La princesa que mataba dragones Lilith Cohen
Primera edición © 2014 Segunda edición © 2017
Nota inicial Las personas que me conocen, ya sea en persona o por por inte intern rnet et sabe saben n que que actu actual alme ment ntee trab trabaj ajoo como redactora y traductora, por lo tanto me ha dado por escribir cualquier cosa que me sale de la cabeza y en esta ocasión me vino a la mente esta historia. Soy feminista ("y a mucha honra" como dicen en mi pueblo)y al iual que las muchas otras pers person onas as que que comp compar arte ten n mi ideo ideolo lo! !aa tamb tambi in n estoy alo fastidiada de las cl#sicas historias de princesas que pintan a las mujeres como seres dbiles y fr#iles que cada vez que se meten en apur ap uroos nece necesi sita tan n que que vena ena el pr!n pr!nci cipe pe azul azul a salvarlas, a m! francamente eso me parece est$pido y reprobable y si al$n d!a lleo a tener
una hija definitivamente no querr!a leerle cuentos com como "La "La %eni enicien cienta ta", ", "La "La bell bellaa durmi urmien ente te"" o "&lanca 'ieves" sino que me ustar!a leerle alo diferente,alo que le ensee a ser autosuficiente, a pensar y valerse por s! misma. *o creo que a muchos nos ustar!a que hubiera otro tipo de literatura para nuestras nias. +n *outube hay un v!deo titulado "Las princesas no son son inte intellien iente tes" s" en don donde i ira ran nda una una nia ia arentina de tan sólo siete aos e-presa lo que pien iensa ace acerca de las pri princesas de isney/ "0 e-cepción de ul#n todas son unas boludas (tontas, idio diotas)" y la verd erdad es que aplaudo audo mucho su modo de pensar y me llena de aler!a que a pesar de su corta edad ya sea capaz de darse cuenta de que una mujer que vive con la $nica esperanza de que un hombre le resuelva la vida es una "boluda" y esto fue en ran parte lo que me motivó a escribir este cuento. +sto es para todas las irandas que prefieren ser
uerreras que princesas, m#s valientes que fr#iles, m#s intelientes que dependientes pero sobre todo a aquellas que desean matar a los peli pelir ros osoos dra draoones nes que que son el mach machis ismo mo y la des desiual ualdad de n nero. ro. 1al vez en un futur uturoo pueda escirbir m#s cuentos feministas para nias si me viene otra idea a la cabeza, pero por ahora les dejo este, espero que sea de su arado.
Parte I
+n un reino muy pero muy lejano, en una poca muy pero muy remota, viv!a en un castillo una familia real formada por el rey, la reina y su pequea hija la princesa Leonora que ten!a siete aos de edad la cual era una nia muy despierta e inteliente. 0 diferencia de la mayor!a de las chicas de su edad a Leonora no le ustaba mucho juar a "la comidita" ni a las muecas, a ella lo que m#s le ustaba era montar a caballo y leer esas fant#sticas historias de valientes caballeros con armaduras brillantes que combat!an y mataban a los pelirosos draones con sus poderosas espadas. 0 Leonora le brillaban los ojos de emoción cada vez que se sumer!a en ese fant#stico mundo de
los caballeros armados, pero hab!a alo en esas historias que la inquietaba un poco y era el hecho de que esos combatientes siempre fueran hombres y nunca mujeres. Los personajes femeninos de esas historias siempre eran princesas que ritaban como locas en las arras de los draones siendo las v!ctimas fr#iles y dbiles que no pod!an defenderse por s! mismas hasta que llearan los caballeros a salvarlas. Leonora no se sent!a identificada con las princesas de las historias que le!a porque ella no era nada dbil ni temerosa, ni siquiera ritaba cuando se lastimaba o ve!a un insecto. 2n d!a llearon un par de familias nobles con sus hijos a visitar a los padres de Leonora al castillo. +n lo que los adultos conversaban, los nios que eran m#s o menos de la edad de la princesa, se fueron con ella a juar al jard!n con sus espadas y escudos de juuete. 3uuemos a que un draón viene a atacar el palacio y nosotros peleamos con l y lo matamos dijo uno de ellos.
