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allí. Algo sucedió. La gente se asombraba, mi raba de nuevo, y este vis tazo inspiró una nueva jor nada no fácil de abandonar. N uestra investigación prosigue; sólo ha comenzado. Apenas ha bíamos term inado el primer libro cuando ya nos encontrábamos en el umbral de nuevos descubrim ientos. E ste libro habla de ellos. (Los autores)
Bill Schul y E d Pettit
ELPODER SIQUICO DE LAS PIRAMIDES
ED ITO RIAL DIANA M EXICO
1 a . E dición*: m ay o d e 1 9 8 0 2 a . IMPRESION: ENERO DE 1981
ISBN 968-13-0504.3 Permiso otorgado por C tiarlk s W. D ut*eau para la reproducción y publicación de datos sobre el experimento SEO, No. 76-001 OrERAnoN Razor Bijvoh (Oforación navaja de rasurar). P lanos p ara la casa, con el perm iso de H eritage II oi . m es P lan S ervicie, I n c .. 3030 Peachtrer Ruad Nlv, Atlanta, Georgia 30305.
Título original: to e psyohic power of pyramids Traductora: Patri cia Sánchez — derechos reservados © Copyright ©, 1976, b>r Fawoet. Publicarions. Inc. — Edición original en inglés publicada por Fawcett PuWications, Inc., Greenwích, Conn., U.S.A. — Copyright ©, 1980, por editorial diana, s. a. Roberto Gayol 1219, Esq. Tlacoquemécatl, México 12, D. F. — impreso en México Prinled in México. Prohibida la reproducción total o parcial sin autorización por escrito de la casa editora
Contenido Prólogo por el Dr. Hugh K. Riordan Introducción 1 La pirámide invisible 2 Viaje al centro de uno mismo 3 E l desenvolvim iento síquico 4 El fuego de la serpiente 5 La zona crepuscular 6 Un respiro de aire puro 7 El néctar de los dioses 8 Más allá de las drogas 9 El fenómeno de la curación (primera parte) 10 El fenómeno de la curación (segunda parte) 11 Alquimia de la nutrición 12 Un lugar especial 13 El residente interior 14 Experimentos: confirm aciones de laboratorio 15 La pirámide esotérica Apéndice A Construcción de modelos de pirámides Apéndice B Experim entos con hojas de rasurar Bibliografía índice
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7 9 21 31 45 64 82 96 107 120 129 148 170 183 197 215 244 252 259 266 269
Prólogo
¿Qué clase de persona escribe un libro como este? ¿Qué clase de persona leerá un libro como este? Tal vez estas preguntas puedan responderse con las palabras que están grabadas en una placa que cuelga de una de las paredes de mi oficina, encima del escritorio. Las palabras, atribuidas al esclavo filósofo griego Epicteto, son las siguientes: Es imposible que alguien empiece a a p re n d e r lo que piensa que ya sabe Si, usted, lector de este libro, y Bill Schul y Ed Pettit, los autores, comparten una cualidad muy rara: el deseo de a'dmitir que hay cosas que todavía no saben. Y tam bién posee la capacidad que lo impulsa a interrogarse acerca del mundo, del universo y de sí mismo. Para mí no tiene mucha importancia si lo que aparece en este libro dem uestra tener sólida base científica o no. Lo que importa es que Bill Schul y Ed Pettit han propor cionado un vehículo para estim ular la curiosidad de sus lectores. Y m ientras mayor curiosidad tengan, m ientras no tem an decir “no sé”, mucho más será lo que puedan descubrir. DR. HUGH R. RIORDAN
Introducción
Q U E R ID O S LULL Y E D : D eben haber su frid o m ucho» atatfiies po r p orte de niponas per sonas que han leído su libro. E sta b a a p u nto de en ria rles una cario de este tipo pero antes de hacerlo decidí, para ser ju sto , co n stru ir p rim ero u va p irá m ide. Me alegra de haberla hecho porque, in d ep en d ien te de las causas o razones, algo ocurre den tro de las p irá m ides. M ás larde les escribiré acerco de algunos de los resultados, por ahora solam ente deseaba decirles que la m ejor respuesta que pueden darle a s u s ci'íticos es: “In tén telo ” Con g ra titu d T. J. R ochesler, M i»nesota E n su libro T h e S c c re t Pow er of P y ram id s, ustedes m encio n a n el uso de agua cargada en una p irá m ide com o loción facia l, [lien, d u ra n te m ucho tiem po he sos pee luido que gran p arte de los cosm éticos en el m ercado son d a ñ in o s para la piel, al m enos si su uso es prolongado. D u ra n te las pasadas cuatro sem anas no he u sa d o en ni i rostro otra cosa que agua, de pirám ide... Tal eez sea el p en sam ien to p o sitivo, tal vez que di a m i piel la oportunidad de
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resp ira r n u eva m en te, pero sea lo que fu e re , ¡m i piel no había tenido m ejo r aspecto en los ú ltim o s vein te años!
Sinceramente Sra. C. M. M i am i, Fio )ñda En The Secret Power o f P yram ids invitam os a los lecto res a que nos escribieran si surgían en ellos algunas pre guntas o informaciones que desearan compartir. No fui mos defraudados. Algunas de las cartas fueron del tipo “disfruté su libro y le envío mis saludos”, que ciertam ente apreciamos, pero muchas otras describían experim entos. “¿Qué sucede?”, pregunta alguien. “Yo construí una pirámide de acuerdo con sus planos, puse un poco de agua dentro durante algún tiempo, y ahora el agua hace cosas m aravillosas...”. Algunos de los fenómenos descritos son fam iliares, pero no todos. El ingenio de la m ente hum ana es el fenómeno más asombroso de todos. A veces los proyectos m ás creati vos son aquellos realizados por personas con poca educa ción formal en las ciencias físicas, como el joven de doce años de edad que nos dijo que estaba probando la duración de la vida de las moscas caseras dentro de pirámides y otros tipos de recipientes. Un obrero de la industria del acero, de cincuenta años de edad, quien dice que solam ente asistió a la escuela durante cinco años, nos escribió para decirnos que ha estudiado cuidadosam ente los patrones de con ducta de las hormigas de un hormiguero sobre el cual co locó una pirámide, en comparación con los de otro hormi guero cercano. También planea colocar pirámides sobre la mitad de sus diez panales de abejas. Estos individuos crea tivos pueden llegar a resultados muy valiosos. Nos hace recordar la historia de Bill Lear, el inventor de la radio para autom óviles, el estéreo de ocho pistas, el Jet Lear y muchas otras cosas. Lear, tenía poca educación académica, afirmaba que pudo lograr esas hazañas porque no sabia que fueran imposibles. No siempre sabemos qué es lo que han hecho en sus experim entos quienes nos envían cartas. Tal vez inad-
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vertid ám ente t> con conocimiento de causa han alterado algún componente de un experim ento de modo que pro dujera un resultado diferente. Esto puede no tener con secuencias; o puede ser de gran importancia. Es necesa rio explorar aún más y les hemos escrito pidiendo más detalles. Casi todos los que nos escriben señalan resultados con firmados o confirmadles por otras personas. Algunos in formes son útiles, ya que reflejan la frecuencia de los fenómenos. Pero lo extraño... las levitaciones dentro de las pirámides... los objetos que se m aterializan... la apari ción de luces extrañas... ¿son producto de alucinacionesaberraciones m entales... imaginación? ¿Cómo es posible evaluar experiencias que no hemos experimentado? Pu diéramos decir que si esas cosas han ocurrido realm ente, pudieron ¡ocurrir por razones diferentes de la influencia de las pirámides. ¿Pero, cómo podemos saberlo? Tal vez sus pirámides son diferentes de nuestras pirámides; cier tam ente quienes nos escriban son personas diferentes. Tal vez los fenómenos que informan son tan explicables como el afilado de las hojas de afeitar, al menos para algunos. Nos gustan los pequeños informes nítidos que encajan lim piam ente de los perímetros de nuestra comprensión de las fuerzas que operan en el universo. Hablamos del movimiento de las moléculas y la interacción de los cam pos de energía y creo que al hacerlo así. hem os ofrecido una explicación racional de por qué las cosas se compor tan del modo como lo hacen. Si alguien me dijera que su pirámide destruyó una manzana en vez de conservarla, preferiríamos poner el informe herético hasta el fondo del archivero y no pensar en ello. Estam os acostumbrados a pensar que las pirámides conservan las cosas. Por el con trario, deberíamos escuchar nuestra voz interior que nos dice: “para comprender la energía piramidal ustedes tie nen que reajustar sus ideas de las leyes físicas". Tal vez haya algo sagrado en el diseño y propósito de las pirámides, pero no hay nada sagrado en nuestros
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puntos de vista al respecto. Tenem os que ofrecer un cri terio abierto en nuestra apreciación de todos los informes que nos lleguen y todas las opiniones que nos ofrezcan, y eso incluye los del individuo que sostiene que la pirámide es una nave espacial y se sorprende de que no nos haya mos dado cuenta de ello. Fue Einstein quien dijo que todo lo que puede ocurrir en el universo, sucederá en el universo. Lo qué llamamos leyes físicas no son verdades en sí; son sim plem ente nuestras ideas de cómo trabajan las cosas. Dado que nuestras observaciones son lim ita das. el modo como percibimos no es necesariam ente el correcto. Las leyes físicas están al alcance intelectual del observador y éste no va a ser igual hoy que mañana. La moraleja de la historia es una apertura hacia nuevas m aneras de ver las cosas. Lo que hem os dicho sobre la conducta de las pirámides no es lo que diremos el año próximo o dentro de cinco años, o habremos dejado de reconocer el m ensaje de los experim entos. Todo lo que podemos decir ahora es que esta es la evidencia qué te nemos. Además, podemos ofrecer algunas interpretacio nes obtenidas de nuestro propio conocimiento y expe riencia, y después podemos decir: “está bien, ahora ya saben lo que nosotros sabemos y el resto corre por cuenta de ustedes”. Algunas personas insisten en cosas probadas. Se sien ten sicológicam ente inseguras a menos que la puerta esté cerrada. Las preguntas sin respuesta las atem ori zan y tratan de asignar respuestas sin que les importe lo injustificadas que sean. Han puesto su interés en la se guridad y una verdad mayor no les parece que justifique el riesgo. Esa gente encuentra difícil aceptar la verdad, hasta donde podemos comprenderla, es dinámica y no es tática. Como ha dicho Einstein: “En tanto que las leyes m atem áticas se refieren a la realidad, no son ciertas; y en tanto que no son ciertas, no se refieren a la realidad”. Cuando nos escriben y nos dicen: “Sentado encima de la pirámide, entiendo los secretos del universo", ¿quiénes somos nosotros para juzgar su experiencia? Si nos lo pi
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den, podemos sugerirles que sometan sus “verdades” a otros exám enes y aplicaciones y que se esfuercen en permanecer abiertos a otras posibles explicaciones. Aun podemos albergar alguna sospecha de que nuestro co rresponsal sufra alucinaciones, pero no está dentro de nuestras atribuciones llegar a alguna conclusión al res pecto. Tal vez sea mejor para nosotros recordar que el conocimiento directo o intuitivo es una realidad. Einstein confirmó esto cuando afirmó que él no inventó la teoría de la relatividad, sino que ésta llegó hasta él. Un ama de casa de Toledo, Ohio, nos escribió y explicó que su esposo había construido una pirámide de plástico con armazón de madera en una recámara extra y que la usaban para meditar. Pero, dice ella: “si bien encontra mos que la meditación es generalm ente m ás fácil dentro de la pirámide, hay ocasiones en que experim ento una forma leve de náusea. ¿Pueden darme alguna explicación de ello?". Hay un par de explicaciones posibles. De acuerdo con el doctor John Pierrakos, un siquiatra de N ueva York, cada célula, tejido y órgano del cuerpo tiene ritmo vibratorio óptimo. En el caso de enfermedad, fatiga y demás, esta pulsación desciende por abajo del nivel necesario para la buena salud. La tarea del terapeuta será, entonces, ele var el ritmo de las pulsaciones hasta un nivel mayor. Si la pirámide es un resonador de campos de energía, puede estar estim ulando las células y tejidos hasta un nivel de funcionam iento más elevado. El cuerpo puede estar ex perimentando algún ajuste a esta excitación. Sin em bargo, hasta donde se sabe, la influencia sutil de la pirá mide no estim ulará las células, tejidos y dem ás más allá de su nivel normal óptimo. Esto no quiere decir que no se deban tomar precauciones. Hasta que sepamos más, lo m ás prudente sería salir de la pirámide cuando se experi m ente esa sensación. La acupuntura nos ha llevado a creer que el cuerpo tiene un flujo eléctrico separado de la corriente nerviosa. La enfermedad o fatiga ocurre cuando la corriente se
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bloquea en uno de los meridianos. Para elim inar este bloqueo se puede emplear la acupuntura con las agujas o el masaje de acupresión. Ocasionalmente este trata miento causa una ligera náusea. Aparentem ente no se trata de nada serio y generalm ente pasa con rapidez. Es posible qué el campo de energía dentro de la pirámide pueda producir efectos muy sem ejantes a los de la acu puntura. Otras consideraciones deberán incluir el biorritmo, fac tores bioquímicos, posibles reacciones alérgicas a los ma teriales empleados en la construcción de la pirámide, y los pensam ientos negativos o sentim ientos en conflicto con los campos positivos de la pirámide. Algunos siste mas m etafísicos enseñan en ciertos ejercicios cuantío el cuerpo es demasiado negativo, y otros ejercicios cuando el cuerpo es predom inantem ente positivo. Dado que el plástico es barato y fácil de manipular, se ha convertido en una cubierta popular en las pirámides de gran tamaño. Sin embargo, en The Cuide to Pyram i.d E nergy de Bill Kerrell y Kathy Goggin se hace referencia a un informe de la NASA en el sentido de que el plástico dentro de los vehículos espaciales absorbe y bloquea el pasó de iones negativos. Un ion es una partícula electrificada formada cuando un átomo o grupo de átomos neutrales pierden o ganan uno o más electrones. “Los científicos espaciales de la Agencia han determ i nado que los iones negativos y positivos tienen un efecto vital sobre el bienestar físico y m ental humano. En par ticular, los iones negativos tienen un efecto benéfico, en tanto que un exceso de iones positivos tienen un efecto depresivo y dañino”, dicen Kerrell y Goggin. Sí bien hemos encontrado que las plantas y algas medran bajo las!pirámides de plástico, las reacciones de los seres humanos no son tari fácilm ente doterm inables ya que hay tantas variables que considerar y puede ser muy sutil la alteración del campo por el plástico. Obvia mente. aquí hay lugar para investigaciones adicionales.
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Hay variaciones en los plásticos, y bioquímicos como el doctor J. Williams, de la Universidad de Texas, nos ad vierte las garandes diferencias en la bioquímica individual. De cualquier modo, vale la pena que enfoquemos la aten ción en cualquier información que pueda ofrecer un cono cimiento más profundo en el fenómeno piramidal. Muchas gentes nos han escrito para preguntar acerca de la construcción de las pirámides. Algunos dicen que tienen problemas para descifrar la información de nues tro libro o los planos adquiridos en otras fuentes. Desea mos que las personas interesadas en las pirámides no se desanim en a causa de los problemas con los ángulos y cosas por el estilo. Por lo tanto, al final de este libro in cluimos un pequeño plano e instrucciones sobre cómo pueden em plearse para hacer pirámides de cualquier ta maño. Hemos recibido varias cartas de gente que nos pre gunta si la meditación dentro de la pirámide contribuirá a su desarrollo síquico. La siguiente carta, de un instruc tor de m úsica de una escuela secundaria de Nuevo Mé xico, es representativa de ellas: C uando era ni fio, m is poderes telepáticos eran bastante bue nos, ta n buenos, de hecho, que m e a susta b an . M e forcé a olvidar los m en sajes y, p o r su pu esto , el talen to pareció desvanecerse. A hora p ien so que he m adurado lo su ficie n te como para m ane jarlo, pero ya no parece e x istir. Trato de buscar técnicas que m ejoren no solam ente m i telepatía, sin o tam bién otras habilida des extrase.nsoriales. ¿C reen que pueda a yu d a rm e la p irá m id e ?
N uestra respuesta fue: La m a yo ría de la gente que exp erim en tó poderes síquicos en la n iñ ez en cu en tra n que es relativam ente fá c il ren o va r las h a bili dades con algún esfuerzo y práctica.. Pero usted debe considerar m u y cu ida d o sa m ente su habilidad para m a n eja r la. extra sensib iHdad, el co nocim iento de los p en sam ien tos de otras personas, su s sen tim ien to s, su s penas y tragedias ju n to con las cosas p o si tivas que se reciben. Oh exceso de percepción acarrea responso-
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bilidude.s tremendo.» y exige m ucha fu e rza fís ic a , em ocional y m en tal. E s ta es la razón de que todos los grandes m a estro s del m undo hablen de desarrollo m ental y e sp iritu a l m ás bien que de desarrollo síq u ico . sabiendo que, con el avance hacia las habili dades síq u ica s del ser m á s «levadas, tam bién su rg irá n , pero serón consideradas com o secundariaf.jt. E l in d ivid u o está asi m ejor preparado para m a n eja r su s extra sentidos. E n cuanto a si la p irá m id e co n trib u irá a su desarrollo síquico, esto es p rin cipalm ente un a su n to in d ivid u a l y depende de las inclinaciones, deseos, esfuerzos, etcétera, pero hay razones ¡taro creer que el rs/m cio p ira m id a l es un conductor para la búsqueda interior.
Muchas de las cartas que recibimos son de personas que sim plem ente han experim entado algunas cosas inte resantes como resultado de una investigación piramidal y que desean comunicarnos sus hallazgos. A continua ción citam os algunas de esas cartas: S o y propietario de m i propio cam ión y ocasionalm ente hago viajes largos. E n años recientes he encontrado que tengo pro blem as paro, perm anecer despierto después de que oscurece y esto es v n problem a ya que no puedo tra b a ja r el tiem p o que debo. .Vo puedo femutr m ucho café y tam poco deseo to m a r otras cosas, ¿í/en. leí su libro, c o n stru í m i propia p irá m id e y em pecé a dor m ir en ella d u ra n te algunos ratos y p a rticu la rm en te a n tes de un viaje largo. Ahora puedo p asárm ela con m enos horas de sueño, creo que un sueño m ás descansado, y n o so y una. am enazo, en la carretera. T am bién debo decirle,s que pongo agua de p irá m id e en uno de m is term os. Tan pronto co n stru í m i p irá m id e m i hijo, que es un adoles cente, la llevó a su h a bitación donde él y su s antigüe em pezaron u probar diferen tes costas. Le pedí que co n stru yera su p rop ia p i rám ide y el resultado fu e el m ism o que cuando le pido que pode el césped. B ueno, tuve que conseguir otro teléfono y ahora creo que ten dré que c o n stru ir otra pirám ide. Todos los inviern o s su fro resfriados aunq u e tom e v ita m in a s. E ste invierno, sin em bargo, em pecé a m ed ita r dos veces al día en una pirá m ide de plástico de l.HO m y m i p rem io es que desde entonces no he tenido n i un estornudo.
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Soy operador de equipo penado y cataba acostum brado llegar a rana ta n golpeado que todo lo que deseaba era d ejarm e roer en un aillon a ver la TV, M is chicos, en cam bio, querían que jug a ra con ellos, o que los llevara de paseo, pero nueve de cada diez veces m e era im posible leva n ta rm e de m i asiento. A h ora , cuando regreso a caso., lo p rim ero que hago es sen ta rm e en m i p irá m id e de m adera al a ire libre, d u ra n te unos tre in ta m in u to s. A l cabo de este ti&rrtjx), m e sie n to com o si hubiera descansado va ria s horas y estoy listo para hacer algo po r mí fa m ilia . R egresé a la escuela después de m uchos años de ausencia. A l p rin cipio m e preg un té s i sería, capaz de lograrlo y d u ra n te los p rim ero s m eses tuve problem as para m a n ten er el paso. E sto y seguro de que en parte era la necesidad de a ju sta rm e, pero ind u dablem ente fu e u n a a yu d a sen ta rm e a leer y e stu d ia r dentro de una p irá m ide. A hora puedo leer d u ra n te m uchas horas sin dis-
tracciones.
Me retiré recientem ente de una carrera de negocios m u y ac tiva.. M i esposa y yo hem os ahorrado a lg ú n dinero e hicim os a lgunas inversio n es p rud en tes por lo que el d in ero no es un p ro blem a. ¡¿o que resultó un problem a fu e que pronto nos a b u rri mos. N u n c a tu vim o s un hobbie verdadero que nos apasionara, m i esposa tam bién trabajaba, por lo que estábam os perdidos sin saber que hacer. E n to n ces un am igo nos recom endó que leyéra m os su libro El poder secreto de las pirámides. N os en tu sia sm ó tan to que co n stru im o s una p irá m id e, y otra m ás, y ahora tenem os p irá m id es en todo el lugar. N o solam ente eso, sino que. nos hem os interesado tan to en el a su n to que. planearnos viajes a M éxico y A m érica C entral para v is ita r las p irá m ides que hay allí, ju n to con otras ru in a s a n tig u a s, y tal vez vayam os a E gipto... D u ran te tres años he tenido a d iestra m ien to de biorretroalim entaciún. In icié esos estud io s porque tenia, d ificu lta d es con la m editación. E m pecé con la m á q u in a de tem p eratu ra de la piel y después de lograr algún éxito y co n fia n za con ella pasé a un sen so r p o rtá til de ondas cerebrales alfa-theta. A/?ora im parto a d iestra m ien to sobre o n d a s cerebrales en n u estro colegio local y he dado a lg u n a s conferencias sobre el teína a grup o s interesa dos. C uando supe de los trabajos con p irá m ides, tra té de a p ren der lo que. pude y p ron to co n stru í va ria s p irá m id es. U na de ellas
S h e rry F enn ell, lu h ija d e E d F e ttit en la p u e rta de la pirám ide.
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era lo su ficien tem en te g ran d e com o para m e d ita r en su in te rio r. M ien tra s tanto, h a bía avanzado ta n to en m i a d iestra m ien to sobre, ondas cerebrales que podía p rod u cir algunos estados th e ta de. baja frecu en cia . Pero, extra ñ a m en te, m i producción de ondas a lfa -th e ta saItó considerablem ente después de que em pecé a u sar la p irá m ide. A hora hago pruebas con varios vo lun ta rio s, usando aparatos de bioi'rel roa lim en (ación fu e ra y dentro de la pirám ide. U n día pruebo a u n vo lu n ta rio fu era de la p irá m id e y en el in terio r al din siguiente. Con m u y pocas excepciones el su jeto es capaz de p ro d u cir m ás alfa-th eta dentro de la p irá m id e, y hem os probado va ria s veces a casi la totalidad de los sujetos. C uando m is ex-perim entos con p la n ta s probaron a sa tisfa cció n que algo extraño sucedía dentro de las p irá m id e s, decid í probar con fo to g ra fía d isco n tin u a según u sted es m u e stra n en su libro. A ctu a lm en te estoy en el proceso ríe o rd en arlas, pero les haré sab er los resu ltad o s. E sto y seguro de que las p la n ta s m ostrarán uno conducta d iferen te dentro de la p irá m ide, pero tra ta ré deevita r que este p reju icio afecte m is experim entos. N o creo que m e recuerden pero supe que hace algunos años ustedes hablaron sobre la resp ira ción yoga y la im p o rta n cia de respirar correctam ente. U stedes nos a d virtieron que no in te n tá ram os respiraciones com plicadas sin un m a estro responsable y m uchas horas de preparación. S e g u í su consejo m u y en serio y no lo he lam entado, pero encontré alguien que p u do enseñarm e cóm o resp ira r y me he convertido en u n estu d ia n te serio del grana-gam a yoga. L a razón por la que lo m enciono en esta carta es que he encontrado que los ejercicios de respiración son m ás efectivos cuando se hacen d en tro de unu p irá m id e. Tal vez sea m i im aginación, pero no lo eren, ya que varios de los estud ia n tes me liad dicho lo m ism o . Todavía estoy de acuerdo con ustedes, sin em bargo, de que en tan to que los ejercicios sencillos de resp i ración profunda son buenos y d e fin itiv a m e n te recom endables, n a d ie debe in icia r ejercicios m á s com plicados sin u n »nuestro.
Ya que hem os pedido a los experim entadores que nos escriban acerca de su» hallazgos, creemos que esta in formación deberá ser compartida con otros y los conte nidos de otras cartas o las ideas presentadas se han in corporado a lo largo del libro en los capítulos adecuados.
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La pirámide invisible N uestras investigaciones, y las de otros autores, con modelos de pirámides nos condujeron a la escritura de The Secnd Power o f P yram ids. Pero la aventura no ter minó allí. Tenemos que aprender que no se inicia la in vestigación de las pirámides para satisfacer un momento de ociosa curiosidad. Algo sucede. Uno se asombra, m e dita nuevam ente y esa actitud lo embarca en una tarea que no se abandona con facilidad. Nuestra investigación prosigue, y se comprende que apenas ha empezado. No bien habíamos terminado el primer libro y ya nos encon trábam os en el umbral de nuevos descubrim ientos. ¿Dónde y cuándo terminarán? Sospechamos que se em pieza buscando en las pirámides del universo y se ter mina en los laberintos de la propia conciencia. “Supongamos que todavía hay otra respuesta para las ruinas de las selvas tropicales de Yucatán, o para las tablillas de arcilla con incisiones que se cuecen bajo el sol de Mesopotamia. Supongamos que mayor que todas estas cosas, más vasta y más im presionante, hay una pirámide invisible que descanza en el corazón de toda la civiliza21
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F.L PODER SIQUICO DE LAS PIRÁMIDES
ción que el hombre haya creado; que por cada ladrillo o bóveda corbelacta visible o que por cada rascacielos que se yergue o por cada puente gigantesco llevam os en la mente una carga que deseam os abandonar, que tenem os una urgencia biológica por completar lo que en realidad es incom pletable”. La pirámide invisible... tal vez el enorme monolito egipcio que preside en la memoria del hombre alguna sabiduría olvidada; no solam ente la sombra cristalizada de una pirámide interior. Tal vez, como un antropólogo, doctor Lorey E i se le y. ha insinuado en el párrafo que. re producimos anteriorm ente, lo que buscamos en la pirá mide que existe en las m entes de aquellos antiguos soña dores m ientras colocaban las hileras de piedra en las lla nuras del Gizeh. ¿Fue esta visión, tan perfecta, tan tra ducible en una m ontaña de piedra caliza? ¿Hasta qué punto ellos se consideraron satisfechos en la m aterializa ción de las formas que surgían de sus m entes? ¿Dónde están ahora esos constructores mentales? ¿Sobre qué plano pueden conservar la inmortalidad? ¿No es la razón por la que medimos y tratam os de comprender la pirá mide de piedra que no podemos llegar a la que existe en la m ente del constructor? ¿En cuál es en la que real m ente estam os interesados? ¿No será realm ente que la que buscam os es la invisible? Si por algún fenómeno de memoria genética pudiéra mos rem ontarnos hasta aquella mente, o si por azar de un trabajo detectivescp de la reencarnación encontrára mos que la mente del arquitecto viviera en Burbank, Ca lifornia o en Tallahassee, Florida, ¿estaríamos interesa dos en buscar huellas ocultas entre las rocas? ¿No será que deseam os saber lo que sabe la gran pirá mide? Y aún más, deseam os saber lo que el diseñador de la pirámide sabia, ya que podemos presumir que él tuvo un éxito total al impartir a su construcción todo lo que deseaba, en tanto que ningún poeta, compositor, cientí fico o artista ha llegado a alcanzar un éxito sem ejante desde aquellos tiempos.
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La gran pirámide perm anece como un gran, inolvida ble, monumento a un conocimiento perdido. Estam os se guros. tal ve» más debido al espíritu místico que a la prueba concreta, que dentro de sus muros eternos están incorporados secretos de muchas cosas m aravillosas que algún día serán reveladas. Durante algún tiempo pensam os que el enigm a podría aclararse con martillos y cinceles, y estábam os equivoca dos. Después pensam os que la clave sería revelada a tra vés de m ediciones de cinta, algebraicas y de compaces, y esto también era un error. Im aginamos que esta enorme caja de Pandora, hecha por el hombre, podría descifrarse eon sonar y aparatos de radar, pero tampoco tuvim os éxito Sin embargo, percibimos (o tal vez se perm itió que per cibiéramos) un m ensaje. La forma de la pirámide era un segm ento de un rompecabezas. El descubrim iento de que las pirámides de menor tam año construidas de acuerdo con el diseño de la gran pirámide y también alineadas sobre el eje norte-sur podrían producir fenómenos poco comunes, de pronto arrojó nueva luz sobre la investiga ción: la pirámide era universal, esto es, el conocimiento que se proseguía no se rem itía a los obscuros pasadizos en Egipto. La búsqueda se individualizó y se extendió a todas partes donde hubiera gente curiosa. Pero el mayor cambio llegó en la forma en que la exploración pudiera emprenderse: no se necesita ya ir a Egipto con pala, regla de cálculo y una guia para los jeroglíficos. Puede llevarse,a cabo en el hogar, en el am biente que nos rodea, dentro del marco de vida de uno, donde las enseñanzas de la pirámide pueden percibirse en todas sus ram ifica ciones y con todas su s bastas implicaciones. Asi puede aplicarse su conocimiento, no en los profundos abismos de la academia egipcia, sino también en las tareas y pro blemas de la vida cotidiana -salud, alimento, energía- a los que nos enfrentam os usted y yo y el vecino. Finalm ente, puede llevarnos a la fuente de todas nues tras respuestas: al Yo superior que llevam os dentro.
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M ientras me sentaba en un café de los Á ngeles con Cleve Backster (el experto del polígrafo que asombró a la comunidad cintífica hace algunos años con su anuncio de que las plantas tienen respuestas em ocionales) me dijo que cuando la planta reacciona a las am enazas a su bie nestar tal y como se registrara en su polígrafo modifi cado, él experim entaba una súbita elevación de la con ciencia. El mundo no ha sido ya el mismo, decía Backster. “¿Dónde vive usted? ¿En Park Avenue o en Dixon; en la montaña, en la ciudad, en el campo? ¿En en su cuerpo?”. Pregunta Ilarold E. Kohn en el libro Reflections. “La verdadera personalidad no es la casa donde se vive o el cuerpo que se habita, ni nada que pueda ser medido o pesado, o descrito en térm inos de color o textura. El ver dadero hogar es invisible. Los intereses y necesidades, los pensam ientos y propósitos son donde usted realmente vive, usted vive en sus pensam ientos, pero usted nunca ha visto un interés, un deseo, un pensam iento o un pro pósito, únicamente lo que estos valores intangibles pue den efectuar sobre las cosas visibles. Vemos la pajarera que hace un niño, pero el interés en las aves y en la carpintería, que lo motivaron a realizarla, son invisibles. El edificio de una iglesia resulta aparente, pero las cosas más importantes en ralación a ella son imposibles de ob servar. La fe que constituye la hermandad de mentes afines, los profundos motivos espirituales que inducen a las personas al culto están más allá de la percepción sen sorial. Las cosas se pueden ver pero el amor que hace de una casa un hogar, es invisible. ‘Sabemos vivir en lo desa percibido, si es que queremos vivir...’ La investigación de pirámides se ha realizado constru yendo modelos de madera, plástico, vidrio o cualquier otro material con las medidas correctas. Consiste en la observación de la conducta de los m etales, plantas y lí quidos, tal vez de cualquier otra cosa que a usted le agrade, pero aún más importante es la observación de uno mismo, esto es: sus reacciones dentro de una pirá mide y sus reacciones al estudiar todas las dem ás cosas.
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El astronauta Edgar Mitchell abandonó el programa espacial después dé haber llegado a la Luna corno miem bro de la expedición lunar Apolo 14 en 1971. La razón que dio fue que la exploración del espacio exterior era menos im portante para el bienestar de la humanidad que la ex ploración del espacio interior. R ecientem ente cuando habló en una reunión de la Asociación Siquiátrica Nor team ericana en Dallas, Texas, dijo que estaba seguro que habíamos alcanzado la época histórica en que no podía mos impulsar los lím ites del conocimiento científico sin un conocimiento más profundo de aquello que se observa. Mitchell dejó en claro que la vieja tradición científica del experim entador que perm anecía fuera de su experi mento ya no podía conservarse. “Se ha demostrado cla ram ente -dijo- que el experim entador es un componente del experim ento”, y esa opinión tendrá que incorporarse al nuevo paradigma científico. E ste nuevo ordenam iento en la exploración científica, con el exam inador como ingrediente, surgió como resul tado de los adelantos tecnológicos recientes. Durante si glos, m ísticos y clarividentes han hablado sobre la natu raleza singular de todas las cosas vivientes; han dicho que, siendo de una sustancia unificada, todo está interrelacionado y que el cambio en la unidad provocaba una reacción, grande o pequeña, en todas las unidades. Pero poco había en esta interesante especulación que pudiera llevar por si solo a los datos escuetos y objetivos que requería la ciencia. Los antiguos indios llamaban a ost.a sustancia univer sal /rranu, y los chim es chi\ más tarde Mesmer describió el “magnetism o animal", Von Reichenbach discutió la “fuerza ódiea” y Reich habló de “energía orgánica”; y todavía empleamos térm inos como “energía bioplásmica” y “energía sicotrónica”. Pero ahora esta fuerza equis ha sido llevada al laboratorio gracias al perfeccionamiento de instrum entos qué nos permiten medir los campos suti les de energía y amplificar y vigilar las respuestas sicoló gicas del cuerpo humano y de otros seres vivientes.
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Se ha demostrado en el estudio de la bioeléctrica, la acupuntura, la fotografía de alta frecuencia y mediante el uso de sutiles detectores de campos de energía, que el ser humano genera y transm ite esta energía que todavía es poco conocida. Se han llevado a cabo diversas investi gaciones cuidadosam ente planeadas que revelan que las personas que tienen la capacidad para curar pueden transferir una fuerza curativa a otras personas, que la meditación cura el cáncer, que la energía del pensa miento puede afectar el crecim iento de las plantas y de las formas de vida microscópica. En todos los experim entos mencionados, así como en muchos descubrim ientos síquicos, el elem ento humano es una cualidad integral. Con la investigación de las pirámides nunca podemos estar seguros de hasta qué grado influimos en los resul tados. Hem os hecho todo lo posible para elim inam os a nosotros mismos. Donde ha sido posible hemos hecho es tudios a ciegas que serán descritos posteriorm ente, pero la mente sigue canales extraños en sus movimientos. Demasiados estudios han demostrado que la distancia tiene poca influencia en la efectividad de la energía sí quica o mental para que nos im aginem os por sólo un momento que nuestra ausencia de la habitación experi mental nos elimina como factor. ¿Cómo podemos decir que las plantas tienen cierto tipo de conducta o que la leche no se agria debido a la energía piramidal? Todo lo que podemos afirmar realm ente es que en las réplicas de pirámides aparentem ente ocurren fenómenos extraños, siempre y cuando las pirámides estén construidas correctam ente y orientadas en el eje norte-sur. En los m eses y años por venir, esperamos aprender más acerca de estos campos de energía y del origen y naturaleza de los diversos campos que se consi deren. En las siguientes páginas describiremos estos fenóm e nos, particularm ente aplicados a seres hum anos y a otras cosas vivas. Discutirem os algunos de los casos y expe-
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riendas y ofreceremos algunas bases teóricas para estas ocurrencias a la luz tanto del conocimiento científico como de la tradición m ística. Creemos que los lectores se encontrarán embarcados en una aventura tan sobrecogedora como el hombre mismo. Y tenem os una razonable certeza de que a lo largo del camino descubrirán nuevas dim ensiones de su propio ser. ¿Por qué nos fascinan los casos de hojas de afeitar que se afilan o de uvas que se conservan indefinidamente? Esto es tem a de especulación, ya que ambos fenómenos tienen m uchas aplicaciones prácticas. Pero más allá de estas posibilidades son inm ensas las im plicaciones para la autoeducación. Para determ inar por qué un fenómeno ocurre de cierta m anera, se debe aprender algo acerca de los campos de energía, las fuerzas electrom agnéticas, los rayos cósmicos y rayos gama, un poco de la química de los líquidos, de la estructura de los m etales... los horizon tes se amplían y las ruedas empiezan a girar. Las pirám ides tienen la virtud de desconcertar. Cuando usted se imagina que ha logrado aislar un hecho, el siguiente experim ento puede producir un resultado di ferente. Para aprender por qué, se necesita nueva infor mación y se inicia otra búsqueda. Esto ocurrió cuando recientem ente un equipo de científicos norteamericanos y egipcios trataron de sondear la Gran Pirámide para determ inar la ubicación de criptas desconocidas. La lec tura de la computadora variaba de un día a otro y la investigación fue abandonada, por lo menos temporal m ente. Se requerían nuevos conocim ientos. ¿Aprendieron algo acerca de la pirámide? Tal vez no, excepto la confir mación de la antigua leyenda de que la estructura es un enigm a. Sin embargo, indudablem ente aprendieron algo sobre física, sobre su instrum ental, y acerca de ellos mismos. Nos ocurrió algo sem ejante cuando, tras de observar los movimientos de los planetas dentro del espacio pira midal por medio de la mu Iti fotografía discontinuada, ob servam os que las plantas repentinam ente cambiaban su
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patrón de m ovim iento de Oeste a Este que tuvieron du rante dos años y empezaban a m overse de Norte a Sur. Tuvimos que revisar nuestro trabajo, considerar factores am bientales, estudiar las explosiones solares y las cartas de actividad de las m anchas del Sol. y exam inar los ciclos clim áticos. Las pirámides nos forzaron a la necesidad de adquirir nuevos conocimientos. Mientras que los fenómenos que ocurren dentro de la pirámide son diferentes de los exteriores y en tanto que algunos de los procesos son razonablem ente estables, siempre hay presente un elem ento desconocido al cual el observador no puede enfrentarse con la tranquilidad de que ha aprendido todo lo que hay que saber. E sta parece ser la historia de las pirámides: dejar escapar poco a poco sus secretos, lentam ente, como si por designio el hombre deba crecer para conocer su significado. Uno se pregunta si los antiguos constructores ocultaron sus secretos tan astutam ente precisam ente para exigir de los investiga dores un conocimiento en expansión constante acerca de su universo o de ellos mismos. “Hombre, conócete a ti mismo", proclamaba el oráculo deifico, y cuando Paul Brunton permaneció toda una noche en la Gran Pirámide y fue visitado por el espíritu de un sacerdote, recibió el m ensaje de que los secretos reales estaban dentro de él mismo. Hemos mencionado el concepto “campos de energía”. En las siguientes páginas hablaremos mucho de este tem a, esperando arrojar algo de luz sobre algunas cosas desconocidas y estim ulando, por lo tanto, a otras personas a aprender una aventura fascinante. La energía en sí es un enigm a. ¿Qué es realmente? Hasta años recientes los físicos se apegaban a la teoría de que la sustancia del universo consistía de partículas; el mundo estaba hecho de objetos y cosas: el mundo era un sustantivo. Después los exám enes m ás minuciosos descubrieron partículas de m ateria más y m ás pequeñas, hasta que parecían desaparecer en campos de energía. La sustancia no era estable, sino flujo, cambio, movi
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miento. El universo no era un conglomerado de objetos grandes y pequeños, no era una cosa sino un suceso; el mundo era un verbo. Ahora algunos científicos nos dicen que bajo una observación profunda la energía se desva nece en la conciencia; el mundo es realm ente un pensa miento. El espacio-tiempo es una construcción del intelecto humano. El filósofo alemán Emmanuel Kant y el astró nomo Jam es Jeans han dicho que el universo parece cada vez menos como una gran máquina y cada vez m ás como un gran pensam iento. En el prólogo de Spnce, Time and Beyond, Bob Toben afirma: “La conciencia es la totalidad m ás allá del espaciotiempo lo que en esencia puede ser el verdadero ‘Yo’. Hemos llegado a saber que conciencia y energía son una sola cosa; que todo el espacio-tiempo está construido por conciencia; que nuestra percepción normal de la realidad es un compuesto de un número indefinido de universos en los cuales coexistim os; y que lo que percibimos como nosotros mismos es solam ente la proyección localizada de nuestros verdaderos seres. Por lo tanto todas nuestras energías están dedicadas al estudio de la conciencia. Xo hay otra tarea. El trabajo hacia una transformación de la conciencia es el único juego que conocemos. La comunidad científica bulle con increíbles teorías nuevas de espacio-tiempo, energías fundam entales, cam pos biogravitaeionales áutoorganizados, la relación de la conciencia con la gravedad, y la conciencia como la va riable oculta que hace falta en la estructuración de la materia... En Lodo el mundo están ocurriendo fenómenos que no pueden explicarse dentro de los sistem as existentes de las creencias. Están siendo menospreciados y sus observa dores reciben el nombre de lunáticos. Sin embargo, interpretam os adecuadamente algunas de las teorías científicas existentes aceptadas, encon
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tramos que existen explicaciones. Nuevos puntos de vista en pleno auge em piezan a reemplazar aquellos que se disuelven... Al expanderse la conciencia, aparecen nue vas herram ientas, las cuales, a su vez, serón reem plaza das por otras. Todo es cambio. I.os sistem as de creencias em piezan a definirse en el lenguaje de 1a. física y otras ciencias. Pero la ciencia no es decir cosas nuevas. Sim plem ente es reafirmar o redefinir aquellos puntos de vista que fueron entendidos en dife rentes palabras y símbolos hace millares de años”. Si la conciencia es el único juego que conocernos y esto fue comprendido por los antiguos arquitectos, como su giere Toben, entonces se puede inferir que este fue el m ensaje definitivo que esperaban transmitir. Si este es el caso, tal vez hemos llegado a este conoci miento m ediante la exploración de la Gran Pirámide por el mismo sendero por el que la física ha cambiado de la materia a la mente. De la pirámide aprendimos mucho acerca de la mecánica, las m atem áticas y las estructuras. Nos enseñó cómo manejar la naturaleza física de nuestro universo. Con el descubrimiento de que dentro del espa cio interior de una estructura piramidal se producen fe nómenos diferentes de los que ocurren en el espacio exte rior, aprendemos más acerca de los campos de energía. Y ahora con el atractivo de los elusivos campos de energía ante nuestros ojos las pirámides exigen un mayor cono cimiento de la naturaleza de la realidad ant.es de reve larnos toda su particularidad. Ahora parece claro que no seremos capaces de comprender plenam ente los m isterios de las pirámides físicas hasta que no nos adentrem os en las pirámides invisibles dentro de nosotros mismos. Por lo tanto, deberemos emprender un viaje... y la llanura de Gizeh nos parece menos atractiva que el viaje hacia el interior de nosotros mismos.
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Viaje al centro de uno mismo
"Xo puedo describirlo... es inadecuado llamarlo algo ‘sonoro e inaudible al mismo tiempo', pero es la imagen que viene a mi m ente”. Esta mujer, de 26 años de edad, ocupa un puesto de responsabilidad en un hospital, estaba sentada en la sala de Tom Garrett, en la ciudad de ükl ahorna, tratando dé relatarle lo que sintió la primera vez (jue estuvo dentro de una pirámide. Garrett, se entusiasm ó por las pirámides después de varios interesantes encuentros con nosotros, construyó una pirámide de 1.80 m de altura y pidió a sus amigos que pasaran en el interior algún tiempo. Se les sugería que meditaran o sim plem ente que se sentaran dentro durante algunos minutos, generalm ente ele veinte a treinta minutos y que después le dijeran lo que sintieron, en caso de que así hubiera sido. No les hacía ninguna pira indicación ni tampoco se les decía la reacción de otras personas sino hasta después de que hubieran rela*
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tado sus propias experiencias. Por suerte para nosotros Garrett llevaba un registro de sus experiencias; la m ayo ría de sus reportes tenían que ver con la salud, sueños y las im ágenes hipnagógicas producidas en la zona crepus cular entre la vigilia y el sueño, experiencias que serán descintas en capítulos posteriores. “Yo estaba suspendida, Tom. Fui atraída hacia el cen tro y allí me mantuvo una fuerza cómoda, pero firme. Me rodeaba un tipo de energía como de caleidoscopio. Me sentí relajada y los patrones de mi pensam iento se orga nizaron mejor de lo que yo pueda recordar en toda mi vida. No estaba sola dentro de la pirámide... no estoy segura de lo que quiero decir con eso... sentía la presen cia de otra persona, no en el sentido ordinario, de cual quier modo..., sin embargo, sentía una presencia, una es pecie de fuerza benevolente que me protegía y me guiaba. Me sentí impulsada a m editar y fue m uy fácil -con el mundo tan alejado- pero siempre consciente de esa fuerza tranquila, una especie de ‘ruido blanco’, si es que tiene algún sentido llamarlo así...”. R1 resplandor de la chim enea nos traía poco de la reali dad de otro mundo, como si los espíritus del fuego se hubieran reunido allí para alguna festividad especial. O tal vez era la respiración de la montaña que soplaba a 1ravés de los gigantescos pinos y que al enviar ráfagas por la chimenea hacía que el fuego danzara tan delicio sam ente. Cerré los ojos casi com pletam ente y fijé la vista en el fulgor de una brasa, como si fuera una m andala que guiara mi meditación. A un lado, la voz de nuestro ins tructor indio decía suavem ente: “Hay un silencio que es tan profundo que resulta ruidoso y al cual puede uno entrar... y estando allí a veces se descubre una fuente blanca llena de luz radiante, y siempre es necesario mo verse hacia la fuente blanca”. ¿Un umbral hacia la zona crepuscular? ¿Qué es la rea lidad? ¿Qué es la cordura, para el caso, o qué es la aluci nación o la imaginación o la percepción extrasensorial?
