Sólo son hombre o mujer, verdaderamente, quienes alcanzan el dominio y el conocimiento de sí mismos. En este libro se propone, para lograr ese fin, un medio clásico: el ejercicio del arte de la oratoria. En efecto, a lo largo de sus páginas se va conformando una imagen humana poderosa y fírme, dispuesta siempre a la acción constructiva. Acaso por considerar inútil la exposición de intrincadas normas retóricas, el autor prescinde de ellas y reduce las necesidades del aprendizaje oratorio a dos fundamentales: comprender a fondo a los grandes oradores de todos los tiempos, por medio de un estudio minucioso y asiduo de sus trabajos, y practicar de continuo la expresión de la pala bra br a ha habl blad ada. a. Pero el valor de la obra se encuentra principalmente en el planteamiento que hace de la relación entre el bien decir y el actuar bien como su consecuencia necesaria e inmediata. Y dado que sólo puede bien actuar el que es bueno, se exige previamente que el hombre y la mujer adquieran esa virtud virtud aprendiendo ap rendiendo a decir bien. bien. Para eso, estarían ob ligados a desarrollar una serie de virtudes innatas pero no realizadas, y cuya expresión armoniosa les será preciso conquistar. De este modo, mediante el esfuerzo creciente por presentarse como valiente, sereno, confiado, justiciero, el orador irá afirmando dentro de sí mismo dichas cualidades, hasta llegar a poseerlas profunda y conscientemente y convertirse en hombre o mujer dignos de llevar ese nombre.
Segunda edición
A I R O T A R O
JOSÉ DAVALOS
ORATORIA PROLOGO RUBÉN BONIFAZ ÑUÑO
EDITORIAL PORRUA AV. REPÚBLICA ARGENTINA 15 MÉXICO
JOSÉ DAVALOS
ORATORIA PROLOGO RUBÉN BONIFAZ ÑUÑO
EDITORIAL PORRUA AV. REPÚBLICA ARGENTINA 15 MÉXICO
JOSÉ DÁVALOS
ORATORIA Pr
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RUBÉN BONIFAZ ÑUÑO
SEGUNDA EDICIÓN
EDITORIAL PORRLJA
AV. REPÚBLICA ARGENTINA, 15 MÉXICO, 2011
Primera edición, 1964 Primera edición en Editorial Porrúa, 2010
Derechos reservados, © 2011, por José D A v m .o s
Las características de esta edición son propiedad de EDITORIAL PORRÚA, S.A. de C.V. — 8 Av. República Argentina, 15, 06020 México, D.F.
Queda hecho el depósito que marca la ley
ISBN 9786070903991
IMPRESO EN MÉXICO PRINTED IN MEXICO
A Emma, mi compañe ra eterna M is hijos: Ma. Mercedes, M a. Susan a Em ma Patricia José
A He ctor Fix -Zam udio Jo rge Car pizo Dieg o Valadés Mo zar t Victor Rus som ano Rup erto Patino Ma nff er César Esquinca Muñoa
PRÒLOGO
PRÒLOGO
Sólo es hombre verdaderamente aquel que alcanza el dominio y el conocimiento de sí mismo. En este libro se pro pone, para lograr ese fin, un medio clásico: el ejercicio del arte de la oratoria. En efecto, a lo largo de sus páginas se va conformando una imagen humana poderosa y firme, dispuesta siempre a la acción constructiva. Acaso por considerar inútil la exposición de intrincadas normas retóricas, el libro prescinde de ellas y, como lo hace Cicerón, reduce las necesidades del aprendizaje oratorio a dos fundamentales: comprender a fondo a los grandes oradores de todos los tiempos, por medio de un estudio minucioso y asiduo de sus trabajos, y practicar de continuo la expresión de la palabra hablada. Practicarla a solas; practicarla en com pañía; frente a grupos grandes o pequeños; practicarla con tanta insistencia durante la vigilia, que esa práctica se prolongue hasta adueñarse del estado de sueño. Pero el valor del libro se encuentra principalmente en el planteamiento que hace de la relación entre el buen decir y el actuar como su consecuencia necesaria e inmediata. Y dado que sólo puede bien actuar el que es bueno, se exige previamente que el hombre adquiera esa virtud aprendiendo a decir bien. Para eso, estará obligado a desarrollar una serie de virtudes innatas pero no realizadas, y cuya expresión armoniosa le será preciso conquistar. Si tales virtudes parecen no existir, habrá que buscarlas haciendo como si fueran ya manifiestas; así, si alguien es tímido, habrá de mostrarse valeroso; si es inseguro, tendrá que presentarse como si fuera sereno y confiado; si vacila su certidumbre en la justicia, deberá destruir la apariencia de esa vacilación y ofrecer, para convencer a los demás, la de una plena convicción de que lo justo debe señorear el mundo. XIII
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PRÒLOGO
De este modo, mediante el esfuerzo creciente por presentarse como valiente, sereno, confiado, justiciero, el orador irá afirmando dentro de sí mismo dichas cualidades, hasta llegar a poseerlas profunda y conscientemente y convertirse, por último, en hombre digno de llevar ese nombre. Esa es la noble lección que se desprende del contenido de este libro, y que lo hace asumir su carácter de consistente humanismo. Rubén
Bonifaz Ñ uño
INTRODUCCIÓN
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Las palabras no han fracasado ni fracasarán nunca. Han fracasado y fracasarán siempre los que ignoran su alcance, su significación y su estrategia. Las palabras son vanguardia imprescindible de toda acción y de toda transformación que tienda a romper moldes envejecidos y trastos inservibles para la vida de hoy. Toda acción de alcances colectivos, que vaya a transformar de raíz almas, hombres y estructuras, busca el contagio y la polarización de voluntades; y, primero es palabra o nunca será nada. Hablar bien en público no es un don que la naturaleza conceda a un número limitado de escogidos. Es como realizar cualquier otra actividad en nuestras vidas; todos podemos desarrollar nuestras dotes, nuestras cualidades innatas, latentes, con tal de que tengamos verdaderos deseos de hablar a la gente. La palabra hablada tiene su más alta expresión en la oratoria, que es el arte de transmitir ideas por medio de la palabra, para contribuir al desarrollo de la sociedad y a la realización plena del hombre.
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IMPORTANCIA DE HABLAR EN PÚBLICO
La palabra es vanguardia de toda acción. Las grandes acciones, las que transforman de raíz, espíritus, hombres y estructuras, son suma de muchas voluntades hilvanadas por la palabra. La oratoria es el arte de transmitir ideas por medio de la palabra. Ideas de denuncia, ideas de transformación, ideas de convicción, ideas de compromiso, ideas de esperanza. Ideas que son espejo del alma del orador. Por lo general juzgamos a las personas por su apariencia personal y por la forma en que se expresan. Impactan la recia presencia y la transparente elocuencia. El río im presiona por la fuerza con que rompe las peñas y por el canto de cascabeles con el que baja ele la montaña. Debemos pensar en la satisfacción, en el piacer y en los beneficios que nos brindará el ejercicio de esta nueva ca pacidad. Hay un encanto mágico en este arte; plantarse frente a un auditorio y que ese auditorio ponga atención a lo que decimos. La confianza que nos dará en nosotros mismos, poder hablar y convencer a la gente. Transmitir ideas por medio de la palabra no es ejercicio vano ni vacío pasatiempo; es un quehacer trascendente, un excelente medio de contribuir al desarrollo progresivo de la sociedad, al fortalecimiento de la comunidad y a la realización plena del hombre. Hablar en público ciertamente es un privilegio, pero también es un compromiso. La capacidad del orador de levantar y encauzar voluntades, lo convierte en líder, en guía. Esta es la proyección de la oratoria; esta es la responsabilidad social del orador. Vivimos en una sociedad en la que faltan líderes. Todos podemos desarrollar nuestras dotes, nuestras cualidades innatas, latentes, si tenemos verdadero deseo de hacerlo. 3
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Aprovechar las cualidades naturales y desarrollar con perseverancia las potencialidades que poseemos en ciernes, en proceso de formación; es el eterno proceso del hombre, por acabarse de hacer del cuerpo y del alma. Hemos de poner mucho cuidado en el cultivo de estas cualidades; la elocuencia es un don hermoso y frágil como el cristal; su peor enemigo es la ociosidad. El orador nace y también se hace. Hablar bien en pú blico es un don que está al alcance de cualquier ser humano. Las cualidades básicas para ser orador son las siguientes: a) no estar privado del habla, no ser mudo, b) tener sentido común, que es el mejor repartido del mundo, c) hablar con propiedad el idioma, d) querer ser orador; una voluntad inquebrantable hará caer todos los obstáculos, y e) respaldar lo que se dice con lo que se hace. Ante la falta de seguridad en nosotros, no pensemos que el nuestro es un caso anormal, patológico. El temor nace de la falta de experiencia, que sólo se adquiere sumando vivencias felices y superando fracasos. Cicerón dijo, hace dos mil años, que todo discurso pú blico de verdadero mérito se caracteriza por la nerviosidad. Qué podemos sentir y decir nosotros. Frente al auditorio procedamos con confianza; al principio la serenidad puede ser aparente, luego será real. Recordemos cuando éramos niños cómo vencíamos el miedo si teníamos que cruzar un espacio obscuro. El orador ha de dominar la acción y el sentimiento. La acción está bajo el imperio directo de la voluntad, indirectamente regularemos el sentimiento. Hay que preparar de antemano lo que se va a decir; no podemos estar tranquilos si no sabemos lo que vamos a exponer. El dominio del tema imprime autoridad a las palabras. Cuando disertamos sobre algo vivido, sobre algo que proviene de lo más profundo del espíritu, cuando el discurso es la carne y los huesos del orador, no puede ha ber fracaso. Cuando tengamos algo importante que decir, pongámonos de pie; digámoslo enseguida, con valor, con precisión y con sencillez; luego sentémonos.
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La crisis general que padecemos también se manifiesta en la desconfianza sobre la validez de la palabra. Ganemos credibilidad, hablemos con franqueza y con naturalidad. Practicar, practicar, practicar. Esto es lo más importante para adquirir confianza en la impensada capacidad que brota de la experiencia. A nadar se aprende nadando, a hablar hablando. En la práctica es conveniente hablar ante un compañero, ante amigos, o estando nosotros solos, ante una videograbadora. Grabemos el discurso una y otra vez para escuchar nuestra voz, ver nuestros ademanes y nuestros gestos. Esto nos permitirá corregir los errores. Acostum brémonos a m irar a los ojos de nuestro auditorio. La palabra es germen de acción. Toda acción antes fue palabra. Primero es palabra o nunca será nada.
Práctica: Tomemos un trozo de lectura que nos agrade. Leámoslo en voz alta y con pronunciación clara. Luego aprendamos de memoria ese texto y repitámoslo con claridad, modulando —masticando— bien las palabras, gesticulando y haciendo ademanes. Podemos hacerlo frente a compañeros, ante un espejo, ante una videograbadora. Que nuestros amigos nos digan sus observaciones. Los mejores críticos serán el espejo o la videograbadora. Nos darán gran ayuda para corregir nuestros errores. No nos espantemos ni nos preocupemos, poco a poco iremos encontrando el justo medio de nuestra voz, de nuestros gestos, de nuestros ademanes, de nuestro porte (el aspecto externo).
II CÓMO PREPARAR EL DISCURSO Ca
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Necesitarnos tener algo im portante que decir, algo que deje huella en el auditorio, algo que no pueda quedar sin ser dicho. En la oratoria no hay reglas infalibles ni recetas mágicas que sean válidas para todos los casos. Enseguida formularemos algunas reflexiones que pueden resultar útiles para la preparación de un discurso. El discurso ha de ser breve y directo; sin rodeos; al término del discurso no debe quedar sin decirse algo de lo que iba a abordarse. El discurso es semejante a una conversación. Ha de poseer la estructura y la sencillez de una llamada telefónica: “Hola, ¿cómo te ha ido? Te hablo para esto (la razón del telefonema). Me dio mucho gusto saludarte. Hasta luego”. “Si breve y bueno, dos veces bueno”. Recordemos que esta enorme lección la dictó dentro de una sorprendente brevedad Baltazar Gracián. El discurso ha de ser directo.
Introducción, corta e interesante, sin muchas consideraciones entrar al tema, uno de los signos de nuestra época es que la gente tiene prisa, conviene observar la propaganda moderna, los spots, en la prensa escrita, en la radio, en la televisión. Desarrollo, claro y preciso, que lo que decimos quede tan claro como la luz del día. Nosotros hemos estudiado y repasado el tema, lo hemos visto desde diferentes ángulos; el auditorio tal vez sea la primera vez que lo ha escuchado desde nuestra perspectiva. Comprobación y refutación, son el momento de los argumentos, de las convicciones y de las verdades hechas palabra. Puede haber exposiciones en las que no haya necesidad de probar o refutar algo, en este caso, con mayor razón, que el discurso esté construido con frases contundentes. 9
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Conclusión, es el momento en el que el orador, con cualidades de filósofo, de poeta y de actor, gana las voluntades del auditorio. El orad or p ersuade a su auditorio para que se decida a decir, hacer o no hacer algo. El final puede ser vibrante y por eso, en ese supuesto, recibe el nombre de peroración A nadie que sea cuerdo se le ocurriría edificar una casa sin antes planearla, o hacer un viaje sin punto de partida y de llegada. El discurso ha de tener un destino; si no fijamos un itinerario previamente, navegaremos a la deriva. La inspiración del momento es un ingrediente más de la oratoria, pero no puede ser el único. Los discursos que sólo son inspiración de la circunstancia resultan efímeros, son como huellas en la arena, como fuegos pirotécnicos; el canto de las aves que se lleva el viento. Napoleón decía que la guerra es una ciencia en la que nada sale bien si previamente no se le calcula y medita. Esto es tan cierto en la actividad bélica como en el arte de hablar en público. Al final del discurso el auditorio debe quedar con el grano de la cosecha, con el mensaje que le dio el orador. Los elementos esenciales del discurso son: el fondo —las ideas, el mensaje—, y la forma —el estilo de la ex presión, el orden lógico de la exposición—. En la mente del orador ha de haber siempre tres objetivos indisocia bles: agradar, convencer y conmover. El auditorio no solamente ha de decir: tú orador, tienes la razón; el discurso va dirigido a que el público también diga: quiero hacer lo que tú me dices. Ni sólo fondo ni únicamente forma. Im porta lo que se dice, pero también im porta cómo se dice. En la preparación del discurso pueden señalarse dos puntos básicos: preparación remota y preparación inmediata.
La preparación remota consiste en observar la naturaleza, escuchar buena música, desarrollar la expresión escrita —poemas, ensayos, discursos—, ver películas, asistir al buen teatro, hacer de la lectura un hábito, acudir con es píritu analítico a conferencias y mítines, aficionarse a leer periódicos, revistas, a escuchar, a oír y leer a los mejores oradores. Todo esto queda en la mente y en el corazón
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del orador, es el bagaje del que extraerá una y otra vez los elementos de sus disertaciones. Quien esté reñido con la cultura que se olvide del placer de hablar en público. La oratoria es cultura. Es síntesis de ciencias, de artes, de técnicas, de vivencias personales, es caminar descalzo para percibir el alma de las personas y de los pueblos. El orador y el auditorio son los dos polos del discurso. Es indispensable prepararse en torno a los problemas y necesidades del público, en lo que quiere la gente que se le hable. I^a palabra del orador adquiere valor precisamente cuando la recibe el auditorio. I>a respuesta del público es el mejor estímulo que puede recibir quien habla para los demás. Por razón natural, la gente suele estar más receptiva cuando se le habla de sus preocupaciones cotidianas que de los grandes planteamientos abstractos o de innovadoras propuestas. El pueblo espera que se le hable de sus pro blemas, que se denuncien las injusticias que padece, que se propongan soluciones. Los discursos que sólo alimentan el ego del orador es hojarasca que pronto se apaga, no im pactan a la gente.
La preparación inmediata consiste en reunir todas las ideas que se hayan recogido en la labor de consulta realizada; se analizan esos pensamientos; se escogen los mejores; se toman dos o cuando más tres ideas; se desarrollan; se afinan y se integran en una unidad. Lo que resulte de esta selección de ideas será lo que ofrezcamos al auditorio. El discurso maduro es fruto de los mejores afanes del orador. Luego armonizar la preparación remota y la inmediata, en donde se requiere un gran esfuerzo de creación. Si en esta labor de repente nos asalta el desaliento, pensemos en lo gratificante que resultará ver en el rostro del auditorio el interés por nuestras ideas y la coincidencia con nuestros intereses. Hemos de obtener información sobre el público: número, edades, escolaridad, ideología, aficiones artísticas y deportivas, nivel social, etcétera. Asimismo, es importante conocer las características del lugar donde hablaremos:
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ubicación, amplitud, ventilación, acústica, iluminación. Sa ber si hablaremos con micrófono o sin él, si estaremos de pie en una tribuna o sin ella, o sentados ante una mesa. Conocer el calendario de la población, saber cuándo la gente puede acudir a la conferencia, a escuchar el discurso; qué decepcionante debe ser para los organizadores del evento que no acuda el público porque se volcó, por ejem plo, al estadio de fútbol para presenciar un partid o, o a una feria de aniversario de la localidad. Hay una técnica elemental y efectiva en los quehaceres de la oratoria: primero, anunciar al público lo que se le va a decir; segundo, decírselo; tercero, reiterarle qué se le ha dicho. Insistir en una idea con lenguaje fresco y renovado, jamás será ausencia de creatividad sino muestra de perseverancia. En la pedagogía, y la oratoria es pedagogía por excelencia, es indispensable la reiteración de las ideas. Cuando estamos leyendo un libro, fácilmente regresamos a la página que nos atrajo, cuantas veces queramos. En una conferencia, en un discurso, si el orador no reitera sus ideas, nos quedamos sin puntos de referencia en nuestras reflexiones. Si el público es generoso y destina parte de su tiempo a escuchar un discurso, el orador ha de poner su mejor empeño para hacerle agradable ese espacio. Nunca está demás introducir un trozo de poesía, narrar una anécdota, compartir una experiencia propia, decir un cuento que concrete la idea expuesta. El auditorio se sentirá atendido y compensado. Los buenos oradores afianzan sus ideas en la mente del auditorio precisamente con figuras plásticas, con ejemplos, con parábolas, etcétera. El discurso ha de tener sello propio, ha de reflejar la individualidad del orador; no hay dos estrellas idénticas. La pieza oratoria no debe parecer una receta de cocina sin destinatario, ha de ser expresión natural del orador. El discurso de mérito es reflejo, extensión del orador. Puede ser un excelente discurso el de una persona con conocimientos modestos pero con entusiasmo al hablar. Preparar el discurso es engarzar un collar de palabras, es templar el carácter en la reflexión, es buscar las razones que mueven al universo y al corazón de los seres humanos.
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Práctica: Preparar un discurso para pronunciarlo ante sus compañeros, ante sus amigos. El discurso seguirá una fórmula fácil. Se dirá con una marcada buena pronunciación, con gestos y ademanes que el estudiante practicó por su parte: • • •
Qué es lo que más me gusta o qué es lo que más me interesa. Cómo lograrlo. Pedir la cooperación de los demás para conseguirlo.
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III
ELEMENTOS INDISPENSABLES PARA HABLAR CON ÉXITO EN PÚBLICO
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Antes de pronunciar un discurso es necesario tener equili brio físico y espiritual. Para el equilibrio físico se requiere haber dormido lo suficiente, no comer ni beber en demasía. Para el equilibrio espiritual es necesario relajar la mente, disipar tensiones y preocupaciones. Conseguir este estado armónico antes de subir a la tribuna, es la mejor garantía del éxito. Los discursos se inician horas antes de ser pronunciados. Para su equilibrio el orador necesita haber dormido lo suficiente, no comer ni beber en exceso, desconfiar de los estimulantes. El equilibrio espiritual requiere de reposo de la mente, es necesario disipar las preocupaciones que puedan restar claridad a las ideas. El orador depende de la energía de su palabra y de la templanza de su carácter. Cuando se habla en un lugar distante de la residencia, el orador procurará llegar por lo menos un día antes, para estar tranquilo y repasar su intervención cuantas veces sea posible. Sobran experiencias desafortunadas en las que el personaje bajando del avión, del autobús o del automóvil tiene que hablar. Esto hay que evitarlo siempre. El auditorio verá al orador aturdido, ajeno al lugar, todavía no sabe en donde está. El orador ha de cuidar su imagen. Una figura desaliñada predispone al público en su contra. Una presencia desgarbada o una vestimenta estrafalaria, consiguen que se mire al orador con curiosidad, pero no con interés hacia sus palabras. El orador ha de lucir como una persona pulcra, interesante y seria. Aprender bien el discurso, escribir la estructura, comentarlo, discutirlo, esquematizarlo, “rumiarlo”. Hay que conocer bien las ideas centrales y memorizar el remate del discurso. Auxiliarse con una guía escrita, que contenga lo esencial. Si se lleva el discurso escrito, es necesario prepararse para hablar al auditorio, no a las hojas del escrito. Si es preciso leer el discurso, ha de tenerse bien entendido el tema y ensayada la entonación y las pausas. Otra vez: no esclavizarse al texto de la exposición.
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En la mayoría de los casos, una vez comenzado el discurso la tensión desaparece o al menos se atempera. El sufrimiento mayor lo experimenta el orador por su falta de percepción. Si sufre es porque no ve claro lo que quiere ver. Ha de abrirse paso a través de los signos, hasta encontrar en el fondo el fruto que madura en las palabras. Las ideas que se desarrollen han de pronunciarse de manera concisa y decidida. Los discursos de filigrana, que se enmarcan dentro del género del churrigueresco verbal, hoy sólo podrían verse con admiración en la vitrina de algún museo. Hay que buscar desde el primer momento una identificación sincera con el público. Tener presente que el camino más corto entre dos seres humanos es una sonrisa. Cómo recuerdo aquella conferencia en la que el orador fue abundante en la introducción, el público ya empezaba a dormirse. Causó una sorpresa enorme cuando dijo a sus oyentes que ahora entraba a decir el asunto que iba a exponer. Es recomendable que cuando el orador se presente ante el público se diga a su interior, muy sentidamente: ¡Que dicha la mía de estar con ustedes! Sin decirlo con palabras, este sentimiento lo transmitirá por sus poros al auditorio. Hablar al público a partir de sus intereses, con un lenguaje medio, entre lo culto y lo común. Es necesario usar el diccionario de sinónimos para hacer a un lado las pala bras técnicas o las palabras “domingueras”. Debe crearse un circuito en el que el público escuche lo que quiere saber, y el orador colme sus propósitos y diga su verdad. Para esto será útil la información que tengamos sobre el auditorio. Igualmente deben hacerse a un lado las palabras de difícil pronunciación; nosotros sabemos cuales son esas palabras, de ahí la necesidad de tener a la mano un diccionario durante la preparación del discurso. Hay que convencer al público de la validez y de la via bilidad de nuestras propuestas, para lo cual es preciso tocar las fibras más sensibles, accionar los resortes que hacen actuar al ser humano. Que las ideas que digamos broten transparentes como el agua de un manantial. Tener presente que el orador ha meditado ampliamente sobre el tema, en tanto que el auditorio tal vez lo esté escuchando por vez primera. No pre
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tender lucirse corno erudito; decir las cosas con sencillez, de manera comprensible. Si el orador habla es para que se le entienda, no para dejar la impresión de un personaje indescifrable. Recuerdo aquel alumno maravillado de uno de sus maestros en la universidad; decía: es tan sabio que por más esfuerzos que hago no entiendo lo que dice. El discurso ha de ser convincente, pero antes que todo creíble. La naturalidad y la franqueza, dan credibilidad a lo que se dice. En principio, el auditorio tiene desconfianza, por eso el orador debe trabajar para conquistar esa credi bilidad, con naturalidad y franqueza en lo que dice. Hay cuatro elementos que el orador debe perfeccionar como parte de su formación: el ademán, el gesto, el porte y la voz. Si la oratoria busca sacudir conciencias y encauzarlas a la acción, hay que sumar a la palabra el entusiasmo contagioso de la expresión corporal del orador. El ademán es el movimiento que el orador hace con las manos y los brazos; ha de ser moderado. Sirve para subrayar la expresión oral; en este sentido puede ir de la suave brisa a la tormenta. Lo que ha de evitarse en todo caso son las exageraciones que conducen al ridículo. No entiendo cómo el público pueda comprender a un orador sin ademanes. El gesto, la expresión del rostro, debe coincidir con las palabras, de lo contrario la cara del orador se convertirá en una máscara, que oculta al público su verdadero rostro. La fuerza plástica de la cara está en la mirada; los ojos del orador han de ser ventanas por las que el público pueda atisbar hacia su alma. El orador ve a los ojos del auditorio como el público ve a los ojos del orador. El porte. Aspecto externo de una persona, es la buena disposición, la presencia agradable, el trato amistoso, una sonrisa franca, es el lucimiento del orador. Es un elemento que ayuda a despertar la simpatía y a cautivar la atención del público. La vestimenta ha de ser sencilla y acorde a la ocasión. Aprendamos de la naturaleza que tiene siempre su indumentaria apropiada. Aquí la nota relevante es la sencillez del orador. La voz es la herramienta de quien habla, el discurso más erudito dicho en tono monótono, produce aburrimiento.
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La voz ha de tener ritmo. El discurso es como el arroyo, tiene rápidos y también remansos. Utilizar el tono de una conversación ordinaria, pero con un volumen tal que nos escuche todo el público. Evitar el tono engolado o demasiado solemne, los sonsonetes y el uso de estribillos, como: “este...”, “¿cómo se llama?”, “¿me entienden?” “¿no?” Sobre todo cuando se emplea micrófono, cuidar que esté bien colocado hacia la boca. Se tomará como una atención hacia el público si se le pregunta si se escucha bien, allá, en este otro lado, o acá. Cuántas veces nos ha tocado estar en una conferencia, en un discurso, en donde el orador habla y habla aunque nadie lo esté escuchando bien. Es conveniente revisar anticipadamente el equipo de sonido para que funcione bien. Cuidado con el empleo de chistes y de expresiones humorísticas o jocosas; es caminar sobre arenas movedizas. Lo que resulta gracioso en boca de uno, puede carecer de ingenio en la boca de otro. En este terreno es frecuente ver cómo tropiezan hasta las grandes figuras. Quien tenga dones naturales para decir chistes, siéntase dichoso, y ¡adelante! La oratoria no es un acto frío, mecánico, sin alma; es un acto de convicción, es voluntad de compartir. Ejercicio El estudiante buscará una escuela primaria o secundaria para dar una plática a niños. Puede ser sobre un personaje de la historia, sobre algunos antecedentes históricos de la población en donde viven, sobre la importancia de adquirir el há bito de la lectura, sobre lo importante que les resultará hablar en público, etcétera. Le dirá a la autoridad del centro educativo que será una plática de diez minutos, por ejemplo. ¿Por qué hablar ante niños? Porque es uno de los pú blicos más difíciles. Ponen atención o se distraen fácilmente. Por lo general se piensa que es el auditorio más fácil. Esa es una idea erronea. Quien consigue mantener la atención de los niños diez o quince minutos, habrá obtenido una gran victoria en su camino de ser buen orador. Recordemos la necesidad de rubricar lo que decimos con un cuento breve, con una fábula, con metáforas, con un trozo poético. Esta práctica afianza las ideas.
