Dr. Pablo Korovsky
Homeopatía y psiquiatría Hacia una medicina integradora
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El tratamiento homeopático de los trastornos mentales y emocionales fue descrito por Samuel Hahnemann, Hahnemann, médico creador de la homeopatía, en su libro y obra fundamental El Organon de la Medicina en la 6ta. Edición en 1843, por lo que no se trata de una novedad. El presente trabajo Homeopatía y psiquiatría, psiquiatría, apunta a recordar este valioso recurso terapéutico recurso terapéutico posiblemente posiblemente aún desconocido para muchos. La Homeopatía ha sido poco escuchada. Hace tiempo ha expuesto una comprensión global de los fenómenos que aquejan al hombre y su conjunto en sociedad. Situaciones como la explosión notoria de la violencia, las adicciones, la creciente psiquiatrización farmacológica farmacológica infantil son entre otras causas, expresión de la profundización del desequilibrio de la energía vital, en términos homeopáticos, de los miasmas crónicos. A ello han contribuido arraigadas estrategias sanitarias erróneas. Este nuevo libro del Dr. Pablo Korovsky expone Korovsky expone de un modo simple y agudo a la vez los conceptos centrales de la homeopatía, estableciendo un puente con los principales cuadros de la psiquiatría. La homeopatía es homeopatía es en este sentido una noble herramienta hacia una medicina integradora al servicio de cambios profundos, y en los tiempos que corren, ya absolutamente necesarios.
Dr. Pablo Korovsky
Homeopatía y psiquiatría Hacia una medicina integradora
2010 Montevideo Uruguay ISBN: ISBN: 978-9974-694-00-2 Pablo Korovsky Edición en formato digital Todos los derechos reservados. http://blogs.montevideo.com.uy/korovsky
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Parte 2 - Indice
Indice
Prologo: 1- Introducción 2- La Ley de la Cura por lo Semejante 3- La Supresión 4- La ley de Curación o de Hering 5- La Agravación homeopática 6- Miasmas 7- Lo infinitesimal 8- Síntomas homeopáticos homeopáticos de la patología mental 9- Un breve recorrido por la historia de la enfermedad mental 10- Rondando algunas definiciones 11- Síntoma y estructura 12- El nudo existencial 13- Algunas clasificaciones clasificaciones actuales de la patología mental 14- Una antigua historia, corazón y mente - El inconsciente 15- Las instancias básicas del aparato psíquico desde el psicoanálisis 16- Los mecanismos de defensa
17- Neurosis -
De angustia
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Fóbica
-
Histérica
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Obsesiva
18- Edipo 19- Narciso 20- Trastornos de Personalidad -
Paranoide de personalidad
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Esquizoide
-
Esquizotípico
-
Límite
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Histriónico
-
Narcisista
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Antisocial
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Obsesivo compulsivo
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Por evitación
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Por dependencia
21- Estamos en guerra 22- Acerca de los planes de rehabilitación 23- Psicosis -
Episodios psicóticos agudos
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Trastorno esquizofreniforme
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Esquizofrenia
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Paranoia
-
Parafrenia
24- Trastornos del estado de ánimo 25- Angustia y Trastornos de ansiedad 26- Adicciones 27- Anorexia y Bulimia 28- Demencia 29- Confusión Mental 30- Trastornos del Sueño 31- Trastornos de la sexualidad 32- Trastornos de la niñez -
Retraso mental
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Trastornos por déficit de atención con hiperactividad
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Trastornos del aprendizaje
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Autismo
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Trastorno disocial o de conducta
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Trastorno negativista desafiante
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Trastornos de la digestión alimentaria
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Pica
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Rumiación
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Tics
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Encopresis
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Enuresis
33- ¿Niños índigo, cristal o qué? 34- Embarazo, psiquiatría y homeopatía 35- Trastornos facticios 36- Trastornos por, en Homeopatía 37- Psicofármacos y Homeopatía 38- Psicosomática y Homeopatía 39- Psicoterapia y Homeopatía 40- Acerca de la contratransferencia y transferencia homeopática 41- El Simillimum 42- Prevención y Homeopatía 43- Vacunas y homeopatía 44- Confianza e inmunidad 45- Fiebre y síntomas mentales 46- Alergias y síntomas mentales 47- Acerca de mi experiencia 48- El equilibrista 49- Historias de pacientes 50- Bibliografía
Prólogo
Pocos honores deben haber que provoque más orgullo que un hijo colega le pida al padre que le prologue su libro. No resultará difícil al lector comprender el esfuerzo que este prologuista debe realizar para controlar la emoción y mantener una supuestamente esperable objetividad. El autor, nacido en una familia en que ambos padres son médicos y psicoanalistas, desde muy pequeño fue atendido por un pediatra homeópata (el Dr. Zalman Bronfman, que tuvo el gusto de prologar su primer libro sobre homeopatía), por lo que creció en un ambiente impregnado por estas disciplinas. Tras una emigración familiar al Uruguay, de donde su madre es oriunda, completó sus estudios, recibiéndose de médico, y aunque su orientación vocacional (y vivencial) era la Homeopatía, se especializa también en Psiquiatría. Este libro, entonces, expresa claramente el intento, a mi juicio exitoso, de integración no solo científico, sino también, seguramente, de aspectos personales. En consecuencia, el autor está en el mejor lugar para poder ofrecernos esta síntesis del tratamiento homeopático de las manifestaciones psiquiátricas de enfermedad. “Homeopatía y Psiquiatría” representa un momento
integrador del autor, que logra en esta obra vincular dos orientaciones de su formación médica. La medicina, ya se sabe, es una vieja paciente que adolece de graves escisiones. Desde sus orígenes griegos fue afectada por teorías disociantes, imágenes del ser humano que padece, que lo fracturaban en alma, mente y cuerpo. Y aunque siempre han existido médicos esclarecidos que han tenido y propugnado una visión integrada (decía Maimó-nides que no se puede curar el cuerpo sin antes haber curado el alma; o Paracelso: “cada vez es mayor el número de los que
reconocen que no puede amarse el alma sin amar el cuerpo, y que no es posible cohibirlo y aherrojarlo sin que el alma resulte perjudicada en igual proporción, a cuyo claro concepto creo haber contribuido grandemente”) nuestras universidades siguen produciendo profesionales
escindidos: los médicos estudian en la Facultad de medicina y se ocupan del cuerpo y sus enfermedades; los psicólogos en la facultad de psicología y se ocupan del alma o del psiquismo y sus conflictos; los sociólogos se ocupan de cómo se relacionan los seres humanos en grupos. La medicina se ha desarrollado en dirección a la especialización y a la tecnificación, de tal manera que el saber enciclopédico se ha hecho imposible, habiéndose dicho con humor que cada vez se sabe más sobre menos, por cuyo camino podría llegarse a saberlo todo sobre nada. Este libro se inscribe en la orientación interdisciplinaria que ha de presidir la comprensión de las ciencias del Hombre y en la visión unicista del ser humano en su dimensión biopsicosocial e histórica. Es que la homeopatía, como el psicoanálisis, está inscripta en la comprensión psicosomática de la medicina. En su repertorización, el homeópata da lugar a los síntomas psicológicos en el mismo nivel que los orgánicos, y Freud ha dicho que la psicoterapia (y el psicoanálisis lo es, “pri ma inter
pares”) “no es el tratamiento del psiquismo sino el tratamiento mediante una técnica psicológica, de pacientes con trastornos psíquicos o somáticos”.
La comprensión del autor de los psicodinamismos que generan los síntomas mentales, y su conocimiento de la ciencia hanemanniana, pero sobre todo su visión superadora de la habitual actitud escindida que nos viene desde los griegos, de diferenciación en los hombres de la trilogía alma, mente, cuerpo, lo habilitan a la búsqueda del tratamiento de estas afecciones, y seguramente este libro será de gran utilidad tanto a médicos homeópatas, psiquiatras como a todos aquellos que deseen acercarse a este camino integrador de la m edicina.
Dr. Edgardo Korovsky Montevideo, mayo de 2009
Introducción Estamos viviendo un tiempo vertiginoso de cambios, incertidumbres, todo tipo de anuncios y pronósticos sobre el futuro próximo. No sabemos qué nos espera pero sentimos un aceleramiento, un ritmo creciente en los procesos de la vida y de nuestro planeta. Mantenernos en equilibrio es toda una proeza personal y comandar el timón del barco se vuelve por momentos dificultoso. Nuestras emociones sufren el vaivén de las tempestades y en ocasiones parece peligrar el control de la nave. Hemos recorrido distintos caminos entre aciertos y errores. Quizás en ese afán de búsqueda, perdimos bastante contacto con nosotros mismos. Apenas atendemos el recorrido de las estrellas, los ciclos y señales que nos muestra la Tierra. Enfermar es una expresión de lo desconectados que estamos. Por eso se trata de aclarar nuestras percepciones, ordenar las ideas, hacernos prácticos a las tareas que tenemos por delante. Y conectarnos. La homeopatía lleva doscientos años haciendo un paciente trabajo, sin destellos, propagandas masivas ni respaldos económicos multimillonarios. Simplemente llegando a quienes buscan, mas allá de las retóricas oficiales, como ha sucedido siempre, atravesando la niebla. La Homeopatía tiene una profunda capacidad de actuar sobre la mente y las emociones. Samuel Hahnemann, médico creador de la Homeopatía, describió también en su libro y obra fundamental El Organon de la Medicina en la 6ta. edición en 1843, el tratamiento homeopático de los trastornos mentales y emocionales, por lo que no se trata de una novedad. Este trabajo Homeopatía y psiquiatría, apunta a recordar el valioso recurso terapéutico que nos ofrece esta medicina integradora, posiblemente desconocido para muchos. La enfermedad, como la curación, surge de circunstancias y estímulos que se conjugan particularmente, mostrando la unidad que descansa en todo fenómeno vital. El conjunto de síntomas mentales, emocionales y físicos expresan el desequilibrio de la energía vital de cada persona y se traduce para la homeopatía en un determinado remedio. Hablar entonces de lo psíquico y aún de lo considerado psiquiátrico, no se limita sólo a los problemas llamados mentales, sino que en definitiva tiene que ver con la persona como un todo.
El desorden de la energía vital se expresa primero en los planos mas sutiles, como la mente y las emociones y de allí se traslada a los mas densos o corporales. Ayudar a sanar la mente y las emociones es también entonces curar y prevenir las enfermedades del cuerpo.
La enfermedad mental ha sido objeto de diversos abordajes. Indudablemente, el médico es una figura destacada en el proceso curativo. Su presencia, comprensión, palabra y actitud, son valiosas herramientas terapéuticas. Esto es especialmente relevante en los problemas emocionales y mentales, donde se requieren a menudo instrumentos psicoterapéuticos específicos. Hemos creado, reflejo de nuestra condición, una sociedad desequilibrada y ansiógena que se retroalimenta. Orgullosos de nuestro saber, desafiamos las leyes de la naturaleza, y fuimos bíblicamente expulsados del paraíso al comer del árbol del conocimiento, quizás por ese pecado de soberbia. Ahora no sabemos como frenar las consecuencias de tanta inconciencia, potenciada por la multitud que somos hoy sobre la Tierra. Percibimos que no tenemos mucho tiempo para cambiar el rumbo, si queremos seguir viviendo. Nuestro hogar, el noble planeta que nos cobija, es un ser vivo y nos está dando muestras mas que suficientes de su agotamiento. La homeopatía es una medicina respetuosa de los procesos naturales, en palabras actuales, ecológica. Y ha sido poco escuchada. Hace mucho tiempo ha expuesto una comprensión global de los fenómenos que aquejan al hombre y su conjunto en sociedad. Situaciones como la explosión notoria de la violencia, las adicciones, la creciente psiquiatrización farmacológica infantil son entre otras causas, expresión de la profundización del desequilibrio de la energía vital, en términos homeopáticos, de los miasmas crónicos. A ello han contribuido arraigadas estrategias sanitarias erróneas. La homeopatía no se queda en la contemplación filosófica, es una herramienta médica concreta que apunta a corregir el desequilibrio de la energía vital, origen de todos los síntomas. La intención es en este sentido un modesto aporte a tomar conciencia de lo que tenemos entre manos. He transitado distintas dificultades en el proceso de este trabajo.
La amplitud, complejidad de la temática, el interrogante de cómo encararlo y especialmente a quien dirigirlo. Se fue decantado en un planteo abierto donde aspiro a que todos pueden sacar algún provecho. Consideré comenzar por una síntesis de la doctrina homeopática, continuando con distintos tópicos de la psiquiatría, su vinculación con el repertorio homeopático, es decir, el libro o base de datos de los síntomas homeopáticos, planteando algunas reflexiones, comentarios e historias clínicas. Integrar es comprender, acercar las partes que han perdido contacto y conciencia, para de alguna manera, reencontrar el poder de curación que está dentro nuestro, esperando.
Dr. Pablo Korovsky
La ley de la cura por lo semejante La homeopatía se desarrolla en torno a una comprensión vitalista de la medicina. Entiende que una particular fuerza o principio esencial, al que denomina energía vital, rige el fenómeno de la vida. La salud es expresión del equilibrio de la energía vital y la enfermedad, de su desorden. La homeopatía actúa como un estímulo a esta energía, despertando las capacidades curativas que están allí latentes, devolviéndole el orden. La Homeopatía se basa en la Ley de la cura por lo semejante, similia similibus curantur: lo similar se cura por lo similar. Se trata de un principio natural, descrito en la antigua Grecia por Hipócrates unos 400 años antes de Cristo, que señala que una substancia que experimentada en personas sanas provoca determinados síntomas, puede curar a enfermos con síntomas similares. Expliquemos esto un poco mas: Cada substancia medicinal provoca, en alguna medida una inicial y transitoria distorsión en la energía vital, la cual intenta posteriormente recomponerse, siendo esta capacidad reactiva, natural en todo ser vivo. Allí radica el poder curativo, en la reacción de la propia fuerza vital para recuperarse de la distorsión sufrida. Samuel Hahnemann fue el médico alemán que redescubre esta ley de la naturaleza, sepultada por siglos, creando el método homeopático como lo conocemos actualmente hace poco mas de doscientos años. Los medicamentos homeopáticos surgen de la experimentación de substancias en sujetos sanos, método denominado patogenesia. Las propiedades curativas de cada medicamento son precisamente aquellos síntomas capaces de provocar de forma transitoria en estos sujetos sanos. Distinguía de este modo, la denominada acción primaria del medicamento, que como mencionamos, actúa inicialmente, provocando cierta distorsión en la energía vital, como si se tratara de un golpe que ésta recibe, apareciendo como consecuencia, algunos cambios o síntomas en el organismo. Sucede entonces la llamada acción secundaria, o reacción de la fuerza vital para recuperar el equilibrio. A esta reacción de la fuerza vital corresponde la acción curativa. Se suman a esta explicación, una particular cualidad de la energía vital que Hahnemann denomina intensidad dinámica, que podemos asemejar a la potencia variable de una luz.
El remedio provoca en la energía vital un desequilibrio transitorio similar a la enfermedad, pero de una mayor intensidad dinámica que ésta, es decir como si de una luz similar a la enfermedad, pero de mayor intensidad se tratara, por lo que como reacción, despierta en la energía vital una reacción mayor, que logra desprender la enfermedad. Otro aspecto es la exigüidad o sutileza de la dosis del medicamento homeopático, que determina que la reacción sea la menor posible, pero suficiente para generar en el organismo los cambios necesarios, dejándolo luego libre del estímulo medicinal. Estas dosis infinitesimales hacen que la denominada acción primaria sea generalmente imperceptible. El poder curativo de la homeopatía se expresa tan particularmente, que una dosis única de un remedio homeopático bien indicado, puede ser suficiente para restablecer el equilibrio en la energía vital del paciente y mantenerlo estable por gran tiempo. Vale mencionar por otro lado, cómo la alopatía (alo = distinto, patía = enfermedad) se vincula esencialmente a la mencionada acción primaria, es decir, aquella que la substancia genera al inicio sobre el organismo, suprimiendo transitoriamente los síntomas presentes de enfermedad, pero sin generar posteriormente una reacción secundaria curativa. La acción provocada por la substancia es en este caso de carácter distinto a la enfermedad natural (alopática), por lo que no despierta en la energía vital una respuesta reactiva similar a la enfermedad y de mayor intensidad dinámica que logre desplazarla. De este modo, el método alopático requiere la reiteración permanente de la dosis del medicamento, pero solo para suprimir transitoriamente los síntomas, no m odifica el desorden de la energía vital, muchas veces lo profundiza. Esto se observa claramente en los trastornos crónicos, donde el medicamento alopático solo llega eventualmente a paliar, pero no a curar la enfermedad.
La supresión La supresión es un fenómeno por el cual, cuando se elimina un síntoma aisladamente pero sin corregir el desequilibrio de la energía vital del conjunto que le dio origen, se traslada la expresión de este desorden energético a otro síntoma de mayor compromiso vital. Pongamos un ejemplo: Un niño sufre inicialmente síntomas alérgicos en la piel que logra eliminar con antialérgicos, pero al tiempo se vuelve asmático. Se produjo una supresión, es decir, se trasladó la expresión del desequilibrio de la energía vital del paciente, desde un síntoma superficial, la alergia cutánea hacia uno de m ayor compromiso vital, como es el asma en el pulmón. El mismo paciente es tratado entonces con corticoides por el asma, con relativa mejoría respiratoria, pero al tiempo comienza con trastornos emocionales y de conducta sin causa externa aparente que lo explique. Se produjo nuevamente otra supresión, trasladándose ahora la expresión del desequilibrio de la energía vital a un sector mas noble y vital aún, la mente. Muchos cuadros psiquiátricos responden en definitiva a una cadena de supresiones que lleva a afectar el centro primordial del hombre, su mente y sus emociones. Por tal motivo es importante comprender el valor del conjunto en todo tratamiento. La homeopatía considera las terapéuticas supresivas como las causantes de la gran mayoría de las enfermedades crónicas humanas.
