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SALVADOR MUNGUÍA EDITORIAL LIMUSA, S.A. de C.V. GRUPO NORIEGA EDITORES Balderas 95, México D.F CONTENIDO Introducción
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I. Teoría fundamental de la oratoria 5 1.Definición 5 - Arte 5 - Conmover 5 -Convencer 5 - Persuadir 6 - Palabra hablada 6 2. Subgéneros oratorios 6 - Política 7 - Forense 7 - Académica 7 Sagrada 8 3. Cualidades esenciales de la oratoria - de contenido 8 - de forma 10 4. Técnica y procedimiento: Retórica 11 II. Estructura del discurso 12 1. Exordio 2. Narración 3. Digresiones 4. Proposición 5. División 6. Argumentación 7. Confirmación 8. Refutación 9. Peroración
12 13 13 13 14 14 15 15 16
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2 III. Elaboración del discurso 17 1. Invención 17 2. Disposición 17 3. Elocución 18 - Recursos recomendables para el ornato - La ampliación o disminución - Uso de las sentencias 4. Composición 34 - Corrección gramatical - Uso del lenguaje trópico y figurado -. Ciclo del estilo simple complejo 5. Afluencia de palabras 22 - Leer a los poetas 22 - Leer a los filósofos 22 6. Imitación 23 IV.
Pronunciación del discurso 1. La Declamación 2. Ademán 3. Memoria 4. Improvisación
20 21 21 21 21 21
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Apéndice V: Los recursos-la perfección en la oratoria 29 1. Los afectos, el sentimiento, la pasión 2. El humor 30 3. La altercación 30 4. Los tropos 31 5. Las figuras literarias 33 6. Las figuras de la palabra 35
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VI.Los máximos paradigmas de la antigüedad: Demóstenes y Cicerón 38 1. Demóstenes 38 Obras y discursos 38 - Cualidades oratorias de Demóstenes 39 2. Cicerón 39 - La elocuencia de Cicerón 40 - En cuanto al estilo literario 40 - Discursos principales 41 - Tratados oratorios 42 Discursos
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INTRODUCCIÓN La oratoria se considera una de las herramientas más importantes de la cultura. Desde la época clásica, los griegos y los romanos la colocaron en un lugar preeminente. Estaba incluida entre las siete artes liberales, que eran los estudios superiores de los clásicos y fueron él germen de la universidad. Estos estudios se conformaban por cuatro ciencias y tres humanidades, Las ciencias -Cuatrivium eran la Aritmética, la Geometría, la Astronomía y la Música, las humanidades -Trivium-, la Gramática, la Dialéctica (filosofía) y la Retórica, que es precisamente la oratorio. Para la política, el foro judicial, la enseñanza, el comercio y hasta para el amor entre otros, la palabra hablada es la herramienta mágica que abre caminos, mentes, voluntades y corazones. La Universidad Anáhuac, consciente de su vocación humanística y espiritual, tratando de promover al máximo los valores, habilidades y actitudes humanas, te invita a conocer los fundamentos teóricos y prácticos de la oratoria, para que con la palabra hablada, o alocución, logres transmitir con exactitud tus ideas, convencer y persuadir a los demás, según tus objetivos. Función de la Oratoria La función pedagógica de la oratoria es cuádruple: propedéutica, humanística, política y social.. 1.Propedéutica. Tanto el universitario como el profesionista deben tener un dominio de la palabra y un vocabulario a la altura no sólo de su calidad científica sino también de su amplitud y nivel cultural . Si la cultura estuviera a la altura de la exigencia de la oratoria otro sería el panorama cultural de nuestro medio, un se toma de ello es el pequeño número de excelentes conferencistas con el cual contamos. 2. Humanística. La oratoria, desarrollada con plenitud, es de alto nivel humanístico, porque promueve el desarrollo de muchas cualidades humanas y, eleva y amplía la cultura de quien la practica. La plenitud humana que da el arte del buen decir es la causa de que grandes hombres intuitivos la busquen con afán. Al respecto dice Carnegie: “No hay otra conquista tan asequible para todos que, como el arte de hablar medianamente bien, depare al hombre tanto porvenir y respeto” .1 Un caso edificante y significativo es el de Andrew Carneg¡e. Al morir se halló entre sus papeles un plan que había hecho para su vida a la edad de treinta y tres años. Creía que en dos años más podría disponer de sus negocios, de tal manera que tuviese una renta de 1
Carnegie
Cómo hablar en público pag. 22
4 cincuenta mil dólares por año, para entonces dejar los negocios, a los treinta años, ir a Oxford y darse una educación completa, con especial dedicación al arte de hablar en público. 2 En cuanto a la elevación cultural, basta que nos centremos en la época clásica y recordar la eminencia e ingenio de los grandes oradores griegos y latinos, en especial Demóstenes y Cicerón. Este último, que fue un portento de la cultura latina, nos dice: "A mi parecer, ninguno puede llamarse orador acabado y perfecto si no tuviese el conocimiento de todas las artes y ciencias”. 3 Sentencia que se adapta a él mismo, con todo derecho y creces. 3. Política. La elocuencia ese! "arma" más poderosa que puede utilizar el político. Por político se entiende no "al que hace política" sino, en el sentido fundamental helénico, "el ciudadano responsable que participa en los asuntos ciudadanos del bien común", El profesional no puede tener mejor preparación para su vida política de ciudadano responsable que su preparación en oratoria. Además, la verdadera elocuencia fomenta la democracia, cito palabras que he escrito antes: La elocuencia es fruto maduro de la democracia, porque si no hay libertad no puede haber elocuencia. El objetivo de la elocuencia es convencer a los oyentes de que aquello que les propone el orador es lo mejor, con tal vehemencia, que inmediatamente se pongan a realizarlo en la práctica. Es claro que en una sociedad donde no hay libertad, nadie puede "opinar" qué es lo "mejor" y mucho menos reunir libremente a grupos para lanzarlos a participar en el mejoramiento de la realidad, porque los esclavos no pueden hacer otra cosa que "no pensar". "no hablar" y "obedecer" 4. Bien haría a nuestra sociedad una emergente generación de jóvenes profesionistas, cultos y responsables, que además fueran "elocuentes". 4. Social. La maestría en el arte del buen hablar, aumenta la capacidad de comunicación social, fomenta el conocimiento de los demás y, por tanto, la comprensión. Esto concuerda con la idea que tenía Catón del Censor y después Cicerón del Orador: Horno bonus diccendi peritus, que significa: "El hombre virtuoso y con la habilidad de la elocuencia"; los oradores no pueden serlo en plenitud si no son íntegros y virtuosos. De tal manera, como ya hemos mencionado, la palabra fomenta la comprensión, el aprecio, la comunicación y la palabra misma, de donde se deriva la importancia de la oratoria en el ámbito social y el bien que ésta haría en él. Por estas y otras razones que a continuación expondré, conviene que el joven estudiante profesionista conozca y practique la oratoria. Salvador Munguía M. PRIMERA PRAXIS ORATORIA Improvisar durante cinco minutos sobre el siguiente tema (tema libre>: "Los motivos que me inducen a estudiar oratoria" 2
Idem, pag. 23 Orator, Dialogo 4 Mungía, S. El contexto histórico, social y cultural de los autores griegos 3
5 Ideas: ¿Qué importancia tiene la palabra oral? ¿Para qué quiero aprender a hablar en público? ¿Qué valores y satisfacciones pretendo lograr?
I. TEORÍA FUNDAMENTAL DE LA ORATORIA 1. DEFINICIÓN "Oratoria es el arte de conmover, convencer y persuadir por medio de la palabra hablada". A. Arte La oratoria es un arte en sus dos acepciones de la palabra: Primera: "Arte es el procedimiento habitual, apoyado en una regla, para realizar alguna cosa”. La oratoria no puede ser improvisada. Aunque alguna persona pueda tener cualidades de "elocuencia" innata, si no tiene conocimientos de cómo y con qué normas encauzar sus cualidades se expone a lograr resultados imprevistos y contraproducentes en el ánimo de los oyentes por lo que tiene que conocer y seguir dichas normas Segunda: Arte Bella. "Arte es la actividad espiritual por medio de la cual crea el hombre cosas bellas (el arte como belleza) También la oratoria es una bella arte y como tal, es lírica y poética Como orador se necesitan muchos recursos especiales para conmover el animo del oyente Entre ellos está, por ejemplo, la utilización de recursos literarios como lo son algunos elementos poéticos Las piezas oratorias clásicas son obras maestras de 'belleza literaria" y como tal, además de la corrección, claridad y precisión del lenguaje, están dotadas de una gran fuerza imaginativa. Esta fuerza imaginativa se encuentra formalmente en lo que se denomina lenguaje figurado, del cual hablaremos con más detalle en el capítulo dedicado a las figuras y dicción del pensamiento. B.
Conmover
La oratoria es el arte de conmover al auditorio. Conmover quiere decir apasionar, mover la pasión, el sentimiento a través del razonamiento: que el oyente no permanezca indiferente ante la exposición de las ideas. Esto supone, primero, que se tiene un mensaje interesante que comunicar a los demás. riqueza de ideas, haber leído mucho, y tiene por lo menos, cierta sabiduría de la vida. Segundo, que se posee una técnica literaria para llegar al sentimiento y a la pasión del oyente. técnica que debe basarse en el conocimiento profundo del alma humana, c.d. en la psicología. El resultado de este conmover, en el alma del oyente, es la simpatía que le nace por el mensaje del orador: si el orador ríe, el oyente debe reír; si el orador llora, debe llorar, etcétera. Lograr esta simpatía es un gran avance en el campo oratorio y prueba inequívoca
6 de que se es orador. C.
Convencer
El convencer radica en la fuerza de las ideas y, sobre todo, de la idea principal o tesis del discurso. Hacer que el oyente piense como tú, o igual que tú quieres que piense, requiere de una fuerza mental y un criterio personal completamente formado c.d., madurez intelectual de alta cultura. Para convencer debes estar convencido. Muchos adolescentes y jóvenes se desesperan porque quisieran convencer fácilmente a los demás de lo que, en su ingenuo idealismo, creen que son los dogmas del momento, sin que ellos mismos estén convencidos; primero, porque les falta madurar su criterio ideológicamente y mas adelante pueden estar en contra de lo que postulaban, y segundo, porque se requiere la práctica de la dialéctica, c.d. habituarse a someter las ideas propias a la contradicción de opiniones y la discusión de ideas. Sólo la madurez intelectual y cultural puede dar esa fuerza mental necesaria para convencer a los demás y así llegar a ser un auténtico orador. D.
Persuadir
Persuadir es lograr que el oyente realice en la práctica lo que el orador le propone. Es el objetivo más difícil de la oratoria, por tanto, denota la perfección misma. Además de conmover y convencer, el persuadir requiere: Primero: el más profundo conocimiento del alma humana. Segundo: un amplio conocimiento de la vida y sus situaciones prácticas así como su problemática en general, para prever las dificultades que habría que ayudar a superar a los oyentes. Tercero: Una gran fuerza lógica argumentativa que logre no solamente el convencimiento del oyente (claridad mental) sino el entusiasmo evolutivo que lo lleve a la práctica (fuerza de voluntad). E.
Palabra hablada
El orador debe tener un gran dominio del lenguaje oral. Para lograrlo se necesita mucho ejercicio. Ejercicio de lectura culta, donde se encuentra la precisión y riqueza de los vocablos y del lenguaje; ejercicio de la escritura o redacción, está comprobado que no se puede tener toda la maestría oral posible si no se ejercita la palabra escrita. De tal manera que, para el desarrollo pleno del lenguaje oral, es necesario que el postulante-orador dedique varios años a los talleres de lectura de autores clásicos y redacción. La mediocridad en el manejo del lenguaje es una limitación fundamental que, a lo largo de la vida, produce otras tantas limitaciones. 2.
SUBGÉNEROS ORATORIOS
En relación con el género de actividades al que el discurso se puede referir se dan los siguientes subgéneros:
7 A) B) C) D)
Política Forense Académica Sagrada
A.
Oratoria política
Se ocupa de las cuestiones relativas al gobierno del estado Su florecí miento requiere de un sistema de libertad política es decir libertad de palabra, para que haya una autentica discusión de ideas y libertad de concentración ciudadana, para que exista una verdadera comunicación y di fusión dialéctica de las ideas Por la misma razón, las mejores épocas de la oratoria política han sido aquellas donde ha habido democracia En la antigüedad, la oratoria política, alcanzo pleno desarrollo con la democracia ateniense de los siglos IV y V con Pendes Isócrates Esquines v sobre todo. Demóstenes; y en el periodo final de la Republica Romana con los Gracos, Catones, César y Cicerón. Un fuerte desarrollo educativo de la oratoria podría llevar con cierta rapidez, a nuestra sociedad hacia la democracia MODALIDADES a) b) c) B.
Parlamentaria Propia para la discusión en las Cámaras Asambleas representativas, Congresos populares, Senados. Parlamentos o instituciones semejantes. Popular. Destinada a la concertación de masas o mítines; podría ser también Sindical Militar. Breves discursos, comúnmente llamados arengas, destinados a infundir coraje y ánimo en las tropas antes del combate. Oratoria forense
Ésta es hermana gemela de la política porque su desarrollo también se fundamenta en la libertad. Es la oratoria de causas o litigios, la que se ejercita ante los tribunales de la ley, ya sea para reclamar un derecho, o para acúsar o defender a un inculpado en una causa especialmente criminal. En la época clásica se distinguen: Licias y Demóstenes en Grecia y, Catón, Hortensia y Cicerón en Roma. Hay que hacer notar que mientras más libres y abiertos al público sean los procesos, más exigen calidad en el orador forense y viceversa, mientras más secretos, más se prestan a entendimientos personales con el juez y, por tanto, a la corrupción. En México, los últimos y más famosos procesos abiertos fueron ya hace varias décadas, uno de los exponentes fue el eximio abogado, don Querido Moheno. C.
Oratoria académica
Trata sobre asuntos académicos, es decir, culturales, educativos, científicos y literarios. Es
8 de naturaleza deliberativa, su fin es puramente doctrinal y con sentido didáctico.
MODALIDADES a) Discurso académico. Obras pronunciadas en las solemnidades de la vida académica y cultural con motivo de las mismas. b) Disertación. Es una pieza estrictamente científica (como una clase) pero perfectamente calculada en cuanto a su duración y los recursos retóricos deliberativos. c) Conferencia. Es como una disertación pero con menor rigor científico, su sentido es de divulgación. El desarrollo de la oratoria académica pertenece más bien a la época moderna dado que va ligado a la vida de la Universidad (que es, en sí, la vida académica). En España son famosos los discursos académicos de don Marcelino Menéndez y Pelayo, Miguel de Unamuno, José Ortega y Gasset y, en general, de todos los intelectuales de las generaciones del 98 y del 27; en México sobresalen los discursos académicos de don Justo Sierra, José Vasconcelos, Antonio Caso y otros intelectuales que de alguna manera brillaron en la Universidad Nacional Autónoma de México. D.
Oratoria sagrada
Tiene por objeto dar a conocer las doctrinas religiosas, defenderlas, promoverlas y hacer cumplir, en la práctica, los deberes religiosos-morales. Como históricamente ninguna religión ha tenido la fuerza lógica, moral y filosófica que ha tenido el cristianismo, es ésta, exclusivamente, la que tiene los máximos ejemplares del orador sagrado. A finales del Imperio Romano descollaron los Santos Padres de la Iglesia latina, San Ambrosio y San Agustín; y de la Iglesia griega: San Gregorio Nacianceno, San Basilio y San Juan Crisóstomo. En el Siglo de Oro Español (siglo xvi) destacaron el beato Juan de Ávila y fray Luis de Granada. También es preclaro el siglo xvii francés, con sus extraordinarios exponentes: Jacobo Bossuet, Luis Beaudelaire, Francisco Fenelón y Juan Bautista Masillón. MODALIDADES a) Sermón. Es la pieza más completa y desarrollada y puede ser: dogmático, si trata de los principios religiosos fundamentados; moral, si versa sobre tópicos éticos, y panegírico, cuando exalta las excelencias de un hombre de Dios. b) Homilía. Es un comentario a un texto específico sagrado y de menor envergadura que el sermón. Es lo más usado actualmente. c) Plática. Sermón de tono sencillo y fin moral. d) Oración fúnebre. Piezas de gran vuelo destinadas a honrar las cualidades de un prohombre, recién fallecido, en sus exequias. 3.
CUALIDADES ESENCIALES DE LA ORATORIA
El orador debe desarrollar ciertas cualidades específicas en cuanto al contenido y forma. Además, debe seguir cierto procedimiento para que el discurso sea realmente elocuente.