C a p ít u l o IV
CÓMO INICIAR Y CÓMO TERMINAR EL DISCURSO
Vale la pena tener en consideración puntos tan importantes como los siguientes: •
Expresar con nuestra actitud la felicidad que sentimos de estar ante nuestro auditorio. • Jam ás comenzar diciendo que no tenemos la pre paración suficiente para decir nuestra conferencia o nuestro discurso. • Improvisar en voz alta todas las mañanas, por lo menos dos minutos, sobre un tema cualquiera.
El discurso y el bosque valen como conjunto. La eficacia del discurso es amalgama de muchos elementos: entusiasmo en la expresión, tema interesante, orden en lo que se expone, aportación de ideas, vivo deseo de servir, belleza en la forma de la exposición, intención didáctica, etcétera. Sin embargo, el principio y el final del discurso son los momentos más importantes, del mismo modo que para el viajero de un avión son muy importantes el ascenso y la bajada del aparato. Con frecuencia las diez primeras palabras y las diez últimas valen por todo el discurso. El comienzo es determinante para captar la atención del auditorio; el final es el momento de ganar voluntades y de darles cauce. El inicio del discurso tiene la magia de la esperanza; el final de la pieza oratoria es el tiempo de las realizaciones, de sumar voluntades y avanzar juntos —orador y auditorio— en busca de horizontes comunes. El principio y el final del discurso son los momentos más importantes. Busquemos un buen comienzo y una buena conclusión y no los separemos mucho. La introducción o exordio ha de ser lo más breve posi ble. El orador ha de ser coherente con el ritmo apresurado 23
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con que se vive, sobre todo en las grandes ciudades y, en consecuencia, aprovechar el tiempo de la mejor manera posible. Si hablamos de la falta de tiempo, quizás, de todo el auditorio, esto no nos autoriza a ser confusos; hemos de ser llanos y directos. Y una cuestión de central importancia: no debe quedar sin ser dicho algún punto de lo que se había planeado decir. Comenzar el discurso con algo que atraiga la atención, que despierte el interés, que nos identifique con el auditorio. Pronunciar el comienzo con serenidad, calculando el efecto de cada palabra. Existen diferentes tipos de inicio, hay que buscar hasta encontrar el más apropiado. Por ejemplo, compartir una experiencia personal; decir una cifra que impacte; un dato novedoso; una sentida narración; un ejemplo que ilustre y no amerite explicaciones; una cita contundente de algún personaje famoso; explicar al público cómo se relaciona el tema con sus intereses; recrear un detalle rescatado de lo cotidiano, etcétera. La introducción siempre ha de estar vinculada con el asunto que se desarrolla, del mismo modo en que se tejen, en que se eslabonan las frases de un poema. No dar vueltas para abordar el asunto que vamos a exponer; no hay tiempo que perder; hay que ir al grano, salir con llaneza al encuentro del público. Cuántas veces el auditorio dice en su mente: lo que vas a decirnos, dilo, y siéntate. Jamás iniciar un discurso con excusas como estas: carezco de habilidad oratoria, desconozco el tema, tuve poco tiempo para prepararme, o algún otro pretexto semejante. Todo esto ofende al público, en vez de considerarse como un gesto de modestia, como un rasgo de sinceridad, se tomará como falta de responsabilidad y de respeto. Es frecuente la tentación de iniciar con un chiste, con un cuento humorístico. ¡Cuidado!, eso es como caminar por terreno pantanoso. Se reitera: si alguien se sabe con natural facilidad para las bromas, ¡adelante!, con tal de que no haga de su tiempo una sesión de chistes; algún asistente puede tomar la palabra para decir: Ya nos divertimos con sus humoradas, ahora díganos lo que nos iba a decir. La conclusión, también llamada epílogo o peroración, es la corona del discurso. Las últimas palabras serán las
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que mayor tiempo duren en la memoria del auditorio. El final debe planearse con anticipación. El fracaso es el destino de quien pretenda improvisar el final del discurso en el momento de estar frente al auditorio. Es aconsejable preparar más de una terminación, para estar en posibilidad de optar por la que resulte más adecuada a las circunstancias del momento. Conviene escribir y memorizar las palabras con las que se rematará el discurso. Busquemos un buen comienzo y una buena conclusión, y no los separemos mucho. En relación con este punto del tema, viene a la mente la arm ónica belleza de las estalactitas uniéndose a las estalagmitas en el interior de una gruta. Son como el alfa y el omega del discurso. Es necesario practicar reiteradamente el final, siguiendo las ideas plasmadas en el papel, aun cuando no se repita en forma idéntica cada vez que se pronuncie. Con la práctica, el final quedará más natural, más definido, para decirlo en su momento con firmeza y resolución. Estas son algunas sugerencias para la terminación: hacer una síntesis precisa; enunciar la conclusión a la que seguramente el auditorio ya ha llegado; arengar al público, exhortar a la acción; agradecer de corazón al auditorio su atención; hacer cálido el final con un trozo de poesía, etcétera. Es natural que no remataríamos igual un discurso de campaña política, que la intervención en un homenaje pòstumo, o la alegoría que se dirige a una quinceañera. En la terminación, con mayor razón olvidemos los regaños, los tonos de advertencia; no ser pesimistas, negativos, mucho menos catastrofistas. Hay que transmitir al auditorio sentimientos de entusiasmo, de optimismo, de fraternidad, de solidaridad. Procuremos finalizar en el punto culm inante de una frase, cuando el auditorio esté más interesado, con deseo de continuar escuchándonos, y no cuando comience a mirar con insistencia los relojes, deseando que nos callemos para poder retirarse. El principio del hartazgo llega muy poco después de haber alcanzado la cumbre del aplauso. Ha de evitarse rematar diciendo expresiones inútiles, comunes o presuntuosas, como ”es todo cuanto tenía que
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decirles”, “creo que ya terminé”, “es todo por hoy”, “he dicho”, “salud”, etcétera. Cuando concluyamos, hagámoslo sin avisar, con la suavidad con la que llega la noche. En todo caso, podemos concluir con un sentido “muchas gracias”. El comienzo del discurso es tañer de campanas con mensajes de esperanza. La terminación del discurso es el inicio de una travesía por el derrotero que apunta el orador; palabra hecha profecía. Recordemos y tengamos siempre presentes las siguientes ideas expuestas en este capítulo: Las primeras palabras y las últimas, valen por todo el discurso. El principio y el final son los momentos más im portantes. Busquemos un buen comienzo y una buena conclusión y no los separemos mucho. La introducción, también denominada exordio, ha de ser lo más breve posible, directa y de relación inmediata con el tema. Utilicemos un lenguaje sencillo. Digamos el comienzo con serenidad, midiendo cada palabra. Iniciemos el discurso con algo que atraiga la atención, que despierte el interés del público. Por ejemplo: un comentario aparentemente casual, una narración, un caso concreto, una frase contundente y clara, la cita certera de algún personaje famoso. Cuidar que haya vinculación del comienzo con el tema. No es conveniente iniciar el discurso con disculpas o con chistes. La conclusión, también llamada epílogo o peroración, es la corona del discurso. Es necesario estudiar y aprender de memoria las palabras finales. Las últimas palabras son las que mayor tiempo duran en la mente del auditorio. El final ha de ser planeado con anticipación. Se fracasará en toda la línea, si se pretende improvisar la terminación del discurso en el acto mismo en que se dice. Es conveniente preparar más de una terminación para decidir por la que resulte más adecuada a las circunstancias del momento. Practiquemos reiteradamente el final conforme al plan que hayamos diseñado. Con la reiteración podremos afinarlo hasta que estemos satisfechos. Con esta práctica, el
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final quedará más definido y podremos decirlo con seguridad, con resolución. Jamás terminemos diciendo palabras inútiles como “es todo lo que tengo que decir”, “creo que ya terminé”, “nada más por hoy”, “he dicho”. Cuando concluyamos hagámoslo sin anunciarlo, simplemente podemos terminar diciendo ’’muchas gracias”. Dejemos en el auditorio sentimientos de entusiasmo y optimismo. Procuremos finalizar en el punto culminante de una frase, dejando al auditorio interesado en lo que estamos diciendo, con voluntad de seguir escuchándonos y no con el deseo de que ya nos callemos. El punto del hartazgo llega muy poco después de haber alcanzado la cumbre del aplauso. Estas son algunas sugerencias para terminar: emplear palabras de una autoridad en la materia; resumir brevemente los puntos principales que hemos tratado; exhortar a la acción; brindar una galantería sincera al auditorio; citar un trozo poético apropiado; producir la exaltación del ánimo; concluir suavemente; decir un sencillo y sentido “muchas gracias”.
Práctica Hablar ante niños de primaria o de secundaria. Explicarles la importancia de aprender a hablar en público. Decirles el formato del discurso que hemos visto, fácil y, en tendible: Apuntar la parte medular de un problema; decir cuál es la solución más adecuada; pedir la participación de todos para resolver ese problema. Hacer ver a los estudiantes la importancia del comienzo y la del final. Ponerles ejemplos.
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V
CÓMO DESPERTAR LA ATENCIÓN DEL AUDITORIO
Para tenerlo presente: •
Debo vivir, decía un joven a Voltaire. No veo la necesidad, le respondió el filósofo. • Lo que despierta el interés de las personas es ellas mismas. • Escuchemos atentam ente a quien nos habla; entonces nos tendrán por personas de conversación agradable, aunque hayamos hablado poco o nada.
Del capítulo anterior: •
Las diez prim eras palabras y las diez últimas valen por todo el discurso. • Evitar comenzar pidiendo disculpas o diciendo chistes. • Para terminar, quitemos expresiones inútiles como “es todo lo que tengo que decir”, “creo que ya terminé”, “nada más por hoy”, “he dicho”, “salud”. Simplemente podemos decir “muchas gracias”. • Finalizar el discurso en el punto culminante de una frase, cuando el auditorio esté interesado en seguir escuchándonos y no con el deseo de que ya nos callemos.
No podremos descubrir la estrella más brillante de una noche sin mirar al firmamento. No podremos encontrar la primera luz del alba si damos la espalda al horizonte. Sin remedio, el viento dispersará las palabras del orador si al comienzo no logra captar la atención del auditorio. El orador tiene un doble objetivo al estar frente al pú blico: ganarse la atención inicial y retener ese interés durante el discurso. Ha de utilizar toda su cretividad para conseguir que se le escuche no sólo por cortesía, sino con 31
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agrado. El orador ha de ser imán que atraiga hacia sí el interés del auditorio. El discurso que mueve, que arrebata y subyuga es el discurso pleno de vida, de fuego. Puede faltarle pulimento, puede faltarle elegancia, pero si tiene vigor, contagiará entusiasmo al auditorio. El calor se crea cuando nos preparamos hasta tener un mensaje que nos interese comunicar, que no estamos tranquilos si no lo decimos. La oratoria es semejante a un mosaico que tiene elementos filosóficos, poéticos y de arte dramático. Son las bases del discurso que va a trascender. Son los sustentos del orador que en verdad quiere persuadir, conmover y agradar. Palabras con razones, palabras con belleza, pala bras que im pulsan a la acción. Utilizar un estilo variado que rompa la monotonía, que sea un abanico de expresiones, como el arco iris. Hablar a la inteligencia, acudir a la fantasía; asociar las ideas con imágenes; atender a la sensibilidad tan propia de los seres humanos; emplear mímica (gestos y ademanes) fresca y variada; vestir con sobriedad; modular el volumen de la voz, como cambia de intensidad y de dirección el viento. Miremos cómo el arroyo no tiene un cauce lineal, ni es uniforme su murmullo. Evitemos las palabras técnicas cuando nos dirigimos a un auditorio no especializado en el tema que se desarrolla. Tampoco utilicemos palabras de difícil pronunciación ni de significado equívoco, porque en vez de causar admiración provocaremos desconcierto. Hay que tener a la mano un diccionario de sinónimos que nos ayude a simplificar el lenguaje, nos resultará de gran utilidad en los repasos finales de la intervención. La exposición ha de ser accesible hasta para las personas de más modesta preparación. José Martí, el libertador cubano, expresaba sus ideas en un lenguaje tan sencillo, que aun los niños las entendían. Un orador que habla con tecnicismos o con lenguaje “sólo para expertos”, por más sabio que sea no conseguirá hacerse entender del público; hablamos para comunicar. Desechar expresiones que restan vitalidad al discurso, como “yo digo que...”, “es mi personal punto de vista”, “es
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mi modesto parecer”. En el auditorio no faltará quien diga: ¡Huy!, es tu parecer. La timidez, el apocamiento y las expresiones de duda quitan seguridad y confianza en lo que se dice. El auditorio quiere orientación, consejo, guía, no incertidumbre. La confianza en la expresión imprime autoridad a las palabras. Asegurémonos siempre de que el tema que vamos a tratar esté en nuestra mente tan claro como la luz del día; y que esa claridad se haga patente en la exposición. Prever todas las posibles objeciones e impugnaciones que pudieran hacerse a nuestras afirmaciones y propuestas, para anticipar la respuesta. Desde un punto de vista didáctico, conviene señalar posibles dudas o inquietudes del público y desvanecerlas con argumentos contundentes. El marino desde que se hace a la mar se prepara para la tormenta, lo cual no es pesimismo sino previsión. Repitamos las ideas más importantes, pero no en forma textual; cada amanecer tiene algo que lo hace diferente, irre petible. Reiterar ideas en forma idéntica provoca tedio; la sensación de caminar en círculo, sin avanzar, agota, desespera, aniquila y rompe el vínculo entre el orador y el auditorio. La repetición de las ideas centrales es un elemento insustituible de los buenos discursos; elocuencia es reiteración. Una idea se puede expresar en muchas formas; la imaginación es una cantera infinita. En la lectura de un documento, de un libro, si algo no queda claro existe la posibilidad de releer las líneas no comprendidas. Esta ventaja no la tenem os al escuchar un discurso, una conferencia, a no ser que el orador repita los puntos fundamentales. Apuntalemos los conceptos abstractos con ejemplos concretos, con casos evidentes. Los mejores oradores apoyan las ideas principales con anécdotas, extraen trozos de la vida real, ejemplifican con pasajes de la trayectoria de prestigiados personajes, evocan los recuerdos y atisban el porvenir. Mucho del quehacer del orador está en decir con sencillez lo complejo, con belleza lo común, con sabor lo que parece insípido. Para convencer hay que estar convencido.
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El orador sólo puede despertar interés en lo que dice, si el prim er interesado es él mismo. Hemos de evitar los regaños; en vez de sacudir conciencias suelen herir la susceptibilidad del auditorio; generan molestia y rechazo. Es recomendable hacer contrastes; exponer, por ejemplo, dos situaciones similares, en las cuales en una se triunfó y en la otra se fracasó.
Práctica Explicar a niños de un centro escolar la importancia de aprender a redactar. La expresión oral se pule escribiendo. Comenzar con una frase, luego con un párrafo. Así surge el gusto por escribir y por leernos a nosotros mismos. Este esfuerzo se dirige a despertar el interés de los demás en leer lo que escribimos. Vale la pena insistir en la práctica ante niños, porque es un auditorio inquieto, se puede distraer con el menor detalle. Quien consigue éxito hablando ante niños, quien atrae su atención, por ejemplo, por diez minutos, va por el buen camino.
VI CONTENIDO DEL DISCURSO C
a pít u l o
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Para recordar
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La sinceridad y la autenticidad dan credibilidad al orador. Reiteremos las ideas más importantes pero de manera diferente. Asociar las ideas con imágenes: demos ejemplos, metáforas, anécdotas, hechos de la vida real, etcétera. El discurso que jala va de corazón a corazón, más que de cerebro a cerebro.
En la oratoria, como en muchas otras manifestaciones de la cultura, importa tanto la forma como el fondo. Resultan igualmente importantes el tema y la exposición. El contenido del discurso jamás debe subordinarse a los as pectos formales. Algunos oradores, sobre todo en el ámbito de la oratoria de concurso, suelen privilegiar a la forma sobre el fondo; es como preocuparse más por la envoltura que por el regalo mismo. Que el continente no prevalezca sobre el contenido. Si el orador tiene un mensaje auténtico, que esté arraigado en su mente y en su corazón, y si siente necesidad vital de compartirlo, hay muy pocas posibilidades de fracasar. La buena preparación del discurso diluye los temores, pues el discurso será expresión de las reflexiones, los deseos y las experiencias del orador. \4le la pena repetir esta definición sustancial: la oratoria es el arte de transmitir ideas por medio de la palabra. Esto es, la arcilla de que están hechos los discursos se llama ideas. Ideas de convicción, ideas de transformación, ideas de proyección. Palabras de verdad, palabras de profecía, pala 37
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bras de esperanza. Ideas y palabras de compromiso. Ideas, convicciones, verdades: este es el contenido del discurso que ha de trascender. La oratoria de hoy es directa; el discurso actual ha de ir al grano. Sin descuidar el aspecto estético, hay que ir a la esencia de nuestra intervención. Decir con belleza algo importante ha de ser el propósito del orador. No son oratoria las palabras huecas que suenan herm o s o p e r o q u e n a d a d i c e n . T a m b i é n es b e l lo e l t a ñ e r d e la c a m p a n a , p e r o e s f u g a z , se lo l le v a e l v i e n t o s in q u e lo podamos retener más que un momento. Como una de las formas supremas de la pedagogía, la oratoria ha de ser un servicio de orientación a la colectividad. Discursos efectistas que sólo aspiran al aplauso, discursos sin ideas, palabras sin germen de acción, son el abundante material que tiene repletos los basureros de la historia. Muchas veces al terminar un mitin, una conferencia o una entrevista, se pregunta desconcertado el auditorio: y finalmente ¿qué se dijo?, ¿cuál fue el mensaje del orador? A r r o y o s i n a g u a , o d r e v a c í o , n o c h e s i n l u c e r o s ; e s ta s son las imágenes de un discurso desprovisto de ideas. Viento y paja, palabras sin sentido. Nada entregó el orador; nada recibió el auditorio. Nada es el resultado luego de tantos empeños, después de tantas esperanzas. Si el público se congrega en torno de un orador es con la finalidad de escuchar un mensaje. Quien suba a la tribuna, que no descienda sin haber sembrado, al menos, una idea en la mente del auditorio. A u n c u a n d o se t e n ga d o m i n io p l e n o d e l te m a , c o n v ie n e escoger sólo dos o tres ideas y desarrollarlas en forma adecuada. Si se abordan muchos puntos, aunque todos sean importantes, no se dirá nada en concreto. De nada sirve que el orador sea una autoridad en el tema, si no se ocupa de lo que el auditorio quiere saber. El pueblo espera que se hable de sus problemas, de sus carencias, de sus sueños; que se denuncien las injusticias que p a d e c e , q u e se p r o p o n g a n s o l u c io n e s . A e sto s re c la m o s debe orientarse el discurso.
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El valor de un discurso se mide por el impacto que ca u sa , j a m á s p o r su d u r a c i ó n . H a y u n a p r e g u n t a c la v e p a ra definir el contenido del discurso: ¿qué es lo que no puede quedar sin ser dicho? E s t a e s la p a u t a p a r a s u p r i m i r lo a c c e s o r i o ; t o d a la atención han de merecerla las ideas centrales. Es falta de previsión cuando al orador se le agota el tiempo que tenía asignado, sin haber expuesto las ideas fundamentales. Desde el comienzo de nuestra intervención, hagamos de cuenta que el público nos interroga con agudeza y de manera imperativa: ¿por consiguiente?, ¿en conclusión?, ¿en síntesis qué? Este es el espacio de las ideas básicas. Expresar las ideas con entusiasmo, con pasión, sin dobleces, es siempre atractivo para el auditorio; pero para que calen hondo han de estar sustentadas, respaldadas, por la verdad. El público aprecia la denuncia valiente, pero sabe distinguirla de la mentira, de la calumnia y de la ofensa gratuita. Más allá del lenguaje que utilice el orador, nunca logrará expresar otra cosa que lo que es. El mejor mensaje del orador es su vida. La palabra convence, el ejemplo arrastra. Se dice que nos pierde hablar mucho y hacer poco; lo que en realidad nos extravía es hablar mal. Hablar con ideas es ya un modo de hacer. Las palabras de vida y de sustancia son simiente de acción. S i e l a r t is t a p l a s m a r a e n u n l ie n z o a l o r a d o r , la im a g e n más objetiva sería la de un sembrador de granos rebosantes de ideas. El orador es sembrador de inquietudes, sembrador de estrellas. Un maestro con frecuencia nos decía en la universidad: más que desear enseñarles algo, me interesa sembrar en ustedes inquietudes. U n d i s c u r s o , u n a c o n f e r e n c i a , u n a c l as e, v a l e n p o r la s ideas que contengan; impactan por el entusiasmo con que se digan. Pocas ideas bien expuestas se comprenden bien; un discurso atiborrado de ideas es semejante al aguacero que no humedece, no penetra en la tierra. Esta estructura de discurso no falla: mostrar que algo está mal; decir cómo se puede remediar; pedir la cooperación del público para resolverlo.
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Práctica: H a b l a r a n te u n g r u p o d e jó v e n e s s ob re lo i m p o r t a n t e que es aprender a hablar en público. Durante la exposición hacer hincapié en adquirir el hábito de la lectura. Para hablar es necesario tener qué decir. Ese bagaje se forma principalmente con la lectura. También explicar que no podemos leer todos los libros que se publican sobre las diferentes materias, por tanto tenemos que seleccionar los mejores libros para nuestras lecturas. Los profesores pueden auxiliarnos en este aspecto. Seguramente atraerá a los jó v e n e s o ír q u e se le s h ab le sobre lo s b e n e fic io s q u e re p re senta saber hablar ante la gente. Decirles la necesidad de combatir el desánimo. Que se imaginen el Ínteres que pondrá el público cuando empiece a oirlos. Que tomen en cuenta que hablarán de lo que interesa, y de lo que será útil al auditorio. Insistirles que los buenos discursos van de mente a mente y de corazón a corazón.
Capìitulo
VII
PARA HABLAR EN LA RADIO Y EN LA TELEVISION
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Para recordar: •
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A l p r e p a r a r u n d i s cu r s o h a y q u e p l a n t e a r se la s i g u i e n t e p r e g u n t a : ¿ Q u é q u e r e m o s q u e s ie n ta , p ie n s e y quiera el auditorio cuando terminemos de decir el discurso? E l discu rso de hoy es directo, tiene que ir al gran o. Tener presente el consejo de Baltazar Gracián: si bueno y breve dos veces bueno. D e n a d a s i rv e q u e e l o r a d o r s ea u n a a u t o r i d a d e n el tema si no se ocupa de los problemas que atañen al público, de sus carencias, de sus inquietudes. Q u i t e m o s e x p r e s i o n e s q u e d e b i li t a n la e x p o s i c ió n , como: “es mi modesta opinión”, “es mi punto de vista”. Digamos las ideas con resolución, con convicción, con seguridad.
Las reflexiones que se han expuesto en los anteriores capítulos tienen aplicación para cuando se habla por radio o por televisión. Veamos algunos aspectos específicos, que es conveniente considerar cuando se habla a través de esos medios de comunicación. El quehacer del orador adquiere sentido en la medida en que tiene un auditorio que lo escucha. La gran penetración de los medios de comunicación coloca al orador frente a un auditorio numeroso y heterogéneo, lo que hace más fecundas sus palabras. Mientras más buenas semillas arroje el sem bra do r al vientre de la tierra, m ejores espigas adornarán el huerto. Un aspecto peculiar en estas modalidades de la oratoria, es que quien habla es escuchado por el público, gener a l m e n t e , d e s d e la in t i m i d a d d e l h o g a r . Las personas abren las puertas de sus casa a quienes e ll as d e s e a n . U n o r a d o r te d io s o , o p a c o o e n r e d a d o , s e g u
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ramente no será bienvenido. Si no consigue ganar la voluntad del auditorio, sin duda será cambiado el canal o la estación. El público es más exigente si cuenta con opciones. Coloquemos los pies sobre la tierra y pensemos que sólo somos una más de las alternativas. El orador debe ir física y anímicamente motivado. Es la única forma de suplir la falta de calor humano que proporciona la cercanía del público, ausencia que se suele resentir en el estudio de televisión o en la cabina de la radio. En la radio, los ademanes y los gestos dan configuración a lo que decimos; hacen que la voz adquiera el ritmo y los matices naturales de la expresión. Quien habla debe desarrollar su exposición imaginando un auditorio y que ese público está atento escuchándolo. Es un error consider a r o c io s a la a c t u a c i ó n p o r q u e el p ú b l ic o n o e st á m i r a n d o al orador. ¿Acaso la cascada detiene su majestuosa caída cuando llega la noche y nadie la contempla? Da mucha calidez a las intervenciones por la radio y la televisión, entablar un diálogo imaginario con el auditorio. Conviene plantear preguntas colocándose en el lugar del público, para en seguida darles contestación o sugerir soluciones. Cuántas veces he asistido a conferencias o discursos en los que el orador se basa en preguntas a las que va d a n d o r e sp u e st a . E s ta e x p e r ie n c i a r in d e m a g n í f ic o s r e s u ltados para quien habla por radio o televisión. Evitar la abundancia de fechas y de de cifras; hay que tomar en cuenta que lo que decimos por radio, por lo general es escuchado mientras se realizan otras actividades en el hogar, en el trabajo, en el transporte, etcétera. No podemos dejar nuestra exposición a la posibilidad de síntesis del auditorio, si tomamos en consideración las v a r ia d a s c o n d i c i o n e s e n qu e n o s e s cu c h a . U t i li c e m o s u n lenguaje accesible y sobrio para explicar ideas concisas o abstractas. En la radio valen oro las frases cortas. L a t e le v i sió n e s , h oy , e l m e d i o d e m a y o r i m p a c t o p a r a dirigirse al auditorio. No hay que desperdiciar las oportunidades que se tengan de comunicarse con el gran público de este medio de difusión. P r o c u r a r , al m á x i m o , n o l e e r lo q u e d e c i m o s e n l a televisión . Si existe im pe riosa n ecesidad de leer, qu e sea lo
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estrictamente indispensable. No hace falta memorizar el discurso, con tal de que se teng an bien aprendidas las ideas prin cip ales y la estructura de la intervención. Esto, sin considerar los avances tecnológicos que permiten la lectura con apariencia de espontaneidad. Acudir a la síntesis. En la televisión no cabe la exposición extensa; la medida del tiempo es el segundo. Suprimir lo sup erfluo, lo trivial, lo que resulta obvio; centrarse en lo importante. Elegir una o dos ideas centrales y expresarlas con brevedad, seguridad, sabor y colorido. Las palabras de más, con el proceso de edición, suelen acabar en el cesto de los desp erdicios. Entre más breves s ea m o s, m e n o s m a r g e n d e a c c i ó n d e j a m o s a lo s t ije re t az o s. Hay que decir sólo el mensaje, decirlo con entusiasmo. H a c e r l a e x p o s i c ió n c o n v in c e n te , d i g n a d e c ré d it o . A p e sar de la escenografía, las luces, el maquillaje y el oropel del medio televisivo, el orador ha de presentarse ante el público con rostro natural y franco, que inspire confianza. Expresar los hechos en forma clara, con razonamientos bien construido s. U n m étodo valioso es este: señalar un p roblema, subrayar el pun to relevante, marcar el camino de la solución e invitar al auditorio a la acción para resolverlo. L a p l a z a p ú b l ic a o e l e s p a c io s o sa ló n d e a c to s p e r m i te n a m p l ia l ib e r t a d e n l o s m o v i m ie n t o s d e l cu e r p o , d e lo s b r a z o s , e n e l v o l u m e n d e la v o z , e n lo s g e st o s. E n la te l e v is ió n , e n c a m b i o , e l p u ñ o e n l o a lt o es p r o b a b l e q u e q u e d e “ fu e r a d e f o c o ” . N o s e d e b e s u p r i m i r la e m o t iv i d a d en la televisión, pero ha de ser expresada en forma mes u r a d a : u n a m i r a d a , u n g e s to , e l é n f a s is e n u n a f ra s e . H a y que tomar en cuenta todas las circunstancias. No ver permanentemente a la lente de la cámara; podemos encontrar en los operarios a un público imaginario, dirigim o s a ellos, hab larles a ellos. M agn ífica oportu nidad si está p rog ram ad a u na sesión d e preguntas y respuestas; po demos decir una pregunta y enseguida la resp uesta, y así secesivam ente. L a prá ctica, la crítica, la auto crítica y la rectificación de errores irán consolidando nuestra experiencia. L a c á m a r a d e t e l e v i sió n lo r e g is tr a t o d o , lo a m p l if ic a todo (los labios, el cabello, los dientes, el vestido, etcétera).
