MANUAL DEL TRENCADÍS Y DEL MOSAICO Maestro Sri Deva Fénix (Prof. Félix E. Díaz)
MADRE (Mosaico aplicado sobre una escultura).
CONTENIDO EL MOSAICO, ARTE CLÁSICO Orígenes y época romana Época bizantina Edad Media y época contemporánea EL MOSAICO Y SUS MATERIALES Las piedras para mosaicos La base del mosaico Los aglomerantes Accesorios y útiles de trabajo EL TRABAJO PRÁCTICO Preparación de la base y el marco Uso de los aglomerantes Preparación del cemento Aplicación de las piedras TÉCNICAS DE UNIÓN Y COMPOSICIÓN El método indirecto La retícula como elemento auxiliar Cómo obtener un diseño invertido Corte de las piedras Relleno de las juntas El método directo Importancia de los fondos Efecto decorativo de las juntas coloreadas y cóncavas Aplicación sobre paredes exteriores Trabajos prácticos para principiantes Mosaicos para la cocina Decoración en la puerta de un mueble Mosaico en el vestíbulo Base decorativa para chimenea Repisa de mosaico
Mesita con tabla de mosaico Mesas con revestimientos de mosaico Incrustación en la tabla de una mesa Mosaico en un antepecho de ventana Mosaicos diversos Sobre floreros, platos, botellones y otros recipientes Reproducción de retratos en mosaico El mosaico y las artes aplicadas Reproducción de obras de arte Mosaico con diversos materiales El niño y los mosaicos Mosaico con piedritas Mosaico con carozos, pepitas y granos Mosaico con papel Mosaico con piedras de yeso coloreadas Fabricación de las piedras Confección del mosaico
Orígenes y época romana Resulta muy difícil, casi imposible, determinar con exactitud la época en la que et mosaico dejó de considerarse decoración accesoria -adorno de grandes objetos de madera, hueso o marfil- para convertirse en materia principal de revestimientos, murales y otras obras de arte. Los mosaicos más antiguos, realizados por los sumerios, datan de 3 500 años antes de J.C. También de Babilonia se conocen obras de alto valor artístico confeccionadas con mosaicos de gres rosado y lazulita. De la edad de oro de Egipto se han conservado magníficos mosaicos de dimensiones imponentes, aunque los soberanos de las últimas dinastías, mostraron una marcada predilección por los mosaicos en miniatura: joyas decoradas con piedrecillas, de calidad insuperable. En Grecia el mosaico alcanzó su máximo apogeo hacia los siglos II y III de nuestra era; es a los griegos a quienes corresponde el mérito de haber introducido en este arte los motivos florales y el rostro humano, pues hasta ese momento los trabajos se limitaban a representar figuras geométricas. Pero sólo los romanos dieron verdadera expansión al arte del mosaico; crearon formas casi perfectas, como lo atestiguan los numerosos revestimientos hallados en las ruinas de palacios, mansiones patriarcales, baños termales y templos. En estas obras es donde el arte del mosaico se ofrece en la mayor perfección en cuanto a colorido incomparable, exactitud de diseño, acabado de la técnica de unión y de la incrustación. Algunas de estas obras muestran tan sólo figuras geométricas; otras, en cambio, están trabajadas en forma tan compacta que se asemejan a verdaderas alfombras de piedra. Un ejemplo sorprendente de inapreciable valor artístico lo constituye el pavimento de mosaico de Pompeya, de 5 x 2,7 m, compuesto por un millón y medio de trocitos de mármol de color. Los romanos también utilizaban el mosaico para revestimientos de paredes y arcos. La única obra conocida de ese tipo data de la época de Constantino el Grande, descubierta bajo los muros de Roma en un mausoleo construido en el año 325.
Época Bizantina
Después de un largo período de transición, hacia el siglo V, se nota un nuevo resurgimiento del arte del mosaico en los trabajos realizados en las iglesias. Con la decadencia de Roma es Constantinopla el centro de esta actividad artística y donde se desarrolla el célebre estilo bizantino. Por esta época, el interés de los artistas se dirige a la decoración de los interiores de iglesias y mausoleos. Cada metro cuadrado de la superficie de los muros se hallaba recubierta por un
sinnúmero de policromas piedrecillas, que" ofrecen al visitante un juego imprevisto y maravilloso de cambiantes reflejos. El mosaico típicamente bizantino se caracteriza por su brillantez, colorido y fuerza expresiva, y por el juego misterioso de luces y sombras que se despliega sobre millares de superficies brillantes. Por otra parte, las piedras están dispuestas en forma irregular, de manera que dan relieve a la superficie; el fondo azul o dorado, permite destacar más claramente los detalles. La influencia del arte bizantino llega más tarde a reflejarse en el norte de Italia y resplandece, sobre todo, en la ciudad de Ravena.
Edad Media y época contemporánea Los trabajos con mosaico mantuvieron su trascendencia durante la Edad Media; pero con el advenimiento del Renacimiento comienza un período de decadencia, para dar lugar a otras expresiones artísticas, con más amplias posibilidades, como los frescos, por ejemplo. Luego de varios siglos de un eclipsamiento casi total, resurgen, a partir del año 1850. Y esta etapa aún no ha llegado a su culminación, a pesar de que en el último cuarto de siglo han surgido una serie de obras maestras, completas en cuanto a su estructura, forma y color. Y por primera vez en la historia del mosaico, la ejecución ya no se limita a la artesanía del experto y del artista, sino que comienza la etapa de fabricación industrial del material, que permite al aficionado disponer de mosaicos en profusión para poder dedicarse en las horas libres a una actividad útil y creadora. Detalle de uno ¡de los célebres mosaicos de Ravena, compuesto con millares de plaquitas brillantes de vidrio y esmalte. (El mosaico, que data del siglo VI y representa a San Maximino, se encuentra en la iglesia de San Vítale.)
Con el objeto de alcanzar otros fines, la pedagogía moderna ha reconocido los valores artísticos y decorativos del mosaico, adoptándolo para las clases de trabajo manual. De tal modo ha desarrollado una serie de técnicas educativas con diversos materiales accesibles hasta para los niños más pequeños. Es necesario aclarar que en este pequeño manual se exponen
claramente las técnicas empleadas por los profesionales en la decoración con mosaico, pero con el objeto de divulgarlas entre los que, atraídos por la belleza de los trabajos, deseen desarrollar sus dotes naturales para la creación artística. Por todo ello, el lector sabrá distinguir entre la exposición de los procedimientos que sigue el artista y aquellos válidos para el aficionado y los que intenten aprender cómo se hacen los mosaicos en casa.
Mosaico moderno, según un cuadro de Paul Gauguin.
El mosaico y sus materiales El mosaico es la reproducción de un diseño con la disposición de pequeños cubos o plaquitas de piedra, mármol, barro cocido, vidrio o esmaltes multicolores (teselas o abáculos) sobre una base
(superficie sólida), afianzados en una capa de mortero, cemento, yeso o argamasa. Estas plaquitas están separadas entre sí por pequeños espacios angostos, denominados juntas.
Para la confección de mosaicos se requiere: a) un diseño para reproducir; b) plaquitas multicolores o trocitos de piedras diversas; c) una base (superficie sólida); d) una sustancia aglutinante.
Las piedras para mosaicos Se utilizan los materiales más diversos, ante todo la piedra, especialmente la de mármol, ágata y ónix. A pesar de que muchos artesanos eligen todavía piedras naturales para sus composiciones, en la actualidad la mayoría de los mosaicos se realizan con piedras elaboradas por la industria. Existen tres variedades: piedras de cerámica (arcilla colorada y cocida), de esmalte y de vidrio. Italia es el centro mundial de la fabricación del mosaico de vidrio. Los productos de su industria tienen amplia aplicación en los mosaicos modernos. Las dimensiones más corrientes de estas plaquitas o báculos son de 30x30mm, 25x25mm y 20x20mm. Se fabrican vertiendo la pasta de vidrio fundido en moldes, por lo cual
resultan muy regulares en cuanto a tamaño y espesor. Pueden tallarse o cortarse a la medida deseada con 'unas tenazas cortantes. Esta posibilidad facilita sobremanera el trabajo del artífice. De esta forma, de una plaquita de 2 x 2 cm. no sólo podrán cortarse cuatro de 1x1, sino también triángulos, rectángulos y otras formas geométricas necesarias para terminar un mosaico. Los bordes de las plaquitas cortadas a mano resultan irregulares, pero este detalle puede contribuir a realzar Sun más la estética de la obra.
La base del mosaico Prácticamente no importa qué tipo de superficie se utiliza como base de sustentación para el mosaico, con tal que ésta sea lisa y firme. Para ciertos trabajos la base ya está determinada (muro, zaguán, florero de cerámica, etc.); por ello aquí únicamente se mencionarán bases que puedan .escogerse libremente. Conviene considerar en primer lugar que un mosaico de 1 metro cuadrado de superficie pesa aproximadamente 10 kilogramos, al cual se suman el de la sustancia adhesiva y el de la base. Por ello, la elección de la base dependerá en primer término de las dimensiones de la obra proyectada. Pueden servir como base: cartón rígido y resistente, una chapa de hojalata, un trozo de madera terciada (bastante grueso), una hoja de madera aglomerada o de fibrocemento y, por supuesto, de madera. La mayoría de los profesionales prefieren los paneles de madera aglomerada por tener la ventaja de no combarse. Para la confección en mosaico de la tabla de una mesa, u otros trabajos similares, es aconsejable utilizar como base una placa de madera de 12 a 15 mm de espesor. Una base más delgada tendría tendencia a combarse y en tal caso las plaquitas se desprenderían, siendo necesario rehacer el trabajo.
