HOMEOPATÍA UNICISTA SU LUGAR EN LA MEDICINA DEL SIGLO XXI
CARLOS VALENZUELA
HOMEOPATÍA UNICISTA SU LUGAR EN LA MEDICINA DEL SIGLO XXI
Editorial dunkEn
Buens Aies 2008
Vaenuea, Cas Heata unicista. 5a ed. - Buens Aies: Dunken, 2008. 152 . 23x16 c. ISBN 978-987-02-3373-2 1. Heata Unicista. I. Ttu CDD 615.532
Primera edición Octubre 1971 Segunda edición enerO 1979 tercera edición agOStO 1990 cuarta edición agOStO 1999 Quinta edición agOStO 2008
Ies Editia Dunken Ayacuch 357 (C1025AAG) - Caita Fedea Te/fax: 4954-7700 / 4954-7300 E-ai:
[email protected] Página web: www.dunken.com.ar
Hech e deósit que evé a ey 11.723 Ies en a Agentina © 2008 Cas Vaenuea e-mail:
[email protected]
ISBN 978-987-02-3373-2
“En ningún cso de rmieno es necesrio y por consigiene no es olerble dminisrr n enfermo más de n medicmeno único y simple en n sol vez... L homeop, qe es el re de crr verddero, simple y nrl, prohibe bsolmene dr n enfermo l mismo iempo dos diferenes ssncis medicinles...” S amuelH aHnemann
Orgnon del re de crr, prágrfo 273
PRóLOGO y TESTIMONIO
Es para mí un gran gozo prologar esta nueva edición del libro del doctor Carlos Valenzuela. Me sería difícil encarar esta introducción desde el punto de vista cientíco, para el que no me siento autorizado. En cambio pienso que es válido hacerlo desde una dimensión testimonial, que entiendo puede incluso ser más útil al lector. 1. Cmo llegu a la homeopatía
Desembarqué en el territorio homeopático hace cerca de veinticinco años. Como en el caso de casi todos los “convertidos” ya de grandes, apareció como una alternativa a la imposibilidad de curar mis constantes problemas de bronquitis y sinusitis. Como suelo ser metódico y organizado pensé que si se hacía una prueba de esta naturaleza, había que hacerla en serio y, por lo tanto, desde el inicio traté de seguir ortodoxamente los consejos y recomendaciones del médico. Mi mejoría desde el comienzo fue notable. Desde aquel momento nunca más supe de punciones (creo que desde mi juventud me habían hecho cerca de cuarenta), antialérgicos, vacunas ni corticoides, ni de las secuelas que esos medicamentos implican. En estos casi veinticinco años puedo contar con los dedos de una mano las veces que recurrí a un antibiótico y siempre bajo la in dicación de mi homeópata. Hoy, a los setenta años, sigo haciendo deportes y la agudización de mis males (bronquitis, sinusitis) se reduce a situaciones aisladas, de las que salgo con medicación
10
CArloS VAlENzUElA
homeopática, mientras que antes debía recurrir hasta siete u ocho veces al año a los antibióticos o corticoides. 2. Consideraciones generales 2.1. Así como se suele decir que no hay enfermedades sino enfermos, creo que es también válido armar que más que medicina hay médicos. Creo que una de las claves de la homeopatía es dar con un homeópata sabio. Yo encontré en mi camino al doctor Carlos Valenzuela, en quien descubrí esa cualidad. El homeópata debe ser muy observador, tener buena memoria, “recordar” a su paciente y buscar respuestas cientícamente comprobables. Además debe conocer bien las limitaciones de la ciencia y recurrir en caso necesario a otras consultas. 2.2. Un paciente homeopático en lo posible debe leer o tratar de conocer, aunque sea rudimentariamente, el estilo medicinal de esta ciencia. Recuerdo que cuando acudí a la consulta, con la aprobación de algún alópata amigo y la oposición de otros, mi argumento fue: voy por descarte, pero a mí no me van a engañar tan fácilmente. Y estudié los fundamentos de esta ciencia. Encontré en este libro que estoy prologando una gran ayuda. 2.3. Así y todo algo que todavía me cuesta aceptar es la imposibilidad de la automedicación. Debe ser uno de los mayores desafíos a esa tentación de omnipotencia que tenemos los mortales. Debo reconocer que en las discusiones con el doctor Valenzuela sobre tomar tal o cual remedio siempre gana él. 2.4. Una constatación muy importante es que haberme metido en la homeopatía me ha llevado a practicar un autoconocimiento muy detallado de mi propia sicología y del comportamiento de mi organismo. “Escucho” más mi cuerpo, mis ánimos o desánimos y mis afecciones más orgánicas y me he acostumbrado a mirarme como una unidad: “todo tiene que ver con todo”. He llegado a pasar mucho tiempo tomando un solo remedio, aunque en diversas dosis, con el que iba corrigiendo los distintos
HomEopATíA UNICISTA
11
desarreglos de mi organismo y lógicamente cambiando la medicación en conformidad con los nuevos síntomas que iban apareciendo, pero con una conciencia clara de lo anteriormente dicho: la vinculación de lo anímico con lo orgánico. 3. La curacin homeopática
Éste es un tema clave. Una o dos veces por año paso por un tiempo de enfermedad más aguda: gripes, sinusitis o bronquitis. Esos momentos son particularmente importantes. A veces la agudización del mal se supera en dos o tres días. Otras, la curación demora un poco más. Pero para los activos, que somos impacientes y no aceptamos fácilmente la debilidad de la enfermedad, si pasa algún tiempo, recrudece la tentación alopática. Los que hemos leído algo sobre el tema sabemos hasta qué punto es importante salir homeopáticamente de las crisis para asegurar más salud para el futuro. En esos casos creo que es fundamental hablar con el médico y tener una mayor dosis de paciencia. Si el homeópata es sabio, él mismo sabrá orientar adecuadamente al paciente. Una palabra más sobre la curación. A los pocos años de iniciado el tratamiento, en los momentos más agudos me acostumbré a descubrir la ecacia de un remedio ante todo por el mejoramiento anímico. Me explico: ante el recrudecimiento de una sinusitis me daba cuenta de que empezaba a superar el mal físico porque comenzaba a sentirme anímicamente mejor. Al día siguiente de cambiar mi ánimo comenzaban a desaparecer los síntomas infecciosos de las secreciones. Es una constatación muy importante que pone en evidencia lo dicho anteriormente (2.4). Por n, la superación desde la homeopatía de las crisis más agudas genera una sensación general de bienestar. Es como si uno pudiera decir: no sólo superé una bronquitis, sino que “me siento realmente bien”.
12
CArloS VAlENzUElA
4. ¿Cmo cura el remedio?
Es bien sabido que no hay una explicación clara del modo de curar del remedio homeopático. Luego de algunas diluciones ya no quedan moléculas de la sustancia original. Ésta es la clave que lleva a desconar del poder curativo de la homeopatía. Yo hablo como paciente y no como cientíco, y me muevo más en el campo de la experiencia. Y puedo decir, como el ciego a quien Jesús le devolvió la vista, ‘‘antes no me sentía sano y ahora sí” [cfr. Ev. San-Juan 9,25]. Algunos arman que hay una cura sicológica debido a que los pacientes creemos en el poder curativo del remedio. Esto es bien simple de refutar porque uno toma todos los remedios recetados con la misma conanza y a veces el remedio no cura. ¿Por qué? Simplemente porque no era el remedio apropiado. Pienso que esta es una ciencia experimental basada en la prueba y el acierto o el error. Como estamos ahora en una cultura menos racionalista y más existencial, entiendo que se está viviendo un tiempo de mayor aceptación de la homeopatía. De hecho son muchos más los médicos que están más abiertos al menos a tener alguna consideración hacia ella, que cuando yo comencé mi tratamiento. 5. Reexión nal
He escrito estas líneas como deuda de gratitud a la homeopatía y a mi homeópata personal, el doctor Valenzuela. Sin duda esta ciencia ha sido muy importante para mi salud y me ha permitido seguir bien activo en la misión que Dios me asignó. Hay un interrogante que siempre me queda sin resolver. Siendo este tratamiento tan personalizado, ¿es factible aplicarlo masivamente en lo social orientando planes de salud para los más pobres? Es verdad que esta respuesta implica determinaciones más amplias, incluso de carácter político, que estamos todavía muy lejos de abordar. Así y todo es bueno pensar en los más pobres con el deseo de que
HomEopATíA UNICISTA
13
todos puedan beneciarse de los bienes que uno recibió. Queda la inquietud para algún próximo debate. Finalmente, deseo a todos los que lean este libro que les ayude, como me ayudó a mí a conocer y valorar más la homeopatía. JOrge caSarettO Obispo de San Isidro
INTRODUCCIóN “Pr defender o combir n docrin, primero es necesrio conocerl.” blaS PaScal
Dentro del conjunto de misterios de la naturaleza que subsisten a comienzos del siglo XXI, no es aventurado incorporar el remedio homeopático. Este enigmático remedio, ya bicentenario, va adquiriendo cada vez mayor relevancia en razón de su incesante crecimiento en todo el mundo, no obstante el sinfín de críticas que en nombre de la ciencia se le han hecho y aún se le siguen haciendo. La homeopatía le plantea al mundo cientíco un desafío apasionante, pues se trata de una terapéutica médica en pleno apogeo, pero con la extraña y original particularidad de que no existe para sus remedios una técnica que permita identicarlos ni dosarlos. De modo tal que ni la física ni la química actual están en condi ciones de diferenciar un frasco que contiene simplemente glóbulos de lactosa de otro, aparentemente con el mismo contenido, pero cuyos glóbulos han sido impregnados con la dilución homeopática dinamizada. Este remedio siempre resultó perturbador al pensamiento ortodoxo, más preocupado en argumentar sobre su composición que en investigar sus efectos reales. Perturbador puede resultar también el hecho de que la práctica homeopática actual se ejerza sobre la base de los mismos remedios y principios doctrinarios que le dieron origen, hecho muy excepcional para la historia de vida de una disciplina cientíca. Sin embargo, los años transcurridos, lejos de verla declinar, han producido en ella un efecto de rejuvenecimiento y rearmación de toda su doctrina, losofía y terapéutica, a lo que debe sumarse, precisamente, el valor de una experiencia avalada por los siglos. En una palabra, la
16
CArloS VAlENzUElA
homeopatía ha superado ampliamente la prueba más difícil, que es la prueba del tiempo. Debemos tener muy presente que entre el dogmatismo de Karl Popper y el empirismo de Samuel Hahnemann existe un gran abismo, no obstante lo cual, la homeopatía ha estado en condiciones de celebrar varias bodas de oro gracias a la solidez de su enigmática realidad. Entre los factores que motivan el interés y la creciente incorporación de la homeopatía a la medicina cotidiana, se encuentran el hecho de que sean sus remedios parte de la misma naturaleza, ya sea vegetal, mineral o animal; la ausencia de toxicidad; la con cepción dinámica y unitaria de la enfermedad y su tratamiento; así como, a la vez, las mayores precauciones en el uso de antibióticos, antiinamatorios, corticoides y psicofármacos, consecuencia de su empleo recurrente, muchas veces abusivo. Fue a partir de experiencias de características geniales realizadas con estas atípicas diluciones dinamizadas que Samuel Hahnemann (1755-1843) descubrió la posibilidad de tratar al enfermo de manera integral –hoy diríamos global–, es decir en su mente, cuerpo y espíritu, mediante una sustancia única, diluida y dinamizada a niveles que van mucho más allá de lo que aceptan la ley de Avogadro e, incluso, la imaginación. Nacía así una realidad médica diferente, destinada a curar la enfermedad mediante la restitución al organismo enfermo de su fuerza y armonía vital. Esta recuperación de la salud se hace realidad cuando se respeta el lenguaje de los síntomas, mediante los cuales el enfermo nos expresa su padecimiento a la vez que su pedido de ayuda y comprensión. Nuestra cultura en general intenta silenciar rápidamente ese pedido de auxilio, que no sabe interpretar claramente, buscando disimularlo mediante el uso de analgésicos, antiinamatorios, antiespasmódicos o el último ansiolítico del mercado. Frente a esta incomprensión ante el síntoma, el paciente experimenta la necesidad de encontrar una medicina más acogedora. Estas pá-
HomEopATíA UNICISTA
17
ginas están dirigidas a todas aquellas personas que intuyen la existencia de una medicina diferente, a la vez que desean saber qué es la homeopatía, cuáles son sus fundamentos, sus alcances, sus limitaciones y sus posibilidades de interacción con la medicina convencional en muchos de sus tratamientos. Quienes no teman acercarse al conocimiento de una realidad médica heterodoxa podrán encontrar en ella uno de los capítulos más apasionantes del arte de curar, que por sus principios y consecuencias plantea fructíferos interrogantes y desafíos al cientíco contemporáneo. Este interés actual por la homeopatía no nos sorprende; sorprende, eso sí, que se haya pretendido silenciar a esta disciplina –la más antigua de las medicinas modernas– durante tanto tiempo.
PARTE I Las Bases de la Homeopatía
CaPítuLO 1 ¿Qué es la homeopatía? “L homeop, qe repos únicmene sobre l experienci, qiere ser jzgd por los resldos.” S. HaHnemann
La homeopatía (del gr. , semejante y enfermedad) es un método terapéutico basado en la Ley de la Semejanza. Esto quiere decir que emplea como medicamentos sustancias que experimentalmente hayan producido en las personas sanas síntomas similares a los que padecen los enfermos. Así, al experimentar en sí mismo con la quina1, Hahnemann descubrió que le producía ebre junto con dolores de cabeza, escalofríos y toda una serie de molestias muy semejantes a los síntomas de la ebre palúdica, para cuyo tratamiento se la indicaba habitualmente. La sustancia elegida se prepara mediante la técnica de la dzc c , que consiste en efectuar sucesivas diluciones y agitaciones o sucusiones2 de la materia, con el n de poner en evidencia los síntomas potenciales latentes en ella, que constituyen su esencia curativa; estos síntomas, aunque desconocidos, eran sospechados por la genialidad intuitiva de Samuel Hahnemann. Al aplicar este procedimiento, Hahnemann, en parte buscaba quitar toxicidad a las sustancias que, de acuerdo con sus novedosos puntos de vista, debían ser experimentados en seres humanos sanos. Pudo anular así los temidos efectos tóxicos sobre los experimentadores y, a la vez, con gran sorpresa, descubrió que, a mediQUINA: corteza del quino (China ofcinalis); fue muy usada en medicina por sus propiedades febrífugas. 2 SUCUSIÓN: técnica que consiste en agitar cada dilución mediante la ejecución de tres a cuatro golpes del fondo del frasco contra una supercie dura. 1
22
CArloS VAlENzUElA
da que se incrementaba el número de las dinamizaciones, surgían en ellos una variedad de síntomas tanto físicos como psíquicos, insospechados y característicos según las diferentes sustancias analizadas. La teoría homeopática que se delineaba en su pensamiento dispuso entonces del instrumento terapéutico que le era imprescindible. Tanto el principio de la curación por el semejante ( c ), como el de la curación por el contrario ( c c c ) fueron enunciados por Hipócrates (430-360 a. C.): “ l c cd c. l fdd dcd j, y j q c , c vv d fdd a la salud… la ebre es suprimida por aquello que la produce, y
dcd q . D d, d d , d c”. La Ley de la Semejanza fue abandonada más tarde por Galeno (138-201), quien adoptó como base de la terapéutica la Ley de los Contrarios, y ésta fue, desde entonces, fundamento de la medicina ocial. Muchos siglos después, Paracelso (1493-1541), conocido como el Lutero de la medicina, empleó nuevamente el criterio de la se mejanza en la terapéutica mediante la doctrina de las signaturas, que relacionaba el aspecto, forma y color de las plantas y minerales con los de las enfermedades. Asimismo expuso sus ideas sobre las pequeñas dosis y la quintaesencia de los medicamentos, a la vez que llamó a las enfermedades por el nombre de los remedios capaces de curarlas. También criticó severamente el abuso en la cantidad y dosicación de las drogas, así como el empleo de paliativos que la escuela galénica utilizaba en forma abusiva. Por la anidad de muchos de estos principios con la homeopatía, Paracelso es considerado el precursor de una terapéutica que se hizo realidad dos siglos más tarde. En 1790, Samuel Hahnemann, el padre de la homeopatía, deseando conocer el mecanismo de acción terapéutica de la quina
HomEopATíA UNICISTA
23
del Perú sobre la ebre palúdica, experimenta consigo mismo y descubre así, como acabamos de anticipar, que el efecto curativo de esta droga se debe a su capacidad intrínseca de producir síntomas semejantes a los de dicha ebre, observación que fue la piedra fundamental de la nueva medicina. Plenamente consciente de la importancia que podía tener su descubrimiento, Hahnemann decidió profundizar la investigación y llegó así a experimentar en sí mismo sesenta y cuatro sustancias diferentes, a las que describe con extraordinaria minuciosidad según sus efectos. La identicación de la salud con un estado de armonía de la energía vital es, por cierto, un concepto esencial de la doctrina homeopática. Podemos aclarar este concepto ejemplicando con el caso de un enfermo que padece un estado depresivo, sufre de bronquitis y eccema, y presenta, además, verrugas. Para la medicina clásica, estos padecimientos son cuatro entidades clínicas independientes, cada una de las cuales requiere de su terapéutica especíca. Para la homeopatía, son diferentes manifestaciones de un mismo estado de enfermedad crónica, o desarmonía vital, que puede y debe tratarse con un solo remedio, el , siguiendo la Ley de la Semejanza.
CaPítuLO 2 FunDamentos De la homeopatía “tods ls pres del cerpo y ss fnciones formn n solo circio; por eso clqier de ls pres es, l propio tiempo, principio y n.”
HiPócrateS
La esencia de la homeopatía hahnemanniana o unicista se sustenta en cuatro principios básicos: 1. La curacin por el semejante ( c ). Este antiguo principio, que Hahnemann supo revalorizar, es la base de la homeopatía. Propone inducir en el organismo enfermo una reacción curativa a partir de una sustancia que experimentalmente haya provocado en el hombre sano síntomas semejantes a los del paciente, medicación conocida como . De esta manera, la enfermedad articial inducida por el remedio en el enfermo anulará la enfermedad natural existente, quedando el organismo liberado de toda su sintomatología. 2. La experimentación del remedio en el hombre sano. Este difícil requisito se pudo llevar a la práctica gracias a la técnica de la dinamización homeopática, que ha permitido conocer la sintomatología potencial de muy diversas sustancias, aun de aquellas que normalmente son tóxicas. Utilizando la quina, Hahnemann efectuó en sí mismo la primera experimentación.3 3. La dosis innitesimal. La dinamización homeopática es la condición requerida por las diferentes sustancias para de3
Ver Apéndice: Samuel Hahnemann.
HomEopATíA UNICISTA
25
sarrollar su sintomatología potencial, a la vez que su poder curativo. La sal común ( n mc), el carbonato de calcio (Cc Cc), el oro ( a), el mercurio ( mc), el lycopodium ( lycd Cv ) y muchas otras sustancias animales, vegetales o minerales adquieren, por medio de esta forma de preparación, diluida y dinamizada, sorprendentes propiedades terapéuticas. Sin embargo, en el estado de materia, las mismas sustancias pueden ser o inertes,4 o de efectos terapéuticos diferentes, o incluso tóxicas. 4. El remedio único. La homeopatía nació unicista a partir de la observación de una sustancia, la quina, y todo su desarrollo se ha dado sobre la base de la investigación profunda de diferentes sustancias, en forma individual. Se investigó así, primero su patogenesia (síntomas experimentales), y después sus posibilidades terapéuticas, sobre la base de la Ley de la Semejanza. Las dicultades que puede ofrecer el diagnosticar un remedio determinado para cada enfermo han llevado, muchas veces, a una desvirtuación de la homeopatía, es decir a una seudo homeopatía. Se indican así, simultáneamente, tres o cuatro remedios en la forma de recetar llamada ; o pueden aproximarse a cincuenta, distribuidos en alrededor de diez pequeños frascos, en la receta que se conoce como cj. Esta modalidad, que pretende lograr un más seguro resultado terapéutico al administrar muchos remedios en vez de uno solo, da lugar a una suerte de seudohomeopatía u homeopatía ligh, que desconoce la esencia de la homeopatía, que es el remedio único.
4
Inerte: inactiva, sustancia sin efecto medicamentoso.
CaPítuLO 3 el remeDio homeopátiCo un tema urtiCante “Sosengo qe l orodoxi es l mere del conocimieno, pes el meno del conocimieno depende por compleo de l exisenci del descerdo.” Karl POPPer
La física y la química no han podido explicar hasta el día de hoy la acción del remedio homeopático. A esto se deben las más duras críticas que a lo largo del tiempo ha recibido la homeopatía. Pero lo cierto es que este enigmático remedio, contenido en un minúsculo y en apariencia intrascendente “ ”, posee atributos terapéuticos que le han permitido competir y sobrevivir a muchos remedios de sosticados laboratorios farmacéuticos. Para poder llevar a cabo una verdadera labor cientíca, es necesario empezar por denir si los hechos tienen que subordinarse a la teoría o viceversa. Al respecto es útil recordar las palabras de Lacordaire: “ nc d z c, d d c c c cd d cd” . En la facultad de medicina se debería ilustrar al estudiante acerca de esta terapéutica, con la cual se puede estar de acuerdo o no, pero nunca ignorarla. Nada mejor que aprender a dudar y a contrastar los conocimientos, como aconsejaba el maestro Karl Popper, quien se declaraba admirador de la tradición, pero a la vez decía: “ d -dx d d c dx” .
