Hacia la Luz Rhea Powers
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Este libro está dedicado a los maestros de la Luz, estén encarnados o no en el presente.
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PROLOGO La intención de este libro es introducir al lector en el proceso del “clearing” 1 de almas perdidas y brindar un entrenamiento para este proceso. Está dirigido tanto a profesionales como a principiantes. Es también la historia de mi andar por este camino, comenzando como ama de casa, luego como sanadora y maestra espiritual. Mientras describo algunas de las escenas vividas durante mi viaje, espero que te sientas menos solo en tu propio sendero. Ruego que no utilicen la información contenida aquí hasta que hayan leído todo el libro, ni tampoco que ataquen a sus amigos con la buena intención de ofrecerles un “clearing”. Cada persona necesita iniciar su propia sanación. No corregí ni recorté en este libro lo que fue canalizado.2 La sección de canalización se titula “Guía”, y las sesiones fueron transcriptas de cintas grabadas con la voz de una entidad canal que se identifica como Andon. Condensé las transcripciones de sesiones con mis consultantes aunque dejé intactas varias repeticiones del proceso en sí, ya que creo que todos aprendemos a través de la repetición. Habitualmente, estoy dirigiendo grupos y haciendo entrenamientos para sanadores espirituales en los Estados Unidos y en Europa, con mi socio y amado compañero Prana. Quiero agradecer profundamente a Maurice Lamb por su amor y su apoyo en la transcripción de las cintas y del manuscrito de este libro. Las acotaciones entre paréntesis junto a los textos de las sesiones transcriptas fueron hechas por Morey. También quiero agradecer a mis hijos, Kurt, Kristin Wetzler, a mi maestra Emile Canning, y a mi amiga en este camino, Cynthia Whitcomb.
GUÍA – INTRODUCCIÓN Muchas de las personas que tú conoces aparentan ser más de una; es decir, tú conoces a personas que parecen deslizarse a veces hacia otra personalidad distinta de la habitual. Hay ocasiones en las que esta aparente personalidad alternativa es la que gobierna sus acciones, actitudes y su comportamiento. En el pensamiento psicoanalítico común, generalmente se trata como una subpersonalidad. El tema de la subpersonalidad o personalidad alternativa que habita dentro del cuerpo de una sola persona ha sido tema de mucha literatura popular. Se asume que estas personalidades fraccionadas son manifestaciones simbólicas de bloqueos psicológicos. Es decir, por ejemplo, un comportamiento infantil se relega a veces al concepto de que la personalidad principal tiene durante su crecimiento un bloqueo o línea de corte en un tema o área en particular. Este libro presenta la premisa de que estos comportamientos de las aparentes personalidades
1
“Clearing”: palabral de inglés, basa da en yproveni ente de l verbo “to ea clr”, que ne el proceso descripto aquíes quitar, despejar o desca rnar enti dades o nergí e as ha bitando un ism m o cuerpo. 2
“Cha nnel”: pal” labra de l inglés qu e de signi fica rsona y/oa l ao cci ón e dsplazar el o eoling” pe rsona lidad para pe rmi tir ser “cana decom unicación ene rgíala s ope niveles sup eri res dde lae ve rdad. “C heg ann (descri pto poral autora ne Pág.81) es el proceso y/o a lse sión cuan do es to suced e.
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alternativas, en realidad son otras personalidades que pertenecen a otros seres vivientes habitando dentro del cuerpo anfitrión (receptor). Exponemos una comprensión opcional acerca de las así llamadas subpersonalidades, como identidades reales separadas viviendo dentro del anfitrión. Estas otras personalidades pertenecen a otros seres que alguna vez habitaban su propio cuerpo físico. Aunque sus cuerpos físicos desaparecieron, ellos continuaron manifestando sus personalidades y frecuentemente su comportamiento a través del vehículo que es el anfitrión. Juzgando desde un punto de vista externo, lo que aparece simplemente es que el anfitrión tiene aspectos en su crecimiento que no están totalmente integrados o desarrollados. Nuestra premisa y nuestras observaciones y evidencia se basan en el conocimiento de que las almas no mueren y que es posible para ellas entrar y mantener una identidad dentro de otro cuerpo viviente, después de que sus propios cuerpos hayan muerto. No estamos hablando del concepto clásico de la posesión por demonios o diablos. Nos referimos al fenómeno de seres que, por una variedad de razones, mantienen su identidad con la estructura de su personalidad física, más allá de la existencia de su cuerpo físico. Ante la necesidad de mantener su identidad, muchas veces habitan el cuerpo viviente de otro individuo. Este modo indirecto de prolongar su identidad individual causa angustia y dificultades en la persona que esta soportando esa persistencia en aferrarse a su identidad física, más allá de la vida de sus propios cuerpos físicos. Este libro se ofrece como un punto de vista alternativo y podría tener aplicación en los variados niveles del fenómeno que se titula esquizofrenia. Ofrecemos las observaciones en este volumen como una posibilidad y un método terapéutico de tratar con un fenómeno antiguo: “A veces no me reconozco.” “A veces siento que no te reconozco.” “Una parte ‘mía’ aparentemente quiere una cosa y otra parte mía se opone.” Durante muchos siglos, los seres han experimentado grandes divisiones dentro de ellos mismos; es posible que estas divisiones sean reales y que representen la presencia verdadera de más de una entidad dentro de un cuerpo. Este libro fue escrito a partir de la convicción de que el mal existe únicamente en la mente del que lo percibe, y que todo lo que hay en el Universo es Dios y la multifacética expresión de divinidad. Por lo tanto, queremos enfatizar que no estamos hablando de una víctima inocente poseída por los demonios. Estamos hablando de la posibilidad de que los seres se aferran a la vida después que mueren, habitando en la conciencia de una persona que vive, frecuentemente causando estrés y enfermedades emocionales o físicas. Estas entidades pueden ser sanadas y liberadas, logrando una curación, liberación e integración personal para el, habitualmente, inconsciente anfitrión. El proceso es sencillo y los beneficios para todos, por lo general, son dramáticos. Ofrecemos la información y técnicas en este libro para una más amplia comprensión de los aspectos multidimensionales de ser un ser humano. Partes de este libro son canalizaciones y otras partes son observaciones y estudios de casos, realizados por la autora. Se los ofrecemos como una posible explicación para la situación angustiante que, normalmente, se considera como subpersonalidad. Es una técnica sanadora de la Nueva Era. Esos seres que dejaron sus cuerpos físicos sin abandonar su conexión con la identidad y personalidad que habitaban dentro de la manifestación física, muchas veces están atrapados en el nivel físico porque no han aceptado su muerte física. Las razones de esta falta de aceptación son variadas. Algunos seres no se dan cuenta de que murieron. Otros, sabiendo que murieron, temen tanto desplazarse hacia la Luz y volver al océano de la consciencia de Dios, que continúan aferrándose a la realidad física y se esconden. Otros sienten ira hacia Dios, por su muerte y no reconocen la manera o el justo tiempo de la elección divina de la muerte física. Estos seres cargan con el enojo al habitar en el anfitrión, quien con frecuencia se identifica equivocadamente con esta ira y resentimiento como si
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fueran suyos. Por cualquiera de las circunstancias mencionadas, el anfitrión queda confundido y con emociones y actitudes que no se pueden rastrear dentro de su desarrollo psicológico personal. Las entidades necesitan apoyo para seguir adelante en su camino. Este libro brindará esa asistencia. Muchas de las entidades, frecuentemente llamadas almas perdidas, son niños cuya muerte fue violenta; estas personalidades lesionadas no comprenden las elecciones kármicas que condujeron a la forma de su muerte. Se perciben como víctimas de un destino fuera de su control consciente y sienten temor de que un destino similar pueda esperarlas si vuelven a reencarnar en otro cuerpo físico propio. Por lo tanto, estos seres tienen reservas en cuanto a seguir adelante en su evolución y rechazan la Luz, que sienten, les va a llevar finalmente a un cuerpo físico con el cual podrían llegar a sufrir el mismo destino. Es posible comunicarse con estos seres y sanarlos. Muchos de ellos necesitan solo el compañerismo de un alma clara para consolarlos, reconocerlos o comprenderlos y apoyarlos para que puedan enfrentar su propio miedo. Muchas de estas así llamadas almas perdidas sienten la culpa del autojuzgamiento a sus malas acciones mientras estaban en sus cuerpos y temen la presunta ira del Dios del cual se están escondiendo. Estos seres pueden ser aconsejados de la misma manera como se aconseja a una persona en su propio cuerpo. Pueden ser sanados y liberados para beneficio de todos. Es muy manifiesta la necesidad del “clearing” y la liberación de estos seres, para la salud y bienestar del anfitrión. Liberar a estos huéspedes desencarnados, del cuerpo de un ser humano, aclara la consciencia, estabiliza las emociones y permite el desarrollo espiritual y evolución continua del alma individual. Liberar la entidad permite que ella asuma su propia identidad como un alma pasando a través de muchas encarnaciones físicas en su sendero espiritual. Esta liberación da la posibilidad para que continúe en el desenvolvimiento del crecimiento de consciencia, que es el propósito de la inmersión de cada ser en una consciencia individual. Es decir, que una consciencia individual srcinalmente se separó del océano de consciencia llamado Dios con el propósito de experimentar la miríada de oportunidades al alcance de la consciencia individual encarnada en la forma física. Este viaje es, por ultimo, similar para todas las almas diferenciadas. El final del viaje es el retorno consciente a Dios. Este es el viaje en el que tú, leyendo este libro, estás involucrado mientras pasas por tus encarnaciones terrenales. Sin embargo, no se pueden pasar por alto los beneficios que recibe la totalidad de la consciencia de la Tierra, en este momento, a través de la liberación de estas almas perdidas. La Tierra, en este momento de su evolución –como muchos deben haber advertido– está pasando por un momento crítico. Esta fase de la evolución de la Tierra puede verse como una elección entre sumergirse en la oscuridad o elevarse hacia la luz de la verdad y consciencia ultima. Las fuerzas en la Tierra para la elevación de la consciencia hacia la luz de la verdad están cobrando ímpetu. El despertar y los recuerdos de muchos individuos están alumbrando el sendero para que otros puedan ir detrás de ellos. Los humanos están empezando a reconocer su verdadera identidad como consciencia manifestada en forma física. La liberación de estos seres desencarnados va a elevar la claridad y la vibración de todos los seres sobre la Tierra “limpiando” los canales a través de los cuales lo divino puede manifestarse en forma física. Por ello, este proceso de liberar las almas perdidas y atrapadas puede tener un impacto sobre todo el planeta, más allá del impacto sobre las identidades individuales involucradas. Por esta razón, estamos trayendo esta información y esperamos que el uso que se haga de ella acelere el progreso de las fuerzas de la Luz. Celebramos tu participación.
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Estos seres que han dejado sus cuerpos físicos cuando los cuerpos físicos murieron, muchas veces no se dan cuenta de que han muerto. Para ellos, la experiencia es que se han perdido. Muchos sienten simplemente que están esperando en un lugar oscuro. En verdad, generalmente saben de la realidad de su situación; sin embargo, muchos se niegan a aceptar la verdad. Los seres no aceptan ir a la Luz, por muchas razones. Como se dijo antes, muchas de estas almas perdidas son niños muertos violentamente. Estos niños no se dan cuenta de que están muertos, o sabiendo que están muertos, tienen miedo de volver a la Luz por alguna razón. A veces es necesario hacer que el alma perdida comprenda que su cuerpo murió. Desde su punto de vida, a veces sienten que el cuerpo simplemente se fue flotando; en realidad, él es el que se fue flotando de su cuerpo. Muchos parecen pensar que trajeron su cuerpo físico con ellos; experimentan su realidad desde el punto de vista de que todavía permanecen dentro de sus propios cuerpos. Solo rara vez un ser no se da cuenta de que está en el cuerpo de otro. La mayoría de las veces saben que están allí y que se están escondiendo. El alma perdida que murió con violencia a manos de otro puede estar ocultándose de su asesino. El niño que muere violentamente porque estaba haciendo algo que le habían dicho que no hiciera, muchas veces teme ser castigado por Dios o uno de sus padres, por haber sido desobediente. En estos dos casos el niño va a necesitar que lo tranquilicen, que le den seguridad. Deben poder expresar esos miedos y deben poder experimentar que se los comprende. Lo que en verdad necesitan es un amigo. La pena de la soledad de estar escondidos es frecuentemente dolorosísima. El alivio al encontrar, por fin, a alguien con quien comunicarse directamente, de por sí trae liberación. La persona mayor que habita dentro del cuerpo de otro suele saber que ha muerto. Estas almas están unidas a una identidad con un cuerpo físico, por ira y, a veces, por un deseo de venganza o por resentimiento de que murieron tan jóvenes y están tratando de alargar sus vidas, o para completar proyectos que tenían en mente para sus propias vidas. A veces, una identidad muerta queda merodeando alrededor del anfitrión para cuidarlo o contribuir a guiarlo. Esta es la motivación expresada por un padre o abuelo que se mantiene unido a sus descendientes. Nuevamente, son casos en que estos seres pueden ser aconsejados. Muchos simplemente necesitan ser reconocidos por su contribución, o por el dolor y sufrimiento al juzgar que murieron prematuramente. Estas almas también pueden ser liberadas con facilidad. Las entidades más tenaces son aquellas que están muy enojadas con Dios. Estas entidades saben su situación y no tienen ningún deseo de volver a la Luz. El cuerpo del anfitrión, en algún momento, le ha dado la bienvenida a estas almas errantes. El sitio de entrada es generalmente por la nuca y por otra articulación principal como la cadera. Estos seres perdidos, una vez que han entrado en otro cuerpo físico, permanecen allí hasta que se van para siempre; no entran y salen, o van y vienen. Aunque es posible que se queden poco tiempo, generalmente permanecen allí muchos años e incluso por muchas vidas. La persona anfitriona a menudo los ha invitado, en un momento crítico de su propio desarrollo. Puede haber pedido ayuda en algún instante doloroso de su vida o cuando estaba padeciendo soledad, y así haber atraído a alguno de estos seres perdidos. Por lo común, el anfitrión no sabe que la otra entidad esta presente. A veces, sin embargo, se halla perfectamente consciente de la otra entidad, sin sentir la realidad de su existencia por separado. Es decir, la toma como una personalidad imaginaria. Puede hablarle al intruso o interactuar con él como si estuviera hablando consigo mismo. Por ende, esto lleva en cierta medida a un conflicto interno, porque la experiencia es de una división profunda. A veces, el anfitrión esta tan ligado a la otra entidad que no esta dispuesto o
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hasta se niega a liberarla, por miedo a la soledad de su ausencia. El caso más común es mujeres sin hijos que han estado dándole un lugar a algún niño perdido, o individuos que todavía se aferran a padres sobreprotectores, del mismo modo que los padres se aferran a ellos. Hay que trabajar más sobre las necesidades del anfitrión, con el fin de prepararlo para liberar la entidad, cuando se ha desarrollado una dependencia muy fuerte en ambas direcciones. En todos estos casos, tanto el anfitrión como el intruso generalmente pueden ser aconsejados a tal punto que reconozcan la necesidad de un “clearing” y de seguir adelantando en su camino. La habilidad del consejero es la que determina la sanación íntegra de los seres involucrados. Este libro va a desarrollar esta habilidad dentro de ti.
Puede que conozcas a personas que, en ciertas circunstancias, muestran una personalidad cuyo comportamiento es inconsistente con la personalidad que le atribuías. Hay momentos en los cuales la personalidad anfitriona está dominada por la entidad dentro de sí. Las circunstancias que accionan rápidamente el comportamiento de la otra entidad, por lo general se corresponden con un período de estrés en la vida del alma perdida. Por lo tanto, cuando el anfitrión está pasando por alguna circunstancia que le causa ansiedad a la otra entidad, la personalidad de esta última sube a la superficie del anfitrión. La presencia de otra energía dentro de un cuerpo ajeno también puede ser fuente de ansiedad física y enfermedades físicas. La presencia de otra entidad puede, por cierto, ser responsable de una epilepsia. Aun cuando enfatizamos que no estamos tratando con el concepto de demonios o diablos, el hecho de liberar de otra entidad al cuerpo físico de un epiléptico puede reducir o eliminar la epilepsia. Otras enfermedades físicas son provocadas o agravadas por la presencia de una energía intrusa. Mas allá de la aflicción física causada por la energía comprimida de otra entidad dentro de un cuerpo ajeno, también está la angustia psicológica o emocional del anfitrión provocada por tal presencia. La situación más común es la de confusión y ansiedad. El anfitrión, muchas veces, experimenta la ansiedad del alma perdida como si fuese suya. Muchas veces intenta manejar esa ansiedad con métodos terapéuticos tradicionales. Aunque son útiles es frecuente que no lleguen al núcleo del problema. Los terapeutas tradicionales generalmente no incluyen en su diagnóstico la posibilidad de que otra energía que habita en ese cuerpo es la que le provoca ansiedades psicológicas al anfitrión. La terapia tradicional puede llegar a ver a otra entidad como una subpersonalidad. Es decir, existe dentro de la terapia tradicional el concepto de que una porción de la personalidad de un individuo puede partirse y desarrollar una vida propia, y que tiene una autonomía similar a la personalidad principal. Este concepto es útil, pero no incluye la realidad de que hay realmente personalidades autónomas habitando en el cuerpo anfitrión y que nunca fueron parte de la personalidad principal. Mientras que puede ser muy útil integrar una personalidad fraccionada que se partió en circunstancias extremas de ansiedad, no es útil intentar integrar una personalidad separada y llena de ansiedad a la personalidad principal del anfitrión. Se deben liberar estas entidades para lograr una sanación íntegra del anfitrión.
Es cierto que circunstancias o atracciones similares generalmente “gatillaron” la entrada inicial del alma perdida en el cuerpo del anfitrión. Estas circunstancias pueden variar y serán consideradas aquí por la autora. A pesar de que esa afinidad existe, el intruso no puede ser visto como una parte integral del anfitrión. Por lo tanto, tratar de integrar la
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personalidad del alma perdida a la personalidad del anfitrión tan solo provocara mas ansiedad, ya que se le esta pidiendo que abrace e integre aspectos de una personalidad que no es propia y con la cual no tiene una base de entendimiento. Por lo tanto, le sugerimos a los terapeutas que, antes de procurar integrar lo que han llamado una subpersonalidad, se aseguren de que la personalidad o patrón de conducta o experiencia emocional que están tratando de integrar pertenezca realmente a la personalidad principal. El efecto secundario más común y lo que entorpece más espiritualmente es la confusión que le causa al anfitrión la otra personalidad, a través de la presencia de esa entidad. Es casi imposible que el anfitrión logre claridad espiritual y armonía emocional, con la presencia de otro juego de emociones y experiencias habitando en su cuerpo. Por lo tanto, desde un punto de vista espiritual, lo que más perjudica al individuo cargando con otra alma es la perdida de su propia claridad espiritual, su propia armonía interior, la paz de su propia alma y la armonía entre su alma y la Fuente de Toda Consciencia. La liberación lleva a los seres perdidos a alinearse armoniosamente con la Fuente de la Creación. Trae al alma perdida otra vez al océano de consciencia llamado Dios. Sin embargo, la liberación de esas entidades es igualmente importante para las personas en quienes habitaban antes, para lograr su propia armonía. La claridad de consciencia y la paz a nivel emocional son necesarias para que el anfitrión haga sus propias paces con Dios y una su consciencia con el Creador de toda vida. Por lo tanto, cualquier persona que se embarca en un viaje espiritual consciente, primero debe tener dominio sobre su propio cuerpo y armonía dentro de su propia consciencia. Esto no puede lograrse con la presencia de una energía extraña coexistiendo dentro de su cuerpo físico. En consecuencia, la mayor ventaja para el anfitrión, cuando libera al alma perdida, es poder encaminarse sobre su propio sendero espiritual hacia la Luz. Tu estas operando en tiempo físico; las entidades perdidas no lo están. No tienen ningún concepto de cuanto tiempo han permanecido habitando en el cuerpo ajeno. Frecuentemente han estado con el anfitrión durante muchas vidas. En ese caso, es difícil para ambos liberar al otro. A veces, el anfitrión pasa por un periodo de duelo después de soltar la entidad. Esta experiencia es especialmente fuerte cuando la entidad ha estado con el durante muchas vidas. La entidad podría haber sido una persona amada en una vida pasada y cuando se le pide que se retire, el anfitrión siente que lo está abandonando un ser querido. Es comprensible esta resistencia a dejarlo ir; sin embargo, la liberación es aún más necesaria cuando se trata de una asociación que ha abarcado varias vidas. Les puede sorprender que una entidad acompañe durante varias vidas al anfitrión, cuando el cuerpo no lo hace. La consciencia de la entidad se liga a la consciencia del anfitrión y encuentra el cuerpo nuevo, así como lo hacen también las memorias del alma del anfitrión. Estas memorias del alma son las que permiten a la consciencia individual recordar experiencias de vidas previas, mientras esta en un cuero distinto a esas experiencias. Estas memorias del alma acompañan al individuo, de vida en vida. Son la fuente del concepto del karma. En verdad, todo lo que existe esta en este momento. Todo tiempo es simultáneo. No existen realmente la causa y el efecto. Cada instante se genera de nuevo. Sin embargo, por tener estas memorias del alma, el individuo tuvo la experiencia dentro del tiempo lineal. Dentro del tiempo lineal, la ilusión de la causa y el efecto es real. Esta es la raíz del karma. Más allá del tiempo lineal no hay karma, como no hay causa y efecto. Esos maestros que se han ido mas allá o han trascendido su karma personal, son aquellos seres que han trascendido la necesidad de un tiempo construido y etiquetado. Se “han bajado de la rueda” porque reconocen la ilusión de la rueda y dejan de crear esa ilusión en su propia consciencia. En la arena del tiempo lineal, el karma dice: “Yo hice esto; por lo tanto, debo hacer aquello”. El presente esta relacionado con el pasado. Eso no es cierto. NO hay pasado. Hay
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solamente presente. Todos los tiempos existen simultáneamente. Lo que parece ser una memoria del alma de una vida pasada es simplemente un desplazamiento en el enfoque de nuestra consciencia desde la identidad con la cual se ha asociado nuestra consciencia, hacia otro aspecto de nuestro ser que coexiste simultáneamente en otro cuerpo. En su presente estado de evolución, este concepto es muy difícil de captar para la mente humana; por eso la “construcción” del tiempo lineal fue creada por la mente colectiva, para sostener la realidad en la cual los seres humanos se identifican como participantes. Las almas perdidas no están atadas por el tiempo lineal. Cada alma es una parte de la consciencia universal. Cada alma es un microcosmos de la unidad llamada Dios. Dios esta presente en todo. El es todo lo que hay. La forma es una ilusión. La forma es el juego de Dios. Estas entidades que están adheridas a sus personalidades individuales, sus miedos y sus resentimientos, están aferradas a una ilusión. Ellas son Dios, igual como tu lo eres. Se han apegado de tal manera a su identidad como personalidad individual con historia propia, que se han perdido. Ellos son almas perdidas porque han perdido la experiencia de quienes son, no porque han perdido su cuerpo o se han extraviado en su camino de vuelta hacia Dios. La mayoría de las personas son almas perdidas. La mayoría de las personas se han identificado tanto con el cuerpo y las circunstancias de sus vidas que han perdido su verdadera identidad, como una molécula de agua en el océano de la consciencia. Al encontrar cada alma su camino de vuelta hacia la verdad de su identidad, el Universo celebra, el Universo esta mejor alineado con la verdad. Ayudar a estas almas a retornar a Dios y a descubrir su verdadera identidad ayudara al planeta y al individuo que las esta guiando de vuelta hacia El. Cada vez que alguien se acuerda de la verdad de su identidad como consciencia manifestada momentáneamente en una forma física, el Universo se alinea más con la verdad. La verdad esta reflejada en la perfección del Universo, y cuanto más se ajusta la ilusión para hacer juego con la verdad, más armoniosa se vuelve la ilusión para todos. Como la entidad se ha identificado con su personalidad, primero uno debe dirigirse a la personalidad como si fuera la única verdad. El individuo necesita de otro ser para saber que tiene miedo o esta enojado o con dolor. Una vez que hayas permitido que se exprese la personalidad y que sepa que otro ser reconoce su experiencia, puedes empezar a dirigirte a la verdad de la identidad individual. Es decir, si la entidad se niega o no esta dispuesta a irse del anfitrión y hacia la Luz, puedes hacerle recordar que el es Dios y que el eligió todas las circunstancias de su vida total. Por lo tanto, aun la muerte mas traumática fue elegida por el, por alguna razón de su propio ser superior. Es evidente que se está escondiendo de la verdad y puede vacilar en reconocer que el sabe haber elegido lo que paso; sin embargo, lo va a recibir en algún nivel de su percepción y empezara a serle fácil desapegarse. Por lo tanto, luego de dirigirte a ellos como personalidades individuales y darles la compasión que necesitan, puedes tu dirigirte a ellas como una manifestación de Dios y alentarlas a que cumplan sus destinos, retornando a aquel desde el cual vinieron. El viaje de retorno hacia Dios es el único viaje que existe. Cada consciencia individual esta viajando en la misma dirección. Muchos se quedan detenidos durante periodos prolongados, en el camino de vuelta hacia la verdad. El sendero, no importa cuan tortuoso sea, va en una sola dirección. Caminar con sufrimiento es elección de cada individuo. El sufrimiento no es necesario. La ilusión del karma puede ser trascendida y el viaje puede ser veloz y lleno de gozo. Te deseamos un muy buen viaje. Amén.
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CAPÍTULO 1 Lo que sigue es una transcripción, palabras por palabra, de una sesión con una consultante. Esta transcripción, así como las incluidas más adelante en el libro, fueron amorosamente hechas por Morey Lamb, de cintas grabadas durante sesiones verdaderas con consultantes tipo. Elaine es ejecutiva de un importante sistema educativo en Manhattan. Es treintañera, casada, atractiva y despierta. Vino a consultarme porque había estado sufriendo de fuertes dolores de cabeza y no había encontrado solución con la medicina tradicional.- Luego de la sesión, sus dolores de cabeza desaparecieron. Cómo pudo funcionar normalmente en su posición ejecutiva con todo lo que tenía encerrado en su interior me llena de asombro. Aquí esta lo que sucedió durante su sesión:
RANDOLPH Manhattan: 25 de mayo de 1984 Rhea: …Entonces, mira adentro de tu cabeza, mira a ver si hay alguna otra persona allí, y si la hay, quiero que aparezca para hablar conmigo. ¿Quién esta allí?... ¿Cómo te llamas? (Pausa). ¿Hmm? ¿Cómo te llamas? (Otra pausa). ¿Hay algo allí, Elaine? Elaine: Algo. Rhea: Ven a hablar conmigo. ¿Cómo te llamas? Elaine: (Casi inaudible) Randolph. Rhea: ¿Randolph? Elaine: Si. Rhea: ¿Qué haces allí?... además de darle a Elaine un dolor de cabeza, ¿eh? ¿Qué haces allí? Randolph: Me… me quedo aquí. Rhea: Ahhh… ya entiendo. ¿Qué te paso? Randolph: (Aunque la voz de Randolph es pequeña, tiene mayor intensidad y es muy distinta a las otras escuchadas previamente). Estoy… estoy como oscuro o algo así, embarrado, o… Rhea: ¿Qué? Randolph: Estoy embarrado. Rhea: ¿Estas embarrado? Randolph: (No se distingue claramente). Ssii… Estoy… estoy… Rhea: ¿Qué te paso? (Pausa). ¿Cuántos años tienes, Randolph? Randolph: Seis… Rhea: Un tanto joven para morir, ¿no? Randolph: Si… Rhea: ¿Pero moriste, no? Randolph: Si. Rhea: Si. Te escucho un tanto… enojado por todo esto; con mucha determinación. ¿Qué paso? ¿Cómo fue tu muerte? Randolph: Me golpearon. Rhea: ¿Ellos hicieron eso? ¿Te golpearon? Randolph: (En voz muy baja). Sí. Rhea: ¿Te mataron a golpes?
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Randolph: (Un gemido en voz finita, seguido por llanto) No… no, ellos… ellos me golpearon y me a-a… apuñalaron (lloriquea). Rhea: ¿Dónde te apuñalaron? Randolph: No puedo… (Lloriquea con dolor). Rhea: ¿Hmm? Randolph: Muchos lugares (Llora)… con una horquilla… Rhea: Déjalo que salga. Está bien ahora. (Randolph está llorando). Suéltalo. Si, míralo tu mismo; está bien, estamos aquí. Si, respira. Randolph: Estoy furioso. ¡Estoy furioso! Y yo… Rhea: Si. Déjalo que salga. Suéltalo. (Randolph llora más intensamente). ¿Qué les querías decir? Díselos… díselos. Randolph: (Llorando con furia) Ustedes… ustedes no son… mejores que yo, ustedes… Rhea: Suéltalo. Randolph: Ustedes son… malvados, y malos, y están haciendo cosas malas… Rhea: Bien. Randolph: …a gente que no se lo merece. Rhea: Muy bien, suéltalo. Déjalo… Randolph: Y ahora… Ustedes piensan que son mejores porque no tienen el mismo… color de piel que yo, y me atraparon en este galpón… y piensan que tienen poder sobre mi… están… están corriendo detrás de mí, me están atrapando, y no me voy a ir, y… no me importa que hacen conmigo. Ustedes… ustedes lastimaron a mi familia y yo no me voy a ir, y no me importa lo que hagan… Rhea: Suéltalo… vamos, lo estás haciendo muy bien. Randolph: Y ustedes… yo no me voy, y no van a lograr que me vaya. No me voy. (Randolph está llorando y gimiendo). Rhea: Si. Sigue respirando… Randolph: Voy a… voy a vivir ahora y… y no van a lograr… y ustedes son malos porque tienen que esconderse detrás de esos disfraces… Rhea: Si. Randolph: …y ustedes… ustedes… yo solo… ustedes…ustedes están… lastimaron a mi madre y m-mataron a mi hermana, pero a mí no me van a atrapar y no nos van a poder impedir… Rhea: Muy bien. Díselos. (Randolph llora). Sí. Randolph: ¡Y yo los odio! Rhea: Si. Díselos. Está bien. Deja que el cuerpo tiemble si quiere; está bien. Hay tanto guardado allí adentro por tanto tiempo. Estas muy enojado, y no podías hacer nada para impedirlo, ¿no es cierto? Randolph: No. Yo… yo me escondía de ellos, pero ellos… ellos me arrastraron… me sacaron de allí. Rhea: Si. Randolph: Dijeron… dijeron que yo… dijeron que yo era malo y sucio y me tiraron… al barro. Rhea: Oh, no. Randolph: Me sostuvieron allí y no puedo respirar y me… me… me están matando y no puedo… no he… no he hecho nada y… Rhea: ¿Tenias miedo de que tuvieran razón… de que eras malo? Randolph: Yo… yo no soy malo. Rhea: Yo se que no lo eres, Randolph. Yo lo sé. Randolph: Simplemente soy… diferente. Rhea: ¿De qué color es tu piel? Randolph: Negro. Rhea: Tu eres negro; ¿y tu familia es negra?
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Randolph: Si. Rhea: Y son buena gente. Y tu quieres a tu mama y también a tu hermana, ¿no es cierto? Randolph: Mi mama trabaja muy duro, y… es muy buena. Rhea: Si. Randolph: Y ella me quiere. Y mi mama, ella me dice que no… me enoje ni odie, pero yo… yo… yo me siento así porque ellos… son malos… Rhea: Si. Randolph: …y le hacen hacer cosas que ella no quiere hacer. Rhea: Si. Randolph: Y ellos… la lastiman y lastiman a mi hermana y luego ellos… ellos… Rhea: ¿Luego ellos que? Randolph: …luego me lastiman a mí, y ellos… Rhea: Ha sido todo muy duro, ¿no? Randolph: Si… Yo no las ayude, pero quería ayudarlas. Rhea: ¿Tu querías poder hacerlo, ser lo suficientemente fuerte para poder ayudarlas? Randolph: Si. Rhea: Entiendo, mi amor. Suéltalo; está bien si lloras ahora. Está bien. (Pausa). ¿Qué más? ¿Tienes algo más para contar? ¿Hay algo más que les quieras decir? Randolph: (En voz muy bajita). Que los odio. (Pausa). No lo hice muy bien. Rhea: ¿No lo hiciste bien? ¿Por qué? ¿Por qué les tenías odio? ¿Por qué dices eso? Randolph: No ayude… no la ayude a mi madre. Rhea: Si pudieras hablarle a tu mama y a tu hermana, ¿Qué les querrías decir? Randolph: Yo quería ayudarlas… siento que he fallado… por – porque no me podía mover… no podía impedir que las lastimaran… (Randolph está llorando). Rhea: ¿Estabas escondido y mirando lo que pasaba? ¿Y tenías miedo?... suéltalo. (Randolph está gimiendo). Sí. Suéltalo. Así. Suéltalo… Randolph: Lo siento tanto, Mama. Rhea: Si… suéltalo. Randolph: Trate de sacarla de allí, pero ellos no me… la agarraron a Mama; no me dejaron… no me dejaron abrazarla. Rhea: (En voz muy baja). Suéltalo… suéltalo. (Randolph sigue llorando desconsoladamente). Suéltalo, mi amor. Randolph: Trate, y luego yo… me hicieron soltarla… Rhea: ¿Y luego que le hicieron? (Randolph sigue llorando intensamente con gran dolor, finalmente empieza a disminuir pero sigue llorando) Si… Bueno, Randolph, mira a ver si tu mama te puede perdonar. Randolph: Yo se que ella me perdona, pero yo… yo no me puedo perdonar. Rhea: Entiendo, mi amor. ¿Y qué pasa con tu hermana; ella te puede perdonar? Randolph: La lastimaron… tanto. Es tan pequeña y… yo se que no podía ayudarlas y luego yo… yo no sabía qué hacer y entonces me estaba… me estaba escondiendo y no podía aguantar escuchar sus gritos y… (Gime pesadamente). No podía aguantar escuchar sus gritos y me escondía y me tapaba la cabeza… Rhea: Mm-hmmm… suéltalo. Randolph: Tendría que haberla ayudado… Rhea: ¿Pero, que podrías haber hecho? ¿Qué podrías haber hecho? No podías hacer nada. Randolph: Les pegue y los mordí… y ellos me tiraron al piso y… estaba tratando de llegar a ella, y no podía ayudarla a Amy, y ella estaba tratando de llegar hasta mí y yo no podía llegar hasta donde estaba… Rhea: Bueno. Sí. (Randolph dice algo que no se distingue por sus fuertes sollozos). ¿Cómo? Randolph: Ella me estaba llamando…
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Rhea: Ahh, si… Sigue soltándolo, mi amor. (El llanto de Randolph disminuye de a poco en intensidad). Randolph, quiero agradecerte por todo lo que las amabas a tu madre y a tu hermana, y quiero agradecerte por tratar de ayudarlas. Y se que fue un momento terrible para ti y que te sentiste muy mal. Y te consideraste malo por haberte escondido, y por no haber podido impedir todo eso. Y quiero que sepas que yo se lo terrible que fue todo eso… (El llanto de Randolph ha disminuido, es más leve y parejo). Sí. Estaba todo muy mal, muy mal. Ellos fueron muy malos… muy malos en hacerles eso a ti y a tu familia… ¿Qué otra cosa quieres contar, mi amor? ¿Hmm? Fue todo muy pero muy frustrante y angustiante para ti, ¿no es cierto? Y todavía estas muy enojado con ellos. Randolph: Si, muy enojado. Rhea: Entiendo… Seguro que te gustaría pegarles muy duro en la cara. Randolph: No les puedo ver las caras, se las taparon. Rhea: ¿Qué ropa vestían? Randolph: Vestían… tienen la cabeza encapuchada. Rhea: Ahh, sí. Randolph: No quiero… quiero que no la lastimen a mi hermana. No quiero… quiero ser más grande, yo… Rhea: Si… Pero eso ya paso, ¿no es cierto? Randolph: Si. Rhea: Y ahora no podemos volver a cambiarlo, ¿verdad? Randolph: No. Rhea: No. Pero… ¿Qué? Randolph: Quería abrazarla y decirle… y no dejar que la lastimen y… Rhea: ¿Qué le hicieron? Randolph: Es demasiado tarde. Rhea: Si, es demasiado tarde. Randolph: Hay sangre por todos lados y la lastimaron y me encontraron y ello no se está moviendo. Rhea: Ahh, si… Bueno, Randolph, hay algo que si puedes hacer… y eso es retornar a Dios y a la Luz y elegir otro cuerpo en el que puedas nacer, para que puedas volver en tu propio cuerpo y crecer y asegurarte de que estas cosas malas no vuelvan a suceder. Puedes ayudar a la gente que aprenda que eso está mal, y ayudarlos a aprender a amarse y que se traten como tu madre te trataba a ti… Las cosas están mejor ahora. Pero quedándote en el cuerpo de Elaine y estando muy enojado no vas a hacer que estas cosas sucedan, y a Elaine le da dolores de cabeza. No es bueno; y tu no quieres eso… Puedes volver a Dios y elegir un cuerpo que va a vivir mucho tiempo y hacerse adulto, y considera por que te diste esa lección en aquella vida con tu madre y tu hermana. Considera por que querías que eso pasara y por qué elegiste esa vida, y ve y búscalas a tu madre y a tu hermana y asegúrate de que estén bien. Eso es lo que tienes que hacer. Y creo que también le tienes que pedir perdón a Elaine. Ella ha estado demasiado tiempo con todo esto dentro de ella… ¿Qué me dices, eh? ¿Puedes hacerlo? ¿Crees que eres suficientemente grande y corajudo para hacer eso? Randolph: Es difícil. Rhea: Si, lo sé. Randolph: No quiero darme por vencido. Rhea: Ya lo sé. Es muy difícil dejar de estar enojado, ¿no es cierto? Randolph: Si. Rhea: Lo que paso fue malo, pero estar aquí no ayuda a nadie. Se que sientes que si vuelves a Dios, es como si ellos hubieran triunfado porque entonces te habrían matado y te hubieran obligado a irte, pero tu moriste. Tu cuerpo está muerto, y no puedes hacer nada
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aquí, excepto causarle algunos problemas a Elaine. Lo valiente sería dejar de esconderse y retornar a la Luz, y volver a nacer en un cuerpo en el que puedas lograr hacer diferentes las cosas. Eso es lo que hay para hacer. ¿Podrías hacer eso; crees que eres suficientemente valiente para hacer eso? Randolph: No creo que ellos… que ellos quieran eso. Rhea: ¿Tu crees que la gente no quiere aprender a amar? Randolph: Claro. Rhea: Bueno, muchos de ellos si quieren. Probablemente esos hombres que te mataron a ti y a tu familia ya están muertos, ¿sabes? Ya no están. Randolph: Todavía debe haber gente como ellos aquí. Rhea: Algunos, si… Pero no puedes hacer nada desde donde estas, y si vuelves en tu propio cuerpo, puedes hacer algo para mejorar las cosas. Randolph: ¿me escucharían? Rhea: Algunos sí. Tienes que encontrar la mejor manera de decírselos… ¿crees que puedes ser muy valiente y hacerlo? Randolph: Creo que sí. Rhea: ¿hay algo entonces que le quieras decir a Elaine? Randolph: Creo que es muy fuerte. Rhea: Ah sí… ¿Qué más? Randolph: Creo que ella cree que ella… no quiere tanto a la gente, pero si la quiere. Rhea: ¿Algo más? Randolph: S… siento mucho que la haya hecho infeliz. Y necesito que me ayude. Rhea: Si. Ella te va a ayudar, amorcito. Eres muy valiente y también eres muy fuerte… de una manera diferente a la que querías, pero eres muy fuerte. Entonces, Elaine ¿tu lo puedes perdonar a Randolph? Elaine: Si. Rhea: ¿Hay algo que quieras decir? Elaine: Creo que lo hizo bien… muy bien. Creo que tienes mucho poder Randolph, y que las querías mucho a tu hermana y a tu madre, y ellas saben que es así, y ellas saben que hiciste todo lo que pudiste… Y ahora tienes que ir a un nuevo cuerpo propio para que puedas… hacer que las cosas estén mejor para tu gente y todos… para todos, porque todos somos iguales. Rhea: Muy bien. Elaine: Siento tanto que tuvieras una vida tan dolorosa esa vez. Ya no tiene que ser así. Rhea: Muy bien. Entonces Elaine, sostén la Luz para el… pide una columna de Luz Blanca desde el lado izquierdo de tu campo visual. Randolph, te bendecimos y te enviamos en amor y en paz a tu hogar con Dios, tu hogar con la luz blanca. Randolph, estas totalmente perdonado. Deja el cuerpo de Elaine ahora; ve hacia la Luz, Randolph… ve con los ángeles. Usa tu respiración, Elaine, y déjalo partir. (Una pausa, durante la cual se escuchan respiraciones muy profundas). Suéltalo y déjalo ir. (Pausa). Puedes simplemente abrir la corona de tu cabeza, también, y dejar que se vaya toda su energía. Suelta todo ahora… Bueno, ¿se ha ido? Elaine: Si. Rhea: Muy bien. Entonces voy a contar hasta tres… (Se apaga el grabador).
