EL NOS DIO HISTORIAS La Guia Biblica para Estudiantes para Interpretar las Narraciones del Antiguo Testamento Parte 1: PREFACIO Y INTRODUCCION
PREFACIO Cuando mi esposa y yo decidimos que yo debía proseguir un grado avanzado en estudios teológicos, tuvimos una difícil elección. Mi interés personal y preparación académica era en filosofía de la religión. Pero nos convencimos que muchos de los problemas serios de la Iglesia provienen de la falta de atención al Antiguo Testamento. Con esa convicción nos comprometimos a dedicar nuestras vidas a ayudar al pueblo de Dios a entender y aplicar el Antiguo Testamento. Él nos dio historias es un paso hacia alcanzar nuestra meta. Este libro se concentra en la interpretación de las narraciones del Antiguo Testamento. Muchos libros sobresalientes acerca de la interpretación Bíblica han aparecido en años recientes. ¿Por qué otro más? Primero, este libro no es un estudio académico. Algunos de los mejores libros acerca de la interpretación Bíblica son demasiado técnicos como para ser usados ampliamente. La audiencia a la que me dirijo lo son laicos motivados y principiantes en estudios teológicos. He asumido que los lectores tienen muy poco conocimiento del Antiguo Testamento, teología e interpretación. También he evitado muchas complejidades por el bien de los lectores inexpertos. En su mayoría, las asuntos técnicos son tratados en las notas marginales. Segundo, este libro trata específicamente con las narraciones del Antiguo Testamento. Muchas guías para entender las Escrituras consideran toda la Biblia en términos generales y descuidan el reto singular que presentan las historias del Antiguo Testamento. Muchas de las perspectivas de este libro tienen implicaciones para toda interpretación bíblica, pero me he concentrado en las características especiales de las historias del Antiguo Testamento. Tercero, este libro está cimentado en la teología protestante ortodoxa. Hasta donde tengo entendido, los puntos de vista presentados en este estudio son totalmente consistentes con las creencias teológicas evangélicas. Además, las formulaciones doctrinales de la tradición protestante con frecuencia guían la discusión. En años recientes ha aumentado mi preocupación de que los eruditos evangélicos a menudo dejan de integrar la teología sistemática tradicional con sus investigaciones bíblicas. En reacción a esta tendencia, a
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menudo hago referencia a confesiones, credos, catecismos, y obras teológicas representativas del pasado y del presente. Cuarto, este libro trata del uso práctico de las narraciones del Antiguo Testamento en la iglesia. Los líderes eclesiásticos tienen la responsabilidad de enseñar todo el consejo de Dios. Desafortunadamente, raras veces tienen la preparación para analizar, explicar, y aplicar las narraciones del Antiguo Testamento a la iglesia. Para satisfacer esta necesidad, este libro propone guías prácticas para preparar, investigar, y aplicar las historias del Antiguo Testamento al mundo moderno. Este estudio es poco más que una introducción a la interpretación del Antiguo Testamento. Incontables asuntos son dejados para que el lector estudie por su cuenta. Los capítulos siguientes representan el resultado de mi propia lucha con la interpretación del Antiguo Testamento. Esta lucha ha sido una búsqueda académica consumidora en la década pasada. Pero más que eso, ha sido una búsqueda espiritual desde que conocí la misericordia de Dios en Cristo y me percaté que Él nos dio historias. Richard L. Pratt, Jr. Seminario Teológico Reformado Orlando, Florida 31 de diciembre de 1989
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INTRODUCCIÓN TRES PROCESOS DE INTERPRETACIÓN Hace varios años tuve la oportunidad de trabajar en un proyecto arqueológico. Por meses, mi profesor había estado desenterrando vestigios y utensilios arqueológicos, los cuales meticulosamente catalogó y envió a los Estados Unidos. Después de casi un año, los empaques llegaron al museo, donde otros estudiantes y yo, ayudamos a unir las piezas para formar los artefactos. Muchas cosas tuvieron que hacerse para que la excavación fuera un éxito. El equipo se preparó bien de antemano para la excavación y planeó todo hasta el último detalle. Pero el trabajo duro apenas había comenzado. La cuadrilla trabajó por semanas bajo el sol caliente, excavando a través de lodo y arena, teniendo cuidado de no pasar por alto el más pequeño objeto. La excavación en sí misma fue ardua pero traer a casa los artefactos resultó ser igualmente difícil. Oficiales gubernamentales tuvieron que inspeccionar todos los empaques, y las compañías de envío no eran muy confiables. Una lección fue clara para todos nosotros, los aspirantes a arqueólogos: Para tener una excavación exitosa, debes prepararte cuidadosamente, trabajar arduamente en el yacimiento de excavación, y traer tus descubrimientos de vuelta a casa. Si descuidas alguno de estos pasos, el proyecto no estará completo. En este libro vamos a excavar en los textos de las narraciones del Antiguo Testamento. Vamos a hacer preparativos para nuestro trabajo, investigaremos el mundo del Antiguo Testamento, y aplicaremos nuestros descubrimientos a la vida moderna. Si descuidamos alguno de estos pasos, nuestro trabajo con las narraciones del Antiguo Testamento no llegará a completarse. Para realizar estos procesos, debemos dar atención a la hermenéutica, el estudio de todo lo implicado en la interpretación de la Biblia. Hablaremos de tres facetas mayores en la interpretación de las historias del Antiguo Testamento: preparación, investigación, y aplicación (ver figura 1). Estos procesos no están totalmente separados; dependen uno en el otro de innumerables maneras. Sin embargo, cada uno es esencial para entender las narraciones del Antiguo Testamento. En este capítulo nos referiremos a varios asuntos preliminares en cada área.
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Preparación El primer proceso hermenéutico es la preparación: estar listos para interpretar las narraciones del Antiguo Testamento. Varios elementos vienen al primer plano al acercamos a este asunto, pero el fundamento para cualquier discusión es un entendimiento apropiado de la relación existente entre el estudio humano y el Espíritu Santo. Tengo un amigo quien construyó su propia cabaña en las montañas de Vermont. Esperando terminar la construcción durante dos semanas de vacaciones, empacó en su camioneta tornos, sierra eléctricas, taladros, y una gran variedad de otras herramientas. Sin embargo, cuando llegó a su propiedad, mi amigo descubrió que no había electricidad. Sin energía eléctrica no podía trabajar; sus herramientas maravillosas de nada le servían, por lo tanto pasó el tiempo pescando. Al prepararnos para leer las historias del Antiguo Testamento debemos darnos cuenta que tanto las herramientas como la energía son necesarias para interpretar estos textos. A menos que tengamos la energía, todas nuestras herramientas son inútiles. De la misma manera, la energía es de poca utilidad sin herramientas. ¿Cuáles son las herramientas de la hermenéutica? ¿Cuál es la "energía"? Nuestras herramientas hermenéuticas son el vasto conjunto de habilidades y conocimientos humanos que traemos a la interpretación. La "energía" hermenéutica es el trabajo de nuestro Maestro divino, el Espíritu Santo. Tristemente, a menudo olvidamos que necesitamos tanto de las herramientas humanas como del poder divino para interpretar las historias del Antiguo Testamento. En lugar de esto, nos apoyamos mucho en uno o en el otro.
Énfasis excesivo en el Espíritu Comúnmente los laicos hacen énfasis en el ministerio del Espíritu Santo y descuidan el estudio cuidadoso. A menudo ellos apelan a las palabras de Pablo, "Nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios" (1 Corintios 2:11). Puesto que el Espíritu es nuestro Maestro, estos creyentes se preparan a sí mismos buscando dirección espiritual exclusivamente. Recuerdo una ocasión en la que hablé con un amigo que había dado una lección de la historia de la escalera de Jacob (Génesis 28:10-22). La mayoría de sus comentarios eran útiles, pero en un momento dado dijo que la escalera de Jacob representaba "la manera en que nosotros llegamos a Dios a través de nuestra diligencia." Momentos después le sugerí que una lectura más cuidadosa no le hubiera dirigido a esa conclusión. "La escalera era un símbolo de la gracia de Dios," le comenté. "Los ángeles, y no Jacob, iban y venían por la escalera". La diferencia me parecía obvia, así que me sorprendió mucho su desacuerdo.
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"No," él insistió. "El Espíritu Santo me dijo que esto es lo que significa, y eso es suficiente para mí." Ninguna discusión u observación exegética hubiera podido moverlo de su posición. El había rechazado el estudio cuidadoso por lo que él pensaba que era iluminación espiritual. No todos llegan hasta este extremo, pero muchos laicos ven muy poca necesidad de un estudio académico de la Biblia. "La comprensión de la Escritura es un asunto espiritual," ellos dicen. "Si dependemos del Espíritu, no necesitamos estudio formal." ¿Qué causa que los cristianos tengan esta perspectiva? ¿Por qué dan la espalda a la preparación rigurosa para la interpretación? En gran parte esta tendencia se debe a un entendimiento equivocado de la obra del Espíritu con respecto a la inspiración e iluminación.
Inspiración. Muchos cristianos piensan que la inspiración de la Escritura elimina la necesidad del estudio humano. El Espíritu es el autor de la revelación (Isaías 6:1-4) y es la fuente de la inspiración (1 Corintios 2:9-10; 2 Timoteo 3:16). En Su sabiduría el Espíritu Santo inspiró las narraciones del Antiguo Testamento de tal manera que muchos asuntos pueden ser entendidos a través de lectura simple; son accesibles para "el entendido y el aprendiz". El mensaje central de salvación es fácilmente discernible; podemos entenderlo sin mucho esfuerzo. La claridad se extiende a otras enseñanzas también. Por ejemplo, es obvio que Saúl odiaba a David (1 Samuel 18:7-12), y que Rut amaba a Noemí (Rut 1:8-18). Considerando solamente este aspecto de la inspiración, podríamos pensar que el estudio riguroso de la Biblia no es necesario. Pero el Espíritu también tuvo la intención de que las Escrituras requirieran un examen cuidadoso. Jesús hablaba intencionadamente en parábolas obscuras (Mateo 13:10-13), y Pedro comentó que muchas de las cosas escritas por Pablo eran "difíciles de entender" (2 Pedro 3:15-16). De la misma manera, muchas partes de las narraciones del Antiguo Testamento no son fáciles de entender. ¿Por qué las parteras israelitas fueron bendecidas cuando le mintieron al Faraón (Éxodo 1:15-21)? ¿Cómo reconciliamos los relatos de la creación registrados en el primer y segundo capítulo de Génesis? ¿Cómo debemos relacionar los textos paralelos en Reyes y Crónicas? La lista sigue y sigue. Mientras más leemos las historias del Antiguo Testamento es más evidente que "no todas las cosas en la Escrituras son igualmente claras". Las dificultades que el Espíritu colocó en la Escritura revelan la necesidad del estudio formal. A pesar de la claridad de muchos asuntos en la Biblia, al Espíritu le complació formar porciones del mensaje Bíblico de tal manera que nos inciten a la investigación rigurosa.
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Iluminación. Algunos creyentes también rechazan el estudio humano porque entienden equivocadamente la iluminación del Espíritu. A la par de la inspiración objetiva de la Escritura, el Espíritu nos da la iluminación subjetiva de tal manera que podamos entender lo que ha sido escrito. Sin Su ministerio estaríamos en ignorancia y obscuridad. Esta obra del Espíritu es vital para la hermenéutica también. Como John Owen nos recuerda: La principal causa eficiente del debido conocimiento y entendimiento de la voluntad de Dios en la Escritura. . . es el Espíritu Santo de Dios solamente, porque hay una obra especial del Espíritu de Dios sobre la mente del hombre, comunicándole sabiduría espiritual, luz, y entendimiento, necesarios para el correcto entendimiento y aprehensión de la mente de Dios en su Palabra. (Énfasis añadido). En una palabra, el Espíritu ilumina nuestras mentes para que podamos aprender y apropiarnos de la Escritura (Romanos 8:14-17; 1 Corintios 2:10-16; 1 Tesalonicenses 1:5; 2:13; 1 Juan 2:27; 5:7-9). Sin su iluminación nuestros esfuerzos interpretativos son vanos. Pero la iluminación no elimina la necesidad del estudio humano. El Espíritu Santo no es un Deus ex machina hermenéutico, que resuelve todos nuestros problemas de interpretación. El no nos concede entendimiento completo milagrosamente, eliminando así la necesidad de investigación cuidadosa. Por el contrario, la iluminación varía de persona a persona, de grupo a grupo, y de época a época. Nosotros somos seres humanos finitos y pecadores que siempre tienen más que aprender. En resumen, debemos depender en el Espíritu, quien inspiró las narraciones del Antiguo Testamento y que ilumina nuestras mentes. Pero de todas maneras, la inspiración e iluminación del Espíritu aún requieren extenso esfuerzo humano en la interpretación.
Énfasis excesivo en el estudio Mientras los laicos a menudo rechazan el estudio serio, los eruditos bíblicos tienden a cifrar sus esperanzas primariamente en el esfuerzo humano. Muchos de ellos basan su punto de vista en las palabras de Pablo a Timoteo, "Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad" (2 Timoteo 2:15). En esta perspectiva, la preparación se reduce a adquirir un arsenal de conocimiento y habilidades exegéticas. De hecho, los esfuerzos humanos toman el lugar de la búsqueda de la ayuda del Espíritu. Los eruditos críticos tratan típicamente la interpretación como si fuera un asunto meramente humano. El entendimiento correcto depende de la investigación académica, no del Espíritu Santo. Los laicos ingenuos, se nos dice, sencillamente no puede entender apropiadamente la Biblia. Un "sacerdocio" de intelectuales gobierna la hermenéutica crítica.
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Con raras excepciones este "ethos" de expertos excluyen la atención consciente al Espíritu Santo. Esta perspectiva es también evidente entre los eruditos evangélicos, quienes dan un lugar al ministerio personal del Espíritu en su Teología, pero que raras veces aplican consistentemente estas convicciones a la interpretación. El grado de este rechazo es ilustrado por la escasez de escritos sobre el Espíritu Santo en la hermenéutica. En ocasiones las obras antiguas se enfocan un poco en el Espíritu, pero la mayoría de los estudios evangélicos modernos dicen muy poco de El. Hasta donde conozco, el trabajo más reciente de tamaño substancial referente a esta materia fue escrito hace trescientos años por John Owen (16161683). Los resultados de rechazar al Espíritu aparecen a nuestro alrededor. No importa que digamos en teoría, en práctica los evangélicos a menudo tratan la preparación hermenéutica primariamente como un asunto de adquisición de conocimiento y habilidades. Nuestra esperanza de entender reposa más en nuestras habilidades que en el ministerio personal del Espíritu Santo. ¿Por qué rechazamos al Espíritu de esta manera? A menudo los esfuerzos humanos son enfatizados en exceso porque asumimos que el Espíritu siempre nos enseña a través de estudio riguroso. A. Thiselton refleja esta convicción cuando concluye: "Puede decirse que el Espíritu Santo obra a través del entendimiento humano, y no usualmente, si es que alguna vez, a través de procesos que se desvían de las consideraciones discutidas bajo el encabezado de la hermenéutica..." Este punto de vista es verdadero hasta cierta medida, pero pone demasiada importancia en una de las maneras en las que el Espíritu enseña a su pueblo. Usualmente, el Espíritu Santo obra a través del estudio humano, así que debemos apoyarnos en gran medida en nuestros esfuerzos. Pero el Espíritu también obra sin, más allá y en contra de nuestros esfuerzos interpretativos. Sin. Todos hemos experimentado ocasiones en la que Espíritu nos concedió iluminación sobre un pasaje sin estudio formal o reflexión rigurosa. A menudo las aportaciones de interpretes inexpertos son más significativas que aquellas derivadas del estudio académico. ¿Por qué? Porque el Espíritu a veces enseña sin los medios terrenales de la investigación académica. Más allá. El entendimiento también va más allá de los esfuerzos humanos. Los pastores experimentan esta obra del Espíritu en sus ministerios tan ocupados. A menudo se ven presionados por el tiempo e imposibilitados a estudiar tanto como desearían. Ocasionalmente, sin embargo, sus sermones escasamente preparados tienen más profundidad que aquellos bien preparados. ¿Por qué? Sus esfuerzos insuficientes son remplazados por la obra del Espíritu. Esta bendición no debe ser usada como una excusa para descuidar el
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estudio, pero es confortante saber que el Espíritu nos da entendimiento más allá de lo que obtenemos a través nuestra investigación personal. En contra. El Espíritu Santo también obra en contra de nosotros, dando entendimiento a nuestras mentes a pesar de nosotros mismos. Frecuentemente, creyentes bien intencionados van a la Escritura para respaldar sus pre-concepciones erróneas. Las tendencias nublan nuestras mentes e impiden el entendimiento preciso. De vez en cuando, el Espíritu Santo obra en contra de estas tendencias y nos concede entendimiento verdadero, a pesar de nuestras distorsiones de la verdad. De muchas maneras diferentes, el Espíritu obra en contra de nuestros esfuerzos para enseñarnos lo que Él ha revelado en la Escritura. En los capítulos que siguen examinaremos más profundamente la relación entre el estudio humano y el Espíritu Santo. Por ahora debemos simplemente reconocer que la preparación para interpretar las narraciones del Antiguo Testamento incluye tanto esfuerzo humano como divino. Nosotros vemos al Espíritu Santo como la "energía" o el poder que nos habilita para interpretar, y vemos las habilidades hermenéuticas como las herramientas de nuestro trabajo. En la medida en que recordemos estos dos elementos, estaremos mejor preparados para interpretar las narraciones del Antiguo Testamento.
Investigación Como el Arqueólogo va al yacimiento de interés a excavar, así también nosotros debemos retroceder en el tiempo al lejano mundo del Antiguo Testamento e investigar las narraciones en su contexto histórico. ¿Qué asuntos importantes están incluidos en el retroceder al escenario original de las historias? ¿Es necesario este viaje en el tiempo? Para responder estas preguntas, examinaremos dos temas: la investigación gramático-histórica y la importancia de la investigación histórica.
Investigación Gramático-historica "¡Mira este anuncio!", llamé a mi esposa. "Es justamente lo que habíamos estado buscando y está en oferta mañana". Mi esposa con ahínco tomó el periódico para verlo ella misma. "Y también está a un buen precio", agregó. Pero su sonrisa rápidamente se desvaneció. "No podemos comprarlo" dijo al mismo tiempo que apuntaba hacia la parte superior de la página. "¡Este periódico es de la semana pasada!". Para entender cualquier material escrito, tenemos que mirar las palabras en la página, pero también debemos considerar la época en que fueron escritas las palabras. Estamos
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tratando no sólo con gramática sino también con historia. Desafortunadamente, los evangélicos a menudo olvidan aplicar este principio al leer las historias del Antiguo Testamento. Leemos estos textos como si nos cayeran del cielo directamente a nuestras manos. ¿Qué diferencia hace para la mayoría de nosotros el que Moisés haya escrito el Génesis? ¿Nos importa acaso que el libro de Reyes haya sido compilado después de la división del Reino? ¿Que importancia tiene que el libro de Reyes se haya escrito durante el exilio y Crónicas, después de él? A menudo, ni siquiera conocemos estos hechos y mucho menos los incorporamos en nuestras interpretaciones. "Después de todo", decimos, "estamos interesados en lo que estas historias significan para nosotros en la actualidad y no en lo que significaron para la gente hace mucho tiempo". En reacción a esta perspectiva, la hermenéutica académica tradicionalmente ha dado énfasis en el escenario histórico de la Biblia. La enseñanza formal ha estado orientada hacia el aprendizaje de lenguas antiguas, historia, costumbres, y creencias religiosas. Esta orientación puede verse en el resumen de L. Berkhof acerca del propósito de la hermenéutica: La hermenéutica se estudia usualmente con una perspectiva de la interpretación de las producciones literarias del pasado. Su tarea especial es señalar la manera en la que las diferencias o la distancia entre un autor y sus lectores puedan ser eliminadas. Esta nos enseña que esto sólo puede llegar a realizarse cuando el lector se transporta a sí mismo a la época y al espíritu del autor. Comúnmente, los evangélicos suelen llamar a esta perspectiva hermenéutica: método gramático-histórico. Los elementos básicos de la investigación gramático-histórica se derivan del rechazo de los Reformadores hacia la interpretación alegórica en la iglesia medieval. La relación entre el proceso de interpretación de los protestantes y la iglesia medieval es muy compleja, pero la exégesis Protestante temprana dio pasos significativos hacia un énfasis en la investigación histórica y gramática de la Biblia. Este cambio estuvo profundamente influenciado por los estudios del Renacimiento sobre los textos clásicos en Griego y Latín recientemente descubiertos. A medida que las técnicas para interpretar estos textos clásicos se desarrollaron, los eruditos empezaron a rechazar los métodos alegóricos en favor de meticulosos métodos filológicos e históricos. El término "gramático-histórico" apareció por primera vez en la edición de 1788 del tratado de interpretación escrito por K.A.G. Keil. El enfoque hermenéutico de Keil se deriva directamente de la influencia su maestro J. A. Ernesti (1701-1781. Ernesti, a su vez, fue fuertemente influenciado por H.Grotius (1583-1645), quien era versado en estudios clásicos del Renacimiento. Los estudios de estos hombres reflejaban la creciente convicción entre los teólogos ortodoxos de que la Biblia debía ser leída como un documento de la antigüedad. Como Ernesti lo explica, "La Escritura debe ser investigada por medio de las mismas reglas aplicadas a otros libros."
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El método resultante tenía básicamente dos aspectos. Como sugiere el término "gramático-histórico", la gramática y la historia eran centrales. Los intérpretes examinaban las palabras y expresiones, y exploraban las circunstancias históricas en las cuales el texto había sido escrito, especialmente, el trasfondo y propósitos del autor. A través de los siglos esta orientación histórica ha experimentado un número substancial de cambios. Comúnmente diferenciamos entre exégesis crítica-histórica y la exégesis gramatico-histórica que es más conservadora. La primera se basa en supuestos derivados de la Ilustración que establecen la superioridad de la razón humana sobre la Biblia. La segunda mantiene la creencia en la autoridad de la Escritura. Aun cuando estas perspectivas son diferentes, ambas ven a la gramática y a la historia como la clave para desentrañar el significado de un pasaje.
La importancia de la investigación histórica. Al empezar nuestro estudio de las narraciones del Antiguo Testamento, la orientación histórica de la hermenéutica académica nos hace formular una pregunta vital. ¿Por qué es necesario ir al escenario original para interpretar apropiadamente estos textos? Tres columnas sostienen la importancia del contexto histórico de las historias del Antiguo Testamento: El carácter convencional del lenguaje bíblico, la inspiración orgánica a través de los escritores bíblicos, y la acomodación a la audiencia bíblica.
El carácter convencional del lenguaje bíblico. ¿Qué es lo que permite que dos personas puedan comunicarse para entenderse mutuamente? En gran parte la comunicación exitosa depende en compartir ciertos convencionalismos: ciertos símbolos, gestos y expresiones que tengan un significado específico. Si no estamos de acuerdo hasta cierto punto en cuanto al significado de estas señales, sencillamente no podemos comunicarnos. Por ejemplo, la palabra "casa" generalmente significa "vivienda" en Español. Pero los que hablan inglés tienen un convencionalismo diferente: "house". En otros idiomas conceptos similares son expresados por medio de las palabras "maison" y "Haus". No hay nada inherente a estas expresiones que las hagan significar forzosamente "vivienda"; los significados de estas palabras fueron establecidos por la gente que habla cada idioma. Los convencionalismos lingüísticos cambian de nación a nación, de grupo a grupo y de época a época, pero la habilidad de comunicarse se basa en estos convencionalismos culturales. Esto no es diferente en el lenguaje de las narraciones del Antiguo Testamento. Desde palabras individuales a estilos literarios generales todo es fundamentalmente convencionalismo. Los supuestos que los escritores bíblicos compartieron con su audiencia
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se convierten en señalamientos que nos dirigen hacia el significado de sus escritos. Si desconociéramos estas condiciones históricas, no podríamos ni siquiera traducir la Biblia, mucho menos interpretarla. El carácter convencional del lenguaje bíblico nos impulsa a explorar el lejano mundo de las historias del Antiguo Testamento.
La inspiración orgánica a través de los escritores bíblicos. Pero, ¿No fue la Biblia inspirada por Dios y, por lo tanto, está libre de estas influencias culturales? Esta pregunta nos lleva a la segunda razón por la que debemos dar atención al mundo antiguo de la Biblia: la doctrina de la inspiración orgánica, que dice que Dios obró a través de la personalidad e intenciones de los escritores humanos cuando El inspiró la Escritura. B.B. Warfield describe la doctrina en estas palabras: Estos libros [de la escritura] no fueron producidos súbitamente, por medio de algún acto milagroso, traídos ya listos desde el cielo; sino como todos los otros productos del tiempo, son el resultado final de muchos procesos que colaboraron a través de largos períodos. . . Hay que considerar la preparación de los hombres para escribir, una preparación física, intelectual, espiritual, la que debió acompañarles a través de toda su vida, y ciertamente, debió haber iniciado con sus antepasados, y el efecto de la cual fue traer a los hombres correctos a los lugares correctos en las épocas correctas, con las correctas características, impulsos, costumbres, para escribir justamente los libros para los cuales ellos habían sido diseñados. Como Warfield señala, Dios ordenó cada detalle de la historia de tal manera que las Escrituras pudieran venir a través de autores humanos quienes habían sido perfectamente diseñados para escribirlas. De esta manera, sus personalidades, perspectivas, e intenciones no fueron evadidas, sino que fueron utilizadas por el Espíritu Santo para formar el texto bíblico. La característica orgánica de la Inspiración explica muchas peculiaridades del Antiguo Testamento. Por ejemplo, en el libro de Reyes, Manasés es un acérrimo malhechor que finalmente sella el destino de Judá (2 Reyes 21:10-16). En Crónicas, sin embargo, él es modelo de arrepentimiento y restauración (2 Crónicas 33:10-17). Estas variaciones no son contradictorias; simplemente son el resultado de la diferencia de propósitos de cada escritor. El escritor de Reyes escribió durante el exilio y se enfocó en el pecado de Manasés para explicar porqué Judá había sido llevada a Babilonia (2 Reyes 21:12-17). El Cronista escribió después del regreso del exilio para demostrar la importancia del arrepentimiento y la oración para la completa restauración de la comunidad post-exílica. La perspectiva orgánica de la inspiración nos da otra razón para poner atención a los escenarios originales de las historias del Antiguo Testamento. La revelación bíblica vino al hombre a través de autores humanos cuyas circunstancias, intereses e intenciones le dieron a
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cada historia su forma y contenido particular. Si fallamos en regresar al escenario histórico original, nos estaremos privando de un entendimiento apropiado.
La acomodación a la audiencia bíblica. El explorar el mundo del pasado también se justifica por la acomodación de la revelación a las audiencias de la antigüedad. La doctrina de la acomodación ha sido una creencia duradera entre los protestantes; esta doctrina enseña que Dios se reveló a sí mismo hablando a Su pueblo de maneras que ellos pudieran entender. La forma de muchos textos del Antiguo Testamento ilustran la acomodación. El libro de Deuteronomio, por ejemplo, se asemeja a los tratados del Antiguo Cercano Oriente que eran bien conocidos por la gente de aquellos días. Si Dios hubiera dado a Israel esta revelación en la forma de un contrato comercial moderno o en un disco de computadora, ésta no hubiera revelado nada; hubiera sido irrelevante. Algunos libros del Antiguo Testamento se enfocaron más que otros en audiencias específicas. Reyes fue escrito para una situación original específica, y nosotros debemos reconocer esta acomodación si es que queremos entender este libro. Sin embargo, el libro de Job, que trata del perpetuo asunto del mal y el sufrimiento, parece estar dirigido para una audiencia más general. Todos los libros de la Escritura se acomodaron a sus destinatarios originales en cierto grado. Podemos entender con mayor amplitud estos libros en la medida en que estemos conscientes del mundo antiguo de aquellos para quienes el libro fue escrito. Como hemos visto, la exégesis gramático-histórica orienta la interpretación hacia el contexto histórico original. Esta orientación es esencial debido al lenguaje convencional del documento, a la inspiración orgánica y a la acomodación a la audiencia original. Mas adelante, exploraremos estos asuntos en mayor detalle. Hasta este punto, simplemente debemos notar que mientras más aprendamos a cerca del documento, del escritor y de la audiencia, mejor equipados estaremos para investigar las narraciones del Antiguo Testamento.
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Aplicación El tercer interés mayor de nuestro estudio es la aplicación de las narraciones del Antiguo Testamento. En este aspecto de la interpretación, estamos interesados en cómo los pasajes afectan a la gente en la actualidad. Estamos regresando de excavar en el mundo antiguo y traemos nuestros descubrimientos de regreso a la vida moderna. Para presentar este proceso hermenéutico, consideraremos El desafío de la aplicación, los obstáculos de la aplicación, y la relevancia y distancia en la aplicación.
El desafío de la aplicación Cuando era niño yo estaba fascinado con La maquina del tiempo de H.G. Wells. ¿Cómo sería viajar en el tiempo hacia el pasado? ¿Cómo serían diferentes las cosas? A la par de esta fascinación tenía un constante temor. ¿Que pasaría si no pudiera regresar a mi propia época? ¿Me gustaría quedarme el resto de mi vida atrapado en el pasado? De muchas maneras, estas son preguntas que debemos formularnos cuando estamos interpretando narraciones del Antiguo Testamento. Puede ser fascinante ir al tiempo del mundo antiguo de estas historias, pero ¿que provecho obtenemos si no regresamos a nuestra propia época? Debemos proponernos regresar al mundo moderno y aplicar lo que hayamos aprendido. A simple vista nos parecería que los Evangélicos se enfocan mucho en la aplicación de la Escritura. Esto es cierto a un nivel informal. Pero los estudios hermenéuticos formales han estado tan ocupados con el mundo antiguo que dan muy poca atención a la relevancia de las narraciones del Antiguo Testamento. Algunos interpretes han mostrado un mínimo interés en la aplicación, pero la aplicación difícilmente ha ocupado un lugar prominente en la historia de las discusiones académicas. Este descuido de la aplicación ha producido serios efectos dañinos. Los estudiantes de teología a menudo reducen la interpretación a un mero ejercicio académico. El leer las historias del Antiguo Testamento sin un agudo interés en la influencia transformadora del Espíritu puede convertir los textos en simples reliquias de la historia de la antigüedad. Esta es una enfermedad común entre los estudiantes nuevos de hermenéutica; ellos substituyen el encuentro personal con Dios por una examen técnico y objetivo. El ignorar la aplicación también nos dirige a una enseñanza y predicación pobre. Muchos líderes de Iglesia, especialmente seminaristas recién graduados, dedican su tiempo en el púlpito a exponer los antecedentes históricos del pasaje, estudios de palabras en los idiomas originales, y resúmenes del significado original. Estos elementos son importantes pero a menudo la aplicación es enteramente omitida. "Exégesis es lo que mejor hago", dicen, "Yo
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dejo al Espíritu Santo la aplicación de la Palabra". El ignorar las aplicaciones explícitas puede devastar a la Iglesia. Las congregaciones son mal alimentadas espiritualmente y con poca habilidad para ver cómo las historias del Antiguo Testamento se relación con sus vidas. Esta práctica produce la ortodoxia sin vida que ha infestado a muchas Iglesias evangélicas. En las décadas recientes los intérpretes evangélicos han desafiado esta orientación de la hermenéutica académica. Este desafío ha surgido, principalmente, de las perspectivas hermenéuticas recientes que hacen énfasis en las interconexiones vitales que existen entre los textos antiguos y los lectores modernos. Esta perspectiva ha sido enfatizada con mayor éxito por Hans Georg Gadamer, quien siguió de cerca la dirección de Martin Heidegger (1889-1976). Aunque debemos tener reservas hacia muchos de sus puntos de vista, Gadamer señaló que el entendimiento de un texto es siempre el encuentro de dos mundos: el mundo antiguo del pasaje y el mundo contemporáneo del lector. Puesto que la interpretación siempre incluye una interacción entre el presente y el pasado, ninguno de los dos mundos puede ser relegado sin sesgar, y aun perder, el entendimiento apropiado del pasaje. En respuesta a este desafío, los evangélicos han empezado a ver con mayor claridad que debemos dar atención no sólo al significado original de la Biblia, sino también a la aplicación al mundo moderno. Varios trabajos evangélicos recientes apuntan en esta dirección. Entre otros, E.A. Nida, A.B. Mickelsen, H.A. Virkler, y W. Kaiser han dedicado mucho más espacio al tema de la aplicación que trabajos más antiguos. Thiselton también refleja este cambio al resumir el propósito de la hermenéutica. El dice, "El propósito de la hermenéutica bíblica es obtener un enlace activo y significativo entre el intérprete y el texto, de tal manera que el horizonte personal del intérprete sea reformado y engrandecido". En pocas palabras, la dirección contemporánea en la hermenéutica no sólo lleva al lector al mundo de la Biblia, sino que también trae la Biblia al mundo del lector. No leemos las historias bíblicas meramente para conocer al escritor, al documento y a la audiencia original; también pretendemos reformar el mundo moderno a la luz de la Escritura.
Obstáculos para la aplicación Mientras los interpretes han empezado a interesarse en la aplicación, un número de obstáculos nos han estorbado para extender este interés a las narraciones del Antiguo Testamento. Tal vez la dificultad más grande es la aguda sensación de distancia histórica entre nosotros y las historias del Antiguo Testamento. La pasamos bien en los Evangelios; nos sentimos a gusto en las epístolas de Nuevo Testamento; inclusive tenemos familiaridad con los Salmos y Proverbios. Pero a menudo, las historias del Antiguo Testamento nos parecen extrañas.
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El leer las historias de Antiguo Testamento es como visitar un país extranjero. La gente habla un idioma diferente, sus costumbres nos dejan confundidos. Las formas literarias de estas historias frecuentemente son extrañas para nosotros. El libro de Ester es como una novela corta. Pero libros como Samuel y Reyes parecen tener poca coherencia de acuerdo con los criterios modernos. Además, muchas narraciones del Antiguo Testamento ofenden nuestras susceptibilidades modernas. ¿Quién, al menos, no titubea cuando Salomón se deshace de la corte real de sus oponentes políticos? (1 Reyes 2:13-46). La mayoría de nosotros encuentra difícil de aceptar que Dios mandó la ejecución de niños y mujeres inocentes. (Josué 6:17-24; 8:24-26). Al ver más de cerca muchas de las historias del Antiguo Testamento, nos sentimos como extranjeros en un país desconocido. A pesar de estas dificultades, debemos afirmar que las historias del Antiguo Testamento son relevantes para la Iglesia de hoy. La revelación de Dios fue diseñada para ser transmitida de generación en generación. Así como Dios le dijo a Abraham acerca de la destrucción de Sodoma, "Porque yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que guarden el camino de Jehová, haciendo justicia y juicio, para que haga venir Jehová sobre Abraham lo que ha hablado acerca de él" (Gen. 18:19. énfasis añadido). En los días del Antiguo Testamento Dios no se reveló a sí mismo meramente para los primeros oyentes. El dio Su Palabra para ser declarada a las generaciones futuras. Como leemos en Deuteronomio 29:29: "Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta ley" (énfasis añadido. Desde el punto de vista bíblico, la revelación tiene importancia multigeneracional. Los escritores del Antiguo Testamento dependieron substancialmente en las aplicaciones contemporáneas de la revelación previa. El escritor de Reyes aplicó a su época las perspectivas teológicas de Deuteronomio; Daniel lidió con el significado de las profecías de Jeremías sobre los setenta años (Jeremías 25:1, 29:10, Daniel 9:2-22); el cronista se basó extensamente en Samuel y Reyes y también hizo referencia a Jeremías (2 Crónicas 36:21); Nehemías estuvo profundamente interesado con la relevancia de Deuteronomio 30 para su ministerio (Nehemías 1:8-9). En todas partes del Antiguo Testamento, las figuras bíblicas tuvieron más que un simple interés por el pasado al estudiar la revelación previa. Ellos aplicaron la revelación pasada a sus propia época. Similarmente, el Nuevo Testamento cita porciones del Antiguo Testamento más de 320 veces y hace referencia a él aun más veces. Esta dependencia en el Antiguo Testamento ilustra la importancia de la aplicación contemporánea. Jesús basó totalmente su ministerio en la aplicación de las Escrituras a su época, argumentando tenazmente en favor de la autoridad y aplicación del Antiguo Testamento. De manera similar, Pablo le informó a Timoteo que las Escrituras del Antiguo Testamento eran para todo creyente: "Todo la Escritura. . . . es útil para enseñar, reprimir, para corregir, para instruir en justicia" (2 Timoteo 3:16). El también dijo a los cristianos de Roma: "Porque todas las cosas que se escribieron antes, para nuestra
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enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras tengamos esperanza" (Romanos 15:4). Tratar al Antiguo Testamento como si fuera únicamente una reliquia del pasado sin ninguna importancia para nuestro días, contradice el trato que la misma Biblia le da al Antiguo Testamento. Debemos esforzarnos por conocer cómo estos textos se relacionan con el mundo moderno.
Relevancia y distancia en la aplicación Al interpretar las historias del Antiguo Testamento, debemos recordar siempre que no estamos escuchando textos dichos directamente a nosotros; estamos alcanzando a oír historias que fueron contadas primero a otras personas. Este hecho crea una tensión, llevándonos hacia adelante y hacia atrás entre la relevancia y la distancia de estas historias. Esta tensión se puede encontrar en las palabras de Pablo en 1 Corintios 10:1-10. En los primeros versículos de este capítulo, Pablo se refiere a varios episodios ocurridos en el deambular por el desierto que se encuentran registrados en Éxodo y Números: La murmuración de Israel en Meriba, sus prácticas sincretistas, la inmoralidad sexual, y la plaga de las serpientes. Después de relatar estos eventos, él agrega, "Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos" (1 Corintios 10:11). El comentario de Pablo ilustra la tensión al aplicar las historias del Antiguo Testamento. Su argumento era que estas historias eran aplicables a los Corintios, pero se aplicaban de una manera indirecta. Pablo afirmó en términos claros, que las historias del Antiguo Testamento eran relevantes para los Corintios. "Estas cosas fueron escritas para nosotros" el insistía. Difícilmente hubiera podido escribir el asunto con mayor fuerza. Las historias de tragedia en el desierto tenían un mensaje pertinente para los lectores cristianos que vivían más de mil años después de los acontecimientos. Aun así, Pablo aclaró la aplicación de estos textos al referirse a la situación de los Corintios. Estas historias no eran solamente "para nosotros". Él agregó el calificativo "a quienes han alcanzado los fines de los siglos" (énfasis añadido). Con estas palabras Pablo reconoció que los Corintios no vivían en los días del Antiguo Testamento. Ellos vivían después de la muerte y resurrección de Cristo. Los Corintios estaban en un lugar diferente en la historia de la redención. A pesar de que estas historias eran aplicables, los Corintios debían leerlas no como si fueran los oyentes originales, sino como Cristianos viviendo en la época escatológica. Desde la perspectiva de Pablo debemos tener presentes tanto la relevancia como la distancia de las historias del Antiguo Testamento. Esta tensión entre relevancia y distancia no es siempre muy pronunciada. A un nivel rudimentario, podría ser que no nos sintiéramos lejos de las historias del Antiguo Testamento. Cuando leemos que "Israel habitó en Egipto" (Génesis 47:27a), no nos sentimos a mucha distancia del escenario original. Si tenemos cierto conocimiento de la geografía de Egipto y
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de las condiciones de vida de los tiempos remotos, nuestro entendimiento es muy similar al de la audiencia original. Además, cuando Moisés le responde sarcásticamente a Faraón, "Bien has dicho, no volveré a ver tu rostro" (Ex. 10:29), pocos de nosotros tenemos dificultad para entender la intención de las palabras. Nos reímos entre dientes como debió haberlo hecho la audiencia original. Aun algunas perspectivas teológicas se aplican fácilmente a nuestros días. La respuesta José a sus hermanos es un buen ejemplo: "Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien" (Gen. 50:20). Escuchamos estas palabras de confianza en la providencia divina de manera similar a como lo hizo audiencia original. Pero muchas veces la tensión es inevitable. Las complejidades para aplicar las historias del Antiguo Testamento llegan a ser más pronunciadas cuando vamos más allá del nivel básico. Por ejemplo, ¿De qué manera vamos a aplicar a la vida cristiana moderna, un libro como Reyes, que fue escrito para que los exiliados mantuvieran la esperanza del retorno, mientras que muchos de nosotros nunca hemos estado exiliados? ¿Cómo tomamos el libro de Deuteronomio que fue escrito para los Israelitas a punto de comenzar la guerra de conquista de Canaán, y lo aplicamos a Cristianos involucrados en la política internacional moderna? ¿Cómo nos debemos apropiar de la celebración de Israel en el Mar Rojo cuando nuestra "lucha no es contra carne ni sangre" (Efesios 6:12)? Aun teniendo la certeza de que entendemos el significado original, es difícil generalizar ese significado a nuestro mundo. Sabemos que estas historias tienen algo que enseñarnos, pero también sabemos con la misma claridad que vivimos en un mundo diferente. La aplicación de las narraciones del Antiguo Testamento incluye la construcción de puentes de unión entre el mundo antiguo y la actualidad; buscamos atravesar el abismo existente entre nosotros y la Biblia. Por un lado del abismo histórico investigamos cuidadosamente la Escritura. Tratamos de hacer lo mejor posible para entender las historias del Antiguo Testamento en términos de sus escenarios originales. Por el otro lado, estamos conscientes de nuestra propia situación. Estamos enterados de las necesidades y oportunidades del mundo actual. Algunas veces cruzar el abismo será fácil; en otras, será extremadamente difícil. Para tener nuestro proyecto hermenéutico completo, debemos enfocarnos en cómo se aplican los textos a la actualidad. En los capítulos siguentes veremos algunas maneras en las que podemos tener éxito al aplicar las narraciones del Antiguo Testamento.
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Conclusión Empezamos este capítulo diciendo que la interpretación de las narraciones del Antiguo Testamento es como trabajar en una excavación arqueológica. Nos preparamos, trabajamos en el yacimiento arqueológico y traemos nuestros descubrimientos a casa. Siguiendo esta analogía, procederemos en nuestro estudio de las narraciones del Antiguo Testamento en tres partes generales. En los capítulos 1-4, exploraremos cómo el Espíritu nos prepara para leer las narraciones del Antiguo Testamento. En los capítulos 5-12, aprenderemos cómo investigar las historias del Antiguo Testamento en su contexto original. Finalmente, en los capítulos 13-16, encontraremos maneras para aplicar las narraciones del Antiguo Testamento a la vida moderna. A medida en que vayamos examinando cada área en detalle, iremos progresando en nuestro entendimiento de las historias del Antiguo Testamento.
Preguntas de Repaso 1. Defina hermenéutica. ¿Cuales son los tres procesos hermenéuticos que se seguirán en este estudio? 2. Discuta la importancia de la dependencia en el Espíritu y de los esfuerzos humanos en la preparación hermenéutica. ¿Cómo son interdependientes estas dos actividades? 3. ¿Por qué la hermenéutica evangélica tradicional ha sido llamada exégesis "gramáticohistorica"? ¿Por qué es este método crucial para la interpretación responsable? 4. ¿Cómo es que los interpretes académicos a menudo ignoran la aplicación? ¿Cuáles son los asuntos básicos incluidos en aplicar las historias del Antiguo Testamento al mundo moderno?
Ejercicios de Estudio 1. Examine dos libros de exégesis bíblica. Liste los elementos que ellos consideran en la preparación hermeneútica. ¿Está usted de acuerdo con ellos? ¿Cómo podría expandirse la lista? ¿Por qué? 2. Escriba rápidamente 10 puntos importantes que usted piense se deben estudiar en la interpretación de la historia de la Torre de Babel (Génesis 11:1-9). Revise su lista y clasifique los puntos en los siguientes encabezados: "Mundo Antiguo" y "Mundo Moderno." ¿Qué clasificación tiende usted a enfatizar? ¿Por qué? ¿Cómo podría balancear sus preguntas con más equilibrio entre el mundo antiguo y el mundo moderno?
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3. Eche un vistazo a tres comentarios de Génesis 12:10-20 y responda las siguientes preguntas: ¿Están los comentarios interesados primariamente en el mundo antiguo o en el mundo moderno? ¿Cómo los intereses centrales del intérprete determinan el tipo de descubrimientos que se harán en el pasaje? ¿Qué clase de preguntas usted añadiría para ampliar el panorama de la interpretación?
EL NOS DIO HISTORIAS La Guia Biblica para Estudiantes para Interpretar las Narraciones del Antiguo Testamento Parte 2: LA INFLUENCIA DE LA VIDA CRISTIANA
En la vida hay muchos factores afectan la habilidad de aprender en un niño. Buenos profesores y estudio arduo no son los únicos factores. Los problemas familiares pueden estorbar el desempeño de un estudiante; el ejercicio físico y los buenos hábitos alimenticios pueden tener un efecto positivo. Si queremos saber cómo ayudar a los niños a tener un buen desempeño en la escuela tendremos que considerar muchos aspectos de sus vidas. Similarmente, muchos aspectos de la vida afectan nuestra interpretación de las narraciones del Antiguo Testamento. ¿Por qué vemos un pasaje de cierta manera en vez de otra? ¿Qué provoca que usted entienda un pasaje de la manera en que lo hace? Nuestra interpretación se ve afectada por muchos aspectos de la vida que raras veces reconocemos. Debemos expandir nuestra visión para considerar un amplia gama de influencias. En este capítulo veremos cómo el Espíritu Santo usa muchas dimensiones de nuestras vidas cristianas individuales para prepararnos para la interpretación. Veremos tres áreas principales: la santificación, las características personales y el llamado. Nosotros leemos las historias del Antiguo Testamento en el contexto de una lucha espiritual por alcanzar la madurez en Cristo. También entendemos las historias en términos de los dones naturales y sobrenaturales que Dios no ha dado. Además, leemos de acuerdo con el servicio al cual Dios nos ha llamado. Veremos cada una de estas áreas para ver cómo el Espíritu las usa para ayudarnos a entender las narraciones del Antiguo Testamento (ver figura 6). Estas facetas de nuestras vidas son interdependientes. La santificación se extiende hasta nuestros dones y llamados; las características personales incluyen aspectos de espiritualidad y vocación; nuestro llamado para el servicio está ligado a la santificación y los dones. Aunque discutiremos cada área individualmente, debemos mantener en mente su interdependencia.
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Santificación Sin ejercicio nuestros cuerpos se deterioran. Después de algún tiempo de inactividad, el trabajo duro se hace difícil. Lo mismo ocurre en nuestras vidas espirituales. A menos que nos desarrollemos en el poder del Espíritu Santo, nos veremos incapacitados en nuestras responsabilidades religiosas. Tal vez deseamos interpretar apropiadamente las historias del Antiguo Testamento, pero fallaremos a menos de que estemos creciendo a través de la santificación. En este estudio hablaremos de la santificación como una lucha por crecimiento espiritual en todas las áreas de la vida. Tal como Hoekema lo expuso recientemente: "Podríamos definir santificación como la acción de gracia del Espíritu Santo, incluyendo nuestra participación responsable, por medio de la cual El nos libera como pecadores justificados de la contaminación del pecado, renueva nuestra naturaleza completa de acuerdo con la imagen de Dios, y nos habilita para vivir vidas que le plazcan". El crecimiento en la santificación es una de las maneras más importantes por las cuales el creyente es preparado para leer las narraciones del Antiguo Testamento. Para explorar está relación de vital importancia, nos enfocaremos en dos aspectos de la santificación: la batalla progresiva y campo de acción extenso.
La batalla progresiva La santificación es una batalla progresiva que abarca toda una vida. El Espíritu trabaja en nuestras vidas para hacernos conforme a la imagen de Cristo (Romanos 8:29), pero en esta lucha somos llevados de un lado para el otro entre la vida justa y la pecaminosa. Como Pablo lo explicó: Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. (Gálatas 5:16-17; ver también Romanos 7:14-25). Ningún cristiano escapa de la tensión de este conflicto. En cada momento somos influenciados tanto por el pecado como por el Espíritu. De diferentes maneras y en ocasiones diferentes, nuestras vidas se desarrollan entre las flaquezas de la carne y el poder transformador de la gracia de Dios. Los Evangélicos frecuentemente reconocen que la Escritura juega un papel importante en esta batalla. Leer y meditar en la Escritura es un medio de gracia esencial para la madurez cristiana. "Toda la Escritura es inspirada por Dios. . .a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra" (2 Timoteo 3:16-17). Sin meditada
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atención a las Escrituras, la santificación se detiene. Aun así, esto es sólo la mitad del cuadro. No sólo el estudio de la Biblia afecta nuestra condición espiritual, sino también nuestra condición espiritual ayuda o estorba nuestro estudio de la Biblia. Tristemente, los evangélicos a menudo olvidan este lado de la relación entre la santificación y la Escritura. Algunos escritos antiguos sobre hermenéutica ocasionalmente mencionan la importancia de la condición espiritual del intérprete, pero la mayoría trata el asunto de manera secundaria. Y la mayoría de las obras evangélicas recientes sobre hermenéutica, aparentemente, ignoran el asunto. Podemos ver esta misma tendencia en nuestros seminarios teológicos, donde la mayor parte del currículo promueve la idea de la erudición académica desapegada. Actuamos como si las Escrituras fueran estudiadas mejor por los hombres y mujeres enclaustrados en sus estudios para hacer la investigación en tranquila soledad. Pero esta idea es engañosa. Cada uno de nosotros lee la Biblia en un trinchera rodeado por el fuego de una guerra cósmica entre el mal y el Espíritu (Efesios 6:10). Nos engañamos a nosotros mismos si pensamos que podemos leer las narraciones del Antiguo Testamento como eruditos imparciales y objetivos; lo reconozcamos o no, realmente interpretamos como soldados en el fragor de la batalla, heridos por el pecado y fortalecidos por el Espíritu. Esta batalla cósmica pone una seria responsabilidad sobre nosotros. Dios no quiere intérpretes eruditos; sobre todas las cosas, El desea intérpretes santos. El Nuevo Testamento se enfoca más en el carácter moral de los maestros que en su vasto conocimiento. El conocimiento y las habilidades son necesarias en la hermenéutica, pero nuestro enfoque mayor debe ser la santificación. Por esta razón debemos atar siempre nuestro estudio de las narraciones del Antiguo Testamento a la introspección. ¿En qué soy débil? ¿En qué soy fuerte? ¿Cómo están influyendo la carne y el Espíritu en mi interpretación? Estas no son preguntas que los eruditos típicamente se hacen a sí mismos, pero son de vital importancia para los hombres y mujeres cristianos que saben que el estudio de las narraciones del Antiguo Testamento se lleva a cabo en medio una batalla espiritual. Una autoevaluación de este tipo se dirige en dos sentidos: uno negativo y otro positivo. Negativamente, debemos "despojarnos de todo peso y del pecado que nos asedia" (Hebreos 12:1b). Ciertamente, el Espíritu Santo con frecuencia obra en nosotros a pesar de nuestras tendencias pecaminosas. Su palabra nos confronta precisamente en esas áreas de la vida en las que estamos fallando. Pero en estos casos, El obra en contra de nosotros y no a través de nosotros. Nuestra responsabilidad no es obstaculizar la obra del Espíritu, sino hacer morir la carne para que podamos ser tierra fértil para la semilla de Su Palabra. A través de la confesión, arrepentimiento y dependencia en Dios, debemos despojarnos de las tendencias pecaminosas de nuestra vida. Nunca logramos despojarnos completamente de estos factores
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negativos, pero nuestra meta es estar lo más libre posible del poder del pecado al estar interpretando las historias del Antiguo Testamento. Positivamente, debemos "seguir. . .la Santidad" (Hebreos 12:14). La obra santificadora del Espíritu es un regalo que nos ayuda a interpretar. Nosotros queremos que la obra del Espíritu influya y aún domine nuestro estudio. A través de la introspección podremos distinguir entre la carne y el Espíritu; despojándonos de la primera y edificándonos en el segundo.
El campo de acción extenso En una ocasión conversé con una mujer que durante la Segunda Guerra Mundial era una adolescente en Holanda. "Todo lo que hacíamos estaba bajo la sombra de la guerra", ella me explicó. "Día y noche... la guerra afectaba todo". Se despertaban con el ruido de soldados corriendo por las calles; pasaban cada hora pensando quién sería el siguiente en ser arrestado; iban a la cama con hambre porque los soldados les habían robado su comida. El vivir en la zona del combate afectó todos los aspectos de sus vidas. Nuestra lucha entre el pecado y el Espíritu no se limita sólo a rincón de nuestras vidas, sino que alcanza cada aspecto de nuestra existencia. Consideraremos tres niveles del conflicto: el conceptual (nuestro proceso de pensamiento), el conductual, (nuestras acciones), y el emocional (nuestros sentimientos y actitudes). Cuando Dios creó al ser humano, éramos santos en todos estos aspectos. Cuando caímos en pecado nos corrompimos completamente. Ahora en Cristo nuestros pensamientos, acciones y emociones están en el proceso de santificación. Estos tres aspectos de nuestras vidas están estrechamente entretejidos. Lo que pensamos afecta la manera en que actuamos y sentimos. Cómo nos comportamos influye en nuestros pensamientos y actitudes. Nuestras emociones cambian la manera en que pensamos y actuamos. Por lo tanto, debemos mirar con detenimiento la manera en que cada área afecta nuestra interpretación de las historias del Antiguo Testamento.
Conceptual. El cuadro que presenta la Biblia no deja lugar a dudas de que luchamos por la santificación a un nivel conceptual. Todos tenemos inconsistencias en la manera en que pensamos. Un creyente puede estar completamente consciente de su responsabilidad hacia las viudas y los huérfanos, pero mal interpretar un aspecto importante de la doctrina de Dios. Otro creyente puede tener en orden su "Teología Propia" pero fallar en conformar su pensamiento a la Escritura en cuanto a la justicia social. Como nadie está exento de estas inconsistencias conceptuales, debemos esforzarnos por someter nuestro pensamiento al
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Espíritu. Como Pablo dijo "Transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento" (Romanos 12:2). La santificación en el aspecto conceptual afecta de muchas maneras nuestra interpretación de las narraciones del Antiguo Testamento. Algunas veces la influencia es obvia. Por ejemplo, los intérpretes que leen el cruce del Jordán (Josué 3:1-17) con el concepto equivocado de que los milagros bíblicos no ocurrieron en realidad, entenderán este pasaje de manera diferente quienes piensan que sí ocurrieron en verdad. El racismo ha causado que los intérpretes distorcionen pasajes tales como la maldición de Caín (Génesis 4:10-15) y Canaán (Génesis 9:24-25). Defectos conceptuales como estos pueden llevarnos a interpretaciones equivocadas de las historias del Antiguo Testamento. ¿Por qué el aspecto conceptual juega un papel tan importante en la manera en que leemos las narraciones del Antiguo Testamento? Porque estas historias son del Espíritu y se han de "discernir espiritualmente" (1 Corintios 2:6-16). Mientras más consistentemente sigamos la corriente de la carne, más consistentemente distorsionaremos la Escritura (2 Pedro 3:16). La sabiduría de este mundo es contraria a la sabiduría de Dios (1 Corintios 2:6-8); está entenebrecida, es fútil e ignorante (Efesios 4:17-18). Considera que la ensenañza bíblica fundamental: la muerte y resurrección de Cristo, es una insensatez (1 Corintios 1:23-24; 2:14). Al mismo tiempo, mientras más sometamos nuestro pensamiento al Espíritu, mejor será nuestro entendimiento de estas porciones de la Escritura. Debemos "pensar los pensamientos de Dios en búsqueda de él" si queremos interpretar apropiadamente.
Conductual. El nivel conductual de la santificación también afecta nuestra interpretación de las narraciones del Antiguo Testamento. La santidad de vida no significa meramente pensamiento correcto, sino que incluye también acciones morales. El Cristianismo es una religión de acción, no tan sólo de ideas. Podemos pensar correctamente, pero si no convertimos en acciones nuestros pensamientos, inhibimos nuestra habilidad para entender las historias del Antiguo Testamento. Debemos "hacer morir las obras de la carne" (Romanos 8:12-14). La oración es una actividad importantísima para los intérpretes bíblicos. La comunión con Dios por medio de la oración nos pone bajo Su influencia. No es de extrañarse que los apóstoles se dedicaron a "la oración y al ministerio de la palabra" (Hechos 6:4). La oración y la interpretación van mano con mano. Los intérpretes exitosos son aquellos que obtienen la ayuda del Espíritu a través de la oración. Tristemente, en los estudios académicos de hermenéutica a menudo descuidamos la oración. Aunque los Evangélicos afirman la necesidad de interacción personal con Dios en la vida Cristiana, no hacen énfasis de su papel en la interpretación bíblica. Como resultado, muchos hombres y mujeres entrenados en hermenéutica tienden a pasar por alto la necesidad
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de orar. Parece ser que mientras más entrenados estamos, menos necesidad sentimos de la oración como un recurso hermenéutico. ¿Cuánto ora usted cuando lee las historias del Antiguo Testamento? La mayoría de nosotros empezamos y terminamos nuestro estudio con una oración breve de una o dos frases. Pero la carga de nuestro tiempo y energía está dedicado al estudio. En la medida en que descuidemos la oración, podemos esperar falta de profundidad e importancia en nuestro entendimiento. Para sanar de este serio mal, debemos aprender a hablar con Dios al estudiar Su palabra. Mi esposa y yo a menudo nos sentamos juntos para discutir cartas y documentos que hemos escrito. Cuando leemos no nos sentamos en silencio meditando en las páginas que están ante nosotros. Hacemos pausas para preguntar y hacer comentarios. A veces profundizamos tanto en la discusión que nos lleva mucho tiempo terminar un escrito breve. Leer juntos es un tiempo valioso porque nos ofrece la oportunidad de poner atención el uno al otro. Lo mismo debe pasar cuando interpretemos las historias del Antiguo Testamento. En vez de sentarnos en silencio, conforme vayamos leyendo debemos aprender a pedir a Dios, al Autor, entendimiento de algunos aspectos particulares del texto. El es el Autor de estos textos; nosotros pedimos entendimiento de los aspectos particulares del pasaje. Nos arrodillamos en confesión de pecados. Elevamos nuestros corazones en alabanza. Cualquiera que sea el caso, debemos acercarnos a las historias del Antiguo Testamento con un sentimiento agudo de estar entrando en la presencia de Dios para darle nuestra atención personal cuando leemos. Ora et labora (Oración y trabajo) debe ser nuestro lema. La oración no es la única acción que influye la interpretación. Todo lo que hacemos afecta nuestra habilidad de entender correctamente, pero generalmente, hemos pasado por alto las interconexiones que existen entre nuestro comportamiento en general y la interpretación. Sin embargo, varias consideraciones demuestran que todas nuestras acciones tienen efecto sobre la hermenéutica. Las creencias y las opiniones a menudo son formuladas, confirmadas y modificadas en el contexto de la práctica. Las experiencias de fracaso y de éxito, de beneficio y daño, nos ayudan a formar nuestras creencias. Inclusive, las acciones influyen nuestras convicciones religiosas básicas. Myers resume la perspectiva bíblica así: Instrucciones de cómo realmente entender la Biblia son dadas una y otra vez tanto en el Antiguo como Nuevo Testamento. "El que practica la verdad viene a la luz" (Juan 3:21). El hombre sabio (el que construyó su casa sobre la roca) difiere del hombre necio en que él puso en obras la palabra (Mateo 7:24-29). El poder de las palabras de Jesús es conocido en su práctica.
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Similarmente, los Liberacionistas señalan la influencia de la praxis, envolvimiento activo en el mundo, en las perspectivas de interpretación. Ellos insisten que las interpretaciones no pueden ser evaluadas adecuadamente en la comodidad de un estudio con aire acondicionado. Ellos tienen razón; el estar en la lucha con la opresión social conduce a los intérpretes a formular preguntas de la Biblia en maneras que otros nunca considerarían. En una nota más negativa, la Biblia indica que el comportamiento inicuo ciega nuestros ojos y endurece nuestros corazones a la revelación de Dios (Isaías 29:9-13; Juan 8:43-44; 1 Corintios 3:1-3). Cuando desobedecemos, nuestras mentes se corrompen. Los estilos de vida inicuos crean ceguera espiritual. Mientras peor sea el comportamiento, más profundo nos caemos en la obscuridad y depravación. El comportamiento pecaminoso afecta nuestra interpretación de las historias del Antiguo Testamento en muchas maneras. Una persona cuyo estilo de vida depende de la explotación económica de otros podría tener dificultad tratando de entender el significado de la liberación de Israel de la esclavitud (Éxodo 3:7-10). Las personas viviendo en inmoralidad sexual a menudo no pueden entender porqué Dios trató tan duramente a David por su pecado con Betsabé (2 Samuel 11:2-12:12). El pecado nubla nuestra visión; no podemos ver qué es lo que estas historias enseñan. Sin embargo, en la medida en que nuestro comportamiento esté bajo la influencia del Espíritu, estaremos mejor equipados para entender. Un lector que esté orando fielmente en el tiempo de tribulación y lea el relato de la oración de Ana (1 Samuel 1:3-2:11), leerá la historia con una mayor sensibilidad. Un creyente que demuestre valentía en el servicio a Dios apreciará grandemente el carácter heórico de Aod (Jueces 3:12-30). Las acciones y el discernimiento van de la mano; por lo tanto, en la medida en que crezcamos en santificación conductual, entenderemos mejor que antes las historias del Antiguo Testamento.
Emocional. Finalmente, la santificación alcanza a nuestras emociones. Los sentimientos son parte de la batalla espiritual tanto como lo son las ideas y las acciones. Desde la perspectiva bíblica las emociones forman parte vital de nuestro crecimiento en Cristo. Considere la lista de los frutos del Espíritu mencionada por Pablo: "Amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza" (Gálatas 5:22-23a). No debemos reducir ningún aspecto de esta lista a meros sentimientos, pero cada fruto del Espíritu es intensamente emocional. En contraste con "las pasiones y deseos" de la naturaleza pecaminosa (Gálatas 5:24), los cristianos han de tener emociones que vienen del Espíritu. Roberts resume el asunto muy bien: Mas allá de cualquier otra cosa que el Cristianismo pueda ser, es un conjunto de emociones. Es amor a Dios y al prójimo, pesar por las desobediencias propias, gozo en la misericordiosa salvación de nuestro Dios, gratitud, esperanza y paz. Así, si no amo a Dios ni
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a mi prójimo, tampoco aborrezco mis pecados ni me gozo en mi redención, sin no soy agradecido, si no tengo esperanza y paz con Dios ni conmigo mismo, entonces quiere decir que me he alejado del Cristianismo. Debemos tener cuidado de no simplificar exageradamente las complejidades de la santificación emocional. El gozo, la paz y la felicidad no cubren completamente la lista de las emocionas apropiadas. El disgusto, la tristeza, y el enojo a veces también entran en la lista. En todo caso, el crecimiento en el Espíritu también incluye nuestras emociones. Nuestras emociones también tienen un efecto directo en la manera en que entendemos las historias del Antiguo Testamento. Como nos sintamos revelará u ocultara diferentes aspectos de estos textos. Sobre todo, el temor reverente de Dios debe controlar nuestras actitudes al leer las narraciones del Antiguo Testamento. "El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza" (Proverbios 1:7). El temor o reverencia a Dios es esencial para entender la Escritura. Desde luego, el término "Temor" no es sinónimo de "espanto" o "terror". Involucra más que una experiencia emocional; sin embargo, el temor de Dios es emocional. Para entender las narraciones del Antiguo Testamento más allá de su nivel más elemental, debemos venir con reverencia y temor de Dios. Aquellos que traten de interpretar sin espíritus sumisos y humildes, torcerán y adulterarán las Escrituras. Otro conjunto de emociones indispensables aparece en los grandes mandamientos. El resumen que Jesús hizo de la Ley y los profetas debe estar en primer plano- en la mente de los intérpretes. "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda alma y con toda tu mente". . ."amarás a tu prójimo como a ti mismo" De estos dos mandamientos depende toda la Ley y los profetas (Mateo 22:37-40). El amor a Dios y al prójimo es esencial para la hermenéutica. No debemos reducir estos mandamientos a meras emociones, pero la lealtad y el servicio que nosotros hemos de dar al Creador y a nuestro prójimo incluye el más profundo compromiso emocional. La preparación emocional para interpretar las historias del Antiguo Testamento implica un deleite en servir a Dios y a otros. Después de todo, ¿Cuál es la meta de nuestro trabajo con estos textos sino el agradar a Aquel quien los dio el usarlos para el beneficio de nuestros prójimos? Si venimos con corazones endurecidos en contra de las misericordias de Dios e indiferentes a las necesidades de los que nos rodean, nos separaremos de las motivaciones que sustentan a la investigación y aplicación de las narraciones del Antiguo Testamento. Mas allá de esto, nuestra completa gama de emociones afecta a la interpretación. Influye en nuestra selección de los pasajes. Cuando estamos tristes, podemos tal vez buscar historias que nos hagan sentir alegres. La manera en que nos sentimos también dirige nuestra atención hacia un aspecto del pasaje en lugar de otro. Una pareja de enamorados naturalmente se deleitará en la boda de Rut y Booz (Rut 4:13-15) más que en los otros capítulos de la historia. Las actitudes ayudan o estorban a nuestra habilidad para reconocer
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las aplicaciones de un texto a nuestras vidas. Alguien insatisfecho puede encontrar difícil de entender porqué las quejas de Israel en contra del Señor en el desierto fueron un ofensa seria (Números 14:26-35). La disposición emocional influye la manera en la que leemos las historias del Antiguo Testamento. Desafortunadamente, el modelo académico del erudito dedicado e imparcial, obscurece el papel de las emociones en la interpretación bíblica. A menudo pensamos que el entendimiento simplemente es cuestión de obtener ciertos datos correctos. Pero los datos y los sentimientos son compañeros en la hermenéutica. Para resumir, el Espíritu nos prepara para interpretar la Escritura a través de la santificación. En nuestro pensamiento, acciones y sentimientos, luchamos entre el Espíritu y la carne. En la medida en que nos sometamos al Espíritu y crezcamos en la santificación en todos los tres niveles, estaremos mejor preparados para leer las historias del Antiguo Testamento.
Características Personales ¿Qué causa que un maestro sea diferente de otro? ¿Por qué un intérprete hace énfasis en un aspecto del texto que otro ignora? Muchas diferencias entre nosotros no son resultado de la lucha con el pecado sino que surgen debido a nuestras diferentes características personales, es decir, los dones naturales y sobrenaturales que Dios ha dado a cada uno de nosotros. Para evitar complejidades limitaremos nuestra discusión a ciertas tendencias psicológicas que tenemos cada uno de nosotros. No estamos tan interesados en las habilidades físicas y sociales, aunque estos aspectos también afectan nuestro manejo de las historias del Antiguo Testamento. Mas bien estaremos interesados en el área comúnmente llamada personalidad. Definiéndola informalmente, la personalidad son los rasgos distintivos psicológicos que caracterizan los puntos de vista, comportamiento y emociones de una persona. Como veremos, estas características personales tienen una influencia inevitable en la manera en que interpretamos las narraciones del Antiguo Testamento.
Fuentes de las características personales ¿De donde obtenemos nuestras características? ¿Qué aspectos de nuestra vida nos moldean para ser el tipo de persona que somos? Dios utiliza innumerables influencias para moldearnos como El desea. No es posible sondear todos las fuentes que Dios utiliza. Sin
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embargo, mientras más exploramos estas influencias más llegamos a estar conscientes de la manera en que el Espíritu nos prepara para la interpretación fructífera. Veremos tres fuentes principales de nuestras tendencias psicológicas: la herencia, el ambiente y las dádivas sobrenaturales.
Herencia. Una pregunta perenne en psicología ha sido cuál es la importancia relativa de la herencia y el ambiente en el desarrollo de la personalidad. ¿Soy principalmente un producto de mi dotación genética o de mi experiencia? ¿Son mis tendencias psicológicas más un asunto de naturaleza o de crianza? Aunque el debate aun continúa, los psicólogos modernos generalmente concuerdan en que tanto la naturaleza como la crianza, es decir, la herencia y el ambiente, ejercen una poderosa influencia sobre nosotros. La mayoría de nosotros nos damos cuenta que el tamaño de nuestras orejas, la textura de nuestro pelo, y el color de nuestros ojos los heredamos de nuestros padres. "Tiene el mentón de su mamá y la nariz de su papá", decimos cuando miramos a través de la ventana del cuarto de recién nacidos. Pero los estudios también revelan que la herencia influye aun nuestras características psicológicas. La investigación sugiere, por ejemplo, que las inclinaciones hacia la depresión y la esquizofrenia podrían ser heredadas. La inteligencia también está ligada a la genética. La experiencia común nos enseña que las aptitudes especiales tales como la habilidad musical y artística son a menudo pasadas de padres a hijos. Dios ha diseñado el mundo para que nuestra herencia genética determine quienes somos de muchas maneras.
Ambiente. Otra fuerza poderosa detrás de nuestra personalidad es el ambiente. Las experiencias de infancia temprana tienen una fuerte influencia sobre nosotros. Los padres pueden equipar a un niño desde sus primeros años para el bien o el mal. La educación formal, traumas varios, y toda clase de experiencias sociales determinan extensamente nuestros valores, puntos de vista, y comportamiento. Dios utiliza todo, desde los eventos memorables más profundos hasta lo más básico de nuestra cultura, para prepararnos para la interpretación.
Dádivas sobrenaturales. Finalmente, las dádivas sobrenaturales que vienen del Espíritu Santo también influyen nuestra personalidad. Como cabeza de la Iglesia, Cristo otorga diferentes habilidades a los diferentes miembros de Su cuerpo (Romanos 12:6-8; 1 Corintios 12:1-11; Efesios 4:7-13; 1 Pedro 4:10). Algunos creyentes enseñan mientras otros escuchan; algunos demuestran misericordia de maneras especiales mientras otros demuestran gran fe. Algunos de nosotros han sido dotados de discernimiento; otros viven relativamente
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inconscientes de los múltiples problemas y soluciones de la vida. Cualquiera que sea el caso, los dones del Espíritu Santo influyen nuestros conceptos, comportamiento y emociones. Hemos visto que derivamos nuestras características de la herencia, la experiencia y las dádivas sobrenaturales. ¿Pero qué tienen que ver estas características con la interpretación del Antiguo Testamento? Nos enfocaremos en dos maneras en las que las cualidades personales afectan nuestro manejo de las narraciones del Antiguo Testamento.
Selecciones y Prioridades La percepción humana siempre es selectiva. Sin excepción, nosotros seleccionamos y escogemos lo que reconocemos en nuestra experiencia. Al tener encuentros con el mundo que nos rodea no podemos asimilarlo todo. En vez de eso, reconocemos ciertos elementos y excluimos otros. La selectividad cognitiva entra siempre en acción. Recuerdo la primera vez que trate de encontrar el puente George Washington en la ciudad de Nueva York. Habían autos por todos lados, las bocinas de los automóviles sonaban por doquier, y los señalamientos dirigían a todas partes. En medio de este suplicio, me desesperé. "Estoy a punto de explotar" le grité a mi esposa. "¡Ayúdame a encontrar el puente!" De ese momento en adelante, ignoramos todo lo que nos rodeaba excepto el carro que teníamos adelante y los señalamientos que nos dirigían a nuestro destino. En cuanto a nuestro campo de atención se refería, la confusión de la ciudad dejó de existir. Las bocinas dejaron de sonar; salidas, túneles y curvas desaparecieron. Tuvimos que ejercitar una selectividad cognitiva radical. Aun en un escenario calmado y tranquilo, ejercitamos selectividad consciente e inconsciente. ¿Qué puede ser más fácil que leer esta página? Sin embargo, usted no la podría leer sin selectividad. No leemos las palabras al azar en la página. Leemos de izquierda a derecha y de arriba hacia abajo. Ignoramos enteramente algunos elementos y manejamos otros de acuerdo con las prioridades que hayamos establecido. También somos selectivos al interpretar las historias del Antiguo Testamento. Consideramos una cosa más importante que otra. Resaltamos algunos aspectos de la historia y relegamos otros a un segundo término. Parte de esta selectividad es intencional. Nos concentramos en un verso en vez de otro debido a nuestras estrategias interpretativas. Pero esta discriminación planeada es sólo la punta del témpano de hielo. Nuestras selecciones son más involuntarias de lo que podemos imaginar. ¿Cómo ocurren estas selecciones inconscientes? Muchas selecciones involuntarias se derivan de las influencias genéticas, ambientales y de las dádivas sobrenaturales.
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La historia de David trayendo el arca a Jerusalén (2 Samuel 6:1-23) provee un buen ejemplo de cómo opera la selectividad en base a las características personales. En el párrafo inicial de la narración, tres escenas introducen diferentes facetas del evento. David trae el arca desde Baala con gran celebración (1-5). Uza toca el arca, y el Señor lo destruye (6-7). David expresa temor por el suceso y envía el arca a otro lugar (8-11). ¿En cuál de estas tres escenas los lectores tienden a poner su atención? Si hiciéramos una votación, no sería sorprendente encontrar músicos atraídos por la primera escena. "¿Cuáles eran esos instrumentos? ¿Cómo sonaban? ¿Cómo se veía la procesión?" Aun cuando no ignoren totalmente otros aspectos de la historia, los músicos a menudo se inclinarán hacia la escena que menciona la música. Supongamos que otro lector recientemente ha perdido a un ser querido en una muerte inesperada. Muchas preguntas han pasado por su mente: ¿Por qué Dios se lo llevó? ¿Qué sentido tiene esto?" Esta persona podría pasar por alto la primera escena para quedar atrapada por la repentina muerte de Uza. La experiencia lo ha traumatizado tanto que su mente tiende a enfocarse en ese segmento de la historia. Finalmente, supongamos que una persona creció en un hogar inestable. Su personalidad ha sido modelada por el rechazo y los malos tratos por parte de aquellos que supuestamente la querían. ¿Nos sorprenderíamos si esta persona se enfocara en la inseguridad de David en la tercera escena? "Yo me identifico con eso", el lector pensaría. Cada uno de estos intérpretes difiere de los otros, pero ninguno de ellos ha caído en error o ha sido desviado por el pecado. ¿Cómo puede ocurrir esto? Sus características personales, es decir sus intereses y talentos, les dirigieron en direcciones diferentes. Muchos intérpretes no estan conscientes de cuánta selectividad ocurre mientras leen, y esta falta de consciencia engendra la arrogancia hermenéutica. Asumimos que el estudio cuidadoso evitará que descuidemos aspectos importantes del texto, pero esto nunca puede lograrse. La interpretación siempre incluye selecciones basadas en nuestras características personales. En la práctica, entonces, cuando leamos historias del Antiguo Testamento debemos hacer más que evaluar un texto; debemos también evaluar la influencia de nuestras características personales. ¿Cómo identifico mis tendencias psicológicas? ¿Cómo me ha llevado mi personalidad a este aspecto del pasaje? Conforme nos hagamos conscientes de nuestras tendencias naturales, podremos entonces avanzar en otras direcciones. ¿Qué áreas de este pasaje he dejado sin analizar? ¿Cómo puedo ver más cosas en el pasaje que antes?
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Estilo Cognoscitivo Las características personales también influyen nuestro estilo cognoscitivo, esto es, la manera en que organizamos la información obtenida de la experiencia. Mucha de la investigación psicológica se ha dedicado a los estilos cognoscitivos. Estos estudios sugieren que la gente tiende a seguir una de dos direcciones hacia los objetos de conocimiento. Tal como Van Leeuwen lo ha explicado: Algunas personas... funcionan de una manera que es caracterizada por la objetividad, abstracción, y diferenciación en la esfera intelectual; independencia y logro en la esfera social, autocontrol y estoicitismo relativo en la esfera emocional. Otras personas funcionan en una manera que es caracterizada por la intuición, concretización y percepción global en la esfera intelectual, interdependencia y sociabilidad en la esfera social, y libertad de expresión en la esfera emocional. Estos dos estilos cognoscitivos pueden ser descritos como analítico y global. Básicamente, el estilo analítico está orientado hacia el conocimiento detallado, crítico y basado en los hechos. El estilo global está interesado en la síntesis, la intuición y la emoción. Cómo contestaría usted la pregunta "¿Qué es una flor?" Si usted tiende hacia un estilo cognoscitivo analítico, su respuesta tal vez sería como la de un libro de botánica: "Una flor es la porción reproductora de una esporofita que consiste en un filamento, estigma..." Si usted tiende hacia el estilo cognoscitivo global, su respuesta sería diferente: "Las flores son un regalo de la primavera". Ambas definiciones son correctas. Difieren de acuerdo con el estilo cognoscitivo. Estos estilos son tendencias y no distinciones absolutas. Tendemos a ser más o menos analíticos o globales en un área dada, y podemos actuar globalmente en algunas tareas y analíticamente en otras. Sin embargo, el estilo cognoscitivo puede marcar la diferencia en cómo entendemos las historias del Antiguo Testamento. Dos maneras en las que el estilo cognoscitivo influye nuestra lectura de las narraciones del Antiguo Testamento son las unidades específicas y extensas, y las dimensiones informativa y emotiva de un texto.
Unidades específicas y extensas. Podemos distinguir los estilos analítico y global en la interpretación como tendencias hacia puntos de vista macroscópicos y microscópicos que tratan con unidades específicas y extensas de un texto. Por un lado, los enfoques analíticos ven a las narraciones principalmente en términos de unidades específicas. Un intérprete con esta orientación usualmente disecta y analiza un pasaje en unidades de palabras, frases, cláusulas, oraciones, o versículos.
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Por otro lado, el acercamiento global ve a la narración como un historia completa. Esta perspectiva sintetiza los diversos elementos de la historia. Párrafos, episodios, secciones, y libros completos ocupan el foco principal de la perspectiva global. El propósito es entender las historias en términos de sus temas generales. La mayoría del entrenamiento académico en la interpretación bíblica ha favorecido los enfoques analíticos y microscópicos. El uso de las narraciones del Antiguo Testamento para probar posiciones doctrinales ha conducido a estilos exegéticos analíticos. El predominio de filología clásica en la exégesis gramático-histórica ha guiado a los teólogos a enfocarse en unidades específicas de significado. Aun los estudiantes que empiezan su educación teológica con una orientación global, al término de sus estudios, la mayoría de ellos se han transformado en intérpretes microscópicos. Esta dirección en la teología académica embauca también a los laicos, cuyo entendimiento de las historias del Antiguo Testamento se reduce frecuentemente a ver unos pocos versículos de aquí y allá. Nuestros estudios bíblicos a menudo consisten en derivar una lección moral de uno o dos versículos. Puesto que cada uno de nosotros aprende a estudiar la Escritura en esta atmósfera, somos propensos hacia el examen microscópico de las historias del Antiguo Testamento. Las técnicas microscópicas tienen mucho que ofrecernos, pero este es sólo uno de los enfoques exegéticos. Además, debemos afirmar la importancia del estilo cognoscitivo global. Tomar consciencia de las unidades extensas es tan importante como enfocarse en las partes específicas. En lugar de hacer siempre lo que viene naturalmente por nuestro entrenamiento, debemos buscar maneras de tratar las historias macroscópicamente. Por lo menos algunas de las veces "¿Qué significa este versículo?" debe ser remplazado por "¿Qué significa esta historia, esta sección o este libro?"
Dimensiones informativa y emotiva. El estilo cognoscitivo también afecta nuestro énfasis en las dimensiones informativas y emotivas de un texto. Los enfoques analíticos hacen énfasis en el lado de la historia que tiene que ver con los hechos, mientas que la mentalidad global hace énfasis en el lado afectivo. Ninguno de estos puntos de vista excluye al otro, pero los intérpretes se inclinan en una dirección o en otra cuando leen las historias del Antiguo Testamento. Yo enfrenté esta distinción en mi primera clase de Biología en la Universidad, en la que teníamos que abrir a una rata de laboratorio. El maestro nos indicó cómo hacerlo, pero yo simplemente no pude. ¿Por qué? Porque que yo siempre había tenido el concepto que estos pequeños animales eran mascotas y no especímenes de laboratorio. Mientras otros estudiantes podían tratar a estas ratas en una manera objetiva y sin sentimientos, fue emocionalmente imposible para mí. Los médicos pasan por este mismo tipo de tensión.
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Varios cirujanos me han dicho que tienen que entrenarse a pensar diferente acerca de las personas que están en la mesa del quirófano que como piensan de la gente en la vida cotidiana. Hay mucha diferencia entre la manera en que nos acercamos a un objeto con un enfoque científico y la manera en que nos relacionamos a ese mismo objeto en la experiencia común y corriente. El mismo tipo de tensión existe en la interpretación de la narraciones del Antiguo Testamento. Como seguidores de Cristo, amamos estos textos; estos nos ofrecen palabras de vida. Como David amaba y se deleitaba en las Escrituras (Salmo 199:14, 15, 48), ellas también nos tocan en los más profundos niveles de nuestro ser. Pero cuando estamos haciendo interpretación bíblica sofisticada, generalmente utilizamos un análisis muy impersonal. Los métodos gramático-históricos han sido orientados hacia el aspecto lógico e informativo de los textos. Como resultado, la mayoría de los eruditos se acercan a las narraciones del Antiguo Testamento tomando en cuenta escasamente el lado emocional. Una inspección de los comentarios del primer capítulo de Jonás revela esta tendencia. Los comentaristas usualmente muestran mucho interés en las construcción peculiares del Hebreo y en la estructura del pasaje. Se centran más en las preguntas de la historicidad del evento. Con raras excepciones los intérpretes pasan por alto los aspectos emocionales del pasaje. Muy pocos mencionan, por ejemplo, la notable ironía en el corazón de la historia. Mientras que el profeta está huyendo lo más lejos posible del Señor, hipócritamente clama, "Soy hebreo, y temo a Jehová, Dios de los cielos, que hizo el mar y la tierra" (Jonás 1:9). Pocos comentaristas se detienen a decir cómo el escritor ridiculiza a Jonás al contrastarlo con los navegantes paganos que clamaban al Señor (Jonás 1:14), haciendo sacrificios, y haciendo votos (Jonás 1:16). Tensiones personales y emotivas llenan este pasaje pero nuestro estilo cognoscitivo usual nos aleja de descubrirlas. El reconocer esta tensión entre las dimensiones informativa y emotiva de un pasaje puede ayudarnos a balancear nuestro estudio de las narraciones del Antiguo Testamento. Nos ayuda a evaluar las maneras en las que naturalmente tendemos a interpretar la Escritura. ¿Veo usualmente el lado emotivo del texto? ¿Me enfoco más en el lado informativo? En los capítulos que siguen exploraremos las maneras de leer con ambos estilos cognoscitivos. Nuestro entendimiento de las historias del Antiguo Testamento será enriquecido conforme vayamos más allá de las tendencias naturales de nuestras características personales. Cabe mencionar una consideración final. Dios diseñó el que hayan diferencias entre los cristianos para que de esta manera podamos beneficiarnos unos a otros. "El ojo no puede decirle a la mano: no te necesito" (1 Corintios 12:21). El honrar la diversidad de dones en la Iglesia es una lección dura de aprender, especialmente para los cristianos con fuertes convicciones teológicas. Ellos casi siempre suponen que las diferencias en la interpretación son asunto de estar correcto o incorrecto. Indudablemente, este es a menudo el caso. Pero las
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diferencias entre un intérprete y otro también pueden ser una diferencia de características personales en vez que un desacuerdo real. Frecuentemente estas diferencias pueden resolverse si las reconocemos por lo que son en realidad. Aunque hemos tocado brevemente sólo dos aspectos de este tema, es evidente que las características personales afectan grandemente nuestro entendimiento de las narraciones del Antiguo Testamento. Debemos llegar a ser conscientes de nuestra selectividad y de nuestro estilo cognoscitivo. Al hacerlo, nos estaremos preparando más íntegramente para la tarea hermenéutica que tenemos por delante.
Llamado Un tercer aspecto de la vida cristiana que afecta a la interpretación es nuestro llamado. Además de la santificación y las características personales, el Espíritu Santo usa nuestras responsabilidades en la vida para prepararnos para interpretar. El llamado se refiere a dos aspectos de nuestra experiencia cristiana: nuestros roles vocacionales en la Iglesia y la sociedad, y los proyectos específicos que realizamos en nuestros servicio a Dios.
Roles vocacionales Había una vez una joven que estaba apunto de participar en su primer concurso de arte público. Estaba emocionada por esta oportunidad de exponer su obra. Sin saberlo, sin embargo, los otros participantes eran mucho mejor que ella. Su mejor pieza, comparada con la de los otros participantes, parecía un garabato de niño pre-escolar. Afortunadamente, la directora del espectáculo era amiga de ella. Un día antes del concurso, la directora llamó a su amiga por teléfono y le dijo: "Susy, como directora, te tengo que decir que te presentes mañana a las 8:00 A.M. Pero como tu amiga, te debo que decir que sería mejor que no te presentaras." Como organizadora del concurso, la directora tenía un mensaje que decirle, pero como amiga tenía otro diferente. No se estaba contradiciendo, aun cuando sus palabras fueron muy diferentes. Simplemente habló desde la perspectiva de dos roles: directora y amiga. Felizmente, la joven tomó el consejo de su amiga y se evitó un momento desagradable. Nosotros nos enfrentamos a circunstancias similares cuando leemos las historias del Antiguo Testamento. El rol que asumimos en la vida moldea la manera en que interpretamos. Los creyentes tienen que cumplir muchos llamados en la Iglesia y en la sociedad. Dios nos ha puesto en diferentes posiciones, cada una con sus propias responsabilidades. Tenemos vocaciones en la Iglesia. Los Pastores, ancianos, maestros y diáconos tienen ciertas tareas
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que cumplir. Los comités de la Iglesia le asignan tareas a sus miembros. Algunos dirigen; otros siguen. Algunos evangelizan; otros sirven a los necesitados (Romanos 12:4-8; 1 Corintios 12:37-31; Efesios 4:11-13). Nuestras vocaciones van más allá de la Iglesia. Dios nos llama para que cumplamos nuestro papel según Su imagen en cada aspecto de la vida. Los creyentes en Cristo estamos llamados a servir en la familia, escuela, negocio, política y arte. Algunos de nosotros somos líderes de la comunidad; otros, ciudadanos comunes. Algunos son empleados, otros patrones. Algunos son padres; otros, hijos. Cualquiera que sea nuestro llamado, como seguidores de Cristo servimos "al Señor" (Colosenses 3:18-34). Para complicar las cosas un poco más, los roles en nuestras vidas cambian constantemente. Por ejemplo, en el transcurso del día, mi esposa no es sólo miembro de la Iglesia, sino que también es esposa, hija, hermana, amiga, empleada, vecina, ciudadana, cliente, estudiante, paciente, pasajera, cocinera, ama de casa, consejera, disciplinadora, maestra y enfermera, sólo para nombrar algunos. Cada uno de nosotros cumple una multitud de roles y tiene muchos llamados. Nos demos cuenta o no, siempre leemos las historias del Antiguo Testamento desde el punto de vista de nuestras vocaciones. Los intérpretes no pueden desentenderse completamente de sus llamados en la vida. Leemos como estudiantes, madres, padres, hijos y pastores. Debemos aclarar está observación. Aunque el leer desde un rol u otro siempre afecta nuestra interpretación de las historias del Antiguo Testamento, esta influencia varía. Los niveles básicos de entendimiento a menudo son los mismos sin importar nuestra vocación. La comprensión elemental acerca de un texto que un pastor tenga puede ser muy similar a la de un niño. Por ejemplo, al leer las palabras de Balaam, "¿No cuidare de decir lo que Jehová ponga en mi boca?" (Números 23:12), ambos estarían de acuerdo que Balaam sintió que debía decir lo que Dios le dijo. A un nivel rudimentario, también ambos entenderían de la misma manera las palabras "Sea la luz" (Génesis 1:3). A este nivel, la vocación no produce gran diferencia. Pero cuando vamos más allá de los niveles básicos de entendimiento, las diferencias entre leer en un rol o en el otro se hacen más evidentes. Nuestra vocación afecta el método que seguimos, la selecciones que hacemos, el énfasis que proseguimos y el orden de nuestras presentaciones. Un ejemplo será suficiente. Cuando enseño el libro de Jueces en el Seminario, dedico toda una clase al evento de la violación de la concubina del Levita (Jueces 19:1-30). Mi propósito principal es demostrar que Jueces fue escrito para probar la necesidad de un Rey temeroso de Dios en Israel. Esta antigua historia de horror ilustraba cómo la anarquía social prevalecía cuando "no había rey en Israel" y "cada uno hacía lo que bien le parecía". (Jueces
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21:25). Al final de esta lección, la mayoría de los estudiantes están convencidos de que Israel necesitaba un Rey. Pero cuando enseñé acerca de Reyes en nuestro culto familiar, pasé por alto el episodio completo. Tenía muchas de las mismas intenciones que tenía en el salón de clases. Quería que mi hija de ocho años entendiera el propósito de Jueces. Pero entonces, ¿Por qué omití este pasaje? Porque estaba leyendo en mi rol de padre de una niña de ocho años. Temía que el capítulo 19 pudiera causarle un trauma, así que llegué al mismo punto usando otros pasajes del libro. Las decisiones interpretativas de un padre son bastante diferentes a las de un profesor. Variaciones similares ocurren cada vez que interpretamos la Biblia. Buscamos cosas, ignoramos otras y manejamos materiales en cierta manera debido a la dirección de nuestro llamado. Aun el intento de ser imparcial en cuanto a un llamado en particular es en sí, una vocación: la de leer en el rol de un examinador objetivo. Negar los efectos de nuestra vocación sobre la interpretación no nos salvaguarda de mal utilizar los textos en favor de nuestros propios intereses. De hecho, el fallar en estar conscientes de nuestros roles nos conduce a abusar inintencionalmente del texto. Los pastores jóvenes recién graduados del Seminario a menudo experimentan confusión de roles. Los años que han pasado viendo a los catedráticos en acción hacen que muchos pastores actúen como eruditos académicos al estar en el púlpito. Pero el púlpito no es una cátedra escolar. La práctica hermenéutica de los maestros de Seminario es frecuentemente un modelo limitado para la interpretación pastoral. A menos que los pastores lleguen a estar más conscientes de la vocación a la cual Dios les ha llamado, tienen el riesgo de ser instructores académicos en lugar de pastores del pueblo de Dios. Por lo tanto, debemos buscar el estar más conscientes de nuestros llamados cuando interpretemos. ¿Qué vocación estoy cumpliendo? ¿Qué influencia está teniendo el sentido de mi llamado en mi enfoque de este pasaje? Mientras más cuidadosamente respondamos a estas preguntas, más esperanza tendremos de estar manejando responsablemente las narraciones del Antiguo Testamento.