Los aglomerantes El cemento es el aglomerante más conocido para fijar las placas de mosaico sobre su base; este material confiere a la obra solidez y resistencia perdurables. Pero el cemento no puede utilizarse en las bases lisas y en
aquejas que. no pueden humedecerse abundantemente antes de aplicar las plaquitas. Por éstas y otras razones resulta desagradable y difícil cuando no se está acostumbrado a trabajar con él. Para los mosaicos que no se exponen a la intemperie ni están destinados a durar muchos años, se podrán utilizar otras sustancias aglomerantes, más fáciles de emplear. La cola fabricada con base de resina sintética sirve perfectamente para los trabajos decorativos que se realizarán en los interiores de una casa. En estos casos se cubre la superficie con una capa de cola; se yuxtaponen las plaquitas y se termina el trabajo llenando las juntas de cemento blanco fluido.
Mujer esquimal. La vestimenta multicolor se destaca sobre un fondo azul, realizado con piedras de 2 x 2 cm. El marco está hecho con dos hileras de piedras de 1 cm. de lacto. En el rostro no se han destacado los rasgos.
Para los principiantes, particularmente, el aglomerante más recomendado es el yeso, pese a que no resiste la humedad y por el contrario absorbe fácilmente cualquier líquido. Sin embargo, resultará
ventajoso en el caso de malograrse la obra, pues se puede sumergir en agua para recobrar las plaquitas. Esto resultaría imposible si se utilizase un adhesivo de cemento o cola no solubles en agua.
Accesorios y útiles de trabajo Se conocen dos métodos para construir los paneles de mosaico: el directo y el indirecto. El método directo se emplea primordialmente pare trabajos puramente artísticos; consiste en revestir la superficie del muro o de la pared con una capa delgada de yeso, y dibujar el diseño sobre ella. Luego se recortan pedacitos de yeso y se reemplazan por trozos de igual forma y color del materia! elegido. Para el método indirecto, que es el más comúnmente utilizado por los profesionales y aficionados, se requieren dos accesorios importantes: papel o cartón y la cuadrícula. Pero sirven tan sólo si se utilizan piezas fundidas (moldeadas) de forma geométrica exacta. Con las plaquitas talladas a mano se obtienen juntas con demasiado realce, lo que perjudica la estética del conjunto. Cuando se proyecta un mosaico según el método indirecto, se dibuja primero la cuadrícula sobre una hoja de papel madera, estraza o satinado, o sobre cartón, dejando entre los cuadrados el espacio para las juntas. Más adelante se explicará prácticamente el empleo de estos accesorios. Retícula para la composición de mosaicos con plaquitas de 2 x 2 cm, con un motivo geométrico empezado. La retícula es un valioso implemento para la construcción de mosaicos conforme al método indirecto.
Accesorios y útiles para los trabajos de mosaico: esponja, pinza de bordes cortantes, tenaza, pinzas, pincel para cola (su tamaño varia según las dimensiones del trabajo), paletas de distintos tamaños, cuchara de albañil, rasqueta. Con referencia a las herramientas de trabajo, la foto Superior
muestra los útiles que componen el equipo de un profesional. El aficionado podrá trabajar con un equipo más reducido. Son indispensables: pinza para cortar, bien afilada; una esponja; un cepillo; un pincel para cola o pega y una cuchara de albañil. Esta ilustración muestra el hermoso efecto obtenido alternando simplemente la composición de los cuadrados. Cada cuadrado se compone de 9 piedras. Los cuadrados lisos están combinados con otros formados por dos tonos contrastantes.
El trabajo práctico Preparación de la base y el marco Para que el soporte base retenga la capa de aglomerante, es preciso que tenga un marco. Desde un principio se puede colocar el marco definitivo (listones de madera en general) aunque en esta primera fase del trabajo deberá fijarse provisoriamente con unos clavitos o cinta adhesiva. Sin embargo, es preferible colocar un marco provisorio que sirva tan sólo para el montaje y sustituirlo por el definitivo, una vez terminado el trabajo. No es necesario proteger .este marco provisorio contra posibles deterioros, sea por contacto de la suciedad con la sustancia aglomerante o por la humedad del enjuague. Es preciso tener en cuenta que la humedad es enemiga del mosaico, y suele penetrar más fácilmente por los costados del trabajo. Por precaución es aconsejable colocar dos capas aislantes. La altura del marco debe sobrepasar el nivel de la base, siendo equivalente al espesor de la sustancia aglutinante más las plaquitas. Si se emplea cemento, el marco será de 8 mm (3 mm para el cemento y 5 mm para las plaquitas). SÍ se utiliza una plancha de madera como base, es imprescindible cubrirla, un día antes, con una capa aisladora de laca o barniz (o con un producto similar a base de alquitrán), para evitar que la madera absorba Rápidamente la humedad, y por lo tanto el aglomerante no se adhiera y la base comience a combarse. Siempre es importante tener en cuenta la tonalidad del marco definitivo, pues completa el aspecto estético de un mosaico destinado a un ambiente interior. Si se desea un tono neutro se elegirá un marco negro o de color natural; pero si debe armonizar o contrastar con el moblaje es preferible utilizar un marco de color, barnizado o esmaltado. Nota: La humedad es enemiga del mosaico. Penetra más fácilmente por sus bordes. Por esta razón es recomendable aplicar dos capas aislantes sobre los mismos.
Uso de los aglomerantes Ya se han mencionado los inconvenientes que acarrea la aplicación de
cemento sobre la base. Afortunadamente su uso no es imprescindible. En la mayor parte de los casos pueden fijarse las plaquitas con cola no soluble en agua, que se adhiere prácticamente sobre cualquier superficie; presenta el inconveniente de no permitir la formación de una capa espesa, por lo cual es difícil lograr una superficie perfectamente lisa a! colocar las plaquitas. Éstas, frecuentemente ofrecen ligeras diferencias de espesor, que raramente sobrepasan la fracción de 1 mm. Para compensar esa diferencia y obtener una superficie plana se debe reforzar la capa de aglomerante debajo de las piedras más delgadas. Todas esas dificultades se evitarán utilizando (para el fondo y las juntas) un aglomerante especial para mosaicos, que suele ser una combinación de cemento y cola no hidrosolubles, de fácil empleo y uso práctico para todas las bases. En tanto que para fijar los trocitos se puede elegir el aglomerante, para llenar las juntas siempre debe utilizarse uno especial para mosaico o cemento blanco. Como e! cemento fragua, se seca rápidamente y, además se agrieta, debido a la gran presión, se recomienda mezclarlo con arena fina en proporción 1:1.
Preparación del cemento Al polvo de cemento debe agregársele la cantidad de agua exacta para obtener una pasta espesa. Es preferible añadir poca agua; si la mezcla resulta demasiado líquida, las plaquitas flotan y se hunden. Si la masa es demasiado espesa es fácil agregar agua, mientras que es siempre riesgoso agregar cemento a una mezcla ya preparada. La mezcla se revuelve bien con la cuchara de albañil (paleta). Para un peso determinado de plaquitas se precisará la misma cantidad de sustancias aglomerantes, ambas en "kilogramos, lo que dará una capa de cemento de 3 a 4 mm de espesor. Se entiende que el cemento se prepara cuando las piedrecillas se han ubicado en el papel.
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El sembrador de cañas. En esta imagen se ha logrado representar
acertadamente la idea de fuerza, movimiento y trabajo. Es notable el efecto cinético, obtenido con la distinta disposición de las piedrecillas en determinadas partes del cuadro. La fuerza que traducen los brazos y el cuello se consiguió gracias al empleo de piedras oscuras
Aplicación de las piedras Sobre la base con marco se aplica una capa de mezcla de 3 mm. Se distribuye y alisa con la paleta de albañil para obtener una superficie perfectamente plana. El marco provisorio debe sacarse fácilmente una
vez que el cemento se halle seco. Los bordes deben enrasarse. Una vez preparado el cemento se espera media hora para colocar las plaquitas de mosaico. Luego con un martillo se golpea toda la superficie, a fin de que las plaquitas penetren bien en la sustancia aglomerante. El papel o cartón donde se hallan adheridas las plaquitas puede quitarse fácilmente si se procede con precaución. Primero se deja secar el cemento otra media hora; luego, con una esponja mojada, se humedece bien el papel, se lo toma por una punta y se tira en sentido oblicuo, deslizando la mano a ras de la superficie para evitar que se despeguen las plaquitas. Lo ideal es poder arrancar todo el papel de una vez,, a fin de evitar el uso de un cortaplumas para raspar ¡os restos de papel. A esta altura del trabajo debe verificarse que la superficie haya quedado perfectamente lisa. Si algunas piedras hubiesen quedado más hundidas que otras, deberán ser extraídas cuidadosamente sin desplazar las placas circundantes, agregando un poco de mezcla en los lugares vacíos, y volviendo a colocarlas, con la paleta, a la altura deseada. Las plaquitas que se hayan desplazado se ubican en su lugar con la punta de un cortaplumas. Si alguna plaquita no armonizara por su color con el conjunto, se la extrae deslizando cuidadosamente la punta de un cuchillo en las juntas contiguas y se reemplaza por otra de color adecuado. Una vez que se han hecho las correcciones necesarias y se tiene la seguridad que el cemento ha fraguado bien, se llenan las juntas. La superficie del mosaico se limpia con una esponja -no muy mojadapasada suavemente, en sentido oblicuo, por sobre las plaquitas. Se debe enjuagar varias veces esta esponja mientras se limpia el mosaico. NOTAS: Las juntas desempeñan un papel importantísimo. Rellenas de cemento aseguran la fijación de las piedras sobre la base y contribuyen a incrementar el efecto estético del conjunto.