Esto es una transcripción de un “clearing”, transcripto de una sesión con una paciente. Hay otras transcripciones en el libro y una discusión de cómo hacer los “clearing”.
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Primeramente, sin embargo, me gustaría contarles un poco de mi vida y como llegue a involucrarme en este trabajo.
CAPÍTULO 2 Rhea cuenta su historia Me dirigía en mi automóvil hacia el Este sobre la ruta I-70, pensando cuanto odiaba mi clase de inglés en la 3º hora. El colegio donde yo ensañaba era pequeño y el consejero había colocado a todo el equipo de futbol en la 3ª hora de inglés para que más tarde pudieran ir al campo de deportes para su entrenamiento. Bueno Rhea, pensé, has hecho el entrenamiento est¹; ¿Por qué odias a esa clase? La respuesta vino rápidamente: porque les tienes miedo. ¿Por qué les tienes miedo? De pronto, manejando mi Toyota verde por esa ruta, se me presenta una escena sobre el parabrisas. Vi un adolescente demacrado perseguido por una barra de muchachones por las calles de una antigua ciudad árabe. Supe que yo era ese muchacho. Y vi cuando en la persecución salimos de la ciudad y entramos en el desierto, y me empezó a latir fuertemente el corazón. Ya para el momento en que alcanzaron y me empezaron a pegar, casi no podía respirar. Vi como esos rufianes me pegaron hasta que quede muerto y reconocí la energía: esa clase de inglés en la tercera hora. Yo era bastante liberal, si se tomaban como patrón de medida las normas de vida en Missouri, y había tenido una experiencia increíble en mi primera sesión de renacimiento en la ciudad de Kansas el día anterior, pero esa visión de una vida pasada hizo más que sorprenderme; hizo que dudara de mi cordura. Sin embargo, era lo que estaba ocurriendo, y el sentido de reconocimiento era tan fuerte que decidí aplicar algunas de las técnicas que había aprendido en el 1
Entrenamientoest: es una sigla en inglés que significa “extrasensory training”, es decir, entrenamiento extrasensorial.
entrenamiento est. Bueno, Rhea, muy bien, supongamos que eso realmente ocurrió. ¿Qué es lo que hubieras decidido? El hilo de decisiones fluyo desde mi subconsciente: “Cuídate de los grupos de muchachones”. “Si te agarran, te van a matar.” “Siempre me voy a alejar de muchachos como esos.” Con razón que odiaba a esa clase; tenía miedo de que me mataran. No es que pensara loscampos alumnos esadetercera hora habían reencarnado para perseguirme a travésque de los dede maíz Missouri parasevolverme a matar a golpes, pero su energía… esa me era muy conocida. Estaba nerviosa cuando toco la campana para la tercera hora. Me pare frente a la clase. Mire a los ojos a ese equipo de futbol y repetí el mantra en mi cabeza: “Esto no es ese momento, esto es ahora. Tu eres la maestra; ellos son tus alumnos. No te van a matar”, y por primera vez me pude hacer cargo de esa clase. Pude hacer que me apoyaran y para el final de ese semestre, el equipo de futbol me adoraba. No solamente se habían convertido en mi clase favorita, sino que en los exámenes oficiales de ese año sus notas fueron más altas que las que habían alcanzado combinando los tres años anteriores. Cuando las clases terminaron en ese día primaveral de 1977, me apure en llegar hasta mi granja e inmediatamente lo llame a mi maestro de las clases de renacimiento en la ciudad. Él se rio y dijo: “No, no estás loca; simplemente tuviste un recuerdo espontaneo de vidas pasadas.” Mi aventura con vidas pasadas había comenzado.
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Un año más tarde estaba viviendo en California del Sur, trabajando como camarera, tomando clases de psicología en una universidad local y entrenándome como instructora de renacimiento. El renacimiento es una técnica desarrollada por Leonard Orr que usa la respiración como gatillo para que una persona vuelva a tener la experiencia de su nacimiento. Uno de los propósitos principales del renacimiento es descubrir las decisiones inconscientes que todos tomamos en el útero o en el momento de nacer, que después le dan forma a nuestra percepción de la realidad. Algunos típicos principios que yacen en un libreto de vida son: esto es duro; vivir es doloroso; no estoy listo; no quiero, etcétera. Desde que yo había estado mirando como moría a golpes en ese desierto árabe, mientras manejaba por la ruta I-70, me seguían apareciendo en la superficie de mi consciencia recuerdos de vidas pasadas. Me presentaban a una persona y de repente sabia de donde la conocía anteriormente. Por lo general, el encuentro traía júbilo. A veces me encontraba perturbada por alguien, sin una razón aparente. Si no podía encontrar lo que me perturbaba dentro de las circunstancias del presente, me tomaba el tiempo de sentarme, cerrar mis ojos y preguntarme, por ejemplo: “¿Cuál es la fuente de esta sensación en contra de Jane?” Generalmente, alguna escena del pasado aparecía dentro de mí y yo veía el incidente que explicaba las emociones. Más de una vez sorprendía a alguna amiga nueva, mirándola profundamente en los ojos y diciéndole: “Si hubo alguna vez algo que me hiciste que pienses que me lastimo, quiero que sepas que te perdono.” En California del Sur había un poco más de permiso para decir este tipo de cosas, pero no demasiado. Yo estaba dispuesta a atravesar las miradas de incomprensión hasta sentir después que la tensión se disipaba y la sensación desagradable desaparecía de la relación. A veces, por supuesto, era yo la que pedía perdón. Me acuerdo que me sentí muy posesiva y celosa cuando Pam estaba cerca del hombre con quien yo tenía una relación. Mi reacción no parecía cuajar con su comportamiento inocente; entonces “volví al pasado para mirar”. Mi subconsciente rápidamente trajo a la superficie una vida en la Grecia antigua, cuando con toda intención yo había seducido a un amante para quitárselo a una rival en lo social, simplemente para disfrutar de una victoria. Mire más allá de la apariencia y personalidad de la rival y reconocí al Ser: era Pam. Mis celos de ella, en esta vida, estaban basados en mi sentido de culpa de esa existencia pasada. Tenía miedo de que ella fuera a hacerme a mí lo que yo le había hecho a ella. Le pedí que me perdonara, mientras tomábamos café en el centro de compras South Coast Plaza. Aun cuando mi pedido fue muy extraño, pareció reconocer alguna verdad olvidada en mi historia y me perdono. Me sentí satisfecha cuando, más adelante, advertí que mis celos irracionales habían desaparecido. En otra ocasión me sentí perturbada por la atracción que había empezado a sentir por una amiga. Yo no era lesbiana, sin embargo no me podía explicar las emociones que experimentaba cuando estaba cerca de mi amiga. En ese tiempo estaba trabajando medio día como camarera en un restaurante en Laguna Beach. Una tarde decidí tratar descubrir que eran estas emociones inquietantes. Me acosté, me relaje y me pregunte cual era el srcen de estos sentimientos decididamente sexuales que tenía cerca de Beth. Me vi como un artista español a fines del siglo XVIII, muy enamorado de mi hermosa modelo. Yo la había amado y luego perdido, pero no mis deseos ni mi orgullo masculino. Luego que ella se fuera yo había dejado de pintar; mi pasión por el arte se había quebrantado por la pasión frustrada que había sentido por esa mujer. Me permití entonces sentir la pasión y el dolor de la perdida que, en mi orgullo, había escondido hasta de mi misma. Después de secar mis lágrimas y sentarme en la cama, mis sentimientos hacia Beth se habían desplazado, desde esa perturbada atracción, hasta una apreciación de la conexión de
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nuestras almas, que juntas habían jugado en una variedad de roles a traves de muchas vidas. ¡Con razón que me encantaba hablar en castellano con ella! Esa noche, en el restaurante, estaba obsesionada con la idea de ser una artista. No me había dedicado a dibujar o a pintar más allá de lo que se requería para pasar de grado en la escuela. Me consideraba una persona que no podía dibujar, pero esa noche cada cuchillo o tenedor que levantaba se convertía en un pincel o un palo de carboncillo, cada plato en una paleta de pinturas. Hubiera sido muy gracioso si los clientes se daban cuenta de que yo les estaba sirviendo café en vez de te porque estaba parada frente a un caballete en el Madrid del siglo XVIII, pintando un retrato de mi amada. No podía dejar de ver esas imágenes. Luego de terminar mi trabajo esa noche y de regreso a casa, sobre la ruta del Pacific Coast entre en un supermercado que estaba abierto toda la noche. Tenían lo que yo quería: un block de hojas para dibujo y unos lápices de carboncillo. En mi casa me senté (vestida como estaba de camarera) sobre mi cama, hasta las 4 de la mañana, dibujando retrato vigoroso tras retrato con una facilidad y habilidad asombrosas e inimaginables. Todavía tengo en mi poder esos dibujos, pero no me ha interesado ni he podido volver a expresar ese talento. Estaba muy ocupada con mi vida en Newport Beach. Además de trabajar y tomar clases, estaba activa en el centro local de est, haciendo nuevos amigos y cuidando sola de mis hijos. Mi hija acababa de entrar en sexo grado cuando nos mudamos a California. Los vientos del mar nos refrescaban y nos sentíamos muy bien de haber cambiado los campos de maíz de Missouri por la playa. Mi hijo, ya en la secundaria, vino a visitarnos desde el Brasil, donde vivía con su padre y como también se sintió bien, decidió quedarse. La vida se volvió aún más bulliciosa en nuestro departamento de tres ambientes y patio. Yo disfrutaba de mi trabajo de renacimiento y gradualmente aumentaron mis consultantes, a la par que conocía más gente. Un día, una consultante en renacimiento, mientras experimentaba estar nuevamente en la matriz de su madre, empezó a decir: “Esa desgraciada no me va a agarrar esta vuelta; esta vez voy a ganar. No va a ser como la vez pasada” Me impresiono. Claramente esto no era una pizarra en blanco. Yo había continuado desarrollando un método de trabajar sobre mis propios recuerdos de vidas pasadas cuando surgían, pero nunca había asistido a otra persona con los suyos. Instintivamente, le dije a Susan que volviera a la última vez que ella y su madre estuvieron juntas. Profundamente sumergida en el estado alterado de su conciencia, producido por el proceso de renacimiento, Susan desplazo inmediatamente su experiencia al antiguo Egipto e identifico a su madre como una sacerdotisa rival en el templo. Trasladándonos hacia adelante en el tiempo, adivinando, la guie a ella –como me guiaba a mi misma- para ver cómo habían sucedido los acontecimientos de esa vida y la alenté para que expresara todas las emociones mientras llegaran a la superficie. Primero estaba el enojo de que alguien se atreviera a desafiarla en su posición. Luego había celos sobre la atención y reconocimiento que recibía la recién llegada. Las manos de Susan se convirtieron en puños al ir surgiendo esta ira antigua en su cuerpo; ¡cómo se atrevían a reemplazarla! Finalmente, lloro por la pérdida de su oportunidad para servir a Dios y estar con su pueblo. Después que los sentimientos reprimidos habían sido experimentados de lleno, le sugerí que se fijara por que se había propuesto estas experiencias, que es lo que había aprendido, y la anime a intercambiar el sentido del perdón con quien había sido su rival victoriosa y que ahora era su madre. Susan vio que había diseñado esa vida para aprender a apreciar la oportunidad de servir. Vio que antes de que alguna de las dos entrara en su cuerpo en aquella vida, ella le había pedido al ser –después jugo el rol de su rival- que le asistiera en tener ese aprendizaje de quitarle esa oportunidad para servir. Entendiendo el
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contraste de la experiencia de satisfacción entre servir y no servir, ella se preparaba para vidas futuras en las cuales podía elegir servir. Cuando se completó este proceso, la mujer acostada en mi cama de Newport Beach, California, abrió sus ojos y me miro con asombro. “¿Qué fue eso?” Es verdad, no estábamos en Missouri, pero estábamos en el año 1978 y aun en California del Sur, hablar de vidas pasadas no era un tema con el cual yo me sentía todavía cómoda. Evasivamente le conteste: “Fue simplemente un proceso. Eso es lo que surgió. Dejémoslo y no tratemos de entenderlo”. Yo sabía lo que había pasado y rogaba que no se diera cuenta de que había vuelto a tener la experiencia de una vida pasada como sacerdotisa en un templo de Isis. Satisfecha por lo menos de que ella se sentía aliviada, aunque no por mi explicación, Susan se fue sin preguntar más. Yo me sentía aliviada y tenía muchas más preguntas que respuestas. En realidad sería más exacto decir que ella, de muchas maneras, tuvo la experiencia de esa vida por primera vez y no que volvió a tener la experiencia. Yo sabía por mi entrenamiento en est que “lo que resistes, persiste”. Su orgullo en el rol de sacerdotisa no le había permitido expresar la ira y la tristeza de ser desplazadas por su rival. Por lo tanto, persistió su hostilidad hacia el ser que fuera luego de su sucesora en el templo y ahora era su madre. En ese dormitorio en California del Sur, en 1978, finalmente se permitió sentir toda esa ira y dolor que habían sido enterrados durante siglos. Yo había desechado la sesión con Susan como simplemente interesante, pero cuando me llamo tres días más tarde me sentí intrigada. Declaro: “Recién vuelvo de ver a mi madre, y por primera vez en 35 años nos sentimos amigas. Yo no se lo que hiciste el otro día, pero sea lo que fuere, ¡funciono! Muchísimas gracias”. Mientras colgaba el tubo, me sentí tonta por darme cuenta tardíamente: lo que surtía efecto en mi, ¡también surtía efecto en otras personas!
Me fui “enviciando”. Comencé a leer todo lo que llegaba a mis manos sobre la reencarnación, regresión y terapia de vidas pasadas. Me sometí a regresiones con personas que usaban distintas técnicas, asistí a seminarios y charlas, y gradualmente inicie el desarrollo de una manera de guiar a las personas para que vivenciaran la experiencia de sus propias vidas pasadas. Grabe una cinta del proceso de relajación y meditación guiada que yo pensaba funcionaria como inducción y lo probé conmigo misma. Cuando pareció funcionar – comprobaba yo misma con algún tema con el que yo estaba luchando, que se aclaraba luego de que yo liberara las emociones y decisiones de algún incidente de mis vidas pasadas- empecé a usar estos métodos con mi familia, amigos, y luego con mis consultantes. No pasó mucho tiempo y empecé a hacer más regresiones que renacimientos. En 1979 me case con Hale. Él era dentista en Newport y estaba muy interesado en el trabajo de vidas pasadas y en conducir seminarios. Como parte de mi entrenamiento asistí a una Asociación de Hipnosis, con Hale. En el programa se destacaba una eminente psicóloga de California del Norte, Edith Fiore, cuya práctica está dedicada a la terapia de vidas pasadas. Yo había leído su libro Has estado aquí antes, y respetaba su enfoque. Luego de la charla algunos nos quedamos conversando con ella, y alguien le pregunto si alguna vez se había tropezado con casos de posesión. Suavemente, nos dijo que si y nos recomendó un libro de Annabel Chaplin titulado La Luz Brillante de la Muerte. Luego giro hacia mí y dijo: “Deberías leer ese libro”. Esta afirmación sonó como un mensaje de Dios para mí. Compre el libro la semana siguiente y lo leí el mismo día.
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El libro hablaba con compasión sobre los devotos parientes fallecidos, quienes ingresan y viven indirectamente a través del cuerpo de un ser amado. Demostraba los efectos debilitadores de esta relación simbiótica, así como una técnica fácil para liberar los así llamados espíritus conectados a la Tierra y enviarlos nuevamente hacia la Luz. El fin de semana siguiente, Hale y yo estábamos en un hotel en Santa Mónica ayudando a unos amigos que conducían un taller sobre relaciones. Este era uno de los tantos ramales nacidos del est, y en ese momento de la evolución de los seminarios de autoconocimiento, los líderes de los talleres estaban muy involucrados con el sentido de la purificación, la catarsis. Uno de los lideres era un psicólogo de Princeton y el otro un teólogo del Seminario de la Unión Teológica. Eran mis amigos y yo los respetaba; tenían credenciales que me impresionaban. Yo estaba en el equipo de apoyo, ayudando a preparar el salón, hacer etiquetas con los nombres, registrar a los participantes y mantener la seguridad del salón para que algún huésped del hotel no abriera alguna puerta sin querer e interrumpiera el desarrollo del seminario. El domingo por la tarde los participantes estaban acostados en el piso, expresando emocionalmente su enojo hacia sus padres. Yo caminaba entre los cuerpos en movimiento, asegurándome de que ninguno fuera lastimado por algún brazo agitado. Me llamo la atención Mary. Estaba a los gritos, con la cara morada y gritándole obscenidades a su padre. Me quede escuchando y rápidamente me di cuenta de que el “padre” a quien se dirigía no era su padre terrenal. No podía creer que estuviera escuchando al ama de casa bastante tímida, que había pasado casi desapercibida durante ese día y medio. Nunca había visto a alguien estar tan fuera de sí, como alucinada, y es lo que parecía estar pasando con Mary. Me aparte y seguí caminando, suponiendo que los líderes del taller sabían lo que estaban haciendo. Después de todo, ellos tenían las credenciales. ¿Qué sabía yo? La energía en el salón siguió creciendo frenéticamente. Pedí cambiar de tarea con la persona que cuidaba el salón desde fuera, y respire aliviada al salir al hall. Unos minutos más tarde se abrió la puerta y apareció la cabeza del profesor de psicología que dirigía el taller, y me dijo: “Mary está en problemas. Alguien me dijo que sabias sobre cosas así. ¿Podrías atenderla?” Me quede helada e incrédula. Si él no sabía qué hacer con ella, era obvio que ningún otro del equipo sabia, y había que hacer algo de inmediato; ¿pero quién era yo para intervenir? Alguien tenía que hacerlo y yo estaba allí. “Dios no se equivoca”, me dije silenciosamente intentando tranquilizarme cuando consentí verla. Tenía una idea. Quizás había una razón por la cual recién había leído ese libro. Dos hombres ayudaron a Mary salir del salón. No podía caminar. Se le veía nada más que el blanco de sus ojos, y la baba le caía del costado de la boca mientras seguía maldiciéndolo a su “padre”. La senté y me sentí agradecida de que estábamos en el subsuelo del hotel. Igual rece para que nadie interrumpiera. Me senté enfrente de ella e hice que me mirara a los ojos. Su mirada estaba nublada. “¿Quién está hablando?”, pregunte. “Yo”, me dijo una voz baja y áspera. Esta no era la voz que le había escuchado a Mary cuando dio su nombre esa mañana. “Beelzebub”, dijo la voz que salía de la boca de Mary. Juntando coraje, le respondí con la verdad: “No te creo; yo no creo en Beelzebub ni en Satanás ni en el Diablo; todo lo que hay es Dios. Bueno, ¿Quién eres? ¿Qué hay debajo de todo ese enojo?”. Estaba conteniendo la respiración, confiando en que lo que había leído en el libro y lo que sabía intuitivamente era correcto. Las maldiciones se convirtieron en llanto: “¿Cómo pudo Dios hacerme esas cosas tan terribles?” “¿Qué paso?” “Un incendio. Un terrible incendio ¡la casa se convirtió en llamas! No tuvimos una sola oportunidad, ni una”.
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“¿Quién estaba contigo?” “Mi mujer, los niños… no podíamos bajar por las escaleras…” Más llanto. Finalmente le pregunte de nuevo, “¿Cómo te llamas?” “John”. El llanto se convirtió en gemidos. “John, no te puedes quedar aquí. Tienes que volver a la Luz”. “No puedo dejar a mi familia” “Estamos todos aquí. Pero esta todo oscuro. ¿Cómo pudo Dios hacernos esto?” A Mary se le seguían cayendo las lágrimas, pero sentí el alivio. Esa emoción guardada había sido expresada. John ya no estaba cargando solo con su pena y su ira. “John, todos ustedes pueden volver a la Luz. Pueden volverse juntos. Cuando estén listos, pueden volver con nuevos cuerpos. Pueden volver como una familia, si quieren.” “¿Cómo voy a confiar en ti?” Por un momento vacile. Nunca había hecho algo como esto, antes. Era algo totalmente extraño, no importa desde que punto de vista se observaba. ¿Podía confiar? ¿El libro estaba en lo cierto? Mire el cuerpo caído de Mary, derrumbada en una silla frente a mí. Nuevamente le rogué a Dios que me asistiera. “John, si tu quieres, lo entenderás. No porque yo te lo diga, pero porque sabes que es la verdad. Este cuerpo le pertenece a Mary. No estás siendo justo con ella. Tu cuerpo ya murió. No puedes quedarte aquí.” “No queríamos lastimarla.” La voz de John era menos áspera ahora… estaba casi disculpándose. “Vi la Luz”. Era como el incendio. No podíamos ir allí… Estaba muy enojado… ¿De verdad estaría bien? “Si, John, ¿estás listo?” “Bueno.” Reconstruyendo mentalmente la meditación del libro de Annabel como mejor pude, le dije a Mary que cerrara sus ojos y visualizara una columna de Luz Blanca. Mientras rezaba silenciosamente, alentaba a John para que partiera haca la Luz. Le pedí a Mary que usara su respiración para liberarlo. La apariencia de Mary cambio visiblemente. Corrió un temblor por su cuerpo al liberarlo a John. Pasamos por el mismo proceso con la mujer de John y dos hijos. Con cada liberación, la energía de Mary se desplazaba. Su cuerpo se enderezo. Las arrugas en su cara parecían diluirse. Cuando el último niño había sido liberado, Mary abrió sus ojos. Estaban límpidos y chispeantes. Sonriendo con cierto descreimiento pregunto, “¿Realmente paso lo que yo creo que paso?” Le dije que sí, y ella continuo, “Siempre pensé que había algo… sentía como que había una batalla dentro de mí a veces… pero esto nunca me lo esperaba.” “¿Cómo te sientes?” Mary se tomó un momento, luego aspiro profundamente y volvió su atención hacia su cuerpo. “Me siento de maravillas.” Debajo de su maquillaje corrido se la veía radiante y llena de vida. Empezó a levantarse de la silla, pero estaba un poco temblorosa. Ayude a que se levantara y a caminar hacia el baño. Parecía no sentirse cómoda con su propio cuerpo. “Me siento tan distinta”, no dejaba de repetir una y otra vez. Se acercó al espejo en el baño. “Me veo distinta.” Y era cierto. Era la misma cara, por supuesto, pero toda la energía se había desplazado. Estaba como mucho más presente, más viva. Después que se lavó la cara y peino, se la veía radiante. Mary había estado fuera del salón de entrenamiento por unos cuarenta y cinco minutos. Cuando abrimos la puerta para que volviera a entrar, todos estaban nuevamente en sus sillas. Se había completado el ejercicio de catarsis. Todos se dieron vuelta para mirarla a Mary. El cambio era evidente y todos aplaudieron. Mary se sonrojo de vergüenza y alegría mientras se sentó en su lugar. Yo me senté afuera, todavía maravillada por lo que había pasado. Vino un intervalo y los participantes salieron del salón. Mary vino y me abrazo, luego se alejó, hablando muy contenta con la amiga que la había acompañado al taller. Después salieron los líderes del seminario y el resto del equipo. “¿Qué paso? ¿Qué hiciste?” Les explique lo mejor que pude. Algunos lo entendieron, otros no estaban muy seguros, pero el consenso fue total: “No importa que fue, pero dio resultado.”
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Uno de los líderes me abrazo y me dijo que estaba muy contento de que yo estuviera allí. Yo también, contenta de haber leído el libro, contenta de que la psicóloga me había determinado a leerlo, y contenta de que Annabel hubiera tenido el coraje de escribirlo. Al terminar el día, la amiga de Mary se me acerco y dijo: “Yo la conozco a Mary hace dieciséis años y nunca la vi tan bien.” Hubo una reunión de reencuentro el miércoles siguiente. Mary levanto la mano y le conto al grupo lo sucedido desde ese fin de semana. Ella tenía una enfermedad en los pulmones hacia años. Los doctores le habían dicho que era terminal e incurable. El lunes había ido al doctor para una revisación rutinaria. Cuando le saco las placas, no encontró vestigios de la enfermedad.
CAPÍTULO 3 El incidente con Mary fue mi primera experiencia de asistir con un “clearing”. Me di cuenta de que el proceso era similar a lo que llamaban exorcismo, pero esa palabra tenía tantas connotaciones que prefería usar la palabra “clearing”. Sabía que los seres atrapados con los que me había topado no eran demonios ni diablos, sino almas torturadas que respondían a la compasión y empatía humana. Estaban perdidos, no eran malvados. Aun cuando su presencia generalmente causaba indeseables efectos secundarios, sus intenciones no eran realmente dañar a la persona dentro de la cual se alojaban. Durante estos nueve años, desde que Mary se liberó de John y su familia en un pasillo de un hotel en Santa Mónica, he hecho más de cinco mil “clearings” de almas perdidas, además muchas observaciones del proceso. No soy científica sino una sanadora y guía espiritual. Vivo en Manhattan y en Munich y veo consultantes en Estados Unidos y en Europa. Este trabajo me llevó por mi propio camino espiritual, al entregarme yo a él. Comparto este camino con ustedes mientras juntos emergemos del encierro espiritual. Todos somos sanadores y guías para los demás. Yo les estoy contando mi historia, no porque soy especial, sino porque todos somos especiales. Lo que hice yo lo pueden hacer ustedes. Cada uno va a encontrar su propio camino, como yo lo hice. Comparto mi camino con ustedes no para sugerirles que hagan lo mismo, sino para animarlos a buscar y seguir su propio sendero. Podemos sanar y liberar a otros mientras hacemos nuestra propia sanación y liberación. El “clearing” es solamente una de las tantas formas de sanarse. Es una forma que pueden aprender y usar fácilmente. No poseo datos científicos para probar la validez del proceso, solamente sé que funciona. Varios meses después de ese primer “clearing”, mi hija trajo a su amiga Ann para verme. Ann tenía ataques epilépticos a partir de una seria caída desde una hamaca, a los seis años. Mi hija tenía un arreglo con la madre de Ann, de contar la cantidad de ataques que tuviera por día en la escuela. Había aumentado y para cuando Kristin trajo de la mano a una tímida niña de 13 años, a mi dormitorio, Ann estaba sufriendo un promedio de cincuenta mini ataques por día. “Mamá, tienes que ayudarla a Ann”. Yo sabía que los doctores estaban esperando que Ann cumpliera los quince años para poder operarla del cerebro. Kristin me había dicho anteriormente que le habían dado a Ann un 20% de posibilidades de que llegara a la madurez sin operarse, y un 50% de posibilidades si se operaba. Le pedí a Ann que se sentara en el sillón y Kristin y yo aceramos dos sillas. Le hice un proceso de relajación a Ann, pidiéndole que se imaginara un líquido dorado fluyendo a través de su cuerpo, de a poco relajando cada parte de su cuerpo. Cuando parecía estar cómoda, le pedí que mirara dentro de su cuerpo y que viera si había alguna otra persona
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dentro. Ann se rió y dijo, “Bueno, parece que hay alguna chica más grande...” “Déjame que le hable, Ann. ¿Cómo te llamas?” “Jan”, vino la respuesta que acompañó la mirada de sorpresa de Ann. Procedí a tener una conversación con “Jan”, y descubrí lo siguiente: Jan había fallecido a los dieciocho años de una sobredosis de droga. Había vivido en la ciudad cercana de Costa Mesa. Ella había sido una chica “mala” de acuerdo a la opinión de su padre: se drogaba, era promiscua sexualmente, siempre de fiesta en fiesta, y había abandonado la escuela para divertirse. Cuando falleció, decidió que su padre tenía razón y que necesitaba ser castigada. Dijo que había entrado en Ann cuando esta se golpeó en la cabeza y que había estado usando el cuerpo de Ann para castigarse por ser mala. “A Ann tengo que castigarla porque no puedo castigarme de ninguna otra forma. Y Dios no me va a querer hasta que le demuestre que estoy arrepentida por haber desperdiciado mi vida”. Cuando le pregunté cómo la castigaba a Ann, dijo que “hacía que se fuera de allí”. Hablamos durante media hora y le pedí a Ann que se conectara con su padre, para ver si la había perdonado. Esto fue una idea nueva para ella. Le pedí que lo viera a su padre parado frente a ella y que le hablara. No sólo sintió el perdón de su padre, sino su remordimiento por haber sido tan duro con ella. Le pedí que se comunicara mentalmente con su padre y que intercambiara ese sentido de perdón. Las lágrimas corrieron por las mejillas de Ann, cuando finalmente Jan se pudo perdonar. Cuando esto finalmente terminó, espontáneamente Jan le pidió perdón a Ann por todos los problemas que la había causado. Sintiéndose más segura de que si su padre terrenal le podía perdonar, entonces seguramente Dios también lo podía hacer, Jan se despidió y con la asistencia de una visualización guiada se fue hacia la Luz. Ann es ahora una hermosa mujer de veintidós años y una estudiante exitosa en la universidad. Después de esa tarde, tengo entendido que nunca más tuvo otro ataque. No necesitó cirugía. Honestamente, debo confesar que nunca le conté nada a sus padres. No sabía cómo hacerlo. Ann misma, luego de la sesión, dijo que no podía contarle nada a sus padres porque era “demasiado fantástico”. Los doctores de Ann le cambiaron los medicamentos la semana siguiente y sus padres los doctores pensaron que la nueva medicación había hecho “milagro”. Nosotras sabíamos que no era así, pero nunca dijimos nada. Dos años más tarde en una fiesta de cumpleaños de mi hija, Ann se acercó a mí y me dijo, “Tú sabes que me salvaste la vida, ¿no?” Luego me abrazó fuertemente, y dijo, “¡Gracias!”.
Cuando me di cuenta de que Ann había sido curada, entré en una de los varios episodios que llegué a llamar mis “noches oscuras del alma”. Luego de trabajar con Mary me sentí contenta e interesada. Lo que pasó casi había sido por casualidad. Había que hacer algo, y simplemente yo era la que estaba allí y había leído el libro de Annabel. Me gustó darme cuenta de que funcionaba y sorprendida por los resultados tan espectaculares. Me sentí bien con mi ayuda. Con Ann fue diferente. Había curado una epilepsia. Yo no podía hacer eso. Cuando supe que Ann no sufría más ataques, me sentí más preocupada que contenta. Estaba feliz por ella, por supuesto, pero quería más que nadie creer que era por los nuevos medicamentos; no importaba que ella hubiera tenido ataques durante la mañana antes de que yo trabajara con ella, y ninguno más desde esa tarde luego del trabajo con ella. Me sentí muy mal. Me habían criado dentro de la fe presbiterana; había ido a la escuela dominical, de vacaciones con el grupo de estudiantes de la Biblia, había pertenecido al grupo de jóvenes que hacían reuniones en la iglesia. Había leído el Nuevo Testamento. Aun cuando pasé por
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el ciclo de dejar la iglesia: pensar que era atea, luego agnóstica, luego de la Iglesia Unitaria, luego congregacionalista y finalmente alguien que me había formado una síntesis personal de muchas religiones del Occidente y del Oriente, intelectualmente me consideraba espiritualmente despierta, si bien no activa religiosamente. Aun así, sabía que sólo Jesús podía liberar a los “demonios” y sanar los ataques. Yo sabía que no podía ser eso y lo había hecho. Me replegué en mi misma por muchos días, mientras ponderaba lo sucedido. Continué con mi rutina diaria, pero algo seguía en ebullición por dentro: parte de mi consciencia estaba absorta con lo que había pasado con Ann. Quizás había sido blasfema. No tenía derecho. ¿Quién era yo para hacer lo que había hecho Jesús? No estaba bien. Aun cuando había estado alejada de la iglesia durante años, me empecé a dar cuenta de cuántos conceptos totalmente arraigados tenía con respecto a lo que era o no era posible para los seres humanos comunes. Estaba muy alterada por lo que había sucedido, y finalmente me senté y me pregunté que estaba pasando. Un sollozo me subió desde muy adentro mientras llegó una respuesta a la superficie: “No quiero perderlo a Jesús”. Llorando en la sala de mi casa, me di cuenta de que pensaba que si yo podía hacer lo que hacía Jesús, eso lo hacía menos especial en mi mente y perdería la imagen que yo tenía de él. De alguna era como perderlo a Dios. Me senté allí, sintiéndome como que estaba dejando atrás una porción de mi niñez, como que estaba madurado, y no me gustaba. De pronto apareció un pensamiento desde la nada: “…En verdad os digo, que quien cree en Mí ese hará también las obras que Yo hago, y las hará todavía mayores... “Me sentí muy aliviada. Podía hacer lo que sentía que Dios me había dado para hacer y no perdería lo especial que era Jesús para mí, además de los otros santos, tanto del Oriente como del Occidente. Esta última Semana Santa en California, estuve guiando una meditación para un grupo de cristianos. Lo invocamos a Jesús y los participantes se comunicaron con su esencia. Una mujer le preguntó a Jesús si el realmente había sido un ser humano como nosotros. Su respuesta en la meditación fue: “No, ustedes son realmente como Yo”. Por último, llegué a ver que todos los dones de sanar y tener conocimientos psíquicos eran pasos en la evolución de cada alma en nuestro camino de retorno hacia Dios. Ahora veo que parte del aprendizaje de una continua evolución espiritual es no dejarse atrapar por el espectáculo, en el camino. La habilidad de sanar, de ser psíquicos – sea a través de cristales, de cartas de Tarot, de astrología o entrando en algún trance- son todas expresiones naturales de nuestro verdadero ser, a medida que nos vamos despertando. Son mojones al costado del camino, no el destino en sí. Es tan fácil pensar que somos psíquicos como el pensar que somos una mujer de negocios, en vez de reconocernos como una expresión de la energía divina manifestándose en el presente como una habilidad psíquica. Muchos de los Maestros pasaron por los niveles de ser psíquicos o clarividentes en su camino a la maestría. En la religión hindú, estos dones transitorios son llamados “ciudades” y no se los toma demasiado en serio. Son un reconocimiento de cuán lejos uno ha viajado, sea en esta vida o en otras, pero no el lugar para quedarse. Siempre hay más.