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No gesticular demasiado ni hacer aspavientos; vestir con discreción y presentar una imagen pulcra. La cámara es un t e s ti g o c r u e l ; m i e n t r a s p e r m a n e z c a m o s e n l a s a la d e fi lm a ción, desde el ingreso hasta la salida, comportémonos como si la lente nos estuviera enf ocando todo el tiempo. S i e l a u d it o r io l e p e r m it e a l o r a d o r t r a s p o n e r e l u m b r a l de su hogar, qué le impide penetrar a su mente y mover su voluntad. Es conveniente insistir en que mientras la gente oye o v e s u j u e g o fa v o rit o , n o d e b e p r o g r a m a r s e la i n t e r v e n c i ó n de un orador, de un conferencista. Mientras se permanece en el estudio, pensar que la cámara nos está enfocando. Igual sucede en la radio, pensar que nuestra voz está pasando al aire. No tomar en cuenta estos detalles, en cuántos aprietos se han visto aun grandes personalidades. Cuánto ha costado a quien no toma en cuenta esta circunstancia.
Práctica: P r e p a r a r u n d i sc u r s o d e d i e z m i n u t o s , s ob r e el te m a que desee cada quien. Pueden prepararlo conforme a este e s q u e m a : S e ñ a l a r u n p r o b le m a , s u b r a y a r e l p u n t o r ele v an t e, apuntar el camino para resolverlo, invitar para que todos colaboren en la solución. Este discurso se va a decir ante el público que cada uno escoja, estudiantes, trabajadores, cam pe sino s, colonos, etcétera. Lo van a decir sin leerlo. Pueden llevar una hoja de papel en la que estén escritas l as palabras clav es que indiquen las ideas centrales.
Vili LA PARTICIPACIÓN EN UN DEBATE PÚBLICO C a pít
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Qué importante resulta el debate de las ideas. En el debate se informa al público sobre las propuestas de cada uno de los participantes. El debate es el método por excelencia p a ra d a r l e e l e m e n t o s d e j u i c i o a l a u d i t o r io p a r a q u e d e f in a su conducta a seguir. El resultado de la lucha de las ideas en la polémica es una hermosa síntesis dialéctica. El debate ayuda al público a orientar su opinión, a decidir su actitud ante una cuestión determinada. L a h u m a n i d a d c o n q u is tó u n g r a n a v a nc e c u a n d o e s tr u ct ur ó u n s is te m a d e c o m u n i c a c i ó n o r a l. L u e g o c r e ó la o r a toria como el arte de transmitir ideas por medio de la palabra. La oratoria como la más alta expresión de la palabra hablada. La oratoria no palabrería hueca, sino mensaje con ideas. La polémica, especie del género oratoria, es un proceso ordenado. Existe la idea generalizada de que en el debate vamos a ver sangrar a uno de los contendientes, como si fuera una pelea de máscara contra cabellera. La polémica es una fiesta de ideas, un encuentro de ideas expuestas con argumentos, con belleza, con energía y emoción. Se reitera, el debate es un proceso ordenado, cada orador va a esgrimir su punto de vista; el público, habiendo escuchado a los oradores, escogerá el mejor camino. Previamente se acuerdan los temas, el lugar, el día y la hora de la deliberación, los turnos para intervenir, la duración de cada participación. También se decide, con el acuerdo de los oradores participantes, quién será el moderador. Generalmente se escoge a una persona reconocida y con prestigio en el medio social. El moderador es un personaje clave en el debate, se encarga de repartir el uso de la palabra, de marcar los tiempos, y de llamar al orden, cuando es necesario, a los participantes o al público. Buena parte del buen éxito del debate reside en el moderador. 49
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En el debate es fundamental el factor tiempo, no se tiene espacio para divagaciones. Hay que considerar que las intervenciones, así como las réplicas y las contrarréplicas, van a estar medidas con cronómetro. El orador necesita saber repartir el tiempo de sus intervenciones para cubrir tre s a s p e ct o s: e x p o n e r su m e n s a je , i m p u g n a r l o s p r i n c i p a les cuestionamientos que se hagan a sus planteamientos, y, si es el caso, criticar de manera sólida la posición de sus adversarios. Si es posible, es preferible la intervención con afirmaciones contundentes, que no dejen lugar a dudas. Recordemos que las ideas enraizan en la mente del auditorio con ejemplos, con metáforas, con fábulas, con parábolas. Quien participa en la polémica ha de hablar con conoc i m i e n t o d e l o q u e está d ic ie n d o ; s e p u e d e i m p r o v i s a r e l discarso, pero no hablar improvisadamente. Quien participa en el debate ha de hacerlo con entusiasmo; el mensaje que impacta al auditorio va de corazón a corazón. Nadie hace caso a una exposición sin sabor, sin calor, sin energía. La calumnia, la ofensa, el insulto no tienen cabida en la p o l é m i c a . E l o r a d o r n e ce s it a e v it a r c a e r e n l a p r o v o c a ción. No contestar la agresión con otra agresión. La injuria daña más a quien la dice que a quien va dirigida, se asem e j a al b u m e r a n g , q u e tra s s er l a n z a d o v u e l v e a l p u n t o d e partida. Quien participa en el debate va a la tribuna a esg r i m i r i d e a s y d e b e h a c e r ca s o a su p r o p ó s i t o ; e l o b j e ti v o de su discurso es el público. En el debate político se suelen emplear cuestiones personales de los participantes que tienen que ver con su origen, con su formación profesional, con sus convicciones, con su trayectoria, con su actuación pública. Hay que estar preparados para esas circunstancias. Recordemos aquel s a b io a d a g i o : H a z l o q ue h ac es , l o qu e h a c e s h a z l o b i e n . E l orador fue invitado a participar en un debate de ideas. Es necesario entrar de inmediato a la exposición de las ideas y mantenerse en ese empeño. Con el auxilio de la radio y la televisión el auditorio es real y puede ser enorme, pero no se le tiene a la vista, es n e c e s a r i o i m a g i n a r l o y h a b l a r c o m o si se e s tu v i e r a a n te l a gente. En la televisión el orador está siendo observado por
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el a u d i t o r i o , q u e e st á e n la i m a g i n a c i ó n d e l o r a d o r a u n q u e no lo vea. ¿Por qué no hablar a los operadores que se encuentran en la sala, verlos a los ojos, como si en ellos estuviera hablando al auditorio? Pruébelo, pronto verá los buenos resultados. Recordémoslo, cuando se está hablando por la radio hay que tener en cuenta que la pronunciación, la vocalización de las palabras, los gestos, los ademanes, la a c tit u d d e l o r a d o r im p r i m e n p l a s t ic i d a d , v i t a li d a d , a lo que se dice. La cascada no para en la noche porque nadie la está viendo. Cabe advertir que con frecuencia en el debate no se hace un análisis objetivo de los hechos. Hay ocasiones en q u e e l o r a d o r l l e v a u n i n t e r é s d e t e r m i n a d o . R e c o r d em o s q u e la verdad tiene fuerza propia, es el mejor recurso con que cuenta el polemista; la mentira tiene piernas cortas. En la polémica no se trata de sorprender o de engañar al público, se trata de convencerlo con argumentos, se trata de motivarlo, de persuadirlo; el orador es un leal servidor de la verdad. El público es el centro del interés. En el d e b at e j a m á s se b u s c a c o n v e n c e r al a d v e r s a r io , o a l m e n o s n o e s e s e e l o b j e t i v o ; e l e m p e ñ o h a d e e s t a r d i r i g id o a c o n v e n c e r, a im p u l s a r a l a u d i to r i o . En él debate las ideas son la médula del discurso; pero al mismo tiempo el orador necesita tacto, sentido común y carácter. Es necesario no mostrar temor ni enojo, es necesario mantener el temple para no dar armas al advers ar io . C ó m o d a p e n a c u a n d o u n a ta q ue p e r so n a l p e s a t an to en el orador, que lo distrae y lo confunde, de tal modo que hasta ahí llega su discurso. En el debate el tiempo es breve, no hay que desperdiciarlo en ataques personales.
Práctica I m p r o v i s a r d i s c u r s o s b r ev e s es la m e j o r p r á c t ic a q u e podemos tener cada día; mientras estamos en la regadera, mientras nos preparamos para salir al desempeño de nuestras actividades, cuando vamos manejando el automóvil, etcét e r a ; e l d i s c u r s o p u e d e s e r s o b r e u n t e m a q u e n o s gu s t e , so b re u n t e m a q u e c o n s id e r e m o s c o n v e n ie n t e . R e c o r d e m o s
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la fórmula elemental: Aquí hay un problema que se debe resolver; decir cual es la solución que se propone; pedir la colaboración del público para resolverlo. Otro camino que podemos seguir es hablar en la fiesta de quince años a la que nos invitaron; en la fiesta de un bautizo, en el aniversario de una amistad, en la fiesta de u n a b o d a , en u n a s h o n r a s f ú n e b re s . P o d e m o s p r o p o n e r n o s nosotros mismos ante el personaje que decide en la celebración, pero también podemos acudir a una persona con influencia en el medio para que sugiera al organizador de la reunión que nos pida que hablemos. Lo importante es practicar. U n q u e r id o m a e st ro d e l b a c h i ll e ra t o , c u a n d o n o s h a b l a ba de las ventajas que representa saber hablar en público, n o s d e c ía d e la m a n e r a m á s a m a b l e q u e p o d í a a c o n s e ja r n o s una medicina efectiva para desterrar el miedo para hablar, es u n a m e d i c in a h o m e o p á t ic a m u y e f ec tiv a ; n o s d e c ía : tomen unos chochitos de práctica, de práctica, de práctica, y verán la maravilla. Recordémoslo siempre: a nadar se aprende nadando, a hablar hablando, a debatir participando.
IX EL ORADOR Y SU DISCURSO C a p ítu l o
Escuchar y leer a los mejores oradores de ayer y de hoy, siempre con un láp iz en la ma no y con espíritu crítico. Lu eg o, anotemos qué aciertos y desaciertos hemos advertido, con el fin de aprovechar los primeros y evitar los segundos. No confiar en la inspiración del momento. Un discurso se puede improvisar, moldearlo según lo exijan las circunstancias; pero hablar improvisadamente, sería descuido, sería irresponsabilidad. Las excelentes improvisaciones son resultado de una preparación cuidadosa, sistemática y prolongada; son fruto del bagaje cultural del orador. E l g r a n m a e s tr o A lf o n s o N o r i e g a C a n tú, c a t e d rá t ic o d e la F ac u lt a d d e D e r e c h o d e la U N A M , d e s p u és d e u n a e x i tosa intervención que en el momento le solicitó el presid e nte L u i s E c h e v e r r ía A lv a r e z, c u a n d o t od o m u n d o se a c e rc ó p a r a t r a t a r d e a b r a z a r l o y f e li c it a r lo p o r s u m a g n í fica improvisación, el maestro Noriega contestó: sí, esta improvisación tengo treinta y cinco años preparándola. Intentar ser mejores cada vez; buscar la perfección con la h u m i ld a d d e u n a p r e n d i z . E st o p r o d u c e e n e r g í a in t e rio r , que brota luminosa al momento de pronunciar el discurso. No ha de hablarse de lo que se desconoce. Si tenemos un m e n s aje q u e e n f o r m a i m p e r io s a y v iv a q u e r em o s c o m u n i car, estam os ya en el ca m ino de l éxito. Escribir es un formidable ejercicio para sintetizar, para enriquecer el lenguaje, para madurar los pensamientos. Escribir el discurso ayuda a mejorar el estilo del orador, p e r m i te p r e c i s a r y j e r a r q u i z a r la s id e a s ; r e su lt a d e s u m a utilidad para clarificar el mensaje y presentarlo en forma lógica y contundente. La pluma es un magnífico artesano del discurso. Resulta de gran utilidad comentar el contenido y la estructura del discurso con otras personas; siendo los interesados, hemos de propiciar el encuentro con quienes nos interesa escuchar su opinión. La confrontación de ideas, e l i n t e r c a m b i o d e e x p e r i e n c i a s , la c o i n c i d e n c i a d e p u n t o s de vista, son un excelente medio para pulir las ideas.
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Cuando se está preparando el discurso es necesario apuntar las reflexiones que vayan surgiendo, aunque sea sobre los espacios en blanco del periódico o en el reverso de la cajetilla de cigarros. Las ideas vienen a la mente sin un horario determinado; se presentan a mediodía, en la madrugada, caminando en la calle, mientras comemos o durante una reunión de trabajo. Si en ese momento no se atrapan los pensamientos, esquivos por naturaleza, se desvanecen; después no se les encuentra por ninguna parte. Evitar que quien haga la presentación del orador lance s o b re é l u n a c a r r e ta d a d e e l o g i o s o le a u n c u r r í c u l u m d e varias páginas. Resultaría una enorme carga para el orador; el público puede sentirse abrumado o echarse a reír. Hay que solicitar una presentación sobria, que cumpla con i n f o r m a r a l p ú b l ic o s o b re q u i e n v a a h a b l a r le , n a d a m á s . Aunque parezca elemental, es conveniente cerciorarnos de que el auditorio nos está escuchando. No esperemos que el público nos reclame; si tenemos duda, preguntemos si se e s c u c h a lo q u e e s ta m o s d i c i e n d o , h a s t a a l lá , e n e l lu g a r m á s alejado, en este lado, en este otro, aquí cerca, etcétera. El discurso eficaz va de corazón a corazón. Hablar con entusiasmo da naturalidad y credibilidad a lo que se dice. E l a u d i t o r i o n o a d m i te l o a r t i fi c i a l ; r e c l a m a , y *co n j u s t i c i a , sinceridad en el orador y verdad en lo que dice. Vi por televisión el desgano con el que el lider de un partido presentaba a su candidato en un mitin en la plaza pública. Me dieron ganas de gritar y decirle que dejara el m i c ro f o n o . Yo e st ab a m u y d i s ta n t e d e a q u e l lo s h e c h o s : H a b l a r s in e s t u s ia s m o es c a m i n a r h a c i a e l fr a c a so . Tener abundante información acerca de un tema proporciona seguridad al orador, aunque no exponga todo lo que sabe. El público, que tiene gran sensibilidad, sabe cuando un orador domina una cuestión y deseará escucharlo, pronto, otra vez. Decir los problemas más complejos con claridad, con llaneza, es la función pedagógica del orador, del comunicador. El orador que se afana por hacerse entender acude a ejemplos, a fábulas, a cuentos, anécdotas. Las ideas que se apoyan en imágenes, agradan y se incrustan mejor en la memoria.
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N o e m p l e a r p a la b r a s re b u s ca d a s, d e d i f íc i l p r o n u n c i a ción o de significado equívoco. El orador habla para que le entiendan, es un comunicador. Igual que el escritor, escribe para que lo lean y le entiendan. Ante un público heterogéneo, lo mejor es expresarse en un nivel medio, al alcance de todos. Quien tenga experiencia en decir chistes, mal haría en no aprovechar esa habilidad. Los principiantes han de procurar no aventurarse por esos terrenos resbaladizos; corren el riesgo de hallar caras desconcertadas, en vez de las sonrisas y carcajadas que esperaban escuchar. Si no tiene otra posibilidad, pues lea su discurso; pero si o t ra p e r s o n a l o h a e s c r it o , j a m á s lo p r o n u n c i e s in e n t e n derlo; tiene que hacerlo suyo, ponerle sus matices person a le s, e l s a b o r y c o l o r i d o p r o p i o s ; y “ r u m i a r l o ” , u n a y o tr a vez. El auditorio quiere oír al orador, no el texto inerte que preparó un consejero, un asesor. Reiterar las ideas aunque resulte clara la exposición; el p ú b l i c o l o a g r a d e c e r á . E l s e cr et o d e la e lo c u e n c i a — f a cu l ta d d e h a b l a r d e m a n e r a c l a ra , f lu i d a y p e r su a s iv a — es la r e it e r a c i ó n . N a t u r a l m e n t e h a y q u e u t i l i z a r f o r m a s y f i g ur a s n o v e dosas. E n este ám bito, insistir es volunta d de servir. A n u n cia r lo que se va a decir; decirlo; repetir lo que se ha dicho. La señora de la casa no sirve platos rebosantes de postre, sirve lo suficiente para agradar al paladar, y es muy probable que los invitados le pidan más. El orador ha de e v it ar e m p a l a g a r , h ar ta r. C o n c l u i r á su in t e r v e n c i ó n c u a n d o el p ú b l i c o , c o m p l a c i d o , e sté s a b o r e a n d o e l d i s cu r s o . E l d e b a t e e s te r r e n o p o r e x c e le n c i a p a r a l a c o n f r o n t a c ió n del pensamiento. El orador ha de hablar con conocimiento, con verdad, con entusiasmo, con pasión. La agresión, la calumnia, la ofensa, el insulto, no caben en esta forma de expresión. La discusión, el debate, fortalece la verdad.
Para registrarlo en la memoria: • •
D i s c u r s o b r e v e y b u e n o , d o s v e c es b u e n o . L a s d i e z ú l t im a s p a l a b r a s d e l d i s c u r s o s e r á n l as q u e más tiempo se guarden en la mente del auditorio.
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• • • • •
Si de veras que rem os ser orad ores, es ne cesa rio practicar, practicar, practicar. P o d e m o s i m p r o v i s a r e l d i sc u r so , n o h a b l a r i m p r o visadamente. E s c r i b i r a y u d a a p u l i r e l e s tilo , a d a r b u e n s o n i d o a las palabras y a las frases. Pen sar a toda ho ra en el discu rso p ara a va n zar en su preparación. Re tirém on os de la fiesta cua nd o esté en su ap oge o; no esperemos a que levanten las sillas. Concluyamos el discurso cuando todavía el público tenga ganas de seguir oyéndonos.
DISCURSOS MAGNÍFICOS
Qué mejor oportunidad que ésta para disfrutar de la lectura de alguno de los siete discursos de los gigantes de la oratoria que se registran en las páginas siguientes. En ellos podemos apreciar el rico contenido del mensaje, la argumentación sólida, la hábil refutación, la introducción ágil, la oportuna y contundente terminación. No pude resistir el deseo de incluir los siete discursos en este texto, tal vez lo que me llevó a hacerlo fue el ansia de marcar la aplicación de los aspectos fundamentales del buen decir. El lector se ve empujado a hacer algo al ver el vigor de las ideas sustentadas por cada uno de los autores, el empuje racional y emotivo de cada orador; un caudal incontenible de decisiones de transformación, de avance, de vigilia, de recio sustento. T o m a r a l a z a r u n o , d o s o t re s p á r r a f o s d e a l g u n o d e estos discursos; leerlos, releerlos, meditarlos, pronunciarlos vividamente con entonación de la voz, con gestos, con ademanes, nosotros solos o ante un grupo de amigos. Esto nos llevará a entender la riqueza interior de los oradores y nos invitará a dar pasos adelante en el camino que hemos escogido para ser oradores. Buen éxito.
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DISCURSO DE CHARLES DE GAULLE MARCHEMOS CON LA MANO EN LA MANO Discurso pronunciado en español por el presidente francés, desde el balcón del palacio nacional de México, dirigido hacia la Plaza de la Constitución llena de gente, el 16 de marzo de 1964.*
Mexicanos: Traigo a México el saludo de Francia: Francia saluda a México, con amistad. Mi país ardiente, soberbio y libre se siente atraído por el vuestro, libre, soberbio y ardiente. No existe ninguna doctrina, ningún pleito, ningún interés, que nos opongan. Al contrario. Muchas razones nos convidan a acercarnos. Francia saluda a México con respeto. Sabemos qué grandiosos orígenes americanos son los de vuestra nación. Sabemos con qué valor habéis conquistado y mantenido vuestra independencia. Sabemos qué inmenso esfuerzo de liberación del hombre y de desarrollo moderno representa v u e s tr a r e v o l u c i ó n . Y v o s o tr o s, m e x i c a n o s , s a bé is c u á n to los franceses, durante su larga y dura vida de pueblo, han luchado por la libertad y la dignidad de los hombres. Sabéis cómo, ahora ellos trabajan con sus manos, con su pensamiento y con su corazón para elevar su país y para poder ayudar a muchos otros. Francia saluda a México con confianza. El mundo en que vivimos está en completa transformación. Pero tam*
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bién, está amenazado de sufrir pruebas espantosas. Desde luego, los problemas que se plantean a todos los Estados se llaman el progreso y la paz. Para resolverlos no hay nada mas importante que la cooperación de dos países como los nuestros, que ayer escucharon el mismo ideal, que hoy siguen el mismo camino y que, para mañana se sienten llamados aun mismo porvenir. He aquí, pues, lo que el pueblo francés propone al pueblo mexicano: Marchemos con la mano en la mano y ¡Viva México!
DISCURSO DE MARTIN LUTHER KING, JR. TENGO UN SUEÑO Discurso leído en las gradas del Lincoln Memorial durante la histórica Marcha sobre Washington, el 28 de agosto de 1963.*
E s t o y o r g u l lo s o d e r e u n i r m e c o n u s te d e s h oy, en l a q u e será ante la historia la mayor manifestación por la libertad en la historia de nuestro país. H a c e c ie n a ñ o s , u n g r a n e s ta d o u n i d e n s e , c u ya s im b ó l ic a sombra nos cobija hoy, firmó la Proclama de la emancipación. Este trascendental decreto significó como un gran rayo de luz y de esperanza para millones de esclavos negros, chamuscados en las llamas de una marchita injusticia. Llegó como un precioso amanecer al final de una larga noche de cautiverio. Pero, cien años después, el negro aún no es libre; cien años después, la vida del negro es aún tristemente lacerada por las esposas de la segregación y las c a d e n a s d e la d i s c r i m i n a c i ó n ; c ie n a ñ o s d e s p u é s , el n e g r o vive en una isla solitaria en medio de un inmenso océano de prosperidad material; cien años después, el negro todav ía l a n g u i d e c e e n la s e sq u i n a s d e l a so c i e d a d e s t a d o u n i d e n s e y se encuentra desterrado en su propia tierra. Por eso, hoy hemos venido aquí a dramatizar una condición vergonzosa. En cierto sentido, hemos venido a la capital de nuestro país, a cobrar un cheque. Cuando los arquitectos de nuestra república escribieron las magníficas palabras de la Constitución y de la Declaración de Inde ww w-buscabiogralias.com/discu rso, lu m r>r>
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pendencia, firmaron un pagaré del que todo estadounidense habría de ser heredero. Este documento era la promesa de que a todos los hombres, les serían garantizados los inalienables derechos a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad. Es obvio hoy en día, que Estados Unidos ha incumplido ese pagaré en lo que concierne a sus ciudadanos negros. E n l u g a r de h o n r a r esta s a g r a d a o b l ig a c i ó n , E s ta d o s U n i dos ha dado a los negros un cheque sin fondos; un cheque que ha sido devuelto con el sello de “fondos insuficientes”. P e ro n o s re h u s a m o s a c re e r q u e e l B a n c o d e la J u s t i c i a haya quebrado. Rehusamos creer que no haya suficientes fondos en las grandes bóvedas de la oportunidad de este país. Por eso hemos venido a cobrar este cheque; el cheque que nos colmará de las riquezas de la libertad y de la seg u r i d a d d e j u s t ic ia . También hemos venido a este lugar sagrado, para rec o r d a r a E s ta d o s U n i d o s d e A m é r i c a la u r g e n c i a im p e t u o sa d e l a h o r a . E s t e n o e s e l m o m e n t o d e t e n e r e l l u j o de e n friarse o de tomar tranquilizantes de gradualismo. Ahora es el momento de hacer realidad las promesas de democ r a c i a . A h o r a e s e l m o m e n t o d e s a l i r d e l o s c u r o y de s o l a d o v a l le d e la s e g r e g a c ió n h a c i a e l ca m i n o s o le a d o d e la j u s t i c ia r a c ia l . A h o r a e s e l m o m e n t o d e h a c e r d e la j u s t i c i a u n a realidad para todos los hijos de Dios. Ahora es el momento de sacar a nuestro país de las arenas movedizas de la in ju s t ic ia ra c ia l h a cia la ro ca s ó lid a d e la h e rm a n d a d . S e r í a f a t a l p a r a l a n a c i ó n p a s a r p o r a l t o l a u r g e n ci a d e l m o m e n t o y n o d a r l e la i m p o r t a n c i a a la d e c i s ió n d e lo s n e g r o s . E s t e v e r a n o , a r d i e n t e p o r e l l e g í t i m o d e s c on t e n t o de los negros, no pasará hasta que no haya un otoño vigorizante de libertad e igualdad. 1 9 6 3 n o es u n f i n , s i n o e l p r i n c i p i o . Y q u i e n e s t e n í a n la esperanza de que los negros necesitaban desahogarse y ya se sentirán contentos, tendrán un rudo despertar si el país retorna a lo mismo de siempre. No habrá ni descanso ni tranquilidad en Estados Unidos hasta que a los negros se les garanticen sus derechos de ciudadanía. Los remolinos de la rebelión continuarán sacudiendo los cimientos
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de nuestra nación hasta que surja el esplendoroso día de la justicia. Pero hay algo que debo decir a mi gente que aguarda e n e l c á l id o u m b r a l q u e c o n d u c e a l p a l a c i o d e l a ju s t i c ia . Debemos evitar cometer actos injustos en el proceso de obtener el lugar que por derecho nos corresponde. No busquemos satisfacer nuestra sed de libertad bebiendo de la copa de la amargura y el odio. Debemos conducir para siempre nuestra lucha por el camino elevado de la dignidad y la disciplina. No debemos permitir que nuestra protesta creativa degenere en violencia física. Una y otra vez debemos elevarnos a las majestuosas alturas donde se encuentre la fuerza física con la fuerza del alma. La maravil lo s a n u e v a m i li ta n c i a q u e h a e n vu e lt o a la c o m u n i d a d n e gra, no debe conducirnos a la desconfianza de toda la gente blanca, porque muchos de nuestros hermanos blancos, como lo evidencia su presencia aquí hoy, han llegado a c o m p r e n d e r q u e s u d e s t in o e stá u n i d o a l n u e st ro y su libertad está inextricablemente ligada a la nuestra. No pod e m o s c a m i n a r so lo s . Y a l h a b la r, d e b e m o s h a c e r la p r o m e s a d e m a r c h a r s ie m p r e h a c ia a de la n te . N o p o d e m o s volver atrás. Hay quienes preguntan a los partidarios de los derechos civiles, “¿Cuándo quedarán satisfechos?” Nunca podremos quedar satisfechos mientras nuestros cuerpos, fatigados de tanto viajar, no puedan alojarse en los moteles de las carreteras y en los hoteles de las ciudades. No podremos quedar satisfechos, mientras los negros sólo podamos trasladarnos de un gueto pequeño a un gueto más grande. Nunca podremos quedar satisfechos, m ie n t r a s u n n e g r o d e M i si si p í n o p u e d a v o t a r y u n n e g r o de Nueva York considere que no hay por qué votar. No, no; no estamos satisfechos y no quedaremos satisfechos h a s ta q u e “ la j u s t i c i a r u e d e c o m o e l a g u a y la r e c t it u d c o m o una poderosa corriente”. S é q u e a l g u n o s d e u s te d e s h a n v e n i d o h a s ta a q u í d e b i d o a grandes pruebas y tribulaciones. Algunos han llegado recién salidos de angostas celdas. Algunos de ustedes han llegado de sitios donde en su búsqueda de la libertad,
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han sido golpeados por las tormentas de la persecución y derribados por los vientos de la brutalidad policíaca. Ust ed e s s o n lo s v e t e ra n o s d e l s u fr im i e n t o c r e a tiv o . C o n t i n ú e n trabajando con la convicción de que el sufrimiento que no es merecido, es emancipador. Regresen a Misisipí, regresen a Alabama, regresen a Georgia, regresen a Louisiana, regresen a los barrios bajos y a los guetos de nuestras ciudades del Norte, sabiendo q u e d e a l g u n a m a n e r a e sta sit u a c ió n p u e d e y s e rá c a m b i a d a . No nos revolquemos en el valle de la desesperanza. Hoy les digo a ustedes, amigos míos, que a pesar de las dificultades del momento, yo aún tengo un sueño. Es un sueño profundamente arraigado en el sueño “americano”. Sueño que un día esta nación se levantará y vivirá el verdadero significado de su credo: “Afirmamos que esta s v e r d a d e s s o n e v i d e n t e s : q u e t o d o s l o s h o m b r e s s o n creados iguales”. Sueño que un día, en las rojas colinas de Georgia, los hijos de los antiguos esclavos y los hijos de los antiguos d u e ñ o s d e e s c la v o s , se p u e d a n s e n t a r j u n t o s a la m e s a d e la hermandad. S u e ñ o q u e u n d í a , in c l u s o e l e s ta d o d e M i s is i p í , u n estado que se sofoca con el* ca lor de la inju sticia y de la o p r e s i ó n , se c o n v e r t ir á e n u n o a sis d e l ib e r t a d y j u s t i c i a . Sueño que mis cuatro hijos vivirán un día en un país e n e l c u a l n o s e rá n j u z g a d o s p o r e l c o lo r d e s u p i e l , s in o por los rasgos de su personalidad. ¡Hoy tengo un sueño! Sueño que un día, el estado de Alabama cuyo gobernador escupe frases de interposición entre las razas y anulación de los negros, se convierta en un sitio donde los niños y niñas negras, puedan unir sus manos con las de los niñ o s y n i ñ a s b la n c a s y ca m in a r u n i d o s , c o m o h e r m a n o s y hermanas. ¡Hoy tengo un sueño! Sueño que algún día los valles serán cumbres, y las colinas y montañas serán llanos, los sitios más escarpados serán nivelados y los torcidos serán enderezados, y la gloria d e D i o s s e r á r e v e l a d a , y s e u n i r á t o d o e l g é n e r o h um a n o .