9 A.
Cualidades de contenido
a) Elocuencia. Definida como “don de la palabra fácil, oportuna y persuasiva" (Lapesa). Como en todas las artes, el que más lejos llega es el que nace con una disposición especial para la misma. Según la sentencia de que “el poeta nace, no se hace", aquel individuo que tenga más facilidad de palabra y capacidad de persuasión estará en mejor disposición para el desarrollo de la oratoria. Sin embargo, cualquier otra persona que, aunque tenga especial dificultad para el uso de la palabra, desee llegar a ser orador, sin lugar a dudas puede llegar a realizarse como tal. porque, aunque no llegue a ser un orador de primer arden, alcanzará un dominio eficaz del discurso y superior a la impreparación general del profesionista en este campo y además, la formación oratoria lo capacitará para descollar en la comunicación de ideas. En último término, no se puede saber con seguridad si el joven tiene a no esa elocuencia natural. No hay que olvidar que el máximo orador de Grecia (y quizá de la humanidad) era tartamudo cuando niño y, pacientemente, utilizó todas las técnicas que estaban a su alcance para superar este defecto, como la tradición nos relata: “hasta piedritas se ponía detrás de la lengua para obligarla a no retrotraerse”. Puede haber, entonces, un talento escondido. b) Sentido lógico. Sin duda alguna, el orador tiene su primera fuerza en la fuerza de las ideas, y ésta radica en su razonabilidad o sentido lógica. Lo que en primer término enaltece al hombre es su razón; mientras más razonable es un individuo más dispuesto está a emplear su voluntad. Se puede convencer a un hombre a obrar determinadamente por engaño, pero la eficacia de la acción termina en cuanto el engañado descubre el engaño. El auténtico convencimiento depende de las razones auténticas es decir, lógicas; de esta manera la eficacia del convencimiento se traduce en convicción y dura para siempre. En esta época, la razón se encuentra obnubilada por das complejos sociales: el primero es la incultura general del pueblo, una ignorancia general de ideas y valores de la vida que paraliza la acción de la gente porque no encuentra solución a sus problemas. Si a esto añadimos la ignorancia de su lengua materna, pobreza de vocabulario, confusión de palabras, arcaísmos y barbarismos, corsetes de “kalo”, etc., tenemos una mente caliginosa. oscurantista, llena de prejuicios e ilógica. En segundo lugar, el pueblo padece una increíble manipulación mental, resultado del control que ejerce, hoy, la opinión pública a través de los medios modernos de comunicación (televisión, radio, discofonía, diarios y revistas. propaganda, etc.) los cuales producen un 'animal cibernética" que actúa a base de estímulos condicionados, parciales, subconscientes y contradictorias entres si. El joven que quiera llegar a ser un orador debe desembarazarse de estos das complejos sociales y empezar a tener una razón autónoma es decir, a pensar por sí mismo. teniendo sentido lógico. c) Imaginación viva. Para todas las artes se requiere de la imaginación como factor de la creatividad. Si se tiene sentido lógico, pero no se tiene imaginación, se podrá ser un excelente académico mas no un orador. El orador debe, como hemos mencionado con anterioridad, conmover y persuadir, y esto no se logrará mientras no se agite el sentimiento y la pasión del oyente, lo cual sólo se puede lograr con imágenes vivas que golpeen el corazón. Abundaremos más adelante sobre esta cualidad, especialmente cuando hablemos de las figuras literarias y de dicción, que son el
10 meollo de los artistas del lenguaje. d) Intuición profunda del alma. El conocimiento esencial del hombre de la psique humana, del mecanismo interno de la acción humana, es imprescindible para la formación del orador. El objetivo de acción del orador es la mente y voluntad humanas. Si se quiere mover la voluntad se necesita conocer cómo el humano se mueve a la acción, cuáles son las razones, motivos, resortes, causas o pivotes, según los cuales un hombre se decide a actuar. El conocimiento de la ciencia psicológica ayuda, sin lugar a dudas, pero lo que da una auténtica sabiduría sobre el alma humana es la experiencia consciente, reflexiva, y estudiosa de nuestras relaciones con nuestros semejantes. No todos los mayores son sabios por la experiencia, sino sólo aquellos que reflexionan sobre ella, la analizan y sacan conclusiones para la práctica de la comunicación humana. Sin embargo, es muy conveniente que el futuro orador profundice en dos tipos de lectura: i) Las grandes obras dramáticas y novelescas de la Historia. ii) Libros de introducción y de divulgación de la Psicología. B.
Cualidades de forma
a) Dicción. Voz educada, fuerte, armoniosa, modulada y agradable. Aun aquel que tiene facilidad de palabra, con una voz chillona o estentórea, gritona o débil, o en definitiva desagradable, repele, sin querer, al auditorio. Algunos jóvenes se desaniman por la voz tan defectuosa que tienen, pero lo hacen sin razón, porque pocas facultades humanas son tan educables y transformables como la voz. Primera: Impostación. Al emitir la voz se debe impostar el diafragma. Impostar la voz es fundamentaría sobre algo, en este caso, el diafragma; es el músculo sobre el que descansan los pulmones y se encuentra arriba del estómago. Quiere decir que el aire debe salir impulsado desde lo más profundo de los pulmones, para lo cual hay que hacer ejercicios de impostación: aaaaaa... Contraria a la voz de diafragma es la voz de pecho (forzada), gargantosa o nasal (de cornetilla). Segunda: Vocalizar. Una vez enseñados a impostar la voz correcta-mente, es necesario vocalizar varias veces al día, es decir, emitir la voz durante unos minutos cambiando la abertura de la boca pronunciando las vocales: a-e-i-o-u. Este ejercicio es especial para mejora el timbre de la voz. Tercera: Fortalecimiento del diafragma. Consta de ejercicios especiales de respiración, el individuo se recuesta sobre el suelo extendido boca arriba. Se coloca en el diafragma (situado entre el estómago y los pulmones) tres o cuatro libros que hagan presión sobre el músculo. Inhala aire en los pulmones contando hasta cinco, lentamente. Cierra la nariz y mantiene el aire en los pulmones contando hasta cinco lentamente. Se expele el aire por la boca diciendo “pa, pa, pa, pa...” y contando hasta cinco lentamente. El ejercicio se repite durante algunos minutos. Cuarta: Solfeo vocalizado. Vocalizar cantando sucesivamente, en orden creciente y decreciente, las siete notas del solfeo: do, re, mi, fa, sol, la, si, do, si, la, sol, fa, mi, re, do. El ejercicio se hace durante algunos minutos cuidando de nunca dejar de impostar la voz en forma correcta.
11 Estos son los cuatro ejercicios básicos y graduales con los cuales en dos meses se notará un extraordinario fortalecimiento de la voz. Es conveniente no dejar de hacerlo nunca, si se quiere contar con una voz eficaz para la oratoria. b) Declamación. Consiste en la coordinación de variación e intensidad de la voz según el sentido lógico de las ideas, de las oraciones, períodos o párrafos. También se llama fraseo. Es muy difícil al principio lograr la declamación correcta de los Períodos. Se requiere de mucho ejercicio y también de escuchar declamadores profesionales muy a menudo. El ejercicio es sobre la lectura directa o de memoria, declamación de poesías o trozos de prosa excelentes. A este respecto se recomienda el uso de discos de declamaciones (en España hay una alta producción y también en México se ha producido algo: Voz viva de México). Es conveniente el uso de la grabadora o el gramófono para escuchar la propia declamación y mantenerse en constante ejercicio de corrección. Sobre esto se profundizará más adelante. c)Ademán. Es el movimiento del cuerno, especialmente de las manos, brazos y cabeza, a tono con lo que se expresa por lo que debe ser expresivo. moderado y bien adaptado al sentimiento que se quiere transmitir. Téngase como principio restringir el movimiento corporal lo más posible, de tal manera que el movimiento que se permita sea imprescindible y resulte natural. Dice una sentencia que “sugerir es el arte”, y vale, en especial la referida al ademán puesto que este debe simplemente sugerir. El que trata de expresarlo todo físicamente con las manos resulta bastante ridículo y, en ocasiones, hasta grotesco. Por ello, se debe tener mucho cuidado con el ademán. Pór último, se recomienda observar con sumo cuidado a los buenos declamadores; aunque en esto no hay fórmula, la inspiración ajena ayuda a alcanzar la solución personal. 4. TÉCNICA Y PROCEDIMIENTO: RETÓRICA Para llegar a realizar un buen discurso se requiere conocer la técnica de la oratoria (retórica), y seguir el procedimiento que la misma regula: a) Conocer las partes que debe tener el discurso: exordio, proposición, división, narración, argumentación, refutación y peroración. b) Conocer los recursos retóricos, que ayudan de manera significativa y, en muchos casos, suplen la elocuencia natural, de manera especial cito los siguientes: manejo de los efectos, “vis cómica”, claridad, ornato, uso de sentencias, tropos y figuras retóricas. c) Conocer el proceso de elaboración del discurso y elaborarlo según éste es decir, primero la composición de ideas, luego la afluencia de palabras, la imitación, disposición, redacción fundamental del discurso, corrección y por último, la meditación final. d) Conocer las reglas para la elocución correcta del discurso, ya sea de memoria o de improvisación parcial o total, según las reglas de la correcta declamación.
SEGUNDA PRAXIS ORATORIA 1.
Escoger con seriedad el tema de un discurso que sea susceptible de desarrollo y
12 perfeccionamiento por parte tuya. 2. Situar el tema en el tipo exacto de subgénero oratorio al que deba pertenecer. 3. Repasa y examina bien las cualidades de fondo para tratar de descubrir si tú las tienes y en qué medida. 4. Hacer, progresivamente, los cuatro ejercicios para el fortalecimiento de la voz. 5. Improvisar un pequeño discurso de cinco minutos grabándolo. Escúchate y juzga. 6. Improvisa un pequeño discurso de cinco minutos de frente al espejo. Juzga y corrige tu ademán.
II. ESTRUCTURA DEL DISCURSO Vamos a comenzar en este capítulo las enseñanzas estrictas de la oratoria, es decir, de la retórica. Se entiende por retórica el conjunto de normas que ayudan a un orador a alcanzar la elocuencia. Para que el orador logre su objetivo, es decir convenza y persuada a los oyentes, el discurso debe real izarse según unas reglas perfectamente identificadas desde la antigüedad clásica. Estas reglas se refieren en primer lugar a la estructura esencial del discurso, o a cuántas y cuáles partes esenciales debe tener un discurso para rendir el fruto deseado. Quintiliano nos presenta, después de haber estudiado a Sócrates, Demóstenes, Aristóteles y, especialmente, Cicerón, las siguientes partes: exordio, narración, digresiones, refutación y peroración. 1. EXORDIO Se entiende por exordio, la introducción de un discurso que tiene por objeto disponer del ánimo de los oyentes para que escuchen con atención y benevolencia el resto del discurso. No olvidemos que el doble objetivo esencial de la oratoria, convencer y persuadir, exige el establecimiento de una relación muy personal entre el orador y los oyentes, puesto que incide directamente sobre una modificación del modo de pensar y de conducta. Por tanto, el objetivo del exordio es hacerse interesante a los oyentes, introducirse en su propio círculo de intereses; si no logra el interés desde un principio después le será imposible. El orador debe impactar, y hasta fascinar, al auditorio desde el primer momento, debe ganárselo. Es aquí donde debe tomar en cuenta más que nunca el concepto que tiene del auditorio. Es este el momento en que el orador tiene que hacer acopio de toda su habilidad de psicólogo, de su conocimiento del alma humana, de la psique social en todos sus niveles. Segunda: Debe ser clara y precisa para que dé, exactamente la idea ¡e se quiere proponer sin ninguna sombra de confusión o malentendido. es necesario puede ir acompañada de una explicación que la clarifique.
13 1.1 Tipos de exordio a) Captativo benevolentiae. Literalmente significa: "captación de la benevolencia" en el que, como es claro, se trata de ganarse la benevolencia del auditorio. El orador debe hacerse "simpático" a los oyentes, o debe hacer iue el tema simpatice desde su inicio a los oyentes. De manera general, en este tipo de exordio es conveniente que el orador haga brillar todo su buen humor e ingenio chistoso. Una vez que éste le "cae bien" al auditorio, puede emprender la difícil labor de convencer y persuadir a los oyentes. Cicerón nos da un ejemplo claro de esta captatio benevolentiae en su discurso Pro Archia Poeta (En favor del poeta Arquias), acusado de detentar la ciudadanía romana. Cicerón era además cónsul y logró tal simpatía con su discurso que la gente decía después: "Tenemos cónsul gracioso". b) Solemne. De tono solemne, adaptado especialmente para las causas más serias y en las que está de por medio algún valor trascendental. Se adoptan actitudes, palabras y ademanes serios, que den a los oyentes la idea de trascendencia y profundidad de consecuencias del tema que se va a tratar. Se pretende sobrecoger al auditorio y disponerlo a que se apasione poco a poco en el sentido de nuestra proposición. Quizás el ejemplo más bello sea el exordio de Demóstenes en su discurso Por la Corona, para defenderse personalmente de una acusación que amenazaba desacreditar toda su actuación política. c) Ex abrupto. Exordio abrupto o patético. Es una introducción dramática, fuertemente apasionada, que con vehemencia lleva a los oyentes ]e forma directa al tema. Cuando el tema es apasionante y el orador está seguro de que el auditorio se va a sentir de inmediato involucrado, puede usar toda la fuerza de su palabra para presentar de manera directa y desamada el tema. El mejor ejemplo de este tipo de exordio lo tenemos en la Primera Catilinaria, de Cicerón. Siendo cónsul, el orador descubre una conjuración contra su persona capitaneada por el sedicioso Catilina. En una reunión del Senado lo descubre entre los asistentes y pronuncia su discurso encarándose directamente en el "ex abrupto". d) In medias res, significa literalmente "a la mitad del tema". Se refiere con esto a que el orador puede empezar directamente en medio del tema, por ello se parece al ex abrupto. Consiste en dar la impresión de que no tiene introducción y que, por lo llamativo del tema, se introduce en forma directa con la finalidad de lograr un impacto especial en el oyente. 2.NARRACIÓN Son las ideas básicas necesarias para que los oyentes comprendan la intención del orador; debe tener tres cualidades: Primera. Clara: porque de la comprensión del oyente depende el éxito del objetivo deliberativo o persuasivo del orador en la mente del oyente. Segunda. Breve: si se extiende demasiado puede robar tiempo y oportunidad al empleo de los recursos necesarios para la convicción y persuasión, y se corre el riesgo de cansar a los oyentes antes de los momentos culminantes del discurso. Tercera. Verosímil: los hechos o ideas básicas deben presentarse coherentemente con la realidad, de otra manera el oyente no se involucrará con seriedad en el interés del orador. Nota: A veces el discurso puede prescindir de la narración, cuando los hechos o ideas son perfectamente conocidos por el auditorio 3. DIGRESIONES Cuando el asunto del discurso es muy denso en ideas o ha creado una atmósfera tensa,
14 emocional mente, es conveniente entrar en una digresión. Etimológicamente la palabra digresión significa "un paso fuera de la ruta"; en realidad es una distracción imaginativa por medio de una alegoría o episodio que en el fondo nos ayuda (cuestión de ingenio) a ilustrar el tema que estamos exponiendo. La digresión no sólo se puede situar entre la narración y la proposición, sino entre cualquiera de las partes, siempre y cuando sirva a su propia naturaleza que, a veces, la hace importante e indispensable en un discurso. 4. PROPOSICIÓN En esta parte se propone a los oyentes el objetivo del orador al pronunciar el discurso. Es una parte breve pero importante ya que el objetivo o intención del orador debe estar presente en toda la parte probatoria del discurso, en la mente de los oyentes para que fructifique en convicciones. La proposición debe tener dos cualidades: Primera: Debe presentarse sólo cuando ya se preparó el ánimo del oyente a través del exordio y narrativa, de tal manera que esté benevolente y dispuesto a aceptar nuestra proposición. 5. DIVISIÓN Consiste en dividir las ideas más importantes del discurso, es decir, en presentar a los oyentes los argumentos con los cuales vamos a probar la oposición. Esta parte ayuda mucho a la claridad del discurso, así como decía Quintiliano: "Porque no sólo aclara más las cosas sacándolas de confusión y presentándolas cada una de por sí a la vista del juez, sino que u sus diversas partes alivia la fatiga de los oyentes; no de otra manera ¡e al caminante la demarcación y división de las leguas que va leyendo las piedras del camino Aquí tenemos que enfatizar de una manera muy especial una cualidad la cual ya hemos hablado pero, por su importancia capital en la oratoria, hay que abundar más sobre ella: la claridad. Por lo general, los oyentes por su actitud pasiva y receptiva, se mantienen en un estado mental primitivo o simple. Las elaboraciones complejas, de difícil razonamiento, causan distracción al auditorio, de tal manera Le resultan ser un efecto contraproducente a la intención del orador. Se deben desarrollar pocas ideas y tratarlas con la mayor claridad posible, si con simpleza para lograr un efecto directo y profundo en el escucha. la claridad es especialmente importante en la dirección de las ideas del discurso: que sean pocas y presentadas sin complicaciones intelectuales. 6. ARGUMENTACIÓN Sin lugar a dudas, la parte más importante del discurso es la argumentación, que consiste en la demostración con argumentos o pruebas de la oposición o tesis del discurso. Si se realiza la argumentación, es decir, si logran demostrar, en la mente del oyente, las verdades específicas del curso, se asegura su convencimiento y persuasión y estará ganado para causa. Para lo anterior, el orador debe poseer una preparación y una disciplina intelectual
