EL JUEGO Y EL NIÑO CON NECESIDADES INDIVIDUALES Como en tant Como tantos os apren aprendi diza zajes jes vita vitale less el jueg juego o adqu adquie iere re una una impo import rtan anci cia a fundamental en el niño. El juego permite la simulación de roles y papeles, permite la simbolización, y siempre tiene válvulas de escape para las tensiones y conflictos que en la “vida real” no siempre se encuentran. El juego individual de cada niño evoluciona y cambia a medida que el niño madura y adquiere experiencia y destreza. Varía entre los niños de acuerdo a su edad, experiencia experiencias, s, ambiente ambiente familiar familiar y disposic disposición ión individu individual, al, para lo cual necesitamos necesitamos tomar en cuenta varias de sus necesidades, tales como: • • • • • •
Evolutivas Conductuales De aprendizaje Sanitarias Culturales Emocionales
NECESIDADES NECESIDADES EVOLUTIVAS
El juego del niño evoluciona de la siguiente forma:
Hasta los 4 años: aproximadam aproximadamente, ente, la mayor parte del tiempo tiempo el niño jugará jugará solo sin prestar atención al juego de los demás. de más. A partir de los 4 años: el niño comienza a mostrar más interés por la actividad de otro otross niño niñoss y ento entonc nces es puede puede comen comenza zarr a prod produc ucir irse se el “jue “juego go paral paralelo elo”: ”: una una modalidad de juego que implica cierta relación en cuanto que realizan una misma tarea, juegan con materiales similares, y pueden establecer alguna interacción verbal, aunque el niño juega principalmente consigo mismo y no pretende interferir en el juego de los demás, ni colaborar con ellos. A partir de los 4.5 - 5 años: adquiere mayor relevancia el “juego de asociación”, en el cual se produce un intercambio entre los participantes, pero sin que exista un objeti objetivo vo común, común, una una distri distribu bució ción n de funcio funciones nes,, un patrón patrón que dirija dirija la activi actividad dad.. Como por ejemplo cuando los niños juegan en la arena y comparten un espacio, herramientas. A partir de los 5 años : el juego de asociación se irá convirtiendo en “juego de cooperación”: aquel en el que la actividad se organiza, más o menos, en pos de una finalidad. Entonces aparecen juegos que requieren de mayor elaboración: asumir roles diferenciados y objetivos grupales. Hay que tomar en cuenta el desarrollo evolutivo del niño para poder comprender y proporcionar las estrategias adecuadas para él.
DESARROLLO DE 3 A 4 AÑOS DESARROLLO Equilibrio dinámico durante la marcha y la carrera.
Salta con dos pies. Alrededor de los seis años, logra tener una buena coordinación. Estructuras espaciales y temporales. Período Preoperacional. Pensamiento simbólico. Egocentrismo. DESARROLLO COGNOSITIVO No separa su yo del medio que lo rodea. Dificultad de tener en cuenta el punto de vista del otro. Artificialismo (ultra-cosas) Atribuye a seres extraños el origen de algunos acontecimientos. Comprende relaciones entre acontecimientos y las expresa lingüísticamente. Progresiva utilización de pronombres personales, preposiciones y adverbios. DESARROLLO DEL Coordinación de frases mediante conjunciones. Ordenan los acontecimientos y lo reflejan en sus frases. LENGUAJE - Va adquiriendo las oraciones de relativo y las completativas. - Tiempos verbales: pasado (verbos y adverbios), futuro (planes de acción inmediata. - Presta más acción al significado que a la forma de las emisiones orales. Capta expresiones emocionales de los otros. Le gusta jugar solo y con otros niños. Puede ser dócil y rebelde. Posee una conducta más sociable. DESARROLLO SOCIO-AFECTIVO "Crisis de independencia". Afianzamiento del yo. Aparecen conflictos en su identificación con el adulto. Asume las diferencias sexuales. Juego simbólico. Soltura, espontaneidad y armonía de sus movimientos. Control de partida y llegada del dibujo. Acelera y modera la marcha a voluntad. PSICOMOTRICIDAD Empieza a poder detenerse. Hace la pinza correctamente. Empieza a manifestar predominancia de un lado sobre otro. Inhibe mejor los movimientos involuntarios. Desarrolla la independencia segmentaría Aparecen entre los 36 y 42 meses los artículos "el" y "la". Progresivamente, se introducen "unos" y "los. Los pronombres personales "le", "la", "os", "me", "te", "nos" y "se" comienzan a producirse. Siguen las preposiciones de lugar: en, sobre, debajo, cerca de. LENGUAJE Y El infinitivo presente aparece "yo no quiero comer". COMUNICACIÓN Se utiliza el presente de indicativo "el bebé duerme". Aparición de los auxiliares "ser" y "tener". Producción de subordinadas relativas y completivas con omisión del pronombre relativo o de la conjunción de subordinación "mamá dice que debes venir". Hacia los 36 meses: comprender y producir preguntas utilizando: INTELIGENCIA Y ¿Quién?, ¿Qué?, ¿A quién? ¿Dónde? Hacia los 48 meses: APRENDIZAJE comprender y producir frases negativas, integrando la negación en el cuerpo de la frase, por ejemplo: "nene no ha dormido".