Proyectos Específicos Dentro de nuestros múltiples papeles en la vida tenemos también muchos proyectos específicos, o tareas, que afectan la manera en la que interpretamos las historias del Antiguo Testamento. Leemos diferentemente los pasajes conforme vamos cambiando de un rol a otro, pero también interpretamos a la luz de algún proyecto particular que tengamos a la mano. Como padres, utilizamos las narraciones del Antiguo Testamento de muchas maneras diferentes para nuestros hijos. Como amigos compartimos estos textos con una variedad de
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propósitos. Como pastores, utilizamos las historias del Antiguo Testamento para instruir, corregir, confortar, guiar y animar a la gente que servimos. Nuestras tareas influyen la manera en que tratamos estos pasajes. En este sentido, no leemos simplemente como alguien; sino también leemos para cumplir un propósito u otro. Desde luego, hay similitud en las maneras en que manejamos las historias del Antiguo Testamento, a pesar de nuestros proyectos específicos. Pero a medida que vamos más allá de evaluaciones básicas del texto, nuestras tareas específicas tienen una gran influencia sobre los métodos y conclusiones de nuestro estudio. Hace algunos años tuve la oportunidad de predicar en tres Iglesias diferentes acerca de la celebración de la pascua de Ezequías (2 Crónicas 30:1-27). Esta experiencia me abrió los ojos a la poderosa influencia que tienen los proyectos específicos. Esforzándose hasta lo máximo, Ezequías invitó a las tribus del Norte a celebrar la pascua con él en Jerusalén (v. 1-9). Muchos se rehusaron, pero algunos aceptaron la invitación (v. 10-12). La festividad se estaba desarrollando espléndidamente hasta que algunos de los participantes se enfermaron porque habían fallado al no pasar por el ritual de purificación (v. 15-18a). En medio de esta catástrofe, Ezequías oró para que Dios viera los corazones de la gente, les perdonara y sanara (v. 18b-19). Dios, en respuesta, sanó a los enfermos, y la fiesta continuó con gran estilo (v. 20-21). Esta historia concuerda bien con el propósito general del cronista de reunificar a Israel en el período post-exílico. El norte y el sur se unieron en adoración a Dios en el Templo. El cronista utilizó esta reunificación dirigida por Ezequías como un modelo para que sus lectores siguieran al restaurar el reino es sus días. Al estudiar este pasaje para predicar en tres iglesias diferentes, muchos aspectos de mi trabajo permanecieron intactos. Mi vocación básica era la misma: era un ministro visitante invitado a tener el sermón. Mis métodos fueron básicamente los mismos. Aun así manejé el pasaje diferentemente en cada congregación. En la primera iglesia, me enteré que la congregación tenía necesidad de un mayor compromiso con la Palabra de Dios. Como pueden imaginarse, exploramos de cerca la manera en la que Ezequías estaba comprometido con la Palabra de Dios. Desde su juventud había guardado los mandamientos que el Señor le dio a Moisés (2 Reyes 18:6). El consideraba que las dificultades de Judá eran el resultado de la desobediencia de la ley (2 Crónicas 29:6-10). El purificó a Judá de las prácticas de idolatría (2 Reyes 18:4). Renovó el pacto, limpió el templo y restituyó la pascua (2 Crónicas 29:3-10; 30:1-5). En la segunda Iglesia, la congregación estaba comprometida con la pureza doctrinal pero necesitaba ánimo para buscar la paciencia y la unidad. Esta consideración me condujo a explorar más de cerca el deseo del rey por la unidad. Examinamos cómo Ezequías había
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enviado cartas invitando a todas las otras tribus para la celebración de la pascua (2 Crónicas 30:1). Cuando aquellos que vinieron no se purificaron, Ezequías oró a el Señor para que los perdonara (18-20). Les mostré cómo Dios bendijo a Ezequías dándole un espíritu de unidad a la gente (v. 12). Repentinamente, se centralizaron aspectos del pasaje que no había enfatizado en mi primer estudio. Finalmente, al prepararme para mi tercer mensaje, sólo tenía una pequeña idea de las necesidades de la congregación. Así que determiné presentar el cuadro completo. Mi preparación se enfocó entre balance de pureza y unidad que Ezequías demostró en sus reformas. Mi estudio y mi presentación fueron enfocados en ambos lados de la historia por igual. En un grado o en otro, los propósitos particulares del intérprete siempre influyen en su estudio y descubrimientos. Perseguimos una línea de pensamiento y no otra; exploramos una área y no, otra; hacemos énfasis en un asunto y no, en otro. Nos acercamos a las historias del Antiguo Testamento con muchos propósitos legítimos: adoración, evangelismo, doctrina, ánimo y corrección. Leemos las historias del Antiguo Testamento con propósitos diferentes cuando estamos en devociones personales, en cultos familiares, en la Iglesia, en la escuela, en enfermedad, en cumpleaños, bodas y funerales. Conforme vamos enfrentando diferentes situaciones en la vida nuestras interpretaciones pueden parecer inusuales. Pero inusual no necesariamente implica ilegítima. Thiselton ofrece una analogía que ilustra la amplitud de las interpretaciones legítimas: "Un piano puede ser utilizado como leña, y en la mayoría de las circunstancias esta sería una acción irresponsable. Pero si uno se estuviera muriendo de frío, aislado en un témpano de hielo en el Océano Antártico, aún el quemar un Steinway podría considerarse un acto responsable ". Por supuesto, esto no quiere decir que las historias del Antiguo Testamento pueden significar cualquier cosa que nosotros queramos que signifiquen. A través de este estudio desarrollaremos protecciones en contra de abusos e interpretaciones equivocadas. Pero dentro de las dimensiones de la interpretación apropiada, debemos reconocer que la manera de entender las historias del Antiguo Testamento depende en gran parte de nuestros propósitos específicos en la interpretación. Como resultado, necesitamos estar conscientes de esto cuando vamos a las historias del Antiguo Testamento. Debemos examinar no solamente el texto que tengamos en frente sino también lo que estamos intentando hacer con él. ¿Cuáles son mis propósitos específicos? ¿Cómo debo trabajar con el texto para llegar ha esta meta? ¿Qué estoy pasando por alto debido a mi proyecto específico?
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Conclusión Empezamos este capítulo con la observación de que la interpretación del Antiguo Testamento es influenciada por varios factores de la vida que frecuentemente pasamos por alto. No sólo debemos prestar atención a los asuntos que ordinariamente se consideran en los estudios bíblicos; sino que también debemos reconocer la influencia del amplio margen de nuestra santificación, características personales y nuestro llamado. En la medida que examinemos cómo el Espíritu Santo nos prepara para interpretar por medio de estas áreas, estaremos mejor equipados para descubrir los tesoros que nos aguardan en las historias del Antiguo Testamento.
Preguntas de Repaso 1. ¿Qué es santificación? ¿Cómo afectan a la interpretación las dimensiones conceptual, conductual y emocional? Ilústrelo con un pasaje específico. 2. ¿Cómo es utilizado el concepto "características personales" en este estudio? ¿Cuáles son sus fuentes? ¿Cómo afectan a la interpretación? 3. ¿Qué es el llamado de un intérprete? ¿Por qué debemos siempre reconocer nuestro llamado al interpretar? Ilústrelo con un pasaje específico.
Ejercicios de Estudio 1. Haga una lista de las cinco cosas más importantes que normalmente usted hace para prepararse para leer el Antiguo Testamento. Clasifique esos puntos en santificación conceptual, conductual, y emocional. ¿Cuál es su fortaleza? ¿Cuál es su debilidad? ¿Cómo debería ampliar su preparación? 2. Pida a cuatro personas que identifiquen un aspecto importante de Génesis 1:1-2.4. Compare sus respuestas. ¿Qué influencias puede usted detectar provenientes de sus características personales? ¿Puede aumentar la lista de aspectos importantes del texto? 3. Lea Génesis 9:1-11. ¿Cómo debería variar su énfasis de interpretación cuando se esté preparando para enseñar este pasaje a un grupo de pre-escolares, a una clase universitaria de historia, a un estudio bíblico para adultos, a una misión en la ciudad? ¿Por qué?
EL NOS DIO HISTORIAS La Guia Biblica para Estudiantes para Interpretar las Narraciones del Antiguo Testamento Parte 3: LA INFLUENCIA DE LA INTERACCIÓN "Nunca entres al agua tú solo". Esa fue una de las primeras reglas que aprendí en la clase de natación. "Si te ves en problemas, alguien debe estar allí para ayudarte". Por supuesto, como todo niño de nueve años tenía muy poco conocimiento de lo peligrosa que el agua puede ser. Nunca aplique la regla sino hasta un verano que estuve en la playa. Me quede atónito parado en la arena mientras las fuertes corrientes se llevaban mar adentro a un primo mayor que yo. Salté al agua y nadé para ayudarlo. Pero cuando le alcancé, se colgó de mí, y ambos nos hundimos. Segundos después lo empujé y lo dejé solo. Todavía puedo recordar cómo gritaba: "¡No te vayas! ¡No me dejes!" Afortunadamente, cuando me acercaba a la orilla, dos hombres corrieron y rescataron a mi primo de una muerte segura. Nunca olvidaré ese día. Nunca voy a nadar a solas. Similarmente, no deberíamos intentar interpretar solos las narraciones del Antiguo Testamento. Existen peligros en la interpretación de estos textos. Fuertes corrientes pueden hundirnos en un mar de mal entendimiento. Por seguridad debemos aprender a interpretar en comunidad, de esta manera, habrá alguien para ayudarnos en caso de estar en problemas. En el capítulo anterior vimos cómo el Espíritu Santo nos prepara para leer las historias del Antiguo Testamento a través de diferentes aspectos de nuestra vida cristianan individual. En este capítulo exploraremos la segunda influencia principal que afecta la interpretación: La interacción en la comunidad. Al examinar la interacción que tenemos con otros, nos referiremos a tres puntos principales: ¿Cuál es la comunidad dentro de la que interactuamos? ¿Cuál es la dinámica de la interacción? ¿Como se relacionan la interpretación y la interacción? Conforme exploremos estos temas, veremos cuánta influencia recibimos de otra gente cuando interpretamos las historias del Antiguo Testamento.
La interacción en la Comunidad La mayoría de los evangélicos leen las historias del Antiguo Testamento como si necesitaran muy poca ayuda de otras personas. "Todo lo que necesito es el Espíritu, la Biblia y a mí mismo". Aunque este punto de vista identifica los principales elementos de la interpretación, es sólo una representación parcial del cuadro. También necesitamos la ayuda de una comunidad cuando interpretamos las narraciones del Antiguo Testamento. Todos vivimos en algún tipo de comunidad. Nos asociamos en familias, amistades, clubes, vecindarios, y naciones para tener apoyo,. El primer comentario negativo de Dios
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hacia su creación revela la importancia de estas comunidades. Todo lo que hizo era "bueno" (Génesis 1:25); al final todo era "muy bueno" (1:31). Pero cuando vio al hombre viviendo solo, declaró: "No es bueno que el hombre esté solo" (2:18). Dios nos creó para vivir y trabajar con otros. La comunidad humana Como seguidores de Cristo, nosotros trabajamos en dos comunidades. Primero, interactuamos con los seres humanos en general. En la esfera de la gracia común, compartimos muchas cosas con otras personas, a pesar de nuestras diferencias en convicciones religiosas. Vivimos en el mismo mundo físico, compartimos muchos ideales culturales y trabajamos juntos hacia metas comunes. Aunque no debemos caer en la corriente pecaminosa de este mundo, estamos involucrados con el resto de la raza humana. La mayoría de nosotros reconoce la necesidad de interactuar con la humanidad en general. Raras veces verificamos las convicciones religiosas del mecánico automotriz. Sencillamente lo llamamos si tiene la reputación de ser honesto y trabajador. El exterminador de insectos no tiene que ser cristiano. No pedimos hablar con un policía cristiano cuando hablamos a la estación de policía. En la vida diaria constantemente dependemos de personas que no comparten nuestras creencias. Por lo tanto, no nos debe sorprender el que debamos interactuar también con inconversos en el estudio de las historias del Antiguo Testamento. Hombres y mujeres que no profesan fe en Cristo, han hecho trabajos importantes en muchas áreas relacionadas con estos textos. Mucho de su trabajo histórico, lingüístico, filosófico y aun teológico, ha contribuido significativamente a la interpretación de las narraciones del Antiguo Testamento. Pero ¿Cómo es que los no Cristianos pueden tener ideas importantes acerca del Antiguo Testamento? ¿No están acaso desprovistos del Espíritu Santo quien es esencial para la interpretación? Para responder a estas preguntas, debemos darnos cuenta de que la Biblia presenta un perfil bipolar de los no creyentes. A veces la Escritura los describe en términos de su sistema de incredulidad, sus lealtades básicas y sus tendencias. Otras veces, la Escritura los representa en términos de sus estilos de vida reales. Por un lado, en sus advertencias a los Colosenses, Pablo revela la convicción fundamental de los no cristianos: "Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías huecas y engañosas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo" (Colosenses 2:8). Los incrédulos tienen una lealtad básica a la tradición humana, o autonomía humana. Está lealtad básica moldea la manera en que ellos piensan, actúan y sienten acerca de todas las cosas. Ellos suprimen la verdad de la revelación general (Romanos 1:18); aman las tinieblas y odian la luz (Juan 3:19); su entendimiento se ha envanecido y entenebrecido (Efesios 4:17-18). Los efectos del pecado alcanzan aun los procesos de pensamiento. En principio, la rebelión de los incrédulos en contra de Dios remueve toda esperanza de entendimiento verdadero de Dios, del mundo y de la humanidad. Mientras más consistentemente se adhieran a la autonomía humana, más vanos y sin valor son sus esfuerzos.
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Sin embargo, por otro lado, Dios no abandona a los incrédulos a su propia suerte. En la gracia común El restringe sus intentos de vivir consistentemente en rechazo de Cristo. Los no cristianos viven inconsistemente con sus convicciones básicas y reflejan su carácter como imagen de Dios. Tal como Pablo dijo: "Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos" (Romanos 2:14). Todo incrédulo no cumple totalmente su convicción hacia la autonomía humana. En cierto grado o en otro, ellos consciente o inconscientemente se basan en "capital prestado", es decir, puntos de vista y creencias importantes que sólo tienen sentido desde un punto de vista cristiano. Estas inconsistencias son el resultado de las operaciones comunes, no redentoras del Espíritu. La Escritura confirma esta perspectiva. Por ejemplo, el libro de Proverbios insiste que el conocimiento y la sabiduría dependen en ultima instancia de "el temor del Señor" (1:7) El conocimiento verdadero pertenece a una filosofía de la vida que se somete a las enseñanzas de la religión bíblica. Sin embargo, Proverbios depende extensamente en los dichos de hombres sabios de otras culturas en el Antiguo Cercano Oriente. De hecho, los proverbios de Agur (30:1-33) y Lemuel (31:1-9) probablemente fueron originados fuera de Israel. Gente sabia del mundo antiguo fue bendecida con conocimientos significativos de gracia común que fueron valiosos para los hombres y mujeres de la fe verdadera. El Nuevo Testamento también provee amplia evidencia de una interacción similar con los no creyentes. Jesús dijo a sus seguidores que aprendieran tanto como pudieran de sus maestros Judíos no creyentes, aunque les previno de su hipocresía (Mateo 23:1-12). Pablo se refirió positivamente a las palabras de filósofos paganos. En Hechos 17:28 el cita de Aratus y Cleantes. En Tito 1:12 alude a Epiménides. Similarmente, en 1 Corintios 15:33 hace referencia a Menander. Claramente, Dios, en la gracia común, concede a los incrédulos muchos conocimientos importantes. Los evangélicos se van a los extremos al considerar el trabajo de los no creyentes con la Biblia. Por un lado, algunos de nosotros tenemos tanto miedo de sus ideas falsas que evitamos todos sus comentarios y escritos teológicos. "Esos escritores no son cristianos" decimos. "¡Manténte alejado de ellos!" Pero esto niega las obras comunes del Espíritu. Consideremos el consejo de Calvino: "Si consideramos al Espíritu de Dios como la única fuente de verdad, no debemos ni rechazar la verdad en sí misma, ni despreciarla en dondequiera que aparezca, a menos que deseemos deshonrar al Espíritu de Dios." Por otro lado, sin embargo, algunos evangélicos olvidan que las lealtades básicas y las convicciones religiosas hacen una marcada diferencia en la interpretación. Ellos manejan las opiniones de los no creyentes con muy poco examen minucioso. Pero las predisposiciones del intérprete, especialmente su condición espiritual, influyen profundamente sus interpretaciones. Nunca debemos olvidar que la adherencia a la autonomía humana corrompe el trabajo de los no creyentes con las historias del Antiguo Testamento. Ninguno de estos dos extremos es apropiado. Debemos reconocer las valiosas aportaciones de los no creyentes sin ignorar los peligros de sus puntos de vista. El interactuar con los no creyentes es como excavar buscando oro. "Pepitas" de conocimientos valiosos están mezcladas con toneladas de lodo y piedras inservibles. No debemos ser engañados por
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oro falso, pero tampoco debemos ser tan tontos para pasar por alto oro genuino, sin importar donde lo encontremos. Somos parte de la raza humana y debemos estar listos para interactuar con los no creyentes al buscar entendimiento de las historias del Antiguo Testamento. La Comunidad Cristiana Los cristianos también pertenemos a una segunda comunidad: el cuerpo de Cristo. Hemos sido incorporados a la nueva humanidad de fe (1 Corintios 12:13). En esta comunidad especial, gozamos de una comunión familiar que trasciende cualquier vínculo que tengamos con la humanidad en general. Compartimos "Un Señor, una fe, un bautismo" (Efesios 4:4-6). Más importante para la hermenéutica, compartimos la obra santificadora e iluminadora del Espíritu Santo. La doctrina de la Reforma concerniente al sacerdocio de los creyentes apunta hacia una extensa interacción entre los creyentes. Lamentablemente, esta doctrina se mal entiende a menudo como queriendo decir que la interpretación de la Escritura es puramente un asunto de juicio privado. Pero nada puede estar más lejos del significado original de esta doctrina. Los reformadores afirmaban el sacerdocio de todos los creyentes en contra de la fidelidad ciega a la autoridad oficial de la Iglesia. Ellos insistían que el entendimiento de la Escritura era la responsabilidad de todos los creyentes trabajando en conjunto como el cuerpo de Cristo. De acuerdo con el punto de vista de Eastwood, "La doctrina del sacerdocio de los creyentes, propiamente entendida, trasciende la distinción entre clero y laicos, y aunque permite la diferencia de funciones, las une en el ejercicio de un sacerdocio el cual es común a todos". El sacerdocio de los creyentes no es individualista; es algo que tenemos en común con todos los creyentes. Nosotros interpretamos la Biblia juntos. Cuando el Nuevo Testamento habla de nuestra comunión con otros creyentes, lo hace frecuentemente en el contexto de servicio mutuo y cooperación (Filipenses 2:1-4; 1 Corintios 12:12-31). No estamos solos; trabajos juntos para el reino de Dios. Unimos nuestras manos para servirnos uno al otro en el cuerpo de Cristo. De la misma manera, nos unimos para entender las historias del Antiguo Testamento. Estudiamos juntos en la Iglesia, en el hogar y en la escuela. Nos servimos uno al otro al intercambiar ideas con la esperanza de que el Espíritu orquestará nuestras contribuciones individuales en una sinfonía de entendimiento. En nuestros días, la necesidad de la interacción en la comunidad de la fe es más grande que nunca. Vivimos en una era de explosión informativa. Por años los eruditos se han enfocado en el Nuevo o en el Antiguo Testamento. Hoy en día esta tendencia es limitar el foco de atención aun más, a sólo pequeñas porciones del Antiguo o Nuevo Testamento. Conforme la interpretación bíblica ha llegado a ser más compleja, el campo de estudio requerido ha crecido enormemente, y nos hemos visto forzados a especializarnos. La creciente especialización hace evidente nuestra necesidad de cooperación. Por ejemplo, los pastores y maestros simplemente ya no pueden ser expertos en todas las áreas requeridas para la interpretación de las narraciones del Antiguo Testamento. Necesitamos ser competentes en general en una gran variedad de materias, pero el tiempo y el talento limitan nuestra habilidad para investigar profundamente muchas áreas. La única manera de evitar el
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que trabajemos enteramente en ignorancia es interactuar con aquellos que son especialistas en otras áreas. ¿Cuánto interactúa usted con otros al interpretar las narraciones del Antiguo Testamento? Desde la perspectiva bíblica, la interpretación responsable requiere adherencia a la interacción en la comunidad. Necesitamos la ayuda de otras personas, tanto de adentro como de fuera de la fe cristiana.
Dinámica de la Interacción en la Comunidad Hace algunos años un amigo me pidió que entrenara a un equipo de baloncesto. Nunca lo había hecho antes y tampoco conocía a los muchachos, pero de todas maneras tomé el trabajo. Primero, probé la habilidad de cada jugador: quién podía driblar, quién podía rebotar, quién podía tirar desde afuera del área. Después formé un equipo; les enseñé cómo trabajar juntos. Pasamos semanas entrenando y practicando jugadas. No sabía mucho de cómo dirigir un equipo deportivo, pero sabía esto: tienes que identificar el talento de cada jugador y moldear a los jugadores para jugar en equipo. La interacción en la comunidad cristiana es un trabajo de equipo. Si vamos a trabajar juntos debemos hacer por lo menos dos cosas. Primero, debemos familiarizarnos con los diferentes jugadores de nuestro equipo. ¿Qué tareas se han de hacer? ¿Quién las realizará? Segundo, debemos aprender a coordinar con el resto del equipo la contribución de cada jugador. ¿Cómo hemos de cooperar con otros? Elementos de la interacción ¿Qué elementos de la interacción debemos considerar al acercarnos a las historias del Antiguo Testamento? ¿Qué jugadores componen nuestro equipo? Por conveniencia, hablaremos de tres elementos básicos: la herencia teológica, la comunidad actual y el juicio privado. La Herencia teológica. El primer elemento de la interacción es la herencia teológica, las expresiones históricas de la fe cristiana en las que identificamos nuestras raíces espirituales. Hasta cierto punto, todos obramos bajo la influencia de los creyentes que han vivido antes que nosotros. Lo que consideramos una interpretación aceptable es ampliamente determinada por lo que nuestra herencia teológica nos ha transmitido. ¿Por qué debemos estar interesados en la herencia teológica al interpretar las narraciones del Antiguo Testamento? ¿Qué tiene que ver el pasado con nuestro entendimiento hoy en día? La herencia teológica contribuye al entendimiento porque nos muestra cómo el Espíritu Santo ha enseñado a Su pueblo en el pasado. Contrariamente a la forma en que actuamos a menudo, el Espíritu Santo no empezó su obra de iluminación en nuestra generación. El siempre ha enseñado a la iglesia. Los creyentes en el pasado lucharon al igual que nosotros con el pecado y las limitaciones. Debemos usar discreción al explorar sus puntos de vista (1 Juan 4:1).
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Aprendemos de sus errores lo que debemos de evitar, pero también aprendemos de sus éxitos lo que debemos hacer. Al considerar nuestra herencia cristiana, no hemos de imitar "lo malo, sino lo bueno" (3 Juan 11). Debemos llegar a familiarizarnos con nuestra herencia teológica y utilizarla al interpretar. Una herencia teológica puede considerarse desde un enfoque amplio o un enfoque reducido. Desde el enfoque amplio, los concilios ecuménicos de la iglesia temprana reflejan las creencias que compartimos con todos los seguidores de Cristo. Documentos tales como el Credo de Nicea, el Concilio de Calcedonia, y el Credo de los Apóstoles han establecido los parámetros de la ortodoxia. La divinidad y humanidad de Cristo, la trinidad y la realidad histórica de nuestra redención en Cristo provee una sólida orientación hacia la interpretación. Catalogamos como herejía, el análisis de un pasaje que nos dirige hacia proposiciones que contradicen estos y otros puntos de vista fundamentales del cristianismo. Los protestantes también piensan que los principios fundamentales de la Reforma no están sujetos a discusión. Doctrinas como Sola Fide (Sólo la fe), Sola Scriptura (Sólo la Escritura), y Sola Gratia (Sólo la Gracia) son los pilares de la reforma. Estos resúmenes de las doctrinas bíblicas vitales continúan siendo sostenidas hoy en día por los protestantes ortodoxos. Cualquier interpretación que parezca violar estos puntos de vista protestantes es vista con sospecha. La herencia teológica también toma formas más notorias en los credos denominacionales. Muchas iglesias tienen documentos formales que representan la expresión clásica de sus tradiciones específicas. Las iglesias reformadas adoptan documentos tales como "La Primera y segunda Confesiones Helveticas, el Catecismo de Heidelberg y la Confesión de Bélgica, tanto como La Confesión de fe y catecismos de Westminster. La postura de los Luteranos es resumida en el Libro de Concordia, que contiene la confesión de Augsburg, la Fórmula de Concordia y el catecismo de Lutero. Los anglicanos se basan en Los Treinta y Nueve artículos. Los bautistas encuentran una herencia teológica en la Confesión de Filadelfia, que primero apareció como La Confesión de Londres. Algunas denominaciones que han existido por largo tiempo no tienen credos escritos, pero la tradición oral ha formado un conjunto de creencias comunes, y estas doctrinas determinan la ortodoxia en sus iglesias. Tanto estos criterios eclesiásticos escritos como los orales cambian a través de los siglos, pero sus principios fundamentales han sido guías teológicas estables para las generaciones sucesivas. Estas formulaciones existentes dentro de nuestra denominación particular también guían nuestra interpretación de las narraciones del Antiguo Testamento. A un nivel menos formal, la herencia también incluye el trabajo de individuos importantes del pasado. Cada rama de la iglesia tiene personas particulares que han ejercido una duradera influencia en las creencias de esa tradición. Los luteranos observan a Martín Lutero y Felipe Melancthon. Los calvinistas observan a Juan Calvino y a una variedad de figuras continentales, británicas y americanas. Los Metodistas encuentran sus raíces en Juan y Carlos Wesley. Cada iglesia tiene líderes del pasado cuyos comentarios, sermones y escritos teológicos son altamente respetados. Las opiniones de estos individuos usualmente
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tienen menos peso que los credos y confesiones oficiales, pero sus puntos de vista son a usados menudo como ayudas importantes para interpretar. ¿Por qué debemos dejar que las creencias del pasado nos enseñen? ¿Por qué no simplemente leemos los textos por nosotros mismos? En una palabra, el ignorar la herencia teológica es el primer paso hacia la herejía. Consideremos algunos de los grupos heréticos. Los testigos de Jehová, Los Iglesia de Jesucristo de los santos de los últimos días, y otros grupos heterodoxos ignoran la herencia teológica del cristianismo histórico. Aunque la mayoría de estos grupos no niega descaradamente la autoridad de la Escritura, se rehusan a aprender de la obra del Espíritu en la Iglesia. El descuido de la herencia teológica al leer la Escritura invariablemente conduce a serios errores. La comunidad Actual. El segundo miembro de nuestro equipo hermenéutico es la comunidad actual. Este término se refiere a la obra interpretativa dentro de la iglesia contemporánea. El Espíritu Santo no sólo nos da una rica herencia teológica sino que también nos bendice con una comunidad viva de creyentes que contribuyen a nuestro entendimiento de las historias del Antiguo Testamento. La interacción a este nivel incluye a muchos grupos diferentes. En primer lugar, la comunidad actual aparece en las cortes formales de la Iglesia. Tal como el apóstol Pablo se sometió al Concilio de Jerusalén para obtener la sabiduría de otras autoridades de la Iglesia (Hechos 15:6-29), también nosotros tenemos el privilegio de dirigirnos a las autoridades debidamente establecidas de la Iglesia. Muchas denominaciones tienen canales oficiales por los que la sabiduría colectiva de la iglesia se expresa. Debemos evaluar cuidadosamente estos pronunciamientos. Los documentos constitucionales, ensayos de posición, cortes de consejo, y casos disciplinarios a menudo reflejan la enseñanza del Espíritu hoy en día. Somos sabios al aprovechar de estas expresiones de sabiduría colectiva. En otras ocasiones nuestra comunidad actual toma la forma de sociedades contemporáneas de eruditos, escuelas de teología y otras asociaciones paraeclesiásticas. En estos casos, la autoridad eclesiástica es escasa pero el trabajo de tales grupos representan la investigación fiel de intérpretes sinceros y bien entrenados. De ninguna manera sus juicios son infalibles, pero sus puntos de vista deberían al menos hacernos dudar al respaldar una interpretación contraria. Las posiciones apoyadas por mucha gente que honestamente busca seguir al Espíritu merecen consideración cuando exploremos las historias del Antiguo Testamento. La interacción con la comunidad actual también incluye un respecto apropiado por la enseñanza de algunos individuos dentro de la Iglesia. El Espíritu ha estado equipando a algunos creyentes con habilidades especiales para entender y explicar la Escritura (Efesios 4:11-12). En muchos casos estas habilidades son reconocidas oficialmente a través de la ordenación. En otras ocasiones el don de enseñanza llega a ser evidente a través de medios informales. Cualquiera que sea el caso, los intérpretes responsables no desdeñarán la enseñanza de otros. Debemos dedicarnos a leer comentarios contemporáneos y teologías contemporáneas, y a escuchar a otros cuando estemos interpretando las narraciones del Antiguo Testamento.
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Aun las discusiones informales a cerca de la Escritura son parte importante de la comunidad actual. Cuando participamos en estudios bíblicos, cuando estamos en conversaciones de sobre mesa, o al estar viajando en un auto, estamos envueltos en una interacción que nos ayuda a interpretar las narraciones del Antiguo Testamento. En ocasiones el Espíritu nos concede entendimiento profundo a través de personas de las que menos esperábamos recibir algo. Los estudiantes enseñan a sus profesores, los feligreses enseñan a sus pastores y los niños enseñan a sus padres. El Espíritu otorga conocimiento a su discreción. Cuando sea que hablamos con otro creyente acerca de un texto, estamos relacionándonos con personas que son enseñadas por el Espíritu. Mientras más sensibles seamos a este hecho, mejor podremos obtener bendiciones de Su ministerio. Además de los diferentes niveles de formalidad, la interacción en la comunidad actual también fluctúa entre asociaciones amplias y limitadas. Las discusiones dentro de los confines de nuestros grupos pequeños nos ofrecen la oportunidad de estudios a fondo. Los puntos de vista que compartimos en una comunidad particular hacen posible explorar juntos nuevas áreas de interés. Además, dentro de los límites de las comunidades relativamente limitadas, somos más responsables ante los otros; nos cuidamos unos a otros de no caer en errores. Aun así, debemos ser cuidadosos de no separarnos del contacto de otros grupos cristianos. El limitarnos únicamente a una denominación particular puede truncar nuestra exploración de las historias del Antiguo Testamento. Los creyentes de otras tradiciones tienen diferentes perspectivas al referirse a estos textos; ellos notan cosas que nosotros nunca vemos por nuestra propia cuenta. Si interactuamos únicamente dentro de nuestras cómodas fronteras teológicas, nos perderemos mucho de la obra del Espíritu en la comunidad presente. Las expresiones amplias y limitadas de la iglesia contemporánea son vitales para la interpretación. Así es como la comunidad actual forma el segundo elemento de la interacción. El trabajo del Espíritu en nuestros contemporáneos es un rico recurso para nuestros propios esfuerzos interpretativos. El Juicio Privado. El juicio privado, es decir, nuestro entendimiento de las historias del Antiguo Testamento aparte de toda interacción consciente con otros, es el tercer elemento mayor de la interacción. Por supuesto, nunca escapamos completamente a la influencia de nuestra herencia teológica y comunidad actual. A pesar de esto, frecuentemente vamos a las narraciones del Antiguo Testamento con poco interés en lo que otros han dicho, sino que leemos primordialmente desde nuestro punto de vista personal. El juicio privado puede ser formal o informal. A veces nos formamos impresiones al leer un texto e intuir su significado. En otras ocasiones determinamos el significado de una historia del Antiguo Testamento basándonos en un estudio cuidadoso. Cualquiera que sea el caso, en nuestro juicio privado estamos preocupados por lo que nosotros pensamos del pasaje y en lo que los demás piensan. A pesar de la importancia de la herencia teológica y la comunidad actual, Dios hace responsable a cada creyente de la búsqueda de su propio entendimiento de la Biblia. La
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advertencia en las Escrituras es clara: Todos daremos cuenta por lo que hagamos individualmente con la Palabra de Dios. Como Pablo dice, "De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí." (Romanos 14:12). Los intérpretes de la Palabra no podemos escondernos detrás de sus comunidades; cada uno daremos cuenta por la manera en como manejamos las historias del Antiguo Testamento. Los Evangélicos a menudo van a los extremos con respecto al juicio privado. Por un lado, algunos creyentes se sienten tan faltos de preparación que siguen ciegamente las opiniones de otros. He escuchado a mucha gente decir: "No puedo entender la Biblia, yo simplemente creo lo que el pastor dice". Algunos pastores a su vez tienen miedo de aventurarse por sí mismos y se aferran a sus comentarios, repitiendo meramente lo que otros han dicho. Por causa de nuestra integridad personal, algunas veces debemos aferrarnos a nuestros juicios privados a pesar de los puntos de vista de otros. ¿Donde estaríamos hoy si nuestros antecesores hubieran simplemente continuado el status quo de su herencia teológica y de su comunidad actual? Imaginen los efectos que habría en la Iglesia si Pablo no hubiera resistido a Pedro al oponerse al error de los judaizantes (Gálatas 2:11-21). ¿Cómo sería la iglesia si Martín Lutero no se hubiera declarado en contra de Roma? Debemos adherirnos a nuestro juicio privado cuando otros se desvían de la verdad. Por otro lado, algunos evangélicos van al otro extremo. Asumiendo que ellos tienen una mayor iluminación del Espíritu que todos los demás, convierten toda interpretación en dogma petrificado. Todo opinión es firme y absoluta. No importa que es lo que otros han dicho en el pasado, no importa que es lo que los creyentes contemporáneos dicen, muchos de nosotros no cuestionamos nuestros propios puntos de vista a cerca de los textos. Olvidamos cuán fácilmente caemos en entendimiento errado. Las interpretaciones personales siempre necesitan mejorarse. Aun el texto más sencillo ofrece más de lo que nuestras mentes pueden consumir. Debemos interpretar en humildad, listos para aprender de otros, para poder interactuar eficazmente dentro de la comunidad cristiana. La Comprobación y Balance Un principio importante de los gobiernos democráticos es el concepto de la comprobación y balance. Para protegerse de la tiranía, las diferentes ramas del gobierno se vigilan unas a otras. Sin embargo, este sistema tiene sus inconveniencias. Puesto que nadie tiene poder absoluto, pocas decisiones se pueden tomar rápida y fácilmente. Los dictadores logran hacer más en menos tiempo. En menos de una década, Adolfo Hitler transformó a Alemania en una poderosa máquina de guerra. Pol Pot reorganizó Cambodia de la noche a la mañana. El poder concentrado en un solo punto opera eficientemente. Aun así, como la historia nos advierte, solamente un sistema de comprobación y balance puede protegernos de la tiranía. La interacción en la comunidad también necesita un sistema de comprobación y balance. A pesar de que la herencia teológica, la comunidad presente y el juicio privado hacen una contribución importante, ninguno es necesariamente mejor que los otros. Cada uno
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es bendecido por el Espíritu, y cada uno recibe la influencia del pecado. Como aquellos fuera de la iglesia señalan con rapidez, nuestra herencia teológica está sujeta a error. La comunidad presente tiene problemas también. Si somos honestos a cerca de nosotros mismos como individuos, también reconocemos cuán rápido caemos en el error. Debido a estas limitaciones, los elementos de la interacción deben mantenerse en vigilancia uno al otro. Muchos creyentes prefieren sujetarse indiscriminadamente a uno de los elementos en vez de manejar todos estas comprobaciones y balances. Nuestro trabajo con las historias del Antiguo Testamento sería más simple si no tuviéramos que ejercer juicio entre diferentes puntos de vista. Aun así, tal como el poder político concentrado dirige a la opresión, así también el énfasis excesivo en un sólo elemento de la interacción en la comunidad nos dirige a una tiranía hermenéutica. En ocasiones los evangélicos se sujetan a la tiranía de su herencia teológica. Estos creyentes bien intencionados miran a la iglesia actual, ven muchas de sus debilidades, y tienen la tendencia de idealizar algún período histórico. Aislamos un credo en particular o un grupo de personas e insistimos en que toda interpretación que se haga debe estar en completo acuerdo con sus puntos de vista. El resultado de estas tendencias no es difícil de percibir. Cuando la herencia teológica tiraniza a la hermenéutica, perdemos contacto con nuestro mundo contemporáneo. Nuestras interpretaciones llegan a ser irrelevantes, imposibilitadas para lidiar con preguntas actuales. La problemática de nuestros días fuerza a la iglesia a ir más allá de los descubrimientos de la herencia teológica. Hoy en día debemos interpretar las historias del Antiguo Testamento a la luz de la guerra nuclear, el hambre en el mundo, los derechos humanos, la eutanasia, la ingeniería genética, el aborto, y un sin fin de asuntos modernos. Nuestra herencia teológica puede ayudarnos sólo indirectamente. La dependencia total en nuestra herencia teológica desvía nuestra mirada de las necesidades contemporáneas. La comunidad presente también puede tiranizar la interpretación. Muchos de nosotros tendemos a seguir cada tendencia teológica que sale a nuestro paso. Conforme la iglesia explora un asunto nuevo, nos unimos al grupo y nos parece que casi cada historia del Antiguo Testamento está relacionada con el tópico. Aun así, podemos llevar demasiado lejos nuestra atención en asuntos actuales. Sin la protección de la herencia teológica, nuestra búsqueda por ser relevantes a nuestra época puede llegar a desviarnos del cristianismo auténtico. Como Pablo nos advierte, no debemos ser ". . . llevados por dondequiera de todo viento de doctrina" (Efesios 4:14). No debemos permitir que la comunidad actual domine la interpretación. Finalmente, algunas veces coronamos al juicio privado como el monarca absoluto sobre la hermenéutica. Este problema es agudo en los círculos académicos. El erudito moderno ideal, se nos dice, es una persona que sigue la verdad a dondequiera que ésta le guíe, a pesar de la tradición y la opinión popular. Algunos pastores y líderes de iglesia imitan este ideal académico, buscando siempre decir algo original. Pero el poner demasiada importancia en la creatividad y en el entendimiento individual pueden ser peligroso. Cuando olvidamos la comprobación y balance que nos da la herencia teológica y la comunidad actual, las interpretaciones individuales pueden llevarnos al error y a la fragmentación de la iglesia. El juicio privado, como los dones del espíritu, debe ser usado para la edificación (Efesios 4:11-
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13). La búsqueda de la verdad no es un viaje individual; es una meta a la que nos dirigimos junto a otros. La tarea del erudito cristiano no es el inventar enfoques idiosincrásicos de las historias del Antiguo Testamento. Por el contrario, la tarea es interpretar estos textos mientras participamos en una amplia gama de interacciones en la comunidad. Todos tendemos a ser presas de la tiranía hermenéutica. Si queremos escapar de este problema, debemos corregir nuestras tendencias naturales. ¿Estoy sujetando demasiado mis puntos de vista a mi herencia teológica? ¿Sigo ciegamente las tendencias contemporáneas? ¿Soy propenso a seguir demasiado mis propios juicios? ¿Cómo puedo balancear mi práctica normal dando mayor atención a los otros elementos de la interacción? Pero un acercamiento balanceado crea muchos conflictos. Cuando le damos a los tres miembros de nuestro equipo hermenéutico la atención que merecen, la tensión inevitablemente aparece. La herencia teológica, la comunidad actual y el juicio privado pueden estar en armonía o en desarmonía. En ocasiones los diferentes elementos se confirman unos a otros; a menudo encontramos que nuestras convicciones propias coinciden con aquellas de la iglesia contemporánea y de nuestra herencia teológica. Cuando encontramos esta armonía tenemos confianza y un alto nivel de alivio intelectual. Por supuesto, la armonía no garantiza que tengamos un entendimiento apropiado, sin embargo, las convicciones se hacen más fuertes a medida que encontramos confirmación por todas partes. Sin embargo, en otras ocasiones la discrepancia dentro de nuestro equipo hermenéutico suena como una advertencia. Debemos ser cautelosos cuando la iglesia se separa de su herencia teológica. Si los individuos llegan a conclusiones completamente diferentes al resto de la iglesia, debemos vacilar. Mientras menos armonía exista entre los elementos, menor seguridad debemos tener. Cada miembro de nuestro equipo hermenéutico tiene un papel que desempeñar. La herencia teológica nos mantiene en contacto con la obra del Espíritu Santo en los creyentes del pasado. La comunidad presente nos responsabiliza de la obra del Espíritu en los creyentes de nuestros propios días. El juicio privado nos mantiene buscando iluminación personal del Espíritu Santo. A la luz de las complejidades de la interpretación de las historias del Antiguo Testamento, necesitamos cada uno de estos elementos para cuidar de los demás (ver figura 7).
Interpretación y Teología Este interés en la influencia de la interacción en la comunidad cristiana hará que muchos evangélicos se sientan incómodos. Esto pone sobre la mesa un asunto que nos concierne a todos. ¿Está la teología de la iglesia supuesta a gobernar nuestra interpretación de la Biblia? ¿Debemos permitir que la teología afecte nuestro entendimiento? ¿Nos es esto poner al carruaje adelante del caballo? Después de todo, la teología debe ser derivada de la Biblia, no viceversa. Sola Scriptura
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Para muchos evangélicos el lema protestante Sola Scriptura (Sólo la Escritura) resuelve el problema. "Lo primero es lo primero" decimos, "La Escritura debe determinar nuestra teología; la teología no debe estar antes que la Escritura". Como el lema de la Reforma declara, la Escritura es la única regla suficiente para la teología. Sin embargo, esta convicción básica no cubre todo los aspectos de la interelación entre la teología y la interpretación. Los reformadores desarrollaron esta doctrina como una reacción a la tendencia de la iglesia medieval de tratar a la Escritura y a la tradición como iguales. Al empezar a agitarse las corrientes de la Reforma, la gente empezó a examinar la Escritura directamente. Muchos llegaron a creer que gran parte de la tradición de la iglesia estaba en contra de la Escritura. Cuestionaron las doctrinas eclesiásticas oficiales y aceptaron a la Escritura como la única infalible. En efecto, la Reforma estableció una diferencia entre la Escritura y la interpretación. Sólo la Biblia misma era la autoridad incuestionable; la interpretación de la iglesia debía revisarse en la medida en que el entendimiento de la Escritura mejorara. Sin embargo, Sola Scriptura no eliminó la contribución de la herencia teológica y la comunidad presente a la interpretación bíblica. Los reformadores afirmaban que la teología debía ser derivada de la Escritura, pero las formulaciones teológicas también proveían una orientación necesaria hacia la interpretación apropiada. Los reformadores constantemente se apoyaron en interacción positiva y negativa con la teología de la Iglesia al examinar la Biblia. Por ejemplo, Martín Lutero demostró su compromiso con la herencia teológica al referirse constantemente a San Agustín. En muchos aspectos, regresó a los puntos de vista Agustinianos. Lutero también creía en la interacción contemporánea. Esto es claro en el papel prominente que él jugó en la formulación de la confesión de Augsburgo. El apoyo de Calvino en los puntos de vista Agustinianos es muy bien conocido, y en ediciones tardías de sus Instituciones, Calvino interactuó extensamente con numerosas figuras de la iglesia antigua y medieval. Calvino nunca dejo de apoyarse en la tradición eclesiástica, siempre y cuando ésta estuviera sujeta a la autoridad de la Escritura. Para los reformadores, Sola Scriptura no implicaba que la interpretación bíblica debía aislarse de la tradición teológica. En vez de esto, esta doctrina ponía a la Escritura como la autoridad suprema para las formulaciones teológicas. Las Escrituras solamente son la regla incuestionable de la fe y la vida. En los años recientes un buen número de evangélicos han perdido de vista el valor de la tradición teológica en la interpretación de las narraciones del Antiguo Testamento. Temiendo la dominación de perspectivas ajenas a la Biblia, argumentan que los puntos de vista tradicionales, especialmente aquellos de la teología sistemática, deben suprimirse en la interpretación. A simple vista este acercamiento parece atractivo. Nadie quiere imponer categorías filosóficas ilegítimas a la Biblia. Luchamos por conformar nuestra interpretación al texto mismo. Pero esta perspectiva se ha llevado a los extremos y ha conducido a problemas hermenéuticos importantes. Teología Bíblica
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Una corriente influyente que se apartó de la teología sistemática puede ser rastreada en el movimiento de la Teología Bíblica de la segunda mitad de nuestro siglo. Este movimiento empezó fuera de círculos evangélicos, pero ha moldeado significativamente la forma en que estudiamos las narraciones del Antiguo Testamento. En el siguiente bosquejo, veremos las perspectivas más importantes del movimiento de la Teología Bíblica. Primero, desde sus inicios la Teología Bíblica buscaba leer las narraciones del Antiguo Testamento con una orientación histórica. Las características históricas del Antiguo Testamento han sido reconocidas a través de los siglos en diversas maneras, pero la Teología Bíblica enfatizó esto como nunca antes se había hecho. La Teología Bíblica moderna fue influenciada profundamente por la perspectiva filosófica de Hegel (1770-1831), quien creía que el progreso histórico trajo unidad a toda la creación. La historia es la clave para la compresión de toda la realidad. En este enfoque los intérpretes veían en los textos no tanto ideas teológicas abstractas sino los desarrollos históricos. Esta orientación histórica fue modificada por varias figuras importantes quienes observaban la Biblia como la historia especial de redención (Heilsgeschichte). Sin embargo, el enfoque de interpretación estaba aun en el desarrollo histórico. El escenario estaba listo para desechar el concepto escolástico de la Biblia como un fuente de doctrina, y tratar a la Biblia como una fuente para reconstruir la redención progresiva de la humanidad lograda por Dios. El punto de vista de la "historia de la redención" creció rápidamente en Europa después de la Primera Guerra Mundial. De una u otra manera, muchas figuras prominentes continuaron enfatizando la historia de la revelación. Los teólogos americanos siguieron la tendencia, especialmente después de la Segunda Guerra Mundial. Muchos intérpretes críticos e importantes del siglo XX concentraron sus esfuerzos en entender los actos poderosos de Dios registrados en la Biblia. Segundo, la Teología Bíblica asumía que este enfoque de "redención-histórica" era central en la Biblia misma. La teología tradicional derivaba sus categorías de la filosofía aristotélica, pero la dinámica orientación histórica de la Teología Bíblica se pensaba que era el mismísimo enfoque de los textos bíblicos. Esta convicción se relacionaba con frecuencia con una diferenciación entre los procesos de pensamiento de los griegos y hebreos. Como se solía describir, los griegos miraban al mundo en categorías estáticas y abstractas, pero los pueblos del Medio Oriente pensaban en términos de historia concreta. Las palabras de Beegle representan este tipo de enfoque, "Los hebreos y los otros pueblos semíticos no pensaban en términos filosóficos especulativos. . . el lenguaje hebreo es activo, y el Dios de los hebreos era conocido como Uno que actuaba". Durante la década de los sesenta, el movimiento de la Teología Bíblica llegó a un abrupto alto entre los eruditos del criticismo, quienes cuestionaron el concepto de la actividad divina en la historia. Barr y Gilkey señalaron la inconsistencia de los teólogos hablando como si Dios realmente hubiera actuado en la historia, mientras explicaban la mayoría de esos registros en términos científicos naturales. Como Gilkey argumentó, los teólogos bíblicos críticos trataron de "tener su pastel y comérselo también". Otra objeción se formuló en contra del concepto de los procesos de pensamiento hebreos. En su obra monumental, La Semántica del Lenguaje Bíblico, Barr demostró que la
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evidencia lingüística no apoyaba una distinción aguda entre el pensamiento de oriente y de occidente. Las personas del medio oriente pensaban frecuentemente en términos tan abstractos como las del occidente y las personas del occidente pensaban en términos tan dinámicos como los de oriente. Esta aportación fue una prueba decisiva en contra de la Teología Bíblica. Aunque la Teología bíblica crítica está casi obsoleta, aun continua influyendo a los evangélicos hoy en día. La figura más importante en la rama evangélica del movimiento fue el primer profesor de Teología bíblica en Princeton, Geerhadus Vos (1862-1949). Su Teología Bíblica: el Antiguo y Nuevo Testamentos ha sido uno de las obras evangélicas sobre el Antiguo Testamento más influyentes de este siglo. En Vos encontramos las dos tendencias de la Teología Bíblica crítica. Por un lado, Vos tiene como punto central los actos redentores y reveladores de Dios. El dividió la historia del Antiguo Testamento en cinco épocas: 1) la era pre-redentiva, 2) El período de Noé y los desarrollos que dirigieron la historia hasta él. 3) El período entre Noé y los grandes patriarcas, 4) El período Mosaico, y 5) El período profético. Se enfocó en la forma y el contenido de la revelación divina particulares a cada era. Por otro lado, Vos afirmaba que la historia de la redención era la "estructura de revelación propia" de la Biblia y el "tronco principal de la revelación". Siguiendo la distinción hecha por J.S. Gabler (1753-1826), Vos argumentaba que la Teología Bíblica describía a la Biblia. El enfoque de la "historia de la Redención" no se ha impuesto a la Escritura sino que viene desde la Biblia misma. Vos hizo advertencias en contra de ir demasiado lejos con este punto de vista. Sin embargo, algunos de sus seguidores han ido más allá de él al sugerir que la orientación histórica de la Teología bíblica es equivalente al modelo teológico de la misma Biblia. En lugar de las categorías lógicas de la teología sistemática, ellos presuponen que las categorías históricas reflejan la coherencia interna de la propia Biblia. Cuando el enfoque de la "historia de la redención" se identifica tan cercanamente como las "categorías y formas de pensamiento" de la misma Biblia, se origina una pregunta seria en cuanto a la relación entre la interpretación y la teología tradicional. La mayoría de los Teólogos Bíblicos insisten en que la teología sistemática debe apropiarse de los descubrimientos del enfoque de la "historia de la redención", pero raras veces argumentan con la misma intensidad que los límites lógicos de la teología sistemática deban restringir el análisis de la "historia de la redención". Ocasionalmente mencionan la necesidad de ambos enfoques, pero no enfatizan la dependencia mutua. En vez de esto, los Teólogos bíblicos usualmente tratan la relación como unidireccional, dándole prioridad al análisis históricoredentivo antes que al análisis teológico-sistemático. Este énfasis unidireccionado no presentó ningún problema serio en los círculos evangélicos por el transcurso de varias décadas. Tal parecía que los puntos de vista teológicos tradicionales restringían a los teólogos bíblicos de ir muy lejos. Pero a medida que el movimiento ganaba aceptación en las décadas recientes, los intérpretes bíblicos se fueron sintiendo libres para ignorar más y más a la teología sistemática. Es común encontrar teólogos bíblicos pasando por alto la importancia de las preguntas de la teología sistemática para la interpretación de las historias del Antiguo Testamento. "Los escritores bíblicos no nos
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estaban dando un sistema de doctrina" dicen, "Debemos buscar el foco histórico-redentivo, no un sistema abstracto de ideas". Para evitar esta tendencia peligrosa, debemos reconocer primero que la "historia de la redención" no es el enfoque central de muchas porciones del Antiguo Testamento. La literatura de Sabiduría (Job, Proverbios, Eclesiastés, algunos Salmos) por ejemplo, tienen muy poco interés en la historia de la redención. A pesar de haber una conexión entre la historia, la ley y la sabiduría en la estructura de los pactos, permanece el hecho de que los libros de sabiduría difícilmente se dedican a reportar la historia de la redención. Más allá de esto, como Vos mismo remarcó, la teología bíblica no refleja el principio organizativo más dominante de la Biblia. La teología bíblica usa un modelo histórico en lugar de un modelo lógico, pero aun así reorganiza el orden original del Antiguo Testamento. La extensión de esta reorganización puede ser vista cuando nos damos cuenta de que las unidades básicas de la Escritura no son épocas de la historia, sino libros. No encontramos el Antiguo Testamento organizado en "primer capítulo de historia", "Segundo capítulo de historia", etc. Al contrario, está ordenado en unidades literarias: Génesis, Éxodo, Levítico, etc. Trabajando dentro de un marco de referencia histórico-redentivo, Vos derivó tres épocas de la historia del Antiguo Testamento en la primera unidad literaria de la Biblia, el libro del Génesis. Después incluyó cuatro libros en el período de Moisés y el resto de los libros del Antiguo Testamento en el período profético. Este tipo de análisis difícilmente parece coincidir con el patrón de revelación dado en la Escritura. Además de esto, las diferentes maneras en las que los teólogos bíblicos evangélicos dividen los períodos del Antiguo Testamento, nos lleva a sospechar que la Teología Bíblica hace más que simplemente mostrar la estructura interna del texto. Existe muy poco acuerdo en cómo debe verse el Antiguo Testamento. Vos dividió la historia del Antiguo y Nuevo Testamentos en siete períodos. Algunos siguen su ejemplo, pero otros se desvían de él significativamente. Con tantos arreglos diferentes podemos ver cuánto la Teología Bíblica reorganiza a la Biblia. La Teología Bíblica sigue un modelo histórico que reorganiza la Biblia tanto, si no es que más, como los modelos lógicos de la teología tradicional. Lo más valioso del enfoque de la "historia de la redención" es la ayuda que nos presta para entender el significado de las narraciones del Antiguo Testamento. Es muy fácil estar preocupado con preguntas de teología sistemática que podemos perder mucho de lo que las historias nos enseñan. Las forzamos dentro de nuestro sistema teológico, y nunca notamos cómo retan a nuestras presuposiciones. Sin embargo, debemos tener cuidado de ir al extremo de ignorar los cuestionamientos de la teología tradicional. Los autores de las narraciones del Antiguo Testamento dieron a sus lectores un sistema de creencias a través de sus textos. Ellos estaban preocupados tanto en proveer un modelo lógico de creencias como en el narrar la historia de la revelación. Para entender sus historias apropiadamente debemos interpretarlas dentro del marco de referencia tanto de parámetros lógicos como de desarrollos históricos. Como resultado, no debemos poner por encima de la otra, ni a la teología sistemática ni a la bíblica, sino que las debemos poner al mismo nivel. Ambas pueden representar mal a la Escritura y ambas pueden reflejar la enseñanza de la Escritura. Ambas perspectivas son
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maneras de sintetizar el materia en estructuras útiles, cada una con sus puntos fuertes y débiles. En la medida en que aprendamos a utilizar ambos métodos, creceremos en nuestro entendimiento de las narraciones del Antiguo Testamento. Reciprocidad Cuando los constructores edifican una casa, empiezan con el trabajo preliminar o básico. Ponen los cimientos; construyen el primer y segundo piso; finalmente ponen el techo. La construcción va de abajo hacia arriba o al menos así parece desde lejos. Pero todo constructor experimentado les dirá que no es así de sencillo. El construir una casa de varios pisos no es simplemente un proyecto siguiendo los pasos uno, dos y tres. Una mirada más cercana revela que el proceso es más complicado. A través de todo el proceso de construcción, los edificadores tienen que atender más de un nivel a la vez. Construyen cada piso anticipando los demás niveles que vendrán sobre él. Ponen el cimiento anticipando el peso que descansará sobre él. La cubierta del primer piso tiene que coincidir con la del segundo. El segundo piso es construido sobre el primero pero su forma y tamaño dependerá del tipo de techo que la casa tendrá. Además de esto, los constructores no terminan completamente un nivel antes de pasar al siguiente. Una vez que el techo se ha puesto, los trabajadores regresan al primer y segundo piso para trabajar en los interiores. De esta manera, aunque la construcción pueda verse como siguiendo un movimiento vertical simple, los trabajadores van de nivel a nivel durante todo el proyecto. Muchos evangélicos actúan como si la relación entre la interpretación bíblica y la teología fuera un proceso simple de pasos uno, dos y tres. Debemos ir primero al texto y obtener la información básica. Después ponemos la información en algún tipo de formato teológico. Finalmente, aplicamos nuestra teología a la vida práctica. La teología exegética viene primero; la teología sistemática después, y la teología práctica por último. Pero este modelo es muy simple y a menudo nos lleva al error. Desde el principio debemos afirmar que este enfoque es correcto en cierto sentido. Aprendemos de la Escritura y traemos nuestro aprendizaje a la discusión teológica. Pasamos por este tipo de proceso cada vez que leemos la Escritura. Por ejemplo, leemos la palabras de José en Génesis 50:20, "Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo." A menudo interpretamos esta declaración como que Dios tenía control sobre las acciones malignas de los hermanos de José, transformando el mal en bien para José y la nación. Ponemos este concepto al lado de otros pasajes y construimos una doctrina de la providencia divina. En efecto, hemos desarrollado nuestra teología de abajo hacia arriba. Sin embargo, la información no fluye simplemente desde la Exégesis hacia la teología. Las teologías bíblica, sistemática y práctica no se derivan simplemente de la exégesis, sino que al mismo tiempo ellas también dirigen nuestra exégesis de la Escritura. Cada rama de la teología nos prepara para la interpretación. Siempre nos acercamos a la Escritura a la luz de reflexión teológica previa. Estas consideraciones previas pueden ser formales o informales, pero siempre influyen nuestro acercamiento a pasajes específicos.
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Por ejemplo, ¿Qué causa que nos concentremos en la providente mano de Dios al leer la palabras de José en Génesis 50:20? ¿Por qué no usar el pasaje para entender la psicología del perdón? ¿Por qué no reconstruir la personalidad de José y de sus hermanos basándonos en el pasaje? ¿Por qué no interesarnos en las relaciones entre los patriarcas? Estos temas también están en el pasaje. Pero la mayoría de nosotros ve la providencia de Dios porque nuestro sistema teológico enfatiza está doctrina. Hasta cierto punto este pasaje específico pudo haber moldeado nuestro entendimiento de la doctrina, pero nuestra reflexión teológica también nos dirige al acercarnos al pasaje. Construir una casa incluye movimiento hacia arriba, pero también envuelve el ir de arriba a abajo entre los diversos niveles de la construcción. De una manera similar, la hermenéutica incluye reciprocidad entre las diversas disciplinas teológicas y la interpretación. El péndulo oscila de un lado a otro en cuanto al énfasis que le demos a la exégesis directa y a la reflexión teológica. A veces le damos prioridad a la discusión teológica en lugar que al trabajo exegético; en otras ocasiones le damos preferencia a el estudio de textos específicos. Ambas tendencias presentan beneficios y peligros. Si la teología domina nuestro trabajo exegético, las peculiaridades de los textos individuales tienden a desvanecerse en medio de los cuadros globales de un sistema teológico. Si seguimos demasiado lejos este enfoque, nuestra exégesis puede convertirse en poco menos que la esclava de nuestras nociones previas. No se deja lugar para descubrimientos; los textos simplemente confirman lo que ya sabíamos de antemano. Por el otro lado, sin embargo, podemos enfatizar demasiado nuestro trabajo exegético más que a la teología. Por una variedad de razones, muchos evangélicos insisten en que los intérpretes deben mantener al mínimo la influencia de la teología. A pesar de lo bueno que este punto de vista parezca, pone a los intérpretes en peligro significativo. El ignorar la dirección de la teología no nos libra de la influencia de las presuposiciones teológicas; éstas siempre estarán presentes. Pero el ignorar la teología puede apartarnos de las buenas presuposiciones teológicas. Es así como la teología y la interpretación deben ayudarse una a la otra. La investigación fresca de la Biblia a menudo reta a las estructuras teológicas de la iglesia. Siempre debemos probar y evaluar la teología de acuerdo con nuestro análisis de pasajes particulares de la Escritura. Pero la teología nos protege de mal interpretar los textos individuales. Limita nuestras interpretaciones al darnos luz en el pasaje que estudiamos. La interpretación y la teología son mutuamente dependientes; deben ayudarse y controlarse una a la otra.
Conclusión Empezamos este capítulo diciendo que debemos leer las narraciones del Antiguo Testamento en comunidad. La interacción con la gente en general y con otros cristianos en particular, es esencial para la interpretación responsable. Al interpretar las narraciones del Antiguo Testamento somos influenciados por la comprobación y balance de la herencia
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teológica, la comunidad actual y el juicio privado. A pesar de las tendencias actuales que pasan por alto la importancia de la teología para la exégesis, la teología tradicional es crucial para interpretar las historias del Antiguo Testamento. A medida en que interactuemos con las perspectivas teológicas desarrolladas dentro de la iglesia, estaremos equipados para comprender mejor las historias del Antiguo Testamento.
Preguntas de Repaso 1. ¿Por qué debemos pensar en la interpretación como una empresa realizada en comunidad? ¿Qué dos comunidades ayudan al creyente a entender las narraciones del Antiguo Testamento? ¿Cuales son dos ventajas y desventajas de la interacción con cada comunidad? 2. ¿Cuáles son los tres mayores elementos de la interacción dentro de la comunidad cristiana? Explique cómo los interpretes caen bajo la tiranía hermenéutica. ¿Cómo se puede evitar este peligro? Dé un ejemplo. 3. Describa la orientación básica del movimiento de la Teología Bíblica. ¿Cuál es el peligro de darle mayor prioridad al enfoque de la "historia de la redención" que al análisis de la teología sistemática? ¿Cómo deben relacionarse la Teología bíblica y la sistemática?
Ejercicios de Estudio 1. Vea el índice de pasajes de la escritura de una confesión eclesiástica importante o una teología sistemática. Note tres o cuatro casos en donde alguna narración del Antiguo Testamento es usada. ¿Cómo puede usted beneficiarse de este uso del pasaje? ¿Puede usted descubrir algún uso equivocado de las narraciones del Antiguo Testamento? 2. Describa su árbol genealógico teológico (incluya personas, libros, confesiones, etc.). Identifique la comunidad actual de su tradición teológica. Liste cinco maneras en las que sus convicciones teológicas han sido moldeadas por estas influencias. 3. Lea Génesis 2:5-3:24. ¿Qué temas de la teología sistemática incluye este pasaje? ¿Qué temas de la teología bíblica incluye? ¿Cuál es la contribución de cada perspectiva en este pasaje?
EL NOS DIO HISTORIAS La Guia Biblica para Estudiantes para Interpretar las Narraciones del Antiguo Testamento Parte 4: LA INFLUENCIA DE LA EXÉGESIS Al entrar a la capilla de la universidad en una tarde soleada, miré hacia el colorido vitral. Pero las nubes que surcaban el cielo me produjeron ilusiones ópticas. Al principio todo lo que podía ver era mi imagen reflejada en el cristal. El cielo afuera se había obscurecido convirtiendo la ventana en un espejo. De repente las nubes se movieron y el espejo se desvaneció. En aquel momento la luz cambió y pude ver el exterior a través del cristal. Cuando ya me iba, eché un vistazo más a la ventana. En esta ocasión vi algo que no había visto antes, el colorido cuadro representado en el vitral. Aquella tarde había visto el vitral de tres diferentes maneras: como un espejo, como una ventana, y como un cuadro. De una manera muy parecida, el Espíritu Santo ha dirigido a la iglesia a mirar las historias del Antiguo Testamento como: espejos, ventanas y cuadros. En el análisis temático tratamos a las historias como espejos que reflejan nuestros intereses y preocupaciones. En el análisis histórico vemos a estos textos como ventanas hacia los eventos históricos. En el análisis literario vemos a las historias del Antiguo Testamento como cuadros, apreciando su forma y contenido al mismo tiempo. Al explorar cómo el Espíritu Santo nos prepara para interpretar las narraciones del Antiguo Testamento, debemos notar cómo nos influyen cada uno de estos enfoques hermenéuticos. (Ver figura 8). Por supuesto, estos enfoques no operan independientemente. El análisis temático incluye también apreciación histórica y literaria; el análisis histórico observa temas y características literarias; el análisis literario no puede ignorar asuntos temáticos e históricos. De una u otra manera, estos enfoques siempre dependen uno del otro.
Análisis Temático En ocasiones mi esposa y yo somos anfitriones de las "noches de películas" para los estudiantes del seminario. Vemos una película y luego la discutimos. Frecuentemente comienzo la discusión preguntando: "¿Cuál es la parte más importante de la película?" Como pueden imaginar, generalmente obtenemos gran variedad de respuestas. Lo que es crítico para una persona puede ser ignorado por otra. Ciertas escenas nos impactan porque evocan alguna memoria o apelan a un interés personal.
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Todos tendemos a enfocarnos en los aspectos de la película que son particularmente importantes para nosotros. A través de los siglos el Espíritu Santo ha dirigido a la iglesia a tener un acercamiento similar hacia las Escrituras. Concentramos nuestra atención en elementos del pasaje que nos parecen particularmente importantes. En lugar de concentrarnos en los eventos históricos que están detrás de las historias o en sus enfoques literarios prominentes, nos acercamos a una historia como si fuera un espejo y buscamos los temas pertinentes a nuestros propios intereses. Como resultado, el análisis temático a menudo se especializa en asuntos de menor importancia, subrayando temas secundarios en un pasaje. Nos concentramos en nuestros intereses teológicos, filosóficos o personales, aunque no sean prominentes en los textos mismos. El análisis temático atrae fuertemente porque las historias del Antiguo Testamento tienen muchas cosas que decir. Tomemos por ejemplo esta sencilla oración, "En principio creó Dios los cielos y la tierra" (Génesis 1:1). ¿Cuántas ideas transmite este pasaje? ¿Es solamente el concepto de que Dios hizo todo lo que existe? Este aspecto del pasaje ciertamente es importante, pero ¿qué de otros aspectos? Si nos detenemos a leerlo una vez más podemos divisar varios núcleos de pensamiento. 1) Existe un Dios, 2) existen los cielos, 3) Existe la tierra, 4) existió un principio, 5) Dios creó, 6) y la creación incluyó todas las cosas. Esta lista sigue y sigue. Cualquiera de estos asuntos puede llegar a ser el foco de atención del acercamiento temático. Podemos decidir resaltar a Dios, el mundo, el acto de creación, el principio de todas las cosas, o cualquier otro aspecto del texto. Nos concentramos en un aspecto particular no porque sea prominente sino porque es de nuestro interés. Si encontramos esta gran variedad caracterizada en un solo verso, imagínense el número de tópicos que podemos encontrar en una historia completa. La conocida historia del sacrificio de Isaac es un buen ejemplo (Génesis 22:1-19). ¿Cuántos conceptos se transmiten en el pasaje? No podemos mencionarlos todos. Algunos son más importantes que otros. La mayoría de los lectores estarían de acuerdo en que el mandato de Dios de sacrificar a Isaac es más importante que el hecho de que dos sirvientes acompañaron a Abraham y a Isaac. El carnero substituto es más significativo que el hecho de que Abraham montó un burro. Aun así, los temas más centrales pueden no ser de nuestro interés. Podríamos preguntar acerca del uso de burros para viajes, sirvientes o cualquier otro aspecto menor de la historia. Existe un sinfín de posibilidades. La gran cantidad de temas en las historias del Antiguo Testamento ofrecen muchos puntos importantes para la exégesis. Aunque no tenemos la libertad de leer en el pasaje lo que no se encuentra en él, en el análisis temático tenemos la libertad de poner atención a los temas menores cuando éstos sean importantes para nosotros. Las bases del Análisis Temático ¿Es apropiado enfatizar los temas menores? ¿No debe estar nuestra exégesis siempre concentrada en los temas centrales del pasaje? A veces los estudios hermenéuticos sugieren que debemos siempre identificar la idea principal en el texto y
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hacerla central en nuestra interpretación. Aunque este enfoque sea muy importante no debemos limitarnos a él solamente. Los mismos escritores bíblicos frecuentemente se especializaron en los temas menores. Por ejemplo, cuando comparamos el relato de la vida de David en Crónicas y Samuel, vemos que el cronista enfocó el libro de Samuel temáticamente. Samuel divide el reino de David en dos partes: su tiempo bajo la bendición de Dios y bajo la maldición de Dios. Reporta los grandes logros del rey así como también sus pecados horribles. Muestra que David es tanto el gran rey de Israel como el ser humano frágil y lleno de problemas. De hecho, el escritor de Samuel culpa a David de muchos de los males que plagaron su casa por generaciones (2 Samuel 12:10). Aunque el cronista se basó extensamente en el libro de Samuel, él enfocó la vida de David desde una perspectiva diferente. El cronista idealizó a David. David no está libre de errores (1 Crónicas 13:5-13; 15:11-15; 21:1-22:1; 22:7-8), pero comparando, en el retrato dibujado por el cronista, David es presentado casi sin culpa alguna. El cronista omitió varios pasajes importantes de Samuel: 1 Samuel 1:1 - 2 Samuel 4:12 2 Samuel 6:20b-23 2 Samuel 9:1-13 2 Samuel 11:1 - 21:14
Historia pre-davídica El reproche de Mical La preocupación de David por la casa de Saúl. Betsabé y los problemas subsiguientes
El ignoró la historia azarosa que llevó a David al poder, omitió la substancia del reproche de Mical, y evitó la relación conflictiva de David con Mefi-boset. Mucho más importante, no mencionó sus actos de adulterio y asesinato. En este sentido, el Cronista leyó el libro de Samuel temáticamente. No escondió las debilidades de David, pero su interés en presentar a David como un ideal para su audiencia post-exílica le condujo a enfocarse en el lado positivo del monarca. El método interpretativo del cronista valida el enfoque del análisis temático. Tipos de Análisis temático El análisis temático ha sido aplicado de muchas maneras a través de los siglos. Para nuestros propósitos describiremos tres maneras importantes: La Teología Sistemática, la Ejemplificación, y los intereses pastorales. La Teología Sistemática. La forma más dominante del análisis temático es la teología sistemática tradicional. Las confesiones y catecismos antiguos utilizaron frecuentemente las historias del Antiguo Testamento como evidencias para definir y apoyar creencias doctrinales. Este también ha sido el caso en la teología sistemática reciente. Desafortunadamente, sin embargo, los teólogos sistemáticos han utilizado mal los textos. A veces los pasajes que citan tienen muy poco que ver con las doctrinas que supuestamente comprueban. Esto ha puesto a muchos interpretes modernos en contra de
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usar textos como evidencia. Pero debemos tener cuidado de no rechazar completamente el usar textos como evidencia. Cuando se hace con cuidado es "una forma útil de ´taquigrafía´ teológica". Las historias del Antiguo Testamento tocan muchos temas teológicos tradicionales. Bajo la rúbrica de la teología sistemática podemos hacer preguntas tales como, "¿Qué dice la historia acerca del carácter de Dios?" "¿Cómo nos imparte luz con respecto a la doctrina del pecado?" "¿En qué contribuye con la doctrina de la salvación?" "¿Que aportación da en el campo de la ética?" El investigar las historias del Antiguo Testamento con tales preguntas en mente, enriquecerá nuestro sistema teológico. La Ejemplificación. En otras ocasiones el análisis temático se reduce a ejemplificación. En esta forma los intérpretes exploran los pasajes en búsqueda de ilustraciones para la vida religiosa. David como pastor (1 Samuel 17:34-36) y guerrero (1 Samuel 17:37-51) se convierte en un modelo de fe y valor. La justicia de Salomón (1 Reyes 3:16-28) se convierte en un paradigma de sabiduría. El enfoque de la ejemplificación a veces se va a los extremos. Por ejemplo, existe la tentación de describir el perfil psicológico de los personajes más allá de los límites del texto. Debemos estar atentos de tales abusos. Pero aun así no debemos rechazar el enfoque de la ejemplificación por causa de estos errores. El Antiguo Testamento nos ofrecen muchos ejemplos en cuanto a lo que se debe o no hacer. Debemos estar listos para apropiarnos de estos aspectos de los textos. Un buen análisis temático de ejemplificación se puede encontrar en varios enfoques populares de Nehemías como un modelo de liderazgo. El mayor interés del escritor de Esdrás-Nehemías es la continuación de las reformas de Nehemías. Sin embargo, Nehemías exhibió un liderazgo profesional. Realizó planes cuidadosos, delegó responsabilidades, lidió con los conflictos y mostró valor y persistencia. Aunque estas características de la vida de Nehemías son secundarias al propósito principal del libro, podemos dirigir nuestra atención hacia ellas a través del análisis temático de la ejemplificación. Muchas preguntas diferentes pueden ser contestadas a través de ejemplificación. "¿Cuál fue la lucha que este personaje enfrentó?" "¿Cómo solucionó el problema?" "¿Qué puedo aprender de su ejemplo?" Estos asuntos pueden no ser centrales en la historia pero aun pueden ser importantes para nosotros. Los Intereses pastorales. Algunas veces el lector usa los textos temáticamente debido a sus intereses pastorales. Al examinar nuestras iglesias, empezamos a preocuparnos con ciertos asuntos en particular. Las historias del Antiguo Testamento frecuentemente son pertinentes a estas luchas modernas. Los sermones temáticos están basados generalmente en exégesis temática. El pastor observa a su congregación, nota una necesidad y desarrolla un sermón dirigido a esa necesidad. Charles Spurgeon (1834-1892) es conocido por usar las historias del Antiguo Testamento temáticamente. En su sermón de 1 Samuel 12:17, tomó las palabras
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"¿No es ahora la siega del trigo?" como un punto inicial para un sermón acerca de evangelismo cristiano. Sin embargo, el reconoció la naturaleza temática de su enfoque: "No haré notoria la conexión [con el contexto general], sino que simplemente tomaré estas palabras como lema, y mi sermón estará basado en un campo de cosecha". Este ejemplo extremo ilustra que las narraciones del Antiguo Testamento pueden beneficiar a la iglesia cuando son estudiadas temáticamente. El análisis temático puede tomar esta y muchas otras formas. Puede ser informal o académico, práctico o teórico. Cualquiera que sea el caso, el análisis temático observa las historias del Antiguo Testamento como espejos que reflejan los intereses de los lectores. Debemos estar atentos en contra de los abusos, pero también debemos reconocer que el análisis temático es una manera importante en la que el Espíritu nos ha enseñado a acercarnos a estos textos.
Análisis Histórico Hace varios años visité Auschwitz, el famoso campo de concentración Nazi. Al caminar por debajo del letrero "ARBEIR MACHT FREI" (El trabajo te hace libre), me preguntaba qué pensarían los prisioneros al pasar debajo de él. Me detuve en el lugar donde familias enteras fueron ejecutadas diariamente. Visité los dormitorios hacinados, las estrechas celdas para hambrientos, y la cámara de gas. Imágenes horribles del pasado se apoderaron de mí. A mi salida del campamento, compré un copia de Auschwitz: Nazi Exterminatión Camp. Al leer el libro, noté que carecía de organización coherente; estaba lleno de errores tipográficos; la traducción era mediocre. Pero nada de esto me detuvo de seguir leyendo. Los eventos descritos eran tan atrayentes que pude dejar el libro sino hasta haberlo leído dos veces. ¿Qué me atrajo al libro? ¿Qué me hizo estar interesado? No estaba impresionado por la calidad literaria ni por temas relacionados con eventos en mi vida. En vez de esto, fue la historia detrás del libro lo que me mantuvo cautivado. El libro se convirtió en mi portal hacia el pasado. El Espíritu Santo ha dirigido a la iglesia a tener un enfoque similar de las narraciones del Antiguo Testamento. Las historias del Antiguo Testamento se convierten en nuestras ventanas a los eventos históricos que describen. Los temas y las características literarias se desvanecen en el fondo cuando nos concentrarnos en los eventos detrás de los pasajes por medio del análisis histórico. Las bases del Análisis histórico. Aunque los evangélicos generalmente afirman la confiabilidad de las narraciones del Antiguo Testamento, la relación precisa entre la historia real y los textos del Antiguo Testamento no está del todo bien definida. En las décadas pasadas mas o menos, las discusiones sobre las implicaciones hermenéuticas de la inerrancia bíblica han
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hecho surgir muchas preguntas relacionadas con el análisis histórico. Como resultado, dos extremos han surgido entre los evangélicos. Algunos evangélicos han empezado a alejarse de la creencia en una conexión cercana entre la historia real y las historias de la Biblia. Esta tendencia es comprensible; las narraciones del Antiguo Testamento presentan varias dificultades. En el pasado, los evangélicos usualmente trataron con estos problemas asumiendo que la investigación futura nos llevaría a las soluciones. Sin embargo, debido a que las preguntas continúan se ha desarrollado una estrategia diferente. En este punto de vista más reciente, las narraciones de la Biblia presentan problemas porque fueron intencionalmente puestas en géneros literarios que no siguen los cánones de la historicidad moderna. En otras palabras, al menos algunos de los escritores bíblicos no tuvieron la intención de que sus audiencias tomaran los relatos en calidad de historia real. Si este es el caso, nuestra preocupación por la confiabilidad histórica está fuera de lugar. En teoría, difícilmente podemos estar en desacuerdo con esta posición. Si Jonás es ciertamente una fábula, estaríamos en un error si tratáramos de interpretarlo como historia real. Si el Cronista no quería que su libro se tomara como un registro de eventos históricos, entonces no debemos tratarlo así. Debemos leer poesía como poesía, proverbio como proverbio, ley como ley, y cuento como cuento. Debemos admitir que este enfoque tiene cierto atractivo. Las consideraciones de los géneros literarios nos ayudan a encontrar el significado original de los textos en vez de imponer en ellos nuestra agenda científica y moderna. Además el hacer énfasis en los géneros literarios evita que neguemos completamente la inerrancia bíblica. En lugar de atribuir errores a los escritores bíblicos, podemos decir que simplemente siguieron las convenciones literarios de sus días. Esta orientación puede ser muy atractiva, pero debemos ejercitar precaución excesiva. Primero, antes de descalificar la historicidad de una narración bíblica basándonos en el género literario, debemos encontrar algún precedente de esto en la Biblia misma. Sin embargo, hasta donde tengo entendido, los escritores bíblicos siempre trataron las historias de Antiguo Testamento como historia veraz. En ocasiones la historicidad de los eventos es esencial para la perspectiva de los autores de Nuevo Testamento (Romanos 5:12-14; Romanos 9:6-18; Lucas 1:1-4; Hebreos 11:17-40). Los intérpretes críticos pueden rechazar estos testimonios por considerarlos pre-críticos e ingenuos, pero los evangélicos deben considerar el testimonio de la Biblia misma como norma en cuanto a su propia historicidad. Segundo, debemos recordar que la crítica de los géneros literarios está plagada de dificultades. Desde el tiempo en que salió a luz el trabajo fundamental de Gunkel sobre Génesis y los Salmos, los estudios de los géneros literarios han tenido muchas revisiones importantes. Los intentos de fijar las características y funciones de los géneros literarios en la Biblia están llenos de incertidumbres. Tercero, siempre enfrentamos el problema de no saber donde detenernos. Una vez que un relato se ha catalogado como no histórico, ¿Que nos detiene de tratar otras
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porciones de la Escritura en la misma manera? Aunque el tratar alguna narración bíblica como un cuento o fábula no parezca ser teológicamente importante, una vez que aceptamos esta práctica sin criterios sólidos y claros, se vuelve peligrosamente fácil tratar de la misma manera otros problemas históricos irresolutos. ¿Cuántos eventos históricos importantes terminaríamos sacrificando? ¿Trataríamos como fábulas o leyendas a la columna de fuego, el cruce del río Jordán, la caída de Jericó, las promesas davídicas y aun a los evangelios? Sin embargo, es apropiado explorar la pregunta que existe en cuanto a los géneros literarios y la historia. Este es un asunto importante que está en proceso aun, pero varias puntos deben mantenerse en mente. ¿Qué características podrían indicar que algún relato del Antiguo Testamento no tenía la intensión de ser tomado como histórico? La mera presencia de problemas históricos no es un criterio suficiente, pues la investigación futura puede revelar soluciones. Además, los intérpretes críticos a menudo rechazan la historicidad debido a que el texto reporta eventos sobrenaturales, pero los evangélicos no dudan de la historicidad de acontecimientos sobrenaturales. Adicionalmente, la semejanza entre las historias bíblicas y los relatos no históricos fuera de la Biblia no proveen tampoco un criterio sólido. Las semejanzas no implican necesariamente el mismo grado de verdad histórica. Una mejor manera de trabajar con este asunto es buscar dentro de las historias mismas señales que indiquen el género literario. Si podemos identificar el vocabulario, el estilo o la estructura peculiar de un género, estaremos dirigiéndonos hacia conclusiones más seguras. Pero hasta este punto, no hay indicadores bien establecidos para la identificación de fábulas, sagas, relatos y leyendas en la literatura del Antiguo Cercano Oriente, y mucho menos de las narraciones del Antiguo Testamento. Por ejemplo, ¿Es posible establecer basándose en el texto que la frase inicial de la Torre de Babel debiera ser traducida, "Había una vez..." (Gen. 11:1 NEB)? Tal traducción reposa sobre presuposiciones teológicas e históricas, y no en la evidencia del texto mismo. Debemos manejar con mucho cuidado las consideraciones de los géneros literarios. El testimonio de la Biblia misma, las complejidades de la crítica de los géneros, y la dificultad de establecer límites, nos previenen de llegar a conclusiones precipitadas. Aunque la investigación futura pudiera darnos luz en alguno de estos asuntos, la carga de proveer evidencias recae sobre aquellos evangélicos que argumentan que las narraciones con apariencia histórica en el Antiguo Testamento no tuvieron el propósito de ser tratados como relatos históricos, confiables e inerrantes. Sin embargo, muchos evangélicos se ha ido al otro extremo y simplemente identifican las narraciones bíblicas con la historia. Actúan como si las porciones históricas de la Biblia dieran un relato exacto y meticuloso de la historia. Tratan a las historias del Antiguo Testamento como repeticiones instantáneas o relatos fotográficos del pasado. Los evangélicos afirman la inerrancia de las narraciones del Antiguo Testamento en el sentido de que éstas no describen con falsedad los eventos históricos,
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sea intencional o inintencionalmente, sin embargo estos relatos pueden no dar el registro histórico minucioso que los lectores modernos a menudo esperan encontrar en ellos. Como Murray lo describe, no debemos esperar "precisión pedante" de las escrituras. El menciona, "La Escritura abunda en ilustraciones de la ausencia de precisión pedante y meticulosa, la que tal vez quisiéramos imponer como el criterio de infabilidad." Siguiendo la Declaración de Chicago sobre la Inerrancia Bíblica", debemos rechazar la noción de que "la inerrancia es negada por los fenómenos bíblicos tales como la falta de precisión técnica moderna, las irregularidades de gramática u ortografía, las descripciones basadas en observación de la naturaleza, el reporte de falsedades, el uso de hipérbole y números redondos, el arreglo por tópicos del material, variantes en la selección de material en relatos paralelos, o el uso libre de citas." A través de todas las narraciones del Antiguo Testamento, encontramos historias escritas en maneras que no siguen nuestra inclinación moderna por la precisión exacta. Todo reporte histórico incluye cierto grado de interpretación desde la perspectiva del autor. Pero el grado de precisión y creatividad se mide en una escala amplia. Un extremo de la escala se acerca a la especulación, como puede verse en muchas novelas y biografías históricas. Las historias se enfocan en unos cuantos eventos bien establecidos, pero el escritor llena los espacios vacíos con fabricaciones. Frecuentemente el lector no puede distinguir entre verdad y ficción. En el otro extremo de la escala, la dimensión interpretativa está presente pero no se entromete. Los escritores responsables de libros históricos y reportes periodísticos, por ejemplo, evitan la especulación e hipótesis lo más posible. Al menos admiten abiertamente cuando varía el nivel de confiabilidad. Finalmente, los escritos históricos pueden caer en cualquier punto de la escala entre estos dos extremos. Los evangélicos creen que los que las narraciones del Antiguo Testamento dicen acerca de los eventos históricos es verdad y es confiable; no hay errores en la revelación de Dios. No obstante, estos textos presentan "la historia desde un punto de vista profético". Por un lado, no debemos decir que los escritores del Antiguo Testamento fabricaron sus historias. Los escritores bíblicos fueron inspirados por el Espíritu de la verdad y no presentaron ficción como si fueran hechos reales. Por otro lado, sus propósitos ideológicos determinaron los eventos que escogieron y también la manera en la que los presentaron. Las narraciones del Antiguo Testamento no nos dan un relato detallado del pasado. Fueron escritas desde un punto de vista, pero sin error y sin falsas representaciones. Debemos evitar ambos extremos. No debemos permitir que las consideraciones de los géneros literarios separen el texto bíblico de la historia real. Sin embargo, al mismo tiempo, debemos recordar que todas las historias bíblicas son interpretaciones de la historia desde perspectivas ideológicas. El análisis histórico es posible porque estas historias son inerrantes, pero el análisis histórico siempre debe considerar el propósito por el cual fueron escritas las narraciones del Antiguo Testamento.
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Tipos de Análisis Histórico Como el análisis temático, el análisis histórico adopta muchas formas; dos de éstas han sido prominentes: factual y teológico. Factual. En el análisis histórico factual, vemos a través de la ventana del texto y preguntamos, "¿Cómo debemos reconstruir los eventos a la luz del texto y de otra información histórica?" Los evangélicos se interesan en este enfoque especialmente para sus esfuerzos apologéticos. Hemos gastado mucha energía tratando de establecer la confiabilidad histórica de la Biblia. Un vistazo a los libros de introducción al Antiguo Testamento más importantes desde el siglo diecinueve hasta años recientes ilustra la prominencia de este tipo de análisis histórico. Hasta años recientes los comentarios evangélicos han estado también preocupados con la reconstrucción histórica factual. Los retos a la inerrancia no se han desvanecidos en los años recientes. La gente siempre se preguntará "¿Es el primer capítulo de Génesis histórico?" "¿Hubo realmente un diluvio?" "¿Cómo podemos reconciliar las discrepancias aparentes entre Crónicas, Samuel y Reyes?" El análisis histórico factual siempre será una parte importante de la interpretación de las historias del Antiguo Testamento. Teológico. El análisis histórico teológico ha llegado a ser prominente en los círculos evangélicos gracias a la influencia de la Teología Bíblica. Ya hemos estudiado anteriormente esta perspectiva con cierto detalle. Este enfoque es más conceptual que factual, pero aun así está orientado hacia los eventos que están detrás de las historias del Antiguo Testamento. Los teólogos bíblicos usan las narraciones del Antiguo Testamento principalmente para reconstruir las características de la revelación y la vida religiosa en los diferentes períodos de la historia de la redención. Ellos formulan varias preguntas importantes: "¿Cuáles son los períodos distintivos de la historia bíblica? "¿Cuáles son algunas de las características únicas de estos períodos?" "¿Cómo se relacionan las épocas entre sí?" Estas preguntas también forman una importante avenida para explorar las narraciones del Antiguo Testamento. El análisis histórico puede estar orientado hacia los hechos o hacia la teología. Cualquiera que sea el caso, usamos las historias del Antiguo Testamento como ventanas a los eventos del pasado. Esta es otra manera importante por medio de la cual el Espíritu Santo ha enseñado a la Iglesia a acercarse a las narraciones del Antiguo Testamento.
Análisis Literario En un estante en mi casa tenemos un álbum lleno de fotografías de mi esposa. Ocasionalmente muestro estas fotos a nuestros invitados. Ellos hojean sus páginas viendo cortésmente fotografía tras fotografía. La mayoría de estas fotos son sencillas y caseras. Pero cuando pasan la última página nunca falta alguien que exclame, "¡Ahora sí, esta es un verdadera fotografía!" La última foto fue tomada por un fotógrafo profesional con un
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toque artístico. Es una foto bella. Usualmente, la gente se detiene y comenta acerca de la iluminación, el enfoque, el balance, y dice: "¡Ella es muy bella!" El Espíritu Santo ha dirigido la Iglesia a tener este tipo de apreciación de la historias del Antiguo Testamento. En lugar de buscar temas menores o eventos históricos, nos acercamos a los textos a través del análisis literario. El análisis literario trata a las historias del Antiguo Testamento como obras de arte cuidadosamente elaboradas, manteniendo la integridad de forma y contenido. Estudiamos las características de un texto en la misma manera en la que apreciamos los colores, texturas, contrastes, líneas y balances de una pintura fina. Por este medio podemos distinguir aspectos mayores y menores del texto. Como hemos visto los análisis temáticos e históricos se enfocan en dimensiones relativamente menores de la historia. Pero el análisis literario nos ayuda a discernir los temas centrales de un pasaje. Las bases del Análisis Literario El análisis literario es la tendencia actual en la hermenéutica bíblica. Pero ¿deberían los evangélicos emplear este enfoque? Tres consideraciones subrayan el valor del análisis literario: las unidades literarias del Antiguo Testamento, las características literarias de los textos del Antiguo testamento, y las aportaciones que este enfoque provee. Las unidades literarias. Primero, el análisis literario es importante porque el Antiguo Testamento consiste de unidades literarias, y no de unidades históricas o temáticas. La estructura literaria del canon está en contraste con la manera en la que a menudo pensamos del Antiguo Testamento. Nuestras tendencia hacia el análisis histórico pudiera llevarnos a esperar que la Escritura estuviera dividida en grandes épocas de la historia de la redención: Libro 1, "Antes de la caída"; Libro 2 "De la caída al diluvio", Libro 3 "El período de los Patriarcas" y así sucesivamente. Nuestro interés en el análisis temático pudiera habernos llevado a esperar las categorías de la teología sistemática. Libro 1 "La doctrina de Dios"; Libro 2 "La doctrina de la humanidad", Libro 3 "La doctrina de la Salvación". Pero el Antiguo Testamento no nos llegó en ninguna de estas formas. Ni la historia ni los temas teológicos dan organización a la Biblia. En vez de esto, libros individuales como Génesis cubren varios períodos principales de la historia de la salvación, y grandes grupos de libros, como los profetas, cubre una sola época. Similarmente los temas teológicos aparecen repetidamente en varias combinaciones dentro de los libros de la Escritura. El canon de la Escritura está estructurado principalmente de acuerdo con unidades literarias, no con la historia o los temas. Debemos procurar el análisis literario porque el Antiguo Testamento llegó a nosotros en unidades literarias. El ignorar este enfoque es pasar por alto la manera en la que Dios organizó las Escrituras.
