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Dr. Martin Macedo © 2013, Todos los derechos reservados - www.LibreDeGastritis.com

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DR. MARTIN MACEDO www.DoctorMartinMacedo.com


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Introducción Millones de seres humanos padecen de gastritis crónica asociada a H. Pylori (Helicobacter Pylori) y otro tanto debido a irritación química, predisposición genética o vinculada a factores inmunológicos. Además del H. pylori, otros gérmenes pueden causar gastritis crónica. Según los epidemiólogos y fuentes oficiales el 50% de la población mundial está infectada por el H. pylori y el 35% de la población de los Estados Unidos padece de gastritis atrófica. En estos cuadros se produce una atrofia crónica e irreversible de la mucosa del estómago. Se trata de otra enfermedad “incurable”. Y el culpable es un microbio. Siempre hay un culpable. Siempre hay un enemigo visible, identificable. Eso justifica la guerra. La presencia del enemigo. Cuanto más poderoso y terrible sea el enemigo, más temor siente la población. Y cuando la población está asustada es fácilmente manipulable. El temor lleva a las naciones a la guerra. Para que exista guerra, debe haber un enemigo identificable, poderoso y que nos atemoriza. Cuando un perro siente miedo ataca. Cuando un país se siente amenazado por otro se lanza a una guerra, para “acabar” con el problema. La medicina siempre ha luchado contra “enemigos” llamados microbios, virus, bacterias “asesinas”, células o genes aberrantes. La estrategia ha funcionado y sigue funcionando a las mil maravillas. Surge un enemigo, surge el miedo y finalmente surge el arma para aniquilarlo. Primero se incuba el miedo en la mente y luego se ofrece el antídoto que aplaca ese miedo. Y la gente está dispuesta a dar cualquier suma para “comprar” la solución. Y así cada año aparecen nuevos enemigos, nuevos virus, todos terribles, todos monstruosos, todos apocalípticos. Y la población entra en pánico y espera que los expertos lancen al mercado el arma, el antídoto, el “producto” que “acaba” con el problema. Y todos compran, corren a comprar. Y al año siguiente aparece otro virus, otro “gen” aberrante, otra “mutación”, otra bacteria terrible. Y volvemos a asustarnos y a esperar que nuestros “salvadores” ofrezcan la solución y volvemos a comprar. Y le garantizo que el año que viene aparecerá otro “monstruo” y seguiremos así hasta comprender que las


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enfermedades no provienen de afuera, sino de nuestra ignorancia de las leyes naturales.

Louis Pasteur dedicó su vida a luchar contra las enfermedades infecciosas e identificó a los enemigos. Se trataba de enemigos muy peligrosos porque eran invisibles. Pero Pasteur logró ponerlos al descubierto. Ya no se podrían esconder más, engañarnos más aprovechando su tamaño minúsculo. Ahora gracias al microscopio, son visibles. Sin embargo todavía no los hemos derrotado. Seguimos en una guerra eterna contra estos invencibles-minúsculosterribles enemigos. Se trata de una visión belicista de la vida y en especial de la medicina. Sin embargo, y a pesar de haber pasado toda una vida combatiendo a los microbios, Pasteur, al final de su vida admite que lo importante no son los gérmenes sino el ambiente. Sus palabras textuales rezan: “el germen no es nada, el ambiente es todo”. Luego de pronunciar estas palabras, dejó este mundo. Pero su alma es inmortal y su trabajo aún es respetado y admirado. Creo que la gastritis se puede curar. Creo que el cuerpo humano es una obra maestra de la ingeniería biológica. Los microbios han estado conviviendo con los seres humanos durante cientos de miles de años. Pero ahora algo cambió. Y no creo que ellos hayan cambiado radicalmente. Nosotros hemos cambiado. Hemos debilitado nuestros cuerpos y nuestras funciones vitales. Hemos dejado las formas tradicionales de vivir y alimentarnos que practicaron nuestros antepasados. Y los microbios encuentran “oportunidades” de desarrollo y multiplicación ideales. Y toman esta oportunidad histórica.

Pero si volvemos a fortalecer nuestros cuerpos con formas de vida orientadas a generar salud, fuerza y bienestar, podemos volver a la situación de orden natural que hemos perdido. El ser humano es una forma de vida grandiosa. No puede ser que un microbio torture los estómagos del 50% de la humanidad con una gastritis crónica.


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El microbio nos está diciendo que estamos débiles, nos está enviando un mensaje codificado. Los que comprendan ese mensaje que lean este libro. Los demás vayan a comprar medicinas. Porque después de todo, cada uno tiene la medicina que se merece. Es una gran responsabilidad para mí, como médico afirmar que puedo ofrecer la cura para la gastritis crónica y la victoria completa sobre el Helicobacter Pylori. Mi prestigio está en juego. Pero tengo una fe gigantesca en los métodos que ofrezco en este libro. Sé que puedo ayudar muchísimo con este programa. Y mi deseo por ayudar es más poderoso que las eventuales amenazas a mi prestigio personal. Por eso he escrito este libro. Y deseo que usted pueda curarse y gozar de una gran salud. Le deseo una vida feliz y llena de significado. Respetuosamente DR. MARTIN MACEDO www.DoctorMartinMacedo.com


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GASTRITIS Capítulo 1 Es Necesario Tomar Una Decisión. Siempre estamos tomando decisiones. Es imposible no hacerlo. Ahora mismo usted está decidiendo leer estas líneas y no estar mirando el partido de la Champions League. Y yo por mi parte estoy decidiendo qué palabras escribir en el papel para ayudarle a curar su enfermedad lo antes posible y con el mínimo de inversión de tiempo y dinero. Eso significa que somos libres, aunque no lo sepamos, aunque estemos en prisión. Elegimos todo el tiempo, qué palabras emplear para comunicarnos, qué postura corporal adoptamos, qué leer, qué pensar, qué comer y cómo hacerlo. Elegimos la ropa que nos ponemos y la marca. El color, la textura. La vivienda, el colegio donde enviar a los niños. La libertad es nuestro derecho de nacimiento. Aun los que se consideran privados de libertad pueden ejercer la libertad de pensar y de creer. Uno decide qué creer y a quién creer. ¿Le creo al médico A o al médico B? Uno me dice que mi gastritis es crónica y que tendré que aprender a convivir con ella y otro me dice que es posible la cura si me cuido y me disciplino verdaderamente. Yo soy un médico que cree en la cura, siempre y cuando usted comprenda que es usted mismo la única persona que puede curarse (auto-curarse).


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Porque usted está decidiendo siempre y todo lo que nos ocurre, es el resultado de una larga y poderosa secuencia de causas y efectos.

Mi misión, mi gran trabajo en esta breve existencia, es ayudar a las personas a conectarse con su propio médico interno. A comprender que al igual que toda forma de vida somos capaces de regenerar los tejidos y los órganos enfermos. Que ello forma parte de nuestro legado biológico. Y que podemos activar ese poder. El poder de auto cura. No debemos subestimar ese poder. Este poder ha hecho posible que usted y yo hayamos nacido en este mundo. Somos el resultado de millones y millones de generaciones. Y todas han sido exitosas. Todas han sobrevivido y dejado descendientes. En la antigüedad no había antibióticos, ni ambulancias, ni hospitales, ni blocks quirúrgicos. Aun así nuestros antepasados fueron exitosos en sobrevivir y dejar su semilla. A pesar de todo. De las catástrofes naturales, hambrunas, pestes, guerras y masacres de todo tipo. Incluso hubo glaciaciones que cubrieron de hielo gran parte de la superficie de la Tierra. A pesar de todo eso nuestros antepasados, apelando a su gran poder de adaptación y a su gran poder de autocuración, lograron sobrevivir y dejar su semilla, dejar descendientes. Muchos murieron en las guerras o por epidemias o por enfermedades cardiovasculares. O por un pico hipertensivo. Otros como mártires religiosos o por negarse a adorar a un dictador. La historia de la humanidad está llena de gloria, sangre y de dolor. Pero usted y yo estamos aquí en el año del Señor del dos mil trece. Y somos descendientes de los que sobrevivieron a todo y lograron dejar una semilla. La selección natural. Es una ley biológica. La naturaleza nos ha seleccionado. No importa si la selección de fútbol de su país no lo seleccionó a usted. Usted ha sido seleccionado para vivir en esta época y yo creo con todo mi corazón que hemos venido a vivir una vida con un gran significado. No hemos venido a padecer enfermedades crónicas. Pero a veces la ley biológica impone estas experiencias llamadas enfermedades “crónicas” o “incurables”, para que evolucionemos y liberemos todo el potencial genético que traemos en nuestro linaje de cientos de miles de años de antepasados y de evolución.


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Le recomiendo fervorosamente que elija la salud. Pero no simplemente la salud o la buena salud o una vida libre de enfermedades. Le recomiendo sinceramente que elija una salud brillante, incomparablemente luminosa. Para que usted comprenda en “carne propia” lo que es experimentar la auténtica felicidad. Se trata de un estado glorioso. Y le invito a experimentar ese estado glorioso. Georges Ohsawa, el fundador de la macrobiótica, llamaba a ese estado glorioso, LA SALUD ABSOLUTA. (ver las recomendaciones al final del libro) Se trata de una forma de denominarlo. Después de todo es sólo un tema de palabras. Pero las palabras no se las lleva el viento. Voy a demostrarle que las palabras son extremadamente poderosas y que si las usa bien, podrá crear una salud excelente. Lo importante con las palabras, es el impacto emocional que generan. Las emociones gobiernan al mundo. Uno elige al candidato a presidente que más logra tocar sus emociones. Uno elige a sus músicos favoritos en base a lo que éstos logran con nuestras emociones. Incluso elegimos a nuestro médico en base a lo que “sentimos” en presencia de ese profesional. Las palabras son poderosas. Y si las palabras: “SALUD” - “ABSOLUTA”, lo movilizan a usted y lo entusiasman y lo hacen sentir feliz y dispuesto a trabajar a fondo para intentar esa “utopía” (qué hermosa palabra) entonces puede a partir de hoy comenzar a utilizar las Palabras SALUD ABSOLUTA como un mantra. No se enfoque en la enfermedad. No hable de gastritis aunque sienta dolor, aunque sienta la digestión lenta y difícil. A partir de hoy debe enfocarse en la SALUD ABSOLUTA como meta, como ideal y tratar de alcanzarlo. Pero es necesario tomar una decisión. La decisión de curarse a usted mismo. Porque nadie puede curarlo. Ningún médico cura. Ni yo mismo puedo curar. Pero puedo curarme a mí mismo, tomando las decisiones correctas que se enfocan en la curación. Pero también puedo elegir la experiencia de la gastritis o el cáncer. Puedo elegir fumar o dejar de hacerlo. Le confieso que de hecho fumé más de 20 años creyendo que no me hacía ningún daño porque practicaba simultáneamente la macrobiótica. Ohsawa el fundador, fumaba. Y estaba muy saludable y vital. Era un maestro, un gran maestro y nadie ha podido superarlo hasta ahora.


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Y él decía que si uno practicaba la macrobiótica a fondo, con una gran voluntad, podía fumar un poco que no se enfermaría, porque el cuerpo robustecido como el “hormigón armado” (palabras de Ohsawa) a través de la macrobiótica y el ejercicio físico podría aguantar los efectos tóxicos del cigarrillo. Y yo tenía 16 años cuando leí este libro y con gran entusiasmo y admiración a este maestro comencé a fumar con esa creencia. Pero un día comprendí que era absurdo purificar mi cuerpo por un lado y ensuciarlo por otro. Además Ohsawa se refería a tabaco natural sin agregados químicos. De todas formas, la dura lección de la experiencia me hizo comprender que tenía que parar. Y gracias a Dios (o al Universo como muchos dicen ahora) pude hacerlo y tuve éxito. Me he mantenido libre de la adicción por varios años. Pero cada mañana tomo esa decisión. “Solo por hoy me mantendré en abstinencia”. Cada mañana lo digo, en palabras audibles. Y renuevo mi compromiso. Y así me sostengo. He tenido que tomar una decisión. Y hoy también enseguida de levantarme tomé la decisión de continuar un día más, en abstinencia. Y mañana será otro día. Cada día decido cómo será ese día. He decidido hacer de este día un gran día. Una obra de arte. Contribuir a la salud de toda la humanidad con mi mayor habilidad y capacidad. Y tengo mucho potencial porque soy el resultado, al igual que usted de miles y miles de generaciones de antepasados y tenemos en nuestro código genético grandes posibilidades. Pero es necesario tomar una decisión. La decisión de curarse o mejor la decisión de alcanzar una gran salud, una SALUD ABSOLUTA. Emplee las palabras que más lo CONMUEVAN (MOVER CON) Y LO LLEVEN A LA ACCIÓN. Tome la decisión de lograr una vida esclarecida con una salud arrolladora. Yo lo guiaré hacia ese sueño. Pero cuando lo logre deberá escribirme unas líneas para ayudar a otros a comprender que es posible.


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Para eso tengo un excelente blog, creado por un gran diseñador de sitios web. Se trata de un gran amigo, que también conoció la tortura de la gastritis, como millones de personas en el mundo. Para comenzar en este camino superior hacia la gran salud debe usted tomar muy seriamente el consejo que le voy a dar. Si usted me toma en serio, le aseguro que comenzará ahora mismo el camino hacia la salud verdadera, hacia la gloria. Tome una hoja de papel en blanco. Tome una pluma o bolígrafo. Hágalo (just do it). Y escriba en la parte superior: PROPÓSITOS DE ESTE AÑO. Luego haga una lista con las cosas que desea. Todo está permitido siempre y cuando no haga daño a nadie, y siempre y cuando lo que escriba y pida contribuyan al bien común. Si lo que usted pide contribuye al bien común, las otras personas “inconscientemente” sabrán que usted está tratando de ayudarlas y entonces lo ayudarán a usted a lograr sus sueños. Pero hay algo extremadamente importante en la confección de esta lista. La meta número uno de la lista debe ser LOGRAR UNA GRAN SALUD O UNA SALUD EXCELENTE O UNA SALUD BRILLANTE. Las palabras las elige usted. Aquellas que más lo con muevan (y lo muevan a la acción). Sin acción no hay manifestación. La meta número uno es obtener una gran salud. A la derecha escriba la fecha tentativa para lograrlo. Y en la parte de atrás de la hoja escriba: plan de acción. Y escriba en tres líneas lo que piensa hacer para lograr esa salud excelente. Por ejemplo voy a hacer macrobiótica a fondo, yoga y meditación hasta lograrlo.


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Propósitos 2013 1. Lograr una salud excelente 2. Encontrar un trabajo que me realice 3. Comprar una hermosa vivienda 4. Encontrar mi verdadero amor

Próximos 6 meses Próximos 4 meses Próximos 5 años Próximos 12 meses

Del otro lado escribir brevemente el plan de trabajo 1. Practicaré a fondo la macrobiótica y aprenderé a practicarla. 2. Capacitarme y entrenarme al máximo para tener un gran nivel en lo que me guste. Golpear todas las puertas, enviar cientos de solicitudes o abrir mi propio trabajo independiente. 3. Ahorrar 100 dólares mensuales, intocables para generar un fondo para la entrega. 4. Convencerme a mí mismo que ese amor está por ahí buscándome. Visualizar el encuentro y gozar como si ya estuviera aquí. Prepararme para tener una relación y eventual convivencia exitosa, leyendo sobre el tema. Mantenerme en muy buen estado físico, haciendo ejercicios y amando y honrando mi cuerpo.

Puede agregar más metas a su lista de propósitos. No hay techo. La mente humana puede concebir y soñar y puede lograr la mayor parte de las veces esos sueños. La posibilidad de alcanzarlos es muy elevada. Por lo tanto mis felicitaciones por el intento. A partir de ahora usted se enfocará en su lista y deberá leerla en voz audible cada mañana. Como la meta de una gran salud será la primera, la prioritaria, usted comenzará cada día “inconscientemente” a mover energías muy poderosas que lo ayudarán a lograrlo. Cuando usted toma una decisión con toda su alma, el Universo toma muy en serio su decisión y comenzará la gran conspiración, como enseña Paulo Coelho.


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Capítulo 2 Toda Enfermedad Tiene Sus Causas El entrenamiento médico tradicional pone su máximo esmero y pasión en llegar cuanto antes a un diagnóstico. El orgullo de todo estudiante avanzado o de todo médico joven recientemente graduado, es llegar a un DIAGNÓSTICO CIERTO. Es como un desafío al amor propio, al ego. A ver quién es el estudiante más listo, quién acierta en el diagnóstico. Y todos buscan frenéticamente acertar en el diagnóstico. El mejor médico, el más admirado (o el estudiante más admirado, con más “futuro”, el que seguramente tendrá una carrera exitosa y brillante, la próxima “eminencia”) es el que logra el diagnóstico más exacto. Nos entrenan para diagnosticar la enfermedad. Todo se enfoca en la enfermedad. Y ponerle nombre, generalmente un nombre técnico que sólo la clase médica comprende. Por ejemplo en el caso de la gastritis, gastritis atrófica autoinmune. El pobre paciente no entiende nada. Y no va a molestar al médico pidiendo que le explique lo que es una gastritis atrófica autoinmune. Generalmente el médico sigue el protocolo una vez que brillantemente logra denominar (nominar - poner-nombre al problema). Solo los mejores logran el diagnóstico preciso. Los mediocres o no encuentran nada o erran en el diagnóstico. Evidentemente que es importantísimo lograr un diagnóstico preciso. El problema es que la medicina actual está tan embelesada poniéndole nombres a las enfermedades y buscando diagnosticar con instrumentos de sofisticada tecnología y precisión (sin olvidar la clínica, que es la parte “humana” del diagnóstico) que resta importancia a la causas. Cuando vamos al libro a buscar la ETIOLOGÍA (CAUSAS DE LA ENFERMEDAD) generalmente se nos dice: etiología desconocida, aunque existen factores favorecedores, genéticos o influencias del medio ambiente.


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También se nos dice que si estos factores de riesgo interactúan entre sí, aumentan las probabilidades de que se manifieste tal o cual enfermedad. Como siempre digo en mis charlas; no me crean, busquen en los textos clásicos de medicina el capítulo correspondiente a las causas o etiología y verán que en la inmensa mayoría de las enfermedades se desconoce la causa. Para denominar esto con elegancia se usa a menudo la expresión “idiopática” que traducido al español significa que los doctores no tienen idea de cuál es la causa. Hipertensión idiopática, cefalea (dolor de cabeza) idiopática, neuralgia idiopática, etc. El énfasis está en el diagnóstico y establecer un pronóstico sobre cómo va a evolucionar la enfermedad y cómo serán los próximos años para el paciente. Se trata del diagnóstico vital (cuánto va a vivir) y del diagnóstico funcional (cómo va a vivir, qué secuelas o limitaciones va a tener). O sea que se destinan grandes cantidades de esfuerzo y energía al diagnóstico preciso, exacto y precoz (el que llega antes gana) y también establecer el pronóstico vital y funcional.

Ahí el médico muestra su poder porque frente a los familiares o al mismo paciente; parece tener el poder de decidir cómo será el futuro. No es adivinación pero se le parece. Usted no va caminar más. En uno o dos años usted tendrá que usar silla de ruedas. O usted se va a recuperar en unos meses. Con esas sentencias los médicos, sobre todo los avezados, parecen dioses. Y el ego del médico se solaza dando el diagnóstico y estableciendo el pronóstico. Pero en el 90% de los casos, a pesar de tan brillante trabajo se sigue sin saber la causa de la enfermedad. Y cuando se desconoce la causa, no se puede curar. Así de simple. Si no se sabe la causa no se puede curar la enfermedad (ni al enfermo, que es lo verdaderamente importante).


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Y en el 90% de los casos se desconoce. Se podrán mencionar factores favorecedores o desencadenantes, pero luego de leer varias páginas, se sigue sin saber exactamente cuál es la causa de la gastritis o de la diabetes o de la hipertensión o del cáncer o del Alzheimer. Para curar hay que buscar la causa. En la medicina tradicional, generalmente se buscan las causas “afuera” en virus, bacterias, stress, luz solar excesiva (agujero de ozono), el humo del cigarrillo del lugar donde se trabaja. Todas verdades relativas, pero siempre cosas externas. Es como si el paciente enfermo pensara: “yo no fui, no tengo nada que ver, soy una víctima de factores malévolos que me enfermaron…….o es de origen nervioso, eso fue lo que me dijo el médico”. No hay autocrítica o no hay relación entre mi forma de vida, y mis hábitos y mi enfermedad. En mi opinión la enfermedad es causada FUNDAMENTALMENTE por los hábitos. Hábitos, hábitos…...dietéticos, ejercicio o sedentarismo, estado emocional habitual, fumar o beber o consumir fármacos inocentemente cuando hay dolor o alguna molestia. La causa está en los hábitos. En las decisiones habituales. Y como comprendida la causa cesa el efecto, una vez que el paciente comprende…... se cura.