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Esta es nuestra esperanza. Esta es la fe con la cual regreso al Sur. Con esta fe podremos esculpir de la montaña de la desesperanza una piedra de esperanza. Con esta fe podremos trasformar el sonido discordante de nuestra nación, en una hermosa sinfonía de fraternidad. Con esta fe p o d r e m o s t r a b a ja r j u n t o s , r e za r j u n t o s , l u c h a r ju n t o s , i r a la c á r c e l j u n t o s , d e f e n d e r l a li b e r t a d j u n t o s , s a b i e n d o q u e algún día seremos libres. Ese será el día cuando todos los hijos de Dios podrán c a n t a r el h i m n o c o n u n n u e v o s i g n i f ic a d o , “ M i p a ís es tu yo . Dulce tierra de libertad, a tí te canto. Tierra de libertad donde mis antecesores murieron, tierra orgullo de los peregrinos, de cada costado de la montaña, que repique la l ib e r t a d ” . Y s i E s t a d o s U n i d o s h a d e se r g r a n d e , esto t e n drá que hacerse realidad. Por eso, ¡que repique la libertad desde la cúspide de los montes prodigiosos de Nueva Hampshire! ¡Que repique la libertad desde las poderosas montañas de Nueva York! ¡Que repique la libertad desde las alturas de las Alleghenies de Pensilvania! ¡Que repique la libertad desde las Rocosas cubiertas de nieve en Colorado! ¡Que repique la libertad desde las sinuosas pendientes de California! P e ro n o s ó l o e so : ! ¡ Q u e r e p i q u e l a li b e r t a d d e s d e la M o n taña de Piedra de Georgia! ¡Que repique la libertad desde la Montaña Lookout de Tennesse! ¡Que repique la libertad desde cada pequeña colina y montaña de Misisipí! “De cada costado de la montaña, que repique la libertad”. Cuando repique la libertad y la dejemos repicar en cada aldea y en cada caserío, en cada estado y en cada ciudad, podremos acelerar la llegada del día cuando todos lo s h i jo s d e D i o s , n e g r o s y b la n c o s , j u d í o s y c ri st ia n o s , p r o testantes y católicos, puedan unir sus manos y cantar las palabras del viejo espiritual negro: “¡Libres al fin! ¡Libres al fin! Gracias a Dios omnipotente, ¡somos libres al fin!”
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EL MÁS BREVE DISCURSO DE WINSTON CHURCHIL+ Poco antes de la Convención republicana de 1952, en los Estados Unidos, en una entrevista con los periodistas, el general Eisenhower reveló algunas claves acerca del arte de hablar en público, sobre todo en lo tocante a aprender de memoria los discursos. El general afirmó que Winston Churchill le había reprendido por hablar de memoria, sin seguir un texto preparado. Aun así, dijo el general, él se sentía más cómodo sin texto. — P r e s c i n d o d e lo s d i s cu r s o s p r e p a r a d o s , m e n o s en los casos en que tengo que atenerme a una duración concreta, como en la radio o la televisión. Decía que deseaba hacer las cosas a su manera, con algunas notas referentes a los puntos que tenía intención de subrayar. Eisenhower recordó que en una ocasión, en Londres, tenía que pronunciar una alocución de ciento veinticinco palabras, que se aprendió de memoria y repitió sin fallo. Churchill le reprendió más tarde severamente. — Ja m á s c o n f í e e n s u m e m o r i a e n u n a co s a as í — d ij o C h u r c h i l l — , e n q u e la g e n t e si g u e u n a a u n a s us p a l a b r a s , para ver si dice exactamente lo que figuraba en el texto.
+ Va i .k n t i . Jack, Apren da a hablar en público. Autoayuda y evaluación, México Barcelona Bu eno s Aires, Avelar Editores Impresores, S.A., 1992, pp. 74-7G.
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Churchill le aconsejó a Eisenhower que utilizara gafas, “ g r a n d e s g a f a s r e d o n d a s q u e se p u e d a q u i ta r y p u e d a a g it a r a n t e s í. Y s u p o n i e n d o q u e ll ev e n o t as , n o t r a te d e o c u l t a r las. Agítelas también ante el público”. S i r W i n s to n , p o s i b le m e n t e el m e j o r o r a d o r d e s u g e n e ración, siempre escribía lo que deseaba decir y después trasladaba el texto escrito a unas notas que pergeñaba personalmente o que mandaba mecanografiar tras haberlas pulido a su entera satisfacción. Éste era su invariable método de preparación, tanto cuando tenía que pronunciar un discurso en los Comunes como cuando se dirigía a una multitud o pronunciaba una alocución en una asamblea política. Con independencia del lugar o la ocasión, Churc h i ll c o m p o n í a l a b o r io s a m e n t e s us o b s e r v a c io n e s y, a p a r tir del texto escrito, preparaba las notas que, tal como le había aconsejado hacer a Eisenhower, blandía sin rubor ante el público al que se estuviera dirigiendo, cualquiera que éste fuese. La única ocasión en que Churchill no siguió esa cost u m b r e f u e p o s i b le m e n t e c u a n d o , s ie n d o p r i m e r m i n is t ro , habló ante los alumnos de Harrow, la escuela de su infanc ia . T r a s s e r p r e s e n t a d o , e l p r i m e r m i n i s t r o s e l e v a n t ó , se asió con una mano la solapa del abrigo, colocó la otra a su espalda y pronunció las siguientes palabras: T E X T O Í N T E G R O D E L D IS C U R S O “Nunca os deis por vencidos. Nunca os deis por vencid o s. N u n c a o s d e i s p o r v e n c i d o s , n u n c a , n u n c a , n u n c a . E n nada que sea grande o pequeño, sublime o trivial, nunca os deis por vencidos, a no ser que os lo aconsejen la conv i c c ió n , e l h o n o r y el se n t id o c o m ú n . ” Tras lo cual el gran hombre miró solemnemente a sus p a s m a d o s y j ó v e n e s o y e n t es y se v o l v i ó a s e n t a r s i n m á s. Lo cierto es que, aunque Churchill regañara al general Eisenhower por aprenderse de memoria sus discursos de b r ev e d u r a c i ó n , e l p r i m e r m i n is t r o b r i tá n i c o t ra b a ja b a
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d u r a n t e t a n to t i e m p o y t an e x h a u s t iv a m e n t e e n su s i m p o r tantes discursos que, de hecho, se aprendía de memoria párrafos enteros del texto y rara vez consultaba sus notas. A n o s er, n a t u r a l m e n t e , q u e f u e r a u n d i s cu r s o m u y la r g o , repleto de datos, más tarde susceptibles de ser analizados por su auditorio, o que contuviera una declaración de principios cuya claridad no deseaba ver enturbiada por ninguna clase de ambigüedad.
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DISCURSO DE MARCO ANTONIO ANTE EL CADÁVER DE CÉSAR* S CE N A S EC U N D A El foro E n tr a n B R U T O y C A S I O y u n a tu rb a d e c iu d ad a no s C I U D A D A N O S . ¡ Q u ere m o s que se n o s d é u n a e xp l icación! ¡Que se nos explique! B R U T O . P u e s s e g u id m e y e sc uc ha d , am ig o s. C a s io , id a la calle contigua y dividid la multitud. Los que deseen oírme, quédense aquí. Los que deseen acompañar a Casio, vayan con él, y se expondrán públicamente las razones de la muerte de César. C I U D A D A N O P R I M E R O . Y o q uie ro o ír h ab la r a B ru to . C I U D A D A N O S E G U N D O . Yo, a C a s io , y a sí c o m p arar sus razones cuando hayamos oído separadamente a u n o y o tro . (S a le C A S I O c o n a lg u n o s c iu d a d a n o s . C I U D A D A N O T E R C E R O . ¡E l n o b le B ru to o cu p a la tribuna! ¡Silencio! B R U T O . T e n e d c a lm a h as ta el fin . ¡R o m a n o s , c o m p a t rio ta s y a m i g o s ! O í d m e d e f e n d e r m i ca u s a y g u a r d a d s i le n c io p a r a q u e p o d á i s o ír m e . C r e e d m e p o r m i h o n o r y r e sp e t ad m i h o n r a , a fi n d e q u e m e c re á is . J u z g a d m e c o n v u e s t ra r e c t i tu d y a v i v a d v u e s t ro s s e n t id o s p a r a p o d e r j u z gar mejor. Si hubiese alguno en esta asamblea que profesara entrañable amistad a César, a él le digo que el afecto d e B r u t o p o r C é s a r n o e r a m e n o s q ue el su yo . Y si e n t o n c es ese a m i g o p r e g u n t a s e p o r qu é B r u t o s e a l z ó c o n t r a http://es.geocities.coni/biblio_e_sliakespeare/shakespeare.himl BRUTO ocupa el rostrum).
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César, ésta es mi contestación: “No porque amaba a César m e n o s , s in o p o r q u e a m a b a m á s a R o m a . ” ¿ P r e f e r i r ía i s q ue C é s a r v i v i e r a y m o r i r to d o s e s cla v o s a q u e e s té m u e r t o C é sar y todos vivir libres? Porque César me apreciaba, le lloro; p o r q u e f u e a f o r t u n a d o , l e c e le b r o ; c o m o v a l i e n t e , le h o n r o ; p e r o p o r a m b i c io s o , l e m a té . L á g r i m a s h a y p a r a s u a fe cto , gozo para su fortuna, honra para su valor y muerte para su ambición. ¿Quién hay aquí tan abyecto que quisiera ser esclavo? ¡Si hay alguno, que hable, pues a él he ofendido! ¿Quién hay aquí tan estúpido que no quisiera ser romano? ¡Si hay alguno, que hable, pues a él he ofendido! ¿Quién hay aquí tan vil que no ame a su patria? ¡Si hay alguno, que hable, pues a él he ofendido! Aguardo una respuesta. T O D O S . ¡ N a d ie , B ru to , n ad ie ! B R U T O . ¡ E n to n c e s, a n a d ie h e o f e n d i d o ! ¡ N o h e h e cho con César sino lo que haríais con Bruto! Los motivos de su muerte están escritos en el Capitolio. Su gloria no se amengua, en cuanto la merecía, ni se exageran sus ofensas, p o r la s c u ale s h a s u fr id o la m u e rte . (E n t r a n A N T O N I O y otros con el cuerpo de CÉSAR.) Aquí llega su cuerpo, que doliente conduce Marco Antonio, que, aunque no tomó parte en su muerte, percibirá los beneficios de ella, o sea un puesto en la república. ¿Quién de vosotros no obtendrá otro tanto? Con esto me despido, que, igual que he muerto a mi mejor amigo por la salvación de Roma, tengo el mismo puñal para mí propio cuando plazca a mi patria necesitar mi muerte. T O D O S . ¡ Viv a B ru t o ! ¡V iv a, v iv a! C I U D A D A N O P R I M E R O . ¡C o n d u z c á m o s le e n triu nfo hasta su casa! C I U D A D A N O S E G U N D O . Er ijá m o s le fin a estatua, como a sus antepasados. C I U D A D A N O T E R C E R O . ¡ N o m b ré m o s le C é s a r! C I U D A D A N O C U A R T O . ¡ L o m e jo r d e C é s a r se rá c o ronado en Bruto! C I U D A D A N O P R I M E R O . ¡L le v ém o sle a su ca sa e n tre vítores y aclamaciones! B R U T O . ¡C o m p a trio ta s!...
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C I U D A D A N O S E G U N D O . ¡C alla d ! ¡Sile n cio ! H a b la Bruto. C I U D A D A N O P R I M E R O . ¡C alla d , eh! B R U T O . Q u e r id o s c om p a trio ta s, de ja d m e m a rc h ar solo, y en obsequio mío, quedaos aquí con Antonio. Honrad el cadáver de César y oíd la Apología de sus glorias, que, con nuestro beneplácito, pronunciará Antonio. ¡Os suplico que nadie, ex cepto yo, se aleje de aquí has ta que Antonio haya hablado! (Sale.) C I U D A D A N O P R I M E R O . ¡Q u e d ém o n o s, eh! ¡Y o ig a mos a Marco Antonio! C I U D A D A N O T E R C E R O . Q u e sub a a la trib u n a p ú blica y le escucharemos. ¡Vamos, noble Antonio! A N T O N I O . ¡P or c o n sid e r a ció n a B r u to m e ve is ante vosotros! (Sube a la tribuna.) C I U D A D A N O C U A R T O . ¿Q ué d ice de B ru to ? C I U D A D A N O T E R C E R O . D ic e que p o r c o n s id e ra ción a Bruto le vemos en nu estra presencia. C I U D A D A N O C U A R T O . ¡ L o m e jo r se ría q ue n o h ablase aquí mal de Bruto! C I U D A D A N O P R I M E R O . ¡Este C é sa r era u n tiran o ! C I U D A D A N O T E R C E R O . S in d u d a a lg u n a , y es u n a bendición para nosotros que Roma se haya librado de él. C I U D A D A N O S E G U N D O . ¡Sile n cio ! ¡E sc u ch em o s lo que Antonio diga! A N T O N I O . ¡A m a b le s ro m an os!... C I U D A D A N O . ¡E h , sile ncio ! ¡O ig ám o s le ! A N T O N I O . ¡A m ig o s, ro m a n o s, c om p a tr io ta s, p re sta d me aten c ión! ¡Vengo a inh u m ar a César, no a ensalzarle! ¡El mal que hacen los hombres les sobrevive! ¡El bi en queda frecuentemente sepultado con sus huesos! ¡Sea así con César! El noble Bruto os ha dicho que César era ambicioso. Si lo fue, era la suya una falta, y gravemente lo ha p ag ad o. C o n la v e n i a d e B r u t o y lo s d e m á s — p u e s B r u t o es u n hombre honrado, como son todos ellos, hombres todos h o n r a d o s — v e n g o a h a b l a r en e l f u n e r a l d e C é sa r. E r a m i a m i g o , p a r a m í le a l y s in c e r o , p e r o B r u t o d ic e q u e era ambicioso, y Bruto es un hombre honrado. Infinitos cautivos trajo a Ro m a, cu yo s rescates llena ron el tesoro pú blico.
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¿Parecía esto ambición en César? Siempre que los pobres dejaran oír su voz lastimera, César lloraba. ¡La ambición debería ser de una sustancia más dura! No obstante, Bruto dice que era ambicioso, y Bruto es un hombre honrado. Todos visteis que en las Lupercales le presenté tres veces u n a c o r o n a r e a l, y la r e c h a z ó tr es v e ce s. ¿ E r a e s to a m b i ción? No obstante, Bruto dice que era ambicioso, y, ciertamente, es un hombre honrado. ¡No hablo para desaprobar lo que Bruto habló! ¡Pero estoy aquí para decir lo que sé! Todos le amasteis alguna vez, y no sin causa. ¿Qué razón, entonces, os detiene ahora para no llevarle luto? ¡Oh raciocinio! ¡Has ido a buscar asilo en los irracionales, pues los hombres han perdido la razón! ¡Toleradme! ¡Mí corazón está ahí, en ese féretro, con César, y he de detenerme hasta que torne a mí! C I U D A D A N O P R I M E R O . P ie nso q ue tien e m u c h a ra zón en lo que dice. C I U D A D A N O S E G U N D O . S i lo c o nsid era s d e t e n id a mente, se ha cometido con César una gran injusticia. C I U D A D A N O C U A R T O . ¿H a b éis n ota d o sus p a la bras? No quiso aceptar la corona. Luego es cierto que no era ambicioso. C I U D A D A N O P R I M E R O . ¡Si re su lta, les p esa rá a a lgunos! C I U D A D A N O S E G U N D O . ¡Pobre alm a! ¡T ie n e e n ro je c id o s lo s ojo s p o r el fu e g o d e la s lá g rim a s! C I U D A D A N O T E R C E R O . ¡E n R om a n o ex iste un hombre más noble que Antonio! C I U D A D A N O C U A R T O . O b s e rv é m o s le ah ora . V a a hablar de nuevo. A N T O N I O . ¡A y er to d a vía , la p a la b ra d e C é s a r h u b ie ra podido hacer frente al universo! ¡Ahora yace ahí, y nadie h a y ta n h u m i ld e q u e le r e v e re n c i e ! ¡ O h s e ñ o re s! S i e s tu viera dispuesto a excitar al motín y a la cólera a vuestras m e n t e s y c o r a z o n e s , s e r í a i n j u s t o c o n B r u t o y c o n Ca s i o , quienes, como todos sabéis, son hombres honrados. ¡No qu iero ser inju sto co n ellos! ¡Prefiero se rlo co n el muerto, conmigo y con vosotros, antes que con esos hom
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bres tan honrados! pero he aquí un pergamino con el sello de César. Lo hallé en su gabinete y es su testamento. ¡Oiga el p u e b l o s u v o lu n t a d — a u n q u e , c o n v u es tr o p e r m is o , n o m e p r o p o n g o l e e r lo — e ir á a b e s a r la s h e r i d a s d e C é s a r muerto y a empapar sus pañuelos en su sagrada, sangre! ¡Sí! ¡ R e c l a m a r á u n c a b e l lo s u y o c o m o r e l iq u i a , y a l m o r i r lo transmitirá por testamento como un rico legado a su posteridad! C I U D A D A N O C U A R T O . ¡Q u e re m os c o n o ce r el testamento! ¡Le e d lo, M arco .Antonio! T O D O S . ¡ E l te st am e n t o ! ¡E l t es ta m e n to ! ¡ Q u e r e m o s oír el testamento de César! A N T O N I O . ¡ Se d p a c ie n te s , a m a b le s a m ig o s! ¡ N o d eb o leerlo! ¡No es conveniente que sepáis hasta qué extremo os amó César! Pues siendo hombres y no leños ni piedras, ¡sino hombres!, al oír el testamento de César os enfureceríais llenos de desesperación. Así, no es bueno haceros saber que os instituye sus herederos, pues si lo supierais, ¡oh!, ¿qué no habría de acontecer? C I U D A D A N O C U A R T O . ¡L ee d el te sta m en to , q ue re mos oírlo! ¡Es preciso que nos leáis el testamento! ¡El testamento! . A N T O N I O . ¿ T e n d r é is p a c ie n c ia ? ¿ P e rm a n e c er éis u n. m o m e n to e n c a lm a ? H e id o d e m a s ia d o l ejo s a l d e cir o s esto. Temo agraviar a los honrados hombres cuyos puñales traspasaron a César. ¡Lo temo! C I U D A D A N O C U A R T O . ” ¡S o n u n o s tra id o res! ¡H o m bres honrados! T O D O S . ¡Su ú lt im a v o lu n t a d ! ¡ E l te sta m en to ! A N T O N I O . ¿ Q u e r é is o b l ig a r m e e n to nc es a le e r el testamento? Pues bien: formad círculo en torno del cadáver de César y dejadme enseñaros al que hizo el testamento. ¿Descenderé? ¿Me dais vuestro permiso? T O D O S . ¡B aja d ! C I U D A D A N O S E G U N D O . ¡D e sce n d e d ! ( A N T O N I O desciende de la tribuna). C I U D A D A N O T E R C E R O . E stá is a u to riza d o . C I U D A D A N O C U A R T O . F o rm a d c írc u lo . C o lo ca o s alrededor.
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C I U D A D A N O P R I M E R O . ¡A pa rtao s d e l fé re tro , a pa rtaos del cadáver! C I U D A D A N O S E G U N D O . ¡ Lu g a r p ar a .A nto n io, para el muy noble Antonio! . A N T O N I O . ¡ N o , n o os a g o l p é is e n c im a d e m í ! ¡ Q u edaos a distancia! V A R I O S C I U D A D A N O S . ¡A trás! ¡ Sitio ! ¡ Ec h a o s atrás! A N T O N I O . ¡ Si te né is lá g r im a s , d is p o n e o s a h o r a a v er terlas! ¡Todos conocéis este manto! Recuerdo cuando César lo estrenó. Era una tarde de estío, en su tienda, el día que venció a los de Nervi. ¡Mirad: por aquí penetró el puñal de Ca sio! ¡Ved qué bre cha ab rió el im plac ab le Casca ! ¡Por esta otra le hirió su muy amado Bruto! ¡Y al retirar su maldecido acero, observad cómo la sangre de César parece haberse lanzado en pos de él, como para asegurarse de si era o no Bruto el que tan inhumanamente abría la puerta! ¡Porque Bruto, como sabéis, era el ángel de César! ¡Juzgad, oh dioses, con qué ternura le amaba César! ¡Ese fue el golpe más cruel de todos, pues cuando el noble César vio que él también le hería, la ingratitud, más potente que los brazos de los traidores, le anonadó completamente! ¡Entonces estalló su poderoso corazón, y, cubriéndose el rostro con el manto, el gran César cayó a los pies de la estatua de Pom peyo, que se inundó de sangre! ¡Oh, qué caída, compatriotas! ¡En aquel momento, yo, y vosotros y todos; caímos, y la traición sangrienta triunfó sobre nosotros! ¡Oh, ahora lloráis y percibo sentir en vosotros la im pre sión de la piedad! ¡Esas lágrimas son generosas! ¡Almas compasivas! ¿Por qué lloráis, cuando aún no habéis visto más que la desgarrada vestidura de César? ¡Mirad aquí! ¡Aquí está él mismo, acribillado, como veis, por los traidores! C I U D A D A N O P R I M E R O . ¡ O h la m e nta ble espectáculo! C I U D A D A N O S E G U N D O . ¡O h n ob le C é sa r! C I U D A D A N O T E R C E R O . ¡O h d es g ra cia d o día! C I U D A D A N O C U A R T O . ¡O h t ra id ore s, v illa no s! C I U D A D A N O P R I M E R O . ¡O h cu ad ro sa n grie n to ! C I U D A D A N O S E G U N D O . ¡Se re m os v e n ga d os! T O D O S . ¡V e n g a n z a ! .. . ¡ P ro n t o !. .. ¡ B u s c a d ! . .. ¡Q u e mad!... ¡Incendiad!... ¡Matad!... ¡Degollad!... ¡Que no quede vivo un traidor!...
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A N T O N I O . ¡D ete ne os, co m p a trio ta s!... C I U D A D A N O P R I M E R O . ¡S ile n cio ! ¡O íd al n ob le A n tonio! C I U D A D A N O S E G U N D O . ¡L e e scu ch a re m o s! ¡L e seguiremos! ¡Moriremos con él! A N T O N I O . ¡B u e no s a m ig o s, a p re cia b le s a m i go s , n o os excite yo con esa repentina explosión de tumulto! Los q u e h a n c o n s u m a d o e sta a c c ió n s o n h o m b r e s d i g n o s . ¿ Q u é secretos agravios tenían para hacerlo? ¡Ay! Lo ignoro. Ellos son sensatos y honorables, y no dudo que os darán razones. ¡Yo no ve ng o, am igos, a co n citar vuestras pasiones! Yo no soy orador como Bruto, sino, como todos sabéis, un hombre franco y sencillo, que amaba a su amigo, y esto lo saben bien los que públicamente me dieron licencia para hablar de él. ¡Porque no tengo ni talento, ni elocuencia, ni mérito, ni estilo, ni ademanes, ni el poder de la oratoria, que enardece la sangre de los hombres! Hablo llanamente y no os digo sino lo que todos conocéis. ¡Os muestro las heridas del bondadoso César, pobres, pobres bocas mudas, y les pido que ellas hablen de mí! ¡Pues si yo fuera Bruto y Bruto fuera Antonio, ese Antonio exasperaría vuestras almas y pondría una lengua en cada herida de César, capaz d e c o n m o v e r y le v a n t a r en m o t ín l as p i e d r a s d e R o m a ! T O D O S . ¡N o s a m o tin are m o s! C I U D A D A N O P R I M E R O . ¡P re nd am o s fu eg o a la casa de Bruto! C I U D A D A N O T E R C E R O . ¡E n m a rch a, pues! ¡Venid! ¡Busquemos a los conspiradores! . A N T O N I O . ¡ O í d m e to d av ía , c om p a t rio ta s! ¡ O íd m e todavía! T O D O S . ¡ S il e n c i o , e h!... ¡ E s c u c h a d a .A n to n io !... ¡ M uy n o b le A n t o n i o ! A N T O N I O . ¡.A m ig os, n o sa b éis lo q ue va is a h ac er ! ¿Qué ha hecho César para así merecer vuestros afectos? ¡Ay! ¡Aún lo ignoráis! ¡Debo, pues, decíroslo! ¡Habéis olvidado el testamento de que os hablé! T O D O S . ¡ E s v e rd a d ! ¡ El te sta m en to ! ¡Q u e d é m o n o s y oigamos el testamento!