Técnicas de unión y composición Como ya se mencionó anteriormente, existen dos métodos distintos para confeccionar un mosaico: el método indirecto y el método directo.
El método indirecto Se llama indirecto porque las plaquitas o los trocitos se fijan primero pegándolos sobre un papel resistente '(generalmente papel madera); después se traslada a la base. La ventaja de este método consiste en que el trabajo completo, siempre que no fuese demasiado grande, puede ejecutarse sobre una mesa. Hay que tener presente que el trabajo de ejecución de un panel o de un fresco es generalmente muy largo; muchas composiciones con mosaicos están destinadas a decorar fachadas y muros exteriores. En esos casos sería poco menos que imposible componer la obra en el mismo lugar, exponiéndose el artesano a los embates de la intemperie. Por el método indirecto, la obra se prepara en el taller, pegándola sobre una base de papel o cartón, y luego se la traslada al lugar destinado, donde se coloca. El mosaico, por lo tanto, se confecciona pegando las plaquitas sobre papel; para lograrlo hay dos métodos: A) Imagen invertida, con el anverso de las piedras hacia abajo. Este método se emplea cuando se trata de grandes composiciones cuyo montaje requiere varias planchas de papel. Las dos caras de los abáculos de vidrio, son diferentes: el anverso es liso; el reverso, estriado, para que se adhiera mejor el cemento. La imagen se esboza primeramente en tamaño natural sobre papel cuadriculado. Se marcan los colores elegidos. Si se decide conservar el bosquejo, se pegan los abáculos (con el anverso hacia abajo) mediante cola hidrosoluble sobre papel madera o estraza: así se obtendrá la imagen invertida del mosaico. Las piedras no deben colocarse demasiado juntas, pues la cola encoge un poco el papel. Este detalle será
importante recordarlo en el caso de los mosaicos de grandes dimensiones. En este caso, debe descomponerse toda la obra en varias hojas de papel que se sujetarán sucesivamente sobre la base. El ángulo derecho del papel se coloca sobre el ángulo izquierdo de la base, y así sucesivamente. El papel que cubre la superficie de las plaquitas será eliminado con una esponja humedecida.
Izquierda: Descomposición del papel cuadriculado de una obra de grandes proporciones en varias hojas; el corte nunca es recto. Las hojas estén numeradas. Derecha; Disposición de las hojas sobre la base. NOTAS: Como el panel se compone de muchas hojas (las dimensiones ideales de las mismas son 30 x 30 cm.) el encolado de las piedras sobre cada papel debe efectuarse antes de proceder a la disposición final de las distintas hojas.
Técnica de colocación de las piedras A
B
A: Las piedras se pegan sobre un papel cuadriculado. La cola utilizada debe ser hidrosoluble. B: Siempre resulta interesante ensayar distintas combinaciones de colores antes de pegar las piedras. Los efectos de relieve se obtienen colocando algunas piedras en posición vertical. C: Para obtener un aglutinante adecuado se vierte un poco de agua sobre el cemento y se mezcla bien con la cuchara. El aglutinante se aplica sobre la base formando una cepa de 3 mm de espesor. A la izquierda, en le ilustración, se puede observar el mosaico pegado sobre papel; la cara estriada de las piedras hacia arriba. D: Se aplica una delgada capa del aglutinante sobre las piedras. Luego se da vuelta la composición y se aprieta firmemente sobre la base para que las piedras no sobresalgan del borde, los rastros de humedad que aparecen en las juntas prueban que las piedras penetraron bien en el aglutinante. C D
E: Media hora después puede quitarse el pape!. Primeramente se humedece con una esponja; luego se toma por una punta y se tira en sentido oblicuo, haciendo deslizar la mano sobre la superficie de la placa. F: Luego de sacar el papel, se alisa la superficie con la cuchara de albañil. Con una esponja húmeda se quita el excedente de cemento. Pero la esponja debe pasarse con sumo cuidado para no desplazar las piedrecillas.
E
F
G: El trabajo se deja reposar durante un día o dos, después se llenan las juntas con la ayuda de la rasqueta. Media hora más tarde se limpia la superficie de la placa con la esponja humedecida. La esponja se pasa en sentido oblicuo. H: Luego de varios días, cuando el aglutinante está completamente seco, se puede pulir la superficie. Ésta se limpia finalmente con un trapo y jabón. Para superficies mayores se utiliza un cepillo.
G
H
b) imagen no invertida, con la parte lisa de los abáculos hacia arriba. Éste es el método más recomendable, pero también el más delicado. Los trocitos se disponen del derecho sobre el papel cuadriculado; en este
caso la superficie lisa es la visible. La plancha se presenta en la disposición definitiva. Esa primera composición deberá transportarse a una segunda hoja de papel. Para tal fin se aplica una capa de cola (hidrosoluble) sobre una hoja de papel resistente, un poco más pequeña que la composición, y se coloca cuidadosamente sobre el mosaico. Para que las piedras se adhieran firmemente al papel encolado, se debe colocar encima un objeto pesado (una tabla de planchar, por ejemplo), dejando reposar de esta manera hasta que la cola seque completamente. La última operación consiste en transferir este conjunto sobre su base. Para ello es necesario darlo vuelta totalmente. Se procede de la siguiente manera: se colocan dos cartones resistentes en ambas superficies del mosaico; tomando los cartones entre ambas manos se da vuelta con un movimiento rápido. Este método de trabajo ofrece muchas ventajas desde el punto de vista artístico, pero también presenta un gran inconveniente: partes enteras del mosaico pueden estropearse o desplazarse a causa del manipuleo. Por esta causa resulta imposible aplicarlo en todos los trabajos que requieren una gran precisión, si no se dispone de una cuadrícula auxiliar para componer' rápida y exactamente los fondos y los motivos. Cabe mencionar otros, dos métodos: El dibujo invertido se coloca debajo de una placa de vidrio y sobre ésta se compone el mosaico. Para que las plaquitas no se desplacen, se unta levemente el vidrio con jabón blando. Se puede colocar un marco provisorio de madera, el cual se podrá quitar fácilmente si se lo unta, previamente, con aceite de lino. Colocadas las piedras, se aplica el cemento. Si se trata de mosaicos grandes se pone un trozo de metal, desplegado sobre la primera capa delgada de cemento; sobre el metal se vierte otra mezcla de cemento y arena en proporción de 1:3. Para los murales se emplea el siguiente método: NOTAS: En el papel se observará humedad en los lugares donde se efectuaron las juntas. Esto prueba que las piedras penetraron bien en el aglutinante. Para el principiante no es fácil dar vuelta al mosaico pegado sobre papel y sostenido entre dos cartones. Exige un movimiento rápido de
las manos que no se domina en el primer intento. Existe siempre el peligro de que las piedras se desplacen. El cartón extendido sobre el piso se divide en sectores de 50 x 50 cm. con tiras de cartón encerado. En los cuadrados así formados se colocan los mosaicos, con la parte estriada hacia arriba. Después se vierte el cemento. Las tiras de cartón encerado son fáciles de quitar. Los sectores se transportan separadamente a la pared donde se compone el mosaico. Las juntas serán poco visibles.
La retícula como elemento auxiliar Se trata de una especie de rejilla rectangular de caucho o de plexiglás con cuadrados d e 2 x 2 y 1 x 1 cm. y cavidades donde se introducen las plaquitas para formar el diseño. Sólidamente fijas en su lugar no se desplazarán al aplicar la hoja de papel encolado, lo que permitirá trabajar con la precisión y exactitud requeridas por el diseño. La forma estrictamente geométrica de las cavidades demuestra que la retícula puede utilizarse únicamente con abáculos prensados. Si se trata de un diseño sencillo que se repite varias veces o de un motivo abstracto, pueden disponerse las plaquitas según el gusto personal, sin utilizar ningún modelo. Más si se trata de reproducir un motivo o un cuadro elegido, es indispensable componer la obra sobre un diseño realizado previamente. Este bosquejo preliminar se denomina cartón y se hará calcando el modelo con papel carbónico.
Cómo obtener un diseño invertido Si se utiliza el método indirecto, tas plaquitas se colocan sobre un diseño invertido (imagen reflejada). La manera más simple de obtener una imagen invertida de dicho dibujo es aprovechando la transparencia del papel. Se coloca el dibujo sobre el cristal de la ventana, y en el dorso del papel se trazan los contornos nítidamente visibles del dibujo. Se obtendrá así el dibujo invertido sobre el cual se debe trabajar. Si el modelo no es transparente, so debe usar papel de
calcar o papel carbónico. Primeramente se pasa el motivo al papel transparente sobrepuesto; luego se da vuelta el papel de calcar y se calcan, con un lápiz, los contornos del diseño sobre una hoja de papel cuadriculado, colocando entremedio una hoja de papel carbónico. También se puede proceder de la siguiente manera: se colocan una o varias hojas de papel carbónico sobre la mesa, la superficie pigmentada hacia arriba. Sobre el carbónico se pone una hoja de papel cuadriculado, con la cara impresa hacia abajo, y arriba se coloca, finalmente, la hoja de papel con el dibujo hacia arriba. Es suficiente seguir con un lápiz los contornos del diseño para obtener la imagen invertida en el papel cuadriculado. La manera indicada en primer término es, por cierto, la más sencilla, y con ella se obtendrán los mejores resultados. No hay que olvidar sin embargo que el mosaico no reproduce fielmente los trazos del diseño, y que éste sirve de guía auxiliar.