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¿Qué clase de realidad es la que tenem os en la mente? ¿Es mi realidad de una señal de tráfico sustancial que la visión de un clarividente de un accidente autom ovilístico, y que él sea capaz de prevenir al dar una advertencia? Todo depende de su contexto y de su aplicación. ¿Son las pinturas de árboles vibrantes con energía de Van Gogh menos obra de arte que las flores de Renoir, sim plem ente porque él añadió una nueva visión de vida que algunos observadores no pueden ver? La nueva física nos ha hecho dam os cuenta de que no hay una cosa o cosas correctam ente percibidas, sino es tados de conciencia suficientem ente pragm áticos de tal modo que puedan ser compartidos con otros de algún modo significativo. El esquizofrénico se aparta, no por que lo que experim enta no tenga base para la existencia, sino porque él no encuentra el modo de relacionar la ex periencia con un conjunto de condiciones previam ente suscritas por él mismo y otros en su espacio-vida. Una mejor comunicación entre individuos que tengan expe riencias síquicas, la comunicación de esas experiencias al público por parte de los medios m asivos de comunicación, la confirmación física de la realidad de las actividades síquicas y el auge de principios de adiestram iento para ampliar los talentos extraordinarios, latentes en la ma yoría de la gente, han contribuido sustancialm ente en la época actual a un concepto cada vez más amplio de que los cinco sentidos del hombre solam ente le proporcionan una pequeña y fragm entaria visión de la realidad total. Acerca de esto el em inente filósofo de Cambridge, doc tor C. D. Brood, afirmó en cierta ocasión: “La función del cerebro y el sistem a nervioso es protegernos de ser aplastados y confundidos por esta masa de conocimiento que en la mayor parte es inútil e irrelevante. Elim ina lo que de otro modo percibiríamos o recordaríamos en cual quier momento y deja sólo aquella pequeña y especia) selección de lo que parece ser prácticam ente útil”. Thor Myers, ex conductor de autobuses de Denver, se acostó sobre el piso y extendió sus brazos en cruz.
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-E ste es el modo como yo descanso en m i pi rám ide -dijo-. Tengo un catre que coloco junto a unos pedestales al mismo nivel de él» de tal m anera que pueda descansar las manos sobre ellos cuando las estire. M antengo la cabeza al Norte. Cerró los ojos y por un momento permaneció en silen cio; el momento se prolongó a varios m inutos y pensamos que estaba meditando, pero entonces él nos dijo: -D escubrí que en esta posición me siento como si estu viera cargado de energía. He meditado durante muchos años y tengo algún equipo de biorrctroalimentación, pero nunca experim enté antes lo que he sentido usando la pi rámide. Myers se sentó y observó su alrededor. Xos miró y movió la cabeza. -L eí su libro y de algún modo supe que esto era lo que buscaba. Puede ser difícil de creer, pero desde que em pecé a usar la pirámide, he recibido información de mu chas cosas, tales como los mecanism os internos del cuerpo, el sistem a nervioso y el cerebro. Yo no sabía nada sobre esas cosas, por lo que em pecé a leer para confirmar lo que sentía. lia sido todo verdadero hasta donde puedo decir. -P arece que usted ha llegado a los niveles más elevados de la conciencia. -Sí, creo que lo he hecho. -Tal vez la pirámide tiene que ver poco con esto. Usted mencionó que había meditado durante muchos años. Tal vez estas experiencias sean el resultado final de ese tra bajo. -Rueño, es posible —elijo lentam ente M yers-. y puede ser que se hayan ido acumulando hasta este punto, pero yo diría que más bien se trata de los campos de energía o conciencia que he alcanzado estando dentro de la pirá mide -perm aneció pensativo durante un momento y aña dió-. Otra razón por la que creo que la pirámide tiene que ver con ello es que solam ente sucede cuando medito en su interior.
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Thor Myers es solam ente una de las muchas personas a las que hemos visitado, o que nos han llamado o que nos han escrito acerca de sus experiencias sentados, acostados, durmiendo o meditando dentro de una pirá mide. Por supuesto, no es probable que sepam os algo de quienes han experimentado poco o nada en ese caso. Ni tampoco es probable que se comunique nuevam ente con nosotros el m aestro de escuela que nos dijo que su per m anencia durante algunos m inutos dentro de una pirá mide de plástico,de unos dos metros de altura le producía nerviosismo y depresión. Pero creemos que el número de personas que han pa sado algún tiempo dentro de una pirámide y que no han sentido nada nuevo, es un número comparativamente pequeño. Esto no es una afirmación de fe o de miopía por nuestra parte. E sta conclusión está basada en nuestras experiencias al pedir a muchas personas que pasaran un tiempo dentro de una pirámide y nos dieran la informa ción. Xo les hemos dado muchas instrucciones fuera de la sugerencia de que, si lo deseaban, podían sentarse o acostarse, o tal vez meditar. Con sólo algunas excepcio nes, experim entaron la pirámide como una nueva clase de espacio de algún modo o de otro. Otros investigadores han reportado resultados muy sim ilares. Muchos de estos sujetos no estaban fam iliarizados con nuestro trabajo, ni habían leído los libros existentes sobre las investigacio nes de las pirámides. Sin embargo, para ser objetivo, es importante recono cer que el solo acto de entrar en una construcción de tipo poco usual como es una pirámide implica que se supone que va u ocurrir algo. Esto establece una actitud de espectación. Así aum enta la probabilidad de que estén conscientes de las reacciones y serán m ás sensibles tanto a los estím ulos externos como a los estados internos. Si esto es todo lo que ofrece, aun así la pirámide sería útil (tomo una especie de aparato centralizador a través del cual el sujeto puede acrecentar su sensibilidad y concien cia focal.
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M uchas técnicas de meditación usan lo que se conoce como “meditación dé semilla". Aquí se utiliza para enfo car la atención un objeto tal como el capullo de una flor, la llama de una vela o algún símbolo religioso. Se trata de concentrarse en lo que se ve de tal modo que no ocurra ningún otro pensamiento. Esto produce una unificación de la m ente y prepara al individuo para que se m ueva más allá del objeto hasta alcanzar un estado de no-pensam iento en el cual pueden funcionar los niveles no-intuitivos más elevados de la m ente. En el lenguaje de biorretroalimentaeión, esto pudiera significar moverse de un estado beta, donde hay muchos pensam ientos, a un estado alfa, un estado más relajado donde el sujeto se empapa en el pensam iento o problema y está menos consciente de sí mismo y del mundo. De allí pasará al estado theta, donde el mundo desaparece y la m ente se envuelve en vuelos intuitivos. El meditado»- Zen puede “observar su aliento'’, el practicante de yoga podrá con templar la punta de su nariz, pero la “sem illa” o enfocam iento del objeto no tiene que ser de una naturaleza visual. Algunas personas encuentran más fácil concen trarse en notas m usicales o usar un m antra o un simple canto que puede repetirse una y otra vez. Es posible que la pirámide funcione de un modo sem e jante ul que se ha descrito. Tal vez esto se logre al ocu parse m entalm ente con el pensam iento de la pirámide. Sin embargo, sería extrem adam ente difícil m antener este pensam iento en una forma m ental singular. E s más probable que el individuo piense en todas las cosas que puedan ser una pirámide o que, si no sabe nada acerca de pirámides se pregunte sobre ello y se haga a si mismo una serie de cuestionam ientos, como por qué se le pidió que hiciera eso. Las experiencias subjetivas pueden ser sim plem ente cosas im aginativas. Pero como dijo Einstein: “la im agi nación es más importante que el conocim iento” y Richard Feynm an afirmó alguna vez: “lo que necesitam os es imaginación. Tenemos que encontrar una nueva visión
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del mundo”. Y esta nueva afirmación sugiere que no pueden buscarse nuevos horizontes sin im aginación. Todo eso está muy bien, pero nuestra pregunta con res pecto a si las reacciones al estado piramidal son sola m ente imaginación y por lo tanto pueden suceder fácil mente dentro de ese espacio, no pueden responderse con un simple sí o no. Todemos afirmar que la imaginación juega algún papel integral en todas nuestras actividades m entales. Sin em bargo, los productos de nuestra imaginación son gene ralm ente de naturaleza muy personal. Tomamos pres tado de nuestro consciente e inconsciente, junto con al guna producción desconocida del superconsciente, y fa bricamos nuestras propias pequeñas construcciones. La información que hemos recibido de los sujetos que expe rimentaron el espacio piramidal, por otra parte, tiene muchos comunes denominadores. Esto sugiere un re curso compartido de influencias o información, tales como las siguientes: 1. H asta cierto grado las experiencias son nuevas, ge neralm ente un poco intrigantes para los sujetos. 2. Hay una sensación de aislam iento; no incómoda sino bastante agradable, en la cual los sujetos experim entan paz y quietud. Aunque conscientes del hecho de qué la composición de la pirámide (plástico, m adera o lo que sea) es tal que no pueden aislarse físicam ente de los sonidos de la calle o de las personas que hablen en las habitacio nes contiguas, sin embargo, persiste la sensación de que han entrado a su propio mundo interior. En ocasiones los sujetos comparan esa sensación con la de estar en la pro fundidad de los bosques o en la soledad de un lago tran quilo. Todavía se escuchan los ruidos, todavía se sienten las vibraciones, pero se experim entan de un modo ale jado y secundario. 3. Cuando entran a la pirámide los rodea una sensa ción de seguridad y protección, aun cuando reconozcan que razonablem ente no hay nada en la pirámide que los pueda proteger de cualquier cosa que pudiera am enazar
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los. Sin embargo, continúan con esa sensación de estar protegidos. En este verano un grupo de nosotros tuvo un periodo de meditación en las m ontañas del Colorado. Construimos una pirámide de plástico lo suficientem ente grande como para dormir en su interior y cada uno, por turno, durmió una noche en ella. Estaba algo alejada de la cabaña principal en un claro rodeado por árboles y se necesitaba una lámpara de mano para localizarla en la oscuridad. Dos miembros fem eninos del grupo afirmaron posteriorm ente que se sintieron inquietas y un poco te m erosas m ientras caminaban solas hacia la pirámide, pero en el momento de poner los pies dentro de ella desa pareció todo temor y ansiedad. 4. Una experiencia frecuente es la distorsión de tiempo. Cualquiera que sea el periodo de estancia en la pirámide ya sea de una hora o de una noche, el tiempo se distorsiona acentuadam ente. En ocasiones el sujeto cree que ha estado dentro mucho mayor tiempo y en otras la experiencia es exactam ente a la inversa, pero rara vez se tiene una evaluación verdadera del tiempo. ñ. De algún modo parece intensificarse el sueño dentro de la pirámide. A veces las personas que han tomado breves siestas dentro reportan que se sienten como si hubieran dormido durante m uchas horas. Durante nues tras experiencias en el Colorado algunos participantes comentaron que habían dormido muy pocas horas dentro de las pirámides -por acostarse tarde, levantarse muy temprano o por contemplar el cielo nocturno- sin em bargo, se sentían com pletam ente descansados cuando despertaban y en el día actuaban con notable vigor. 6. Aunque hay una sensación de estar a solas dentro de la pirámide, también se tiene al mismo tiempo la sen sación de una presencia. Esto no parece tomar la carac terística de una personalidad o de un espíritu intangible, sino que hay una sensación de un ser, relacionado algu nas veces con un ángel guardián. 7. La meditación suele ser más fácil dentro de la pirá mide. Tal vez este sea parcialm ente el resultado del ais
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lamiento de las distracciones. Aquellos que no meditan informan que es m ás fácil el relajam iento. Uno de nues tros amigos usa la pirámide como lugar para concentrarse en sus estudios. Una persona que probó la pirámide por primera vez, dijo que se sentía como si deseara meditar aun cuando no lo había hecho anteriorm ente. 8. Se nos informa que los sueños son bastante vividos; algunas veces mejor organizados o com prensibles y que pueden recordarse con mayor facilidad después de des pertar. 9. Las im ágenes hipnagógicas -im ágenes visuales, es cenas que algunas veces son respuesta a viejos proble mas y ocasionalm ente percepciones com pletam ente nue vas que ocurren justam ente antes de que llegue el sueño- son más vividas y el periodo de la im aginería pa rece durar un lapso mayor. 10. En muchas de las personas que pasan algún tiempo dentro de las pirámides hay una sensación de paz. En cuentran que es difícil albergar sentim ientos de hostili dad y el enojo parece desvanecerse. Una persona nos dijo que al sentir esa sensación de paz trató de pensar en todos los problemas y tensiones del mundo solam ente para des cubrir que no podía conservar esos pensam ientos. Otra persona había dejado su oficina bastante disgustada por algunos problemas y encontró que para el momento en que salió de la pirámide, aproximadamente una hora más tarde, difícilm ente podía recordar cuáles eran esos pro blemas. l l v Aproximadamente la mitad de los sujetos perciben la presencia de un campo de energía poco común. Lo sienten más en el centro de la pirámide que en cualquier otro sitio y sienten que los vitaliza. La familia C. J. F. de la ciudad de Oklahoma nos escribió una nota donde nos dice: E l doctor J. E . nos indicó por teléfono tn que dirección debería o rien ta rse cada m iem bro de la fa m ilia m ien tra s se sentara o m editara den tro de la p irá m id e. Parece que fu e correcta. La d i
EL PODER SÍQUICO DE LAS PIRÁMIDES rece i ó) i es la m ism a en la q u é u n síquico de la costa occidental me dijo que viajaba» m is vibraciones, que es en dirección S u r... cuando dorm irnos, el su eñ o es profundo. N in g ú n m iem bro de la fa m ilia ha licuado a esta r dentro durante, m ás de una■hora. Jai sensación de haber estado dorm ido se conserva d u ra n te algún tiem po.
12. Algunos sujetos han informado una creciente sen sación de integración con todas las cosas vivas m ientras mayor es el periodo que permanecen dentro de la pirá mide. En cuanto a por qué el m aestro mencionado anterior m ente en este capítulo se sintió nervioso y deprimido después de una breve permanencia en una de nuestras pirámides, no estam os seguros. Podemos especular que él trajo consigo mismo esos sentim ientos y que se intensifi caron con el cam¡>o de energía de la pirámide. También podemos aventurar que la pirámide tal vez sirva como espejo para mirarse uno mismo y que por lo tanto es opresiva para algunas personas o que tal vez la visión o el desarrollo obtenido por algunas personas a través de la pirámide sirva como am enaza para otras. Por supuesto que no estarnos seguros que sea alguna de estas cosas. Esta es otra área donde todavía queda mucho por inves tigar. Solam ente podemos decir por el momento que nuestras experiencias y las de otros, con muy pocas ex cepciones, han sido benéficas y significativas. Si acaso uno experim enta una sensación incómoda o desalenta dora, o algún pensam iento igualm ente negativo, tal vez lo más aconsejable sea abandonar la pirámide al menos por el momento. Más adelante discutirem os con mayor amplitud algu nas de las experiencias, sensaciones y dem ás fenómenos descritos anteriorm ente para tratar de arrojar sobre ellos la luz del conocimiento científico. Guando estas ex periencias ocurren en otros am bientes y como resultado de otras condiciones, se harán esfuerzos para extraer los comunes denominadores de tal modo que podamos en tender mejor las causas y efectos que se impliquen.
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El hecho de que muchas de estas experiencias sean únicas y les hayan ocurrido por primera vez a muchos sujetos sugiere una nueva sensibilidad o cambio en la conciencia. Seria mucho pedir que fueran siempre los mismos, pero el hecho de que haya ocurrido alguna m eta morfosis, ya fuera perm anente o transitoria, exige una mayor investigación. La mayoría de los científicos están de acuerdo ahora en que el cerebro y la m ente no son la misma cosa. La con ciencia, como tal, no puede encontrarse dentro de las célu las del cerebro orgánico. La red electroquímica y las res puestas nerviosas del cerebro pueden ser dibujadas en detalle por los científicos médicos; sin embargo, la con ciencia en sí se les escapa. E xiste dentro del cráneo todo un mundo de fuerzas, fuerzas dentro de esas fuerzas que ceden a cualquier otra área del mismo tam año dentro del u ni verso. Las partículas subnucleares, los protones, los neutro nes, las moléculas, las células y dem ás tienen poco que decir, según parece, en cuanto a lo que ocurre en el cere bro. Estos com ponentes físicos aparentem ente sólo llevan órdenes de un comando m ás elevado. En algún sitio cerca del ápice del sistem a de comando del cerebro descubrimos las ideas. Una idea reclama una realidad tan grande como la de una molécula o una célula, ya que las ideas crean ¡deas. Ya que no sólo interact.úan entre sí, sino tam bién con otras fuerzas m entales dentro del mismo cerebro, y con los cerebros de otras personas. Además parece ser que tienen influencia sobre el am biente exterior. Hay suficientes evidencias que indican que la fuerza de energía de la conciencia interactúa con las fuerzas de energía del cerebro y del sistem a nervioso. Puede plan tearse la hipótesis de que los campos de energía son uno y lo mismo, y que la naturaleza de su sustancia depende de la percepción de quien registra, ya sea una máquinu o un observador humano. Este punto de vista se acerca al ocul tismo, que sostiene un concepto de energía y una leo n a de
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los campos, en el sentido de que hay una forma primaria de energía con la cual está construido todo. El estudio de esta singular fuerza de energía se lleva a cabo en diversos laboratorios en este y otros países. Se cree que un entendim iento de las leyes que dominan a esta fuerza ofrecerá explicaciones de diversos fenómenos síquicos que hasta la fecha han eludido a las m ás concien zudas investigaciones científicas. Estos campos de energía se discutieron en el libro The Se creí Power of P y r amida y serán discutidos con mucha mayor amplitud en los siguientes capítulos. La natura leza de la energía, de la conciencia y hasta qué punto coexisten como expresiones de una fuerza singular posi blem ente tendrá una considerable importancia en nues tra comprensión de lo que les sucede a las sensaciones y pensam ientos de una persona m ientras está dentro de una pirámide. Las relaciones entre la m ateria y la energía y entre la energía y la conciencia cuando se comprendan, ofrecerán un puente para pasar rápidamente de un domi nio a otro. Además, podremos aprender cómo la forma puede cambiar a los campos de energía y cómo las formas m entales pueden generar energía. La pirámide puede servir como el puente entre estos mundos. La conciencia como “cosa*', un objeto o como una expe riencia, es difícil de definir excepto de un modo circular tal como la doctora Arinie B esant lo hizo en A S tu dy in Conscioartess: “La conciencia y la vida son idénticas... le liemos dado a la conciencia vuelta hacia adentro con el nombre de vida, y a la vida vuelta hacia adentro con el nombre de conciencia”. En The Secret D octrine H. P. Blavatsky se refiere a la conciencia como la forma más fina de la energía, la raíz de todas las cosas y coextensiva al espacio cósmico. En este modelo, la conciencia y la m ate ria no deben considerarse como realidades independientes sino como aspectos de una misma realidad. En El fenóm eno humano. Fierre Teilhard de Chardin señaló que: “desde el punto de vista fenoménico, la m ate ria y el espíritu no se presentan a sí m ism as como cosas o
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naturalezas sino como sim ples variables que se encuen tran relacionadas"'. En tanto que el cerebro y la m ente pueden verse como expresiones diferentes de la misma fuerza singular, pura exam inar los cambios en las conciencias, experim entados por personas que se sientan y m editan dentro de las pi rámides, se necesita hacer otra división. Aparentem ente estas experiencias ocurren cuando la atención se aparta del proceso cognoscitivo para pasar a niveles intuitivos. Cuando esto ocurre, la información que llega a la conciencia no prov ¡ene del razonamiento sino de una fuerza exterior y más allá de la mente racional. “La intuición no contradice la razón”, dice Swami Vishnudevananda en E l libro completo del yoga, “sino que la trasciende y lleva el conocimiento y la sabiduría de su campo de conciencia, que el intelecto no puede pe netrar... La razón nos ayuda a marchar a La puerta de la intuición. La razón nos da la información de que las puertas del mundo de los fenómenos son irreales cuando se les compara con las eternas experiencias de la autorrealizacdón. La razón tiene su propia utilidad definida ya que ayuda al principio cuando em pezamos la bús queda de la verdad”. A lexander Maven habla de los elem entos de los niveles intuitivos de la mente: “Los m ísticos son casi unánim es al decir que la expe riencia es más inm ediata que cualquier experiencia ordi naria, tan inm ediata que no puede dudarse de su reali dad. Algunos aun han dicho que la realidad expresada por lá experiencia mística es la única realidad, y que todas las dem ás son ilusión. Se dice que su sensación de la experiencia ha sido superior a la sensibilidad, percep ción, conceptualización, razonam iento o entendim iento y distinta de cualquier cosa que recuerden o imaginen. Esto es, dicen los místicos, intuición pura, conciencia pura. Todo esto parece equivalente a decir que la con ciencia y la percepción están más allá del funcionamiento de un sistem a nervioso y de su cerebro...”.
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Los estados alterados de la conciencia, la mayor sensi bilidad, la distorsión del tiempo, la sensación de un flujo de energía, las observaciones visuales, la disociación del mundo externo y otras experiencias paranormales de las personas que pasan algún tiempo dentro de las pirámides debería describirse mejor como un cambio del hemisferio izquierdo del cerebro al derecho. En tanto que esto es una suposición, el tipo de experiencias subjetivas que se informan parecería indicar más bien una actividad del hem isferio derecho que del izquierdo. El hemisferio izquierdo del cerebro está asociado más con el proceso del razonam iento y el hemisferio derecho se identifica con la intuición. Tal vez cuando una persona entra a una pirámide, confronta un grupo ilógico de con diciones. No hay nada dentro de la pirámide que atraiga la atención de sus sentidos; ni la presencia de nada con lo que pueda tratar racionalm ente. Para enfrentarse a la experiencia, el sujeto inconscientem ente cambiará de la actividad hem isferio izquierdo hacia la del derecho. Cuando una persona entra en contacto con la m ente in tuitiva, se experim enta a sí misma y a lo que le rodea de un modo diferente. Al igual que con la meditación ele vada de los estados m ísticos, sus experiencias son inefa bles, esto es, no puede encontrar palabras para expresar sus pensam ientos y sensaciones. Esto es comprensible, ya que el lenguaje es principalmente una función del hemisferio izquierdo del cerebro. En un sentido, se puede decir que el objetivo inicial de la meditación y de algunos ejercicios de yoga es cambiar del área racional del hem isferio izquierdo a los vuelos artísticos, intuitivos y creativos del hemisferio derecho. Esto es también uno de los objetivos del adiestram iento de biorretroalimentación: transportar las ondas cerebra les del estado beta responsivo a los niveles contem plati vos de Theta. “M uévanse hacia la fuente blanca...", decía el m aestro. Tal vez la pirámide nos ayude a encontrar el camino.
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Un universo de energías fluidas y giratorias, la matriz de todas las cosas, procedente dentro de una sola fuerza unificada: esta es la sustacia de la nueva física. “Todas las cosas están intercoiiectadas... todas las par tes del universo están directam ente relacionadas con todas las otras partes... La descripción de cualquier parte es inseparable de la descripción del lodo... Nadie se puede mover sin influir en todo lo demás del universo... No se puede ni siquiera observar algo sin cambiar al objeto y aun al observador... Es posible tal vez que el sólo pensar en un objeto lo cambie y cambie al pensador... Todo el universo está vivo... todo el universo está interconectado... Hay vida en todo, pero con diversos grados de con ciencia...” Los aforism os de Bob Toben son una experiencia en la lectura. Su libro Spapét Time and Béyond fue escrito como resultado de sus conversaciones con los físicos Jaek Saríatti y Fred Wolf, y no hace muchos años que lo hubiera46
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mos acusado de sostener un diálogo con frívolos escrito res de ciencia ficción o, sim plem ente, lo hubiéramos cali ficado como un poeta. Pero Bob Toben es en realidad un científico, un perceptivo, y sus interlocutores, que tienen grados de doctorado en física y ocupan altos cargos uni versitarios tienen antecedentes muy satisfactorios. Cuando Toben señala: “la conciencia y la energía son una sola”, recibe el apoyo de Sarfatti que dice: “sospeché que las teorías generales de la relatividad y del quantum son solam ente dos aspectos complementarios de una teo ría más profunda que implicaría una especie de concien cia cósmica como concepto clave”. ¿Una pirámide que está viva? Obviamente esa idea debe rechazarse o, si esperam os aceptarla, debemos lu char para establecer algunas nuevas bases de la reali dad. Por una parte tenem os una caja, igual a cualquier otra caja, con la excepción de que tiene lados triangula res que se unen en un ápice. No tiene otras característi cas diferentes y puede ser construida de casi cualquier m aterial, si presenta algunas peculiaridades propias es sim plem ente que debe construirse con cierto patrón y debe ser colocada en una posición particular. Por otra parte, tenem os un instrum ento que desem peña una mul titud de funciones, las cuales no todas aparecen directa mente relacionadas, y su m odus operandi exige lo mejor de nuestro conocimiento en muchos campos. ¿Cómo es que la caja de forma piramidal y el instrum ento de gran complejidad son uno y lo mismo; cómo resolverem os el enigma? La nueva física nos puede ayudar. Nos dice que las partículas y objetos 110 existen como tales sino que todo en el universo es energía. Los objetos o cosas son solam ente estructuras m entales y tienen forma m ientras son obser vadas como tales. Pero entonces descubrimos que m ien tras más cercanam ente observemos la energía más rápi damente desaparece aquélla en la conciencia, y que nos encontramos con que nuestro pensam iento exam ina otros pensam ientos. Por una parte todavía existe el mundo si
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podemos aceptarlo como un efecto y no como una causa, pero hemos perdido el mundo como una colección de obje tos, de grandes y pequeñas cosas. De muchos modos no estam os preparados para enfren tarnos a un mundo como a un pensam iento. E s un salto demasiado grande pasar de objeto a sujeto. Necesitam os construir un puente entre el mundo de las cosas y el de las ideas; necesitam os vivir en un mundo intermedio du rante algún tiempo para efectuar los ajustes. Este sitio de reposo puede ser proporcionado razonablem ente du rante algún tiempo por la isla de la energía. En este lugar ya no experim entam os las formas. En su lugar ex perimentamos los cambios. N uestras experiencias no son con cosas, no con objetos que tengan dim ensiones, sino con flujos, con movimientos. No hem os alcanzado el punto donde estam os preparados para prescindir del es pacio y del tiempo como puras creaciones del pensa miento, por lo que todavía hablamos de “cosas” tales como longitudes de onda y campos de energía; chispas y luces; y así por el estilo, porque todavía insistim os en los sustantivos. Pero ahora en vez de tratar de entenderlos como inmovilidades, tratarem os de percibirlos como una colección de unidades muy pequeñas en movimiento rá pido. Tratarem os de ver hacia atrás para ver qué sucede en vez de aceptar la apariencia externa. “Me gusta sentarm e en los parques y term inales de autobuses para observar. La gente parece huevos lumino sos cuando se le ve”, decía Don Juan a Carlos Castañeda al describir el mirar ordinario y el ‘ver’ verdadero. El indio yaqui explica que a veces en una multitud de criaturas con forma de huevo él nota a una que parece exactam ente una persona; entonces sabe que allí hay algo equivocado y que, sin la aureola luminosa, esto no es de modo alguno una persona real. No sé cuánto tiempo he estado sentado en mi pirá mide. Pierdo la noción del tiempo. Me pude haber que dado dormido, pero al mismo tiempo yo estaba consciente dé haber estado allí y al mirar hacia afuera desde algún
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sitio dentro de mí tenia la impresión de que la pirámide se encontraba en llamas; toda su estructura estaba or lada con pequeñas lengüetas llam eantes. Por alguna razón no me alarmé ni traté de moverme. Permanecí sentado, maravillado de lo que veía. Las llam as se extin guieron y ya no pude ver la pirámide sino que tuve la extraña sensación de que se extendía muy lejos en todas direcciones”. Para captar el significado de la pirámide encontramos que se adelanta muy poco al tratarla como un objeto. Del mismo modo que el artista debe integrarse con sus pince les, sus pinturas y su lienzo para pintar verdaderamente, así hem os aprendido que debemos ¡nteractuar Con la pi rámide para poder movernos m ás allá de la estructura hacia ei fenómeno mismo. Cuando nos relacionam os con la pirámide como un campo de energía, descubrimos que tiene mucho en común con nosotros mismos. Cuando los clarividentes miran una pirámide, ellos ven un campo de luz radiante y cambiante. Los objetos ina nimados: cartón, madera, cualquier material que se use para construir esta pirámide no brillan de esta manera. Pero puestas y acomodadas de determinado modo estas sustancias inactivas se convierten en una especie de fuerza viva, que nuestros amigos perceptivos nos indican que de muchas maneras iguala a la estructura humana. Se puede trazar otro paralelo fascinante. El fenómeno producido por las pirámides se parece al que producen algunas personas talentosas. Mencionamos en The Srcret Power o f PyrawÁds que cuando nuestro amigo, el síquico Charles Rhoades supo que manteníam os afiladas las navajas de afeitar dentro de las pirámides nos dijo que él podía m antenerlas afiladas sim plem ente pasándo les diariam ente los dedos por encima. Dos años después todavía usaba la misma hoja. Las personas que han ob tenido un considerable control sobre sus estados físicos, emocionales y m entales en ocasiones pueden transm itir tranquilidad, sensibilidad y estados elevados de concien cia a otras personas. Los síquicos que curan con la vo
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luntad como Olga Worrall y Oskar E stebany han podido purificar el agua, conservar los alim entos, estim ular el crecimiento de las plantas y sanar a las personas de modo muy sim ilar como parecen hacerlo las pirámides. E s dudoso que muchos de nosotros puedan escoger entre una multitud a aquellos que pueden curar, que sean clarividentes, o a personas con habilidades síquicas poco comunes. En lo que concierne a su aspecto tísico, son como cualquier otro miembro de la raza humana. Pero si los estudiam os con aparatos para detectar la biorretroal¡mentación, si los investigam os con detectores sensibles de campos de energía, o tomamos fotografías Kirlian de sus huellas digitales, sobresaldrán sus talen tos y se obtendrán perfiles diferentes de los que se obtie nen con personas com unes y corrientes. Parecería que las personas con estos talentos están en tonadas con una fuente de energía universal, de energía y conciencia, y que su s auras brillan del mismo modo que el de una pirámide contruida y alineada correctam ente y que por lo consiguiente está cargada de energía. Pero la persona común, como una pirámide fuera de alinea miento, no irradia esta m agnitud de luz. Buckm inster Fuller señala que el que el 99% de lo que sucede en la actualidad humana y su interacción dentro (le la naturaleza tiene lugar en campos de la realidad que son invisibles, inaudibles e intocables para los actuales sentidos hum anos y que deben traducirse a nosotros por medio de instrum entos. Afortunadam ente, la mayo ría de los estudiosos en el terreno de los poderes paranormales están de acuerdo en que estas habilidades están presentes en estado latente en todas las personas, esperando cobrar fuerza mediante la adecuada educación técnica. Lo que sucede dentro o cerca de la parámide, es algo que está más allá de la percepción humana habitual. Una gran parte de su actividad también está fuera de la de tección de nuestros instrum entos m ás complicados, sin embargo, en algún sitio se está cerrando la brecha gra
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cias a los adelantos tecnológicos de los años recientes. En otro capítulo se discutirán las técnicas para medir los campos de energía dentro y en las cercanías de las pirá mides. En tanto que están lejos de ser concluyentes esas afirmaciones, nos ofrecen de todos modos alguna visión y suficientes pruebas que nos conducen a suponer que no se tardará mucho en encontrar datos más firmes acerca de los campos de energía de las pirámides. Pero pareee ser necesario tener en mente que algunos de estos fenó menos, aunque produzcan resultados tangibles e influ yan en los estados de conciencia, nunca serán deteetables por medio de los instrum entos físicos ya que no tienen una naturaleza física. Del mismo modo que una onda ce rebral es detectable en un electroencefalógrafo, la idea que esconde la onda cerebral siempre nos esquivará. Hay un nivel justam ente al lado del nivel dé la densi dad física, sin embargo, que podemos exam inar y que nos puede proporcionar algún conocimento sobre los fenóm e nos de las pirámides así como de los fenóm enos humanos. Esta es la dimensión de la electricidad, gravedad, m ag netism o, fuerzas electrom agnéticas, ondas de radio, rayos cósmicos y otras más. Ya que estos campos se apli can al cuerpo humano, en ocasiones se les llama ¿Uricos, etéricos o sim plem ente bioeléctricos. Esto no quiere de cir, empero, que estos campos sean iguales aun cuando puedan parecerlo al observador profano. Por otra parte, aun el científico m ás estudioso puede encontrarse frente a fenómenos que encuentre difíciles de clasificar. Usando sus instrum entos, él intentará definir sus descubrim ien tos como los mismos informados por el clarividente, que sólo usa sus poderes de percepción. No siempre corres ponden estas observaciones, aun cuando tengan cualida des sem ejantes los fenómenos superficiales. Esto ocurre actualm ente en la investigación de la acupuntura donde no se ha tenido éxito en los esfuerzos para identificar los “meridianos'’ de la acupuntura como directam ente rela cionados con la corriente nerviosa. E ste problema de iden tificación también aparece en la exploración de la fotogra
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fía de alta frecuencia (la técnica Kirlian). Algunos inves tigadores lian tratado de identificar las descargas eléctri cas alrededor de objetos animados, particularm ente el cuerpo humano, como el aura que ven los clarividentes. Otros investigadores pretenden que el campo es sim ple m ente uti aparato eléctrico, en tanto que el clarividente dice a ambos que las fotografías Kirlian revelan sola m ente una pequeña porción y algunas lim itadas propie dades del aura. La evidencia indica que una parte del fenómeno de las pirámides descansa dentro del espectro etérico. Como se mencionó anteriorm ente, lo etérico se ve en un nivel un poco más elevado o ligeram ente menos denso de la m ate ria física. De acuerdo con la tradición mística, todas las enferm edades, perturbaciones m entales, penalidades, et cétera, deben ocurrir primero dentro de la envoltura etérica o cubierta vital antes de m aterializarse en el cuerpo físico. E ste modelo se estudiará más a fondo en el capí tulo sobre el fenómeno de las curaciones. También de berá señalarse que uno de los usos que se investigan para la fotografía Kirlian es tomar im ágenes del campo eléctrico que rodea al cuerpo y detectar de este modo enferm edades antes de que se m anifiesten en el cuerpo. H asta ahora las investigaciones indican que el método se convertirá en un valioso auxiliar para el diagnóstico. Parece ser que es en el nivel etérico donde los seres hum anos interactúan con las pirámides. También puede ocurrir la interacción por supuesto, en niveles por en cima del etérico, pero es este nivel el que nos importa ahora; Ya que es obvio que la pirámide no afecta el cuerpo del modo en que lo hacen la administración de pildoras, las intervenciones quirúrgicas u otros actos fí sicos; debemos explorar la interacción en el nivel más próximo. Dentro de la tradición mística, la m ateria física existe en siete grados de densidad: atómico, subatómico, etéreo, superelérico, gaseoso, líquido y sólido. Partículas de todos estos gradós entran en la composición del cuerpo
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físico. El último, sin embargo, tiene dos divisiones mar cadas: el cuerpo sólido, compuesto de sólidos, líquidos y gases; y el etérico, que consta de grados más finos de materia física. De acuerdo con esta tradición la envoltura etérica de sempeña diferentes papeles incluyendo los siguientes: recibe y distribuye la fuerza vital que em ana del sol y así está íntim am ente ligada a la salud física; de la acción de la m ateria etérica depende principalm ente la memoria de la vida de los sueños; está especialm ente asociada con lo que se conoce como influencias vitales o m agnéticas ya sea para propósitos de curación, anestesia o trance; es el factor principal en los fenóm enos psi tales como el movi miento de objetos sin fuerza física, producción de soni dos, talepatía, sicom etría y otros, y por medio del uso de la materia etérica, pueden m agnetizarse los objetos. Toda partícula sólida, líquida y gaseosa del cuerpo fí sico, de acuerdo con este modelo, está rodeada por una envoltura etérica. Hay cuatro grados de m ateria etérica y sus propiedades y funciones son: 1) Etérico -el medio de la corriente eléctrica ordinaria y del sonido. 2) Supe retérico -el medio de la luz. 3) Subatómico -el medio de las formas más finas de electricidad. 4) Atómico -e l medio para la transm isión del pensam iento de cerebro a cerebro. Tradición mística E i Atómico E : Subatóm ico
Es Supe retorico E í Etérico'
Gaseoso
F ísica
Electrónico
NYtcléá positivo Nú ele o neutralizado Atómico
Gas molecular,
etcétera
E jem plo Electrón Partir ola ulfu Neutrón Naxctmte .V Atómico H Ha, Na, o
oontp. (/OXC0808 En apariencia el cuerpo etérico o doble es ligeram ente luminoso, de color violeta pálido, gris o azul grisáceo y de
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textura fina o gruesa, según el cuerpo físico sea grueso o fino. Esto hu sido observado por personas con alguna sen sibilidad síquica. Pretenden haber visto un halo azul al rededor de la Gran Pirámide. Por ejemplo, nos escribe la señora C. D. de Dallas, Te xas: N o q u iero (lar a en ten der que siem pre veo luces alrededor de las p irá m ides, pero en ocasiones, tal vez cuando la ilu m in a c ió n es adecuada, veo u n resplandor a zul alrededor de toda lo. p irá m ide. E s p a rticu la rm en te brillante en el ápice, donde a veces el color parece violeta.
La envoltura etérea supuestam ente actúa como un in term ediario frecuente entre el cuerpo físico denso y el astral (emocional-mental) transm itiendo la conciencia do los contactos sensoriales físicos a través del cerebro eté rico al cuerpo astral y transm itiendo también la concien cia de los niveles astrales y elevados al cerebro y al sis tema nervioso. Lo etérico es la energía integradora que coordina las moléculas físicas, las células, etcétera y los mantiene unidos en un organism o definido. De acuerdo con la tra dición mística, si no fuera por la presencia del Prana, no habría cuerpo físico como un todo integral; sin la envol tura etérica el cuerpo no sería nada más que una colec ción de células independientes. En el plano físico la ener gía etérica constituye a todos los m inerales y es el agente controlador en todos los cambios quimicofisiológicos del protoplasma, que llevan a la diferenciación y la construc ción de los diversos tejidos de los cuerpos en plantas, anim ales y hombres. La m ezcla de lo astral (la sustancia de lo em ocional-m ental sobre lo etérico) con lo etérico crea m ateria nerviosa, que es fundam entalm ente la cé lula y que da la facultad de sentir placer y dolor. La célula se convierte en fibras, como resultado del pensa miento, estando com puestas las pulsaciones etéricas a lo largo de las fibras de energía física, emocional y mental.
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De acuerdo con este modelo, prim eram ente aparece un centro en el cuerpo astral, que tiene la función de recibir y responder a las vibraciones del exterior. D esde este cen tro, las vibraciones pasan al cuerpo etérico, causando allí vórtices etérico» que atraen partículas físicas densas; éstas finalm ente formarán una célula nerviosa y grupos de células que, recibiendo vibraciones del mundo físico exterior, las transm iten nuevam ente a ios centros astra les, interactuando y reaccionando entre sí los centros fí sico y astral, que en consecuencia se hace más compli cado y más efectivo. Con estas células nerviosas prime ram ente se forma el sistem a nervioso simpático, por im pulsos, que como se ha descrito, se originan en el nivel astral; más tarde se forma el sistem a cerebro-espinal por impulsos originados en el mundo m ental. De estos cen tros se forman los centros sensoriales del cerebro, cinco de ellos conectados con los ojos, oídos, lengua, nariz y piel, y cinco que llevan las vibraciones de la conciencia al mundo exterior. La energía etérica, o Prana como se le llam a algunas veces, que corre a lo largo de los nervios, se cree que es separada y distinta de lo que llamamos m agnetism o per sonal o fluido nervioso, que se genera dentro del cuerpo. El fluido nervioso o m agnetism o conserva la materia eté rica circulando a lo largo de los nervios, del mismo modo que la sangre circula por las venas. Y al igual que la sangre lleva el oxígeno al cuerpo, así el fluido nervioso lleva Prana o energía etérica. La descripción anterior sobre el modo en el cual fun ciona la energía etérica en el cuerpo humano servirá a su vez en el siguiente capítulo cuando discutam os cómo la pirámide parece influir en los sistem as de energía en el cuerpo, que llevan al desarrollo síquico a estados elevados de conciencia. También será valiosa cuando consideremos los procesos de curaciones y cómo las fuerzas generadas o amplificadas por las pirámides tienden a acelerar este proceso. El modelo místico será usado porque en este punto de nuestro entendim iento es el que mejor explica la
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aparente interacción entre las fuerzas de las pirámides y el sistem a humano. En años recientes el modelo místico del sistem a humano -tratado principalmente en las filoso fías sicológicas y fisiológicas orientales- y el modelo científico se han aproximado bastante. M ientras que el len guaje es hasta cierto punto diferente, los principios parecen seguir sendas convergentes. Esto se debe parcial mente, por lo menos, al perfeccionamiento de aparatos sensibles de detección que nos permiten explorar dimensiones del hombre y de su universo que hasta hoy habían estado fuera del alcance de los exám enes científicos tradidónales. Creemos que la pirámide, como instrum ento que genera o amplifica estos sutiles campos, hará una contri bución a estas exploraciones. Estos campos vitales de energía en el hombre y su uni verso se describen en un reciente ensayo, L o s c a m p o s de energía d el h o m b re del doctor John Pierrakos, un siquiatra de Nueva York. Él afirma que estos m ovimientos pulsan tes interiores, “son la suma total de los procesos de la vida: todas las energías del metabolismo de vida dentro del cuerpo. E sta sum a total de energías dentro del cuerpo también fluyen fuera de su cuerpo, del mismo modo que una onda de calor se desprende de un objeto de m etal incandescente. Crean un campo de energía hecho de li neas de fuerza en la periferia de su organismo. El cuerpo del hombre vive dentro de este cuerpo de energía que se extiende varios m etros en la vecindad inm ediata y que en ocasiones puede verse extendiéndose hasta varias doce nas de metros alrededor del mismo". Más tarde en el mismo ensayo el doctor Pierrakos afirma: “este fenómeno constituye un campo de energía o aura, que en efecto es una reflexión de todas las energías de los procesos vitales... el aura o campo de energía es una luz que em ana de las energías del cuerpo... el fenó meno de los campos pertenece, además, a otra dimensión. May fenómenos energéticos que trascienden las realida des físicas de la materia y que, aun cuando están ligadas n la estructura y m ateria del cuerpo, tienen sus propias
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leyes de movimientos pulsatorios y vibraciones que toda vía no se comprenden bien”. La naturaleza del aura o energía etérica tiene una larga historia de descripciones de los místicos. Durante el siglo pasado, sin embargo, el barón van Reichenbaeh hizo un estudio detallado del campo de energía de los crista les, anim ales y plantas. Es este siglo el doctor W. J. Kilner investigó el campo de energía humana m ediante el uso de pantallas de colores; el Dr Wilhelm Reich demos tró la existencia del esquivo campo de fuerza por medio de su amplificación en una caja de seis lados que él lla maba “oraccu”; Los doctores II. S. Burr y F. S. C. North rop discutieron las energías vitales como la fuerza cohesiva entre los intercam bios químicos complejos y los procesos biológicos; el doctor Pierrakos utilizó vidrio de colores para hacer visible el aura; la técnica m ás reciente es la de la fotografía de alta frecuencia. Así han existido diversos esfuerzos para detectar y ex plicar estos sutiles campos de energía, ya sea que los llamemos auras, energías etéricas o fuerzas vitales, prana, bioplasma o lo que sea. Con la pirámide nosotros tenem os otra oportunidad de explorar este campo de fuerza. Ya que la aventura está a disposición de cualquier persona interesada -y nos ha sorprendido la rapidez con que se ha difundido este in terés- la investigación no se limita solam ente a un puñado de investigadores científi cos, y nuestros conocimientos pueden ser obtenidos en laboratorios, sótanos, talleres caseros y en cualquier parte. Uno de los aspectos más excitantes en este viaje es que los experim entos pueden realizarse al capricho de cualquier persona, desde el investigador profesional que mide cambios dim inutos un millar de veces, hasta el filó sofo de salón que prefiere sentarse en su pirámide y ano tar en su diario las visiones que tenga. Todos los caprichos e idiosincrasias deberán tenerse en cuenta: hace 500 años un sabio chino se sentó bajo un durazno, contempló la luna y nos informó sobre su peso, densidad y distancia que la separa de la Tierra.