Leonora se entusiasmó mucho al o!r la propuesta de jueo 4*o tambin quiero juar5 les dijo alzando su mano. Los chicos la miraron de arriba a abajo e-traados 61$ quieres juar con nosotros7 4S! claro5 e encantar!a matar muchos draones aunque sea de "a mentiritas" les contestó entusiasmada esperando a que ellos aceptaran juar con ella. &ueno Leonora, ver#s... es que los que matan draones son los caballeros no las princesas, pero si quieres puedes ser la damisela que es secuestrada por el draón y nosotros te rescatamos. Leonora dio un paso atr#s indinada mientras mov!a la cabeza en seal de neación 4'o5 4*o quiero matar draones como ustedes5 Lo sentimos mucho, pero las nias no pueden matar draones, eso es cosa de hombres, as! que no puedes juar. La pequea princesa reresó a su alco alcoba ba y abra abrazzó su libro ibro de hist histor oria iass fav favori oritas tas mientras se preuntaba el por qu ser valiente y combativa no era alo propio de una nia.
0 pesar de todo, Leonora estaba cada vez m#s entu entusi sias asma mada da con con sus sus hist histor oria iass de caba caball ller eros os y draones y cada vez que pod!a se la pasaba soando despierta mientras se imainaba con una lind lindaa arma armadu dura ra mont montad adaa en un furi furios osoo corc corcel el dispuesta a combatir a esas pelirosas criaturas. 2na noche mientras todos dorm!an sintió anas de juar y entonces bajó a la cocina y tomó una bandeja a modo de escudo, se colocó una olla pequea en la cabeza como si fuera un yelmo y tomó una vieja escoba como espada y se dispuso a "pel "peleear" ar" con contra tra la est estufa ufa ence encen ndida dida que que en su imainación era un fiero draón que escup!a fueo 4+n uardia5 ritó mientras se pon!a en pos posición de comba ombatte 40trvete a acerc ercarte malvado draón5 41e atravesar el corazón con mi filosa espada5 Leonora mov!a la escoba contra el draónestufa al mismo tiempo que daba saltos hacia atr#s y hacia adelante tratando de esquivar la llamarada que el malvolo animal le lanzaba en su imainación.
ecidida a matar al draónestufa de una vez por todas retrocedió a una distancia considerable para clavarle la espadaescoba en el corazón y cuando loró su objetivo se puso a brincar de aler!a. +ntre los saltos y los bruscos movimientos que dio con la escoba, sin querer empujó una mesa que esaba ah! en medio de la cocina y se llevó consio todos los platos, cubiertos, cacerolas y dem#s utensilios de cocina que hab!a encima de la mesa provocando un ran desastre. +l fuerte ruido hizo despertar al rey, a la reina y a alunos de los sirvientes que ya estaban pro profunda undam mente dor dormidos en sus respectiv tivas habitaciones y bajaron hacia la cocina para averiuar uar que hab!a sido ese esc#ndalo alo y ah! encontraron el montón de platos desperdiados por el suelo y a la tirada princesa en medio de todo el tiradero 48ero Leonora5 6qu andabas haciendo en la cocina a estas horas de d e la noche7 e-clamó sorprendida su mam# al verla mientras
le quitaba de encima la cacerola que se hab!a puesto sobre la cabeja cabeja 8ues... estaba juando que combat!a a un draón con la espada y lueo choqu contra la mesa y tir todo. La reina llevó a Leonora su habitación para hablar con ella de "mujer a mujer" ira hijita, las nias como t$ no deben juar esa clase de jueos tan rudos, eso es para chicos, ellos son fuertes y no les importa hacerse dao9 pero nosotras las mujeres no nacimos para hacer esas cosas. cosas. 8ero mam#... la interrumpió interrumpió Leonora Leonora a m! me ustar!a ser una uerrera y pelear contra los draones as! como en las historias que leo en mis libros favoritos. La reina suspiró mientras mov!a la cabeza neativamente 'o hija, eso no est# bien. 'osotras debemos hacer otra clase de actividades como tejer, hilar, lavar, cocinar, cuidar de las plantas de los jardines, ser madres, cuidar de nuestos hijos, servir a nuestros maridos, en fin cosas que vayan de acuerdo con nuestra fuerza y naturaleza.