15 considerable. Es aquí cuando el conocimiento de la lógica y aun de la filosofía se hace necesario para la realización perfecta del orador. Sin embargo, recomendando el estudio de la lógica, desarrollaremos algunas instrucciones básicas de cómo realizar las pruebas de un discurso. Clásicamente se distinguen tres clases de pruebas intrínsecas: los indicios, argumentos y ejemplos. Primera: Indicios. Son los objetos evidentes que pueden ayudarnos a lograr la evidencia de la verdad que queremos probar. En todos los géneros, pero especialmente en el forense, estas pruebas son importantes. Cuando hay suficientes indicios para probar la evidencia se emplean determinantemente si no, se utilizan como pruebas circunstanciales y se dejan, más bien, para la confirmación. Por ejemplo, son muy conocidos los indicios clásicos de los que se sirve un abogado fiscal para evidenciar al asesino: el arma de su propiedad, sus huellas digitales en la misma y en el entorno, algún botón u objeto de pertenencia del asesino en el puño crispado de la víctima, etcétera. Segunda: Argumento. Es un proceso lógico que demuestra la certeza de una verdad que no es evidente para el oyente circunstancial. Existen varias clases de argumentos, como se puede revisar en la lógica, pero el más empleado en el discurso es la deducción o silogismo que se fundamenta en el principio lógico de identidad: dos cosas iguales a una tercera son iguales entre sí, y consiste en la inferencia lógica de una conclusión, proveniente de dos premisas, una de las cuales debe ser universal. Recomiendo el estudio de la deducción silogística. También se presentan en la lógica otras variedades de deducción, como el sorites y el dilema, recomendables por la fuerza que pueden proporcionar a la oratoria. La inferencia inmediata, tratada fundamentalmente en la lógica clásica, es ampliamente desarrollada en la lógica moderna y específicamente sintetizada en las tablas de verdad, que también pueden ayudar a la capacidad argumentativa del orador. 7. CONFIRMACIÓN En la oratoria no basta probar sólo con argumentos lógicos nuestra proposición. La oratoria tiene un sentido humano o integral más complejo; se trata no sólo de probar verdades, sino de convencer a algunos hombres de que "mi idea" es la mejor o más interesante y llevarlos a la práctica de ella. La decisión humana que conlleva un cambio de conducta presupone una activación compleja de todas las facultades humanas y en especial de la razón y de la valoración, así como la conmoción de las pasiones. La valoración en la conducta humana se traduce en sentimientos, afectos y emociones, por lo que el orador debe actuar sobre ellos. La técnica de la motivación que nos puede dar abundancia de ideas para la confirmación se desarrolla ampliamente en el capitulo V: "Los Recursos Oratorios". No basta, pues, que el orador demuestre fría y lógicamente la verdad o excelencia de su proposición o idea, es necesario transformarla en valor como tal, en una parte importante de la vida del oyente. En este sentido, la confirmación consiste en traducir los argumentos lógicos del orador en valores vitales del oyente a través de una ambientación motiva. Sólo con ello se logrará
16 realizar la total adhesión del oyente a nuestra causa. 8. REFUTACIÓN Refutar es tratar de demostrar que los razonamientos y pruebas en contra le nuestra proposición o tesis son falsos. Para esto se necesita habilidad u la práctica de la dialéctica, ejercicio que ya pocos profesores de filosofía continúan implantando en sus clases. Vamos, sin embargo, a dar algunos consejos. Primera: Debemos captar bien la esencia de las proposiciones y argumentos contrarios a nuestra proposición. Segundo: Descubrir en el proceso contrario todas las contradicciones posibles o probables; evidenciarías ante la mente de los oyentes y debilitar al máximo su proceso lógico. Tercero: Atacar con todos los argumentos posibles las proposiciones contrarias. Hay que cuidar que nuestros argumentos sean verdaderamente demostrativos, porque si nuestras pruebas no sustentan aquello que esta-nos demostrando, fortalecemos la posición contraria, objetivo diametralmente opuesto al perseguido por la refutación. Daremos más ideas al respecto en el capítulo V, cuando hablemos de a alteración. 9. PERORACIÓN La peroración consiste en una recapitulación de todo el discurso que tiene por objeto final el remate definitivo del convencimiento o persuasión del auditorio. Para ello hay que recordar las ideas más vigorosas, brillantes y convincentes. Los rectores recomiendan dejar para el final la ambientación emotiva del argumento más contundente, con la finalidad de entusiasmar al máximo de nuestra causa al auditorio. Es, en otras palabras, el momento de lo patético, del arrebato; el momento de levantar y enardecer los ánimos, el momento de infundir en los oyentes el impulso definitivo de nuestra proposición. TERCERA PRAXIS ORATORIA Según el tema prefijado en la segunda praxis: 1. Pensar qué tipo de exordio conviene más y desarrollar algunas ideas del mismo. 2. Pensar y redactar cómo harías una presentación importante de las principales ideas: proposición. 3. Preparar varios argumentos a favor de tu proposición, cuidando que sean lo más lógicamente rigurosos. 4. Preparar varios argumentos en contra de los posibles enemigos de tu proposición, con el mayor vigor lógico. 5. Prepara algunas ideas que confirmen tu proposición, que lleguen al sentimiento, a la pasión, a la emoción, que sean favorables a ella: confirmación. 6. Trata de descubrir cuál sería el argumento más vehemente y emotivo y redacta cómo lo presentarías al final en la peroración.
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III. ELABORACIÓN DEL DISCURSO Esta es la parte más laboriosa de nuestro tratado. Hemos visto qué es el discurso, cómo se realizaba en Grecia y Roma, cuál debe ser su estructura y con qué recursos cuenta. Ahora es necesario que sepas también cómo hacer un discurso, el proceso para ello consta de varias etapas las cuales consideraremos, estrictamente, en el siguiente orden. 1. INVENCIÓN Esta primera etapa puede ser la más fácil o la más difícil, dependiendo de la experiencia que se tenga en la elaboración del discurso y de la cultura general que posea el individuo, dos requisitos en íntima relación. La invención consiste en la afluencia de las ideas generales y fundamentales para el discurso, así como su correspondiente anotación. De la invención dependerán, definitivamente, la riqueza y la fuerza del discurso que se elabore. Por tanto, la primera recomendación es la siguiente: 'Si quieres llegar a ser un buen orador comienza por realizar muchos discursos en consonancia con la formación personal y constante de una amplia cultura general". El orador debe tener no sólo mucho ingenio sino también una gran abundancia de ideas. "Nadie da lo que no tiene". Si no se tiene un mensaje personal o este se agota pronto, realmente no transmite nada. Debemos conocer y leer mucho, no sólo de nuestra especialidad sino también de ciencias o disciplinas afines, sobre todo quienes nos dedicamos a las Humanidades (aquí radica el sentido formativo y humanístico de la oratoria), ya que uno de nuestros deberes es promover el dominio de la oratoria. 2. DISPOSICIÓN
18 Por disposición entiende Quintiliano: ”Una prudente distribución que hacemos de las ideas y partes del discurso, dando a cada cual su lugar”5. Después de la invención viene, lógicamente, la disposición, porque así como no basta que el arquitecto tenga buenos materiales para la construcción de un edificio (si no sabe darles un buen orden y colocación) así para la oratoria, por más afluencia de ideas que haya sólo servirán para abultar y rellenar si no se unen y ordenan entre sí por una disposición competente La principal disposición de un discurso es aquella que nos enseña la naturaleza y las circunstancias del asunto. Al respecto, Quintiliano apunta: Estas nos dirán cuándo usaremos el exordio y cuándo no, cuándo pondremos la narración seguida y cuándo en partes, cuándo comenzaremos por el principio y cuándo, siguiendo a Homero, por el medio o fin, y cuándo la omitiremos; si daremos principio por lo que dijo el contrario o por nuestro asunto, si por las pruebas más fuertes o por las débiles. Si fundaremos el exordio en alguna cuestión y qué preparación haremos de los ánimos, qué cosa será bien recibida en el principio en el ánimo de los oyentes (o jueces) y cuál necesita de insinuarse poco a poco; cuándo se refutarán juntas las razones del contrario y cuándo cada una de por sí, cuándo usaremos de los afectos en toda oración y cuándo los dejaremos para el epílogo, cuándo convendrá hablar primero de la ley y cuándo de la justicia, si debemos oponer o defender primero los delitos de la vida pasada o aquellos de que se trata al presente, cuándo ocurren causas complicadas, qué orden seguirse, qué testimonios y escrituras de cualquier especie alegaremos en la defensa y cuáles omitiremos, etc... Esta prudencia es muy semejante a la que observa un general en la distribución de sus tropas, poniendo unas para pelear, otras para la defensa de las fortalezas y su guarnición, otras para conllevar los víveres, para tomar el paso al enemigo, y, en fin, empleando unas por mar y otras por tierra".6 3. ELOCUCIÓN Pasaremos a la parte más difícil de la elocuencia según los teóricos. Marco Antonio decía que "habiendo conocido que fueron bien hablados, no conoció a uno que fuese elocuente"7 y Cicerón, a su vez, afirmó que "la invención y disposición las puede lograr cualquier hombre sabio", pero que el ser elocuente es constitutivo del orador".8 Definamos elocución como: "La virtud de declarar al que oye todos nuestros pensamientos".9 Es esta parte la que más depende de los preceptos (la retórica) y la que no puede lograrse sin arte. Esta cualidad lleva al orador al óptimo modo de expresar sus ideas con palabras; de la claridad de los pensamientos depende la eficacia de éstas. Las palabras hermosean un discurso, pero esto ha de ser con naturalidad, no con afectación. La elocución exige una profunda, ardua e inteligente preparación del modus dicendi (modo de hablar). Dice Quintiliano:
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Idem, pag 323 Idem pag. 33 7 Cicerón de la oratoria pags. 1-94 8 Orator pag. 44 9 Quintiliano pag. 338 6
19 Para esto debe haber precedido el estudio y haber adquirido facilidad y caudal de materiales, porque este afán y esmero en inventar, discernir y cotejar las cosas unas con otras la debemos tener cuando aprendemos, no cuando peroramos, ya que a los oradores que antes no trabajaron viene a sucederles lo que a los que por no haber querido trabajar tienen que mendigar. Si, por el contrario, tienen el caudal suficiente para decir, no les faltarán palabras y hablarán, no como quien contesta a lo que le preguntan, sino que acompañarán las palabras a los pensamientos como sombra sigue el cuerpo."10 Podemos decir entonces que la elocución debe tener, especialmente, dos cualidades: claridad y ornato. 3.1 La claridad La claridad nace principalmente de la propiedad en las voces (Quintiliano). Esta propiedad de los vocablos se debe entender de dos maneras. Primero, significa el nombre de cada cosa, lo cual quiere decir que debemos dar a cada cosa el nombre preciso y exacto que le corresponde. Con esto, nuestro lenguaje gana poderosamente en vigor y eficacia de comunicación. Luego, hablaremos de la necesidad que tiene el orador de un amplio ejercicio de la lectura literaria para lograr esta propiedad. En segundo lugar llamamos "propia", entre muchas cosas de un mismo nombre, a aquella original de que otras le tomaron. Por ejemplo, llamamos remolino al agua o cualquier cosa que gira alrededor de sí; y de aquí se tomó el nombre de coronilla de la cabeza, donde se "arremolinan" los cabellos. En ocasiones, el utilizar el mismo nombre para diferentes cosas puede crear confusión y robarle claridad a nuestro lenguaje. La oscuridad, vicio contrario a la claridad, nace de las siguientes maneras que hay que evitar. En primer lugar, el uso de palabras poco comunes. Algunos afectan tal erudición para manifestar que sólo ellos saben ciertas cosas y resultan pedantes e incomprensibles. Otros están todavía muy influidos por palabras demasiado regionales o provinciales y provocan hilaridad. Hay que tener cuidado también de no emplear con vaguedad los vocablos equívocos. como por ejemplo, “sacó la raíz”... ¿cuál raíz?, ¿la raíz cuadrada?, o ¿de una planta?. o ¿de una muela?, o ¿de un problema? Se debe evitar la ambigüedad en la construcción sintáctica como en la frase: "Lo miró enojado y se levantó". ¿Quién era el enojado, el que miró o el mirado? En este punto hay que enfatizar la importancia de la corrección, de la que hablaremos más adelante. Tampoco hay que ser corto de palabras, pues como dice Quintiliano: "Otros, por el contrario, son tan amantes de la brevedad que escasean las palabras; y, contestándose con entenderse ellos solos, no se cuidan de que los demás los entiendan".11 Resumiendo, no debemos usar ni más ni menos palabras que las precisas, hablando con orden y distinción: sólo así será clara nuestra oración y la entenderán los que nos escuchan. 3.2
El ornato
Ornato quiere decir adorno y, por tanto, el ornato oratorio es el adorno lingüístico que fortalece y hace más atractivas las ideas del orador. Es una de las cualidades que más 10 11
Idem. Pag. 341 Idem pag. 347
20 favorecen su creatividad, según las palabras de Quintialiano: "Vengamos a tratar ahora del ornato en el cual puede seguramente el orador desplegar a su gusto las galas de su ingenio. Porque el hablar con pureza y claridad es un premio muy corto de la oratoria, y más puede llamarse carecer de vicio que constituir a orador consumado".12 Hay que hacer notar que el ornato debe variar según la materia. Para persuadir a un Senado se requiere de un modo sublime; para el pueblo, uno vehemente y conciso; para los juicios públicos o causas capitales se requerirá particular esmero y cuidado; en un juicio particular donde han de sentenciar el voto de pocos, ha de ser puro y sencillo. ¿No se avergonzaría un orador de usar de periodos muy armoniosos para defender al acreedor y rendir lo que debe?, ¿de llamar los afectos tratando de las goteras de una casa? Al ornato corresponde el ponderar o disminuir lo que pretendemos, el hablar con vehemencia o con moderación de afectos, con blandura o severidad, con afluencia o concisión, con asperezas o dulzura, con magnificencia o sutileza, con gravedad o chiste. Además, qué tropos, figuras y sentencias utilizaremos. Antes de hablar de los principales adornos expondremos los defectos fundamentales que afean la oración y que, desde luego, hay que evitar. Cacofonía. Es el vicio de la malsonancia de las palabras, por repetición de sílabas o por fealdad de ciertos vocablos. Por ejemplo: "Agarra la oportunidad rara". Desde luego, hay que evitar definitivamente el uso de palabras vulgares a las que nuestro pueblo es tan afecto. Omoiología. Se realiza cuando la oración va en un mismo tono sin variar, lo cual crea aburrimiento y fastidio. Macrología. Consiste en hacer un rodeo exagerado y mayor de lo que conviene. Caen en este vicio los que quieren explicar demasiado cada detalle del desarrollo de un asunto. Esto desespera mucho a los oyentes. Pleonasmo. Consiste en redundar exageradamente una idea, la frase clásica es: "Lo vi con mis propios ojos" o "subí para arriba las escaleras". Periergia. Es el cuidado nimio y exagerado en afinar las palabras, por lo cual resulta un lenguaje demasiado atildado. Cacocelón. En general, consiste en la afectación que se puede interpretar como hinchazón, redundancia, adorno superfluo, etcétera.
A. Recursos recomendables para el ornato Al considerar que el ornato tiene como finalidad dotar al discurso de "brillantes", hablaremos, guiados por el maestro Quintiliano, de los recursos recomendables para lograrlo. Desde luego, debemos tener en cuenta todo el capítulo de los recursos oratorios: el sentimiento, el humor, la alteración, los tropos y las figuras entre otros. Además, podríamos proponer la amplificación y uso de las sentencias.