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Ha sido necesario durante este capítulo explorar los diferentes niveles de energía. Es de esperarse que estas investigaciones nos ayuden a comprender mejor lo que pueda suceder en el espacio piramidal. Es im perativo que todos continuem os pensando en términos de “puede estar ocurriendo” ya que pasará algún tiempo antes de que podamos decir “esto es lo que está ocurriendo”. Con este método, mantenem os abiertas las puertas a todos los co nocimientos posibles. Xo debemos sacar conclusiones so lam ente porque varios respetables clarividentes están de acuerdo en cuanto a sus observaciones o porque un par de científicos obtienen en sus computadoras lecturas sim ila res. Si nos apresuram os a basarnos en estos hechos, tal Vez podamos sacrificar las verdades mayores por las me nores. La división de la sustancia de lo físico y denso a lo espiritual nos proporciona un modo de observar los fenó menos piramidales. Xo hay razones para creer que los campos de las pirá mides participan en la realización de los talentos superio res. En tanto que esto puede ser totalm ente para el bien y el beneficio tanto de los individuos como para la raza humana, se deben considerar algunas cosas antes de lan zarse a recorrer esta excitante ruta. E sto es fundamen talm ente cierto cuando se piensa que cobren fuerza los poderes síquicos. La explotación de los poderes síquicos en sí es una tarea que debe evitarse de acuerdo con la opinión de los más grandes m aestros del mundo, pero si se toma cualquier revista sobre ocultismo se encontrarán docenas de maestros autodidactas que ofrecen abrir los secretos de los poderes ocultos, ya sea mediante una colección de sus libros, cursos por correspondencia, cintas grabadas, cla ses, sesiones de grupo en el bosque y cosas por el estilo. No hay nada malo en estas revistas, las leemos y aun escribimos en algunas de ellas. Suelen contener excelente material. Xo hay nada malo en lo oculto o, al m enos en una parte de ello. La palabra se refiere a lo que está escondido, lo esotérico. Lo oculto nació del método místico
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del conocimiento en el cual la información proporcionada no era accesible excepto a los iniciados. Lo oculto tuvo muchos seguidores que lo han usado para propósitos egoístas. Pero también lo ha usado la ciencia, los negocios, la medicina y la política. Algunos de estos m aestros del ocultism o tienen infor mación valiosa que proporcionar a sus estudiantes, rela tiva a la propia conciencia, la ampliación de los horizontes y e! perfeccionamiento. Algunos de ellos realm ente tienen poco que ofrecer, están fuera de la realidad, o tienen pocos poderes discriminatorios y dejan a sus seguidores un poco peor de lo que estaban antes-incluyendo su estado finan ciero- y todo ello no los coloca aparte de otro grupo profe sional -m édicos, siquiatras, corredores de valores, mecá nicos- que tienen también gente buena y gente mala. ¿Entonces, qué hay de malo? Tomo como ejemplo: si usted fuera a visitar algunos lugares de la India estaría rodeado por personas que se presentan a sí mismas como yoguis que le ofrecen enseñarle algunos trucos mágicos. Ellos no lo llaman de ese modo sino que se refieren a sus ofrecimientos como “control del cuerpo y la mente”, ^ utocontrol”, o algo similar y aun llegan a demostrar los talen tos físicos que aseguran podrán compartir si se siguen sus indicaciones durante algún tiempo. Pero supongamos que va a la India ya estando en posesión de cierta autopercepeión y que trata de obtener un poco más. Inm ediatam ente se daría cuenta cuando aquellos se le aproximaran que no son los m aestros que busca. Además, sabría que si le ofre cen ilustración puede estar seguro de que no se lu darán, y aún más, sabría que seria muy difícil de encontrar al maestro en cuya búsqueda usted viaja y. todavía más difícil de reclutar, y que una vez que esto pudiera lograrse tampoco le prometería nada. ¿Cuál es la diferencia entre los dos tipos de maestros? ¿Es el mejor el que trata de presentar obstáculos para entablar la comunicación? Xo, los dos m aestros son polos opuestos. Uno, en tanto que podría tener cierto grado de habilidad síquica y tal vez hasta pueda enseñarla, no es un
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ser elevado en un sentido real; no busca el desenvolvi miento del ser humano superior, la expansión del poten cial humano; es un vendedor que busca supervivencia, fortuna y fam a y su mercancía son simples trucos síqui cos. El otro m aestro, por otra parte, busca la elevación de la raza humana. No se interesa en el dinero, la fama y el poder. Lo aceptará a usted como estudiante solam ente porque él descubrirá dentro de usted el potencial para mejorar la causa de la ilustración, A él no le interesa que usted sea una persona en posición de dar a conocer su nombre, y de hecho si usted tiene la intención de hacer esto, él sabría que usted no tiene la suficiente madurez como para beneficiarse con sus enseñanzas. Una vez aceptado como estudiante, usted tendría que pasar años de adiestram iento y en ninguna ocasión durante este tiempo el m aestro le habrá enseñado directam ente nada con respecto al perfeccionamiento de los poderes síqui cos. Pero de modo sorprendente, cuando usted lo deje para salir nuevam ente al mundo, estará en posesión de consi derables poderes síquicos, y aún así, usted no demostrará esos poderes ante el público ni buscará enseñarlos a otras personas en cuanto a su valor intrínseco. Usted los usará, por supuesto, en diversas formas, pero jam ás los exhibirá como fenómenos aislados. Todos los grandes m aestros han acostumbrado hablar del descubrimiento de lo interior, del ser superior, para elevar la conciencia y encontrar la herencia espiritual de nosotros mismos. Sin embargo, es imposible encontrar en sus palabras o en sus escritos instrucciones precisas para el perfeccionamiento de las habilidades síquicas. No sa bemos si los constructores de la Gran Pirámide tuvieron en mente dar señales de los poderes síquicos cuando em prendieron su colosal tarea. Sí ellos fueron los seres supe riores que parecen ser, sus propósitos serían bastante más elevados que eso. ¿Son entonces inalcanzables los poderes síquicos? No. Son deseables, esperan ser cultivados y protegidos, pero los sabios saben y sabían que el ser humano está cons
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truido de tal modo que es esencial que sus m iras estén puestas invariablem ente en el objetivo ya se le llam e el sam adhi, la Perfección o la Ilustración. Y el ser humano trata de usar talentos adicionales obtenidos en algún momento de sus estudios antes de que logren controlar su ego, sus deseos, su cuerpo, emociones y m ente, y que haya ganado la visión espiritual que ilum ine su criterio, no obtendrá la m adurez ni el juicio para usar este talento con prudencia. En este capítulo no intentam os dar un sermón sobre las virtudes pero es im portante para que el lector tenga al guna información que pueda tener un efecto, profundo sobre su vida. Sería irresponsabilidad de nuestra parte ofrecer un método que ha demostrado ser exitoso en la ampliación y funcionam iento humano y después evitar lo que nos parece im perativo como instrucción. Algo ocurre dentro de la pirámide. Tenem os razones para creer -por experiencias personales, cartas, llam adas telefónicas, co nocimiento de los descubrim ientos de otros investigado res- que los extraños campos dentro de las pirámides bien pudieran generar habilidades síquicas. Una tarde, estando sentada dentro de mi pirámide mi mente repetía constantemente la imagen del camión de reparto del Uni ted Parcel Service. Cansado de estas imágenes dejé la pirámide para volver a la sala de mi casa. ,V o bien hube tornado usiento cuando sonó el timbre de la puerta y cuando la abrí me sorprendí al ver ante mi casa un camión de la United Parcel Service. El encargado de las entregas deseaba dejar conmigo un paquete destinado a mi vecino que en ese momento no estaba en casa. En realidad yo estaba, sentada en mi pirámide y ni siquiera meditaba ruando repentinamente dejé de estar en m i cuerj/o. De algún modo me encontraba afuera y podio desde allá contemplar mi propio cuerpo dentro de la pirámide. Mi amigo y yo tratamos de enviamos mutuamente mensajes mentales durante más de un año pero tuvimos poco éxito. Pero hace algunas semanas ambos construimos pirámides y tratamos
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Jt lograr comunicación telepática mientras permanecíamos de n tro. Ahora ya empezamos a obtener mejores resollado» y parece que lo tendencia se acentúa. E stas experiencias no son para asustarse, ni tampoco deberán necesariam ente evitarse. Pueden valer la pena, pero cualquier nueva habilidad, siendo privilegiada, im plica una trem enda responsabilidad. Hay un viejo dicho: ‘‘por cada paso que se da hacia los logros síquicos, se deben dar diez pasos hacia el perfeccionamiento espiri tual". ‘‘Igual arriba que abajo, igual abajo que arriba". Es otro aforismo antiguo y todos estam os fam iliarizados con casos en que un nuevo don o talento ejercido sin que haya una compensación en el autocontrol y el juicio ha produ cido resultados fatales. No colocaríamos un revólver cargado en las manos de un niño. Un cuchillo puede salvar vidas en las manos de un hábil cirujano, pero las destruye en manos de un ase sino. No podemos dar las llaves de nuestro automóvil a quien no sepa conducir, y se supone que el karate no debe enseñarse a las personas de carácter violento. Las habili dades síquicas ofrecen mucho a aquellos preparados para usarlas en beneficio de ellos y de otros. Pero no bastan las buenas intenciones. E stas propiedades deberán usarse adecuadam ente. Un cocinero bien intencionado pero sin experiencia, después de todo, puede producirnos una into xicación digestiva. ¿Qué haremos con respecto a los experim entos en las pirámides? Continuarlos. No hay modo de discontinuar un nuevo conocimiento, y tampoco es necesario que lo hagamos. Los beneficios de los viajes por aire superan en mucho sus riesgos. Si nuestra tim idez pudiera imponerse, no progresaríamos en ningún sentido. Pero la investigación piramidal no es un simple juego para divertirse. Nos en frentamos a una fuerza real. Parece prometernos un be neficio considerable en diversos niveles y en diferentes frentes. Sin embargo ese don no puede aceptarse sin
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aceptar al mismo tiempo las exigencias que este nuevo conocimiento nos hace como seres vivos responsables. Una vez que la pirámide nos haga llegar al interior de nosotros mismos debemos exam inar nuestros motivos, nuestra estabilidad, nuestro deseo de perfeccionarnos. Xo comparamos la fuerza de las pirámides con la fusión nuclear, sino que la ilustración eneaja bastante bien cuando señalam os el hecho de que inventam os la bomba atómica antes de que hayam os encontrado una herm an dad con todo lo viviente y la lección es clara. Cuando usted vio el titulo de este capítulo en el conte nido tal vez pensó: “maravilloso, obtendré información acer ca de cómo mover objetos físicos teniendo las manos en los bolsillos". Y al contrario, ha recibido un sermón. Bueno, el oráculo deifico decía: “hombre, conócete a ti mismo”, y cuando Paul Brunton permaneció una noche dentro de la gran pirámide, su mentor espiritual le dijo que el verda dero conocimiento de la pirámide estaba dentro de él mismo. La conciencia de uno mismo, un mayor nivel de percepción, es el juego que podemos jugar, pero habrá que hacerlo siguiendo las reglas si tenem os la intención de ganarlo. Tenemos una amiga que oyó hablar acerca de un con juro particularm ente efectivo para m aterializar necesi dades físicas. Rila necesitaba diez mil dólares por lo que se concentró en esa sum a m ientras recitaba el conjuro. Al poco tiempo recibió exactam em te aquella suma de dinero ni más ni menos. Era la cantidad que le correspondía por el seguro de vida de su padre, quien acababa de morir. Ella tenia la necesidad y la herram ienta para satisfacerla, pero no los poderes de discriminación que le hubieran permitido llegar a alcanzar en forma prudente lo que era su objetivo. ¿Y qué sucederá si la pirámide le otorga a la fuerza poderes síquicos? No, eso no ocurrirá nunca. No es el modo en que funciona la ley de la atracción. Usted atrae hacia sí lo que desea consciente e inconscientem ente. Usted será responsable, no otra persona o cosa. Los
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m aestros más grandes del mundo nos han dicho que no sotros creamos nuestro universo. La Pirámide está allí, es un don. Sus secretos nos han llegado lentam ente a través de los siglos, esperando tal vez a los que sean dignos de conocerlos. Ella no puede hacer más; el resto nos corresponde a nosotros.
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“Había pasado la noche en una ciudad tranquila, con algunos am igos, leyendo y discutiendo poesía y filosofía. Disfrutam os de Wordsworth, Shelley, Browning y espe cialm ente de Whitman. Partimos a medianoche. Tenía que recorrer un largo camino para llegar a mi aloja miento. Mi m ente viajó a la influencia de ideas, im ágenes y em ociones provocadas por la lectura y la conversación. Estaba en un estado m ental de lo más apacible, disfruté, sin pensar en realidad sino dejando que las ideas, im áge nes y emociones fluyeran con libertad y se extendieran por mi mente. De pronto, sin advertencia de ninguna es pecie me vi envuelto en una nube de colores; durante algún momento pensé en el fuego, en alguna inmensa conflagración en las cercanías de la gran ciudad. Pero un instante después, me di cuenta de que el fuego estaba dentro do mí”, El pasaje anterior se ha convertido en un clásico de la descripción del poco comprendido fenómeno de la realiza64
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ción del hombre de los estados superiores del ser. Está tomado del Cosjnic Consciousnvxft escrito por el doctor R. M. Bucke, en el cual describe sus experiencias del des pertar a la conciencia, o lo que en ocasiones se llam a el surgim iento del kundalini, el fuego de la serpiente. “Todavía nos esperan muchas investigaciones intere santes acerca del kundalini, la energía síquica o espiri tual que se dice está en todo cuerpo humano en la base de la espina dorsal y que puede, en ciertas circunstan cias. despertarse para irrigar e irradiar la conciencia m ientras asciende por la espina hacia el cerebro”, afirmó el doctor Karan Singh, m inistro de Salud Pública y Planeación Fam iliar de la India, durante su discurso inau gural en el “Sem inario de Yoga, Ciencia y Hombre”, que tuvo lugar en Nueva Delhi el 14 de marzo de 1975. Una imagen egipcia interesante es la serpiente con la cola en la boca, simbolizando el infinito, la continuidad interminable de la vida. En la historia bíblica de Adán y Eva en el Jardín del Edén, la serpiente ofrece la fruta del árbol del conocimiento; al comer la fruta. Adán y Eva adquieren conciencia y por lo tanto se separan de los otros animales; ya no forman parte de la m ente colectiva y deben pagar el tributo por la conciencia individuali zada. Son responsables de sus actos. Pero, de acuerdo con los m isterios egipcios, pueden encontrar nuevam ente el camino de regreso al paraíso y a la unidad con la omnipo tencia a través de la ilustración. La serpiente fue res ponsable de su exilio y también será responsable de su retorno... la serpiente con la cola en la boca. La serpiente es una vez más el símbolo de la iluminación cuando con sideramos el fenómeno con el kundalini. Supuestam ente la iluminación no es posible sin experim entar el surgi miento del kundalini. Si la pirámide contribuye a este perfeccionamiento que se estudiará en este capítulo-, los egipcios nos han dado no solo el símbolo de esta ocurrencia sino también un instrum ento para su logro. Tal vez el autor más leído sobre la experiencia del kun(UUini sea Gopi Krishna. quien, después de dem ostrar el
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estado de conciencia, ha señalado su crecim iento para beneficio de la ciencia y propone que se investigue cientí ficam ente a fondo. Ha atraído la atención de varios em i nentes científicos occidentales que actualm ente planean investigaciones para exam inar el fenómeno kundalini. Hablando de Gopi Krishna, D. K. Vyas escribió en la edición del 21 de marzo de 1975 de Mindustan Timen: “El señor Gopi Krishna, un yogui de Cachemira, cree que el despertar del kundalini (el poder divino que descansa en el vientre y en la base de la espina dorsal bajo la forma de una serpiente enroscada) por medio del yoga y de otras disciplinas adecuadas produce una esencia bio química científicam ente medible que es responsable del fenómeno del genio así como del proceso de la evolución del hombre”. Él dice: ‘esta evolución se encam ina hacia un estado trascendental de conciencia que ha caracterizado a Buda, Cristo, Vyassa, Shankaracharys y todas las grandes lu minarias de la humanidad. Trato de dem ostrar mediante la investigación empírica que esta condición de conciencia es el objetivo final de la evolución hum ana”. Si el objetivo es este elevado nivel descrito por Gopi Krishna, la experiencia aparentem ente va acompañada por el sentido elevado de flujo de energía dentro del cuerpo. E sta discusión es traída a colación aquí porque muchas personas dicen experim entar estas sensaciones m ientras meditan dentro de las pirámides. No queremos decir que estas experiencias sean un preludio al surgi m iento del kundalini, pero hay ciertas sim ilitudes y si por casualidad esto fuera lo que ocurre, se necesitaría un mayor entendim iento. Las personas interesadas en las pirámides también en su mayor parte se interesan por el desenvolvim iento, tra tan de alcanzar nuevos horizontes. Debido a que son per sonas que han emprendido un viaje, muchas pueden ya estar participando en actividades de perfeccionamiento, como la meditación, el yoga, el Tai Chi, y otras por el estilo. Si esos esfuerzos les han sido benéficos, enfocan sus
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energías de tal modo que estén dirigidas a producir esta dos trascendentales. El uso de una pirámide puede con tribuir a este objetivo. Por otra parte, han ocurrido nue vas experiencias, la pirámide puede ser siempre un sitio que despierte la conciencia. En cualquier caso, surgen las preguntas acerca de la naturaleza del fenómeno y cree mos que es necesario discutir la experiencia del kundalini. Ya sea que coincida o no con la experiencia piramidal, el lector necesitará determinarlo por sí mismo. Nosotros creemos, sin embargo, que existe una correspondencia a la cual haremos referencia más adelante. Antes de describir la naturaleza de la energía kundalini y su relación con los estados elevados de conciencia y funcionamiento, debemos discutir brevem ente los siste mas sicofisiológicos hum anos, tal como los considera el yoga, la escuela que hasta ahora nos ofrece la mejor in formación sobre el kundalini. De acuerdo con las tradiciones yoga; el hombre pasa a través de tres principales niveles de funcionamiento: fí sico, síquico y noético. En el nivel físico, la vida se expresa a través de los sentidos; en el nivel síquico a través de una dimensión bioeléctrica conocida como los centros o cha* kras; y cuando las corrientes de la vida alcanzan la me seta noética de la expresión, la energía se balancea en los centros com pletam ente activados y fluye a lo largo de un canal intermedio, poniendo al individuo despierto a tono con las fuerzas universales. El sistem a yoga concibe que en el hombre común los sentidos, órganos y dem ás están activados por la energía vital, que se controla y dirige mediante las glándulas en docrinas: suprarrenales, tiroides, pituitaria, etcétera. Cuando se ha alcanzado un desarrollo .suficiente en el nivel físico, el hombre está listo para el siguiente paso evolutivo, el síquico. En este segundo cruce (siendo el primero el desarrollo del cerebro exterior y la conciencia de sí mismo el cuerpo físico y su sistem a endocrino activan nuevos centros de energía, las chakras, la energía vital, el P rava, surgen en
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tonces tanto a través del cuerpo físico como de la envol tura síquica con sus siete centros tradicionales de res puesta. El concepto tibetano de cómo la energía universal o conciencia evoluciona a través de la naturaleza deberá ayudarnos a ilustrar cómo estas fuerzas trabajan para llevar al hombre a través de una serie de pasos que condu cen al samadhi o iluminación. De acuerdo con este modelo, las sustancias m inerales están constituidas de materia física y con una ligera expansión de materia etérica; las plantas constan de m ateria física, etérica y una ligera expansión de lo emocional (esto recuerda los experim en tos de Backster para registrar la respuesta emocional de las plantas). Los anim ales constan de m ateria física, eté rica, emocional y una ligera expansión de lo mental; y los seres humanos están construidos con materia física, eté rica, emocional, mental y una ligera expansión de materia espiritual en este punto de su evolución. Dentro de los conceptos sicofisiológicos del yoga, el hombre esta compuesto de siete cuerpos, cada uno puesto sobre los otros en este orden: físico, etérico, astral o em o cional o de los deseos, manas inferiores o m entales infe riores, llamados algunas veces m ente racional; m anas su periores o m ente intuitiva; alma y atman o espíritu puro. Integrados dentro de los com ponentes visibles e invisibles del hombre y creando el puente de la naturaleza física a la espiritual están las siete ckakras m encionadas anterior m ente. Esto está situado dentro de los cuerpos etéricos m ás elevados más bien que en los físicos. E sta es la di mensión del cuerpo que está siendo investigada por la medicina bioeléctrica occidental. Las ckakras no son visi bles para la vista ordinaria pero pueden ser vistas por los clarividentes y asem ejan ruedas que giran por lo que re ciben precisam ente el nombre de ckakras. Las ubicadas en la vecindad de sus contrapartes endocrinas, y dado que el sistem a endocrino controla en gran medida las actividades del cuerpo físico, así las chakraa determ inan las actividades del cuerpo síquico. Lasc/mfcras están ubi
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cadas en la vecindad de la espina, de los órganos repro ductores, plexo solar, corazón, garganta, pituitaria y glándula pineal. En el despertar síquico, la energía se activa en las chakras y el hombre adquiere conciencia de si mismo y de su mundo en modos distintos de lo que lo hacía antes del despertar. E stá consciente de dim ensiones de la vida que estaban más allá del alcance de la detección de sus senti dos físicos. Más que de los efectos, se vuelve consciente de sus causas; m ás que ver solam ente “cosas'", adquiere sen sibilidad de los campos de energía y reconoce la unidad de la vida. Aunque tal vez no pueda describirlo bien, aludirá a estados más elevados de conciencia; y posiblem ente ma nifieste algunos poderes paranormales. Esto últim o no deberá confundirse, sin embargo, con niveles inferiores de energías de experiencias síquicas que el hombre comparte en común con otros anim ales y que, en ocasiones, son llamados siquismo negativo y que es un producto del cere bro inferior. Hay alguna evidencia para respaldar la creencia de que un creciente número de personas experim enta este nivel de despertar. También se cree que los esfuerzos legítim os para alcanzar estados elevados de conciencia, a través de la meditación, biorretroalimentación, etcétera, así como los beneficios para aum entar la sensibilidad síquica, ace lerarán esta experiencia. Con un creciente número de personas em peñadas en el uso de pirámides para meditar -y muchos de estos practicantes informando niveles ele vados de conciencia y sensibilidad, incluyendo conciencia visual y sensorial- nos forzamos a preguntarnos qué in fluencia puede tener la pirámide en estas experiencias. Une*' seis semanas construí una pirámide de dos metros de (tltitím, en un m u rta vacío. La. he usado para nieditar das veces al día. Poco después de iniciar este programa, empecé a ver auras alrededor dé la gente. Pensé que era mi imaginación pero después tu.ve oportunidad de comparar lo que x'cia con lo que describía una mujer que ha leído las auras durante muchos uiios. Mi ver sión era casi idéntica n la de cita...
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De acuerdo con el yoga, en el hombre son siete las ckakras o centros de energía
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Esta nota de un estudiante graduado en Trabajo Social de la Universidad de K ansas es representativa de las muchas cartas que hemos recibido sobre este asunto. Como mencionamos anteriorm ente, la pirámide puede contribuir poco a estas experiencias. Puede ser coinci dencia o puede ser que el sentarse dentro de la pirámide estim ule cierto estado mental... Sin embargo, es difícil ignorar lo que tantas veces se nos ha informado: que esas experiencias no se presentaron antes del uso de la pi rámide. Y cuando pensam os que todo es alguna forma de energía, no es difícil visualizar que las fuerzas descono cidas o reforzadas dentro de la pirámide pudieran tener un efecto sobre el flujo de energía dentro del cuerpo hu mano. Las ckakras o vórtices de energía se activan por medio de la energía que fluye hacia arriba por los canales de la espina. El yoga llam a a estos canales las corrientes ida (negativa) y Píngala (positiva). Si el flujo de energía a través de estos canales no está equilibrado, pueden sur gir problemas -incluyendo aberraciones m entales, en fermedades, perversión de los impulsos, de los talentos, las habilidades, etcétera- y en su forma más leve de mo vim iento errático, puede sobrevenir una fatiga inusitada. El flujo irregular puede ser causado por represiones que desvían pensam ientos y acciones negativos, afición a las drogas y al alcohol, dietas erróneas para este nivel de evolución, técnicas equivocadas para la manifestación del talento síquico, y ejercicios complejos de respiración para los cuales no está preparada la persona. Este tema se tratará más a fondo en capítulos posteriores, pero de bemos señalar aquí que en ocasiones la gente nos dice que ha experim entado sensaciones desagradables dentro de las pirámides. Si el campo de fuerza dentro de la pi rámide activa el flujo de energía del individuo, puede sentirse incomodidad si el sistem a no está equilibrado. Sé de un caso que tendería a confirmar esto. Un alumno de los años superiores de la escuela secundaria, hijo de mis vecinos, se interesó en el yoga y poco después construyó
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e l p o d e r síq u ic o d e l a s p ir á m id e s
una pirámide para m editar. Una sem ana más tarde de que em pezó a usarla, me visitó. Me dijo que deseaba con tinuar la meditación dentro de la pirámide, pero que cada vez que lo intentaba se ponía en un estado tan tremendo de tensión que Je era imposible meditar. Después de al guna discusión, sacam os en claro que él forzaba su cuerpo en posturas del H ata Yoga que producen mucha tensión y para las cuales no estaba preparado; además, intentaba al mismo tiempo algunos complicados ejerci cios de respiración que encontró en un libro y para los cuales tampoco estaba preparado. Le aconsejam os des cansar durante una sem ana sin intentar ninguna pos tura o ejercicios de respiración y después continuar con los más sim ples y sin pasarse de la raya. Un mes después me dijo que se sentía más descansado dentro de su pirá mide y podía meditar mejor dentro que afuera. Otro joven aspirante a los estados trascendentales se fijó una dieta extrem adam ente rígida sin buscar consejo médico y experim entó dolores de cabeza y náuseas m ientras es taba dentro de la pirámide. El sistem a no pudo resistir el campo intensificado, según parece, pero al mejorar sus hábitos de alimentación se produjeron los resultados de seados sin incomodidad física. Una vez que ha sucedido el despertar síquico, esta pre parado el camino para cruzar el tercer umbral. Acerca de esto Gopi Krishna afirma en The Awakenitig ofthe RundaUn i: “... el poder que encontram os detrás del extraordina rio desem peño de los genios espirituales y la fuerza que hay dentro de los fenómenos síquicos son ambos el flujo de un m anantial de energía inteligente, presente en el orga nismo humano... La energía vital del cuerpo converge hasta esta transform ación**. Y en Higher Consciousnese Krishna explica: “Aquellos que llegaron al estado de conciencia trashum ana invariablem ente mostraron evidencias irrefutables de rasgos de carácter y de conducta. Las biografías de todos los bien conocidos m ísticos, videntes y profetas son testim onio de este hecho. Este es el objetivo del proceso
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evolutivo de todos nosotros, toda la raza hum ana está evolucionando hacia el estado que asociam os con lo celes tial y lo divino. No ha habido ni puede haber concesio nes y privilegios especiales en un sistem a de creación arraigado en las leyes. Somos todos parte de un proceso evolutivo”. De acuerdo con nuestro modelo, la actividad aumentada en las chakras, aum entando con la intensa vitalización de la pituitaria, toma la “chispa divina” de la energía universal y atrae la energía durm iente «le la base de la espina. Como una lu z segadora, un estallido de energía radiante, o la conciencia de un gran fuego interior des crito por el doctor Bucke, el kurtdalini se extiende por todo el cuerpo, haciendo girar las chainas a gran veloci dad o iluminando la mente. Algunos escritores lo llaman el “fuego de la serpiente” porque los m ísticos han des crito la energía como una gran serpiente enroscada dos y media veces, que duerme en la base de la espina o chakra “rnulahara”. Cuando se activa, ataca rápidamente y con gran fuerza. Se cree que este poder, que los pintores del Renacim iento representaban como un halo alrederor de la cabeza de los santos, irradia en el séptimo centro o pineal. En referencia a una pintura del conocido artista arme nio Mihran K. Serailian, Manly Palmer Hall, en un breve ensayo sobre la apertura del Tercer Ojo afirmó: “Esta pintura de la cabeza de M inerva m uestra, en parte, las actividades de la glándula pineal y del cuerpo pituitario en el momento en «jue ocurre el fenómeno comúnmente llamado la apertura del Tercer Ojo. El fuego del kunda lini se puede ver surgiendo hacia arriba a través de la columna vertebral hacia el centro de la medula, obton gada. La luz dorada que irradia «lo la parte del cerebro en la parte trasera, gradualm ente aum enta en tamaño e in tensidad hasta que forma el nimbo o balo del santo. El cuerpo pituitario se m uestra aquí rodeado por un elíptica color rosado. La glándula pineal -el Tercer Ojo de los m isterios- se m uestra aquí de color azul y rodeada por
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un aura del mismo color. En realidad, sin embargo, esta aura incluye todos los colores del espectro, pero definiti vam ente predomina el azul. El diminuto dedo vibrador de la glándula pineal señala directam ente hacia el cuerpo pituitario. Este dedo, vibrando a una velocidad muy elevada, es la verdadera causa de la iluminación espiritual”. Cuando surge el kundalini, “sigue el camino recto y estrecho”, el canal central que descansa entre la Ida y Píngala. En el yoga esto se llam aSuskum na. De acuerdo con autoridades informadas pero contrariam ente a cier tas publicaciones populares recientes sobre el tem a, du rante el despertar síquico solam ente se activan los cinco centros inferiores, los que descansan entre la base de la espina y la glándula pineal. E ste despertar lo conocían las escuelas del M isterio Egipcio como el Ciclo Lunar. El Tercer Cruce, el despertar noétieo, era conocido como el Paso del Ciclo Solar o el Pasaje del Dios Sol. Con el des pertar noétieo se vivifican todos los siete centros. En una de las lecciones dadas a sus estudiantes, Vitvan, un profundo maestro de hace veinticinco años, afir maba: “Se evitarían muchas confusiones si el estudiante de lo teleótico entendiera que la liberación de la corriente Ida-Píngala y el despertar de esas corrientes en los cen tros, simbolizado por el ‘viaje’ es el periodo purificador de la Senda de los Logros... después de com pletarse la ‘Jor nada de la Luna’, hablando sim bólicam ente, sigue lo que los griegos llamaban el buen aspecto a la función de la fuerza en todos los centros, y esta fase representa la cul minación del proceso de individualización representado simbólicamente como 'La Jornada del Sol’ ”. H asta donde podemos saber, el concepto de los siete centros en el hombre fueron enseñados sim ultáneam ente en la India y en Egipto. Para señalar las divisiones más antiguas de la rueda zodiacal y establecer su significado en el retrato simbólico del despertar de los centros o lo que en algunos escritos aparece como "La Apertura de los Sellos”, se debe enfocar la atención a los antiguos
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egipcios. Esto es im portante en nuestro estudio, ya que arroja alguna luz sobre lo que los egipcios sabían y que por lo tanto incorporaron en la Gran Pirámide, su estruc tura m ás grandiosa. Aun la forma de la pirámide parece representar la na turaleza séptuple del hombre. La base cuadrada puede verse como los cuatro principios más vastos del hombre, sus maguía físico, etérico, astral e inferior o mente. E stas son las divisiones que, de acuerdo con las enseñanzas, son m ortales y se desintegran con la muerte. Son de la Tierra y la base de las pirámides y descansan sólida m ente en ellas. Los lados triangulares pueden verse como la Trinidad» los tres principios superiores del hom bre, los manas superiores o m ente, alma y espíritu, que son inm ortales y que dejan el cuerpo después de la muerte. Simbólicos del ser y destino del hombre, éste construye primero la base -debe experim entar y conquis tar el reino terrestre-, después construye los lados -cobra fuerza su naturaleza espiritual- y finalm ente alcanza el ápice, cuando su naturaleza converge hacia su unidad con Dios, ya que la pirámide no está dividida sino que es un solo punto. Es interesante señalar que la sola proyección de un cuadrado hasta un solo punto, forma una pirámide, del mismo modo que la única trascendencia de la natura leza cuádruple del hombre hacia la unidad con Dios es por medio del triángulo, los tres principios m ás elevados. Algunas personas nos han dicho que m ientras medita ban dentro de las pirámides han experimentado súbita m ente visiones m entales de cuadrados, triángulos y cír culos. Algunas veces éstos fluyen hacia adentro y hacia afuera, crean patrones, se desvanecen y vuelven nueva m ente con más intensidad que nunca. Una persona dijo que las figuras geom étricas danzaban ante sus ojos y que él podía verlas aun después de abrirlos. Probablemente uno de los primeros símbolos usados por los egipcios fue el círculo dividido. Se cree que el cír culo era usado para sim bolizar todo el proceso cósmico así como un ciclo completo o circulo inscrito más pe
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queño. Quizá se trataba del ciclo de cada ser humano. “Al establecer su simbolismo de la Sabiduría”, Vitvan afirma en sus lecciones, “los egipcios dividían a su país en dos: Alto Egipto y Bajo Egipto o Mitad Norte y Mitad Sur. Actualm ente en nuestra comprensión e instrucción, la actividad total de la sustancia madre se califica como proceso cósmico. E sta división del circulo en dos por los egipcios tuvo una aplicación directa en cada vuelta en el proceso de la espiral, o de cada esfera (representado poi cada vuelta) en la multiplicidad de esferas que represen taban la totalidad de la Madre (la diosa egipcia Isis). Entre las m últiples aplicaciones que dieron los egipcios al círculo dividido, nos interesa principalmente una, la que aplicaban al individuo como un todo o como Proceso Individualizado!*. La parte sur del círculo representaba la localización de la conciencia de la naturaleza síquica (todo el Ciclo Lunar representa el periodo de ascenso o dirección del foeo de la conciencia que acompaña las fuer zas por fuera o encima de las naturaleza física). La mitad norte del circulo representaba la focalización de la con ciencia en el nivel M ental. La linea divisoria entre ambas era llamada ‘el H orizonte’ y la batalla final (el verdadero Armagedeón) siempre se lucha sobre esta línea. El término ‘Faraón’ en la simbologia egipcia represen taba al dios Sol (el aspecto individualizado «leí Ser). Lo que desconcertaba a los egiptólogos (al estudiar las tabletas de piedra, etcétera) era por qué, cuando un nuevo faraón se entronizaba su primer acto era encabezar a todos los ejércitos, proceder con ellos hasta la línea divisoria entre las regiones Norte y Sur de su país y escenificar una guerra simulada para reconquistar la mitad Sur. Esto sim plem ente retrataba en forma gráfica la necesidad del ‘conquistador’ (el «lio» Sol) para conservar la supremacía de la naturaleza síquica ya que el faraón tenía literal m ente que poner todo su reino bajo control, del mismo modo sim bólicamente la conquista del Ser Individuali zado debería m antener un control constante sobre su pro pia ‘Mitad Sur’, esto es, su propia naturaleza síquica.
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Otro punto que ha desconcertado a los egiptólogos es que en la historia de Horas y Osiris las partes de Osiris que buscaba Iiorus estaban enterradas en el 'Bajo Egipto’ pero cuando Horas las encuentra, una tras otra las lleva al Norte para unirlas; y así Osiris vuelve a vivir como un todo. Asi corno las partes del alm a de cada uno de nosotros están enterradas en la oscuridad de nuestra respectiva naturaleza síquica (envolturas de momias), así cada uno resucitará en la ‘Mitad N orte’ o Nivel de la M ente de su E sfera Ind ividu al i z ad a’'. M anny Palmer Hall, presidente de la Philosophical Re search Society de Los A ngeles, autoridad reconocida in ternacionalm ente sobre las antiguas escuelas de misterio, afirma en The Sccret. Teachlngs of All Ages: “A través de los pasadizos y cám aras místicas de la Gran Pirámide pasaron los iluminados de la antigüedad. Ellos cruzaron sus umbrales como hombres; salieron como dioses. Fue el lugar del 'segundo nacim iento’ el ‘seno de los M isterios’, y allí moraba la sabiduría como Dios vive en los corazones de los hombres... Los hombres modernos saben poco de estos ritos antiguos. Científicos y teólogos por igual contemplan la estructura sagrada, preguntán dose qué motivación fundamental inspiró aquella hercú lea labor. Si pensaran por un momento, se darían cuenta que sólo hay una m otivación, en el alma del hombre, capaz de proporcionar la iniciativa necesaria, esto es: el deseo de saber, de comprender y de cambiar la estrechez de la mortalidad hum ana por la mayor amplitud y alcance de la ilustración viviente. Así los hombres dicen de la Gran Pirámide que es la más perfecta construcción del mundo, la fuente de pesas y medidas, la original Arca de Noé, el origen de los lenguajes, alfabetos y de las escalas de tem peratura y humedad. Pocos comprenden, sin embargo, que es el umbral de lo Eterno”. Si, como parece, los antiguos egipcios tenían conciencia de las dim ensiones del hombre y sus enseñanzas estaban destinadas a "abrir los sellos”, ¿estaba contenido de
Conjunto de pirám id es de cartó n de 70 em que en los h o gares de los estad o s cen trales, en E stad o s Unidos, se colocaban debajo de la cam a, p a ra m o tiv a r el des canso.
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algún modo este conocimiento en la Gran Pirámide? Si era el sitio de iniciaciones secretas, ¿fue también un ins trum ento de iniciación? ¿Hay algo en su estructura que tienda por sí solo a activar los campos de energía dentro del hombre? E stas preguntas no pueden responderse directam ente, por supuesto, porque la razón de su construcción se ha perdido en la prehistoria. Fuera de lo que podemos aprender de las antiguas escuelas herm éticas, tenem os solam ente a la Gran Pirámide para trabajar... y también las réplicas que hagam os de ella. En la tradición oriental se cree que un ser humano avanzado, que haya experim entado el despertar espiri tual. puede transferir alguna de esta energía a otra per sona con el objeto de elevar su conciencia. ¿Es la pirá mide nuestro gurú, que nos enseña a mirar dentro de nosotros mismos para encontrar respuestas y para dar nos energía de un modo tal que despierte nuestra natu raleza espiritual? Hay un antiguo dicho que señala que cuando el chela (estudiante) esté listo, aparecerá su gnnx. ¿Emprendemos la investigación de las pirámides porque ya estam os listos para un nuevo paso evolutivo? “Sé que esto suena extraño, pero cuando estoy dentro de mi pirámide siento como si estuviera en presencia de un ser elevado”. Quien hablaba era un joven ingeniero que nos dijo que había sido religioso toda su vida y que desde la niñez sentía cierta reverencia por la vida. Nos dijo que una vez, anteriorm ente, experim entó esta sen sación de estar en presencia de una gran fuerza. Ocurrió cuando tenía doce años y conoció a un famoso misionero. Cualquiera que fuera la razón, cualquiera que fuese la causa, la gente experim enta nuevas sensaciones, nuevos pensam ientos al dormir, al m editar o sim plem ente sen tarse durante un rato dentro de las pirámides. Tenem os una amiga que fue redactora técnica de una oficina de gobierno en W ashington D. C. durante muchos años. Estaba familiarizada con la literatura de las poten cialidades del desarrollo humano, los estados trascenden
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tales, etcétera, y sin em bargo nunca había experimentado nada parecido,dice ella, a estados alterados de conciencia, d esp erta r síquico, in tu ición o v isio n es crea tiv a s. Nos dijo que ni siquiera podía acordarse de sus sueños. Decidió hacer algo al respecto, pidió seis sem anas de li cencia en su trabajo y emprendió un “programa de em ergencia para ilustrarse”. Con ayuda de autoridades informadas em peñadas en la investigación del control vo luntario de los estados internos de conciencia, diseñó un programa que, con excepción de algunas horas para dor mir cada noche, la m antendría ocupada en una investi gación intensiva para aum entar la conciencia y la sensi bilidad. Su currículum incluía, biorrelroalim entación, meditación, ejercicios yoga, técnicas de respiración, can tos, algunas discusiones y lecturas, pero todo estricta m ente limitado a buscar el nuevo ser. Todo estaba muy bien planeado y no era sim plem ente una compilación de técnicas diversas como pudiera suponerse. Ahora bien, un aspecto interesante de este plan es que ella llevaba a cubo una gran parte de la meditación, ejercicios y lectu ras dentro de una pirámide de madera. Inició todo con gran entusiasm o; y lo terminó con mayor entusiasm o aún. Al final de las seis sem anas había experimentado algunas “alturas” notables en su meditación; sus electroencefalogram as que antes mos traban muy pocas ondas alfa y ninguna theta, ahora mos traban bastante alfas bajas y un poco de theta, el estado contem plativo de los meditadores maduros; demostraba una cantidad considerable de control sobre su sistema nervioso involuntario, según lo registraron los aparatos para medir la biorrétroal i mentación; experim entó por primera vez en su vida visiones intuitivas; recordaba sus sueños y éstos eran cada vez más organizados; el impulso creativo era tan fuerte que pintaba y escribía poesía y se inició en actividades teatrales. Una historia de éxito completo con el final feliz. Esta mujer, por supuesto, pudiera ser una excepción. Obviamente olla tenía deseos, determinación, una meta
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definida, un plan, fe, vigor y fue capaz de robar seis se m anas a su vida para lograr su objetivo. Tero esto no es excepcional ya que muchos otros han logrado estos obje tivos aunque tal vez no en un periodo tan breve de tiempo. El punto es, sin embargo, que los objetivos son bastante reales, valiosos y accesibles. Y si nosotros po demos creer en nuestras propias experiencias y las de otros, la pirámide posiblem ente pueda ser un método para ampliar y enriquecer los esfuerzos que se hagan para expander la conciencia y el conocimiento de uno mismo. En una conferencia del doctor Karan Singh, en el sem i nario, “Yoga, Ciencia y Hombre” mencionada anterior m ente, él también «lijo: “Ahora está bien establecido que usamos una fracción de las capacidades del cerebro hu mano; esto ha sido ampliamente aceptado por los neurocirujanos y los científicos. Es posible que el siguiente paso en la evolución humana pudiera ser la activación de aquellas áreas del cerebro humano que en este, momento son desconocidas o que no se usan”. ¿Puede la pirámide contribuir a este siguiente paso? Hay razones para pensar que asi será.
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La zona crepuscular
Un lugar extraño donde el tiempo se distorsiona, las escenas son brumosas, aparecen de la nada y se desvane cen nuevam ente. Allí están los rostros: vagos, fantasm a les en ocasiones, nuevos y olvidados que repentinam ente adquieren una importancia que no se les concedía ante riormente. El lenguaje es vago, hablado con significado pero sin que aparentem ente lo tenga. Parece haber una aceptación general de lo extraño en este lugar, pero si se pregunta qué sucede, se m uestra una imagen y otra más hasta que se olvida la pregunta. Se em pieza a correrno, se em pieza a volar, posiblemente se flota... no se tiene la seguridad. Usted ha entrado en la zona crepuscular. Usted ha es tado aquí antes. De hecho la mayoría de nosotros pasa gran parte de su vida en este lugar y sin embargo es tan desconocido para nosotros como la noche en que por pri mera vez cruzam os sus fronteras. “ Para el sueño es una entrada al primer territorio de la m ente”, afirmó en una ocasión Paul Brunton. “El pro 82
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Ceso del sueño fascina tanto a los salvajes como a los sabios”, dijo. “Posee un m isterio y una magia propias. ¿Cómo se originan, estos extraños dramas nocturnos que en ocasiones son desem peñados por muchos actores pero que nunca son presenciados por un auditorio de más de uno?”. I.os sueños pudieran describirse como una condición extendida entre los hombres y los anim ales superiores en la cual las pupilas se contraen extrem adam ente, los pároados se entrecierran o cierran, la cantidad de aire en los pulm ones desciende agudam ente al igual que los jugos digestivos, la saliva y la orina. El corazón dism inuye su ritmo y las ondas cerebrales cambian a otra longitud de onda. Esta es la descripción fisiológica pero nos dice muy poco acerca de cómo la experim entam os o acerca de su contenido. Lyall VVatson nos dice en Super STature: “ El sueño pro piam ente dicho ocurre m ientras se duerme, pero no es solam ente una parte del sueño ordinario. El sueño orto doxo alterna varias veces durante la noche con periodos de un sueño muy diferente, casi paradójico. En el sueño ortodoxo el cerebro produce grandes y lentas ondas de ritmo delta, los ojos están fijos y los latidos del corazón son regulares, pero algunos de los músculos, particular mente los de la garganta, están todavía tensos. En el sueño paradójico el cerebro produce ondas más rápidas, casi como aquellas de la vigilia; el ojo se mueve más rá pidam ente de un lado a otro y los latidos del corazón se hacen irregulares, pero a pesar de toda la actividad men tal que tiene lugar, los músculos del cuerpo incluyendo aquellos de la garganta, están más relajados y cuesta mucho m ás trabajo despertar al durm iente”. El estudio de los sueños no fue tomado en serio por la ciencia occidental hasta que Freud usó la interpretación de los sueños como un acceso a la m ente incosciente. Joung descubrió la cualidad universal de los sueños en símbolos arquetípico8, y cuando se supo que el rápido movimiento de los ojos corresponde al estado del sueño,
Sillón d en tro de u n a p irám id e de plástico en u n a c a s a de los estad o s centrales.
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los sueños so convirtieron en un sujeto legítim o de inves tigación científica porque había algo físico que medir. Con una creciente contradicción de la im portancia de la mente inconsciente como la parte más amplia del iceberg mental, la mayoría de los investigadores actualm ente consideran el exam en del sueño y de los estados del sueño como imperativos para el entendim iento de las funciones de la mente. Estos investigadores han empezado a decir: “Se debe poner atención al sueño", haciendo eco de un axioma que los m ísticos han sustentado durante muchos años. Los sueños son objeto ahora de una reflexión más sobria, en una época en que se juega con nuevos conceptos de la m ateria y de la conciencia. Con todo lo que la nueva física nos dice acerca de que el universo no es una colección de cosas sino una expresión de campos de energía y aun insinuando que más allá aparece todavía más como la conciencia que como cualquier otra cosa, el reino subje tivo ha adoptado las vestiduras de la realidad. La ciencia ya no habla más de realidad como si fuera un producto para ser medido o pesado: habla de niveles de realidades y conjuntos funcionales, significando que la realidad existe como un conjunto de condiciones para algo que la observa. En este juego de pelota el sueño es uno de esos conjuntos de realidades porque es un estado de concien cia única; cuando la materia física se desecha del uni verso la única cosa que queda para medirse es la con ciencia. Durante mucho tiempo se creyó que los sueños eran solam ente nuestros impulsos, tem ores, esperanzas, re presiones, frustaciones, culpas, complejos, deseos, fanta sías y cosas por el estilo, empujados al inconsciente desde el consciente donde se debatían para ser comprendidos y expresados. Se nos pedía que observáramos nuestros sueños para comprendernos mejor a nosotros mismos, in cluyendo aquellas facetas de nuestra personalidad que nuestra m ente consciente rehúsa aceptar o que no al canza a comprender.