NEUROLÓGICO
No busca la aprobación del adulto. Utiliza al adulto en caso d necesidad. No establece reglas en los juegos. Actividad lábil y espontánea Hacia los cuatro años representa roles JUEGOS sociales, como por ejemplo: vendedor/a, carpintero, policía, doctora, panadero/a, etc. Le da importancia a la ropa y al maquillaje. Realiza onomatopeyas, como por ejemplo: pollito (pio, pio...), pato (cua-cua), gato (miau), etc... - Avisa cuando tiene ganas de hacer pipi o caca durante el día. - Necesita poca ayuda para lavarse manos y cara. - Con ayuda del adulto se lava los dientes. - Se desnuda con poca ayuda del adulto. HABITOS DE VIDA - Utiliza cubiertos. DIARIA - Bebe solo con copa o taza. - Tiene una hora establecida para ir a dormir. - Juega solo durante 15 minutos aproximadamente. - Recoge los juguetes con ayuda. - Sube escaleras, poniendo un pie en cada escalón. DESARROLLO FISICO Y MOTRIZ
Va adquiriendo progresivamente un mayor dominio de su cuerpo, primero la motricidad gruesa y luego la fina. Las principales características en cuanto a su desarrollo físico son: -Aumenta su talla entre unos 6-8 cm. por año -El peso también aumenta considerablemente -La cabeza crece a un ritmo más lento que el tronco y las extremidades. -Completa la dentición -Controla esfínteres. -El cuerpo es funcionalmente asimétrico con un lado dominante A los 3 años la denominada -crisis del desarrollo- da lugar a una "autonomía" en el niño que antes no existía. La dependencia del adulto disminuye, lo que no significa que el niño necesite de este. Los niños comienzan a incorporar nuevas formas de movimiento y los expresan con mayor independencia, pero como algunos de estos movimientos no están totalmente logrados (subir y bajar escalones, saltar desde pequeñas alturas, caminar por planos elevados), el adulto interviene y en muchos casos con exceso de directividad, limitando las posibilidades del niño. Este echo muchas veces trae como resultado conflictos con el pequeño, agudizando más la crisis del desarrollo mencionada. En este sentido debemos procurar brindar al niño nuestra confianza y proporcionarle la mayor seguridad posible en los lugares y objetos donde actúa, sin limitar o interrumpir de forma brusca sus movimientos. Podemos ofrecerle a los pequeños diferentes niveles de ayuda cuando lo requieran, y preferentemente incorporarnos a sus tareas y juegos, no para darles todo el tiempo la respuesta o solución a las mismas, sino estimulándoles ejecuciones con esfuerzo propio y brindándoles la suficiente motivación. La capacidad de desplazamientos que tiene el niño de este grupo de edad es una adquisición que aumenta el desarrollo de la orientación. Ejemplo: caminar apoyando pies y manos (como el perro), hacía adelante, hacía atrás, a un lado y el otro, Saltar con las dos piernas: como la pelota, hacía arriba, hacia adelante. Algunas características en cuanto a sus movimientos:
En este grupo de edad comienzan ciertas manifestaciones de acciones cooperativas entre un niño y otro, en ocasiones comparten sus juguetes y realizan algunas acciones en pequeños grupos: lanzar o rodar la pelota en parejas, caminar en grupos pequeños dados de las manos, girar en parejas, hacer rondas jugando en círculos, etc. La motricidad del niño, en el período de tres a cuatro años, evoluciona como sigue: se desplazan caminando, corriendo y saltando en diferentes direcciones. El desarrollo de la orientación espacial mayormente lo demuestran al lanzar de diferentes formas y hacia diferentes puntos de referencia. En este grupo ya comienzan a atrapar con las dos manos la pelota que le lanzan rodando y también hacen intentos por capturar la pelota que le lanzan a corta distancia aunque lo realizan con ayuda de todo el pecho. La acción de rodar la pelota se ejecuta en este grupo con mejor dirección no sólo por el piso, sino también por encima de bancos. Los lanzamientos se realizan con mayor variedad e inician el golpeo de la pelota con un pie. En este grupo la carrera la realizan combinadamente: corren y caminan, corren y golpean o lanzan objetos; y también cambian la dirección de la carrera al bordear objetos colocados en el piso, si estos se encuentran separados unos de otros. Además de subir y bajar la escalera con mejor coordinación y continuidad en los movimientos, comienzan a realizar la trepa a un plano vertical (cuerdas con nudos). Esta trepa la ejecutan con el cambio de agarre de las manos sin lograr todavía el desplazamiento de las piernas. La reptación la realizan por el piso con movimientos alternos de brazos y piernas, pero aun sin buena coordinación y también la ejecutan por bancos donde se sostienen de sus bordes y con una ligera flexión de los brazos, desplazan todo el cuerpo, arrastrándose por el banco. Ejecutan la cuadrupedia en cuatro puntos de apoyo (pies y manos) por arriba de bancos y muros pero sin un movimiento continuo, por lo que se ejecuta descoordinadamente. Cuando realizan esta acción por las tablas inclinadas o a nivel del piso, recurren nuevamente al movimiento antecesor de gateo. Caminan por tablas en el piso no solo hacia adelante sino también hacia atrás y por arriba de bancos y muros; al final de estos saltan hacia abajo. La mayoría de los niños cuando saltan de esta forma, caen con poca estabilidad y se observan las piernas extendidas en la caída. También saltan desde el piso, a caer sobre un obstáculo a pequeña altura y pasan saltando, objetos de 25 cm. (aproximadamente) de altura, colocados en el piso. EVOLUCION DEL LENGUAJE
Durante el tercer año de vida el lenguaje crece de forma vertiginosa. - El vocabulario pasa de unas cuantas palabras a varios cientos. - Las frases se hacen más largas y complicadas. - Se incluyen preposiciones en las frases. - Aparecen el género y el número en las palabras. - Aparecen los artículos. Durante el tercer año, aunque con diferencias individuales, se adquieren las reglas de sintaxis, es decir se ordenan y se enlazan las palabras para formar oraciones y se unen estas entre sí. Hacen regulares algunas formas de los verbos que son irregulares. Seguramente son formas que nunca han oído de labios de los adultos y no lo pueden imitar y ellos mismos recurriendo a ciertas reglas aprendidas las aplican y resultan estas formas que nos resultan graciosas: Estas formas desaparecen poco a poco al escuchar modelos correctos.