B. Amplificación o disminución La amplificación consiste en aumentar la importancia de algo, y la disminución en restarle importancia a algo. Se puede lograr la amplificación, en primer lugar, por aumento, a través 12
Idem pag. 349
21 de la graduación. Como cuando dice Cicerón: "Es un delito el poner en prisión a un caballero romano; una maldad el azotarle; poco menos que parricidio el matarle; ¿y qué diré de ponerle en una cruz?". 13 En segundo lugar, la amplificación se puede realizar por comparación es decir, exagerando lo que es menos se ha de realzar lo que es más. Como dice el orador romano: "Si mis esclavos me temiesen a mí como a ti tus conciudadanos, pensaría en abandonar mi casa".14 En tercer lugar, por amontonamiento de palabras y sentencias que significan lo mismo. Dice Cicerón: "Porque ¿qué pretendía aquella tu espada desenvainada en el campo de Farsalia? ¿oh Tuberón? ¿Contra quién se dirigía? ¿Cuál era la intención de tus armas? ¿Cuál era la tuya? ¿A quién enderezabas tus ojos? ¿Tus manos? ¿Cuánto era el ardor de tu mano?¿ Qué deseabas? ¿Qué pretendías?" 15
C. Uso de las sentencias Las sentencias son dichos que comunican luz a un discurso, principalmente reducidos a cláusulas breves. Por ejemplo: "nadie da lo que no tiene" o "antes de hablar debes pensar" o "la voz del pueblos es la voz de Dios". Tenemos ya tal cantidad de sentencias que debemos tener cuidado de no abusar de ellas, y escoger con propiedad la que más ilumine nuestra idea. Quintiliano aprecia mucho las sentencias, de ellas dice: "Yo tengo a las sentencias por los ojos de la elocuencia, pero no quisiera que todo fuera ojos en el cuerpo, para que los demás miembros hagan también su papel".16 4. LA COMPOSICIÓN Los antiguos llamaban composición a lo que actualmente llamamos redacción, es decir, cómo y en qué orden se deben incluir las ideas y recursos de todo el discurso ya sea en palabras, oraciones, periodos y partes, debiendo resaltar especialmente tres cualidades: orden, unión y armonía. Para un desarrollo completo y profundo tendríamos que analizar dos ciencias del lenguaje: la gramática y la estilística. La gramática ya debe ser conocida por todo aquel que quiera encaramarse a las alturas oratorias; la estilística es la ciencia del estilo literario, de cómo escribir y hablar. El orador aprendiz debe consultarla a medida que va progresando en el arte. A modo de introducción daremos algunas orientaciones estilísticas básicas para la realización de la composición o redacción.
A. Corrección gramatical El aprendiz de orador debe iniciarse en el análisis gramatical, analógico y sintáctico, de su propia redacción y de todos sus escritos. Hay profesionistas de carrera que nunca han iniciado este trabajo correctivo y, por tanto, no son capaces de escribir dos cuartillas provocándoles esto una actitud intelectual castrante. No nos neguemos la capacidad de escribir. Debemos ser conscientes de que ésta no se desarrollará mientras no nos 13
Ciceron Verrinas VIII Cicerón Catilinaria I 15 Pro Ligario pag. 9 16 Quintiliano pag. 377 14
22 sometamos a la disciplina fundamental de la gramática.
B. Uso del lenguaje trópico y figurado Debernos empezar a embellecer nuestro lenguaje con los tropos y figuras que presentaremos en el capítulo V. Se ha de comenzar con aquellos tropos y figuras que se nos hagan más sencillos, por lo cual se recomienda empezar con epítetos, metáforas, símiles y alegorías; después de dominar el uso de éstas, se puede pasar al ejercicio de las demás.
C. Ciclo del estilo simple-complejo En el proceso de la historia literaria se advierte, por lo general, que las obras van del estilo simple al complejo, pasando por uno equilibrado y volviendo al simple. Sin embargo, este ciclo, se puede observar en cualquier arte por ejemplo la arquitectura, razón por la cual se encuentran paralelismos entre ellas. El estilo austero (sencillo) utiliza periodos cortos, epítetos moderados y ornato esencial; a este grupo pertenecieron Licias en Grecia, Catón y César en Roma. El estilo complejo se caracteriza por usar períodos largos, abundancia de epítetos, tropos y figuras. Así, en la época clásica, Homero (considerado el primer representante literario de esta época) empleaba un estilo sencillo, sencillez proverbial que aún pasma; Solón, austero; Demóstenes, equilibrado y; Cicerón, complejo (profundamente adornado). En el siglo xx el estilo literario, por lo general y en particular el español, es austero, sencillo, llano. Esta exigencia natural (por lo cíclico) viene marcada por la generación del 98 (España) con Ortega y Gasset, Unamuno y Azorín, considerado maestro modelo de este estilo; y por la generación del Ateneo Mexicano de la Juventud con Vasconcelos, Alfonso Reyes y Jaime Torres Bodet. Se aconseja que quienes quieran normar su estilo, se decidan por el llano. Sin embargo, se debe tener presente lo que con frecuencia se dice del estilo: "el estilo es el hombre". Esto último resulta necesario para que cada quien, bajo sus propios lineamientos, encuentre la peculiaridad que hará singular su creatividad literaria. Como ejemplo, basta recosrdar que César (austero) fue contemporáneo de Hortensio (complejo) y anteriores a ellos, Demóstenes (equilibrado) contemporáneo de Esquines (complejo). 5.
AFLUENCIA DE PALABRAS
Los preceptos relativos a la elocución no son suficientes (aunque es necesario entenderlos bien) para formar un verdadero orador dado que en ellos no se reune cierta facilidad, invariable, que los griegos llamaban exis (hábito o facilidad). Esta facilidad se adquiere escribiendo, perorando, pero, sobre todo, leyendo. La lectura de los grandes libros de la literatura universal, es necesaria para adquirir una cierta afluencia de palabras que llevan a la madurez de la elocuencia y que viene siendo, precisamente, la exis. Cuando se decida la lectura provechosa dc una obra, nos dice Quintiliano cómo hay que leer: Por largo tiempo se ha de leer siendo excelente. y que de ninguna suerte induzca al error a quien se entrega a su lectura: pero esto ha de ser con cuidado y casi con la solicitud que se
23 pone para escribir, y no sólo se han de inquirir en el todas las cosas por partes, sino que leído el libro enteramente se ha de volver a leer de nuevo. y con especialidad aquella oración cuyos primores se ocultan también frecuentemente de propósito. 17 Se pretende pues, asimilar todos los valores de fondo y forma que un libro pueda ofrecernos.
A. Leer a los poetas “Teofrasto dice que al orador le viene muy al caso la lectura de los poetas. y muchos siguen su dictamen no sin razón. Porque en estos se aprende viveza en los pensamientos, sublimidad en las palabras, un total moví-miento en los afectos y el decoro en las personas", nos dice Quintiliano. Además de desarrollar al máximo nuestra imaginación y nuestra sensibilidad, tan necesarias para perorar.
B. Leer a los filósofos El orador necesita leer a los filósofos. porque sólo éstos le pueden enseñar la virtud de la argumentación, de la dialéctica, así como la variedad v riqueza de temas profundamente tratados. De ellos dice Marco Fabio: “Pero es culpa de los oradores el que tengamos que acudir muchas veces a la lección de filósofos, a causa de habérseles aquellos cedido en la parte mas excelente de su obra Porque es muchísimo lo que tratan y disputan con agudeza acerca de lo justo, honesto. útil y lo contrario de esto,. v de las cosas divinas; y aun los socráticos preparan muy bellamente al que hade ser orador con disputas y preguntas.” 18 Sigue diciendo Marco Fabio: "¿Quién pondrá en duda que dc los filósofos, de los que Marco Tulio confiesa haber aprendido muchísima elocuencia. Platón es el principal. ya por la agudeza en el discurrir y ya por una cierta homérica Y divina facilidad que tiene en el decir. de Aristóteles dice: ''¿Qué diré de Aristóteles, de quien no se si fue más esclarecido por la ciencia de las cosas, o por la multitud dc sus escritos, o por la suavidad de su elocuencia, o por la agudeza dc su invención, o variedad de sus obras?" Recomiendo leer a Platón y Aristóteles. En cuanto a los filósofos medievales y modernos se recomienda su lectura, dependiendo de su tendencia ideológica y' temática, acudiendo a los maestros de filosofía para que te den la orientación bibliográfica que más convenga según tus intereses. Finalmente se recomienda la lectura de las grandes obras de los demás géneros literarios: Tragedia. Drama, Comedia, Novela, Ensayo. Las grandes obras de Shakespeare, Cervantes, Moliére, Victor Hugo, Dostoievsky, Ortega y Gasset, Unamuno, Rubén Darío, Vasconcelos, Alfonso Reyes, Octavio Paz y otros muchos, sin duda alguna, dotarán al orador de recursos valiosos e incontables para su elocuencia. 17 18
Idem pag. 448 Idem pag. 452
24 6. LA IMITACIÓN Todo gran artista comenzó imitando a los otros grandes, porque sólo aquel que se afinca en lo ya acumulado puede subir más alto. Al respecto dice Marco Fabio: Porque ninguno puede dudar de que gran parte del arte se contiene en la imitación. Pues así como lo primero fue inventar, y esto es lo principal, así también es cosa útil imitar lo que se ha bien inventado. Y es tal la condición de toda la vida, que deseamos hacer nosotros mismos aquello que nos parece bien en otros. De aquí es que los niños imitan la forma de las letras para aprender a escribir; los músicos la voz de sus maestros; los pintores las pinturas de los antiguos, y los labradores no pierden de vista la imitación del cultivo de los campos que ha aprobado la experiencia. Para imitar a los oradores debemos leerlos muy bien, analizarlos profundamente, conocer bien su temática y saberla relacionar con la posible temática de nuestra inventiva, aprender de memoria los trozos que a nosotros más nos gusten, aún más, los discursos completos que más nos fascinen, descubrir los elementos imitables que se adapten a nuestro ingenio.
CUARTA PRAXIS ORATORIA 1 Hacer una lista de temas que tú pienses tendrán mayor importancia en tu vida presente y futura. Trata de ser exhaus 38 2 Investiga qué obras de la cultura universal pueden enriquecer la temática que preparaste. 3. Leer, leer, leer... no te canses nunca de leer: A. Poesía, para enriquecer tus afectos y emociones, B. Filosofía, para dotarte de fuerza lógica, argumentativa y dialéctica. C Drama y Novela, para enriquecer tu profundo conocimiento del alma humana. D. Cuento, para enriquecer tu imaginación, E. Política, Sociología y Psicología, entre otras disciplinas, para advertirte de la problemática general del hombre y sus posibles soluciones.
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IV LA PRONUNCIACIÓN DEL DISCURSO La preparación anterior del discurso, por bien hecha que esté, cae en el vacío si su pronunciación fracasa. Al respecto nos dice el gran Rhetor: "Porque no es tanta importancia aquello que compusimos allá a solas, como el modo con que ha de producirse, pues cada uno se mueve según lo que oye. Por lo que la prueba que acaba de proponer el orador no es tan firme que no pierda sus fuerzas si no le da vigor al que la dice".19 Es, pues, la pronunciación el momento de la verdad para el aprendiz de orador y para el orador mismo. Así, lo expuesto con anterioridad y preparado viene a cuajar perfectamente en esta parte definitiva y es aquí donde brillan todas las dotes y cualidades del orador. Dice Marco Fabio: "Pues si en unas cosas que sabemos son fingidas y que tanto duran cuanto suenan tienen tan gran poder la pronunciación que excita la ira saca lágrimas y pone en preocupación. ¿Cuánto mayor poder es preciso que tenga en aquellas cosas que consideramos verdaderas?; y luego añade, "a la verdad, no tengo reparo en afirmar que un discurso aun mediano, pero recomendable por toda la fuerza de la pronunciación, hará más impresión que otro muy excelente que careciere de ella". Procederemos al desarrollo de este importante tema en sus aspectos esenciales: Declamación, ademán, memoria e Improvisacion. 1. LA DECLAMACIÓN La declamación es el desempeño de la voz en el desarrollo de un discurso. Evidentemente, la voz tiene una importancia capital en un orador. Con una voz defectuosa (chillona, muda, cascada, débil, etc.) es imposible llegar a ser un orador. Se necesita, entonces una voz robusta, vigorosa, versátil, modulada, etc., además de seguir ciertas normas, para que su pronunciación resulte agradable, impactante, efectiva, verdaderamente persuasiva. Veamos 19
Idem, pag. 58
26 ahora tales reglas. A.
Voz clara
Consiste en la correcta articulación de las palabras. Cada palabra debe pronunciarse bien, completa, en todas sus sílabas, pero sin exagerar. B.
Fraseo
Se deben distinguir todas las partes de la oración, dándole a cada una el sentido que en realidad tienen y cuidando, muy bien, de hacer pausas cuando se deba. C.
Pausas
Hacer bien las pausas, dando a cada una su propio valor de detención. No es lo mismo la pausa correspondiente a una coma que aquella de un punto y aparte. Sólo el ejercicio nos llevará a la maestría en el uso de las pausas. D. Voz adornada Significa que debe ser expedita, llena, suave, flexible, sana, dulce, durable, clara, limpia, penetrante y perdurable en los oídos. Aunque en general debe mantenerse en tonos medios, pues, como dice el gran Rhetor: "De aquí que la voz grave o baja no tiene fuerza y la muy alta está muy expuesta a quebrarse". Como podemos ver, es necesario usar tonos medios; y éstos se han de levantar cuando es preciso dar todo su volumen a la voz y moderar cuando haya que bajarla. E. Variedad Esta es la cualidad más importante de la declamación, pues la voz debe conformarse en todo con las ideas que decimos y con la disposición de los ánimos para no apartarse un solo punto del sentido de la peroración. E Velocidad moderada La pronunciación debe ser expedita, no precipitada, y moderada, no lenta. La pesadez descubre la dificultad que tenemos en el discurrir y la misma flojedad con que se dice entibia los ánimos, mientras que la precipitación nos lleva a perder el control de las palabras e ideas y, por ende, la atención de los oyentes. G. Aliento Se debe ejercitar más el aliento, de manera que dure lo más que sea posible para lograr lo que Demóstenes recitaba sin alentar mas versos que podía subiendo cuestas. Éste mismo solía perorar en su casa revolviendo piedrecillas con la lengua para pronunciar las palabras con más expedición. 2. ADEMÁN El ademán consiste en el movimiento de las manos y de todas las partes del cuerpo que
27 acompañan con sentido el discurso. Este es el último toque de la perfección de orador, el coronamiento de todo su talento y esfuerzo. Es tan importante que Demóstenes, el mejor orador griego, solía corregir su acción, mirándose en un espejo de cuerpo entero. El ademán debe ser moderado y esencial. Debemos tener el principio general de mover las manos, o alguna parte del cuerpo, sólo cuando el sentido de lo que se dice lo pida naturalmente. No exagerar en modo alguno los movimientos, no hacer ademán por hacerlo. Daremos algunos principios. A. Las manos El movimiento de las manos es el más importante para el orador. Los maestros del arte prohiben levantar las manos sobre los ojos o ponerlas más debajo de la cintura. La mano izquierda por si sola jamás hace buen ademán, comúnmente acompaña a la mano derecha. Hay que procurar que los movimientos tengan un fuerte sentido de elegancia, lo cual se logra sólo si el cuerpo entero está bien parado y afianzado en el suelo. Un error grande en cuanto al ademán de las manos en la oratoria es la mímica. Resulta ridículo dibujar materialmente con la mano lo que vamos diciendo. B. La cabeza Nos dice Quintiliano que: La cabeza es uno de los miembros principales en la acción, así como lo es en el cuerpo, no sólo por la gracia o hermosura, sino también por la significación de ella. Lo que se requiere, pues, en primer lugar, es que la cabeza esté siempre derecha y en una postura natural. Porque baja denota humildad, demasiado levantada arrogancia, inclinada hacia un lado desfallecimiento, y el tenerla muy tiesa y firme es señal de cierta barbarie. El movimiento de la cabeza debe más bien acompañar a los ojos, pues depende de a dónde dirija la vista el orador y es, en última instancia, la que denota mas nobleza de un orador. C. Los ojos A través de los ojos se muestra, más que otra cosa, e1 alma de manera que aun sin moverse, no sólo se revisten de claridad con alegría, sino que con la tristeza se cubren como de una nube; con el movimiento muestran conato en una cosa o indiferencia, soberbia, fiereza, dulzura o aspereza; de todas las formas se revestirá el orador, según el lance lo pidiere. No debemos abusar del movimiento de las cejas y mucho menos arrugar la nariz. 3. MEMORIA Algunos tienen la opinión de que la memoria es un don de la naturaleza, y sin duda tiene muchísima parte en ella pero se aumenta con el ejercicio, como todas las demás cosas. Todo el trabajo del que ya hemos hablado, es inútil si las demás prendas no subsisten en virtud de ésta, que es como el alma de ellas. Los que deben perorar a menudo no solamente conviene que tengan una firme retentiva, sino que prontos en aprender, y no sólo volver a aprender leyendo lo que se
28 ha escrito, sino seguir también en lo que se ha meditado el hilo de las cosas y orden de las palabras, y acordarse de lo que por la parte contraria se hubiese dicho y refutarlo, no con el mismo orden con que dijo, sino acomodándose en los lugares oportunos.2 Así, la primera recomendación es el ejercicio, oigamos lo que nos dice el gran Rhetor acerca de ello: Más si alguno pretende que yo le dé la única y la más principal regla que hay para aprender de memoria, sepa que ésta es e] ejercicio y el trabajo; aprender mucho de memoria, meditar mucho, y si todos los días se puede hacer esto, es el medio más poderoso. Ninguna cosa hay que en tanto grado se aumente con el cuidado y se disminuya en el descuido. Por cuya razón los muchachos, como lo tengo ya ordenado, aprendan inmediatamente de memoria las más cosas que le sean posibles, y cualquiera edad que se dedicare a aumentar con el estudio, procure desde el principio quitarse aquel hastío que causa el repetir muchas veces lo que se ha escrito y leído y aquel volver en cierto modo a masticar lo mismo que se ha comido. 20 Las técnicas de la memoria son múltiples y seria interminable enumerarlas, baste que hablemos de las más importantes, seguras y generales. En primer lugar la repetición es el secreto más grande de la memorización. Lo que vayamos a aprender de memoria debemos leerlo muchas veces, con calma y por partes. Este ejercicio hay que repetirlo durante días, y veremos cómo, casi insensiblemente, tendremos todos los trozos que queremos en la memoria. La segunda técnica es la ejercitación por asociación de ideas o de señales. Cuando se trate de recordar, más que textos, ideas, es conveniente asociarlas por orden con señales que no sean muy evidentes o familiares. Lo más común es asociarlas con la idea asociada con el mismo. También es común asociar las ideas por el parecido fónico de las palabras. Volviendo a la oratoria surge una pregunta fundamental, ¿Conviene aprender de memoria, al pie de la letra, todos los discursos?. La respuesta común de los maestros de retórica es que al principio se haga el esfuerzo de aprender hasta en sus últimos detalles los discursos. Ya después, cuando se tenga la experiencia y se haya progresado, lo común será aprender de memoria sólo los elementos o partes más importantes, dejando lo demás a la habilidad ya desarrollada de la improvisación. 4.