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A N T O N I O . A q u í está , y c o n e l s ello d e Cé sa r. A c ad a ciudadano de Roma, a cada hombre, individualmente, lega setenta y cinco dracmas. C I U D A D A N O S E G U N D O . ¡Q ué n o b le C és a r! ¡V en ga remos su muerte! C I U D A D A N O T E R C E R O . ¡O h re gio C é sa r! A N T O N I O . ¡ O í d m e co n p a cie ncia ! T O D O S . ¡ S ile n cio , eh! A N T O N I O . O s le g a a d em á s t od os sus p ase o s, su s q u i n tas particulares y sus jard ine s recién plantado s a este lado del Tiber. Los deja a perpetuidad a vosotros y a vuestros herederos como parques públicos para que os paseéis y recreéis. ¡Éste era un César! ¿Cuándo tendréis otro semejante? C I U D A D A N O P R I M E R O . ¡N u n ca , n un ca ! ¡Venid! ¡Salgamos! ¡Salgamos! ¡Queremos su cuerpo en el sitio sagrado e incendiaremos con teas las casas de los traidores! ¡Recoged el cadáver! C I U D A D A N O S E G U N D O . ¡Id e n b usca d e fu eg o ! C I U D A D A N O T E R C E R O . ¡D estro za d lo s b an co s! C I U D A D A N O C U A R T O . ¡H a ce d pe da zo s los a sie nto s, las v en ta na s, to do ! (S a le n lo s C I U D A D A N O S c on e l C u e r p o . ) . A N T O N I O . ¡ A h o r a , p r o s ig a la ob ra ! ¡ M a l d a d , y a está s e n p ie ! ¡T o m a e l c u r s o q u e q u ie r a s! ( E n t r a u n C R E A D O ) . ¿Qué ocurre, mozo? CREADO. Octavio ha llegado a Roma. .ANTONIO. ¿Dónde está? C R I A D O . É l y L è p i d o se h a l la n e n ca sa d e C és a r. A N T O N I O . V oy in m e d ia ta m e n t e a v erle . V ie n e a m e d i d a d e l d es e o. L a f o r t u n a e stá d e b u e n h u m o r y, en s u capricho, nos lo concederá todo. CRI.ADO. Le he oído decir que Bruto y Casio han escapado como locos por las puertas de Roma. . A N T O N I O . E s p o s ib le qu e t uv ie ra n a lg u n a in f o r m a ción sobre los sentimientos del pueblo y la manera como lo h e s u b le v a d o . L l é v a m e a n t e O c t a v i o , ( S a le n ) . S C E N A T E R T I.A Una calle E n t ra C I Ñ A e l p oe ta
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C I N A . E s t a n o c h e h e s o ñ a d o q ue esta ba en u n f e st ín c o n C é s a r , y s in i e s tr o s p r e s a g i o s a to r m e n t a n m i i m a g i n a ción. No tengo deseo de salir de casa, y, sin embargo, un a lg o d e sc o n oc id o m e i m p u ls a. (E n tr an C I U D A D A N O S ) . C I U D A D A N O P R I M E R O . ¿ Cu ál es vu estro n om b re ? C I U D A D A N O S E G U N D O . ¿ A d o n d e vais? C I U D A D A N O T E R C E R O . ¿D ón d e vivís? C I U D A D A N O C U A R T O . ¿Sois casado, o so lte ro ? C I U D A D A N O S E G U N D O . Re sp o nd ed a ca d a u no in mediatamente. C I U D A D A N O P R I M E R O . Y b revem en te. C I U D A D A N O C U A R T O . Y s ensatam ente. C I U D A D A N O T E R C E R O . Y fra n ca m e n te , os trae cuenta. C I Ñ A . ¿ C u á l es m i n o m b r e ? ¿ A d o nd e v oy ? ¿ D ó n d e vivo? ¿Si soy casado o soltero? ¿Y luego responder a cada uno inmediatamente y brevemente, sensatamente y francamente? Pues, sensatamente, digo que soy soltero. C I U D A D A N O S E G U N D O . ¡Eso es tanto c o m o d ec ir que los que se casan son imbéciles. Temo que eso os va a c o s ta r u n g o l p e . P r o s i g u e , i n m e d i a ta m e n t e . C I Ñ A . I n m e d i a t a m e n t e , vo y a lo s f u n e ra l e s d e Cé sa r. C I U D A D A N O P R I M E R O . ¿ C om o am ig o , o co m o e n e migo? CIÑA. Como amigo. C I U D A D A N O S E G U N D O . E se p un to está co n te sta d o inmediatamente. C I U D A D A N O C U A R T O . .Allora, vu estra re sid en cia , Brevemente. C I Ñ A . B r e v e m e n t e , re s id o ce rc a d el C a p i to l io . C I U D A D A N O T E R C E R O . V u estro n o m b re , señor, francamente. C I Ñ A . F r a n c a m e n t e , m i n o m b r e es C i ñ a . C I U D A D A N O P R I M E R O . ¡D e sg arra dle en p ed azo s! ¡Es un conspirador! C I Ñ A . ¡S o y C i ñ a e l p o eta ! ¡S oy C i ñ a e l p oe ta ! C I U D A D A N O C U A R T O . ¡ D e s g a rra dle p o r sus m alo s versos! ¡Desgarradle por sus malos versos! C I Ñ A . ¡N o s o y C i ñ a e l c o n sp ir a do r !
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C I U D A D A N O C U A R T O . ¡N o im p o rta , se lla m a C iñ a ! ¡ . A r r a n c a d l e s o l a m e n t e s u n o m b r e d e l c o r a z ó n y d e j ad l e marchar! C I U D A D A N O T E R C E R O . ¡D e s g a rra dle ! ¡D e sg a rr a dle! ¡Venga n teas! ¡Eh! ¡Teas en cen did as! ¡A casa de Bruto! ¡A casa de Casio! ¡.Arda todo! ¡Vayan algunos a casa de Decio, y otros a la de Casca, y otros a la de Ligario! ¡En marcha! ¡Vamos! (Salen.)
DISCURSO DE RAFAEL PRECIADO HERNÁNDEZ EN DEFENSA DE LA UNIVERSIDAD Discurso pronunciado por el brillante maestro emérito de la UNAM, en la sesión de la Cámara de Diputados el 20 de septiembre de 1968, para fundamentar la proposición presentada por los diputados miembros del Partido Acción Nacional, pidiendo que la Cámara solicitara al Presidente de la República el retiro inmediato del Ejército, de la Ciudad Universitaria. Señoras y señores diputados: No venimos a capitalizar el lamentable conílicto de los estudiantes con el gobierno. Ya desde el primero de agosto último, nuestro Partido protestó por el exceso a que el gobierno llevó la represión contra los estudiantes y al mismo tiempo reprobó la violencia estudiantil para apoyar sus peticiones; y señaló que por ser la autonomía universitaria un v a l o r d e la c o m u n i d a d n a c i o n a l , q u e to d o s d e b e m o s s alv a guardan la opinión pública tenía derecho a ser informada en detalle sobre los datos que las autoridades tuvieron respecto a las causas reales del conflicto. Necesidad de cambiar el mal sistema educativo
Más tarde, el 30 del mismo mes de agosto, Acción Nacional hizo un llamamiento a todos los mexicanos, gobern a n te s y g o b e r n a d o s , v ie jo s y j ó v e n e s , p a r a q u e j u n t o s , y *
Prkciaixj Hkrnándkz, Rafael, Di scu rso s pa rl am ent ar io s, De moc ra cia-Sí mbo los
pa tn os -J u sl ic ia -E du cac ió n , 1 9 6 7 , E ditorial
Jus, M éxico. 1968.
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animados de un verdadero espíritu de concordia, buscáramos la solución al problema, superando, ante todo, las divergencias, pensando en primer término en el bien de nuestra patria; pues para nosotros, señoras y señores diput ad o s, c o m o se r e c o n o c e e n e l ù l t im o I n f o r m e P r e s i d e n c i a l, el problema estudiantil, tal como se manifiesta especialmente en los estudiantes de enseñanza media y superior, y a s ea e st a ú l t im a t é c n i c a o e s p e c í fi c a m e n t e u n i v e r s i t a r i a , está estrechamente vinculado al gravísimo problema del mal sistema educativo de México, agravado con el explosivo aumento de la población escolar, con la perniciosa i n f lu e n c i a q u e e j e r c e n s o b re la n i ñ e z y la j u v e n t u d lo s m e dios de publicidad, como la llamada literatura infantil, el cine, el radio, y la televisión, que sólo excepcionalmente pueden considerarse adecuados y, también, por los procesos sicólogicos de contagio fomentados y utilizados por organizaciones extremistas de signos opuestos. En efecto, no se puede desconocer el hecho de que sin una adecuada educación de tipo humanista, impartida desde la prim ar ia, p erfeccion ada en las etapas de la secun daria y d e la p r e p a r a t o r i a y p r o f u n d i z a d a e n l as f a c u lt a d e s u n i v e r sitarias, especialmente en las comprendidas en el ala human i st a , n o e s p o s ib l e c o n t a r c o n u n a j u v e n t u d q u e a m e o cuando menos respete lo que constituye el legado espiritual de la civilización de Occidente. Sino que más bien la socied a d t e n d r á q u e e n f r e n t a r se a u n a j u v e n t u d , e n e l m e j o r de los casos indiferente, desorientada y desmoralizada que fác i lm e n t e p u e d e s e r a r ra s t ra d a h a c ia a c t it u d e s in s p i r a d a s p o r el resentimiento, la amargura, la hostilidad y hasta el odio a todo lo que ofrece el orden social existente. Responsables del abatimiento del nivel cu ltural
La responsabilidad del mal sistema de educación que padece México, y de las influencias perniciosas que lo agravan, creando un ambiente adverso en casi todos sus aspectos a una recta formación moral de la niñez y de la ju v e n tu d , es fu n d a m e n ta lm e n te d e n o so tro s lo s a d u lto s, y n o d e l o s n i ñ o s y j ó v e n e s . Y e n tr e lo s a d u l t o s , la m á x i m a
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r e s p o n s a b i li d a d c o m p e t e a lo s in t e le c tu a le s q u e h a n v e n i d o formando parte de los gobiernos que se han sucedido en México, y que lejos de preocuparse y plantear a fondo el problema de la educación, se han aferrado a una posición irracional, anticuada y gravemente lesiva para el futuro de nuestra patria. Han preferido limitarse a proporcionar m e r a i n s t r u c c i ó n a lo s n i ñ o s y j ó v e n e s , a sí c o m o a d i e s tr a miento y habilidad para ganarse la vida, y en el mejor de los casos, erudición y preparación meramente técnica para la s t ar ea s d e m a y o r i m p o r t a n c i a e n la v id a s o c ia l, r e h u y e n d o siempre la formación ética, como si se propusieran una deshumanización de la vida individual y social, prefiriendo lo q u e m á s v i n c u l a a l s e r h u m a n o c o n l o b i o ló g i c o , a n i m a l , q u e con los valores superiores de lo espiritual. Todo esto ha conducido a un abatimiento del nivel cultural en la enseñanza superior, tanto en la técnica como en la universitaria, de lo que somos responsables el gobierno activamente, y por omisión todos los mexicanos adultos que no hemos luchado enérgicamente contra esa conspirac i ó n d e q u e h a r e s u lt a d o v í c ti m a n u e s tr a j u v e n t u d . Ciertamente tenemos el deber de luchar ahora como no lo habíamos hecho antes, por fortalecer la conciencia del deb er de los ' estudiantes universitarios para con su “alm a mater”, por asegurar la autenticidad de la representación de los líderes estudiantiles y porque los universitarios levanten la bandera de una auténtica reforma universitaria, comenzando por imponerse tareas de superación académica, exigir preparación del profesorado y proporcionar tareas en que los universitarios sirvamos al pueblo, ayudándolo a resolver sus problemas de salubridad, de organización social, lo mism o e n el c a m p o q u e e n l o s m u n i c ip i o s y e s p e c ia lm e n t e el d e educación, que debe ser resuelto tomando en cuenta el punto de vista de los universitarios y con su participación. M isión de la U nivers id ad
T e n e m o s q u e h a c e r c o m p r e n d e r a n u e str a ju v e n t u d c u á l es la n a t u r a l e z a y m i s ió n d e la U n i v e r s i d a d y su i m portancia; que la Universidad es el instrumento adecuado
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para asegurar la continuidad en el progreso verdadero de un pueblo, porque la Universidad es comunión de maest r o s y d e a l u m n o s p a r a c o n s e r v a r , a c r e c e n t a r y t r a ns m i t i r a las generaciones futuras el acervo cultural de la nación. Es trágico que no cuente un pueblo con una Universidad, porque se pierde la continuidad en esa marcha ascendente que representa el progreso. Esto que ya decía Ortega y Gasset, cuando aludía a las generaciones como el gozne sobre el cual la historia ejecuta sus movimientos; pero esos movimientos para que beneficien a un pueblo y para que sean progresivos deben efectuarse en dirección a la realización de sus valores fundamentales, nacionales y universales. In debida ocupación de la Univer sidad por el ejército
Nada de esto será posible hacer mientras la Universidad Nacional Autónoma de México esté ocupada por el e j é r c i t o , i n d e b i d a m e n t e , v i o l a n d o d e m a n e r a c l a r a el p r i n cipio de autonomía de la misma Universidad. Por ello, en la proposición que se ha leído, insistimos en que cuanto antes el ejército abandone la Universidad (Aplausos), y que nuestra amada Universidad sea entregada a sus legítimas autoridades. En la prensa de este día apareció la noticia de que el señor secretario de Gobernación está dispuesto a que se retiren de la Universidad las fuerzas del ejército y a entregar los recintos universitarios a las legítimas autoridades de la Universidad, tan pronto como éstas se lo pidan. Si las autoridades de la Universidad hubiesen solicitado la protección del ejército, no habría nada que objetar, pero si fue una decisión del gobierno ante sí mismo, no tiene por qué condicionarse la devolución de los recintos universitarios y el retiro de las fuerzas militares a la solicitud que haga el rector de nuestra “alma mater” (Aplausos); como no debe tampoco condicionarse la libertad de los estudiantes y demás personas, empleados y en ocasiones funcionarios administrativos de la Universidad, que fueron detenidos, simplemente por encontrarse en el recinto de nuestra casa de estudios (Aplausos).
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La proposición tiende a hacer cesar esa indebida intervención del ejército: porque esa intervención, en primer lugar, no resuelve el prob lem a plantead o, sino que lo agrava; en segundo lugar, porque está impidiendo a las autoridades un iversitarias cu m p lir con sus funcione s; en tercer lugar, porque se trata de una violación a la Constitu ción , desde el momento en que el artículo 89, fracción VI, que ha sido invocado como el fundamento para hacer intervenir al ejército, d ice con toda claridad: “ El Presidente d e la R ep ública está facultado para disponer de la totalidad de la fuerza armada permanente, o sea del ejército terrestre, de la marina de gu erra y de la fuerza aérea para la seguridad interior y defensa e x terior de la Fe de ración .” Y realmen te en este caso, el conflicto universitario no se traduce en inseguridad interior de la nación. Es un problema que pudo resolverse incluso sin intervención de la policía (Aplausos). L o s j ó v e n e s , e s p e c ia lm e n t e lo s j ó v e n e s d e c u e r p o , s on i m p e t u o s o s , e n o c a s io n e s v io l e n t o s , p e r o t ie n e n u n e s p í r it u l im p i o , y n o s e d e b e c o n f u n d i r a lo s p r o f e s io n a le s d e la agitación, que han sido protegidos por las autoridades en e l s en o m i sm o d e la U n i v e r s i d a d ( A p la u s o s ), c o n lo j ó v e n e s a u t é n t ic a m e n t e e s t u d ia n t e s y u n iv e r s i ta r i o s . E l lo s s a be n o ír razones. Durante treinta años he sido profesor de Filosofía del Derecho en la Universidad y en la Escuela Libre, y tengo fama de ser exigente, riguroso. Algunos llaman a mi grupo el grupo del escuadrón suicida y, sin embargo, nunca me h a fa l ta d o n i u n e s t u d ia n t e . Y h e d i s c u t id o c o n e l lo s , e n ocasiones con vehemencia, y con pasión y, sin embargo, siempre he sido respetado, porque yo también he sabido respetarlos y hablarles con razones (Aplausos). No se trata, pues, de un problema de seguridad interior de la nación que amerite ese despliegue de fuerzas militares. Nosotros no tenemos nada en contra del Ejército Nacional. Sabemos, como ya lo decía el aquinatense, que el fin del ejército es ser escudo de la ciudadanía y d e sus instituciones políticas. No tenemos nada en contra el ejército po rqu e él se lim ita a obedecer. Pero quien ha d ado la orden, no lo ha hecho fundadamente (Aplausos).
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Si no fuera suficiente el texto claro de esta fracción VI del artículo 89, habría que relacionarla con el artículo 129 de la misma Constitución, que a la letra dice: “E n tiempo d e paz — yo no creo que estemos en gu erra— n i n g u n a a u t o r id a d m i li ta r p u e d e e je r ce r m á s fu n c i o n e s q ue las que tengan exacta conexión con la disciplina militar.” Es preciso resolver el problema estudian til
Debe cesar, pues, cuanto antes esa intervención, sin esperar a que las legítimas autoridades de la Universidad lo soliciten, porque el problema estudiantil no va a poder resolverse mientras la Ciudad Universitaria esté ocupada por el ejército. El problema estudiantil debe resolverse. Todos los universitarios estamos obligados, en conciencia, a poner lo mejor de nosotros mismos para encontrar cuanto antes la solución debida. Ese problema debe resolverse por universitarios y con métodos universitarios (Aplausos en las galer ía s ), s in p e r j u i c io d e q u e lo s p r o b l e m a s a j e n o s a la U n i versidad, debidamente deslindados, se resuelvan conforme a las leyes aplicables en cada caso. Las dos actitudes contradictorias del mu ndo oficial
No quiero terminar sin aludir a cierta contradicción sem e j a n te a l a q u e a p u n ta b a el se ñ o r d i p u t a d o J u a n J o s é H i nojosa. Desde hace tiempo, fuerzas que parecen operar en el interior mismo del gobierno, vienen provocando dos actitudes o corrientes políticas contradictorias, que al chocar en e l s e n o d e l m u n d o o f ic ia l p r o d u c e n d e s c o n c i e r to e in s e g u r i dad en la sociedad, a la vez que dificultan y retardan hasta casi paralizar el desarrollo integral de nuestra nación. Una de esas corrientes postula una política de apertura h a c ia u n r é g i m e n d e m o c rá t ic o , p lu r i p a r t id i s t a , la e x i g e n cia de una reorganización a fondo de la administración pública y un esfuerzo colectivo, técnicamente planeado, para dar pleno cumplimiento a los objetivos generosos del movimiento revolucionario de 1910.
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La otra tendencia, por el contrario, se aferra a la politic a d e c a r ro c o m p le t o , d e m a n t e n im ie n t o d e u n a a d m in i s tración pública obsoleta e ineficaz y de explotación verbal i s t a d e lo s i d e a l e s r ev o l u c i o n a r i o s , si n p r e o c u p a r s e d e s u realización. C o m o e j e m p l o d e la p r i m e r a t e n d e n c i a, b as te r e c o r d a r la convocatoria a todos los mexicanos contenida en el últim o I n f o r m e P r e s i d e n c i a l p a r a re a l iz a r u n a p r o f u n d a r e fo r m a e d u c a c i o n a l q u e e n s e ñ e a n u e str a n iñ e z y ju v e n t u d a pensar, a entender, a actuar, a tolerar, es decir, que forme verdaderos hombres a la vez libres y responsables. ¿Qué va a suceder con esta convocatoria? ¿Se va a quedar simplemente en el campo de las promesas verbalistas? ¿Qué se ha hecho por el Secretario de Educación Pública p a r a d a r c u m p li m i e n t o a este n o b l e p r o p ó s it o ? Que yo sepa, hasta estos momentos, nada. Y no es posible seguir manteniendo la unidad de nuestra nación y de n u e s tr o p u e b l o a b a se d e m e ra s p ro m e s a s q u e n o s e c u m plen (Aplausos). C o m o e j e m p l o d e la se g u n d a t e n d en c ia , cl ar a m e n t e n e gativa, sólo volveré a insistir en el problema estudiantil, porq u e i n d e p e n d i en t e m e n t e d e s u p l a n t e a m i e n t o y d e s ar ro l l o y de los errores que se atribuyen a ambas partes, estudiantes y a u t o r id a d e s , su p r o l o n g a c i ó n p a r e ce c o n f i r m a r q u e h a y fuerzas del propio gobierno interesadas en que no se resuelva el conflicto, como aconsejan el buen sentido y la experiencia; ya que aun en el supuesto de que haya fuerzas extrañas a M é x i co q u e m a n e j e n a a l g u n o s d i r ig e n t e s e s tu d i an t ile s y arrastren a la mayoría de estudiantes de buena fe, engañándolos, la opinión pública no se explica que el gobierno, con todos los recursos de que dispone, no haya descubierto a los agentes en México de esas fuerzas extranjeras, y mucho menos que si ya los descubrió no los desenmascare ante el pueblo y los estudiantes, quienes, indudablemente, ante los hechos, s e g u r am e n t e a b a n d o n a r ía n a s u s d i ri g e n t e s ( A p la u s o s ) . No cansaré más vuestra atención, señoras y señores diputados: Sólo quiero repetir las proposiciones concretas que hace Acción Nacional en este caso:
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P r i m e r a : Q u e e st a H . C á m a r a p i d a al C . P r e s id e n t e de l a R e p ú b l i c a o r d e n e e l r e t i r o i n m e d i a t o d e l E j é r c i to de la Ciudad Universitaria y la entrega de la misma a las autoridades de la Universidad, proporcionándoles la protección que éstas soliciten (Aplausos). S e g u n d a : Q u e e sta H . C á m a r a a c u e rd e ll a m a r a l C . Jefe del Departamento del Distrito Federal, al C. Secretario de Gobernación, e invitar a los C. C. Procuradore s d e J u s t i c i a d e la N a c i ó n y d e l D i s t r it o y T e r r i t o r i o s Federales, con el objeto de que rindan un informe preciso y detallado respecto al conflicto estudiantil, sus o r í g e n e s y s us im p l i c a c i o n e s ( A p l a u s o s ) . H a g o u n l l a m a d o f e r v i e n t e a t o d o s lo s u n i v e r s it a r io s , que son actualmente diputados federales, a que se unan, a q u e a p r u e b e n e st a p r o p o s i c i ó n p o r e l b i e n d e n u e s tr a “ a lm a m a t e r ” ( A p la u s o s ) . Y h a g o u n l la m a d o a l se ñ o r l icenciado Farías para que, al igual que tratándose de la proposición hecha por Acción Nacional en relación con el caso de Baja California, tratándose de un problema tan grave y que nos hiere a todos los mexicanos, que se considere este asunto de urgente resolución y no se turne a las Comisiones, sino que desde luego se pase a discutirlo y a votar lo que a bien tenga esta Asamblea (Porras y ovaciones en las galerías).