CAPÍTULO 4 El medio ambiente en el que me crié no dio indicación alguna de adónde me dirigiría en mi sendero personal. Mi familia es de clase media baja, y vivíamos en un suburbio de
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Chicago. Mi padre trabajaba en una fábrica como obrero, haciendo herramientas y matrices. Mi madre se quedaba en casa y llenaba su vida cuidando una casa de seis dormitorios y a una familia de cuatro personas. Yo tenía doce años cuando nació mi hermano, por lo tanto, pasé mi niñez prácticamente como hija única. Como muchos niños, yo tenía un “amigo imaginario”. El mío era un ángel. Era muy buen compañero. Mi madre era suficientemente buena como para no burlarse de él y hasta le ponía un lugar en la mesa cuando yo se lo pedía. Yo tenía que comer mis porotos aún cuando el ángel no lo hacía. Desapareció aproximadamente cuando cumplí cinco años. Uno de los sucesos más traumáticos de mi niñez fue cuando literalmente se me explotó un globo. Mi mamá me había llevado al centro de la ciudad y me compro un enorme globo amarillo, lleno de gas de helio. Inmediatamente el globo se convirtió en un amigo para jugar. Lo até el pie de mi cama y le hablaba antes de dormirme. Estaba allí, pacientemente esperando, cuando me despertaba y continuaba la conversación. Me previnieron que no llevara el globo afuera, pero no les hice caso y por supuesto, tocó una pared de ladrillos y explotó. Me sentí tremendamente mal. Muchas veces me pregunté por qué sentí tanto la pérdida de aquel globo. Recién hace algunos años me di cuenta de que mi ángel se fue cuando explotó el globo. Sé ahora que mi ángel no fue un “amigo imaginario”. En realidad era mi Guía Espiritual, un auténtico ángel guardián. De alguna manera, en mi mente infantil el globo lo simbolizaba a él. Cuando explotó, había perdido un eslabón con Dios. Hace algunos años, en un taller me presentaron a mis Guías Espirituales en una meditación guiada. Reconocí a una de mis guías inmediatamente: era mi ángel. Me aseguró que aunque yo había perdido contacto con él, él no lo había perdido conmigo. Además, agregó que en realidad tampoco le gustaban mucho los porotos. Se presentó como “Glenda”, la bruja buena del “Mago de Oz”. Su imagen calzaba perfectamente con mi idea de una Hada Madrina. Los sistemas de creencias crean la realidad. Cuando empecé a ponerme en contacto durante mis meditaciones, se transformó en la diosa Isis. Muchas veces durante los últimos años me he servido de ella y finalmente, me ejercité a mí misma para ver los Guías Espirituales. Ver a un Guía Espiritual no es lo mismo que ver a una persona. Tienen atributos físicos pero no existen en la dimensión física. Primeramente cuando empecé a tomar contacto, pensé que era simplemente mi imaginación. Tenía sensaciones de una energía, un “algo” que acompañaba a un consultante cuando venía a hacerse una regresión de vidas pasadas. Cuando me di cuenta de que ese algo era probablemente el Guía o los Guías Espirituales de esa persona, traté de percibir qué aspecto tenían. Cerrará o no los ojos, siempre me venía una imagen. Esto era otra de las cosas con que jugaba y de la cual no hablaba. ¿Cómo explicar que una dama perfectamente hecha y derecha estaba invocando a Guías Espirituales? Una tarde, cuando llegó un nuevo consultante para una sesión, sentí que con él entraba una presencia especialmente poderosa. Mientras el consultante llenaba un formulario de información con el que yo empezaba cada sesión, decidí “sintonizarme” con la presencia. “Haz que perdone a su ex mujer. No podemos llegar a él”. El mensaje era claro y lo escuché en mi cabeza como llegado de la nada. No conocía al hombre y no sabía nada de él. Decidí que podía arriesgarme a parecer bastante tonta y verificar la verdad. “Cuénteme de su relación con su ex mujer”, dije, aparentando desinterés. El consultante mi miró asombrado: “¿Cómo supo?”. He escuchado esa pregunta cientos de veces en los últimos años. A veces ni sé cómo sé. La mayoría de las veces simplemente escucho a los Guías de la persona contarme lo que tienen que decir. A veces la información no es correcta o necesita interpretación. Por ejemplo, un mensaje decía que un consultante debería comunicarse con su hermano, quien necesitaba sentirse más seguro y en contacto con él. El consultante se mofó como si hubiera
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cometido el peor de los errores. No tenía un hermano. Nunca había tenido un hermano. Rehusé sentirme acobardada y le pregunté si él podía interpretar el significado del mensaje. Bueno, en realidad tenía un muy buen amigo que se había mudado al otro lado del país hacia unos meses. Habían sido amigos desde la infancia, había sido como un hermano para él… A veces los Guías me muestran una escena en vez de darme un mensaje verbal, y yo interpreto el significado. Hace poco mientras trabajaba con una consultante en Nueva York, cerré los ojos para sintonizarme con sus guías. Me mostraron una imagen de la mujer cerrándose con clavos dentro de un cajón. “Has estado escondiéndote”, le dije. “Es hora de sacarse esa tapa y salir del cajón donde te has metido “. Me miró muy sorprendida y luego se echó a llorar. Les estoy contando todo esto para que sepan que no hay nada mágico. La gente dice que soy psíquica. Quizás lo soy. Lo único que sé es que me sintonizo con los Guías de las personas y tengo fe. Ustedes también pueden sintonizarse con sus Guías. Es fácil, tan fácil, que la tentación es no aceptar su realidad. Tenemos la tendencia a pensar que cualquier cosa más allá de la realidad física a la cual estamos acostumbrados es sobrenatural. Como si cada paso más allá de esta realidad, para hacerlo válido, tuviera que venir acompañado de relámpagos y truenos. Puede que tengas una señal del cielo, de tanto en tanto. Hasta quizás logres que las luces eléctricas se prendan y apaguen inexplicablemente. Lo más probable es que nada tan dramático te acompañe durante tu búsqueda en lo desconocido. ¡Simplemente tenemos que confiar! Estos días cuando tengo señales de Dios es tan probable que los lea en los grandes letreros en la calle como desde el cielo. Dios sí tiene sentido del humor. Hace dos años me dirigía a mi ciudad natal, al primer grupo que había dirigido, allí y estaba preguntándome cómo me recibirían. “Nunca un profeta en su tierra”, murmuraba mi mente (San Mateo 13:57). Quizás el centro-oeste no está preparado para este tipo de cosas. Quizás tendría que haberme quedado en la Costa. Estaba conduciendo por la Avda. Oakton hacia Evanston, Illinois. Mientras me entretenía con estos pensamientos, pasé al lado de la fábrica Powers. Había un letrero adelante, y cuando lo vi, le sonreía a Dios y dejé de preocuparme. Decía: POWERS SE NECESITA AYUDA Puedes contactarte con tus Guías ahora mismo. Piensa en una pregunta que te esta molestando en tu vida, en este momento. Es mejor tomar algo muy simple para empezar y así construir algo de confianza interior, antes de preguntar por algo mucho más importante, esas preguntas a las cuales les pones mucha carga emocional o a las cuales estás apegado. Para empezar, podrías preguntar, “¿Cuál es el mejor tipo de ejercicio físico para mi?” o “¿Cómo puedo mejorar mi desarrollo espiritual?”. Guarda las preguntas sobre el divorcio o tus hijos cuando ya confías, y tienes la voluntad de accionar ante la respuesta. ¿Cuál es tu pregunta? Ahora lee este párrafo. Cuando termines de leerlo, baja el libro un momento y prueba. Ponte cómodo. Toma algunas respiraciones profundas y relájate. Cierra los ojos e imagínate caminando por un campo lleno de paz. Permite que tus sentidos experimenten las escenas, los ruidos y olores del campo. Siente el Sol sobre tu cara, el viento en tu cabello y el pasto rozando tus piernas al caminar. Permítete entrar de lleno en este lugar. Luego imagina una cabaña en el medio del campo. Camina hasta ella, recuerda tu pregunta y toma conciencia de que cuando entres en la cabaña tu Guía Espiritual te va a estar esperando. (Tus Guías Espirituales no han vivido durante tu vida presente, por lo tanto si tu maestro favorito o un abuelo aparecen, pregúntales si tienen un mensaje para ti y pídeles que permitan que entre tu verdadero Guía Espiritual). Al imaginarte entrar en la cabaña, ve a tu guía esperándote allí. Acércate a él o a ella. Pregúntale si es tu verdadero Guía Espiritual. Siente cómo irradia su presencia. Pregúntale su nombre. Escucha su
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respuesta. Luego haz tus preguntas y escucha la respuesta. También puedes preguntarle por cualquier mensaje. Cuando sientas que la comunicación está completa, agradécele, siente cómo sales caminando de la cabaña, a través del campo de regreso al lugar donde estabas sentado leyendo este libro. Es tan sencillo como eso. Cuando más se comunican con sus guías, más fácil será el acceso a ellos. Probé esta meditación mientras estoy sentada aquí escribiendo este libro. Cuando abrí la puerta, Isis entró en la habitación. Le pregunté qué quería que le regalara, y cuando respondió que quería mi corazón, me vi dándoselo. Tomó un cuchillo y lo cortó por la mitad. Ahora, esa imagen es un tanto pavorosa, entonces le pregunté qué simbolizaba. Una mitad la elevó por arriba de su cabeza y dijo: “La mitad es para el cielo”. Y tomando la otra mitad en su mano, extendió ese brazo frente a ella. “La mitad es para la Tierra. Ama a Dios y al hombre por igual”. Luego le pregunté qué regalo tenía ella para mí. Me alcanzó una bola de cristal. Cuando la interrogué acerca de qué simbolizaba me dijo. “La claridad de los cielos, la magia de la tierra y la sabiduría de ver más allá del tiempo, hacia la eternidad”.
CAPÍTULO 5 Cuando era niña y me hacían la pregunta tradicional, “¿Qué quieres ser cuando seas grande?” daba las mismas respuestas que todas mis amigas. “Una madre, o quizás una maestra o enfermera.” Secretamente, quería convertirme en una santa. Quería darles de comer a los hambrientos y curar a los enfermos. Pensé, como quizás tú también lo hayas hecho, que descubriría un alimento milagroso que daría de comer a todos o que descubriría una medicina mágica que evitaría cualquier enfermedad. No le conté a nadie estos sueños, no sabía si todavía existían los santos y ni siquiera era católica. Como adulta, he tenido el privilegio de estar con algunos de los santos modernos –el recientemente fallecido Karmapa (cabeza de una de las cuatro ramas del Budismo Tibetano), Muktananda (cabeza de Syda Yoga) y sus sucesores, Chidvalasananda y Nitchatananda– y sé que el abismo que hay entre sus conciencias y la mía, es por lo menos tan grande como el que hay entre la mía y la de un alcohólico tirado en la calle. Si me convertí en madre, una técnica en radiografía si no una enfermera, y una Maestra. Trabajé en el departamento de rayos del hospital católico en mi vecindario mientras estaba en la secundaria y me hice muy amiga de la monja que dirigía ese departamento. Muchas veces hablábamos sobre la religión. Me escondía en el balcón de la capilla mientras las monjas estaban en misa en el santuario y me encantaba. Me sentía como en mi casa con la ceremonia y siempre me chocaba cuando me hacían recordar que era protestante. Luego de terminar los estudios en el secundario, siguiendo el camino menos resistido, me entrené como técnica en radiografía en un gran hospital judío del centro de Chicago. Durante dieciocho meses comí comida judía, salía con doctores judíos, bailaba el hora en los bailes de los recién graduados y aprendí suficientes palabras en ídisch como para desconcertar a mis amigos WASP (White Anglo Saxon Protestants. Sigla con la que se denomina a la franja de Protestantes Blancos Anglo Sajones) cuando volvía a casa el fin de semana. Me interné fácilmente en la subcultura judía y me sentía muy cómoda, hasta que me hacían recordar que yo era “shiksa”, una no judía, una cristiana. La distinción no parecía natural.
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No lo fue hasta que tuve los recuerdos de mis vidas pasadas como una monja, un monje, una mujer judía, una israelita, que supe por qué me sentí tan bien con esas culturas religiosas. Le eran muy familiar a una parte muy profunda de mi experiencia. Cuando trabajé con mis consultantes llegué a la conclusión de que todos hemos sido parte de las grandes culturas religiosas de este planeta .Quizás eso es parte de la razón de por qué las religiones tradicionales orientadas han sido tan aceptadas en el Occidente Cuando un muchacho del Bronx se siente encantado con la meditación sentada del Zen, posiblemente esté sintonizando con una memoria de vidas pasadas. Mi primera cita con un chico fue a los diez años .Volvíamos a nuestra casa en Chicago luego de una visita veraniega a mis tíos en Pensacola, Florida, y paramos en un motel en Biloxi, Missisipi para pasar la noche. Había observado al hijo de los dueños cuando llegamos, pero me sorprendí cuando golpeó en nuestra puerta y preguntó si “alguien” quería ir al cine. Mi mamá se sonrió y dijo que ellos dos querían descansar, pero quizás yo querría ir. Fui. El tenía trece años. Su papá nos llevó, él pago mi entrada y me tomo la mano. Me sentí muy adulta y me pasé toda la función pensando de qué manera se lo iba a contar a mis amigas en la escuela. Estaba segura de que era la primera de nuestro grupo que había tenido una cita. Estaba en séptimo grado cuando lo conocí a Johnny. Nuestros abuelos tenían casa de verano en el Lago Petite, al norte de Chicago. La familia de mi papá había construido esa grande y cómoda casa antes de que mi mamá se casara y empezamos a formar parte de esa familia cuando yo tenía seis años. Mis padres se habían divorciado cuando yo tenía un año. Veía a mi verdadero padre varias veces el año, pero me sentí muy feliz cuando mi mamá se volvió a casar y nos mudamos del departamento en la ciudad a una casa en los alrededores de Chicago. Mi padrastro me adoptó. Yo tomé su apellido y me gustaba tener un papá en casa como los demás chicos. Y la casa de verano era fantástica. Pasábamos todos los lindos fines de semana allí y generalmente las vacaciones también. La casa estaba situada en un canal sin salida. Teníamos dos botes a remo y una lancha a la que se le podía poner un motor. La familia de Johnny tenía la elegante casa de cuatro pisos sobre la punta donde el canal entraba en el lago, en el extenso jardín, debajo del mástil, posaban bancos de hierro forjado pintados de blanco. Johnny tenía una lancha a motor. A la distancia, mi amiga Karen y yo los observábamos a Johnny y a su amigo Bob mientras practicaban esquí acuático. Tomamos el bote a remo y fuimos hasta el medio del lago, anclamos, jugamos a la canasta y esperamos. El primer día dieron algunas vueltas alrededor de nosotros en su lancha, el segundo día nos saludaron y para el tercer día habíamos atado los dos botes juntos mientras jugábamos canasta de a cuatro en vez de a dos
Johnny y yo seguimos juntos hasta que yo entre en quinto año en la secundaria. Él era rubio de ojos azul-verdoso y media 1.90m a los 19 años. Era cariñoso, sensible y muy gracioso. Crecimos juntos físicamente, emocionalmente (estos eran los años ’50, cuando las chicas buenas no lo hacían, y yo estaba segura de que Dios quería que yo fuera virgen cuando me casara) pero sobre todo, espiritualmente. Yo definitivamente era cristiana. Él no era nada. Aun así, nuestras conversaciones sobre los cómos y los porqués del universo eran interminables. El me envidiaba mi fe y yo respetaba su intelecto investigador. Planeábamos comprometernos cuando yo me graduara de la secundaria. Un día de enero al final de mi quinto año, volví a casa desde el colegio y mi madre me estaba esperando en la puerta. Pregunto si lo había visto a Johnny. No, le dije. Yo entendía que estaba en la Universidad donde se había inscripto, que quedaba a unas cuatro horas de allí. Sus padres habían llamado por teléfono, porque Johnny había desaparecido. Era el primer día de sus exámenes finales. Hubo una gran tormenta de nieve. Once días más tarde
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la nieve se empezó a derretir. Un pescador en el hielo, volviendo a su casa por el bosque, encontró el cuerpo de Johnny colgado de un árbol. Me había dejado una nota pidiendo disculpas por cualquier tristeza que pudiera causar su “decisión de desaparecer”. Hubo pistas: me había hecho hacer un colgante de su dólar de plata de suerte, había estado practicando hacer lazos con la cuerda dorada que ataba los paquetes de Marshall Field’s, pero ninguno de nosotros se dio cuenta de estas señales. El diario Chicago Sun Times publicó la noticia de la muerte de Johnny, diciendo que se había suicidado después de haberse peleado con su novia. Nosotros no nos habíamos peleado. Esa fue la primera vez que me di cuenta de que los diarios no siempre dicen la verdad. Cambio mi mundo. De pronto la vida era muy preciosa y ya no podía darla por hecho. Las poesías en mi clase de literatura empezaron a tener significado. El último disco, la última moda, el jugador de futbol más buen mozo, de pronto ya no eran de lo que se trataba la vida. Sentí como si me hubiera convertido en adulta en una noche. Empecé a leer libros en vez de revistas de cine. Empecé a probar ir a otras iglesias y discutía el sentido de la vida con cualquiera que se me cruzara en el camino. Llore mucho por largo tiempo. El impacto de la muerte de Johnny me despertó. Habíamos estado juntos durante cuatro años y medio. Yo tenía diecisiete años. Unos dos meses más tarde empecé a salir de nuevo. Siempre he estado en pareja, con un hombre por lo menos; muchas veces dejándolo a uno cuando empiezo a salir con otro, hasta el año pasado en que decidí tatar de averiguar quién soy cuando estoy sola. Luego de Johnny, tener con quien salir era más una distracción que una pasión. Johnny todavía estaba conmigo. Pasaron una serie de sucesos después de la muerte de Johnny, que aun sin estar expuesta al mundo metafísico o psíquico, yo sabía que eran más que coincidencias. Parecía que todos los años acontecía algo que me traía a la memoria a Johnny. En los lugares más dispares, me topaba con extraños que lo conocían. El primer verano estuve en el estado de Wisconsin en la casa de mis otros abuelos. La última vez que había estado allí tenía diez años y había conocido a una vecinita de mi edad. Estaba caminando por la calle de tierra a través del bosque de abedules. Vistiendo la remera que Johnny me había regalado con el logo de su Universidad. La encontré a Pam paseando su perro. Nos acordamos de la última vez que nos habíamos visto y empezamos a hablar. “¿A quién conoces allí?” me pregunto, señalando la remera. “Mi novio iba allí”, le dije evasivamente. “Ah, ¿si?” dijo Pam, con una sonrisa. “Mi tío es rector de esa Universidad. ¿Cómo se llama tu novio?” Le dije, y al escuchar su nombre su cara feliz se transformó. Ella sabía toda la historia desde el punto de vista de su tío: tener que hablar con la policía, con los padres de Johnny, enviar el cuerpo a su casa. Al año siguiente me estaba entrenando como técnica en radiografía en el hospital Michael Reese y conocí a una enfermera estudiante, que venía de la ciudad donde estaba la Universidad de Johnny. Le mencione varios nombres de otras personas que yo conocía en esa Universidad. No conocía a ninguno de ellos. Luego, tratando de mantener firme mi voz, le pregunte si lo conocía a Johnny. Ella me miro la cara. “Tu eras su novia.” Ella lo había conocido en un grupo de jóvenes de una iglesia –él estaba tratando de creer en mi Dios- y le había contado todo respecto a mí. ¿Coincidencia que nos encontraríamos en un hospital de investigación de mil camas en Chicago, dos años más tarde? Un año, en el aniversario de la muerte de Johnny, me puse el colgante del dólar de plata. Estaba parada en la cocina pensando en él, cuando de pronto se rompió la cadenita y el dólar de buena suerte cayó al piso. Cuando me case tres años y medio después de la muerte de Johnny, me case con un hombre, que por esas cosas venia del mismo suburbio donde había vivido el. Mi marido
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enseñaba en el mismo colegio secundario donde se graduó Johnny. Como parte del sueldo de Hank, nos daban una casa propiedad del colegio sobre la misma calle donde vivía la familia de Johnny. El primer año de mi matrimonio, conseguí un trabajo durante los festejos navideños en Marshall Field’s en Oakbrook. Un día estaba buscando algo distinto para ponerme cuando encontré el pulóver que Johnny había dejado en mi casa la última vez que nos vimos. Me puse el colgante del dólar, me mire al espejo y escuche una voz en mi cabeza que decía: “Hoy voy a ver a la mama de Johnny.” Sus padres parecían haberme culpado a mí de su suicidio, y no nos vimos más. Los dos padres eran alcohólicos y se trataba de una familia con problemas. Me pare frente al espejo durante algún descanso ese día, mira lo que tenía puesto y volví a escuchar el mismo mensaje. Salí del baño y allí estaba la mama de Johnny de pie, frente a mi mostrador. Me dijo que el hermano menor de Johnny estaba por empezar a trabajar la semana siguiente en Bonwit Teller, en el centro de compras. Al día siguiente mi automóvil se descompuso y me llevo una amiga que trabajaba en Bonwit. Subí a su departamento en el tercer piso y quede en esperarla a ella a las cinco, para volver a casa. Estaba parada frente a los ascensores cuando se abrieron las puertas y salió Eddy, el hermano menor de Johnny. Lo habían llamado para que empezara una semana antes. Trabajaba en el departamento de recepciones en el subsuelo, había estado allí todo el día, y justo le habían pedido que llevara un paquete al piso de mi amiga. No nos habíamos visto desde antes que muriera Johnny, y nos complació vernos nuevamente convertidos en adultos ya maduros. Después del almuerzo, al día siguiente, Eddy dijo lo que yo muchas veces había pensado sobre la muerte de Johnny: “Yo realmente no puedo sentir lastima por lo que paso porque yo cambie tanto. No sería el que soy si no hubiese ocurrido.”
CAPÍTULO 6 Me llevó un par de años darme cuenta de que mi matrimonio con Hale, más que romance era un enredo kármico. Durante el segundo año de nuestro matrimonio empezamos a dirigir talleres con nuestra amiga Sarah Harper. Al taller lo llamamos “La Experiencia”. Sentíamos que la experiencia física era una oportunidad para tener la experiencia de la verdad de nuestra identidad como Dios, como energía divina manifestada en forma. Sentíamos que nos habíamos dividido en experiencias individuales de conciencia para descubrir nuestra propia y verdadera esencia a través del conocimiento de nuestras muchas facetas, que llamábamos otros. Sarah era una masajista que sanaba a la gente en muchos niveles, mientras sus manos hacían que sus cuerpos se sintieran bien. En nuestro taller ella se centraba en el cuerpo, Hale, en la mente y yo en el espíritu. Hicimos el taller tres o cuatro veces en California del Sur. Pasaban cosas dentro del taller que yo no podía explicar, y eso me asustaba. El primero que dirigimos fue en San Diego. Había unas dieciocho personas allí. Una mujer alta, pelirroja, muy bien vestida, llegó un poco tarde. Pat estaba muy ansiosa durante la mañana y un poco agresiva. Empecé a sentirme intimada pero luego me centré: quizás estaba pasando por un proceso. Hicimos una regresión en grupo a “la vida que mas está influyendo en esta existencia”, y cuando esta belleza sofisticada compartió la experiencia de ser un negro del sur que se llamaba Joe, era muy claro que ella no había hecho una regresión. Todos miraron mientras se convertía en Joe. Su acento se volvió sureño y su vocabulario más colorido. Joe quería “tomárselas” de ahí antes de que nosotros los locos le
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hiciéramos algo. Tomo una media hora y mucha diplomacia enviarlo a Joe a la Luz. La transformación física de Pat fue asombrosa. Su cuerpo se relajó, sus ojos se abrieron y las arrugas desaparecieron de su cara. Se la veía radiante. Nunca había hecho un “clearing” en público antes. Yo me había olvidado del resto de la gente en el salón, mientras le hablaba a Joe. Parecía que yo estaba en un estado alterado de consciencia durante la interacción. Simplemente hice lo que había que hacer sin pensar en ello. Cuando alcé la vista, todos en el salón me estaban mirando boquiabiertos. Me sentí un poco avergonzada y asustada por el poder de lo que había pasado. En otro taller de en Newport Beach, vino una madre con su hijo y nuera. Al promediar el día me di cuenta de que algo malo le pasaba al hijo. No me podía conectar con Ed. No parecía estar presente. Me acerqué, lo tomé de las manos e hice que me mirara a los ojos. No había nadie allí. Le pedí a Hale que se parara detrás de él y le pusiera las manos en los hombros, para anclarlo. Empecé a traer a la consciencia de Ed a su cuerpo. Yo no sabía lo que estaba haciendo ni por qué. Pero sentí sin embargo, cómo la energía fluía a través de nuestras manos. Sentí un sacudón y sabía que la consciencia de Ed había retornado totalmente a su cuerpo. Ed se asombró. Su cara se transformó como si recién se hubiera despertado de un largo sueño. Miré con humildad, mientras su mujer y su madre lo abrazaron, llorando. Después del seminario Hale quería saber como lo había hecho. No le podía contestar: no lo sabía. Ocurrieron varios de estos incidentes. Algo pasaba: yo hacía algo sin saber por qué, cuando estaba trabajando con alguien, y los resultados eran dramáticos. (La madre de Ed llamó una semana después del seminario para decirme que Ed, un alcohólico, había empezado a ir a AA y que ella sentía que le habían devuelto a un hijo). Hale demandaba saber cómo sabía yo qué hacer, y yo no le podía contestar. Se mostraba frustrado y enojado porque él pensaba que yo no le quería decir. Yo me sentía frustrada y enojada porque no se lo podía decir. Mi error fue pensar que de alguna manera lo estaba haciendo yo. Estaba siendo usada como un canal para que ocurriera una sanación, pero esto yo no lo sabía. Pensé que yo lo estaba haciendo. No lo entendía y me asustaba. Mi ego quería tomarse el crédito y yo no podía explicar lo que había pasado. Una noche, después de una de esas peleas, indignada tomé una de las almohadas, me fui del dormitorio y baje a dormir sobre el sofá en la sala. La casa estaba quieta, los chicos dormían y yo estaba muy despierta mientras el enojo, la confusión y el miedo se intercambiaban en mi consciencia. La única luz en la habitación venía a través de las puertas corredizas de vidrio por las cuales se salía al patio, en ángulo opuesto a donde yo estaba acostada sobre el sofá. De pronto sentí una gran paz que me rodeaba, y luego una presencia. Vi a un ser luminoso flotando dentro de la habitación, viniendo desde la puerta hasta los pies del sofá. Me senté y mire mientras se movió alrededor del sofá hasta quedarse frente a mi. Era hermoso. No era ni masculino ni femenino, sino una unión andrógina de ambos. Estaba hecho de luz. Era traslúcido. Podía concentrarme en él y ver los detalles de sus rasgos claramente o podía concentrarme en el televisor, detrás y ver a través de él. Tenía cabello largo hasta los hombros, una vestimenta drapeada que terminaba en los tobillos y carecía de pies. Estaba suspendido en el aire. La cara era anciana y joven, sabia y radiante. No sentí ningún temor mientras me senté allí “a estar con él”. Pasaron un par de minutos. No había comunicación, tan solo la serenidad de su presencia. Finalmente pregunté, “¿De qué se trata esto?” Muy claramente escuché la respuesta, “Esto es para que aprendas a confiar”. Se quedó allí otro par de minutos, como queriendo que la respuesta me quedara grabada, luego salió flotando por la puerta hacia el hall. Ni se me ocurrió levantarme y tratar de seguirlo. De alguna manera sabía que había desaparecido, al salir del salón. Me sentí llena de una infinita paz, admiración y bendecida.
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Sabía que esto era una confirmación “del otro lado” de que estos temas espirituales en los que estaba involucrada no eran demencia, que de hecho podía soltar mis temores y confiar. Esa visita magnifica ha sido una fuente de fortaleza y fe durante todos estos años y me ha ayudado a ir más allá de muchas dudas y temores personales que surgieron durante el desarrollo de mi camino. Hale y yo desentrañamos nuestro karma y nos divorciamos en la primavera de 1983. Habíamos cumplido con un acuerdo que inicialmente no nos acordamos que se había hecho: él me cuidó a mí y a los chicos en lo material, yo lo cuidé en lo espiritual. Ya no trabaja de dentista. Ahora está enteramente dedicado al trabajo de Dios.
CAPÍTULO 7 En el otoño de 1983 estaba luchando en contra de la fuerza de un creciente número de consultantes en Nueva York. Todavía trabajaba medio día para Cynthia, pero las dos sabíamos que muy pronto cambiaría la forma de nuestra sociedad. Ella me alentaba que me entregara de lleno al trabajo al que me llamaba Dios, más yo me resistía a comprometerme totalmente. Todavía estaba procurando ser una persona normal, con un trabajo normal, viviendo una vida casi normal. No sabía exactamente por qué me estaba resistiendo: amaba el intercambio unipersonal del trabajo con mis consultantes y sabía que era valioso, pero en algún lugar muy profundo de mi ser me negaba a entregarme a hacer “el trabajo” de lleno. Había recibido varias llamadas de Nueva York y finalmente me tomé diez días, me despedí de mi novio Christopher y fui a Manhattan. Sally Fisher, del Instituto de Actores, me dejaba trabajar en su loft. Un día llegué a lo de Sally a las 8.45hs. Como siempre. Tomé el ascensor estilo industrial hasta el loft en el sexto piso y usé mis llaves prestadas para entrar en el espacio amplio y blanco que aquella sacerdotisa de la Atlántida llamaba su hogar. Sally estaba durmiendo sobre el sofá. En puntas de pie pasé al lado de ella hacia el dormitorio donde generalmente trabajaba y me encontré con sus hijas y una amiga tiradas en la cama y en el piso durmiendo plácidamente. La amiga de Sally con quien compartían departamento también dormía. Esto no era lo normal. Generalmente todas se habían ido del loft a sus respectivas actividades en Manhattan, a la hora que yo llegaba. Aún cuando yo las despertara, era obvio que no iba a poder hacer una sesión allí en diez minutos, entonces baje nuevamente a la calle para esperar a mi consultante. Tendría que llevarlo de vuelta a lo de Sean, donde me estaba hospedando. Su edificio tenía un reglamento sobre no usar departamentos para propósitos profesionales, pero por esta única vez seguramente no iba a ser problema. Esperé a mi consultante en la calle. Era del Instituto de Actores, pero no lo conocía. El loft esta en la calle 17, entre las Avenidas 5 y 6, un área comercial donde los camiones cargan y descargan mientras los taxis tocan bocina para pasarlos en la calle angosta. Eran las nueve y cinco. Estaba mirando hacia la avenida sexta cuando un hombre muy buen mozo dobló la esquina. “Que lástima que no es mi consultante”, pensé mirándole su camisa y corbata. “No es del tipo del instituto de Actores”. Lo miré mientras entraba en el edificio de al lado. Esperé a mi consultante otros diez minutos y por fin decidí ir en busca de una taza de café. Dejé una nota pegada al timbre, diciéndole que me buscara en el café, y me fui para allá. Qué mañana rara.