IMPROVISACIÓN
La improvisación es el fruto más maduro del arduo ejercicio y avanzado progreso de la oratoria, por lo mismo debe evitarse hacerlo al principio, así como cuando se trate de un discurso formal. Como en música, sólo aquel que ya conoce los secretos más estructurales y esenciales, los diversos tonos y modalidades, la diversidad de estilos y posibilidades, puede darse el lujo de improvisar. Sin embargo, la improvisación como ejercicio es fructífera desde el principio, más que nada para irse conociendo como decidores, para ir detectando los defectos y para ir descubriendo nuestras cualidades personales. Incluso se recomienda el ejercicio periódico de improvisación corto, con el que todos los oyentes tengan licencias de reírse, burlarse, remedar y ridiculizar al improvisador, sin que éste deje de perorar hasta el final del tiempo convenido. 20
Idem pag. 526
29 Esto último ayuda mucho a superar el miedo al auditorio, advertir los efectos, mejorar y madurar con mayor rapidez. QUINTA PRAXIS ORATORIA
1. Realiza tus ensayos de pronunciación de tus discursos frente a un espejo: critícate y corrígete. 2 Registra tus ensayos de pronunciación de tu discurso en una grabadora: escúchate y corrige la emisión de la voz 3 Improvisa un tema durante cinco minutos delante de tus compañeros de taller de oratoria con la licencia de reírse, burlarse y ridiculizarte en todos tus defectos (hacerle ver o denunciar ante la benevolencia de los oyentes lo negativo de su proceder).
V LOS RECURSOS-LA PERFECCIÓN EN LA ORATORIA Hemos visto cómo materialmente debe estar constituido un discurso. Hasta cierto punto lo más fácil de la oratoria es la estructuración del discurso, lo más difícil, es el alma (el pathos o vis). Pathos en griego significa pasión. El orador no solamente debe ser apasionado, también debe desbordar pasión para apasionar al oyente con su idea. Vis en latín quiere decir fuerza. El orador debe tener una fuerza de ánimo especial (que es su apasionamiento) para poder mover el alma de los oyentes. Ahora bien, como todos los artistas, el auténtico orador "nace no se hace". Sin embargo, existen unos recursos específicos que: a) al orador innato lo llevan a la perfección y b) al que no nació con la elocuencia innata, lo pueden convertir en un orador eficaz y persuasivo. Veamos cuáles son los principales recursos. 1.
LOS AFECTOS, EL SENTIMIENTO, LA PASIÓN
Es cierto que las ideas mueven a los hombres, pero ninguna lo hace si no se presenta fogueada por el sentimiento: La comunicación de las ideas sólo se hace eficaz a través del sentimiento humano. Quintiliano expresa esto así: El orador para mover debe estar primero movido. Ninguno se abrasa sino con el fuego ni se ablanda sino con las lágrimas, ni alguno puede dar el calor que no tiene" 21 21
Instancia Oratoria 2° y 3°
30 Definitivamente, para entusiasmar hay que estar entusiasmado, para convencer se debe estar convencido: la simulación y la afectación son fácilmente detectadas por el ojo atento del oyente. Cuando nos sea difícil conmovernos, existe un recurso que Cicerón llama "ilustración y evidencia", que consiste en representar a nuestra vista la imagen dramática, a lo que se siguen los afectos como silo estuviéramos viendo. Si necesitamos más fuerza, pongámonos nosotros en el lugar de aquellos a quienes les ha sucedido la calamidad para mover a compasión “no tratando la cosa como que pasa por otro, sino revistiéndonos por un instante de aquel dolor”22 El control de nuestros sentimientos nos hará ser creativos si llegamos 1 tenerlo. El filósofo William James nos dice al respecto: “Así, el camino más eficaz de la voluntariedad para llegar a la alegría. expontánea está perdida. es el de que estamos alegres. hablar y proceder como si dicho sentimiento se hubiese apoderado ya de nosotros” 23 Esto nos hará recordar la alegría. y lo mismo cualquier sentimiento que queramos hacer brotar en nuestro ánimo. .Si alguien puede lograr el poder de la autosugestión v de la autoconfianza podrá con mayor razón sugestionar a los demás y transmitirles la confianza.
2. EL HUMOR El humor, comicidad o gracejo. es otra arma o recurso poderoso para mover al oyente dice Quintiliano: "Ella tiene la virtud para madurar las Cosas mas serias. desvaneciendo no pocas veces el odio y la ira". Este recurso depende fundamentalmente de la naturaleza del individuo, será más gracioso el que por temperamento lo sea. A este respecto Cicerón superó con mucho a Demóstenes. EI temperamento de Demóstenes no se prestaba, por su seriedad, a la chanza. Cuando en cierta ocasión Cicerón, siendo cónsul. utilizó el recurso de la burla fina e irónica contra su oponente forense Catón. éste lo único que pudo decir al final fue: Facetum conselum habemus (tenemos un cónsul chistoso). Cicerón ganó la causa a favor de Arquias. Sin embargo, la gracia y el chiste se deben usar con moderación, pues si se cae en la ridiculez el efecto es contraproducente. el orador cae en descrédito: mucho menos hay que caer en la chocarrería y vulgaridad, porque entonces el pretendido orador perderá el respeto de los oyentes. 3. . LA ALTERCACIÓN La altercación consiste en instar presionar o rebatir contradecir al contrario Es una dialéctica oratoria y para realizarla se debe estar fogueado en la dialéctica lógica y su práctica. Se realiza a través de una rápida discusión para la cuál hay que tener una habi1idad muy 22 23
Idem pag. 299 Carnegie. Como hablar en público pag. 240
31 especial. En palabras de Quintíliano Para la altercación se necesita primeramente de un ingenio pronto vivo y esforzado y de presencia de ánimo, pues como no se da tiempo de pensar es necesario tener pronta la respuesta, y apenas el contrario asesta los tiros estar dispuesto para rebatirlos''. A continuación trataremos los recursos de la altercación
A. Ingenio vivo y rápido El que no sabe contestar rápidamente no puede altercar. Esto se logra con el ejercicio diario del diálogo dialéctico (cfc. dialéctica).
B. Conocimiento total y profundo del tema que se discute Mientras más se conoce un tema más se puede argumentar sobre el mismo. Debemos formar el hábito del análisis exhaustivo y estructurado de los temas para dominar las ideas de los mismos.
C. Ecuanimidad EI irascible. el encendido, el enojón, fácilmente se desespera y prorrumpe en ataques y afrentas evidenciándose como "incapaz" delante del interlocutor y de los oyentes, y provocando su indignación. Una buena dosis de paciencia y humildad son necesarias para el buen altercador. Los argumentos del contrario no siempre los refutaremos, sino que algunas veces será necesario despreciarlos, minimizarlos, eludirlos astutamente con ingenio. Si alguien procede brusca o groseramente debemos responderle y hacerle ver o denunciar ante la benevolencia de los oyentes lo negativo de su proceder.
D. Punto cardinal de la disputa Tenerlo siempre presente. porque nada aprovecha más el contrario que el desconcierto o pérdida de pista que manifestamos. Si siempre nos mostramos seguros de nuestros argumentos podremos desconcertar al contendiente fácilmente.
E. Objeciones Llevar meditadas de antemano todas las objeciones que podría presentar el adversario, esto aumentará la seguridad y rapidez de nuestras respuestas.
F. Necedad o terquedad Nunca demostrarías ante la evidente razón que asista al contrario. A la larga, ceder parcialmente puede ayudar más a nuestra causa, sobre todo si sabemos emplear el método mayéutico-irónico (cfr. refutación). 4. LOS TROPOS
32 Los tropos son recursos literarios, es decir, comunes a todos los géneros de la literatura pero no por eso menos importantes en la oratoria. Tropo es la mutación del significado de una palabra a otra. Este se realiza en virtud de la analogía lógica, que consiste en que dos cosas distintas pueden tener algo en común, lo cual se utiliza para hacer la mutación. Hay varias clases de tropos con nombres y significados precisos y estudiados desde la antigüedad grecolatina: alfabetizaremos y explicaremos los más importantes. A.
Metáfora
Consiste en la traslación del sentido de una palabra a otra. Es considerada el tropo más frecuente y hermoso. Es tan natural que lo usan los ignorantes sin advertirlo, y tan gustoso que da mayor luz a la oración ya de por sí clara. Ejemplos: "Los campos están sedientos". "Las praderas están enfermas". "Sedientos" y "enfermas", son palabras cuyo significado corresponde en sí a los animales pero aquí se trasladan a los vegetales por la similitud de condiciones. Tan común es este tropo que muchas metáforas han llegado a formar ya parte del lenguaje normal: "Encendido en ira", "inflamado de pasión", "ardido de coraje". B.
Sinécdoque
Es un tropo con el cual se nombra la parte por el todo y el todo por la parte, la especie por el género y viceversa. Ejemplos de la parte por el todo: "Me lanzó la punta del acero", aquí punta del acero se refiere a la espada; "No tiene techo donde dormir", techo se entiende como casa. Ejemplo del todo por la parte: "Compró veinte cabezas de ganado", evidentemente compró los cuerpos completos. C.
Metonimia
Tropo en el que se traslada el efecto por la causa y viceversa. Por ejemplo "vive de su trabajo" en vez de "vivir del producto de su trabajo", "compró un Picasso", autor por obra; "heredó el trono", instrumento por agente. Horacio nos deleita con un verso utilizando este recurso: "La macilenta muerte Con pies iguales huella las chozas de los pobres. Y las torres soberbias de los Reyes".24 D.
Antonomasia
Este tropo pone una cosa en lugar de un nombre propio por caracterizarlo supremamente, ejemplos: "El filósofo" por Aristóteles; "el maestro" por Jesucristo; "El Libertador" por 24
Horacio Od., Libro I pag. 4
33 Simón Bolívar. E.
Onomatopeya
Ficción de un nombre acomodando o imitando el sonido natural de la cosa. Por ejemplo "mugido", "silbido", "maullido", "rimbombante", en coche "traqueteando", etcétera. F.
Epíteto
Es un adjetivo que caracteriza especialmente al sustantivo. Para un orador, si el epíteto no produce algún efecto se tiene por superfluo. Ejemplo: ¡Oh maldad abominable! ¡Oh liviandad infame! Virgilio nos dice: "La vergonzosa necesidad y la triste vejez". G.
Alegoría
Es un tropo continuado en todo un sistema que corresponde en todos aspectos a la otra idea. Es especialmente brillante por su complejidad. Horacio nos deleita con la siguiente: "¡Oh nave! nuevas olas Volver ante a llevar arrebatada A la alta mar ¡Oh! Mira lo que haces Al puerto con denuedo te retira" 25 Se torna la nave por la República, las olas por las guerras civiles y el puerto por la paz y la concordia. Cicerón nos da otro ejemplo de alegoría: "A la verdad entendí siempre que Milón tendría que correr las otras barracas y tormentas, por lo menos las que hay en el mar alborotado de las asambleas". H. Ironía Es el tropo que a través de los contrarios o exagerado lleva a irrisión o mofa. Como ejemplo de ironía contraria está: "Vamos a ver qué dice el listo de la clase"; de lo exagerado: "He aquí que llega el rey de las botellas". La ironía es capaz de dar mucha fuerza y vigor a la oratoria, cuidando siempre de que esta no se convierta en burla agresiva y grosera. 1. Perífrasis o circunlocución Consiste en referirse a alguien o algo a través de un rodeo de palabras. Se usa especialmente para enfatizar y ocultar palabras duras u ofensivas. Por ejemplo: "Las reinas de la noche populan en esta plaza", refiriéndose a las prostitutas. 25
Horacio Geórgicas, III, Libro I – od. 14
34 J. Hipérbole Es una ponderación o exageración que resulta significativa. Virgilio no dados ejemplos: "Y dos altos peñascos a las estrellas altas amenazan", 26 y "más veloz que las alas de los rayos".27 Acabamos de presentar los tropos más importantes. Debemos, primero, estudiarlos bien y familiarizarnos con ellos. Segundo, descubrirlos y analizarlos en los discursos y en obras literarias. Y tercero, tratar de inventar ingeniosamente los nuestros, pues mientras más originales más valor tendrán en nuestros discursos. 5.
LAS FIGURAS LITERARIAS
Las figuras literarias son también recursos literarios que, junto con los tropos, enriquecen la belleza y eficacia del buen decir. Son referidos como "una manera de hablar apartada del modo común y más obvio". Se distinguen de los tropos en que no mutan con otra palabra su sentido, sino que con un propio sentido cambian su modo de tal manera que, añaden fuerza a las ideas y les dan gracia. La utilidad de las figuras la expresó Quintil iano de la siguiente manera: "Sirve no obstante muchísimo para la recomendación, ya haciendo amables las costumbres del orador, ya para ganar favor a la causa, ya para disminuir el fastidio con variedad y ya para indicar algunas cosas con más dignidad o con más seguridad". A.
La interrogación
Es una pregunta que no se hace precisamente por averiguar, sino para dar más fuerza a lo que se dice. Un ejemplo de ello es el exordio de la Primera Catilinaria: "¿Hasta cuándo has de abusar, Catilina, de nuestra paciencia? ¿Cuánto tiempo hemos de ser juguete de tu furor? ¿Hasta dónde se arrojará tu desenfrenada audacia?".28 También sirve para indagar, como en el siguiente ejemplo: "¡Oh hambre de dinero sacrílega y maldita! ¿Qué los mortales pechos a qué males nos incitas?". B.
Prolepsis
Cuando nos adelantamos a hacer la objeción que podrían hacemos. Como en el ejemplo: "Se me preguntará ¿por qué no has obrado ya?, y con justa razón pues creo que he pecado de paciente". C.
Duda
Da a la oración aiguna posibilidad cuando fingimos que no sabemos por dónde comenzar, ni por dónde acabar, qué cosa diremos o cuál callar. Por ejemplo: "A la verdad, por lo que a 26
Virgilio Eneida I Virgilio Eneida V 28 Quintiliano pag. 392 27
35 mí me toca, no sé a dónde volverme. ¿Diré que no fue la infamia de un tribunal sobomado?". D.
Comunicación
Cuando consultamos a los contrarios mismos. Como cuando dice Catón: 'Decidme, ¿si vosotros os hubieses hallado en aquel lugar, qué otra cosa hubierais hecho?." Haces cuenta que se trata un asunto común y que vosotros oséis los principales que lo manejáis".29 Cuando uno mismo le pone respuesta a la comunicación se denomina sustentación. E.
Exclamación
Hecha especialmente para excitar los efectos. Como esa famosa frase de la Catilinaria: "¡Oh tiempos, oh costumbres!". Tanto ha impresionado que ha trascendido la historia. También Cicerón en la Segunda Filípica: "¡Desdichado de mí, pues consumidas las lágrimas, persevera el dolor, no obstante, clavado en el corazón!".30 F.