HomEopATíA UNICISTA
27
Las características principales del remedio homeopático se pueden sintetizar de la siguiente manera: 1. El remedio surge de la experimentación, en personas sanas, de diferentes sustancias dinamizadas que pueden ser de origen vegetal, mineral o animal. 2. La técnica de su preparación fue claramente explicitada por Hahnemann. 3. Sus indicaciones clínicas están basadas en la Ley de la Semejanza, es decir que los síntomas experimentales del remedio curan iguales síntomas en el enfermo. 4. Los resultados terapéuticos se pueden demostrar clínicamente con facilidad tanto en adultos como en niños e, incluso, en animales. Para formarse una idea cabal de cómo actúa este remedio, resulta conveniente explicar de qué manera llegó Hahnemann a descubrirlo. En ocasión de traducir la Materia mdica de Cullen, le sorprendió la explicación dada por el autor acerca del mecanismo de acción a través del cual la quina curaba la ebre palúdica. Según Cullen, ello se debía al efecto tonicante que tiene esa droga sobre el estómago. Hahnemann no aceptó este punto de vista, y sobre la base de sus propios estudios y experiencias concluyó que “p d d cc d f c y d c q qñ d dd f q q, , c cto un especíco contra la ebre. El autor [ Cullen ] d d c. l c d fc f d q dfc d d. Y d , c x, d v d, 4 dc d q d cdd d vc d. m y dd, cz f, c d dz y c, cz cz y z f y d, v c
28
CArloS VAlENzUElA
y , c d d , c cz, jc d j y d; , d cd con ebre intermitente aparecieron en forma sucesiva pero sin
vdd ”. Más adelante, dice: “s dcd q qna tenía la propiedad de producir articialmente ebre, indu d d d xcc. l quina, que es usada como remedio para la ebre intermitente, actúa porque puede producir síntomas similares a los de la e -
” . (Enfermedades crnicas). Hahnemann vislumbró la trascendencia de su observación y consideró, en consecuencia, la necesidad de investigar y conocer en detalle los síntomas que pueden producir sobre el organismo humano, en condiciones experimentales, diferentes sustancias naturales. Aunque parecen ignorarlo los historiadores de la medicina, él fue el primer investigador clínico, adelantándose en cincuenta y seis años a Claude Bernard (1813-1878), padre de la siología. La investigación homeopática recurre entonces al hombre para estudiar los efectos de las sustancias que desea analizar porque, según el principio de la semejanza, aquello que afecte a la persona sana será lo que cure a la enferma, como tan claramente queda dicho en el párrafo de Hahnemann que se destaca más arriba. Por otra parte, el hombre tiene capacidad de auto-observación y, por lo tanto, de poder describir las sensaciones y estados anímicos producidos por las sustancias investigadas, datos que no pueden aportar los animales de laboratorio. La primera dicultad que encontró Hahnemann para llevar adelante sus investigaciones fue la reacción o toxicidad de algunas de las sustancias a investigar. Decidió entonces diluirlas a la vez que agitarlas, proceso llamado en homeopatía dinamizacin. Fue esta particular técnica la que condujo al gran descubrimiento de la homeopatía, pues la dinamización puso en evidencia pro-
HomEopATíA UNICISTA
29
piedades terapéuticas insospechadas en las diferentes sustancias experimentadas. Hahnemann, en el parágrafo 269 d Organon del arte de curar , dice: “e d c, cd q , y q d yd q y, d para sus nes especícos las virtudes dinámicas de las sustan c cd d c d . e d permite a todas ejercer una acción profunda, ecaz y benéca,
q q d cd d ñ d cvdd c . e c cdd d c d
poder dinámico, antes adormecido, poder que inuye sobre el
c v y vv”. Se debe destacar que la terapéutica homeopática ha conservado a lo largo de los años sus remedios y patogenesias tal como surgieron de las investigaciones originales de Hahnemann y sus discípulos. Entre las diferentes razones que pueden explicar la solidez de sus conclusiones, además de su genialidad, está el hecho de que él investigó la acción físico-dinámica de muy diferentes sustancias naturales –dinamizadas– directamente sobre el ser humano, como unidad psicofísica integral, en tanto que sus colegas investigaron el efecto químico de las mismas, como materia, en animales de laboratorio, por lo cual, sus características, sus objetivos y sus conclusiones, aunque no han sido opuestas, tampoco fueron comparables. No se debe dejar de considerar que la investigación sobre los remedios homeopáticos está lejos de haber concluido, pues si bien esta terapéutica dispone de un importante bagaje de valiosos remedios experimentados y clínicamente evaluados a lo largo de muchos años, no se pretende que toda persona encuentre en ella el remedio exacto para su circunstancia vital. Es indudable que la medicina aún está muy lejos de ese ideal, y la homeopatía no es una excepción. Se debe tener en cuenta que actualmente se conoce sólo una ínma parte de los elementos que la naturaleza ofrece
30
CArloS VAlENzUElA
al hombre, ya sea en el fondo del mar, en la espesura de la selva o en las laderas de las montañas, elementos todos muy diversos y con potenciales propiedades curativas que sólo la investigación paciente permitirá incorporar a la farmacopea del futuro. Se debe evitar caer en el frecuente error de pensar que quienes en un comienzo del tratamiento parecen no tener un remedio homeopático denido, ya sea por la característica de sus síntomas actuales o porque tal vez aún no se conozca el remedio supuestamente indicado, no puedan por ello ser beneciados – aunque sea parcialmente – con otros remedios homeopáticos, los cuales, muchas veces, en su acción dinámica sobre el organismo potencian, a su vez, la aparición, en el enfermo, de síntomas que pueden ser la clave para encontrar el remedio buscado y, en consecuencia, alcanzar la mejoría esperada. En referencia a la calicación de urticante atribuida al remedio homeopático siempre tengo presente una entrevista que el
doctor Francisco Eizayaga y yo tuvimos con el Decano de la Facultad de Medicina de Buenos Aires, el doctor Rey, en el año 1985, para solicitarle, en nombre de la Asociación Médica Homeopática Argentina, la consideración de un viejo expediente del año ‘67, en el que se pedía a la Facultad autorización para efectuar ocialmente la demostración de la terapéutica homeopática. Con mucha amabilidad, el Decano nos dijo que, aunque nada sabía acerca de la homeopatía, no tenía inconveniente en acceder a lo solicitado, siempre que el Consejo de Profesores de la Facultad lo aceptara. Y agregó de inmediato, como anticipándonos el seguro rechazo de nuestra solicitud, “ y c”.
CaPítuLO 4 elaboraCión Del remeDio homeopátiCo “L verdd es solo qell qe no vr en el psdo ni en el presene, ni en el fro” afOriSmO VédicO
Toda sustancia de origen vegetal, animal, mineral o químico que haya sido experimentada en el hombre sano y que, como resultado de dicha experimentación, haya producido síntomas denidos que permitan su utilización como remedio, forma parte de la farmacopea homeopática. Muchos de los principales remedios homeopáticos son sustancias que no se emplean en la terapéutica clásica, sea porque no tienen acción medicamentosa en forma de materia, sea por su toxicidad. Gracias a la investigación homeopática se ha descubierto que esas sustancias, unas tóxicas, otras inertes, es decir, sin efecto medicamentoso aparente, luego de ser dinamizadas se convierten en remedios únicos y atóxicos. Por ejemplo, con el polen amarillo de la or de lycd Cv , pequeña planta de la familia de los helechos, se prepara uno de los tres más importantes remedios homeopáticos. En la medicina clásica, por el contrario, lycd sólo fue utilizado históricamente por su efecto secante sobre la piel o, en farmacia, como sustancia inerte** para la preparación de diferentes remedios. En este sentido, también conviene mencionar a n mc, el cloruro de sodio, pues no siendo otra cosa que la sal común que ingerimos diariamente con los alimentos, una vez dinamizado resulta ser un remedio esencial para gran cantidad de personas cuyos síntomas y características tipológicas coinciden con las características experimentales de este mineral. También cabe mencionar aquí remedios de la importancia de p, que se obtiene de la planta
32
CArloS VAlENzUElA
del mismo nombre, de la familia de las anémonas; s, que se prepara con la tinta de un molusco llamado jibia ; ac a y sc, que provienen respectivamente del anhídrido arsenioso y la sílice; lc, preparado con el veneno de una serpiente conocida como Lachesis Trigonocephalus, y nx Vc, procesado sobre la base de las venenosas semillas del árbol llamado Strychnos Nux Vomica. Estas diferentes sustancias son sólo una pequeña muestra entre una gran variedad de remedios homeopáticos correspondientes a los tres reinos vegetal, mineral y animal. En otros casos, remedios que se utiliInvestigaciones de laboratorio en zan corrientemente en animales alopatía, como digital, calcio, fósforo y azufre, En Frnci, Lise Wrmser h demosrdo l preparados en forma cción de l dinmizción homeopáic como homeopática, es decir, fcor de eliminción de l mism ssnci una vez dinamizados, cmld en dosis óxics en el orgnismo. adquieren propiedades Medine l inoxicción de cobyos con rsée indicaciones terapéu- nico, en dosis morles pr el grpo esigo, ticas muy distintas se observ n grdl eliminción del óxico que, incluso, superan por orina, hasta que nalmente se detiene la las que habitualmente eliminación, quedando una signicativa canidd de rsénico deposid en ls vscers. Si se les conocen. despés de nos ds de no hber más elimiEl remedio ho- nción del óxico se dminisr rsénico en dimeopático ha sido es- lción 7 cenesiml, se reinici l eliminción tudiado por medio de del rsénico qe hb qeddo cmldo en una amplia gama de los ejidos. investigaciones físicas, Oro grpo de invesigdores, mbién en químicas, biológicas y Frnci, h provocdo dibees con alloxne clínicas. Lamentable- en conejos, con l consecene hidropes de mente hay que reco- ls célls be del páncres, y s poserior nocer que al momento crción dminisrndo dosis crecienes de actual las técnicas y alloxne en dilción 7-9-15-30 CH. teorías más sostica-
HomEopATíA UNICISTA
33
das, tanto de la física como de la química, aún están en pañales para esbozar una teoría explicativa sobre el porqué y cómo del remedio homeopático. En teoría, según enseña el número de Avogadro5, no existiría esbozo de materia en diluciones por encima de la once centesimal, o sea que las diluciones superiores serían simplemente agua. El tema no deja de ser urticante una vez más, porque en la homeopatía unicista, la enorme mayoría de los remedios supera largamente esta dilución, llegando hasta la millonésima centesimal con resultados clínicos indiscutibles. De todas formas, para los que siguen adhiriendo al efecto placebo de esta dinamización, siempre está la posibilidad de probarla. En los últimos años, los progresos de la física electrónica han facilitado, en parte, la comprensión del fenómeno de la dinamización homeopática. Así, las recientes aplicaciones de la teoría química del q a los sistemas biológicos indican que estas altas diluciones dinamizadas actuarían por acción del solvente que para el caso es el agua, la cual ha sido modicada en su estructura molecular por el soluto6 a raíz de las sucesivas dinamizaciones. Aparentemente, esa agua de estructura molecular modicada y especíca de cada soluto puede autoreproducirse conservando las propiedades de su nueva estructura molecular en ausencia de todo rastro del soluto original. Con respecto a la técnica de preparación del remedio, cabe señalar que se siguen actualmente los mismos principios que enseñó Hahnemann en 1810, principios que tantas burlas y críticas le signicaron. El método de preparación varía según que la sustancia a emplear sea soluble o no en agua o alcohol. En el caso de las sustancias solubles, se diluye una parte de las mismas en 99 partes de agua, luego se agita repetidas veces (sucusión), con lo cual se obtiene la primera dinamización hoNúmero de Avogadro: número de átomos o de moléculas contenidos en un mol (unidad de cantidad de sustancia química) de una sustancia pura; el valor asignado al número es 6,023 x 10 a la 23. 6 Soluto: sustancia disuelta en el solvente. 5
34
CArloS VAlENzUElA
meopática. Para hacer la segunda dinamización se procede de la misma manera, pero tomando una parte de la primera, que se mezcla con otras 99 partes de agua con la sucusión correspondiente, y se actúa de la misma forma para obtener las siguientes dinamizaciones. Hahnemann resolvió el problema de diluir las sustancias insolubles utilizando una técnica original que consiste en triturar en un mortero una parte de la sustancia a emplear mezclada con 99 partes de lactosa, y así sucesivamente para la segunda y tercera trituración, a partir de la cual ya no existen problemas de solubilidad y se puede continuar dinamizando igual que con las sustancias solubles, es decir que la cuarta dilución centesimal se prepara tomando una parte de la tercera trituración, que se diluye en 99 partes de agua alcoholizada, y así para cada dilución con su correspondiente sucusión. Actualmente se utilizan en homeopatía diluciones que van desde la primera decimal hasta la millonésima centesimal. Para la preparación de las dinamizaciones superiores a la 30 centesimal se emplean aparatos especialmente diseñados que se llaman dinamizadores. Es relevante tener presente que fue la técnica de dinamización homeopática la que condujo al descubrimiento del d dc en la materia de las distintas sustancias investigadas, el cual, a su vez, se potencia gradualmente con las sucesivas dinamizaciones. La experiencia clínica ha demostrado fehacientemente que cuanto mayor es el grado de dinamización, mayor es la fuerza y profundidad de acción del remedio; así, una dinamización 30 de n mc tiene una acción mucho menor que una 10 Mil, la cual, a su vez, es mucho más débil que una CM (cien mil). Esta situación es, para la física, un verdadero enigma que le propone un interrogante que es necesario dilucidar por el bien de la humanidad.
HomEopATíA UNICISTA
35
Se debe tener presente que el efecto del remedio homeopático sobre el organismo es esencialmente físico por tratarse de una alta dilución dinamizada, en tanto que el del remedio alopático depende de la acción química de la droga; en consecuencia, mientras en el remedio alopático, a mayor concentración corresponde mayor acción medicamentosa, en el remedio homeopático sucede lo contrario, pues a mayor dinamización = dilución + sucusión, corresponde mayor potencia de acción. Se puede tomar un ejemplo: para la farmacopea tradicional, un gramo de cloruro de so dio es una dosis de mayor efecto que un cuarto de gramo; por el contrario, en homeopatía, una dilución 200 de cloruro de sodio es más potente que una dilución 6, aunque en esta última todavía quedan rastros de la materia o soluto original. Una vez obtenida la dinamización necesaria del remedio elegido, éste se puede administrar de diversas formas farmacéuticas: glóbulos, tabletas, “papeles”, gotas, bebidas, ampollas, etcétera. Para ello basta con impregnar el azúcar que compone el glóbulo, tableta o papel, con unas pocas gotas de la dinamización del remedio requerido.
CaPítuLO 5 remeDios alopátiCos Y homeopátiCos
Los remedios alopáticos y homeopáticos dependen de criterios terapéuticos muy distintos, de manera que describir sus rasgos más característicos no sólo implica compararlos, sino también señalar las diferencias entre ambos enfoques de la medicina. Esos rasgos son, básicamente, los siguientes: 1. El remedio homeopático es el resultado de una técnica de preparación original, llamada dinamización, que se basa en sucesivas diluciones y sucusiones de la materia, y se realiza en la escala decimal o centesimal a partir de sustancias de origen vegetal, mineral o animal. Técnicamente no es identicable ni d d fc qc ccd. En consecuencia, está totalmente desprovisto de los efectos químicos que suponen algunos terapeutas. Hasta que los físicos puedan descifrar la esencia del fenómeno que se origina a raíz del proceso de dinamización (dilución + sucusión), habrá que describir a este remedio como de características atípicas, aunque de reconocidas cualidades terapéuticas. El remedio alopático es, por el contrario, una sustancia química y físicamente identicable y dosable. 2. El remedio homeopático es más potente cuanto más se dinamiza, o sea cuantas más veces ha sido diluido y agitado. Inversamente, la acción del remedio alopático se incrementa a medida que aumenta la cantidad de droga, pudiendo tener efecto tóxico si se lo emplea inadecuadamente. El remedio homeopático c d xc, no importa la cantidad que se ingiera.
HomEopATíA UNICISTA
37
3. Es posible observar dentro de los primeros diez días de iniciada la medicación homeopática una breve reacción del organismo, que consiste en la acentuación transitoria de algunos de los síntomas más característicos del enfermo. Esta situación se conoce como vc c, es favorable, e indica que existe en el enfermo una buena capacidad reactiva para la curación. Es habitual que el paciente, no obstante su malestar inicial, reera que, en general, ya se siente mejor. 4. Para prescribir un remedio homeopático resulta imprescindible evaluar todos los aspectos –mentales, emocionales y físicos– con el n de conocer la totalidad sintomática, y, a partir de esto, determinar el remedio correspondiente. El remedio alopático, en cambio, se puede prescribir sin necesidad de profundizar en las características individuales, ya que actúa directamente sobre el síntoma; por ejemplo: una jaqueca se trata con un analgésico, una dispepsia con un digestivo y una infección con un antibiótico. La invalorable ventaja del remedio homeopático es la globalidad de síntomas en que está basada su indicación. No existen, entonces, remedios homeopáticos especícos, por ejemplo, uno para el hígado, otro para el asma, otro para el reumatismo y uno más para la jaqueca, sino un remedio adecuado para cada persona según sus manifestaciones vitales. 5. Debido a su concepción integral, la homeopatía resulta ser, también, la medicina preventiva por excelencia, pero para que ello sea posible deben saberse respetar los síntomas, que son manifestaciones del enfermo y la clave del diagnóstico homeopático. Por lo tanto, se han de evitar todas las medicaciones sintomáticas (sedantes, estimulantes, hipnóticos, analgésicos, antiespasmódicos), cuyo efecto bloqueante del síntoma obstaculiza la evaluación objetiva del mismo, requisito diagnóstico indispensable para identicar el remedio . 6. Los recursos terapéuticos de la homeopatía son muy importantes, ya que dispone de no menos de cien remedios principales, identicables por su semejanza con la tipología y padecimientos de muchos enfermos.
38
CArloS VAlENzUElA
7. El remedio alopático, con indicaciones precisas para la enfermedad o el síntoma, tiene la ventaja de que su prescripción es más simple, pues depende exclusivamente del diagnóstico de enfermedad. 8. También debe considerarse el aspecto económico, dada la diferencia de costo de la materia prima de ambos remedios. El remedio homeopático, que es una dilución acuosa dinamizada, tiene un valor no comparable al de una droga. Resumamos, pues, las principales ventajas y limitaciones de ambos remedios. El remedio homeopático es el único capaz de actuar en forma conjunta y simultánea sobre la totalidad del organismo. No tiene efectos tóxicos, de acumulación, de adicción o de acostumbramiento. Su costo comparativo es bajo. Su principal limitación es que para su correcta prescripción se requiere disponer de un tiempo de atención y seguimiento del enfermo sensiblemente mayor que el requerido para la receta convencional, lo cual no deja de ser una limitación en los grandes centros asistenciales, con prácticas masivas de la medicina.
lycd cv
PARTE II La Doctrina Homeopática
CaPítuLO 6 el DiagnóstiCo homeopátiCo “Pregnr bien es sber mcho.” PrOVerbiO árabe
El médico homeópata unicista realiza, sin excepción, es decir para cada uno de sus pacientes, dos diagnósticos, el de individualidad y el de enfermedad. Ambos van a permitir determinar, siempre sobre la base de la similitud, el remedio homeopático más indicado para cada enfermo en particular. A n de efectuar el diagnóstico de individualidad, se realiza un amplio interrogatorio que tiene en cuenta principalmente aquellos rasgos que mejor denen lo más característico de cada enfermo. Hahnemann, en el parágrafo 153 del Organon, describe estos síntomas como: 1. l 2. l 3. l v 4. l d A través del interrogatorio homeopático es posible descubrir en el enfermo una original c, que frecuentemente concuerda con síntomas característicos observados en el curso de diferentes patogenesias experimentales. Entre los muy diversos aspectos del interrogatorio debemos considerar: A. La personalidad actual del enfermo, con sus antecedentes familiares, infantiles y traumáticos; juntamente con sus emociones, Biotipología: concepto empleado por Pende para el análisis de tipos humanos en función de su morfología, siología y psicología. 7
42
CArloS VAlENzUElA
ansiedades, angustias, fobias, fantasías, duelos, resentimientos, odios, relación familiar, situación laboral, actividades intelectuales, físicas, etcétera. B. La manera como reere las diferentes sensaciones y malestares de su enfermedad. C. El grado de tolerancia a las distintas temperaturas, a la hume dad, a las tormentas, a los cambios de tiempo o de estación. D. Las características de su sueño y de su despertar, la posición durante el sueño, los sueños y las pesadillas, el sonambulismo, la necesidad de tener luz para dormir y la existencia de bruxismo durante el sueño (rechinar de dientes). E. La alimentación, con todas sus preferencias, aversiones e intolerancias. F. Las características de su transpiración según su localización, circunstancias y horarios. G. Los aspectos de su sexualidad. En síntesis, se trata de reunir el conjunto de signos y síntomas que caracterizan mejor al enfermo y su circunstancia. El diagnóstico de enfermedad se efectúa siguiendo los mismos criterios clínicos y la rutina de laboratorio de la medicina convencional. El diagnóstico por el iris, que se suele relacionar con la homeopatía, es totalmente ajeno a ella, y de poco interés real dado que no justica prescindir de ningún análisis o radiografía, pues el iris puede aportar sólo una relativa presunción diagnóstica. Como, por otra parte, nada aporta al diagnóstico de individualidad, no es utilizado habitualmente por los homeópatas unicistas. El hecho de que los homeópatas complejistas, frecuentemente iriólogos, no consideren las características individuales, constituye una simplicación que, aunque errónea, concuerda con su técnica de no recetar un remedio único, sino un conjunto de remedios.
HomEopATíA UNICISTA
43
El diagnóstico por el iris conduce a recetar la parte del enfermo supuestamente afectada, pero nunca su totalidad como persona. Es razonable que resulte difícil comprender la necesidad de efectuar un diagnóstico de enfermedad y otro de persona, por lo que proponemos al lector un ejemplo esclarecedor. Supongamos que concurren a la consulta dos enfermos cuyo diagnóstico de enfermedad es asma. El remedio homeopático no será el mismo para el paciente de cuyo interrogatorio surja que es temeroso, desea estar acompañado y es sensible a los cambios atmosféricos, que para el paciente que no es temeroso, preere estar solo y no le afectan los cambios atmosféricos. Se trata en principio de dos personas bien diferentes que padecen la misma enfermedad, pero que a los nes de su curación denitiva necesitan remedios distintos, aunque su diagnóstico clínico sea el mismo. La diferencia esencial entre la consulta homeopática y la tradicional no se encuentra, por consiguiente, en el diagnóstico de la enfermedad, sino en la necesidad que tiene el médico homeópata de conocer la persona del enfermo.
CaPítuLO 7 patogenesia, materia méDiCa Y repertorio
Se denomina patogenesia al registro de todos los síntomas, ya sea mentales o físicos, que pueden surgir a partir de la experi mentación en el hombre sano de una sustancia vegetal, mineral o animal previamente diluida y dinamizada. Tal sustancia –el remedio homeopático– solamente curará al enfermo cuyos síntomas sean semejantes a los registrados experimentalmente en la patogenesia respectiva. Hahnemann descubrió esta técnica de la patogenesia, y así la homeopatía, luego de haber experimentado originalmente en sí mismo con la quina. Intuyó en ese momento la importancia de su hallazgo y, en consecuencia, el interés de investigar la sintomatología que existe en potencia en diferentes sustancias de la naturaleza. Para ello investigó personalmente junto con sus colaboradores más de sesenta sustancias diferentes, es decir, otras tantas patogenesias. En distintos parágrafos del Organon del Arte de Curar (121141), Hahnemann estableció las condiciones en que debían ser efectuadas las experimentaciones y la forma en que tenían que registrarse todos lo síntomas, según sus características, momento de aparición, horarios, factores climáticos, situaciones emocionales, etcétera. También estableció principios sobre el régimen de vida y alimentación que debían observar los experimentadores, es decir los colaboradores voluntarios sobre los que se realizaba la investigación.
HomEopATíA UNICISTA
45
La sintomatología o patogenesia que de esta manera se registró fue mucha y muy heterogénea. A los nes prácticos, los síntomas eran luego clasicados según la intensidad y la frecuencia con que habían sido observados en los distintos experimentadores. Las sustancias fueron investigadas en diferentes dinamizaciones que, partiendo de la tintura madre, llegaban en su mayoría a la 30 centesimal, aunque aparentemente Hahnemann llegó a utilizar la 200 y la Mil centesimal. Con el conjunto de las patogenesias efectuadas se estructuró la Materia Médica Homeopática, de la que existen diferentes tipos, como ser la Materia Mdica Pura de h , en la que gura cada síntoma con la cronología de su momento de aparición y evolución, junto a las siglas del investigador que lo registró. También existen las materias médicas generales, en especial la Materia Mdica de K , además de las Materias Médicas clínicas y las comparadas. Dada la dicultad de recordar la enorme can tidad de síntomas registrados con sus respectivas características, tal como guran en las materias médicas, se hicieron repertorios en los cuales, para cada síntoma registrado experimentalmente, se señalan las sustancias que han repetido el mismo síntoma en sus respectivas patogenesias. De esta forma ocurre que a cada síntoma puede corresponderle desde un único remedio hasta veinte o más que lo comparten. Existen muchos repertorios de materia médica, el primero fue el de Boeninghausen, contemporáneo de Hahnemann, pero el clásico por su excelencia es el de J. T. Kent,8 que normalmente se encuentra sobre el escritorio de todo homeópata unicista. En la actualidad, y de acuerdo con el avance de la tecnología, este material ha sido computarizado, con lo cual se facilita la repertorización, es decir, la jerarquización de los síntomas. Sin embargo, debemos tener muy en cuenta que la signicativa cuota de que tiene la homeopatía no consiste en 8
Ver apéndice.
46
CArloS VAlENzUElA
memorizar el síntoma o en encontrarlo entre las muchas páginas de un repertorio o en la computadora, sino en la ccdd d dc d c f , es decir, de saberlo ver, analizar y escuchar. Por todo ello, es indispensable tener un amplio conocimiento de la materia médica y del repertorio, pues de poco sirve registrar un síntoma, ya sea curioso o destacado, si no forma parte de la materia médica, como también es importante saber de su existencia en la materia médica y en particular en el repertorio para así, en forma sutil, poderlo investigar en el paciente. En conclusión, la informática ha facilitado la labor de repertorización de los síntomas, pero no el arte de percibirlos.