Corte de las piedras Si se necesitaran piedras de tamaño y forma distintos a los abáculos de forma regular, deberán recortarse los trocitos de acuerdo con las proporciones deseadas. Para ello se emplea una pinza de bordes bien afilados para cortar con exactitud los trozos. No siempre se consigue lograr de primer intento el tamaño requerido y en ciertos casos habrá que morder la piedra con la pinza varias veces.
Con una pinza de bordes cortantes las piedras se cortan sin dificultad. La pinza debe tomar sólo una pequeña parte de la piedra, apenas 1 /3 de la superficie.
NOTA: Es aconsejable guardar en una bolsita los desperdicios a fin de utilizarlos en otra oportunidad.
Relleno de las junta Antes de realizar esta operación, es conveniente dejar el mosaico en reposo uno o dos días. Para el relleno se emplea la misma sustancia utilizada para fijar las plaquitas, pero en este caso debe ser más diluida. Luego de haber aplicado el cemento, se pasa la rasqueta en sentido oblicuo por toda la superficie del mosaico para asegurarse de que todas las juntas hayan quedado cubiertas al ras. Después de media hora, se lava bien toda la superficie de! mosaico con una esponja humedecida, pasándola oblicuamente para no quitar el cemento de los bordes de las juntas. Después de algunos días se procederá a limpiar definitivamente la superficie del mosaico, con cepillo y jabón.
Previamente debe tenerse la seguridad de que el relleno de las juntas se halle completamente seco. Después de la última limpieza se debe dejar reposar e! mosaico por algunos días antes de considerarlo terminado, y entonces podrá ser trasladado al lugar de colocación elegido. El secado completo dura de dos a tres semanas; durante ese lapso e! trabajo debe protegerse contra golpes y trepidaciones fuertes.
El método directo El método directo indudablemente presenta una infinidad de ventajas. Sencillamente se introducen las plaquitas multicolores directamente sobre una capa de aglomerante. Por este método surgirá la imagen directa y definitiva. Este mismo método se emplea ante todo para la composición de pequeños cuadros y motivos decorativos, para adornar objetos tales como floreros y botellones, trabajos taraceados, tableros de mesitas, es decir, para trabajos artísticos y de dimensiones reducidas. Cualquiera fuere el aglomerante que se utilice, cola o cemento, sólo se debe cubrir inmediatamente la superficie que va a revestirse con plaquitas, para que aquél no se seque antes de terminar el trabajo. Se debe tener siempre presente que al aplicar el método directo, la imagen se forma colocando una piedra por vez sobre el aglomerante. Antes de comenzar debe calcularse el tiempo necesario que se empleará. Se empezará pues aplicando el aglomerante a una parte reducida de la superficie, a fin de que se pueda cubrir con plaquitas sin dificultad, mientras aquél se halle en condiciones. Se procederá de esta manera hasta completar la obra. Los artistas tienen la predilección por el método directo; algunos lo aplican para trabajos delicados: primero cubren la base con una capa de cemento; cuando está seco, graban con el punzón los contornos del dibujo; luego aplican una nueva capa delgada de cemento y sin pérdida de tiempo colocan las plaquitas, una por una, buscando armonía en los colores y alterando, a veces, el orden de algunas plaquitas. En este método al hacerse las modificaciones necesarias y corregir las imperfecciones debe procederse con suma rapidez, pues una vez que el
cemento haya fraguado será imposible retocar el trabajo. La obra quedará terminada, finalmente, rellenando las juntas con cemento en fusión.
Importancia de los fondos En todas las obras pictóricas, el fondo desempeña un papel muy importante; puede surtir un efecto tranquilizador o confuso, dar realce o atenuar al motivo central de la obra. En los mosaicos, los fondos deben ser muy sencillos, generalmente de un color uniforme para destacar mejor el motivo y a fin de que los detalles se perciban con nitidez. El fondo, en efecto, debe dar la impresión de ocupar un segundo plano con relación al motivo principal. Los dibujos de las planchas A y B muestran varias posibilidades de composiciones de fondos con plaquitas de mosaico cuadradas o recortadas. La elección del fondo depende del gusto personal del artífice y del efecto que se desee conferir al motivo. NOTA: El fondo está compuesto por hileras de piedras color azul pálido. Así se destaca vigorosamente el tema central. La Jirafa está compuesta por piedrecitas recortadas de diferentes tamaños y formas. El fondo discreto y el contraste con las figuras estilizadas surten un hermoso efecto.
MODELOS DE CORTE Y ENSAMBLE
Si se disponen las locitas cuadradas en líneas simétricas se obtendrá un fondo sereno y discreto. Si se desea un fondo más expresivo y original, se dispondrán las plaquitas en líneas divergentes, convergentes o interrumpidas. Si para el fondo se utilizan locitas cuadradas, como sucede generalmente, se recortarán o tallarán las que conforman los bordes para obtener la forma adecuada. Los dibujos C y D muestran dos formas distintas de concebir un mural. El motivo es el mismo en ambos casos: un pájaro posado en una rama. Sin embargo, la distribución de las plaquitas de fondo cambia fundamentalmente el carácter de la composición. Los dos fondos están compuestos por piedras de 2 x 2cm. En la plancha C las piedras se han ordenado oblicuamente, observando una simetría estricta. Para la realización de este cuadro se comenzará por el motivo. Las piedras se recortarán con sumo cuidado, especialmente aquellas que deberán representar el plumaje del ave; las alas y la cola se destacarán con piedrecillas de variados colores. Una vez elaborado el motivo, se procederá a componer el fondo recortando esmeradamente las piedras que rodean al motivo principal. En la plancha D se puede observar una hojita, abajo a la derecha, con el objeto de indicar cómo debe pro-cederse para recortar una plaquita ( 2 x 2 ) en forma ovalada. La plancha E representa un pez sobre un fondo compuesto por locitas de I x l cm. La composición de fondo es realmente notable: las juntas verticales son rectas y simétricas, mientras que las jumas horizontales son onduladas. Esta disposición confiere al fondo un cierto movimiento, particularmente indicado para este caso, que representa el fluir de! agua. Si las dimensiones del cuadro permiten que el pez tenga aproximadamente 25 cm. de largo, se logrará un efecto especialmente hermoso recortando en forma de escamas las piedras que lo conforman. Si el pez fuera más pequeño, resultaría casi imposible recortar y colocar exactamente trocitos tan minúsculos.
B
C
D
E
Efecto decorativo de las juntas coloreadas y cóncavas Las juntas, es decir los espacios rellenos con cemento que separan las plaquitas de mosaico unas de otras, otorgan, según su color y forma, una característica especial a la composición del mosaico. Se obtendrá un efecto completamente distinto si al color original del cemento blanco o gris, se incorpora un colorante soluble en agua, el cual debe mezclarse no solamente con el cemento para las juntas, sino también con el aglomerante para la base. Tanto uno como otro deben ser de la misma tonalidad, para no correr el riesgo de una mezcla de colores en la superficie misma de las juntas. En-resumen, es indispensable dar color a toda la cantidad de sustancia aglomerante que se deba utilizar. El colorante se disuelve en agua y luego se utiliza el líquido obtenido para mezclar con el cemento. Las plaquitas se colocan en su lugar mientras el aglomerante está aún fluido, pues antes que éste se solidifique deben profundizarse las juntas con un pincel para poder rellenarlas con el cemento coloreado, que varía según las distintas partes que componen el mosaico.
Con las juntas cóncavas (ahuecadas) se presenta un Inconveniente: una vez terminado el mosaico, las piedras no quedan sólidamente fijas. Por ello un trabajo con estas características debe manipularse con precaución. El mosaico confeccionado según esta técnica servirá para un hermoso motivo mural. A B
Aplicación sobre paredes exteriores A: La parte superior del panel ya está colocada- En la parte inferior del muro se aplica una capa aglutinante para colocar el resto del mosaico. Obsérvese a la izquierda el estado del muro después de haberse nivelado. B: El mosaico pegado sobre papel se cubre cuidadosamente con aglutinante para que el mismo penetre en las ¡untas. C
D
C: Las hojas con las placas de mosaico se colocan una al lado de la otra.
En los traba/os grandes este procedimiento lleva mucho tiempo. En tal caso el cemento aplicado a la pared se mantiene fresco rodándolo con agua.
D: Se quita el papel después de mojarlo abundantemente. Obsérvese la posición de la mano que quita el papel: casi se desliza sobre la superficie de las piedras. A la izquierda: el papel mojado se ha vuelto casi transparente, permitiendo contar las piedras y comprobar si todas están en su lugar. NOTA: Para la colocación de un mosaico en paredes o muros exteriores se emplea el método indirecto. Las planchas se componen en el taller, pegándolas sobre el papel, y luego se transportan al lugar elegido. Allí el mosaico se aplica de arriba hacia abajo y se termina el trabajo sin interrupciones.
La plancha se prolija utilizando la cuchara de albañil. Así se corrigen pequeñas fallas, se alisa la superficie y se rellenan las ¡untas. El motivo de este mosaico -parte del cual puede observarse en la ilustración- se compone de piedras particularmente grandes de superficie redonda. El motivo parece estar en relieve.