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Este método es todavía viable y evidentem ente conti núa dando frutos y la mayor parte de los científicos están de acuerdo en que nuestras vidas están dominadas en gran medida por nuestras m entes inconscientes. Ya que no puede exam inárseles directam ente pueden explorarse por diferencias de segunda mano. Pero hay una creciente sospecha de que los sueños no se limitan a salir a través de los escapes de la m ente consciente. Hay productos adi cionales a la conciencia de fuentes que están más allá del alcance de la mente racional. Además de esto, se enfoca una mayor atención sobre la tradición m ística que nos asegura que en algunos aspectos del estado del sueño nuestra conciencia cambia a otros niveles o planos de realidad. Aquí es donde la pirámide entra en el cuadro. Hemos sabido de personas que se sientan, duermen o meditan dentro de las pirámides, que nos dicen que se han acen tuado sus experiencias con los sueños, que duermen con mayor descanso, que sus sueños son m ás vividos y orga nizados, y que tienen un mayor significado para ellos. Otros investigadores de las pirámides dicen cosas muy parecidas. Bill Kerrell y K athy Goggin citan a sus co rresponsales en The Guide to P yra m id Energy: “Se siente uno ligero y de modo muy parecido a la sen sación de dormir en las m ontañas a más de tres mil m e tros de altura”. “Mis sueños se han vuelto más vividos y pintorescos y puedo recordar una mayor parte de ellos”. “Al despertar todavía puedo sentir las vibraciones que me recorren el cuerpo y me siento m aravillosam ente”. “Me siento más fresco por la m añana y más alerta du rante el día, mi sueños son más vividos, lo que sugiere que durante el sueño me alivio de las tensiones". Seria difícil decir, por supuesto, si la pirámide ha te nido un efecto directo sobre esto. Sin embargo, muchas personas que informan haber experim entado esas sensa ciones no saben que otras dicen lo mismo y la coinciden cia de los informes parecería indicar algún factor influ-
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y ente. De cualquier manera, la calidad del sueño y del descanso han cambiado y esto es lo que debemos conside rar. ¿Cuál es el m ensaje de los sueños? En Wisd&m o f the Overself Paul Brunton afirma: “Porque si algunos sueños son simbólicos y desalían la interpretación, muchos otros no lo son y no significan otra cosa más que la que m ues tran superficialm ente; si algunos revelan deseos sexua les la mayoría son de una inocencia impecable; y si algu nos se reconstruyen con los m ateriales proporcionados por las experiencias de la vigilia otros son construcciones totalm ente nuevas". M ás adelante en el m ism o capitulo, “S tu d ies iv Dre(ims'\ Brunton dice: “Una explicación puram ente ma terialista de los sueños no los explicaría todos. Y es co rrecto afirmar, como sostienen algunas escudas hindúes y el moderno sicoanálisis occidental, que los sueños toman su material únicam ente de las experiencias que tenem os estando despiertos, pasadas o presentes, olvidadas o re cordadas. La m ente no es solam ente reproductiva sino también productiva, no solam ente reproduce figuras y cosas que y a se conocen de nuestra vida cotidiana sino que tam bién producen figuras y cosas que nunca hemos cono cido en nuestra vida habitual; no solam ente puede recor dar impresiones acumuladas del pasado sino aun preveer y crear impresiones del futuro...". ¿Qué, debemos preguntarnos, significa un sueño como el siguiente de Tom Garrett? Él afirma que no estaba totalm ente dormido y que sin embargo, su experiencia tiene todas las cualidades de un sueño: “Me relajé com pletam ente y em pecé a crear una serie de im ágenes m entales. Las im ágenes tenían el aspecto de cosas soñadas pero no lo eran ya que yo estaba todavía despierto. E sas im ágenes tomaron la forma de la Gran Pirámide de Gizeh. Las im ágenes eran muy realistas y siento como si hubiera contemplado en realidad el modelo original. Podía ver la pirámide desde el vértice hacia abajo, después pude circular la estructura a media altura
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y más tarde llegué hasta arriba desde la base. Estas im ágenes se completaban con la sensación de un agrada ble calorcillo solar y la aridez del aire alrededor de la pirámide. Percibí aquellas im ágenes como una realidad pero al mismo tiem po estaban separadas de la conciencia total. Al reflexionar después se me ocurrió que las im ágenes habían aparecido como en sueños, algo así como si hu biera sido capaz de contemplar un sueño con la m ente subconsciente, m ientras estaba despierto, pero en un es tado de relajam iento. Después me extrañó la forma ca sual en que acepté las im ágenes de pirámides m ientras esto ocurría y lo mucho que me sorprendió pensar en ellas más tarde. Aquella noche mi esposa, Marry, quien como yo tam bién se había sentado dentro de la pirámide aquel día tuvo sueños idénticos a los míos. N uestro sueño se inte rrumpió y ambos soñam os con formas triangulares y pi ramidales que parecían acercarse a una gran velocidad y después apartarse o sim plem ente pasar a través de noso tros”. El hecho de compartir un sueño nos trae una cosa inte resante a la memoria. Las investigaciones recientes de los doctores Montague Uliman y Stanley Krippner en el labo ratorio de sueños del M aimonides Medical Center de N ueva York indican que la telepatía funciona mucho mejor durunte el sueño que durante el estado de vigilan cia y que no es una experiencia poco común. La sicóloga Gertrude Sehmeidler, al comentar sobre el trabajo que realiza afirmó: “La conclusión clara que debemos sacar es que los informes de los sueños pueden mostrar el efecto de la telepatía, clarividencia y premonición... una conclu sión notable digna de un esfuerzo masivo”. El decano de los parasicólogos norteam ericanos, el doc tor Gai’ner Murphy, afirma en el prólogo del libro escrito por Ullman, Krippner y Alan Vaugham, Dream Telepathy: "Los sueños suelen llevar un m ensaje por otros canales distintos de los sentidos. Durante largo tiempo se
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lia sospechado esto. Ciertam ente ha sido tem a tanto de teorías como de prácticas desde las antiguas civilizacio nes de China y Egipto hasta el periodo de la moderna parasicología”. Trabajando con la hipótesis de que la percepción extrasensorial (PES) se da con mayor frecuencia en el estado de sueño que de vigilia, el equipo llevó a cabo experim entos durante diez años para determ inar si una persona ac tuando como un “agente” podía enviar sus pensam ientos a la m ente de un sujeto dormido, e influir por lo tanto en los sueños del sujeto. Los resultados probaron claram ente la hipótesis y también revelaron que en el estado del sueño ocurren visiones del futuro. Parecería que la m ente en estado de sueño no está im pedida por lim itaciones de espacio o tiempo. El soñador aparentem ente puede viajar en el tiempo hacia atrás o hacia adelante y también a través del espacio, en ocasio nes contemplando una escena a muchos kilómetros de distancia y ofreciendo una descripción precisa, aun cuando estando despierto nunca haya estado en ese sitio. Para tratar este fenómeno, de modo que sea satisfacto rio, necesitam os un modelo más amplio que no se limite solam ente a la utilización de la m ente consciente. Esta consideración es demasiado sim plista y no tom a en cuenta los poderes paranormales que se m anifiestan en el sueño, y la información que no se encuentra en la m ente consciente e inconsciente. Obtenemos alguna pista en cuanto a lo que sucede du rante el sueño a partir del siguiente párrafo de Edgar Cayce: “...Hay una fuerza activa dentro de cada individuo que funciona a manera de un sentido, cuando el cuerpo físico está durmiendo, reposando o en descanso... y a esto es a lo que llamamos un sexto sentido... y este sexto sentido es el poder activador o fuerza del otro yo... cuando la conciencia física está en reposo, el otro ser comulga con el alma del cuerpo. ¿O sale al dominio de... todas las expe riencias de aquella entidad... a través de los eones del
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tiempo...? ¿Qué es entonces el sexto sentido? No el alma, no la m ente consciente, no la m ente subconsciente, no solam ente la intuición, no ninguna de estas fuerzas cós micas sino la misma fuerza o actividad del alma en su experiencia de aquella alm a en sí" (No. 754-2). Teniendo en m ente nuestra definición anterior de los siete.principios de las envolturas del cuerpo humano, esta tradición sostiene que la conciencia puede obtenerse por otras envolturas o cuerpos adem ás del físico. El cuerpo etérico sin embargo, es en realidad un aspecto menos denso del cuerpo físico, y su conciencia por lo tanto, es sim plem ente una expresión de conciencia deri vada de su contraparte física. Se cree que para soñar la conciencia debe cambiar del estado físico al etérico. Pero en tanto que lo etérico es sim plem ente una proyección áurica o eléctrica de lo físico, los contenidos del sueño son sim plem ente una producción de los fragm entos subcons cientes. En tanto que la mayoría de nuestros sueños son de la naturaleza antes descrita, hay otros sueños que tienen cualidades únicas y diferentes. Estos sueños parecen ser de una sustancia que les da una mayor realidad. Son más claros, más organizados, generalm ente educativos, y se resuelven con mayor facilidad, aun cuando hayan pasado años desde que se tuvieron. Podemos encontrar difícil, cuando ellos ocurren, describir en qué radica su diferen cia. pero estam os seguros de que la hay. En estos sueños podemos tener contacto con personas que han muerto; podemos observar a otras a quienes conoceremos física mente hasta m eses después o años después. Podemos via jar a sitios distantes y recoger información que cuando la comprobamos resulta ser precisa. De acuerdo con nuestro modelo, cuando ocurren esos sueños, la conciencia ha cambiado del nivel etérico al si guiente, el astral, y esta envoltura puede servir como un vehículo de conciencia. Lo astral es otro plano de la rea lidad con su propio conjunto de experiencias y sus pro pios ocupantes, incluyendo personas como nosotros mis
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mos en viajes proyectados m entalm ente pero también in cluyendo aquellos que ya no poseen un cuerpo físico como el que experim entam os nosotros. Podemos encontrarlos de acuerdo con este modelo, en el plano astral ya que sirve como una base común entre las cosas orientadas físicam ente y las que se encuentran en planos más ele vados de la existencia. Las experiencias extracorporales están siendo investi gadas en los laboratorios de los sueños, siendo dos de los principales el de M aimonides y el de la Universidad de California, en Davis, bajo la dirección del sicólogo Charles Tart. Los sujetos de estudio son vigilados durante el sueño para tomar una serie de mediciones sicofisiológicas, incluyendo las ondas cerebrales. Si un sujeto dem uestra capacidad para proyectar m entalm ente e informar con precisión desde este punto de ventaja, se le da una tarea especial. Se le dice que cuando se encuentre separado de su cuerpo físico tendrá que ir a un sitio especial y leer un m ensaje colocado allí por los investigadores. Los resulta dos dem uestran que varios sujetos han sido capaces de hacer esto. Las experiencias extracorporales se han vuelto algo tan común que sim plem ente se les designa por sus iniciales “OBEv (out o f tke body experiences). Hace algunos años, m ientras asistim os a la conferencia interdisciplinaria sobre el control voluntario de los esta dos interiores, patrocinada por la fundación M enninger, tuvimos la oportunidad de pasar algún tiempo con Bob Monroe. autor del libr o Jounieys Out o f tke Body. Monroe es un hombre de negocios de Charlottesville, Virginia, y estaba allí para participar en el programa e informar acerca de novecientos y tantos viajes que pretendía haber hecho fuera de su propio cuerpo. Sus experiencias estaban siendo investigadas por diversos laboratorios y él ha dedicado una parte considerable de su tiempo a la investigación, desde aquella conferencia en particular, en parte esta labor se ha debido al interés
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M ientras tom ábam os café, Monroe nos relató que des pués de que tuvo conocimiento de la naturaleza del plano astral, su vida en esc plano se ha convertido en algo tan organizado y sistem ático corno su vida en el plano físico y que en realidad estaba asistiendo a la escuela en aquel nivel. Nos habló de sus experiencias de viajes y afirmó que su principal preocupación era obtener datos que pudieran ser verificados en este nivel por observadores imparciales. De manera aparente tuvo algún éxito en su empeño. Cuando pienso en nuestras propias experiencias y en la de otros con sueños vividos m ientras duermen dentro de la pirámide, me acuerdo de las conversaciones con Mon roe. Me sorprende el gran número de experiencias apa rentem ente paralelas, aunque tal vez Monroe es un via jero más experim entado y por lo tanto sus inform es son más perceptivos. Al discutir la naturaleza de la experiencia de los sue ños en relación con el nivel al que nos referimos con el plano astral (que él llama “cuerpo del deseo”), Max Heindel afirmó en The Ron i eructan Cosmo-Conception, un libro publicado en 1911 pero que todavía se lee amplia mente: “En su primer movimiento es lento y difícil de enten der. pero gradualm ente los centros sensoriales del cuerpo del deseo encuentran un lugar dentro de los cuerpos den sos y vitales, que aprenden a acomodarse a esta nueva actividad. Entonces un día, cuando la propia vida ha erado la brecha que se necesita entre las partes superior e inferior del cuerpo vital, hay un esfuerzo supremo de la Voluntad; tiene lugar un movimiento en espiral, en mu chas direcciones, y el aspirante logra salir de su cuerpo denso. Lo contempla como si fuera otra persona. Se ha abierto la puerta de su prisión. E stá en libertad para ir y venir, con tanta libertad en los mundos internos, como en el mundo físico, funcionando con libertad, en el mundo interior o exterior, para ayudar a todos los servicios que se requieran de él o de cualquiera de los dos.
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Antes de que «1 aspirante aprenda a abandonar volun tariam ente el cuerpo, debe haber trabajado en el cuerpo del deseo durante el sueño, ya que en algunas gentes el cuerpo del deseo se organiza antes que pueda llevarse a cabo la separación en el cuerpo vital. En tales condicio nes es imposible llevar esas experiencias subjetivas a la conciencia del estado de vigilia, pero generalmente se no tará, como primer signo de su manifestación, que terminan todos los sueños confusos. Entonces, después de algún periodo, los sueños se volverán más vividos y perfecta m ente lógicos. El aspirante soñará estar en lugares y con gentes (sin importar si son personas que él haya o no conocido en su vida normal), conduciéndose de un modo natural, como si estuviera en un ambiente familiar. Si el sitio que él sueña le es accesible en sus horas de vigilia, en ocasiones puede obtener pruebas de la realidad dé su sueño, si nota en la escena algún detalle físico y lo veri fica al día siguiente de sus impresiones nocturnas”. Hay una interesante nota de pie de página con res pecto a Heindél, quien murió hace varios años. Nosotros tenemos un amigo que había tenido experiencias sim ila res a las de Bob Monroe. Un día nos relataba algunas de esas experiencias a un grupo de amigos; nos dijo que en el otro plano estaba siendo instruido por “un maestro muy profundo. Su nombre es Max y no me acuerdo bien del apellido...” Lo describió y nos dijo algo acerca de las lecciones. Después de un minuto uno de los del grupo, en cuya casa estábam os reunidos, abandonó la habitación y regresó con una fotografía: -;.Es este tu instructor? -preguntó. Nuestro amigo se quedó sin habla durante un momento y finalm ente pudo decir: -E s él... es el mismo. ¿Cómo conseguiste ese retrato? Pues bien -respondió el segundo am igo-, esta es una fotografía de Max ITeindel. Él fue un escritor y maestro muy estim ado que vivió hace medio siglo... -E l todavía m antiene esa elevada posición -respondió nuestro am igo-, pero nunca oí hablar de él en este plano.
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-;.Y todavía conserva este aspecto? -preguntó uno de nosotros. -Sí. pero si él era bien conocido en este plano, debe haber algunas personas que todavía lo ven, me imagino, como lo conocieron en la tierra por lo que, por esa razón, pueden recordar su imagen. La escritora técnica mencionada anteriorm ente, quien llevó un programa intensivo durante seis sem anas para experim entar estados trascendentales, finalm ente perci bió un flujo negativo por primera vez en su vida. También esto aparentem ente le sucede a las gentes que pasan algún tiempo adentro de las pirámides. Parece ser que pasan a tener ondas cerebrales theta. deteniendo las ac tividades corticales para pasar a lo intuitivo o experim en tando algunos avances en el despertar síquico a través de la vibración de las cho.kros, dependiendo de cuál modelo elijam os para usar. Otro modelo, que encaja en lo ante rior. tiene que ver con el cambio a la zona crepuscular entre los estados de la vigilia y el sueño. Este es el lugar donde parece ocurrir un paso a la conciencia que no puede relacionarse con la m ente consciente o inconsciente. E sta fuente exteriores llamada a veces el superconsciente o lo que Emerson llamaba “The Oversmil" o Brunton “The Orrrst'ff'. Las im ágenes que llenan la conciencia en este estado son llamadas por algunos científicos “la imaginería hipnagógica”. En un ensayo, “El Control Voluntario de los Estados Internos: Sicológicos y Fisiológicos”, escrito por el doctor Elm er Creen, Alyce Creen y Dale W alters y presentando en 1969 en el Congreso Internacional de Cibernética, se afirmó: “El soñar está acompañado de la producción semiconsciente de ondas theta y alfa de baja frecuencia, parece estar asociado con, y balo ciertas condiciones hacer posi ble la detección de la im aginería de aspecto hipnagógico, el niné qna non de la creatividad de los destacados...” Aldous Huxley mencionó en algunas ocasiones en sus escritos que sus mejores ideas le llegaron m ientras e s taba en un estado onírico. Robert Louis Stevenson afir
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maba que los argum entos de sus historias los percibía en sueños y Einstein señalaba que él no razonó la teoría de la relatividad sino que le llegó. Friederich Kekulé adver tía a sus contemporáneos científicos: “Aprendamos a so nar, caballeros”, después de que una serie de sueños lo llevó a su famoso descubrimiento, que ha sido llamado “El caso más brillante de predicción que se encuentra en todo el ámbito de la química orgánica”. A través del sím bolo soñado de una serpiente mordiéndose la cola, Kekulé descubrió el hecho revolucionario de que algunos com puestos orgánicos ocurren en cadenas o anillos cerrados. “Cuando el físico N iels Bohr era estudiante, tuvo un sueño vivido en el cual él estaba en un sol compuesto de gas ardiente. Los com etas lo rozaban m ientras giraban alrededor del sol, al cual estaban unidos por delgados filam entos. Súbitam ente, el sol gaseoso se enfrió y solidi ficó y los planetas se desintegraron. Cuando Bohr des pertó se dio cuenta que había concebido el modelo del átomo. El sol era el centro fijo alrededor del cual giraban los electrones conservados en su lugar por campos de energía o “quanta”. Ullman, Krippner y Vaughan lo rela tan así en Dream Telepathy. “En un sueño nacieron los fundam entos de la moderna física atóm ica”. Los mismos autores también afirman: “El estado oní rico es el campo natural en el cual están en juego las energías creativas. Los sueños tienden a ordenar la in formación de modos únicos y emocionalm ente relaciona dos. Aparecen con pensam ientos orientados hacia la rea lidad para agrupar cosas por medio de asociaciones “iló gicas” y como consecuencia surgen nuevas relaciones que en ocasiones pueden ofrecer un descubrimiento a una mente observadora”. E s un misterio, es algo mágico, pero el sueño es impor tante. y nos puede llevar a realidades más grandes que cualquier cosa que hayamos conocido. Si sentarse dentro de las pirámides significa también colocarse en los um brales de los nuevos conocimientos, podemos muy bien parafrasear a Kekulé con la sentencia: “Aprendamos a soñar en la pirámide, caballeros”.
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Un respiro de aire puro
El humo llenaba el restaurante atestado de gente, sa turando el aire con un am biente gris y desagradable. Mi ramos alrededor pero la única mesa disponible estaba ubicada en medio de la m aloliente neblina. -¿Prefieres que vayam os a otra parte? Norm alm ente hubiéramos concedido poca importancia u la contribución atmosférica de los clientes. Sin embargo, nos dimos cuenta de que en esta ocasión nos sentim os molestos porque nuestro invitado era un yogui altamente estimado por su habilidad para adm inistrar un considera ble control sobre los estados sicofisiológicos. Cada día pa saba varias horas haciendo ejercidos de respiración y meditación para preparar su cuerpo para las exigencias extenuantes que le imponía. Pensamos que el humo de puros y cigarrillos podría molestarlo. -N o, este lugar está bien -dijo-. No importa. Mientras nos sentábam os añadió: -Crearem os nuestra propia atmósfera. Una afirmación provocativa; pero antes de que pudié ramos pedir una explicación procedió a demostrarlo. 96 t
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Tomó la servilleta de la m esa, la dobló varias veces y, durante un momento, la sostuvo entre las manos. Des pués la sacudió lentam ente tres veces por encim a de la m esa. Si una puerta o ventana se hubiera abierto súbi tam ente, llenando el recinto con aire fresco, no hubiera sido más efectiva. El humo de las cercanías desapareció. No volvió durante toda nuestra estancia. Silenciosam ente el yogui entregó la servilleta y nos in dicó que la abriéramos. E staba llena de un agradable aroma a limones. ...El aire dentro <*# inconfundiblemente diferente. Es más fresco y se nota que hay un leve aroma de limón. Ella había estado dentro de la pirámide durante menos de una hora, en realidad no estaba tratando de meditar sino dejando vagar librem ente sus pensam ientos. “Era agradable” -d ecía- “no sentirm e obligada a hacer nada sino sim plem ente ser”. Ella es una compulsiva del tra bajo, habitual m ente se sentía incómoda, decía, “al no hacer algo constructivo. Aun cuando trato de descansar algunos m inutos, siem pre termino tratando de resolver algún problema”. Pero este era “otro mundo” y ella se dio cuenta muy claram ente del aire fresco y del aroma a limones después de dejarse llevar por el ensueño con los ojos cerrados e imaginando caminar a solas a través de un jardín florido. Abrió los ojos, el jardín desapareció, pero no el aire fresco ni el aroma a limones. Nosotros habíamos notado la frescura del aire dentro de las pirámides poco tiempo después de em pezar nues tras investigaciones, pero no descubrimos que otras per sonas lo percibían hasta que comparamos notas una no che. Nos reímos de ello, pensando que probablemente tendría alguna importancia, pero lo dejam os en el ar chivo sim plem ente como una observación más o menos olvidada hasta que otros empezaron a informar la misma experiencia.
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“...M ientras fumaba un cigarrillo dentro de la pirámide noté que el humo parecía desaparecer más bien que que dar dentro de la estructura. Durante algunos minutos traté de descubrir adonde iba el humo, pero simplemente se había ido -n os dijo Tom Garre! y añadió-: esto mismo ha sido notado por varios de m is amigos; creo que es una de las cosas más interesantes debido a que no tiene sen tido. si se usa el marco de referencia para explicarlo”. Si pensam os en térm inos del espacio dentro de la pirá mide sim plem ente lleno con aire, parecería haber poca razón para que el aire fuera más fresco dentro de un sitio cerrado que en el exteriorr~en realidad, se esperaría lo opuesto. Por otra parte, si ampliamos nuestro marco de referencia con respecto al espacio y pensam os en él como algo que contiene una vasta variedad de posibles campos de energía, podemos ampliar también el campo de nues tras investigaciones. En el yoga, el estudiante es instruido al hacer ejerci cios de respiración en m anipulación dcd P ru na, una palabra que se discute en otra parte de este libro y tam bién en The Secret Power# o f Pyram ids. Prana significa la Energía Universal, la sustancia de todas las cosas, ya sean físicas, m entales o espirituales. Además de aspirar oxígeno cuando respiramos también aspiramos Prana, el creador y soporte de la vitalidad. Circula a través de los nervios y de los vasos sanguíneos. Swami Vivekananda afirmaba: liPrana es el nombre de la energía que está en el universo. Cualquier cosa que se m ueva, trabaje o tenga vida es una m anifestación de este Prava. La suma total de la energía dispersa en el universo es el Prava. Antes que empiece un ciclo, el Prana se m anifiesta, es lo que aparece como movimiento, el movimiento nervioso en los seres humanos o en los anim ales, el mismo Prana se m anifiesta como pensam iento, y así por consiguiente...”. Podemos también referirnos al Prana como la fuerza om nipotente que mueve al universo. El médico Steven Breña, sin embargo, explica el Prana en term inología oc cidental en Yoga and Medicine:
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“¿Qué respiramos? Si abro un libro de texto de fisiolo gía, encuentro que el hombre respira aire atmosférico, que está compuesto por un 20 % de oxígeno, 70 % de nitró geno y una pequeña fracción de otros gases. Estas cifras son correctas, pero no lo son del todo. En el aire que respiramos, además de oxígeno, nitrógeno y helio, hay sonidos, colores, rayos ultravioleta y ultrarrojos, ultra sonidos, rayos alfa, beta, gama y m uchas otras cosas. En la atm ósfera, hay una infinita variedad de vibraciones electrom agnéticas que operan a diferentes longitudes de onda. Algunas de ellas, muy pocas, afectan nuestros ór ganos sensoriales, en tanto que la mayoría las ignoramos a menos que recurramos a aparatos especiales tales como radio, televisión, radar, etcétera”. Breña continúa: 44Las ondas electrom agnéticas atra viesan la atmósfera, pero no pertenecen a ésta. Son ma nifestaciones de una sola energía, la enérgía cósmica, el Prona de los hindúes, que es todavía una entidad m iste riosa de la que está hecho el cosmos; que en la física mo derna representa el único concepto de su absoluto. Ya que en nuestro mundo de relatividad, la velocidad de la luz, como m anifestación vibratoria del cosmos, es el único dato absoluto más allá del cual no puede ir la m ente hu m ana...”. ¿Pero por que es el aire dentro de una pirámide tan claro, tan fresco como el aire en el espacio purificado por el gesto de la mano del yogui? ¿Qué es lo que ha sucedido? ¿Qué hace una pirámide? Durante varios años, primero con un m aestro occidental y después con uno oriental, estudiam os la práctica oriental del Pranayoina, que es el control del Prona. Estos eran ejercicios de respiración pero pronto aprendimos que hay algo más que el simple control de la respiración. Se cree que el Pranayaw u es el puente entre el mundo físico y el espiritual. Con su con trol, se da un buen paso hacia el control de uno mismo y del am biente que le rodea. Hemos visto a yoguis muy bien adiestrados ingerir sustancias que serian fatales para individuos menos controlados.
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De acuerdo con los principio» del Pranayam a, hay tres niveles principales en los que uno está relacionado con su medio ambiente, incluyendo los alimentos que infiere. La persona no evolucionada, que vive y se identifica con la materia física, no necesita preocuparse mucho de los rui dos, los colores, los alim entos, ni los líquidos, en tanto que no sean venenosos o que estén de algún modo des compuestos. La persona que ha adquirido la conciencia de los niveles más elevados de la existencia y que hace un esfuerzo por desarrollarse'm ental, física y espiritual m ente, encuentra que es susceptible a la influencia de factores que antes no le afectaban. Los sonidos lo tran quilizan o lo distraen, y descubre que su mundo de colo res ha cambiado, así como las compañías que frecuenta. Donde antes podía comer o beber cualquier cosa, ahora algunos elem entos le son desagradables y lo pueden afec tar. En este momento tal vez se convierta en vegetariano porque la carne lo deprime. Se da cuenta de que em prende un viaje diferente y que necesita un combustible distinto. El tercer nivel es aquel en el que ha dominado el control de su medio am biente. Puede meditar en una calle llena de tránsito, respirar profundamente dentro de una mina de carbón, y aun ingerir veneno, como hemos visto que lo hacen, sin sufrir efectos dañinos. Baba Ram Das cuenta la historia de un viaje a la India en busca de la piedra filosofal. En previsión de que el viaje no resultara lo esperado, llevó una buena cantidad de tabletas de LSD para poder emprender su “propio viaje”. Después de algún tiem po fue colocado bajo la di rección de un yogui muy preparado y un día le dijo su gu7ií que le llevara su paquete de tabletas. Aunque sor prendido de que el maestro supiera acerca de las tabletas que llevaba, no negó que las tenía y las mostró al gurú. Su m aestro le pidió que pusiera las tabletas del alucinógeno en su mano. Ram Das tomó una, la dosis usual paru un “viaje” con ácido, y la colocó en la mano del maestro; el indio aguardó hasta que varias pastillas fueron puestas en su mano y después las tomó de un solo trago.
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Ram Das estaba seguro de que sería culpable de que se quemaran los circuitos del anciano. Pasó el tiempo y todo lo que hacía su gurú era sonreírle, pero continuaba apa rentem ente normal, con sus ejercicios diarios. Final mente, Ram Das dijo que se dio cuenta de que nada había cambiado en su m aestro y que tampoco cambiaría nada aun cuando tomara todo el paquete de píldoras. Y comprendió el m ensaje. Se deshizo de las pastillas de LSD. Ya no las necesitaría. ¿Pudiera ser que la pirámide haya sido diseñada como un instrum ento para que alguien manipulara el Pruna de un modo benéfico al hombre? ¿Acaso muchas personas se hayan dado cuenta de la necesidad de limpiar su cuerpo en preparación para un viaje m ás elevado que nos ha sido dado a conocer a través de la pirámide? Del mismo modo en que el equipo de biorretroalimentación se ha m aterializado para auxiliarnos en la meditación, ¿nos ofrece la pirámide la oportunidad de construir un puente entre el cuerpo y el espíritu? ...después de un periodo de quince o veinte minutos me sentí preparado para ¡salir de la pirámide y, al cruzar la puerta, noté los olores y me percaté que en la pirámide no había percibido ninguno. Tras de fumar durante muchas años, mi sentido del olfato y del gusto había disminuido considerablemente. Sin em bargo, después de sentarme en la pirámide tenia mucha con ciencia de los olores. ¿Una nueva sensibilidad, una nueva percepción? La práctica del P ranayam a pronto restablece los senti dos del olfato y el gusto si se han perdido como resultado de nuestros propios abusos. Su práctica continua produce un acrecentam iento de los sentidos hasta niveles nunca antes experim entados. Con este don también se adquiere una gran responsabilidad. Se advierte al estudiante que no use su nueva sensibilidad para los deleites sensuales, sino más bien como un puente hacia una conciencia más elevada. Y puesto que está más entonado con el am biente, habrá de ser más cuidadoso con sus alim entos,
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lugares, com pañías, etcétera. Los olores, por ejemplo, que antes ignoraba, ahora lo oprimen. ..Aquella taixic fui a comer comida china y nú sentido del ¡jnsto era tan agudo que apenas pode terminar mi plato. Hay muchos ejercicios de respiración Pranayam a. Un gran número «le ellos no deben intentarse, sin embargo, sin un entrenam iento y adiestram iento adecuados. Cuando las recom pensas son grandes, también lo son los riesgos. Esto no es para atem orizar al lector ya (jue hay ejercicios respiratorios bastante seguros, pero también hay otros que, al controlar el' flujo de sangre que recibe el cerebro y el flujo de las fuerzas bioeléctricas, pueden ser dañinos si no se practican adecuadam ente. Ya que hablamos de ello, un ejercicio respiratorio sin peligro es el siguiente: ¿«entese en posición relajada, con la espalda derechfj, y aspire hasta la cuenta de cinco; retengan el aliento m om entáneam ente y después exha len lentam ente hasta la cuenta de diez. Con los ojos ce rrados m antengan la atención enfocada com pletam ente en la respiración. Después de algún tiempo tendrán la sensación de “haber sido respirados’*. E ste ejercicio no deberá prolongarse más de cinco m inutos al principio y poco a poco podrá aum entarse su duración hasta veinte minutos. Deberán estar perfectam ente cómodos y relaja dos al hacer este ejercicio, si no es así, no se ejecutará correctam ente. Siempre se debe respirar a través de ambas fosas nasales; cualquier otro método, tal como la respiración alternada por uno y otro poro de la nariz, no deberá intentarse sin un m aestro calificado. El ejercicio anterior servirá satisfactoriam ente si se practica bien y con asiduidad. Los tibetanos dicen que “la respiración es el caballo y el hombre es el jinete". Los ejercicios respiratorios dism inuyen el número de respira ción y para Paul Brunton en The Secret P ath : “La dismi nución del ciclo de respiraciones equivale a lim itar el abastecim iento de sangre al cerebro y, por lo tanto, a
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retardar el cielo de los pensamientos.-.. A sí la tensión y relajam iento del cerebro, el surgim iento y desaparición de los pensam ientos, corresponden en armonía peculiar con el ciclo de respiración y pueden ponerse bajo control". Carrington habla de lu correspondencia entre la respi ración y las ondas cerebrales en Yoga Philosophy: "Hay un interesante hecho fisiológico: si se pone la mano en la muñeca, se puede sentir la pulsación, al igual que en el brazo, en el tobillo o en cualquier sitio donde baya pulso. Ello sim plem ente m uestra el ritmo de los la tidos del corazón. El pulso varía de setenta a ochenta por minuto, o más, de acuerdo con el grado de excitación, ejercicio, etcétera. E ste ritmo del pulso es el mismo en todo el cuerpo; en el cuello, la cabeza y aun en la corteza cerebral. Pero la circulación del cerebro en si no está sincronizada con los latidos del corazón, sino con el ritmo respiratorio, esto es: ]de doce a catorce por minuto! Este es un hecho muy sorprendente. Y parece m ostrarnos que hay, en la circulación del cerebro, una pulsación sincro nizada o correspondiente al ritmo respiratorio". Carrington escribió esto hace más de cincuenta años y sus descubrim ientos han sido confirmados por las técni cas de biorretroalimentación que m uestran que, cierta mente, las ondas cerebrales pueden hacerse más lentas para alcanzar niveles más contem plativos por medio del ejercicio del control respiratorio. ...sentado en mi pirámide, me sentí más relujado. .S in ningún esfuerzo aparente de mi parte, mi respiración se hizo más y unis lenta hasta que pareció desaparecer. Y Brunton afirma: "El efecto sobre el estudiante que conscientem ente dism inuya el ritmo de su respiración será un agradable am biente relajado, un apaciguam iento de la constante vibración del pensam iento, una balsa de aceite sobre el agitado mar de la vida y una condición mental más abstracta...". Los ejercicios respiratorios se usan ahora en diversos hospitales m entales como herram ienta terapéutica. Se
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ha descubierto que si se hace relajar al paciente me diante una respiración lenta y profunda, se obtiene un efecto tranquilizante. El espacio piramidal aparente m ente produce un estado sim ilar de relajam iento y quie tud. Recientem ente una mujer nos llamó y nos dijo con excitación que su hijo hiperactivo se había aquietado considerablem ente tras de estar en diversas ocasiones dentro de la pirámide. No sabemos si el niño estaba clíni cam ente clasificado como hiperactivo. Sin embargo, hemos recibido un núm ero suficiente de informes de esta clase de fenóm enos como para que creamos que las pirá mides brindan una influencia tranquilizadora. En cuanto al aroma a limón en la pirámide, es sabido desde hace mucho que ciertos perfumes, como el almizcle y el incienso pueden em plearse para establecer campos vibratorios de una naturaleza tal que produzca ciertos efectos deseados. Entre estos efectos se cuenta la salud, la tranquilidad y los estados trascendentales. En The Etkeric Double, Á. E. Powell afirma: “Se dice que el incienso actúa en hy esotérico de modo parecido al de los colores sobre el cuerpo astral y así puede em plearse para armonizar los vehículos humanos. Parece que ciertos olores pueden em plearse para actuar sobre diversas partes del cerebro”. Más adelante dice: “Un conjunto interesante de talis m anes naturales son aquellos objetos que producen aro mas penetrantes. La goma de que está hecho el incienso, por ejemplo, puede elegirse como favorable para el pen sam iento devoto y espiritual...”. Aroma, colores, sabores y sonidos tienen diferentes ritmos vibratorios y un color particular corresponde a determinado sonido, aroma y sabor. El limón es un lim piador y purificador y el aroma n limón detectado en las pirámides puede ser indicador de las fuerzas purificadoras que entran en acción. En su bitácora sobre experiencias piramidales, Tom Garret relata cómo su pirámide parece limpiar el aire en su garage: “La pirámide de 1.80 m que tengo en el garaje
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ha limpiado el aire. A ntes de contruirla, mi perro dormía en el garaje y usaba el piso como letrina. Aun después de limpiarlo de basura había un olor desagradable. No me hacía muy feliz la idea de construir la pirámide en un lugar con un olor tan molesto, pero no tenía otra alterna tiva. Después de cinco días el olor había desaparecido y mis am igos comentaron el hecho. H asta ahora, el aire del garaje conserva su aroma fresco”. Uno de los aspectos m ás sorprendentes de los fenóme nos piram idales es que los resultados parecen ser siem pre en beneficio de la humanidad. Se podría pensar que sus fuerzas serían neutrales, pero no parece que esto sea el caso. Plantas del tipo del hongo ponzoñoso mueren dentro, en tanto que mejoran las plantas com estibles, y hay sonidos, colores, luces y aromas que pueden em plearse de modo dañino en contra de una persona, pero esto aparentem ente no ocurre dentro de las pirámides. Cierto es que el veneno de una persona puede ser el alimento de otra y no todos tenem os idénticas necesida des bioquímicas y bioeléctricas. A pesar de estas diferen cias individuales, nunca hemos sabido de alguien que re ciba algún daño de la energía piramidal. Sin embargo, hay algunas personas que han informado tener sensa ciones de inquietud o que han sufrido dolores de cabeza estando dentro de la pirámide, pero no estam os del todo seguros de que esos síntom as tempranos no fueran sim plem ente un ajuste positivo. Ya que hay diferencias in dividuales, ¿cómo explicam os que la pirámide haga estos ajustes? No todos marchamos al son de la misma música, pero nuestros cuerpos y m entes pueden seleccionar cier tas fuerzas y frecuencias que son benéficas y rechazar las que no lo sean. E sta teoría presume que el cuerpo y la m ente gravitan hacia la salud más bien que hacia la en fermedad; muchos doctores al igual que los místicos están de acuerdo con ello. Otra posible explicación es que hay fuerzas inteligen tes que supervisan y guían el trabajo de las pirámides. E sto no es tan difícil de aceptar si podemos ceer que en el
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análisis final todo es conciencia. Indudablem ente es po sible abusar de la energía piramidal y se puede emplear, digamos, para propósitos egoístas como el poder de hacer dinero. Y a pesar de todo, uno no puede dejar de pregun tarse que si esto fuera un objetivo personal, la pirámide trabajaría para ayudar a lograrlo. Se nos dice que en este mundo todo tiene su antítesis, de tal modo que tal vez hay en algún sitio una antipirámide, o tal vez hay una fuerza que trabaja contra el bienestar de la humanidad. Si es así, sería agradable pensar que permanecerá enterrada para siempre. No hemos encontrado pruebas de que las pirámides di señadas según el modelo de la Gran Pirámide puedan ser usadas para propósitos malignos, y recordamos a nuestro amigo que trató de tener pensam ientos deprim entes den tro de la pirámide y no pudo lograrlo. Es posible que la pirámide trabaje para nosotros, con o sin nuestru ayuda.
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El néctar de los dioses
El agua, conocida por el hombre antiguo como uno de los cuatro elem entos del universo, todavía es un m isterio después de todos estos siglos. Una de las principales fuen tes de la vida, tam bién fue el origen primario de la des composición, reacciona tanto en función de base como en la de ácido. La primera fórmula química enseñada a un estudiante de esta m ateria en la escuela secundaria es la del agua y sin embargo las publicaciones científicas más form ales también producen artículos en cuanto a la natu raleza de su estructura. ¿Qué es el agua? Es algo tan fácil como preguntar ¿Qué es la vida? Aproximadamente 65 % del contenido del cuerpo humano es agua, al igual que de la superficie del mundo. La vid aóigan icaseorigin óen el agua y las m ism as células de nuestro cuerpo son virtualmente organism os marinos, en realidad son diminutos anim ales acuáticos que solamente existen cuando están rodeados por el agua. Junto con el aire, el agua debe estar presente en todos momentos para alim entar la vida. En la actualidad existen en América y particularmente en Europa sitios fam osos por sus aguas curativas. A 107
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menos que desechem os todos los casos como un fenómeno sicosom ático o espontáneo, o se atribuye el éxito a algún factor, ocurren curaciones. ¿Se trata sim plem ente de un “lavado ” de las enferm edades o hay alguna cualidad den tro del agua que la hace diferente de las aguas que con sumimos cotidianam ente en el servicio doméstico? De acuerdo con el yoga, no toda el agua es igual, dependiendo del Prana o fuerza vital que contenga. En un pequeño volumen, Tke Practical Water (.'uve as Practiced in India and Other Oriental Gouwtries, yogui Ramacharaka dice: “ El Prana que está dentro del agua, debe ser transm utado y convertido a otra forma de ener gía que tenderá a vigorizar y fortalecer el cuerpo humano, aliviar los desórdenes físicos y promover la salud y el vigor'’. El agua bendita es algo diferente de la ordinaria para una persona de creencias religiosas." ¿Acaso el bautism o transm uta las propiedades hum anas de un modo que no se lim ita únicam ente a los estados de la mente? ¿Hay algo más que m inerales y calor en el agua de los sitios famosos por sus m anantiales de aguas termales? ¿Qué fue lo que supo Pon ce de León acerca de una “fuente de la juventud’'7/Tal vez su base de información fue más precisa en cuanto a las cualidades que en cuanto a su ubicación. ¿Hay algo extraño en el agua limitada por el “Triángulo de las Berm udas”? ¿En el agua de los m anantiales de las M ontañas Rocosas existe otra cosa adem ás de una satu ración de sales minerales? ¿De qué modo una pirámide puede alterar la estructura del agua para que pueda vita lizar la piel cuando se usa como loción? De acuerdo con Lyall Watson en Su per Na ture, el agua es extrem adam ente flexible y los tenues eslabones entre sus átomos la hacen tan susceptible a la menor presión externa que puede destruir esos eslabones cambiando sus patrones. “Pueden ocurrir inm ediatam ente reacciones biológicas con muy poco gasto de energía, por lo que una sustancia disparadora como el agua es el vehículo ideal”. Watson afirma para apoyar su teoría que el agua no sola-
P irám id es u tilizad as p a ra a lm a c e n a r agua.
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m ente se conduce de este modo dentro de una planta o animal, y que las fuerzas externas no solam ente cambian la forma del agua dentro de un organismo, sino que el agua en sí puede ser influida de este modo. Giorgio Piccardi, director del Instituto de Química Física de Florencia, encontró que reacciones químicas tienen lugar con más rapidez cuando hay una erupción solar y que se pueden medir cambios en el campo magné tico de la Tierra. Los cambios a largo plazo indicados en una gráfica formaban una curva exactam ente paralela a la de la secuencia de las manchas solares en un ciclo de once años. Los descubrim ientos de Piccardi con la precipi tación de una sustancia química demostraron que esta precipitación siempre tenía lugar a la velocidad normal debajo de una pantalla de cobre. La pantalla evidente m ente aislaba dichos experim entos de las influencias ex ternas. En The S ver el. Power of P y ni mida descubrimos nues tros experim entos con la conducta de las plantas dentro y fuera de nuestros modelos de pirámides. Tanto las plantas experim entales como las de control se observaron por medio de fotografía de tom as interm itentes. Las plantas dentro de las pirámides sufrieron un pronunciado giro moviéndose hacia el Oeste, trazando un arco hacia el Sur y volviéndose hacia el E ste cada hora con cincuenta minu tos. Este patrón, con muchas plantas y m uchas pirámides, continuó desde los comienzos del experim ento en el otoño de 1971 hasta julio de 1974, cuando las plantas terminaron su danza, permanecieron inmóviles durante algunos días y después empezaron a moverse en dirección Norte-Sur. Después de una semana, sin embargo, las plantas nueva mente detuvieron su movimiento. En los momentos de escribir este libró, las plantas permanecen más o menos en suspensión animada. Perplejos por el súbito cambio del fenómeno, explora mos toda clase de explicaciones: clim áticas, estacionales, diferencias am bientales, y así por el estilo. Sin embargo, ahora nos parece que la mejor explicación está en la re
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lación entre la conducta errática de las plantas con el punto más bajo en el ciclo de once años de la actividad de las m anchas solares. N uestra hipótesis es que al aum en tar la actividad de m anchas solares, las plantas iniciaran nuevam ente su dunza. Sin embargo, las plantas de control fuera de las pirámi des mostraron pocos m ovimientos en cualquier momento en el periodo experim ental y esto nos lleva a creer que la pirámide amplifica las influencias solares o cósmicas sobre las plantas. Cuando se colocó una pantalla de alu minio en el lado occidental de las plantas el movimiento se inhibió. E sto parecía indicar que el metal actuaba como un agente bloqueador o que absorbía las fuerzas que influían. En cualquier caso, los resultados fueron tan sem ejantes a los de Piccardi que parecería razonable presum ir a estas alturas que la propiedad que sufría in fluencias en la planta era su contenido de agua. En Tke Coamic Cloclcs, Michel Gauquelin afirma: “En el Centro Nacional de Experim entos Atmosféricos, en Boulder, Colorado, W. H. Fisher y sus ayudantes han demostrado que la estructura del agua es extrem ada m ente sensible a los campos electrom agnéticos. E s a tra vés del efecto de esos sutiles campos de fuerza que el cosmos modifica las propiedades del agua”. Gauquelin propone que los experim entos de Piccardi tienen vastas implicaciones y afirma: “El agua no es so lam ente el líquido de nuestra Tierra, es también el lí quido de nuestras vidas. Los organism os vivientes están expuestos al cosmos como están los coloides en sus probe tas de laboratorio. Las fuerzas cósmicas actúan sobre ellos a través de la mediación del agua contenida en sus cuerpos”. E sta investigación indica que la estructura del agua no es estática sino dinámica y que está sujeta a una varie dad de influencias. Y podemos creer por la evidencia de nuestra investigación y la de otros, que el agua colocada dentro de las pirámides sufre alteraciones que son per ceptibles.
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Rn The Secret Power of Pyramidx, mencionamos que el agua conservada en una pirámide durante dos sem anas fue utilizada por Inez P ettit como loción facial. Se eliminó el uso de todo otro tipo de cremas y cosméticos. Después de cinco sem anas, sus amigos empezaron a decirle: “ínez, ¿qué usas en tu rostro? tu piel se ve muy radiante”. Algunas personas nos lian dicho que han usado el agua de pirámide en sus cabellos y están convencidas de que lo hizo más dócil y dúctil. El pelo de Ed Pettit se le había empezado a caer cuatro años antes de que decidiera tra tarlo una vez al día con agua de pirámide. Ahora su pe luquero tiene que cortarle el pelo con más frecuencia. Se nos ha informado que el agua de pirámide estim ula el crecimiento del pelo cuando se usa como enjuague. Aparentem ente el agua sufre un proceso de madura ción dentro de la pirámide. Hemos encontrado que al canza su nivel óptimo de retención de energía entre diez días y dos sem anas. Esto se determinó probando el agua en plantas y midiendo su tasa de crecimiento. Pueden usarse recipientes de plástico, cerámica o vidrio. Aparen tem ente, son igualm ente efectivos. Los recipientes debe rán cubrirse con algo que no sean tapas de m etal. La leche suspendida desde el ápice de una gran pirámide exterior rápidamente se agrió cuando se colocó encima una pantalla de aluminio. Parece que el metal absorbe algo del espectro de ener gía. Ya que tarda varios días la saturación del metal, cuando deja de actuar como agente bloqueador, este lapso es demasiado largo para que la leche conserve su frescura. Si esto ocurre con la leche, creemos que el agua también se afectará con la presencia del m etal. Al igual que con otros objetos, el recipiente del agua deberá colo carse debajo del vértice de la pirámide. Para ser más efectivo, el recipiente no deberá ocupar mucho del volu men de la pirámide. Por ejemplo, la altura de una pirá mide no deberá tener menos de 40 cm de altura para el tratam iento de 4 1 de agua. Se pueden poner hasta 30 1de agua en una pirámide que tenga una altura de 1.80 m.