Supresión y metástasis dinámica Supresión y metástasis dinámica El concepto de metástasis se utiliza en oncología para referirse a los crecimientos y localizaciones secundarias de un cáncer original que determinan su diseminación y en g ran medida la muerte del paciente. Es interesante mencionar que la homeopatía viene señalando el concepto de metástasis dinámica en relación al fenómeno de la supresión hace doscientos años. Existen no obstante diferencias, ya que en el caso de la supresión, se trata de un proceso sutil de profundización en el desorden de la energía vital, que da origen a síntomas de progresivo
compromiso vital o metástasis dinámicas, que en última instancia puede también determinar la aparición de un cáncer.
La Ley de Curación o de Hering Se denomina Ley de Curación o Ley de Hering a una serie de fenómenos que se observan en una buena evolución. Es recomendable que el paciente la conozca y comprenda. Se aplica a todo cuadro, pero especialmente a la evolución de los trastornos crónicos. Descrita por Hahnemann y sintetizada por Hering, uno de sus discípulos mas destacados señala que: . Toda genuina curación se acompaña de una mejoría mental.
. La curación va de adentro hacia fuera, y en ese recorrido los síntomas, como expresión del desequilibrio se van trasladando hacia la superficie, de los órganos centrales de mayor compromiso vital a los de menor compromiso. Por ejemplo Si un paciente mejora del asma y aparecen síntomas alérgicos en la piel, se está curando.
. Se observa la reaparición transitoria de síntomas antiguos, en el orden inverso al que aparecieron. No significa la reinstalación de los síntomas tal cual fueron sufridos, sino una imagen pasajera que los recuerda. El mismo ejemplo: Si el paciente mejora el asma y aparecen transitoriamente síntomas alérgicos antiguos anteriores al asma, se está curando. Quedará luego libre de síntomas.
. La curación lleva habitualmente una dirección de arriba hacia abajo . Si por ejemplo una artritis se desplaza de la rodilla al pie, se está cumpliendo una evolución favorable que pronostica la posterior desaparición del síntoma.
No siempre se observa el cumplimiento de todos los puntos de la ley de curación, aún en cuadros con buena evolución. No obstante, la presencia parcial de algunos de estos fenómenos, como por ejemplo los síntomas exonerativos que siguiendo una dirección de adentro hacia afuera se acercan a la piel, representan siempre una señal favorable.
La agravación homeopática La agravación homeopática es una situación que puede darse en algunos casos luego de la toma del remedio, tiempo que puede ser variable para cada paciente. Consiste en una acentuación transitoria de síntomas propios del paciente o del remedio, consecuencia del estímulo que por similitud homeopática provoca el medicamento. Esto se debe esencialmente a la mencionada acción primaria de la ley de la cura por lo semejante, donde el remedio imprime en la energía vital por similitud pero a la vez por la mayor intensidad dinámica que la enfermedad original, en ocasiones la acentuación transitoria de algunos síntomas.
Así como el remedio es capaz de provocar síntomas patogenéticos en los experimentadores sanos, algunos pacientes sensibles también pueden experimentar síntomas o la agravación pasajera de algunos propios, ambas situaciones consecuencia del mismo fenómeno de la similitud (homeo= igual, patía, enfermedad). La agravación homeopática suele resolverse de forma espontánea y a pesar de las eventuales molestias pasajeras, es un signo de buen pronóstico que precede a la mejoría.
Miasmas Se entiende por miasma a ciertas cualidades y tendencias globales que adquiere el desequilibrio de la energía vital. Se trata de una concepción original que la homeopatía ha introducido en la comprensión de las enfermedades. La gran mayoría de los padecimientos que cada sujeto presenta a lo largo de su vida depende de su terreno constitucional, en términos homeopáticos de las características de su desequilibrio en la energía vital o en otras palabras, su miasma crónico. Este terreno constitucional o miasmático, vinculable en buena medida a las denominadas características genéticas individuales, puede dar lugar a diversas enfermedades crónicas y agudas. Los miasmas crónicos son entonces, patrones persistentes de distorsión de la energía v ital, que habitualmente se prolongan o profundizan en el tiempo. No necesariamente expresan enfermedades clínicas constituídas, puede tratarse de síntomas aislados, rasgos de carácter u otras cualidades que imprimen al sujeto una particular tendencia general.
Se consideran tres grandes miasmas crónicos o tendencias constitucionales: 1) Hacia la excitabilidad funcional o miasma de la Psora. 2) Hacia la hipertrofia o miasma de la Sicosis. 3) Hacia la destrucción o miasma de la Sifilis.
La Psora o miasma de la excitabilidad funcional, del griego y hebreo: mancha, prurito, expresa
como característica central una hipersensibilidad en todos los terrenos. Las alergias cutáneo mucosas son una manifestación clásica de la P sora. En el plano mental y emocional, la ansiedad, la angustia, los temores y otras vivencias como la falta de confianza o la minusvalía son manifestaciones esencialmente psóricas.
La Sicosis se expresa como una distonía en más, pero en este caso hacia la hipertrofia, el
agrandamiento, la neoformación orgánica o tumoral, no ya como un fenómeno funcional.
Históricamente fue asociada a la enfermedad venérea de la blenorrea, siendo el resto de sus manifestaciones, secundaria a su desarrollo y progresión en el organismo. Desde las verrugas, hasta los tumores u otra hipertrofia orgánica, como la obesidad, señalan la presencia de este miasma. La ambición desmedida, una actitud prepotente o dictatorial, una crisis maníaca son expresiones que ejemplifican el miasma Sicosis en el plano mental. Es oportuno aclarar que el término psicosis de la psiquiatría, que alude a la pérdida de criterio de realidad, no tiene que ver con el de sicosis utilizado en este caso. No obstante una crisis psicótica o delirante con elementos maníacos o de grandeza, muestra a su vez, un perfil miasmático sicótico, desde el punto de vista homeopático.
La Sífilis o miasma destructivo expresa como característica central la tendencia a la destrucción.
Históricamente se la vincula con la enfermedad venérea sífilis, siendo el resto de sus manifestaciones, secundaria a su desarrollo miasmático. Desde la úlcera genital de la enfermedad venérea sífilis, la emaciación o adelgazamiento extremo, así como toda manifestación de destrucción orgánica denota esencialmente la presencia del miasma destructivo. De igual manera expresa en el plano mental la característica destructiva: la violencia, la burla hacia otros, al suicidio u homicidio, son algunos ejemplos.
El pensamiento homeopático contemporáneo, con autores como Tomás Pablo Paschero y discípulos de su escuela como Zalman Bronfman, Eugenio y Marcelo Candegabe, Juan Schaffer, Luis Detinis, María Clara Bandoel, entre otros, entiende en gran medida el desarrollo miasmático como una tendencia reactiva de cada individuo frente a su debilidad original psórica. La psora es según Hahnemann el gran miasma de origen, generador de la gran mayoría de las enfermedades. La psora es comprendida como la vulnerabilidad esencial, la indefensión particular con que cada individuo viene al mundo, su peculiar disposición a sufrir, mental, emocional y físicamente y esto se expresa a la vez en las características de los distintos remedios homeopáticos. Algunos sujetos intentan compensar su fragilidad psórica original a través de mecanismos reactivos, pero habitualmente estos resultan a la vez un patrón distorsionado, miasmático.
Así la reactividad sicótica es hacia la hipertrofia, mental o física, mientras que la sifilítica hacia la destrucción. Todos intentos fallidos de neutralizar la carencia psórica básica. Un sujeto que en su psora siente un profundo vacío y falta de confianza, puede que en su reactividad sicótica aparezca como una persona muy ocupada y exigente, o en su faceta reactiva silfilítica como depresiva y con intención de terminar con su vida. Ambas son tendencias reactivas, pero distorsionadas, que mantienen en la profundidad la condición psórica inmodificada. Si bien puede predominar una tendencia en particular, generalmente existen aspectos de los tr es miasmas en todos los individuos.
Existen pacientes con características psóricas que responden muchas veces al mismo remedio constitucional en sus tendencias sicótica o sifilítica. En esos casos podemos hablar del medicamento simillimum del paciente, es decir el mas similar que logra equilibrar su energía vital. Destaco en esta situación tratarse del medicamento simillimum del paciente, y no solo de un cuadro puntual, ya que el mismo remedio logra cubrir terapéuticamente distintos circunstancias patológicas que ese paciente puede padecer, aún en diferentes fases miasmáticas. En otros pacientes es necesario recorrer diversos remedios en el camino hacia la curación. Desandar los patrones reactivos distorsionados hasta rencontrarse con las raíces psóricas, a pesar de que parezca en cierta medida una regresión, es una señal de buena evolución. Desde allí, el proceso curativo apuesta entonces a construir una condición de crecimiento mas equilibrada y genuina.
La concepción miasmática viene de la mano del descubrimiento de la Ley de curación y de la supresión, formando todo parte de una misma comprensión.
Al inicio del descubrimiento del método homeopático, Hahnemann prescribía por algunos síntomas relativamente aislados, obteniendo éxito en muchas ocasiones. No obstante, observaba que especialmente en pacientes crónicos no obtenía los mismos resultados. Luego de años de reflexionar en su método, encontró que al incorporar en su análisis los síntomas mas característicos, pero de la totalidad del individuo en su conjunto, mental y física, los
pacientes comenzaban a mejorar de sus dolencias crónicas, poniendo en marcha la ley de curación o Ley de Hering , comentada anteriormente. Observó entonces un movimiento de síntomas, como el desplazamiento hacia la superficie o la reaparición transitoria de síntomas antiguos, lo que ponía en evidencia que dichas expresiones del desequilibrio vital no habían sido curadas, sino solo localmente suprimidas. Al final de este proceso, la mayoría presentaba una erupción en la piel que asemejaba a las primeras manifestaciones sufridas en la niñez, que habían sido de alguna manera suprimidas localmente. Finalmente la erupción desaparecía dejando libre al paciente de síntomas. Esta evolución denominada ley de curación o de Hering, como dijimos, pone de manifiesto que el desequilibrio de la energía vital presenta infinidad de expresiones clínicas pero todas responden al mismo origen o miasma, cuyo síntoma inicial y mas superficial aparece en la piel, de allí toma el nombre de psora en referencia a un primitivo prurito o mancha.
Esta visión miasmática nos permite abarcativamente comprender fenómenos actuales como la explosión de la violencia o la polarización del poder, donde claramente se expresa la hipertrofia y la destrucción miasmática presente como profundización del desequilibrio de la energía vital en el conjunto de los seres humanos como sociedad.
Enfermedades agudas
Existen distintas clases de cuadros agudos: Algunos son descompensaciones de enfermedades crónicas, es decir, dependen del miasma crónico que padece el paciente. Otros cuadros agudos, son explosiones pasajeras de la psora latente, es decir psora no desarrollada, como lo llamaba Hahnemann, que se hace manifiesta en determinadas circunstancias, volviendo luego a su estado latente o de salud. Otros son los denominados miasmas agudos , que representan las enfermedades epidémicas, que atacan a un conjunto de personas en un tiempo y lugar.
Otro grupo al que Hahnemann denominó intercurrentes, son cuadros agudos que se dan en personas que padecen algún trastorno crónico, pero que no tienen que ver con ellos, no se trata de empujes agudos del cuadro crónico, sino como señala el término son intercurrencias.
Están también las llamadas indisposiciones que son cuadros agudos de carácter leve, vinculados con circunstancias tales como desarreglos alimenticios, climáticos, emocionales, etc que generalmente se resuelven espontáneamente sin necesidad de recurrir a medicación homeopática, mas allá de algunas medidas de carácter g eneral e higiénico dietéticas. Podemos señalar otras circunstancias agudas como aquellas derivadas de la Ley de curación o de una agravación homeopática, que deben contemplarse como parte del proceso de curación. Al tratar un cuadro agudo, también se aborda el conjunto, en oportunidades es una nueva totalidad la que se manifiesta, pero siempre es una unidad integrada. Así luego de pasado el cuadro crítico, podemos evaluar si el paciente está igual, mejor o peor que antes. Por ejemplo si un niño luego de haber sido tratado por una inflamación de garganta, comienza con trastornos de conducta sin otra causa que lo justifique, probablemente se produjo una supresión, se internalizó el desequilibrio de la energía vital hacia un sector de mayor compromiso, trasladándolo en parte al plano mental.
Lo infinitesimal La concepción de lo infinitesimal es un punto sensible de la homeopatía, original y a la vez controvertido. La posibilidad de comprender cómo actúan las dosis infinitesimales ha resultado hasta el momento un misterio, y a pesar de ello la comprobación clínica resulta su principal respaldo. No sabemos qué pasa exactamente a ese nivel, ni en definitiva que inspiró a Hahnemann a tan peculiar sistema de preparación del remedio. En la preparación del remedio Hahnemann daba principal jerarquía a la trituración y fricción inicial en mortero de la substancia y a las posteriores sucusiones a las que se sometía las progresivas diluciones de la substancia original en agua. Hahnemann señala que desconocía el mecanismo intrínseco por el cual actuaban estas dinamizaciones, pero a modo de hipótesis plantea una semejanza con el poder del magnetismo que se despierta en una barra de hierro inerte al ser frotada contra otra. De igual modo, la fricción mecánica y sucusión de la substancia medicinal despierta propiedades que no estaban presentes en su estado crudo natural, concibiendo algo semejante a un magnetismo o propiedad particular a la que resulta sensible la energía del ser viviente. Siendo aun terreno de hipótesis, las teorías y explicaciones actuales apuntan en una dirección: el agua. La aparente sencillez de su estructura como solvente, no es en realidad tal, y este líquido esencial para la vida encierra muchos mas secretos y propiedades de las que habitualmente se le otorgan. Ya no sería rigurosamente necesaria la presencia del soluto, como lo estima el concepto clásico del número de Abogadro, en revisión también desde algunos enfoques de la ciencia, por el cual luego de cierta serie de diluciones no existiría molécula de la substancia original en el agua. El fenómeno se traslada ahora a la estructura interna del agua, como si de un tejido se tratara, capaz de reproducir a modo de un calco, la imagen de moléculas que ha recepcionado anteriormente aunque ya no estén presentes, e implícito en este reflejo, el mensaje de la substancia original.
El planteo actual se traslada a la recepción de un mensaje cuya información se encripta y circula en el agua, de la que el ser humano tiene mas de un 70 % de su peso, despertando en su energía vital un código particular de actividad curativa.
Se ha mencionado muchas veces, el medicamento homeopático apunta a desplegar los propios recursos curativos presentes en el organismo. Se trata de un mensaje, una orden para que se pongan en actividad. Luc Montagnier, premio Nóbel de medicina, entre otros, se refiere en términos cercanos a estos conceptos. No es la substancia, la faltante para el proceso curativo en buena parte de las enfermedades; en realidad es la información que se despliega en el organismo lo central a tener en cuenta en esta dinámica vital.
Síntomas homeopáticos de la patología mental Los síntomas del psiquismo tienen la mayor importancia en homeopatía. La esfera mental, las emociones y el carácter son centrales en el diagnóstico del remedio y junto a ellos el conjunto de aspectos mas destacables de la totalidad del sujeto. Hahnemann señala que los síntomas demasiado generales e inespecíficos como dolor de cabeza, náuseas o decaimiento por ejemplo, escasamente orientan al remedio, ya que muchos medicamentos dan ese tipo de síntomas. Enfatizó que lo importante es prestar especial atención a lo mas notable, singular, extraordinario y peculiar de cada caso, los denominados síntomas característicos. Esta definición de síntoma característico, no se contrapone a considerar un síntoma de la patología si es precisamente notable, destacado, y mas valor adquiere si es a la vez singular, extraordinario y peculiar. Entonces, es bueno conocer los síntomas del repertorio vinculados con la patología, en este caso, mental, que aunque no los consideremos necesariamente en la repertorización, pueden orientarnos muchas veces hacia el remedio mas indicado. Por otra parte, estimo que un síntoma general como por ejemplo cefalea, no tiene el mismo valor repertorial que delirio, aunque ninguno de los dos esté modalizado y mas singularmente definido, ya que dolor de cabeza es un síntoma frecuente y común, mientras que delirar no es habitual a todos los sujetos. En este caso, un síntoma de la patología tiene un valor particular mayor. De todos modos, hay que remarcar que son los síntomas característicos los que determinan habitualmente la elección del remedio, aunque los síntomas de la patología en este caso mental, pueden colaborar y muchas veces definir una prescripción. De allí el interés en conocerlos y rastrearlos a lo largo del repertorio.