Trabajos prácticos para principiantes
Una vez que el aficionado haya adquirido las nociones elementales y las distintas técnicas de! trabajo con mosaico, ya puede iniciarse en la etapa práctica, siempre teniendo presente que debe proceder con precaución, trabajando metódicamente. Por lo tanto no debe arriesgarse con obras grandes sin haber ensayado previamente con algunas composiciones sencillas, que por otra parte resultan muy fáciles ya que el mosaico -en oposición a otros trabajos artísticos- no ofrece mayores dificultades, permitiendo familiarizarse rápidamente con el material y útiles requeridos. Para iniciar los trabajos prácticos se confeccionarán "algunas obras muy sencillas; por ejemplo, los tableros que pueden inspirarse en los modelos reproducidos en la página siguientes. Éstos podrán utilizarse como posaplatos, bases para floreros o maceteros, etc. Un excelente ejercicio para todo principiante, sobre todo para los niños, consistirá en ejecutar un motivo de mosaico sobre vistosos cuadrados de plástico, que pueden adquirirse en el comercio. La unión de los cubitos multicolores resultará una tarea muy sencilla, dando lugar a la formación de un cuadrado de 10 cubos por 10, ideal para los primeros ensayos, porque las baldositas pueden combinarse de distintas maneras. En las próximas páginas podrán encontrarse modelos que estimularán, seguramente, la iniciativa creadora.
Los ocho mosaicos son pequeños cuadrados de composición sencilla y fácil, de gran efecto decorativo. Se comenzará la ejercitación con trabajos simples como los representados en la parte inferior de la ilustración. Cuando se adquiera mayor práctica, se podrán abordar composiciones más complicadas, como la paleta y el pájaro, en la parte superior.
Con un buen mosaico se consiguen: estilización de formas, esplendor del
colorido y un efecto de relieve. Esto puede observarse claramente en esta obra.
Mosaicos para la cocina La cocina ofrece numerosas posibilidades de decoración con mosaicos: murales, trabajos de taracea, azulejos para la pileta, etc. Se comenzará, por ejemplo, con un alegre motivo mural para interrumpir la monotonía de una pared lisa. Se elegirán motivos apropiados: utensilios, frutas y verduras de formas estilizadas.
Ejemplo de mural para realizar en la cocina. Se compone de 9 cuadrados. Los 5 cuadrados con motivos decorativos están hechos con piedras de 1 x 1 cm; los 4 oscuros, de piedras de 2 x 2 cm, con 4 piedras de 1 x 1 cm colocadas en el centro. Todo el mosaico mide 30 x 30 cm.
El bosquejo se realizará sobre papel, según e! método indirecto, y si eí trabajo es de dimensiones considerables, se procederá a colocarlos por secciones sucesivas. Primero se debe preparar la pared: hay que eliminar el revoque y el yeso del lugar escogido, dejando las piedras o ladrillos a la vista. El muro
desnudo se limpia muy bien con agua y cepillo. Luego se aplica una capa uniforme de aglomerante, que deje un espacio de 8mm entre la misma y la superficie externa de la pared. Se debe dejar secar la capa de aglomerante durante un día antes de colocar el mosaico. Para la aplicación se procede de la siguiente manera: media hora antes de fijar las plaquitas se aplica sobre la capa de cemento seca, una capa de aglomerante de 3mm de espesor. El mosaico (o sección de mosaico) compuesto sobre papel se cubre con una capa de aglomerante y se fija en el muro. Para ejercer la presión necesaria sobre el mosaico conviene utilizar una placa de madera terciada, empezando por la parte superior y continuando progresivamente hacia abajo. El fratás de albañil es ideal para alisar toda la superficie una vez terminado. Después de media hora, se quita el papel adherido a las plaquitas, con una esponja y agua; se rellenan las juntas, y por último se lava y pule siguiendo e! proceso acostumbrado. El piso de hormigón de la cocina o terraza también puede revestirse con mosaico. Se limpia a fondo el piso y se aplica primero una capa de cemento para que la de aglomerante pueda adherirse fácilmente. En cambio si se desea colocar un mosaico en un piso de madera, éste debe hallarse en perfecto estado; bajo la presión de los pies, la menor falla causaría la rotura del mosaico. El lugar indicado para un revestimiento de mosaico es el piso que rodea a la chimenea, pues rara vez se camina sobre él.
"La clase de canto". En la actualidad son numerosos los pintores que ejecutan mosaicos inspirados en sus propias obras; éstos están destinados a decorar grandes superficies.
A El "Ponte Vecchio" de Florencia. El mosaico reproduce perfectamente y de una forma singular el famoso puente florentino, bajo el cual fluyen las aguas verdes del Amo. Se logró un efecto particular utilizando alternadamente piedras cuadradas y otras rectangulares de 1 x 2 cm. Estas últimas forman casi exclusivamente el cielo y el agua del río (el fondo del cuadro) confiriendo relieve al puente que constituye el motivo central.
Decoración en la puerta de un mueble
Se puede renovar o embellecer el aspecto de un mueble viejo con
la aplicación de un mosaico. En la ilustración puede observarse la puerta de un aparador. El motivo geométrico, compuesto con varios colores, está dispuesto en diagonal, rodeado por un borde de piedras blancas triangulares. Se utilizó el método directo. Las piedras han sido pegadas una por una con cola no soluble en agua. Las ¡untas rellenas con aglutinante constituyen el principal elemento de sostén de este mosaico.
Mosaico en el vestíbulo Para la confección de este tipo de mosaico se requieren buen gusto y habilidad. El que reproduce la figura cubre todo el piso de entrada que da al vestíbulo. Está realizado sobre un piso de cemento fuerte de 10 mm de espesor; éste se prepara con una mezcla de cemento común y dos partes de arena fina (en proporción 2 : 5). El mosaico se realiza según el método indirecto. Luego de fijar las piedras sobre papel, se divide en varias secciones numeradas, que luego se trasladan y colocan una tras otra sobre la base de cemento fuerte. El
artista que realizó el trabajo aquí presentado nunca había trabajado con mosaico, lo que prueba que un principiante puede intentar trabajos de envergadura y obtener hermosos efectos decorativos. Para cada metro cuadrado de este trabajo se calculan 2500 piedras de 2 x 2 c m . o sean 10 kilogramos.
Mosaico en un zaguán. Se ha formado con piedras blancas de *2 x 2 cm, entre las que se han intercalado algunas de color oscuro, para lograr un contraste. La base es de hormigón. Un amplio rectángulo de piedras negras sirve de marco al motivo circular.
De esta manera se ofrece una serie de motivos que muestran cómo embellecer los interiores con mosaicos, haciendo hincapié particularmente en la posibilidad de emplear los mismos para cubrir desperfectos o imperfecciones. En algunos ambientes, sobre todo en los grandes espacios, los arquitectos suelen distribuir columnas de apoyo. Estas columnas tienen un aspecto desagradable y poco decorativo, pero revestidas con mosaicos darán un efecto de originalidad y buen gusto a todo el ambiente. La botella revestida con mosaico puede ser utilizada como pie (base) de una lámpara. El vidrio de la botella constituía una base muy frágil, por lo tanto se
vertió pasta de cemento en su interior. Una vez endurecido se rompe el vidrio de la botella y el mosaico se aplica sobre la base de cemento, que ha adoptado, según el procedimiento anterior, la forma de la botella.
Base decorativa para chimenea
Ya se han señalado los riesgos que entraña la colocación del mosaico sobre un piso de madera. El peligro es menor si se coloca al pie de la chimenea, sobre todo si la placa de mosaico no se incrusta, sino que se coloca sobre el piso. Para realizar este mosaico se confecciona un marco de madera de roble de 8mm de espesor con las dimensiones de la plancha proyectada y se clava en el piso. Dentro del recuadro del marco se vierte una capa de cemento, que servirá al mismo tiempo para nivelar las irregularidades del piso y corregir las fallas, agujeros, grietas, etc. Una vez que la capa de cemento se halle perfectamente seca, se podrá colocar el panel Para la composición puede elegirse el método que se prefiera, o en todo caso combinar ambos, el indirecto para el fondo y el directo para el motivo. Este mosaico, al pie de la chimenea, no sólo desempeña una función decorativa, sino que además cumple un fin práctico.
El mosaico colocado adelante de la chimenea o estufa sirve al mismo tiempo como elemento decorativo y protector contra e! fuego.
Repisa de mosaico A pesar de que la confección de este mosaico no ofrece ninguna dificultad, debe tenerse mucho cuidado al confeccionar el soporte o
marco de madera, el que deberá tener por lo menos 16 mm de espesor, ya que debe incorporarse el mosaico de aproximadamente 8mm. El borde será, por lo tanto, relativamente alto. Para la repisa de la figura (colocada encima del radiador), la tabla de la base ha sido totalmente reforzada con un sólido fleje metálico que sirve de marco; el borde está constituido por un cuadrado metálico (de hierro cortado en ángulo, con el cual se ha rodeado la plancha que sirve de soporte). El cuadro está fijo sobre pequeñas piezas de hierro blanco remachadas. Sobre toda la superficie del soporte se ha aplicado una capa de pasta de cemento; luego se procedió a la colocación propiamente dicha de las secciones del mosaico, previamente pegados sobre papel (método indirecto). Para lograr mayor armonía entre mosaico y ambiente, el marco se pintó de un solo color.
Mesita con tabla de mosaico
Esta repisa ha sido emplazada encima de un radiador. El motivo representa un paisaje egipcio con pirámides y una palmera.
Mesita con tabla de mosaico Cuatro patas y un tablero rectangular, de 16 mm de espesor,
constituyen la armazón de la mesita que muestra la figura. El rectángulo debe ser bastante grande corno para poder cubrirlo con plaquitas de 2 x 2 cm (o 2 x 2 y 1x1 cm. alternadas o mezcladas). Sin embargo no debe ser muy ancho, pues resultaría, difícil encontrar un diseño que pueda disponerse estéticamente; es preciso tener en cuenta que son escasos os motivos en mosaico que armonizan con las formas alargadas. Motivos apropiados pueden ser: un perro o un automóvil, dos posibilidades que decorarían ventajosamente la parte superior de una mesa. Pero si la mayor parte de la superficie deberá quedar cubierta por macetas u otros objetos de adorno, se podrá prescindir perfectamente de un tema figurativo, y en este caso un diseño geométrico o puramente abstracto corresponderá perfectamente a su finalidad. Es igualmente adecuado, para una decoración de este tipo, elegir un conjunto de tonalidades más o menos uniformes matizado con algunas plaquitas de colores vivos para crear un contraste muy original.
