Este libro tiene un doble propósito. Es una tentativa para explicar la historia con la teoría económica y la teoría económica con la historia; Esta paridad es importante y necesaria. La enseñanza de la historia sufre cuando se presta poca atención a su aspecto económico; la teoría económica es monótona cuando se le separa de su fondo histórico. La “ciencia triste” seguirá siéndolo mientras se la enseñe y se la estudie en un vacío histórico. La Ley de Renta de Ricardo es, en sí, difícil y pesada. Pero colocadla en su contexto histórico, vedla como una batalla entre el terrateniente y el industrial en la Inglaterra de principios del siglo XIX, y se hará excitante y llena de significación. Este libro no aspira a abarcarlo todo. Ni es una historia de la economía, ni es una historia del pensamiento económico, sino una parte de ambas. Aspira a explicar, en términos del desarrollo de las instituciones económicas, por qué ciertas doctrinas surgieron en un momento determinado, cómo tuvieron su origen en la misma contextura de la vida social y cómo se desarrollaron, fueron modificadas y finalmente desechadas cuando el diseño de esta contextura fue cambiado. Deseo expresar mi sincera gratitud a las siguientes personas: mi esposa, que me ayudó de muchas maneras; el Dr. Meyer Schapiro, por la lectura crítica del manuscrito y las sugestiones estimulantes que me hizo; Miss Subil May y Mr. Michael Ross, por su constante consejo y crítica constructiva, que me evitaron muchos errores de juicio y de hechos. Y estoy en deuda especial con Miss Jane Tabrisky, cuya cuidadosa investigación y amplio conocimiento en el campo de la historia y en el de la economía fueron preciosa ayuda* Sin la asistencia de todos, este libro no hubiera podido ser escrito. escrito.