: 1. Miedo a tener que dejar un placer. 2. Miedo porque no va a poder disfrutar de la vida ni controlar su estrés, su soledad, su tristeza, etcétera. 3. Miedo a engordar. 4. Miedo a tener que pasar por una experiencia terrible para liberarse. 5. Miedo a no liberarse completamente de las ansias por fumar porque está enganchado. Todos estos miedos son solo ejemplos de un miedo absoluto. La única razón por la que no has dejado de fumar ¡es porque temes que sea muy doloroso y dificil! Esto viene causado por esa señal subconsciente que hace que sigas fumando para mantener el statu quo. Otra fuente de ese miedo es el sistema de creencias colectivas de la sociedad actual por el que dejar de fumar exige tener fuerza de voluntad. Tu miedo a dejar de fumar es como tener una pesadilla e intentar escapar de un fantasma. No hay necesidad de huir del monstruo de la pesadilla ni de luchar contra el. De hecho, a veces no tiene sentido intentarlo, porque el horror que te persigue fué concebido en tu mente, y siempre que sigas temiéndolo, puede seguirte dondequiera que creas que se encuentra. La única forma de «escapar» realmente es poniendo fin a tu miedo. El miedo que sientes en una pesadilla es totalmente real. La cuestión no es si la pesadilla es real o no. La cuestión clave que te beneficiará es: «¿Qué realidad prefieres: vivir la pesadilla del tabaco o despertarte a la realidad de una vida como no fumador?» Cuando abres los ojos, pasas de una realidad a otra. Ahora sigue fumando tanto como quieras. Es normal que tengas miedo a dejarlo. Continúa leyendo, sigue las instrucciones y podrás fumar tu último cigarrillo con una amplia sonrisa. Y después de escuchar el CD, serás libre. Te darás cuenta de que tendras el valor de fumar y apagar tu último cigarrillo con un gran alivio. Los ex fumadores que lo consiguen con éxito reconocen que realmente fumar no es necesario para enfrentarse a ninguna de estas situaciones. No esperaron a que llegara el momento perfecto. Decidieron dejar de fumar y pasaron a la acción. Fueron capaces de cambiar la señal de su subconsciente de forma espontánea. Es importante darse cuenta de que nadie te fuerza a fumar. Tu decidiste seguir fumando a pesar de las señales de tu cuerpo. Esa es la buena noticia. Ese estado mental y físico de toxicidad y miedo se creó de forma espontánea como resultado de tu propia decisión. Tú también puedes dejar de fumar con éxito y volver a tu estado saludable y normal. Después de seguir las instrucciones, te darás cuenta de que el mejor momento para dejar de fumar es AHORA. Cómo te enganchaste ¿Recuerdas el primer pitillo que te fumaste? La primera vez que fumaste, seguro que experimentaste el impulso de toser para expulsar el humo que habías inhalado. Sentiste quemazón en los pulmones. Te lloraban los ojos. Tuviste una sensación de picor en la garganta cuando te entró el humo. Momentos después de tu primera calada empezaste a marearte y quiza tuviste nauseas. Después de llevar varias semanas fumando, esas sensaciones empezaron a desaparecer. Ya no te dolía la garganta al fumar, ni empezabas a toser cada vez que dabas una calada. Las nauseas y los mareos que habias experimentado anteriormente también parecieron esfumarse. Sin embargo, lo cierto es que todas esas sensaciones negativas no desaparecieron nunca. Tus pulmones siguen rechazando el humo que inhalas. Tu garganta sigue irritandose por el humo constantemente. Te
sigues sintiendo un poco mareado después de fumar. Entonces, ¿cómo puede ser que parezca que ya no experimentas ninguno de estos sintomas? Inicialmente, tu cuerpo te enviaba potentes señales de advertencia por el rechazo a las sustancias químicas y a las toxinas nocivas de los cigarrillos. Sin embargo, tú seguías envenenandote al continuar fumando. Cuando tu cuerpo se dió cuenta por fin de que no respondias a sus llamadas urgentes, de que ibas a seguir con el comportamiento que le causaba todo aquel dolor, intentó paliar el dolor por si mismo. Una de las formas en que tu cuerpo trato el dolor fué creando una nueva realidad. Tu subconsciente creó un estado para sobrevivir al dolor y la enfermedad que sufria cada vez que fumabas. Tu organismo aprendió a hacer caso omiso del dolor que experimentabas en la garganta o en el pecho. Aprendió a evitar los mareos y las nauseas. Así que si piensas que tu cuerpo ha aceptado los cigarrillos, estas equivocado. Tu cuerpo no quiere ser envenenado. Ha intentado decirtelo desde el primer día. Sin embargo, tú elegiste no hacer caso. Para compensar esto, tu cuerpo tuvo que acondicionarse para sobrevivir a las enormes dosis de sustancias químicas dañinas y venenosas que has ingerido continuamente. Tanto si eres un fumador que intenta dejar de fumar, un ex fumador que intenta seguir sin furnar o un no fumador pensando en fumar, ten siempre en cuenta que tu cuerpo no quiere ser envenenado. Tu cuerpo te dice que casi todos los sistemas se ven afectados negativamente por ese veneno que es la nicotina. Muchas personas oyen estas advertencias y no continúan fumando. Tiran los cigarrillos, pensando: «Esto tiene mal sabor, huele fatal, me da dolor de cabeza, me hace marearme y me irrita la garganta. No lo quiero.» Un pequefio grupo hace caso omiso de estas señales y sigue fumando. Aqui entra en juego nuestro principal recurso interno: el subconsciente. Ése es el almacén de todos nuestros conocimientos, recuerdos y experiencias. Tu subconsciente crea un «programa» para que puedas desechar ese horrible olor y sabor y demás reacciones físicas adversas. El cuerpo ernpieza a acostumbrarse al veneno porque su ingesta es regular. Tu cuerpo establece un volumen de este veneno, la nicotina, como «normal» en el flujo sanguineo. Así que si antes de engancharte a la nicotina, tu cuerpo reactiono al recibir el contenido de esta en un solo cigarrillo, después del período de adaptación, tu reacción es justo la contraria: tú recibes una señal de que tu volumen de nicotina en la sangre esta disminuyendo. Normalmente esto produce una sensación de ansiedad. El subconsciente da la orden de reestablecer el volumen de nicotina en la sangre, así que fumas un cigarrillo para volver a tu estado de intoxicación plena. Si te sientes desconcertado por esta explicación, no te preocupes, la repetiré con más detalle. Como no fumador, tu cuerpo esta bien. No contiene ningún veneno potente. Cuando fuerzas al cuerpo a tomar nicotina, este reacciona y te dice que el veneno es muy potente: te hate toser, te produce mareos y mal sabor, te irrita la garganta, etcétera. Tú sigues fumando porque tienes un motivo. El mio era parecer fuerte y viril. Todos tenemos nuestros propios motivos que pudieran haber sido validos entonces, pero que ya no lo son. Por ejemplo, sabemos que la nicotina y el alquitrán hacen justo lo contrario: afectan a la potencia sexual al tiempo que obstruyen los vasos sanguineos. Volvamos al motivo por el que nos enganchamos. Cuando tu subconsciente se da cuenta de que quieres fumar a cualquier precio, genera una señal reguladora para hacer que quieras fumar un cigarrillo para mantener el statu quo. Así que tu cuerpo se adapta al veneno de la nicotina estableciendo un volumen cómodo según tu organismo. Al mismo tiempo, sin embargo, rechazas el veneno porque estas diseñado para proteger tu cuerpo. Es un mecanismo de desintoxicación incorporado. Como medida de protección, tu cuerpo, a la vez que acomoda el veneno, después de fumar un cigarrillo empieza a disminuir el nivel de nicotina en sangre. En resumen, el notivo por el que fumas es mantener una toxicidad física considerada «normal»
en el cuerpo. Ahora puedes entender por que fumar resulta tan placentero. No es porque inhalar sustancias tóxicas y un potente veneno denominado nicotina te produzca placer, sino porque se invierte la reacción del cuerpo. Cuando disminuye la concentración de nicotina, te sientes como si te hubieras envenenado. Así que sigues la señal del subconsciente para reponerlo. Cuando dices «me gusta fumar», en realidad estas diciendo «me gusta satisfacer mis deseos de fumar». Recuerda que tu cuerpo se encuentra en un estado tóxico. Para un cuerpo sano es agradable deshacerse de las toxinas, como al hacer de vientre. Un cuerpo envenenado por la nicotina se siente confundido y obtiene placer al recuperar su volumen de nicotina. Cuando pregunto a los fumadores por que fuman, responden que lo hacen porque no son felices, se sienten insatisfechos, nerviosos, aburridos, ansiosos, solos, cansados o simplemente frustrados sin los cigarrillos, porque los mantienen delgados, les perrniten pensar mejor, siempre son más sociables cuando fuman o les sirven para celebrar las alegrías de la vida. La comida, la bebida, los juegos y la diversión, e incluso el sexo, parecen perder su atractivo sin un cigarrillo que los acompane. Algunos fumadores dicen que fuman porque estan nerviosos. Otros dicen que lo hacen para celebrar algo. Algunos piensan que fuman para tener más energía. Muchos fuman para parecer sexys. Y otros para despertarse o para quedarse dormidos. Algunos piensan que fuman para pensar. Mira dentro de la cajetilla que llevas encima. Todos los cigarrillos son identicos. Ahora deja que te haga una pregunta: ¿Cómo sabes que cigarillo es para calmar los nervios, para levantar el ánimo o para mejorar la concentración? Todas estas experiencias son diferentes y algunas como relajarse o animarse son opuestas. ¿Córno es posible que un cigarrillo de la misma marca que Ileva el mismo tabaco pueda crear dos estados de ánimo contradictorios? ¿Es el cigarrillo el que proporciona estas sensaciones o es tu propia mente? El subconsciente crea un «programa» para acomodar la experiencia del tabaco. Hace que fumar parezca ofrecerle una serie de «beneficios». Veamos que es lo que «PARECE» ser real: PARECE: placer, aburrimiento, relajación, estrés, concentración, etcétera. «P» de placer. ¿El tabaco produce placer? Hay explicaciones científicas que explican la idea del placer. Cuando fumas, tu concentración de nicotina en la sangre aumenta y, al cabo de una hora, ese volumen empieza a disminuir. Esa reducción de la cantidad de nicotina en el cuerpo crea una sensación de malestar, un estado artificial de leve ansiedad descrita como el «mono». Al fumar el siguiente cigarrillo, aumenta tu concentración de nicotina en la sangre. La recuperación de la nicotina hace que te sientes bien porque alivias el malestar causado por el cigarrillo anterior. Así que el cigarrillo no te produce ningún placer real. Cada cigarrillo causa una subida de nicotina seguida de una disminución, lo que genera el ansia de recibir todavía más nicotina. Al doctor Henry Laborit, reconocido experto en biologia a nivel mundial, se le atribuye otra explicación. El doctor Laborit descubríó que cuando llevamos a cabo cualquier conducta durante un largo período, aunque ese comportamiento resulte doloroso o produzca malestar, nuestro cerebro lo transforma en una experiencia positiva e incluso agradable. Pensemos por ejemplo en chicas que sufren bulimia. Chicas así pueden provocarse vómitos hasta tres veces al día. Cuando les preguntamos por que lo hacen, la respuesta es: «Porque me gusta» Puede que te sorprendas al escuchar algo así, ya que sabes que esa chica no ha disfrutado vomitando. Sin embargo, ella se ha inducido el vómito tantas veces que su subconsciente tú transforma en una experiencia «agradable» para sentirse coherente con ella misma. Imaginate que vas a un restaurante y pides un nuevo plato del menú. Al acercarte el plato, te das cuenta de que huele muy mal. Al tomar el primer bocado, empiezas a toser. Masticas y te lo tragas a la fuerza. Inmediatamente empiezas a sentir nauseas. Das otro bocado y sientes una fuerte
sensación de irritación en la garganta y empieza a dolerte la cabeza. Llamas al camarero y le preguntas que ingredientes contiene ese plato. El camarero te los lee: nicotina, alquitrán, monóxido de carbono, cadmio, naftalina, amoníaco, etcétera. Y ahora te pregunto: ¿Volverias a pedir ese plato? Por supuesto que no. Ahora, ves a alguien pidiendo ese mismo plato día tras día, sabiendo lo que contiene. Ves a la persona pedir al camarero que empaquete el plato en 20 unidades para poder llevarselo a todas partes. Cuando se le acaban las pequeñas unidades del plato, le entra el pánico, se pone irritable y se enfada. ¿Dirias que a esa persona le gusta ese plato? ¿O pensarías que esa persona ha creado una extraña relación con la comida venenosa? Estarás de acuerdo conmigo al pensar que tu cuerpo se ha acostumbrado al veneno del tabaco mientras que sufres sus consecuencias. «A» de aburrimiento. ¿El tabaco acaba con el aburrimiento? «El tabaco me ayuda cuando estoy aburrido». ¿Quieres decir que el mismo pitillo que te ayuda a concentrarte en el trabajo, te relajó en casa o en el bar, también te rescata en momentos de aburrimiento? Debe de ser algo magico. ¿Es el pitillo o tu mente la que te ha ayudado a superar el aburrimiento todo este tiempo que llevas fumando? Viajo a menudo y veo que los fumadores se sientan durante las largas y aburridas horas del viaje igual que los no fumadores. Leen, ven la televisión, se duermen, miran por la ventanilla, hablan, miran a los demás, comen algo o simplemente se sientan y contemplan lo que hay a su alrededor. Así que tú has controlado el estrés sin fumar muchas veces pero no te has dado cuenta. Al igual que otros «beneficios» del tabaco, este también es el resultado de esta confusión física y mental. ¿Estas intentando decirme que los fumadores no se aburren? Si piensas con detenimiento, te darás cuenta de que fumar es, de hecho, la causa del aburrimiento. El tabaco no te deja hacer nada más que pudiera ser interesante. Aunque consigas hacer algo divertido, nunca disfrutas de ello plenamente porque te encuentras en un estado permanente de intoxicación. Envenenarse no es una buena manera de acabar con el aburrimiento. Hay más formas de acabar con él y no tienen que ver con el tabaco. Sal a pasear, escucha música, hechate una siesta, juega a algo. ¡Las posibilidades son interminables! «R» de relajación. ¿El tabaco te ayuda a relajarte? Recuerda el estado de envenenamiento de tu cuerpo. Tu organismo reaccionó violentamente cuando te fumaste los primeros cigarrillos. Tu insististe hasta que el cuerpo adaptó su funcionamiento para acomodar ese veneno. Ahora la situación es la inversa. Si un cuerpo sano y normal se relaja al liberar el veneno, el cuerpo del fumador se pone tenso cuando disminuye su concentración de nicotina en sangre. La mente envía una señal pidiendo un cigarrillo para recuperar el estado de intoxicacion que crea el veneno. Una vez que fumas y tu volumen de nicotina se recupera, te sientes relajado. ¡El tabaco únicamente crea un estado de ansiedad que puede ser mejorado, solo parcialmente, con el siguiente pitillo! Haz el siguiente ejercicio: forma un puño con la mano derecha. Te ruego que lo hagas. Fuerte y apretado, sin lastimarte, por supuesto. Y sigue leyendo. Sigue respirando tranquilamente. Solo estas apretando el puño. Mientras sigues leyendo, advierte la fuerza con la que aprietas los músculos de la mano derecha. Te daras cuenta también de que gran parte de tu brazo derecho esta tenso. Probablemente empezaras a notar cierto malestar. Ahora abre el puño lentamente y relaja la mano derecha. Tomate el tiempo necesario para aliviar la tensión de la mano y sentir que te relajas. ¿Te has dado cuenta de que la mano derecha esta más relajada que la izquierda? Ahora responde a esta pregunta: ¿Cerrar el puño te relaja? ¿Es la tensión del puño lo que te produce la relajación o es porque liberas la tensión extra y te sientes más cómodo? Obviamente,
sería una tonteria decir que apretar el puño relaja. Lo cierto es que poner la mano en forma de puño te pone tenso y cuando dejas ir la tensión, te relajas. Entonces, ¿por que apretar el puño en un principio? La nicotina es un potente estimulante que aumenta el ritmo cardiaco y la presión arterial. Libera adrenalina en el torrente sanguineo en cuestión de minutos. El tabaco nunca te ha relajado. Que interesante que el mismo pitillo te relaja en casa o durante un descanso para tomar un café, el siguiente te ayuda a concentrarte, el que fumas después de ese te anima, otro más hace que la comida sepa mejor, uno más te calma cuando te sientes estresado y el siguiente te saca de una profunda depresión. iVaya! iQue cajetilla tan magical Deberiamos conceder el Premio Nobel a las tabacaleras por inventar la panacea. El tabaco provoca ansiedad. Tu creencia de que el tabaco te tranquiliza te hace seguir fumando. No confundas la sensación de alivio con la de relajación. Tus sistemas nervioso y respiratorio se encuentran en tensión debido al tabaco. La única vez que logran un descanso relativo es durante la noche. En cuanto apagas tu último cigarrillo y dejas que el cuerpo vuelva a ajustarse sin miedo durante unos dias, eres libre. Libre por fin. «E» de estrés. ¿E1 tabaco te ayuda a controlar el estrés? El tabaco provoca estrés. Tu cuerpo sufre cuando la nicotina entra en él. Te encuentras en tu nivel más debil para controlar el estrés. En momentos de estrés, el cuerpo sufre una reacción conocida como «luchar o huir». Eso significa que cuando percibimos algún peligro, estamos programados biológicamente para luchar contra la fuente de dicho peligro o huir de el. Se sabe con certeza que la nicotina desencadena una respuesta de estrés artificial. No es de extrañar que te sientas agotado. Durante toda tu vida como fumador, has sufrido un tira y afloja. Un cigarrillo tras otro, una calada tras otra. El tabaco puede ser un recurso con el que los fumadores intentan distraerse de sus problemas sentimientos negativos. Sin embargo, tú sabes que distraerte o huir de tus problemas no es la respuesta. Es como huir de un fantasma. Cuanto más rápido corres, más parece acercarse el espectro. Algunas personas intentan huir de esa temida bestia, pero los fantasmas tienden a encontrarlas y castigarlas. Cuanto más huyes, más parece fortalecerse el fantasma. Ademas, aumenta tu miedo al confirmar tu incapacidad para enfrentarte a tus problemas. Sólo cuando te detengas, te des la vuelta y mires el fantasma a los ojos, podrás superarlo. Cuando te enfrentas a tus problemas, aumenta tu valentía. Cuando un fantasma persigue a la gente valiente, ésta se detiene y le mira a los ojos para hacerle desaparecer. Algunos problemas pueden no tener una solución inmediata, pero al menos puedes ahuyentar al fantasma de las preocupaciones. De esta forma, inicias un ciclo virtuoso para llegar a ser más fuerte, una persona valiente. Si te escondes o huyes de tus fantasmas, estos se volverán más fuertes y te amargarán la vida. ¿El tabaco controla el estrés? Lo dudo mucho. «C» de concentración. ¿E1 tabaco te ayuda a concentrarte? La concentración es una actividad mental para la que se emplea el cerebro. ¿Qué necesita el cerebro para funcionar? Ademas del azúcar que proviene de los alimentos, necesita oxígeno. Dejame repetirlo: tu cerebro necesita oxígeno. ¿El tabaco añade o roba oxígeno? Está claro que roba el oxígeno. El humo de los cigarrillos contiene un gas prácticamente invisible e inodoro denominado monóxido de carbono. Este sucio gas roba oxígeno a la hemoglobina, que es la responsable de transportarlo, sobre todo al cerebro. Este robo hace que te adormezcas.