La tabla de mosaico de esta mesita está compuesta por piedras de 2 x 2 cm. en dos tonalidades de verde. La base de 20 x 7 cm. es una plancha de madera de 16mm de espesor. Las panchas y el marco realizado con varillas de 6 x 24 mm, son de roble.
Mesa ovalada (detalle), de mosaico. El motivo -formado por tres hojas unidas a dos tallos- armoniza con la forma ovalada. El fondo está compuesto por piedras de un solo color claro; sólo de vez en cuando interrumpido por incrustaciones de algunas piedras oscuras.
El mosaico de esta mesa redonda de metal impresiona por su composición radial realizada con piedras de distintos colores. Los sectores gravitan alrededor de la estrella unicolor del centro.
Mesita rectangular, recubierta con una plancha de mosaico compuesta por motivos abstractos y de colores intensos (fuertes).
Mesas con revestimientos de mosaico También resulta útil el revestimiento con mosaico para renovar una vieja mesita en desuso o dar nueva fisonomía a otras que se hallen en mal estado. La tabla de la mesa debe ser fuerte y resistente ya que sirve como base del mosaico. El motivo que se elija estará condicionado en gran parte por la forma de la mesa. Por ello antes de comenzar a trabajar conviene hacer sobre la tabla un bosquejo a lápiz, pues resultaría decepcionante recortar un círculo para comprobar después que una forma cuadrada o rectangular hubiera armonizado mejor con e! estilo del mueble. Fueren nuevas o viejas, rectangulares, ovaladas, redondas o cuadradas, para cada tipo de mesa puede disponerse de una gran variedad de motivos de decoración figurativos o abstractos, con amplia variedad de colores. Las reproducciones de distintas formas de mesas presentadas en el libro, servirán de guía de inspiración a todo principiante. La realización no presenta ninguna dificultad. No es necesario cubrir toda la superficie de la mesa con una plancha de mosaico; por el contrario, se puede dejar una parte de la superficie de la madera libre.
De esta manera la incrustación del mosaico surtirá un efecto hermoso y original cumpliendo, al mismo tiempo, un fin práctico como placa térmica. Si no se desea recortar las plaquitas, se puede emplear un diseño muy parecido o similar al punto cruz de los bordados. Las lositas de 1 x 1 cm. se utilizarán para el diseño, y las de 2 x 2 cm. para el fondo. Con este motivo se podrán desarrollar un sinnúmero de variantes.
Incrustación en la tabla de una mesa
NOTA: Los dibujos indican las medidas de las distintas secciones de la mesa. La tabla de 1,25 m de largo, está formada por una plancha de 20 mm de espesor, re-cubierta en uno de los lados con una placa de madera terciada encolada. Las patas terminan en virolas de bronce. Los travesaños son de madera de 2 x 7 cm., los largueros de 2 x 3 cm. Estos últimos estén fijados a las patas por medio de clavijas encastradas. El dibujo inferior muestra la mesa vista desde abajo. El mosaico para esta clase de trabajo debe armonizar con la forma del mueble. En este caso, un mosaico redondo es el más indicado. En una mesa perfectamente rectangular, un tablero de ajedrez, por ejemplo, hecho de mosaico, surtiría un buen efecto. En el siguiente ejemplo, las piedras de la plancha circular del mosaico se pegan primeramente sobre papel cuadriculado. Esta plancha se incrustará en la cavidad correspondiente, abierta en la tabla de la mesa. El motivo representa un mapa estilizado del continente americano.
Mosaico en el antepecho de una ventana El antepecho de la ventana está generalmente constituido por una
pieza de madera aplicada directamente en el jambaje. Si no está expuesta a las variaciones de la temperatura, se podrá aplicar el mosaico sobre la misma madera que forma el antepecho. Se evitará que se deforme aplicando sobre la madera una plancha de fibrocemento que servirá al mismo tiempo de base para el mosaico. A
Sección de un antepecho de ventana común, encajado en el jambaje. Como la madera es muy sensible a los cambios de temperatura y generalmente su superficie presenta irregularidades, para solucionar esto se coloca sobre la misma una plancha de fibrocemento.
B
Colocación de una plancha de fibrocemento sobre un antepecho irregular. La superficie se nivela previamente con masilla. L: masilla, E: plancha de fibrocemento, S: ídem, T: borde de la madera aplicado contra el antepecho y la placa.
C
La composición del mosaico (método indirecto) realizada sobre una hoja de papel cuadriculado de /as dimensiones y forma del antepecho de la ventana. Se debe realizar previamente un bosquejo de decoración
disponiendo las piedras antes de pegarlas. Si e! bosquejo resulta satisfactorio se pegan las piedras, el anverso hacia abajo. Las lineas del cuadriculado permitirán comprobar la regularidad del montaje. Las juntas deben ser muy estrechas. La disposición sobre papel se realizaré por secciones (ver Técnicas de unión y composición).
Este tipo de protección de fibrocemento ofrece dos ventajas: permite disponer de una superficie rigurosamente lisa y aumenta la altura del antepecho hasta la base del jambaje. La plancha de fibrocemento, recortada según las dimensiones correspondientes, será ajustada sobre el antepecho de madera por medio de tornillos de cabeza plana, en toda su extensión y distanciados de 10 a 15 cm. Antes de colocar la plancha protectora, se debe tener la precaución de acepillar la superficie de la madera para que quede plana y lisa. Una vez que la plancha ha sido fijada en su lugar, se encola alrededor del borde una varilla angosta de madera, que rebase el largo y tenga la misma altura que el reborde de la ventana denominado antepecho. De esta manera se obtiene el área destinada para el mosaico, que se ejecutará según el método indirecto. Para terminar el trabajo, se podrá pintar todo el marco con un color que armonice con el tono preponderante del mosaico y con el de los muebles que lo rodean.
Para que el aglutinante se adhiera bien a la plancha de fibrocemento, se aplicará una capa delgada de pasta de cemento. Una vez que esté bien seco, se colocará el aglutinante por secciones sucesivas correspondientes a las secciones de papel sobre las cuales se ha dispuesto el mosaico.
Quedara muy decorativo un trabajo en mosaico realizado en el rellano de una ventana o en un antepecho donde generalmente se colocan macetas o floreros. El reborde de la ventana ha ganado desde el punto de vista
estético con la decoración realizada en mosaico.
Diversos Tipos de Mosaicos Sobre floreros, platos, botellones y otros recipientes La decoración con mosaicos sobre platos, floreros, botellones y otros recipientes, ya sea exterior o interior, depende de la forma del objeto elegido. Los botellones y otros recipientes de bocas estrechas se decoran por fuera, mientras que los objetos de formas abiertas y amplias serán revestidos por dentro. De esta manera, una pieza de arcilla revestida de mosaico puede convertirse en un verdadero objeto de arte. Elegido el motivo decorativo, conviene realizar previamente el bosquejo sobre el objeto con un lápiz graso para juzgar el efecto antes de comenzar el
trabajo de aplicación de los mosaicos. La arcilla generalmente absorbe la humedad del aglomerante; por ello se tomará la precaución de humedecer el objeto antes de aplicar la capa de cemento. La colocación de las plaquitas de mosaicos se efectuará por secciones sucesivas, colocando una piedra tras otra lo más rápidamente posible. En este tipo de trabajo las formas irregulares o combadas de los recipientes requieren la utilización de fragmentos de mosaicos, así como otras exigencias propias de la decoración. Además, sobre una superficie combada las plaquitas no se adhieren bien hasta que el aglutinante no se halle completamente seco. Estas piedrecillas no caerán, pero es muy probable que se desplacen formando grietas y juntas desproporcionadas entre diversos grupos de piedras, lo que resulta perjudicial para el diseño. En los epígrafes de las ilustraciones en color se habrá observado cómo el florero y el botellón se convierten en bases firmes y sólidas, sobre las cuates se puede trabajar con absoluta seguridad. Para solucionar los problemas que se vayan presentando se hace uso de ciertos ardides que se irán aprendiendo a medida que se trabaja. NOTA: Para todos los trabajos descritos hasta aquí, las bases firmes, sólidas y de superficies perfectamente planas son indispensables. Este nuevo capítulo trata sobre el revestimiento de objetos tales como fuentes, floreros, etc., sobre bases de diversas formas. Los trabajos sobre estas superficies no resultan tan sólidos como los anteriores.
Al disponer las piedrecillas sobre la capa de aglomerante deben presionarse de tanto en tanto con la palma de la mano, a fin de que queden firmemente adheridas en el aglomerante. Sobre una superficie plana este procedimiento es suficiente; pero en una superficie combada, por el contrario, la presión ejercida con la palma de la mano desplazaría a las piedrecillas. Será necesario, por lo tanto, mantener el mosaico en su lugar por medio de una ligadura. La sección de la decoración, así sujeta, quedará firmemente adherida cuando el aglomerante esté completamente seco, luego de algunas horas.
La fuente y el florero han sido trabajados según el método directo. La ejecución se realiza por etapas sucesivas: se aplica una porción de aglutinante sobre una pequeña parte de la superficie, se colocan las piedras; luego se aplica nuevamente aglutinante en el sector siguiente, y se prosigue según las indicaciones anteriores.