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Capítulo 3. No Existen Las Enfermedades Incurables Ohsawa siempre afirmaba en sus conferencias que no existen las enfermedades incurables. Y estoy de acuerdo en un ciento por ciento. Las enfermedades son experiencias, tienen un cometido, un papel que jugar en la historia del ser humano y en la historia de la humanidad. La enfermedad es una posibilidad real, y casi todos nosotros pasamos o pasaremos por esa experiencia. Es una experiencia necesaria para madurar como humanos y para desarrollar sensibilidad y compasión. También durante la enfermedad se aprende mucho y uno adquiere sabiduría, paciencia, voluntad y coraje. No existen las enfermedades incurables. Pero existen los enfermos incurables, que eso si es un problema serio. Los enfermos arrogantes que se niegan a admitir sus faltas, su ausencia de templanza, su glotonería insaciable, su falta de auto reflexión. Las personas que tienen estas características no podrán ser curadas aunque prueben todas las terapias y gasten fortunas consultando a los mejores profesores de medicina del mundo. No están dispuestas a comprender. Se cierra su capacidad de discernimiento e insisten en que sus males fueron causados por otros o por virus o genes “anormales”. Ahí sí tenemos las famosas “enfermedades incurables”, sólo que la enfermedad no está en un libro de medicina sino en el cuerpo de un paciente que por ignorancia o arrogancia no ve ni quiere ver su propia responsabilidad, su papel en la creación de su sufrimiento. El maestro Kikuchi, discípulo de Ohsawa siempre dice algo que me parece brillante: “no es necesario curar el cáncer; es necesario curar el hábito canceroso”. Si opero un tumor puedo considerar curado al paciente si no hay evidencias de malignidad en otras partes del cuerpo. Muchas veces los especialistas en cáncer, operan “a tiempo”, y al no haber ninguna evidencia de enfermedad fuera del tumor, consideran que el paciente “está curado” y le piden que venga a controlarse en 6 meses para ver “si todo sigue bien”.


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En el fondo, a nivel inconsciente, algo les dice que no curaron nada, que las causas profundas, invisibles y misteriosas siguen activas y que probablemente la enfermedad retornará tarde o temprano.

Por eso habría que dar el premio Nobel al profesor Kikuchi. La causa está en los hábitos, en la forma de vida, en las prácticas habituales, rutinarias, automáticas, inconscientes (inocentes) del individuo que no ve que su forma de vida tóxica, contraria al orden biológico natural ha creado su enfermedad Los hábitos son extremadamente poderosos, tanto que Og Mandino en su famoso libro “El vendedor más grande del mundo” sentenció que los humanos somos esclavos de los hábitos. El hábito tiene una fuerza terrible. Nos impele a hacer una acción una y otra vez hasta el mismo momento de morir. Su poder radica en la “localización” del hábito: el inconsciente. Por lo tanto rara vez tomamos conciencia de lo que hacemos habitualmente, porque de los hábitos se ocupa el inconsciente. Repetimos rutinas y cuanto más las repetimos más se refuerza ese comportamiento. Y lo más difícil es cambiar esas rutinas, reforzadas infinitamente por la repetición cotidiana.


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Cuando uno camina por el medio del campo no existen caminos, todo es salvaje. Si uno debe atravesar cierta zona del campo todos los días, tenderá a ir por el mismo lugar, porque le resulta familiar, porque ya lo conoce. Y volverá cada día y caminará (y atravesará) el mismo lugar. Y eso se convierte en una costumbre porque nos da “seguridad” y no nos expone a arriesgarnos y probar algo distinto que tal vez nos traiga sorpresas. Como reza el adagio: “más vale malo conocido que bueno por conocer”. Entonces seguiremos día tras día atravesando el campo por el mismo lugar y poco a poco comenzará a formarse un surco, un camino en el campo. Luego podrá ocurrir que otras personas necesiten transitar por la misma zona que nosotros, y si ven el camino algo en su interior (inconsciente) les dirá “ve por ahí, ya otros pasaron muchas veces, es seguro“. Posteriormente se sumarán los animales y eventualmente algunos carros irán por la zona de “seguridad”. Finalmente ese caminito en el campo se convierte en un camino con nombre y cartel. Eventualmente le ponen asfalto y se convierte en una calle o en una avenida. Cuanto más uno pasa por ese camino, por ese trayecto, más se fortalece y consolida ese lugar como zona de tránsito. La primera vez que realizamos una acción a la que no estamos habituados, nuestras neuronas deben recopilar información y memorias de otras acciones parecidas para lograr llevar a cabo esa acción. Como cuando alguien toca por primera vez un instrumento musical que nunca antes tocó, por ejemplo un violín. Tal vez tocó la guitarra, pero no el violín. Entonces sus neuronas asociarán la experiencia y las memorias de la guitarra y tratarán de hacer conexiones entre ellas para poder comenzar a tocar el violín, la acción nueva. Al principio todo es torpeza y lentitud. Pero si el practicante se determina a continuar con sus prácticas de violín, irá ganando destreza y eventualmente con los años podrá llegar a ser un gran músico de una orquesta sinfónica. En el cerebro se realizan conexiones neuronales destinadas a crear un circuito neurológico que permita tocar el violín. Dr. Martin Macedo © 2013, Todos los derechos reservados - www.LibreDeGastritis.com

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Cada vez que lo volvemos a intentar, esas conexiones se deben reforzar y se va formando “un surco neuronal”, como un camino….. Y cada vez que recorremos ese camino se vuelve a utilizar esa conexión, ese circuito de dendritas y axones y así es como ese camino se convierte en una gran avenida “neural”. Ya no es necesario usar la conciencia para tocar el violín. Luego de años de práctica continua, la ejecución es automática, inconsciente, habitual. Así se forman los hábitos. Para ahorrar tiempo, para que ciertas acciones se realicen en forma espontánea y con facilidad. Según Bruce Lipton la mayor parte de los aprendizajes habituales se producen durante los primeros 6 años de vida. Si desde la niñez hemos desayunado con leche de vaca y café con azúcar, ese será nuestro hábito y si lo hemos hecho durante 50 o 60 años uno podrá comprender la magnitud del circuito neural, reforzado por miles y miles de repeticiones. Repetir y repetir nos convierte en maestros o en criminales. Quien fuma y fuma repetidamente, quien tiene el hábito de fumar o beber en exceso, está usando este mecanismo de adaptación neural para reforzar hasta el infinito este aprendizaje inconsciente, habitual. Por eso Og Mandino sentencia que somos esclavos de los hábitos. Son inconscientes, son tremendamente poderosos. Y lo más difícil en la vida es cambiar los hábitos. Para que haya un cambio de hábitos debe haber una crisis fuerte, incluso catastrófica. De otra forma la fuerza omnipotente del hábito nos arrastrará a repetir y repetir infinitamente las conductas aprendidas, las antiguas rutinas. Entonces hay hábitos que crean salud, belleza y sabiduría. Y hábitos que crean debilidad, toxicidad y enfermedad. La práctica de ejercicio físico diario, habitual, nos dará un enorme bienestar, salud y juventud durante toda la vida.


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Si esta práctica se realiza en grupo y si uno desea ser un maestro, puede convertirse en un maestro de yoga o artes marciales. Y no será difícil porque la fuerza gigantesca del hábito lo llevará a practicar y practicar gozosamente hasta llegar a la cima. En ese caso hay que anotar en la lista de metas: “llegar a ser maestro de yoga”. A usted le digo que su enfermedad es causada por sus hábitos de vida, particularmente por sus hábitos de alimentación. Entre otras cosas por el hábito de comer rápido sin masticar lentamente la comida. La gastritis es una inflamación de la mucosa del estómago. La mucosa es la parte que toma contacto con los alimentos. El estómago no tiene dientes. Los dientes están en la boca. Los dientes y las muelas deben triturar a fondo todo lo que se come y la saliva debe diluir los condimentos y sabores para que no agredan a la delicada mucosa del estómago. Si usted come rápido, mastica 2 o 3 veces y engulle y lo ha hecho HABITUALMENTE durante décadas, podrá comprender que su gastritis la creó usted.

Y como suprimida la causa cesa el efecto, si comienza a masticar muy bien cada bocado a partir de hoy mismo, entonces a partir de hoy mismo usted está curando poco a poco su Gastritis. Siguiendo a Kikuchi, no es necesario curar la gastritis, sino el hábito “gastrítico”. No masticar es un hábito que produce gastritis. La mayor parte de la gente no mastica bien, por eso la cantidad de enfermos gástricos, no sólo gastritis sino también de cáncer de estómago y úlceras NO PARA DE AUMENTAR. Mientras tanto la industria farmacéutica se enriquece con los miles y miles de personas que tienen el HÁBITO de engullir su comida, generalmente aduciendo que no tienen tiempo para comer porque tienen que trabajar y no les dan más de media hora para almorzar. Dr. Martin Macedo © 2013, Todos los derechos reservados - www.LibreDeGastritis.com

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En esos 30 minutos se incluye el tiempo para trasladarse al sitio donde se tomará la comida, lavarse las manos, saludar a los compañeros que van a almorzar con nosotros y luego guardar todo y cepillarse los dientes. El sistema laboral no fomenta hábitos saludables. Sino hábitos insanos. Que producen enfermedad. Pero se trata de una grave falta de sabiduría. Ignorancia. Hay que ser productivos y “no perder tiempo con tareas secundarias como tomar el almuerzo”. En nuestro parecer, (nuestro paradigma) tomar la comida es un acto sagrado, HABITUALMENTE SAGRADO y los alimentos se toman con gratitud y placer.

Usted de ahora en adelante a sus alimentos se los masticará muy bien, tanto como 100 veces por bocado o más (si tiene gastritis) para ofrecer al segundo tiempo digestivo (el tiempo gástrico) un alimento procesado por los feroces dientes que destrozarán cada trozo de alimento hasta dejarlos hechos “papilla” o líquido, como si les hubiera pasado un camión de doce ejes por encima. El tiempo bucal es el primer tiempo digestivo. El tiempo gástrico el segundo tiempo digestivo. Masticar es un hábito. Masticar poco es un hábito y masticar muchísimo es un hábito. Son sólo hábitos. Y los hábitos o mejor dicho tomar conciencia de nuestros hábitos, es la causa de nuestra enfermedad o de nuestra salud de hierro. La salud es un regalo que recibimos por herencia. Hay personas muy robustas que gozan de todos los placeres y nunca enferman. Tienen los peores hábitos y gozan de una salud envidiable. “¡¡No es justo piensa la mayor parte de la gente!!” Otros se cuidan escrupulosamente y siempre están con gripe o más o menos enfermos. “Este no tuvo suerte, le tocó vivir en un cuerpo endeble”. Tuvo menos fortuna al recibir el regalo genético. Pero a partir de los 40 o 45 años, la salud juvenil, gratuita, fácil, “injusta”, se termina súbitamente y empieza el sobrepeso, a subir la presión, el nivel de azúcar sanguíneo, el nivel de colesterol y triglicéridos.


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Cuando llegamos a ese punto, no podemos depender de la salud “regalada” por los antepasados. A partir de ese momento la única esperanza de generar una vida grande, feliz y supremamente saludable radica en los hábitos. Benditos hábitos. Son nuestra salvación. Y eso es algo que podemos elegir, porque somos libres todo el tiempo. Así que independientemente de nuestra edad y fortaleza genética, independientemente de nuestro pasado y errores y tropiezos, podemos generar una salud brillante y opulenta si adquirimos un paquete de hábitos que produzcan esta maravillosa realidad. Por eso debemos amar la fuerza del hábito y utilizar su fuerza omnipotente para convertirnos en maestros de la salud. Para adquirir gratuitamente la gloria de la salud absoluta. Y vivir con una alegría creciente, una vida donde no podamos parar de decir GRACIAS, GRACIAS (habitualmente).


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Capítulo 4 La Cura Comienza Con La Toma De Conciencia Usted se preguntará, ¿entonces qué debe comer y cómo prepararlo? Hay que incorporar buenos hábitos cuanto antes. Pero antes de pasar a los aspectos prácticos en necesario preparar la mente. Para asegurar el éxito es necesario preparar el terreno mental. Porque la curación de la gastritis es básicamente una creación de la mente. Nuestro enfoque no está en la enfermedad. Si nos enfocamos en la enfermedad cometeremos el mismo error que los médicos alópatas. Esto es una verdad evidente. El ser humano posee un gran poder creativo. Y ese poder se dirige hacia donde enfocamos nuestra atención y voluntad. Nuestros pensamientos y emociones. Si nos concentramos en la gastritis y en sus síntomas y en lo penoso que es padecer de lesiones ulcerativas de la pared interna del estómago, estaremos dirigiendo la atención de la mente y por ende de nuestras emociones hacia la enfermedad y la energía creativa creará más gastritis. Los antiguos sabios de todas las filosofías siempre han insistido en que la mente es el origen de todo lo creado. Todo es creado primero en el plano mental y luego de un proceso que implica decisiones, expectativas, emociones y acciones, se manifiesta en el plano de la realidad física.

Por eso para curar la gastritis, hay que dejar de pensar en la gastritis. Pensando en lo penoso que es estar enfermo, ¿qué emociones afloran? Es evidente…


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Esas emociones bloquean los mecanismos curativos. El proceso creativo comienza en la mente. Donde se enfoca la mente comienzan a dirigirse las energías de la creación. Por eso debemos enfocarnos en salud y bienestar y no en ardor, acidez, dolor y dificultad para digerir ciertas comidas. Cuanto más hablemos de lo penoso que es nuestro estado, cuanto más pensemos en ello, cuanto más tristeza y auto compasión sintamos más sufrirá el pobre estómago, “maltratado” por toda esa energía psicosomática negativa y destructiva. En cambio si pensamos que nos estamos curando, que en unas pocas semanas o a lo sumo en un mes estaremos curados, ¿qué sentimos? • Gratitud, • Entusiasmo, • Alegría • Felicidad. Y todo eso ayuda a nuestro estómago a curarse mucho más rápidamente. ¿Se trata de una cura psicosomática? Se trata de una cura holística, donde todos los factores suman. Si usted empieza a hacer una dieta tipo macrobiótica y a masticar cuidadosamente lo debe hacer ilusionado, esperanzado, con una fe arrolladora de que la cura se producirá infaliblemente en unas pocas semanas. Ese es el entorno que usted debe generar HABITUALMENTE. Ahí puede dirigirse la fuerza creativa que crea la salud, porque está enfocada en salud y bienestar y no en dolor, penuria y dudas. Muchas veces, las personas escépticas frente a la posibilidad de una curación natural piensa y dicen: “vamos a probar este método que parece funcionar, y vamos a ver qué ocurre” El beneficio de la nueva forma de comer y los hábitos de higiene traerán mejoras a este tipo de practicante, pero su actitud escéptica hará que la mejoría se postergue, porque las energías creativas estarán debilitadas. La actitud es TODO. Cuando el practicante se lanza a iniciar la práctica con grandes esperanzas y convencido (lleno de la fe que mueve montañas) de que es inminente la cura y la mejoría, la recuperación será mucho más rápida.


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¿O hay fe o hay escepticismo? Quiero que usted se lance a la práctica con las mayores garantías de éxito, porque su éxito es también mi éxito. Mi experiencia de más de 30 años con la macrobiótica y los hábitos saludables de la medicina de oriente me lo han confirmado. Primero se prepara la mente y luego se transforman los hábitos físicos y la fe. Pero la fe surge de una poderosa toma de conciencia. Tomar conciencia es curar. Si no se hace una profunda toma de conciencia abandonará al poco tiempo la “dieta”. Muchas personas proceden así. Se ocupan de seguir una “dieta”, mejoran un poco y luego la dejan, porque a nadie le gusta hacer dieta. La palabra dieta está asociada a represión, aburrimiento y falta de gratificación. • Eso se debe a que no han entendido nada. • No han comprendido. • No han hecho la imprescindible profunda toma de conciencia.

Cuando uno comprende profundamente que ha creado su enfermedad, ha tomado conciencia. Cuando deja de considerarse una víctima ha tomado conciencia. Cuando uno comprende que ha elegido erróneamente sus alimentos ha tomado conciencia. Cuando uno comprende que ha devorado, que no se ha alimentado sabiamente, ha tomado conciencia. Cuando uno comprende que nuestro cuerpo es una maravillosa maquinaria biológica, fruto de millones de años de evolución de la vida, capaz de adaptarse y auto regenerarse ha tomado conciencia. Entonces ahí, y solo ahí está preparado para pasar al siguiente nivel: la práctica.


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La práctica requiere voluntad y persistencia. Hay que practicar y continuar practicando hasta que se produzca la cura completa y el retorno del estado de dicha y salud brillante. Ese tiempo es un tiempo donde uno podrá distraerse o tener dudas o temores (provenientes de antiguos programas inconscientes limitantes). Pero la profunda toma de conciencia inicial nos dará la fuerza para continuar contra viento y marea hasta lograr la meta, nuestro PROPÓSITO. Por ello vuelvo a insistir en la lectura en voz audible de sus propósitos por la mañana, y en particular el propósito de adquirir una salud descollante y grandiosa. Para mí el practicante que no ha tomado conciencia no está maduro para la práctica. Porque no ha entendido nada y seguramente fracasará y abandonará el “régimen”. No se trata de ningún régimen sino de comprender que hay una forma biológica y lógica de alimentarse para el homo sapiens. Adoptando esta forma biológica se recupera la salud en poco tiempo. Y nada ni nadie en el universo podrán impedirlo. Porque es una ley universal. Ser “macrobiótico” significa fundamentalmente COMPRENDER QUE HAY UNA FORMA NATURAL Y JUSTA DE ALIMENTARSE. Cuando uno obedece la LEY BIOLÓGICA Y EVOLUTIVA, la salud llega espontáneamente. Cuando uno desobedece la ley, el cuerpo comienza a fallar funcionalmente, se empieza a debilitar y a llenar de tóxicos. Entonces se comprende que ese es el origen de la enfermedad. Entonces se comprende que no existe cura más radical que actuar sobre las causas más profundas: la ignorancia de las leyes vitales y su consecuente violación. Por ello sostengo que tomar conciencia es curar y el que no toma conciencia no se cura aunque practique la macrobiótica escrupulosamente, porque no ha comprendido nada de nada.


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Capítulo 5 Tenemos Cuerpos Esencialmente Perfectos La inteligencia que creó y crea cada día las diferentes formas de vida lo ha hecho con una sabiduría magistral. El Creador se asegura de que sus criaturas funcionen a la perfección durante el tiempo estipulado para existir como formas vivientes. Trátese de una bacteria o de una mosca. Toda célula viviente es una maravilla. En una sola célula acontecen simultáneamente miles de reacciones químicas. Los científicos no pueden mejorar a la célula. Solo pueden contemplar estupefactos la maravilla de la vida celular. A veces tratan de intervenir o alterar un poco esta función o incluso modificar la genética. Pero nunca podrán crear la vida. Es tarea del Creador. Según Bruce Lipton durante 2 billones de años las células evolucionaron desde las formas más primitivas hasta llegar a convertirse en las magníficas fábricas bioquímicas que son hoy en día. Una vez que llegaron a un grado superlativo de perfección biológica, el proceso de la evolución llevó a aumentar más y más la complejidad de sus formas creadas. Entonces las células individuales, dotadas de maestría y perfección comenzaron a organizarse en grupos cada vez más grandes. Surgieron así los seres multicelulares. Este proceso de complejidad continuó y continuó durante millones de años, hasta que surgieron los vegetales y animales modernos. Los vegetales son prodigios biológicos al igual que los animales. Y comer vegetales es tan “prodigioso” como comer animales. Porque comemos perfección. Esta toma de conciencia nos debería llenar de gratitud y asombro. Somos los seres multicelulares más complejos (complicados) y con el mayor nivel evolutivo. No estamos destinados a sufrir del estómago, ni a tener úlcera ni a tener que tomar antiácidos durante la mayor parte de nuestra existencia.


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A menos que elijamos creer en esa “realidad”. A menos que elijamos creer en la “cronicidad e incurabilidad”. Siempre elegimos. Nuestras células son perfectas. Funcionan a la perfección, porque se han perfeccionado durante dos billones de años. Se han preparado para trabajar magistralmente. Y luego continuaron su evolución organizándose en organismos cada vez más complejos y avanzados, hasta llegar a la forma actual que usted y yo tenemos. Por lo tanto es perfectamente natural pretender tener una función digestiva perfecta, una salud excelente y un nivel de bienestar sublime. ¡¡Son dos billones de años de preparación!! Afirmar que uno nació torpe o con digestiones débiles es un desprecio a tanto trabajo y esfuerzo por parte del Creador. Aunque podamos tener ciertas debilidades orgánicas adquiridas o heredadas, somos esencialmente perfectos, creados por la aglomeración orquestada de 50 trillones de células, cada una con un nivel de maestría funcional que el hombre jamás podrá crear artificialmente. Partiendo de esa perfección y con esa toma de conciencia comenzaremos a bendecir nuestro cuerpo con palabras y sentimientos repitiéndonos diariamente (y no lo digo en sentido figurado) que somos biológicamente perfectos y agradeciendo (con palabras audibles por favor) el glorioso templo que se nos ha prestado como alojamiento temporal del alma. Y entonces las células de la mucosa del estómago “recordarán” quiénes son y recuperarán su auto confianza. Y pensarán “somos perfectas y muy sofisticadas, creadas para funcionar en perfección”. Y animadas por la nueva información comenzarán a funcionar como saben hacerlo. A la perfección. Y esa nueva información comenzará el camino hacia la curación. Pero hay que decirlo en voz audible, y muchas veces hasta que se “convenzan” de que son fuertes y poderosas. Hasta que usted se convenza de que su cuerpo independientemente del estado actual, es en esencia un prodigio biológico, creado por una inteligencia magistral y un amor ilimitado. Gracias por este cuerpo, lo voy a cuidar con amor y lo voy a limpiar como se hace con un templo donde mora un gran dios.


