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Descripción: A Nacho le gustan los misterios, por eso la casa de la viuda le gustó apenas la vio. Lo que no se imaginaba es lo que iba a descubrir.... bueno ¿quién lo podría imaginar? Autor: Norma Huidobro
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Araña, Zorrilla, Ardilla y Gansa querían ir a nadar. Caminaron hacia la casa de Rayita para invitar a su amiga a ir con ellas. Caminaron y caminaron y caminaron. Pero, ¿dónde estaba la casa de Rayita? 2
—¿Rayita? —llamó Araña—. Rayita, ¿dónde estás? —Aquí —gritó Rayita. Ella salió de un hueco enlodado. —¿Qué pasó? —preguntó Zorrilla. —La lluvia se llevó mi casa —dijo Rayita. 3
—Tengo que cavar una nueva madriguera —dijo Rayita. Araña, Zorrilla, Ardilla y Gansa sabían lo que tenían que hacer. —Déjanos ayudarte —dijo Ardilla—. Todas podemos trabajar en tu madriguera. 4
Así que las amigas ayudaron a Rayita. Cavaron y cavaron y cavaron. Por fin, Rayita gritó: —¡Lo hicimos! ¡Terminamos nuestro trabajo! Pero Gansa dijo: —Todavía no. Tenemos que decorarla. 5
Araña hizo hilo de su seda. Zorrilla y Araña usaron el hilo para tejer cortinas y una pequeña alfombra. Ardilla reunió nueces y semillas. Gansa usó sus plumas para hacer una cobija y una almohada. 6
Después, dieron los regalos a Rayita. Araña dijo: —Quiero regalarte esta alfombra. —Gracias —dijo Rayita—. Es una alfombra muy bonita. La pondré en el medio de mi madriguera. 7
Zorrilla dijo: —Queremos regalarte estas cortinas. Araña hizo una y yo hice la otra. —Muchas gracias —dijo Rayita—. Se verán preciosas en mi nueva madriguera. 8
Ardilla dijo: —Por favor, toma estas nueces y semillas. —Muchas gracias —dijo Rayita—. ¡Estoy ansiosa por comérmelas! Gansa dijo: —Esta almohada y cobija te protegerán del frío. —Me encantan —dijo Rayita. 9
—Me siento tan afortunada de tener amigas como ustedes —dijo Rayita—. Las invito a visitarme cuando quieran. —¡Y tú estás invitada a venir a nadar! —agregó Zorrilla. Así que se fueron al lago y todas saltaron juntas al agua. 10