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El agua es uno de los modos m ás efectivos y sim ples para llevar a cabo la invesigación de las pirámides. Ya que el agua aparentem ente toma la carga de la energía piramidal, puede usarse también como una pirámide sus tituto. Esto permite que el experim entador haga un mayor número de pruebas al mismo tiempo y ofrece una mayor flexibilidad en el experim ento. Indudablem ente, hay propiedades que se generan dentro de la pirámide y (pie no son capturadas por el agua. Sin embargo, la am plitud que permite el uso del agua en vez de la pirámide directam ente es lo suficientem ente im portante para mu chos propósitos. Las pruebas que el experim entador puede llevar a cabo directamente son beber el agua de la pirámide en vez del agua del grifo; usar el agua tratada como loción facial; lavarse o enjuagarse el pelo con agua de pirámide; lim piarse los dientes con esa agua; y todo lo que se quiera intentar ya que el agua es ciertam ente inofensiva. Tam bién puede usarse como bálsamo para tratar cortaduras y lesiones simples. Durante el invierno, cuando el aire está incómodamente seco dentro de los hogares, se pue den colocar en sitios adecuados bandejas con agua de pirámide para perm itir que se evapore aum entando de este modo la humedad y tal vez impartiendo en el am biente algo de su frescura. Por supuesto, estas pruebas son de naturaleza subjel iva y tal vez se desee som eter el agua tratada dentro de las pirámides a algunas pruebas en el laboratorio local. Al mismo tiem po pueden probarse otras dos muestras: agua fresca de la misma fuente y una m uestra de control que haya sido tom ada al mismo tiempo que la prueba experim ental y que se haya conservado en un recipiente Idéntico durante el mismo periodo de tiempo. Mejor aún, la muestra del control deberá colocarse dentro de una erija del mismo volumen y construirse con los mismos m ateriales que la pirámide. Será interesante ver si los amigos pueden seleccionar el agua tratada del agua del grifo, pero hay que asegu
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rarse que ambas estén enfriadas a la misma tem pera tura. También se puede hacer una prueba con los anim a les domésticos colocando dos recipientes con agua, la tra tada y la no tratada, y ver cuál es el agua que eligen. También pueden llevarse a cabo con facilidad experi mentos con el agua tratada y las plantas. Selecciónense cuatro sem illas de ñores o verduras; pónganse dos de cada una en tiestos idénticos llenos con el mismo tipo de tierra; riégúense uno de ellos con el agua de pirámide y el otro con agua común y corriente. Ú sese exactam ente la misma cantidad de agua en cada planta. Anótese cuá les de las sem illas germinan primero y después de que las plantas tengan entre dos y cinco centím etros de altura mídase su crecim iento dos o tres veces por semana. Ú sese agua de pirámide en las plantas caseras. También hemos observado que conserva las ñores cortadas mucho más tiempo que si se pusieran en agua no tratada. Xo lo hemos intentado nosotros pero puede ser intere sante probar el agua de pirámide en los acuarios, tal vez sea saludable para la vida marina. Si es posible, se puede colocar un segundo acuario para control y colocar peque ños peces en ambos tanques para poder comprobar su tasa de crecimiento. Otros experim entos que se pueden realizar son poner agua de pirámide en las baterías, tratar la cantidad sufi ciente de agua como para poder llenar la tina del baño con ella y darse un baño vigorizante, o mejorar el sabor de bebidas como el té y el café con el uso de agua de pirámide. El aguu juega tantos papeles en nuestras vidas que es interm inable el número de experim entos que pue den hacerse. Otra ventaja de usar el agua como una pi rámide sustituta es que cuando se viaja se puede llevar consigo una botella llena de agua de pirámide. El agita de pirámide parece tener un sabor más dulce y fluye más fácilmente en el estómago, descargando un flujo de energía cu el plexo solar de modo t mnediato. Afirma T. M. de Denver, Colorado, en una carta.
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E sta es una observación muy interesante, porque el plexo solar está considerado como una de las siete cholera* o centros de energía en el hombre, tal como se describe en el capítulo El fuego de la serpiente. El plexo solar es supuestam ente el recipiente de la energía solar y en el yoga este centro se asocia con el fuego. Una de las defini ciones ofrecidas para la pirámide es la de “fuego en el centro”. La “Cámara del Rey” en la Gran Pirámide está ubicada en el centro del volumen de la pirámide, y el plexo solar está ubicado en el centro del cuerpo humano. El agua y el fuego tienen cualidades opuestas y el “fuego en medio de la pirámide” puede ser por lo tanto atraído hacia el agua, generando un cambio. “El Prana satura toda gota de agua, aunque en grados distintos. El agua corriente fresca contiene una propor ción mucho mayor de Prana que el agua estancada. Del mismo modo el agua contenida en cisternas, tanques o vasijas ha perdido mucho de su volumen original de Prana”, explica el yogui Ramacharaka en el libro mencio nado anteriorm ente. El agua hervida y destilada, de acuerdo con Ramacha raka ha perdido mucho de su Prana y sugiere que éste se restaure pasando el agua por el aire, vertiéndolo de una vasija a otra, esto aparentem ente la airea. “El agua parece cargada” nos dice la gente. Casi sin fallar son capaces de detectar cuál m uestra de agua ha sido conservada dentro de la pirámide. Y Ramacharaka afirma que el agua “cargada de Prana tendrá un efecto ligeram ente vigorizante y de estím ulo que está ausente en el agua ordinaria. Las personas que desean anular su necesidad de estim ulantes alcohólicos encontrarán que es mucho más fácil hacerlo si toman agua cargada de Prana como bebida corriente...”. La similitud entre los resultados informados acerca del agua de pirámide y lo que Ramacharaka llama el agua “cargada de Prana" puede observarse en una carta que recibimos recientem ente y en la cual un decorador de interiores de cuarenta años de edad nos decía:
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“Soy un alcohólico. No pude aceptar este hecho hasta que se agotaron todas las otras explicaciones. Ahora estoy dejitro de un grupo de ayuda mutua y sigo una dieta especial; pero hace tres semanas empecé a beber agua de pirámide cada vez que tenía, sed de bebidas espirituosas y honestamente creo que me ha propordonado alivio". En The Cuide to P yram id Energy, Bill Kernell y Kathy Goggin afirman: “A propósito, algunos de nuestros expe rimentos más interesantes han sido los realizados con camarones. Hemos creado por lo menos una docena de generaciones de estos cam arones, siempre con los mismos resultados. Asegurándonos de que tanto los que se crian dentro de la pirámide como los que usam os para control están en am bientes tan idénticos como nos es posible, hemos encontrado que el agua de pirámide y el hecho de colocar una pirámide sobre el tanque de prueba prolonga considerablem ente la vida de los camarones. En casi todos los casos, el grupo de control vivió un máximo de seis o siete sem anas y el promedio de ellos menos. En todos los casos, los cam arones dentro de la pirámide no solam ente sobrevivían sino que también cre cían hasta un tam año dos o tres veces mayor...” En otra parte de sus libros afirma: “Los Á ngeles, como muchas ciudades, potabiliza el agua por medio de cloro. Después del tratam iento con la pirámide, el agua pierde su sabor a cloro y definitivam ente adquiere un sabor más dulce”. Hace m ás de doscientos años se descubrió que el agua sufre un cambio estructural cuando se som ete a una carga eléctrica. En 1747 el abad francés Jean Antoine Nollet, pesó cuidadosamente gorriones, palomas y gatos y encon tró que perdían peso con más rapidez si se les electrifi caba. Frutas, carnes, vegetales y dem ás pierden peso y se deshidratan dentro de las pirámides. Sin embargo, los experim entos de Nollet aparentem ente fueron llevados a cabo en plantas y anim ales vivos. La pérdida de peso por
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electrificación puede aplicarse al fenómeno de la pirámide solam ente en parte. Los anim ales y plantas vivos no pier den peso como resultado de su estancia en la pirámide. Sin embargo, algunas gentes han reportado pérdida de peso después de pasar algún tiempo dentro de las pirámides. Pero todas estas personas deseaban perder peso. Quizás fue un pensam iento positivo de su p aite, pero si pudiéra mos presumir que el cambio fue debido al fenómeno de las pirámides, podíamos preguntarnos si las pirámides ope ran equilibrando el cuerpo. Aquellos que no están sobre pasados de peso 110 lo perderán, pero tampoco queremos decir que la pirámide es una máquina para reducir el peso. Puede haber m uchas personas que deseen perder algunos kilos pero tendrán que encontrar un modo más exte nuante que estar sentados dentro de la pirámide. No sa bemos gran cosa de este aspecto, pero en forma muy cons tante hay personas que nos informan que se sienten mejor después de que han usado la pirámide... por lo que tal vez. al llegar a ser más felices, ya no pueden expresar sus frust raciones comiendo en demasía. La pirámide parece inyectar alguna propiedad benéfica en el agua, ya que las plantas medran con ella. “En todas nuestras pruebas com parativas”, dicen Kerrell y Goggin, “las plantas que recibieron agua de pirámide mostraron un mejor crecimiento y en general se veían m ás saluda bles que las plantas de control que recibían el agua direc tam ente del grifo... el uso de agua de pirámide en las flores cortadas las hará conservarse durante más tiempo. M ientras están dentro de la pirámide no se desprenderán los capullos ni los pétalos”. Frecuentem ente se concede crédito a los anim ales en el sentido de que saben qué es lo que más les conviene para su salud y que sí se les da a elegir, invariablem ente esco gerán el agua de pirámide. Se dice que TaraceIso recogía el rocío de las plantas durante las diversas configuraciones de los cuerpos ce lestes, creyendo que el agua Conservaba la energía de esas combinaciones planetarias.
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Un discípulo moderno de Paracelso, el doctor Edward Bach, propuso que cada gota de rocío contenía alguna de las propiedades de las plantas en las que descansaba. Creía que las plantas tenían poderes definidos y que estos poderes se transm itían al agua aprisionada en su superficie. Ya que el recolectar gotas de rocío puede ser bastante cansado, Bach decidió mejor poner las flores en un recipiente con agua fresca. Bach produjo un total de treinta y ocho remedios y mucha gente de este país, pero particularm ente en Ingla terra, todavía tienen la costumbre de curar por medio de “las gotas de Bach”. Uno de nuestros am igos de California ha administrado las gotas durante muchos años a sus pacientes en una granja de recuperación. A. E. Powell explica en The hJtheric Double que el ‘agua bendita’ usada en ciertas iglesias cristia n a s ofrece un claro ejemplo de magnetismo, ya que el agua se carga fácilm ente con fuerza magnética. Las instruccio nes dadas en el rito romano hacen evidente que primero se necesita que el sacerdote exorcice el agua y la sal, es decir, que los limpie de todas las influencias m alignas, y que después, haciendo el signo de la cruz, dé la bendición a los elem entos, esto es, que les adjudique su propio m agnetism o, estando esto encaminado a alejar los malos pensam ientos. No puede menos que recordarse lu referencia de Ramacharaka en la combinación de agua y fuego en la afirmación de Powell: “Vale la pena notar que la sal con tiene cloro, un elem ento ‘ardiente*, y que por lo tanto la combinación del agua, el gran solvente, con el fuego que es el gran consumidor, es altam ente efectiva como agente purificador. Ideas muy sim ilares se encuentran en la base de mu chas otras cerem onias de la iglesia cristiana, tales como el Bautismo, en la cual el agua se bendice y se hace el signo de la cruz sobre ella... en la Eucaristía, donde el vino tiene una influencia muy poderosa sobre los niveles astrales elevados, en tanto que el agua envía nuestras
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vibraciones etéricas”. Al discutir la Unción de agua ben dita en la cabeza Powell explica: “Además el agua m ag netizada, al tocar la frente, impulsa violentam ente la vi bración en la m ateria etérica, estim ula el cerebro y, a través del cuerpo pituitario y por medio del cuerpo ma terial afecta el cuerpo astral. Si el agua es el perfecto medio disparador, como afirma Lyall, parecería servir como un excelente agente de al m acenam iento para la energía piramidal. No es muy fac tible, sin embargo, que algún otro medio pueda capturar totalm ente todos los poderes de la pirámide... al menos que el medio sea el hombre, quien es el único que, según se nos dice, contiene todos los niveles que se pueden ex presar en el universo.
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Más allá de las drogas
Hace alrededor de ciento veinticinco años el médico bostoniano Oliver Wcndell Ilolrnes escribió acerca de la m ente inconsciente, muchos años antes de que Freud ini ciara sus investigaciones sobre este tema. Holanes expe rimentó eiy*í mismo las tentaciones m entales provocadas por la inhalación del éter y publicó la siguiente descrip ción: “ En una ocasión inhalé una dosis bastante grande de éter, con la determinación de registrar, lo más pronto posible después de recuperar la conciencia, todos los pen sam ientos que hubiera encontrado en mi m ente. La po derosa música de la marcha triunfal hacia la nada rever beraba en mi cerebro y me llenaba con una sensación de infinitas posibilidades, que me hacían un arcángel en ese momento. El velo de la eternidad se levantó. La única gran verdad que descansa en la base de toda experiencia humana, que es la clave para todos los m isterios que la filosofía ha tratado de responder en vano, apareció ante mí en una súbita revelación. De allí en adelante todo era 120
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claro: unas cuantas palabras habían elevado mi inteli gencia al nivel del conocimiento de los querubines. Al volver a mi estado normal... escribí... la verdad omnipo tente que brillaba en mi conciencia. Las palabras fueron estas (los niños pueden sonreír los sabios liarán conjetu ras): se siente todavía un fuerte olor a terpentina” Hemos sido espectadores de la escena de las drogas durante algún tiempo; en años recientes los sicodélicos, que van desde el LSD hasta el cem ento de zapatero y las cáscaras de banana secas, se han introducido firmemente en nuestra cultura. Las implicaciones de un movimiento abarca directam ente alrededor del 50 % de nuestros jó v e nes son tan vastas como complejas y ciertam ente están fuera del alcance de este libro. Debe m encionarse aquí, sin embargo, ya que hemos sabido de una posible solu ción al problema de las drogas. Muchos jóvenes nos han llamado, nos han visitado o nos han escrito para decirnos que después de haber iniciado sus periodos de meditación dentro de las pirámides han perdido su interés por las drogas. "No las dejé sino que ellas me dejaron”, es una afirmación típica y parece implicar que este cambio de la situación es algo que sucede sim plem ente y no que ocu rre con premeditación. Por supuesto, debe haber existido un fuerte «leseo inconsciente de alejarse de las drogas, pero la mayor parte de los jóvenes con los que hemos hablado han señalado que no tem an intenciones de aban donar su viaje sicodélico y sustituirlo por la meditación en la pirámide. Iniciaron la meditación sim plem ente como una experiencia más. Tin estudiante de 17 años de Galveston, Texas nos es cribe: Probé el LSD varían recta pero en realidad no me puntó. Lo abandoné y empece con la marihuana, con ella duré más de un año. Leí su libro El poder secreto de las pirámides y decidí construir una. La coloque en mi recámara y empecé a dormir dentro de ella. Al pri ncipio la marihuana me parecía buena den tro de la pirámide, pero después empezó a desaparecer su efecto.
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encontré que ya no podía “entrar en trance" con la marihuana y descubrí que ya no la necesitaba. La sensación de estar dentro de la pirámide es mejor que la de la marihuana. Ahora puedo dispo ner de mi dinero para otras cosas. Tim Leary, el sumo sacerdote de la sicodelia, en al guna ocasión afirmó que el LSD debería usarse para lle var a sus usuarios más allá de la necesidad de la droga. La historia del uso de las drogas no parece coincidir con este aforismo, pero hay m uchas cosas excitantes que pueden servir como una alternativa para las drogas. No todas las situaciones excitantes son iguales, del mismo modo que no todos los estados alternativos de conciencia son el sum adki. Aparentem ente, hay algunas diferencias definitivas entre los asomos transitorios y distorsionados de los rincones ocultos de la m ente y los estados elevados de la conciencia, que pueden realizarse a través del es fuerzo y del perfeccionamiento. Es muy posible que haya otros paralelos, ya que en ambos casos la activi dad cortical se ha minimizado y han entrado en juego otros estados de la mente. Una parte de la actividad emocional, la sensibilidad y la agudeza visual son sim ila res, ya que se cruza un terreno parecido. Pero el mapa no es el viaje, y asom arse a la ventana no es lo mismo que vivir en una habitación determinada. Un exam en más cercano de las experiencias de las drogas y las verdade ras experiencias m ísticas pueden ofrecernos algún cono cim iento del porqué los constructores de pirámides pu dieran reemplazar de modo saludable a los usuarios de las drogas. En Hiffher Consciousness se hace la siguiente pregunta a Gopi Krishna: “¿Cuáles son las características esencia les de la experiencia m ística auténtica y cómo se le puede distinguir de las experiencias causadas por las drogas alteradoras de la m ente, como la m escalina, el hachís y el LSD?”. Él responde: “En primer lugar, la experiencia m ística es de tal modo avasalladora que transform a la personali
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dad... E s desilusionante que todavía exista la creencia de que los estados alterados de la mente, provocados por la ingestión de drogas como el hachís o el LSD. correspon dan de algún modo a la genuina experiencia mística. Debe bastar decir que aunque estas últim as son inexpre sables, se puede dar una imagen aproximada al descu brirlas como la percepción más elevada de la gracia, be lleza, grandeza, armonía, paz, amor, inspiración y felici dad; combinadas todas en un grado tan intenso que la mente puede vacilar ante el estupendo efecto del éxtasis. La experiencia de las drogas, por otra parte, es excitante y desorientadora m ás bien que integradora. No está in tegrada con la conciencia normal y lanza al ego a fanta sías y a percepciones distorsionadas, creando afición y ne cesidad, y no una transform ación creativa. La experiencia m ística genuina suele tener un efecto permanente en la m ente y tiene una acción transform a dora en toda la vida. Lleva a la creencia inconmovible de lo existencia de Dios...”. William Jam es habla de las experiencias con las drogas en Variaties o f Religious Experience: “El óxido nitroso, •Miando está suficientem ente diluido en el aire, estim ula la conciencia m ística en un grado extraordinario. Una i r a s otra las verdades profundas parecen revelarse al in halador. E sta verdad se desvanece sin embargo, o escapa •*n el momento de volver a la conciencia; y si quedan algunas palabras en las cuales parezcan envolverse, re s u l t a n ser en realidad ideas sin sentido...”. En los capítulos previos hemos discutido varios aspeei de la conciencia que no necesitam os repetir aquí como referencias» sin embargo, podríamos especular que las drugas tienden a reducir la eficiencia de la válvula redoctora cerebral, como la llam a Huxley y, “cuando el ce rebro carece de azúcar, el ego subalimentado se debilita, no puede tom arse la m olestia de emprender las tareas iiiH'itsarias y pierde todo interés en aquellas relaciones •"quiciales y tem porales que son tan importantes para el imftierzo de un organism o que se enfrenta al mundo...”.
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Con la m ente racional fuera de control y la concien cia orientada hacia el hem isferio derecho, el observador puede funcionar en niveles intuitivos o tketa y desde este punto ventajoso el mundo será menos lógico pero consi derablem ente más glorioso. “Si las puertas de la percep ción se despejaran, todo aparecería ante el hombre como es en realidad: infinito”, proponía William Blake. El pro blema por supuesto, es qué se debe entender por “despe jado”. Cuando se usan drogas como combustible para que el individuo alce el vuelo hacia el espacio interior, la ex plosión química en la m ente fracasa en provocar la tras mutación y nuevam ente descendem os hacia la tierra, sor prendidos, pero sin haber alcanzado un estado trascen dental. “Los vedantistas dicen que tal vez se puede esporádi cam ente tropezar con el superconsciente, sin ninguna disciplina previa, pero esta será una experiencia im pura”, dice William James. “La prueba de su pureza, como nuestra prueba de los valores religiosos, es em pí rica: sus frutos deben ser buenos para la vida. Cuando un hombre sale del sam adhi, nos asegura que se ha conver tido en un ‘iluminado’, sabio, profeta, santo, ha cambiado totalm ente su carácter asi como su vida, que de allí en adelante será iluminada”. Vivekananda nos dice en el Raja Yoga: “La m ente en sí tiene un estado más elevado de conciencia, más allá de la razón, un estado superconsciente, y cuando la mente pasa a ese estado más elevado, entonces le llega este co nocimiento más allá del razonamiento... Es cuando la verdad brilla en todo su espledor y cuando sabem os -y a que el «am adhi existe potencialm ente en todos noso tros- que verdaderam ente somos libres, inm ortales, om nipotentes y desligados de lo finito...” Como parte del personal del fiscal general en K ansas, y actuando como director de Asuntos Juveniles, y como miembro del Departam ento de Siquiatría Preventiva de la fundación M enninger durante varios años, yo (Schul) tuve oportunidad de trabajar con personas que tenían
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problemas con las drogas. Durante algún tiempo me de diqué a enseñar a meditar a los jóvenes adictos que fre cuentaban la Carriage House, un lugar de a se sor am ion Lo y consejo patrocinado por la Fundación Menninger. Sería una afirmación dem asiado positiva decir que ninguno de estos individuos obtuvieron beneficios de sus experien cias con las drogas. E s bastante probable que algunos obtuvieran ciertas visiones, pero nunca conocí a un indi viduo que se volviera más ingenioso, m ás inventivo, mejor escritor o artista, o el orgulloso poseedor de las virtudes hum anas descritas por Krishna, James, Vivekananda u otros, debido al uso de las drogas. He visto a artistas que pintan de modo diferente, a causa de las drogas, pero en mi opinión no lo han hecho mucho mejor, aunque puede haber críticos de arte que estén en desa cuerdo conmigo. La expresión creativa no fue uno de los puntos fuertes de Richard Alpert durante el tiempo que fue drogadicto. Su creatividad tuvo que esperar hasta que lo expulsaron de Harvard, junto con Tim Leary y viajara a la India donde descubrió los estados místicos verdaderos y cambió su nombre a Baba Ram Das. Hemos tenido algún éxito con personas que han aban donado las drogas después de iniciarse en la meditación. Las personas que practican la meditación trascendental han logrado algunos éxitos im presionantes en este as pecto y, en la actualidad, se hacen varios estudios sobre el fenómeno. El campo de la biorretroalimentaeión ha informado éxitos sim ilares; em pezamos a saber que el efecto de la meditación dentro de las pirámides puede lograr en gran medida lo mismo. “He construido pirámides para muchos jóvenes y algu nos de ellos me han dicho posteriormente que han aban donado la droga”, nos dice Joe Wall de Mihvaukee. “Ob viam ente estaban más estables y parecían ser mucho más felices así como tener una orientación en sus vidas”. La m editación, la biorretroalimentaeión, las experien cias con el espacio piramidal parecen servir al proposito
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de promover el relajam iento, la introspección y el aleja miento de la conciencia de los estím ulos externos, el ego y su aproximación a niveles más elevados de la m ente. Un verdadero desfile de personas ha llegado hasta nuestro estudio para preguntar si podían sentarse du rante algún rato en alguna de las pirámides. Yo (Pettit) los animo a que lo hagan y me ha sorprendido cuántas de estas personas han procedido a construir sus propias pi rámides. Sería difícil im aginar que lo hicieran si no hu bieran experim entado algo diferente dentro de ellas. La falta de sueño y de actividades sensoriales causa alucinaciones de cierta m agnitud, creando escenas y un desfile de figuras que a su creador le parecen reales. Pero cuando se extinguen, su inmortalidad solam ente dura al gunos vagos segundos en la m ente del soñador y nunca más resucitan. Aun aquí existe la posibilidad de que se pueda seguir a estos fantasm as más allá de sus formas y que se penetre a estados trascendentales, pero esto nece sita los talentos de alguien que haya aprendido el secreto de no dejarse engañar por los fenóm enos visuales. Indudablem ente hay muchos modos de ver el mundo -en coches, en barcos, aviones, a pie, a través de un teles copio, a través de un microscopio- y cada punto de vista presenta su propia realidad, o de un modo más preciso su porción de la realidad. Sería difícil descifrar cuál pers pectiva es la mejor o la más precisa. Sin embargo, hay modos de determ inar la valide/., el valor de una experiencia. Parece ser que la prueba defi nitiva sería el modo en el cual una experiencia ha in fluido en la vida de una persona. En tanto que una per sona ciega experim entará el mundo de un modo distinto de alguien que disfrute de la vista, así será en el caso de un individuo que tenga visión clarividente, sin embargo, siempre se vuelve al problema de qué influencia tuvo la experiencia sobre el individuo mismo. ¿Es esta persona mejor, más amable, m ás fuerte, m ás feliz, más compa siva, más sabia a causa de la experiencia? A fin de cuen tas, lo que una persona es nos dice todo lo que necesita mos saber acerca del valor de las influencias en su vida.
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Un clarividente contempla a un drogudicto y ve partes quem adas y en girones en el borde de su aura. Si observa a alguien que practique la meditación podrá ver un aura brillante y saludable y lo mismo ocurre con las per sonas que han usado la pirámide. E sto nos dice algo acerca de los métodos. Para nuestro conocimiento, nin guno de los grandes m aestros del mundo llegó a sus esta dos elevados por medio de la m agia química. E s muy pro bable que hayan hecho uso de las fuerzas benéficas de la naturaleza, y es probable también que pudieran utilizar estas fuerzas por el tipo de campo que irradiaban. El papel que juegan las diferentes sustancias alim enticias en la evolución del hombre y el modo en que la pirámide afecta a estos elem entos se descubrirá en el capítulo Al quimia nutricional. Nos hem os alarmado tanto con la conducta humana reciente que han aumentado nuestras discusiones acerca de la ingeniería operante -el uso de la tecnología para modelar a los seres hum anos- como el control remoto del cerebro con sondas eléctricas, la ingeniería genética, la alteración farmacológica de la personalidad y el control de la conducta con aparatos de vigilancia electrónica. El público se ha preocupado tanto por esto que el libro Beyand Freedom and D ig n ity, de un sicólogo de Harvard B. F. Skinner, que propone el control sistem ático de la con ducta como solución de los problemas sociales, alcanzó a convertirse en un éxito de librería y en su Biofeedback, Marvin Karlins y Lewis Andrews señalaron: “ En la reu nión de 1971 de la American Sychologieal Association, su presidente, Kenneth Clark, profesor en la ciudad de N ueva York, provocó encabezados de primera plana cuando dijo a los delegados que deberían adm inistrarse drogas antihostiles a los dirigentes políticos y militares para disminuir su propensión emocional a responder a la crisis internacionales iniciando una guerra nuclear. Clark también sugirió que hubiera un uso más amplio de drogas sim ilares entre los oficiales de menor rango e incluso entre los civiles”.
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¿Aterrador? Sí, especialm ente si se recuerdan las pro fecías de Huxley en Un inundo félis y se encuentra que tien den a convertirse en realidad con sorprendente preci sión... Y las opciones son las que siempre ha habido, que la toma de conciencia y control son prerrequisitos del control social. Los métodos de autoperfeccionamiento, tales como la meditación, son importantes porque ubican el poder del cambio y control en las manos del individuo, no de la autoridad externa. Si vivim os lo suficiente, ve remos como son olvidados los “Skinners" en la aurora de movimientos tales como la meditación trascendental. Nos gustaría creer que la investigación piramidal con tribuye a este último movimiento. Hemos descrito cómo la experim entación con el espacio piramidal contribuye al relajam iento, sensaciones de reposo interior, vitalidad, creatividad y meditación, y en los capítulos sobre El fe nómeno de las curaciones y El habitante interior se dis cutirá el uso de las pirámides para la salud física y mental. No tratam os de decir que el hecho de vivir y trabajar dentro de las pirámides sea la respuesta a todos los problemas del mundo, pero sentim os que las pirámi des pueden contribuir a sus soluciones. Cuando m ás de una madre nos dice que sus hijos son hiperactivos y están m ás contentos después de pasar un tiempo en una pirámide y cuando la gente nos dice que es imposible generar sentim ientos de hostilidad dentro de las pirámi des, creemos que eso merece algo más que una atención pasajera.
El fenómeno de la curación (primera parte) Va no recuerdo desde cuándo sufría de insomnio. Los nervios •lañados de mi brazo generalmente empezaban a palpitar des pués de que estaba en la cama durante algún breve tiempo. Asi sucedió durante meses. Empecé entonces a sentarme durtintc. cierto periodo diariamente en el interior de una pirámide, no ani mado por el placer sino más bien por ta desesperación. Estaba dispuesto a tratar cualquier cusa. íNo tengo idea. de lo que sucedió, tu ro el dolor ha disminuido considerablemente y la última noche pude dormir once horas de un tirón. IL sufrido de congestión de los senos frontales durante mu chos años, en ocasiones con características de gravedad. Dudo que haya una cura para ello. Pero sí puedo decirles esto: cuando >•tentó la cabeza congestionada, me dirijo a mi pirámide y la frecuencia que hay dentro de la misma o lo que sea, depeja la congestión. Ustedes me dicen que no están realmente seguros de por qué trabaja (a pirámide y yo me respondo: eso no importa en tanto que funcione. Dejo ese descubrimiento a los científicos; rnientni.t tanto, «80 lu mía para aliviarme de los dolores de espalda.
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Dolores de cabeza, artritis, huesos rotos, desórdenes estom acales. Tenemos un gran número de informes de personas que nos han escrito con referencia a las expe riencias que tienen de curas, alivio de dolores y sobre la sensación de mayor vitalidad y fuerza que atribuyen al uso de las pirámides. ¿Qué significa esto? ¿Tenemos que creer que las pirámides habrán de curar todos nuestros m ales físicos y mentales? Sería agradable creerlo. Unos trozos de madera son mas baratos que los crecientes cos tos que tenem os que pagar en gastos médicos y de hospi talización. Pero eso sería aspirar a sueños imposibles. Es necesario decir que lo m ás probable es que tenem os más noticias de aquellos que obtienen resultados que de los que no los tienen. Todos nosotros hemos conocido a personas que no parecen registrar resultados saludables benéficos bajo ninguna circunstancia. Han consultado a un verdadero ejército de médicos -alópatas o médicos convencionales, osteópatas, quiroprácticos, siquiatras, naturópatas hom eópatas- clínicas, curas, ejercicios, píl doras, hierbas, complementos dietéticos y prácticamente todo lo que sea natural o inventado por la m ente del hombre. Y todo sin resultado. Tenem os que presumir que en esos casos sus proble m as no son de origen físico y que por lo tanto no se re suelven con aplicaciones físicas. Tal vez tampoco sean sicológicos en el sentido tradicional, y agruparlas bajo la categoría de enferm edades sicosom áticas sería dema siado sim plista a menos que se defina el término con am plitud. Esa definición incluiría aquellas causas que sur gen de la m ente pero distintas de los conflictos por tem o res, m otivaciones inconscientes y cosas por el estilo. Si la pirámide genera un campo de fuerza que contri buye a las curaciones, tal vez no se aplique a algunas personas por las m ism as razones que han impedido que sea de utilidad la ayuda médica. La conclusión a la que se debe llegar es que todos estos métodos, incluyendo las pirámides, sim plem ente no han penetrado a la causa de la enfermedad o de la afección. E ste es el problema con el
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que uno suele tropezar cuando espera encontrar res puestas sim ples a las soluciones complejas. Las enferm e dades no pueden verse como un simple microorganismo (|ue ha penetrado en un cuerpo físico o como una enfer medad que es solam ente imaginaria. Con el advenim iento de la sicología y la posterior de finición de enferm edades sicosom áticas em pezam os a darnos cuenta que la causa de la enfermedad puede ser tanto m ental como física con los síntom as igualm ente vi sibles en el cuerpo físico. La aplicación de m étodos físicos a las causas debidas a fallas m entales no da resultados y viceversa. A principios de siglo se aprendió lo importante que era para el hombre tener una dieta equilibrada en vitam inas y m inerales. Si esos nutrientes estaban equili brados todavía podría haber problemas si no se produ jeran las suficientes enzim as para la digestión, o si no se produjeran o utilizaran los reguladores químicos del cuerpo, las hormonas. Además, se descubrió que algunas personas -por razo nes todavía desconocidas- producen reacciones hacia al gunos alim entos y term inan con alergias graves del sis tema nervioso central. Así, todos los aspectos mecánicos del cuerpo pueden estar en buena forma operativa y puede ocurrir que nada afecte la m ente inconsciente, pero a menos que las vitam inas, proteínas, minerales, carbohidratos, enzim as, hormonas, etcétera, estén de sempeñando sus papeles adecuados sin causar desórde nes nerviosos, no puede m antenerse la salud. En nuestro siglo, por consiguiente, la medicina se preo cupa por factores físicos, mecánicos, sicológicos y bio químicos, todos igualm ente capaces de producir desórde nes en la salud del cuerpo físico, pero en años recientes si* ha dado mayor atención a otros factores. Con la invennión de instrum entos de alta sensibilidad se descrubrió otra dim ensión del cuerpo humano -la dimensión eléc1 rica-. Se descubrió que el cuerpo humano no solam ente tiene corriente nerviosa, flujo sanguíneo y circulación linfática, sino tam bién una corriente eléctrica relacio
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nada con ello pero también separada de estos sistem as. Esta dimensión se ha estudiado con mayor atención con la popularización de la acupuntura en los países occiden tales. Los místicos han hablado acerca del flujo eléctrico dentro del cuerpo y en su vecindad inmediata durante siglos, pero han tenido que aguardar a que la acupuntura se incorpore a la medicina occidental y a la aparición de la fotografía kirliana para que se aprecien sus teorías. En la fotografía kirliana o de alta frecuencia, se usa una corriente eléctrica en lugar de la luz para exponer la película. Cuando se aplica una corriente de alta frecuen cia a una placa y película y se tom a una im agen de una parte del cuerpo, lo que se ve al revelar la película es una corona de campo eléctrico alrededor de aquella parte del cuerpo expuesta a la película. E ste campo cambia de acuerdo con los estados físicos, em ocionales y m entales y el proceso se está investigando actualm ente como nuevo instrum ento de diagnóstico. Tenemos entonces que adem ás de los factores mencio nados está la dimensión bioeléctrica y esto significa que junto con todo lo demás también los ingredientes eléctri cos o electrom agnéticos de la célula, tejidos, músculos, sangre, órganos, etcétera, tendrán que estar en buenas condiciones para que exista una buena salud. Al hacerse más y más evidente que todas las dim ensio nes del cuerpo están relacionadas, integradas e involu cradas en la salud, muchos doctores em pezaron a hablar acerca del método holístico humano, o de la medicina para la totalidad de la persona. Muchos médicos, osteópatas y quiroprácticos se han interesado en el método holístico, en número suficiente como para indicar que existe una tendencia. Hemos asistido a varias conferen cias médicas nacionales sobre el tem a holístico durante los recientes años y hemos notado una creciente partici pación por parte de em inentes científicos médicos. La últim a de estas conferencias a las que asistim os fue el Primer Congreso de Medicina Integrativa, patrocinado por la Academia de Parasicología de Medicina, que tuvo
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lugar en Tucsón, Arizona, del 8 al 10 de octubre de 1975. Científicos médicos renombrados como el doctor Roy Menninger. presidente de la Fundación M enninger, el doctor Malcolm Todd, presidente en 1974*5 de la American Medical Association. El doctor H ans Seyle, director del Instituto de Medicina y Cirugía Experim ental de la Uni versidad de Montreal y una autoridad reconocida inter nacionalm ente sobre el strena, apareció en el programa e hizo un llamado a sus colegas médicos para que pensaran en térm inos de tratar a la persona como un todo y no solam ente sus enferm edades Sin embargo, las dim ensiones de la medicina no term i nan aquí. Hay un creciente número de científicos y de otras personas bien informadas que nos dicen que para tomar el método holístico verdaderam ente debe tenerse en cuenta otro factor, el factor espiritual. Los teólogos han dicho esto durante largo tiem po pero ahora se les han unido los científicos; súbitam ente la ciencia, que al gunas personas consideraban la antítesis de la religión, se ha vuelto su apóstol. Hasta el advenim iento de la teoría de los campos unifi cados -que considera todo lo que existe en el universo como una forma de la energía, o más aún como una forma de la conciencia- los conceptos científicos de la materia no consideraban al espíritu en ninguna clase de relación con la sustancia física. El espíritu no existía dentro de la nomenclatura del científico. Si acaso se hablaba de él, era necesario ampararse bajo otro palio. El científico no to caba asuntos tales como la curación espiritual o la efica cia de la oración, ya que no había encontrado la prueba de un puente entre el espíritu y la m ateria, de ningún medio a través del cual el uno pudiera influir en la otra. En tanto que la sicología y el estudio de las enfermeda* des sicosom átieas habían demostrado claram ente los efectos del pensam iento y sentim ientos que no son m ate riales sobre el cuerpo físico, las influencias m entales y emocionales se contemplan como componentes químicos.
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Durante siglos los clarividentes y místicos han descrito el aura o cualidad etérica que invade y rodea todas las formas de vida y particularm ente la del hombre. Según ellos, esas propiedades etéricas o eléctricas son de gran importancia para la comprensión de la vida. Los estados físicos, m entales, em ocionales y espirituales del indivi duo, dicen ellos, se reflejan en el aura y determ inan en gran medida el estado de la salud. Sin embargo, dentro de las disciplinas científicas las auras no ocupan ningún lugar en lo que se refiere a da tos. Las visiones de los místicos se han ignorado en un campo donde sólo se perm itía el paso a los principios me cánicos y químicos. Pero la invención de instrum entos más complejos, debido en gran parte a las exigencias de la era espacial, empezó a introducir dim ensiones adicio nales a las formas de vida bajo estudio, y lo que no era existente de pronto se convirtió en una sustancia digna de ser investigada. El puente entre la m ateria y el espíritu ha sido cons truido. Dentro de una teoría de campos unificados, la energía se convierte en la base de toda la vida, ya se considere en forma sólida o espiritual. Cuando se descu brió que el campo de energía puede m anipularse por medio del pensam iento, la conciencia se convirtió en el principal agente de cambio. El poder de la m ente sobre la materia repentinam ente se convirtió en uno de esos he chos que tanto agradan a los científicos y que tuvieron que aceptar. Los campos de la sicología y las causas sico som áticas obtuvieron nuevas bases reales y los sicológos, biólogos, quím icos, síq u ico s y teó lo g o s se en co n traron bajo un mismo techo hablando sobre los factores espirituales de las curaciones. El tem a, según parece, era inevitable, como resultado natural de la cadena de acon tecim ientos. Con la conciencia en la posición central de común denominador, ya no pudieron exiliarse del labora torio los sistem as de valores, actitudes, todas aquellas actividades particularm ente hum anas. Los físicos reco nocieron la conciencia; la sicología alteró su posición de
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lo mecánico a lo hum anístico y aun a lo transpersonal; la medicina orientó hacia lo holístico. La ciencia y la reli gión se habían vindicado m utuam ente. Aunque esta discusión parezca alejarse de las pirámi des y del tem a de las curaciones, el exam en de los avan ces en la ciencia y la medicina tiene un efecto directo sobre nuestra comprensión del fenómeno de las pirámi des. No solam ente ilustra por qué la investigación de las pirámides ha captado la atención del público sino, afor tunadam ente, ofrece una explicación sobre por qué mu chos científicos consideran estas investigaciones no sólo como fenónenos curiosos aislados, sino también como otra área donde explorar los campos de energía. Hay otro aspecto de la causa-efecto de la enfermedad que debe explicar por qué algunas personas tienen pro blemas para descubrir las causas de sus afecciones de salud. E ste factor adopta una posición filosófica en m anto a la naturaleza de la enfermedad. Las enferm e dades o afecciones pueden considerarse como reflejos de un propósito oculto. Son parte de un designio y llenan un papel en la evolución del hombre. No es que uno deba resignarse a la enfermedad o que sea algo que se tenga que soportar. Por el contrario, la enfermedad puede ven cerse pero solam ente con ayuda del aprendizaje y el de senvolvimiento. Cuando se ha tenido el conocimiento de lo que pasa la causa ha sido satisfecha y los síntom as desaparecen. No solam ente es este uno de los conceptos de enfermedad, tal como se considera actualm ente en la medicina oriental, sino también como uno de los secretos de las antiguas escuelas herm éticas y que tiene influen cia sobre las creencias de los constructores de la Gran Pirámide. La medicina oriental se aferra a la creencia de que ludo lo que ocurre es con el propósito de aprender y esto incluye la enfermedad. Si una persona está enferm a, es debido a que tiene que aprender algo. La salud y la enf« rmedad están estrecham ente ligadas al concepto del horm a. El Karm a está estrecham ente identificado con la
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idea cristiana de* que uno cosecha lo que siembra. Sin embargo, la ley del K arm a se contem pla como la satisfac ción de la necesidad de equilibrio y perfección: lo que no se ha hecho deberá de hacerse; lo que no se ha aprendido deberá aprenderse, si el hombre aspira a la perfección. Con este punto de vista las enferm edades o aflicciones no ocurren debido a situaciones caóticas o no inteligentes. Por el contrario, todo tiene un propósito y un designio, en tanto que un germ en puede ser la causa física de una enfermedad, la causa inicial puede ser “kármica”. La responsabilidad final de la salud descansa en cada per sona. En tanto que el médico puede tratar el efecto físieo. el individuo es responsable de llegar a la causa, a la razón de la enfermedad. M ientras que la m ayoría de los científicos y médicos occidentales no están preparados para incluir la ley del Karm a en ninguno de los com ponentes esenciales para la salud y la enfermedad, hay una tendencia creciente a considerar al hombre como dotado de dim ensiones físicas, emocionales, m entales y espirituales en vez de ser sola m ente un compuesto mecánico bioquímico. La implica ción de este método es que la salud del hombre o la falta de ella involucra a todo el ser -físico, químico, eléctrico, emocional, mental y espiritual- y que atender solo un as pecto equivale a tratar con los efectos, no con las causas. Todo esto nos dice que ya no es aceptable dentro de la medicina occidental o dentro de la oriental la asunción de que la enfermedad es tan simple que una pildora, el corte de un escalpelo, una aplicación de diatermia, un buen pensam iento, una carga eléctrica o cualquier otro método sim plista va a darnos una respuesta completa. Será erróneo que alguien imagine que usar las pirámi des justifica tirar al cesto de los papeles los seguros médi cos. Pero también será poco realista, creemos, ignorar la evidencia de que ulgo sucede dentro de la pirámide que contribuye a las curaciones. La pirámide tal vez no sea la respuesta, pero puede ayudarnos a proporcionar algunas respuestas.