CaPítuLO 8 supresión De síntomas Y enFermeDaD CróniCa “L enfermedd no es n esdo, sino n conecimieno de ndole peclir en l serie ininerrmpid de procesos singlres qe designmos como vid.” e. WircHOW
La homeopatía relaciona estrechamente los conceptos de enfermedad aguda y crónica, pues considera al episodio agudo como parte del ciclo evolutivo de la enfermedad crónica; este episodio, si es tratado de manera integral, se cura y evoluciona favorablemente, en forma conjunta con la enfermedad crónica, su causa de origen. En líneas generales, la enfermedad aguda puede relacionarse con tres circunstancias diferentes: 1. Una agudización de la enfermedad crónica, verdadero intento de autocuración del organismo que se puede manifestar en forma de anginas, otitis, catarros, bronquitis, diarreas, eccemas, ujos, etcétera. Ésta es la situación que se observa más frecuentemente en la práctica diaria. 2. La reacción aguda del organismo frente a factores externos adversos, como cambios bruscos de temperatura, problemas alimenticios, traumáticos o tóxicos. 3. El contagio por agentes infecciosos ocasionales, epidémicos o endémicos, eventualidad que dependerá del grado de predis posición mórbida del enfermo. El concepto de supresión mórbida es un principio elemental de la homeopatía que debe ser destacado porque expresa la re-
48
CArloS VAlENzUElA
lación existente entre la supresión de manifestaciones agudas o crónicas de la enfermedad y la posterior aparición o agravamiento en el tiempo de otro problema generalmente más grave que el anterior. En la medicina ocial no se contempla la posibilidad de la supresión mórbida y, por lo tanto, cuando aparecen nuevos síntomas difícilmente se los relaciona con el antecedente que aparentemente parecía haber sido “curado”. Este nuevo estado de enfermedad, continuación del anterior que fue seudocurado, es habitual que se acompañe con un agravamiento en el estado general del enfermo. El criterio de supresión mórbida resulta ser uno de los aspectos de más choque entre ambas doctrinas médicas, ocial y homeopática. El tratamiento homeopático de la enfermedad aguda llega a ser decisivo para la curación del enfermo crónico. La doctrina homeopática considera que la falsa mejoría que sigue a la supresión de los síntomas agudos mediante una medicación … puede precipitar el agravamiento de la enfermedad crónica subyacente. Esta última se manifestará en el enfermo mediante la reiteración, a lo largo de los años, de diferentes formas de enfermedad de progresiva complejidad. En consecuencia, la unidad de origen entre la enfermedad aguda y la crónica hace que sea esencial evitar las supresiones y facilitar, así, la curación denitiva. A n de claricar este concepto de la enfermedad crónica y su tratamiento, podemos comparar a la enfermedad con una madeja enmarañada de tendencias mórbidas, en buena parte genéticamente condicionadas, la cual, para poder ser desenmarañada, requiere de una prolija evaluación de sus diferentes manifestaciones, sobre la base de la Ley de la Semejanza y el remedio . La ebre es uno de los síntomas agudos que frecuentemente se suprimen, debido a la ansiedad que provoca en el entorno familiar, lo cual entorpece los mecanismos defensivos del organismo y, a la vez, diculta la objetiva evaluación de los síntomas, que son la clave para el diagnóstico del remedio homeopático.
HomEopATíA UNICISTA
49
En la clínica diaria muchos son los ejemplos de posibles supresiones; he aquí los casos más comunes: A. Problemas bronquiales (bronquitis crónicas y asma), aparecidos o agravados luego de la supresión de eccemas, sinusitis, o de la extirpación de amígdalas. B. Neuralgias, reumatismo, trastornos digestivos y taquicardias, que se inician a partir de la supresión de diarreas, ujos, catarros o supuraciones crónicas. C. Cambios anímicos y, o, estados de apatía y decaimiento luego de enfermedades agudas medicadas sintomáticamente. Es frecuente que estos síntomas se atribuyan a las medicaciones recibidas en el momento agudo, que supuestamente “destruyeron los glóbulos rojos” o “alteraron la ora intestinal”, sin tener en cuenta que, en realidad, están señalando la repercusión interna de la propia supresión, y no son necesariamente la consecuencia directa de la droga empleada. El criterio de supresión está avalado por la experiencia clínica homeopática, pues se ha observado que luego de dar la medicación y lograr la mejoría buscada, es común que reaparezcan “viejos antecedentes” aparentemente curados, pero en realidad sólo suprimidos transitoriamente por distintos tratamientos. Estos síntomas que fueron seudocurados suelen permanecer en estado latente, como archivados en la memoria biológica del organismo, a la espera de su verdadera curación, así por ejemplo, en el curso de una concreta mejoría clínica pueden reaparecer eccemas, ujos, catarros, dolores, inamaciones, que representan una etapa evolutiva, inevitable, en el camino a la curación denitiva. El retorno de síntomas antiguos asociado a la mejoría de los presentes es una excelente señal a favor de la curación y, a la vez, conrma que el remedio indicado era el que le correspondía al enfermo. Con esto no se pretende decir, lo subrayamos una vez más, que no se deba tratar la enfermedad aguda, sino que ha de hacérselo mediante el remedio más afín, por su similitud, a las mani-
50
CArloS VAlENzUElA
festaciones psicofísicas del enfermo, para evitar las supresiones y posibilitar la curación denitiva. La práctica clínica de los casos agudos enseña que son pocos los que requieren antibióticos, pues el remedio homeopático resuelve ventajosamente gran parte de estos problemas sin que sea necesario recurrir a ellos.9
9
Ver Cap. Las Leyes de Curación.
CaPítuLO 9 inDiCaCiones De la homeopatía “En el comienzo de od enfermedd crónic, sele decidirse csi siempre l sere del pciene.” e. SiebecK
Las posibilidades terapéuticas de la homeopatía están basadas en la correlación, por su semejanza, entre los síntomas experimentales característicos del remedio y los del enfermo. La manera en que el organismo enfermo se comporta frente al remedio puede llegar a resultar sorprendente, permitiendo a veces obtener resultados que los enfermos describen como “mágicos” y los médicos que desconocen la homeopatía como “efecto psicológico” o “curación espontánea”. Existen, naturalmente, lesiones que condicionan las posibilidades terapéuticas del remedio, como las localizadas en el sistema nervioso, el corazón, el hígado, ojos y riñones. No obstante, aun en estos enfermos puede haber llamativas mejorías, pues es muy frecuente que se atribuya a tales lesiones el origen de trastornos que muchas veces dependen más del estado general del organismo, que de la lesión en particular. También debemos considerar que en la proximidad de la lesión ya irrecuperable o denitiva existen zonas de tejido con vitalidad comprometida, pero aún recuperable con el tratamiento. Esta posibilidad explicaría una buena parte de algunas mejorías inesperadas que se suelen observar. La utilidad del remedio homeopático se ha evaluado no solamente en las especialidades clínicas, en pediatría y en psiquiatría, sino también en traumatología, cirugía, odontología y obstetricia.
52
CArloS VAlENzUElA
Además, se emplea actualmente con mucho éxito en veterinaria, donde no cabe suponer el efecto psicológico. Su valor como medicina preventiva se puede decir que es decisivo, particularmente en pediatría, porque es durante la infancia que comienzan a observarse algunas manifestaciones, muchas veces con antecedentes familiares, como por ejemplo, bronquitis, sinusitis, asma, eccemas, jaquecas y muchas otras. No es menor su importancia en cuanto a la maduración de la personalidad, cuyo temprano encuadre homeopático permite sortear con éxito frecuentes situaciones conictivas de la adolescencia. El doctor Armando Grosso –pediatra y uno de los primeros y más destacados homeópatas argentinos– señaló que donde la homeopatía tiene primacía indiscutible sobre las demás terapéuticas es en el tratamiento de los trastornos funcionales. El enfermo funcional desconcierta al médico clásico, pues sus análisis clínicos resultan demasiado normales para lo que espera encontrar según su concepción médica organicista. En este sentido, debemos considerar que aquello que hoy parece normal con los recursos diagnósticos disponibles (análisis, radiografías, tomografías, resonancias) puede no serlo, en un futuro cercano, con nuevas técnicas. Con respecto a estos enfermos funcionales, decía el doctor Mariano Barilari, pionero de la medicina psicosomática en la Argentina: “ex d f q d v d c , y q d c d Wzck “qñ c cc”, q d fdd c q xq f, c c, f d d fc d fdd. D “cdd” “dd”, q d d f, q vc d c , d d d dc” .
HomEopATíA UNICISTA
53
La historia clínica del enfermo nos enseña que, mucho antes de que se registren alteraciones en los análisis o en las radiografías, suelen aparecer dolores atípicos o se observan cambios en la personalidad, el sueño, el apetito, la digestión, etcétera. Estos síntomas, si son tenidos en cuenta, y si no se los suprime con medicaciones sintomáticas, constituyen valiosas pautas para una medicina preventiva como es la homeopatía. La lista de las más frecuentes enfermedades que se atienden homeopáticamente incluye todos los problemas alérgicos; los estados catarrales crónicos como bronquitis, sinusitis y otitis; el asma; los problemas digestivos; el reumatismo; las enfermedades de piel y los problemas nerviosos en sus diversas formas clínicas, incluidos estados sicóticos; en estos últimos, que podríamos llamar “casos difíciles”, la homeopatía obtiene logros muchas veces inesperados, gracias a identicar algún síntoma muy particular del enfermo, que resulta decisivo para diagnosticar su remedio . Una indicación a tener muy en cuenta, por haber sido poco evaluada, es la de los problemas de infertilidad, dado que no son pocos los casos en que se ha logrado un embarazo, a veces ya descartado, al poco tiempo de iniciado con tal n el tratamiento homeopático. Es por ello aconsejable, en el caso de los matrimonios que en su momento no han podido tener hijos y que no consultan por ese motivo, advertirles sobre la posibilidad de un embarazo inesperado. A continuación se presentan algunos casos de psoriasis y uno de vitíligo, a n de destacar la necesidad que tiene la homeopatía de conocer al enfermo. Casuística
C.S., 39 años. Consultó por psoriasis padecida desde hacía siete años. Tenía varios antecedentes familiares. La erupción se ubicaba sobre todo en codos, rodillas, glúteos y pubis. Medicada únicamente con ty , su mejoría inicial fue sorprendente,
54
CArloS VAlENzUElA
alcanzando una remisión del 90%. Actualmente presenta sólo ocasionales “cc” en los codos. R.C., 24 años. Consultó por psoriasis generalizada que había comenzado hacía cuatro años. Era llamativo el aspecto de tristeza y de abandono físico que presentaba el paciente, hecho que él atribuía a su desesperanza de alcanzar una curación. Medicado con s r, un mes después maniesta el asombro que le causa su inesperada mejoría y dice: “antes me reía poco, ahora tengo ganas de salir y fui a bailar por primera vez después de dos años”. Su evolución actual, diez años después, puede considerarse excelente; el 90% de sus lesiones ha desaparecido y el cambio anímico es remarcable. Se ha casado, tiene una hija y está trabajando con éxito en su ocio. C.M., 23 años. Consultó por psoriasis generalizada que había comenzado hacía tres años. Rerió que antes de la erupción había tenido asma durante dos años (antecedente familiar). Muy ansiosa y temerosa, relacionaba el inicio de su erupción con una época de problemas afectivos y laborales. Medicada con p , al mes le quedaban sólo manchas blancas en las zonas afectadas. Su evolución se mantuvo muy favorable. O.R., 17 años. Consultó por vitíligo que comenzó a los 8 años y se había extendido, al momento de la consulta, por todo el cuerpo. Tiene antecedentes familiares. Medicada con lycd a nes de 2005, su pigmentación ha mejorado no menos de un 50%, presentando zonas totalmente recuperadas y con tendencia a una progresiva mejoría. A la vez ha mejorado su acné y anímicamente se encuentra mucho más tranquila en general y con menos preocupación por su enfermedad.
CaPítuLO 10 las leYes De CuraCión De hering “L únic verdd es l relidd.” ariStóteleS
Para comprender el proceso de la curación se debe tener presente que la enfermedad, según la concepción dinámica e integral de la homeopatía, es la expresión de un desequilibrio profundo de la energía vital que anima al organismo. Hahnemann dice en el parágrafo 26 del Organon: “u fdd dc vv vc y dy d d dd f, q , d c q , j c d f”. Constantino Hering –el médico alemán que fue comisionado para demostrar la supuesta falacia de la homeopatía y que, paradójicamente, acabó identicándose con ella hasta llegar a ser uno de sus más eminentes maestros– enunció con precisión extraordinaria y d dc d , o de la curación, de invalorable utilidad para la clínica homeopática. Estas leyes dicen que la enfermedad se cura de la siguiente manera: 1. De arriba hacia abajo: Siempre es favorable el desplazamiento descendente de los síntomas, ya se trate de dolores, erupciones, inamaciones, edemas, etcétera; por ejemplo, un reumatismo en el hombro que al mejorar se desplaza a la rodilla, o un eccema en la cara que se desplaza a los brazos o piernas. La evolución contraria de los síntomas, o sea de abajo hacia arriba como, por ejemplo, una artritis en un tobillo que se desplaza a la cadera, es de pronóstico desfavorable.
56
CArloS VAlENzUElA
2. De adentro hacia afuera: La mejoría de los síntomas se pro-
duce hacia afuera, en forma exonerativa o centrífuga, es decir, de los órganos más importantes (cerebro, corazón, hígado, pulmones, riñón) a los menos importantes como la piel y las mucosas. Dicho más sencillamente, existirá un buen pronóstico de curación cuando los síntomas se atenúen o desaparezcan de adentro hacia afuera, por ejemplo, primero la bronquitis o el broncoespasmo y luego el eccema o la rinitis. Por el contrario, la enfermedad se agrava hacia adentro, en forma centrípeta; así, pasará de la piel a los bronquios o de las articulaciones al corazón, en su progresiva agravación y profundización. Se considera que el plano más sensible y profundo del organismo es el sistema nervioso, le siguen los órganos internos, después los músculos, los huesos, las articulaciones, y, nalmente, lo más supercial, la piel y las mucosas. De acuerdo con esta ley, el primer indicio de una mejoría profunda se manifestará en los síntomas nerviosos, produciéndose una sensación de distensión con bienestar y un sueño reparador. Por lo tanto, un enfermo en vías de curación que padece bronquitis, eccema y rinitis mostrará primero un cambio anímico, a lo que seguirá una mejoría de su bronquitis, y, posteriormente, el alivio de la rinitis y el eccema. Toda alteración en la secuencia referida, como podría ser la desaparición prematura del eccema o de la rinitis, producirá una agravación de la bronquitis o del asma, hecho que presupone un mal pronóstico. Así también es desfavorable, por ejemplo, que al mejorar un reumatismo aparezcan síntomas cardíacos, pues es señal de empeoramiento de la enfermedad crónica. 3. De los síntomas más recientes a los más antiguos: Los síntomas crónicos desaparecen en orden inverso a aquel en el que fueron surgiendo en la historia clínica del enfermo. La mejoría profunda se inicia con la desaparición de los últimos síntomas ocurridos, es decir, los más recientes, y se continúa con la reaparición de otros anteriores, muchas veces casi olvidados. Esta secuencia en la mejoría de los síntomas es un excelente pro-
HomEopATíA UNICISTA
57
nóstico de curación. Suele ocurrir que estos síntomas pueden ser tan antiguos que el mismo enfermo no los recuerde y que necesite de la ayuda de sus familiares para reconocerlos como propios. La enfermedad crónica, con sus variadas manifestaciones clínicas, que se suceden como los eslabones de una cadena, requiere, para su curación denitiva, de la acción dinámica del remedio homeopático. Pero, para que el médico homeópata pueda llevar adelante su cometido, el enfermo debe tener conciencia de que no se está tratando únicamente un síntoma más o menos molesto, sino un primer eslabón de su cadena de síntomas crónicos con sus características particulares. Esta comprensión tan necesaria para la curación la poseen relativamente pocos enfermos; muchas veces la encontramos desarrollada en personas muy perceptivas, aun de escasos conocimientos, en tanto que otros, muy ilustrados, nunca llegan a comprender. Siempre recuerdo la información tan precisa y la colaboración que me brindó la madre de un niño minusválido que vivía en una villa miseria. Gracias a ella pude encontrar el remedio de su hijo, que obtuvo así una sorprendente mejoría. Cabe señalar aquí que no todos los enfermos están preparados, sea conciente o inconscientemente, para asumir el cambio que, en términos generales, puede suponer una mejoría profunda, a través del remedio homeopático, en sus expectativas de vida. En este sentido recibí una valiosa, impactante y hasta cierto punto patética lección de un paciente que consultó por un eccema en el dorso de la mano; en el curso de la tercera consulta, luego de referirme una importante mejoría en su erupción, ante mi sorpresa, me dijo: “Doctor, usted me está creando un problema, porque yo ya tengo un plafón en la vida, usted sabe que soy casado, tengo dos hijos, soy empleado en Tribunales y estudiante cró-
58
CArloS VAlENzUElA
nico de Derecho, y ahora me doy cuenta de que estoy pudiendo estudiar mejor; y que hasta podría llegar a recibirme”. El paciente no volvió al consultorio. El temor al cambio es bien conocido por la psicología, y toda mejoría profunda supone un cambio signicativo que no todos los enfermos están preparados ni dispuestos a asumir. Este obstáculo a la curación, que puede surgir en el curso de todo tratamiento, en particular con pacientes asmáticos, cuando es detectado debe ser claramente advertido. Casuística
P.C. – 35 años (1993). Consulta por asma desde muy pequeña. Tiene antecedentes en madre y abuelo. Ha estado internada en terapia intensiva en dos oportunidades. Su medicación regular al momento de la consulta era Teodur 300, Ventide y Neumo tex, además, en los momentos agudos, toma Deltisona B hasta 80mg. Por suerte, la experiencia de vida bronquial que ya traía la enferma facilitó que tuviese una actitud muy colaboradora que era indispensable sobre todo durante los primeros meses de su tratamiento, durante los cuales fue respondiendo favorablemente a su nuevo concepto y esquema terapéutico. Actualmente sin broncoespasmos desde hace diez años; su sintomatología periódica es en principio congestión nasal con respuesta favorable a su medicación que para los últimos cinco años ha sido Cc cc. Es importante destacar que la evolución de esta enferma es un buen ejemplo de la Ley de la Curación, la cual en su caso se va cumpliendo satisfactoriamente de adentro (pulmón) hacia afuera (fosas nasales). R.F. – 67 años (2005). Enferma con historia de problemas respiratorios crónicos, toma regularmente Seretide, y reere diagnóstico de bronquiectasias y EPOC. A la vez sinusitis y rinitis crónica. También dolores abdominales y diarreas luego de ciertas comidas, desde hace quince años, y herpes recurrente en muslos. Tiene an-
HomEopATíA UNICISTA
59
tecedentes de eccemas y asma desde la infancia. Después de tres años de tratamiento con su único remedio, que ha sido s , no ha tenido problemas respiratorios, ha dejado el Seretide y los antibióticos que periódicamente necesitaba por su estado bronquial; incluso ha podido volver a jugar tenis y golf. No ha repetido más episodios dolorosos abdominales. Actualmente se siente muy bien y nos señala que ha reaparecido un eccema en la palma de su mano, que es un antecedente, ya que le apareció cuando tenía veinticuatro años. Esta enferma ejemplica, también, muy claramente el principio de la Ley de la Curación de Hering, según la cual la mejoría se produce desde la profundidad (pulmón) hacia la supercie (piel), es decir de adentro hacia afuera.
CaPítuLO 11 algunas limitaCiones De la homeopatía
A lo largo de estas páginas se hace referencia en más de una oportunidad al hecho de que el remedio homeopático, por sus características, permite abordar con éxito ciertas limitaciones de la terapéutica clásica. Cabe considerar ahora sus propias limitaciones, que no son siempre reconocidas, al menos en la debida dimensión. El gran maestro suizo Pierre Schmidt dijo hace algunos años: “El doctor Fortier Bernonville me ha pedido frecuentemente que haga un estudio sobre los límites de la homeopatía. Es ésta una pregunta que se le hacía frecuentemente a Kent. Es evidente que estos límites son nada más que los del médico que la practica, quien no tiene, a veces, los conocimientos necesarios”. A pesar de mi admiración por este maestro, en mi opinión, el más destacado homeópata contemporáneo, me permito disentir con él e insisto en la necesidad de que, para el propio bien de la homeopatía, sean evaluadas sus limitaciones terapéuticas. Es más, después de cuarenta años de quehacer homeopático, siendo un entusiasta admirador de esta medicina, considero mi deber hacia ella señalar las limitaciones observadas y las circunstancias en las que se requiere una medicación complementaria. Por supuesto, desearía que el Profesor Schmidt tuviera razón, y que éstas que voy a señalar fueran simplemente mis limitaciones personales, no las de la terapéutica homeopática. En primer lugar tenemos la hipertensión arterial, ya sea esencial o secundaria. Para evitar equívocos, debo aclarar que me estoy reriendo únicamente a la hipertensión ja, con cifras superiores a 130-85 mm de Hg, no corregible con dieta hiposódica. No
HomEopATíA UNICISTA
61
se incluyen en este grupo las hipertensiones lábiles, que corresponden a estados emocionales, o las que se observan transitoriamente en estados patológicos, como así tampoco la hipertensión sistólica del geronte. En los enfermos con hipertensión estable no se registran modicaciones signicativas de la presión arterial con medicación homeopática exclusiva; en estos casos es necesario complementar con los hipotensores especícos. Según mis observaciones, la combinación de ambas terapéuticas, alopática y homeopática, permite obtener muy buenos resultados con dosis de hipotensores menores que las habituales. Ello se debería a un probable efecto potenciador del remedio sobre la acción del hipotensor. En ningún momento se produce incompatibilidad entre ambos remedios; como tampoco el hipotensor produce una supresión de síntomas, pues es sabido que la sintomatología del hipertenso es habitualmente muy escasa, a punto tal que muchas veces la hipertensión resulta un hallazgo del control clínico. En segundo lugar debe ser tenida en cuenta la insuciencia cardíaca congestiva, en sus formas aguda y crónica. En la forma aguda (edema agudo de pulmón), dada la gravedad y urgencia del caso, la terapéutica debe ser la clásica, asociada al medicamento homeopático agudo, que resulta de gran utilidad. En la insuciencia cardíaca crónica, el enfermo se benecia también con una medicación asociada, pues las dosis requeridas de cardiotónicos, vasodilatadores venosos o diuréticos serán menores que si la medicación fuera sólo la convencional. En tercer lugar debemos considerar infecciones recurrentes agudas o crónicas de determinadas características. Es cada vez mayor el número de pacientes que se inclina hacia la homeopatía para el tratamiento de estas infecciones, a n de evitar el abuso de antibióticos y solucionar el problema no resuelto, pero ocasionalmente puede ocurrir que, debido a la localización y agudeza de la infección, sea aconsejable un tratamiento inicial combinado con antibióticos, para continuar después sólo con la medicación homeopática.
62
CArloS VAlENzUElA
Es muy importante para el mejor equilibrio psicofísico del paciente que los procesos agudos sean resueltos con el remedio homeopático y, en consecuencia, el médico debe tratar de aplicarlo libre de toda asociación; pero también debe saber recurrir a otras soluciones cuando las circunstancias lo justiquen. En cuarto lugar citaremos las indicaciones quirúrgicas corrientes, tales como abdomen agudo, trombosis arteriales, aneurismas, tumores, hernias, malformaciones, traumatismos, etcétera. En quinto lugar, las insuciencias glandulares que no hayan tenido una respuesta satisfactoria a la estimulación del remedio homeopático, casos en los que es necesario agregar la hormona correspondiente. En los diabéticos, el remedio facilita el manejo de la glucemia y de sus complicaciones. El problema de la obesidad es siempre complejo, pues aún queda mucho por conocer al respecto. Es sabido que las drogas anorexígenas que se recetan con mucha frecuencia son responsables de adicciones y de serios desequilibrios físicos y emocionales. Frecuentemente, malos homeópatas recetan estas drogas disfrazadas como remedios homeopáticos. Es conveniente, por lo tanto, hacer la siguiente aclaración: a. No existe ningún remedio homeopático que sea especíco para adelgazar. b. La medicación homeopática unicista, sin embargo, es parte importante en el tratamiento de la obesidad, pues mejora el equilibrio general y emocional, facilitando así el control de la ansiedad y el apetito, a la vez que contribuye a disminuir la retención de líquidos en los tejidos. c. El remedio homeopático no es anorexígeno ni estimulante. Aunque la homeopatía permanece ignorada ocialmente, su importancia como terapéutica justica que aquellas personas conscientes de sus posibilidades contribuyan a su mejor conocimiento y difusión, para el bien de la humanidad.
