INTRODUCCIÓN A LA MAGIA
Por Antonio García Sancho ( Astrólogo, Investigador de Temas Esotéricos y Ocultistas )
Desde esta página, que hoy nace con vocación de ampliarse periódicamente, vamos a realizar un repaso a diversas formas de magia desde ópticas distintas y puntos de vista radicalmente heterodoxos. Así, entendemos que el estudio del complejo fenómeno o conjunto de fenómenos que la magia puede abarcar es susceptible de acercamiento científica a través de la biología, la psicología y otras ramas del saber, incorporando, cómo no, los rudimentos de la física cuántica que explicarían, probablemente, las leyes herméticas de las que la magia parece ser una prueba constante.Pero imaginamos, igualmente, que los estudios antropológicos, parapsicológicos e incluso aquellos que se enmarcan destro de las propias tendencias mágicas, son igualmente necesarios. En primer lugar, indudablemente, como paso previo a cualquier enfoque interdisciplinar, es necesario definir, siquiera mínimamente, los objetos de estudio que nos proponemos abordar o, en otras palabras, expresar esquemáticamente qué entendemos por magia y dónde habremos de poner los límites a nuestro análisis Por Magia podemos entender una concepción del mundo cercana al animismo, que sostiene la creencia de que las fuerzas y poderes de un iniciado pueden interactuar con las de la Naturaleza para propiciar objetivos concretos, tanto espirituales como materiales. Este universo aparente estaría, en realidad, ocultando, por debajo de las formas materiales visibles de las cosas, una energía invisible y unas entidades espirituales igualmente imperceptibles para el no iniciado que, sin embargo, el mago podría detectar, controlar, dominar e incluso someter en beneficio de sus propios interes (o de aquél que le pague a combio de sus servicios, como es lógico). En esta visión, pues, entran en juego los espíritus, los dioses, la energía interna del hombre, los elementales de la naturaleza, los devas, los ángeles o cualquier otra manifestación espiritual en cualquiera de las formas que la religión o las creencias populares y tradicionales les atribuyen. La forma de detectarlas por el mago o iniciado es, habitualmente, fruto de un entrenamiento en una filosofía y unas prácticas que afectan al fondo mental o astral del sujeto y, la forma de manejarlas y someterlas, es conocida como "ritual". De esta manera, podemos comenzar a realizar sucesivas divisiones de ese fenómeno general que hemos dado en llamar "magia" atendiendo a diferentes nociones de la misma. Para empezar, atendiendo al origen de las creencias religioso-filosóficas que les sirven de base, podemos diferenciar claramente tres tipos de magia: ¡Error!Referencia de hipervínculo no válida. ¡Error!Referencia de hipervínculo no válida.
- Magia Oriental : derivada de la mitología, filosofía y religiones que han ido cobrando forma en el Lejano Oriente. Se centran, principalmente, en el dominio de los demonios, a quienes conceden uns formación mental más que real en el sentido en que nosotros los entendemos, y en el dominio espiritual gracias a la recitación mántrica, el control de la respiración el autodominio corporal absoluto y otras formas derivadas de las diferentes tradiciones yóguicas, budistas, indas, cantonesas, etc. - Magia Occidental: En realidad, un conglomerado bien urdido de influencias lejanamente orientales, disquisiciones de la tradición kabalística hebrea y formas supervivientes de una presunta religión mágica del Antioguo Egipto, aderezadas con superchería tradicional popular y conocimiento real de los efectos de ciertas plantas y otros elementos sobre la salud. Evidentemente, es la más cercana a nosotros y está ampliamente influida por la cosmovisión cristiana del mundo y por su mitología particular. - Magia Africana: derivación de la religión Yoruba, procedente de los más antiguos pueblos africanos y que posiblemente conserve, también, secretos que sugieran antecedentes egipcios. De esta tradición proceden la santería cubana, el candombé brasileño, la Macumba, el ñañiguismo, las reglas de los Paleros y otras formas de conocimiento mágico que conocemos popularmente englobadas bajo la palabra "Vudú". También podemos dividirla, atendiendo a su fin último, en: - Magia Blanca: Aquella destinada a la superación personal en materia espiritual y en el servicio desinteresado a los demás respetando absolutamente la voluntad y el libre albedrío (o el destino último) de los semejantes. Se trataría, en fin, de un magia en la cual el respeto a las Leyes Universales herméticas sería absoluto - Magia Negra: Aquella destinada al control de las circunstancias adversas y a obtener provecho propio de cualquier situación aun sin mostrar el mínimo respeto a la libertad o deseo de los demás. Es una Magia que, confundida, intenta subvertir en favor del iniciado las Leyes Naturales, sin comprender que éstas tienden a la anentropía y a la estabilidad, reajustándose tras cualquier violación de su mecanismo como si fueran un reloj de precisión autocontrolado por satélite y que, finalmente, "pasan factura" de cualquier violación a cualquiera que hubiera