Un breve recorrido por la historia de la enfermedad mental La enfermedad mental ha estado signada por innumerables vaivenes y concepciones a lo largo del tiempo. En épocas pretéritas fue vinculada a causas sobrenaturales y mágicas. A partir de la antigua Grecia con Hipócrates, comienza a considerársela una enfermedad, resultado de un desequilibrio en los humores del organismo (sangre, bilis negra, amarilla y flema), manifestándose en cuatro temperamentos básicos: colérico, sanguíneo, melancólico y flemático. El concepto de enfermedades mentales agudas y crónicas fue otro aporte del período griego, los términos de manía, melancolía, histeria e hipocondría, así como la comprensión de que las enfermedades son en gran medida acentuaciones de mecanismos habituales de la psique. Desde la muerte de Galeno en el 200 DC, quien aportó la noción de causas orgánicas y emocionales en su génesis, los trastornos mentales fueron marginados de la medicina por un largo período, regresando a Europa durante la Edad Media la concepción demoníaca y la fuerte injerencia de la Iglesia en ese terreno, con la Inquisición, exorcismos y quema de brujas hasta finales del siglo XVIII. En este periodo el pensamiento griego solo se mantiene vivo en la cultura árabe, donde se establece el primer hospital mental en Bagdag en 792, y resaltan médicos como Avicena (980 – 1037). A partir del Renacimiento, a pesar de la Inquisición y sus profundas secuelas, comienzan a surgir figuras como Paracelso, entre otros, que cuestionan la concepción demoníaca, abriendo progresivamente camino a la reincorporación de los trastornos mentales a la medicina, con la mítica liberación de las cadenas a los enfermos mentales con P inel en Francia en 1794. Los siglos XIX y XX traen un prolífico desarrollo de la psiquiatría europea especialmente alemana y francesa, con autores como Kraepelin, Bleuler, Jaspers, Janet, Kretschmer, abocándose en gran medida al estudio de las psicosis crónicas. La llegada de Freud (1856 - 1939) y el psicoanálisis generaron una profundo impacto en la concepción de los fenómenos psíquicos, desde su introducción en la comprensión y tratamiento de la histeria y los trastornos neuróticos, incorporando su visión psicopatológica progresivamente al conjunto de la psiquiatría. El conductismo surge a principios del siglo XX como otra concepción psicológica de creciente gravitación en la actualidad a partir de los trabajos experimentales de Pavlov y posteriormente Watson entre otros, entendiendo la patología esencialmente como trastornos en los m ecanismos reflejos de aprendizaje.
En la actualidad existe un auge de la denominada psiquiatría biológica donde los recursos terapéuticos están especialmente volcados hacia los nuevos psicofármacos de síntesis. La psiquiatría norteamericana ha pasado a tener una fuerte influencia con la nuevas clasificaciones de la patología mental, DSM (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders). Los criterios de la OMS son también en la actualidad una referencia que intenta unificar criterios diagnósticos a través de las guías ICD (International Classification of Diseases).
Distintos movimientos terapéuticos y corrientes psicológicas se han desarrollado en el último siglo incidiendo en las tendencias terapéuticas actuales, recuperando en muchos casos, antiguos conocimientos que aparecen paradójicamente nuevos para nuestra cultura.
La homeopatía a pesar de la marginación histórica de la que fue objeto, siempre planteó su revolucionaria concepción de ser una medicina del hombre como unidad, y su especial atención a la condición mental como centro en todos los pacientes, adelantándose siglos a la actual mirada holística. Hahnemann dedicó en sus obras principales El Organon y El Tratado de las Enfermedades Crónicas un significactivo lugar a las enfermedades mentales y su tratamiento desde la homeopatía. Desde entonces la homeopatía ha abordado las enfermedades mentales, aunque lamentablemente su difusión haya sido relativamente escasa.
Rondando algunas definiciones Es interesante hacer una breve reflexión acerca de la antigua concepción hipocrática de los cuatro humores, a la que hicimos referencia al hablar de la historia de l a psiquiatría. Hipócrates describía cuatro temperamentos básicos, colérico, sanguíneo, melancólico y flemático, que vinculaba a las cualidades y desequilibrios entre los humores corporales sangre, bilis negra, amarilla y flema. Vemos como ya desde la antigüedad los líquidos vitales fueron asociados a las enfermedades. De hecho, nuestra composición es en un 70% líquido. Origen o consecuencia, en nuestros líquidos vitales se refleja el desequilibrio vital. Si consideramos, desde las características químicas, a las mas sutiles y energéticas del agua, a los ojos de las investigaciones actuales, donde podemos ubicar lo infinitesimal de las dosis de la homeopatía, entrevemos que aquella antigua concepción hipocrática de los humores no se ha alejado tanto de las comprensiones modernas. La investigación neurobiológica ha puesto por su parte en evidencia la compleja dinámica neurohumoral de un conjunto de neurotransmisores en los diversos procesos mentales y sus desórdenes. Por otro lado, ha tenido notoriedad pública el trabajo de Masaru Emoto acerca de imágenes de cristales congelados de agua de distintos orígenes captadas por el microscopio electrónico, donde se observa desde hermosas y perfectas configuraciones hasta otras donde se pierden estas características, comprobando a través de reiteradas experiencias la influencia que sobre el agua pesan los mas diversos estímulos, desde la música a los distintos pensamientos y emociones. El buen o el mal humor no sería así, solo una forma de definir un estado inmaterial del ánimo, sino también una cualidad química y sutil que adquiere el humor o líquido del organismo en la dinámica de la vida. Animo por otra parte deriva del latín y éste del griego donde significa soplo. Es decir, el soplo de vida, el aliento. Del Diccionario de la Real Academia Española. Alma o espíritu en cuanto es principio de la actividad humana. Vemos como tanto los términos humor como ánimo tienen una raíz en las funciones vitales, en el aire que respiramos en cada aliento y en el líquido que fluye por nuestro organismo. Es decir, el estado de ánimo puede traducirse en como está nuestro aire y nuestro líquido. Siguiendo este recorrido por el diccionario enco ntramos otros términos rondando la temática. Alma proviene de anima del latín cuyo significado es sustancia espiritual e inmortal, capaz de entender, querer y sentir, que informa al cuerpo humano y con él constituye la esencia del hombre. Por extensión, principio sensitivo que da vida e instinto a los a nimales y vegetativo que nutre y acrecienta las plantas. Sustancia o parte principal de cualquier cosa. A la vez espíritu, del latín spiritus: ser inmaterial y dotado de razón. Alma racional. Don sobrenatural y gracia particular que Dios suele dar algun as criaturas. Vigor natural y virtud
que alienta y fortifica el cuerpo para obrar. Del punto de vista teológico, tercera persona de la Santísima Trinidad, que procede igualmente del padre y del hijo. Psique, según la Real Academia: alma humana. Mente: Potencia intelectual del alma. Conjunto de actividades y procesos psíquicos conscientes e inconscientes, especialmente de carácter cognitivo. Intelecto: entendimiento, potencia cognoscitiva racional del alma humana. Psiquiatría: ciencia que trata de las enfermedades mentales. Psicología: parte de la filosofía que trata del alma, sus facultades y operaciones. Todo aquello que atañe al espíritu. Ciencia que estudia los procesos mentales en personas y animales. Manera de sentir de una persona o de un pueblo. Afecto: cualquiera de las pasiones del ánimo, como ira, amor, odio, etc. Pasión: acción de padecer. Cualquier perturbación o afecto desordenado del ánimo. Inclinación o preferencia muy vivas de una persona a otra. Apetito o afición vehemente a una cosa. Sentimiento: impresión y movimiento que causan en el alma las cosas espirituales. Emoción: estado del ánimo producido por impresiones de los sentidos, ideas o recuerdos que con frecuencia se traduce en gestos, actitudes u otras formas de expresión. De alguna forma, todas estas definiciones parecen rondar en círculo. Siguiendo esta línea, la psique representa el alma y a su vez al espíritu, de donde la psiquiatría es la ciencia que trata las enfermedades del alma o del espíritu, en nada ajeno al soplo del aire que respiramos en cada aliento y al líquido que fluye por nuestro cuerpo.
El nudo existencial Cada ser trae un nudo existencial con el que lucha en la vida. Un nudo implica algo atado, enredado, donde fuerzas opuestas están trabadas. Generalmente son miedos las tensiones que de cada lado de la cuerda impiden desatar el nudo. Los nudos se enlazan y crean tejidos, de manera que muchas cosas están vinculadas. Esto hace que los cambios resulten en ocasiones difíciles, porque implica la repercusión sobre todo un conjunto. En ese vaivén transcurrimos mucho tiempo, a veces toda una vida. ¿Cual es el nudo en cada caso? La falta de confianza, de afecto, el temor a perder lo que se tiene, en fin, cada ser humano tiene su particular conflicto o nudo existencial, que habitualmente está arraigado en un aspecto infantil. Es frecuente escuchar su vinculación directa con la angustia en frases como esta: “tengo un nudo en la garganta, en el estomago, etc.”donde se hace literal el símbolo.
La homeopatía puede llegar a ese nudo y ayudar a desatarlo. Cada remedio expresa un sufrimiento central que es necesario reconocer así como lo es encontrar el del paciente. Este nudo es también una expresión particular del desequilibrio de la energía vital de cada individuo. De este modo, el remedio simillimum actúa a través del principio de la cura por lo similar en el plano mental y emocional ayudando a desatar ese nudo tan temido y deseado hacia la libertad.
Algunas clasificaciones actuales de la patología mental
Hemos mencionado ya una de las clasificaciones de la patología mental que actualmente tiene mayor difusión que realiza la Asociación Psiquiátrica Americana, denominada DSM (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders) en su edición IV. Se trata de una clasificación en 5 ejes, distinguiendo : El eje I: aquel en el que se desarrollan los trastornos clínicos actuales. El II: sobre qué estructura o rasgos de personalidad se desarrolla la problemática del paciente, incluyendo el retraso mental. El III: describe si existen patologías médicas concomitantes. El IV: si existe problemas psicosociales y ambientales de relevancia. El V: evalúa el grado de actividad global del sujeto.
Existe un solapamiento entre algunas categorías de clasificaciones europeas donde por ejemplo se conserva la terminología de neurosis, respecto a la americana que ha eliminado por el momento este término. Hemos mencionado también los criterios de la OMS a través de las guías ICD (International Classification of Diseases) como otra referencia mundial sobre el tema. Vamos a utilizar en buena medida en este trabajo, algunos criterios DSM para orientarnos en determinadas categorías diagnósticas. A pesar de algunas diferencias entre las clasificaciones puede recogerse en general un espíritu común, siendo bueno reconocer también que en ciertos casos no resulta fácil su categorización, lo que es propio de todo encuadre diagnóstico.
Una antigua historia, corazón y mente Existe una misteriosa relación entre el corazón y la mente. La mente piensa, calcula, organiza, el corazón siente. Mas allá de que localizar los sentimientos en el corazón pueda verse como una metáfora poética, que acompaña a la historia del hombre, más que como un concepto de la ciencia moderna, valga no obstante esta apreciación para reconocer dos esencias distintas, pensamiento y sentimiento. La mente aprende a reconocer las señales que recibe del corazón y a pesar de sus diferencias, de quizás no entenderlo cabalmente y considerarlo en ocasiones descontrolado y primitivo, ambos llegan a entablar una comunicación, un trabajo en equipo, compartiendo el vecindario llamado ser humano. El corazón por su condición natural de sentir, percibe todo lo que sucede en el cuerpo y especialmente toman su atención algunos vecinos de influencia, como la piel, el órgano del contacto, la boca, la puerta del alimento y los genitales, el órgano de la sexualidad, conjunto que podría englobarse dentro de la energía del instinto. Cada uno le transmite sus cotidianas experiencias, entre necesidades y deseos, satisfechos y frustrados. Así vive el día el corazón, expandiendo y contrayendo un universo de vida, recibiendo a la v ez compasivamente a sus vecinos con sus cíclicas demandas. La mente observa y estudia con frialdad estadista el caótico panorama del vecindario que le ha tocado en suerte y administra los recursos frente a las en ocasiones “irracionales” pedidos que el corazón le traslada. Las disputas, reyertas y fiestas son moneda corriente y teme que en cualquier oportunidad, un desborde termine con todo el barrio. El corazón baila y disfruta con la algarabía, así como también sufre las desventuras de sus vecinos y las propias. Esa es su frecuencia, sentir. Alegría, tristeza, angustia, rabia ¿como definirlas? Imposible sin un corazón. La mente, en su órgano rector, el cerebro, busca la forma de definir qué es alegría, tristeza, angustia, pero solo acerca una traducción de una experiencia que reside en otro lado. Entonces recurre a un trabajo en equipo. Tristeza, alegría, angustia, rabia es aquello que sentí cuando sucedió tal cosa, le comenta el corazón. La mente le pone un nombre, lo asocia a un recuerdo, precisamente re- cordis, es pasar
de nuevo por el corazón. Así vincula el concepto al re-cuerdo y lo archiva en su particular base de datos.
Las emociones fundamentales, en una semejanza con los colores primarios, podrían reducirse a un escaso número, que en su combinación dan la paleta infinita de tonos y matices. Así como la suma de todos los colores da el blanco, seguramente el Amor es el sentimiento que integra a todas las emociones. Algunas pertenecen a una misma esencia, pero en grados distintos, llegando en un extremo a polaridades opuestas. Por ejemplo, la alegría, y su contraparte, la tristeza. El odio puede verse de alguna manera como la contra cara del amor hacia otro. La angustia como aquella energía que percibe la inestabilidad, la zozobra. La ansiedad, como una filtración atenuada de la angustia. El miedo como una emoción emparentada con la angustia, pero enfocada en algo concreto. Muchos han hablado también del amor como el origen de todo lo que existe y de este modo de la vida, mientras que la enfermedad, la consecuencia cuando falla o no se recepciona adecuadamente la energía del amor.
La particular relación entre mente y corazón que a veces se observan como potencias rivales, disputándose el poder, reconocen no obstante que se necesitan mutuamente, que cumplen funciones complementarias. La evolución del hombre fue modulando esta antigua relación, aprendiendo de los errores y accidentes de cada vida. Así la mente aprendió del corazón y el corazón de la mente. Estos acuerdos han ido conduciendo a la estructuración de la psiquis. Posiblemente entre estos acuerdos se encuentren los llamados por el psicoanálisis, mecanismos de defensa. De defensa esencialmente frente a la angustia. La angustia es reconocida como una energía movilizante y desestabilizadora, a tal grado que debieron establecerse diques que contuvieran esta fuerza, capaz en ciertas circunstancias de destruirlo todo. Los mecanismos de defensa son parte de la estructura y también dan forma a la personalidad cuando adquieren especial relevancia.
El inconsciente Es oportuno traer a otra figura importante de esta historia, el inconsciente. El inconsciente es un misterioso participante de la psiquis, como si se tratara en ocasiones de una
cortina o de un galpón donde se guardan objetos, trastos viejos, herramientas y sueños, término habitualmente aplicado también a los deseos o anhelos mas profundos. Allí van a parar muchos conflictos y también los acuerdos entre las partes, para que delante del telón la función ocurra con la mayor normalidad posible. ¿Qué es el inconsciente? La mente se adelanta rápidamente a intentar algunas definiciones. El prefijo -in- niega, significaría entonces-no conciencia- de allí que una definición es mas una aproximación a lo que no es, que a lo que sí es concretamente. Resulta difícil desde nuestra condición conciente penetrar en la naturaleza inconsciente y sólo podemos aventurar algunas hipótesis. Por lo menos un tercio de nuestra vida, el tiempo que pasamos durmiendo, pertenece a este enigmático reino del que no recogemos mas que escasos rastros esporádicos al aproximarnos al despertar, como son los sueños, como si se tratara de huidizos seres salvajes que escapan cuando intentamos acercarnos. A tal grado es así que algunos han dudado o negado su existencia. Sin embargo la ignorancia no es un argumento para negar la presencia de un fenómeno. Algunos sostienen, que el mundo inconsciente representa otras esferas donde la vida se desenvuelve y abre a dimensiones y frecuencias desconocidas para nuestra conciencia. Así es también asiento de diversas creencias espirituales, mágicas y poderes que contactan al hombre con un mas allá. De algún modo tanto la mente como el corazón parecen tener un puerto en ese continente desconocido, terreno neutral a ambos, donde suelen entablar transacciones diversas entre piruetas a veces incomprensibles para los dos visitantes. Allí, en las orillas de este continente fronterizo a la conciencia, los mecanismos de defensa tienen su asiento de operaciones. Su principal función: disminuir el monto de angustia circulante que atenta contra la estabilidad del sistema psíquico.
Las tres instancias básicas de la dinámica psíquica según el psicoanálisis Desde la perspectiva del psicoanálisis, los síntomas son expresión del con flicto que surge de las tensiones entre tres instancias del psiquismo: el Yo, el Superyo y el Ello. El Superyó representa la internalización de los aspectos morales inculcad os por los padres, la sociedad, el deber ser. El Ello representa esencialmente lo instintivo, la tendencia a la búsqueda del placer y la satisfacción de las tensiones primarias como el alimento, la sexualidad y otros aspectos de la supervivencia. Así mismo pertenecen al Ello las reacciones emocionales mas primitivas frente a la frustración de estas pulsiones. El Yo representa la instancia que toma partido en la realidad, conjugando una dinámica de transacciones con las otras dos instancias, el El lo y el Superyó. Las tensiones entre las demandas del Ello y el Superyo sobre la realidad que vive el Yo constituyen el conflicto psíquico, que adquiere diversas expresiones, pudiendo considerarse la angustia su síntoma primario. La angustia, producto del conflicto de tensiones, es muchas veces derivada hacia otras manifestaciones, psíquicas o físicas, dependiendo de las características particulares de cada individuo. Nuevamente la homeopatía adquiere un valor relevante en su capacidad d e contemplar la peculiaridad con que cada paciente expresa su conflicto, o en otras palabras, el desequilibrio de la energía vital.
Los mecanismos de defensa Muchos síntomas pueden ser explicados a partir de esta comprensión nacida originalmente del psicoanálisis. Se denominan mecanismos de defensa a una serie de funcionamientos destinados esencialmente a neutralizar la angustia que resulta del conflicto psíquico. Mencionemos los mas significativos:
La represión es uno de los mecanismos mas activos en la vida psíquica, que evita que los
contenidos inconscientes presentes por ejemplo durante el sueño, accedan a la conciencia con mas claridad.