CaPítuLO 12 ¿es lento el tratamiento homeopátiCo?
Con frecuencia se nos pregunta si el tratamiento homeopátic homeopáticoo es lento. Tal pregunta implica, de hecho, una crítica velada. Una aproximación al problema problema es es considerar el remedio homeopático, homeopático, de la misma manera que puede hacerse con otros medicamentos, en sus aspectos aspe ctos calmante calma nte y curativo. curativo. Es evidente que la mayoría de los enfermos que llegan a la homeopatía lo hacen cansados de la repetición de remedios que, si bien tuvieron efectividad calmante, nunca llegaron a ser curativos. El hecho de que el paciente haya abandonado una terapia en favor de otra haría innecesaria toda comparación. Resulta evidente que los remedios conocidos por el enfermo a lo largo del tiempo (por lo general mucho tiempo) tuvieron sólo efecto calmante o, incluso, dejaron de ser bien tolerados. El principio del remedio homeopátihomeopáti co –La Ley de la Semejanza– Semeja nza– es curativo curativo y, y, por lo tanto, t anto, el aspecto calmante forma parte de la curación. Debemos entonces comenzar por distinguir si hablamos de un tratamiento lento para obtener un efecto calmante o lento para obtener la verdadera curación del enfermo. Calicar como lento al tratamiento homeopático conlleva la idea de que se lo está comparando con un tratamiento semejante que es más rápido, en cuyo caso no tendría mucho sensentido elegir aquello que, siendo más lento, conduce a un resultado nal similar. En realidad no existe un tratamiento convencional semejante al homeopático y, en consecuencia, esa comparación no es posible. Debemos reconocer, no obstante, que el medicamento alopáalopático sintomático es más rápido, pero no por su rapidez de acción, sino de indicación: el tiempo para recetar un analgésico, un
64
CArloS VAlENzUElA
antiespasmódico antiespasmódico o un u n sedante es inmediato, inmediato, pues se trata práctiprácticamente de una fórmula. Por el contrario, en el caso del remedio homeopático, la “fórmula” es el remedio de cada paciente, si ya lo conocemos, pero, si no lo conocemos, el tiempo necesario para conocerlo conocerlo varía según s egún cada enfermo. En verdad resulta sorprendente la rapidez de acción del remedio homeopático, por eso, cuando no necesitamos diagnosticarlo previamente, esa rapidez se hace muy evidente. Esto ocurre a tal punto que es habitual que cuando interrogamos a una u na madre con poca experiencia exp eriencia homeopática sobre la medicación que le aconseaconse jamos para su hijo en un momento agudo, ésta nos responda que no sabe qué decirnos, pues, apenas le dio el remedio, el niño se quedó dormido (signo precoz de mejoría), por lo cual descartaba que fuese el remedio lo que lo había calmado. Tuve uve oportunidad oportu nidad de registrar grácamente en electrocardio elect rocardio-gramas esta sorprendente rapidez de acción del remedio cuando coincide plenamente con el enfermo. Ello ocurrió con una enferma chagásica que concurría al concon sultorio de cardiología del hospital de San Isidro, al que yo asistía. La paciente refería haber padecido frecuentemente taquicardias prolongadas; en una oportunidad le efectué un interrogatorio homeopático acerca de sus episodios, con el n de tener preparapreparado el remedio adecuado por si alguna vez venía al hospital con taquicardia, cosa que ocurrió. Sus taquicardias eran ventriculares y difícilmente respondían a la medicación habitual. En esta oporoportunidad, y a la vez que se registraba su ECG, se le administró el remedio homeopático, pudiéndose observar a los siete minutos los primeros cambios favorables en su ECG y, antes de los quince minutos, la recuperación de su ritmo sinusal. Ver Cáp. 19. A veces puede suceder que en algunas situaciones agudas resulte difícil determinar el remedio homeopático exacto para ese momento, entonces, ante patologías de urgencia, es necesanecesario recetar un medicamento alopático junto con el homeopático hasta tanto se tenga la certeza de que el remedio homeopático
HomEopATíA UNICISTA
65
está actuando favorablemente. Si bien es cierto que en muchos estados estados crónicos crón icos de enfermedad se requiere tener paciencia para seguir un tratamiento homeopático , la realidad muestra que la homeopatía homeopatía obtiene habitualmente resultados muy favorab favorables les sosobre los enfermos en fermos crónicos ya resignados a considerarse considerarse incurabl i ncurables es cuando nalmente toman la decisión de “probar la homeopatía”. Sin embargo, debe quedar claro que el n de la homeopatía no es competir en rapidez de acción con otras terapéuticas, sino curar sobre la base de un criterio integral, mediante el estímulo y armoarmo nización de la fuerza vital. Los problemas que habitualmente motivan la consulta de estos pacientes crónicos son muy variados, gurando entre los más frecuentes f recuentes:: a. Alergias en general b. Asma y bronqui bronquitis tis crónica c. Estados catarrales catarrales crónicos (nar (nariz, iz, garganta y oído) oído) d. Fiebres Fiebres recurrentes e. Jaquecas Jaquecas y neuralgias neuralgi as f. Reumatismo g. Enfermedades de la piel h. Trastornos circulatorios i. Problemas digestivos j. Trastornos rastornos psicológicos de personalidad, personalidad, de conducta, conducta, de de aprenaprendizaje k. Trastornos del sueño Para curar aunque sea de modo parcial un organismo crónica mente enfermo, se requiere un tiempo en alguna medida proporpropor cional a la duración de la enfermedad. No obstante, en un plazo que oscila entre uno y dos años se puede obtener una signicativa
66
CArloS VAlENzUElA
mejoría e incluso la curación de enfermos que no encontraron solución durante casi una vida de tratamiento convencional. Casuística
R.A., 40 años. Consultó por emón amigdalino del lado iziz quierdo. Se trataba de un caso complejo dado que acababa de ser intervenido quirúrgicamente en el exterior, oportunidad en la que se le efectuó un transplante renal por padecer una insuciencia crónica a raíz raí z de una poliquistosis poliquistosis renal familiar. Llegaba Llegaba medicamedicado por su reciente implante con inmunosupresores y corticoides y en las últimas horas con antibióticos a raíz de su angina emono sa. Se le indicó lc m, lc m, y el absceso se abrió espontáneamente en pocas horas con rápida recuperación del enfermo. Lo intereintere sante de este caso es señalar cómo el remedio homeopático pudo ser efectivo y, además, actuar rápidamente, no obstante estar el enfermo muy medicado en razón de su reciente implante renal. J.F., 52 años. Paciente diabético, alcohólico y con tendencia dede presiva, la familia llama de urgencia pues le costaba despertarlo. Ante la emergencia y en tanto se ponía en marcha la rutina de un muy posible precoma diabético, se le administra lo primero que tenía disponible, su remedio homeopático, p 10m , que permite una rápida recuperación de la conciencia. Su glucemia registró 4,5 gr, y su medicación complementaria fue relativamente simple, pues al llegar los primeros datos ya el paciente respondía correctamente y comenzaba comenzaba a ingerir líquidos. líquidos.
*
Ver: Cáp. 16 16 – Enfermedad En fermedad de Chagas C hagas
PARTE III La Homeopatía en la Práctica Mdica
CaPítuLO 13 homeopatía Y antibiótiCos “El germen no es odo.”
PaSteur
Existen hoy muchos estados infecciosos agudos o crónicos difíciles de curar en forma denitiva con los antibióticos. En la actualidad, ante una infección, pueden presentarse dos situaciones diferentes. a) que sea circunstancial, sin antecedentes signicativos. b) que sea un proceso recurrente, a pesar de haber sido ya tratado en ocasiones anteriores con diferentes antibióticos, vacunas, gammaglobulina, etcétera. Esto es lo que sucede con frecuencia en el caso de muchas infecciones, como anginas, otitis, sinusitis, bronquitis, diarreas, cistitis, forunculosis, ujos, etcétera. Frente a un episodio aislado, es comprensible que el enfermo no identicado con los principios homeopáticos se incline por el uso de antibióticos, una solución que es habitual y efectiva para el caso. Por el contrario, ante episodios infecciosos recurrentes, cuando se ha hecho evidente que los antibióticos sólo ofrecen una solución transitoria, es posible que el paciente haga un replanteo de su problema, sobre todo si estas infecciones son, como suele suceder cuando se repiten, cada vez más prolongadas y frecuentes. Aquí convendría recordar, una vez más, las palabras de Pasteur, “el germen no es odo”, pues es el momento de advertir la importancia de prestar atención, no ya al germen y su antibiótico, sino a la persona enferma.
70
CArloS VAlENzUElA
Considerar que el antibiótico puede ser una solución denitiva porque va dirigido a actuar directamente sobre la infección, equivale a pensar que se está ante un hecho en gran parte independiente del estado vital del organismo y, por decirlo así, fortuito. Para la homeopatía, el problema es más amplio: un organismo que se infecta periódicamente está evidenciando la existencia de una labilidad mórbida, que es, en denitiva, la verdadera enfermedad a ser curada. Ante una infección, el antibiótico y el remedio homeopático se comportan de manera opuesta. El antibiótico actúa directamente sobre el germen y de esta manera desaparece la infección; pero si ésta se sigue repitiendo, es clara indicación de que, mediante el antibiótico, sólo se resuelve un momento agudo, no así la predisposición o enfermedad global que condicionó y sigue facilitando la reinfección. La medicación homeopática, por el contrario, actúa directamente sobre el organismo e indirectamente sobre el germen, mejorando de manera denitiva ese estado de enfermedad o predisposición mórbida, habitualmente denida como “baja de defensas”, que motiva sus recidivas. Un ejemplo para ilustrar la diferencia entre ambos recursos terapéuticos es el siguiente: si sobre un medio de cultivo ponemos el microbio en contacto con un antibiótico al cual sea sensible, el germen será destruido por el antibiótico. Pero, si en lugar del antibiótico, ponemos sobre el medio de cultivo el remedio homeopático que, por sí mismo, actuando en forma directa sobre el organismo, fue capaz de destruir ese mismo germen, éste no resultará afectado por el remedio. Se pone en evidencia así que la acción del medicamento ho meopático es indirecta, es decir que quien destruye el germen ya no es el remedio, sino el propio organismo que ha sido favorablemente estimulado, en forma vital, en su capacidad defensiva, a los nes de su autocuración.
CaPítuLO 14 inFanCia Y homeopatía
La infancia es una etapa de la vida durante la cual es muy importante que los problemas médicos sean resueltos a partir de un criterio de unidad mente – cuerpo, a n de promover el desarrollo armónico del niño y su proyección a la adolescencia, por medio de una comprensión dinámica e integral de la enfermedad y sus manifestaciones. Los síntomas constituyen el lenguaje con que el pequeño enfermo atrae nuestra atención hacia su desarmonía vital, que es la enfermedad, la cual reclama ser evaluada y tratada en forma global. La terapéutica homeopática se considera integral porque su fundamento es un remedio que se determina sobre la base de síntomas personales muy variados, tanto físicos como psíquicos. Ningún síntoma aislado es concluyente por sí mismo, pero todos y cada uno de ellos son de irremplazable valor para diagnosticar el remedio del paciente. Los síntomas no deben ser erradicados ni modicados, sino, por el contrario, jerarquizados en razón de su valor diagnóstico homeopático, y porque, además, su supresión contribuye a potenciar la predisposición mórbida que los ha originado. Este hecho, de por sí muy delicado, lo es tanto más en el caso de los niños, pues evitar desde la infancia las secuelas de las supresiones10 es esencial para una auténtica medicina preventiva. Es comprensible que no resulte fácil aceptar que un remedio homeopático pueda abarcar, por sí mismo, el amplio espectro de síntomas físicos y mentales del enfermo, pero quienes se han tratado homeopáticamente, o quienes han observado evolucionar a los enfermos así tratados, son testigos de esta realidad y pueden dar testimonio de ella. 10
Ver Cap. 8. Supreción de Síntomas.
72
CArloS VAlENzUElA
En la medicina tradicional no existen remedios que actúen de manera equivalente, pues son especícos del dolor, la infección, la ebre, la inamación, el espasmo, el comportamiento, etcétera. Estos remedios, que están basados en la Ley de los Contrarios por su acción ni…, no tienen, fuera de su efecto puntual, una acción integral armonizante. PROBLEMAS RESPIRATORIOS. A diario nos encontramos en la consulta con niños que padecen estados catarrales crónicos y sus agudizaciones –rinitis, adenoiditis, amigdalitis, sinusitis, otitis, laringitis, bronquitis, asma bronquial. El remedio homeopático, si contamos con la colaboración de los padres, permitirá alcanzar signicativas mejorías, prácticamente la curación, como consecuencia de las razones hasta aquí expuestas. La importancia del tratamiento homeopático puede ejemplicarse en este capítulo considerando el caso de los enfermos asmáticos, pues son muchos los niños que padecen o que están genéticamente predispuestos a padecer esta enfermedad y, de entre ellos, no pocos concurren a la consulta. Se suele decir erróneamente que el asma es un problema alérgico o nervioso. Si realmente fuera así, la solución debería estar en manos de los respectivos especialistas, pero la experiencia cotidiana nos indica que estos tratamientos no ofrecen resultados curativos. Cabe destacar aquí el particular cuidado que se debe tener con el uso recurrente de la cortisona, por sus efectos negativos en el largo plazo. La disposición asmática tiene un alto índice de condicionamiento hereditario, lo cual no es algo que se adquiera y mucho menos que se aprenda del entorno, como sugieren algunos terapeutas que parecen olvidar la existencia de los genes. Afortunadamente, la herencia, como antecedente, nunca ha sido una limitación para la acción curativa del remedio homeopático, pues la gran mayoría de nuestros pacientes respiratorios tienen antecedentes familiares, como también ocurre en el caso de muchos otros motivos de consulta.
HomEopATíA UNICISTA
73
Nadie pone en duda que un enfermo asmático pueda tener un espasmo bronquial ante una situación emocional, pero es erróneo concluir por ello que el asma es un problema psicológico, dado que, para padecerla, primero hay que tener el antecedente asmático o al menos alérgico; podemos, en consecuencia, armar que c q q, q d. La inuencia de los estados emocionales, que es crucial, está presente como antecedente en toda la patología médica, y uno de los primeros en señalarla fue, precisamente, Hahnemann. Debemos insistir en que no se trata de desconocer la existencia de factores nerviosos, alérgicos, espasmódicos o infecciosos, sino de considerarlos como potenciadores de las predisposiciones mórbidas de estrecha connotación genética, que constituyen la enfermedad crónica. Medicado homeopáticamente, el enfermo de asma mejora de manera sorprendente en la mayoría de los casos, y con frecuencia llega a curarse, siempre que no se otorgue el alta prematuramente. No podemos dejar de señalar que para los adolescentes, aunque existe la misma posibilidad de curación que en el caso de los niños, se depende en gran medida de su eventual rebeldía y del hecho de que los padres suelen encontrar, en tales circunstancias, limitaciones para intervenir. LA FIEBRE. Entre los problemas agudos de la infancia, el tema de la ebre es uno de los más polémicos por la preocupación que genera en los padres, quienes acostumbran apresurarse a recurrir a los antitérmicos. Se debe comprender que lo importante no es bajar la ebre, sino observar al enfermo, a n de medicarlo integralmente sobre la base de un buen diagnóstico de la enfermedad y del remedio correspondiente. La ebre no es independiente de la enfermedad, sino parte de ella. Bajarla limita la capacidad defensiva del organismo e impide una correcta evaluación de los síntomas, aspecto esencial para indicar el remedio homeopático.
74
CArloS VAlENzUElA
A este respecto, dijo el Profesor Florencio Escardó: “Esb reservdo n premio Nobel, el Profesor Low del Insio Pser de Prs, demosrr con rigor verddermene pserino qe l hiperermi es no de los más exqisios medios de defens qe el orgnismo orgnismo iene conr od clse de los n emidos virs sobre los qe no cún los nibióicos. S descbrimieno d de 1980. El lz de l emperr deermin en el inerior de los ejidos l prodcción de inerferón, gene nivirósico nrl”. Más adelante, agrega: “Se ha echado a rodar la especie de que la ebre produce convulsiones…
l ben prácic enseñ qe ls fmoss convlsiones febriles son n fenómeno rrsimo y qe cndo se presenn no ienen consecenci lgn sobre l sld y el desrrollo del chico.”
MEDICINA PREVENTIVA. La homeopatía debe ser consideconside rada, con particular énfasis, como una medicina preventiva, pues permite corregir a temprana edad problemas de personalidad, conducta o escolaridad, que se maniestan precozmente, además de los ya mencionados respiratorios y otros estados crónicos en especial digestivos o cutáneos. Con el medicamento adecuado a sus características individuales, los pequeños pacientes pueden mejorar su capacidad intelectual, su sociabilidad y su conducta. La rapidez con que el remedio único puede actuar sobre una fobia o corregir actitudes de timidez, celos, agresividad, emotividad o envidia es tan llamativa que parece casual, pero resulta tan frecuente que hace imposible suponer tal casualidad. Transitar la adolescencia con madurez y equilibrio es lo habitual en los jóve nes que han seguido s eguido un tratamiento homeopático homeopático desde su infaninfancia, ya que el remedio único actúa en forma armonizadora sobre las diversas y proteicas manifestaciones de la personalidad. La importancia que tiene esta medicina integral en tiempos en que los jóvenes se ven acosados por un mundo fuertemente compecompe titivo y proclive a generar problemas de conducta y depresiones, es invalorable. invalorable.
HomEopATíA UNICISTA
75
Juntamente con los problemas de conducta, y por su estrecha relación con ellos, debemos también señalar la acción del remedio sobre los trastornos del sueño, síntomas que, cuando no son hahabituales, suelen ser un anticipo de enfermedad. Algunos de estos trastornos son el insomnio, los terrores nocturnos, el bruxismo (chirrido de los dientes), el sonambulismo, la necesidad de dormir con la luz encendida y, muy frecuentemente, un mal despertar. Los niños que concurren a escuelas especiales obtienen del remedio homeopático, además de los hasta aquí mencionados, otros benecios, pues la medicación permite reducir la dosis de psicofármacos, con lo cual se facilita la actividad intelectual y se obtiene, como consecuencia, un mejor aprendizaje y una mayor sociabilidad. HOMEOPATA Y FAMILIA. Es de destacar la relevancia que muchas veces adquiere el tratamiento homeopático en el grupo familiar, pues a medida que se observan resultados favorables en el que concurre primero del grupo, habitualmente el más crónico y difícil de entre ellos, es habitual que se vayan incorporando los hermanos y luego los padres o viceversa según quien haya sido el iniciado. Es así que a través de los años van surgiendo anécdotas curiosas como ser el hecho de atender actualmente a las tres últiúlti mas de las cinco generaciones de una misma familia que pasaron por el consultorio. El actual abuelo concurrió cuando tenía 17 años, junto con sus padres y abuelos. Casuística
V.M., 10 años. Consulta la madre por serias deciencias en su escolaridad y conducta. Hace cuatro años que concurre a primer grado inferior de una escuela diferencial y no está en condicio nes de pasar de grado. Actitud agresiva fuera de la casa, suele tirar piedras a los colectivos; es fácilmente irritable y reacciona pateando y rompiendo su ropa. En la casa es muy colaborador y
76
CArloS VAlENzUElA
se destaca por su prolijidad, al punto de tener una bolsa para sus medias; le gusta estar bien vestido y peinado. Nada temeroso, es frecuente que salga de la casa si escucha un ruido, o interviene separando perros que pelean, y hasta ha actuado espontáneamente ante un principio de incendio en su casa. En el colegio suele someterse al caudillo de la clase y cuando un traba t rabajo jo le sale mal ma l directamente dire ctamente lo rompe. rompe. Antes de asistir a la consulta se le había hecho un test de BenBen der, además del test de la familia y el test del árbol. La psicóloga sospechó, en particular por el test Bender, que existía una lesión cerebral. Físicamente llama la atención la constante presencia de erupciones en los ángulos de la boca, sin ninguna respuesta al tratatrata miento local. De la evaluación homeopática de su sintomatología global, el remedio resultó ser n n Cc , Cc , que produjo al mes de haber tomado una dinamización Mil, un cambio imporimpor tante; en esa oportunidad, la madre informa que el chico había comenzado comenzado a interesarse por la lectura, hecho que conrma a los pocos días al traer su libreta de calicaciones en la que guraba una felicitación de la maestra, que no estaba informada del tratatrata miento. miento. Al mismo m ismo tiempo se observa una un a evidente evidente mejoría en su erupción crónica en los ángulos de la boca. Se subraya la importancia que tuvo, para el resultado de su tratamiento, la colaboración de la madre, gracias a la objetividad con que supo supo referir los síntomas mentales y físicos fí sicos más caractecaracterísticos de su hijo h ijo y su respuesta a la medicación. medicación. B. S., 10 años. Nos consulta por nefrosis padecida desde los nueve meses, sin motivo aparente. A la vez sufre de cefaleas genegene ralizadas. ralizadas. Carácter afable, afable, sociable so ciable,, tranquilo, t ranquilo, ordenado. ordenado. Medicado Medicado durante un año con s y luego con p, su evolución ha sido excelente, como lo pone evidencia su estado general y los resultados de los análisis, lo cual le ha permitido ir reduciendo
HomEopATíA UNICISTA
77
muy lentamente la cortisona, desde 32 Mg. diarios de Deltisona B hasta prácticamente dejarla (2 gotas diarias). H.V., 3 años. Consultó por una neumonía aguda de la base del pulmón izquierdo. Estaba en tratamiento con dos antibióticos, uno de ellos por una infección urinaria preexistente y otro por su congestión pulmonar. Cinco meses antes ya había tenido una bronquitis aguda con broncoespasmo. Ante la reiteración de problemas, la madre decide realizar por primera vez una consulta homeopática. Un antecedente que resultó útil para orientar su tratamiento fue la referencia al hecho de que desde hacía seis meses, coincidiendo con el nacimiento del hermano, la niña había empezado a enfermar y a manifestarse muy irritable, agresiva y predispuesta a contradecir en todo. Medicada con lycd , su cuadro pulmonar agudo dio un vuelco muy favorable y su estado anímico fue experimentando un cambio sorprendente.
CaPítuLO 15 homeopatía Y alergia
Los problemas alérgicos constituyen, indudablemente, el motivo más frecuente de consulta que recibimos los médicos homeópatas. En vista del elevado porcentaje de resultados positivos, son ya muchos los médicos y otros profesionales anes que advierten la importancia de la homeopatía en el tratamiento de las diversas manifestaciones alérgicas. Se conrman así, una vez más, los postulados básicos de la homeopatía, puesto que los éxitos alcanzados sobre la alergia no se deben a un tratamiento especíco desensibilizante, sino que son la consecuencia de tratar al enfermo integralmente, en función de persona. En efecto, ni existen remedios homeopáticos antialérgicos, ni los médicos homeópatas efectúan pruebas cutáneas o utilizan vacunas para tratar esta hipersensibilidad. La base de la terapéutica consiste en determinar mediante el habitual interrogatorio homeopático el remedio correspondiente a cada enfermo, sin depender de la investigación de los posibles desencadenantes de su alergia. Para facilitar la comprensión de lo expuesto veamos dos ejemplos: 1. Sr. P.O., de 60 años, consulta por rinitis espasmódica, consistente en fuertes estornudos repetidos; los accesos pueden durar todo el día. Comenzó con el problema durante una época de crisis para su industria. Ha efectuado todo tipo de tratamientos, incluso congelamiento de los cornetes, sin ningún resultado. Con respecto a su personalidad, dice: “los nervios me tienen a mal traer”; “desde la época de la crisis mi carácter cambió totalmente”. Tiene, además, un gran temor a perder su fábrica.