La ilustración muestra una de las caras de un florero de cerámica revestido
con mosaico. La oirá cara del florero ha sido reproducida en color en la página 50. El florero mide 37 cm de altura. Los motivos -flores en una cara, un pavo real en la otra- pueden ejecutarse en su mayor parte con piedras enteras. Antes de colocar el revestimiento de mosaico, el interior se retuerza con una capa de cemento. Para los motivos se ha empleado el método directo; las grandes secciones del fondo se pegaron primeramente sobre papel.
Una vez que esto suceda podrá quitarse la ligadura y proseguir colocando la sección siguiente. Cada vez que se aplique una nueva sección de la decoración deben rellenarse las juntas, que cubrirán las imperfecciones y darán consistencia a la obra. La disposición del mosaico sobre un recipiente playo es muy sencilla. Se procederá como si se tratara de una superficie plana. En cambio la colocación de los mosaicos en floreros, fuentes, potes y otros objetos similares, será mucho más complicada, porque los diseños del fondo, costados y borde deberán realizarse por separado.
Fuente de cerámica, revestida por dentro con mosaico en distribución circular. El centro del fondo está formado por un círculo; la hilera del medio, es decir, el diámetro, comprende 9 piedras enteras; hacia un lado y el otro, las otras hileras están constituidas por un número decreciente de piedras, algunas cortadas particularmente para obtener la forma circular.
Seis hileras circulares rodean progresivamente el círculo central hasta llegar exactamente al borde, que se compone de dos filas.
Un trabajo de esta índole se comienza revistiendo el fondo. Para facilitar el trabajo se colocará e! objeto por decorar en posición vertical (sobre el borde) apoyándolo en algo sólido. De esta manera no será necesario que la persona que trabaja se incline sobre el objeto para decorar los costados y el borde, que generalmente se forma con 2 ó 3 hileras de plaquitas. El revestimiento interior de un objeto de abertura amplia no permitirá más que un motivo geométrico, con excepción del fondo, donde se podrá realizar un motivo apropiado. Sin embargo, la ingeniosa disposición de los mosaicos y la adecuada elección de los colores serán suficientes para conferir un carácter distintivo y original a la obra.
Reproducción de retratos en mosaico Al examinar las ilustraciones de este Manual se podrán observar varias reproducciones de retratos; estilizados por completo o tan sólo insinuados con unas pocas plaquitas de mosaico ("Mujer esquimal", "Sembrador"); otros delicadamente trabajados ("San Maximino", "Mujeres tahitianas", según una tela de Gauguin,; "La lección de canto". Existen, por cierto, diferentes estilos para reproducir el rostro humano en mosaico, pero ninguno de ellos logra captar la semejanza o parecido con la veracidad del pintor. La reproducción de un retrato es considerada, en efecto, una de las tareas más ingratas dentro del trabajo con mosaico. En este caso, la finalidad no consiste en producir una imagen que coincida con la realidad, sino interpretarla y estilizarla, de tal modo que se destaquen los rasgos esenciales del carácter, pues la delicadeza de los mismos no puede reproducirse. El siguiente retrato podrá parecer pesado, serio y hasta feo. En realidad es un buen ejemplo de lo que puede ser un retrato en mosaico. Obra de un artista escandinavo, representa el rostro de un atleta. Expresa fuerza y voluntad. Las facciones reflejan el estado de tensión permanente.
El Trencadíz y el Mosaico y las artes aplicadas Los creadores de obras artísticas buscan incansablemente nuevos medios y formas de expresión. En esta búsqueda, pintores, escultores y decoradores conocieron y usaron el Trencadíz y el mosaico, desarrollando un nuevo campo de aplicación para un material que se había considerado útil únicamente para revestimientos de pisos y paredes. En la actualidad se puede dividir el mosaico en dos grandes categorías: El mosaico compuesto por elementos geométricos regulares, aplicado en las decoraciones de gran des proporciones, utilizado por arquitectos y especialistas.„
El mosaico de formas irregulares. Este último, también denominado "mosaico artístico", entra en el dominio del artista quien, sin embargo, no deja de aprovechar las ventajas ofrecidas por el de la primera categoría, especialmente para la conformación de fondos. Muchas de las ilustraciones de este libro atestiguan la calidad de las obras realizadas con mosaico, el que se ha convertido en un medio artístico de expresión por su riqueza de colores luminosos y su transparencia. En la actualidad, la publicidad se ha convertido en otro de los campos donde la creación artística puede expresarse con todo vigor y libertad. En realidad, la publicidad exige día tras día nuevas formas de expresión y diversos centros de interés. Las ilustraciones de las páginas siguientes así lo demuestran.
Este mosaico ha sido elegido por el artista para dar vida a la marca de una fábrica de lápices.
Logotipo para una Tienda Botánica
Logotipo para un Parque de Eco-Turismo
Logotipo para un mini centro Comercial
Logotipo para un Campamento Vacacional.
Composición con mosaicos sobre un plato utilizando como elemento decorativo un tema precolombino.
Bailarina. Una silueta ha servido como modelo para este mosaico. Compuesto únicamente con piedras blancas y negras, mantiene e! estilo de la silueta. El fondo negro está formado por piedras de 2 x 2 c m ; el fondo blanco, por piedras de 1 x 1 cm. Para la silueta se utilizaron piedras de 1 x 2 cm.
Distintos Mosaicos para la decoración de un Restaurante. Para la elaboración de estos Diseños se emplearon diferentes tipos de piedras (baldositas) cortadas a mano y calzadas según el modelo, véase la interpretación libre de los distintos motivos y la combinación de colores para lograr una armonía que combine con el mosaico y que a su vez lo haga llamativo y agradable a la vista.
El payaso. En la composición de este mosaico se han utilizado piedras de distintos tamaños; se realizó con colores fuertes y contrastantes. Este mosaico de práctica es reproducción de una pintura.
Reproducción de obras de arte Es grande el grupo de pintores y jóvenes artistas que con el fin de perfeccionar su propio estilo se inspiran en las obras de los grandes maestros. Es muy lógico que el plástico que trabaja en mosaico se sienta a menudo tentado de copiar una obra que admire profundamente. Pero esta tarea no será sencilla ya que no se trata de reproducir los trazos como en la pintura, sino de traducir en las piedras de mosaico su propia interpretación. Pero a estos trabajos, inspirados en una obra maestra, no se les puede negar la técnica empleada que pone de relieve su peculiaridad y una profunda originalidad. Ahora bien, la obra pictórica destinada a ser reproducida sobre la forma de un mosaico debe ser reconsiderada como una creación nueva, ya que la técnica del mosaico desempeña el papel principal. En el mosaico es imposible reproducir la precisión de los trazos del pincel y los matices de los colores de la pintura original. En
cambio, al disponer las plaquitas de mosaico es posible obtener un relieve que no existe en la tela. Esta circunstancia debe ser aprovechada por el artista. Nuevas formas y líneas originales, plenas de efectos, surgirán espontáneamente. Antes de emprender la realización puramente técnica del mosaico, el artista debe" captar la imagen e interiorizarse con ella. Antes de iniciar el trabajo propiamente dicho, los esbozos, dibujos y esquemas serán esenciales. Sólo la práctica puede llevar al dominio del material, a la combinación de los colores, al juego de luz y sombra para destacar una u otra parte del motivo, o realzar una que otra forma.
Mosaico con diversos materiales Son escasos los materiales, sólidos y de colores variados, que no puedan ser utilizados para la composición de mosaicos, siempre que por mosaico se entienda la reunión de una multitud de piezas en un todo. Tanto las piedras naturales como los ladrillos (el rojo le confiere un efecto particularmente hermoso), fragmentos de jarrones rotos, pedazos de vidrios de color y una gran cantidad de otros materiales pueden servir de inspiración para la creación de trabajos curiosos y originales.
Este mosaico ha sido realizado con piedras de mármol y granito. Esta obra mide tan sólo 40 x 45 centímetros. Todas las piedrecillas son de tamaño reducido, algunas miden 2 x 4 mm. NOTA: Para poder trabajar con trocitos tan pequeños, se emplea una técnica útil y práctica: Se coloca una lámina de vidrio sobre el diseño realizado previamente. De esta manera se obtiene una base perfectamente plana y transparente, sobre la cual se puede trabajar con máxima precisión. Luego se colocan las piedras directamente sobre la lámina de vidrio con cola sintética. La transparencia de la lámina de vidrio permite trabajar con seguridad, siguiendo las fases progresivas del trabajo. Una vez terminada la aplicación, se rodea con un marco chato de madera, el que se fija sobre la lámina de vidrio con el mismo aglomerante.
No existe ninguna regla que sirva de guía para la realización de esta tarea. Todo depende del material que se posea y de la imaginación del artesano. La ilustración siguiente muestra un gallo, realizado con fragmentos de un recipiente de cerámica roto aplicados sobre base de cemento.
El mosaico formado con la combinación de diversos materiales constituye un entretenimiento que da lugar a la obtención de resultados muy originales. En cambio dentro del campo puramente educativo, el empleo de fragmentos y materia! diverso tiene una finalidad completamente distinta. Con estos materiales., el niño de poca edad aprende a componer pequeños cuadros experimentando con líneas y formas, hasta que" adquiere la habilidad y comprensión necesarias para trabajar con auténticas piedras de mosaico, y aglomerante.
Los niños y los mosaicos Las técnicas que en este tipo de trabajos utilizan toda variedad de materiales, entusiasman al niño y tienen un alto valor pedagógico. Por esto es natural que se encuentren incluidos en programas escolares de algunos países Europeos. En este capítulo se describen, para padres y maestros, labores técnicas muy interesantes. Se debe tener en cuenta que a pesar del empleo de materiales distintos, las técnicas son comunes a las utilizadas habitualmente en todo trabajo con mosaico.