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“Debes ser actriz”, escuché por sobre mi hombro. “¿Te vas a una prueba?”, “¡Que piropo!”, pensé, mirando para arriba. Allí estaba ese ser tan buen mozo que había doblado la esquina. “No soy actriz, y estoy por ir a tomarme una taza de café”. Sus ojos negros brillaron bajo cejas negras. Su piel era oscura, sus rasgos angulares arreglados de una manera masculina; tenía una nariz aguileña. Era alto y delgado. Piropo o no, yo estaba encantada. “Yo también iba a tomar una taza de café. ¿Quieres acompañarme?”. Yo iba para allá de todos modos –mi consultante seguramente llegaría en cualquier momento- podía confiar en mi misma; charlar un poco mientras tomábamos café no lastimaría a nadie, ¿y por qué no? “Bueno”, le dije. Entramos y nos sentamos en la barra. El pidió café, yo lo miré. “Casi podría ser un egipcio”, pensé. “Mi nombre es Biaggio. Es italiano. ¿Cómo te llamas?”. Le dije y el me preguntó a que me dedicaba. Vacilé. Esa es la pregunta que más me molesta. ¿Qué dices y a quién? Quizás son todas esas vidas de ser apedreada o quemada como bruja, o las vidas como miembro de escuelas ocultistas o hermandades secretas, donde vivíamos como miembros del “underground” espiritual, pero esa pregunta siempre me parece una amenaza. No se por qué, pero sí sé que nunca sé qué contestar. Algunas veces digo que soy terapeuta de vidas pasadas. Otras digo que soy una consejera espiritual o maestra metafísica. Otras digo que manejo talleres y seminarios. Ocasionalmente digo que hago sesiones de renacimiento, balances de aura y/o trances como médium. Todo esto es cierto. Sin embargo un título profesional preciso del cual estoy consciente en el presente –y el conocimiento de nuestro propósito se desarrolla a medida que se desarrolla nuestra consciencia- es “despertadora” espiritual (persona que despierta el espíritu). Puedo imaginarme contestando a una eventual pregunta de un compañero de asiento en algún vuelo “Oh, ¿yo? Bueno soy una Despertadora Espiritual”. Decidí correr ese riesgo y le dije a Biaggio que hacía trabajos espirituales y que podía canalizar. Me dijo que el era artista comercial pero había canalizado algunas obras de pintura cuando era adolescente, luego se había asustado y entonces dejó. La conversación se expandió y él me pidió una cita. Le dije que tenía un novio en California y no salía con otros hombres. “Bueno, ¿por qué no vienes a mi casa el domingo? Te doy almuerzo y podemos hablar”. No había hecho ninguna cita para el domingo. No tenía planes –la mayoría de mis amigos estaban fuera de la cuidad- no podía lastimar a nadie un almuerzo, ¿por qué no? “Bueno, si”. Mi consultante nunca apareció. Volví a lo de Sean y la llamé a Sally. Ninguno de sus dos relojes despertadores había sonado. Nunca había tenido problema con ellos antes y se disculpó, diciendo que se levantaría de inmediato y todos estarían fuera para mi próxima cita. Más tarde, en el día lo llamé a mi consultante de las 9hs. para averiguar qué había pasado. Había ido al dentista el día anterior, se había tomado un analgésico y se había quedado dormido, su despertador tampoco había sonado. Me encontré pensando en Biaggio más de lo que me parecía bien y esto me ponía nerviosa. Realmente estaba ansiosa porque llegara el domingo. Le hablé a Christopher a California sobre mi cita y él no se mostró en contra. No tenía ninguna razón por estar intranquila, pero lo estaba. Decidí limitarme un poco y saqué una entrada para ver una matinée el domingo. Era un show off-Broadway donde actuaba un consultante / amigo y lo quería ver. Además entonces estaría segura de que el almuerzo no se extendería a la cena. Christopher me tenía confianza, pero yo no estaba segura si confiaba en mi misma. Llegué al departamento del lado oeste de la ciudad, el domingo a la una de la tarde. Sentí un impacto al verlo a Biaggio cuando vino a abrirme la puerta. Se ocupó de indicarme el camino para entrar en el amplio departamento tipo estudio, empezó a preparar el café al
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mismo tiempo que me mostraba unos cuadros grandes apoyados en dos caballetes y otros colgados en la pared. Mi aspecto cínico silenciosamente decía: “Y hasta son aguafuertes”. Me quedé parada en el medio del salón, mirando desde sus ojos familiares hasta las pinturas y de vuelta a sus ojos. Algo desde lo más profundo de mi ser, empezó a desmoronarse. Traté de controlar la emoción que estaba empezando a surgir de mi. Me concentré en mi respiración: Inhalar… exhalar… inhalar… exhalar –recién acabas de conocer a este hombre tonta, ¿qué va a pensar? No seas loca- inhalar… exhalar…” Justo cuando pensé que tenía todo bajo control, de pronto mi cuerpo estalló en sollozos. Me guió hacia una silla y me pregunto qué me estaba pasando. “Voy a estar un poco rara por un momento. No te preocupes, estoy bien. Creo que nos hemos conocido antes” La Rhea cínica pensó en los aguafuertes: “siguen igualmente de ordinarios”, pensaba mi mente. Las lágrimas eran tan espontáneas como los pensamientos. Los pensamientos se convertían en palabras que emanaban de pronto de mi boca. “Es que estoy tan contenta de verte. Pensé que no te encontraría nunca más. Estoy tan feliz de que estés bien y de que estés otra vez en el planeta”. “¿Quién soy?”, pregunto Biaggio mientras se arrodillaba frente a mí, abrazándome mientras yo lloraba. Miré su cara de preocupación y me di cuenta de que realmente estaba conmigo. “No sé, eres una clase de rey… pero realmente no es eso… yo soy una sacerdotisa o algo así… hay algún tipo de sacrificio… te mataron… nunca pensé que te encontraría de nuevo…” Las palabras brotaban junto con las lágrimas. El me abrazaba. Cuando miré su cara, había lágrimas en sus ojos. Nos levantamos, caminamos hacía su cama, nos acostamos y nos abrazamos. Cuando mis dedos acariciaron su espalda, sabía que conocía cada centímetro de su cuerpo bronceado. Este era un antiguo amante y ansiaba volver a entregarme plenamente. Con un esfuerzo enorme me sustraje para volver a la realidad de Manhattan en 1983 y a mi compromiso con Christopher en California. Nos besamos. Fue un beso profundo y familiar. Luchando contra cada impulso en mi cuerpo, me senté “Aquello no pertenece al ahora”. Durante la próxima hora intercambiamos información sobre nuestros seres en el siglo veinte. Varias veces durante la conversación se encontraban nuestras miradas, se acababan las palabras y las lágrimas volvían a surgir. Almorzamos. Me quedé hasta el último minuto. El no quería que me fuera. Yo no me quería ir. Me sentía virtuosamente orgullosa por haberme impuesto la disciplina de la entrada a la matinée y la usé para obligarme a salir de allí. En la puerta volvió a abrazarme. Mirándolo a los ojos, no pude evitar el beso, las lágrimas ni las palabras: “Te amo, siempre te he amado y te ama Isis” “¿Quién?” me preguntó confundido. “Isis” dije confundida también por no saber de dónde había aparecido el nombre. “No importa”. Y crucé la puerta hacia el hall y me fui. Tomé un taxi que me llevó a Greenwich Village. Entré en el teatro, encontré mi butaca en segunda fila al centro justo cuando “La Nube 9” empezaba. Mi mirada se cruzó con la de James cuando él entró en escena. Me sentí bien con haber cumplido con mi compromiso de ir a ver la obra y me esforcé por no pensar más en Biaggio. En el segundo acto un grupo de personajes estaba en un parque de Londres, de noche. Escuché las palabras, “Hagamos un sortilegio e invoquemos a la Diosa Isis”. Me quedé rígida, y me senté mas derecha en la butaca. “¿Quién?” preguntó uno de los personajes. “Tu sabes, la diosa egipcia Isis. En Egipto antiguo, la sacerdotisa superior elegía a un plebeyo para ser su consorte durante un año. Se lo nombraba rey como uno de los dioses, y cuando se cumplía el año se lo sacrificaba a la diosa Isis”. Cada átomo de mi cuerpo se despedazó al volver mi memoria. Vi cuando lo sacrificaban sobre el altar en el lugar más sagrado. Sentí el dolor indescriptible de la pérdida de mi amado. Sentí mi terrible ira hacia los dioses. Escuché mis propias decisiones irrumpiendo en
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mi consciencia: “Si esto es lo que significa servir a los dioses, nunca más serviré a los dioses. Nunca. Nunca más tendré poder. Nunca más elegiré estar en una posición similar. Nunca, jamás les serviré a los dioses. Nunca más amaré así nuevamente”. Pude contener los sollozos, pero las lágrimas corrían por mis mejillas. Vi la hoja obsidiana del cuchillo en mi mano y sentí cuando me la enterraba dentro de la desesperación que llenaba mi corazón. Fui detrás de él en la muerte, esperando poder encontrarlo. Caminé por los niveles más allá de la muerte buscándolo, pero no lo hallé hasta ese día, cuando dobló la esquina de la calle 17 en Manhattan, en 1983. La obra había llegado a su fin. Yo no había visto el final. Los aplausos me volvieron en mi. Hice un esfuerzo enorme para concentrarme, levantarme y tratar de aparentar cierta normalidad mientras salía temblorosa del teatro. Caminé cual fantasma las quince cuadras de vuelta al departamento de Sean, viendo una y otra vez esas escenas en mi mente. Llegué al departamento y me acosté en la cama. Entré en trance y llamé a la diosa Isis. Mi cuerpo tembló con el poder de su energía mientras mi nivel de vibraciones se ajustaba para permitir la transmisión. Escuché. “Lo que has visto es verdad. Los reunimos porque es tiempo que tomes nuevamente tu poder. Es tiempo para que nuevamente sirvas a los dioses y es tiempo de que él reclame su divinidad. Bienvenida. Tuvimos un poquito de trabajo con los relojes”. Más tarde lo llamé a Biaggio y le conté lo que había pasado. Vino a verme la noche siguiente e hicimos una sesión juntos. El amor y la conexión estaban todavía, pero la pasión y el deseo se habían disipado, y yo sabía que la experiencia estaba completa. Fue una sesión muy buena y al terminar, él supo que era mucho más que un artista italiano llamado Biaggio. Estaba bien encaminado para reclamar la experiencia de su divinidad. Fue poco después de esa experiencia que me rendí. Cynthia y yo celebramos con una cena cinco estrellas y me comprometí al “trabajo” de lleno. Había reclamado mi poder y una vez más estaba trabajando para Dios.
CAPÍTULO 8 “Channeling” (canalizar) es un proceso de dejar a un lado el ego o la personalidad y darles paso a las energías o a los niveles superiores de la verdad. Este don de guiar ha sido llamada intuición, inspiración y comunicación con las musas. Cuando la personalidad de un cantante se desplaza y no hay otra cosa sino la música, eso es canalizar. Cuando finalizas la escritura de una carta o de alguna página y la vuelves a leer y estás asombrado de lo que escribiste, eso es canalizar. Cuando estás sentado con un amigo en problemas y te escuchas decir algo y no sabes por qué lo estás diciendo –y tu amigo te mira sorprendido y dice: “Si, eso es, ¿Cómo lo sabías?”– tú no sabes cómo lo sabías, simplemente lo sabías. Eso es una forma de canalizar. El tipo de “channeling” que yo hago ahora se llama clarividencia “trance-médium”. No es canalizar a los muertos recientemente. No es el tipo de proceso a través de un médium, que se puede encontrar en una sesión espiritista. Estos son niveles superiores de consciencia a quienes yo les permito que usen mi cuerpo para el propósito de comunicarse con esta dimensión. Generalmente estos seres nunca han estado en una forma. Nosotros estamos conectados con toda consciencia. Canalizar es una técnica que nos permite vincularnos con esos niveles de consciencia más allá de nuestra mente consciente. Yo esto lo entiendo ahora, pero cuando empezó dentro de mí fue una gran sorpresa.
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Yo había conocido a varias personas que podían canalizar y había decidido que eso no era para mí. Creía que un médium era alguien que no tenía nada que decir. Me tuvieron que hacer trampa para que empezara a canalizar. En julio de 1983, recién divorciada y sola con mis hijos, estaba visitando a mi amiga Cynthia. Me contó de un libro que estaba leyendo, de Ruth Montgomery, quien lo escribió con la ayuda de sus Guías Espirituales. Yo me había entrenado para comunicarme telepáticamente con los Guías Espirituales de mis consultantes y ya hacía tiempo que trabajaba conscientemente con mis propios Guías Espirituales. Cynthia y yo habíamos compartido muchas aventuras espirituales: “Bueno, si Ruth puede hablar con los Guías, nosotras también. Vamos a probarlo”, dijo Cynthia, con ojos chispeantes y picarescos. Fuimos al dormitorio y me acosté. Ella usó mi propio proceso de relajación y luego dijo: “Muy bien, ahora miro a tus Guías sentados frente a ti”. Se sorprendió cuando le dije que estaban allí. “Bueno, por qué no te fijas si alguno quiere decir algo”, dijo cautelosamente. Mi cuerpo empezó a temblar y una voz resonante salió de mi boca y la saludó. Cynthia se asombró tanto como yo. Preguntó algo y la respuesta que vino fue tan profunda que me quedé muy intrigada. Entonces me di cuenta de que no estábamos simplemente “hablando con los Guías”; yo estaba canalizando. Pero ya era tarde, había picado el anzuelo. Mientras escuchaba las palabras que salían de mi boca, me sentí tocada por el amor y la claridad de la perspectiva. Venía desde un punto de vista mucho más elevado y desde un conocimiento mucho más profundo que cualquier conocimiento que yo hubiera podido ofrecer. Cynthia preguntó quién estaba hablando. Nos dijeron que era Sanat Kumara, un miembro de la Hermandad Blanca. Al día siguiente lo probamos nuevamente. Esta vez Cynthia hizo una pregunta para su madre, Suzanne, de cómo podía ella resolver un tema de un reclamo de seguro por un pequeño accidente automovilístico. Yo estaba muy nerviosa mientras escuchaba la respuesta. Le dijeron a Suzanne que fuera a hacerse quiropraxia inmediatamente, porque tenía una hernia de disco entre la cuarta y quinta vértebra cervical. “Oh, muy bien”, pensé, “ahora le va a venir una cuenta médica.” Cynthia le dijo a su madre y Suzanne consultó a un quiropráctico esa tarde. El doctor revisó su cuello y no encontró nada. Suzanne le dijo que había recibido un mensaje y le pidió que le sacara una placa. Se quedó boquiabierto cuando miró la placa. “Tiene una hernia de disco entre la cuarta y quinta cervical. ¿Cómo lo supo?” Esa experiencia puso fin a mi escepticismo. Yo sabía que no había manera de que pudiera obtener esa información desde mi mente consciente. Luego de un corto período de tiempo, Sanat me preguntó si yo estaría dispuesta a canalizar un libro. Le dije que sí, y en septiembre de 1983 empecé el primer libro. Como se pidió, entraba en trance todas las mañanas a las 7hs. Y prendía el grabador. La canalización duraba unos veinte minutos y a la mañana siguiente seguía justo desde el lugar donde había dejado la mañana anterior. El primer libro llevó unas seis semanas, y luego siguió el segundo. Me siento muy feliz de que ahora están publicados en alemán (por ch. falk verlag). El primero se llama Servidores de la Luz y el segundo, Tiempo de Alegría. Han sido una gran ayuda para el despertar espiritual de aquellos que los leyeron y estoy muy contenta de compartirlos con el pueblo alemán. Mi abuela nacida en Berlín también estaría contenta. Durante los años que he estado canalizando, aprendí y crecí mucho. Empezó el día que tuve miedo de enfrentar a mi clase de inglés de la tercera hora en Wellington, Missouri, hasta ahora que enseño y dirijo talleres en Estados Unidos y en Europa. Tengo el privilegio de estar con gente, en el momento que recuerdan y experimentan su propia magnificencia como Seres manifestados en forma. Yo he sido guiada, como cada uno de nosotros lo es.
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Hay un despertar espiritual manifestándose en todo nuestro planeta. Tú y yo somos parte de él. Como una maestra en Missouri o un ama de casa en California, nunca hubiera podido adivinar el papel que me tocaría jugar gozosamente en este despertar. Te invito a que sigas tu corazón y confíes en tu propio guía al descubrir tu rol en el despertar. Mientras todos nos acercamos más a la verdad de quiénes somos. Hay secciones de este libro que son canalizadas. Pedí específicamente recibir información sobre las almas perdidas, a un ser conectado con ese trabajo. La identidad se identificó como “Andon”. Está asociado con los Elohim. Hemos titulado las secciones canalizadas del libro, “Guía”. Aquí está parte de lo que Andon transmitió.
CAPÍTULO 9 Guía Este libro ha sido escrito por un espíritu desencarnado. Es decir, no tenemos una forma física. Sin embargo, hay una distinción entre nosotros y las energías conocidas como almas perdidas. No estamos asociados a un cuerpo. No estamos asociados con las circunstancias de tiempo y espacio. Muchos de nosotros nunca hemos estado en una forma física; sabemos quiénes somos y estamos seguros de nuestra existencia como parte de Dios. Sabemos de nuestra divinidad permanentemente. Sin embargo, un alma perdida, a veces llamada una energía del bajo astral, no sabe que está más allá del tiempo y de la forma. Mantiene su identidad, su personalidad, su apego a la vida física. Los así llamados fantasmas o los espíritus invocados por un médium son del rango de consciencia que incluye a las almas perdidas, porque estas entidades todavía están apegadas a la forma física y se identifican como personalidades. Los seres de nuestro reino no se apegan a la forma. Sabemos que la personalidad puede ser construida o elegida en cualquier momento y adoptamos una personalidad que hace que nuestra comunicación con los seres humanos sea más fácil o efectiva. Sin embargo, sabemos que estas son cualidades o rasgos de un nivel bajo que podemos elegir a voluntad. El humano se ha identificado tanto con su personalidad y su punto de vista, que le es muy difícil experimentar una conexión con lo universal. Toda vida, toda forma es consciencia. Tú eres una molécula de agua en el océano de consciencia. Tu separación es una ilusión. Las distinciones que has dibujado para separar tu Ser como una consciencia individual son ilusorias. Separaste tu consciencia del océano de consciencia para que pudieras descubrir que eras una molécula de agua. Cuando todo lo que hay es agua por todos lados, el agua no se puede conocer a sí misma. Cuando no hay otro, no hay identidad. La consciencia asume una forma para descubrir su propia identidad. Tú creaste el juego del tiempo-espacio, de la forma, para poder descubrir que eres Dios. Sin embargo, el juego, aunque finalmente sin sentido, se movió en una dirección destructiva. En vez de celebrar la Vida, el hombre desarrolló el potencial para destruir la Vida en una escala tan enorme que el golpe a la consciencia tendría ramificaciones más allá de la pérdida de vidas humanas individuales y de la destrucción del medio ambiente físico. Por esa razón estamos anunciando la Verdad en muchas formas en el planeta, en estos tiempos. El impacto de una guerra nuclear sobre el océano de consciencia atrasaría y pospondría el descubrimiento de la consciencia por las formas separadas de su propia identidad como Dios.
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Cualquier fuerza destructiva tiene la apariencia de ser más que divina. La así llamada energía negativa es vista como un enfrentamiento polar respecto de Dios. Solamente existe Dios. Acción positiva, pensamiento positivo, energía amorosa; es un reflejo de la Verdad en la Divinidad de todo. La así llamada acción, pensamiento y energía negativa es una negación de la Verdad. Es mala o malvada solamente porque es una expresión de la ignorancia de la Verdad. Es una mentira. Representa la ignorancia, el grado de separación, el apego a la personalidad individual y la falta de conocimiento de que todo es, todos son Dios. Por lo tanto, estamos tratando de hacerle recordar a los humanos la Verdad, para que esa destrucción pueda ser evitada y puedan hacerse nuevas opciones para la Verdad y la celebración de la vida. En definitiva, no importa qué pasa. El tiempo es ilusorio. Sin embargo, para la sufrida consciencia individual que está separada de la Verdad de su identidad por sus pensamientos, la experiencia del tiempo es real y el impacto de una guerra global prolongaría el sufrimiento de la separación. Este libro es un intento de nosotros, los que no podemos ser vistos, por ayudar a aquellos que tienen forma a que liberen a aquellos que no se ven, a aquellos que alguna vez estuvieron en una forma y cuya consciencia se ha aferrado a la forma en la cual habitaban. Muchas consciencias que están disponibles para comunicarse con los seres humanos nunca han estado en una forma. Es decir, aquellos de nosotros que nos estamos comunicando a través de la autora, en el presente, nunca hemos asumido una manifestación física. Estamos intentando comunicarnos con los humanos de muchas maneras, en este momento de su evolución. Vemos que la humanidad se halla en una encrucijada en su desarrollo. Una elección crucial está presente en aquellos de ustedes que ahora habitan las formas humanas sobre la Tierra. El potencial para la destrucción nuclear es una elección que ahora están enfrentando. Ese potencial es real, visto desde nuestra ventajosa posición. Hay muchas consciencias invisibles a quienes les preocupa qué van a elegir los humanos dentro de las próximas dos décadas en este planeta. Hemos estado tratando de comunicarnos a través de muchos seres humanos para elevar la consciencia de este planeta y demostrarles lo significativo, a los humanos en todo el globo, de elegir entre la destrucción física y el despertar espiritual a la consciencia. Vemos el potencial para la destrucción física como algo de largo alcance. Es decir, como se dijo antes, el impacto sobre las consciencias individuales, quienes están corrientemente encarnadas, podría ser devastador, más allá de la aniquilación de la vida física. Vemos el potencial de ese impacto como un retraso en la evolución de la consciencia para todos los seres involucrados. Aseguramos además que el impacto de la destrucción nuclear retardaría el regreso al conocimiento de la divinidad de las almas, durante eones de vida terrenal. Por lo tanto, los alentamos como consciencias individuales, a elegir conscientemente a apartarse de los patrones destructivos de pensamientos y creencias que forman parte de su propio conocimiento mental. Lo que elige cada consciencia individual es crucial y tiene un efecto sobre el océano de la consciencia total. Por lo tanto, la elevación de tu vibración personal a un nivel de energía del Amor Divino tiene efecto sobre los patrones de pensamiento de todos los humanos. Tú puedes ejercer un impacto sobre toda vida liberando tu ira, odios y prejuicios personales aun en el área más pequeña de tu pensamiento. Mientras conscientemente eliges ver la Divinidad en toda humanidad, en cada individuo con quien interactúas, desplazas el conocimiento de toda consciencia para que se acerque más a la Verdad. El rol que juegas no es insignificante. Puedes apoyar elegir la Luz, sosteniendo que cada ser humano es una chispa de Energía Divina e interactuando con ellos como si fueran un Dios igual que tu propia Divinidad personal. Te alentamos a que liberes los patrones negativos de pensamientos de tu propia consciencia y experimentes tu propia Divinidad personal en todas tus acciones y en todas tus actitudes. Te animamos a descubrir y vivir la Verdad de tu propia Divinidad. Haciendo esto, ejercerás influencia sobre la
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consciencia de toda la humanidad. Y de este modo, los beneficios de liberar la así llamada negatividad serán de mucho más largo alcance que tu propia armonía y paz personal. Puedes elevar la consciencia del planeta elevando tu propia consciencia hacia la Divina Luz de Dios que todos reflejamos y que tenemos el potencial de manifestar. La forma de Divinidad está alrededor de ti. Si tratas a todos los demás y a ti mismo como una expresión de Dios, estarás viviendo la Verdad y la Verdad se derramará por toda la Tierra. Te animamos a que lo hagas. Amén.
Tú, leyendo este libro, puedes provocar un impacto en la consciencia del globo elevando tus pensamientos de juicio negativos, en contra de ti y de otros, hacia la aceptación y finalmente la celebración de la variedad infinita de la expresión de la Divinidad en la forma. Cada persona con quien interactúas es Dios jugando en la forma. La variedad de maneras en que la consciencia encuentra expresión física, indudablemente no tiene fin. Tu manera no es la manera correcta. En vez de buscar a otros como tú y juzgar a aquellos que no son como tú de una manera negativa, puedes celebrar el humor y la diversidad de la Energía Divina. Los humanos tienden a buscar la comodidad de la similitud, en vez de celebrar las diferencias que enriquecerían su experiencia de Todo Lo Que Es. Te invitamos a que aceptes las diferencias en otros como una oportunidad de conocer y regocijarte en la diversidad que es Dios. Es más, te invitamos a que te regocijes en todos los aspectos de tu ser multifacético. Buscando tranquilizar la inseguridad de ser un humano, las personas limitan su experiencia de ellos mismos. El hombre no es esto o aquello. Los seres humanos tienen el potencial de manifestar un espectro amplio de colores en sus pensamientos y acciones. Si te presentas como un cantante, tiendes a limitar tu identidad y a cerrarte a los aspectos de tu potencial que incluyen pintar, bailar, escribir. Los humanos pueden expresarse, es decir, pueden expresar la Energía Divina en un sinnúmero de maneras. En el intento de manejar lo vasto del ser, los humanos tienden a limitar su definición de ellos mismos y decir que no son esto o aquello. Esa no es la Verdad. Uno puede cantar más frecuentemente de lo que uno baila o pinta o escribe, pero la etiqueta “cantante” tiende a eliminar posibilidades, en vez de expresar la Verdad de todas las formas disponibles de manifestar la Energía Divina. Los humanos también se limitan cuando juzgan sus acciones como buenas o malas. Tú te has convertido en tu propio maestro, dándote constantemente un boletín de calificaciones. Tus acciones deben ser observadas como la Energía Divina manifestándose a través de tu forma física. No estamos diciendo que cualquier acción está alineada con la Verdad de tu Divinidad. Algunas acciones son una mentira, porque no reflejan las acciones de un dios interactuando con otros dioses en una arena de Consciencia Divina. Es decir, mientras observas tus pensamientos y tus acciones como Dios jugando, tenderás a tratarte a ti y a otros con más amor y más respeto. Las así llamadas emociones, los pensamientos y las acciones negativas con las cuales otras personas responden a sí mismos y a otros, reflejan una ignorancia de la Verdad. Cuando te concentras en tu verdadera identidad, tus pensamientos, actitudes y acciones se desplazarán desde aquellos que te dañan o te deprimen a aquellos que te nutren y te inspiran. Tú mereces tu propio amor y respeto. Otros merecen tu amor y respeto. Aun los objetos de tu vida merecen la reverencia que tenderás a darles si los observas como formas sólidas de Consciencia Divina. Empezará a ser natural para ti vivir tu vida en amor y respeto mientras empiezas a vivir la Verdad de la Divinidad en Todo. Puedes desplazar tu conocimiento para ver y vivir la Verdad y al hacerlo, vas a poder impactar la consciencia del planeta. Te invitamos a conocerte a ti mismo. Amén.
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Este libro es para ti. Puedes ayudar a tus amigos y te puedes ayudar a ti mismo, descubriendo y manifestando la verdad de tu existencia. No hace falta que esperes demostrar tu propia divinidad en el mundo. Muchos humanos no eligen mostrar el Dios interior, porque sienten que no pueden mantener la continua manifestación de divinidad. Ellos piensan que no pueden ser así llamados “buenos” para siempre y entonces eligen no manifestar la bondad. El error en pensar que no puedes mantener una perfecta presentación es que piensas que los hechos están relacionados; esto es un error común de los seres humanos. Si una persona hace diez cosas “buenas” (usamos la etiqueta que la mente humana usa para poder demostrar este punto) y hace una cosa que él u otros sienten que es “malo”, él y otros negarán e invalidarán las diez cosas buenas por la presencia de la así llamada cosa mala. Esto hace que el tiempo sea lineal. No lo es. La misma persona puede hacer X hoy e Y mañana y Z al momento siguiente, sin que sea malo o malvado o sin que esté negando la vida. Los seres humanos piensan que la acción es continua. Los humanos piensan que el tiempo es lineal. Sin embargo, el tiempo no existe. Todo lo que existe es el momento. Por lo tanto, una así llamada mala acción. Las acciones están separadas. Las acciones verdaderamente no se relacionan entre sí. En consecuencia, si alguien hace algo que otro cataloga como una mala acción, no quiere decir que esa persona es mala o que todas las acciones de esa persona sean malas. Por lo tanto, los humanos se separan de sí mismos juzgando las acciones que parecen ser indicativas del carácter de la persona cometiendo la acción. No es apropiado separarse de otro ser por cualquier razón. Juzgar las acciones de otro y usar ese juicio como una razón para quitarle tu afecto y confianza no es una respuesta elevada. Uno debe encargarse de cada momento, no con la continuidad del tiempo ilusorio. Cada persona juzga no sólo a otros sino a sí mismo. Por lo tanto, si uno comete una acción que se cataloga como mala, la tendencia es auto considerarse malo. Esto tampoco es cierto. Los humanos se han separado de sí mismos y de su divinidad al juzgar a las personas basándose en las acciones individuales. Los humanos se alienan de su propia experiencia, de su divinidad, etiquetándose como malos por las acciones que han cometido y que han juzgado como malas. A veces estas acciones sucedieron en una vida pasada y la persona, en un nivel subconsciente, siente que ciertamente son malas. Este libro está concebido para permitirle al lector mirarse dentro y descubrir su propia alma perdida. Puede haber otro ser dentro de tu cuerpo. Ese ser puede estar perdido. El ser perdido dentro de tu cuerpo puedes ser tú mismo. Tu mente te ha separado de tu verdadera identidad durante eones de tiempo mortal. En esta vida, muchos de ustedes están redescubriendo la verdad de su identidad y haciéndose dueños de su ser completo. Deseamos reconocerte y hacerte saber que el viaje vale la incomodidad de viajar un sendero que no está señalado. Deseamos que sepas que tu viaje tiene el respeto y la bendición de muchos seres en muchas dimensiones de realidad y te damos la bienvenida al hogar de tu Ser. Dios te bendiga.
Has estado viajando a través del tiempo y del espacio, manifestándote en varias formas de vida durante eones de tiempo físico. Muchas veces has viajado con el mismo grupo de personas; puedes haber advertido que tu familia se extiende más allá del grupo de quien te dio vida. Este reconocimiento de antiguos lazos viene del hecho de tener compromisos
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desde vidas anteriores con los seres que son tu familia de alma. A veces, una persona puede ser familia y familia de alma al mismo tiempo. Esta es una época muy rica. Sin embargo, deseamos hacerte saber que ha llegado el momento para ti de expandir tu familia núcleo del alma para incluir a todos los que tocas. Cada persona que se conecta con tu vibración es modificada por el contacto. Por eso tus pensamientos y tus juicios son críticos. No abrigues pensamientos negativos sobre ti mismo u otro. Considera cada oportunidad para descubrir algo sobre ti, mientras interactúas con otro. Aquellos de ustedes que están leyendo este libro pueden estar preguntándose cómo un alma perdida entra en el cuerpo del anfitrión. Una de las aberturas que encuentra el alma perdida es cuando esa persona ha estado inconsciente por alguna razón u otra. Puede ser un accidente de auto o un golpe en la cabeza o la inconsciencia inducida por el uso de drogas o de anestesia. El momento más común de entrada es en la niñez, durante algún hecho particularmente traumático. El niño pide auxilio y la entidad perdida viene a salvarlo. Mira los ejemplos dados por la autora. Otro hecho común es que las almas perdidas viajen a través de las vidas, con otra entidad, con otra mente. Es decir, el anfitrión puede haber estado cargando con una energía en particular durante varias vidas. El proceso de liberación es muchas veces más difícil porque en estos casos, la persona no sabe quién va a ser después que la energía familiar ha seguido su camino hacia la Luz. También encontramos parientes fallecidos que se apegan a un niño o hermano o padre. De esta manera el anfitrión no tiene la experiencia total de la pérdida del pariente fallecido; muchas veces vacilan en experimentar la pérdida total y por lo tanto se resisten a liberar al pariente que ahora ellos sienten que va a morir al liberarlo. Generalmente puede ser demostrado a todos los que les concierne que el apegarse a la entidad o que la entidad se apegue al anfitrión no le sirve a ninguno de los dos. Sin embargo, hay veces, cuando la ira hacia Dios por lo que fue juzgado como una muerte prematura o desagradable ha alejado tanto a la entidad, de Dios, que vacila en encaminarse hacia la Luz. En estos casos, la ira primero debe ser expresada y liberada para que la entidad pueda hacer sus paces con Dios. Puede volverse necesario hacer psicoterapia o tener una consulta espiritual sobre la entidad para apoyarlos en liberarse de su apego a su historia y a su identidad como víctima de las circunstancias en esa historia.
Estamos aquí para apoyarte en tu creciente conocimiento de divinidad y tu reconocimiento de la verdad de que toda existencia es un reflejo de la energía de Dios y de la voluntad de Dios. Cada vez que una entidad perdida se acerca a la verdad de su identidad como un reflejo y una parte de le energía divina, la verdad en la identidad de toda consciencia se aproxima más a la manifestación. Cada vez que liberas un alma perdida y la retornas a la Luz y a la verdad de su unión con el aspecto de toda energía designada como Dios, elevas la consciencia de todos en un alineamiento más cercano a la Verdad. Asimismo, cada vez que recuerdas la verdad de tu identidad como energía divina manifestada en forma, jugando en tu disfraz particular sobre el escenario que diseñaste, jugando el papel que creaste en una historia que tu propia consciencia superior eligió para elevar tu consciencia, te aproximas más a la Verdad. Cada vez que un ser se acerca más a la Verdad, todos los seres hacen lo propio. Por eso los sabios antiguos, quienes meditaban y rogaban y buscaban lo divino dentro de su propia experiencia, apartados de sus hermanos, en realidad impactaron a todos los seres en la Tierra acercándose a la verdad de sus propias identidades. Sus cuerpos estaban apartados. Sin embargo, sus consciencias tocaban a todas las consciencias y elevaban a toda
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consciencia, al descubrir ellos sus verdaderas identidades. Por lo tanto, cada intento que tú como individuo haces para acercarte más a la Verdad y manifestar la Verdad en tus pensamientos y en tus acciones va a elevar la consciencia de todos los seres y acelera el día en que toda la humanidad recuerde quién es. Cuando eso suceda, la humanidad no sólo trascenderá la rueda del karma, sino que la humanidad disolverá toda creencia en el tiempo, y el karma no será una creencia sobre la cual se base la realidad de la humanidad. El karma es una creencia de que el presente está relacionado con el pasado. Esta creencia niega la verdad de que el tiempo no existe y que cada momento es creado a nuevo por la energía divina que elige jugar en una forma física. Cuando el hombre tome la responsabilidad de toda la verdad de su identidad, entonces el tiempo cesará y el presente será todo lo que haya en el conocimiento del hombre como lo es ahora en la Verdad. Cuando el hombre descubra el infinito poder asociado con su manifestación física, entonces la humanidad sabrá que está creando todas las entidades y cosas sólidas y no sólidas en el instante, cuando él o ella los percibe. Literalmente son llamados a ser por el hombre mismo. Por lo tanto, cuando la verdad de la divinidad de todo es aceptada en todo el universo, cesará todo sufrimiento sobre el planeta Tierra. Una vez que la creencia en el karma ha sido transcendida, la humanidad sabrá que no hay una acción pasada por la cual él o ella deben ser castigados. No habrá necesidad de pobreza o hambre o dolor emocional, psicológico o físico. La enfermedad cesará también, ya que la enfermedad se basa en la idea de imperfección y de des-alivio relacionado con el cuerpo físico. Una persona que ha manifestado una enfermedad siente que está a merced de la enfermedad, más que del creador de las circunstancias que le permite participar en su propia idea del karma. Este libro trata de almas perdidas o entidades desencarnadas. Las entidades desencarnadas son esas entidades que han dejado sus cuerpos sin haber abandonado el plano físico o las personalidades que atendían su existencia en sus cuerpos. Como se ha dicho, todas las almas perdidas no son aquellas que han dejado sus cuerpos. Almas perdidas son las que han perdido sus verdaderas identidades. Los seres en cuerpos que han olvidado la verdad o han escondido la verdad de sus propias identidades y de otros, realmente pueden llamarse almas perdidas. Es tiempo de que todas las almas perdidas retornen a la Verdad. Tú, leyendo este libro, te has identificado tanto con tu realidad física y con la personalidad que atiende tu forma física del presente que también has oscurecido tu verdadera identidad. Piensas en ti mismo como hombre o como mujer. Piensas en ti mismo como americano o inglés o alemán. Piensas en ti mismo como protestante o católico o judío o ateo. Te defines por tus roles profesionales y sociales. Te ves como actor u hombre de negocios o cantante o escritor. No eres ninguna de esas cosas. Tu verdadera identidad es la divinidad que se expresa a través de la forma en la manera que has elegido expresar tu verdadero ser. Si eres hombre, elegiste expresar tu divinidad a través de la forma física masculina. Asimismo, todos los aspectos de ti mismo que presumes que eres, son meramente aspectos que tú adoptaste para expresar la divinidad que eres. El ego humano se siente amenazado por cualquier movimiento lejos del modelo de identidad que ha presumido que es. Por lo tanto, el ego tiene dificultad en entender que no eres ni masculino ni femenino sino un compuesto que puede expresar cualquier cualidad, no importa si esa cualidad es etiquetada masculino o femenino. El ego se ha identificado particularmente con la ocupación o, más acertadamente, con la habilidad. Por lo tanto, una persona con una así llamada hermosa voz se identifica como cantante. Su identidad queda envuelta en su voz. Lo que pasa por alto es que la voz es simplemente una herramienta a través de la cual la energía divina ha elegido expresarse. Asimismo, el ego se identifica con una falta de talento tanto como con un talento o una habilidad. Por lo tanto, las personas se colocan debajo de otras en su autoestima diciendo que ellos no tienen una buena voz o no son hábiles con los
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números o no son elocuentes con palabras o no tienen talento artístico. El ego usa una presunta falta de talento o habilidad para denigrar su propia divinidad. Por lo tanto, la verdadera identidad de aquellos que tienen un talento y aquellos que no se juzgan como talentosos está oscurecido por la identificación con el talento o con la falta de él. Toda esta identificación equivocada impide gozar verdaderamente de la oportunidad de expresar la energía divina a través de la forma. Esta oportunidad es tuya. Te invitamos a reconocer y a abrazar la oportunidad que te has regalado.