HomEopATíA UNICISTA
79
Es locuaz y su actitud en la consulta es simpática. Físicamente muy friolento. Su sueño es irregular e intranquilo. Veinte días después de haber sido medicado se observa un 70% de mejoría en su rinitis y puede dormir sin sedantes; a los dos meses de la medicación inicial maniesta un cien por cien de mejoría. Con algunas medicaciones esporádicas de refuerzo, continuó evolucionando favorablemente. 2. Sra. J.T., de 40 años, consulta por conjuntivitis alérgica. Durante cuatro años tuvo frecuentes crisis de picazón, enrojecimiento y supuración ocular. Personalidad introvertida; muy afectada por su enfermedad; actitud solitaria; le cuesta mucho llorar. Hace unos años que vive un duelo por una pérdida familiar. Dos meses después de la primera medicación vuelve a la consulta muy mejorada; sólo persiste la sensibilidad a la luz solar. Cinco meses después maniesta no tener ninguna molestia, y desde entonces ha estado sin problemas y continúa su tratamiento general. 3. Q.R., de 9 años, en 1976 consulta por asma que padece desde hace un año. Desde los tres años es habitual que tosa, especialmente poco después de dormirse. Durante la fatiga reere tener miedo y sensación de muerte. La madre es psiquiatra. Antecedente de bronqueolitis a los diez meses y otitis con supuración a los tres años. A este paciente lo recuerdo como un caso inicialmente difícil, por la recurrencia de sus episodios agudos de fatiga, no obstante lo cual siempre tuvo una respuesta favorable a la medicación homeopática y sus broncoespasmos se fueron espaciando gradualmente. En la actualidad, es médico y no ha vuelto a padecer episodios de broncoespasmo. He considerado que puede ser de interés para cerrar este capítulo incorporar una carta sobre el tema, que envié al diario La Nación y fue publicada el 1 de marzo de 2005.
80
CArloS VAlENzUElA
Tabú en Medicina
Sr. Director: “He leído con preocupación dos artículos sobre alergia y asma (el 4 y el 12 de Febrero, en la sección Ciencia /Salud). El primero arma que el asma puede curarse mediante una determinada técnica de desensibilación, el segundo pone esto en duda y señala los riesgos que implica dicha técnica, a la vez que describe los lineamientos actuales en el tratamiento sintomático del asma, tratamiento presentado por los autores como única posibilidad terapéutica válida para esta enfermedad. “Si bien estoy totalmente de acuerdo con ellos en cuanto a las dudas que les suscita la técnica de desensibilización y los riesgos que advierten en su aplicación, estoy en total desacuerdo con su aseveración de que el único tratamiento posible para el asmático es el sintomático. “Como médico y homeópata puedo asegurar que actualmente el principal motivo de consulta a los verdaderos homeópatas, que lamentablemente no son la mayoría, se reere a las alergias en general y al asma en particular. Aunque no sean necesariamente neumunólógos o alergistas, estos médicos, con criterios terapéuticos y remedios muy distintos de los convencionales, obtienen excelentes resultados en un porcentaje elevado de enfermos. “El conocimiento médico en general se nutre en nuestra facultad, que es la madre cientíca, la que enseña y señala lo bueno y lo malo, pero que misteriosamente a veces calla, como en el caso de la homeopatía. Como consecuencia de esta actitud, en el ámbito universitario la palabra homeopatía es peor que una mala palabra, pues es tabú. El resultado de esta incongruencia nada cientíca resulta para los enfermos motivo de desorientación y perjuicio, además de dar lugar a situaciones absurdas como, por ejemplo, que las farmacias pueden llamarse homeopáticas, pero que el médico que hace la receta no puede titularse homeópata.
HomEopATíA UNICISTA
81
“Considero que toda disciplina médica con historia merece ser respetada, conocida y evaluada seriamente, pues es parte de la medicina y de la cultura médica. En medicina nada es el cien por cien y el tiempo es uno de los mejores evaluadores. La homeopatía es antigua por su origen, pero muy moderna en su concepción del enfermo y su tratamiento, todo ello gracias a la inspiración genial de Samuel Hahnemann. “El conocimiento médico no es patrimonio de nadie, terminemos con tabúes y silencios estériles, pues está de por medio la vida y el bienestar de muchos seres humanos”.
CaPítuLO 16 homeopatía Y VaCunaCión
La posición de la homeopatía con respecto a las vacunas puede sintetizarse de la siguiente manera: 1. Ni la indicación ni la ecacia de las principales vacunas son puestas en duda. 2. La reserva de la homeopatía se reere básicamente a la vacuna antivariólica, que no se aplica en la actualidad, por decisión de la O. M. S., dado que no existen casos denunciados de viruela en el mundo desde hace muchos años. Se reconoce totalmente el papel que ha tenido la vacuna en la extinción de esta grave enfermedad. Cabe anotar aquí una coincidencia: la vacuna antivariólica fue descubierta por Jenner en la misma época en que Hahnemann efectuó sus primeras observaciones sobre la homeopatía. Las prevenciones respecto a esta vacuna se deben a que en la experiencia clínica homeopática se ha observado que en ciertos organismos favorece el desarrollo de estados catarrales crónicos, y puede dar lugar a una tendencia inamatoria y prolife rativa de los tejidos, con la consecuente formación de verrugas y nódulos, situación que la homeopatía denomina ’sicotización’. Esta acción sicotizante se potencia con las revacunaciones sucesivas. El concepto de sicotización se basa en la relación causa-efecto observada en muchos enfermos un tiempo después de la vacunación y en su posterior respuesta a la medicación homeopática adecuada para neutralizar estos efectos sicotizantes.
HomEopATíA UNICISTA
83
Un ejemplo ilustrativo lo constituye el caso de un paciente que desde hacía no menos de seis meses padecía de un estado febril prolongado, y a la vez de dolores en el brazo izquierdo y en los miembros inferiores. Concurrió a la consulta con todos los análisis y estudios posibles, además de una lista increíble de tratamientos. De todo su historial, lo que más llamó mi atención fue el hecho de que su enfermedad comenzara antes de un viaje a Brasil, país que en esa época exigía la vacunación antivariólica. Ante un cuadro clínico confuso, no dudé en dar la primacía a este dato, y con la medicación correspondiente curó en poco tiempo. Para el caso de las demás vacunas no existen evidencias clínicas concretas de sicotización. 3. La terapéutica homeopática puede disponer de remedios de gran ecacia en situaciones de epidemia. Se denominan d d dc y son aquellos cuya sintomatología concuerda mejor con las manifestaciones clínicas que sean las más características en una determinada epidemia. Hahnemann obtuvo sus primeros éxitos con esta forma de tratamiento colectivo mediante el empleo de bd, durante la epidemia de escarlatina que hubo en Alemania en 1801. Posteriormente, la homeopatía tuvo su prueba de fuego durante la gran epidemia de cólera que asoló a Europa alrededor de 1850, en el transcurso de la cual, mediante el uso principalmente de C (alcanfor), el índice de mortalidad en el London Homoeopathic Hospital fue del 16%, en tanto que en otros centros con tratamientos convencionales llegó hasta el 60%. Este éxito de la homeopatía fue ocultado en un principio, “para no distorsionar las estadísticas”, hasta que el Parlamento pidió conocer la realidad y la puso en evidencia. Estos sorprendentes resultados dieron mucho impulso a la difusión de la homeopatía en Inglaterra, al igual que en muchos países de Europa e incluso en los Estados Unidos. También en las epidemias de ebre amarilla, tifus y gripe que ocurrieron en Europa y América, se
84
CArloS VAlENzUElA
alcanzaron logros signicativos con esta medicación basada en el remedio del genio epidémico. 4. Entre los remedios de la farmacopea homeopática existe el grupo de los llamados d, que se caracterizan por estar preparados con gérmenes, secreciones o tejidos de órganos enfermos. Si el material proviene del mismo enfermo, generalmente orina o sangre, se llaman autonosodes; con ellos tuve oportunidad de realizar interesantes observaciones cardiológicas en enfermos chagásicos.11 Debemos señalar que muchos de los nosodes han sido experimentados como todo remedio homeopático y tienen registrada una importante patogenesia, por ejemplo p, md, sy y tc . Otros nosodes carecen de patogenesia, por lo tanto, no son estrictamente homeopáticos sino isopático,12 pues la semejanza ya no es con los síntomas de su patogenesia, no conocida, sino con el germen que afecta o ha afectado o que incluso se desea prevenir, como es el caso de Inuenzinum, Colibacilinum, Estreptococcinum y otros. Con estos ejemplos de isopatía estamos ante una suerte de vacuna, pero con la diferencia de estar preparada según la técnica de la dinamización homeopática. Finalmente, siempre dentro de los nosodes, hay que señalar en particular a Ccc, que surgió a partir de una observación clínica efectuada, en 1958, por el doctor Foubister, en el Roal London Homoeopathic Hospital. Luego de observar clínicamente niños cuyas madres habían padecido durante el embarazo un tumor de mama, pudo detectar un conjunto de similitudes tanto en su aspecto físico, en particular en la coloración de su piel y conjuntivas, como en rasgos del carácter, del sueño e incluso de sus preferencias o aversiones respecto a ciertos alimentos. A partir de un tumor de mama preparó entonces el nosode, con el cual se 11 12
Cap. 19 – Enfermedad de Chagas. Isopatía: iso (misma), patía (enfermedad).
HomEopATíA UNICISTA
85
han efectuado interesantes observaciones, sobre todo en niños, utilizándolo como remedio constitucional. La Ley de la Semejanza ha sido y es aplicada, también, por la medicina clásica, de manera casual, en diversas formas y circunstancias. Entre los usos más antiguos podemos mencionar la inducción de estados febriles, los abscesos de jación, el empleo de ventosas y cataplasmas mediante los cuales se trataban estados infecciosos crónicos y agudos. Entre los ejemplos actuales cabe señalar el carácter cancerígeno del sesenta por ciento de los remedios citotóxicos e incluso de los rayos empleados para el tratamiento del cáncer. Últimamente se ha empleado la vacuna BCG a n de elevar las defensas en los enfermos afectados de leucemia. Es interesante destacar la confusión que, sobre la base de las pequeñas diluciones, siempre ha existido entre la homeopatía y las vacunas. La diferencia esencial consiste en que el remedio homeopático surge de la experimentación y son los síntomas experimentales los que le dan su utilidad como remedio; en tanto que la vacuna no requiere de la patogenesia, pues no se indica según el síntoma, sino en base al germen o virus (isopatía) que se desea prevenir o curar. No obstante, puede suceder que el germen haya sido experimentado homeopáticamente, como cualquier otra sustancia, en cuyo caso puede ser utilizado con dos criterios diferentes, 1- según sus síntomas (patogenesia) como remedio homeopático; 2según el germen como remedio isopático. Un conocido ejemplo de esta confusión surge de las palabras de don Gregorio Marañón: “En verdd el méodo crivo de ls vcns es l relizción más per fec del dogm fndmenl hhnemnino. Con ls vcns prodcimos una pequeña enfermedad estrictamente especíca mediante la cual
no sólo prevenimos, sino qe rmos de crr l enfermedd esponáne correspondiene. Pr logrrlo, dilimos, demás, l meri criv, los microbios, en proporciones lsims nemene homeopáics. No es, pes, de exrñr qe n profesor de los nesros y de l más l oridd, Mnch de Hmbrgo, llmse en s clásico libro de “Biolog Pológic” l vcnoerpi l “Homeop biológic.”
CaPítuLO 17 homeopatía Y Cirugía
Se suele decir que la homeopatía es contraria a la cirugía, pero esto no signica que prescinda de ella. Es habitual que concurran a la consulta homeopática enfermos que tratan de evitar una intervención quirúrgica que les fue aconsejada. Muchas intervenciones frecuentes, por ejemplo de amígdalas, vegetaciones, sinusitis, verrugas, litiasis renales, bromas uterinos y nódulos mamarios benignos pueden ser evitadas mediante el tratamiento homeopático. Como ya se ha mencionado, y siempre sobre la base de que la enfermedad es un desequilibrio dinámico con repercusiones focalizadas, no deberían indicarse tratamientos clínicos o quirúrgicos exclusivos de la parte afectada, salvo en aquellos casos en que sean imprescindibles. Tal vez el ejemplo más ilustrativo sea el del enfermo al que luego de repetidas anginas se le aconseja extirpar las amígdalas. Se puede decir que es totalmente excepcional que un paciente en tratamiento homeopático requiera esta intervención. El remedio homeopático, gracias a su acción integral sobre esa desarmonía que es la enfermedad, permite solucionar en forma dinámica el problema que se maniesta mediante anginas recurrentes, que son episodios agudos de la enfermedad crónica, pero no su origen. Comparemos las amígdalas con fusibles. Es sabido que cuando surge un problema en la instalación eléctrica, los fusibles se queman una y otra vez hasta que se soluciona el desperfecto. Pero
HomEopATíA UNICISTA
87
si eliminamos los fusibles sin corregir el problema, entonces se quemará la instalación. Las amígdalas funcionan como fusibles del organismo. Por eso es frecuente observar que, una vez extirpadas, aparecen o se agravan con el tiempo otras localizaciones de la enfermedad, generalmente de características más complejas y por lo tanto más difíciles de curar, como ser sinusitis, otitis, bronquitis, asma, jaquecas, trastornos digestivos, decaimiento general, problemas anímicos, etcétera. De más está decir que no debe dudarse de la indicación quirúrgica ante tumores malignos o lesiones precancerosas, estas últimas, cuando no han respondido a un breve tratamiento de prueba. Tampoco se discute la cirugía en caso de apendicitis aguda, infartos, úlcera perforada, hernias, malformaciones, trasplantes, traumatismos, obstrucciones, hemorragias agudas, y en toda situación de urgencia que así lo requiera. Casuística
T.G., 8 años, (1979) y T. E., 4 años, (2004) T. G (padre) consultó por catarro nasal verdoso que le duraba todo el invierno desde hacía dos años. Epistaxis frecuentes. Luego de un período de mejoría con Sulphur y Silicea, tomó Cc cc, remedio que le produjo una abundante descarga de “mocos color mostaza” durante diez días, después de lo cual desapareció para siempre su problema. Actualmente, veintiocho años después, es bioquímico y “ no cree” en la homeopatía. Su hijo de cuatro años, que sigue el mismo camino de catarros recurrentes y ebres prolongadas, fue tratado con antibióticos y se le extirparon amígdalas y adenoides. Se le colocaron, además, diábolos en razón de su hipoacusia. Al poco tiempo de desaparecidos los diábolos reapareció el problema auditivo por la recurrencia de los catarros e inamación adenoidea. Alertados ante la sugerencia de un probable tratamiento combinado con corticoides
88
CArloS VAlENzUElA
y ante la insistencia de familiares que le recuerdan al padre el éxito obtenido cuando era niño frente a un problema similar, los padres deciden concurrir a la consulta homeopática. El resultado ha sido, en seis meses de tratamiento, la ausencia de ebre y una mejoría general no sólo de su problema físico, sino también en su personalidad. Actualmente le queda un resto de secreción en un oído, pero afortunadamente su pediatra le aconseja no cambiar nada mientras se mantenga la mejoría. F.T., 38 años (1996). Consultó por un dolor intenso en la ingle del lado izquierdo con irradiación al testículo, que comenzó a partir de un esfuerzo; el dolor le impide llevar su maletín de tra bajo. Con diagnóstico de hernia inguino-escrotal le aconsejan que se opere. A la vez presenta trastornos digestivos, aparentemente relacionados con una hernia diafragmática. También padece de rinitis espasmódica desde hace cinco años. Carácter impulsivo, desconforme, explosivo; hacía poco tiempo que su analista se había suicidado. Medicado con Nux Vomica, en la segunda consulta, un mes más tarde, reere con respecto a su hernia inguinal que “la mejoría fue casi mágica”. Desde entonces, hace ya doce años, no volvió a mencionar su hernia, no obstante la intensa actividad de viajar en auto hasta cinco mil kilómetros por mes. Sus trastornos digestivos y tendencia a jaquecas se controlan muy bien con el mismo remedio y su rinitis espasmódica desapareció. Anímicamente ha podido equilibrar sus estados emocionales sin otra ayuda que su medicación, a la cual sabe recurrir en el momento oportuno.
CaPítuLO 18 homeopatía, meDiCina psiCosomátiCa, psiCoanálisis Y psiCoterapias “todo en el ser vivo es no y lo mismo.” Pi-Suñer
Se ha dicho que la medicina psicosomática es una adquisición del siglo XX. La historia es testigo de que en 1810, cincuenta años antes del nacimiento de Freud, Hahnemann ya había establecido los principios esenciales de la homeopatía, muy similares a los que después fueron la base de la medicina psicosomática. Hahnemann fue el verdadero artíce del pensamiento psicosomático en una época en la que no sólo era habitual el empleo de sangrías, purgantes y vomitivos con el n de eliminar del organismo la supuesta causa de la enfermedad, la llamada “ cc”, sino también la aplicación de castigos a los enfermos mentales. En los diferentes parágrafos del Organon, escrito en 1810, podemos advertir hasta qué punto eran avanzadas las ideas de Hahnemann sobre la enfermedad y la persona enferma. En el parágrafo 213, dice: “nc, , c d d cf z – dc, d d c– cd c dvd d fdd, cd d, d, c , q c c y , y dc cz d dc , j d fdd, d y j”. Para comprender el lugar que ocupa la homeopatía dentro de las diferentes líneas psicoterapéuticas actuales, que van desde el organicismo clásico hasta las psicoterapias modernas, pasando
90
CArloS VAlENzUElA
por el psicoanálisis, es necesario recordar aquí sus conceptos principales. Esta medicina considera que la salud es un estado de armonía de nuestra energía vital, exteriorizada por “ c d ”. A su vez, la enfermedad representa la rotura de ese equilibrio por diferentes factores, que pueden ser desde genéticos hasta circunstanciales. Ahora bien, el médico homeópata no concibe que se pueda curar al enfermo por sectores, tratando aisladamente sus distintos aspectos, psicológicos, nerviosos, respiratorios, hepáticos o alérgicos, con un tratamiento especíco para cada uno de ellos, pues entiende que son distintas expresiones de una misma desarmonía vital que es necesario comprender y curar. Al respecto dice Walter Álvarez en su libro Nerviosidad, indigestin dolor: “C c xc c q dcdd vdd, d y d. e c dc q c cd c, c d d d d y j. n d y d j q y , d”. El concepto de la unidad de origen de los síntomas es uno de los principios de la homeopatía que más se contraponen a la medicina tradicional. La importancia del remedio homeopático consiste en su capacidad, demostrada clínica y experimentalmente, de ejercer una acción integral, acorde con dicho principio. La me dicina psicosomática tiene, por el contrario, la gran limitación de no disponer de un remedio que se corresponda con su concepción de unidad mente-cuerpo. Al respecto dice el doctor Demarque en su libro La homeopatía, medicina de la experiencia: “ e c, dc cc c fuertemente inuenciada por el psicoanálisis; la homeopatía,
d d cc cc d d c dc, c c qc q c
HomEopATíA UNICISTA
91
d d d dd cc jv fc d, c, c cc y xc v”. Debemos también trazar un paralelo entre psicoanálisis y homeopatía. El psicoanálisis considera que los trastornos orgánicos o funcionales representan la jación o la somatización de un desequilibrio de la libido, que se puede manifestar de diversas formas clínicas: asma, jaquecas, eccemas, neuralgias, etcétera. Para el tratamiento de estas somatizaciones recurre a la psicoterapia y a las medicaciones habituales. Mientras el psicoanálisis actúa directamente sobre la mente del enfermo por medio del análisis del inconsciente, el remedio homeopático actúa integralmente mediante una acción armonizadora de la energía vital perturbada. La acción terapéutica homeopática se debe al remedio descubierto por Hahnemann y no comprende ninguna psicoterapia, pero no niega las indicaciones de esta disciplina. Los resultados de esta medicación son muy favorables y suelen sorprender a los psicoterapeutas que están en contacto con el enfermo, ya que se puede observar una armación de los rasgos positivos de la personalidad, juntamente con una atenuación de los componentes conictivos, todo lo cual permite al enfermo un abordaje más fácil de su problemática mental. La homeopatía analiza la personalidad del enfermo y la repercusión de sus conictos a n de identicar el remedio correspondiente. El psicoanálisis, transitando por otro camino, busca la curación a través de la toma de conciencia de las situa ciones traumáticas que vive o vivió el paciente. Es frecuente recibir enfermos que, tras varios años de tratamiento psicoanalítico, llegan arrastrando problemáticas muy diversas dentro del marco de las neurosis, tales como fobias, duelos, inseguridad, abandono, agresividad, odios, ideas suicidas, indiferencia. En el transcurrir del tratamiento homeopático se observa
92
CArloS VAlENzUElA
que el enfermo, junto a la mejoría general, puede elaborar mejor y hasta superar el estado conictivo no resuelto que le impedía alcanzar un adecuado equilibrio en su personalidad. Esta terapéutica, que podemos considerar como una auténtica medicación constitucional, tiene muy en cuenta los antecedentes familiares, considerándolos como el origen de muchas de las tendencias mórbidas del paciente. Es esclarecedor para el enfermo que muestra curiosidad en conocer el porqué de tal o cual tendencia o rasgo de su personalidad, el pedirle que observe si existen rasgos parecidos en su entorno familiar, en particular en padres, abuelos, tíos o primos. Los aportes actuales de la genética y de la química neurohormonal, que día a día van incorporando nuevos logros, están, a la vez, conrmando el pensamiento integral y vitalista de Hahnemann. Algunos psicoterapeutas tienden a descuidar la importancia de evaluar los antecedentes hereditarios como un recurso para comprender mejor la realidad del enfermo y recurren, para fundamentar su teoría, no a la herencia, sino a lo aprendido en el entorno familiar. Sin negar la importancia de este aprendizaje en muchos aspectos, no es congruente considerarlo responsable del asma bronquial, las jaquecas, las enfermedades cardíacas, la hipertensión, el reumatismo, la diabetes y, particularmente, estados mentales, en relación con los cuales la genética juega un papel soberano. Freud expuso claramente su posición al respecto, al referirse a la causalidad de las enfermedades mentales. “e dc d, cy c c c q y c d c , y d q c. p q dc q reconozcamos toda su enorme signicación. Como terapeutas,
d c d c d d dc,
no habiéndonos sido posible modicarla en lo más mínimo, y
c, , , c dd, q y cc”.