El cigarrillo es un obstáculo. De hecho, impide tu concentración porque tienes que sostenerlo entre los dedos. Además, el veneno (la nicotina) ejerce demasiada presión sobre tu cuerpo. Es como si alguien te golpeara en el torso. Al principio, al fumar los primeros cigarrillos, notabas el dolor en el pecho y el resto de molestias. Después empezaste a hacer caso omiso de las señales de tu cuerpo. Sin embargo, el cuerpo sufre con cada calada que inhalas. Tu crees que el tabaco te ayuda a concentrarte solo porque quizas hayas intentado no fumar durante algunos dias o algunas horas y has advertido que te sentías inquieto y no podias concentrarte. Si no podías concentrarte, fue debido a la confusión física y mental que sufres como fumador. Cuando la nicotina sale del cuerpo, tu mente te envía una señal para fumes. Tú intentas resistir esta señal mediante tu fuerza de voluntad. Sin embargo, el subconsciente es tal que envía una señal cada vez más fuerte hasta que actuas y te fumas un cigarrillo. Podras apagar esa señal después de escuchar el CD. Tu mente ya no te enviará esa señal y dejará que tu cuerpo se desintoxique con facilidad. Recibirás una nueva señal que te confirmará que tú ya no eres fumador. «E» de etcétera. ¿E1 tabaco te proporciona algún beneficio? Durante todos los años que llevo ayudando a los fumadores a dejar el tabaco, he oido muchos motivos por los que la gente lo deja. Recuerdo una señora, bien vestida y con estudios, que me explicó que fumaba porque habia oido decir que la nicotina tenía «bichitos comegrasa» que le ayudaban a mantenerse delgada. O la pareja que solo podía ir de vientre si fumaba un cigarrillo. Si no fumaban, no podian ir al baño. E incluso la mujer que juró que no podía hablar sin un cigarrillo. Insistia: «Arthur, no puedo hablar. Mi boca no se mueve. Necesito un cigarrillo para poder hablar». ¿Cuales son tus etcéteras? Debes de tener una serie de creencias por las cuales tu vida ya no sería la misma sin los cigarrillos. Y la pregunta que te hago es la siguiente: ¿Estas seguro al ciento por ciento de que el tabaco te da esto y aquello? ¿Estas totalmente seguro de que cuando fumas, lo haces por un buen motivo? ¿Fumar te resulta agradable, te anima, te ayuda a controlar el estrés y te ofrece una larga lista de emociones que van desde la ansiedad hasta el aburrimiento? ;Cuantas veces has fumado y elle no te ha proporcionado ningún placer? ¿Recuerdas esos cigarrillos que no saben a nada? ¿Cuantas veces has intentado sentirte mejor con un cigarrillo y no lo has conseguido porque seguías estando triste, solo, estresado, ansioso, tenso, etcétera? El poder de tus creencias Tú eres la suma de todas tus creencias. Haces las cosas porque crees que son posibles. El proceso para formar nuestras creencias es dinámico y las modificamos constantemente. Tú inicias ese proceso desde tu más tierna infancia. ¿Te acuerdas de cuando creias en los Reyes Magos a pies juntillas? Ahora sabes que los regalos que recibiste no te los trajeron ellos. Las creencias son simples generalizaciones. ¿Cuantas creencias has cambiado durante tú vida? ¿Quién dice que tenemos que aceptar esta generalizacion («dejar de fumar es muy dificil») sin cuestionarla? Miles de fumadores han abandonado ese hábito desagradable sin ayuda. Yo he entrevistado a esas personas y he descubierto sus secretos. Dejar de fumar no solo es posible, sino que puedes hacerlo sin esfuerzo si sigues mis pautas. Los fumadores que creen que dejar de fumar es muy dificil o casi imposible son como los elefantes del circo. Cuando se capturan crias de elefante en África, se encierran y se atan al suelo por una pata, y después se dejan allí durante un tiempo. Después de un período de acondicionamiento y entrenamiento, acaban siendo domadas. Después, al llevarlas al circo, les
ponen grilletes para atarlas al suelo por una pata durante largos periodos. Con el tiempo se acostumbran, pero sabiendo y aceptando que no pueden soltarse de la cadena que los ha apresado durante tanto tiempo. Dia tras día, los jóvenes elefantes intentan soltarse. Sin embargo, los pequeños elefantes no son lo suficientemente fuertes como para romper la cadena de hierro que los sujeta al suelo. Finalmente, llegan a creer que no pueden escapar de su esclavitud. Cuando el elefante se convierte en un animal adulto de varias toneladas, es obvio que con un simple tiron puede soltarse y echar a correr. ¿Por qué no se atreve ni a intentarlo? El motivo reside en el hecho de que la esclavitud no radica en la fuerza física del elefante sino más bien en su propia creencia. Del mismo modo, los fumadores parecen incapaces de liberarse de la cadena que les ata. No saben que lo que les encadena es su sistema de creencias. Nuestro subconsciente es como nuestro piloto automático. Una vez programado, continua haciendo lo mismo de la rnisma forma durante el resto de nuestras vidas. En general, se trata de un sistema util y positivo. Nos ahorra tiempo y energía en pensar durante las muchas actividades repetitivas que realizamos cada día: ducharnos, vestirnos, conducir y tantas otras tareas que pueden hacerse rápidamente y sin complicaciones gracias a nuestro «piloto automático».
5. ¿Eres drogadicto? Si algo se repite sesenta y dos mil cuatrocientas veces, se convierte en la verdad. ALDOUS HUXLEY Un mundo feliz Cuantas veces has oído frases como: «La nicotina es cinco veces más adictiva que la heroína», «Los fumadores son drogadictos»,« Es más fácil dejar de consumir heroína que nicotina», etcétera. Irnagino que más de sesenta y dos mil cuatrocientas veces. Como señala Huxley, si has oido una frase repetirse miles de veces, tiendes a considerarla cierta. Uno de los mayores obstaculos para que los fumadores dejen de fumar es la creencia de que fumar es una adicción. Lamentablemente, los medios de comunicación siguen refiriendose al tabaco como una adicción tan poderosa como la heroína. Hace pocas semanas leí una entrevista con un psicólogo que afirmaba que «la nicotina es cinco veces más adictiva que la heroína». Sin embargo, los expertos en drogodependencias te dirán que esta afirmación no es cierta. Los efectos de una potente droga como la heroína tienen similitudes con la nicotina, que es altamente tóxica. Sin embargo, que sean similares no quiere decir que sean iguales. Analicemos la teoría de la adicción. En el pasado, hasta los años cincuenta, los profesionales de la rnedicina consideraban el tabaco, el alcoholismo, la masturbación y el consumo de drogas (heroína, cocaína, marihuana) no corno adicciones sino como vicios o costumbres malsanas. Resulta interesante que la masturbación fuera considerada un problema importante. Por ejemplo, el doctor Karl Kallenberg afirmo en 1931, en un libro titulado Action and Thought, que la masturbación es mucho más dificil de dejar que el alcohol. Cuando en 1999 Iberia anunció que iba a prohibir fumar en sus vuelos, mucha gente protesto diciendo que a los fumadores les daría un ataque en los vuelos debido a su adicción. Se prohibio el tabaco y a nadie le dio un sincope ni sufrió un ataque de ansiedad. Las autoridades japonesas estaban tan preocupadas porque los fumadores no sufrieran graves ataques de ansiedad en los aviones que en 1999 Japanese Airlines les ofreció unos tubitos de plastico para que sorbieran por ellos con el fin de «ayudar a contener las gangs de fumar». Ningún fumador quiso sufrir la humillacion adicional de chupar por un tubito y se sentó cómodamente durante el vuelo. La tan discutida nueva ley antitabaco, que entró en vigor en España en enero de 2006, convirtió en ilegal fumar en los edificios de oficinas y en los centros comerciales y culturales entre otros espacios cerrados. El «Club de Fumadores por la Tolerancia» anunció que la ley crearía el caos y
conflictos entre los companeros de trabajo. En primer lugar, el caos y los conflictos han existido y existirán siempre en el ámbito laboral. Sin embargo, los dramaticos incidentes de los que advertía el «Club de Fumadores» no se han producido. Los fumadores descubríeron que pueden trabajar tres horas sin fumar. De hecho, muchos de ellos se alegraron de la entrada en vigor de la ley porque les ayudo a tener más control sobre su dependencia del tabaco. Solo protestaron unos pocos fumadores que niegan su dependencia de un veneno altamente tóxico. La reacción de los fumadores españoles a esta ley demuestra que fumar tiene poco que ver con la dependencia física de la nicotina y mucho con la actitud de los fumadores. Dejame que te lo explique. Consideremos el ejemplo de países corno Italia e Irlanda, donde hace varios años se aprobaron leyes restrictivas que prohibian fumar en todos los bares y restaurantes. Podrias decir que para los italianos esta ley no es tan importante porque no les apasiona tanto ir de bares como a los españoles. Sin embargo, estarás de acuerdo en que los irlandeses van al bar mucho más que los españotes. Seria de esperar que la ley llevara a la quiebra a estos locales. No fué así. Los fumadores irlandeses continuaron con su vida como hasta entonces y los fumadores siguieron disfrutando de sus copas como siempre. Entonces ¿por qué los medios españoles han reaccionado con tanta fuerza? ¿Por qué los fumadores españoles son reacios a adaptarse a la nueva ley? ¿Es porque la nicotina causa más adicción en la sangre española que en los cuerpos italianos o irlandeses? ¿No resulta interesante que en los países en los que las leyes son restrictivas y el precio del tabaco es elevado hay menos fumadores? Tomemos como ejemplo Suiza y España. El precio de una cajetilla de cigarrillos para los suizos es casi el doble que en España. Sin embargo, estas variables no son importantes para drogas tales como la cocaína o la heroína. La historia demuestra que cuando aumenta el precio de los cigarrillos, la gente fuma menos o acaba por dejar de fumar. Sin embargo, hay estudios que demuestran que no es así en el caso de la heroína o la cocaína. Los seres humanos comparten el mismo cuerpo físico. El color de sus ojos o de su piel puede ser distinto, pueden tener los brazos más largos o más cortos, pero la función de lo que compartimos es identica. Lo que nos hace distintos son nuestras creencias y actitudes. La diferencia es nuestra actitud ante la vida. Por lo tanto, las diferencias en las reacciones a la prohibición del tabaco no tienen una base psicológica sino cultural. En su innovador libro, Cambio, formación y solución de los problemas humanos, Paul Watzlawick y sus coautores explican el motivo por el que la teoría de la adicción no es una forma eficaz de resolver este problema. Escriben: «Otro ejemplo es el representado por los amplios problemas referentes a la adicción (a las drogas, al alcohol y al tabaco), que en la actualidad se tiende a definir predominantemente en terminos fisiológicos. En consecuencia, las medidas "correctoras" se basan en la medicación. Pero como muestra la controversia en torno a la metadona, el efecto de estas "medicaciones" puede ser muy semejante al de las sustancias generadoras de adicción a las que se supone reemplazan. A base de cierta experiencia directa en este sector, así como de nuestros principios generales, nos parece sumamente probable que estas medidas heroicas ejerzan un efecto totalmente insospechado, pero muy poderoso, en cuanto a la formation de creencias en las propiedades magicas de estas sustancias y en la casi completa imposibilidad de resolver los problemas de la adicción con otros métodos menos drasticos.» Los autores, que fueron algunos de los fundadores de la famosa escuela de Palo Alto, ofrecen una perspectiva diferente al problema de la «adicción»: «No cabe duda de que los problemas de la adicción son graves, pero se pueden tratar mucho mejor considerandolos como problemas de comportamiento, esencialmente similares a muchos otros problemas y dedicando una atención primordial a que clase de soluciones están contribuyendo a mantenerlos».
Sin embargo, vivimos es una sociedad orientada a la medicina. ¿Cuantas veces has oido decir, ya sea de labios propios o ajenos, que si te duele la cabeza te tomes una pastilla? Lo he oido y leido más de «sesenta y dos mil cuatrocientas» veces. Las compañías farmacéuticas son también una fuerza importante para «ver como un problema médico» cualquier cuestión relativa a la salud, hasta el punto de arriesgarse a inventarsela cuando sea necesario. Cómo se inventan algunas «enfermedades» «La medicina ha avanzado tanto que ya nadie esti sano» (Aldous Huxley). A los ojos de la comunidad médica establecida, el tabaquismo se considera una enfermedad. La enfermedad de la «adicción» solo puede curarse mediante recetas médicas de sustancias tales como el bupropion, o con parches y chicks que se pueden comprar sin receta. La medicina conventional afirma que es la Unica forma y la mejor manera de «curar» la enfermedad del tabaquismo. La terminologia puede parecerte extraña, pero muestra las attitudes de los defensores de la teoría de la adicción. Fabricar medicamentos y hacer que millones de médicos los receten en todo el mundo como la forma sería de curar una «adicción» resulta rentable. En una entrevista publicada en la revista El Semanal Antonio López Andrés, especialista del Servicio de Prestaciónes Farmacéuticas del Servicio Navarro de Salud sostiene que: «La investigación y la información farmacológicas estan en manos de los laboratorios farmacéuticos debido al patrocinio de los ensayos por parte de la industria, que esta infiltrada en todas las organizaciones médicas. Y, por otra parte, las administraciones son esclavas de su legislacion» (Ibidem).1 1. Nº. 914 del 1 al 7 de mayo de 2005, pp. 24-32, por Gloria Garrido, Farmacos bajo sospecha.
La doctora Marcia Angell, antigua directora ejecutiva del prestigioso New England Journal of Medicine, acusa en su libro La verdad sobre la industria farmacéutica que ésta «se ha alejado mucho, en las dos últimas décadas, de su noble objetivo original, esto es, el descubrímiento de nuevos fármacos útiles, para transformarse en una máquina de marketing dedicada a vender fármacos de dudosa eficacia». El modelo médico dice que la nicotina causa el tabaquismo y que, por lo tanto, se trata de una enfermedad. Sin embargo, podemos considerar el tabaquismo como algo que hacemos: un comportamiento voluntario. Las consecuencias del tabaco normalmente se traducen en alguna enfermedad como la insuficiencia pulmonar y cardiaca. Una vez que el fumador sufre las consecuencias agonizantes de un problema de pulmón crónico como una enfermedad pulmonar obstructiva crónica o enfisema, debemos tratarlo como un enfermo. Cuando a un fumador le falta el aire, luchando por respirar debido a su reducida capacidad pulmonar, no tiene elección en cuanto a su enfermedad. Sin embargo, los fumadores que eligen echarse un cigarrillo a la boca y darle una calada, lo hacen a su libre albedrío. Creen que fumar les beneficia de algún modo. El engaño y el miedo a la ansiedad hacen que continúen fumando. El doctor Miguel Gutierrez Fraile, catedratico de psiquiatria de la Universidad del País Vasco, escribe en el diario El Correo (jueves, 5 de enero de 200ó): «Son numerosisimas las personas que han abandonado, y siguen abandonando, el consumo de tabaco. Algunos autores sostienen que la mayoría de los fumadores son adictos a la nicotina y, por lo tanto, incapaces de tomar libremente la decisión de dejar de fumar. Esta afirmación sugiere que los fumadores no tienen control sobre su comportamiento y que hay algo en los cigarrillos o en el acto de fumar que supera la capacidad de libre elección del individuo. No hemos encontrado justification para esta alegacion ni en nuestra considerable experiencia clinica ni en las publicaciones médicas ni científicas.»