intentado contravenirlas. Aún más divisiones podemos realizar: atendiendo a los elementos (Magia del Fuego, del Aire, del Agua y de la Tierra), a sus métodos ( Magia roja, Magia verde, Magia Negra, Magia Azul y Magia Blanca), a sus implicaciones filosóficas o grado de conocimiento profundo requeridos ( Brujería, Chamanismo, Alta Magia o Magia Ritual, Teurgia...), etc. Sin embargo, vamos a quedarnos con las divisiones establecidas hasta ahora para no complicar excesivamente algo que, en realidad, es más de interés puramente taxonómico o didáctico -y obedece, por tanto, a un acercamiento muy primario, básico e infantil al fenómeno mágico- que práctico y real. En realidad, la Magia es un fenómeno mucho más unificado y tales divisiones sólo pueden ayudarnos en una aproximación didáctica pero fuera de contexto. Ciertamente, si hiciéramos demasiado caso a estas divisiones, jamás entenderíamos nada cuando tomásemos contacto con la Magia real, puesto que ésta está llena de mixturas, participa de todas las "divisiones" establecidas por sus investigadores y descalificaríamos automáticamente como Magia prácticamente a todos los fenómenos que le pertenecen, ya que hayaríamos una completa mezcla de nuestras diversas teorías perfectamente atomizadas y estructuradas en todos sus practicantes, desde el lama tibetano que emplea sistemas de adivinación tradicionales para tomar decisiones sumamente importantes hasta el chamán mexicano que danza al tiempo que recita "mantras" similares a los budistas o a la bruja medieval que invoca a Satanás con velas y círculos de una Alta Magia contaminada de inconsciencia y mezcla en sus pucheros las plantas y aceites propios
de una magna obra alquímica.
PROTECCIONES MÁGICAS
Una máxima muy extendida entre los practicantes de las artes mágicas es la de que "todo cuanto haces te es devuelto tres veces" (el número varía según las versiones). Parece aludir a la ley hermética de la causación, Ley del Karma o de Causa-Efecto, denominada de estas diversas formas según escuelas o tradiciones espirituales. Esta Ley puede enunciarse diciendo que toda acción tiene una consecuencia. Esto es fácil de entender: Si defraudamos a la Hacienda Pública, es muy probable que seamos cogidos en nuestro delito y debamos sufrir las consecuencias de haberlo cometido: bien con un pago mayor al que eludimos, bien con prisión incluso. Éste sería un ejemplo de consecuencias sufridas a medio plazo. Si golpeamos a otro sujeto, lo más probable es que nuestro golpe nos sea devuelto y se provoque una una pelea. Sería éste un ejemplo de consecuencia a corto plazo o inmediata. La Ley del Karma asegura que esta consecuencia es inevitable y que las consecuencias de nuestras acciones pueden llegarnos incluso desde otras vidas. Para quienes defienden esta máxima, hay actos positivos que nos son devueltos en forma de felicidad o como esas mismas acciones multiplicadas en sus efectos, y actos negativos, devueltos como sufrimientos. Sobre este tema hay distintas afirmaciones realizadas por escuelas diferentes que postulan una la irreversibilidad de la ley e incluso detallan la forma que tomas las consecuencias según la causa (por ejemplo, la Antroposofía de Steiner afirma que el comportamiento agresivo y crítico tiene como consecuencia el renacimiento en un cuerpo deforme o desagradable que provoca las críticas de los demás y el alejamiento del amor), mientras que otras son menos deterministas o proponen métodos para "purificar" las acciones negativas y evitar sus consecuencias. En Magia, esta Ley es inexcusable y, por ello, deberíamos reflexionar sobre la conveniencia de practicar estas artes y, especialmente, el peligro que corremos de utilizar la Magia de forma negativa (Magia Negra). No obstante, hay quien utiliza técnicas mágicas para perjudicar a los demás y, por ello, los brujos y magos que han existido a lo largo de los siglos, no han podido conformarse con el conocimiento de que la maldad revertiría sobre el emisor y han desarrollado protecciones para lograr dos objetivos principalmente: 1) Evitar que el daño afecte al sujeto sobre el que ha sido enviado. 2) Asegurar el "efecto rebote" a corto plazo y reenviar las energías negativas del nigromante sobre el mismo. De ahí que podamos dividir estas técnicas de protección en dos tipos, clasificación que, hasta el momento, no conocemos que tenga ningún precedente y, por ello, hemos tenido que desarrollar una terminología propia para aludir a ella. Podemos, así, clasificar las técnicas de protección, según su efecto, en: - Absorbentes. - Técnicas de barrera y reenvío. Las primeras son aquéllas que, simplemente, desvían las energías negativas hacia un objeto o lugar distinto al del sujeto que ha de ser protejido y las absorben, pera luego diseminarlas o anularlas. Son menos expeditivas que las siguientes y pertenecen al total dominio de la magia blanca ya que no contraatacan devolviendo la energía negativa contra el que la envió. Las segundas son los llamados "escudos" y tienen por objeto "rebotar" la energía negativa, que tropieza contra el escudo y es devuelta a su origen, actuando sobre el nigromante que las envió.