La negación es un mecanismo por el cual, aún percibiendo determinada circunstancia, no es
aceptada o tolerada en su cabal significado afectivo y en consecuencia no es reconocida en la conciencia, es decir es negada.
La disociación consiste en una incapacidad o dificultad en integrar aspectos distintos y hasta a
veces contrarios de los objetos y vivencias, de modo que son percibidas alternadamente unos u otros. Se trata de un mecanismo primitivo, asociado especialmente a los trastornos de personalidad, donde la maduración del proceso psicológico no ha alcanzado a integrar con flexibilidad los aspectos buenos y malos de los objetos.
La proyección es un mecanismo por el cual se deposita o proyecta en el otro, una actitud o
sentimiento propio que no puede ser concientemente tolerado en uno mismo, constituyendo un reflejo inconsciente de aquellos aspectos que uno rechaza de si mismo y es menos doloroso ubicarlo afuera, adjudicárselo a otro. Por ejemplo, un sujeto siente habitualmente que los demás quieren embaucarlo o engañarlo y adopta entonces una actitud general de hostilidad y desconfianza. En realidad el sujeto proyecta en el otro sus propias actitudes deshonestas que no puede tolerar su conciencia.
El desplazamiento es un mecanismo por el cual la representación de un objeto pierde su carga
afectiva original que se liga otro objeto. De este modo se intenta desplazar una representación cuya carga afectiva original resultó intolerable, en otra representación de objeto de menor gravitación. Este es el mecanismo principal de las fobias.
La condensación es un mecanismo especialmente presente en los sueños, caracterizado por la
fusión de diferentes representaciones de objeto en uno, que va sufriendo sucesivas transformaciones. Por ejemplo en un sueño un personaje desconocido puede pasar a transformarse en un familiar, un amigo, etc.
La conversión y la somatización son mecanismos por los cuales se descarga o deposita en el
cuerpo la expresión del conflicto psíquico. Existe no obstante una diferencia importante entre ambos. En la conversión los síntomas demuestran una falta de coherencia clínica por lo que se deduce su condición nerviosa, descartándose un origen orgánico. Se da con frecuencia en personalidades con rasgos histéricos, donde se observa además cierta actitud de indiferencia hacia sus síntomas, la conocida “belle indiference”.
La somatización por otro lado, es un proceso por el cual se entiende que existe una vinculación entre los síntomas de una enfermedad reconocible clínicamente y la conflictiva psíquica del sujeto. Se trata en realidad de un amplio capítulo que puede englobarse dentro de la denominada comprensión psicosomática, donde la homeopatía tiene también mucho para aportar.
La sublimación es un mecanismo por el cual se transmuta la energía sexual o líbido en diversas
acciones o actividades no asociadas directamente a una descarga sexual, pero que cumplen una función compensadora del equilibrio psíquico. Se considera que toda obra o construcción de la cultura humana, ya sea artística, material, intelectual etc, es en buena parte también una acción sublimada.
Vemos entonces como a través de distintos mecanismos la angustia y las circunstancias asociadas que la provocan son transmutadas, maquilladas o enviadas a la oscuridad del inconsciente, donde no enturbien al menos transitoriamente el delicado equilibrio de la conciencia. Pero estos mecanismos tienen un costo y muchas veces fallan, exponiendo a la conciencia las fisuras por donde se filtra la resbaladiza energía de la angustia. Así mismo entendemos como los distintos síntomas psíquicos o físicos son señales de conflicto y aunque parezca paradójico, también son intentos de contener el desequilibrio en diques o islas, no volcándolo al conjunto.
Neurosis La primer referencia recogida sobre el término neurosis proviene del médico escocés William Cullen que lo emplea en 1769 (Sinopsis nosologiae methodical, y First lines of the practice of phisick). Es una curiosa coincidencia señalar que el origen de la homeopatía está asociado al conocimiento que Hahnemann recoge en su labor como traductor, de los efectos descritos de la corteza de la Quina del Perú, mencionados en un tratado de materia médica del mismo autor, Cullen, desenterrando así el antiguo principio de la Ley de la cura por lo similar. Psicoanálisis y homeopatía parecen encontrar así un particular antecedente común de sus inicios en este médico escocés. Si bien el significado del término surge como una tentativa de incluir trastornos mentales diversos que no estuviesen vinculados a una causa orgánica, fue sufriendo distintas acepciones a lo largo del tiempo, con figuras como Pinel, Janet y definitivamente con Freud. Mas allá de las neurosis clásicas descritas, de angustia, fóbica, obsesiva e histérica, se considera la neurosis una condición estructural donde puede darse un abanico gradual desde lo mas sano hasta los cuadros mas graves y sintomáticos. Mencionamos anteriormente al referirnos al tema de las estructuras, que la neurótica es la que adquiere mayor madurez, por lo que para evitar confusiones, debiéramos diferenciar entre estructura neurótica y neurosis clínicas. Por otra parte, la disposición de cada paciente a presentar determinada clase de síntomas pone a la homeopatía en primer plano, al reconocer las características constitucionales que hacen que cada individuo exprese su desequilibrio de una forma particular y única. A pesar de que un paciente pueda ser catalogado dentro de una determinada condición neurótica, posee características peculiares mentales y físicas que responden a un particular remedio homeopático.
Señalemos algunas aspectos de la estructura neurótica:
La conservación del criterio de realidad es un punto central, ya que a pesar de los diversos
malestares que afecten el psiquismo del paciente, se conserva el criterio de realidad.
La conciencia del conflicto psíquico interno. Se vivencia internamente y surge como hemos señalado, de la dinámica de tensiones que el Yo debe manejar con las instancias del Superyó y del Ello. La conciencia autocrítica, y la capacidad de reflexionar sobre las propias conductas o sentimientos, forma parte de la madurez psicológica de la estructura neurótica.
Hemos mencionado anteriormente la cualidad del vínculo que se establece con el paciente neurótico donde a pesar de su conflictiva y sus síntomas, establece una relación respetuosa, de buen raport con el médico, lo que es esencialmente diagnóstico.
Sobre esta estructura pueden establecerse diversos cuadros, en ocasiones con síntomas mas estables que catalogan a una determinada neurosis. Los rasgos de personalidad habitualmente se conjugan también con las características de cada neurosis.
La neurosis de angustia se expresa esencialmente a través de síntomas de angustia , la cual resulta
bastante inespecífica, interfiriendo interfiriendo en distintos aspectos de la vida del sujeto. La angustia circula aquí mas libremente o cambiando de un síntoma a otro debido a que no hay un mecanismo de defensa dominante en este funcionamiento psíquico.
La neurosis fóbica por su parte ha focalizado la angustia esencialmente en las fobias, específicas
en cada caso, dependientes de un mecanismo de defensa predominante, aquí la represión y el desplazamiento. El sujeto evita exponerse a situaciones que puedan desencadenar angustia, llevándolo progresivamente a una creciente restricción de su vida social y actividades.
tr avés de síntomas conversivos y La neurosis histérica expresa la angustia esencialmente a través pseudoepilépticas, las amnesias, las pseudoalucinaciones, pseudoalucinaciones, disociativos, como las crisis convulsivas pseudoepilépticas, las pérdidas transitorias de funciones sensoriales o motrices, como la vista, el tacto o la imposibilidad de caminar, etc, síntomas que no responden a una clínica consistente y que se dan en un terreno evidente de conflicto emocional.
Generalmente son individuos sugestionables, hipersensibles, hipersensibles, histriónicos y seductores con una tendencia a participar y magnificar con emotividad los síntomas que padece. La disociación y la conversión son los mecanismos de defensa principales aquí. Trastorno somatomorfo es la denominación que el DSMIV da a los cuadros polisintomáticos
(dolor, síntomas gastrointestinales, seudoneurológicos, sexuales) que no pueden ser explicados exclusivamente por una enfermedad.
La neurosis obsesiva se centra esencialmente alrededor de pensamientos persistentes, invasivos
de distinta naturaleza, hipocondríaca, sexual, supersticiosos, agresivos y mortificantes para la conciencia del sujeto, que intenta neutralizar a través de otros pensamientos, prácticas rituales personales o conductas reiterativas que se impone compulsivamente. Se acompaña habitualmente de rasgos de personalidad característicos como meticulosidad, cortesía en exceso o actitudes muy controladas con dificultad para la espontaneidad. El control excesivo presente en estos pacientes supone en realidad una defensa frente la angustia
masiva latente, que perciben capaz de hacerlos perder las riendas r iendas de sus emociones.
Desde el punto de vista homeopático podemos mencionar algunos síntomas vinculados a las neurosis que figuran en el repertorio:
Señalamos sólo algunos síntomas o rubros dentro de los cuales existen muchas veces modalidades de los mismos o subrubros que pueden precisar las características del síntoma particular del paciente, que son los que eventualmente adquieren mas valor. No necesariamente están presentes en todos los pacientes, trayendo aquí solo algunos ejemplos como muestra de la riqueza y vastedad del repertorio. Pero recordemos que son los síntomas característicos, es decir aquellos peculiares, singulares, extraordinarios y mas notables los que guían la elección del remedio simillimum en cada caso.
Sobre neurosis de angustia Ansiedad (subrubros múltiples) m últiples) Ansiedad de conciencia (culpa) Angustia (subrubros múltiples) Inquietud (subrubros), - ansiosa
Falta de confianza Remordimiento Reprochase a sí mismo Sensación de abandono
Sobre Neurosis fóbica Miedo ( y subrúbricas) Agorafobia Temor a lugares estrechos Miedo a los animales Timidez
Sobre Neurosis histérica Histeria Ilusiones (subrubros) Memoria (subrubros), -debilidad memoria (subrubros), - pérdida. Indiferencia (subrubros) Visión – (subrúbros – entre ellos: perdida de – histérica) Audición – Ilusiones, - pérdida Fantasías- exaltación de, -vívidas. Parálisis, (subrúbros, - histérica Sensible (subrúbricas, - a todas la impresiones externas) Impresionable Piel – sensibilidad disminuída Aversión al coito
Orgasmo, falta de Voz, pérdida de, - histérica Boca, Gusto, pérdida del
Sobre Neurosis obsesiva Pensamientos persistentes Pensamientos apremiantes Pensamientos atormentadores Pensamientos sexuales, - se entrementen y multiplican, - atormentadores Concienzudo por bagatelas Meticuloso Demasiado correcto Revisa dos veces Conducta ritualista Supersticioso Ilusiones todo está contaminado Ilusiones está sucio Se lava siempre las manos Miedo de perder el control Miedo a la locura Demasiado educado Diplomático
El complejo de Edipo Es adecuado mencionar brevemente dos conceptos del psicoanálisis pilares en la comprensión global de los trastornos mentales y sin duda de la neurosis. El complejo de Edipo y el concepto de Narcisismo.
Edipo “Siempre se vuelve al primer amor” Tango “Volver”
Letra de Alfredo Lepera - música de Carlos Gardel
El psicoanálisis considera el Complejo de Edipo como el núcleo estructural de la neurosis. Cuando dudamos de la influencia del complejo de Edipo en la g énesis de la neurosis, podríamos pensar en lo penoso que resultan los desencuentros amorosos de los adultos y considerar si acaso esas emociones no remiten a fuertes raíces infantiles. La historia del primer amor y el primer desengaño es indudablemente una marca indeleble en la vida, de la que cada individuo intenta recomponerse. Freud encuentra en la tragedia Edipo Rey de Sófocles el escenario mítico que expone la configuración de relaciones que se establece en el triángulo entre madre, padre e hijo.
La primer referencia al tema aparece en una carta de Freud a su amigo Fliess en 1897: “También
en mí comprobé el amor por la madre y los celos contra el padre al punto que los considero ahora como un fenómeno general de la primera infancia”.
El niño siente que su amor por la madre es obstaculizado por el padre, al que vive como rival. De allí surgen las fantasías de matarlo, eliminarlo de la esfera de competencia, y del mismo modo el temor a la retaliación, a través del temor a la castración. Pero a la vez, el reconocimiento de la condición protectora y proveedora del padre, provoca en el niño el surgimiento de la culpa por sus sentimientos hostiles hacia él, promoviendo la formación
del Superyó, instauradora de la conducta moral, en buena medida edificada a partir de la identificación con el padre.
Se trata de un mito que remonta a los orígenes de la civilización, de múltiples facetas y derivaciones, cuyos ángulos involucran no solo al niño, sino a cada uno de los integrantes del triángulo, madre y padre, desde donde a su vez, cada progenitor reedita la vivencia de exclusión afectiva y las fantasías edípicas. Es interesante señalar el peso que la instancia del superyó provee a la dinámica neurótica. El Superyó representa la aceptación y el respeto a la ley y la posibilidad de una convivencia en sociedad. La incapacidad de incorporar de manera adecuada esta instancia implica una detención en la maduración psíquica, dando lugar a estructuras de personalidad mas frágiles como la limítrofe o los trastornos de personalidad. El yo percibe la angustia, vestigio del conflicto que se vuelve inconsciente, entre los deseos incestuosos del Ello y el freno impuesto por el Superyo. Así mismo, puede entenderse la angustia como el resultado de una represión incompleta del temor a la retaliación por parte del padre por la usurpación materna (la fantasía inconsciente de castración según Freud), siendo derivada habitualmente hacia otros síntomas por los mecanismos de defensa. Si bien la angustia derivada del conflicto edípico es considerada central en la psicopatología de la neurosis, otras posibles experiencias primarias de carácter traumático como el nacimiento, pueden estar en el origen de la angustia. La idiosincrasia, es decir, la expresión particular de los síntomas en cada sujeto en especial en el terreno mental, pone nuevamente a la homeopatía en un plano terapéutico relevante.
Psicosomática y Homeopatía Si logramos reconocer la unidad en Todo lo que existe, detrás de las infinitas formas en que se expresa el universo, podremos comprender también en la vida de los seres humanos el concepto de lo psicosomático. Todas las circunstancias vitales están enlazadas y así sucede también cuando enfermamos. Las enfermedades son psicosomáticas, entendiendo por psicosomático la integración de lo psíquico y lo somático en la dinámica de la vida. Es innegable el papel que las emociones y los pensamientos juegan en las enfermedades, pero también el de como el cuerpo y sus condiciones constitucionales inciden a su vez en el psiquismo. Existen múltiples enfoques de lo psicosomático, cada uno desde su perspectiva e instrumento, pero lo central es comprender que toda acción repercute sobre el conjunto. En este sentido, la homeopatía ha sido pionera desde hace doscientos años en llevar adelante una concepción profundamente psicosomática, mucho antes de que surgiera desde las vertientes psicológicas o el psicoanálisis atisbos de estas ideas.
La homeopatía posee un método concreto que integra los síntomas mentales y físicos de cada paciente, traduciendo esta unidad en un remedio que estimula la energía vital, ordenando el desequilibrio que da lugar a los síntomas. De allí la importancia de considerar el conjunto, ya que no se trata de una entelequia teórica acerca de la unidad, sino de una práctica aplicada, donde el conocimiento de lo mental y de lo físico es fundamental para encontrar un remedio que ayude a curar al individuo íntegro, física y mentalmente. No obstante, como señalábamos, nadie puede atribuirse la propiedad exclusiva del concepto de lo psicosomático y muchas comprensiones por otra parte, pueden complementarse. El psicoanálisis por ejemplo, que es desde donde en la actualidad se ha puesto mas en boga el término, considera al síntoma la expresión de un conflicto psíquico, cuya angustia es reprimida y emplazada en este caso en el cuerpo, a través del mecanismo de la somatización. La energía de la angustia se descarga en el cuerpo y la tensión del conflicto a nivel de la conciencia se atenúa o desaparece. El síntoma somático adquiere entonces, al igual que el mental, un significado, un sentido a recobrar, donde los afectos allí contenidos puedan ser recuperados y procesados ahora entonces, de un modo mas saludable y maduro.
Este es el trabajo que la técnica psicoanalítica propone. El síntoma, como el lapsus, o los sueños, tienen también un sentido a develar, inconsciente, pero que ha dejado rastros de ese ocultamiento y que como en la tarea de un detective, se debe volver sobre sus pasos.
Desde la perspectiva de la homeopatía, cada individuo refleja en el desequilibrio de su energía vital, también su conflicto psíquico y el particular modo psicosomático de intentar resolverlo. El síntoma pone de manifiesto a la vez, la condición miasmática, es decir la tendencia constitucional predominante y evolutiva del paciente. Esta comprensión miasmática de la homeopatía pone énfasis en otro aspecto de lo psicosomático, es decir, en la cualidad general que adquieren los síntomas mentales y físicos, referencia que hicimos al hablar de los miasmas. Es decir, en la expresión psicosomática puede analizarse también la presencia de una tendencia psórica, volcada en una hipersensibilidad funcional, o bien hacia la hipertrofia orgánica del miasma sicosis o en última instancia, una predominancia destructiva, propia del miasma de la sífilis. De este modo, si un paciente traslada su condición miasmática destructiva o sicótica hacia la psórica, está curándose. Conjugar así la concepción miasmática de la homeopatía y la psicodinámica enriquece notablemente la comprensión global del paciente y su terapéutica. Existe una interesante similitud, entre el retorno transitorio de síntomas antiguos, expuesto en la Ley de curación de la homeopatía y el retorno de lo reprimido planteado en psicoanálisis, como parte del proceso de hacer conciente el conflicto inconsciente. Con frecuencia un síntoma homeopático permite a la vez su comprensión simbólica que conduce a un camino conjunto donde la palabra y el remedio se dan la mano para ayudar al paciente.
Psicoterapia y Homeopatía Quien no está familiarizado con la homeopatía, encuentra la entrevista homeopática una combinación entre una consulta médica y psicológica a la vez. En realidad la consulta homeopática tiene características propias, pero sin duda integra aspectos que involucra a la persona en su conjunto.
