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30 | Marzo | 2014 Edición 1026
El beso, tormenta electroquímica Redacción Semana
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EN UN BESO apasionado se utilizan 36 músculos. Y en uno simple, apenas dos. Este gesto de amor, afecto o pasión, que eleva de 60 a 100 las pulsaciones del corazón y nos consume 12
calorías, emprende un viaje hasta el cerebro y desencadena allí una compleja tormenta química que envía al torrente sanguíneo grandes cargas de las hormonas llamadas de la felicidad y del enamoramiento, provocándonos estados de excitación, felicidad o relajación. ¿Pero dónde se sienten los besos?
Embellece la piel y ayuda a mantener el amor.
Pues en el cerebro, allá van directo, según el investigador Jesús de la Gándara, quien anota que en cada ósculo interviene un gran número de circuitos neuronales, hormonas y químicos, como la feniletilamina, que es la que genera la pasión amorosa. Ese compuesto orgánico, de la familia de las anfetaminas, segregado en el cerebro actúa como neurotransmisor y parece ser precursor de la dopamina, responsable
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Una buena forma de comunicar
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demás de producir sensaciones placenteras, el beso comunica muchas cosas. Para algunos sexólogos, es el termómetro sexual de la pareja. Para otros, una especie de predictor de la compatibilidad erótica. Varios entendidos aseguran que un beso mal dado puede convertirse en “el beso de la muerte” dentro de un nuevo romance, es decir que puede matar la relación cuando apenas nace. “Es un mecanismo de evaluación del compañero”, explica Helen Fisher, investigadora de la Universidad de Rutger, Nueva Jersey. El “Gurú de los Besos”, el sexólogo argentino radicado en Ecuador Ezequiel López Peralta, autor de la obra “El erotismo infinito” y experto en el tema, ha dictado talleres en Latinoamérica sobre la “técnica del beso”. Sí, leyó bien. Él enseña a las parejas a recuperar la pasión mediante esta “herramienta”. Porque si usted pensó que lo sabía todo sobre este arte,
quizá hace mucho no estremece a su pareja con solo un beso apasionado. El especialista, que en estos días estrenará el curioso monólogo “Confesiones de un besólogo”, explica que quiere exhortar a los ecuatorianos y ecuatorianas a redescubrir un poco más su sensualidad porque la gente en el país “es algo reticente a participar de este tipo de propuestas, porque les cuesta asimilar actividades en las que tienen que involucrar el cuerpo”. “Este es un país con muchas diferencias culturales, no solo en el tema de la sexualidad. Aquí todo es muy relativo, depende del sitio donde se vive y la cultura a la que se pertenece”. Indica que el ecuatoriano muchas veces toma posturas extremas con respecto a sexualidad y esto debe cambiar. “La abordan con mucha vulgaridad o por otro lado como un tema científico-médico; no como parte de nuestra vida diaria, la naturalidad que implica y lo positivo que es para nosotros su goce”.
‘Especie’ en vías de extinción
“H La mujer promedio antes de casarse ha besado a por lo menos 29 hombres, según los resultados de varias investigaciones científicas al respecto.
del deseo y de repetir un comportamiento que proporciona placer. A este sencillo gesto (pero complejo proceso químico, aunque no lo crea) los científicos lo relacionan con la disminución del llamado “colesterol malo” y de manera importante del estrés. Y es que con el beso el cerebro libera los mismos neurotransmisores que cuando corremos o hacemos paracaidismo. Y de paso, embellece la piel.
ay que aprender a disfrutar del beso. Probablemente este es el juego erótico que permite más variantes, porque es un contacto perfecto con todos los sentidos y con las emociones”, opina el experto, quien describe a este gesto afectivo como un arte desaprovechado totalmente. Sus expresiones las confirma un estudio de la Universidad de Bochum, Alemania, que revela que el 10 % de la población mundial (unos 650 millones de personas) no se besa nunca. El especialista señala que besar es una actividad que implica una mezcla de instinto y técnica. “Si la acción de besar fuera solo un acto instintivo, sería una práctica poco dotada de erotismo... la persona dejándose llevar por el impulso. El erotismo, en cambio, tiene que ver más con la técnica, con la posibilidad de crear. Es un acto totalmente creativo”, explica López. Sin embargo, aclara que, a pesar de saber manejar muy bien la técnica, nada podrá reemplazar a la química. Según el sexólogo, “el beso es una práctica en peligro de extinción en el matrimonio. Con los años este se vuelve un gesto fraternal, pierde la pasión”, asegura. Como ninguna otra actividad, dicen los especialistas, el beso involucra todos los sentidos al mismo tiempo: olfato, gusto, tacto, oído, vista. Claro, con preponderancia de olfato, tacto y gusto. Tanta es su relevancia, que el Kamasutra destina todo un capítulo al beso y describe 30 tipos, desde el más tierno al más apasionado, del más simple al más telenovelesco. López Peralta los clasifica en suaves, moderados e intensos. Pero más allá del tipo de beso, hace hincapié en el contexto en que se da.
