GUILLERMO SHERIDAN
LOS CONTEMPORANEOS ^
AYER
FONDO DE CULTURA ECON OMld A *' MEXICO
Primera edicion, 1985
A M a g o l o y El T o p o
D R . © 1985, F o n d o d e C u l t u r a E c o n o m i c a , S,'A. d e C. V, Avenida de la Universidad, 975; 975; 03100 03100 Mexico, Mexico, D. F.
ISBN 968-16-207^9 Impreso en Mexico
Primera edicion, 1985
A M a g o l o y El T o p o
D R . © 1985, F o n d o d e C u l t u r a E c o n o m i c a , S,'A. d e C. V, Avenida de la Universidad, 975; 975; 03100 03100 Mexico, Mexico, D. F.
ISBN 968-16-207^9 Impreso en Mexico
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Algunos fragmentos de este libro, modificados para el efecto,.aparecieron.entre los anos de 1979 y 1983 en el supieinento “^abado” del diario Unomasuno, y en las revistas Dialogos, Vuelta , R evi sta de la Universidad de Mexico y La Gaceta del Fondo de Cultura Economica. Agradezco los comentarios, valiosos y puntuales. que me dieron en el curso de este, trabajo AH Chumacero, Sergio Femancjez, Huberto Batis y Luis Mar io Schnfeider. Schnfeider. ' '
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^xaltada de lo^.,mas diverso 3 suce^os cultjir^^es] los episjolpios y.Jas autobio grafias, en si im ^ cualqui er „expresi6n' „expresi6n' intelieerite sobre acontecimientQ inteligibje e interpretable-fue Asumida por inusifados dentro de guestra tra; ^ ^ .diciop intelectu al, no _pocas;ijpces _pocas;ijpces en, oposicioh a un medio -agip sivp siem^re^ hostil ,en ocasiones, p^upl en sji capacidad para el 'esc^mio o Ja qe^c^ lificacion. j. ‘^ “ tef^o>As®neFosq«talMto de su? mipmbros, su. notable capacida^ dd eqipresa^da decisi6n^que,na^e..|de la prof»^ seguridad, el desparpajo ^ la altanen'ajque.daJa^ m telige pqa y,-especialmpnte, la lucida'concien.cia de .su mision, marcan ^py,,ca4a cubi}^ del edificio cultural hac^^dolo ma^ babitabje,para.;algunos,5y-par^,otros^4os^mas, -mas visitable. HaitOjj^dificil seria encontrar un;momento de la vidaJiteraria mexicai;ta tan-apasionant^. y complejo.'como-eLque-a;elIes Jes^toco-y Jes^toco-y a'Cu'ya a'Cu'ya conlconl plej idad -pn grupo-bay^?3olabq ^adcf tanfb. .Qui^a no-eXista ep la- bis fo ria de nudstragi letras un-esfuerz6 tan*'tabal .pQj-^jSa^td de un^'grupo -para jq gr ar- qil ? ese ed ificio -no pafeSca una-deproseHa; '^ De^pilesqJe ellbs,ellbs,- ebedificio-^se-pro digo'en- pue rtas aKiertas Jiaci'^ las regiones'mSs iriesperadas-'y ".ante los- comensales riias’importanlds'del mmvlo-enterbr-asearoiT'de triques yireliquias sotands y buhardas/apun^alaron la~ vetustez."debedificio ,„cbn"una mddernidad avida'^de ametitar■se'-ante'sii tfadicidnvy rro dudaron a la'Hora de levaptar la'n6miha"de loa babitantes y de do que cada-uno podia aportar.-Por'ello eaidifieib pfesuniirsfe pfesuniirsfe librfe librfe'' de” suS''ensenanzas suS''ensenanzas — aunque sea' a-ebutra'pelo— p,.de sps.^defe sps.^defeqtos. qtos. De abi que ,.rec urr ir ,a gus li bros res ult e.ta n obligatorio para nosotros como para ellos, en su momento, lo fue recurrir 9
a una tradicion que reinventaron y continuaron siempre con tenacidad y, en ocasiones, con genio. , .j i u Entre nuestra sospechosa voluntad 'canonizante, urgida de nombres Vrostros que sancionen nuestro derecho a la identificacion patria, y en tre el denuesto denuesto perpetuado - h o y a^im a^imen| en|a.do a.do.. ppr proposiciones seme jantes a la s que jo s f contemporaneos se en £r en ta™ >a ce mp? dp cir^cue cir^cuennV a n o ^ iangdi'aecC este;grupo\4^^ sere? iprodjgos y elestadd'&a4antk|j;'la eternizada p<«tura maIentendid'o;'U x^te x^teka katW tWo o 'coWi 'coWi U c ^ n a l qne W in eMs, eMs, dx^us vamente.a Ids villanoa que encarnun todo lo que se opone dup dupues ues-tas virtudes de una literatuxa nacional. ^^ El esfuerzo para ubicar en su justo lugar las Sportaciones de esa generacion y, especialmente, especialmente, de los individuos que k forma n ha sido Liable en los ultimos anos. Monografias fexcelentes y discutibles (o ex celentes pox discutibles) ban sido la respuesta a los inVestigadores cpe ban dedicado bue na par te de su tiempo a la ia b o r de r esca tar los textos y editarlos en tiiadas accesibles. Poco a poco ba comenzado a desap^ecer esa sensacion que, con el orgullo caracteristico del case, Juan Gar cia Ponce tenia hace quince anos cuando, al hablar del grupo, decia que “ su su s l ib ib ro ro ss,, i gu gu al al q uuee l as as r ev ev is is ta tas q uuee c re re ar ar on on , ® f^ a s dad. Asi, llegaron a formar u na tfadicion casi secreta . ..-Ho Hoy, y, las pbra de casi todos ellos son asequibles, si bien es cierto que aun (ppda mucho por hacer en materia de recopilaciories. Inclusive sus revistas, esas “persistentes respuestas a la declinacion declinacion de la literatur a como dice dice lionel Trilling,“ son'ya objetos al alcancg de aficionados y especial^tas en las ediciones facsimilares del Fondo de Cultura ponomica. Esta prof usio n de ma teri al debe ra ir refi nan do nues tra actit ud ante la obra L estos hombres. Octavio Octavio Paz con su VUlaurrutia, Garcia-Terres con su Owen, Panabiere con su Cuesto son tres recientes ejemplos de lo que la critica literaria tiene por hacer ante esa herencia aun desmesuradm Esta clase.de trabajos son los que nos ayudait a entender constantemente lo qfte qfte Ibsiltikemppirdneos jp s ban legqd legqdo'. o'. Son-fes Son-festudi tudios os ^ e dedemuesrtiih qud loique ese grupo bizj, con,.p tal y gomo ,S*na de ipdiViduos 1 tuin'-Gaicia Po U i*
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'liberal, Ed. SuSaineAdaita, Bion4l'trilIto Bion4l'trilItog:-'‘ g:-'‘p|W p|W san Renew”,* Renew”,* d jm lib Lc iS n 'liberal,
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19^7, “p. 11^4.1111 n
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INTRODUCCION
INTRODUCCION
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en la 4ecada de los veintes y en los pritaeros ,anos de Ja decada de los treintas resulta deterniinahte para la comprensi6n"de la literatura mexifciqa mdderna. Que'su raomfentd cultural, nquisimo«en ambiguedades peligr os, tiene en ellos a unos vocales„de capac idad' Sem ejant e,,si no J peligr superior,' para la sorpresa y el an^lisis. ,De ahi su in^gotable aura de misterio, el rigor de sus presupuestos intele| intele|^tual ^tuales, es, leyenda, .turbio iflkrqp dentro del qiie se les ubica puandd de ijeducir-sd traijajc)' a Id zona fM "'d e| dvebtilrer dvebtilrerSsmo Ssmo est^ip^'y^ tald*, o’hihn o’hihn iuandoj'lb qul'^se'desea eh U|i;j3uerpp he|Sicp!;'capaz ,^| dpi- 9;||ri|d Ids^jkop^os p ip -u5t ^ ^ s d e p ue str ^ cpndiciffll p r o v i p c i ^ ^ , - I q p 'sen'alados, y muchos mas,, colaboran k eludii* esds categorizaciones y a hacerlos reaparecer con vigencia* y originalidad renovadas. El “archipielago de sdledades” -que Torres Bodet percibio, el “grupo sin grupo” al que se i;eferia Villaurrutia, o el “grupo de forajidos” que, pa ra Cuesta, unia-fel izmente. a sus a migos, nos mar ca de' ma ner a indeleble porque, a su vez,'mkrc6-en buena lid las circunstandas dentro de las que >se realiza la tarea cultural del Mexico cbntempotaneo. Mas que un grupo 'constituido para la beligerancia, mas„ que uh circulo o una plataforma de principles, los Contemporanebs conforman unaf actitud a duras'penas reducibles a postulados precisos: Eh tbdo caso, habria que considerar' el ejercicio de la critica como su unica constante. constante. ‘Los ‘Los Contemporaneos es un lugar imaginario en el' que coincoincidieron diversos" discursos y maneras de ejercer el quehacef literdrio y cultural entre" los anos de 1920 y 1932 y alrededor de un ciefto numero de empress's como revistas, grupos de teatro'y sobifedadeS de conferericias'. Son una cinta' de'Moebio, unadntencionalidad en constante formacion y eri constante crisis'. Exist ‘Exist en mas como una azafos a’concatea’concatenacioh'de voluntades voluntades criticas criticas que como como un d esi ^io literario programaprogramatico. Se trata, en todo basoj mas de una voluntad que de uiia idea,* y mas de un presupuesto de trabajo que de una voluntad. Ellos mfsmos se adombraban de haberse cOrlfigurado como “grupo”'dada la variedad enorme de sus caracteres e intereses y asi lo hicieron notar en diversos, ^
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raqui'ti^'medio int^ec^al; sqr ^pdida(ftosl [pnocerjla.lilitera-" hira y el arte' principahnente en revistas yiiputl|pc^oije^^i|eurppeasj|nq t
INTRODUCCION n^TRODUCClON
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lidades irreductibles —y asi lo estudiaron siempre sus teorizantes, incluso el mismo‘Torres Bodet—-^ Bodet—-^.el .el critico m ^ exigente no puede menos de reconocer que se-encuentra frente'a'una^po^ia rica, multiple en sus tones, contenida, feliz en la expresion preciosa de la forma; la poesia^mas valiosa en fin que ha habid o ep Mexico„ Mexico„ desde el mode mism o; pero si se le considera como el grupo de* individualidad^ de que hablo Torres Bodet, Bodet, habra. que encontrar en sus Tpiembros la caracterizacion del rigo;r critico con que se consagro a la poesia , no to m ^d ol a cpmo pna simple embr iagu ez verb al sino como un ejercido qye implica rigurosas disciplinas individuales.^
el caracter de este gnipo Je esc « j_ ^_„teH ano Jose Gorostiz Gorostiza, a, Jaime Enrique Gonzalez !p.ojo, Bernardo Or i ril be ito ’ Owen Gelestino at
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c ri ri titi co co s, s, b a n a dp dp pt pt ad ad o u n a - W u d
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Su - r tu ^ o - u
Nuev ament e-la ide a del “rig or- crit ico” -prevalece -prevalece como la determinante^iy la car acte ristic ris ticaa ta hto "del "del •ferupo •ferupo cbtho de sus lihiemb lihiembrofe rofe -err lo parti cul^r J 'Con dicion ’ pa ta in^6Sal^ a la ,nlb dern idaa e infed ihen to pri nci pal pa ra pra ctic arla ,-el “rig or critic o” quiza expliqu e la reticencia de los mejores entre el grupo para la publicacion, sobre todo, de su poesia.' Me refi ero, clara* esta, mas a Cues Cuesta,* ta,* a Owen, a Vil laur ruti a y'a Gorostiza que a Torres Bodet, a: Gonzalez Rojo o'a'Ottiz 'de Montelland. Por otra parte, eiitre los dos grupos mencionados hay difefencias que, a susu- tiempd, se comenta ran en este estudio. Po r lo pron to, este rigor critipo es al que se refiere Gabriel Zaid cuando, .bablando del grupo, dice que “prefieren ser esteriles que inocentes. En un memento de construccion nacional'revolucionaria,-eso los puso en una situacion dificil. El impulse vasconceliano de ‘hacer cosas*, aunque fuese improvisando, visando, era el suyo: lo que rechaza rechazaban ban era :el-'^ :el-'^au aun nqfte’ fte’' Entre la esterilidad y- el ‘dandor dandor eligeh siempr^' siempr^' una disciplina que muchas veces parece desplazaf del todd a la 'ingpiracion. Otro'texto, abora de Villaurrutia, fechado fen 1934, colabofa a precisar este prh blema al tiempo que contin ue c'on on el pfopos ito de defi nir la natural eza del grupo:
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f a U a ia di cib n N ^ ro ro W
•ban encontrado su destino etfesta'crisis: una crisis critics.
Varies elementos^esaltan de este texto de 1 5 3 2 prod^ido por Cuesta en el momenlo -en el que los ataques contra el gnrpo comienzan a
h ab ra ro ^ S o lt'tS rd S ^ ^ ^ ^ ^
n ue ue lg lg a a el ar a r ; p er er o tt tta
sibles argumentos en contra. ^ “ eruno” ■Jo ■Jose Gorostiza,.en Gorostiza,.en 1937, da su propia version del origen del grupo y coincide con Cuesta: ,E1 ,E1 gnipo ha tenido
arp r^d udr^ fecT os importantes soso-
3 W 'C a e s .a i “iE.i« e aaa odd, en nnestr nnestraa iiteramra iiteramra de vanipaardiar. vanipaardiar. ensayos, vol. H, CNAM, 1964, vP- 91*92.
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El grupo en el .que u^ted me cue nta.y en el que yo mismo me incluyo se formo casi involuntariamenle por afinidades secretas y por dh^^rencias mas que po r semejan zas. “G rupo sin ,gr up o” le Uame la pri me ra v6z -que compren di que mie^tras complicaciones privadas, nuestras desemejanzas corteses," nuestras intenciones, diversas eri elTecorrido pero-unidas en el objeto.de nuestra atnbidion, tenian que trasc ehder al publico, cdino sucedio 'en efecto efecto^^ “ Grupq de Voledad Voledades” es” se Je h a Uamado. Uamado. despufe, pensando ,en lo mism mismoV oV Un ^up p. que * Jos e,G oro sti za: ‘-‘L ‘La* poesi a ac tua l d e SjfSxico” en “L 93 ‘Contwnporaneos* por si mismos”, Revista de la, Universidad d e M enc o, XXI, 6 , febrer febrero o de 1966 1966,, p. x. , • „ •^'Gabriel Zaid; “Nota converge;ite-,sobre jOctavio.,Pad*, Leer poesif^ Joaquin Morti^ Mexico, 1976, p. 85.
INTRODUCCION
INTRODUCCION
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no lo es Unas soledades que se juntan. Medite qated en el significado de estas tech as sin programa-alguno de pplitica literalria y como iQul, es lo que L a esta, soledades? iQue es lo que agrupa un memento a unos cuantos seres para separarlos en j! semejansd de nuestras edades, de nueslros gustos tura Dreservada en momentos en que nadie*cree necesitarla para nutrir sus inU mas vetas Ademds, nuestro deseo tacito de no hacer tramp as, de apresuraxno k n m ltt e , de no ie r en el 6xito faeiVde no cambiar nuestratud por un plato de comodidades, de falsa autoridad, de Ahora se preguntara usted ique es lo que desata a estas soledades juntas y di^^Ive a .e L ^ u p o ? Nada massenciUo que haUad una respuesta: la personals T d le cad a-Lo El veeino respeta la mia y yo la del veeino La libertad es “ nees- In qu e pueda pareeenmentira, el lazo que. al mismo tiempo, nos ^ e Tnos S C a Pero esta Ubertad es lo unieq que nos ayuda a resptrar ab ie ^L n r e en un dim a en el que juntos estamos satisfechos; tanto ^ ramos separados Emnada-se parece un poeina de Gorostiza a otro de G o T r T ra d ru ^ p ig in a de Cuesta a una mia. Y, no obstante, un lazo pere eptM e las une . K n qpererlo,. sin pretende rlo, pero sm fo se ha iormado, mas en la mente de los eserttores que nos siguen que en la realidad misma, un grupo, una generaeion. El heeho de que se •reo ns ide re unidos nos viene. pues„de fuera Nt un p rd p ^ a “ fiesto que provoq uen'esta idea hemos formuiado. P e x is te d areptamos y seguimos juntando nuestras soledades en revistas, en S e n ob L, y hlsta en lo que usted llama nuestra tnflueneta.«
Semejanza de edades, gustos y eultura basta rian par a no 1®"“ reeurrir a las fatigosas teorias generacionales No “ “ \ Y S le ia mas Creo, si, que la sostenida apologia de la individualidad refleja una eondicion de clase-que, necesariamente, era la que como la capaoitada para emprender una tarea tan el grupo realizo en la dScada de los vemtes y que par a C arlos Monsi v ii s T b r ia de otorgarle a esa dpoca su caraeter. “Los vemtes mexicanos son los Contemporaneos”,’ dice, en obvio desden hadia los tistas y en calculada reticencia hacia la generaeion anteri or ( a de “1915” ) y a la posterior (la de “1929”) . Y es que el universe cultural desatado por los Contemporaneos, sus maneras de observar ^a hd ad y ra s u m ir una actitud ante ella, quiza derive su -ngularidad tamo L su ubicacion generacional eomo de esta atribula da condicion de e Xavier Villa mru d.- “Carta a un juven (Edmundo Val adM ”, “U s ■Contempoiaueoa' ^ %
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1966, p. 33.
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pusriu uiaaicaui del si,Iu 'zi. Empreaaa Edi^ riales, Mdzioo,
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clase. Creo que fue Henrique Gonzalez Casanova quien por primera vez llamo la atencion sobre esta condicion d’espues de que tanto Villaurrutia como Cuesta lo insinuaron:’“Peftenecfan todos'—dice— a una de l a s“clases m^s afecta das p or la Revolucidn; la media" alta, qiie fue desalojada de‘sus posesiones y de sus prebendas.” Para Gonzalez GasanoVa esta causa parece producir el efecto previSible; un afan de ejerce r la aristocra cia del 'pensamiento y la expresion” -y, sobre todo, prod igar se como una 'ge neraeion precoz, ingeniosa y curiosa , desilusionada e intelectual, afanosa y escepticar, que pone en duda todos los valdres'cuando-mas esta cteyendo en ellos”.® Monsivais, tiempo despues, babra de considerar el mismo problema pa ra lleg ar a una conclusion semejante : ^‘Est a condicion de've iiidos a menos, se refleja en su actitud social, evasiva, rencorosa, esceptica (excepto en el caso de Pellicer, en este, como en mudbos'otros aspetitos, absolutamente s ing ula r)® Pero si su atribu lada condicion de clase habria de Uevarlos a un com portam iento civil como el que defin e M onsivais, su actit ud ante la literatura no habria de estar menos determinada por ella. En este aspecto es Octavio Paz quien intenta la sintesis del proceso “formative” de'esta suerte de poetica del recato y la desolacion que podria apoyarse en no pocos testimoni es lite rari os que veremos en su memento, partic ularmente de Ortiz de Montellano y de Salvador Novo, por m.encioliar a un representante* de ca da uno*de los dds grupos que confo rman al’“gru po’*, Paz considera’que, ademas de un escepticismo nacido de “la reflexion y el tempera mento de un escepticismo asumido cabalmente como ac titud intelectual, el de Villaurrutia y sus companeros’ tenia tambien un origeri social. Era una reaccion ante ciertas experiencias de la vida mexicana. Ninos, habian presenciado las'violencias y las matanzas revolucionarias; jovenesj habian sido testigos de la fapida corrupcion de los revolpcionarios y su transformacion en una plutocracia avida y zafia. La generacion anterior—Gomez Morinf-Lombardo'Toledano, Alfonso Caso, Palacios Macedoj Cosio Villegas— habia podido'hacerse ilusiones. Los poetas de ya no'podian creer ni en los revolucionarios ni ra sus progrdmas.-Por.eso se'aislaron-.eh un.-mundo privado, pdblado por los.fantasmas deberotismo, el suefeo y l a muerte.^®
Contemporaneos
®H enrique Gonzalez Casanova: *‘Resena de la poesia mexicana del siy o xx” , en Mexico en el Arte, 10-11, Mexico, 1950, p. 19.
de.,
®i'Carlos Monsivais, op.» p. 32. * Octavio Paz: Xavie r Villa urruti a en peho jta y 'en obra, fck, Mexico, 1978, p. 22.
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IISTRODUCCION
INTRODUCCION
Sornrende dentro-de estos mSrcos, d e s d e 'luego-rndy generales, que
mmmmm antoja pensar, de pronW, que ma qu
condTcidu deacastadaxomo un pu ede hab er sino- gauan cia-S e txata
fainilias que -se x au f
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com o'un a especie dfc isla en^la qu
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dividuaUdad aunq^^^^^^ rV il la u lJ i a -q u ^ a el que suele mostrar^e T s probleuda- quieu puede ayudaruos a prec .ar: Si le hablo de mis amigos no es culpa fS b k s^ S \l lo ellos porque son inteligentes. Y porqu algimos malevos— a la.ves, son ^i s amigos "“j fle to Ho^ de z -artistica, cierta. Ud oomun denominadon t^ohra dd estos espiritns diversos. de la tffldenoia a Qrtiz de Montellano, el virtuosismo El mexicaiusmo en sordma “ j . asooiaciones y disociat r x a r t ^ : \ : t r r S l M a i r m s GomsHzas. m ^.iplm a » Sew-FernSudezi'i-EI Star y d androgino”. los'empenos, I, 1 ,Mexico,,at ■ ^ f K a l . MaaaEeto: - ^ e piodem ol G— an iedga. 'Nueva Yoyl,. Oxford .Umyefn ty-Pres a, 1952. p. SOI. .
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iriental- y .la capacidad -de Jorge Cuesta.. . no cree usted que en Novo —^poeta lirico, satirico de primer orden— estan d^piertas las cualidades de uh novelists autentico, actualfsimo? Hubo un tiempo en que los e%critores jovraes nos agrupamos por afinidades conscientes o incdnscientes. Fundamos revistas. Escribimos libros que tienen, a veces, cierto aire de familia. PensamoS juntos. .Decimos juntos lo que pensamos. Una vez que hayamos dicho todo lo que tenemos que decir jimtos, nos' separamos, porque es necesario que asi sea, para que cada uno diga lo mas suyp, lo ma? secreto. Esto ^sucedera? ^sucedio ya? ^esta sucediendo? No lo sabemos. Tampoco supimbs.como se hizo.el.grupo. Un dia ya estaba hecbP; del mismo modo, un dia estara deshedio. Pero aunque algunos no quieran, existimos como generacion. Acaso la mas 'lucida, la mas* cons^ ciente de sus problemas, de sus peligros y. suslimitaciones.^® Este texto, no recogido, que data de abril de. 1932 es, dentro de su ambigiiedad,-el mejor fetrato del gru^o (aunque este ausente *de el En rique Gonzalez Rojo, “quien ,liabia salido del p ais desde 1928 acom pana ndo al doctor Betn ardd ’ Gastelum a su mision diploma tica en Italia. Su lugar ha sido ctibierto por Cele§tino Gorostiza). La nqmina del grupo de Contempotaneos suele 'ser elastica por la misma razon que explica su carencia de un programa o de directrices prog rama ticas estrict as. El grup o nacio un dia, como dice V illau rru tia, crecio y se desintegro. con un ritmo que se antoja muy natural.'DiVersos comentaristas'han incluido en el o expulsado de el,-por razones invaria blemente perti nente s y considerab les, a Carlos Pellic er, Elia s Nandino, Genaro Estrada, Enrique Munguia /r., Gelestino Gorostiza, Ruben Sala zar Mall en, Ermil o Abreu Gomez — estos ‘ultinios, eventualmente, habrian de convertirse en enemigos de. tiempo completq de los 'demas—, Ignacio Barajas Lozano, Anselmo Mena y muchos mas. Hay quien, incluso, llega a sugerir ^ e el mismo Mariano Azuela, a pesar de la traba generacional, -pon compartir el espiritu riguroso y las 'paginas de las rqvistas del grupx), deberia quedar incluido. A lo Idrgo de este trabajd consideraremos las lelacionea entre el gru po prop iame nte dicho y algimos .de sus “ companeros de-vi aje” ; E l .criterio, en este sentido, por razones que se veran,j tendla qUe ser sumamente elastico, toda vez que la misma pertenencia al grupo llego a ser negada por varios de sus miembros mas pro'minentes. Por lo pronlo he de asentar qu e entiendo po r ^‘grupd de Con'teihporaned's” el mismo ^ e Gregorio Ortega: “Conversacion en un' escritorio con’"XaviwVillaurriilia”, Revisia de Revistas, 1143, 10 de ab ril de 1932, pp. 24-26i^ *
INTRbDUCCa;ONN
E. J. Mull^p y Miiffl'- For^^er, por razones un primer grupo Mm^do por Jaime Moribllano, E n r i| 4 Gonzalez Rojo y" Jose' G or os tii; J ufi seguhdo grupo formado por Xavier Villaurrutia y Salvador Novo, pnmero, y despues, por Jorge Questa y Gilberto Owen. El hecho de que “esa abstraccion -simplista -y didtfctica clasificada como ‘Contemporaneos’ ” “ — en un de cir de Lui s Matip-S-cbneider que, desde luego, utilize— ,este fbrmada en realid ad por eslos dos sub-gru pos es, como ha bra de ver^e, jm por tan te, y suele ser pasa do po r alfo. Una vez mas, conio en tantas ocasiones, Irene razon Villaurrutia, ba blando del grup o-es mas lo que los ^epa ra que lo que do s une. N 0 ,.se referia precisamente a este hecho, pero igualmente puede reivindicarse su definicion, pueS si bien puede aceptarse que _su comun denominadOT era el rigor, las diferencias — de formacion, orig en gustos, etceterd son evidintes. Pod ria parece r (fue la diferencia-de_^ edades entre un sub-grupo y otro es minima —un promedio de 3.5 anos, aunque entre Ortiz de Montellafio y Salvador Novo, los mas alejados 'en edad, haya una diferencia de 5 anos y medio— y carece de'significacion, pero si recordamos el momento en el que el primer sub-grupo naratoria (1915) y las caracterisficas culturales-dd-ese momtoto de la Lvolucion para oponerlas a las de tres o cuatro anos mas tarde, podre^ mos considerar que ya se habian operado-notables-cambios de achtud que necesariamente habran de repercutir en la-confofmacion de gustos e intereses. En esos anos agitados y prodigiosos un par de rencia podian implicar notables cambios dentro de las constantes qu conformaban el panorama cultural. Baste, a guisa derar ebbelige&nte optimismo que bacia al primer sub-grupo__sentir^ cercano ,al A te i)io ^ de - e n ^ d y,. principal^^^^^^^^ ^^^ ae la la Jjuvcuiu,^ — y rec 6 rdar ho, i o la confusidij; feiho' el desprecioj que^iel-filosofo le ^oncausaba a Jorg L e s U unos afi^s m h tard e. Igualhifenlb Biderdr la ir o n tf ue Novo era lap al de ecU r q kndaf into foriilasiderir la ironi cion ^oetica de lt s viejos amigo^ tan diferente a la suya prppia y a la, de'Villaurrutia'i" Owen 0 Cuestaii " |l| 1}^ l| ^
I
A Jaime T or r^ Bodet se unian, en la ^evista Mix ico M od er ^, lose ^o^pstwa A lila , Bem aSb Ortiz de M on tf ano y Enrique Qpnzajra Rq]o. Este ultinjo .4,Luis-lJ ario Schneider: El estridends mo o^u r^ Uieratum de ^ M ^i co , 1968, p. 275. Existe nna edicion del Instit ute Naciona l de. Bellas Artes.