De los 3 a los 4 años
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Clasifica objetos como por ejemplo, alimentos, ropas, etc.
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Identifica colores Utiliza la mayoría de los sonidos del habla pero puede distorsionar algunos de los más difíciles, como por ejemplo, l, r, s, ch, y, v, z ; es posible que estos sonidos no se controlen completamente hasta alcanzar los 7 u 8 años de edad Utiliza consonantes al principio, en el medio y al final de las palabras; puede distorsionar algunas de las de pronunciación más difícil, pero intenta decirlas Los desconocidos entienden mucho de lo que el niño dice Puede describir el uso de objetos como por ejemplo, "tenedor", "automóvil", etc. Se divierte con el lenguaje, disfruta los poemas y reconoce cuando se le dice algo absurdo como por ejemplo, "¿Tienes un elefante en la cabeza?" Expresa sus ideas y sentimientos en vez de simplemente hablar sobre el mundo que le rodea Utiliza formas verbales compuestas (con "ando" y "endo"), como por ejemplo, "caminando" y "corriendo" Responde a preguntas simples como por ejemplo, "¿Qué haces cuando tienes hambre?" Repite oraciones
LENGUAJE EGOCÉNTRICO Se caracteriza porque el niño no se ocupa de saber a quién habla ni si es escuchado. Es egocéntrico, porque el niño habla más que de sí mismo, pero sobre todo porque no trata de ponerse en el punto de vista de su interlocutor. El niño sólo le pide un interés aparente, aunque se haga evidente la ilusión de que es oído y comprendido. 1. Repetición o Ecolalia: el niño repite sílabas o palabras que ha escuchado aunque no tengan gran sentido para él, las repite por el placer de hablar, sin preocuparse por dirigirlas a alguien. Desde el punto de vista social, la imitación parece ser una confusión entre el yo y el no-yo, de tal manera que el niño se identifica con el objeto imitado, sin saber que está imitando; se repite creyendo que se expresa una idea propia. 2. El monólogo: el niño habla para sí, como si pensase en voz alta. No se dirige a nadie, por lo que estas palabras carecen de función social y sólo sirven para acompañar o reemplazar la acción. La palabra para el niño está mucho más ligada a la acción que en el adulto. De aquí se desprenden dos consecuencias importantes: primero, el niño está obligado a hablar mientras actúa, incluso cuando está sólo, para acompañar su acción; segundo, el niño puede utilizar la palabra para producir lo que la acción no puede realizar por sí misma, creando una realidad con la palabra (fabulación) o actuando por la palabra, sin contacto con las personas ni con las cosas (lenguaje mágico). 3. Monólogo en pareja o colectivo: cada niño asocia al otro su acción o a su pensamiento momentáneo, pero sin preocuparse por ser oído o comprendido realmente. El punto de vista del interlocutor es irrelevante; el interlocutor sólo funciona como incitante, ya que se suma al placer de hablar por hablar el de monologar ante otros. Se supone que en el monólogo colectivo todo el mundo escucha, pero las frases dichas son sólo expresiones en voz alta del
pensamiento de los integrantes del grupo, comunicar nada a nadie. • • •
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De 3 a 4 años
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sin ambiciones de intentar
Agrupa objetos como alimentos, ropas, etc. Identifica colores. Utiliza la mayoría de los sonidos del habla pero puede distorsionar algunos de los sonidos más difíciles, como l, r, s, ch, y, v, z ; estos sonidos puede que no se controlen completamente hasta la edad de 7 u 8 años. Utiliza consonantes al principio, en el medio y al final de las palabras; puede distorsionar algunas de las consonantes más difíciles, pero intenta decirlas. Los desconocidos entienden mucho de lo que el niño dice. Puede describir el uso de objetos como "tenedor", "carro", etc. Se divierte con el lenguaje: disfruta los poemas y reconoce los absurdos del lenguaje como "¿Tienes un elefante en la cabeza?" Expresa ideas y sentimientos más que simplemente hablar sobre el mundo que le rodea. Utiliza verbos que terminan en "ando" y "iendo", como "caminando" y "corriendo". Responde a preguntas simples, como "¿Qué haces cuando tienes hambre?" Repite frases.