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Características literarias. Más allá de esto, el análisis literario es necesario porque los textos bíblicos exhiben características literarias. En su sabiduría, el Espíritu inspiró la Escritura en forma de poemas, canciones y - más relevante para nuestro discusión aquí - narraciones. Estos textos exhiben muchas características literarias tales como imágenes, figuras de lenguaje, y estructuras complejas. Si Dios hubiera querido que meramente nos concentraramos en eventos históricos o en temas teológicos, no nos hubiera dado la revelación con características literarias. Debemos aprender a incorporar puntos de vista literarios en nuestros esfuerzos interpretativos. Aportaciones. Tercero, el análisis literario es importante porque a menudo ofrece aportaciones que los enfoques temático e histórico pasan por alto. Consideremos el episodio bien conocido del viaje de Abraham a Egipto (Génesis 12:10-20). Los Comentaristas de todos lados del espectro teológico se han enfocado en las dimensiones teológicas y temáticas de este texto y han ignorado el análisis literario. J. Skinner, por ejemplo, comenta que las "palabras de Abram para su esposa (v. 11-13) son una revelación instructiva de los sentimientos sociales y morales del Israel incipiente." También argumenta que el texto está lleno de reflexiones éticas a cerca de la mentira de Abram (v. 18-19). G. von Rad estuvo interesado en la llegada de Asiáticos a Egipto y el reporte de la belleza de Sarai a una edad tan avanzada. (v. 14). También se enfoca en el tema de la intervención de Dios y en la dimensión moral de la mentira de Abram. Para ambos comentaristas, el texto sirvió primeramente como una ventana a la historia y como un espejo de sus intereses éticos. Los intérpretes conservadores han examinado el pasaje con inquietudes similares. Keil y Delitzsch sorpresivamente sugirieron que el problema histórico de la belleza de Saraí podría ser resuelto comparándola con las mujeres egipcias, quienes eran "generalmente feas y envejecían prematuramente". También se aventuran en cuanto al problema ético y especulan cómo esperaba Abram salvar su honor y retener la posesión de su esposa. Recientemente, Kinder ha intentado resolver el problema de la belleza de Sarai argumentando que la "clave... recae en el longevidad patriarcal". Su otro interés es identificable con Abram "usando la mitad de la verdad para esconder la otra mitad". Cada uno de estos comentarios se enfocaron en las dimensión histórica y temática de la historia. Aunque estas reflexiones son legítimas e importantes, ignoran la integridad de forma y contenido que es tan vital para el análisis literario. Probemos el valor del análisis literario bosquejando algunas observaciones estructurales de la historia. Primero, haremos un examen intrínseco, mirando al pasaje en sí mismo sin referencia a algún escritor o audiencia específica. Segundo, miraremos el texto en su contexto extrínseco de su autor y audiencia original. Por conveniencia, veremos la estructura dramática de este pasaje en la forma de una descripción estándar de desarrollo dramático. (ver figura 9). Génesis 12:10 puede ser llamado el problema dramático; esta sección introduce el contexto del cual fluye la narración. Abram va Egipto debido a la hambruna e intenta estar allí temporalmente. La resolución (v. 20) se balancea con el principio de
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la historia. El escritor contrasta la pobreza del hambre con las riquezas de Abram al terminar su estadía. Génesis 12:11-16a contiene la acción ascendente. El plan de mentir es llevado a efecto pero provoca que Saraí sea llevada al harén de Faraón. Esta sección está en balance con la acción descendente de Génesis 12:18-19. Ambas porciones contienen diálogo predominantemente dramático y contienen expresiones similares "tú eres mi hermana" (v.13) y "ella es mi hermana" (v.19) Finalmente, la porción de en medio de Génesis 12:16-17, el punto de cambio de la historia, forma una hábil interconexión de perspectivas. Abram prospera pero Faraón está bajo maldición. Esos versos cumplen tanto la función de anticipar las acciones futuras en el texto como de reflejar los eventos previos de la historia. Génesis 12:16b anticipa lo que pasará con Abram; el va a partir con muchas riquezas de los egipcios. Génesis 12:17 trata con los problemas que surgieron para Faraón por causa de Saraí. De esta manera el punto de cambio de la trama apunta hacia adelante y hacia atrás, aumentando a la simetría. Podemos resumir la historia a la luz de este patrón estructural. Abram tenía la intención pasar un tiempo en Egipto. Su plan de mentir acerca de Saraí tuvo éxito en parte pero se complicó con la captura de Saraí. Para resolver el problema, Dios hizo una distinción entre Abram y Faraón. Bendijo a Abram y mandó plagas sobre Faraón. La maldición de Faraón abrió la puerta de libertad para Saraí e hizo posible el regreso a Palestina. El plan de Dios de liberar a Saraí se llevó a cabo cuando los egipcios la devolvieron a Abram. La estancia en Egipto concluyó cuando Abram salió de Egipto con bienestar, con Saraí y con todas las posesiones que obtuvo en Egipto. El notar esta estructura nos ofrece muchas ventajas, pero aquí solo mencionaremos dos. Primero, podemos ver cómo cada parte contribuye en la historia. El remover alguna sección podría crear un nuevo drama. Esta coherencia intrínseca contiene nuestra tendencia de querer identificar el centro de la historia con algún asunto histórico o temático. Como vimos anteriormente, el hábito de muchos intérpretes es el de enfocarse en asuntos históricos o preguntas éticas encontradas en los pasajes. Cuando vemos estos aspectos de la historia dentro del movimiento de toda la narración, no podemos tomarlos equivocadamente como los elementos más importantes. Segundo, podemos tratar el pasaje en su totalidad en vez de cortarlo en pequeñas piezas. Los análisis histórico y temático a menudo dividen una narración en sus partes y nunca vuelven a ponerla junta otra vez. El análisis literario presenta la historia como una unidad conceptual, de esta manera podemos indagar su significado e importancia. El movimiento de viaje / cautividad / intervención divina / liberación / regreso, viene a ser el foco de nuestra reflexión interpretativa, pues anticipan otras partes porciones de la Escritura y un sin número de realidades en la vida de fe. Al poner atención a toda la historia, encontraremos material para la contemplación teológica que a menudo es ignorado por otros enfoques. La historia cobra sentido cuando vemos estas observaciones en el contexto extrínseco del autor y la audiencia originales. Moisés relató esta historia a los hijos de Israel de una manera que tuvo aplicación directa a su situación. No es difícil ver la conexión de esta narración con Moisés en el éxodo. Cuando consideramos la experiencia
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de Israel y su correspondencia con Génesis 12:10-20, se hace evidente que Moisés reportó esta historia de la vida de Abram como un paralelo de la liberación de Israel de manos de Egipto. Abram fue a Egipto debido al hambre en Canaán; una hambruna trajo a Jacob y a sus hijos a Egipto. El engaño fue una característica de Abraham; los hermanos de José fueron bien conocidos por sus mentiras. Aunque Abram prosperó en Egipto, su esperanza de una descendencia se vio amenazada cuando Faraón tomó a Saraí; Israel floreció en Egipto, pero la esclavitud y el asesinato de sus niños amenazaron su posteridad. Dios hizo distinción entre Abram y Faraón por medio de bendiciones y maldiciones; la intervención divina en el éxodo protegió a los israelitas pero trajo plagas sobre Faraón. La libertad vino a través de confrontación directa entre Faraón y Abram; Moisés y Faraón se reunieron varias veces antes de que el rey dijera finalmente: "¡Salid!" Los egipcios despidieron a Abram en bienestar y riquezas; los egipcios despidieron a Israel con sus riquezas. Por medio de estos paralelos entre el evento del éxodo y la historia de Abram, podemos ver que Moisés quiso utilizar esta historia como un paradigma para enseñar a Israel la naturaleza de su salida de Egipto y su regreso a Palestina. Moisés enfrentó incredulidad y desánimo entre las tribus. Al relatar la historia del patriarca, estaba presentando una palabra relevante para sus compañeros Israelitas. Podemos imaginar a Moisés comentando a cerca de la historia, "¡No se desanimen! No se ha cometido ningún error. Lo que a ustedes les está pasando, le ocurrió antes a nuestro padre Abram. Síganle fuera de Egipto y tengan confianza en el poder de Dios". Similarmente no es difícil escuchar a los fieles de entre las tribus diciendo, "¡El éxodo de Abraham es nuestro éxodo!". Por medio de este breve ejemplo, podemos ver porqué debemos ir más allá de los intereses históricos y temáticos, y aplicar el análisis literario a las narraciones del Antiguo Testamento. Al enfocarnos en la forma y contenido al mismo tiempo, se nos abrirá un camino para ver más de lo que Dios nos ha dado en estas historias. Tipos de análisis literario El análisis literario no es nuevo. A través de los siglos el Espíritu Santo ha dirigido a su pueblo a mantener la integridad de forma y contenido al leer la Escritura. Pero frecuentemente los intereses literarios han sido opacados por temas teológicos e históricos. Durante la Reforma, la controversias doctrinales con Roma dominaron la exégesis. Los reformadores veían a las Escrituras primeramente como recursos teológicos y no como obras literarias. Sin embargo, los Reformadores no carecieron totalmente de sensibilidad literaria. Por ejemplo, Calvino frecuentemente notó figuras de lenguaje, tensiones dramáticas, e imágenes vívidas. También reconoció la diferencia entre una narración, ley, sabiduría y profecía. Los comentarios de Calvino están llenos de observaciones literarias, aun cuando su interés en doctrina era primordial.
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Desde la Ilustración, los intérpretes evangélicos han estado preocupados con preguntas históricas. Hemos explorado las historias del Antiguo Testamento para probar su historicidad. Aun así, toda obra mayor en hermenéutica bíblica ha reconocido las características literarias de la Escritura. En la hermenéutica del Antiguo Testamento actual, la dirección ha cambiado hacia el análisis literario. Las batallas doctrinales e históricas continúan pero la preocupación por enfoques literarios ha crecido significativamente. Un estudio de estos desarrollos va más allá de nuestro propósito aquí, pero será de mucha ayuda el identificar varios pasos importantes. Criticismo de las Fuentes. Cerca del final del siglo diecinueve, el criticismo literario se reducía a criticismo de las fuentes. En este acercamiento los intérpretes buscaban las fuentes o recursos en los que está basada la Escritura que hoy tenemos. La conocida hipótesis documental del Pentateuco (J, E, D, P) fue uno de los primeros esfuerzos en esta dirección. Desde entonces los intérpretes han reconstruido las fuentes hipotéticas de muchos libros del Antiguo Testamento. Criticismo de Forma. Un segundo paso importante surgió al principio del siglo veinte en el criticismo de forma. El enfoque distintivo del criticismo de forma fue la identificación del género y la reconstrucción de la tradición oral Sitz in Leben (situación cultural) en las cuales se usaron originalmente las historias del Antiguo Testamento. Comparando el Antiguo Testamento con la literatura de las culturas del Antiguo Cercano Oriente, propusieron formas, escenarios y usos preliminares en los que se basan los textos de la Escritura. Criticismo de Redacción. La tercera etapa importante del análisis literario vino al primer plano en la década de los años cincuenta bajo el título de criticismo de redacción, Los críticos de redacción rastrearon los desarrollos de los textos bíblicos de sus fuentes orales y literarias a su estado presente. Fueron más allá de las preocupaciones de la critica de fuentes y formas a el desarrollo completo de los pasajes. Este punto de vista se enfocó en los propósitos del redactor al observar los desarrollos de los textos. En su gran mayoría, los evangélicos modernos permanecen escépticos con respecto a estos acercamientos diacrónicos. Debemos distanciarnos de estos métodos de muchas maneras. En su mayoría, están basados en creencias radicalmente opuestas a los puntos de vista evangélicos de la inspiración y autoridad de la Escritura. Sin embargo, como veremos en capítulos posteriores, la apreciación literaria desde el punto de vista evangélico debe tomar en consideración las fuentes, las formas y los arreglos hechos por los autores. Sin embargo, en las últimas dos décadas ha empezado un cambio en los acercamientos literarios a las narraciones del Antiguo Testamento. En vez de enfocarse en fuentes y desarrollos, los intérpretes se han interesado más en la forma final de las historias del Antiguo Testamento.
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Criticismo retórico. Un movimiento decisivo en esta dirección ocurrió en el criticismo retórico durante el final de la década de los años sesenta y principios de los años setenta. En lugar de concentrarse en los desarrollos de un texto, el críticos retóricos miraban los pasajes como obras de arte completas diseñadas para persuadir a los lectores. Los críticos retóricos lidiaban principalmente con unidades pequeñas en un libro bíblico (una historia, un poema). Pero las estructuras, cualidades estéticas y los patrones retóricos de los textos llegaron a ser el interés central de la interpretación. Estructuralismo. Durante el mismo período, el estructuralismo dejó su marca en los estudios Bíblicos. El Estructuralismo representó varios puntos de vista filosóficos y lingüísticos. Los estructuralistas diferían unos de otros en muchas maneras, pero todos concordaban en que el significado de un texto es encontrado principalmente en la coherencia interna del texto mismo. Criticismo canónico. En años recientes estas tendencias se han desarrollado más en un programa teológico conocido como Criticismo canónico. Los críticos canónicos concuerdan en que la mayoría de los textos bíblicos se desarrollaron a través del tiempo, pero se enfocan en la forma canónica y final del texto. El criticismo canónico estudia los patrones estructurales y retóricos pero va más allá que otros enfoques para examinar contextos más amplios. Los evangélicos generalmente se sienten más cómodos con estos métodos literarios contemporáneos. Podemos beneficiarnos de muchas maneras con los análisis retóricos, estructurales y canónicos, siempre y cuando no caigamos presa de sus presuposiciones del criticismo. El análisis literario es una tercera manera importante en la que el Espíritu Santo nos ha enseñado a entender las narraciones del Antiguo Testamento. Al dar atención a la integridad de forma y contenido, obtenemos mucho entendimiento del significado de estos textos.
Conclusión Al interpretar las narraciones del Antiguo Testamento, debemos estar conscientes de las maneras en las que el Espíritu Santo nos influye a través de la exégesis de la Escritura. A través de la historia tres orientaciones importantes han sido tomadas hacia las narraciones del Antiguo Testamento. Varias formas de análisis temático, histórico y literario han probado ser indispensables para el pueblo de Dios. Cada forma de análisis se apoya en las otras. El análisis temático fácilmente se convierte en eiségesis sin la ayuda de las perspectivas históricas y literarias. El análisis histórico pierde sus salvaguardas teológicos sin el control del temático y literario. El análisis literario se vuelve especulativo sin las restricciones de los puntos de vista
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temático e histórico. Nos perderemos muchas de las bendiciones que nos esperan si nos limitamos únicamente a uno o a dos de estos acercamientos. Siguiendo la instrucción del Espíritu, debemos estudiar las historias del Antiguo Testamento como espejos de nuestras inquietudes, como ventanas a los eventos históricos, y como pinturas o cuadros literarios.
Preguntas de Repaso 1. ¿Qué es el análisis temático? ¿Por qué es un enfoque legítimo de las narraciones del Antiguo Testamento? ¿Cuáles son algunos tipos comunes de análisis temático? 2. ¿Qué es el análisis histórico? ¿Por qué es un enfoque legítimo de las narraciones del Antiguo Testamento? ¿Cuáles son algunos tipos comunes de análisis histórico? 3. ¿Qué es el análisis literario? ¿Por qué es un enfoque legítimo de las narraciones del Antiguo Testamento? ¿Cuáles son algunos tipos comunes de análisis literario?
Ejercicios de Estudio 1. Lea la historia del llamado de Abram (Génesis 12:1-9). ¿Qué temas encuentra usted para estas categorías teológicas: 1) la doctrina de Dios, 2) La doctrina del hombre, y 3) la doctrina del pecado y la salvación? 2. Vea Génesis 12:1-9 otra vez. ¿Qué datos históricos son prominentes? ¿Cómo este pasaje le permite reconstruir lo que Dios estaba haciendo en esta época de la historia de la redención? 3. Examine un comentario evangélico del siglo diecinueve, uno de principios del siglo veinte y otro actual, acerca de Génesis 12:1-9. ¿Estos comentarios se enfocan más en el análisis temático, histórico o literario? Explique su respuesta.
EL NOS DIO HISTORIAS La Guia Biblica para Estudiantes para Interpretar las Narraciones del Antiguo Testamento Parte 5: INVESTIGANDO LAS NARRACIONES DEL ANTIGUO TESTAMENTO SINOPSIS
En las primeras partes de este libro examinamos algunas de las maneras principales en las cuales el Espíritu Santo nos prepara para leer las narraciones del Antiguo Testamento: La vida cristiana individual, la interacción en la comunidad, y la examinación de la Escritura. Mientras más concientes estemos de este aspecto del proceso hermenéutico, podremos entender mejor las historias del Antiguo Testamento. En la segunda parte investigaremos el significado original de las historias del Antiguo Testamento. Descubriremos qué fue lo que el Espíritu hizo cuando inspiró originalmente las narraciones del Antiguo Testamento en sus contextos históricos antiguos. El investigar el significado original es una tarea compleja. Comenzaremos por establecer la meta de la investigación y varias directrices en cuanto a procedimientos (capítulo 5). Después exploraremos las características encontradas dentro de los documentos de las narraciones del Antiguo Testamento: Definición de personajes (capítulo 6), descripción de escenas (capítulo 7), episodios individuales (capítulo 8), y las estructuras grandes de narración. Los capítulos 10 y 11 se enfocarán en los escritores y las audiencias de las narraciones del Antiguo Testamento. El capítulo 12 proveerá un breve vistazo global de los libros del Antiguo Testamento que constan predominantemente de narraciones. Al aplicar los métodos presentados en esta parte de nuestro estudio, descubriremos un marco de referencia general que será útil para nuestra investigación detallada futura.
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ORIENTACIÓN HACIA LA INVESTIGACIÓN
Al investigar el pasado los arqueólogos enfrentan muchas dificultades. Además de la tensión de la excavación, el calor, la lluvia y el viento pueden distraerlos a tal grado que aun los investigadores experimentados pasan por alto descubrimientos importantes. Si una excavación ha de tener éxito, los arqueólogos deben estar concentrados, fijando sus mentes en la meta y poniendo cuidadosa atención en los procedimientos que los ayudarán a alcanzar la meta. En esta parte de nuestro estudio, vamos a "excavar" para encontrar el significado original de las narraciones del Antiguo Testamento, investigandolas en sus contextos históricos. Muchas dificultades nos pueden distraer fácilmente. Si esperamos tener éxito debemos tener un concepto claro de lo que tratamos de encontrar y debemos poner atención a los procedimientos que nos ayudarán a alcanzar nuestras metas. Vamos a empezar nuestra investigación de las narraciones del Antiguo Testamento con dos preguntas preliminares: 1) ¿Cuál es la meta de la investigación? 2) ¿Qué procedimientos de investigación nos ayudarán a lograr esa meta?
La meta de la investigación Una vez me comentaron acerca de una conversación entre un maestro de homilética y un estudiante. El estudiante había predicado acerca de la eternidad de Dios basándose en Génesis 1:1. Después de la predicación, el instructor dijo, "Dime en pocas palabras qué piensas que este pasaje significa". El estudiante respondió rápidamente, "Significa que Dios es eterno". "No," insistió el maestro, "Te has equivocado. Significa que Dios creó todo lo que existe". "Yo pienso que significa ambas cosas", objetó el estudiante. "Imposible" le reprendió el maestro,"Todo pasaje tiene sólo un significado". Todo seminarista pasa por la dura prueba de la clase de homilética. El esperar su turno para predicar es como estar sentando en la línea de ejecución. No importa lo que diga, el maestro siempre encuentra algo mal. Pero esta conversación particular hace surgir un asunto importante para nosotros al excavar buscando el significado de las historias del AntiguoTestamento. ¿Cuál es la meta de nuestra investigación? ¿Estamos buscando uno o varios significados?
Polivalencia Juan estaba caminando en el centro de la ciudad una tarde cuando vio un pedazo de papel volando en la acera. Lo recogió y leyó: "busca ayuda". Juan era un lector competente de español; él tenía un entendimiento básico de lo que "busca ayuda" significaba. Al principio, Juan pensó que entendía lo que significaba la nota. Pero dos extraños de pronto se le acercaron. El primero apuntó a un carro que pasaba y dijo: "Yo vi de donde salió esa nota. Un niño la dejó caer mientras era jalado hacia el interior del carro. Deberías llamar a la policía."
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Pero la segunda persona interrumpió, "No le hagas caso", insistió, "Yo escribí la nota para un amigo y accidentalmente se me cayó. Mi amigo está enfermo y quiero que busque ayuda." Ahora Juan estaba completamente confundido. ¿Acaso era la nota una petición de ayuda o un consejo amistoso? Juan no podía estar seguro, así que arrugó el papel y lo dejó caer de nuevo a la acera. "No se qué hacer", exclamó enojado. "Esta nota puede significar muchas cosas". Juan se había tropezado con una perspectiva que muchos estudiantes del Antiguo Testamento han afirmado a través de los siglos. De una u otra manera han dicho que los textos bíblicos son polivalentes, que tienen muchos significados. Antes de la Reforma la mayoría de los intérpretes bíblicos asumían que las historias del Antiguo Testamento tenían más de un significado. La corriente principal de exégesis rabínica insistía que todo texto tenía significados múltiples. El uso indiscriminado de métodos alegóricos de Philo continuó la tendencia hacia los métodos polivalentes de interpretación. La escuela de Alejandría (Clemente, Origen, Ambrosio, y otros), también enfatizaron los significados múltiples. En los tiempos de Tomás de Aquino (1225-1274) la iglesia medieval había adoptado ampliamente el método de interpretación de Juan Cassian (Quadriga). Las intenciones del autor eran importantes, pero el significado de los textos iban más allá del sensus literalis (el sentido literal). Como Steinnetz resume el asunto: Desde el tiempo de Juan Cassian, la iglesia se subscribió a la teoría de los cuatro aspectos del significado de la Escritura...[más allá del significado literal]... el significado alegórico enseñaba acerca de la iglesia y lo que debía creerse. . . el significado tropológico enseñaba acerca de los individuos y lo que debían hacer. . . el significado analógico apuntaba hacia el futuro y despertaba expectación. En general, la creencia en el origen divino de las Escrituras conllevaba puntos de vista polivalentes. Puesto que Dios era el autor principal de la Biblia, la Escrituras poseían muchos significados que iban más allá de las intenciones de los escritores humanos. Las palabras de Agustín resumen el punto de vista que predominaba antes de la Reforma. El dijo, "¿Qué provisión más liberal y más fructífera pudo haber hecho Dios con respecto a las Sagradas Escrituras que el hacer que las mismas palabras pudieran ser entendidas de maneras diversas? Este énfasis en el origen divino de las escrituras llevó a muchos pre-reformadores a afirmar que las narraciones del Antiguo Testamento eran polivalentes. La polivalencia otra vez ha ganado amplia aceptación en nuestros días. Sin embargo, en la mayoría de los casos, estos puntos vista modernos han estado basados en una consideración diferente: La polivalencia del lenguaje en sí mismo. En gran parte las raíces de este punto de vista en la hermenéutica moderna pueden ser encontradas en Friedrich Schleiermacher, quién afirmó que el lenguaje de un texto tiene solamente una función limitante (die Grenzen angebende). Establece parámetros para encontrar significados posibles, pero dentro de esos límites el mismo texto puede significar muchas cosas. El solo mirar un documento no siempre da al lector lo suficiente para determinar el significado específico. Para especificar el significado, se tiene que ver, fuera del texto, la experiencia psicológica del escritor. Hoy en día la mayoría de los intérpretes bíblicos y literarios aceptan la noción de que el lenguaje por sí mismo no puede dar el significado. Las mismas expresiones pueden significar muchas cosas mientras no tengamos otro punto de referencia. Pero en algunos círculos, la
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apelación de Schleiermacher al autor ha sido reemplazada con una dependencia en el lector. En este punto de vista el significado de un texto es especificado por los enfoques ideológicos del lector. Los lectores al ver un pasaje desde distintos puntos de vista, hacen surgir diversos significados. Como Wittig explica: "La psicología de Freud y Jung, la teoría económica de Marx y el criticismo estructural y semiotico pueden encontrar varios significados en una sola obra, proveyendo al hacerlo sistemas de explicación estables con sus propias filosofías y metodologías globales." Puntos de vista similares se han difundido ampliamente en años recientes. A través de los siglos un sin fin de intérpretes han considerado los textos bíblicos como polivalentes. Los primeros puntos de vista estaban basados en el origen divino de la Escritura. Puntos de vista modernos apelan más a la polivalencia inherente del lenguaje. Cualquiera que sea el caso, desde este punto de vista los intérpretes deben buscar muchos significados en las historias del Antiguo Testamento.
Univalencia En oposición a estas formas antiguas y modernas de polivalencia, otros intérpretes han visto a la Escritura como univalente: el texto tiene un solo significado, aquel que tuvo como intención el autor original humano. Un punto de vista univalente está en paralelo con mucho de nuestra experiencia cotidiana. La mayoría de las veces, asumimos que nuestras declaraciones tienen el significado único que intencionalmente queremos que tengan. Cuando Joey salía a jugar, su madre le llamó: "me gustaría que te pongas tus zapatos". El la escuchó pero salió descalzo de todas maneras. Después de un par de horas, Joey entró a la casa, pero su madre lo detuvo en la entrada. "¡Pensé que te dije que te pusieras tus zapatos!" exclamó. Joey respondió indignado, "No lo hiciste. Tú dijiste que te gustaría que me pusiera mis zapatos". "Sí", admitió, "pero tú sabes que quería decir". Joey se enfocó en las palabras de su madre y las interpretó de acuerdo con el marco de referencia de sus propios deseos. Técnicamente estaba en lo correcto; ella dijo que le gustaría que se pusiera sus zapatos. Las palabras en sí mismas no descalificaban la interpretación de Joey. Dadas las circunstancias correctas, podrían haber significado exactamente lo que Joey había sugerido. Pero su madre insistió que su declaración debía ser entendida en los términos de lo que él sabía que ella quería decir. Sus intenciones determinaron el significado de su declaración. Ella quiso decir que él debía ponerse sus zapatos y él debió hacerlo. Nosotros pensamos de esta forma en la mayoría de las conversaciones. Cuando no comprendemos a algún amigo, le preguntamos, "¿Qué quieres decir exactamente?" Cuando alguien nos mal entiende, agregamos "No, lo que quise decir es. . ." Generalmente asumimos que una oración tiene un solo significado (el significado intencional del hablante). Como hemos visto, antes de la Reforma muchos intérpretes creían que las historias del Antiguo Testamento tenían muchos significados, muchos de los cuales no eran accesibles por medio de una lectura ordinaria. Así que los intérpretes necesitaban iluminación espiritual especial. ¿Quienes podían tener el privilegio del entendimiento? La respuesta de la Iglesia Romana era rotunda: Dios había dotado de iluminación especial a la jerarquía eclesiástica. El entendimiento de las Escrituras era el privilegio de el sacerdocio iluminado. En respuesta a este desarrollo, los Reformadores proclamaron el sensus literalis como la norma de toda interpretación. Como Calvino lo explica en sus comentarios sobre Gálatas 4:22, "El significado verdadero de la Escritura (verum sensum scripturae) es el natural y simple."
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La norma del significado directo de la Escritura ha permanecido como el centro en las principales obras literarias protestantes sobre la interpretación. William Ames (1576-1631) escribió términos nada inciertos: "Existe únicamente un solo significado para todo pasaje en la Escritura. De otra manera el significado de la Escritura no sería solamente ambiguo e incierto, sino que no tendría significado alguno, pues cualquier cosa que no significa algo, con toda seguridad nada significa". Este punto de vista fue aceptando tan ampliamente entre la escolástica del siglo diecisiete que fue codificada en la Confesión de Fe de Westminster. El sentido verdadero de todo texto bíblico "no es múltiple sino uno solo". El comentario de Macpherson sobre esta declaración de la Confesión representa la orientación principal del pensamiento ortodoxo durante el siglo diecinueve: "Si no queremos traer confusión completa a los contenidos de la revelación divina, debemos mantener un solo significado para la Escritura, y este que sea el sentido literal, alcanzado por la examinación cuidadosa del texto mismo." Muchos evangélicos modernos han reafirmado la importancia de un significado para cada texto. Berkhof, Ramm, Virkler, y Mickelsen son únicamente algunos de los que han seguido este punto de vista tradicional. Kaiser ha sido el más ávido defensor de la univalencia tradicional en los años recientes. Dependiendo fuertemente en el trabajo de Hirsch, él insiste que la única manera de evitar un mar de incertidumbres es identificar el significado de un pasaje con las "verdaderas intenciones del autor". Como Kaiser lo explica: Una obra literaria como la Biblia puede tener una y solamente una interpretación correcta y ese significado debe ser determinado por las intenciones verdaderas del autor humano; de otra manera, todo significado alegado sería tomado con el mismo grado de seriedad, posibilidad y corrección, ningún significado sería más valido o verdadero que los otros. La creencia en la univalencia de cada texto está tan diseminada entre los evangélicos modernos que aparece en la Declaración de Chicago acerca de la Hermenéutica Bíblica. Dice, "Nosotros afirmamos que el significado expresado en cada texto bíblico es uno solo, definido y fijo". En línea con el enfoque de la Reforma en el sentido plenario, la mayoría de las evangélicos hoy en día ven el significado como univalente. Todo pasaje tiene un solo significado. En este punto de vista la meta de la investigación exegética es descubrir el significado único que el autor intentó transmitir.
El Significado y el Valor Completo ¿Cuál punto de vista es correcto? ¿Tiene el texto uno o varios significados? En los años recientes se ha levantado mucha confusión porque un número de evangélicos han usado el término "significado" con mayor amplitud que en el sentido protestante tradicional. De una u otra manera, han hablado de muchos significados para un solo texto. Estas variaciones han traído la atención hacia varias complejidades, pero han levantado también interés sobre el concepto tradicional del significado normativo y fijo. Muchos creyentes han quedado haciendo una seria pregunta. ¿Si un texto puede significar más de una sola cosa, cómo podemos estar seguros que lo estamos entendiendo apropiadamente? ¿Si el significado no está restringido a la intención original del escritor, no estamos acaso a la deriva en un mar de indeterminación?
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Para evitar estas dificultades, afirmaremos el punto de vista tradicional de la univalencia, pero también distinguiremos otras facetas del valor completo de un texto. En este estudio hablaremos del significado original de las historias, las elaboraciones bíblicas, las aplicaciones legítimas y del valor completo. Estas distinciones son hasta cierto punto artificiales; las categorías coinciden entre sí de diversas maneras. De todas maneras, nos ayudan a evitar confusión en nuestra investigación de las narraciones del Antiguo Testamento. Significado original. Hablaremos del aspecto más básico del valor de una historia como su significado original. El significado original es el sentido del texto en el contexto de su escritor y lectores originales. ¿Por qué el escritor compuso este pasaje? ¿Cuál fue el propósito de esta historia? Puesto que este contexto es el marco de referencia en el cual el Espíritu Santo primero inspiró y acomodó la Escritura, el significado original es normativo para todo trabajo de interpretación subsiguiente. Pero debemos recordar que el significado original no agota todo el valor del texto. Elaboraciones bíblicas. Las elaboraciones bíblicas son también parte del valor del texto. Las elaboraciones incluyen todo lo que la Escritura dice acerca de una historia del Antiguo Testamento. ¿Cómo explica la Biblia esta narración? Las elaboraciones se enfocan en una historia completa o en parte de ella; pueden hablar directa o indirectamente acerca del pasaje. Cualquiera que sea el caso, las elaboraciones bíblicas son siempre verdaderas y confiables. Nunca contradicen el significado original, porque Dios es el Autor original de ambos. Pero las elaboraciones bíblicas a menudo van más allá del significado original, trayendo a la luz dimensiones implícitas de un texto que permanecían escondidas en los días del escritor. Sin embargo, aun las elaboraciones bíblicas no agotan el valor de una historia; también representan solo una porción de los que el texto ofrece. Aplicaciones legítimas. Las aplicaciones legítimas son una tercera faceta del valor de una historia. Las aplicaciones son el entendimiento apropiado que intérpretes falibles en el pasado, presente y futuro, derivan del significado original y las elaboraciones bíblicas. ¿Cómo se ha aplicado esta historia? ¿Cómo se debe aplicar hoy? ¿Cómo podría ser aplicada en el futuro? Las aplicaciones propuestas están siempre sujetas a refinamiento porque no son inspiradas inerrantemente por Dios. Pero siempre y cuando sean correctas, las aplicaciones legítimas también forman un aspecto del valor de una historia. Valor Completo. Nos referiremos a la totalidad del potencial comunicativo de un texto como su valor completo, esto es, la suma de sus usos legítimos. Esto Incluye el significado original, todas las elaboraciones bíblicas, y cada aplicación apropiada. En este sentido, el valor completo es todo uso divinamente autorizado del texto. La meta última de los evangélicos es conocer y aplicar lo que Dios mismo quería que su gente recibiera de las historias del Antiguo Testamento. ¿Por qué el Espíritu Santo hizo que se escribiera este texto? ¿Cuál fue la intención de Dios para su gente? Cada vez que descubrimos un aspecto del significado original, de las elaboraciones bíblicas y las aplicaciones legítimas, hemos descubierto una porción del valor completo. En resumen, el significado histórico original de una narración del Antiguo Testamento es la guía hacia el valor completo de un texto. Aunque las elaboraciones y aplicaciones legítimas
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pueden ir más allá del significado intencional del autor, nunca lo contradicen. Por lo tanto, si esperamos entender el valor completo de las historias del Antiguo Testamento, debemos empezar investigando el significado original (ver Figura 11).
Procedimientos para la investigación Con nuestra atención enfocada en el significado original de las historias del Antiguo Testamento, ahora estamos en la posición de establecer algunos procedimientos fundamentales para la investigación. ¿Qué debemos considerar para descubrir el significado de estos textos? ¿Qué enfoque nos permitirá llegar al significado fijo y normativo? Vamos a tocar tres asuntos preliminares que marcan los parámetros para nuestro trabajo: los controles múltiples sobre el significado original, los ángulos múltiples del significado original, y los resúmenes múltiples del significado original. Los Controles Múltiples Muchas cosas afectan la presentación de una sinfonía. El conductor dirige la orquesta, las partituras guían a los músicos, los músicos ejecutan sus instrumentos, y la audiencia anima con su aplauso. Aun el escenario físico del concierto influye en la presentación. Estos y otros innumerables factores controlan la calidad de un concierto sinfónico. Muchos factores también contribuyen para producir el significado original de las historias del Antiguo Testamento. Desde una perspectiva evangélica, el control por excelencia del significado original fue el Espíritu Santo; toda historia del Antiguo Testamento es Dios revelándose a sí mismo. Pero Dios usó muchos instrumentos terrenales como controles secundarios. ¿Cuáles fueron estos factores controladores? El Cours de linguistique générale (Curso de Lingüística general) de Ferdinand de Saussure ha marcado el paso para muchos estudios recientes sobre este tópico. Una de las contribuciones más importantes de Saussure para el estudio del significado fue su atención a las interconexiones entre parole (expresiones particulares lingüísticas) y langue (el sistema de convenciones lingüísticas compartida por hablantes y oyentes. Como Saussure lo explica: [Langue] es . . . una colección de convenciones necesarias que han sido adoptadas por un cuerpo social para permitir a los individuos ejercitar esa facultad. . . [Parole] es la parte del hablar que tiene que ver con ejecución. . . un acto individual. Saussure argumentó que el significado de una declaración (parole) depende de una colección de convenciones lingüísticas (langue) por medio de las cuales los hablantes y oyentes operan. La comunidad de personas que hablan un lenguaje dado comparte un conjunto de estructuras lingüísticas elásticas pero consistentes. Cada vez que se comunican, emplean estas convenciones. Seguiremos esto pensando en términos de tres controles importantes del significado original: el documento, el escritor y la audiencia. No podemos descubrir el significado de una historia solamente en el texto; el documento no es otra cosa sino parole. Debemos también considerar la langue del escritor y de los lectores. Muchos intérpretes de literatura han seguido este enfoque tripartita, aunque a veces no han enfatizado los elementos equitativamente. Un énfasis extremo en las intenciones del escritor puede ser llamada "la falacia intencional", el insistir que el documento por sí solo es necesario
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para encontrar significado puede ser llamado "la falacia gráfica"; y pensar que el significado es meramente un asunto de influencia en el lector puede ser llamado "la falacia afectiva". Intentaremos evitar cada uno de estos extremos y daremos debida atención a los tres controles de significado. De una u otra manera siempre le damos algo de atención a cada uno de estos controles. No podemos entender un texto sin examinar el documento en sí mismo. Nuestro estudio puede ser superficial, pero debemos conocer algo acerca del texto si esperamos entenderlo. Similarmente, podemos no pensar mucho acerca del escritor, pero siempre hacemos algunas suposiciones acerca de él. Asumimos que el escritor tenía cierto grado de habilidad lingüística, inteligencia, y conciencia de la vida. De la misma manera, podemos no examinar a la audiencia extensivamente, pero generalmente asumimos que los lectores pudieron entender los elementos básicos del texto y que tenían cierto grado de interés. Siempre que investigamos el significado de una nota, carta, papel, historia, o libro,. reflexionamos en un grado o en otro, acerca de los tres controles del significado. Varios ejemplos de la Biblia interpretándose a sí misma, ilustran la importancia de estos controles. Los escritores Bíblicos estaban interesados profundamente en el documento del Antiguo Testamento. Lo examinaban con cuidado, algunas veces apelando a una fraseología específica (Gálatas 3:16-18; Romanos 4:18-25). Además, ocasionalmente ligaron sus interpretaciones al escritor y a la audiencia originales (2 Crónicas 36:22; Nehemías 1:8-9; Daniel 9:1-3; Mateo 22:44-46; Hechos 2:26-36; 2 Pedro 3:15-16; Hebreos 4:6-11). El nivel de interés en cada control varió entre caso y caso con los escritores bíblicos. Pero la Biblia misma indica la necesidad de considerar los tres controles cuando estamos identificando el significado original de las historias del Antiguo Testamento. Angulos múltiples Mucha gente gusta de ir al estadio para ver un partido de fútbol. Es emocionante estar allí en medio de la acción. Pero desde las gradas, ven el juego desde solamente una perspectiva. En este respecto, el ver el juego por la televisión tiene una ventaja. Ves desde un lado; después a través de repetición instantánea ves desde la izquierda, derecha, frente y detrás. Estas perspectivas variadas forman un cuadro más completo que una perspectiva desde las gradas. Aparentemente, mucha gente está de acuerdo con esto; ¡inclusive he visto aficionados viendo televisiones portátiles en el estadio! De la misma manera, una perspectiva única limita nuestra percepción del significado original. Los escritores, documentos, y audiencias interactúan entre sí de muchas maneras. Las intenciones del escritor influyen a la audiencia; las necesidades de la audiencia dan forma al documento; el documento facilitan al escritor el deseo de comunicarse. Las interconexiones son complejas. El aprender como mirar estas interacciones desde diferentes puntos de vista da un cuadro más completo de lo que el Espíritu Santo originalmente dio a Su pueblo a través de estas historias. ¿Qué perspectivas debemos tomar para comprender las interconexiones entre los escritores, documentos, y audiencias? Es provechoso el tomar tres perspectivas básicas: la paradigmática, la sintagmática, y la pragmática. Estos puntos de vista son totalmente interdependientes y tratan con numerosos asuntos, pero por simplicidad, pensaremos en términos de tres preguntas básicas. El ángulo paradigmático pregunta qué escogió decir el autor; la
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perspectiva sintagmática mira cómo arregló su composición; el punto de vista pragmático pregunta porqué escribió para sus lectores. La mayoría de los estudiosos de la semántica han aplicado estos puntos de vista primariamente al nivel de las palabras, frases y oraciones. ¿Qué palabras escogió el hablante? ¿Cómo contribuyen al significado la estructura de la frase u oración? ¿Qué importancia tiene el contexto extra lingüístico de una expresión en su significado? En nuestro estudio, sin embargo, usaremos estas categorías para examinar el significado de historias completas, series de historias y libros completos del Antiguo Testamento. ¿Cómo nos ayudan las consideraciones paradigmáticas, sintagmáticas y pragmáticas para entender el significado original a estos niveles. Paradigmático. El punto de vista paradigmático analiza el significado de una expresión al compararla con las opciones disponibles. ¿Qué fue lo que el escritor escogió decir y no decir? El significado es visto como una cuestión de elección. Desde palabras simples hasta discursos enteros, los escritores siempre hacen selecciones. El ver lo que ellos decidieron incluir y excluir ayuda a determinar el significado de lo que expresaron. El significado de una palabra en particular debe ser determinado en términos de las otras palabras contenidas en la colección de vocabulario de la persona. Los lenguajes proveen muchas palabras de donde se puede escoger. ¿Por qué escogemos una palabra en lugar de otra? Algunas veces nuestras selecciones son arbitrarias, pero a menudo son el resultado de las diferencias percibidas entre las palabras. Dos diferencias importantes son las denotaciones y connotaciones. A menudo escogemos una palabra en lugar de otra porque denota el concepto que deseamos comunicar. Si quiero decir a mi familia que fui al supermercado, podría decir, "Fui a la tienda". No diría "fui al cine". ¿Por qué? porque la palabra "tienda" denota el concepto de supermercado, pero "cine" no lo hace. No llamamos a un sombrero "libro"; no llamamos a un carro, "árbol de navidad". A menos que estemos usando una figura de lenguaje, no utilizamos intencionalmente una palabra que denote algo diferente al concepto que queremos comunicar. A veces escogemos una palabra en lugar de otra por sus ventajas denotativas. Por ejemplo, "tienda" puede ser muy ambigua. Puede denotar una tienda de ropa, herramientas, o piezas de autos. En lugar de decir, "Fui a la tienda" podría escoger decir "Fui a tienda de comestibles". Podemos decidir decir "océano" en vez de "agua", "hija" en vez de "niña", debido a que los términos son mas adecuados a nuestros propósitos. Las ventajas denotativas pueden ser específicas o ambiguas. Aun así escogemos palabras a la luz de sus ventajas denotativas. Segundo, escogemos las palabras por las connotaciones asociadas. Hay innumerables tipos de connotaciones, pero las connotaciones emocionales a menudo juegan un papel vital. ¿Qué diferencia existe en describir a alguien como "burócrata", "oficial de gobierno", y "servidor público"? La denotación puede ser la misma pero la connotación emocional de las palabras es bastante distinta. Puedo describirme a mi mismo como "firme" a otra persona como "obstinado" y a una tercera persona como "terco como una mula". De nuevo, mi selección está basada en las connotaciones emotivas de los términos. Los escritores de las narraciones del Antiguo Testamento escogieron sus palabras debido a sus denotaciones y connotaciones. Cosideren un verso de la historia de la Torre de Babel: "Jehová descendió para ver la ciudad y la torre que edificaban los hombres" (Gen. 11:5). ¿Qué es lo que Moisés quiso decir cuando dijo que Dios descendió (yrd)? Encontramos claves al considerar algunas de las palabras que pudo haber seleccionado. Por ejemplo, ¿Por qué dijo
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"descendió" (yrd) en vez de "ascendió" (`lh)? Aparentemente el quiso denotar un movimiento hacia abajo. ¿Por qué dijo "descendió" (yrd) en vez de "vino" (bw`). "Vino" hubiera sido suficiente puesto que sus lectores sabían que Dios habita en los cielos. Pero Moisés escogió "descendió" (yrd) por su denotación específica. Finalmente, la palabra "descendió" pudo también haber sido escogida por su connotación emotiva. En el verso previo, Moisés había dicho que la torre llegaba hasta los cielos (Gen. 11:4). Es posible que haya escogido "descendió" por su connotación sarcástica. La gente que construía pensó que había llegado al cielo, pero el Señor había descendido solo para verla. El notar las opciones que los escritores enfrentan, nos ayuda a entender el significado de las palabras que escogen. Debemos considerar antónimos, sinónimos, metonimias, y así por el estilo, para clarificar el significado de las palabras que usaron. Al examinar las selecciones del de los escritores, adquirimos entendimiento. Como Thiselton explica, "El intérprete no sabe cuanta importancia poner en el uso del autor de una palabra x hasta que también conoce qué alternativas estuvieron a su alcance al mismo tiempo". En este estudio vamos a encontrar el significado original tomando una perspectiva similar de unidades mayores de material. En un sentido último, el Espíritu Santo determinó lo que había de incluirse en las historias del Antiguo Testamento. Pero a la luz de la inspiración orgánica, debemos preguntarnos a nosotros mismos lo que el escritor humano escogió incluir o excluir para comprender más claramente el significado original del texto. Los evangélicos a menudo fallan en considerar la selectividad que ejercieron los escritores del Antiguo Testamento. "Ellos escribieron acerca de esos eventos porque eso fue lo que pasó" decimos. Esto ciertamente es verdadero, pero los escritores del Antiguo Testamento pudieron haber descrito los mismo eventos de innumerables maneras sin falsificar los hechos. Lo que se reporta, enfatiza, minimiza y omite es el resultado del ejercicio de una selección. ¿Cuántas opciones tienen los escritores para componer la escena de un hombre caminando por una carretera? Pueden decirnos el año, mes y día, u hora; pueden reportar el nombre del Estado, el poblado o la carretera; pueden escoger describir el clima, la condición de la carretera, a la gente que acompañaba al hombre o la gente que no estaba allí. Los escritores pueden describir su apariencia física, su ropa, su andar; podrían enfocarse en sus propósitos, pensamientos o sentimientos. Por supuesto, la disponibilidad de información elimina algunas de estas opciones. Pero estas y muchas otras opciones son enfrentadas por los escritores que quieren componer una escena simple de un hombre caminando por un camino. ¿Cuántas otras opciones tuvieron los escritores del Antiguo Testamento al componer historias y libros completos? Y si los escritores del Antiguo Testamento tuvieron tantas decisiones que tomar, ¿cómo decidieron lo que incluirían en sus historias? De nuevo, basaron sus selecciones en las denotaciones y conotaciones. Las historias del Antiguo Testamento fueron diseñadas para denotar cierto orden en los eventos. Los escritores reportaron lo que ellos querían que sus lectores consideran. ¿Por qué, por ejemplo, el autor de Samuel dice, " Y el niño Samuel crecía en estatura y en gracia para con Dios y los hombres. (1 Samuel 2:26) en lugar de "Samuel tenía 12 años y tenía una altura como de cinco pies"? ¿Por qué el escritor de Jueces dice a sus lectores que Eglón era "muy obeso" (Jueces 3:17) en lugar de reportar que el rey "tenía barba"? En primer lugar, estos escritores querían que sus audiencias consideraran los elementos que habían reportado y no otros elementos. La selección en las historias del Antiguo Testamento estaban basadas frecuentemente en los conceptos que el escritor quería denotar. Los escritores del Antiguo Testamento también escogieron lo que incluyeron y excluyeron basados en las connotaciones. La reputación de
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Samuel fue reportada para producir apreciación por él y desdén por los hijos de Elí. La descripción de la obesidad de Eglón era una burla para el gobernante. En los capítulos siguientes nos enfocaremos en las selecciones que los escritores hicieron. Será evidente la necesidad de preguntarnos lo que estos escritores escogieron reportar. Ellos no dijeron todo lo que habrían podido decir; retuvieron información al mismo tiempo que la daban. El notar esta selectividad nos permite explorar el significado de sus historias. Sintagmático. El segundo ángulo mayor del significado original es el arreglo sintagmático (cómo es usada la palabra en relación con otras palabras en el texto. Como Saussure explica: En un discurso... las palabras adquieren relaciones basadas en la naturaleza lineal del lenguaje porque ellas se entrelazan... un término adquiere su valor sólo porque está en oposición a todo lo que le precede o sucede o ambos casos. A menudo el contexto sintagmático determina la palabra que se usará, pero también ocasiona que las misma palabra tenga un significado diferente. La frase, cláusula u oración en la que aparece una palabra determina su significado. Tomemos por ejemplo, la preposición "en". Si yo preguntara si las palabras están "en" o "sobre " esta página, sus respuestas optarían confiadamente por "en". "En este contexto "en" y "sobre" son bastante diferentes. Pero vamos a cambiar el contexto sintagmático. Si me preguntan, "¿Dónde está el libro?" yo responderé "Está en la mesa". En este contexto "en" es sinónimo de "sobre". El significado de la palabra está influenciado por el contexto sintagmático. Los contextos literarios extensos también afectan el significado de una palabra. El párrafo o la totalidad del discurso puede ayudar al lector a discernir el significado de una palabra en particular. Por ejemplo, si usamos la expresión "casa llena" en un párrafo describiendo una fiesta en la casa de un amigo, probablemente denote mucha gente en una casa. Pero si escribimos "casa llena" en un pasaje describiendo un partido de béisbol, probablemente denote cierto arreglo de jugadores en las bases. Lo mismo es aplicable a las historias del Antiguo Testamento. El significado de una palabra particular puede variar dentro de un mismo pasaje por el contexto sintagmático. Un claro ejemplo es el uso de la palabra "casa" (byt) en 2 Samuel 7:1-16. Esta palabra es usada ocho veces en el pasaje, pero tiene al menos tres significados distintos. "Casa" denota el concepto del "palacio" de David (vrs.1,2), "El templo de Dios" (vrs. 5,6,7,13) y la "dinastía de David" (vrs. 11, 16). ¿Cómo podemos distinguir entre estos significados variados? Discernimos las diferencias al notar el contexto sintagmático de cada una de las apariciones de la palabra. Si el contexto habla de donde vivía David, entonces "casa" se refiere a su palacio. Si el pasaje está hablando acerca de David o Salomón construyendo "una casa", se refiere al templo de Dios. Si Dios está hablando a David acerca de su futuro, "casa" es la dinastía de David. En cada caso el contexto sintagmático nos da claves para encontrar el significado de la palabra. En los capítulos siguientes, vamos a considerar cómo el contexto sintagmático afecta el significado a un nivel extenso al examinar el arreglo de las narraciones. Al considerar cómo una historia está arreglada, encontraremos más claves para el significado original. Desafortunadamente, muchos evangélicos fallan en ver la importancia del arreglo de las historias del Antiguo Testamento. A menudo nos decimos, "Las historias están arregladas simplemente de la manera en que los eventos ocurrieron". No hay duda que las realidades históricas impulsaron a los escritores bíblicos; ellos no fabricaron o mal representaron los eventos.
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Aun así los escritores del Antiguo Testamento arreglaron la misma serie de eventos de muchas maneras diferentes en sus relatos. Algunas veces los escritores del Antiguo Testamento siguieron la secuencia histórica; en otros ocasiones no lo hicieron. Los eventos anticipaban escenas futuras y recolectaban materiales previos. Algunas historias arreglan las escenas simétricamente, otras asimétricamente. Las acciones aumentan o relajan la tensión dramática. Estas son algunas de las maneras en las que los escritores del Antiguo Testamento arreglaron sus historias. Al excavar en busca del significado original, estaremos interesados en cómo arreglaron sus relatos los escritores del Antiguo Testamento. Exploraremos historias independientes, series de historias y libros enteros desde un ángulo sintagmático. Pragmático. La distinción de Saussure entre parole y langue señala a un ángulo más vital para encontrar el significado de un texto: el contexto pragmático. En los años recientes se ha dado mucha atención al pragmatismo del lenguaje humano. Ha llegado a ser evidente que otros factores distintos al lenguaje en sí mismo, afectan el significado de una expresión. La situación del los hablantes y oyentes determina importantemente el significado de un discurso. El significado no solo depende de selectividad paradigmática y arreglos sintagmáticos; también depende del contexto extra lingüístico y pragmático en el cual ocurre una expresión. El ángulo pragmático consiste de una amplio rango de consideraciones, incluyendo los escenarios histórico y cultural. El significado de una expresión diferirá de un lugar a otro y de una época a otra. La palabra "comida" en el contexto de Yucatán, se refiere generalmente al alimento tomado al medio día; pero en otras partes se refiere a los alimentos en general. Aun dentro del mismo contexto temporal y geográfico, una palabra puede tener varios significados según se use en diferentes ámbitos sociales. La palabra "menudo" puede referirse al nombre de una comida o a moneda fraccionaria. Sin claves sintagmáticas la única manera de distinguir estas posibilidades es considerando el escenario pragmático. El contexto extra lingüístico también consiste de los propósitos para los cuales una expresión es escogida. Tomemos, por ejemplo, el significado de un imperativo. Los estudiantes de Teología a menudo asumen que un verbo imperativo siempre expresa un mandato, y en muchos ocasiones este es el caso. Cuando Dios habla acerca de un asunto moral, un imperativo claramente es un mandamiento (Exodo 19:10). Cuando un rey dice a sus siervos qué hacer, el imperativo es una orden (2 Samuel 11:14-15). Pero algunos contextos pragmáticos ponen claro que el imperativo no siempre indica un mandato autoritario. Cuando un sirviente habla a un rey en el imperativo, no tiene la intensión de ser tomado como decreto (2 Samuel 14:4). Similarmente, cuando un adorador ofrece plegarias en el imperativo, son imperativos de petición, no mandatos (Salmos 51:10). La importancia de las consideraciones extra lingüísticas es evidente cuando consideramos la relación entre los pensamientos del hablante y sus expresiones gramaticales. Los evangélicos a menudo asumen que las formas gramaticales de un texto corresponden directamente a las intenciones del escritor. Asumimos, por ejemplo, que si el escritor quiere comunicarnos hechos, compone oraciones declarativas; si quiere hacer una pregunta, escribe oraciones interrogativas; y si quiere decirnos nuestras obligaciones, escribe en el modo imperativo. Pero después de reflexionar cuidadosamente, no podemos seguir sosteniendo el isomorfismo lógico-gramático. Los pensamientos de un escritor y la gramática superficial de su texto no corresponden directamente. Ciertamente, a menudo la gramática de un texto estará en cercano paralelo a las intenciones del escritor. Pero dadas las circunstancias apropiadas, una
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oración declarativa puede ser un mandato, un oración interrogativa puede ser una orden, y una oración imperativa puede ser la afirmación de un hecho. Por ejemplo, ¿qué significa la oración " Aquí hace frío "? A primera vista parece ser una mera descripción de la temperatura. Pero las condiciones pragmáticas apropiadas pueden dirigirnos hacia un entendimiento diferente de la oración. Por ejemplo, si el hablante está enfermo, podría estar pidiendo simpatía, el equivalente de "ayúdenme; tengo fiebre". Cuando los estudiantes dicen esto al entrar al salón de clase, pueden estar queriendo decir "Por favor, aumenten a la calefacción". Si es un caluroso día de verano, la oración inclusive podría ser tomada sarcásticamente y significar "Hace calor aquí". ¿Cómo es posible esta variedad? Porque el significado de una expresión no está determinada solamente por las estructuras gramaticales superficiales. La gramática debe leerse en términos de las circunstancias extra lingüísticas y las intenciones del hablante. Las consideraciones pragmáticas son esenciales para interpretar las narraciones del Antiguo Testamento. Si asumimos un paralelo estricto entre los pensamientos de los escritores bíblicos y sus expresiones gramaticales, entonces tendríamos que concluir que la mayoría de las historias del Antiguo Testamento no enseñan principios morales o teológicos. Después de todo, la mayoría de los textos simplemente reportan hechos. Pero la presentación superficial no agota exhaustivamente el significado. Ciertamente las historias del Antiguo Testamento reportan hechos a sus lectores, pero hacen mucho más que eso. Otras dimensiones del significado están bajo la superficie y pueden ser vistas solamente a la luz de las circunstancias pragmáticas en las que la historia fue escrita. Por ejemplo, la presentación superficial de un pasaje como la historia de Sadrac, Mesac y Abednego (Daniel 3:1-30) meramente reporta eventos. Explícitamente, el escritor nunca hace más que afirmar hechos. Aun así, dado el contexto pragmático de el exilio en el cual la audiencia original recibió esta historia, podemos ver que comunica mucho más que lo que la presentación superficial pudiera sugerir. Entre muchas otras cosas, sirvió para guiar a los lectores a vivir en fidelidad; infundió un sentimiento de orgullo por el valor de los jóvenes; inspiró fe en los lectores; y ofreció una doxología. Ninguna de estas cosas fue declarada explícitamente en las formas gramaticales, pero cuando consideramos porqué la historia fue escrita, llegamos a encontrarnos cara a cara con estos aspectos del significado original. Las historias del Antiguo Testamento fueron usadas con muchos propósitos. Más adelante en este estudio exploraremos al detalle el pragmatismo de estos relatos. Hasta este punto, sin embargo, debe ser evidente que si hemos de entender el significado original de estos textos, debemos hacer más que meramente mirar a lo que aparece en la página. Debemos considerar también las circunstancias de composición y determinar porqué el relato fue escrito. En resumen, tomaremos tres perspectivas con respecto a las interacciones entre el documento, escritor, y audiencia: el ángulo paradigmático (¿Qué escogió decir el autor?, el ángulo sintagmático (¿Cómo arregló el escritor su material?), y el ángulo pragmático (¿Por qué presentó su material el escritor?). A medida en que apliquemos estos puntos de vista a las historias del Antiguo Testamento, estaremos en una posición mejor para comprender el significado original de estos textos (Ver fig 12)
Fig. 12 Angulos del Significado Original
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Resúmenes múltiples Todos sabemos que existe sólo un Océano Atlántico; es una realidad objetiva única. Sin embargo, esta realidad única es un complejo conglomerado de diversos elementos. Una amplia gama de componentes químicos, vida animal y vegetal, y un sin fin de otros factores forman el Océano Atlántico. Esta complejidad hace imposible el hacer una descripción exhaustiva. Lo más lejos que llegamos es a hacer muchas descripciones diferentes. Como hemos visto, los autores del Antiguo Testamento escribieron textos coherentes y univalentes para sus audiencias. Cada pasaje tiene un significado original. Pero la univalencia no es lo mismo que simplicidad. Los escritores, documentos y audiencias interactuaron en maneras numerosas para producir el significado original. Los ángulos paradigmágtico, sintagamético y pragmático revelan sencillamente cuán complejas fueron estas interacciones. Consecuentemente, al investigar las historias del Antiguo Testamento, lo mejor que podemos realizar es hacer diferentes resúmenes del significado original único. Una vez un estudiante se me acercó y me preguntó, "¿Qué comentario me dará el verdadero significado de Exodo"? La pregunta me tomó por sorpresa, pero logré responder, "Hay muchos comentarios buenos acerca del libro". "Pero todos dicen cosas distintas", respondió. "Yo quiero conocer cuál me dirá el significado verdadero sin ninguna omisión". Este estudiante tenía un concepto falso. Es una cosa decir que cada texto tiene un solo significado original. Pero es otra cosa totalmente, esperar que un comentario haya llegado completamente a ese significado. ¿Cuántas páginas tomaría el dar una descripción exhaustiva de los Diez Mandamientos? ¿Es posible que un comentario dé la última palabra en el significado original de que Israel cruzara el Mar Rojo? ¡Por supuesto que no! Estos pasajes son tan ricos que un comentario apenas roza la superficie de sus profundidades. Muchos evangélicos simplifican demasiado el significado original, pensando algo como esto: "El pasaje significa lo que he dicho. Este pasaje tiene sólo un significado, por lo tanto no puede significar nada más". Con tal punto de vista, no tardaremos mucho en detener la exploración del pasaje y descartar toda investigación posterior porque pensaremos haber llegado a la única interpretación legítima. Pero las complejidades inherentes de las narraciones del Antiguo Testamento hacen de la investigación un proceso en desarrollo. Podemos descubrir aspectos del significado original, pero siempre hay más por descubrirse. Podemos agotarnos en nuestra investigación de las narraciones del Antiguo Testamento, pero nunca agotaremos la riqueza de los textos mismos. Al empezar la investigación de las historias del Antiguo Testamento, debemos recordar que hay un solo significado original, pero que hay muchos resúmenes legítimos de ese significado único. El examen cuidadosa puede descartar interpretaciones incorrectas, pero se pueden hacer muchas descripciones apropiadas. Nuestra meta no es formular la única descripción apropiada del significado original. Es formular una colección de descripciones legítimas. En los capítulos siguientes, aprenderemos a hacer muchos resúmenes diferentes de las narraciones del Antiguo Testamento. En los capítulos 6 al 9, nos enfocaremos en los resúmenes intrínsecos. Nos ocuparemos principalmente en la caracterización, las escenas, y las estructuras en el documento. En los capítulos 10 al 12, tornaremos la atención a los resúmenes extrínsecos.
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Estaremos especificamente interesados en los escritores y las metas pragmáticas que tuvieron hacia sus audiencias. Puesto que los significados originales de las narraciones del Antiguo Testamento son realidades complejas, ningún resumen único será suficiente. Debemos aprender cómo hacer estos diferentes tipos de resúmenes, para que nuestro entendimiento de las historias del Antiguo Testamento pueda crecer. (ver figura 13).
Fig. 13. Resúmenes múltiples del significado original
Conclusión En este capítulo hemos presentado el acercamiento básico que seguiremos al investigar las historias del Antiguo Testamento. La meta de la investigación es descubrir el significado original - el sentido que el documento tiene en el contexto de su escritor y audiencia. Este significado es históricamente fijo, singular y normativo para todo trabajo interpretativo. Sin embargo, debemos recordar las interacciones complejas entre el escritor, documento y audiencias y dar atención a los ángulos paradigmático, sintagmático y pragmático del significado. Al aprender a hacer estos tipos de resúmenes, podremos discernir que significaban estas historias al principio cuando Dios las dio a Su gente.
Preguntas de Repaso 1. ¿Qué es un punto de vista polivalente del significado? ¿Cómo difieren los puntos de vista antiguos y modernos de la polivalencia? 2. ¿Qué es un punto de vista univalente del significado? ¿Cuáles son algunas de las raíces históricas de estos puntos de vista en la interpretación Bíblica? 3. ¿Qué distinciones son hechas en este estudio entre "significado original", "elaboraciones bíblicas", "aplicaciones legítimas" y "Valor completo"? ¿Cómo estas distinciones mantienen continuidad con los intereses tradicionales protestantes en la interpretación bíblica? 4. ¿Por qué es importante la formula "un solo significado original - muchos resúmenes parciales"? 5. ¿Cuáles son los factores terrenales que controlan el significado original? Distingue entre los ángulos de significado original "paradigmático", "sintagmático" y "pragmático".
Ejercicios de Estudio 1. Revise un comentario antiguo y otro mas moderno sobre Génesis 1:1-2. Note el enfoque de los comentaristas en el significado original, elaboraciones Bíblicas y aplicaciones legítimas.
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2. Revise un comentario antiguo y otro mas moderno sobre Génesis 1:1-2. ¿Se enfocan mas los comentaristas en el escritor, el documento o la audiencia? ¿Como se podrían mejorar sus comentarios si ellos ampliaran su enfoque? 3. Revise un comentario antiguo y otro mas moderno sobre Génesis 1:1-2. ¿Se enfocan mas los comentaristas en asuntos paradigmáticos, sintagmáticos o pragmáticos? ¿Podría usted llenar algunos de los vacíos de sus acercamientos?
EL NOS DIO HISTORIAS La Guía Bíblica para Estudiantes para Interpretar las Narraciones del Antiguo Testamento
Parte 6: PERSONAJES EN LAS HISTORIAS DEL ANTIGUO TESTAMENTO
Recuerdo la vez cuando mi maestra de cuarto año leyó "Un villancico de Navidad" de Charles Dickens a nuestra clase. "¿Qué fue lo que más les gusto de la historia?" preguntó mientras cerraba el libro. "A mi me gustó el pequeñito Tim," contestó la niña sentada junto de mí. "Era muy dulce". Como todo jovencito, yo no podía apoyar esa idea. "¡De ninguna manera!" objeté. "La mejor parte fue cuando era media noche. Muchas cosas espeluznantes pasaron." La clase se dividió a la mitad. Las niñas estaban de acuerdo que el pequeño Tim era el más importante; todos los niños estaban de mi lado. Nunca llegamos a un acuerdo. Ahora me doy cuenta de que la niña y yo estabamos enfocados en dos elementos básicos de las historias. La trama llamó mi atención; un personaje la fascinó a ella. Todos nosotros somos atraídos en una u otra dirección cuando leemos libros o vemos películas u obras de teatro. De hecho, la importancia relativa de los personajes y las tramas han sido una controversia desde hace mucho tiempo entre los críticos literarios. Algunos argumentan que las historias se resuelven alrededor de los personajes, en tanto que otros insisten que la trama es central. Algunos pasajes dependen más en un elemento que en el otro. Pero en el análisis final, ambos, los personajes y la trama son cruciales. Al comenzar a investigar le mensaje original de los relatos del Antiguo Testamento, nos enfocaremos primero en los personajes. Hay tres asuntos principales que sobresalen: la presentación de los personajes, las técnicas de caracterización y el propósito de la caracterización. ¿Qué personajes aparecen en este pasaje? ¿Cómo forman los escritores del Antiguo Testamento Presentación De Personajes El entendimiento del papel de los personajes en las historias del Antiguo Testamento comienza con dos consideraciones básicas. ¿Qué personajes son incluidos? ¿Cómo son retratados? Para responder estas preguntas, haremos unas observaciones generales en el
registro de personajes y en los retratos de los personajes en los relatos del Antiguo Testamento. Registro de Personajes Frecuentemente resumimos las historias en términos de las personas que están incluidas en ellas. "El Sol también se levanta" de Hemingway es acerca de Jake Barnes, Lady Brett Ashley, y Bill Gorton. "¡Absolam, Abolam,!" de Faulkner se enfoca en Thomas Supen y Quentin Compson. En tanto recordamos estos trabajos literarios, la lista de personajes nos ayuda a recordar mucho acerca de las historias. De manera muy similar, podemos obtener mayor comprensión en los relatos del Antiguo Testamento simplemente notando sus personajes. Génesis 11:10-25:10 es acerca de la vida de Abraham. El libro de Jonás se enfoca en el profeta Jonás. El libro de Samuel trata de Samuel, Saúl y David. El registro de personajes nos da una orientación básica con la que podemos examinar estos textos de una manera más completa. Los personajes son personas o grupos de personas en una historia. Pero ¿qué clase de personajes incluyen los relatos del Antiguo Testamento? ¿Quién está generalmente en el registro? Los estudios más recientes de los personajes en la Biblia limitan su atención a figuras humanas. Los humanos son prominentes en el Antiguo Testamento, pero los escritores del Antiguo Testamento también se enfocan en Dios, criaturas sobrenaturales, y seres humanos. Dios. Cuando leemos la Biblia, frecuentemente pensamos que Dios siempre es el personaje más importante. Los escritores del Antiguo Testamento no simplemente describieron asuntos humanos; su propósito ultimado era revelar a Dios y Su voluntad a Israel. En este sentido, todos los relatos siempre revelan el carácter de Dios. Sin embargo, no siempre Dios está en el primer plano de las historias del Antiguo Testamento. La intensidad de su presencia varía de pasaje a pasaje. Dios juega un papel central en muchos textos, actuando recíproca y extensamente con Sus criaturas y dirigiendo eventos. En el registro de la expulsión del Jardín del Edén, dios cuestiona y maldice (Génesis 3:9-24). El en registro de la oración de Salomón pidiendo sabiduría, Dios habla a Salomón y responde su oración (1 Reyes 3:1-15). Estas y muchas otras historias ubican a Dios en el corazón de la acción. Pero en otros textos, la acción humana es la que domina, y Dios juega un papel menos prominente. El registro de la Torre de Babel (Génesis 11:1-9) se enfoca primero en el intento humano de construir una ciudad invencible. Dios aparece después que la construcción está bien encaminada (Génesis 11:5-9). A veces Dios aparece simplemente
como un interventor Deus ex machina (Dios de una máquina). Se desarrolla un problema, Dios lo corrige, entonces inmediatamente se retira de la escena. El en registro del éxodo de Abram de Egipto (Génesis 12:10-20), no se menciona explícitamente a Dios, excepto en Génesis 12:17: "Mas Jehová hirió a Faraón y a su casa con grandes plagas...". Habiendo resuelto el problema de Abram, Dios desaparece de la historia. A parte de esto, muchos pasajes hacen solamente una breve mención de Dios. Por ejemplo, Dios no jugó un papel activo cuando David se enteró de la muerte de Saúl (2 Samuel 1:1-16). De la misma manera, el registro de los amoríos adúlteros (2 Samuel 11:1-27) no se menciona a Dios, excepto en las sentencias finales: "Mas esto que David había hecho, fue desagradable ante los ojos de Jehová." (2 Samuel 11:27b). Finalmente, hay pasajes en los que Dios desaparece gradual y completamente en el fondo. El registro del tiempo de David entre los Filisteos (1 Samuel 27:1-12) no menciona a Dios. La rebelión de Seba contra David (2 Samuel 20:1-16) omite cualquier referencia a la divinidad. Notablemente, Dios está ausente del libro de Esther. Tenemos que tener cuidado aquí. Aunque no se menciona específicamente a Dios en algunos pasajes, nunca estuvo ausente de la perspectiva de los escritores del Antiguo Testamento. Se le presuponía como el Controlador de los eventos aunque no apareciera en la superficie del texto. La presencia escondida de Dios es reconocida en las primeras escenas del matrimonio de Sansón con la mujer Filistea (Jueces 14:1-4). Sansón se enamora de una joven de Timnat. Su padre y madre se opusieron al matrimonio, pero Sansón insistió en tenerla. Hasta este punto, no se menciona a Dios, pero con un comentario parentético el escritor de Jueces hace saber a sus lectores que Dios estaba dirigiendo detrás de la escena: "Mas su padre y su madre no sabían que esto venía de Jehová, porque él buscaba ocasión contra los filisteos..." (vs. 4). El escritor de Jueces informó a su audiencia de una creencia fundamental que tenían los autores del Antiguo Testamento. Los eventos de sus historias siempre reflejaban la providencia de Dios. En este sentido, Dios es un personaje implícito en cada historia del Antiguo Testamento, aún si Él está trabajando detrás de las escenas. Criaturas sobrenaturales. Un buen número de pasajes del Antiguo Testamento incluyen criaturas sobrenaturales en su registro de personajes. Los ángeles juegan un papel importante en varios textos; aún Satanás aparece de vez en vez. Los escritores del Antiguo Testamento creían que estos seres sobrenaturales comienzan a participar activamente en la historia de Israel. La destrucción de Sodoma y Gomorra (Génesis 18:1-19:29) presenta un ejemplo bien conocido de personajes sobrenaturales. Los visitantes celestiales se encuentran con
Abraham y le dicen del juicio venidero (Génesis 18:16-33). Más adelante, la historia se enfoca en los mensajeros angelicales rescatando a Lot y a su familia de la ciudad (Génesis 19:12-22). De igual manera, los primeros capítulos de Job (Job 1:6-2:7) se enfocan en el papel que juega Satanás en los problemas de Job. En los registros de Crónicas del censo de David (1 Crónicas 21:1-22:1), Satanás aparece como el que incitó a David a pecar (1 Crónicas 21:1). Un ángel de Dios también aparece en la historia para castigar a Israel (1 Crónicas 21:15). Muchas historias mencionan criaturas sobrenaturales desarrollando tareas: la escalera de Jacob (Génesis 28: 12), Jacob en Peniel (Génesis 32:24-30), la prueba de Abraham (Génesis 22:11-18), el tormento demoníaco de Saúl (1 Samuel 16:14-16,23) para mencionar solamente algunas. Seres humanos. Aunque sean importantes, tanto Dios como las criaturas sobrenaturales, las historias del Antiguo Testamento se enfocan principalmente en los seres humanos. Algunos pasajes tratan solamente con algunas personas (Génesis 4:1-16; 9:1-17; 29:14b30; Rut 3:1-18), en tanto que otros se enfocan en grupos, ciudades completas, naciones y a toda la humanidad (Génesis 11:1-9; 19:1-29; Éxodo 12:31-42, Jueces 16:23-31; 1 Reyes 17:7-24). Desafortunadamente los evangélicos fácilmente pasamos por alto el enfoque humano de las historias del Antiguo Testamento. Pero nunca debemos olvidar que todos estos textos son acerca de la humanidad así como de Dios. al concentrarnos en la gente, estos pasajes revelan mucho acerca de la vida humana. Los escritores del Antiguo Testamento enseñaron verdades teológicas profundas, pero expresaron sus puntos de vista enfocándose en las maneras en que vivían los seres humanos. Enseñaron conceptos teológicos mayormente a través de registros de experiencias humanas. Las historias del Antiguo Testamento presentan una variedad de personajes. Al investigar el significado original de estos pasajes, nos ayuda a identificar el registro de los personajes. ¿Aparece Dios? ¿Qué criaturas sobrenaturales se mencionan? ¿Qué seres humanos ser incluyen? Notar qué personajes aparecen en los relatos del Antiguo Testamento nos ayuda a ganar una orientación básica hacia el significado original de estos pasajes. Descripción de Personajes. Dos mujeres jóvenes estaban discutiendo de un conocido mutuo. La primera comentaba: "Pienso que es un muchacho muy bueno. Es tan cortés y servicial". "Yo no creo que sea así para nada", contestó la segunda. "¿Estás segura de que estamos hablando de la misma persona?"
"Estamos hablando de la misma persona", respondió la primera mujer. "Creo que simplemente estamos viendo dos lados diferentes de él". Frecuentemente la gente tiene diferentes perspectivas de la misma persona. Los seres humanos son criaturas complejas; nunca los comprendemos totalmente. Podemos formarnos opiniones verdaderas, pero nuestros juicios en el menor de los casos, siempre son parciales. Una distinción similar debe de hacerse al interpretar las historias del Antiguo Testamento. Los escritores del Antiguo Testamento trataron con figuras reales del pasado, pero dieron descripciones limitadas de estos personajes. Formaron caracterizaciones, perfiles de los "hábitos, emociones, deseos e instintos" de los personajes. No ofrecieron valoraciones amplias adicionales. En lugar de esto, caracterizaron a Dios, a las criaturas sobrenaturales y a los humanos para dirigir a sus lectores a perspectivas y respuestas particulares. La caracterización en las historias del Nueva Testamento sigue patrones diferentes. Discutiremos varios rasgos más tarde en este capítulo, pero hasta este punto, mencionaremos dos cualidades de caracterización: honestidad y selectividad. Honestidad. Los escritores del Antiguo Testamento demostraron notable honestidad en la caracterización. Ellos no fabricaron cualidades para sus personajes. Frecuentemente sus figuras presentas tanto fallas como virtudes. En el libro de Reyes, por ejemplo, Elías sobresale como el profeta más grande de Israel. El escritor de Reyes lo presentó como un hombre de Dios en tiempos de desesperación. Él realizó milagros (1Reyes 17:7-14, 17-23, 18:18-46; 2 Reyes 1:12), desafió a la autoridad real por mandato de Dios (1 Reyes 18:1546), y resistió valientemente a los sacerdotes de Baal (1 de Reyes 18:16-40). Podríamos esperar que el escritor de Reyes ocultara los defectos de tan importante personaje, pero no lo hizo. Después de que demostró gran valor Elías en el Monte Carmelo, leemos: Viendo, pues, el peligro, se levantó y se fue para salvar su vida, y vino a Beerseba, que está en Judá, y dejó allí a su criado. Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres. Y echándose debajo del enebro, se quedó dormido (1 Reyes 19:3-5ª). Revelaciones similares de defectos aparecen en las vidas de otras figuras importantes. Noé se intoxicó después del diluvio (Génesis 9:20-21); las cabezas de las doce tribus de Israel pasaron situaciones penosas (Génesis 35:22; 34:1-31; 37:12.35; 38;1-26); Aarón formó el becerro de oro (Éxodo 32:2-6); Natán hizo un llamado a David para responder por su adulterio (2 Samuel 12:1-14); Salomón permitió y practicó idolatría (1 Reyes 11:18).
Los escritores del Antiguo Testamento presentaron un retrato franco de Dios también. Ellos nunca cuestionaron la perfección divina, pero tampoco vacilaron en mostrar a sus lectores las verdades difíciles acerca del carácter de Dios. El largo sufrimiento de Dios y su perdón se muestra en muchas historias (ver Éxodo 32:9-14; 33:12-17; 2 Samuel 12:13; Jonás 2:1-10; 3:4-10); pero el enojo y la ira de Dios, aún en contra de Su propio pueblo, aparecen en primer plano en otros pasajes (2 Samuel 12:11-12, 14; 1 Reyes 11:9-13; 2 Reyes 17:1-23; 1 Crónicas 21:1-22:1) Dios envía espíritus malignos (1 Samuel 16:14-16, 23; 18:10) y llama a un "espíritu de mentira en la boca de estos tus profetas" (2 Crónicas 18:18-22). Los escritores del Antiguo Testamento caracterizaron a Dios como Él es, no como sus lectores hubieran querido que fuera. La honestidad de los escritores del Antiguo Testamento eleva nuestro sentido de confianza en sus caracterizaciones. Cuando el error humano jugaba un papel importante en sus historias, no lo ocultaban. Si cualquier aspecto del carácter de Dios era vital para sus propósitos, no se abstenían de informarlo. A la luz de su revelación franca, podemos estar seguros de que las caracterizaciones del Antiguo Testamento son verdad. Selectividad. No obstante, los escritores también demostraron un alto grado de selectividad intencional. Ellos eligieron decir algunas cosas acerca de sus personajes y omitir otras. Al leer sus informes, se vuelve evidente que los escritores del Antiguo Testamento sintieron muy poca obligación para formar caracterizaciones amplias. Ellos reportaron solamente las facetas de sus personajes que se ajustaban a sus propósitos. Como hemos visto, el libro de Jueces fue escrito para demostrar la necesidad de Israel de un rey; el escritor usó los retratos de personajes seleccionados intencionalmente para comunicar este mensaje. La sección de en medio de su libro cubre muchos personajes principales: Otoniel (3:7-11), Aod (3:12-30), Samgar (3:31), Débora (4:1-5:31), Gedeón y su hijo Abimelec (6:1-9:57), algunos jueces menores (10:1-5), Jefté (10:6-12:7), otros jueces menores (12:8-15), y Sansón (13:1-16:31). Como lo indica el siguiente diagrama, el escritor caracterizó estas figuras con un arreglo en mente definido. (ver figura 14). Como lo indica este diagrama, las series de jueces comienzan con tres figuras principales a quienen el escritor las caracterizó como ideales. Otoniel, Aod (Samgar), y Débora cumplieron sus deberes sin fallar e Israel experimentó paz por muchos años. Un cambio de caracterización ocurre en el registro de Gedeón y su hijo Abimelec. Gedeón comienza su ministerio de una manera muy parecida a los jueces anteriores; él obedeció y tuvo éxito. Sin embargo, casi al final de su vida Gedeón vaciló y adoró al efod de oro que hizo (Jueces 8:27). Después de este evento, el hijo de Gedeón se declaró a sí mismo rey, se
rebeló contra Dios, y oprimió a la gente. Gedeón y Abimelec presentan una mezcla de lo bueno y lo malo. Este cambio hacia el mal se empeora más con las historias de Jefté y Sansón. Los episodios de Jefté son presentados con una variación importante en el ciclo de apostasía., arrepentimiento y liberación. En Jueces 10:10 la gente implora por misericordia, como lo han hecho anteriormente, pero esta vez Dios se rehusa a responder a su petición (Jueces 10:11-14). Solamente después de súplica intensa Él sucumbe a sus súplicas (Jueces 10:16b). Jefté logra victorias, pero su liberación es estropeado por el precipitado voto de sacrificar a quien sea que saliere de su casa (11:29-39). Sansón también aparece como un hombre de un carácter moral cuestionable. Aunque era un Nazareo separado para Dios (13:5), el se casa con una mujer filistea (14;1-20) y es atraído para divulgar el secreto de su fuerza a Dalila (16:1-22). Finalmente tiene éxito en vencer a los Filisteos, pero a costa de su propia vida (16:2-30). En esta presentación de la vida de Salomón, el escritor vino al punto más bajo en sus caracterizaciones de los jueces. Este patrón de caracterización selectiva sirvió al propósito del libro de Jueces. Desde la perspectiva del autor, los jueces empeoraron generación tras generación. Esta decadencia claramente demostraba la necesidad de Israel para tener un rey piadoso que le proveyera un gobierno permanente y una dirección estable para la nación. Como notamos las cualidades que los escritores del Antiguo Testamento escogieron incluir y excluir de sus caracterizaciones, nos dan mayor comprensión de sus propósitos al escribir. Los escritores del Antiguo Testamento nunca mal representaron los hechos, pero intencionalmente reportaron algunas cosas y omitieron otras que transmitían sus perspectivas a su audiencia. Al investigar las historias del Antiguo Testamento, debemos reconocer las presentaciones selectivas de los personajes. ¿Cómo describe la historia a los personajes? ¿Cómo se relacionan estas descripciones a los propósitos del escritor? Para resumir, los personajes juegan un papel central en las historias del Antiguo Testamento. El registro incluye a Dios, las criaturas sobrenaturales y los seres humanos. Los escritores del Antiguo Testamento fueron notablemente francos al describir a sus personajes. Pero también hicieron caracterizaciones selectivas para transmitir sus puntos de vista. Al mantener estas ideas básicas en mente, seremos capaces de explorar a los personajes en las historias del Antiguo Testamento de una manera más completa.
Técnicas de Caracterización
Tengo un amigo que es un artista consumado en cristal. Siempre he admirado su trabajo, pero recientemente lo aprecié aún más cuando me llevó a su taller y me demostró muchas de las técnicas que usa para producir su arte. Yo estaba sorprendido ante la complejidad del proceso. Ahora veo su trabajo con una nueva admiración. Conociendo el proceso de la producción me hace capaz de ver la belleza de su arte más claramente. En muchas maneras lo mismo es verdad para la caracterización de las historias del Antiguo Testamento. La mayoría de nosotros sentimos intuitivamente la importancia de la descripción de los personajes. Pero nuestra apreciación de este aspecto de los relatos del Antiguo Testamento es reforzada cuando nosotros entendemos las técnicas que usaron los escritores del Antiguo Testamento para formar sus caracterizaciones. Las técnicas usadas en caracterización son complejas, pero tres factores son particularmente importantes: claves para la caracterización, profundidad de exposición, y orden del personaje. ¿Qué indicaciones dieron los escritores del Antiguo Testamento para exponer sus perspectivas sobre los personajes? ¿Qué percepción revelaron? ¿Qué arreglo hicieron los autores del Antiguo Testamento de cada uno de los personajes? Claves para la caracterización En un sentido cada aspecto de los textos del Antiguo Testamento contribuyen a nuestro entendimiento de caracterizaciones. Pero los escritores del Antiguo Testimonio revelaron sus perspectivas de cuatro maneras principales: apariencia y condición social, acciones visibles, lenguaje directo y pensamiento, y comentarios descriptivos. Apariencia y condición social. Primero, los escritores del Antiguo Testamento pusieron el fundamento para las caracterizaciones en la apariencia y condición social de sus personajes. Los escritores del Antiguo Testamento se enfocaron principalmente en cualidades internas, concentrándose en "los motivos, las actitudes, (y) la naturaleza moral de sus personajes". Pero los factores externos frecuentemente proporcionaron pistas para sus perspectivas de los rasgos internos de los personajes. Las historias del Antiguo Testamento difieren de mucho de la literatura del mundo en su falta de atención a las apariencias externas; las descripciones físicas ocurren solamente ocasionalmente. Goliat se dice que tenía "de altura seis codos y un palmo" (1 Samuel 17:4); Saúl "de hombros arriba sobrepasaba a cualquiera del pueblo" (1 Samuel 9:2b) Esaú era "rubio" y "velludo" (Génesis 25:25); Saraí era "hermosa en gran manera" (Génesis 12:14); la cara de Moisés "resplandecía" después de que había hablado con Dios (Éxodo 34:29). Estas caracterizaciones ocurren tan frecuentemente que merecen atención especial cuando aparecen.
La condición social sugiere características de los personajes. Frecuentemente los escritores del Antiguo Testamento hicieron notar los antecedentes y el rango de las figuras humanas para formar una orientación hacia sus personajes. David es llamado el "rey" (2 Sanuel 2:4); Elías es considerado "un hombre de Dios" (1 Reyes 17:24); Rahab es "una prostituta" (Josué 2:1); y Naamán es "comandante de la armada del rey de Siria" (2 Reyes 5:1). Estos hechos no revelaron discernimientos específicos a las cualidades de estos personajes, pero pusieron expectativas iniciales sobre las cuales construyeron otras pistas sus lectores. La historia del asesinato de Eglón (Jueces 3:12-30) ilustra el valor de la apariencia y de la condición social en la caracterización. El escritor de jueces orientó a sus lectores hacia sus dos personajes principales, Aod y Eglón de dos maneras. Primero, él llamó a Aod "un libertador" y describió a Eglón como un "rey de Moab"; estas designaciones inmediatamente hicieron que sus lectores se formaran prejuicios a favor de Aod. Segundo, el escritor se burló de Eglón haciendo notar que era "muy gordo". Esta descripción física se agregó a la orientación negativa ya establecida hacia el rey. La apariencia y la condición social son relativamente claves vagas. Debemos de inferir las características del personaje con estas descripciones, ya que no contribuyen mucho pos sí mismas. Aún así, frecuentemente presentan perspectivas vitales hacia los personajes que encuentran explicación más completa en tanto la historia sigue adelante. Como vemos en los relatos del Antiguo Testamento, debemos de tomar nota de estas pistas. Acciones visibles. Los escritores del Antiguo Testamento se apoyaron mucho más en las acciones visibles para comunicar sus caracterizaciones. Estas pistas toman por lo menos tres formas: las acciones mismas de los personajes, otros personajes humanos, y Dios y sus representantes. La conducta de los personajes revela sus cualidades internas. Podemos aprender mucho acerca del personajes notando las acciones específicas que los escritores eligieron mencionar. ¿Qué tipo de acciones morales e inmorales realizó el personaje en la historia? Estos factores son críticos, pero no establecen rasgos explícitos del personaje. Debemos inferir cualidades internas de estas realidades externas. En segundo lugar, la conducta de los personajes humanos expone las características internas de un personaje. ¿Qué hicieron las otras figuras? ¿Cómo reaccionaron al personaje? Una vez más debemos de inferir características de las realidades externas. Más aún, debemos de evaluar las acciones de los otros personajes humanos, frecuentemente hicieron errores. Aún si sus reacciones reflejan valoraciones correctas, podemos aprender mucho de la perspectiva del escritor.
En tercer lugar, los escritores del Antiguo Testamento frecuentemente se apoyaron en las acciones de Dios y de Sus representantes para caracterizar otras figuras. La bendición divina y el juicio demuestra cómo se esperaba que la audiencia evaluara a un personaje. Frecuentemente dejamos de inferir por qué Dios actuó como lo hizo, pero Sus reacciones nunca son erróneas. Sus respuestas revelan la verdadera naturaleza de otros personajes. Nos ayudará ver de nuevo la historia del asesinato de Eglón en Jueces 3:12-30. El escritor de Jueces uso las acciones de Aod y Eglón, de otros humanos alrededor de ellos, y Dios reflejó al juez y al rey. Eglón es caracterizado como un gobernante opresor inclinado a los excesos y a la insensatez. Su corazón tirano se revela en sus primeras acciones, en las que el gobernante Moabita atacó a Israel y dominó el territorio de los alrededores de Jericó. Su gobierno fue tan opresivo que "clamaron los hijos de Israel a Jehová" (vs. 15). La perspectiva del escritor acerca de la naturaleza moral de Eglón se indica al querer enviar Dios a un libertador. El escritor de Jueces ridiculizó los excesos de Eglón al hacer notar "la gordura" que cubrió la espada de Aod (vs. 22). Se mofó de Eglón recalcando que sus guardas esperaron "hasta estar confusos" (vs. 25) antes de entrar a los aposentos del rey porque pensaron que estaba "cubriendo sus pies" (vs.24). Finalmente el escrito de Jueces caracterizó a Eglón como un tonto absoluto . Imprudentemente se quedó sin guardias, Egón se levantó en tanto que Aod se aproximaba, sin darse cuenta totalmente de su condena pendiente (vs. 20). El escritor todavía puso disipación sobre el rey cuando hace notar que sus guardas selectos estaban cerca en tanto que Aod cerraba las puertas y escapaba (vs.23) Las acciones visibles forman el retrato opuesto de Aod. El escritor de Jueces lo retrató como una persona extraordinaria, llena de valor, sabiduría y fuerza. Se nos da una indicación del carácter sobresaliente de Aod cuando Dios lo elige para liberar a su pueblo (vs. 15). El demuestra habilidades técnicas al preparar su propio "puñal de dos filos" (vs. 16). Los Israelitas reconocen sus excepcionales cualidades cuando le confían su presente para el rey. (vs. 15). El carácter de Aod también se hace evidente al tratar con los Moabitas. El despide a sus acompañantes y regresa para enfrentar a Eglón solo (vs. 18). Aod inteligentemente engaña a Eglón para que le diera una audiencia en privado al decirle de la "palabra secreta" que tenía para él. (vs. 19-20). La fuerza de Aod se destaca cuando él mete toda la espada en el cuerpo de Eglón (vs. 21-22). Él escapa (vs. 23) y valientemente dirige a Israel a una victoria sobre los Moabitas (vs. 26-30).
El escritor de Jueces utilizó esta acciones visibles para revelas su perspectiva sobre Eglón y Aod. Aunque debemos de confiar en las inferencias, estas pistas dan discernimiento significativo a sus caracterizaciones. Lenguaje directo y pensamiento. También aparecen pistas para caracterizaciones a través del lenguaje directo y pensamiento. Los escritores del Antiguo Testamento revelaron las características de sus personajes al registrar lo que hablaban y pensaban. Una vez más nos ayuda pensar en los personajes mismos, otros personajes humanos, y Dios y Sus representantes. Primero, los personajes mismos frecuentemente comentan de sus propias motivaciones, actitudes y naturaleza moral. Estas revelaciones son más explícitas que aquellas tomadas de apariencias, condición social, y acciones. No tenemos que inferir las cualidades internas que tenemos a la vista. Claro, siempre debemos evaluar si la auto-reflexión de los seres humanos ordinarios es correcta. La confesión de David a Natán: "Pequé contra Jehová" (2 Samuel 12:13), era obviamente correcto, revelando lo que el escritor quería que pensara su audiencia acerca de David. Pero Aarón falsamente se representó a sí mismo cuando clamó: "No se enoje mi señor... ellos me dieron oro y lo eché en el fuego, y salió este becerro." (Éxodo 32:22-24). Aarón estaba mintiendo; el mismo había hecho el becerro de oro (Éxodo 32:2-4). Ya que los escritores del Antiguo Testamento reportaron ideas falsas y mentiras, todas estas declaraciones deben de ser examinados con mucho cuidado dentro de sus contextos. Segundo, los personajes humanos siempre hacen declaraciones acerca de otros personajes. Algunas veces sus comentarios son verdaderos. Judá, por ejemplo, está en lo correcto cuando concluye que Tamar "más justa es ella que yo" (Génesis 38:26), pero Faraón está ciertamente equivocado cuando proclama que los Israelitas "están ociosos, por eso levantan la voz diciendo: Vamos y ofrezcamos sacrificios a nuestro Dios." (Éxodo 5:8b). Aún así, los escritores del Antiguo Testamento frecuentemente usaron las palabras y los pensamientos de otras personas para revelar a sus lectores las cualidades interiores de ciertos personajes. Tercero, los escritores del Antiguo Testamento reportaron las palabras y los pensamientos de Dios y de Sus representantes por causa de la caracterización. Por ejemplo, en Sanaí Dios declaró: "Yo he visto a este pueblo... es pueblo de dura cerviz." (Éxodo 32:9). Moisés espera que sus lectores aceptaran este discernimiento de la cualidades morales de la generación previa sin cuestionar. Las valoraciones que expresan Dios, Sus profetas, o mensajeros subrenaturales son totalmente confiables.
