Ensayo Coronacion

Nombre: Felipe Saldaña Curso: 4° medio

Coronación Obra literaria escrita por José donoso en 1957 y llevada a la pantalla grande por Silvio Caiozzi en 2000. Como suele ocurrir en estos casos, entre el libro y la película surgen diferencias, que a pesar de ser mínimas, hacen que aquellos lectores, que lean el libro con anterioridad no puedan disfrutar plenamente de la película. Tenemos por ejemplo la existencia de Angel, compañero de trabajo de Mario, quien acusa a Mario de robar en el emporio donde trabajan, acusación que resulta ser falsa. Esta escena, que solo aparece en el libro, muestra el mundo que rodea a los protagonistas de esta historia. A pesar de que lo anterior es solo una de las muchas escenas que fueron modificadas o eliminadas en el film, la película es una gran adaptación de la obra, la cual fue capaz de reflejar la decadencia de la aristocracia Santiaguina, que tras su época de esplendor ha ido cayendo en un claustro cada vez mayor. Caiozzi logro mostrar magistralmente lo descrito por donoso, y uno de sus mayores aciertos fue escoger a Julio Jung para el papel de Andrés, no solo por ser un reconocido actor nacional sino por la gran capacidad demostrada al interpretar a un sujeto con grandes problemas emocionales como lo es Andrés. Otro detalle importante es que la película se aleja del estereotipo de cine nacional, caracterizado por sexo explícito y múltiples desnudos parciales, sin por ello dejar de lado la picardía chilena que nos caracteriza. En cuanto a la obra en si, tanto en el decorado como en lo que sucede en la intimidad de cada personaje. Por ello la puesta en escena profundiza lo enigmático, de un pasado que tuvo alguna gloria según los recuerdos y restos que aún persisten y también en el alma de los seres que se mueven en aquellos espacios cerrados. Los signos de estos ámbitos se prolongan hacia otro ambiente secreto que es un comentario sobre la vida como fuerza que no puede detenerse. Es el terreno del jardín de la casona, que luce marchito y laberíntico, donde hay flores que alguna vez tuvieron aroma y color y árboles y matorrales que sirven ahora de escondijo para espiar con envidia y resentimiento, desde la agonía, la manifestación de aquella vida que, en aquella soledad y abandono es capaz de reclamar su derecho a sentir y expresarse de mil maneras. Ello es evidente cuando el furtivo Andrés se tortura en las sombras al ver que Estela jadea al ser acariciada y besada por su joven gañan enamorado.