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Capítulo 6 Somos Obras Maestras De La Ingeniería Biológica Nuestro cuerpo es sensible a las emociones. Es extremadamente sensible. Y el estómago “siente” lo que estamos sintiendo emocionalmente. Cuando estamos deprimidos y con baja autoestima, las células del estómago son impactadas por esa emoción negativa. Y funcionan a media potencia. Todas las células son impactadas, influidas y afectadas por los estados emocionales dominantes y habituales. Pretender curar solo con aplicar productos farmacéuticos, es fruto de una profunda falta de sensibilidad y de una gran miopía espiritual. O también pretender curar sólo con una “dieta” sea macrobiótica o vegetariana o una dieta clásica para enfermos gástricos. Reducir la cura sólo a cambios físicos o químicos sería reducir al glorioso ser humano a un robot mecánico. Y somos seres sumamente evolucionados biológicamente. Somos maravillas biológicas. Y somos seres espirituales, no sólo una máquina. Pensamos, tenemos sueños, tenemos recuerdos, tenemos sentimientos, tenemos creencias y experimentamos culpa y remordimiento. Como ha dicho Wyne Dyer somos seres espirituales teniendo una experiencia física. No es necesario ser religioso ni filosófico. Sino simplemente tener una mente amplia y abierta para COMPRENDER LA REALIDAD TODA DEL SER HUMANO. Reducirnos a un conjunto de carne, huesos, músculos y otros tejidos, mojados por líquidos salinos y creerlo es dificultar inmensamente la posibilidad de curar. A la medicina occidental, alopática, le falta un toque de espiritualidad.


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Somos almas viviendo en templos biológicos llamados cuerpos humanos. Si algo funciona mal en el templo, no podemos buscar la causa únicamente en el soma, porque lo mental, lo emocional nos afecta inmensamente. Para curar tenemos que tener un enfoque holístico (integrativo). Mi propósito es que usted alcance elevados niveles de salud y bienestar y estoy intentado hacerlo a través de las palabras que escribo en este momento. No me contento con que a usted le haya gustado o complacido la lectura y que se lo recomiende a sus amigos y parientes. Mi meta es que usted experimente la gloria de la salud absoluta, por ello insisto en la importancia de elevar la conciencia de lo que somos. Somos mucho más que cuerpos “pensantes”. Somos divinos. Sí. Y no exagero. Si usted quiere alcanzar la curación de su gastritis y fortalecer su estómago y digestión usted debe considerar lo que es desde un ángulo supremamente positivo y elevado. Ohsawa decía que si estamos realmente saludables podríamos digerir incluso el hierro. Es poesía del maestro, queriendo decir que la fortaleza del estómago podría generarse con la disciplina oriental que él difundía por el mundo y llegar a un grado supremo. • Nuevos hábitos son esenciales para la cura. • Nuevos alimentos son esenciales para lograr una gran salud digestiva. • Nuevos pensamientos son vitales para mejorar. • Nuevas creencias para afectar el inconsciente que hace funcionar a las células mientras lo ignoramos todo sobre bioquímica y biología. Hábitos fortificantes. Ejercicio, respiración y meditación. Todo ello forma parte del conjunto de cambios que usted deberá hacer para curarse. Le doy todas las herramientas. Todas. Para asegurarme que tendrá éxito.


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Solo si usted triunfa yo triunfo. Y quiero triunfar. Con todo mi corazón y con toda mi alma. Entonces, prosigamos. Usted debe vivir agradecido y lleno de fe. Debe leer y leer los principios de fe que están en esta obra o en otras similares que eleven el grado de autoconfianza en la poderosa capacidad de autocuración que vive en todos nosotros en estado latente. Debe repetirse en voz audible: • Mi cuerpo es perfecto • Mi cuerpo es hermoso • Mi cuerpo es poderoso • Mi cuerpo se está curando Estoy siendo bendecido por haber encontrado este camino hacia la gloriosa experiencia de la salud absoluta. Agradezca y agradezca y haga todo lo que pueda para crear el nivel de bienestar y dicha que usted desea. Yo lo ayudaré, con lo mejor de mi habilidad.


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Capítulo 7 Los Síntomas De La Gastritis La gastritis puede cursar sin síntomas. Esta enfermedad se caracteriza por una inflamación de la mucosa del estómago. La mucosa es el tejido epitelial que entra en contacto con los alimentos. Más profundamente hay una submucosa y aún más profundamente se encuentra la capa muscular, responsable de los movimientos de “batido” del estómago intentando digerir los alimentos. Esta mucosa es una estructura epitelial muy delicada, pues produce enzimas necesarias para la digestión de proteínas (pepsina y otras), libera el ácido clorhídrico y también un moco que protege a la propia mucosa del efecto corrosivo del ácido clorhídrico. El alimento es sometido así a una potente exposición ácida, necesaria para la digestión y posterior absorción del alimento. En la boca, el alimento es sometido a la acción alcalina de la saliva. Luego desciende rápidamente al estómago y es expuesto a una potente acción ácida. Luego pasa al duodeno, que es el sector inicial del intestino, inmediatamente luego de salir del estómago, donde recibirá otros jugos digestivos alcalinos, como la bilis y el jugo pancreático. El bolo alimenticio es sometido a fuertes cambios ácido-alcalino, como preparación para luego convertirse en sangre. La sangre es creada con el alimento. El alimento debe ser preparado adecuadamente durante la confección de las comidas y luego ser muy bien masticado (la masticación es un acto digestivo vital) para luego ser tragado y sometido a potentes reacciones químicas.


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El ácido clorhídrico del estómago es potentísimo y tiene funciones no sólo digestivas, sino antibióticas, porque destruye parásitos y bacterias o incluso otros tipos de contaminantes microbianos que pueden haber ingresado con los alimentos. El ácido clorhídrico nos protege. Hiromi Shinya el famoso gastroenterólogo japonés, afirma que en una comida corriente, aun manteniendo la más escrupulosa asepsia, con lavado de manos riguroso, con platos y cubiertos lavados con desinfectante y un mantel recién lavado y secado al sol, ingresan al estómago unas 400 mil millones de bacterias. Y muchas más si no nos lavamos las manos y consumimos alimentos insuficientemente lavados o cocidos. Pero no importa este número impresionante de gérmenes, porque el super potente ácido clorhídrico con su pH de 1.5 a 3 las mata inmediatamente. Sin embargo últimamente se atribuyen muchos casos de gastritis a una bacteria llamada helicobacter pylori. La bacteria explica la gran prevalencia de gastritis en el mundo, tanto en oriente como en occidente. La producción del moco protector disminuye en la gastritis. Entonces el corrosivo ácido clorhídrico comienza a corroer y lesionar a la propia mucosa que lo creó. Sin moco no hay protección. Y la producción de moco disminuye en la inflamación aguda o crónica de la gastritis. En muchos casos no hay dolor ni síntomas. Pero en la mayoría de los casos hay un ardor en la zona superior del abdomen llamada epigastrio o en términos populares en la “boca del estómago”. Este dolor aparece cuando el estómago está vacío y alivia al tomar alimento. Evidentemente que cuando el estómago está vacío se concentra al máximo el ácido maximizando su efecto corrosivo sobre la mucosa frágil e inflamada. Al tomar alimento éste actúa como disolvente del ácido aliviando los síntomas. Pero a las 2 o 3 horas vuelve el dolor y otra vez a comer para calmar. La gente que padece gastritis come para aliviar el dolor o la acidez. Y toma sus comidas con mucha frecuencia para evitar el angustioso dolor o acidez. También buscan el alivio con medicamentos que tienen un efecto antiácido porque bloquean la secreción del ácido clorhídrico.


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La acidez y el reflujo gastroesofágico también se ven en la gastritis crónica (dura más de 90 días y hasta un año) y en la gastritis aguda, que dura sólo unos días. También son frecuentes las náuseas y vómitos, así como la falta de apetito. Cuando la gastritis se hace más seria, se erosiona la capa profunda muscular y se producen hemorragias. La sangre puede ir hacia el intestino, coagulando y tiñendo de negro las materias fecales. Materias negras (melenas) son prueba de sangrado digestivo, y el sitio de sangrado digestivo más frecuente es el estómago y duodeno. También la sangre puede salir hacia arriba, mediante el vómito con sangre. Las causas que pueden crear este tipo de inflamación aguda o crónica son múltiples. En primer lugar malos hábitos alimenticios, medicamentos como el ácido acetilsalicílico y otros analgésicos como la indometacina, sustancias irritantes como el café, la yerba mate, la guaraná, el alcohol y las bebidas cola por el elevado contenido en cafeína y ácido fosfórico. Las bebidas efervescentes retardan la digestión creando un tiempo más prolongado del alimento en el estómago y por ende más cantidad de ácido y más irritación e inflamación. Y finalmente la bacteria helicobacter pylori que parasita la mucosa gástrica y genera un estado inflamatorio más o menos crónico. Se trata con potentes antibióticos de eliminarla, pero es muy difícil. El Dr. Shinya propone una dieta alcalina y prolongados períodos de vacío gástrico, de manera de maximizar la concentración de ácido clorhídrico. Así concentrado al máximo el propio ácido podría hacerse cargo de la famosa bacteria que los antibióticos comunes no logran dominar del todo. Pero hay que soportar los síntomas y el hambre, cuando se pasan períodos de 10 a 12 horas sin alimentos, lo que no es fácil para un paciente con gastritis.


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Capítulo 8 Los Tratamientos Clásicos No Funcionan Ningún producto farmacéutico está exento de efectos secundarios. Todos son potentes químicos que tienen el poder de sofocar o aniquilar los síntomas. Si tienen poder para alterar los síntomas, también tienen un poder tóxico. Todos son más o menos tóxicos, y el problema lo tiene el paciente crónico que al tener que consumir medicamentos en forma “crónica”, continua, diariamente se está contaminando e intoxicando con las secuelas de los medicamentos. Todo enfermo tiene un grado más o menos avanzado de intoxicación, desde el punto de vista de la medicina natural. Y le vamos a proponer, que limpie y purifique su sangre para poder comenzar a curarse. Al limpiar la sangre, ésta puede remover las impurezas tóxicas y ácidas acumuladas en los tejidos enfermos. Pero la medicina alópata, no tiene otra herramienta que fármacos. Y cree que esa es la única medida con “rigor científico”. Creen los exponentes más ardientes de la alopatía que ser un buen médico científico es usar fármacos y negar todo lo demás como hierbas medicinales, homeopatía o naturopatía “porque no hay ensayos clínicos concluyentes”. Así el proceder “serio y con rigurosidad clínica” es usar fármacos y solo fármacos. Ellos saben que todos tienen efectos secundarios potentes y acumulativos. Sin embargo al pobre enfermo crónico le dan fármacos, porque la ven como la única salida sensata y con criterio “científico”. Es un paradigma que poco a poco está cambiando. Poco a poco están apareciendo cada vez más médicos sensibles, que se rebelan contra el sistema de pretender arreglar todo con fármacos, como si fuera lo único serio y verdaderamente sensato (demostrado científicamente).


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Cuando una persona tiene el colesterol elevado, la creencia alopática es que éste aumenta por razones fundamentalmente genéticas. La inmensa mayoría de las personas en Uruguay, al pasar los 40 años tienen elevados niveles de colesterol y triglicéridos. Uruguay es el paraíso del ganado. Hay muchas cabezas de ganado ovino y bovino. Se consumen muchos lácteos, queso, mozzarella, yogurt, leche entera o desnatada y al mismo tiempo muchos derivados del cerdo como jamón y otros embutidos. “Chorizitos parrilleros” y otros manjares provenientes del cuerpo de los animales de crianza. Las carnes rojas, las carnes de mamíferos poseen elevados niveles de colesterol, y grasas saturadas, es decir sólidas a la temperatura ambiente. Estas grasas “circulan” en el torrente sanguíneo en estado sólido, y son un peligro. Por su parte el hígado sintetiza y fabrica colesterol, que es una grasa saturada endógena, creada por el cuerpo. Se necesitan ciertos niveles de colesterol para las estructuras corporales, como las membranas celulares, síntesis de hormonas y parte de la estructura del sistema nervioso, y revestimiento de nervios. Por eso el cuerpo sintetiza su propio colesterol, pero en las cantidades fisiológicas (el veneno es la dosis, dijo el eminente Paracelso). La creencia médica generalizada (los criterios aceptados por todos provenientes de las autoridades, los que “saben más”) es que independientemente de la dieta, cuando una persona tiene colesterol alto está en riesgo y debe bajarlo con fármacos. No ve, ni quiere ver que ese elevado nivel de grasas saturadas y colesterol proviene de un estilo de vida de alta proteína y grasa animal (que los mismos médicos practican). No comprenden la causa. Lo atribuyen a “dislipemias familiares”, es decir que por alguna razón, el individuo en cuestión tiene el colesterol alto por un defecto genético que afecta a toda su familia. La única solución “científica” es tomar lipitor o atorvastatina, porque por mucha dieta que haga no va a bajar. Lo único efectivo es la farmacia. Si quiere hacer dieta puede hacerla pero “no me deje de tomar la medicación, por favor porque usted corre riesgo de vida”. Haga o no dieta, la dieta no controla nada. Solo se puede lograr un buen control con el fármaco. Y yo he ayudado a bajar el colesterol y los triglicéridos a decenas de personas solo con dieta y ejercicio.


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Pero los alópatas insisten que no hay suficientes “evidencias”. Ellos no lo creen y punto. Lo único es el fármaco. El problema es que el lipitor produce cirrosis hepática en el 15% de las personas que lo toman en forma crónica. Porque es una droga para tomar de por vida. Entonces a todas las personas ingenuas que creen que no tienen alternativa y que deben consumir de por vida el lipitor, les hacen un estudio funcional hepático para ver incipientes señales de cirrosis hepática. Este estudio se hace cada 30 días. Si detectan que la cirrosis empezó, suspenden el tratamiento con lipitor. Si no hay indicios de cirrosis, podemos seguir otros 30 días y tanto tiempo, años incluso mientras no aparezcan indicios de cirrosis. La famosa ecuación médico-farmacéutica de riesgo-beneficio. El riesgo de un infarto por los altos niveles de colesterol justifica el riesgo de un 15% de cirrosis hepática. Y la aparición de incipientes indicios de daño irreversible del hígado (cirrosis) justifica el riesgo de dejar la medicación y exponerse a los riesgos de un infarto por tasas elevadas de colesterol. Es la pérdida del juicio. La violación del juramento de Hipócrates de ante todo no dañar. Primun non nocere, enseñó Hipócrates. Pero parece que la mayoría lo olvidó y lo cambió por Primun dar fármacos. O lo arreglo con fármacos o lo arreglo con fármacos. Es una ceguera completa. No hay otra. Así es la vida. Con la gastritis ocurre lo mismo. Los fármacos únicamente suprimen los efectos. Por ejemplo fármacos antiácidos. Cortan el ácido por un rato, alivian el dolor por un rato, pero luego la verdad vuelve a rebelarse. La enfermedad sigue ahí, la inflamación de la mucosa gástrica sigue ahí. Nada mejoró. Todo sigue igual. Solo un alivio pasajero, que requiere más y más droga para seguir indefinidamente buscando un alivio pasajero. Eso no es curar. Eso no es lo que enseñó Hipócrates. La enfermedad no fue tocada. Los casos agudos a veces revierten con una dieta blanda y omeprazol. Pero no lo atribuyo a los fármacos sino al cambio de rutina dietética y a la fe que pone el paciente.


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Al dejar de irritar al estómago, tomar una dieta blanda y aliviarse con medicamentos, es posible que mejore lo suficiente como para sentir un alivio y considerarse curado. Y a esto se lo considera como un triunfo de la “ciencia”. Pero al poco tiempo recaen, porque vuelven a los irritantes, a las prácticas de auto complacencia, a los malos hábitos que son la causa profunda de la gastritis. En el caso de la gastritis crónica el tratamiento es continuo y nunca hay cura. Al contrario, la enfermedad es sostenida por los hábitos que crean y producen la enfermedad. A esto le agregamos un nuevo “hábito”. Comprar y consumir antiácidos en forma vitalicia, hasta el mismo día de la muerte, porque estamos frente a un problema “incurable” Es con este tipo de pacientes-creyentes que la industria farmacéutica se enriquece. Porque van a comprar y comprar el resto de su vida. No importa si los fármacos son de última generación o si vienen de Alemania o de Suiza. Son fármacos. Y están hechos con el mismo fin. Aplastar síntomas, no tocar las causas, dar un alivio pasajero que obligue a la víctima a consumir y nunca dejar de hacerlo, porque el dolor lo obliga a volver a comprar. Hay gente que se enriquece así. A costa del sufrimiento ajeno. A costa del engaño masivo y generalizado. Pero hay una ley. La ley del karma. Si haces sufrir a otros, tendrás que recibir el retorno de tus acciones. Deberás sufrir tú, con la misma intensidad que hiciste sufrir a otros. Tarde o temprano. Y nadie se escapa. Yo creo en la Ley del Karma. Es absolutamente implacable. Solo es cuestión de tiempo. Me parece más sensato buscar el bienestar y la dicha de la persona antes que ganar fortunas a costa del dolor y el infortunio ajeno. Y muchas veces los trabajadores de “la salud” actúan como cómplices de este sistema de engaño, enfermedad y muerte. Pero es rentable y por eso mucha gente todavía está muy motivada a ejercer su profesión dentro de este paradigma.


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En ocasiones los fármacos salvan vidas. Hay situaciones límite donde los fármacos pueden ayudar muchísimo. En el caso de infecciones graves que ponen en peligro la vida, los antibióticos han posibilitado la supervivencia. Y en casos de dolores físicos torturantes, los analgésicos ayudan a continuar viviendo. Los fármacos no son buenos ni malos. Todo depende de cómo se usen. El problema es el espíritu con el que se usan. Y el “espíritu” es principalmente comercial. Los fármacos habitualmente usados en la gastritis son antiácidos, es decir que buscan elevar el ph de la luz gástrica. Algunos de ellos son alcalinos como el hidróxido de aluminio o el carbonato de sodio. Otros inhiben la secreción de ácido clorhídrico como el omeprazol. Sus mecanismos de acción son muy ingeniosos y “rigurosamente científicos”, pero actúan sobre los efectos y no sobre las causas. Sólo estarían justificados en ciertos casos puntuales, en que la prioridad es el alivio de los síntomas. Sin embargo la prioridad en el 99% de los casos es curar, generar salud y no el mero alivio sintomático. Es importante destacar que los ensayos clínicos son sumamente costosos. Y por eso los laboratorios se encargan de financiarlos en el 99% de los casos. Por eso para que algo esté “demostrado científicamente” debe haber un laboratorio financiando ese “descubrimiento”. Las conclusiones científicas a las que se llegan luego de ese tremendo esfuerzo económico y de investigación, generalmente es que cierto medicamento ayudará mucho a los enfermos. Por eso ni la homeopatía ni la fitoterapia ni la naturopatía entran dentro de lo “demostrado científicamente”. No porque no sean efectivas. Sino porque ningún laboratorio farmacéutico está interesado en invertir dinero y tiempo en algo que no implique un retorno de su inversión. O sea más fármacos, más ventas. No importa si la homeopatía cura o no. No nos interesa que cure o no. Lo que importa es la rentabilidad. Y toman a la ciencia como “rehén” argumentando que la homeopatía o la naturopatía no son serias porque no hay ensayos clínicos suficientes.


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Como le dijo un oncólogo a una paciente, intentando convencerla de que recibiera los “beneficios” de una quimioterapia: “nosotros trabajamos con la ciencia”. Ella trataba de explicarles que prefería probar una terapia alternativa y natural. Pero lo único que obtuvo por respuesta fue: “nosotros trabajamos con la ciencia”. Evidentemente que esa actitud está contribuyendo a la infelicidad de millones de seres humanos. Y debido a esa actitud es probable que usted esté leyendo este libro. Porque los profesionales así, con esa mente cerrada y con esa soberbia están empujando a millones de seres humanos a buscar respuestas en otros ámbitos.


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Capítulo 9 Comprender Es Curar Comprender es despertar. Y la enfermedad es un estado de adormecimiento, de ignorancia muy profunda. El despertar a veces es doloroso. Otras violento. Pero el despertar debe acontecer tarde o temprano, porque es el destino de la existencia. Cambio perpetuo. Unos duermen y otros están despiertos. Y eso no puede permanecer eternamente así. Los que duermen deben despertar y los que están despiertos tendrán que ir a dormir en algún momento. Es el mundo de los cambios, donde lo único constante es el cambio eterno, perpetuo. Este despertar es generalmente inesperado. Pero debe acontecer. Y la enfermedad, trátese de gastritis o de otra dolencia, es un mecanismo biológico muy eficaz para despertar. El dolor es un formidable despertador. El sufrimiento despierta a los de sueño “más pesado”. Siempre funciona y siempre ha funcionado. Despertar es comprender que nuestra forma de vida, individual y como civilización, sigue una dirección contraria al Orden del Universo. La humanidad ha elegido la vía del “progreso”, de “doblegar y conquistar a la naturaleza”. Las sociedades tradicionalmente espirituales siempre han admirado el Orden y han tratado con toda su determinación de acompasarse a sus designios. Y la naturaleza no está en la montaña, o en el campo o en el fondo del mar. La naturaleza es el estómago, el ojo, el pulmón. La naturaleza está donde está la vida. Pero nosotros lo fragmentamos todo. La ciudad y la naturaleza. O es una o es otra.