DISCURSO DE VICENTE LOMBARDO TOLEDANO EN EL CIERRE DE SU CAMPAÑA PRESIDENCIAL Versión taquigráfica del discurso pronunciado el dom ingo 29 de jun io de 1952 en el Zócalo Capitalino, en la Ciudad de México, en el mitin de cierre de la campaña presidencial. M E X IC A N O S : El 16 de diciembre de 1951 el Partido Popular, al designarme candidato a la Presidencia de la República, puso en mis manos la bandera de la independencia nacional, la paz, el pan y la democracia. Entendí que ésa era la bandera más sagrada que un m e x i c a n o p u e d e , le v a n t a r e n n u e s t r o t ie m p o . D u r a n t e s eis meses he recorrido todo el territorio nacional y he llamado a l p u e b l o a l a l u c h a . M i g i r a el e c t o r a l h a s id o u n a p r o l o n gación de mi largo contacto con las masas, desde que en el año de 1917 en que siendo aún estudiante de la Univers i d a d , a b r a c é p a ra si e m p r e l a c a u s a d e l o s o b r e r o s y d e l o s c a m p e si n o s , q u e e s l a c a u s a d e t o d o e l p u e b l o . He caminado miles y miles de kilómetros para dialogar con el pueblo. M e h e p u e st o e n c o n t a c t o co n l a s m a s a s , s i n a r t i f ic i o s ni intermediarios. H e i d o a l a s c i u d a d e s , a l a s a l d ea s , a l a s r a n c h e rí a s para llevar a los mexicanos un mensaje de lucha que se c o n c r et a e n l a p l a t a f o r ma e l e c t or a l q u e e l P a rt i d o P o p u l a r * http://\v'\v\v.ivanaraujo.org.mx/wik.ixtapaluca/index.php/Discurso_de_Viceme_Lombardo_Toledano_durame_su_Ciene_de_Cainpa%C3%Bla_en_el_Zocalo de la Ciudad de Mexico
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y el Partido Comunista formularon, que suscribió enseguida el P a r t id o O b r e r o C a m p e s i n o y a la q u e se a d h i r ie r o n m á s tarde todos los partidos de la oposición democrática. La peregrinación que comencé hace varios meses y hoy termina me ha permitido comprobar, paso a paso, la realidad dolorosa y humillante en que se debate nuestro pueblo. Tr a igo la visión apasionada de la patria, q ue sufre y pugn a por salvarse. Vengo, mexicanos, con el corazón cargado y estremecido con el dolor de las madres mexicanas, con la ira de los obreros, con la miseria de los campesinos, con el desam paro de los indios, con la zozobra d e los jóven es. El pueblo ha respondido a nuestro llamado. Enormes masas de obreros, campesinos y gentes de la clase media; hom bres y m ujeres, jóven es y viejos, nos h an salido al paso, por todos los rumbos del país, en los valles y en las serranías, para brindamos su ardiente cooperación. Ahora p u e d o a f i r m a r q u e e l p u e b l o m e x i c a n o se h a p u e s t o de pie, que su ánimo de lucha es inmenso y que ha recobrado de un golpe el papel de guía de los veinte pueblos americanos que luchan por su emancipación y por su libertad. Con la ayuda entusiasta del pueblo, hemos realizado una enorme campaña, única en verdad en nuestra historia contemporánea. Nuestra concepción de la situación política, nuestro programa, nuestra línea de acción y nuestros métodos, fueron trazados con claridad absoluta y los hemos llevado adelante sin vacilaciones ni disimulos, con independencia y voluntad inquebrantables. Nuestra intervención en la campaña presidencial se ha basado en una crítica severa y rigurosa de la situación del país y de sus relaciones con el exterior. H e m o s id o a l f o n d o d e lo s p r o b l e m a s n a c i o n a le s , e x presando con nitidez y energía lo que otras fuerzas políticas sólo se atrevieron a presentar confusamente y expresaron con ambigüedad. H em os puesto al descubierto, con prue bas irrefutables, la leyenda de una “prosperidad nacional” que sólo existe para la oligarquía dominante, en contraste abierto con la
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situación de hambre y miseria que hace estragos en las filas de la clase obrera, de los campesinos y de las clases medias. H e m o s r e a l i za d o u n a e n c u e s ta e n tr e e l p u e b l o , p r e guntando si está satisfecho con la situación en que vive, de norte a sur y del Golfo al Pacífico y la audiencia de enormes cantidades de personas que han acudido a los mítines, han contestado ¡No! He preguntado al pueblo si está satisfecho con la situación que vive el país y la respuesta ha sido t a m b i é n n e g a t i v a . H e c o n s u l ta d o si e stá s a ti sf e c h o c o n l a l la m a d a “ v id a d e m o c r á t ic a ” qu e t e n e m o s y la r e sp u e s ta h a sido negativa del modo más rotundo; si está satisfecho con la conducta moral de los funcionarios y también ha respondido que no. He consultado, por último, si considera acertada la política internacional y la contestación del pueb lo h a s id o u n á n i m e e n s e n t id o n e g a t iv o . P o r e sa r a z ó n , no yo sino el pueblo ha dicho que es menester cambiar la situación económica, social, política, moral y la política internacional del gobierno que preside el señor licenciado Miguel Alemán. H e m o s p r o c l a m a d o , p o r e llo , la n e c e sid a d d e u n c a m bio inmediato y fundamental de la situación económica, social y política del país. H e m o s e x i g i d o , a n t e t o do , q u e M é x i c o se a u n p a í s i n dependiente de verdad frente al extranjero y que su política internacional se ponga al servicio de su causa y deje d e s e r v i r a l o s o b j e t iv o s d e a g r e s i ó n d e l im p e r i a l is m o n o r teamericano. H e m o s r e c l a m a d o e l r e sp e t o a lo s in t e re s e s y a lo s d e rechos de los obreros, de los campesinos, de la clase media, d e la j u v e n t u d , d e l a s m u j e re s , d e lo s m i e m b r o s d e l e jé r c it o y de los intelectuales. H e m o s a b o g a d o p o r u n a p o l ít ic a e c o n ó m i c a de l E st a d o que ponga un freno real a la tremenda carestía de la v i d a ; q u e f o m e n t e u n a v e r d a d e r a i n d u s t r ia n a c i o n a l , e sta bleciendo una industria pesada que se apoye en nuestros grandes recursos naturales, y pueda obtener sus medios técnicos de cualquier país del mundo, lo quieran o no los monopolistas norteamericanos. Hemos demandado la implantación de la escala móvil de salarios, haberes y pensiones, y pedido la canaliza-
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ción de todo el crédito público y privado hacia fines productivos agrícolas e industriales de interés nacional. H e m o s e x i g i d o l a n a c i o n a l i z a c i ó n d e la la in i n d u s t r ia ia e l é ct c t ri r i ca ca y demandado la expropiación de los equipos de las minas de carbón, que hoy se encuentran en poder del capital yanq u ii,, p o r q u e s i n e l e c t r ic ic i d a d j a m á s p o d r á M é x ic ic o i n d u s t r i a lizarse y sin carbón no tendrá nunca industria pesada. H e m o s p e d i d o q u e t e r m i n e p a r a s i e m p r e la la si s i t u a c ió ió n d e barbarie política que mantiene en el poder a una minoría y mantiene en la esclavitud política a millones de ciudadanos que no aceptan figurar en las filas del partido oficial. Frente al tipo de gobierno unipersonal que impera en México, donde el Presidente de la República tiene o se atribuye facultades mayores que las que disfrutan muchos monarcas, hemos afirmado que debe haber un gobierno de unión nacional, integrado por los representativos de las fuerzas constructivas del país, para realizar la gran obra del progreso y la liberación de México. Hemos levantado nuestra voz contra la política antiobrera del gobierno, que consiste fundamentalmente en la congelación de los salarios, la supresión real del derecho de huelga, la sujeción de los sindicatos por el Estado, la intromisión desenfrenada del partido oficial en el régimen interior de las agrupaciones y en el fomento de la división sindical; todo ello facilitado por una banda de líderes traidores a su clase. Hemos denunciado la política gubernamental de retroceso de la reforma agraria y encaminada en la práctica a nulificar las conquistas de los campesinos pobres; y al amparo de la cual se ha constituido un nuevo latifundismo usufructuado por los favoritos del régimen. Hemos condenado la expoliación de que son víctimas amplios sectores de la clase media, como los artesanos, los pequeños comerciantes y los empleados públicos, los cuale s t ie ie n e n i n g r e s o s r a q u í t ic ic o s y e n g r a n p a r t e v i v e n a m e r ced de autoridades arbitrarias y en medio de profunda inquietud. H e m o s e x p u e s to t o l a s it i t u a c ió i ó n d e p l o r a b le l e d e lo lo s m i e m bros del ejército, que tienen sueldos bajos, indignos de un
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cuerpo destinado a defender las instituciones de la República y la integridad de la nación. H e m o s s e ñ a l a d o l a s g r a n d e s d i f ic ic u l ta t a d e s e n q u e v iv iv e actualmente la industria nacional, carente de suficientes medios financieros, de instrumental y maquinaria adecuadas, y sometida, sin protección efectiva, a la competencia aplastante del capital extranjero. Hemos proclamado que sin industrialización, sin industria básica y sin protección a la industria de transform a c i ó n , M é x i c o j a m á s p o d r á s a l ir i r de d e la la si s i t u a c ió ió n e n q u e vive, no podrá elevar su nivel de vida, ni garantizar el fut u r o d e l a v i d a n i g a r a n t i z a r e l f u t u r o d e l a n a c i ón y m e n o s aún, conseguir liberar a ésta de las garras del imperialismo yanqui. H e m o s e x h i b i d o l a o p r e s i ó n p o l ít ít ic i c a q u e s u fr f r e n la la s m a yorías de ciudadanos en beneficio de un partido de gobierno que monopoliza los cargos públicos del país y que es la negación sistemática de los derechos cívicos establecidos por la Constitución, recurriendo a la presión, a la amenaza y muchas veces a la violencia. N u e s t r a c r í t ic ic a d e l a s i tu t u a c i ó n n a c i o n a l s e h a r e l a c io io n a d o lógica, estrechamente al examen de la situación de México en el mundo y de su política internacional. H e m o s d e c l a r a d o q u e e l m á s g ra r a v e p ro r o b l e m a d e M é x ic ic o es hoy el de la opresión que sufre por parte de los Estados Unidos de Norteamérica. Nuestra economía es un débil satélite de la órbita de la economía de armamentos de la potencia del norte y la política exterior del gobierno mexicano opera como auxiliar de los planes de agresión mundial del imperialismo yanqui. En los últimos años, México tiene muchas características de un país ocupado. El capital yanqui gana cada día más influencia en la industria, en el comercio y en las finanzas del país, desde el petróleo hasta las actividades su perfluas. Pero además hay una invasión de la propaganda norteamericana que ahoga y reduce al mínimo las expresiones auténticas del pensamiento nacional utilizando todos los medios. Miles de agentes policiacos yanquis deam-
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bulan libremente por nuestro territorio, espiando y vigilando a los mexicanos, amenazando y extorsionando a los ciudadanos mexicanos que no obedecen las consignas de Washington, injuriándolos y pisoteando la soberanía nacional. Por eso hemos afirmado que el imperialismo norteamericano es el principal enemigo del pueblo de México; q u e e l p u e b l o d e M é x i c o vi v i v e e x p l o t a d o y o p r i m i d o p o r el el imperialismo yanqui y sus agentes y aliados, los malos mexicanos que se le han asociado en esta común empresa antimexicana. Por eso afirmo que es necesario expulsar del g o b i e r n o d e la la R e p ú b l ic ic a a l o s c ó m p l ic i c e s y s o c io io s d e l i m perialismo yanqui y que es urgente unir a toda la nación en torno a un gobierno popular para la defensa de su independencia, del desarrollo económico del país, de la elev a c i ó n d e l n i v e l d e v i d a d e l p u e b l o y d e u n a a u t é n ti c a l i bertad cívica. Y o h e d i c h o r e p e t i d a s v e c e s q u e s i e l p u e b l o m e e l ig e como Presidente de la República, haré un gobierno democrático y antiimperialista, apoyado principalmente en los obreros, los campesinos y los industriales patriotas. Este es el tipo de gobierno que los intereses de la nación reclaman en esta etapa difícil de nuestro desarrollo histórico y que el pueblo exige. Un gobierno que no sea democrático es un gobierno contrario a los intereses, los sentimientos y los derechos de la gran mayoría del pueblo. Un gobierno que no sea antiimperialista ha de ser fat a l m e n t e u n g o b i e r n o c o n t r a r i o a l o s i n t e r e s e s d e la p a t r i a q u e e st st á o p r i m i d a p o r e l i m p e r i a li li s m o . Y s ó lo lo c o n e l a p o y o r e a l u n i f ic ic a d o , d e c i d i d o , d e l o o b r e r o s , d e l o s c a m p e s i n o s y d e l o s in d u s t r i a l e s p a t r i o t a s — q ue u e c o n st s t it it u ye y e n l a m a y o r í a d e l p u e b lo l o — p u e d e h a c e rs rs e en México un gobierno verdaderamente democrático, nacional y antiimperialista. N u e s t r a p l a t a f o r m a e l e c t o r a l , n u e s t r a l í n e a p o l í t i ca , n u e s tr tr a p o s i c i ó n j u s t a a n te te l o s p r i n c i p a l e s p r o b l e m a s d e l p u e b l o y d e l a n a c i ó n h a n p r o d u c i d o r e su s u lt lt a d o s d e i m p o r tancia extraordinaria para la vida del país.
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En México no existen elecciones verdaderas. La función electoral padece en nuestro país vicios y corruptelas casi seculares. No hay entre nosotros tradición vigorosa de p a r t id o s p o l ít ic o s n i e je r c i c io a u t é n t i co d e l s u f r a g i o , n i l i m pieza en los comicios, ni un escrutinio veraz. La campaña presidencial que está por concluir se ha desarrollado a pesar de este pasado negativo en condiciones aún más desfavorables para la realización de elecciones auténticas. Yo he dicho, y lo sostengo, que el fraude electoral ha sido preparado por el gobierno y el partido oficial escrupulosamente y que todo está listo para deformar la verdadera voluntad del pueblo, consumando así el fraude más monstruoso de la historia a la voluntad popular. S i n e m b a r g o , h e m o s l la m a d o a l p u e b l o a la lu c h a p o r q u e sabemos que sólo con la movilización del pueblo, para votar y después en la intensa presión que el pueblo pueda ejercer legítimamente, puede encontrarse la solución adecuada para oponerse con eficacia al fraude electoral y que el pueblo tenga respeto de parte de los hombres del poder. Una gran mayoría del pueblo ha entendido que este es e l c a m i n o p a r a l o g r a r j u s t i c ia y p o r e so h e m o s d e l le g a r a la s e le c c i o n e s q u e se e fe c t u a rá n e l p r ó x i m o 6 d e j u l i o a m parados en un formidable movimiento de las masas populares, como no se había visto desde Francisco I. Madero, sólo con conciencia clara y precisa derrotarán democráticamente al partido oficial y a su candidato y lucharán posteriormente para que el voto sea respetado. Yo digo que la mayoría del pueblo está con nosotros, porque los hechos de la campaña así lo indican. En todos los lugares no sólo he realizado un plebiscito para preguntar al pueblo si está o no conforme con la situación, sino que he preguntado también si el pueblo está dispuesto a votar por nosotros, y el pueblo ha manifestado en forma clara y sin lugar a dudas su decisión afirmativa. En todos los lugares que he visitado, me ha recibido una porción mayoritaria del pueblo de la localidad. Por un imperativo de nuestra moral política hemos rec h a z a d o p a r a s ie m p r e e l p r o c e d i m ie n t o e n g a ñ o s o q u e co n
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siste en realizar grandes concentraciones de ciudadanos que son conducidos por presión o mediante paga desde lugares lejanos para simular una popularidad de la que realmente se carece. Yo he ido a donde el pueblo vive, trabaja, sufre, a hablarle al pueblo directamente, y he tenido la satisfacción de ver al pueblo agruparse en tomo mío, de una manera libre y espontánea, para darme no sólo el apoyo de su presencia y su aplauso, sino una cooperación económica que representa para la mayoría verdadero sacrificio. M i c a m p a ñ a h a e s ta b le c id o u n p r e c e d e n t e d e v a l o r h is tórico. Por primera vez en la vida política de México, el pueblo ha pagado íntegramente la campaña de un candidato a la Presidencia de la República. Quienes conocen los métodos políticos predominantes en el país y los procedimientos aplicados en esta campaña, así como el escepticism o c r e a d o e n tr e la s m a s as p o r l o s d e m a g o g o s y lo s c o r r u p tores, podrán apreciar el significado enorme de que el pueblo haya pagado toda nuestra campaña. Mi partido y yo como candidato hemos contrariado radicalmente el hábito inmoral de dar dinero o bebidas embriagantes a los manifestantes con objeto de que simulen estar de acuerdo con el candidato que paga. En cambio, yo, con mis propias manos, he recibido óbolos y donativos de cientos de miles de hombres y mu je r e s d e la R e p ú b lic a que al te r m in a r lo s actos p ú b lic o s de m i c a m p a ñ a , se h a n a c e r ca d o a m í m u c h a s ve c es co n l á g r i mas en los ojos, para entregarme dinero, objetos y muchas veces prendas que sólo tienen valor simbólico, para testimoniarme su profunda y sincera adhesión. Es el pueblo quien paga siempre todas las campañas políticas, porque del trabajo del pueblo, de sus esfuerzos, salen al fin y al cabo todos los gastos; pero en esta vez mientras el pueblo ha pagado las campañas de los otros candidatos sin entregar directamente los fondos para ello, s in s u v o l u n t a d o c o n t ra s u v o l u n t a d , m i c a m p a ñ a l a h a pagado el pueblo dándome a mí y dando a mi partido el dinero para ese objeto y entregándolo con su más generosa espontaneidad.
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Grandes sectores del pueblo, miles y miles de ciudadanos, han puesto a contribución su iniciativa, su inventiva, su f u e r z a d e t r a b a j o , p a r a i m p u l s a r n u e s t ra l u c h a . Se cuentan por centenares los poemas, los romances, los corridos, las canciones que salen del corazón del pueb lo h u m i ld e e n h o n o r d e n u e st ra c a n d i d a tu r a , d e n u e s tr o partido, para estimular nuestra lucha. Los artistas de la plástica, desde los más ilustres de fama mundial hasta los más modestos y que apenas comienzan han trabajado con tesón y lucidez participando en una magnífica exposición, para dar expresión a los principios de nuestra plataforma e l e c t o r a l y s i m b o l iz a r c o n o b r a s d e ar te e le v a d o e l s i g n i f i cado de mi candidatura. A la c a m p a ñ a d e lo s o tr os ca n d i d a t o s , q u e c u e n t a n c o n vastos recursos financieros, con la presión del poder público, nuestros correligionarios, los del Partido Popular, del Partido Comunista, del Partido Obrero Campesino, y miles de mexicanos más han opuesto una campaña que se ha hecho vigorosa con la tenacidad, la audacia y el arrojo de los que se sienten fuertes porque saben que representan de verdad la causa del pueblo. Los organizadores, los propagandistas del Partido Popular y de mi candidatura, han trabajado con sumas insignificantes de dinero, trasladándose a los distintos lugares de la República sólo con lo indispensable, poniéndole to d o d e su p a r t e p a r a p r e p a r a r l o s a ct os p ú b l ic o s , la b o r a n d o día y noche sin descanso, venciendo las múltiples dificultades que se han opuesto a nuestra campaña, de manera patriótica y heroica. El invencible aliento para esta lucha ha surgido de lo más hondo del pueblo y especialmente de sus masas trabajadoras. Mi candidatura ha inspirado tanta confianza, esencialmente porque la clase obrera, los campesinos, la clase media y los intelectuales progresistas saben que por encima de toda propaganda, yo soy su candidato, que estoy ligado al pu eb lo con lazos de finitivo s y no transitorios, que represento u n a c a u s a h i s t ó r i c a q u e v a m á s a llá d e la s f i n a l id a d e s d e u n a campaña electoral, porque pretende ante y sobre todo la independencia nacional y la liberación del pueblo.
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Pero yo no soy solamente el candidato de un partido o de un grupo de partidos. Soy un candidato con un programa de defensa de la nación y del pueblo en su conjunto y por eso he recibido el apoyo y la simpatía de vastos sectores nacionales, de cientos de miles de hombres y mujeres que no pertenecen a ningún partido y que profesan las más diferentes creencias religiosas. En esta campaña hemos podido comprobar, una vez más, que el pueblo mexicano nunca se divide por cuestión de creencias religiosas o de credos filosóficos, sino que se divide, hoy, fundamentalmente en dos fuerzas: la fuerza de los que quieren paz, pan y democracia y la fuerza de los que pretenden continuar la situación actual de sumisión a n te el im p e r ia l is m o , d e a v e n t u ra s e n el c a m p o i n t e r n a c i o nal, de explotación ilimitada del pueblo y denegación de sus libertades. El dilema es simple: seis años más iguales a éstos o seis años diferentes que van a representar un nuevo ascenso de la Revolución Mexicana, del progreso del pueblo y de la lucha secular por la independencia de México. Y o , q u e n o p r o fe s o r e l ig i ó n a l g u n a — p e r o q u e s ie n t o el más sincero y profundo respeto hacia las creencias de los d e m á s — d e c la r o c o n o r g u ll o q u e e n esta c a m p a ñ a u n a proporción gigantesca de católicos me ha dado su apoyo. Cientos de miles de católicos han participado en todos los actos de m i gira a través de la Rep úb lica. D e esos m e xicanos creyentes he recibido contribuciones económicas, bendiciones y reliquias, con las cuales han querido expresarme su fervoroso deseo de llegar a la victoria en la gran cruzada de salvación nacional en que estamos empeñados. Por eso se han acerca do a m í m iles de m ujeres y h o m bres, sabiendo cómo pienso yo, y me han dicho: “que la V i r g e n d e G u a d a l u p e l o a c o m p a ñ e ” . “ Q u e D i o s lo p r o t e j a ” . “Que Dios lo lleve al triunfo”. Y se h a n q u i ta d o d e l c u e l lo lo s e m b l e m a s r e l ig i o s o s fin de dármelos y me han llenado de bendiciones en todas partes. Esta actitud del pueblo, en que la expresión de su deseo y su creencia se confunde, es demostración de que
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e l p u e b l o , n o i m p o r t a s u c re e n c i a r e l ig i o s a , s a be e s c o g e r el camino de su salvación y de la salvación de la patria. El pueblo une sus creencias religiosas a sus reivindicaciones económicas y políticas y a su gran anhelo de vivir en paz, bienestar y libertad. He recibido también el apoyo de los protestantes, de los masones, de los liberales y de muchas gentes sencillas que solamente tienen una elemental conciencia democrática. Me considero, por tanto, mexicanos, un candidato de las grandes fuerzas populares mayoritarias del país que luchan contra la situación actual y quieren de verdad una v u e l ta d e M é x i c o a la s e n d a d e l p r o g r e s o , d e l b ie n e s ta r , de la independencia y de la paz. P o r e s o, al t e r m i n a r h o y m i g i r a p o l í t ic a p o r e l p a ís , apoyado en lo que mis ojos vieron y sintió mi corazón, me s ie n t o p l e n a m e n t e a u t o r i z a d o p a r a d e c l a r a r s in j a c t a n c i a q u e e l p u e b l o , e n s u m a y o r í a , v o t a r á el G d e j u l i o p o r V i c e n te L o m b a r d o T o l e d a n o y q u e la s m a s as p o p u l a re s n os han prestado y nos prestan el apoyo necesario para aspirar a gobernar el país legal y pacíficamente. Y o n o m e h e e n m a s c a r a d o n u n c a . J a m á s h e o c u lt a d o m i s con vicciones filosóficas ni m is convicciones p olíticas. Q uienes quieran votar por mí, sepan una vez más o sépanlo por primera vez, que van a votar por un defensor decidido de la paz del mundo, por un adversario intransigente del imperialismo yanqui, por un mexicano que quiere la amistad profunda y permanente entre todos los países de la Tierra y por un enemigo de la oligarquía que trata de prolongar una dictadura antipopular en el país por seis años más. Y o s oy u n m i l it a n t e d e la c l as e o b r e ra c o n u n a c o n v i c ción marxista. Soy un partidario resuelto del socialismo y tengo la firme convicción de que el socialismo imperará en todos los países de la Tierra. Pero en el actual momento de la evolución histórica de México, antes que luchar por la im p l a n t a c i ó n d e l r é g i m e n s o cia lis ta , t e ne m o s q u e l u c h a r por la independencia económica y política de México, por el mejoramiento de las condiciones de vida del pueblo y por las libertades políticas que la Constitución y las leyes del país establecen.
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La plataforma electoral que mi partido formuló y que todos los partidos de la oposición han hecho suya, no es un programa socialista; es un programa democrático, nacionalista y antiimperialista, que recoge las aspiraciones concretas de los principales sectores del pueblo y se ajusta por entero a las actuales necesidades de la nación. No hay nada de utópico, temerario o demagógico en nuestra plataforma electoral ni tampoco en mi prédica como candidato a la Presidencia de la República. T o d o lo q u e h e p r o m e t id o y p r e c o n i z o e s p e r f e ct a m e n t e realizable, con sólo que se quiera gobernar con rectitud, c o n e n t e r e z a , c o n p a t r io t is m o , c o n li m p i e z a , c o n d e v o c ió n a lo s in t e r e se s d e M é x i co , c o n c o n o c i m i e n t o v e r d a d e r o d e la situación nacional e internacional y con apego a los grandes intereses del pueblo. No es utópico ni demagógico pedir un alza general y constante de salarios, para que los trabajadores no sucumban víctimas del hambre, la desesperación y la miseria. No es temerario pedir que el dinero que hay en el país, el crédito del país, privado y público, sea canalizado hacia fines de producción y de auténtico beneficio social. No es temerario pedir la nacionalización de la industria eléctrica y de las minas de carbón. Un gobierno patriota, el de Lázaro Cárdenas, realizó la expropiación del petróleo hace catorce años, y sin embargo el país no se hundió, al contrario, entró en una nueva fase de su desarrollo económico y la industria petrolera es hoy una de las bases de la industrialización del país. Mi posición respecto a los problemas de la convivencia internacional no puede ser más clara. En esta campaña he ido a la frontera de México con los Estados Unidos para declarar que deseamos la amistad real y sincera entre los p u e b l o s d e E st a d o s U n i d o s y d e M é x i c o , p e r o h e m o s d e clarado que esa amistad debe basarse en el respeto verdadero a los intereses y a la soberanía de nuestro país y no a la imposición arbitraria de los designios del imperialismo yanqui. Yo he sido, soy y seré, un amigo sincero y firme del pueblo de los Estados Unidos, pero también he sido, soy y
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s er é to d a m i v i d a u n a d v e r s a ri o ir r e d u c t ib l e d e l im p e r i a lismo norteamericano. El imperialismo yanqui se ha conv e r t id o e n e l e n e m ig o j u r a d o d e la i n d e p e n d e n c i a d e to d as las naciones y de la paz mundial, y amenaza con llevar a l a h u m a n i d a d a u n a c a tá s tr o fe s in p a r a l e l o e n la h is t o r ia . He ido a nuestra frontera con la hermana República de Guatemala para desde allí enviar a todos los pueblos de la A m é r ic a L a t i n a — o p r im id o s y v eja do s— u n m e n sa je d e solidaridad, para declarar que considero que México debe fortalecer sus vínculos de amistad y cooperación con los pueblos que están privados de su independencia y quieren conquistarla. Nuestra unión con la América Latina, para defendernos de la penetración imperialista yanqui, debe ser cada día mayor y más vigorosa. He declarado que la emancipación de Guatemala y los demás países de Centroamérica depende de la libertad y la soberanía de México; y la emancipación de América del Sur depende del grado en que México y Centroamérica defiendan a nuestra raza, nuestros intereses de la amenaza del imperialismo yanqui. De la misma manera en la medida en que los países de América Latina sean independientes, México tendrá asegurada su independencia y su progreso. Mi campaña como candidato presidencial ha sido una gran campaña en defensa de la paz del mundo. Nuestro pueblo se ha levantado en las grandes asambleas cívicas que hemos realizado en todo el país, para repudiar la política belicista de los Estados Unidos, para reclamar un pacto de paz entre las grandes potencias, para condenar el empleo de las armas de destrucción en masa y para pedir que M é x i c o m a n t e n g a r e la c io n e s d e a m is ta d c o n t o d o s lo s p aís e s d e la T i e r r a , s i n d i s c r i m i n a c i ó n d e c a rá c t e r i d e o l ó g i co . Y o d e c l a r o q u e M é x i c o n o d e b e s u je t a r su p o l í ti c a i n t e r nacional a las indicaciones o insinuaciones de Washington. M é x i c o n o t ie n e p o r q u é h a c e r su y os l o s c o n f l ic t o s e n que se han envuelto los Estados Unidos, a causa de la política agresiva de sus actuales gobernantes. M é x i c o n o d e b e f ir m a r n i n g u n a c la se d e p ac to s m i li ta res con los Estados Unidos.
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México no tiene por qué secundar la ruinosa carrera de armamentos del país vecino. México no debe enviar un solo mexicano a pelear en Corea ni en ningún otro de los campos de guerra donde el imperialismo yanqui, sediento de poder y de sangre, ataca a pueblos que, como el nuestro, pelean por su independencia y su libertad. México debe mantener estrictamente su política intern a c i o n a l d en tr o de lo s p r in c i p i o s d e la C a r t a d e la O N U y n o s u b o r d i n a r se a la d i p l o m a c i a y a n q u i , q u e h a h e c h o d e la O N U u n in s t ru m e n t o d e d o m in a c i ó n im p e r i a lis t a y de guerra y no de paz. México debe mantener relaciones de amistad y un intercambio comercial mutuamente ventajoso con todos los países de la Tierra: con los Estados Unidos y con China, con Argentina y Checoslovaquia, con Polonia y con Francia, con Inglaterra y con la Unión Soviética. S ó l o c o n u n a p o l ít i c a a sí, M é x i c o f a v o r e c er á su s p r o p i o s in t e re s es y c o n t r i b u i r á a e s t a b le c e r u n o r d e n m u n d i a l en que puedan coexistir pacíficamente todos los regímenes sociales. Desde esta Plaza de la Constitución, corazón de nuestra larga historia, donde se levantó en un tiempo el palacio de los monarcas indígenas y hoy se alzan el Palacio Nacional, sede de los poderes, y la orgullosa Catedral de México — s a n t u a rio d e la fe d e m i l lo n e s d e c o m p a t r io t a s — m e d i rijo a todos los mexicanos sin distinción con un mensaje pleno de optimismo y de confianza en el porvenir. Inicié mi campaña electoral en el pequeño pueblo de Ixcateopan, para rendir un tributo, en la memoria del héroe Cuauhtémoc, a los fundadores primitivos de nuestra nacionalidad y a sus descendientes, los millones de indígenas que siguen sufriendo una doble opresión y sin cuya e m a n c i p a c i ó n M é x i c o n o p o d r á s er j a m á s u n p a í s li b r e y grande. T e rm ino hoy, aquí, m i gira, en la capital de nue stra República, que simboliza las glorias pasadas de nuestro pueblo, el presente esforzado y sus mejores sueños para el futuro.