NECESIDADES CONDUCTUALES
Dentro de las tareas del desarrollo del niño en edad escolar están las de adecuar su conducta y su ritmo de aprendizaje a las exigencias del sistema escolar, logrando así interactuar socialmente en forma adecuada con adultos de fuera del sistema familiar y con su grupo de pares. El cumplimiento de estas tareas es básico para el desarrollo de una buena autoestima y actúa como elemento protector de la salud mental del niño. En general, el desarrollo infantil normal es bastante armónico, existiendo un paralelismo en las diversas áreas del desarrollo, que permite que el niño se adapte fácilmente a las exigencias de su medio ambiente y que su conducta sea en general, relativamente predecible. Pero, existe un grupo relativamente importante de la población infantil en que este desarrollo armónico no se da, lo que determina estilos cognitivos y conductuales diferentes. Este grupo está constituido por los niños portadores de los denominados Trastornos del Desarrollo. Definimos Trastornos del Desarrollo como aquellas desviaciones en el patrón de desarrollo infantil que exceden el rango normal de variación porque ocurren ya sea en un tiempo, una secuencia o un grado no esperado para la edad del niño o etapa del desarrollo. Suponen, por definición, una inteligencia normal, ausencia de déficits sensoriales significativos y ausencia de lesión cerebral.
La incidencia de estos trastornos es muy variable y depende de las categorías diagnósticas en uso. Se ha informado que afectarían a alrededor del 15 % de la población infantil en edad escolar. Su intensidad también es muy variable, existiendo un continuo de dificultad, que a veces sólo se manifiesta ante exigencias ambientales demasiado altas para el niño. Por otra parte, como existe una clara mayor incidencia familiar y predominan 24 veces en sexo masculino (lo que hacen suponer una fuerte base genética), es a veces difícil diferenciarlos de estilos cognitivos y conductuales distintos, propios de algunas familias, que sólo representan variación estadística en una población determinada, De acuerdo al tipo de funciones neurológicas que experimenten un desarrollo relativo más lento, serán las manifestaciones clínicas que mostrará el niño. Así, por ejemplo, una combinación de dificultades en atención selectiva, control de impulsos, control emocional y control del grado de actividad motora, se manifestará como una dificultad importante del niño para adecuar su conducta a las exigencias de su medio ambiente. Esto sucede con los niños portadores de Síndrome de Déficit Atencional Hiperactividad. Cuando la variación de funciones que experimenta el niño, se da en una combinación de dificultades viso-espaciales, organización de las secuencias temporales, memoria, control de la motilidad voluntaria y funciones cerebrales superiores, la manifestación será un Trastorno de Aprendizaje Escolar. Pero, además puede desviarse el patrón de maduración del sueño y control de esfínteres (Enuresis nocturna primaria), el desarrollo del habla y lenguaje o el control motor (Dispraxia del desarrollo). Existe una variada gama de posibilidades de combinación de estas definiciones neurológicas del desarrollo, que acompañarán al niño por períodos largos de tiempo, y que se expresarán clínicamente como variaciones en la conducta infantil y/o el ritmo de aprendizaje escolar. Muchas de ellas llevan a que el niño afectado sienta crónicamente, que no cumple las expectativas de su medio, con el consiguiente impacto emocional negativo. A continuación se enfocará la vertiente conductual de los niños con trastornos del desarrollo expresada en el así denominado "niño hiperquinético". Actualmente, después de haber pasado por una serie de denominaciones que se iniciaron con el de "Daño Cerebral Mínimo" y continuaron con la de "Disfunción Cerebral Mínima", se usa el diagnóstico de "Síndrome de Déficit Atencional Hiperactividad" (SDA-H), que diferencia 2 subgrupos: Subgrupo SDA-H con conducta disruptiva, en que predominan síntomas de trastorno oposicionista-desafiante, trastornos de conducta, labilidad emocional y resistencia al condicionamiento. Subgrupo SDA-H con trastorno específico de aprendizaje, en el que predominan los déficits perceptual y cognitivo, déficit atencional, y se expresa por bajo rendimiento en destrezas académicas específicas. • • •
Las manifestaciones cardinales del SDA-H son: Hiperactividad Impulsividad Inatención o labilidad atencional
Estas manifestaciones están asociadas a un grado variable de labilidad emocional y alta resistencia al condicionamiento (es decir, la capacidad modificar la conducta en base a refuerzos externos: premios o castigos). Dependiendo de su intensidad, se pueden manifestar precozmente en la vida del niño, siendo notorios en muchos caso, ya en el primer año de vida. Hiperactividad
Consiste en una actividad motora excesiva y desorganizada; el niño tiene dificultad para quedarse quieto en los momentos en que debe hacerlo. El niño va a ser descrito como permanentemente en movimiento, "como dirigido por un motor". A distintas edades se expresa de manera distinta. Hiperactividad en el 1er año de vida: Trastorno del sueño Cólicos importantes Irritabilidad Dificultad en la alimentación Vómitos voluntarios Poca adaptación a los cambios de rutina • • • • •
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Hiperactividad en el 2º año de vida: "Nunca camina, siempre corre" Muy inquieto, salta constantemente Destructivo, con ausencia de temor al peligro No persevera en ningún juego Toma un objeto tras otro Se intoxica con medicamentos y otras sustancias •
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Hiperactividad entre los 3-4 años de vida: Siempre está pidiendo algo y parece no escuchar No puede jugar solo y cambia de actividad constantemente No puede jugar con otros niños No responde a premios ni castigos Es rechazado por extraños al hogar En Jardín Infantil no acata normas ni sigue instrucciones • • •
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Hiperactividad entre los 6 y 9 años: Problemas de conducta escolar Dificultades de aprendizaje escolar Estilo conductual y cognitivo impulsivo Alta distractibilidad Baja tolerancia a las frustraciones La conducta hiperactiva tiende a atenuarse desde los 12 años hacia arriba. En el adolescente se manifiesta fundamentalmente como una necesidad de someterse a una mayor cantidad de estímulos ambientales y experiencias nuevas, con dificultad para funcionar en tareas sedentarias y posponer la satisfacción inmediata de necesidades. •
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Impulsividad
Se manifiesta claramente en el estilo conductual del menor, en que a menudo actúa sin pensar y le cuesta anticipar las consecuencias de su conducta. Entra en conflictos con su grupo porque frecuentemente no respeta turnos en juegos o en situaciones de grupo. En su trabajo escolar, tiene excesivos cambios de una actividad a