INTiioDUCClbN
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erallHijo; del'DrhEnrique 'Gonz^^ Martinez. Tbdos ellos|'domo ellfloctor, eh quiefi>d!bedio.ppdj§:justificarsd en yist,a „de sp profesipnj lecKabian-torcido el C|ie|iQj!jd c i ^ e ,yii.,estaban cpnSj^^upntemente de« ,|^gos, coralzone^, pie‘’hilunibsj* halagos, sinrazones, juilibs. Si por uiJ' momento estSvieron a pqnto de adoptar la ^xpresion dq Nervp, la desaparicion de este hermano Melancolia, 'v erificada un ano‘ antei, derive l a’ atencion de los'jovenes de ehtonces hacia el mas perdurable, sonoro, filosofico, didacticd alejandrino del Dr. Gon. ^alpz^Martiilez.“ >
Jncluso hay elementos externos ^de importanc ia,que iptervjenen ,en la diferenciacion de^lps,dqs.s;ib-grupos. Baste mencionar, por lo pronto, el hecho que„signi£ic 6 par a toda pna .generacion de las. letras 'hispanoamericanas la reapertura del comercio de libros y revisj^s,entre Euro pa>Jos Es ^d os Unidog e Hispan oameri ca. Dentro de los dos syb'grupos, ademas,- habremos de penalar relaciones de camaraderia que habran de prevalecer durante anos-a toda contingencia —tales las de. Ortiz de Montellano y Torre? Bodet, dentro del prim ero j.o la .de Novo y V ill au pu tia en el segundo— t>.bien injerlps de-un miejnbro de,un grupo al otro —como el'd e yillaurr utia. al ^e. Torres Bodet al principio, o eLde Gorostiza.al dq Cuesta despues—, lo mismo que separ^aciones y rencillas mas que^fContinuas entre .diversog miembros dp ambos grupos y de jniembros de.los mismos.grupos entre si que'ppdian llegar a teney elementos de.cierta violpncia. Pero donde mag notable es la diferen cia a la que me he re:^erido arri ba es en las revist as que hicie ron y, enlye ellas,*de manera- egpecial, Contemporaneos. Asi, Novo, que* en ese jnon\ ento milita. dentro del “^rupo de la Universidqd” con Pedro .Hepriquez U:^ena, .escribe en Vida Mexicana, respuesta a La.Ea lange , revista que Ijiacia, pL “grupo dpi cuello torcido” desde 1,^ Seqretaria jde ,Educaci 6 p J^iiblic^ l?qjo,elj| lamparp del (Joctor ponzalez Martinez^ En ,e||piismo. tepor, no podrign ; .kallarsejrevigjas mas encontradas en si^p ql^etivos-ty, gustos que JJli^qs, deiNqvo y Villaurrutia ,5y Efamen,,Mde, Cuesta; lo eptre pstas.dosii y foniemp grdneos' ,c\iando ya est^a bajo la'^ireccio^i „de Ortiz; dp flontellano.,. ,|j Eso,^op supuesto, no impide que bayan cplaborad^p Iqs unos.en Jas. empresas^iemerograficas o editoriales de^los qtros, ni que, en los pfime-* ros oclio-numejros de Gontempor^dneos, hayaq trabajadp* con cierja- arSalvador, Novo: “Ve inte, anos despues”, en “Los ‘Contemporaneos' vistos por si misnlos”?p .‘Yi. i . J 11 a *
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INTR0DUCCI6N
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i|lNTRODUGC](ON
, que consiste en la elaborant^o de Estudios Literarios de la d[e los, indices de las masipert|nepte?p.revistas literarias;; mexicanas siglos XIX y XX.* BuenaMpai-te de la bistoria, todavia pulverizada, de nuestra literatura radica en las paginas de nuestras revistas. El estudio de Contemporaneos tratara de ser una ayuda metodologica pa ra tal efecto. Quiza con instru ment os como este podamos comenzar a entender las razones que ban Uevado a alguien como Octavio Paz a declarar, en una entrevista de 1966 realizada por Carlos Monsivais, que “en un sentido estrictamente intelectual casi todo lo que se esta haciendo abora en Mexico les debe algo a los ‘Contemporaneos*, a su ejemplo, a su rigor , a su a fan de perfeccion’*. u n a m
monia todos juAil'e^ liriista. qije ^^todiaretaoStMet J|o que Z e s v n h d c h < . l i k c W suel^.Suc^der, tual mutua depen°dencia obedecia a fac^or^s estfetegifo|mas (pe a sjmriatias volunlarioUs y que, siempre dehtro de los margene?. ope^at Lablecidos por to^os ellos, sus particulares intereses estaban mps aUa de cualquie r negociacion. ^ Mas, a pesar de escepticismos, diferencias y rencillas, el ^ p Contemporaneos conserva un nivel homogeneo de calidad y beliger^cia gracias a las revistas que bidieron y a ofras empresas^culturaks^ determinantes de las qtie form aron parfe. La biS fon a‘del grupo aun esta^ po r es cribir se, a pesai: de valiosos 1111611168 parciale& que no bacen mas que subrayar la urgeficia del proyectb*. ^ . Junto a esos estudios mbndgraficds ya inencioilados papnas atras, contamos tambien cofi'la aportacion-si^ifica^wa de'las ediciories fac-^ similares de casi todas las reVrstas 'de-la epoca_^.que ha reah^add e^ Fondo de Culmia Economica. Las tevisfas literarias'son la bitacora del viaie literario de'ima cultura. Sori el diario oficioso de «se inj]e, buyosentido final soli loslibros',b"alg(inos librps. Su pnmera razon de-exij tir es, al-niismd tiempo, impedir el ^ “ 0 de la literam rd y rar a que la historia dumpla su tarea generativa de sentidos. A lo largo de e-Ste estudio Se comentaran las difere ntes-revistas en las que el J i u po” colaboro y, p ara lelam ente , p odrem os lamTiien a dv er ti rj a evolucio misma'de la idea de revista entre las primei-as de tos anos vemte y hasta Exarrven, qiiizi la primera revisfa literaria modema --en el sentid6 mas' gene'ral del tSnriind— deTMexico. Este trabajo no infenta'otra cosa que ayudar a una puesta en^^cena del “grupo de Contemporaneos'’. Una puesta en escena que, quiza, de mas importancia a la escenografia qiie a'los , actores y en todo case quiza se fije mas en al-gunos de sns gestos que en sus par lamentos. Far h o , intentara seguir de e-er^a tanto lo que el'“-grupo • emprendio como tal entre 1920 y 1932, asi como la formacion, dentrb de lo posible,_de cada una de sus indiyidualidades. E l estudio de suS'-libros Y sus revis es durante "el petfeUcj mencipnado.espera^ser^una ‘Asimisbio,'’"esjUera^ dolabor'ar ^ la y de"su| fas|^‘, (S^ijes jjbr^^nalidades ^ la qiib, forili^lm^ilte, pUrff^teds compr^nsiori iieia pjiifejra etapa i eb Fdel^lltei a s qu i llabrfih!feb:*&;^^^^^ Considerar d^ I II' ' i i ’i M , - i i " ’ i |us particular l i c d m i i i b s l °f6rmalllpake de: uri j)royecto"dmciaa4 ®' feste estu4i< c*
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LtoaJ* ] j o b indijces seran publicados|en vn 'tomo aparte ^or la Udiv|prddad Ni^ipna; I I . 1i f de IVI&dco. „ I I ! " " ' I l f
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1922: LAMECAZUEIrAS'CONTRA VANGUARDISTASS f
VII. 1922: LAMECAZUELAS IcClSiTRA/Vi^^SGUARDISTAS
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La r e v i s t a Prisma; e n l a S e c r e t a r I a d e E d u c a c i o n ; l o s e s t r id e n TiSTAS Y su ANTAGONiSMO; LA REVISTA'£a*'^Q/a/2^e; 'Cahciones Y El corazon delirante d e T o r r e s B o d e t ; la 'p o l e m i c a ^ c o n l a r e v i s t a Vida Mexica na; V i l l a u r r u t i a . c o n o c e ^ .a A l ]^ 9 ;^ so R e y e s
La “CARRERA ascendente del joven Torr es Bodet mostraba* a pri ncipio s de 1922 que nada podria deten6fla-)[coihp suce^dio 6n efecto). Simplemente no tenia tiempo par a ab’AVnfse. £s tab a pr' eparand o dos 'tomos nuevos de poesiai (jie^a^ que'd eseaba . pjjb licar ese^an oj cblaboijdba en tojias "las'feviStas. seilsacaba t6,abs los prehiids* y'^disenaba* und hubva revika queMebil tjlbrecdf |antes' qu^ a^^lerminaYa: Xi Valara|^ t “ iAh"recuerdo imbfera bld^def Ibictor CJon^Mez Martinez"!”, ^^iria '^es plies N ovo),^ ique taibbi^ n a lu d ia 'J su s prfeTerencias fraiicesas; puestd que 'asi se Ila'in'aba 'la ^celebre r^vista^nacidnalisTa y conserv adbra que bacia ifab iaf'a Gide;^ ■ j *' Tor res Bodet-'Cdftienzaba a a'dv ^t ir, 'ca da vbz con'friaybr'(fert eza, que las revistas literarias eran el agente mas adecuado para'la prombcion cultural, y que resultaban la opcion logica en un medio en el que los cpnsumi|iores de lite ratur a libresca eran minimos y en el^que’las b|liclonqs (qu e,soli aji §er[’4p 30Q, 9jempia,res)" solian^ abu lta^ 'f^s X o je g ^ de lasdibrerias hasta jque el dueno«sei'de(lidia por'up
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cional jlel que.sp.deriyaba.que su p^esenbia fuer^ rigurosa en-todas'las pUblicaciones d.e;la.hofa\j; ^ ^ .Sin diid^s'ila queiifiasJSragf'ado en'^esteimonieilto'fue ia invitacion que-le-hizo de^db Paris;fRafael Lozanoitxuya.r^ista-'Prj^ma aparece en 19 22 y se vende profusamente en Mexico gr acias.a su caiiacter inter? n^cion^Ly alli ecb o .'de jgue iipplicabA — si biea^bc una'mbd ida- ftiuy r.elativa 'uj i peqjjQpO “j.eJqrjio de l^s ,q.ar>bdIas’A -Era^UliarpilbUcafion njensua l en dctaVo,Jlu strad a;con /in ur /i ,y';dedicada-:iritegr&mehtpja“-la poesia. Ip qye er^ .;un am pv eda d (^u subtituld b ra '“ Revjsla. IntetMcionabde Poesi^”-). Prwn?g'p,ublic6 ocho numerds, }jasta.> agd'sto’de 1922, en los -quelSe^bdito.la sirficiepte cat)tidad',detpQesiarparat<:onsidera?la ^n antecedfeijte del “vanguardispip” mexicano^y up^agppte.noJaHe^de interacci'opjppetica gracias a suS tfaduccio:aes'.de. W nd,: rSa ndentrep|ro|.,^ntrp|ld^"de lepg|Ia espanMaidqsta'baban como cpj_abptad9r§s7 Reyes, Ibarl^qprou, Quillermo de i j r r e . y . I TpBqdet,.aunque.tamj3ien publico poesia ,d,e GonzMezjRJarVinez, Lopbz Vplarde,^Smaurrutia,' Novo/y Miguel Qth6n Robledo. .Lcr intere^te resujt^ dd sy voluntad ppetjpa aupada a, una Y,0c§ci6n,de'pQSipqpqlitisipo, qye..su editor ye ia comp 'un ica manera-.de. cop^eguir .un req^cimienlo de la popsj^ castpllana”, empre.sa enja qii^.sefpnfraS: ca en E^ op ^^l a geperaciop^ pspanqla dei 27 paralelamente.’Lo jn^S'iRteresante en sin embargo^,fqe;que;seiConvirtip~en la pnmer^ p^l^Ucacion periodica ^p^;;;kngua castellana que se'dsdico .a pr om ot er ^de .sistqqi,4t|cq la, i m pp rta nc j| de* i jn u ^ y a pp e^ a norteamericana, cuya trafecendencia en Europa comenzabk a kquifatarse'conla. llegada de, los anoa„veinte. .Lozano,- casi al mismb.tiempa.ique
los,trad.uce"y Iqs, analiza con breveda d y un a so ltura. ,que.a vece§ Sfe ye proposibiom dudosa*(y'"de clar a inflli encia vaiTguai-i dista qu’rop ea) de, que el .pertenece a .la^tendencia‘'fu)urist^' que-exalta la urbe'y el dinamismo veloz, del prqgre'so.^.IJe.cualqpiep modo, el trabajo* de> Lozano,:sei-adelanta a: la'An tolbgia -de Nova-y,aI “Panorama- de fa otra AmeriJ^.: Veinte anps de litbyatur a'^p Ids W a dos Unidos!’,Lde H enriquez .Urenk ^ ' I ^ i*T
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La poesia estadounideAse^contemporatiea*’, I;.4rabril dea922;.pp. 194-204. * “Seis ensayos en busca de nuestra expresion”, Obra critica, pp, 309-330 Los poetas norteamericanos, para Henri quez .Urena, erbn “jel .alm ^ide-J os'Es tadosn Jnidos , la salyacion
LA VIDA'OCULTX
1922: LAMECAZUELAS CONTRA VANGUARDISTAS
Trisma y- sutjov^ n dire ctor ®‘tuvie ron que imp resio nar a los jovenes del nuevo Ateneo y de la “generacion bicapite”'eh-tanto que‘era elocuenteimuestrarde lo que-la>voluntad henierografica:podia>5consegvlir. Sin.embargojvaun faltaba.-para q ue‘ fellos^u dierah rdvivir “sUs aspirai cione“s'-en:fal'sentido. Torrfes'Bodet estaba suinamente ocuptCdo eSn'^gl altd cargo, que V^sconcelosdeib abia ^onferido-de^piles de qud'LOmbardb’Tolddano d^jadorla dij;ecciqk| de biJjliOtecd^fpafa'kledicarse a' lU/dfe- la fe^cueld bby “dqiliVaMrla»i&l'de u k SubSel dretari(^"de»' Est '|irbpl ifeaba^l^ 'Te Spd hs‘abilid ad"“^bi'‘hk6'.^de1^^ idJu amlb'"' Setreft ria ""(lo^ %tfos^Wakl’'BMla&|Ai!tesl y s^ctorej^ y:.por' -t ’''- r y 'oAm^ycho tra Baj b,"^mpeSJo^y 'sol'id^lii'd^dScoil- hh Escolar} jy ' I ■' Ifi " ‘^1 iftiuiauuB e' c id ed vasconcelfeia'si' postiiladb^ Torres B64et fe^j^editolleritdrice^^ cli*mplir''sils objIiliVdVi "“f eifipH * car la&'Wecciokk''a^^'dibros dircillante^ en los Estadkb;-drg'^hizp.^1 funcionamiento 'de las bibliotecas'^nex a'^'a los' plahtelefe educativos de la Fed eration y-fundar , en la-capital y eATas’ciudades mas impo'rfantes de la Republ ica, ^eq iien ds \’entxos ^da 6ifltufa,'de'stma'dbs a enn 'qie car loS obios nocturnos^de los' obferds.” ®Pa ra Idg'rarlo'^e'hla’ub' eXcelentd presupuefeto'y un cuerpd c6mplet0‘d e “fd ticionar ios Teales*, p robos y competentes”, y, por desconlado, la experiencia acumulad'a en sus 20 anos de- edad. Disenq bibliotecas pa ra Barrios o oomunidades ru'rales que p’odiab tener-desde 12 hasta 150 vqliihienes de literatura y huhianidades, ndemas de colecciones especializadas segun' las' necesidades
('agn'colav tecnica, peda^ogica)* del lugar a'la que.st'maridkba, Para cbn ien lar' la f^cnica' de cohse^Vacion del riiafeHal, 'ofdenacion, uso y funcionalidad de la pequena biblioteca, asi como para comentar textos importarites ffaYa la jor nada educativa -^ascdhceliaka' Y ^>rbmovei^ los logro"s de la^Secretafia, Torres Bodet fu^o/ad^ihasi £"/ Libro y et Pueblo, orgario'-de" ^ ’depaftafiiehto, que'apal-ecio'Hfirante" un ano, a' pa rli r desmarzo'Ide 1922.' ^ ^ " i.y;/! ^ o !E1 Me^icb d^ilds joveri'es'KaBiarllegadoTy th^^ riii tblog ia'db rvdlS T y% \ W el^' foy^n;kt)tfeclania(rkfyd iehlidad'ji OBilji'abak 'p uf eo ^’ puBl lublipks de' imp^^|tancih'fI IdMe ^' gjfabi^s a^4‘uf> P ^ o s’^sehalMTln ri!ile K rau zeji fl^ [lalt4 ^ 'llen il^^ bio it dri lo^ dh'|dF6s,.“kcadehi icos dhTasI;:q sthim eriasj|i^^ i'jWfi^^ y cuTsth Ih'KevolJioi' , el'lirtffle-fecjio du ffle. GSirf'hifflfe Sdd''' esd |’ iimbj eri'labtaiS'-iti hbtio ^tambie^j'l'un ^nilBvo '|j|hiihb'"rij ^k'lids^ Kahtek’ !i5 entqsiast&'s^^^^V**' I''" ‘ i ‘'i Los j6vehes*traduciah,''es'cribian, redacta barilo s’periodicoff, arM bafi congresos (coiuo el Priifadr Congteso Interna cioha l de Estudiahtes," Me xico, 1921, presidido por Coslo Villegas), ihgresabah ^Id^'cbadros del' pod er politico y banc ario (Jorg e Prie to Laur ens presi dia^ el Ayuntamieiito'‘'de la ’dapital ^ Ids 25 ano's), ocupaBarl las catedras" siempre bgjo eTirnpuls'b fto5/e r ^desint^resad'o que'era pfivildglo de la juvehtii& vSsconcdlista,^ un poco por fel cbntagio de la ret ori c^ ‘juvenil^ europe a
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espiritual.. .‘iombres qu e se niegan al ’reposo,'a la^o nlbd a aquiescebcia.'y van, con su vida de fe, de esfuerzo, bas ta.d e pobreza sencUla enlre tant a prdsp eridad ciega, ^con su predic a y su arte, labrando piedras p ara la casa de la ltiz” - /p . 322).. ^ ^ 0 Rafael Lozanrf (Monterrey, 1899) publico su-^primer libro, El libro del cahdllo de oro, de I8s ojos celestes y de las manos iZdncbs ■e“iT‘'-1920. Liiis G r\U rBi faa '‘proR> g6'el se gun do. La alondra encandilada, fen 1921. Colaboro en-M exico ^4^ mq ^y’pn La Falange, y fue-iqio de los Ocho poetas que edito la Editorial Cvlm^^.en^l923 (junfo a Francisco^ Arellapo Selloc, .ignacio BarajaS!^,bzano, ‘Jqse Ma. B 'emtA M i^e l D. M artibw "Rmdon, Mon{eUano,‘Torres BodUiy"«Villaurrutia). '■ i>®'* ' » I,” I j[il, '
", 7 Torres" Bod^t adiji iy jr ig ur o^ qn tq sn:rplbp'fel“de| apqstoljyagpopfcelis^l^n "est«t momento. Uiiarp'ciJq siiyo,,^ ie
desaCT^lla" y as co hM
>adO)ta,su retorica^., If s joveb^ joven« deJb^^ aepnqy lif na poaemoi seguu adojjta.su retorica^
^jetos a 1^ fa^ai ob^(iil| n la que-. mponen la volunUdMe udyi-padrel*bW#es«s'hyi^| ran perpetuarsp en vak d *d j m^iocre esqmu|o miratras la educ^ciob tecnica esta abandonada.” (.Gitado p o r^ ii f-G. ^Nuila ai 'F Z l/niW /^pBd/i wtrado, V^1'261, 4:idfe( inay[tf^de" 1921, pagina 8:)*| 't" )|«i! | ‘ H 'I " '' •-I
.i®"Torre^ Bo det, Ticjlij?i>.iHe’dreAa, p . '2741^
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catedra y‘^6 r e P re W ddTdsV iejos ateneistas.'^Hehrfqutez Urena, siii ^nbargo, 'rio^acababa 'de -sentirse' satisfecho por la rapidez con la que"* esto sucedia, pues consideraba gue la preparacidn no estaba siendb la ^ce saria _y que Ih ^deleridad'pbr ejercer el'po der de parte de varies ]ovenes“briilAhtes pbdia'culmihar ed la improVisacion.^“ Novo’insinuaba algo seme jdnte^ n 1924:*’ « ..........................................-“V -
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'Lop |j6^4 n'^s,[6cupan los. lugares de hAkor djondib aijiano eran y<^Berados! graves de miaips ae, uW en cia .y^ iJa «, ^yW „Pe rspna s 4e,eda
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(ii jli° ^)ecift Henriquez Urena*^en" carta .-a Rey^ra: “La „ju ve^ ^d. hajlcgacjo-m uyi^ipris aif a. d,ps$r5{)fepar.ipspfeles"priiitipales "Ahora esta. ^ 'l o s mini^terit ftjilPjetO:tl o«i|ias Isignificativp-ed entra d^l A1 pfo,fesoradoirj tinto.con losfviej qs dpptbr es 'uniyemta riosjti ff ,^)scufelaP de,Alt og Estudiosi 1^0 sabelmos que va a pasar,. (Recogida en Plural, I, lO vle’jupO d.e 1972J||p. 22,)'*
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1922: L'AMECAZUELASXOflTRA IV j INGUARDISTAS
^jyosifpbljifiwpj l|faj^ro|i popoitpons^piieficiajtnit^alft^^ ^e^censb* en Ieb|iniyel
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dadivas que|se leii Yesprengian (pcceso^a las bopdades»j^|e^pf|U^stale^-), pproico ii el ^e m M jp f^ 9y ^^ ft? (que,4esean"sei;4^Y^ne&, siempre)^ (^£^ra,^e,encau zarse,.entfjinahm ^ ^ Wacion^^^'-cdn laid ea jifyi^idejGide-qn^ (y.qufV ,tota. encm iado, joomo nadi^ lo logio^p or, ea.;ejlJ
iauY|Lesi e |in go bei^ables, n o al del Jean-Chnsitp^kp, dG\ Pojl^ pd,, a.cqy^ ,,|gmtecci6i| ^po^t6lJc?^,i^psi^r^4^^ y,,p§r tirol„6 gipa'si, se, consag5'a^ ,,t?|r e|; 0,rd:|, de;[Mome}lano |como ^^etiqo-, ineii p jpolitico t^^p;.p pmo.poetas jqveli)Hes."H. ,[ ., -1,. »i \ ,
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■ eaucaciQntest^tica derp aiSj l-db -^^ ii^d tois trao foni co?iJo':-dice Jos&ilJba■qiiKBfeijco,' 4e b*14 epergia|cbsraita de.4in pudblo^nul3ytiiiJ[que|:afebeiiia encauza^^e ijalljifego; y al arte popilkres,ly fdUsbaersft Ifletia 'crueldad b d rb ^y t' ^ .I Ig sd e -su* l:puesto“iofiqal;i.Enriqubi:«c'ttmena6 \\A ?un!lplik lifts arduas„p3Eigeilcias debproyectp Va^cbricelista.4Ndv
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“La'cultura y lo^poveries”. La aniorcAa, I, 7,.«15 He ny^^breir&g 12 Sobre el fenomendji de ii\'- ■. , la j-uventud de los Contemporaneos, . . . puede "consultalrs^ Contempo^aneos: juventu d y.ipbr^ criiica” , de ^Jose Joa<;^iiv Blanco,^.//,ea|ps, I, j|||6jde m^rzb 12 Naira Gdnzalez 1^ |rt in ^ en La apaciS'le locura: *lijan lambien mi^ bijo^i! en 'ia ’edad maravillosa en 'qu e el « ipe“ctaculo*‘del raundo ' eri tra ’a torrentPs po rl os 4jos y*se convierte en un lago interior de enldcioDes;'Halinas con avidez de verlo todo, de no dejar que se escape una nota, un color, unJ li nea del sorprendenle pariorama...” (p. “81). Enr ique ’tihico''viaj6 como' “Canciller^ de'te rc^ ra del consulado de Valparaiso” con nombratniento'* diredlo *'del Presidente. Tra baj o"ent lal calida'd“de‘‘agosta de 1920 a aUfil de 1923 (Arcfiivo de»la'ISecre-' tari a de Relaciobes Exje rioif^, 3-8-7);"^Ht»y varies poemas ..d^tGonzalez ‘Rojo f innados ’ en Valparaiso y en Santiago^! ” ^ nj» ' * ^ ri I
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impartiap,el.^s§s pmtura„,^ut6pt6nk„i;a i^janql.dq, intorpS-^eJ^jpii W?”r '4,patr^cin^r^j^ipieg q, Itr^ido ex Up/es' e.(^ari^,„ysus ^TOte;||jj^j^esJablecep>^ A(^de mja|det San Gitlds'yJie' ConseryatorijQ. ___ IJOTicip. la arquil;ectur'k qiqblicajM ^s’ i f postante^i! "PPjn^Ia,|tai;ea^,|“dpibacpr vo^. del p,upbia :a’Ios.artis--*;,^®B' ar tista abpropjio pueblo con un a amplig prpmoclon 4e ,la^^ a,i;tesan/^s, cantqs y danzas pppul^ res; e |cete ra” ,“ as i^ ’^mp V^s 1* ‘Blancd,. S b l l h ^ b a f ^ i o n c ^ o s , ‘p.*'92. ’*'' ^'■' H ^ * 15 Novo, 'La'idda'eh Mexico en el ^riodo presi^chcial de Wiguel Aleman, p’. §38. 18 Novoj Lb jdda ^fn Mexico en el periodo presidencial de Manuel Avila CamiicAo;>p. 206. <‘jii^'Blanco,;iip.'cP.,T)!'98. >’ii '■ (‘■J *.»• ..«, « nj, •’ «
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1® Idem, p. 100.
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.XA VIDAODCULTA
1922: LAMECAZUELAS CONTRA/YANGUARDISTAS
intentos por recOger la herencia del arte indigena'. Elaiacionalismo artistico que irritariai. a Novo, a ‘Villa ufru tia,y ii Cuesta; asi, fue instrumenladd', aunque en el planorqneramente burocralico, *por jniem bilos de-su propio-gr upo, To dos huBieran estado de acu erdo con el juic io de,Blanco anqs despuw;
ideas y -los n ombres de los escritdresi luniversales vinculados al movimiento de vanguardia,* al.qlie Mexico.babia.pfermanecido indiferente”.^* Para Maples'Atce,‘.uhJi6mbre genial, diveftido, incapaz- de someter su p otaite impulsiyiddd a' ninguha for ma -de jnodefacion; resultaba inexplicable la> persistence de las le^as mexicana^ben 'una tradicion autista, negada para cualquier aire renoyador que;[viniera.de.la efervescdnte'jtnodemidad europe^ lina-moderhid^d.que, para el, resultaba coherente cbn los recienteS sucesos politicos y lA;herencia creativa- de la. Reyolucion.-H ' ^ > i* Con unajiconoclastid feroz (.“no« bay.mas remedio que qcharse «a.^la calle y torcerle el,cuello al doctor Gonzalez Martinez”), una retorica incendiarih y un sentido del 'bumor formidable, Magpies Arce infcio una batdl^a qiie^solo habia'intentado'antes, dentro de su'tono mesurado de. peri'odista,,Raf ael Lozano desde JuropafC on sus cronicas lite rarias sobre-la vanguardia p ara El Universal IhistradOf. Actual.' Hoja de .yanguardia. Comprimido Estridentista* de Manuel Maples Arce” aparece'en"diciembre’de 1921 y perdura Bu^a parte de 1922*. Sus posfula'dds iniciales'fomaban elementos *de-'diversa^s'actitudes vanguardistas, principalmente fu turistas y lilt’ralstds, y se expresaban en formulas francamente provocativas de una enorme eficacia pplemica. , Maples. Arce-afirma, por ejemplo:
126
^ lo que a principio ,de los veintes fue exaltacion anticploipaH|^a> con el pagb de los anos llego a ser folclo're para turistas y el propio concepto de barbarie
magica, de vital anticivilizacion de tropico, de inspiracion salvaje vino a con-
* vertirse en demagogia nacionalista.*® »
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De cualqiiier modo, colaborar con Vas'coticelos-e'n ese momento era la m ejor man era de gaiiarse’la'-^ida’y el prestigio. Estqs traHajos permitia n una extra ordir iaria c'apacidad'dfe movimierito', vii jes ’y d ispensas; perm itian eficaces establecirnieritoS^'de contactos con ^aftistas; .fescritores y editores; fincaban Inilue ncias ^rpvechosas 'con las inslitubibnes 'de educacion superior‘yj'pbr supue^to, leS permitian'ganar/bastant^ 'buen d ine ro .'S u m'onopblio ■'sobre tbdas las se ccibn es'^d e'“ fiteifatuira joven”' de revistas £illtd s'y popu lbres y 's u asceridencia-'crecientef SoBre 4as casas editdrial'es^^ asi ^omB, su fempran o 'carac ter’ de hferbSeros y pbrta estanda rtes 4^1 li dp^tu Vas'cohcelista y del At'eneo^lbs cdnvierten ya bn el and de 1922 en’la brtcarnaci6h‘semi-oficial del espirittf^^bvenn litera rib. i ^ ^ II < «vr Deiitro de-bste e^3do mask'd menbs 'perf ecto de-coca’s apar ecio entonces un primer postulada‘anfagonico qufe Habria de cb'nverfirse a-'^lb largb ‘de’lbs ano^ eh'una‘cdnstante'iftcomodidad,'asi ddino^-eh'un retVa su I monbpolio: el'estrid entism o’J ^ Nacido en dididn4br e'de’^1921 con la* dparicion u e l’pri me r numero •de Actua l, -hoja vblante de'M arih el'M aple s 'que*'^e-engalariaba con •iin “Directo'rid de Vangu ardia’/, i^e'^ ihcluia -a casr'tbdbs'los^n dmbres -fuertes d dl‘vangiiardismo eilropeb (enfre*sus do’^ci ento s'no ^ire s bab ia 'ultraistas,! futuristas, e^tpreflonistas y' HadaistaSj'Vsi cbrno* algunds me'xicanos como Reyes, Tablada, Ritera, Siqueirosy y que ’tehia como prin cipa l objetivo “ difu ndir entre la juven tud^m exican a-las nqyisimas -20 Idem,, p. '101. ’ " \ 21 Novo sugiere que la eventual relacidn de Torres Bodet corf las .editoriales"espanolas que public aban sus libros se debe a que Torres Bodet los beneficiaba con sus. compras masivas cuando ocupaba este puesto. -v
.127
’ que’ba senlfj^o'mas emociq:^ ante'.un recorte de periodico “arbid:a^io y su’gerehte, que''en‘todos”esbs organillerisfnos seudo-Hricos y bombones‘m'elodicos, para »recitarles de- changarro..gratis a las senorit^, declarnaloriamente inferidos ante el auditorio disyuntivo de nifias fox-troteantes y espa^odicas y burguesM temerosospor sus concubin^ y sus cajas de vcaudales”..*’, Actu al, ca nca tura esplenSida jde ijn,vangu^rdismo improtab^e a la mexicana, prd^onia^una‘e^.^tica„tQ5a^ente eqcontrada coij-la,que sancionaba nues'tra tradjciqn re^^ente^ y un rompimientq. radical ‘Con for mas, temp^^y actjtudes infectadgs aun ppr el modernismo:-proponlja,^ n^undo urbarfo “.mod^no” comOpSustituto del jardinjinteripr,;el tranvia com6 suced^heo de,l^,flbr,^a'sint^xis escabrosa y tumultuaria.de la agitacion urbana contra el metro adocenado y musical de'la kerencia gonzalezma rtinista, i ' Qitado.porjXuis Mario Schneider, El. estridentismo, 23 Idem, p. 37.
p;,35. *
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LA>VIDA OCULTA
1922: LAMECAZUELAS'CONTRA VANGUARDISTAS
Las .revistairpopu lares "no tardaro n-en ver en eL’estridentismo una 'opcion^Tsi no.para la poesfa, sLpara*diversificar y aumentar sus ventas. Maples Arce%aprovecli 6 las ;L'ibunas-5C»c6 ntmu 6 d esde-ellas ^us^vviolen^tos ataques a la.inmovilidad del ambrente. Aiprincipi 6 s de 1922‘estaba claro, qute nada'representaba raejor el qtiietismo y eL;corisgrvadurisino estetico, -asi como la verguenza^de los procedimiento s par a acomodarse y acceder al control del poder. cultural, tjue aquella generacion de jovenes bardos que escribian como-contemporaneos de Gonzalez Martinez y que disfrutaba n de^diversos puestos piiblicos en el gobiefncJ Al prinO cipio ^opto por las convocatorias/nianifiestos ^ la'juventud:-’ .. I'f» ’ "11.1 " i. ■ . . ■ ■ ■■
‘iMie ntr as que Maples Arce..se dedica*a fcaricaturizaP' d”Bils*'rivales, sus puestos publicos', su faltaM e comp romiso coii la'r eal ida d revolu cionar ia (ingrediente que»ya mtfdifica su inicial-apologia nle*'la ,pbasia-pura* y que ya-indica el principio de xma alianza con ciertb^seclor de intelect'uales .que comenzaban a pfeocuparse por--“el afbminanliento” de la'S^ > n -i letras posrevolucionarias).:
■Exito a-todos 16i];poetas, pintores y,;(^ulto^es joyen^s de ,^exiqo;-a Iqs qu6 aun no ban sido ipaleados' i>or el ori^ preypni^a^iP {1®l^s- qii^ecur^mps, gobierx nistas, a |os que„am no se ban corrqpim,do con los mezqtiinos efp^os de la critica oBcial y 3on los aplaUsos de tin*''publico^sote y cojncllipilcliite) a to<^os ^ los que no ban ido a laide r’los plktoV eii los fe sti n^ cdliHarios *de' Enrique Gonzaleii M arti'rtiz| jJara hacfer' ar te ’con.|;;^^eStilicidiO,,de sus "me^iStrilaciopes intelectualesj y los ^an des- sinc eros :’a lo^ qu e no sisihahide^compuestb en las ef^prescertji^^ Jampntables .y i hefmca s de r^uestro^. in^edio nacipnalista con bedores de pUlqueria y rescoldos de^fritanga,^<^
en los que claramente aludia al Nuevo Ateneo. Torres feodet y sus spiigos optaron por desdenar a los estridentistas, aunque fue probaj>fenjente Gorostiza quien, desde una nota anonima e n ' M e x i c o acepta qqe este bien ir contra Gonzalez Martinez pero siemprc; y, cu^ndo el autor de Anda mios interidres .(el prim er lib ro 'de Maples Atce,..aparecid o el 15 de julicx) “ edif ique ,una Iirica ta n poder osa icomq la del autor de Silenter**.^'^ No obstante, la creciente inqu ina 'que'c bmie nzan 'a sen tir unb y otro grupo se hace presente cada vez mas en la batalla periodistica. Torres Bodet elige la mesura que lo caractefiza siempre y se nfeia a' conside"rar a Maples Arce “el psc rit or ma^ mqlo de ^Me^xico” en una de las formidables encuestas emprendidas por,10rtega',eh El Univer sal Ilustrado y se limit a a deci r que “ No creb que sea Maples Arce,^qu’i^n r 6vela inteligenciq en el deseo de singu laflzatse ,^ ^ e en^puanto^se taje de sus andamios inferiores podra hacer obfa mas s^ na ., ^ Idem, p. 41. 2® Idem, p. 48.
Quien es el escrit&r‘ihas irialo*"d'e Mexifco?”,- enciiesti^ 'rfe (F ebronio) “Ortega”, El Universal Ilu strado, VI, 292, 14 de diciembre de 1922.
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Afjlos sacudimieritbs exteriores no correspondio ningun sacudimiento 'espiri-
'\0!l iviaj;>les A pd afir mab k ^que Nqvp ^y Gorqstiza^ p o ia n cons\dprarse “d^Jrp ^e la'corrienfe renovadb'ra” jii'nto a .feyes, Tatlada y RafaeJ -idzan6,|,'l)^ro descarta a todb^ los demas, Novo llego incluso a.feolabofbb fen Ac tdff lpp n su p6ema* ^ '■" ^ ’ ' I -r I f " > ? : 'i ,14 ^•'1. 1 ‘i I' J 1 ARITMETICA
Yo busco los'arbqles coraodos y aguardo. Se percibir lps.segundoSjjnas‘5m contarlos. — ^ Hay- mas numer os ?— Upo -es uno mismo.y.uno unico. EUos yienen atras ^p ^a s
{ abajo —^bay.Jugares?— • f ^Y-jcqntemplan ca^a^qplor y se asombran de sus sentidos»v. jYo fui tan apr isa que tuve 0
Mas boy se que hay tan solo siete colPres y cinco* sentidbp... q”' I * Y'se que el .sol,'la noche.'el alba. El sol-juega.a,^sc6hderse.’Oigo el eco de su.grito impuber (la luna llega tras el sol)
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2 T “El movimiento Estridentistas en' 1922”, El Universal IlUstrado,-Nl, 294, 28 de diciem bre de 1922. ‘ * 2® Actu al, 3 de julio de 1922. Incluido en XX poeTTuis en Novo, Poesia, fce, p.. 4.