Igualmente, podemos clasificarlas, según su función en: - Preventivas y - Exorcizadoras Las preventivas son aquellas que se emplean para evitar que penetren las fuerzas negativas en nuestra casa o en nuestro cuerpo si alguna vez son enviadas. Las segundas son las que, una vez conocido que, en efecto, alguien ha lanzado contra nosotros un maleficio, lo sana y lo anula o lo revierte contra el emisor. Estas defensas (unas y otras), pueden ser ejecutadas de forma muy simple o bien mediante complicados rituales. Formas simples de protecciones preventivas son los amuletos, los "sellos" trazados sobre pergaminos y colgados de nuestra casa, los "sachetts" de Vudú y brujería -compuestos de piedras, gemas y plantas, principalmente), la cruz de caravaca, y otros muchos. Formas complejas de protección son los rituales de exorcismo de la iglesia católica o los "contrahechizos" tan habituales en los grimorios medievales y renacentistas. Entre los amuletos, los hay que sirven de barrera (como el sello del Tetragrammatrón o pentáculo) y otros que son simplemente absorbentes, como las gemas (en especial el ónix, la turmalina negra y otros minerales de tonos oscuros) o la sal. A continuación, proponemos la forma de apartar de nosotros toda energía negativa de forma absorbente y preventiva. Si trabajamos en el mundillo mágico, conviene estar protegidos de forma constante. Igualmente, si tenemos pequeñas envidias o celos sobre nosotros, la familia o nuestro hogar, estas recomendaciones servirán para anular las pequeñas energías negativas que, inconscientemente, el celoso o envidioso vierte sobre nosotros. Si, por suerte (aunque suene a utopía), estamos libres de todo ataque, ya sea por Magia, aojamiento, pequeñas envidias, iras, celos, etc. o de cualquier otra forma, seguir estas recomendaciones ayudará a mantener el hogar de forma limpia, de modo que se desprendan energías sutiles positivas que ayudarán a mejorar la salud, la armonía en el hogar y la comodidad de las visitas. - En la Entrada: - Evite situar espejos frente a la puerta de entrada, de modo que ésta quede reflejada en ellos. - Disponga siempre de flores en algunos rincones de la casa y, a la entrada, preferiblemente sitúe algún jarrón con claveles blancos o con lirios. - En una consola, a la entrada de la casa, puede situar un pequeño bol o botella transparente o de color azulado oscuro que contenga, mezcladas, tres cucharaditas de sal gorda, de cocina, y una de las siguientes hierbas: romero, tomillo, milenrama y espliego. Esta botella o bol puede decorarla de forma artística -nunca recargada- para que no parezca un estorbo. ¡Deje actuar a su imaginación para decorarla!. Cambie el contenido mensualmente como mínimo, en cada luna llena. - En las Habitaciones: - Cuelgue móviles en las esquinas de las habitaciones que tengan la puerta situada frente a una ventana. - En un lugar preferente del salón, exhiba una geoda de amatista o cristal de roca de dimensiones medias o grandes. - Ventile frecuentemente toda la casa. - Friegue el suelo, al menos semanalmente, con agua y tres cucharadas de sal. - En el Dormitorio: - Bajo la cama, coloque un vaso de agua sobre un platito. En el agua, disuelva tres
cucharaditas de sal de cocina. - Sobre la cabecera de la cama, en la pared, cuelgue un símbolo de su fe: cruz de caravaca, estrella de David, pentagrama, figura de un Boddhisattva, o cualquier otro. - En la mesilla de noche -libre de aparatos eléctricos salvo la lamparilla si no pudiera evitarse-, disponga un vasito de licor o café con agua y una cucharadita de azúcar que cambiará a diario, junto a una amatista o cristal de roca de reducidas dimensiones. - Disponga la cabecera de la cama tan al norte como le sea posible. Jamás hacia el Sur. Estas medidas (o algunas de ellas) bastarán para tener un hogar sano y alejar toda mala influencia. Es importante que vacíe las hierbas, agua, sal, etc. en la taza del W.C. y tire de la cadena visualizando como todo posible resto de energía negativa se va con los desperdicios. Visualice esa energía como un humo negro y denso o, si no es muy aprensivo, como insectos o culebrillas. Estas reglas combinan conocimientos chinos milenarios de geomancia (Feng-Shui), con otros occidentales entresacados de grimorios y manuales de magia.