HomEopATíA UNICISTA
93
El 14-6-08, el diario La Nación reproduce un artículo sobre esquizofrenia de Benedict Carey, publicado en el New York Times. Me interesa señalar aquí la siguiente consideración: “ Dd c ñ q x c c, d, d d qzf. p v z q c cy c d ( q d c dvd). e cjdd c yd xc q c qzf cf ”. De la lectura de esta líneas no se puede menos que inferir que nos estamos aproximando a una suerte de c c que, a su vez, estaría en condiciones de beneciarse de una c, dadas las limitaciones de las terapéuticas tradicionales y el hecho de que “ l y d vd cd d “ d d” c ”. Hace más de treinta años que asistimos a una trascendental evolución de la psicoterapia que ha ido olvidando el clásico diván en la búsqueda de otros enfoques terapéuticos, que en líneas generales no profundizan en el inconsciente, sino que a través de diferentes técnicas analizan con particular atención la problemática del momento y en algunos casos la dinámica del grupo familiar. Estos enfoques contemporáneos distanciados del psicoanálisis son principalmente la terapia cognitiva, la sistémica, las grupales, las terapias breves y sus distintos modelos, la psicología positiva y varias otras. La homeopatía y las psicoterapias en general deberían enriquecerse mutuamente, mediante una mayor comunicación e intercambio de experiencias. Casuística
R.D., 60 años. Consulta su familia por un estado de manía mística con antecedentes de intento de suicidio. Hacía siete años había
94
CArloS VAlENzUElA
llegado a tirarse bajo el tren, ocasión en la que le amputaron una pierna, luego de lo cual quedó con mucho sentimiento de culpa de orden religioso. Muy locuaz en la consulta, habla sobre ovnis y le preocupa que en la vecindad se hayan enterado de que vio a Jesús. Entre sus actitudes, según reere la familia, es frecuente que saque la lengua de manera automática. Medicada según sus síntomas mentales, se le indica hyc, que permite controlar su estado maníaco a la vez que tranquilizarla, con lo cual pudo re ducir gradualmente el Halopidol desde 10 mg diarios hasta llegar a suspenderlo. J.S., 25 años. Se atendía ocasionalmente por trastornos respiratorios y estaba en tratamiento sicológico desde hacía cinco años. Concurre al consultorio a n de pedir mi opinión sobre una plástica de nariz que consideraba fundamental para ella. Conociendo sus rasgos de personalidad y no observando mayor justicación para su plástica, le sugiero hacer primero un tratamiento homeopático lo más prolijo posible para ella, que nunca había logrado que hiciese, y que pospusiese la operación. Al poco tiempo, la familia, muy preocupada, me informa que ella estaba decidida a operarse cuanto antes. Es así como llega a la operación y un mes después concurre desesperada al consultorio pues estaba desconforme con su nueva imagen y quería que le aconsejara cómo lograr la restitución a su estado anterior, dado que el cirujano se negaba a cualquier intervención. Su situación obsesiva se fue agravando día a día, es medicada con diferentes psicofármacos, rechaza la medicación homeopática, se agregan ideas de suicidio junto con una actitud violenta, y en su agravación progresiva nalmente es internada en el Hospital Moyano, en donde transcurren dos años y medio de internación, durante los cuales es medicada con siete psicofármacos diferentes, sin observar mejoría denida, luego de haberse barajado los diagnósticos más diversos, entre los cuales uno de los últimos fue el de trastornos de imagen. Como había continuado siempre en comunicación con la familia, se analiza entonces la posibilidad de agregarle en una de sus breves
HomEopATíA UNICISTA
95
salidas algún remedio homeopático que la pudiera ayudar, dado que en el hospital era imposible. Con esta idea se le comienza a dar Nux Vomica con poco resultado, para luego observar los primeros cambios de actitud con Lachesis. Aproximadamente un mes después me llama la madre muy preocupada pues en un descuido la hija ha bía tomado buena parte de un frasco de Lachesis CM, que no era la dinamización indicada. No quedaba más que esperar su evolución pues era una dinamización aconsejada para tener por el momento en reserva. A los pocos días concurre al hospital a buscar su medicación regular y en esa oportunidad sufre, estando en la guardia, una caída con perdida de conocimiento y algún movimiento convulsivo, más lesiones en la cara a causa del golpe. En los días posteriores se fueron observando cambios positivos e inesperados, por lo cual le reducen la medicación de siete a tres fármacos. Han transcurrido desde entonces aproximadamente seis años, en el curso de los cuales no volvió a estar internada, ha podido dejar todos los psicofármacos, se ha casado y es madre de un hijo. En los momentos de inestabilidad o de trastornos respiratorios, sigue respondiendo a Lachesis, que indudablemente es su remedio verdadero armonizador de las tendencias desequilibrantes sobre su energía vital.
Biotipología: concepto empleado por Pende para el análisis de tipos humanos en función de su morfología, siología y psicología. *
CaPítuLO 19 enFermeDaD De Chagas
El mal de Chagas es, en la actualidad, la enfermedad endémica más grave que afecta a nuestro país y también a muchos otros de América Latina. Una idea de la magnitud del problema surge de las estadísticas; se calcula que en América Latina y Estados Unidos la enfermedad afecta a veinticinco millones de personas, muchos de ellos niños. Un estudio realizado en el Gran Buenos Aires en veintiún hospitales entre los meses de enero y abril de 2007, luego de cuatro meses de búsqueda detectó 1250 casos, siendo actualmente la enfermedad con mayor seroprevalencia (el SIDA ocupa el cuarto lugar); se estima que esta enfermedad sería motivo de aproximadamente 50 mil muertes por año. En la Argentina se calcula que unos tres millones de personas la padecen. El hecho de que el veinte por ciento de los enfermos presenten alteraciones cardíacas ilustra la repercusión social que tiene la enfermedad. En 1970, en el Hospital de San Isidro, tuve oportunidad de tratar enfermos chagásicos, provenientes del barrio La Cava, portadores de síntomas cardíacos, con y sin lesiones electrocardiográcas. Aunque, priori, pareciera que el mal de Chagas, por su característica infecciosa crónica y frecuentes lesiones cardíacas y digestivas, excluye toda posibilidad de indicación de un tratamiento homeopático, la experiencia clínica reveló que se podían lograr sorprendentes mejorías, tanto sobre la sintomatología subjetiva, que suele ser muy variada, como también sobre las arritmias cardíacas que se observan en muchos enfermos. Los tratamientos actuales, con excepción de la etapa aguda, siguen siendo sintomáticos y los principales esfuerzos se dirigen principalmente a la prevención. Es frecuente que en muchos de estos enfermos la importancia de las
HomEopATíA UNICISTA
97
lesiones cardíacas y digestivas no concuerde con la sintomatología subjetiva; así, no pocas veces maniestan sentirse mejor de lo que indican los estudios cardiológicos o viceversa. Es importante destacar que en el tratamiento de estos pacientes, aunque siempre se empleó el remedio homeopático unicista correspondiente, en distintos momentos se alternó, por primera vez en el tratamiento de la Enfermedad de Chagas, con el autonosode de orina13 del enfermo, preparado en la dinamización Mil. En los enfermos chagásicos, el remedio homeopático puso en evidencia lo positivo que es, para el enfermo crónico, alcanzar un mejor equilibrio vital y así un funcionamiento más normal de los órganos lesionados, junto a la mejoría subjetiva y emocional. Es muy alentador observar la rearmación de conceptos ho meopáticos en maestros que probablemente nunca la conocieron. Así, el profesor José Minoprio dice en uno de sus artículos: “t –c c– fcc z d y zd , cy cc d d cvdd y d xc q fdd d C x d c q vc c , q c c”. El remedio homeopático debe ser cuidadosamente evaluado, no como un antibiótico contra el parásito, sino como una forma de autodefensa, pues como bien señala el profesor Minoprio, esta patología requiere tener muy presentes los factores de sensibilización, hiperreactividad y autoagresión. A raíz de mi pequeña, aunque muy alentadora, experiencia con el remedio homeopático en pacientes chagásicos, me dirigí en aquellos años (1970) a las autoridades del Ministerio de Salud Pública y, más recientemente, en 1999, al Instituto M. Fatala Chabén para mostrar mis observaciones. Los elementos objetivos de que disponía eran los electrocardiogramas de algunas enfermas, una de ellas con Autonosode de Orina: Preparación homeopática efectuada a partir de la orina de la propia enferma. 13
98
CArloS VAlENzUElA
cinco años de controles ECG regulares con muy interesantes mejorías en sus arritmias, algunas a los pocos minutos de haber tomado el remedio correspondiente. Lamentablemente la palabra homeopatía les causó un impacto muy negativo y no les interesó ver los ECG. Siempre recuerdo que en aquel entonces mi jefe de Clínica solía sugerirme que, para evitar problemas, no mencionara la homeopatía, que era mejor hablar de tratamiento biológico del Chagas. En conclusión, no obstante los años transcurridos desde aquel comienzo de investigación homeopática en la Enfermedad de Chagas, que continúa siendo un problema muy serio, y sobre la base de lo observado personalmente, considero que la investigación a partir del autonosode y continuando con el nosode y el remedio homeopático sigue siendo actualmente del máximo interés y factibilidad. Para su realización no se requiere contar con partidas presupuestarias importantes, ni es negocio para ningún laboratorio, pero sí son necesarios un centro y un equipo de trabajo despojado de prejuicios y tabúes, es decir con la cuota de solidaridad, objetividad, curiosidad, exibilidad y sinceridad requeridas, entre otras condiciones, para alcanzar conclusiones valederas en un tema que aún sigue siendo urticante. A continuación se describen las características electrocardiográcas presentadas por dos enfermas chagásicas y su respuesta terapéutica, que se ilustra en los respectivos electrocardiogramas. Paciente M. B., de 39 años:
1 – El 14/7/67 concurre presentando ECG con salvas de extrasístoles ventriculares y polifocales aisladas. Medicación estándar clásica. 2 y 3 – El 31/7/67 consulta presentando una taquicardia ventricular prolongada, que respondió en pocos minutos al remedio homeopático14, Digitalis Mil, dado a continuación de Digitalis 200, con el que se inició el tratamiento del agudo. 14
Ver Cap. 20 ¿Es lento el tratamiento homeopático?
HomEopATíA UNICISTA
99
4 – 4/9/68 Arritmia ventricular medicada con su autonosode de orina. 5 – 6/9/68 Control efectuado a las 48 horas muestra, al igual que en otras circunstancias semejantes, una respuesta electrocardiogáca muy favorable al autonosode. 6 – 20/9/67: arritmia medicada con Digitalis 10M, como inicialmente lo fue con Mil, se mantiene su respuesta muy positiva. Paciente M.F., de 28 años:
7 – 15/8/68: consulta ante la inminente necesidad de colocar un marcapaso - en aquella época de corta efectividad -, en razón de padecer un bloqueo completo aurículo-ventricular que le ocasionaba importantes mareos y hasta caídas. Esta paciente pudo evitar el marcapaso durante los ocho años que estuvo en tratamiento; se casó y tuvo un embarazo con parto normal, asistido por el Prof. Parada en el hospital Argerich, conservando su medicación homeopática.
(1)
M.B., 37 años – ECG. 14/7/67 – Arritmia ventricular. Medicación estándar clásica.
100
CArloS VAlENzUElA
(2)
M.B., 37 años – ECG. 31/7/67 – Taquicardia ventricular. Se co mienza el tratamiento con Digitalis 200, observándose leves signos de mejoría; se continúa con Digitalis Mil.
(3)
M.B., 37 años – ECG. 31/7/67 – Se observa normalización del ritmo antes de los 15 minutos de medicada con Digitalis Mil.
HomEopATíA UNICISTA
101
AUTONOSODE de Orina Mil 15
(4)
M.B., 37 años – ECG. 4/9/68 - Arritmia ventricular en salvas, se la medica con una dosis única del autonosode.
(5)
M.B., 37 años – ECG. 6/9/68 – Control normal a las 48 horas de tomar una dosis única del autonosode. Autonosode de orina: preparación homeopática efectuada a partir de la orina del propio enfermo a diferencia del nosode de Chagas que se prepara con el mismo parásito, el Tripanosoma Cruzi. 15
102
CArloS VAlENzUElA
(6)
M.B., 37 años – ECG. 20/9/67 – Arritmia ventricular normalizada con Digitalis 10Mil.
(7)
M.F., 28 años – ECG. 17/11/69 – Bloqueo completo aurículoventricular con extrasístoles polifocales que desaparecen a los 30 minutos de tomar una dosis de Kalmia Mil.
PARTE IV Consejos Comentarios
CaPítuLO 20 ConCeptos Y reComenDaCiones útiles
1. Es importante mantener un diálogo uido con el médico homeópata a n de aclarar todas las dudas que habitualmente surgen al comenzar un tratamiento. Conviene plantear no sólo las razonables inquietudes personales, sino también compartir las de familiares, amigos o médicos que desconocen los fundamentos de la homeopatía. 2. La homeopatía nada esconde; toda su doctrina, losofía y terapéutica están publicadas en su bibliografía, que es universal. 3. Suele decirse que los tratamientos homeopáticos son lentos. Se trata de un concepto erróneo, puesto que no es razonable comparar los tiempos de acción de un medicamento cuyo objetivo es la curación integral, con los de un paliativo, ya sea antitérmico, analgésico, antitusivo o ansiolítico. Es frecuente que se confunda calmar con curar una jaqueca, un broncoespasmo o una inamación. El enfermo que concurre a la consulta homeopática, en principio, pretende algo más que un remedio de acción “anti” con nombre homeopático, está buscando la posibilidad de una mejoría más concreta. En todo estado de enfermedad crónica, calmar o curar son procesos que transitan por caminos muy distintos, con objetivos, tiempos y resultados no comparables. 4. Para comprender la importancia de la acción integral del tratamiento homeopático hay que tener presente que el organismo, en su constante acción y reacción, ya sea sano o enfermo, se comporta como una unidad indivisible. Los síntomas locales (erupciones, verrugas, catarros, supuraciones) deben integrarse y evaluarse junto con los síntomas generales y mentales,
106
CArloS VAlENzUElA
porque de lo contrario sólo se lograrán seudo mejorías o resultados parciales, según la doctrina homeopática. 5. Todo síntoma mental o físico es siempre un llamado de atención, y como tal debe ser evaluado, pues indica que algo anormal está ocurriendo en el organismo; ese síntoma, en consecuencia, no debe ser suprimido, sino observado y corregido homeopáticamente. Si así se lo interpreta, se habrá actuado de un modo integral, a la vez curativo y preventivo. 6. El recurrir habitualmente a sedantes, estimulantes, analgésicos, etc., es un error, pues al maquillar o suprimir con fre cuencia los síntomas, se favorece la evolución progresiva de la enfermedad crónica. 7. El tratamiento homeopático puede evitar ciertas intervenciones quirúrgicas que son frecuentes como en el caso de amigdalitis, otitis, sinusitis, adenoiditis, litiasis renal, adenomas, bromas y verrugas. 8. Ante una emergencia, el enfermo puede ser tratado con cualquier medicación requerida, pues no existe incompatibilidad con otros remedios no homeopáticos. 9. La ebre no debe ser considerada aisladamente, como si fuera “otro” problema; es un mecanismo de defensa y a la vez un síntoma que se cura con el mismo remedio que trata el dolor, la infección y la inamación. 10. Dentro de los diez días posteriores a la toma de un remedio homeopático se puede observar una breve acentuación de algunos de los malestares que motivaron la consulta. Se debe a una reacción curativa que produce el remedio sobre el organismo enfermo al iniciar la curación; es señal de un buen pronóstico, es de corta duración, y no requiere ser medicada, pues espontáneamente se continúa con la mejoría esperada. 11. El remedio homeopático nunca puede ser tóxico, por lo tanto, una ingesta accidental o excesiva no es peligrosa y no requiere ningún antídoto u otro tratamiento de emergencia. En estos casos –muy frecuentes porque el azúcar de los glóbulos atrae
HomEopATíA UNICISTA
107
a los niños– basta con consultar, sin carácter de urgencia, al médico homeópata, pues los centros de urgencia, en principio, no tienen información sobre el remedio homeopático y suelen desorientar y preocupar, aún más, a los padres. 12. Frecuentemente se pregunta al médico si se pueden tocar los glóbulos con la mano. Es conveniente no hacerlo, pues el glóbulo es azúcar que ha sido impregnado con el remedio y, si la mano está húmeda, parte del remedio puede quedar adherido a ella. 13. No existe incompatibilidad con el consumo moderado de café, alcohol y vinagre, o el uso de perfumes. Pero ha de evitarse el contacto con productos que contengan cf, a causa del posible efecto neutralizante de esta sustancia sobre muchos remedios homeopáticos. También debe evitarse la exposición de estos medicamentos a la luz solar o a las altas temperaturas. 14. Es aconsejable que el enfermo concurra a la consulta dentro de los plazos sugeridos, pues es el momento de hacer una recopilación ajustada de los cambios observados, sin lagunas de memorización, a n de evaluar y planicar la continuidad del tratamiento. No tiene que esperar a terminar el frasco de glóbulos o a que vuelvan los síntomas que habían mejorado. Cuando el paciente no concurre a la consulta siguiente porque considera que ya está bien, en principio, cumple con los requerimientos de lo que sería c c, q c vv c j . Suele, de esta forma, desvirtuar su propósito inicial de curación. 15. Es conveniente, en consecuencia, que el enfermo no se apresure a dejar el tratamiento cuando ya se encuentra mejorado, una tentación muy frecuente. Debe saber que los problemas que lo llevaron a la consulta son generalmente el resultado de tendencias crónicas, la mayoría de ellas familiares y hereditarias, por lo cual no es suciente con alcanzar una mejoría, sino que también se la debe saber aanzar e incluso superar, pues nadie conoce, a ciencia cierta, los límites de su capacidad vital de recuperación, que muchas veces suele sorprender por lo inesperada.
CaPítuLO 21 Cómo llegué a la homeopatía “Es peril creer qe vendándose los ojos ne lo desconocido se sprime lo desconocido.” VictOr HugO
Hasta hace cincuenta años, la homeopatía era poco conocida y motivo de desconanza, de manera tal que sólo circunstancias fortuitas permitían a aquellos “pacientes incomprendidos” por la medicina ocial acceder a esta terapéutica. Los buenos médicos homeópatas eran pocos, pero, aunque recibían acerbas críticas por ejercer una medicina diferente, se solía recurrir a ellos a causa de sus aciertos. Yo era un estudiante avanzado de medicina cuando me convertí en uno de esos “enfermos incomprendidos”, rotulados habitualmente como psicosomáticos, que no encontraba alivio con los tratamientos convencionales. Así, siendo ya médico, llegué como paciente a la homeopatía. Durante los dos últimos años de mi carrera médica comencé a sufrir malestares en la zona hepática, en forma de sensación de pesadez e inamación, con el agregado de algunas febrículas y momentos de marcado decaimiento. Mi vocación profesional fue siempre la clínica médica, que empezaba a conocer en el Hospital Rivadavia con el Profesor Carlos Reussi, lo que me facilitó analizar y consultar exhaustivamente acerca de mi problema, pero con pocos resultados y sin diagnóstico dendo. Llegó un momento en que la dieta que toleraba era cada vez más limitada, con la consiguiente repercusión sobre mi estado general. Ante esta situación, un amigo y colega me aconse jó consultar a un médico homeópata, el doctor H. Mesones.
HomEopATíA UNICISTA
109
Reconozco que me llevó un tiempo decidirme, pues no sólo sentía que estaba siendo inel a mis maestros, sino que, y sobre todo, me costaba aceptar la existencia de una medicina diferente que fuese seria y a la vez ajena al entorno de la Facultad y a todo lo estudiado. Finalmente resolví efectuar la consulta aconsejada, pero aún recuerdo la vergüenza que me producía consultar a un homeópata. Sin embargo, ya en la consulta, percibí que, aunque muy diferente de la habitual, me resultaba en verdad interesante. Llamó mi atención el interrogatorio, pues las preguntas iban dirigidas más a mi persona que a mis síntomas digestivos; también me sorprendió la medicación por la simplicidad de los glóbulos y papeles en comparación con los remedios habituales. En poco tiempo, el tratamiento obró maravillas y pude así olvidar las dietas, comer de todo y sacarme los variados rótulos diagnósticos sugeridos, como ser vesícula perezosa, parásitos, hipocondría, colon irritable y varios otros. La intriga sobre el porqué de mi mejoría fue mayúscula y, como era de rutina, pensé sin la menor convicción en la posibilidad de un efecto psicológico, que pronto descarté, pero sin dejar de acusar el fuerte impacto que la mejoría signicaba para mí, pues le planteaba toda suerte de interrogantes a mi estructura ortodoxa. A este respecto Claude Bernard decía: “cd c c cq d, d qd c c y d , cd y d d d dd y dd”. En esa época viajé a Francia a n de perfeccionarme en clínica médica, sin olvidarme de llevar semi escondidos los “globulitos salvadores”. El motivo de esta precaución fue que mi destino era una reconocida sala modelo de Clínica Médica, en el Hôpital de la Piti en París, a la cual una vez por semana concurrían para su entrenamiento, seis meses antes del examen de admisión, los postulantes a Patrn , o sea los futuros Jefes de Servicio, la or y
110
CArloS VAlENzUElA
nata de la ortodoxia médica. Al nalizar mi año de residencia, debía presentar una monografía ante la Facultad de Medicina de la Universidad de París, y, con ese motivo, pensaba escribir sobre la pequeña insuciencia hepática, tema que solían considerar los franceses. Sin embargo, el “patrón”, Fred Siguier, aduciendo que sobre esto nada se sabía, me pidió que eligiera otro tema, de modo tal que nalmente fue sobre tumores renales con poliglobulia. El hecho no dejó de desilusionarme, aunque explicaba, en parte, las experiencias personalmente vividas. Cuando regresé a Buenos Aires, sentí la imperiosa necesidad de conocer con profundidad la homeopatía. Recuerdo que el primer libro que leí , Páginas de Medicina Homeopática, del doctor A. Grosso, fue obsequio de mi librero universitario, el Señor Piñero, de la librería La Clínica. La lectura de las primeras páginas me produjo fastidio y hasta enojo frente a conceptos que, en ese momento, me resultaban insólitos, pero la curiosidad, afortunadamente, me obligó a continuar la lectura, y, poco después, a tratar de localizar la sede de la Asociacin Mdica Homeopática Argentina, en aquellos años en la calle Riobamba 118. La importancia de mis primeros conocimientos homeopáticos se puso en evidencia rápidamente, a partir de un enfermo que fue derivado en consulta a la sala de clínica médica del Hospital Argerich a la cual yo concurría, circunstancia en que me solicitaron que le efectuara el examen de ingreso correspondiente. Como no traía diagnóstico y su historia clínica era voluminosa, me permití sugerir al jefe de sala, teniendo en cuenta el estado de salud muy precario del paciente, que en vista de los múltiples estudios ya efectuados, se le iniciara el tratamiento como si fuese una tuberculosis. Tal presunción diagnóstica se apoyaba en mis primers lecrs homeopáics, tema tabú para un entorno tan ortodoxo. Esta sugerencia no fue comprendida, dado que los análisis y radiografías no mostraban nada al respecto y, además, la mayoría de los colegas suponía que, en alguna parte, iban a terminar encontrando un tumor profundo. La experiencia resultó decisiva para mi orientación profesional: al poco tiempo, ante la no-apa-
HomEopATíA UNICISTA
111
rición del tumor buscado y la imposibilidad de compartir mis conocimientos heterodoxos con los colegas, dejé de concurrir a la Sala y, cuando un año más tarde, en un gesto de sinceridad digno de ser destacado, el propio jefe de sala, en ocasión de un casual encuentro, me comunicó que mi diagnóstico había sido acertado, ya no tuve más dudas sobre el camino que había elegido y que comenzaba a transitar y descubrir. Esto sucedía en el año 1962.
CaPítuLO 22 ¿homeopatía o sugestión?
“algnos hn insindo qe l s gesión es n yd pr l cción del remedio; pero es prdene pregnrse por qé l sgesión frcs cndo se h ddo el remedio eqivocdo.” JameS tyler Kent
Es común que los detractores de la homeopatía deendan su punto de vista diciendo que los remedios homeopáticos son un simple placebo, es decir azúcar, y que, por lo tanto, cualquier me joría de un paciente tratado mediante esta terapéutica sólo podría deberse a un efecto de sugestión o a una curación espontánea. Curiosamente, hay quienes a partir de la misma argumentación, es decir también convencidos de que es un placebo, no se oponen de un modo tan inexible a la medicación homeopática. Así por ejemplo, en un momento álgido de la polémica en torno al tratamiento Hansi aplicado a pacientes cancerosos, el subsecretario de Salud, Daniel Perlusky, sostuvo que “de ningún modo hay delito en el manejo de un tratamiento homeopático, ya que es una práctica ajena a la medicina ortodoxa, que es considerada como placebo y que, por tanto, no requiere un aval expreso” (La Nación, 25-7-90). Dos prácticas cotidianas son lapidarias a la hora de echar por tierra los argumentos sobre el efecto placebo. En primer lugar, la pediatría homeopática, que representa un veinticinco por ciento de la consulta. En este sentido, los ejemplos más elocuentes se encuentran entre los problemas agudos de los niños con sus ebres, catarros nasales, anginas, bronquitis espas-
HomEopATíA UNICISTA
113
módicas, otitis, etcétera, que se tratan habitualmente con éxito; en tanto que un placebo difícilmente los resolvería. En segundo lugar, la veterinaria homeopática, que está alcanzando gran difusión en razón de sus muchos logros, especialmente con perros, gatos y caballos, que no da margen para el habitual argumento de la sugestión. Al respecto cabe señalar que, a raíz de ocasionales recetas que solicitan los pacientes para sus mascotas, poseo un repertorio de jugosas anécdotas, el cual resulta aleccionador, a la vez que risueño. No se discute que, en principio, todo acto médico tiene sobre el enfermo cierto componente psicológico, pero diferenciar el remedio homeopático del placebo está al alcance de la más simple investigación. Todos sabemos que cualquier remedio puede tener transitoriamente un efecto placebo, pero el tiempo no tarda en señalar las diferencias entre uno y otro. Por otra parte, muchos enfermos cuando llegan a la homeopatía ya llevan largos años de psicoterapia. La frecuencia de las consultas homeopáticas y la duración del tratamiento no guardan ninguna relación con el tiempo requerido por la psicoterapia. Con cierto humor, podríamos preguntarnos por qué, en menos tiempo y en relativamente pocas consultas, el homeópata habría de ejercer una sugestión que evidentemente no logró ejercer el terapeuta. En los últimos años se está observando una mayor precaución al hacer referencia al supuesto efecto placebo del remedio homeopático. Así, The Lancet, una de las tres publicaciones médicas más jerarquizadas en el mundo cientíco, publicó (20-9-97) un trabajo de Klaus Linde y col. en el cual los autores concluyen que los resultados de su metaanálisis no son compatibles con la hipótesis de que los efectos clínicos de la homeopatía se deberían enteramente a un efecto placebo.