La invención de una nueva «adicción» En 1995, un psiquiatra estadounidense, el doctor Ivan K. Goldberg, anuncio una nueva adicción: el «trastorno de la adicción a Internet» (Internet Addiction Disorder o IAD, por sus siglas en ingles). Una adicción relacionada con «movimientos voluntarios o involuntarios de los dedos caracteristicos de la mecanografia». Esta nueva adicción significaba que la gente se estaba enganchando al monitor de sus ordenadores hasta tal punto que hacían caso omiso de sus responsabilidades familiares. Aunque el anuncio de Goldberg no fué más que una burla a la sociedad por la que cualquier comportamiento incontrolado se consideraba adictivo, el engaño se convirtió en «realidad». Goldberg creó y anuncio una lista de sintomas del trastorno de la adicción a Internet para el personal de salud mental. La broma de Goldberg tenía la intención de ser una parodia de la cuarta edición del Manual Estadístico y de Diagnóstico de Enfermedades Mentales (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders o DSMIV, por sus siglas en ingles), la biblia para el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades mentales, incluida la adicción a la nicotina, para el personal sanitario de todo el mundo. Continuó con su ironia hasta el punto de iniciar un grupo de apoyo en línea a la adicción a Internet. Afirmó textualmente: «No creo que exista un trastorno de la adicción a Internet, así como tampoco creo que exista un trastorno de la adicción al tenis, al bingo o a la televisión. La gente puede pasarse de la raya con cualquier cosa. Denominarlo trastorno es un error.» Algunos investigadores de genética afirman haber identificado genes en el cerebro de algunas personas que les empujan a buscar el placer mediante la nicotina. Sugieren que la nicotina, o cualquier otra sustancia «adictiva», aumenta la concentración de dopamina en el cerebro. Según algunos investigadores, la dopamina es una sustancia química producida en el cuerpo que estimula los centros de placer del cerebro. Puede que tengamos genes que desempenan un papel a la hora de iniciar comportamientos para buscar el placer, pero dudo que la naturaleza nos haya colocado el gen del fumador. Cualquier resistencia o crítica a este modelo se considera una «negación» y, por lo tanto, «si niegas que eres adicto a la nicotina, significa que lo eres». Solo puedes curarte con tratamiento médico. Dependes de los profesionales sanitarios para superar tu adicción. Si crees que podrias dejar de fumar por ti mismo, esa no es más que otra señal de que lo «niegas» y no aceptas la gravedad de la intensidad de tu adicción. Fomenta un tratamiento médico estricto como la única forma «científica» de tratar la «enfermedad de la adicción» y desacreditar y atacar métodos más eficaces. Se ha comprobado que el tratamiento médico (la terapia de sustitución de la nicotina y el bupropion) surte algún efecto con apoyo de terapia psicológica. Es absurdo desanirnar a la gente a que deje de fumar por si misrna o usando cualquier otro método. No hay pruebas científicas que demuestren que el tabaco esta relacionado con la genética. En general, cualquier afirmación de disponer de pruebas médicas que confirmen que la adicción es innata ha sido refutada por otros estudios. ¿Quiere decir que tenemos un gen que nos hace adictos al tabaco? ¿Hay otro para el alcohol? ¿Otro para la cocaína o la beroina? ¿O es el mismo gen que causa la adicción a todas esas drogas? ¿Y que hay de la llamada adicción al chocolate, al café, al juego, al sexo, a morderse las uñas, etc.? Como puedes ver, considerar cualquier adicción como biológica es una ridiculez. Nadie nace fumador. Aprendemos a fumar y hacemos un esfuerzo por engancharnos. No tienes más que recordar las primeras caladas: mal sabor de boca, sensación de quernazon en el pecho y la garganta, tos, mareos, etcétera. Una de las creencias entre los expertos es que si no hay recaida, significa que los fumadores no eran adictos al tabaco. Si un fumador deja de fumar de forma espontanea, quiere decir que solo fumaba por divertirse. Así que al parecer, la teoría es sagrada y debe defenderse en todo momento. Como decía Hegel, el
filosofo aleman: «Si la teoría no concuerda con los hechos, peor para los hechos.» Los fumadores no siempre son adictos en todo momento. Muchos pueden volar durante horas y olvidarse de los cigarrillos. Algunas personas creyentes, como los judios ortodoxos no fuman los sabados. Los musulmanes que ayunan durante un mes entero no fuman. Todos los fumadores que estan en una habitación pequeña, como por ejemplo en una salita de espera, sobre todo en presencia de niños, no fuman. Cuando Iberia anunció en 1989 que iba a prohibir el tabaco en todos los vuelos, muchos expertos advirtieron a la compañía de que los fumadores sufririan y que tendrian que tener chicles de nicotina a su disposición. Curiosamente, cuando se dijo a los fumadores que ya no podian fumar durante los vuelos, «desconectaron» su «adicción» en los aviones. ¿Cómo se detiene la adicción así sin más? Quizá sea porque no se trata de una adicción realmente. Podemos considerarla una dependencia, debido al estado de intoxicación mental y corporal. ¡Que enfermedad tan extraña! ¡Cuando aumenta el precio del tabaco, se cura! Eso NO ocurre con el alcohol ni con drogas como la heroína a la cocaína. Sorprendentemente, romper la «adicción» física a los cigarrillos es muy fácil. De hecho, si lo piensas, duermes unas ocho horas cada noche sin pensar en el tabaco ni levantarte a fumar. No te despiertas cada hora en mitad de la noche con el sindrome de abstinencia ni con ansias de nicotina. Sin embargo, cuando estas despierto, puedes fumar como un carretero, encendiendo un cigarrillo tras otro. Si la necesidad física fuera tanta, te despertarías por la noche. Investigación sobre la nicotina en animales Toda la suposición por la cual la nicotina es tan adictiva coma la heroína se basa en estudios realizados con animales. Los investigadores fuerzan a ratas o monos, que al principio rechazan is nicotina, para observar su comportamiento en las jaulas de laboratorio. Deben utilizar la «fuerza» porque los animales rechazan cualquier tipo de veneno. Solo esto crea un prejuicio en los resultados y en la interpretación del estudio. Los fumadores empiezan a fumar por voluntad propia. Aunque la exposición inicial a los efectos tóxicos de la nicotina es muy desagradable, los humanos hacen caso omiso de este mecanismo que llevamos de origen y continúan fumando. Sin embargo, los animales tienen instintos. No tienen voluntad propia. Los investigadores Hanan Frenk y Reuven Dar, autores de Una crítica de la adicción a la nicotina (Kluwer Academic Publishers, 2000), afirman en su libro que los animales de laboratorio no toman nicotina por voluntad propia. «Hemos determinado que la mayoría de los estudios que afirman que el animal prefiere la nicotina a otras sustancias, contenian defectos metodologicos importantes... El hecho de que se pueda lograr que los animales se autoadministren nicotina en el mismo paradigma en el que se autoadministran heroína, cocaína y otras drogas reforzadas conocidas parece ser considerado una prueba de que la nicotina debe de ser tan fuerte como la heroína o la cocaína. El defecto en este argumento resulta obvio. El silogismo: "Los animales se autoadministran drogas fuertes; los animales se autoadministran nicotina; pot lo tanto, la nicotina es una droga fuerte" es igual de falso que el silogismo: "La gente se come todos los animales; la gente come ensalada de repollo, zanahoria y cebolla; por lo tanto, esa ensalada es un animal."» Ningún estudio cientifico ha demostrado de forma concluyente que el tabaco cree una adicción física importante. ¿Cuales son las reacciones de un heroinómano al dejar de tomar esa droga? Palpitaciones, sudores, vómitos, nauseas, alucinaciones. Si dejas de fumar, ¿que es lo peor que te podría pasar? Para empezar, podría ponerte un poco de mal humor. Ni punto de comparación.
Si el tabaco fuera una cuestión de adicción física principalmente, los sustitutos en forma de parches y chicles funcionarían siempre. Los parches ofrecen al cuerpo casi tanta nicotina como la que obtiene un fumador medio. Sin embargo, hay estudios que demuestran que los parches solo funcionan en un 4 a 13 % de los casos y el chicle, en un 3 a 11 % de los casos. Para dejar de fumar no hace falta librarse de una adicción, sino salir de un estado de intoxicación mental y corporal debido al fuerte veneno que es la nicotina. Al mismo tiempo, en el subconsciente deberías librarte de varias creencias sobre los supuestos beneficios del tabaco. Con la ayuda del CD, tú puedes cambiar esta programación cuando te des cuenta de que todo esto es el resultado de tus creencias. Cuando te des cuenta del motivo pot el que quieres un cigarrillo, cuando lo entiendas, la antigua programación se volverá obsoleta de inmediato. Cada vez que pienses positivamente que puedes liberarte de esa creencia fácilmente, que no tienes una adicción grave; cada vez que pienses que dominas la situación y que puedes liberarte de los cigarrillos fácilmente, haces que la nueva programación cobre vida. Quizá necesites varios dias si lo quieres hacer solo. Este cambio para mermar la necesidad de fumar esta formado por pequeños pasos. Funciona en incrementos. Pensamientos aparentemente sencillos en un estado mental relajado, con una actitud positiva. No tiene nada que ver con el esfuerzo monumental realizado por la fuerza de voluntad. Esta es la estrategia de los ex fumadores que dejaron de fumar sin ayuda. Su actitud decía que podian fumar siempre que quisieran, pero que no tenían necesidad de hacerlo. No querían. Por lo tanto, fumar o no, se convierte en una elección. Y ellos eligen no hacerlo y seguir así. Se vuelven indiferentes al tabaco. Veamos el ejemplo de un ludópata que quiere dejar de jugar. Intenta por todos los medios evitar ir a bares y demás lugares en los que pueda haber máquinas tragaperras. Su esposa le confisca el sueldo y gestiona la economia familiar. Solo le da una cantidad mínima de dinero y le retira las tarjetas de credito, etcétera. El jugador decide no jugar. Los primeros dias lo consigue, pero después de una semana más o menos, empieza a sentirse nervioso, ansioso y la vida le parece insoportable. Recuerda que en su cuerpo no hay sustancia alguna. Su problema es un hábito cronico e incontrolable que le hace sufrir todos estos sintomas anteriores. Podria decirse que todo está en su cabeza. Los fumadores sienten el mismo miedo. Temen que la vida será insoportable sin los cigarrillos. Y es precisamente ese miedo lo que se convierte en el mayor obstáculo para dejar de fumar con éxito. ¿Es más dificil dejar de fumar que dejar la heroína? No te engañes. iNo es porque la nicotina cree más adicción que la heroína! Los cigarrillos son baratos, legales, estan fácilmente disponibles, se perciben como algo glamuroso gracias al cine, no causan debilidad y son fáciles de consumir. La heroína es ilegal, cara, no muy glamurosa, causa mucha debilidad y para consumirla hay que clavarse una aguja en el brazo. Supongamos que la nicotina es tan adictiva como la heroína (una afirmación que hará reir a todos los heroinómanos o ex adictos). En este caso, ¿cómo puede ser que la nicotina sea tan adictiva al suministrarse en el cuerpo mediante los cigarrillos, pero se convierta en una «medicina» cuando se suministra mediante parches, inhaladores, chicles y otros dispositivos creados por el sector farmaceutico? ¿Cómo puede ser que la misma sustancia pueda ser «adictiva» cuando se suministra mediante un cigarrillo y no lo sea cuando se emplean parches y chicles como formas para dejar de fumar? Los problemas de conducta como morderse las uñas, jugar, robar o lavarse las manos se caracterizan por una fuerte ansia. Cualquier efecto consciente para acabar con esas conductas normalmente da como resultado ansiedad, irritabilidad, depresión e insomnio. Resulta interesante que un estudio demostrara que los ludopatas sufrían un síndrome de abstinencia más poderoso al intentar dejar de jugar que los drogadictos sometidos a estudio.
El hecho de que alguien no pueda dejar de hacer algo como tirarse del pelo o morderse las uñas no significa que las uñas o el cabello tenga un poder adictivo. En segundo lugar, si alguien no sabe como parar de hacer algo, puede ser porque no sabe como dejar de hacerlo. Resumiendo, lo que hace que dejar de fumar resulte dificil son tus creencias sobre quien eres y que es el tabaco. La historia de la hipnósis moderna esta llena de estudios realizados con fumadores que dejaron de fumar en una sesión. Todos esos estudios fueron realizados por hipnotistas, doctores en medicina o psicología especializados en el uso de la hipnosis. Sin embargo, no he podido encontrar ninguna referencia que demuestre que los doctores o psicólogos, independientemente de su grado de experiencia en la hipnosis, afirmen haber ayudado a algún heroínamano en una única sesión. Mis investigaciones han demostrado que el tabaquismo es un caso grave de intoxicación por un potente veneno. El cuerpo crea una inmunidad parcial a el y un statu quo; obviamente, un statu quo insalubre. El subconsciente envía señales de tipo «quiero un cigarrillo» para hacer que fumes y mantengas ese statu quo. Lo que hace que no apagues tu último cigarrillo y te conviertas en ex fumador es tu confusión sobre lo que es el tabaquismo y tu miedo a dejar de fumar, miedo causado por todas las creencias populares y teorías de la adicción. Y que hay del famoso síndrome de abstinencia y de las ansias de fumar La mayoría de los fumadores y algunos profesionales sanitarios creen que el «mono» es la causa de las recaidas en los ex fumadores. Pregunte a cualquier autoridad en tabaquismo y te dira que el síndrome de abstinencia no es la causa de las recaidas en los ex fumadores. Es de todos conocido, incluso si dejas de fumar con el peor método, la fuerza de voluntad, que el síndrome de abstinencia solo dura unos pocos dias en el peor de los casos. Un amigo mio británico que vive en España se considera adicto a la nicotina. Sin embargo, cada año pasa sus vacaciones de verano en Inglaterra con su madre. No fuma durante todo un mes porque no quiere que su madre sepa que lo hace. ¿Qué tipo de adicción es esta? La gente fuma para mantener su estado de intoxicación corporal y mental. Iniciaron una reacción en cadena: un cigarrillo pidió otro, y otro, y así sucesivamente. La cuestión química, el contenido de nicotina, es una excusa pobre. La nicotina es un veneno que se introduce en el cuerpo en cuestión de segundos y que, ademas, empieza a salir de el en cuanto apagas el cigarrillo. Estudios publicados en el Journal of the American Medical Association dirigidos por Michael Fiore, un destacado investigador en este campo, demuestran que un gran mimero de fumadores dejan de fumar por si mismos. Las autoridades sanitarias parecen hacer caso omiso de los estudios que contradicen la teoría de que la nicotina es tan adictiva como la heroína y la cocaína. Hasta los años sesenta, los médicos y psicólogos consideraban que sentirse atraido por personas del mismo sexo era una enfermedad mental. En 1973, la Asociación de Psiquiatría de Estados Unidos (American Psychiatric Association) simplemente dejo de clasificar la homosexualidad como enfermedad y, por consiguiente, miles o millones de personas en todo el mundo se curaron sin recibir tratamiento médico o psicológico alguno de la noche a la mañana. Lo que indujo a los profesionales sanitarios a considerar la homosexualidad como enfermedad mental the una ideologia más que la ciencia. En un popular programa de Television Española sobre sexo, la presentadora (una psicóloga experta en sexualidad) explicaba coma decir a tú compañero que quieres mantener relaciones sexuales en grupo. Algo que hace unas decadas se consideraba una enfermedad sexual aparece ahora en un programa de la televisión nacional en el que no se rechaza como enfermedad sino que se explica en detalle y se considera normal y saludable. El tabaquismo no es una enfermedad, como tampoco lo es beber alcohol. Fumar y beber pueden
tener como consecuencia enfermedades como el cáncer de pulmón y trastornos como la cirrosis. Hay una gran diferencia entre la actividad y sus consecuencias. Tu eliges ponerte un cigarrillo en los labios, encenderlo y fumartelo, pero no puedes controlar el cáncer que consume la parte inferior del pulmón. Segun la teoría de la adicción, el motivo por el que los fumadores encienden un cigarrillo y se lo fuman se debe a la nicotina. Sencillamente, dicen que la nicotina hace que la gente fume. Numerosos estudios demuestran que no es así. Como explican el doctor Hanan Frenk y el doctor Reuven, «con las pruebas actuales, hay motivos suficientes para rechazar la teoría ampliamente aceptada por la cual la nicotina provoca el tabaquismo, o que la dificultad para dejar de fumar viene dada por la nicotina».2 2.
A Critique of Nicotine Addiction, doctor Reuven, p. 5.
Un estudio publicado en el New England Journal of Medicine en 1984 investigó los efectos de la nicotina en personas que sufrían colitis ulcerosa. Durante tres meses, los pacientes recibieron una cantidad normal de nicotina como la que obtendria un fumador. La mitad de las personas sometidas a estudio era ex fumadora y la otra mitad era no fumadora. Ningun grupo se enganchó a la nicotina. ¡Ni siquiera el de los ex fumadores! Otro argumento que ofrecen los defensores de la hipótesis de la adicción a la nicotina es que esta aumenta las concentraciones de dopamina en el cerebro, concretamente en el nucleus accumbens. Se considera que la dopamina es la clave del placer. A más dopamina, mayor placer. Sin embargo, estudios recientes demuestran que quiza no sea así. Una serie de estudios ha demostrado que las sensaciones molestas como un tirón, el ejercicio forzado, un pellizco y muchos otros actos desagradables aumentan las concentraclones de dopamina en el cerebro. Si fuera verdad que la nicotina es el factor clave que hace sentir «bien» a los fumadores porque hace aumentar sus niveles de dopamina, ¿entonces por que cuando aumentamos el volumen de dopamina en una persona al pellizcarla, esta no se siente bien? Estos estudios propinan un golpe devastador a la hipotesis de la adicción. Recuerdo que una mujer me explicó que estaba luchando por no volver a fumar. Para dejar de fumar, paso a consumir cigarrillos de hierbas sin nicotina. En una ocasión consiguió controlarse y no fumar. Después de doce horas sin fumar, se sentía muy deprimida y empezo a sufrir el síndrome de abstinencia (el mono). Finalmente, encendió un cigarrillo y dio tres caladas sin tragarse el humo. Se sintió mejor al instante. ¡El negativismo desapareció y se sintió feliz! No recibio nicotina alguna. Ni subieron las concentraciones de dopamina en su cerebro. ¡Y aun así se sentía eufórica! ¿Fue por el cigarrillo o por su creencia de que el cigarrillo le causaba placer? No hay que ser neurocirujano ni estudioso del tabaquismo para darse cuenta de que toda la experiencia placentera fué provocada por sus creencias. Los fumadores no desarrollan tolerancia a la nicotina Al contrario de lo que sucede con la nicotina, los heroinómanos desarrollan tolerancia a la heroína. Pueden inyectarse de tres a seis veces al día, Pero aumentan sus dosis gradualmente en un intento desesperado por evitar el síndrome de abstinencia. Estos sintomas, como el insomnio, la irritabilidad, las ansias y la agitación se hacen más intensos, hasta tal punto que el drogadicto sufre verdadero miedo. Este miedo le empuja a aumentar la dosis, en ocasiones hasta alcanzar cifras letales. Según los estudios realizados, prohibir el consumo de cocaína y heroína no ha reducido el número de drogodependientes. La historia demuestra que muchas décadas de leyes para erradicar
la drogadicción no han sido más que una batalla perdida. Casi con toda seguridad, habia más drogodependientes en Estados Unidos entre 1969 y 1971 que en 1914. Por lo tanto, a pesar de haberse prohibido el consumo de heroína, el número de drogadictos aumentó entre 1914 y 1998. Unos ochenta años de prohibición y educación pública no solo no han ayudado sino que más bien han aumentado el consumo de heroína. Sin embargo, las restricciones en el consumo de tabaco muestran un descenso en el número de fumadores. ¡En treinta y cinco años el nrirnero de fumadores descendió un 50 %! Es increible recordar que solo hace unas pocas decadas casi el 80 % de la población estaba enganchada al tabaco. ¡Comparado con el presente, el porcentaje ha descendido a un 30 % en España! Entre 1954 y 1992, las tabacaleras han reducido un tercio el contenido medio de nicotina en los cigarrillos. Si la nicotina fuera tan adictiva como afirman, los fumadores deberían fumar más cigarrillos al día. Sin embargo, no ha sido así. ¿Fumar es un hábito? En realidad no. Puede que se asemeje a un hábito, pero no podemos decir que el tabaquismo solo sea eso. Es cierto que no estamos tratando con una adicción, pero eso no significa que fumar sea un simple hábito. Fumar es un estado anómalo de toxicidad causado por un poderoso veneno: la nicotina. Cuando baja la concentración de nicotina, es decir aproximadamente en una hora, el subconsciente envía una señal para fumar y así mantener ese statu quo dañino para la salud. Puede parecer un hábito, pero no es un hábito como el de atarse los cordones. Fumar es un comportamiento voluntario que, al repetirse muchas veces, se convierte en una respuesta que crea hábito con un componente químico. No estoy diciendo que fumar sea solo un hábito. Los fumadores empiezan a aferrarse a una serie de creencias relacionadas con el tabaco como que les relaja, les ayuda a controlar el estrés, aumenta la concentración, les sube la moral, etcétera. La lista de creencias es extensa. Lo que disuade a los fumadores de dejar de fumar es el miedo a vivir sin el tabaco. Ese mismo miedo hace que surja la ansiedad, que es una reacción psicológica al miedo. Incluso si crees que se trata de la combinación de un comportamiento habitual y una dependencia causada por un statu quo de intoxicación, puedes dejar de fumar más fácilmente de lo que piensas. Hay tantas personas que han dejado de fumar con mi método que estoy convencido de que independientemente de lo que sea, podrás fumarte el último cigarrillo, escuchar mi voz en el CD y convertirte en un no fumador feliz. Fumar es una cuestión un 80 % mental y solo un 20 % física. Es cierto que la nicotina es un poderoso veneno, pero lo que la hace parecer tan «adictiva» es que los ligeros efectos físicos de la abstinencia de la nicotina vienen a la por con multitud de creencias mentales sobre sus supuestos «beneficios». Esta combinación hace que fumar parezca una «adicción». Cuando descubres que tus creencias mentales rigen tu cuerpo, te das cuenta de que los ligeros sintomas físicos que puedes advertir cuando el cuerpo se deshace de la nicotina son una señal saludable de que te estas recuperando de tu estado de intoxicación. Entonces te sentiras más feliz que nunca porque disfrutaras recuperando tu statu quo saludable. Si, es cierto que hay fumadores que siguen fumando aunque los doctores les adviertan de los peligros de una amputación. Y los hay que siguen fumando aunque le amputen los dedos de los pies. ¿Esto explica que son adictos o tienen una mayor adicción que otros? Veamos otro ejemplo. Se realizo un estudio en Canada para determinar si la gente sigue los consejos de su médico. Los médicos dijeron a un grupo de personas que si no se aplicaban gotas en los ojos, se quedarian
ciegos. El 60 % hizo caso omiso de la advertencia. Solo cuando estaba a punto de perder la vista, un pequeño porcentaje utilizó las gotas recetadas. ¿Quiere decir esto que eran adictos? ¿Adictos a que? ¿O simplemente no se preocupaban por su salud? Así que si los fumadores hacen oidos sordos a las advertencias de los médicos, en parte se despreocupan por su salud y principalmente se comportan así porque quieren. Sin embargo, la mayoría de los fumadores asume que cada cigarrillo fumado es producto de una adicción química.