Estas así llamadas almas perdidas existen en un plano de la realidad llamado el plano astral. Este no es el reino de los asi llamados fantasmas. Los seres que están atrapados en esta dimensión muchas veces no saben donde están o que es lo que les esta pasando. Se sienten perdidos. A veces sienten como si estuvieran flotando. Estos seres que están atrapados dentro de otro ser físico no son las únicas almas perdidas en el plano astral. Ese plano de realidad existe más allá de la realidad física con lo cual estás identificado. En ese plano habitan muchas entidades separadas. Están atrapadas y perdidas aun cuando no tienen un cuerpo alrededor. Aquellas almas que han dejado sus cuerpos físicos pero quedan apegadas al plano físico están en un limbo. No son ni terrenales ni totalmente espíritu, ya que no pueden reconocer su propia naturaleza. Muchas de ellas no se dan cuenta de que ya no están en su propio cuerpo físico. Es tal su identificación con el plano físico que están ciegas con respecto a la pérdida de su cuerpo. Soltar a estas almas de la ilusión del mundo físico y retornarlas a la verdad de su identidad como expresión de energía divina libera a este planeta de la ilusión. El ejercicio es un recordatorio de que tú, en forma física, no eres la forma ni la personalidad con las cuales te has identificado. Mientras trabajas para liberar estas almas perdidas te darás cuenta de cuán arraigada está tu propia identidad con tu forma física, tu personalidad y tu historia personal. Tu apego a otros seres se proclama por tu identificación con la forma y la historia de tu ilusión personal. Al final, estás apegada a toda vida y coincidentemente desprendida de toda vida en el mismo grado. Sin embargo, tu historia personal te ha unido emocionalmente a expresiones particulares de energía divina y te ha apartado de otras expresiones de esa energía a través de tus emociones personales. Finalmente, tú estás relacionada y no relacionada con todas las expresiones de energía divina. Tus apegos son parte de la expresión de tu historia personal. Al retirarte, o liberarte de tu historia personal, también liberas los apegos a otros particulares. Del lado anverso de lo que puede parecerte una pérdida, está el hecho de que cuando liberas lo particular, ganas en lo general. Es decir, puedes sentirte conectada a todos los seres vivientes y finalmente e igualmente a todas las expresiones con forma o sin ella. Puedes relacionarte igualmente y gozosamente con todas las expresiones de Dios. Este es el sendero de un santo. El santo lo ve a Dios en todas partes, no sólo en los ojos de un elegido particular. Las almas perdidas están atrapadas por su apego a la Tierra. Murieron sin conocer su verdadera identidad. Si hubieran estado conscientes de que eran parte de Dios o un aspecto de la energía divina, hubieran retornado a la luz inmediatamente. Estos seres no saben que son más que un cuerpo o personalidad de una encarnación en particular. Por lo tanto, el proceso de enviarlos de nuevo hacia la Luz es, de alguna manera, realmente elevarlos. Hasta que están liberados a la Luz, han limitado su experiencia de quienes son, a la encarnación con la cual todavía se identifican. No se dan cuenta de que la encarnación era meramente un disfraz que se pusieron para actuar en una obra en particular. Son como actores tan enredados en el drama en el cual están participando que cuando cae el telón, salen del
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escenario a pasear con el público que deja el teatro y se pierden. Se sienten desorientados, porque el drama con el cual todavía se identifican ya no tiene realidad fuera del escenario. Son reacios a quitarse el disfraz y alejarse de la historia que han estado representando sobre el escenario. Tú, que tienes la oportunidad de liberar a estas almas confundidas o enojadas, puedes jugar el papel de alguien que esclarece a otro. Tú tienes la habilidad y el poder y el permiso para liberar tus sufridas almas compañeras. Puedes enviarlas nuevamente a la Luz y así liberar su apego a la historia que han estado dramatizando; de esa manera les permites vislumbrar o hasta tomar conocimiento de su verdadera identidad. Reconocemos el amor y el cuidado que se requiere por tus seres compañeros para que tú estés leyendo este libro, y que será necesario si tienes la oportunidad de usar la información de este libro para liberar a un ser atrapado. Te damos las gracias. Mucho del trabajo que se está haciendo no lo podemos hacer nosotros mismo. Intentamos llegar a estos seres, pero no es siempre posible para nosotros pasar a través de la consciencia del anfitrión para poder interactuar con la identidad atrapada, de manera tal que llegue a liberarse. Por eso, tu asistencia es muy valiosa y se aprecia. Aquellos de ustedes que están leyendo esta información tendrán la oportunidad, en algún momento, de usar esta información para ayudar a un amigo. Puede ser que no sea inmediatamente. Sin embargo, llegará el momento en que reconocerás la evidencia de la presencia de otra energía en una persona que conoces. Cuando eso suceda, sugerimos que ofrezcas ayudar a tu amigo verificando su energía. No hace falta que dramatices o que parezca una amenaza esta sugerencia. Este proceso no es anormal ni es ocultismo tenebroso. Este proceso es tan simple como quitarle una astilla a la mano de un amigo. Se puede hacer de la misma manera. Ves una necesidad y ofreces ayudar. No es necesario que sea dramático. Muchas personas asocian algo malvado al hecho de pensar sobre la presencia de otra energía en un cuerpo ajeno. Como se ha demostrado, estos seres perdidos no son malvados y no es necesario tratarlos como malvados. En verdad, tratarlos como malvados simplemente es empeorar su sufrimiento. Tu trabajo al mediar por ellos consiste en retornarlos a la Luz. Esto puede suceder con liviandad. Obviamente, te sugerimos que uses tu discreción al ofrecer tus servicios. Debes también darte cuenta de que el proceso puede tener resultados muy profundos y has de estar disponible para tu amigo luego de que se complete el proceso. Tu amigo puede estar desorientado por unos días luego del proceso y puede necesitar tu apoyo. La pérdida de una energía que ha estado presente durante años es experimentada muchas veces como una profunda pérdida personal y puede seguir un período de dolor, luego de la liberación de la energía. Por lo tanto esto no es un juego de salón o un truco mágico para demostrar tus poderes ocultos. Este proceso es profundo y debe ser tratado con el respeto que merece tu amigo. Tú querrías lo mismo. Estas almas que han estado atrapadas dentro del cuerpo de otro son fragmentos de la consciencia que se han quitado del fluir: nacimiento-vida-muerte. Estos seres se han desviado del camino, al aferrarse a su identidad. Es muy útil para la consciencia del planeta que estos seres sean liberados y elevados. También es muy útil para ellos. Muchos no saben que están muertos. Otros no saben que pueden ser perdonados, porque no se han perdonado a sí mismos. Aun otros están aterrorizados por dejar el plano físico y su identificación con su historia particular. Es realmente como estar en el limbo. Como estos seres no tienen un poder directo en el mundo, únicamente pueden influir en el anfitrión. Tal influir es problemático. Liberar a estas almas es elevar la consciencia del planeta.
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El “clearing” de almas perdidas es de importancia primordial para tu planeta, en este tiempo. Estas energías han estado atrapadas en un reino astral que ellas perciben como la realidad. Necesitan retornar a la verdad, así como aquellos que están atrapados en la ilusión de la realidad física necesitan retornar a la verdad de su identidad. Estas almas perdidas atrapadas en la ilusión astral continuarán con el error en la percepción de su identidad si no son liberadas de esta ilusión. Seguirán percibiéndose de manera equivocada como si fueran realmente la personalidad de la experiencia de vida que dejaron más recientemente. Están atascados, identificándose con esas personalidades, con ese cuento o historia que se han olvidado que crearon para ellos mismos como una experiencia de aprendizaje en su viaje de retorno al Uno. Mientras continúen identificándose con su vida más reciente, no tienen la oportunidad de acercarse a su propia verdad. La cantidad de seres atrapados en los reinos astrales alrededor de tu planeta es enorme. Ha habido gran identificación con la forma física en tu dimensión, mucho más allá de lo que fuera anticipado cuando el juego de experimentar la dualidad fuera primeramente creado por todos. Estos seres, atrapados en los planos astrales, están tan identificados con su forma física que han entrado en una dimensión no física, mientras todavía se aferran a la ilusión de que ellos son su forma física. Tal ilusión debe ser liberada antes de que puedan liberar su apego a la forma. Tú que sabes la verdad y aún estás en tu forma física puedes llegar a ellos mucho más fácilmente que nosotros desde nuestras livianas dimensiones no físicas. Ellos creen en tu realidad y no en la nuestra. Por lo tanto, son mucho más receptivos a la comunicación con quienes tienen forma física de lo que lo son a la nuestra, en nuestra dimensión no física. Están aferrándose a la forma física y resistiendo una forma no física. Por lo tanto, nuestros intentos de llegar a ellos no entran en su experiencia de realidad. Nuestra dificultad por llegar a estas almas atrapadas, así llamadas “perdidas”, es similar a la dificultad que tienen aquellos, en nuestra dimensión, para llegar a muchos de ustedes en su forma física. Frecuentemente están tan identificados con su físico que no se abren a nuestra comunicación en una realidad no física. Por lo tanto, ha sido difícil en el pasado poder interactuar con ustedes, que están en forma física. La puerta de la comunicación entre nuestra dimensión y la de ustedes está comenzando a abrirse. Esta comunicación es un ejemplo de esa apertura. Hasta hace poco, en tu realidad, ha sido necesario que nosotros en nuestra dimensión – que deseábamos comunicarnos contigo en tu dimensión física– usáramos tu estado de consciencia en los sueños para poder interactuar contigo. Este intento ha sido algo esporádico, en el mejor de los casos. Sólo muy recientemente ha habido un reconocimiento general de la importancia de la comunicación recibida durante el estado del sueño. Hasta el tiempo presente, aquellos que tenían visiones y creían en la realidad de la comunicación recibida en su estado de sueño eran llamados místicos religiosos o inadaptados sociales. El ocasional genio que reconocía la validez de la inspiración y la comunicación recibida durante el sueño era una excepción. Recientemente tus campos de psicología y psicoanálisis han reconocido la validez de la comunicación recibida en forma simbólica durante las horas de sueño. La mayor parte del nivel analítico psicológico, sin embargo, no ha reconocido de dónde venía realmente esta comunicación. Se ha presumido que el depósito de estos sueños visionarios está en la profundidad del subconsciente humano. Sin embargo, todavía no ha sido reconocido que aquellos de nosotros que estamos guiando el desarrollo o intentando guiar el desarrollo de la consciencia humana desde las dimensiones no físicas hemos estado comunicándonos con aquellos de ustedes, en forma física, a través de la técnica de enviarles formas de pensamientos a su consciencia mientras está en una condición receptiva inducida por el así llamado “dormir” físico. Cuando el cuerpo físico descansa, el cuerpo mental también descansa. Cuando el cuerpo mental descansa, la mente consciente no está creando pensamientos que distraen y
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bloquean la percepción y recepción de energía de entrada desde otras dimensiones. Por eso, el sistema de meditación ha sido siempre usado durante el desarrollo de la consciencia en tu planeta, por los dirigentes con conocimiento espiritual. La meditación es una manera de poner la mente consciente a descansar y en un estado receptivo, mientras se mantiene despierta la percepción de la forma física. De esta manera, aquellos de nosotros asociados en una dimensión no física, con la consciencia superior y la así llamada realidad superior del individuo hemos podido comunicarnos con la consciencia de la entidad que está despertando. A veces esta comunicación es en un lenguaje directo y a veces en forma simbólica. Sin embargo, siempre ha sido una oportunidad de comunicación desde otros niveles de realidad para ser percibida por el ser humano. A veces, cuando un humano primero intenta meditar, es muy difícil desconectar el ruido de la mente consciente. Este proceso requiere disciplina, práctica y confianza de que hay algo más allá de la mente consciente. Tal confianza está asociada con el deseo innato de acercarnos a la verdad de nuestra existencia. Este deseo está en todo ser humano, no importa cuán profundamente el deseo se halle enterrado y desplazado del conocimiento consciente. Puedes confiar en que en algún nivel, tus hermanos y hermanas tienen el mismo anhelo de verdad que tú empiezas a experimentar en ti mismo.
CAPÍTULO 10 Cuando viene un consultante para una sesión, hablamos un rato para darnos cuenta de qué es lo que se necesita trabajar en esa sesión. La primera vez que lo atiendo, tengo la costumbre de hacer una investigación de rutina para ver si hay almas perdidas. Si tenemos tiempo (una sesión es de 90 minutos), comenzamos una regresión a vidas pasadas. La charla inicial, además de establecer una relación, ayuda a aislar el tema que va a tratarse en la regresión o determina otra técnica que pueda utilizarse. Como los miembros de familia suelen rondar después de haber fallecido, generalmente pregunto si los padres del consultante todavía viven, y si no, cuáles eran sus nombres. Esto me ayuda a reconocer la relación, si aparece uno de los padres como otra energía dentro del consultante. Cuando estamos listos para comenzar, se acuesta, y yo me siento a su derecha. El consultante va a estar en un estado alterado de consciencia luego de proceso de relajación, y la temperatura de su cuerpo disminuirá, por lo que generalmente lo cubro con una manta liviana cuando se acuesta. La hipnosis es un término difícil de definir. Mis consultantes no están en un trance profundo luego del proceso estándar de relajación. Permanecen totalmente conscientes y generalmente se acuerdan de todo. Grabo cada sesión y el consultante se queda con la cinta. Hago esto porque, muchas veces, la mente del consultante empieza a negar la experiencia y encuentro útil darle un registro de la sesión para que sepa lo que pasó. Uno desarrolla un instinto que advierte de la presencia de almas perdidas. Puedo ahora pasar mi mano por el aura de alguien y sentir la presencia de otra energía. Tú puedes desarrollar tus propias pistas. Hay, sin embargo algunas señales físicas que pueden indicar la presencia de otras energías en un cuerpo. Muchas veces, cuando alguien está cargando con otra energía, tiene dificultad para mantener contacto visual. Puedes llegar a sentir que su energía está “por todos lados”. No parecen estar ni enfocados ni centrados. Esto puede ser sutil o evidente, como cuando alguien literalmente cambia de personalidad en frente de ti. Muchas veces tienen ojeras oscuras, una mirada lejana casi muerta. La impresión es como si la persona tuviera un velo puesto sobre ella. Es posible que haya tensión en la cara o algún
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tipo de nerviosismo escondido. Muchas veces el anfitrión declara su miedo por acercarse a la gente. Parece estar escondiéndose y tiene miedo de la intimidad. En realidad, puede ser la entidad que está manteniendo el anfitrión en un estado de aislamiento emocional para no ser descubierta. Frecuentemente he visto a consultantes que han estado en terapia tradicional durante años, y han gastado miles y miles de dólares para tratar algo que nunca fue tratado. Por cierto, el tema no siempre es la presencia de un alma perdida, pero cuando si lo es, es posible resolverlo en una sola sesión. Una vez que el consultante está acostado cómodamente, le hago utilizar su respiración para empezar a relajar su cuerpo. Hago que se vean en una habitación donde pueden estar cómodos. Puede ser una habitación que conocen u otra imaginada, no tiene importancia. Luego les pido que se vean acostados en esa habitación. Mientras continúan utilizando su respiración para quitar cualquier tensión en el cuerpo, les pido que visualicen sus pies y luego visualicen un líquido dorado que entra por los dedos de sus pies. Usamos la imagen del líquido dorado para hacer avanzar olas de comodidad y relajación por sus piernas, torso, pecho, que bajen por los brazos y luego asciendan por el cuello hacia la cabeza. Cuando el cuerpo ya está relajado, declaro que el líquido dorado va a mantener al cuerpo contenido y protegido para que el consultante y únicamente él pueda retornar a su cuerpo cuando elija hacerlo. Digo esto no por temor a que aparezca un ladrón de cuerpos en el nivel astral, sino para hacerle recordar que él o ella son los que están a cargo del proceso. Luego ruego que los guías y maestros de esta persona sean nuestros asociados en este proceso. Pido que le revelen y liberen de cualquier otra energía o de la fuente karmica del tema que elegimos para esta regresión a vidas pasadas. Esto no es sólo un pedido, sino también un recordatorio para el consultante y para mí misma acerca de que yo no soy la que está haciendo el trabajo y que tampoco estamos solos. Mi experiencia en este trabajo es que soy un canal. Tenemos mucha ayuda. Si te sientes llamado a hacer esta tarea, desarrollarás tu propia técnica. Sin embargo, hay algunos elementos que considero esenciales. Primeramente, la entidad debe reconocer, de hecho que está muerta. Muchas de estas almas perdidas no han aceptado todavía esto. Niños que murieron ahogados suelen no darse cuenta de que su cuerpo murió. Cuando se les pregunta qué pasó con su cuerpo, estos niños muchas veces dicen que “se fue flotando” o “lo perdí”. Tienen que saber que su cuerpo murió, que ahora están en un cuerpo que no les pertenece y que necesitan irse de allí. Inicialmente luego de contactarme con un alma perdida, pregunto: “¿Que pasó con tu propio cuerpo?” Como siempre, la preferencia es hacer que ellos respondan o tengan la experiencia de su propia verdad, no simplemente decírselo. Pueden llegar a saber que están muertos y simplemente necesitan a alguien que los escuche para que puedan expresar su enojo, tristeza o frustración sobre el hecho o las circunstancias de su muerte. Pueden necesitar liberar ese miedo. Una vez que han aceptado que están muertos y han expresado su emoción sobre su muerte, tendrían que estar dispuestos a partir. El siguiente elemento, entonces, es que la entidad esté dispuesta a partir. Simplemente pregunto: “¿Estas preparada para irte ahora?”. Si dicen que si, le pregunto al anfitrión si está preparado para liberarla. Si dicen que no, continúo comunicándome con ellas hasta que estén listas. Una vez que han comunicado todo, generalmente están dispuestas para irse. Aquí hay algunas de las típicas razones por las cuales las entidades no quieren irse. Como Randolph, pueden haber estado escondiéndose y están aterrorizadas. Los niños frecuentemente están esperando que uno de sus padres los venga a buscar. Si el padre está muerto, a veces se puede contactar al padre telepáticamente y pedirle que venga a buscar a su hijo. Si no, se puede pedir esto mismo a los ángeles.
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Yo trabajo con un cuerpo de ángeles llamados los Elohim. Son un grupo de Seres celestiales que asisten en la transición de la forma física a la esencia espiritual. Asisten y guían hacia la Luz a la persona receptiva, en su proceso de muerte. También trabajan con nosotros en los reinos astrales para liberar a las almas perdidas. Quizás te hallas dado cuenta de que te pones a trabajar cuando vas a dormir. Muchos de nosotros trabajamos de noche fuera de nuestro cuerpo, con los Elohim, para liberar almas perdidas de los reinos astrales. Como estás leyendo este libro tu ya tienes una relación con ellos sea o no consciente y tienes el derecho a llamarlos para pedir asistencia en liberar almas perdidas y enviarlas hacia la Luz. Muchas veces los puedes visualizar cerrando tus ojos al mismo tiempo que sucede una liberación; los verás tomarle la mano a la entidad y guiarla hacia la Luz. La entidad también los ve y esto hace que se sienta asistida para entrar en lo desconocido. A veces, la entidad sabe exactamente que es lo que está haciendo y se niega a partir porque está furiosa con Dios (que a menudo se resume en que está enojada con ella misma) y no quiere volver a “El”. Puede que necesite perdonar a aquellos que fueron instrumento en su muerte, y perdonarlo a Dios también. A veces las entidades han hecho algo que consideran tan malo que creen que Dios no las querrá. Si eso pasa, debes suspender tus juicios tradicionales y acordarte de que no hay víctimas en el universo de Dios. En verdad todo sucede por una razón y somos totalmente responsables de nuestra realidad. Tú no tienes que vivir esa verdad, y ni siquiera creerlo para hacer este trabajo, simplemente maneja a estos seres torturados con compasión, no juicios. Si te pones de acuerdo con ellos acerca de que son malos, vas a agregarles sufrimiento, no alivio. Algunas de sus acciones pueden haber sido muy malas realmente, pero cuando están otra vez en la Luz, pueden ver por qué eligieron esa experiencia. Desde esa perspectiva pueden ver de qué se trataba en verdad. Se han juzgado ya bastante; tan solo necesitan tu amor. Necesitan perdonarse. Un padre o pariente que está aferrado a un ser amado, ostensiblemente para protegerlo o guiarlo, por lo general va a partir cuando se de cuenta de que no ayuda el quedarse. En ese caso el anfitrión también debe estar dispuesto a prescindir de la así llamada protección o guía. Debe estar dispuesto a timonear su propio barco, y con frecuencia, necesita confiar en que él mismo tiene cuanto precisa para vivir su propia vida. Cuando una entidad ha estado con el anfitrión durante varias vidas, es bastante difícil liberarlo porque están muy unidos. Puede ser particularmente difícil para el anfitrión, porque considera que la energía es parte de su propio carácter. La entidad apegada puede ser un enemigo en otra vida, en cuyo caso se requiere el perdón. O puede ser una pareja o un hijo de otra vida, en cuyo caso se requiere dejar de lado antiguas promesas o responsabilidades, (El amado que juró no irse nunca puede estar cumpliendo su palabra). El anfitrión debe tener muy claro que no le sirve a ninguno de los dos seguir cargando con esa energía en su cuerpo. Cuando el anfitrión o la entidad no desean perder contacto entre sí, yo les recuerdo que solamente se está liberando la energía, y que el amor, la comunicación y la relación están disponibles para ambos. Frecuentemente les hago visualizar un teléfono en la habitación que se imaginaron al principio de la sesión, para poder conectarse. Una relación y el amor no están limitados a la forma o a la realidad física. Les recuerdo sencillamente que desde ahora, la comunicación va a ser a larga distancia y no una llamada local. A veces una energía entiende con claridad que si va hacia la Luz, realmente “muere”. Es decir, sabe que va a unirse al océano de conciencia y perder su identidad individual. Eso es cierto. Bueno es la única manera de elevarse. Una vez que la entidad está preparada para partir, debe también obtener la voluntad del anfitrión para liberarla. Dado que no hay víctimas en el universo de Dios, es verdad que en algún nivel la entidad está presente en el anfitrión, por invitación. Esta invitación por lo
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común es inconsciente. De hecho, los momentos clave de entrada son durante el estado inconsciente. La gente que abusó de las drogas o el alcohol, o a quienes se les practicó una cirugía, muchas veces cargan almas que entraron cuando estaban en un estado inconsciente. El momento de entrada puede ser tan simple como cuando un niño cae de su cuna y llama pidiendo ayuda. Mamá y papá quizás no lo escucharon, pero la “ayuda” llega. Una de mis consultantes cuando tomaba un tren, tenía un miedo atroz de bajar por las escaleras (para llegar al andén). Silvia era una ejecutiva en Manhattan, despierta y de carácter fuerte, cuyo miedo con condecía con el resto de su vida. Tomaba el subterráneo para ir al trabajo y volver de él, y todos los días se sujetaba tan fuertemente de los barrotes al costado de la escalera que sus nudillos se volvían blancos. Silvia recordaba haberse caído por una escalera cuando tenía seis años, pero no sentía que ese recuerdo era todo lo que encerraba su miedo. En una sesión descubrimos un alma perdida, una niña de siete años que había muerto al caerse de la escalera. Ella estaba asegurándose de que “lo que me pasó a mi no le pase a Silvia”. En el estado alterado de conciencia durante la sesión, Silvia se acuerda de haber gritado auxilio cuando caía, su pequeña amiga le informó que ella la escuchó y vino para ayudar. Tuvo que deshacerse de su deber impuesto por ella misma, antes de soltarse. Con la liberación desapareció el miedo de Silvia. El anfitrión necesita saber que está bien el hecho de soltar. A veces el miedo a estar sólo que tiene el anfitrión lo vuelve reacio a liberar la entidad. El anfitrión debe soltar sus propias dependencias. Es posible que si no está dispuesto a ser responsable por su propia vida pueda atraer a otra alma perdida. Una vez que se hizo un “clearing”, es muy raro que otras almas perdidas entren en el individuo. A veces, luego de una rebaja notable de peso puede aparecer otra alma perdida. Algunas personas cargan con tantas que necesitan dos sesiones, pero esto no es común. Hacer un “clearing” es como cerrar un hotel. Se corre la voz en los planos astrales: “no hay vacante”. Si algunas personas parecen muy particularmente susceptibles para atraer a otras almas perdidas, les hago protegerse con un escudo de luz blanca en el momento en que se duermen y cuando despiertan. Como dije antes, de todos modos una vez que a una persona se le hizo el “clearing”, tiende a quedarse libre. También es útil para la persona que hace el “clearing”, visualizar alguna protección para sí misma o mantener el pensamiento de que no está dispuesta a tomar para sí algo de la persona o lugar a quien o adonde se está realizando el “clearing”. Muchos sanadores quieren tanto quitarle el sufrimiento a dolor a sus consultantes que toman cosas para sí, pensando que ellos pueden manejarlo. El autosacrificio ya no está de moda. La manera de sanar es enviarle tu amor al otro y mantenerte en tu intención de que ellos estén dispuestos a sanarse por si mismos. Una vez que la entidad sabe lo que pasó, logró comunicarse y se acordó mutuamente la liberación, le pido al anfitrión que use su respiración para tirar de la entidad y toda su energía hacia arriba y afuera del campo, mientras visualiza una columna de Luz Blanca, y luego enviar la entidad desde allí hacia la Luz. Le pido a la entidad que se enfoque en la Luz y se vaya. Le pido al consultante que me diga cuándo se ha ido la entidad. Tú vas a saber cuándo se ha ido, pero encuentro útil que el consultante lo declare por sí mismo. Permítanle que reconozca por sí mismo que se ha completado el “clearing”. Después de un “clearing”, el consultante puede pasar por un proceso de integración. No es útil decirle que sí van a experimentar efectos posteriores, porque no siempre es el caso. Yo les digo que podrían experimentar algunas emociones que aparecen de la nada y que simplemente se deben amar sin tratar de asignarles una razón de ser. Algunas personas experimentan una gran liberación luego de un “clearing”. Otros experimentan una pérdida y pueden atravesar un corto ciclo de duelo. Es como la cirugía. Parte de aquello con lo que se identificaban ha sido quitado. Pueden sentirse desorientados, a veces el período de ajuste puede tardar hasta 5 días.
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En ocasiones hay un “algo” en vez de un “alguien”. Si el consultante percibe a un animal o un objeto, le pido al consultante que vea que está tratando de comunicar ese objeto, o qué es lo que puede simbolizar o representar. Algunas veces eso que empieza siendo un “gran monstruo peludo” se convierte en un niño de seis años aterrorizado, tratando de cubrirse para que no lo descubran y lo liberen. A veces el “alguien” que aparece todavía está vivo. Puede ser un padre amado o muy posesivo. Nunca es útil que otra energía, cualquiera sea, esté dentro de un cuerpo ajeno. Cuando estamos trabajando con una mujer embarazada, pedimos un escudo de luz alrededor del útero para proteger al feto de cualquier angustia emocional que pueda experimentar la madre. Uno de mis estudiantes estaba haciendo un “clearing” a una mujer en Los Ángeles y descubrió que ella estaba cargando la energía de una amiga con una enfermedad terminal, en ese momento en un hospital de Nueva York. La mujer en Los Ángeles había estado sufriendo de fatiga, depresión y una serie de infecciones menores relacionadas con estrés, durante dos años. Su amiga en Nueva York había estado aferrada a la vida por muchísimo mas tiempo que lo esperado por los médicos y había estado hospitalizada durante tres años. Mi estudiante liberó la energía de su amiga usando la columna de Luz Blanca e instruyéndola para que tomara de nuevo la energía en su propio cuerpo. Después del “Clearing”, la mujer en Los Ángeles se sintió totalmente rejuvenecida. La mujer en Nueva York murió tres días después. Este trabajo es muy poderoso y debe ser manejado con integridad y compasión. Al mismo tiempo, también es cierto que si está indicado que hagas este trabajo y eres pura en tu intención de servir, vas a ser guiada como lo fui yo. La siguiente transcripción es de una consultante a quien voy a llamar Joan. Joan es una secretaria ejecutiva, soltera y treintañera. Vino a verme porque estaba teniendo unos sueños muy vívidos y estaba pasando por una expansión espiritual, pero al mismo tiempo sentía terror de cualquier cosa que tuviera que ver con los “dioses”. Había tenido un par de experiencia fuera de su cuerpo y le fascinaba la metafísica, pero todavía sentía temor en cuanto al hecho de involucrarse. Aquí está la transcripción de su sesión.
MAYA 13 de Noviembre de 1984: Manhattan Rhea: …y mientras estas parada allí, Joan, mira a dentro de tu cuerpo, mira y fíjate si hay alguien más lo hay, quiero hablendeja conmigo. Pueden usar la voz de Joan; esto está muy bien. Si allí. haySipresente algunaque emoción, que aparezca la emoción y las sensaciones en tu cuerpo. Eso está muy bien, Joan, está bien. Si, está bien (Joan ha comenzado a llorar). ¿Cómo te llamas?... ¿Cómo te llamas? Maya: Maya. (está llorando). Rhea: Hola, Maya. Está bien amorcito. Está bien. (Hay llanto desde lo mas profundo)… Maya, ¿qué estás haciendo aquí dentro de Joan? ¿Qué haces aquí? ¿Hmmmm? Está bien, puedes hablar ahora. ¿Qué haces aquí? Maya: Estoy… yo… (gime) oh, ¡Ayúdame! Rhea: Sí, por eso estamos aquí, por eso estamos aquí, ahora. ¿Qué haces aquí amorcito? Maya: Estoy… estoy… mirando. Rhea: ¿Mirando? ¿Mirando qué? Maya: Estoy mirando a… las mujeres. Rhea: Ah, bueno.años Déjalo salir… suéltalo, amorcito. (El llanto de Maya se combina con jadeos). ¿Cuántos tienes Maya? ¿Cuántos años tienes?
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Maya: Tengo catorce años. Rhea: Ah bueno, déjalo salir... así sueltalo, vamos. Está bien, ahora. Has tenido mucho miedo, ¿no? (Maya sigue llorando)… Maya, ¿qué te pasó? ¿Qué pasó con tu propio cuerpo? ¿Qué pasó? Maya: (A través de su llanto). No llegué a ser grande. Rhea: No, es cierto. (Pausa, continúa el llanto de Maya). Déjalo salir… Fíjate, Maya; ¿qué pasó con tu cuerpo? Está bien. Lo puedes mirar ahora, no estás sola. Está bien. Fíjate que pasó. ¿Qué pasó con ese cuerpo de catorce años? Maya: Estoy… Fui… (gime). Me apuñalaron. Me violaron. Me cortaron en dos. Rhea: Suéltalo por dentro; siéntelo como sale. Déjalo salir de adentro del cuerpo. Respira. Está bien. Sí, está bien (El llanto de Maya se vuelve más intenso): Está bien dejar que el cuerpo haga lo que quiera. Está bien. Sí, suéltalo. Déjate verlo. (El llanto intenso de Maya se vuelve más angustiado). Está Bien. (Llanto muy profundo). Sí suéltalo amorcito. Lo has estado conteniendo mucho tiempo. (Sollozos y jadeos). Está bien, amor; quédate allí y deja que tiemble si quiere temblar. Está bien, sí. (Los sollozos de Maya se renuevan, se vuelven intensos, aterrorizados casi gritos). Quédate con eso, atraviésalo, déjate verlo. (Los sollozos de Maya muestran su horror) Si… si, sigue. Está bien ahora, puedes mirarlo ahora. No estás sola. Está bien, sigue adelante. Adelante. Atraviésalo. Atraviésalo, amorcito. Sí… Observa todas las cosas que decides mientras está pasando. Sí. Maya: (Se renuevan los sollozos intensos). ¡Me cortaron y me sacaron el corazón! (sollozos angustiados). Rhea: Quédate allí. Está bien, amorcito si. Maya: Se lo ofrecieron a los dioses… Rhea: Sí… ¿Qué decidiste sobre los dioses? Suéltalo, amorcito… No tenía mucho sentido, ¿no es cierto?... (Maya está sollozando profundamente). Entonces ¿Qué pensaste sobre los dioses, con todo eso?... Maya: No… no quería que tuvieran mi corazón. (El llanto continúa). Era mi corazón. (Sollozos angustiados). Y luego se lo dieron a alguien para comer… ¡él se lo comió! (Sollozos fuertes). ¡Dios mío! (Maya está casi histérica). Rhea: Quédate, quédate allí. (El llanto de Maya se combina con jadeos). ¿Qué haces aquí dentro de Joan? ¿Qué haces aquí? ¿Por qué viniste aquí? ¿Por qué entraste en Joan?... Maya: Porque quería… los dioses son malos. ¡Tengo tanto miedo! Rhea: Lo se amorcito. No fueron los dioses que te sacaron el corazón, fueron los hombres. Maya: Fueron los sacerdotes. Rhea. Los sacerdotes lo hicieron. Maya: Ya sé. Rhea: Tú eras un regalo del pueblo para los dioses. Maya: (A través de su llanto) Pero los dioses no necesitaban mi regalo. Ellos no querían mi corazón. Rhea: Ya lo sé. Pero el pueblo no lo sabía. Los sacerdotes lo hicieron como una señal para el pueblo. Tú eras un regalo. Un regalo del pueblo a los dioses. Pero no para los dioses, tu estabas allí por el pueblo. No era la Verdad… Maya: (todavía llorando fuertemente). Ya lo se… Rhea: Sin embargo el pueblo no lo sabía. Y si miras, y si dices la verdad, tú amabas al pueblo suficientemente como para permitir que eso sucediera. Tú lo sabes. Tú los amabas tanto y sabías que necesitaban un sacrificio. Eso era en lo que ellos creían. Y si miras suficientemente lejos y con suficiente profundidad, tú sabrás que esa fue la razón por la que naciste, que viniste para sacrificarte por tu pueblo. No para los dioses, los dioses no lo necesitaban, tienes razón. Pero el pueblo lo necesitaba. Y fue estúpido. Pero eso fue lo que
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ocurrió… Tú fuiste un regalo… y ya no tienes que quedarte lejos de los dioses (pausa). Entonces Maya, ¿hay algo que le quieras decir a Joan? Maya: (Entre sollozos). Oh, te amo. Rhea: sí. (pausa) Maya, es tiempo de partir. ¿Qué le quieres decir a Joan antes de partir, qué otra cosa? ¿Quieres reconocer algo para ella? A mi me parece que mucho de lo que ella ha estado sintiendo en realidad eran tus pensamientos y tus sentimientos… que ella pensaba que eran suyos. ¿Eso es cierto? Está Bien. ¿Es cierto? Maya (Su llanto finalmente está apaciguándose) Sí. Rhea: Si. ¿Hay algo que le quieras decir sobre eso?... Está bien Maya yo entiendo que querías una oportunidad de crecer. Ya lo sé. Morir a los catorce años es demasiado… Esta bien. Maya: No quiero irme (todavía llorando). Rhea: Entiendo. ¿crees que estas lista para hacer las paces con los dioses? ¿Hmmmm? Tú sabías, yo te digo que sabías. Sabías ¿no es cierto? Sí fue horrible y fue tonto, pero tu lo querías hacer. Si es cierto. ¿Entonces crees que puedes perdonar a los sacerdotes y a los hombres? ¿Puedes perdonar a los dioses, perdonar al pueblo y perdonarte a ti misma por dejar que te cortaran el corazón? ¿Por hacerte eso a tu hermoso cuerpo? (Maya está sollozando fuertemente de nuevo) ¿Puedes perdonarlos? ¿Qué puedes ver? Maya: veo su cara. Rhea: Aha, ¿es fea?, ¿Es fea o es el amor? Maya: No es fea. Rhea: ¿No es fea? Maya: No. Rhea: ¿Podrías perdonarlo? (Pausa; se escuchan los jadeos de Maya como si estuviera exhausta de tanto llorar) ¿Parte de ti lo disfrutó? Está bien decir la verdad… Maya: (Luego de una pausa) Sí. Rhea: Está bien. ¿Puedes perdonarte? Maya: Si. Rhea: Muy bien. ¿Hay algo que le quieras decir a Joan? ¿hmm? (Firmemente) Maya, es tiempo. Es tiempo. Es hora de volver a la Luz y volver al Único Dios; volver al Único Dios que tu sabes es el Verdadero Dios; y de elegir otro cuerpo propio en el cual nacer y de elegir una maravillosa vida para ti y una familia que te querrá y te cuidará. Has hecho suficientes sacrificios; no tienes que sacrificarte nuevamente. Y las personas conocen ahora más sobre la verdad que en ese tiempo, va a ser más fácil para ti. Pero Joan necesita ser la única en su propio cuerpo. Este cuerpo es de ella. Tú tuviste el tuyo, y ahora necesitas volver a la Luz y elegir otro cuerpo propio. Necesitas liberarla a Joan; ella necesita permitirse hacer las paces con los dioses. Sí. Elige un cuerpo que vivirá mucho tiempo, en el que puedas crecer y hacerte grande, con el que te puedas divertir y con el que puedas traer de vuelta todo lo que sabes y ayudar a las personas a conocer la verdad. Entonces, ¿Qué es lo que todavía te tiene enojada? ¿hmmm? ¿Qué es? Maya: estoy… estoy enojada porque... no sabía… no sabía cómo ser miedosa. No sabía… yo sabía que esto iba a pasar… Rhea: Sabías que iba a pasar que... Maya: No le podía contar a nadie que tenía miedo. Rhea. Ya lo se. Maya: Y estoy enojada con ellos (vuelve a llorar). Rhea: ¿Tenías que disimular? ¿Tenías que mostrarte valiente? Sabías que ibas a ser sacrificada y no podías decirle a nadie, ¿no? Tuviste que cargar con eso con mucha valentía. Maya: no le podía contar a nadie que tenía miedo… Y realmente tenía miedo. Rhea: Ya lo escucho; tuviste miedo. Todo suena como miedoso.