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Pero nosotros también formamos parte de la naturaleza, nosotros también somos la naturaleza. Si dañamos a la “naturaleza” nos estamos dañando a nosotros, porque la separación sólo puede existir en una mente dividida, sumida en la miopía espiritual más flagrante. Si contaminamos un río, si tiramos basura radioactiva en las praderas africanas, contaminamos nuestro “cuerpo” planetario. Es una auto contaminación que tarde o temprano nos afectará. Y la enfermedad del planeta es nuestra enfermedad. Debemos comenzar por nosotros. Por amarnos y respetarnos. Luego amar y respetar a nuestros seres próximos, y finalmente a toda manifestación viviente, sea que viva en la esquina de nuestra casa o en una lejana aldea en Siberia. Cuando uno comprende la conexión, sentirá un poderoso impulso de proteger a toda forma de vida. Y comenzará por su cuerpo. Y en el caso de la gastritis por su estómago. El estómago no es un contenedor para arrojar todo tipo de cosas “sabrosas”. Porque es mi vida y mi cuerpo y yo hago lo que quiero con él. Su estómago nos pertenece a todos. Su salud la necesitamos todos. Si usted se hunde en la enfermedad y en la depresión, eso genera un “efecto mariposa” que nos afecta a todos y puede tener consecuencias mucho más nefastas de la que usted supone. Tenemos una responsabilidad con toda la humanidad. No sólo con nuestro estómago o nuestro cuerpo o con nuestra familia. Tenemos una responsabilidad con nuestro país, con nuestro continente, con nuestra civilización. Con la humanidad toda. Esa toma de conciencia, nos impulsa a la conquista de la salud verdadera, como una ofrenda suprema al bien de todas las formas de vida. Su salud es como aire fresco, como aliento de vida. La humanidad necesita la versión más saludable de usted mismo. Es el mejor regalo que puede hacerse, y el mejor regalo que puede hacer a su familia, a su nación y a toda la humanidad.


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La versión más saludable, más feliz, más creativa, más positiva, más magistral de usted mismo que usted pueda lograr. Le aseguro que esta es la realización más elevada que toda forma de vida pueda tener. Se trata de la belleza más sublime. Se trata de la obra de amor más significativa que una forma de vida puede ofrecer. Cuando uno comprende esto, se da cuenta de que estaba sumido en un profundo sueño, en una profunda ignorancia, en un profundo egoísmo y en una profunda infelicidad. El ego ve y sólo puede ver la separación. El amor ve y sólo puede ver el nosotros, el bien común, la felicidad colectiva. Su vida y su cuerpo son para el bien común. Así “piensa y procede” cada una de nuestras células. Ese sentir y “pensar” es el sentir y pensar de la salud. Las células de su mucosa gástrica trabajan heroicamente y sin pausa (sin derecho a vacaciones ni premios). Todo el tiempo dan lo mejor de sí, hasta su propia vida, como obreras de una gran misión llamada “digestión”. Sintetizan enzimas para el bien común. Ellas aman al organismo que las alberga, que las vio nacer, que las sostiene con nutrición, oxígeno y prana (aliento vital). No especulan con un sentir egocéntrico. Como aman al colectivo llamado USTED, harán magistralmente su síntesis de ácido clorhídrico, de enzimas, de mucosidad protectora. Y lo harán constantemente y sin vacilar un solo momento mientras existan. Y así esas células encuentran su mayor felicidad y el sentido de su existencia. Han comprendido. Las células han comprendido lo que usted tal vez aún no comprendió. Nuestro destino es SERVIR. Servir es trabajar para la felicidad colectiva. Y así encontramos nuestra felicidad personal. Su estómago hará cada día su mejor esfuerzo. Si usted insiste en consumir irritantes como café o bebidas cola o fármacos como el ácido acetilsalicílico que lesionan la mucosa y la hace sangrar en ocasiones, el estómago no protestará ni se hará el ofendido. Igual a pesar de las condiciones adversas y contrarias a su bienestar, hará su mejor esfuerzo, por servirlo a usted, por servir a la digestión necesaria para conservar la


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vida del organismo del cual forma parte y al cual ama como un soldado ama a su nación por la cual está dispuesto a morir si fuera necesario. Y si usted insiste en continuar con el café, comidas rápidas, tragadas insensiblemente sin masticarlas mientras mira un partido de fútbol o toma palomitas de maíz transgénico mecánicamente (junto con refrescos “cola”) mientras disfruta de una película en el cine, el estómago lo tomará como un gran desafío a su capacidad de héroe y como un héroe hará un esfuerzo sobrehumano para mantenerlo a usted con vida. Y sentirá una especie de satisfacción paternal por haberse sacrificado por usted, sufriendo los efectos irritantes de sus continuos hábitos insensibles. Y entonces saturada de irritantes continuará y continuará con la determinación más hercúlea y formidable, cumpliendo su labor de digerir, sintetizar enzimas y moco gástrico, hasta que finalmente comenzará a inflamarse en un intento por auto repararse de tanto daño y maltrato. Ahora usted tiene gastritis. Si dura pocos días el dolor, el médico la intitulará como gastritis aguda. Pero si usted hace más de 3 meses que está con molestias, la bautizará como gastritis crónica o gastritis atrófica o úlcera gastroduodenal. La mucosa inflamada tratará a pesar de su inferior capacidad funcional de continuar con su trabajo, heroicamente, haciendo lo máximo que sea capaz. Y le avisará a usted. Y lo hará con el lenguaje propio de las células que revisten internamente al estómago: con síntomas y con signos físicos. Es el dialecto de los tejidos biológicos. Es el idioma universal. Con la esperanza de que usted entienda. Pero como usted no comprende, como usted está dormido, usted irá a la consulta con el “especialista” que le dará medicamentos para que usted no esté incómodo. Y usted le preguntará a él, porque él es el que sabe: ¿por qué estoy con tanto dolor? Y le dirá que usted padece de gastritis, de causa incierta. Tal vez el stress, tal vez el uso de ciertos fármacos o alimentos irritantes.


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Entonces con la ayuda de su médico, identificarán a los responsables de la irritación y dejará de auto agredirse por unos días. Y tomará los antiácidos y eventualmente se sentirá mejor. Y ahí comienza nuevamente su estilo de vida, como siempre, como a usted le gusta vivir su vida. Hasta que nuevamente aparezca el dolor y tenga que nuevamente ir al médico y volver a “cuidarse”. Ningún animal procede así con su estómago. Siempre le dan los alimentos que lo fortalecen y protegen. Siempre, siempre optan por el bienestar. Nunca hacen deliberadamente nada que pueda debilitar su salud. Entonces el animal “superior” se comporta como el animal más tonto, complicándose la vida, infringiéndose daños constantes, habituales, porque ha generado una inercia autodestructiva, llamada vida “normal”. Los síntomas son la evidencia de la ignorancia y de la falta de amor hacia nuestro glorioso templo biológico. El despertar es precisamente darse cuenta de que la vida es demasiado corta para perder tiempo, dinero y energía con el malestar. En ese sentido los animales silvestres están mucho más despiertos que la mayoría de las personas que viven en las grandes ciudades. Cuando se tiene entre 20 y 30 años le parece que la vida es muy larga, que uno tiene mucho tiempo por delante y pierde tiempo. Cuando uno pasa los 40 y se acerca a los 50 (como en mi caso) comprendo lo brevísima que es la vida y lo inmensamente corta que es la “juventud” cuando nuestro cuerpo está todavía fuerte y hermoso. Entonces surge la urgente necesidad de conservar esa “juventud” y mantenerse en salud, haciendo lo que sea, sin importar el costo en tiempo, y sacrificio. Uno comprende finalmente que la SALUD SUPREMA ES LA MAYOR GLORIA EN ESTE MUNDO Y LA MAYOR OFRENDA DE AMOR A LA HUMANIDAD. Y TAMBIÉN LA MAYOR FELICIDAD.


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Cuando uno alcanza, gracias a la enfermedad ese grado de comprensión, ya está curado, macrobióticamente curado. Porque la transformación no será únicamente dietética o de la forma de vida o de hábitos saludables. Se ha transformado el corazón del paciente, se ha movido algo muy poderoso en su alma. Se ha curado el alma. El resto es sólo tiempo de práctica. Quién solo da “remedios” sin transformar el corazón del paciente, pertenece a la clase más baja dentro de la medicina.


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Capítulo 10 Creer En La Salud Perfecta Tanto si crees que puedes, como si crees que no puedes, tienes razón. Las creencias son extremadamente poderosas. Si cree que la salud perfecta es posible, entonces algún día será posible para Ud. Pero si cree que es una utopía, nunca será una realidad para que usted la disfrute. Y cada uno elige qué creer. Henry Ford es el autor de la frase inicial de este capítulo. Me parece fantástica esta enseñanza. Los médicos opinan, los políticos opinan, los científicos opinan y los estadistas opinan. Pero yo escucho todas esas opiniones y me formo mi propio juicio, mi propio punto de vista, mi propia creencia o convicción.

Por eso usted no debe creerle a nadie. Tampoco debe creerme a mí. Yo solamente comparto mi parecer, fruto de muchos años de dedicación, estudio y práctica de la medicina natural, y en particular de la macrobiótica. Mi propósito, reitero, es ayudarle a conectarse con su poder ilimitado, para que pueda crear una salud excelente y para que pueda vencer su enfermedad. Deepak Chopra ha sentenciado magistralmente: nada es más poderoso para el cuerpo, que las creencias de la mente. Si usted cree que su cuerpo es una calamidad y lo cree profundamente, entonces todas sus células serán “bañadas” por la emoción de esa creencia negativa y se debilitarán.


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Ahora si usted elige creer con todas sus fuerzas, y se lo repite a diario, que su cuerpo es una magnífica creación de una inteligencia infinita, creado para gozar de una gran salud y gozar de una vida intensa y gloriosa. Ese tipo de mensaje generará otros químicos diferentes a nivel del cerebro y esos químicos diferentes impactarán muy positivamente (endorfinas) sobre la fisiología de sus células. Se trata de emociones. Las emociones tienen una traducción bioquímica. Pensamientos felices producen moléculas felices nos dice Deepak Chopra. Y no lo dice en sentido figurado. Es literal. Lo que pensamos, lo que sentimos, las emociones dominantes, liberan químicos al torrente sanguíneo y envían mensajes precisos a las células. Éstas responderán a las órdenes que vienen “de arriba”. Por otra parte aquello en lo que se cree profundamente tiende a convertirse en la “realidad” para nosotros. El subconsciente no discrimina lo real o irreal. Si lo cree, es. Punto. La creencia controla nuestra vida. Si usted elige creer que su cuerpo es una maravilla, un prodigio capaz de autocurarse, esa será la realidad que su mente subconsciente procesará y esos mensajes emocionales y su correspondiente traducción bioquímica-hormonal inundarán el torrente sanguíneo y a cada una de sus 50 trillones de células, 24 hs los 365 días del año. Ahora si usted cree que está viejo y que su cuerpo ya no funciona como antes entonces otro tipo de mensaje será desperdigado. Yo elijo en qué creer. Le sugiero que crea en la grandeza de nuestro linaje biológico. Ya lo mencionamos al principio, en los primeros capítulos. Nuestro cuerpo es una creación sublime, resultado de una mente ilimitadamente sabia y destinado a funcionar en perfección. Si usted puede aceptar que una sola célula puede funcionar en un estado de perfección, también puede aceptar que un órgano, un organismo, puede llegar a funcionar en perfección.


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Si el motor de un avión o de un automóvil de carrera, puede funcionar perfectamente durante larga jornadas, mucho más una maquinaria inteligente, como la maquinaria biológica que usted y yo somos. Pero además somos mente y espíritu. La perfección es posible. Por favor crea en la perfección que Ud. es. Y así será. Y esa nueva auto imagen generará potentes influjos emocionales y bioquímicos que lo ayudarán a recuperarse mucho más rápido. Si usted duda de su gran capacidad auto curativa, entonces todo se retardará y demorará, aunque sus alimentos sean de la mejor calidad. Creer es omnipotente. Las creencias mueven al mundo. Las creencias controlan al mundo. Las creencias crean cuerpos gloriosos o cuerpos decadentes. Elija en lo que cree para alcanzar el grado superlativo de salud que le estoy invitando a crear. Crea en su propia perfección y si lo hace, con el tiempo, me lo agradecerá durante toda su vida….


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Capítulo 11 Tomar La Decisión De Alcanzar Este Tipo De Salud La salud a la que me refiero es infinitamente superior a la “salud” que todos conocemos. La gente normalmente entiende estar sano como estar “bien”, sin problemas de “salud”, sin dolor, sin cansancio, sin valores de laboratorio patológicos. Las personas se hacen un chequeo anual y su médico les dice que están bien, y con eso basta para que muchas personas se consideren saludables. “Tengo salud”, me hice revisar y todo dio bien. Me siento bien y ya está, ya tengo salud. Ese tipo de salud es el tipo de salud “normal”. Normal significa que sigue una norma, un promedio. Es lo que tiene la mayoría. Lo normal es lo que tiene o caracteriza a la mayoría. Yo lo invito a pertenecer a la minoría. A buscar un tipo de salud superior. Un estado de vigor como el que usted recordará tuvo en ocasiones en alguno de sus momentos más gloriosos en su juventud. Ese estado de salud superior, donde no hay miedo, ni sentimientos de desamparo o de inseguridad, donde usted posee una autoconfianza arrolladora y se siente bendecido y privilegiado, casi como un héroe legendario. Como los grandes hombres y mujeres de la historia. Ellos han sido gigantes y dejaron una potente huella en nuestros corazones y a pesar del paso de los años y siglos, su recuerdo sigue inspirando a millones de seres humanos. Se trata de la Gran Salud o de la Salud Suprema, infinitamente más hermosa y grandiosa que la salud de la revisación médica corriente con el correspondiente ok del doctor. Aspirar a ese tipo de salud superior, equivale a aspirar a convertirse en un gran hombre, en una gran mujer, en un gran ser humano, cuya sola existencia ES una bendición para todos los demás.


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Y voy a intentar demostrarle que no es imposible. Nada es imposible. Vivimos en un Universo Cuántico. Ahora se habla mucho de este tema de la física cuántica. Esto es sumamente importante, no son únicamente especulaciones teóricas en la clase de física de la universidad. Vivir en un Universo Cuántico significa que la energía e información que constituyen la matriz del mismo, albergan posibilidades aún desconocidas para nosotros. Antes de que las cosas ocurran, deben ser “configuradas” en el “caldo cuántico” de energía e información. Nuestra mente, con su capacidad de pensar y crear tiene el poder de influir sobre este caldo que puede tomar cualquier forma porque es pluripotencial, es decir toma la forma de cualquier cosa que se le sugiera. Cuando usted imagina que viaja por Europa, ¿dónde acontece esa imagen? ¿Dónde se localiza esa energía que adoptó la forma de una imagen de usted viajando por Europa? Usted puede cada día solazarse repitiendo el ejercicio de imaginarse viajando por Europa y experimentando la grata sensación de estar ya allí. Luego de algunas semanas, usted puede decidir que ya no le atrae tanto Europa y cambia su rutina de ejercicio mental y comienza a imaginar que viaja a Japón con su familia, y se deleita imaginando los detalles y esa visión lo emociona y entusiasma. La energía primordial del Campo Unificado se amolda a lo que usted decide visualizar. Algunas semanas más tarde usted podría cambiar nuevamente el ejercicio y comenzar a imaginar que hace un viaje a otro planeta en una nave de avanzada tecnología no terrestre y se deleita imaginando seres animales y vegetales misteriosos y extraños que viven en el nuevo destino donde usted viaja con su imaginación. El Campo de Energía Cuántico toma cualquier sugerencia de la imaginación y no le pone restricción alguna. Forma cualquier imagen o visión que usted desee. No hay limitaciones morales o éticas o carencias o “por el momento no está disponible”.


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Imagina cualquier cosa y la energía inteligente que está en la esencia de todo lo creado toma esa idea y lo convierte en una imagen. Luego usted puede dibujar esa imagen o describirla con palabras. También puede llevarla al plano de las palabras y hablar de su sueño o proyecto o visión. La energía primordial es inteligente y dócil a sus sugerencias y las posibilidades son infinitas. En ese nivel todos los sueños son viables, todos los proyectos son aceptados, todos los deseos son atendidos. Tomar conciencia de lo inmensa que es nuestra imaginación en su capacidad de concebir o crear proyectos, objetivos, metas o propósitos es el primer paso para comenzar a crearlo en el mundo de 3D. Walt Disney afirmaba que todo aquello que podíamos concebir, podíamos crear.

Einstein afirmaba que la imaginación es más poderosa que la energía nuclear. Porque la imaginación es creadora.

Si tomamos verdadera conciencia del inmenso poder que tenemos entre manos, deberíamos sentir una profunda gratitud y emoción. Somos inmensamente poderosos, porque podemos imaginar y concebir cualquier cosa que deseemos. Porque la energía primordial acepta todos sus proyectos. Y los toma muy en serio. Y si usted persiste, lo ayudará a realizarlo en el mundo de 3D. Y de eso se trata el proceso creativo. Usted concibe, imagina, desea, SE EMOCIONA Y SOLAZA EN SU VISIÓN. Cree que es posible, cree que usted tiene la “capacidad” de hacerlo y actúa y trabaja con pasión hasta que un día se hace “realidad”. Las comillas significan de que la realidad no es solo el mundo de 3D. Desde el momento mismo de la concepción ya es una REALIDAD, sólo que en el mundo de la imaginación.


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Existe como potencial, como posibilidad, pero si a esa posibilidad, usted le agrega, la fe, la persistencia, la pasión y el entusiasmo, esa posibilidad que existe en el nivel “sutil” finalmente se convierte en una cosa en el nivel “burdo” de la materia. Si usted tiene un proyecto, usted tiene algo. Usted es rico si tiene el proyecto de un gran negocio y cree en el éxito de su emprendimiento. Todavía no se ha manifestado en el mundo material, pero usted aunque todavía esté viviendo en una villa y en condiciones miserables, USTED YA ES RICO en el nivel sutil. La gente no comprende el significado de REALIDAD. Define realidad a lo que existe en el mundo material de tres dimensiones. Si algo existe en la 4° dimensión (algo que existe sólo como visión o proyecto), entonces afirma que no existe. “Hasta que no lo vea, hasta que no lo toque”, no será una realidad. Gran error. Es real. Es tan real como lo que está en el mundo 3D. Solo que momentáneamente está en la 4° dimensión. Pero es real en ese nivel de realidad. Cada vez que usted toma una decisión de realizar un proyecto, lo concibe, lo imagina, se deleita en la visión, siente gratitud porque “sabe” que lo hará y está decidido a morir en el intento por “realizarlo”. Y tiene fe, cree con toda su alma que lo tendrá, usted ya es un triunfador. Para los otros miopes que sólo ven el mundo limitado de los 5 sentidos, su visión, su proyecto no vale nada. Usted es un soñador, un utópico, un romántico que va a tener que darse la cabeza contra la “realidad”. Soñar es fácil dirían algunos, soñar es gratis dirán otros. De soñadores frustrados está lleno el mundo afirmarán algunos más. Hay dos tipos de personas. Las que creen en el nivel del espíritu y las que sólo creen en la realidad física de 3D.


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Los materialistas viven en una penosa limitación, compitiendo y sacrificándose para obtener lo imprescindible para subsistir. A veces se vuelven ricos y poderosos, pero en base a competencia y lucha. Y tienen lo que tienen porque se lo quitaron a otros por las buenas o por las malas. Porque ese es su paradigma. Hay lo que hay. Hay lo que existe “físicamente”. No hay para todos. No todos pueden ser ricos. Para ser ricos otros tienen que perder un poco. Porque la torta es limitada y hay muchos que quieren un pedazo de pastel. Entonces los más fuertes tomarán el pedazo más grande que puedan y los más débiles tendrán que conformarse con migajas. En su paradigma esa es la “realidad”. Ese nivel de realidad es el nivel “real” para las personas que tienen un paradigma material. Pero yo lo invito a que tenga un paradigma cuántico. El Universo no tiene límites. Nuestro planeta es sólo una mota de polvo en la inmensidad del espacio. Nuestro pensamiento puede llegar a cualquier lugar en el Universo y la forma de hacerlo es con la imaginación. La capacidad de concebir imágenes mentales, pensamientos, palabras y emociones. Utilizando hábilmente las palabras, imágenes, emociones y pensamientos, podemos acceder a niveles de abundancia fastuosos y acceder a la posibilidad de crear cualquier sueño. Si usted toma la decisión de alcanzar un grado supremo de salud, de fortalecer su vitalidad hasta niveles sublimes, de gozar una vida de felicidad inagotable, de gran resistencia física, libre de miedos y enfermedades, ESO ES UN PROYECTO POSIBLE EN EL NIVEL CUÁNTICO. El subconsciente tomará muy en serio ese proyecto, porque su trabajo es manifestar; no especular si es fácil o difícil, correcto o incorrecto, si va a tardar un año o cuarenta y cinco. Le sugiero que sueñe en grande en lo que respecta a lograr la salud.