Curiosidades uLa saliva de los hombres contiene testosterona, por lo que al besar, de manera inconsciente intentan transferir su hormona masculina para provocar el apetito sexual en las mujeres. uAlgunos estudios señalan que un beso al desencadenar una serie de respuestas químicas en nuestro cerebro, lo ayuda a conocer la situación reproductiva: grado de compatibilidad genética y si está sana la persona besada. uHay miles de terminaciones nerviosas en los labios (100 veces más que en la punta de los dedos), que estimulan el deseo. Besar antes, durante y después de las relaciones sexuales es altamente satisfactorio.
La ciencia uInstituto Kinsey. Los expertos en sexualidad de esta institución de Reino Unido dicen que cinco de los doce nervios craneales que afectan a las funciones cerebrales intervienen en el beso erótico. Ellos le llevan mensajes de lo que están sintiendo. uLos expertos señalan que los labios, el interior de la boca y la lengua son de las zonas más exquisitamente sensibles del cuerpo humano. uCerramos los ojos al besar porque se produce una gran dilatación en las pupilas y el cerebro nos impulsa a entornarlos. uSe intercambian casi dos millones de bacterias, pero al mismo tiempo el cuerpo segrega sustancias químicas que evitan las infecciones.
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El gesto de los superbeneficios
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os científicos afirman que un beso de tres minutos implica la quema de al menos doce calorías y, de esta manera, se convierte en un importante complemento de las dietas. Y agregan que besarse con frecuencia activa la circulación sanguínea y ayuda a las personas a enfermarse menos y a vivir más años. Según estudios, por la liberación de las hormonas ya mencionadas los besos producen bienestar, provocan una sensación placentera, actúan como antídoto para la depresión, la angustia, el desánimo, la tristeza o la aflicción. Pero aclaran que los que aportan más beneficios a la salud y contra las tristezas
son los cargados de excitación y emoción, pues más hormonas se liberan en la sangre y mayores son los beneficios para el organismo. También el beso estimula la secreción de distintas hormonas que funcionan como analgésicos y que fortalecen las defensas inmunológicas del organismo. Un beso es la mejor terapia, principalmente para superar las depresiones, y los beneficios para la salud provocados por un beso apasionado se explican porque una fuerte liberación de adrenalina genera un aumento de la tensión arterial y del ritmo cardiaco. Al utilizarse alrededor de 30 músculos en
Cataclismo químico
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a piel se eriza, la respiración se contiene, torrentes de dopamina (hormona del placer) inundan el sistema circulatorio, las pupilas se dilatan, escasea el cortisol (que regula los grados de estrés) y el pensamiento racional se reduce... En verdad, nadie está muy atento a todo esto, pero durante un beso ocurre un verdadero cataclismo químico en el cuerpo humano. En el cerebro se activan las mismas y específicas áreas que intervienen en el consumo de drogas altamente adictivas, como la cocaína. El fenómeno se determinó en el 2005 con un trabajo de científicos de la Universidad de Rutgers (Estados Unidos). La antropóloga Helen Fisher escaneó los cerebros de 17 personas a quienes les mostró fotos de sus parejas. El resultado fue una inusual actividad en dos zonas que manejan el placer y la recompensa. Lo mismo que sucede ante el consumo, o incluso el deseo, de drogas duras como la cocaína.
Los más populares u 1. Beso ladeado: Cuando las cabezas de los dos se inclinan en direcciones opuestas y en esta postura se produce el beso. u2. Beso contacto: Cuando se toca ligeramente con la lengua la boca del otro y apenas se hace contacto con los labios. u3. Beso inclinado: Cuando uno de los dos echa la cabeza hacia atrás y el otro que lo sujeta por el mentón lo besa. u4. Beso directo: Cuando
los labios de los dos se unen directamente y se chupan como si de una fruta madura se tratara. u5. Beso presión: Se presionan los labios fuertemente con la boca cerrada. Es un beso para iniciar la relación o para terminarla. No conviene mantenerlo durante mucho tiempo. u 6. Beso giratorio: Girar en sentidos contrarios las cabezas. Actúan las lenguas, lo que crea un nivel de erotismo incomparable.
la acción de besar (apasionadamente), esta práctica disminuye la formación de arrugas en la piel, además de mejorarla sensiblemente y estimular su regeneración. Está demostrado que las personas que reciben y dan a menudo besos apasionados tienen menos probabilidad de sufrir alexitimia, desorden neurológico que consiste en la incapacidad del sujeto para identificar emociones propias y, en consecuencia, la imposibilidad de expresarlas verbalmente, aseguran los especialistas. Son recomendables en los enfermos, pues ayudan a su pronta recuperación y fortalecen las defensas inmunológicas.
El 50 % de las personas ha tenido su primer beso antes de los 14 años, de acuerdo con las encuestas realizadas por universidades de Estados Unidos.