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LA VIDA’OCULTA
1922: LAMECAZUELAS CONTRA VANGUARDISTAS
Jfovo, embarg o, rro se.-dejo inclui r dentro de la nonjina de militantqs estfidentiStas.;Es obvio que Icvgusto colaborar con el poema, pero no tanto a la teyista, sino a la imageu'escandalizante que ya le* gustaba proy ect ar de sde e ntonces: “La escand alizada gente m e incluyd siq ra zon CQ'el mimero de Ids discipulos de Maples Arce, condo que yo; natural-mente, no estuve de acuerdo. Mi modernismo era "muy mxo; y muy ante rior, o muy independiente, del suyo’*, aclara, con toda la rafzdn, si se cobsidera que varies de lbs X X poemas habian side escritog ya -en hoy gustan'a mis boijdadosos ahii«o i loS'he necho deWebA re I*.-L.
tabaii.para.«u propaganda con la generosidad'de Noriega ^Hope en El
Con,el tiempo k situation se,f^e h,cie ndo ipas violenta, Jilaples Arce wrovecha Joda oriorm ni^d jjara insultar al'NusVo Ate iep,x pf3clamar4 los ^a^uachirles Iiterarios” o “lamMazueJas” ep alusjoni a,„siiiid3idadi ^ s e .’de g ^ t e a Gonzalez M6rtin6z,'“ considera que perteriecen ‘x qud se almribrh con pettoleo pot temor a la liiz el& tr ii ” y Ipie ^confunden lamhntablemente el tematismo ^irico con la poe sia misma ” ;” mientras que los del nuevo Ateneo practican una ley de hielo que a ypces rpmp^en para |CaricAturizdr ^ayibi'^ri: ii, Estr idintisi rw. Por;im eslamos ante"^;;suenM Tirpnas, claxons yjazz bands. Aqu 2 SI nadamos t e pletikrintervehciori-inericanA. Los Wctores —loh ' bur-
I ^e se s! — no “entienden que. fee 'h&bfe‘>de|iiciudad^^ mecaniq^s y tuibulen tas it desde. la esquina de, una ciud^d como Puebla, en qufj se coloca el eenor Arzu-
, bide, cl List ,i3e lo'| dm ira ble erf 'el'e^ tridU isipb no fuer^ la inge-i nu^dadj lo seria Ifti malicia con la que bah'^Bido sbs Secuabefe haceree mutuam ^ te bombo, y di^o secuacefe'^'flbrqlif lo ion —§u ien mas, quien me nos -todosires pecto a si'mismoS:®*' ^ ' n ^j
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2® ^QvaleS|;60 n l6s'| um res
mayor’'htiella hah dejado en Bu 'oWa?" I < «/» . t* . PI I. “El festridentismo m"'l922”, p. 25.
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Universal llustrado.-
Villaurrutiadncluyo al movinriento e^i “La poesia de lbs jovenes en Mkcico”, su confqfencia de 1924, en un apartado que^titulo “Eptremes” . Para,V illa\irru tia, en e sta ’conferencia capital en la‘ que'considero po:^ primer a've z la .exist encia del grupo ” de los futuroS'CbntempdfaneQs, (el’estri*dentismO’"“consigui6 riz ar la"suj)erfiqi6 adormecid'a' demueStrbsIleSntosprocesos pdeticos”, e “inyectar, no sin valor, eldese-' quilibrado[3 ipToducto europe o de los ismos” .” El comentarib' de Vi: Ik'ufl-mia e^l»and?iguo, pero solo'ellfsu negatividbd.-icori^'dbra'a l\laples" Ar^^ '^jefe |^,»lbj6tclt(5' db su va ng ua pU ’^y ‘a.'Si^||)):qseliW^ db jdisc'ipuIoS) iWog'Witadbr es-griSeS'd ejfeudider : =“MapteS| A| ^" bfa ifc&dp"' creat tma ih%nscienciA“poefica cbjbctiva; uri vcrdaderpJzwidjfMmpT^”, dicbj^ La'jJuntilla" file Irf pte^entacioti de Maple^,! Xrcpjby j 'i ^|*[ ''‘^r ' | H"'* de la poesia mexicana mo'd^ffid: J j'' ' I t.-ul£q) * 1 ^les..^;^ !l i || lUa imX \ ' h
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' tgme o,|ha J soIe
„ tario„ai^ado, Estk isla pqe Jiabita y-que,h?V.^Z0j—
aiarde .de *j*acoipe-
I ha ^rodiicido los beneiicios de una-popmaridadf, mfpW, ^ero idtemA jl^ntie cierta.pbrcion de la actual litetatura hispanoaiieric^4,!|j\JapIes pr q^ ta , una j^e la,^ conqmstgs /devqpguardia. £1 rnarco,de sociqlismO^ I. , I.a poma de Maples, Arce intenta una ruga delWfe mbldds " %erAisJ!a'|MmldGprr^^ cbh ‘''fidburawaf eh ' de pl jA l^ V H^'^bMt>''fiis5Eridldrii' iIejahdHi^f'qudTprefie|pi—^ „ ^escafea.'agUi'dad' lo „ata kesa'tradiciohnqhe !jcontinuJ|precipqj
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j® “La poe^a^jde loSnjovenes en lVIexico”rb>5r iras, p. 827. ^ ,Cuesta_,| fo - p o ^ pj,,. i?fi[lci6 n„ye r a z ’rotre este 'asinto.* Dicei'.Ppz;: ‘Cuesta le
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Ilus trad o,'Y l, 290, l?i d | dic i^b re de 1922, p. 50. "«
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133
192^ LAMECAZUELAS ^ioNtnA/'vXNGXlARDIS'I^lA.i
d^i era obyi^) que era jliique h^biaiprevalepido'en||;rev'istas»5sJib,;t;is vivos, y cjuando e^|es|pi4enlismo ya se habia convertidpien elirbcqqrcl*^'^?^' una travesura' divie rt d^: el ataque p.a^tir-de'^jjcomfic^jrtamiento,sexual de,jsu^, an^a^oijiist^E I j intre l927-y d940:||Snoibn|^l que»Ji}aplep A^ce duce p\L^Antologia\ p la\poq^id mexi'^anapipdernc^^ P 9 ligrp/S!p£^ i^beriria;! Rom a) i^acj^ tin ddsllifegup oi^sesivo. d^i;biachis 9ao“-i7;|!AnMtodo impli pa respepto! yi'j ik definidorijsexiialii'^de ,qii|_en lb ejejcp^— 'dirigido, a “ denigr aij” a: lo^ .Contemi)Qraneo'S'por homosejcualess Adj balDra de* tqtoiaj: .gaftidft qJrQf enemigsxs. .d4bg!3^i^‘i XTiar^o-p^ o,jHector,Pere?;.Martmez)vpara quienes^ toar/poesia nd^i;iriZ. xj^suUaba daSina p^avel j^aiL Maples^Arqe,,ya conveijidQ;enjdiputadQ 'e;I‘1934; Hegara a pedir, desde la Camara, accion legal contra “M'Comedi^ de los^^maricpn^,^ elij(jinismq-_dp los pederasta ^ qp.e sp arapaE^.haio ^ naciente publicida^ ‘de .Proust y Gjjie”.? A vez, [Gertiian; List ^rzu^ bid e de cl ar ^ a qu^jm ientr as el est rjdent ismp ' -r
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ftebesidides litei-arias de^una cpl|q|ca qqe, co'
;;ipq"oau^9l,pAa qnte|las.p:ypturas 4e|kminantes y SH renpiriqikiia ^dop^ay los signos de las vanguardias ei;i]^ppea? y i,sudl neripar^ -sef'bidDiprap puesto fren te a la iconoclastia estriden tista y bubierdrj' consiflerado pa ra su be neficio algunas de'dSS^ill’bposibiobes de Jos ulira istas espanole^ (pori^k cir, alg o), es indudablqi’que ,,su Mh ier se bubl^a visto £avorebido y- qu& su ,suboy,dlnaci6n teijiiaiica A Ijo^ topicos fbodernistas no» bub iera sido tan estricta , Lo misn;|p se pod ria ecir d&«lbs estridentisfa |: sjn ipe ^p a de^ su radicaJisiQd'^'oi^'de* su enjiotividAd brqativa (que Cuesta creyd romantica), un'^fcoMactb'ihenos?;,espinoso babia las propo‘I -**“ >n ''l1'J '1 " Maples A¥ce d mul o no entendeii'^que^ el^ jfam \ i^ i^ a l^e se refiere Valery Larbaud, y al que aluden fre cuenteraente los' Contemporaheos, es‘ la* lectura. El libro de Larbaud 'u"l' ’ r ^ !’ (Ce vice impuni, la lecture) recogia.su? ens£fy3s>Tiasta 1928." ’
1922: L'AMECAZUELAS CONTR'A^.VANGUARDISTAS
s'iciofies Li5pez Vel'arde o •dfe'Gorostiza'-le’ hubiera-.dado ^a-^u'iUDvimiento los signos probables de‘'una *identificaci6n mayor 'con el, ^ a n cauce de la poesia mexicana. unbs ni otros tuvieron la curiosidad ni la'p aC ien cia pAra atendeir* sus Ve^pectiva^ pro posi cib n'es 'y aihbos per dier on p or ello. No deja de s'er curioso , emljargo, ,que en^alguno,s 'casos', como el (ie 'Novo, el animo .vanguardista, drastido ,e irr aci on ^, ev^ntualmente permeara su'produccion^f^oetica {Never,ever), y que Maples Arce, tambien con el tiempo,.desarrollara*una'excelente'pPdsia 'de fact ura mucho meno^ pendien^i^ adorno s convencionale.s vanguardistas. Sin embargo, el encuentro no se dio jam a^. Mas que'„un contacto lo que bubo fuero'n roces, po:^ no;,decir e^caramuzas, y“l ^ paralelas de sii trabajo, 'en este ,ca^ ,'‘ja mas se cruzaron Ina s .^ue *en piano del res'entimiento. . , , , ■Como^resultado de su militdncia'al'lado de Vasconcel6s, db'das preBbridas q'lie dtorgaban sus puestos p^iblicos y de'lo^ at^ques'^elos'estfidentistas, Torres Bodety Ortiz de'lVloBtellaWlbgrah'fihSlmente lanza^ s t nueva revista, La Falange, en diciembre de 1922. " * ' Torres Bodet, desatado, es'ta enla cuspide de'su jiivdntud cfeatiya: fen 1922 ha publica'do dos libros de Tpoesia:-Cdhciones y Eh corhzon de'iirahte, ambos af>afecidos duran te el mes de octub're, bajo ' el sell o'de 1& ■Editorial Cvltvra. Los dos libros se preciail dd su aliehtd conserVador frente “ a los caminos tortuosos y' empinados que con tarila a h ^ st ia se empenan en repechar los poetas de'este siglo desconcertado”, co^odijo Eduardo Barrio^ dfesde Chile"al resenar ellibrO.*® ’ ' Canciories, deSpues de un'hermosb “Elogiade'la'cancion”'‘de'GaBrrela M itr al , entfega alguna's -decenas de ^loeniaT de- facfufa peg^'qs^, continencia moral y siibyugadd pasion,' siempfe deiltfo"derc6r{e'“fiho” • de la prim era y rhas celebre enirfe'ellas: ’ ^ *j Se nos ha idq •ff-' f .en-cantar una cancion} *1 E ■>! i en perseguir,una nube J. Jjp y ^ deshojar una flor. ,
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Se no&ha ido la*ndche ' en decir jinaioracion en hablar coi^ ipa estrella Tv en morir.con uiia'Jfor, ’ no.* *
88 Citado por Carballo, Jaime TorTessBode^”-p. 255.? a
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y se nos ira la^aUrgra, len-yqlver a esa cancion y en perseguir esa nube .y 'en deshojar esa flor, , ‘s
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A> y *sd nds ira la vida sin sentir otro'rumor> que el del agua de las hoVas* que.se Ueva eL corazpn.,. .f®
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la armonia recatada y la delicadeza/tintineante.de un El’tono'sereno, la ra en eT-intimismo y en la cronica distanciada de poeta que persev era jard ines , valles,y ,Jloviznas. tihe el p oemar io ,todo.:.los„titulps d el os poemas hablan siempre de “gerenidad” o de “azul 'tr,4 nquilo’^y se antoja que un saltopatras reintegra-^1-lector a lasananaliitasldel-viejito prbina. La gran d ifere ndA '<^' n‘E^rt;or y'l os poe mas'preVi’os al yasconcelato es la aparicion irescoha de ciertos elementos de mexicanidad que intentan cplarse por un sabor folclorico de cancion,popular: i Hay tanto cielo en el campo! Se hace s<5la la cancion y el perfume jd©la patria nos brota del corazon.. rl® junto a algunos;asq ,ntos.dictad os j)o r el momentcf oficiab, la “cam e de la mujer” y hasta.fel hexasilab'o tradicional de da cancion de'nihos que Ortiz de Montellano tambien tratab aqon el estilo l^ist ral: ■'
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De todas las casas ^ , sal,en, con .el sol, ’’ninos que parecen ^ v^os de ilusion.. '
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Las mismas. proposicio nes, sin el eco aSordinado^de la canpiop su rptorica Ihiniaturista, se'pueden percibir en'El corazon delirante, ,libro ’qrglillbsamelite dedi cado a Gonzalez Marti nez, “po eta' altis imo ”*, y prpIdgako, por b^orres-Rioseco,^ quien'no tiene impedimen^o para yer en Tomes Bodet a '“uno de los mejores, poetas del Mexicd modemo”, con‘ ’ ’ T-.’ " t 88 “Cancion de'las voces serenas”, Torres Bodet, 05ros cscogidtw, p. 7. <8 “Cancitfnes'de azul tranquilo^*, Op. ciu, p.‘35. 41 “Ninos”, Op. cii., p. 103.
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secuencia natural de una tr aditio n”qv^ fiace'con Sor Juan a y se prolonga en Gonzalez Martmez‘’( n d ' e n ' ' V e l a r d e , quien “malgasto su talento en malabar ismos de retofica^^’l .* Jun to a esa herenc ia, el prolog uista decreta otro fact or term ihal : “L a fue rte pers onal idad de Jose Vasconcelos, guia de los lionibrfes de letras”, en oposicion a, las fendencias vertiginosas, privadas ;de finura espiritual, “de Carl Sand burg y sus seguidor es” . ‘ s ^ En J^l corazon delirant'e pfevale'ce la misma imagineria, el anhelo de la juventud, la placidez de ser bueno y la picadpra de una lubrici^dad .dariana expfesada en locos versos anacronicos: j Oh que suend el de mi frenfe' dulcemente 'desmayada ^ sobre el ritmo dg tu seno fafigado ‘de gemif* , entre el ferVido''perfufne de'tu 'carn e'^ca ricia da, r »• Jl mientraS'la/Jiora lubri ca amapol’a ,de^oja da { desfallep^^jen l^^jguirjjaldaSj,«^ulpntas <^el j,viyirJ. .
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cuya estruendo'sa’ sensualidad habra de resolverse en la continencia arrepentida de lin i'dealismo.teaf^rmado. Sul^pgado Eros y remitido al lugar que le corresponde ( la' vergue nza), Torres Bodet cier ra su tercer libro, otra vez, en la celebracion de da identidad reencontrada bajo los auspicios del n e o - n a c i o n a J i s m b ^ ^ i jOh Mexic oIncoiigfuente, dolbroso y joVi^l, r' sonoro como'bronce, fragil como cristal, ‘ 5 ,o n ' ' hecho de melodia, de odio y de alegria, de rencores adustos, de difusa energia,
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’Ruei^a, Raf ael' Lo ’zancr/T dusSai nr y^VillaUrr mia, bien' solo Lozano ge encargaba-de^una seccion fiia:'VLeb^s’francesas.” I 'I La revista se presfento 4)aio. estos curiosos ideates: .V . i t -
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Cansados* d^ vivir u na vid a es trecha y de c lamar eVl el fondo^ae un pozb sin resonancia en 'donde la voz’ se ahoga y el ideal se pierde, varies literates de • ^rMexico* se reunen.’ho y en’unarfalah ge d e pbetas y ar tiS t^ 'y e'ditan; el •primer
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n’un^rq de/una^eyjstg.sinpdi*QS,- sin,prejuicio^^n-4pgt^hs,:^j.^:cdm prdmi5o’S;
j ^e„u na :^yis^a, ^ \ .^'qWno es elp rgan q de^ningun cenaculof '‘ qqe no'comb^te en sino en , en una'-^reiista *qde'se Ilaiuara^Z/a pa ra ' dar , de}lejo s y de’^ce'fca, ’a l£fs-‘l‘eCtQte^'de‘^Ajnerica‘'y-p artic uIaf men te de Mexic o la* 'idea'‘de‘ cohesion '-yde-d idcipliha ’laBoriosa.'que es m ehester.prec isar'tn definitiva. £ **' Lq revista se .propone , ^ ^? 1 ' . * ^ ^45 expresar, sin. limitacidnes, -el alma l atina de ^Amer^ca, re un b a todps los w literqfos de Mexico, gue hacen iitera^ura s ^ a y-sincera.,'eg un nucleb ^ (que^s'da lexp one nfe'd e los valores hum kno s'de niie stra *tierrd,^ ser ^if de^m dice- de'cu ltura' artistica nacionab "a Tos demas pu^los'^de l i Nuevq- Muhdo. ’ \* * ^Todoq flps^ que^ en esta revistq colabofan creen;,quq nmg una ^iyiliza^jqji
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\odos prbvenini^ y»-'qu6*8s'coiho el^cogollo sangriento de nuestro corazoh^’ de jnuestrA vida.'No sejia cen distirigos, por consiguiente, entre*Ffancia yiEspana, entra Italia o Chile; saben,’-que por ser latinos, estos-paises sientqn de-modosemejante alpuyo,'alla emlo hondo.de ?u ellos*.tambien'por-
de equivoca elegancia y de fatuo aryebol, oh Mexico, sangripnto corazon espanol!. .
La aparicion de La Falange^ en didendire de T?22, fue una-ppntinuacion de “los ideales’^ contenidos tambien en^estps,’dps.libro s: reyitalizacion del' fdlklorejlnteres n^cionalista, esp|ritu sbeligerante. Sub’titulada ‘jR&vista de,cultura.latinV’, la dirjgi^n al alimdn Torres .podet ^jOrtiz de Montellano, quien ^rabajaba a las jordenes, de su amigo en eJ departamentb de Kibliotecas. Entre los redactores se contaban Heliodoro Valle, ^ ‘ ■ ' -si Sic. “Lubrico vesper”, Op. cit., p .' 63 . j ** “El poema de la urbe cruel”, Op. cit., p. 202.
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La VIDA OCULTA-
1922: LAMECAZUELAS CONTRA VANGUARDISTAS
' tiene.‘ya*ganada^la materia y que pof feso, yneld! libre-d^ cofnpromisos.-Lertenos, en-la esfera.,debideal y de la luz. ^ > De ella sera el triunfo. No eri' vano gime, confiada, cotoo^ el Profeta en las carceles de Nabucodonosor. Ella sabe que soloel espiritufesplandece, ‘que todolodemosessombra.** ^ ^ j ' ' i * .Uno no-sabe como interpretar ifestediimno al desenfrerfo; si c6tao una •relacion sin cera d e un a lectu ra ban alizan te de'-un Vascoricelos ’conSuso, o como un cuerpo de proposiciones ideolpgipas imposta'da^'^afa ganarse aun mas el favor de un Vas cp& Ids qu e le.l ia ’de.hab er confundido basta nte ante el. El aire de mestanisn^o, el,Il ama do a union y,,a la .cordialidad militante (que*a pesar,de,si m ismo'sed as^rreg la-para descalificar a los estridentistaS),-no dejan de contr£idecir»erhalito-gonzalezmartinista de la poesia.de los directores y de.sus'acfitufles'‘lifei:arias juveniles. Ld revista seguia' inscribie ndose, litera riam ente , dpntro del gusto simbolista (Paul Fort, Pierre Louys, Mopeas, Verlaine)^ el colo■nialismo de Jimenez Rueda, el,refinaniiento de,losJviajes de.Toussaint por Espa na. La poesia de Rica rdo Arenal es y la de varib's poefas centreamericanos olvidadod apoydn'dl proyedto indoapaericdtiO' en bo^a; algunos textos de caracter pe'dagogico .(incluyenclq un.px tr’ano “ Dialogo ” de 'y iil au rr ut ia eqtre ^‘La Educa cion” y “L a Cpltpra*’) se ,inscril?en la fonica didascalica dp rigojr; \a inclusipn contiQua de elemeptos del Jolklore hacional emletras y^artea>alude a la*gran.icr6zada' de'reinVencion ‘de la'p atr ia. J ^ Ortiz de Montellano, en ^u deccion princip ia a antplpgar canciones infantiles y popularei para leccion “del pensjnjientp- aristoicratico del escritor de fama «uya.'Contribuci6n,puede y'debe enriquecer estps ve'neros” ;’el mis'mo Obtiz de Monte llano'y'Ra fatetHeliod oro Valle 'se dedican a “I raducit” ^ ^fombver 'a’ los popta^ orient’albs“f^vdrecidos y recomen'dados por Vasconcelos.y Mistral (Khayyam, Yagore,^Mohamed! Hafiz).,y a los Jiispanoamericanos (Ronald Ae 6aryalho; .Graga Aranha, Juana de Ibarbourou, Maria Enriqueta)'.’'Es‘Jcuri6s6 qud, a ^esal: de Ih proclatoa- afili-^ajotiS'de los='^‘Prop6sitos ”l^el ultimo' fiumero ■^6 la i r r e ^ la F revista "(sin; fecha,^q uiza es de qctub re de '1923)^ incluido una “Antologia nortean^ric^na moderna” con.poemps de Ed gar Lee Masters, Amy Lp^ejl, Ezra Poigid, Sandburg y.Sar a.Teasdale en traducciones de Novo y de.'Rafabl'Lozano; SPambien vale la pena
.anotar bl interes.'por la hueva pintura mexicana'(^est^Maugard,'Diego Ribera - ^ s i c - ^ , Merida y-'Montenegro). ’ A_ peSar de qii e esta- quferia, se r “ uha revista^’nueva. y joven por -el impetU'S:ori queamamanfamOs” fesulta obvio'^rsenalarique toda ella es^uiL reflejo deLmoiherito po litico-cultural vascohcelisfa y que-bue na ■p'arte- sti materi al ■proviene’de los libros quef se iniprime rr dentro. del pro gram a edit dria l Re la Secre taria y que obedecen a ja s parti cular es pfeocupaci dnest de“'sus colabora dores. lEst a'ju vent ud .patroc iqada .de tal ■modo hara'prof esion* de fe»dn la-'revista dd su alejamipnto He las modas tufbulentasi quei “astelan el siglo xx” pof 6l mismo co;itagio, afcritico de sus maestros. Se habla de “Rada” en sua paginas, perd'solo.en tone acusatorio y aludiendo a los ismos como a si^os de descomposicion; ‘a'cad a inomentb pro'^aina qu^'eVhebes4fio_“/ies ec ^r. las exa|ebaciones literarias: los ismos desmqlenados y sopebbios que s*e^acoudicidn an-me jo r .con-el.bpm b.o ruidoso de-los circos que^ con la poble actitu d ,del poet a”“ y pre fe rir a a Kipli ng sobre Huido bro, y,-todavia^ a Gonzalez Martinez sobre cual^ier atisbo de vanguardia: “Vaya nuestro mejor aplau^ Y nuestro carino mashohdo parh"este alti^iln5 pdet^ a qtiien, de lejos o'^e^defcS:, sigueff con los ojo's y bon el alma;‘l&s'mejores juventiYde^ de’Alnbr ica.’ A'pesar (ie''fodo, los dos ultifiios numeros d'e L d Falange, correspondiehfes' a septiem trb' y octubre'‘^e 19 23,*gf acias‘hl a^ colaboraci’ones asiduas 'de Novo’''y Villaurrutia^ advierten una vita lida d'y un -espiritu distihto d 'las antefiores. Torres Bodet y Ortiz de Montellano ya no podiari coilsa^raf tiempo a la ’revista por cuestiones de Irabajo' y ademas’‘c6menz^ban lbs proble mas ecoriomicos habitu ales.' Lo'm as proba ble es que la ' reVista se hicie ra con din ero d el Esta db y en' la^ prens'as universitarias" pero aurf’asi el dinero se‘necesitaba. Asi lo hace -adivinar uri llamadoRe duxiliq,, zalaiftero y tbVpe, eh h\ ultimd'numero al presi* dehtb^’Shunicipal ’d§ la'ciudaB, el cooperativislT Jorge Priet o Laurens, que habia’ifehlizadb buehas campahas de cultura po^Sular en-la ciudad. Es obvio que el dinero no llego jamas. Como con Mex ico Modern o, Novo y Villaurrujia entrarbn al quite y tratardn de hacer lo posible por la revista aunque era claro que estaba muriendo. Villaurrutia se convertia lentamente en el critico del grupo.
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** Cursivas efa el ori|inatr'“Prop 6 sitos”,
dici embre He 1922, pp. 1-2/
“Motives”, 1*' de julio de 1923, p. 193. En Contempordneos habra tambien una seccion llamada ‘‘Motives”. ’» . ' ' '' ^ Torres Bodet: “El'ultimo libro *de un gran poeta”,' 23,de.agosto He 1923, p. 283.
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'LA VIDA OCULTA
de;gu‘soinbrero hAcho,*'? / sin nada.mas: (en las ,fichas del, _cementerio los ^|son^*—). *
^p'La'JFalange publfco resenas sobre Alfonso Heyes,>^revalo Martinez,
Jimenez Rueda y otros con una'discreci6nvque.cohfrastaba?:on los/de'sIplantes de-Torres Bodet, que siempre-metia-sus resenas’-'en el cuerpo jcentrak de la revis fa'm ientr as"qu e'los 'dem 5s iba ma -da r al sotano.de- los jocho punfos. Tan ibien en .la reVista se^jiublicd'e b qu e'q uiz a fuerelt prbmer exper imenb prbsistica por alguieri^quodesppes'formaria partfirdp iContemporaneos: el “fetfato” “Mauricio*" teal”'de-'yillaurrutia, "^ue, ^6 r cie fto ra Paz le'gusta'‘rnu‘cKo “pr ecisaifiente‘por-“su^abbE-autobiq gf af ico” .*^ Novo public o tambiem'en'Ziiz-jp'a/aTig’e un fragm ent b de sti redato E lj d ve n (pequeno'»cIasico) ’^ue era', eh realidad, una» provofeacion «a la mili tanc ia optimista 4e.:la pub licacl dn: -' -r r- ' Sanbo rn’s the house of .ti l^ ^e^atesta misma gente. Hay, displicencia^en los pedidos y en las ac titudes,^^^ ^e Mexi90! Se ab urre uno. *jTodas Yas tardea te, merm elada ! jY ni’-siquiera^se pue'de hauler de afgo nuevo que'’le'Kaya sucedidb a a l^ ie h ! Fuma'r?’.'. %sta Boqmlla esta"esmaltadar^T'arece‘“qu e^a s ‘ pavas reales yan % poper en tr^K s lampara ^a i -j, ' ' ^
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Octavio Paz, Xavier Villaurrut ia en per son a y en obra, fce, p. 42. “iQue Me«c o!’^ (frag m^ tS. de-^iA/owerr),*-septiembre de-l923, t)p.“345-349.“
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» ^ > Aqu'ebpuqblo cerro los ojos it>pai:a ji q ve r la .cinta de j cielq O J “ '1 ...j f I® Ueva el rio , >1 ) , *' / , y l a c arr er a de los rieles- ^ \ « f ' " 'ji ) ‘ j u : ' ’ kan te'M ll tren. ' ^ <■ f,i it . ! ^ l El cielo y el agiia, *” ' *' • ' ' j )J 1 I, L f la ’^ia* 'la v ia ,r • ' » > 1 * T—vid as’ para lela s—Tii 1J f , ^f^j.piensan, siay!, encontrarsef 1 t en la ciudad. r
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La separaci on entre el n ueyg^Atenep y~su *espiritu de 4ucha,,riy^..el escepticismo recogido'y analiticof-de Ja^ “generaciqn iic % it e” . se convertia en un abismo. La amistad entre Novo y Villaurrutia^se Consplidaba nuevamente/despues de la.breve, separacion^ que implico,el.disci pul ado de Novo~con Henriquez* Ureha. Juntos,, e xplo raban lec tur asiy actitudes definitivamentg,jen9qnb4te Qon las de'J’orrps Bodet ^y .Grtiz de Montellano; mientras Goi;ostiza estaba spparado de. todqs,en;tSus tare as ed itorial es coii^E/ Ma esiW f(e s eL unic q que no cftlabora^eti-.L-q Falange, si bien, Gonzalez-Rojo-,apenas coopero£onun parAe-poem^sjLa poesia de Villaurrutia evolucionaba«rapid^ente,lbaci^ unj experimentalismo mesurado que^iJelataba ya lecturas-de-lqs norteamericanos que Novo le hab\a.ensehado, de.-P^llicer y de-susjprimeros'franceses. Poi; ejemplo, basta- cpmparar su poema “Pueblo” a los qucj-redactaba Torres Bodet para advertir-la.^soltura, ,fresca y original/ que-,^u.m^no ^ ,■ ^ f conseguia ya en estas fechas: | Aquel pueblo' se quedo soltero, , conforme con su iglesia, embozado en 4u"iil^cio, bajo la paja —oro,-mediodia—
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•1922: -LAMECAZUELAS* CONTRA VANGUARDISTAS
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^ Se.le fu^ jk gente ^ r con todo y ,ganadq,. y^^e.4e fue.la luna,,novia. jla,noc he.le dice ^ que alia en la ciudad se ha casado! Le dejaron, vacias, las 'c^ as {a*el, que no saBe jugar a los'dados!
'“'NbVo’ 'habia\Vlst6'e'menees^obligado a elefgi^'bntre la*-sfeveridad moral y disciplinaria'ie'Heifriquez Ufena j su grupo' de discipulosj y l a antipatia-natural que^le.producia un Torres Bqiilet que ya y »el. directorado de la Preparatoria de Lombardo Toledano. La rivalidad entre los dos / - t < . *• ^^.Septiembr? de 1923, pp. 290-291. Obras, p. 34. Npvo, “Memorias”, II, ‘ p. 11. ’’ **
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'L S VII7A OCULTA'
1922: LAMECAZUEL’AS CONTR A VANGUARDISTAS
grupos fue mayor que la mante'nidar entire el'nuevo Ateneo y los estridentistas, toda vez que un ingrediente d'et&rminante de las diferencias entre ellos lo constitma la creciente separacion que empezaba a surgir entre Vasconcelos y Henriquez Urena, y que habria de terminar con la salida de este hacia Buenos Aites-,-acompanado de su esposa, una hermana de Lombardo llam'ada Isabel*, en 1924'. El campo de batalla, una vez mas, eran las pdginas de El Universal' Ilus trado . En la encuesta de diciembre de 1922 (“^Quien es e! escritor mas malo de Mexico?”, la misma en la que vimos que Gorostiza declare jjue Torres Bodet), el autor de El corazon delirante declare firmemente- que el peor de todos es Cosio Villegas,®' mie ntras que -un’-knonimo (po sibleme nte F ebroni o Ortega, el periodista que hacikTks-^ncuestas)', d^tlara que, si yo fuera millonario, pondria un millon de avisos por toda la republica para preven ir que no se leyese a Erasmo (Castellanos Quinto; editar ia una obra par a comprobar los saqueos de Amado'Nervo y las sinceras repeticiones de (jk)nzalez Martinez. Quemaria toHoVlos ejeraprares A&Avidez, Fervor, Canciones y El corazon delirante, verdaderos yen^os nacional^l^e se venden trasnochados al pueblo.. ,
Rafael Lopez, vasconcelis^ta .y tprresbqdetiano, no tarda en respon der a la afrenta yendose directamente contira-elimaestro: Causa'Verdadera-melancijUajyerfel di&ero que gasta lajnacion^en^sostener d*Pedro Henriquez Urena, un ^critor-sin el .alientq.de vida,y he^eza, sin el (^ivii^ impulso creador. E s‘frio';|fSec6, Ueno de sqmbra. acons^jo juventud: huid de Pedro Henriquez Urena como de la, pestc. Perp qqiza soy injusto. Hen riquez Urena no es un mal escritor, es algo peor: es’un eScritot desfifiraent^.®® I,.
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Juventud acostumbrainos'llamar,»equivocando'nos 'diafiroi 'enganandonW viL mente, a la hegacion rotunda d,e 1^-juventud ailtentica: a la quCj-serpreocu pa por nada sino. Ip .odiosamjiije, sensual,. Juvpntpd Ja lsa es-es^, que se^^ya Integra en hacer facil retorica acerca de si misma; .juveritud'qup intehta <^ere^braliza r su sexualidad, <^omienzp de pmpotencia ;’ juve ntud Tnocosa, pero no con los paladinos mocos de la infahcia sino con la flema’sehil qiie'se tbsl^de' la garganta al panuelo; juventud’que habla deb'“ihtenso-dol6r'de' danaduz El Universal Ilustrado , 291, 7 de diciembre de 1922, p. 19. 52 Idem, p. 19. ^ 55 Idem, p. 292, 14 de diciembre de 1922, p. 65.