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Curar la gastritis es relativamente fácil, siguiendo las reglas de higiene que indicaremos más adelante. Pero por favor no se conforme con curar su gastritis. Vaya mucho más allá, sueñe con una salud grandiosa y crea que es posible. Y póngase a trabajar para intentar lograrla. El solo intento le dará una alegría inmensa. No importa tanto lograrlo antes o después. La grandeza está en la osadía de intentarlo. Es lo que hecho durante los últimos 30 años. Le aseguro que me ha inspirado como nada lo ha hecho. Esta visión me ha dado un coraje y un amor inmensos. Y cada vez estoy más cerca. Usted también puede experimentar la dicha de perseguir una grandiosa visión. Sea cuántico. Sea grande.


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Capítulo 12 El Derecho A La Salud En muchos países y en muchos sitios se hacen frecuentes movilizaciones sociales reclamando mayor presupuesto para la educación, vivienda y salud. La gente se indigna porque los que gozan de una mejor situación económica acceden a servicios de salud de primera calidad y los desposeídos deben conformarse con un nivel de servicios de salud muchas veces precarios e insuficientes. Cada vez que nuestro gobierno está a punto de establecer el presupuesto anual de los gastos del Estado y sus prioridades, ocurren muchas manifestaciones, paros, movilizaciones y medidas de lucha para que haya mayor equidad, en el acceso a los privilegios. Esto se repite cada año, y en muchos países latinoamericanos. También en Europa y Norteamérica. Sin embargo y a pesar de tan encarnizadas luchas, la justicia social buscada no se alcanza por completo. Se logran pequeños avances a costa de enormes esfuerzos de las fuerzas sociales. Todos tenemos derecho a la salud. Esa es la consigna. No es justo que sólo los de mejor nivel socioeconómico tengan acceso a los mejores servicios de salud. Los de niveles medios y bajos también deberían tener estos derechos como ocurre en sociedades más igualitarias como es el caso de Cuba donde todo ciudadano independientemente de su situación socioeconómica accede a los mejores médicos y a los mejores niveles de atención en salud. Salvo excepciones, la situación de injusticia es la dominante y cada año comienza el “forcejeo” para tratar de ganar algunos puntos en favor de la justicia social y el acceso a la salud de todos por igual. Y es verdad, todos tenemos derecho a la salud. Los hombres y las mujeres, los orientales y los occidentales, los caucásicos y los africanos. Todos tenemos ese derecho y diría esa obligación. Se pone demasiado énfasis en el derecho a la salud y no tanto en la “obligación” de estar en salud.


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Quien no está en buena salud, se convierte en un problema para sus familiares y amigos. Y en una carga para la sociedad. No estar sano genera infelicidad social. Estar enfermo “incurable” es el peor regalo que uno puede hacerse a sí mismo y el peor regalo que uno puede hacerle a la familia, a su país y al mundo. Regalar a los demás la versión más saludable que uno sea capaz de lograr, es iluminar este mundo con la energía contagiosa y fecunda de la salud. La salud es un derecho de todos. También los animales tienen derecho a estar en salud y también los vegetales y los insectos así como los gérmenes. La salud no es un tema de derechos humanos o derechos sociales. El “forcejeo” para tener mejor y más directo acceso a la “salud”, parte de una concepción limitada, muy limitada de lo que es la salud. En realidad esas reclamaciones muy justificadas por cierto, son por acceso a servicios médicos. Una cosa es el derecho a la salud y otra cosa es el derecho a la asistencia médica. Los ricos acceden al mejor nivel médico asistencial. Pero no necesariamente acceden a la salud. Podrán tener excelentes servicios médicos, las mejores clínicas, los mejores cirujanos de las más prestigiosas escuelas médicas del mundo y sin embargo no tener la verdadera salud. Los animales son “pobres” y no tienen derechos civiles (aunque últimamente algunas mascotas están adquiriendo derechos). Sin embargo gozan de mucha más salud que la mayor parte de la gente, incluso de la gente que por tener un buen nivel socioeconómico accede a los mejores servicios sanitarios. Los reclamos sociales no son por mayor acceso a la salud sino por mayor acceso a la asistencia médica. Y asistencia médica es asistencia médica, no es salud.


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Es más, si se tiene demasiada facilidad para acceder a la asistencia médica probablemente uno vea disminuir su salud. Porque le darán más medicamentos, le harán muchos más estudios innecesarios “preventivos” como las tomografías computadas que irradian tremendamente al organismo (se dice que una tomografía equivale a cerca de 1000 radiografías de rayos x comunes). Cuando el técnico que saca la radiografía está a punto de apretar el “botón”, sale de la habitación y aprieta el botón desde el otro lado del vidrio, para no exponerse a la toxicidad de los rayos x. Y al paciente le ponen un chaleco con una protección anti rayos de plomo, para minimizar la exposición. También se prohíbe hacer rayos x a una joven embarazada por los riesgos de generar malformaciones en el futuro bebé. Si una simple “plaquita de tórax” es tan invasiva y hasta dañina, cuanto más una tomografía axial computadorizada, que equivale a 1000 o más radiografías comunes. Y a los pacientes con cáncer los controlan “tomográficamente” cada 2 o 3 meses para ver cómo va la evolución de su enfermedad. Justamente al más débil, al más frágil, al más enfermo lo exponen con mayor intensidad. Al que más deberían proteger. Hay otros estudios menos invasivos como la resonancia nuclear magnética, pero a las instituciones les cuesta mucho más dinero. Y así el negocio no funciona. Mejor le hacemos unas tomografías que no son tan costosas para la “institución”. Entonces es una paradoja. Quien accede con mayor facilidad a los servicios de “salud” es el que más rápidamente pierde la salud. Una estadística reciente de Israel reveló que cuando los médicos hacen huelga en ese país, disminuye sensiblemente la mortalidad. Cuando retoman sus tareas los médicos, el nivel de mortalidad vuelve a elevarse a los niveles “normales”. El exceso de asistencia médica destruye gradualmente la salud por la naturaleza agresiva e invasiva de los procedimientos médicos alopáticos. La insuficiente asistencia médica también disminuye seriamente la salud. El tema es encontrar un equilibrio. Y ese punto de equilibrio lo debería dar el propio médico, que debería ser prudente, sabio y amoroso.


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Pero en la actualidad la medicina ha perdido su espíritu de amor por la salud de la humanidad y se ha convertido en un gran negocio, donde la prioridad está puesta en la rentabilidad. Quienes reclaman por más salud y más equidad, están reclamando más asistencia médica. Y una cosa no tiene nada que ver con la otra. La salud es un estado de bienaventuranza, que sólo puede generarse a través del propio esfuerzo. La salud no se compra, es una conquista personal, sentenció magníficamente Tomio Kikuchi, un maestro macrobiótico residente en Brasil. Estoy en un todo de acuerdo. A esta altura el lector habrá comprendido que lograr la auténtica y genuina salud, no pasa por tener o no dinero o por vivir en un país donde el acceso a los servicios de salud sea gratuito e inmediato. Los animales tienen una salud magnífica porque viven en un estado de armonía con las leyes universales. La única forma de realizar la salud, es viviendo de una forma que respete el Orden Universal. Y para ello primero hay que estudiar y comprender estas leyes. Las leyes del eterno cambio. Los orientales sistematizaron estas leyes hace más de 5000 años y enseñaron a sus gentes a venerar y respetar el orden de la naturaleza. Han generado naciones altamente saludables y prósperas. Viven en armonía entre ellos y gozan de una estabilidad impensada para las naciones occidentales. Han tenido guerras y problemas, porque donde hay vida hay problemas. Pero han sido incomparablemente más saludables y sabios que los hermanos occidentales cuya ciencia y tecnología terminaron por formar parte de la vida cotidiana de los asiáticos. Está la salud oriental y la salud occidental. Una depende de la sabiduría y la otra del conocimiento científico. Y ambas tienen sus ventajas y desventajas. Ambas deberían complementarse. Pero el derecho a la salud es gratuito. Depende de la comprensión del Orden Natural, del Orden Universal y de nuestra determinación a practicar este orden. Todos pueden acceder. Solo se necesita tomar una sincera decisión. Porque lo natural debería ser la salud, y la enfermedad la excepción. Sin embargo en las grandes ciudades es al revés. La mayoría está enferma. Y muchos creen que la situación mejorará con mayor acceso a los servicios médicos.


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Se trata de un gran error de comprensión. Una confusión. Y los que no comprenden luchan sin tregua para tener este acceso y una vez que lo logran descubren desencantados que es precisamente al revés. Dios ama por igual a todos sus hijos. Y a todos da las mismas oportunidades de acceder a la salud o incluso a la gran salud. Y esas oportunidades están en los gestos más simples de la vida cotidiana, como respirar, comer y beber, masticar, ejercitarse, agradecer y sentir amor por las formas de vida que están cerca nuestro. Es decir de las pequeñas decisiones que tomamos habitualmente. Los hábitos. La llave secreta. Los poderosos hábitos. El acceso gratuito y directo hacia el estado de bienaventuranza. Y el camino más rápido. Comencemos entonces cuanto antes.


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Capítulo 13 Cambio De Hábitos Cambiar los hábitos no es fácil. Pero es necesario hacerlo para curar la gastritis. Generalmente estas “mudanzas” ocurren en tiempos de crisis. Y la enfermedad es una crisis. Las crisis son mágicas; son oportunidades históricas, porque sólo allí llegan los cambios profundos. Ohsawa decía que la enfermedad es sagrada. Gracias a ella surge la posibilidad de cambiar. Sin embargo muchos eligen no cambiar. Se limitan a consultar al médico y a tomar fármacos. Sólo cambian superficialmente. Por eso no se curan. Porque se niegan a cambiar su estilo de vida. Como los hábitos están profundamente anclados en los oscuros rincones del inconsciente, es allí donde debemos efectuar las transformaciones. Al inconsciente se lo controla con la fuerza milagrosa de la palabra hablada (en un principio era el VERBO, y el VERBO era DIOS). Y mediante la repetición. Los hábitos son comportamientos adquiridos. Cuanto más se repite una acción, más se consolida el hábito. Y espontáneamente tendemos a repetirlo. Palabra y Repetición. Esa es la estrategia. Crear nuevos hábitos; los que lo llevarán a la curación. Lleva unos 21 días incorporar un nuevo hábito. Haga algo 21 días seguidos y el día 22 actuará inconscientemente, habitualmente. Deje de hacer algo que hacía antes durante 21 días y el día 22 será algo normal. Y cuanto más días pase repitiendo el nuevo hábito, más se fortalecerán las conexiones neuronales. Su inconsciente se enriquecerá con un nuevo comportamiento habitual. Como sus hábitos inflamaron la mucosa del estómago, sólo nuevos hábitos revertirán el cuadro.


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Tome o no tome fármacos. No es un tema de fármacos. Es un tema de hábitos. El trabajo duro es 21 días. Después es fácil. ¿Recuerda la hoja con los propósitos de los primeros capítulos? La lectura diaria es el primer HÁBITO para la curación. Porque en ese papel Ud. escribirá los nuevos hábitos que desea incorporar. Y los leerá cada día de mañana en voz alta, y lo repetirá mil veces hasta que su inconsciente lo acepte, hasta que se estampe en las profundidades de la mente. Una vez aceptado, un poder misterioso lo ayudará a lograrlo (siempre y cuando usted persista con todo su corazón). Coelho lo llama “La Conspiración Universal”. Los nuevos hábitos serán elegidos por usted. El primero es leer su hoja. Eso renueva y afirma el compromiso por crear un estómago fuerte y por conservarlo en óptima salud durante mucho tiempo. Lo más difícil es cambiar los hábitos. Una vez que éstos cambien todo será fácil. Y para que este cambio sea rápido y exitoso, utilice el impulso tremendo que la enfermedad posee. Utilice la enfermedad; utilice a la gastritis como un trampolín hacia una nueva vida. Utilice como en el Judo, la fuerza del enemigo para hacerse usted cada vez más fuerte. Bendiga la enfermedad y cúrese. Nadie más puede hacerlo.


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Capítulo 14 ¿Cómo Cambiar? Nada descansa. Todo se transforma. Y usted puede transformarse de acuerdo a su deseo. Puede transformar su cuerpo en un templo rebosante de salud, belleza y magia personal. O puede transformarlo en un vertedero de tóxicos. Todos los cambios deben ser programados cuidadosamente. Todos los cambios en su vida, positivos o negativos, acontecen primero en la mente. Usted tiene que estar dispuesto a hacer sacrificios y a pagar un precio por lo que usted desea. No es un precio en dinero. Es un precio en dedicación y voluntad. Trabajo vital. El trabajo vital produce salud y belleza. El trabajo profesional produce prestigio social y bienestar material. La mayor parte de la gente se lanza con todas sus fuerzas al desarrollo de su profesión y descuida el desarrollo vital. Creo que el trabajo vital es más importante; que debe ser el trabajo fundamental en la vida. Complementariamente el trabajo profesional, pero nunca al revés. Nunca sacrificar lo vital, la salud, la vida, la paz interior, la felicidad, por una búsqueda frenética de “cosas”. De poco sirve tener y tener, consumir y consumir, si uno no tiene la dicha de un cuerpo sano y hermoso. A esta altura usted comprenderá que salud, belleza y felicidad, son casi “sinónimos”. Son el resultado de un estilo de vida orientado hacia el desarrollo “vital” como prioridad. Para generar el cambio, usted debe tomar la decisión de darle prioridad a su proceso de autocuración.


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Pida una licencia en su trabajo, tómese un año “sabático”, o reduzca su jornada laboral durante unos meses, para enfocarse, dedicarse, consagrarse con toda su alma al proceso curativo. Usted necesita tiempo para ocuparse de cuidarse, cambiar su forma de vida radicalmente, cocinar sus alimentos, ejercitarse, leer y estudiar. La enfermedad es una experiencia que nos vuelve más sabios. Si no fuera por ella seguiríamos con la vieja inercia autodestructiva. Y así no se aprende nada. Durante el tiempo de auto tratamiento, uno aprende, lee, averigua, se informa, y se entera de muchas cosas que de otra forma no haría. Y adquiere nuevos y saludables hábitos. Para transformar su vida, debe ante todo establecer sus nuevas prioridades. Si verdaderamente desea curarse, debe darle absoluta prioridad a su trabajo vital, al trabajo de la autocuración. Y debe hacerlo lleno de entusiasmo y expectativas felices. Al fin usted se ocupará de usted. Se lo merece. Es algo que tendría que haber hecho hace mucho tiempo. Pero lo postergó y lo postergó en forma indefinida. Gracias a la bendita gastritis ahora usted debe parar y ocuparse de lo importante. Su salud, su vida, el sentido de su existencia, la misión que usted vino a realizar a este planeta. No vino a consumir, a trabajar encarnizadamente para pagar cuentas que nunca se terminan, a satisfacer necesidades que fueron creadas para esclavizarnos. Este cambio era necesario. Y para cambiar usted necesita TIEMPO. Tómese unas vacaciones “terapéuticas”; le garantizo que le sentarán muy bien, aunque ello implique un sacrificio económico. Si no lo hace ahora, más adelante tendrá menos salud y tendrá que caer en manos del sistema médico-hospitalario con altos presupuestos para usted y su familia. Y el costo será inmenso y además con riesgo de vida.


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Esta parada hay que hacerla en algún momento. La enfermedad es el gran freno, que nos recoloca para continuar viviendo pero con una nueva perspectiva, con sentido, con dirección, con propósito de realización verdadera.

Hágalo hoy, ahora mismo, detenga todo y conságrese a su curación. Será una experiencia hermosísima y luego que supere esta instancia, bendecirá su gastritis, porque fue la puerta de ingreso hacia nuevos horizontes, hacia una vida con más significado. Cuando las águilas llegan a los 40 años de edad, son animales maduros. Durante 4 décadas sus uñas crecieron en forma continua, porque el águila no va al salón de belleza. Sus garras poderosas y afiladas crecieron sin pausa, y finalmente se curvan hacia las patas del ave y se convierten en una amenaza. Además el trayecto curvilíneo esconde la punta de las garras lo que impide atrapar a sus presas y por tanto está amenazada la supervivencia del ave. Otro tanto ocurre con el pico. Ha crecido durante 40 años y comienza a curvarse peligrosamente hacia la garganta del águila. Y las águilas no van al odontólogo. Nunca han ido durante miles de años. Pero la naturaleza tiene su sabiduría y en el “inconsciente colectivo” de las águilas, ellas saben lo que tienen que hacer. Deben tomarse un año sabático y hacer su auto ajuste, para continuar viviendo. Se esconden en alguna gruta remota en lo alto de la montaña y comienzan a golpear sus garras contra la pared rocosa hasta arrancarse todas sus uñas. Luego hacen lo mismo con el pico. Lo golpean con todas sus fuerzas contra la dureza de la montaña hasta arrancarlo de raíz. Hay dolor y sangre. Pero es necesario. Si no pasa por esa experiencia de “autocuración” el ave muere. Así lo han hecho durante miles y miles de años. Y este recurso brutal de la naturaleza es sumamente exitoso.


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Ahora el águila debe limpiarse la sangre, y esperar a que crezcan nuevas garras y nuevo pico. Y podrá continuar viviendo y cazando, gracias a que ahora tiene un pico y garras como un animal joven. La naturaleza enseña. El águila nos enseña. Al llegar a los 40 años también los humanos tenemos que hacer una parada y hacer cambios a veces difíciles y penosos. Pero de no hacerlo no podremos continuar nuestra vida. Debemos renacer. Cuando llega el momento uno lo siente en las profundidades del alma. Y como el águila, hay que retirarse por un tiempo. El Dr. Jünger trabajaba como cardiólogo en Estados Unidos. En una importante clínica y tenía mucho éxito. Gozaba de un nivel de ingresos envidiable, como la mayor parte de los médicos graduados en las grandes Escuelas Médicas, que viven y ejercen la profesión en ese país. Vivía la vida intensa de los médicos especialistas, con muchas consultas, y solucionando los problemas de los enfermos cardíacos, que frecuentemente se descompensan. Una profesión de tremenda presión psicológica, de grandes responsabilidades. Cerca de los 40 años comenzó con unos fuertes dolores abdominales que al poco tiempo cedían, para volver y nuevamente ceder. Estos dolores tipo retortijón eran lo suficientemente intensos como para tener que suspender su jornada laboral y tener que acostarse un tiempo hasta que finalmente aliviaban un poco. También por ese tiempo desarrolló un tipo de alergia sumamente desagradable que también le hacía difícil cumplir con su jornada laboral. Siempre había tenido una vitalidad y una salud envidiables. De las típicas personas que nunca enferman, con una constitución genética privilegiada. Entonces se sintió por primera vez en su vida miserable, débil y enfermo. Comprendió en “carne propia” lo penosa que es la experiencia de la enfermedad. Y se deprimió y comenzó a tomar antidepresivos. Y se hundía cada vez más en su dolor y su tristeza. Y pensaba “si a los 40 años estoy así, ¿cómo será más adelante?”.


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No quiero ni pensar cuanto tenga 50 o 60 años. Visitó a los mejores especialistas de la clínica donde ejercía como cardiólogo. El gastroenterólogo le diagnosticó un colon irritable y le recetó antiespasmódicos y otros medicamentos. Visitó a uno de los mejores alergistas del centro médico y le recetó corticoidesantiinflamatorios, y le dijo que tendría que aprender a convivir con su fuerte alergia. Que no había cura y que debía aceptarlo. Finalmente el psiquiatra le recetó antidepresivos de última generación y ansiolíticos para poder dormir y controlar la fuerte ansiedad y el temor. Y este joven y exitoso profesional que dedicó su vida a la medicina se sintió desencantado de que los mejores especialistas, en uno de los países más avanzados en medicina del mundo no podían curarlo, aun cuando era joven y nunca antes había tomado medicamentos. Y tendría que aprender a vivir con su enfermedad y consumir fármacos por el resto de su penosa existencia como enfermo incurable. Pero algo en su interior se rebeló. “Debe haber en algún sitio alguna forma de curarme, no voy aceptar el dictamen pesimista de mis colegas, aunque saben mucho y tienen las mejores intenciones de ayudarme”. Y su instinto de supervivencia lo llevó a caminar por las calles hasta que despreocupadamente entró en una librería en Nueva York y le llamó la atención un libro sobre meditación. Lo leyó de un tirón y sintió en las profundidades de su alma de que era hora de cambiar radicalmente de forma de vida. Entonces siguiendo su impulso, pidió un año de licencia en el hospital y se fue a la India, a vivir durante un año en un ashram, practicando meditación, encontrándose consigo mismo y su verdadera misión en esta vida. Sus síntomas mejoraron espectacularmente, cuando pasó a alimentarse con la dieta vegetariana y saludable, “preparada con amor” por los monjes cocineros. Se relacionó con médicos ayurvedas, naturópatas, reikistas y otros representantes de otras formas de medicina. Y cambió. Volvió a su país con nuevas herramientas y más fuerte y sabio.