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La nación sabe ya por qué hemos entrado en esta luc h a , l o qu e s o mo s y l o q u e d es e a m o s . Deseamos paz para los mexicanos, la paz para todos los pueblos. Deseamos la independencia completa de México. Deseamos pan, vestido, alojamiento digno para todos l o s h a b i t a n t es d e e s t a t i er r a y e s p e c i a lm e n t e p a r a l o s q u e c o n s u t r a b aj o m a t e r i a l o i n t e l e ct u a l h a c e n p o si b l e la existencia de la nación. Deseamos el desarrollo vigoroso e independiente de la agricultura y de la industria nacional, en las cuales deben encontrar los mexicanos ocupación y el sustento necesario y la fuerza material para fincar la independencia verdadera que debe ser la base de la grandeza de México. D e s e am o s l i b e r t a d p a r a t o d o s l o s h a b i t a n t e s d e e s t a tierra. Libertad Libertad Libertad Libertad Libertad Libertad Lib erta d militar. Libertad pueblo.
de pensamiento. de religión. de palabra. de reunión. de trabajo. para asociarse pacífica y lícitamente. p a r a m i li t a r e n e l p a r t i d o e n q u e se q u i e r a para votar y para hacer respetar el voto del
Esta es, en síntesis, nuestra demanda, la demanda del pueblo de México. P a ra s o s t e n e r e s ta d e m a n d a y h a c e r la t r iu n f a r , p i d o una vez más a todos los mexicanos patriotas que decidan el gran dilema planteado. ¿Qué desean? ¿La continuación de la política del actual gobierno o la rectificación a fondo de esa política? E l p u e b lo d e M é x i c o , e n h o r a s d i fíc ile s , en m o m e n t o s decisivos, como corresponde a un conglomerado humano
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con profundas raíces en la tierra y en la historia, es indivisible y este gesto de repulsa y este grito afirmativo pidiendo un cambio, no es más que el mismo que ha dado antes el pueblo en el resto del país. Por eso me atrevo a afirmar que si llego a la Presidencia de la República por voluntad del pueblo, haremos una unidad tan sólida, tan profunda y ejemplar, que será el pueblo el que gobierne a través de sus órganos represent at iv o s y e l p r e s i d e n t e V i ce n t e L o m b a r d o T o l e d a n o n o as pirará a ser más que un siervo de la nación mexicana. Si soy elegido Presidente de la República, mi gobierno s er á u n g o b ie r n o d e m o c r á t ic o y a n t i im p e r i a li s t a d e u n i ó n estrecha con el pueblo, que pondrá nuevamente en marcha la Revolución Mexicana. Mexicanos: Ésta es la última vez que les hablo como candidato en la presente campaña electoral, pero cualquiera que sea el resultado de la lucha mi voz seguirá escuchándose, pues debo declarar que seguiré al lado de mi pueblo y nadie quebrantará mi resolución de vivir hasta el último momento como un soldado más del gran ejército que lucha por la liberación de los pueblos. Entramos a esta campaña sin reservas ni temores. Así la terminamos. He pedido al pueblo su apoyo y no hemos de rehuir las consecuencias de la lucha. Pero no somos demagogos irresponsables. Somos dirigentes populares que poseemos una concepción precisa de la realidad y de los medios para transformarla. Cuando hemos hablado de la necesidad de que haya una solución democrática y pacífica de la sucesión presidencial, hemos estado seguros de que ésa es la única solución patriótica, útil a nuestro pueblo. E l p u e b l o q u i e r e est a so l u c i ó n d e m o c r á t i c a y p a c í fi ca . Si no hay una solución democrática, el abismo que ya existe entre gobierno y pueblo se ensanchará aún más, se abrirá la puerta a nuevos y más grandes conflictos y la
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o l ig a r q u í a s e c o n d e n a r á a sí m is m a a u n a d e r ro t a i g n o m i niosa, que no tardará mucho. Si el gobierno ofende al pueblo, será este régimen el autor del conflicto que va a engendrar y el responsable histórico d e esa situación . Pero también es indispensable un a solución pacífica , porque de otra manera nuestro pueblo será obligado a nuevos y tremendos desgarramientos. Volverá a correr la s a n g r e y e l im p e r ia l is m o n o r t e a m e r ic a n o lo g r a r á l o qu e n o ha podido conseguir hoy y nuestro país pasará de semicolonia a una vil colonia d e los yan quis. Yo lucho y lucharé con todas mis fuerzas contra la imposición y contra la violencia. Por eso me opong o con todas mis energías lo mismo al fraude electoral que al empleo de la violencia en esta campaña. Porque por la violencia y la guerra civil perderemos la independencia y por el fraude también. El pueblo está encontrando medios y caminos para luchar eficazmente contra sus opresores nacionales y extran je ro s . L a c o n c ie n c ia cív ica , la re cie d u m b re so cia l son g a rantías de que el p ueblo h a encontrado rutas pacífi cas, d e m o c r á t ic a s y e f ic a c e s p a ra i m p e d i r q u e se v io l e su o p i nión y lograr que cambie el rumbo de la nación. Cualquiera que sea el resultado de la contienda, pues estamos todavía lej os de la instalación del g obiern o futuro y nadie puede predecir lo que ocurrirá, tengo la seguridad de que si el pueblo marcha unido y hace valer su volunt ad p o r e n c i m a d e p a s io n e s b a st a rd a s, l o g r a r e m o s la v ic t o ria que el pueblo ya ha conquistado en esta marcha gigante sc a q u e h e m o s p r e s e n c i a d o . E l p u e b l o e stá en m a r c h a y nada ni nadie podrá detenerlo. Mexicanos: Yo soy el homb re más feliz del mundo, el más feliz de la historia si pudiera hacerse una comparación. Yo soy un m ilitante de m i pu eb lo, de la clase traba jadora, que jam ás a m b i c i o n é c a r g o s p ú b l ic o s y n u n c a p e n s é e n s e r el j e f e d el gobierno, y he recibido en esta gira que hoy termina, por
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los sacrificios que haya podido realizar en treinta años de lu c h a , la c o m p e n s a c i ó n m á s h o nr os a. H e r e c i b id o e l c a r iñ o d e m i p u e b lo , d e l r e sp e t o h ac ia m i h u m i ld e p e r s o n a d e militante de mi patria. Gracias, pueblo mío, por esta movilización maravillosa que te ha dado rango de vigía, de baluarte de todo un continente; gracias por esta pasión encendida y creadora; gracias por no abandonar las tradiciones positivas de nuestro pueblo; gracias porque has vuelto a encender tu espíritu en la lámpara que sólo los malos mexicanos no ven; gracias porque te has salvado tú mismo y has salvado a tus hijos; gracias porque vas a hacer de México una nación grande, respetable y respetada. Mexicanos: Tengan fe en nuestro propio pueblo; él es, sin que preconicemos diferencias de pueblos, uno de los más grandes de la Tierra. Mantengan la fe, háganla florecer y fructificar. Mexicanos, mexicanos, mexicanos: ¡A la victoria de la causa de la paz, el pan y la de m o cracia, el 6 de ju lio! ¡A la victoria despu és d el 6 d e julio ! ¡V IV A M É X I C O ! ¡V IV A M É X I C O ! ¡V IV A M É X I C O !
DISCURSO DEL PRESIDENTE SALVADOR ALLENDE, DE LA REPÚBLICA DE CHILE, EN LA UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA 2 de diciembre de 1972* Q u é d i f íc i l e s p a r a m í p o d e r e x p r e s a r lo q u e he v iv i d o y sentido en estas breves y largas horas de convivencia con el p u e b lo m e x i ca n o , c o n su g o b ie r n o . C ó m o p o d e r tr a d u cir lo que nosotros, integrantes de la delegación de nuestra patria, hemos recibido en generosa entrega y como aporte solidario a nuestro pueblo en la dura lucha en que está empeñado. Yo, más que otros, sé perfectamente bien que esta actit ud d e l p u e b l o d e M é x i c o n a c e de su p r o p i a h i s t o ri a . Y a q u í se h a r e c o r d a d o y a c ó m o C h i le e st uv o p r e se n t e j u n t o a J u á r e z , e l h o m b r e d e la in d e p e n d e n c i a m e x i c a n a p r o y e c tada en ámbito continental; y cómo entendemos perfectamente bien que, además de esta raíz común, que antes f u e r a fr e n te a lo s c o n q u i s ta d o r e s , M é x i c o e s e l p r i m e r p a í s d e L a t i n o a m é r i c a q u e e n 1 9 3 8 , a t ra v és d e la a c c ió n d e u n hombre preclaro de esta tierra y de América Latina, nacionaliza el petróleo a través de la acción del general, presidente Lázaro Cárdenas. Por eso ustedes, que supieron del ataque alevoso, tuvieron que sentir el llamado profundo de la patria en un superior sentido nacional; por eso ustedes, que sufrieron largamente el embate de los intereses heridos por la nacionalización; por eso ustedes, más que otros pueblos de este
4 http://www.abacq.net/imaginena/discur5.htm • • • •
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continente, comprenden la hora de Chile, que es la misma que ustedes tuvieron en 1938 y los años siguientes. Por eso es q u e la s o l id a r i d a d d e M é x i c o n a c e e n su p r o p i a e x p e riencia y se proyecta con calidad fraternal frente a Chile, que está hoy realizando el mismo camino liberador que ustedes. Quiero agradecer las palabras del ingeniero Ignacio Mora Luna, a nombre de los profesores de la Universidad de Guadalajara; las del licenciado Enrique Romero González, a nombre de las autoridades universitarias, y las del c o m p a ñ e r o G u i l le r m o G ó m e z R e y e s, p r e sid e n t e d e la Fe deración de Estudiantes de esta Universidad. Bien decía el presidente Echeverría, cuando él señalara que este viaje era conveniente que llegara a conocer la p r o v i n c i a , y e l ig i e r a a J a l i s c o , y m e h a b l a r a d e G u a d a l a j a r a y d e su U n i v e r s i d a d . Y o se l o a g r a d e c í , y a h o r a — p o r c i e r to— se lo agrad ezco más. Porqu e si hem os recibid o el afecto cálido del pueblo mexicano, de sus mujeres y de sus h o m b r e s , qu é p u e d e s i g n i f ic a r m á s q u e e s t ar j u n t o a la ju v e n tu d , y se n tir có m o e lla la te y p re su ro sa m e n te , con una clara conciencia revolucionaria y antimperialista. Desde que llegara cerca de esta universidad, ya comprendí perfectamente bien el espíritu que hay en ella, en los letreros de saludo a mi presencia aquí, tan sólo como mensajero de mi pueblo, con los cambios, con la lucha por la independencia económica y por la plena soberanía en nuestros pueblos. Y p o r q u e u n a v e z f u i u n i v e r s i t a r i o , h a c e la r g o s a ñ o p o r cie r to — n o m e p r e g u n t e n c u á n t o s — , p o r q u e p a sé p o r l a u n i v e r s i d a d 110 e n b ú s q u e d a d e u n t í t u l o s o l a m e n t e : porque fui dirigente estudiantil y porque fui expulsado de la universidad, puedo hablarles a los universitarios a distancia de años; pero yo sé que ustedes saben que no hay q u e r e l la d e g e n e r a c i o n e s : h a y j ó v e n e s v ie jo s y v ie j o s j ó v e nes, y en éstos me ubico yo. H a y jó v e n e s v ie jo s q u e c o m p r e n d e n q u e s e r u n i v e r s it a rio, por ejemplo, es un privilegio extraordinario en la inmensa mayoría de los países de nuestro continente. Esos jó v e n e s vie jo s cre e n q u e la u n iv e r s id a d se h a le van ta d o
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como una necesidad para preparar técnicos y que ellos deben estar satisfechos con adquirir un título profesional. Les da rango social y el arribismo social, caramba, qué dramáticamente peligroso, les da un instrumento que les permite ganarse la vida en condiciones de ingresos superiores a la mayoría del resto de los conciudadanos. Y estos jóv en es viejos, si son arquitectos, p o r ejem plo, no se preguntan cuántas viviendas faltan en nuestros países y, a veces, ni en su propio país. Hay estudiantes que con un criterio estrictamente liberal, hacen de su profesión el medio honesto para ganarse la vida, pero básicamente en función de sus propios intereses. A ll á h a y m u c h o s m é d i co s — y y o so y m é d i co — q u e n o c o m p r e n d e n o n o q u ie r en c o m p r e n d e r qu e la sa lu d se c o m p r a , y q u e h a y m i l e s y m i l e s d e h o m b r e s y m u j e r e s en América Latina que no pueden comprar la salud; que no quieren entender, por ejemplo, que a mayor pobreza mayor enfermedad, y a mayor enfermedad mayor pobreza y q u e , p o r t a n to , si b i e n c u m p l e n a t e n d i e n d o a l e n f e r m o q ue demanda sus conocimientos sobre la base de los honorarios, no piensan en que hay miles de personas que no pueden ir a sus consultorios y son pocos los que luchan porque se estructuren los organismos estatales para llevar la salud ampliamente al pueblo. De igual manera que hay maestros que no se inquietan e n q u e h a y a t a m b i é n c ie n t o s y m i le s d e n i ñ o s y d e j ó v e n e s q u e n o p u e d e n i n g r e s a r a la s e sc ue la s. Y el p a n o r a m a d e América Latina es un panorama dramático en las cifras, de su realidad dolorosa. Llevamos, casi todos los pueblos nuestros, más de un siglo y medio de independencia política, y ¿cuáles son los datos que marcan nuestra dependencia y nuestra explotación? Siendo países potencialmente ricos, la inmensa mayoría somos pueblos pobres. En América Latina, continente de más de 220 millones de habitantes, hay cien millones de analfabetos y semianal fabetos. En este continente hay más de 30 millones de cesantes absolutos, y la cifra se eleva por sobre 60 millones tomando en consideración aquellos que tienen trabajos ocasionales.
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En nuestro continente 53% de la población según algunos, y según otros 57%, se alimenta en condiciones por debajo de lo normal. En América Latina faltan más de 26 millones de viviendas. En estas circunstancias cabe preguntar, ¿cuál es el dest in o d e la j u v e n t u d ? P o rq u e e ste co n t in e n t e e s u n c o n t i n e n te j o v e n . 5 1 % d e la p o b l a ci ó n d e A m é r i c a L a t i n a e stá p o r d e b a jo d e lo s 2 7 a ñ o s, p o r eso p u e d o d e c i r — y o ja lá m e e q u iv o q u e — q u e n in g ú n g o b i e rn o e in c lu y o , p o r c i e r to, el mío y todos los anteriores de mi patria, ha podido solucionar los grandes déficit, las grandes masas de nuestro continente en relación con la falta de trabajo, la alimentación, la vivienda, la salud. Para qué hablar de la recreación y del descanso. En este marco que encierra y aprisiona a nuestros pueblos hace un siglo y medio, es lógico que tengan que surgir, desde el dolor y el sufrimiento de las masas, anhelos de alcanzar niveles de vida y existencia y de cultura. Si hoy tenemos las cifras que aquí he recordado, ¿qué va a ocurrir si las cosas no cambian cuando seamos 360 ó 600 millones de habitantes? En un continente en donde la e x p l o s ió n d e m o g r á f ic a e stá d e st in a d a a c o m p e n s a r la a lta mortalidad infantil, los pueblos así se defienden; pero a p e s a r d e e llo a u m e n t a v ig o r o s am e n t e la p o b l a c i ó n d e n u e s tros países, y el avance tecno lógico en el ca m po de la m e d i c in a h a e l ev a d o — y ta m b i é n al m e j o ra r se c o n d i c i o n e s d e v id a h a m e j o r a d o — e l p r o m e d i o d e n u e s t ra e x i s t e n c i a q u e, po r cierto, es m uy in ferio r al de los países del ca pita lism o industrial y a los países socialistas. P ero n i n g ú n g o b i e r n o d e este c o n t in e n t e — d e m o c r á t i cos los hay pocos, pseudodemocráticos hay más, dictatoriale s t a m b i é n lo s h a y — , n i n g ú n g o b i e rn o h a s i d o c a p a z d e superar los grandes déficit, reconociendo, por cierto, que han hecho esfuerzos indiscutiblemente laudatorios por gobierno, y especialmente por los gobiernos democráticos, porque escuchan la voz, la protesta, el anhelo de los pueblos mismos para avanzar en la tentativa frustrada y hacer posible que estos déficit no sigan pesando sobre nuestra existencia.
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¿Y por qué sucede esto? Porque somos países mono productores en la inmensa mayoría: somos los países del cacao, del banano, del café, del estaño, del petróleo o del cob rre e . S o m o s p a í s e s p r o d u c t o r e s d e m a t e r ia ia s p r im i m a s e im im p o r tadores de artículos manufacturados; vendemos barato y compramos caro. N o s o t r o s , al a l c o m p r a r c a ro r o es e s ta ta m o s p a g a n d o e l a lt l t o in in greso que tiene el técnico, el empleado y el obrero de los países industrializados. Además, en la inmensa mayoría de los casos, como las riquezas fundamentales están en manos del capital foráneo, se ignoran los mercados, no se interviene en los precios, ni en los niveles de producción. La experiencia la hemos vivido nosotros en el cobre, y ustedes en el petróleo. S o m o s p a í se s e s e n d o n d e e l g r a n c a p i t a l f in i n a n c i e r o b u s ca ca , y encuentra, por complacencia culpable muchas veces de gente que no quiere entender su deber patriótico, la posibilidad de obtenerlo. ¿ P o r q u é ? ¿ Q u é e s el im i m p e r i a li li s m o , c o m p a ñ e r o s j ó v e n e s ? Es la concentración del capital en los países industrializados que alcanzando la fuerza de capital financiero, abandonan las inversiones en las metrópolis económicas, para hacerlo en nuestros países y, por lo tanto, este capital que e n su su p r o p i a m e t r ó p o l i ti ti e n e u t i li li d a d e s m u y b a ja ja s , a d q u i e r e grandes utilidades en nuestras tierras, porque, además, muchas veces las negociaciones son entre las compañías que son dueñas de éstas y que están más allá de nuestras fronteras. E n t o n c e s , s o m o s p a í s e s q u e 110 a p r o v e c h a m o s l o s e x c e dentes de nuestra producción, y este continente ya conoce, no a través de los agitadores sociales con apellido político, como el que yo tengo de socialista, sino a través de las cif r as a s d e la la C E P A L , o r g a n i s m o d e la s N a c io i o n e s U n i d a s , qu qu e e n la la ú l ti t i m a d é c a d a — n o p u e d o e x a c ta t a m e n t e d e c i r si si d e 1950 a 1960 o de 1956 a 1966— , A m érica Latina expo rtó mucho más capitales que los que ingresaron en ella. De esta manera se ha ido produciendo una realidad que es común en la inmensa mayoría de todos nuestros p u e b l o s : s o m o s p a ís í s e s r ic ic o s p o t e n c i a lm l m e n t e , y v i v im im o s c o m o
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pobres. Para poder seguir viviendo, pedimos prestado. Pero al mismo tiempo somos países exportadores de capitales. Paradoja típica del rég im en en el sis s istema tema capitali capitalista. sta. P o r e l lo lo , e n to t o n c e s, s , es es i n d i s p e n s a b l e c o m p r e n d e r q u e dentro de esta estructura, cuando internacionalmente los países poderosos viven y fortalecen su economía de nuestra pobreza, cuando los países financieramente fuertes necesitan cesitan de nuestras m aterias p rim as p ara ser fuertes fuertes,, cuan do la realidad de los mercados y los precios lleva a los pueblos de éste y otros continentes, a endeudarse, cuando l a d e u d a d e lo l o s p a í se se s d e l T e r c e r M u n d o a l ca c a n z a l a f a n tá tá s tica cifra de 95 mil millones de dólares, cuando a mi país, país democrático, con muy sólidas instituciones, país que tiene un Congreso en funciones hace 160 años, país en d o n d e l as as F u e rz r z a s . A rm rm a d a s — i g u a l q u e e n M é x i c o — so n fuerzas armadas profesionales, respetuosas de la ley y la voluntad popular; cuando mi país, que es el segundo productor de cobre en el mundo y tiene las más grandes reservas de cobre del mundo y tiene la más grande mina de tajo abierto del mundo y tiene la más grande mina subterránea del mundo, Chuquicamata y El Teniente; cuando mi país se ha visto obligado a endeudarse con una deuda externa per cápita que sólo puede ser superada por la deuda que tiene Israel, que podemos estimar que está en guerra; cuando yo debía haber cancelado este año para amortizar y pagar los intereses de esa deuda 420 millones de dólares, que significan más de 30 por ciento del presupuesto de ingresos, uno puede colegir que es imposible que pueda esto seguir y que esta realidad se mantenga. Si a ello se agrega que los países poderosos fijan las n o r m a s d e la la c o m e r c i a l iz iz a c i ó n , c o n t r o l a n l o s f l e te t e s, s, i m p o nen los seguros, dan los l os créd itos liga liga do s que im i m p lica la la obligación de invertir un alto porcentaje en esos países; si además sufrimos las consecuencias que emanan y que cuando los países poderosos, o el país más poderoso , del capitalismo estiman necesario devaluar su moneda, las conse cuen cias las las pa gam os nosotros, y si tiem tiem bla el m ercado del dinero en los países industrializados, las cons ecuencias son mucho más fuertes, mucho más duras y pesan más
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sobre nuestros pueblos. Si el precio de las materias primas baja, el precio de los artículos manufacturados, y aún los alimentos, suben; cuando el precio de los alimentos sube, nos encontramos que hay barreras aduaneras que impiden que algunos países que pueden exportar productos agropecuarios lleguen a los mercados de consumo, los países industriales. El caso de mi patria es elocuente: nosotros producimos entre la gran minería, cerca de 750 mil toneladas de cobre. Entre Zambia, Perú, Zaire y Chile, signatarios de lo que se l la la m a C I P E C , e n t r e e st st o s c u a tr t r o p a ís í s e s se p r o d u c e 7 0 % d e l c o b r e q u e s e c o m e r c i a l iz i z a e n e l m u n d o , m á s d e tr t r e s m i l lo lo nes de toneladas, pero el precio del cobre se fija en la bolsa de Londres y se transa tan sólo 200 mil toneladas. Y Chile hace tres años, por ejemplo, tuvo un promedio de precio de la libra de cobre año, superior a los 62 centavos, y cada centavo que suba o baje el precio de la libra de cobre, significa 18 millones de dólares más o menos de ingreso para nuestro país. El año 1971, el precio del cobre, del último año de gobierno del presidente Frei, fue de 59 centavos la libra. En e l p r i m e r a ñ o d e l G o b i e r n o P o p u l a r fu fu e t a n so so lo l o d e 4 9 . E s te te año, seguramente no va a alcanzar más allá de 47,4; pero en valores reales, después de la devaluación del dólar, este p r o m e d i o s e rá r á , a l o s u m o , 4 5 . Y e l c o st st o d e p r o d u c c i ó n nuestro, a pesar de que son minas con un alto porcentaje de riqu eza m ine ra y están est án cerca cerc a del mar, rodea los l os 45 ce ntavos en algunas de ellas; y es, por cierto, más alto por una técnica inferior en la producción de la pequeña y mediana minería. He puesto este ejemplo porque es muy claro. Nosotros, que tenemos un presupuesto de divisas superior a muchos países latinoamericanos, que tenemos una extensión de tierra que podría alimentar, y debería alimentar, a 20 a 25 millones de habitantes, hemos tenido que importar, desde s ie i e m p r e — p o r a s í d e c i r lo lo — , c a r n e t ri r i g o , g ra ra s a , m a n t e q u i lla lla y aceite: aceite: 20 0 m illo ill o n e s de dólares al a l año. Y d e s d e q u e e s ta t a m o s e n e l G o b i e r n o P o p u la la rr,, t e n em em o s q u e i m p o r t a r m á s a l im im e n t o s ; p o rq rq u e te n e m o s c o n c i e n c i a
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que importar más alimentos que aún importando como lo hicieron los gobiernos anteriores, 200 millones de dólares a l a ñ o , e n C h i le e l 4 3 p o r ci en t o d e la p o b l a c i ó n se a l im e n t ab a p o r d e b a jo d e lo n o r m a l . Y a q u í , est a c a sa d e h e r m a nos, yo, que soy médico, que he sido profesor de medicina social y el presidente durante cinco años del Colegio Médico de Chile, puedo dar una cifra que no me avergüenza, pero que sí me duele, en mi patria, porque hay estadísticas y no las ocultamos: hay 600 mil niños que tienen un desarrollo mental por debajo de lo normal. Si acaso un niño en los primeros ocho meses de su vida no recibe la proteína necesaria para su desarrollo corporal y cerebral, si ese niño no recibe esa proteina, se va a desarrollar en forma diferente al niño que pudo tenerla, y que l ó g i c a m e n t e es c a si sie m p r e e l h i jo d e u n s e c to r m i n o r i t a rio, de un sector poderoso económicamente. Si a ese niño que no recibió la proteína suficiente, después de los ocho m e s e s se la d a , p u e d e r e c u p e r a r y n o r m a l i z a r el d e s a r r o l lo normal de su cerebro. Por eso muchas veces los maestros o las maestras en su g r a n l a b o r — y o s ie m p r e v i n c u l o a lo s m a e s t ro s y a lo s m é d i co s c o m o p r o f e sio n a l e s d e u n a g r a n r e s p o n s a b i lid a d — , muchas veces los maestros o las maestras ven que el niño no asimila, no entiende, no aprende, no retiene; y no es porque ese niño no quiera aprender o estudiar: es porque cae en condiciones de menor valía, y eso es consecuencia de un régimen y de un sistema social; porque por desgracia, hasta el desarrollo de la inteligencia está marcado por la ingestión de los alimentos, fundamentalmente los prim e r o s o c h o m e s es d e la v id a . Y c u á n ta s s o n l a s m a d r e s proletarias que no pueden amamantar a sus hijos, cuando nosotros los médicos sabemos que el mejor alimento es la leche de la madre, y no lo pueden hacer porque viven en las poblaciones marginales, porque sus compañeros están cesantes y porque ella recibe el subalimento, como madres ellas están castigadas en sus propias vidas, y lo que es más injusto, en la vida de sus propios hijos, por eso, claro. Los gobiernos progresistas, como los nuestros, avanzamos en iniciativas que tienen un contenido, pero que in
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discutiblemente es un paliativo; por ejemplo, en mi país e stá la a s i g n a c i ó n f a m i li a r p r e n a t a l, se p a g a a la m u j e r q u e e st á e s p e r a n d o f a m i li a d e s d e el te r c e r m e s d e l e m b a r a zo ; se h ac e r e a l d e s d e el q u in t o , d o n d e p u e d e c o m p r o bar que efectivamente está esperando familia. Esto tiene un doble objetivo: que tenga un ingreso que se entrega a la madre para que pueda ella alimentarse mejor. Y en la e ta p a f in a l, c o m p r a r a lg o p a r a lo q u e p o d r í a m o s l la m a r la mantilla, los pañales del niño. Y, por otra parte, para recibir este estipendio, que es un sobresalario, requiere un control médico y, por lo tanto, o bliga a la m ad re a ir a con trolarse. Y en ese caso, si la madre está, y es tratada oportunamente, el hijo nace sano. Y, además se le dan las más elementales nociones sobre el c u i d a d o d e l n i ñ o . Y t e n e m o s l a a s ig n a c i ó n f a m i li a r q u e se paga también desde que el niño nace hasta que termina de estudiar, si estudia. Pero no hemos podido, por ejemplo, nosotros, nivelar la asignación familiar, porque un Congreso que representa, no a los trabajadores en su mayoría, establece, como s ie m p r e , le y es d i s c r im i n a t o r i a s . Y e n m i p a t r ia h a b í a a s i g nación diferente para bancarios, para empleados públic os, p a r t ic u l a r e s , F u e r z a s A r m a d a s , o b r e ro s y c a m p e s i n o s . N o s o t r o s le v a n t a m o s l a id e a j u s ta : u n a a s ig n a c i ó n f a m i li a r i g u a l p a r a t o d o s . Y e s o , c o n g e n e r o s i d a d . P e ro p e n s a r q u e la a s i g n a c i ó n f a m i l ia r s ea m á s a lt a p a r a lo s s ec to r e s q u e t ie nen más altos ingresos, es una inconsecuencia y una brutal injusticia. Hemos logrado nivelar la asignación familiar de obreros, campesinos, Fuerzas Armadas y empleados públicos, pero queda distante todavía la asignación familiar de empleados particulares, y un sector de ellos, es un avance, pero no basta, porque si bien es cierto, entregamos mejores condiciones para defender el equilibrio biológico cuando se alimenta mejor el niño; y gracias a esta asignación familiar, también es cierto que el proceso del desarrollo universitario en el c aso d e la m e d ic in a — y lo p o n g o c o m o e je m p l o — c o n lle v a a establecer que nosotros carecemos de los profesionales suficientes para darle atención a todo el pueblo, desde el punto de vista médico.
