Marxismo y prostitución, una aproximación. Juan Pablo Cuello. CEA-UNC rapsodia.0!"mail.com Un obst#culo obst#culo $ue se presenta a esta aproximación aproximación es $ue tanto Marx como En"els no se ocuparon ocuparon espe espec% c%&i &ica came ment ntee en los los prob proble lema mass rela relaci cion onad ados os con con la sexu sexual alid idad ad y meno menoss a'n a'n sobr sobree la prostitución, acti(idad $u) en el si"lo *+* cuando ellos escriben, estaba &uertemente esti"matiada m#s $ue oy/ y sobre todo carec%a de (oces le"itimadas. in embar"o embar"o es necesario necesario matiar la a&irmación a&irmación de una 1la"una2 1la"una2 en este sentido sentido en el pensamiento pensamiento de Marx y En"els. No por casualidad los mo(imientos &eministas en sus distintas olas adoptaron olas adoptaron o disputaron (arios de los postulados elaborados por el marxismo cl#sico en torno a la cuestión de la mu3er en el marco de las sociedades di(ididas en clases. En ese sentido resulta ilustrati(o el se4alamiento de 5ayle 6ubin 789/ de $ue no ay nada seme3ante a la &uera ar"umental $ue demuestra la teor%a de la opresión de de clases en tanto explicación "eneral para explicar a lo lar"o de la ist istori oriaa la situa situació ción n de las las mu3er mu3eres: es: aun$ aun$ue ue esto esto no si"ni si"ni&i &i$u $uee $ue $ue nece necesar sariam iamen ente te las las conc conclu lusi sion ones es del del mate materia rialis lismo mo istó istóri rico co sean sean tota totalm lmen ente te satis satis&ac &acto tori rias. as. Conc Concep epto toss como como matriarcado/patriarcado,, división sexual del trabajo, matriarcado/patriarcado trabajo , mujer y socialismo socialismo,, cuerpo, cuerpo, matrimonio son matrimonio son entonces inabordables i"norando los textos m#s sobresalientes de esta tradición teórica-pol%tica;. Prop Propon onem emos os ento entonc nces es $ue $ue tamb tambi) i)n n la pros prosti titu tuci ción ón,, o me3o me3orr a'n a'n la prop propue uest staa actu actual al de resi"ni&icació resi"ni&icación n como trabajo sexual puede puede ser comprendida en su comple3idad con la ayuda del m)todo m)todo del social socialism ismo-ci o-cient ent%&ic %&ico o expues expuesto to por Marx Marx y En"el En"els, s, as% como como con las particu particulare laress iluminaciones de iluminaciones de un exponente del marxismo occidental como es
las mutaciones $ue las imbricaciones entre capitalismo y sexualidad an mani&estado A$u% $u% me me re& re&ie iero ro a la la prostitución entendida sólo como la (enta de la &uera de traba3o-sexual de biomu3eres mayores de edad, $ue lo realian a/ ya sea como traba3adoras autónomas autónomas y?u or"aniadas en cooperati(as de traba3o-sexual, traba3o-sexual, ó b/ a$uel traba3o sexual cuya or"aniación y (enta durante un tiempo estipulado esta super(isada por un proxenetacapitalista. As% de3amos de lado en este an#lisis la prostitución tra(esti, a$uella e3ercida por (arones, como tambi)n la trata con &ines de explotación sexual. En el caso de esta 'ltima si bien esta indudablemente imbricada en el mercado capitalista, capitalista, sus caracter%sticas caracter%sticas propias la acercan acercan al modo de producción escla(ista cuyos (esti"ios (esti"ios a'n per(i(en. Por e3emplo, en el caso de la trata la venta de la &uera de traba3o no tiene un tiempo de duración &i3o. Al respecto dice Marx 1.../la &uera de traba3o no a sido siempre una mercancía. El traba3o no a sido siempre traba3o asalariado, es decir, trabajo libre . El esclavo no (end%a su &uera de traba3o al escla(ista, del mismo modo $ue el buey no (ende su traba3o al labrador. labrador. El escla(o es (endido de una (e y para siempre, con su &uera &uera de traba3o, a su due4o2. Marx, @7, p. ;, todas las cursi(as son de los ori"inales/. ; Be todas todas los limites limites $ue se le se4alan se4alan a Marx y a En"els cómo cómo a otrxs marxistas marxistas cl#sic cl#sicxs/ xs/ cuando cuando se busca en ellos ellos re&lexion re&lexiones es relacionada relacionadass con lo $ue llamamos llamamos actualmente actualmente el sistema sistema sexo-"ene sexo-"enero, ro, sobresale sobresale la heterosexualidad natural $ue $ue presentan sus textos araDay, 77, p. ;;;/. En Marx por e3emplo, podemos encontrar a&irmaciones como 1.../del car#cter de esta relación con la mu3erF se deduce la medida en $ue el hombre se a con(ertido en ser genérico, en hombre , y se a comprendido como tal: la relación del ombre con la mu3er es la relación más natural del ser umano con el ser umano2 Marx, @, p. / Esta suerte de complementariedad natural se con(ierte en un a priori $ue arrastrar%a otro, el de una di(isión sexual espontánea del traba3o $ue estar%a presente desde tiempos preistóricos como como se puede obser(ar en en los Origenes de En"els @@, p. ;00/.
desde mediados del si"lo *+*, muco m#s lue"o de las dos ultimas "uerras mundiales nos obli"an a pensar nue(os &enómenos, y sobre todo nue(as rei(indicaciones cruando tradiciones teóricas y pensando 1con nuestra propia cabea2, sin esperar el rescate de al"una cita de autoridad $ue nie"ue o a&irme de manera contundente la relación o exclusión entre traba3o y prostitución. Aun$ue creemos $ue nos acercaremos bastante.
