1 - Ajusta la tensión del hilo. 2 - Comprueba que el hilo está bien colocado. 3 - Si la aguja está gastada o torcida, cámbiala de inmediato. 4 - Comprueba que no haya quedado pelusilla o hilo atrapados en los discos por donde pasa el hilo superior, tras la rueda de la tensión. 5 - Para ajustar la tensión del hilo inferior, suele haber un tornillito. Es mejor no tocarlo, porque es muy sensible y el menor cambio lo altera mucho (cielos, suena a Psicología!) Pero si todo lo demás ha fallado, igualmente estás a un paso de dejarlo o de llamar al técnico, así que prueba esto: Pon una bobina con hilo en la caja, y sujétala por el hilo. Si la tensión es correcta, la caja se moverá muy gradualmente a medida que el hilo la recorre. Si no se mueve, aun tirando levemente del hilo, la tensión es demasiado fuerte. Si se cae de golpe, está muy floja, aunque fíjate si el hilo continúa en su sitio. Ajusta el tornillo como sea necesario, muy poquito cada vez, y ve probando. Si esto no funciona, compra una caja nueva.
Enhebrar la máquina
Ajustar la tensión de la canilla
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Cuerpo y engranajes de metal.
Motores más potentes.
Fácil de limpiar y mantener.
Funcionamiento simple.
Menos posibilidad de fallo.
Suelen tener las puntada básicas (recta, zig-zag, zig-zag de puntada y marcha atrás).
Si nos decidimos por comprar una máquina, lo recomendable es que cumpla los siguientes requisitos, aunque no es imprescindible. Por ejemplo muchos de los mejores constructores del mundo emplean únicamente puntada recta, no utilizando para nada el zig-zag.
Canilla vertical. Posibilidad de parada con la aguja abajo o la aguja arriba. Algunas máquinas electrónicas tienen un botón que selecciona donde queremos que se quede la aguja al parar. Para la realización de la técnica del aplique es necesario poder parar la aguja abajo, es decir, dentro de la tela. Si la máquina no es electrónica siempre podremos parar la aguja donde queramos.
Marcha atrás.
Zig-zag de ancho variable.
Zig-zag de puntada.
Aviso de que queda poco hilo en la canilla.
Conoce La máquina Antes de empezar a coser es imprescindible conocer bien la máquina que tenemos delante. Sé que es otra de mis manías, pero hay que leerse el manual antes de empezar. Los aspectos básicos que hay que conocer y que son diferentes en cada modelo de máquina son:
Partes de la máquina.
Enhebrado del hilo y carga de la canilla.
Solución de posible enredos o atascos.
Lubricado de la máquina. Muy importante si queremos que nos dure toda la vida.
Cambio de la aguja.
Selección del largo de puntada.
Selección del tipo de puntada.
Ajuste de la tensión.
Para aquellos que nunca han visto una máquina de coser o que, habiéndola tenida entre sus manos, desconocen las partes que la forman, se describen a continuación las partes básicas de una máquina de coser:
Es la pieza que aprisiona la tela para coser. Dispone de una palanca para hacerlo subir y bajar. Se mantiene en posición baja para coser y en posición alta para cualquier otra operación. Es muy importante no olvidarse de bajar el prensatelas a la hora de coser ya que si no la tela sube y baja con la aguja y puede provocarse un atasco. Si la tela no está lo sufiente prieta las puntadas y el avance de la tela son irregulares. Hay que ajustar la tensión del prensatelas en función del grosor y tipo de tela. Por lo general el pie es intercambiable, existiendo pies especiales para hacer dobladillos, zurzir, bordar,etc.
Es la rueda que mueve el mecanismo de la máquina. Va cogida al motor o pedal por una correa. Si la tensión de la correa no es adecuada la máquina no funcionará bien.
El volante se puede mover con la mano hacia nosotros para posicionar la aguja de manera precisa o para realizar las dos o tres puntadas finales sin miedo a pasarse por no controlar bien el pedal del motor. Nunca debe moverse en el sentido de las agujas del reloj.