Escuchar, darle tiempo al paciente para que pueda hablar de lo que sufre, es en sí terapéutico y psicoterapéutico, valga la apreciación. Esto parece haberse perdido en gran medida en la medicina. Muchos pacientes no buscan una psicoterapia clásica con sesiones semanales, pero puede hacerles francamente bien hablar de lo que está pasando en sus vidas cuando van al médico por su gastritis o el malestar que les aqueja. Se trata de permitir la expresión y expandir el horizonte de la comprensión. Por supuesto existen aquellos pacientes bien entrenados por el sistema alopático, que no abrirán el cajón mas allá del síntoma puntual, y difícilmente sean pacientes para la homeopatía. Por otra parte hay quienes necesitan una atención psicoterapéutica mas específica o en otros casos psiquiátrica, donde la homeopatía también será sumamente beneficiosa. Es bueno señalar que la formación homeopática no habilita a hacer psicoterapia y estimo riesgoso ingresar en este terreno sin una preparación adecuada. Las diversas formas de psicoterapia son valiosas herramientas que requieren una formación específica para ser aplicadas. Con esta salvedad, en lo particular, la integración del trabajo psicoterapéutico y homeopático se transforma en un potente y abarcativo instrumento terapéutico. La mayor oportunidad de captar síntomas peculiares que afinen el diagnóstico del remedio homeopático se conjuga así con la comprensión psicodinámica y la energía de la palabra en una especial sinergia terapéutica.
Algunas reflexiones acerca de la contratransferencia y transferencia en homeopatía
Quisiera exponer brevemente algunas reflexiones acerca de un concepto que podría denominarse transferencia y contratransferencia homeopática, quizás interesante a investigar y profundizar en el futuro. Pocos días después de escribir algunas ideas al respecto, coincidencias llamémosle, revisando algunos papeles, encuentro una antigua carpeta que guardaba los apuntes de un particular grupo de estudio sobre homeopatía y psicoanálisis, formado por médicos integrantes del CIMP (Centro de estudios en medicina psicosomática) entre quienes se encontraban Zalman Bronfman, Jorge Marasco y mi padre, quien llevaba las actas escritas, en 1968, hace mas de cuarenta años. Les debo a todos una especial gratitud y sin duda este trabajo es en parte un modesto aporte y compromiso con lo recibido. En estos viejos papeles se señalaba a la transferencia, la contratrasferencia y la identificación concordante como aspectos que pudieran asimilarse entre ambas concepciones terapéuticas, psicoanálisis y homeopatía. Por ello considero que estas ideas han estado presentes quizás de distinto modo, en muchos médicos. El psicoanálisis define la contratransferencia, como aquellas vivencias y sensaciones que se despiertan en el terapeuta respecto al paciente, de valor para comprender las energías que se mueven en el vínculo y que reflejan en cierta parte la patología del paciente. Se describe de este modo también, la contratranferencia somática, como las sensaciones corporales que experimenta el terapeuta en la sesión, que en alguna medida están en relación con el paciente. Es interesante considerar entonces a la vez, la traducción de estas vivencias a síntomas homeopáticos, donde posiblemente nos aporte algunas señales útiles desde el punto de vista terapéutico. El inicio que me llevó a toda esta reflexión, surgió a instancias de la observación del vídeo de una entrevista homeopática en un ateneo de la Escuela Paschero, donde, probablemente por razones de limitaciones técnicas, sólo se enfocaba al paciente, pero no al médico. Me parece interesante que pudiera incluirse lo mas cabalmente posible también al médico en el registro fílmico, de modo de captar las reacciones y actitudes que se despiertan en él. Hipotéticamente este particular vínculo reeditaría aspectos de una patogenesia, es decir aquí el médico sería el experimentador, quien capta la energía sutil del paciente, que en este caso, ocuparía el lugar de la substancia a experimentar, el remedio.
El paciente de algún modo se transforma en un resonador del desequilibrio que posee, asimilable a la acción de un remedio homeopático, que puede se captado a su vez por un sujeto sensible, como el médico. Así, mas allá de toda la información que el paciente expresa al médico, existe una porción de información, que puede ser valiosa y no explicitada, que se traslada sutilmente a través de esa resonancia energética o campo que se establece con el médico. La hipótesis apunta a si es posible obtener información útil en la vivencia del médico respecto al paciente, o contratransferencia y su traducción a síntomas homeopáticos. Todo esto descansa a su vez en un aspecto que ha sido paradójicamente muy cuestionado, intentar desprender al médico de su subjetividad, aseptisando la entrevista, de modo que la información que se recibe, no se “contamine” con datos subjetivos, considerados carentes de
valor. Esto no debe confundirse con interferir tendenciosamente en la entrevista, eliminando el carácter particular que cada paciente le imprime. Se trata indudablemente de un camino paralelo, posible nueva fuente de síntomas, pero que tenemos que tomar con suma prudencia en el caso de que decidamos probarlo como un recurso de investigación a incorporar. Ciertas vivencias o pensamientos que surgen en el médico pueden corresponder como decíamos a aspectos no explicitados, pero presentes en la mente del paciente, eventualmente inconscientes o reprimidos. Es interesante citar aquí del parágrafo 84 del Organon: “ el paciente detalla la historia de sus sufrimientos; los que le rodean refieren de que se ha quejado, cómo se ha portado y lo que han notado de él; el médico ve, oye y observa con sus otros sentidos lo que haya de alterado o extraordinario. La expresión que Hahnemann utiliza “con sus otros sentidos” es sugestiva de algo mas que lo
obvio de los 5 sentidos habituales, parece aludir a una comprensión que apunta a lo profundo del entendimiento humano. Pongamos algunos ejemplos: Durante la consulta de una paciente con diagnóstico de Trastorno obsesivo compulsivo percibo una atmósfera de control que me invade y comienzo a sentir una tensión en el estómago. Busco la forma de preguntarle, qué me podría decir acerca de la ansiedad. Me contesta que el TOC es un trastorno ansioso. Si, le respondo, ¿pero tu sentís ansiedad? Me responde que sí, que se le localiza siempre en el estómago, confirmando mi percepción.
Sigo ahondando en lo que me despierta la paciente y siento rabia, aunque no habla en absoluto de ella. Le pregunto si la rabia representa algo para ella. Me responde que sí, que cuando está con rabia se le agravan los rituales. Entonces le insisto si la rabia no tendrá que ver con el origen de sus rituales y me responde que, cuando comenzó con los síntomas hace muchos años, ella se sentía muy reprimida por la familia y la rabia estaba muy presente. Esta percepción indagadora acertada, que no surgía en la entrevista de la paciente explícitamente, sino a través de la vivencia contratransferencial, condujo a un aspecto central en el posible origen de su trastorno. Tomo entonces dentro de la repertorización, trastornos por cólera reprimida y ansiedad en el estómago.
Un paciente que en su discurso se expresa formalmente correcto y atildado, pero sin embargo percibo una violencia y agresividad contenida, es un modo de captar desde la contratrasferencia, es decir desde lo que yo percibo del otro, aspectos que no se explicitan verbalmente, pero que logran ser percibidos “con nuestros otros sentidos”.
Quizás en el futuro sea mas accesible reconocer la cualidad de las vibraciones y traducir objetivamente por ejemplo la frecuencia vibratoria de un remedio o de un individuo a un número, un color, un sonido, etc, ya que en definitiva son distintos campos de expresión de un fenómeno. Existen indudablemente individuos con una especial capacidad o sensibilidad para percibir lo que le sucede a la persona que tienen delante. El inconveniente que puede reconocerse en incorporar lo subjetivo en esta tarea diagnóstica, consiste en que el cristal del médico también está sujeto a su propio desequilibrio y en consecuencia a una particular forma de percibir. Igualmente cierto es que no todos ni en cualquier momento estamos en posibilidades de desarrollar este recurso.
Nos ha quedado mencionar la transferencia. En psicoanálisis la transferencia consiste en la percepción del tipo de vínculo que el paciente establece con el médico o terapeuta, que expone aspectos importantes de su condición patológica.
Estas características también pueden ser, desde la perspectiva aquí planteada, traducibles homeopáticamente y con cautela, incorporadas eventualmente a la comprensión y terapéutica del paciente.
El simillimum Los pacientes que reciben el medicamento simillimum lo sienten. Cuando se trata del simillimum, es decir el remedio mas similar a la condición de su energía vital, perciben el cambio, en breve tiempo. Lo he visto suceder, es parte de la maravilla de la homeopatía. Claro que no sucede con todos los pacientes tan fácilmente y en muchos se trata de una búsqueda trabajosa. Pero bien vale el esfuerzo de seguir intentándolo.
Prevención y Homeopatía La homeopatía tiene una cualidad netamente preventiva en la medida que reconoce en pequeñas señales mentales o físicas, elementos incipientes del desequilibrio de la energía vital. De este modo, a través de síntomas mentales o corporales, que pueden ser insignificantes desde el punto de vista clínico pero que representan un signo de determinado remedio, se corrige tempranamente el desequilibrio de la energía vital evitando que este se profundice en patologías mas graves. Mucho antes que un examen de laboratorio o paraclínico, las señales se presentan aunque muchas veces no reparemos en ellas. En este sentido, la homeopatía es verdaderamente una valiosa herramienta de prevención.
Vacunas y homeopatía Es antigua la controversia en torno a las vacunas. Uno de los aspectos mas cuestionados ha sido la incidencia de reacciones agudas y crónicas que van desde leves hasta severas y en ocasiones mortales. A la largo de las últimas décadas cada vez se acumulan mas indicios que vinculan las vacunas en la infancia a un número importante de trastornos entre los que se incluyen disfunciones cerebrales mínimas, trastornos del aprendizaje, de conducta, autismo, epilepsia, esclerosis múltiple, parálisis, lesiones cerebrales, encefalopatías, lupus, alergias, otitis, asma, muerte súbita en bebés, artitis reumatoidea y cáncer entre las mas habitualmente mencionadas. En países como EEUU donde se reportan en mayor medida los casos afectados y denunciados, han determinado la creación de una Ley de compensación por los daños provocados. Por otra parte, distintos investigadores en el mundo han puesto en duda la supuesta eficacia de las vacunas como medio de prevención de las enfermedades infecciosas en la población. No hay estudios convincentes comparativos que revelen la ventaja entre vacunar y no hacerlo. Paradójicamente se ha observado la aparición de casos de enfermedad en poblaciones antes vírgenes de las mismas, luego de ser masivamente vacunadas. Se ha reconocido que las grandes epidemias infecciosas dejaron de tener gravitación masiva ya a mediados del siglo XIX, vinculados especialmente a las mejoras en las condiciones de higiene, alimentación, vivienda y educación de la población, bastante tiempo antes del inicio de la era de la vacunación. No hay justificaciones de peso para el inicio de los planes de vacunación infantil a tan tempranas edades, estando en realidad vinculados por razones prácticas a los tradicionales controles pediátricos que se realizan durante los primeros meses y años de vida. Debiera considerarse entre tantos aspectos, el golpe y el sobreesfuerzo inmunológico que puede significar para un organismo aún inmaduro, recibir la abrumadora carga antigénica bacteriana y viral de varias enfermedades en una misma instancia vacunal. Por otra parte los métodos de vacunación inyectable atraviesan de modo artificial las barreras defensivas cutáneo mucosas donde se inician importantes mecanismos inmunológicos, pasando directamente a la sangre ignorando esta valiosa instancia reactiva normal del organismo para enfrentar las enfermedades. Resulta preocupante a la vez la presencia de componentes en las vacunas como derivados de mercurio, hidróxido de aluminio, formaldehido, que en ocasiones pueden ser tóxicas, así como elementos bacterianos o virales que contienen aún posibilidades activas de generar enfermedad.
En realidad se desconoce en gran medida las consecuencias de la vacunación a largo plazo, existiendo por parte de distintos investigadores la sospecha de que el incremento de patologías serias como trastornos neurológicos e inmunológicos crónicos en los últimos 30 años especialmente en la infancia está vinculado a alteraciones genéticas provocadas por la vacunación. Todo lo mencionado apunta a considerar la vacunación como una herramienta terapéutica a la que cada ciudadano y familia tiene derecho, como en cualquier terapéutica, a recibir información sobre sus beneficios y riesgos y decidir si la escoge o no. La imposición obligatoria de esta medida atenta contra el derecho humano a la libre elección de los medios con que cada individuo desee tratar su salud, ya que no existe un criterio médico unánime que apoye esta estrategia. Las trasnacionales de los laboratorios en asociación con los funcionarios de la salud Pública en el mundo han establecido una infranqueable alianza de poder que impiden la diversidad de criterios médicos y el derecho ciudadano a la libre elección en una materia de la trascendencia que tiene la salud. Se puede de este modo estimar una idea del multimillonario negocio que significan las vacunas. Existen pruebas suficientes que las vacunas no son probadamente efectivas ni tampoco inocuas, especialmente para determinados individuos, aspecto que no se ha investigado con la profundidad y recaudo necesario para exigir la vacunación obligatoria a toda la población. Esta medida autoritaria y el modo en que se exige y se persigue el carnet de vacunación por ejemplo en todos los trámites escolares, recuerda la inquisición medieval, nefasta condición de la que el hombre parece no haberse desprendido.