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El doctor William McGarey es director de la Clínica A. R. E. (Association for Research and Enlightenm ent) en PVjoenix. A m ona. Durante muchos años ha investigado y aplicado los principios m édicos de Edgar Cayce, el p rofeta d u rm ien te, q u e dio m illa r es de c o n fe rencias médicas antes de su muerte, en 1945. Ha encon trado que las cataplasm as con aceite de castor tienen un amplio uso como remedio. Él las em plea para una varie dad de problemas médicos tanto internos como externos. El doctor McGarey ha comprobado que funcionan muy bien pero hace una observación muy interesante con res pecto al éxito de las cataplasm as: señala que surten mejor efecto “cuando el paciente tiene una ‘conciencia de aceite de castor”'. Creemos que lo que el doctor McGa rey quiere decir es que la salud, en algún nivel es real mente un estado de conciencia. Esto no significa que todo funcionará en tanto se tenga fe en ello, implica que “el hombre es lo que piensa dentro de su corazón”, que nues tro mundo, incluyendo nuestro cuerpo, es una construc ción m ental. Esto nos lleva a lo que el doctor Elmer (¡reen afirmó: “Todo el cuerpo está en la mente, pero no toda la m ente está en el cuerpo”. Durante la primavera de 1975 asistim os a conferencias m terdisciplinarias de La sicología de la conciencia y es tudio de la sugestión, patrocinada por la Universidad de Pepperdine de Los Ángeles. Uno de los conferencistas fue el doctor Georgi Lozanov, director tanto del Instituo de Parasitología como del instituo dedicado al estudio de la sugestión, en Bulgaria y pionero de la parasicología en aquel país. El doctor Lozanov explicó que empleando los principios del estudio de la sugestión los sujetos de expe rimentación podían llevar a cabo tareas superiores a los talentos que se les suponían porque estaban convencidos •l< que podían hacerlo. E sas hazañas parecerían indicar que la m ente hum ana no tiene límites. Cuando iniciamos nuestra investigación con las pirámi des, no anticipam os que uno de los resultados sería las curaciones o el alm o del dolor. No habíamos pensado en
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ello. El descubrim iento de que sentarse dentro de las pirámides alivia los dolores y las m olestias fue debido a un accidente. Cuando sucedió lo inesperado, lo intenta mos nuevam ente. Cuando ocurrió por segunda vez, con tinuam os la prueba. Las cartas que hem os recibido de nuestros lectores también describen esta clase de descu brimientos. Una de nuestras primeras experiencias con las curaciones tuvo por sujeto a un pequeño roedor al que pusimos dentro de una jaula en el interior de una pirámide para ver cuál sería su conducta. Poco tiempo después el anim al se lastim ó seriam ente el hocico con la jaula, pero sin tratam iento de ninguna clase la herida sanó rápidamente y no dejó cicatriz. Estam os seguros que había algo poco común al respecto. Por lo tanto, cualquier cortada o lesión que recibíamos la tratábam os ya fuera sentándonos dentro de una pirámide o colo cando el miembro afectado, una mano por ejemplo, de bajo de una pequeña pirámide durante algunos m inutos cada día. A lgunas de estas experiencias serán descritas posteriormente. Creemos que estos hallazgos deberían ser compartidos con otros, y ese es tam bién el espíritu con el cual la gente nos ha relatado sus experiencias. E ste es el modo como aprendemos. Por otra parte, por diversas razones, no po demos recomendar el uso de la pirámide a alguien que se nos aproxime con un problema médico. No tenem os licen cia para practicar la medicina y si fuéramos a sugerir a aquellas personas que tratan de curarse por medio de las pirámides pudiéramos influir en ellas para que rechacen la ayuda médica. La única sugerencia responsable que hacemos es que si está indicada la ayuda médica, deberá aeudirse a ella. N uestra esperanza es que las investiga ciones de las pirámides puedan contribuir al conoci miento de cómo funciona el sistem a hum ano y de ningún modo que sirvan para distraer o causar que alguien pueda ejercer un juicio erróneo con respecto a su salud. N uestras experiencias, los casos citados, las cartas m en cionadas y las interpretaciones que ofrecemos en las si
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guientes páginas, a la lu/. de los conocimientos científicos, deberán considerarse dentro del espíritu de la investiga ción y del descubrimiento. N uestra hipótesis de trabajo y las conclusiones que podemos obtener y a las que se haga alusión en ocasiones no deben ser consideradas en ningún momento como las palabras definitivas sobre el tem a. Ni deberá el lector pensar que dentro de un año o cinco años tendremos la misma posición al respecto. Sería desalenta dor im aginar que durante ese periodo de tiempo no aprendamos nada nuevo. Los conocim ientos en los campos de la medicina, biolo gía, sicología y otras disciplinas se increm entan tan rápi damente que todo lo que se escriba es casi obsoleto para <•1 momento en que S8 publique. La investigación es así. Nadie, investigador u observador puede perm itirse la complacencia de aceptar las conclusiones de hoy en algún problema como un hecho establecido. Los hechos son el lujo de la m ente omnipotente; ninguno de los científicos que conocemos son m entes de ese tipo. Por lo tanto sere mos prudentes si consideramos los llam ados hechos con la posición de que “Esto es como parece ser hoy”. Cual quiera que trate de ser más definido o positivo no hace mno coquetear con la verdad. ¿Qué es lo que hemos aprendido hasta la fecha de los pudores curativos de las pirámides? Prim eram ente, no nnliemos con certeza que las pirámides ayuden en el pro emio de las curaciones. Hemos reunido, sin embargo, mu chos informes, en el sentido de que el dolor se mitiga o desaparece y que la curación tiene lugar en un tiempo muuior que el normal. La curación puede ser sólo coinci dencia. Pero no parece serlo. Cada vez son más los problormis físicos y m entales que pueden considerarse como #U’oHoraáticos. Esto es de esperarse, dado que la nueva |ii»'
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doctores nos dicen que todos los problemas físicos y men tales son sicosom áticos. Pero la traducción de lo sicosomático en el modo en que se usa actualm ente significa que son aquellos problemas de la salud que no pueden atribuirse a causas orgánicas. No tenem os modo de saber si las curaciones de las pirámi des ocurren solam ente con problemas sicosom áticos, pero podemos presumir que esta clasificación no se aplica a las laceraciones, cortadas, etcétera. También sería difícil aplicar el m arbete de sicosomático a los anim ales y hemos recibido muchos informes relativos a curaciones de ani males domésticos. Anteriorm ente hemos discutido la naturaleza multifacética de la salud y las enferm edades. Por tanto, si la enfermedad puede entrar al cuerpo en los niveles físico, químico, eléctrico, emocional, m ental o espiritual y la pi rámide puede aliviar el problema, ¿en cuál de esos niveles lo logra? “Hay fenóm enos de la curación para los que no tenemos diagnóstico -no hay modo de describirlos- y son fenómenos que necesitam os comprender si es que la medi cina ha de satisfacer las exigencias que se le hacen en la actualidad”, afirmó el doctor Roy M enninger en su diser tación ante el Primer Congreso de Medicina Integrativa. Enfrentado al problema tal y como lo planteó el presi dente de la Fundación M enninger, podemos tratar de des cifrar en qué nivel pudiera operar la pirámide, investi gando algunos de los fenómenos. La pirámide parece alte rar las estructuras orgánicas a juzgar por sus efectos en cortadas, alimentos, agua y m etales. La aplicación puede ser en niveles físicos o químicos. Dado que el campo de fuerza generado o amplificado dentro de la pirámide pa rece tener cualidades electrom agnéticas, el efecto produ cido puede ser el nivel biooléctrico. En tanto que las per sonas que experim entan el espacio piramidal se sienten más contentas, tranquilas y aun llegan a perder su hosti lidad, la alimentación debe ser a nivel emocional. Dado que m uchas personas que se sientan a descansar o meditan dentro de las pirámides experim entan estados de concien
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cia alterados o elevados, la aplicación puede ser de natu raleza m ental. Las sensaciones de apreciación que van más allá de lo sensual, de una percepción que se eleva sobre lo racional y la impresión de integridad puede dar indicio de una fuente de influencia espiritual. La pirámide ofrece indicaciones de trabajar a todos los siete niveles del sistem a humano que se han descrito an teriormente: físico, etérico, astral, m ente inferior, mente superior, alma y espíritu. Esta es una m anera de verlo. Otra m anera, sin embargo, es por medio del modelo de “la conciencia lo es todo”. Todas las otras expresiones física, química, eléctrica, etcétera, son sim plem ente aspectos de la faz de la conciencia. “Todo es una sola cosa", dijo el gran sabio hindú Sri Aurobindo y poco importa si se con sidera todo como m ateria física con espíritu en su forma más rarificada o como espíritu con m ateria física en su forma más densificada. Aceptando este esquem a como el más preciso, dividimos el sistem a humano en varios nive les no porque así sea, sino porque es el único modo en que nuestra m ente puede comprenderlo. Las divisiones son arbitrarias, no reales, de acuerdo con este esquema. El “espíritu" dentro de la división de siete niveles re presenta la omnipotencia o la Mente Universal. En el análisis final si esto es todo lo que hay, entonces todo lo do más será un pensam iento dentro de la Mente Universal o lo que el Vedanta llam a el Sueño de Brahma. De acuerdo con esta ideología, todo tiene su origen y su existencia dentro de la Mente U niversal. Todo tiene un designio y un propósito concebidos por Aquello que lo piensa. Todas las enfermedades, entonces, tienen un origen espiritual, y encontramos que eso es precisam ente lo que dice uno de tiestros más em inentes físicos, el doctor William Tiller de Universidad de Stanford: “Todas las enferm edades tienen su origen en la falta de rmonía entre los niveles m ental y espiritual de la enti1 y del patrón universal de la entidad. La curación o legración perm anentes requieren que la armonía del rón universal exista en los niveles m ental y espiritual.
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Así, la curación a nivel físico o aun etérico es sólo tem po ral si permanece sin cambio el patrón en los niveles m ental y espiritual”. “Cuando uno está entonado, se está en contacto con las fuentes espirituales de la energía", afirmó el doctor M arshall Spangler, autoridad internacionalm ente reco nocida en el dianóstico médico con el auxilio de computa* doras, durante la conferencia sobre La sicología de la conciencia y estudio de la sugestión, que mencionamos anteriormente. Su hijo David, educador y escritor, hizo eco de sus opi niones cuando dijo a los asistentes: “La salud puede defi nirse como la totalidad que abarca la relación de un indi viduo consigo mismo y la conciencia que percibe nuestro planeta como un sistem a vivo y relacionado”. Si todas las enferm edades tienen un origen espiritual, entonces sería fácil concluir que pueden aliviarse en ese nivel. E ste es aparentem ente el nivel en que tiene lugar la curación espiritual, pero para que el cambio sea realidad el individuo tendrá que estar espiritualm ente consciente para beneficiarse con el cambio, de otro modo habrá que interceptar la enfermedad en alguna de las etapas infe riores a ésta. De acuerdo con las tradiciones orientales, aquí se aplica la ley del Karm a. La enfermedad o aflicción se establece porque hay algo en la vida de la persona que requiere correción o un proceso de aprendizaje. Si puede obtenerse comprensión espiritual y se hacen los cambios necesarios, entonces no se necesita experim entar la enfermedad en ningún otro nivel. Ocasional m ente se oye hablar del alivio espontáneo de una enfermedad. De acuerdo con esta tra dición, ello ocurre cuando se ha aprendido la lección co rrespondiente; la causa ha desaparecido y el efecto sigue. Esto no sucede necesariam ente en el nivel consciente. Se cree que el aprendizaje tiene lugar en un dominio distinto del consciente, aunque posiblem ente la experiencia será comprendida por la m ente consciente en algún punto del desarrollo de la persona.
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Si no so corrige la afección en los niveles superiores de la mente, su avance es hacia abajo, por decirlo así, a través de los niveles inferiores de las envolturas m ental, astral y etérica para m aterializarse finalm ente en el cuerpo fí sico. En algún punto a lo largo del camino, sin embargo, es posible interceptar la enfermedad y elim inarla si se ponen en juego suficientes conocim ientos y voluntad. Es en el nivel etérico, por ejemplo, donde se cree que tiene lugar la curación síquica. En este punto todavía no se ha m anifestado la enfermedad en el cuerpo físico. Sin embargo, dado que la envoltura etérica tiene alguna densidad física llamada en ocaciones el aura, puede ser vista por los clarividentes. Estos individuos pretenden que pueden ver la presencia de la enfermedad en el aura y que pueden predecir la clase de enfermedad que pronto sufrirá el cuerpo según el color, intensidad y ubicación del aura. El doctor Norman Shealy, profesor adjunto de clínica eri las universidades de M innesota y Wisconsin ha respaldado el empleo del diagnóstico de clarividentes como un auxiliar de la práctica médica. Cita un estudio de cinco años según el cual los diagnósticos de los clarivi dentes fueron más precisos que los de los médicos. Cuando los clarividentes ven la envoltura etérica -y también hasta cierto grado en las fotografías kirlianasobservan cambios en su estructura, intensidad y color de acuerdo con la salud del sujeto. El tratam iento exitoso del problema se refleja en el aura generalm ente antes de qué se experim ente en el cuerpo. El doctor Tlugh Riordun, un siquiatra de VVichita, Kansas, que practica la acupuntura e investiga el proceso kirliano como instru mento de diagnóstico, nos hizo una demostración de ese roncepto. Primero se obtuvieron fotografías kirlianas de las yemas de nuestros dedos. Uno de nosotros le dijo que sufría de un dolor en la parte inferior de la espalda. El dolor fue tratado por medio de terapia auricular (acu puntura en la oreja) y se alivió el dolor. Se tomó nueva mente una fotografía kirliana y aun un lego en la m ate ria podía observar la diferencia en el patrón de la corona.
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Tanto los clarividentes como la fotografía kirliana se han empleado para observar el cambio en la radiación áurica resultante de la energía transferida del curandero al paciente. Esos cambios en el campo eléctrico o etérico alrededor del cuerpo humano como resultado de un tra tam iento satisfactorio de un curandero indican que es en este nivel donde tiene lugar lo que se conoce en esa acti vidad como “imposición de manos". El curandero trans fiere energía de su propio cuerpo al campo de energía eléctrica del paciente. La envoltura de energía eléctrica produce cambios en el cuerpo físico. En el capítulo de los experim entos se discutirán las m ediciones de los campos de energía humanos. Sin embargo, debemos señalar que los métodos conocidos como curaciones m agnéticas, tera pia de polaridad, equilibrio de los campos de energía, y el concepto de la acupuntura de elim inar los bloqueos en los meridianos o canales de energía, también se aplican a la dimensión etérica del sistem a humano. En tanto que primordialmente nos interesan los cam pos de fuerza de energía de cierta naturaleza dentro de las pirámides, parece posible que también dentro del nivel etérico se aplique una gran parte de la influencia de las fuerzas que contienen las pirámides. M ientras que algo de la influencia de las pirámides puede entrar en el sistem a humano en niveles por encim a del etérico, una gran parte del fenóm eno de las curaciones es sim ilar al de las curaciones síquicas, las curaciones m agnéticas, la imposición de manos, la acupuntura y otras prácticas. Debemos explicar, sin embargo, que la curación proba blemente nunca tiene lugar en un solo nivel. Continuando con nuestro argumento anterior, no tendrá lugar una cu ración perm anente a menos que se haya elim inado la causa de la enfermedad. Un modo de ver el asunto es que se debe prestar atención especial a un nivel particular -físico, m ental, etcétera- implicando indirectam ente a los otros niveles. Los siete principios del hombre “se com penetran entre sí. Por el principio de la polaridad forman átomos, m olécu
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las y configuraciones de los mismos. Se puede aplicar el
principio m etafísico de ‘igual arriba que abajo; igual abajo que arriba', y darse cuenta de que lo que vem os en lo físico puede emplearse como modelo y que esta misma clase de entendimiento modelador puede extrapolarse a los otros niveles de la sustancia que sean algo diferentes de lo físico, y tal vez podamos em pezar a tratar conceptualmente esos otros niveles”. Afirmó el doctor Tiller durante vi simposium sobre "Dim ensiones de la Curación”, que tuvo lugar en la Universidad de Stanford del 30 de sep tiembre al 3 de octubre de 1972. Añadió: "Las sustancias K(* compenetran y es posible visualizar su relación consi derando la situación de nuestros propios cuerpos. Para visualizar nuestros siete cuerpos, piénsese en siete hojas de papel transparente y, sobre estas hojas, usando lápices de diferentes colores dibújense circuitos de un color en unu de ellas, cii’cuito de otro color en otra hoja, y así hasta ocupar los siete colores del arco iris. Después, coloqúense las hojas superpuestas y al ver a través de ellas, se verá una organización de la sustancia en los diferentes niveles dentro de los cuerpos del hombre....”. Después el doctor Tiller explicó a sus oyentes cómo internctúan los niveles: "En general, estas sustancias no inIcractúan con dem asiada fuerza. Sin embargo, es posible hacerlas interactuar entre si con ayuda de la m ente, y es realmente con la m ente como se puede obtener un cambio en lu organización de la estructura en estos diversos nive len de sustancia. Esto es, a través de las fuerzas m entales Re puede hacer un patrón y ese patrón entonces actúa romo un campo de fuerza que se aplica al siguiente nivel tle sustancia. A su vez, ese campo de fuerza es una fuerza ilgue organiza los átomos y moléculas en configuraciones •n ese nivel de sustancia. Aquel patrón de sustancia al nivel etérico está, entonces, en un estado particular de organización y tiene su propio campo de radiación -su propio campo de fuerza, si se quiere- y ese campo de fin i za será un campo para la organización de la materia en siguiente nivel de la sustancia, el nivel físico de la
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sustancia... Aquí vemos algo que yo llamo el ‘efecto ratchef.'; se puede ver una acción iniciarse al nivel m ental y avanzar para producir un efecto en el nivel físico (y vice versa)”. La herm ana Justa Smith cree que la curación tiene lugar dentro del cuerpo y que todo médico, curandero y, en nuestro caso, la pirámide todo lo que puede hacer es ayu dar al proceso. En el mismo simposium, la doctora Smith dijo: “La mayoría de la gente pensante de nuestros días aceptará el hecho de que hay ‘algo’ dentro del cuerpo que controla el proceso curativo, el crecimiento, la regenera ción celular, etcétera. Estas funciones tienen lugar sin intervención de la m ente consciente. No importa el nú mero de grados académicos que tenga el médico, será in capaz de hacer algo m ás que juntar los extrem os de un hueso fracturado y debe depender de la inteligencia in nata del cuerpo del paciente para que tenga lugar el efecto de reparación verdadero. Ningún practicante de las curaciones ha curado ninguna enfermedad. Pueden hacer muchas cosas para ayudar al proceso curativo del cuerpo, pero en el análisis final, es aquella ‘inteligencia interior' la que logra la curación real. N adie tiene una explicación adecuada, científica de este ‘algo’ dentro de cada uno de nosotros que distinga lo vivo de lo muerto. Se llenarían volúm enes tratando de explicar y probar la inteligencia innata, ya que eso está más allá del conocimiento finito. Es mucho más saludable intentar encontrar el mecanismo por medio del cual funciona el cuerpo, reconociendo ple nam ente que no estam os en posición de pretender un co nocimiento total de la función humana y no tenem os todas las respuestas a las complejas preguntas de la vida, la salud y la enferm edad”. Y el espacio piramidal plantea su propio conjunto de preguntas complejas sobre la vida, la salud y la enferm e dad. Al igual que con los otros fenómenos producidos por su único espacio interior, la pirámide presiona nuestro entendim iento para que expliquem os cómo una forma
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ómétrica puede afectar las sensaciones y el pensaiento. Hemos discutido a l g u n a s maneras de ver este nómeno en este capítulo. En el siguiente discutiremos gunaa de nuestras experiencias, citarem os algunos de los casos más interesantes, incluiremos diversos informes que hemos recibido de otras personas y, de paso, ofrece remos algunas otras especulaciones sobre la naturaleza de lo que ocurre.
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El fenómeno de la curación (segunda parte) “Ocurren fenómeno» en las curaciones para los que no tenem os diagnóstico, ni modo de describirlos, fenómenos que debemos comprender si la medicina desea satisfacer las exigencias que se le plantean en la actualidad*'. Con estas palabras, el doctor Roy M enninger abrió las sesiones del Primer Congreso Nacional de Salud Integrativa, mencionado en el capítulo anterior. Su posición es taba de acuerdo con el nuevo movimiento de la medicina que se conoce con el nombre de Método Holístico, medicina de la totalidad de la persona, que concibe la salud como un estado equilibrado del ser total del hombre, tanto físico, químico, eléctrico, emocional, m ental como espiritual. Debido a que la ciencia lia aceptado ya la existencia de las muchas dimensiones del hombre, gracias principal m ente a la invención de instrum entos capaces de dem os trar su existencia, son viables métodos de diagnóstico y tratam iento diferentes de los tradicionales. Por razones no conocidas del todo, pero debidas probablemente en parte a su difusión más amplia, nuestra atención se en148
La mano de Fd Pettit seis semanas depués del acci dente.
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foca sobre todos los métodos no tradicionales de diagnós tico y curación. Tal vez una de las razones de este cre ciente fenómeno es que solam ente que se haya establecido una hipótesis de trabajo puede empezar la investigación, las pruebas y la introducción de tecnología e instrum en tos, los nuevos descubrim ientos se realizan entonces con bastante rapidez. E sta realización implica entonces la asistencia de personas de distintas disciplinas en el es fuerzo y cuyas habilidades se necesitan, por lo que se convierte entonces en m ultidisciplinario cualquier campo científico tal como la medicina en este caso. En vez de grupos de médicos hablando solam ente con médicos, ahora tienen que fraternizar con químicos, ingenieros, biólogos, físicos, m atem áticos y otros profesionales. Y cuando se aprende que los practicantes de otros métodos curativos pueden colaborar con algo, que puede ser de mostrado científicam ente como válido, entonces surgen repentinam ente en las reuniones los teólogos. Personas con capacidades curativas de tipo síquico, espiritual o por la fe; sham anes, yoguis, clarividentes y curanderos. Hemos asistido a no menos de cinco reuniones médicas nacionales durante los últimos tres anos y en todas ellas encontramos personas corno las mencionadas. En tanto que hace algunos años las discusiones en las conferencias médicas se lim itaban a tópicos tales como órganos, tejidos, células, etcétera, los diálogos actuales tratan también de fluidos eléctricos, campos de fuerza y energía, los componentes intuitivos de la mente, aspectos espirituales y otros por el estilo. Pueden asistir personas como la doctora Olga Worrall, la famosa curandera y hacer la siguiente afirmación que será tan bien recibida como si hablara del flujo adrenalínico: “Todo médico y todo curandero no convencional tiende hacia el mismo objetivo. Sus esfuerzos, si se aplican co rrectam ente, son compatibles y complementarios. En cuanto a la fuente real del poder cui'ativo, solam ente po demos decir en este momento que ‘hay algo* de lo que surge todo. Dentro de este cierto ‘algo’ existe, dentro
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otras cosas, la suprema inteligencia, la voluntad omnipo tente y la ley inmutable. E ste cierto ‘algo’ no es m ateria o energía sino la fuente de ambos. No tiene magnitud ni dimensión. E s al mismo tiempo algo sin tiem po y sin espa cio. Es la fuente del poder curativo que fluye estricta mente de acuerdo con una ley inmutable. La mayor parte de la gente llam a a esta fuerza ‘Dios’”. Así es que dentro de un nuevo clima de la medicina, de un nuevo modo de ver al hombre y al universo, podemos hablar de las pirámides y de su proceso curativo... no de modo irónico, ni siquiera con tonos de disculpa. La idea de que la forma del espacio en la cual podemos exponer una paite o la totalidad de nosotros mismos parece encajar dentro del dominio científico del mismo modo en que la forma de un instrum ento acepta su tono en el terreno de la música. Con la misma legitim idad con la que podemos mencio nar historias de casos en un informe médico, podemos dirigir nuestra atención a los informes de personas que han experim entado algún aspecto curativo a través del uso de pirámides. Es mediante esta información que nosotros obtenemos un mayor conocimiento del fenómeno de las pirámides. Uno de los casos más interesantes de curación le sucedió tt uno de nosotros, a Ed Pettit. El fenómeno curativo fue tan poco usual que el bien conocido médico que atendía su caso nos dio jiermiso de usar su nombre, nos proporcionó placas de rayos X e hizo que el hospital donde se atendió el ruso elabora un informe para que pudiéramos usarlo en ttiite libro. Yo (Ed Pettit) había completado la base de 5 por ñ para uiiu pirámide exterior y estaba cortando la madera para el interior cuando mi mano derecha resbaló hacia la hoja ile la sierra circular. Mi esposa me llevó a la sección de emergencia del hospital. El médico de guardia inspeccionó lu mano y afirmó que debido a la gravedad de las lesiones yo necesitaría de los servicios de un cirujano plástico re• i instructivo para rehacer la mano.
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Tres horas y media después llegó el doctor W. E. Dalton y fui llevado a la sala de cirugía. Más tarde me dijeron que muy posiblemente habría que amputar las dos falanges finales de los dedos medios, ya que los vasos sanguíneos que llevaban sangre a la punta de los dedos no podrían desem peñar sus funciones por haber sido virtualm ente destruidos. El registro de operaciones del hospital informa: Paciente con Jefrión en dedos de la mano derecha, producida por una sierra. Presentó fracturas y laceraciones múltiples. Se aplicó vacuna antitetánica, se suministraron antibióticos, y D c t a d i n a después de un bloqueo satisfactorio. Presencia de dos laceracio nes menores: una en el dedo meñique y otra en el índice. El dedo meñique estaba un poco estrellado. Se desligó y cerró con P r o l e n o 5 /0 . Las laceraciones del dedo menique en la falange distal eran de un centímetro de longitud. Se cerró después de desligar los dedos de la piel. La lesión más grave se produjo en el dedo cordial, que presentó dos laceraciones: una de tres centímetros sobre la arteria digital radial y cruzando to
EL FENÓMENO HE LA CURACIÓN
Durante las dos noches siguientes me senté con la mano dentro de una pirámide de cartón por espacio de una hora cada noche y después volví a visitar al médico para ver si había infección. Se me dijo que posiblem ente habría que am putar el extremo de uno de los dedos desde la articulación. El otro dedo parecía guardar un estado más satisfactorio, en cuanto al abastecim iento de sangre. Continué tratando mi mano en la pirámide. Cinco días más tarde regresé a la oficina esperando llegar a casa con un dedo menos. Cuando me quitaron los vendajes del dedo encontram os para sorpresa de todos, que el extremo de color negro había recuperado su color natural con excepción de una pequeña porción. Obvia m ente no fue necesario amputar el extrem o del dedo pero se pensó que tal vez se necesitaría un injerto de piel para cubrir la porción negra que quedaba. Una sem ana más tarde se determinó que no se necesitaba el injerto ya que parecía que la porción negra era un tejido que podría cubrir la parte dañada. El 2 de noviembre «le 1975 regresé al consultorio del doctor y él ordenó que me tomaran un juego de placas de rayos X para mi uso personal. Los rayos X mostraron que los huesos habían crecido nuevam ente, según lo indica el informe médico. Al escribir esto, siete sem anas después de la lesión, puedo mover los dedos y parece que pronto recu peraré el uso total de la mano, algo que el médico no creía que fuera posible. He mantenido la mano interm itentem ente dentro de una pirámide desde que ocurrió el accidente y atribuyo la curación y la regeneración de los tejidos y huesos, de los tendones y de los vasos sanguíneos no solam ente a la habilidad de un excelente cirujano sino también a los poderes curativos de la pirámide. También he obtenido otro beneficio del uso de la pirá mide. El dedo meñique de la misma mano resultó dañado hace algunos años y nunca recuperé la sensibilidad nor mal en el mismo. Ahora ha vuelto casi totalm ente a la
El. PODER SÍQUICO I)E LAS PIRÁMIDES s e n s ib ilid a d n o rm a l: p u e d o s e n ti r el c a lo r, e l frío y la p r e sió n . H a b ía te n id o q u e d e ja r d e u s a r e s te d e d o p e ro a h o r a n u e v a m e n te v u elv o a e m p le a rlo . E l 6 de n o v ie m b re d e 1975 el d o c to r W . E . D a lto n n o s e n tre g ó la s ig u ie n te c a rta :
Fui Humado el 9 de septiembre de 1975 para tratar al señor Pettit de las Ustiones causadas por una sierra en los dedos índice, cordial, anular y meñique de la mano derecha con múlt iples lace raciones y fracturas de las falanges distales de los dedos anular y cordial. En la sala de cirugía desbridamos y cerramos, c o m o primera medida, las laceraciones de todos los dedos. Se le Jijaron internamente las fracturas de los dedos anular y cordial, tíabia un desplazamiento preoperatorio bastante marcado de estas frac turas. Postoperatoriamente ha evolucionado muy bien. La opera ción ha sido notable por la falta de complicaciones. Tuvo una pequeña magulladura en el dedo cordial, resultante de la tnala circulación en un área al principio de la cirugía inicial ; sin embargo, ha sanado muy satisfactoriamente. Notoriamente hay poca inflamación. A la fecha, cerca de dos meses después de la cimigia, el paciente tiene cierto movimiento en las articulaciones interfalángicas dis tal y proximal de los dedos lesionados. Creo que veremos una. constante mejoría la que parece presentarse de un modo bastante acelerado. D e s p u é s e s t á n lo s in f o r m e s d e o t r a s p e r s o n a s q u e h a n te n id o e x p e rie n c ia s c u r a tiv a s sim ila re s:
Ture una luxación en el cuello y el hombro. Me senté, en la pirámide durante quince minutos y después durante treinta mi nutos el mismo dia. Ayudó a aliviar la tensión y finalmente desapareció al siguiente dia. J o N o v a k d e O k la h o m a C ity n o s d ice :
Durante varios años he suj'rido de dolores en la espalda a causa de heridas accidentales, agravadas sin duda por la tensión y el s t r e s s . No puedo recordar cuánto tiempo ha pasado desde que he estado libre de este dolor. En la noche del 20 de octubre pasé cuarenta minutos en la pirámide del señor Pettit e inmediata •
E l. FENÓMENO DE LA CURACIÓN
mente (uve alivio del dolor, me sentí totalmente relajado y tuve la mejor noche de sueño de que haya disftmtado durante mucho tiempo. Ahora me encuentro libre del dolor y estoy muy agrade cido. Después de pasar aproximadamente treinta m inutos en nuestra gran pirámide exterior, Leonard Anthony nos escribió la siguiente nota: Sentí alivio del dolor en la espalda, no puedo determinar si fue la postura en la silla o la. atmósfera, pero el dolor desapareció. Me sentí mareado al levantarme, aunque había practicado la respiración profunda en la pirámide., me sentí falto de aliento ai salir al aire libre.. Media hora después todavía no recuperaba el aliento. Los problemas de la espalda se redujeron a una cuarta parte de lo aue eran inicialmente. en las hojas de té es que existen aparentem ente fuerzas que pueden dominar condiciones que habíamos consideTom Garret nos habló de su experiencia con la fractura del dedo de un pie: Tuve un accidente casero cuyo resultado fue la. fractura del dedo de un pie. til dedo se había atorado en la pata de. una silla y se torció hasta form ar ángulo recto. Pude escuchar claramente el ruido producido por la fractura. De inmediato se inflamó y me dirigí a mi pirámide de 1.80 m. de altura, con la esperanza de tener algún alivio, con el dolor que aumentaba a cada paso. Des pués de quince o veinte minutos noté un aumento en el dolor y una sensación más acentuada de palpitación. Esto continuó du rante diez minutos, después pareció dism inuir el dolor al palpi tar con cada latido del corazón. Cuando cesó el dolor, permanecí en lo pirámide durante otras dos horas y dormí una siesta. Cuando desperté, no sentí el dolor y la inflamación había dismi nuido notoriamente. Prolongué el tratamiento por una hora más aquella noche antes de ir a la cama. A la mañana siguiente, la inflamación había disminuido y pude caminar normalmente casi sin molestias.
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•Jan Norria de Tucson leyó nuestro libro The Secret Poíver o f Pyram idsy inm ediatam ente construyó una e ini ció sus investigaciones. La pirámide me ha dado un nuevo interés en la vida, es niy o apasionante. Edith Sayre Armstrong, en un artículo publicado el 4 de diciembre de 1975 en el Arizona D a ily S tar, cita a Norria cuando dice: “La pirámide es sorprendente. D es pués de poner mi crema facial en el interior, la usé en un lado de mi rostro y borró las arrugas”. El artículo de Arm strong continúa: “no se exciten mucho por esto: pero coloqué un rollo de papel m etálico en la pirámide y le di un trozo a una amiga que durante años había tenido do lores en la cadera y en las rodillas. Se colocó el papel metálico en la cadera y las rodillas y después de hora y media el dolor había desaparecido por primera vez en años. Más vale que no lo tom en al pie de la letra ya que no sé cuál será el efecto a largo plazo”. Mary tenia una úlcera en el interior de la boca. Le había causado bastante incomodidad durante tres o cua tro días. Ella se enjuagó la boca con agua que había sido tratada durante treinta días en una pirámide de 1.80 m. Se enjuagó antes de retirarse a dormir y notó una palpi tación e intensificación del dolor en el área alrededor del lugar molesto. Durante el siguiente día sintió claram ente esta palpitación. El dolor subsistió durante el resto del día pero a la mañana siguiente había desaparecido. El área afectada de la boca había sanado com pletam ente. Leah Ingram de Oklahoma City nos escribe: El i de septiembre sufrí una caída y me rompí el tobillo iz quierdo. Espero que el doctor me permita, copias de los rayos X para podérselas enviar (el doctor le proporcionó las placas). Tengo 52 años de edad y nunca me había roto un hueso, excepto en u n o d e l o s brazos. Mi doctor dice que debido a. mi edad por lo menos tomaría ocho semanas para soldar y tal vez más tiempo. Dave me construyó una pequeña pirámide para colocarla en la
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caima y que yo pudiera tener la pierna adentro. Encontramos , sin embargo, que yo tenía que poner ambas piernas en la pirá mide para poder acostarme. Mi esposo cortó una cruz en la p i r á m i d e y yo metí ambas piernas, con la pierna lesionada des cansando en u n cojín para levantarla y ayudar a sostener el peso del enyesado. La pierna no me lastimó cuando la puse dentro y apenas se inflamó. Después de que estaba yo en pie durante el día la pierna se sentía un poco oprimida por el yeso, pero a la mañana siguiente amanecía bien. Al cabo de dos semanas le dije al doctor que la pierna ya no me lastimaba y que me pastaría sacar una placa de rayos X para asegurarme de que estaba bien. Él me dijo que no, que ni los niños sanan con tanta rapidez. ¿Vo regresé a ver al doctor la siguiente semana porque estaba tan atrasada en mis quehaceres domésticos que me quedé en casa para levantar todo. La pierna no me molestaba salvo por el peso del yeso. Cuando regresé al doctor, el 18 de octubre, le pedí nuevamente que sacara una■placa de rayos X de la pierna. En esa. placa no aparecían señales de la fractura de m i pierna. Él colocó la primera /daca sobre la segunda paro. comprobar el área donde había ocurrido la fractura y estar seguro de que no había pasado nada por alto. Opinó que realmente yo debería ser una persona muy saludable y estar en muy buena forma. Le dije que había sabido las escaleras de la casa desde la segunda semana y que ni un solo día había dejado de trabajar desde que me rompí la pierna. Él pensó que era algo notable, especialmente porque n o t u v e ningún dolor durante lodo ese tiempo. Algunos informes mencionan el alivio y eliminación de los dolores de cabeza y también el alivio de la tensión. Un dolor de cabeza muy malo. Me senté en mi pirámide durante cerca de veinte minutos y la cabeza mejoró considerablemente. Todavía quedó un resto del dolor, pero ya no era tan abrumador. Después de sentarme en la pirámide por un rato me sentí somnoliento, relajado y se despejaron mis senos nasales. Después de completar m i pirám ide de 1.80 m., sentía bastante dolor en la pierna y en los músculos de la espalda. Después de
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colocar los cuatro costados, me senté dentro durante algunos minutos y noté que retornaban mis energías; me sentí tan mejo rado que no noté que ya no me dolían los músculos sino hasta en la noche. Joe Wall de Milwaukee nos dice: Probablemente ustedes recordarán a mi amiga que tenía, un caso muy grave de soriasis en la m a n a derecha y en la parte de atrás del cuello. El tiempo que ella pasó en la pirámide , la c o n c e n t r a c i ó n , oraciones y la creencia en la ayuda infinita ha cu rado la soriasis de su mano. Ella tiene todavía una leve área roja en el cuello pero también está desapareciendo. Además, durante el último mes, había, tenido mucha flema en la garganta, producto de una afección de sinusitis que le provocaba tos y ahogo. Ella empezó a pasar una hora, diaria en la pirámide y ahora el problema está completamente eliminado. ¡Estos son he chos reales! También afirma que la pirámide ha sido de ayuda para su madre: Hicimos que mi madre pasara algún tiempo en la pirámide. Ella dice que sus nervios están más calmados y que tiene una sensación clara de bienestar después de salir de la pirámide. Tom Garrett nos escribe acerca de un aniipo que usó su pirámide para aliviarse del dolor de cabeza: El sujeto tenía un dolor de cabeza por haber estado expuesta al sol toda la tarde durante un juego de fútbol.. Cuando dejó la pirámide afirmó que no había notado nada raro estando adentro salvo el hecho de que lo habían distraído los niños que corrían en el exterior de la casa. Esto sí fue extraño porque los niños <1 los que se refería estaban a media cuadra de distancia. Su sentido auditivo parecía haberse aguzado. Comentó que su dolor de ca beza había desaparecido pero que no lo notó hasta que estuvo fuera de la pirámide durante algunos m i n u t o s . Parecía muy s o r p r e n d i d o y por ser uno de los hombres más escépticos que he conocido su respuesta me interesó grandemente.
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Gárrett también nos escribió: Otra persono que fue sujeto de estudio y que se quejaba de congestión nasa) se sentó dentro de lo pirámide y más tarde caminó hacia la salo, pora i hformar que »u respiración era de lo huía libre y fácil. Frecuentem ente nos informan de sensaciones de ener gía renovada y la desaparición de la fatiga tras de estar sentado, durmiendo o meditando dentro de las pirámides. Esto puede deberse a u n estím ulo electrom agnético. En el artículo “Aplicaciones médicas del m agnetism o”, en el número de octubre de 1972 del Bulletin o f tke Atom ic Scientists, el doctor E. H. Frei afirma: “La estim ulación muscular es un área en la que recientem ente se han lle vado a cabo experimentos; los resultados m uestran que prácticamente todos los músculos se contraerán si se es tim ula el campo m agnético de ellos. Se cree general mente que el estim ulo es de naturaleza eléctrica y cau sado por inducción electrom agnética. Un campo eléctrico producido por un campo m agnético cam biante puede en viar una corriente a través de una célula y de este modo estim ular toda clase de músculos. En el mismo artículo el doctor Frei cita la patente otorgada en 1922 a S. M aeshim a de Tokio: “...Para transm itir el magnetism o al cuerpo humano, lo cual, dando un pequeño estím ulo a la periferia del nervio y al tejido circular, acelera la circulación de la sangre y la secreción de la piel estim ula el metabolismo, promo viendo de este modo la salud y alejando las enfermedades o ayudando a la recuperación”. En su libro Consciousness, Energy and Substance in Chriittian Healing, el doctor Griffith Evans afirma: “Si t.odas las formas de acción están m ediadas por la radia ción electrom agnética, entonces todas las reacciones químicas, todos los intercam bios metabólicos, todos los impulsos nerviosos y el pensam iento mismo están, por lo menos, acompañados por campos eléctricos. Desde Max
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Planck se sabe que estos cambios son intercambios de cantidades definidas de energía entre sistem as en reso nancia m utua. Y dado que el concepto de intercambio de energía es imposible sin el símbolo del ciclo de ondas (Schródinger), debe concluirse que las configuraciones de los sistem as respectivos son geom étricas, entrelazadas y medibles”. A continuación están algunos de los comentarios que hemos recibido con respecto al reposo y la renovación de la energía: fie padecido insomnio durante varios años y todas las noches he tomado pildoras para dormir. Traté de dormir dentro de una pirámide. La primera noche tomé tres píldoras, la segunda dos , la tercera una. Después dejé de tomarlas. Esto ocurrió hace dos semanas y me siento maravillosamente en las mañanas. Se aca baron las píldoras para mi. Puse papel metálico tratado en una pirámide dentro de mi gorro de dormir. Antes tenia problemas para concentrarme pero ahora lo puedo hacer, y ya no me dan dolores de cabeza cuando leo por las noches. Después de unos veinte minutos dentro de la pirámide parece como si el cuerpo tuviera una carga fresca de oxígeno y energía. Cuando me duermo, el sueño es profundo. Nadie de la familia pasa más de una hora dentro de la pirámide. La sensación de haber dormido tranquilamente parece acompañamos durante
algún tiempo.
Sufría una fatiga tan crónica que el doctor empezó a rece tarme fuertes dosis de vitamina B -1 2 para estimularme. Des pués de empezar a dormir dentro de la pirámide he encontrado que puedo pasarla s i n l a s i n y e c c i o n e s . Florence McClure es una enferm era titulada que ha desempeñado su profesión desde 1925. Se interesó en las pirámides y ordenó la fabricación de una pirámide de dos metros de altura, de plástico rígido, color verde, la cual colocó en el patio trasero de su casa. A continuación re
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producimos una breve entrevista con ella acerca de sus experiencias curativas: -¿Qué nos decía acerca de su mano? -L a mayor parte del tiempo sufría dolores en las ma nos. Después de usar la pirámide durante unos veinte minutos al día por dos días consecutivos, experim enté alivio. Después empecé a permanecer en la pirámide du rante dos y media horas y desde entonces no he tenido dolor. El dolor ha desaparecido com pletam ente. También tenía una infección en la vejiga que desapareció después de dos sesiones de veinte minutos. Y ya no siento tensión en la espalda. No tengo dolores, no tengo m olestias, no tengo dolores de cabeza. -¿Cuándo fue que estudió para enfermera? -Tom é mi curso de enferm ería en 1925 y me he dedi cado a esa profesión durante todo este tiempo. -¿Nos decía algo acerca de una amiga? -Si, mi am iga tiene 83 años de edad. Ella vino a verm e pura sentarse dentro de la pirámide. Había tenido pro blemas con su presión sanguínea. Pasó treinta m inutos dentro de la pirámide y se estabilizó su presión. Ella me dijo que se sentía muy apacible y tranquila. Estaba muy entusiasm ada de lo bien que se sentía. -¿También nos decía algo acerca de su Hija? -M i hija se lastim ó la espalda. Sufría de fuertes dolo res. Em pezó a pasar de veinte a treinta minutos dentro de la pirámide todos los días y ahora el dolor ha desapa recido. Estoy de acuerdo con ustedes en lo que dicen res pecto a los doctores. Nadie debe olvidar la atención mé dica y deben seguirse estrictam ente las órdenes del mé dico. Nunca lograrán tener fe en nada si abandonan a sus doctores, pero creo que la forma piramidal puede ser de gran ayuda. E s sorprendente, cuando la gente sale de la pirámide todos dicen lo mismo: “ Me siento muy bien... tengo más energía... han desaparecido los dolores y mo lestias”. Yo sé cómo me sentí. E staba tan tensa. Tal vez haya sido el dolor en las manos, pero es curioso, palpi taba como si fuera un dolor de muelas en ambas manos...
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Ustedes? saben, dan granas de correr con las manos en el aire. En realidad fue milagroso, perder la conciencia de todo, dejar de sentir el dolor. Una discusión sobre las pirámides y las curaciones sería incompleta si no m encionáram os a Tilomas Thomp son de Vancouver, Canadá, un hombre notable que du rante cincuenta años se ha dedicado a curar y ayudar a otros. Su habilidad curativa le ha ganado una gran can tidad de admiradores. Durante su medio siglo de curar ha tratado con muchos métodos pero él mismo se apre sura a señalar que: “Generalmente lo que me produce resultados es la unión del curandero y el administrador. La comprensión del concepto y la aceptación de los méto dos son im portantes para recibir una cura definida, ya provenga de un médico, de un sacerdote o de cualquiera de los diferentes métodos curativos que se suelen ofre cer’'. afirma, y añade: “en realidad los mismos pacientes son la prueba final. Con mucha frecuencia el paciente no sabe que existe un poder que puede lograr los resultados deseados”. Thompson ha usado pirámides y conos durante muchos años en su trabajo curativo. En algunos casos ha dem os trado que los conos trabajan mejor que las pirámides. Le pedimos que nos relatara alguna de sus experiencias cu rativas con pirámides y con conos. Fue muy amable en permitirnos usar las siguientes experiencias en este ca pítulo sobre las curaciones. Los casos son más interesan tes relatados con sus propias palabras. El primer caso se refiere a un aparato sem ejante a un pulmón de acero con pirámides colocadas encim a de la caja: L a cajú tenia forma de un pulmón de acero del cual se podía sacar la cabeza. Encima de la tupa se colocaron tres pirámides. Todos los que usaban esta cajú informaban que la tensión pare cía alejarse en dos o tres minutos. Se relajaban tanto que inme diatamente dormitaban. Generalmente yo los despertaba veinte minutos o media hora después.
i;l f e n ó m e n o
de
la cu ració n
Un anciano caballero acostumbraba dormir todos los sábados lo mañana. Era administrador de uno de tos hoteles del cen tro de la ciudad y habitual mente estaba sobreexcitado con todas tus cosas que ocurrían en el hotel. Permanecía aquí durante una hora y salia. rejuvenecido y vibrante, listo para otra semana de trabajo. Tenía '‘solamente" 83 años de edad. Muchos que usaron, la caja encontraron alivio para una gran cantidad de síntomas de los cuales no podían desprenderse de ningún otro modo. La caja parecía darles nueva vida y energía. Sus mentes parecían librarse de muchas problemas. Las cura ciones con las pirámides y los conos tienen un efecto más defi nido cuando se construyen éstos para resolver las necesidades de tu persona que requiere ayuda. Yo incorporo los sentimientos del individuo en el cono o pirámide. Entre los conos y las pirámide*, los conos resultaron ser más adecuados para el trabajo. He encontrado que el cono y la pirámide usados de modos diferentes, colocados en la cabeza, en los pies, en el abdomen o dondequiera que la persona esté experimentando dolor, pronto lo
mi
alivia .