6.
¿Y que demonios contienen los cigarrillos?
Se puede andar con una pistola cargada, se puede andar con una pistola descargada; pero no se puede andar con una pistola que no se sabe si está cargada o descargada. MARK TWAIN Nadie sabe cuales son todos los ingredientes de los cigarrillos que fumas. En 1994 se forzó a las tabacaleras a informar de los componentes de los cigarrillos. Revelaron que contienen más de 500 aditivos diferentes que van desde el amoníaco pasta la nicotina. Esta es una lista parcial de las sustancias que se encuentran en el tabaco: Cianuro de nitrógeno: Se trata de otro gas que se produce en el humo de los cigarrillos capaz de impedir que las células utilicen el oxígeno del cuerpo. El cianuro de hidrageno que libera un cigarrillo puede ser 160 veces superior a la cifra considerada segura. Al igual que con el monóxido de carbono, el cuerpo acabara viendose privado de oxígeno de un modo u otro. Amoníaco: Algunos lo han clasificado como venenoso para los humanos si se inhala. En mayores concentraciones puede causar que se cierren los pulmones y dar lugar a un pulso débil y rápido. Los gases de amoníaco que se encuentran en el humo de los cigarrillos pueden provocar irritation en los ojos y en las vias respiratorias altas, con tos, vómitos e inflarnacion de las mucosas. Acetona: Normalmente se emplea como quitapinturas y como agente limpiador. Butano: Un hidrocarburo que puede producir somnolencia y asfixia. Metanol: La inhalación de esta sustancia puede dar como resultado varios efectos que van desde el agotamiento hasta la vision borrosa y la ceguera. La disminucion de la vision es la primera señal de envenenamiento crónico. Naftalina: Puede destruir las células sanguineas y los hepatocitos. Normalmente se emplea para fabricar bolas de naftalina. Fenoles: Estas sustancias pueden desnaturalizar y precipitar la proteina en las células, envenenandolas. Se utilizan como antisepticos, germicidas, desinfectantes, antioxidantes y agentes caústicos. La planta del tabaco tiene hojas largas y pegajosas que asustan a cualquier animal. La nicotina es un veneno. La planta del tabaco en su estado natural resulta tóxica. Cada cientos de trabajadores se ponen enfermos por manipular las hojas del tabaco. Esta enfermedad, conocida como la «enfermedad del tabaco verde» (GTS, por sus siglas en ingles), produce dolores abdominales, dolor de cabeza, vómitos, nauseas, mareos y aceleración del ritmo cardiaco. Todos estos sintomas duran un máximo de tres dias. Como dijo Jakie Scott, un granjero de Kentucky hospitalizado por GTS: «Nada ha hecho que me pusiera tan enferrno como trabajar con tabaco verde. Te puede hacer sentir morir».
La nicotina es un veneno hidrosoluble. Cuando la ropa de los trabajadores se moja, la nicotina se desprende de las hojas del tabaco y se absorbe a través de la piel. Muchos cultivadores intentan protegerse con ropa impermeable y guantes resistentes a las sustancias químicas. Las hojas del tabaco resultan tan tóxicas que los cultivadores no entran a los campos hasta las diez de la mañana, cuando estan seguros de que las hojas estan secas. El alquitrán El alquitrán se libera cuando arde el cigarrillo. El alquitrán obstruye las venas y no permite que la sangre fluya fácilmente. Esto hace que el corazen tenga que bombear con mayor esfuerzo. Has visto alguna vez una vieja tuberia? Al abrirla, la suciedad atascada comienza a salir. Lo bueno es que cuando dejas de fumar, el cuerpo empieza a regenerarse y las venas se limpian gradualmente. Por eso muchos ex fumadores dicen que pueden caminar mejor. La circulation sanguinea vuelve a la normalidad. El alquitrán de los cigarrillos no es diferente del que se emplea para construir carreteras. Segun un estudio realizado en Nueva Zelanda, el alquitrán de los cigarrillos que se comercializa allí en un año podría pavimentar 5,5 km de carretera. El monóxido de carbono El monóxido de carbono es incoloro e inodoro. Es un gas altamente tóxico que entra en los pulmones con más facilidad que el oxígeno. Esto ocurre principalmente porque roba oxígeno a la hemoglobina, lo que produce somnolencia, cansancio y perdida de concentración. Cada vez que inhalas humo, permites que esos ladrones entren en tú sangre y te arrebaten el valiosisimo oxígeno necesario para el correcto funcionamiento del cuerpo, incluida la concentración. Ese gas liberado en el humo de los cigarrillos puede reducir la disponibilidad de oxígeno en la sangre. También se encuentra en los gases que liberan los automóviles. La mayoría de los fumadores cree que tú que estan fumando son hojas de tabaco trituradas. Eso es así en parte. Solo el 60 % del cigarrillo esta formado por las hojas de tabaco. El 30 % restante es relleno, compuesto por tallos picados. El otro 10% son aditivos. Las hojas de tabaco pasan por muchas manos. Esas grandes hojas se almacenan en enormes bodegas en las que el grado de higiene no es demasiado elevado. En China (el mayor productor de tabaco) y en otros países en vias de desarrollo, las hojas de tabaco se guardan en almacenes en los que podría haber insectos y ratas. Después se perfuman para cubrir la posible fetidez producida por su almacenamiento y distribución.
7.
Como te afecta la publicidad
Los medios de comunicación tienen el poder de educar y embrutecer, despertar y adormecer, humanizar y endurecer, iluminar y oscurecer... MARSHAL MCLUHAN «Tienen labios. Así que a por ellos» (ejecutivo de R. J. Reynolds no identificado). La publicidad te dice que fumar es un placer y que los problemas de salud son el precio que tienes que pagar por disfrutar de tus cigarrillos. Buen ejemplo de ello es una éxitosa campana de publicidad española titulada «disfrute de su contradicción». La palabra «contradicción» puede significar «querer y no querer» así como ir en «contra» de su «adicción». O lo que es lo mismo, «usted se ha hecho adicto y es mejor que lo disfrute, ya que no va a poder superarlo». Las tabacaleras promueven el tabaco activamente para que se venda más. Sus campañas
publicitarias sutiles y atractivas desempenan un papel importante a la hora de mantener el mito de que fumar es agradable, relajante, mejora la concentración, etcétera. Los cigarrillos son baratos de producir pero resultan caros a la hora de publicitarlos. Alrededor del 15 % de lo que pagas por una cajetilla de cigarrillos se destina a atraer a los jovenes con la idea de que el tabaco proporciona una «satisfacción». Las tabacaleras deben conseguir un nuevo fumador por cada fumador fallecido. Ademas, deben mantener enganchados a los fumadores recientes. El trabajo más dificil de las tabacaleras es atraer a los nuevos fumadores (conocidos coma «prefumadores» en el sector tabacalero). A menudo patrocinan a actores y actrices jovenes y populares para que fumen en las películas y para que aparezcan fumando en las medios de comunicación. También emplean personajes de comic para hacer llegar los primeros cigarrillos a manos de no fumadores jovenes e inexpertos. En los años veinte, el sector tabacalero empezo a utilizar campanas publicitarias para relacionar el tabaco con cualquier cosa, desde la protección de la garganta a la perdida de peso. En 1927, Lucky Strike pagó a actrices y cantantes de Opera famosas por aparecer en publicidad que prometia: «Ni irritación de la garganta, ni tos.» Sin embargo, Lucky Strike dio en el blanco cuando utilizo los siguientes eslóganes dirigidos a las mujeres: «Tome un Lucky en lugar de un dulce», y «En momentos de tentación, tome un Lucky». En uno de aquellos anuncios, Jean Harlow (una de las actrices de Hollywood más irnportantes de aquella época) dijo: «He probado todos los cigarrillos y ninguno es tan bueno coma Lucky. Y, por cierto, elijo mis cigarrillos con cuidado. Tengo que cuidar mi garganta. Yo soy de las que eligen Lucky.» A pie de foto se podía leer: «Es traviesa, inquieta y tiene veinte alias, y pesa poco más de 50 kg.» Solo con esta campana se triplicaron las ventas en menos de un año. Otros eslóganes intentaron vender el tabaco como forma de relajación. Camel pagó a actrices de Hollywood por decir cosas como esta: «Relajate; enciende un Camel. Los fumadores piensan que el tabaco de Camel, ligeramente más caro, calma los nervios.» Chesterfield pagó a un popular actor llamado Ronald Reagan para que dijera: «Prefiero los cigarrillos suaves.» En los años cincuenta, la gente empezo a preocuparse cada vez más por el cáncer de pulmón. El sector tabacalero invento el filtro y lo lanza como «la mejor protección para la salud en la historia de los cigarrillos» y como «justo lo que le ha recetado el doctor». Como la publicidad creó el miedo a engordar Cuando entreviste a fumadores que habían dejado de fumar por si solos, descubrí que muchos lo hicieron sin engordar. Descubrí que esas personas que habían dejado de fumar con éxito no engordaron principalmente porque no creian que dejar de fumar se convertiría en kilos extra. Dejaron de fumar con facilidad y sin ansiedad. Algunos me dijeron que pensaron en fumar durante los primeros dias, pero fueron solo pensamientos. Otros notaron que la sensación que sintieron en el estómago no era hambre sino sus cuerpos reajustandose a su nueva forma de funcionar. Aunque a veces parecía hambre, sabian que era el proceso natural del cuerpo para desintoxicarse. Como he indicado anteriormente, a la hora de dejar de fumar, el aumento de peso asusta a mucha gente, sobre todo a las mujeres. Algunas me han dicho que prefieren la tos, el dolor de cabeza, el cansancio, la sensación de aletargamiento y las enfermedades mortales al aumento de peso. ¿Por que tienen tanto miedo a engordar? ¿De donde surge la idea de que fumar ayuda a estar delgado y dejar de fumar nos hace aumentar de peso? Las compañías tabacaleras habían buscado siempre esa gran participación de mercado a la que no le gustaba mucho fumar: las mujeres. Hasta 1926, ninguna mujer habia aparecido en un anuncio de cigarrillos. En ese año, Chesterfield introdujo por primera vez a una mujer en un póster sentada
sobre una roca junto al mar con la luz de la luna reflejando se en el agua. Llevaba una falda muy sexy que dejaba ver sus muslos. Junto a ella habia un hombre vestido elegantemente que encendia un cigarrillo con un denso humo. La mujer miraba con deseo, no hacía el hombre, sino hacía el cigarrillo. En el póster se podía leer: «Écharne el humo.» Por supuesto que las mujeres ya fumaban por aquel entonces, pero según Julian Lewis Watkins, autor de The 100 Greatest Advertisements 1852-1958, este póster preparó el camino para un amplio mercado femenino. El presidente de American Tobacco Company (los cigarrillos Lucky Strike), Vincent Riggio, explicó en la revista Printer's Ink, en su número del 19 de noviembre de 1948, la creación de una campaña para Lucky Strike en 1925. Riggio y George W. Hill, el creativo publicitario, viajaban en un taxi: «Tuvimos que parar en un semáforo. El coche permanecio allí durante varios minutos, y el señor Hill me tornó del brazo y me dijo: "Ya lo tengo." Y luego añadió: "Mira", apuntando a una mujer gruesa que estaba parada en la acera esperando para cruzar la calle. La mujer llevaba un gran dulce en la mano y se lo estaba comiendo. Un taxi acababa de parar entre la acera y nuestro coche. Su ocupante era una mujer delgada y atractiva que fumaba un cigarrillo. Advertí el contraste enseguida. El señor Hill añadió: "Ya lo tengo..." «Tome un Lucky en vez de un dulce.» «No tengo que decirles —continuó diciendo Vincent Riggio lo que esta idea hizo por Lucky Strike, a pesar de las protestas que surgieron del sector fabricante de dulces. En 1925, los beneficios de American Tobacco Co. fueron de 21.000.000 de dólares estadounidenses. Principalmente por esta idea, «Tome un Lucky en vez de un dulce», los beneficios aumentaron a 46.000.000 de dólares en 1931. (En 1947 los beneficios de explotación fueron de 62.254.645 &Hares.) Muchos profesionales del marketing siguen creyendo que la campaña generó más fumadoras que cualquier otro material promocional.» ¿Hace falta decir algo más? Acabas de leer el relato de un hombre del sector tabacalero que con la ayuda de un publicitario genial literalmente «generó más fumadoras». ¿Puedes seguir siendo ingenuo en cuanto al poder persuasivo de las palabras? Si todavía tienes dudas, leamos el texto del anuncio que acabamos de mencionar. Te vas a reir de el y quiza pienses: «En aquella época, las mujeres debían de ser bastante tontas para creerse tantas mentiras descaradas.» Te ruego que no te rias de aquellas mujeres. Este anuncio no funcionaría hoy en día, porque la sociedad actual ha madurado y tiene más experiencia. Sin embargo, al tiempo que tú tienes más experiencia también la tiene el poder persuasivo de la publicidad. El anuncio muestra a una conocida actriz de Hollywood diciendo: «Enciende un Lucky y nunca echarás de menos los dulces que te hacen engordar.» En la esquina inferior derecha se puede ver una cajetilla de la que sobresalen varios cigarrillos sin filtro (estamos en 1925). Y este es el texto del anuncio, palabra por palabra: «En vez de picar entre comidas... en vez de los dulces que engordan... hoy en día, las mujeres bellas mantienen su delgadez juvenil fumando Lucky. Las mujeres más bonitas e inteligentes de la escena actual utilizan este medio para mantenerse delgadas... mientras otras picotean dulces que engordan, ¡ellas encienden un Lucky!»
«Por eso los Lucky son una deliciosa alternativa a los dulces que engordan. Por eso la verdadera salud se encuentra en Lucky Strike. Por eso la gente dice, "es bueno fumar Lucky".» «Durante años, esto no ha sido ningún secreto, para los hombres que se mantienen delgados y en forma. Ellos saben que Lucky les calma los nervios y no daña su condicion física. Saben que Lucky Strike es el cigarrillo favorito de muchos atletas que deben mantenerse en buena forma física. Ellos respetan la opinión de 20.679 médicos, que afirman que Lucky es rnenos irritante para la garganta que otros cigarrillos.»