No debiera encararse este tema como una lucha aislada contra las bacterias y virus, que por otro lado, han formado parte de la vida en la tierra mucho antes de la llegada del hombre, sino como un aprendizaje ecológico hacia la convivencia armoniosa de las especies y de los m ecanismos para fortalecer la inmunidad natural. Recordemos que muchas bacterias y gérmenes forman parte de la flora normal de nuestro organismo y colaboran con distintas funciones. Son esenciales por ejemplo también en el reciclaje y descomposición de la materia orgánica donde cumplen una tarea ecológica fundamental. Los microorganismos tienen una lógica en el sistema, reconocen la pérdida o incoherencia de la energía vital y comienzan a cumplir su trabajo. La enfermedad es producto de un desequilibrio que se refleja en la debilidad del sistema inmunitario y como consecuencia, muchos gérmenes antes inofensivos en este disbalance, se
vuelven mas activos, o en otras palabras mas peligrosos para el organismo. Lo esencial es entender que no es eliminando los gérmenes sino fortaleciendo la inmunidad, es decir equilibrando la energía vital como se gana la batalla de la vida. Se sabe de la alta capacidad de mutación y resistencia de los microorganismos que se vuelven mas fuertes a medida que se intenta fallidamente eliminarlos. Siempre sobreviven algunas cepas que se multiplican y vuelven aún mas violenta su condición en el medio, determinando paradójicamente que los seres humanos deben enfrentarse así a microorganismos cada vez mas agresivos. El Dr. Eduardo Yahbes, médico homeópata argentino ha desarrollado desde hace años un estudio y recopilación de datos e información basado en documentos y autoridades de respaldo internacional en torno al tema de las vacunas y al derecho a la libre elección, por lo que aconsejo la lectura del material que presenta en la página: www.librevacunación.com.ar En el repertorio hay un valioso rubro al respecto Trastornos por vacunación
Un link (fuera del libro) sobre vacunas
Confianza e inmunidad La confianza en uno mismo es una señal interna que a lo largo de la vida evalúa la vivencia de nuestras fuerzas. Esta sensación puede estar vinculada con distintos aspectos: intelectuales, afectivos, corporales, etc. La capacidad de resistir distintas circunstancias adversas remite a las defensas del individuo y de este modo nos sugiere transpolar al plano físico algún aspecto de esta cualidad de la confianza, como reflejo del todo, en el sistema inmunitario. De este modo, en todas aquellas enfermedades físicas donde se considera directamente involucrada la inmunidad, debiéramos también, investigar lo que sucede en la confianza en uno mismo, ya que posiblemente encontremos allí reflejado aspectos afectados. La confianza se trata de un factor dinámico y por tanto también oscila acompañando las distintas circunstancias de la vida. Convengamos que la visión tradicional de la medicina involucra al sistema inmunitario en una serie limitada de patologías, pero para la comprensión homeopática, toda enfermedad responde a un desorden del conjunto, donde indudablemente se encuentra también el sistema inmunitario. Es interesante considerar desde esta perspectiva ampliada, el significado que puede adquirir mas allá de la fisiopatología clásica, las enfermedades infecciosas y las autoinmunes. En las infecciones el enemigo parece ubicarse esencialmente afuera, mientras que en las patologías autoinmunes está adentro, en uno mismo. Esta comprensión puede encontrar analogías en otras circunstancias de la vida del sujeto en las que percibe al enemigo externo o interno. Vemos así, cuanto la confianza, el valor, el quererse a uno mismo puede incidir en alguna medida en caer afectados por uno u otro tipo de expresión física patológica. De allí la importancia de contemplar este aspecto emocional en la comprensión de todo paciente. La falta de confianza puede tratarse de un síntoma que abre la puerta a distintas derivaciones y a profundizar en el conflicto central de cada paciente en su particular condición miasmática. En este sentido, el afecto genuino hacia uno mismo, el valorarse, quererse a sí mismo está indudablemente entrelazado con la confianza, y este es el punto central en el entramado del equilibrio afectivo de cada ser humano. Algunos síntomas relacionados en el repertorio:
Confianza - Falta de confianza en sí mismo,- autodepreciación,- en la escuela,- se siente fracasado,en niños,- sobre la realización de sus planes,- desea apoyo,- de su familia y amigos Abandono, sentimiento de,- sentimiento de no ser querido por sus padres Aferrarse a personas o muebles Dependiente de los demás Miedos (diversos) Ilusiones el cuerpo le parece feo Desdichado,- infeliz con su cuerpo. Infortunado se siente. Desesperación,- quiere ser apoyado Inseguridad mental Desalentado Éxito nunca tiene
Fiebre y síntomas mentales La fiebre es un mecanismo que normalmente el organismo pone en funcionamiento en ciertas circunstancias como las infecciones a fin de estimular el sistema inmunitario y activar las defensas para protegerse mas rápida y eficazmente. A pesar que la alopatía no tenga presente este valioso recurso natural y prescriba antitérmicos indiscriminadamente, distorsionando este mecanismo y disminuyendo su eficiencia, resulta importante mencionarlo cada vez que podamos. Por otra parte es interesante señalar que la fiebre es una circunstancia especial en la que se pone de manifiesto una serie de peculiaridades individuales físicas y también mentales que nos acerca al reconocimiento del remedio homeopático mas indicado en cada caso. Los síntomas mentales tienen desde el punto de vista homeopático, en la generalidad de los casos, la mas alta jerarquía y es precisamente en las situaciones febriles en que el sujeto se muestra mas despojado de estructuraciones mentales defensivas y aparece mas tal cual es en realidad. De allí que sea importante recoger estas cualidades y tenerlas presente, apareciendo en ocasiones síntomas fundamentales para el remedio simillimum constitucional. Miedos, actitudes, aspectos del carácter, deseos alimenticios particulares se expresan en estas circunstancias dando lugar en oportunidades a señales de mucho valor para el diagnóstico homeopático. La premura por bajar la temperatura a los niños está vinculada, mas allá del propio malestar, al temor de la eventualidad de convulsiones febriles, que si bien se da en algun porcentaje menor de infantes, nunca suceda mas allá de los 4 años de edad. Por otra parte, no obstante el conocimiento de este síntoma en un niño puede ayudarnos en gran medida a encontrar el remedio homeopático que cure su desequilibrio constitucional, y de este modo también las convulsiones. Algunos síntomas interesantes en el repertorio homeopático: Ansiedad durante el calor febril, angustia durante la fiebre Fiebre después de cólera,- cólera con calor febril Fiebre, colores amarillo, negro agravan Fiebre después de esfuerzo mental,- esfuerzo mental mejora Fiebre hablar agrava
Fiebre, movimiento agrava,- mejora Fiebre, ruido agrava Tristeza durante la fiebre Fiebre con aversión a desvestirse,- agrava,- mejora Fiebre después de comer agrav,- mejora,- antes de comer agrav,- al comer agrav,- mej. Delirio durante la fiebre Intenso calor febril con delirio Locuacidad durante la fiebre Miedo durante la fiebre,- miedo a la gente durante la fiebre Convulsiones durante el calor febril Vértigo durante la fiebre,- durante el calor Manía durante la fiebre Irritabilidad durante la fiebre
Alergias y síntomas mentales Puede resultar difícil para la mentalidad alopática comprender que exista algún vínculo entre las alergias y los desórdenes mentales y emocionales. Indudablemente si nuestro enfoque va acercándose a entender que ningún fenómeno está aislado y que toda acción repercute en el conjunto, no tiene que asombrarnos esta consideración. Esta es precisamente la visión de la homeopatía donde se destaca entre otros el concepto de supresión desarrollado en anteriores capítulos. El ejemplo de las alergias es interesante por la frecuencia con que se presenta, especialmente durante la infancia y en particular por el tratamiento que habitualmente recibe desde la alopatía, que ha adoctrinado a muchas generaciones. Resulta llamativo la preocupación que provoca en padres de niños y también en los propios adultos, la presencia de síntomas alérgicos cutáneo mucosos como rinitis, estornudos, erupciones de piel, picazón, tos irritativa, que se obstinan en enturbiar la por otra parte saludable condición que refieren. Nada parece mas indicado e inocuo entonces que recurrir a los promocionados antialérgicos. Así comienza un inadvertido movimiento contrario a la lógica curativa de la naturaleza, que a través de estas señales superficiales llamadas alérgicas, expresa un incipiente desequilibrio en su energía vital. La persistencia de estos síntomas a pesar a veces de largos tratamientos antialérgicos, no es casual, es una muestra del esfuerzo del organismo por mantener el camino correcto que aunque resulta insuficiente, busca llevar lo mas posible hacia afuera la expresión del desorden energético, en términos algo equiparables, las toxinas que están comenzando a recargarlo. Mas allá de que exista una condición genética constitucional en muchos niños, los tratamientos antialérgicos terminan favoreciendo al cierto tiempo la irrupción de cuadros asmáticos. El desequilibrio no se corrigió sino que se profundizó, expresándose ahora en el pulmón y bronquios, síntomas de mayor gravedad que las alergias cutáneas. La alopatía lo tomará como un problema nuevo sin relación con el conjunto y los antecedentes previos y actuará otra vez ciegamente, apuntando a acallarlo, aunque este síntoma pulmonar ya no es tan inofensivo como la alergia. De esta manera, la alopatía va desgastando resortes que la naturaleza ha desarrollado para regularse.
Desde la concepción homeopática, las alergias responden al desequilibrio de la energía vital en el estado de la psora, es decir el miasma donde el desorden energético se expresa inicialmente, cuyas características son la hipersensibilidad y los síntomas funcionales y reversibles. Las alergias son la manifestación de un sistema inmunológico cuyos mecanismos si bien normales aparecen exagerados, como lo está la condición de la energía vital en su conjunto, hiper excitada. La alopatía a través de los antialérgicos intenta disminuir esta hiper reacción inmunológica, pero en caso que logre hacerlo, en realidad está suprimiendo solo una de las manifestaciones de la energía vital globalmente distorsionada. En este caso una expresión exonerativa que aunque infructuosa, el organismo está intentando llevar adelante. La energía vital no fue corregida y buscará otro sector donde expresarse. La práctica alopática continua promoviendo supresiones y profundizando en definitiva el desequilibrio de la energía vital. La acentuación de síntomas en el plano mental es una señal de esto. No debe extrañarnos, mas allá de lo multifactorial de los fenómenos, los desórdenes emocionales y mentales que se dan cada vez mas frecuentemente en los niños. Muchos de estos cuadros también responden a la psora, especialmente aquellos en los que prima la ansiedad, la inquietud, los miedos, es decir la hipersensibilidad como fenómeno global en el desequilibrio de la energía vital. Para la homeopatía, existe un hilo conductor entre las alergias y la acentuación de los síntomas mentales llamado supresión. La intención alopática de neutralizar el mecanismo inmunitario involucrado en las alergias no resulta inocuo ya que pierde en parte su capacidad defensiva, el sistema se vuelve menos discriminativo y así se ve con mas frecuencia la aparición consecuente de otra serie de cuadros vinculados con la patología inmunológica como las infecciones. Invocar a los ansiolíticos y otros psicofármacos en la neutralización de los síntomas mentales, es decir en otra parcela del desequilibrio global de la energía vital, es nuevamente una estrategia que llevará la expresión del desorden hacia otro sitio de mayor gravedad.
La homeopatía busca ordenar la energía vital globalmente distorsionada y de este modo equilibrar el mecanismo inmunológico hipersensibilizado presente en las alergias, pero sin que pierda su agudeza y fuerza defensiva.
De igual modo apunta a corregir los síntomas mentales a través del encuentro con el remedio particular de cada paciente fortaleciendo y estimulando su energía vital como un todo.
Acerca de mi experiencia La homeopatía estuvo presente desde mi infancia. La psiquiatría de varios m odos también, mi abuelo materno fue psiquiatra, precursor del psicoanálisis en Uruguay y mis padres médicos psicoanalistas. No es raro que haya conjugado ambos caminos, la homeopatía y la psiquiatría. La homeopatía no está aún reconocida oficialmente en Uruguay por lo que no está incorporada en los servicios de la salud pública ni en el sistema mutual. Su ejercicio es privado. Existen otros obstáculos como las normativas y protocolos médico legales que de una manera limitan aquellas prácticas no oficiales, por lo que entre ellas la homeopatía, no cuenta con el respaldo suficiente para poder actuar en cabalidad en muchos casos. En consecuencia la posibilidad de investigar y recopilar experiencia clínica y estadística se ve acotada. A pesar de ello, actualmente se están desarrollando varias iniciativas desde la comunidad homeopática mundial a fin de integrar y centralizar en grandes bases de datos la información clínica y resultados que cada homeópata puede aportar sobre diferentes casos, patologías y remedios. Se trata de un gran paso y de un esfuerzo de todos. No obstante hasta ahora, lamento el potencial desaprovechado de la homeopatía. Podríamos ayudar a muchas mas personas de lo que hoy se hace. En mi modesta experiencia he observado buenas evoluciones en la práctica de la homeopatía. En particular en el terreno mental diversos cuadros anímicos responden bien, pero lo principal está en la vivencia de muchos pacientes de una apertura existencial nueva, una revalorización de sus vidas. Paralelamente este cambio se refleja a nivel somático en curaciones y mejorías de las mas distintas patologías. La homeopatía es en esencia una medicina psicosomática. Mi experiencia en cuadros psiquiátricos mas severos como psicosis agudas, descompensaciones de cuadros crónicos como esquizofrenia o trastornos maníacos no puede considerarse homeopáticamente pura, ya que ha sido manejada complementariamente con psicofarmacología alopática, por razones en las que lo crítico de las circunstancias y la ausencia de un respaldo médico legal impiden un abordaje exclusivamente homeopático.
No obstante la homeopatía en este plan, colabora notoriamente a estabilizar desórdenes psiquiátricos crónicos, disminuyendo las recaídas y las dosis de medicación alopática. Aspiro a que en el futuro la práctica homeopática pueda recibir el respaldo médico legal que merece y que se requiere para actuar en muchas circunstancias con la confianza y garantías necesarias de todo acto médico.
El equilibrista Hace un tiempo tuve la imagen del equilibrista caminando en una cuerda floja y me pareció interesante vincularlo con el concepto del equilibrio de la energía vital tan habitualmente mencionado en homeopatía. El equilibrio de la energía vital puede parecernos a veces erróneamente mas una estabilidad pétrea que en realidad lo que suponemos mas se acerca, un dinámico interjuego de tensiones en permanente cambio por mantener la vida y no caerse de la cuerda.
Historias de pacientes MN 24 años, sexo femenino. 1ra. consulta. “Tengo un problema ginecológico”. “Cervicitis crónica”. Varios tratamientos desde hace unos 5
años con antibióticos, óvulos, etc. Dolores pélvicos e inflamación de la zona. Como una presión, le punza. Le molesta la ropa, sensible la zona. Flujo blanco amarillento con picazón. Colposcopía con signos de inflamación del cuello. Toma Anticonceptivos orales. Pareja hace 4 años. Una hija de 2 años. Hace un año no se lleva bien. El plano sexual está bastante afectado. Dolores con las relaciones sexuales. Hace meses ausencia de interés sexual. Psicoterapia hizo en dos momentos con dos psicólogos distintos. La relación con el esposo cambió, “ya no estoy enamorado de él”.
Trabaja en el ámbito de la educación. “Tengo el carácter bastante fuerte”. Angustia, bajones.
Reacciones alérgicas, picazón de la rodilla para abajo, en relación al rechazo sexual con el esposo. Picazón en los tobillos. Fumo una caja de cigarros por día. “De niña era la que gritaba, la que peleaba”. 2 hermanos, es la del medio. Llantos, gritos, quejas
desde niña. “Nada dócil, para nada.” “Mandaba, siempre era la que mandaba”. Buen vínculo con el padre. Padres separados hace unos 8 años. Ella se fue con el padre y los hermanos con la madre. “Tengo la autoestima baja, me veo fea.” “S iempre me sentí fea en relación a mis amigas”.
Un tiempo separada durante el embarazo. Volvieron con el nacimiento de la hija. “Miedo a estar separada, a como me voy a arreglar, a tomar la decisión”.
Se toca un diente con la lengua seguido. Boca abajo no puede dormir por el dolor, pero era la mejor posición antes. Saca los pies fuera de las sábanas por calor. Sueños que cae en el vació de niña. Sueños con los abuelos fallecidos como si estuvieran vivos. Algunas infecciones urinarias esporádicas en el pasado. Friolenta. Come rápido. Ansiedad en el estómago. Deseo de dulces, coca cola, helado, arroz con leche, tortas, cremas, crema con frutilla, carne. Nunca desayuna. “De chica me levantaba con el estómago revuelto, tomaba dos tragos de coca cola, agua o jugo.”
Aversión al vinagre, al aceite de oliva.
Consideré los siguientes síntomas: Los síntomas vinculados al trastorno ginecológico: Femenino inflamación Inflamación útero – cerviz Inflamación útero crónica Femenino- dolor punzante Dolor útero Femenino – coito doloroso Femenino- dolencias de los genitales femeninos Femenino- leucorrea constante, crónica Femenino - prurito Femenino – falta de deseo sexual
Dictatorial Falta de confianza Extremidades- inclinación a descubrir pies Estomago – ansiedad Generales – aversión al desayuno Deseo de dulces Picor piernas Picor tobillos
Le indiqué: Sepia 200 en agua alcoholizada (plus). Una gota de mañana al despertar y otra de noche al acostarse.
2da. consulta al mes. “La verdad, de los dolores y la inflamación del útero notablemente mejor. Solo lo tuve una vez y después desapareció”.
Dejé de sentirme inflamada, con ese dolor. Me asombré bastante porque el dolor ya lo tenía acostumbrado conmigo”. “Me siento mucho mejor. Del sueño he andado peor. Siempre fui de sueño liviano pero ahora mas”. Sobresaltos. Sueños con peleas con el esposo. “Me despierto en la noche a lavar platos. Estoy con la limpieza medio obsesiva. Siempre fui con la limpieza pero ahora mas”
Sensación de tener un diente flojo de abajo, un canino pero se lo revisaron y está bien. También sueña que se le cae el diente. “Me siento como en mi interior, como con una conexión conmigo miasma”. “Con el carácter, medio fuerte, alterada... digamos que chau digo lo que me parece. Tengo como
una fortaleza, me siento fuerte en poder decirlo, largo mas cosas. Mas clara. Es como un cambio muy fuerte. De sentirme mejor conmigo misma. De poder decir lo que yo quiero. La verdad que está bueno. En el plano sexual no está tanto el rechazo. Me estoy sintiendo mejor, primero conmigo misma. Me estoy arreglando mas. Como que hubiera encontrado otro disfrute. El flujo disminuyó, antes tenía bastante y este mes estuve mejor. Como que fue mágico. Mi miedo siempre fue una enfermedad terminal. Hasta la angustia la estoy viviendo de otra forma. Pila de cambios he encontrado”.
Sigue con sepia 200 en plus. Por la evolución que ha tenido la paciente parece tratarse del remedio simillimum. La acentuación de algunos síntomas entre ellos algunos propios antiguos, como la conducta excesiva con la limpieza o los desórdenes del sueño, habla también de una ligera agravación homeopática transitoria, resultado de la resonancia de similitud del remedio con la energía de la paciente.
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FZ 57 años Sexo femenino. 1ra. consulta.
Se trata con psiquiatra desde hace varios años. Todos los días llora. “soy muy vulnerable. Hipersensible. Muy infeliz en la vida al punto de desear no vivir mas.” Vive con el esposo. Un hijo de 27 años. “A mi no me interesa nada de la v ida”
Un hijo por parte del esposo murió a los veintipocos años abruptamente de un aneurisma hace 16 años. “Para mí fue como ayer”.“Yo soy muy achicada”. Es hija única. Vivía en una ciudad del interior. “Mi padre murió al año de venir a Montevideo hace
unos 22 años. Fue todo un fracaso. Mi madre se puso muy en contra mía. Con el tiempo me fui desvalorizando”. Culpa. Sensación de no ser querida por su madre. “Ahí empecé. De sencanto”. Falta de confianza en sí mismo. “Tuvimos que vender la casa para nosotros y mis padres. No sirvo para mi madre ni para mi hijo”.
Tenía un reparto de alimentos. Dejó de trabajar. Estuvo en tratamiento psiquiátrico por cuadros depresivos en 2 oportunidades. Hace unos 6 años recomenzó el tratamiento con psiquiatra. Recibió varios antidepresivos. Ahora toma floxetina 2 comp. Alprazolam en el día clonazepan en la noche. “Soy muy estreñida”. “Mi marido toma alcohol pero él no acepta. Se pone agresivo” “Yo tenía una imagen muy alta de él y me desencantó totalmente” Tiene un car go alto en una empresa. “Salió de abajo y se fue haciendo. Lo quería mucho pero ahora siento que él no es el
mismo. Nunca tuvimos una buena relación en el sexo, porque él tenía eyaculación precoz. Yo empecé a ir a yoga por eso. Empezó a salir de noche con amigos. Se comportaba como un adolescente. Yo vivía en una inquietud per manente, siempre alerta”. Llora todos los días, involuntario. “Quería morirme, tirarme de una altura. No tengo ganas de vivir. No tengo apetito”. Actitud dócil. Poca energía. No sale. “Miedo de salir de la casa, a enfrentarme con los demás. Estoy
muy desencantada de todo”. Rencor, rabia. “Por como no supe conducirme en mi vida. Y fui idealista e ingenua. Ahora pienso que el mundo es una porquería. Me siento como estafada. Pena en silencio. Compasiva con los problemas de otros. “Antes no era así, era muy activa, con mucha energía y perdí todo eso. No soy ni sombra de lo que era. Una gran frustración fue que se muriera el hijo y el otro se fue de casa lo antes que pudo”.