El lenguaje directo juega un papel vital en el registro de los preparativos de Jacob para encontrarse con Esaú (Génesis 32:1-32). Previo a este capítulo Moisés ha mostrado cómo vivía Jacob como "el suplantador" ( y´qb) engañando a su padre y robando la primogenitura de su hermano (Génesis 25:19-34; 27:1-40). Pero en tanto Jacob contempla acercarse a Esaú, el expresa su sentido personal de deficiencia moral a Dios: "menor soy que todas las misericordias y que toda la verdad que has usado para con tu siervo." (Génesis 32:10). También admite su miedo e impotencia: "Líbrame ahora de la mano de mi hermano, de la mano de Esaú , porque le temo." (32:11). A través de las propias reflexiones de Jacob, Moisés alerta a sus lectores del crecimiento que se ha llevado a cabo en el patriarca. El carácter de Jacob es revelado posteriormente en la conversación entre Jacob y el "hombre" con quien peleó en Peniel (32:26-30). Jacob confiesa que su nombre es verdaderamente Jacob (32: 27), pero el hombre responde: "No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido" (32:28). A través de las palabras de este mensajero de Dios, Moisés hace notar a sus lectores el nuevo carácter de Jacob. Ya no es más el suplantador, él es el que ha vencido y obtenido la bendición de Dios. Las palabras y los pensamientos frecuentemente ayudan a formar las caracterizaciones. A través de los comentarios y las reflexiones de las figuras mismas, de otros humanos y de Dios y sus representantes, los escritores del A.T. ofrecieron muchos discernimiento con relación a las cualidades de los personajes de sus historias. Comentarios descriptivos. Los escritores del Antiguo Testamento hicieron también sus propios comentarios descriptivos sobre las características internas de los personajes. Estas pistas son inusualmente breves, pero son relativamente claras y certeras. Por ejemplo, cuando Lot se establece cerca de Sodoma, Moisés comentó: "Mas los hombres de Sodoma eran malos y pecadores contra Jehová en gran manera" (Génesis 13:13). Moisés explícitamente declaró que "Jacob amó a Raquel" (Génesis 29:18); el escritor de Jueces reportó cómo "los hijos de Israel se arrepintieron a causa de Benjamín, su hermano" (Jueces 21:6); y el escritor de Samuel contó que "David se entristeció por haber herido Jehová a Uza" (2 Samuel 6:8). Tales descripciones directas aparecen en muchas historias del Antiguo Testamento y nos ayudan a entender las caracterizaciones de los escritores. Los escritores del Antiguo Testamento presentaron muchas pistas diferentes para formar sus caracterizaciones. ¿Qué se dice acerca de la apariencia y la condición de cada personaje? ¿Qué acciones revelan cualidades internas? ¿Cómo exponen figuras tanto el lenguaje directo como los pensamientos en la historia? ¿Qué comentarios descriptivos
ofrece el escritor? Al estar investigando la caracterización en las historias del Antiguo Testamento, debemos de examinar todas estas pistas. Profundidades de exposición Los escritores del Antiguo Testamento también retrataron a los personajes al ofrecer varias profundidades de exposición. Algunas figuras aparecen como personas completas; aprendemos de las complejidades de sus actitudes y cualidades. Otros permanecen más bien obscuros. Ayuda examinar las profundidades de exposición para cada personaje. Usaremos las características bien conocidas que se dan a continuación: personajes redondos, personajes planos y personajes funcionales. Personajes redondos. Los personajes redondos son las personas cuyos retratos son multifacéticos. Los escritores los presentan como que piensan, sienten y elegían a personas cuya función en una historia "manifestaba una multitud de características y parecer "gente real". En la mayoría de los casos los personajes obtienen profundidad cuando aparecen muchas veces en secciones largas de la Escritura. La información en los episodios individuales forma retratos acumulativos. Por ejemplo, los capítulos de Samuel están dedicados a la vida de David revelando su valor (1 Samuel 17:1-58), su devoción a Dios (2 Samuel 6:12-15), adulterio (2 Samuel 11:1-26) y su humilde arrepentimiento (2 Samuel 12:13). Lo muestran agradando a Dios y estando bajo juicio divino. Los episodios más pequeños por lo general no presentan retratos completos. Todavía aún, dentro de los confines de una sola historia, algunos personaje son desarrollados más que otros. Por ejemplo, el escritor de Reyes retrató a Salomón como un personaje redondo en su registro de su petición de sabiduría en 1 Reyes 3:3-15. Aunque Salomón fue caracterizado principalmente como un hombre obediente, sin embargo, tuvo faltas muy serias. Salomón "Mas Salomón amó a Jehová... solamente sacrificaba y quemaba incienso en los lugares altos" (vs. 3). Al mismo tiempo la oración de Salomón revela su humildad: "yo soy joven, y no sé cómo entrar ni salir... ¿quién poderá gobernar este tu pueblo tan grande?" (vs. 7b y 9b). La reacción de Dios a Salomón demuestra sus cualidades morales aún más extensamente: "Y agradó delante del Señor que Salomón pidiese esto (vs. 10). Para demostrar el crecimiento en el carácter de Salomón, el escritor de Reyes concluye su relato haciendo notar que el rey dejó los lugares altos en Gabaón y fue a "Jerusalén, y se presentó delante del arca del pacto de Jehová, y sacrificó holocaustos y ofreció sacrificios de paz, e hizo también banquete a todos sus siervos" (vs. 15). En este episodio, el escritor de Reyes presentó a Salomón como un personaje redondo a través de sus acciones, palabras y comentarios descriptivos.
Personajes planos. Los escritores del Antiguo Testamento también presentaron personajes planos en sus relatos que parecen relativamente llanos y descoloridos. En la mayoría de los casos, los personajes planos son "constituidos alrededor de una sola cualidad o característica". Las personas que son expuestas con profundidad en una porción larga de la Escritura puede parecer más bien plana en un episodio particular. Por ejemplo, Isaac es un personaje muy rico a gran escala (Génesis 21:1-35:29). En el episodio de la prueba de Abraham (Génesis 22:1-19), sin embargo, Isaac parece como una figura plana - un hijo sumiso- pero muy poquito se puede decir de él. La profundidad de exposición en un episodio particular no es un indicador de la importancia teológica de ese individuo. Un personaje puede ser muy importante a gran escala pero relativamente plano en un pasaje particular. Considera otra vez el relato de la oración de Salomón por sabiduría (1 Reyes 3:1-15). El escritor de Reyes revela menos acerca de Dios que de Salomón. La actividad de Dios en la vida de Salomón es un interés principal del escritor, pero en este episodio, Dios es relativamente un personaje plano. El simplemente le concede a Salomón el privilegio de pedir cualquier cosa que el quiera y aprueba su petición. No se hace mención alguna de la actitud de Dios hacia el matrimonio de Salomón con la hija de Farón o de los sacrificios de Salomón en los lugares altos. El personaje divino relativamente no es complicado. Personajes funcionales. Muchas personas en las historias del Antiguo Testamento tienen la condición de personajes funcionales. Estas figuras se mencionan en el texto pero sus personalidades son apenas reveladas. Los escritores los incluyen para dar a sus hisotrias coherencia y realismo, pero estos agentes son "meramente funcionales y no son caracterizados para nada". Sin embargo, una vez más, debemos de distinguir entre grandes secciones y episodios individuales, ya que los personajes pueden ser planos o redondos en algunos pasajes y meramente funcionales en otros. Los personajes funcionales aparecen por todo el Antiguo Testamento. Por ejemplo, en la historia de la prueba de Abraham (Génesis 22:1-19), los dos siervos son meramente funcionales. Aunque se les menciona varias veces en la historia (Génesis 22:3, 5, 19) sus personalidades son apenas reveladas. De manera semejante, el relato de la oración de Salomón por sabiduría (1 Reyes 3:1-15) menciona a la hija de Faraón, y podemos asumir ciertas características en base a su identidad. Aunque el escritor de Reyes no la menciona más a fondo. Los personajes pueden ser redondos, planos o funcionales. Al estar investigando las caracterizaciones en las historias del Antiguo Testamento, debemos de notar la
profundidad de exposición de cada personaje. ¿Qué personajes son redondos, planos o funcionales?
El arreglo de los personajes Para entender la caracterización debemos de ver cómo están arreglados los personajes en su relación con cada uno. Los escritores del Antiguo Testamento no presentaban personajes al azar, pero frecuentemente los arreglaban por grupos. Al discernir estas configuraciones, podemos entender de una manera más completa el papel de cada personaje en su mensaje original. Consideraremos tres compañías de personajes : protagonistas, antagonistas y ambivalentes. Las historias no siempre incluyen a cada grupo, pero todos los persnajes tienden a caer en uno de estas compañías. Protagonistas. Los personajes protagónicos incluyen al protagonista y al menos importante, figuras de apoyo. El protagonista de la historia es el primer luchador desde cuyo punto de vista vamos a la acción. Este personaje puede ser bueno o malo, un héroe o un sinvergüenza. Cualquiera que sea el caso, el protagonista es el personaje principal de la historia. Pero debemos tener cuidado. Los evangélicos tienen una tendencia natural de identificar a Dios como el protagonista de la historia. Esto es ciertamente verdadero en un sentido metafísico; estas historias reflejan sus buenos propósitos y su voluntad soberana en acción. Pero como vimos anteriormente en este capítulo, Dios no siempre está en primer plano. Las historias del Antiguo Testamento generalmente tienen como protagonistas a seres humanos. Por ejemplo, en el registro de la estancia de Abram en Egipto (Génesis 12:1020), Abram es el protagonista. En el relato de la oración de Salomón por sabiduría (1 Reyes 3:1-15) se presenta al rey como el personaje principal. En el relato de la torre de Babel (Génesis 11:1-9), toda la humanidad es la protagonista. Frecuentemente las historias del Antiguo Testamento giran alrededor de un número de personajes protagónicos al que llamaremos el medio ambiente protagonista. Este medio ambiente puede ser pequeño o grande; puede incluir humanos, criaturas sobrenaturales, y a Dios. Cualquiera que sea el caso, este grupo apoya al protagonista a través de los eventos de la historia. Isaac y los dos siervos son personajes de apoyo en el relato de la prueba de Abraham (Génesis 22:1-19), haciendo posible que Abraham tenga éxito en su
tarea. Moisés recibió ayuda de Dios y Aarón al enfrentar a Faraón (Éxodo 5:1-21). Josué apoyó a los dos espías que envió a Jericó (Josué 2:1-24). Los Israelitas ayudaron a David a llevar el arca a Jerusalén (2 Samuel 6:1-19). Estos personajes no ocuparon el centro del escenario, sino que ayudaron a los protagonistas en su tarea. Antagonista. Las historias también presentan a algunas personas como personajes ambivalentes quienes no apoyan claramente al protagonista o al antagonista. La hija de Faraón difícilmente entra en el drama en el relato de la petición de Salomón ( 1 Reyes 3:115). Ella ni lo apoya grandemente ni lo desafía en este pasaje. Otras veces, los personajes ambivalentes cambian de un lado a otro. Rahab comienza como un oponente a los espías de Josué, pero en tanto progresa la historia ella se convierte en pieza clave (Josué 2:1-24).
Al estar investigando el significado original de las historias del Antiguo Testamento, debemos de notar las formas en que los escritores del Antiguo Testamento arreglaron a los personajes en grupos. ¿Quién es el protagonista? ¿Qué personajes le ofrecen apoyo? ¿Quién es el antagonista? ¿Quién está de su lado? ¿Qué personajes son ambivalentes en su asociación? En esta sección hemos visto cómo los escritores del Antiguo Testamento formaron las caracterizaciones, ofreciendo pistas en sus caracterizaciones por medio de la apariencia, condición, acciones, lenguaje directo y pensamiento, y comentarios descriptivos. Sus personajes redondos, planos, funcionales; ellos caen en grupos protagonistas, antagonistas y ambivalentes. Al mantener estas ideas básicas en mente, seremos capaces de discernir este aspecto de las narraciones del Antiguo Testamento con más claridad (ver figura 15). Propósito de la Caracterización ¿Por qué debemos de investigar la caracterización en una historia del Antiguo Testamento? ¿Qué valor tiene este tipo de análisis? Las caracterizaciones nos ayudan a evaluar varias dimensiones vitales de las narraciones del Antiguo Testamento. Tocaremos tres factores de estos textos que se vuelven claros al estar investigando la caracterización: intereses prominentes, drama básico y respuestas de los lectores. Intereses prominentes En muchas historias los intereses centrales del escritor emergen en tanto que notamos qué personajes son totalmente expuestos. Los personajes funcionarios generalmente son menos significativos. Los personajes planos puede que jueguen papeles más importantes
pero normalmente no están en primer plano. Los personajes redondos son las figuras principales en la mayoría de las historias. Mientras más se exponga a un personaje en un pasaje particular, más importante será. Por ejemplo, en la historia de la prueba de Abraham (Génesis 22:1-19), Dios, Abraham, y el ángel se muestran como personajes desarrollados. Sin embargo, como hemos visto, Abraham ciertamente totalmente expuesto. Podemos elegir enfatizar personajes menores por medio de un análisis temático, pero lo debemos de hacer con la comprensión de que esta historia se enfoca especialmente en Abraham. Desde la atención que Moisés le dio al personaje de Abraham, podemos ver que el diseñó esta historia para llamar la atención hacia el patriarca. Las acciones de Dios, del ángel, y de Isaac, encuentran su punto de referencia en él. La profundidad de la exposición viene a ser particularmente de ayuda cuando tratamos con grandes secciones de los libros del Antiguo Testamento. Tanto personajes llenan las páginas de la Escritura que podemos encontrar difícil determinar quien querían que fuera el más prominente. Por ejemplo, los primeros dieciocho capítulos de Éxodo frecuentemente son resumidos como actos divino para Israel como nación. Ciertamente, Israel juega un papel importante en este material, pero la profundidad en la exposición de personajes llama la atención más hacia Moisés. A través de estos capítulos encontramos revelaciones del propósito de Moisés para sus compañeros Israelitas (Éxodo 2:11-12), su humildad (Éxodo 3:11), falta de confianza (Éxodo 3:13; 4:1-17; 6:12); maldad (Éxodo 4:2426), y muchas otras características. A la luz de esto, parece mejor poner a Moisés cerca del centro del escenario y resumir estos capítulos como "la liberación que Dios hace del pueblo de Israel a través de Moisés". Su autoridad como líder de Israel aparece en primer plano en cada página. Al investigar en las narraciones del Antiguo Testamento, debemos de seguir esta guía: "¿Qué personajes se exponen totalmente?", "¿Cómo apunta la profundidad de exposición hacia los aspectos prominentes de la historia?" Drama Básico Las historias del Antiguo Testamento entretejen muchas plataformas de acción. Las secciones largas presentan innumerables argumentos y sub-argumentos. Aún los episodios individuales reportan más que una simple cadena de eventos. Frecuentemente estas complejidades dificultan el discernimiento del drama básico del texto. En estos casos, podemos obtener discernimiento al observar la forma en que fueron arreglados los personajes. Identificar las asociaciones de personajes nos orienta a las estructuras fundamentales de la historia.
El protagonista y la oposición del antagonista revelan los propósitos críticos de los escritores del Antiguo Testamento; los eventos se unen de la forma en que se relacionan con sus luchas. Todos los elementos de una historia tienen algo de que ver con los problemas, desafíos, proyectos, fracasos y logros de su personaje principal. Un caso relacionado con este punto es la historia de la estancia de Abram en Egipto (Génesis 12:10-20). Moisés reporta que Dios "hirió a Faraón y a su casa con grandes plagas". ¿De qué importancia era este evento? ¿Escribió esto Moisés principalmente para describir la miseria del rey Egipcio y de su familia? ¿Era el propósito principal de este evento informarnos de la naturaleza de Dios? Abram es el personaje principal de esta historia. Y Faraón es su antagonista. La razón principal por la que Moisés reportó este evento fue mostrar su efecto en la relación de estos personajes. Dios envió enfermedades para reunir a Abram y Saraí, y para liberarlos de Faraón. De manera semejante, la tensión entre los protagonistas y los antagonistas de las secciones largas revelan el argumento central. Muchos eventos se llevan a cabo en el libro de Jonás ¿Cómo puso el escritor estos eventos juntos? Por ejemplo, ¿cómo debemos entender el arrepentimiento de la gente de Nínive? (Jonás 3:4-9) ¿Qué importancia tuvo? El escritor de Jonás no estaba preocupado principalmente en enseñar acerca de la ciudad de Nínive. Más bien, su interés principal estaba en Jonás y en su lucha con Dios. La reacción de la gente de Nínive desafió la rectitud de Jonás y su fracaso cumplía el propósito de Dios para su vida. Este enfoque fue el centro dramático del registro. Explorar la caracterización nos ayuda frecuentemente a entender el drama básico de un texto. Al identificar al protagonista los eventos de la historia encuentran su propio lugar. Para entender la tensión dramática central de un pasaje, debemos preguntarnos "¿Quién es el protagonista?" "¿Quién es el antagonista?" "¿Cómo se relacionan los eventos de la historia con sus luchas?" Las respuestas del lector La investigación de la caracterización también nos presta discernimiento al tipo de reacciones que los escritores del Antiguo Testamento esperaban de sus lectores. Los autores del Antiguo Testamento no presentaban personajes solamente para contarles a sus lectores acerca de la gente del pasado, sino para evocar respuestas. La interacción de personajes y lectores era compleja y variada. Exploraremos varios aspectos de esta interacción en capítulos posteriores. Sin embargo, hasta ahora, simplemente mostraremos como fueron diseñados los personajes para sacar tres tipos principales de reacciones: simpatizante, antipático, y combinado.
Simpatizante. Los escritores del Antiguo Testamento querían que muchos de sus personajes tuvieran respuestas simpatizantes de aprobación. Los personajes toman cualidades de héroes o modelos de actitudes y conducta apropiadas que se esperaba que la audiencia apreciara y admirara. Sin necesidad de mencionarlo, las audiencias siempre tenían que responder con admiración para Dios. Todos Sus caminos son santos y rectos. Dios sobresale como el personaje perfecto en donde sea que aparezca. Más aún, las respuestas simpatizantes eran también apropiadas para muchos personajes humanos. Nunca se esperaba que los lectores dieran una aprobación descalificada de figuras humanas, pero los escritores del Antiguo Testamento diseñaron muchos de sus registros para obtener mayormente reacciones positivas hacia los personajes humanos. Por ejemplo, Aod aparece sin falta alguna (Jueces 3:12-25). El sirve a Dios con habilidad y valentía. El escritor de Jueces enfatizó esta faceta de la vida de Aod para ganar la apreciación y admiración de sus lectores. De manera similar, el registro de la prueba de Abraham (Génesis 22:1-19), el patriarca sigue el mandato de Dios sin titubear. A pesar de la ansiedad que apretaba el corazón de Abraham, el está decidido a sacrificar a su hijo. Al aprobar Dios la obediencia del patriarca, Moisés esperaba que sus lectores hicieran lo mismo. Antipático. Los escritores del Antiguo Testamento también designaron a algunos personajes para evocar respuestas antipáticas. Éstos se comportaron de maneras que la audiencia tenía que rechazar y, en casos extremos, hasta despertaron desprecio en los corazones de los lectores. Satanás y sus agentes constantemente aparecen como personajes antipáticos. Sus formas son opuestas a todo lo que es bueno y santo. Los escritores del Antiguo Testamento siempre esperaban que sus lectores tuvieran antipatía hacia ellos. Más aún, muchos personajes humanos también despertaron desaprobación. Eglón aparece como un villano sin un sola cualidad que lo redima (Jueces 3:12-25). En las historias de la liberación de Egipto (Éxodo 1:1-15:21), Faraón emerge como un personaje antipático que resiste a Dios y amenaza el futuro de Israel. En el registro de la viña de Nabot (1 Reyes 21:1-29), el escritor de Reyes retrató a Jezabel como una asesina ruin. El quería que sus lectores fueran repulsivos hacia este personaje. Combinado. Sin embargo, en muchos casos, los personajes combinan cualidades positivas y negativas, requiriendo respuestas combinadas de la audiencia original. Algunos personajes están perfectamente balanceados entre lo bueno y lo malo. En la mayoría de los casos, los escritores presentaron ya sea figuras positivas corrompidas por cualidades negativas o figuras negativas suavizadas por algunas características positivas.
La oración de Salomón por sabiduría (1 Reyes 3:1-15) presenta a Salomón básicamente como una figura positiva. La historia se enfoca en la manera en que oró y recibió aprobación de Dios (1 Reyes 3:7-14). Y aún el escritor de Reyes también presentó imperfecciones en el carácter de Salomón. Su matrimonio con la hija de Salomón (v. 1) simboliza el sincretismo que guió a la división del reino. Más aún, el escritor también hizo notar explícitamente que Salomón "sacrificaba y quemaba incienso en los lugares altos" (vs. 3). Estos aspectos de la caracterización de Salomón evocó de los lectores originales reacciones combinadas. La historia de Abraham y Abimelec (Génesis 20:1-18) presenta a Abimelec como una personaje negativo que toma a Saraí y amenaza la promesa de la simiente. Estas acciones despertaron desprecio de la audiencia. Y aún Moisés reporta que Dios advirtió a Abimelec en un sueño, y Abimelec reconoció su error (Génesis 20:4-5). Como resultado el devuelve a Saraí a Abraham, diciendo: "¿Qué nos has hecho? ¿En qué pequé yo contra ti, que has atraído sobre mí y sobre mi reino tan grande pecado?" (vs. 9). La respuesta de Abimelec a Abraham despertó actitudes positivas de su audiencia original. Ellos también se preguntaban cómo pudo haber hecho esto Abraham. Moisés retrató a Abimelec de una manera que despertó reacciones combinadas. Al estar investigando la caracterización en las historias del Antiguo Testamento, debemos de buscar los tipos de reacciones que los escritores esperaban de sus audiencias. ¿Cuáles son las cualidades positivas y negativas del personaje? ¿Habrá reaccionado la audiencia original con simpatía, antipatía o con actitudes combinadas? Al ir comprendiendo estos asuntos, nos encontraremos a nosotros mismos con el desafío de responder apropiadamente también. Conclusión En este capítulo hemos examinado varios aspectos básicos de los personajes y las caracterizaciones en las historias del Antiguo Testamento. Los escritores del Antiguo Testamento revelaron selectivamente las características de los personajes y los arreglaron en una tensión dramática entre ellos mismos. Estas caracterizaciones nos alertan hacia los aspectos importantes y drama básico de sus registros. También podemos entender cómo querían los escritores que respondieran a sus textos los lectores. De estas maneras forman los personajes una dimensión vital al sentido original de las historias del Antiguo Testamento. Preguntas de repaso Describe los diferentes tipos de personajes en las historias del Antiguo Testamento. ¿Por qué hablamos de honestidad y selectividad en la caracterización?
¿Cómo dan pistas de sus perspectivas sobre un personaje los escritores del Antiguo Testamento? Da un ejemplo de cada técnica. ¿Qué son los personajes redondos, planos y funcionales? Da un ejemplo de cada uno. Define los siguientes términos: protagonista, antagonista, medio ambiente protagónico, medio ambiente antagónico, personaje ambivalente. ¿De qué forma nos ayuda la caracterización para ver la prominencia, el drama y las respuestas esperadas de los lectores? Ilustra. Ejercicios de estudio Haz una lista del registro de personajes en Génesis 2:4-3:24. Categoriza a los personajes en Génesis 2:4-2:24 como redondo, plano y funcional. Describe las características de los personajes redondos. ¿Qué respuestas quería Moisés que tuvieran sus lectores hacia cada personaje? Arregla los personajes de Génesis 2:4-3:24 en protagonista, antagonista y grupos ambivalentes. Después describe el drama básico de la historia en términos de su arreglo.
EL NOS DIO HISTORIAS La Guía Bíblica para Estudiantes para Interpretar las Narraciones del Antiguo Testamento Parte 7: DESCRIPCIÓN DE LA ESCENA
Caminando por el Río Carlos muy temprano una mañana de primavera, un amigo y yo nos encontramos con una artista pintando un retrato de flores silvestres. Con sólo algunas brochadas, ella había capturado la belleza de la escena en el lienzo. "Extraordinario", comenté. Pero mi amigo no estuvo de acuerdo. "Yo no creo que sea tan bueno", susurró. "no lo pintó como realmente es... prefiero tener algo más preciso". Hoy en día, en la cultura occidental, ponemos tal galardón al conocimiento preciso, al conocimiento científico que frecuentemente pasamos por alto el valor de la descripción del artista acerca de la realidad. Preferimos una fotografía a una pintura, un video a una fotografía. Con estas ideas integradas profundamente muy dentro de nosotros, puede ser muy difícil apreciar el retrato de un artista. Pero debemos de aprender a apreciar las descripciones de los artistas si vamos a investigar las historias del Antiguo Testamento. Las historias del Antiguo Testamento no son ni fotografías francas ni videos de vigilancia; no nos dan un registro extenso, detallado de los eventos. Por el contrario, las historias del Antiguo Testamento presentan retratos creativos de la historia de Israel. En los capítulos anteriores, vimos cómo presentan a los personajes artísticamente las historias del Antiguo Testamento; en este capítulo, consideramos las formas en que los escritores del Antiguo Testamento pintaron las escenas. Para nuestros propósitos las escenas pueden ser definidas como un conjunto de circunstancias estrechamente relacionadas, de acciones y personajes que forman los bloques básicos de construcción de las historias del Antiguo Testamento. Al estar viendo estas unidades narrativas, examinaremos tres aspectos principales: las divisiones de escena, el espacio y el tiempo en las escenas, y la imaginación en las escenas. ¿Cómo podemos distinguir una escena de otra? ¿Qué atención le debemos de dar a la cualidades de espacio-tiempo? ¿Cómo usaron la imaginación en sus escenas los escritores del Antiguo Testamento? División de las escenas
"Divide y vencerás" es una estrategia efectiva. Si un trabajo es demasiado grande para hacerlo todo de una vez, lo podemos lograr paso por paso. Lo mismo es verdad para las interpretación de las historias del Antiguo Testamento. La mayoría de los textos son demasiado complejos para que nosotros los manejemos todos a la vez. Por esta razón los dividiremos en sus unidades básicas y caminaremos a través de ellos escena por escena. Consideraremos los obstáculos para dividir las escenas, claves para hacer las divisiones y algunos ejemplos. Obstáculos para dividir las escenas Nos enfrentamos por lo menos a dos obstáculos significativos cuando dividimos las historias del Antiguo Testamento a sus unidades básicas. Una barrera viene de nosotros; la otra reside en los textos mismos. El primer problema está en nuestra orientación hermenéutica. Puesto simplemente, a veces pensamos en las escenas como en las unidades básicas de las historias Bíblicas. Los antecedentes eclesiásticos y el entrenamiento formal generalmente nos orientan hacia unidades más pequeñas. Pensamos principalmente en términos de palabras, frases, cláusulas y enunciados. En el mejor de los casos nos aventuramos al nivel de versículos. Estos elementos son importantes, pero frecuentemente fallamos en ver el valor de las porciones más largas de las historias del Antiguo Testamento. Para superar este obstáculo, nos acercaremos a las narraciones del Antiguo Testamento de la misma manera en que lo hacemos con otras historias. Por ejemplo, cuando leemos Robinson Crusoe, o un y trabajo más reciente tal como "El arpa de Davita", de Potok, una palabra especial o un giro de una frase puede captar nuestra atención en ocasiones. Pero la mayoría de las veces, reflexionamos en estas historias en términos de escenas. Recordamos la primera vez que Crusoe vio huellas de pies en la arena; recordamos la trágica escena en la que Davita se entera de la muerte de su padre. Hay ocasiones en que necesitamos enfocarnos en los detalles más pequeños de las historias del Antiguo Testamento. Pero entender estos textos depende más en la habilidad de pensar en términos de las escenas. Por lo tanto, debemos de deshacernos de nuestra orientación microscópica de costumbre al estar investigando. El segundo problema con establecer las divisiones de las escenas está en las historias mismas del Antiguo Testamento. A diferencia de otras formas de relatar historias, estos textos no marcan explícitamente en dónde comienzan y terminan las escenas. Una tira cómica indica las escenas separando los cuadros; cada cuadro presenta un conjunto distinto de circunstancias, acciones y personajes interactivos. Las obras distinguen las escenas actuando en diferentes partes del escenario, subiendo y bajando la cortina. En
contraste, las narraciones del Antiguo Testamento tienden a ir suavemente de una escena a la siguiente. Los límites muy rara vez son bruscos. Como resultado, los lectores pueden estar en desacuerdo precisamente en cómo dividir un texto. Algunos van a estar inclinados a hacer escenas más largas; otros las harán más cortas. Algunos dividirán el texto en un punto; otros variarán por uno o dos versículos. Debemos de ser flexibles al dividir las historias del Antiguo Testamento en escenas. Claves para las divisiones Cualquiera que sean los obstáculos que enfrentemos, las historias del Antiguo Testamento ofrecen muchas claves para establecer las divisiones de las escenas. Al familiarizarnos con estas claves, descubriremos muchos límites más fácilmente. Podemos separar una escena de la otra al notar cambios significativos en tiempo, ambiente y modo de narración. Tiempo. Los cambios significativos en el tiempo frecuentemente indican los límites de escenas. Las historias del Antiguo Testamento no presentan siempre eventos que se engranan herméticamente en orden cronológicamente preciso. Sino que frecuentemente interrumpen la cadena de eventos por descansos subsecuentes, simultáneos y precedentes en la secuencia. Primero, estos cambio temporales aparecen como huecos entre eventos subsecuentes. Un bloque de acciones se encuentra aparte del próximo debido al largo lapso de tiempo relativamente hablando. Algunas veces los escritores del Antiguo Testamento indicaron estos huecos explícitamente. Las referencias a "el próximo día" (mmhrt), "mañana" (bqr), "tarde" (´rb), "meses" (hds), "años" (snh), y "después" de un tiempo frecuentemente designan el comienzo de una nueva escena. Las expresiones "y él (ellos) se levantaron" (skm) y "sucedió que" (wyhy) indican típicamente un descanso. Pero los huecos en el tiempo subsecuente no siempre aparecen tan simplemente. Por ejemplo, el típico "y/entonces" (waw consecutivo) construcción, tan prominente en la narrativa Hebrea, marca tanto la acción inmediata como la acción después de un paso de tiempo significativo. En muchos casos los escritores del Antiguo Testamento no hicieron comentarios temporales explícitos porque esperaban que sus audiencias reconocieran el descanso. Segundo, los escritores del Antiguo Testamento distinguieron las escenas cambiando a acciones simultáneas. Los cines presentan frecuentemente eventos simultáneos en una pantalla dividida o cambiando rápidamente de una a otra escena. En una obra dos o más eventos se pueden llevar a cabo en el escenario al mismo tiempo. Pero los eventos que suceden al mismo tiempo en el mundo real siguen uno después del
otro en el mundo de la narración. Como resultado las historias retrasan el mismo período de tiempo, aunque el texto se mueva hacia adelante en la siguiente hoja. Este retraso frecuentemente indica una nueva escena. Frecuentemente ocurren los cambios a eventos simultáneos en las historias del Antiguo Testamento. Algunas veces las construcciones Hebreas (frecuentemente un simple waw) indica acción simultánea. Por ejemplo, después de describir la oración de Ana y su voto (1 Samuel 1:10-11), el escritor de Samuel mencionó que Elí la había estado observando: "Mientras ella oraba largamente delante de Jehová, Elí estaba observando la boca de ella." (w´ly smr ´t pyh) (1 Samuel 1:12). De manera similar, cuando Faraón llevó a Sarai a su palacio, "Él hizo bien a Abram por causa de ella" (wl´brm hytb b´bwrh) (Génesis 12:16ª). Abram recibió buen trato en tanto que Sarai continuó en el harén real. En estos y otros pasajes similares, la gramática indica eventos simultáneos. Sin embargo, en muchos casos, la gramática no denota explícitamente simultaneidad. Sólo al evaluar los contenidos notamos tal cambio. Por ejemplo, después de que Jonás predicó a Nínive, toda la ciudad creyó y se unió en ayuno (Jonás 3:5). Parece improbable que la siguiente escena, en la que el rey declaró un ayuno (Jonás 3:6-7), fuera completamente subsecuente al arrepentimiento de toda la ciudad. Probablemente algún traslape ocurrió entre los eventos. En estas situaciones los lectores originales simplemente proporcionaron "mientras tanto..." de su evaluación del contenido. Tercero, los cambios temporales ocurren cuando las escenas retroceden a las acciones antecedentes - eventos completados antes de la escena actual. En ocasiones la gramática Hebrea revela estas acciones antecedentes y frecuentemente la traducción en Inglés hace estos cambios muy claros también. Sin embargo, algunas veces, debemos de contar con el contenido para decirnos que estamos tratando con una acción que ya ocurrió de antemano. Las escenas antecedentes frecuentemente suman unos retratos en viñeta de información de fondo. Después de mencionar que Sisac había puesto sitio en contra de Jerusalén (2 Crónicas 12:2), el cronista retrocede hacia la campaña anterior de Sisac por Judá (2 Crónicas 12:3-4). Los cambios antecedentes como este generalmente indican el comienzo de una nueva escena. En resumen, los descansos temporales entre escenas ocurren de tres maneras: huecos entre eventos subsecuentes, cambios a acciones simultáneas y regresiones a eventos antecedentes. Al notar estos cambios, seremos capaces de identificar muchas escenas en las narraciones del Antiguo Testamento.
Abiente. Los cambios en el ambiente también nos ayudan a definir los límites de la escena. Hablaremos de tres cambios importantes en el ambiente: lugar, características del medio ambiente, y personajes. Primero, las variaciones en el lugar marca escenas. Por ejemplo, el registro de Sodoma y Gomorra se mueve de la puerta de la ciudad (Génesis 19:1-2) hacia el hogar de Lot (Génesis 19:3). En tanto que Abram y Sarai viajaron hacia Egipto, Génesis 12:11 los ubica en la frontera, pero Génesis 12:14 los pone en Egipto mismo. Después de que Dios bajó a ver la Torre de Babel (Génesis 11:5), Él regresó al cielo y llamó a las huestes celestiales para actuar (Génesis 11:6-7). Debemos de agregar un requisito. Frecuentemente una escena individual contendrá teichoscopies - la mención de eventos fuera del escenario. La escena puede estar orientada hacia un lugar pero referirse a algo en otra situación. La Teicoscopía ocurre con más frecuencia en discursos directos en donde los personajes están hablando de eventos que se llevaron a cabo en otro lugar. Por ejemplo, cuando Dios comisionó a Moisés en la zarza ardiente, Él ser refirió a eventos en Egipto, aunque la escena en sí misma estaba ubicada en el desierto (Éxodo 3:7-10). Cuando Mical le reprochó a David por su conducta ante el arca, ella ser refirió a lo que ella había visto fuera de su ventana (2 Samuel 6:2023). La Teicoscopía no indica una división de escena pero debe de ser tratada simplemente como parte de una larga escena. Segundo, los cambios significativos en las características del medio ambiente también dividen una escena de otra. Frecuentemente, varias escenas, aún historias completas, ocurrirán en un lugar. Y aún debemos de buscar los ambientes externos para variar. Las variaciones ambientales pueden incluir de lo obscuro a la luz, de lo frío a lo caliente o de la sequía a la lluvia. Un escritor puede dar simplemente nuevos hechos acerca de la geografía, de los animales, de la vida vegetal y de las construcciones. Las características ambientales pueden incluir también variaciones de espacio y tiempo. La primera escena puede ser panorámica y la siguiente estrechamente enfocada; una escena puede ser rápida y la siguiente lenta. Los escritores del Antiguo Testamento frecuentemente indicaron los límites de las escenas al cambiar las características ambientales. Tercero, los escritores del Antiguo Testamento dividieron las escenas al cambiar los personajes que ocupaban el escenario. Estos cambios reflejan estrechamente cambios en el ambiente pero involucran personas: seres humanos, criaturas sobrenaturales, y la Deidad. El escenario de una historia puede estar lleno de gente en una escena y casi vacía en la siguiente. Algunas veces una escena con uno o dos personajes precede a una escena con innumerables participantes. Otras veces el número de personajes permanece igual,
pero sus identidades cambian. Estas claves nos ayudan a separar las escenas. Debemos de estar alertas a estas variaciones en lugar, características ambientales, y personajes en tanto que busquemos las escenas en las historias del Antiguo Testamento. Modo de narración. Las escenas también se dividen teniendo en cuenta los cambios en el modo de narración. El modo narrativo se determina por el grado en que se siente la presencia del escritor, ya sea que esté en el centro del escenario o que permanezca entre los bastidores, permitiendo que los personajes mismos cuenten la historia a través de sus propios pensamientos, palabras y acciones. Los cambios de un modo a otro proporcionan claves importantes para dividir las escenas. Para lograr nuestros propósitos, distinguiremos cuatro modos de narración: comentarios del autor, descripción, narración directa, y representación dramática. Primero, los escritores se dirigieron directamente a sus audiencias por medio de comentarios del autor, escenas en las que ellos evaluaron o explicaron algo en la historia. Por ejemplo, después de reportar el gozo de Adán al ver a Eva, Moisés da un paso hacia delante y comenta: "Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer y serán una sola carne". (Génesis 2:24). De manera similar, al final de la lucha de Jacob en Peniel (Génesis 32:22-32), Moisés explicó: "Por esto no comen los hijos de Israel, hasta hoy día del tendón que se contrajo, el cual está en el encaje del muslo; porque tocó a Jacob este sitio de su muslo en el tendón que se contrajo". En ambos versículos la historia en sí se detiene, y Moisés insertó su propio comentario. Generalmente los comentarios del autor como estos forman sus propias escenas. Segundo, los escritores del Antiguo Testamento frecuentemente escribieron en un modo de descripción. Ellos se quitaron del centro del escenario y dieron un paso hacia atrás pero detuvieron el progreso del registro para agregar detalles descriptivos. El modo descriptivo se parece a los comentarios del autor, pero es menos explicativo. Agrega información de destaca algunas características de la narración. Por ejemplo, la historia de la migración de Abram (Génesis 1:1-9) contiene dos escenas descriptivas. Después de reportar que Abram salió de la tierra, Moisés agregó: "Y era Abram de edad de setenta y cinco años cuando salió de Harán" (Génesis 12:4b). Después de que Abram había entrado a la tierra de Canaán, Moisés comentó a sus lectores: "y el cananeo estaba entonces en la tierra" (Génesis 12:6b). Moisés se aseguró de dar algunos detalles descriptivos, pero no tan fuertemente como un comentario del autor. Tercero, las escenas aparecen en narración directa. En este modo el escritor permitió a sus lectores que se fijaran directamente en la acción que se estaba llevando a cabo. Nosotros reconocemos que los eventos son mediados a través del autor, pero estamos en contacto más directo con el drama que con sus descripciones y comentarios. Por ejemplo,
después de que Jacob murió leemos: "Y mandó José a sus siervos los médicos que embalsamasen a su padre" (Génesis 50:2ª). En este versículo Moisés no permitió que José mismo hablara; el meramente reportó que el evento se llevó a cabo. Llamaremos a tal reporte narración directa. Cuarto, en el modo dramático, el autor se movió hacia el fondo. En lugar de reportar que algo había pasado, él permitió que sus personajes hablaran, pensaran e interactuaran por sí mismos. Este modo es más común en las narraciones del Antiguo Testamento por medio del discurso directo. Aunque Moisés meramente reporta las instrucciones de José a los médicos (Génesis 50:2ª), en unos versículos posteriores, él permite que José hable y diga: "Si he hallado ahora gracia en vuestros ojos, os ruego que habléis en oídos de Faraón, diciendo: Mi padre me hizo jurar, diciendo: He aquí que voy a morir; en el sepulcro que cavé para mí en la tierra de Canaán, allí me sepultarás; ruego, pues, que vaya yo ahora y sepulte a mi padre, y volveré" (Génesis: 50:4b-5) Aparte de una breve introducción, Moisés está ausente de este pasaje. El presentó las palabras de José por medio de una narración dramática. En la historia de la Torre de Babel (Génesis 11:1-9), vemos los cuatro modos de narración. Considera los siguientes ejemplos: [Comentario] Por esto fue llamado el nombre de ella Babel, porque allí confundió Jehová el lenguaje de toda la tierra, y desde allí los esparció sobre la faz de toda la tierra (Génesis 11:9). [Descripción] Y les sirvió el ladrillo en lugar de piedra, y el asfalto en lugar de mezcla (Génesis 11:3b). [Directo] Y aconteció que cuando salieron de oriente, hallaron una llanura en la tierra de Sinar, y se establecieron allí (Génesis 11:2). [Dramático*] Y se dijeron unos a otros: Vamos, hagamos ladrillo y cozámoslo con fuego (Génesis 11:3ª). Como lo ilustran estos ejemplos, la presencia de Moisés fue inevitable en su comentario (Génesis 11:9); el se afirmó a sí mismo un poco menos en su descripción (Génesis 11:3b); el fue más allá en la narración directa (Génesis 11:2); y casi desaparece en tanto que hablaban los personajes uno al otro en la narración dramática (Génesis 11:3ª).
Estos modos no son absolutamente distintos. Forman un continuo y frecuentemente aparecen mezclados uno con otro. Sin embargo, los cambios en el modo de narración frecuentemente forman límites para las escenas en las historias del Antiguo Testamento. Al considerar estos cambios, encontramos otro juego de claves para dividir las escenas. La figura 16 muestra las tres formas principales para discernir los límites de escenas en las historias del Antiguo Testamento: los cambios en el tiempo a recesos subsecuentes, simultáneos y antecedentes en la acción; los cambios en el medio ambiente por medio de un cambio de lugar, las características del medio ambiente, y los personajes; y los cambios en el modo narrativo por medio de comentarios, descripción, y narración directa y dramática. Estas características nos ayudan a dividir las historias del Antiguo Testamento en sus unidades básicas. Ejemplos Para ilustrar el proceso de dividir escenas, veremos dos pasajes: Génesis 15:7-21 y 2 Crónicas 12:1-12, que proporcionará ejemplos de varias claves para dividir escenas. Génesis 15:7-21. Veamos primero la historia del pacto de Dios con Abram. Escena Uno Y le dijo: Yo soy Jehová, que te saqué de Ur de los caldeos, para darte a heredar esta tierra. Y él respondió: Señor Jehová, ¿en qué conoceré que la he de heredar? Y le dijo: Tráeme una becerra de tres años, y una cabra de tres años, y un carnero de tres años, una tórtola también, y un palomino. (v. 7-9). Escena Dos Y tomó él todo esto, y los partió por la mitad, y puso cada mitad una enfrente de la otra; mas no partió las aves. (v. 10). Escena Tres Y descendían aves de rapiña sobre los cuerpos muertos, y Abram las ahuyentaba. (v. 11). Escena Cuatro Mas a la caída del sol sobrecogió el sueño a Abram, y he aquí que el temor de una grande oscuridad cayó sobre él. Entonces Jehová dijo a Abra: Ten por cierto que tu descendencia morará en tierra ajena, y será esclava allí, y será oprimida cuatrocientos años. mas también a la nación a la cual servirá, juzgaré yo; y después de esto saldrán con gran riqueza. Y tu vendrás a tus padres en paz, y serás sepultado en buena vejez. Y en la cuarta
generación volverán acá; porque aún no ha llegado a su colmo la maldad del amorreo hasta aquí. (v. 12-16) Escena Cinco Y sucedió que puesto el sol, y ya oscurecido se veía un horno humeando, y una antorcha de fuego que pasaba por entre los animales divididos. (v. 17) Escena Seis En aquel día hizo Jehová un pacto con Abram, diciendo: A tu descendencia daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Eufrates; la tierra de los ceneos, los cenezeos, los cadmoneos, los heteos, los ferezeos, los refaítas, los amorreos, los cananeos, los gergeseos y los jebuseos. (vv. 18-21) Los cambios significativos en el tiempo marcan varios descansos entre escenas. El principio de Génesis 15:12 dice, "Mas a la caída del sol". Este comentario de tiempo indica más bien que una escena nueva ha comenzado. En el versículo 17 "puesto el sol" separa el versículo de lo que sucedió anteriormente. Las referencias temporales en el versículo 18 "en aquel día" sugiere que los últimos versículos forma una nueva escena simultánea. Esta historia también contiene por lo menos un ejemplo de un descanso temporal menos explícito. Hemos puesto una división de escena en el versículo 10. El texto no dice nada acerca de cómo Abram obtuvo los animales, los inspeccionó y los preparó para la ceremonia antes de traerlos ante Dios. La omisión de estos eventos presenta una hueco significativo entre los eventos subsecuentes. Estos cambios en el tiempo están confirmados por cambios en el medio ambiente. Ninguna variación más grande de lugar ocurre en esta historia; todas las acciones se llevan a cabo en el mismo espacio geográfico. Incluso aparecen cambios en las características ambientales. En las segunda escena (v. 10) los animales, la sangre y la matanza rodean a Abram. En la tercer escena (v. 11), se entrometen aves de rapiña. El misterioso gris del crepúsculo, la oscuridad interior de la mente de Abram, y las teicoscopías del futuro están incluidos en el ambiente de la cuarta escena (v. 12-16). La oscuridad exterior del mundo iluminada por la antorcha de fuego y el horno humeando pone el escenario para la siguiente escena (v. 17). Finalmente, las referencias de toda la tierra promedia a Abram caracteriza la última escena (v. 18-21). Los cambios de personajes coinciden con estas divisiones. En la primera escena, Dios y Abram son ambos participantes activos (v. 7-9). En la segunda escena, Abram están en el centro (vs. 10), y apenas se menciona a Dios. La tercera escena presenta únicamente a
Abram (v. 11). La cuarta escena tiene que ver con Abram, Dios, y la descendencia de Abraham (vv. 12-16). La quinta escena describe solamente a Dios en teofanía (v. 17). En la última escena, Dios, Abram y los descendientes de Abraham todos ocupan el primer plano (vv. 18-21). Finalmente, los cambios en el modo de narración nos ayudan a dividir la historia en unidades básicas. La primera escena es predominantemente un diálogo dramático entre Dios y Abram (vv. 7-9). Las siguientes dos escenas son narración directa, informando de los preparativos de Abram para la ceremonia del pacto (vv. 10-11). En la escena cuatro hacemos un giro hacia el monólogo dramático en el sueño de Abram (vv. 12-16). La quinta escena es narración directa describiendo la acción de Dios en teofanía (v. 17). La última escena presenta una dramático monólogo divino. (vv.18-21). Estas observaciones nos permite resumir la línea básica de la historia como sigue: Escena Uno (Génesis 15:7-9) [Dramático]
[S5, T1]
Dios prometió a Abram la tierra y respondió a su petición de seguridad ordenándoles una ceremonia de un pacto. Escena Dos (Génesis 15:10) [Directo]
[S10, T10]
Como resultado Abram obedeció preparándose para la ceremonia. Escena Tres (Génesis 15:11) [Directo]
[S10, T8]
También Abram guarda la ceremonia santificada al ahuyentar las aves de rapiña. Escena Cuatro (Génesis 15:12-16)
[Dramático]
[S1, T1]
Al crepúsculo Abram recibe una revelación en sueño. Escena Cinco (Génesis 15: 17)
[Dramático]
[S10, T8]
Esa noche más tarde una teofanía pasó entre la matanza. Escena Seis (Génesis 15:18-21)
[Dramático]
[S5, T1]
En esa hora, Dios establece Su pacto de la posesión de la tierra Abram y a sus descendientes. 2 Crónicas 12:1-12. Una segunda historia, la invasión de Sisac en la región de Roboam, se divide en diez escenas.
Escena Uno Cuando Roboam había consolidado el reino, dejó la ley de Jehová, y todo Israel con él. (v.1) Escena Dos Y por cuanto se habían rebelado contra Jehová, en el quinto año del rey Roboam subió Sisac Rey de Egipto contra Jerusalén. (v. 2) Escena Tres Con mil doscientos carro, y con sesenta mil hombres de a caballo; mas el pueblo que venía con él de Egipto, esto es, de libios, suquienos y etíopes, no tenía número. (vv. 3-4) Escena Cuatro Entonces vino el profeta Semaías a Roboam y a los príncipes de Judá, que estaban reunidos en Jerusalén por causa de Sisac, y les dijo: así ha dicho Jehová: Vosotros me habéis dejado, y yo también os he dejado en manos de Sisac. (v. 5) Escena Cinco Y los príncipes de Israel y el rey se humillaron, y dijeron: Justo es Jehová. (v. 6) Escena Seis Y cuando Jehová vio que se habían humillado, vino palabra de Jehová a Semaías, diciendo: Se han humillado; no los destruiré; antes los salvaré en breve, y no se derramará mi ira contra Jerusalén por mano de Sisac. Pero serán sus siervos, para que sepan lo que es servirme a mí, y que es servir a los reinos de las naciones. (vv. 7-8) Escena Siete Subió, pues, Sisac rey de Egipto a Jerusalén, y tomó los tesoros de la casa de Jehová, y los tesoros de la casa del rey; todo lo llevó, y tomó los escudos de oro que Salomón había hecho. (v. 9) Escena Ocho Y en lugar de ellos hizo el rey Roboam escudos de bronce, y los entregó a los jefes de la guardia, los cuales custodiaban la entrada de la casa del rey. (v. 10) Escena Nueve
Cuando el rey iba a la casa de Jehová, venían los de la guardia y los llevaban, y después los volvían a la cámara de la guardia. Escena Diez Y cuando él se humilló, la ira de Jehová se apartó de él, para no destruirlo del todo; y también en Judá las cosas fueron bien. Los cambios en el tiempo son complejos en esta historia. En la segunda escena (v. 2), leemos una designación explícita de tiempo: "en el quinto año del rey Roboam". Esta escena presenta a Sisac y a su ejército en sitio "contra Jerusalén". No se menciona el sitio hasta la séptima escena (v. 9), "Subió, pues, Sisac rey de Egipto a Jerusalén". En cambio, la tercera escena (vv. 3,4) regresa a la campaña antecedente en contra de las ciudades de Judá. El versículo 5 comienza la cuarta escena con un evento que ocurrió simultáneamente con la campaña de Sisac. Seamías el profeta dio un oráculo de juicio en contra de la nobleza de Judá. La quinta escena (v. 6) reporta el arrepentimiento de la nobleza. La escena seis (vv. 7-8) registra que simultáneamente el Señor envió palabra de esperanza por medio del profeta. La escena siete (v. 9) se mueve al sitio y al botín tomado por Sisac. La escena ocho (v. 10) sigue la consecuencia de la derrota, mostrando que no todo estaba perdido. La escena nueve (v. 11) extiende la narración a las prácticas prolongadas del rey. La última escena (v. 12) resume la experiencia continua de Roboam y Judá. Dos medio ambientes surgen en esta historia. La primera y la segunda escena están situadas en y alrededor de Jerusalén (vv. 1-2). Pero la escena tres cambia a la campaña en contra de Judá (vv. 3-4). Desde la cuarta a la última escena, regresamos a Jerusalén - en el palacio, en el cuarto de los guardas y en el templo (vv. 5-12). Los cambios en los personajes son también significativos. En la escena uno Roboam, Israel y el Señor son mencionan (v. 1). La escena dos y tres se enfocan principalmente en Sisac y su ejército innumerable (vv. 2-4). El número de personajes cambia abruptamente en la escena cuatro con Semaías, los líderes y el Señor (v. 5). Se omite a Semaías en la quinta escena (v. 6), pero la escena seis retorna al profeta con el Señor, el rey, y los líderes (vv. 78). Finalmente, esta historia también contiene cambios en el modo de narración. La escen uno es narrativa directa; la escena dos contiene un breve comentario del autor ("Y por cuanto se habían rebelado contra Jehová...") pero es principalmente narrativa directa. La escena tres es en gran parte descriptiva, informando el tamaño del ejército de Sisac, y las escenas cuatro a la seis son discurso dramático. La advertencia del profeta (v. 5) contiene teicoscopías que recolectan los eventos antecedentes. La respuesta de Dios al
arrepentimiento reportan lo que sucederá. Las escenas siete hasta el final presentan narración directa del botín de Sisac y de las prácticas continuas de Roboam. Al dividir esta historia en estas escenas, podemos resumir su flujo básico. Escena Uno (2 Crónicas 12:1) [Directo]
[S10, T10]
Aunque Roboam estaba establecido, él y Judá abandonaron la Ley de Dios. Escena Dos (2 Crónicas 12:2) [Directo]
[S6, T6]
Debido a la rebelión de Roboam, Sisac puso sitio en contra de Jerusalén. Escena Tres (2 Crónicas 12:3-4)
[Descriptivo] [S9, T9]
Antes del sitio, la armada masiva de Sisac había saqueado las ciudades de Judá. Escena Cuatro (2 Crónicas 12:5)
[Dramático] [S1, T1]
Durante este tiempo Semaías anunció una advertencia a la nobleza de Judá. Escena Cinco (2 Crónicas 12:6)
[Dramático] [S1 T1]
Como resultado los líderes de Judá y Roboam se arrepintieron. Escena Seis (2 Crónicas 12:7-8)
[Dramático] [S1 T1]
Mientras tanto, Semaías anunció una medida de liberación. Escena Siete (2 Crónicas 12: 9)
[Directo]
[S8, T8]
Como resultado del sitio, Sisac tomó un tributo fuerte de Jerusalén, incluyendo los escudos de oro de Salomón. Escena Ocho (2 de Crónicas 12:10)
[Directo]
[S4, T4]
Sin embargo, Roboam no lo había perdido todo; el reemplazó los escudos de oro con réplicas de bronce. Escena Nueve (2 Crónicas 12:11)
[Directo]
[S4, T4]
Es más, Roboam frecuentaba el templo después de esto y sus armas estaban cuidadosamente protegidas. Escena Diez (2 Crónicas 12:12)
[Directo]
[S10, T10]
En tanto Roboam continuaba humillándose a sí mismo, las condiciones eran buenas.
Dos consideraciones. Estos dos ejemplos demuestran que dividir y resumir las escenas son pasos vitales en nuestra investigación de las historias del Antiguo Testamento. Al resumir el contenido de las escenas, nos ayuda tener en mente dos consideraciones. Primero, los resúmenes deben de ser tan sencillos como sea posible sin falsear el material. Generalmente, las escenas contienen un número de detalles, y llegar a sus elementos prominentes permite al intérprete manejar el material de una manera más adecuada. Cuando expresamos estos elementos tan simplemente como sea posible, nuestros resúmenes sirven como taquigrafía útil para identificar los bloques que conforman la historia. Segundo, también ayuda a formular nuestros resúmenes para que puedan hacer interconexiones entre una escena y la siguiente tan explícito como sea posible. Generalmente una expresión que conecte será suficiente. Una o dos palabras ayuda a hacer estas relaciones explícitas: "debido a", "antes de", "en tanto", "sin embargo", y así sucesivamente. Al poner escenas una a lado de otra de esta manera, ganamos un sentido de interconexiones que forman la cadena de los eventos en la historia. Al buscar cambios significativos en el tiempo, medio ambiente y modo de narración, somos capaces de dividir una historia en sus unidades fundamentales de pensamiento. Después, por medio de resúmenes cuidadosos, podemos entender más completamente las formas en que los escritores del Antiguo Testamento unieron sus historias. El espacio y el Tiempo en las Escenas Hace algunos años tomé clases de cinematografía. Para el proyecto de mi clase, tenía que escribir una historia y hacerla en una película animada corta. Un amigo y yo trabajamos muchas noches haciendo la cinta de ocho milímetros. Antes de que comenzáramos, yo no sabía nada acerca de cómo hacer una película. Asumí que una cinta de tres minutos no tomaría demasiados dolores de cabeza, pero pronto descubrí que estaba equivocado. Entre otras decisiones técnicas, teníamos que determinar qué escenas necesitaban un acercamiento y cuáles requerían un ángulo más amplio. Teníamos que decidir si usar cámara lenta, la velocidad normal o cámara rápida. Estas decisiones probaron ser cruciales para la calidad del producto final. Los escritores del Antiguo Testamento hicieron decisiones similares acerca del espacio y del tiempo en sus escenas. Variaciones del espacio
La orientación del espacio puede hacer una gran diferencia en nuestras percepciones. Los escritores del Antiguo Testamento influyeron en la percepción de sus lectores de la historia de Israel al magnificar algunos eventos más que otros. Su estrategia del espacio influyó drásticamente en el impacto original de sus historias. Al explorar las narraciones del Antiguo Testamento, buscaremos maneras de evaluar el foco del espacio de cada escena. Como los fotógrafos, los escritores del Antiguo Testamento dieron vistas panorámicas e hicieron acercamientos de eventos externos. Pero ésta es solamente la mitad del cuadro. A diferencia de los fotógrafos, también describieron el mundo interno de los pensamientos y sentimientos de sus personajes. Ellos proporcionaron acercamientos y perspectivas panorámicas de estas realidades internas también. Veremos brevemente ambos lados de este espectro. Las narraciones del Antiguo Testamento generalmente presentaron una vista panorámica del mundo externo. Frecuentemente estas extensas perspectivas unieron eventos que sucedieron en varios lugares diferentes. Por ejemplo, en un sólo verso, Asa destruyó los lugares altos y los altares en cada ciudad de Judá (2 Crónicas 14:5). Pero los escritores del Antiguo Testamento también enfocaron para un acercamiento del mundo exterior. Algunas veces los acercamientos involucran interacción entre varios personajes. Moisés se enfocó en Abraham e Isaac en el Monte Moriah (Génesis 22:6-9). En otras ocasiones los escritores examinaban solamente a una persona en privado. Después de huir por su vida, Elías se sentó sólo debajo un enebro (1 Reyes 19:3b-5). En escenas con acercamiento como éstos, generalmente, los escritores del Antiguo Testamento dieron más atención a los detalles. Los autores del Antiguo Testamento también variaron su enfoque del espacio hacia el mundo interior. Por ejemplo, Micaías hijo de Imla pintó un retrato panorámico de su visión del cielo (1 Reyes 22:19-23), pero cuando Saúl ordenó a su escudero que lo matara, Saúl se enfocó solamente en lo que hubiera pasado a él (1 Samuel 31:4) - un acercamiento. Ya sea externa o interna, las orientaciones de una escena pueden ser cruciales a la interpretación. Frecuentemente el cambio de un enfoque a otro indica que una escena particular es prominente en una historia. Una escena panorámica resalta en un contexto de acercamientos, un acercamiento entre escenas panorámicas también atrae atención hacia sí mismo. Al notar las variaciones en el espacio en una historia, podemos tener la perspectiva del autor de una manera más plena.
Variaciones Temporales Los cineastas retardan y aceleran el tiempo para lograr efectos dramáticos. Las películas antiguas contaban grandemente con el movimiento rápido para dibujar el humor y el paso del tiempo. Hoy en día los directores utilizan el movimiento lento para hacer que perdure un momento romántico, para intensificar el horror de un evento y para dar a los espectadores una oportunidad para ver cuidadosamente una acción crucial. Los escritores del Antiguo Testamento manipularon el tiempo de maneras similares. Aunque no aumentaron la velocidad o retardaron imágenes en una escena, ellos informaron de eventos en un marco rápido y lento de tiempo. Así como las variaciones del espacio suceden en ambos, el mundo exterior y el mundo interior, así el tiempo varía en la descripción de las realidades externas y de los pensamientos internos. Primero, el tiempo en el mundo exterior puede variar. La acción rápida tiende a caracterizar las historias del Antiguo Testamento. El lenguaje directo se acerca al ritmo del tiempo real, pero generalmente las escenas reportan eventos mucho más rápido de lo que en realidad sucedieron, resultando en una calidad más rápida que la realidad. Aún así, ocurren algunas variaciones significativas. En muchos textos, una o dos escenas se aceleran más allá que el resto de la historia. Cuando esto sucede, las escenas rápidas merecen especial atención. Por otro lado, algunas escenas disminuyen su velocidad significativamente, ocasionalmente hasta el paso de un caracol. Frecuentemente estas porciones de la historia son especialmente cruciales. Considera las variaciones temporales en el registro del asesinato de Eglón (Jueces 3:1426). En su mayoría, el tiempo se va rápidamente. Se retarda un poco al entablarse un diálogo entre Aod y Eglón (vv. 19-20). Pero en la escena crucial, cuando Aod asesina al rey, no tenemos menos que un marco de cámara lenta. Aod alcanzó con su mano izquierda, la espada de su muslo derecho y la sumergió en el vientre del rey. Aún la empuñadura entró tras la hoja que salió por la parte de atrás. Aod no sacó la espada y la gordura la cubrió (vv. 21-22). Vemos cada fracción de segundo: la mano alcanzando la espada, la espada en alto, la espada sumergida en el vientre del rey, la empuñadura entrando tras la hoja, y la gordura cubriéndola. El sacrificio de Isaac tiene una variación temporal similar. Hasta que Abram e Isaac llegan a Moriah, la historia se mueve bastante rápido. Pero hasta que Abram prepara el altar, leemos "... y ató a su hijo, y lo puso en el altar sobre la leña. Y extendió Abraham su mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo" (Génesis 22:9-10). Una vez más el tiempo casi ha llegado a un momento de pausa, suspendiendo la tensión del momento.
Segundo, el mundo interior también varía en proporción temporal. Si el ritmo aumenta dramáticamente, frecuentemente refleja el sentido de urgencia y la intensidad del personaje. Por ejemplo, Saúl le pidió a su escudero: "Saca tu espada y traspásame con ella" (1 Crónicas 10:4). El paso rápido con que Saúl pensó durante esta situación reflejó su pánico. Las escenas interiores también pueden ser lentas. A veces los pensamientos internos de un personajes apenas se vislumbran. Por ejemplo, los espías de Josué detallan muy bien sus instrucciones a Rahab (Josué 2:17-20). El escritor de Josué reportó este material en detalle para llamar la atención a los elementos específicos en los juramentos entre Rahab y los espías. Las narrativas del Antiguo Testamento tienen una tendencia general hacia la progresión rápida temporal al estar describiendo los mundos internos y externos del pasado. Aún así debemos de tener en cuanta las escenas en las que el tiempo se acelera. Más que esto debemos de observar el tiempo en que se retardan. Tales variaciones temporales frecuentemente indican que una escena tiene una importancia especial en la historia. Ejemplos Una manera conveniente de evaluar el enfoque en el espacio es clasificar las escenas en una escala numérica. Primero, identifica las escenas con enfoque más panorámico como "E(espacio)10". Una escena que vale "E10" en una historia puede ser que no tenga la misma extensión de una "E10" en otro pasaje. Pero con relación a otras porciones de su propio episodio, una "E10" representa el ángulo más amplio. Segundo, clasifica las escenas con el enfoque más cercano "E1", con relación a otras escenas en la misma historia. Una vez que hemos identificado los extremos, podemos clasificar todas las otras escenas "E2-E9". Esta técnica nos permite reorganizar los modelos de enfoque en el espacio de una ojeada. Podemos describir la aceleración y desaceleración temporal de una manera similar. Identifica las escenas más rápidas como "T(tiempo)10" y las escenas más lentas como "T1". Después coloca las otras escenas a lo largo de la escala. Siguiendo tal procedimiento nos permite revisar rápidamente las variaciones temporales en una historia. Déjanos ilustrar esta técnica con Génesis 15:7-21 y 2 Crónicas 12:1-12. Las variaciones temporales de Génesis 15:7-21 no son drásticas. La porción más rápida de la historia (T10) es la escena dos (v.10), cuando Abram inicia la ceremonia del pacto. Las escenas tres (v.11) y cinco (v.17) son clasificadas "T8"; caen a la mitad del rango en el espectro de las acciones externas. Las escenas más lentas en esta historia involucran el lenguaje. La escena uno (vv. 7-9) es un diálogo acerca de la certeza de la promesa (T1). La escena final hace un paralelo a este ritmo lento al hacer Dios el voto de darle a Abram la tierra (vv. 18-
21). La cuarta escena (vv. 12-16) también se hace lenta a "T1". El paso de esta escena central forma un pivote en esta historia. Las variaciones de espacio en Génesis 15:7-21 hace paralelo al modelo temporal. Los ángulos más amplios se encuentran en las escenas dos (cortando los animales), tres (ahuyentando las aves de rapiña), y cinco (el humo y la antorcha). Hemos considerado estas tres escenas como "S10". La escena cuatro tiene el enfoque de espacio más bajo (vv. 12-14), reduciéndose a un acercamiento de Abram durmiendo en terror. Las variaciones de tiempo y espacio en esta historia nos ayuda a ver qué escenas resaltó Moisés. Los reflectores brillan fuertemente en las escenas uno y seis. La promesa de Dios, la pregunta de Abram, y la respuesta de Dios en el principio (vv. 7-9) hacen un paralelo del voto del pacto de Dios al final (vv. 18-21). El espacio se hace más angosto y el tiempo más lento porque estas escenas son tan importantes. Pero la combinación del enfoque temporal y del espacio en la escena cuatro (vv. 12-16) que resalta la promesa de Dios de sacar a Israel de Egipto y traerlos a la tierra. Esta escena habló directo a la audiencia de Moisés; ellos habían visto que estas promesas se llevaron a cabo en sus propias vidas y ahora podían tomar valor en el futuro. Las variaciones espacio-tiempo en 2 Crónicas 12:1-12 forman un modelo diferente. La escena uno (v. 1) abre con una rápida vista panorámica del cuarto año del reinado de Roboam (S10; T10). En la escena dos (v. 2), el espacio se estrecha a la cercanía de Jerusalén y al período del sitio en contra de la ciudad (S6, T6). En la tercera escena (vv. 34) se mueve hasta arriba la escala en espacio y tiempo al describir la campaña de Sisac por Judá (S10, T10). En las escenas cuatro a la seis (vv. 5-8), el Cronista dio la porción más lenta y más angosta de toda la historia (S1, T1). Comparado con el resto del drama, las acciones del profeta y de los nobles tienen acercamiento y están en cámara lenta. Como resultado estas escenas de confrontación y arrepentimiento sobresalen en la historia. La escena siete (v.9) cambia hacia la rápida vista panorámica (S8, T8), y rápidamente cuenta el fin del sitio. Las próximas dos escenas (v. 10-11) se mueven hacia en medio (S4, T4), y la escena final (v. 12) regresa a un paso rápido y enfoque amplio, balanceada con la escena de apertura (S10, T10). Estas observaciones ofrecen un número de discernimientos dentro de la historia. La extensión de la tercera escena y del detallado recuento del tamaño del ejército de Sisac dan un sentido de amenaza severa en contra de Jerusalén. Después el enfoque lento y angosto de la cuarta, quinta y sexta escena captan la atención de los lectores al enfrentar los nobles al profeta. Los reflectores se intensifican y el volumen aumenta al escuchar los oráculos de Dios y la respuesta de la nobleza de Judá.
Nuestra breve inspección de estas historias muestra que evaluar el espacio y el tiempo ofrece muchos beneficios. Estamos alertas al enfoque del escritor, la prominencia relativas de las escenas, y al balance entre varias secciones de una historia. Al notar las variaciones de tiempo y de espacio, podemos percibir muchas facetas de las narraciones del Antiguo Testamento que de otra manera pueden pasar inadvertidas. Imaginación en las escenas El letrero decía "Vista panorámica". Yo estaba cansado de manejar, así que nos detuvimos para echar un vistazo. Pero uno de nuestros pasajeros no estaba emocionado con la idea. "Todo lo que van a ver es un montón de colinas y granjas", refunfuñó desde atrás. Tenía razón, pero también estaba equivocado. Al estar nosotros allí, podíamos ver muchos kilómetros en cualquier dirección. Pudimos ver carros abajo yendo por la autopista, pintorescas granjas un poco más allá, colinas a la distancia y una ciudad en el horizonte. Nuestro amigo nos había dado una información bastante real, pero su información no era nada comparada con disfrutar de la vista por sí misma. Los escritores del Antiguo Testamento les dieron a sus lectores vistas panorámicas de la historia de Israel. Ellos relataron mucho más que una lista de hechos descubiertos y principios abstractos. A través del uso de una imaginación vívida, ellos invitaron a sus lectores a tener experiencias imaginativas y sensoriales del pasado. Obstáculos a la imaginación Muchos evangélicos tienen dificultades para apreciar las dimensiones sensoriales de las historias del Antiguo Testamento. Por lo menos tres factores nos impiden investigar este aspecto en el texto. Primero, comparada con otra literatura, la narrativa del Antiguo Testamento no invierte mucho tiempo en detalles imaginativos. Difícilmente compara el elaborar pinturas en la literatura moderna a la que estamos acostumbrados. Rara vez encontramos descripciones detalladas de las vistas o sonidos de la mañana; los textos nos dicen únicamente que era de mañana (Josué 3:1). No descubrimos extensas discusiones de olores, sabores o del tacto; las historias del Antiguo Testamento simplemente reportan que la gente comió (1 Reyes 19:21). Porque la mayoría de las narraciones del Antiguo Testamento usan la imaginación escasamente, fácilmente la pasamos por alto. Pero no debemos de permitir que la escasez de imaginación nos impida apreciar lo que está allá. Los escritores de Antiguo Testamento no fueron frívolos en sus descripciones de escenas, así que cuando mencionen un detalle sensorial, debemos de asumir que tuvieron
un propósito. Debemos de prestar cuidadosa atención a la mínima muestra de imaginación en las narrativas del Antiguo Testamento. Segundo, frecuentemente pasamos por alto la imaginación en las historias del Antiguo Testamento porque no estamos familiarizados con las realidades históricas que describen. No sabemos qué imágenes asociar con las palabras. Si una historia moderna menciona el ruido de un avión o el ritmo de rock and roll, inmediatamente asociamos las palabras con experiencias familiares. Pero pasamos por alto muchas descripciones vívidas en las historias del Antiguo Testamento porque no sabemos lo suficiente para apreciarlas. Por ejemplo, la audiencia original de Crónicas debió haber disfrutado las vistas y "el sonido de bocinas y trompetas y címbalos, y al son de salterios y arpas" (1 Crónicas 15:28). Pero nuestra falta de familiaridad con la música antigua pueden impedir que leamos estas palabras con todo lo que valen. Consecuentemente, al investigar el uso de la imaginación, debemos de tratar de identificarnos con la audiencia original. ¿Cómo hubieran entendido ellos estas palabras? ¿Qué hubieran experimentado ellos? No debemos de permitir que nuestra ignorancia del mundo antiguo obscurezca esta faceta de las historias del Antiguo Testamento. Tercero, pasamos por alto la imaginación vívida por nuestras orientaciones hermenéuticas. En la mayoría de los casos, buscamos en estos textos principalmente hechos y principios teológicos. Para la mayoría de nosotros, el significado de una historia del Antiguo Testamento consiste principalmente, si no exclusivamente, en sus contribuciones a nuestro entendimiento histórico, teológico y moral. Tratamos a la imaginación como un poquito más que a la ornamentación. Pero Dios no nos dio historias solamente para que nosotros elimináramos la imaginación que contienen. Si hubiera decidido solamente darnos hechos y principios teológicos, Él lo hubiera hecho así. Por el contrario, el Espíritu inspiró a los escritores del Antiguo Testamento para componer historias que contuvieran imaginación, y debemos de aprender a apreciar esta dimensión de sus textos. ¿Por qué preocuparnos nosotros mismos con la imaginación? ¿Cómo nos ayuda la imaginación a entender las historias del Antiguo Testamento? ¿Qué ventajas ofrece? Primero, buscando la imaginación nos causa pensar. Al estar consciente del poder imaginativo de una escena nos causará contemplar los detalles del texto más a fondo. Segundo, reflexionar en la imaginación da a nuestro entendimiento vitalidad ; el texto se hace real y nos involucra. Más que simplemente catalogar los eventos desde el pasado gris de las narrativas del Antiguo Testamento ahora explotan en colores vivos. Tercero, la
imaginación nos afecta emocionalmente al contemplar la imaginación de una escena. Es difícil no ser afectado en un nivel emocional. La imaginación contribuye significativamente al poder de las historias del Antiguo Testamento. Al investigar su significado original, debemos de buscar el rango completo de experiencias sensoriales que ofrecieron a sus lectores originales. Tipo de Imaginación Las historias del Antiguo Testamento tocan todos nuestros sentidos. De muchas maneras diferentes, los escritores describieron las circunstancias, acciones y personajes de sus historias así que ofrecían experiencias visuales, auditivas, táctiles, olfativas y gustativas a sus audiencias. Visual. Los escritores del Antiguo Testamento confiaron en la imaginación visual más que en cualquier otra. Ellos describieron escenas para que sus lectores pudieran ver el pasado con los ojos de su mente. Podemos buscar imaginación visual en los tres elementos principales de una escena: circunstancias, acciones y personajes. ¿Cómo apareció la escena? ¿Cómo son los personajes? ¿Cómo se llevaron a cabo las acciones? En tanto que las escenas nos cuentan más detalles, podemos reflejar más allá, pero aún la mención ligera de tales asuntos presentan imágenes visuales para completar. Considera el simple ejemplo de Josué 3:1: "Josué se levantó de mañana, y él y todos los hijos de Israel partieron de Sitim y vinieron hasta el Jordán, y reposaron allí antes de pasarlo. Este corto versículo presenta un número vívido de vistas. Las circunstancias de mañana evocan visiones de un alba rompiendo la penumbra. Vemos el campamento en Sitim y en el Río Jordán. Los principales personajes también aparecen: el guerrero Josué y sus hombres, mujeres y niños con él. Vemos también gente levantándose, quitando el campamento, organizándose para el viaje, marchando hacia delante, y poniendo el campamento en el Jordán. Estas impresiones forman una dimensión vital del significado original de la historia. Auditiva. Los escritores del Antiguo Testamento al componer sus escenas, también presentaron imaginación auditiva. Los sonidos jugaron un papel vital en sus historias. ¿Qué tipo de imaginación auditiva aparece en las historias del Antiguo Testamento? ¿Qué sonidos escucharon las audiencias originales? Una vez más podemos pensar en términos de circunstancias, acciones y personajes. Las circunstancias en una escena frecuentemente acarrea sonidos, aún si no son destacados explícitamente. Muchas acciones producen ruidos. Los personajes también producen sonidos cuando hablan, lloran, o gritan.
Primero de Reyes 22:34 provee un buen ejemplo de imágenes de audición: "Y un hombre disparó su arco a la ventura e hirió al rey de Israel por entre las junturas de la armadura, por lo que dijo él a su cochero: Da la vuelta, y sácame del campo, pues estoy herido." Algunos de los sonidos de esta escena son más explícitos que otros. La imagen auditiva más obvia viene del personaje de Acab. Su desesperado grito resuena. Pero muchos otros ruidos son comunicados por esta escena. Acaba estaba en una batalla - difícilmente un lugar silencioso. El clamor y el grito, el chocar de las espadas y los escudos, gritos de enojo y dolor forman el ruido constante del fondo. En particular, el escritor se enfocó a la acción de un hombre disparando su arco. La flecha silba por el aire y perfora el cuerpo del rey. Aún estas pocas especificaciones nos dan muchas experiencias auditivas. Táctiles. También podemos encontrar imaginación táctil en las historias del Antiguo Testamento, tanto externas como internas. La imaginación táctil externa es la experiencia de tocar cosas fuera de nosotros mismos y sentir su textura, peso o temperatura. La imaginación táctil interna es la sensación de dentro: el latido del corazón, la respiración, la tensión, la relajación, el dolor y el placer. Estas imágenes de toque también funcionan en conjunto con las circunstancias, acciones y personajes. Una ilustración pertinente de la imaginación táctica viene en una escena de la historia de Sansón: "Mas los filisteos le echaron mano, y le sacaron los ojos, y le llevaron a Gaza; y le ataron con cadenas para que moliese en la cárcel" (Jueces 16:21). Fracasamos en captar el significado de este pasaje si lo reducimos a una declaración de hechos: "Los filisteos capturaron a Sansón", o un principio: "El pecado trae castigo divino". La imaginación tangible encierra a la audiencia en los horrores repugnantes que se infligieron sobre su héroe: el dolor penetrante de la sacada de ojos de Sansón, las cortadas y las contusiones que él sufrió en tanto los filisteos lo llevaban a Gaza, el peso de las cadenas de bronce, la opresión de empujar una piedra de molino maciza. Debemos de apreciar el dolor de Sansón si vamos a leer esta historia como lo quiso el escritor de Jueces. Algunas escenas contienen más imágenes táctiles que otras. Aún así la simple mención de ciertas situaciones, personajes y acciones trajeron experiencias táctiles ineludibles a las mentes de sus lectores. Olfativas. Las narraciones del Antiguo Testamento también presentan imaginación olfativa. Los olores ocurren con menos frecuencia que la imaginación visual, auditiva y táctil, pero aparecen y también están asociadas con circunstancias, acciones y personajes. Un ejemplo obvio de la imaginación olfativa se puede encontrar en Génesis 27:27-28:
Y Jacob se acercó, y le besó; y olió Isaac el olor de sus vestidos, y le bendijo, diciendo: Mira, el olor de mi hijo, como el olor del campo que Jehová ha bendecido; Dios, pues, te dé del rocío del cielo, y de las grosuras de la tierra, y abundancia de trigo y de mosto. Vemos a Jacob viniendo cerca de su padre, sentir su beso, y escuchar sus palabras de bendición. Pero también olemos a Jacob. El amor de Isaac por Esaú es resaltado por su complacencia en el olor de sus hijo. Al mismo tiempo, la profundidad de la alevosía de Isaac es descrita por esta decepción olfativa. Las audiencias originales de las historias del Antiguo Testamento estaban agudamente conscientes del olor de los animales, de las heridas, de la muerte, de las flores, de los perfumes, y de los aceites. Los olores pueden ser más o menos explícitos, pero proporcionan discernimientos importantes dentro de las historias del Antiguo Testamento. Gustativas. La imaginación gustativa, las experiencias de imaginación del gusto también ocurren en las historias del Antiguo Testamento. Cuando aparecen comida y bebida, podemos estar seguros de que el escritor quería que su audiencia asociara los eventos con el sabor. A veces la predominancia de este tipo de imaginación es notable. Por ejemplo, al final de la celebración de la llegada del arca a Jerusalén leemos: "Y repartió a todo el pueblo, y a toda la multitud de Israel, así a hombres como a mujeres, a cada uno un pan, y un pedazo de carne y una torta de pasas. Y se fue todo el pueblo, cada uno a su casa". (2 Samuel 6:19). ¿Por qué el escritor de Samuel incluye esta escena? ¿Quería meramente que sus lectores vieran las escenas y escucharan los sonidos de la celebración? Aparentemente no. También estaba interesado en que tuvieran ellos experimentaran la delicia gustativa del evento. Lo maravilloso de la celebración se hizo patente cuando los lectores originales imaginaron el sabor de los pasteles que se les había dado a todos. Después de esta imaginación festiva, el registro del reproche de Mical (2 Samuel 6:20-23) es aún más ofensivo. Una vez más debemos de reconocer que la imaginación gustativa puede ser más o menos explícita. Los escritores del Antiguo Testamento no lo enfatizaron en detalle cada vez que aparecía. Aún así, al encontrarnos con el sentido del gusto en las narraciones del Antiguo Testamento, debemos de reconocerlo como una faceta del significado original del escritor.
A través de las narraciones del Antiguo Testamento, las escenas tocan todos nuestros cinco sentidos. La imaginación visual, auditivo, del tacto, del olfato y del gusto incluyen facetas esenciales de la descripción de una escena. Al investigar las narraciones del Antiguo Testamento, debemos preguntarnos: "¿Qué veo?" "¿Qué escucho?" "¿Qué toco y siento?" "Qué huelo?" y "¿Qué sabor siento?" Al hacernos estas preguntas abrirán para nosotros muchas dimensiones de las historias del Antiguo Testamento. Ejemplos Para ilustrar volveremos a ver Génesis 15:7-21 y 2 Crónicas 12:1-12. Nuestros resúmenes de la imaginación en estas historias serán breves, pero mostrarán la importancia de las escenas imaginativas para la interpretación. Génesis 15:7-21 está atestado con imaginación. La escena uno (vv. 7-9) tiene varios niveles. El enfoque principal es el auditivo. Acertamos a oír un diálogo entre Dios y Abram con relación a la posesión de la tierra de Canaán. En el diálogo la imaginación de varias sub-escenas sobresalen. En el versículo 7 podemos imaginarnos los recuerdos de Ur y la migración con sus vistas, sonidos y olores. En la pregunta de Abram (v. 8), no solamente escuchamos y vemos a Abram pedir seguridad, sino también tenemos el sentido del tacto de su tenso anhelo. Finalmente, en el mandato de Dios de juntar los animales, Moisés alista cada animal por separado para que sus lectores pudieran imaginativamente visualizarlos, escucharlos, tocarlos y olerlos (v. 9). En la segunda escena (v. 10), vemos a Abram una vez más ante Dios con los animales. El enfoque principal de esta escena está en la acción de cortar. Abram toma un cuchillo, corta los animales a la mitad, y arregla las mitades en dos filas. Muchos lectores modernos fácilmente pasan por alto la dimensión sensorial de esta escena. Pero aquellos familiarizados con la matanza de animales conocen los sonidos del forcejeo, el penetrar la carne, el separar las mitades todavía calientes, y aún el olor de la carnicería. La escena tres es principalmente visual (v. 11). Vemos a Abram, la carnicería, y el acercamiento de aves de rapiña. Abram las ahuyenta, quizá corriendo, gritando y moviendo sus brazos. La cuarta escena llama la atención inmediatamente al horizonte en donde un sol que se está poniendo es apenas visible (vv. 12-16). Abram se duerme. Al ver dentro de su mente, vemos una espantosa obscuridad. Sentimos sus tensiones en tanto que el terror se apoderó de él. También escuchamos hablar a Dios dirigiéndose a Abram en su sueño. Sus palabras crean vistas y sonidos del futuro. Las tensiones se elevan hasta que Dios le dice a Abram qué le pasará a él y a sus descendientes.
La escena cinco (v. 17) remarca que el sol se ha ocultado. La obscuridad de lo noche rodea a Abram. Rompiendo esa obscuridad, aparece un horno humeando y una antorcha de fuego. El naranja y rojo ardientes resplandecen de la antorcha y del humo, las sombras se perciben sobre la carne en tanto que pasan entre las piezas, y el chasquear de las flamas sobresalen en esta escena. Finalmente, la escena seis refleja el último diálogo divino (v. 18). Escuchamos a Dios hablar a Abram al exponer la promesa que abrió esta historia. Vemos a Abram ante Dios y la vista de los ríos y tierras que Dios prometió a Abram. Segunda de Crónicas 12:1-12 comienza con una visión fugaz del cuarto año de reinado de Roboam, en el que él y su pueblo se apartó de la ley de Dios. en la segunda escena (v. 2), vemos a Roboam y Jerusalén rodeados por Sisac. Sin lugar a dudas con la imaginación visual y auditiva de los sonidos de un sitio que hubieran traído a la mente de los lectores originales. La escena tres (vv. 3-4) se enfoca principalmente en las vistas y sonidos de la derrota de Judá. Todo 2 de Crónicas 12:3 está dedicado a dar a la audiencia la vista abrumadora de los carros de Sisac, de sus jinetes y de los soldados. Vemos el masivo e innumerable ejército moviéndose con muy pocos inconvenientes hasta las puertas de Jerusalén. En las escenas cuatro, cinco y seis (vv. 5-8), los horizontes se reducen. Vemos a Semaías el profeta, a Roboam y a los nobles de Judá juntos en los confines de Jerusalén. Tenemos una visión fugaz del Señor el cielo. Sin embargo, lo más central de estas escenas son los sonidos de las proclamaciones proféticas y del arrepentimiento de los nobles. Debemos de notar la actitud específica de humildad y la reacción corporal asociada. El horror de escuchar el oráculo inicial de juicio y el alivio del indulto también forman una imaginación importante en esta escena. La escena siete (v. 9) menciona el levantamiento de los tesoros reales. Podemos ver los escudos de oro relucientes con los ojos de nuestra imaginación. Implícitamente podemos sentir los sonidos asociados con estos eventos y la experiencia tangible de dolor que sintieron los personajes al ver vacíos los tesoros reales. En la escena ocho (v. 10), vemos a Roboam ordenar a sus hombre hacer réplicas de bronce de los escudos y protegerlos. La escena nueve (v. 11) presenta las vistas de Roboam yendo al templo y a los guardas llevando los escudos de bronce a la cámara de la guardia.
En la escena diez (v. 12), vemos y escuchamos a Roboam humillándose periódicamente en el templo. Un gran rango de imaginación viene a la mente al contemplar las buenas condiciones en Judá que resultaron en tanto que Roboam continuó humillándose. Al reflexionar en la imaginación de este texto, nuestros corazones y mentes son llevadas dentro de la historia, y podemos entender más de una manera más completa lo que el Cronista buscaba comunicarle a su audiencia original. Investigar la descripción de la escena en las historias del Antiguo Testamento involucra mucho más que evaluar correctamente los hechos y principios. También debemos de tener en cuenta la imaginación vívida - las vistas, sonidos, toques, sabores y olores - que contribuyan notablemente a su significado original. Conclusión Comenzamos este capítulo sugiriendo que debemos de aprender a apreciar el diseño artístico de las narrativas del Antiguo Testamento. Para comenzar esta dimensión de interpretación, hemos visto tres aspectos de la descripción de escena. Notamos cómo dividir los textos en escenas, y hemos explorado la importancia de las variaciones de espacio y tiempo. También vimos el valor de la reflexión en la imaginación de escena. Estas consideraciones abren la manera para que nosotros podamos ver el talento artístico de las narrativas del Antiguo Testamento y de comprender de una manera más completa el significado original de sus unidades más básicas., Preguntas de Repaso ¿Qué es una escena en las historias del Antiguo Testamento? ¿Por qué est tan importante dividir una historia en escenas? ¿Qué claves nos ayudar a dividir una historia en sus escenas? ¿Cómo podemos resumir una historia en términos de sus escenas? ¿Qué queremos decir por las variables de espacio y tiempo en las escenas? Describe el proceso para dar valores de espacio-tiempo a una escena. ¿Cómo nos ayudan estas variables para notar el énfasis del autor? ¿Qué es la imaginación en las escenas? ¿Qué tipos de imaginación puedes encontrar en las narrativas del Antiguo Testamento? Da un ejemplo de cada uno. ¿Cuál es el valor de notar estas facetas en las historias del Antiguo Testamento? Ejercicios de Estudio Ve Éxodo 1:22-2:10. Divide este episodio en sus escenas. Especifica los rasgos del texto que indican un cambio en las escenas; resume cada escena en un enunciado.
Examina las variaciones espacio-tiempo en cada escena en Éxodo 1:22-2:10. Otorga un valor a cada escena como se ha indicado en este capítulo. Basado en tu análisis, ¿qué escenas parecen estar enfatizadas? Resume la imaginación explícita e implícita en Éxodo 1:22-2:10. ¿Qué discernimientos te proporcionan tus resúmenes de la imaginación?
EL NOS DIO HISTORIAS La Guía Bíblica para Estudiantes para Interpretar las Narraciones del Antiguo Testamento Parte 8: LA ESTRUCTURA EN LOS EPISODIOS
INDIVIDUALES Hace un par de años estaba visitando a algunos amigos cuya hija en edad pre-escolar me hizo sentir en casa al mostrarme todos sus juguetes. Un juguete en especial llamó mi atención. Un rompecabezas grande de cinco piezas. Si se ponían las piezas de una manera se formaba un hombre; de una segunda manera se formaba un pato y de una tercera manera se formaba un árbol. Eran las mismas piezas, pero formaban diferentes figuras cuando la pequeña las cambiaba de lugar. Los escritores del Antiguo Testamento arreglaron las piezas de sus historias de muchas y diferentes maneras enfocándose con detalle en algunos elementos y pasando rápidamente otros. Ellos cambiaban de un modo de narración a otro. Se dirigían como querían a los eventos subsecuentes, simultáneos y antecedentes. Estos arreglos no afectaron la veracidad de la historia de sus registros pero tenían un gran efecto en la descripción literaria que sus historias producían. Aristóteles se refirió al "arreglo de incidentes" como el argumento (muthos) de una historia. Vamos a seguir esta definición y a hablar del argumento o del flujo dramático, como la elevación y disminución de tensión a través del arreglo de escenas. El flujo dramático puede ser abordado de diferentes maneras. En este capítulo veremos tipos de flujo dramático, simetría de la resolución dramática, y patrones típicos de resolución dramática. ¿Qué tipo de argumentos encontramos en el Antiguo Testamento? ¿Qué simetrías básicas aparecen en estos textos? ¿Qué patrones tienden a seguir los escritores del Antiguo Testamento? TIPOS DE FLUJO DRAMÁTICO Podemos analizar el flujo dramático en las narrativas del Antiguo Testamento en muchos niveles. Libros completos y grandes secciones de los libros contienen muchas estructuras de argumentos. Veremos estas estructuras grandes en el capítulo que sigue. Sin embargo, hasta este punto, comenzaremos nuestra investigación del flujo dramático en los episodios individuales.