Campañas de publicidad como esta provocaron miedo entre los fumadores, sobre todo las fumadoras, que creen que, por un lado, el tabaco las mantiene delgadas y, por el otro, si dejan de fumar, se convertiran en una máquina de comer. Si el tabaco mantiene a las mujeres delgadas y en forma, ¿por qué hay tantos fumadores obesos? Presta atención durante los próximos dias y cuenta el número de fumadores que veas. Quizá seas una de esas personas que tiene que luchar con su peso, a pesar de ser fumador. No solo te sientes deprimido por tú esclavitud al tabaco, sino también por tener que llevar ese peso de grasa por ahi. Como Hollywood promueve el consumo de tabaco Desde los inicios de la industria cinematográfica (en los años cuarenta), las tabacaleras se dieron cuenta del poder del celuloide para promover sus cigarrillos. La American Lung Association (Asociación Estadounidense de Enfermedades de Pulmón, o ALA, por sus siglas en ingles) publicó un documento en el que ponía al descubierto a una tabacalera que habia ofrecido cigarrillos gratis a 188 estrellas de Hollywood. Se trataba de una hábil estrategia para enganchar al tabaco a los directores y actores de Hollywood con la esperanza de que ellos interpretaran sus papeles con cigarrillos. Al parecer, su táctica funcionó. Desde Marlene Dietrich hasta Nicole Kidman, las estrellas de Hollywood no han cesado de fumar en las películas, lo que ha ayudado a crear una imagen artificial del tabaco como algo glamuroso. Existen agencias cuya función es leer guiones y colocar productos en las películas. Así que por ejemplo, saben que Be Cool trata de un hombre que todo lo que hace es limpio y tranquilo. «Bueno, aquí podemos añadir un cigarrillo», razonan. Así que contactan con una tabacalera y le sugieren la idea. Una vez que la compañía esta de acuerdo, se ponen en contacto con la productora y entonces «¡trato hecho!». La lista de películas que han mostrado la marca de cigarrillos es bastante extensa. Quizá la mayor publicidad de cigarrillos se produce en la televisión y en los cines. Casi la totalidad de los actores de Hollywood ha fumado en alguna de sus películas. En la mayoría de esas escenas, el tabaco no era crucial para la interpretación del personaje. Los jóvenes, por lo tanto, asocian el tabaco con la rebelión, la atracción sexual, la sofisticación, el poder y con «estar en la onda». Los tiempos cambian (lentamente) Las películas de Hollywood y del cine europeo continúan recibiendo dinero de las tabacaleras para incluir los cigarrillos en la trama sutilmente. Sin ir más lejos, la semana pasada ví una película francesa en la que la heroína fumaba cigarrillos light mientras el protagonista fumaba como un carretero los cigarrillos normales de una famosa marca. Aunque muchas películas promocionan el tabaco, los tiempos estan cambiando ligeramente. En El paciente ingles hay una escena en la que alguien pide un cigarrillo al personaje de Juliette Binoche y ella contesta: «¿Estas loco?» En la película biográfica sobre Larry Flint, el actor Woody Harrelson se molesta cuando ve a su mujer fumando alguna vez. A los cincuenta y siete años, Joe Eszterhas, el guionista que puso el cigarrillo en los labios de Sharon Stone en Instinto básico durante la famosa escena del interrogatorio, sufrió un cáncer de laringe por haber sido un fumador empedernido. Eszterhas inició una campaña para animar a los grandes estudios de Hollywood a que dejarán de filmar escenas en las que el tabaco apareciera como algo glamuroso. En una entrevista, Joe Eszterhas dijo que antes pensaba que el sería «ese anciano de cien años que todavía sigue fumando y aparece en los periódicos». Sin embargo, cuando le diagnosticaron cáncer de garganta, sus ilusiones se desvanecieron. Eszterhas se fué de Hollywood, se mudó a Ohio, dejó de fumar y fundó Join Joe («Únete a Joe»), un grupo antitabaco,
y utiliza esa organización para criticar la labor de Hollywood a la hora de hacer que los cigarrillos parezcan glamurosos. Las agendas de publicidad tienen muy claro que lo que influye en la gente no es un razonamiento intelectual, sino los sentimientos positivos asociados a ese producto. Uno de los principios más poderosos de la publicidad es la asociación. ¿Por que crees que los anunciantes pagan grandes cantidades de dinero para pedir a personajes famosos que promocionen sus productos? Pues porque nuestro cerebro funciona de este modo: ese personaje famoso me cae bien, el usa el producto; por consiguiente, seguro que el producto me gusta. Tu mente analitica se ha escandalizado pensando que así no se toman las decisiones. Quieres creer que decides basandote en motivos concretos. Existen innumerables estudios que demuestran que primero tomamos nuestras decisiones basandonos en las emociones y después encontramos el razonamiento para respaldar esa decisión emocional. Como explica el doctor Robert Cialdini: «Lo importante para el anunciante es crear una conexión. No tiene que ser lógica, mientras sea positiva» En su libro Influence, Cialdini habla de un estudio sobre la publicidad en el sector automovilistico. En el estudio de un anuncio de coches que incluia una seductora mujer, los hombres consideraban que el coche era más rápido, más atractivo y estaba mejor diseñado que los hombres que vieron el mismo anuncio sin la mujer. Sin embargo, al preguntarles después, los hombres sometidos a estudio se negaron a aceptar que la presencia de una mujer seductora influyó en su opinión.
8.
Tu mente: una arma de doble filo
Según respetados textos de aeronáutica, el abejorro no puede volar a causa de la forma y el peso de su cuerpo en relación con la superficie de sus alas. Pero el abejorro no lo sabe y por eso sigue volando. IGOR SIKORSKY Puede que no hayas logrado dejar de fumar en el pasado y hayas llegado a creer que dejar de fumar es muy dificil e incluso imposible. Tu idea de dejar de fumar es un proceso largo y tortuoso compuesto por dias en los que has sufrido ansiedad, deseos incontrolables por fumar e irritabilidad. Desecha esa creencia. Recuerda que puedes ver el tabaco de forma diferente. Puedes cambiar tus creencias y opiniones sobre algo en cuestión de minutos. Hay algunas que pueden parecer durar varios dias, pero la verdad es que cambiar una creencia, una opinión o una actitud es cuestión de segundos. Puede ser repentino. Si eres capaz de crear una creencia o actitud de forma repentina, puedes crear una al instante. Piénsalo: cuando alguien tarda mucho tiempo en cambiar, ¿es porque el proceso de cambio ha sido largo y lento o porque la persona ha necesitado mucho tiempo para llegar al umbral del cambio? Un interesante estudio reveló que nuestra mente es capaz de crear realidades concretas y a rnenudo contradictorias. Los encargados del experimento dividieron a los sujetos en dos grupos diferentes: personas a las que les gustaban las montarias rusas (A) y personas a las que no les gustaban (B). Conectaron a los miembros de ambos grupos a dispositivos de retroalimentacion para controlar los latidos de su corazón, la tensión muscular, la presión arterial, la temperatura corporal, etcétera. Querian saber las diferencias en las reacciones corporales entre los dos grupos opuestos. Después de montar a cada grupo en la montaria rusa, a gusto o a disgusto, analizaron los resultados. Descubrieron que aunque los grupos A y B dijeron que sus experiencias habían sido distintas, ¡los resultados eran identicos! Llegaron a la conclusion de que cuando los grupos calificaron su viaje de «excitación» (grupo A) y de «miedo» (B), simplemente se debió a sus propias interpretaciones. Quienes disfrutaron de la vuelta en la montana rusa interpretaron sus
gritos, tensión muscular, pulso acelerado, etcétera, coma una experiencia excitante, mientras que el otro grupo tuvo reacciones corporales idénticas y las interpretó como un evento aterrador. Curiosamente, descubrí que un pequeño número de personas que dejó de fumar con éxito en mi propio estudio notó una leve sensación de intranquilidad durante los primeros tres a cinco dias. Sin embargo, la interpretó como una reacción corporal natural para ajustarse a un nuevo estado saludable. Cuando comparé estos hallazgos con la experiencia de muchos fumadores que intentaron dejar de fumar a fuerza de voluntad y sufrieron un «mono terrible», descubrí que lo que hace que la experiencia resulte insoportable es su miedo a sufrir el «mono». Es ese miedo el que desencadena un montón de reacciones psicosomáticas en el cuerpo que se ven exacerbadas por las creencias, actitud e interpretaciones del fumador. El resultado: agonía pura hasta que vuelven a fumar, lo que no hace más que reafirmar su miedo aun más. El poder de la paradoja A estas alturas, ya debes de haber hecho el ejercicio de treinta minutos que se explica al principio de este libro. De no ser así, te pido que lo hagas antes de seguir leyendo. Si lo deseas, retrocede y analiza el libro durante los próximos siete dias mientras asignas treinta minutos diarios, sentado o tumbado en un lugar tranquilo, a pensar en tus peores fantasías, preocupaciones y miedos por dejar de fumar. Una vez suene la alarma, apagala, deja de pensar, lavate la cara y sigue con tus actividades diarias. Si has seguido mis indicaciones y has cumplido la asignación de treinta minutos pensando en tus más terribles fantasías sobre dejar de fumar, habrás sufrido una de estas experiencias: no habrás podido evocar plenamente los miedos y terrores que te produce dejar de fumar. No habrás logrado estar absorto plenamente en las situaciones imaginadas. Y con toda probabilidad te habrás sentido relajado. O puede que te hayas relajado tanto que te hayas dormido. Otra posibilidad es que hayas logrado evocar todos los miedos relacionados con dejar de fumar, hayas sufrido dolorosas sensaciones de pánico y miedo intenso; quiza lloraste, pero por suerte sonó el despertador y se acabó todo. Cualquiera que fuera tu respuesta a la tarea de imaginar tus peores fantasías, esta es la explicación. Como te diste cuenta tú solo, después de llevar a cabo el ejercicio, te sentiste mejor y disminuyeron tus miedos y preocupaciones por dejar de fumar. En otras palabras, tu miedo a dejar de fumar puede aliviarse al provocarlo voluntariamente; se que es un contrasentido, pero a veces nuestra mente funciona de forma contradictoria en lugar de hacerlo con sentido común. Si has sufrido la segunda experiencia y has conseguido provocarla a voluntad, te darás cuenta de que has aprendido a controlar tu miedo. Del mismo modo que provocaste voluntariamente las reacciones de miedo y preocupacion por dejar de fumar, también puedes limitarlas. Cuanto mejor puedas provocarlas en un período concreto, mejor podrás limitarlas y hacer que desaparezcan. Cuanto mejor puedas provocarlas durante esa media hora, mayor éxito tendrás a la hora de controlarlas y conseguir deshacerte de ellas. Millones de personas que han dejado de fumar con éxito sugieren que la mayoría de la gente puede lograrlo. Algunos fumadores no dejan de fumar, pero si no pueden hacerlo, probablemente es porque no saben cómo. Los ex fumadores que he sometido a estudio supieron de forma intuitiva corno dejar de fumar sin esfuerzo.
9.
Respuestas a preguntas frecuentes
Hacer preguntas es prueba de que se piensa. RABINDRANATH TAGORE Quiero fumar mi último cigarrillo, pero tengo miedo. ¿Qué puedo hacer? Haz el ejercicio de la «peor fantasía» durante las dos próximas semanas.
¿Y si sufro un «disgusto» en el futuro? Dejame responder a eso con una historia adaptada de Cartas del diablo a su sobrino, escrito por C. S. Lewis. El libro es una colección de cartas en las que el diablo enseña a su sobrino las mejores formas de conquistar a los humanos. En una de esas cartas explica a su joven aprendiz lo que debe hacer y evitar, si desea que los hombres le ofrezcan su alma sin oponer resistencia. «Actúa de tal forma que los humanos se vean forzados a pensar en su pasado; en todas las decisiones que tomaron pero de las que se arrepienten; y en todo lo que deberían haber hecho pero que no cumplieron. Esto les entristecera y hará que esten deseosos de vender su alma. También actua de tal forma que siempre piensen en el futuro; en todas las incertidumbres del mañana y en todas las dificultades posibles; sus preocupaciones y su fragil cuerpo. Se sentiran temerosos y ansiosos, y también en este caso deseosos de vender su alma». «¿Todos los humanos son tan frágiles y vulnerables?», preguntó el joven aprendiz. "No. No lo son, pero creen serlo, y eso es suficiente para que los conquistemos", respondió el diablo. Luego miró a los ojos al joven diablo y añadió: "Nunca les dejes entrar en el presente, porque cuando viven en el presente, son felices y no te venderan su alma”. Mi amigo dejó de fumar de golpe y engordó 10 kilos en dos meses. ¿Que puedo hacer para que esto no me suceda? Tu amigo dejó de fumar de golpe con fuerza de voluntad. El pensó: «Voy a aguantar el "mono" hasta que desaparezca.» Sin embargo, luchó una batalla contra si mismo: parte de el le dice que fumar es agradable y relajante, y la otra grita por dejar de fumar porque podría matarle. Esta guerra interior creó en el miedo y ansiedad, y comia para calmar estos sintomas. Es cierto que algunos fumadores pueden sentir «algo», pero no es apetito: Simplemente se trata de señales que indican que el cuerpo se deshace de la nicotina y que ha empezado el proceso de desintoxicación. Ten paciencia. Después de todo, la nicotina solo tarda unos pocos dias (entre tres y cinco) hasta desaparecer de tu cuerpo por completo. Tú no lo vas a hacer de esa forma. Lo vas a hacer a mi manera, a la manera Rowshan. Ahora ya no tienes miedo. Si todavía tienes miedo a dejar de fumar, repite e1 ejercicio de la «peor fantasía». Si todavía tienes dudas sobre lo que has leido hasta ahora, vuelve a leer el libro. ¿Tengo que evitar el café, las cafeterias, los restaurantes y a mis amigos fumadores? No. En absoluto. No deberías cambiar tu rutina, como por ejemplo donde desayunas y que desayunas. Todo lo contrario. Durante los primeros dias, debes ir a esos lugares para darte cuenta de que estar en contacto con fumadores no es un problema. Tú estas libre de la esclavitud de los pitillos. Has salido del calabozo. ¿Qué debo hacer si me siento nervioso y ansioso?
Si te sientes nervioso y ansioso, significa que tienes que volver a leer el libro. Cuando consigas dejar de fumar a mi manera, te darás cuenta de que durante los primeros dias, sobre todo durante las primeras horas, te sientes muy relajado. Una curiosa sensación de sentirte en paz contigo mismo, aunque quizá te sientas extraño porque solias hacer algo que te mantuvo cautivo durante muchos años. Ves a los fumadores fumando y eso te produce un cierto placer extraño. ¿Me olvidare del tabaco por completo? Tu objetivo no es olvidar el tabaco. Si intentas olvidar algo, acabas recordandolo todavía más. Intenta olvidar las sensaciones de tu mano derecha. No pienses en tu mano derecha. Te daras cuenta de que te vuelves más consciente de las sensaciones de esa mano. Si intentas olvidar el tabaco, te acuerdas más de el y te obsesionas con ello. Cuando veas a alguien fumando, no vas a decir: «Eh, ¿qué demonios es eso que cuelga de los labios/dedos de ese hombre? ¿Que narices es eso?» Por supuesto que recuerdas que es un pitillo y como atrapa a la gente produciendole ansiedad, tos, enfermedad, agotamiento, etcétera. Algunas personas me han dicho que cuando dejaron de fumar, parecieron «olvidarse» de que fumaban. Sin embargo, se trata de una metáfora. Lo que realmente dicen es: «Soy feliz como no fumador.» Otros, sin embargo, pueden ser conscientes del hecho de que les va mejor sin tener el pitillo colgandoles de los dedos. Me han dicho que se sufre insomnio cuando se deja de fumar La nicotina es un potente veneno. La nicotina y las numerosas sustancias que integran el tabaco y el humo que inhalas te roban la energía, te producen mareos y aletargamiento, te destrozan los nervios, te arrebatan la confianza y menguan tu autoestima al impedir que te concentres. Los fumadores se sienten cansados durante el día y necesitan dormir más horas. Al volverte no fumador, tu cuerpo se reajusta y sufre un proceso de desintoxicaciem para eliminar el veneno. Es bastante normal que te sientas más energico y necesites menos horas de sueño. Celébralo leyendo más. Si adviertes que no tienes sueño, no luches contra ello con infusiones o pastillas, o dando vueltas en la cama. Si no puedes dormir, debes decirte a ti mismo: «No quiero dormir.» Luego dedica ese rata a hacer algo que tengas pendiente. No te pongas a ver la televisión ni hacer nada divertido. Haz algo importante que deberías hacer pero que has retrasado. Eso significa que te vistes y te pones, por ejemplo, a quitar el polvo de la estantería, a limpiar el horno, escribir una carta, etcétera. Una amiga mia me dijo que cuando dejo de fumar, sufrió estreñimiento durante toda una semana. ¿Que me sucederá? Algunos creen que el tabaco les ayuda a ir al baño y estan convencidos de que la nicotina mejora el transito intestinal. Bueno, si es una creencia, probablemente se convierta en realidad. Cuando te das cuenta de que la nicotina es un veneno asqueroso que impide el correcto funcionamiento de tu cuerpo, te liberas de esa creencia. Cuando dejas de fumar, el cuerpo necesita un período para volver al statu quo de no fumador. Sin embargo, si adviertes que durante los primeros dias no vas al baño, recuerda que muchos fumadores y no fumadores sufren estreñimiento de vez en cuando. Ingiere más fibra (pan integral, pasta, arroz integral) y bebe de cuatro a seis vasos de agua al día. ¿Deberia mascar chicles de nicotina por si acaso?
No. No necesitas más nicotina. Ya has tenido demasiada en tu vida. Tu cuerpo tenía mucho veneno de ese tipo. Tu objetivo es liberarte de ella y del resto de las toxinas que contienen los pitillos. No necesitas nada más que la creencia firme de que es mejor que no fumes. Sigue las instrucciones del libro, escucha el CD y conviertete en no fumador. No obstante, si estas hospitalizado o sornetido a cuidados médicos, y según tu médico debes tomar chicles de nicotina o aplicarte parches, debes obedecer a tu médico. O al menos consulta con el antes de llevar a cabo algún cambio en tu tratamiento. Ahora estoy pasando por un mal momento, ¿debería esperar para dejar de fumar? ¿Esperar hasta cuando? Los malos momentos van y vienen. Es cierto que a veces los problemas parecen durar una eternidad; sin embargo, el tabaco empeora cualquier otro problema, sobre todo porque es el principal causante de una ansiedad innecesaria. Si estas pasando una mala época (depresión, fobias, preocupaciones, quiebra, desempleo, etcétera), es el mejor momento para dejar de fumar porque es cuando más necesitas la tranquilidad. Y dejar de fumar te libera de la tensión artificial y de la ansiedad diaria que provoca la nicotina y la trampa del tabaco. ¿Con una sola calada me engancharé de nuevo? Si. Una sola calada es suficiente para engancharse de nuevo. He recibido muchos mensajes de personas que han dejado de fumar fácilmente y me han explicado lo bien que se sentían. ¡Que aliviadas se sentían! Después de muchos años de tos, dolores de cabeza, preocupaciones y ansiedad, se sentían libres y sanas. Después de tantos intentos con numerosos métodos distintos, eran libres otra vez. Me han enviado desde sencillas tarjetas de agradecimiento hasta regalos caros. ¡Recuerdo a una mujer sevillana que dijo que iba a construir un altar dedicado a mi en su casa! Algunos de ellos, después de muchos meses sin fumar, dieron una sola calada a un cigarrillo, en palabras propias, «por una tonteria», sin motivo alguno, y se engancharon de nuevo. Yo también fumaba. Lo dejé y hace varios años volví a fumar para entender (en came propia) lo que sucede cuando después de meses o años de vida feliz como no fumador se vuelve a fumar. Los primeros cigarrillos no tenían buen sabor. Me produjeron dolor en el pecho. Después de varios pitillos me empezo a gustar. Empece a «disfrutar» de ello mientras sorbia un café, después de las comidas, etcétera. Sin embargo, tenía muy claro que queria hacer, así que volvi a fumar mi último pitillo y mientras lo apagaba, cambié mi creencia a su estado anterior: no necesito los cigarrillos. Podría fumar (nadie me lo prohibe), pero no quiero porque no lo necesito. Una vez libre, sigue así. Manten firme tu decisión. Se positivo. Piensa: «Soy libre. Soy no fumador.» A partir de ahora, esta claro que para ti no hay ni una calada ni «solo un cigarrillo». A partir de ahora, cada vez que veas o pienses en un cigarrillo, imagina una cadena invisible de miles de cigarrillos unidos los unos a los otros, o millones de caladas una tras otra, solo para mantener el cuerpo intoxicado, solo para «disfrutar» del statu quo enfermo. Quiero que tengas miedo. El miedo es un poderoso mecanismo de protección. Ten miedo de volver a dar una calada. Ten miedo a engancharte de nuevo a dar una calada tras otra, lo que te produce desde agotamiento físico a tos y posibles enfermedades. Deja que ese miedo haga que mantengas firme tu decisión de disfrutar de la vida con buena salud, con mayor energía y felicidad. Toma la decisión firme de que después de tu último cigarrillo ya no te vas a engañar más. No hay ni una calada ni «solo un cigarrillo». O eres fumador, cautivo de los efectos intoxicantes de la nicotina y otras sustancias, o eres un feliz no fumador libre de todas las creencias sobre los falsos beneficios del tabaco.