En el centro dispone de una rueda que hace las funciones de embrague. Esta rueda se tiene que aflojar para bobinar la canilla, ya que si no la máquina cosería en vacío, cosa q ue nunca debe hacerse.
Se compone de la bobina y la cápsula y alberga el hilo que va por la parte de debajo de la costura. La costura a máquina se realiza mediante el entrelazado de dos hilos, el superior, que viene por medio de la aguja, y el inferior, que sale de la canilla. La canilla va alojada en la lanzadera, que también se e carga de atrapar el hilo superior para realizar la puntada. Para extraer o introducir la canilla lo primero de todo es situar la aguja en el punto más alto.
Pero como ya he dicho más de una vez, lo mejor es comprobar el manual ya que todas las máquinas no son iguales. Si se va a coser con hilo de diferentes colores puede ser recomendable tener más de una bobina para la canilla ya que de esta manera cambiar de color es más rápido. A la hora de comprar bobinas adicionales, hay que tener cuidado de comprar la adecuada, ya que máquinas de marcas diferentes pueden tener canillas diferentes.
Elegir la aguja adecuada es fundamental. Esta elección se hace en función del hilo y tela utilizados. La función de la aguja, como puede llegar a pensarse, no es únicamente la de atravesar la tela para pasar el hilo. La aguja es el medio por el cual el hilo superior se pone adecuadamente en el camino de la lanzadera para poder ser entreladazo correctamente con el hilo inferior.
Un hecho del cual no se tiene muchas veces c onstancia, es el número de veces que el hilo atraviesa el ojal de la aguja. Al coser a mano, el hilo prácticamente no se mueve a través de la aguja. La aguja simplemente sirve para pasar el hilo al otro lado de la tela. Sin embargo, en la costura a máquina, el hilo pasa por el ojal hacia adelante y atrás constantemente. Si se mueve el volante lentamente con la mano al tiempo que se cose, se puede apreciar esto fácilmente. Como término medio, un hilo estándar cosiendo co n un punto de 3 mm pasa del orden de 24 veces hacia adelante y hacia atrás, es decir, atraviesa el ojal unas 48 veces.
Si el ojal es demasiado pequeño para el hilo seguramente éste acabará deshilachándose por el roce y se formará una maraña de hilo en la aguja siendo necesario extraer el hilo, cortar la parte rota, enhebrar de nuevo el hilo y repetir las últimas puntadas. En función del grosor y tipo de hilo (no es lo mismo coser poliéster que algodón) habrá que elegir la aguja adecuada. En Europa las agujas van numeradas de 10 en 10, siendo los números más habituales del 70 al 110. Para coser spinaker un tamaño de aguja que suele ir bien para casi todo es el 80. Para coser refuerzos o muchas capas de tela puede ser aconsejable un 90 o 100. Yo al principio utilizaba el 80 y el 100, pero ahora prácticamente lo hago todo con el 80, ya q ue utilizo el mismo hilo para todo. Cinco capas de spinaker y dos de refuerzo de dacron se cosen bien con el 80. Se suele pensar que una aguja muy grande puede dañar la tela, pero no es del todo cierto ya que por ejemplo, los globos aerostáticos se cosen con hilo unas cuatro veces más grueso que el utilizado en cometas. Por tanto la aguja es mucho más grande que la que utilizamos los cometeros, al igual que el agujero en el spinaker.
Lo que si hay que tener en cuenta es no hacer la puntada muy corta, ya que eso sí que debilita la tela. Cambiar la aguja requiere haberse leído antes el manual, o al menos fijarse bien de como está colocada al sacarla de la máquina. La aguja solamente entra en una posición. Si la colocamos mal se puede romper la máquina. La aguja que coloquemos no debe estar doblada, ya que puede resultar en el mejor de los casos en puntadas perdidas y en el peor en una rotura de la máquina. Al igual que sucede con la bobina de la canilla, cuando compremos una aguja, ésta tendrá que ser la adecuada para nuestra marca de máquina.