Definiremos un episodio como la unidad más simple de material narrativo que expone un nivel significativo de independencia desde su contexto. Por ejemplo, "La historia de Abrahámica" (Génesis 11:27-25:11) contiene un número de episodios. "El llamamiento de Abram" (Génesis 12:1-9), "El Éxodo de Abram" (Génesis 12:10-20), "Abram y Lot se separan" (Génesis 13:1-18), y sucesivamente. Similarmente, "La historia de José" (Génesis 37:2-50:26) consiste de "Los sueños de José" (Génesis 37:1-11), "José vendido como esclavo" (Génesis 37:12-36), "Judá y Tamar" (Génesis 38:1-30), y así por el estilo. Estos episodios varían en extensión y complejidad, pero forman unidades relativamente que se contienen en uno mismo. Un episodio vien formado requiere por lo menos un enunciado con dos acciones relacionadas temporalmente o las condiciones del asunto. Algunos episodios en el Antiguo Testamento son tan pequeños como un enunciado, pero esta definición mínima nos permite ver los tipos de flujo dramático que encontramos en el Antiguo Testamento. Considera los siguientes enunciados: ·
"Vi el libro; se mantenía firme sobre la mesa"
·
"Yo quería el libro; estaba arriba en la repisa"
·
"Yo quería el libro; lo compré"
Cada uno de estos escenarios contiene dos elementos relativamente temporales que forman historias simples y cada una refleja un tipo diferente de flujo dramático. Hablaremos del primero como un episodio de reporte, del segundo como un episodio de una tensión no resuelta, y del tercer como un episodio de resolución. Estos tipos de flujo dramático no son enteramente distintos; representan puntos de algo continuo. Aún así proporcionan modelos que nos ayudan a ver como los escritores del Antiguo Testamento estructuraron sus episodios individuales. Reporte "Vi el libro; estaba sobre la mesa" es un reporte con dos escenas: 1) El que cuenta la historia vio el libro; 2) el libro se mantenía firme. Sin embargo, a parte del gran contexto, este episodio no crea mucha tensión dramática. No hay ningún conflicto inicial; no aparece ninguna resolución. Básicamente, por sí mismo el episodio notifica que algo ha pasado. Principalmente los reportes describen situaciones. Su arreglo temporal lo hace más que una lista de hechos, pero no mucho más. A veces contribuyen a la estructura de un gran contexto, pero dentro de sí mismos estos episodios describen muy poca tensión
dramática. No preguntamos, "¿Cuál será la resolución de este problema? No hay problema alguno que resolver. Los episodios que tienden meramente al reporte ocurren frecuentemente en el Antiguo Testamento. En la mayoría de los casos, son muy breves. Por ejemplo, los reportes de los hijos de Cetura (Génesis 25:1-4) y el intercambio internacional de Salomón (1 Reyes 9:26-28) consiste de menos de cinco versículos cada uno. Estos pasajes describen una serie de eventos, pero no revelan un problema y resolución. En el mejor de los casos hay un poco de tensión. A veces los reportes pueden ser largos. Jueces 1:27-36 es una larga serie de reportes en la que el escritor registró el fracaso de las tribus para sacar a los Cananitas. Las genealogías y otras listas frecuentemente forman episodios largos de reportes también. En el contexto más largo del libro, estos reportes contribuyen a la tensión dramática, pero los pasajes mismos no involucran un problema significativo o resolución. Tensión no resuleta "Yo quería el libro; estaba arriba en la repisa" no es un mero reporte. Las palabras "Yo quería" crean un sentido de expectación. ¿Obtendrá el narrador el libro? ¿Se interpondrá algo en su camino? Sin embargo, la cláusula final queda corta en completar el drama; nunca sabremos si el narrador obtuvo el libro. En tanto que tenemos más que un mero reporte, no tenemos un sentido completo de conflicto y resolución. Estructuras similares ocurren a través del Antiguo Testamento. Por ejemplo, el breve registro de la inmoralidad de Rubén dice: "Y salió Israel, y plantó su tienda más allá de Migdal-edar. Aconteció que cuando moraba Israel en aquella tierra fue Rubén y durmió con Bilha, la concubina de su padre; lo cual llegó a saber Israel. (Génesis 35:21-22). Las tensiones crecen en este pequeño episodio. Rubén peca en contra de su padre, y su padre escucha de esto. Pero ¿Qué le pasará a Rubén? ¿Qué hará su padre? El episodio mismo no nos lo dice; el drama queda sin resolución. Otro ejemplo de tensión no resuelta aparece en la historia del hacha que flota. Los hijos de los profetas dijeron a Eliseo: He aquí, el lugar en que moramos contigo nos es estrecho. Vamos ahora al Jordán, y tomemos de allí cada uno una viga, y hagamos allí lugar en que habitemos. Y él dijo: Andad. Y dijo uno: Te rogamos que vengas con tus siervos. Y él respondió: Yo iré. Se fue, pues, con ellos; y cuando llegaron al Jordán, cortaron la madera. Y aconteció que mientras uno derribaba un árbol, se le cayó el hacha en el agua; y gritó diciendo: ¡Ah, señor mío, era prestada! El varón de Dios preguntó:
¿Dónde cayó? Y él le mostró el lugar. Entonces cortó él un palo, y lo echó allí; e hizo flotar el hierro. Y dijo: Tómalo. Y él extendió la mano, y lo tomó. (2 Reyes 6:1-7). Esta historia abre con Eliseo estando de acuerdo en ir con sus discípulos a construir un lugar para que habitaran cerca del Jordán (vv.1-4ª). Estos versículos nos hacen preguntar, "¿Tendrán éxito? ¿Construirán un lugar nuevo?" Ellos llegan al Jordán y comienzan a comienzan a cortar árboles (v. 4b). Pero una dificultad aparece cuando a uno de los discípulos se le cae un hacha prestada en el agua (v. 5a). Él gritó, y Eliseo milagrosamente la recupera (vv. 5-7). En este punto podríamos esperar que el episodio describiera cómo Eliseo y sus discípulos completaron su proyecto de construcción. Esto resolvería la tensión dramática que comenzó en 2 Reyes 6:1-4ª. Pero el registro termina abruptamente con la recuperación del hacha. Se nos deja a la imaginación si los discípulos completaron su lugar para habitar. El escritor de Reyes no dio a sus lectores una resolución al episodio. ¿Por qué esta falta de resolución? Aparentemente el escritor tenía muy poco interés en el proyecto de construcción por sí mismo, él únicamente utilizó esa información para dar un escenario para el evento milagroso. Después de reportar el milagro, él terminó su episodio y dejó el asunto de la construcción inconcluso. Resolución El flujo dramático trabaja más completamente en el tercer escenario, "Yo quería el libro; lo compré". En lugar de un reporte plano o una tensión no resuelta, el drama se levanta y cae de una manera diferente. Encontramos un problema y una resolución. El narrador quería el libro. ¿Qué pasaría? ¿Éxito o fracaso? La segunda cláusula revela que el narrador cumple su deseo. En este breve registro, la tensión no se elevan a grandes alturas, pero la historia plantea un problema y lo desenreda. Una breve narrativa de resolución ocurre en Josué 15:16-17, que consiste de tres pequeñas escenas. Escena Uno Y dijo Caleb: "Al que atacare a Quiriat-sefer, y la tomare, yo le daré mi hija Acsa por mujer". (v. 16) Escena Dos Y la tomó Otoniel, hijo de Cenaz hermano de Caleb. (v. 17a)
Escena Tres
Y él le dio su hija Acsa por mujer. (v. 17b). A pesar de su brevedad este episodio tiene un problema definido y resolución. El problema dramático ocurrió cuando Caleb ofreció a su hija a un guerrero valiente (v. 16). ¿Respondería alguien a la oferta? ¿Se la daría en matrimonio? La siguiente escena (v. 17ª) nos dice de un evento decisivo que mueve la historia hacia su resolución. Otoniel conquistó la ciudad, por lo tanto cumplimiento los requisitos de la oferta. Entonces Caleb dio a su hija a Otoniel (v. 17b), resolviendo el problema inicial. Las historias de resolución poseen un nivel de coherencia interna que no se encuentra en los reportes, y nosotros podemos evaluar su significado más en términos de sus propias estructuras. La presentación de un problema y su resolución forman una arena de acción que requiere atención enfocada. El arreglo dramático transmite un episodio cuya estructura interna expone significativamente su significado. Estas categorías representan tres tipos de flujo dramático que encontramos al explorar los episodios individuales en el Antiguo Testamento. En este capítulo nos concentraremos en las narrativas de resolución. Ellas presentan un número de complejidades que deben de ser tratadas en detalle. Al ir entendiendo más a fondo este formato de argumento, estaremos capacitados para explorar los episodios de reporte y la tensión no resuelta con más efectividad. Simetría de Resolución Dramática Cuando examinamos los episodios de resolución, descubrimos que los escritores del Antiguo Testamento tendieron a arreglar estos pasajes simétricamente. A pesar de que algunas historias tienen menos balance extensivo que otras, sin embargo, la simetría es un rasgo fundamental del argumento en los episodios de resolución. Para entender estas estructuras esenciales, debemos trabajar sobre tres consideraciones básicas: principios y finales, diseños tripartitos, y fases. Una vez que entendamos estos rasgos, estaremos en posición de ir más adelante en los detalles de la resolución dramática. Principios y finales ¿Cómo opera la simetría estructural básica en los episodios de resolución? En otras palabras, la simetría se construye sobre un balance conceptual entre los principios y los finales de una historia. Esto no quiere decir que los principios y finales de una pasaje son igualmente largos o importantes, pero se balancean el uno al otro conceptualmente. Una parte recuerda o anticipa conceptos que se encuentran en la otra parte. Tres tipos de
balance conceptual sobresalen prominentemente en las narrativas del Antiguo Testamento. Los principios y los finales pueden reflejar modelos circular, contrastante, o de desarrollo. Circular. Las historias de resolución frecuentemente presentan un modelo circular predominantemente; el final regresa a la situación con la que comenzó el pasaje. El cuerpo de la historia introduce algunos contrastes y desarrollos, pero el texto no los hace resaltar. En lugar de eso, un sentido de resolución dramática viene cuando la porción final nos lleva la círculo completo. Muchas narrativas presentan una simetría predominantemente circular. Por ejemplo, la historia de la prueba de Abraham (Génesis 22:1-19) comienza con él viviendo en Beerseba (Génesis 21:33) y termina con el regresando al mismo lugar. De manera similar, en Génesis 15:7-21, Dios promete tierra a Abram al principio (v.7) y afirma Su promesa al final (vv. 18-21). Sentimos que estas historias tienen un final largo porque vemos que regresan a una situación similar que al principio. Contraste. Las escenas de apertura y clausura también contrastan una con la otra. En estos textos los finales están en oposición a los principios. Si la primera porción es positiva, la última es negativa. Si las condiciones son malas inicialmente, se tornan buenas al final. El énfasis cae sobre un balance antitético entre el principio y el final. Muchas narrativas del Antiguo Testamento presentan un modelo contrastante. Por ejemplo, el registro de Eliseo sanando las aguas (2 Reyes 2:19-22) comienza con los hombres de Jericó diciéndole a Eliseo que "las aguas son malas" (2 Reyes 2:19). Eliseo "sana" las aguas, y el episodio concluye: "Y fueron sanas las aguas hasta hoy, conforme a la palabra que habló Eliseo" (2 Reyes 2:22). El final invierte la situación inicial. El registro del asesinato de Eglón (Jueces 3:12-30) también describe un contraste. Jueces 3:12 dice, "... y Jehová fortaleció a Eglón rey de Moab contra Israel," pero la historia termina, "Así fue subyugado Moab aquel día bajo la mano de Israel." De desarrollo. Finalmente, el desarrollo puede ocurrir entre la porción inicial y final de un episodio. En estos casos la historia termina describiendo una diferente - aunque no opuesta- condición de asuntos. El personaje principal puede enfrentar el problema o conflicto en el principio, pero la resolución lo mueve a él o a ella hacia una nueva situación. Estos desarrollos lineales pueden tener un tono bajo de inversión y circulatorio, pero el drama principal se desarrolla hacia nuevos finales.
Por ejemplo, Génesis 12:1-9 comienza con Dios diciéndole a Abram que vaya a la tierra prometida. La escena final describe al patriarca concluyendo el llamamiento al
continuar hacia el Neguev. Sentimos un pequeño contraste entre Abram afuera de la tierra y en la tierra, pero el balance predominante es un desarrollo de comisión al cumplimiento. El episodio de Abram y la separación de Lot (Génesis 13:1-18) comienza con el patriarca entrando al Neguev y concluye con él moviéndose hacia Hebrón. En ambos pasajes, los episodios terminan moviendo al personaje principal hacia nuevas circunstancias. En tanto que trabajamos hacia el entendimiento del flujo dramático, es de ayuda notar el balance conceptual que conecta el principio y el final. ¿Cuál es el problema dramático de apertura? ¿Cómo trae el final una resolución? ¿Qué modelos circulares, contrastantes y de desarrollo sobresalen? Diseño Tripartita La simetría de la mayoría de los episodios de resolución sigue un diseño de tres partes, aunque algunas historias tienen solamente dos. Como Aristóteles sugirió, los registros más dramáticos consisten de "un principio, un medio y un final". Considera el siguiente cuento de tres escenas simples: [Escena uno] Fido anhelaba el hueso que estaba del otro lado del jardín, pero su cadena era demasiado corta para poderlo alcanzar. [Escena dos] Así que ladró y ladró hasta que su dueño vino y lo liberó de la cadena. [Escena tres] Con eso, Fido corrió hacia el hueso y masticó su camino hacia el cielo para perros. La primera y la última escena se balancean como se esperaba. La primera escena presenta el problema: Fido quiere el hueso pero no puede alcanzarlo. La tercera escena resuelve el problema: Fido alcanza el hueso y satisface su anhelo. Estas escenas contrastan cómo el placer reemplaza al deseo, y se desarrollan en tanto que el perro se mueve de un lugar del jardín hacia el otro. ¿Cuál es entonces la función de la parte de en medio? Esta sección hace de puente entre el principio y el final, diciéndole al lector qué acciones se llevaron a cabo para hacer posible la simetría. Fido alcanzó el hueso porque él ladró, y su dueño liberó de su cadena. Estructuras tripartitas similares aparecen en la mayoría de los episodios de resolución del Antiguo Testamento. Comienzan con un problema, terminan con una resolución y el cuerpo de la historia traza las evoluciones de en medio. Esta estructura de tres partes toma diferentes formas, pero aparece en la mayoría de los episodios. Considera una vez más el pacto de Dios con Abram (Génesis 15:7-21). Como notamos en el capítulo anterior, esta historia se divide en seis escenas.
La primera escena comienza con una promesa divina, la petición de seguridad de Abram y la orden de Dios de prepararse para una ceremonia de pacto. Este problema inicial es balanceado en la última escena, donde Dios declara Su voto de pacto para darle a Abram la tierra. Las escenas de en medio explican cómo es que Dios volvió a hablar de nuevo, cómo es disipada la duda de Abram, y cómo se transformó la promesa en un voto de un pacto. La historia logra estos finales a través de la ceremonia del pacto que se encuentra desde las escenas dos a la cinco. Una situación similar se encuentra en la historia de la invasión de Sisac en 2 Crónicas 12:1-12. Como vimos en el capítulo anterior, este pasaje tiene diez escenas. La escena uno habla del establecimiento del reino de Roboam y el problema de apostasía. La última escena regresa al reino de Roboam e invierte la apostasía con la continua humildad de Roboam. ¿Cómo es que ocurrió este final? Las escenas dos a la nueve nos dicen la amenaza de la invasión de Sisac, el arrepentimiento de la nobleza, y la liberación parcial del reino. Al examinar la estructura de los episodios dramáticos, debemos de notar esta estructura de tres partes. Después de establecer el balance conceptual entre el principio y el final, debemos de notar las evoluciones de la porción de en medio. Fases. Para ver la simetría básica de una historia con más claridad, frecuentemente ayuda numerar un texto en unidades más largas que las escenas. En tanto observamos las dinámicas globales de una historia, dos, tres o cuatro escenas frecuentemente se unen en fases. A veces estas escenas tienen que ver con los mismos personajes, otras veces el mismo escenario de acción o tema los une. Cualquiera que sea el caso, agrupando las escenas en fases nos ayuda a discernir la estructura del episodio con mayor claridad. El registro de la torre de Babel (Génesis 11:1-9) ilustra el valor de agrupar las escenas en fases. Escena Uno Tenía entonces toda la tierra una sola lengua y unas mismas palabras. (v. 1) Escena Dos Y aconteció que cuando salieron de oriente, hallaron una llanura en la tierra de Sinar, y se establecieron allí. (v. 2) Escena Tres
Y se dijeron unos a otros: Vamos, hagamos ladrillo y cozámoslo con fuego. (v. 3ª) Escena Cuatro Y les sirvió el ladrillo en lugar de piedra, y el asfalto en lugar de mezcla. (v. 3b) Escena Cinco Y dijeron: Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre, por si fuéremos esparcidos sobre la faz de toda la tierra. (v. 4). Escena Seis Y descendió Jehová para ver la ciudad y la torre que edificaban los hijos de los hombres (v. 5) Escena Siete Y dijo Jehová: He aquí el pueblo es uno, y todos éstos tienen un solo lenguaje; y han comenzado la obra, y nada les hará desistir ahora de lo que han pensado hacer. Ahora, pues, descendamos, y confundamos allí su lengua, para que ninguno entienda el habla de su compañero. (v. 6-7). Escena Ocho Así los esparció Jehová desde allí sobre la faz de toda la tierra, y dejaron de edificar la ciudad. (v. 8) Escena Nueve Por esto fue llamado el nombre de ella Babel, porque allí confundió Jehová el lenguaje de toda la tierra, y desde allí los esparció sobre la faz de toda la tierra. (v. 9) En tanto que estas escenas representan los bloques básicos de construcción de la historia, algunos de ellos tienen afinidades con cada uno. Si agrupamos estas escenas en fases, aparecen los siguientes arreglos (ver figura 22). Como sugiere este diagrama, las escenas uno y dos se juntan para proporcionar los antecedentes para el proyecto de construcción. Las escenas tres, cuatro y cinco se refieren a la construcción de la torre. Las escenas ocho y nueve se enfocan en Dios esparciendo a la gente y confundiendo el lenguaje. Solamente las escenas seis y siete permanecen aisladas. Vamos a tratar estas escenas como fases en sí mismas. Como resultado las nueve escenas de este episodio forman cinco fases.
Hasta aquí hemos visto varios aspectos básicos de estructura. Todos los episodios de resolución demuestran un balance conceptual entre el principio y el final. La mayoría de ellos tiene una estructura de tres partes. Si agrupamos escenas muy bien relacionadas en fases, muchos textos se vuelven más manejables. Con estos aspectos en mente, ahora vamos a ver con más detenimiento varios modelos típicos que ocurren en episodios de resolución. Modelos Típicos de Resolución Dramática En las narrativas del Antiguo Testamento, emergen un número de diferentes configuraciones simétricas - demasiadas, de hecho - que no podemos tratar con todas ellas. En su lugar, hablaremos de cuatro modelos usuales que ocurren. Estas variaciones difícilmente agotan las posibilidades. Aún así, tipificando las estructuras que aparecen en el Antiguo Testamento. Dos Pasos La simetría más simple de resolución es un diseño de dos pasos. Frecuentemente estas historias tienen muchas escenas y fases, pero unidas forman dos partes. El primer paso presenta el problema dramático; el segundo paso nos da la resolución. Como ya hemos visto, estos pasos se balancean uno al otro por una simetría circular, contrastante y de desarrollo. Un ejemplo de la resolución de dos pasos ocurren en el registro del reinado de Asa ( 2 Crónicas 16:7-10). Escena Uno En aquel tiempo vino e vidente Hanani a Asa rey de Judá, y le dijo: Por cuanto te has apoyado en el rey de Siria, y no te apoyaste en Jehová tu Dios, por eso el ejército del rey de Siria ha escapado de tus manos. Los etíopes y los libios, ¿no eran un ejército numerosísimo, con carros y mucha gente de a caballo? Con todo, porque te apoyaste en Jehová, él los entregó en tus manos. Porque los ojos de Jehová contemplan toda la tierra, para mostrar su poder a favor de los que tienen corazón perfecto para con él. Locamente has hecho en esto; porque de aquí en adelante habrá más guerra contra ti. (vv. 7-9) Escena Dos
Entonces se enojó Asa contra el vidente y lo echó en la cárcel, porque se encolerizó grandemente a causa de esto. (v. 10ª) Escena Tres
Y oprimió Asa en aquel tiempo a algunos del pueblo. (v. 10b) Este pasaje se divide en tres escenas que forman dos fases. Estas fases sirven como los pasos en la resolución dramática. En la primera fase, Hanani el profeta reprendió a Asa por no apoyarse en Dios. La segunda fase, consistiendo en las escenas dos y tres, reporta la respuesta de Asa a Hanani. La fase inicial presenta el primer paso dramático, el problema de la profecía. ¿Cómo respondería Asa? ¿Cuál sería el resultado? La fase final responde a estas preguntas al describir más adelante la desobediencia de Asa. TRES PASOS Con mayor frecuencia, los episodios de resolución presentan por lo menos tres pasos. Las historias pueden contener también muchas escenas y fases, pero agrupadas presentan un drama de tres partes: un problema, un punto de cambio, y una resolución. En este modelo los conceptos se balancean de dos maneras. El problema y la resolución son simétricos como en todas las narrativas de resolución, pero además, el punto de cambio frecuentemente recuerda algunos aspectos del problema y/o anticipa dimensiones de la resolución. El segundo episodio en el libro de Jonás (Jonás 1:17-2:10) sigue un modelo de tres pasos que pueden describirse como sigue (ver figura 24). El balance entre el problema y la resolución de esta historia es franco. El paso introductorio contiene dos escenas de pura narración: Dios le manda a un pez que trague a Jonás, y Jonás estuvo en el pez por tres días y tres noches. El paso final también contiene dos escenas de pura narración. Dios le mandó al pez, y vomitó Jonás en la playa. Los pasos primero y último balancean circularmente; tanto el problema como la resolución reportan un mandato divino y una acción resultante. El contraste también ocurre en tanto que el pez primero traga y después vomita. El punto de cambio (2:1-9) consiste en el salmo de Jonás de acción de gracias dentro del pez. Como muchos puntos de cambio, este paso recolecta el problema y anticipa la resolución. La primera porción de la oración mira hacia el condición sin esperanza de Jonás al hundirse en las profundidades del mar (2:2-6b). La segunda parte de la oración expresa la esperanza de Jonás para el futuro (2:6c-9), por lo tanto anticipando su liberación del pez.
Cuatro Pasos
La resolución dramática también aparece en cuatro pasos. En efecto, la parte de en medio del episodio se divide en dos secciones que balancean, resultando en un problema, acción creciente, acción decreciente, y resolución. Un punto de cambio específico no puede ser aislado. Una vez más, el problema y la resolución se balancean uno al otro y las acciones crecientes y decrecientes tienden a recolectar y anticipar aspectos del problema y la resolución. Más que esto, la acción creciente y decreciente frecuentemente exponen un balance conceptual entre uno y otro también. Considera el registro de la confrontación que le hizo Dios a Adán y a Eva (Génesis 3:8-21). Escena Uno Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto. (v. 8) Escena Dos Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? Y él respondió: Oí tu voz en el huerto y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí. Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses? Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí. Entonces Jehová Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La serpiente me engañó, y comí. (vv. 9-13) Escena Tres Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida. Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar. A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti. Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo. Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás. (vv. 14-19)
Escena Cuatro
Y llamó Adán el nombre de su mujer, Eva, por cuanto ella era madre de todos los vivientes. (v. 20) Escena Cinco Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió. (v. 21) Como lo indica el siguiente diagrama, las cinco escenas de este episodio se dividen en cuatro pasos (ver la figura 25). La mayoría de las escenas en este episodio permanecen separadas, pero el breve comentario en la escena cuatro combina con la enunciación larga del juicio en la escena tres, resultando en un modelo de cuatro pasos de resolución. Estas cuatro fases reflejan las características típicas de un registro de cuatro pasos. El problema se balancea con la resolución. Ambos presentan un movimiento temporalmente rápido; también se enfocan en los mismos personajes. La vergüenza de la desnudez en el paso inicial contrasta con el paso final donde Dios vistió a Adán y Eva. Pero ¿cómo vamos de la vergüenza a la cobertura? La Acción creciente y decreciente hacen un puente en el vacío. Cada uno de estos pasos se enfoca en la narración dramática e involucran personajes similares. En el segundo paso, Dios inquirió acerca de la culpabilidad de Adán y Eva; en el tercer paso, el sentenció a las partes culpables. El bien conocido sacrificio de Isaac (Génesis 22:1-19) es también un drama de cuatro pasos en doce escenas. Escena Uno Aconteció después de estas cosas, que probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré. (vv. 1-2) Escena Dos Y Abraham se levantó muy de mañana, y enalbardó su asno, y tomó consigo dos siervos suyos, y a Isaac su hijo; y cortó leña para el holocausto, y se levantó, y fue al lugar que Dios le dijo. (v. 3)
Escena Tres
Al tercer día alzó Abraham sus ojos, y vio el lugar de lejos. Entonces dijo Abraham a sus siervos: esperad aquí con el asno, y yo y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos, y volveremos a vosotros. (vv. 4-5) Escena Cuatro Y tomó Abraham la leña del holocausto, y la puso sobre Isaac su hijo, y él tomó en su mano el fuego y el cuchillo; y fueron ambos juntos. (v. 6) Escena Cinco Entonces habló Isaac a Abraham su padre, y dijo: Padre mío. Y el respondió: Heme aquí, mi hijo. Y el dijo: He aquí el fuego y la leña; mas ¿dónde está el cordero para el holocausto? Y respondió Abraham: Dios proveerá de cordero para el holocausto, hijo mío. E iban juntos. (vv. 7-8) Escena Seis Y cuando llegaron al lugar que Dios les había dicho. Edifió allí Abraham un altar, y compuso la leña, y ató a Isaac su hijo, y lo puso en el altar sobre la leña. Y extendió su mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo. (vv. 9-10) Escena Siete Entonces el ángel de Jehová le dio voces desde el cielo, y dijo: Abraham, Abraham. Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada; porque ya conozco que temes a Dios, por cuanto no me rehusaste tu hijo, tu único. (vv. 11-12) Escena Ocho Entonces alzó Abraham sus ojos y miró, he aquí a sus espaldas un carnero trabado en un zarzal por sus cuernos, y fue Abraham y tomó el carnero, y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo. (v. 13) Escena Nueve Y llamó Abraham el nombre de aquel lugar, Jehová proveerá. Por tanto se dice hoy: en el monte de Jehová será provisto. (v. 14)
Escena Diez
Y llamó el ángel de Jehová a Abraham por segunda vez desde el cielo, y dijo: Por mí mismo he jurado, dice Jehová, que por cuanto has hecho esto, y no me has rehusado tu hijo, tu único hijo; de cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que esta a la orilla del mar; y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos. En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz. (vv. 15-18) Escena Once Y volvió Abraham a sus siervos, y se levantaron y se fueron juntos a Beerseba. (v. 19ª) Escena Doce Y habitó Abraham en Beerseba. (v. 19b) Las escenas de este pasaje se juntan en cuatro fases (ver figura 26). Las escenas uno y dos tienen que ver con el llamamiento de salir y comenzar el viaje. Las escenas tres, cuatro y cinco se llevan a cabo en "el tercer día" teniendo a la vista la montaña. Las escenas seis a la diez cubren los eventos que se llevaron a cabo en la montaña. Las escenas once y doce narran el regreso y el final del viaje. Estas divisiones resultan en un episodio de cuatro pasos, bien formado. El problema de la historia fue el llamado de Dios para sacrificar a Isaac y la salida inicial de Abraham con sus siervos. ¿Qué haría él? ¿Sacrificaría a su hijo? La acción creciente nos lleva al drama, donde Abraham e Isaac han dejado a los siervos y han ido juntos hacia el lugar del sacrificio. Isaac cuestionó a su padre acerca del animal para el sacrificio, y Abraham le asegura que "Dios proveerá". La acción decreciente cubre todo lo que se llevó a cabo en la montaña. Las escenas se alternan entre Abraham y un ángel. Abraham se preparó para sacrificar a Isaac, pero el ángel lo interrumpió. Después Abraham sacrificó un carnero, y el ángel le respondió con un discurso largo, revelando su importancia en el episodio. Debido a que Abraham no negó a su hijo, sus descendientes (la audiencia original) sería numerosa, victoriosa en batalla, y una bendición para el mundo. La acción decreciente balancea la acción creciente. Abraham creyó que Dios proveería, y Él lo hizo. La resolución se balance con el problema inicial. Abraham regresó con sus dos siervos y continuó su vida en Beerseba.
Cinco Pasos Los episodios de cinco pasos combinan rasgos que ya hemos examinado. Como en los dramas de dos pasos, se balancea el problema inicial y la resolución final. Como los
episodios de cuatro pasos, el paso dos forma la acción creciente que corresponde al cuarto paso, o acción decreciente. Estos rasgos combinan con el tercer paso que sirve como el punto de cambio del pasaje. En esta configuración progresa el flujo dramática en forma de pirámide. Un problema dramático pone la narrativa en movimiento, la acción creciente eleva la tensión; el punto de cambio invierte del problema; la acción decreciente continúa el desenredo iniciado por el punto de cambio; y la resolución ata los cabos sueltos de la narrativa. Para ilustrar la resolución de cinco pasos, veremos dos pasajes que ya hemos examinado. El primero es la historia del pacto de Dios con Abram (Génesis 15:7-21) (ver la figura 27). El paso uno introduce el episodio del problema dramático. Dios prometió tierra a Abram y Abram pide certidumbre. En respuesta Dios ordena la preparación de una ceremonia de pacto. ¿Qué resultará de esta situación? ¿Tratará Dios a Abram con misericorida y le pondrá duras responsabilidades de pacto? La tensión se eleva en la acción creciente. Abram comienza la ceremonia de su propia maldición cortando los animales y separándoles en mitades como un símbolo que lo que le pasaría al que falle en cumplir sus obligaciones del pacto. El punto de cambio recoge ansiedades que se iniciaron en los primeros pasos cuando Abram cae en una obscuridad de pesadilla. Pero también disminuye la tensión porque Dios le aseguró a Abram que Él le daría a sus descendientes la tierra después de un período de esclavitud. La acción decreciente desenreda la tensión más adelante. Dios aparece jurando a Su propia destrucción. La ceremonia que comenzó en el segundo paso ahora alcanza su realización. Para alivio de Abram la seguridad de la tierra dependía de Dios, no de Abram. La resolución termina el asunto, Dios confirmó Su promesa con un solemne voto de un pacto. La necesidad de seguridad de Abram estaba suplida. La invasión de Sisac (2 Crónicas 12:1-12) sigue un modelo similar. Considera el siguiente bosquejo (ver figura 28). El problema dramático inicia la historia con la apostasía de Judá. ¿Cuál sería el destino del reino? ¿Resultaría la rebelión en juicio? La tensión de la acción creciente crece cuando leemos del increíble ejército de Sisac. ¿Caería presa la ciudad santa del mismo destino como el resto de Judá? El punto de cambio recoge esta tensión. El profeta pronuncia un oráculo punzante de juicio; ciertamente el destino de Judá estaba sellado. Pero los nobles de Judá se arrepintieron de su apostasía. Anticipando las fases finales, el profeta habló de liberación parcial. La acción creciente muestra cómo la profética probó ser verdad. Las condiciones no eran perfectas; Sisac evocaba a un príncipe fuerte de Judá.
Pero el reino no estaba en ruina total. Finalmente, la resolución de la historia nos regresa al reino de Roboam en paz. Buenas condiciones prevalecieron en tanto que el rey continuó humillándose a sí mismo. Los episodios de resolución toman munas formas en el Antiguo Testamento. Puede ser que se dividan en modelos más de cinco pasos, pero los modelos de dos, tres, cuatro o cinco pasos bosquejados aquí son suficientes para la mayoría de los pasajes. Conclusión Cuando examinamos las tramas de los episodios individuales, enfrentamos un sin número de variedades. Los pasajes varían el grado en el que transmiten la tensión dramática, yendo de un reporte simple a una tensión sin resolver y a la resolución completa. Los episodios de resolución exhiben simetrías de diferentes tipos. Podemos resumir la mayoría de ellos de dos a cinco pasos. Por medio de esto estaremos en posición de ver la estructura de estas historias con más claridad e investigar su significado original con más profundidad. Preguntas de Repaso 1. ¿Cuáles son los tres tipos básicos de trama que se encuentran en las narrativas del Antiguo Testamento? ¿Qué los distingue uno de otro? Da un ejemplo de cada uno. 2. ¿Cuál es la diferencia entre una escena y una fase en la historia? ¿Por qué ayudan las fases? 3. ¿Qué modelos de flujo dramático ocurren en las narrativas de resolución? Nombra y describe las funciones de las fases de cada modelo. ¿Cuál es la diferencia entre una narrativa de resolución simple y una compleja? Ejercicios de Estudio 1. Lee 1 Crónicas 10:1-6. Divídelo en escenas y divide las escenas en fases. Explica cómo puede bosquejarse esta historia como un episodio de resolución de tres pasos. ¿Qué simetrías puedes distinguir? 2. Lee 1 Samuel 2:12-17. Divídelo en escenas y divide las escenas en fases. Explica cómo puede bosquejarse esta historia como un episodio de resolución de cuatro pasos. ¿Qué simetrías puedes distinguir?
EL NOS DIO HISTORIAS La Guia Biblica para Estudiantes para Interpretar las Narraciones del Antiguo Testamento Parte 9: ESTRUCTURAS DE LA NARRATIVA GRANDE
"¡Ven aquí arriba si quieres saber donde estamos!" gritó mi amigo desde la torre de observación. Él había caminado por el bosque por horas y estaba completamente perdido. Abajo entre los árboles podíamos ver solamente unos kilómetros en cualquier dirección. "¿En dónde está el lago... el río...la torre?" Necesitábamos tener el cuadro completo. Así que me uní a mi amigo en la plataforma de la torre. De muchas maneras lo mismo es verdad al interpretar las historias del Antiguo Testamento. Hasta este punto, hemos estado preocupados principalmente con el trabajo interno de los episodios sencillos. Pero para entender un texto particular, debemos de tener el cuadro completo de las estructuras de la narrativa grande. Los contextos grandes nos ayudan a determinar el significado de las historias individuales. En este capítulo examinaremos dos rasgos de las estructuras de la narrativa grande: la importancia relativa de la cronología y los tópicos y las configuraciones típicas que ocurren en registros largos. ¿Cómo balancearon los escritores del Antiguo Testamento la secuencia temporal y las inquietudes tópicas? ¿Qué estructuras típicas encontramos en secciones grandes de las historias del Antiguo Testamento?
Cronología y Tópicos Si se nos asignara escribir una historia de los Estados Unidos, podríamos tomar por lo menos tres estrategias. Primero, podríamos arreglar los datos principales de acuerdo a la secuencia temporal. En este acercamiento nuestro registro se vería algo como esto: 1- "El siglo XVII", capítulo 2 "El siglo XVIII", y así sucesivamente. Pero un registro puramente cronológico no sería posible. Demasiados eventos ocurrieron al mismo tiempo que tendríamos que arreglar los datos con subtítulos de acuerdo al tópico. Un capítulo tratando con el siglo XVIII podría cubrir "Eventos en el Norte", "Eventos en el Sur", "La vida en la Ciudad", y "La vida en la Frontera". Aún se domina el aspecto cronológico en nuestra historia, aún así debemos de organizar los eventos en sub-categorías con relación al tópico.
Segundo, podríamos orientar nuestro registro históricos hacia tópicos en vez de dividir el pasado períodos. Con este énfasis las divisiones de nuestros capítulos podría ser: capítulo 1 - "Las Guerras de América", capítulo 2 - "Políticas de Paz", capítulo 3 - "La Arquitectura en América", y otros temas de interés. Un acercamiento puramente tópico no sería posible tampoco. Debemos de incluir desarrollos temporales como subtítulos. Un capítulo sobre "Las Guerras en América" puede dividirse en: "La Revolución", "La Guerra entre Franceses e indígenas", "La Guerra de 1812", y "La Guerra entre los Estados". Tercero, nuestra historia de los Estados Unidos puede combinar intereses cronológicos y tópicos. Partes de nuestro reporte puede ser cronológico, en tanto que otras partes siguen u arreglo tópico. Los escritores del Antiguo Testamento enfrentaron elecciones similares. En tanto que trataban con la historia de Israel, ellos arreglaron sus registros cronológicamente, tópicamente y con varias combinaciones. Con el fin de entender sus textos, debemos de explorar la relativa importancia de los intereses cronológicos y tópicos. ¿Cuáles eran los intereses dominantes detrás del arreglo de las historias del Antiguo Testamento? ¿Cómo se presentan los tópicos y la cronología en la estructuración de grandes secciones?
Dominación Cronológica De un lado a otro, las narrativas del Antiguo Testamento básicamente siguen un orden cronológico. Así como las escenas en episodios individuales tienden a moverse hacia delante a través del tiempo, las series de historias completas y secciones de libros presentan secuencia cronológica. Los cambios entre eventos simultáneos y antecedentes ocurren, pero el movimiento principal es hacia la acción sucesiva. Los escritores del Antiguo Testamento frecuentemente indicaron su interés explícitamente en la secuencia de eventos. Por ejemplo, las historias de Abraham mencionan la edad del patriarca (Génesis 12:4, 16:16; 17:1). El libro de Josué también registra los años de Josué (Josué 14:10; 24:29). Los libros de Reyes y de Crónicas remarcan las fechas de muchos eventos (1 Reyes 15:1, 9; 2 Crónicas 15:10, 16:1). Los bosquejos de la mayoría de los libros indican un interés en la cronología. Génesis es estructurado mayormente por la secuencia histórica: capítulo 1-11 cubriendo la historia primitiva y los capítulo 12 -50 tratando con el período patriarcal subsecuente. Éxodo divide en eventos anteriores al Sinaí (capítulos 1-18) y eventos en el Sinaí (capítulos
19-40). Números traca los viajes de Israel: en el Sinaí (1:1-10:10), de Sinaí a Cades (10:1112:16), en Cades y en el Desierto (13:1-20:13), de Cades a Moab (20:14-22:1), y finalmente en Moab (22:2-36:13).
Intereses Tópicos Si la cronología domina el paisaje de las narrativas del Antiguo Testamento, ¿qué lugar hay para los intereses tópicos? Muchos evangélicos asumen que los intereses tópicos tuvieron poco que ver con los arreglos a gran escala de las historias del Antiguo Testamento. Vemos estos libros meramente siguiendo la secuencia de los eventos. ¿Por qué la batalla de Ahí siguió a Jericó? ¿Por qué la Pascua de Ezequías siguió a sus reformas? Nuestra respuesta usual es simple; los eventos sucedieron de esa manera. Este punto de vista es verdad, pero la cronología solamente no puede contar para todos los arreglos que encontramos en las narrativas del Antiguo Testamento. Los escritores del Antiguo Testamento frecuentemente seleccionaron y arreglaron sus materiales de acuerdo a los intereses tópicos. Veremos tres maneras en que influyeron los intereses tópicos a las secciones grandes de las narrativas del Antiguo Testamento: selección, eventos simultáneos, y eventos sin cronología.
Selección. Aún cuando los escritores del Antiguo Testamento siguieron la secuencia histórica, tuvieron que seleccionar su material. Frecuentemente estas selecciones surgieron de consideraciones tópicas. Un ejemplo sencillo ocurre en Génesis 15:1-21. Este pasaje consiste de dos episodios. El primero (vv. 1-6) presenta la promesa de Dios de dar un hijo a Abram; el segundo (vv. 7-21) trata con los problemas de la tierra. ¿Por qué están estos episodios uno al lado del otro? No hay duda de que una de las razones es la proximidad cronológica de los eventos. La ausencia de un asunto explícito al principio de Génesis 15:7 (wy´mr "El también dijo...") sugiere que los eventos de Génesis 15:7-21 siguieron inmediatamente después de los eventos de Génesis 15:1-6. Pero debemos de recordar que Moisés no tuvo que conservar estos dos episodios. Él pudo haber omitido fácilmente uno o el otro. ¿Qué explica su decisión de ponerlos juntos? Las afinidades tópicas causaron que Moisés estructurara su texto de esta manera. Considera las siguientes similitudes temáticas entre los pasajes (ver figura 29). La peculiaridad de cada evento es aparente, pero por lo menos sobresalen cinco conexiones tópicas: 1) ambas tratan con promesas de Dios; 2) cada una presenta a Abram
pidiendo confirmación de a promesa de Dios; 3) en ambos pasajes Dios responde a la petición de Abram; 4) en cada pasaje Dios demuestra que cumplirá Su Palabra; y 5) al final de cada episodio, Dios satisface la necesidad de Abram de confirmación. Estos episodios siguen un orden cronológico, pero los intereses prominentes de Moisés se clarifican al darnos cuenta de las conexiones tópicas. Los pasajes juntos, cubren los dos elementos principales de las esperanzas de Abram: simiente y tierra. Al ponerlos uno junto al otro, Moisés afirmó que ambas esperanzas eran seguras debido a la fiabilidad de las promesas de Dios. Un ejemplo más claro de selección tópica aparece en el registro del Cronista del reino de Asa (2 Crónicas 14:1-16:14) (ver figura 30). El cronista se refiere a las fechas en cuatro de estos seis episodios. La prosperidad temprana del reino se extendió "por diez años", las reformas se llevaron a cabo en "el año quince" y la prosperidad continuó "hasta el año treinta y cinco". En "el año treinta y seis", Asa fracasó en batalla. Durante el "año treinta y nueve", el rey se enfermó; él finalmente murió en el "año cuarenta y uno". El cronista del registro del reinado de Asa está dominado por intereses de secuencia de tiempo. Pero el orden histórico no fue el único factor que influyó en los arreglos de estos materiales. Fuera de todas las cosas que sucedieron en el reinado de Asa, ¿por qué seleccionó el cronista estos seis episodios? El Cronista mismo se dio cuenta de que muchos otros eventos pudieron haber sido mencionados (2 Crónicas 16:11). ¿Por qué estos? El los seleccionó en base al interés tópico: la importancia de buscar y confiar en el Señor. Cada episodio contribuye al desarrollo de este tema. En los primeros tres episodios, las condiciones en la tierra fueron positivas. La tierra estaba "en paz" (14:1, 5, 6); la gente de Judá "edificada y prosperada" (14:7); Judá derrotó todas las ciudades alrededor de Gerar y obtuvo gran botín" (14:14); el profeta Azarías prometió que Judá sería "recompensada" (15:7); se le otorgó al rey " paz por todas partes" (15:15) y "no hubo más guerra" (15:19) por muchos años. ¿Por qué eran las condiciones tan positivas para la nación? La respuesta del Cronista a esta pregunta se hace notoria en varios términos claves: "buscar" (drs), "confiar" (s´n), y "abandonar" (´zb). En el primer episodio (14:1-7), Asa remarcó que la bendición de su reino ocurrió "porque hemos buscado (drs) a Jehová nuestro Dios; le hemos buscado, (drs) y él nos ha dado paz por todas partes" (14:7). Un tópico similar rodea el segundo
episodio (14:8-15) cuando Asa clamó en oración, "en ti nos apoyamos (s´n)" (14:11). En el tercer episodio (15:1-9), Azarías declaró que el estatus de Judá dependía de un principio básico: "si le buscareis (drs), será hallado de vosotros; mas si le dejareis (´zb), él también os dejará (´zb)". (15:2). El episodio sigue describiendo cómo el pueblo de Judá "prometió solemnemente que buscarían (drs) a Jehová el dios de sus padres... (15:12). Todo Judá se regocijó porque "de toda su voluntad lo buscaban (drs), y fue hallado de ellos" (15:15). Al repetir estos conceptos, el Cronista dio a conocer su punto de vista. La prosperidad de la primera mitad del reinado de Asa fue recompensado por buscar y confiar en Dios. Los últimos tres episodios cuentan un lado diferente del reinado del rey. En el cuarto episodio (16:1-6), Asa se alió con el rey Sirio Ben-adad contra Baasa rey de Israel. Como resultado no obtuvo la victoria completa. Más aún, en el quinto episodio (16:7: 11), Hanani el vidente le declaró a Asa "de aquí en adelante habrá más guerra contra ti (16:9). El sexto episodio (16:12-14) reporta la enfermedad e Asa y su muerte eventual. ¿Por qué cambiaron las condiciones en el reino de Asa tan drásticamente? Tenemos la primera indicación cuando Asa "envió a Ben-adad rey de Siria plata y oro de los tesoros de la casa de Jehová" (16:2). Hanani condenó este cambio de eventos, explicando de Baasa escapó del ejército de Asa por "cuanto te has apoyado (s´n) en el rey de Siria, y no te apoyaste (s´n) en Jehová tu Dios" (16:7). El profeta también le recordó al rey que su victoria anterior en contra los etíopes y los libios ocurrió porque "te apoyaste (s´n) en Jehová" (16:8). Un tema similar aparece en el sexto episodio. Asa murió de su enfermedad porque "no buscó a Jehová, sino a los médicos" (16:12). Condiciones desfavorables existieron en Judá porque el rey falló en buscar y confiar en el Señor. De este pequeño examen, vemos que el Cronista arregló el reinado de Asa, tomando en cuenta tanto los intereses cronológicos como los tópicos. El siguió el orden de la historia pero seleccionó solamente algunos eventos para enfatizar un tema: las bendiciones vienen a aquellos que buscan y confían en Dios, pero las maldiciones caen en todo aquel que lo deja.
Eventos simultáneos. Los intereses tópicos también rigieron el arreglo de los eventos simultáneos. Cuando episodios diferentes tenían que ver con eventos que se llevaron a efecto cerca o al mismo tiempo, los intereses tópicos frecuentemente fueron dirigiendo al escritor. Las historias de Judá y José en Génesis 38:1-39:23 ofrecen un buen ejemplo. Los siguientes bosquejos muestran las afinidades tópicas entre estos dos capítulos (ver figura 31).
Estos episodios reportan eventos simultáneos. La última escena del capítulo 37 desarrolla la historia de Génesis en el tiempo cuando José entró a la casa de Potifar. Partimos de allí otra vez después de la historia de Judá y Tamar, cuando Moisés recordó que José había sido vendido a Potifar en Egipto (Génesis 39:1). La historia de Judá y Tamar (Génesis 38:1-30), por lo tanto, reporta un evento que se llevó a cabo en Canaán, cerca del tiempo cuando José estuvo en la casa de Potifar. ¿Por qué Moisés se desvía a eventos en Canaán, cuando él ya había cambiado la atención hacia Egipto? (Génesis 37:36) ¿Por qué incluyó la historia de Judá y Tamar aquí? Su razón principal fue afinidad tópica. En Génesis 38 Judá y sus hijos tuvieron relaciones con las mujeres Cananitas. Los hijos de Judá fueron juzgados por Dios, dejando a la nuera de Judá, Tamar, sin esposo (vv. 6-11). Cuando Judá falló en tratar con justicia a Tamar, ella se disfrazó y lo sedujo (vv. 1219). Judá escuchó que Tamar estaba embarazada y la condenó a morir. Sin embargo, al investigar, parece evidente de que Judá era el padre del niño, y confesó correctamente, "mas justa es ella que yo" (vv. 24-26). La familiar historia de José en casa de Potifar (Génesis 39:1-23) presenta un contraste muy notable. José se comportó de una manera ejemplar. El sirvió a Potifar bien y resistió la seducción de la esposa de Potifar. Por sus propias palabras, él declaró su inocencia, "¿cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios? (v. 9). José fue falsamente acusado y enviado a prisión; pero Dios estaba con él, y lo elevó a un lugar de prominencia. Estas historias han sido yuxtapuestas para desarrollar el tema de moralidad patriarcal. Judá cayó en pecado y sufrió severamente. José permaneció puro, y Dios recompensó su rectitud. Esta conexión tópica es vital para entender por qué estos capítulos aparecen juntos.
Eventos sin cronología. En algunos casos los intereses tópicos fueron tan influyentes que los episodios fueron arreglados con un poco o sin interés alguno en orden, según el tiempo. Estos textos no mal interpretan los hechos históricos; están estructurados de acuerdo a los tópicos más que a la secuencia de los eventos. Un ejemplo impresionante de esto ocurre en los últimos cuatro capítulos de 2 de Samuel. ·
Episodio uno: David interviene (21:1-14) - Intervención Real
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Episodio dos: Logros en la Batalla (21:15-22) - Guerra Real
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Episodio tres: La canción de alabanza de David (22:1-51) - Palabras Reales
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Episodio cuatro: Oráculos de la sabiduría de David (23:1-7) - Palabras Reales
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Episodio cinco: Logros en la Batalla (23:8-39) - Guerra Real
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Episodio seis: David interviene (24:1-25) - Intervención Real
Estos eventos no están en orden cronológico. La primera intervención de David está muy relacionada con 2 Samuel 19; el segundo episodio cubre el trato con los Filisteos; el tercer episodio es fechado por el texto mismo con la liberación de David de Saúl, los cuatro episodios comienzan con "la última palabra de David"; la quinta sección cubre un amplio rango de fechas, y el sexto episodio probablemente ocurrió después de los eventos de 2 Samuel 15-20. ¿Qué principio organizacional siguió el escritor de Samuel? Él agrupó estos materiales por tópicos. Esta sección en Samuel sigue al registro de problemas en la casa de David. Sin estas series finales, David pudo haber sido presentado como un fracaso absoluto. Aún así, este final sin cronología recuerda a los lectores los beneficios que trajo David a Israel y las bendiciones a través de su dinastía permanente.
Configuraciones Típicas Ninguna sección de la narrativa del Antiguo Testamento sigue precisamente el mismo modelo; cada pasaje tiene rasgos únicos. Pero al estar investigando los textos del Antiguo Testamento, nos encontramos varios modelos que aparecen una y otra vez. En este punto vamos a poner nuestra atención a estas estructuras típicas. Las configuraciones sugirieron aquí proporcionar una orientación para analizar muchas secciones grandes de material. Hablaremos de tres arreglos típicos: grupos, paralelos y registros dramáticos. Estas categorías se traslapan e interconectan de muchas maneras. Sin embargo, teniendo en cuenta la simplicidad, las veremos por separado.
Grupos Los grupos son episodios que ilustran diferentes facetas de un tema común. Tienen algunos paralelos estructurales entre ellos y muy poco o ninguna unidad dramática. Meramente proporcionan perspectivas sobre un tópico.
Un ejemplo de grupos ocurre en los primeros períodos del reino de Salomón (1 Reyes 3:16-4:34). Este material viene entre la bien conocida historia de la oración de Salomón por sabiduría (1 Reyes 3:1-15) y los registros de los proyectos de construcción de Salomón (1 Reyes 5:1-8:66). Sus cuatro episodios tienen algunas similitudes estructurales y ningún flujo dramático que los abarca todo. (ver figura 32). Estos episodios difieren uno de otro en muchas maneras. El bien conocido caso jurídico (1 Reyes 3:16-28) en una narrativa de resolución de cinco pasos. Los otros episodios son narrativas de reporte con relación a la burocracia de Salomón (4:1-19), éxitos económicos (4:20-28), y sabiduría superior (4:29-34). ¿Por qué están estos textos uno junto al otro? Una pista aparece en el registro anterior de la oración de Salomón (3:5-15), en el que el escritor llamó la atención hacia la sabiduría de Salomón. Resolviendo el caso de dos prostitutas probó que en Salomón "había sabiduría de Dios para juzgar" (3:28). El mismo tema aparece en el último episodio de esta sección, donde se nos dice que "Dios dio a Salomón sabiduría y prudencia muy grandes..." (4:29). Estos pasajes se agrupan acerca del tópico de la sabiduría administrativa de Salomón. El era sabio en la corte (3:16-28), en la organización política (4:1-19), en las políticas económicas (4:10-18), y en comparación con otros hombres sabios (4:29-34). Para entender esta sección de Reyes, debemos de tomar en cuenta esta estructura de agrupación. Los últimos capítulos de Números revelan otro grupo. En Números 33:1-49 encontramos un resumen de los viajes cubiertos en los primeros 32 capítulos. Esta recapitulación introduce la última porción del libro, un grupo de eventos que ocurrieron en los llanos de Moab (ver figura 33). Estos pasajes difieren en muchas maneras. Los primeros cuatro episodios, son reportes, el último es un episodio de resolución. Tratan con diferentes materias: sacando a los Cananitas, dibujando límites de las tribus, estableciendo ciudades y ordenando matrimonios entre las tribus. Entonces ¿por qué aparecen juntos? Estas unidades se agrupan alrededor de dos intereses tópicos. Primero, como lo indica el resumen, cada episodio se llevó a cabo en las llanuras de Moab (36:13). Segundo, estos pasajes enseñan cómo Israel iba a manejar la herencia de la tierra prometida. El primer episodio (33:50-56) describe a Moisés recibiendo instrucciones divinas para la gente para desposeer a los Canaanitas y dividir la tierra. El segundo episodio (34:1-29) examina este tópico más allá al especificar los límites de la tierra y los procedimientos apropiados para asignar a cada familia su parte. El tercer episodio (35:1-34) dirige la atención a los intereses especiales de
las posesiones de los Levitas y a las ciudades de refugio. El cuarto episodio (36:1-12) tiene que ver con las leyes del casamiento de las herederas. Estos episodios parecen no tener conexión a primera vista, pero después de reflexionar podemos ver que forman una variedad de perspectivas sobre la distribución y posesión de la tierra que la audiencia de Números tenía que recordar en tanto se dirigía hacia la conquista de la tierra prometida.
Registros Paralelos Los escritores del Antiguo Testamento también arreglaron grandes secciones de material relacionado por tópicos en registros paralelos - episodios que de una u otra forma se asemejan de manera muy notoria. Estas historias se mantienen unidas aún más que los grupos, pero son deficientes de un registro unificado y dramático. Los episodios se confirman o contrastan uno al otro. Si dos pasajes principalmente se confirman el uno al otro, amplifican un punto de vista particular. Al reportar dos eventos de manera similar, el segundo registro hace eco a la perspectiva del primero. Sin embargo, un paralelo contrastante, clarifica el punto de vista del escritor al ofrecer un segundo episodio que de alguna manera califica al primero. Esta distinción no es absoluta; frecuentemente es asunto de énfasis. Los registros paralelos forman muchos arreglos diferentes. Veremos tres modelos que emergen con frecuencia: paralelos simples, inclusiones, y paralelos de decusación. Paralelos Simples. Los paralelos simples consisten en episodios que se confirman o contrastan y son directamente adyacentes el uno al otro. Ya hemos visto un ejemplo de paralelos simples en las historias de Judá y José (Génesis 38:1-39:23). Como sugiere nuestra discusión, Moisés arregló estos episodios alrededor del problema de moralidad patriarcal. En un nivel, estos pasajes tienen muchas similitudes; ambos se refieren a un patriarca y se enfocan en comportamiento sexual. Pero el rasgo dominante de su relación es el contraste (ver figura 34). La disonancia entre estos registros hacen que el propósito de Moisés sea evidente: contrastar el carácter moral de los jefes de las tribus de Israel. El jefe de Judá fracasó en mantener su integridad; pero José, el jefe de Efraín y Manasés, permaneció puro. Este contraste juega un papel vital en el significado de esta sección para la audiencia original de Moisés. Explicó por qué Dios trató las tribus de Judá y José como lo hizo y cómo estas tribus debieron relacionarse una a la otra.
Otro ejemplo de paralelos simples aparece en las historias de la corte de Salomón en 1 Reyes 2:13-46. Esta sección del reino de Salomón es separada de su contexto cercano al repetir en 1 Reyes 2:12b ("y su reino fue firme en gran manera"), y en 1 Reyes 2:46b ("Y el reino fue confirmado en la mano de Salomón"). Entre estos dos versículos, el escritor describe cuatro episodios de cómo Salomón manejó con sus principales oponentes políticos. (ver figura 35). Estos cuatro episodios son semejantes en muchas maneras. Mencionan el trato de Salomón con sus oponentes. Tres de los cuatro mencionan a Benaía como el ejecutor de los decretos de Salomón. Pero los paralelos van más allá que esto. De una u otra manera, cada episodio justifica las acciones de Salomón. Sin duda Salomón parece cruel para muchos Israelitas. Aparentemente él simplemente destruyó a todo aquel que se ponía en su camino. Pero cada uno de estos episodios explica por qué Salomón fue justificado en cada acción. Adonías fue ejecutado porque pidió a la concubina de David (1 Reyes 2:22-25; ver también 1 Reyes 1:3). Abiatar fue rechazado para cumplir la profecía en contra de la casa de Elí (1 Reyes 2:27). Joab fue ejecutado para librar a la casa de David de sangre inocente (1 Reyes 2:31-33). Simei fue ejecutado porque quebrantó los términos generosos de su arresto en casa (1 Reyes 2:36-46). Estos paralelos confirmantes revelan que el principal enfoque en este texto no es solamente reportar lo que hizo Salomón sino también forman una apologética para sus acciones. Las propias palabras de Salomón resaltan el enfoque central de esta sección. Tres veces Salomón mismo declaró que Dios había escogido y establecido su casa (1 Reyes 2:24, 33, 45). Al reportar una serie de eventos similares, el escritor defendió la manera en la que Salomón venció a sus oponentes y demostró el apoyo para el linaje DavídicoSalomónico.
Inclusiones. Una inclusión se forma al hacer paralelos los episodios que enmarcan o ponen límites en una sección. Pueden aparecer materiales cortos o largos entre los paralelos. Algunas veces exponen similitudes detalladas; otras hay solamente algunas conexiones. Cualquiera que sea el caso, los paralelos hacen del material una unidad. En el libro de Reyes, dos inclusiones ayudan a organizar el registro del reino de Salomón. Después de leer del establecimiento y poder de Salomón, llegamos a una sección larga que se enfoca en el glorioso reino de Salomón (1 Reyes 3:1-10:29). Las inclusiones dividen este material en dos partes principales (ver figura 36).
Como sugiere el bosquejo, esta porción del reino de Salomón se divide en dos secciones: su gloria nacional e internacional. Ambas secciones están marcadas por inclusiones. Primero, una breve narración de reporte introduce la gloria nacional de Salomón (1 Reyes 3:1-3). Salomón se casó con la hija da Faraón y la mantuvo en la ciudad de David hasta que había terminado el palacio y el templo (v. 1). Más aún, el pueblo y Salomón sacrificaban en los lugares altos (vv. 2.3). Esta breve narración introduce el registro de los sacrificios de Salomón en Gabaón (v. 4), pero también sirve para un propósito más grande. Seis capítulos después una nota similar aparece (9:24-25). Después de registros largos de la administración sabia de Salomón (3:16-4:28) y sus grandes proyectos de construcción (5:1-9:9), el escritor de Reyes regresa al asunto de la hija de Faraón y los sacrificios (9:24-25). Sin embargo, hasta este punto, él dio un paralelo contrastante al reportar que la hija de Faraón ahora vivía en el palacio y que Salomón sacrificaba tres veces al año en el templo de Jerusalén. Por medio de este paralelo de 1 Reyes 3:1-3, el escritor formó una inclusión alrededor de todo el material que intervenía. En efecto, él le dijo a sus lectores qoue su registro de la sabiduría doméstica de Salomón había llegado a su fin. Inmediatamente después del fin de la gloria nacional de Salomón, el escritor incluyó tres episodios: una narrativa de reporte (9:26-28), resolución (10:1-13), y un segundo reporte (10:14-29). El primer episodio y el último forman otra inclusión. Estas narrativas de reporte (9:26-28; 10:14-29) repasaron los logros de Salomón en el cambio internacional con términos entusiastas. Entre estos dos episodios, la reina da Sabá visitó a Salomón (10:1-13). Después la inclusión revela el propósito de esta sección: concentrarse en los efectos de la sabiduría de Salomón en el reino internacional. Una vez más, a través de la inclusión, el escritor marcó los límites y caracterizó una sección de su libro. Las inclusiones aparecen frecuentemente en las narrativas del Antiguo Testamento, y la habilidad de identificarlas es crucial para la interpretación. Al leer largos registros, podemos fácilmente perdernos entre los episodios individuales. Las inclusiones nos permiten encontrar secciones entre este material y entender sus enfoques. Paralelos de decusación. Los episodios paralelos en las historias del Antiguo Testamento también aparecen en modelos de decusación. La decusación es un arreglo de múltiples inclusiones (A B C//C'B'A'). Los arreglos de decusación también ocurren en un modelo concéntrico cuando los episodios hacen paralelo alrededor de un episodio pivote (A B C B'A'). El primer episodio paralela el último, el segundo paralela el penúltimo y así sucesivamente. Estos modelos aparecen tanto en escalas pequeñas como grandes.
Cualquiera que sea el caso, las estructuras de decusación frecuentemente limitan los lindes de una sección y nos ayudan a entender el interés del escritor. Ya hemos notado que los últimos cuatro capítulos de Samuel contienen seis episodios sin cronología. Si vemos estos capítulos una vez más, podemos ver que forman una decusación. (ver figura 37). ¿Por qué este arreglo? Como hemos visto, este material demostraba el valor del linaje de David para Israel. Sin embargo, los paralelos en este pasaje revelan varios tópicos más específicos. El primer episodio y el último son similares de muchas maneras. Dios despliega su enojo contra el pecado de Israel (21:1 y 24:1), pero los últimos versículos indican el paralelo más notable entre ellos: una referencia al alivio de la ira de Dios a través de la oración contestada (21:14 y 24:25). Con este enfoque ambas historias ilustraron la intervención eficaz de David enfrentando la ira de Dios contra Israel. Los episodios segundo y quinto hacen paralelo uno al otro en todo en el asunto a tratar. Ambos mencionan los logros militares de David. El segundo reporta los resultados de las batallas. El quinto trata de los logros de los héroes militares de David. Los episodios restantes son reportes de las palabras de David. El salmo de alabanza termina con la confianza que la familia de David será establecida por siempre por Dios (22:51). El oráculo de David contiene una serie de preguntas retóricas anunciando que el favor divino le ha sido dado por medio de un pacto eterno (23:5). En ambos casos David expresó seguridad de la elección y protección de Dios. Al repetir los temas en cada episodio paralelo, el escritor reveló su enfoque. La esperanza permanece en el linaje de David a pesar de los problemas por tres razones: los hijos de David intervienen efectivamente (A, A'); son líderes militares victoriosos (B, B'); y son protegidos y establecidos por pacto divino (C, C'). Notando este arreglo de decusación ofrece por lo menos dos beneficios. Primero, los paralelos establecen límites para la sección. ¿Cómo sabemos que los últimos cuatro capítulos de Samuel deberían estar separados del resto del libro? Una manera es reconocer la magnitud en la que hacen paralelo el uno al otro. Segundo, las estructuras de decusación nos ayudan a discernir los intereses primarios de cada sección. Las porciones correspondientes de una sección confirman y/o contrastan con sus complementos de manera que causan dimensiones prominentes del texto para que resalte. Por ejemplo, la historia del censo de David (24:1-25) puede parecer a primera vista para enfatizar el fracaso de David. Pero comparando este pasaje con su paralelo en 2 Samuel 21:1-14 muestra que el papel positivo de David como mediador era más importante para el escritor. De manera similar, los dos discursos poéticos de David (22:1-51; 23:1-7) en esta
sección tiene muchas facetas que pueden ser enfatizadas, pero al compararlas, el enfoque en el apoyo divino para el linaje de David resalta con más prominencia.
Registros dramáticos Las secciones largas de narrativa también forman registros dramáticos unificados, que parecen historias individuales en muchas maneras. Primero, las secciones largas de material oscilan entre resolución dramática completa e incompleta, de la misma manera en que los episodios varían entre tensión no resuelta y resolución completa. Segundo, como con las historias individuales, el mínimo requisito para la resolución son dos partes un principio y un fin. Tercero, como las narrativas individuales consisten de diferentes clases de escenas, estos registros dramáticos largos pueden consistir de diferentes tipos de episodios. Algunos pasajes contienen múltiples narrativas de resolución; otros incluyen narrativos de tensión sin resolver y reporte. A veces aún las secciones de poesía son entremezcladas entre la prosa. Finalmente, como las fases en narrativas individuales forman dos, tres, cuatro o cinco pasos dramáticos, los episodios de registros dramáticos largos constituyen configuraciones similares. A manera de ilustración, veremos registros dramáticos que contienen dos, tres, cuatro, y cinco pasos de episódicos.
Dos pasos episódicos. Dos episodios adyacentes frecuentemente forman dos pasos episódicos. Los episodios individuales permanecen solos hasta cierto punto, pero juntos forman una presentación unificada. En estos casos el primer episodio presenta un problema, y el último lleva a la resolución. Por ejemplo, el registro del nacimiento de Ismael en Génesis 16:1-16 contiene dos episodios (ver figura 38). El primer episodio presenta una narrativa de cinco pasos de resolución Agar comienza en la compañía de Sarai (I). Sarai y Abram acuerdan que ella sirva como una madre substituta (II). Las cosas comienzan a ir de lo peor cuando Agar concibe y ridiculiza a Sarai (III). Sarai planea expulsar a Agar de la familia (IV). El problema de Agar en compañía de Sarai se resuelve al salir Agar a vagar en el desierto (V). El segundo episodio sigue un modelo de tres pasos. La resolución del episodio anterior nos dirige al problema de este pasaje. Un ángel encuentra a Agar en el desierto (I). Él le asegura protección y le ordena regresar a Sarai (II). El problema inicial se resuelve cuando Agar regresa al clan y da a luz a Ismael (III).
En tanto que estos episodios mantienen su individualidad, también trabajan juntos en un modelo dramático de problema y resolución. La primera historia nos deja con un problema: Agar tiene un niño, pero Sarai la ha sacado de la familia. La segunda historia resuelve el problema; Agar regresa y da a luz en presencia de la familia.
Tres pasos episódicos. Un registro dramático también puede consistir de tres pasos episódicos. El primer episodio presenta un problema, el segundo forma un punto de cambio, y el tercero forma una resolución. El Antiguo Testamento contiene muchos ejemplo de estos arreglos. Génesis 15:1-17:27 forma una registro dramático de tres pasos y trata con tres asuntos principales: promesas de pacto a Abram (15:1-21), el fracaso de Abram con Agar (16:1-16), y el pacto de fidelidad de Abraham (17:1-27) (ver figura 39). En este pasaje el problema dramático consiste en Abram recibiendo seguridad divina de una simiente y tierra. Génesis 15:1-21 consiste de dos registros paralelos de confirmación. El primero habla de la manifestación de seguridad de Dios a Abram con relación a la simiente; la segunda reporta la ceremonia de pacto que aseguró a Abram de poseer la tierra. La resolución a este problema dramático ocurre en Génesis 17:1-27. En tanto que Génesis 15:1-21 enfatiza el lado promisorio del pacto Abrahamico, este capítulo enfatiza el lado obligatorio. Dios habla una vez más acerca del pacto y de la recompensa, pero la obligación de Abraham ("anda delante de mí y sé perfecto") se mueve hacia el primer plano también. Dios le recuerda a Abraham de lo que hará para él, pero Dios después cambia su atención hacia las formas en que Abraham debe guardar las obligaciones del pacto. El cuchillo aparece en este capítulo como lo hizo en Génesis 15:7-21, pero Abraham, no Dios debe de pasar en medio del ritual. Así como Dios le había hecho un voto, así ahora se requería que Abraham hiciera lo mismo. Después el pasaje va a la explicación de que la promesa pertenecía a Isaac, no a Ismael (Génesis 17:15-21). Después Dios deja a Abraham, el patriarca responde a las instrucciones divinas circuncidándose él mismo y a su familia. El principio y fin de este registro se balancean de varias maneras. El principio menciona promesas y pacto (Génesis 15:1-21); el final también menciona promesas y pacto (Génesis 17:1-27). Pero la primera historia trata principalmente con las promesas divinas, y el último episodio habla principalmente de las obligaciones de Abraham. En el registro inicial, Dios se obliga a sí mismo por medio de un ritual; en el episodio final, Abraham y su casa pasan por el ritual de la circuncisión.
¿Cómo se mueve el registro de un énfasis en la promesa a un énfasis en la obligación? El punto de cambio hace el puente. La porción de en medio (Génesis 16:1-16) consiste en Sarai y Abram luchando para cumplir la promesa de una simiente por medio de Agar. La maternidad substituta de este tipo era aceptable en la cultura de aquellos días. Pero como lo señaló en apóstol Pablo, Sarai y Abram le habían dado la espalda a la promesa y buscaron un niño "según la carne" (Gálatas 4:23). El patriarca tomó las promesas de Dios como una licencia para pecar. Él y Sarai se impacientaron y buscaron asegurar el futuro por ellos mismos. Este punto de cambio recoge el principio y anticipa el final. El capítulo 16 recuerda el interés por la simiente prometida en el capítulo 15. También el capítulo 16 anticipa la exhortación de Dios a la obediencia y el papel de Ismael en el capítulo 17.
Cuatro pasos episódicos. Los registros de cuatro pasos episódicos también funcionan en formas que parecen historias individuales. La sección comienza con un problema hecho de uno o más episodios que anticipan el final. El segundo conjunto de materiales forma un acción creciente balanceada por la tercera sección de acción decreciente. El cuarto paso resuelve el problema inicial. Ya hemos visto un ejemplo de un registro dramático de cuatro pasos episódicos en el registro del Cronista del reino de Asa. Como lo indica el siguiente bosquejo, el reino se divide en cuatro partes (ver figura 40). Este bosquejo más bien una estructura elaborada. Al principio de este capítulo vimos que el Cronista organizó el reino de Asa en dos partes principales: el primer período en el que Asa buscó a Dios y fue lleno de bendiciones (2 Crónicas 14:1-15:19), y el período posterior cuando el rey falló en buscar a Dios y fue maldecido (2 Crónicas 16:114). Pero la configuración de este material es aún más elaborada. El registro se divide en cuatro pasos principales. El problema consiste de dos narrativas de ligera tensión: un registro de las reformas y seguridad de Asa y un registro de este proyecto de construcción y prosperidad. Este aspecto del registro es balanceado por el paso final que cubre los últimos años de Asa. Desde el principio, Asa prosperó en tanto que buscó a Dios; al final él falló en confiar en Dios y murió. La porción de en medio es fácilmente organizada en dos pasos: la acción creciente y la acción decreciente. Estos pasos de en medio consisten en una narrativa de batalla (2 Crónicas 14:8-15; 16:1-6) seguido por un encuentro profético y una respuesta real (2 Crónicas 15:1-19; 16:7-11). En la acción creciente, Asa buscó la ayuda de Dios en batalla,
recibió la aprobación profética y obedeció. En la acción decreciente, Asa buscó la ayuda de Ben-adad, recibió desaprobación profética y desobedeció a Dios. las dos mitades de la porción de en medio contrasta una con la otra. Como podemos esperar, la porción de en medio recoge el principio y anticipa el fin. La acción creciente recuerda las bendiciones que Asa había recibido por su piedad. La acción decreciente presagia los problemas por venir en sus últimos años.
Cinco pasos episódicos. Aunque los registros dramáticos en el Antiguo Testamento vienen en seis y más pasos, por conveniencia, nos limitaremos a solamente seis pasos episódicos. Como con las historias individuales, estos pasajes consisten de un problema, acción creciente, punto de cambio, acción decreciente, y resolución. Un ejemplo interesante de esta configuración se puede encontrar en la historia del jardín del Edén (Génesis 2:4-3:24). Muchos comentarios son tan dominados por los intereses temáticos tradicionales que frecuentemente ignoran el modelo OVERARCHING. Sin embargo, Moisés describió estos eventos en una estructura enredada de cinco pasos (ver figura 41). Como lo sugiere el bosquejo, estos dos capítulos consisten de cinco episodios. Cada paso episódico consiste de tres-, cuatro-, o cinco- pasos de narrativa de resolución. Algunas interconexiones con las narrativas individuales mismas han sido notadas en el bosquejo, pero limitaremos nuestros comentarios a las relaciones que forman las historias individuales para formar un registro unificado. El primer episodio y el último se reflejan el uno al otro en muchas maneras. Ambos se enfocan en la relación de la humanidad con el jardín. En el primero Adán es puesto en el jardín para cultivarlo. En el último él y Eva son expulsados para cultivar la tierra. Ambos episodios tratan con árboles. Dios forma el jardín con árboles para el hombre; Adán y Eva son expulsados del jardín y su árbol de la vida. El segundo episodio y el cuarto sirven como acción creciente y decreciente. El segundo episodio intensifica el problema del servicio de Adán en el jardín introduciendo a una compañera para ayudarle. Adán no pudo cumplir su tarea sólo, así que Dios creó a una mujer para que se uniera a él en el proyecto. Los dos viven en armonía como uno. La acción decreciente anticipa el final de la historia. Al ser maldecido Adán y Eva, se nos deja vislumbrar la expulsión del paraíso.
Más aún que esto, la acción creciente y decreciente también corresponde con cada uno. En tanto que la acción creciente pone al hombre y a la mujer en una comisión común, la acción decreciente del cuarto episodio se enfoca en la maldición de Eva al dar a luz sus hijos y en la futilidad de Adán al trabajar la tierra. Más aún, la unidad del hombre y la mujer es remplazada por desarmonía. El punto de cambio del registro es el episodio de violación, comiendo del fruto prohibido. Este punto de cambio recuerda la comisión original y anticipa los siguientes episodios. Adán y Eva querían que sus ojos se abrieran para conocer el bien y el mal, pero irónicamente la primera cosa que ven es su vergüenza. De estas observaciones podemos resumir el flujo dramático como sigue: El jardín es plantado, y el hombre creado para guardarlo; la situación del hombre es perfecta con la creación de una compañera; el hombre y la mujer violaron su comisión; la armonía de su compañerismo es maldecida, y su tarea se vuelve en trabajo severo; y finalmente, los jardineros son expulsados del jardín de Dios para cultivar la tierra. Así es que secciones largas de narrativas del Antiguo Testamento forman registros dramáticos. Como con las historias individuales, estas presentaciones pueden seguir diferentes configuraciones. Pero en cada caso, al ir reconociendo la estructura, se nos anexan discernimientos a los propósitos por los cuales fueron escritos.
Conclusión En este capítulo hemos investigado un buen número de maneras en las que los escritores del Antiguo Testamento estructuraron secciones largas de material narrativo. Aunque la cronología fue una consideración importante, los escritores del Antiguo Testamento también arreglaron sus textos de acuerdo a tópicos. Estas motivaciones formaron largos segmentos de narrativas en grupos, paralelos y registros dramáticos. Investigar estas grandes estructuras narrativas es un aspecto vital de la interpretación del Antiguo Testamento.
Preguntas de Repaso
1. ¿Cómo despliegan los textos de secciones largas del Antiguo Testamento la influencia de los intereses cronológicos y tópicos? 2.
¿Qué es un grupo? Da un ejemplo.
3. ¿Qué son los registros paralelos? Distingue un paralelo simple, una inclusión y una decusación. ¿Cuál es la importancia de notar los registros paralelos? 4. ¿Qué son los registros dramáticos a gran escala? ¿Cómo son similares a los del flujo dramático de las historias individuales?
Ejercicios de Estudio
1. Mira una vez más Génesis 2:4-3:24. Examina el flujo dramático de cada episodio. ¿Qué observaciones puedes hacer que van más allá de la discusión en este capítulo? 2. Mira 1 Samuel 2:27-3:19. ¿Cómo analizarías la estructura de esta sección larga de material narrativo?
EL NOS DIO HISTORIAS La Guía Bíblica para Estudiantes para Interpretar las Narraciones del Antiguo Testamento Parte 10: LOS ESCRITORES Y SUS AUDIENCIAS
Una tarde camino a mi oficina encontré una nota que estaba tirada en el suelo. "Gracias por su duro trabajo en clase", decía. Busqué el nombre y firma, pero no había nada. Puse la nota sobre mi escritorio y me olvidé por completo del asunto. Unos días más tarde un estudiante vino después de clase. Muchas veces durante el semestre había objetado fuertemente durante mis conferencias. El temor venía sobre mí en tanto anticipaba otra confusión. Sin embargo, para mi deleite, preguntó: "¿Recibió mi nota agradeciendo por su clase?" "¿Tú escribiste esa nota para mí?" Respondí incrédulo. "Sí", sonrió abiertamente. "Quería que supiera que mi actitud ha cambiado. Realmente aprecio lo que está enseñando". ¿Te puedes imaginar lo que hice cuando regresé a mi oficina. Encontré la nota y la leí otra vez, esta vez con más interés. Una vez que supe quien la había escrito y que la había escrito específicamente para mí, la nota significaba mucho más que antes. De la misma manera, muchas dimensiones de las narrativas del Antiguo Testamento son tan claras que las podemos entender y aplicar a nuestras vidas teniendo una leve idea de cuando fueron escritas. Pero nuestro entendimiento se enriquece grandemente cuando aprendemos acerca del escritor y de la audiencia original. Hasta este punto nos hemos enfocado principalmente en una investigación intrínseca en las narrativas del Antiguo Testamento. Nada puede sustituir el cuidadoso examen de los trabajos internos de estos textos. Sin embargo, ahora debemos de ver la investigación extrínseca - ver un texto a la luz de su escritor y audiencia. No estamos preocupados simplemente en los textos mismos; ahora estamos más interesados en las dimensiones pragmáticas del significado original. ¿Por qué los escritores del Antiguo Testamento impusieron sus historias como lo hicieron? ¿Qué propósitos tenían ellos para sus lectores?
Dos asuntos preliminares aparecen en primer plano en tanto nos embarcamos en este aspecto de la investigación: identificar escritores y audiencias y discernir las intenciones de un escritor. ¿Cómo podemos descubrir loa agentes extrínsecos de las historias del
Antiguo Testamento? ¿Cómo podemos descubrir los propósitos para los que estos textos fueron escritos?
Identificando escritores y audiencias
Una amiga mía habló una vez a una vecina para hablar de asuntos personales. Ella habló más o menos por un minuto, pero de repente se dio cuenta de que había marcado el número equivocado. ¡Mi amiga le estaba contando sus secretos a una completa desconocida! Terriblemente avergonzada, colgó el auricular. "Aprendí mi lección", dijo. "¡Pregunta siempre quién está al otro lado de la línea!". Al interpretar las narrativas del Antiguo Testamento, también debemos de buscar quién está al otro lado de la línea. ¿Con quién estamos hablando al investigar estos textos? Debemos de hacer lo mejor para encontrar quien escribió estas historias y quién las recibió. Examinaremos algunos problemas con identificación y algunas claves para identificación.
Problemas con identificación Muchos estudiantes se han asustado al descubrir qué difícil es identificar a los escritores y las audiencias de las narrativas del Antiguo Testamento. La mayoría de nosotros abordamos la materia esperando que le Antiguo Testamento sea como el Nuevo Testamento. Estamos acostumbrados a pensar en las cartas de Pablo a los Romanos, Gálatas o Efesios. Pero la certeza relativa que tenemos en gran parte del Nuevo Testamento enfatiza incertidumbres que enfrentamos con muchos libros del Antiguo Testamento. Los evangélicos afirman un principio guía crucial: creer en la fiabilidad del testimonio Bíblico. Esta posición va mano a mano con un compromiso con la inerrancia Bíblica. Debido a que la Escritura no mal interpreta los hechos, correctamente identifica autores y audiencias. Cuando una epístola del Nuevo Testamento declara que fue escrita por Pablo (por ejemplo romanos 1:1; 1 Corintios 1:1), es verdad. Cuando Jesús se refirió al Salmo 110:1 como "David hablando por el Espíritu" (Mateo 22:43-44). Sus palabras forman un testimonio confiable de paternidad literaria del salmo. En una palabra los evangélicos aceptan cada demanda hecha por las Escrituras de orígenes literarios. Como dice La declaración de Chicago acerca de la Inerrancia de la Biblia: "Siendo completa y
verbalmente dada por Dios, la Escritura no tiene error o falta en todas sus enseñanzas, menos en lo que declara de los actos de Dios en la creación, acerca de los eventos de la historia del mundo, y de sus propios orígenes literarios bajo Dios, que en su testimonio a la gracia salvadora de Dios en sus vidas individuales". Al ir trabajando para identificar a los autores y las audiencias de las narrativas del Antiguo Testamento, seguiremos el propio testimonio de la Biblia. Confiando en que el testimonio Bíblico no soluciona todos nuestros problemas, sin embargo, por lo menos tres obstáculos complican aún esto. Al buscar los agentes extrínsecos de la historia del Antiguo Testamento, también debemos de tratar con desarrollos de los textos, transmisión de los textos, y falta de información en los textos.
Desarrollo de los textos. Una dificultad que confrontamos es que la mayoría de los libros narrativos del Antiguo Testamento no fueron escritos todos al mismo tiempo. Algunos se desarrollaron al paso de los años, décadas, aún siglos antes de que alcanzaran su forma final. Los acercamientos críticos hacia el Antiguo Testamento se han enfocado principalmente en historia composicional, tomando en cuenta los desarrollos efectuados en un período de tiempo. Pero la mayoría de estos análisis permanecen especulativos y no confiables. Muchos métodos usados en estos esfuerzos son incompatibles con perspectivas evangélicas en autoridad Bíblica. Debemos de ejercer precaución extrema en tanto consideramos reconstrucciones diacrónicas que ofrecen los intérpretes críticos. Por otro lado, muchos evangélicos minimizan el valor del análisis diacrónico. "Tomamos el texto como lo tenemos hoy en día", dicen frecuentemente ellos. "No estamos interesados en cómo se desarrollaron las narrativas del Antiguo Testamento". Tan atractivo como pudiera parecer este punto de vista, varias consideraciones hacen imperativo que tomemos nota de los desarrollos que hay detrás las narrativas del Antiguo Testamento.
Para empezar, los escritores del Antiguo Testamento frecuentemente reconocieron que usaron fuentes (por ejemplo 1 Crónicas 9:1; 1 Reyes 14:19). Es aparente que de los registros duplicados que complicaron desarrollos históricos están detrás de muchos textos (compare 2 Reyes 18:13-37 con Isaías 36:1-22, y 2 Crónicas 36:22-23 con Esdras 1:1-4). Recolectar, copiar y editar recursos escritos y orales fue una dimensión del proceso orgánico de inspiración. Del uso del cronista de Samuel y Reyes, podemos ver que los escritores del Antiguo Testamento a veces siguieron sus recursos muy de cerca, pero otras los trabajaron libremente. Estos rasgos explícitos del texto del Antiguo Testamento
requieren que nosotros reconozcamos que muchas narrativas del Antiguo Testamento tuvieron desarrollos composicionales externos. Investigar la historia composicional también nos ayuda a entender muchos rasgos literarios de los libros del Antiguo Testamento. Estos textos algunas veces parecen desarticulados e impares debido a los desarrollo diacrónicos. Por ejemplo, las historias de Elías y Eliseo (1 Reyes 17:1-2 - 2 Reyes 8:15) exhiben una medida de diferencia de estilo de otras porciones del libro de Reyes. Las historias de José (Génesis 37:2-50:26) exhibe una unidad literaria que otras porciones de Génesis no comparten. Frecuentemente este tipo de rasgos literarios puede ser explicado en términos de desarrollos diacrónicos. La historia composicional de las narrativas del Antiguo Testamento también complican nuestro intento de identificar al escritor y la audiencia. Ocasionalmente los escritores del Antiguo Testamento incorporaron recursos a sus libros sin ajustar completamente la fuente de los materiales a sus propias circunstancias. Los rasgos geográficos, políticos y de estilo frecuentemente traicionaron una primera fuente. Si pasamos por alto estos rasgos, fácilmente confundimos la fecha de la fuente con la fecha de la composición final. Un ejemplo muy claro aparece en 1 Reyes 8:8. Este pasaje declara que las varas utilizadas para llevar el arca del pacto "de manera que sus extremos se dejaban ver desde el lugar santo, que está delante del lugar santísimo, pero no se dejaba desde más afuera; y así quedaron hasta hoy" (énfasis agregado). A parte de esta historia composicional, este pasaje pudiera guiarnos a concluir que el libro de Reyes fue escrito antes de la destrucción del templo. El texto afirma que las varas que se usaban para llevar el arca están "hasta hoy" (1 Reyes 8:8), pero el resto del libro de Reyes demuestra que la indicación de esta fecha no es posible. Los capítulos finales del libro de Reyes cubre eventos históricos mucho más allá de la destrucción del templo. ¿Cómo, entonces, explicamos "que quedaron hasta hoy" en 1 Reyes 8:8? Aparentemente el compilador de Reyes siguió una fuente anterior y dejó que la referencia del tiempo permaneciera como la recibió. "Hoy" se refería al tiempo de la fuente, no a los días del escritor. Si fallamos en notar esta dimensión diacrónica en el texto, seremos mal guiados al tratar de establecer la identidad del escritor y de la audiencia de Reyes.
La transmisión de los textos. Además de nuestra consideración de la historia composicional del texto, debemos de estar alertas a la actividad editorial en la transmisión después de la composición final. Se han introducido ajustes editoriales menores en muchas narrativas del Antiguo Testamento. La mayoría de estas modificaciones se puede identificar por medio del criticismo textual. Glosas, expansiones, omisiones y otras cosas
por el estilo aparecieron en tanto que las narrativas del Antiguo Testamento fueron pasando de generación a generación. Sin embargo, en la mayoría de los casos, la lectura anterior del texto puede reconstruirse por medio de métodos tradicionales de crítica de texto. Más aún, los evangélicos han identificado ocasionalmente cambios en un pasajepara que cual hay poca o ninguna evidencia textual. Estas actividades editoriales generalmente involucran lenguaje de actualización, nombres geográficos, listas, y detalles similares. Identificando estos cambios en un texto también puede ser crucial para determinar los agentes extrínsecos de un libro. Adiciones posteriores pueden dar una impresión falsa de la composición postrera. Por ejemplo, en Génesis 14:14 leemos que Abram persigió a sus enemigos "hasta Dan". De Jueces 18:29 podemos saber que este sitio era llamado Lais en los días de Moisés. Se le cambió el nombre sólo después de que la tribu de Dan dejó su territorio original y se mudó al norte (Jueces 18:1-31). ¿Cómo podemos reconciliar la referencia a "Dan" en Génesis 14:14 con la paternidad literaria Mosaica de Génesis? La mayoría de los evangélicos tratan la referencia como un ajuste editorial postrero. En 1 Crónicas 3:1-24 la genealogía real se extiende de dos a cinco generaciones más allá de Zorobabel. Si la forma original dorma un libro conteniendo esta lista completa, la composición final de Cróniclas pudo haberse llevado a cabo no antes que 478 A.C. Sin embargo, el estilo de la última porción de la genealogía cuestiona la originalidad de 1 Crónicas 3:21b-24. Como lo puso Keil, "la lista de ... v. 21b, hasta el final del capítulo, es un fragmento genealógico, que quizá ha llegado al texto del Cronista en un tiempo posterior". Cuando identificamos la fecha del Cronista, debemos de reconocer que esta genealogía pudo haber sido extendida más allá de su forma original. Esto trae la posibilidad de que Crónicas fue escrito mucho antes de lo que genealogía pudiera sugerir.
De la misma manera, E. J. Young nota que Jadúa (351-331 A.C.), sumo sacerdote durante el tiempo de Alejandro el Grande, aparece en Nehemías 12:1-22. Después sugiere que esta "lista de sacerdotes y levitas... pudo haber sido una adición posterior". Esta observación afecta grandemente la fecha que asignamos al autor y a la audiencia de Nehemías. Siempre debemos de ejercer precaución cuando identificamos la actividad editorial, especialmente cuando no hay evidencia textual para apoyar las teorías. La carga de la prueba está en aquellos que proponen que el pasaje ha sido retrabajado o extendido. Aún
así, no debemos de fallar en reconocer la posibilidad de tales cambios en tanto tratamos de identificar al escritor y a la audiencia.
Falta de información. Una vez que hemos aislado las fuentes y la actividad editorial en las historias del Antiguo Testamento, se nos deja con en nivel de la composición final. Este material el sitio del significado original. Pero todos nuestros problemas no están resueltos. Todavía enfrentamos una falta de información. Las historias del Antiguo Testamento explícitamente identifican solamente a algunos escritores y algunas audiencias. Los libros narrativos del Antiguo Testamento permanecen anónimos, excepto los libros de Moisés.
Los puntos de vista tradicionales sobre agentes extrínsecos han aumentado con respecto a cada libro. Algunas de estas designaciones son posibles, aún probables. Pero la mayoría tienen poco mérito y tienden a pasar por alto evidencias contrarias en los propios libros. Así es que muchos problemas confrontamos al tratar de identificar la los escritores y las audiencias del Antiguo Testamento. El uso de fuentes y la presencia de la actividad editorial complica el asunto. Más allá de la falta de designaciones explícitas en los textos mismos también se nos presentan problemas que debemos de superar. Estas dificultades levantan una pregunta importante. ¿Qué esperamos saber acerca de los escritores y las audiencias de las narrativas del Antiguo Testamento? ¿Qué tanto debemos esperar descubrir?
Claves para identificación Debido a que tenemos poca información explíctia accesible, debemos de establecer un range de posibles agentes extrínsecos basados en una clasificación de claves. Viendo cuidadosamente la evidencia, encontramos un número de indicaciones de los tiempos y circunstancias parecidas del escritor y audiencia original. ¿Cuáles son estas claves y cómo nos ayudan a establecer las fechas anteriores y posteriores para los agentes extrínsecos?
Las fechas anteriores más problables. Tres consideraciones principales ayudan a establece la fecha anterior más problable de la composición final: los últimos eventos del libro, anacronismos, y comentarios del autor. Primero, la foma final de un libro del Antiguo Testamento no pudo haber sido escrita antes que los últimos eventos mencionados en él. En su mayoría, las narrativas del
Antiguo Testamento reportan eventos que ya han orcurrido. Esta consideración ayuda a establecer la posible fecha anterior para muchos libros. Por ejemplo, el último evento en el libro de Reyes es la liberación de Joaquín (2 Reyes 25:27-30). El libro como un todo debió haber sido escrito después de este evento. De los versículos finales del Cronista (2 Crónicas 36:22-23), podemos ver que Crónicas alcanzó su forma final no antes del Edicto de Ciro en 538 A.C. En cada libro narrativo del Antiguo Testamento, el último evento histórico mencionado da una orientación inicial hacia la fecha anterior más probable de la composición final. En tanto que este factor merece consideración cuidadosa, no resuelve la pregunta para cada libro. Algunos libros del Antiguo Testamento fueron compuesto mucho después de los eventos que reportan. Por ejemplo, sabemos que Moisés escribió Génesis por lo menos cuatrocientos años después del último evento en ese libro. Como veremos, estas circunstancias son similares para otros libros también. Recientemente, los evangélicos han tratado de poner a los escritores y a sus audiencias tan cerca como sea posible a los eventos del libro. Esta perspectiva emergió de la creencia de que proximidad en el tiempo hizo la exactitud histórica más probable. Pero esta suposición parece menos que adecuada. La distancia historica frecuentemente permite a un escritor ver los hechos de la historia con más precisión. Más aún, la proximidad del tiempo no es la base de la fiabilidad histórica en las narrativas del Antiguo Testamento; son históricamente inerrantes porque el Espíritu Santo de Verdad las inspiró. La distancia histórica no fue problema para Él. Años, décadas, o siglos pueden haber transcurrido entre los eventos y las historias que los reportan sin comprometer la fiabilidad histórica.