Un amigo que me había ayudado a demostrar los conos en muchas ocasiones trató de que su esposa probara uno de ellos pora las hemorroides que le sangraban. Ella tenia varios años de nutrir esta molestia. Se había agravado tanto qxie el doctor re comendó el uso de la cirugía. Mi amigo llevó el cono a su casa pi ro su esposa lo arrojó a un rincón porque pensó que era peli groso y no quería ni siquiera acercarse a él. No se atrevió a echarlo fiera de la caso porque sabía que su esposo se enojaría mucho. Un día estabu haciendo el quehacer de la casa y tomó asiento panx descansar. Tuvo una sensación curiosa alrededor t/c las hemorroides, pero cuando se levantó para ver qué pasaba, cesaron las molestias, por lo que se sentó nuevamente para tornar su té. Una vez sentada, nuevamente tuvo la sensación. Extrañamente, cada vez que se levantaba se detenían las moleslias y cuando se sentaba empezaban nuevamente. Intrigada, buscó y encontró que el cono estaba abajo de su silla. Al si guiente día deliberadamente se sentó en la sillo, con el cono en la parte de abajo. Ella tenia cita con s u médico para decidir si la cirugía reco mendada tendría lugar una o dos semanas después. El examen
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reveló que las hemorroides se habían enjutado y que ya no había necesidad de la operación. El médico le pidió que volviera una semana más tarde para revisarla. Durante esa semana , todas las mañas se sentó en la silla con el cono en la parte inferior. Cuando fue a ver al doctor nuevamente, sabía, de antemano lo que él iba a decir porque se sentía ya muy aliviada. Sentía como si todo su cuerpo hubiera cambiado. El doctor confirmó sus im presiones. No había ya necesidad de operación. Otra victoria de ¡a pirámide fue sobre una dama que durante años había sufrido anormalidades en la lengua. Ello afectaba su sentido del gusto, su habla y su alimentación, además de que sufría dolores en la garganta y la lengua estaba hinchada y de un color café obscuro. Temía que estuviera haciéndole perder el tiempo, pero probamos la pirámide sobre, su garganta estando ella acostada en el diván. Se colocó la pirámide de manera que la punta quedara directamente encima de su garganta. Le recomendé que usara, la pirámide durante media hora todos los dias y que me llamara por teléfono si había algún cambio. Dos días más tarde me llamó para decirme que el dolor había desaparecido y que el color de la lengua había empezado a cam biar en el área de las raíces, aunque la punta todavía estaba di color obscuro. Se le instruyó para que continuara, con los trata mientas. Al día siguiente me llamó y me pidió que fuera a verla. Cuando llegué me mostró l a l e n g u a . Estaba muy excitada. La lengua había recuperado su tamaño y color normales y nueva mente podía sentir el sabor de la comida. Además, como una ganancia extra, había mejorado su vista. El cono y la pirámide jugaron un papel definitivo en el resta blecimicnto y confianza de una joven que era propietaria de un salón de belleza en el centro de Vanc.ouver. Ella me explicó que su negocio significaba mucho para ella puesto que había, inver tido 25 mil dólares en tres años de duro trabajo. Me contó acerca de un accidente peculiar que había tenido la semana anterior. Había olvidado algo en su casa y salló de¡ automóvil olvidando poner el freno de mano. Frente a su casa había dos grandes pilares de cemento. Trató de apoyarse en el automóiúl para dete nerlo pero la. pendiente de la calle era demasiada y el coche la arrojó sobre los pilares. El brazo quedó prensado en una co lumna de cemento y se fracturaron los huesos desde la muñera
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hasta el codo. Alguien la llevó al doctor, pero éste le dijo que pasaría un año antes de que pudiera usar la maño y el brazo. Le \ Colocó un baño de yeso muy pesado, diciéndote que era necesario que el yeso llegara hasta el hombro para mantener el codo en un lugar fijo. Pero también le hizo ver que el problema era que los huesos del codo estaban tan triturados que tal vez fuera necesa rio quitar el yeso para operarla y sacarle las pequeñas esquirlas de hueso. Asi es que no debería esperar tina recuperación rápida. | Esto significaba para ella echar por la borda tres años de es fuerzos. Temía que las chicas que la ayudaban en el salón de belleza quisieran trabajar por su cuenta y ella se quedara en la ruina. Un amigo mutuo le recomendó que viniera a verme en busca de ayuda. Después de una larga conversación, la persuadí de que trata ría de ayudarle en lo que pudiera. Pero por supuesto no podía, garantizar su recuperación a menos que ella especificara una fecha definida como objetivo para su total recuperación. EUa calculaba un plazo entre seis semanas y seis meses como lo ade cuado. Desde luego ella prefería seis semanas, pero parecía que k cis meses era un periodo más realista. Estaba muy preocupada respect o a que yo fuera totalmente honesto del periodo del t iempo del tratamiento y temía que le diera un plazo que no pudiera cumplir. Le dije que en seis semanas estaría nuevamente en su salón de belleza. Esto pareció darle una esperanza, en vez de la depresión con la que había entrado a m í consultorio. Me dijo que estaba de acuerdo con ese programa. Entonces le dije que. tenía que hacer dos cosas: 1) usar la pirámide y 2) usar el cono. Añadí que si los usaba como le decía estaría sorprendida de los resultados. EUa se mostró sorprendida de que yo no le dijeru que iba a rezar o a hacer alguna otra cosa además de usar la pirámide y el cono pero yo le dije que si alguien tenia que rezar sería ella, misma.; yo solamente le ofrecía las pirámides y los conos. Una semana más tarde ella, regresó para decirme que desde la primera noche había desaparecido el dolor y que ya no lo tenía ni en el codo ni en la mano. La segunda semana me llamó por (>léfono para decirme que empezaba a sentir vida en su m a n o y ¡tara la tercera semana el doctor estaba dispuesto a cambiar el molde de yeso porque había disminuido mucho la inflamación. Parecía que había soldado la fractura del brazo, que las es quirlas desaparecieron y que. el codo esta ba libre. Para la cuarta
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semana ya estaba en el salón de belleza y en la quinta semana podía ofender personalmente a sus dientas. Al cabo de las seis semanas el hombro, mono, codo, muñeca, todo en fin, estaba en perfecto orden y trabajaba sin ninguna- molestia. Después de la curación colocó uno. serie de pirámides en un entrepaño situado encima de los asientos donde sus dientas esperaban su turno. Encontró que esto las relajaba mientras aguardaban. ['na mañana me llamó un joven muy atlético y me preguntó si podía hacer algo para tratar a niños retardados. Me dijo que tenia n treinta niños de edades entre los 9 y los 16 años. Todos ellos eran retrasados y él pensaba que pasarían dos años antes de poder lograr algo de cualquiera de ellos. Había oído hablar de los conos y se preguntaba si sería posible que el grupo recibiera ayuda, colectiva. Le sugerí visitar su institución para ver exac tamente en qué podía ayudar. Llevé con migo treinta, conos y le pedí que se colocara una gran pirámide en el centro de la habita ción. Me conmovió el estado de los niños. Me dijo que habían estado a s t t cargo durante dos años. Tenia contrato para atender a los niños hasta que estuvieran lo suficientemente bien como para marchar a sus casas. Tenia una lista de espera de otros ¡60 niños. Tero no podio atender a más de treinta simultáneamente. Lo acompañé a visitar su institución y observé que en cada habí tación existía lu. posibilidad de colocar un cono. Me advirtió que n o l o s pusiera en sitios muy accesibles porque algunos de sus pacientes tenían el hábito de romper todas las cosas movibles. Coloqué algunos fijos y dejé algunos sueltos, sugiriéndole que en ocasiones podría, poner los conos en los pies o en el abdomen de los niños. Para mi sorpresa, antes de que pasaran treinta días me llamó para tfue fuera a verlo to n pronto como fuera posible. Citando llegué se mostró excitado acerca de los conos. Parece que hubo tanta mejoría en aquel mes que muchos de los padres de seaban regresar a los niños a sus casas inmediatamente. Los conos parecieron producir una mejoría tan amplia, que me pregunté qué hubiera ocurrido si los conseruaba. Pero el joven ya había perdido el control de la situación y me pidió que me llevara los conos. lie observado los efectos de las pirámides en los animales, espe cialmente en caballos. Tengo un amigo que es entrenador de caba llos de carreros, los cria y atiende caballos enfermos. El me prc-
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1«?
puntó si yo creía que las pirámides pudieran ayudar « los caba llas. Le sugerí que colocara ana pirámide en cada cuadra encima del comedero. Él había aprendido a usar el péndulo y ello le demostró la diferencia después de una sola noche. Encontró que l/u no necesito ha asistir u los caballos enfermos más de dos o tres dias en situaciones que antes le tomaban semanas. Mientras m iraba correr a u n caballo un día, me dijo que aquel caballo tenia niiterionnentc dificultades respiratorias y al poco tiempo de co rrer empezaba a resoplar. Ahora, como pude comprobar, corría normalmente. La» pirámides parecen ser beneficiosas para nuestros animales domésticos, especialm ente para un gran pastor alemán. Aun cuando liemos experim entado con las pirá mides durante varios años, no le permitíamos pasar den tro de ella ya que continuam ente llevábam os a cabo ex perimentos. Pero cuando construim os la gran pirámide exterior, se le permitió pasar algún tiempo adentro. Pa recía estar ansioso de hacerlo y aprovechaba cualquier oportunidad para entrar. Durante m ás de un año había estado parcialm ente inválido por la artritis, pero después de permitirle entrar a la pirámide em pezamos a notar una gran diferencia en sus movimientos. Ahora, por primera vez después de muchos m eses mostró deseos de jugar y correr. Num erosas personas nos han escrito acerca de sus ex periencias con anim ales dom ésticos y las curaciones que han logrado al exponerlos al espacio piramidal: En estro perro Sham parecía, tener asma o un problema respi ratorio, especialmente cuando se excitaba. Esta noche nos percatamos tic que esto no ha ouefío a ocurrir desde que se le permite estar en la pirámide con nuestro hija. El asm a fu e m encionada por Florenee McClure cuándo la entrevistam os: “ Mi pequeño perro, un Boudon terrier tenía asma y todos los dias sufría ataques; no podía recuperar el aliento. Desde que lo meto a la pirámide conmigo no lia vuelto a padecer asma. Y también tengo un
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poodle que ha tenido dolor crónico de la garganta desde que le quitaron las amígdalas. Desde que em pezó a entrar a la pirámide ya no ha tenido más problemas y su gar ganta está com pletam ente sana". Nuestro cocker spaniel tiene diez años de edad y durante niu dios años ha sufrido de un grave reumatismo. Le construimos una nuera perrera en forma de pirámide y ahora empieza a mostrar algún alivio. Nuestro perro duerme, en el gara je junto a la pirámide y su pelo ha adquirido brillo y hermosa apariencia. Parece más salu dable y se siente mucho mejor que antes. Algunas gentes han mencionado que han logrado efec tos benéficos al tratar papel metálico dentro de la pirá mide y colocarlo debajo de la cama de los perros. Una persona puso el papel m etálico así tratado en la jaula de su pájaro y nos informó que han cesado de caérsele las plumas y que nuevam ente ha empezado a cantar. La curación de anim ales y de seres hum anos fue m en cionada por la doctora Olga Worrall en la plática que mencionamos anteriorm ente: "con los años he descu bierto que esta fuerza curativa no sólo es eficaz para curar a los seres humanos, sino también a los perros, a los gatos, caballos, pájaros, pollos y aun a plantas que responden a esta m isteriosa energía”. Si el uso de las pirámides es benéfico para los anim ales como parece, esto debe ser una gran noticia para todos los que aman a los anim ales, incluyéndonos a nosotros mismos. Pero fue particularm ente interesante en estos informes la evidencia de que tratam os con algo más que enferm edades de tipo sicosomático. Si los seres hum a nos dicen recibir beneficios curativos que no pudieran producirse en los anim ales, tenderíam os a sospechar que la pirámide no era sino un placer efectivo. Pero parece que este no es el caso. Hemos recibido muchos otros informes que no mencio namos sim plem ente porque merecen m ás investigación.
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Algunos de estos casos tienen que ver con enferm edades muy graves como el cáncer, la tuberculosis, la diabetes y facciones cardiacas. Debido a la seriedad de estas en fermedades y al hecho de que no tenem os información ocumentada, no las hem os discutido por temor a ofrecer a alguna persona lo que pudieran ser falsas esperanzas. En estos dos capítulos sobre curaciones hemos relatado nuestras propias experiencias y las de otros y hem os tra tado de ofrecer alguna explicación al mismo tiempo. No hay nada m isterioso en nuestras explicaciones... Estam os seguros de que tal vez pequé de parcialidad. Pero hemos tratado de ofrecer datos científicos hasta donde es posi ble con la esperanza de que puedan ofrecer un marco de referencia para investigaciones más avanzadas.
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Alquimia de la nutrición
Las pirámides no cambian los m etales básicos en oro sino que llevan a cabo su propia clase de alquimia con los alimentos. Tal vez en un mundo justam ente preocupado por producir suficientes alim entos y preservar de la con taminación los que tenem os, él papel «le la pirámide será m ás importante que el cambio de la estructura de los m etales. De cualquier modo, si alguna vez tenem os éxito en fabricar oro, no pasaría mucho tiempo antes de que su valor no superara al de los otros m etales. Por otra parte, nuestras necesidades sobre alim entos continuarán in ore m e n tá n d os e. Durante m ás de tres años hemos usado pirámides para deshidratar diversos frutos y vegetales. Aunque la tasa de deshidratación no es siempre la misma, puesto que en algunas ocasiones toma mayor tiempo que en otras, los ali mentos parecen no descomponerse dentro de la pirámide. Cuando están com pletam ente secos, pueden ser alm ace nados durante un periodo de tiempo indefinido. A juzgar 170
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por el número de recientes artículos en los m agazines y en diversos libros sobre el arte de deshidratar y alm ace nar frutas y vegetales, ese método de conservación de los alim entos está ganando nuevam ente adeptos. La pirá mide sirve como un medio efectivo y simple para lograrlo. La carne tam bién se deshidrata muy bien dentro de las pirámides. No hemos experim entado descomposición de la carne ni hem os tenido informes de su descomposición por parte de otras personas que han usado la pirámide para este propósito. Las pruebas del laboratorio dem uestran que el creci miento de microorganismos se retarda o se detiene com pletam ente dentro de las pirámides y la descomposición no ocurre en ausencia de las bacterias. Hemos puesto carne deshidratada en alacenas sin refrigeración y la hemos comido m eses después. Su sabor es tan bueno como cualquier carne seca de res o de venado y parece aun menos dura. Hemos encontrado que el papel alumi nio puede tratarse dentro de una pirámide durante va rios días para usarse como un sustituto de lu pirámide. Aparentem ente absorbe la energía piramidal y puede conservarla durante varios días. Los artículos alim enti cios incluyendo carne, envueltos en papel aluminio tra tado, pueden conservarse sin refrigeración durante algún tiempo. Sin embargo, para determ inar este periodo de tiempo se aconseja hacer algunos experim entos con la propia pirámide, ya que intervienen diversos factores y puede variar el tiempo. Hemos encontrado que el papel aluminio absorbe una carga óptima en aproximadamente catorce días y la conservará fuera de la pirámide durante aproximadamente el mismo número de días. Cuando tratam os por primera vez de guardar alim en tos sin refrigeración, nos preguntam os si los atacarían los insectos. Nos sorprendió agradablem ente darnos cuenta de que los insectos entran a la pirámide pero la abando nan al poco tiempo. Esto también ocurre en los alim entos envueltos en el papel aluminio tratado. Los insectos se acercan al paquete, tal vez lleguen a caminar por su
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parte exterior, pero después lo abandonan. Puede ser que haya algo acerca del campo de frecuencia o un efecto resonador dentro de la pirámide que aleja a los insectos. Tenemos a un amigo que decidió probar las cualidades de la pirámide como repelente para insectos con un grupo de hormigas. Tomó a las hormigas de un hormiguero de su jardín y colocó algunas de ellas dentro de la pirámide y a otras en el exterior. Cerca de cada grupo regó un poco de leche azucarada. Las horm igas dentro de la pirámide se acercaron a la leche pero pronto se retiraron y se unieron con las horm igas que en el exterior se apresuraban a tomar la leche. N uestras plantas dentro de las pirámides han estado libres de insectos, pero en las plantas de con trol hemos notado la presencia de algunos afidios. Con respecto a la conservación de la carne, el finado Verne Cameron de Elsinore, California, mencionado en otra parte de este libro por sus investigaciones hace veinte años sobre los campos de energía extraños, expe rimentó con la deshidrataeión de carne de cei'do, que se descompone con mucha rapidez sin refrigeración. Puso un trozo de carne de cerdo fresca dentro de una pirámide que tenía dentro de su cuarto de baño. Esta sería una prueba definitiva ya que el cuarto de baño tenía un ele vado contenido de humedad, lo que normalmente estim ula la descomposición. Al cabo de diez días, Cameron encontró que la carne de cerdo se había momificado. La comió seis m eses más tarde después de que la conservó durante todo ese tiempo en la pirámide del cuarto de baño. Afirmó que la carne era perfectam ente ingerible. La pirámide también opera su alquimia en cuanto a la calidad de los alimentos, mejorándoles el sabor y en al gunos casos mejorando su digestión. En el capítulo final se discutirán experim entos con la medición de las dife rencias en las propiedades de los alim entos dentro y fuera de las pirámides. Sin embargo, hemos llevado a cabo un número de pruebas ciegas con sujetos, en las cuales les hemos pedido que elijan alim entos o bebidas
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que han sido tratados en la pirámide tomándolos de entre otros artículos de control. En cada uno de los casos el artículo experim ental y el de control eran partes igua les del mismo artículo alimenticio, o de la misma botella en caso de líquidos. Nueve de cada diez personas selec cionaron el alimento tratado por la pirámide como el de mejor sabor. “Hay una diferencia definida”, nos dijo un ama de casa popular entre sus am igos como una excelente cocinera. “ No se necesita ser un gounnet. para decir que los ali mentos tratados dentro de la pirámide (ella había hecho la prueba con queso chedar, sirloin y aderezo de ensa lada) están más frescas y tienen más cuerpo para quien los prueba”. Pensando que tal vez estábam os proyectando m ental m ente las selecciones adecuadas a nuestros sujetos, lle vamos a cabo una prueba doble ciega. Pedimos que un vecino marcara los alim entos de tal modo que nosotros no supiéram os cuál era cuál hasta después del experi mento. Ocho de cada nueve sujetos que participaron en la prueba continuaron seleccionando los alim entos tratados en la pirámide. Durante un par de años hemos bebido con regularidad el agua de pirámide y estam os convencidos que mejoró nuestra digestión. Uno de nosotros padecía de un conte nido de ácido clorhídrico muy bajo. Cuando el agua de pirámide se toma con los alim entos, la digestión parece mejorar considerablem ente. Algunas otras personas nos han escrito informando resultados bastante sem ejantes. El ácido clorhídrico es una enzim a y esto puede ser una de las razones por la cual la comida sabe mejor, es más fresca y se digiere con mayor facilidad después de haber sido tratada en las pirámides. Se sabe que las enzim as tienen un efecto sobre el sabor de los alim entos. La carne preparada con com puestos enzim áticos antes de coci narse es más fresca y, por supuesto, en el cuerpo las en zim as atacan los alim entos para que puedan ser digeri dos. Ya que la evidencia parece indicar la presencia de
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campos m agnéticos más potentes dentro del espacio pi ramidal. puede ser que estos campos m agnéticos enri quecidos interactúen, aum entando la actividad de las en zimas. El efecto de los campos m agnéticos sobre las enzim as ha sido am pliamente estudiado por la hermana Justa Smith, Ph. D., directora de la Natural Sciences Concentration en el Rosary Ilill College, de Búfalo, y directora de investigaciones para el Human Dimensión» Tnstitute. Como bioquímica, la doctora Smith sostiene que el fun cionamiento adecuado del cuerpo está directam ente rela cionado con el equilibrio apropiado de todos los sistem as enzim áticos del cuerpo. La curación y la conservación de una buena salud, de acuerdo con la doctora Sm ith, están relacionadas con las reacciones m ctabólicas de cada cé lula catalizadas por una enzim a. Las enzim as juegan un importante papel en la conservación de la salud, como afirma la doctora Smith, y las enzim as pueden resultar afectadas por los campos m agnéticos. Parece razonable la hipótesis de que los campos m agnéticos generados o incrementados dentro de las pirámides son responsables en parte al menos por la variedad de experiencias curati vas que se nos han informado, por el uso de las pirámides en los tratam ientos. Este tem a se estudió ya en los capí tulos sobre El fenómeno de las curaciones. En sus experim entos con la doctora Smith, en diversas ocasiones Oskar Estebany trató dos probetas con enzi mas en solución de agua. Una m uestra era normal y la otra había sido dañada con una lámpara ultravioleta. Una tercera m uestra fue tratada con un campo m agné tico de 13 000 gauxR. En cuanto al modo en que se probaron las soluciones, según explica la doctora Smith: “la actividad fue medida en un subestrato cromogénico; el subestrato es el m ate rial sobre el que actúa la enzim a. Insisto en la palabra erornogénica porque, como dije anteriorm ente, esta solu ción parece agua pero al actuar la enzim a sobre el subestrato produce una molécula coloreada, por lo tanto es
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muy simple colocar la m ezcla en un espectróm etro y medir la proporción en que aum entó el color en la solución”. Cuando se terminaron las soluciones, se encontró que Estebany había hasta cierto punto “curado” las enzim as dañadas y que había aum entado la actividad de las enzi mas sanas hasta el mismo grado en que lo había hecho el campo m agnético aplicado a la tercera probeta. Se puede señalar otro paralelo éntre los efectos de las pirámides sobre las enzim as y el de un campo de fuerza magnético. Hemos tratado plantas con campos de ener gía creados por medio de un oscilador de microondas, un aparato que supuestam ente eleva el ritmo de vibración de las células, tejidos y demás, por medio del estím ulo de microondas. La tasa de crecim iento de estas plantas fue muy sem ejante al de aquellas conservadas en la pirá mide. Presumimos, por lo tanto, que la pirámide y el osci lador de m ultiondas com partían algunos campos de fuerza comunes. Uno de nuestros amigos que tiene una cantidad extrem adam ente baja de ácido clorhídrico en su sistem a y que tiene dificultades para conservarse en peso a causa de la falta de jugos digestivos empezó a usar en sus tratam ientos un oscilador de m ultiondas. En muy poco tiempo recuperó el peso perdido, por primera vez en mucho tiempo, presum iblem ente debido al aum ento de la actividad enzim ática provocada por los campos de fuerza magnéticos. Nos preguntamos entonces, si las personas que usan las pirámides no experim entarían en sus cuer pos este aparente equilibrio de las enzim as. N uestra pre gunta pareció tener una respuesta parcial al menos cuando supimos que algunos de nuestros corresponsales con exceso de peso habían empezado a perderlo después de iniciar su meditación dentro de las pirámides. Y poco tiempo después de esto recibimos informes en el sentido de que personas con problemas de poco peso lo habían ganado por el mismo método. No deseam os inferir que todos aquellos que sufran de exceso o falta de peso en contrarán alivio completo a sus preocupaciones dentro de
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las pirámides. Hay muchas variables dentro del asunto, algunas pueden ser de origen sicosom ático o un modo positivo de pensar. Hasta ahora las evidencias parecen recomendar más investigaciones al respecto. De acuerdo con las leyes de la química vigentes desde hace m ás de siglo y medio, los elem entos pueden combi narse pero nunca transm utarse en otros: A y B pueden convertirse en AB, pero A nunca en B. La primera negación de esta ley ocurrió poco después de iniciarse el siglo con el descubrim iento de la radioacti vidad, que reveló que alrededor de veinte elem entos te nían la capacidad de convertirse en otra cosa. Con el avance de la física nuclear, se crearon ciertos elem entos que se cree nunca han existido en estado natural o que desaparecieron desde hace mucho tiempo. Sin embargo, los químicos todavía sostienen que es im posible crear un elem ento nuevo por medio de reacciones químicas. E ste concepto es seriam ente refutado por un científico francés, el biólogo Louis Kervran. Alegando que es posible la transm utación biológica, Kervran cita a los pollos como un ejemplo de su teoría. Las gallinas ne cesitan calcio para formar los cascarones de sus huevos, pero en un experim ento no se les dio calcio dentro de sus alim entos; en sustitución, su dieta contenía mica, que es un silicato de aluminio y potasio y sin embargo las galli nas produjeron el calcio requerido. Parece que el potasio con un ion de hidrógeno fue transm utado en calcio. Kervran señala que cuando los pollos salen del casca rón contienen cuatro veces más calcio del que estaba presente originalm ente en el huevo, que los berros que c recen debajo de una campana de cristal alim entados con agua destilada producen retoños con el doble de azufre que en las sem illas, que las algas producen yodo y así sucesivam ente. En un libro reciente, Biológical Transmutations, Kervran afirma que su propósito es dem os trar que la materia tiene una propiedad que hasta ahora no se ha considerado, una propiedad que no aparece re gistrada en los actuales conocimientos de la química o de la física nuclear.
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Siguiendo las ideas de Kervran el doctor Rudolf Hauschka afirma que la vida no puede interpretarse en tér minos químicos como vida ya que no es el resultado de la comh inación de los elem entos sino de algo que precede a los elementos. “¿No es más razonable?”, pregunta en su libro The N ature of Subai anee, “suponer que la vida exis tía antes de la materia y que fue el producto de un cos mos espiritual preexistente” . Este concepto se relaciona estrecham ente con los mo delos de vida discutidos en el capítulo El fuego de la ser piente. En este capítulo describimos la materialización física como paso final en el proceso de energía universal que se m ueve a través de lo que llam am os los siete prin cipios del hombre los cuales son: espíritu, alma, m ente superior (intuitiva), m ente interior (racional), astral (emocional), etérico y físico. Este modelo es compatible con la idea de que las formas físicas pueden ser contem pladas más precisam ente como campos de energía y que ambas, som etidas a una observación m ás estrecha, se re velan como estructuras m entales. Desde este punto de vista, la conciencia es la sustancia básica del universo. También hemos descrito la progresión de la vida a par tir de los estados generales, para convertirse en plantas, anim ales, hombres, de acuerdo con el misticismo tibetano y de acuerdo con algunos sabios, lo mismo afirmaban las antiguas escuelas m ísticas egipcias. Este modelo consi dera todas las formas de vida como evolucionando hacia el espíritu. En otras palabras, todo está en el proceso de convertirse en otra cosa ya sea que hablemos de partícu las subnucleares, seres hum anos o planetas. Dentro de la tradición m ística, la transm utación es un requisito para que exista la vida. A debe convertirse en B, ya sea que el objeto en cuestión sea orgánico o inorgánico. Desde las partículas hasta los universos todo es dinámico y no es tático. El único componente estable de acuerdo a esta tradición, es la m ente universal. E ste punto de vista debe considerarse sim plem ente místico, aunque con rapidez se está conviertiendo en la base de la nueva física.
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Si loa antiguos constructoras de la Gran Pirámide con cibieron el concepto de transm utación, nos preguntam os si no pudieron haber incorporado estos principios en su construcción. ¿Fue uno de los propósitos de la Gran Pi rámide servir como una especie de receptáculo m aestro de la alquimia? Si no le encontramos posibilidades para cambiar el plomo en oro, si nos parece que las pirámides añaden un ingrediente desconocido que parece elevar los objetos -alim entos, agua, hojas de afeitar- y los sujetos -hum anos- hacia su estado óptimo. Después de beber el agua de pirámide uno se pregunta si no es lo que el agua debe de ser y después de probar los alim entos tratados dentro de una pirámide también surge la misma pre gunta. Al experim entar la influencia sublimad ora de las fuerzas dentro de la pirámide, quien m edita no puede dejar de sentirse impulsado hacia niveles superiores de su existencia. Esto sería una de las m anifestaciones me jores de la alquimia. En un remoto rincón del norte de Escocia existe el nuevo jardín del Edén. Hace muchos años que el pedazo de tierra desolada -un poco m ás alia del sitio donde se dice que las tres brujas dijeron a M acbeth que sería reyestaba aquel conjunto desagradable de latas vacías y remolques autom ovilísticos de desecho. Fuera de yerbas m alas nada crecía en aquel páramo y nadie creía que podría hacerse cambiar aquello... nadie a excepción de un antiguo jefe de escuadrón de la Real Fuerza Aérea y dos clarividentes. Ahora es un paraíso con vegetación lujuriosa. Millares de personas de todo el mundo, incluyendo científicos em inentes, han visitado el lugar. El milagro de Findhorn se ha convertido en una leyenda viviente. Lo que es muy importante de Findhorn y la gente que lo fundó es que representa un nuevo modo de contemplar las fuerzas del universo. Resulta una historia muy bo nita el decir que la gente tuvo fe para llevar a cabo el sueño imposible, su jardín creció y que vivieron muy feli ces. Pero el verdadero m ensaje en los macizos de rosas y
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en las hojas de té es que existen aparentem ente fuerzas que pueden dominar condiciones que habíamos conside rado om nipotentes. De acuerdo con las reglas estableci das los únicos factores que participan en el crecim iento de las plantas son el clima, la cantidad de humedad, el contenido de los suelos y el adecuado cultivo y la aten ción. Pero Peter Caddy y su esposa, Eileen, y Dorothy McLean no pusieron en operación ninguno de estos in gredientes a excepción del factor cuidado. A final de cuentas fue el único realm ente im portante. Los árboles crecieron, hubo un profuso florecim iento, las verduras alcanzaron tam año sin precedente y lo único que se aña dió al suelo y que pudieron comprobar los expertos en agricultura fue una delgada capa de agregado orgánico. No podía ser cierto, decían, pero lo era, y cientos de per sonas llegadas de todas partes fueron testigos. Un experto agrícola de las Naciones Unidas y profesor de agricultura en diversas universidades, el profesor R. Lindsday Robb, visitó Findhorn antes de navidad e in forma: “El vigor, florecimiento y salud de las plantas del huerto a la mitad del invierno, en tierras que son casi exclusivam ente arena pulverizada, no pueden explicarse con la moderada cantidad de agregado orgánico ni tam poco por la a u sen cia de m étodos de cultivo de agricultura orgánica. Debe haber otros factores que ciertam ente son vitales”. Son estos desconocidos “factores vitales” los que nos interesan. El matrimonio Caddy y Dorothy McLean ad mitieron finalm ente que su factor X no tenía nada que ver con fórm ulas secretas de fertilizantes. Procedieron de acuerdo con la información que recibieron por medio de sus poderes de clarividencia y este conocimiento es el que está detrás de los factores físicos secundarios que contribuyen al crecim iento de las plantas. El grupo dijo a los reporteros que la contribución más importante que el hombre puede hacer para el cultivo de plantas es la radiación que pone en el terreno m ientras lo
M u estra de leche s itu a d a en cim a de la cú sp id e de u n a pirám ide de dos m etro s, en u n a tie n d a.
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cultiva. Dorothy McLean dijo que ella se dio cuenta de que las plantas están afectadas constantem ente por ra diación de la Tierra y el cosmos. Filia decía que estas radiaciones eran más im portantes que los elem entos químicos o los organismos microbióticos, y que estas ra diaciones estaban sujetas fundam entalm ente a la m ente del hombre. Comentando sobre el fenómeno de Findhorn, Peter Tompkins y Christopher Bird afirman en (La vida secreta de las plantas, Diana, 1975): “El desocorrer el velo que oculta otros mundos y otras vibraciones más allá del es pectro electrom agnético puede ayudar en gran medida a explicar m isterios incomprensibles para los investigado res que lim itan su búsqueda a lo que pueden ver con los ojos físicos y sus instrum entos de medición”. Cuando se analizó la tierra del huerto Caddy se demos tró que no tenía deficiencias, algo sorprendente ya que el terreno de esta área está desprovisto de casi cualquier otro elem ento. En unos análisis del compuesto orgánico agregado al suelo no aparece ninguna razón que explique la diferencia. El suelo contenía m inerales que no existían antes allí y que no se le aplicaron por ningún medio físico conocido. En nuestra investigación de las pirámides hem os en contrado que las plantas crecen con más rapidez dentro que fuera de las pirám ides. Las plantas experim entales crecen en el mismo terreno y con la misma cantidad de agua y luz que las plantas de control. Hemos hecho cre cer plantas dentro de recipientes hechos del mismo ma terial y del mismo volumen que las pirámides, y los resul tados no son los mismos. Algún factor X contribuye al crecimiento de la planta dentro de la pirámide. En The S6cret Power of Pyram ids. describimos nues tro trabajo con fotografías discontinuadas en las que ob servam os el movimiento de las {dantas dentro y fuera de las pirámides. Las plantas experim entales llevaron a cabo giros pronunciarlos en tanto que las plantas de con trol apenas si se movían.
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La leche que se deja dentro de las pirámides a menudo se convierte en yogur y recientemente Vían aparecido en m agazines de circulación nacional, diversos artículos que señalan que el yogur es mejor que la leche para el con sumo humano; contiene m ás enzim as y es más fácil de digerir. La pirámide parece influir para que las cosas se transm uten a estados de un nivel superior. “Aunque el hombre blanco pueda usar todos sus cono cimientos -sobre química, biología, botánica, ingeniería, etcétera-, no será capaz de devolver al suelo, al agua y al aire su pureza originar’. Relámpago Estruendoso, el m é dico brujo de la tribu Shoshone nos dijo lo anterior en una reunión de científicos que fue patrocinada por la Fundación Menninger hace algunos años. “Ustedes tienen conocimientos técnicos pero no se dan cuenta de las cosas vitales que no son físicas y que son las que cuentan al fin y al cabo. Sin este conocimiento no se pueden penetrar los secretos de la naturaleza. Se necesita una sabiduría mayor que la química para convertir el agua en vino...”.
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Un lugar especial
El hechicero don Juan le dijo a Carlos Castañeda que hay un punto especial y que él debería encontrarlo. El lugar está en la entrada de la casa y es diferente, ya que si lo encuentra -y esto debe hacerlo solo- experiment ará paz y felicidad y fuerza. Carlos Castañeda se sienta y descansa, se tiende en el piso pero nada ocurre. Al azar enfoca sus ojos en un punto directam ente situado frente a él: todo adquiere un color amarillo verdoso. Y entonces "súbitam ente, en un punto cercano al piso, me di cuenta de otro cambio de m atiz”, explica el autor en Las endefianzas de don Juan. “En un sitio ubicado a mi derecha, todavía en la periferia de mi campo de visión, el amarillo verdoso adquiere un tono intensam ente púrpura. El tono púrpura se desvanecía en un color pálido, pero todavía brillante, que permaneció sin cambiar durante todo el tiempo que le dediqué mi atención". Trató de acostarse sobre este punto, pero “sentí un temor deconocido. Era más bien una sensación física de algo que oprimía mi 183
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estóm ago. Me puse en pie de un salto y retrocedí de un solo movimiento. Se me erizaron los cabellos de la nuca. Mis piernas estaban ligeram ente arqueadas, mi tronco inclinado hacia adelante y mis brazos extendidos rígida m ente hacia el frente con mis dedos contraídos como ga rras. Retrocedí involuntariam ente y... me desplomé sobre el suelo". Castañeda había encontrado su punto. “Durante muchos años he tenido un lugar favorito en un área boscosa de nuestro terreno. Creo que más bien el sitio me encontró a mi en lugar de encontrarlo yo”, nos dijo una atractiva ama de casa. “Voy allí a meditar aun cuando el tiempo no sea muy bueno y siempre me siento protegida. Pero les platico esto porque la primera vez que entré dentro de una pirámide me sorprendió la sensación de estar en otro lugar en especial. Con los ojos cerrados, fácilm ente podía imaginar que estaba nuevam ente en mi lugar boscoso”. “Xo escojan arbitrariam ente un lugar para meditar sim plem ente porque parezca cómodo o aislado”, nos decía nuestro m aestro de meditación. “No se apresuren, tó m ense su tiempo, pero una vez que lo encuentren, vayan ahí cada vez que puedan, solos, y traten de proteger este sitio de cualquier otro uso”. En sus libros Alice A. Bailey describía lugares especia les de la Tierra destinados a ser usados para ciertos pro pósitos, tales como hurtos, meditación, curaciones, etcé tera. Estos lugares son el resultado, dice ella, de un gran diseño de campos de energía que rodean la Tierra. Donde estos campos se cruzan, se forman retículos de energía y vórtices que tienen una fuerza particular. Se dice que los antiguos conocían estas sendas de ener gía, y que donde se cruzaban elegían el lugar para ubicar un templo, una escuela o alguna otra estructura. De acuerdo con esta teoría, las pirámides estaban situadas en los vórtices y la Gran Pirámide se convirtió en el eje de toda esta actividad. Ya sea cierto o no, los modelos diseñados de acuerdo con las especificaciones de la Gran Pirámide parecen crear dentro de su espacio un campo
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diferente en propiedades de otros espacios del medio am biente. Tal vez las pirámides crean su propio lugar espe cial o tal vez las fuerzas de energía especiales que fluyen alrededor de la Tierra son atraídas por las pirámides. Acerca de los retículos de energía, John Michell afirma en Vietv Over Atlantia: “En lo que hemos visto en los métodos científicos practicados por los adeptos en el mundo antiguo es posible sacar dos conclusiones: pri mero, ellos reconocían la existencia de alguna fuerza o corriente, cuyo potencial nosotros ignoramos, y descu brieron la forma de la ciencia natural por medio de la cual podían manipularla. En segundo lugar, ellos obtu vieron, aparentem ente por medios relacionados con el uso de esta corriente, cierto conocimiento directo de los asuntos fundam entales de la filosofía, la naturaleza de Dios y el universo y la relación entre la vida y la muerte". Michell sugiere que las civilizaciones antiguas se basa ban en campos invisibles de fuerza que rodean el globo, los campos de gravedad y la energía electromagnética. Él propone que los esfuerzos de los científicos tales como von Reichenbach y Wilhem Reich “contribuyen a confir mar la posibilidad, indicada en el folklore de todo el mundo, de que algunas formas de energía natural eran conocidas desde los tiem pos prehistóricos y que se des cubrió un método, relacionado con una fusión de espíritu terrestre con las chispas solares, por medio del cual esta energía podía utilizarse para beneficio de la raza hu mana". En The F a iry Faith in Celtic C
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lecciónado por sus constructores-sacerdotes como el gran templo de las prácticas religiosas, para la celebración de los m isterios paganos, para las asam bleas tribales, para las observaciones astronóm icas y muy posiblem ente para el establecim iento de escuelas en las cuales educar a los neófitos para el sacerdocio. Tara, con su tributario Valle del Boyne es un lugar muy sem ejante en Irlanda”. John Michell señala que muchas de las grandes estruc turas del mundo antiguo fueron construidas sobre los campos de las retículas m agnéticas. “Sin embargo, la evidencia histórica sugiere que estos lugares fueron con siderados sim plem ente de importancia local y que todos estaban subordinados a un solo centro, la gran capital mágica del mundo”, afirma. “Si aceptamos la evidencia de la anterior existencia de una civilización universal, debe suponerse que el cata clismo que la hizo desaparecer, uno de aquellos sucesos recurrentes que ocasionan que se altere repentinam ente la forma de los continentes, perturbó el patrón existente de corrientes m agnéticas y crearon un nuevo centro te rrestre. Una vez destruida la antigua capital, tal vez sumergida, los sobrevivientes del desastre primeramente habrían localizado este lugar y habrían erigido un nuevo instrum ento poderoso como la primera etapa para el res tablecim iento del control sobre el campo m agnético te rrestre. Y en el mismo centro de todos los continentes del mundo encontramos la Gran Pirámide”. Se dice que la Gran Pirámide está en el centro del mundo porque está en el centro exacto de las m asas te rrestres de nuestro planeta. Si se trazan líneas a través de los ejes Norte-Sur y Este-Oeste de la Gran Pirámide, estas líneas dividirán en partes iguales las m asas terres tres del mundo. Puede ser que los antiguos constructores tuvieran co nocimiento de las corrientes de energía y construyeron la Gran Pirámide como centro de las m asas terrestres del planeta, ya que éste seria también el núcleo de los cam pos de fuerza. Por otra parte, la Gran Pirámide en sí
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pudo haber sido la iniciadora o generador central de estas fuerzas invisibles, y otras pirámides, tem plos y demás estarían ubicados en puntos estratégicos para servir como estaciones retransmisoras. Cualquiera de las dos teorías ofrece posibilidades incitantes. Hemos reci bido muchos informes afirmando que la presencia de una pirámide en una habitación cambia el campo. Yo esperaba obtener resultados de los experimentos con las pirámides y no quedé defraudado . Sin embargo, esperaba que cualquier cambio ocurriera dentro de la pirámide pero no espe raba que la simple presencia de la pirámide dentro de una habi tación alterara nada. Pero puedo jurar que el aire es más puro y más vibrante en esta habitación. Muestro perro busca. el amparo de esta habitación donde antes no quería entrar y las plantas crecen mejor aún cuando la cantidad de luz no es mejor gv.e en otros lugares. Informaciones de este tipo parecen respaldar el con texto de que la pirámide crea, aum enta o de algún modo captura campos extraños de energía en el sitio donde está localizada. Si los modelos de la Gran Pirámide pro ducen campos de cierta clase tanto dentro como fuera de sus perímetros ¿podemos suponer que el modelo original tam bién lo hace? Tenem os que recordar sin embargo, que la investigación ha demostrado resultados diferentes para objetos experim entales colocados dentro de la pirá mide y los objetos de control colocados en el exterior y muchos de dichos objetos han estado muy próximos a la pirámide. Las fuerzas del exterior deben tener una cua lidad m ás sutil o tal vez diferente de un modo que no conocemos. En tanto que se han hecho m uchas pruebas sobre los efectos interiores y exteriores, poco esfuerzo se ha hecho para medir las diferencias en los fenómenos con objetos situados en el exterior pero cerca de las pirámi des y objetos de control ubicados por ejemplo, a una cua dra de distancia. Se ha hablado de fenómenos extraños en la cima de la Gran Pirámide y quienes experim entan con modelos han
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informado sobre un campo de energía que irradia el ápice. Los clarividentes dicen que han visto un rayo de luz que surge hacia arriba hasta una distancia igual a la de la altura de la pirámide y los zahoríes aparentem ente sienten un sutil aum ento de energía cerca de la pirámide y un increm ento de los campos por encim a del ápice. A los aviadores se les advierte que no vuelen por encima de las pirámides de Gizeh ya que sus instrum entos queda rán fuera de control y hemos encontrado que una brújula colocada sobre el modelo de una pirámide a veces m ues tra variantes erráticas en su conducta. El hecho de que la brújula no siempre funcione de este modo pudiera in dicar una variación en la magnitud de la fuerza. La can tidad de energía dentro de la pirámide también cambia de tiempo en tiempo como puede juzgarse por el número de rasuradas que se obtienen de una hoja de afeitar, la duración del tiempo necesario para la deshidratación, el movimiento de las plantas y otros fenómenos. Si pueden determ inarse las variables implicadas en este ir y venir de energía, se habrá dado un gran paso en la definición de las fuerzas de la naturaleza en juego. La hora del día, el calor, la humedad, la luz, la estación, el estado del tiempo, la actividad de las m anchas solares y otras situa ciones pueden señalarse corno algunas de las variables que influyen en los resultados, pero no bastan para ex plicar las diferencias. Se han usado las pirámides tanto para dirigir la ener gía hacia algún objeto y obtenido algún resultado. Ejemplo: se ha colocado series de pirám ides de igual tam año abajo de lus cam as para mejorar el sueño y con propósitos terapéuti cos. Este uso de las pirámides se describe en los capítulos sobre El fenómeno de las curaciones. La energía generada dentro de una pirámide puede transferirse hacia el exterior por medio de un agente que de ese modo actuará en forma sem ejante al de la pirá mide. El papel aluminio puede cargarse dentro de una pirámide y usarse después como envoltura para carne, verduras y otros artículos. Parece que funciona tan bien
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para preservar los alim entos como lo hace la pirámide, aunque, pasado algún tiempo, pierde su carga. Se han usado de modo similar lám inas de m etal. Hemos encon trado que el agua sirve como uno de los mejores sistem as de alm acenam iento para la energía piramidal. El agua parece conservar una carga durante varios dias y puede em plearse para beber, bañarse, regar las plantas o cual quier otro uso. No se nos había ocurrido que una persona podía sen tarse dentro de una pirámide, recibir la carga de energía y después compartirla con otras o irradiarla en su medio am biente, como un hada que reparte rayos de sol, hasta que recibimos la siguiente nota de Tom Garrett de Oklahoma City: He llegado a creer que la energía generada en la pirámide puede de algún modo unirse a una. persono que se ha Rentado dentro de ella y ser transferida más tarde a otras personas. Por ejemplo: Una noche tenia un terrible dolor de cabeza y me dirigí hacia la pirámide. Después de algunos minuto» en el interior, desapareció m i dolor y me quedé dormido durante unos treinta, minutos. Después de despetar volví hacia la estancia para, co municar m i éxito a Mary, quien en ese momento se quejaba de cólicos y dolor de cabeza. Le dije que todavía sentía el área donde había tenido el dolor, pero éste había desaparecido. Discu timos esto durante cinco o diez minutos y me puse en pie para abandonar la habitación. Fue en este momento cuando Mary notó que sus cólicos y dolor de cabeza habían desaparecido y también podía sentir el área donde tenía el dolor pero éste ya no le molestaba. Durante el tiempo en que hablamos yo había tenido el brazo alrededor de sus hombros y creo que el contacto físico pudo haber sido el factor decisivo, si es cierto que hubo una transferencia de energía. ¿Puede atribuirse esto a la sugestión? Es posible. O también que el dolor fuera de origen sicosomático y fuera desplazado por medio del contacto físico o de la discusión. Sim plem ente pudo haber ocurrido que el dolor siguió su curso y que sólo coincidió con el momento en
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que desapareció. Hay probablemente diversas explica ciones y hubiéram os estado tentados a seleccionar al guna de no ser porque poco tiempo después empezamos a recibir informes sim ilares de otras personas. ¿Pudiera ser que la energía generada por una persona dotada de poderes curativos naturales, por ejemplo Olga Worrall y Oskar Estebany sea la misma que la absorbida por una persona que se siente en una pirámide y que cuando la abandone pueda compartir esta enegía curativa con otros? En la obra de Manly Palmer Hall The Secrel Teachings o fA ll Agen encontramos la siguiente afirmación con res pecto a las iniciaciones dentro de la Gran Pirámide: “Con el otorgam iento del nombre, el nuevo iniciado se con vierte a su vez en una pirámide, dentro de cuyas cám a ras muchos otros seres humanos pueden también recibir ilustración espiritual”. X uestra imaginación se detiene en este punto. Si, nos preguntam os, es posible inocular a un individuo con las cualidades positivas de la energía piramidal -tranquili dad, salud, paz- y él es capaz de compartir estas desea bles propiedades con otros, ¿qué cambios podría producir en el hogar, el vecindario, la comunidad, la nación y el mundo, si pudiéramos conseguir que un número sufi ciente de gente iniciara este proceso de maduración? ¿Es posible que la pirámide haya sido diseñada teniendo en m ente esta idea? Construí una pirámide de 2.50 n¡. de altura en mi patio tra sero para llevar a cabo experimentos con plantas. Un día que tuve que hacer un viaje rápido al pueblo dejé abierta la puerta de la pirámide. Cuando regresé, mi perro labrador estaba echado adentro. No había allí nada que pudiera atraerlo. Hacia bas tante calor, pero, en lugar de buscar una stnnbra fresca, el perro prefirió meterse en la pirámide cuando obviamente había dentro más calor. En alguna* ocasione* lo había sorprendido tratando de abrir con la pata la puerta de la pirámide.
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Poco tiempo después de que completamos la pirámide de 3.50 m de altura nuestros dos perros pastor alemán reclamaron sus derechos. Olfatearon el contorno de la parte de adentro y finalm ente se acomodaron en la es quina noroeste. Habían abandonado sus cotidianos luga res en un cómodo cobertizo para cambiarse a la pirámide a donde siempre irían a situarse en la esquina noroeste. Xo consideramos esto particularm ente extraño hasta que tuvim os noticias de otros casos iguales. Tanto mi gato como mi perro muestran un interés extremo en estar cerca de la pirámide. Después de que construí la pirámide m i gato empezó a maullar a las puertas del garaje para pedir que se le dejara pasar. Esto es m uy raro porque hasta que la pirámide no fue construida el gato solamente llamaba nuestra atención para salir y nunca para entrar al garaje. Yo no pe-nnito que mi perro entre a la pirámide debido a los experi mentos que llevo a cabo adentro, pero el animal muestra deseos de echarse cerca de ella. Siempre se echa en la esquina noroeste y no en ningún otro sitio. Ahora conocemos historias sim ilares de muchas otras personas. Un amigo que tuvo esta experiencia trató de confundir a su perro. El perro había descubierto la es quina noroeste pero mi amigo sabía que una vez que un perro ha escogido su lugar predilecto y deja su olor allí, normalmente siempre volverá a él. Nuestro amigo hizo girar la pirámide de tal manera que la esquina noroeste se convirtiera en la esquina suroeste. Observó cuando entró su perro: olió alrededor de la pirámide, olfateó su propio olor en la esquina suroeste, vaciló durante algu nos momentos y finalm ente se fue a echar en la esquina noroeste. En Su per S ature, Lyall Watson señala la sensibilidad de los anim ales para ciertos sitios: “La elección de un lugar para descansar naturalm ente tiene que hacerse de modo muy cuidadoso con respecto al calor, seguridad y abrigo de los predatores. Pero con fre-
P rim era e ta p a en ia co n stru cció n üe u n a pirám id e de 5m . U n lado de la p irám id e se alineó en posición N o rte-S u r por m edio de un com pás y u n a corrección q u e se realizó p a ra su inclinación.
Lado Sur de una pirámide al ñire libre.
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e l p o d e r s íq u ic o d e la s p ir á m id e s
cuencia un animal escogerá un sitio que parecerá menos atractivo en estos aspectos que algún otro que está a corta distancia. Los perros y gatos dom ésticos muestran la misma conducta y sus propietarios saben muy bien que no podrán tomar una decisión en lugar de sus anim a les, sino que tendrán que aguardar hasta que el animal escoja su propio lugar antes de ponerles allí su canasto para dormir. Hay algunos lugares en los cuales los ani m ales no se echarán por nada del mundo”. Un animal aparentem ente sabe que hay lugares espe ciales y también que hay otros, como aprendió Carlos Castañeda, que deben ser evitados. No es sorprendente por lo tanto, que las pirámides también tengan campos altos y bajos. “ He encontrado indicios de que la esquina interior su roeste del modelo de pirámide dista mucho der benéfico”, señaló Tom Garrett en la agenda que nos entregó. “ Du rante uno de mis experim entos corté una manzana en dos y coloqué una mitad dentro de la pirámide y la otra en el exterior. Después de solam ente unas cuantas horas la manzana del exterior había tomado un color pardo obscuro en tanto que la manzana del interior (al nivel de la Cámara del Rey) había permanecido blanca y húmeda. Después de dos días la m anzana del interior mostraba solam ente un ligero obscurecimiento m ientras que la del exterior estaba de color muy obscuro y arrugada. Yo de seaba tomar una siesta dentro de la pirámide y moví la manzana del nivel de la Cámara del Rey para dejarme disponible el sitio. La coloqué en la esquina suroeste. Después de cuarenta y cinco minutos, cuando ya había descansado y estaba preparado para volver a la casa, tom é la manzana para volverla a poner al nivel de la Cámara del Rey. Me sorprendí por su apariencia. Había tomado un color muy obscuro, casi sem ejante al de la manzana del exterior. En menos de dos horas había apa recido el moho y en ese momento fue cuando la saqué de la pirámide. En la manzana de control no apareció el moho hasta después de dos días”.