Marx y el trabajo-sexual.
+nsistimos $ue es di&%cil encontrar en Marx re&erencias directas a la cuestión $ue nos con(oca a$u%. Es $ue la ruptura radical de su pensamiento con la tradición &ilosó&ica y de la econom%a pol%tica bur"uesas, as% como su resultante apuesta estrat)"ica por la luca de la clase obrera estu(o anclada en las problem#ticas y condicionamientos de su )poca. Creemos $ue uno de esos condicionamientos era la inexistencia de una (o propia de las traba3adoras del sexo: en cambio la autoridad policial o m)dica era $uien ablaba por ellas y no precisamente en t)rminos de derecos. Pero aun$ue en los textos de Marx no exista un an#lisis exausti(o ni mucos menos de la prostitución estimamos $ue s% podemos abocarnos analiar sus reiteradas re&erencias a la misma y sobre todo apropiarnos de un marco explicati(o $ue pueda ser 'til para entender lo prostibulario $ue tiene todo traba3o asalariado, aplicable tambi)n a nuestro &lamante si"lo **+ lue"o de los &allidos/ anuncios del 1&in del traba3o2 tan comunes de escucar en la d)cada del 70G. Como se sabe, para Marx la especie umana se di&erencia del resto de los animales en tanto se aproxima a la naturalea a tra()s del traba3o, entendiendo )ste tanto como la manera por excelencia de la trans&ormación de los recursos disponibles para satis&acer sus necesidades inmediatas y de las otras, pero tambi)n como instancia de re/creación como sociedad y como su3eto racional> 1Podemos distin"uir al ombre por la conciencia, por la reli"ión o por lo $ue se $uiera. Pero el ombre mismo se di&erencia de los animales a partir del momento en $ue comiena a producir sus medios de (ida, paso este $ue se alla condicionado por su or"aniación corporal. Al producir sus medios de (ida, el ombre produce indirectamente su propia (ida material2 Marx y En"els, @H, p. 7/.
Entonces el traba3o a secas no seria una acti(idad intr%nsecamente ne"ati(a, sino $ue presenta potencialidades creati(as en t)rminos de cultura. Io $ue s% resulta despreciable a los o3os de Marx es $ue la umanidad su&ra la existencia a "ran escala del trabajo asalariado sur"ido a partir del pro"reso contradictorio a lo lar"o de la istoria de las sociedades di(ididas en clases anta"ónicas, debido a las m'ltiples disputas por la apropiación de los excedentes producidos. Espec%&icamente la principal impu"nación $ue ace Marx al capitalismo es la ena3enación brutal $ue implica esta &orma istórica de or"aniación del traba3o> 1Esta realiación del traba3o aparece, a ni(el de la econom%a pol%tica, como desrealización del traba3ador, la ob3eti(ación, como perdida del
objeto y como sometimiento servil a él , la apropiación, como alienación, como enajenación2 Marx, @, p.0H/. ucede $ue en el capitalismo el ob3eti(o de la producción de&initi(amente no es la satis&acción de las necesidades de lxs traba3adorxs ni su &elicidad, sino la tras&ormación de los ob3etos y personas en Capital> este al ser intercambiado por traba3o (i(o se reproduce y aumenta, pero sólo si el capitalista es capa al &inal del proceso de producción, de extraer plus(al%a es decir traba3o-no-pa"o. As% en el sentido capitalista solo es productivo a$uel traba3o $ue "enera plus(al%a, es decir si en su desplie"ue acrecienta el capital, y esto m#s all# de si el producto &inal del traba3o sea material o inmaterial. El capitalista puede darse por satis&eco si los costos de producción, especialmente el salario pa"ado a sus obrerxs resultante de lo $ue cuesta re-producir la mano de obra presente y de las &uturas "eneraciones laboriosas/ es menor de lo $ue lo"ra (ender los productos o ser(icios producidos para el mercado. Cabe aclarar por si iciera &alta, $ue lo $ue le obrerx (ende 1libremente”4 al capitalista es la &uera de traba3o por un tiempo determinado, pero $ue esta &uera no puede ser desacoplada del propio cuerpo> 1la &uera de traba3o solo se pone en acción traba3ando, y para ello se consume una cantidad de&inida de m'sculos, ner(ios, cerebro, etc, umanos y es preciso restaurarlos2Marx, @H8, p. 8/ 9. A$u% Marx no se ace una distinción especial acerca de $u) m'sculos y $u) ner(ios deber%an ser utiliados para $ue el traba3o asalariado sea considerado como tal> al capitalista o al proxenta sólo le interesa acrecentar su capital m#s all# de $ue explote la &uera de traba3o pro(eniente de braos, piernas o "enitales. En este sentido las barreras morales universales es"rimidas en un momento por la bur"ues%a en torno a los comportamientos i"i)nicos y decentes, son derribadas inmediatamente por esta misma clase y su cultura en su an de lucro. oy sabemos $ue el cono de sombras de ale"alidad y esti"matiación al $ue est# sometido el traba3o sexual es un &actor $ue actu# multiplicando esta plus(al%a, como denuncian las propias traba3adoras sexualesH a $uienes el proxeneta-capitalista les exi"e el 90 K de lo recaudado por 3ornada laboral. En el marxismo existe un debate abierto acerca del car#cter producti(o o improducti(o del traba3o de la rama de los ser(icios relati(amente saldado en relación al transporte de mercanc%as y personas/. En a$uellos casos donde el traba3o no se materialia en una mercanc%a, dónde el resultado del traba3o asalariado desaparece en el mismo acto de su producción ense4ana, salud, placer, etc/, el planteo de Marx es con&uso y a "enerado &uertes pol)micas. Para in"resar a este debate (er re(ista ucha de !lases "# $, 3ulio de ;009, p. 09 y sobre todo p.;. Jon BGEmilio nos recuerda $u) si"ni&ica en