0l escuchar todo eso Leonora miró fijamente a su mam# y cruzó los brazos este era su esto t!pico cuando escuchaba alo con lo que no estaba de acuerdo 4* no ponas esa cara, jovencita5 la repr repren endi dióó ense nseui uida da la rein reinaa +s m#s, m#s, des desde maana mismo te voy a ensear todo lo que las buen buenas as don doncell cellas as debe deben n de hace hacer, r, ya est est#s en edad para aprender. 8ero mam#... dijo la nia trata atando de pro protestar 'ada de peros ros muchachita, maana a primera hora te espero en el cuarto de hilar, ahora tienes que dormir 4&uenas noches5 &uenas noches mam# y la reina apaó la l#mpara del dormitorio y salió mientras Leonora se met!a a su cama pensando en todo lo que su madre le acababa de decir, ya que no estaba convencida que aquello fuera lo que realmente quisiera hacer ella en la vida.
Parte II
8asaron varios aos, Leonora ten!a ya quince aos y ya era toda una seorita. 0 pesar de que su madre le hab!a enseado a comportarse como toda una princesa, en secreto, ella seu!a teniendo los mismos sueos y deseos de su niez pero no se atrev!a a comentarlo para evitar discusiones. +l protocolo y la etiqueta eran cosas que nunca le aradaron y mucho menos le ustaba usar esos apretados e incómodos vestidos eleantes que le comprim!an las costillas y la hac!an caminar de forma e-traa. 0 escondidas de sus padres (sobre todo de su madre) Leonora se escapaba a la biblioteca del castillo a devorar cuanto libro encontrara acerca
de caballeros y draones9 y no sólo eso, sino que en secreto mandaba a sus criados de confianza al pueblo a que le compraran todos los libros que encontraran en las librer!as, porque sab!a que si la reina la lleaba a descubrir le echar!a un sermón como el que le dio cuando era nia, aunque por otro lado ya estaba fastidiada de tener que esconderse y finir ser alo que no era y que no ten!a ninuna intención de ser. +n una una tard tardee tran ranquil quila, a, esta estaba ba empez mpezan ando do a anochecer mientras Leonora se encontraba en el balcón de su habitación practicando sus tcnicas de tejido (cosa que tampoco le aradaba del todo porque se le daba fatal) vio pasar sobre su cabeza una enorme sombra con una fiura amenazadora, se levantó de su sillón y alzó la cabeza hacia el cielo y sólo alcanzó a ver una enorme cola nera que se perd!a entre las nubes. +so no puede ser un... draón... 6: s!7 se preuntó a s! misma mientras se quedó observando en la dirección por donde hab# desaparecido la ran fiura.
La princesa bajó velozmente las escaleras hacia el salón principal del castillo donde se encontraba su padre para comentarle acerca de lo que acababa de ver cuando en ese momento entró uno de los consejeros reales aitad!simo y con cara de anustia 4ajestad5 4'o creer# lo que teno que deci decirl rle5 e5 1odo 1odoss los los s$bd s$bdit itos os est# est#n n ater aterro rori riza zado doss porq porque ue un dra draón ón andu anduvvo merod erodea eand ndoo por por el reino causando randes destrozos. 0l escuchar eso Leonora confirmó sus sospechas, lo que acababa de ver pasar por el cielo era nada m#s y nada menos que un draón. +l rey con natural preocupación se puso a pensar en qu pod!a hacer para solucionar ese asunto 41enemos que acabar con ese draón lo m#s pronto posible5 4'o quiero que sia ocasionando m#s problemas5 6* qu suiere que haamos su ajestad7 preuntó el consejero hecho un manojo de nervios por la situación Suiero que sean llamados los mejores caballeros del reino, sólo los m#s fuertes y valientes deben de venir al palacio para as! poder
planear una estrateia de ataque y poder acabar con esa bestia feroz. e parece una e-celente idea su 0lteza. contestó el consejero 0hora mismo har circular la proclama real por todo el pueblo. Leonora era consciente de que la situación era realmente rave, pero vio su ran oportunidad de poder realizar su sueo de toda la vida/ poder combatir a un furioso draón como los valientes caballeros y sin pensarlo dos veces corrió hacia donde su padre para contarle lo que ella ten!a en mente 8ap#, he escuchado que hay un draón merodeando por el reino y que vas a llamar a todos los caballeros a que venan a pelear contra l. 0s! es, hija m!a le contestó el monarca alo confundido. *o ven!a a pedirte que me dejes unirme a los uerreros y combatir con ellos al draón. +l rey no pod!a estar m#s que sorprendido con lo que la princesa acababa de pedirle 48ero hija5