Paisaje realizado por un niño, con piedritas coloreadas. Las líneas negras han sido trazadas con un pincel.
Mosaico con piedritas La confección de un mosaico con piedritas se puede comparar a la coloración de un dibujo: los minúsculos piedritas, de distintos colores, reemplazan a los lápices de color y a la caja de acuarelas. Con las piedritas el niño debe recubrir los espacios reservados en un diseño trazado sobre un rectángulo de cartón o madera terciada. Los espacios que corresponden a cada color deben ser bastante amplios y se evitarán los ángulos demasiado agudos. El niño realizará su propio diseño y elegirá los colores; luego encolará uno de los espacios, sobre el cual distribuirá las piedritas del color elegido. Cubrirá, siguiendo el mismo procedimiento, toda la superficie del dibujo, y así logrará un mosaico cuyo valor residirá más en la combinación de los colores que en la precisión de las formas.
Cabeza de hombre. Mosaico compuesto únicamente con piedras naturales. Clasificadas de acuerdo con los colores y según lo requería la composición, las piedras se rompieron y desmenuzaron para obtener las formas apropiadas.
Mosaico con carozos, pepitas y granos Con granos, carozos y pepitas de todo tipo y tamaño pueden realizarse mosaicos particularmente originales. También pueden utilizarse caraotas negras y blancas, arvejas secas, granos de café, lentejas, de distintas formas y de colores variados. Los trabajos hechos con estos pequeños elementos nunca podrán ser de grandes dimensiones, porque se necesita una gran cantidad para cubrir una pequeña superficie; pero, precisamente, el tamaño reducido del material empleado confiere al mosaico un aspecto de miniatura. Por esto, la elección del motivo es muy importante. Se debe trazar un bosquejo sobre el cartón que servirá de base, elegir los distintos granos o carozos que más convienen al diseño y determinar el lugar para cada uno de ellos antes de componer e! mosaico definitivamente. Una vez elegido el motivo y establecida la repartición de los elementos se encola la base y se esparce el material, aunque en algunos casos el motivo exige pegar los elementos cuidadosamente, uno por uno. Pese a no ser indispensable, pues el material presenta variado colorido, una vez terminado el mosaico, pueden destacarse ciertas partes con pintura a la acuarela.
Este trabajo ha sido compuesto con toda clase de legumbres secas y granos de caté. Como los elementos son relativamente grandes, conviene encolar un grano por vez y luego colocarlos en su lugar.
Mosaico con papel Preferentemente se utiliza pape) engomado de todos los colores;
humedecido, este material se adhiere fácil y prolijamente. Pero como algunos colores suelen ser muy fuertes, conviene utilizarlos, únicamente, en los primeros trabajos. A medida que el pequeño artista adquiera habilidad y práctica en la tarea, podrá pintar el papel blanco engomado con los colores que más le agraden. Para trabajar se necesita gran variedad de papeles engomados, papel blanco, pinturas (a la aguada o acuarelas), toda clase de papeles, cartulina (para3 dar relieve a ciertas partes del motivo), papel de estraza, cola, uno o varios pinceles, un par de tijeras y una base de cartón. Se traza el bosquejo del motivo elegido sobre la base de cartón; luego, a grandes rasgos, se procede a la repartición de los colores principales. Se corta el papel en tiras, luego en cuadrados de 1 cm de lado. Más adelante podrán agregarse otras formas geométricas, pero como iniciación conviene limitarse a los cuadritos. El papel engomado se pega fácilmente, siempre que no se moje demasiado. El papel común se pega con cola líquida. Se colocan los cuadraditos con la cara blanca hacia arriba sobre una hoja de papel de diario o papel secante. Se aplica cola con un pincel y se fijan fuertemente en el sitio asignado en el papel o cartón que sirve de base. Se humedece levemente con un trapo o una esponjita ligeramente humedecida, para eliminar los excesos de cola. Se comienza la composición del mosaico de papel por las líneas principales del motivo; es decir, trazando primero los contornos de las partes principales y luego pegando los trocitos de papel correspondientes una vez hecha la elección de los colores. Los otros pedacitos de papel se disponen alrededor de esas líneas principales. Se obtendrá un hermoso efecto pegando trocitos de papel sobre un fondo gris o de color oscuro. Se recomienda especialmente no pegar los papeles exactamente unos al lado de los otros. Como sucede en el caso de! mosaico auténtico, se debe dejar un espacio de I ó 2 mm entre los trocitos de papel. Con las formas geométricas nuevas, el niño aprenderá rápidamente a descubrir los distintos y variados efectos cromáticos. Aprenderá asimismo a realzar uno que otro detalle, utilizando una tonalidad apropiada, haciendo contraste con los colores circundantes o con el color del conjunto. Para
conseguir efecto de relieve se introducen pedacitos de cartón pintados. NOTA: En este método los pequeños trocitos de papel reemplazan a las "piedras" del mosaico. Al principio, se realizarán motivos simples, combinando los colores primarios. Se debe tener siempre presente que en las escuelas los más pequeños realizan primero el trenzado simple con tiras de papeles de color antes de pasar a las tareas más complicadas del coloreado y recortado. Este método comprende dos operaciones distintas: confección de piedras con yeso; realización del mosaico, una vez obtenidas las piedras.
Mosaico con piedras de yeso coloreadas Fabricación de las piedras Primero se preparan dos recipientes sólidos (latas de conserva, por ejemplo). En uno de ellos se disuelve el colorante en polvo con un poco de agua. Luego se cubre una lámina de vidrio o un pedazo de linóleo con agua jabonosa, utilizando un trapo o esponja: así se obtendrá una capa aisladora. El segundo recipiente se llena con agua hasta la mitad y se agrega el yeso por cucharadas, revolviendo constantemente para evitar la formación de grumos. La proporción es: 1 cucharada de yeso por cada cucharada de agua. Se agrega el colorante, en pequeñas proporciones, hasta obtener el matiz deseado. Hay que mezclar rápidamente, pues el yeso se endurece en el término de 10 minutos. Puede conservarse por más tiempo la plasticidad del yeso agregando al agua una gotita de jugo de limón o bórax (una parte de bórax por cada 12 cucharadas de agua demora 15 minutos el endurecimiento del yeso). En la proporción 1:8 tardará media hora; y en proporciones iguales (1/2 agua y l/2 bórax) tardará en fraguar de 7 a 10 horas. Se vierte el yeso fresco sobre la lámina aisladora y con la cuchara de albañil u otro objeto similar se alisa formando una capa de 5 a 8 mm de espesor. La plancha de yeso se corta con un cuchillo en cuadrados de 1 x 1 cm, que una vez fraguado el yeso se separan con la cuchara. Se repite el procedimiento utilizando los colores deseados hasta obtener la cantidad de cubos del color necesario. NOTA: El material que se utilizará será el siguiente: yeso para modelar (una
gran cantidad); colorante en polvo hidrosoluble; cola de almidón (engrudo); una plancha de vidrio o linóleo,- varillas de madera; una brocha de pintor o un cepillo; una cuchara vieja para revolver o un cucharón (de cocina); dos recipientes para hacer las mezclas; un pequeño serrucho,- un cortaplumas; una cuchara de albañil; un martillo y clavos para unir las varillas y formar un cuadrado.
Confección del mosaico Como en el caso anterior, se prepara una lámina de vidrio cubriéndola con una solución jabonosa. Sobre la placa se coloca una hoja de papel con el bosquejo del motivo elegido; luego se pegan, con cola soluble, los cuadraditos de yeso, uno por uno, con la cara lisa hacia abajo; no se debe usar cola celulósica. Se puede cubrir toda la superficie o limitarse al motivo solamente. Entre las piedrecillas queda una junta de 1 mm. El yeso que más tarde llenará estas juntas mantiene unida la obra y puede servir de fondo a las partes que rodean al motivo. Para evitar que el yeso líquido se derrame, se prepara un marco de madera; por ejemplo un cuadrado de 30 x 30 cm de lado y aproximadamente 2 cm de altura. Después de haber vertido el yeso para llenar las juntas, hay que esperar por lo menos 1 hora antes de quitar el marco y desprender el mosaico de la placa de vidrio.
La fabricación de los cubos de yeso se realizará fácilmente si se utiliza, a ese efecto, un molde dividido especialmente en pequeños cuadrados que se rellenan con yeso, y que permite obtener cuadrados de formas perfectas. La ilustración
muestra dos moldes para fabricar cubos de 2 x 2 , 1 X 1 cm y, asimismo, "piedras" triangulares.
Conviene proceder con cierto cuidado, porque el yeso es muy delicado y tarda varios días en fraguar completamente; cuando esté perfectamente seco, se pinta la superficie con barniz incoloro, que devuelve a los colores apagados por el yeso su luminosidad y matices cálidos. Los poros del yeso se tapan con un producto adecuado y luego se pasa una mano de barniz aceitoso o celulósico. Esta técnica ofrece muchas variantes: por ejemplo, puede ejecutarse un motivo en yeso blanco y llenar el resto del cuadro con yeso oscuro o negro. El motivo blanco sobre fondo negro o verde oscuro surte un efecto muy decorativo y particularmente hermoso.
ALGUNOS TRABAJOS REALIZADOS: Galería de imágenes del Maestro Sri Deva Fenix y sus Ayudantes. Realizados en PHYSIS Taller del Fénix, Caracas y En los Talleres de la Ciudadela del Fénix, La Azulita, Edo Mérida.
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10 ÍCONOS
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20 LOGOTIPOS Y SELLOS PSICO-RADIALES
Estos son algunos ejemplos que ilustran las posibilidades creativas que se pueden desarrollar con esta útil Técnica.