el capitalismo la libertada para lxs traba3adorxs> 1si somos libres para (ender nuestra &uera de traba3o en el sentido positi(o, tambi)n estamos liberados, en el sentido ne"ati(o, de cual$uier otra alternati(a2 BGEmilio, 7@/ 9 Adriana Bomin"ue es titular del +NAB+ Córdoba y &)rrea de&ensora de la &lamante Iey Pro(incial NL 00H0 $ue en esa pro(incia pro%be cual$uier lu"ar de acceso p'blico en donde se e3era la prostitución. El periódico Ia o de +nterior publica el d%a ;?9?; una extensa nota de opinión &irmada por Bomin"ue, en la cual ademas de acusar a $uienes apoyamos las ob3eciones $ue planteaba el sindicato de traba3adoras sexuales AMMA6 Cba de $ue en realidad de&endemos a los proxenetas/ ar"umenta de manera con&usa cuando a&irma $ue a di&erencia de la prostitución 1en una sociedad capitalista, el traba3ador entre"a su &uera de traba3o: pero no se (ende a s% mismo. ampoco (ende su intimidad. Io $ue coloca en el mercado laboral es su capacidad producti(a, no su carne umana, despo3ada de su condición de persona2. H Estimamos $ue a'n no ay mucas producciones $ue re&le3en la propia opinión de las traba3adoras sexuales, aun$ue ay traba3os $ue rescatan di(ersos testimonios en primera persona por e3emplo =erOins, ;00H: BreiiO, ;00/.
Una de las ob3eciones m#s comunes $ue sur"en de las posiciones abolicionistas es $ue la prostituta 1nunca eli3e lo $ue ace2 8 por ende es imposible entender esta acti(idad como traba3o. rente a este ar"umento a$u% proponemos dos obser(aciones. Por un lado y si"uiendo con el raonamiento de Marx dentro del capitalismo los mar"enes en $ue lxs su3etxs subalternos elijen son siempre acotados y relati(os, esto no solo para las traba3adoras sexuales sino para el con3unto de la clase obrera. En Marx no seria sino una pere"rina ilusión liberal $ue la compra y (enta de la &uera de traba3o se da en t)rminos de un contrato establecido entre personas libres e i"uales. En el capitalismo, lxs traba3adorxs no son m#s $ue mercanc%as, lo dice seriamente y en (arias oportunidades, sólo &uera del traba3o asalariado se puede ser libre ya $ue> 1.../ el traba3ador se siente a sus ancas, pues, en las oras de ocio, mientas $ue en el traba3o se siente incomodo. u traba3o no es (oluntario, sino impuesto, es un trabajo %orzoso. No es la satis&acción de una necesidad sino solo un medio para satis&acer sus otras necesidades. Q/ El traba3o externo, el traba3o en el ombre se ena3ena, es un traba3o $ue implica sacri&icio y morti&icación2 Marx, @, p 07/. Una se"unda re&lexión, aora de3ando de lado un momento a Marx, es $ue resulta problem#tico a&irmar de manera contundente $ue ninguna persona eli3e esta acti(idad. Parecer%a $ue m#s bien $ue las condiciones sociales de esti"matiación y criminaliación $ue su&ren $uienes a s% mismas se llaman traba3adoras o pro&esionales del sexo, no permiten reconocer $ue existen mucas $ue lo pre&ieren &rente a otros traba3os. En di#lo"o con compa4eras de AMMA6 &sociación de 'ujeres 'eretrices de &rgentina( regional !órdoba/ son mucas $uienes rei(indican los aspectos positi(os de esta pro&esión por la posibilidad de mane3ar sus orarios, el poder $ue an desarrollado a la ora de imponer condiciones &rente al cliente o giles como lxs llaman/ y enumeran or"ullosas los lo"ros materiales $ue les a reportado este traba3o> costear "astos cotidianos, &inanciar la educación de sus i3xs, mo(ilidad y en al"unos casos incluso concretar el ob3eti(o de su casa o un terreno propio @,
A esta altura podr%amos pre"untarnos $ue otras re&erencias concretas a la prostitución encontramos en Marx y en $ue contexto se acen. En una cita en los 'anuscritos económicos)%ilosó%icos 8 El abolicionismo o anti-prostitución/ es una postura &eminista $ue propone una )tica-pol%tica respecto a este tema di&erente a la presentada a$u%. Ixs abolicionistas consideran $ue la prostitución es una &orma de explotación acia al"unas mu3eres $ue incluso cuando consienten a cambio de dinero brindar un ser(icio sexual al cliente prostituyente, no acen sino acrecentar el poder del patriarcado con la deni"ración simbolica de todas las mu3eres. Aun$ue existen mucas (ariantes de abolicionismo se di&erencian en teor%a de la postura proibicionista ya $ue se oponen a la criminaliación de las 1mu3eres en situación de prostitución2, al"unos planteos m#s radicales no ob3etan explicitamnete las medidas de proibicion e inlcuso discriminacion. 6esalta en esta postura la &alta de empatica?solidaridad con la situacion concreta de las traba3adoras sexuales. Un traba3o abolicionista reciente en espa4ol $ue sistematia el debate y se propone nue(os ar"umentos es el de 5imeno ;0;/. @ er al respecto nota en Ia o del +nterior del ; de 3unio de ;0 *"uestra utopía es +ue el trabajo sexual no sea por necesidad” $ue contiene una entre(ista a la ecretaria 5eneral de AMMA6 Córdoba. A"re"amos $ue sin duda ay mu3eres e3ercen el traba3o sexual por no poder cumplir su ob3eti(o de acceder a otro con un me3or salario o condiciones laborales. in embra"o la realidad del sector es m'ltiple y no permite "eneraliaciones apresuradas al modo abolicionista, $ue terminan en planteos $ue con&unden trata de personas con prostitución. Muco menos abilita a tratar al con3unto de traba3adoras sexuales como personas incapaces de expresar por s% mismas su problem#tica y (%as de solución como (ienen aciendo los Estados nacional y pro(inciales en nuestro pa%s. er sobre esto ultimo nota en Pa"ina ; del H?08?;, 1En Rona 6o3a2.