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Decidió comenzar a ayudar a la gente de otra forma, más sensible, más humana, menos tecnológica, aunque significara un sacrificio en su “prestigio” y también en su nivel de ingresos. Escribió un libro que lo lanzó al estrellato y ahora recorre el mundo enseñando su método basado en las medidas higiénicas que aprendió en la India. Cuando llega el momento (cerca de los 40 años) tanto las águilas como los cardiólogos, deben hacer una parada y revisar su vida. Es necesario y es inevitable. Pero es una gran bendición porque a partir de esa experiencia transformadora comienza la vida verdadera, la que sólo descubrimos cuando estamos maduros. Y la enfermedad es sólo una excusa.


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Capítulo 15 Qué Comer Y Cómo Hacerlo En la naturaleza existe un orden. Cada forma de vida necesita para continuar con su existencia, alimentación. Agua, sol, proteínas, minerales y otros nutrientes. Todas las formas de vida se alimentan. Alimento es energía. Fuente de energía vital. Y cada organismo está especializado para hacerlo de una forma única. Este proceso de diversificación y especialización para la absorción del alimento es el resultado de enormes y extensos lapsos de tiempo. Miles y miles de años de evolución de las diferentes formas vivientes. Así dentro de las aves, los pingüinos están adaptados a una dieta de pescado y todo su cuerpo está perfectamente diseñado para capturar pescado y asimilarlo con suprema perfección. El águila también es un ave, una prima hermana del pingüino, pero la evolución biológica de millones de años, generó otro tipo de cuerpo perfectamente adaptado a la localización a grandes distancias de pequeñas presas y a la posterior captura con sus feroces garras. Por su parte el colibrí, también de la familia de las aves evolucionó como consumidor de polen y busca en las flores su alimentación. Todas son aves y cada una se limita a aquello que le toca dentro del orden de la vida. Como consecuencia no enferman. Y esa es una demostración de la inmensa “sabiduría” del instinto de supervivencia de los animales viviendo en plena naturaleza. El ser humano, también es un animal, y a pesar de estar mejor dotado en la evolución biológica, no está exento de respetar aquellas normas de la alimentación biológica.


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Todos los pingüinos se alimentan en base a pescado, todos los búfalos se alimentan en base a hierbas silvestres y todos los gorilas se alimentan en base a plantas y frutos. Y todos son felices y saludables. No hay quejas ni protestas. Cuando el hombre interviene queriendo “ayudar” los animales disparan, no quieren salir del paraíso en el cual sus especies han vivido felices durante cientos de miles de años. Pero el ser humano se cree muy listo y da a los animales alimentos “enriquecidos”, “mejorados” para que tengan un pelo más hermoso y fuerte o para mejorar su estado nutricional. Y da a los perros alimentos ricos en vitamina A y D, para mejorar tal o cual función biológica. El hombre por más ilustrado que sea está regido por los mismos principios y las mismas leyes biológicas. No debería comer “de todo”, simplemente porque está sano, o porque “todo le cae bien”. La anarquía, la desobediencia del orden natural es lo que conduce a la degeneración biológica y la eclosión de legiones de enfermos crónicos. La macrobiótica nos invita a descubrir los alimentos correctos en la escala biológica y a tratar de prepararlos y consumirlos con placer y gratitud cada día. En cuanto a qué comer la sugerencia es usar los productos que se han usado tradicionalmente en el lugar. Pero alimentación tradicional no significa lo que se ha estado usando en los últimos 200 o 300 años, sino lo que se ha usado como alimento típico durante miles de años. Hoy en día hay mucha confusión y ya nadie tiene claro qué es tradicional y qué es copiado de otras culturas. El ser humano se adapta a todos los climas y a todas las latitudes. En zonas desérticas se alimenta en base a leche de camello y frutos que encuentra en los oasis. Esa es la forma que han tenido durante cientos de años y la siguen devotamente, entendiendo que su raza y su cultura obtienen su fuerza y energía de estas tradiciones.


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Si los beduinos entran en contacto con la dieta de las ciudades y empiezan a consumirla habitualmente, pierden su base, su raíz y comienza su declinación y su extinción.

A lo largo de la historia las grandes aglomeraciones humanas se alimentaron de cereales. Arroz y trigo sarraceno en Asia, Mijo y bulgur en África Trigo, cebada y avena en Europa y Medio Oriente Maíz, quinoa y amaranto en América. Los cereales han sido la base de la alimentación humana durante miles de años y en los sitios donde se cultivaron cereales floreció la cultura y el desarrollo de ciencias y tradiciones religiosas. En las zonas donde los humanos se alimentaron de carnes (caza y recolección) y frutos, la evolución intelectual-espiritual se estancó en el neolítico. En el polo norte, en las selvas tropicales y en las sabanas africanas viven robustos seres humanos que viven de la caza y recolección, pero no cultivan ni consumen cereales integrales como base. Pero no tienen un calendario ni mapas de las estrellas y astros en el cielo. Ni siquiera tienen escritura. Los cereales han sido los generadores del desarrollo de la humanidad. No sólo aportan la salud y la fuerza para desarrollarse y progresar hacia nuevos desafíos, sino que permite la conexión con fuerzas sutiles que no llegan a los que se alimentan básicamente de cuerpos cocidos de otros animales. El ser humano ideal no es carnívoro ni vegetariano, sino “granívoro”. Por eso nuestra sugerencia es alimentarse en base a cereales en grano e integrales. Algunas culturas han conservado férreamente su tradición de alimento en base a cereales. En Asia la base es el arroz. Para los asiáticos el arroz es sagrado y por eso lo consumen en todas las comidas.


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Creen que los protege de las enfermedades y sustenta su peculiar tenacidad y espíritu colectivo. También los japoneses inconscientemente se aferran a sus tradiciones dietéticas frente a la invasión de modas dietéticas europeas y estadounidenses. La base siempre fue el cereal. Un plato tradicional chino, japonés o indio, se basa en arroz, vegetales y proteínas vegetales y animales. Muy pocas carnes y derivados animales. Ausencia casi completa de leche y derivados de la leche. La dieta es 80-90% de origen vegetal. Algunos platos crudos y la mayoría son cocidos según sus recetas tradicionales. En América indígena la base siempre fue el maíz, frijoles, verduras como papas y otras de la huerta, especias y también pocas carnes y derivados animales. Actualmente se come en base a proteína animal. Se ha perdido noción de la base, del alimento principal. Ese es el gran error. Y por eso la medicina sólo logra alivios parciales y curas de duración efímera. La base es el cereal. El precioso cereal debería ser el 50-60% de nuestras principales comidas. Pero es imprescindible que sea integral y en lo posible de cultivo orgánico (o al menos no transgénico). En la mayor parte de los países del mundo la soja y el maíz son transgénicos. A mis hermanos latinos, y a pesar de que la tradición indica que la base es el maíz, desaconsejo su consumo, a menos de que tengan evidencias de que su procedencia es de cultivo orgánico. En Uruguay el 99% del maíz que se vende en forma de harina de maíz o fécula de maíz o aceite de maíz o en forma de choclos frescos tiene origen transgénico. Los estudios e investigaciones científicas independientes indican que producen tumores en ratones. Sin embargo los gobiernos no dicen nada ni siquiera rotulan los paquetes que tienen alimentos con maíz o en base a maíz, porque para ellos lo más importante es la estabilidad de las industrias y la conservación de las fuentes de trabajo.


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Si rotularan y la gente tomara conciencia de los peligros del maíz transgénico, las ventas caerían a pique, muchos emprendimientos quebrarían y mucha gente se quedaría sin trabajo. Aunque ello implique la declinación de la salud de su nación. La prioridad son los números, la “rentabilidad”. Pero tengo entendido que en Brasil el rotulado ya está en los alimentos que contienen maíz. Se trata de un triángulo con una T en su interior. Es un gran avance y una muestra de respeto hacia los derechos del consumidor. Pero por aquí, en ese sentido todavía estamos en la prehistoria. Pero tarde o temprano, llegará. Porque nada ni nadie puede frenar LA MAREA DE LOS CAMBIOS. Entonces podemos usar arroz integral como base o sino otros cereales como mijo, quínoa, cebada o bulgur. Los cereales integrales llevan más tiempo de cocción que los cereales refinados industrialmente. Hay que practicar y practicar para lograr una buena cocina macrobiótica o saludable. Emplearemos la expresión “macrobiótica” por convención, para entender de qué estamos hablando.

El 50-60% de cereales integrales bien preparados con agua mineral y sal marina. Deben ser muy bien masticados incluso hasta 80-100 veces cada bocado hasta que el alimento quede de consistencia líquida. Sólo así uno se asegura que ha completado el 1° tiempo digestivo, el tiempo bucal. La saliva tiene potentes acciones químicas sobre los hidratos de carbono complejos, que abundan en los cereales. Los cereales tienen en estado crudo, un pH levemente ácido. Pero al cocerlos a fuego muy lento con un poco de sal marina y al masticarlos cuidadosamente, su pH se vuelve alcalino, sobre todo por la acción alcalinizante de la ptialina.


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Frente a una gastritis, donde hay una inflamación permanente de las paredes internas del estómago, la masticación debe ser mucho más atenta y cuidadosa. El alimento debe entonces licuarse en nuestra boca completamente antes de ser deglutido. En casos severos mastique más y más incluso 200 o 250 veces cada bocado (para el arroz y cereales). Es sólo un tema de HÁBITO, todo se aprende si uno se entrena. De esta forma el sabor de cada bocado se hará más y más dulce y se alcalinizará tanto que inhibirá la acidez gástrica. Es interesante que los fármacos que se emplean en la gastritis son en muchos casos alcalinos. Lo alcalino neutraliza y cura la acidez. Pero en vez de alcalinizar con fármacos que tienen costos económicos y vitales (y efectos secundarios) preferimos alcalinizar con una dieta alcalina y mucha masticación. También la sal marina usada con moderación alcaliniza los alimentos y todos los fluidos corporales. Somos 80% de agua alcalina, no 80% agua dulce embotellada. Y el componente que invariablemente está en todos los fluidos biológicos es el NaCl (cloruro de sodio). O sea sal natural. A pesar de la mala prensa que se le ha hecho a la sal y al temor por su supuesta responsabilidad en el surgimiento de la hipertensión arterial. No podemos vivir sin sal.

La hipertensión sólo amenaza a los que se alimentan en base a derivados animales. Los vegetarianos verdaderos no padecen de hipertensión a pesar de usar sal. Se trata de otro mito, de otro paradigma erróneo. Y a punto de derrumbarse.


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El cereal es el alimento base. Es la base de la curación. Esto debe comprenderse claramente. Sin cereal base no hay cura. No se trata de comer sano o natural. Se trata de comprender que así lo establece el orden. El ser humano puede comer de todo y asimilar casi todo. Pero el mayor nivel de equilibrio y salud lo recibe del cereal. Por algo tenemos 20 molares en un total de 32 piezas. Los molares “muelen”, como las muelas de un molino. Los molinos “mastican” el trigo y lo convierten en harina. Nuestros dientes son nuestros molinos naturales. Pero no se limitan a triturar, a reducir todo a mínimos fragmentos sino que lo mezclan con los factores bioquímicos que componen la saliva, como enzimas, sales minerales y por supuesto agua, para que la papilla esté con el nivel exacto de hidratación antes de “caer” en la mucosa gástrica. Pero como queremos ahorrar esfuerzo preferimos que el molino mecánico haga el trabajo. Y por ello a todos nos encanta la harina blanca, integral o una mezcla. Para evitar el esfuerzo y el trabajo de masticar nos inclinamos a buscar el cereal masticado por la máquina. Pero la masticación mecánica del molino no logra el nivel óptimo de la masticación bucal y fisiológica. Por ello es mejor comer granos cocidos enteros y masticarlos que comer granos procesados en forma de harinas. Podemos comer todo el volumen de arroz o cereales enteros que deseemos siempre y cuando lo mastiquemos muy bien, y en caso de problemas digestivos, esto es particularmente importante. No hay límites en las cantidades de alimento principal. Una parte de este plato principal se puede consumir en forma de subproductos de cereales integrales, como bollos molidos, arepas, tortillas de maíz o arroz o panes y tartas. Siempre y cuando el estómago lo tolere. En caso de un empuje severo de gastritis todos los cereales deberían consumirse en forma de granos bien cocidos y blandos o incluso licuados en forma de cremas o sopas.


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Luego que pase el empuje y mejoren los síntomas se pueden usar formas más atractivas de consumir los cereales. El cereal es sagrado para el ser humano. Su correcta absorción, lo purifica, lo eleva espiritualmente, lo vuelve hermoso y sabio. Le aporta un tipo de fuerza vital sutil que no tienen otros alimentos. Debemos estar profundamente agradecidos y emocionados cada vez que comamos nuestro arroz integral o nuestro maíz o nuestra avena. Son los alimentos superiores para el hombre y la herramienta dietética más poderosa para alcanzar la cura de la gastritis o de cualquier otra enfermedad. Comprendiendo esto muy claramente, uno nunca comerá “mecánicamente” su arroz, quejándose de la poca “variedad” o de lo poco gustosa de la preparación. Recuerde el lector que mi sugerencia es ponerle una gran pasión al oficio de cocinar. Si tiene mal sabor es porque no está bien preparado. Si está bien preparado con amor, con conciencia, con intención y con el adecuado equipamiento y experiencia, el arroz y sus diferentes variaciones debería darnos cada día gratificaciones y sabores exquisitos. Y así cada día puede ser una fiesta. Al menos así es para mí y para millones de seres humanos que consumimos una dieta base cereal integral desde hace decenas de años y con maravillosos resultados. Es esencial por lo tanto comer y masticar el arroz o el mijo o la quinoa con esa conciencia y con ese espíritu de gratitud, amor y de sentirse un privilegiado por haber tenido acceso a esta enseñanza que nos catapulta hacia la felicidad y la realización de nuestro completo potencial. Entonces la enfermedad es una llave, para abrir nuestra vida a enormes posibilidades. Por eso debemos estar siempre agradecidos y entusiasmados porque todo lo que se viene ahora, si continuamos practicando estas disciplinas será cada vez más y más poderoso. Hemos despertado. Somos seres humanos de la más alta categoría biológica y espiritual.


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Verdaderamente humanos y por lo tanto amantes de la felicidad colectiva y de toda forma de vida. Y esto lo “sentimos” espontáneamente, sin tener que pertenecer a ninguna fraternidad o agrupación filosófica. Simplemente respetamos el orden y eso al igual que los animales silvestres nos coloca en una situación de privilegio a los ojos del Universo. El resto de los alimentos que componen nuestro menú se denominan alimentos secundarios. Incluyen una extensa variedad de vegetales terrestres y marinos, porotos (frijoles), semillas y frutos secos, frutas de estación, pescado magro, y huevos de campo. También una variedad de condimentos y el uso de las hierbas medicinales. Todos estos detalles uno los debería recibir en una consulta personal con algún orientador dietético adecuadamente calificado y experto.

Pero simplemente con alimentarse según estos lineamientos generales usted podrá curar su gastritis en aproximadamente un mes o a lo sumo dos. En algunos casos antes, depende de su voluntad y entusiasmo y también del surgimiento de las emociones que generan la cura sin falta: fe arrolladora e inmensa gratitud. Resumiendo, usted debería alimentarse con un plato consistente en ⅔ de arroz integral y ⅓ de platos secundarios. Dentro del plato secundario debe haber siempre vegetales cocidos y crudos (en una proporción ¾ - ¼), algunas algas marinas para aportar calcio, hierro, magnesio y otras sales vitales para una salud óptima, proteínas vegetales en forma de frijoles bien cocidos, semillas levemente tostadas (sésamo-ajonjolí, girasol, lino, nueces, castañas, almendras, maní). Ocasionalmente (una o dos veces por semana) un poco de pescado blanco y un poco de fruta local fresca o levemente cocida.


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Durante los empujes el plato debe ser muy simple y estricto. Solo arroz, sésamo y verduras al vapor. Luego del empuje vuelva a emplear una mayor variedad de sabores y texturas. Es importante usar productos fermentados para aportar enzimas y bacterias beneficiosas para la digestión, como los lactobacilos. El mejor producto fermentado que conozco es el miso, una pasta de soja usada desde hace miles de años en extremo oriente. También la salsa de soja de buena calidad y el tempeh. Si no es posible conseguir en su zona estos productos usar pickles de verduras en salmuera como el chucrut. Todo debe ser muy bien masticado y respetando la proporción entre cereal y complementos. La inversión de las proporciones conduce a un exceso de yin y así la inflamación de la mucosa que también está muy yin, continuará inflamada a pesar de estar comiendo muy saludablemente y muy macrobióticamente. La proporción, la masticación, la calidad de los alimentos y también las emociones correctas que conducen a la cura. Es un poco difícil al principio, pero si usted persevera y está determinado a curarse, en un mes o a lo sumo en dos recibirá el gran botín de la curación. Mejor dicho de la autocuración. Y usted sentirá la satisfacción inmensa de haberlo hecho usted. Sin ayuda técnica. Solo apelando a las fuerzas curativas de la naturaleza. Y su más gloriosa síntesis para el humano: el cereal, el bendito cereal al cual no dejo de agradecerle cada día de mi vida. Y si usted hace lo mismo su transformación fisiológica será imparable y poderosa. La cura comienza en la mente y se sostiene con la mente. Lea su hoja de propósitos para afirmar su determinación y programar su inconsciente.


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Así tendrá 100% de probabilidades de tener éxito. Y luego deberá escribirme unas líneas con su testimonio, contándome de su nueva vida saludable. No lo dude. Ud. lo hará. Repítalo en voz alta por favor. Lo haré. Lo haré!!!. Tengo el potencial y la voluntad infinita Gracias. Gracias. El Universo conspira a mi favor.


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Capítulo 16 Generar Una Disciplina Para Alcanzar La Cura Y No Recaer Nunca Más La enfermedad nos impulsa hacia la salud, como el crudo invierno avanza hacia la anhelada primavera. Yin y yang. Son los opuestos que eternamente se suceden. El destino de la noche es el día. El destino de lo que está comenzando es finalizar. Siempre yin cambia hacia yang y yang hacia yin. Eternamente. Y seguirá así. Por lo tanto comprendiendo esta poderosa filosofía de los cambios, la enfermedad al igual que todo lo que existe, no puede ser un estado permanente. Está “obligada” a cambiar, a permutar, la voluntad universal no permite la “estabilidad”, todo debe continuar moviéndose, cambiando. Y la enfermedad debe cambiar hacia la salud, hacia el retorno a la salud. Si el paciente muere, su enfermedad se termina junto a su experiencia como humano. Pero su vida continúa en otros niveles. Y así alcanza nuevamente la salud al nacer como “infante” en otro nivel de existencia. Por eso siempre la enfermedad se transforma en salud. En esta vida, y con este cuerpo o en otra vida y con otra investidura. Espero que usted comprenda que la enfermedad encierra el germen de la curación, porque tiene la semilla de la voluntad de curarse. Porque nos incomoda y nos tortura de tal modo que nos impele poderosamente a la “solución”. Y la solución final es la curación. La auto curación. Los medicamentos o la cirugía no son soluciones finales. Son paliativos. Son reparaciones momentáneas, porque la filosofía de las transmutaciones no se enseña en las escuelas médicas ortodoxas. Pero como todo CAMBIA, tarde o temprano implementarán esta poderosa herramienta de curación. Una vez que usted esté mejor, o esté completamente curado, existe un peligro. Dr. Martin Macedo © 2013, Todos los derechos reservados - www.LibreDeGastritis.com

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El peligro de saberse curado, de no tener la amenaza de los síntomas y del dolor como una daga en la garganta. Entonces la mayoría de las personas (y me incluyo) abandonamos la férrea disciplina que nos curó y volvemos a ser” macrobióticamente complacientes”. Empezamos a masticar menos, a gratificarnos con demasiados “secundarios” y a consumir más harinas y postres “naturales”. Y así en poco tiempo estamos nuevamente enfermos. Y comienza nuevamente el ciclo de los cambios; Yin-yang Salud-enfermedad Disciplina-negligencia Control-descontrol. Es algo normal. Es el orden. El ciclo eterno de los cambios. Pero podemos alterar estos ciclos y tomar la decisión de crear un ciclo donde en vez de tener unos pocos meses de salud para luego volver a enfermar generamos una nueva alternancia con ciclos largos. Por ejemplo 30 años de salud brillante…..o toda una existencia de salud brillante. Ya hemos tenido la experiencia de largas décadas de sufrimiento, dolor y enfermedad. Ahora viene la otra cara. Pero si no tomamos conciencia en forma radical, podemos quedarnos oscilando con un inestable ciclo de pocos meses de salud y luego recaer. Podemos generar un ciclo largo siempre y cuando recurramos al arma secreta. Esa arma secreta que nos permite sostenernos en la cima durante mucho tiempo se llama DISCIPLINA. Es necesario darse cuenta de lo importante que es la disciplina para todo en la vida, para la profesión, para la economía y por supuesto para lo más importante: la conservación de una salud que se fortalezca con el tiempo. Sin disciplina uno no logra sostenerse. Los viejos programas, los antiguos hábitos y las fuertes presiones de nuestra sociedad consumista y complaciente, nos empujarán nuevamente a la enfermedad. Pero con la DISCIPLINA estamos protegidos y asegurados.