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Pura fisiología
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n simple beso puede ser un método efectivo para analizar los centros de placer cerebrales. La boca es el camino a la respuesta sexual humana. Filemamanía es el nombre científico que recibe el deseo de besar. Según los expertos, si hay comunión mental y la suficiente atracción física en el beso, el alud de procesos químicos que se suceden provoca una auténtica conmoción en el organismo. El efecto es tan abrumador que, según algunos biólogos, podría compararse a una sobredosis de anfetaminas.
De película Al contacto, los labios enviarán una “tormenta” de señales eléctricas al cerebro, que serán captadas por la “amígdala cerebral” (parte del sistema límbico, encargado del control de las emociones). Seguidamente, se liberará una gran cantidad de químicos cerebrales, entre ellos epinefrina y dopamina (anfetaminas naturales) que producen euforia y a su vez la liberación de otro neuroquímico llamado acetilcolina, que lleva los impulsos nerviosos a los músculos. A la vez, la glándula pituitaria, situa-
da en la base del cerebro, libera oxitocina, mágica hormona que, además de hacernos sentir como flotando, dicen que ha ayudado bastante a la perpetuación de la especie humana. Además, el acto de besarse también estimula aquella zona del cerebro que libera endorfinas (las hormonas de la felicidad) en el torrente sanguíneo creando una sensación de bienestar. Por lo tanto, el solo hecho de besar es el mejor de los antídotos para la depresión y mejora enormemente las defensas del cuerpo.
Con el primer beso llegó el fin Al besar
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El sexólogo argentino Ezequiel López presentará el monólogo “Confesiones de un besólogo”.
l problema ocurre con un mal beso, que incluso puede estimular la aparición de cortisol, más conocida como la hormona del estrés, lo que desanima a la pareja a seguir con la relación. De hecho, el psicólogo evolucionista Gordon Gallup ha comprobado que el 59 % de los hombres y el 66 % de las mujeres han terminado una relación que estaba comenzando porque el beso no superó sus expectativas. Diríamos que ese primer beso es como una carta de presentación, es la primera impresión. Según el estudio de Sheril Kirshenbaum, investigadora en Texas (Estados Unidos), el primer beso es un marcador determinante en el futuro de una relación. “Hay quienes se han desencantado de su pareja en solo tres minutos después de haberla besado”, dice la investigadora Hellen Fisher, quien sostiene que hay distintos estilos de personalidad de atracciones amorosas, que dependen de la composición del coctel de sustancias cerebrales (neurotransmisores) y hormonales de cada individuo.
Hormonas y neuronas
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esús de la Gándara en su libro “El planeta de los besos” señala que buena parte de nuestra felicidad depende de la cantidad de besos que nos dan o damos. Quizá estamos “programados” para ello, dice. Y así lo sugieren investigadores de la Universidad de Pittsburg (EE.UU.), al señalar que existe un gen, al que han llamado el gen KISS-1 (o gen del beso) que inicia, junto a otro, los cambios hormonales que desencadenan la pubertad. Otro estudio, de la Universidad de Princeton, (EE.UU.) y publicado en 1997, evidencia que “el cerebro humano está equipado con neuronas que le ayudan a encontrar los labios de su pareja, tanto con los ojos cerrados como en espacios sin luz”.
Al besar, no debe olvidar los siguientes tips: u Sus manos no deben estar muertas durante el beso: acaricie manos, cuello, espalda. Abrace. u Coloque un mechón de cabello atrás de la oreja antes de besar: hará que el beso se vuelva tierno. u Haga contacto visual para crear intimidad. u Esté dispuesto a jugar, sea curioso, creativo, vaya creando variadas formas.
u Cinematografía. El primer beso en un filme ocurrió en 1896. En ‘The widow Jones’ (La viuda Jones). Fue un encargo de Thomas Alva Edison (Edison Manufacturing ) al director William Haise. Se lo dieron John Rice y May Irwin, duró 47 segundos en un único plano y causó un gran alboroto, pero forma parte de la historia del cine. uEntre los besos inolvidables en la gran pantalla está el que se dieron Clark Gable y Vivien Leigh en ‘Lo que el viento se llevó’ (año 1939). u Apasionado también. El de la actriz Ingrid Bergman y Humphrey Bogart en la película ‘Casablanca’ (año 1942).
Tradiciones u Para algunas tradiciones religiosas orientales, el beso es una forma de dar y recibir energía espiritual. uEn Indiana todavía es técnicamente ilegal que un hombre con bigotes bese a otra persona. u En Occidente, en 1968 las personas se libran de las ataduras de los besos a escondidas. Los jóvenes transformaron el beso en un símbolo de desobediencia. Y el beso en los labios ya no fue solo cuestión de amantes, sino de buenos amigos. Llegaba el tiempo del amor libre. uEl registro más antiguo del que se tiene referencia y conocimiento sobre un beso data de hace 3.500 años y se dio en India.