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JUAN SEBASTIÁN SEBASTIÁN BACH, BACH, “El Músico Músico poeta” poeta” (1685-1750) (1685-1750)
(Publicado en PHASE 240 (Nov-Dic 2000) Cuando en su famoso libro sobre Bach, Albert Schweitzer lo llama “el músico poeta”, no se equivocó, pues la poesía es el lenguaje absoluto, y así lo es también el lenguaje musical de Bach, cuya fiesta-aniversario celebramos en este año 2000. Si hay algo que nos llama llama la atención en este genio, a quienes quienes los alemanes alemanes llaman “das Anfg Anfgan ang g un und d En Ende de des Musik” Musik” (el comien comienzo zo y el fin de la músic música…) a…),, es su relig religios iosa a frescura y el sentirlo “fácil”, cercano, afectuoso, religioso, aun en obras profanas. Bernardino Hernando dice de él: “Siempre me ha gustado comparar a Bach con la mar: tan enorme, tan caliente, tan eterna, tan permanente, permanente, tan ella misma, tan distinta cada vez. Y tan aparentemente simple. Cuando escucho decir cosas como que Bach es ‘sencillo’, me estremezco. ¡Sencillo! Lo que ocurre es que no me atrevo a asegurar que sea complicado. Bach tiene la sencillez del átomo, es decir, la infinitesimal complejidad de lo que sólo puede verse en el microscopio”.
Un Bach “antes” y otro Bach “después”… ¿Antes y después de qué? No tenemos la menor duda de que desde hace mucho tiempo, Bach es considerado un puntal en la música alemana. Sin embargo, podemos decir que sólo a comienzos del s. XX se penetra en un Bach “distinto”. Y ese Bach “distinto “ distinto” ” es e s el músico músico que llega a lo más hondo de la sensibilidad. De los más íntimos afectos. Es alguien que habla al alma, y sólo “ahí” se lo puede escuchar, entender y amar. Una Una vez, vez, un dilet diletan ante te del género género clásic clásico o qu que, e, por por supue supuesto sto,, creía creía enten entender der much mucho, o, contraponía a Bach con Beethoven (¡como si se pudieran contraponer!), y afirmaba que Bach era “un metrónomo”, un músico mecánico, y que en él, todo era “lo mismo”. En cambio, en el genio de Bonn uno se sentía identificado por su apasionamiento y su calor. Yo intenté -sin éxito- convencerlo de que Bach era un apasionado y tan cálido como el más cálido de los románticos. Tan afectuoso como Schubert. Tan conmovedor y tierno como podría serlo Mozart en alguna de sus Misas o en el Réquiem K. 626. Es evidente que Bach Bach no podía hacer lo que hizo Brahms, sencillamente sencillamente porque es un hijo de su cultura barroca y porque nació en el año en que nació, y no en el s. XIX. Pero quien sepa escuchar a Bach, no con las orejas, sino con los oídos del corazón, descubrirá en él a un revelador de sonidos interiores que no se conforman si no llegan a lo más profundo del alma, allí donde se gestan las respuestas: ¡y Bach es todo un “provocador” que quiere arrancar respuestas coherentes con el lenguaje con que él habla y nos habla! Quien no se haya conmovido al escuchar la Misa en Si Menor o sus Cantatas Cantatas o su pequeño pequeño canto dedicado a Ana Magdalena, su esposa, Bist du bei mir (Tú estás junto a mí…), no ha entendido entendido cuán afectuoso es este maestro de música, él mismo una epifanía viva y un ícono de realidades que valen la pena ser vividas y comunicadas. Tienen un lugar privilegiado en el redescubrimento del “nuevo Bach”, el citado Schweitzer, musicólogo, musicólogo, organista, teólogo y misionero; misionero; Pablo Casals, Casals, celista catalán que entresacó entresacó de
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su música música -como -como qu quien ien descubre descubre mil hilos hilos pequeñ pequeños os en una gruesa tramatrama- lo que muy muy pocos habían visto antes, aunque estuviera en la partitura. Escuchar las Suites para cello por por Casa Casals ls,, es un banq banque uete te espi espiri ritu tual al y, al deci decirr de algu alguno nos, s, un una a inte interp rpre reta taci ción ón “romántica” “romántica” de un barroco. En el mismo siglo, la eximia clavecinista Wanda Wanda Landowska, Landowska, arrimó el talento y visión de nuestro compositor, para dejarnos su versión de antología del Clave bien temperado, modelo modelo al que -en mi mi opiniónopinión- sólo se le puede puede comparar comparar la versión versión “clavecinística” que nos da Friederich Gulda, en piano, donde nos muestra, casi hasta el infinito, la unidad en la variedad.