6;u cosa est#s diciendo7 48or favor pap#, te lo suplico5 1oda mi vida he admirado a los randes caballeros de la historia y creo que no sólo los hombres pueden ser valientes, yo tambin lo soy, tambin teno temple de uerrera al iual que ellos 'o hija, es alo demasiado dif!cil y peliroso para una chica. La reina que estaba por ah! cerca alcanzó a escuchar la conversación de la princesa con su espo esposo so y ense enseu uid idaa inte interv rvin inoo 48er 48eroo Leon Leonor ora5 a5 6%ómo es posible7 6espus de tantos aos desde aquella vez que te habl de lo que debes hacer t$ como omo don doncella a$n no compre mpren ndes cu#l u#l es tu luar en esta vida7 +l rey le dio la razón a su mujer
corriendo hacia el jard!n m#s alejado del castillo que su sitio preferido al que acud!a cada vez que quer!a estar aislada del resto y se echó a llorar sobre la enorme fuente que adornaba el centro del jard!n 'o entiendo por qu quieren obliarme a hacercosas que no quiero sólo porque la sociedad dice que as! teno que ser murmuró mientras que una luz e-traa y muy brillante iluminó el luar. La luz se fue haciendo m#s tenue y en su luar apareció una mujer deslumbrante con e-presión amable y unas lindas alas brillantes 6;u te pasa muchacha7 68or qu est#s aqu! sola llorando7 le preuntó la recin lleada a Leonora. La princesa se secó las l#rimas y la miró sorprendida 6* usted quin es7 &ueno, soy lo que alunos llaman un hada madrina. =ine a verte porque estabas muy triste y supuse que tendr!as un problema y podr!as necesitar de mi ayuda. Leonora se puso de pie y le e-plicó al hada su
problema 8ues ver# usted, mis padres se oponen a que yo me una al ejrcito de caballeros que van a tratar de vencer al draón que anda acechando por el reino y yo me siento seura de tener la suficiente valent!a y fuerza como para poder derrotarlo al iual que ellos. +l hada abrió los ojos de manera sorpresiva y se quedó pensativa mientras Leonora la observaba impaciente 6* bien7 le preuntó 62sted tambin cree que una joven y delicada princesa como yo no deber!a tener esa clase de ideas rondando por la cabeza7 0h, bueno... este yo no... contestó titubean beantte Sólo es que me sorprende bastante lo que me acabas de decir 6Sabes7 8or lo eneral las doncellas tristes que he ayudado antes me piden que les d un vestido bonito para ir a un baile como en el caso de %enicienta y cosas as!, superficiales y poco relevantes, pero lo tuyo me conmueve realmente, me pareces una joven valiente y decidida que no se va a detener hasta lorar su objetivo, veo en tu
corazón un ran deseo por luchar y dar una mano a los que te necesitan y eso me arada. 0s! que voy a ayudarte, no te preocupes. Leonora no pudo contener su emoción y corrió a abrazar a su nueva amia 4uch!simas racias de verdad5 'o sabe lo feliz que me hace saber que me comp compre rend nde. e. &uen &uenoo much muchac ach ha, pa para ra que que puedas entrenar junto a los caballeros maana en el palacio necesitas una buena armadura, porque por lo que me cuentas me imaino que no has de tener ninuna. iciendo esto hizo un movimiento con su varita m#ica y le dio a la prin prince cesa sa una una bril brilla lant ntee y herm hermos osaa arma armadu dura ra.. 1ambin necesitar#s un escudo y lo m#s importante de todo/ una espada. 4+sto es de verdad incre!ble5 dec!a Leonora mientras ve!a su reflejo en el aua de la fuente con su nueva armadura puesta +s mi sueo hecho realidad, no teno como aradecerle. 'o te preocupes muchacha, no me debes nada... ah, pero hay una cosa m#s que teno que decirte, cuando asistas a
los entrenamientos no te quites nunca el yelmo, es preferible preferible que por ahora no descubran descubran que eres una chica porque no te dejar#n seuir adelante. 8ero no ser# por mucho tiempo, tu valent!a y tu talento se encarar#n de hacer que todos se den cuenta de quin eres realmente y no tendr#s que esconderte m#s, te lo aseuro. ro. 0s! que que ya no llores, s valiente y siue adelante con tu sueo. dicho esto el hada desapareció desapareció dejando a Leonora Leonora sola en medio del jard!n iluminado por las estrellas del cielo.