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En Chile hay 4.600 médicos; deberíamos ser ocho mil médicos, en Chile faltan, entonces, tres mil médicos. En Chile faltan más de 6.000 dentistas. En ningún país de A m é r ic a L a t i n a — y lo d ig o c o n a b so lu ta c e rt e za — h a y n i n gún servicio público estatal que haga una atención médica dental con sen tido social. Se lim itan e n la m ayo ría de los países, si es que tienen esos servicios, a la etapa inicial previa, básica, sim ple, se ncilla, de la extra cción . Y si hay algo que yo he podido ver con dolor de hombre y conciencia de médico, cuando he ido a las po bl ac iones, es a las compañeras trabajadoras, a las madres proletarias, gritar c o n e s p e r a n z a n u e s t ro s g r i to s d e c o m b a t e , y d a r m e c u e n t a , por desgracia, cómo sus bocas carecen de la inmensa mayoría de los dientes. Y los niño s tam bién sufren esto. Por ello, entonces, y sobre la base tan solo de estos ejemplos simples, nosotros tenemos que entender que cuando hablamos de una universidad que entiende que para que termine esta realidad brutal que hace más de un siglo y medio pesa sobre nosotros, en los cambios estructurales económicos se requiere un profesional comprometido con el cambio social; se requiere un profesional que no se sienta un ser superior porque sus padres tuvieron el dinero suf iciente para que él i n g r e s a r a a u n a u n i v e r s id a d ; se n e c e si ta u n p r o f e s i o n a l c o n con ciencia social que entien da que su lucha , si es arquitecto, es para que se construyan las casas neces ari as que el pueblo necesita. Se necesita un profesional que, si es médico, levante su voz para reclamar que la medicina llegue a las barriadas populares y, fundamentalmente, a los sectores campesinos. Se necesitan profesionales que no busquen engordar en los puestos públicos, en las capitales de nuestras patrias. Profesionales que vayan a la provincia, que se hund an en ella. Por eso yo hablo así aquí en esta Universidad de Guadalajara, que es una universidad de vanguardia, y tengo la certeza que la obligación patriótica de ustedes es trabajar en la provincia, fundamentalmente, vinculada a las actividades económicas, mineras o actividades industriales o
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empresariales, o a las actividades agrícolas; la obligación del que estudió aquí es no olvidar que esta es una universidad del Estado que la pagan los contribuyentes, que en la i n m e n s a m a y o r í a d e e l lo s s o n lo s t ra b a j a d o r e s . Y q u e por desgracia, en esta universidad, como en las universidades de mi patria, la presencia de hijos de campesinos y obreros alcanza un bajo nivel, todavía. P o r es o, s e r j o v e n e n e s ta é p o c a i m p l i c a u n a g r a n r e s p o n s a b il id a d , s e r j o v e n d e M é x i co o d e C h i le ; s er j o v e n d e A m é r i c a L a t i n a , s o b r e to d o e n e ste c o n t in e n t e q u e , co m o he dicho, está marcado por un promedio que señala que s o m o s u n c o n t in e n t e j o v e n . Y la j u v e n t u d tie n e q u e e n t e n der que no hay lucha de generaciones, como lo dijera hace un instante; que hay un enfrentamiento social, que es muy distinto, y que pueden estar en la misma barricada de ese e n f r e n t a m ie n t o lo s q u e h e m o s p a s a do — y y o p as é m u y p o q u i to d e l o s 6 0 a ñ o s ; g u á r d e n m e e l s e cr e to — d e lo s se s e n ta a ñ o s y lo s j ó v e n e s q u e p u e d a n t e n e r 13 ó 2 0 . No hay querella de generaciones, y eso es importante q u e yo lo d i g a . L a j u v e n t u d d e b e e n t e n d e r su o b l i g a c i ó n de ser jo ve n , y si es estud iante, darse cue nta que hay otros jó v e n e s q u e , c o m o él, tie n e n lo s m ism o s añ o s, p e ro q u e no s o n e s tu d i a n te s . Y si es u n i v e r s i ta r i o c o n m a y o r r a z ó n m i r a r a l j o v e n c a m p e s i n o o al j o v e n o b re ro , y te n e r u n l e n g u a j e d e j u v e n t u d , n o u n l e n g u a j e s ólo d e e st u d ia n t e u n i versitario, para universitarios. Pero el que es estudiante tiene una obligación porque tie n e m á s p o s i b i li d a d e s d e c o m p r e n d e r lo s f e n ó m e n o s e c o nómicos y sociales y las realidades del mundo; tiene la obligación de ser un factor dinámico del proceso de cambio, pero sin perder los perfiles, también, de la realidad. La revolución no pasa por la universidad, y esto hay que entenderlo; la revolución pasa por las graneles masas; la revolución la hacen los pueblos; la revolución la hacen, esencialmente, los trabajadores. Y y o c o m p a r t o el p e n s a m ie n t o q ue a q u í se h a e x p r e s a d o — y el p r e s id e n t e E c h e v e r r ía lo ha s eñ a la d o m u c h a s v e c e s — , q u e y o t a m b i é n lo h e d i c h o e n m i p a t r ia , a llá l u chamos por los cambios dentro de los marcos de la demo
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cracia burguesa, con dificultades mucho mayores, en un país donde los poderes del Estado son independientes, y en el caso nuestro, la Ju sticia , el P arlam en to y el Ejecutivo . Los trabajadores que me eligieron están en el gobierno; nosotros controlamos una parte del Poder Ejecutivo, somos m i n o r í a e n el C o n g r e s o . E l P o d e r J u d i c i a l es a u t ó n o m o , y e l C ó d i g o C i v i l d e m i p a t r i a t ie n e 1 00 a ñ o s . Y s i y o n o c r i t ic o e n m i p a t r ia a l P o d e r J u d i c i a l , m e n o s l o v o y a h a c e r aquí. Pero indiscutiblemente, hay que pensar que estas leyes representaban otra época y otra realidad, no fueron leyes hechas por los trabajadores que estamos en el gobierno: fueron hechas por los sectores de la burguesía, que tenían el Ejecutivo, el poder económico y que eran mayoría en el Congreso Nacional. Sin embargo, la realidad de Chile, su historia y su idiosincrasia, sus características, la fortaleza de su instituciona lidad, nos llevó a los dirigentes políticos a entender que en C h i le n o te n ía m o s o tr o c a m i n o q u e e l c a m i n o d e la l u c h a e le c to r al — y g a n a m o s p o r ese c a m in o — , q u e m u c h o s n o compartían, fundamentalmente como consecuencia del pensamiento generado en este continente, después de la Revolución Cubana, y con la asimilación, un poco equivocada, de la divulgación de tácticas, en función de la interpretación que hacen los que escriben sobre ellas, nos hemos encontrado en muchas partes, y ahora se ha dejado un poco, la idea del foquismo, de la lucha guerrillera o del ejército popular. Yo tengo una experiencia que vale mucho. Yo soy amigo de Cuba; soy amigo, hace 10 años, de Fidel Castro; fui amigo del comandante Ernesto Che Guevara. Me regaló el segundo ejemplar de su libro Guerra de Guerrillas; el primero se lo dio a Fidel. Yo estaba en Cuba cuando salió, y en la dedicatoria que me puso dice lo siguiente: A Salvador Allende, que por otros medios trata de obtener lo mismo. Si el comandante Guevara firmaba una dedicatoria de esta manera, es porque era un hombre de espíritu amplio que comprendía que cada pueblo tiene su propia realidad, q u e n o h a y re c et a p a r a h a c e r r e v o l u c i o n e s . Y p o r lo d e m á s , lo s te ó r ic o s d el m a r x i s m o — y y o d e c l a r o q u e s oy u n a p r e n -
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d i z tan s o l o ; p e r o n o n i e g o q u e s o y m a r x i s ta — t a m b i é n trazan con claridad los caminos que pueden recorrerse frente a lo que es cada sociedad, cada país. D e allí, e ntonces, que es útil que la juv en tud , y sobre t o d o l a j u v e n t u d u n i v e r s it a r ia , q u e n o p u e d e p a s a r p o r la universidad al margen de los problemas de su pueblo, entienda que no puede hacerse del balbuceo doctrinario la enseñanza doctrinaria, de entender que el denso pensamiento de los teóricos de las corrientes sociológicas o econó m icas requ ieren un se rio estudio; que si es cierto que no hay acción revolucionaria sin teoría revolucionaria, no puede haber la aplicación voluntaria o la interpretación de la t e o r ía a d e c u á n d o l a a lo q u e la j u v e n t u d o el j o v e n q u ie re . Q u e t ie n e q u e m i r a r l o q u e p a sa d e n t r o d e su p a í s y m á s a l lá d e la f ro n t e r a , y c o m p r e n d e r q u e h a y r e a li d a d e s q u e deben ser meditadas y analizadas. Cuando algunos grupos en mi patria, un poco más allá d e la U n i d a d P o p ula r, e n d o n d e h a y c o m p a ñ e r o s jó v e n e s en cuya lealtad revolucionaria yo creo, pero en cuya concepción de la realidad no creo, hablan, por ejemplo, de que en mi país debería hacerse lo mismo que se ha hecho en otros países que han alcanzado el socialismo, yo les he hecho esta pregunta en voz alta: ¿Por qué, por ejemplo, un país como es la República Popular China, poderoso país, extraordinariamente poderoso país, ha tenido que tolerar la realidad de que Taiwàn o de que Formosa esté en manos de ChianKaiShek? ¿Es que acaso la República Popular China no tiene los elementos bélicos, por así decirlo, lo suficientemente poderosos para haber, en dos minutos, recuperado Taiwàn, llamado Formosa? ¿Por qué no lo ha hecho? Porque, indiscutiblemente hay problemas superiores de la responsabilidad política; porque al proceder así, colocaba a la República Popular China en el camino de una agresión que podría haber significado un daño para el proceso revolucionario, y quizá una conflagración mundial. ¿Quién puede dudar de la voluntad de acción, de la decisión, de la conciencia revolucionaria de Fidel Castro? ¿Y por qué la bahía de Guantánamo no la ha tomado?
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Porque no puede ni debe hacerlo, porque expondría a su revolución y a su patria a una represalia brutal. Enton ces, un o s e encu entra a veces veces con jóven es, y los los que han leído el Manifiesto Comunista, o lo han llevado largo rato debajo del brazo, creen que lo han asimilado y dictan cátedra y exigen actitudes y critican a hombres, que p o r lo lo men os, tienen ti enen co nsecue ncia en su vida. v ida. Y ser jov en y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica; pero ir avanzando en los caminos de la vida y mantenerse como revolucionario, en una sociedad burguesa, es difícil. Un ejemplo personal: yo era un orador universitario de un grupo que se llama Avance; era el grupo más vigoroso de la izquierda. Un día se propuso que se firmara, por e l g r u p o A v a n c e u n m a n i fi f i e s t o — e st s t oy oy h a b l a n d o d e l a ñ o 1 9 3 1 — p a r a c r e a r e n C h i le l e l o s s o vi v i e ts t s d e o b r e ro ro s , c a m p e sinos, soldados y estudiantes. Yo dije que era una locura, que no había ninguna posibilidad, que era una torpeza i n f in in i t a y q u e n o q u e r í a , c o m o e s t u d i a n t e , f i r m a r a l g o q u e mañana, como un profesional, no iba a aceptar. Eramos 400 los muchachos de la universidad que estábamos en el grupo Avance, 395 votaron mi expulsión; de los 400 que éramos, sólo dos quedamos en la lucha social. Los demás tienen depósitos bancarios, algunos en el e x t ra r a n j e ro r o ; t u vi v i e r o n la la t if i f u n d i o s — s e lo s e x p r o p i a m o s — ; t e n í a n a cc c c io i o n e s e n lo lo s b a n c o s — t a m b i é n s e lo s n a c i o n a l i z a m o s — , y a l o s d e lo lo s m o n o p o l i o s l es e s p a s ó lo l o m i sm s m o . P er er o en el hecho, dos hemos quedado; y a mí me echaron por reaccionario; pero los trabajadores de mi patria me llaman el compañero presidente. Por eso, el dogmatismo, el sectarismo, debe ser combatido; la lucha ideológica debe llevarse a niveles superiores, p e r o l a d i s c u s ió i ó n p a r a e s cl c l a r e ce ce r , n o p a r a i m p o n e r d e t e r minadas posiciones. Y, además, el estudiante universitario tiene una postura doctrinaria y política, tiene, fundamentalmente, no olvidarse que precisamente la revolución necesita los técnicos y los profesionales. Y a L e n i n l o d i jo jo — y o h e a u m e n t a d o l a ci c i f ra ra p a r a i m p a c t a r m á s e n m i p a t r i a — , L e n i n d i jo j o q u e u n p r o f e s io io n a l , un técnico, valía por 10 comunistas; yo digo que por 50, y
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por 80 socialistas. Yo soy socialista. Les duele mucho a mis compañeros que yo diga eso; pero lo digo, cpor qué? Porque he vivido una politización en la universidad, llevada a extremos tales que el estudiante olvida su responsabilidad fundamental; pero una sociedad donde la técnica y la ciencia adquieren los niveles que ha adquirido la sociedad contemporánea, ccómo no requerir precisamente capacidad y capacitación a los revolucionarios? Por lo tanto, el dirigente político universitario tendrá más autoridad moral, si acaso es también un buen estudiante universitario. Y o n o le h e a c e p ta t a d o j a m á s a u n c o m p a ñ e r o j o v e n q ue ue ju j u s t if iq u e su f r a c a s o p o r q u e t ie n e q u e h a c e r t r a b a jo s p o l í t i cos: tiene que darse el tiempo necesario para hacer los trabajos políticos, pero primero están los trabajos obligatorios q u e d e b e c u m p l ir i r c o m o e s t u d ia ia n t e d e la la u n i v e r si si d a d . S e r agitador universitario y mal estudiante, es fácil; ser dirigente revolucionario y buen estudiante, es más difícil. Pero el maestro universitario respeta al buen alumno, y tendrá que respetar sus ideas, cualesquiera que sean. Por eso eso es es que la la juv en tud con tem po ráne a, y sobre sobre t o d o la l a j u v e n t u d d e L a t i n o a m é r i c a , t ie i e n e u n a o b l ig ig a c ió ió n contraída con la historia, con su pueblo, con el pasado de s u p a t r ia ia . L a j u v e n t u d n o p u e d e s e r s ec e c ta t a r ia ia : la j u v e n t u d tiene que entender, y nosotros en Chile hemos dado un paso trascendente: la base política de mi gobierno está formada por marxistas, por laicos y cristianos, y respetamos el pensamiento cristiano; interpreta el verbo de Cristo, que echó a los mercaderes del templo. Claro que tenemos la experiencia de la iglesia, vinculada al proceso de los países poderosos del capitalismo e, incluye nd o, en los siglos pasado s y en la prim era etapa de éste éste,, no a favor de los humildes como lo planteaba el maestro de Galilea; pero sí los tiempos han cambiado y la conciencia cristiana está marcando la consecuencia por el pensamiento honesto, en la acción honesta, los marxistas podemos coincidir en etapas programáticas como pueden hacerla los laicos y lo hem os h echo en nuestra patria patri a — y nos no s está está yendo b i e n — , y c o n j u g a m o s u n a m i s m a a c t it it u d y u n m i sm sm o le le n guaje frente a los problemas esenciales del pueblo.
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P o r q u e u n o b r e r o s in in t r a b a j o , n o i m p o r t a q u e s ea ea o n o s ea e a m a r x i s t a , n o im i m p o r t a q u e s ea ea o n o s ea ea c r i st st i a n o , q u e no tenga ideología política, es un hombre que tiene derecho al trabajo y debemos dárselo nosotros; por eso el sect a r i s m o , e l d o g m a t i s m o , e l b u r o c r a t i s m o , q u e c o n g e la l a s revoluciones, y ése es un proceso de concientización que es m u y p r o fu f u n d o y qu q u e d e b e c o m e n z a r c o n l a j u v e n t u d : p e ro ro l a j u v e n t u d e st st á f re re n t e a p r o b l e m a s q u e n o s o n s ó lo lo e c o n ó m i co c o s , s in in o s o n p r o b le le m a s q u e la la m e n t a b l e m e n t e s e m a n i fiestan con mayor violencia destructiva en el mundo contemporáneo. El escapismo, el drogadismo, el alcoholismo. ¿Cuántos son los jóve ne s, de nuestros nuestros jóv en es países, que ha n caído en la marihuana, que es más barata que la cocaína y más fácil de acceso?, acceso?, ¿pero cuántos son los l os jóv en es de los países ind u strializados? El porcentaje, no sólo por la densidad de población, sino por los medios económicos, es mucho mayor. ¿ Q u é e s e st st o, o, q ué u é s i g n i f ic i c a , p o r q u é l a j u v e n t u d l le le g a a e so so ? ¿ H a y f r u s tr t r a c ió ió n ? ¿ C ó m o e s p o s i b le le q u e e l j o v e n n o vea que su existencia tiene que tener un destino muy dist in in t o a l q u e e sc sc a b u l le le s u r e s p o n s a b i li li d a d ? ¿ C ó m o u n j o v e n n o v a a m i ra ra r , en en el el c a s o d e M é x i c o , a H i d a l g o o a J u á r e z , a Zapata o a Villa, o a Lázaro Cárdenas? ¡Cómo no entend e r q u e e so s o s h o m b r e s f u e ro ro n j ó v e n e s t a m b i é n , p e r o q u e hicieron de sus vidas un combate constante y una lucha permanente! ¿ C ó m o l a j u v e n t u d n o sa s a b e qu q u e su s u p r o p i o p o r v e n i r e st st á cercado por la realidad económica, que marca los países dependientes? Porque si hay algo que debe preocuparnos, también, a los gobernantes, es no seguir entregando cesantes ilustrados a nuestra sociedad. ¿ C u á n t o s s o n lo lo s m i le l e s d e j ó v e n e s q u e e g r e s a n d e lo lo s politécnicos o de las universidades que no encuentran trabajo? Yo leí hace poco un estudio de un organismo internacional importante, que señala que para América Latina, e n e l f i n a l d e es es t a d é c a d a s e n e c e s i t a b a n — m e p a r e c e — cerca de seis millones de nuevas ocupaciones, en un continente en donde la cesantía marca los niveles que yo les he d i c h o . L o s j ó v e n e s t i e n e n q u e e n t e n d e r , e n t o n c e s , q u e e ss-
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tán enfrentados a estos hechos y que deben contribuir a q u e se m o d i f iq u e n la s c o n d i c io n e s m a t e ria l e s, p a r a q u e n o haya cesantes ilustrados, profesionales con títulos de arquitectos sin construir casas, y médicos sin atender enfermos, porque no tienen los enfermos con qué pagarles, cuando lo único que faltan son médicos para defender el capital h u m a n o , q u e es lo q u e m á s va le e n n u e s t ro s p a ís e s . P o r e so , r e p i to — y p a r a t e r m i n a r m is p a l a b r a s — , d a n d o e x c u sa s a u s t e d e s p o r l o e x c e s i vo d e e l l a s , q u e y o q u e s o y un hombre que pasó por la universidad, he aprendido mucho más de la universidad de la vida: he aprendido de la m a d r e p r o l e t a r i a en la s b a r r ia d a s m a r g in a l e s ; h e a p r e n d id o del campesino, que sin hablarme, me dijo la explotación m á s q u e c e n t en a r i a d e s u p a d r e , d e s u a b u e l o o d e su ta tarabuelo; he aprendido del obrero, que en la industria es un número o era un número y que nada significaba como s e r h u m a n o , y h e a p r e n d i d o d e la s d e n s as m u l tit u d e s q u e han tenido paciencia para esperar. Pero la injusticia no puede seguir marcando, cerrando l a s p o s i b i li d a d e s d e l f u t u r o a l o s p u eb l o s p e q u e ñ o s d e é st e •y d e o t r o s c o n t in e n t e s . P a r a n o s o t r o s, la s f r o n t e r as d e b e n estar abolidas y la solidaridad debe expresarse con respeto a la autodeterminación y la no intervención, entendiendo que puede haber concepciones filosóficas y formas de gobierno distintas, pero que hay un mandato que nace de n u e s t ra p r o p i a r e a l id a d q u e n o s o b l ig a — e n el ca s o d e este c o n t in e n t e — a u n ir n o s ; p e r o m i r a r m á s a llá , in c l u s i v e de A m é r ic a L a t in a y co m p r e n d e r q ue n a c e r e n A f r ic a e n donde hay todavía millones y millones de seres humanos que llevan una vida inferior a la que tienen los más postergados y pretéridos seres de nuestro continente. Hay que entender que la lucha es solidaria en escala m u n d i a l , q u e f re n t e a la i n s o l e n c i a im p e r ia l is t a s ó lo c ab e l a r e s p u e s t a a g r e si v a d e l o s p a í s e s e x p l o t a do s . H a l le g a d o e l in s ta n t e d e d a rs e c u e n ta c a b a lm e n t e q u e los que caen luchando en otras partes por hacer de sus patrias países independientes, como ocurre en Vietnam, caen por nosotros con su gesto heroico.
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P o r e s o, s in d e c i r q u e l a j u v e n t u d s e r á la c a u s a r e v o l u cionaria y el factor esencial de las revoluciones, yo pienso q u e la j u v e n t u d p o r s e r j o v e n , p o r t e n e r u n a c o n c e p c i ó n más diáfana, por no haberse incorporado a los vicios que t ra e n l o s a ñ o s d e c o n v i v e n c i a b u rg u e s a , p o r q u e la j u v e n t u d debe entender que debe ser estudiante y trabajadora; porq u e e l j o v e n d e b e i r a la e m p r e s a , a la i n d u s t r i a o a l a tierra. Porque ustedes deben hacer trabajos voluntarios; p o r q u e es b u e n o q u e s e p a el e s tu d i a n te d e m e d i c in a c u á n t o pesa un fardo que se echa a la espalda el campesino que tiene que llevarlo a veces, a largas distancias; porque es bueno que el que va a ser ingeniero se meta en el calor de la máquina, donde el obrero a veces, en una atmósfera inhóspita, pasa largos y largos años de su oscura existencia; p o r q u e la j u v e n t u d d e b e e s tu d i a r y d e b e t ra b a j a r — p o r q u e el trabajo voluntario vincula, amarra, acerca, hace que se compenetre el que va a ser profesional con aquel que tuvo por herencia las manos callosas de los que, por generacion e s, tr a b a j a r o n la t ie r r a — . Gracias, presidente y amigos por haberme dado la oportunidad de fortalecer mis propias convicciones, y la fe e n l a j u v e n t u d f re n t e a l a a c t it u d d e u s te d e s . Gracias por comprender el drama de mi patria, que es como dijera Pablo Neruda, un Vietnam silencioso; no hay tropas de ocupación, ni poderosos aviones nublan los cielo s l im p i o s d e m i ti e rr a , p e ro e st am o s b lo q u e a d o s e c o n ó micamente, pero no tenemos créditos, pero no podemos c o m p r a r r e pu e st os , p e ro n o t e ne m o s có m o c o m p r a r a l i mentos y nos faltan medicamentos, y para derrotar a los que así proceden, sólo cabe que los pueblos entiendan quiénes son sus amigos y quiénes son sus enemigos. Y o s é , p o r l o q u e h e v i v i d o , q u e M é x i c o h a s i d o y se r á — g r a cia s p o r e llo — a m ig o d e m i p at ria .
ÍNDICE
_ L
P r ó l o g o ........................................................................................... I n t r o d u c c i ó n ................................................................................. C a p ít u lo
xi xv
I
Importancia de hablar en p ú b lic o .........................................
1
II Cóm o preparar el d is cu r so ........................................................
7
III Elem entos indispensables para hablar con éxito en público
15
IV Cóm o iniciar y có m o term inar el discu rs o...........................
21
V Cóm o-d esperta r la atención del a u d ito rio ...........................
29
C a p ít u lo
C a p ít u lo
C a p ít u lo
•C ap ítulo
VI Contenido del discurso ...............................................................
C a p ít u lo
35
C a p ít u l o V I I
Para hab lar en la radio y en la te le vis ió n .............................
41
C a p í t u l o VIII
La particip ación en un de ba te p ú b lico..................................
47
C a p í t u l o IX
El orad or y su d isc u r s o ...............................................................
53
Discursos M a g n íf ic o s....................................................................
59
Discurso de Charles de Gaulle Marchemos con la m ano en la m a n o ....................................
03
Discurso de Martin Luther King, Jr. Ten go un s u e ñ o ..............................................................................
65
131
132
II
!,
íi
ÍND1CK
El más breve discurso clé Winston Churchil ........................
71
Discurso de Marco Antonio ante el cadá ver de César. . .
75
Discurso de Rafael Preciado Hernández. En defensa de la U n iv ersid a d ................................................................................
85
Discurso de Vicente Lombardo Toledano. En el cierre de su campaña presidencial .......................'....................................
93
Discurso del Presidente Salvador Allende, de la Repú blica de Chile, en la Universidad de Guadalajara ............
I ll