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Por eso hay que amar la disciplina con toda nuestra alma. Es nuestro escudo. Nuestra garantía de salud, felicidad y éxito. Como todo comienza en la mente, la disciplina principal es la disciplina mental. Siempre es la mente lo que origina el proceso de crear. Y estamos hablando de crear algo grande y de continuar desarrollándolo, haciéndolo aún más grande. La enfermedad es la oportunidad para acceder a niveles más grandes de realización. Ahora ya no la precisamos. Cumplió su cometido, que era hacernos despertar. Una vez que usted despierta, la enfermedad se retira, ya no tiene sentido su presencia. Solo persiste en aquellos que se niegan a despertar, que siguen pensando que son víctimas o que la responsabilidad se halla fuera de ellos, la bacteria (helicobacter pylori), factores climáticos o el estrés. La enfermedad es muy necesaria en las personas que insisten en seguir dormidas, sin ver ni querer ver el grandioso Orden Universal. Y si agravan la situación intentando suprimir farmacológicamente los avisos de la naturaleza, entonces vendrá una enfermedad aún más grande, aún más dolorosa, porque este paciente, es de sueño muy pesado y si con una gastritis no despierta, la naturaleza le envía un despertador más violento; una úlcera gastroduodenal. Y si a pesar del dolor y del vómito de sangre sigue sin ver ni querer ver la necesidad de cambiar sus hábitos y estilo de vida, el cirujano extirpará un gran trozo de su estómago y luego le dirá: “hemos curado tu úlcera, ahora ya estás bien”. Y le dirá que puede “comer de todo” pero como moderación, porque ahora su estómago es el 25% de lo que era antes. Nada escapa del Orden Universal, si siquiera una pulga, ni siquiera un átomo, y ni siquiera un protón. La disciplina debe comenzar con la mente. Hay una ley que afirma que si uno sostiene la atención en un pensamiento, ese pensamiento se vuelve cada vez más poderoso. Y si continuamos enfocados en ese pensamiento, producirá finalmente potentes emociones. Y si seguimos enfocados y pensando y sintiendo lo mismo, terminaremos actuando en función de ese pensamiento inicial que comenzó como una pequeña llamita y que alimentado por el pensamiento sostenido se convirtió en un gran incendio.


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El célebre Cus Damato el entrenador de Mike Tyson era un especialista en crear campeones mundiales. Cuando conoció a Tyson, éste tenía 15 años y era una promesa dentro del ámbito del box. Damato estaba con un cáncer y pocos meses de vida. Y entonces decidió hacer un último y heroico esfuerzo y convertir a este muchachito salido de los barrios pobres de Nueva York y con antecedentes por rapiña, en un gran campeón. Y aplicó su receta de alimentar la “llamita”. Tyson y Damato acordaron trabajar juntos con el sueño de que Mike llegara a ser campeón juvenil de box. Al principio Damato sólo le habló y le habló. Tyson cuenta que no entendía por qué Damato le hablaba sin parar durante semanas y nada de práctica, ni cuerda, ni ejercicios, ni trabajo con sparrings. Solo le hablaba. Tyson se impacientaba y pensaba que estaba perdiendo el tiempo, hablando horas enteras, días enteros, semanas enteras con un anciano moribundo, con un pronóstico de pocos meses de vida. Pero Cus Damato sabía lo que hacía. Le habló con palabras poderosas y penetrantes. Usó la magia de la palabra para hacer que Tyson creyera en sí mismo porque tenía muy baja auto estima. Le habló y le habló hasta convencerlo de que era un genio, un elegido, un potencial campeón, que si trabajaba y se sacrificaba podría llegar a ser campeón mundial, es más, que podría hacer historia convirtiéndose en el campeón mundial de peso pesado más joven de la historia del box. Y lo logró con sólo 20 años.

Unificó los tres títulos de las Asociaciones y Federaciones de Box a nivel mundial. Hizo historia. Estoy intentando hacer con usted algo parecido a lo que Damato hizo con Mike Tyson. Haciéndole comprender su propio poder, su inmensa capacidad, su destino glorioso si se aplica y emplea las herramientas que todos recibimos como legado de nuestros miles y miles de años de evolución.


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La disciplina comienza con la mente. Con un solo pensamiento. Si el pensamiento es sostenido DISCIPLINADAMENTE, día y noche, semana tras semana, mes tras mes y año tras año, ese pensamiento crecerá tanto que se convertirá en un explosivo. En la lápida de Damato en EEUU reza lo que era su filosofía de creación de campeones:

“veo una chispa de interés, la alimento y la convierto en una llama, alimento la llama y la convierto en un fuego; luego tomo ese fuego y lo convierto en un incendio incontrolable” Ahí comienza nuestra disciplina. Sostener el pensamiento de la salud. Sostener el pensamiento de los buenos hábitos. Y pensar cada día en salud y hábitos saludables, pensar y seguir pensando en la inmensa gloria que nos espera en el horizonte, la gloria de la salud absoluta, de una vida grande y de hermosas realizaciones. Pero si pensamos en lo sabroso que sería fumarse un buen cigarro, y seguimos pensando en eso, ese pensamiento por LEY se hará tan poderoso como un incendio incontrolable y usted irá corriendo a comprar cigarros o whisky o una barra de chocolate. Un proverbio budista reza: “aquello que pones en tu mente se expande, sea bueno o malo”. Como le sugerí de todo corazón, tenga por escrito sus propósitos y léalos cada día y repítalo mentalmente con toda la frecuencia que pueda, para hacer que esa chispa de intención se convierta en un gran incendio. Esa es la disciplina base. Escribir las metas y leerlas y volver a pensar en ellas. Cada día, sin falta, hasta la muerte, hasta el mismo día de morir. Si usted fija su atención mental en lo que desea convertirse, ese pensamiento, esa semilla-de-la-mente se convertirá en un árbol gigantesco.


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Pero si usted no disciplina su mente otros pensamientos negativos se “colarán” sin autorización y se establecerán en su mente y se sostendrán hasta convertirse en algo tan poderoso que lo desestabilizará tanto emocionalmente, que tirará por tierra todos sus intentos anteriores por llevar una vida sana y cultivar hábitos generadores de salud. Por eso tanta gente falla cuando quiere comenzar a “cuidarse”. Porque descuidó por pereza o ignorancia, la DISCIPLINA DE LA MENTE. Entonces la disciplina comienza con su lectura de propósitos al comenzar el día y en hacerlo cada día sin falta, sin excepción. Se trata de un juramento. Un juramento sagrado que jamás deberá violar. Escriba en su hoja de propósitos qué hábitos desea incorporar; por ejemplo hacer 30 minutos diarios de ejercicio, meditar 20 minutos para calmar la mente y controlar el nivel de estrés, masticar 100 veces cada bocado de alimento y leer una o dos hojas sobre la filosofía de los cambios cada día. Decida en su corazón realizar esas prácticas y cuando mente y corazón se confabulan tras un sueño, sus acciones les seguirán como un perrito sigue a su dueño. Comienza con la mente, luego con las emociones y luego con las acciones. Por eso la disciplina comienza con el pensamiento. Con el tiempo usted tendrá una disciplina férrea que le permitirá mantenerse saludable y fuerte durante años y años. Y estará rumbo a la maestría.


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Capítulo 17 Ser Agradecido Con La Enfermedad Sentir gratitud ya es sumamente curativo. Sentir tristeza o irritación por estar enfermos enlentece y dificulta las tareas autocurativas. Todas las células son sensibles a las emociones. Todos sabemos la poderosa influencia que lo emocional tiene sobre el cuerpo. Las emociones negativas o positivas recorren nuestros 50 trillones de células a la velocidad de la luz. Si usted recibe una gran noticia todas sus células hasta las más modestas y ocultas en los rincones más misteriosos de su organismo, experimentarán la energía emocional que ejercerá un efecto muy estimulante y saludable sobre todas ellas. Hay personas que son agradecidas. Las personas muy religiosas siempre están “dando gracias a Dios”. Por el nuevo día, por el plato de alimento, por la familia que tienen, por la salud de sus hijos, por el empleo y por tener un padre en el cielo que los “ama”. En ese sentido “ser religioso” tiene grandes beneficios. Se cultiva la gratitud como un hábito. Sin embargo también están los que hacen de la queja un hábito. Siempre se están quejando de su dolor de espalda o de cabeza, se quejan del gobierno, se quejan de sus compañeros de trabajo, se quejan del clima, que hace demasiado calor o de que está muy húmedo o que hace un frío de morirse. Y eso se convierte en un estilo de vida, en una forma de ser. Usted puede elegir ser una persona agradecida, enfocarse en las cosas buenas que la vida le da o enfocarse en lo negativo, en los problemas, en las preocupaciones, en las injusticias o en la maldad que hay en el mundo. Y lo que uno elige como hábito “emocional” tiene efectos muy poderosos tanto para activar la potencia de auto curación como para frenarla o inhibirla.


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O incluso crear más enfermedad. Por eso si usted adopta una alimentación macrobiótica y saludable, pero está siempre preocupado o con dudas constantes sobre si funcionará o no, su recuperación será muy lenta. Pero si usted inicia la práctica con entusiasmo y lleno de fe, le estará ofreciendo otras energías emocionales a su estómago y células en general. Por eso si va a embarcarse en esta aventura de la autocuración, comience mentalizado y lleno de convicción y aplique todo su amor y pasión en el proceso de curarse. Y sus células se lo agradecerán. Porque la enfermedad ya no tendrá sentido, porque ya cumplió su cometido. Entonces se retira. Y saldrá a buscar a otro que necesite despertar… Finalmente usted debe saber que la capacidad de eliminar impurezas que tienen todas las células, conocido en fisiología como “sistema desintoxicante” se bloquea momentáneamente mientras se está haciendo la digestión. Muchas funciones se postergan cuando uno está haciendo la digestión. Todos sabemos que no se puede ir a nadar o estudiar un tema difícil con la “panza” llena. Por eso es recomendable cenar temprano y no comer nada de nada hasta tarde en la mañana siguiente, para darle la oportunidad a su sistema desintoxicante de que funcione a pleno. Por eso cuando usted tiene una gripe o resfrío fuerte, uno no tiene apetito. Se trata de un mecanismo de ayuno terapéutico controlado. Si comemos cada dos horas, las capacidades de autocuración están crónicamente postergadas. Y la mejora se demorará innecesariamente. La fórmula ayuno y oración enseñada por un predicador en Galilea hace 2000 años sigue vigente…..


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Capítulo 18 Ayudar A Otros A Curarse Cuando se comienza a cambiar la forma de comer habitual y se comprende que los alimentos que hemos estado consumiendo durante décadas han contribuido a crear nuestra enfermedad e infelicidad, cuando tomamos profundamente conciencia de esto, es inevitable querer “salvar” a nuestros amigos, familiares, hijos e hijas. Y comenzamos a predicarles, a intentar convencerlos para ayudarlos y evitarles el destino inevitable de los que siguen las pautas de alimentación erróneas que generalmente se siguen en las grandes ciudades del mundo. Y generalmente nuestra prédica no es bien recibida, nos toman por exagerados o “fanáticos” o simplemente un fastidio. Ello se debe a que nuestro amigo o ser querido no está madura o maduro para dar este tipo de salto cuántico. A cada uno le llega su momento de dar el “salto”. Si vamos con sermones fuera de temporada, nuestra “ayuda” no será bien interpretada. Me pasó a mí cuando tenía 16 o 17 años, quería convencer a todos mis amigos y parientes y lo único que conseguí fue que me consideraran como un joven que se fanatizó con la alimentación y en vez de aceptar mi ayuda, ellos querían ayudarme a mí recomendándome que consultara un psicólogo. Luego de más de tres décadas, he aprendido que lo que mejor uno puede hacer es cerrar la boca y dar el ejemplo más poderoso y elocuente que uno sea capaz de dar. Y hablar sólo si LE PREGUNTAN O LE PIDEN CONSEJO. No debe haber nada más fastidioso que un consejo dado cuando a uno no se lo solicitan. Como dicen los maestros orientales, no se puede poner té en un vaso que está lleno.


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Mientras las personas todavía están fuertes, mientras todavía tienen reservas de salud, preferirán en su inmensa mayoría experimentar hábitos auto complacientes, porque no “ven la necesidad” de tanta disciplina y tantas “privaciones”. Ellos nos ven así a nosotros y nosotros los vemos a ellos como sordos, ciegos y arrogantes que no comprenden ni quieren entender nada. Por eso, yo recomiendo predicar con el ejemplo. Así podrán ayudar positivamente a muchísimas personas, con la fuerza del ejemplo. La influencia será a nivel sutil, a nivel inconsciente. Cuando sus amigos y conocidos los vean a ustedes vitales, rejuvenecidos, llenos de salud y alegría de vivir, sentirán admiración y deseos de tener “eso” que ustedes tienen. Eso se llama una salud maravillosa, una salud de hierro, una vitalidad y un entusiasmo inagotable; una fe arrolladora y una potente autoconfianza. Esas cualidades generalmente las tienen las estrellas de cine o del deporte, que son los ídolos de millones de personas. Si usted las desarrolla (algo perfectamente posible empleando las herramientas que adquirió con la lectura de este material) las personas cercanas a ustedes les irán a pedir consejo. Y entonces el consejo será escuchado porque estarán abiertas. Se trata de un consejo dado en forma oportuna. Entonces canalice toda esa pasión por ayudar a sus seres amados, amigos y conocidos, en su propia autocuración. Redoble el compromiso por perfeccionar sus hábitos generadores de salud, visualícese dotado de una fuerza carismática que convence sin hablar, por su elocuencia, por su magnificencia, por la belleza de su personalidad y trate cada día de hacer todo lo que pueda por acercarse a ese sueño. Y le aseguro (a mí me está ocurriendo ahora) que muchas personas sentirán una poderosa atracción hacia usted y hacia las cosas que está haciendo. La salud verdadera, en su máxima dimensión es la fuerza de atracción más potente que existe. La salud atrae y la enfermedad repele.


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La gente viaja a las sabanas a ver a los animales viviendo en plena naturaleza. Los leones, los elefantes, los antílopes, los rinocerontes, hermosas aves con plumajes dignos de un gran rey. Los animales salvajes tienen una atracción mágica sobre los seres humanos. Esa magia se llama salud absoluta. Si un animal la posee es porque vive siguiendo el Orden Universal y se alimenta según este orden. Si un ser humano, dotado de un potencial enorme comparado con un pez o un ave, decide vivir siguiendo el Orden Universal, ¿qué puede ocurrir? Que genere una especie de atracción mágica como la que poseen los animales salvajes. Pero mil veces mayor, un millón de veces mayor. Y hay personas así; son los grandes maestros y maestras de la humanidad que han atraído a millones. Y el secreto se llama salud absoluta. Y el camino está despejado. Ahora usted debe recorrerlo. Y si persevera llegará tarde o temprano. Y yo lo estaré esperando para felicitarlo.


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Capítulo 19 El Secreto De La Gran Salud El secreto de la gran salud. ¿Cuánto vale? ¿Un millón? ¿Mil millones? Vale billones. Su valor es infinito. Es la búsqueda del ser humano desde el origen de las civilizaciones. El secreto de la eterna juventud. El secreto de la fuerza infinita. El grial. Muchos buscan oro durante años. Consagran su vida a buscar oro. Pero esto es mil veces más precioso que el oro. Pero no es para todos. Es sólo para los que han madurado. Para los que han comprendido. Si le hablo de esto a los que aún no están maduros, se reirán. Se burlarán. Todavía no han comprendido el significado profundo de “ser humano”. Pero usted ha leído todo el libro, y tal vez alguna otra de mis publicaciones. Usted puede visitar mi blog personal. www.DoctorMartinMacedo.com Entonces usted se merece acceder a este secreto. El secreto de la Gran Salud. Esa es mi misión; nacer, luchar y trabajar para crear en mi cuerpo la Gran Salud. Y luego convertirme en alguien capaz de mostrar a millones de seres humanos, hombres y mujeres de todas las culturas la belleza sublime de la Gran Salud. Ese propósito está claramente establecido en el inicio de mi primer libro, El regreso del hombre de sal. http://doctormartinmacedo.com/libro-el-regreso-del-hombre-de-sal-dr-martinmacedo/


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Es una misión difícil. Requiere de una tenacidad digna de titanes. Pero como nací en noviembre, soy tenaz. Todos los escorpianos somos tenaces. Y yo de los más destacados. Tenacidad es la palabra clave aquí. Si usted es capaz de una tenacidad titánica podrá lograr la Gran Salud. Si usted no es capaz de tal nivel de tenacidad, se rendirá luego de algunas semanas o meses. Como escalar una gran montaña. Al principio todo es entusiasmo y todos quieren llegar a la cima y ver la vista panorámica. Pero luego de algunas horas, empiezan a cansarse y cambian de idea. Lo que diferencia a los hombres es su capacidad de persistir sin claudicar en la persecución de sus sueños. Los que se rinden antes de llegar y los que están dispuestos a morir antes que rendirse. Solo los héroes llegan. Y todos tenemos uno en nuestro corazón. Solo que ha decidido dormir una larga siesta. Como la bella durmiente. Entonces tendrá que venir un ciclón o un terremoto para que su héroe despierte. Mientras tanto todo es paz y amor. Y el héroe duerme. Pero volvamos al logro de la Gran Salud. Lo primero de todo es tomar una poderosa decisión. Tomar la decisión de lograr la Gran Salud en esta vida. No en la próxima, sino en esta. ¿Está preparado para tomar esa decisión? Si lo está ahora lo que debe hacer es seguir mis instrucciones escrupulosamente, y no cuestionar nada sino cumplir todo lo que le estoy sugiriendo. Mi meta es ahora que usted pueda lograr la Gran Salud. Si logro mi meta seré el hombre más feliz del mundo. No importa si usted vive en Sumatra o en la costa oeste de Groenlandia. Mi meta es que muchas personas puedan experimentar la gloria de la Gran Salud. Y voy a lograrlo. Se lo garantizo. Porque logro todo lo que me propongo.


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Mi meta no es convencerle a usted. Mi meta es ayudarlo a usted, si usted desea ser ayudado. Si usted desea ser guiado. Entonces siga al pie de la letra mis recomendaciones. No teorice, no analice. Simplemente aplique lo que yo le sugiero. Confíe. Deje ir los temores. La necesidad de controlarlo todo. Si usted va a hacer un análisis de cada paso que le sugiero perderá mucho tiempo “pensando”. Y la realización de la Gran Salud requiere acción. Mucha acción. Por eso en el ejército a los soldados les instruyen a obedecer sin cuestionar. Porque si cada orden fuera debatida o discutida la acción poderosa de los ejércitos no sería posible.

Una vez un joven quiso convertirse en un gran samurai, un gran maestro de la espada japonesa, la Katana. Entonces fue a buscar al mejor maestro de espada del Japón. Le pidió que le enseñara su arte. Pero el maestro le dijo que sólo le enseñaría si obedecía sus instrucciones sin cuestionar nada ni protestar. Solo con ese acuerdo previo, aceptó entrenarlo para convertirlo en un gran samurai, en un poderoso practicante del arte de la espada samurai. Ambos estuvieron de acuerdo. Ambos estaban felices. El alumno por el privilegio de aprender con el más grande maestro del Japón, y por la dicha de poder ver cristalizado su sueño. El maestro estaba feliz de poder realizar su destino que era producir grandes practicantes, grandes maestros que conservaran esta hermosa tradición. Porque sabía que no viviría para siempre. Entonces todo gran maestro busca un sucesor. Un gran sucesor que lo iguale en nivel de maestría o si es posible que lo supere. Por el bien de su arte. Por el desarrollo de su arte. Acordaron empezar cuanto antes. “Debes venir muy temprano cada día, a las 5”. Y Dr. Martin Macedo © 2013, Todos los derechos reservados - www.LibreDeGastritis.com

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al otro día comenzaron. ¿Cuándo comenzamos la práctica, dijo el alumno? Primero debes ejercitarte. Debes tomar esos dos baldes de madera, engancharlos a los extremos de esa vara y traer agua del río. Entonces el joven obedeció sin chistar y fue a buscar agua; cargó los dos baldes, los enganchó en los extremos de la vara y subió unos 150 mts hasta la residencia del maestro. ¿Y ahora maestro qué sigue? Vuelca el agua en el pozo y ve por más agua. Y fue por más agua. Luego.. ¿y comenzamos a practicar? No, debes ir por más agua. Toda la mañana debes ir a buscar y traer agua. Sin descanso. Toda la jornada de hoy harás eso. Y al otro día fue lo mismo. Ir a buscar agua, y traer agua. Una y otra vez. Y pasaron 2 años. Siempre lo mismo. Subir y bajar con baldes de agua del rio. Era un trabajo aburrido y doloroso, porque había que subir casi 150 mts por un terreno escarpado hasta donde moraba el maestro. Y había que cuidarse de no resbalar por el camino de piedra que subía del río hasta la casa.