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un .verso”, c pando lo mas Ja ci l y.natuXal len xm verdadero-joven^ds que*broten. " de el aimillaresjos versos, cpmo las notas en el raud^C^lirico .de la alondra, plenos de jubilb y melancolia.^ ^ Ud^Falange'y Mexicana aparecieron casi* sihiultaneamente en diciembre de 1922, pjies Cosio Villegas, Salomon dela Selva, Eduardo. Villasenor*y Alfpnso Cravioto no queri an quedarse atras del grupo de la ‘Secretaria, *Novo relata que planearon la. revista, incluso, como un Mesdcana (que^ cohtrapeso a la creciente influencia de aquellos: a lo que recuerdo solo public,6 un numero) entranab a una oposicion a La Fa lan ge que ya traducia el distanciWiento.dpl.gru^o-de Hpnriquez Ur&qa con respecfo a l .de,Vasco ncelos .. . ” Novo estab a convencidp de que Vasconcelos “le .yofteo ban der a a Redro” y de que;el dominicano estaba conv.encido^ despues de la instauradon nacionalista, de que se apfoximaba “una epoca de simulacipnes, (Je 1? cultqrai^^de^.dempgogi^a,,de improyis^cioiiesiy .falsos^prestigios que ^‘Libro 'de'*juventud (Miniaturjas mexicanas de dosio Villegas)”, Vida Mexicana, 1, ‘ i l^ '’de dimenf bre-de*1922, j ». ‘ g^6|Henri(jdez.Urena*se*comenzaBafa separar de Vasconcelos .poctf"«despues de su llegadaaj la Uireccionr^ e Int.^rcambio de k UrnyMsidad. bos ateneistas'disperses, .como Gomez Morin, lo incit aban a^ organizar de nueyo .eL proyecto ateneista , pero, Hen nqura Urena —ledtor’a ‘la sazon d ^ lo^Socia listas fabidnos^* no^Se i nteresaba ya tanto por la formacion dJf'intelfectuai^ sOio^por Scerqar“a.,lo8i ^ e ^&‘’ld'Conleder aci6n* Rev
cpntaban, Jpr rif Ajjon|o.^daM,^ Co ^- V ill^ a^ ^S al^ on ^d p la.^ elya, Pellicpr y otros. I^rauM_ nos Wcuarda, una vez rnas,. que ^fa generacion sigi uente aj.la del viejo Ateneo era de “hacedorfe,' no de bs‘*it orei ^t 1"disS ncidift ieiit d fbl iti co fedlidarid&d con implica ba .s e #icentu6*j(5dando'> VaspiJocelos pusirr fuiio' so potqu eiLo mbar doj& rfdir ecto rvde Ta e
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Salomon de la Selvk,’iu1ri6fS^ coWaatada de M V ida ntexicana: r
14S
despues destitute a Lombardo y ex pkls o^'' Alfonso Caso, lo que causo graves‘probleriias ciftiiel estudiantado‘*Antoni6jCaso se sinti^ <(bliga6
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LA VIDA.OCULTA
no4e-ofrecia campo a su autenticida'd-^®® El cao^ feVel-'qae se endontraba^’ya’el'grupo'de’Hehriquez Ufbna* seiiace mpifiestq"^^ Vida Me xicana, una revista altamente politizada y mas dirigida haci^ la revi sion de topicos politicos inmediatos que a la ,promoci6n o estudio tde las circtinstancias literarias. Su cntica,,(casi siempre,^a car^o de^Cqsio Vjliegas") es miicho mas energica^^ue la de La Faldnge,. aunqne peca lo mismo del desbarr e, auto-elo^ioso;’su inte res p or el f olklo re, ^si’n em-^ barg o, les pone un denomin ador comun. Salva dor .Novo y Xav ier Vi-^ ifaurrutia (a pesar de que eptatan, en la pomina de La Falange) ex m considerados como colaboradores de, planta, pero ninguno de los dos dlego a publicar nada. &"o;rokiz^ en cambio, que es colaborador de^ Mexi co Mgderno y no aparec6'6n fa lista de colaBoradores, puBfica ^n la primera entrega dd la'^revista dos de siis mas celebres cancioqesj^ “^Quien me compra’una naran]a?” ’y ‘‘No es agu a'ni areiia la briHa del ma r” . , ^ , . . \ De cualquier mode, ^1 bechd d^ que Novo y Villailrrutia participen en ambas revistas significa que,carecian en ese nipmento de guias^y^o que ostentaran un eclecticismo comodino. *En julio d e/ .l^ S , *por ^jem plo, Vill aur ruti a comien'za-su Telacion-con ^Reyesy que s e^hallab a a la sazdn en Espana. Le’envia el ejemplar de La F a l^ g e eh el que.bg, resenado Huellas, y una carta, qmik un tanto impertinente, en \d,q ne pone en tela de juicio la vida dib resc a d e Reyes,-y-su sepa racio n crdnica de Mexico. Podemos siiponer Id anterior por la respuesta de Reyes', ya que se desconoce la carta de Villaurrutia. En su resena, Villaurrutia comienza por sal udar en Reyps a, un pgcritor mexicano de spriedad y pro po rci on nad a comunes” ;®^ sin embar go, concluyS qu e “ no es Alfonso Reyes Un gran pbeta*’ *y que ‘su jioesia sirve apehas '^ af a “ reco rdar y amar al otro Alfonso,Reyes que escribfa ensayos perfectps^y animados”. Considera que “ni-en-sus.*mejores-anos” logro serlo* pues no puede d eja r de se r “uh poeta cere bral . Six' clasifcisftio ^cSrece de" da inquietud romantica. que ,requiere ‘el "artista moderno fen la formu la expresada por Az orin y que no^otros creemos ‘justa” . . f ^ Reyes le contesta una carta admirable'de 'generosidad'y comprension. Le agradece que diga lo, que creelda yerdad, se queja de qi|e Hugllas estaba p lagad o de err ata s y Jo ^nduce a -no suponef.^^que )a .poesia es cosa de los veinte anos”. El suave'*paternalismo;de'Reyes,.evidenbia de ^> »■ «/ La vida en Mexico en el ‘peTiodo‘prend ehcial de Manuel Av ila ‘Camacho, p.i665. "Huellas'\ La^Falange, julio de 1923, ‘pp. 248-249.
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1922: LAMECAZUELAS CONTRA -VANGUARDISTAS
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que resp etab’a a-este-.jovencito exigente, termina po r pr oclamar la “fe en la cu ltu ra '^e eh Mexico es menester preditar- a toda bora” : •'
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Me pqngo retorico, perb es, que hablo con u np.de ,mi mismo talldr','a-quien de tu a tu, como^soldadps que se baten en el mismo frente, ppedo decir; “No abra s tu mismo un boqx^ete. en el mu ro; no cedas razones ,a los barbarqs, tfuestros enemigos boniunes; nunca'digas'nada contra' el estudio', contra los libros, contra los severos castigos de la reflexion.” jAy, si usted supiera que en el centre de mi mismo da cualquier palabra venida de los mios, de mi Mexico!
Poco despues, con motivo de una nota de Villaurrutia a Vision de Anah uac y por haberle pedido Torres Bodet colaboracion para La Falange, Reyes contesta con un “mensaje al grupo de La Falange^^ que contiene otro, delicado pero definitive, respecto a las tendencias nacionalistas de la publicacion: ilfi vision es un primer capitulo de una serie de ensayos de reinterpretacion de la historia mexicana. Reinterpretacion de la historia, en el mas vago sentido de la palabra historia. Me he puesto esta divisa: “En busca del alma nacional.” Como ve usted [la carta esta dirigida a Villaurrutia] mi ideal es el de La Falange. Espero [. .. ] que les interese un libro de articulos que tengo. en prensa sobre la necesidad de que el artista vuelva a trabajar para el pueblo: no quedandose —claro esta— en la sosa imitacion de los productos inconscientes y de acumulacion que son —actualmente— del gusto del pue blo ; tampoco diluyendo el grano de sal folklorico en un caldero de agua tibia [...] sino aprovechando el sentimiento difuso del pueblo, y perfeccionandolo...^«
Poco tiempo despues, Reyes regresaba de Espana. La Falange habia desaparecido y Villaurrutia se encontraba aislado y confuso. En los pocos meses que Reyes paso en Mexico antes de viajar a'Paris vio mucho a Villaurrutia: su principal logro fue convencerlo, una noche en que cenaron con Gomez Morin, de que abandonara la Facultad de Jurisprudencia, que se “dejara de cuentos y que lo que queria bacer era dedicarse a las letras ” .®° Vi llau rru tia obedecio, pero se nego (v iajer o inmovil) a seguir el consejo de Reyes respecto a que la unica opcion era Carta fechada en San Sebastian, Espana, el 13 de septiembre de 1923. Recogida por Miguel Capistran en “Mexico, Alfonso Reyes y los Contemporaneos”, Revista de la Universided, XXI, 9, mayo de 1967, p. I. 5® Carta fechada en Madr id el 10 de octubte de 1923. Ibid., p. in. Cf. Alfredo Cardona Pena, Semblamas mexicanas: “Xavier Villaurrutia”, pp. 144-145.
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LA VIDA.OCULTA
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ingresar ahservicio.diplomatico. Aqui,‘a pesar de todo-, del tejlio y.el ambiente poco o nad a estimulante, se est aba bien . A ‘ demas, los amigos eran insustituibles: en el numero de septiembre de La Falange habia conseguido publicar un poema de un muclTacho del que solo'babia o!do hablar un par de anos antes cuando hablan publica'do un poema siiyo mandado desde Toluca en Poticromias, Se trataba de Gilberto Owep.
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VIII. 1923-1924: SENORAS'Y'SENORES,
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CHUPO , GoROSTIZA.PHEFIE.RE .EL TEATRO; NovO Y LA INaPJENTE DRA ATURCIA; CAMBIOS e n EL CABINETE: APARECE EL DOCTOR Ga st ^LUM; I EL'P a r n a s il l o DE Sa l u b r id a d ”
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22 de mayo de 1924, Ja im e Torres Bodet hace publico un e:lamenconciencia sobre sus bbros.aparecidos basta 1923. No perdona nin
pues dura nte J9 23 p.ublica tres poenjario s mas que' sum an un total de
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^1 contestar la encuesta de El Universa lIlus-
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de 192^ p. is!
Poe*a?..E»cuesIa
de Ortega, M 147
Unve rsal llustrado,
1
22.de-mayo
1927: HAY QUE PERDERSET PARA ENCONTRARSE
•XI. 1927: HAY QUE PERDERSE PARA ENCONTRARSE,
ECOS DEI. BXTRANJERO; LA KEVISTA EUNDACI6N DE LA REVISTA LA
actmlidad,
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SE VA a! HAW AII;
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NO LA v a n g u a r d i a ; p o e t i c a s ;
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d a s las noches, cuando comienza la avenwra de t/Kses, asisten al I C d o restaurante Quick Lunch donde cenan ^ ^ mantequilla Novo, ViUaurrutia y Owen. “Sujetdndose al lema del cafe - S i l v e s t r e Pa rad ox - se sirven rapidamente sus emociones del dia ” ^ Gorostiza y Ortiz de Montellano asisten de vez en cuando tambien. U s n o l e s de t e L o o de baile, se juntaban en un ” llamaba El Fdnix, que Abreu Gomez recuerda d md ido en ' a mano izquierda se juntaban los escritores y penodistas. A mano dere cha, casi a la entrada, formando pintorescos corrill^, reros novilleros y demas gente relacionada con la lidia. El fondo, cerca del mostrador, era el lugax preferido por los comicos. En el nos veiainos ViUaurrutia, Gorostiza, Ortiz de Montellano yotros dem enos nota . V -
To
S rm U a jugaba tenis en Chapultepec los sdbados con sus her— y llegaba a comer a Sanborn’s con Novo, U zo y Owen y de al h se ibim cafa de Lazo a emprender infinitas partidas de bridge ine- ew ocasiones, se continuaban el domingo. N«vo declare que el. La o y llaurrutia eran los mejores, mientras que O rta de Montellano lo de t« taba y Enrique chico se apasionaba en la misma m edida de su umpUtud (seguia siendo un ajedrecista nato, pero nadie quena jugar con el). Sin embargo, los dias de vino y.rosa s, de la queja ^ escepticismo se acercaban a su fin Las V era hora de asumir posiciones mas combativas. Durante 19?6 se ha L rd ed ica do a escribir mis que a publica. Tones Bodet habia logado penetrar en Espana gracias a E nrique Diez-Canedo, quien le h ^ i puMicado un a antologia de los libro s previos con un a ' lita V con aires de conquistador. Poesias, con el sello de Espasa-Galpe, habil circulado a mediados de afio y muy probablemente fue el mismo Torres Bodet quien comunico la nota que El Vm ve rs d Ilustr ado public
I
1 “El cafe de nadie". El Universal Ilustrado, innio 3 de 1926.
* “Celestino Gorostiza”, ‘Sala
de
retratos, p. 120.
271
jfoco despue s: ^^Poesias ha obtenido en Esp^& uir franco exito de liJbreria, a tal punto que puede decirse que se ha terminado casi la primera edicion.” ®La fantasia de Torres Bodet tiene su contrapunto en la realidad con la que el trabajo del grupo comienza. a adquirir cierta notftr riedad en el extranjerq: algunas publicaciones del momento, sobre todo en Hispanoainerica, cpihentan sus libros con entusiasmo,.en oposicion a la prepsa que suele asombrarse de que la poesia del pais recientemente “convulsionado.por una guerra civil” p ueda resultar tan indiferente a su realidad. iP 27 en Cuba, Ate nea en Chile, Nosotros en Argen tina, son publicaciones con las que el grupo comienza un. verdadero intercambio de colaboraciones. Los argentinos, particularmente, con quienes el grupo sostendra una fuerle.relacion a partir de este momento, los prontueYcn cop asiduidad: un Ind ice de la nueva poesia amerU carta, con prologos de Alberto Hidalgo (que fue el compilador), Vicente Huidobro y Jorge Luis Borges, es editado a mediados de 1926 por la Sociedad de Publicaciones El Inca, Buenos Aires. El indice incluye a Novo, “ Autor de un yivaz carta pac io de p ros a y verso ”, Pelli cer , Maple s Arce y T^blada. Guillermo de Torre, comentando el Ind ice desde Ma* drid en la Rev ista de Occid ents* advierte que faltan “ViUaurrutia, que tan finqs y delicados Ref lejo s nos ha ofrecido liltimamente; Goros tiza, Ortiz de. Montellano y otros. que no obstante ballarse situados en una zona m^s templada —dado el caracter poslsimbolista de su poe sia— como Torres Bodet y Gonzalez Rojo, debieran figu rar en este indice, con tanto o mayor motive que la inclusion, algo retrospectiva — jrela tivam ente! — de T ab la da . . De Tor re y Diez-Canedo, los americanistas de la.Rct;wia de Occidents, si bien atin.no terminan de adverti’r que existe un grupo —ry por lo mismo tienden a hace rlos strange hpdfelhws de los e stridentistas— s i senalan y a la existencia, en M&cico, de dos tendencias fencontradas en el quehacer poetico. Antonio Espina, narrador muy admirado pdr Gorostiza y amigo posteriormente del grupo, tambien desde larevista de Ortega, es el primero en senralar que existe ima suerte de subcategoria dentro de la intelectualidad mexicana: Se trata de una'intelectualidad en marcha. Una literatura y un arte que abanderan nombres valiosos, reconocidos allende y aquende: Rivera, Orozco, Vasconcellos_ [sic], Alfonso Reyes. Martin Luis Guzman, Azuela, Gonzalez Mar* “Libros y revistas qufe Aos llcgan", 27 de agosto de 1926. * "Indice de la poesia americana", XV, XLTV, febrero de 1927, p. 269.-
272
BA VIDA.PCtBLICA.
tiri[e2 y el grupo novisimo’de Villaurrutia, Gorqstiza, Torres .Bo^et, Gilberto Owep, Pellicer, Novo y Gonzalez Rojo.® Ef grupo, sin embargo tien de a disgreg arse: por tuna .parte. Novo, Villaurrutia y Owen se- alian cada dia mas, mientras ,que Torres Bodet y Ortiz de Montellano parecen aislarse en sus qficinas. Gorostiza sigue en la soledad completa y Guesta apenas ^ comienza a int e^ ^r a Vi llaurrutia y Novo gracias a la insistencia de Owen. Torres Bodet dedica bue na pa rte de su ti empo a sus amb icion es.po litic as-y comienz a a pre par ars e, apena s se ini cia 1927,* pa ra ing res ar al cuerp o diplom atico. Viaja mucho con el doctor Gastelum por el interior de la. Republica, como anos atras- lo .haMa hecbo con Vasconcelos, y tambien. por el extranjero: en marzo de 1927 viaja como ayudante de Gastelum a Nueva York y a Washington a una confe^encia mundi^l sanitarm^ antes de pa rt ir en- vapor hac ia La Ha ban a, donde , a invit acion de Mari nell o -y de. Jorge Manach, da. una conferencia; “Perspectiva ,de la literatura mexicana actual”,-despues de^pasarse una noche de farr^ con ellos y discutir las posibilid ades-’de hacer una revista lit era ria mexicano-cubana.* Gorostiza. sobrevive sus labores en Salubridad escribiendo ,resenas -pa.ia.El Universal y para el magazine semanal sobre Vasconcelos (“el vituperado polemista”)^ al tiempo que se dedica a traduc ir desde Ferenc Molnar hasta Joseph Conrad y la pieza teatral “prohibida en ingles, desconocida en espanol” — a decir. de Novo— titulada Maid.^ Goros tiza, desde antes (y muy probablemente gracias, a la insistencia' de Luqu in) , contemplaba en serio la posibilidad jde ingr esar al servicio diplomMico. Celestino, su hermano, obviamente sin mala intencion, declara que ‘‘como premio,a las Condones para cantor en las barcas^ obtuvo unpuesto de escribiente en jeLconsulado de Londres conjel propogito de conocer Europa”.®Asi que, durante 1927 conjuga su trabajo en la * “La poesia-iberoamericana hoy”, XVI, LXI, ^ulio de 1928, p. 122. , * El desierto inter nado nal, p. 233. f “Un hombre, un libfo”, ’El Universal Ilustrado, jueves 18 de marzo de 1926. ' * Novo coihenta que en este momento Gorostiza comienza a traducir. una novela' de Con rad, pero no dice cual. (“El cesto y la mesa”. Revis ta de Revistas, 8 de octubre ,de 1927, p. 5.) Octavio' Paz recuerda una escandalosa pieza, teat ral de esos ,ano s titu lada Maia que describia los amores temibles entre un jove^ poeta y una prostitute. ^.Mi Chumacero me explica que Maya es una pieza teatral de ^m on Gantillon (1890- ?) ,y que, %n efecto, Gorostiza la tradujo para la Editorial Culture que la public6 en 1930.'Es l a ’nistoria de Belle, una pros titut e generosa y pure que cobij a el dolor y el- deseo de los hombres. La pieza se puso en escena en 1930 en Mexico y provd?6 u n escandalo. ® “Mi trato con escritores” , II, p. 100. *
1927: HAY QUE PERDERSE PARA ENCONTRARSE
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Direccion de Salubridad ‘con'su preparacioh para los examenes. No seria dificil suponer que su creciente amistad con Pellicer tambien lo impulsa a viajar. Hay cartas hermosas que lo justifican. En una de edas, le pregunta a Pellicer que prefiere ser: aviador o poeta. Lo del aire esta aplazado -contesta Pellicer-. Ahora decididamente voy a ser poeta. Mis versos van desnudos y sin zapatos, pero'eso sii ique corbias y que plumaj^ insolentes!... Camiiio hacia la'pOesia mistica y fambien k la poesia/social. Qmero ser un gran poeta.“ Pellicer se hallaba redactando en este momento Hora y.v ein te y aca babd dcT egr esar de su v iaje a Tie rra -Sa nta, del que gal dn' an’conio p ri mer tesumonio las “Variacibnps s0bl:e un tema de viaje (A Alfgnso Keyes en Pa ris )” ; se.considera “el'iiltimo degoliado que vigila la‘ degollacion diaria de la*Victoria de Samotracia” y esta a -punto de iniciar su viaje a Proven^a^ y a- Avignon. Jorge Cuesta, que habia regresado ^a Mexico'en noviembre d6 1926' sobresaturado^ de problblnas de trabajo , amorosos y filia les " reanu da su intim a amistad con Ow^h y al poco tiempo cbnsigue ingre sar ’con los deinas a- Sa l^r id ad con Gastelum. 'Como ya se dijo, durante' 1926 ha-estado .escribiendo po6sia,-que, en'su caso, quiere decir apenas^unos versos. Para Owen habia escrito el ‘tretrato^de Gilberto'Owen” qife de. bia ab n r Desvelo y que q uedo en el ol vido hasta hace algunos ano’§;^“ cuando al fin aparecio complete, y que,-«e^n el mismo.'Owen, retrata mas, a Cuesta que a-el: >
Y para defer^der los dulces numeros pitagoricos que deqtro de sus nueyas proporciones cantaban, dibujaba a su )a‘do muchachas apacibles cuya sola prpehcia confortaba.
^
Pero la cohstancia ensepole pronto .que el amor verdadero es menos breve que los gratos objetos que lo mueven, los aparto luego ’de si, para quedarse solo. 11
Cfr. la que d e S lo f n i T lo forta lye, Revist a
por si mismos”. Revista de la Vmversi dad, XXI , p. V i: Cai:ta al padr e , Poemas,.ensayos, testimonies, V, pp . 134-135 • “No nodi a se r ^ e T y t o d ^ i es m S h o ^ ^ y dudando aun de la estimacion 'desinWesa'da-que recuixas.. . a ju8tificaciones;que me averguenzan:. s” de la Universidad, 6-7, febrero-maizo de 1975, p.' 3.
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y sembrg'en soledad el gesto puro. que amoroso cuidado nutre y guarda, pa ra mostrarlo in alterable ^ dia que traicionen su fondd las ventana s...
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1927: HAY QUE PERDERSB PARA ENCONTRARSE
LA’ VIDA PXJBLICA
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La l lega da de .Cuesta coincide ,con el halla zgo definitiv o. de su voz poeti ca y.c on su aler ta comba tivida d critic a. Owen, insi ste 'en que, al un|rse: al "grupo- de soledades; Cuesta “s e.situ o desde luego^como su critic© mas escrupuloso y exigente. ^ . y -como su poeta 'ma s’acendrad o, con pureza rayana en la esterilidad”/® Traia de Veracruz, ademds, un proyQcto: la confeccion d e un a a htolog ia en la que, criticam ente, el gr u po seleccio naria la poesia mod erna mas ' repre sent ativa de la 'tr adici on en la que ellos mismos querian, debian, situarse, y asumir esa' responsabilidad firmandola con sus'prdpias selecciones. ’ Owen, por su iado , viv ia entr egado a la fes’cri tur a y soportaba^-con resignacion su carrera burocratica en la presidencia. La llegada del “ingeniero del Ingenio”, corn© llamaba a Cuesta, do enCuentra'redactando Line a y Nove la c omo 'nub e y ’coh su habitual ristra’de'autocalifi? Cativos: “ suspicaz, descon fiado; pes imist a” “ Cerca de Novo *y Villaurrutia, Owen participa tambien de los planes de' sus amigos* de sacar'una revista literafia que recojaaus trabajos y su humor^ y^que.se convierta, simultaneamente, en escandalo yen afirmacion de principios: Vlise s.
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'’Nov o‘era dbviamente eriidf er'n atu ral fen'esta’emp resa: cerckvde*Puig Casauranc y en su calidad de jefe editorial de la Secretaria de Slduca* cion Publica, tenia acceso al poder y a la infraestructura editorial. Sin embargo, Puig no podia avalar abiertaihente la idea de una revista literaria encomendada a Novo y a Villaurrutia, contra 'quienes buena pa rte de la polemica pro lite rat ur a v iri l se d irig ia, y much© menos p ermitir que su propio nombre se viera asociado al de ellos. La revista que Puig si impulse fue una'mucho menos arriesgada,‘mas manejable y, definitivamente, mas p restigiosa: / ’ormit;'fevista “ de* artes p lasticas que aparecio en noviembre de 1926 —aunque estaba fechada en octu bre— y que segui ria aparec iendo , con irr egu lari dad , tiasta media dos de 1928. Para Puig resultaba claro* que tina fevista de artes' plasticas podia causar una mejor impresion. eri el extranjero y una mayor comodidad IS “Encuentros con Jo rge . Cuesta”, Obras,'p. 242. “Examen de pauses”, Obras, p. 192.
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local-toda* vez. que, en.el niundo de la plasticaj el‘consenso se hallaba mucho mas .establecido, estaba menos -amenazado por la polemica y circunscritb-a umgremio en.apariencia mas homogeneo en sus aprecia? clones.. Ademas, el'exitb de las escuelas al air edibr e hab ia sido probado; la labor de los rtnlralistas ya eri'sinonimo de arte comprometido y revolucionariQ,-.y tanto la'opiniori publica nacional cdmo los comentaristas extranjeros co incidian^n que'esta era la forma artistica-mas elocuehte y dire cta xlel triu nfo de* la Revolucion. Puig presehto el primer niimero insistiendo, nada.mas, eh el valor expresivo de las escuelas al aire libre y en su iniportancia par a delimitar una busqueda de la -nacionalidad acorde con los requeriihientos del ^)ais, sobre'todo,*^ desde la infancia. La naciondlidad;^termino clave de la Tevista, preside todos sus' afanes; la educacion,-el espiritu,*lo distintivo del moment©, todo cuaja en las artes plasticas (pi ntu ra, escultura, dibujo, artesa’nias practicas y artisticas, arquitectu ra, etce tera) . Un fragmento d e ‘la presentacion de.Puig Casauran c ofrece la temperattira del^cuerpo de la revista en sus siete numeros: Las artes pl^ticas constituyen no solamente un fuerte lazo espiritual al ex presar —postulado, del ar te— dolores y ensuenos humanos que in tegran -nuestra mas,alta armonia nacional y universal, sino la revelacipn, cada vez mas clara y 'patente, del formidable caudal de fuer za crea dora que alienta en nuestra raza.‘ Esta dua lidad primoVdid de la raza, qufe faadie ifegara,- la atestiguan las n iina s'‘nTaravillosas de Uxmal y de Teotihuacan, flor de la precchquista',. y js upe ro los -m ode lo s importados de la colonia con’ el-empuje vigorbsjsimo--de,,su fantasia desarroUada en las iglesias levantadas con lagrimas; fuerza creadora y fantasia ariistica que despues de tres siglos de oscuro silencio sigpen arrancanSo'al ^eon y a la india de su miseria y su abyeccion por el arte manifesta^o feii la tilma de leVe gracia, en el jarro dorado, en la jica ra d c colores pe rfe ct os ,^ el petate policromo, que son, en la choza lejaha, como una nota clara de seguridad y esperanih.. Las “Escuelas al aire l ibre”, fu ndadas por Alfredo Ramos Martinez en 1913, "'fueron Teinauguradas en 'l§25r'Xochimilco a cargo de Rafael Vera de Cordoba; Tlalpan, a cargo de Francisco Diaz' de Leon;! Churubusco, a cargo 'de Ramon Marti nez; y Guadalupe’ Hidalgo A cargo’ de Fermin Rerue ltas. E l resultado, segun se desprende de una edicion de trabajos, fue magnifico. Los alumnos trabajaban cuando querian y no se les sometia a norma alguna, asi como iampoco* se les exigia im solo requisite para entrar. La 'esc^ela 'proporcionab'a 'el material y'el maestro se.limitaba “a vigilar la realizacion del trabajo y a impedir al alumno la desviacion de si.mismo”. Nofo, que amaba el proyecto'y lo estimulo siempre, escribe sobre el en Forma, I, 1, octubre de 1926, pp. 16-17. A el se debe tambien el prologo a la mu^tra publicada por Beliak Artes en 1929. “Forma”, Forma, I, 1, 1.
LA VIDA'POBLICA.
1927: HAY QUE PERDERSE TARA‘ ENCONTRARSE
La revista cumplio con su'bbjetivo y con lo anunciado por Puig; conserva’r a los indios en sus chozas churrfguerescas, con sus artesanias armoniosas y suH imar hasta lo ihsos'pediado el valor *nacionalista del nuevo arte'revoMcionario. Orozcahablo contra “ la .abominable pintu ta de exportacion que nos envia Europa” ; J ean. Chariot —uno 'de los muchos ' extr anjer os incorporados- al nacioYialismo— se quejo de que “el‘ 99 % de nues tras ' obras de gente^ cultiv ada no deb’efi an ser sino objeto de risa para los criticos jazonables’ y para esos .creadores del arte popular, algo ksi como el ilofa que -ebamo emborfacbaba para ensenarlesa sus-hijos lo repugnante del'viciQ’\;>Gabriel Fernandez Ledes ma, d irector de la revista, conihifid a*l6s' artistas a '“ educar al. pueblo en el nueva coriceptb estetico-racial de nueslra-raza presente” [sic] y a “descubrir.la fo rmula ideologica expfesiva de nuestra p ^tria sin volver los'ojos a'Europa para-traducir el magnifico poema de nuestra vida amedcana” . Bueno, hasta Novo —que p osa bap ara los pintores*descastados y xolecclonaba arte vang uardista- ^ 'descubrio “eft cada p iedra, en cada huella, en cada letrero, l a m aravilla *de ‘simple, directa expresion significativa que hoy busca Europa en sus hombres mas cultivados y que a hosotros no n*os ha abandonado nunca”. El papel de Novo en la revista no se limit© a escribir c6feas comb la pienci onada . El esp irit u proped eutic© y •combativam ente autoctono de la revista Uega francamente a la xenofobia sazpnada de un curiqso triunfalismo definitivamente acntico, cuyos ma$'’afilados defensores son ‘Ch'arlot, Paul Weston y Tin a Modotti, par a 'quieiies el nacionalismo solo es una etapa politica important?. Puig, siempte cauteloso, nPmbro entonces a Novo “Rep resentante del crite rio artistigo, de la Secretaria de.,Educacion” y como tal actuo durante^ la accidentada vida.de la pu blicacion,'* aunqu e en el prim ero de sus num eros se le da un nombr e menos eufemistico: “censor” . La presencia de Novo implica una doble estrategia: Puig lo necesita en la. revista y Novo sabe que podr a cobrar el favor m^s tard e. Sabe, taftihien, que’su presencia le permitira dar k"batalla a los radicales-fe invita- a cblabbr ar en ella a Villa urrut ia, a’‘Lazo', a Owen y a Samuel Ramos. Su poder queda manifiesto en el hecho de que, en el numero inicial, entrega las primeras tres paginas a Villaurrutia, quien publica ‘eh ellas su segundo textd sobre Lazo. Villaurr utia defiende el arte “sin leccion, sin historia, sin moral, duadros qpe son' el mejor ejemplb de una pintura desinteresada que conoce sus limites y que sabe reducirse
y vivir solo dentro de ellos, comodamente, sin excesos romanticds, pero, al mismo tiempo, sin miserias asceticas”. La defensa, apenas Jnsinuada, del. “ arte desinteresado^’ -*-termino acunado. por .Heidegger par a ref?^ rirse, aL arte de ntayof valor, es depir, al se desinteresa de “rea lidades previas, totalizantes” y se interest en cambio en la re^lidad compleja y caotica de k conciencia— que hace Villa urrut ia no se atrpve auq a pmprender la polemica contra los. representantes del-arte Vkt®' reshdo” . No. obstante, penhla una disyuntiv^ del tpno general de k publig acion y. su cayacter ^ ubr ayad ame nte simboliqo po r el hecho d® sen? el prime r texto, pp unta hacia’el conflicto en tre'los Cpnjqmporaneos y sus opositotes que, en ^lateria de artes plasticas, no tardarfa jep aflorar. Lp cau tek del,grupo ant?.los.alardes nacionalistas acus^ una discrer cipn.que se.les convertia en incomoda conciencia frente a los.proyectos que,. como Forma,, pretendian militar. dentro de, un nacioilalismo, tap estrecho. Sabiaii, con Benda,„que “k^pasion nacional esta hecha.menp§ de la. adhesion p- los 'intereses de su nacion q ue del orgullo que tiene po r.e lla , q\i e.' de 'su yolunt ad de senti rse en e lk , de reacc ipnpr a IPs honored y a Jas injurias que cree que le han.sido hechos. El sentimientq nacion al, al yolverse pop ular , se vuelve sobre todo el^ orgullo. nErcional, la su scgptibilidad .nac knal ” .^^ Ckro esta que el a.djetivo “desinteresada” tque pmplea Vilkur ruti a'cum ple con el doble propositp de denunciai; (ante los iniciadps), y aparentar conceder (para los comprometidos\ loSjdos respeclivos elempntos de la'pplemica que vendra; pintar con los o jo s' o p in tj ir co n 4 ^ i de as . ^ r- , No cabe dud a de que ^dentro de k'Y evis ta se comenzaron a divi dir los intereses'que Jiahrjian de eulminar en la inclusion de algunos dp.los Contemporaneos,,’debidamente caricaturizados y poco .viriles, ,en'up mural d? Diegp'Rivera, y .de la redaccion temible de “ La diegada”,de Novo, A ’lq't esis esti\ lend osa de Chariot de que “las pin tur as de^.pulqqerfa, utilps ,y buenas, .son.ks.mayores glorias plasticas de 'Mexicp'y-de hoy”,' enunciada completapientp en serio, se opone con rp^a?, discrecion eLanalipis de^ Villaprrutia, Owen o Ramos. Lazo, por ejemplo,’^dimra a Orozco porque e,n.sus mural^s.comienza a olvidar k-apec dota y la literatur&,“y muestr^ al pintgr de.habilidad en ,k organizaciom de gru: pos apr end ida de la mej or ,epoca ita lian a: Gadd i, Aretip o, Mar tini, Gipttp”,/ Upa.pagina antes-Orozco tronaba contra los seguidores.de la
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“Las pasiones poh'ticas", Examen, *2, septi embre de 1932,. p." 5.