relaciona la prostitución con el traba3o asalariado y al capitalista con la &i"ura del proxeneta> 1Ia prostitución es solo una expresión particular de la prostitución "eneral del traba3ador, y en (ista de $ue la prostitución es una relación de la $ue no sólo participa el prostituido, sino tambi)n el $ue prostituye cuya in&amia es a'n mayor/ tambi)n el capitalista, etc, participa de esta cate"or%a2 Marx, @, p. /.
eria apresurado in&erir de esta cita $ue Marx entend%a a la prostitución como un traba3o i"ual $ue cual$uier otro. Sa (emos como para )l la in&amia tambi)n lle"a, aun$ue sea en menor "rado a la prostituta de la cual no conocemos su opinión. Pero su )n&asis esta m#s bien en poner de relie(e $ue la existencia del capitalismo ace ine(itable la mercantiliación de los cuerpos obreros. Ia prostitución es mantenida y extendida/, 3unto al nue(o traba3o asalariado como una m#s de las relaciones sociales in%ames del sistema capitalista> la (enta por oras de la &uera de traba3o aderida al cuerpo, pero tambi)n de la sexualidad, de la opinión, la cultura y de tantos otros bienes considerados 1sa"rados2. abido es $ue el debate en torno a la prostitución tiene contornos morales y )ticos, pero resulta llamati(o como estos se encuentran excesi(amente pronunciados. Por e3emplo en Marx resulta erróneo ablar desde una moral uni(ersal y 'nica cu#ndo de lo $ue se trata es de la (i"encia de un sistema pol%tico y social donde entre otras mucas contradicciones, lxs obrerxs lucan por "anarse la (ida y satis&acer necesidades b#sicas mientras $ue las clases poseedoras de la ri$uea económica solo piensan en aumentar el capital. Marx $ue estaba muy atento de la (ida de lxs obrerxs raona> 1i pre"unto al economista Tobedeco a las leyes económicas si consi"o dinero de la entre"a, de la prostitución de mi cuerpo al placer a3eno los obreros &abriles en rancia llaman a la prostitución de sus i3as y esposas la en)sima ora de traba3o, lo cual es literalmente cierto/. QF el economista me contestar#> no operas en contra de mis leyes, pero mira lo $ue dicen la se4ora Moral y la se4ora 6eli"ión: mi Moral y mi 6eli"ión económica no tienen nada $ue reprocarte. El eco de $ue cada es&era me mida con una medida distinta y opuesta a las dem#s, con una medida la moral, con otra distinta la Econom%a Pol%tica, se basa en la esencia de la ena3enación, por$ue cada una de estas es&eras es una determinada ena3enación del ombre2. Marx, @, p. H/
Ti"ni&ica esto $ue para Marx la moral era un tema banal M#s bien ya desde sus escritos de 3u(entud opone &rente a la moral 1uni(ersal2, pero super&icial y ena3enada $ue emana de la bur"ues%a, una )tica re(olucionaria de lxs explotadxs. Ia misma reconoce su propio car#cter social e istórico: el Comunismo seria m#s bien una luca por materialiar socialmente las ideas de libertad, i"ualdad y &raternidad pero sin los dobles discursos de la bur"ues%a. El pensamiento expresado con un marcado sentido de la iron%a en Marx reconoce la ipocres%a $ue implica la esti"matiación bur"uesa acia la prostitución, siendo )sta producida directa o indirectamente por una clase social $ue explota los cuerpos a "ran escala.
Pero tambi)n las re&erencias de Marx, aun$ue escuetas parecieran hoy tener al"o para decir a $uienes nie"an la posibilidad de $ue las traba3adoras sexuales, pro&esionales en el ser(icio sexual obten"an ellas tambi)n los derecos elementales y el reconocimiento $ue exi"en como parte de la clase obrera.
Engels y las Hetairas.