Elegir un buen hilo para coser spinaker es fundamental. Lo primero de todo es huir de hilo que contenga algodón. Con la humedad el algodón tiende a pudrirse y muchos de los que volamos cometas lo hacemos junto al mar o un lago. Otra de las características del algodón es que da de sí bastante y se rompe fácilmente. El hilo que utilicemos deberá ser 100% poliéster, aunque en la mercería o paquetería nos aconsejen lo contrario. Reuhir del que sea 60% poliéster y 40% algodón. Lo queremos 100% poliéster. No en todos los comercios se encuentra este tipo de hilo. Uno que va bastante bien es el de la marca Gütermann. En algunas tiendas especializadas en hilos y cordelería se pueden encontrar bobinas de poliéster de 1000 m o más, resultando bastante económicas, aunque por lo general no hay disponibilidad de colores. Yo utilizo Gütermann de grosor normal ya que está en muchos colores y me gusta coser la tela con hilo del mismo color.
Una pega de coser con hilo de varios colores es que a veces, incluso con hilos de la misma marca, un color puede tener un grosor o acabado ligeramente diferente a otro color, lo que conlleva a que el ajuste de las tensiones no sea el mismo, aunqueyo de momento no he tenido muchos problemas.
Vuelvo a lo mismo de siempre. Hay que leer el manual. Cada máquina es diferente y la forma de enhebrar el hilo varía de una a otra. El enhebrado no consiste únicamente en pasar el hilo por la aguja. Desde el hilo sale del carrete hasta que llega a la aguja ha tenido que pasar por una serie de guías, platillos y muelles. En algunas máquinas el hilo atraviesa la aguja lateralmente y en otras frontalmente. Las máquinas más modernas el enhebrado se hace automáticamente. Las primeras veces que se cose a máquina esta es la tarea que más cuesta aprender, sobre todo si entre sesiones de costura pasa bastante tiempo. Lo dicho, leed el manual y si puede ser que alguien que controle esa máquina os enseñe. Lo que si es común a todas las máquinas es que para empezar a enhebrar el hilo la aguja debe estar en el punto más alto.
Una vez cargada la canilla e insertada correctamente en la máquina, los pasos a seguir para empezar a coser son los siguientes:
Siguiendo las instrucciones del manual o de la persona que nos instruye, se enhebra el hilo superior vigilando de que sigue correctamente todos los puntos del camino h asta la aguja.
Con el hilo inferior ya por dentro de la aguja, suavemente se tira de él con la mano izquierda hacia adelante al tiempo que con la otra mano se gira el volante hasta que por debajo del prensatelas asoma el hilo inferior.
Antes de comenzar a coser, el hilo superior tiene que pasar por debajo del prensatelas y ambos hilos s e apartan hacia detrás.
Colocar la tela
La tela se coloca debajo del prensatelas y se baja éste de manera que aprisione la tela y los hilos.
Ya se puede empezar a coser, siendo recomendable tirar hacia detrás los hilos con la mano en las dos o tres primeras puntadas. La tela debe avanzar por si misma aunque a veces, si hay mucha tela por delante de la máquina se puede ayudar con la mano para que avance sin dificultades. Lo que no es recomendable es estirar de la tela y forzar el avance de la misma.
Para comprobar si la tensión de los hilos es correcta hay que coser dos trozos de retales del mismo material que se va a coser y ver como quedan los hilos sobre la tela. Para facilitar la tarea se pueden utilizar hilos de colores diferentes que contrasten con la tela, aunque siempre del mismo tipo que con el que se va a realizar la costura definitiva.
Una vez realizas unas cuantas puntadas rectas debería verse en cada una de las caras hilo de un solo color, aunque al coser spinaker esto no siempre sucede ya que el hilo suele ser más grueso que la tela. Cada tipo de tela o de hilo requiere un ajuste diferente de las tensiones. Si la máquina se utiliza sólo para coser spinaker no será un gran problema, sin embargo si se cosen diferentes tipos de telas o con hilos de diferente grosor puede ser un poco tedioso el proceso de ajuste. A mí, de hecho, no me resulta para nada una tarea agradable. En una costura correcta las tensiones del hilo superior e inferior deben ser tales que el enlace de los dos hilos tenga lugar entre las dos telas, tal se como muestra en la siguiente figura.