Y el joven empezó a impacientarse. Van dos años que me esfuerzo para aprender el arte de la espada y sólo traigo baldes de agua. Me está tomando el pelo. Y fue a protestarle al maestro. Acordamos que me enseñaría a dominar el arte de la espada, para convertirme en un gran samurai. Y solo he traído agua para su pozo. Estoy perdiendo el tiempo con usted. El maestro le dijo: yo te estoy enseñando como acordamos; confía en mí y recuerda que acordamos no cuestionar mis instrucciones. Entonces el joven aceptó y siguió cargando agua otro año. Al tercer año el maestro le dijo. Ahora vamos a cambiar de rutina. Vas a caminar sobre este tronco que está apoyado sobre dos grandes rocas, como un puente. Cargas los baldes sobre tus hombros y cruzas a través del tronco. Vas y vienes. Sin descanso durante 8 horas. Y así lo tuvo 2 años.El joven estaba desesperado.


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Llevaba 5 años de su vida trabajando en rutinas monótonas que nada tenían que ver con lo que había venido a aprender. Ni siquiera una sola técnica de katana. Ni una sola vez. Finalmente al cabo de 5 años, el maestro le dijo que tomara una espada de madera y comenzara un nuevo trabajo. ¡Ya era hora, pensó el joven alumno! He perdido 5 años de mi vida con este supuesto maestro que me ha robado los mejores años de mi juventud. El maestro le recordó su pacto de seguir sus instrucciones sin protestar ni cuestionar. Y le dijo: tomarás la espada de madera con ambas manos, la subes por encima de tu cabeza y descargas con todas tus fuerzas un golpe hacia adelante. Luego vuelves a subir la espada y záz, otra vez golpeas al frente. Y así lo tuvo un año entero, sube y zás, sube y zás, hasta que el joven no aguantó más y una mañana de sol le dijo al maestro que ya no deseaba aprender más a su lado, porque no había aprendido nada del arte de los samurais. Así que me largo y no volveré más con usted. Me ha estafado! He perdido 6 años de mi vida con usted!! Y cuando estaba marchándose, el maestro le gritó: Ahora Eres Un Luchador Invencible. Traer agua del río te ha dado unas piernas fuertes como un oso. Caminar sobre el tronco cargando los baldes te ha dado un equilibrio incomparable y la precisión de un gato salvaje. Y golpear al frente durante un año sin parar te ha dado unos brazos y puños fuertes como el acero. Donde vayas vencerás. Eres invencible. Gracias por obedecerme y aguantar. Ahora eres el mejor luchador de katana del Japón. ¡Buena suerte! Al comprender la gran sabiduría del maestro, el joven regresó y lo abrazó con sus brazos de campeón. Y ambos lloraron. El joven comprendió. Sólo en ese momento comprendió. Y fue el más grande espadachín de su tiempo.


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Capítulo 20 Siga Las Instrucciones Como El Joven Estudiante Vamos a comenzar cuanto antes nuestro entrenamiento. Usted no debe protestar. Solo seguir las instrucciones al pie de la letra. Vamos a comenzar nuestro trabajo vital (que genera vitalidad) inmediatamente. Usted debe seguir estas instrucciones como el joven aprendiz del arte de la espada. Cada paso es importantísimo. En este plan no sobra nada. Cada paso es absolutamente necesario. Es la receta para crear la Gran Salud. Y cualquiera puede hacerlo. Solo se necesita la voluntad de alcanzar esta Gran Salud. Comencemos.

Paso 1. Tomará una hoja en blanco y le pondrá como título: propósitos o metas o “mis sueños”. Paso 2. Hará una lista del 1 al 10. Y pondrá como meta n° 1 “Crear una salud excelente y poderosa”. En el margen derecho pondrá una fecha límite que usted se fija para lograrlo.

Paso 3. Luego haga lo mismo con las metas o propósitos del n° 2 en adelante, en orden de prioridad. Puede poner cualquier cosa, lo que desee de corazón. Metas laborales, afectivas, económicas, viajes, cursos que concluir, retiros, tener un hijo o escribir un libro o plantar un árbol. Lo que sea. Y le pone la fecha tope en el margen derecho.


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Paso 4. Cada mañana sin fallar jamás, apenas se levanta, toma su hoja y la lee en voz alta. Usted debe oírse. No la lea en silencio. Deben salir las palabras de su boca. Es la palabra lo que impresiona al inconsciente. La primera meta será: La Gran Salud. El inconsciente poco a poco se comenzará a convencer de que usted está decidido a todo para lograrla. Entonces comenzará a mover sus “influencias” y todo el Universo se moverá para ayudarlo a lograr la Gran Salud. Pero debe ser muy persistente. Leer ese propósito con convicción y en voz audible cada mañana. Sin fallar jamás. Verá lo que ocurre en un mes. Hágalo. Just do it.

Paso 5. Este nuevo hábito de la lectura de su hoja con propósitos debe ser de por vida. Incluso el mismo día de morir, debe leer su hoja. Así al nacer en la nueva dimensión sabrá cuáles son sus prioridades con absoluta claridad. Y debe seguir intentando allí realizar sus objetivos.

Paso 6. Medite 30 minutos diarios. No importa la técnica o estilo o el horario. Por experiencia le sugiero hacerlo por la mañana temprano, luego de leer su hoja de propósitos.

Paso 7. Haga ejercicios de calidad terapéutica. Yoga, aikido, tai chi, ritmopráctica (ver videos en youtube, busque por “ritmopráctica”). A diario una hora o más. Cada día sin fallar jamás. Luego durante el día mantenga una actividad física muy activa, haga sus compras a pie, baje y suba escaleras, amase su pan, limpie las ventanas. Y en la medida en que se entrena aumente la cantidad y calidad de sus movimientos físicos. El cuerpo se fortalece con la acción y sólo con la acción. Verá que descansa como un bebé. Y se hará cada vez más fuerte. No importa su edad. Cada día dé lo máximo de acuerdo a su capacidad.


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Paso 8. Comience a alimentarse según la tradición macrobiótica (americana o asiática). Siga una dieta 80% de origen vegetal y 20% animal (pescado magro). O bien puede hacer una dieta 100% vegetariana usando proteína vegetal exclusiva. Esto es lo ideal.

Paso 9. Mastique cada bocado hasta licuarlo por completo. Unas 100 veces por bocado o más si es capaz de hacerlo. Si le parece difícil observe a cualquier rumiante en la campiña y verá que todos los herbívoros mastican pacientemente. Solo es un tema de entrenamiento.

Paso 10. Aprenda cocina macrobiótica. Recomiendo que tome clases con algún cocinero/a experto/a en su ciudad o país. Si es imposible guíese por libros. Pero el verdadero éxito con este sistema de nutrición se logra cuando uno aprende con un experto. Si no hay lugares de enseñanza en su país, asista a seminarios o cursos en el exterior. En mi opinión la mejor cocina macrobiótica del mundo se enseña en San Pablo, Brasil. En la Escola Musso del maestro Tomio Kikuchi. Busque Escola Musso en Facebook.

Paso 11. Dedique media hora diaria como mínimo a leer sobre macrobiótica, medicina oriental y desarrollo del poder interior. Nuestro verdadero tesoro es invisible. Es interno. Se llama Sabiduría.

Paso 12. Fíjese el propósito de servir a la humanidad, en la forma en que usted sienta el llamado a servir. Trate de crear la mayor fuerza vital que sea capaz, con la mira puesta en servir más y mejor. Use sus talentos para compartirlos con el mundo. Para eso le fueron dados. Dr. Martin Macedo © 2013, Todos los derechos reservados - www.LibreDeGastritis.com

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Paso 13. Cultive la gratitud. Por todo y a todos. Agradezca desde que se levanta hasta que se acuesta. Agradezca no sólo lo hermoso y bello, lo agradable y placentero. Agradezca por la enfermedad, los problemas, las trabas, las injusticias, las crisis y los descontroles. Todo está hecho para hacernos fuertes y expertos.

Paso 14. Cultive el amor. Intente amar a toda las formas de vida. Vea la divinidad en todo, en cada insecto en cada virus, en cada expresión de vida con la que usted entre en contacto. Amando a las otras formas de vida, comprenderá que usted debe amarse a si mismo con toda su alma. Porque usted está hecho de la misma sustancia que los sueños. Usted es un sueño. Alguien tuvo que soñar con usted para que usted apareciera.

Paso 15. Fortalezca su voluntad. Fíjese el objetivo de alcanzar una voluntad de hierro. Así podrá lograr todo lo que quiera en la vida. Comience con cosas pequeñas y luego vaya aumentando el nivel de dificultad. Como en la Universidad. Cada año es más grande el desafío. Cada año es más difícil. Así aumenta la fuerza. Así crece la voluntad.

Paso 16. Solo use palabras positivas y amables. Incluso cuando se hable a sí mismo. Solo hable de salud, de dicha, de amor, de éxito, de bienestar. Evite en lo posible hablar de lo que no quiere o de lo que no desea. Porque la palabra atrae por semejanza. Habitúese a hablar de lo que quiere.

Paso 17. Estudie fundamentos de física cuántica. Es apasionante. Y descubrirá que sus sentimientos son los que crean más directamente lo que usted quiere. Desarrolle la habilidad de sentir que lo que usted está “pidiendo” ya viene en camino. Esta es la habilidad más importante en la vida. Dr. Martin Macedo © 2013, Todos los derechos reservados - www.LibreDeGastritis.com

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La fe que mueve montañas. Sentir, saber en su corazón que lo que usted está tratando de alcanzar, ya existe y viene en camino. No importa cuándo. Lo importante es sentir que viene en camino. Entrene y fortalezca con la práctica esta habilidad divina. Cuanto más poderosa sea esa fe, esa certeza, más rápidamente ocurrirán los milagros.

18. Continúe estas prácticas con todo su corazón, con toda su ilusión durante 6 meses. Y si descubre que esta forma de vivir le otorga una inmensa felicidad siga 3 años. Y luego 7 años. Al cabo de este tiempo usted tendrá la Gran Salud. Entonces venga a verme y yo lo abrazaré. Y lloraremos juntos. Y toda la humanidad lo celebrará. Y este mundo será un poco más hermoso gracias a usted. Usted habrá embellecido la creación.

Le agradezco anticipadamente. Y ya lo estoy celebrando en mi corazón. Lo estaré esperando. Gracias.


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Índice Introduccion

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Cap 1: Es Necesario Tomar Una Decisión

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Cap 2: Toda Enfermedad Tiene Sus Causas

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Cap 3: No Existen Las Enfermedades Incurables

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Cap 4: La Cura Comienza Con La Toma De Conciencia

22

Cap 5: Tenemos Cuerpos Esencialmente Perfectos

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Cap 6: Somos Obras Maestras De La Ingeniería Biológica

28

Cap 7: Los Síntomas De La Gastritis

31

Cap 8: Los Tratamientos Clásicos No Funcionan

34

Cap 9: Comprender Es Curar

40

Cap 10: Creer En La Salud Perfecta

46

Cap 11: Tomar La Decisión De Alcanzar Este Tipo De Salud

49

Cap 12: El Derecho A La Salud

55

Cap 13: Cambio De Hábitos

60

Cap 14: ¿Cómo Cambiar?

62

Cap 15: Qué Comer Y Cómo Hacerlo

68

Cap 16: Generar Una Disciplina Para Alcanzar La Cura Y No Recaer Nunca Más

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Cap 17: Ser Agradecido Con La Enfermedad

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Cap 18: Ayudar A Otros A Curarse

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Cap 19: La Gran Salud

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Cap 20: Siga Las Instrucciones Como El Joven Estudiante

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Recomendaciones 1) Por favor vuelva a leer el libro completo hasta lograr comprender los secretos que le he revelado para que usted pueda comenzar ya mismo a curar su gastritis. 2) También lea los bonos que le he regalado, son un poderoso complemento a este libro. 3) Le invito a que pueda ver los videos en mi canal de youtube. http://www.youtube.com/user/macrobiotica2/videos 4) Puede agregarme a Facebook https://www.facebook.com/martin.macedo.982 5) Puede leer más sobre salud en mi blog personal http://doctormartinmacedo.com/ 6) Conozca algunas recetas de Macrobiótica que he preparado para usted. http://doctormartinmacedo.com/recetas-macrobiotica/ 7) Aquí estoy para ayudarle, por favor si usted tiene alguna duda, pregunta, observación, comentario, crítica constructiva, o si desea enviarme su testimonio para compartirlo y ayudar a otras personas… con toda confianza escríbame a mi correo: [email protected]


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Mis Otros Libros 01. Tratamiento Del Síndrome Del Colon Irritable www.ViveSinColonIrritable.com 02. Tratamiento Del Virus Del Papiloma Humano (HPV) www.LibreDeHPV.com


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BONO EXTRA Guía De Alimentación Macrobiótica ALIMENTOS PRINCIPALES: 60% DEL TOTAL 1. Arroz integral en grano cocido a presión simple. (40 min. aprox.) 2. Arroz integral en grano cocido en olla común, preferentemente hierro, barro o acero inoxidable con buena tapa. (60 min. aprox.) 3. Arroz integral con 10% de poroto azuki 4. Arroz integral con 10% de cebada integral o mazamorra de trigo 5. Arroz integral con 10% de choclo orgánico 6. Mijo, trigo sarraceno o cebada cocido a presión (40 min. aprox.) o en olla común (60 min. aprox.) 7. Arroz integral socado (parcialmente pulido con licuadora) 8. Bollito de arroz integral cocido y molido, asado a la plancha 9. Pasta de trigo integral (100%) hecha en casa o 50% de harina de sarraceno, soba. 10. Pan integral (100%) hecho en casa sin levadura Dr. Martin Macedo © 2013, Todos los derechos reservados - www.LibreDeGastritis.com

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11. Crema de arroz integral, hecha con harina de arroz integral preferentemente tostada. 12. Papilla de arroz (arroz cocido en 6 o 7 partes de agua) 13. Papilla de arroz con 10% azuki o 10% zanahoria y condimentada con miso 14. Ensopado de mijo, sarraceno, cebada o mazamorra con 10% de verduras indicadas y un poco de miso. ESTAS OPCIONES SE SUGIEREN PARA DESAYUNO (10 AL 14) ALIMENTOS SECUNDARIOS DEL TOTAL 40% 1. Ciruela umeboshi, una pequeña o media grande--2---vez (ces) por semana 2. Gomasio 12 cucharitas de sésamo integral tostado y 1 de sal marina, una a dos cucharaditas de café sobre el cereal DIARIAMENTE—----vez (ces) por semana. Lino, chia, girasol,sem de zapallo, nuez, mani, castañas de caju, almendras algunas veces por semana levemente tostadas 3. Verduras cocidas: zanahoria, bardana, nabo largo(daikon), nabo redondo, rabanito, radicha, cebolla, repollo, zapallo (redondo, calabacín o japonés), brócoli, coliflor, puerro, cebolla de verdeo, cebollina, berro, hoja de nabo, hoja de zanahoria, nabiza, grelo, repollo chino (col chino), lechuga, escarola, nabiza, chaucha, condimentadas con shoyu (salsa de soja) o miso (pasta de soja) USO DIARIO 4. Sopa de verduras permitidas-(DIARIO)--vez (ces) por semana. (Con Misso) Buena opción para desayuno 5. Verduras cocidas al vapor (con vaporera) muy poco tiempo.(diario).....vez (ces) por semana. 6. Seitán integral cocido como bife o rehogado con verduras y condimentado con shoyu-----2----vez (ces) por semana.


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7. Verduras crudas como ensalada cruda o picle O GERMINADOS —-DIARIO--vez (ces) por semana en pequeñas cantidades. 8. Algas marinas, kombu, hiziki, wakame, nori o algas nativas de la región de uso tradicional cocidas con shoyu o sal marina. Diariamente una pequeña porción sola o cocida junto a verduras, porotos o cereales. 9. Porotos bien cocidos con algas: azuki, garbanzo, poroto negro pequeño, lenteja y poroto tape....5.......vez (ces) por semana. (aprox. 50 min. a presión) 10. Tofu (queso de soja), cocido a la plancha, hervido o incluido en sopas o cocidos de verduras indicadas 2 vez (ces) por semana. (SOLO SI ES ORGÁNICO) 11. Pescado blanco o azul----1-------vez (ces) por semana. (optativo, no neceario) 12. Huevo orgánico-----2-----------vez (ces) por mes. (optativo, no necesario) 13. Manzana fresca o cocida, sandía, melón, pera, durazno o frutilla (dentro de la estación)-pocas—1 A 2---vez (ces) por SEMANA, LEJOS DE LAS COMIDAS 14. Pasteles de verduras, cereales, seitán o combinados hechos en casa con masa de harina 100% integral cernida. ..VARIAS.....vez (ces) por mes. BEBIDAS 1. Té de arroz integral tostado 2. Té de trigo integral tostado 3. Té de poroto azuki tostado 4. Té de cebada perlada tostada 5. Té bancha con una pizca de sal (liviano) 6. Té bancha con una cucharadita de shoyu 7. Té de llantén, ortiga seca, diente de león o carqueja en infusión (no hervir) 8. Café de cebada tostada, sin glasear 9. Decocción (3 min) de té de uña de gato (inmunoestimulante)


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TRATAMIENTOS EXTERNOS 1. Compresa de sal o de agua caliente 2. Compresa de jengibre seguida de cataplasma de Ñame (papa) 3. Frotación con jugo de jengibre 4. Baño de asiento con clorofila 5. Cataplasma de tofu, clorofila, aloe o arcilla 6. Moxabustión RECOMENDACIONES FUNDAMENTALES 1. Comer separadamente, alternando-2 o 3-------- bocados de alimento principal con uno de alimento secundario. 2. Masticar un mínimo de 80 veces cada bocado, siendo lo ideal de 100 a 150. 3. Beber con moderación, sopas y té, de acuerdo a la sed aprox. 2 a 3 tazas al día. 4. Evitar los baños muy calientes y prolongados porque eliminan los minerales, sobre todo el sodio. 5. Comer con respeto y agradecimiento. No mirar TV, ni leer mientras se toma la comida. Sentarse correctamente en la mesa, pues el acto de comer es sagrado. 6. Estudie macrobiótica. Consiga buenos libros y estúdielos a fondo, para concientizarse profundamente sobre el proceso de auto cura. 7. Esfuércese al máximo para que su salud sea cada día más poderosa. Cuando nos concentramos un 100%, con todas nuestras fuerzas interiores todo es posible. Practique ejercicios fisicos cada día, sin falta de acuerdo a sus posibilidades. Así salen las toxinas y se acelera la cura. 8. Relacionarse con otras personas que están practicando macrobiótica es muy motivante y saludable.


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9. Aprenda a cocinar con un profesor/a verdaderamente calificado que haya sido entrenado en alguna escuela macrobiótica prestigiosa. Si el alimento no está bien preparado no tendrá buen sabor ni suficiente potencia curativa. 10. Agradezca al creador cada día y antes y después de cada comida por la oportunidad privilegiada que usted tiene de acceder a partir de ahora a niveles de salud que pocas personas llegan a soñar. La enfermedad es la puerta que nos permite ingresar a este tipo de salud superior. Aclaraciones: 1. El arroz debe ser comido a diario en el almuerzo y la cena. Se puede complementar con otros cereales algunas veces por semana. 2. Muy pocas harinas integrales, deben ser caseras o encargadas a alguien que utilice 100% harinas integrales. 3. Semillas de sésamo diariamente, con o sin sal (gomasio). Las otras semillas recomendadas como girasol, lino, castañas o semillas de zapallo pueden ser consumidas algunas veces por semana. Las semillas siempre se tuestan ligeramente. 4. Evitar papas, tomates, morrones, berenjenas, acelga y espinaca hasta la fecha indicada. 5. Emplear sal marina, buscar en lo de Ana Marina. Si no es posible conseguir sal marina, comprarla en el barrio chino, en Buenos Aires(Arribeños y Juramento) 6. Tomar cuanto antes clases de cocina con Silvia Añón o Nelba. 7. Nota: Esto solo aplica para quien viva en URUGUAY - Emplear misso y salsa de soja (shoyu) de buena calidad. En Uruguay sólo se aconseja la marca DAIMARU, disponible en almacén ZAIDA, Carlos Maggiolo 628 tel 2711 0132. 8. Si es posible conseguir salsa de soja y misso marca MOA, de calidad orgánica en el barrio chino en Buenos Aires. 9. Puede tomar cualquiera de los tés recomendados. Evitar más de 2 o3 tazas diarias. En caso de tener sed a pesar de la ingesta de tés tomar agua mineral.


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10. Emplear aceites de buena calidad en cantidades pequeñas. Las semillas ya contienen bastante aceite. Emplear aceites vírgenes (prensados en frío) Los aconsejados son: Oliva extravirgen, y para aceitar asaderas usar altooleico que si bien es refinado es relativamente bueno . Evitar otros aceites comerciales a menos que esté aclarado que son prensados en frío. 11. Tisanas. Pueden mezclarse varias de las recomendadas. O tomarse de a una. No más de 3 tazas al día. En caso de desear más bebida, tomar agua mineral o caldos de verduras cocidas o jugos de verduras frescas. 12. Hacer una hora diaria de ejercicios físicos terapéuticos, como yoga, taichi, aikido o ritmopráctica (ver videos ritmopráctica en youtube)


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