Recuerdo el caso de un hombre que se habia fumado dos cajetillas al día durante más de veinticinco años. Lo habia intentado todo, sin conseguirlo. Vino a mi sesión de grupo, pero no logro dejar de fumar. Vino una segunda vez y dejo de fumar sin ninguna molestia. Estaba tan feliz como siempre. Me llamó para darme las gracias. Sin embargo, unos meses después, vino a verme otra vez porque habia vuelto a fumar por una «tonteria». Se sentía avergonzado y dijo: «Lo se, recuerdo que me lo advirtio. ¿Cómo puedo ser tan tonto?» Luego lo intento una y otra vez, pero no pudo dejar de fumar otra vez. Ten miedo a eso. Ten miedo a dar otra calada después de liberarte. Aunque el CD te ayudara a dejar de fumar y seguir sin hacerlo, no se puede garantizar. Tu eres un ser humano con libre albedrio. Tú decides siempre lo que quieres hacer con tu cuerpo y con tu alma. Quiero demostrar que soy más fuerte que el tabaco. ¿Puedo poner a prueba mi fortaleza con una calada en una fiesta? Cuando furnas tu último cigarrillo, te comprometes a evitar cualquier tipo de tabaco o nicotina. Estas diciendo que tienes miedo de los efectos de la nicotina en tu cuerpo. Esto puede parecer una cobardía, pero no es así. Al declarar tu debilidad, te vuelves más fuerte. Cuando admites que eres vulnerable, te vuelves invencible. De este modo, una fragilidad declarada se convierte en fortaleza. Cuando el semaloro está en rojo, me da miedo cruzar la calle. Este miedo me libera de lesiones y de una posible muerte. ¿Quién es más poderoso: un ex fumador que ha permanecido libre o el que ha intentado ponerse a prueba y ha vuelto a engancharse y se siente deprimido? Evita la trampa de algunos ex fumadores que piensan: «Soy capaz de dejar de fumar cuando quiera.» En el momento en que piensas que eres capaz, te vuelves incapaz. Esta es la trampa mental que tantos fumadores crean para si mismos. Creen que dejarán de fumar durante unos años, hasta que sus cuerpos esten limpios de la suciedad del tabaco. Luego, a cierta edad, volverán a fumar. Recuerdo a un doctor que buscó mi ayuda para dejar de fumar. Lo habia intentado varias veces sin conseguirlo. Dejo de fumar con mi método en una sola sesión sin ansiedad ni aumento de peso. Estaba contento y hablaba de mi método a todo el personal del hospital en el que trabajaba. Todo fué bien hasta un año y medio después, cuando se creó su propia trampa y se lanzo de cabeza. Empezó a fumar unas pocas caladas aquí y allá, lo que se convirtió en varios cigarrillos al día, lo que a su vez hizo que se enganchara como antes. Cuando nos hacemos los prepotentes, nos volvemos débiles. Sin embargo, cuando admitimos nosotros mismos que «es superior a nuestra fuerza de voluntad», nos volvemos capaces de mantenernos alejados para siempre. Cuando admites tu impotencia, te vuelves lo suficientemente fuerte como para seguir siendo un feliz no fumador el resto de tu vida. Recuerda que el tabaco es más fuerte que tú. Admitelo y observa como tus fuerzas crecen día a día. Cuando te desahogas, cuando confiesas que el cigarrillo es superior a tus fuerzas, puedes seguir siendo un feliz no fumador sin fuerza de voluntad ni autocontrol. ¿Cómo puedo superar las ligeras molestias físicas? Durante los primeros dias quiza sufras unas ligeras molestias físicas mientras el cuerpo se libera de las toxinas. Todo depende de tu actitud. Si las ves como la forma en que tu cuerpo se desintoxica, de hecho disfrutarás de ellas. Sin embargo, si les das el nombre de «mono», las agravas más y sufres. Te explicaré mi experiencia en uno de mis viajes para ilustrar este punto. Llegué por primera vez a la isla de Tenerife muy cansado, a las dos de la madrugada. Me registre en el hotel y me apresure a subir a mi habitación para dormir. Mientras estaba tumbado en la cama, me di cuenta de que me habían asignado una habitacion ruidosa que daba a una autopista. Oía los ruidosos coches a toda
velocidad bajo mi ventana, pero estaba demasiado cansado para bajar y pedir que me cambiaran de habitación. Así que aguante el ruido y no dormí bien aquella noche. ¿Cómo podía dormir cuando habia coches corriendo a toda pastilla junto a mi ventana toda la noche? Por la mañana, me desperté y abrí las cortinas para que entrara la luz. Cuando las abrí, me quede rnaravillado por lo que vi: ¡el océano Atlántico! Vi que el «ruido de los coches corriendo a toda pastilla» no era más que el sonido de las alas rompiendo contra unas grandes rocas. Durante diez minutos, me quede allí, hipnotizado, contemplando el oceano. La noche siguiente dormi como un tronco. Después de dejar de fumar, ¿puedo fumar «maría» de vez en cuando? Una vez te liberes de la esclavitud del tabaco, recuerda que deberas evitar cualquier cosa que pueda contener nicotina. Se trata de un compromiso, no de un deseo. Es una decisión firme de alejarte para siempre de cualquier sustancia que contenga nicotina. La naturaleza de la nicotina y sus efectos en el cuerpo y la mente es tal que si después de muchos años como no fumador tomas nicotina, aunque solo sea una calada, el «programa» del tabaco se pondra en marcha y volverá a engancharte. Aunque el tema de la marihuana va más allá del propósito de este libro, en este breve capítulo me gustaría ofrecer información sobre esta planta y advertirte de que si la mezclas con tabaco, estas introduciendo pequeñas dosis de nicotina en tu cuerpo. Al hacerlo, como he indicado anteriormente, volveras a iniciar un estado de intoxicación y volverás a engancharte. La marihuana es una mezcla verde, de hojas, tallos, semillas y flores secas y trituradas de la planta de la marihuana. Todos los tipos de marihuana producen alucinaciones. En otras palabras, cambian el funcionamiento del cerebro. Todos contienen THC (delta-9-tetrahidrocanabinol), el principal activo químico de la marihuana. También contienen más de cuatrocientos productos químicos. Muchas de estas sustancias químicas pueden producir cáncer . Fumar marihuana lleva esas sustancias químicas al cerebro y a los pulmones más rápidamente, donde se absorben de inmediato. Los efectos de la marihuana en el drogadicto dependen de su fuerza o potencia, que estan relacionadas con la cantidad de THC que contiene. El contenido de THC en la marihuana va en aumento desde los años setenta. El THC es a la marihuana lo que la nicotina es a los cigarrillos. En los últimos años se cultiva con mucho más cuidado, lo que significa que la marihuana actual contiene mucho más THC que la de los años sesenta, en algunos casos hasta diez veces más. Eso significa que la marihuana actual es unas diez veces más potente que la de antaño. La marihuana altera muchas capacidades necesarias para conducir bien: la atención, la capacidad de concentración, la coordinación y el tiempo de reacción. Estos efectos duran hasta veinticuatro horas después de haber fumado marihuana. El consumo de marihuana puede hacer más dificil calcular las distancias y reaccionar a las señales y sonidos de la carretera. Cualquier combinación de alcohol, tabaco y marihuana puede convertirse en un coctel mortifero. Fumar cualquier planta reseca no es saludable. La marihuana no es una excepción. De hecho, su humo contiene mayores concentraciones de hidrocarburos aromáticos policiclicos cancerigenos (PAH, por sus siglas en ingles) que el humo de los cigarrillos. Los fumadores de marihuana norrnalmente inhalan más humo durante más tiempo y depositan en sus pulmones más de cuatro veces la cantidad de alquitrán que los fumadores de cigarrillos. Normalmente, los efectos secundarios habituales para los consumidores primerizos son ansiedad, pánico, paranoia y sensación de catastrofes inmediatas. Segun un estudio, algunos fumadores de
marihuana comunicaron que los sentimientos «paranoicos» o «confusos» eran desventajas para su consumo. Y la mayoría comunicó que la «ansiedad» era un efecto habitual u ocasional. Los efectos de la marihuana Los efectos de la marihuana a corto plaza incluyen problemas de memoria y aprendizaje, percepción distorsionada, dificultad para pensar y resolver problemas, falta de coordinación y aumento de la frecuencia cardíaca. Un estudio indica que el riesgo de los consumidores de sufrir un ataque al corazón aumenta más de cuatro veces durante la primera hora después de fumar marihuana. Los investigadores sugieren que ello podría producirse por los efectos de la marihuana en la presión arterial, la frecuencia cardiaca y la menor capacidad de la sangre de transportar oxígeno. Incluso su consumo infrecuente puede producir quemazón y pinchazos en la boca y en la garganta, a menudo acompañados de una tos fuerte. Quien fuma marihuana habitualmente puede sufrir muchos de los problemas respiratorios que padecen los fumadores de tabaco, como tos y producción de flema a diario, el desarrollo más frecuente de enfermedades respiratorias agudas, un mayor riesgo de infecciones pulmonares y una mayor tendencia a la obstruction de las vias respiratorias. Los consumidores de marihuana suelen realizar inhalaciones más profundas y mantienen Ia respiration más tiempo que los fumadores de tabaco. Esta forma de inhalar aumenta la exposición de los pulmones al humo cancerígeno. Algunos estudios sugieren que fumar Marihuana puede aumentar el riesgo de cáncer más que el tabaco. Esta es una lista partial de lo que la marihuana causa en el cuerpo: Daño pulmonar: fumar un porro tiene prácticamente el mismo efecto que fumar cinco cigarrillos. Irritación de ojos, garganta y boca. Cancer. Perdida de memoria e incapacidad para concentrarse. Aumento temporal de la frecuencia cardiaca y de la presión arterial, que puede dar lugar a trastornos circulatorios más graves con el tiempo. Deterioro del sistema inmunológico y menor resistencia a las enfermedades. Disminucion del apetito sexual y reducción del recuento de espermas en el hombre. Depresion y ansiedad. Vulnerabilidad a la esquizofrenia. Tomar marihuana en combinación con medicamentos (ya sean recetados o no), puede resultar muy peligroso. La marihuana aumenta los efectos intoxicadores de los medicamentos, y el incremento de la frecuencia cardiaca y de la presión arterial que causa la marihuana pueden producir una grave urgencia médica. El alcohol y la marihuana tomados en combinacion pueden resultar especialmente letales. Cuando has consumido demasiado alcohol, la reacción natural de tu cuerpo es el vómito, para retirar parte del exceso de alcohol. La marihuana lo impide, por lo que la intoxicacian etílica puede producirse mucho más rápidamente, ya que se queda más alcohol en el cuerpo. Espero que ahora tengas algo más de información sobre la marihuana. Como has leido, existen pruebas científicas claras que demuestran que fumar marihuana puede causar graves problemas de salud. El llamado «placer» que produce fumar marihuana se debe a un estado de intoxicacion similar al creado por la nicotina. Una vez el cuerpo absorbe el THC, entras en estado de intoxicación. Después del período inicial, el cuerpo se inmuniza y altera su funcionamiento normal
para acomodar el veneno. Por suerte, el THC no es tan venenoso como la nicotina, así que no te enganchas. Puedes evitar fumar marihuana fácilmente. Solo tienes que decidir que ya has envenenado tu cuerpo lo suficiente y ahora empiezas una nueva vida. Permite que tu cuerpo se desintoxique y elimine las toxinas. Y también te liberarás de la marihuana. Lo más importante para el ex fumador es que fumar marihuana puede engancharle al cigarrillo nuevamente. Así que evita también fumar marihuana. Si deseas continuar fumando marihuana, te sugiero que obtengas información sobre ella y luego decidas. Espero que después de leer esta breve explicación sobre los efectos negativos de la marihuana decidas ahora mismo dejar de fumarla. Sin embargo, si estas seguro de que deseas fumar marihuana, evita rnezclarla con tabaco. ¿Cómo puedo ayudar a mi cuerpo a desintoxicarse después de dejar de fumar? IMPORTANTE: Esta información se ofrece unicamente con propósito educativo y no pretende sustituir cualquier tratamiento o asesoramiento médico necesario. Si estas recibiendo atención médica actualmente, deberías consultar siempre con tu médico antes de iniciar cualquier tratamiento nuevo. Ademas, si te encuentras muy debilitado por una enfermedad crónica, no inicies un sistema de desintoxicación total sin la supervisión de un profesional de la salud cualificado. Las embarazadas, las personas convalecientes, quienes se preparan para una operación o las que presentan desequilibrios de la glucosa en la sangre no deberían iniciar este tipo de programa, ya que supone una tensión anadida en el cuerpo en un momento en el que este tiene otras prioridades. Y si sufres una enfermedad cronica, es vital que un profesional de la salud cualificado supervise tu progreso. Una vez dejas de fumar, se produce la desintoxicación de forma natural y el cuerpo empieza a expulsar la nicotina, el monexido de carbono y los alquitranes, entre otras sustancias tóxicas. La nicotina se elimina en un plazo de tres a cinco dias, mientras que otras toxinas tardan más. Tu cuerpo se depura automáticamente. Sin embargo, puedes ayudar a tu cuerpo a deshacerse del veneno y a regresar a un estado equilibrado o de homeostasis. ¿Deseas disfrutar de más vitalidad y claridad mental, y tener una piel más limpia y natural, y un sistema inmunitario más resistente? En resumen, ¿deseas parecer y sentirte más saludable? La mejor forma de lograr todos estos beneficios es realizar una cura de desintoxicación. Puedes apuntarte a un programa de desintoxicación en un balneario para descansar y limpiar y nutrir el cuerpo de dentro afuera, y de ese modo mejorar el sistema natural curativo de tu cuerpo. Las curas de desintoxicación limpian la sangre. Retiran las impurezas del hígado, los rinones, los intestinos, los pulmones, el sistema linfático y la piel, donde se procesan las toxinas para su eliminación. Una vez al año, en primavera, realizo una desintoxicación rutinaria con el cambio de estación. Te sugiero una combinación de lo siguiente para expulsar las toxinas de tu cuerpo: evita el azticar, la cafeina, el alcohol y el estrés (o redúcelos), ingiere alimentos frescos, bebe agua purificada, practica ejercicio, ve a hacerte un masaje completo, haz que te hagan una exfoliación de todo el cuerpo y toma suplementos de vitaminas y minerales. Sigue cualquier programa de desintoxicación durante unas tres semanas para eliminar la toxicidad del organismo. El cuerpo tarda cierto tiempo en limpiar la sangre. Te detallo a continuación un sencillo plan de desintoxicación: los dos primeros dias de la semana toma caldos (recien preparados), frutas frescas y mucha agua. Los cinco dias siguientes introduce muchas verduras, legumbres y carne de ave y pescado frescos. Durante los siguientes cinco dias deberías evitar los azúcares (de cualquier forma), la cafeina, el pan, la carne y el alcohol (o reducir su ingesta). Recuerda beber un vaso de agua cada tres horas. Repite este programa tres veces.
Diez maneras de ayudar a tu cuerpo a desintoxicarse
Lo ideal es seguir una dieta de desintoxicación durante tres semanas. Sin embargo, si te intimida la idea de realizar una limpieza durante ese período, prueba algunas de estas sencillas sugerencias para ayudar a tu organismo a purgarse de las toxinas acumuladas durante todos esos años de tabaquismo: 1. Ingiere mucha fibra para poder ir de vientre con regularidad, lo que evita que las toxinas se acumulen en el tracto digestivo. Opta por alimentos ricos en fibra (platanos, alubias, bayas, cereales de salvado, pan integral, arroz integral, brocoli, cotes de Bruselas, zanahorias, higos secos, fruta, judias blancas y guisantes). También puedes comer remolacha, rábanos, alcachofas, col, espirulina, clorela y algas, ya que son excelentes alimentos que ayudan a la desintoxicación.
2. Depura y protege el hígado tomando infusiones de diente de le´pn, bardana y cardo, y bebiendo té verde. 3. Ingiere grandes dosis de vitamina C, que ayuda al cuerpo a producir glutationa, un compuesto hepatico que aleja las toxinas. 4. Bebe un vaso de agua mineral cada tres horas. 5. Respira profundamente para permitir que el oxígeno circule más plenamente por tu cuerpo. La respiración tipo Pilates es un ejemplo excelente: manteniendote en la posición supina inicial, asegurate de que la pelvis y la columna estan relajadas. Colocate la mano en el vientre bajo y siente cómo se eleva y se relaja cada vez que respiras. Este tipo de respiración diafragmatica es normal y necesaria la mayoría del tiempo, pero no es adecuada para el ejercicio enérgico, ya que cuando se eleva el vientre, la zona lumbar no tiene apoyo. Cuando estés preparado para contraer el núcleo con la respiración, coloca ambas manos a los lados. Inspira por la nariz, metiendo el vientre, a la vez que respiras profundamente hacia las costillas. Deja que la respiración te ensanche la espalda en la colchoneta, en lugar de respirar agitadamente haciendo que el pecho suba y baje. Espira mientras continúas metiendo el vientre, expulsando el aire de los pulmones. 6. Realiza una sesión de limpieza de colon para deshacerte de las toxinas y los restos de comidas no digeridas. 7. Date una ducha con agua muy caliente durante cinco minutos, dejando que el agua te caiga por la espalda. Después date una ducha fria durante treinta segundos. Repitelo tres veces y luego tiendete en la cama durante treinta minutos. 8. Suda en la sauna para que tu cuerpo pueda eliminar los desechos a traves del sudor y así evitar parte del trabajo al hígado y a los riñones. También puedes exfoliarte en seco para retirar las toxinas por los poros. En las tiendas de productos naturales puedes encontrar cepillos y guantes especiales. 9. Toma complejos vitamínicos. Como parte del programa del ex fumador, toma un complejo multivitamínico general con antioxidantes adicionales. Las siguientes vitaminas y minerales ayudan a proteger las células del cuerpo de los radicales libres y de las irritaciones químicas generadas por el tabaco: vitamina A, B1, B6, B12, C, E, selenio, cinc, magnesio, cobre, betacaroteno, ácido fólico y coenzima Q10. 10. Practica ejercicio durante una hora al día. Cualquier actividad física que te guste, desde el yoga hasta saltar a la comba o caminar a paso rápido, es una buena forma de ayudar a tu cuerpo a
deshacerse de las toxinas.
11. Incorpora alguna de estas recomendaciones a tu vida y te estarás haciendo un gran favor. Como el organismo ya no tiene que lidiar con la alta toxicidad del tabaco y el humo, ahora puede tratar las toxinas acumuladas en tus órganos y tejidos.