Segundo, los escritores del Antiguo Testamento nos dan claves para sus tiempos por medio de anacronismos -situar una expresión o concepto de sus propios días en un ambiente anterior de la historia. Las descripciones anacronistas de los personajes, lugares o eventos revelan los tiempos del escritor. Por ejemplo, en 1 Cronicas 29:7 se reporta que las cabezas de las tribus contribuyeron con "diez mil dracmas (´drknym) de oro" para la construcción del templo. Esta referencia a "dracmas", es claramente anacronista, ya que no existían los dracmas en los días de David. Entonces este término debe de reflejar la circulación de dinero que se utilizaba en los propios días del Cronista. Si aceptamos este término como original al libro, forma una clave importante para poner fecha a la composición final de Crónicas. El Cronista escribió después de que la ciruclación del dinero había comenzado a usarse.
Los anacronismos frecuentemente nos indican una fecha anterior de una narrativa del Antiguo Testamento. Uniéndolos a otras claves, nos ayudan a limitar las posibilidades. Tercero, los comentarios de los autores algunas veces sugierren la fecha anterior más posible. Los escritores revelan sus tiempos por medio de sus explicaciones y observaciones. Por ejemplo, antes del ritual en el que Booz recibe una sandalia del pariente más cercano de Noemí (Rut 4:8), el autor proporciona una explicación de parentezco: "Había ya desde hacía tiempo esta costumbre en Israel tocante a la redención y al contrato, que para la confirmación de cualquier negocio, el uno se quitaba el zapato y lo daba a su compañero; y esto servía de testimonio en Israel. (Rut 4:7). Aparentemente, por el tiempo de la composición final, esta costumbre había sido olvidada. Así que el escritor explicó por qué ocurría la práctica "ya desde hacía tiempo". Una cantidad significativa de tiempo había pasado entre los eventos del libro y su composición final. Este entendimiento es confirmado por la genealogía al final del libro, que va más allá de los días de Rut (Rut 1:18-22).
Última fecha razonable. Los textos del Antiguo Testamento también presenta claves que nos ayudan a establecer la última fecha razonable para la composición final. Este límite en los agentes extrínsecos es más difícil de determina, pero por lo menos tres sugerencias están a la disposción: referencias externas, ausencia de eventos importantes, y la ideología del libro. Primero, en algunos casos podemos apelar a la referencia inmediata anterior al libro en otro material. Muchas veces los libros del Antiguo Testamento se refieren el uno al otro, permitiéndonos hacer algunos límites en el rango de agentes extrínsecos. Por ejemplo, asumimos que Samuel y Reyes fueron escritos antes de Crónicas, porque el Cronista los usó extensamente. Podemos asegurar que Deuteronomio fue escrito antes de los días de Nehemías porque él se refiere a él (Nehemías 1:8-9). Este criterio ayuda algunas veces, pero debemos de recordar que una cita puede reflejar una fuente común o una referencia a un libro antes que alcanzara su forma final. La evidencia de una referencia externa debe usarse siempre en unión con otras claves. Segundo, la ausencia de eventos importantes en las historia de Israel también proporciona claves para última fecha más probable de composición final. Cuando un evento tenía importancia significativa para la nación de Israel y el escritor no lo incluía en su historia, su omisión podía indicar que el evento todavía no había ocurrido. Es muy probable, por ejemplo, que el escritor de Reyes escribió antes del Edicto de Ciro, porque no incluyó este evento crucial en su historia. El final abrupto del libro también
sugiere que Ciro todavía no había dado el edicto. De la misma manera, la genealogía de Rut termina con David (Rut 4:18.22). No sigue hasta Salomón, Roboam, y los otros descendientes de David. Por lo tanto, podría parecer que el libro fue compuesto durante la vida de David. Sin embargo, esta directriz también debe de ser usada con precaución. Los escritores del Antiguo Testamento no estaban bajo obligación alguna para registrar todo lo que ocurría hasta sus días. Un escritor pudo haber omitido eventos por muchas razones. Tercero, frecuentemente la mejor manera de establecer la fecha posterior de la composición final es examinar la ideología del libro. Con parámetros amplios en su lugar podemos hacernos varias preguntas que nos ayuden. ¿Cuál es el enfoque teológico del libro? ¿Qué escenario en la historia de Israel parece ajustarse mejor para su mensaje? En tanto entendemos mejor los asuntos prominentes de un libro, somos más capaces de sugerir que tiempo probable para su composición. Algunos intérpretes han argumentado, por ejemplo, que el libro de Crónicas se enfoca en el reino y en el templo con un énfasis programático. Proporciona modelos detallados del papel de un rey como sustentador de la adoración de Israel. Al grado que esta evaluación es correcta, proporciona evidencia para situar al Cronista antes de la desaparición de Zorobabel, en tanto que la unión de rey y templo todavía era una posibilidad inminente para la comunidad post-exílica. De una manera similar, el libro de Jueces apoya la necesidad de un rey al señalar los frecasos de los jueces y Levitas. Sin necesidad de decir, este argumento funcionó mejor antes que los fracasos de los monarcas llegaran a ser tan evidentes para Israel. Esta consideración levanta la posibilidad de que el libro fue escrito antes que los problemas en la casa de David arreciaran. Las claves ideológicas no son indiscutibles. Los textos pueden hablar a una variedad de situaciones. Más aún, nuestra valoración del mensaje de un libro depende en gran parte en la situación extrínseca que suponemos para ese libro. Sin embargo, uniéndose a otras sugerencias, estas claves nos ayudan a establecer algunos parámetros para la fecha de la composición final. Para muchos libros del Antiguo Testamento, debemos de estar satisfechos con poca certeza de la última fecha de composición final. Sin embargo, en la mayoría de los casos podemos identificar algunos límites razonables basados en claves en el texto (ver figura 42).
Establecer un rango de agentes extrínsecos en esta manera ofrece por lo menos dos ventajas. Primero, un rango de posiblidades nos mantiene pensando en lo que realmente sabemos acerca del autor y la audiencia de un libro. El Espíritu Santo ha negado el conocimiento preciso de quién escribió la mayoría de las narrativas del Antiguo Testamento. Podemos llegar a orientaciones generales en base a claves que Él nos ha dado, pero ne muchos casos el Espíritu aparentemente no quizo quiso que nosotros tuvieramos conocimiento específico del autor y la audiencia. Debemos aceptar humildemente lo que Él nos ha dado. Segundo, operando con perspectivas extrínsecas extendidas nos guarda de limitar el significado de un texto a una hipótesis estrecha. Si ligamos nuestras interpretaciones demasiado cerca de un grupo de agentes extrínsecos, nos arriesgamos a obscurecer aspectos del significado. Identificar escritores y audiencias es una dimensión vital de interpretar las narrativas del Antiguo Testamento. Tenemos problemas de desarrollos, transmisión, y escasez de información. Sin embargo, al explorar claves accesibles, podemos determinar fechas anterior y posterior más probables de la composición final del libro. Investigar las narrativas del Antiguo Testamento dentro de este rango nos ayuda a entender su significado original de una manera más completa.
Discerniendo las Intenciones del Escritor Si alguien da dinero secretamente a los pobres, le llamamos el don de caridad. Si alguien contribuye para ser reconocido públicamente, consideramos el don de hipocresía. Si los niños tiran una pelota de beisbol a una ventana a propósito, la deben de pagar; pero si es un accidente, podemos dejarles ir con una advertencia. Nuestra percepción de motivación afecta grandemente cómo evaluamos una acción. De la misma manera, el significado de las historias del Antiguo Testamento dependen en alto grado a las motivaciones de los escritores. Pero entender el propósito de un escritor es una de las facetas más complicadas de la interpretación. Muchos estudios han tratado extensamente con esta materia. En este capítulo vamos a restringirnos a dos asuntos: problemas asociados con establecer las intenciones de un escritor y claves para las intenciones del escritor. ¿Qué dificultades debemos de superar para entender los propósitos de un escritor? ¿Qué avenidas debemos de seguir para establecer sus intenciones?
Problemas con las Intenciones Cuando vemos los propósitos de los escritores del Antiguo Testamento, enfrentamos dificultades de diferente apariencia. Pero tres asuntos son particularmente significativos: la complejidad de sus intenciones, la distancia histórica entre nosotros, y el estilo sutil de los escritores del Antiguo Testamento. Complejidad. La dificultad de entender el propósito de un escritor llega a ser evidente cuando consideramos la complejidad de intensiones. Contrario a la manera en que frecuentemente los tratamos, los autores del Antiguo Testamento no simplemente pensaron en una o dos ideas en tanto que escribían. Ellos tenían muchos objetivos en una variedad de niveles. En un nivel básico, los escritores del Antiguo Testamento se enfocaron en la mecánica de la composición. Ellos seleccionaron ciertras letras, palabras, frases, y enunciados. Intencionalmente utilizaron caracterizaciones, descripción de escenas y argumentos estructurales. Estas y otras estrategias fundamentales de escritura fueron parte de las intenciones del escritor. Sin embargo, en nuestro estudio, estamos interesados principalmente con las intenciones ideológicas de los escritores del Antiguo Testamento -el grupo de creencias que ellos querían que aceptaran sus lectores. pero aún dentro de estos límites, nos encontramos con complejidades. Primero, los escritores del Antiguo Testamento operaba con jerarquí de objetivos ideológicos, poniendo más importancia en algunos interéses que en otros. Por ejemplo, en el registro de la salida de Abram a la tierra prometida (Génesis 12:1-9), Moisés estaba más preocupado con el llamado de Dios que con el hecho de que "Lot fue con él" y que "era Abram de setenta y cinco años cuando salió de Harán. La mención de Lot nos prepara para los episodios que siguen; la edad de Abram añade un detalle vívido. Pero sentimos un mayor énfasis en el llamado de Dios y de la respuesta fiel de Abram. Al evaluar las intensiones de un autor, debemos buscar la importancia relativa de los elementos en su mensaje. Segundo, cada parte de un texto tiene una contribución única que hacer al propósito ideológico global. Los escritores construyeron escenas, episodios, secciones más largas, y libros completos para lograr sus fines de una manera cumulativa. Como resultado debemos de buscar los objetivos detrás de las unidades pequeñas y grandes. Tristemente, los intérpretes frecuentemente ignoran uno u otro lado. Algunas veces identificamos el propósito de una pequeña porción e ignoramos el contexto más grande. Otras veces
agarramos todo el cuadro e ignoramos las intenciones detrás de las pequeñas unidades.
Por ejemplo, los intérpretes comúnmente se enfocan exclusivamente en la conducta ejemplar de Débora (Jueces 4:1-5:31). Pero ¿qué intenciones tenía el escritor? ¿Quería que sus lectores creyeran que Débora ejemplo o que el oficio de juez fallara? Él intentaba ambos. Desde su punto de vista Débora no tenía defecto alguno. Pero aún los jueces más grnades no podían dar a Israel el liderazgo suficiente. Ambos motivos eran vitales para el propósito del escritor. Tercero, los escritores del Antiguo Testamento frecuentemente intentaban dirigirse a diversos segmentos de sus audiencias. Las audiencias originales de los libros del Antiguo Testamento consistían de muchos tipos de gente: jóvenes y viejos, ricos y pobres, hombres y mujeres, de la nobleza y gente común, creyentes y no creyentes, Israelitas y transeúntes, para nombrar algunos. Como resultado las intenciones del escritor frecuentemente eran multifacéticas. Al buscar dirigirse a las fuerzas, debilidades, intereses y responsabilidades de la gente en su audiencia, ellos mismos tenían que interesarse en muchos y variados problemas. Por ejemplo, el escritor de Reyes comentó que Salomón "puso a Sadoc por sacerdote en lugar de Abiatar" (1 Reyes 2:35). La diversidad en su audiencia causó que él tuviera por lo menos tres intensiones ideológicas: sus palabras animaban a los seguidores de Sadoc, advirtiendo a otras familias sacerdotales en contra de usurpar el lugar de los seguidores de Sadoc, e instruir a los adoradores a aceptar solamente a los de Sadoc como legítimos sumos sacerdotes. Cada escritor del Antiguo Testamento tenía que ver con algún grado de diversidad. Varios segmentos de la audiencia se mueven hacia primer plano de sus intereses de vez en cuando. En estos casos una multiplicidad de necesidades son tocadas de inmediato. Cuarto, a la luz de estos tipos de complejidades, debemos asumir que los escritores del Antiguo Testamento tuvieron varios grados de conocimiento psicológico de sus propósitos. Como lo observa Polletta:
Toda escritura artística es alguna suma o producto de lo que Coleridge llamó "impulso espontáneo y propósito voluntario", pero las cantidades precisas de la combinación, y aún el maquillaje distintivo de cada facultad, variará casi sin límite de escritor a escritor... Detrás de cualquier propósito voluntario pudiera estar la fuerza de la perspectiva mental del autor, su visión, su manera de percibir y ordenar la experiencia y la realidad, el
propósito voluntario puede ser un impulso de esas partes de la mente que, para usar la propia definición de Freud de "inconsciente" están "fuera de conocimiento".
Algunas motivaciones de los escritores del Antiguo Testamento estaban a la vanguardia de sus mentes. Pero muchos aspectos de lo que estaban haciendo permaneció en el mejor de los casos en el fonde de sus mentes. En este sentido los escritores del Antiguo Testamento frecuentemente dijeron más de los que comprendieron. Una simple ilustración hará esto más claro. Considera el enunciado "Yo estoy pensando en ti". ¿Estaba yo consciente del rango total de intenciones que involucran el escribir este enunciado? Claro que no. En tanto la escribía tenía una idea vaga de pensar en ti. Pero yo estaba totalmente inconsciente de mover mis dedos, escribir las palabras correctamente, y usar una estructura sintáctica particular. Estas elecciones vinieron a mi sin reflexión consciente. Más aún, yo no estaba pensando en quién eres tú, lo que te he escrito, lo que escribiré, y otros aspectos sin fin del significado de mi enunciado. Estas y otras determinaciones vienen a mi conocimiento en tanto que miro nuevamente mi enunciado. Reflexionando puedo ver muchas cosas más de lo que ví mientras escribía. De manera similar, en tanto que los escritores del Antiguo Testamento componían sus historias, también no tenían conocimiento de todo lo que lograban. Cuando recordamos que estos autores fueron inspirados por el Espíritu Santo, vemos con mayor claridad que su entendimiento era limitado. Siempre debemos "tener en cuenta la intención del autor divino, así como la intención de autor humano". Muchos elementos del texto fueron más allá de lo que los escritores del Antiguo Testamento pensaron conscientemente en tanto escribían. ¿Estaba completamente consciente Moisés de la configuración compleja que propusimos para Génesis 2:4-3:24 en tanto componía la historia? No estamos tan seguros, pero parece improbable. Las interconexiones en este texto son tan complicadas que probablemente no fueron planeadas totalmente por Moisés. Su entendimiento consciente del texto no era exhaustivo. Su experiencia al escribir no fue como la experiencia de los músicos al tocar los instrumentos. Algunos elementos fueron selecciones estudiadas, pero otras no fueron tan deliberadas. Moisés dijo más de lo que era capaz de guardar en la vanguardia de su mente. Nunca podemos estar absolutamente seguros de cuánto entendieron sus textos los escritores del Antiguo Testamento, así que no debemos limitarnos a sus intenciones conscientes. También debemos de explorar asuntos que los escritores no pudieron haber estado completamente conscientes.
Distancia Histórica. Otro problema grande que enfrentamos es la distancia histórica entre nosotros y los autores del Antiguo Testamento. Cuando sea que querramos valorar sus motivaciones, nos metemos con innumerables barreras históricas. Primero, como hemos visto, no sabemos con precisión quién escribió la mayoría de los libros. Para libros com Josué, Jueces, y Samuel, el rango de posibles agentes extrínsecos se extiende a más de un siglo. Es difícil reconstruir las intenciones de un escritor cuando solamente podemos tener algunos cientos de años de su fecha real. Segundo, un abismo de más de dos mil años de diferencias culturales aparece entre nosotros. En su mayoría, estamos poco familiarizados con los antecedentes y las circunstancias de los escritores del Antiguo Testamento. ¿Cuánto sabemos de la educación de Moisés en Egipto? ¿Cuán familiarizados estamos con el ambiente político de la situación post-exílica del Cronista? Tenemos dificultades reconstruyendo los propósitos del escritor porque no estamos familiarizados con los estilos de vida, estándares, y expectaciones que compartían con sus audiencias. Una cuidadosa investigación a la cultura del escritor puede elimitar algunas barreras históricas. Pero por cada muralla escalada, otras miles permanecen altas y fuertes. No estamos valorandos las motivaciones de nuestros vecinos; estamos reconstruyendo más de un milenio.
Estilo sutil. La tercera dificultad principal que enfrentamos es el estilo sutirl de los escritores del Antiguo Testamento. En su mayoría, no manifestaron explícitamente sus objetivos ideológicos. Moisés no escribió por qué compuso Éxodo; el escritor de Ester no declaró su propósito. Generalmente se nos deja inferir las motivaciones de los escritores. Estudiamos sus textos y determinamos las intenciones que mejor explican la forma y el contenido de sus historias. El estilo sutil de los escritores del Antiguo Testamento también dificultan la valoración de sus propósitos. En tanto exploramos los objetivos de un escritor del Antiguo Testamento, debemos de tener en mente los muchos problemas que enfrentamos. Las complejidades de las intenciones, distancia histórica, y del estilo sutil que dificulta la tarea. Estos retos nos deben de hacer cuidadosos y humildes al interpretar. (ver figura 43).
Calves para las intenciones Los dectives se gozan en juntar todas las evidencias para resolver un misterio. Si te gusta ser detective, te encantará explorar las intenciones de los escritores del Antiguo
Testamento y recolectar las claves ampliamente esparcidas. Un número de indicaciones nos ayudarán a discernir el punto de vista ideológico de un escritor. Podemos buscarlas en el texto y en las circunstancias del escritor. En el texto en los capítulos anteriores, vimos un número de claves en el texto que ayuda a discernir el propósito de un escritor. Vamos a repasarlas brevemente y después veremos más de cerca varias técnicas especiales que se encuentran en las historias del Antiguo Testamento. Primero, la caracterización abre el propósito del escritor para nosotros. Los escritores del Antiguo Testamento querían que sus audiencias aprobaran, desaprobaran, y tuvieran reacciones combinadas hacia sus personajes. Al tomar nota de las presentaciones de los personajes en las historias, revelamos las intenciones ideológicas del escritor. Segundo, la descripción de la escena también revela aspectos de la ideología del escritor. Las variaciones en el modo narrativo enfatizan ciertas escenas. Los comentarios autoritarios también ponen en evidencia su punto de vista. La imaginación detallada levanta asuntos importantes para el escritor. Los cambios en tiempo y espacio llaman la atención a las escenas que son más cruciales a la perspectiva del escritor. Tercero, las estructuras nos ayudan a descubrir los propósitos del escritor. La elevación y la caída de la tensión dramática proporciona una escena de problema y resolución. Confirmando y contrastando paralelos, inclusiones, y arreglos de decusación juxtaponen escenas, episodios, y secciones. En estas estructuras los escritores del Antiguo Testamento revelaron sus propósitos ideológicos. Cuarto, los escritores del Antiguo Testamento emplearon muchas técnicas especiales para revelar su punto de vista. Hemos mencionado algunos de estos rasgos, pero nos ayudará describirlos ahora con más detalle. Esta lista representa solamente una muestra de los rasgos más importantes de las historias que revelas intenciones ideológicas.
Repetición Quizá la técnica más común que utilizaron los escritores del Antiguo Testamento fue la repetición. A veces puede ser inadvertida o enfocada en un tema menor. Pero motivos similares apareciendo varias veces en un pasaje generalmente indica que estos intereses fueron prominentes desde la perspectiva del autor.
Por ejemplo, en 1 Crónicas 10:1-14 tenemos dos episodios de resolución seguidos por un reporte explicativo. Las repeticiones nos muestran que la motivación ideológica prominente del Cronista en este pasaje (ver figura 44). ¿Cuál fue el interés principal del Cronista? En cada episodio él mencionó el motivo de la muerte. En el primer episodio (vv. 1-7), el Cronista repitió el tema de la muerte varias veces: los hijos de Saúl murieron (v. 2); Saúl pidió que lo mataran (v. 4); Saúl se mató (v. 4); y su escudero también se mató (v. 5). Entonces todo esto se resume en : "Así murieron Saúl y sus tres hijos" (v. 6). El segundo episodio trata con el entierro de Saúl. Su cuerpo encontró descanso solamente después de una severa deshonra. En el tercer episodio, el Cronista comentó sobre la razón para esta penosa muerte. Saúl murió "por su rebelión con que prevaricó contra Jehová" (v. 13). ¿Cómo nos ayudan estas repeticiones a entender el propósito del Cronista? Éstas demuestran que no estaba principalmente preocupado con la guerra, ni con el problema que los Filisteos causaron a Israel. Estos eran relativamente aspectos menores de su historia. Más bien, estaba principalmente interesado en la muerte de Saúl y de sus hijos.
La repetición del motivo de la muerte da una clave de que el Cronista quería que sus lectores se enfocaran en el significado de la vergonzosa muerte de Saúl. De acuerdo a esto, él concluyó: "por esta causa Jehová lo mató y traspasó el reino de David hijo de Isaí" (v. 14b énfasis agregado). El Cronista intentó enseñar cómo la deshonrosa muerte de Saúl demostraba el rechazo absoluto de Dios para con Saúl y la exaltación de la línea de David.
Alusión La alusión podría ser definida como una referencia en un pasaje de otro. Esta técnica es similar a la repetición pero generalmente involucra episodios separados que tienen algunas otras conexiones. Al divisar alusiones, descubrimos dimensiones importantes de las intensiones del escritor. Por ejemplo, en la h historia del Levita y su concubina (Jueces 19:1-30) encontramos una escena que nos recuerda de otra historia bien conocida:
Pero cuando estaban gozosos, he aquí que los hombres de aquella ciudad, hombres perversos, rodearon la casa, golpeando a la puerta; y hablaron al anciano, dueñode la casa, diciendo: Saca al hombre que ha entrado en tu casa, para que lo conozcamos. Y salió
a ellos el dueño de la casa y les dijo: No, hermanos míos, os ruego que no cometáis este mal; ya que este hombre ha entrado en mi casa, no hagáis esta maldad. He aquí mi hija virgen, y la concubina de él; yo os las sacaré ahora; humilladlas y hace con ellas como os parezca, y no hagáis a este hombre cosa tan infame (Jueces 19:22-24).
Esta horrible escena hace alusión a un evento similar en la historia de Sodoma y Gomorra:
Pero antes que se acostasen, rodearon la casa los hombres de la ciudad, los varones de Sodoma, todo el pueblo junto, desde el más joven hasta el más viejo. Y llamaron a Lot, y le dijeron: Dónde están los varones que vinieron a ti esta noche? Sácalos, para que los conozcamos. Entonces Lot salió a ellos a la puerta, y cerró la puerta tras sí, y dijo: Os ruego, hermanos míos, que no hagáis tal maldad. He aquí ahora yo tengo dos hijas que no han conocido varón; os las sacaré fuera, y haced de ellas como bien os pareciere; solamente que a estos varones no hagáis nada, pues que vinieron a la sombra de mi tejado (Génesis 19:4-8).
Las similitudes son asombrosas; en ambas escenas los hombres perversos están afuera y llaman al varón invitado, pero en anfitrión ofrece mujeres en su lugar. Aunque el lenguaje es similar en ciertos puntos: No, hermanos míos, os ruego que no cometáis este mal (Jueces 19:23); Os ruego, hermanos míos, que no hagáis tal maldad (Génesis 19:7) ¿Por qué el escritor de Jueces hace alusión a Sodoma y Gomorra en esta escena? En efecto, lo hizo para demostrar que Israel se había vuelto tan corrupto como las ciudades notorias en los días de Abraham, totalmente malos y mereciendo el juicio de Dios (Jueces 19:30). Por medio de esta alusión él sustenta su punto de vista que Israel necesitaba un rey. Sin un rey el pueblo de Dios no era mejor que las ciudades de Sodoma y Gomorra.
Ironía Dramática El término "ironía" tiene muchos usos diferentes. Podemos hablar de ironía verbal, en la que "el significado implícito propuesto por el emisor difiere de lo que ostensiblemente afirma". Un escritor o personaje en su historia dice justamente lo opuesto a lo que él o ella quieren decir. Otra forma de ironía es lítote, o subestimación. Frecuentemente los
escritores usan este mecanismo para crear dentro de su audiencia la escena que "una cosa significa mucho más de lo que dice". Sin embargo, en este punto, estamos más interesados en ironía dramática, una situación en la que : "la audiencia comparte con el autor el conocimiento de qué personaje es ignorante". Esta técnica fue una manera efectiva en la que los escritores del Antiguo Testamento revelaron sus perspectivas ideológicas. La ironía dramática ocurre tanto explícita como implícitamente. A veces los escritores del Antiguo Testamento claramente expusieron información que dio a la audiencia discernimiento más allá de los personajes. De esta manera el escritor creó tensión en la audiencia en tanto que lidiaban con la ignorancia del personaje.
Ironía explícita. La ironía explícita está en el corazón del libro de Job. En los primeros capítulos, los lectores se enteran de un concurso celestial entre Dios y Satanás (Job 1:112). Sin embargo, Job y sus amigos no saben de estos eventos. A través de los diálogos del libro, Job quiere saber por qué sufre, pero no se le otorga ningún acceso celestial. De hecho, Dios reprende a Job (Job 38-41), diciéndole que él no tiene derecho a ese conocimiento. Al oir la audiencia original las soluciones simples de los amigos y la lucha de Job por sabiduría, adquieren un conocimiento escondido de los personajes. Su conocimiento los alerta a la condición de aquel que sufre y a las dificultades de aquellos que tratan de ayudarlo en ignorancia. Esta ironía dramática explícita forma una dimensión vital de entendimiento a las intenciones ideológicas del autor.
Ironía implícita. Los escritores del Antiguo Testamento también presentaron sus perspectivas por medio de ironía dramática implícita. Las mayoría de las historias del Antiguo Testamento no fueron del todo nuevas para las audiencias originales. Algunos lectores habían experimentado los eventos por sí mismos y conocían otra información pertinente. Más que esto, la audiencia original tuvo la oportunidad de escuchar una historia más de una vez. Cuando regresaban al texto una segunda o tercera vez, lo hacían con un conocimiento de resultados que los personajes no poseían. Por esto, la ironía ocurría aún cuando el escritor no ofrecía específicamente información especial al lector.
Por ejemplo, en la división de la tierra entre Abram y Lot (Génesis 13:1-18), Lot escogió la tierra que era "como el huerto de Jehová" situándose cerca de Sodoma y Gomorra. Sin
embargo, después de mencionar estas ciudades, Moisés comentó: "Mas los hombres de Sodoma eran malos y pecadores contra Jehová en gran manera" (v. 13). Este breve comentario no dice nada explícitamente de lo eventos que siguen, pero para una audiencia que sabía de la destrucción de Sodoma y Gomorra, planteó una profunda ironía dramática. Aunque Lot estaba yendo a una tierra próspera, la audiencia sabía que se estaba moviendo hacia un lugar de juicio. Apoyándose en este conocimiento, Moisés reveló su propio punto de vista. Lejos de perder la bendición de la buena tierra para Lot, Abraham estaba ahora en camino para convertirse en el que intercede por Lot (Génesis 18:22-33).
Discurso directo La importancia del discurso directo en las narrativas del Antiguo Testamento ha sido notado por muchos intérpretes en años recientes. Como hemos visto, el discurso funcionó significativamente en la caracterización, la descripción de escenas, y la estructura. Sin embargo, además de esto, el discurso directo es uno de las maneras más claras en que los escritores del Antiguo Testamento presentaron su propio punto de vista ideológico. Cuando examinamos el lenguaje directo de los personajes humanos, debemos de tener precaución. Como hemos visto, los escritores del Antiguo Testamento frecuentemente presentaron las debilidades de sus personajes, dando su defectuosa o falsa evaluación de un evento. Por ejemplo, cuando Mical reprocha a David para danzar delante del arca, ella dice: " ¡Cuán honrado ha quedado hoy el rey de Israel, descubriéndose hoy delante de las criadas de sus siervos, como se descubre sin decoro un cualquiera!" (2 Samuel 6:20). Aún así, los personajes frecuentemente reflejan el propio punto de vista del escritor. David respondió: "Fue delante de Jehová, quien me eligió en preferencia a tu padre y a toda tu casa, para constituirme por príncipe sobre el pueblo de Jehová, sobre Israel. Por tanto, danzaré delante de Jehová. (2 Samuel 6:21). Indudablemente, David habló por el escritor. La audiencia tenía que evaluar elevento como lo hizo David. Podemos mencionar técnicas innumerables para descubrir claves que nos guien a los puntos de vista ideológicos del escritor. Pero con estos aspectos del texto en mente, los intérpretes pueden dar pasos grandes hacia el entendimiento del por qué las historias del Antiguo Testamento fueron escritas.
Las circunstancias del escritor. Además de las claves dentro del texto, las intenciones ideológicas de un autor se aclaran más al prestar atención a las circunstancias del autor el contexto histórico en el que un pasaje fue escrito. El texto mismo limita las posibilidades, pero para determinar con más precisión lo que significaba un texto, debemos de saber algo acerca de las circunstancias que lo rodeaban. Por conveniencia, hablaremos de sólo dos factores principales en la situación histórica del escritor: intervenciones divinas y la cultura del escritor. Primero, los escritores del Antiguo Testamento fueron grandemente influenciados por las intervenciones divinas en sus días. Ellos redactaron sus registros para dar a los lectores originales perspectivas en lo que Dios estaba haciendo en sus tiempos. Ostensiblemente, escribían acerca de eventos antiguos, pero sus registros también estaban diseñados para explicar los actos de Dios en la audiencia del mundo contemporáneo. Para entender las intenciones ideológicas de un escritor, debemos de considerar cómo Dios había incursionado en el curso de la historia en los días del escritor. Por ejemplo, vamos a asumir que el libro de Génesis fue escrito más tarde en el éxodo de Egipto. ¿Qué estaba haciendo Dios en ese tiempo? Había sacado a los Israelitas de la esclavitud, les causó andar en el desierto, y había puesto a la segunda generación al límite de Canaán. A la luz de esto podemos ver cómo un pasaje como la liberación de Abram de Egipto (Génesis 12:10-20) habló a la audiencia original. Moisés escribió esta historia para reflejar la experiencia a la audiencia de éxodo para que ellos pudieran entender lo que Dios estaba haciendo por ellos. Dios estaba actuando en sus días de la misma manera en que había actuado antes con Abram. De la misma manera, el escritor de Reyes vivió en un tiempo cuando Dios había exiliado a la gente de la tierra. Este acto divino influyó grandemente en las intenciones ideológicas del escritor. Por ejemplo, cerca del final del reinado de Ezequías, el escritor de Reyes reportó una visita de unos enviados de Babilonia. (2 Reyes 20:12). Ezequías tontamente dio a conocer su riqueza a los enviados, e Isaías se lo reprochó:
"Oye palabra de Jehová: He aquí vienen días en que todo lo que está en tu casa, y todo lo que tus padres han atesorado hasta hoy, será llevado a Babilonia, sin quedar nada, dijo Jehová. Y de tus hijos que saldrán de ti, que habrás engendrado, tomarán, y serán eunucos en el palacio del rey de Babilonia (2 Reyes 20:16-18).
¿Por qué el escritor de Reyes incluyó esta mancha en la reputación de Ezequías? Lo hizo para explicar que aún el reino de Ezequías causó que Dios enviara a la nación de Babilonia.
Al valorar las intenciones del autor, debemos de prestar cuidadosa atención a los eventos redentivos-históricos que rodean la escritura del libro. Los escritores del Antiguo Testamento fueron profundamente influenciados por lo que Dios estaba haciendo en sus días. Segundo, la cultura del escritor también influyó en su ideología. Los escritores del Antiguo Testamento no solamente estaban interesados en las instrucciones divinas sino que también lo estaban en la dimensión humana de sus tiempos. Estos aspectos de la vida no fueron enteramente distintosde las intervenciones divinas. Pero las condiciones cotidianas en la política, la religión y la economía contribuyeron a su punto de vista. Por ejemplo, en Génesis 48:1-22 tenemos un registro de José visitando a su padre que estaba pronto para morir. José trajo sus hijos a Jacob. Jacob recibió una instrucción de Dios de tratar a los hijos de José como si fueran suyos. Jacob bendijo a los dos, pero cruzó sus manos para que el más joven Efraín recibiera su mano derecha. El registro cierra con las palabras de Jacob para José: "He aquí yo muero; pero Dios estará con vosotros, y os hará volver a la tierra de vuestros padres. Y yo te he dado a ti una parte más que a tus hermanos, la cual tomé yo de mano del amorreo con mi espada y con mi arco" (Génesis 48:21-22) ¿Por qué Moisés describe en detalle estos asuntos? ¿Era solamente un registro sentimental familiar? ¿Estaba solamente preocupado con el pasado? No. Moisés intentaba instruir a la gente de sus días acerca de sus circunstancias. La cantidad de espacio dada a las relaciones tribales en Éxodo, Números, Deuteronomio, Josué, y Jueces indica que las tribus tenían muchas preguntas acerca de sus lugares en la estructura nacional. Génesis 48:1-22 anticipa estos problemas. ¿Por qué tenían que ser tratados Efraín y Manasés iguales que a las otras tribus? ¿Por qué la tribu de José recibía una porción rica, doble? Estas preguntas culturales contemporáneas fueron contestadas por este pasaje: el lugar de las tribus de Jose fueron establecidos por la bendición de Jacob.
Muchos problemas confrontamos al ir reconstruyendo las intenciones ideológicas de los escritores del Antiguo Testamento, pero las claves están accesibles en los textos mismos y en las condiciones de los días del escritor. Al ir poniendo juntas estas claves, seremos
capaces de discernir los propósitos originales para las historias del Antiguo Testamento. (ver figura 45).
Conclusión En este capítulo hemos visto brevemente dos consideraciones básicas. Con el fin de entender por qué las historias del Antiguo Testamento fueron escritas, debemos de identificar la fecha razonable más remota y la más reciente para la composición final de cada libro. Dentro de este marco podemos comenzar a investigar los propósitos del escritor examinando sus textos y sus circunstancias. Al ir avanzando en nuestra investigación extrínseca de las narrativas del Antiguo Testamento, estas directrices básicas serán indispensables.
Preguntas de repaso
Distingue entre el desarrollo, la composición final y la transmisión de las narrativas del Antiguo Testamento. ¿Cómo complican estos rasgos de los libros del Antiguo Testamento nuestro intento de identificar a los escritores y las audiencias de las narrativas del Antiguo Testamento? ¿Qué claves están disponibles para reconstruir el rango de fechas probables de la composición final? ¿Qué problemas enfrentamos al tratar de entender el propósito de los escritores del Antiguo Testamento? ¿Qué claves nos ayudan a establecer los propósitos de los escritores del Antiguo Testamento hacia sus audiencias?
Ejercicios de Estudio
Busca la discusión de paternidad literaria de Génesis en dos introducciones al Antiguo Testamento. ¿Qué principios guían a los escritores al determinar quién escribió Génesis? Examina el libro de Rut. ¿Qué claves puedes descubrir para ponerle fecha a su composición final? Enfócate principalmente en las genealogías en el último capítulo. Lee Génesis 1:1-2:3. Haz una lista de cinco maneras específicas en que este pasaje fue designado en particualr para Israel en los días de Moisés. ¿Qué temas Mosáicos están presentes en este pasaje?
EL NOS DIO HISTORIAS La Guía Bíblica para Estudiantes para Interpretar las Narraciones del Antiguo Testamento Parte 11: DESCRIBIENDO LAS INTENSIONES DE UN ESCRITOR
Mi grupo de la clase de literatura fue una tarde a ve "Lo que el viento se llevó". Cuando comentamos la película al día siguiente, la maestra preguntó "¿De qué creen que trató la película? Por un momento yo pensé que la pregunta estaba de más: "Obviamente la película fue acerca de la Guerra Civil." Varios de mi clase se sintieron de la misma manera. "¡La Guerra Civil fue horrible", "La esclavitud fue una injusticia" "¡Escarlata obtuvo lo que merecía!" comentaban varios. Pero otros estudiantes vieron mucho más de lo que nosotros vimos. Ellos pensaban que la película se relacionaba con la vida moderna. "La película muestra que toda guerra es maligna", argumentó un joven. Otro comentó: "El amor a uno mismo no es para nada amor". En tanto ofrecíamos nuestras sugerencias, la maestra las iba anotando en el pizarrón en dos columnas: "El mundo" y "Nuestro mundo". Cuando se acabaron los comentarios, ella preguntó: "¿De qué mundo estaba hablando realmente la película? ¿El mundo de la Guerra Civil o nuestro mundo contemporáneo?" Después de un momento de silencio, ella contestó: "Yo creo que nos habla de los dos". Los escritores del Antiguo Testamento también se enfocaron en dos mundos: el mundo del pasado y en su propio mundo. Ellos hicieron observaciones históricas, afirmando que ciertos eventos se llevaron a cabo en maneras particulares. Pero también escribieron para enseñar a sus audiencias aplicaciones contemporáneas. Este propósito doble nos lleva a considerar una tercera dimensión de las intenciones del escritor. ¿Cómo conectaron los autores del Antiguo Testamento sus observaciones históricas con las implicaciones contemporáneas? ¿Cómo ayudaron a la audiencia a cambiar del pasado al presente? De una u otra manera, las historias del Antiguo Testamento anticiparon las circunstancias de sus audiencias al mostrar cómo los eventos del pasado se relacionaban con asuntos
actuales. Estas conexiones tomaron muchas formas, pero los escritores del Antiguo Testamento siempre anticiparon el presente en tanto componían historias acerca del pasado. A la luz de esto, hablaremos de tres dimensiones de las intenciones de los escritores del Antiguo Testamento: observaciones, anticipaciones e implicaciones (ver figura 46). ¿Qué observaciones del pasado querían los escritores del Antiguo Testamento que captaran sus lectores? ¿Cómo describían los eventos ocurridos hacía mucho tiempo de tal manera que anticiparan las preocupaciones contemporáneas de la audiencia? ¿Qué ramificaciones tenían sus historias para el tiempo de los lectores?
OBSERVACIONES En una ocasión escuché de una maestra de cuarto grado que le encantaba contar historias acerca de la Revolución Americana. Se sentaba en una gran mecedora del cuarto y le contaba a sus estudiantes acerca de Washington, Jefferson, y de sus patriota favorito, Patrick Henry. Ella siempre tomaba el mismo acercamiento. Se recostaba en su sillón, miraba hacia el horizonte y daba un informe detallado de algo especial que habían hecho estos hombres. Al final de su historia, se echaba hacia delante, miraba derecho a los ojos de los niños, y decía: "¡Niños y niñas, si hacen lo mismo, ustedes pueden ser héroes también! Esa maestra de cuarto año obviamente estaba preocupada por sus alumnos; ella quería que fueran héroes. Pero ella nunca mencionaba eventos contemporáneos en sus historias. Nunca trató asuntos que confrontaran directamente a aquellos niños y niñas. En vez de esto, pasó todo su tiempo hablando del pasado. Sus alumnos tenían que escuchar cuidadosamente sus historias y sacar las implicaciones para sus vidas.
Los escritores del Antiguo Testamento también enseñaron a sus lectores cómo vivir al darles observaciones del pasado. Si vamos a entender las implicaciones originales de las historias del Antiguo Testamento, primero debemos ver cuidadosamente a sus presentaciones de la historia. Vamos a explorar tres dimensiones de observaciones históricas: hechos, moral y emocional. ¿Qué hechos históricos querían los escritores del Antiguo Testamento que supieran sus audiencias? ¿Qué asuntos morales del pasado trajeron a primer plano? ¿Qué aspectos emocionales de este mundo querían que consideraran sus lectores originales? (ver figura 47).
Observaciones de Hechos
Un noticiero de televisión recientemente informó que el 20% de (1985) los jóvenes de preparatoria no se había percatado de que los Estados Unidos peleó una guerra en Vietnam. Cuando escuché esta noticia, le comenté a un amigo: "Nunca recordaremos las lecciones de esta guerra si no recordamos que hubo una guerra". El conocimiento de los hechos es el punto de partida para sacar cualquier implicación del pasado para nuestras vidas hoy en día. Si no sabemos qué pasó, no podemos aplicar lo que sucedió a nuestras preocupaciones presentes. Los escritores del Antiguo Testamento entendieron este principio. Es por esto que reportaron muchos hechos históricos a sus audiencias. Podemos poner categorías a estos hechos en términos de circunstancias, gente y Dios.
Circunstancias. Los escritores del Antiguo Testamento le contaron a sus lectores acerca de circunstancias históricas. ¿Cuál fue la situación? ¿Qué sucedió? Ellos reportaban tales cosas como fechas (1 Reyes 15:1), costumbres (Rut 4:7-8), hambres (Génesis 41:53-57), victorias (Josué 6:1-27) y derrotas (Josué 7:1-5). El Antiguo Testamento es un libro de redención, pero esta redención no ocurrió simplemente en los corazones de la gente. No tomó forma principalmente en las tradiciones teológicas de la comunidad creyente. Por el contrario, la redención ocurrió en el contexto de los eventos históricos reales. La esperanza de Israel descansaba en el hecho de que Dios había actuado en tiempo y espacio. Por esta razón las condiciones históricas generales formaron una faceta vital de las observaciones del escritor. Las descripciones de las circunstancias contribuyeron con frecuencia de una manera muy importante al significado de la historia. Como vimos en un capítulo anteriormente, varias circunstancias históricas son centrales a la historia del éxodo de Abram de Egipto (Génesis 12: 10-20). Por ejemplo, la primera escena menciona un hambre en la tierra. Superficialmente, este pequeña información sirve meramente para dar un antecedente a las escenas que siguen, pero de hecho forma una faceta crucial de las intenciones de Moisés. El hambre que dirigió a Abram a Egipto simbolizaban el hambre que llevó a todos los hijos de Jacob a Egipto. De manera similar, la historia reporta que Abram salió "con todo lo que tenía" (Génesis 12:20). Este dato también parece ser insignificante hasta que recordamos que Israel salió de Egipto únicamente hasta que habían despojado a los egipcios (Éxodo 12:36).
A veces los escritores enfatizaron numerosos detalles; otras veces, mencionaban únicamente algunas generalidades. Cualquiera que fuese el caso, debemos de tener en cuenta las descripciones del autor acerca de las circunstancias históricas. ¿Qué situaciones incluyó el escritor? ¿Qué elementos dejó fuera? ¿Cómo describió las condiciones?
Gente. Los escritores del Antiguo Testamento también se preocuparon con los hechos acerca de la gente. Los seres humanos ocupan un lugar central en la mayoría de las historias del Antiguo Testamento ¿Quiénes fueron estas personas? ¿Cómo eran? Estos hechos también formaron una dimensión crucial de las observaciones históricas. A veces la mera identidad de un personaje muestra las intenciones del escritor. Considere el registro del reproche de Mical a David (2 Samuel 6:16-23). No se nos dice que "una de las esposas de David le riñó". El escritor de Samuel fue muy específico. Tres veces identificó como "Mical, hija de Saúl" (vv. 16, 20, 23). Este simple detalle histórico revela una dimensión importante del punto de vista del escritor. Este evento fue más que una riña entre David y una de sus esposas, fue una lucha entre David y la hija de Saúl. En la mente del escritor, este argumento simbolizó el conflicto entre la casa de David y la casa de Saúl. Como David mismo lo notó: "Fue delante de Jehová, quien me eligió en preferencia a tu padre y a toda tu casa, para constituirme por príncipe sobre el pueblo de Jehová, sobre Israel" (2 Samuel 6:21). ¿Por qué quería el escritor que sus lectores mantuvieran en mente la identidad familiar de Mical? El estaba abordando un asunto de preocupación de su propio día. ¿Iba a continuar el linaje real de Saúl? ¿Era su familia una alternativa viable al linaje de David? El versículo final del episodio hace clara la perspectiva del escritor: "Y Mical hija de Saúl nunca tuvo hijos hasta el día de su muerte" (2 Samuel 6:23). La unión de Saúl y la casa de David no produjo descendencia. La línea de Saúl había sido completamente rechazada por Dios y la familia de David tenía el derecho exclusivo al trono. Paralelo a estas mismas líneas, el libro de Samuel comienza con una observación interesante acerca de Elcana, padre de Samuel. El escritor observó que él era "de Ramataim de Zofim, del monte de Efraín..." (1 Samuel 1:1). Este hecho puede parecer trivial pero reflexionando un poco podemos ver que transmitió una dimensión importante del propósito del escritor. ¿Por qué les dice a sus lectores que el padre de Samuel era de Efraín? Lo hizo para establecer que la dinastía de David no era un diseño judío. Un profeta del norte había ungido a David.
Dios. Los escritores del Antiguo Testamento también hicieron observaciones de hechos acerca de Dios. Ellos observaron revelaciones de Su carácter y propósitos en el pasado. Por ejemplo, en Génesis 17:10 Dios ordenó el rito de la circuncisión. "Este es mi pacto, que guardaréis entre mí y vosotros y tu descendencia después de ti: Será circuncidado todo varón de entre vosotros". Esta observación histórica tuvo implicaciones directas para la audiencia. Dios había establecido la circuncisión para Su pueblo en los días de Abraham. Como resultado el rito era para ser observado por la audiencia de Moisés en tanto que continuaban en el pacto Abrahámico. De manera similar, en la historia del éxodo de Abram (Génesis 12:10-20), Moisés reportó: "Mas Jehová hirió a Faraón y a su casa con grandes plagas, por causa de Sarai mujer de Abram" (v. 17). Este dato histórico permitió a la audiencia original entender el significado de este pasaje para sus vidas. Dios había herido a la casa de Faraón en sus días como lo había hecho en los días de Abram. Ya sea que la historia ubique a Dios en el centro del escenario o que lo deje escondido como el controlador providencial de eventos, Dios es uno de los puntos principales de enfoque de los registros del Antiguo Testamento. Cualquier cosa que Dios establece permanece. Sus reacciones a los eventos revelan su verdadero carácter. El significado original de un texto dependía en gran parte de los hechos que los escritores reportaban acerca de Dios.
Observaciones Morales. Los hechos levantan preguntas morales. ¿Cómo debo de responder a los insultos de mi vecino? ¿Qué debo de hacer con los que no tienen un hogar en mi ciudad? Los particulares de nuestras vidas sacan a flote todo tipo de consideraciones éticas. Los escritores del Antiguo Testamento reportaban hechos históricos para sacar a flote asuntos de consciencia. Ellos diseñaban registros para que sus lectores confrontaran dimensiones morales del pasado. En tanto que leían estos textos, se preguntaban: "¿Fue esta circunstancia buena o mala?" "¿Qué debió haber hecho esta gente?" "¿Cómo era demostrado el carácter justo de Dios en estos eventos?" Todas las facetas de una historia del Antiguo Testamento se conjuntaron para presentar observaciones morales. Descripción de escenas, estructuras, caracterizaciones y otros numerosos rasgos especiales revelan todo tipo de asuntos éticos en el pasado.
En muchos casos estos aspectos de textos son simples para nosotros. No tenemos casi ningún problema en entender cómo Moisés quería que su audiencia percibiera el asesinato de Abel (Génesis 4:2b - 16) o cómo el escritor de Reyes evaluó la infidelidad de Manasés (2 Reyes 21:1-18; 23:26; 24:3-4). Pero en otras ocasiones, tenemos dificultad en saber qué hacer con las dimensiones morales del pasaje. ¿Por qué estaba mal que Acab ofreciera dinero para comprar la viña de Nabot? (1 Reyes 21:1-3) ¿Por qué trajo juicio Dios contra Usa cuando salvó al arca de caer? (2 Samuel 6:7) Para entender más estas historias confusas, debemos de dejar a un lado nuestros propios estándares tanto como nos sea posible y adaptar las normas que los escritores del Antiguo Testamento compartieron con sus audiencias. Dos estándares importantes de moralidad nos permiten entender con mayor claridad: La ley Mosáica y la Revelación especial postrera.
Ley Mosáica. Con la posible excepción de Génes, la narrativa del Antiguo Testamento fue escrita después de que Dios dio la ley Mosáica en Sinaí. Consecuentemente la Ley de Moisés fue el criterio por el que los escritores del Antiguo Testamento esperaban que sus audiencias evaluaran el pasado. Los principios expuestos en los diez mandamientos y otra legislación Mosáica fueron normativas para todos los juicios morales. Al mismo tiempo, debemos de recordar que Dios reveló Su voluntad a Israel progresivamente. Los eventos antes del Sinaí no deben de ser evaluados completamente en términos de códigos legales Mosáicos. Algunas acciones inapropiadas después del Sinaí no hubieran condenado a Abel por ofrecer sus propios sacrificios más que llamar a los sacerdotes Levitas (Génesis 4:4). En ese tiempo no habían tales restricciones sacerdotales. También, Abram no violó regulaciones cúlticas al construir numerosos altares más que tener únicamente uno (Génesis 12:1-9). Antes de que el tabernáculo fuera establecido, esta práctica era perfectamente aceptable. En contraste, cuando Lamec se jactó: "... Que un varón mataré por mi herida, Y un joven por mi golpe" (Génesis 4:23), Moisés llamó a su audiencia a reaccionar en horror. El asesinato siempre había sido pecado; auto-glorificación siempre había sido rebelión en contra de Dios. De igual manera cuando Moisés recordó la relación de Abram con Agar (Génesis 16:1-16), él esperaba que su audiencia lo evaluara negativamente. A pesar de las costumbres de la cultura de Abram, fallando en confiar en las promesas de Dios había sido incorrecto desde el principio. La ley de Moisés simplemente confirmó estos principios dados desde la creación.
Muchos escritores del Antiguo Testamento aprobaron los eventos al referirse explícitamente a la legislación de Moisés. Al reportar progreso desde el principio en la comunidad post-exílica, el escritor de Esdras comentó que los sacrificios fueron ofrecidos "como está escrito en la ley de Moisés varón de Dios" (Esdras 3:2). Los escritores también mostraron su desaprobación al mencionar eventos que violaron la Ley de Moisés. Por ejemplo, cuando el cronista describió la enfermedad que interrumpía la Pascua de Ezequías, él mencionó que mucha gente comió "no conforme a lo que está escrito" (2 Crónicas 30:18). Este tipo de comentarios le dio a la audiencia un punto de partida explícito para sus propias reflexiones morales. Otras veces los escritores únicamente indicaron que se había hecho una violación: por ejemplo, en la historia de la viña de Nabot (1 Reyes 21:1-29), la audiencia no hizo referencia explícita alguna a las leyes Mosáicas dadas (Levítico 25:23-28; Números 36:7). Pero súbitamente le recordó a su audiencias que Acab no había sido considerado para la legislación. Nabot llamó a su campo una "heredad" (nhlh) (1 Reyes 21:3), el término técnico Mosáico para posesión familiar permanente. Pero Acab y Jez
Revelación Especial Postrera. Los escritores del Antiguo Testamento también basaron sus observaciones morales en la revelación especial postrera por medio de los profetas y líderes. Por ejemplo, el escritor de Reyes presentó la exclusión de Abiatar (1 Reyes 2:2627) como apropiada porque cumplía la profecía dad en contra de la familia de Elí 1 Samuel 2:27-36). El escritor de Esdras apeló a Hageo y a Zacarías para dar a sus lectores una perspectiva apropiada en el programa de la restauración (Esdras 5:1; 6:14). En tanto que Dios revelaba sus lineamientos morales más allá de Moisés, estas regulaciones también formaban estándares para reflexionar en la historia. Los escritores del Antiguo Testamento esperaban que sus lectores hicieran evaluaciones morales a la luz de estas revelaciones. Los escritores del Antiguo Testamento hicieron más que recordar a sus audiencias acerca de los hechos del pasado. También enseñaron sus historias para convencerlos de ciertos rasgos morales de la historia. En tanto que investigamos los propósitos de un autor, debemos de tomar nota de estas observaciones con mucho cuidado.
Observaciones Emocionales
Nada es más aburrido que una historia sin emoción. Si quieres poner a tu audiencia a dormir, solamente enlista hecho tras hecho tras hecho tras hecho. Pero los mismos eventos toman vida cuando los impregna con sentimientos. En tanto que describimos las emociones de un personaje, sus dudas, temores, alegrías y placeres le damos poder a la historia. Los escritores del Antiguo Testamento atraían a sus lectores a un mundo lleno de emociones. Describían escenas, personajes, registros estructurales, y usaron cualquier otra herramienta accesible para ayudar a ver a sus lectores las dimensiones afectivas de la historia. Ellos querían que escucharan risas y sollozos, probaran el placer y la amargura y sintieran la emoción y el desánimo de eventos pasados. Las historias del Antiguo Testamento describen tanto las emociones humanas como las emociones divinas. ¿Cómo describían los escritores los sentimientos de los personajes humanos? ¿Cómo observaban las actitudes de Dios?
Las emociones humanas. Los escritores del Antiguo Testamento frecuentemente apuntaban hacia las emociones de sus personajes humanos. Claro que los lectores tenían que evaluar estos sentimientos; la gente frecuentemente reaccionaba inapropiadamente. Sin embargo, lo que la gente en el pasado pensó, dijo, e hizo, le dio a los lectores un punto de partida para sentir el poder emocional de los eventos. Las observaciones de las emociones humanas sucedieron de muchas maneras. Primero, ejemplo de las descripciones explícitas incluían el terror de Abram. (Génesis 15:12), el sentimiento reconfortante de Isaac (Génesis 24:67), y el canto y baile de gozo de las mujeres (1 Samuel 18:6). Tales descripciones son raras, así que cuando suceden, generalmente forman una dimensión significativa de las observaciones emocionales del escritor. Segundo, las palabras de un personaje proporcionan emociones de calidad también. Cuando Saraí escuchó la promesa de los tres visitantes de que tendría un hijo, se rió, diciendo para sí: "¿Después que he envejecido tendré deleite, siendo también mi señor ya viejo?" (Génesis 18:12). El escepticismo de Saraí era inapropiado, pero el reporte de Moisés de lo que dijo señaló cómo parecía absolutamente imposible la promesa. Al hacerlo así, él enfatizó la gracia de Dios hacia Saraí y el carácter milagroso del nacimiento de Isaac. Tercero, las acciones externas algunas veces revelan el impacto emocional de un evento. En Génesis 17:1-2 Dios confrontó a Abram después de su fracaso con Agar diciendo: "...
anda delante de mí y sé perfecto". Como respuesta "Abram se postró sobre su rostro". Él no objetó, no ofreció excusas; simplemente se postró en humildad. Moisés reportó esta respuesta para que sus lectores pudieran ver la fuerza emocional del encuentro temeroso, acusador y humillante con Dios. Cuarto, muchas veces las reacciones emocionales de los personajes fueron tan ordinarias y predecibles que los escritores del Antiguo Testamento vieron muy poca necesidad de mencionarlos explícitamente. En su lugar, se esperaban que sus audiencias vieran estas actitudes por medio de una lectura simpatética al preguntar: "¿Qué sentiría si estuviera en esa situación?". En muchas ocasiones se necesitaban algunas de estas claves para que viera la audiencia las cualidades emocionales de un evento. Por ejemplo, cuando Dios llamó a Abraham para que sacrificara a Isaac, tenemos poca dificultad de reconstruir su reacción inicial al rendir su corazón. Aunque el texto no dice nada explícitamente acerca de sus sentimientos, se nos dan varias claves: por ejemplo, Dios mandó a Abraham: "Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré" (Génesis 22:2, énfasis agregado), recordándonos que Isaac era precioso para Abraham. Al leer esto simpatéticamente vislumbramos lo que debió haber sentido Abraham. Cuando leemos que los hijos de Elí "no tenían conocimiento de Jehová" (1 Samuel 2:12), no tienen que decirnos acerca de sus actitudes para que tengamos una idea de sus condiciones emocionales. Mostraron desprecio que siempre trae consigo dureza e indiferencia - incluso desdén - para con Dios. Nosotros sabemos que estos sentimientos estaban presentes en los hijos de Elí debido al resto de la Escritura y por nuestra propia experiencia. Con un poquito de lectura simpatética, los lectores originales podían transferirse ellos mismos a la situación de una historia para encontrar los gozos y las penas, los encantamientos y horrores del pasado.
Emociones Divinas. Los escritores del Antiguo Testamento también señalaron las emociones de Dios. las descripciones de sus actitudes, sus palabras y sus acciones descubrieron las cualidades afectivas del pasado. A diferencia de respuestas humanas, las reacciones de Dios siempre eran apropiadas. Su amor, gozo, tristeza, pesar y enojo fueron centrales para las observaciones emocionales del escritor.
Las emociones de Dios sobresalen de diversas maneras. Primero, los escritores frecuentemente establecieron cómo se sintió Dios. por ejemplo, cuando el escritor de Reyes recordó las prácticas sincretistas de Salomón, el mencionó: "Y se enojó Jehová contra Salomón por cuanto su corazón se había apartado de Jehová Dios de Israel..." (1 Reyes 11:9). Esta información dio a los lectores un punto de partida para sus propias reacciones. Segundo, las propias palabras de Dios revelaron cómo se sintió Él mismo. En los días de Noé, Dios dijo: "Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombre que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho (Génesis 6:7). Estas palabras descubrieron cómo se sentía Dios acerca de la humanidad de ese tiempo. La gente debió haber sido tan corrupta que Dios se arrepintió de haberlos hecho. Su reacción emocional formó una dimensión del diluvio. Tercero, en muchos casos los escritores del Antiguo Testamento implicaron que Dios reaccionara emocionalmente. En estos pasajes no tuvieron que declarar cómo se sentía Dios. El resto de la Escritura y las propias experiencias religiosas del lector clarificaron lo suficiente Sus reacciones emocionales. Cuando Dios le dio Su Espíritu a David y lo quitó de Saúl (1 Samuel 16:13-14) podemos ver la aprobación y desaprobación divina. Similarmente el escritor de Samuel reportó que "Era, pues, muy grande delante de Jehová el pecado de los jóvenes; porque los hombres menospreciaban las ofrendas de Jehová" (1 Samuel 2:17). Él no mencionó explícitamente los sentimientos o palabras de Dios. Sin embargo, su audiencia pudo discernir fácilmente cómo reaccionó Dios al pecado; lo condujo al enojo. En tanto que investigamos las observaciones que los escritores hicieron del pasado, debemos de dar atención a más que puros hechos y preocupaciones morales. A través de estos textos los autores del Antiguo Testamento comunicaron dimensiones emocionales de la historia y desafiaron a la audiencia en un nivel afectivo.
Anticipaciones He tenido muchos maestros de historia, pero uno es el que resalta por su gran habilidad para mostrar qué tan relevantes fueron los eventos del pasado para la vida contemporánea. Él no solamente nos enseñaba fechas, nombres y eventos. Él se tomaba el tiempo para contarnos cómo la historia anticipaba asuntos que confrontamos en nuestros propios días. Al hacer conexiones entre el pasado y el presente, este maestro me dio un amor a la historia de por vida.
Los escritores del Antiguo Testamento fueron grandes maestros de historia. Presentaban observaciones sobre el pasado de Israel con profundo interés en las circunstancias de sus lectores. Consecuentemente, los autores del Antiguo Testamento describieron el pasado de maneras que establecieron los orígenes históricos de las creencias y las prácticas. Sus narrativas presentaron modelos para que la audiencia imitara y evitara. Y sus registros de los eventos pasados simbolizan, o presagiaron, aspectos de la vida de los lectores. (ver figura 48).
Estas formas de anticipaciones no son mutuamente exclusivas; la mayoría de las narrativas del Antiguo Testamento presentan una mezcla de anticipaciones. En tanto que identificamos cómo fueron dibujadas las líneas entre el pasado y la vida contemporánea, obtendremos perspectivas significativas en los significados originales de estas historias.
Estableciendo Frecuentemente usamos hechos históricos para establecer o explicar cómo llegó a ser la vida como es ahora. Cuando alguien nos pregunta por qué enfrentamos ciertas situaciones, frecuentemente apelamos a los orígenes históricos. "Papi", le pregunta la niña de cinco años a su papá, "¿Por qué la bandera americana tiene trece franjas? Creo que se vería mejor con muchas más". "La bandera tiene esas franjas por algo que pasó hace mucho tiempo", explica él. "Cuando comenzó apenas empezaba, solamente tenía trece colonias. Aquellas colonias formaban los Estados Unidos. Tenemos trece franjas en nuestra bandera para representar nuestras trece colonias originales". Este padre mostró a su pequeña cómo la historia estableció el presente al explicar que las prácticas actuales tienen sus orígenes en algo que sucedió hace mucho tiempo. Los escritores del Antiguo Testamento frecuentemente anticipaban las vidas de sus audiencias de forma muy parecida. Reportaban el pasado para mostrar cómo los eventos establecieron la manera en que las cosas eran en las experiencias de los lectores. Las audiencias del Antiguo Testamento se hacían el tipo de preguntas que nosotros nos hacemos. "¿Por qué es la vida cómo es?" "¿Por qué estamos obligados a hacer ciertas cosas?" "¿Por qué creemos las cosas que creemos?" Frecuentemente las historias del Antiguo Testamento contestaban estas preguntas al apuntar a los orígenes históricos.
Aspectos menores. Muchas veces los aspectos menores de un pasaje tienen una función establecida. Por ejemplo, después de que Moisés describió la reacción de Adán al ver por primera vez a Eva, comentó: "Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne (Génesis 2:24). En este comentario del autor, Moisés enfatizó que la práctica contemporánea de matrimonio encontró su origen en la unión de Adán y Eva. Como hemos visto, este motivo difícilmente fue el asunto central del pasaje. Más bien, este episodio se enfocó más en cómo Dios había equipado perfectamente a Adán para ser el jardinero del Edén. Moisés aprovechó la oportunidad para hacer notar que este evento dio a luz que el matrimonio fuera una estructura social perdurable. En la historia de Jacob luchando en Peniel (Génesis 32:22-32), Moisés trató principalmente con el cambio que tuvo lugar en la vida de Jacob en tanto se preparaba para encontrarse con Esaú. En el contexto de este enfoque más central, él también mencionó que se dislocó la cadera de Jacob. Divisando la oportunidad de explicar una práctica contemporánea, Moisés comentó: "Por esto no comen los hijos de Israel, hasta hoy día, del tendón que se contrajo, el cual está en el encaje del muslo; porque tocó a Jacob este sitio de su muslo en el tendón que se contrajo" (v. 32). Una vez más encontramos antecedentes históricos dados a una práctica vigente fuera del enfoque central de un registro.
Más aspectos centrales. La intención para proveer antecedentes históricos pueden ser más centrales a un pasaje. Más que formar un pensamiento posterior o anexo, establecer los orígenes de realidades vigentes ocuparon un papel vital en algunos pasajes. Por ejemplo, la discusión de Purim en Ester 9:18-32 tenían una función central establecida. El texto describe cómo la gente celebraba la liberación de Dios e insistía abiertamente en que el Purim debería de continuar. Esta declaración difícilmente es un anexo insignificante. Una de las preocupaciones más importantes fue establecer las bases de la observancia del Purim. Con mucha frecuencia la función establecida de una historia del Antiguo Testamento no era expuesta explícitamente. El escritor contaba con que la audiencia hiciera conexiones entre el pasado y sus situaciones. Por ejemplo, en 2 Samuel 7:1-17 el escritor reportó cómo Natán anunció la promesa de Dios que los descendientes de David sería la dinastía permanente sobre Israel. El profeta declaró que el castigo vendría a ciertos hijos de David individualmente que habían probado ser infieles, pero Dios nunca apartaría Su amor de David como lo había hecho con Saúl (2 Samuel 7:15). ¿Cómo se conectó este evento con la
audiencia original? ¿Cómo anticipaban sus días? Estableció los derechos de la línea Davídica al explicar los orígenes históricos de la permanencia de la dinastía de David. ¿Qué derecho tenían los hijos de David de sentarse en el trono en los días de los lectores? Las observaciones de 2 Samuel 7:1-17 dieron la respuesta: Dios había prometido que la familia de David reinaría sobre Israel. Este hecho histórico confirmó prácticas y obligaciones vigentes. De una u otra manera, cada narrativa en el Antiguo Testamento anticipaba el mundo de su audiencia al establecer algunos orígenes históricos. ¿Por qué el pueblo de Israel debería de adorar únicamente a Dios como el Creador? ¿Por qué deberían de pensar que la tierra de Canaán les pertenecía? ¿Por qué deberían vivir en armonía? Moisés contestó este tipo de preguntas al proporcionar antecedentes históricos en Génesis. ¿Por qué deberían los Israelitas seguir a Moisés? ¿Por qué deberían de obedecer el orden social Moisáico? ¿Por qué había que adorar en el tabernáculo de Moisés? El libro de Éxodo estableció las bases históricas para estas prácticas. De manera similar, cada libro narrativo del Antiguo Testamento estableció un antecedente histórico para las realidades que experimentó la audiencia original. Para ver la función establecida de un texto, debemos de hacernos varias preguntas de diagnóstico. ¿Qué orden perdurable erigieron los eventos en el pasaje? ¿Cómo se extendieron estas estructuras de por vida a la audiencia original? ¿Cómo pudo haber ayudado a la audiencia este antecedente para responder apropiadamente a sus circunstancias vigentes? En tanto que nos hacemos este tipo de preguntas, viene a ser evidente que los escritores del Antiguo Testamento frecuentemente apuntaron hacia los antecedentes históricos para ayudar a sus lectores a manejar los asuntos contemporáneos.
Moldeando Una segunda manera en la que frecuentemente vemos la relevancia de la historia es buscar modelos -ejemplos del pasado que guían nuestras decisiones. "Pero Mamá", objeta Juan, "¿Por qué tengo que estudiar? No es importante". "¿No te acuerdas de la historia de Abraham Lincoln?" pregunta su mamá. "Trabajaba duro todo el día, pero cuando llegaba la noche, se sentaba enfrente del fuego y estudiaba hasta que se dormía. ¿Crees que pudo llegar a ser presidente si no hubiera estudiado?"
Obviamente la mamá de Juan estaba apelando a la historia para abordar un asunto contemporáneo. Pero ¿cómo conectó el pasado con el presente? Los hábitos de estudio de Lincoln no erigieron unas estructuras de por vida para lograr excelencia académica. No establecieron un antecedente histórico para las responsabilidades de Juan. En lugar de esto, la mamá de Juan apeló a Lincoln como un modelo. Al aprender del ejemplo de Lincoln, Juan pudo ver qué importante era para él estudiar.
Aspectos menores. Muchos escritores del Antiguo Testamento suplieron las necesidades de sus audiencias al proporcionarles ejemplos del pasado. Algunos de estos ejemplos eran para ser imitados; otros eran para ser evitados. Algunas veces esta conexión era un aspecto relativamente menor de un pasaje. En tanto que un episodio o sección de un libro pudo haber sido anticipado, más la audiencia al establecer o presagiar sus vidas, pudo haberles ofrecido un modelo. Por ejemplo, la historia de la expulsión de Adán y Eva del jardín (Génesis 2:4-3:24) tenía el propósito de establecer por qué la imagen de Dios sufre dolor y futilidad. La violación de nuestros primeros padres llevó a la raza humana al pecado y la muerte. Moisés compuso esta historia para explicar los orígenes de sufrimiento y problema. Dentro de este gran proceso, Adán y Eva sirvieron como modelos negativos para su audiencia. ¿Por qué los lectores deberían de tomar en serio los mandamientos de Dios en sus días? ¿Por qué es tan importante la obediencia a la Ley? Una respuesta está en el paradigma de Adán y Eva. Cuando los primeros humanos violaron la Ley de Dios, las consecuencias fueron severas; lo mismo sería verdad para todo el pueblo de la audiencia de Moisés que violara los requisitos de Dios. El escritor de Reyes también reportó el reino de Manasés principalmen-te para establecer una base histórica para el exilio (2 Reyes 21:1-18). Los pecados de Manasés sellaron el destino de Judá. Como dijo el profeta, Dios había "traído tal mal sobre Jerusalén y sobre Judá, que al que lo oyere le retiñirán ambos oídos" (21:12). Pero esta no fue la única manera en que esta historia fue de ayuda para las vidas de los lectores. La vida de Manasés sirvió como un ejemplo negativo para los exiliados. En tanto que evitaran el sincretismo y rebelión de Manasés podían ellos mirar hacia delante con la posibilidad de regresar.
Más aspectos centrales. Algunas veces el modelar era una preocupación más central. Algunas historias conectaban el pasado y el presente principalmente al ofrecer ejemplos.
Por ejemplo, a través de los primeros capítulos de Daniel, los jóvenes Israelitas son presentados como modelos de fe. Ellos no hacen nada mal; sirven fielmente en el reino de Babilonia, pero nunca comprometen su devoción al Dios de Israel. La historia de Sadrac, Mesac y Abdnego (Daniel 3:1-30) presenta a estos jóvenes como ejemplos de una vida piadosa en el exilio. Sus actos de fe enfrentando la una muerte segura demostraron el tipo de vida piadosa que se esperaba de todo aquel que servía a Dios fuera de su tierra. ¿Cuál es el resultado de su fidelidad? Dios los bendice y trae gloria a Sí mismo. La conexión con la audiencia original es clara. ¿Qué deberían de hacer cuando estuvieran tentados a adorar a otros dioses? ¿Cómo podrían servir un poder extranjero y todavía mantener lealtad hacia el Dios de Israel? El escritor de Daniel contestó a estas preguntas en los ejemplos de estos tres hombres. La historia del becerro de oro (Éxodo 32:1-33:6) ofrece otro ejemplo de modelar. Este episodio aparece después de que Dios dio reglas de la adoración en el tabernáculo en el Monte Sinaí, pero antes de su aplicación entre las tribus. En este pasaje, Moisés reportó el juicio horrible de Dios en contra de la adoración corrupta de Israel. ¿Qué tenía que ver este registro con la audiencia de Moisés? ¿Cómo representaba mentalmente su situación? Moisés reportó este registro para dar a sus lectores un modelo de lo que le pasa a aquellos que niegan las reglas del culto. Si la audiencia se alejaba de la pureza del culto ordenado por Dios, incitaría la ira de Dios como lo había hecho al pie del Sinaí. La anticipación por medio de los modelos también se entiende a secciones largas y libros completos. La presentación idealizada del Cronista de David y Salomón proporcionaron a la audiencia post-exílica ilustraciones representativas para sus vidas. La conducta de Ester enseñó por precedente cómo tenían que servir los Israelitas los intereses de su propio pueblo fuera de la tierra. Por todo el Antiguo Testamento, encontramos historias que proporcionan modelos para la audiencia original. Varias preguntas nos ayudan a identificar esta conexión. Primero, ¿fracasó o venció algún personaje en un punto crítico y experimentó resultados significativos de sus acciones? Segundo, ¿se relacionaron las acciones del personaje a elecciones que la audiencia tenía que hacer en sus días? Tercero, ¿qué resultados pudieron haber esperado ver en sus tiempos si imitaban o evitaban las acciones del personaje? En tanto nos hacemos estas preguntas, veremos la función moldeadora de muchas narrativas del Antiguo Testamento.
Presagiando
“La historia se repite a sí misma”, es un dicho popular entre historiadores. Algunos occidentales modernos se refieren a esto literalmente; normalmente pensamos de la historia como yendo hacia delante de una forma lineal. Sin embargo, sabemos también que los eventos de nuestros días pueden ser sorprendentemente similares a los eventos del pasado. Los escritores del Antiguo Testamento sabían que esto era verdad acerca de Israel. Los eventos que ocurrieron en las épocas que habían pasado, frecuentemente fueron análogas a la situación que enfrentaba su audiencia. Por lo tanto, compusieron sus registros para mostrar cómo el pasado presagió el presente. Al leer las historias con estas analogías en mente, la audiencia podía ver su propia existencia reflejada en la historia. ¿Cómo difieren los presagios de las historias que establecen y modelan? La diferencia principal es el grado de similitud que hay entre el pasado y el presente. Las narrativas establecen los orígenes de prácticas vigentes al edificarse sobre algunas similitudes. Los modelos tienden a hacer paralelo un poquito más con las vidas de la audiencia. Sin embargo, los presagios se construyen sobre analogías entre la historia y la experiencia de la audiencia; se reportan los eventos para que se parezcan mucho a la situación de la audiencia. Mientras que el presagio funciona en base a analogías entre el pasado y el presente, los escritores del Antiguo Testamento no fabricaron o forzaron estos paralelos; dieron reportes verdaderos. Consecuentemente, las analogías nunca son perfectas o completas. Los pasajes prefigurados serán similares a las situaciones de la audiencia en maneras significativas, pero nunca idénticas.
Aspectos Menores. En algunas ocasiones, los presagios menores de la audiencia aparecerán en una historia que primordialmente establece o modela. Por ejemplo, el registro del pacto de Dios y Abram (Génesis 15:1-21) sirvió para establecer la base del pacto de la esperanza de Israel para la tierra de Canaán. La audiencia de Moisés podía esperar heredar la tierra porque Dios confirmó Su promesa con el voto con Abram. Pero dentro de este establecimiento de función Moisés enfatizó un pequeño anunciamiento de la experiencia de la audiencia. En Génesis 15:17 Dios apareció ante Abram como un “horno humeando y una antorcha de fuego”. Moisés reportó esta imagen visual de humo y fuego para mostrar cómo este evento en la vida de Abram anticipaba su propio tiempo. Mientras Moisés contaba esta historia, los Israelitas podían ver a Dios aparecer ante ellos una vez más como un pilar de nubes y fuego. En efecto, Moisés alertó a sus lectores al hecho de que el Dios que prometió traer a los
descendientes de Abram a la tierra era el mismo Dios que ahora aparece ente ellos y es el que los guiará a esa tierra.
Más aspectos centrales. Los presagios pueden centrarse más en un pasaje. Por ejemplo, el registro del Cronista del reino de Manasés (2 Crónicas 33:1-20) anunció la experiencia de su audiencia. Manasés pecó grandemente delante del Señor y fue exiliado a Babilonia. En tanto que estaba en Babilonia se arrepintió y pidió ayuda. Dios escuchó su súplica y lo trajo de nuevo a Jerusalén. Ante su regreso Manasés purificó el servicio de Israel y reconstruyó la ciudad de Jerusalén. Las similitudes entre esta serie de eventos y la experiencia post-exílica son sorprendentes. Los Israelitas habían pecado contra Dios, habían ido a Babilonia, habían buscado el favor de Dios, habían regresado a la tierra, y estaban en el proceso de restaurar el servicio y reconstrucción de la ciudad de Jerusalén. ¿Por qué presentó el cronista el reino de Manasés de esta manera? Para animar a sus lectores en sus esfuerzos. Su exilio había sido la respuesta de Dios al pecado; su liberación había sido un acto de gracia basado en su arrepentimiento. Si el malo Manasés demostró su arrepentimiento al establecer el culto y la ciudad, ¿cuánto más deberían ellos de hacer lo mismo? De una u otra manera, muchas de las narrativas del Antiguo Testamento conectaron el mundo del pasado con el presente de la audiencia al presagiar dimensiones de su experiencia. Mientras buscamos estos eventos anticipatorios es de ayuda hacer varias preguntas. ¿Paralelan los eventos del pasaje las experiencias de la audiencia? ¿Qué analogías extensivas aparecen? ¿Cómo clarifican la historia las acciones de la experiencia pasada de la audiencia y las responsabilidades futuras? Al discernir las maneras en que los escritores del Antiguo Testamento establecieron circunstancias actuales, modelaron conductas apropiadas e inapropiadas y presagiaron las situaciones que enfrentaban sus audiencias, comprenderemos mejor el significado original de las historias del Antiguo Testamento.
IMPLICACIONES
Conozco a varios maestros involucrados en ecuación superior. La mayoría de ellos están de acuerdo de que vivimos en un tiempo en el que el conocimiento por sí mismo ya no motiva a la mayoría de los estudiantes. Los profesores tienen que demostrar que sus
materias tienen beneficios prácticos. Los estudiantes de ciencia, negocios, de humanidades – aún de teología – insisten en el conocimiento como una materia que se lleva en la vida. El interés en la vida práctica no es nuevo. Los escritores del Antiguo Testamento tenían preocupaciones similares. No escribían simplemente para introducir a sus lectores al pasado, sino para enseñar a sus audiencias cómo vivir en su época. Las historias del Antiguo Testamento estaban llenas de muchas implicaciones para sus lectores. Las implicaciones de las narrativas del Antiguo Testamento toman muchas formas. También son complejas e interrelacionadas, pero por conveniencia hablaremos de tres tipos principales de implicaciones: informativas, directivas y afectivas. ¿Qué información dio la historia a los lectores acerca de su mundo? ¿Qué instrucciones morales ofreció el pasaje para sus lectores? ¿Cómo cambió los sentimientos de los lectores hacia su mundo? (Ver figura 49)
Implicaciones Informativas A menos que tengamos información verdadera de nuestro mundo, es casi imposible vivir en fidelidad a Dios. Sin datos exactos no podemos hacer decisiones morales apropiadas o tener reacciones emocionales apropiadas. En gran parte, todo lo que hacemos depende de obtener los hechos claros. Lo mismo fue verdad para los recipientes de las historias del Antiguo Testamento. En tanto luchaban para vivir ante Dios, necesitaban hechos confiables acerca de su mundo. El pecado había obscurecido sus mentes así que frecuentemente mal interpretaban la realidad. Ellos podían esperar vivir honorablemente ante Dios en tanto que tuvieran conocimiento genuino de sus días. Para satisfacer esta necesidad, los escritores del Antiguo Testamento compusieron registros para servir como lentes por los que los receptores podían ver la vida como lo era realmente. Podemos pensar en implicaciones informativas de una historia en términos de circunstancias, gente y Dios. Claro que diferentes pasajes tienden a enfatizar una categoría, pero las historias del Antiguo Testamento informaban a sus lectores de perspectivas apropiadas en todos estos tres aspectos de la realidad.
Circunstancias. Las historias del Antiguo Testamento le decían a las audiencias acerca de sus circunstancias. Ya hemos visto varios ejemplos de este enfoque. Muchos dentro de la
audiencia de Génesis aunque habían cometido un error en salir del desierto. Egipto parecía más deseable que la vida que Moisés les había dado. La historia del éxodo de Abram (Génesis 12:10-20) ofreció a los lectores de Moisés una perspectiva apropiada de sus circunstancias. No fue ningún error salid de Egipto; el éxodo era una bendición de Dios, así como lo fue en los días de Abram. De igual manera, muchos de los que escucharon las historias de Génesis estaban convencidos que las ciudades de Canaán eran invencibles. Habían escuchado reportes desanimadotes de los espías y pensaron que nunca podían conquistar la tierra (Números 13:26-33). Moisés escribió la historia de la torre de Babel (Génesis 11:1-9) para corregir este punto de vista falso. El contó como la gente de Babel quería construir una torre “cuya cúspide llegue al cielo” (wr’swbsmym) (Génesis 11:4). El pueblo de Israel pensó que lo mismo era verdad para las ciudades de Canaán. En Deuteronomio 1:28 Moisés relató cómo los espías habían reportado que las ciudades cananitas eran “amuralladas hasta el cielo” (wbswrt bsmym). Por lo tanto, exhortó a los Israelitas a ser convados porque Dios había garantizado que de hecho tomarían ciudades “amuralladas hasta el cielo” (wbswrt bsmym) (Deuteronomio 9:1). Esta conexión entre los discursos de Moisés en Deuteronomio y la torre de Babel difícilmente parecen coincidencias. Al escuchar esta historia la audiencia original, sus puntos de vista falsos fueron desafiados. La famosa ciudad primitiva parecía invencible, alcanzando los cielos, pero Dios la conquistó y dispersó a la gente. Seguramente podía vencer las ciudades más pequeñas de Canaán.
Gente. Los escritores del Antiguo Testamento también escribieron para dar información apropiada acerca de la gente del mundo de la audiencia. Sus historias hicieron observaciones acerca de los seres humanos del pasado, pero por implicación también informaban a los lectores de ellos mismos y de otra gente que vivieron en sus días. Ya hemos visto que el episodio de David y Mical (2 Samuel 6:20-23) no solamente le dijo a la audiencia acerca de la hija de Saúl. Por implicación le informó acerca de la familia de Saúl a la audiencia de sus días; Mical quedó estéril, y la casa de Saúl no podía reclamar la corona. Las historias de Abrahan y Lot , Isaac e Ismael y Jacob y Esaú reportaron hechos acerca de este pueblo. Pero estas crónicas también dijeron algo acerca de la gente que vivió en los días de la audiencia de Moisés. Lot fue el padre de las naciones moabitas y amonitas (Génesis 19: 36-38); Ismael fue el padre de las naciones árabes (Génesis 25:12-18); Esaú fue el padre de los Edomitas (Génesis 36:9-43). En tanto la audiencia de Moisés escuchaba
estas historias, no solamente aprendieron de las relaciones históricas entre sus patriarcas y las cabezas de estas naciones; sino que también aprendieron cómo tenían que ver a las naciones en sus propios tiempos.
Dios. Los escritores del Antiguo Testamento informaron a sus lectores acerca de Dios en sus días. Muchas observaciones de hechos se hicieron acerca de Dios, y estos hechos instruyeron a la audiencia acerca de las maneras de Dios en su situación contemporánea.
Por ejemplo, hemos notado en varias ocasiones que las promesas que Dios dio a Abraham se aplicaban a la audiencia de Génesis. Las promesas de simiente, tierra, protección y bendición (Génesis 12:1-3) revelaron cómo Dios estaba tratando a la nación de Israel en los días de Moisés. De manera muy similar, la promesa de Dios a David (2 Samuel 7:1-17) tenía implicaciones para la audiencia de Samuel se podía confiar en que Dios guardaría esta promesa del pacto. Las reacciones divinas a los eventos también tuvieron implicaciones contemporáneas. Las demostraciones de misericordia de Dios en la historia le decía a la audiencia de misericordia divina en sus días. La liberación de Jerusalén en los días de Roboam (2 Crónicas 12:1-12) informaron a la audiencia del Cronista de la determinación de Dios de ayudar a la comunidad post-exílica contra sus enemigos. La reacción de Dios al pecado en el pasado también informó a la audiencia de su perspectiva acerca del pecado en su tiempo. El enojo de Dios hacia Adán y Eva (Génesis 3:16-19) enseñó a la audiencia de Moisés de la disposición contemporánea de Dios hacia el pecado. El juicio de Dios contra Uza (2 Samuel 6:6-7) informó a los lectores de Samuel que El no trataría ligeramente las violaciones de adoración. Estos eventos revelaron aspectos relevantes del carácter de Dios a las vidas de los lectores. Ellos podían esperar que Dios actuara en sus días como lo había hecho antes.
Implicaciones Directivas Así como las narrativas del Antiguo Testamento se enfocaban en asuntos morales en el pasado, también comunicaban implicaciones directivas a la audiencia. Los escritores del Antiguo Testamento ayudaron a sus lectores a ver como deberían de vivir – qué obligaciones morales se aplicaban a ellos y lo que ellos deberían de hacer con sus vidas.
Debemos de recordar el estándar de moralidad que dirigía las implicaciones directivas para que la audiencia previniera malos entendidos. En su mayoría, las implicaciones morales de las historias del Antiguo Testamento se pueden entender en términos de preceptos Mosáicos y revelaciones postreras entre el tiempo de Moisés y la composición final de la historia. Las implicaciones directivas de un pasaje son vastas y completamente entrelazadas con las implicaciones informativas y afectivas. Como de costumbre, ayuda considerarlas en términos de circunstancias, gente y Dios.
Circunstancias. Las historias del Antiguo Testamento dirigieron a sus audiencias a vivir de ciertas maneras en relación a sus circunstancias. Así como aprendieron información acerca del mundo, también aprendieron sus obligaciones en ciertas circunstancias. Por ejemplo, el registro del Cronista del reino de Asa ofreció un modelo de respuesta a la amenaza militar (2 Crónicas 14:2-16:4). Cuando Asa confió en Dios durante la guerra, ganó la victoria, pero cuando tomó del templo los tesoros para ganar la ayuda de Ben-adad, sufrió esclavitud (16:1-9). De este registro el Cronista dirigió a sus lectores post-exílicos para tratar apropiadamente cada amenaza militar contemporánea. Los instruyó para evitar alianzas extranjeras y confiar en Dios. Cada libro narrativo en el Antiguo Testamento dirigió a sus lectores a tratar apropiadamente cada una de las circunstancias que enfrentaron en sus propios días.
Gente. Las implicaciones directivas de las narrativas del Antiguo Testamento, también se extendieron a las relaciones de la audiencia con otra gente. Estos pasajes les decían cómo manejar las dimensiones interpersonales de sus vidas. Por ejemplo, la historia de las restricciones de Moisés acerca de los matrimonios con mujeres con heredad (Números 36:1-13) se aplicaba a las relaciones humanas en la tierra prometida. Se requería a las mujeres que poseían la tierra que se casaran dentro de su propia tribu. De manera similar, las historias de José y sus hermanos tuvieron muchas implicaciones directivas para las maneras en que los lectores de Génesis tenían que relacionarse con otros. La animosidad y los celos que caracterizaban a los hermanos tenían que ser evitada en la interacción de las tribus de Israel.
Dios. Los escritores del Antiguo Testamento también compusieron historias para dirigir a sus lectores en sus obligaciones hacia Dios. Ejemplos de estaas implicaciones abundan. Cuando David le dijo a Mical “...danzaré delante de Jehová” (2 Samuel 6:21), el diseño para la audiencia era evidente. Ellos tenían que adorar con corazones centrados en Dios. Cuando Abraham respondió en fe al mandato de Dios de sacrificar a Isaac (Génesis 22:119), por implicación la audiencia también aprendió sus obligaciones de responder fielmente a Dios en los tiempos de prueba.
Implicaciones Afectivas Los escritores del Antiguo Testamento no solamente estaban interesados en informar y dirigir a sus audiencias; también querían que ellos tuvieran respuestas emocionales apropiadas para sus tiempos. Gozo, tristeza, temor y confianza - todo el rango de emociones humanas- fueron tocadas por sus historias. En tanto consideramos las intenciones ideológicas de los autores del Antiguo Testamento también debemos tomar en cuenta las implicaciones afectivas de sus historias. Debemos tener cuidado para distinguir entre implicaciones afectivas y observaciones emocionales en un pasaje. Los escritores del Antiguo Testamento observaron dimensiones emocionales del pasado para que sus lectores respondieran emocionalmente a esos eventos. Ellos se sintieron buenos o malos, felices o tristes acerca de algo que pasó hacía mucho tiempo. Estas consideraciones emocionales forman una faceta esencial de los propósitos del escritor. Pero hasta este punto estamos más interesados en cómo los escritores del Antiguo Testamento querían que sus lectores se sintieran acerca de sus propios tiempos. ¿Cómo deberían de sentirse acerca de sus propias vidas? ¿Emocionados? ¿Desanimados? ¿Temerosos? ¿Fortalecidos? Pensaremos en las implicaciones afectivas en las mismas formas: circunstancias, gente y Dios.
Circunstancias. Una vez más notemos que los lectores de las historias del Antiguo Testamento enfrentaron diferentes clases de circunstancias. Algunas de ellas infundían ánimo, otras temor. Algunas situaciones daban confianza a los lectores; otras les causaban duda. Por ejemplo, hemos visto que el escritor de Reyes les enseñó a sus lectores de muchas maneras que el exilio del Norte y Sur era “justo” ¿Se dedicó a este tema simplemente para dar información a su audiencia? ¿Lo hizo simplemente para obligarlos a obedecer? Parecería que el escritor de Reyes también estuvo interesado en la respuesta visceral de
su audiencia al exilio. Al oír de un evento histórico después de otro demostrando la justicia de su expulsión de la tierra, ellos tenían que sentir remordimiento, tristeza, y humildad sobre sus circunstancias presentes. Cuando la audiencia del libro de Números escuchó de los temores que tuvieron aquellos que espiaron en la tierra (Números 13:31-33), ¿qué implicaciones afectivas tenía este evento para ellos? Hizo un llamado a aquellos que temían tener confianza y fortalecieron las convicciones de aquellos que estaban determinados a tomar la tierra de Canaán.
Gente. Las historias del Antiguo Testamento contenían muchas implicaciones para las maneras en que deberían de sentir las audiencias acerca de la gente. Los escritores de las narrativas del Antiguo Testamento tenían que tratar con ellos mismos y con otras naciones. Muchos pasajes les enseñaron cómo reaccionar emocionalmente hacia la gente con la que interactuaban. Un ejemplo aparece cuando Salomón cruelmente vació su corte de todos los oponente políticos (1 Reyes 2:13-46). ¿Cómo se iban a sentir los lectores acerca de los descendientes de Salomón que reclamaban el liderazgo en sus días? Como vimos anteriormente, el escritor de Reyes demostró que las acciones de Salomón fueron completamente justificadas. Como resultado la audiencia exílica tenía que tener muy en cuenta para la descendencia de Salomón que un día los dirigiría de regreso a la tierra. Un ejemplo muy claro de implicaciones afectivas hacia la gente aparece en el último capítulo de Jonás (Jonás 4:1-11). Cuando la calabacera que había cubierto1 al marchito profeta, Jonás le dijo a Dios: “Mucho me enojo, hasta la muerte” (Jonás 4:11). A través de la censura de Dios el escritor de Jonás les enseñó a sus lectores que ellos también deberían de aprender a tener compasión y amor por los perdidos entre las naciones. La dureza del corazón de Jonás debe de ser rechazada a favor de los corazones que se regocijan para ver arrepentimiento y fe en otras naciones.
Dios. Las historias del Antiguo Testamento conllevan implicaciones para las maneras en que los lectores deberían de sentir acerca de Dios. En diferentes tiempos y lugares los lectores tenían que tener una variedad de actitudes hacia Dios. Reverencia y sumisión siempre se esperaban, pero las narrativas del Antiguo Testamento enfatizaban dispensaciones emocionales particulares hacia Dios de tiempo en tiempo.
Cuando Dios hirió a Usa por tocar el arca y David respondió: “¿Cómo ha de venir a mí el arca de Jehová?” (2 Samuel 6:9) las ramificaciones para la audiencia eran obvias. Aquellos que tomaron la santidad de Dios en alabanza ligeramente tenían toda la razón de temer Su ira. Cuando reportó el mismo registro que el arca finalmente entró en la ciudad en orden apropiado y con gran celebración, también instruyó a los lectores que aquellos que adoran lo deben de hacer con gozo y placer en la gracia de Dios. De manera similar, como escuchó la audiencia de Moisés de la destrucción en los días de Noé, sus corazones fueron llenos con temor del poder destructor de Dios en contra de los pecadores aún de sus días. Sin embargo, al mismo tiempo, Dios aseguró a Noé: “Mientras la tierra permanezca, no cesarán la sementera y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, y el día y la noche” (Génesis 8:22). La audiencia de Moisés encontró deleite en Dios en esta parte de la historia; la estabilidad de la vida fue el regalo maravilloso de Dios para ellos.