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Maya: Y luego cuando dolió, no les podía contar que dolió. Rhea: No. Y tampoco podías gritar o algo así, ¿no? Maya: No. Rhea: Tenías que ser valiente para todos. Déjalo salir, amorcito, deja que el cuerpo tiemble… está bien ahora. Está bien tener miedo ahora. Enterraste todo eso adentro, ¿no es cierto?, has estado encerrándolo dentro de ti todo este tiempo, siendo valiente para el pueblo todo este tiempo. Maya: Y tener miedo no cambió nada. Rhea: No. Maya: Igual se cumplió. Rhea: Si. Maya: Entonces, ¿de que sirvió tener miedo? Rhea: Claro, excepto que si lo tenías, ¿verdad? Maya: Ya lo se. Rhea: Si, déjalo que tiemble, está bien. (pausa). ¿Hiciste todo eso por el amor hacia el pueblo, no es cierto? Maya: Si. Rhea. Sí. ¿Qué le estaba pasando al pueblo... que necesitaba un sacrificio? ¿Cuál era la ocasión? … ¿Qué pasaba con el pueblo?... ¿Por que necesitaba la ceremonia? Maya: Era… primavera. Para… las semillas para plantar, para la Luna… algo con la Luna. Rhea: ¿Una luna nueva para la primavera?... ¿Y que creía el pueblo que iba a pasar a raíz de la ceremonia? Maya: Fertilidad. Rhea: ¿El pueblo iba a tener comida? Maya: Si. Y para más bebés. (llora de nuevo). Rhea: Sí… Si… Sí. ¿Por qué lloras? Maya: Porque tengo miedo. (Solloza nuevamente). Rhea: Si… tienes mucho miedo, ¿no? (En voz baja). Suéltalo… suéltalo. Está bien tener miedo ahora. Sí… Es hora de partir. Tú quieres estar otra vez con los dioses, ¿no es cierto? Es hora. ¿Cómo te sientes con irte? Maya: Tengo miedo. (intenta reírse). Rhea: Sí. (las dos se ríen suavemente) ¿Qué hay de nuevo no? Va a ser maravilloso en La Luz. Va a ser como estar en tu hogar. ¿Hay algo que le quieres decir a Joan antes de partir? ¿Cualquier otra cosa? Maya: (luego de una pausa) Que me recuerde. (llora suavemente). Rhea: Si… en ese lugar donde comenzamos este trabajo, en la habitación que Joan creó en su imaginación, al lado de donde ella dispuso acostarse, vamos a poner un teléfono rojo, y cuando Joan te quiera hablar, puede cerrar sus ojos e imaginarse acostándose y relajándose, y alargando su brazo para levantar el tubo del teléfono para llamarte y hablar contigo, ¿si? Y si tu quieres hablarle, le mandas un mensaje en tu pensamiento para que ella sepa que tiene que levantar el tubo del teléfono, ¿está bien? Así puedes seguir en comunicación con ella; pero es muy diferente que estar aquí en su cuerpo. Y tengo otro pensamiento feliz: quizás, si las dos lo eligen más adelante –en algunos años- quizás podrías volver para ser la hija de Joan. ¿Te gustaría eso? Ella te cuidaría mucho. Maya: Quizás. Rhea: Muy bien. Y si no es Joan, sé que vas a encontrar otra familia maravillosa… Puedes volver para estar con nosotras. Y además, está bien tener miedo en cuanto a volver también. (se ríe). ¿Hay alguna otra cosa que le quieras decir a Joan? Maya: ¿A la gente ya no le cortan y le sacan el corazón? Rhea: No, no lo hacen. ¿Qué más sobre ese tema?...
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Maya: Libera tu corazón… No hace falta que te aferres a él. Libéralo. (llora). Rhea: (luego de una larga pausa) Puedes dar tu corazón al pueblo sin lastimarte. Joan, ¿hay algo que le quieras decir a Maya antes de partir? Joan: Te amo. Rhea: Sí. (pausa). ¿Algo más? Joan: levanta el tubo del teléfono (Rhea y Joan se ríen). Rhea: ¿Estás preparada para dejarla partir? Joan: Sí Rhea: ¿Hay alguna cosa más que le quieras comunicar? Si no, está bien… Joan: No tengas miedo de crecer y madurar. Rhea: ¿Crees que la vas a extrañar? Joan: No, no lo creo. Rhea: Muy bien. Joan: Yo... yo quiero que ella… me guíe y se quede conectada conmigo… Rhea: Eso está bien, puedes usar el teléfono. Bueno, ¿estás lista? Joan: Sí. Rhea: Bien Maya, ¿estás lista?... ¿Hay alguna otra cosa que tengan que decir? Maya: Yo… ¿Puede Joan saber más sobre mi?, ¿Sobre mi vida? Rhea: ¿Quieres contarle algo ahora? Maya: Éramos muy ricos. Rhea: Aha… ¿Adónde vivían? Maya: En un palacio. Rhea: Aha. ¿Qué hacía tu padre? Maya: El era un rey. Un rey pequeño. Rhea: Aha. ¿Hay alguna otra cosa que quieras que ella sepa de ti? (Pausa) ¿Hay algo? Maya: No, no la quería a mi madre. Rhea: Entiendo. Ella sí se hizo adulta, ¿no? Maya: (Empieza a llorar nuevamente) Y ella no me iba a permitir crecer. Rhea: Entiendo. Maya: Y no le podía contar que tenía miedo. (Pausa, un sollozo fuerte) ¡Mi padre me mató! (vuelve a sollozar profundamente). Rhea: (en voz muy bajita). Suéltalo… suéltalo. (Hay un largo período de llanto) ¿Cómo fue esto para él? Maya: Fue muy duro. Rhea: Sí. Maya: (Sollozando) Fue muy duro para mí, también. (llora fuertemente). Rhea: (muy suave). Es tiempo. Ya es tiempo, amorcito. Es hora de partir… ¿Estás lista ahora? Bien. Quiero que empieces a buscar la Luz y a buscar a los ángeles. Y Joan, sobre el lado izquierdo de tu campo de visión, visualiza una columna de Luz Blanca bajando desde la conciencia de Dios. Así. Y luego mira dentro de tu cuerpo y encuéntrala a Maya, y usa su respiración para tirar de ella y de toda su energía para arriba, fuera de tu cuerpo, y envíala hacia La Luz. Maya, ve con los ángeles. ¿Los ves? ¿Puedes ver a los ángeles y a la Luz? (Maya suspira un tanto intranquila). Maya: Sí. Rhea: Te enviamos con amor y paz a tu hogar con el gran Dios, a tu hogar con la Luz Blanca. Puedes hacerlo… tú puedes hacerlo, amorcito. Ve con los ángeles está todo bien. Ve hacia la Luz. Deja el cuerpo de Joan… ahora (firmemente). Suéltala; suéltala. Toda su energía… hacia la Luz. Hacia la Luz ahora. Suéltala, suéltala toda, puedes hacerlo (Joan está pujando). Ella puede hacerlo. Puedes hacerlo Maya. Sigue amorcito, puedes hacerlo. Bien… Bien… así está
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muy bien. Ahora ¡Vete! Suelta, suelta, suelta. (Joan da un gran suspiro de alivio) ¡Muy bien! Envíala totalmente hacia la Luz… Maravilloso. ¿Cómo siente tu cuerpo ahora? Joan: Vacío. Rhea: Avísame cuando se ha ido completamente. Joan: (Con voz muy clara, sir rastros de la angustia anterior) Se ha ido. Rhea: (se ríe) Ahora ubícate dentro de tu cuerpo. Ubica a tu propia esencia, Joan; empieza a tener un sentido del núcleo de tu propio ser dentro de tu cuerpo, y obsérvalo como una luz radiante y dorada. Y mientras respiras, deja que esa Luz se expanda y llene todo el espacio que dejó Maya, para que estés repleta de tu propia esencia radiante. Debes saber que como ser humano, todas las cualidades disponibles para los humanos están disponibles para ti y puedes elegir manifestar cualquiera de esas cualidades en cualquier momento que así lo elijas. Y tu tienes una maravillosa amiga del otro lado del teléfono rojo. Cuando estés lista puedes volver a abrir los ojos. Joan, muy despacito abrió sus ojos, parpadeó varias veces y me miró interrogativamente. Le dije lo que le esperaba: Rhea: Esencialmente, has pasado por una cirugía psíquica, por lo tanto quiero que te trates como tratarías a una muy querida amiga a quien han operado. Sé buena contigo mismo, especialmente durante los próximos tres días. Puede ser que pases por un sinnúmero de emociones postoperatorias, pueden surgir muchas cosas. Puede ser que pases por un período de perdida o duelo, y puede ser que no, pero si notas que surgen emociones sin ninguna razón, déjalas estar. No trates de pensar el porqué o hacer algo con ellas. Si adviertes que hay patrones de comportamiento que ya no te motivan para continuar, déjalas; en otras palabras, deja que ella se lleve lo suyo. En algún momento cuando normalmente tendrías una cierta reacción, especialmente quizás hacia los hombres o en una situación de grupo, en alguna situación cuando normalmente tendrías miedo y pondrías un freno, puedes empezar a notar que estás en esa situación y ya no sientes de la misma manera, entonces avanza nomás. De verdad deja que ella se lleve las cosas que es de ella y no las hagas tuyas porque te son conocidas. ¿entiendes? Si mañana tu mente empieza a funcionar y a decir: ¿Qué diablos fue eso?, debes saber que fue real. Sé que en este momento no hace falta que te lo diga, pero cuando la mente empieza a conceptualizarlo, quiero que sepas ahora que fue muy pero muy real. Probablemente mucho de lo que estabas experimentando era de ella, no era tuyo… No sé cuanto sabes de las ceremonias aztecas y mayas, pero todo lo que dijo era perfecto. Lo que tu estabas experimentando como miedo al poder espiritual y a los dioses y a los guías, tenía mucho que ve con lo que le estaba pasando a ella. Eso seguramente lo vas a tener mucho más claro ahora, y seguramente había cosas tuyas también, si te estoy “leyendo” correctamente. Joan: ¿Qué quieres decir, “había cosas mías también”? Rhea: Que probablemente desde una de tus propias vidas pasadas, en algún lado, hay un temor hacia la parte espiritual, poderosa, sobrenatural, psíquica de la experiencia. Joan: ¿Así que esto no fue una vida pasada? Rhea: no, no lo fue. Joan: ¿Qué fue entonces? Rhea: Un exorcismo. Joan: (Reacciona como si le hubieran pegado en el plexo solar). Cuando lo estaba viviendo, yo lo entendía como una vida pasada. Rhea: ¿La sentiste cuando se iba? Joan: Si.
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Rhea: Era una entidad separada, otra persona, otra alma, otro espíritu… (Joan reacciona fuertemente otra vez)… en tu cuerpo, contigo, y muchas de sus cosas que creíste que eran tuyas, no lo eran. Adviertan que la emoción de Maya había sido suprimida por razones culturales. Mientras es cierto que el ser eligió esa vida y servir al pueblo de esa cultura como un sacrificio, la princesa de 14 años tenía sus pensamientos y sentimientos con respecto a la experiencia. Teniendo esa personalidad, suprimió lo que le pareció inapropiado para su rango y rol. Nuevamente, si han estado expuestos al entrenamiento est, reconocerán dos principios básicos de la tecnología est que están en juego aquí: “Lo que se resiste persiste”, y la “recreación causa la desaparición” Maya se resistió a su miedo y se quedó con él. Una vez que experimentó su terror, se disipó. Por lo tanto es muy importante no juzgar durante el “Clearing”, pero hacerlo muy seguro, para que las almas puedan expresar lo que necesiten comunicar y luego sean capaces de soltarse y avanzar. El mismo fenómeno pasa en las vidas pasadas (o en esta). El general romano que estoicamente suprime el dolor que sintió cuando sus tropas fueron aniquiladas, puede cargar ese dolor durante dos mil años. Ese dolor que fue evitado es muy probable que llegue a la superficie como un miedo a ser líder en esta encarnación. No es tanto que el anterior general tenga miedo de que sus “tropas” del siglo veinte se perderán, sino de que él vaya a tener que experimentar el dolor con el cual ha cargado durante dos mil años. Después de haber sido resistido tanto tiempo, parece que sería devastador tener que sentirlo. Una vez que se ha experimentado, sin embargo –y este es uno de los efectos que la terapia de vidas pasadas puede lograr en la presente realidad- el miedo de ser un líder en esta vida disminuye. Una vez que Maya pudo experimentar y expresar su emoción, fue capaz de partir. Es importante no agregar nada y no hacen ningún juicio en contra del alma perdida. Yo agregué unos comentarios de mis propios recuerdos de la cultura Maya, sin embargo, es generalmente mejor no agregar nada. Ellos simplemente quieren expresarse y tener la experiencia de hacerse escuchar y quizás ser comprendido por alguien que no los va a juzgar. Cuando se suelta esa emoción contenida, estarán dispuestos a liberarse hacia la Luz. Además, no cargarán con esa emoción y las decisiones resultantes, en la próxima encarnación.
CAPÍTULO 11 En este capítulo hay varios “clearings” representativos de situaciones típicas que se presentan al tratar con almas perdidas. He incluido transcripciones enteras, para que puedas sentirte familiarizado con el proceso a través de la repetición y encontrarte más cómodo tu mismo al usar esta técnica.
Nadia es una cosmetóloga de Europa Oriental que trabaja en Manhattan. Ella paso por un “clearing” muy poderoso, de una joven mujer llamada Ellie, quien había sido violada por un grupo de hombres que la dejaron morir desangrándose, hace doscientos años en algún campo europeo. Nadia tenía un miedo intenso a los hombres, particularmente en un
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encuentro sexual. Ellie aparentemente había estado con Nadia durante varias vidas y el “clearing” de su energía de la memoria celular del cuerpo de Nadia fue muy dramático. El cuerpo de Nadia tembló violentamente mientras estaba acostada en la cama, permitiéndole a Ellie revivir su experiencia y liberar el dolor emocional con el que estaba cargando. Después que se fue Ellie, la actitud de Nadia hacia los hombres se desplazó y cambio. Tiene ahora una relación sexual muy satisfactoria con un hombre que la protege. Aquí está la transcripción del final de su sesión:
NADIA / ELLIE 16 de noviembre de 1984: Manhattan Rhea: … ¿Se fue? Nadia, ¿se fue? Nadia: Ohhh, que extraño. Rhea: Ahá. Bienvenida a tu propio cuerpo. Nadia: Oh, es tan nuevo. Es real. (Se ríe). Oh, ¿puedo abrir mis ojos ahora? Rhea: Si. Nadia: ¿Por eso me sentía tan…? Rhea: Así es. Nadia: Lo sentí… ¡realmente lo sentí! Rhea: Quiero decirte un par de cosas. Con cuidado; tomate tu tiempo. Nadia: Esasí como Rhea: Si, es. volver a la vida. Nadia: ¿Cómo es posible que dos entidades vivan en un solo cuerpo? Rhea: Ellie es lo que se conoce como alma perdida. Nadia: ¿Sabes?, había un conflicto permanente en mí. Yo se quién soy, yo misma, y de pronto alguien me hería o alguien me… era como si otra persona me gobernara, y me sentía tremendamente enojada y decía palabras que generalmente no digo… y reaccionaba de manera completamente opuesta a como reaccionaba Nadia. Rhea: Si, así es. Nadia: Y yo decía, “¿Por qué hiciste esto?”, como cuando tenía ataques de enojo o miedo. Era como decir: “Bueno, si no piensas… piensas… esa no… esa no soy yo. Entonces constantemente hay un conflicto allí, y era como si… mi madre me dijo que yo tenía como dos personalidades. Dime, ¿Qué es un alma perdida? Rhea: una entidad que yapersonalidad no está en sude cuerpo pero todavía está apegada viviendo al plano de Tierra,Es todavía apegada a la esa vida y se está escondiendo, en la el cuerpo de otro. Los fantasmas son almas perdidas… Nadia: ¿Qué? Rhea: Los fantasmas son almas perdidas que no están en el cuerpo de otro o que generalmente no están en el cuerpo de otro sino en un lugar, en vez de estar en una persona. En los próximos días –en los próximos tres días especialmente- déjate estar como estas en ese momento. No hay nada que tengas que hacer; pero puedes experimentar emociones… puedes sentirse como muy nueva. Te puedes estar sintiendo un poco vulnerable. Puedes sentir emociones que vienen de la nada. Quizás no, pero déjalo ser, no importa lo que aparezca. Nadia: ¿Sin tratar de buscar una explicación racional? Rhea: Exactamente. No trates de entenderlo. Déjate ser. Porque es como si, como si tuvieras un cilindro la apretaras encima.que ha tenido energía adentro, y tomaras otra bola grande de energía y
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Nadia: ¿Es eso lo que me paso a mí? Rhea: Si. Ahora hemos sacado a esa otra energía, la liberamos; siento como se ha desplazado tu energía; toda tu vibración es diferente. Nadia: Lo sé. Es como la primera vez. Me siento como si estuviera desparramándome por todo mi cuerpo. Y cuando estaba acostada allí y dije: “Me siento en paz”, era como si fuese la primera vez que mi propio ser tomaba posesión de mi cuerpo. Me sentí como si estuviera desparramándome, ¿sabes?, como que la sangre me fluía a través de mis manos y muñecas; como que empezaba a hacerse cargo; la primera vez que realmente lo experimento así. Pero lo que es interesante es que yo estaba consciente todo el tiempo de lo que estaba pasando; estaba consciente de que ella estaba usando mi cuerpo pero con una voz diferente. Y yo estaba, ¿sabes?, yo decía: “Esto lo estoy imaginando. Imaginando. Esta no eres tu, Nadia, lo estas imaginando.” Pero estaba allí; no lo podía controlar. Yo decía: “¿Estas tratando de inventarlo? Nadia, ¿estás actuando? Y estaba consciente; de todo el temblor y visualice, estaba consciente, vi la escena con ella, a los hombres y a todo. Es asombroso. ¿Sabes?, esto es asombroso. Es algo ¡WOW! (Se ríe). Me acercaba a los hombres y salía corriendo. Le tenía miedo a los hombres. Rhea: Si, definitivamente eso explicaría tus sentimientos. Ya no necesitas tenerles miedo; no todos son como aquellos. Nadia: Es como una nebulosa. Y me sentí como… no la podía ver en la oscuridad, es decir, no había ninguna forma material, pero podía ver justo; era como una neblina o algo cuando ella se estaba yendo, ¿sabes lo que te estoy diciendo?... hacia la nebulosa que tu estabas nombrando como la Luz. La visualice como una nebulosa; era una nebulosa incandescente de luz, y ella se iba hacia eso. Y cuando dijiste, ¿vienen los ángeles? En realidad, no eran como ángeles; eran algo que estaban encargándose de ella. No tenían la forma de ángeles; no eran como angelitos… para nada. Era algo diferente. Pero igual eran como dos cosas al mismo tiempo, guiándola hacia la nebulosa. Y fue la primera vez que recuerdo haber experimentado mi cuerpo; me di cuenta de que en realidad no lo había estado experimentando. Rhea: Muy bien. Nadia: Entonces, ¿lo invente o no? Dime, ¿era mi imaginación? Pero no hay forma, porque era demasiado poderoso. Pero no hay forma, porque era demasiado poderoso. Era demasiado, demasiado poderoso. No lo podía controlar para nada. Y todo ese temblor y lo que sentía, y realmente, ¿sabes?, moviéndome para arriba y para abajo, y cayéndome, y ver a ese hombre grotesco con la barba y enormes ojos azules y la campera de cuero y la camisa blanca, y escuchando toda la risa a sus espaldas. Y visualice “la clara”. Rhea: ¿La que? Nadia: Era como una clara, un campo, con un camino de campo. Rhea: Ah sí. Si, un claro (en el bosque). Nadia: ¡Un claro! Y dije clara. No, quería decir claro, y los bosques y… creo que es asombroso. (Se apaga el grabador).
Paul es un agente de bolsa de Wall Street que había desarrollado actividad en el gobierno militar y nacional en Washington. Es un poderoso hombre de negocios quien, a pesar de una terapia psicológica tradicional, nunca pudo liberarse de una penetrante y muchas veces abrumadora sensación de ansiedad. Paul tenía dos entidades en él, cuyas conflictivas y poderosas emociones crearon una guerra interna. Es interesante especular sobre la influencia que tuvo la segunda alma perdida, Barrón, en la participación de Paul en las políticas de Washington.
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La primera entidad que estaba cargando no se quería ir. La sensación de Plato era que iba a dejar atrás su identidad, que si se separaba de Paul realmente iba “a morir”. Otra sensación era que iba a tener que volver con otra encarnación a la Tierra y eso no lo quería. Para muchos de nosotros, nuestras encarnaciones en la Tierra no han sido placenteras. La mayoría de nosotros venimos de vibraciones menos densas, donde el amor es la única realidad y encontramos muy difícil nuestra experiencia en esta dimensión. Elegimos tener la experiencia de esta realidad por un propósito específico, y hasta que ese propósito este completo no nos “bajamos de la rueda”. No conseguimos “volver a casa” cuando morimos, hasta que nuestro ciclo en esta dimensión se haya completado. Algunas personas se han suicidado pensando que podían salirse de su cuerpo y estar de vuelta en casa, con Dios. Eso no es lo que sucede. Seguiremos volviendo a encarar hasta que nuestro contrato se haya cumplido. Dejar este cuerpo prematuramente simplemente significa que tenemos que volver a empezar –pañales, adolescencia- tu te acuerdas. ¿Por qué no hacer lo máximo posible en este tiempo? Avanzar sobre la experiencia de la verdad de nuestra identidad como energía divina manifestada en una forma es sinónimo de “bajarse de la rueda”. Estamos llegando a un periodo de elección en nuestro planeta. Muchos de nosotros hemos entrado en esta dimensión para ser parte de la transición de conciencia que está sucediendo ahora sobre este planeta. Todos los Seres ya están iluminados, pero muchos de nosotros estaremos avanzando hacia el conocimiento consciente de nuestra propia iluminación durante este periodo de transición. Es un tiempo de júbilo, uno para el cual nos hemos estado preparando durante muchas vidas. Nos estamos preparando para liberarnos de las ilusiones de la realidad física y volver al hogar que existe adentro de cada uno de nosotros. Como dijo alguna vez alguien muy listo: “El reino de los cielos está dentro de nosotros.” Y si vamos a manifestar el cielo sobre la Tierra, necesitamos empezar a jugar como los dioses que verdaderamente somos. Aquí esta lo que paso durante la sesión con Paul:
PLATO Y BARRÓN 5 de junio de 1985: Manhattan Rhea: … y mientras estas parado allí, Paul, mira por dentro de tu cuerpo; mira y fíjate si hay alguien o algo allí adentro, contigo. Si lo hay, quiero que aparezca y me hable... Está bien y es el momento. ¿Quién está allí; cómo te llamas? Paul: Plato. Rhea: Bien. Plato, ¿Qué estás haciendo allí con Paul? Está bien que liberes las emociones. Plato: Estoy en su cuerpo. Rhea: Si. ¿Qué paso con tu propio cuerpo, Plato? Plato: Necesitaba un lugar para ir. Rhea: ¿Qué paso con tu propio cuerpo? Plato: Estoy habitando en el cuerpo de Paul. Rhea: ¿Cuántos años tienes, Plato? Plato: No se. Rhea: ¿Cuántos años tenías cuando estuviste la última vez en tu propio cuerpo? Plato: Hace muchos años. Rhea: ¿Qué paso en ese cuerpo, tu propio cuerpo? Plato: ¿Qué Necesitaba un lugar que fuera seguro entonces me fui al de Paul. Rhea: paso con tu propio cuerpo?
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Plato: Estaba marchitado. Rhea: ¿Qué le paso? Plato: Fue destruido. Rhea: ¿Cómo te sentiste con eso? Plato: Fue terrible. Rhea: Si. ¿Cómo fue destruido? Plato: No se. Tenía que ir a algún lugar que fuera seguro. Estaba marchitado. No se… quizás estaba quemado. Rhea: Mírate y fíjate, Plato. Está bien dejar subir la tristeza. ¿Qué paso? Plato: Oh, era terrible. Rhea: Si. Está bien que lo mires. Plato: No se… era algún lugar donde había incendios, eso lo se… había incendios… No se… Tengo miedo de mirar… estaba todo tan mal; estoy más cómodo aquí dentro… que volviendo a mirar eso. Rhea: Si. ¿Qué paso? Está bien mirarlo ahora. Plato: Solamente se que había incendios… daban mucho miedo… Todo lo que veo… una ciudad o algo que se está quemando, pero no me veo a mí todavía. Hay tanto temor… no puedo hablar de eso. Rhea: Simplemente respira hacia el temor. Siéntelo en el cuerpo; está bien. Si, está bien… puedes sentirlo ahora. Está bien. Plato: Oh, no quiero ir cerca de allí. Rhea: Ah, da mucho miedo, ¿no? Plato: Mmm. Simplemente quiero estar acurrucado. Rhea: ¿Es eso lo que has estado haciendo? Plato: Aha. Es muy seguro dentro del cuerpo de Paul. No quiero salir, volver. Rhea: Entiendo. Plato: …Estoy adentro. Da mucho miedo. Da mucho miedo… Puedo morir. Rhea: Moriste ¿no es cierto? Plato: Si salgo del cuerpo de Paul, voy a morir de nuevo. Rhea: Entiendo. Da mucho miedo, ¿no?... ¿Dónde estabas cuando moriste? Plato: No se, es… no es Grecia… es una de las ciudades, sin embargo, en esa parte del mundo. No en el Medio Oriente. En algún lugar del Mediterráneo. Rhea: ¿Y qué paso? Plato: No estoy en contacto con eso ahora. Me siento más seguro. Solamente se que había algo… algo muy terrible… incendios y personas. Veo humo, pero esto a la distancia, mirándolo. Rhea: ¿Qué pasa con tu familia? Plato: Los mataron… los mataron. Rhea: ¿Cómo paso? Plato: Fue terrible… terrible… No quiero volver allí. Rhea: (Luego de una pausa). Es tiempo de volver a la Luz, volver a Dios. Plato: Tengo miedo de ir a cualquier lado. Quiero sentirme seguro. No quiero pasar por el terror… la crueldad. O quiero estar en la Tierra. Rhea: Entiendo. Plato: No quiero estar en la Tierra. Rhea: ¿Es un lugar de mucho miedo? Plato: No quiero estar en la Tierra. No quiero estar en la Tierra… no quiero estar en la Tierra. Es muy cruel. Rhea: Puedes dejar salir la tristeza. (Pausa). Déjala salir. Plato: Oh, tengo tanto miedo.
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Rhea: Respira simplemente. Plato: Es parte de este miedo. Rhea: Respira; respira hacia el miedo. Plato: Siempre hay un miedo a la muerte… y dolor… miedo de la gente. Realmente tengo miedo… miedo… no quiero… Tengo miedo de ir cerca de la Luz; no creo que haya Luz. Estoy atascado aquí dentro… No quiero irme de aquí… ¿Adónde voy a ir? Rhea: Volver a Dios. Volver a la Fuente de toda energía y consciencia. Plato: Tengo miedo de ir allí. Rhea: ¿Qué crees que pueda pasar? Plato: Desaparecer… no se. Lo veo ahora. Tengo miedo de que no haya amor. Rhea: Todo lo que hay allí es amor. Plato: (Muy suavemente). Yo quiero el amor. ¿Va a ser seguro allí? Rhea: Va a ser muy seguro y muy cómodo. Y cuando estés listo y si quieres, puedes elegir otro cuerpo propio en el cual nacer y luego volver… cuando estés listo. Y la próxima vez, si eliges volver, eliges una vida que va a estar llena de paz y alegría, y en un cuerpo que va a vivir una larga y sana vida y estar lleno de dicha, porque eso también está disponible aquí. Plato: Yo solamente quiero quedarme aquí… No quiero volver aquí. No quiero estar aquí. Rhea: Eso lo eliges tu. Plato: ¿Puedo quedarme allí y no volver aquí? Rhea: Si, creo que sí. También puedes ver por qué elegiste tener las experiencias que tuviste esa última vez… por que el incendio, por que moriste así. Plato: Eso prueba que no es seguro aquí. Nunca ha sido seguro aquí. Rhea: Bien. Es tiempo para que Paul sea el único en su cuerpo. ¿Hay alguna cosa que le quieras decir antes de partir? Plato: Es muy seguro dentro del cuerpo de Paul: es grande y fuerte. Es seguro adentro. No quiero tener que ir cerca… no tengo que salir. No tengo que salir… puedo quedarme aquí. No tengo que salir; tengo demasiado miedo. Rhea: ¿Hay algo que quieras decir a Paul antes de partir? Plato: Realmente te tenía cagado de miedo, sentiste todo mi temor y miedo… Ha sido una carga muy pesada para ti. Estaba como hecho un bollito dentro de ti, como en una posición fetal, simplemente con miedo… escondiéndome en tu estómago y tu pecho. ¡Oh! Escondiéndome en tus hombros y por todos lados… Tengo miedo de irme. Voy a volver a la Luz, pero no quiero volver aquí; no se si me voy a ir. Rhea: Va a estar todo bien. Creo que vas a tener compañía… creo que van a venir unos ángeles para llevarte. Plato: Oh, eso si lo quiero. Quiero irme. Estoy cansado… muy cansado. Quiero paz. Rhea: Plato, quiero hablar con Paul un momento, ¿está bien? Paul, ¿hay algo que le quieras decir a Plato antes de que se vaya? Paul: Yo entiendo por qué él se quería quedar allí. Yo soy un guerrero. El ha estado deteniéndome. Porque como guerrero yo puedo encarar el miedo y el peligro, y él no tendría que estar allí deteniéndome –todo ese temor- en mi estómago y en mi pecho. Es hora que siga su camino, y tu temor me ha abrumado. Tengo que poder salir a todo aquello y ser únicamente Paul, y ser poderoso, y enfrentarlo, estar en el momento… enfrentar el momento. Y Plato, tu… tu… miedo me abrumaba… todo ese miedo. Estaba habitando en todo mi cuerpo, en mi estómago. ¿Sabes?, estas enclavado en mi estómago. (suspira), tengo que salir por allí y… tengo que vivir mi vida. Así que es necesario que salgas de allí. Vete al otro lado… y déjame ser. ¡Sal de allí! Porque realmente estoy… ¡estoy enojado! Sal de allí ya. Estoy tan enojado… Rhea: Ya lo se.
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Paul: Me has estado carcomiendo, o mi estómago ha estado… ya sabes. Me ha estado carcomiendo. (Suspira nuevamente). Todo el tiempo. Como una gran pelota adentro… de miedo y miedo y miedo. Así que sal de allí. Tu vete y haz lo que te corresponda; yo me encargo de lo mío. Yo voy a ser lo que realmente soy. ¡Fffiiuu! Has estado deteniéndome. Todo… es peligroso hacer esto, es peligroso hacer aquello, es peligroso hacer todo. Absolutamente todo ha sido tan peligroso. Déjame que vaya a hacerlo bien. Déjame hacerlo, y sal de aquí. Rhea: Estoy escuchando todo esto, Paul ¿Piensas que puedes perdonarlo? Paul: Bueno, eso sí que es difícil hacerlo; has estado rondando durante tanto tiempo… Quiero perdonarlo. Rhea: Adelante. Paul: En realidad es un chico simpático. Ni siquiera se si era adulto, hay mucho de niño en él. Con tal que te hayas dado cuenta de cuan enojado estaba… tu sabes, estoy furioso. ¡Entiéndelo! Entiende mi enojo por lo que me hiciste; entiende eso, aprécialo, y te puedo perdonar. Con tal que yo sepa que tu sabes el infierno que pase. Y estoy muy enojado, porque me estuve dando con un palo, y es como si te hubiera estado pegando a ti, has estado en mis tripas por tanto tiempo. Si, te podría perdonar. Plato, has sido una gran joroba para mí. Y yo me estaba juzgando por culpa tuya… realmente juzgándome, por ser cobarde y todo… siempre fuera de mi, que diablos, con el –temor- el –temor- el –temor- el – temor- el –temor. Rhea: ¿Estás dispuesto a liberarlo, con tu perdón? Paul: Si. Rhea: Muy bien. Plato, ¿estás listo? Plato: Realmente tengo miedo. Realmente es como que no quiero irme; realmente quiero quedarme. No me hagas partir. Iré a donde haya… iré a la Luz, pero no me hagas ir a ningún otro lado. Rhea: Ese es el único lugar donde necesitas ir. Plato: ¿Estas segura? Rhea: Estoy muy segura. Plato: ¿Es seguro allí? Rhea: Si… y muy lleno de amor… para ti. Plato: ¿Para mí? Rhea: Aha. Plato: No se cómo me voy a ir. Rhea: Está bien… tendrás ayuda. ¿Estás listo? Plato: Si. Estoy listo para ir allí. Rhea: Bien. ¿Listo? Tu busca la Luz y busca a los ángeles. Y luego Paul, sobre el costado izquierdo de tu campo de visión, visualiza una columna de Luz Blanca bajando de la Consciencia de Dios. Luego mira por dentro de tu cuerpo y encuéntralo a Plato, y usa tu respiración para tirarlo a él y a toda su energía fuera de tu cuerpo, y déjalo ir hacia la Luz. Plato, busca la Luz y busca a los ángeles. Está bien ahora. Ve con los ángeles. Te enviamos en amor y en paz, a casa con Dios, a casa con la Luz Blanca. Toma toda tu energía y vete del cuerpo de Paul ahora. Sigue usando tu respiración; tira para arriba toda su energía, Paul. Acompañándolo en su elevación total hacia la Luz… bien. Acompaña su partida final hacia la Luz… Suéltalo. Está bien; está bien, Plato… tu puedes hacerlo. ¡Suéltate! Eso es… sigue soltándote… Muy bien, vamos… suéltate; ve con los ángeles… Eso es. Tu puedes hacerlo… Paul: Oh, ¡puedo sentir como se va! Rhea: Está bien. Suéltalo. Suéltalo con tus pies. ¡Tu puedes hacerlo! Suéltalo. Eso es… suéltalo, Paul; está bien. Suéltalo… suéltalo. Obsérvalo como se va completamente hacia la
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Luz, Paul. Toda su energía… cada parte de ella… hacia la Luz, Paul. Toda su energía… cada parte de ella… hacia la Luz. (Pausa en silencio). Dime cuando se ha ido, Paul Paul: (Luego de una pausa). Se ha ido. Rhea: Respira, ¿Cómo se siente tu cuerpo? Paul: Oh, mi estómago se siente mucho mejor. Se siente mejor. Solamente un poco de cosquilleo allí. Rhea: Muy bien. Eso está bien. Es tu propia energía que se está despertando. (Paul suspira). Suéltalo. Luego mira nuevamente por dentro de tu cuerpo; mira y fíjate si hay alguien más allí ahora. Si hay alguien, quiero que venga a hablar conmigo. Paul: No se; puede haber algo en mi pecho. Rhea: Bien. Para el que este allí, es tiempo. Es tiempo. Este es el cuerpo de Paul; el necesita ser el único allí ahora. Ven a hablarme. ¿Cómo te llamas? ¿Cómo te llamas? Paul: (Se escucha una voz más baja y áspera). Mi nombre es Barrón. Rhea: Hola, Barrón. ¿Cuántos años tienes? Barrón: Soy cuarentón. Rhea: ¿Que paso con tu cuerpo? Barrón: Tome este. Rhea: Si. ¿Qué paso con el que naciste? Barrón: ¿Con el que nací? Rhea: ¿Qué paso con el cuerpo? Barrón: Violencia. Era muy violento… muy violento. Rhea: ¿Que paso con él? Barrón: Veo un garrote. Ataque… Rhea: ¿Cómo ha influido en Paul tu presencia? Barrón: Ser violento… en términos de guerra. Mucha violencia. Ataque. Rhea: ¿Por qué estás tan enojado? Barrón: Quiero… matar… ¿enojo? No se; es simplemente para… conquistar… conquistar. Rhea: Barrón, este cuerpo le pertenece a Paul. El necesita ser el único en él. Es tiempo de que vuelvas a la Luz y a Dios, y cuando estés listo… Barrón: Yo no se si pertenezco allí. Rhea: ¿Qué te hace parecer eso? Barrón: No se… ¡Ah! Yo quiero estar aquí y saquear… y conquistar… y usarlo a Paul para eso. Rhea: No es lo mismo, sin embargo, ¿no? ¿de verdad? Barrón: No, pero es… la crueldad y conquista y conquistar. Y malvado. Rhea: Pero no es lo mismo, no es cierto. No es lo mismo que estar en tu propio cuerpo. Barrón: No. No, no estoy libre para hacer todo lo que quiero hacer. El lucha. Definitivamente lucha contra mí. Rhea: Cuando vuelvas a la Luz, cuando estés listo, puedes elegir otro cuerpo para ti en el cual nacer. Barrón: Yo quiero nacer en… para que pueda ser un salvaje. Rhea: Entiendo. Barrón: Y eso está en contra de la Luz. Rhea: ¿Es en contra de la Luz? Barrón: Si. La luz no lo permite. (Exhalación prolongada). Rhea: ¿Te parece que eso no es? Barrón: No… lo que quiero hacer es maldad. Hay una maldad dentro de mí. Rhea: ¿Te parece? Barrón: Definitivamente. (Gruñe). ¿Lo puedes sentir? Rhea: Eres duro, ¿no? ¿Muy duro? Barrón: Oh, sí; o, si. (Los dos se ríen).