Sensible al arte. Pasa un mes en Brasil y allí mejora. El sol la mejora. La naturaleza la mejora. Prefiere estar sola. Aversión a la carne por la pena que le da. Deseo de café con leche. “Duermo horrible”. Ansiedad por la noche. “Mi miedomayor es a llegar a se r como mi madre, como ella fue conmigo”. Friolenta manos y pies en especial. Traspira mucho pecho y espalda en la noche. “Perdí tres embarazos”. Mucha sed. Deseo de fruta. Temor a la locura. Se ve muy delgada, demacrada.
Consideré los siguientes síntomas: Trastornos por muerte de seres queridos
Trastornos por muerte de seres queridos,- de un hijo Trastornos por muerte de seres queridos,- padre Trastornos por cólera reprimida Trastornos por cólera,- con pena silenciosa Pena silenciosa Trastornos por decepción Muerte desea Malicioso (rencor) Cansado de la vida Sentimiento de abandono Falta de confianza en sí mismo Disposición dócil Aversión a la compañía Llanto fácil Llanto involuntario Ama la naturaleza Exposición al sol mejora
Le prescribí: natrum muriaticum 200 centesimal en plus una gota en la mañana al despertar, a media tarde y de noche al acostarse.
2da. cons. “No he notado grandes cambios, excepto en la comida. Ahora estoy con mas apetito. Ganas de quedarme en la cama”. Está mas concentrada para leer. Hacía años que no se concentraba para leer. “Antes era muy lectora”. Con respecto al apetito “como cosas que hace tiempo no comía. Antes era vegetariana estricta. “ Ahora me interesó el churrasco. Antes no podía ni oir nombrar.
Estaba muy fanatizada con el vegetarianismo.
Antes lo único que me interesaba er a el cuidado de las plantas”. No quiere salir. “me hace mucho bien caminar al aire libre”. Se olvida lo que va a decir. Es muy detallista y concienzuda. Soy muy fiel, tengo un sentido de fidelidad”. Llanto “porque no puedo con el m undo”. Sensible a la
violencia. Vive mucho pensando en cosas tristes del pasado. “Mi marido estuvo preso en la dictadura. Había que ir al penal”. Rabia con pena. Indignación. “Como que uno se agotó en todo eso”. Inconsolable. “todo lo recuerdo con lujo de detalles, los recuerdos malos y siempre los tengo
presente y me aparecen y me aparecen. Vivir no merece la pena, hay que pagar un precio muy alto. Ideas de suicidio, tirarse de una altura. “Pero no lo voy hacer por mi hijo”.
Prescribo Natrum muriaticum Mil en plus.
3er. Cons. A los dos meses. “usted es un genio, me he mejorado tanto”. “Eso fue fabuloso, me hizo bien la potencia mil”. El esposo estuvo con hepatitis. “Como que me hubiera dado un arranque. Las gotas fueron como mágicas”. Sigue con los psicofármacos igual. Está con mas apetito. Disfrutando mas la comida. “Se ve que me está resucitando”. “Cuando ahora se m urió una amiga sentí de la muerte pero de otra
manera. Veo la muerte de una manera diferente y es muy importante para mí. Me estoy acercando a desprender de una cosa viscosa que tenía enquistada. La m uerte predominaba sobre todo. Como estoy con este estado de ánimo nuevo, me parece que lo estoy redescubriendo y me aparecen como novedosos. El impulso sexual reapareció. Faltaba prácticamente desde que murió nuestro hijo”. Se comía las uñas. Ahora no.
Sigue con natrum muriaticum mil en plus.
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KB. Sexo masc. 7 años. 1ra. cons. Viene con la madre. Viven en un pueblo en el interior. Broncoespasmo desde los 6 meses. Vegetaciones. Tos con catarro muy seguido. “Se asxifia en la noche”. 2 hermanos, 12 y 5 años. Recibe broncodilatadores inhaladores y antialérgicos. Los síntomas los tiene “desde que empieza hasta que termina la e scuela” “cuando arranca el otoño y
con los cambios de estación”.
Cursa 2do. Año escolar. “Me siento muy mal”. Náuseas en la noche frecuentes después de comer. Pesadillas. “un esqueleto que me sigue”. “Otro de una araña”. “Otro de que me cortaban el pelo y quedaba pelado”. “De noche me trancaba la puerta. Solo asfixia e intenté escapar”. “Un perro marrón atacaba a todos”. En la escuela se distrae. Escribe lento. Es prolijo. “Se preocupa por todos los compañeros. Es solidario. Presta. Le afectan mucho los problemas de los otros. “Se preocupa de todos los problemas del ambiente, de todo. Siempre lleva lápices para los demás por si alguien necesita”. Buena memoria. “Los chicos malos le sacan la merie nda”. Rabias. Dócil. “Es muy dulce”. Acalorado.
Transpiración profusa de día y de noche en manos, cabeza, frente. Saca los pies de las sábanas de noche. Inquieto durante el sueño. Duerme boca abajo. Habla durante el sueño, grita. “Es dulce y amigo de todos. A vece s ayuda a los viejitos en la calle”. Tiene mucha sed, agua
natural. Sed al despertar. ½ lt. En el recreo. Mucho apetito. Come rápido. “Después dolor de panza y decaimiento”. Deseo de canelones, papas fritas, hamburguesas, crema, polenta con tuco. Desordenado. “Es tan nervioso en la escuela”. “Siento tanta emoción”. La madre estuvo separada
del padre durante el embarazo. Deseo de chocolate y budín durante el embarazo.
Consideré los siguientes síntomas:
Compasivo Trastornos por cólera reprimida Sensación de abandono Afectuoso Náuseas por la noche Náuseas después de la cena Náuseas después de acostarse Llanto fácilmente Sed ardiente Sed por la mañana al despertar Apetito incrementado Prisa comiendo
Dictatorial Deseo de chocolate Deseo de budines Respiración asmática en niños Respiración difícil en niños Respiración asmática por la noche Respiración difícil por la noche Respiración difícil cambio de tiempo
Prescribí: Phósphoro 200 en plus una gota de mañana al despertar y una de noche al acostarse.
2da. cons. al mes. “Le hemos notado demasiado acelerado de enojo”. “dice que se quiere matar, que no lo queremos” “Miré yo voy a explicar todo ya y ahora”. “Ahora se defiende en la escuela. Ahora él se enoja con todos” “Dice que no lo queremos, que queremos mas a la hermana”. “Ahora estoy como si fuera mas malo”. Las pesadillas no las tiene mas. “Está mas enérgico”. “Defiende a todos”. “A mí hay cosas que me calientan”. “Cambié, yo no quería ser un niño bueno”. Llora de noche. “me buscan, me hacen enojar. Llora por rabia y bronca. “Los cuadernos del mes de escuela todo mucho me jor. Termina las tareas, antes no le daba el tiempo”. “Ya tengo novia, el dos de junio me arreglé”.
Prescribo Phósphoro mil en plus de igual modo.
3er. Cons. al mes. “Muy bien, precioso”. “Tuvo un broncoespasmo, atacadaso una vez. Después no más”. “Ahora se defiende”. Come mucho. “Hemos notado un cambio impresionante”. Me habla de la novia. “A veces yo digo mentiritas piadosas”. “También siento presentimientos, que son ciertos”. Mejoría
importante en la evolución de los síntomas respiratorios.
Prescripción: phósphoro 10 Mil en plus.
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1ra. cons. K Q. Sexo femenino. 2 años y 8 meses. Viene con ambos padres. Trastornos del sueño. “Llanto de noche desde el nacimiento”. “Desde los t res meses que no duerme”.
Insomnio, se despierta llorando cada 2 horas. La ha visto neurólogo, psiquiatra infantil, neuropediatra, alergista, gastroenterólogo. Ha tomado varios psicofármacos, propericiazina, risperidona, “ yuyos”. “No come nada”. Le diagnosticaron alergia a la leche de vaca. Le dan leche de soja, y otras
fórmulas. Sed sobre todo de noche. Grita durante el llanto. Inconsolable. Hija única. Inquieta durmiendo. Acalorada. Saca los pies para afuera. Necesita la compañía. Bruxismo de noche y de día. Cistitis a los dos años. Otitis varias veces mas del lado derecho. Le hicieron una punción. Hace poco salió de un cuadro respiratorio con tos, mocos, oídos con antibióticos. Tiene cara como de enojada. “Carácter fuerte, mandón. Maneja la situación”. Berrinches. No tolera el no. Rezonga. “callate, pará un minuto” le dice al padre. “Dirige a los niños”. Temor a los ruidos. La madre durante el embarazo, repugnancia a los
perfumes. Es acalorada. Transpira mucho la cabeza y la nuca. “Adora los animales, hasta las víboras y los lagartos”. Caminó a los 11 meses. Inquieta. “Canta y baila”. “Es una lucha darle de comer”. No tolera el no.
Consideré los siguientes síntomas:
Dictatorial Inconsolable Intolerante a la contradicción Insomnio en niños Inquietud en niños Inquietud en niños por la noche Gritos en niños Gritos en niños por la noche Llanto en niños,- bebés Llanto en niños,- bebés,- desde el nacimiento Llanto en niños por la noche Llanto durmiendo Llanto por la noche Deseo de compañía Deseo de compañía por la noche Deseo de compañía cuando está solo agrava Rechina dientes durmiendo Rezonga Sin apetito Aversión a la comida
Prescribí Lycopodio 200 en plus.
2da. cons. Al mes. “Mejor en pila de aspectos. La alimentación y el sueño. La alimentación está comiendo bárbaro. Come con ganas, pide comida. La actitud cambió”.
“Está durmiendo mejor. Nun ca había dormido una noche entera en su cama. Ella no quería ir a su cama”. “Antes no aceptaba bañarse, era una lucha”. “Del carácter mejor, mas dócil, no hay un llanto, un pataleo”
Sigue con Lycopodio 200 en plus.
3er. Cons. Al mes y días. “Con la comida bien”. Le dieron las vacunas hace una sem ana. Dejó el pañal. “De nuevo empezó el insomnio con llanto y gritos”. Bruxismo a v eces. “Un poquito irritable, volvieron los berrinches”. “Necesita compañía y quiere lavarse las manos seguido en la noche”.
Prescribo Lycopodio Mil en plus.
4ta. Cons. A los 11 días. No está durmiendo bien. “Cargosa, no se quiere ir a dormir”.
Prescribo Lycopodio 3 LM en plus.
Nueva consulta a los pocos días. Volvió a tener un cambio positivo en el sueño y la conducta pero le apareció una erupción cutánea en axilas y pliegues de ingle que los asustó, pero que en realidad no reviste gravedad y parece responder a la Ley de curación. Les leo a los padres, que parecen bastante aprensivos y ansiosos, algo sobre la Ley de curación de Hering. Y que lleven de todas maneras al pediatra para que la evalúen clínicamente y les de su opinión. Les sugiero de todos modos que no le den antialérgicos. Y que siga con Lycopodio 3 LM en plus.
--NA Sexo femenino 33 años.
1ra. cons. “Hace un año y medio un problema emocional. Me separé. No poder asumirlo.
Flores, reiki, reflexología, psicólogo. No puedo, intenté muchas veces matarme. Y en las noches no puedo dormir”. Trabaja en cocina internacional en una embajada. “No puedo
estar sola. Me encierro en mi casa. Muchos proyectos pero no los hago. No logro hacerlo sola. Fue como una cosa repentina. Desde los 14 años salí sola a defenderme en la vida. Nunca estuve con mi madre”. Es brasileña. “Soy muy activa. Se vino a Montevideo a los 19 años y entró a trabajar en este lugar. 4 años de relación con el novio. “El quería volver con los padres”. “Empecé engordar mucho”. Hipertiroidismo e hiperinsulinemia. Toma T4. “Angustia, sensación de fracaso, decepcionada”. “No lo puedo superar”. “Tengo la esperanza o espero algo”. “Aún estoy esperando”. La madre está en Montevideo pero no tiene buena relación. 7 hermanos, es la 2da. Estuvo 5 años sin ver a los padres, hasta los 20 años. “Tengo solo una amiga. “ A los 9 años trajeron a mi hermana para Montevideo”. “Fui madurando muy de go lpe. “Siempre fui de chica muy rebelde”. Vivían en el campo cerca de Porto Alegre. “Impulsiva y extremista. Tiene una amiga sola aquí “buena”. “Siempre fui una persona muy rencorosa, de no olvidarme”. “Una pareja antes,
4 años, pero pasó”. Intento de suicidio con ingesta de fármacos en el verano. “Pienso en este hombre, con quien estará”. “Por qué me hizo esto”. Vive pensando en el pasado. Nostalgia. “Antes no lloraba nunca”. “Dolor, angustia en el pecho”. Compasiva con los niños. “C arácter muy fuerte, muy mandona”. “No me importa enfrentar a cualquiera”. “Tengo gente a cargo”. “Soy generosa. Tengo miedo a envejecer”. Irregular con la menstruación. “Trauma con tener mucho busto”. Se
hincha los senos antes de la menstruación. Granitos en la cara y espalda antes de la menstruación. Menstruación profusa. Se enoja fácilmente y contesta enseguida. Sensible, tristeza antes de la menstruación. Estreñida. Bastante sed. Deporte, esfuerzo físico le gusta, le hace bien, gimnasia, bicicleta. Poco apetito, se llena enseguida. Come rápido. Deseo de ensalada, lechuga, sopa, chocolate intensamente, dulces, manteca de maní. Torta de chocolate, pan, biscochos. No come sal, desde los 18 años, le molesta la sal. “Todo tiene que ser sin sal. Le siento el sabor a la sal y me siento mal”. “me encantan los condimentos”. No le gustan las bebidas colas. El té y el café le
gustan amargo. Azucar agrava, le provoca dolor de cabeza. Acalorada. Afluencia de pensamientos y ansiedad en la noche con insomnio. Se levanta de la cama. Inconsolable. El consuelo la agrava. Quiere estar sola. La tristeza intenta que no se exteriorice.
Consideré los siguientes síntomas: Trastornos por decepción de amor Trastornos por cólera con pena silenciosa Trastornos por pena silenciosa Pena silenciosa
Consuelo agrava Deseo de chocolate Deseo de dulces Aversión a la sal Azúcar agrava Deseo de sopa Rencorosa Compasivo Inconsolable Dictatorial Rumia acontecimientos desagradables del pasado Rumia acontecimientos desagradables del pasado,- por la noche Menstruación agrava
Prescribí Natrum muriaticum 200 en plus.
2da. cons. Al mes. “Espectacular. Un cambio de humor. Un cambio impresionante. Se desaparecieron esa cosa de
bronca, como que ya pasó. Sí, tengo ganas de hacer cosas. Estoy haciendo una dieta por la hiperinsulinemia. Cuando estaba en pareja aumenté a 90 kilos. Me levanto con ánimo y de buen humor. Es un gran cambio. El tema de dormir fue impresionante. Antes pasaba días o semanas sin dormir”. Se levanta a las 5 AM. “Me de cían algo y sin pensarlo ya contestaba mal”. Esa cosa impulsiva ya no”. “Lo que estoy a veces muy ace lerada, quiero hacer rápido todo”. “El tema de estar sola ahora lo voy llevando. Salir, hice muchas cosas sola”. “Sobre todo estaba con pensamientos muy negativos”. “Yo no tenía autoestima. En el trabajo notaron un c ambio”. Antes era otra persona, le dicen e n el trabajo. “Pido las cosas de otra manera. Volvió mi sonrisa la cara que antes estaba oscura”. “Volviendo mucho para atrás, en la infancia, recodando momentos”. “Somos dos mujeres, mi hermana y yo”. Mi madre se preocupa mas por los varones”.
“Desde los 7 años, mi hermana se vino a Montevideo y quedé perdida. Siempre estaba sola. Yo sé que son mis padres, pero no siento eso de hija, de extrañarlos”. “Impongo respeto a los demás, autoridad. Me da la impresión de que me tienen miedo”.
Sigue con natrum muriaticum 200 en plus.
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OX. SM. 9 años. 1ra. cons. Viene con la madre. Consultó “a una Homeopatía de chico por principio de asma y alergia”. “Ronchas, picaduras”. “ojeras”. “Se mancha la ropa con la comida seguido”. “En la escuela no prestar atención”. 4to año e scolar. “No se concentra”. “Muy sensible, se emociona fácilmente”. Tiene una hermana de 5 años. Padres separados hace 3 años. Se le llenan
los ojos de lágrimas en la consulta. “Le toman el pelo”. Llora fácilmente. En la escuela lo tiene mal “que me insultan, que se burlan”, algunos compañeros. La madre: “Recurrí a la Directora, a la maestra y al personal de la escuela”.
Rabias, rencor. Habla muy delicadamente. Locuaz. Temor de estar solo. El consuelo mejora. Duerme boca abajo. Compasivo. “El tiene un poco de melancolía”. Acalorado. “Se le moja toda la
cabeza, la espalda, las manos. Ojeras rojizas, decoloración alrededor de los ojos. Deseo de papas fritas, “comida chatarra”. Aversión al pescado, a las lentejas. El chocolate agrava.
Consideré los siguientes síntomas: Llanto fácilmente. Llanto relatando su enfermedad Sensible a la rudeza Locuacidad Consuelo mejora Deseo de compañía
Deseo de compañía,- cuando está solo agrava Compasivo Afectuoso Sentimental Traspiración profusa Traspiración del cuero cabelludo
Prescribo: Pulsatilla 200 centesimal en plus.
2da. cons. A los 4 meses. “Terminó mejor el año de lo que esperaba, paso con muy bueno bueno a 5to. Año ”. “Yo lo veo mejor, en todo”. “Anímicamente está mejor”. “Se emociona mucho, si le hablan del abuelo por ejemplo que estuvo mal de salud”. “Quiere ser abanderado”. “llora, se emociona por cosas tristes como ale gres”. “Quiere ser arqueólogo, desde chiquito.