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academia italiana. De ahi en adelante ta guerra interna de Formd^st agudiS:6' y, 'en l a m isma propo rcion , se- disimulo en gestos y guinos. Fernandez Ledesma publica'un texto de Anita Brenn er'sobre Siqueiros y Novo agrega una nota en la-que adepta que se'publiquen los cuadros “por.io que de firme expresion plastica tienen, sin que le intere^en,*rii menos apru eb’e, sus ideas filos ofica s o ■poRticas”. ’ L& batalla de Forma dice mSs- de lo qu?5 calla, porque su manera de callar es''elocuente. Lds nacioilalistas no podian dfeshacerse de los “ejp quisitoS” porque Novo era, a firlde'etientas, el del dinero. Los “exquisi tes” se diVertian molestando a los naciorfalistas’ con sus' pequenos *sabotajes ideologicds. Revista hibHd a 'en ese sentido, Forma contiene el germen de la disputa sobre nacionalismo y universalismo que ya- des piles, cadd gi^ipiS con-sus respectiVos organOs de difus ion, 'Sos'tendfa en su mdnlento. Cabe senaldr; sifi embargo, un datb no -por curioso menos per tine nte 'en lo qiie to ca a Forma. La etap'a’''pr im eri za' de‘nacionalismo que cubre la reVistd permite'la ironia desd^'el niomento en el que sli nacionalismo cae exactamente dentro de la parad oja.d e Bend’a, en grado tal que’acuna sli propia caricatHra: el'-nacionalislfio de Forma consiste en dem'ostrarse no p or lo q ue tietie d e prbpio*,-sifib pdlr lo ’que tiefie de prim itiv e, o bien, pbr un'sinc^r etismo'p lasticb qUe sd' ale gfa en demosttar como lo que los maestros eiiropeos consiguen laboriosamente se nos da aqui del modo mis natural. Naciorfalisme 'asimildcionista, el de Forma se ilustra en un comportamiento editorial que -^por estar ahi Novo---- pd dri a ser una iro nia :' pu blicar,- en pag inas eticontr adas, po^ ejemplo, una escultura vanguar dista europea que niuestfa a un ’jinete con -la- leyenda “50 000 francos” mientras en la pagin a opue sta se ve a otro ’jinete, pero ahora mexicano, de paja, “prb ductd f^el genio del indio mexicano”, con la leyenda “5 0 cefttdvoS”. Iron id de una ironia, el Estado decidia de pronto revalorar la escultura de pajd del indio para opbnefla'a la decadencia del'a’tte europeo. Jlfor/Titt', en su candidez*, disfru taba senalando totno '“decaden te” a 'un -arte al qiie, sin embargo, bponia* re alizacio nes vern acula s que, *pof pbp ular es, resa ltab an coino prog resis tas. Forma, testimonio elocuente de la confusion naciohalista del momento, jamas llego, por qtra parte, a'distingiiir fehtre su legitimo feiyor pktriqtico y las causas para legitimarlb en obfds e ideas, no diganios'ya para sustentarlo en un discursd critico. Su estr'uehdo casi'fanatibo desplazo, por autosuficiente, la urgencia de un apdrato de ideas que situaran el arte del pais frerite a si mismo y frerite a Eufopa; corno
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talj-fue mas.un documento de nuestra-susceptibilidad que de nuestra necesidad de, al afianzarnos en lo distintivo, promovernos universales* La participacion. de Novo en- Forma, dentro de su molesto cargo ^de “censor”, se convirtid, gradias*a su disposicion Vitridlica, en una diversi6n.;Noyo, a demas , 'e’staba espeirdndo su pro pia opOrtufiidad para aprov.echar las'p'rebendas que sii cargo Id otorgaba e Invertirlas en un^ empresa-tnas piersonal. La amistad y, segun lo sugiere Novo, pLcarino qiie Puig Ca'Sauranc le .dispensaba, lo llevd a convertiirse en el principal aliado del funcionario. -Cenaban juntbs, asistian al teatro, comprqban arte.^Novollegaba-alacasa de Puig Casautan'c p*or la'manana ajjonerlo al tanto-de laisituaOidn politica; juntos salian hacia la Secretariat Novo estaba presehte eri tddoS' los acuerdos importantes. Puig de ’pregunta, a priricipios^de 1927, si no le gus taria represe ntar a Mexico en la ‘fr imer a Corifereficia Pahpaci fica sobre .Educacion,- Rehabilitacion y Re pred'.p or.rda lizarse en Haw aii. . > / Novo tuvo reticdn cias ante la posi bilid ad del via je. Jam as ha bia visto el m ar ,y ya bontfiba- con 23 anos de edad; cierta urgen cia mitica lo inquieta pa eu es^ sentido* y acepto ^ pesar de su ^ronica inmovilidad: “Me-.maridan fu^ra de-esta ciudad de'la que no espere salir nunca.y en donde me esperan algunas cosas terminad as y otras pendientes.” La preqc upagjo n may or era la intencion , fir me ya desde .final es de .l9 26 , de sacar^una-revista'literaria lo mas pronto que fuera.posible..“Suenq acariciado Jargamente” por Novo .y Villaurrutia, JJlises querria habeij apatecido-con el ano, en enero,.pero el viaje de Novo — ademas. de. los habituales problemas de ultima bora— postergaron la aparicion del pri mer 'numero -hasta mayo de 1927. P ero hab ia otro ben eficio -queF se desprendia deWiaje: al mandar a Novo como su representante, Puig Cas'auranc r^dfirmaba en el su opnfianza.y amistad, que serian sumamente piOvechosas para sostener economicamente a Ulises. ' No.vp salio de Alexico el -15 de .marzo de 192 7 ha cia u na jor nad a sentimental, memoriosa y contemplativa, mientras Villaurrutia se.encargaba de los ultimos detalles de la revista. Su entusiasmo no tenia limites*: por'primera'vez dispohdrian-de una publicacion propia-y regular, digna .expositora de sus’-principios, ide as y voluntad de erea r. Si fel grupo inicial, el del Nuevo Ateneo se habia ensayado con La Falange, ahera corresppudia a “la generacion bicapite” la oportunidad.-'-Con Retu rn Ticke t, Toda la prosa, p. 162.
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viene as entar que ambas ‘generaciones c rean ‘sus resI^ectivas revist as a la' mis ma e dad’^ como h anterior, Novo* y Villaurrutia estaban en los 23 anos cuando empiezan. 'N(5V(5, relponsable directo de la revista aunque compartiera el credito “red actor” ‘con Villau rrutia , obtuvcrdesde liiego el financiamieilto y lafe-fapilidades de imprenta. Tatnbien'consiguio^que^los Qolabbradores’fiferan mas sus amigos que los'de'Villaurrutia: se podria'invitar a Jorge-Cuesta y, por'supuesto, a Owen* como colaboradores'fijos..Cuesta; a su vez, permiti‘6 la entr ada-de Samuel Ramos,*y ya. Del' grupo de Te tres Bodet nd se acep'to'a nadie,*.y solo con/cI tienipo, eri^M terceu numero'j’se perifiitio la inclusion d e'u npb em a de Jai m e >y otrode-Gonft^lez Rojo. Gorostiza, 'ijue estaba cefca'’de Villaurrutia y de Cuesta^ lio colabero' jatiias, asi-tfomo .tampoco Jo hizo Orti z'de MontellanoT VlUeSf de becho* es la revista'- de la gener acion pbst erio r a *la del Nuevo ’AteUeo y se ocu para en hatferlo n ota r desde el prin cip io. *' De La Falange y su espiritu positive, mesianico y grupali &*LI,lises, el aventu'rero sblitafio de la ^‘sed verdad era” /'rt6 solo hay 'vaf ios anos de distahcia, siiio un abismo’en la nfariera de concebii* la-tarea de la revisfa y de la culltira. Si Ld F a la n ^ ed ifita ba, C//ises "cuestiona y desterriWrializa; si aquella dese^adnjertarse en Una tfadibioll'fomiaij esta no quiere na'da con la'herehcia de los'pfestigios que, Comb remo ras, la 'inerc ia h abia cbnsa'gfado ^al 'bared de la n adionalidad. Si La Falange babi a nacido de un a vbluntad constructiva y 'cdtiServadora; Ulises nace de la d eses f eraci on ante-'el filistfeisftio y su pf6pia ''sensa ci6n de desarraigo (pero no para eliminarlo: para entenddrlo y-'ampfiaflo): ‘
A
Deciamos coft el poeta de la tragedia “Hay ,que echar una bomba, hay.qu e ' tener un ^sc^dalo, hace falta una'^e esas tormentas que refresqanxLaire. Se ahoga imo, ya.no se respira.” Asi fue. Nosotros.^respiramos, los.critjcos se^ahoj garon. Nosotros-repr^entandoj respirabamos un aire nueyo. ^Que aire mas nuevo' que el de esta poesia? Los criticos sintieron que la pdesia les oprimfa 'el cuello, 1^ cerraba la ^afganta; Acab£ron por tio Ver na'day»Alla ellos.®® ' ' ' <
Insidiosa; enjundiosa, avidaj snob
* ^ Cocteau en el Orfeo. 2®Villaurrutia, citado por Novo en La vida en Mexico en el periodo presidencia t de Migue l Alema n, p. 562.
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el'adje tiyo i irit aba a'^us. editor es)’. Es la tipica>re.vista-8e experimentacioH jugudtona yrrfipazV’impredecibley-eficaz teriUorndtro- deja'&tmosfera cqlturalf mexicana ' d e finales de I q s , anos^Vginte' tanto po? lo que dice como por.ip^que ^alla. Sus baremos fluc^uan‘entre temp era^ras disonantes y su mercuric salta ante las filiaciones y los antagonismos ■hasta producir un diagnqstico ^ebril y de fina pertinencia. Su elqborado desparpajo contiene el lujo m^imo a que podian aspirar sus beterodoxos colaboradores; la-iindiferencia ante"los grandes proyectds-culturales distinguidos por el Estado y ante los arihelos literarib^ de’Ia"tradicion inmediata. De ahi,su nombre: Ulises, que algo tiene de sqledoso, de aislamiento, de voluntad personal, de ingenid y, sobfe Jodo, ’de ponqiencia d.ej.desastre. Es da mitojogia. d el v iaje ro a la qufe nos bem os rdfdrido antes', del b uscador compulsivo, del -curioso inagotable: El nombre estaba muy vivo gracias a Joyce (a quieUes’los afgehtinds'ba bia n comenzado a tra du cir en P k o u — Borges, sobre todo— ) pero„e specialmente, gracias a los franceses que, desde principios de siglo,^’comienzan a bacerlo su emblema:. paracterizacion arquetipica^ del nuevo siglo. Ya vimos como Gorostiza es el primero en recurrir en pos del e^nblema en-las pan cion es -y como, junto a -Sinbad y al Ifijo^ Prodigo, tria^da tncultural "de la nueva curiosidad.? Es. muy *pbsible-que Novo y V illa urr uti a se‘hay an decidid o ^ pr. el nombre desde aW s, desde que Gide, en 1924 , proclamaba que Ulises y Sinbad son el mismo (como de becho lo confirmara el academicismo ppsterior): I ,) CuanJejos^estarnos de Grecia.* Aqu i jnismo, cu ando grdcias a .la Odisea,‘^o.dnamos a ^rQarnos tanto. -Pero'Sinbad, nauta como GliSes, no'tiene'una Itaca qup 'lp espercy ni una.-mujerj un hijo -o qn perro r Tamp(5Co Iqs*sentimienlos f lo inqyietan., rjo'eskel m ^ Jibre, ni el mas'distapciado, ni 'el al garete. " Nj siqmera ,tjene ,'pa rec e'se r, ot ra “figura** de comportamiento. que^la, que sus,'aventur§s-le-qpnfiguran. A9 ibos careperian, incluso, de qaracter de.no-ser po r egta-pasion unic a qu e, precisamente? es la ‘que los precip ita .hdcia Id aven.tur^: una-;indcabable curipsidad. Esta pasion remite no solo, a Sinbad, gino -a todos lo& relates arcaico§.^' '
La ^reyista “de curioSidad y de critica’^ aparec e el mes de mayo, cqesta.50 pentavos y.pcejpta suscripciones en sus.“oficinas”'de^Brasil 42, Jepnrtamento 10, (cercajde la Escuela de*-Medicina)j que-no eran 21
Ocut>res;''“QudJlues livres”, IV, pp. 440-441.
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sino uri^uart o/de se’rvicib que Novo habia.^lqui lado h acia tiempo.como “estudioV, ,y vedino d el -l i, dbnde se veian Vi llau rru tia y tLdzO.’. Des pue s'd el suma^i d del pri me r huliiefb' a p^ dc io el yt iil ier o' de lo s'e pi ^a fg§*^e si'empfd siiLtayaban el tono honierico de la^mpresa:
Pero ^que entendia 'Ulises pot ‘“aventui^'’*? ELinfortuiiio mas que el azar, el ries'go calculado mas que la ceguera. Atreverse a* p^nsar, a optar, a desbarrar. Las lineas que rodean el epigrafe de 'Gide, al analizar la-personalidad inquieta de Ulises, explican-taLsentido: {
'La Odisea no es un Hbro de avent'uras‘sino de^problemas. Eugenio D’Ofs'. <* • > ! ,,La tete a u pol e,-W pieds sur I’Equaleur, q uoi 'qu ’on fassd, c’est,foujoiirs le voyage autour de ma. chambre.^ Paul ^Morand.' ,/j (
Ulises es el unico heroe griego que regresa-a-un hogar fiel; llenb de'virtud y paciencia, pdrque.permanece diez anos separado de eby.por^muchos obstaculos-Pero esta separado sobre todo porque su curiosidad vagabunda.y lo incansable de su genio lo determinan. Algo hay de Sindbad en Ulises; estoy consciente de que-anora Itaca, pero es bajo el signo* del infortunio, a j a manera ,de Sindbad, que no le impedian a este, una vez restituido a su basa, volVer a navegar. Todo indica que Ulisfes tenia el presentimiento* de que en sU hogar no 'ha bia alimento pard su inquietud, que su ene’fgia ca^ecia' alii de'empleo.'^Sera pues su anticipacidn de la seguridad y.tranqiiilidad eri'Itaca ‘lo que Jo Uqva a-postergar &u regreso?^^
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II y a un peu de Sindbad’ dans Uly^e. "Andre^Gide.,
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Going to dark bed there was-a squard^ roihid-Sinbad the Sailor’s roc’s auk’s egg' in' the bigh t of ‘the b ed bfl-all theya uks.of- the.rocs^ of- Darkinbad^'the Brightdayler. James Joyce, Ulysses^ II faut se perdre .pour se retrouver. Fenelon.
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L’ennui, fruit de la' mome incuriosite. Baiidelcdre.
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Los epigrafes eran el tirlico programa ,de la revis'ta*, 'ambi^uos y multiyalentes pro yecto s/progr amas <|ue se' regodeaban .igualmente' en su hermetismo. Villaurriitia explicaba.esto: Si usted piensa, por curiosidad y con critica, en los epigrafes que aparecen al frente de cada numero de nuestra revista, hallara que la unica doctrma de esta'-y “la 'de los jovenes que navegabamds eA ella, a la deriva, 'encontrando *' pasos'del m ar 'tn el ihar 'que 'es de todoSjlfue'la ffb’perdSmos pifrf vOlVer a encontramos. “Es necesario'perderse para encbntr&rse”,' cfibej Ferlelon. Y-pensando en la fealvacion del alma San Juan- escribe:' “De bierto que-bl-que no naciere otra vez no podfa ver el remo ‘de'los‘ ciellfe.” •^Te ndr^tji fJT'tita r de memoria la frase de San*Mated“que 'aprendi eif Gide acerta dfe Irf sSlvacion de 14 vida"? “Aquel qu e' quiera salvarla -la perd era y solo el’ que"^ ISP piftrde la hara'verdaderamenfe vida.” Releyendo una pagina 3e ChesteltOn me encuentro que es en esencia lo mismo ( . . . ) “En las' horas critica s, s61o*'salVara su cabeza el que la haya perdido.” ^Ha perdido usted la suya? Enhorabuena (. .. ) Hay otros que no salen a l^calle .para no ,mojar sus paragua s.. . Temen , las infju^pdias, por’lo que c a ^ enjas^ mas enrarecidas. 6 dian la curiosidad, Ia''imiversalidacPy la avehtura, el viaje del nspirifii. Jlchan raices adtes de‘ 'tener'trcOTcos y Vamas qucTSostener.. 1Entre. ellos'nq ^dr^'AfStird'centamos.®^
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“Car ta a un joven” (1 934). “Los Con'lbmporaneos pox si niismos”,-d'X II>
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Ayentura, sinonimo de curiosidad y' critica, mezcla entohces dos vertientes cJapJ^ales: "arraigo'en la-prqpia tierra y conformacion de -ese arraigo desde Iejos..En la misma darta un joven”, Villaurru tia.des fine las-dQS yirtudes de su divisa: iv
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La critica y la curiosidad han sido nuestros dioscuros; al menos. han sido' los mios. Bajo la constelacion de estos hijos gemelos de Leda transcurre la
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Ulises, diablo p atrono, especialista en excursiones al infiqrpo*^ — como lo Jlama Gofostiza im putandoselo a Vi llau rru tia— es la unica respuesta a u n escepticismo ominoso que comenzaba a cqrnir^e' c^da dla con mayor ehergia sol>re Villaurrutia. Militar publicamente en esta, relig ion priva da se convirtio, mas que en un proyeqto juvenil, en una forma-de perseVerancia higienica. Novo, cortado con otra tijera, pa rid o po r otr a Leda, veia en JJlises, ademas, la invitacidn a articular en ella sus lecturas y desplan tes'sutversiv os: r 23 “Pensees de mythologie dassi que”, Pretextes, 1919, NRF, p. 232. 2* Op. cit., p. XIL I ' 2®Ca rta a Vil laurruti a de 1936, “Los Contemporaneos por si niismos’*, p. -X.
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Esje grupp de c/ti5e5 rrr iue^ei^n^principio un‘"grupD“de’^rsonas ociqsasr Nadie duda^ hoy dia, de la subita utilidad del.ocio, Habi a un pintor, Agus: l:in Laj^o,^ ciiyas obra s no le ,gustaban a nadie. Un estudiante de filosofia, Banmel ^am os, a quien no le gustaba ‘el maestro Caso. Uii prpsista y poeta, Gilberto Owen, cuyas producciones eran una cosa rarisima, y^'un joven critico que todo lo encontraba mal y que se llama Xavier Villaurrutia. En largas tardes, sin nad^" mexicano que lee r, iiablab an de 'libros extranjeros. Fue- asi como les vino la idea de jAiblicar aquella pequena revista-de critica y curiosidad.®° ! ’
El primer nuAero bacia manifiestos estos principio&> ademas, en su con!enido:'Massimo'Bontempelli', un favorite de Villaurrujia, abre con un relate el ‘prim er nilmero. en el que el,.yiajero de un misterioso pren, casi metafisico, Ie*pregunta al maquinista cuando-se.detiene el convoy: “^A donde hemos llegado?”, para ^ e aquel conteste: . .a cualqiiier parte*\ Ulises, asi, carece de destine: su viaje es indeterminado y obedece solo a la aventura. Es el viaje que’anlaba Baudelaire: el que se emprende solamente por partit-.-En-ese sentido,*y bajo la-futela de los dioscuros, C//i5es.'propone ‘— como los pri mer ds echo numero's deCohtempoToneos, cuando la revista era del grup'o—' su pertinencifi 'en un memento en el que, como Forma, toda empresa cultural parece cobijarsebajo'dlgun designio oficial'(o ideologicp) re'diluaBlel Novo defin e ese cara cter vag abu ndq y centr ifugo asi: “An^es que todo, un viajero no es sino uniiombre mordido por-lasunterrogaciQnes: esas serpientes de ia tipogr afia y la conyersacion.” ” Villaur rutia, junt o a el, elige ccfmo divisa e l’Uforismo.de Pau l M dran d — quien acaba de est ar en Mexico— : “No es la evocacion de los 'via jes, feino el deseo incontenib le de nuevas empr esas lo qiie 'hace de Sinb ad un ’precioso espiritu; bay espiritus que se bacen viajando mientras que otros, los que usted ya sabe, no8 estamps ha de nJ o, inmoviles, en el ansia"* de viajar. Pellicer pOr Eufbpa, Novo viajando Jiacia Hawaii y bacia su pasado, Villaurrutia y’Tdrri en el viaje inmoVil alrededor de la recamara, Cuesta y Owen en 'el sinuo^o viaje pqr'Uno Imigmo, todos' reivin/Jican la com|)ulsi6n al viaje, ^que es decif a la‘'duda,Ua critica y la curiosidad. “El tren pasa y el iiiepto’queda. El tren esta pasando siempre delante de nosotros. El viento agita nuestras almas y j Ay tie aquel a quien re•
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Novo segun Magana EsquiveJ, Salvador Novo, p. 66. 2^ “EH curioso impertinente” , Ulises, 1, p. 30. “Cartas/a Olivier”,- Ulises, 2, p. 14.
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tiene el horror a la muerle!”, dice Torri.®^ El viaje, tambien, es bacia la actualidad,»pero a la po'blada por los fantasmas del suena, ^la niemoria 0 el ;deseo. Lo que si es un becbo es que la -actudidad (criterio superior a la nocion.de vanguardid) lo es porque carece de moldes: su natUraleza' es- la. fug aci da d misma^ el baz^.de’ fisu ras que sostienefi’ la par ado ja de-sil edifici o. “Es.’preciso no- despr eciaf- esta palabr'^: actualidad. Pensemos.que un autor plasico es el que tiene 4 a dicba de ser actual' siempre”,’ dice Villaurrutia.^ Actualidad .tambien significaba ruptu raj escisidn profund a. No.v6 declat6-'que;'al pensar “ibamos’aprescindir en lo posible' defies versos y de los nombres cotidianos” .®^ Una vez; mas; todo estaba por-bacer se. , ^Cual fue, la* naturaleza. de/ese-viaje inmovil por la actualidad qtle hecbizaba' a Villaurrutia? No' se trataba de impostar los signos exleriores de la “vanguardia” internacional (Chariot, la velobidad, el-pirandeleq, el ’cubismo, la celebracion del maquinismo, el contraste pueril entre la.vida»“modernq” y la, decijnononica^que tanto alboroto a.los estridentistas, etcetera)' tie alinearse junto a designjos tan encontradds cbmo’k culturi?,aqi6n del proletai:iado o la pfoletarizacion de la bultura, el injerto epidermico del “joycismo? o la adopcion -del monologo inte rior. Novo, ViUaurrutia -y Cupsta ^ligen pensar en terminos .de a c t m U cZoc?-porque, recbazqn cualqu ier-pr efigpr acipH, cual quie r posicioiT prqvia, incluido-el apar ato vangu ardjsta. Su’creciente iconoclastia lo'Sjleva a delimiter.con firmeza*el puadro de-sps.influencias y-a no* tolerar'la de un autor extrapjero por si^misma sino '—como. dice Cqesta.de; ViUaurrutia-T- a apr ender de-lps maestrqs, “la n vsm ajab orio sa yirtud ”.®“ Esto los llevara a preferir la introy)ecci6n sobre las alignzas a ullyanza -y a sospechay de los “ismos” qomo certificados de una secplat.licitud intelectual. Un a .lectura atenta de Ulises, en pste senti do, np& 'lleva en efecto, a suscribin la idea de que el grupo jamas se asumiapomo “vanguardista” en.la.mqdida en la que si lo hizo, por-ejemplo, el u^a ism o espanol, Lo que \dzo,U lises, .primerp que ninguna otra reyista^iteraria mexicana ipodema es, dentrq de.su sectari^mo, proponqi;se esencialmente como una yevista <}e interrogantes y dudas,. de, prp^osiciones jquq^ lejos de amp arar se en .la empa tia de las cpnsigna^', §6lp-deseaba ;.conmover y sugerir aunque en ello les fuera la posibilidati del desastre. “Para aum,^tar-la .(yfrq, de accidentes”, Ulises, 3, p. 14,, Segun Novo en^Za vida en Medco en el periodo presidencial'de Miguel Aleman, p. 560. “20 anos desppes”, “Lt»s .Contempor^i^os por si mismos”, p. IX. “Reflejos”, Ulises, 1, p. 28.
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LA VIDAr PCBLICA
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Ulises, cdmo lo ‘previer oh sus. ^ditor es, f ue un a r evist a iftdomoda, reacia a'gara ntizar*su s propuesta§ ”por 4a afinid ad real o apai^ente scon el'pfoyectff/dficial que las empresas culturales suelen adoptar'en ese momehlo (llamese naciqnalismo 6 “literat ura viril ” ). El resultado es una revista decepcionante en el sentido en*el que Cuestamanejaba el termino: es una^reyista, como sus modelos norteameriuanos “irr everente, irresponsable, tipicam ente ef imer a y'llena*"de‘ferrores de'im prent 'a’*.^^ Dk nd yy infedio mon struos a d esde su disfeno gi?afico-, lalr evi sta viene de regreso 'd e 'la' m‘olicie pat rio ter a, de loS extrem'cfe usufructuables y de las garantias oliciali'stas: revisa posipiones filosoficas locales y extranjeras, censuraf con lucidez el Cbnformisiho creativo/ridiculiza los’nacionalismos, practica las avenhiras formales mas -agudas, se alia con proyetios veCirios'como'Ia pintura o la musica, tra duce simplemente publica ,en su idionia original— a los' grandes inaestros, mucbas veces«5con tirto', otraS, corf notofia falta de calculo y ejerce un tipo 'de'critica (y de auttftjritica) ineBperada dentro'del liiedio tone cortes quP la precedfe: Su coifibatividad lleva a sus'editofes a'am pliar sus proyectos: NovoJ con'dinei^o'ddf Puig Casauranc, inicia la edicion del' sem’anari b R e k i m ^ ^ “^ 6 aspira ba a “pafepersg a l SSmanario Time”, y fifflda la" dditbrial L'a Razoh; donde el gfupo publica'tra:ducci'ones'y antologias.®* ATiflisffio tiempo, pr6cufan reforzat'al giupo de XJlises con sus propias edicibnes y confiefizah a considerar la positilidad de fund ar’ un grup'o de' teatfo Cictu^ a sf com'b uAa Bo'ciedad de conferencias y conciertos. Novo y V illaurr iitia ‘afinSn §u amista'd'con Antonieta Rivas IVfercado y es en" su casa donde coiriiehzan'a fra^uarse los planes. “Efan reuniones de snobs y antipatifcos —rOcuerda 'Novo— pero se cdmfenzo d ba bla r de hacer ^teat ro, de pone'r siMonids y bac er exposiciones.” ^ Una tarde de'mdyd, despiies d6 vaMas BesionOS erf 6a&a de Rivas Mercado, eii las qud el'grupo'He amigofe babia est'ddo leyend'd La f merta r es pl an de ci ^e dfe l if d Dd hs^ y, traducida por Novo] se Hecidieron a ir a mostrarle su trabajo a Puig Casauranc. Novo asegura que el secretarib quedo ^ncantadb y prom etio‘ apoyarlos, formalmente (lo cual quiere, decir que sin que quedara_ involucrado su bombre o ‘el’ de la Se cre tari a). Esa .n?isma tarde Novo le entregd a Pu ig Casauranc
el primer numero de XJlises. A partir de ese momerito, la revista fue directamentb financiad a por el se creta ria y pudd hacerBe en una iraprenta mas cuidadosa y con mayores posibilidades editorides.*® Villautrutia era el mas entusiasmado, segup. Noyp, quien acepta que el tono de la revista y su nombre le vinierOitde su amigo Villaurru tia lo confirma con un desliz Habitual: siempr^ que se'Yefiere a ella habla de ''^mi revista”: “Recuerdo. que para .mi revista ,XJlises traduje una linea de Lacretelle ^pensando en Salvador-Novo y qu e se refie re al cinismo y al miedo a lo trivial como rlas dos barr eras del novelista.” Las sesiones en Brasil 42-10 se podian prolorfgar toda la tarde y parte de la nocHe, apenas con \xri break para ir a eentr'hot-cakes al Quicklunch: se encargaban traducciones, se considerd)an libros que era necesario comentar, se analizaba el material disponible, se corregian galeras entre todos: tenian al fin sip revista y el dinero para hacerla durante, por lo menos, un ano m as (el que le que dab a.a Pu ig en la Sec ret aria ). La revista otorgo gran importancia
Lewis Coser: “Los primeros anos del Village”, Hombres de ideds,‘VCE, p. 129. 8* La'conv ersacio n de Maurois en traduccion de Gorostiza; L a ‘^scuela de mujer es de Gide en tradyccion de Villaurrutia; Sonetos de Sor Juana ^ ta do s por Villaurrutia, etcetwn. Novo citado por Magana Esquivel, op. cit., p. 67. '
36 “Yo consegui entonces con el Dr. Puig el papel y la ’in/presion de la revista Ulises. ..”, dice Novo en La vida en Mexico en el p eriodo p re si d eh ^i 'de Miguel Aleman , p. 350. Cartas de Villaurrutia a Novo, prologo de Salvador Novo, iN^ .j p. 7. 38 “Variedad”, Obras, p. 608,’ >> i >.
—19-23 rojo ^es Miss Venus Army?
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—^No, sir, 606 ' doctora Medea Sangers; esta equivocado, pero cuelgue usted el audifono, si no, no hablara con Miss Venus Army ShTrtless. ’ ^ Quien Habra cruzado l a lineq sin santo y sena?
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Bdudadoso senor’Uillefte 7 Mr.'H yde^ rio te conocio'"^ *■ pero su sinonimd^ Stephenson* hervia el aguarponio yo.M - I.
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Villaurrutia^bace de Ulises ekp uerl cr-d e la“'poesia«^qiie confi nria su voz ya personal. De becho “Poesia”, poenia 'que Villaurrutia 'pensaba que deberia h aber estadp, al /r en te de i?e//e/os .“de^baberlo efecrito a tiempo”,' aparece'^ n Ulises. Octavio Paz opina, con razori* que “pof-su lenguaje, sus imagenes y sus juegos de palabra&'Px>esfa prefi gur a la prim er a serie de.A^octornos” .” . ■ f ' de pronto, a solas. ‘ ' I's i '< Te formsm las palabras que'salen del sil^cio
j No bay remedio! el carbon de la sombra suicidara nuestros fracasos.
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Jorge Cuesta'j jquiza e f pdetl ‘mas "arduo, labqrioso e irison^able^del grupo^rancamente aclimatado en Mexico, entre la redaccion dersus notasfcriticas.de filosoffa europea —que.es'lo quelo ocupa dutante^jeste ano-*-‘*ptiblica en ’Ulise s; pe rdido entre una^ pagin g y otra *(contra los poernas de'NoVS y Villaurrutia',^en rigufosa'primefa'pagina)* ,su'primer po'dma, “&ibu]o^^: ... t
Moneda falsa de la lima bastante par a los qi^e no.b an tenido^ nimca oro, *pastilla, de,,ment^ 2quien ■*: « , iLo que queremos son hot-cakes!.?-
1927: HAY QUE/PERDERSE .PARA ENCONTRARSE
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Suaviza'el sol
1927: HAY QUE J>ERDERSE-PAKA ENCONTRARSE
LA .VIDA POBUCA '
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>y no tuercd ni quiebra^ sp* figuifd ‘ el ademan tranquilo'que la inclina. I
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Resbala por la piel llena y madur^ sin arrugarla, *la' sonrisa fina y modela su blanda y *segura el suave gesto con que se combinS.