Parte III
0l d!a siuiente Leonora ten!a que comenzar su entr entren enam amie ient nto, o, pero pero nadi nadiee en el cast castil illo lo deb! deb!aa enterarse de nada o s! no se le armar!a un ran problema, as! que tuvo que tramar un plan para poder lorar su objetivo. +staban por dar las >> de la maana y la princesa a$n no hab!a bajado a desayunar, lo cual preocupó mucho a sus padres 6Leonora a$n no ha despertado7 preuntó la reina a una de las criadas 'o, su 0lteza 0 las doce tiene su clase de bordado con oa +duvies y no estar# lista a tiempo, ir yo misma a su habitación a ver que le ocurre. La reina se diriió a la alcoba de Leonora y cuando entró encontró a la princesa a$n dentro de la cama 8ero hija 60$n no te has levantado7
0curdate que tienes que ir a tomar tus clases Leonora abrió los ojos, miró a su madre y le dijo e siento mal, me duele horriblemente la cabeza, no teno fuerzas para ir a tomar mis lecciones 4:h cielos5+ntonces debes quedarte en la cama a reposar, mandar avisar a oa +duv duvies es que no ir#s a clase, as! que due duerme tranquila y descansa. +n cuanto su madre salió de su habitación Leonora colocó sus almohadas debajo de las s#banas y se puso su armadura para escaparse y acud acudir ir al prim primer er entr entren enam amie ient nto. o. %uan %uando do lle lleóó estaban seis caballeros reunidos con el rey para comenzar a tramar un plan para acabar con el draón ? &ien caballeros, los he convocado al palacio porque como ya bien saben hay un draón muy peliroso suelto y tenemos que matarlo a como de luar. 2no de los caballeros que estaba ah! tomó la palabra 8ero su +-celencia, se trata de un
draón nero de los m#s terribles y fieros, enf enfren rentarl tarloo no ser# er# cos cosa f#ci f#cil.l. :tro :tro hombr ombree tamb tambi in n habl abló a aje jest stad ad,, yo he pele pelead adoo con con varios draones en toda mi vida, pero nunca con un draón ón nero y debo recon conocer que teno alunas dudas de cómo podr!amos vencerlo. +l resto de los presentes comenzaron a titubear y ento enton nces ces Leon Leonor oraa trat tratan ando do de ara aravvar su voz voz intervino +fectivamente, el draón nero es un ser astuto y peliroso, ser# dif!cil derrotarlo pero no imposible aunque no se imainaban que se tratara de una mujer, el rey y todos los caballeros se asombraron de la seuridad con la que la princesa habló. 3oven caballero, dijo el rey tu seuridad y valent!a es muy admirable @racias majestad9 como dec!a, los draones neros son muy poderosos, uno solo de ellos podr!a derrotarnos a todos nosotros f#cilmente, pero los draones tambin tienen sus debilidades y podemos tomar ventaja de eso, sólo es cosa de armar una buena estrateia de ataque.
+l rey volvió a tomar la palabra &ien jovencito 6y qu es lo que propones que haamos7 =er#n comenzó a e-plicar Leonora 0 los draones neros les encanta coleccionar monedas doradas y uardarlas en sus madriueras secretas y este draón no debe ser la e-cepción. 8or lo tanto propono lo siuiente, juntemos todas las monedas que nos sea posible y vayamos al pantano. 2no de los caballeros interrumpió a la princesa 68or qu al pantano7 Leonora prosiuió a e-pl e-pliicar car 8orq 8orque ue los los dra draoones nes ner neros os busca uscan n sitios c#lidos y h$medos para esconderse. Lo que tenemos que hacer es ir al pantano y dejar un saco lleno de monedas bri brillantes y viilar de cerc erca, en cuan uanto el draón ón las vea no podr podr## resistirse y las tomar#, entonces nosotros podr!amos seuirlo hacia su uarida y ah! atacarlo por sorpresa. 0l escuchar el plan de Leonora el rey y los caballeros no pudieron hacer otra cosa que
aplaudir uy bien seores, ya escucharon a este joven. =ayamos todos a juntar monedas de oro ahora mismo. +n cuanto todos terminaron de conseuir un n$mero de monedas considerable se volvieron a reunir en el castillo uy bien dijo la muchacha ahora, lo mejor ser# que esperemos cuando est por oscurecer, los draones neros son de h#bitos nocturnos, as! nos ser# m#s f#cil encontrarlo. 0l anochecer todos se diriieron hacia el tenebroso y alejado pantano para seuir con el resto del plan diriidos por Leonora. %aminaron por mucho rato alumbrando el camino con antorchas cuid#ndose de las arenas movedizas y otros animales pelirosos y cuando llearon a un luar que consideraron adecuado se detuvieron &ien caballeros, yo creo que este es un buen sitio para dejar el saco lleno de monedas, ahora sólo tenemos que escondernos y esperar a que aparezca el draón.