ambi)n desde el abolicionismo se ar"umenta $ue a lo lar"o de la istoria y asta la actualidad las prostitutas son las 1mu3eres m#s oprimidas27. Vuienes esto a&irman ademas de i"norar la propia (o de las traba3adoras sexuales $ue m#s bien pre&ieren llamarse a s% mismas traba3adoras precariadas0/, tambi)n se aorran el traba3o de realiar an#lisis sint)ticos como el $ue propuso en su momento riedric En"els. u obra posee un marco explicati(o coerente y "eneral para el desarrollo de la desi"ualdad entre ombres y mu3eres en paralelo e imbricado a otras instituciones $ue por lo "eneral son menos cuestionadas por los planteos abolicionistas sin una perspecti(a anticapitalista> esto es la propiedad privada y la monogamia. abemos $ue durante el si"lo *+* la &amilia en su &orma pre-capitalista es desarticulada por el in"reso de la mu3er otrora dedicada exclusi(amente a las labores o"are4as, a las turbulencias de la producción &abril cott, ;00@, Caps. y ++/. Pero no sólo por la dedicación a esta nue(a acti(idad, tambi)n al ser(icio domestico y sobre todo la prostitución serian tambi)n opciones (#lidas para las mu3eres de las clases subalternas, $uienes debido a la creciente mercantiliación de la (ida y a su propia pobrea resulta di&%cil distin"uirlas claramente de las obreras &abriles, como (imos antes en el a"udo se4alamiento de Marx en re&erencia a las obreras &rancesas. +ncluso mucas (eces de las tres opciones laborales nombradas, la prostitución era pre&erida por "arantiar un me3or trato y remuneración 5imeno, ;0;, p.8/. Es en ese marco $ue En"els publica en octubre de @@ una obra de suma importancia para entender estas cuestiones> el Origen de la %amilia( la propiedad privada y el estado, Para esta empresa estudia los no(edosos aportes $ue si"ni&icaron en su )poca la aparición en @8 de 1Ancient ociety2 la obra de IeDis enry Mor"an as% como los apuntes $ue del mismo ab%a de3ado uno de sus lectores mas lucidos, Warl Marx. E(identemente en la actualidad (arios de sus planteos y conclusiones an sido ampliamente superados?cuestionados por nue(as in(esti"aciones, pero a$u% nos detendremos en el m)todo y la perspecti(a ar"umental la cual creemos tiene un "rado 7 er por e3emplo las ar"umentaciones abolicionistas de $uienes representan a or"aniaciones de mu3eres 1en situación de prostitución2 en =erOins y Worol ;00H/. 0 er 5acetilla de Prensa de AMMA6 Córdoba en ar"entina.indymedia.or"?uploads?;0?09?"acetillaXdeXprensa.pd& , tambi)n nota period%stica a esta misma or"aniación de traba3adoras sexuales publicada en -l .iario del !entro del aís del d%a 7?09?; titulada precisamente *"os ven como esclavas( pero somos trabajadoras precarizadas” . er las (isiones $ue ten%an en rancia durante la se"unda mitad del s. *+* al"unxs re&erentes de la Econom%a Pol%tica bur"uesa sobre las llamadas %emmes isolées, 3ó(enes mu3eres pobres e independientes $uienes re"ularmente complementaban los ma"ros in"resos &abriles con la prostitución, en cott, ;00@, p. @ a 7.
importante de actualidad. En"els coincide con a$uellas in(esti"aciones $ue a&irmaban $ue en el sal(a3ismo o paleol%tico parecer%a e(idente un 1comercio sexual promiscuo2 en el $ue los ombres practicaban la poli"amia y las mu3eres la poliandria m#s o menos libremente sin &altar por ello a las costumbres establecidas. Aun$ue e(identemente debemos de3ar de lado una construcción id%lica de la preistoria, al parecer en las ordas sal(a3es y donde era e"emónico el matrimonio por "rupos, los celos y la propiedad exclusi(a de la pare3a no tenia muca popularidad p. 8/. Es $ue preocupaciones m#s (inculadas con la super(i(encia cotidiana a tra()s de la caa y la recolección, as% como la di&%cil y mort%&era/ reproducción de los "rupos umanos ac%an in'til lo $ue lue"o ser%a norma. omando los aportes de otro antropólo"o en este caso Joann JaOob =aco&en, el autor de los Orígenes a(ala la ipótesis $ue en esta suerte de 1econom%a domestica comunista2 y primiti(a, las mu3eres abr%an tenido una preponderancia relati(a $ue se e(idenciaba tanto en su (aloración social dentro de la orda, como en la existencia de un dereco materno e"emónico en la misma. in embar"o el desarrollo de la t)cnicas producti(as $ue permitieron la obtención de excedentes alimentarios y de otro tipo, as% como el aumento poblacional abr%an si"ni&icado un duro re()s para el matriarcado con la lle"ada del estadio medio de la barbarie. En esta etapa suceder%a una suerte de derrota histórica de las mujeres en manos de los 3e&es del clan $uienes imponen un r)"imen cuya relación de &ueras si"ue (i"ente asta la actualidad. Ia domesticación de los animales y el consi"uiente pastoreo serian una de las causas m#s importantes para la creación de relaciones nue(as al interior de los "rupos umanos, en bene&icio aora exclusi(amente del padre de &amilia. Es $ue emer"e entonces la escla(itud de prisioneros de "uerra, alentada para acer &rente de manera e&iciente el cuidado de los reba4os: esta institución a su (e impulsa el aumento del poder en el elemento masculino y "uerrero dentro de los clanes. Pero 3unto a las disputas por el excedente y a la escla(itud nace tambi)n la &amilia mono"#mica cuyo etimolo"%a latina el autor nos recuerda es %amulus es decir escla(itud domestica/. Este poder masculino se cimienta sobre el aumento de las ri$ueas y su retención en el seno &amiliar a tra()s de la erencia, aora por (%a patrilineal y re-ase"urada por una nue(a &orma de &amilia> 1 la mono"amiaF &ue la primera &orma de &amilia $ue no se basaba en condiciones naturales, sino económicas, y concretamente en el triun&o de la propiedad pri(ada sobre la propiedad com'n primiti(a, ori"inada espont#neamente. Preponderancia del ombre en la &amilia y procreación de i3os $ue sólo pudieran ser de )l y destinados a eredarle2. En"els, @@, p. @/