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Rhea: Bueno, malvado es simplemente “vivir, deletreada para atrás.”* Barrón: ¿Es que? Rhea: “Vivir” deletreada para atrás. Barrón: ¡Uhhh!... si vas a mantenerte viva, tienes que ser malvada. Rhea: ¿Ah sí? Barrón: Si. Rhea: ¿Es así que te mantuviste vivo? Barrón: Si. Rhea: Pero debes haber notado que estás muerto. Barrón: (Exhalación prolongada). Sí. Rhea: Tu cuerpo murió, no es cierto. Barrón: Si. Pero puedo controlar este. El de Paul. *N. de la T.: Malvado o maldad en inglés es “evil”, y deletreada para atrás es “live”, que es “vivir” en inglés.
Rhea: No es lo mismo, ¿no? Barrón: No. No estoy libre en el. Rhea: No. Barrón, es tiempo de volver a la Luz. Todas las cosas vienen desde la Luz. Barrón: La Luz me va a juzgar… ese es mi miedo… por lo que hice. Rhea: ¿Tu te has juzgado por lo que hiciste? Barrón: Aha. Por querer conquistar. Rhea: ¿Y crees que te puedes perdonar? Barrón: Bueno, era la única manera en que podía vivir… a través de la conquista… Rhea: ¿Tu te podrías perdonar? Barrón: Si. Rhea: Eso está muy bien. ¿Crees que Dios te pueda perdonar? Barrón: Oh, todo el cuerpo tiene un hormigueo… Si El comprende… y Dios comprende… era la única manera en que me podía ir; ¿Qué quería El de mí? Era la única manera en que lo podía hacer; era la única manera. La única manera que sabía. No lo sabía hacer de esta manera. Es una manera nueva. Es una manera nueva de hacerlo. Rhea: Has aprendido mucho estando con Paul, seguro. Podrías traer eso de vuelta la próxima vez. Barrón: (Suspira). Es cansador. Es cansador siempre estar alerta… siempre alerta. Rhea: Si. ¿Tu crees que Dios podría perdonarte Barrón? Barrón: Si. Por favor perdóname, Dios. Dios, por favor perdóname; es todo lo que se hacer. No se hacer otra cosa… Pensé que si uno se mantenía furioso todo el tiempo... qué manera de vivir, quedarse furioso todo el tiempo. (Pausa). Mi cuerpo se siente pesado… es muy pesado. Rhea: Barrón, ¿hay algo que le quieras decir a Paul antes de partir? Barrón: Tengo miedo por ti. No seas demasiado ingenuo. Rhea: ¿Hay algo por lo que quieras pedirle perdón? Barrón: Por hacerte sentir tan loco. Por eso querría pedirte perdón… por hacerte sentir tan loco. Estabas haciendo de cuenta que querías ir a la guerra todo el tiempo, y dominar y gobernar a otros… por eso quería estar en el gobierno, Paul... por el poder. Y yo me quede allí para mantenerlo alejado del amor. Mantenerlo alejado del amor; así es como lo dominas. Él le tiene miedo al amor. Mantenlo en la guerra. Él tiene que aprender que el amor no es debilidad. El amor no quiere decir que no vas a vivir. Paul, tienes que aprender como amar y aun así tener fortaleza, y aun sobrevivir. El amor y el sobrevivir, ahí está la confusión. Si amas, no vas a sobrevivir. A Paul le gusta que este allí; es su excusa. Le permite sentirse loco… escapar del amor. ¡Fiiuuu!...
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Rhea: Me gustaría hablar con Paul un momento. Paul, ¿hay algo que le quieras decir a Barrón? Paul: Si. Tengo miedo de que si te vas… tu me mantenías en mi locura; me mantenías loco. Tengo que enfrentarme realmente al amor y a la supervivencia y a la fortaleza solo, y aprender por mi mismo; y realmente me da mucho, pero mucho miedo. Mucho miedo. Necesito que me guíen, y por eso te mantuve cerca… siempre para caer en la crueldad. Tengo miedo. No me gusta que estés cerca… realmente no me gusta que este cerca. Pero entonces no tengo en quien apoyarme. Rhea: ¿Qué tal si te apoyas en Paul? ¿Qué tal si empiezas a descubrir tu propia fortaleza? Paul: (Suspira). De eso se trata… que me descubra mi fortaleza. Por Dios, ¡ahora entiendo! ¡Es para que yo descubra mi fortaleza! Pero necesito a alguien conmigo que le guste abrazar; necesito tener a alguien para abrazar. No quiero hacer esto solo. Puedo hacerlo si tengo a alguien para abrazar. Rhea: Podrías empezar abrazándote tu mismo. Paul: Abrazarme yo mismo. (Se ríe). Me siento vacío sin estos tipos. Rhea: Te estoy escuchando. Paul: Realmente es así… Es tiempo de que se vayan, ¿no? Rhea: Así es. Paul: Pero no me conozco a mi mismo todavía. No se cómo abrazarme a mi mismo todavía. Me siento muy desnudo… y con miedo. Rhea: Si, entiendo. Paul: Porque en realidad soy muy dulce y amoroso… y bueno. Este no es lugar para ni, sin embargo… no aquí. Y esta es mi lección. Rhea: Bueno, ¿estarías dispuesto a perdonarlo a Barrón y dejarlo partir? ¿Quizás hasta reconocerlo? Paul: Bueno, me mantuviste con una cierta cantidad de ceguera, ¿sabes?... el salvajismo y la crueldad… esa crueldad ciega; ni siquiera estaba alerta de ella. Ni siquiera estaba bien despierto con ella; estaba atacando ciegamente y… ¿Con quién voy a formar alianzas? ¿Perdonarlo?... Es como si se entrara y saliera de él. Dios, voy a estar solo allí. Rhea: Eso es. Y es suficiente. Paul: Eso es lo que no veo. No lo veo. Eso es de lo que tengo miedo; por eso tengo miedo de dejarlo ir. ¿Dejarlo ir y quedarme solo? Rhea: Se todo lo que eres… Para que puedas cumplir tu propio destino, necesitas ser el único en tu cuerpo. Para que tu puedas seguir tu propio sendero, necesitas estar en claro para verlo. De verdad. Y ya es tiempo; ya lo probaste de la otra manera. Paul: Necesito algo así como un arma; necesito una espada ¿Qué hay con eso?... ¿voy a estar cuidado? Rhea: ¿Lo estarás? Paul: Oh Dios… voy a tener que depender de Dios… No se. Es allí donde estoy bloqueado. No se qué hacer. Simplemente se lo entregas a Dios, ¿o que se hace? Rhea: Tienes la oportunidad, en realidad, de descubrir quién eres. Paul: Oh, Dios mío. Fiiuuu… No puedo recurrir a eso. No puedo salir corriendo. No se si estoy listo. Pero hay demasiado dolor de esta manera. ¿Simplemente empiezo a depender de mi mismo? Rhea: Si, y a descubrir todo lo que eres. Tu eres mucho más de lo que previamente percibías. Paul: ¿Me dan ayuda? Rhea: Vas a tener toda la ayuda que necesitas. Paul: Creo que es tiempo de que se vaya. Eso lo se; es tiempo de que se vaya. Me resisto tanto. ¡Fiiuuu! Se que tengo el poder. Muy bien.
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Rhea: ¿Estás listo? Se que esto da miedo; definitivamente escucho eso. Paul: Voy a estar completamente solo en el planeta. (Se ríe). ¡Este no es un lugar para estar solo! No es lugar para estar solo. Voy a ser el único aquí. Rhea: Vas a ser el único en tu cuerpo, sí. Y vas a poder expresarte, sí. Y, ¿Quién sabe?, quizás hasta empieces a buscar compañía afuera, alrededor. Paul: Soy un niño. Rhea: Todos lo somos, y este es nuestro patio de juegos. (Se ríe). Paul: No se de eso. Es un patio de juegos muy loco. ¡Quiero conocer a personas que quieran amar y abrazar! ¿Cómo voy a poder estar en el gobierno así? Sin el… Rhea: El Gobierno podría estar muy bien sin él. ¿Estás listo? Paul: (Suspira). Tengo que depender solo de mi… ¿y estar en el Gobierno? Rhea: Suena como una gran aventura. Paul: Muy bien, muchachos… tienen que dejar de pelearse. ¿Escucharan? Rhea: Lo veras. Paul: Necesito una novia dulce, también. ¿Te ganas una novia al hacer esto? Rhea: Tu estas a cargo. Paul: (Se ríe). ¿Lo estoy? Podría ser mucho mejor, ¿sabes? También hay… tengo que disfrutar del buen sexo, también. Creo que lo voy a poder hacer… si tuviera con quien compartir podría hacerlo… ¡Fiiuuu! Bueno, Dios nos dio la espada de la verdad, ¿no es cierto? Rhea: Si. Paul: Esa es la espada… simplemente di la verdad. Rhea: Aha. Paul: Bien. Realmente tengo miedo, Rhea. Si tomo este sendero… no hay como volver, ¿verdad? Rhea: (Pausa) No. Paul: Pero la fortaleza está en la verdad. Ahí es donde está el poder. Rhea: Aha. Paul: Muy bien. Rhea: ¿Estás listo? Paul: Pero el problema es, si yo pierdo la verdad, tengo que poder meterme de nuevo, tengo que poder centrarme todo el tiempo. Ese idiota de Barrón siempre me está confundiendo. ¿Sabes? Ya lo saque al otro; ahora tengo que sacarlo a este… Es un miserable hijo de puta. Bien. ¡Adelante! Rhea: Si. Paul: Puedo ser un hijo de puta poderoso ¿no es cierto? Rhea: Puedes ser tu mismo. Paul:… ¿Todo ese amor? Rhea: Si. Paul: (Se ríe). ¿Cómo caminas por la calle? (Suspira). Esa es la cuestión. Es el mundo de los negocios y en el gobierno. Rhea: En realidad, vas a descubrir, primero, que tu eres tu propia protección; y segundo, que finalmente no hay nada para proteger. Paul: ¿No? Rhea: No, realmente no. Paul: Muy bien, adelante. Rhea: Entonces, Barrón, ¿estás listo? Barrón: ¡Ah! Me estoy llevando mi garrote conmigo. Rhea: Muy bien. (Riéndose). Eso está bien. ¿Estás listo? Barrón: Paso una energía muy rara recién… en mi cabeza. Así que me voy de aquí, ¿sí?
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Rhea: Es tiempo de volver a la Luz. Barrón: ¿Dios va a comprender? Rhea: Dios definitivamente va a comprender. Barrón: ¿Perdonarme? Y amarme… ¿por todas las cosas malas? Rhea: Perdonarte y amarte… punto. Las otras cosas van a desaparecer. Barrón: Muy bien. ¿Todo lo malo que he hecho? No tengo que preocuparme de eso, ¿no? Rhea: No. ¿Estás listo? Barrón: ¿Él va a comprender las guerras? Rhea: Si (Pausa larga). Bueno, Paul, del lado izquierdo de tu campo de visión, una vez más visualiza una columna de Luz Blanca bajando de la Consciencia de Dios, y luego mira dentro de ti, dentro de tu cuerpo y encuéntralo a Barrón, y usa tu respiración para tirarlo a él y a toda su energía fuera de tu cuerpo y déjalo ir hacia la Luz. Barrón, te enviamos en amor y en paz a casa con Dios, a casa con la Luz Blanca, Barrón. Toma toda tu energía y deja el cuerpo de Paul. ¡Ah! Tira de él y suéltalo, Paul. Suéltalo. Ve la luz y míralo a Barrón como se va completamente hacia la Luz. En amor y en paz. Suéltalo… envíalo hacia la Luz. Sostén la Luz y usa tu respiración y envíalo y suéltalo. Suéltalo. Paul: …En mi mente… en mi mente y mi pecho. Rhea: Si. Tira de él. Suéltalo. Dime cuando se haya ido. Paul: Se está yendo Barrón. (Pausa larga). No se ha ido todavía… No se quiere ir. Una parte se ha ido. Rhea: Si, Barrón, ¿Qué necesitas para poder llevarte toda tu energía? ¿Qué necesitas saber o que necesitas comunicar? Barrón: No quiero que me envíen al infierno. Rhea: No. Definitivamente no te vamos a enviar al infierno. Barrón: Entonces me voy, porque si no lo hago me envían al infierno. Rhea: Sigue sosteniendo la Luz para él, Paul. Barrón, estas a salvo. Lleva toda tu energía… ahora. Paul: (Pausa larga). Se ha ido casi todo… ¿Qué es esa energía en las yemas de mis dedos? Rhea: Se están despertando a la vida. Paul: Creo que se ha ido. (Otra pausa). Parece como que un hilo de energía todavía está… prendido. Rhea: Suéltalo todo. Fíjate en el hilo, míralo todo irse hacia la Luz. Está bien, Barrón. Estas perdonado. Paul: (Pausa): Bien. Esta allá arriba ahora. Un poquito incómodo. Rhea: Si. Toma un respiro y nota como se siente tu cuerpo. Paul: Se siente más liviano. Rhea: Muy bien. Ahora, Paul, localízate en tu cuerpo. Empieza a sentir como es tu esencia, y que esa esencia empiece a ser como una luz radiante y dorada expandiéndose para afuera con cada respiración. Paul: No se si alguna vez he estado en mi cuerpo. Rhea: Bueno, es tiempo de que empieces a estar completamente en tu cuerpo. Simplemente mira tu ser como una luz radiante expandiéndose para afuera con cada respiración, llenando todo el espacio que dejaron Plato y Barrón, sabiendo que tu, tu mismo, eres entero y suficiente y que todas las cualidades disponibles para los humanos están disponibles para ti. Y puedes elegir manifestar cualquiera de estas cualidades en cualquier momento que elijas. Paul: Me siento… me siento dentro de allí. Me siento más poderoso. Rhea: Si… ¿Notas algún desplazamiento en tu energía? Paul: Aha, sí. Me siento más anclado en mi ser. Rhea: Sigue soltándolo así.
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Paul: Me siento más presente así. Rhea: Eso está bien. En un momento voy a contar hasta tres…
(Luego que Paul abrió sus ojos y se sentó, siguió esta conversación). Paul: He sido como un esquizofrénico toda mi vida… como que ni siquiera sabía quién era. Y de pronto era ese hombrecillo lleno de miedos, luego tomando de una forma rara las riendas del poder en el gobierno y todo eso, y nunca centrado… Rhea: Es como no saber nunca quién eres. Paul: Nunca. Nunca en toda mi vida. Esto es asombroso. Me siento desnudo. También me siento lleno de amor. Rhea: Eso está muy bien. Paul: Ahora voy a un almuerzo de negocios en Wall Street. ¿Cómo se hace para llevar esto allí? (Risas).
La sesión de Gwen es un ejemplo de “Clearings” múltiples y en capas. No solo tenía varias almas perdidas dentro de si, sino que una de esas almas perdidas (una “Pequeña” sin nombre) tenía otra entidad (Esmeralda) dentro. Es posible que un alma perdida este cargando todavía otra alma perdida. En ese caso, el “clearing” se hace en capas. A veces un individuo puede cargar varios “otros”, como lo hizo Gwen. Una vez que hayas liberado a algunos, se dan cuenta de que el hotel está cerrando. Generalmente uno puede dirigirse a las otras energías colectivamente y enviarlas fuera del cuerpo todas juntas. Tomen nota de que al final de la sesión de Gwen le dije que libere “cualquier otra energía” que no fuera ella. Algunas pocas veces puede haber un grupo grande de entidades presentes que han compartido una muerte común como víctimas de un campo de concentración o de una tribu que fue masacrada. Si descubres un grupo, pide hablar con un representante del grupo que pueda actuar como el vocero y permítele expresar cualquier comunicación para el grupo. Una vez que alguna queja o emoción haya sido transmitida, puedes liberar al grupo como una unidad. Aquí está la transcripción de la sesión de Gwen:
GWEN 21 de febrero de 1985: Manhattan Rhea: …Mira por dentro de tu cuerpo y fíjate si hay alguien o algo allí además de ti. Y si lo hay, quiero que suban y vengan a hablarme. Está todo bien, y es tiempo. ¿Quién está allí? ¿Cómo te llamas? Está bien. Está todo bien. ¿Cómo te llamas? ¿Qué paso? ¿Hmm? Está bien si lloras. ¿Cuántos años tienes? Gwen: Dos… dos. Rhea: ¿Dos? Eres una pequeña, ¿sí? La pequeña: Si. Rhea: ¿Te acuerdas cuál es tu nombre? L.p.: No, no lo se. (Es una voz muy pequeña, con miedo y confusa. Uno es consciente que habla un ser de dos años, no porque balbucea, sino más porque el contenido transmite a un
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ser que todavía está aprendiendo a hablar; por ejemplo, su comunicación no siempre está formada en oraciones y, a veces, los sonidos con una inflexión apropiada toman el lugar de las palabras). Rhea: ¿Te perdiste, mi pequeña? L.p.: (No se distingue, luego hay llanto). Rhea: Si… está bien si lloras. Si… respira… respira hacia él, respira hacia el miedo. Está bien. Si, respira… está bien… Pequeña, ¿Qué paso con tu propio cuerpo? ¿Hmm? ¿Qué paso con tu pequeño cuerpo de dos años? L.p.: No se. Rhea: ¿Se fue? L.p.: ¡No se adónde esta! Rhea: Respira… eso está bien. Deja salir la tristeza. Déjala salir. No hace falta ya que seas valiente. Está bien. Mira para atrás y fíjate para ver que paso con tu cuerpo. ¿Qué paso con tu propio cuerpecito? L.p.: No lo veo. Rhea: Vuelve a la última vez que estabas dentro de él, cuando lo podías ver. Mira y fíjate… ¿Qué paso? L.p.: (Lloriquea). Estaba en el pasto (No se distingue)… estaba corriendo en el pasto… y vino un hombre. (No se distingue). Rhea: Aha. ¿Y qué paso? L.p.: No se. Estaba corriendo en el pasto. Había mucho Sol… Rhea: Aha. ¿Y qué paso después? L.p.: (No se distingue). Negro… (irrumpe en sollozos con voz muy finita y con miedo) Está muy oscuro. Ohhh, creo que no me pueden ver más. (Gime). Rhea: Si. Está bien. Respira hacia el miedo y déjate mirarlo… está bien. Está bien… puedes mirarlo ahora. L.p.: (No se distingue). Tiene una bolsa. Me está cubriendo un trapo… o una bolsa o un saco. (Se escucha su respiración corta y rápida). Rhea: ¿Y luego que paso? L.p.: Muy mareada. (Se calma y parece estar confundida). Rhea: ¿Y luego que paso? L.p.: No podía ver. (No se distingue). Rhea: Sigue respirando hacia él, eso está muy bien. Vuelve entonces un minuto hasta donde estabas corriendo en el pasto, y fíjate en tu cuerpo. Dime como eras. ¿Cómo eras? L.p.: Soy una niña pequeña. Tengo puesto un vestido rosa. Un vestido de algodón color rosa. Rhea: Aha. Eso está muy bien. L.p.: No tengo puestos zapatos. Rhea: Está bien. ¿Entonces te levantaron en una bolsa? L.p.: Si. Rhea: ¿Y luego qué? L.p.: (Habla en una voz finita que no se distingue). Rhea: Aha, eso está bien. ¿Qué paso luego de que estabas en la bolsa? L.p.: Estoy llorando y no se que hacer. Estoy allí adentro toda acurrucada. No se lo que está pasando. Rhea: Está bien… está bien. Sigue mirando; puedes verlo ahora. Luego ¿Qué paso? ¿Qué paso después?... ¿Qué paso? L.p.: (Gime). Me estrangulo. Ohh… Rhea: Sigue respirando hacia el… está bien mirarlo ahora… Mira y fíjate que paso con tu pequeño cuerpo. ¿Estaba estrangulado? L.p.: Si. (No se distingue). (Llanto).
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Rhea: Déjalo salir… está bien. Sigue respirando y deja que suba a la superficie. Eso está muy bien, chiquita… vamos… Suena como algo muy miedoso… lleno de miedo. L.p.: (Llorando asustada). Hay otra persona aquí… ¡Hay otra persona en mi cuerpo! ¡Oh, vete de aquí! (Llanto más fuerte, más asustado). Rhea: Esta bien; vamos a enviarlo a la Luz en un ratito… está bien. (Se calma L.p.) Es tiempo… es tiempo de volver a casa con Dios. Es tiempo. (L.p. gime). Mi pequeña, ¿sientes como que hay otra persona en tu cuerpo? ¿Hmm? (L.p. llora). (No se distingue).Este cuerpo en el que estas –en el que tu estas- le pertenece a Gwen, y es tiempo de que vuelvas a la Luz y a Dios, a casa con los ángeles. Es tiempo de que hagas eso. Y si hay alguien más en tu cuerpo, ellos pueden ir hacia la Luz, también. Mi pequeña, fíjate; tu estas dentro del cuerpo de Gwen… fíjate si hay otro persona dentro de tu cuerpo. ¿Hay otra persona en tu cuerpo o no? ¿O es simplemente lo que te parece? Déjame hablar con el que este dentro de tu cuerpo. Déjame hablar con ese otro… (El sonido del llanto de L.p. cambia). Si, tu… tu, ven a hablarme. ¿Cómo te llamas? Voz: ¡Mala! Yo soy mala. (Se escucha respiración con jadeos). Rhea: ¿Tu eres Mala? Voz: Soy mala. (Esta voz es cortante y muy clara). Rhea: Entiendo. ¿Cuántos años tienes, hmmm? L.p.: No se. Rhea: ¿Cómo te llamas? Voz: Esmeralda. Rhea: Esmeralda, hola. Esmeralda: (Malhumoradamente). Hola. Rhea: ¿Qué haces dentro de esta pequeña y de Gwen, eh? Esmeralda: Estoy enviando la oscuridad aquí. Rhea: Entiendo. Esmeralda, ¿Qué te paso que estas tan enojada y con tanto dolor? Esmeralda: (Muy suavemente, casi no se distingue). No se. Solo soy mala. Rhea: ¿Eres mala? Esmeralda: (Muy fuerte y cortante). Sí. Rhea: Aha. ¿Qué haces que es tan malo? Esmeralda: Envió oscuridad. Y lastimo a la gente. Rhea: Entiendo. ¿Y cómo te sientes con eso? Esmeralda: No hay nada bueno. Rhea: ¿No hay nada bueno? Esmeralda: (Mas fuerte y cortante). No hay nada bueno, eso es. Rhea: ¿Nada? Esmeralda: Nada. Rhea: Entiendo. Suena como que te hubieran decepcionado bastante. Suena como que te hubieran herido bastante, ¿no? Esmeralda: No se, No pasó nada… simplemente soy mala. Eso es todo. Rhea: (Muy suavemente). Esmeralda, algo paso. No eres mala. Yo creo que estas triste, Esmeralda… ¿Qué paso que te lastimo tanto? (Esmeralda ha estado llorando, y ahora el llanto se convierte en un gemido). ¿Qué paso que te lastimo tanto, eh? ¿Qué paso… que paso, Esmeralda? Esmeralda: (El gemido se detiene, vuelve la voz cortante). No se, No se. (Respiración jadeante, luego llanto). Rhea: ¿Qué paso, Esmeralda? Esmeralda: (Gemidos). ¡Me estoy quemando! (Las palabras se estiran y se convierten en un largo gemido). ¡Oh, me están quemando! ¡Oh, me estoy quemando! (Sollozos).
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Rhea: Si. (Habla nuevamente cuando Esmeralda se queda más callada). ¿Te quemaron como bruja? Esmeralda: Si. (Jadeos, seguido por un largo gemido). Rhea: Esmeralda… Es tiempo de volver a la Luz. Es tiempo de volver a Dios y hacer tus paces. Es tiempo de perdonar a la gente que te quemo, y traer de vuelta tu sabiduría y tu poder de una manera que ahora sirva. Tu puedes hacer eso. Tu puedes volver en tu propio cuerpo cuando estés lista. Necesitas volver a la Luz ahora, Esmeralda. ¿Hay algo que quieras decirnos a nosotros o a Gwen antes de partir? Deja salir la tristeza; suéltala. No entendieron nada, ¿no es cierto? Ni siquiera sabían. (Esmeralda está llorando suavemente ahora). Si… suéltala. Esmeralda: Lo siento mucho. Rhea: Si. Suéltala. Esmeralda: Lo siento. Rhea: Si… Entonces, Gwen, ¿estás dispuesta a perdonarla a Esmeralda? Gwen: (Susurrando) Si… sí. Rhea: Muy bien. Esmeralda, ¿estás lista? ¿Sí? Esmeralda: (Temerosamente, casi no se distingue). ¿Adónde voy a ir? Rhea: A la Luz, Esmeralda. Asegúrate que vas hacia la Luz. Gwen, del lado izquierdo de tu campo de visión visualiza una columna de Luz Blanca que baja de la consciencia de Dios, y mira por dentro del cuerpo de la pequeña y encuéntrala a Esmeralda… y usa tu respiración para tirarla a ella y a toda su energía de adentro de tu cuerpo y llevarla para afuera; suéltala hacia la Luz. Esmeralda, te enviamos en amor y en paz a casa con Dios, a casa con la Luz Blanca. Toma toda tu energía y deja este cuerpo ahora. (Gwen exhala fuertemente) (Pausa). ¿Se ha ido? Bien. Ahora déjame hablar con la pequeña de nuevo. Mi Pequeña, ¿Todavía estas allí? ¿Hmmm? L.p.: (Se escucha de nuevo la voz pequeña). Sí. Rhea: ¿Si? Se fue ahora la otra. Esa otra se fue de tu cuerpo. Y ahora es tiempo de que tu te vayas del cuerpo de Gwen. ¿Cómo murió tu cuerpo, tu propio cuerpo? ¿Hmmm? ¿Qué paso con él? L.p.: (Grita). ¡Quiero jugar! No. (Grita). Quiero jugar en el pasto. Es bonito. Rhea: Aha, ¿No es lo mismo, no, estar en el cuerpo de otro, como estar en uno propio? No es lo mismo estar aquí con Gwen que cuando podías correr descalza con tus propios pies. Entonces, lo que hay que hacer es volver a la Luz y elegir otro cuerpo propio en el cual nacer cuando estés lista. Y luego volver en ese otro cuerpo un nuevo cuerpo propio… y elige un cuerpo con el que puedas divertirte mucho jugando en el pasto. Eso estaría muy bien. Entonces, ¿hay algo que le quieras decir a Gwen antes de partir? L.p.: Yo no la conozco. Rhea: Muy bien… Gwen, ¿hay algo que le quieras decir a esta pequeña antes de que se vaya? Gwen: (No se distingue, casi inaudible). No tienes que preocuparte. Está bien. Rhea: Bien. Entonces, Gwen, sobre el lado izquierdo de tu visión, visualiza una columna de Luz Blanca bajando de la consciencia de Dios; mira por dentro de tu cuerpo y encuéntrala a la pequeña. Y usa tu respiración para tirarla a ella y a toda su energía para afuera y suéltala hacia la Luz. Mi Pequeña, te enviaremos en amor y en paz a casa con Dios, a casa con la Luz Blanca. Toma toda tu energía y vete del cuerpo de Gwen ahora. (A Gwen). Observa cómo se va hacia la Luz. (Pausa). Fíjate cómo se siente tu cuerpo ahora... Ahora mira por dentro de tu cuerpo de nuevo, y fíjate si hay alguien más allí, y si lo hay, quiero que aparezcan para hablar conmigo. Está todo bien, y es tiempo. ¿Quién está allí? ¿Cómo te llamas? Voz: David. Rhea: David, ¿Cuántos años tienes?
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David: Veinticinco. Rhea: Aha… ¿y qué haces aquí con Gwen? David: Soy un caballero. Rhea: ¿Y qué haces aquí con Gwen? David: No se. Tengo mi armadura puesta. Rhea: David, ¿Qué te sucedió?... ¿H...? David: Yo… no lo se. Tengo puesta mi armadura. Debo haber estado peleando. (De pronto, como si lo hubieran golpeado). ¡Ayyy! Rhea: ¿Qué paso? David: Creo que me sacaron… mi casco. Rhea: Aha… ¿y? David: Y me cortaron… me cortaron… ¡Oh, Dios! Rhea: Eso es, ¡respira hacia aquello! Así, así, ¡respira hacia aquello! David: ¡Oh, Dios! Rhea: Si, respira hacia eso. (David repite su grito una y otra vez). Respira, respira. David: ¡Oh, Dios!... ¡me está cortando el cuello! Rhea: Eso es. David: ¡Oh, Dios! ¡Oh, Dios, estoy sangrando! (Gritos angustiados). ¡Ayyy! ¡Oh, Dios, esto no puede pasar! (Los gritos de David se apaciguan). ¡Oh, Dios!, ¡se va a caer! ¡Mi cabeza se va a caer! (Sus gritos empiezan de nuevo). Rhea: David, ¿Qué es lo que decidiste? Que es lo que decidiste; ¿Qué hay allí que empieza con, “Yo nunca…”? David: (Llora fuertemente con dolor). ¡No me pueden hacer esto! ¡No lo pueden hacer! (Muy suavemente). No lo pueden hacer. No pueden… (Mas gritos doloridos). ¡Oh, no quiero perder mi cabeza! ¡Oh! Rhea: Sigue respirando hacia aquello. Si… sí. David, este cuerpo le pertenece a Gwen y ella necesita ser la única en él. Es tiempo de que vuelvas a la Luz. David: (Llorando). Sí. Rhea: ¿Hay algo que le quieras decir a Gwen antes de partir? David: ¡Oh, lo siento! Ohhh. Rhea: Quiero que lleves contigo ese dolor en la nuca cuando te vas, ¿sí? Llévatelo contigo. David: Si, y mi armadura. Oh, siento mucho que te di eso. Lo siento… lo siento. Rhea: Esta bien. Gwen, ¿hay algo que le quieras decir a el antes de que se vaya? Gwen: Oh, ¡vete! (Se ríe y llora enérgicamente). Vete, por favor. ¡Sal de aquí! Rhea: Muy bien. ¿Y puedes perdonarlo? Gwen: Si, con tal que se vaya. (Todavía riendo / llorando). Rhea: Muy bien. ¿Estás lista?... ¿Estás lista? Gwen: Si. Rhea: Bien. David, quiero que empieces a buscar la Luz y a los ángeles… los ángeles ayudaran. Y Gwen, sobre el lado izquierdo de tu campo de visión, visualiza una columna de Luz Blanca bajando de la consciencia de Dios. Usa tu respiración y mira por dentro de tu cuerpo y encuéntralo a David y toda su armadura, y tíralo a él y a toda su energía, tíralo fuera de tu cuerpo y suéltalo hacia la Luz. David, te enviamos en amor y en paz a casa con Dios, a casa con la Luz Blanca. Toma toda tu energía y deja el cuerpo de Gwen ahora. (Gwen) Suéltalo… suéltalo. (Pausa). Bien. ¿Y ahora, como se siente tu cuerpo? Gwen: Ahh. Muy abierto. Rhea: Muy lindo. Ahora, mira por dentro de tu cuerpo otra vez y fíjate si ay alguna otra persona allí dentro contigo, y si la hay, quiero que salga para hablar conmigo. ¿Quién o qué está allí? Voz: ¡Ah! Ha pasado mucho tiempo… mucho tiempo. (Se ríe)
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Rhea: ¿Cómo te llamas? Voz: (No se distingue). Rhea: ¿Qué te paso? Voz: Estaba parada… vestida de blanco. Sobre la escalera del templo. Rhea: ¿Qué haces? Voz: Ellos… ellos vienen a mi… para sanarse. Rhea: Aha. ¿Qué haces aquí en el cuerpo de Gwen? Voz: Estoy brillando. (Una pausa). Rhea: Gracias por eso. Estoy segura de que ayuda mucho. Y Gwen necesita ser la única en su cuerpo ahora. Es tiempo de que vuelvas a la luz ahora. Y cuando estés lista para elegir otro cuerpo propio en el cual nacer, vuelve y trae tu habilidad de sanar y a tu luz en un cuerpo propio. Se necesita mucho en el planeta ahora. Va a ser muy útil. Voz: Si. Rhea: ¿Hay algo que quieras decir a Gwen antes de que te vayas? Voz: Brilla. Gwen va a brillar. Este no es un lugar para mí. Este no es un lugar para mí. Rhea: Entonces una vez más sobre el lado izquierdo de tu campo de visión, visualiza una columna de Luz Blanca bajando desde la consciencia de Dios, y fíjate… ¿esta ella allí? Gwen: Aha. (Muy suavemente). Te enviamos en amor y en paz a casa con Dios, a casa con la Luz. (Pausa). Ahora, sostén la Luz y luego toda otra energía; cualquier energía que no sea Gwen, es tiempo. Los enviamos en amor y en paz a casa con Dios, a casa con la Luz Blanca. Tomen toda su energía y dejen el cuerpo de Gwen ahora. (Pausa). Suéltalo. (Pausa). Muy bien. Gwen, este es tu cuerpo. Bienvenido. Mira dentro de tu cuerpo ahora y encuéntrate. Observa la sensación de tu propia esencia radiante, y siéntelo como una luz dorada radiante, y mientras respiras, permite que la Luz se expanda hacia afuera y llene el espacio que dejaron las entidades que han partido, con tu propia energía radiante. Sabe que estas entera y suficiente; y que como un ser humano, todas las cualidades a disposición de los humanos están disponibles para ti. (Pausa). Muy bien. (Pausa). En un momento, voy a contar hasta tres. (Después que Gwen abrió sus ojos y se sentó, tuvimos la siguiente conversación). Recién te ha sido practicada una cirugía. (Gwen reacciona con sorpresa). Quiero por lo tanto que te cuides mucho en estos próximos días –los próximos tres a cinco días-. Puede ser que te surjan emociones de la nada; no trates de entenderlas, no trates de asignarles una razón de ser. Acéptalas. No tienes que tener ninguna reacción… está bien si no la tienes… pero es posible. Puede ser que pases por un periodo de pérdida o reorientación. Esta es la primera vez que tu estas a cargo de tu cuerpo… de verdad. Podría ser la primera vez en más de una vida que estas a cargo de tu cuerpo; entonces, al principio puede ser un poco desorientador, quizás. Puede ser que sientas alguna tristeza; acéptala. Me puedes llamar si necesitas hablar con alguien. Si tuvieras un cilindro con energía adentro y tomaras más energía y la pusieras empujándola de arriba, y más energía, y más energía, puedes imaginarte que la energía del fondo estaría muy aplastada. Y luego si quitas a las otras energías, la energía srcinal va a burbujear para arriba. Entonces es muy posible que aparezcan emociones o experiencias que suban con ella. Y lo otro es que debes fijarte en tu comportamiento ahora, y realmente dejar que ellos se lleven todo lo que es suyo. Puedes encontrarte que estas por hacer algo o no, por costumbre. Cuando llegas a ese momento y te das cuenta de que realmente no lo quieres hacer, detente… o si sientes que estas reteniendo o deteniéndote por habito, de hacer algo que realmente quieres hacer, entonces fíjate cual es la verdad para ti. Elige por ti misma. No guardes sus patrones de comportamiento simplemente porque te son familiares, porque has estado viviendo cosas por ellos. Realmente…
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Como al final todos estamos a cargo de nuestra propia realidad, un alma perdida, en algún nivel, está siempre presente por invitación del anfitrión. Como se dijo antes generalmente entra en un momento de inconsciencia. Las drogas y el alcohol nos envían sin protección a los reinos astrales. Aquellos de nosotros que trabajamos en estos reinos fuera de nuestros cuerpos, a la noche. Entramos conscientemente y protegidos, aun cuando conscientemente no recordamos los detalles en la mañana. A veces la entidad entra en un momento traumático y al principio tiene un efecto beneficioso. El problema es que, seguramente, luego la entidad sigue quedándose. Aquí hay un ejemplo tomado del final de una sesión con Katie cuando hicimos un “clearing” con una entidad llamada Mary.