CaPítuLO 23 el botiQuín homeopátiCo
algunos remeDios De urgenCia
El botiquín homeopático está incorporado a nuestra historia nacional desde que el General San Martín utilizó uno, el suyo personal, que le fue obsequiado por su gran amigo Don Ángel Correas para que lo llevara durante el cruce de los Andes. El bo tiquín, así como la información sobre el uso que hizo de él San Martín durante la gesta cordillerana, a partir de conocimientos de homeopatía adquiridos en España, se encuentra en el museo “General Don Jos de San Martín” de la ciudad de Mendoza. Para el paciente es siempre útil disponer de un botiquín homeopático, especialmente en caso de emergencias o viajes. El mismo, en líneas generales, debe incluir en primer lugar los remedios más habituales del grupo familiar y, en segundo lugar, los remedios más frecuentes ante diferentes episodios agudos, incluyendo especialmente los relacionados con traumatismos, picaduras y quemaduras; en total serían alrededor de unos veinte pequeños frascos, acondicionados de manera tal que sea fácil su traslado. Estos botiquines no tienen fecha de vencimiento, siempre que los glóbulos hayan estado correctamente guardados, es decir bien cerrados y apartados de la luz solar, de las altas temperaturas y de la proximidad al alcanfor. Es importante conocer el uso de aquellos remedios que son de primera indicación ante cualquier tipo de accidente. Arnica es el más conocido de los remedios de urgencia, pues tiene una acción puntual ante todo tipo de traumatismos y, en consecuencia, es, sin duda, la primera medicación, ya que su acción cubre amplia y ecazmente al organismo de las consecuencias inmediatas del traumatismo, es decir, dolor, hemorragia, hematoma, inamación traumática y estado de shock. Se administra habitualmente en
HomEopATíA UNICISTA
115
las diluciones 6,30 ó 200, y deben tomarse cinco glóbulos con una frecuencia que, según la gravedad del caso, irá de la media hora a las tres horas. También es recomendable su indicación luego de toda intervención quirúrgica. Cuando se ha empleado ac no son pocos los cirujanos que quedan sorprendidos por el reducido hematoma y la rápida cicatrización que se observa en los días posteriores a la intervención. Debido a esto, algunos especialistas, sobre todo plásticos, obstetras y traumatólogos, comienzan a tenerla muy en cuenta. También en odontología sorprenden sus resultados, en razón del poco dolor, hemorragia e inamación que se advierte después de las intervenciones. A su vez, las enfermeras suelen comentar sobre la ausencia o reducción de las escaras en los internados a los que se les ha suministrado este remedio. Ledum es un remedio muy útil para el tratamiento de heridas punzantes de todo tipo, como ser las provocadas por clavos, agu jas, cuchillos, etc.; también lo es para las picaduras de insectos y mordeduras de animales. Otra indicación característica de ld son las lesiones de tipo magullamiento con hematomas. Ruta es un remedio muy útil para tratar los traumatismos que afectan tendones, ligamentos y la supercie del hueso (periostio). Se utilizan las mismas dosis que se han indicado para ac. Hpericum es una medicación indispensable ante todo traumatismo que afecte las terminaciones de los nervios periféricos, en particular de las manos o de los pies, y en las heridas superciales extensas. Muy útil en odontología, junto con ac , luego de los tratamientos de conductos y de las extracciones. Calndula en forma de tintura es de mucha utilidad en el caso de heridas abiertas, debido a su efectiva acción cicatrizante. Se la aplica localmente, en la proporción de 25 gotas en un vaso con agua, por medio de una gasa embebida en la solución. Apis, en las mismas dosis señaladas para ac y r, se emplea en el tratamiento de picaduras de insectos, tan frecuentes
116
CArloS VAlENzUElA
durante el verano y a las que muchas personas son especialmente sensibles. Urtica Urens es de mucha utilidad en el caso de quemaduras superciales, mientras que C se aconseja para quemaduras más profundas. Ambos remedios se dosican igual que los anteriores. Para aplicación externa es aconsejable la tintura de Cd en dilución o crema. Las emergencias médicas que admiten el uso de ciertos remedios homeopáticos sin necesidad de diagnóstico de individualidad previo son únicamente aquellas producidas por agresiones externas como las ya mencionadas. Debemos señalar que es frecuente encontrar más de un vademécum homeopático con indicaciones de un determinado remedio para tal o cual enfermedad. Es necesario remarcar enérgicamente la importancia de no seguir las indicaciones de esos manuales, pues los logros de la homeopatía unicista se basan en la evaluación de la imagen del paciente como persona, y no en la simplicación que supone considerar al mismo como una angina, una bronquitis o un eccema, hecho que, a su vez, conduce al error de medicar la enfermedad, ignorando al enfermo y su circunstancia.
CaPítuLO 24 opiniones Y Comentarios “L medicin nesr, l clásic, no pierde nd con declrr qe Hhnemnn vo isbos geniles, y qe fe el precrsor de los vnces más impornes de l erpéic cl.” gregOriO marañón
En el pasado y presente del pensamiento cientíco deben de existir muy pocos ejemplos de tan persistentes y categóricos desencuentros como aquellos a los que ha dado lugar la homeo patía. Sabido es que la cordura siempre se pone de maniesto a través de la palabra y la acción de personas sabias y prudentes. Entre los verdaderos hitos que hicieron un poco menos difícil el arduo camino de la homeopatía, debo destacar los nombres de tres personalidades que actuaron en sitios, situaciones y momentos diferentes: el ministro Guizot, en Francia, en vida de Hahnemann; el ilustre médico y escritor español Gregorio Marañón, en la primera mitad del siglo veinte y, a mediados del mismo siglo, el reconocido pediatra argentino Florencio Escardó. El Ministro Guizot, como ya he tenido oportunidad de señalar, permitió que Hahnemann ejerciera la medicina en Francia, aunque La Academia de Medicina de París había solicitado que se le prohibiera practicarla. El ministro le respondió “ cc d d ” e hizo notar que “ l acd d dc.” El maestro de maestros don Gregorio Marañón decía en 1933, en el Congreso de Homeopatía realizado en Madrid:
118
CArloS VAlENzUElA
“un pre my grnde de l clienel homeopáic esá formd por pcienes inoxicdos de l medicin clásic, qe bscn en l simplicidd de los gránlos y de enes dilciones descnso pr s orgnismo zrndedo por ls drogs lopáics, csi siempre civsims y en ocsiones llens de peligros violenci. Por desgrci l cienci médic, ún my pedne y my pgd de l impornci de ss rápidos progresos, esá domind por el nsi irrefrenble de novedd y n prlel fl de cric propi, genin. Y es cric iene, en consecenci, qe ser ejercid por ls secs colerles y, enre ells, por l de myor cegor, gracias a su indudable trasfondo cientíco, a saber por la homeopatía.”
No deja de ser conmovedor advertir la altura y sinceridad de este inolvidable maestro, a una de cuyas últimas clases en el Hospital San Carlos de Madrid tuve oportunidad de asistir. Podemos agregar también la opinión del profesor Augusto Bier, titular de clínica quirúrgica de la Facultad de Medicina de Berlín, autor de métodos quirúrgicos y de investigaciones biológicas admirables. El profesor Bier, en una conferencia famosa, en Mayo de 1925, reriéndose a la homeopatía dijo textualmente: “Enonces me di perfec cen de qe si hbier principido esos esdios rein ños nes, me hbr horrdo mchsimos errores y vcilciones; nosoros podemos prender mcho de ell y h cesdo de ser indo pr l escel nig ignorrl o rrl con desprecio.”
El profesor Florencio Escardó, en un artículo aparecido en el diario “La Nación”, el 29 de marzo de 1989, dice: “No me cnsré de repeir qe hy n sol medicin, l qe cr, clqier qe se l sbesrcr eóric sobre l qe se poy. Pero el cso de l homeop, objeo direco de es no, es sin dd priclr en l hisori de l clr, hbiendo ddo prebs irredrgibles de s ecacia concreta. Está apoyada en una losofía seria y coherente, pero su sola mención
bs pr desperr ols de resisenci del odo irrcionles en l grn myor de los profesionles de l medicin qe sin excepción lgn l niegn sin hberl ensydo con méodo, rigor y seriedd…
HomEopATíA UNICISTA
119
Es de esperr qe n cid públic, qe solo pede fndmenrse en l edcción, dé cceso los pcienes n form de crr rcionl y seclrmene probd, y qe l resisenci l homeop no es l resisenci ls coss nevs qe sfrió Prcelso, qe sfrió Pser, qe sfrió Hrvey, qe sfrió Semelweiss, qe sfrió Veslio, qe sfrió Fred, qe sfrió Crrel…, l lis ser inerminble, sino qe es n negción “ priori”, porqe s.”
El Profesor Escardó supo tener la valentía de reconocer, a raíz de una experiencia personal, la importancia y autenticidad del pensamiento homeopático y, gracias a su amistad con el maestro Tomás Paschero, adquirió un amplio conocimiento de esta disciplina, que practicó asiduamente; llegó a propiciar, incluso, su enseñanza universitaria. La referencia del doctor Escardó a la oposición priori que la mayor parte de los profesionales de la medicina maniesta ante la homeopatía me lleva al siguiente testimonio, aparecido en “Médico Moderno”, enero 1974, de Manuel Litter, reconocido Profesor de Farmacología y Terapéutica en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires: “Yo no pedo hblr de l Homeop porqe desconozco el em con profndidd. En generl, como les ocrre mchos médicos, me prece pr chrlner. Decir qe n molécl cú más llá del número de Avogadro a causa de la energía, es casi como armar que obtenemos
energ ómic con solo gir n vso de g.”
No cabe hacer muchos comentarios sobre estas palabras del Profesor Litter, desde el momento en que reconoce su desconocimiento del tema, lo cual no deja de ser, a la vez, llamativo y lamentable por tratarse de un profesor de terapéutica médica. Un jugoso intercambio de palabras fue sostenido por dos prestigiosos profesionales en ocasión de habérsele otorgado la
120
CArloS VAlENzUElA
Personería Jurídica a la Asociación Médica Homeopática Argentina, hecho acaecido en 1940. “un elegrm personl del Rey Jorge VI dirigido l Presidene Oriz zanjó la cuestión: solicitaba la ocialización de esa terapia en la Argenti n. al disponerl, el mndrio provocó l ir de n lóp enfervorizdo, el docor aráoz alfro, qien lmenó qe se insicionlizr s chrlnes y crnderos. S impción vo respes: n legendrio psiqir rgenino, el ‘loco’ ameghino, le pregnó rápidmene si él hb esdido o prcicdo l homeop. ‘Jmás podr mezclrme en ess coss’, se indignó aráoz alfro. ‘Pes mi qerido migo, chrlán es el qe hbl de lo qe no conoce’, respondió ameghino.”
Ingeniero, diplomático, ensayista y, por sobre todo, eminente pensador, Salvador de Madariaga decía, apuntando al trasfondo del problema, en la “La Nación” del 7 de Julio de 1974: “El prejuicio cientíco explica que la medicina al uso viva, casi siempre
y slvo honross excepciones, de esplds ls erpéics sinéics. Y eso qe no fln indicciones y ún gesos de l nrlez.”
Han pasado setenta años desde que en nuestro país se encendió ocialmente la polémica sobre la homeopatía, a raíz del pedido ante un Juez de la Personería Jurídica para la Asociación Médica Homeopática Argentina. Es triste pero necesario reconocer que, a pesar de los años transcurridos, poco ha cambiado al respecto, “todo está como estaba entonces”. Los mismos argumentos siguen apareciendo periódicamente en los reportajes de las revistas y en las entretenidas cartas de lectores. Es fácil comprender que el problema no pasa por denir si la homeopatía es cientíca o no, sino por empezar a conocerla, para lo cual sólo se requiere de la elemental curiosidad que debiera estar presente en todo profesional en el arte de curar. Dilucidar si la homeopatía es capaz de curar o mejorar al paciente no requiere de muchas elucubraciones, pero, eso sí, lo que
HomEopATíA UNICISTA
121
se haga a este respecto debe ser efectuado en forma conjunta por médicos de ambas disciplinas con la máxima objetividad clínica (doble ciego) y sin poner reparos a lo heterodoxo. Para llevar adelante esta investigación, sólo hay necesidad de un protocolo adecuado a estos nes, preparado y aceptado por las partes, de un número de enfermos estadísticamente válido y de un tiempo que para los resultados más inmediatos no necesita superar los seis meses, pudiéndose lograr una evaluación denitiva en un plazo de dos a tres años. Es importante tener presente que existe en la Facultad de Medicina de la U. B. A, desde el año 1967, el expediente número 36.388, en el cual la Asociación Médica Homeopática Argentina ofreció a la facultad dictar cursos para médicos graduados, a la vez que un equipo de médicos homeópatas para atender enfermos en el Hospital de Clínicas, con la supervisión correspondiente, durante dos años como mínimo, pero siempre sobre la base del compromiso de las partes de publicar los resultados. Este ofrecimiento nunca tuvo respuesta.
CaPítuLO 25 la homeopatía en el munDo
El crecimiento progresivo de la homeopatía en el mundo es clara señal de su importancia y del reconocimiento que hoy se tiene sobre sus resultados. Se calcula que, en la actualidad, en los países desarrollados y dependiendo de cuál de ellos se trate, entre un 30 por ciento y un 70 por ciento de los pacientes recurren a medicinas no convencionales, siendo la homeopatía la de mayor predicamento. Sin embargo, en todos los países existen diversas formas de resistencia por parte de la medicina ocial, así como también cierto desprestigio que le ocasionan a esta terapéutica muchos seudohomeópatas que no han sabido comprender sus principios. Es común que el enfermo que ha tenido una mala experiencia juzgue negativamente a la homeopatía y no al médico homeópata en particular; esto no ocurre con la alopatía, pues la crítica, en su caso, va dirigida al médico en persona o a un remedio determinado, pero rara vez a la alopatía en sí misma. El crecimiento en el número de enfermos que se trata homeopáticamente alcanza, por ejemplo en Francia, a un 20 por ciento anual. Se observa también una progresiva incorporación de su enseñanza en los ámbitos universitarios, y la inclusión de sus remedios en las farmacopeas de los países más avanzados. Por otra parte, los laboratorios homeopáticos muestran una importante evolución, acorde con la de la medicina misma, y están contribuyendo al desarrollo de la investigación homeopática en el más alto nivel. Como ejemplo de la práctica homeopática en el mundo recordemos que, en Inglaterra, el Dr. F. Quin fundó el London
HomEopATíA UNICISTA
123
Homeopathic Hospital en 1850, que, años más tarde, contó con el auspicio de la Casa Real y pasó a llamarse Roal London Homoeopathic Hospital. En este hospital se destacó la ecacia de la homeopatía en la epidemia de cólera de 1854, durante la cual se observó una mortalidad en un 50 por ciento menor a la que tu vieron otros hospitales, información que se intentó ocultar hasta que fue ocialmente requerida por el Parlamento. En general, en el cuerpo médico de la familia real siempre ha habido un médico homeópata. Debemos destacar que el rey Jorge VI fue quien intercedió ante el presidente Ortiz para que se permitiera de manera ocial el ejercicio de la homeopatía en la República Argentina. No obstante haber nacido en Alemania, la expansión de la homeopatía en los Estados Unidos fue muy superior a lo que ha sido en Europa; se calcula que antes de la primera guerra mundial había 53 hospitales generales exclusivamente homeopáticos en Estados Unidos. Constantino Hering fundó en Filadela, en 1850, el Hahnemann Medical College of Philadelphia que, junto con su hospital, fue el principal centro de enseñanza estadounidense; su fundación, curiosamente, ocurre en el mismo año que la del London Homeopathic Hospital. Las guras más destacadas de la homeopatía después de los alemanes Hahnemann y Hering fueron en su mayoría estadounidenses: Kent, Allen, Nash, Farrington, Dunham, Austin. También sobresalieron muchos ingleses, todos discípulos de Kent, empezando por Skinner, Gibson Miller, Hughes, Bach, Paterson, Compton Burnet, Margaret Tyler, Clarke y Weir. Podemos señalar que los más destacados maestros europeos del siglo XX, además de Kent, fueron Margaret Tyler en Londres en la primera mitad del siglo pasado y Pierre Schmidt en Suiza en la segunda mitad de ese siglo, a su vez discípulo de Austin, también kentiano. Actualmente, la homeopatía se practica en más de ochenta países en todo el mundo, en particular en Alemania, Francia, Bélgica, Inglaterra, Suiza, India, Pakistán, Rusia, Estados Unidos,
124
CArloS VAlENzUElA
México, Brasil, Colombia, Venezuela, Uruguay y Argentina. La atención en clínicas y hospitales especializados se realiza en Inglaterra, Alemania y México, existiendo en Francia consultorios en algunos hospitales generales, como el Hôpital Saint-Jacques en París. La India, país en donde la homeopatía está muy difundida, ha facilitado enormemente el estudio y práctica de la misma en todo el mundo, pues ha reeditado desde hace más de 40 años las obras completas de los autores más conocidos, en su mayoría agotadas, en excelentes y económicas encuadernaciones. En nuestro país existen evidencias muy antiguas de práctica homeopática, como el uso de un botiquín homeopático por parte del General San Martín durante el cruce de los Andes (véase Cáp.24); también el General Mitre llevó remedios homeopáticos en sus campañas. El doctor Darrozin, considerado el primer homeópata que ejerció en el país, fue perseguido por el Protomedicato hasta que, nalmente, se lo encarceló y expulsó en 1846. Casi veinte años después, en 1865, se fundó la Sociedad Hahnemanniana Argentina, que publicó el “Boletín Homeopático” durante 59 años. En los archivos de la Facultad de Medicina de la UBA se conservan dos antiguas tesis que versan sobre homeopatía. Una, de 1854, titulada “Algunas consideraciones sobre la homeopatía” pertenece al Doctor Domingo Matheu; la otra, de 1878, al Doctor Luis C. Maglione, quien la denominó “Homeopatía”. En 1932 se fundó la Sociedad Mdica Homeopática Argentina. La enseñanza de la homeopatía se efectúa desde el año 1940 en la Asociacin Mdica Homeopática Argentina , y desde 1970 también en la Escuela Mdica Homeopática Argentina . En ambos centros se dictan cursos para médicos, dentistas y veterinarios.
HomEopATíA UNICISTA
125
En el año 1980, la Asociacin Mdica Brasileña (AMB) legalizó la práctica de la homeopatía como especialidad de la medicina, para lo cual contó con una estrecha colaboración académica de la homeopatía Argentina. Hay consenso en considerar a la homeopatía argentina como perteneciente al primer plano en el mundo. Sin embargo, no ha sido reconocida ocialmente, por lo que los médicos homeópatas no se pueden titular como tales, aunque, paradójicamente, sí pueden hacerlo las farmacias. Para dar una idea de las dicultades que ha debido sortear la homeopatía argentina para comenzar a ser aceptada, debemos remontarnos al año 1936, cuando se inicia la tramitación de la Personería Jurídica de la Sociedad Mdica Homeopática Argentina, que llevó cuatro años. En el “Informe del Departamento Nacional de Higiene”, marzo 29 de 1937, leemos: “l dd cc d cv q f d fdd, d q cc, c dd cc dc d dc. l d dd cc d f. e q h dc c dc xc y v…” “La Homeopatía es solo un método terapéutico fruto de una simple concepción de Samuel Hahnemann, de Leipzig, que consiste en tratar…”. “Como lo hemos dicho no es una ciencia médica, es un simple método terapéutico que se basa por otra parte en hechos falsos…”. En cuanto a reconocimientos ociales, en nuestro país no ha habido progresos desde que se le otorgó en 1940 la Personería Jurídica a la Asociacin Mdica Homeopática Argentina (A.M.H.A.).
APéNDICE
LOS TRES PILARES DE LA HOMEOPATÍA
La homeopatía unicista es hoy una terapéutica de avanzada gracias a la infatigable labor de tres médicos e investigadores excepcionales, que nacieron con cincuenta años de diferencia entre uno y otro. Esta terapéutica y su doctrina se deben, podría decirse que de manera absoluta, al genio creador de Samuel Hahnemann (1755-1843). Su inesperado discípulo, Constantino Hering (1800-1880), inició la labor de recopilación de todo el vasto material de investigación hahnemanniano en su enciclopedia “Guiding Smptoms”. Hering fue, a la vez, el fundador y máximo propagador de la homeopatía en los Estados Unidos, país en el que esta doctrina, que había nacido en Alemania, alcanzó su máximo brillo, en cuanto a personalidades, enseñanza y hospitales. Finalmente, James Tler Kent (1848-1916), también en los Estados Unidos, fue el sintetizador genial de toda la obra de Hah nemann, en sus dos libros, la Materia Medica y el Repertorio, que son obras de consulta diaria para todo homeópata, al punto que la homeopatía unicista sería actualmente impracticable si no hubiera contado con el Repertorio de la Materia Mdica Homeopática. En conclusión, podemos decir que Hahnemann fue el genio creador de la homeopatía, que su discípulo Hering fue el gran
130
CArloS VAlENzUElA
propagador y vitalizador de la doctrina y que Kent fue el genial sintetizador de toda la obra, lo cual ha permitido hacer realidad la práctica cotidiana de esta disciplina.
SAMUEL HAHNEMANN (1755-1843) “En mi vid, no deseo reconocimiento por la beneciosa verdad que he pro pgdo desineresdmene. Lo qe he hecho por el mndo lo hice por moivos elevdos. Non-inilis vixi.” Samuel HaHnemann.