10. Tu último cigarrillo Las cadenas de la esclavitud solamente atan las manos: es la mente lo que hace al hombre libre o esclavo. FRANZ GRILLPARZER Si has leido el libro atentamente y has seguido mis instrucciones, estaras ilusionado al llegar a este capítulo. Al contrario que la mayoría de los fumadores, que se asustan con el título de este capítulo, tú estas tranquilo y tienes muchas ganas de fumar y apagar tu último cigarrillo. Sin embargo, si todavía tienes miedo a la idea de fumar tu último cigarrillo, significa que no has realizado el ejercicio que se explica al inicio de este libro. Te ruego que retrocedas y hagas el ejercicio durante al menos siete dias antes de seguir leyendo. Si lo deseas, lo puedes hacer durante diez o catorce dias. Vuelve a leer el libro. Se que algunos fumadores se asustan cuando leen «último cigarrillo». Considéralo como tu billete hacia la libertad. Si has Ilevado a cabo el ejercicio de treinta minutos, tú habrás dado cuenta de que todos esos miedos vienen provocados por tu mente. Curiosamente, la sensación física real de dejar de fumar es muy leve. Lo que hace que la vida sea insoportable para quienes dejan de fumar solo a base de fuerza de voluntad es su miedo a sufrir el síndrome de abstinencia. Millones de personas dejan de fumar cada día en el mundo. Es cierto, algunos sufren, pero muchos consiguen dejarlo con facilidad. Los que sufren «el mono» es porque han escogido el camino equivocado. Es verdad que algunas personas, durante los primeros dias como no fumadores, experimentan una sensación de perdida temporal. Sufren una sensación de vacío. Una sensación de que nunca más van a poder divertirse. Una sensación de que se les esta arrebatando algo. Una sensación de que deben fumarse un cigarrillo. Todas ellas son provocadas por su mente. Todo depende de nuestras creencias sobre lo que el tabaco tiene que ofrecer. A estas alturas, después de haber leido hasta este punto, te habrás dado cuenta de que lo único que el tabaco tiene que ofrecer es una vida de calada tras calada. El cuerpo acomoda el veneno y establece un mecanismo de defensa para mantener lo que denomino «el statu quo del fumador”. Sin embargo, al mismo tiempo, tu sabio cuerpo intenta liberarse del veneno de la nicotina. El subconsciente provoca la sensación de miedo a perder el statu quo. Sufres ansiedad y automáticamente alargas la mano para hacerte con el siguiente cigarrillo y reestablecer el statu quo. Alcanzar el statu quo enfermo del fumador parece agradable. Por ese motivo, tú crees que disfrutas fumando. De hecho, sufres una lucha interior continua. El verdadero placer y alegría se experimentan cuando acabas con el statu quo enfermo del fumador y restableces tu statu quo saludable como no fumador. Si sigues temiendo fumar tu último cigarrillo, piensa en las opciones que tienes: ninguna. Como fumador, no puedes elegir. Estas condenado a seguir fumando. ¿Hasta cuando? Si no tomas esta decisión ahora y fumas tu último cigarrillo, la única opción es fumar uno tras otro con poca energía, cansancio, cabello y boca malolientes, tos y preocupacion por contraer una enfermedad. Utiliza tu miedo contra la falta de decisión. Utiliza tus miedos en beneficio propio. Toma esta decisión ahora y fúmate tu último cigarrillo. Y después de escuchar el CD, conviertete en un no fumador feliz.
Como fumar tu último cigarrillo
Fumate ese último cigarrillo con una gran sonrisa porque te estas liberando de la esclavitud y la dependencia del tabaco. Todos esos años de tos, miedo a contraer una enfermedad mortal, problemas respiratorios, poca energía, etcétera, estan a punto de acabar. Estas a punto de liberarte de todos los efectos secundarios negativos que conlleva el tabaco. Sientete aliviado al fumar tu última calada. Sientete aliviado porque ya no dejas que te engañen los efectos físicos y mentales del tabaco. Durante todos estos años no te ha producido más que aletargamiento, cansancio, tos, dolor de cabeza, preocupaciones, ansiedad y miedo. Estas a punto de ser libre. Estas a punto de atravesar las tinieblas de la celda en la que has estado aprisionado y abrir la puerta al aire puro. Libre. Libre por fin. Después de fumar tu último cigarrillo, preparate para el CD. Busca un lugar cómodo en el que sentarte o tumbarte; un momento en el que nadie te moleste. Recuerda que mi método no es la hipnosis profunda. Después de más de diez años de consulta e investigación, he desarrollado un método que te permitira entrar en un trance con facilidad sin perder ni el control ni la consciencia. Puedes llamarlo «trance despierto», «hipnosis despierto» o «relajación hipnótica». Fumate tú último cigarrillo y luego escucha el CD.
11. Una sensación extraña y maravillosa Bendito sea el caos, porque es sintoma de libertad. ENRIQUE TIERNO GALVAN Al dejar de fumar, sobre todo los primeros dias, sentirás mucha energía. Mirarás a los fumadores y pensarás: «Yo solia fumar eso hate unas horas/dias.» Es una sensación extraña. Lo se. Es una sensación extraña y maravillosa. Parece que te has quitado un gran peso de encima. Respira hondo y sonrie. Eres libre. Disfrútalo. Cuando veas a un fumador, recuerda que eres libre. Has salido de la oscuridad y ahora respiras aire puro y puedes disfrutar de los maravillosos rayos del sol. Quiero que te cuestiones todas las suposiciones que la gente y tú mismo teneis sobre el tabaquismo y sobre dejar de fumar. Esto podría convertirse en un pasatiempo curioso y revelador. Fijate en comp reaccionan al hecho de que tú ya no sientes ni la necesidad ni las ganas de fumar. Que te has liberado del tabaco de una vez por todas. Que puedes trabajar, corner, beber, etcétera, sin mancharte los dientes ni los pulmones con el sucio tabaco. Escucha sus comentarios con oido critico. Te aseguro que te divertiras Es una sensación maravillosa. Te das cuenta de que no lo echas de menos. Que no te has perdido nada por volverte no fumador. De hecho, te has beneficiado y has logrado una larga lista de recompensas positivas: la satisfacción de ser libre de la esclavitud del tabaco, recuperar la limpieza y tu salud, etcétera. Disfrutas relajandote, pensando, concentrandote porque sabes que es una certeza que fumar no solo no te ayuda a realizar esas actividades, sino que, de hecho, es un obstáculo molesto. Tu cuerpo empieza a desintoxicarse desde los primeros minutos en que dejas de darle la venenosa nicotina. Es como tener moratones y cortes en el cuerpo. Hay un proceso de curación maravilloso y muy sofisticado que se inicia automáticamente. No tienes que sentarte y decir a tus moratones y cortes que se curen. No tienes que sentarte y mirarte los cortes. Se curan solos. Simplemente sabes que tu cuerpo tiene esa capacidad de autocuración. Así que no te quedes
sentado esperando a curarte. Disfruta de tu nueva libertad. El cuerpo, guiado por el subconsciente, sabe como deshacerse de la nicotina, el alquitrán y el resto de toxinas acumuladas. ¿Tendras dias estresantes? Por supuesto que tendras dias malos. ¿o es que los no fumadores no tienen que lidiar con el estrés diario? Los altibajos son parte de la vida. Sin estrés, la vida resultaria aburrida. Y no pasa nada por sentirse deprimido, triste o enfadado. Son sensaciones humanas normales y sanas. Fumar no te hace parecer glamuroso. Fumar proporciona a tu cuerpo el olor apestoso al humo de los cigarrillos y te hace parecer más viejo porque te reseca la piel y da a tu tez un aspecto grisaceo y amarillento. Fumar no te relaja. De hecho, te acelera el corazón y oprime el pecho. Fumar no te ayuda a concentrarte. Se vuelve un obstáculo porque corta el flujo del oxígeno hacía el cerebro, tan vital para la correcta función mental. El monóxido de carbono roba oxígeno de la hemoglobina de tu sangre. La hemoglobina se ocupa de llevar el oxígeno a todas las células de tu cuerpo, incluido el cerebro. El tabaco no evita el aburrimiento. De ser así, los fumadores no se aburririan. Y tú sabes que eso no es verdad. A menudo, los fumadores se aburren justo cuando están fumando. Si sienten que el tabaco les ayuda a combatir el aburrimiento es porque estan haciendo algo. Podrian estar haciendo cualquier cosa y les ayudaria a combatir el aburrimiento. Así que los cigarrillos no tienen nada de especial. Fumar no te ayuda en momentos de estrés. De hecho, lo provoca. Te nubla la mente y tensa tu cuerpo al tener que combatir el veneno. El tabaco no es un compañero. Es un lobo con piel de cordero. Es como un encantador terrorista que se estaba aprovechando de ti. Tú ya has descubierto su verdadera naturaleza y lo consideras el enemigo. Fumar no es agradable. ¿Te resulto agradable el primer cigarrillo? Tosiste, te faltó el aire, te mareaste y te dolió la cabeza. Tu cuerpo te ha estado enviando esas señales todos estos años. Tu hacias caso omiso. Ya no. Tú sabes que hay mejores maneras de disfrutar de los placeres de la vida. Experiencias como comidas extraordinarias, el sexo, pasar el rato solo o con los amigos son agradables en si mismas. No hace falta que las estropees con un cigarrillo. Cuando empezaste a fumar, tuviste que emplear tu fuerza de voluntad para perseverar y aguantar la tos, los mareos y los dolores de cabeza. Tuviste que elegir entre «soy un tonto por fumar esta basura» y «Debe de ser que me gusta». Así que elegiste: «Debe de ser que me gusta, si no no aguantaria tanta suciedad.» Sin embargo, has abierto los ojos y te has dado cuenta de que sería una tonteria fumar esos sucios cigarrillos. Te diste cuenta de que fumar es un estado mental y corporal tóxico e insalubre. Cuando veas fumar a alguien, piensa en lo que se pierde esa persona. Piensa en lo que podría divertirse en las fiestas, las bodas o cualquier otra reunion social si fuera no fumador. Eres libre de disfrutar de la ocasión. ¿Recuerdas tu primer beso? Me refiero a esa ocasión especial en la que saliste con alguien que te gustaba y vuestras caras se aproximaron y supieron que querían besarse. ¿Recuerdas la sensación que sentiste en el estómago en aquellos momentos antes y durante aquel beso? Sentiste excitación y «mariposas en el estómago». Seguro que también has tropezado alguna vez al subir o bajar las escaleras. O quizá no calculaste bien los escalones y subiste o bajaste dos de golpe. De repente
sentiste que te subía la adrenalina, las mismas «mariposas en el estómago». Es lo que pasa con el cuerpo. Cuando percibimos algo como «estresante», ya sea positivo o negativo, la reacción del cuerpo es identica. ¿Cual es la diferencia? Es tu interpretación de la sensación. ¿Recuerdas el estudio de la montana rusa? ¿Que tiene todo esto que ver contigo? Te encuentras en una situación similar. De ti depende como interpretas tu «subida» de adrenalina, esas «mariposas». ¿Las interpretas como, «tengo miedo»? ¿O consideras que tienes el control definitivo sobre tu miedo? No voy a enseñarte a desconectar tu miedo. ¿Sabes por que? Porque el «miedo» es un juicio o una interpretación de una sensación concreta que tú tienes. Es una sensación sana y natural cuando te enfrentas a un cambio. Tu corazón empieza a latir con fuerza. Se te acelera la respiración. Y tienes que elegir. ¿Es tan agradable como un beso o tan aterrador como resbalar en una escalera? Porque físicamente es lo mismo. Cuando crees que puedes hacerlo, te entusiasmas. Te dices a ti mismo: «Me siento de maravilla. No necesito este sucio y asqueroso cigarrillo. Soy no fumador.» Sin embargo, cuando te dices a ti mismo: «No voy a conseguirlo, no puedo», sientes el miedo. Ya has leido acerca de las desventajas del tabaco. Es asqueroso, tonto, esclavizante y sucio. Te pido que contestes ahora a la siguiente pregunta: ¿Cuales son las ventajas del tabaco? Si has respondido: «Ninguna. Fumar no tiene ventajas», vas por buen camino. Si a estas alturas sigues pensando dubitativo que fumar te ofrece algo positivo, te pido que pares. Deja el libro de lado durante unos dias y vuelve a empezar a leerlo. Sabes que dejar de fumar puede ser fácil y natural. Sabes que no necesitas luchar con tu fuerza de voluntad. Sabes que el proceso de desintoxicación del cuerpo puede durar de tres a cinco dias. La sensación es tan leve que quiza no la adviertas. Sabes que fumar no te reporta nada. Es un engaño y puedes liberarte de el. Sabes que podrás disfrutar de la vida y controlar tu estrés mucho mejor con la mente libre. Sabes que no tienes que esperar meses o un año a considerarte no fumador. Tu eres no fumador desde el mismo momenta en que lo sientes. También tienes muy claro que dar una calada, incluso si solo es por curiosidad, reiniciaría en tu subconsciente el programa de ir a buscar un cigarrillo. El tabaco ensucia el cuerpo y esclaviza la mente. Cientos de caladas al día o una sola significarian caer en la misma fosa sucia y apestosa. Recuerda que la sensación puede ser leve o fuerte. Viviras esta experiencia según tu personalidad. Si eres extrovertido y animado, probablemente te gustará saber que eres no fumador de una forma diferente a una persona tranquila que evite las multitudes. No juzgues tu experiencia. Simplemente vívela y disfruta de ella a tu manera. Ahora deja de leer. Tomate tu tiempo para reflexionar sobre la sensación de que, de hecho, ya te has fumado tu último cigarrillo o fúmatelo con plena conciencia. Como recordarás, te dije que los no fumadores de mi estudio llevaban mucho tiempo pensando en el tabaco. Es normal. Al igual que sucede con las «mariposas en el estómago», no importan tanto los pensamientos sino cómo te enfrentas a ellos. Tú piensas: «Qué bien me siento ahora que por fin soy no fumador.» Los fumadores que consiguen dejar de fumar con éxito piensan así sobre el tabaco.
Evita las sustituciones El otro secreto de los fumadores que dejan de fumar con éxito es que no utilizan ningún sustituto. Normalmente, cuando los fumadores deciden dejar de fumar con la fuerza de voluntad, intentan aliviar el «sufrimiento» utilizando un palillo de dientes, caramelos o chicles. Creen que si mantienen la boca ocupada con algo que no sea un cigarrillo, pueden aliviar los deseos de fumar y reducirlos hasta que ya no les suponga un problema. Emplear un sustituto envía a la mente, la parte que controla el hábito, un mensaje equivocado. El mensaje es el siguiente: «Necesito tener la boca ocupada. De lo contrario, volvere a furnar.» No lo sustituyas poniendote otra cosa en la boca. Sin excepciones. Lo peor que puedes hacer es continuar con el hábito de otra forma. Los sustitutos orales son familia del tráfico bucal. Algunos fumadores no pueden dejar de comer si dejan de fumar mediante la sustitución. Simplemente no lo hagas, y no pasaras a la comida. El problema con los sustitutos es que te envias un doble mensaje a ti mismo. Por un lado, te dices a ti mismo que quieres dejar de fumar y, por el otro, estas diciendo que no confias en dejar de hacerlo. Cuando la mente recibe dos mensajes contradictorios y ve que sufres, el subconsciente te empuja hacía el tabaco para aliviar tu dolor. Las mismas rutinas La mayoría de los libros que he leido sobre dejar de fumar recomiendan que cambies tus rutinas. Todos los folletos, panfletos y consejos de los expertos en dejar de fumar dicen que evites cualquier cosa que te recuerde al tabaco. Analicemoslo primero y después te explicaré por que dichas medidas no ayudan en absoluto. He aquí una lista de las recomendaclones: Evita las cafeterias o fiestas. Como asocias el tabaco al cafe y a las bebidas alcoholicas, es mejor que te mantengas alejado de esos lugares. Cambia la trayectoria de tu paseo. Si pasas por cafeterias o estancos de camino al trabajo, toma otro camino para no verte tentado. Bebe té en lugar de cafe. Beber café te hará sentir ganas de fumar. Así que es mejor que bebas té. Pide a los fumadores que no fumen delante de ti. Haz saber a todo el mundo que estas dejando de fumar y pide que te ayuden evitando encender cigarrillos y fumando en tu presencia. Haz una lista de las alternativas que tienes al tabaco. Bebe un vaso de agua o inspira profundamente o da un paseo cada vez que te apetezca fumar. En resumen, haz todo lo posible por evitar las situaciones que puedan tentarte para que fumes. Si deseas evitar todas esas situaciones, tengo una gran sugerencia. Comprate una jaula y encierrate dentro. De ese modo estaras completamente Libre de tentaciones. ¿Te parece una ridiculez? Por supuesto que si. Sin embargo, ¿no es eso exactamente lo que intenta hacer la rnayoria de los fumadores cuando evitan las situaciones «tentadoras»? Veamos ahora por que evitar o alejarse de la «tentación» y cambiar tu rutina te haran más dificil dejar el tabaco. Recuerda que las personas que logran dejar de fumar con éxito NO CAMBIAN SUS RUTINAS. Parece sorprendente, ya que todos los expertos en el tema recomiendan hacerlo. Sin embargo, estas personas desafían esas recomendaciones. En primer lugar, cuando evitas algo, tienes presente un miedo por el cual esa cosa, la «tentación»
o el «deseo de fumar», parece una bestia despiadada mucho más fuerte que tú. Entonces es mejor que la evites porque si te enfrentas a ella, perderas la batalla. Como puedes ver, esas «precauciones» te ponen a la defensiva y en una situación de debilidad. Tu subconsciente piensa: «Si estas evitando las situaciones tentadoras, el tabaco sigue siendo una tentación para ti. Y eres más débil.» Así que mientras intentas utilizar conscientemente tu fuerza de voluntad para evitar la tentación, el subconsciente quiere calmar tu sufrimiento y te empuja hacía los cigarrillos, por ejemplo, caminando detras de un fumador e inhalando el humo de su cigarrillo. Entonces tu conciencia se da cuenta de ello y lucha todavía más, lo que provoca una mayor ansiedad. El subconsciente ve tu ansiedad y hace algo más para empujarte hacía el tabaco con el fin de paliar tu sufrimiento. Como puedes ver, has generado un circulo vicioso. Has creado tu propia trampa. Las personas que dejan de fumar con éxito no crean un circulo vicioso porque no cambian su rutina. No evitan nada relacionado con el tabaco. Van al mismo bar, toman su café o bebida favorita. Se relacionan con sus amigos fumadores. Van a fiestas. Y no les importa lo más mínimo que haya una cajetilla de tabaco en casa porque su conyuge o alguien más sea fumador. Las personas que dejan de fumar con éxito tampoco esperan que les animen y los comentarios negativos, como por ejemplo: «No lo vas a conseguir. No vas a aguantar las ganas de fumar», no les molestan. Estoy seguro de que has oido que personas que han conseguido dejar de fumar explican sus experiencias como si hubiesen estrenado un nuevo cepillo de dientes. Hablan con tanta calma de ello que eso puede enfurecer a otras personas que estan luchando por dejar ese hábito. Al tratar de evitarlo, envian un mensaje claro y consecuente a su subconsciente: «Dejo de fumar. La presencia del tabaco no es relevante.» El subconsciente se da cuenta de que no esta sufriendo y no interfiere. No hay fuerza de voluntad. No hay ansiedad. Por consiguiente, el subconsciente acepta la decisión. Al contrario que la mayoría de los fumadores que envían un doble mensaje, los fumadores que dejan de fumar con éxito solo envian uno. Pregunté a todos esos ex fumadores que habían dejado de fumar con éxito si cambiaron su rutina. Ni uno de ellos dijo haberlo hecho. Todos continuaron con su vida igual que siempre. La única diferencia era que ya no eran fumadores. No cambies tu rutina. No evites a los fumadores o situaciones en las que se fuma, como cafeterias, fiestas, etcétera. Cuanto más frecuentemente te encuentres en tu antiguo ambiente fumador sin cigarrillos, más rápidamente entenderá tu consciencia que tú ya no fumas. Si intentas esconderte de esos lugares y situaciones, estas enviando el mensaje equivocado. Todas estas normas envían un mensaje consecuente a tu mente: tú ya no practicas el comportamiento furnador. Una vez tu mente recibe este mensaje, mantiene el comportamiento dormido. Las personas que dejan de fumar con éxito saben intuitivamente que lo que pensaban que era un compañero no valía la pena. Por lo tanto, no lo lamentan. Sabemos científicamente que después de unos dias no hay una sola gota de nicotina en tu sangre ¿Cual es el problema? El problema no radica en la sustancia en sí, sino en las creencias que la rodean y que perpetúan su consumo, ya que sin el sistema de creencias, la llamada «adicción», el tabaco no tiene poder por si mismo. Es una hierba venenosa. Es la percepción interna que tenemos sobre la nicotina la que la hace tan «adictiva». Cuando dejas de fumar, es normal que durante unos dias pienses: «Quiero fumar.» Recuerda que son solo pensamientos. No tienen que ver con los sentimientos. Vienen y van. No tienes que preocuparte por ellos. Es normal. O quiza descubras que tu mano busca un cigarrillo en tu bolsillo
o en tu bolso. Es normal. Quizá te despiertes a medianoche, preguntandote por que fumabas en un sueño. Fue solo un sueño. Estos sueños no suponen un problema. Todos estos fenomenos son como cuando cambio de sitio los muebles de mi casa. Recuerdo que cuando intercambié mi estudio con la habitación de mi hija, durante unos dias iba a la habitación de mi hija. Mi cerebro estaba condicionado a funcionar con piloto automático. Eso es así en todos nosotros. Cuando haces cosas, la mayoría de ellas, o casi todas, las haces con el piloto automático. Cuando introduces un pequeño cambio, durante unos dias sigues yendo al antiguo lugar, pero a medio camino te detienes y sonries porque es una sensación tonta. Cuando tomé como modelo a los fumadores que habían dejado de fumar sin esfuerzo, me dí cuenta de que pensaron en el tabaco durante bastante tiempo. Solían pensar en lo bien que estaban, con cuenta libertad y que ligeros se sentían. Los que luchaban con su fuerza de voluntad se obsesionaban con el tabaco. Su problema no residia en el hecho de que estuvieran pensando en fumar. Los ex fumadores espontáneos también pensaban en fumar tanto o incluso más. La diferencia clave radicaba en la forma en que interpretaron su idea del tabaco. Un grupo se asustó cuando pensó en el tabaco, mientras que el otro se alegró por ser libre. A pesar de que una persona diga que le guste fumar, nunca he encontrado a nadie a quien no fumar no le guste todavía más. Cuando les pregunté por que fumaban, respondieron que porque eran infelices, estaban insatisfechos, nerviosos, aburridos, ansiosos, se sentían solos, cansados o simplemente frustrados sin los cigarrillos. Otros motivos que mencionan a menudo son que los cigarrillos los mantienen delgados, les permiten pensar mejor o que son más sociables cuando fuman. Algunos dicen que fuman para celebrar los momentos felices de la vida. La comida, la bebida, los juegos y la diversión, e incluso el sexo, parecen perder su atractivo sin un cigarrillo que los acompañe. A menudo, los fumadores me responden: «Porque me gusta fumar.» Aunque puede que lo digan sinceramente, no se dan cuenta de que creen que es verdad. Lo cierto es que fuman no porque les gusta, sino porque temen en dejar de hacerlo.