Se ocultaron detr#s de unos #rboles todos quietos y en silencio y esperaron apro-imadamente media hora, cuando de repente pasó una enorme sombra nera que volaba sobre bre el pant antano y despus escucharon el batir de unas alas randes 40h! est#5 sealó uno de los caballeros mientras los dem#s trataban de observar desde su escondite al animal. +l draón comenzó a revolotear en c!rculos cerca de donde estaba el saco con las monedas doradas. 4S!5 4Lo encontró5 e-clamó el rey muy entusiasmado +l draón finalmente loró tomar con sus arras el saco y volvió a batir sus alas para retirarse a su escondite 48erfecto5 0hora sólo tenemos que seuirlo de cerca sin que nos desc descub ubra ra 4=en 4=ena an5 n5 dijo dijo Leon Leonor oraa mien mientr tras as les les hac!a seas a los dem#s para que siuieran adelante. %on mucho cuidado de no hacer ruido avanzaron en medio dio del del pantano pero ero al mismo tiempo
tratab trataban an de seu seuir ir el paso paso del draón draón que, que, para su buena suerte, al ir carando un pesado saco de monedas no pod!a volar muy r#pido. 'o supieron por cuanto tiempo e-actamente estuvieron cami camin nando ando a trav ravss del del pa pan ntano tano hasta asta que el draón disminuyó a$n m#s su velocidad y empezó a aterrizar cerca de donde hab!a unas enormes rocas que formaban una cueva. +se debe ser su escondite dijo la princesa 0hora tenemos que preparar un plan para tomarlo por sorpresa y as! poder acabar con l. +st# bien asientieron los dem#s al mismo tiempo que ve!an al draón inresar a la caverna 8ropono que entremos a atacarlo ahora mismo e-clamó uno de los presentes 'o con contes testó Leon Leonor oraa +so no es con conveni venien ente te,, los los draones neros son m#s astutos de lo que pensamos, una emboscada no lo detendr# f#cilmente. 1enemos que actuar con inteliencia y prudencia, esto es lo que haremos...
1odos hicieron un c!rculo para escuchar lo que la princesa ten!a que decir y despus de que Leonora les e-plicó el plan que ten!a en mente, uno de los caballeros se ofreció como voluntario para entrar a la cueva a ver que estaba haciendo el draón en ese momento y cuando volvió a reunirse con los otros les dijo emocionado 4+st# profundamente dorm dormid ido5 o5 4+stup stupen endo do55 e-cl e-clam amóó Leono eonora ra 40hora es cuando5. +l rupo entró siilosamente a la cueva con sus espadas, escudos, cuerdas, cadenas y avanzaron hasta donde se hallaba el draón que dorm!a, se colocó cada uno en una posición estratica alrededor del animal y Leonora les dio la seal para que atacaran y todos se lanzaron a sujetar y atar al draón con las cuerdas. 0l sentir y escuchar todo el movimiento el draón despertó tratando de liberarse. 0 la princesa le preocupó mucho que su plan pudie pudiera ra frac fracas asar ar,, pero pero se tran tranqui quiliz lizóó ense enseu uid idaa
para poder pensar en alo. 1enemos que atacar con las espadas les dijo a los dem#s que seu!an tratando de contener al draón que estaba realmente enfurecido. 2no de los caballeros trató de cortarle la cabeza al draón y Leonora lo detuvo 4'o5 Si le cortamos la cabeza le crecer#n otras dos en su luar, tenemos que atravesarle el corazón, es la $nica forma de matarlo.