Si la tensión del hilo inferior es excesiva o la del superior débil, el resultado será el que se observa en la figura como tensión inferior mayor. Puede suceder que la tela se arruge, entonces probablemente la tensión inferior es muy elevada. Si la tensión del hilo inferior es débil o la del superior fuerte, el resultado será el que se observa en la figura como tensión superior mayor. Si la tensión no es correcta habrá que corregir alguna de las dos tensiones y volver a probar. Lo mejor es empezar por ajustar la tensión inferior como se indica a continuación y luego ir ajustando la tensión superior.
Una manera para empezar a regular las tensiones es ajustar la tensión del hilo inferior. Para ello, la cápsula de la canilla tiene un pequeño tornillo que girándolo a la izquierda afloja la tensión y a la derecha la aumenta. En un principio, la tensión debe ser tal que cogiendo el extremo del hilo y dejando suelta la canilla ésta deberá caer por su propio peso de una manera suave, como si de un yo-yo se tratara. Si el la canilla no desciende ni siquiera dando leves tirones al hilo habrá que aflojar un poco el tornillo de ajuste. Si por el contrario la canilla cae a gran velocidad habrá que apretar el tornillo. El ajuste del tornillo conviene hacerlo poco a poco, por ejemplo dando un cuarto de vuelta y volviendo a comprobar la tensión.
Conforme se va adquiriendo experiencia en el ajuste de las tensiones cada uno lo efectua a su manera. El método explicado es simplemente uno de tantos, si bien explicado bastante a menudo en el mundo de las cometas.
Para regular la tensión del hilo superior, en toda máquina existe alguna rueda o tuerca que al girarla hacia la izquierda hace disminuir la tensión y hacia la derecha la aumenta. Algunas máquinas tienen una graduación de la tensión, lo que puede servir de orientación a la hora de ajustar. Como digo siempre, consultar el manual. Aumentando la tensión superior puede llegarse a un extremo en el que el hilo superior tenga muchas dificultades para desplazarse. Entonces lo que hay que hacer es aflojar tanto la tensión superior como la inferior y volver a iniciar el proceso de ajuste.
Aguja demasiado gruesa para el hilo empleado.
Aguja torcida o despuntada.
Punta de la lanzadera rota.
Tensión superior demasiado fuerte.
Aguja colocada al revés.
Aguja torcida o despuntada.
Hilo de mala calidad o demasiado grueso para la aguja. Lanzacera rota.
Tensión inferior excesiva.
Lanzadera rota.
Tensiones no regladas de acuerdo al género que se cose. Hilos de mala calidad, de grosor irregular. Aguja torcida o despuntada. Discos de tensión o muelle de la cápsula sucios.
Aguja no adecuada para el hilo empleado.
Correa demasiado tensa.
Falta de lubrificación.
Algún hilo entre la lanzadera y el carril.
Mira si has enhebrado la aguja correctamente. Algunas veces puedes haber enhebrado la máquina por el lado contrario. Mete el hilo por la parte más cercana a donde baje el hilo. Revisae todas las partes por donde pasa el hilo; si alguna está dañada o áspera puede ser la causa de la rotura del hilo. Reemplace la parte dañada, si es necesario. Revisa la aguja, puede estar curvada o rota. Mira si la aguja no es demasiado fina para el hilo. El hilo puede estar deteriorado o quizás de mala calidad; utiliza hilo nuevo de buena calidad. Puede haber un nudo en el hilo; tira del hilo hasta asegurarse de que el nudo haya pasado por el ojo de la aguja
¿has insertado la canilla incorrectamente? La canilla puede tener demasiado hilo. El agujero del pie de la aguja puede estar dañado o algo áspero. Cámbialo si es necesario.