Be aora en m#s los matrimonios ser#n acordados teniendo especial cuidado en las posiciones sociales de los contrayentes y establecidos en t)rminos de un estricto calculo económico o de poder pol%tico. A partir de entonces y en "ran medida asta la actualidad el rol de la esposa sólo se
di&erencia de la prostituta de los templos o de las calles en las ciudades, en $ue (ende su cuerpo una sola (e y para siempre a un 'nico ombre cuando En"els escribe no exist%a el di(orcio/, mientras $ue la hetaira anti"ua o moderna 1al$uila su cuerpo de a ratos como una asalariada2 En"els, @@, p. 70/. Es de resaltar $ue para En"els no seria prudente exa"erar la desmoraliación $ue se le suele ad3udicar oy tambi)n/ a las meretrices ;> El )n&asis de su abolicionismo no se encuentra en el prostitución en s% misma o principalmente, sino en la destrucción de la propiedad pri(ada y de la &amilia mono"#mica. Esta seria para En"els la 'nica &orma de alcanar la manumisión de la embras-umanas $uienes podr%an mientras desaparecen estas instituciones $ue oprimen a la sociedad de con3unto, pero especialmente a las mu3eres in"resar a la producción social en "ran escala y con i"ualdad de oportunidades $ue los ombres. En"els se pre"untar entonces 1Tpuede desaparecer la prostitución sin arrastrar consi"o al abismo a la mono"amia2 p. 7H/. Para )l sin embar"o no era su&iciente con la desaparición de la propiedad pri(ada y no antes/ para alcanar estas trans&ormaciones radicales> tambi)n resultar%a necesario $ue al menos una nue(a "eneración de seres umanos &ueran educadxs en nue(os (alores $ue no implicaran la mercantiliación de los ob3etos, ni de la (ida material, la cultura, as% como la libre asociación en t)rminos a&ecti(os En En"els la relación complementaria del par ombre?mu3er en t)rminos sexo-a&ecti(os tambi)n es natural como (imos suced%a en Marx/. Es decir una sociedad comunista asentada sobre las ruinas del capitalismo y del traba3o asalariado.
Walter Benjamin.
En =en3amin la critica cultural a la (ida citadina y los re&lexiones &ilosó&icas abre(an del marxismo aun$ue tambi)n con(i(en otras tradiciones como el mesianismo 3ud%o. ertientes $ue intentó sintetiar en obras de "ran impacto actualmente como son sus &amosas 0esis sobre la %iloso%ía de la ; er por e3emplo En"els, @@, p. 79. En ese pasa3e, como antes tambi)n (imos en relacion a la in%amia en Marx, se presenta como limite insal(able el marco de esti"ma $ue rodea a la prostitución en la )poca $ue escribe En"els, y $ue no de3a de colarse en su re&lexión, en la cual esta ausente la (o en primera persona de lxs $ue )l considera como 1in&elices2 y al"o 1de"radadas2 mu3eres (inculadas con la acti(idad. in embra"o a$u% peor es su consideración acia el ombre $ue pa"a por estos ser(icios, aun$ue estimo $ue En"els no coincidir%a con al"unas de las propuestas abolicionistas actuales o deber%amos decir proibicionistas/ $ue proponen por e3emplo la penaliación del cliente, sobre todo por su ne"ati(a bastante conocida de aumentar el poder represi(o del estado capitalista. Es importante en ese sentido una bre(e re&erencia de la experiencia de la 6e(olución 6usa particularmente en sus primeros a4os, en tanto una oportunidad istórica para probar las tesis de Marx y En"els en relación a las capacidades emancipadoras de la construcción del socialismo. A partir de 78 la nue(a administración so(i)tica no proibir# la prostitución cómo suced%a en la )poca de los Rares/ aun$ue tampoco a(anar# en su re"lamentación como traba3o-sexual. i bien se ab%an dado pasos &undamentales en materia económica con la nacionaliación de la propiedad pri(ada y en t)rminos de derecos democr#ticos inauditos despenaliado el aborto, as% como la omosexualidad: la prostitución si"uió siendo un tema espinoso y su desaparición di&%cil de concretar para mayor preocupación de lxs re(olucionarixs rusxs. Ia tesis de En"els de&endida &uertemente por los bolce(i$ues de $ue con la re(olución socialista, 3unto a la propiedad pri(ada capitalista desaparecer%a la &amilia mono"#mica reinaria el 1amor libre2, no se desarrolló plenamente sobre todo a partir de la contra-re(olución $ue tambi)n en el terreno de las relaciones personales y de la sexualidad si"ni&icó el estalinismo. Para pro&undiar el tema (er 5oldman,
historia. =en3amin es reconocido ampliamente a partir de estos traba3os por su critica a la (isión e(olucionista del de(enir istórico, tanto la pro(eniente del positi(ismo como tambi)n del marxismo (ul"ar o estalinista. Esto permite replantear las contradicciones inerentes al pro"reso material en los marcos de sociedades di(idas en clases. in duda es uno de los marxistas mas di&%ciles de leer e interpretar, sobre todo por la excentricidad de su propuesta sincr)tica en termino de tradiciones pero tambi)n por su obra inconclusa. ampoco ay traba3os especialiados accesibles en torno a sus aportes a una critica de la sexualidad y en cómo se expresa )sta en las sociedad occidentales de entre"uerras. A$u% solo aremos re&erencias bre(es a al"unos &ra"mentos de sus obra 1+n&ancia en =erlin acia 7002 7@;/ y el 1Iibro de los Pasa3es2 ;009/. En este ultimo libro 1uno de los m#s extra4os del si"lo (einte2 se"'n erra ;00H/, encontramos una suerte de calidoscopio compuesto por un enorme c'mulo de citas y re&lexiones bre(es en torno a problem#ticas propias de la Modernidad. El