otra, con dificultad para organizar su trabajo y necesidad de mayor supervisión de adultos. Labilidad atencional
Se expresa como dificultad en cualquier labor que requiera de atención sostenida. Esto significa dificultad para concentrarse y perseverar en tareas escolares y también en situaciones de juego. Estos niños a menudo parecen no escuchar. Todas las manifestaciones previamente descritas tienden a atenuarse a medida que el niño se acerca a la pubertad. Pero, como por otra parte, las exigencias del ambiente aumentan, estas características se transforman en crónicamente desadaptativas e interfieren en la conducta del niño por períodos largos de tiempo. Las familias y el medio escolar de estos niños hiperactivo, impulsivo, con juicio pobre, poco tolerante a las frustraciones, a veces destructivo, reaccionan con rabia, rechazo, aislamiento o vergüenza. Esta reacción determina a su vez, en el niño sentimientos de rabia, frustración, aislamiento y, finalmente, pobre autoimagen y conductas agresivas, que a su vez aumentan el rechazo a que es sometido el menor. La dificultad de aprendizaje de la lectura: la dislexia, es el trastorno de aprendizaje más frecuente. Pero un niño disléxico frecuentemente tiene dificultades de aprendizaje en otras áreas, tales como la escritura o las matemáticas, o como sucede frecuentemente, problemas en el uso del lenguaje oral. El criterio diagnóstico para dislexia más comúnmente aceptado es el de destrezas lectoras descendidas en 2 o más años que lo esperado para el curso y edad del niño. Sin embargo, este criterio tiende a subestimar la severidad del trastorno en niños de poca edad y cursos inferiores. Además de tornar en cuenta el nivel de rendimiento en lectura, el diagnóstico de dislexia debe basarse en el estilo de lectura que tiene el niño, evaluando el tipo de errores que comete y las estrategias compensatorias a que recurre. La incidencia actual de dislexia es difícil de determinar y depende de las categorías diagnosticas en uso. Las cifras estimadas van entre 5 % a 15-20 % de la población infantil. NECESIDADES DE APRENDIZAJE
El aprendizaje es una experiencia humana tan común que poca gente reflexiona sobre lo que quiere decir exactamente que algo se ha aprendido. No existe una definición universalmente aceptada de aprendizaje; sin embargo, muchos aspectos críticos del concepto están capacitados en la siguiente formulación. El aprendizaje es un cambio duradero en los mecanismos de la conducta que comprende estímulos y/o respuestas específicos y que resulta de la experiencia previa con estímulos y respuestas similares.
Siempre que vemos evidencia de aprendizaje vemos el surgimiento de un cambio en la conducta: la ejecución de una nueva respuesta o la supresión de una respuesta que ha ocurrido previamente. Tales cambios en la conducta son la única forma de distinguir si el aprendizaje ha tenido lugar o no; empero, la definición procedente atribuye el aprendizaje a un cambio en los mecanismos de la conducta, no a un cambio en la conducta directamente. La mayoría de los investigadores se conforman con estudiar el aprendizaje en términos de los mecanismos conductuales o de los constructos teóricos. Estos últimos constituyen una maquinaria conceptual o hipotética que se supone sea responsable de la conducta.
La razón principal es que a la conducta la determinan muchos factores además del aprendizaje. Se identifica el aprendizaje como un cambio en los mecanismos de la conducta para hacer énfasis en la distinción entre aprendizaje y ejecución. La conducta de un organismo se utiliza para proporcionar evidencias de aprendizaje. No obstante, puesto que la ejecución la determinan muchos factores además del aprendizaje, el observador debe de ser muy cuidadoso al discernir si un aspecto particular de la ejecución refleja o no aprendizaje. A veces, la evidencia del aprendizaje no puede obtenerse hasta que se aplican los procedimientos especiales a prueba. Los niños, por ejemplo, aprenden mucho sobre el manejo del automóvil con sólo ver a otros en el acto de conducir. Pero su aprendizaje no se manifiesta sino hasta que se les permite ponerse al volante. En otros casos, un cambio en la conducta se observa fácilmente pero no puede atribuírselo al aprendizaje porque no tiene la duración suficiente o porque no resulta de la experiencia con los acontecimientos específicos del entorno. En otros casos, puede ser difícil decidir qué constituye suficiente experiencia con acontecimientos del entorno para clasificar algo como un caso de aprendizaje. Por eso es difícil distinguir el aprendizaje de otros mecanismos conocidos que pueden producir cambios en la conducta. El proceso más obvio de este tipo es la maduración. Un niño no puede alcanzar algo de un anaquel alto hasta que adquiere la suficiente estatura. Sin embargo, el cambio de la conducta en este caso no es el ejemplo de aprendizaje porque ocurre con el mero paso del tiempo. Al niño no se le tiene que enseñar a alcanzar los lugares altos al tiempo que crece. En general, la distinción entre el aprendizaje y la maduración se basa en la importancia de las experiencias especiales en la producción del cambio en la conducta. Sin embargo, la distinción se torna borrosa en caso en que se ha descubierto que la estimulación del entorno es necesaria para que ocurran los cambios de desarrollo que originalmente se pensaba que implicaban maduración independiente de la experiencia. Los cambios evolutivos son similares al aprendizaje en el sentido de que se relacionan también con las influencias ambientales. Las características de los individuos que promueven su éxito reproductivo dependen del ambiente en que viven. Sin embargo los cambios evolutivos se dan solo a través de generaciones y se distinguen, por consiguiente, del aprendizaje. La existencia del aprendizaje a menudo puede ser deducida por un cambio en el comportamiento. Pero no siempre. Hay una diferencia entre aprendizaje y ejecución. Aunque haya aprendido alguna cosa, puede ser que no se manifieste a través del comportamiento si no está motivado o si no presta atención. La nota que obtenga un estudiante en el examen puede no reflejar adecuadamente lo que ha aprendido. Muchas de las cosas que los seres humanos hacen, dentro y fuera de la sociedad, dependen del aprendizaje, los psicólogos han dedicado una atención considerable a dicho factor. Han descubierto que aprendemos de diferentes maneras. El tipo más simple de aprendizaje, la habituación, es el fenómeno por el cual <> algo, y de esta manera mostramos que conocemos lo que es. El siguiente nivel de aprendizaje, en el cual formamos nuevas asociaciones entre un estímulo y una respuesta, es el llamado aprendizaje asociativo.