Conclusión En este capítulo hemos descrito intenciones ideológicas en tres categorías principales: observaciones, anticipaciones e implicaciones. Estas facetas del significado original están indisolublemente interrelacionadas. Pero en tanto que descubrimos estas facetas en los propósitos de un escritor, tendremos un mejor entendimiento del significado original de su historia.
Preguntas de Repaso
Distingue las observaciones, las anticipaciones y las implicaciones de un escritor. ¿Cuáles eran los tres tipos principales de observaciones que hicieron los escritores del Antiguo Testamento? ¿Cuáles son las tres formas principales en que los escritores del Antiguo Testamento anticiparon a sus audiencias? ¿Cuáles son las tres formas principales de implicaciones que los escritores del Antiguo Testamento esperaban que sus audiencias derivaran de sus historias?
Ejercicios de Estudio
Examina Génesis 12:1-9 y bosqueja su flujo dramático de cinco pasos. Ve por cada paso de Génesis 12:1-9 y hay notas con relación a las observaciones de hechos, morales y emocionales que hizo Moisés. Regresa a cada paso de Génesis 12:1-9 y resume cualquier anticipación de establecimiento, de modelaje y presagio para la audiencia original que encuentres (mantén en mente que Abram fue llamado para emigrar a la tierra prometida así como Moisés había llamado a Israel a emigrar). A la luz de tu investigación, resume algunas de las implicaciones informativas, directivas y afectivas de Génesis 12:1-9 para la audiencia original de Génesis (mantén en mente las luchas que enfrentó la audiencia original en tanto escuchaba esta historia).
EL NOS DIO HISTORIAS La Guía Bíblica para Estudiantes para Interpretar las Narraciones del Antiguo Testamento Parte 12: PANORAMA DE LAS NARRATIVAS DEL ANTIGUO TESTAMENTO
“Mientras más grande sea el lago, más delgado es el hielo” – una regla de mucha ayuda para los patinadores de hielo que principian. Si el hielo tiene que cubrir un área más grande, tiende a ser más delgado. En este capítulo vamos a estar patinando sobre hielo muy delgado. Vamos a investigar rápidamente todos los libros principales del Antiguo Testamento consistentes principalmente en narrativas. Debido a que esta presentación es muy amplia, debe permanecer superficial. Nuestro objetivo en este capítulo es meramente sugerir orientaciones básicas para la investigación postrera. Más información y puntos de vista alternativos pueden ser fundamentales en introducciones estándares y comentarios. La mayoría de los libros narrativos caen en grupos de familias literarias, aunque cada libro retiene sus propios rasgos y propósitos. Cuatro familias sobresalen:
La historia Mosaica (Génesis, Éxodo, Números y Deuteronomio) La historia Deuteronomística (Josué, Jueces, Samuel y Reyes) La historia Cronista (Crónicas, Esdras y Nehemías) Otros libros (Rut, Ester y Jonás)
En esta investigación comenzaremos con algunas observaciones en cada Cuerpo y después veremos brevemente los libros individuales.
La historia Mosaica Las narrativas del Antiguo Testamento primero aparecieron en Historia Mosaica (Génesis, Éxodo, Números y Deuteronomio). Los judíos y los cristianos intérpretes tienen grandes
conexiones significativas reconocidas entre estos libros. Génesis comienza con la historia, Éxodo se construye sobre los eventos de Génesis, Números extiende la historia más allá, y los eventos de Deuteronomio siguen los incidentes de Números. Como tal, la historia Mosaica se extiende desde la creación hasta la muerte de Moisés. Sin embargo, la historia Mosaica no es un sólo trabajo unificado. Los libros exhiben rasgos que fueron composiciones relativamente independientes. Después de que termina Génesis con la muerte de José (Génesis 50:22-26), Éxodo brevemente recapitula la historia de José (Éxodo 1:1-7). Éxodo cierra con una referencia a las tribus “durante sus viajes” (Éxodo 40:38), y Números abre en SINAB (Números 1:1). Números traza la marcha de Israel hacia la tierra prometida y discute numerosos eventos en los planos de Moab (Números 21:10-36:13); Deuteronomio presenta los discursos Mosaicos dados en Moab y algunos eventos siguientes a los discursos. En tanto que debemos de mantener en mente la unidad total de la historia Mosaica, no debemos de pasar por alto la diversidad reflejada en los libros individuales. Los evangélicos afirman la autoridad Mosaica del Pentateuco al referirse al testimonio Bíblico. Los intérpretes críticos hace mucho que descontaron este punto de vista tradicional a favor de la bien documentada hipótesis (J,E,D,P). Parece ser que Moisés hizo uso de recursos y empleó amanuenses; Deuteronomio da evidencia de publicación póstuma. Sin embargo, no podemos negar el papel autoritativo formativo de Moisés sin cuestionar la autoridad de las Escrituras y las palabras de Jesús mismo. La mayoría de los evangélicos afirma la paternidad literaria del Pentateuco, pero rara vez aplican consistentemente este marco de referencia extrínseco en la interpretación. En su mayoría, la interpretación está desconectada del ministerio de Moisés. Sin embargo, en esta investigación, examinaremos cómo cada libro encaja en los tiempos de Moisés. ¿Por qué compuso estas historias? ¿Qué mensajes les transmitió a sus lectores? Este acercamiento dará luz al significado original de la historia Mosaica.
Génesis El libro de Génesis registra eventos seleccionados que ocurrieron desde la creación hasta la muerte de José. Todos estos eventos fueron antes de Moisés. Sin embargo, la influencia de la mamá de Moisés (Éxodo 2:8-9), su educación en la corte Egipcia (Éxodo 2:10), y la revelación especial de Dios lo preparó a dar esta historia a Israel. Algunos pasajes revelan actividad editorial menor. La ortografía del libro de texto Hebreo también sugiere que el idioma del libro ha sido actualizado. Pero no hay evidencia que
indique que Génesis alcanzó su forma final después de Moisés. Sin embargo, no podemos estar seguros precisamente cuando Moisés compuso Génesis. El pudo haber escrito en Egipto, durante el tiempo en el desierto o en los llanos de Moab. De hecho, el libro pudo haberse desarrollado durante estas circunstancias. Moisés pudo haber compuesto este libro en cualquier momento desde su llamamiento (Éxodo 3:1-4:31) hasta su muerte (Deuteronomio 34:5) (ver figura 50). Muchos intérpretes han sugerido que Génesis es estructurado por la fórmula de “generaciones” (twldwt) (Génesis 2:4; 5:1; 6:9; 10:1; 11.10; 11:27; 25:12; 25:19; 36:1; 37:2). Pero esta perspectiva atribuye demasiada prominencia a las generaciones de Ismael (Génesis 25:12-18) y a Esaú (Génesis 36:1-43), que juega un papel menor en este libro. Parece mejor tratar estas fórmulas como fuentes indicadoras, designaciones de género, o funciones de pasajes, particulares. En su lugar, Génesis se divide más fácilmente en tres partes principales:
Época primitiva (1:1-11:9) Época de los primeros patriarcas (11:10-37:1) Época de José (37:2-50:26)
Moisés escribió el libro de Génesis para enseñar a sus lectores que salir de Egipto y poseer Canaán era el designio de Dios para Israel. Los hechos primitivos de hacer la creación del caos hasta llegar al descanso del sabbath, creando el mundo caído por medio de aguas de juicio, escogiendo a los descendientes de Sem para desposeer Canaán, y derrotar la ciudad de Babel explicó lo que Dios estaba haciendo para Israel en el éxodo desde Egipto (I). Las vidas de Abraham, Isaac, y Jacob anticiparon el interés de Israel en su expansión numérica, posesión de la tierra prometida, y relaciones con naciones circunvecinas (II). La interacción de José establecieron relaciones apropiadas entre las tribus en los días de Moisés y aseguraron a Israel de su destino en Canaán (III). Las observaciones de Moisés acerca de las épocas pasadas animaron a sus lectores a alejarse de Egipto y proseguir con la conquista de Canaán con plena confianza. Las palabras finales de José revelan claramente el propósito de Moisés: “... mas Dios os visitará, y os hará subir de esta tierra a la tierra que juró a Abraham, a Isaac y a Jacob” (Génesis 50:24). Este tema principal encaja bien dentro del rango entero de fechas probables para la composición final. Si Génesis alcanzó su forma final en Egipto, Moisés escribió para
exhortar a los Israelitas a dejar Egipto por la tierra prometida. Porque 1) Dios trabajaría por ellos como lo había hecho en la historia primitiva (I); 2) Dios prometió a los patriarcas que bendeciría ricamente a sus descendientes (II); 3) Dios formará las tribus de Israel en una nación y los traerá a Canaán como lo demostró en los días de José (III). Sin embargo, si Génesis fue escrito en el desierto o en los llanos de Moab, Moisés animó a la gente a seguir hacia delante con relación a la conquista. Israel podía estar confiado en la conquista porque: 1) las acciones de Dios en la historia primitiva revelan Su plan de darles en posesión Canaán (I); 2) Dios prometió, dirigió y protegió a los patriarcas, y Él hará lo mismo por la nación en tanto se mueven hacia Canaán (II); 3) Dios ordenó las doce tribus en los días de José con el fin de traerlos a la tierra (III). El libro de Génesis reporta historia desde el principio del tiempo hasta la muerte de José. Pero esta historia tuvo implicaciones significativas para los lectores de Moisés. En tanto escuchaban estas historias, ellos aprendían el significado de sus experiencias, sus responsabilidades, y sus esperanzas para el futuro.
Éxodo El libro de Éxodo cubre eventos desde el nacimiento de Moisés hasta la llegada de la nación a los llanos de Moab. Se enfoca especialmente en la liberación de Israel de Egipto bajo el liderazgo de Moisés, y el orden legal y cúltico que él medió en el pacto del Sinaí.
El rango de datos probables para la composición final de Éxodo es muy angosto. El texto reporta que Israel comió maná “hasta que llegaron a los límites de la tierra de Canaán” (Éxodo 16:35, énfasis agregado). Cierra con la observación que el pilar de nube y fuego estaba “a la vista de toda la casa de Israel, en todas sus jornadas” (Éxodo 40:38, énfasis agregado). Estos pasajes respaldan la fecha más temprana de composición final a los llanos de Moab. También sabemos que Éxodo alcanzó su forma final antes de la muerte de Moisés. Algunos pasajes pueden revelar adiciones posteriores, pero no parece viable un marco más grande y trabajo después de la muerte de Moisés. Por lo tanto, la fecha más razonable de composición final es poco después de la muerte de Moisés (ver figura 50).
Éxodo se divide en tres partes básicas:
Liberación bajo Moisés (1:1-18:27) Pacto bajo Moisés (19:1-24:18) Adoración bajo Moisés (25:1-40:38)
Éxodo contiene muchos temas importantes para la audiencia original, pero su preocupación más dominante es la autorización divina del pacto de Moisés ordenado para la nación. Mientras que los hechos poderosos de Dios a favor de Su pueblo se repiten por todo el libro, no debemos de pasar por alto el papel central que juega el liderazgo de Moisés. La liberación milagrosa de Moisés como niño, su preocupación por sus compañeros Israelitas, su llamado de Dios, los milagros en Egipto, y las maravillas que realizó en el desierto demostraron que Dios había establecido a Moisés como el líder de Israel (I). La autorización de Moisés también se extendió a la Ley que él medió a la nación. La ley tenía un origen divino, y únicamente a Moisés se le había permitido entrar a la presencia santa en el Sinaí para recibirla (II). De igual manera, el tabernáculo no era invento de Moisés; él recibió instrucciones de la adoración de Dios mismo en el monte (III). De muchas maneras Éxodo explica y aprueba el ministerio de Moisés de forma muy parecida en que los Evangelios apoyan el trabajo de Cristo. En su primer encuentro como adulto con un Israelita, se le hizo a Moisés una pregunta vital: “¿Quién te ha puesto a ti por príncipe y juez sobre nosotros?” (Éxodo 2:14). El libro de Éxodo contesta que Dios ordenó a Moisés como líder de Israel. La inquietud de la autoridad de Moisés encaja bien con el tiempo de la composición final. Los Israelitas frecuentemente cuestionaron el liderazgo de Moisés (Éxodo 5:19-21; 14:1012; 16:1-3; 32:1; Números 12:1-16). Su liderazgo se encontró con quejas y rebelión, su nuevo orden parecía duro y con ataduras, y tanto las leyes sociales como cúlticas fueron violadas incluso en tanto eran dadas. En respuesta a las preguntas que se levantaban en contra de su ministerio, Moisés escribió Éxodo como una defensa de su liderazgo. El libro demostró que Moisés había sacado a Israel de Egipto bajo dirección divina (I), que la Ley Mosaica era de Dios mismo y debía de ser estrictamente observada (II), y que las regulaciones de Moisés de la adoración del tabernáculo descansaban sobre la autorización divina (III). El libro de Éxodo cubre muchos eventos desde las penalidades de la esclavitud hasta los viajes de Israel a las fronteras de Canaán. La autoridad de Moisés era un asunto vital en
tanto se acercaba a la muerte y la gente se preparaba para entrar a la tierra prometida. Éxodo se enfocó especialmente en el liderazgo de Moisés y legitimó todo lo que había hecho bajo la dirección de Dios.
Números El libro de Números se enfoca en los eventos que ocurrieron en tanto Israel se avanzaba del Sinaí a los llanos de Moab. Trata de sus viajes en varias etapas y reporta tiempos de obediencia que guiaba a bendiciones, y tiempos de rebelión que guiaba a juicio. La composición final de Números ocurrió en los llanos de Moab. Con excepación de algunos versículos, hay muy poca evidencia de edición después de la muerte de Moisés. Los últimos eventos históricos registrados en el libro sitúan las tribus en Moab “frente a Jericó” (Números 22:1; 26:3; 26:63; 31:12; 33:48, 50; 34:15; 35:1; 36:13). Repetidas referencias a Jericó sugieren que el libro pudo haber sido escrito al final de la vida de Moisés en tanto Israel miraba hacia delante a la conquista de la tierra (ver figura 50). El libro de Números se divide en tres secciones principales:
Constituyendo el primer ejército (1:1-10:10) Fracasos en la marcha (10:11-25:18) Constituyendo el segundo ejército (26:1-36:13)
Moisés compuso el libro de Números para llamar a la segunda generación de Israel a las armas como el ejército santo de Dios. El libro comienza con la formación del ejército de la primera generación y las regulaciones de santidad que debe observar (I). Después se mueve a la marcha de la primera generación de Sinaí a los llanos de Moab. A lo largo del camino, el ejército se rebela y se desanima. Dios protege a Su pueblo pero ultimadamente rechaza a la primera generación (II). La sección principal describe la constitución de la siguiente generación en un ejército santo. La nueva generación es organizada, probada y se le dan regulaciones (III). Números habló directamente a las necesidades de la audiencia original. Estas historias hicieron un llamado a Israel, en los llanos de Moab, para verse a ellos mismos como el ejército santo de Dios. Ellos se enfocaron en 1) qué tan maravillosamente había formado
Dios a la primera generación en un ejército santo (I); 2) las bendiciones de Dios en el primer ejército, sus fracasos, y la corrección de Dios (II); y 3) la reorganización misericordiosa de la segunda generación en un poderoso ejército con instrucciones para la guerra y vivir en la tierra después de la victoria (III). El libro de Números enseñó a la audiencia de Moisés que Dios los había llamado a ser un ejército santo. La primera generación falló en su marcha. Pronto la gente de la segunda generación tenía que marchar hacia adelante a Canaán. ¿Qué harían ellos?
Deuteronomio Deuteronomio reporta una secuencia breve de eventos que se llevaron a cabo en los llanos de Moab. Se enfoca en la despedida de Moisés a la nación y en la transferencia de autoridad a Josué, y cierra con la muerte de Moisés. Dentro de este pequeño escenario histórico, los discursos de Moisés reflejan la historia de todo el Éxodo y anticipa los eventos en la tierra prometida. El tiempo de la composición final de Deuteronomio es difícil de establecer. La mayoría del libro vino de Moisés mismo; allí no hay razón para dudar de su papel como el autor substancial del libro. Sin embargo el libro mismo sugiere que Deuteronomio alcanzó su forma final poco después de Moisés. La evidencia más fuerte para este punto de vista es el registro de la muerte de Moisés (Deuteronomio 34:1-12). Este registro substancial no es adición editorial menor sino forma un marco interpretativo para el libro completo. Deuteronomio presenta las instrucciones Mosaicas a una audiencia después de su muerte.
Las afinidades de Deuteronomio con los tratados internacionales del segundo milenio sugieren que Deuteronomio alcanzó su forma final en los días de Josué. Deuteronomio se enfoca en Josué como el cumplidor fiel de la Ley Mosaica (Deuteronomio 1:38; 31:7-8; 34:9), y tiene que ver con la necesidad de la nación de apropiarse del libro al entrar a Canaán (Deuteronomio 11:29-32). Un pasaje largo contiene instrucciones detalladas de cómo el pacto Mosaico tenía que ser renovado en el Monte Ebal y Gerizim (Deuteronomio 27:1-26). Como lo reporta el libro de Josué, estas directivas eran guardadas de manera meticulosa (Josué 8:30-35). Parece ser que el libro tomó su forma final por lo menos en el tiempo de esta renovación del pacto bajo Josué (ver figura 50). Deuteronomio consiste de varios discursos principales de Moisés y un registro de los eventos finales de su vida. Estos materiales fueron arreglados en una estructura tópica
que hacían paralelo bruscamente al orden de los tratados de pacto del antiguo Cercano Oriente.
I. Preámbulo (1:1-4) Primer Discurso (1:5-4:43) II. Prólogo Histórico (1:5-4:43)
Segundo Discurso (4:44-28:68)
III. Estipulaciones IV.
Bendiciones, Maldiciones y
Ratificaciones (27:1-30:20) Tercer Discurso (29:1-30:20) V.
Sucesión (31:1-34:12)
El libro describe los eventos en los tiempos de Moisés para guiar a la nación en la renovación del pacto bajo Josué. Establece los orígenes de la relación de pacto (I); ensaya el antecedente histórico de la misericordia de Dios (II); bosqueja las expectativas de la vida de pacto (III); presenta bendiciones, maldiciones y ratificaciones del pacto (IV); proporciona la continuación de la administración del pacto (V). En tanto que la nación se movía hacia la tierra de Canaán, enfrentó muchas dificultades y tentaciones. Deuteronomio puso en ella la necesidad de recordar: 1) al Dios que había establecido un pacto con ella por medio de Moisés (I); 2) lo que Dios había hecho por ellos a través de la historia (II); 3) Sus requisitos para la vida (III); 4) las bendiciones, maldiciones, y ratificación De la relación de pacto (IV); y 5) la necesidad de seguir a Josué como ellider de la nación del pacto (V). De esta manera Deuteronomio habló directamente a las necesidades de la audiencia original.
La historia Mosaica forma el primer cuerpo de materiales narrativos en la Escritura. Trata de asuntos que abordaban las necesidades de Israel en las primeras décadas de su vida como nación. Explicaba y justificaba el programa de éxodo (Génesis), estableció la autoridad de Moisés y la legitimidad de su orden nacional (Éxodo), dirigió a la nación a moverse hacia delante como un ejército santo (Números), y enseñó la necesidad para mantenerse fieles al pacto en la tierra (Deuteronomio). La historia Mosaica formó un documento fundamental para todas las historias que Dios daría a Su pueblo en el futuro.
LA HISTORIA DEUTERONOMÍSTICA La segunda división mayor del Canon Hebreo tradicional son los profetas (nby`ym). El material profético se divide en dos grupos: los “profetas anteriores”, (Josué, Jueces, Samuel, Reyes) y los restantes o “últimos profetas”. Hasta este punto investigaremos los profetas anteriores, o Historia Deuteronomística, como ha sido llamada en los años recientes. Esta división del Canon da una evaluación profética a la historia de Israel desde la conquista de Canaán al exilio en Babilonia. Las aproximaciones críticas a la paternidad literaria de los profetas anteriores han tomado muchas direcciones, pero dos perspectivas han dominado el campo. Por un lado, intérpretes críticos más grandes continuaron la investigación de las fuentes documentales del Pentateuco en algunos de estos libros. Sin embargo, aunque global, este aproximamiento no ha recibido gran apoyo. Por otro lado, Martin Noth propuso un punto de vista que ha ganado gran Aceptación. El argumentaba que la forma final desde Deuteronomio hasta
Reyes, excluyendo a Rut, era el trabajo de un editor exílico a quien él llamó el Deuteronomista. Noth reconoció que los libros individuales en esta historia eran diferentes uno de otro. Él explicó estas diferencias en estilo y contenido como variaciones en las fuentes en las que confiaba el Deuteronomista. Lo que es más, desde la perspectiva de Noth una perspectiva teológica principal corría por todos estos libros; que Israel había violado las leyes de Deuteronomio a tal grado que la nación había sido condenada al exilio justamente. En tanto que von Rad estaba de acuerdo que estos libros reflejan una unidad básica, modificó la valoración negativa de Norh del propósito de la historia. Él se enfocó en la esperanza mesiánica, especialmente en Samuel y Reyes, y argumentó que el Deuteronomista enfatizó esperanza para la continuación del linaje de David. A pesar del pecado y juicio, la promesa Davídica no se perdió. En años recientes la tendencia ha sido en dar a ambos temas igualdad en fundamento. Cross argumenta que el juicio y la esperanza reflejan diferentes nieveles de redacción. La esperanza positiva en la línea Davídica proviene de un editor (Dtr1) que escribió durante la época de las reformas de Josías (2 Reyes 22:1-23:30). El tema negativo de condenación fue agregado por un editor exílico (Dtr2). Wolf se acerca a los elementos negativo y positivo de la historia en una manera más útil. En su perspectiva la justicia del exilio y la esperanza en la línea Davídica encuentra una conexión en el tema de arrepentimiento. Si los exilios pudieran hacer arrepentir a la gente completamente de sus violaciones
del pacto, entonces su regreso del exilio ocurriría. Los evangelistas modernos han tomado diferentes posturas de la fecha y el propósito de los profetas anteriores. Dos asuntos han sido de particular preocupación: el lugar de Deuteronomio y la unidad de la historia.
El lugar de Deuteronomio Los intérpretes críticos típicamente tratan la forma final de Deuteronomio como una parte de la Historia Deuteronomística. Como ya hemos visto, los evangélicos afirman la paternidad literaria de Deuteronomio fundamentalmente a Moisés, dejando fuera toda fecha posterior del libro. Aún así, no se puede negar que Deuteronomio jugó un papel importante en los libros de Josué a Reyes, aunque la Historia Deuteronomística se apoyaba en otros libros del Pentateuco también. La terminología teológica, las estructuras de pacto, y muchos otros motivos teológicos provienen principalmente de Deuteronomio. Desde esta perspectiva Deuteronomio sirvió para la doble función de cerrar la Historia Mosáica y proporcional un fundamente teológico para la Historia Deuteronomística. La Unidad de la Historia Una segunda preocupación principal ha sido las características distintivas de cada libro. A pesar de sus intentos para demostrar lo contrario, los conceptos de Noth de una edición exílica de la historia tendió a minimizar las diferencias entre los libros. Sin embargo, como veremos, Josué, Jueces, Samuel y Reyes reflejan diversidad significativa. Para entender estos libros apropiadamente, debemos de tratar con ellos individualmente. A la luz de la evidencia de diversidad y unidad entre estos libros, parece mejor asumir que la Historia Deuteronomística representa el trabajo de diferentes escritores dentro de una sola familia teológica. La armonía de la
historia proviene principalmente de su dependencia extensiva en Deuteronomio. Sin embargo, los libros reflejan perspectivas diferentes que surgieron de la diversidad de situaciones que cada escritor abordó.
Josué El libro de Josué reporta los eventos de la conquista inicial de Israel de Canaán: la división de la tierra, los primeros días en Canaán, y la muerte de Josué. El hecho que muchos pasajes tienen rasgos de reportes de testigos oculares (Josué 2:21; 5:1, 6; 7:21; 8:26; 14:6-12; 15:16-19; 17:14-18) indica que porciones del libro fueron escritas cerca o durante esta época. Se dice que Rahab vivió “entre los Israelitas hasta hoy” (Josué 6:25). La ciudad de Sidón fue reportada como la ciudad principal de Fenicia (Josué 19:28). Los jebuseos todavía ocuparon Jerusalén (Josué 15:8; ver 2 Samuel 5:6ff), y los gabaonitas fueron siervos en el santuario (Josué 9:27; ver 2 Samuel 21:1-6). Pero a la luz de otras porciones del libro, estas referencias parecen reflejar fuentes usadas por el recopilador final. Un número de pasajes indica que la fecha de composición final fue mucho después que la mayoría de los eventos en el libro. En varias ocasiones el escritor pensó necesario dar los equivalentes modernos para nombres de los lugares antiguos (Josué 15:9, 49, 54). Varios incidentes nombrados en el libro ocurrieron después de la época de Josué. Por ejemplo, el escritor menciona la conquista de Hebrón por Caleb (Josué 15:13; Jueces 1:8-10), de Debir por Otoniel (Josué 15:15-17; Jueces 1:11-13) y la migración de los Danitas al extremo norte de Israel (Josué 19:47; Jueces 18:27-29). El último capítulo
registra la muerte de Josué (24:29-30) y Eleazar (Josué 24:33). El libro incluso da una evaluación retrospectiva acerca de los ancianos que sobrevivieron a Josué (Josué 24:31). A la luz de estas evidencias, podemos concluir que el libro de Josué llegó a su forma final no antes de una o dos generaciones después de la muerte de Josué. La mejor indicación de la última fecha probable se encuentra en el libro de Reyes. Primero de Reyes 16:34 alude a la maldición de Josué a cualquiera que reconstruyera Jericó (Josué 6:26). El libro de Reyes puede ser fechado entre la liberación de Joaquín (561 A.C.) y el edicto de Ciro (538 A.C.). consecuentemente, la última fecha más probable para la composición final de Josué es durante el exilio (ver figura 51). Josué se divide en tres partes princiales.
I.
Conquista de la tierra (1:1-12:24)
II.
Herencia de la tierra (13:1-22:34)
III.
Vida de Pacto en la tierra (23:1-24:33)
El libro de Josué se enfoca en los días de la conquista para enseñar a sus lectores cómo vivir en la tierra que Dios les ha dado. Los éxitos y fracasos de la guerra de Josué demostraron cómo tenía que continuar peleando Israel por la tierra (I). El establecimiento de distribución de la tierra y las relaciones entre las tribus enseñó a Israel cómo manejar la herencia de la tierra (II). La renovación de la ceremonia del pacto al final de la vida de Josué mostró la necesidad de vivid en fidelidad ante Dios al comprometerse con el pacto (III).
Estos motivos principales encajan bien dentro del rango de fechas para la composición final. Si el libro fue escrito antes de la monarquía, exhortaba a la audiencia: 1) a continuar la guerra santa como Josué lo había hecho (I); 2) a respetar las posesiones de las tribus así como la unidad (II); 3) y a continuar la renovación del pacto y la fidelidad (III). Si el libro fue compuesto finalmente en el exilio, 1) ofrecía a los exiliados la esperanza de victoria sobre sus enemigos (I); 2) les recordaba de su herencia nacional en la tierra prometida (II); 3) y los llamaba a hacer una renovación del pacto y de fidelidad (III). El libro de Josué da un vistazo a los días cuando Israel tomó por primera vez la tierra para enseñarles acerca de sus propios tiempos, bosquejando las maneras de obtener la victoria, seguridad y fidelidad al pacto en la tierra de Canaán.
Jueces El libro de Jueces reporta eventos entre la conquista y el surgimiento de la monarquía en Israel. Como en Josué, un número de pasajes fueron escritos muy cerca de los eventos que se reportan. Se dice que los jebuseos vivían en Jerusalén “hasta hoy” (Jueces 1:21); se trata a Sidón como la ciudad principal de Fenicia (Jueces 18:28). Estos pasajes probablemente reflejan fuentes usadas por el recopilador final. Varios pasajes indican que la fecha más remota para la composición final es el período monárquico. Cuatro veces contrasta el escritor sus propios días con los eventos históricos del libro diciendo, “En aquellos días no había rey en Israel” (Jueces 17:6; 18:1; 19:1; 21:25). Jueces 18:30 puede sugerir que el exilio de Israel había ocurrido. Pero la expresión “el día del cautiverio de la
tierra” (h´rs)” (Jueces 18:30), puede ser una corrupción de “hasta el día del cautiverio del arca (h´rwn). La evidencia de este versículo es incierto, pero por lo menos apunta a los primeros años de monarquía en Israel (1 Samuel 4:1b-11). Algunas claves sugieren la última fecha probable para Jueces. El libro de Samuel retoma la secuencia histórica de Jueces. De hecho, modela el registro del nacimiento de Samuel después del nacimiento de Sansón. Esta evidencia sugiere que Jueces fue escrito por lo menos por el tiempo que Samuel fue compuesto finalmente. El carácter promonárquico del libro puede sugerir una fecha anterior a los grandes fracasos del reinado en Israel, pero la nación puso grandes esperanzas en sus reyes aún después de que David y sus descendientes les trajeron problemas. La presencia aparente de los reyes en los días del escritor (Jueces 17:6; 18:1; 19:1; 21:25) puede sugerir que la composición final ocurrió antes del exilio. Pero el mantenimiento de esperanzas reales durante el exilio pudo explicar estos pasajes también. En tanto que un tiempo anterior a la monarquía parece más probable, no podemos desechar la posibilidad de una fecha posterior (ver figura 51). El libro presenta su material en tres secciones principales:
I.
Vacilación en la conquista (1:1-2:4)
II.
Ciclos bajo los Jueces (2:5-16:31)
III.
Anarquía bajo los Levitas (17:1-21:25)
El libro de Jueces es una apologética para la monarquía de Israel. ¿Por qué necesita Israel un rey piadoso? El libro da tres respuestas: sin un rey las
tribus vacilan en la conquista (I); el oficio de juez puede traer únicamente alivio esporádico de los ciclos de apostasía (II); y cuando no había rey, los Levitas fallaban en proporcionar estabilidad en el culto y la vida social de Israel (III). Estos temas prominentes encajan bien dentro del rango para la composición final. Si Jueces fue escrito desde el tiempo en que David subió al poder, hablaba de la necesidad de un líder de Judá que guiara a la gente a la batalla (I), un rey que proporcionara paz y seguridad (II), y un rey que reforzara los estándares cúlticos y sociales de la Ley Mosaica (III). Si el libro fue compuesto finalmente durante el exilio, instruía a la gente de su necesidad de un rey Davídico que guiara a la gente (I), la insuficiencia de regresar al liderazgo de tribus que se llevaba antes de la monarquía (II), la necesidad de un rey Davídico nuevo que guardara a Israel de caer en la anarquía cúltica y social (III). El libro de Jueces cubre un período oscuro en la historia de Israel. Fracasos y problemas aparecen en casi cada página. El escritor reportó estas dificultades para demostrar la necesidad de un rey piadoso. Desde los primeros días de David hasta los últimos días del exilio este mensaje habló directamente a las experiencias del pueblo de Dios.
Samuel El libro de Samuel dice los eventos en la historia de Israel desde el período de los jueces hasta los últimos años de David, usando un número de fuentes que fueron cercanas a los eventos mismos. Los intérpretes críticos han reconstruido muchas fuentes hipotéticas. La probabilidad de estas
reconstrucciones varían, pero podemos estar seguros que muchos registros proféticos y reales pudieron haber estado accesibles al escritor. La fecha probable más remota para la composición final se basa en dos consideraciones principales. El libro habla de los días de problemas en la casa de David (2 Samuel 11-20). También echa un vistazo a las “últimas palabras” de David (2 Samuel 23:1). Samuel no pudo haber sido escrito antes de estos eventos. La fecha más remota se remonta más allá por el comentario de que “Siclag vino a ser de los reyes de Judá hasta hoy” (1 Samuel 27:6, énfasis agregado). Este pasaje sugiere que la composición final ocurrió por lo menos después de la división de la nación. La última fecha probable para la composición final depende principalmente de evidencias de otros libros. Por ejemplo, el Cronista usó Samuel como uno de sus principales recursos. Su dependencia en el libro sugiere que Samuel alcanzó su forma final antes de o durante del exilio. Sin embargo, lo que es más, el libro de Reyes también depende de Samuel. Por ejemplo, tomó la historia de la monarquía de Israel donde Samuel la dejó (2 Samuel 23:17; 1 Reyes 1:1). También se refirió al cumplimiento de la promesa dada en Samuel (1 Reyes 2:27; ver 1 Samuel 2:27-36). Ya que sabemos que Reyes fue escrito durante los últimos años del exilio, podemos poner esta fecha como un parámetro para la última fecha probable de composición final para Samuel también (ver figura 51). El libro de Samuel se puede bosquejar como sigue:
I.
Fundamento del reino (1 Samuel 1:1-7:17)
II.
El reino de Saúl (1 Samuel 8:1-15:35)
III.
El reino de David (1 Samuel 16:1- 2 Samuel 8:18)
IV.
El futuro del reino (2 Samuel 21:1-24:25)
El centro de este libro es el tema que Israel debe esperar en el linaje Davídico, a pesar del problema causado por las faltas de David. La bendición de Dios sobre Samuel estableció la legitimidad de la línea de David porque él ungió a David como rey (I). Saúl y su familia rindieron la realeza porque se alejaron de Dios (II). Dios bendijo a David en tanto que permanecía fiel pero lo maldijo con problemas cuando falló (III). Sin embargo, los últimos capítulos demostraron que la casa de David era todavía la dinastía legítima en la que Israel debería poner su esperanza por todas las generaciones (IV). En la monarquía dividida, estos temas debieron haber hablado directamente a las necesidades de la nación. La familia de David había sido la causa principal de la división de Israel (1 Reyes 11:9-13) y había guiado a la gente extraviada muchas veces. Sin embargo, a pesar de estas faltas, la línea Davídica todavía era la dinastía legítima porque: 1) Samuel la estableció (I); 2) el reinado de Saúl fue rechazado (II); 3) la casa de David fue fundada como la dinastía permanente de Israel (III); 4) Dios eligió la casa de David para beneficia a la nación de muchas formas (IV). En un período cuando las objeciones fuerte se pudieron haber levantado en contra de la casa de David, este libro habló de un sobrio pero desesperado mensaje de esperanza. En el exilio, los mismos temas debieron haber hablado de la necesidad de mantener la esperanza en la línea de David. A pesar del hecho que culpaba a la casa de David por el exilio (2 Reyes 21:10-15), la esperanza de la nación estaba todavía en la simiente de David que se levantaría y dirigiría el reino a su gloriosa restauración.
Reyes El libro de Reyes trata con la historia de Israel desde la muerte de David a la liberación de Joaquín de la prisión en Babilonia. En muchas ocasiones el escritor se refiere explícitamente a los recursos específicos que vienen desde los días de los eventos mismos. El menciona “el libro de los hechos de Salomón” (1 Reyes 11:41), “las crónicas de los reyes de Judá” (1 Reyes 14:29; 15:7, 23), y “el libro de las historias de los reyes de Israel” (1
Reyes 14:19; 15:31). En algunas ocasiones el escritor mencionó la fórmula “hasta hoy” para referirse al tiempo de su fuente de material, pero ocasionalmente tenía en perspectiva sus propios días. El rango de agentes extrínsecos para este libro es relativamente angosto. La fecha más remota probable para la composición final es la liberación de Joaquín (2 Reyes 25:27-30) (561/2 A.C.). La expresión “todos los días de su vida” (2 Reyes 25:29) es ambigua. Puede o no puede indicar que Joaquín estaba muerto en el tiempo de composición. Debido a que el escritor de Reyes no mencionó a Ciro, la última fecha probable es justamente antes del edicto de Ciro (538 A.C.) cuando los Israelitas recibieron permiso de regresar a la tierra (ver figura 51). El bosquejo de Reyes es directo:
I.
Fracaso y esperanza en los años de Salomón (1 Reyes 1:1-12:24)
II.
Fracaso y esperanza en los años divididos (1 Reyes 12:25-2 Reyes 17:41)
III.
Fracaso y esperanza en los años finales de Judá (2 Reyes 18:1-27:30)
El libro de Reyes demostró que la nación merecía el exilio, pero la restauración era posible a través del arrepentimiento completo. El escritor comunicó su mensaje al enfocarse en la gloria de Salomón cuando fue fiel y en la división y ruina que su rebelión trajo a la nación (I). Luego él se dirige a los ejemplos de fidelidad y apostasía en el período dividido, enfatizando especialmente el fracaso de Israel y la justicia de su exilio (II). Finalmente, se dirige a la desobediencia que guió a Judá al exilio y cerró con un rayo de esperanza en la liberación de Joaquín (III). Si Reyes fue escrito antes de la muerte de Joaquín, animaba a la gente a comprometerse ellos mismos a un arrepentimiento completo porque: cuando Salomón sirvió a Dios, su reino fue glorioso, pero su sincretismo trajo maldiciones al reino (I); en el reino dividido la obediencia trajo ricas bendiciones; pero la infidelidad resultó en maldiciones y exilio (II); y en el reino de Judá restante, el mismo principio de bendición y maldición se aplicó (III). La liberación de Joaquín fue tomada como una señal de que las bendiciones pudieran estar viniendo. Quizá ahora Dios removería la maldición si la gente se arrepentía.
Si el libro de Reyes fue escrito después de la muerte de Joaquín, se dirigió a los desengaños que surgieron con su fallecimiento. Demostró que Dios fue justo en guardar a Su pueblo en el exilio y que el retorno dependía de un arrepentimiento completo y fe. La historia Deuteronomística representa el segundo cuerpo principal de narrativas del Antiguo Testamento. Sus libros varios tomaron la ley Mosaica, especialmente Deuteronomio, y evaluaron diferentes segmentos de la historia de Israel desde la conquista hasta la liberación de Joaquín en Babilonia. Tomados juntos estos libros forman una perspectiva con conexión. Sin embargo, no debemos de perder de vista la perspectiva única que presentaba cada libro. Enseñaban lineamientos básicos para vivir en la tierra prometida (Josué), la necesidad de un rey (Jueces), la continuación legítima de la línea Davídica (Samuel), y la causa y remedio del exilio (Reyes).
La historia Cronística La historia Cronística, la tercera familia principal de las narrativas del Antiguo Testamento, consiste en Crónicas, Esdras, y Nehemías. Estos libros aparecen en la Septuaginta y nuestras Biblias en Inglés inmediatamente después de los libros de Reyes. Sin embargo, en el canon Hebreo, aparecen en diferente orden (Esdras, Nehemías, Crónicas) al final de “los escritos” (ktbym). Las tradiciones judías asignan al escriba Esdras un papel dominante en la paternidad literaria de todos estos tres libros. Los intérpretes y críticos han interactuado con esta perspectiva tradicional de diferentes maneras. La posibilidad de que Esdras estuvo involucrado con la composición final de este material no puede reinar enteramente, pero hay poca evidencia positiva. De hecho las memorias de Esdras (Esdras 7:1-10:44) son autobiográficas, pero estas secciones pudieron ser simplemente una de muchas fuentes.
A parte de la pregunta del involucramiento de Esdras, la suposición con que trabajan la mayoría de los intérpretes en siglos recientes ha sido que una sola persona fue responsable de la composición final de todos los tres libros. Similar al concepto de Noth del Deuteronomista, se suponía que “el Cronista” compuso Crónicas, Esdras y Nehemías.
No es de asombrarse que los intérpretes han sido propensos en ver una misma mano detrás de esta historia. Los libros tienen interconexiones significativas. Por ejemplo, Esdras duplica y elabora en los registros del Edicto de Ciro en Crónicas (2 Crónicas 36:22-23; Esdras 1:1-4). Todos los libros fueron escritos en Palestina dentro de un espacio de tiempo
muy corto. Ellos comparten un profundo interés en el templo y la pureza del pueblo de Dios. Los libros exhiben un grado significativo de unidad. Aunque esta unidad no debe obscurecer sus diferencias. En su mayoría, la investigación reciente continúa en apuntar a la unidad original de Esdras y Nehemías. Algunos intérpretes han argüido que Esdras y Nehemías fueron libros separados originalmente, pero la mayoría estaría de acuerdo con Williamson que “hay una buena razón para acercarse a Esdras y Nehemías como dos partes de un solo trabajo”. Sin embargo, al mismo tiempo, estudios recientes han tendido a hacer una cuña entre Crónicas y Esdras-Nehemías. Un número de diferencias ideológicas sugieren fuertemente que vinieron de diferentes autores. Por ejemplo, el libro de Crónicas enfatiza la doctrina de retribución divina y el pacto Davídico; estos temas están grandemente ausentes en Esdras-Nehemías. El libro de Crónicas es más conciliador hacia los del norte que EsdrasNehemías. Crónicas sustenta la esperanza para la reunificación del Norte y Sur; EsdrasNehemías no tiene lugar para la participación de los del norte. Sin embargo, la diferencia más impresionante, es el tratamiento de las esposas extranjeras de Salomón. Crónicas omite 1 de Reyes 11:9-13), donde la división del reino se atribuye a los matrimonios mixtos de Salomón. Esta omisión es notable a la luz de los problemas con matrimonios mixtos durante y después de los ministerios de Esdras y Nehemías (Esdras 10:1-44). Lo que es más, Nehemías 13:26 desacredita explícitamente a Salomón debido a su matrimonios mixtos. Estas diferencias ideológicas ofrecen fuertes evidencias para suponer una paternidad literaria separada para Crónicas y Esdras-Nehemías. En muchos aspectos la Historia Cronística exhibe unidad y diversidad similar a la de la Historia Deuteronomística. Las similitudes nos permiten hablar de un cuerpo Cronístico, una familia de libros que se sustentan uno en el otro y representan puntos de vista similares. Pero Crónicas y Esdras-Nehemías fueron probablemente trabajos separados que trataban diferentes asuntos.
Crónicas Crónicas cubre una rango amplio de historia comenzando con Adán (1 Crónicas 1:1) y terminando con el Edicto de Ciro (2 Crónicas 36:22-23). El Cronista examinó rápidamente los eventos anteriores a David a manera de genealogías, listas, y pequeñas narraciones (1 Crónicas 1:1-9:44) pero trató con la historia desde David hasta el Edicto de Ciro en gran detalle.
El Cronista usó muchos recursos, principalmente Samuel y Reyes. Aún se refirió a un número de otros recursos. -
porciones del Pentateuco, Jueces, Rut, Salmos, Isaías, Jeremías y
Zacarías; varias fuentes reales desconocidas: “el registro de las crónicas del Rey David” (1 Crónicas 27:24), “el libro de los reyes” (2Crónicas 24:27), “el libro de los reyes de Israel” (1 Crónicas 9:1; 2 Crónicas 20:34), “el libro de los reyes de Israel y de Judá” (2 Crónicas 27:7; 35:27; 36:8); varias fuentes proféticas: los escritos de Samuel (1 Crónicas 29:29), Natán (1 Crónicas 29:29; 2 Crónicas 9:29), Gad (1 Crónicas 29:29), Ahías (2 Crónicas 9:29), Iddo (2 Crónicas 9:29; 12:15; 13:22), Semanas (2 Crónicas 12:15), Isaías (2 Crónicas 26:22), y “videntes” anónimos (2 Crónicas 33:19); otras fuentes no especificadas.
La posible fecha más remota para la composición final de Crónicas es difícil de determinar. El Edicto de Ciro es el último evento registrado. Pero, ¿qué tan pronto después del edicto escribió el Cronista? En años recientes un número creciente de intérpretes han argumentado una fecha anterior cercana al esfuerzo de Zorobabel de reconstruir el templo (c.520-515). Fechar tempranamente encuentra varios problemas. Por ejemplo, la genealogía real en 1 Crónicas 3:17-24 parece extenderse por lo menos dos generaciones más allá de Zorobabel. Sin embargo, como hemos visto, la posibilidad de expansión editorial en este pasaje no puede ser desechada. Varias consideraciones apuntan positivamente a una fecha Zorobabeliana. Primero, la omisión de los matrimonios mixtos de Salomón (1 Reyes 11:9-13) sugiere que el libro fue escrito antes de los problemas del crecimiento del sincretismo en la comunidad postexílica. Segundo, el cierre del libro describe a Ciro explícitamente diciendo que Dios lo había designado “para edificarle casa en Jerusalén, que está en Judá” (2 Crónicas 36:23), un tema vital para los primeros esfuerzos de reconstrucción. Tercero, el Cronista combinó interese programados en el reino y el templo de una manera apropiada para los días de Zorobabel. Por medios de su registro las bendiciones de Israel dependían en tener al rey Davídico y el templo de Jerusalén en el orden apropiado. Estos motivos encajaron perfectamente en los días antes que Zorobabel se hubiera desvanecido de la escena. Por
estas razones asignaremos la más remota fecha posible para la composición final a la época de la reconstrucción del templo. La última fecha es muy difícil de determinar. La falta de influencias Helenísticas sugiere que el libro fue compuesto antes de los años obscuros del período intertestamentario. Si la genealogía completa de 1 Crónicas 3:17-24 se acepta como original, sugiere una fecha alrededor del 400 A.C. Por lo tanto, pondremos el límite de los agentes extrínsecos más probables al principio del siglo cuarto (ver figura 52). El Cronista escribió su historia para dirigir la restauración del reino durante el período post-exílico. Su registro se divide en cuatro partes principales:
I.
Genealogías del pueblo de Dios (1 Crónicas 1:1-9:44)
II.
Reino unido (1 Crónicas 10:1-2 Crónicas 9:31)
III.
Reino dividido (2 Crónicas 10:1-28:26)
IV.
Reino re-unido (2 Crónicas 29:1-36:23)
El Cronista comienza su historia con un registro del pueblo que pertenecía a la nación restaurada, trazando el antecedente de Israel y el entendimiento de todas las tribus y las familias entre los primeros que retornaron (I). Después, presenta un registro idealizado de los reinos de David y Salomón, que rigieron sobre todas las tribus y se dedicaron ellos mismos a la construcción del templo (II). El Cronista continuó mostrando cómo la prosperidad y los problemas de Judá dependieron de la confianza de la nación en Dios, obediencia y compromiso al templo (III). Finalmente, trazó el reino re-unido bajo Exequias en tanto que se dirigía hacia el exilio y finalmente regresó a la tierra de Israel (IV). Si Crónicas fue escrito en los días de Zorobabel, presentó un caso convincente para el programa de reconstrucción: 1) todas la tribus, especialmente el rey y los sacerdotes, debían estar en orden apropiado en la comunidad post-exílica (I); 2) los reinos ideales de David y Salomón fueron modelos para el nuevo reino (II); 3) los efectos de descuidar o servir al templo en el reino de Judá nunca debería de ser olvidados (III); 4) el remanente del reino re-unido (2 Crónicas 36:20) debe de continuar en devoción al nuevo programa del templo (IV). Si el libro fue escrito durante o después de los ministerios de Esdras y Nehemías, demostró la necesidad de continuar el programa de restauración comenzado por
Zorobabel y más adelante por Esdras y Nehemías: 1) el orden antiguo de la gente debe de observarse (I); 2) las dimensiones ideales de la monarquía debe de imitarse (II); 3) la gente deben de evadir los fracasos del período dividido (III); 4) los que regresaban deberían de continuar con el programa de restauración (IV). Únicamente por estos medios la comunidad post-exílica podía esperar recibir las bendiciones de Dios.
Esdras-Nehemías El libro de Esdras-Nehemías trata con los eventos desde el Edicto de Ciro hasta los ministerios de Esdras y Nehemías. Reporta el primer regreso y construcción del templo bajo Zorobabel y da un registro de reformas y proyectos de construcción años después bajo Esdras y Nehemías. Varias fuentes de los libros vienen desde el tiempo de los eventos. Las memorias de Esdras y Nehemías provienen del período. Los documentos tales como el Edicto de Ciro (Esdras 6:3-5), cartas entre Tatnai y Darío (Esdras 5:6-17; 6:3-12), correspondencia desde Artajerjes (Esdras 7:12-26), y cartas a Artajerjes (Esdras 4:8-22) reflejan fuentes primeras. Listas de varios tipos entre los libros pudieron haber sido fuentes independientes. El rango de fechas probables para la composición final es bastante angosto. Cuando establecemos la fecha más remota probable, debemos de notar que la genealogía de Nehemías 12:1-26) se extiende hasta por lo menos 400 A.C. y quizá al período Helenístico. Aunque, como hemos visto, la posibilidad de expansión editorial no puede excluirse. Sin embargo, a parte de esta genealogía, la fecha más remota es después de los últimos eventos del libro durante los últimos años del gobierno de Nehemías. Dos consideraciones apoyan una fecha postrera más allá del tiempo de vida de Nehemías. Primero, en dos ocasiones el escritor mira retrospectivamente a los eventos que ocurrieron “en los días del gobernador Nehemías” (Nehemías 12:26,47). Segundo, como ya hemos mencionado, el material genealógico sugiere una fecha más allá de él (ver figura 52). El libro de Esdras-Nehemías se divide en cinco partes:
I.
Lucha y Éxito para Zorobabel (Edras 1:1-6:22)
II.
Lucha y Éxito para Esdras (Esdras 7:1-10:44)
III.
Lucha y Éxito par Nehemías (Nehemías 1:1-7:7)
IV.
Celebración del Éxito (Nehemías 8:1-12:47)
V.
Lucha continua para la Restauración (Nehemías 13:1-31)
El libro de Esdras-Nehemías fue diseñado para defender la legitimidad del programa de Esdras-Nehemías y la necesidad de continuarlo. Cada porción principal del libro contiene una cualidad apologética. Comienza con la autorización divina de la reconstrucción del templo de Zorobabel, traza una oposición que ocurrió, y recuenta el apoyo profético y real que hizo de la reconstrucción un éxito de grande celebración (I). Después la atención se dirige hacia la autorización divina de las reformas de Esdras, la oposición que él recibió, y su éxito en desafiar los matrimonios mixtos (II). La misión de Nehemías de reconstruir y volver a poblar Jerusalén también recibió autorización divina, enfrentó oposición humana, y fue finalmente exitoso (III). Estos éxitos hacen el clímax en un servicio de confesión y celebración (IV). Pero al final, el libro enfatiza la necesidad de continuar el programa de restauración al reportar además las reformas de Nehemías (IV) Si situamos al libro de Esdras-Nehemías en los ultimos días del ministerio de Nehemías, indica la necesidad de: 1) apoyo para el nuevo templo y su orden (I); 2) restricciones en los matrimonios mixtos (II); 3) repoblación y fortificación de Jerusalén (III); 4) celebración gozosa de este nuevo orden comunitario (IV); y 5) continuar las reformas religiosas y sociales en Judá (V). Debido a que el nuevo orden no había traído la prosperidad que muchos esperaban, este libro defendía la continuación del programa de restauración. Si el libro fue compuesto finalmente un tiempo después de la muerte de Nehemías, su mensaje era una necesidad desesperada. A pesar de los años de continuos problemas e injusticias, la comunidad restaurada debe: 1) centrarse en el nuevo templo (I); 2) afirmar las restricciones con relación a los matrimonios mixtos (II); 3) apoyar la ciudad e Jerusalén (III); 4) celebrar lo bueno de la restauración (IV); y 5) continuar estas reformas aún cuando se enfrenten decepciones (V). La Historia Cronística representa un cuerpo unificado erpo diverso de material proviniendo de y respondiendo a las experiencias de Israel durante la restauración. Crónicas y Esdras-Nehemías proporcionaron instrucción esencial para la restauración y reforma de la nación en el período post-exílico.
Otros Libros
Un número de libros narrativos del Antiguo Testamento no pertenecieron a una tradición teológica particular. En el canon Hebreo, aparecen ambos dentro de “los escritores” y “los profetas”. No comentaremos de Jeremías, Ezequiel y Daniel; aunque contienen grandes secciones de narrativa, los asuntos interpretativos involucrados con estos libros proféticos están más allá del alcance de este estudio. Nos enfocaremos solamente con tres libros del Antiguo Testamento: Rut, Ester y Jonás.
Rut El libro de Rut trata con eventos históricos que se llevaron a cabo durante el período de los jueces. Rut ha sido bien caracterizado como una novela. No existe evidencia para una confianza extensiva en una diversidad de fuentes escritas. Es posible que el recopilador final confió en traducciones orales, pero no es probable que el libro haya tenido mucho desarrollo de redacción con excepción de la nota genealógica en Rut 4:17b y la genealogía completa al final de libro (Rut 4:18-22), la historia se mueve de una manera franca. El rango de agentes extrínsecos no es muy amplio. La primera fecha más probable para la composición final es al mero principio del reinado de David. En tanto que los eventos se llevaron a cabo mucho antes, las genealogías al final del libro trazan los ancestros de Rut a David (Rut 4:17b, 22). La última fecha más probable es menos incierta. Algunos intérpretes críticos han puesto el libro en el período post-exílico en base a un análisis lingüístico y teológico, pero estas evidencias son cuestinables. Más bien parece que las genealogías en Rut se extienden hasta el rey que gobernó en el tiempo de la composición final. Si es así, el libro llegó a su forma final antes de que se sentara Salomón en el trono (ver figura 53). El libro de Rut tiene muchos temas importantes: la introducción de una moabita en Israel, la providencia de Dios, la práctica de matrimonio levirato, calamidad y bendición. Pero todos estos temas trabajan juntos como parte de un solo interés. Como lo sugiere la genealogía final, el libro estableció la legitimidad del reino de David a pesar de su ancestro moabita. La ley de Moisés enseñó explícitamente que el rey de Israel debía de ser “de entre tus hermanos” (Deuteronomio 17:15). El libro de Rut admite que David tuvo una moabita en su línea. Pero ella era convertida (Rut 1:16). Llegó a Israel por la providencia de Dios (Rut 1:1-7), y la práctica legal del matrimonio levirato (Rut 3:1-8). Lo que es más, ella fue aprobada con la bendición de Dios (Rut 4:13-17). El libro sigue un bosquejo simple formando una narrativa de cinco partes de resolución y un apéndice:
I.
La amargura de Noemí (1:1-22)
Rut descurbre a un pariente redentor en potencia (2:1-23) Booz está de acuerdo en ser el pariente redentor (3:1-18) Booz adquiere el derecho de ser el pariente redentor (4:1-12) La bendición de Noemí (4:13-17) Apéndice genealógico (4:18-21)
El libro de Rut pudo haqber servido a la causa de David tarde o temprano en su reinado. Si ya estaba completamente terminado cuando David subió al poder, lo apoyó en contra de aquellos que se opusieron a su liderazgo. Si fue escrito después de su establecimiento, defendió su derecho de continuar su reinado en contra de aquellos que buscaban desacreditarlo.
Ester El libro de Ester recuenta los eventos que ocurrieron durante el período post-exílico. Sin embargo, diferente de Esdras-Nehemías, la historia no se ubica en Palestina, sino en Persia. En tanto que algunos de los exiliados regresaban, muchos permanecieron fuera de la tierra prometida. El libro de Ester trata de lo que le pasó a algunas de esas personas. En varias ocasiones el escritor de Ester se refirió a fuentes escritas que vinieron desde los tiempos de los eventos. El empleó registros Persas oficiales (Ester 2:23; 8:8; 9.32; 10.2) y se refirieron a los escritos de Mardoqueo (Ester 9:20). Sin embargo, el recopilador dio forma a sus fuentes para dar una novela bien hecha. El libro forma una narrativa de cinco partes de resolución:
I. Ester y Mardoqueo en la Corte Persa (1:1-2:23) II. Problemas para los Judíos (3:1-4:17) III. La intervención de Ester (5:1-7:10)
IV. Victoria para los Judíos (8:1-9:17) V. Ester y Mardoqueo en la Corte Persa (9:18-10:3)
El rango de la composición final para Ester no puede ser establecida con mucha certeza. El libro fue escrito por lo menos después de la muerte de Artajerjes (c. 465A.C.) debido a que el escritor se refiere a la historia oficial del estado de Artajerjes (Ester 10:2). El interés del autor en los detalles de la cultura Persa sugiere que él vivió en el distrito y pudo haber escrito cerca del tiempo de los eventos. Sin embargo, la explicación del Purim (Ester 9:1832), la discusión del término “pur” (Ester 9:24), y el énfasis en la necesidad de continuar la celebración (Ester 9:28) sugiere que un tiempo considerable pudo haber pasado entre los eventos y la composición final. Por falta de influencias helenísticas extensas en el libro, signaremos la última fecha probable anterior a Alejandro el Magno (c. 330 B.C.). Los intérpretes han sugerido varios temas principales para le libro. Muchos han visto al libro como una explicación de la Fiesta del Purim. Otros han sugerido la providencia de Dios para los Israelitas que permanecieron en el exilio. Estos motivos están ciertamente cerca al corazón del libro, pero el tema principal parece estar en una dirección diferente. Una forma útil de acercarse a Ester es en términos de las similitudes entre Ester, la historia de José en Egipto, y los primeros capítulos de Daniel. Todos estos registros tratan con figuras Israelitas en tierras extranjeras que se sobreponen a las pruebas por medio del apoyo divino. De una u otra manera, vienen en contacto con la corte real extranjera y se elevan a posiciones de autoridad que le permite influir las políticas nacionales. Este patrón sugiere que el libro de Ester ofreció a la audiencia original un modelo para vivir en fidelidad a Dios fuera de la tierra. Este tema encaja bien con el rango de los agentes extrínsecos probables. Ya sea cerca de la muerte de Artajerjes, la época de Alejandro, o una época en medio, el pueblo de Dios fuera de la teocracia necesitaba dirección de cómo vivir fielmente, exitosamente, y con influencia en tierra extranjeras. El libro de Ester les proporcionó tal instrucción.
Jonás Los eventos en el libro de Jonás ocurrieron en algún tiempo a mediados del siglo ocho A.C. Jonás, hijo de Amitai, ministró durante el reinado de Jeroboam II (783-743 A.C.) (2 Reyes 14:25).
El libro de Jonás da poca evidencia de historia de redacción extensiva y algunas claves para el tiempo de su composición final. La primera fecha más probables un poco después de los eventos del libro. Frecuentemente los evangélicos asignan la paternidad literaria a Jonás mismo. En tanto que esta posibilidad no puede ser descartar, el libro ofrece un poco de apoyo positivo para tal punto de vista. Una sugerencia de distancia temporal entre el escritor y los eventos aparecen en Jonás 3:3 donde él comenta: “Y era Nínive ciudad grande en extremo, de tres días de camino”. El tiempo pasado sugiere que al tiempo de escribir Nínive ya no era una gran ciudad. Si es correcto, podemos fechar la composición final después de la caída de Nínive ante el emperador Babilónico Nabopolasar (612 A.C.). La ambigüedad de la evidencia interna para fechar este libro ha hecho virtualmente imposible identificar la última fecha más probable. Por lo tanto, debemos de reconocer un rango amplio de posibilidades (ver figura 53). Jonás se enfoca en el tema del papel profético de Israel a las naciones. El libro se burla de Jonás por su auto-justicia e hipocresía. Demuestra que Dios recibe otras naciones, aún las de Asiria, y espera que el pueblo Judío sirva como mediadores para ellos. La universalidad de la misericordia de Dios y el papel mediador de Israel son los temas centrales del libro.
El libro de Jonás se divide en dos partes principales:
Parte Uno La primera comisión y la reacción de Jonás (1:1-16) La respuesta de Dios a Jonás (1:17-2:10)
Parte Dos La segunda comisión y reacción de Jonás (3:1-10) La respuesta de Dios a Jonás (4:1-11)
En tanto que el libro de Jonás implícitamente se interesa por todas las
naciones gentiles, es de mucha ayuda leer Jonás en términos de su enfoque particular en las relaciones Judío-Asiria. Antes de la destrucción de Nínive, los Asirios perturbaron a Israel y alimentaron odio en su contra. Si el libro fue escrito en este período, habló claramente a la necesidad de los Israelitas de reconocer: 1) el llamado de Dios para Israel para ministrar a los Asirios (I); 2) la necesidad de arrepentirse de negar este llamamiento (II); 3) el poder del ministerio profético entre los asirios (III); y 4) la necesidad de tener compasión aún como Dios tuvo compasión (IV). Si el libro fue escrito después de la destrucción de Nínive, habló a la actitud que los Israelitas deberían tener hacia la nación dividida. Ellos tenían que: 1) aceptar su llamamiento a ministrar a los Asirios (I); 2) arrepentirse de actitudes pasadas (II); 3) buscar traer arrepentimiento entre los Asirios (III); y 4) regocijarse en la compasión de Dios hacia sus enemigos anteriores (IV).
Conclusiones Los libros narrativos del Antiguo Testamento cubren muchos períodos en la historia y hablan una variedad de mensajes al pueblo de Israel. La Historia Mosaica, la Historia Deuteronomística, la Historia Cronística y otros libros narrativos fueron escritos para enseñar a sus lectores cómo servir a Dios. Apenas hemos arañado la superficie de estos textos sagrados, pero esta investigación de su significado original nos da intuiciones que nos permiten aplicar estas historias del Antiguo Testamento a nuestras propias vidas.
Preguntas de Repaso ¿Qué factores unifican la Historia Mosaica? Compara y contrasta la fecha y propósito de cada libro. ¿Qué factores unifican la Historia Deuteronomística? Compara y contrasta la fecha y propósito de cada libro. ¿Qué factores unifican la Historia Cronística? Compara y contrasta la fecha y propósito de cada libro. Resume la fecha y propósito de Rut, Ester, y Jonás.
Guía de Estudio Escoge un episodio fuera de cada libro cubierto en esta investigación. ¿Cómo encaja en el bosquejo principal presentado aquí? ¿Cómo contribuyó el episodio a los propósitos presentados para el libro?
EL NOS DIO HISTORIAS La Guía Bíblica para Estudiantes para Interpretar las Narraciones del Antiguo Testamento Parte 13: APLICANDO LAS NARRATIVAS DEL ANTIGUO TESTAMENTO
SINPOSIS
En la primera parte de este estudio, exploramos las preparaciones necesarias para interpretar las narrativas del Antiguo Testamento. En la segunda parte esbozamos un número de procedimientos para la investigación del significado original de estos textos. La preparación apropiada y la investigación son esenciales para el entendimiento de las historias del Antiguo Testamento. En la tercera parte nos dirigiremos al último interés principal de este libro, la aplicación a la vida moderna. Nos iremos más allá de la exploración, al Espíritu del trabajo en los escenarios originales de las narrativas del Antiguo Testamento para enfocarnos en lo que significa para nosotros hoy en día. La aplicación para nuestros días involucra muchas consideraciones. Comenzaremos por bosquejar los objetivos básicos y procedimientos de aplicación (capítulo 13). Esta discusión proporcionará un número de definiciones importantes y pondrá parámetros para los capítulos que siguen. El resto de la tercera parte explorará tres variaciones que debemos siempre recordar al traer las historias del Antiguo Testamento al mundo moderno. El capítulo 14 trata con ajustes de la época- los efectos de los cambios redentores-históricos de la aplicación. El capítulo 15 se interesa en los ajustes culturales –reconociendo las diferencias culturales entre nosotros mismos y el Antiguo Testamento. Finalmente, el capítulo 16 se enfoca en ajustes personales- las maneras en que debemos de aplicar las historias del Antiguo Testamento a las necesidades particulares de grupos e individuos hoy día. ORIENTACIÓN PARA LA APLICACIÓN Mi esposa y yo hemos vivir en muchos lugares. Cuando nos preparábamos para mudarnos otra vez, íbamos a nuestros roperos y nos deshacíamos de todo lo que ya no estábamos usando. Yo siempre objeto cuando veo llevarse mis zapatos ya tan usados y mis
herramientas rotas. Pero mi esposa usualmente insiste: “¿De qué sirve guardar estas cosas si no las vamos a usar?” Tenemos que hacernos la misma pregunta acerca de las narrativas del Antiguo Testamento. ¿De qué sirve tenerlas si no las vamos a usar? Dios no nos dio las historias del Antiguo Testamento para esconderlas en los roperos de nuestras vidas. Él inspiró estos registros para referirse a los retos de la vida. “Toda la Escritura es inspirada por Dios...” (2 Timoteo 3:16ª). Pero ¿para qué fin? “...de que todo hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra. 2 Timoteo 3:17). A menos de que apliquemos las historias a la vida contemporánea, no tenemos razón alguna para guardarlas. En un capítulo anterior, identificamos aplicaciones legítimas como parte del valor total de las historias del Antiguo Testamento. El significado original de un texto pone los parámetros de interpretación. Las elaboraciones Bíblicas nos dan intuiciones autoritativas. Las aplicaciones son las maneras apropiadas en las que el significado original y las elaboraciones Bíblicas hablan a la vida moderna. Aplicar las narrativas del Antiguo Testamento ocasiona muchos temas complejos. En este capítulo trataremos con dos asuntos preliminares: el objetivo de aplicación y el proceso básico de aplicación. ¿Cuál es nuestro objetivo? ¿Qué procesos nos ayudan a alcanzar este objetivo? Nuestras respuestas a estas preguntas proporcionan una orientación que guiará todo nuestro trabajo en este aspecto de interpretación.
Objetivo de Aplicación Una vez me contaron una historia acerca de una pareja que planeó salir un fin de semana. Ellos pusieron todo en el carro y empezaron a salir de la vecindad. Al dar la vuelta el esposo hacia el norte, su esposa comentó: “¡Creo que estás yendo en la dirección incorrecta!” “No”, contestó. “Sé como llegar allá”. Ellos siguieron hasta que llegaron a otra esquina donde tenían que doblar. “¡Estás yendo en el camino equivocado!” protestó ella. “Sé como llegar allá”, contestó. Después de una hora, la esposa no pudo aguantar más. “¡Nunca llegaremos a la playa si seguimos este camino!” insistió ella. “¿La playa?”, gritó él. “¡Creí que estábamos yendo a las montañas!” Entonces la mujer murmuró sarcásticamente, “Bueno, creo que no puedes saber cómo llegar allá, si no sabes a dónde estás yendo”.
Al aplicar las narrativas del Antiguo Testamento a la vida moderna, tenemos que saber a dónde estamos yendo. ¿Qué esperamos lograr en tanto que aplicamos las narrativas del Antiguo Testamento para nuestro mundo moderno? El objetivo de aplicación puede ser abordado de muchas maneras. Una perspectiva útil es comparar nuestros objetivos en la aplicación moderna con los objetivos originales de los escritores del Antiguo Testamento. Como hemos visto en capítulos anteriores, los escritores del Antiguo Testamento enfrentaron situaciones similares a las nuestras. Ellos tenían la revelación de las acciones de Dios desde el pasado y aplicaban esa revelación a sus lectores contemporáneos. De la misma manera, tenemos la revelación de Dios en la Escritura ante nosotros y aplicamos esa revelación a nuestro mundo. Podemos presionar la analogía un poco más allá. Los escritores del Antiguo Testamento tuvieron tres propósitos principales en escribir. Ellos ofrecían a sus lectores observaciones, anticipaciones e implicaciones. Estas categorías forman una manera útil de pensar acerca de nuestro objetivo en la aplicación contemporánea. Hacemos observaciones para nuestros días, reconocemos anticipaciones para nuestros días, y apuntamos hacia las implicaciones para nuestros días.
Observaciones para nuestros días La aplicación trae consigo hacer observaciones del significado original para nuestros días. Cada intento de sacar la relevancia de un texto debe de estar basada sólidamente en las observaciones de lo que el escritor intentaba transmitir a su audiencia original. De otra manera, un texto puede significar cualquier cosa que queramos que signifique. El punto de vista ideológico del escritor pone los estándares para la relevancia contemporánea. Si contradecimos o nos desviamos de este estándar, nuestros intentos de llevar el texto a la vida contemporánea serían ilegítimos. No obstante, siempre seleccionamos del significado original como aplicamos las narrativas del Antiguo Testamento. La aplicación es parcial en el mejor de los casos. Para entender este proceso de selección, consideraremos la necesidad de selectividad y la guía para la selectividad.
Necesidad de selectividad. Cuando sea que apliquemos la narrativa del Antiguo Testamento, enfrentamos la necesidad de selectividad. Los autores del Antiguo Testamento diseñaron sus historias de tal manera que tuvieran un significado coherente,
pero este significado único siempre consistió de un sin fin de motivos entretejidos que presentaron un tapiz elaborado a la audiencia original. Algunas ideas fueron más importantes que otras; los escritores también fueron más conscientes de algunas de sus intenciones que otros. Bajo la dirección del Espíritu, sus textos han tenido un impacto trascedental en las vidas de los lectores. Hace algunos años, yo le pregunté a un pastor cómo aplicaba él las historias del Antiguo Testamento en sus sermones. “¿Cómo decide que dejar afuera?” le pregunté. Su respuesta me sorprendió. “Nunca escogería que decir”, contestó. “¡Yo aplico el mensaje completo del pasaje a mi congregación!” Tu tienes que admirar la determinación de un pastor que trata de aplicar cada elemento de un pasaje. Muchos de nosotros únicamente examinamos rápidamente la superficie con uno o dos puntos. Pero un grave peligro se esconde detrás de darse cuenta la necesidad de ser selectivos en la aplicación. Primero, perdemos de vista el rico potencial de estos pasajes. Los intérpretes que piensan que pueden aplicar el pasaje completo de una narrativa del Antiguo Testamento en simplemente algunos sermones tienen muy poca idea de lo que estos pasajes tiene que ofrecer. El significado original de las historias del Antiguo Testamento contiene aplicaciones potenciales. Ningún sermón o serie de sermones puede aplicar todo. Segundo, si pensamos que hemos aplicado el mensaje completo de un pasaje, podemos terminar nuestro análisis prematuramente. Con la certeza de que hemos aplicado lo que el pasaje enseña, podemos fallar en ver otras facetas que son de hecho más relevantes para los lectores modernos. Para evitar estos peligros, debemos reconocer que todas nuestras aplicaciones son selectivas. Tenemos perspectivas y tiempo limitados. Siempre hay más que aplicar a nuestras vidas de lo que ya hemos descubierto.
Guía para la selectividad. Entonces, ¿cuál es la guía para la selectividad? ¿Cómo decidimos que enfatizar en nuestras aplicaciones? En una palabra, debemos de seleccionar aquellos aspectos de las historias que son más relevantes a nuestras necesidades. Debemos de tener cuidado aquí. De una u otra manera, todo se aplica a nosotros en las historias del Antiguo Testamento. No importa cuales sean nuestras circunstancias inmediatas. Pero algunos aspectos de un pasaje hablan más vivamente que otras a las situaciones que enfrentamos en un punto particular. Al abordar las historias del Antiguo
Testamento debemos de preguntarnos qué necesitamos obtener de ese pasaje en este punto de la vida. ¿Cuáles son los asuntos que enfrentamos? ¿Qué desafíos nos confrontan? Para ser efectivos al aplicar las narrativas del Antiguo Testamento, debemos de aprender a coordinar las prioridades de nuestras necesidades contemporáneas con la vasta serie de motivos que presentan estos textos. Para tener éxito en la aplicación no solamente hacemos una exégesis del texto; también debemos de hacer una exégesis de nuestro mundo. Desafortunadamente esto es precisamente donde muchos líderes de iglesia no hacen. Frecuentemente los pastores y los líderes de iglesias saben mucho de la Escritura pero muy poco de la vida actual. Concentrados en sus estudios, viven en un aislamiento relativo, desconociendo grandemente las vidas de la gente a la que ministran. Consecuentemente, los pastores y maestros frecuentemente tocan asuntos relativamente sin importancia al aplicar la Escritura. Ya que saben muy poco de los asuntos que confrontan los creyentes modernos, terminan tomando el Antiguo Testamento con sus propias necesidades en mente. Los adolescentes escuchan sermones que, de hecho, hablan a los intereses de su pastor ya avanzado en años. La gente de negocios escucha distintivas teológicas esotéricas y nunca oyen cómo vivir para Cristo en el lugar donde trabajan. Nada puede ser más debilitante a la aplicación que ser aislado del mundo de aquellos a quienes ministramos. Frecuentemente los estudiantes me piden que les recomiende comentarios del Antiguo Testamento. Tan extraño como parezca, los comentarios más prácticos de la historia del Antiguo Testamento es vida contemporánea. Nos enseña de los puntos fuertes y debilidades de las personas, sus creencias, sus dudas, sus prioridades y preocupaciones. La aplicación efectiva requiere que conozcamos a la gente, involucramiento personal, revistas, libros, televisión, música popular, películas, y similares son recursos indispensables para aplicar efectivamente las narrativas del Antiguo Testamento. Si vamos a traer las historias del Antiguo Testamento a la vida moderna, debemos de dar atención cuidadosa al mundo en el que vivimos. En un capítulo anterior, vimos que el Espíritu Santo ha guiado a la iglesia hacia tres acercamientos básicos las narrativas del Antiguo Testamento: análisis literario, histórico y temático. Estos acercamientos exegéticos ofrecen diferentes estrategias de selección. ¿Cómo decidimos qué forma de análisis usar? ¿Cuándo es más apropiado uno que otro? Mientras que todos los tres acercamientos son altamente independientes, debemos enfatizar el análisis literario, histórico o temático de acuerdo a las necesidades específicas de nuestra situación contemporánea. A veces el enfoque central de una historia habla forzosamente a nuestras circunstancias; el análisis literario es el más apropiado en estos
momentos. Otras veces las observaciones históricas tocan nuestras vidas más directamente; el análisis histórico nos ayuda a satisfacer estas necesidades. En otras ocasiones un tema secundario de un pasaje sería apropiado a nuestras circunstancias; entonces el análisis temático llegar a ser crucial. Al seleccionar facetas de las narrativas del Antiguo Testamento, para aplicar a nuestros días, debemos de preguntarnos qué tipo de análisis se requiere. ¿Encajan con un acercamiento literario las necesidades que estamos ¿Habla con mayor efectividad un análisis histórico a nuestras circunstancias? Debemos de tomar un ángulo temático del pasaje a la luz de los problemas que estamos enfrentando? Estas preguntas guiarán nuestras observaciones selectivas en la aplicación.
Las anticipaciones de nuestros días Para mostrar cómo afectó sus tiempos la revelación pasada, los escritores del Antiguo Testamento también señalaron cómo estos eventos anticiparon las circunstancias de sus lectores. La revelación desde el pasado estableció un antecedente histórico de realidades actuales, ofrecieron modelos para ser imitados y evitados, y presagiaron las experiencias presentes de sus lectores. De la misma manera, como intérpretes modernos de las historias del Antiguo Testamento, debemos buscar formas en las que estos textos establecen dimensiones de nuestras vidas, proporcionan modelos para nuestras vidas, y presagian nuestras vidas.
Establecen. Las narrativas del Antiguo Testamento son relevantes al mundo moderno porque establecen dimensiones para nuestras vidas. Tratan con eventos y temas que forman antecedentes históricos e ideológicos para nuestra experiencia contemporánea. ¿Qué eventos han dado forma a nuestros días? ¿Por qué estamos bajo ciertas obligaciones? Frecuentemente podemos contestar estas preguntas al examinar las historias del Antiguo Testamento. No es difícil para nosotros aplicar las historias del Antiguo Testamento que fueron diseñadas para establecer aspectos de la experiencia de la audiencia original. Por ejemplo, una intención detrás de Génesis 1:1-2:3 fue mostrar que Dios había ordenado el Sabath como una parte de Su orden creado. Al enfocarse en el Sabath, Moisés estableció las responsabilidades de sus lectores. El descanso del Sabath todavía debía de ser observado como una parte integral de la vida. Como lectores modernos podemos ver que esta ordenanza de la creación establece la observancia del Sabath para nosotros también. Este
evento del Antiguo Testamento levantó estructuras para la vida humana que se extienden hasta nuestros días. En otras ocasiones la función establecida de un pasaje puede ser relativamente menor. Por ejemplo, Moisés diseñó la historia del llamamiento de Abram a la tierra prometida (Génesis 12:1-9) para simbolizar el llamamiento de Israel para tomar la tierra de Canaán. Pero este pasaje también estableció a Abram como el patriarca de Israel y la esperanza de bendición para todas las naciones. Fue a través de él que todas las naciones de la tierra serían bendecidas (Génesis 12:3). Este aspecto de la historia también establece realidades para nosotros hoy en día. ¿Por qué son adoptados los creyentes gentiles hoy en día en la familia de Abraham? ¿Por qué debemos de seguir a un Salvador Judío? Las respuesta de este pasaje es obvia: Dios ordenó esa salvación para que todas las naciones vinieran a través de la familia de Abraham. En tanto aplicamos las historias del Antiguo Testamento, podemos preguntarnos, “Provee algo en esta historia un antecedente histórico para mi vida hoy en día?”
Modelos. Cuando aplicamos las narrativas del Antiguo Testamento para nuestro mundo, debemos buscar también maneras en las que proveen modelos para nuestras vidas. Los escritores del Antiguo Testamento frecuentemente escribieron sus historias para mostrar un modelo de elección y consecuencia que guiaría a sus lectores en sus propias decisiones morales. Esta función de modelaje estaba basada en analogías significativas entre las circunstancias de los personajes en el texto y la situación de la audiencia original Los intérpretes modernos encontrarán significativas las analogías entre nuestras vidas y las situaciones abordadas por los escritores del Antiguo Testamento. Debemos tener cuidado con moralizar ilegítimamente, pero en tanto que basemos el modelaje contemporáneo en una función de modelaje original, la aplicación de este tipo será valiosa. Cuando el modelaje es un motivo prominente en la historia del Antiguo Testamento, el pasaje puede ofrecer un ejemplo para los creyentes contemporáneos también. Por ejemplo, el Cronista diseñó que el reino de Ezequías como un ejemplo para su audiencia. El trató acerca del orgullo y fracaso del rey (compare 2 Reyes 20:1-21 y 2 Crónicas 32:2433) y enfatizó sus reformas cúlticas. En su gran celebración de la Pascua, Ezequías reunió exitosamente un remanente del Reino del Norte con el Reino del Sur por medio de una oración intercesora (2 Crónicas 30:17-20). Este evento estableció a Judá como el
representativo de la nación entera durante el exilio y restauración, pero la oración de Ezequías a favor de los dolientes del Norte también lo pusieron como un modelo para la comunidad post-exílica. El Cronista ofreció un ejemplo de actitudes y acciones apropiadas hacia el Norte en tanto que sus lectores enfrentaban los problemas de la situación postexílica. Los creyentes contemporáneos deben de rivalizar con Ezequías al responder a las divisiones y separaciones entre el pueblo de Dios hoy en día. ¿Qué podemos hacer para construir la unidad del reino de Cristo? Aún cuando el modelaje no es central al significado original de un pasaje, podemos encontrar una conexión con nuestras vidas. Por ejemplo, el registro de la censura de Natán a David (2 Samuel 12:1-14) fue originalmente diseñada para explicar por qué la casa de David sufrió bajo el juicio de Dios pero permaneció como la familia gobernante legítima de Israel. Natán dijo que Dios castigaría severamente a David pero no lo rechazaría absolutamente. Mientras que esta función establecida pudo haber sino central en los propósitos del escritor, el arrepentimiento de David también sirvió como modelo. David no resistió a la censura de Natán; humildemente se sometió a sus palabras de juicio. Los lectores de Samuel tuvieron muchas oportunidades de escuchar estas palabras del juicio profético y seguir el ejemplo de David. Este pasaje es un modelo digno de imitarse hoy día. El espíritu quebrantado de David y la voluntad de aceptar el juicio de Dios sirven como un retrato de arrepentimiento para nuestras vidas también. En tanto aplicamos las narrativas del Antiguo Testamento al mundo contemporáneo debemos buscar no solamente en qué maneras se establecen los antecedentes de las realidades presentes, también debemos de preguntarnos: “¿Nos ofrece este pasaje un modelo para seguir o para evitar?”
Presagiar. Las historias del Antiguo Testamento también presagia nuestras vidas. Los escritores del Antiguo Testamento frecuentemente desarrollaron paralelos extensivos entre los eventos en sus historias y las experiencias de sus lectores. Similarmente, una historia pudo haber simbolizado la vida moderna de hoy. Para evitar alegorizar ilegítimamente, debemos basar nuestras aplicaciones en el significado original del texto. Pero en línea con las prácticas de los escritores mismos del Antiguo Testamento, debemos de descubrir frecuentemente los presagios significativos para nuestras vidas en las historias del Antiguo Testamento. Cuando los escritores del Antiguo Testamento simbolizaron las circunstancias de sus lectores, podemos ver fácilmente la misma conexión con nuestros días. Por ejemplo, la
historia de la estancia de Abram en Egipto (Génesis 12:10-20) hicieron paralelo a la estancia de Israel en Egipto. Las analogías entre la experiencia de Abram y el éxodo de Israel son extensivas. En base a esta anticipación original, podemos buscar similitudes con nuestras propias vidas. De la misma manera en que Dios milagrosamente liberó a Abram de la cautividad en Egipto, Él nos ha liberado de la esclavitud del pecado por medio de la muerte y resurrección de Cristo, el éxodo de Abram retrata nuestro éxodo. Aún los aspectos menores de un pasaje pueden simbolizar dimensiones de nuestras vidas. Notamos anteriormente que Moisés trató “el horno humeando y la antorcha de fuego” (Génesis 15:17) como una prefiguración de un pilar de fuego ante Israel. Esta teofanía anticipa nuestros días también. Cristo ha ido ante nosotros a la batalla dirigiendo el camino hacia nuestra herencia de vida eterna (Hebreos 5:7-10; 9:11-15). Muchos grandes temas de la historia del Antiguo Testamento presagian nuestro día. Las tipologías pueden encontrarse por toda la Biblia. Adán simboliz a Cristo, el segundo Adán; Moisés el dador de la ley refleja a Cristo nuestro Legislador; David el rey anticipa a nuestro Rey Jesús; la tierra de la promesa presagia los nuevos cielos y la nueva tierra. La lista de paralelos es enorme. Cuando venimos con estos temas y otros similares, estamos en posición de ver presagios de nuestra existencia hoy en día. En la aplicación contemporánea debemos imitar a los escritores del Antiguo Testamento al mirar hacia las anticipaciones de nuestros días en sus historias. En tanto examinamos el significado original de las historias del Antiguo Testamento, encontramos que ellas establecen, modelan y presagian aspectos de nuestras vidas contemporáneas.
Implicaciones para Nuestros Días El tercer objetivo en la aplicación contemporánea es mostrar las implicaciones para nuestros días. Los escritores del Antiguo Testamento querían que sus lectores entendieran la vida a la luz de las historias del Antiguo Testamento. Ellos le daban forma a sus textos para transmitir muchas implicaciones informativas, directivas y afectivas para sus lectores. De la misma manera, debemos de ver nuestro mundo a la luz de las historias del Antiguo Testamento, buscando implicaciones informativas, directivas y afectivas.
Informativas. Las narrativas del Antiguo Testamento ofrecen muchas implicaciones informativas. Proporcionan información acerca de las circunstancias, de la gente y de Dios en nuestros días. Por ejemplo, hemos visto que la derrota de Dios de la Torre de Babel
(Génesis 11:1-9) enseñó a la audiencia de Moisés acerca de los enemigos a los que ellos temían. Así como Babel no pudo resistir el ejército celestial, así las ciudades de Canaán no podrían resistir el ataque de Dios. Las circunstancias de los lectores de Moisés no fueron tan desesperantes como ellos pensaban; sus enemigos Cananitas no eran tan fuertes como ellos creían; su Dios no era impotente, como ellos habían temido. Nosotros también enfrentamos obstáculos que impiden la poseer completamente nuestra herencia en Cristo. Las barreras parecen insuperables a veces, pero esta historia nos recuerda que, no importa qué grandes sean las dificultades, podemos descansar seguros de la victoria. Nuestras circunstancias no son desesperadas; nuestros enemigos no son invencibles; Dios tiene poder sobre Sus enemigos hoy en día como lo tuvo en los días de Babel. Cuando el escritor de Samuel repasó los logros de David al final de su libro (2 Samuel 21:124:25), él informó a sus lectores de muchas cosas en sus experiencias contemporáneas. Las intervenciones de David, logros militares, y palabras de confianza demostraron los beneficios que los lectores originales podían esperar de la línea de David. A pesar de los problemas en la casa de David, los reyes Davídicos fueron escogidos por Dios. Dios bendeciría a Su pueblo a través del linaje de David. Estas implicaciones informativas originales nos ofrecen información acerca de nuestros propios tiempos. En todo nuestro derredor el reino de Dios es débil y está dividido. Podemos estar tentados a preguntarnos si el Cristianismo ha fallado. Pero estas historias nos enseñan que, a pesar de los problemas que molestan al Reino en nuestros días, el Hijo de David – nuestro Rey Jeús – reina por decreto de Dios. Su reino ha logrado mucho y tiene muchas bendiciones para el futuro. El que ahora se sienta en el trono es nuestra esperanza hoy en día. Estas implicaciones nos informan de la verdadera naturaleza de la vida en el Reino de Dios. Vivimos en un mundo lleno de información falsa que necesita ser corregida por las historias del Antiguo Testamento. Cuando nos acercamos a estos textos debemos de preguntarnos: “¿Qué información ofrece esta historia con relación a nuestras vidas?”
Directiva. También debemos de investigar en las historias del Antiguo Testamento implicaciones directivas para nuestros días. Los escritores del Antiguo Testamento enseñaron a sus lectores más que información. Sus historias también implicaban obligaciones morales. ¿Qué obligaciones imprimen estas historias en nuestras vidas? ¿Cómo nos dicen estos pasajes que respondamos a nuestras circunstancias contemporáneas, a la gente en nuestro derredor y a nuestro Dios?
Hemos visto que el Cronista compuso su registro del reino de Asa (2 Crónicas 14:2-16:14) para enseñar a sus lectores cómo responder a las amenazas militares durante el período post-exílico. Cuando Asa confió en Dios, derrotó a sus enemigos. Cuando el confió en las alianzas humanas, su reino fracasó. Mientras los lectores post-exílicos de Crónicas lidiaban con amenazas militares, ellos aprendieron de la vida de Asa a confiar completamente en el poder de Dios para protegerlos. Cuando aplicamos estas implicaciones directivas a nuestras vidas, aprendemos que tenemos obligaciones similares. El Cronista nos enseña que en las circunstancias amenazantes no debemos de voltearnos hacia el poder humano. Confiar en la ingenuidad y la fuerza humana nos guiará ultimadamente al fracaso. Como gente de fe debemos de confiar en Dios durante los momentos de dificultades. La historia de la expulsión de la humanidad del Jardín del Edén (Génesis 3:1-24) tuvo muchas implicaciones directivas para la audiencia original de Moisés. Una de sus preocupaciones principales era demostrar la necesidad absoluta de obediencia a los mandatos de Dios. Cuando Adán y Eva desobedecen son expulsados del jardín y del árbol de la vida. Las implicaciones directivas de este motivo fueron obvias para los lectores originales: ellos debían observar los mandatos de Dios. La desobediencia resultaría en futilidad y muerte. No es difícil ver las implicaciones directivas de este pasaje. Nosotros también estamos bajo la obligación de obedecer la ley de Dios. Él nos ha bendecido ricamente y nos ha dado la ley que nos beneficia. Sin embargo, si nos alejamos podemos esperar ver Su mano castigadora en nuestra contra. La aplicación responsable al mundo moderno incluye buscar directivas contemporáneas, reconociendo que estos textos ponen sobre nosotros las obligaciones de la misma forma en que lo hicieron sobre sus lectores originales. Cuando aplicamos las historias del Antiguo Testamento, debemos preguntarnos: “¿Qué directivas prescribe este pasaje para nuestras vidas?”
Afectivo. Debemos esforzarnos también por aplicar las implicaciones afectivas para nuestros días. Los escritores del Antiguo Testamento compusieron sus textos para tocar las emociones de sus lectores. Sus historias trajeron tristeza, felicidad, aliento, desaliento y una multitud de otras disposiciones. La historia del pacto de Dios con Abram (Génesis 15:1-21) contenía muchas implicaciones afectivas para la audiencia original. En tanto que los lectores trabajaron con las primeras
porciones del pasaje, ellos se llenaron de miedo y ansiedad. Pero al final de la historia habían escuchado las promesas de Dios y encontraron gozo y seguridad. Dios prometió sacar la semiente de Abram de la esclavitud y darles la tierra de Canaán. Moisés quería que el entusiasmo y la confianza reemplazaran todas las dudas. En tanto leemos esta historia, nuestros corazones también se llenan de temor. Pero al final del pasaje nos ayuda ver nuevamente nuestras circunstancias. Dios no nos ha dejado encontrar nuestra propia salvación; Él nos ha prometido vida eterna en la nueva creación así como prometió la herencia de Canaán a Israel. Estas verdades deben de llenar nuestros corazones de confianza y gozo, aún así como influyeron en la audiencia original. El primer capítulo del libro de Jonás describe al profeta en una desobediencia vergonzosa mientras que los marineros paganos probaron ser más piadosos (1:14, 16). Jonás es lanzado al mar bajo el juicio de Dios por su negativa de ir a Nínive. El escritor de Jonás se propuso que los hipócritas de su audiencia experimentaran ansiedad y convicción por sus pecados. Al aplicar tu y yo este pasaje a nuestras vidas, debemos de enfrentar el hecho de que somos como Jonás, listos para responder al llamado de Dios solamente cuando es cómodo, y renuentes a alcanzar a nuestros enemigos con el evangelio. Como resultado esta historia debe de traer ansiedad, convicción, y miedo a nuestros corazones también.
La aplicación de las narrativas del Antiguo Testamento involucra observaciones, anticipaciones e implicaciones. Observamos los aspectos del texto que son más importantes para nuestros días. Descubrimos las anticipaciones de establecimiento, modelaje y presagio para nuestras vidas. Inferimos las implicaciones informativas, directivas y afectivas. Solamente cuando incorporamos todas estas tres dimensiones hemos aplicado las narrativas del Antiguo Testamento al mundo moderno (ver fitura 55).
Proceso de Aplicación Aplicar las narrativas del Antiguo Testamento es el desafío más grande de la interpretación. Presenta más obstáculos que cualquier otro proceso hermenéutico. Con el fin de llevar a cabo este reto, debemos de tratar con un número de dificultades. Hasta este punto nos hemos enfocado en dos consideraciones que son cruciales en la aplicación: conexiones entre el pasado y el presente y ajustes para el presente. ¿Cómo podemos conectar el mundo del Antiguo Testamento con nuestro mundo moderno? ¿Qué ajustes son necesarios en tanto seguimos estas conexiones?