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Solo el color, y da exterior, fraganc ia su caracter acuerda su constancia y su lenguaje semejanza’pide; I
como-a su cuerpo no dibuja y-cuida sino la musica feliz que mide el dulce movimiento de su .vida. i
Owen, por su parte, presento en UliseSf entre otros cualro poemas, su “Poetica”, que, con los demas, r^unin^ tres anos mas tarde Alfonso Reyes en Linea. Muy cercano a Max Jacob' y a la ambicion de u n poema en prosa tan hermetico como sugerent^, Owen dice:^ POETICA
Esta forma, la mas bella que los vicios,'me biere y^escapa por el techo. Nunca lo hu biera sospechado de una forma qu e se ^Uama_ Maria. Y es que no pense en que jamas tomaba el ascen^or’ ^emia ^escaleras como grave cardiaca, y, sin embargo, subia a menudo basta mi cu^rto. Nos conocimos en el ja rdin de un a postal.^A mi, bigotes de miel y mejillas comestibles, los cbicos del pueblo me encarg^aa su^tuirlos en la memoria de sus novias. Y llegue a ella j)aloma ^ara_e lla de un mensaje que cantaba: “Siempre es tar ^ oliendo en mi.” ^^ Esta forma no les creia. Me prest^a sus.prejas para que oyera el mar en un caracol, o su torso para' que tocara fa guitarra. Abria' su mano como un , .abanico j todos los termometros bajaban al cero. Para reirse de mi me dio ^a mo rder 'su seno, y el cristal iqe corto la boca.. .Siemprtf anda ba desnuda, plies las telas se bac ian aire sobre su cuerpo, y teftia- esa g ju ^a ‘era gera da de ■loa desnudos de Kisling,'861o'corregida su VbluptuosidadJpor llalfiairSB Maria. A veces la mataba y solo me rep rocbaba mi gugto’.pdr Jia. vidat '^fjQ ue tru.culento tu realismo, hijoP’ —^Perqno la creais, no,era mi madre. Y hoy que quise ensefiarle la retorica, me bifio e n el rostro y buyo.jpor- el'|^cbo._ ^
En suma, que por .primera-vez en la historia--de 4as revistas litera rias de Mexico se dejaban-de lado'las-.fbrmas modernistas y, por supuesto, su retorica en aras de una poesia altamente capaz de-fundir en si misma
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una slitil experiraentacion 'y una firmeza dff caracter propia. El becho de qu’e'los cuatfo pqetaS del grup d estuvierah-asumiendo su pr opi a voz en el-momerito mismo de hacer la“re^usta es importa nte, ya que n o ‘Su% cedio asten el grifpb delHNuevo Ateneo cuatro ano^Jatras en ha Falange, con* la'iex cepcio h .de Gorostiza. Eas cuat ro poe ticas son .inaugu rales: todas marcaii'ehgiro d^'la juven^id a la madurez y a»la apropiacion de un estiloipeculiar, «i bien Cuesta'publicaBa pdesia.por p rimefa'vef; Elemeftto fimdamental de Ulises fue su fervor critico*. Desde el pri mes mimercf (e se^ rim er num ero’de un a revista que" siempre *debe tener algo de •paladin-y* algo de'm anifie sto) la revista desed fija r cOn-cl'aridad sGpostura anfoel pasado inmediato publicandcrla primera%de:dds par tes do ti n ens^ yo’d e Samuel Ramos sobre Antonio ' Caso. Ramos admite “su talento, su elocuencia, su entusiasmo” en el combate anti positi vista junto -a. Reyes, H enriq uez Uren a, VasconceIos:"Sin embargo, no tarda*emsenalar.que, en sus clases, ya despues de la'R evdluc ion’y'd e las conferentias''anti-positivistas,’Casd'comenz6 a 'exponer “sin miicho rigor <;ritico el-examen de la filosofia contemporanea?, “cbn'mas.Iirismo que.'dialectica”; dice, conienzo a ‘^divulgar una* filosofia neo-rom^m tica, anti-int electua lista” que- sus ‘alumn’os admiraba n- sin sospecbar que, por*'l6gica, fa apologia del pragmatismb» casista cbrecia derdugar en el aula. Para Ramos, el exito de Caso en sus anos de maestro, y el fenomeno'sin^pfecedentes. de la idolatria que le profesaba el pais, se debia no’tanto al control sobre susudeas sino que “era una exhibicion de rf.mismo'yel espectaciilo'de un espiritu uhificado”. S.U'logrd mayor fue proponer,;y cdnvencer qu e el pensamiento te nia tin sentido’ vital ca^a z de.rd ar a la cu ltur a “u na existen cia so lida ry :perdGrable‘**j Fundador la cultuna j ilosofica em eb pais, Caso, 'ya en e l 'piano de la^ ideas,vse ent tego a la*“ Filo sofia de' lA Acci6n” ‘.y.’termi n6 p or exponer su tesis deTa exisfencia* como.“desinteres y caridad”. Ramos comienza entonces'su c ritica a fdn dor'ji ropo ne que la filoso fia dd Caso* “sesencuentra sentimentalmente determ inada” y 'que complace mas* “A los espiritus sehsibles al aliento oratorio que al rigor - reflexivo” tbda' vez queda critica jamas ba sido* su mejor* arma,’su ^‘dog^natismo-fue'tari fuerte como el del' pdsitivismo que combatia” y su anfi-intelectualismo solo fue un “refugio-prara compensar su debilidad critic'a**'.’ El ataque era feroz en.tanto que se dirigia contra la pefsonalidad moral mas asentada del* mofnento y cuyo nombre era* sinonimo *de todo aquello que, por considerarse'valiosoj babia amalgamado a las prime-
.LA7VIDA PCBLICA
1927: HAY QUE iPERDERSE PARA'- ENCONTRARSE
rab generaciones postSriores a la Revolucion ^su'ialrededor. lEl-valoi deda‘‘actual”,'tan caro a'Villaurnitia*y4ai'Cuesta, preside Ja-jcritica dfe Ramos: iGaso- ha 'sid o iricap az-de redo nstr uir ‘eL pensamiento , jclasico de?suS;autoresrfaVoritos “a traves'dejas categoriafe deHiempo.^que-^se vive;-ehactual” y , en-cdmbio; ha-'anulkdo “toda'dete^minhcioriftemporal p^ ra.c olo car fla s obr as'g enia les del-pensapiient6> erifji n,plano vetern o!h Dormido ■enTsus laureles, Caso^Ha ^gnorada la-^volucion deLjJfensamierLti)-de‘aquell6's mismos filosdfos con los^(}ue se armo p a ia la batal la anti posit ivist a: Bergs'on,- Croce'y Ja^ties y se*ha per pet uad o,e n,la -de fej isa de la in tuicioft “enmn jpais-en el j^ e hSce, falt a la"discip lina dp la inteligencia!’; y 'e n 'un‘Vomijiticismo,.desubicada“,y ldaninOi’par >:^ n. pais como‘el.nuestrQ'en.el que,-^jamas*hfemos pa'dej^ido -la‘“tirapiaf’ -racip| n k rialista.* r . ^i r> * La'critica de*Ramos soslayaba,fcon el-Targiiipento' deltespacio, la conffontacion ideological cOn los libros“(!e'Caso'y> ?e limifaBa a auQtanlas deficiencias en su'actitud filos6fica*.J)eitodosImodosreLarticulofes sintomatico''deda''*eriergia con la'q ue erg rup b estabai^dispiiesto a- no^ eja fse ari'astrar'pof lav ihercia prestigiante* eniemipa Idef paisa^stratar jde dilucidar del'qua inaneira tales prestigios podian fconvettirse TT^-en -el supuesto c^so de que hubierado s jnerifos— comp6rjtaiiiifcfitos^cultq^ ~ ^ i rales reales. ^ o d ^ ‘ Jorge Cuesta comipnza a corivertirse,‘en Ulises, en^el-paladin? de esta actitud. Su primera colabofacion, en el riumertf 1,* disiiliula,..en-iUna nota*sobre la’pintura* de Lazd|*'varias prbpo’siciones siistanciales sobre la cuitufa mexicana: da, necesidad de aislarse .de la tendendja'- pere? zosa a*la anecdota y a la “impureza decorativa”- com a calnih'os fad* les y garantizados del prestigio ideal y extlarijero7 Cuestaf opond^ la sensualidad (“ cualidad caracter istic^ .de la^piritura ino derna” ),jy feu virtu'd'de “crear*el trance’de gozar'las'formas'con'■plghitud” (yjh aco n la avidez de la anecdota) i la'virtud.’publica*. -Lazo.rvs. Rivera. Lazo quedA fiiera de la “pintufa mexicana;que'situan Juera.de*lo sensual Diego Rive ra por- principio y Ordzcd por. naturaleZa”^ Sim .embargo, inSiste Cuesta; da pintu ra mexicaha'^oficial’ -“no ifti pide -ca lifica r-de mexicana- a la de Lazoj-cbn la*diversidad:q\leldstable6e y que-permite dila tar los Ifraites-en^ddrid^ dl artejnacionaLpareQia-red ucirse” / Lac^eiViridicacion de.la-diversf^aii’como condicion-deda actualidad tanibien ptoc ede 'adas \yal ora cion es;? “e s;m as dific ikapx eciar 'la-r ique 'Za- ded as cosas-simples'Xjue la pobreztild d las *6omplicadamente abu ndante s” .„
El mismo niimero '1 contiene una- nota de 'Cuesta a Ref lejo s de Villau frutia. Las acusacion^s ‘('“d club de los elogios mutuos” ) comienzah a circular. Sin embargo, dentro de.un proyecto como Ulises es mas facil entender que para elloasolo ellostexistian (por metodologia) que suponerlos dispuestos a polemizar con el pais enterd. Cuesta propone que Ref lejo s “es el mejor libro de critica de Villaurrutia” y se alegra, citando a Nietzsche, de-que hay a un autof.conyias'tres cualidades: con cision, madurez y serenidad. El numero cerraba con una seccion fija, “M curioso impertinente”, sin firma-(^unq,u.e^claro,^ eran.Novo y V illaur rutia los, autorqs) ^ ^n la qpe, n^ran^el origen de algunos de los textos. publicadps .y efepidrides locqljs copiOj por eJemplo,'-el vjaja de,;paul Morand i Meyco^Jen^el que pllqp.mismos Je siryjeron de guias. Cesar-Rodriguez Chicharro.adju^ dica a Villaurrutia un poema, entrances que “un ^oeta de Mexico^ dpslizo en la cartera de Morand” :
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Inznobile autOur ma chambre, j’ai fail; avec vous le tour du monde. Alqrs je fus convaincu, malgre toute la geografie,que la terre n’etait pas ronde.
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•
Lorsque j’ouVre votre nuit close —Editions Nouvelle Revue Frangaise-T j’entre dans un hotel cosmopolite ' plein de^diam ^res de bruitfCl de paresse.
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-Les chambres des femmes —Barbe'R leue tout a fait rassur^— Aurore, Delphine et Clarisse,
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d a ns Sa pr op re Et depuis les» chambres ^vectsom grand-cabaret qui lourne mon.cerveau
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Exi stc -un inlp otta nte‘ ’festudio sobre las colaboracionfes anoni jpas 'd^.-f /iis es: “Xavier Villaurrutia, Matcial‘Rcfjaay Ulises” de Cesar Rodriguez-Cbicharro ^n,La. nueva-epoca, 6, abril-junio-'de-1973y pp. 3-J.4. E n .£ se deslindan algufi|i? responsabilidades 'y se analiza .el seuddnimo multiple d e '“Marcial Rojas” -a-par tir-de'u nia carta enviada por Novo al autor. ’i. , t, * ■ ^
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1927: HAY QUE,PERD ERSE'PARA ENCONTRARSE
LA^VIDA PCBLiCA'j
qui k une nocjjjrne flore m^gnifique,. et aussi une faune 'humaine pour epater le monde entier. ^ Voulez-vous un pxaiiiple 'siipple*? * Notre-Votre'Kdusseau Douanier.^ . /W ■-
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Je pp vous s6rre,raila^mdift car vous avez. au lieu de doigts, i des feuilles de.temperature:; J’ai.peu r d© me^bruler, Morahd.
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el ave'canta amique la ramav .•
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hay plumajes que cruzah*‘el paAtano,*’"’ 1
demanda encierro y^ducha, pues que soylo a menudo,
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•*. . parangono Himalaya con 'pedruzco
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y compare con ^irio lentejuela. ^
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‘bella bionda, Sei ,come •llonda^U.,^^ Of cool sweet ^ew and radiance mild * Tfi^mo on a web of silence weaves " In the“ still garden wKere a child " Gatbeb*tbe simple salad leaves.. .p ^ 0
Mi razon es al par luz y firmeza,
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hua”'),; revisaromacrenienterel modeniismo-mexicano-en.iinA pVefigUrA; cloii de Id que geria Antologia, de.Cdesta;, aceptaron y publicafdff la^ al veces'ehergicas'reacciones de sus antagonistas* (Rbmano Mtinbz vs. RAmos); comentaron-libfos de Ortega* y Gasset,'Jorge-Zalanlea, Gid^, LAcretellej'Gpngora, Tainayd, iMax Scheler,- Antonio-Espina; publican, com.poesia de Joyce (fueUiabialaparecid o d.os^neses'.'antes'.Qn Par is; i
La seccion irpnizaba por parejo: se'comeiita^la visita^^’ Be ‘“John Tyro-Step”, (Dos Passes) ,^ 'queviajo con Novo porel-pMs^^y^B realizan buries sab rosas,de'G utierrez N ajera,. Prieto y otros.' i^w no homenafear, se pregunta Novo;^a ^Iguied*da^a2 He escriEir/“lu^ng3 que * cuando andaba cimentanao su lam a ; * »“*j '• 1t I *» \i i
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» ’ >0 Desde el primer numejo UUses anuncio, ,SUs «uplementos liter ario s que incluian la novela de -Owen, El jbvefi de- NoW, El feto rno del hijo prodig o de Gide en traduccionide Villaiirrutia^los E x^ o n o s de’Pellicer, unos Estudio s de Jorge Cuesta. y la,*novela. He Villaurmtia. Publicaron poemas He Max Jacob en francos y de Carl Sandburg en ingles ( “He liv ed on the wjhgs of a sto rm .-/ The-iashes “arfe in Chihua« Novo escribio una cronica d i la Uegada de Dos Passes'a’ M ^c o y, sobre todo, del Viajd^*^e bicieron juntos a P uebla e n una crdnica' titul ada “Mexico-Pueblk” publi6ada *l)or 'El Vniversdl Ilustrado, X, 517,' marzo'-17 de'd927 : -^Ta enipS ipum’L'46J el'fe 8tiva i:'ya '8e B& de ir“t ata bah ^Cual musica ioimos f Titutlu ckinixtli huixitli cl ap,clap-clap clapi clap-clap olapi Traducido ya no cs lo-mismo. Qa p clap; *£sta el l a.recam ara de. las plumniS.'.La virgen de la silla. ‘El amor maternal es el amor mas-puro’. s ' f
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1”.
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trabajos'sobre Unamund, Vdle Jnclau y Renjamln'James ylpritipa dejla pintura-He Xazo, Castellanos, Montenegro y Diego Riyertf. in« Todas esas presencias justificabau-el deseo de actualidad de Villaur ru tia ’,. pudsto que todas fue ron tratad as’ criticamente. Ulises es uha ciudad importante en el mapa -de la realidad cliltural -meXicana contenido y, *sobre todo, por metodo, en tanto que fue una reyjsta semi*' marginal dentro de'un'ambientehostil. 1 j ‘ * 'EljtUtiiilornumero'de'fC/iwer^parecio en febre ra dtfrl928r Una escueta advertencia en la primera de forros anunciaba que* “desde el l)r6ximo.nu ibefo SalvAdor" Novo dejA«temporalmente la*idirecci6n-de Ulises, qiib ‘queda* ec cargo'iexclusivo''de* Xavier 'Villaurru tia a/qu ien ' deben dirigi r, los-'suscriptores, a^'seis' numeros'[ "sic] susaiu evas cudtas’lrE hsd l mismo numer o 6 Novo ba bi a acla radu 'qu e •) **' "*u c ’' h -• ft • r f ' • t . j f* \UlUes no representa'de^ ninguiia ibanera el sentir nacional, s i^ te se ocupa^a , semejantes cuestiqne^.^ Vlisps-jior impli^ sino dos^ criter\os per^nales,, mas o menos de acuerdo el uno con el otro. Villaurrutia^y yo. Lo nacional que resulte puestra obra no nos habremos puesto a procuraf lo y* no 'queretoOs, ‘Boii''ifuesbra s'pal^ras, coinprome ter'a'nuestro p’aiff-en la solidarida d,'tan 1 ob h.'b'b'ScadVpbr'‘fellcfl,'Cott.los qiJcf'quedan a l’sur. ‘ ’ n " r-*
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Supongo que la naturaleza bastante inquieta de Novo fue-cl uiiiqo elemento que lo Uevo a se|)afarse de Ulises. La labof de’Puig Casauranc Uegdba a/su fin c on el gobiemo-He Calles y el flanirnite" ex secreta rio 3eseab a°bon cJritfa r stJ®bteiQcion“ en‘'su ' rev is'ta ‘jioIiUca e' iii forma tiva Resum en, de la que Nqyo segiiia.siend.o. responsalDle. Al mismo tiempo,
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se^deberia haber*sentid(j‘presioiiado‘po r suff!multiplesfOcupaciones^.eii 1928 Novo'aun^eraTmaestrosde'Ia Escuel 9*parll.Extranjeros de lerUniversidad'Nacionaby colaboradbr semanal de'^Excelsiorp Ae >Revista de Rev ista s'(c on una'icolumna que'se'lla mab a “E l cesto yla '-m esa ”) y*.dM vespdrtino Vltimas Noticias »que dir igi a ,‘Tead orb (Torres';^ colab orab a igualmente’en Eh Universal y ’dn El^Un iversd l Ilustr adb. Pon si fuera poco, a prin cip ios de ano public o en for ma de libro lo que ya hab ia adelantado tanto en Ulises coitto eft El Universal Ilust rado : Ret urn ticketf libro prodigo en el^ dpBle viaje que. narra hacia el mar y hacia el pasa do y que “f ue muy c elebra dp en su .tiempp con- muy b uen a p ren sa” , al decir de Novo/* El librq fue todu un alarde tipografico: “venia envuelto en una maleta con sell6s y-vdemas adminiculos”. El mismo ano publ ica po r fin un texto adm irab le de su adolescen cia, El jove n, escrito en 1922 e ined itb hasta* 1928, *cr6nica -fresqufesisimd >del am or entr e un muc hacho *y‘la ciuda d'qu e^ “es lfecba cont ra ^u co fazbn” *.'Pbr dtra‘parte no es dificil suponerl'ijueiila faz6n*por la que’'Novo sale es que su pragmatismo le'pi^rmite ver ique >com.la salid® deitPuig el dineradba*a"ani^ilaf.'lk'i:evista,,cbmO‘en'eTecto sucedib. 'Villaurrutia,'qub'Segur amente confiaba bonseguir*»el dinero por otra .parte,.Teco* nocio la imposibilidad de hacerlo y propalo lanoticia^ de:que Ulises se suspendia mobiehtaneamebte,«pefo'de^'que'pdr hingun,.motiyd podia considerarse riiuerta.* > •' I * i.< .. Lo peor del asunto era que Torres Bodet y Qrtiz de Montellano, ..al coiifiar Gastelum en su inminente riombramiento como nuevo-aecretario 3e ‘Educacion, cuenta'n con sii apoyo ecbnomico par a pl anea r el‘prim er numero de su pro pia revista, Contdmpordneds. ." * Desesperados, Villaurrutia y Owen intentan conseguir dinero de otras fftfentds p'ara Ulise s'y“‘i l frafcasar'decider! ■^nVertir'’lo poco que^quedaba en la produccion He la temporada del Teatro^ de^'lllises en'^el Virginia Fabr egas en niayo de^l928.^ ” ^ » Desde aquella* primera fu nciqm ppvad a en xas a.d e P uig .Casauranc, el grupo de Ulises continuaba su,trabajo te atraloo n creciente-asiduidad. El numero 6 de f//we5 da noticia de esta aventura con el natural optim ismo: . i i . ^ ♦
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Aquella vieja-idea* de^ los escritores mas, jovenes de. Mexico;—idea gue .nos daba oportimidad* de oir xmo de los discos mejor grabados de^ Jpse"Gorostiza— Qta 'do'po r Carballo, II, p'._491, 10 de'ago sto de'1958, p. 10.
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empieza a-^ris tatjz^o: el-,peqqq'Sb'teatr<5>e^ er im m ta l adohde se r^ res en tan obras nuevas. por nuevos. actores no profesionalps. Solo de'esle modo se fern p ie ^ a ^creaij^jun .gusto, n n jrepertqrio y_im publico actuales. En la calle de .Mesones ^ ‘se improvisan el escenario'y la sala. "decora ciones. ^ Lo z m o y ‘Julio CStellanqs' se encargSn* de « Y, pbr primeta’'V^en5Mexicb, lbs escritofes se prestau a-hacer el trakajod el actor;; con'las;ventajas*'de;su cultura y sin las'des yenta j^' del habitd. Xavier Yillaurrutia,* Salvador Novo, Gilberto Owen cqbrendos* primero^S p^apgles.'Con ellos,y en ppmer termino, vAntonina Jliv^.-y,],Matilde Urdaneta,’judith‘Or j tega,,C arlos ^ugum .yTla fael^N ieto., ... * I ** ' ^ ^ ^ p ri ^ a s obras -^-repir^entadas iofe'd ias 4 y 5 ^e'enero fueron: ’Sim^i ‘ deETaude-i roger-Marx; traducida* por Owen ^La puerta-reluciente, de*Lord ‘Du ns^ y traducfda por Enrique Timenez Dominguez. Julio'Jimeflez'.Rtfeda dirigio laS',obrag. -• j curioso de_ cuestiones teatrales vaya fijando nombresvyfechas. .1
leatro^jnexicano s© encontraba en condicionesdastimosas.-.Con.la honorable excqpcion .del'teatro carpero uno de.los grandes geniqs 'que ba.prpducido el pais en materia de-actqres) , el genero lan^ ide cia en un naturalismo a la espanola debil y-mor boso..Cplestino G orbstiza, en 1929, desc ribia asi.l a situac ion: el ptibiico ^ ’ estaba fdrpiado por u'na burgu^iS torpe que fuera' 3el d&pacho no tira^ mas inquietudes que ibs '^perficialeS problelna3;familiarb§,''er adultepo* eil pritnef tdrmin 6 ,^que'si se intpV^9.poX|§Uteatrp.js;por.v^ reproducidos sys p^ra’ eOormentos yrsendras familiarjnente inteligeptesfque filgsofan de«sobrempsa y que'a falt^ delseraon jeligioso, en decadencia,^ buscan en el teatro el sermon laico para fortificar sii cieilbid.^’^ " ' * ^ ' ' ■> I CiV, ' IL ^El teatro, po^r su parte, carece de un mpvimiento. organico y con objetivos minimamente clards.,Celestino dice, con fazon, que i
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a prpp 6 sitp;,,ha querido.desenteqderse de lo'que,pasa en, el jnundo, .y en el se -cumplido la t erri ble . profec ia de las influencias:. tenia, que cagr en la unica.dnminente para ^ autor, que ^ Mexico quiera, ser genio d^conectado f de la cultura: el teatro cope rcid espanol. Para nuestra ga ^o na proyincia citar a Lenormand, O’Neill o Cocteau es esnobismo; pero nq lo es andar a torpes tropezones en un amasijo de romanticismo, naturalismo, sermones y garrulerias-que en resumidas cuentas-no-tienen mas fin .que U egar.a. Bena.. -vente, ’ ,‘ *'• *. > ^ I. “Aspectos del teatro”, Contempcrdneos, 12 de mayo de 1929, pp, 148-151.
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UA VIDA.POBLICA.
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' ‘"En efecto, -habiA en la ciudad- de Mexico, algunos teatr os, como' el Arbeu,‘ que “SolitM rent arse‘^6 r tempofa'das' enteras a la s companias espanolas comd'la Maria Guerrerp-fernando Diaz.d6 Mendoza, repertor ies era|i.como el siguj?nte,(corre? ponde a aBril (|e 1927-): ‘ El pobrec^to car pin tero ” , de. Ma rq ujn a; V}a cruciSi de Fcrnatidc^i Ardavin, V i v ^ de “Jubilo” .y “Tata” .Nacha. Punto. ElEspe ranz a Iris va por el esfilo, cuando no se ejecutah^alU lbs Concierto'S de la'Sbbibd^d'Beethoven de la Orquesta Sinfonica Ae CEav'ez.'^lHidalgo^esta rentado.a la “Cdm pan ia .Mutio-Villegas”- cpn -dramas^benaventin os ^Flor .5e ^ n ^ d i a ) ; el Ideal estd rentado a la^^Cpmpania comica,Argentina de Villanpva’*con unas cosas que Se llaman'^/ bailarin'del cab&tet y Lirico;bsta en poder de la “Compania de grandes revistas Campillo” -con Las mu jeres fdcUes eritre otras'(piezas)el Maria Guerrero p*^eslnta MalvalocOj La mujer aduttera y Santa; el Principal presenta zArzuelas con
con La .ene/ni^a.de Nicbdemi y, ({!) Seis perspndjes en busca de autor de Pirandello, conjma conferencia. previa de Jimenez ^Rueda. El enemigo era poderoso: un monstruo anacronico sustentadb eri 40 anos de porfiriato que babia acostumbrado al publico burgues y filisteo de la-u rbe a l mejodram a lacriinoso b a la,zarzuela* bpba. ELgru po de Ulises bab ia apre ndid o a detes tar e 5tarremora'en,la,inisma medida en la que adiniraba alrteatro de carpa, donde “Se pirandelea de Verdad” como decia V illaur rutia, o donde “Freu d', sie'mpfe festa en el escenario” como sentia Celestino. Novo recuerda como, en la npcbe, los amigos que bacian la revista UHses emprendian ese camino que todos bemos recorrido tantas vece^ y que va por la calle de Bolivdr desde' ef fe atr o Lirico por el Iris, mira mdancolico hacia el Fa>regas, sigue hasta el Principal, no tiene alientos para llegar al^Arbeu y, ya en su tranvia, pasa f)or el Idfealr Nada^que*Veb La diaria decepcion de xto encontrar uda parte 'en que'diyertirse' Asi,‘les vino la idea de fofmar un pequeno te atro'priy ado, deda mism a'mdn eta que; k’falfa de un s|16n de conciertos o de un-biien cabaret, todos nos llevamos un disco'de-vez^fen cuando par a nuesbra'^rictrola.’" ' ^ '** '01avarria y Ferran: Reseha 'hist6rica‘del teatro en'M emc o, V, p. ^78. •« “Como se formo y que signifioa el Teatro de Ulises” (discurso leido en la *^ug uracion de la temporada en el teatro Virginia Fabregas), "Los Contemporaneos por si mismos”, pp. V-VI.
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Eli su memoria del Teatro de Ulises (leida-el dia del estreno* publifco en el-Virginia Fabregas) iNovor relata entonces el encuentro con Antonieta Rivas Mercado. -Fue su-entusiasmo, re'conoce Novo, el que permir tio que unas semana^-mas-tarde se ■estrenara eir privado,-en laTialle de Mesones 42 la pieza db Dunsaby. Se /jueja de la indiferencia publica y de lo escaso de los reciirsos que obligan ap on er la.piececita de'O’Neill (Welded) y noj como quisieran, una de las de mayor envCrgadura (Lazarus,Laughed.o Strange Interlude ) : '
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Pero lo que ^alamos de hacer es mterar al pubbco mexibaijo^-de obras extran-jeras-que los.empresarios-locales no se atreven a^hacer n i- a ‘llevar. a sus teaque no seria un negocio para ellos. Site viaje.de iBises, que d eja ‘en su pequena casa el afecto de sus. amigos ideates, pocos y leales, V se avenfura en publico por primera vez, tiene to'da esa signi'ficacion. Quiere'-Kfer.si'es cierto que la gente fio in'a k ver a O’Neill porque se halld .cpAlentk cop.--feinares Rivas: Todos nosotros-bemos renunciado a la pequena .vanidad, de nuestros nombres-literarios para vestir; por una noche, la mascara r un tanto grotesca del actor, del que finge por dinero, y a costa de ello, inter,yiniendo en.terrenos que no son ni seran nunca los nuestros, queremos, advirtiendolo'desde irn principio, hacer comprender que nuestro objrto es kolo que se conozcan las dbras qiie-bemos consent!do en representar. Que ustedes olidden -que somos Villaurrutia, la senora Rivas o yo esos que van a llamarse Orfeo,-Miguel Cff^e, Eleonora. Gi!tho quien ‘dice, hemo^ pasado al piza rron a deinostrar'el binomib de NeWtoni Que el profesof, el empresario, nos deje luego Vblver a nuestro pupitre y-seguir obseryando; si lo bemos'convencido, que IlameTUego a los que viyert de eso y que'Wtos adelanten el carnmo. Sera; si 'suctfde,"nuesfl:o mejbf galar
Lo unico que sucedi6 ■ lo unico que ^o vo y Villaurrutia sabian que iba a siiceder^--^ fue Ja agudizacidn^ de. la antipatia que, ya se estaba convirtiendo en mqda bac ia el grupp i'En el Teati;o PrincipM, apenas a,unas cuadras del Fabregas, una compania de .comedia ligera, d irigid a por un tal Jorge Hoyo y con,_musica de Bilbao, estreno una comedia; titulada Et^ teatro de Ulises en la que los miembros del grupo.^ y sus amigos apareci^ corifeccipnados con toda la sana jcaricaturesca Jmaginable: I_a simultan eidad de la.p arod ia funcion o-a Ia-,perfecci6n: el vacio Fabregas .solo tqm'ajsu contrapunto en el repleto Principal y-el-objeto de la parodia era mucbb menos pertinente..que la parodia misma. El escandalo, entonces, comenzo a llevar gente al Fabrega^: una escalada « Manuel Manon, Historia del Teatro :Princi{a} de Mexicdf Editorial Cvlhro M mco 1932. ‘ •
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tan 'violenta de. acusaciones y rencoi'es necesitaba un origen que habia que confirmai;.. Novo lo resum e as i: r“ nos»,llenaron ’deMniurias^eli los periodicos , pero llenamos^el Fabreg as con nuestra s.funcio nes’V^.Hordas de pferiodistas, p'oetas y escritor es enemigos de l grupoj funcion arios y profeapres, en efectd, llenaban el Fabregai durante la cdiebre.quinCjenai;‘par& -admirArse o escandali zdfse .(l a' actitud a. tom ar ya testaba decidida jiesde antes de que ^e levantara el tel6n)"de las escenografias de Castellanos o Montenegro yla's actuabiones de Novo,’.Owen, Villaurrutia, Luquin, Clementina Otero y los demas. Llama la atencion tanta la vSlenti^'debgrupo para*arriesgars'e a una fdrm'a 'tan practica e iiime'diata dd la agresion. conlo l a ‘^e * imjplica par ars e en u n escenari d, y l a reaccipn, absol utam entdp revis ible de-unos antagonistas tan rudimentkriqs. comq para* spspechar ^iquiera ,que la energia de susdenuestos-teimipaba-por^favorecer a sus contraries. En efecto, durante un.mes^el pais volvio a ser dedos'-amigos' d&"Ulises, un efebto que, en e^Os IfiiSnioS anosj^^’en Paps, a los surrealislas les costa ba bastant e' mas frabafd coiis^eguir con ^ s primerOs happenp^s.. Al fonso Teja Zabre, por ejemplo, en un articulo tituladq “Desafio a- los vg.nguardistas” se mu est ra inc apa z.d e,ad yerti r esp.gfecto^Parables primeros meses de 1928 se.habia formulado- gran oposicioU al .grupo y a sus ideas literarias. Dura nte'anayo. y junio del,m ismo*ano'sp desp.ertd mas hostilidad con la formacion.del grupo te^ti;al, experimental. La reapcion en contra de un teatro tan anti-nacionalista-no tardo ^^hacerse,manifiesta. No ha y dud a de que esos ataques hicierou mucho par a despe rjar un sentimiento popular contrario no solo al Teatro de Ulises sino tambien al grupo de amigos que mas.tarde se llamarian los Contempor^eos. ^ ^
Desastre no por preVisible menos'irtiportailte, ’el del Teatro de Ulises signified vafias cosas: una*polarizaci6n definitiva Je l a ‘an^pa tik “po pu lar ” y dewarios sectores de la prensa y la intelectualidad'“viril”, la creacion de una grieta importante dn la 'actitud complaciente* dc‘ l6s repeftorios porfiristas, la demostracfon de que era pdsible atentar contra el faionopoHo de los "productofes y, por'su pue sto ,’ demos trar que'^ ‘la§ raras piezas freudianas” —cofno'las"‘l lam o^a uric io^ Mkgdalenb— Uo'eran tan inaccesibles comd, desde Id'ntalaya do's!! rkcisiUd i'lJcinfeso^ pret end ian Ids populistasl *' periodo presidencial de Manu el Avila Camacho, p. 69. En La vida en Mexico en 48 ..£1 Universal, 1?. de junio de* 1928, pp^ 14-15. Las palabras perdidas, Maur icio Magdal eno, 1956, p. 128. "
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En ese sentidd es interesante que Jimenez 'Ru'eda, quien hasta hacia poco hab ia cerfa do fila sVod Ids'eriemigd^''de la litferhtura “no" viril ”, haya abandonado al grupo de los “Siete autores” (grupo de autores tealrales'y directores de escena que trataBan de daf la^uclia al monopo lio Kispanista ’bdri tiri teatro nkbionalista)'^pafa‘entrafle a la aventura^ Mag ana Esquivel reconoce' e‘n Ulises' un “mo vimi chto' de renovacion que muere pronto, cuando s£le al aire y ITeva ^u experimento al escenario del Fabr.egas”, ignorante de que, como dijo Novo, ese era su pro pos ito; Usigli cqftsidera que se acaba po r “el esp int u de^^facqion que Hmitp Jaj tem por ada y anulo el esfuerzo Jiecho” y Qelkstino aqhaca el desastre^ al p ublic o: “todos^sabemoS‘ que Mexico h a vividb ‘desligado por completo del teatro. Los esfuerzos notables y animosos quc ’hdsta aqui se han hecho por distintos grupos han demostrado que no es posi ble -su'de sk‘rroUo''err‘M&ico , y-qufe no lo sefA por much'o'tiefnpb, al mcnds'mientrasdas'pCVfeonas cul tas no' se5ft afici onad as” .“ *El et rd r“de todo^'los c oirientaristas radi ca 'en lo fnismo: suponer que* la intencioii de'UIiS^s' era el ^eXitd”.'Enorme bufonada en'^erio, la lempofada'pu blica-tfe Ul ise s'n 0 ‘hacia sind^coniprobarTo que ya h ^ ia mostfado la priva da:''q ue'"e l arte teat ral — cdtfio 'cdalquie f otfo— era un ar te 'd e soledad no'elegida 'sinO'1mpuesta''por^la^ circunst&ncias: llevarlb a'u h teatro publico fue un gesto provocatiVtf e i'ronico que* ya se adVi'efte cbri'claridad'en crcitado diSfcurso d^ Novo.'No bbstante, ironia febun'da, el‘alierito’ de Ulise'? hub ria de pe rdu rar y coiivertitsC'bo’II el tieinpo bn pi e dr ad e’toque de l te'atro'mexic ano cdnteftiporaned*: su bjemplo tep ercutirk directamente en la'noncepcion del “Teatro d€ Orientacion’V del cUal,*A lu 'v ez , ven dran‘' ’olVos*m(5VimieIitOs‘ no poi? setii i-nrargmales tUenos- edifica ntes. * Es un hecho que el teatro mexicano, despues de Ulises, no volvio a ser.el mismo ;(aunque nadie sepa muy bien que es en lo que se'convir tio ). Hoy'Comb entonbe^ la'in sti tuc ion lahguidece "a causa de''vici‘ps que ya V illau rnitia olDseryo entguces' (en “E l teatro es asi” ) : .•i
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.» ..-el publico,-practicando inconscientemente un a-d e las hamadasvobras de misericordia, acude a visitar al-enfermo. ^Por que'lo, hace? Sucede que el publico asiste a las representaciones qu e los teatros coiherciales le ofrfecen, porqlie esta db'didido adiv ertirS e y,' ptfes ha pagad o p or tentiHr; ri e de 'la mala coiriedia' o se ihteresa“eh_ el drama mediocre. Finge'que se ’divierte y, algunas t
-“Mexico en el' teatro”, p. 131. Op. cit., p. 52.
