Heráclito de Éfeso El cosmos es como un fuego eternamente viviente que se enciende y se apaga según medidas
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Biografía: Pocas son las cosas que sabemos de la vida de Heráclito de Éfeso. Nació hacia el 544 antes de Cristo, aproximadamente, y vivió en Éfeso, ciudad enclavada en la costa Jonia, al norte de Mileto, hasta su muerte, en el 484 antes de Cristo. Pertenecía a una familia aristocrática y, al parecer, no se llevó muy bien con sus conciudadanos, si nos atenemos a alguno de los fragmentos que se conservan de su libro, y a los testimonios de sus contemporáneos. Escribió una obra a la que se le da el título común " Sobre la naturaleza" que se le había dado también a los libros escritos por otros filósofos anteriores. No es seguro que se tratara realmente de un libro en el que se desarrollaran sistemáticamente temas relacionados con el conocimiento de la naturaleza, el alma o la cosmología. Es probable que se tratara de un conjunto de sentencias recopiladas en forma de libro, hipótesis que se apoya en el carácter enigmático y oracular de los fragmentos que conservamos, carácter que ya en su época le valió el sobrenombre de "El oscuro".
Pensamiento: Heráclito de filosofía elitista, no formuló su filosofía para la gente común si no para unos pocos. Su pensamiento se manifiesta por medio de sorprendentes aforismos, de sentencias oraculares a veces complicadas, razón por la cual recibió el sobrenombre de “el oscuro”.
Heráclito llego a la conclusión de que en la naturaleza nada es estable; el universo en su integridad está sometido a un eterno cambio donde “todo fluye nada permanece. Su pensamiento se establece basado en tres principios fundamentales, a partir de la afirmación del cambio, el devenir, o la temporalidad del ser, estableciendo que el cosmos no lo hizo ningún dios ni ningún ser humano, si no que siempre fue, es y será fuego eterno, que se enciende según medidas y se extingue según medida. Señala que este se produce debido a la oposición de elementos contrarios, tensión o guerra entre elementos, ya que la guerra es común ante todas las cosas sobrevienen por la discordia y la necesidad. Así mismo está guerra está sujeta a una ley universal, el logos (razón) proporción que regula todo el movimiento de la realidad conduciéndolo a la armonía, y unificando así a los elementos opuestos; de donde se sigue la afirmación de la unidad última de todo lo real. Afirma que nadie se debe bañar en un rio dos veces, pues nuevas aguas corren tras las aguas. En este mundo de perpetuos cambios el principio lógico de identidad (toda cosa es idéntica a sí misma), pues si todo cambia, ello significa que en un momento somos algo, pero en otro ya no somos ese algo. Lo único invariable o permanente es pues, el cambio mismo el acontecer de las cosas. Heráclito es el primer filósofo que plantea la realidad como un proceso dialectico, donde la lucha de contrarios es una constante que origina el todo, originando una nueva corriente opuesta al pensamiento de Parménides. El filósofo Éfeso dice que “El cosmos es como un fuego eternamente viviente que se enciende y se apaga según medidas ”. De esta manera la realidad puede concebirse como una pulsación o serie de pulsaciones regidas por una ley y por un logos al que el sabio debe prestar su máxima atención.
Bibliografía: http://www.webdianoia.com/presocrat/heraclito.htm GUSTAVO Escobar Valenzuela, FILOSOFIA “Una reflexión sobre la naturaleza, la sociedad y el ser humano”. Ed. PATRIA Primera edición. 2007. Pag.88 -89 FUNDACION COBAO, AC. 2012 “Guía didáctica de Filosofía”. Segunda edición.
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