Parte IV
Leonora sab!a que ten!an que ser muy cuidadosos para poder vencer al draón y lorar clavarle la espada justo en el corazón. +l resto de los caballeros seu!an conteniendo al draón, hab!an lorado amarrarle el hocico para que no pudiera escupir fueo pero parec!a que no podr!an tenerlo as! por mucho tiempo, as! que Leonora ten!a que darse prisa y entonces recordó sus viejos jueos de la infancia cuando bajó a la cocina a juar con la estufa y la escoba. %uando ella retroced!a a una distancia adecuada era m#s f#cil lanzar su escoba contra la estufa y dar justo en el blanco y eso era lo mismo que iba a hacer ahora, as! que se apartó y retrocedió para calcular la distancia apro-imada, alzó su brazo y
procedió a lanzar su espada con todas sus fuerzas y sta fue a clavarse justo en el pecho del draón el cual apenas pudo soltar un chillido aonizante y enseuida cayó muerto. +l rey y los caballeros ritaron y brincaron de aler!a 4Lo loramo amos5 mientras corr!a r!an a abrazar a Leonora 0hora tenemos que llevarnos el cad#ver del draón al castillo para celebrar con todo el pueb ueblo nuestra victori oria. dijo el rey mientras entre todos caraban al draón muerto y emprend!an el camino de rereso a casa. *a de vuelta en el castillo el rey oranizó una ran fiesta e invitó tanto a nobles como a pleb pl ebey eyoos pa para ra feste stejar jar a los los nuev uevos hro roes del del reino, hubo mucha comida, bebida y m$sica. +n medio de todo el jolorio, el rey pidió que se hiciera una breve pausa para decir unas palabras 0mables ciudadanos de este reino, los he reunido aqu! porque quiero honrar a este rupo de valientes caballeros, ya que racias a ellos el
mal que amenazaba a nuestro pueblo se ha marchado para siempre. 1odos los ah! presentes comenzaron a aplaudir y ritar porras cuando Leonora y los caballeros se levantaron de sus asientos haciendo una reverencia, despus uardaron silencio porque el rey volvió a pronunciar palabra 8ero en especial quiero reconocer a este joven caballero... dijo sealando a Leonora *a que de no ser por su intelienc enciia y vale alent!a no habr! br!amo amos pod podido derrotar al draón y el pueblo ovacionó a la princesa sin saber de quin se trataba en realidad. +l monarca tomó su espada y prosiuió con su discurso * es por eso que teno la voluntad de pre premiar tu ran loro ro otor or#ndote un t!tulo ulo nobiliario Leonora tuvo que interrumpir a su padre Lo siento mucho su 0lteza, pero me temo que no podr aceptar tal cosa. 1odos se sorprendieron mucho al escuchar tales palabras y el rey mucho m#s 8ero dime 68or qu no
puedes aceptar7 Leonora que que ya estaba cansada de tener que esconder su identidad se quitó el yelmo para que todos supieran quin era ella 8orque en primer luar no soy un joven y en seundo luar porque yo soy la princesa. 1odo el mundo se asombró al ver que Leonora era el valeroso caballero que hab!a lorado traer la tranquilidad de vuelta al reino, el rey casi se desmaya de la impresión 4
tejer. Lo hice porque yo me sent!a capaz de hacerlo, poder defender la seuridad y tran tranqu quil ilid idad ad de mi ent entee al iua iuall que much uchos caballeros. =olvindose a sus padres prosiuió S que ustedes me dijeron cuando era nia que deb!a des desechar estas ideas y les pido dis disculpas por por haberlos desobedecido, pero no pod!a quedarme quieta sin hacer nada. +spero que puedan comprenderme. Leonora miró fijamente a los reyes y todos callaron hasta que el rey rompió el silencio
demostrado con sabidur!a que eres dina de este puesto. y todo el pueblo se reocijó 4Salve princesa Leonora5 esde ese momento Leonora se dedicó feliz a su nuev nuevaa labo laborr diri dirii ien endo do y adie adiesstran trando do tanto anto a hombres como a mujeres para estar listos en caso de que otro draón volviera a amenazar la paz del pueblo y en aquel reino se luchó por tratar de que nunca m#s se volviera a impedir a nadie realizar la actividad que le ustara sin importar si fuera cosa de "hombres" o "mujeres". * color!n colorado, este cuento ha terminado.
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