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veces,- se d^vierte fingienHo. 51 tealro se ha instaladb en la sala>. los actores ocupan las lunetas, ^el escenario se. hall a, en qambio; vacio.®* ,
Para^Villaurrutia la experienpia de tllises fue la demostracion de que ‘‘con nuestra voluntad, nuestra inteii^encia y toda nuestra ironia y buen humor” era posible-sacar de su marasmo una zona impprtante ‘del es pectro cult ura l. Ante las acpsacione s se pron unci o: iExotismo!‘ Exotico fue. el Teatro de Ulises porque' sus aciertos ve nian de afuera: obras nueva's, sentido huevo de la interpretacipn'y ensayos d6 uqd nueva’decoracion no'podian ve nir de donde no'los ha}. CUrioso leAior este de las influencias extranjeras. 'Miedo a perder uifa personalidad.que' ho se tiene...
La voluntad- teatral §e quedara siempre con Novo y Yillaurrutia ?y hab ra de convertirse. en un elementp constanfe dentro de^sus actividades hemerograficas. Despues de -ellos, el T eatrp-Orientaciop^ —rque iunciono-hasta 1 938— dirigido pcfr .(Jelestino y p or Julio'B ^acho (dos'veteranos de Ulises). habri de rqontar a Sofocjps, a Copteau*, PpUferih, ,Ger* vantes,. Molie re, Shakespea,re; Chejov', Roifiajns (todos; tr.aducjdtjs .por mexicanos),' y a Carlos Diaz Dufoo^ Celestino,-’Reyes ^ l a Ifig eni a Cruel- — y al mismo Vil laur rut ia. Varias de las obras traducidas para el repertorio de Ulises®? y el.de Orientacion aparecen* publicad as .enfonces en las'r evi stas . .Octavio G. Barreda tradujo para Contempordneos a Thor nton ‘W’ild p. !( 5f l huida n Egipto); Villaurrutia tradujo' EJ. retorno, 'del hijo- prodigo de .Gide; Jimenez Rueda‘tradujo Amq deo r>dos^cabglleros ./i//i'de..Rpmains (pieza que en algo mas que el nombre ya augura a loqesco); Joaquin 82
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“El teatro es asi”, Obras, p. 737. El repertorio completo tie la temporada fue.«l siguieitte: La puerta res j^nd ecie nte de Lord'Dunsany; SiirUli de Claude Roger-Maiiz^t5o7<^dos, de O’Neill; El peregrino de Charles Vidrac; Orfao de Jean Cocteau; ^ji em po es sueiio de Henri.^Lenormand. El repertorio just ific a su origen en esta' decla racion de Vill aurru tia; “Salvador Kdv6 y yo, con Gilberto Owen, somos los culpables del repertorio de nuestro pequeno teatro” (Novo: La vida en Mexico en el periodo presidencial de Miguel Aleman, p. 560). Do'-todo 'el repertorio es Orfeo el plato fuerte, la antesis de sus preocupaciones esteticas y poeticas..La pieza s'e hizo con traduccion de Villaurrutia, su actuacion y su direccion de escefia^ Owen y Clementina Otero actuaban tambien. La pieza fue., quiza, la mas duram ent^ trata(|a por una crilica chata y burlona. ,Novo, reaccipno. con ,extraneza: “Se me ha^e ra ro-que la critica alegue no haber entendido la pieza ya que una de las cualidades de Orfeo es la de encantar a los animales y ser comprendido hasta por los caballos” {La vida en Mesdco en el periodo presidencial de Miguel Aleman, p. 559).
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Diez-Canedo y Martin Luis Guzman traducen una larga pieza epicosqcial dejohn'M asefield. » . Ademas, la revista publico seis obras-de autores mexicanos: El som~ breroTif curioso experimento de Ortiz de Montellano que intenta unir los procedimientos oniricos de la vanguardia de la posguerra a un asunto tornado de,los p li e ^ p ocultos.de un folklore que^c.ada dia lo abruma mas. Con recursos escehografipos notables, usos simboUcos del color y unos titeres monstruosos, Ortiz de Montellano teorizo .edemas lar^amente sobre las posibilidades poetico-didacticas deLteatro de;marionetas en la realidad rural mexicana. Celestino publico un .drapa ep un acto titulado El nuev o paraiso, que no deja de mostrar inmadurez y acartonamiento en su an^lisis de una burguesia bien tediosa. Diaz Dufoo, bijo, bqsco un .teatro de hondura filos6fica,que sup era.^ p tp s dramaturges de,la revista en Tem is municipaLy^ ElbarcOf que.presentan un mundo fr io y despersonalizadd en el que languidecen, tormentosamente, los valores del espiritu. Junto a ellos Jimenez Rueda y Francis co Monter4e colaboraron tambien en la revista a cumplir pon tres preo cupaciones: las innovaciones tecnicas, el interes por un ’teatro que combinara un ^igor analitico con el retrato social y la pertinencia entre el matrimonip de elementos ipiticos y legendaries de la tradicion qral. Con,eXtiempo, el ejercicip. teatral se fiie separando del literario en la mayoria de-losjcdlaboradores de la^ revista. Novo dedicaria buena parte de su vida a impulsar el teatro desde su poder burocratico; Villaurrutia escribira varias^ pieps sumamente fallidas y siempre perdurara en ^que el, mas que^ppeta,-era hombre de teatro. Jose Gorostiza jamas se decidio a hacer publiqq.su intento de (Jramaturgia; Cuesta no se interesd jam as e incluso ,dpdo que se hay a par ado alguna vez .en un. teat ro; Ortiz de Montellano no hizo nada despues de su experimento;..Torres Bodet preferia la opera, como Gonziilez Rojo, y Owen solo; entro a la aventura.de UJises como actor porque estaba absolutamente enamorado de Clementina Otero. j
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-Sobfe I6s Contemporaneos’ y el teatr o puede consult arse “T he Revista homempor'dneos and the Development of the Mexican Theatre” de Edward J. Mullen, Comparative Drama, IV, invie mo de 1970-1971,'WM U, pp. 272-282.‘ r .j
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LA VIDA POpLICA
diferencias y, en una palabra, el exotismo de las mas debiles. De' fesa manera, .tanto, la revista espanola c6mo ,1a. mfexicanU intentan sacudirse los estereotipos reduccionistas 'de las cultural domiilantes a cada mo* mento. La violencia, que solia vaciarse en ironia y despecho cuaiido. ya no habia mas remedio, con la 'que espafioles y mexicanos feaccionan ante el poderio de sus antagonistas ^ muy semejante. “ i'He aqui a otro yanqui que viene a explicarnos que somos y por que somos asil”, se queja Ortiz de Montellano.^^® . Pero el mismo afan de universalismo es el que tambi^n los lleva a reac cion ar con .gusto cuando- advi§i;ten que, un extranjexo ba perci bido en su justo valor un aspecto de nuestra culturp. Contempordneos no tuvo reticencias en este sentido y p.ublic6 a cuantos extranjeros *se acer* caron a Mexico'con una puriosidad que iba m^s alia del espiritu antro pologico q ue, por definic ion, es aisla cioni sta y exoti sta..A si,.tr aduJe ron poesia de Jam es Fiebl eman , na rja tiv a de Waldo Fra nk y de D. 'H. Lawrence y ensayos*de jlobert Ricart y Dorothy Sfchons, tod6s sobre Mexico o mexicanos. Tan importante, dentro de la politica de traducciones, comp -publicar m ateria l extranjero sobre- Mexico, do Tue, claro esta, la -necesidad de t^ad^ci}c■ material ‘dpterminante de lo que bacian europeo s y .norteamericanos*. Sin em bargo bay que. concluir qu e l a cu* riosidad sobre el pais fue una linea determinants de la revista y que esa curiosidad no se articula'por capricbo, a tal grado que todd traduccion cabe, con el resto de material, dentro del mismo afan: saber que so.mos, pero tambien como nqs observan x)tr.os y, clard,--’que somos en oposicion a otrps. Revista nacionalista, Contempordneos,consideik como factor integral de la nacionalidad a todo lo que desde otras-voces,'otros ambitos, colabora a poner en duda aquellp que creemos deteifftinante pa ra entendernos. Se tra tab a de-decepcionar las,ideas fijasque el nacionalismo radical patrocinaba y la mejor manera de bacerlo fue con una revista que, entre ^us objetivos fundamentales, jamas se esforzo por ser nacionaUsta y quiza, por lo piismo, fue
103 “^Existe una crisis en nuestra literatura de vanguardia?”, El XJmversal Ilustrado, abril de 1932, p. 18.
XII I. “CONTEMPORANEOS”, REVISTA MEXICANA DE CULTURA
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Las revistas, esas nebulosas, cargadas y finas, ‘que Uenan los intersticios* entre los libros.A. R e y e s La r e v i s t a litera ria, pensada en abstracto, suele considerar .esta pecu liar funcion de llenado a la que se refiere Reyes. Las revistas deben llenar las brecbas generacionales, .o bien la distancia entre un aficiona do y un profesional. La imagen habitual de la revista es el puente que llena la fisura, el bueco entre dos becbos (la revista es un entre). Paz: “Las revistas literarias no solo expresan las rupturas entre las generaciones, sino que tambien son puentes entre ellas.” ^ La revista literaria funciona tanto en el tiempo como en el espacio: llena y une, quiza por ello sea feliz la comparacion de Panabiere; la revista es un ferrocarril que tiende lineas en un-territorio basta cubrirlo de su cuadricula: como el, es un sistema hecbo de cruzamientos y opciones, de salidas y lie* gadas. Owen bablo ajguna yez ®de “la deleznable materia de la revista” en alusion a su materia transitpria, a su caracter vehicular. En un sistema de “enbes”, la revista es un bibrido que lleva ef entre a su liltima consecuencia y solo de el deriva su sentido..Es una manifestacion de diversas intimidades que, al unirse entre si, optan por una repercusion publi ca. Son labo rato rios y productos termi nados a un tiemp o: cada revista es ella misma en-tanto que posee una pec uliarida d (una “ linea” ) que es el resu l^d o de ,sus colaboradores y sus propias lineas, mas esa pec uli ari dad esta fra gua da de fragment os, de “a delant os” , de obras en proceso, de inform acion comple mentari a. Una mul titu d de fragmentos de ima multitud de escritores'que suponen posible adecuarse en un cuerpo bibrido y cambiante como en una celebracion. Pero una revista lite raria no es solo la suma de sus fragmentos:. bay en ella cdgo mds ^ Octavio Paz: “Quinta vuelta”, Vuelta, 60, noviembre de 1981, p. 4. * “Encuentros con Jorge Cuesta”, en Owen, Obras, p. 240.
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que es aquello de lo que deriva su ser revista y su ser, precisamente, la que es y.no otra. Aglutinantey qrganica, una revis^a no*lo es por azar ni por designio: entre una suma de colaboraciones y una revista hay una enorme distancia; el que una parezca serlo y otra lo sea depende de su habilidad para lograr lo mas. d§ su na^uraleza deleznable, de habitar a fondo su caracter vehicular, puesjsolo asi se habra de convertir en vehiculo de su tiempo. Una revista literaria comprime, pero tambien dispersa (si lo es de ve ras ); es un instrumento que, siempre paradojico, es tambien un objeto. Y aun mas: es tambien el instrumento de su objeto. En pocos casos como este, la revista es, a la vez una necesidad y su.propio satisfactor. Llena, pero tambien depurat abruma, pero selecciona. Ademas, una bue na revi sta lit er ari a se debe artic ular' dent ro de su pro pio dis cur rir : se organiza (se hace organica —^Whitehead) hacia ^dentro de cada uno de sus numeros, pero tambien hacia el, que lo precede y hacia el que habra de continuarlo. Asimismo, el material de la revUta —cada una de sus colaboraciones— existe en furicidn no solo de las otras revistas, sino de las otras colaboraciones: la revista es una red que ha atrapado algo, pero que al mismo tiempo ha dejado fuera algo: selecciona en ambos sentidos. La revista es transitoria (‘^deleznable materia” ) pero determinante en tanto que se resuelve en (algunos) libros. Llena los intersticios entre ellos pero exclusiviza el usufructo de su^alquiraia: la revista anticipa al fibro o lo comenta: es su vehiculo, pero, tamhien, su nemesis. La revista previene y predice y, si lo hace bien, prevalece. Su inmediatez, su periodicidad, sanciona un prestigio y lo moviliza culturalmente, lo pone en disposicion no solo por lo que es en si mismo, sino po r lo que le cont a^ia de su pre stig io: lo ban a del sortil egio de su influencia. No es lo mismo publicar un textq en una revista que en otra, aunque sea el mismo: el espectro de sus significaciones se ve definitivamente alterado por el aura del vehiculo agente. Un texto en una re vista se enibadurna de su revistereidad. La revista es'campo de pruebas, anaquel y sala de juicios: es cultura social por lo que tiene de colegio, tienda y aparato judicial. Educa, promu eve y.e valu a al inismo tiemp o qu e se of rece como vehiculo de educacion, promocion y juicio en si misma: la revista literaria es pura movilidad. Se mueve hacia el pasado con miras a su presente y registra su pre-
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sente con. mira s al fu turo, pftro sifempre con animo de mbdif icarlos a todos. Las revistas siempre estan pendientes de otras revistas pues solo asi dirimen su propia manera de ser. Como tales, las revistas estimulan y compiten: competir con la otra es estimular la propia y viceversa. Al mism'o tiempo “revisan” otras y se revisan a si mismas; estan pendien tes de otras cu lturas y a ellas se'.ofrecen como, muestra 'de la propia. Administran el tiempo y,-jpor contiguidad, el' tiempo de las de culturas remo.tas. El objetivo de una revista literaria es la edificacion del gusto de su epoca: s u capacid ad de sintesis y su caracter de inmediatez aceleran un discurso
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motor imci£il: registraban la historia a la par de que la produdan. Senala Octavio Paz: La historia de la literatura modema, en Europa y en America, se confimde muchas veces con la de las revistas literarias. En Mexico, la puhlicacion de una revista ha sido el modo predilecto de aparicion^de las nuevas generaciones, de la Revista Azid a la Revista Mexicana de Literatura. Con frecuencia las revistas se identifican tamhien con los movimientos literanos o con alguna de sus fases: el modernismo se inicia con la Revista Azul y en la Modema se consuma (y se consume); en Contempordneos comienza un movimiento y una exploracion que la generacion siguiente continua y reelabpra en Taller y en Tierra nueva. Estos ejemplos m^iestran que las revistas literarias no solo ex> presan ruptu ras entre la s, generaciones sino que tamhien son puentes entre ellas.®
A1 acelerar la historia y al proponer el gusto, las revistas literarias producer! u na zona de comh ativi dad de enorme pote ncia l crea tive. Las revistas producen mas simpatia o antagonismos que los que producirian sus -partes aisladamen te; demarcan t errit ories esteticos; o ideologicos asibles y manejables, aunque, por lo niismo, estereotipados en ocasio* nes. La interaccion e ntre ellas genera el coinbustible de la his toria ,y el gusto, y los apresura culturalmente. Juan Larrea y Cesar Vallejo man: daban, dentro de cada numero de su revista, una tarjeta que decia Los editores solicitan de usted, en caso de discrepaiicia con nuestra actitiid, su mas resuelta hostilidad.®
Y se cuenta que, en ocasidn' de que un critico le -regreso a Huidobro un ejemp lar de una revis ta alegando. que no estaba de acuerdo con nada de lo que ella decia, Huidobro le contesto: “No me mande la suya, porque estoy de acuerdo en todo lo que dice”. Como la modernidad que las genero, las revistas literarias toman de'ella un sentido de crisis batallador que-apela-a la calidad lo mismo que a los beneficios que se derivan de la exasperacion ajena. Frederick Hoffmann senala en su prolpgo a The Little Magazine: Mientras las grandes revistas se empehan en hab lar a estratos grandes 'de poblacion educada de clase media, las “pequenas revistas” optan por una ®Paz, ibid. ® Segun Jose Ma ria Salaverria, “Una nueva voluptuosidad”, Los vanguardistas espanoles. p. 21.
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tare a disti nta: n o'le s impor ta alcanzar un publico ■extenso, por el contrario, les resulta grato ser leidas por reducidisimas minorias. Surgian con la inten* cion de atacar modas convencionales de expresion y de sacar a luz teorias*y practica s liter arias nad a ortodoxas. Las “peque nas revistas” han sido fundadas por dos razones : la tebelidn contra modos tradicion ales de expresion y deseo de experimentar con formas nuevas; y un deseo de veneer las dificultades comerciales que surgen de introducir cualquier texto que no ha sido probado ’
No creo que res ult ara dific il ace ptar que Ulises fue, en tal sentido, una revista mucho mas modema que Cdhtempordneos. El hecho de que se olvide tiene mas que ver con que la segunda vivid mucho ihas tiem po y se contagio del noihbre de la genera cion. Ulises se sujeta mas a todas estas caracteristicas que Contempordneos, en especial las que se refieren al'espiritu batallador, iconoclasta y experimental. Contempo rdneos fue uria revista mds amaestrada, positiva y edificante, que jamas asumiria su condicidn de producto marginal. Ulises, entre las muchas revistas en las que se formd el grupo, es la mas batalladora, epatante, subversiva y ludica: la que mas se asemeja a las europeas y-norteamericanas. Contempordneos hereda de Ortega y su propia revista una voluntad me'sianica estorbosa. Pero estorbosa no en otro sentido que en el de su indecision, Ulises y Exa men (la revista de Jorge Cuesta de la que hablaremos en el epilogo) son dos revist as exacta mente coherente s con su razdn de ser y con sus directores: tanto Novo y Villaurrutia como Cuesta son capaces de delimitar con precision el orden de sus intereses y de llevar sus revistas por u n cam ino arrie sgad o pero insusti tuible . Po r ello creemos q ue Ulises es nuestra verdadera muestra de lo que fue la revista vanguardista y Exa men nuestra primera revista modema. Cdntempordneos vibra entre las dos actitudes y, al no resolverse por ninguna, opera dentro.de cierto eclecticismo estorboso. La revista —co mo su director: Ortiz de Montellano— suele dar signos de una indeci sion ^que la enturbia : ya promueve las van guardias europe as, ya se de^dice y subraya su mexicanismo; ya fomenta teorias raciales y racistas disparadas (como las de Gastelum), ya preconiza los estudios sobre lo mexicano. La calidad He Contempordneos, en todo caso, derive mucho mas de la calidad de sus colaboradores que de la capacidad de la revista para aglutinarlos. Vivio demasiado tiempo y carecio de capacidad de renoHoffmann et. al., The Little Magadne, p. 43.
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vacion. A partir de-cierto momento (enerade 1930) fue no solo inca paz de esto, sino de c o n s ^ a r la iden tid ad pate nte en los prim eros ntimeroS. De ese momento en adelante se desarticulo palpablemente: el interes del grupo era esporadico y la conduccion de la revista recayo casi totalmente en Ortiz de Montellano, hombre de limitadas lecturas e ideas en comparacion con los demas. La voluntad de rigor decayo y comenzo a aceptar material debil y resignado; su beligerancia se morigero mas que nunca y comenzo a expresar lin criterio comodino, resig nado y -automatico. Ortiz de Montellano diabla de “hacer una revista humana” todo el tiempo; pero su criterio-de lo no humano era Ulises con su voluntad de escandalo.y experimentacion: En la diregrupo sino de direcciones personales y de actitudes nuevas,’ en cierto sentido mfis humanas y mas nuestras que las sostenidas por Ulises.- Contempordneos ha prestado tambien tm verdadero servicio a todos los escritores de Mexico que valen, haciendolos estimar, m ^ que entre nosotros, en el extranjero.®
La contundente primera persona de Ortiz de Montellano, acorde con estas ideas sbbre “lo humano” y “lo nuestro”, imposibles en Vlises 0 en Exa men (donde se asumian como factor de la realidad, no como excepcion), senalan hacia ese error que tiende a convertir a CoTUempordneos en metonimia de la generacion. Coraempordneos es un a excelente revista que refleja en su larga vida las irregularidades de gusto de su director, y su director ciertamente no refleja lo mejor de su generacion. Pero Ortiz de Monteljano, a pesar de su vocacion evidente de servicio fue incapaz de hacer que su revista estuviera a la altura de su grupo. Insisto: a pesar de momentos de calidad brillante, a pesar de su curiosidad y su voltmtad de critica, Contempordneos es una revista de escaso caract er cuyo ser revista es en ocasiones debil — y es pn pUo, precisa mente , donde una revis ta no puede serlo. El male ntendid o, sin embargo, se ha institucionalizado y es en esta revista en la que se piensa pa ra alu dir a la labo r -de la generac ion. Nunca estuvimos mas lejos de ®“^Existe una crisis eii nuestra literatura de vanguardia?”, El Universal Ilustralo, 779, 4 de abril de 1932, p. 14.
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la ver^ad en la edificacion de lugares comunes en que suele detenerse liue^ fo hasta ^[ibra imposible designio de crear una eficaz historia de riu^stra ljteratura: nunca hubo un grupo detras de Contempordneos: lo que hiibo fue un director que pertenecio 'a un grupo y que llevo la pvis tq-p or-j o que supuso que era n l as direct rices -de el. Los ocho esc ri tores ^^e la generacion con que hemos trabaj^do eh este. libro, jama s estuvieron reunidos —^n tanto grupo— alrededo r de la mesa de Ia& decisiones^y se limitaron a coincidir en ella sin conocimiento de la articulacion vehicular de la que hablamos al principio de este c.apitulo. Un pequeno cuadro sinoptico puede ayudarnos a aclarar pste malenten dido:. verenjos en el a los miembros del grupo y su relacion .con las diversas tareas hpmerograficas que los tuvieron cotno participantes y que se han visto desgIosadas"a lo lar^o de este trabajo':
I■‘p = director , •f R = redactor G = colaborador eventual. '
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i El, cuadro no solo deslind a responsabi lidade s sino que ayuda lo mismo a reconfirmar como la generacion de Contemporaneos en realidad fue la,coincidencia de dos generaciones diferentes o bien de una sola bon dos vertiente s encontr adas. En marzo de 1932, cuando la revista Ilevabf tres meses de Haber niuerto, VillaurrUtia, al xalo r de la pole pijca “^ Existe 'una crisis en nu estr a lite ratu ra de van guar dia? ” ati zad a por El Unive rsal Il ustra do, se encarga de poner en 'claro este deslinde |io sin ‘e nergia: ^ ,
Contempordneos.
Nmgu no de nosotros puede hacers e re sponsable de Fue siem j pre una revis ta con direc tor, ncTcon direc t 9res. Cuando Novo y yo lanzamos responsabilidad de su ciclo de existencia. Y esa si fue una I . j reVista per sonal, fue el' ban de rin de un grupo. tuvo-una in• tencion-colectiva y-aglutinante que jamas logro. El fracaso de • se debe al.ambie'n te, y;la falta de ambiente se debe a que no supo crearlo.® » ' ^
Contempordneos Contmipbfdneos '^ontempordneos,
Los enemigos del grupo haci'an su agosto con la desaparicion de la j-evista*: veian en.e lla la certi dumbre su virt ud y la defro ta del ma k Perez Abreu y-los demas virjles no, dejan*de alegrarse de la !
» Id e^ , E l Universal Ilastr^do; 773, 1? de marzo df 1932, p. 21. ,
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“fratfca ^isdlUcion” del grupo que* ha conducido “a nuestro espiritu, junto a nue stras letr as, h la bancarrota”;" De hecho, es de justicia senalar que no deja de percibirse un tufillo de alegria, casi un respiro, entre Villaun:utia,'Novb y Gorostiza cuando por fin el viaje de Estrada a Europa priva a Ortiz de Montellano de los dineros para continuar la empresa. Guillermo .Jimenez, amigo dd los mencionados, pdr ejemplo, en marzo de 1932, declara que “las revistas literarias no deben vivir mas qiie sus fundadores. Ahi estan Rev isU lde Occidente y Nosotros de Bueftos Aires. Sacrificarort am buen.recuerdo pormna vida larga. No supieron bien morir. Algo asr le paso a Contempordneos^*.^^ Las reac* clones de unos, y otros no eran,. a principles de 1932, sino el resultado de discordias mas o inenos secretas que se, arrastraban desde tiempo atras. A^fines de 1931, ciiandd aparece el que seria el ultimo numero de la revista,-Febronio Ortega enlrevisla a Gorostiza yren marzo piiblica el resultado sin haberlo puesto antes a la consideracion del entrevistado (algo qxie ha bia si do ’puesto Como condici on) y con consecuencias de plor abl es: Ortega pone en boc a de Gorostiza acusacione s terri bles (que Villaurrutia y Torres Bodet se habian “fusilado” a Giraudoux y a James) y sonoros arrepentimientos ideologicos (Gorostiza declara su iilteres por regtesar a los maestros de 1917, verdaderos nacionalistas y es crit ore s)V illa urr uti a y Cuesta reaccionan con ira ante la traicion Carta a Alfonso Reyes de Hec tor Perez ' Martin ez recogida e n “Mexico, Alfonso Reyes y los Contemporaneos”, p. DC. “iEsta en-drisis la literatura dervanguardia?”, El Universal llustrado, 773^ mareo de 1932, p. 22. El texto de Gorostiza decia en tre otras cosas: “Todos estamos callados:' hay crisis. Este silencio es vigilante en en otros es’punto final a una buena o mala ’aventura pero de're sulta dos poco satisfactorios. Hemos estado equivocados y ’yo 'm e dispongo a rep^ tificar . Quiero desanda r lo andado y enc ontrarme de nuevo con lo viejo que- he dejado. Nos babiamos perdido. Leer modas europeas solo proporciona una satisfaccion personal. Per o hay que ser demasiado' frivolo, hay quo ‘carecer en absolute de cualidades personales par a ser esclavo de las modas y cstar siempre en tortur ante caza del ultimo figurin de importacion. No. Hay que rectificar. Estamos en crisis, de transicion para unos, de muertp para otros. Alla cada uno con su pxperiencia. Yo saque la mia 'del vanguardismo y quiero aprovecharla baciendo actd de contricion. De ahora en adelante en lo mio, en lo autenticamente mio, bueno o thalo, pero que s6ra mio originariamente y, adPfnas, mexicano; que responds al modo> en que vivimos, sentimos, que esta f uerteme nte ligado a nuestra inquietud, a nucstros conflictos, a nuestra sensibilidad y mentalidad. La ‘universalidad’ es literaria cuando no es sentida y aun siendolo corre el resgo de quedarse en mimetismo. Lo unico universal es lo original, y lo original es lo que cada uno' lleva en si, en origen de capacidad creadora para expresar y sensible para recibir. Yo rectiflco mi actitud euro peizante.” (El Universal llustrado, 773, lO'detmarzo de 1932, p.>21.)