escenario donde transcurre la obra son las calles de una Par%s $ue es capital del si"lo *+* por antonomasia: pero especialmente nos propone un recorrido por los pasa3es intrincados $ue sobre(i(ieron a las tras&ormaciones urbanas aussmannianas. Ia ciudad moderniada e iluminadas no de3a de car"ar en su seno las contradicciones $ue 3a$uean una (isión positi(a del pro"reso social, celebrado por la bur"ues%a triun&ante lue"o de las rebeliones de la clase obrera. Una de estas contradicciones esta en el par %l1neur/prostituta. Ias "randes no(edades, la adrenalina citadina, los in(entos y las mercanc%as inundando los nue(os escaparates de los bule(ares in(itan al paseo por la ciudad. El poeta caminante =audelaire es la &i"ura moderna $ue se rescata como suerte de anti-eroe/ no de3a de re&lexionar y tomar nota acerca de las &i"uras $ue se le aparecen, as% como (er con pesimismo las contradicciones $ue a"uardan explotar. Por un lado la (isión de una enorme y &ren)tica acumulación de ri$ueas, mientras por el otro se e(idencia la penetración de los pasa3es oscuros donde los obreros se entretienen en tabernas y burdeles antes de ir a sus o"ares en los suburbios. Ias re&erencias a la prostitución son &recuentes, me3or dico insistentes en 1Ios Pasa3es2, tanto las $ue pro(ienen de citas extra%das de periódicos como de propias re&lexiones. in embar"o son oscuras y de di&%cil interpretación. Por un lado para =en3amin la prostituta de los pasa3es parisinos es una se4al $ue a "anado y reina la mercanc%a> 1el ultimo espe3o ilusorio de la apariencia istórica, celebra su triun&o cuando la naturalea misma ad$uiere el car#cter de mercanc%a. Esta apariencia mercantil de la naturalea $ueda encarnada en la prostituta. -l dinero criá la lujuria, se dice y este dico describe un eco $ue (a mas all# de la prostitución. =a3o el dominio del &etice-mercanc%a, el sex)appeal de la mu3er se conta"ia en mayor o menor "rado de la incitación de la mercanc%a. Q/ Ia sexualidad mo(iliada anta4o
socialmente/ por la &antas%a del &uturo de las &ueras producti(as, lo &ue lue"o por el poder del capital2 J H9 a,HF
Ia naturalea &eminiada es asediada tal (e una ima"en $ue deri(a en una ultima resistencia por preser(ar los ilos de continuidad con el pasado matriarcal/ por la presión mercantil $ue no se con&orma con las mercanc%as tradicionales sino $ue tambi)n produce a mayor escala y en )pocas del a4o m#s $ue en otras, un crecimiento de la prostitución entre las 3ó(enes &rancesas como (imos sucedia en el si"lo *+*. Pero esta mercantiliación abierta $ue expresa la prostitución en las "randes ciudades no es mas $ue un e3emplo de la &abricación en masa de las mu3eres. El sistema sexo-"enero de la )poca crea a tra()s de la moda y los ma$uilla3es a la mu3er en serie $ue pasea tambi)n por los bule(ares J HH, @/ o se $ueda esperando en los umbrales 9. En otro pasa3e =en3amin tambi)n relaciona a la prostitución con las condiciones del traba3o $ue tiene $ue soportar la clase obrera industrial. S a$u% por primera (e y con reser(as, aparece la (o de las traba3adoras sexuales, $ue reclaman para s% el estatuto de traba3adoras> 1Cuanto m#s se aproxima el traba3o a la prostitución, tanto m#s tentador es considerar a la prostitución como ocurre desde ace tiempo en el argot de las prostitutas/ traba3o. Esta aproximación se produ3o a la marcas &oradas ba3o el si"no del paro: el 2eep smiling aplica en el mercado laboral el proceder de la prostituta, $ue en el mercado del amor sonr%e para captar al cliente2 =en3amin, J 89-/
Nadie se sal(a de la prostitución ni de las sonrisas con dobles intenciones en la )poca del triun&o (ictorioso de la bur"ues%a sobre la Comuna> as% como la clase obrera debe (enderse por unas miseras monedas, tambi)n el poeta e3empli&icado 1asta el &inal2 en =audelaire y debido al escaso )xito editorial, debe (enderse a s% mismo 1con&irmando la inexorabilidad de la prostitución para el poeta2 =en3amin, J H0 a, ;/. En 1+n&ancia en =erlin2 tambi)n ace re&erencia a las prostitutas. Al"unos como Ca(es ;00/ (en en 'endigos y prostitutas, as% como en otros relatos de su in&ancia una re&lexión en torno a la triada madre-i3o-prostituta $ue se4ala las continuidades entre la ci(iliación y la 3orelt . El matriarcado aora bur"u)s y 3ud%o/ del cual $uer%a liberarse el pre-adolesente encontraba en los 1umbrales2 de las calles de =erlin su contra e3emplo en los cuerpos atrayentes de las prostitutas. Ia madre, siempre omnipresente nos recuerda Yel dereco de la madreY del $ue ablaba =aco&en y En"els: mientras $ue la prostituta ocupa el YumbralY en la ciudad bur"uesa. No es por casualidad $ue las paradas de las prostitutas de la ciudad son (istas como YumbralesY> puertas, es$uinas, (eredas, caminos, centros comerciales. El car#cter &ronterio y mercantil del Entendemos por sistema sexo-")nero si"uiendo a 5ayle 6ubin a 1el con3unto de disposiciones por el cual una sociedad trans&orma la sexualidad bioló"ica en productos de la acti(idad umana, y en el cual se satis&acen esas necesidades umanas trans&ormadas2 6ubin, 789/ 9 En =en3amin la &i"ura de la lesbiana de nue(o a tra()s de =audelaire/ tambi)n es una &i"ura caracter%stica de las ambi"Zedades del desarrollo tecnoló"ico y de la modernidad, cuya identidad aparece (isible a partir de la masculiniación de la ruda mu3er inmersa en el proceso de producción mercantil. er =en3amin, J 7 a, /.
traba3o sexual tiene en =en3amin una &uerte insistencia en (arias de sus obras: se sent%a irresistiblemente atra%do por la &i"ura de la meretri as% como por sus si"ni&icación cultural.