Licencia
Consiste en un oportuno atrevimiento en un momento que podemos sacar ventaja. También el arpinate: "Comenzada la guerra y aun en una gran parte, sin que ninguna fuerza me obligase, me fui por mi parecer y voluntad a aquel partido que había tornado las armas contra ti". 31 Esta fue una de las causas más sonada que ganó Cicerón porque César ya llevaba la sentencia de muerte, la cual "se le cayó de las manos". G.
Prosopopeya
Cuando personificamos a otras personas, instituciones o cosas, plantas y animales. Introducimos nuestras pláticas con otros y la de otros entre sí, con verosimilitud, persuasión, reprendiendo, dando quejas, alabando y compadeciéndonos, etcétera. Un ejemplo ciceroniano: "Puesto que si mi patria, a quien amo yo más que a mi propia vida: si toda la Italia, y si toda la república se explicasen conmigo en estos términos, Marco Tulio ¿Qué es lo que haces'?". H. Apóstrofe Es un reclamo hecho directamente a alguien o como complemento de la prosopopeya. Como en el ejemplo: "Ya, pues, a vosotros, callados y bosques de Alba, a vosotros imploro". I.
Hipotiposis
Una pintura (descripción) de las cosas hechas con expresiones tan vivas, que más parece 29
Cicerón Por Cluencio IV Cicerón Filípia “II” pag. 64 31 Cicerón Pro Liyario 30
36 que se percibe con los ojos que con los oídos. Como ejempío Cicerón, contra Verres nos dice: "El mismo ya inflamado con su delito y furor viene a la plaza, llamas despedían centellas su crueldad". J.
Reticencia
Muestra por sí misma los efectos tan exaltados que conviene contener. Como dice Virgilio: "Yo os juro .. .más las olas increpadas importa sosegar". K.
Énfasis
Cuando de algún dicho se saca alguna cosa oculta. Como cuando Virgilio, dice de oído: "Pues qué ¿no pude yo pasar mi vida sin culpa a matrimonio no obligada, cual fuera, que a mi ninguna ley rendida, anda de selva en selva?".32 6.
LAS FIGURAS DE LA PALABRA
Sin duda alguna, también las figuras de palabras son literarias. La diferencia estriba en que aquéllas se refieren más al concepto y éstas más a la forma de decir, por eso también son llamadas figuras de dicción y aquéllas, del pensamiento. Veamos pues, cuáles son las principales figuras de la dicción y colocación de la palabra. A.
Duplicación
Las palabras se duplican para ampliar el sentido. Ejemplo: "Vives, y vives no para deponer, sino para confirmar tu atrevimiento" ~rimera Catilinaria). B.
Repetición o anáfora
Repite la misma palabra varias veces con el mismo sentido de ampliar. Por ejemplo: “¿Quiénes son los que frecuentemente quebrantaron la alianza? Los cartagineses. ¿Quiénes son los que en Italia hicieron una cruel guerra? Los cartagineses. ¿Quiénes son los que han desfigurado Italia? Los cartagineses. ¿Quiénes son los que piden se les perdone? Los cartagineses” 33
C.
Contraposición o antítesis
Cuando se contraponen dos ideas contrarias por medio de frases contra-puestas. Ejemplo: "A ti te despierta el canto de los gallos, a él el sonido de las trompetas. Tú entablas un pleito; él pone en orden de batalla al escuadrón; tú cuidas de pie los que van a consultarte 32 33
Virgilio La Eneida “IV” pag. 550 Cicerón Retórica pag. 20
37 no sean engañosos; él de que las ciudades ni el campamento sean tomados".34 D.
Epanodos
Repetir una misma cosa invirtiendo el orden da las palabras, como cuando dice Cicerón: "¡Qué ciudad penáis, ha estado en paz con ellos que fuese rica! ¿O qué ciudad rica, que estuviese en paz con los mismos?" E.
Sinonimia
Cuando se juntan varias palabras que significan lo mismo: "Marchó, salió, se abrió paso, escapó"; dice Cicerón de Catilinia en la segunda Catilinaria. E.
Clímax o gradación
Tiene mucho efecto en ampliar, es una figura donde se juntan la adición y la repetición. Demóstenes nos da un bello ejemplo: "Y no sólo no he dicho esto, pero ni aún lo he escrito; y no sólo no lo he escrito, pero ni aún he desempeñado la comisión de mi embajada; y no sólo no la he desempeñado, pero ni aún he persuadido a los tebano" 35 G.
Adyunción
Muchos conceptos hacen relación a un solo verbo. Nos dice el romano: "Venció la rivalidad a la vergúenza, la osadía al temor, la sinrazón a la razón", en su discurso a favor de Cluencio. Existen otras muchas figuras que se van diferenciando por sus mismos matices, por lo que, el enumerarlas sólo engendraría confusión al que se introduce en este difícil y complicado arte de la oratoria. Ya de por silos recursos que hemos tratado requieren mucho análisis y tiempo para comprenderlos, no digamos para usarlos y crearlos. En un sentido más práctico, el siguiente capítulo nos orientará en cómo usar los recursos que hemos aprendido teóricamente.
SEXTA PRAXIS ORATORIA Revisa el discurso que llevas elaborado y analiza las ideas con el fin de descubrir si puedes añadirle: 1. 2. 3. 34 35
Algunos efectos o sentimientos. Algunos chistes o frases humorísticas. Algunas posibles objeciones de los enemigos que a tu proposición puedan oponer, y
Pro Murena pag. 22 Demóstenes Discurso en defensa de Ctesifonte
38 preparar los correspondientes altercados. 4. Algunos tropos. 5. Algunas figuras literarias. 6. Algunas figuras de palabras.
VI LOS MÁXIMOS PARADIGMAS DE LA ANTIGÜEDAD: DEMÓSTENES Y CICERÓN 1.
DEMÓSTENES (SNAC)
Nació el orador más grande de Grecia en Atenas el 348 a.C. Sus tutores le robaron la herencia y cuando llegó a la mayoría de edad emprendió la tarea de recobrar lo que le pertenecía por medio de la fuerza de su palabra. Después de tres años de pleitos forenses derroté a sus tutores y entró en posesión del poco dinero que quedaba a los derrochadores. Al mismo tiempo, estudiaba con el Rhetor Iseo y se dedicaba a "logógrafo" y posteriormente a "Rhetor" o maestro de la oratoria. Ingresó a la palestra de la política y se consagró con su "Primera Filípica", el año 351 a.C. "Desde entonces, con sus discursos y con sus decretos, dirige la política ateniense opuesta al invasor Macedon: arenga al pueblo, propone tratados y alianzas y los realiza, administra las construcciones navales, restaura las murallas: en suma, defiende infatigable el ideal patriótico".
39 Sin embargo, su política fracasó. Filipo invadió Atenas y cuando su hijo Alejandro se lanzaba contra el Imperio Persa, Esquines aprovechó para atacarlo en una situación muy desventajosa para Demóstenes, desventajas que lo único que lograron fue aumentar el triunfo de nuestro orador en el maravilloso discurso de "Por la Corona" con el que fue coronado como el mejor orador y más patriota de su tiempo y de todos los tiempos, logrando así deshacerse para siempre de su adversario Esquines, quien fue derrotado de por vida. De todas formas, Demóstenes fue desterrado por algunos años por el gobierno macedónico de Atenas. Pero cuando se suscitó en la ciudad un levantamiento contra Antípatro, lugarteniente y sucesor de Alejandro, pudo volver a ella para dirigir la rebelión que pronto fracasé. Demóstenes se refugié en el templo de Neptuno donde fue seguido y cercado por los Emisarios de Antípatro; pero Demóstenes, antes de caer en sus manos se envenenó y terminó de esta manera una de las tragedias reales de la Hélade, que continúa siendo paradigmática para la historia. Era el año 322 a.C. A.
Obras y discursos
a) Forenses b) Judiciales c) Políticos: 1) Cuatro "Filípicas"~ontra Filipo de Macedonia, invasor de Orecia. Ii) Tres "Olintíacas"-sobre la amenaza de Filipo a la ciudad aijada: Olinto. iii) "Sobre la Embajada infiel"-contra su adversario Esquines promacedónico. iv) "Por la Corona"~Su obra cumbre, triunfo absoluto ante sus conciudadanos de su política, su integridad y su grandeza oratoria. v) Otros discursos: "De las Simmorias" "Pro Megalopolitanos" "Pro Rodios" "Pro la paz CONCLUSIÓN Muerto Demóstenes murió también la democracia y, por tanto, la auténtica elocuencia. Permaneció a lo largo de la época Helenística la retórica, como cátedra de la palabra, que, aunque ya no tuvo resultados de elevación oratoria, st' proceso fue muy interesante por la solidificación en la Teoría de la Oratoria o Ciencia de la Retórica, como epígono de los grandes oradores de la época clásica. B.
Cualidades oratorias de Demóstenes
a) en:
Vis intelectual: fuerza, energía, vehemencia y rigor del pensamiento que se traduce i)
Invención poderosa.
40 ii) iii) iv) iv)
Análisis profundo y exhaustivo de los argumentos. Capacidad de meditación para resolver todas las facetas de los argumentos y aquilatar su verdadero peso. Vigor dialéctico que estudia el desarrollo de cada argumento 1v) en el orden y graduación más eficaz. Adaptación final de las ideas vivas y eficaz a la auténtica
b) Sentimiento apasionadamente patriótico. Grandeza de ideales que le dio la verdadera talla gigantesca: "Hombre de su tiempo", a pesar de que el momento histórico ya no favorecía a su patria. c) Equilibrio ético en la forma literaria, cualidades: i) Fraseo conciso y vigoroso. it) Periodo amplio y sonoro sin abusar de él. iii) Equilibrio en el uso de Antítesis y Simetría. iv) Uso de comparaciones felicísimas y pintorescas. v) Ironía punzante, vigorosa y hasta cruel. 2.
CICERÓN
Marco Tulio Cicerón nació en Arpino, pequeña ciudad de Lacio, en el año 60 a.C., de una familia de caballeros terratenientes, quienes se preocuparon por darle una esmerada educación a la cual el joven correspondió con un aprovechamiento sorprendente. Se dedicó desde temprana juventud a la oratoria, pero, viendo sus maestros y amigos al entusiasta joven muy desmejorado de salud, le recomendaron un viaje de placer y estudio a Grecia y Asia. Aprovechó especialmente las lecciones del Rhetor Maestro Molon en la ciudad de Rodas. Volvió a Roma en 77, repuesto y mucho más hábil en el arte oratorio. Por esta época se casó con Terencia, mujer de carácter desagradable y que le acarrearía siempre muchos problemas. Marco Tulio es nombrado Cuestor el año 76 para la ciudad de Lilibea, Sicilia, el año 70 es nombrado Edil y aboga contra Verres, en favor de los sicilianos. En el 63 accede al Consulado, suprema magistratura de la República Romana. Se produce la célebre conjuración de Catilina, suceso que habría de darle su máxima celebridad, por el éxito político que alcanza y, sobre todo, por el éxito oratorio, pues pronuncia las cuatro "Catilinarias", piezas oratorias de extraordinaria perfección. En el 58, el partido popular llega al poder y sale al destierro, el cual dura dieciocho meses, en Grecia. Vuelve triunfalmente el año 57, pero para darle el desencanto, pues es la época del Primer Triunvirato: de César, Pompeyo y Graso. En 51 parte para Cilicia en calidad de Procónsul (Gobernador). Su mandato es íntegro y obtiene algunos éxitos militares, por lo cual su ejército lo proclama Imperator. Vuelve en Roma y en el 49 estalla la guerra civil entre Julio César y Pompeyo, Cicerón vacila, pues ninguno lo convence en el fondo, pero al fin se decide por Pompeyo, quien es derrotado el año siguiente. César admiraba al orador y trató de atraérselo. Cicerón se acercó, pero aconsejando inútilmente al dictador, que devolviera a Roma su democracia. En el 44 sobreviene el asesinato de César, capitaneado por Bruto, amigo de Cicerón, quien
41 cree que la restauración de la República ya es un hecho. Pero pronto se da cuenta que hay otros más ambi4osos y peores, como Marco Antonio, que quiso tomar el puesto de César. Contra este se opuso Cicerón con toda su energía, y pronuncia sus célebres Filípicas, glosando los discursos de su maestro Demóstenes ante el paralelismo de la situación política: Marco Antonio es el equivalente de Filipo II que amenaza la libertad de la democracia. Cicerón tuvo que huir, pues los esbirros de Marco Antonio ya lo buscaban y finalmente lo alcanzaron en Fornia, donde le cortaron la cabeza, en el año 43 a.C. A. La elocuencia de Cicerón Considerando que la crítica universal ha establecido que, sin duda alguna, Cicerón no llegó a la perfección oratoria que alcanzó el griego Demóstenes, enumeraré las cualidades que lo han hecho el máximo orador romano. a) En cuanto al pensamiento: ,. Una inmensa cultura que lo capacita para ofrecer a su elocuencia una riqueza de ideas incomparable. ji. Fecundidad polifacética, no solamente es el máximo orador de Roma, sino que, además de escribir y pronunciar cincuenta y siete discursos de valor extraordinario, escribió diez libros sobre Retórica, ochocientas sesenta y cuatro cartas, cuarenta y cinco libros sobre problemas filosóficos, y otras obras perdidas. iii. Gran ingenio y agudeza para lograr la hilaridad y simpatía de su auditorio. Decía la gente: Habemus facetum consu ¡cm (Tenemos un Cónsul gracioso). iv. Patetismo y exaltación oportuna en los momentos culminantes de sus discursos; patetismo que quizá actualmente nos parece exagerado, pero muy adaptado a la sensibilidad de los romanos acostumbrados desde niños a pensar y sentir en grande. v. La habilidad sutil, casi invisible de mover voluntades y conmover pasiones que lo acredita como profundo conocedor del alma humana. Quizá sea esta su máxima cualidad y la que lo eleva a las cumbres de la elocuencia, ganó por cierto las causas que acometió. B.
En cuanto al estilo literario
Construcción artística soberana de la prosa. Don Marcelino Menéndez y Pelayo calificó a Cicerón como 'el mejor prosista de la tierra". El virtuosismo artístico de la prosa ciceroniana llega a niveles incomprensibles para los modernos por dos razones. La primera es que la lengua latina era más perfecta y eficaz que cualquier idioma moderno para la expresión de ideas y sentimientos, por estructura sintética, desinencial y, sobre todo, por su capacidad hiperbatónica; la segunda, la sensibilidad artística, mientras que el hombre antiguo de los periodos clásicos poseía una sensibilidad muy desarrollada para captar la belleza de todas las cosas y producir en todo altas categorías estéticas (bástenos comparar las columnas dóricas, jónicas y corintias con las paredes y salientes de cemento de la actualidad), el hombre actual es más flemático y pragmático. Por tanto, a aquellos que realmente deseen admirar y apreciar la plenitud de la prosa ciceroniana se les recomienda que estudien la lengua latina y aprendan a leer a Cicerón en su idioma. Sin embargo, en las traducciones españolas encontrarán, en cierta medida, la amplitud, variedad, simetría, armonía de ascendentes y cadencias y otras cualidades del período.
42 C. Discursos principales i. Pro Roscio Amerino, en defensa de Roscio, acusado de parricidio por Crisógono, que ambicionaba sus bienes, fue de los primeros discursos y tiene el valor de haber doblegado ¡a voluntad del dictador Sila que era contrario de Roscio. it. Verrinas, ocho discursos en contra de Verres, patricio que, habiendo sido gobernante en Sicilia, había cometido muchos atropellos contra los ciudadanos Sicilianos. Ganó la causa. iii. Pro lege Manilia, para convencer al Senado de que diera a Pompeyo el mando de la guerra contra Mitrídates. iv. De lege agraria, por un prodigio de habilidad consigue que el pueblo mismo rechace una ley agraria propuesta por el tribuno Rulo. v. Curuma rius, cuatro discursos en contra del conjurador Catilina que planeaba un golpe de Estado. Cicerón triunfé con la palabra y con la acción militar, pues él era el Cónsul ese año. vi. Pro Murena, defensa de Murena acusado de indignidad y por tanto de incapacidad para ocupar la magistratura máxima, pues recién había sido nombrado Cónsul. vii. Pro sulla, un pariente del dictador Sila es acusado de haber tomado parte en la conjuración de Catilina, Cicerón lo defiende. viii. Pro Archia poeta, defiende a este poeta, acusado de usurpación del derecho de ciudadanía. ix. Pro Milone, extraordinaria pieza en la que el orador defiende a Milón por haber dado muerte al agitador Clodio, enemigo personal de Cicerón. x. Pro Quinto Ligario, obra maestra de elocuencia. Ligario había sido acusado de traidor a la política de César. Éste había llevado firmada la sentencia condenatoria pero se le cayó de la mano" ante la contundencia del orador Ligario fue absuelto. xi. Las Filípicas. diez y seis discursos en contra de Marco Antonio (que después se unió a Cleopatra) acusándolo de tirano ambicioso e indecente, como el mayor peligro que jamás había tenido la República Romana. Estos discursos le costaron la vida a este universal, humanista y' polifacético, paradigma en muchos aspectos para la posteridad. 1).