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de iSbrbstizdrYillaurrutia en laxarta que'ya'xitamos dirigida a.Reyes, Cuesta eri su.celebre texto que lleva el nomBre de la*polemica: la origihalidad det'grupo fue su’voluntad critica', sinxmbargcw^por'lo que ahora ifisiritia Gorostiza” parece'que*lo‘que niihca-tuVa ebgrupo fue^precisame nte eso, orig ina lida d. ' ' . i r* , EHio* crecio, s abiam ente admi’nis tta do .po r Nunez 'A'ldnso. y por- Or tega, los'iesponsables de El XJniversdlj para delicia*de%s enemigos (la pal ab rav fue rte , es de Perez Marti iiez, 'que se e norgiill ecia de serl o) del grupo. No hk acabado de -secarse’la tinta'del'numero xn ebque se desvirtuan las declaraciones' de Gorostiza ciiando, el 3 de abril, ya contesta a la publicacion: Ortega ^“se ha precipitado» a en se na rja entrevista a otras personas a fin- de’obtener declafac iones'autentic as sobre> mis'puntos de vista falsificados y ^efro tarm e'asi 'faci lme hte ”.^®Gorostiza ‘tdes*autoriza” la entrevista, delatk la-falta-de‘etrca'de»Ortega y aclara: I • <->' G? f ' r 'No, dije que Villaurrutia ^:pnociera,a Giraudoux a traves de Jame^^ni que Torres Bodet lo conoci^ra a traves de Villaurrutia. Eso es.sepci^amente estu pidp. Tanto Jaime .como, Xavier han contado jslemprp.^coq u na informacion literaria de primer orden. Ambos,cono^erf'el^frihces a la perfeccion. Los dos disfru iah de una lib eriad s'uficftnte pa ra le er eslo'o aquello eiT el orden' que lea de la gana. sin dar a nadie cuenta de sus’acloa. ^En que hubiera podido yo^hasa^rme par a hacer semejante afirm acion? jN<3j ■senor,’ljue m e dejpn solo con mis necedades —como tan sabiamente propone Jorge Cuesta— pero ^ .|61o cop las jnias! , ,,
Gorostiza, sumamente molestb, augura* qux “el' espir itu unanime” que siempre ha habido en “nuestro grupo” tendra que “desaparecer en esta crisis”. Los infundios de Oj-tega ^1 manipular la entrevista han trascendido hasta nuestros -dias y ya por ighorancia, ya p6r'el regusto de mane j^f este fal^o efecahdalo, ,liay q uie n'sig ue leyerido dn ella una abjuracion de Gorpstiza a los principio^ del grupo. ^Gorostiza era un pers onaje ambiguo -e inesc rutabl e que jam as perm itio ent rar a la^ra iz de sus ideas a nadie (y de ahi, quiza, que haya'*dejad6 de ejercer su Brillante capacidad. critica a ‘f^incipio s de los anos tre in ta ). Por ello le interesa mas aclarar lo que lo^ compromete ante sus amigos que *lo que'lp compromete ante el-raovimiento cultural: Ortega pone eirsu boca una autentica mea culpa ante su‘“elitisipo” y'su “europeismo” en un tono gue se antoja propio de una, confesion de torturadq .en “granja i
^3 El Universal Ilustrado, 774,17 de taarzo ded932,- p. 8.
de rehabilitacion intelectual”. Sin embargo Gorostiza deja pasar eso pai?a cent rarse en la siitilez a de sus am istade s (s rh ie n la desautoriz acion v a '“ por, lo que hace a la .entrevista en general” ) . Jose Joaq uin Blanco ha sugerido"que Gorostiza deja la .critica. “para evitarse la animadver sion deLBdder”.“ El que en.la aclaracion no cuidara ebaspecto de la mea’culpa,yAo pasara de’.soslayo ^tendria eLmi^mo ofigen cauteloso an ted a evide nte dmportanci a politica que’ los viriles Jiacionalistas comenzaban a adquirir? No hay que olvidar que Perez Martinez fue secret afio de ■gobernacion’duran te el sexenio de Ale man y casi Uego aila presi deijc ia de la Re pu bl ica .. . , < De,cualquier modo, la entrevista de Ortega cumplio con su coraetido y .el resultado fue terrible. EL gnipo-q uedo mas divididb que nunca. Villaurrutia, desolado, xonfiesa a Reyes que nunca hubiera pensado ese compoftamiento en “uho de nosotros”. Cuesta fescribe su respuesta siu'conocer'la rectificacion de Gorostiza.y se limita a alabar “la reali dad inexi cana de e ste grupo de escri tores jovdnes [que.] ha side* su desamparo y no se han quejado de ella, ni han pretendido falsificarla; ella les permite ser comb'son. Es maravilloso como Pellicer-decepciona nuestro paisaje. .-. como Jose Gorostiza se decepciona a si mismo...” Con Torres Bodet; Owen, Gonzalez Rojo y Pellicer lejos 'del pais el grupo *de amigos carecio de. contemporeizadores que amortiguaran la disputa. Mieritras, O rtega y Nunez Alonso la a tizaban. Tambien deformando y ^Itefarido,- pu'sieron en boca de' SamueL Ranjos* acusaciones graves en- contra de Novo y Villaurrutia que fueron acidamente censuradksq )or Guillermo Jim enez ant es'de que Ramos*pudier a pub licar su aclafacion. Poco despues, lastimado por Jimenez (a quien Novo y Vi llaurrutia man ipulaban), Ramos hizp'acusaciones fuertes contra Ulises t “fue una copia'de la Nouve lle Rev ue Franqaise'^) y, por ello, contra Villaurrutia y'Novo.-Orliz.'de'Montellano —cuya voluntad de'trabajo en gfupo ya comentamo^— tuvo que sentirse lastimado igualmente por las -declaraciones de-Villaurrutia contra Contempordneos y su partici* paci on en la polem ica se.Timito a' asu mir a fondo las mismas observacidnes de Villaurrutik en’el.sentido de que toda la respbnsabilidad fue suyk.* 'U Lentamente, en el transcurso del prolongado debate^-das disputas so3* Tesis inedita, “La crftica cultural de la generacion de Contemporaneos", u ,C pagina *46. .v. 1) i ®* “ i E x i s t e u n a
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IfteratUTa delvanguardia?”,*E/ i
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Universal Ilustrado, 7 7 9 ,
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BA VIDA- POBUCA-
bre nacionalismo y uni versalism o, e tce tera ,'dej aron su sitio a esta penosa cla se''d e re afirm acio nes y vindicacion es que- perm itie ron ar *P6rez ■Martinez decirle a Reyes que el grupo se pelea “el saldo’*de *una existencia fecunda aunque unilateral”. L*a polemic^ apenas tiene una contrap'artida importante en la vertiente'queJsignifica la que iniciah entonces'Cuesta y Abreu Gomez, una vfcr mas'; sobfe nacionalismo; Sin ‘embargo, las h eridas.que todos se provocan cicatrizari lentamente. El experimento de Cuesta. con Ex am eit y la •eventual consignacion del editor y algunos de los' 'colaboradores (asi como 'su' despedida en masa de la Secretaria de Educacion) hab ra' de linirlos nuevafnente. Ortiz’de Montellano, poco despues', al pedirle a sus amigos el comentario escrito soBre su libro' {Una botellanVmar, 1933) 'intenta por ultima vez revivir el espiritu de grupo x6n miras a lanzar de nuevo una ver sion, intemacional de Contempordneos semejante^a la que'Owen habia intentado con TJlises desde Nueva York. De cierto -vale decir que el grupb de amigos babra de perdurar, a-pesaride roces y malentendidos. Pero no es menos cierto que a partir de “^Existe una.crisis en nuestra literatura~de vanguard ia?” cualquier.>posibilidad de traba jo en grupo (que, como vimos, apenas se dio eir efecto) desapar ece p ara siem pre, En los anos siguifentes habr a-de afir mar se -^-Hjuiza por l a necesida d pragm atic a—*la idea de “u na” generaci on de Contemporaneos que servira tan solo como el horizonte contra el cual ecbar a andar las nuevas prop uest as de l as nue vas generacione s. El terr ible escandalo de los derecbistas contra E xa m m en-1932 sera, paradojicamente, semejante en tono y en acusaciones al que habrian de promover lbs azquierdistas (Maples Arce, entre ellos)'* desde la Camara de Diputados en 1934, cuando piden carcel para ellos por pederastas, extranjerizantes' y por leer a Gide y a Cocteau. Solo Jorge Cuesta tendra la*paciencia (y en el caso de Exam en, ademas, la obligacion legal) para 'contestar. Poco mas tarde, en 1938, Antonio Magana Esquivel en las paginas de la re vista R oy ^’' publica una encuesta con los “novisTmos” y algunos con temporaneos de los Contemporaneos titulada-“Los nuevos valores de la poesia en Mexico: una encuesta en torno de la ultim a generaci on literaria” que, como bien senala Jose Emilio Pacheco en su comentario a Maples Arce, Soberana fuventud, p. 277. ‘.‘Los nuevos valores de la poesia en Mexico, una encuesta en to mo de la ultima generacidn literaria”, ffoy, 95-96, 17 y 24 de diciembre de 1938, pp. 50 y 80 respectivamente. Existe un* comentario a esta. encuesta debid6 a Jose Emilio Pacheco en Diorama de Excel sior, 30 de mayo de 1976, p. 14, titulado “Revueltas, Paz, TaUer y Contemporaneos.
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la polemica, “en realidad debio llamarse ‘Balance y liquidacion de los Contemporaneos* ”. A seis anos de la muferte de' Contempordneos y a cinco de la consignacion de Exam en, con elgrupo francamente disuelto aunque sus miembros se encuentran en lo mAs algido de su produccion en el piano individual, se inicia una nueva batida contra su memoria grupal con los mismos, anejos, macbacones argumentos: Abreu Gomez ataca de nuevo: Contempordneos fue una continuacion europeizante de las revistas clasicas de Mexico: “La Revista Azul”, “La Revista Modema”. Sus componenles no tuvieron cntonces un juicio qlaro de la necesidad Humana de la literatura mexicana. Vivian ,de espaldas a Mexico. No ban influido en la creacion de la literatura mexicana..
Abreu Gomez Uega incluso a revivir el viejo asunto de la virilidad y asegura que la nueva generacion (Paz, Huerta, Quintero Alvarez) esta -“sobrad a de virilidad y esta nunca la pudo Haber aprendido en Contempordneos*^. Miguel N. Lira sentencio que ninguno de los Contem porane os ha dejado huel la prof unda en las generaciones posteri ores a la’suya. Efrain Huerta, en un tono bastante mas discrete que el que utilizaba en E l Nacion al, declara que su grupo (Paz, “primer capitan de nuestra nave”, Quintero, Solana^ Neftali Beltran, Carmen Toscano, Gomez Mayorga, Mauricio Magdaleno y otros) jamas caera “en un derrotista estancamiento ni una cobarde regresion” a la manera de los “ContemporAneos!’, grupo “profundamente inmoral por profundamentC‘insincere, que no pudo Hacer mAs porque el ambiente que le corres pondio era de fran ca confusio n; y que en todo caso, nuestro punto de quere lla con sus miem bros es simplemente una cuestion de etica’’.^® Solana, Cardoza y Aragon y Quintero Alvarez son mAs objetivos: Solana sugiere una revision critica a fondo que deslinde meritos y omisiones; Cardoza desc alifica l a ‘encuesta y advierte que todos los “ContemporAneos”, menores de cuarenta anos, apenas comienzan a escribir sus obras de madurez (.“Leed Nostalgia de la muert e, uno de los libros mas hermosos del ano” ) ; Quintero Alvarez piensa que la poesia de su generacion simplemente es “medular, desatada, inevitable” enxposicion a-la de los ContemporAneos, de “inteligencia, finura e ingenio”. Sujetandose a l derecho de replic a. Novo contests la’ siguiente feemana. En una respuesta que Pacheco ha considerado excepcionalmente ** Hoy, 95, p. 50. 19 Hoy. 95, p. 51.
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violenta en la historia del periodisrrl6 mexicano/>Novo comienza por acusar a Magana. Esquivel de .recu rrir a est as‘encuestaS antp su incapacidad de ller^ar el solo sus-paginas.^Por ellt), cree, lepresta dos paginas al vacio de preguntarles a»los enanos sietemeginos y a los bizcos que.qpinan ^dejos Contempor^eos porque: aj a nadie le importan un serenade rabano los Contemporaneos y b) a nadie le iniporta un cacahuate ,lo que los fetos y los endriagos piensen de los Contempor&ieos. Quienes desde ISl 'Nacional' se desganitan ladrando que ellos son la divina garza en ayunas y “enjuiciando” a ? los que vivieron de espaldas k Mexico pueden'seguir ptacticafldtf su aiitcfero' tismo cuanto quiera n en esd periodico, que coli su pan, b ien mezquinO por cierto, se lo merienden bien sazonado con ardo re^ .. ‘ J
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La vehemencia de Novo tuvo su contrapartida en la discrecion habi tual* de Gorostiza. Considera que l a encuesta “es prem atura y, ademas, intrascendenie” y que en poco puede servir sino para ap res ura r'‘^el, cdmercio de la vanida d” : la geheracion joven apenas empieza y l a de Contemporaneos “no abaha aun”. Si'Ja generacion joven apenas aporta dates para conformar su fisonomia, “hi del grupd’misrft'o de’‘Coritemporaneos’ se puede decir que ya tenga una fisbnomia propia^. Hace falta mucho tiempo para que se borren Tos perfiles individuales y aparezca tras ellos la fisonomia *colectiva”. A p'esar de ello el grupo de Contemporaneos representa una actitud nueva, la mas recienie todavia en nuestra historia literaria. 'Por su constante presencia en el perio,dico, el libro, la catedra y el teatro ha podido operar una «onsidpjable transformacion del gusto. Jin sus oKras t a establecido aparte de.,un criteri o estetico que puede o no aceptarse, normas dej rigor y de severidad.literarias que na die podria rep fobar. Ignore si esto es una “he rencia” y, por' tanto, si es‘ sus ceptible de ser o no “recibida”. No niese expresar sino con rm’s p'ropios terminos. Para mi la mstoria literaria no sfe mide con generaciones.-La medida del hoihbre es muy pequeha,.para,medir la.historia. Una perspectiva de diez anos mas. nos permitira v er que los escritores de “Contemporaneos” y la “ul tima generacion” pertenecen a un solo movimipnto liter^rio. No creo pecar de presuntuoso si digo que, sin ap urar much o'la vista, se puede ve r ya. desde ah ora .. . Una generacion Imadura aspira a ser ' siempre la ultima, cree de • buena fe que el arte se’ exlinguira con eUa; por el contrario una generacion joven aspir a siempre a's er la.primera*. J aihas reconocera que ha.r ecibi do influencia de nadie... Pero tambien tod^.^esto- es .yanidad.^j' «
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Hoy, 96, p. 80. La violencia de Novo se dirige, principalmente, contra Efrain Huerta, colaborador de **El NazionaF'. 21 Hoy, 95, p. 50. 20
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La frase del Eclesiastes con que termina Gorostiza su respuesta solo advieMe la otra, j a verdad era, la que vendri a diez meses mas tafde ciiando Cyllvra publicara los 550 ejemplares de Muer te sin fin . Oi;tiz de Montellano fue el otro miembro *(ie Ja generacion que res ponde a M agana Esquivel . Pa ra Bern ardo la, mejor prue ba de l a herencia del grupo radica en que nunca fue imitado,-puesta que la imitacion es herenc ia visibler e indeseable” , Que“se discut a si la herencia existe es expresion de su justicia y su certjdumbre. Cree que sen'a justo dilucidar basta que medida existio un grupo que nace con la Antologi a de Cuesta y que; en Comempordneos se convierte en generacion “de personalidades que se vinculan a otros escritores afines que-coincidian o aceptaban la misma inquietud o igual destino”.” ^ La recapitul acion que inic ia eri tohc^ Bernardo" es iriteresante por’^ue tiende a proppner que la reyista era resultado de esta amalgama de diversas generaciones. Cuenta que a la salida de Gastelum a Italia fue cuando el Subsecretario de Relaciones, Genaro Estrada, escritor y poli tico, se intereso por sostener economicamente la publicacion, en vista del exito obtenido en el extranjero, si yo me comprometia a solucionar el problema de desempenar solo, en la direccion, lo que antes desempenabamos en gru po^, Entonces y bajo mi responsabilidad se rehizo Contempordneos con la cokboracion constante, la amistad y la presencia intelectual infatigables de lorres Bodet, Villaurrutia,•Gorostiza y Jorge Cuesta. Abierta la revisla a diversas inquietudes y nuevas promesas se adhirieron a ella como redactores ..activos S ^ u e l Rapios, Ermilo Abre u Gomez^ Enrique Mimguia, Octavio G’ Celestino Gorostiza, Carlos Diaz Dufoo Jr., Alfonso Gutierrez Hermosillo.-Ademas de los principales fepresentantes de las generaciones menos jovenes: Gonz^ez 'Martinez, Genaro Estrada, Alfonso Rpyes, Mariano Azuela; A, Mediz Bplio, colaboraron Leon Felipe; Novo, PeIHcer, Martinez Sotomayor,Xuquin, Chavez Orozco, Asunsolo, Lqduc, Mena, Henestrosa, Palacios, Gonzalez Casanova, Romano Munoz, Mendizabal, teixidor, Rodriguez Lozano, Julio Castellanos, Salazar Viniegra, Agustin Lazo, Gomez Palacio, Jimenez Rued^ Monterde, Villasenor, Castro Leal y todo's los pmto’res nuevos de Mexico.' De las ofientaciones desarrolladas a traves'de la revista ntf'es ofeortpno tratar -ahora, pero habria que.senalar el hecho de que todas las corrientes que han fructifica do anos despues en el arte, en la critica y, en d pensamiento, se encuentran iniciadas en las paginas de los once tbraos qiie Cohstituyen la revista a disposicion* de los padientes investigadbres’que deseen comprobarlo. Las ediciones de la revista, los numeros especikles de poesia, las traducciones de colaboradores extranjeros que se presenfaron y la colaboracion directa de 22 Hoy, 96, p. 80..
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algunos.de ellos ^n6 habran dejado huella alguna en la cUltura de Mexico y de los paises del sur de America en donde era ampHamente leida y comentada? La aparicion de nuevos gnipos y nuevas revistas parecen comprobar la influencia, que la critica podra con atencion desembarazar mas tarde, de este esfuerzo colectivo de independenci^ espiritual en que no se aBandono nunca el punto de vista de nuestra geaeracioh, nuestra expresion y nuestra realidad frente al pensamiento universal. •Puede asegurarse, en sintesis, que no existe un grupo de escritores “Con* temporaneos”, sino la generacion de ‘^Conteroporaneos” como se senala, para abreviar, a im conjunto de escritores de su tiempo {v.g, la generacion del 98 en Espana) naturalmente afines en determinados ideales colectivos y que ■* renuevan, con su obra personal, el mundo de las letras y de las (ideas de su epoca con'mas o raenos perfeccion y hondura. ^Quie nes son los poetas" y escritores dfe la ’generacion de “ Contemporaneos”, cual es su valor y caracteristicas.e influencias? A estas preguntas solamente puede y debe.con testar el tiempo, el.critic o, el lector, la conciencia de todos nuestros contemporaneos, entre ellos los mas jovenes que ya d^ean heredarnos, como los mas viejos, de quienes nosotros no hemos heredado todavia, porque son tan contemporaneos como nosotros.
El balance de la encuesla de Hoy , con sus dosis iconoclastas y con su afan de asombrar, esta muy lejos de ser una “liquid^cion” del grupo: la idea que prevalece es la de que el trabajo individual debe ser el ver* dadero ba remo de un juicio litera rio y que la nocion de grupcr- resulta inoperante. Sin embargo cabe ^enalar que la lectura de las declaraCiones de Huerta o de Quintero Alvarez si administran una nocion de rbm* pimien to que reba sa la his teri a acos tumb rada de, digamos , Abreu Go mez. Octavio Paz se hallaba en el momento de la encuesta en Espana y de abi la evidente ausencia de sus declaraciones: si alguien hubiera podido ofrec er la acti tud de la nueva genera cion bub ier a sido eb El tiempo y la revista 2’a//er‘iban a precisar la actitud de la nueva gene racion. Lo que si es lin becbo es que la.mayoria de los miembros fundadores del grupo de Contemporaneos se hallaba en plena produccion y completamente desbandado: la revista El Hijo Prodigo , que naceria pfoco despues (en 194 3) volve ria a u nir a algunos de ellos, curiosamente; junto a algunos de los nuevos en una empresa comun y brillante. Para 1933, por lo pronto, el grupo se habia desbaratado completa mente y, si acaso, per4uraban las amistades individuales de siempre. La escasez de documentor* sobre la desintegracion del grupo es apabullante y*refleja la natural y obligada forma en la que la disolvencia se efectuo. Torres Bodet, en un escrito posterior, se limita a decir:
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Una generacion que madura tierie que desgranarse. Eso habia ocurrido con la nuestra. No existia ya entre nosotros la solidaridad espont^ea que sentimos al lado de Vasconcelos en 1921 y que se apago definitivamente en Contemporaneos diez anos despues. Los jovenes nos veian con critico escepticismo y, salvo Gonzalez Martinez y Jose Juan Tablada, los viejos nos consideraban sin mucho aprecio. Ni el desd&i de estos ni el escepticismo de aquellos me preocuparon. Habia entrado al momento en el que me inquietaban nada mas mis propias dudas.*®
Con excepcion hecha de Ortiz de Montellano, resulta evidente, a partir de 1933, que el grupo se hallaba en condiciones semejantes a las de Torres Bodet. El ciclo natural del grupo terminaba para dar paso al de^rrollo propio de la generacion. Si encuestas como la dc Magana Esquivel apelan a una beligerancia propia del momento y sirven para deslindar, en apariencia, los vaivenes generacionales, es necesario leer en ella, igualmente, el apogeo de las teorias generacionales de Mann heim, S(dierer, Lorenz o Finder que Ortega y Gasset, con mas o menos eficacia, se habia apropiado y que exigian respuestas semejantes a quienes analizaban l a cuestion desde ciertos afanes sociologicos. A la luz de esas teorias, el grupo de Contemporaneos ya estaba rebasado como tal y debia ceder su sitio a los siguientes. El aceleramiento de las teorias generacionales en Mexico (donde los cambios producidos por la Revolucioii en tal sentido fueron rapidos) descalifica prematuramente 'al grupo si se considera que, cuando muere la revista, apenas si contaban efttre los 28 y 34 anos de edad. Pero la muefte de- la revista' los marca como con un epitafio. Villaurrutia, no sim cierto laconismo, contesta asi una pregunta de Nunez Alonso que, en^actitud forense, prepara la polemica “^Existe una crisis en nuestra literatura de vanguardia?” : —^E stan satisfechos con lo que lograron ? —^S atisfechos? Si. Antes de que pudie ra en nosotros asomar la duda han aparecido unos muchachos —los que se asoraan al Barandal— afirmando, ratificando nuestra actitud. Es una juventud que nos sigue literariamente. ^Que venga una generacion reactiva? Al fin y al cabo, yendo contra nosotros, seran producto nuestro.*® Eguin ocdo , p. 164.
** Cf.
Las geocraciones literarias” de Julius Petersen en-Em iatinger,, Petersen ef. al.
Filosofia de la ciencia Uteraria, pp. 135-194.
“iEsta en crisis la generacion de vanguardia?”, El Universal ilustrado, 773; 10' de marao de 1932, p. 21.
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La»generaci6n de Barahd al (muchachos nacidt)s fcntre 1913‘y 1915), re'preseritada prin cipa lme nte por Octavio Pa z, en efecto, se Tia”bia ‘lanzado como continuadora de los Contemporaneos ea su propia revista.®® ^ Pa ra Jorge Cuesta, en la misma encuesta de Nunez Alonso, hay un orden en la. transicion de vidci publica -a vida perso^ial:.
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Torres Bodet con su idea de la involucion.raadura, Villaurrutia con su resignacion dialeCtica y Cuesta con su renovad6 espiritu batallador, reflejan tr.es actitudes diferentes y complementarias’anteTa inminencia de la madurez que la muerte de la revista y ■las'polemicas subsecuenles habian apresurado. , '
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—^E stan satisfechos con l a resonancia que alcanzaro n? —Una generacion no se mide por su resonan cia; se mide por su moral. No dudo que la resonancia que proyoco tal,aspecto.de la^actividad de, los mas recientes autores^mexicanos este en crisjg, perdiendose, pues f o3a. resonancia se amortigua y todo eco se esfuma. Pero tanto m'ejor que la voz de,la nueva generacion pierd a su eco, su resonancia; estd la hAce^menos atenta a la r e sonancia que a" la voz. Los treinta es'una edad'que soporta'todos los pecadbs y compromisos, desde. la concienciq de la duda hasta
Cuesta siempre se habia mostrado.reticente ante el eficaz sistetaa de presti gio qu e el grupo h abi a ec hado a a hda f des de sus inici os. Ihcomodo ante la celeb ridad de algUnos miemBros del grupo (com a Torres Bodet) reafirma su voluntad de crisis como presupuesto cultural: la muerte’de la revista significa la muerte de la etapa vociferanfa y la inauguracion de la etapa creativa de veras. La aparicion de-Examen al poco tiempo de esta entrevista senala que;- para Cuesta, era aun necesario un trabajo public o: su tesis de la‘ “crisis cri tic a” ser a lan zad a un pa r de semanas mas tarde y su revista el vehiculo q'ue la echara a andar. 20 Barandal nace en agosto de 1931 y termina en marzo 1932 ba| o la responsabilidad de Octavio Paz, Rafael Lopez Malo, Salvador Toscailo'y ArHulfo Martinez Lavalle*. A^partir 'd e su niimero 3 ( octub te de 1931).5'publica tin suplemento poetico que ded ica- en este orden a Pe llicer, Novo, Villaurrut ia, Moreno Sanchez y Rodriguez Lozano. Caber .sqnalar que la colaboracion de Moreno Sanchez ,(un ensayq'sobre el pintor Abraham .Angel) se adivina originalment© pensada para. Contemporaneos e-inclusiye ^ e .su-tipografia se com puso p ara esa revista, como lo delata el tipo Cheltenham que se usaba en, Contemporaneos. Al desaparecer la revista ivaldria pensar que Villaurrutia llevo el texto de Moreno Sanchez a Barandal? 2^ ^'^Esta'en crisis la •generacion'de vanguardia?’% El XJlui^ersdl Ilustrado, 773, 10 dl mar zo de 1932, p. 21. 28.“iExiste una crisis en nuestra literatura de vanguardia?”, El Universal Ilustrado, abril 14 de 1932, p. 14. .1
La muerte ,de Contemporaneos fue subita y n atura l. Anejas ’discordias irfteriores que meses mas tarde avivarian las polemicas^-^y que’sueleu ser pasadas por alto— me'parecen las causas determinantes que llevardh la Tevista a su desaparicion. El supuesto espiritu-de grupo que suele tenderse sobre la generacion se diluia aparatosamente yTos -antagonismos se hacfan .insoportables a finales de 1931. Reye^i desde Rio de Ja neiro, ^sorprendido "pbrJas versiones que re cibia de corresponsales parc iale s, ped ia; a prin cip ios de febrero de 1932 : ‘^Expliquenme mis arfigos lo qiie pasa en Mexico. Por aca solo llegan nuevas de que desa pare ce ^ o s a de veras lament able— la revis ta Contemporaneos y, de lejos, parCce que. tal desaparicion, determinando un alto de respiro, ha dado ocasion' A la querella’.” *j La querella preexistia ada suspension de la revista: Reyes se refiere a la confusion causada pof Gorostiza en El Universal Ilustrad o. Villatirrutia, Gonzalez Rojo y Gorostiza insistian desde antes en la necesidad de terminarla, puesto que el grupo ya no estaba trabajando en ella- desde h acia tiempo. Sin embargo, suel^n aceptarse conio causas de'la suspension una serie de factores coincidentes que incluyen la perdida del patrocinio por pArle de *Genaro Est rad a, la -enfe rmedad de Bern ardo Ortiz de MonteIlano y la salida de algunos fundadores en misiones diplomaticas. La enumeracion d e-est as'raz ohes se basa en la ca rta de Novo ^a Forster que este incluyo en su libro Los- Contemporaneos 1920 -293 2 (p e rf il Je un experimento vanguardista mexicano '). Novo recordaba los siicesos 35 anos despues y, eft todo caso, no esluvo tan cerca de ellos como para ser testigo fiel. Ciertamente Torres Bodet, Gonzalez Rojo-y Gastelum estaban fuera de Mexico,^ perd Novo olvida —y Forster y- Mullen no lo corrigen^^ que estaban fuera Hesde Hacia ya'tres anos. iPpr que motivo suspenderia Estrada el dinero? La salida de Mexico no parece ser uno muy podero'so a menos que se consideire que temiei^ 2° Reyes-citado pbr Mullen enrContempordneos,.revistd mencan a-devtultura (antolo^a), pagina 24. ^
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no coiitrolarla desde lejos, si es que siis eventuales reuniones con Ber nardo pasaran por formas d,e control. Se me antoja una explicacion cuyo caracter especulativo justifican las’circunstancias mismas: ante la agudizacion rde los ataques provenienfes de diferentes sectores intelectuales, a Estrada le convenia menos que nunca, desde un punto de vista de politico de carrera, que se le siguiera asociando con ellos. Su vida politica era amplia y atractiva y debe .considerarse qUe ya faltaba poco pa ra que se comenzar a a pre pa ra r el desfape del nuevo cand idat e a la pres iden cia que debi a suceder en 1933. A Es tra da le'c onve nia 'sepa rar su nombre cuanto antes de este'grupo incendiarid y en su traslado oficial a E spana tenia la oportuhidad de’bacerlo. El aviso de Estrada fue intempestivo e impidio que Bernardo- tomara precauc iones. Toda via el nume ro doble 42-43y>correspondiente a noviembre-diciembre de 1931 —que fu6 el ultimo-?-, inauguroiina nueva seccion, “Libros de America”, en la que se iniciaria una revision bibliogfMica de material que* “seria aprovechado en notas criticas de ‘con junto , de seleccion.'y de siritesis” .®®Ese mismo nume ro publico la primera parte de un ensayo del doctor Villa sobre los indios de Mexico que* eontinu aria despues. Esa ultim a entrega , igualmente, incluyo el acostumbrado indice de volumen (el XI)' sin advertencia ni sugerencia de cancelacion. Si se considera que este ultimo numero aparecio el dia 15 de diciembre podemos imaginar que no fue sino basta que se encontraba en proceso de edicion, o bien poco despues del liraje, cuando Estrada- suspendio el flujo de efectivo. En realidad, hay que leer en la estrategia ,de Estrada algo que iba mas alia del asunto economico (ya vimos que buena parte del dinero venia de suscripciones que se vendio el mismo com’o funcionario de Relaciones; -no seria dificil suponer qpie la misma Secretaria absorbia los gastos del tiraje) y conceder que aprovecho los problemas internos del grupo y el impasse del fin de ano para dar el golpe de gracia. Efectivamente, Ortiz de'Mbntellano se encontraba mal de salud. Un proble ma serio de tipo re na l‘lo'host iga ba desde hac ia medio ano y lo llevaria a la s ala de operaciones a me’diados de 1932 (experiencia que constituye el pretexto de Segundo sueno, uno de sus mejores poemas).
Berndrdo era joven —tenia 33 anos— yj'hasta entonces, un hoUibre emprendedor y voluntarioso. Por lo que se deduce de su poesia y su cotre§pondencia,.fel malestar habra sido tan fuerte que casi le impedia el movimiento'fisico. Cardona Pena re'cu'erda la delicadeza.de Bernardo en'tab grado que aducfe que es por ella que Bernardo decide suspender la reVista. No fue as i:, la cancelacion del subsidio para la re’vista lo dejo desolado y se nego a'dejarla'morir sin nieter.Jas manos. Dos meses despues d e los 'sucesos de dici embre t odavi a ‘perse vera ba en encon trar und solucion: recorrio secretarias de Estado y oficinas'gubernameni tales-en pos de iXfi.subsidio que continuara una*obra‘que para el-debia continuar-yiva. A1 no encontrarlo se decidio por una eStfategia que ja mas funciono en Mexico. En febrero le'escribid. a Reyes:
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8® f)ice Abre u Gomez (Las remstas literarias, p. 183): “Bernardo, entusiasta y credulo, pens6 que cada numero lo pagara una Seci;etaria. Hizo gestiones; lo acom pane -'a variaa oficinas; bablamos con senores y senorones y hasta con senoras de copete, de nada sirvio. A1 fin’nos dimos cuenta de que hacia-.falta otro Genaro Estrada y de que .otro Genaro Estrada no era facil de encontrar. La revista habia muerto.”
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Muy querido Alfonso Reyes: Despues de las malas nuevas de estos dias y en viaje a Espana nuestro excelente y querido Genaro, Conlempordneos pierde su base sxistantiva. Para reponerla habria que hacer esfuerzos materiales y dp organizacion que mi salud no permite. Por otra parte, Contempordneos nos exige a todos el respeto a §u vida ya tan suya y tan’ miestra y de‘Mexico y America que la leyeron siempre con -interfo... Por lo cual me permito proponerle este plan ranchero facilmente realizable: cada tres meses, si es posible con Contempordneos se publica ra nada mayor numero de paginas. Cada-uno de los cuatro numeros anuales tendra sede diferente: uno se pu blica ra en Rio de Ja ne iro dirigido por Alfonso Reyes, otro en Madrid, dirigido por Genaro^^Estrada, otro en Paris, dirigido por Jaime Torres Bodet^ y el ultimo eur Mexico, diri gido po r B. 0 . de M. Algunas modificaciones al formato y la portada seran necesarios para uniformar las cuatro ediciones. Arreglaremps con la Cia. Ibero Americana Publicaciones, distribuidora ‘desde Mexico de la revista, la nueva form a de di stribucion desde cada una de'las sedes. Su alcance bispano-americano, en todos sentidos, sera incuestionablemente mayor. El problema: cada uno de los Directores-Editores babra de buscar el sustento para el abijado. pu eda el plan, desde luego, sujeto a las modificaciones y rectificaciones que usted juzgue necesarias, en caso de aceptarlo en general. Se que'usted, querido-Alfonso, por su carino para estas cosas, puede dar el prim er paso en seguida. Espero sus letras con el carino de siempre.®^
FCE,
Carta a Reyes, tecogida ‘en “Correspondencia de los Contemporaneos”, La Gaceta del 90, VIII, junio de 1978, p. 22.