A modo de cierre.
Creemos aber cumplido con el ob3eti(o de sistematiar al"unas de las re&erencias $ue desde autorxs cl#sicxs del marxismo se acen en torno a la prostitución. Mucas otras miradas y posiciones imprescindibles para acercase a este debate an $uedado a&uera. A$u% las aproximaciones $ue realiamos intentaron rescatar al"unas citas, re&erencias directas, analo"%as, etc. de la mar"inalidad anal%tica donde solemos encontrarlas y entonces (alorar la ri$uea teóricametodoló"ica $ue o&recen para impulsar nue(as rei(indicaciones pro(enientes de poblaciones subalternas. +ntentamos demostrar $ue sobre todo en Marx y En"els es posible rescatar al"unas erramientas para esta tarea, sin pre3uicio de tener $ue contextualiar tanto su escasa preocupación en relación al traba3o sexual como lo $ue una lectura contempor#nea estima pre3uicios de su parte. Aun$ue como (imos este problema es abordado super&icialmente por ellxs, en nin"'n momento emos encontramos ar"umentaciones $ue nie"uen la posibilidad de re-si"ni&icar la prostitución autónoma en t)rminos traba3o. M#s bien en ellxs podemos encontrar al"unas ipótesis sobre su ")nesis istórica a tra()s de un an#lisis del desarrollo istórico social "eneral, aun$ue pre(iniendo de cual$uier moralismo $ue limite el reconocimiento de derecos. Antes de concluir nos parece importante explicitar la intención $ue moti(a estas aproximaciones. Es decir aportar modestamente al desarrollo de una teoría %eminista)+ueer)anticapitalista $ue apoye las rei(indicaciones de las traba3adoras sexuales y su luca por con$uistarlas H. Apostamos por una teor%a $ue sin perder de (ista la dimensión de ")nero, adopte una perspecti(a de la trans&ormación social como orionte )tico-pol%tico y dispute en todos los #mbitos, tambi)n en los mo(imientos sindicales y sociales de base, el reconocimiento de las meretrices como parte acti(a de la clase traba3adora. Vueremos alentar nue(os an#lisis $ue necesariamente revisen anticuadas conclusiones de lxs clasicxs, as% como las $ue a$u% se an eco rescatando los aportes metodoló"icos del materialismo-dial)ctico y de otras teor%as criticas inalmente subrayar $ue en t)rminos de ob3eti(os pol%ticos la luca por la re"lamentación del traba3o sexual luca $ue presenta una dimensión teórica/ no es una estrate"ia $ue se propon"a culminar en un 1mero ma$uilla3e2, sino en la adopción de medidas democr#ticas sindicales b#sicas $ue sa$uen de la opacidad y la explotación a esta acti(idad, aportando a la di"ni&icación $ue d%a a H Ios problemas de la in(esti"ación nunca son autónomos de los procesos de luca concreto de los su3etos sociosexuales, esto contra toda pre(ención de ob3eti(idad o de aislamiento de lxs in(esti"adorxs en una 1torre de mar&il2. Al respecto (ale la re&erencia de =ourdieu ;00/ $uien recuerda la a&irmación de oucault acerca de $ue 1Ios conceptos (ienen de las lucas y deben retornar a las lucas2. Para m#s re&lexiones en torno a las relaciones entre la in(esti"ación teórica con la acción pol%tica (er Peceny ;00@/.
d%a construyen sus propias traba3adoras 8. En principio una &utura re"lamentación del traba3o sexual no deber%a si"ni&icar una p)rdida de autonom%a de parte las or"aniaciones sindicales $ue nuclean a las meretrices como es AMMA6, sino m#s bien y sin pretender ser exausti(o en un plie"o de reclamos $ue las tiene a ellas mismas como articuladoras@, contemple> •
El reconocimiento de sus or"aniaciones sindicales, las cuales deben ser escucadas en los debates de pol%ticas p'blicas para el sector.
•
Ia anulación de los Códi"os de altas o Contra(encionales $ue las criminalian.
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Protección de a$uellas cooperati(as de traba3adoras-sexuales autónomas.
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Acceso a los derecos laborales contemplados por la Constitución.
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Persecución a proxenetas y tratantes, as% como a las ma&ias pol%ticas-policiales implicadas en la explotación sexual.
•
Pol%ticas publicas de capacitación y acceso a otros traba3os para $uienes opten cambiar de acti(idad.
8 Aun$ue oucault era renuente al marxismo pero no a una perspecti(a intelectual critica y militante estimo 'til (ol(er a citarlo cuando en re&erencia a su experiencia en el 5rupo de 6n%ormación sobre las risiones se4ala $ue 1Ia noción de re&orma es tonta e ipócrita. [ bien las re&ormas son elaboradas por "ente $ue se cree representati(a y $ue ace pro&esión de ablar por los otros, en el nombre de los otros, y es un arre"lo con el poder, una distribución del poder $ue se duplica en una represión aumentada: o bien, es una re&orma, es una acción $ue del &ondo de su car#cter parcial est# destinada a poner en cuestión la totalidad del poder y su 3erar$u%a2 En Arti)res ;00/. @ er por e3emplo los comunicado de AMMA6 Córdoba del d%a H de mayo de ;0;
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