El aprendizaje es un cambio relativamente permanente en el comportamiento que refleja un aumento de los conocimientos, la inteligencia o las habilidades conseguidas a través de la experiencia, y que puede incluir el estudio, la observación o la práctica. Tipos de aprendizaje Habituación. Aprendizaje asociativo un organismo establece una asociación • entre dos sucesos. Condicionamiento clásico y el condicionamiento operante. Cognitivo, centrado en los procesos del pensamiento que están inmersos en el • •
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aprendizaje. Condicionamiento clásico se incluye el comportamiento reflejo (o voluntario), animal o la persona aprende a responder a algún estímulo previamente neutro. Cuando éste es asociado repetidamente con un estímulo incondicionado . Condicionamiento operante. Existen dos tipos básicos de reforzadores: positivos y negativos. Los positivos son recompensas. Los negativos son estímulos desagradables que incrementan. Los refuerzos primarios satisfacen necesidades tales como la alimentación, la sed o el sexo. Los refuerzos secundarios son aprendidos, llegan a convertirse en refuerzo a través de su asociación con refuerzos primarios. El comportamiento supersticioso tiene lugar cuando un organismo es reforzado accidentalmente. El moldeamiento las recompensas se dan a aquellos comportamientos que se acercan progresivamente al comportamiento deseado. La generalización se refiere a la acción de responder de manera parecida a estímulos similares. La discriminación se refiere a la acción de responder a un estìmulo concreto y no responder a otro similar (aunque no idéntico). El castigo una conducta es seguida por un suceso desagradable. El propósito del castigo es reducir la respuesta.
Los psicólogos se han interesado recientemente por los aspectos cognitivos del aprendizaje. Dos tipos de aprendizaje cognitivo son el aprendizaje latente y el aprendizaje por observación. El latente no demostramos el aprendizaje hasta que estamos motivados. Por observación aprendemos observando e imitando el comportamiento de un modelo. NECESIDADES SANITARIAS
“Cada vez más, en virtud de las nuevas tecnologías y tratamientos en la atención sanitaria y adelantos en los fármacos, los niños con cuadros sanitarios crónicos pueden asistir a la escuela regular en lugar de tener que educarse en el hogar o en una escuela especial (NASN, 2006b)”. Hoy en día, más niños con necesidades sanitarias especiales, inclusive los clínicamente frágiles, pasan a los tres años de edad a programas de educación preescolar. Esa transición a la escuela, para acceder y beneficiarse de programas docentes adecuados, puede ocurrir desde el hogar, guardería, programa de intervención temprana u hospital. Toda transición implica cambio, y pese a ofrecer nuevas oportunidades, puede ser estresante; especialmente para los padres y familias de niños con necesidades sanitarias especiales o complejas. Además de realizar esa transición a programas preescolares, las familias recorren a la vez múltiples sistemas y pueden tener interacción con un equipo de atención en el hogar, hospital, servicio de la comunidad y escuela; todo lo cual puede ser necesario y relevante. Sin embargo esto puede ser confuso y estresante. La colaboración, planificación y manejo y evaluación pueden facilitar el proceso de transición para todos los implicados.