UN LUGAR ESPECIAL
Es interesante señalar que en el número de enerofebrero de 1975 de The Pyrainid Guide Bill Cox menciona que cuando Bill Kerrell hizo pruebas sobre las diferentes ubicaciones dentro de una pirámide con un analizador de campo m agnético encontró que la “ubicación de más bajo nivel aparecía en (b) la esquina SO”. Continuando con sus hallazgos respecto a la esquina suroeeidental Garrett afirma: “Algunas sem anas des pués, estaba yo dentro de la pirámide con un amigo y de algún modo me coloqué de tal manera que mi cabeza esta ba en la esquina suroeste. Después de unos m inutos noté una presión en la cabeza que culminó con un ligero dolor. Me coloqué nuevam ente m ás hacia el centro y la presión cesó. He llevado a otras personas a situarse en esa área y todos informan sentir una ligera presión que desaparece cuando se alejan del sitio. Esto lo consigo entrando antes que ellos a la pirámide y dejando solam ente sitio para que se acomoden en el área suroeste”. En una ocasión durante el mes de agosto de 1975 Ga rren observó cómo se formaban gotas de agua en la es quina suroeste de la parte exterior de la pirámide. La casa incluyendo el techo, estaba com pletam ente seca en esos momentos y no había llovido previam ente. Las gotas no han aparecido después, nos dice. Llevamos a cabo un experim ento con 16 personas. Una por una fueron llevadas al interior de una pirámide si tuada al aire libre. La puerta estaba cerrada y se les dio vuelta para desorientarlos. Cuando se les dijo que volvie ran el rostro hacia la dirección que les pareciera “ideal", catorce de los dieciséis vieron hacia el Este. A propó sito, esta era la dirección en la cual colocaban a los ini ciados de las Escuelas herm éticas cuando pasaban por las experiencias para salir del cuerpo. Un amigo que es considerado una autoridad sobre los indios de las plani cies nos dijo que todos los tipis o casas de los indios están orientados hacia el Este. “Le pregunté si cada uno de los dos puntos tenía un nombre especial. Él me dijo que el bueno era llamado el
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sitio y el malo era llamado el enemigo; me dijo que estoa dos lugares eran la clave para el bienestar del hombre, especialm ente para el hombre que busca la sabiduría../’ (de Las enseñanzas de don Juan).
El residente interior
La forma del futuro... esta fue la manera en que pen samos hace algunos años cuando em pezamos la investi gación de las pirámides. En todas las direcciones en las que hemos encaminado nuestros experim entos se han dado ante nosotros descu brimientos nuevos e interesantes. “La Gran Pirámide pudo haber sido una de las siete m aravillas del mundo antiguo --decimos- pero su progenie sera una de las mara villas del mundo moderno’'. Hemos dicho a nuestros amigos y conocidos -ocasio nalm ente también a un auditorio- que para 19X0 empe zaríamos a ver casas construidas en la forma tradicional do la pirámide, alineadas sobré el eje Norte-Sur y listas para que la gente viva feliz de ahí en adelante. Parece que nos subestim am os en nuestro papel de profetas, ya que el mundo de m añana se encuentra entre nosotros. Ya se construyen casas en forma de pirámide; una gran iglesia piramidal sirve para alojar a un gran número de
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creyentes; se planea un gran edificio de oficinas en forma de pirámide en la ciudad de W ashingtopn, L). C. y ya exis ten oficinas pequeñas con esa forma; hay numerosos re fugios recreativos piramidales; cada vez se construyen más, y de mayor tamaño, modelos experim entales en los patios traseros de las casas; algunos de ellos tienen un doble papel como despensas, y también se hacen muy com unes las perreras y los invernaderos en forma de pi rámide. Si nos arriesgam os nuevam ente a profetizar tal vez aventuraríam os que la tendencia a los edificios en la forma de pirámide no es una moda pasajera sino que estam os siendo testigos de lo que serán apenas los gestos iniciales de un movimiento que seguirá creciendo. Las personas que han gastado 60 000 dólares para construir una casa o m uchas veces esa cantidad para un edificio de oficinas no son personas que se interesen en modas pasa jeras; ellos hacen sus planes basándose en razonam ien tos sólidos. Algunas de estas razones son obvias. Por una parte, finalm ente se hace aprecio, por lo menos indirectam ente, a la voz de Buckm inster Fuller, inventor del domo geodé sico, entre otras cosas, quien hace muchos años afirmó que no deberíamos vivir y trabajar dentro de formas cú bicas. El famoso arquitecto dijo que los muros y techos construidos en ángulo recto inhibían el flujo fácil de los campos de energía y que estábam os siendo bombardea dos por fuerzas distorsionadas. Este principio parecería haber sido demostrado con la construcción de un hospital en Saskatchewan, Canadá, que tiene habitaciones de forma trapezoidal y corredores irregulares en los que se ha informado existir porcentajes de recuperación más elevados de los pacientes, que en las otras instituciones sanitarias de la localidad. Karl Drbal el ingeniero radioctécnico checoslovaco a quien se atribuye el descubrimiento de que los modelos de pirámides afilan las hojas dé afeitar, dijo a Sheila Ostrander y Lynn Schroeder, autoras de Paychir Dixcove-
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ries Behins The In m Cwrtavn. que las formas de las casas en las que pasamos una gran parte de nuestras vidas influyen en nuestra salud y que las formas esféricas y piramidal tienen efectos benéficos. Las conclusiones de Karl Drbal se basaban en muchos años de investigación sobre la influencia de las estructuras y formas sobre una gran variedad de objetos. N uestra investigación con plantas y anim ales pequeños tiende a confirmar esta po sición. Las plantas colocadas en pirámides se desarrollan y crecen con mayor rapidez que las colocadas en el exte rior y definitivam ente más que aquellas colocadas dentro de estructuras cúbicas. Cuando alojamos dentro de una pirámide a nuestro gerbo, un pequeño roedor dom esti cado, el animal pareció estar a gusto, comió, atendió su nido y lo m antuvo limpio. Cuando se colocó su jaula den tro de un cubo del mismo m aterial que la pirámide, el anim al pareció nervioso, apenas comía y regó por el piso dé su jaula los m ateriales de su nido. En ambos casos permaneció dentro de la misma jaula. A veces la gente señala que la mayor parte de modelos de pirámide están colocados dentro de habitaciones de forma cúbica y se preguntan si eso no afectará el campo de fuerza dentro de la pirámide. Es una buena pregunta y a la cual todavía no se ha podido responder de modo satisfactorio. Sin embargo, hemos llevado a cabo diversas pruebas con agua, leche, alim entos, estados subjetivos, etcétera, para obtener una comparación entre pirámides situadas en el exterior al aire libre y aquellas situadas dentro de habitaciones de forma rectangular o cúbica. No hem os podido encontrar ninguna diferencia notoria. E n contramos curiosos esos resultados... habíamos esperado descubrir diferencias susceptibles de ser medidas. En contram os sin embargo, que las pirámides colocadas en una habitación con una gran cantidad de circuitos eléc tricos o estructuras de m etal no funcionan tan satisfacto riam ente como aquellas situadas en habitaciones donde no existen m uchas condiciones. La gente en ocasiones informa que no hay efectos notorios en sus pirámides.
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Después de comprobar, hem os sabido que sus experim en tos han sido llevados a cabo en habitaciones cargadas con cables eléctricos y objetos de m etal. E ste es uno de los problemas que existen en la mayoría de los laboratorios. Puede ser esta una de las razones por las que la» per sonas con poderes síquicos en ocasiones tienen proble m as para dem ostrar sus habilidades en el laboratorio: sus frecuencias pueden estar en conflicto o ser dism inui das por los campos eléctricos o electrom agnéticos presen tes en esas habitaciones. Algunos individuos con poderes paranormales rehúsan hacer una demostración de sus habilidades en laboratorios a causa de esta razón. Ya que nuestras células, tejidos, órganos y cuerpos irradian energía y a su vez sufren la influencia de los campos de fuerza que nos rodean, nos hace preguntarnos hasta qué punto estam os siendo manipulados por los circuitos eléc tricos, las ondas de radio y televisión, el hierro, el acero y todo lo que constantem ente nos bombardea. Quizá sea la razón de que deseem os salir al aire libre y declaremos que la hacerlo nos sentim os mejor y que no es sim ple m ente asunto de ejercicio físico, sino tam bién en parte que nos libramos de las áreas donde se congestionan las frecuencias. Cuando las pirámides no funcionan hemos sugerido que se cambien a otra habitación o construcción y esto generalm ente resuelve el problema. Cuando los circuitos eléctricos, la presencia de m etales, etcétera no puedan considerarse como problemas, hemos notado poca diferencia en los resultados de las pirámides situadas bajo techo o al aire libre. En t anto que todas las habitaciones tienen en cierta medida circuitos eléctricos y estructuras de metal, parecería que en ciertos niveles la pirámide no resulta afectada y que por encima de ese nivel sí sufre afectación. Ya que aparentem ente este es el caso, se piensa que esta diferencia no ocurre de un modo tajante sino de acuerdo con una graduación. La conclusión a la que se tiene que llegar, por lo tanto, es que las pirámides bajo techo pueden resultar afectadas
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hasta cierto punto por su medio am biente inmediato. Puede ser que ocurran alteraciones corno resultado de una combinación de factores que influyen. Por ejemplo, la sola presencia de las líneas eléctricas puede tener poco efecto; puede tam bién depender del voltaje, amperaje, tipo de aislam iento de los cables, número de salidas, tipos de instrum entos o aparatos eléctricos que están en ope ración en el vecindario, el diseño del cableado alrededor de la habitación y otros factores. Se necesitará mucha más investigación para conocer los factores que influyen. De m uchas maneras, las pirámides parecen indicar que son com pletas, esto es, que parecen crear su propio am biente. En tanto que su actividad puede quedar inhibida por una sobrecarga de fuerzas eléctricas o electrom agné ticas, por otra p a n e no hemos tenido mucho éxito al tra tar de amplificar los resultados. Hemos probado usar pi rám ides dentro de pirámides, pirámides dentro de esfe ras y conos y viceversa, pero hemos encontrado poca diferencia en los resultados. Evidentem ente la pirámide tiene cierto nivel óptimo en el cual captura, increm enta o libera energía y ésta no puede aum entarse considera blem ente más allá de esa cantidad determinada. Algunos experim entadores se han dedicado a aumen tar los campos de energía dentro de las pirámides revis tiéndolas con lám inas de cobre o usando aisladores de diversos m ateriales. Cuando se han notado diferencias, generalm ente se atribuye a la reacción receptiva de las personas que se sientan, duermen o m editan dentro de la pirámide. La diferencia puede ser muy real, pero por supuesto es difícil medir los estados subjetivos. El regis tro de condiciones fisiológicas tales como pulso, respuesta galvánica en la tiroides, ritmo cardiaco, ondas cerebrales, etcétera, revelan una diferencia demasiado pequeña, por ejemplo, entre una pirámide compuesta enteram ente por madera y una que tiene una cubierta galvánica de cobre. Las comparaciones «le los estados sicofisiológicos produeidos en el interior y entre los producidos en el exterior se discuten en el capítulo sobre Experimentos.
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Pero hay otra razón para construir edificios en forma piramidal. Es una forma estructural excepcionalm ente resistente. Por todas partes, ya sea en opinión de m eteo rólogos, climatólogos, astrónomos y profetas, se nos dice que nuestro clima esta cambiando, que está propenso a volverse m ás violento y errático durante los siguientes años bajo las formas de huracanes, tornados, sequías se guidas de inundaciones y otros fenómenos. Artículos re cientes en algunos m agazines nacionales citan a em inen tes científicos cuya opinión es que ya no se puede prede cir el tiempo. Algunos ecólogos dicen que se debe al abuso de los recursos naturales, a la contaminación, al bombar deo del espacio con ruidos y a una diversidad de ondas de radio que han destruido el equilibrio natural, cuyas con secuencias alteran la naturaleza y la hacen imprevisible. Cierto o no, estas advertencias han impulsado a diversas personas a probar tam bién diversos tipos de construcción que puedan resistir estas condiciones extrem as de clima. La pirámide parece llenar estos requisitos. No tiene su perficies horizontales expuestas al viento, lluvia, granizo o nieve. Aunque los edificios construidos en la forma piramidal son impermeables a la mayoría de los fenómenos atm os féricos, no parece que esta sea una de las razones para la construcción de las pirám ides originales. Sin embargo, las investigaciones sobre la Gran Pirámide revelaron que ha sobrevivido muy satisfactoriam ente u un gran nú mero de graves terrem otos. En la historia relativam ente moderna, dentro de éstos se incluye el de fines del siglo xni que destruyó la ciudad de El Cairo. Fue después de este terremoto que el revestim iento pulido de la Gran Pirámide fue demolido para construir nuevos edificios, incluyendo la m ezquita del sultán Hassán en 1356, Evi dentem ente los arquitectos de la Gran Pirámide previe ron en el diseño catástrofes naturales de ese tipo, como lVt. i Tompkins lo afirma en su libro Secretos de la. Gran riránitda (Diana, 1979):
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“Davidson (David Davidson, un ingeniero civil britá nico) dice que las cinco cám aras de construcción fueron especialm ente diseñadas para resistir un impacto consi derable. En vez de descansar las vigas superiores sobre un muro de granito duro, los constructores lo apoyaron en muros de piedra caliza, que más fácilm ente pudiera desin tegrarse en caso de grandes presiones, aliviando la ten sión de las hileras inferiores de las vigas y m anteniendo intactas las paredes de la Cántara del Rey. Davidson dice que un diseño m ás rígido, uniforme desde la cám ara más baja hasta la más elevada, hubiera sido bastante desas troso. Para perm itir la plena realización de este efecto amor* tiguador, las vigas de las cám aras no estaban atadas a los muros E ste y Oeste. En su lugar se construyeron dos enorm es muros de piedra caliza, por el lado exterior e independientes de los pisos de granito y los bloques de soporte, en los lados E ste y Oeste. Como ha señalado Petrie (William Flinders Petrie, m atem ático e ingeniero in glés del siglo xix): ‘Entre estas grandes paredes están todas las cám aras, sin ninguna ligadura y por lo tanto capaces de un asentam iento independiente’”. E sta construcción se aplica, por supuesto, solam ente a la Gran Pirámide, y en este caso estam os considerando una estructura construida principalmente de piedra. No se debe deducir necesariam ente que la forma piramidal por sí sola contribuya a la resistencia al daño causado, por terrem otos, explosiones nucleares y cosas parecidas. Como se ha mencionado en otra parte de este libro y en The Secret Power of Pyraorids, la investigación pirami dal no ha alcanzado un plano suficiente de minuciosidad como para determ inar las diferencias en los m ateriales empleados en la construcción de modelos de pirámide. Asi, hasta este punto, continuarem os diciendo que se puede usar casi cualquier m aterial con excepción del metal. Sin embargo, se nos ha dicho que los constructores de la Gran Pirámide tuvieron cuidado en seleccionar las piedras, al gunas de las cuales fueron transportadas desde una dis-
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tnncin de mil kilómetros. El problema que surge es si la piedra fue seleccionada por su tamaño, resistencia o si hubo ot ros criterios para el Hurto. Uno se pregunta si los constructores hubieran usado oíros m ateriales, de haber estado disponibles o sr consideraban que el tipo de piedra que ellos eligieron era el material perfecto. Se sabe que el granito del tipo del usado en la Cámara del Rey produce un efecto piozoeloctrico cuando se le so mete a presión. ¿Acaso los constructores usaron las plan chas de granito |>ara procudir una carga eléctrica o se basó la selección tínicam ente en la apariencia y resisten cia? Se han escrito muchos libros aceren de las propieda des extrañas de la piedra. Las siguientes palabras del libro de A. E. Povvell The Elherir Dimitir se refieren prin cipalm ente a las piedras preciosas, pero sugiere también que otras piedras pueden tener propiedades especiales: “Al ser las piedras preciosas la producción m ás elevada del reino mineral, tienen gran poder para recibir y retener impresiones... por otra parte, las gem as pueden ser una reserva poderosa de influencias buenas y deseables. Asi es, por ejemplo, que las gem as gnósticas em pleadas en las cerem onias de iniciación hace dos mil años conservan hasta nuestros días algunas poderosas influencias mag néticas. Algunos escarabajos egipcios todavía son efecti vos, aunque son de una antigüedad todavía mayor que algunas gem as gnósticas”. Un siquiatra neoyorquino, el doctor John Pierrakos, ha llevado a cabo una amplia investigación sobre las pulsa ciones de energía en el hombre, anim ales, plantas y m ine rales. En su monografía The Energy Ftelti in Man and AUilt.nr describe la vibración dé diversos m etales. Tam bién discute la pulsación de los árboles y señala que las plantas llamadas “siempre Verdes", tienen una vibración similar a la del cuerpo humano. La continuación de estas investigaciones podrá revelar que ciertam ente existe una diferencia entre el tipo de m ateriales de las especies de madera que se usen, por ejemplo, en la construcción de laspirámides.
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Aunque todavía queda mucho por aprender sobre los m ateriales de construcción, se han uniformado las normas y alineam iento de la pirámide. Los modelos de pirámides deben seguir la forma y el alineam iento Norte-Sur de la Gran Pirámide, para ser efectivos. En la medida en que se alteren éstas propiedades lam bién se alterarán los resul tados. No se sabe plenam ente por qué ia forma es sagrada. I.a forma se presta para una gran cantidad de interpreta ciones simbólicas, al igual que las medidas externas e internas, que ofrecen una considerable información ma temática. Por ejemplo, si se toma la altura de una pirá mide como radio de un circulo, la circunferencia de este círculo será igual a la circunferencia de la base cuadrada de la pirámide. Cualquier otra forma piramidal no produ cirá esta fórmula. Para aquellos interesados en el fasci nante estudio de las m atem áticas y de la Gran Pirámide se recomienda como excelentes fuentes Secretos de la Gran Pirámide, de P eter Tompkins, y The Viev; Over Atlantist de John Michell. Es necesario recordar que los lados de las pirámides no son triángulos equiláteros aunque están muy cerca de serlo. Si los lados fueran triángulos equiláteros, entonces los campos de energía se reflejarían en un patrón más limitado y definitivo, en cambio al cambiar ligeram ente la proporción de la longitud de los lados y de la base, el flujo de energía se moverá a lo largo de una senda cons tantem ente alterada. También deberá recordarse que los lados de la Gran Pirámide están ligeram ente curvados. Dado que estas irregularidades no alcanzan más de 76 cm, no se notan a menos que se establezcan líneas especiales de mira. Petrie fue el primero en llamar lu atención sobre este hecho que más tarde fue confirmado en fotografías aéreas to madas por el brigadier P. R. 0. Groves, el profeta britá nico del poderío aéreo. Puede suponerse que esta distor sión altera los campos de energía, las longitudes de onda, etcétera, pero 110 tenem os modo de saber si esto fue hecho a propósito por los constructores. Hemos trazado y
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alterado ligeram ente de modo sem ejante el costado de nuestra pirámide de cuatro metros de altura al aire libre, pero hasta estos momentos no sabemos qué efectos pue dan resultar de ello. Cualquiera que fuera el propósito de los constructores originales de la Gran Pirámide, el di seño ciertam ente parece ser el más correcto para produ cir campos de energía piramidal. En tanto que todavía quedan m uchas formas por ex plorar y que el trabajo de este campo en particular ape nas se ha iniciado, todo aquel que construya una pirá mide grande y costosa com eterá un error si altera el di seño original, a menos que lo haga en aras de la investi gación. Y las alteraciones pueden ser por ejemplo, colo car una estructura debajo de la forma piramidal, anexar habitaciones hacia el exterior, hacer ventanas o entradas que se extiendan desde el exterior, ventanas que sobre salgan y otras cosas por el estilo. Estos cambios consti tuyen una forma diferente y pueden distorsionar el campo original. La distorsión pudiera ser muy ligera por supuesto y tal vez aun benéfica, pero estos problemas deberán tenerse mucho muy en cuenta cuando se planee la construcción. En el capítulo Un lugar especial hemos discutido la existencia de ciertos lugares que aparentem ente tienen campos de energía únicos o enriquecidos. De tiempo en tiempo. Las investigaciones señalan los campos especia les generados por iglesias, templos, santuarios, etcétera. “Los grandes adoratorios generalm ente se erigen en los sitios donde han vivido hombres santos, donde tuvo lugar algún suceso memorable, como una iniciación, o donde existen reliquias de una persona muy importante. En cualquiera de estos casos se ha creado un poderoso centro de influencia m agnética que persistirá durante miles de años”, afirma Powell en el libro mencionado an teriorm ente. Y Michell afirma en Vicio Otwr Atluntin. “ La práctica de localización de lugares sagrados de acuerdo con el flujo de la corriente m agnética terrestre no se lim ita a
La iglesia de la U nidad C ristia n a , en form a p iram idal. La p irám id e a y u d a a la m editación.
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los tiempos prehistóricos, sino que parece que toda iglesia cr istia n a ha sido situ a d a de modo sim ilar. La orientación de una iglesia, aun sus dim ensiones y planos arquitectónicos, estuvieron determinados por las líneas de las corrientes m agnéticas, de cuyos componentes ha bitualm ente el más fuerte se ubica directam ente debajo de su torre. En este sitio las influencias celestiales, atraídas por el ápice de la torre, se combinan con la fuerza terrestre para producir la fusión”. En vista de estos descubrim ientos es interesante seña lar que las pirámides aparentem ente dejan tras de si una carga o campo de energía de carácter único. Los videntes pretenden que pueden encontrar el sitio donde estuvo situada una pirámide durante algún tiempo. Se ha no tado que los pájaros se reúnen en sitios donde estuvieron ubicadas pirámides exteriores y hem os observado que nuestros perros regresan una y otra vez, aun pasados va rios días, para olfatear en esos sitios. Un corresponsal de San Francisco nos escribe: Durante unos tres meses tuve una pirámide de madera a va rios cientos de metros de la casa. La usaba para experimentos pero la demolí cuando decidí construir una de mayor tamaño más cerco de la casa. Un día noté que mi perro estaba echado sobre esc sitio preciso. :V o le di mucha importancia al hecho hasta que se repitió con frecuencia. Continuó el perro acudiendo a aquel sitio hasta que termine mi otra pirámide, entonces em pezó a echarse al lado de ésta. La investigación de campos de energía poco comunes en relación con áreas y volúm enes, ha llevado a Benson TIerbert, director de los Laboratorios Parafisicos de In glaterra, a especular acerca de la relación de la arquitec tura con el poltergeísm o. Sheila Ostrander y Lynn Schroeder cita a Herbert como considerando “la posibili dad de hacer el diseño de una casa de duendes, de una for ma tal que pueda estim ular los incidentes paranormales, una especie de ‘casa encantada científica' en la que se
D ibujo de un a rtis ta q u e re p re s e n ta u n a ca sa en form a piram idal.
SUPERFICIE PLANA re c a m a ra '
14-0 X14-0
^■recamara &
14'-CT X 14'O"
CLOSET
h o r n illon
l2*-cfx12-e" COCINA
ENTRADA
COMEDOR
14'-0"X14-0" CANTINA
ANAQUELES •> CHIMENEA
PLAN NÚMERO 1274 PRIMER WSO U 11 PIES CUADRADOS SEOL.SQQ PISO )VQ PIES C.‘ADRADOS 101 Al 2\S 3 * Í S CUADRADOS
P R IM E R PISO P rim er piso del m odelo de casa en form a p iram id al.
EL RESIDENTE INTERIOR
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recamara
BAÑO
CUARTO MAESTRO
15-0"X15-0*
SALA DE ESTAR
HACIA _
I4-0,’X8^0'
C O M L O O R ARRIBA
P A R T I S U P E R IO R O E LA S A IA
CLOSET
SEG U N D O PISO Segundo piso del m odelo de casa en form a p iram id al
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El. PODER SIQUIC O Dfc LAS PIRÁMIDES
incorporen rasgos arquitectónicos que he visto en ciertos castillos escoceses ‘encantados’; visualizo estas formas como secciones hipergeom ¿tricas”. Pero el encantam iento de las personas que han expe rimentado el espacio piramidal se ha limitado a sensa ciones de paz, vitalidad, apartam iento, descanso, cura ciones y despertar espiritual. E stas eran las cualidades buscadas por la congregación de la Iglesia Unitaria de la Cristiandad de Houston. Texas. El nuevo edificio de la iglesia, que abrió sus puertas en agosto de 1973, fue una visión de su ministro, el R eve rendo John Rankin. En el número de octubre de 1975 del Houston, llam e and Carden, se dice: “La congregación había crecido con tanta rapidez que se necesitaba un nuevo edificio. Se estudiaron diversos proyectos hasta que Rankin tuvo una poderosa visión de una pirámide dorada. ‘En el altar central’, escribe en un libro reciente, .‘estaba un gran sácerdote impartiendo la comunión'. Rankin dice que tuvo el impulso de compartir esta experiencia con el com ité de construcción a pesar del existente escepticism o hacia todo lo que tuviera aspecto de visionario. A ctualm ente la pirámide dorada de Rankin recibe a más de un millar de fieles cada domingo...”. La iglesia tiene una base cuadrada de treinta metros por lado. Un miembro del personal del Planetario Burde Baker de Houston ayudó a alinear la estructura sobre el eje Norte-Sur. Rankin nos dijo que el nuevo edificio de la iglesia duplicó la capacidad de fieles sentados que tenía el antiguo templo pero (pie la asistencia ha aumentado con tanta rapidez que no bastan las sillas plegadizas que se ponen en los pasillos para acomodar a los fieles. Otros m inistros de diferentes denominaciones de diversos esta dos del país y de otras naciones le han pedido datos sobre su pirámide. H asta donde sabemos, la casa-pirámide de mayor ta maño que se conoce será construida cerca de Oklahoma City. Recibimos una llamada telefónica de un matrimonio joven que nos informó de sus deseos de construir una
EL RESIDENTE IKTEKlOR
•m
verdadera casa piramidal, y deseaban que los visitára mos. Pasarnos una noche fascinante con el matrimonio Smith planeando la construcción de su hogar y discu tiendo los fenóm enos piram idales. Al momento de escri bir estas líneas la casa está en proceso de construcción sobre una base de veinte metros. Tendrá una altura de cerca de quince m etros y estará coronada por una cu bierta de vidrio. Me invitaron a ponerme en contacto con la compañía constructora que hizo los planos de la casa. Se trata de Heritage Homes Plan Service Inc., de Atlanta, Georgia, y supimos que la empresa ha vendido 102 juegos de planos en diversos estados, Canadá e Irlanda. El exterior tiene acabados traslapados, pero puede ser de fibra de vidrio y otros m ateriales de bajo costo de m antenim iento. Frente a la puerta se usaron losetas de piedra. Cada esquina del primer piso de la pirámide con tiene un cuarto. Hay un pasillo entre las habitaciones, que tienen cinco muros. Hay dos recám aras, una estancia y un comedor. El vestíbulo, despensa, cocina, área de servicio, escaleras y un baño completo están en la por ción central del piso principal. La estancia es de dos pisos de altura con una chim enea en una esquina. Todas las habitaciones principales del primer piso se abren hacia pasillos cubiertos. Todo el segundo piso es una gran re cámara principal dotada de un baño en un rincón. Con la clase de resultados obtenidos en los diversos experim entos, ¿qué tipo de resultados esperam os de la exposición constante al espacio piramidal? Es excitante la especulación en este campo cuando nos detenem os a reflexionar que no solam ente los habitantes de las pirá mides estarán sujetos a la energía piramidal durante muchas horas, del día y de noche, sino tam bién sus ali m entos, ropas y todos sus objetos personales. No sabem os en realidad cuál será el resultado final. Los residentes de la pirámide adoptan una actitud vale rosa. Son los precursores y de ellos aprenderemos más que de cualquier otro modo. ¿Será su desarrollo físico,
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F.l. PODER SÍQUICO DE LAS PIRAMIDES
m ental y espiritual tan evidente y atractivo para el resto de nosotros que las pirámides lleguen a revolucionar el ramo de la construcción? ¿0 algún día abandonarán sus construcciones, que perm anecerán vacías y abandona das, como sitios que darán origen a mitos y supersticiones en loa años futuros? ¿Serán contemplados en el futuro los hijos de los actuales habitantes de las pirámides como la génesis de una raza hum ana superior, o serán los ina daptados de mañana? ¿Responderán los habitantes de las pirámides a su prójimo con un nuevo amor, madurez, ca ridad, o encontrarán el am biente exterior tan poco inte resante que se convertirán en reclusos exiliados de un mundo con el que no desean enfrentarse? E sas ideas son excitantes; y también aterradoras. ¿Cómo deberán diseñarse esas casas? ¿Qué habitacio nes y actividad deberán planearse para las ubicaciones particulares de la estructura? No todas las actividades pueden tener lugar en el centro de la pirámide, la Cá mara del Rey o cerca del ápice. ¿Y que hay de nuestros experim entos con plantas y alim entos... significan algo? ¿Debemos prestar atención a las lecturas de niveles de energía de los clarividentes? ¿Y los efectos indeseables que se registran en la esquina suroeste?, ¿o la esquina noreste donde prefieren descansar los animales? La evidencia hasta la fecha indicaría que la pirámide opera para beneficio del hombre. Es interesante señalar que las personas que sufren claustrofobia han declarado que nunca resultaron afectados de ese modo dentro de una pirámide, por más estrecho que pareciera el sitio. Pero m uchas de nuestras preguntas deben aguardar respuestas que solam ente pueden provenir de una expo sición constante a los poderes de la pirámide. ¿Por qué puertas pasarán para darnos las respuestas?
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Experimentos: confirmaciones de laboratorio
Los informes del laboratorio descansaban en el escrito rio frente a nosotros. Siete largos días habíamos espe rado por estos inform es y el momento de la verdad estaba a la mano. No era realm ente que, nos decíamos a noso tros mismos, si los resultados fueran positivos hubiéra mos tenido que explicar que no se puede asignar mucha importancia a una serie de pruebas hechas con sola m ente cuatro sujetos; si fueran negativos, sería necesa rio que concluyéramos que hay tantas variables qué con siderar, que habría que comprobar muchas cosas y hacer m ás pruebas. "Realm ente no podemos implicar demasiado en uno o en otro sentido", nos dijimos m utuam ente. Y el eco siem pre era, “es cierto, pero...” Sin embargo era aquel "pero" lo que nos tenia em ocionalm ente en ascuas y no podía mos sacudirnos la sensación de que esas pruebas eran im portantes. Dijéram os lo que dijéramos a otras perso nas, no podíamos negar que buscábamos cierta clase de 215
EL PODER SÍQUICO DE LAS PIRÁMIDES
confirmación. E sta era la cuenta regresiva, y todos los centenares de pruebas que pudieran seguir, todos los re sultados estadísticos que habría que comprobar antes de que otros pudieran decir que las pruebas eran significa tivas, todo aquello era una sombra sobre nuestro opti mismo. N uestras m entes nos decían que los informes mostrarían en ei mejor de los casos “direcciones para la investigación", pero nuestros corazones nos decían que allí estaría o no la respuesta. Tal vez necesitábam os aquel gesto de confirmación tanto como la “señal” que implora un devoto religioso cuando lo atorm entan las dudas. ¡Cuánto tiem po había mos trabajado con las pirámides, buscando y encon trando una y otra, vez resultados de un tipo y otros que no esperábamos* que habíamos llegado a adquirir una fe en los extraños poderes de las pirámides! Pero siem pre teníam os dentro de nosotros a un Santo Tomás que nos preguntaba incrédulo cómo una caja ordinaria, cual quiera que fuera su forma, podía afectar sus contenidos de modo tan especial. A sí en esta ocasión nuestra señal sería la capacidad de la pirámide para alterar ciertos estados fisiológicos del cuerpo humano. Las pruebas habrían de consistir en me diciones de la tem peratura de la piel antes y después de la exposición a la pirámide, de fotografías kirlianas de las yem as de los dedos, y una serie de pruebas de sangre, incluyendo la búsqueda de cantidades dim inutas de mi nerales. Las pruebas tendrían que ser llevadas a cabo por un médico e investigador muy respetado y las m ues tras tenían que enviarse a un laboratorio bien equipado. N uestra impaciencia y ansiedad indudablem ente au mentaron debido al lapso de tiempo que transcurrió desde el día en que hicimos arreglos para que se llevaran a cabo las pruebas y el día en que se realizó esto. Asi nos preocuparnos de los resultados en medida mucho mayorde la que realm ente merecían, pero no vale la pena discu tir con uno mismo en esas situaciones. Era el momento de retener el aliento.
«INFIRMACIONES DE LABORATORIO
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Muchos experimentáis nos llevaron hasta ese punto. Habíamos experimentarlo y teníam os muchos informes do gentes que registraron cambios «le esLados físicos y m en tales como resultado del uso de las pirámides. Muchos comunes denominadores habían surgido en el proceso de las personas qtie nos relataban sus experiencias sobre curaciones. Y ocasionalm ente teníam os el respaldo de in formes médicos del hospital. También se había registrado la presencia de campos «le energía poco comunes en sóli dos, líquidos, plantas, insectos y anim ales, así como en seres humanos, por medio de una diversidad «le técnicas. Habíamos explorado los campos de energía tal como los entiende la física occidental, del modo como los eoncepttialix.a la referencia oriental al Prana y a las teorías de cam pos unificados así como en cuanto a la investigación de los fenómenos síquicos. Estam os familiarizados con los in: ibi*mes
EL
PODER SÍQUICO DE LAS PIRÁMIDES
casa de Ed Pettit, en donde recientem ente él había cons truido en el palio una pirámide do madera de 5 ni de base. Ya que era la pirámide más grande que habíam os cons truido, decidimos utilizarla para el experim ento. F.n el remolque teníam os los instrum entos necesarios para tomar m uestras de sangre, además de una centrífuga, una cámara portátil Kirlian con rollo Polaroid y una má quina para tomar la tem peratura de la piel. Era un dia soleado y cálido, por lo que decidimos reali zar las pruebas anteriores a las de la pirámide en el cés ped, cerca de la pirámide. Decidimos emplear cuatro suje tos: Cady, Scott y nosotros dos. Las fotografías Kirlian se tomaron de las yem as de los dedos de la diestra de cada individuo; se registraron los niveles de tem peratura de la piel; y se tomaron m uestras de sangre. Después cada uno estuvo por una estancia de quince minutos solo en la pirámide y ahí dentro se nos hicieron nuevam ente las mismas pruebas. Desde luego, dos de las medidas se obtuvieron inm edia tamente: la temperatura y las fotografías Kirlian. Las diferencias en la tem peratura de la piel fueron las si guientes en grados Fahrenheit: AntcsDcHiHtSs
C ad y S co tt P e ttit S e huí
KHX 77.S 89.0° 88.4*
90.3* 79.1° 76.11 76.8’
La tem peratura de la peí de Cady aum entó dos grados, la de Scott 1.3, la de Pettit disminuyó 12.6 y la de Schul 11.6. No estam os seguros del porque la tem peratura de las m ujeres aum entó ligeram ente, m ientras que la tem peratura de la piel de los hombres mostró un marcado descenso. Las dos m ujeres no habían estado expuestas al espacio de la pirámide antes del experim ento, m ientras que los hombres si lo habían estado. Sin embargo, lo más probable es que las diferencias puedan atribuirse al cam bio repentino de la tem peratura am biente. La lectura an-
El do cto r R ia rd a n tom ando u n a m u e stra de sa n g re de Bill S chul a fu e ra de la pirám ide.
EL PODER SÍQUICO DE LAS PIRAMIDES
terior se hizo cuando el aire era tibio, pero después que se tomaron las lecturas de las dos m ujeres (ya dentro de la pirámide) el viento tuvo un brusco cambio dé dirección, de Sur a Norte, y la tem peratura presentó una variación de pnce grados en diez minutos. Esto representaba aproxi m adam ente la misma diferencia en la disminución de la tem peratura de la piel en los dos hombres, cuyas lecturas dentro se tomaron después del cambio de la tem peratura. Esta resultaría la razón más lógica. Desgraciadam ente el cambio en la tem peratura ocurrió en este lapso, debido a lo cual sen a difícil llegar a conclusiones respecto a las lecturas de Pettit y Schul. Sin embargo, tanto Cady como Scott registraron una tem peratura más elevada dentro de la pirámide; lo cual sugiere un estado de mayor relajación. Las fotos Kirlian revelaron algunas diferencias muy interesantes, por lo que no nos desanim am os con los re sultados. Desde luego las fotografías son mucho más elo cuentes que las descripciones verbales. Las fotografías que se tomaron después de estos quince minutos dentro de la pirámide oran más brillantes, los bordes de la corona estaban menos desgastados, las dendritas eran más níti das y el modelo estaba completo. Las auras más brillantes parecían indicar una mayor cantidad de energía y equilibrio. Una comparación de las fotografías de antes y después era sim ilar a aquellas ob tenidas del aura de una persona que padecía alguna en fermedad o fatiga y el aura posterior a un exitoso trata miento. Las fotografías de alta frecuencia de la yem as de los dedos, que se tomaron antes y después de la terapia auricular, revelan la presencia de una mayor radiación de energía y un equilibrio del modelo después de la ad ministración del tratam iento. Fotografías sim ilares se producen antes y depués de la exposición a la pirámide. A juzgar por las fotografías Kirlian de las yem as de los dedos de personas que presentan condiciones patológicas, tensión emocional, m ental o fatiga, comparadas con las yem as de los dedos de individuos sanos y tranquilos, los bordes menos desgastados y las dendritas más nítidas
H u e l l a s d e l a s y e m a s de: l o s « l e d o s d e u n indi v i d u o q u e
su jeto placas a n te s de que é sta s fu e ra n c a rg a d a s en la pirám id e.
H uellas de las y em as de los dedos de u n individuo que su jetó las placas d esp u és de que é sta s fueron c a rg a d as en la p irám id e.
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El. PODER SIQUICO DE LAS PIRAMIDES
indicáríasn estados más saludables, menos tensos y más equilibrados. E stas comparaciones también podrían apli carse antes y después a estados de exposición dentro de la pirámide. El médico francés P. Nogier ha administrado estim ula ción m agnética a los puntos de ruptura en el oído y ha obtenido fascinantes fotografías de antes y después. É stas revelan una radiación de iluminación mucho más alta después del tratam iento. Es interesante hacer notar las sim ilitudes entre este juego de fotografías y aquellas obtenidas por medio de la pirámide. Por lo que uno se pregunta si la naturaleza de la estim ulación es similar. De ser así, esto indicaría que una parte del campo de fuerza que se produce dentro de la pirámide, es de un campo m agnético aumentado. En la monografía “bioelectrónica", el ganador del Premio Nobel Albert Szent-Gyorgy sugiere un método di ferente para el examen de la m ateria en lugar del estudio habitual de la partícula. Afirma que el estudio de la energía puede ser más fructífero y ofrece la hipótesis de que el tipo de electrones de una molécula a otra puede ser responsable del m antenim iento de los patrones de la m ateria que llamamos tejidos, núcleos, órganos y cuerpo. Hay más información sobre este tem a por parte del doctor E. II. Frei, director del Departamento de Electró nica del Instituto W eizniann. Frei señala que los estudios han demostrado que los campos m agnéticos afectan a las células, tejidos, etcétera: “No existen teorías rigurosas para explicar estos efectos m agnéticos aunque el análisis a yro88Q modo m uestra que deben ser muy pequeños en campos de hasta varios millares de gauss. Sin embargo se puede presumir que, en los sistem as biológicos, pueden acumularse hasta los efectos más pequeños y producir cambios significativos”, afirma en un artículo publicado en el número de octubre de 11)72 del Fiulletin oflhe Atoviic S dantists. El doctor Fríe habla de los experim entos con estim ulo muscular, explicando que “los resultados m uestran que
CONFIRMACIONES d e l a b o r a t o r i o
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prácticamente todos los músculos se contraerán si se al tera su campo magnético... un campo eléctrico producido por un campo m agnético cam biante puede enviar una co rriente a una célula y de este modo estim ular toda clase de músculos”. El doctor Frie sugiere que se use este mé todo en el estím ulo del cortex. “Hay esperanzas de que mediante el empleo de campos m agnéticos de tiempo va riable, adecuadam ente diseñados, se puedan estim ular fenómenos cerebrales que de otra manera únicam ente pueden producirse mediante la inserción de electrodos en el cráneo". En 1938, G. C. Kimball informó que existían diferencias en las tasas de crecim iento de cultivos de levadura ex puestos a campos m agnéticos. Y en 1946 J. Magrou y P. Manigault produjeron un crecimiento anormal en plañ ías con uso de campos m agnéticos. En la investigación mencionada, el doctor Frei afirmó: “...los datos ofrecidos en la geom etría facial polar indican elevados valores de gradiente. La comparación con las plantas de control es muy notable...”. Estos fenómenos también se producen dentro de las pirámides.. Fue con las pruebas de sangre, sin embargo, donde ob tuvimos los resultados más sorprendentes. Las diferen cias son difíciles de creer, el hecho de tomar m uestras de wungre fuera de la pirámide y unos pocos minutos des pués tomar las m ism as pruebas y obtener lecturas con variaciones considerables resulta una experiencia sor prendente. H asta ahora no podemos ofrecer mucho en «uanto a la interpretación. El intento podría conducirnos a «mnclusiones erróneas, ya que se necesitan tomar sen es de pruebas en m uchas ocasiones y con un gran número do sujetos. En realidad, de todos modos las pruebas ha blan por si mismas. Pudiéramos añadir que la exposición w la pirámide tiende a situar las lecturas dentro del rango normal o, cuando ya están en el rango normal, todavía más hacia el centro de este rango. Parecería que ln pirámide funcionara para poner en equilibrio los pro cesos del cuerpo. En algunos casos, sin embargo, no lo
E L PODER SÍQUICO L>E LAS PIR A M ID E S
hace y seria difícil decir sin otras investigaciones que esto se debe a las diferencias individuales de la bioquí mica -dé las cuales es muy amplio el rango de acuerdo con el doctor Roger Williams, bioquímico de la U niversi dad de Texas, en A uslin-, o si estas lecturas son etapas tem porales del ajuste del cuerpo, y así por consiguiente. A todas luces, las diferencias existen y merecen más in vestigaciones. Dentro del concepto holístico del hombre, cualquier interpretación de lo que sucede en la sangre como resultado de la exposición a la pirámide no debe intentarse dentro de solam ente un marco de referencia mecánico-químico. Todas las funciones del cuerpo -físi cas, químicas, eléctricas, em ocionales, m entales y espiri tuales no deben considerarse por separado sino como componentes de un sistem a dinámico integrado. En tanto que pudiéramos decir ahora que el rango de cierta lec tura es tal y tal, quizá m añana calificaríamos esto aña diendo “bajo ciertas condiciones”. D espués de exam inar muchos informes con respecto a la aplicación médica de los efectos de los campos m agnéticos, el doctor Frei afirmó: “Uno se sorprende por la diversidad y lo que en ocasiones parecen ser resultados increíbles, por ejemplo cuando se habla de la curación de heridas por medio de magnetos. Por otra parte, otras investigaciones parecen estar más plenam ente documentadas; un estudio informa que el crecimiento de ciertos tum ores se retrasa o inhibe en tanto que otro trabajo describe cómo los tiempos de aglutinación de los eritrocitos, así como los tiempos de coagulación de la sangre pueden ser afectados en cierto grado por los campos magnéticos*'. Los siguientes son los resultados de las pruebas de san gre de antes y después:
CONFIRMACIONES DE LABORATORIO
Glóbulos blancos (¡lóbulos rojos Hemoglobina Hematócrilo Diferencial Segmentado En banda Lmfoéilos Monocitos Eosinófilos Suero Sanguíneo Cobre Cinc Hierro Glucosa
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LO W A N D A CA D Y Antes detpué¡f Rango normal 8 300 9 600 5-10 000 mm5 4 530 000 4 240 000 4-0 000 OOOmm* 14.3 13.4 12 17 jf/dl 40 43 37-52 % 12 33 50-70% 0-5% 1 .. 64 51 20-40% 3 0 1-6% w. 1-5% 1.08 1.24 1.00 partes por millón 1.00 1.00 1.00 partes por millón 1.08 1.20 1.20 parles por millón 125 65-110 91
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e l po d er s íq u ic o d e la s p ir á m id e s
BRENDA SCOTT Glóbulos blancos Glóbulos rojos Hemoglobina Hematócrito Diferencial Segmentarios En banda Linfocítos Monoeitos Eosinó filos Suero Sanguíneo Cobre Cinc Hierro Glucosa
Rango orinal 5-10 000 mmr< 4-6 000 OOOmm1 12-17 *,dl 37-52% 50-70% 0-5% 20-40% 1-6% 1-5% 1,00 partes por millón 1.00 partes por millón 1.20 partes por millón 65-110
A n ten Dexpués 4 000 6 500 3 020 000 3 960 000 11,1 U.6 35 35 52 1 41 3 3 2.84
42 48 8 2 2.86
0.80
1.12
0.56 76
0.66
••
77
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CONFIRMACIONES L>E LABORATORIO
Glóbulos blancos Glóbulos rojos Hemoglobina Hematócrito Diferencial Segmentados En banda Linfoeitos M(mocitos Eosinófilos Suero sanguíneo Cobre Cinc Hierro (¿lúe osa
E D P E T T IT Rango xorr/ial 5-10 OOOmm8 1-6 000 OOOmm3 12-17 g/dl 37-52% 50-70% 0-5% 20-40%. 1-6% 1-5% 1.10 partes por millón 1.00 partes por millón 1.20 partes por millón 65110
Ante* 0 300 5 000 4 64 0 000 4 460 000 14.2 14.8 •12 44 55 47 ..
43 9 1
42 1 2
1.53
1.32
0.97
1.04
0.70
0.58
90
88