KATIE (EXTRACTO) 27 de marzo de 1985: Manhattan Rhea:… ¿Hay algo que quisieras decirle a Katie entes de partir? Mary: ¿Cómo llegue hasta aquí? ¿Cómo… no se… como llegue hasta aquí? Rhea: No se. ¿Puedes acordarte? Mary: (Luego de una pausa).Tenía No se. Ellaaños. se accidento… ella se accidento. bicicleta… no podía respirar. ocho No podía respirar ni nada. Oh, se cayó de su Rhea: Aha. Entonces, ¿Qué paso? Mary: Ella se iba a morir. Pero no se murió. Creo que eso fue cuando yo llegue. Porque no podía respirar… estaba acostada en el piso… en la calle… y no podía respirar. Si, ese debe haber sido el momento en el que llegue. No podía respirar. Rhea: Entonces ¿Qué hiciste? Mary: Hice que respirara. Ella empujaba su estómago para hacer que respirara, y no funcionaba. Entonces la ayude; hice que su estómago se moviera. Rhea: Gracias por hacer eso. Mary: Oh, de nada, pero me gustaría saber cómo es que llegue hasta aquí. No puedo ver nada. Quizás soy ciega… no puedo ver nada. Rhea: Vas a poder ver en la Luz. ¿Hay algo que quieras decirle a Katie antes de partir? Mary: Mmm… Quiero agradecerle. Yo la he ayudado mucho. Necesitaba mucha ayuda cuando estaba pasando por esos momentos terribles… Tiene mucho que hacer… tiene mucho que hacer. Le he ayudado mucho… esa vez cuando no podía respirar… Rhea: Aha. Mary, es tiempo de que ella descubra su propia fuerza; esta lista ahora. ¿Estás lista para seguir adelante?
“CLEARING” DE UN LUGAR Hacer un “Clearing” de un lugar es muy parecido a hacer un “clearing” de una persona. La mayor diferencia es que no tienes feedback (retorno de información) externo y verbal al
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hacer el “clearing” del lugar, por lo tanto debes depender de tu propia intuición y comunicarte telepáticamente con las almas perdidas o fantasmas. Desarrollar la confianza en tu propia habilidad para “sintonizarte” y recibir una comunicación telepática necesita práctica. La gente a veces espera que un mensaje telepático retumbe desde los cielos en la voz de James Earl Jones. En realidad, como la voz de Dios, un mensaje telepático suena muy parecido a nuestros propios pensamientos. La diferencia está en que uno crea sus propios pensamientos y los mensajes telepáticos se reciben. Un mensaje telepático o la respuesta que uno recibe a una pregunta que se ha hecho telepáticamente, muchas veces no es lo que uno anticipa. La mente humana, siendo lo que es (recuerdo a Werner Erhard que decía: “El trabajo de la mente es invalidar la experiencia”) va a usar una respuesta anticipada o una respuesta no anticipada para invalidar la experiencia interna. Entonces es mejor no tomar muy en serio tus pensamientos en los primeros intentos de comunicación telepática. Confía en lo que aparece y desarrollaras tus habilidades telepáticas, además de encontrarlas útiles para muchas cosas. Mi primera experiencia en “remover fantasmas” ocurrió hace algunos años en Manhattan. Un viernes por la noche recibí un llamado de auxilio de un director amigo. Estaba dirigiendo una obra de teatro en el Teatro San … sobre la calle… Estaban en los preestrenos e iba a venir a la matinée del día siguiente el crítico de teatro Frank Rich del diario New York Times. La voz de David se oía cansada y frustrada cuando empezó a enunciar la cantidad de incidentes desde que habían empezado los ensayos: desaparición de artículos de utilería, luces que volaban desde las paredes, tres de cuatro micrófonos inalámbricos apagándose al mismo tiempo sin ninguna razón lógica, etc. “He hecho todo lo que puedo con esta obra, pero esto que esta ocurriendo forma parte de tu departamento, no del mío. ¿Podrías venir?”. David es un amigo y dije que si sin considerar que nunca había hecho un proceso de “remover fantasmas” antes. Camine hasta el teatro alrededor de las 13hs. del día siguiente. El teatro esta situado en el sótano de la iglesia. Dos cuadras antes de llegar al teatro empezó a doler la cabeza. Para cuando entre por la puerta, ya me sentía con nauseas. El elenco estaba en el escenario ensayando para la matinée. Entre silenciosamente y me senté en la última fila. Empecé a sintonizarme. “Perdón, señora, si quiere una entrada para la matinée, la boletería abre a las dos de la tarde.” El director de escena se presentó así, cumpliendo con su deber. Le dije mi nombre y que era amiga de David. Un poco más tranquilo, se fue y al rato vino David. Me conto más sobre lo que estaba ocurriendo. El departamento de uno de los cuatro actores principales se había quemado en un incendio, el hermano de otro había fallecido. “No lo entiendo, me despierto muy bien, lleno de energía y sintiéndome de maravillas. Luego llego aquí y estoy filtrado y exhausto aun antes de empezar”, me confió David. Observando el dolor de mi propia cabeza, podía simpatizar con él. David volvió con el elenco y nuevamente empecé a sintonizarme. Cerré los ojos, envié mi conciencia a través del auditorio y me permití sentir lo que estaba ocurriendo. Supe que nunca había confrontado algo así en esta vida. También supe que sabía exactamente lo que tenía que hacer. Algún conocimiento antiguo me surgía de lo más profundo. Supe que había hecho algo similar antes, en algún lugar. La energía en el auditorio era frenética. Volaban cientos de almas perdidas. Había algo como un sentimiento burlón del “agárrame-si-puedes” en el aire, unido a una desesperación profunda. Me dirigí a una de estas energías frenéticas para que fuera el vocero de los demás y que me dijera quienes eran. Haciéndome acordar a Gullum de la trilogía de Tolkien, la energía me contesto telepáticamente; “Debajo de la iglesia estamos… debajo del altar. Malos somos, condenados al infierno nos dijeron. Este debe ser el infierno, está debajo de la cruz.” Había hecho una buena descripción. Enviándole mis pensamientos, le respondí,
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“Ustedes piensan que son malos y deberían ir al infierno, ¿por eso están aquí?” “Es lo único que pudimos encontrar.” Suprimí una risa mental sobre el poder de nuestro condicionamiento religioso. “¿Y por qué están molestando a estas personas?”, les pregunte. “Malos somos, dicen, somos tan malos.” Suspire. Esto iba a llevar un buen tiempo. Pidiendo una columna de Luz Blanca que descendiera en el centro del auditorio, mantuve mi concentración hasta que pude visualizarla claramente. Telepáticamente, llame a los Elohim y les pedí que guiaran a estos espíritus hacia la Luz. Luego dirigiéndome a todas las energías juntas, empecé a explicar: “El infierno es una idea, no un lugar. Ustedes no son realmente malos. Son hijos de la Luz, expresiones de Dios. Pueden haber cometido acciones que podrían juzgarse como malas, pero ustedes no son malos. Cuando estén de vuelta en la Luz, pueden mirar a estas acciones y saber por qué las hicieron. Pueden ver qué es lo que estaban tratando de aprender. Es tiempo de que se perdonen. Dios los perdona. Sus cuerpos están muertos. Necesitan volver a la Luz. Necesitan seguir su camino. Esto no es el infierno. Es un teatro en el sótano de una iglesia. No pertenecen aquí. Pertenecen a la Luz. Es tiempo de volver a casa ahora.” Sosteniendo mentalmente la columna de Luz Blanca, alenté a los espíritus torturados a que la usaran como una puerta para volver a casa. Visualice a los ángeles de los Elohim guiándolos hacia la Luz. En mi experiencia interior vi cientos de espíritus desaparecer en la columna de Luz. Algunos fueron con júbilo, otros tímidamente e incluso otros tuvieron que ser exhortados, pero se fueron. La energía en el auditorio se desplazó. Mientras que más y más almas perdidas desaparecían en la Luz, la calma empezó a llenar el auditorio. Era palpable el desplazamiento. Empezó a desaparecer mi dolor de cabeza. Finalmente envié mi conciencia hacia los rincones, debajo del escenario y dentro de los camarines, buscando a algún rezagado particularmente tímido o juguetón. Instintivamente supe cuando se había completado el proceso. Visualice la Luz Blanca llenando el teatro y cuando abrí mis ojos, allí estaba la mirada reverente del director de escena. “David nos contó porque está aquí. Simplemente quería agradecerle.” Las críticas no fueron buenas y la obra duro unas pocas semanas, pero en esas semanas ya no hubo incidentes. Hablando con David después que la obra bajo de escena, me dijo: “Antes de que vinieras, pasaban cuatro o cinco cosas por día. No ha pasado nada raro desde que estuviste aquí y todos nos sentimos mucho mejor.” No se cómo supe lo que tenía que hacer. Si se que estaba dispuesta a confiar en mi experiencia. También sabía que tenía quien me guiara y que eso funcionaba. Desde ese día en el teatro he hecho “clearings” en muchos lugares. Parece que se ha corrido la fama en los planos astrales de que asistimos a los seres hacia la Luz, porque muchas veces aparecen almas perdidas cuando nos reunimos para un seminario o una clase, especialmente en Europa. En Halloween (Noche de Todos los Santos) estaba dirigiendo un grupo por la noche en Weisbaden, Alemania Occidental. Había varios americanos en el grupo y, para divertirnos, habíamos decidido hacerlo como fiesta de disfraces de “venga como lo que fue” (en una vida pasada). Steve, un americano negro muy buen mozo se vistió de moro; Stephanie, una alemana que junto con otras había levantado un monumento en honor a las brujas mártires en su pueblo natal de Gelhousen, se vistió de bruja blanca. Betty-Jo de Florida se vistió de hada princesa. Mary-Jo, quien había tenido vívidos recuerdos de su última encarnación en los campos de Auschwitz, se vistió con vestimenta árabe. Había otros también, veintidós en total. Nos encontramos en el sereno Centro Shiatsu donde nos habíamos reunido anteriormente. Cuando empezamos, la energía en el salón comenzó a espesarse. Al poco rato se hacía difícil respirar. Abrimos una ventana. Entonces me acorde de la fecha y me di cuenta de lo que estaba pasando. Le pedí al grupo que se parara formando un círculo. Tomados de la
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mano, visualizamos una columna de Luz Blanca en el centro de nuestro círculo y empezamos a invitar a las almas perdidas que habían llegado hasta allí a que entraran en la Luz. Mientras nos fuimos sintonizando, era obvio que sin querer nos habíamos convertido en voceros para varios grupos de energías de nivel astral. Steve había atraído los remanentes de los moros que murieron en “nombre de Dios” durante las Cruzadas y otros que habían muerto en las guerras religiosas. Stephanie representaba a aquellos que habían sido mártires en el nombre de la religión. Aquellas dotadas sanadoras cuya compasión por el sufrimiento de los demás las marco como brujas se sentían traicionadas por un Dios que premiaba sus gestos de compasión, con la muerte. Vinieron muchas de las “pequeñas personas”, presumiblemente atraídas por la vestimenta de hada princesa de Betty-Jo. Ellas también se sentían traicionadas por el Dios de las religiones cristianas que los había desacreditado y dudaban en volver a Dios. La empatía de Mary-Jo por las (así llamadas) víctimas de los campos de concentración atrajo a muchos de los que habían muerto en los campos. Ellos también se sintieron abandonados por su Dios y se resistían a volver a la Luz. Tomados de nuestras manos formando el círculo, todos nos sintonizamos y empezamos a comunicarnos con las almas perdidas que se habían juntado para nuestra fiesta “venga como lo que fue”. Visualizando una columna de Luz Blanca en el centro del círculo, los empezamos a alentar a volver a la Luz y a casa. Algunos fueron ansiosamente. El resto se resistía, sintiendo resentimiento hacia el Dios que sus religiones habían retratado para ellos. Necesitaban que se les recordara que ellos, como parte de la energía creativa del universo, habían elegido sus destinos. Les pedimos que se fijaran en sus consciencias superiores para ver por qué se habían dado la experiencia de ser víctimas de la intolerancia religiosa y la persecución. Como seres que vuelven a la forma de vida tras vida, en su viaje para recordar la verdad de su identidad, ¿Por qué ellos (no algún Dios arbitrario) se habían dado esa experiencia? El recordatorio fue suficiente para que la mayoría abandonara rápidamente su posición de victima enojada y se movilizara jubilosamente hacia la columna de Luz que estábamos manteniendo en el centro del círculo. Los rezagados necesitaban ser tranquilizados un poco más, pero en unos veinte minutos se habían ido todos. La energía en el salón se había estado alivianando progresivamente. Por fin pudimos respirar fácilmente y continuamos con el taller. Chris Griscom, una dotada y dedicada sanadora espiritual, autora de El Tiempo es una Ilusión, dijo recientemente que la liberación de las almas perdidas era la tarea más importante que nosotros, como sanadores, podíamos hacer para el planeta. “El cuerpo astral de la Tierra esta tan obstruido con estas energías astrales que el planeta no puede respirar. Esta sofocándose.” Nota: Estuve escribiendo este capítulo durante un viaje a través de la India con mi compañero Prana. Nos quedamos una semana en Dharmsala con un amigo, quien es parte del gobierno exiliado del Dalai Lama, y aprendimos mucho del budismo tibetano. Había estado leyendo su explicación del estado entre encarnaciones y empecé a preguntarme si había una distinción entre el número de almas perdidas que se identificaban con las religiones orientales en oposición a las religiones occidentales. Nos impresiono profundamente la serenidad y el aura de vitalidad espiritual que emanaba de los tibetanos mayores mientras caminaban por las calles del pueblo, repitiendo sus mantras con su rosario para rezos. Claramente, su religión era una experiencia personal y no un juego de creencias que el intelecto aceptaba sin una verdadera experiencia de unión con lo divino que, según he comprobado, es típico de tantos adherentes a las así llamadas religiones occidentales. Escribiendo sobre las almas perdidas que se habían reunido en nuestra fiesta de Halloween, me había llamado la atención como las ideas asociadas con la religión habían mantenido lejos de la Luz a esos seres, en vez de ayudarnos para usar la energía psíquica
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disponible en el momento de la muerte y unirse con un nivel superior de consciencia, como describe el Libro Tibetano de los Muertos y como ha sido practicado por los lamas tibetanos durante siglos para asegurar un renacimiento más consciente o para trascender totalmente la rueda de muerte y renacimiento. Prana había estado discutiendo la declaración de Gurdjieff sobre el poder de la energía psíquica liberada en el momento de la muerte, cuando la consciencia deja el cuerpo y como, cuando la Tierra se desequilibra, hay grandes cantidades de muertos por medio de plagas o desastres naturales que liberan suficiente energía psíquica para corregir el desequilibrio. Nosotros, por supuesto, filosofamos sobre el rol del SIDA en este aspecto. Me di cuenta del impacto de los pensamientos presentes en el momento de morir, y recordé un cuento favorito sobre un santo de la India, Ramakrishna. Se dice que él se despertó una mañana, a las 4, reclamándoles a sus servidores que le trajeran chapaties y dahl. Quejándose, fueron a la cocina y le prepararon este alimento básico de la India, luego se lo llevaron a su amo, quien se lo comió rápidamente y volvió a dormirse. Al otro día no dijo nada sobre sus exigencias nocturnas y los servidores somnolientos se lo atribuyeron a una locura divina. Dos semanas más tarde un mensaje llego de uno de los ashrams distantes de Ramakrishna con la triste noticia de que su discípulo favorito había fallecido en medio de la noche hacia dos semanas. Cuando los servidores se lo contaron a su amo, él dijo: “Si, por supuesto, ¿Por qué pensaron que quería chapaties y dahl aquella noche? Mientras se estaba muriendo estaba pensando en comida. Yo tome su deseo para que no tuviera que gastar una encarnación simplemente por estar obligado a volver a comer.” Evidentemente, los pensamientos en el momento de morir afectan no solo el renacimiento sino que –según el grupo que se reunió en ese Halloween- también elegir el entrar en la Luz y hasta el prepararse para renacer o, como dicen los budistas, “nacer en el mundo del espíritu”, es decir, volverse un alma perdida. Parecía que los conceptos que a veces se asocian con el pensamiento religioso occidental realmente interferían en el viaje hacia Dios, del ser en transición. Intrigada, entre en trance en nuestra habitación del hotel en Nueva Dehli y lo llame a Andón, el ser que canalizo la información de este libro sobre las almas perdidas. Aquí está su respuesta a mi pregunta: “Es verdad que la conceptualización de la experiencia espiritual a pensamiento religioso ha permitido que las personas se identifiquen con los conceptos en vez de tener la experiencia de la unión con su propia energía divina. Esto ha permitido que los conceptos sean el foco de la energía creativa de sus moribundos en vez del intento de buscar la unión con Dios; de este modo, sus conceptos han formado una barrera en su retorno a la Luz. Al aferrarse a estos conceptos se aferran al mundo de la creación y la forma y no a la Unión.” Sin duda entonces, lo que se necesita para permitir que los seres transiten naturalmente hacia la Luz, en vez de convertirse en un alma perdida más, en el atorado cuerpo astral del ser que es el planeta Tierra, es el moverse de una religión conceptual a una espiritualidad de experiencia y unión con la Energía Divina. Hasta que nosotros –la sociedad occidental- podamos reclamar nuestra propia espiritualidad desde un nivel de experiencia personal, en vez de una doctrina heredada, habrá almas perdidas para asistir en su búsqueda de la Luz. Ahora tu tienes toda la información, todas las técnicas que necesitas para hacer los “clearings” a los individuos y a los lugares. Súmale a esto tu propia compasión y confianza en tu derecho a manifestar tu propia energía divina y puedes liberar a las almas perdidas y aumentar la luz del mundo. Podría agregar que tu, por el hecho de haber leído este libro, probablemente puedes ser convocado para hacerlo.
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Capítulo 12 GUÍA – Conclusión Así como aquellos de ustedes que tienen forma física se han olvidado de que su forma es únicamente una parte minúscula de la totalidad de su ser, las así llamadas almas perdidas también se han olvidado de que la forma física es únicamente una fracción de lo que son. Tanto se ha identificado con esa fracción, con su forma física, que no saben que son más que la encarnación, que la personalidad, la cual murió con su última forma física. Todavía están aferradas a la experiencia de su vida previa. Ellas consideran que son la personalidad, la historia de su última encarnación. De esta manera, están atrapadas como en un limbo. Están más allá de la forma, pero no se identifican todavía como un espíritu o ser que se manifestó en forma. En consecuencia, no son ni humanos ni espíritu. Deben liberar su apego a la encarnación que estaban jugando anteriormente para poder trasladarse de nuevo hacia la Luz. Como no se han acostumbrado a interactuar con los que estamos más allá de la forma, no nos pueden percibir y por lo tanto, solamente los podemos guiar con mucha dificultad. Podemos manifestar una forma para ellos, pero esto se hace complicado. Ellos pueden relacionarse más fácilmente con un humano; los pueden percibir. Ustedes tienen una forma y entonces, para ellos, ustedes son reales. Al no tener forma, nosotros no somos reales para ellos. Estas energías que están apegadas a la forma y obstruyendo el cuerpo astral del planeta Tierra no han llegado al nivel de percepción en el cual acepten que son más que su forma. Por lo tanto, es muy amenazador para ellos dejar la forma totalmente y sumergirse una vez más en el océano de consciencia donde la forma, la personalidad y la historia individual se disuelven. Es tiempo de que el cuerpo astral de la Tierra sea despejado. Muchas veces este trabajo es ingrato. Por favor, deben saber que es muy importante. Su Tierra se está sofocando. Ella debe ser libre. Ustedes nos pueden ayudar a limpiar los campos energéticos, los reinos astrales que están alrededor de este sufrido planeta.
Tú que estás leyendo este libro ya eres consciente del pensamiento de que no eres tu cuerpo físico. Has comenzado el proceso de la disociación. Te has empezado a dar cuenta de que puedes haber tenido otras experiencias en forma humana distintas a la experiencia de la que eres consciente ahora. Has empezado a jugar con la idea o a tener la experiencia de ella de que has vivido antes. También puedes haber comenzado a reconocer que todos los aspectos de tu ser no están disponibles para el conocimiento de tu mente consciente. Puedes haber empezado a adivinar que tu cuerpo humano y tu mente consciente son meramente una fracción de la totalidad de tu ser. Esto es muy sabio. Estás iniciando el proceso que los budistas llaman el desapego. Estas comenzando tu despertar. Una vez más te recordamos que las energías de nivel astral a las que nos estamos refiriendo como almas perdidas todavía no han dado comienzo a su proceso de despertar. Están todavía muy apegadas a la historia de su última encarnación. Es necesario que ellas liberen ese apego si van a empezar a reconocer la totalidad de su ser. Por eso es útil que otros seres humanos se contacten con ellos telepáticamente y los asistan en su retorno hacia la Luz. Tú has sido atraído a este libro por una razón. Pronto se te va a requerir que uses lo que has aprendido al leer estas páginas. No dudes en usar esta información cuando llegue el momento. Tu vas a darte cuenta cuando llegue ese momento. Si tienes una duda muy grande, entonces no uses esta información. Sin embargo, cuando sientas que es apropiado, puedes preguntarle a tu amigo
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o a tu consultante si ellos estarían dispuestos a participar en un experimento. Diles que has estado estudiando el proceso de liberar energía atrapada en el cuerpo de otro individuo. Diles que sientes que pueden estar cargando con una energía que tú podrías liberar. Pregúntales si alguna vez ellos han sentido como si hubiera alguna otra persona atrapada dentro de su cuerpo. Si te responden que sí y están dispuestos a compartir la experiencia contigo, entonces puedes hacer uso de la siguiente técnica con ellos. Esta técnica ha sido utilizada y enseñada por la autora de este libro. Ella la encontró sumamente provechosa y nosotros te la vamos a repetir con algunas adaptaciones que estimamos útiles. Pídele a tu amigo o a tu consultante que se acueste en un lugar cómodo y resguardado, que tenga una temperatura agradable. Asegúrate de que no habrá interrupciones telefónicas o algún intruso. Necesitarás aproximadamente una hora para este proceso. Una vez que tu consultante esté acostado, pídele que use su respiración para relajar su cuerpo físico. Respira con él o ella para permitir que tu cuerpo se relaje también. Mientras relajes tu cuerpo, vas a poder ver tu propia relajación reflejada en el cuerpo de tu consultante. Pídele que visualice sus pies y que imagine una luz blanca muy relajadora que empieza a entrar y fluir a través de los dedos de los pies. Pide que sienta que la luz fluye suavemente hacia arriba por sus tobillos, sus pantorrillas, a través de sus rodillas y que entra en sus muslos. Una vez que las piernas estén llenas de esta líquida y relajante luz blanca, pide que permita que la luz fluya a través de sus caderas y que entre en el torso. Pide que sienta las olas de relajación moverse con la luz por el torso a través del diafragma, hasta el pecho. Recuérdale que su corazón seguirá latiendo a un ritmo constante. Haz que sienta que la luz fluye por sus hombros y baja por los brazos superiores. Luego sigan creando la relajación haciendo que esta luz blanca fluya a través de los brazos y llegue hasta las puntas de los dedos. Haz que sienta la luz moverse por el cuello y adentro de su cabeza. Cuando la forma física está llena de luz blanca y olas de comodidad y relajación, haz que respire y que su mente se ponga en blanco con las respiraciones profundas de su cuerpo. Luego pídele que mire por dentro de su forma física para descubrir si hay algún otro dentro de su cuerpo. Pide que cualquier otra energía venga a la superficie, que use la voz del consultante, y que hable contigo. Haz esto lo menos amenazadoramente posible. No te sorprendas si no hay respuesta al principio. Tu consultante puede sentir que se está imaginando la experiencia. Está bien si siente de esta manera al principio. Va a estar creando o imaginando una realidad que está mucho más cerca de la verdad de lo que él reconoce. Puedes seguir con la pregunta: “¿Quién está allí?” hasta que tu consultante te dé un nombre que no es el suyo. Luego puedes continuar como muestran los ejemplos en este libro. Recuerda que no debes dejarte atrapar en la ilusión de la realidad física. Trabajar con estas almas perdidas requiere de mucha empatía y compasión. La empatía y la compasión pueden ofrecerse a la entidad que está sufriendo, sin tener que aceptar la validez de la ilusión de su experiencia. Su experiencia es real. Las emociones que experimente son reales. Sin embargo, toda realidad física es finalmente una ilusión y realmente se trata de algo muy diferente de lo que es en apariencia. Por lo tanto, mientras trabajas con estas almas perdidas, sugerimos que recuerdes que toda realidad física es una ilusión. La única verdad es el Amor. Si tratas con estas almas perdidas desde el amor y la compasión, se producirá la sanación. Estamos confiando en ti. Puedes tener confianza en ti mismo. Suficiente por hoy.
A las almas perdidas hay que recordarles que ellas no son el cuerpo que han dejado. Necesitan saber cómo ir hacia la Luz para liberarse del dolor emocional con el que están cargando. Algunas de ellas han estado escondiéndose por miedo. Algunas han estado
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guardando resentimiento o pena. Otras están cargadas de enojo por su muerte o las circunstancias de su muerte. Todo esto puede ser liberado. Necesitan ir hacia la Luz de Dios para liberarse de estas emociones. Tu les puedes facilitar esto permitiéndoles expresar sus emociones antes de su partida. Pueden ser reacios a hacer esto. Cuanto más logras que hablen contigo, más van a experimentar una liberación. Esto, sin embargo, no es siempre posible. A veces rehúsan hablar. Estas energías que se callan pueden ser liberadas de la misma manera que aquellas que han permitido que les aconsejes. Sin embargo, aquellas que no hablan requieren más sensibilidad de tu parte. Debes hablarles y determinar cuándo su energía se ha ido totalmente del anfitrión. Nosotros te ayudaremos. Puedes contar con nosotros. Yo soy Andón, del cuerpo celestial conocido como el Elohim. Nuestra tarea es asistir a estas entidades de los planos astrales para que vuelvan a la unidad de la consciencia conocida como la Luz de Dios. También asistimos a esos seres que están dejando atrás su forma física en el momento de su muerte física y están yendo hacia la Luz. Puedes contar con nosotros cuando estás asistiendo a un alma perdida que deje un cuerpo o un lugar. Hay lugares que pueden cargar con almas perdidas como sucede con los cuerpos. Estos así llamados fantasmas son más comunes de lo que se cree. Muchos de estos así llamados fantasmas están apegados a un medio ambiente físico en particular, generalmente uno donde pasaron tiempo cuando tenían forma. En su percepción, esa realidad puede quedar como era cuando estaban vivos y viviendo en ese lugar. Otros así llamados fantasmas viajan a través de los reinos astrales y muchos de ellos están buscando una puerta hacia la Luz. Tú puedes crear esa puerta y enviarlos a Casa. Nosotros te asistiremos. Todo lo que necesitas hacer es visualizar una columna de Luz Blanca bajando desde la Consciencia de Dios y pedir nuestra asistencia. Luego llama a las energías de los reinos astrales o al así llamado fantasma, si estás “removiendo fantasmas” de un lugar específico. Si puedes tener alguna comunicación con ellos telepáticamente, su partida se hará más fácil. Muchos de estos seres astrales simplemente desean ser conocidos o comprendidos. Puedes preguntarles por qué están allí. Luego les puedes aconsejar que se vayan. A veces tú te vas a encontrar un así llamado fantasma que no desea partir. En este caso, debes comunicarte con ellos hasta que expresan totalmente sus razones para no querer irse. No discutas con sus razones. Recuerda que la manera en que perciben su realidad es totalmente acertada. Simplemente déjalos que se expresen. Cuando se han comunicado completamente, sólo entonces infórmales que están muertos. Recuérdales que su forma física ha muerto y que necesitan volver hacia la luz y sanarse, que tienen amigos y familia esperando su regreso. Esto es correcto. Luego dile a la entidad que puede elegir otro cuerpo para sí misma cuando está lista para volver con su forma. Generalmente esto es suficiente. Ellos pueden tener algún pedido. Quizás puedas o no realizar este pedido. Por ejemplo, un capitán de marina deseaba simplemente que su pipa fuera puesta en la repisa frente a la chimenea de la casa que dejaba, aun cuando su forma física había dejado esa casa cien años antes. Algunos pedidos pueden realizarse. Otros quizás no. Diles siempre la verdad, porque ellos van a saber. No tengas miedo. Las energías en el nivel astral una vez fueron seres humanos como tú. Tienen emociones y sentimientos como tú. Puedes aconsejarlos como aconsejarías a un amigo. Esta es una oportunidad para ti de desarrollar la compasión y el amor incondicional que admiraste en otros sanadores y maestros en tu pasado. Recuerda que no estás solo. Nosotros estamos contigo. Vuélvete sensible hacia nuestra energía y nosotros te guiaremos.
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Las así llamadas almas perdidas ya sea que estén en un cuerpo de otro ser humano o apegadas a un lugar específico, necesitan ser liberadas y necesitan volver al océano de la consciencia llamado Dios. Precisan liberarse de la ilusión de que son la personalidad, historia y emociones de su encarnación más reciente. Es posible que tales energías se queden apegadas a la historia de su última reencarnación durante varias generaciones de tiempo en la Tierra. Pueden haber estado asociadas con el anfitrión en una encarnación previa. Podrían haber sido un ser amado, un hijo o un enemigo del anfitrión, en una vida anterior. En este caso, es muy difícil para el anfitrión liberarla. Puede tratarse de un ser amado y podrían haber hecho una promesa de no separarse jamás. Sin querer, están cumpliendo esa promesa. Muchas veces es un arrebato emocional liberar a este ser amado. Asimismo, puede haber vieja animosidad entre ellos y necesitar que se libere esta animosidad e intercambiar el perdón antes de que la entidad pueda ser liberada del anfitrión. Esto requerirá sensibilidad de parte de la persona que hace el “clearing”. No debes ser engañado por la ilusión de alguna encarnación. Recuerda que la promesa de amar es ilusoria, como así también la promesa de odiar. Las dos son emociones atadas a las circunstancias de una vida; las dos atan a uno a la ilusión. El amor no está atado a una historia. El amor no pide nada, no busca nada, no necesita nada. El amor existe. Eso es todo lo que uno necesita saber. Estamos hablando del tipo de amor que es el apego. Ese tipo de apego dice: “Te necesito; por lo tanto, te amo”. Eso no es amor. Eso es ilusión. Eso es apego. Puede ser muy romántico; sin embargo, no es la verdad. Uno no retiene lo que realmente ama. El amor es liberación. Si realmente amas, liberarás. El amor es para liberar y darle poder a cada ser en su camino. El amor no es para sofocar o impedir que el otro cumpla con su destino como un agente libre en el universo de Dios. No te dejes engañar por la ilusión, no importa cuán romántica sea. Asimismo, debes recordar que el odio y resentimiento también son ilusorios. Forman el mismo tipo de apego, como el amor romántico. Acuérdate de que toda circunstancia es finalmente ilusión. Por lo tanto, cuando escuchas la historia, aunque sientas que hay una razón para el resentimiento, debes recordar que los dos seres acordaron las circunstancias que los afectó. No hay víctimas en el universo de Dios. Por lo tanto cualquier resentimiento residual necesita ser liberado como la ilusión que es. Puede que entre el anfitrión y la entidad se necesiten perdonar mutuamente. Este es un paso transitorio entre la realidad de la ilusión y la ilusión de la realidad. Es decir que en verdad, no hay necesidad del perdón, porque toda acción es acordada antes de que pase entre todos los involucrados en ella. Sin embargo, el perdón tiene validez en el nivel ilusorio. Dentro de la ilusión se siente como si uno ha sido herido o le han hecho un mal o lo han engañado, y en ese nivel de realidad, el perdón es una herramienta útil para librar el resentimiento y luego la ilusión sobre la cual el resentimiento floreció. No hagas de las ilusiones una realidad. No importa cuán conmovedor, cuán enternecedor sea; al final, todas la historias son ilusiones creadas por los seres para obtener su experiencia, para aprender algo mucho más allá que la apariencia de la historia.
Este libro intenta que te familiarices con la realidad de las almas perdidas. Son seres atrapados en el limbo. Necesitan tu ayuda para poder volver a la Luz. Tú ahora eres consciente de ellos. Ahora te corresponde a ti utilizar ese conocimiento como lo creas conveniente. Está destinado a sanadores profesionales y al hombre común, por igual. Confía en ti mismo. No dudes en liberar estas energías atrapadas, donde las encuentres. Es necesario para tu planeta. Aquellos consultantes o amigos que están cargando con almas perdidas no pueden llegar a su propio núcleo espiritual mientras están llevando encima
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otras entidades. Por lo tanto, es extremadamente útil durante este tiempo del despertar en tu planeta que se liberen de cualquier otra energía que podrían estar cargando. El impacto espiritual pesa más que el emocional y físico en la salud del individuo y además, es grande. Esta es una tarea muy importante para el individuo y para la Tierra. Tu Tierra está sofocándose de verdad. El cuerpo astral de la Tierra está tan atascado con las entidades que todavía se encuentran apegadas a su forma que la Tierra tiene problemas para respirar. Todos los seres deben finalmente volverse a la Luz. Estos seres deben ir a la Luz muy pronto, si la Tierra va a sobrevivir. Tú puedes hacer tu parte para aliviar la congestión en los planos astrales alrededor de la Tierra. Y así, puedes ayudar en la transición de conciencia que está llevándose a cabo en los individuos en tu planeta y también el planeta (Kiya). Este trabajo es una bendición. Te agradecemos por ser partícipe de esta tarea sagrada.
Los seres aliviados de la ilusión de la realidad física son liberados del apego que los retenía en la ilusión de su identidad previa como seres humanos. Son libres entonces para seguir adelante en el camino de su propia evolución. Son liberados del cautiverio de la forma física y de la historia unida a esa forma. Son libres entonces para evolucionar y desplazar la consciencia de quienes son, en los planos superiores de existencia donde existe su ser. Sólo los humanos son la única expresión de la energía de cualquier ser. Tú, como nosotros, eres multidimensional. Nosotros existimos sobre muchos planos de la realidad. Tu mente consciente se identifica únicamente con la realidad física, porque la mayor parte del tiempo es la única realidad que tu mente consciente conoce. Al despertar, al empezar a tomar la responsabilidad de tu propia naturaleza divina, te darás cuenta de que existes en muchos, muchos niveles diferentes, al mismo tiempo. El tiempo es realmente ilusorio. Todo existe simultáneamente. El tiempo lineal fue diseñado por todos nosotros para crear la experiencia de la realidad física. La propiedad esencial de la realidad física es que persiste. Por lo tanto, fue necesario crear el tiempo: crear pasado, presente y futuro como un prerrequisito para la experiencia de la realidad física o, podría decirse, la experiencia de lo duradero. La realidad física existe a través del tiempo. Esa es su propiedad básica. Por lo tanto, todos creamos la construcción llamada tiempo, con el propósito de conocer la realidad física. La realidad física, sin embargo, es una pequeña faceta de todo lo que es. Tu mente consciente está empezando a aceptar la verdad de que existen otras realidades y que podrías estar conectado a estas realidades. Por lo menos, estás empezando a darte cuenta de que tú puedes elegir conectarte con otras dimensiones de la realidad distintas a las que estás asociado en tu así llamada vida diaria. Es importante para el trabajo con las almas perdidas que te des cuenta de que existes en muchos otros niveles y que estás unido a la conciencia universal. De esta manera, tú puedes ser guiado en las tareas con las energías de nivel astral. Puedes desarrollar lo que puedes llamar tu intuición. Tú puedes preferir llamar a tu intuición como tu guía. Eres mucho más que tu personalidad, tus juicios y tus pensamientos. Hacer este trabajo empezará a demostrarle a tu mente consciente la confianza en tu propia naturaleza multidimensional. Por lo tanto, hacer este trabajo no sólo es un regalo para el anfitrión humano y para las entidades de nivel astral que son liberadas del anfitrión. También es un regalo para ti. Hacer este trabajo te brindará una expansión de la experiencia de quién eres. Tú eres energía divina manifestada en forma. Tienes el poder de sanar. Sin embargo, no es tu personalidad ni tu intelecto que sana. Si te permites ser un canal para el amor y la luz de Dios, tú puedes ser bendecido y se te permitirá participar en la sanación de una chispa compañera de Dios. Hacer este trabajo te movilizará en tu propio
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camino para la realización de tu verdadero Ser. Aplaudimos tu amor. Reconocemos tu coraje. Te recordamos que nosotros hacemos esta tarea en sociedad contigo igual que tú, finalmente, haces tu trabajo en sociedad con nosotros. Gracias.