Tratados oratorios
i. De inventione, enumeración de los procedimientos que han de cmplearse para encontrar ideas y hacer discursos. ii. De oratore, tres libros de diálogo entre los oradores Antonio, Craso, Escevola, Cesar y Estrabón. iii. Partitiones oratorias, brevisimo resumen de retóricas escrito para su hijo. iv. Brutus, diálogo entre los oradores Cicerón. Atico y Bruto. Relata la historia de la elocuencia romana. v Orator, retrato dcl orador perlecto. vi. De optmo genere oratorum, sobre la perfección de la oratoria. vii Tópica. tratado sobre tópicos o lugares en recursos retorico.
43 SÉPTIMA PRAXIS ORATIA 1. Leer los discursos de Demóstenes y Cicerón que más te interesen. 2. Tratar de asimilarías aspectos más asimilables y adaptables de sus discursos a tus propios discursos
DISCURSOS DEMÓSTENES Polémica entre Esquines y Demóstenes, después de la derrota de Querona. Esquines: “Filipo no despreciaba a los griegos ni ignoraba tampoco siendo tan inteligente que iba arriesgarlo todo en un día En consecuencia, quería hacer la paz y se disponía a enviar diputados Por otro lado los principales tebanos temían, y con razón, el peligro de un acto decisivo informados a lo que se exponían, no por la guerra de Fócida que había durado diez años y que le habían dado una lección que no podían olvidar “Tal era, entonces, el estado de los espíritus Demóstenes observo que los jefes de los
44 beocios iban a hacer la paz separadamente y a recibir solos el dinero de Filipo, y se Imagino. pues, que sería indigno de vivir si desperdiciaba un solo provecho vergonzoso se lanza a la asamblea cuando nadie hablaba de paz, y allí, corno si hubiese querido referirse a los jefes de la Beocia y a la orden de darles su parte de dinero juró por Minerva de la cual no parece haber hecho Fidias la estatua sino para suministrar a Demóstenes un medio de corromperse y de ser perjuro y protesto que si alguien hablaba de hacerla paz con Filipo le cogería de los cabellos y lo arrastraría él mismo a la prisión, imitando la conducta de aquel Clefón que en la guerra contra Lacedomia perdió según se dice a la República por sus arrebatos. Pero como los tebanos no le escuchaban y hasta llamaban a nuestros soldados, que ya habían partido para que deliberasen sobre la paz, sube entonces a la tribuna tuera de si trata a los jefes beocios de cobardes que traicionaban los intereses de Grecia y les declara que iba a dictar un decreto, él que nunca miro tu enemigo cara a cara en virtud del cual enviarían diputados a Tebas para pedir a los tebanos que le abriese paso contra Filipo. Los principales de Tebas avergonzados y temiendo aparecer en efecto como traidores a los intereses de Grecia renunciaron a la paz y no pensaron ya mas que en la guerra. "Este es el momento de deciros algo de estos bravos ciudadanos que envió a un peligro evidente, a pesar de que los sacrificios no habían sido favorables; de esos ilustres muertos cuya bravura se ha atrevido a elogiar hollando sus tumbas con sus pies tímidos, que han huido, que han abandonado su puesto. ¡Oh, tú, el más cobarde de todos los hombres, el más incapaz de una hermosa acción, pero el más asombroso, el más audaz en palabras! ¿'Tendrás ahora, a la faz de esta asamblea, la desvergüenza de decir de que se te debe una corona por todas las desgracias de que eres causa? Y silo dice, atenienses: ¿seréis capaces de tolerarle?... La memoria de estos bravos, muertos en nuestra defensa, ¿morirá con ellos? Transportáos en espíritu, del tribunal a teatro de los hechos; figuráos ver al heraldo avanzar; ¿qué oís? la proclamación hecha en virtud del decreto. ¿Creéis que los parientes de nuestros desdichados guerreros vierten mas lágrimas por los infortunios de sus héroes, que por la ingratitud de la República? "Yo suplico, atenienses, en nombre de Júpiter y de los demás dioses, que no vayáis a erigir un trofeo contra vosotros mismos, que no vayáis en presencia de los griegos, a acusar de locura al pueblo de Atenas, y recordéis a los tebanos los innumerables males, los cuales sin remedio que han sufrido; esos infortunados tebanos obligados a huir de su ciudad, gracias a Demóstenes, han sido recibidos en la vuestra; esos infelices desterrados cuyos hijos han sido muertos, templos y tumbas han sido destruidos por la corrupción de este traidor y por el oro del Rey dc Persia. Más, como no estábais presentes al desastre, representáoslo con el pensamiento; figuráos una ciudad tomada al asalto, muros derribados, casas reducidas a cenizas, jóvenes violadas y otros que eran libres convertidos en siervos, hombres y mujeres de edad avanzada privados, ¡ay! Muy tarde, de las dulzuras de la libertad, vertiendo lágrimas, dirigiendo megos indignados no tanto contra los instrumentos como contra los autores de sus males, suplicando, por último, que no coronéis a la plaga de Grecia, que os garanticéis contra el destino fatal y funesto que acompaña a su persona; porque ni particular, ni república alguna, puede lograr éxito jamás con los consejos de Demóstenes. ¿No os avergonzáis, atenienses, vosotros que habéis hecho una ley contra los marinos de Salaminas, que habéis ordenado que cualquiera de ellos que hubiera volcado su barca en el trayecto, aunque no hubiera sido por su culpa, no podía ya en lo sucesivo ejercer su profesión, a fin de que se supiera en cuánto debe estimarse la vida de los griegos?; y sin embargo, no os avergonzáis de dejar que siga gobernando el Estado, el que ha destruido totalmente vuestra ciudad y toda la Grecia
45 Demóstenes: "Aun cuando el porvenir hubiera sido conocido de todos los atenienses, y todos los atenienses hubieran previsto que tú, Esquines, hubiese predicho nuestra derrota anunciándola a voz de cuello, tú, que no has abierto la boca, la República de Atenas no debía cambiar de conducta a poco que estimase su propia gloria, la gloria de sus antepasados y el juicio de la posteridad. Ahora se ve que ha fracasado en una empresa, como puede ocurrir a todos los hombrcs si así place al Ser Supremo, pero entonces se la hubiera acusado de haber pretendido mandar a los griegos entregándolos a Filipo si hubiera desistido de aquella pretensión. Si hubiera cedido sin combate esas cosas importantes por las cuales nuestros padres han desafiado todos los peligros 6qu len no hubiera sentí do el más profundo desprecio por ti, Esquines?, porque este desprecio no hubiera caído ni sobre la República, ni sobre mí, su ministro. ¿Con qué ojos, ¡dioses poderosos'., veríamos acudir aquí a todos los griegos que hubieran empuñado las armas sin nosotros, para oponerse a semejante deshonor si Filipo hubiera sido nombrado jefe y árbitro de la Grecia? Y esto cuando Atenas en ningún tiempo ha preferido una seguridad vergonzosa a los riesgos y peligros honrosos. ¿Quién de los griegos, quién de los bárbaros ignora que los tebanos, que los lacedemonios, que tenían el poder antes de ellos, que el Rey de Persia, nos hubiera dejado con gusto todas nuestras posesiones y hasta nos hubiese concedido todas nuestras demandas, si hubiéramos querido recibir la Ley, y permitir que otro mandase a los griegos? Pero indudablemente esta conducta no era soportable par& os atenienses: no estaba ni en sus costumbres ni en su naturaleza; no, jamás se ha podido persuadir a la República de Atenas a que se sometiera a pueblos poderosos e injustos, ni que comprase su salvación a costa de su libertad; por lo contrario, en todos los tiempos se ha visto combatir por la preeminencia y arriesgar por el honor y por la gloria; y este modo de proceder os parece tan hermoso, tan conforme a vuestro carácter, que colmais de elogios a aquellos de vuestros antepasados que lo han seguido, y tenéis razón. ¿Qué no admiraría, en efecto, el valor y la resolución de esos grandes hombres, que, abandonando su ciudad y su país, han tripulado sus barcos para evitar el someterse a la voluntad de otros? Temístocles, que les daba este consejo, fue elegido general: Cyrsilo, que les aconsejaba someterse, fue lapidado por vosotros y no solamente él, sino que hasta su mujer fue apedreada por las ventanas por las vuestras; porque los atenienses de entonces, no buscaban un orador ni un general que les procurase una dichosa esclavitud; aquellos altivos republicanos hubieran preferido no vivir a vivir esclavos. Cada uno de ellos pensaba que no habla nacido solamente para sus padres y para sus parientes sino para su patria ante todo "Si pues, mc atreviese a decir que soy yo Demóstenes quien os inspiraba sentimientos dignos de vuestros antepasados no había nadie que tu viese el derecho de reprenderle pero declaro que vuestras magnánimas resoluciones han producido dc vosotros mismos demuestran que la Republica pensaba antes que yo con la misma nobleza, al mismo tiempo que sostengo haber coadyuvado a sus esfuerzos generosos, y el acusador al imputármelo todo a mí solo y al animaros contra mí, como si yo fuera la causa de vuestros peligros y dc vuestras alarmas, no trata sino de arrebatarme una corona en el tiempo presente, pero os robaría a vosotros, al mismo tiempo. los elogios de los siglos que están por venir. Porque si condenando al autor del decreto, censuráis mi administración, parecéis haber cometido una falta y no haber conocido los injustos rigores de la fortuna. Pero no, atenienses, no; no habéis cometido falta alguna al arriesgaros por la salvación de la libertad de todos los griegos; lo juro por aquellos de vuestros antepasados que expusieron su vida en Maratón, y por aquellos que la ciudad de Platea ha visto formados en batalla, y por aquellos que han librado combate
46 naval, ya en Artemisa, cuyos cuerpos reposan en las tumbas públicas. El Estado les concedió a todos los mismos honores, la misma sepultura: sí. Esquines, a todos, no solamente a aquellos cuyo valor fue secundado por la fortuna. Esta conducta era justa; todos habían cumplido con su deber de valientes. pero su suerte fue la que el Soberano Ser destina a cada uno. "Después de esto, calumniador excecrable, miserable escribano, 'fin de arrebatarme con la corona la estimación y la benevolencia de los atenienses, no has detallado las bellas acciones, los combates, los trofeos de nuestros antepasados y ¿tenía esta causa necesidad de tales consideraciones?.,. En cuanto a mi orador tic la República que quería incitarla a combatir por la preeminenecia ¿que sentimientos, histrión indigno, debiera manifestar en 1a tribuna? ¿Los de un hombre capaz de aconsejarle bajezas? La muerte hubiera sido entonces mi justa recompensa. 'Por último ateniénses no se deban juzgar de igual modo las causas cíe los particulares, las causas importantes que interesan al gobierno: la única ley que se debe consultar es la gloria de nuestros mayores. 'Avista de esto me preguntas. Esquines: ¿por qué virtudes pretendo que se me decreten coronas. Pues yo te respondo sin titubear: porque en medio de nuestros magistrados y de nuestros oradores. generalmente corrompidos por Filipo y Alejandro siendo tú el primero de el los, he sido el único a quien ni las delicadas y críticas circunstancias, ni las persuasio nes, ni las promesas magnificas ni la esperanza, ni el temor ni el favor, ni cosa alguna de este mundo mc han podido mover a que desista de lo que creía favorable los derechos e intereses de la patria; porque cuántas veces he aventurado mi parecer y mis propios consejos no lo he hecho como tú, cual mercenario, que semejante a una balanza siempre se inclina al lado que recibe más peso, sino que una intención justa v recta ha dirigido siempre todos mis pasos; porque en fin, llamado v exaltado más que ninguno otro de mis tiempos a los primeros empleos los he servido y desempeñado con una religiosidad escrupulosa y con una perfecta integridad. Por esto pido que se me decreten coronas".
CICERÓN Apostrofando a Catilina en el Senado, y revelando su conspiración: 8 de noviembre de 691 de la fundación de Roma. Sesenta y tres años antes de J.C. "¿Hasta cuándo, Catilinia, abusarás de nuestra paciencia? ¿Cuánto tiempo se ha de estar burlando de nosotros este furor? ¿A qué término llegará esa tu desentrenada audacia? ¡Cómo! ¿Ni la guardia nocturna del monte Palatino, ni las fuerzas esparcidas en toda la ciudad, ni la consternación del pueblo, ni el concurso de todos los hombres de bien, ni el lugar fortificado escogió para esta Asamblea, ni las miradas indignadas de todos los senadores, nada ha podido retraerte? ¿No ves que tus proyectos están descubiertos, que tu
47 conspiración está rodeada de testigos, encadenada por todas partes? ¿Te parece a ti que hay aquí alguno que no sepa qué hiciste esta noche, qué anteanoche, dónde estuviste, a quién convocaste y qué resolviste? "¡Oh tiempos!. ¡Oh costumbres! Todos estos complots el Senado los conoce el cónsul los ve, ¡y Catilina vive todavía! Vive, ¿qué digo? Viene el Senado y es admitido entre los consejeros de la República: y con la vista destinada a cada uno de nosotros a la muerte. Y nosotros, muy preciados de hombres de fortaleza, creemos cumplir con la República huyendo el cuerpo a los golpes de este furioso "Mucho tiempo ha. Catilina que convenía que el cónsul te pusiera un suplicio, y descargase sobre tu cabeza el golpe mortal que tanto ha dispones: tú descargar sobre todos nosotros Ac4so pudo el esclarecidisimo Padre Escipión, Pontífice máximo no siendo mas que un particular dar a Tiberio Graco. que alteraba en parte la Constitución de la República, y nosotros, siendo cónsules. hemos de sufrir Catilina que a todo el orbe quiere destruir a sangre y fuego. Porque no quiero tratar a la memoria aquellos tiempos antiquísimos, cuando Q, Servilio Ahala dio de puñaladas a Spurio Melio, porque pensaba en novedades Hubo en otro tiempo en nuestra República esa virtud en los varones fuertes de castigar con más rigor al ciudadano pernicioso que al mayor enemigo. Pues tenemos, Catilina, contra ti un decreto del Senado, fuerte y severo: no falta a la República ni el consejo, ni la autoridad de este orden: nosotros los cónsules, dígolo claramente, somos los que la faltamos... "Reconoce por fin conmigo aquella noche pasada. Ya entenderás que estoy más alerta para salvar a la República, que tú para arruinarla. Digo que la noche pasada fuiste entre una tropa de espadachines (no me andaré con rebozo), a casa de M. Leca: que concurrieron al mismo lugar muchos cómplices en tu maldad y locura. ¿Te atreves a negar esto? ¿Por qué calías? Te convenceré silo niegas; aquí en el Senado estoy viendo algunos que se hallaron allí contigo. ¡Oh dioses inmortales!, ¿En dónde estamos? ¿En qué ciudad vivimos? ¿Qué República es la nuestra? Aquí entre nosotros, padres conscriptos, en este Consejo, el más sagrado y grave del orbe, tenemos a los que piensan en mi muerte y la de todos vosotros, la de Roma, la del mundo entero. A éstos está viendo el cónsul y les pregunta su parecer sobre la República; ya unos hombres, que palabras las vulnera. Te hallaste, pues, Catilina, en casa de Leca, aquella noche; distribuiste a uno; hiciste elección de los que habían de quedar en Roma e Italia por partes, determinaste adónde querías que fuere cada uno de los que habías de sacar contigo: señalaste los parajes por donde se había de incendiar la ciudad: aseguraste que tú saldrías muy presto: má5 dijiste que necesitabas dilatar tu partida porque yo vivía. No faltaron dos caballeros romanos que te sacasen de este cuidado y se ofrecieron a matarme en mi casa aquella misma noche, un poco antes de amanecen. Todas estas cosas averigüé yo apenas acababa de disolverse vuestra junta; fortifiqué y aseguré mi casa con más gente. y negué la entrada a los caballeros que tú habías enviado a saludarme de madrugada. que fueron los mismos que yo había prevenido a muchos sujetos de mayor carácter, que aquella hora irían a verme.,. Puedo serte gustoso, Catilina. la luz que nos alumbra, el aire que respiramos cuando sabes que no hay ninguno entre todos estos que ignoran que la víspera de las Calendas de enero, el último día del consulado de Lépido y de Tulo, te hallabas en la plaza de los Comicios, armado de un puñal: que juntaste gente para matar a los cónsules y principales de la ciudad; que se que se frustro tu furioso y execrable intento no por alguna consideración que hicieses o por temor que concibieses sino por la fortuna del pueblo romano? Y no quiero decir nada dc aquellos otros atentados, porque, o son sabidos o sucedieron poco después
48 ¿ Cuantas veces intentaste quitarme la vida, tanto estando nombrado cónsul como cuando ya no lo era? ¿Cuántos tiros tuyos disparados con tal tino, que parecía imposible librarme., con sólo ladearme un poco y. como dicen, hurtando el cuerpo, los evité yo? Nada tratas, nada pretendes. nada ideas que yo no sepa a tiempo. Y. sin embargo, no desistes de tus intentos y esfuerzos. ¿Cuántas veces se te ha sacado ya ese puñal de las manos? ¿Y cuántas veces por alguna casualidad se te cayó y se te escurrió de entre ellas? Y con todo eso no puedes estar sin él mucho tiempo. Cierto, yo no sé con qué ceremonias le has consagrado, cuando tienes por preciso clavarle en el pecho de un cónsul. "Más ahora. ¿Qué vida es esa tuya? Porque ya quiero hablar contigo en términos que parezca me mueve la compasión, que totalmente desmereces, y no el odio, de que eres digno. Entraste poco ha en el Senado. ¿Quién de este tan numeroso concurso, de tantos amigos y parientes tuyos te saludó? Si no hay memoria de que esto haya pasado a ningún otro. ¿aguardas a que te afrenten con las palabras, cuando tienes sobre ti el severísimo juicio de su silencio? Y la circunstancia de que a tu llegada quedaron esos asientos desocupados, y todos los consulares, que muchas veces has destinado a la muerte, apenas te sentaste dejaron desamparados y vacíos los asientos que están a tu lado, ¿cómo piensas llevar esto? A fe mía que si me viera temido de mis mi5mos esclavos en la forma que tú te ves de todos tus compatriotas, pensaría en dejar mi casa. ¿Y tú no piensas en dejar la ciudad? Y si llegara a caer, aunque sin culpa mía, en tan atroz sospecha y odio de mis conciudadanos, elegiría antes privarme de su vista que en ser mirado de todos con malos ojos. Y tú, que por el remordimiento de tu conciencia conoces que el odio universal que se te tiene es justo, y está muy de antemano merecido, ¿no te determinas a huir de la vista y presencia de aquellos cuyos ánimos ofendes? Si tus padres te temieran y aborrecerían, y no los pudieras aplacar por ningún medio, me parece a mí que te irías de su vista a otra parte. Ahora, pues, la patria, que es nuestra madre común, te aborrece y teme, y tiempo ha que está en la inteligencia deque tú en nada piensas sino en su ruina. ¿No respetarás su autoridad, no seguirás su dictamen, no temblarás de su fuerza? Ella trata contigo, Catilina, y en cierta manera, sin hablar, te dice: "Ninguna maldad se ha hecho ya ha tantos años, que no fuese por ti; ningún escándalo sin ti; sólo tú e impunemente diste muerte a muchos conciudadanos, y maltrataste y robaste a los aliados; tú pudiste, no sólo menospreciar las leyes y pesquisas. sino también echarla por tierra y hollarías. Pero lo pasado, aunque no era de sufrir. con todo lo toleré como pude. Mas el que ahora esté todo en continuo sobresalto por ti, que a cualquier ruido tiemble a Catilina; que me parezca que no se puede tomar resolución alguna contra mí que desdiga de tu maldad, éstas ya no son cosas que se puedan sufrir Y así, vete y sácame de este susto; si es fundado, para que no me vea oprimido, y si no lo es, para que deje por fin algún día de temer".