De acuerdo con la definición del Bureau Federal de Salud de la Madre y el Niño se entiende por niños con necesidades sanitarias especiales los que presentan o se encuentran en riesgo de cuadro clínico de desarrollo, de conducta o emocional y que además requieren servicios de salud y otros relativos de tipo o cantidad que superan los que necesitan los niños en general. Esto pudiera incluir diagnósticos de diabetes, alergia a alimentos severa o convulsiones en que el niño necesitaría un régimen de insulina o la administración de medicación específica para prevenir un paro respiratorio o convulsiones. Niños clínicamente frágiles son los que tienen un trastorno serio permanente o crónico de al menos un año, necesitan hospitalización prolongada y tratamientos constantes, y precisan del uso de aparatos para compensar la deficiencia de función corporal. Esto pudiera incluir síndromes de enfermedad cardiaca severa y el niño pudiera necesitar atención de traqueotomía., oxigeno o ventilador. Colaboración y planificación
Es bien conocido que los cuadros de salud y problemas relativos a la salud impactan la capacidad de un niño para aprender y beneficiarse de la experiencia docente. Llenar las necesidades de estos niños puede influir positivamente en los resultados para el niño, la familia y el personal escolar. La colaboración es esencial para una transición sin mayores contratiempos. Los padres, el personal sanitario y docente y otros proveedores de la comunidad deben trabajar de consuno. La elaboración realmente eficaz, donde la familia y los miembros del equipo trabajan juntos de forma coordinada reconoce la pericia y valor de cada miembro del equipo. Esta colaboración puede servir para minimizar el estrés y asegurar que el niño pueda beneficiarse de un programa docente apropiado en un ambiente seguro, así como los servicios sanitarios necesarios para mantener su estado de salud. Con esta colaboración se puede lograr un proceso eficaz. Debido a las necesidades de salud de estos niños, la enfermera de la escuela es persona clave en el proceso. En añadidura a las evaluaciones y planificación docentes propias de la transición a programas preescolares, la planificación para satisfacer las necesidades sanitarias del niño pueden incluir las actividades siguientes: Obtener y revisar su historia clínica proporcionada por proveedores primarios y especialistas; Entrevistar a la familia para recabar su versión del historial sanitario del niño. Conocer al niño y observarlo en el hogar (siempre que sea posible) o en la escuela; Comunicarse con proveedores sanitarios para obtener instrucciones para la administración de medicinas y procedimientos de enfermería y médicos; Compilar un resumen sanitario amplio; Desarrollar un plan sanitario individual (IHCP) y un plan de emergencia sanitaria individual (IECP) apropiado para el ambiente escolar, basado en la evaluación del niño en colaboración con la familia, proveedores sanitarios y personal escolar; Obtener consulta y conocimiento y aptitudes actualizados, según necesiten las enfermeras y demás personal escolar; Recabar suministros y equipos necesarios en el ambiente escolar; Instruir el personal escolar y los alumnos, según sea necesario; Evaluar la necesidad de transporte especial, incluyendo la vigilancia o intervenciones sanitarias necesarias durante el transporte; y Servir como enlace entre el equipo escolar, los proveedores sanitarios y la familia. •
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Manejo y evaluación continuada Una vez que el niño ingresa en la escuela se implementa un proceso de manejo por un equipo interdisciplinario. Para los niños con necesidades sanitarias especiales esto incluye el proporcionarles servicios de salud directos e indirectos, concentrados en el mantenimiento del estado de salud y seguridad, de manera que el alumno sea capaz de beneficiarse del programa docente. La vigilancia constante de la salud del alumno es esencial, así como la revisión del HICP y el IEMP debido a cambios que puedan ocurrir en cualquier momento con un cuadro de salud o problema. La comunicación eficaz entre la familia, los proveedores sanitarios y el equipo de la escuela es clave para una experiencia docente positiva. Los niños con necesidades especiales de salud pueden integrarse satisfactoriamente en la preescuela y en la escuela pública. La colaboración y la planificación adecuada ayudan a una transición oportuna, sin tropiezos, desde el hogar u otro ambiente de la comunidad a la escuela. El niño, la familia, los equipos docentes y sanitarios se benefician todos de este trabajo en equipo, haciendo las transiciones menos estresantes para todos. NECESIDADES CULTURALES
En el decurso de la historia del ser humano, el papel del niño y el adolescente ha venido cambiando según las épocas. Tratado durante muchos siglos como un "hombre en miniatura", los adultos intentaron moldearlo a su imagen y semejanza, sin ponerse a considerar al niño como una entidad con características propias, diferente al adulto, con su particular visión del mundo. Hasta el surgimiento de posturas más innovadoras como las del educador Comenio, en el siglo diecisiete, se trataba a la niñez como una fase que debía ser finalizada lo antes posible, otorgándole al niño responsabilidades y labores nada acordes con su condición. Sometidos a la incomprensión, el autoritarismo, el abuso tanto físico como mental, los trabajos forzados o incómodos que un adulto sentía humillante realizar, recién en el siglo dieciocho, se asumió la necesidad de estudiar al niño en profundidad, más allá de las concepciones religiosa, políticas y sociales de aquel entonces. En respuesta a tantas diferencias y diversidad cultural fue-es necesario hacer un cambio en la propuesta pedagógica - didáctica. Estas propuestas obedecen al cambio de las necesidades que se han producido en la sociedad actual. En el universo cultural es donde se produce la educación. Esta es definida como un proceso por el que el hombre se apropia de la cultura, a su vez la persona es "forma y experiencia". Educar al hombre es hacer de él una persona integra en sus diversas dimensiones. LA educación debe contribuir a convertir al alumno en una persona autónoma, crítica y capaz de relacionarse positivamente con los demás, cooperando con ellos. El objetivo de la educación debe ser contribuir al desarrollo y transmitir habilidades para desenvolverse en la sociedad. La escuela tiene como función asegurar que los alumnos se apropien del conocimiento y de aprendizajes significativos. Las instituciones escolares reflejan una comunidad heterogénea y en continuo movimiento, en la que se debe producir una transformación lenta y critica. Es por ello que la escuela tiene un papel importante en el proceso de socialización de los niños. La primera función socializadora la realiza en la familia, los niños empiezan a ir a