Christian Frederich Samuel Hahnemann nació en la pequeña ciudad de Meissen, Alemania, el 10 de abril de 1755. Su padre y su abuelo fueron artesanos que trabajaron como pintores de porcelana en la famosa fábrica de esa ciudad. Según testimonio de sus maestros, se destacó desde pequeño por su inteligencia, razón por la cual obtuvo becas que facilitaron la realización de sus estudios en el mejor colegio de Meissen, la Escuela para Príncipes. A pesar de estas posibilidades, Hahnemann no contaba con la aprobación de su padre, quien, a causa de sus escasos recursos, hubiera preferido que se dedicara al comercio. Fue gracias al apoyo del rector Müller que pudo asistir a un colegio tan exclusivo. En retribución, él ayudaba durante las clases, y así, a los 12 años, enseñaba las bases del griego y del latín a los alumnos menos aventajados. Su gran capacidad y vocación se pusieron ya de maniesto en 1775, cuando al culminar sus estudios secundarios disertó en latín sobre l v c fc d . Ese mismo año ingresó becado a la Universidad de Leipzig . Allí, con el n de ayudarse económicamente, dictó clases de alemán y francés e hizo traducciones del inglés al alemán. Este buen conocimiento de las lenguas clásicas y contemporáneas fue fundamental en la formación cientíca de Hahnemann, pues nunca encontró vallas lingüísticas que se opu-
132
CArloS VAlENzUElA
sieran a su sed de estar informado acerca de todo lo escrito sobre medicina y otras ciencias, por ejemplo, química o botánica. Una vez terminados sus estudios de medicina en Leipzig, Hahnemann se radicó en Viena con el n de adquirir experiencia en el Hospital de los Hermanos de la Misericordia, dirigido por el famoso profesor von Quarin, médico de la casa Real y rector de la Universidad de Viena. Este distinguido profesional, que le permitió ser su asistente en las consultas privadas, fue su maestro y amigo. Hahnemann solía decir que von Quarin le había enseñado todo lo que sabía de medicina. Esta armación, que podría parecer dictada por la amistad y el agradecimiento, debía tener, sin embargo, una base real, pues en Viena no se enseñaba una medicina teórica y libresca, algo común en ese siglo, por ejemplo en Leipzig, sino que se aprendía junto al lecho de los enfermos de los hospitales, en las lecciones de clínica. Si Hahnemann encontró el camino que lo llevaría a su gran descubrimiento, la homeopatía, fue por esta formación que reunía ambos aspectos: conocimientos teóricos extraordinarios y una capacidad de observación y experimentación fuera de lo común. Esta formación se dio entre numerosos médicos de la época, a quienes no bastaban ya las enseñanzas teóricas recibidas y buscaban ejercer su profesión aprendiendo de la práctica y la observación. Se trataba de jóvenes que, cuestionando los resultados de una terapéutica ocial agresiva y poco efectiva, abogaban, amparándose en Hipócrates, por una medicina que no fuera contra la naturaleza, sino que la ayudara, logrando estimular la fuerza vital de los pacientes. Pero la capacidad de estudio y trabajo de Hahnemann no todos la tuvieron. Tampoco la fortaleza que le permitió soportar desde la interrupción voluntaria de la práctica de su profesión hasta la miseria, con tal de no renunciar a sus convicciones. Por otra parte, fue él, entre todos, quien reparó en la importancia que para el nuevo modo de considerar el arte de
HomEopATíA UNICISTA
133
curar debía tener el principio de Hipócrates, nunca olvidado pero en desuso desde hacía siglos, c . Las severas críticas de Hahnemann a la medicina ocial comenzaron en 1780, un año después de haberse doctorado en Erlangen y cuando sus éxitos lo habían ubicado en una posición destacada. Estas críticas ya no se detendrían. En un trabajo titulado ixcc ac, solicita que se prohiba la venta de “polvos antifebriles”, tóxicos por su contenido en arsénico. A la vez propone tres nuevos métodos para la detección forense de esa intoxicación. También criticó duramente el abuso que se hacía de vomitivos, purgantes y sangrías. Estos puntos de vista tendrían gran repercusión años después, cuando, en 1792, murió el Kaiser Leopoldo II, luego de que se le efectuaran cuatro sangrías sucesivas a raíz de un proceso febril. Hahnemann desaó a los médicos que lo habían tratado, instándolos a que justicaran públicamente su actuación. Por entonces hacía ya tres años que no ejercía la medicina debido al rechazo que le producía la terapéutica vigente, en particular el abuso y mezcla de drogas. Fueron años difíciles, signados no sólo por la escasez de recursos con que debía mantener a su muy numerosa familia, sino también por las frecuentes mudanzas de una a otra ciudad de Alemania a causa de los problemas que le creaban sus avanzadas teorías médicas. A n de ayudarse económicamente, hacía traducciones cientícas que solía acompañar de comentarios personales. También escribía artículos sobre medicina, química e higiene, que aparecieron en el J d hffd , una de las principales publicaciones médicas de la época. Su trabajo literario, extenso y reconocido, le valió ser nombrado Miembro de la Academia de Ciencias del Electorado de Maguncia y de la Sociedad Económica de Leipzig. En 1789, el año en que abandonó la práctica médica, investigó el efecto del Mercurio en el tratamiento de la sílis, y expresó su desacuerdo con la opinión que atribuía este efecto a la acción
134
CArloS VAlENzUElA
estimulante sobre las secreciones, es decir sobre la transpiración, la salivación, la orina y los jugos digestivos. Hahnemann conside raba que la acción antisilítica se debía a una reacción provocada por el Mercurio en el organismo, reacción a la que llamó “ebre mercurial” en un trabajo titulado icc cj fdd v. En 1790 tradujo el td d dc de Cullen. Su crítica a la postura de este autor acabó conduciéndolo a un descubrimiento de tal envergadura que sería el fundamento de la homeopatía. En 1796 dio a conocer sus nuevas ideas en una célebre publicación, el ey v c d d cv d d, c vc c y ccd. Con este trabajo nace la homeopatía. Entre 1796 y 1810, año en el que publicó su obra fundamental, el Organon de la curacin racional, Hahnemann desarrolló los principios de la doctrina homeopática. En 1805 publicó la primera Materia mdica, donde describe sus primeros 27 remedios; éstos serán 64 cuando, en 1811, se publique una segunda edición de la obra. Cabe señalar que en las cinco ediciones posteriores del Organon, todas ellas ampliadas, dio a la obra el nombre de Organon del arte de curar. En 1812, Hahnemann obtuvo por concurso una cátedra en la Universidad de Leipzig, desde donde expuso su teoría homeopática. Jahr, Hartman, Boenninghausen, Ruckert y Brunnov fueron algunos de sus discípulos. Pero la oposición a sus ideas no cesaba. Así, por encargo del editor Baumgartner, el doctor Constantino Hering se dispuso a “dc” a la homeopatía y a su fundador. Luego de estudiar la obra de Hahnemann, Hering sorprendió a sus colegas identicándose con la nueva terapéutica y abandonando la medicina ocial. En cuanto al editor Baumgartner, contrariamente a lo supuesto, publicó a partir de entonces trabajos de homeopatía en diferentes revistas. Con el tiempo, Hering emigró a los Estados Unidos, donde fundó el Hahnemann Medical College en Filadela.
135
HomEopATíA UNICISTA
Samuel Hahnemann: Monumento (sector central) en Scott Circle, Washington D.C. MMemorils.com
136
CArloS VAlENzUElA
El hecho de que Hahnemann considerara indispensable que los médicos homeópatas prepararan personalmente los medicamentos para garantizar la delidad de las recetas, lo condujo a un nuevo enfrentamiento, esta vez con los boticarios. En 1820 se le prohibió preparar y distribuir sus remedios. Abandonó entonces Leipzig y se instaló en Köthen, donde fue nombrado Consejero del duque. Allí, en 1830, murió su esposa. Años después, Marie Mélanie d’Hervilly, una pintora francesa enferma de tuberculosis, que había sido desahuciada por la medicina ocial, llegó a Köthen para consultar a Hahnemann, cuya fama se había extendido por el mundo a través de sus discípulos. Tras su mejoría, calicada de “milagro” por su médico personal, ella persuadió a Hahnemann de la necesidad de trasladarse a París, único centro capaz de consagrar su método. Éste, que ya tenía 80 años, y Mélanie d’Hervilly se casaron y se instalaron en París en 1835. El 25 de agosto de ese año, el ministro Guizot autorizó a Hahnemann a ejercer su profesión, a pesar de que La Academia de Medicina de París había solicitado que se le prohibiera hacerlo. La respuesta del ministro fue un ejemplo de altura y honestidad cientíca: “h –dj– d . l cc d d. s q v , c . s , c, , dv d d dd v, y l acd d fvc q d, d c vz cc y dc.” Tras ocho años de intenso, brillante y reconocido trabajo profesional, Hahnemann murió en París el 2 de julio de 1843, a los 88 años. Sus restos descansan en el cementerio de Père Lachaise, en un artístico mausoleo donde puede leerse el epitao que él escribió para su tumba: vx.
137
HomEopATíA UNICISTA
En los Estados Unidos se lo recuerda con un importante monumento levantado en la ciudad de Washington, en la plaza del general Scott. También Alemania lo honró con dos monumentos en las ciudades de Köthen y Leipzig.
"NO HE VIVIDO EN VaNO" Epitao que escribió Hahnemann para su tumba
Detalles del monumento a Hahnemann en Washington D.C. dcMemorils.com
"aNíMatE a SER SaBIO"
138
CArloS VAlENzUElA
tmb de Smel Hhnemnn Cemenerio de Père-Lchise, Prs, Frnci.
CONSTANTINO HERING (1800-1880)
Constantino Hering fue un médico alemán especialmente contratado por un editor de Leipzig de apellido Baumgartner para que escribiese una importante crítica sobre Hahnemann y la herejía homeopática. Afortunadamente, su honestidad cientíca lo condujo a un minucioso análisis de toda la documentación existente al respecto, que incluyó el acceso a los estudios patogenéticos. El resultado nal de la tarea que le había sido encomendada fue paradojal, dado que en lugar de crítico, se convirtió en el principal discípulo de Hahnemann y siempre se mantuvo en contacto con él hasta la muerte del maestro. Junto con su continuador, J. T. Kent, fueron para las generaciones futuras los pilares de la homeopatía. Fue el fundador de la homeopatía en Estados Unidos y el creador del Hahnemann Medical College of Philadelphia, en donde fue profesor de Materia Médica. Éste, que fue el principal centro de enseñanza de la homeopatía en el mundo, contaba, a la vez, con un hospital homeopático. Algo anecdótico vinculado con su conversión, es que el editor Baumgartner, por su parte, se transformó en un reconocido difusor de libros y publicaciones homeopáticas. La enciclopedia de Hering en diez volúmenes, Guiding Smptoms of our Materia Medica, es un clásico de la homeopatía y fue la piedra basal para la posterior creación, por parte de J. T. Kent, de dos obras fundamentales, la Materia Mdica y el Repertorio de la Materia Mdica Homeopática ; también publicó su conocido Manual de Homeopatía Domstica. A pesar de su admiración por Hahnemann, Hering conservó siempre su independencia de criterio, como podemos ver en una comunicación de 1837: “g cd
140
CArloS VAlENzUElA
d y d d h y d cf q y d q dd c cvcc vz q vd c dz. p dc q dd cc c (1821) , c cd d o q f d ”. Hasta el momento de su muerte fue un trabajador incansable en favor de la homeopatía. Realizó también patogenesias, la más importante y hasta espectacular fue en Surinam (Guayana Holandesa), con la temible serpiente lc tc (Surucucú), cuyos síntomas experimentó accidentalmente, en forma casi trágica, cuando al manipular el veneno para extraerlo se impregnaron sus manos, como consecuencia de lo cual tuvo una grave intoxicación con pérdida de conocimiento y hasta delirio, cuyas características fueron minuciosamente registradas por su mujer. Es interesante señalar que su arribo a los Estados Unidos fue, en buena parte, circunstancial, como una etapa de su viaje a Surinam. Aunque regresó en algunas ocasiones a Alemania, vivió normalmente en los Estados Unidos, donde encontraba mentes más abiertas y proclives a incorporar la nueva medicina.
JAMES TyLER KENT (1849-1916)
James Tyler Kent fue un distinguido cirujano estadounidense que llegó a la homeopatía circunstancialmente, a raíz de la enfermedad de su mujer, quien en progresiva declinación de su salud, y sin respuesta a sus medicaciones y las de sus colegas, le imploraba que llamara en consulta a un médico homeópata, a lo cual Kent accedió a regañadientes, pues no podía comprender los principios de esta disciplina: la Ley de la Semejanza y la dilución innitesimal. Reconoce Kent que le costó contener la risa ante el extenso y tan atípico interrogatorio al que era sometida su esposa en el curso de la primera consulta. No obstante, al observar la rápida transformación que en pocas horas se produjo en ella, experimentó una profunda impresión y no pudo menos que dejar de lado sus preconceptos y estudiar exhaustivamente el tema, pues intuyó que lo sucedido no era una casualidad. Se puede decir, sin lugar a dudas, que Kent fue el tercer gran pilar que necesitaba la homeopatía, junto con Hahnemann, su creador, y Hering, su propagador. En efecto, fue Kent quien, mediante una inteligente síntesis efectuada sobre la base de la Materia Mdica Pura de Hahnemann y los Guiding Smptoms de Hering, supo plasmar, en la Materia Mdica y en el Repertorio, todo el invalorable material de investigación que tenía en sus manos, en una forma sintética y didáctica que hizo que fuese una realidad la práctica de la homeopatía. Sin esta excepcional síntesis, en pocos años muy probablemente sólo hubiera quedado un recuerdo histórico de la homeopatía, dada la dicultad que hubiera existido para memorizar en la práctica cotidiana todo el extenso y heterogéneo material contenido en las patogenesias.
142
CArloS VAlENzUElA
Clarke, eminente homeópata inglés (1900), ha señalado que sería imposible la práctica de esta disciplina sin la ayuda de un repertorio. Toda la obra de Kent se resume en varias ediciones de sus Lecciones de Materia Mdica, su famoso e invalorable Repertorio de la Materia Mdica Homeopática y sus Lecciones de Filosofía Homeopática. En relación con esta última, cabe señalar que Kent también supo amalgamar el pensamiento de su maestro con el pensamiento losóco de Svedenborg respecto a la primacía de la mente sobre el cuerpo y, en consecuencia, a la jerarquía diagnóstica máxima de los síntomas mentales sobre los síntomas físicos. También fue el introductor de las altas dinamizaciones, en contraste con las diluciones bajas que se utilizaban entonces. Fue un gran maestro de Materia Médica, al punto que la familia de Margaret Tyler, su discípula en la distancia, creó una fundación para que médicos ingleses pudieran viajar a estudiar con él. Como deseaba fervientemente, pudo terminar, poco antes de morir, la tercera edición manuscrita de su Repertorio, que es hoy el libro de consulta permanente de todo homeópata unicista.
BIBLIOGRAFÍA
1. Aberastury, F. – “Homeopatía y psicología”, Homeopatía Nº 35, 1946. 2. Allen, H. – The Materia Medica of the Nosodes. Nosodes. 3. Albertini H, Goldberg W. – Bilan de 60 observations randorando misées – Arnica contre placebo dans les neuralgies dentaires. Homeopatía Nº 47,1984 4. Almeida Almeida Rezende, Rezende, A. – Reper Repertorio torio e Repertorizac Repertorizacao. ao. Sao Pab Pab11o 1972. 5. Andrade L, Ferraz MB – A randomised controlled trial to evaluate the effectiveness of homoeopathy in rheumatoid arthritis. Scand. J Rheumatol Nº 20. 1991. 6. Anselmi, Anselm i, E. – Las amígdalas, amígdalas, cenicientas cenicientas de la medicina. medicina. HoHomeopatía, Nº 185, 1951. 7. Barilari, Barilari, M. – El sentido s entido humano del médico. Bs. As. 1969 1969.. 8. Barnard and Stephenson – “Microdose paradox”, J. of Am. Inst. of Hom. Sept. 1967. 9. Belgrano, L. – Homeopatía y Medicina Académica. Bs. As. 1971. 10. Bellokossy Bellokossy,, F. F. – “De la alergia alergia a la homeopatía” homeopat ía”.. Homeopatía, Homeopatí a, Nº 240, 1958. 11. Boericke, William Willia m – Materia Materia Médica with Repertory. Repertory. 12. Bohn, R. – “Hahnemann and Psychiatry”, Br. Hom. J.: Nº4, 1970. 13. Bronfman, Zalman – Diálogos con un homeópata. Bs As. 1984.
144
CArloS VAlENzUElA
14. Broussal Brouss alia ian, n, G. –“La Presc Prescript ription ion Unic Uniciste iste””, L’Homeop. L’Homeop. FranFran caise, caise, Nº 4, 1968. 1968. 15. 15. Campbell A. – Two Two pilot controlled trial tri al of Arnica Arn ica montana. Br Hom J. Nº 65, 1976. 16. Candegabe, E. – Materia Médica Comparada. Bs As, 1983. 1983. 17. 17. Chavanon, Chavanon, Paul – Therapeutíque Therapeut íque ORL ORL Homeopatique. Par París, ís, 1935. 18. 18. Close, Close, S. – Genius of Homeopathy. Homeopathy. 19. 19. Cordi, Cordi, M. – “Pedi “Pediat atrí ría” a”,, Homeopatí Homeopatía, a, Nº 285, 1967 1967.. 20. Crespo Dubert Dube rtyy, M. – La Realidad de de la Homeopatí Homeopatía. a. Bs. As, 1987. 21. 21. Darnet, J. – “La homeopatía homeopatía como ayuda ayuda en los problemas de la juventud”. Homeopatía, Nº 272,1964. 22. De Lange de Klerk E, Blommers J. – Effects of homeopathic medicines on daily burden of symptoms symptoms in children with rere current upper respiratory tract infections. BMJ; Nº 309, 1994. 23. Demarque, Denís – L’homeopathie – Médecíne de L’expeL’expe rience. París, Parí s, 1968. 1968. 24. Draiman, Mario – Personalidades Homeopáticas. Bs. As., 1999. 25. Eizayaga, Franci Francisco sco – Tratado Tratado de de Medicina Medicin a Homeopática. Homeopática. Bs. As., 1981. 26. Enfermedades Enfer medades Agudas Agudas Febriles. Bs. As, 1978 1978.. 27. 27. El moderno reper re pertorio torio de Kent. Bs. As, 1979 1979. 28. Endler PC, Schulte J. –Ultra high dilution: physiology and physics. Dordrecht: Kluwer, 1994. 29. Ernst E; Resch Kl. – Complementary medicine-what physiphysi cians think of it: a meta-analysis. Arch Intern Med. Nº: 155, 1995. 30. Fisher P, P, Ward Ward A. –Complementary medicine med icine in i n Europe. BMJ Nº 309, 1994.
HomEopATíA UNICISTA
145
31. 31. Gibson, R. – “The biologica biologicall sígnicance sígni cance of succusion”. succusion”. British Hom. J. Nº 7, 1968. 32. Gotzsc Gotzsche he P. P. –T –Trial rial of homoeopat homo eopathy hy.. Lancet Lancet Nº 341, 1993. 1993. 33. Grosso, A. –Pagin –Paginas as de Medicina Medicin a Homeopática. Homeopática. Bs. As, 1951. 1951. 34. Haehl, R. –Samuel Hahnemann. Hahnema nn. New Delh Delhi,i, 1971 1971.. 35. 35. Hahneman Hah nemann, n, S.– S.– Organon del del Arte de Curar. Curar. 36. Materia Médica Pura. 37. 37. Las Enfermedades Crónicas. 38. Hering, C. – Guídíng Syrnptoms on Ma Materia teria Médica. 39. 39. Jacobs Jacobs J, Jimen Jimenzz LM. – Treatment Treatment of acute childhood diarrhea dia rrhea with homoeopathic medicine: a randomized clinical trial in Nicaragua. Pediatrics Nº: 93, 1994. 1994. 40. Kent, J.J. Tyler Tyler – Repertory of Homeopathic Materia Materi a Médica. 41. Filosofía Homeopática. 42. Lecciones de Materia Médica Homeopática. 43. Lesser Writngs. 44. Kleijnen J, Knipsch Kn ipschild ild P. P. – Clinica Cli nicall trial trial of homoeopathy, homoeopathy, BMJ. BMJ. Nº: 302, 1991. 45. Larnaudie, Roger – La vida sobrehumana de Samuel Hahn emann. Bs. As., 1946. 46. La Recherche. – L’Homeopa L’Homeopath thie ie une pratique a hi histoire stoires. s. Jui Juin, n, 1998. 47. 47. Linde K, Clausius N. N. – Are the clinical clin ical effects effect s of homoeopathy homoeopathy placebo placebo effects? A meta-analysis of placebo-controlled placebo-controlled trials. t rials. Lancet, Sept. 20, 1997. 48. Molteni, Ricardo y Ruffo, J. – Aproximación al conocimiento de la persona p ersonalidad. lidad. Homeopatí Homeopatía, a, Nº 318. 318. 49. 49. Nash, E. B. – Indicaciones de terapéutica homeopática. homeopática. Malaga, Sirio, 1990. 50. O` O`Keefe Keefe D. –Is homeopathy a placebo response? respon se? Lancet Nº 29, 29, 1986.
146
CArloS VAlENzUElA
51. Paschero, T. – Homeopatía, 1973. 52. Reilly D, Taylor MA. – Is homeopathy a placebo response? Controlled trials of homeopathic potency, with pollen in hay fever as model. Lancet, 1986. 53. Is evidence for homoeopathy reproducible? Lancet Nº: 344,1994. 54. Sallustio, V. – “Psiquiatría; casos de la práctica diaria”, Homeopatía, Nº 203, 1953. 55. Shipley M, Berry H. – Controlled trials of homeopathic treatment of osteoarthritis. Lancet 1983. 56. Tittaferrante, A. – “Marañón y la Homeopatia”, Homeopatía, N: 262, 1962. 57. Valenzuela, C. – “Tratamiento de una taquicardia ventricular paroxística en una enferma chagásica”, Homeopatía, Nº 289, 1967. 58. Valenzuela, C. – Enfermos Chagásicos crónicos. Experiencia con el empleo de autonosodes. Homeopatía, Nº 318, 1976. 59. Valenzuela, C. – La homeopatía en los problemas de conducta y escolaridad. Homeopatía, Nº 292, 1969. 60. Valenzuela, C. – Algunas limitaciones de la Homeopatía. Homeopatía Nº 335, 1983. 61. Vannier, Leon – La práctica de la homeopatía. Méjico, 1977. 62. Vijnovsky, B. – “La homeopatía, medicina ideal en el niño”, Homeopatía, Nº 270, 1963. 63. Vijnovsky, B. – Sintomas clave de la Materia Médica Homeopática. Bs. As. 64. Vithoulkas, G. – Homeopatía, Paidós, 1996. 65. Vithoulkas, G. – La Ciencia de la Homeopatía. Paidós, 1996.
ÍNDICE
Prólogo y testimonio.......................................................................... 9 Introducción ...................................................................................... 15 Parte I La base de la Homeopatía
Capítulo 1. ¿Qué es la homeopatía?............................................................... 21 Capítulo 2. Fundamentos de la homeopatía ................................................ 24 Capítulo 3. El remedio homeopático. Un tema urticante ........................... 26 Capítulo 4. Elaboración del remedio homeopático ..................................... 31 Capítulo 5. Remedios alopáticos y homeopáticos ....................................... 36 Parte II La Doctrina Homeopática
Capítulo 6. El diagnóstico homeopático ....................................................... 41 Capítulo 7. Patogenesia, materia médica y repertorio ................................44 Capítulo 8. Supresión de síntomas y enfermedad crónica ......................... 47
148
CArloS VAlENzUElA
Capítulo 9. Indicaciones de la homeopatía................................................... 51 Capítulo 10. Las leyes de curación de Hering................................................ 55 Capítulo 11. Algunas limitaciones de la homeopatía ................................... 60 Capítulo 12. ¿Es lento el tratamiento homeopático?......................................63 Parte III La Homeopatía en la Práctica Mdica
Capítulo 13. Homeopatía y antibióticos.......................................................... 69 Capítulo 14. Infancia y homeopatía ................................................................ 71 Capítulo 15. Homeopatía y alergia.................................................................. 78 Capítulo 16. Homeopatía y vacunación.......................................................... 82 Capítulo 17. Homeopatía y cirugía ................................................................. 86 Capítulo 18. Homeopatía, medicina psicosomática, psicoanálisis y psicoterapias.............................................................................. 89 Capítulo 19. Enfermedad de Chagas............................................................... 96 Parte IV Consejos Comentarios
Capítulo 20. Conceptos y recomendaciones útiles ...................................... 105
HomEopATíA UNICISTA
149
Capítulo 21. Cómo llegué a la homeopatía................................................... 108 Capítulo 22. ¿Homeopatía o sugestión? ........................................................ 112 Capítulo 23. El botiquín homeopático. Algunos remedios de urgencia... 114 Capítulo 24. Opiniones y comentarios .......................................................... 117 Capítulo 25. La homeopatía en el mundo..................................................... 122 Apndice
Los tres pilares de la homeopatía ................................................ 129 Samuel Hahnemann (1755-1843) ............................................. 131 Constantino Hering (1800-1880) .............................................. 139 James Tyler Kent (1849-1916)..................................................... 141 Bibliografía ...................................................................................... 143
Se teinó de iii en Iesines Dunken Ayacuch 357 (C1025AAG) Buens Aies Teefax: 4954-7700 / 4954-7300 E-ai: inf@dunken.c.a www.dunken.c.a Septiembre de 2008