12.
Como evitar las recaklas
No son las malas hierbas las que alegran la buena semilla, sino la negligencia del campesino. CONFUCIO A estas alturas ya te habrás fumado tu último cigarrillo y habrás acabado de escuchar el CD. Si lo deseas, puedes escucharlo más de una vez. Si no te has fumado el último cigarrillo, vuelve a leer el último capítulo, famate tu último cigarrillo y escucha el CD. Sonrie y alegrate de ser libre. Tienes motivos para ser feliz. Lo has conseguido. Ahora eres no fumador. No tienes que esperar de seis a doce meses para considerarte no fumador. Ahora ya eres no fumador. Muy pronto te dare la última tarea que deberas poner en practica durante las dos próximas semanas para ayudarte a vivir como no fumador. Permite que todo lo que te recuerde al tabaco sea un desencadenante feliz. Que todo lo que veas, oigas o huelas te recuerde a la tirania de la dependencia del tabaco. A partir de ahora, todo lo que tenga que ver con el tabaco puede recordarte el gran placer que sientes al darte cuenta de que te has liberado de la esclavitud de la nicotina y otras sustancias tóxicas. Que ver a fumadores desencadena en ti una sensación de seguridad por ser libre. Piensa en un preso acusado y encarcelado por error. ¿Donde se sentiria seguro? ¿Tras las rejas o en libertad? Por descontado que cuando esta en la carcel se siente asustado e inseguro. Solo cuando sale de esa oscura celda de la
prisión se siente seguro. Que cada vez que pienses en la experiencia de estar maniatado se desencadene en ti una sensación de alivio y alegría. ¿Y por que no? Has sufrido mucho y te mereces vivir: con una mejor salud, mayor confianza, autoestima y respeto por ti mismo. No olvides que los fumadores sufren una guerra interna constantemente: parte de ti quiere fumar y la otra parte quiere dejar de hacerlo. Este conflicto interior consume energía mental y física. Sin embargo, tú estas libre de esa lucha interna. Muchos no fumadores me dicen que ven el tabaco con otros ojos. Una mujer me contó que se sentía coma una antropologa que observa el extraño ritual de una cultura primitiva. Solia observar a los fumadores y sentía compasión por su agonía. Solia observar cómo envenenaban sus cuerpos. Decia que veía lo patético que es llevar un cigarrillo colgando de los dedos o de los labios. Y sobre todo se sentía de maravilla porque estaba libre de ese ritual sin sentido. Diviertete y disfruta observando a los que todavía estan encarcelados. Contempla corno muestran en sus caras esa expresion de «fumar es agradable». Si preguntas a los furnadores por que fuman, te responderan: «Porque me gusta.» Al menos ellos creen que ese es el motivo. La mente es poderosa y tiene muchos mecanismos de defensa. Se engañan a si mismos para creer que fumar les da placer o les ayuda. No son tontos. Sólo les falta la información adecuada. Tu sabes que el tabaco es un veneno que te destroza los nervios, la confianza en ti mismo y la autoestima. Fumar, de cualquier forma (cigarrillos, puros, en pipa, etcétera), no tiene nada bueno que ofrecerte, solo enfermedades, aletargamiento, agotamiento, preocupaciones y estrés. El motivo por el que no advierten el sabor asqueroso en la boca es porque no han hecho caso del mal sabor y del mal olor. Nunca se acostumbraron al mal sabor. Simplemente distorsionan la realidad según sus creencias. Ahora ya sabes que los cigarrillos no tienen nada que ofrecer más que enfermedades y preocupaciones. Para los fumadores son algo seguro, estan a mano y (supuestamente) les dan algún tipo de recompensa. Y digo osupuestamente» porque es una creencia igual que decir que los sesos de mandril son deliciosos. Bueno, hay gente que cree que son muy sabrosos. No sermonees a los fumadores. Simplemente compadecelos porque sufren. La única opción que tienen es continuar fumando un cigarrillo tras otro, calada tras calada. Pasan su vida con la obligación de fumar y sienten que nunca se les permite dejar de hacerlo. Sin embargo, tú conoces la alegría de dejar de fumar. Cómo controlar tus dudas y pensamientos Tu mente puede tardar varios dias antes de extinguir la idea de «quiero un cigarrillo». Así que mientras tengas esa idea, recuerdate a ti mismo que eres libre y alegrate de ello. Debes decirte a ti mismo: «¿No es genial? Soy libre. Soy no fumador.» Hay otra forma de hacer caso omiso de esas ideas. Solo tienes que pensar en otra cosa. Cuando piensas «quiero un cigarrillo», redirige tu atención a los beneficios reales que tienes y obtienes al liberarte del tabaco. Recuerda que tienes energía extra, una nueva sensación de bienestar, facilidad para respirar, etcétera, y sobre todo la sensación de haber logrado liberarte del estúpido circulo vicioso de fumar un cigarrillo tras otro. Considera el ejemplo de Gandhi. Cuando Gandhi se declaró en huelga de hambre en la cárcel, ¿córno consiguió no corner? ¿Se repitió continuamente: «No tengo hambre. No tengo hambre»? Pot supuesto que no. Gandhi se concentró en su compromiso de liberar a su gente de la opresión británica. Los primeros dias sintio señates de apetito, pero las pudo superar fácilmente porque estaba pensando en los beneficios de su decisión: liberar a su pueblo de la sumisión. Cuando Gandhi acabo la huelga de hambre, advirtió que no sentía apetito. Luchó por comer. Sabemos que
podemos hacer caso omiso de las fuertes señales del cuerpo tales como el hambre cuando nos concentramos en cosas más importantes. El objetivo no es dejar de fumar. Tu objetivo es sentirte mejor, ser más feliz y estar más satisfecho con tu vida. Al mantener la mirada fija en ese objetivo, el resultado será que podrás dejar de fumar fácilmente. Volviendo a nuestro ejemplo, el objetivo de Gandhi no era someterse a una huelga de hambre. Su objetivo era liberar a su pueblo de la esclavitud y la tirania para vivir con independencia. Del mismo modo, tu objetivo es liberarte de la tirania del tabaco y lograr la independencia de cuerpo y alma. Estar libre de la nicotina y del tabaco se convierte en la consecuencia natural de este objetivo. Tú puedes evitar las recaidas Algunos fumadores que dejan de fumar sin esfuerzo vuelven a caer en la trampa confusa de la nicotina. Creen que un cigarrillo no va a hacer que se vuelvan a enganchar. Al fumar tu último cigarrillo, estas tomando una decisión firme. No tú estas intentando. Te estas comprometiendo a que a partir de entonces, cada vez que pienses en fumar o que te ofrezcan un cigarrillo, veras una cadena de cigarrillos sin fin, uno tras otro. No existe ni una única calada ni un único cigarrillo. Los cigarrillos no vienen solos. ¡Estoy tan aburrido que quiero fumar! Envenenarse no es una buena manera de acabar con el aburrimiento. Hay más formas de acabar con el y no tienen que ver con el tabaco. Sal a pasear, escucha musica, haz la siesta o juega. Las posibilidades son interminablesl ¡No me importa! Fumar no era tan malo. ¿Que es lo que no te importa? ¿Estas diciendo que no te importa sentir dolor en el pecho? ¿No te importa que te sangren las encías, tener ataques de tos o sufrir fuertes ahogos? ¿No te preocupan los problemas de pulmón y corazón? Creo que si. Si tienes este libro en las manos, todo ello te preocupa mucho. Por eso intentaste dejar de fumar. Si no te preocupas por tu cuerpo, ¿quién lo hará? Al fumar de nuevo, no solo te haces daño a ti mismo, sino que ademas lastimas a tus seres más cercanos. Tanto si eres un fumador que intenta dejar de fumar, un ex fumador que intenta seguir sin fumar o un no fumador pensando en fumar, ten siempre en cuenta que tu cuerpo NO quiere ser envenenado. Tú tomaste el primer cigarrillo y te lo pusiste entre los labios, y alguien te dijo que inhalaras un poco al encender el extremo. El humo gris rodó por tu lengua y pareció explotar en tu pecho. Sentiste que tu pecho chispeaba y crepitaba, y finalmente empezaste a toser sin parar. Ad infinitum. La primera vez que alguien intenta inhalar una calada de un cigarrillo, sobre todo si se trata de un adolescente, su cuerpo rechaza el humo claramente. Pero entonces, con nuestra fuerza de voluntad, decidimos bloquear las señales del cuerpo, hasta que la indiferencia hacía esas indicaciones pareció natural. Una vez que la mente «pensante» logra convencer al cuerpo de que le hiciera caso o siguiera sufriendo, las señales o bien dejaron de ser reconocidas completamente por la mente consciente o fueron malinterpretadas a nivel consciente. Forzamos a nuestros cuerpos a absorber el humo por los pulmones. Ten en cuenta que en realidad tú nunca quisiste fumar. Te estas despertando del encantamiento hipnótico al que has estado sometido. ¡Sólo es una calada! Muchos dejan de fumar y son no fumadores durante mucho tiempo hasta que un día, sin motivo, dan una calada.
«¡Tomé un pitillo y dí una calada! Pense que podría fumar solo uno».Les recuerdo que fueron advertidos. Aprende de su experiencia. No puedes fumar sólo un cigarrillo. O eres fumador o no lo eres. Piensa en ello como en la cadena del inodoro. O tiras de ella o no. No puedes tirar de la cadena a medias. No hay medias tintas. Una sola calada reinicia el programa del tabaquismo en tu mente. Una triste calada introduce en tu cuerpo y en tu mente una pequeria dosis, como una bolita de nieve que empieza a rodar. Al principio es pequeña y la percibes como poco irnportante, pero pronto pasa a ser una bola de nieve gigantesca que va camino de convertirse en una avalancha. Si crees que una sola calada no hace daño, todavía no has entendido el mensaje y tienes que volver a leer este libro. Recuerda que te liberas de la esclavitud del tabaco en el momento en el que apagas tu último cigarrillo y que si das otra calada, incluso después de meses o años de libertad feliz, caes nuevamente, de cabeza, en el calabozo. Siempre que veas un cigarrillo, imagina una cadena invisible de miles de cigarrillos conectados a el. Esa es la realidad del tabaco. Es empezar y no poder parar. Quiero probarme a mí mismo que puedo controlarlo. Tú te lo pruebas a ti mismo siendo no fumador. De este modo se demuestra que dominas la situacion y no tienes necesidad de acercarte un pitillo a los labios. He sufrido un accidente de tráfico, un divorcio, una operacion, una pelea, una depresión, estoy en paro, me siento solo, me acabo de casar, etcétera. Cuando sufres cualquiera de los hechos estresantes que acabamos de mencionar, ¿el tabaco te ayuda a solucionar el problema o te añade otro? ¿El tabaco te ofrecería más recursos o se convertiría en un obstáculo importante? ¿El tabaco te tranquilizaría o te provocaría un estado de ansiedad? Si te sientes estresado, habla de ello. Llama a un amigo. Llora. Ten paciencia. Consulta con un profesional. Llora. Llorar es una forma excelente de expresar los sentimientos. Haz el ejercicio de la «peor fantasía» durante dos semanas. Es imposible que eliminemos el estrés completamente. El estrés siempre formara parte de nuestras vidas. Tenemos que aceptarlo y planificarlas de acuerdo a ello. Esto suele pasar cuando sigues creyendo tontamente que los cigarrillos son como una muleta que tú ayuda en momentos de estrés. Un gran error que cometen los fumadores es creer que el tabaco, de hecho, les ayuda con el estrés. La verdad es que el tabaco no hace nada de eso. El tabaco solo crea la ilusion de calma y relajación. Después de tirar el cigarrillo o apagarlo en un sucio cenicero, el fumador sigue teniendo que dedicarse a ese molesto informe mensual. Sigue teniendo que pagar las facturas. Los niños seguiran tan revoltosos como siempre. El humo de los cigarrillos no cambia nada. Fumar no va a arreglar nada. Si estas disgustado y fumas, solo conseguiras ser un fumador disgustado.
13. Tu tarea final No olvidemos que las pequefias acciones de cada día hacen o deshacen el caracter. OSCAR WILDE Has tornado una decisión importante. Estás libre de la esclavitud del tabaco. Puedes disfrutar de
la sensación de satisfacclan, mayor energía, autoestima, seguridad y una larga lista de beneficios. Decide mantener tu decisión firme. Es una decisión simple: «Evitaré cualquier tipo de tabaco.» No necesitas fuerza de voluntad. Solo tienes que usar tu imaginación para ver las consecuencias de dar una calada a un pitillo y volver a caer en ese oscuro calabozo. Solo tienes que recordar tu decisión de seguir siendo libre. Sin luchas. Sin ansiedad. Sin el «mono». Solo una maravillosa sensación, porque ahora eres un feliz no fumador. Ésta es tu tarea final. Si has seguido todos los pasos e instrucciones, ahora eres un feliz no fumador. El siguiente ejercicio es una tarea diaria que debes hacer para asegurarte de que sigues siendo un feliz no fumador durante mucho tiempo. Sí, incluso durante el resto de tu vida. Haz el siguiente ejercicio durante los próximos siete dias y en el septimo, ni un día antes ni uno después, enviame un correo electronico, una carta o una postal para decirme que eres un feliz no fumador. En el CD se incluyen varias sugerencias de hipnosis que tendran efecto solo si llevas a cabo esta tarea final y te pones en contacto conmigo, por correo electronico, por carta o postal, al septimo día de haberte liberado del tabaco. Durante la semana siguiente, cada día, por la mañana, pregúntate: «¿Córno me comportaria de modo distinto a como me comporto habitualmente, actuando coma si nunca hubiera fumado? ¿Qué haria diferente ahora que soy un no fumador feliz?» Entre todo lo que se te ocurra, elige el detalle más pequeño, el más minúsculo y concreto, y ponlo en práctica. Cada día elige una pequeña cosa concreta corno si fueras un no fumador feliz y ponla en práctica de forma voluntaria. Elige algo diferente cada día. El séptimo día envíame una postal con unas líneas explicando tú experiencia.
Arthur Rowshan Campo Volantin, 20, 1.a Dept. 4 48007 Bilbao www.metodorowshan.com