instituciones para adquirir conocimientos y se socializan con los demás compañeros y adultos. La escuela debe formar hombres más libres, adaptándose a las necesidades individuales de cada niño en el momento que está en ella y prepararlo para el futuro. Los contenidos que transmite la escuela son secundarios porque lo más importante es contribuir al desarrollo de los sujetos que están formando. La escuela debe enseñar a actuar en forma racional y autónoma, a discutir y a buscar las distintas soluciones. También a que cada persona piense por si mismo, a desarrollarse física, mental y socialmente. El curriculum presente de las instituciones educativas explicita los fundamentos políticos, culturales, sociales, filosóficos, antropológicos, epistemológicos y pedagógicos. En ese curriculum que se concibe como un proyecto flexible y abierto aparecen determinadas actividades educativas, que son las adecuaciones curriculares y además aparecen las intenciones del modelo educativo. Estas adecuaciones curriculares deben hacerse dado que el hombre solo satisface socialmente sus necesidades. NECESIDADES EMOCIONALES
Uno de los temas más importantes dentro de la psicología infantil hace referencia a las necesidades emocionales de los niños. Se puede pensar en las necesidades como una pirámide, ya que son de distintos tipos. En la base se encuentran las más sencillas, las que son indispensables para vivir, por ejemplo la alimentación o el abrigo, para luego ir subiendo de nivel y haciendo más compleja la naturaleza de lo que ellos necesitan. Por ejemplo, realizar actividades que les gusten, ser amados, sentir confianza de otros y de ellos mismos, entre otras. Así es posible percibir que en la medida que se sube de nivel las necesidades se vuelven más complejas y difíciles de conseguir, incluso para nosotros los adultos. Cada uno de los niveles de la pirámide depende del nivel anterior y nos permite acceder a un nivel superior y así, alcanzar la consolidación personal y el desarrollo en nuestras vidas. Las necesidades emocionales de los niños, forman parte de esta pirámide, siendo un nivel muy importante, ya que su satisfacción o insatisfacción determinará en gran medida la imagen que el niño posea de sí mismo, de su familia y del resto de las personas con quienes comparte. Algunas de las necesidades emocionales más importantes de los niños, en relación a su edad son las siguientes: •
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Desde el nacimiento hasta 1 año : en esta etapa perciben fuertemente si son deseados o bienvenidos dentro de la familia, o si por el contrario son abandonados o tratados con frialdad. En este sentido necesitan sentirse SEGUROS, insertos en un mundo sin violencia o excesos. Por lo tanto, las actitudes necesarias para llevar a cabo podrían ser las siguientes: constantemente mencionar frases como “la vida es buena, es linda”, “eres parte de este lugar”, “eres bienvenido como parte de la familia”, lo cual se puede realizar mientras se juega o a través de alguna canción. También cuando lo esté alimentando o enseñando a comer, hágalo sonriendo y con cariño. Desde 1 año hasta los 3 años: la diferenciación es muy importante, ya que requieren empezar a explorar el mundo, necesitan saber que tienen propia voluntad y cuerpo y que sus padres aún los aman. Se deben recalcar los siguientes mensajes positivos: “tienes derecho a ser libre y AUTONOMO”, “tienes derecho a ser creativo” (dejarlo que explore espacios, que utilice lápices
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y manipule objetos, siempre prestando cuidado y atención, pero a su vez dejándolo tener su propio espacio). Desde los 3 años hasta los 7 años: en esta etapa se desarrolla la capacidad de amar y generalmente, lo que aprenden en este periodo determina parte de su forma de relacionarse con otros afectivamente en el futuro. Por lo que el ser RESPETADOS, reconociendo y acogiendo sus estados emocionales es fundamental. Respetar sus gustos e intereses aunque no coincidan con los nuestros (podemos escuchar atentamente sus historias de peleas en el recreo o su música). Es importante que reciban los siguientes mensajes: “tu puedes amar y ser amado”, “el cometer errores te ayuda a aprender a vivir”, “es importante expresar las emociones”. Por lo tanto, se debe demostrar la incondicionalidad del afecto (mencionar frases como “te quiero a pesar de que te portes mal o saques malas notas”, “aunque te equivoques puedes intentarlo de nuevo”). Es importante reconocer aspectos positivos, es decir ser VALORADOS (por ejemplo, determinar para que actividad es bueno y decírselo: “eres muy bueno para el deporte, “eres buen compañero”, “te gusta escuchar a tus amigos, eso es muy bueno”). Aquí es importante que padres ayuden a descubrir potencialidades que el niño puede no percibir.
Es importante mencionar que ningún padre o madre puede estar constantemente satisfaciendo necesidades, ya sea psicológica, social, médica o materialmente. En algún momento puede suceder que un niño se sienta dolido, por lo cuál es necesario recalcar que una mala experiencia no determinará para siempre el futuro desarrollo de un niño, si no que es aquella experiencia negativa que se repite una y otra vez la que los marcará. Los niños son capaces de recuperarse frente a la adversidad si es que se les da el espacio para expresar la tristeza o su enojo, recibiendo apoyo. A aquellos niños a quienes se les prive de la satisfacción de estas necesidades probablemente tendrán mayor tendencia a presentar trastornos emocionales, que se manifiestan principalmente en el área escolar, aprobando menos asignaturas, obteniendo notas más bajas, presentando mayor repitencia o abandonando el colegio más frecuentemente. El poder satisfacer las necesidades emocionales tiene consecuencias positivas a largo plazo, ya que permite desarrollar una autoimagen positiva y autoestima elevada, así como también favorece una personalidad más sólida que ayudará a enfrentar la vida y sus dificultades de mejor manera.