Conexiones Mi esposa y yo tenemos buenos amigos en la parte Este de Europa. Cada día festivo les llamamos, pero por lo regular lleva un poco de tiempo lograrlo. Normalmente una grabación se escucha: “Lo sentimos, pero no hay líneas que conecten con el país que está llamando... por favor llame más tarde”. No tenemos otra opción que intentarlo más tarde. Tenemos que encontrar una línea que nos conecte. De manera similar, al aplicar las narrativas del Antiguo Testamento a nuestros días, debemos de encontrar líneas de conexión entre nuestros tiempos y los días del Antiguo Testamento. Al buscar las conexiones, necesitaremos examinar tanto las diferencias y similitudes entre nuestro mundo y el Antiguo Testamento.
Diferencias. En el siglo dieciocho, Gotthold Lessing (1729-1781) llamó la atención a las diferencias entre el mundo moderno y la Escritura con una fuerza apremiante. Aunque se enfocó principalmente a los textos del Nuevo Testamento, sus conclusiones pusieron en marcha perspectivas críticas de las narrativas del Antiguo Testamento también. Lessing argumentó que las Escrituras estaban completamente unidas a sus entornos históricos antiguos. Todas las aserciones contenidas en la Biblia fueron coloreadas por las creencias primitivas de la gente que las escribió. La valoración de la Escritura de Lessing planteó serios problemas para los lectores de la Biblia del siglo dieciocho. Gracias a los avances filosóficos y científicos, la gente ya no cree en milagros, demonios, ángeles y cosas por el estilo. Aún los principios de moralidad aceptados en tiempos antiguos fueron cuestionados en la Edad del Razonamiento. La Escritura ya no habló con autoridad absoluta. La perspectiva de Lessing dejó un gran vacío hermenéutico entre los intérpretes modernos y la Biblia, una distancia que él describía como “la zanja fea abierta, que no puedo cruzar”. Han pasado siglos desde que Lessing expuso este punto de vista, pero su zanja nunca ha desaparecido del pensamiento de los intérpretes críticos. De una manera general todavía operan en su premisa básica: la Biblia es un producto de su día, presentando todo tipo de creencias primitivas que la gente moderna ha desechado. No puede hablar autoritativamente al lector contemporáneo. Como Barr lo ha resumido recientemente:
Todo trabajo o texto compuesto en tiempos antiguos y en una cultura antigua tiene su significado en ese tiempo y
cultura, y en nuestro tiempo y cultura puede tener un significado diferente, o de hecho no puede significar nada... un trabajo como la Biblia, que es un producto de una situación cultural particular (o mejor dicho, que es una compilación de trabajos, el producto de un grupo de tales situaciones por un largo período cambio) por lo tanto no puede ser autoritativa en cualquier sentido decisivo para otras culturas, la idea es tan absurda que no es digna de discusión alguna.
Los evangélicos no están de acuerdo con esta perspectiva, pero no debemos ignorar completamente el problema de la zanja de Lessing. Sus observaciones han levantado desafíos al proceso de la aplicación que son ineludibles. Por un lado, las narrativas del Antiguo Testamento están muy ligadas a las condiciones históricas en las que fueron escritas originalmente. La forma y el contenido de cada texto Bíblico reflejan las convenciones compartidas por los escritores y lectores antiguos. Dios empleó las personalidades, las experiencias y los antecedentes culturales de los escritores como vehículo de revelación. También Él acomodó la revelación Escrita a las capacidades y necesidades de los lectores originales. Por otro lado, nuestros días son diferentes del mundo del Antiguo Testamento. Los avances tecnológicos crean distancia. No usamos carrozas y espadas; usamos misiles nucleares y sistemas de defensa de satélite. Sociológicamente, no somos doce tribus viviendo en Palestina; somos innumerables congregaciones por todo el mundo. Aún el carácter sobrenatural de muchos de los eventos del Antiguo Testamento los hace distantes de nosotros. Los evangélicos creen que los milagros en la Biblia de hecho ocurrieron. El hacha de Eliseo literalmente flotó sobre el agua (2 Reyes 6:1-7); de hecho fuego cayó del cielo sobre el sacrificio en el templo de Salomón (2 Crónicas 7:1). Pero ¿cuando fue la última vez que viste un hacha flotar o fuego caer del cielo? Los eventos como estos parecen extraños a nuestras experiencias del siglo veinte.
Como lectores modernos debemos de reconocer las diferencias entre nosotros mismos y el mundo del Antiguo Testamento. Al ir despejando esta distancia, veremos la necesidad de hacer un puente al vacío para hacer aplicaciones legítimas para nuestros días.
Similitudes. Para superar la distancia entre nuestro mundo y el Antiguo Testamento, debemos de encontrar similitudes significativas que conecten el pasado y el presente. ¿Cuáles son las continuidades entre el Antiguo Testamento y nuestros días? ¿Qué rutas podemos seguir en la aplicación? Los intérpretes críticos imponen criterios modernos para determinar la aplicabilidad del Antiguo Testamento. Sobre todo, la razón humana sirve como la prueba de tornasol para evaluar lo valioso de la enseñanza de la Biblia. Los aspectos de la Biblia que pasan la prueba de la razón son aceptados; otras dimensiones son puestas a un lado u opuestas.
Por ejemplo, Troeltsch (1865-1923) puso el paso para muchos intérpretes críticos al investigar las verdades universales a la luz de los progresos en las religiones del mundo. En nuestro siglo Bultmann (1884-1976) propusieron una hermenéutica de demitologización, despojando la Biblia de su mitología primitiva para discernir el corazón del valor de la existencia humana. En años más recientes, muchos intérpretes críticos se han vuelto a procesar filosofía y liberación social para discernir el valor moderno de la Escritura. Estas son algunas de las maneras en que los intérpretes críticos determinan un grado de relevancia a las narrativas del Antiguo Testamento. Las variaciones son incontables. Sin embargo, en cada caso, la suposición fundamental es la misma. El pensamiento moderno ha desacreditado tanto el significado original de la Escritura que es irrelevante en gran parte y a veces aún repugnante a los lectores contemporáneos. Como resultado las únicas conexiones válidas son aquellas que son impuestas en la Escritura por el espíritu de modernidad. Esta práctica hermenéutica no es nueva. La gente en cada época ha limitado la aplicabilidad de la Palabra de Dios por algún estándar externo que encuentran más apetitoso. Desde el Jardín del Edén, Eva evaluó la revelación notando ella misma: “que el árbol era bueno para comer y que era agradable a los ojos” (Génesis 3:6). Los Israelitas rehusaron obedecer el llamado de tomar Canaán debido a sus propias ideas de lo que parecía razonable (Números 13:1-14:10a). El pueblo de Israel y Judá rehusaron escuchar a los profetas porque juzgaron los pronunciamientos proféticos por sus propios estándares. Jesús mismo fue rechazado por la misma razón (Mateo 26:57-68). Sin embargo, la
Escritura repetidamente condena este acercamiento a la revelación con los términos más fuertes como rebelión en contra de Dios mismo. Los evangélicos deben de buscar las líneas de conexión que provienen de la Biblia, no de nuestros propios estándares de juicio. ¿Qué vínculos hermenéuticos usaron los escritores del Antiguo Testamento? ¿Cómo superaron la distancia entre su mundo y el pasado? Desde el principio debemos recordar que los escritores del Antiguo Testamento respondieron al Espíritu Santo para autorizar sus esfuerzos. Sus aplicaciones más hábiles y competentes caían en oídos sordos separadas del Espíritu de gracia que obraba en los corazones de sus lectores. Sin embargo, mientras el Espíritu se movía, aún los peores pecadores en el tiempo y lugar más remotos podían entender sus historias y aplicarlas a sus vidas. También dependemos enteramente en el Espíritu para hacer la aplicación posible. El Espíritu que inspiró las narrativas del Antiguo Testamento en sus circunstancias originales también ilumina a los lectores modernos. Él tiene el poder para superar cualquier obstáculo que la zanja de Lessing pudiera presentar a la aplicación contemporánea. Sin Su bendición nuestros esfuerzos son en vano, pero con Su bendición podemos superar las dificultades de aplicación. A parte de esto es aparente que los autores del Antiguo Testamento confiaron en varias líneas específicas de conexión entre el pasado y el presente. Ellos basaron sus aplicaciones en el hecho de que el pasado y el presente siempre involucran al mismo Dios, al mismo mundo, al mismo tipo de gente.
Mismo Dios. Los escritores del Antiguo Testamento aplicaron el pasado a sus situaciones contemporáneas porque tanto el pasado como el presente estaban en el control soberano del mismo Dios. No se enfocaron principalmente en los hechos de otros dioses; sino en su lugar se enfocaron en lo que su Dios había logrado. ¿Por qué? Porque Su voluntad en el pasado revelaba Su voluntad para el presente. Dios forma una línea vital de conexión porque El es inmutable. La doctrina de inmutabilidad nos enseña que Dios está “desprovisto de todo cambio, no solamente en Su ser, sino también en Sus perfecciones, y en Sus propósitos y promesas”. Dios está activamente involucrado en el curso de la historia, pero Su involucramiento nunca viola Su carácter siempre-consistente, nunca-cambiante y Palabra (Números 23:19; Isaías 14:24; 41:4; 48:12; Romanos 1:23, Hebreos 1:11-12; Santiago 1:17). En un sentido ultimado, Dios nunca se contradice a Sí mismo, aunque desde una perspectiva humana pueda parecer
que cambia. (eje. Éxodo 32:7-14). Dios nunca viola Su naturaleza, sus decretos o promesas. Muy conectado con la inmutabilidad de Dios está la fidelidad del pacto de Dios. Las relaciones de pacto que Dios ha establecido permanecen en efecto para todo el tiempo. Como Robertson comenta:
Por la creación Dios se unió él mismo al hombre en una relación de pacto. Después de la caída del hombre al pecado, el Dios de toda la creación bondadosamente se unió él mismo al hombre otra vez al comprometerse él mismo a redimir a un pueblo para sí de la humanidad perdida. Desde la creación hasta la consumación el lazo del pacto ha determinado la relación de Dios a su pueblo. La magnitud de los pactos divinos abarca desde el principio del mundo hasta el fin del tiempo.
La Escritura enseña por toda la historia que Dios es fiel a los lazos de Su pacto (Génesis 17:7; Deuteronomio 29:13; 2 Samuel 7:13-16; 1 Reyes 8:15-16, 56; Hebreos 6:16-20). Esta fidelidad es la base de la aplicabilidad de Su Palabra de generación en generación. Aunque existen muchas diferencias entre el pasado y el presente, Dios ha permanecido el mismo. Las estructuras que Él ordenó hace mucho tiempo se aplican a nuestros tiempos. Las promesas que Él hizo en el pasado continuar hasta nuestros días. Podemos ir del significado original de un pasaje hacia aplicaciones modernas porque servimos al mismo Dios.
Mismo Mundo. Los escritores del Antiguo Testamento también aplicaron los eventos antiguos a las vidas de los lectores porque ambos se llevaron a cabo en el mismo mundo. A pesar del hecho de que el mundo externo de la revelación pasada discrepó del mundo de los escritores y lectores del Antiguo Testamento, parte significativa de lo físico, cultural
e ideológico todavía continúa. Estas conexiones hicieron posible que los escritores del Antiguo Testamento aplicaran sus historias a sus lectores por lo menos de dos formas. Primero, los escritores del Antiguo Testamento apuntaron los eventos que hicieron marcas indelebles en las vidas de sus audiencias. Josué había guiado a Israel en la conquista de la tierra (Josué 1:1-12:24); los lectores del libro de Josué pudo aplicar este material porque vivían en esa tierra. Los pecados de Manasés enviaron a la nación al exilio (2 Reyes 23:26-27; 24:3-4); la audiencia de Reyes pudo aplicar este evento porque estaban en el exilio. En muchos casos los lectores originales podían relacionar los eventos pasados con sus vidas porque estaban experimentando el impacto de esos incidentes en su mundo contemporáneo. Podemos aplicar las historias del Antiguo Testamento a nuestras vidas por la misma razón. El Antiguo Testamento ha dejado una marca duradera en muchos aspectos del mundo moderno. Los eventos Bíblicos no se llevaron a cabo en un vacío, sucedieron el la historia real y marcaron el curso del mundo para siempre. ¿Qué eventos históricos pueden ser más esenciales al mundo como lo conocemos que la creación y la caída? ¿Qué serie de creencias religiosas han afectado más la vida que aquella del antiguo Israel? No hay lugar alguno donde los eventos del Antiguo Testamento no hayan dejado alguna marca en la vida contemporánea. Estas influencias en la vida hoy en día hacen posible que nosotros veamos similitudes entre nuestras vidas y las historias del Antiguo Testamento. Segundo, los escritores del Antiguo Testamento confiaron en analogías entre tiempos antiguos y sus tiempos. Las vidas de los lectores paralelan los eventos Bíblicos en maneras significativas, permitiendo a la audiencia original relacionar sus vidas con las historias del Antiguo Testamento. Así como Moisés y el pueblo entraron en un pacto con Dios en Sinaí (Éxodo 19:1-24:18), los lectores de Éxodo tenían que reafirmar sus compromisos del pacto. De la misma forma que David proporcionó todo para el templo (1 Crónicas 29:1-9), se le requirió a la audiencia del Cronista sostener el nuevo templo. Al reflexionar podemos ver muchos paralelos entre nuestras situaciones y aquellas de los tiempos del Antiguo Testamento. Vivimos en un mundo creado por Dios, pero caído en el pecado; enfrentamos oposición para nuestra fe; luchamos por justicia y misericordia en la sociedad. Los paralelos son grandes. “... nada hay nuevo debajo del sol” (Eclesiastés 1:9). Una vez que vemos debajo de las desigualdades superficiales, podemos ver que vivimos en circunstancias muy parecidas a aquellas de los escritores del Antiguo Testamento y de sus audiencias. Debido a estos paralelos podemos dirigirnos a las historias antiguas del antiguo Testamento y aplicarlas a nuestras vidas hoy en día.
Mismo tipo de gente. Los escritores del Antiguo Testamento también encontraron una línea de conexión entre el pasado y el presente porque estuvieron tratando con el mismo tipo de gente. En la perspectiva Bíblica toda la gente es la imagen de Dios caída en pecado (Génesis 1:27, 9:6; Isaías 53:6; Romanos 3:9-18, 23; 1 Corintios 11:7, Colosenses 3:10). Estas características universales de la humanidad hicieron posible que los escritores del Antiguo Testamento conectaran el pasado con el presente. Aunque los escritores del Antiguo Testamento sabían que la gente era diferente en varios períodos históricos, también reconocieron que tenemos similitudes básicas como imagen de Dios caída. Entre otras cosas, compartimos habilidades lingüísticas, capacidades mentales y naturaleza moral. Primero, los autores del Antiguo Testamento se apoyaron grandemente en las habilidades ligüísticas de sus lectores. El simple hecho de que el Antiguo Testamento fue escrito demuestra que sus autores creían que el lenguaje podía comunicar a través del espacio y tiempo y que sus lectores podían entender y aplicar sus mensajes. Nuestras habilidades lingüísticas nos capacitan a aplicar las historias del Antiguo Testamento hoy en día. Claro que no hablamos los lenguajes antiguos de los escritores del Antiguo Testamento; sin embargo, como lo sugieren cada vez más las investigaciones, debajo de las particularidades de las lenguas individuales hay estructuras lingüísticas comunes que hacen posible significativamente la comunicación tras-cultural y trashistórica. En un sentido, nuestras habilidades lingüísticas dadas por Dios nos permiten aplicar las narrativas del Antiguo Testamento al mundo moderno. Segundo, los escritores del Antiguo Testamento también se apoyaron en las capacidades mentales de sus lectores. Como imagen de Dios, los seres humanos razonan, ejercitan su voluntad y experimentan emociones. Nosotros hacemos preguntas, resolvemos problemas, buscamos implicaciones lógicas, imaginamos situaciones y respondemos emocionalmente a la vida. Todas estas habilidades vinieron de nuestro carácter como imagen de Dios. Cuando los escritores del Antiguo Testamento compusieron historias, dependían de sus lectores para ejercitar estas capacidades. Los autores del Antiguo Testamento raras veces declararon explícitamente sus intenciones ideológicas, porque ellos asumieron que los lectores podían inferir las implicaciones de los textos por ellos mismos. De la misma manera, nuestros intentos de aplicar las historias del Antiguo Testamento al mundo moderno se apoyan en nuestras capacidades mentales. Como imagen de Dios hemos sido dotados con la habilidad de asir los significados originales de estos textos, reflejar las diferencias entre nuestro mundo y el mundo del Antiguo Testamento y de entender cómo la ideología de estos textos tienen presencia en nuestras vidas. Nuestras
interpretaciones siempre necesitan mejorar, pero nuestras capacidades mentales nos equipan para hacer avances en el entendimiento. Tercero, los escritores del Antiguo Testamento se apoyaron en la naturaleza moral común para todos los humanos. Los autores de las historias del Antiguo Testamento percibían a toda la gente como imagen de Dios hecha para servir como vice-regentes de Dios en el mundo (Génesis 1:26-30). También reconocieron que la humanidad había fallado en cumplir su tarea (Génesis 3:1-13) y necesitaba desesperadamente la gracia redentora de Dios (Génesis 3:1-20); 1 Reyes 8:46-61; Esdras 9:5-15). A diferencia de otras criaturas, nosotros fuimos creados con la capacidad para tener una vida religiosa y con la responsabilidad de responder obedientemente a la revelación de Dios. Este carácter moral hizo posible que los escritores del Antiguo Testamento tomaran eventos del pasado y los aplicaran a sus lectores contemporáneos. Lo mismo es verdad para nosotros. Los seres humanos de hoy en día tienen el mismo carácter moral como la gente en los días del Antiguo Testamento. Tenemos la obligación de servir como imagen de Dios; nosotros fallamos como los creyentes del Antiguo Testamento fallaron; nosotros necesitamos la gracia de Dios como ellos lo hicieron. Podemos hacer un puente entre los días del Antiguo Testamento y los nuestros porque seguimos siendo criaturas morales. Así es que los escritores del Antiguo Testamento encontraron las líneas de conexión entre el pasado y el presente. Ellos se apoyaron en el mismo Dios, el mismo mundo y el mismo tipo de gente. Nosotros podemos enfrentar los desafíos de la aplicación siguiendo sus ejemplos (ver figura 56).
Ajustes En tanto aplicamos las narrativas del Antiguo Testamento al mundo moderno, seguimos las rutas del mismo Dios, el mismo mundo, y el mismo tipo de gente. Pero estas rutas no son caminos derechos. Al paso de los siglos desde el Antiguo Testamento hasta nuestros días, han doblado hacia la izquierda y hacia la derecha. Para tener éxito en la aplicación, debemos de tomar en cuenta estas variaciones. En los siguientes capítulos examinaremos estas variaciones en detalle. Por ahora meramente tocaremos tres asuntos básicos: la necesidad de ajustes, las guías de ajustes, y los tipos de ajustes que debemos hacer. Necesidad de ajustes. ¿Por qué debemos de hacer ajustes al aplicar las historias del Antiguo Testamento? ¿Por qué nos simplemente seguimos el significado original como es? Puesto simplemente, debemos de ajustar nuestras aplicaciones porque no estamos
precisamente en la misma situación en la que estaban los lectores de las narrativas del Antiguo Testamento; tenemos diferentes necesidades y puntos fuertes. Experimentamos diferentes logros y desafíos. De hecho, si aplicamos las historias del Antiguo Testamento precisamente como lo debieron de hacer los lectores originales, podríamos desobedecer a Dios. Por ejemplo, la historia del becerro de oro (Éxodo 32:1-25) enseñó a la audiencia original de Moisés que deberían adorar a Dios conforme al diseño de la Ley de Moisés. Su respuesta apropiada era evitar la idolatría y adorar en el tabernáculo que Moisés había construido para ellos. ¿Cuál debería de ser el resultado si simplemente imitáramos lo que los lectores originales tenían que hacer? Si levantamos un tabernáculo Mosaico y seguimos los procedimientos ordenados para esa estructura, desobedecemos a Dios. De hecho nos hemos revelado en contra de Él porque Cristo ha sustituido el tabernáculo de Moisés. Como argumentó el escritor de Hebreos, adorar de tal manera en nuestros días es desobedecer la obra de nuestro Salvador (Hebreos 9:1-10:18). El libro de Números fue diseñado para inspirar a Israel a pelear como un ejército santo en la tierra de Canaán. ¿Deberíamos de seguir simplemente la respuesta apropiada del antiguo Israel a este libro? Si lo hacemos, todos estaríamos en Canaán peleando en contra de los ocupantes de esa tierra. ¡Claro que no debemos de aplicar este libro al mundo moderno por mera imitación!
Guías de ajustes. Si los ajustes son necesarios en la aplicación, ¿qué guías nos pueden mostrar las variaciones que debemos seguir? Tres indicadores nos ayudan a ver donde dan vuelta las líneas de conexión. Primero, encontramos dirección de nuestro vivir cristiano individual. Nuestra santificación, dotes y llamamiento tienen mucho que ofrecer en tanto exploramos los ajustes en la aplicación. La oración, la adoración y la atención personal al Espíritu realzan nuestra sensitividad a Su dirección. La experiencia nos ayuda a ver nuestras fallas y nuestros logros. El compromiso a nuestra vida de trabajo guía nuestra aplicación. Segundo, aprendemos de interactuar en la comunidad. Nuestros hermanos y hermanas en Cristo tienen mucho que enseñarnos de los ajustes al mundo moderno. A través de los siglos los creyentes han trabajado duro en aplicar las historias del Antiguo Testamento a las necesidades de sus días. Podemos beneficiarnos de sus acercamientos. La iglesia moderna también está comprometida en el proceso de aplicación. En tanto interactuamos con varios puntos de vista y prácticas en la iglesia, podemos obtener una visión de las
maneras en que otros han aplicado las narrativas del Antiguo Testamento a la vida moderna. Tercero, la única guía infalible para los ajustes en la aplicación es la Escritura misma. Como dice la Confesión de Fe de Westminster: “La regla infalible de interpretación de la Escritura es la Escritura misma: y por lo tanto, cuando hay una pregunta acerca de la verdad y del sentido completo de cualquier parte de la Escritura... debe de investigarse y conocerse en otros lugares que hablen más claramente”. Las aplicaciones legítimas deben de basarse en el significado original, proporcionando a los lectores modernos una guía infalible para hacer ajustes en la aplicación. Debemos de seguir la dirección de escritores Bíblicos inspirados quienes aplicaron revelación previa a sus situaciones. Las elaboraciones Bíblicas toman muchas formas. En el Antiguo Testamento, el libro de Deuteronomio se aplica a varias circunstancias en la Historia Deuteronomística (Josué, Jueces, Samuel y Reyes). El Cronista aplicó los libros de Samuel y Reyes a su situación postexílica. Los profetas elaboraron sobre los eventos en el Pentateuco y los libros históricos. Las interconexiones se pueden encontrar por todo el Antiguo Testamento. En tanto entendemos cómo variaron los escritores del Antiguo Testamento los temas de otras porciones del Antiguo Testamento a sus situaciones, encontraremos dirección para los ajustes que debemos de hacer para nuestros días. También debemos de ver los ajustes hechos en el Nuevo Testamento. Los escritores del Nuevo Testamento no desecharon las historias del Antiguo Testamento. No obstante, cuando examinamos cómo manejaron las narrativas del Antiguo Testamento, encontramos que hicieron bastantes ajuste al aplicarlas a sus circunstancias. En los capítulos que siguen, veremos dimensiones específicas de variaciones dentro de la Biblia. Sin embargo, hasta este punto, reconozcamos simplemente que los comentarios de los escritores Bíblicos forman una guía infalible para los ajustes que debemos hacer en la aplicación moderna. Siempre debemos de ligar nuestras variaciones tanto como sea posible a los modelos que los mismos escritores Bíblicos usaron.
Tipos de ajustes. Entonces, ¿qué tipos de ajustes debemos de hacer? Hemos visto que nuestras vidas se conectan con las narrativas del Antiguo Testamento porque estamos tratando con el mismo Dios, el mismo mundo y el mismo tipo de gente. También debemos tratar con tres variaciones correspondientes: de la época, de la cultura y ajustes personales.
Primero, con el fin de aplicar las narrativas del Antiguo Testamento a nuestras vidas debemos de hacer ajustes en la época. Las variaciones de la época ocurrieron en la Escritura porque Dios progresivamente se reveló a Sí mismo a la humanidad; la doctrina de la revelación progresiva es crucial para una aplicación legítima. Dios ha permanecido el mismo a través de la historia, pero Él ha expuesto su naturaleza, requisitos y la forma de salvación poco a poco. La revelación posterior nunca contradice a la revelación previa, pero más revelaciones desarrollan y van más allá de lo que fue dado de antemano. Siempre debemos de tomar en cuenta los cambios de la época en la revelación progresiva. Tu y yo vivimos después de la muerte y la resurrección de Cristo. Estamos en un período diferente de redención desde Moisés, el escritor de Reyes, y el escritor de EsdrasNehemías. Esta variación requiere muchos ajustes significativos. No somos una teocracia nacional privilegiada situada entre otros poderes internacionales. Nuestra guerra santa no es “contra sangre y carne, sino contra... huestes espirituales de maldad en las regiones celestiales” (Efesios 6:12). No adoramos en el tabernáculo o el templo; adoramos en “espíritu y en verdad” (Juan 4:24). Estos son tipos de variaciones importantes que debemos de evaluar en tanto aplicamos las narrativas del Antiguo Testamento. Segundo, debemos de hacer ajustes culturales. Vivimos en el mismo mundo como los creyentes del Antiguo Testamento, pero las costumbres sociales, las estructuras sociológicas y los avances tecnológicos hacen que nuestras responsabilidades y necesidades sean diferentes. Aunque estas variaciones han sido afectadas por la revelación progresiva, han sido resultado principalmente de la diversidad de los recursos naturales, de las habilidades y de las ideas. Aún los creyentes que viven en la misma época de la historia de la redención viven en diferentes culturas y hablan diferentes lenguas. Algunas naciones en guerra, otras en paz. Algunas con avances tecnológicos, otras están desarrollando. Estas variaciones culturales deben de considerarse en tanto aplicamos las narrativas del Antiguo Testamento. Tercero, debemos también de hacer ajustes personales. La gente es diferente una de otra. Cada persona tiene cualidades que las hacen un individuo único. Frecuentemente la aplicación apunta a las necesidades específicas de los individuos. En un nivel general, un texto puede tener la misma aplicación para diferentes tipos de personas, pero mientras más específica sea nuestra aplicación, habrá más variaciones en la aplicación individual. El mismo texto del Antiguo Testamento se aplica de manera diferente a un padre y a un hijo. Tiene un sentido diferente en la vida de un creyente obediente que de un apóstata rebelde. Se aplica de diferente manera a un hombre de
negocios que a un ama de casa. Las necesidades y responsabilidades de esta gente requieren de ajustes en la aplicación. Debemos de considerar la época, la cultura y las diferencias personales al investigar la relevancia de las narrativas del Antiguo Testamento (ver figura 57).
Conclusión En este capítulo hemos puesto el fundamento para la aplicación. Nuestro objetivo es observar los motivos relevantes en las narrativas del Antiguo Testamento, descubrir cómo anticipan nuestras vidas, y reconocer las implicaciones para nuestros días. Para alcanzar este objetivo, debemos ajustar nuestra aplicación de acuerdo a las diferencias y las similitudes entre las situaciones históricas de las narrativas del Antiguo Testamento y nuestros días. Con los conceptos básicos en mente seremos capaces de aplicar estos textos al mundo moderno.
Preguntas de Repaso
¿De qué manera son las observaciones, las anticipaciones y las implicaciones aspectos de nuestro objetivo en la aplicación? Distingue estos propósitos da un ejemplo de cada uno. ¿Cuáles son los tres tipos de anticipaciones e implicaciones que podemos derivar de las narrativas del Antiguo Testamento? ¿Cuáles son las líneas de conexión entre el mundo del Antiguo Testamento y nuestros días? Ilustra cómo son útiles en la aplicación. ¿Por qué debemos de ajustar el significado original en un texto con el fin de aplicarlo en la vida moderna? ¿Cuáles son los tres tipos principales de ajustes que debemos considerar?
Ejercicios de Estudio
Examina la historia de la Torre de Babel (Génesis 11:1-9). Escoge uno de los temas del pasaje. ¿Cómo anticipa este tema nuestros días? Da un resumen de una aplicación informativa, directiva y afectiva. Reflexiona en las implicaciones modernas que derivaste de Génesis 11:1-9. ¿Cómo ajustaste el significado original a la vida moderna? ¿Qué consideraciones de la época, culturales y personales controlaron tus ajustes?
EL NOS DIO HISTORIAS La Guía Bíblica para Estudiantes para Interpretar las Narraciones del Antiguo Testamento Parte 14: DE GENERACIÓN A GENERACIÓN
Cuando me alisto para manejar en un largo viaje, siempre checo un mapa. Pero no busco un mapa que muestre caminos secundarios y calles residenciales. Demasiados detalles al principio pueden ser demasiado confusos. En su lugar, busco las carreteras principales que lleguen a mi destino y tengo una mejor percepción de todo el viaje. Después saco los mapas que tienen más detalles. En el capítulo anterior, vimos que aplicar las narrativas del Antiguo Testamento al mundo moderno requiere ajustes a la época, cultura y personales. Estas consideraciones son como mapas de varias escalas que guían nuestros esfuerzos. Los ajustes de la época nos dan un panorama más amplio, las consideraciones culturales se enfocan en más detalles, y las variaciones personales tratan más específicamente las consideraciones individuales. En este capítulo bosquejaremos los ajustes a gran escala que se deben de hacer cuando aplicamos los motivos del Antiguo Testamento a través de las grandes épocas de la historia de la redención. En los próximos dos capítulos pondremos consideraciones culturales y personales dentro de este gran marco. Las aplicaciones a través de los años abarcan un buen número de asuntos importantes. Tomaremos tres: la estructura de la época de la historia de la redención, las narrativas del Antiguo Testamento y Cristo y la teocracia cristiana. ¿Cómo describe la Escritura las épocas de la historia de la redención? ¿Qué lugar tiene Cristo en la aplicación moderna? ¿Cómo debemos aplicar las historias del Antiguo Testamento a nuestra época?
Épocas en la historia de la Redención Es difícil concebir la vida a parte de las categorías históricas. Casi siempre pensamos en términos del pasado, presente y futuro. La Biblia también refleja un conocimiento agudo de la historia; los escritores bíblicos estaban preocupados tonel origen del desarrollo y el destino del mundo. Tenían perspectivas individuales, pero sus puntos de vista contribuyeron a una perspectiva unificada. Nos enfocaremos brevemente en dos
dimensiones de esta perspectiva Bíblica: divisiones entre las épocas y unidad entre las épocas.
Divisiones entre las épocas Tanto los pediatras como los padres te dirán que los niños no maduran en un ritmo constante, sino que pasan por ciclos de crecimiento y desarrollo más rápido en unas épocas que en otras. De muchas maneras, esto es verdad para la historia Bíblica. Dios se reveló a sí mismo a Su pueblo a través de los siglos, pero los desarrollos dramáticos ocurrieron en varias ocasiones. Estos oleajes en la historia de redención se llevaron a cabo en tanto que Dios intervenía decisivamente en el mundo para llevar a Su pueblo hacia nuevas edades de bendición. ¿Cuáles fueron estos pasos de desarrollo? La Escritura divide la historia de redención en: divisiones dentro de la Historia del Antiguo Testamento y la decisiva división en Cristo.
Divisiones dentro de la Historia del Antiguo Testamento. Los escritores del Nuevo Testamento tomaron muchas perspectivas en divisiones dentro de la historia del Antiguo Testamento. En tanto examinamos sus perspectivas, podemos ver que dividen el Antiguo Testamento de diferentes maneras. Pero estas perspectivas diversas contribuyen a un plan. A manera de ilustración contrastaremos las estructuras de la época del Antiguo Testamento bosquejadas por Pablo y Lucas. En Romanos 5:12-21 Pablo divide el Antiguo Testamento en dos períodos. El habló de “la transgresión de uno solo (Adán)” (v. 17) y después se dirigió al tiempo cuando “la ley (de Moisés) se introdujo para que el pecado abundase” (v. 20). Esta doble división correspondió a “la obediencia de uno (Cristo)” (v. 19) y sus resultados que “sobreabundó la gracia” (v. 20). En este pasaje Pablo se enfocó en los períodos antes y después del Sinaí.
En 2 Pedro 3:5-7 encontramos un patrón diferente, Pedro no habló de Sinaí como el evento crucial en la historia del Antiguo Testamento, sino que, unió sus divisiones de la época más directamente al diluvio de Noé. Después de que Dios creó la tierra, “el mundo de entonces” (v. 6) continuó hasta el diluvio. Después del diluvio la historia entró al período de “los cielos y la tierra que existen ahora” (v. 7). Este mundo continua hasta la formación de “cielos nuevos y tierra nueva” en la segunda venida de Cristo (v. 13). Pedro no contradijo el énfasis de Pablo en la caída de Adán al pecado y el Sinaí, pero el dividió la
historia de la redención de diferentes maneras en eras antes del diluvio después del diluvio y el nuevo mundo por venir. El reporte de Lucas del discurso de Esteban (Hechos 7:2-53) ofrece un tercer acercamiento a la historia del Antiguo Testamento. En respuesta a la acusación de que él estaba hablando “palabras blasfemas contra este lugar santo y contra la ley” (Hechos 6:13), Esteban repasó varios puntos principales en el Antiguo Testamento. El mencionó el tiempo de los patriarcas (Hechos 7:2-16), el éxodo y la conquista (Hechos 7:17-45ª) y los reinados de David y Salomón (Hechos 7:45b-47). Esteban identificó tres períodos en el Antiguo Testamento: el patriarcal, Mosaico y monárquico. Por lo menos dos factores explican por que Pablo, Pedro y Lucas vieron la historia del Antiguo Testamento desde perspectivas complementarias. Por un lado, el Antiguo Testamento es vasto y complejo, prestándose a muchos patrones diferentes de división. Imagina de cuántas formas podemos categorizar los períodos del crecimiento de un niño. Las posibilidades son innumerables. Similarmente, ningún solo esquema puede explicar adecuadamente todos los desarrollos dentro del Antiguo Testamento. Por un lado, las diferencias entre los escritores del Antiguo Testamento también resultaron desde sus intenciones específicas. En Romanos 5:12:21 Pablo contrastó a Adán y Cristo al enfatizar las similitudes entre la desobediencia inicial de Adán y la obediencia de Cristo, así como el incremento del pecado después de Sinaí y el incremento de la gracia y justicia después de Cristo. Sin embargo, Pedro se dirigió a aquellos que se mofaron de la promesa del regreso de Cristo (2 Pedro 3:3-13), mostrando los paralelos entre la creación, el diluvio y el juicio final. Lucas reportó cómo Esteban respondió a las preguntas acerca del templo al enfocarse en Abraham, Moisés y la monarquía (Hechos 7:2-50). Las intenciones específicas de cada persona trajo sus perspectivas distintivas de la historia de la redención. Una de las maneras más útiles de bosquejar los desarrollos de las épocas del Antiguo Testamento combina los períodos que Pablo, Pedro y Lucas enfatizaron en los pasajes que acabamos de mencionar. Este esquema se enfoca en los eventos principales del pacto en los días de Adán, Noé, Abraham, Moisés y David. Estos períodos de tiempo se ven principalmente a la luz de las relaciones del pacto establecidas durante esos tiempos. El período de Adán se enfocó en la caída de la humanidad de las perfecciones del Edén; el período de Noé se interesó en el juicio de Dios en contra del mal y la promesa de un mundo estable; Abram abrió el interés del período patriarcal con la promesa de la simiente, la tierra y la bendición; el pacto Mosaico enfatizó la Ley y la constitución de Israel en nación; y el período Davídico trató con el establecimiento de la dinastía de David sobre Israel. Un número de intérpretes han seguido este modelo básico.
Ya sea que sigamos cualquier esquema, los desarrollos de las épocas dentro del Antiguo Testamento influyen en la aplicación por lo menos en tres formas. Primero, debemos de evaluar el período de la historia redentora en los que se llevaron a cabo los eventos. ¿Cuáles fueron los rasgos peculiares del período? ¿Cómo se reflejan las características de la época en el texto? Segundo, el período del escritor y su audiencia deben de ser recordados. ¿Cuáles fueron los rasgos distintivos de la época del escritor? ¿Cómo influyeron en el texto? Tercero, debemos de examinar cómo el resto de las señales se asemejan a los motivos a través de otras épocas. ¿Cómo han influido los cambios de una a otra era la presentación de un tema por todo el Antiguo Testamento? Estas consideraciones nos capacitan para discernir el valor permanente del significado original de las historias del Antiguo Testamento para nuestros días. Por ejemplo, en el Jardín del Edén, Dios le dijo a Adán: “De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás” (Génesis 2:16-17). No podemos entender apropiadamente este mandato aparte sin considerar la época de Adán y Eva. En ese entonces ellos eran siervos sin pecado en el jardín santo de Dios. Dios los puso a prueba para examinar su fidelidad. ¿Cumplirían ellos su comisión o se rebelarían en contra de su Hacedor? En este sentido el mandato a Adán y Eva estaba ligado específicamente a su período redentor-histórico. Vivimos en un mundo caído, corrupto. ¿Qué podemos aprender de un evento que tomo lugar en la edad de perfección? Las claves para la aplicación moderna aparecen en la época del escritor. Moisés escribió esta historia para gente que vivió mucho después de la caída al pecado. Sus lectores Israelitas no enfrentaban precisamente las mismas elecciones de Adán y Eva. Pero Moisés escribió para advertir a los Israelitas de las horribles consecuencias de desobedecer la Palabra de Dios aún en sus días. Alejarse de los mandatos de Dios saca a la humanidad del paraíso. De manera similar, desobedecer los mandatos de Dios en sus días alejará a Israel mucho más de los ideales del paraíso. El mismo tema ocurre en otras épocas del Antiguo Testamento. En los días de Abraham la obediencia al llamado de Dios los dirigió a los patriarcas hacia las bendiciones; la desobediencia trajo dolor y problemas. En el período Davídico, los profetas llamaron al arrepentimiento a Israel y ofrecieron prosperidad y bendición para los que guardaban devoción a los mandatos de Dios. En todas las épocas el pueblo de Dios, u obedecía Su Palabra o sufría severamente por su desobediencia. Trazar el motivo de desobediencia en el jardín a través de las épocas del Antiguo Testamento nos da dirección en tanto aplicamos este pasaje a nuestros propios días.
Nosotros no enfrentamos la prueba del árbol del conocimiento del bien y del mal, pero todavía tenemos la Palabra de Dios. Debemos obedecer o sufrir severas consecuencias. El único camino al paraíso de cielos nuevos y tierra nueva es por medio de la sumisión a nuestro Creador. Siempre debemos de reconocer las divisiones de la historia de la redención en el Antiguo Testamento. Consideramos un motivo como funcionó en la era de los eventos mismos, exploramos cómo el escritor aplicó el motivo a sus días, y trazamos la manera en que el tema aparece en otros períodos del Antiguo Testamento. Estas consideraciones ofrecen una guía vital para cualquier intento de aplicar las narrativas del Antiguo Testamento (ver figura 58).
División decisiva en Cristo. La Biblia también testifica de una división decisiva de época en Cristo. Aunque los escritores del Nuevo Testamento reconocieron que Dios se reveló a Sí mismo en muchas maneras de actividad a lo largo del Antiguo Testamento, ellos identificaron la vida, muerte, resurrección y ascensión de Cristo como el punto de cambio central en la historia. Esta división fundamental de la época aparece brevemente en Efesios 1:18-21, donde Pablo identificó el poder trabajando en el creyente como el mismo poder que levantó a Cristo de los muertos y lo sentó en los lugares celestiales. Para extendernos en lo maravilloso de ese poder, Pablo explicó que Dios había exaltado a Cristo sobre toda autoridad no solamente en “este siglo, sino también en el venidero” (v. 21). Con estas palabras Pablo dividió toda la historia en dos períodos: “este siglo” y “el venidero”. Su significado no es como el uso moderno de estos términos. Pablo no se refería a nuestro tiempo actual y el tiempo después del regreso de Cristo. Sino que siguiendo el uso común Rabínico de estas categorías para describir el tiempo antes de la venida del Mesías (“este siglo”) y el tiempo introducido por la aparición del Mesías (“el venidero”). Para Pablo “este siglo” se refería a todo lo que había pasado en la historia antes de Cristo; “el venidero” se refería a todo después de Su primera venida. Otros escritores del Nuevo Testamento expresaron el mismo dualismo histórico en diferentes maneras. Los evangelios sinópticos hablaron del tiempo antes y después de la llegada del Reino de Dios. Juan lo describió en término del mundo abajo y del mundo arriba. El escritor de Hebreos se refirió a ambos dualismos. Pedro reconoció que Cristo había traído a la historia a los “postreros tiempos” (1 Pedro 1:20). Por medio de estas y otras expresiones similares, los escritores del Nuevo Testamento unánimemente
afirmaron que la división decisiva en la historia de de redención ocurrió con la primera venida de Cristo. La estructura de este canon mismo refleja el carácter de giro de Cristo. La revelación del Antiguo Testamento nos apuntó hacia Su apariencia. Jesús mismo dijo: “Si creyeseis a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él” (Juan 5:46) y “Abraham vuestro padre se gozó de que había de ver mi día; y lo vio, y se gozó” (Juan 8:56). La revelación del Nuevo Testamento se construyó sobre el significado de la venida de Cristo. Como Pablo resumió su ministerio apostólico: “nosotros predicamos a Cristo crucificado” (1 Corintios 1:”3). En este sentido Cristo es el foco central de la Biblia entera. Los acercamientos protestantes tradicionales hacia la historia de la redención sigue esta perspectiva también. Las confesiones principales y los catecismos han visto la primera venida de Cristo como la cúspide de la religión Bíblica. Típicamente, la historia antes de Cristo ha sido descrita como la edad de ola “Ley”, y la historia después de Cristo ha sido conocida como la edad del “Evangelio”. La centralidad de Cristo en la historia de la salvación ha sido un sello de la teología Cristiana ortodoxa. El cambio de época que Cristo introdujo es absolutamente esencial al aplicarse a las narrativas del Antiguo Testamento. Cristo trajo cambios que obligan a los intérpretes modernos a considerar de una forma nueva las historias del Antiguo Testamento. Considera la trágica muerte de Uza en 2 Samuel 6:6-7. el escritor de Samuel primero escribió estas palabras para el pueblo de Dios que vivía en el período del reino dividido. En ese contexto el juicio de Dios contra Uza los instruyó acerca de la santidad del arca y la necesidad de adherirse cuidadosamente a las regulaciones de la adoración en el templo.
Sin considerar los cambios de la época que ocurrieron en Cristo, nunca llegaríamos a una aplicación moderna legítima de este pasaje. La muerte de Uza advirtió a los creyentes del Antiguo Testamento a no deshonrar el arca, pero no tenemos arca física para deshonrar. La adoración cristiana es ante el trono de misericordia celestial que ni siquiera podemos ver, mucho menos tocar. No obstante, este pasaje tiene implicaciones poderosas para la adoración del Nuevo Testamento. La ira de Dios en contra de Uza nos advierte de la irreverencia al acercarnos al trono celestial de Dios. Si su ira se encendió contra Uza por maltratar el arca del Antiguo Testamento, ¿cuánto más se encenderá contra aquellos que deshonran el trono de misericordia celestial por medio de la hipocresía y la irreverencia en la adoración?
Para ponerlo simplemente, Cristo siempre está entre las historias del Antiguo Testamento y la iglesia. Siempre que buscamos aplicaciones modernas, debemos de trazar motivos del Antiguo Testamento por medio de la revelación decisiva que tomo lugar en Cristo. El contenido de Su enseñanza, los efectos de Su vida, muerte, resurrección, ascensión y las instrucciones de Sus apóstoles nos guían a ajustes significativos del sentido original para nuestros días.
Unidad entre las épocas Evaluar las estructuras de las épocas de la historia de la redención es un acto difícil de balancear. Muchos cambios importantes se llevaron a cabo en la religión Bíblica, pero estos cambios no eliminaron la unidad significativa entre las épocas. Más bien, los cambios de la época en la historia Bíblica pueden describirse como desarrollos orgánicos. La fe Bíblica es como un árbol creciendo desde la semilla hasta la madurez completa. Como una bellota gradualmente se convierte en un roble, la religión Bíblica crece desde una forma seminal en el Antiguo Testamento hasta su expresión completa en Cristo. Esta perspectiva reconoce tanto las discontinuidades y las continuidades entre las épocas. Por un lado, el modelo orgánico reconoce las diferencias notables entre las eras de la historia de la redención. Para un observador casual, un roble difícilmente parece lo mismo que una bellota. A parte de un escrutinio cuidadoso, es difícil ver muchas similitudes entre las primeras etapas de la fe Bíblica y las edades que siguieron. Por un lado, el modelo orgánico llama la atención a la unidad de la historia Bíblica. Un examen cuidadoso de un roble hasta su crecimiento revela que la bellota y el árbol son uno en sí mismos. La semilla tiene el potencial de la planta completa dentro de ella; el árbol maduro es la realización de ese potencial. De manera muy similar, las épocas primitivas de la historia de la redención contenían estructuras inmaduras y modelos que llegaron a una realización completa en tanto Dios reveló más de Sí mismo a Su pueblo. Los principios de fe que valoramos como Cristianos nacieron de las eras anteriores de la revelación Bíblica. Desafortunadamente los evangélicos van a los extremos en la manera de acercarse a las interconexiones entre las épocas. Algunos grupos se enfocan demasiado en la desunión y otros sobre enfatizan la unidad. Una perspectiva orgánica se opone a ambos extremos. Nos ayudará comparar acercamientos a la historia Bíblica que enfaticen discontinuidades, continuidades y desarrollos orgánicos.
Discontinuidades. Muchos evangélicos enfatizan las discontinuidades entre las épocas. Perciben las épocas de la redención fundamentalmente distintas como si Dios plantara un árbol, permitiera que crezca por un tiempo, arrancara ese árbol y lo reemplazara por otro. El Dispensacionalismo es bien conocido por enfatizar discontinuidad entre las épocas. Por ejemplo la versión popular Scofield divide la historia Bíblica en segmentos discretos. El período desde la creación hasta la caída fue un tiempo de inocencia; en esta era Adán y Eva eran responsables de mantener su inocencia absteniéndose del fruto. El tiempo desde la caída hasta el diluvio constituyó la edad de la conciencia. En esta era Adán y Eva adquirieron y transmitieron el conocimiento del bien y del mal, o conciencia natural. Desde el diluvio a la dispersión de Babel comprende la era del gobierno humano; en este período Dios estableció el gobierno y tres líneas reales a través de los hijos de Noé. Desde el llamamiento de Abram hasta cuando se dieron las leyes tenemos el período de la promesa, que tiene que ver con las promesas hechas a Abram. Después Dios dio Su Ley, pero el pueblo judío la desobedeció. Después de esta época vino el período de la gracia, que se extiende desde la cruz hasta el regreso e Cristo. De acuerdo al pensamiento dispensacional estándar, actualmente estamos viviendo esta época. La última dispensación es la edad escatológica del Reino. En esta perspectiva existe muy poca continuidad entre una época y la siguiente; lo intérpretes deben de dividir correctamente el mundo de verdad (2 Timoteo 2:15), guardando los principios de cada época separadas de las otras. En su máxima expresión externa, el Dispensacionalismo ha rechazado la autoridad de los estándares Moisaicos para los cristianos. Como lo puso L.S. Chafer: Debido a que la ley y la gracia se oponen la una a la otra en cada punto y es imposible para ellas coexistir, ya sea como la base de aceptación ante Dios o como la regla de vida. Por lo tanto, necesariamente, las Escrituras del Nuevo Testamento que presentan los hechos y el alcance de gracia, asumen y enseñan directamente que la ley es quitada. Consecuentemente, no tiene fuerza en la época presente en cualquier sentido que sea. Esta notificación presente de la ley se aplica no solamente al código legal del sistema Moisaico y la ley del reino, sino a cada aplicación posible del principio de la ley.
Esta perspectiva toca el corazón de las narrativas del Antiguo Testamento. Como hemos visto, los escritores del Antiguo Testamento presupusieron la validez de la ley Mosaica. Si los estándares Mosaicos no tienen autoridad sobre los creyentes del Nuevo Testamento, es difícil imaginar cómo las historias del Antiguo Testamento pueden aplicarse a sus vidas.
En décadas recientes los Dispensacionalistas han suavizado las barreras entre las épocas; muchos de ellos están empezando a ver más continuidad. No obstante, aún los Dispensacionalistas modernos todavía tienden a tratar con los períodos de la historia de la redencion como entidades separadas permitiendo relativamente algunos principios de fe para transferirse de una época a otra. Con todas las variaciones que existen en los círculos dispensacionales es difícil no caricaturizar el movimiento. Sin embargo, en su mayoría es seguro decir que los Dispensacionalistas presumen de discontinuidad entre las épocas a menos que la revelación de un período posterior reafirme específicamente un principio de un período anterior. Desde esta perspectiva algunas ramas de una época anterior deben de ser unidas al árbol de una época posterior pero el árbol nuevo debe aceptar expresamente las ramas de un árbol arraigado. Otra vez, antes de que un principio de una época anterior pueda aplicarse en un período posterior, debe de ser específicamente reafirmado en la Escritura que represente un período un período posterior. De otra forma la enseñanza del período anterior se presume obsoleta.
Continuidades. Otros evangélicos se ven al extremo opuesto. Sobre enfatizando las continuidades entre las épocas. Estos grupos tienden a negar la importancia de los desarrollos de la época para la aplicación de los temas del Antiguo Testamento. Ellos reconocen que la historia de redención consiste en todo un árbol que ha crecido a través de las edades. Aunque desde su punto de vista algunas ramas del árbol nunca han madurado, como si fueran ramas que no crecen apareciendo aquí allí, mezcladas con las ramas maduras que han crecido en Cristo. Un movimiento reciente que tiende hacia esta dirección es la Teonomía, o Reconstrucción Cristiana. Es difícil generalizar sin representar mal algunos individuos, pero podemos decir con seguridad que los Teonomistas limitan la maduración del árbol de redención en áreas particulares. Tienden a reconocer desarrollos significativos entre el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento en algunos aspectos de la fe aunque no en todos.
Por ejemplo, los Teonomistas admiten que las ceremonias del tabernáculo y del templo están radicalmente ajustadas para los creyentes del Nuevo Testamento, pero los códigos penales de la ley Mosaica permanecen principalmente sin cambios para el mundo moderno. Los hijos incorregibles y los blasfemos todavía deberían de ser ejecutados (Éxodo 21:15-17; Levítico 24:16); los que quebrantan el Sabath deben de someterse a un procedimiento criminal civil (Éxodo 31:15). De una manera general, la suposición con que trabajan los Teonomistas es que a menos que los estándares del Antiguo Testamento han sido específicamente alterados por la revelación del Nuevo Testamento, permanecen sin cambio significativo alguno.
Desarrollos Orgánicos. Ambos extremos están en contraste con el modelo de los desarrollos orgánicos. La Confesión de Westminster contiene uno de los mejores resúmenes de un punto de vista orgánico de la revelación: “Por lo tanto no hay dos pactos de gracia difiriendo en sustancia, sino uno y el mismo bajo varias dispensaciones”. Opuesto al Dispensacionalismo, esta perspectiva enfatiza que un pacto de gracia se extiende por todas la edades uniendo tanto el Antiguo Testamento como el Nuevo Testamento. El Antiguo Testamento no fue un período de obras y el Nuevo Testamento un período de gracia; el pacto hecho entre el Padre y el Hijo se extiende a través de la historia de salvación. Existen diferencias significativas reconocidas entre las épocas. Detalles de religión en los días de Abraham que difícilmente se parecen a los tiempos de David. Las enseñanzas de Moisés parecen muy diferentes de las enseñanzas del escritor de Hebreos. Las variaciones de las épocas son notables a veces. Aún así, debemos de ser cuidadosos de no sobreestimar estas desigualdades. Debemos de evaluar todas las diferencias a la luz de la unidad del pacto de la Escritura. Poner barreras impermeables entre las épocas está en oposición directa a las prácticas de los escritores del Antiguo Testamento. Ellos apoyaron sus esfuerzos en la presunción de continuidades significativas, instruyendo a sus lectores libremente por medio de la revelación que había ocurrido en épocas previas. En el libro de Génesis, por ejemplo, Moisés cubrió eventos que ocurrieron durante el período de inocencia de Adán, la caída de Adán, Noé y los patriarcas. Como hemos visto, no reportó simplemente esta historia para contarle a sus lectores acerca de la vida durante aquellos períodos; él enseño acerca de la vida de su propia época. Moisés escribió Génesis asumiendo continuidades principales entre las épocas previas y la suya propia.
La presunción de continuidad demostrada por los escritores del Antiguo Testamento tiene implicaciones hermenéuticas significativas para nosotros. Dicho simplemente, los temas del Antiguo Testamento no tienen que se reiterados específicamente para ser autoritativos para el pueblo de Dios en una época posterior. Por el contrario, podemos presumir la validez que permanece en el significado original de las narrativas del Antiguo Testamento. A diferencia de los Dispensacionalistas, no estamos buscando más ramas de la fe del Antiguo Testamento para injertar en un árbol cristiano diferente. Encontramos sombra bajo el mismo árbol como lo hicieron los creyentes del Antiguo Testamento; el árbol simplemente es más maduro. Sin embargo, en contraste con los Teonomistas, entendemos que ningún tema del Antiguo Testamento queda sin ser afectado por el desarrollo de los períodos posteriores. Como lo reconoce la Confesión de Fe de Westminster, él único pacto de gracia tiene “varias dispensaciones”. Mientras que la Revelación del Antiguo Testamento permanece autoritativa por todas las generaciones, debemos de recordar que fue acomodada al pueblo de Dios en su contexto particular redentivo-histórico. Como lo puso Calvino: Si un padre de familia instruye, rige y guía a sus hijos de una manera en la infancia, de otra en la juventud y de otra cuando ya son adultos jóvenes, no lo podemos llamar débil (vacilante) y decide que ha abandonado su propósito. ¿Por qué entonces marcamos a Dios con el sello de inconsistencia ya que él tiene otro tipo de marcas que lo distinguen? La comparación anterior debe de satisfacernos completamente. Pablo une a los judíos con niños; a los cristianos con adultos jóvenes. ¿Qué fue lo irregular del hecho de que Dios los restringió a enseñar rudimentarias correspondientes a su época, pero nos ha entrenado por medio de una disciplina más firme y más varonil?
Por esta razón toda la revelación anterior debe de ser reinterpretada a la luz de los principios de la revelación postrera. Pero ¿no es el adulterio siempre adulterio? ¿no es la blasfemia siempre blasfemia? ¿no es robar lo mismo en todas las épocas? ¿no permanecen simplemente iguales estos principios del Antiguo Testamento? En un sentido, sí, pero en otro, no. Cuando resumimos el significado original de estos motivos en términos generales – relativamente divorciados de sus connotaciones específicas del Antiguo Testamento – necesitamos hacer algunos ajustes en tanto nos movemos de una época a otra. Pero cuando definimos estos temas del Antiguo Testamento en términos de las connotaciones específicas que tuvieron en la época del Antiguo Testamento, podemos ver plenamente que aún las aplicaciones de estos principios morales deben de pasar por ajustes a nuestra época. El adulterio siempre es malo, pero para los escritores del Antiguo Testamento este principio no puede estar enteramente separado de los castigos prescritos en la Ley de Moisés (Levítico 22:10). A la luz de la enseñanza del Nuevo Testamento el adulterio dentro de la iglesia ya no debe de ser asociado con el castigo capital, sino con la excomunión eclesiástica (1 Corintios 5:1-13). La blasfemia en el Antiguo Testamento incluía la profanación de los rituales del tabernáculo Mosaico (Levítico 19:5-8), pero no en nuestra época. Las prohibiciones en contra del robo en el Antiguo Testamento incluían respeto para la heredad permanente de la tierra de un prójimo Israelita (1 Reyes 21:1-19), pero no en nuestro tiempo. Si resumimos los principios del Antiguo Testamento en categorías, términos históricos, inconscientemente hemos comenzado a hacer ajustes a la época. Pero si los definimos de acuerdo a su situación original, la necesidad para los ajustes de la época en todos los aspectos se vuelve evidente. Para aplicar las historias del Antiguo Testamento a nuestros días, siempre debemos ver el significado original en términos de los desarrollos orgánicos de la historia de la redención. Todos los motivos de las historias del Antiguo Testamento permanecen autoritativos para nosotros porque nuestra época se edifica sobre la revelación de épocas anteriores. No desechamos o negamos la autoridad de cualquier enseñanza en las historias del Antiguo Testamento. Pero el árbol de la revelación divina ha madurado. Las variaciones de la época entre las etapas inmadura y madura afectan la aplicación moderna de cada dimensión de estas historias.
Las Narrativas del Antiguo Testamento y Cristo Un amigo mío recientemente pasó por una enfermedad muy seria; varias veces hasta estuvo a punto de morir. Pero Dios contestó las oraciones y lo restableció nuevamente. La
experiencia de la enfermedad lo cambió dramáticamente. “Tengo una nueva perspectiva de la vida” comentó un día. “Veo todo de diferente manera por lo que pasó en el hospital”. Todos nosotros tenemos experiencias dramáticas que cambian nuestras perspectivas: una enfermedad, el nacimiento de un bebé, el matrimonio, la pérdida de un ser querido. Estas experiencias se vuelven lentes por los cuales vemos el resto de nuestras vidas. De la misma manera, el señorío de Cristo le pone color a todo lo que leemos en las historias del Antiguo Testamento. La confesión básica Cristiana “Jesús es Señor” (Romanos 10:9; 1 Corintios 12:3) forma una consideración hermenéutica pivote las veces que dirijamos estos versículos a la vida moderna. Dios hizo que el mundo existiera (Colosenses 1:16); lo sostiene día a día (Colosenses 1:17); El es el fin de todas las cosas (Romanos 11:36). Como seguidores de Cristo, debemos de luchar por ver cómo las narrativas del Antiguo Testamento revelan Su señorío sobre nosotros. Cada aplicación es una respuesta personal a Cristo mismo. ¿Cómo podemos hacer de Cristo el centro de nuestras aplicaciones? Las interconexiones entre el significado original de las narrativas del Antiguo Testamento y Cristo son vastas. Ningún sólo acercamiento cubrirá todos los asuntos relevantes. Sin embargo, una estrategia de mucha ayuda es preguntar cómo anticipan las historias del Antiguo Testamento los tres oficios de Cristo: Profeta, Sacerdote y Rey. Los tres oficios de Cristo emergieron de estructuras teocráticas. Los profetas hablaron la Palabra de Dios, instruyeron en justicia. Los sacerdotes mediaron entre la gente y Dios, proveyendo la manera para tener comunión con El. Los reyes administraron justicia y guiaron a Israel en la batalla, asegurando su victoria y herencia. Estos oficios fueron tan válidos para la vida de Israel que requirieron ungimientos especiales de Dios. Como “el Cristo” (el ungido) Jesús cumplió cada uno de estos oficios ungidos.
Profeta Como nuestro Profeta, Jesús reveló a Dios a Su pueblo. El enseñó la Ley con Sus palabras y obras (Mateo 5:17-20; 22:34-40; Marcos 1:44; 7:9-13). El proclamó juicio en contra del pecado y llamó al arrepentimiento y fe (Mateo 5:21-22; 12:36-37; 4:17; Lucas 13:3, 5; Juan 3:16, 18, 36; 9:39). El fue más allá que Moisés al dar una nueva revelación. Por medio de Su enseñanza Jesús reveló más acerca de Dios que lo que jamás se había sabido antes (Lucas 10:22; Juan 1:17-18).
La dimensión profética del señorío de Cristo da luz a los pasajes del Antiguo Testamento de dos formas. Primero, si un pasaje se refiere explícitamente a un profeta del Antiguo Testamento, nos dirige hacia la obra profética de Cristo. Por ejemplo, por todo el libro de Éxodo, Moisés actuó como un profeta que instruía a los Israelitas. Debido a este enfoque del trabajo profético de Moisés, podemos aplicar este libro al ministerio profético de Jesús. Él también advierte contra la hipocresía e insiste en que Su pueblo viva fielmente ante Dios. Como Cristianos vemos a Moisés como una figura histórica en el libro de Éxodo así como prefigurando a Cristo, el gran Profeta. En la historia de la viña de Nabot (1 Reyes 21:1-29), Dios llamó a Elías el profeta para condena al rey Acab y a su esposa Jezabel (1 Reyes 21:17-29) por maltratar a Nabot. Los Cristianos reconocen la autoridad de Elías como el profeta de Dios, pero su ministerio también nos apunta al trabajo de Cristo. El registro de Mateo del Monte de la Transfiguración ilustra que Cristo permaneció en continuidad con Elías, aplicando la Ley de Dios a Sus días (Mateo 17:1-3). Al aplicar la historia de la viña de Nabot a nuestro tiempo, debemos de dar atención al ministerio profético de Cristo. Segundo, aún cuando un pasaje se refiera a la revelación divina a parte de un profeta específico, debemos de relacionar el material al oficio profético de Cristo. Muchas historias del Antiguo Testamento tocan la proclamación de la Palabra de Dios. En cada caso debemos de dirigir nuestra atención a Cristo como Profeta. Por ejemplo, en Génesis 12:1-3 Dios llama a Abram a la tierra prometida. Ningún mediador humano se menciona; sin embargo, este evento simboliza el llamamiento de Cristo para todos Sus seguidores para dejar este mundo y seguirlo. Las historias del Antiguo Testamento revelan el señorío de Cristo al enfocarse en la revelación de Dios. A veces los profetas explícitamente estaban en primer plano. Otras veces Dios habló por otros medios. En cualquier caso los intérpretes Cristianos deben de trazar la conexión a Cristo como Profeta cuando sea que aparezca la autoridad de la Palabra de Dios en los textos del Antiguo Testamento.
Sacerdotes Como nuestro Sacerdote, Jesús nos trae en comunión con Dios. El se ofreció a Si mismo como un perfecto sacrificio en pago por nuestros pecados (Juan 1:29); Romanos 8:1-4; 2 Corintios 5:21; Hebreos 9:28). Nuestros pecados son perdonados (Romanos 6:18); somos justificados (Romanos 3:24; 5:1; 8:30) y santificados (1 Juan 1:7; 3:6-10) en el servicio de Dios por el trabajo sacerdotal de Cristo.
Muchas historias del Antiguo Testamento revelan el señorío de Cristo en dos maneras por lo menos. Primero, muchos textos se refieren explícitamente a los sacerdotes. Por ejemplo, en 1 Samuel 2:12-17 los hijos de Elí profanaron los rituales de adoración. Dios condenó su rebelión y proveyó un reemplazo por el bien de Israel (1 Samuel 2:34-36). Los lectores originales de esta historia aprendieron sobre los sacerdotes y los sacrificios del Antiguo Testamento. Al aplicar este pasaje a nuestro tiempo, aprendemos de Cristo, nuestro Sacerdotes. En los días de Jesús Dios rechazó la profanación de la adoración de Israel, pero Jesús abrió el camino para las bendiciones de Dios a través de su propio sacrificio e intercesión sacerdotal. Similarmente, en Crónicas, Abías reprochó la reino del norte por rechazar la orden sacerdotal en Jerusalén: “¿No habéis arrojado vosotros a los sacerdotes de Jehová, a los hijos de Aarón y a los levitas, y os habéis designado sacerdotes a la manera de los pueblos de otras tierras” (2 Crónicas 13:9). Este pasaje enseñó a la audiencia original de su necesidad de establecer el sacerdocio del Antiguo Testamento en orden apropiado durante la restauración post-exílica. Sin embargo, los intérpretes cristianos deben de ir más allá de este entendimiento y aplicar el pasaje a Cristo como Profeta. Él es el Sacerdote divinamente ordenado en nuestro tiempo. Para responder en obediencia a este pasaje hoy en día, debemos de dirigirnos a Él como nuestro mediador. Segundo, muchas historias del Antiguo Testamento tocan temas asociados con la función sacerdotal sin mencionar específicamente a los sacerdotes. Perdón de pecados, sacrificios, adoración, oración y comunión con Dios toman el primer plano en muchos pasajes. Cuando aparezcan estos motivos, debemos de hacer conexiones con el oficio sacerdotal de Cristo. Por ejemplo, la historia de Jacob en Bet-el (Génesis 28:10-22) tiene que ver con la presencia especial de Dios en la vida de Jacob. Jacob responde a su visión de la escalera hasta el cielo diciendo: “No es otra cosa que casa de Dios y puerta del cielo” (v. 17). También adora y hace un voto de pagar el diezmo. Los lectores originales de Moisés asociaron esta historia con su adoración en el tabernáculo, pero también aprendemos de Cristo en este pasaje. El es nuestro Mediador, nuestra escalera al cielo. Como Jesús mismo lo puso: “De cierto, de cierto os digo: De aquí adelante veréis el cielo abierto, y a los ángeles de Dios que suben y descienden sobre el Hijo del Hombre”. (Juan 1:51). Las narrativas del Antiguo Testamento revelan el señorío de Cristo en tanto que tocan motivos que anticipan Su oficio sacerdotal. Por medio de su enfoque específico en sacerdotes e tratados generales de adoración, perdón y otras funciones sacerdotales, podemos ver qué tan central debe de ser Cristo en nuestra aplicación de las historias del Antiguo Testamento.
Rey Nuestro Rey, Jesús reina sobre todas las cosas, llamando a Su pueblo a someterse a Su gobierno (Salmo 2:10-12). Nos defiende y va delante de nosotros a la batalla (Salmo72:4; Juan 10:28-29; Apocalipsis 19:11-14), conquistando el mal y asegurando una herencia eterna para Su pueblo (Juan 14:2-3; Efesios 1:13-14, 18-19ª; Hebreos 2:14; 12:28; 1 Juan 3:8). El reino de Cristo tiene que ver con las narrativas del Antiguo Testamento en dos maneras. Primero, Cristo es el cumplimiento del reinado divino. A través de todo el Antiguo Testamento, sólo Dios es el monarca absoluto en Israel (1 Samuel 12:12; Salmo 24:7-8; 29:10; 44:4, 47:2-8; 48:1-2; 89.18; Daniel 4:34; 6:26). Los reyes humanos gobernaron como Sus vice-regentes pero nunca como Sus substitutos. Como la segunda persona de la Trinidad, Cristo es la expresión suprema del gobierno divino sobre el pueblo de Dios. El primer libro de Samuel 8:5 reporta que Israel pidió “un rey que nos juzgue, como tienen todas las naciones”. Su deseo por la seguridad de un rey humano con poder absoluto fue un rechazo a Dios como Rey. “No te han desechado a ti, sino a mí me han desechado, para que no reine sobre ellos” le dijo el Señor a Samuel (1 Samuel 8:7). Este pasaje recordó a los lectores originales del reino de Dios sobre Israel. Para los intérpretes cristianos apunta hacia Cristo, el Rey divino. La renunciación de Israel de confiar en Dios como Rey paralela nuestro fracaso en confiar en Cristo. Cuando nos dirigimos a otras fuentes de seguridad y fortaleza, repetimos su fracaso. Segundo, Cristo es el Rey humano perfecto. Jesús nació como Hijo de David y cumplió la esperanza de una dinastía Davídica permanente (Mateo 1:1; Marcos 11:10; Lucas 1:3233). Consecuentemente, los registros del Antiguo Testamento de reyes humanos en Israel también apuntan hacia el reinado de Cristo. Por ejemplo, el registro del Cronista del reinado de Asa (2 Crónicas 14:1-16:14) se enfoca en la obediencia y el fracaso del rey. Mientras Asa fue fiel a Dios, experimentó gran victoria; pero cuando siguió su propio camino, fracasó miserablemente. Estos pasajes captaron la atención de los lectores originales a los reyes Davídicos, pero como intérpretes Cristianos, podemos también ver la conexión con Cristo. Cristo fue completamente fiel en su llamado real, asegurando una victoria eternal para Su pueblo. En donde todos los otros reyes fallaron, El triunfó. Más aún, este reinado de Cristo se anticipa donde sea que las historias del Antiguo Testamento traten con paz y guerra, victoria y fracaso, castigo y recompensa. Estos
motivos siempre estuvieron muy asociados con el reinado y apuntan hacia el trabajo de Cristo como Rey. Por ejemplo, cuando Abram conquistó a sus enemigos y rescató a Lot (Génesis 14:1-16), la bendición de Dios de victoria fue una demostración de Su poder real. Los lectores de Moisés ganaron confianza para sus conquistas de Canaán de esta historia. Como intérpretes cristianos se nos recuerda de la gran victoria sobre el pecado y la muerte lograda por nuestro Rey, Jesucristo. Siempre debemos de ver las narrativas del Antiguo Testamento a la luz del señorío de Cristo. Para lograr este objetivo, podemos comenzar con una simple pregunta. ¿Cómo se enfoca en las dimensiones profética, sacerdotal y real de la vida del Antiguo Testamento el pasaje que está ante nosotros? Al tocar los textos estos motivos, nos guían a considerar los tres oficios de Cristo (ver figura 59).
La Teocracia Cristiana
Como hemos notado en varias ocasiones en este capítulo, los cambios entre las épocas de la historia de redención han hecho del vivir fielmente ante Dios hoy en día del vivir fielmente ante Dios en los tiempos del Antiguo Testamento. Estas diferencias resultan del carácter de nuestra teocracia Cristiana. Para darnos cuenta de estas variaciones, veremos el ideal teocrático y Cristo, fases de la teocracia Cristiana, y ajustes a la teocracia Cristiana.
Teocracia Ideal y Cristo Un motivo une todas las narrativas del Antiguo Testamento: el ideal de la teocracia nacional de Israel. La Historia Mosaica trataron con su establecimiento; la Historia Deuteronomística examinó su continuación y declinación; y la Historia Cronística se enfocó en la restauración de Israel como una teocracia. A pesar de diferencias obvias todas estas tradiciones tuvieron que ver con el gobierno de Dios sobre Israel como unidad nacional. Los escritores del Antiguo Testamento concentraron su atención en el Reino de Dios en el Israel nacional. Su concepto de la teocracia estaba muy ligado a las realidades geográficas y políticas. La tierra de Canaán era el lugar de la herencia; Jerusalén era el hogar del rey elegido por Dios; el templo era el lugar de adoración. De una u otra manera, los escritores del Antiguo Testamento diseñaron sus libros para instruir a Israel acerca de este ideal teocrático nacional.
Sin embargo, la visión del Antiguo Testamento de la teocracia no fue limitada a un enfoque nacionalístico. Desde el llamamiento de Abram, se le dio a Israel un llamado mundial: “Y serán benditas en ti todas las familias de la tierra” (Génesis 12:3b). Por todo el Antiguo Testamento, la esperanza de extender la teocracia a las naciones de la tierra fue aumentando de intensidad. Después de un tiempo fueron incorporados los gentiles a la nación (Josué 6:25; Rut 4:13-22). David y Salomón anexaron naciones Gentiles (2 Samuel 22:48; 1 Reyes 4:21; 2 Crónicas 8:1-8). Salomón oró específicamente por bendición para los Gentiles que venían al templo (1 Reyes 8:41-43). La esperanza de expansión a otras naciones creció a un grado febril en las visiones proféticas (Isaías 2:2; 11:10; 51:4-5; 65:1). Con creciente revelación en el período del Antiguo Testamento, vino a ser evidente que esta expansión del Reino a todo el mundo sería logrado ultimadamente por la intervención gloriosa del Mesías. El Nuevo Testamento confirma que estas expectaciones Mesiánicas fueron cumplidas en Cristo. Con Su venida el ideal teocrático no desapareció; fue aumentado y elevado hasta un plano más alto. La tierra de Canaán, el trono de Jerusalén, y el templo fueron presagios de un nuevo mundo introducido por Cristo – pequeños asuntos en comparación con el nuevo estado de la teocracia que El introdujo. El Nuevo Testamento enseña que la salvación vino por medio de la sangre de Cristo rociada en el trono de gracia celestial (Hebreos 9:11-14; 10:19; 1 Pedro 1:1-2), no a través de sacrificios de animales. En lugar de un hijo ordinario de David, el Hijo eterno de David tomó su lugar en el cielo (Hechos 2:2236). En lugar de una sola nación, el Nuevo Testamento habla de la ciudad celestial (Apocalipsis 21:1-4) y del reinado eterno de Cristo sobre los cielos nuevos y tierra nueva (Isaías 9:6-7). El ideal teocrático del Antiguo Testamento explota en su mayor expresión en Cristo. Todos los tipos y la sombras desaparecen, y las realidades celestiales los remplazan. La pequeña y defectuosa teocracia nacional se transforma en una teocracia victoriosa y universal por medio de la intervención de Cristo.
Fases de la Teocracia Cristiana Cuando una persona da un simple paso hacia delante, generalmente pensamos en ello como un simple movimiento. Pero viéndolo un poco más de cerca podemos ver que el paso de hecho consiste en muchos movimientos. Levantamos nuestro pie del suelo, lo llevamos por el aire, y lo ponemos de nuevo en el suelo. De una manera similar, la expansión de la teocracia en Cristo es un solo paso en la historia de la redención. Aunque nuestra época no es un evento simple y solitario. Como un paso
humano ordinario, consiste de varias fases: la inauguración, la continuación, y la consumación.
Inauguración. La inauguración de la era escatológica se llevó a cabo en la primera venida de Cristo. Cuando Cristo apareció El comenzó Su trabajo como Profeta, Sacerdote y Rey. Como nuestro Profeta, Jesús proclamó “el año agradable del Señor” (Lucas 4:19). Sus enseñanzas y milagros trajeron alivio al pobre, sanidad al ciego, libertad y restauración a los cautivos (Lucas 4:18). Como Sacerdote El vino y “habitó entre nosotros” (Juan 1:14). Su sufrimiento y muerte pagó por los pecados de Su pueblo, otorgando perdón a todo aquél que cree en El. Como Rey, Jesús nació como Hijo de David; Su resurrección y ascensión fue su coronación – cuando se sentó en el trono de David con toda autoridad. La inauguración de nuestra era también se extendió a la obra del Espíritu Santo entre los apóstoles. Cuando Cristo ascendió en las alturas, El otorgó dones del Espíritu Santo a Su iglesia (Efesios 4:7-13). Sus apóstoles esperaron en Jerusalén por el fortalecimiento del Espíritu (Lucas 24:49; Hechos 2:1-4) para que se convirtieran en testigos de Cristo a las naciones. El Espíritu vino en Pentecostés (Hechos 2:1-11), y los apóstoles propagaron el Reino a Judea, Samaria y hasta “lo último de la tierra” (Hechos 1:8). Todos estos incidentes formaron un complejo unificado de eventos que comenzaron una era teocrática nueva de la que formamos una parte. Como puso una metáfora Paulina que somos: “miembros de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo” (Efesios 2:19b-20). Así como un edificio descansa sobre su fundamento, nosotros vemos la obra de Cristo y los apóstoles como el fundamento de nuestra era. En su ministerio terrenal, Jesús abrió una entrada entre el Reino de Dios y todas las instituciones políticas de este orden del mundo, incluyendo al Israel nacional. Jesús enseñó a Sus discípulos: Buscad primero el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:33). Las ganancias materiales en este mundo deben de tomar el segundo lugar para el avance del Reino de Cristo. Cuando Pilato preguntó a Jesús, Él respondió simplemente: “Mi reino no es de este mundo” (Juan 18:36). En línea con las expectativas del Antiguo Testamento, Jesús comenzó una transformación completa de la teocracia nacional. El liberó al Reino de los amarres geo-políticos en el Antiguo Testamento en tanto que navegaba hacia la teocracia extendida a todas las naciones.
Continuación. El Nuevo Testamento también enseña que el Reino de Dios va a través de una fase larga de continuación. Los Judíos de los días de Jesús esperaban que el Mesías estableciera un Reino mundial glorioso inmediatamente después de su llegada. Aún Juan el Bautista asumió que el Mesías traería la salvación y el juicio final simultáneamente (Mateo 3:10-12; 11:3). Pero Jesús reveló que Dios tenía un plan diferente. El Evangelio de Mateo reporta las parábolas de Jesús acerca del Reino, que enfatizan la naturaleza progresiva, extendida de nuestra era. Vivimos durante el retoño del trigo y la cizaña (Mateo 13:24-30, 36-43); la semilla de mostaza está creciendo todavía (Mateo 13:31-32).
Jesús continúa siendo nuestro Profeta, Sacerdote y Rey. Como nuestro Profeta El enseña por medio de la fiel predicación de la Palabra (2 Pedro 3:2). Como nuestro Sacerdote el intercede en nuestro favor ante el trono de gracia. Como nuestro Rey nos guía hacia la batalla, protegiendo y cubriendo nuestras necesidades. Sin embargo, la continuación del Reino debe de describirse como el “ya pero todavía”. Vivimos con muchas bendiciones de la era por venir. Tenemos al Espíritu Santo (2 Corintios 1:21-22), renovación interna (2 Corintios 4:16; Colosenses 3:10) y una iglesia que se extiende (Colosenses 1:6). Pero el Reino no ha venido en su plenitud. El barco de la teocracia Cristiana ha salido del viejo puerto del nacionalismo Judío pero no ha llegado a su destino final del dominio mundial. Como resultado los seguidores de cristo no son ciudadanos de una teocracia geo-política. Más bien, “nuestra ciudadanía está en los cielos” (Filipenses 3:20). El pueblo de Dios ahora vive como un remanente teocrático desilusionado, una subcultura dispersa por todas las naciones de la tierra. Estamos pasando por este mundo, comprometidos en una guerra espiritual (Efesios 6:12), y mirando hacia el nuevo mundo que vendrá (1 Pedro 1:7; 2:11). En este tiempo, somos más bendecidos que en cualquier otro tiempo del pasado; los tipos teocráticos viejos y las sombras han pasado. Pero nosotros todavía esperamos la consumación de la teocracia en la segunda venida de Cristo.
Consumación. El regreso de Cristo en gloria traerá la consumación de la teocracia Cristiana. Jesús prometió regresar a este mundo (Juan 14:1-4; Hechos 1:11), y los apóstoles afirmaron esta esperanza (1 Corintios 4:5; 1 Tesalonisenses 1:10; 3:13; Apocalipsis 22:12). Al regreso de Cristo todo el universo será completamente transformado en el Reino de Dios (2 Pedro 3:10-12). Esta última fase de nuestra época juega un papel vital en las vidas de los creyentes hoy en día, coloreando nuestra existencia presente de muchas maneras. El regreso de Cristo es el alivio y deseo del pueblo de Dios (1 Corintios 1:7; 1 Tesalonisenses 4:15-18; 2 Timoteo 4:8; Filipenses 3:20-21).
Cuando Cristo regrese veremos que la teocracia Cristiana llegue a su fase final. El pueblo de Dios poseerá toda la tierra cuando Cristo reine sobre cada centímetro de ella. Como nuestro Profeta Él nos revelará a Dios. Como nuestro Sacerdote Él nos dará la bienvenida a la gloriosa presencia de Dios. Como nuestro Rey Él derrotará a nuestros enemigos y nos dará: “cielos nuevos y tierra nueva” (2 Pedro 3:13). Las distinciones entre la inauguración, la continuación y la consumación de la teocracia Cristiana nos presentan tres opciones cada vez que aplicamos las historias del Antiguo Testamento a nuestros días. Podemos ver la obra pasada, presente o futura de Cristo en nuestro favor. Podemos preguntarnos: 1) ¿Cómo nos ayuda a discernir este pasaje de Cristo como Profeta, Sacerdote y Rey en Su primera venida? 2) ¿Cómo se aplica a la continuación presente de los oficios profético, sacerdotal y real de Cristo? 3) ¿Cómo da luz este pasaje en la consumación del ministerio profético, sacerdotal y real de Cristo en Su segunda venida? Por ejemplo, hemos mencionado que los Cristianos deben relacionar la actividad profética de Moisés con Cristo, pero tres opciones están ante nosotros. Podemos llamar la atención a las enseñanzas de cristo en tanto estuvo en la tierra; podemos enfocarnos en la continuación de Su ministerio por medio de la predicación y la enseñanza de la Palabra; y podemos apuntar hacia la revelación de Dios en la segunda venida. Las implicaciones de un texto dado para las audiencias modernas incluyen todas las fases de la obra profética de Cristo. De una manera similar, hemos sugerido que el quitar a los hijos de Elí del servicio como sacerdotes en 1 Samuel 2:12-36 anticipa la perfección del sacrificio y adoración en Cristo. Esta historia nos recuerda de las maravillas del sacrificio perfecto de cristo en la cruz, llama nuestra atención a Su continua intercesión ante el trono de la gracia, y nos guarda siempre con la esperanza del perdón y la comunión con Dios que Cristo nos dará en la segunda venida. Podemos manejar pasajes que se enfocan en el reino de una manera similar. Como hemos sugerido, el registro del Cronista acerca del reinado de Asa (2 Crónicas 14:1-16:14) se aplica a la victoria y seguridad provistas por Cristo el Rey. Para aplicar este texto a la teocracia Cristiana, debemos de recordar el establecimiento del Reino en la primera venida de Cristo. Nos dirigimos hacia el poder de Cristo expuesto para nosotros día tras día en tanto que Su Reino continua, y se nos recuerda de la gloria de Su victoria cuando el Reino encontrará una expresión universal en la segunda venida. Los pasajes que hablan del reinado pueden aplicarse a todas las fases de nuestra era.
En tanto evaluamos las necesidades de los creyentes modernos, podemos enfatizar una dimensión de aplicación moderna más que otra. Sin embargo, cada historia del Antiguo Testamento nos dirige a considerar cómo Cristo es nuestro Profeta, Sacerdote y Rey en la inauguración, continuación y consumación de la teocracia Cristiana (ver figura 60).
Ajustes a la Teocracia Cristiana La ideología de los escritores del Antiguo Testamento debe de ajustarse a la luz de los cambios en la teocracia Cristiana. Estas modificaciones pueden ser complejas. Ayudará comentar brevemente acerca de los tipos de reordenaciones que deben de hacerse con el fin de hacer aplicaciones de historias específicas del Antiguo Testamento.
La Historia Mosaica. La Historia Mosaica originalmente se enfoca en la formación de Israel a una teocracia nacional. Moisés escribió Génesis para guiar la salida de Israel de Egipto a la conquista de Canaán; Exodo legitimó el orden social y cúltico para la nueva nación; Números exhortó a la nación a estar moral y ritualmente preparada para derrotar a los Cananitas de la tierra; Deuteronomio hizo un llamado a la gente para reafirmar el pacto Mosaico en tanto entraban a la tierra prometida. Estos libros instruyeron a la gente acerca de las dimensiones vitales de establecer la nación teocrática de Israel. ¿Cómo se aplican estos libros a la gente que vive en la teocracia Cristiana? Cuando nos ajustamos a las perspectivas de los textos del Pentateuco a la forma del Reino de Dios en nuestra era, encontramos un sin fin de implicaciones para un vivir responsable en Cristo. No estamos siguiendo a Moisés por el desierto hasta Canaán, pero Génesis nos enseña cómo Cristo nos sacó de la esclavitud del pecado y la muerte. Nos explica la necesidad de seguirle en nuestras vidas diarias lejos del pecado y hacia nuestro destino último. Génesis también nos anima a continuar confiando en que Cristo nos traerá un día a la tierra prometida de un cielo nuevo y una tierra nueva. Éxodo exhortó al pueblo a someterse al orden social y cúltico de Moisés. Una vez más, ya no estamos atados a los tipos y sombras de la era de Moisés, pero Éxodo nos instruye a reconocer la autoridad de Cristo como el que aplica la ley de Moisés a Su Reino. Números hizo un llamado a la segunda generación de Israel a seguir a Dios en la conquista como Su ejército santo. Nos enseña a “no codiciar cosasa malas, como ellos codiciaron” (1 Corintios 10:6). Debemos de dedicarnos a la santidad como aquellos que luchan contra “principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo”
(Efesios 6:12). Nuestra única esperanza de obtener la victoria en las guerras espirituales que tenemos por delante en devoción a Cristo. Deuteronomio llamó a la nación a un pacto de avivamiento en la tierra de Canaán. Como creyentes del siglo XX, no nos comprometemos a los tipos nacionalísticos y las sombras de la Ley de Moisés. Aún así, Deuteronomio nos desafía a recordar que Cristo cumplió los requisitos del pacto y nos llama a una fidelidad diaria como pueblo de Dios. Finalmente, esperamos el cumplimiento de las promesas del pacto de paz y prosperidad por toda la tierra al regreso de Cristo.
La Historia Deuteronomística. La Historia Deuteronomística instruyó al pueblo de Dios acerca de la continuación y declinación de la nación teocrática. El libro de Josué enseñó a la nación a tener éxito en la guerra santa, a dividir la tierra en respeto mutuo y a renovar la obediencia al pacto. Jueces defendió la necesidad de un rey al señalar lo que faltaba por conquistar, los ciclos de jueces buenos y malos, y la insuficiencia de los Levitas. Samuel declaró la esperanza de Israel en la línea Davídica a pesar de los fracasos de David. Los Reyes demostraron la justicia del exilio y ofrecieron la esperanza de regresar a la tierra después de que se diera el arrepentimiento. Así como Israel aprendió acerca de la teocracia nacional del Antiguo Testamento en estos libros, nosotros podemos encontrar muchas implicaciones para la vida en la teocracia Cristiana. Josué nos instruye para ver nuestras responsabilidades como pueblo que ha sido comprado por la muerte y resurrección de Cristo. Debemos de continuar en guerra espiritual, en cooperación con otros que compartan la herencia, y en renovación del pacto. Esperamos el día cuando nuestra conquista sea completada por la segunda venida de Cristo. Jueces nos enseña de nuestra necesidad de Cristo nuestro Rey; sin Él nuestra conquista fracasaría. Otros líderes, en el mejor de los casos, pueden proporcionar alivio temporal únicamente. Con Cristo nuestro Rey, estamos seguros de victoria y bendición. Samuel nos enseña a afirmar nuestro compromiso con el Rey Jesús, el Hijo de David, a pesar de los problemas que acribillan su Reino. Cristo fue sin falta, pero Su reino experimenta dificultades. Aún así, sabemos que las promesas de Dios descansan en él. El libro de Reyes nos recuerda a no tomar los logros de Cristo como licencia para pecar; Dios castiga a sus hijos cuando se descarrían. Así como el escritor de Reyes proporcionó una esperanza de restauración, nosotros también podemos ser restaurados por medio del arrepentimiento y fe.
La Historia Cronística. La Historia Cronística se enfoca en la restauración de la teocracia nacional después del exilio. Crónicas enfatiza la necesidad de tener en orden apropiado al pueblo de Dios, al templo y a la familia real para recibir la bendición de Dios. EsdrasNehemías se enfocaron enlos requisitos de Dios de un vivir santo y devoción al programa de restauración del Reino. Cuando vemos estos libros como Cristianos, encontramos que hablan poderosamente a nuestras responsabilidades en la teocracia Cristiana. Nosotros somos el remanente del pueblo de Dios. Así como el Cronista hizo un llamado al pueblo para regresar a los ideales de la teocracia nacional, se nos exhorta a renovar nuestro compromiso a los ideales del Reino de Cristo. La unidad del pueblo de Dios, la centralidad de Cristo como Rey, y la importancia de una adoración apropiada son esenciales para recibir la bendición de Dios en nuestros días. Como Esdras-Nehemías se enfocaron en la importancia de la santidad y los esfuerzos prácticos para restaurar el reino, podemos ver la importancia vital de la separación de lo malo del mundo y la devoción a la construcción del Reino de Cristo.
Otros libros. Los libros narrativos que quedan también hablan una palabra relevante a nuestros deberes teocráticos. El libro de Rut apoya la legitimidad de la línea de David a pesar de la presencia de una Moabita en sus ancestros; como Cristianos seguimos a Cristo, cuyo derecho de reinar constantemente es desafiado. El libro de Ester enseñó al pueblo de Israel cómo servir a Dios fielmente en tierra extraña; debemos de aprender a servir a Dios en un mundo pecaminoso. El libro de Josué puso en sus lectores originales la importancia de llevar la Palabra de Dios a otras naciones. Hoy en día los Cristianos están comisionados a llevar la Palabra de Cristo por todo el mundo también. Estos comentarios apenas tocan la importancia de estos pasajes de la Escritura para nuestra época. Aún así apuntan en dirección de los ajustes que debemos de hacer al aplicar el significado original de estos libros a nuestra era presente. Las narrativas del Antiguo Testamento son autoritativas para nuestra época, pero debemos de responder a ellas como el pueblo de Dios que vive entre la primera y segunda venida de Cristo. Dejando los ideales nacionalistas de Israel atrás, viajamos por este mundo caído, esperando el regreso de Cristo y la completa realización de la teocracia mundial en Él.
Conclusión En este capítulo hemos bosquejado varios aspectos vitales al aplicar las historias del Antiguo Testamento a nuestra época. La historia de la redención consiste de muchas épocas, pero la venida de Cristo trajo el giro más significativo en la religión Bíblica. Como resultado Cristo es el punto focal hermenéutico de todos los intentos de traer estos pasajes a nuestra era. Debemos de ver las narrativas del Antiguo Testamento a la luz de Sus oficios profético, sacerdotal y real. Como pueblo de Dios viviendo entre la primera y la segunda venida de Cristo, debemos también tomar en cuenta las diferencias entre la teocracia del Antiguo Testamento y el estado presente de la sub-cultura de la teocracia Cristiana. Con estas consideraciones a gran escala en mente, podremos movernos hacia aplicaciones más efectivas de las historias del Antiguo Testamento para nuestra época.
Preguntas de Repaso Describe las divisiones y la unidad de la historia de la redención como ha sido comentada en este capítulo. ¿Cómo han ido a los extremos los evangélicos con relación a estos asuntos? ¿Qué es una punto de vista orgánico de la historia de la redención? ¿Cuáles son los oficios teocráticos de Cristo? ¿Cómo podemos hacer centrales los tres oficios de Cristo a la aplicación moderna de las narrativas del Antiguo Testamento? ¿Cómo se expande el ideal teocrático del Antiguo Testamento en Cristo? ¿Cuáles son las fases de la teocracia Cristiana?
Ejercicios de Estudio Haz una lista de diez temas principales que aparecen en las historias del Antiguo Testamento. Reflexiona en cómo fue modificado cada tema al progresar la historia de la redención en el Antiguo Testamento y en Cristo. Examina 2 Crónicas 12:1-12. Enlista tres implicaciones originales de esta historia. Haz conexiones de cada implicación a los oficios de Cristo en las tres fases de la teocracia Cristiana. Examina Génesis 11:1-9. repite los pasos en el ejercicio 2.