También jugador de fútbol. Con el padre está mejor. En casa ayuda. Volvió a tocar el tambor que hace un año que lo tenía parado y toc aba desde los tres años”. “El no quiere fallarme. No muy prolijo, no llega a de sprolijo”. Temor a los ladrones. Concienzudo, detallista en algunas cosas. “A veces le vuela la imaginación, fantaseoso”.
Prescribí: Pulsatilla Mil en plus.
3ra. cons. A los dos meses. “Mejor. Me veo mejor en la escuela”. 5to. Año. Se distrae en la clase de inglés. “Contesta y defiende sus derechos, las cosas injustas”. “Me estoy dando mas con mi padre”. “Son cuadernos de otro niño, mas prolijos”. “Antes estaba dormido, tenía c ierta timidez y vergüenza de decir lo que pensaba, ahora no”. “De ánimo yo me siento bien”. “¿Te acordás de los chicos malos? Ya no me hacen casi nada”. Duerme desnudo, siempre tiene calor. “Veo que empezó el año distinto”. “Sentimental, sensiblero. Es familiero por naturaleza”.
Habla dormido a veces. Deseo de helado, carne, hamburguesas. Le cuesta ir a bañarse.
Sigue con Pulsatilla Mil en plus.
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NT Sexo femenino 67 años. 1ra. cons. “Vertigos en la escalera”. “Siento que me voy a caer, que pierdo el control”. Mareos en la playa, en los espacios abiertos, me pierdo en la inmensidad”. Se fue agudizando progresivamente. “ De mis cosas no me gusta hablar”. Es administrativa. Se peleó con el hijo del jefe. Era muy activa en el trabajo. “Sensación de tener los sesos apretados”. Vive con el esposo. “ hijos grandes, con nietos.
Dificultad en la atención. Le gustaba gastar la plata que cobraba. “Era muy de la calle”. “Me gustaba el trabajo, los trámites de oficina”. “Me siento c on un vacío completo” en relación a la pérdida del trabajo. “Pena, impotencia”. “Era la intendente del escr itorio”. “Fue una injusticia”. El
consuelo la grava. “Muy mandona, muy sangentona”. “Me gusta ser líder”. “En el fondo soy jovial”. Duerme de costado derecho. Engordó 15 kg después de dejar el trabajo. Deseo de picantes, de cerveza, de wisky. “Tristeza, siento soledad”. “Yo pelié con la vida”.
Consideré los siguientes síntomas: Dictatorial Consuelo agrava Temor a los espacios abiertos Vértigo ascendiendo escaleras Vértigo descendiendo escaleras Trastornos por haber perdido su trabajo Trastornos por discordia entre jefe y subordinados Jovial Locuacidad Altivo
Cansancio de vivir Desea la muerte Deseo de alcohol Deseo de cerveza
Le prescribí sulphur 200 en plus una gota de mañana y otra de noche.
2da. cons. Al mes. “Yo me noto que estoy mas mansa. Tengo mas or denadas mis confusiones”. “Me puedo juzgar”. “Mi cerebro puede razonar mas”. No arrastra la lengua. “Estoy mejor de la memoria. El tema de
poder organizar las ideas. Ahora pienso mas, no me atropello, como que no estoy tan atropellada”. “Esa tristeza se me agudizó mas”. “Siento rechazo hacia todo, como que no tengo ganas de nada”. “Cuando estoy triste y sale e l sol es como que me toma el pelo. Pero si estoy triste y el día es nublado, como que me acompaña, lo desafío”. “Yo antes actuaba como me dictara el corazón, ahora actúo mas friamente”. “Mareos”. “Como que tengo miedo, como que me voy a ir al diablo”. “De todos modos, la escalera la subí con mas confianza”. “Estoy mas concentrada”. “Me estoy equilibrando”. “No tanto temor”. “Todo lo mío es todo mental”. Se le duermen las manos,
duerme con guantes. Los espacios abiertos agravan. “Me siento sola en la vida, no tengo de donde agarrarme”. “Que no encuentro ubicación”. “Me da rabia”. “Quiero morirme”. “No encuentro e l término medio, no me ubico”. “Como que largo la esponja”.
Prescribo Sulphur Mil en plus igual.
3er. Con. A los 2 meses. “Parece que estoy mejor, mas resignada, no tan desesperada. Como que estoy mejor”. “No termino de lograr la concentración. Trato de quedarme callada. No prolijo las ideas”. “Sigo
perezosa. No me hago tanta mala sangre”. “Como que tengo mas esperanza”. “Antes me sentía humillada. Como que bajé mi orgullo. Yo sufría mucho por no poder pagar las c uentas”. Los vértigos mas o menos. Tengo mas seguridad. Voy perdiendo esos miedos”. Con los espacios
abiertos está mejor. “No me siento tan triste, tiesa. Me siento mas segura, mas derecha”. “Me siento mas segura de mí”. “Antes no pensaba, co rría, iba, venía”. “Ahora no hago las cosas tan alocadamente”. “De ánimo no estoy mejor”. “Como que uno está demás”. Locuaz. “Estoy mas atenta con la gente”.
Prescribo Sulphur 10Mil en plus del mismo modo.
4ta. Cons. Al mes. “La verdad que mucho mejor”. “Estoy muy bien. Me siento como hace 2 años. Realmente muchas gracias. Esas gotas..” “Ahora encuentro cada lugar en su sitio y cada lugar en su espacio. Me
encuentro parada sobre la tierra. Soy yo otra vez. Me había acomplejado de tal manera m anera que tenía miedo de todo, estaba de mas en todos lados. Antes me sentía ridícula en todos lados y ahora no. Ahora tengo mi lugar. Ahora como que me empecé a querer. Ahora como que me valoro. Como que se me trancaban las palabras, pero ahora no. Era un sufrimiento que tenía desde que me levantaba hasta que me iba a dormir. Era un dolor en e l alma que tenía espantoso.” “El tema de
las escaleras de los vértigos mejoraron. Se me fueron los miedos. Estoy ubicada. Se me fueron esos temores tontos. Estoy mucho mejor. De ánimo estoy mucho mejor”.
Prescripción: sigue con Sulphur 10Mil en plus.
-KE Sexo masc. 10 años. 1ra. cons. Viene con la madre. “Va a psicóloga desde hace 4 meses”. m eses”. “Trastorno de ansiedad”. “El problema es al dormir, miedo a
dormirse. Cuando se va a dormir le viene un desasosiego, le cuesta dormirse. Le pase desde hace 1 año y pico”. “Si duerme conmigo en la cama grande se duerme enseguida”. Viven con el padre y
un hermano de 4 años. Necesita que la madre esté despierta cuando el se va v a durmiendo. “Vos no te duermas” le dice a la madre. “Comenzó de a poco con e stos miedos. Ansioso, de no poder
dormir. Angustia en la noche. Duerme de costado izquierdo. En sueños“casi siempre veo un barril con tipos sentados arriba de vino o de agua”. Es muy unido al padre”. El padre está trabajando en
el interior, viene los fines de semana. Cursa 5to. Año escolar. Introvertido, reservado. Ansioso, inquieto, impaciente. Se enoja y ofende fácil. “Es muy activo físicamente, inquieto, dispersador. Muy bueno bueno en el carnet. Es medio vago con el estudio. Confrontaciones por como querer hacer las cosas”. “Apurado, desordenado”. Aversión a bañarse. Acalorado. Transpira mucho la cabeza, el labio superior y la nariz. Deseo de frutas, carne, hamburguesas, asado, es mas de lo salado. Sed de mañana. Los padres estuvieron separados desde los 2 a los 4 años del niño. Se
quebró el brazo izquierdo hace un tiempo. Se muerde m uerde las uñas. “Razgos de inseguridad, de falta de confianza, frente a los amigos”.
Consideré los siguientes síntomas: Insomnio en niños Ansiedad por la noche,- en niños Ansiedad antes de dormir Ansiedad dormir por la pérdida de sueño Angustia por la noche Deseo de compañía por la noche Quiere estar desnudo durante el sueño Impaciencia Inquietud ansiosa Morder las uñas Falta de confianza en sí mismo Oféndese fácilmente Aversión a bañarse en niños Transpiración labio superior Transpiración nariz Transpiración del cuero cabelludo cabelludo Deseo de carne Deseo de fruta
Le prescribí Sulphur 200 en plus una gota de mañana al levantarse y una de noche al acostarse.
2da. cons. Al mes.
“Mejor”. “Las gotitas me dieron mas confianza para dormirme”. “Bastante mej or. Ahora me acuesto y pienso y pienso lo que hice e n el día..” “Se vio un avance, se ha dormido”. “Está mas caluroso que nunca” “Mejoró bastante del sueño, casi todos los días duerme solo”. “En la escuela bien”. “Se dispersa mucho porque conversa”.
Sigue con sulphur 200 en plus.
-DE. Sexo fem. 52 años. 1ra. cons. “Me siento mal, cansada”. Ideas de suicidio. Tiene un hotel en Maldonado. 2 hijos varones de 25 y 30 años en España. “El padre se mató. 9 suicidios en la familia”. “Afectivamente muy sola”. Se divorció hace muchos años. Pareja hace 20 años. “No puedo dormir, tomo whisky para dormir. Siento mucha angustia”. “Es como la cinta de Moebius, uno está de cada lado”. 2 terapias hace años. Tiene además allí un vivero. Le dejó de interesar. “Depresión, tristeza, soledad”. “Que piensen que fue un accidente”. De niña vivía con los padres en el campo. “Le pegaba a todos los niños de la escuela, golpeaba a todo el mundo. “El crac mio fue cuando me
llevaron del campo a una escuela llena de niños, porque yo am aba los animales”. “Buscaba alguno para pelear”. Un hermano 4 años menor. Se casó a los 18 años “como una forma de zafar de mi casa”. “Estaba disgustada con mi vida”. “Una tía abuela decidió que fuera maestra”. Vivieron 12 años juntas. “Nunca he hecho lo que he querido”. “Me hubiera hubiera gustado ser bailarina, cantante, actriz”.
Bailar, cantar la mejoran. Le molesta a los hijos que cante. Falta de deseo sexual, aversión. Miedo a quedarme sola. Miedo a los hombres. Miedo a la soledad. “Súper sensible, escucho una canción y lloro”. Pero no es de llorar habitualmente. Humor variable, rápidamente cambiante. “No sé con quien me voy a encontrar”. “Irascible, enojada fácilmente”. Rencor con la tía abuela. “Siento que fue la que me separó de mis padres. “La hacía llorar a mi tía, yo había dado vuelta el mecanismo”. “Mi mamá me peleaba mucho”. “Cuando las cosas mejoraron en el hotel, quedé de lado”. “Me sentí dejada de lado”. Rencor. Le sacó la llave al esposo. No se separa por e l temor a quedarse sola. “Muy mandona, mandoneo a todo el mundo”. Deseo de whisky y bebidas blancas. Solo toma
de noche. El vino le da cefalea. Duerme de costado. Grita dormida. Sueños clarividentes. De niña sueños que la perseguían los policías y los mataba con un dedo. “Soñaba con peleas, nunca nadie pudo mas que yo”. Tiene un crecimiento de la encía adelante. Se la cortaron y volvió a crecer.
Deseo de ñoquis de papa, melones, poco apetito. Destapa las piernas de la rodilla para abajo en la cama. La menstruación se le retiró a los 46 años.
Consideré los siguientes síntomas: Dictartorial Peleador Malicioso Genio humor cambiante Disposición al suicidio Desea la muerte Hastío de la vida Cansancio de vivir Deseo de alcohol Deseo de whisky Temor a la soledad Cantar Bailar Tumores encías,- tamaño de una nuez
Le prescribí Ignatia 200 en plus una gota de mañana y otra de noche.
2da. cons. Al mes. “Bien”. “Cuando salí de aquí me sentí tan feliz, me hicieron sentir mejor”. “Mejor en los nervios, en los miedos, en las inquietudes”. “Mas tranquila, mas segura”. “Como que me expandí un poco”. “Una de mis sensaciones era sentirme atada, presa”. “No me siento ahora tan atada y presa, mas libre”. “No estar haciendo lo que realmente quiero, me gustaría tr abajar en el campo, no en espacios cerrados”. “Hay algo en mí que no me deja ser libre”. “Soy rezongona, limitante, reivindicativa”. Me enojo con alguien y aunque quiera nunca mas puedo volver a relacionarme. Pierdo los lentes continuamente. Que es lo que no quiero ver”. El ex esposo murió
del corazón en 2005. “Quizás estudiar psicología”, pero el esposo actual no la dejó, “los chicos eran chicos”. Cultiva orquídeas. El consuelo le molesta. “Hace 10 años lo quise dejar y dijo que se iba a matar”. “Anímicamente estoy mejor”. “Temor a estar sola, a la soledad”. Reza frecuentemente. “No tomo mas whisky para dormir. Ya no tengo ganas de tomar”. Venía tomando los últimos 3 años. “Hace tres años eché una vez a mi marido, ahí fue que empecé a tomar”. Mejor de las ideas de no querer vivir mas. “El nido vacío me costó”.
Sigue con Ignatia 200 en plus.
3er. Cons. Al mes. “Me siento bien de venir acá. Los lentes los dejé de perder. Está equilibrada la cosa”. “Me siento
muy sola. Estoy ahí que tengo ganas de separarme, que me aburro, pero viene el miedo de estar sola”. “Este mes he tenido sensaciones que no he tenido hace tiempo. Creo que una de las formas en que estuve atada, como que me voy redescubriendo, reencontrando”. “Pasé muchos miedos. Miedo a estar sola”.“Pudiendo pensar mejor”. “Me hacen sentir culpable los desgr aciados. Como
mi papá que terminó suicidándose.
Prescribo Ignatia Mil en plus.
4ta. Cons. Al mes. “Me ha movilizado terriblemente la Ignatia Mil”. “La raiz de mis miedos”. “Empecé a adelgazar. Como dejé de tomar, me enganché con la dieta bien”. “Momentos bárbaros, otros miedo a todo, que le pase algo a mi hijo en España”. “Dormimos abrazados nuevamente”. “No peleo, dejé de pelear”. “Me siento bien”. “Se me fueron los dolores de cabeza. Fueron asiduas desde los 30 años”. “Ahora duermo bien. Antes tenía m iedo de acostarme y no dormir. Ahora me muermo en seguida”. “Ahora salimos a caminar a lugares que nos gusta. El re lacionamiento con toda la gente ha mejorado”. “Estoy contenta conmigo misma”. “Me sorprendí de mi misma”. “Me levanté con la
sensación de que salí de una larga enfermedad”. Sigue con Ignatia Mil en plus.
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KS. Sexo masc. 39 años. 1ra. cons. “ 2 años de adicción a la cocaína”. Hace 6 meses no consume. Estando por pasar a una 2da. fase de
rehabilitación en un centro para tratamiento de adicciones, tiene una recaída en el consumo y abandona el centro. Recibe Floxetina, clonazepam y olanzapina. Separado hace 4 años. 2 hijos, 9 y 6 años. La ex esposa le puso restricción judicial Hace 1 año y medio que no ve a la hija. “Soy de carácter muy fuerte”. “Ambos somos así y t erminábamos a los roscazos”. “Violento, impulsivo”. Es
reservado, poco comunicativo. A los 25 años cáncer de testículo, operado y quimioterapia posterior. “Y después conocí a e lla”. “Alcohol, si empiezo no me paras mas”. Whisky, cerveza. Se enoja y ofende fácil. “Anímicamente ando mal”. “Un poco de culpa tengo, esa se nsación de haber defraudado”. Trabaja en una
empresa donde tuvo algunos problemas de faltas consecuencia del consumo. Le pasa siempre la pensión a los hijos. La ocupación mejora. “Me sigue llamando la cocaína”. “Cuando falleció mi padre a los 15 años, ahí se me cayó todo”. Jugaba al basketball en un club e n una categoría juvenil.
Operado del riñón derecho a los 9 años por una obstrucción del uréter. Neumotorax en el pulmón derecho. Hernia hiatal. Hinchazón después de comer. Come rápido. Deseo de carne. Deseo de bebidas frías. Duerme de costado derecho.
Consideré los siguientes síntomas: Trastornos por muerte de seres queridos Cólera violenta Violento Alcoholismo Deseo de alcohol Deseo de whisky Deseo de narcóticos
Prescribí Nux vómica 200 en plus, mañana y noche.
2da. cons. Al mes.
Bien. Mejor en general. Picazón en los pies, nunca lo había tenido ese síntoma. Sigue con nux vómica 200 en plus.
3ra. cons. Bien, mejor. Está recomponiendo la relación laboral y también con sus hijos. Sigue con nux vómica 200 en plus.
4ta. Cons. “Mejor en general, mas e stable”. Pasó de una pensión a alquilarse un apartamento. “No estoy pensando mas en la cocaína”. Sigue la picazón e n los pies, lo que me parece una
expresión exonerativa de la ley de curación. Sigue con nux vómica 200 en plus.
Bibliografía Organon de la Medicina. Samuel Hahnemann. Ed. Albatros.
Introducción a la psicopatología y la psiquiatría. J. Vallejo Ruiloba. Ed. Masson. Salvat
Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales DSMIV. Ed. Masson.
Tratado de psiquiatría Henry Ey. Ed. Masson.
Repertorio homeopático Synthesis. V. 9.2 F. Schcroyens. Radar – Archibel.
Psicosomática psicoanalítica. Edgardo Korovsky . Editorial Rocaviva 1993.
El concepto de narcisismo en la obra de Freud. E. Korovsky, M. Herrera, W. Perdomo. A. Pittaluga, R. Rapetti, T Ruival. Editorial Psicolibros. 1999.