BENITO JUÁREZ Triunfo de la República Al regresar a la capital de la República (15 dejulio de 1867) Mexicanos; el gobierno nacional vuelve hoy a establecer su residencia en la ciudad de México, de la que salió hace cuatro arios. Llevó entonces la resolución de no abandonar
49 jamás el cumplimiento de sus deberes tanto mas sagrados, cuanto mayor era el conflicto de la nación. Fue con la segura confianza deque el pueblo mexicano lucharía sin cesar contra la inicua invasión extranjera. en defensa de sus derechos y de su libertad. Salió el gobierno para seguir sosteniendo la bandera de la patria por todo el tiempo que fuera necesario, hasta obtener el triunfo de la causa de la independencia y de las instituciones de la República. Lo han alcanzado los buenos hijos de México, combatiendo solos, sin auxilio de nadie, sin recursos, sin los elementos necesarios para la guerra. Han derramado su sangre con sublime patriotismo, arrostrando todos los sacrificios, antes que consentir en la pérdida de la República y de la libertad. En nombre de la patria agradecida, tributo el más alto reconocimiento a los buenos mexicanos que la han defendido y a sus dignos caudillos. El triunfo de la patria, que ha sido el objeto de sus nobles aspiraciones, será siempre su mayor título de gloria y el mejor premio de sus heroicos esfuerzos. Lleno de confianza en ellos procuró el gobierno cumplir sus deberes, sin concebir jamás un solo pensamiento de que le fuera lícito menoscabar ninguno de los derechos de la nación. Ha cumplido el gobierno el primero de sus deberes. no construyendo ningún compromiso en el exterior ni en el interior, que pudiera perjudicar en nada la independencia y soberanía de la República la integridad de su territorio o el respeto debido a la Constitución y a las leyes. Sus enemigos pretendieron establecer otro gobierno y otras 1eyes sin haber podido consumar su intento criminal. Después de cuatro anos vuelve el gobierno a la ciudad de México. con la bandera de la Constitución v con las mismas leyes, sin haber dejado de existir un solo instante del territorio nacional. No ha querido, ni ha debido antes el gobierno y menos debiera en la hora del triunfo completo de la República, dejarse inspirar por ningún sentimiento de pasión contra los que lo han combatido . Su deber ha sido y es, pesar las exigencias de la justicia con todas las consideraciones de la benignidad. La templanza de su conducta en todos los lugares donde ha residido. ha demostrado su deseo de moderan en lo posible, el rigor de la justicia, conciliando la inteligencia con el estrecho deber de que se apliquen las leyes, en lo que sea indispensable para afianzar la paz y el porvenir de la nación. Mexicanos: encaminemos ahora todos nuestros esfuerzos a obtener v a consolidar los beneficios de la paz. Bajo sus auspicios será eficaz la protección de las leyes y de las autoridades para los derechos de todos los habitantes de la República. Que el pueblo y el gobierno respeten los derechos de todos. Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz. Confiemos en que todos los mexicanos, aleccionados por la prolongada y dolorosa experiencia de las calamidades de la guerra, cooperemos en lo de adelante al bienestar y a la prosperidad de la nación, que sólo pueden conseguirse con un inviolable respeto a las leyes y con la obediencia a las autoridades elegidas por el pueblo.
En nuestras libres instituciones, el pueblo mexicano es el árbitro de su suerte. Con el único fin de sostener la causa del pueblo durante la guerra, mientras no podía elegir sus mandatarios, he debido, conforme al espíritu de la Constitución, conservar el poder que me había conferido. Terminada ya la lucha, mi deber es convocar desde luego al pueblo, para que, sin ninguna presión de la fuerza y sin ninguna influencia ilegítima, elija con absoluta
50 libertad a quien quiera confiar sus destinos. Mexicanos: Hemos alcanzado el mayor bien que podíamos desear, viendo consumada por segunda vez la independencia de nuestra patria. Cooperaremos todos para poder legarla a nuestros hijos en camino de prosperidad, amando y sosteniendo siempre nuestra independencia y nuestra libertad.
WINSTON CHURCHILL La Guardia Nacional ('The Home Guard”) Discurso radiado desde los Estados Unidos de América con ocasión del tercer aniversario de la Guardia Nacional Británica (14 de mayo de 1943). Hace ya tiempo que sentía un gran deseo de que la Gran Bretaña y el Ulster rindieran homenaje a la leal, difícil y absolutamente indispensable tarea realizada por la Guardia Nacional, mes tras mes y año tras año. En consonancia con dicho deseo, el domingo último tuvieron lugar grandes desfiles y se celebraron servicios religiosos en todo el país para asociar la nación toda a la Guardia Nacional en el tercer aniversario de su creación. En esta época terriblemente tormentosa, con su rápida sucesión de acontecimientos formidables o deslumbradores, no debemos pasar por alto ni considerar como cuestiones de mera rutina los incesantes esfuerzos que, de día y de noche, realizan millones de hombre y mujeres y que son como los cimientos en que nos apoyamos para sostener esta guerra justa donde quiera que nos veamos a combatir, en toda la redondez de la tierra. Todas las energías bélicas de los británicos dependen de la constante defensa y adecuada alimentación de la pequeña isla que constituye nuestro suelo patrio, situada a sólo 21 millas de las baterías alemanas ya tan sólo unos minutos de vuelo de sus aeródromos. La Gran Bretaña es el baluarte avanzado de las Naciones Libres y se halla todavía sometida aun constante asedio y ataque por mar y por aire. Esta isla es en gran medida la central de energía y el corazón y cabeza de toda la Comunidad británica y su imperio; es la fuente de una basta producción de material bélico es la causa y el hogar de nuestra armada, de sus puertos salen los convoyes que atraviesan los mares transportando los ejércitos expedicionarios, y a ellos llegan los alimentos y aprovisionamientos gracias a los cuales se sostiene nuestra activa, organizada y vibrante vida. En este hogar arde el fuego de la libertad. ¡Guárdalo bien, Guardias Nacionales! Nuestras miradas se hallan fijas en el futuro, pero podemos, por un Instante, volar los ojos hacia el pasado, hacia los días de 1940, tan extrañamente grabados en nuestros recuerdos que apenas podemos decir si están cerca o lejos. En aquellos días de mayo, junio y julio, en aquel terrible verano, cuando combatimos solos, y, como creía el mundo abandonados, contra el poderosísimo agresor con sus masas de equipo bélico y vastos ejércitos. Mr. Anthony Eden, en calidad de Secretario de Estado para la Guerra, hizo un llamamiento a los Voluntarios Locales de defensa para que. se reunieran alrededor de las posiciones de los reflectores. Carabinas, escopetas de caza y palos: eso era todo lo que se pudo encontrar corno armas. No fue hasta el mes de junio cuando pudimos transportar sin novedad a través del Atlántico un millón de rifles y mil cañones de campaña con municiones adecuadas que nos fueron donados por el gobierno y el pueblo de los Estados Unidos en un acto de
51 preciosa y oportuna ayuda recordaréis cómo los tienes especiales esperaban para transportar los fusiles a todas las zonas de la Guardia Nacional, y cómo trabajasteis día y noche para limpiarlos de la grasa de que habían estado cubiertos durante una generación; recordaréis que hasta temíamos lanzar una descarga de práctica, tan grande el-a la escasez de municiones; pero este fue el punto culminante de vuestra historia, yo pedí que se os cambiara el nombre y adoptárais el glorioso título de Guardia Nacional. A partir de aquel momento, en todo caso. teníais armas de guerra en vuestras manos; a partir de aquel instante, cuando os imaginábais los horrores de una invasión de los humos, surgía en vosotros la última y consoladora idea que nace naturalmente en todas las razas indomables, en los hombres que no se resignan 't ser esclavos y que están decididos a caer luchando. "Siempre mataremos a algún enemigo antes de morir". Bien distinta es nuestra situación actual; somos un pueblo bien armado, La fuerza de la Guardia Nacional ha aumentado firmemente, su equipo y sus uniformes están completos. En lugar de escopetas y bombas de fabricación casera, la mayoría tienen ahora rifles o fusiles Sten o ametralladoras, o sirven en los cuerpos antitanques o antiaéreos. Las municiones, que tan escasas estuvieron durante largo tiempo, son ahora suficientes para permitir a cada hombre ejercitarse con sus propias armas. Acabamos de dar la autorización necesaria para que se intensifiquen las prácticas de tiro. Desde 1940, muchos de los guardias nacionales han pasado a integrar el ejército regular; se han retirado algunos hombres por razón de su edad avanzada después de haber cumplido honrosamente con sus obligaciones. Otros más jóvenes deben a aquéllos su experiencia y han heredado sus puestos de mando. Hace cerca de un año que se implantó el reclutamiento obligatorio, y los hombres "obligados" como se les llamaba, demostraron tantas condiciones y buena disposición como los voluntarios. Con ellos ingresaron los muchachos de 17 años, muchos de los cuales habían recibido ya instrucción entre los cadetes. Se han organizado nuevas unidades con objetivos especiales, muchos centenares de cañones antiaéreos están manejados por la Guardia Nacional, varias veintenas de baterías han estado en acción, y se han comportado dignamente en ella. Las mujeres han desempeñado, en el manejo de los cañones, una actividad cada vez mayor La defensa costera y las unidades de transporte motorizado que se han formado irán aumentando su pericia durante todo este año. El honor de todo esto se debe no sólo a los guardias nacionales sino a todos cuantos les han ayudado, a los jefes de empresa y directores que han hecho posible compaginar los deberes de la Guardia Nacional, ya las cuales hemos otorgado, con el reconocimiento oficial, una insignia de servicios. Tenemos ahora casi dos millones de hombres resueltos, preparados y equipados, todos los cuales realizan sus ocupaciones diarias en campos y fábricas, y después, libremente, gratuitamente, impulsados tan sólo por el honor cumplen con el último y más noble deber de ciudadano del Imperio y del soldado del Rey. El pueblo se da cuenta de que nuestro creciente poderío aéreo, que no se limita a señorear el cielo de nuestras islas, sino que se extiende a más vastas zonas en el continente, y pregunta se habrá desaparecido ya el peligro de invasión. Pero yo os aseguro que mientras Hitler y cl hitlerismo no hayan sido vencidos hasta la rendición incondicional, no podrá darse por eliminado el peligro de invasión. El grado de este peligro depende por completo de la fuerza o debilidad de los elementos y de los preparativos con que se cuenten para hacerle frente. Cuanto mayor deba ser el
52 ejército que haya de atravesar el mar para atacarnos y podemos dominar, mayores han de ser las dificultades de tal operación, y mayor será el blanco que ofrezca el enemigo a nuestra escuadra y a las fuerzas aéreas británicas y americanas encargadas de la defensa, Vosotros, guardias nacionales, constituís una parte vital de estas fuerzas; vosotros estáis especialmente adaptados para hacer frente a esta modernísima forma de ataque por mar la masa de tropas paracaidistas: la Guardia Nacional puede bien compartir el lema de la artillería Real -"Ubique” - porque están en todas partes. Y silos pérfidos nazis se lanzan desde el cielo sobre vosotros cualquier noche, en una incursión, en un fuerte ataque contra los centros clave de producción, vosotros les demostraréis que no han ido a parar a un gallinero ni a una conejera, sino que se han metido propiamente en la guarida del león. En esto consiste la realidad de vuestra tarea; aquí se halla la sensación de lo urgente de vuestra obra que anima e inspira la pesada rutina de los ejercicios y revistas después del duro trabajo cotidiano. Pero tengo todavía que deciros algo más. Os estoy hablando desde la Casa Blanca, en Washington, en la que me hallo con mi honorable amigo el presidente de los Estados Unidos. Estos son días gloriosos; son como los del tiempo de lord Chatham, de los cuales se dijo que uno tenía que levantarse pronto, por la mañana, para no perderse alguna noticia de victoria. ¡Ah! Pero las victorias no son la conclusión; la misma victoria final no hará mas que abrir un nuevo campo en que realizar valerosos esfuerzos; las victorias obtenidas mientras tanto deben espoleamos e incitarnos. Estamos reunidos aquí junto con las altas autoridades profesionales en todos los servicios combatientes de las dos grandes naciones de habla inglesa para planear con vistas a un futuro bastante alejado de los servicios que avanzan rápidamente. Es insuficiente el tener proyectada una etapa; debemos prever etapa tras etapa, hasta donde abarque nuestra vista. Los proyectos y la previsión deben ser nuestros guías y her44os. Los combatientes tienen derecho a ello; también lo tienen las vastas comunidades que vamos a libertar del yugo enemigo; lo tienen las naciones cautivas y esclavizadas que nos llaman desde las rejas de su cárcel. Actualmente tenemos fuertes ejércitos en la Gran Bretaña, y este país es la base de reunión de los ejércitos de liberación que los Estados Unidos envían a través del anchuroso Atlántico. Pero al final no ha llegado todavía. Debemos prepararnos para el momento que se acerca, y que indudablemente va a llegar, en que el grueso de estos ejércitos, avanzando por el mar, entablará la lucha decisiva en el continente. Del mismo modo que la Guardia Nacional ha dado movilidad a las fuerzas regulares ante un posible invasor, los guardias nacionales habrán de ser capaces de asumir la mayor parte del peso de la defensa de la patria, y dejar libre de este modo el grueso de nuestras tropas preparadas para que éstas puedan atacar las fortalezas del poderío enemigo. Es esta la razón que, por sobre todas las demás, me ha incitado a hacer que, en el día de este aniversario de la Guardia Nacional, tanto vosotros como toda la Gran Bretaña, comprendáis la magnitud e importancia de vuestros deberes y el papel que habéis de desempeñar en la causa suprema que ahora se acelera al avanzar hacia su destino.