Una mujer enamorada nos habla de Bach En octubre de 1707 Bach se casa con Bárbara. Enviudó y, en 1721 contrae matrimonio matrimonio con Ana Magdalena Magdalena.. Un discípul discípulo o favorito favorito de Bach, Bach, Gaspar Gaspar Bu Burgho rgholt, lt, después después de mucha mucha búsqueda, encontró a Ana Magdalena, viuda, pobre y anciana y le dijo: “¡Escriba usted una crónica sobre el gran hombre! Usted lo conoció como nadie: ¡escriba todo lo que recuerde de él! Estoy seguro de que su fiel corazón no habrá olvidado mucho. ¡Escriba uste usted, d, sobr sobree todo todo,, sus sus pala palabr bras as,, sus sus mirad iradas as,, su vida vida y su músi música ca!! ¡Los ¡Los hom hombres bres desatienden hoy su recuerdo, pero no lo olvidarán para siempre! La humanidad no podrá guardar silencio sobre él durante mucho tiempo, y le quedará agradecida por lo que haya escrito”. Felizmente Felizmente para nosotros, Ana Magdalena Magdalena nos legó su Pequeña crónica, que es el canto no sólo de una admiradora de su esposo, sino de una enamorada. Toda su Crónica (que no es peque equeña ña,, sino sino exte extens nsa… a…), ), nos nos narr narra a la inti intimi mida dad d con con él, él, sus sus tare tareas as de doce docenc ncia ia y composi composición ción,, sus giras artístic artísticas, as, sus desilusi desilusiones ones y, como como era entendi entendida da en materia materia de música, también habla de su música. Sería imposible en este artículo, entrar en detalles, pero es un tesoro invalorable de los innum innumerab erables les momento momentoss de felicida felicidad d qu quee ambos ambos compart compartiero ieron, n, sobre sobre todo, todo, lo qu quee ella cuenta de haber “trabajado infatigablemente en la paz de su hogar” y por la paz de su hogar. La música de Bach produce en nosotros lo que su persona produjo en su esposa: una honda sensación de orden y paz, de armonía y proporción, de belleza ofrendada sin equívocos ni concesiones baratas a otra cosa que no fuera la belleza misma. En un hombre religioso como lo era Bach, esa belleza era participación de la “belleza increada”. Nos dice su esposa que “era el hombre más religioso que he conocido en mi vida (…) Grabada Grabada profunda profundamen mente te en su corazón corazón llevó siempre siempre la imagen imagen del Crucifi Crucificado cado,, y su música más noble fue el grito nostálgico que le arrancaba la visión de Cristo redivivo”. La muestra más clara son sus Pasiones, La Misa en Sí Menor y sus numerosas Cantatas, compuestas para ser interpretadas en las celebraciones luteranas, en las que aparece con claridad meridiana que Cristo fue “Alguien” en la vida de Bach. La partitura manuscrita de la Pasión según según san Mateo, tiene tiene en su margen las letras “a.d.g.” “a.d.g.” ( Ad Ad Dei gloriam, A la gloria de Dios), y se nos cuenta que una noche, noche, Ana Magdalena se despertó y no vio a Juan Seba Sebast stiá ián n en la habi habita taci ción ón.. Vio Vio luz luz bajo bajo la pu puer erta ta del del dorm dormit itor orio io veci vecino no,, la abri abrió ó suavemente, y se conmovió ante la escena de su marido, de rodillas, componiendo dicha “Pasión”, con un crucifijo crucifijo delante de él y el rostro bañado en lágrimas. ¡Esto no lo hace un mecano o un metrónomo, sino un enamorado!
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En un poema que escribí hace algunos años y que titulé A Sebastián Bach, decía:
un gran hombre llamado Juan
Cantera inagotable. Fuente surgente. Catedral y partitura. Policromía y polifonía. Poema y escultura. Rosa y trigal. Arroyo que acrecienta mares sin costas, dilatados, abismales… Comienzo y fin de la música. Estallido de paz en el corazón y en un órgano de mil gargantas y en las cuerdas y en los bronces: lenguas que gustaron las alegrías del canto (…) El 28 de julio de 1750 moría en Leipzig. Hoy lo recordamos: recordamos: a 250 años de su ida a la Casa del Padre, a la casa de ese Dios a quien tanto amó y a quien tan bien cantó. Bach es un músico “moderno” y universal: al escucharlo, hombres y mujeres de todo el mundo comprenden su idioma. En el lecho de muerte, Bach compuso una coral: Ante tu trono me presento. No tenemos duda de que multiplicó los talentos recibidos…