DISCULPA, TU VIDA TE ESTÁ ESPERANDO El asombroso poder de los sentimientos (LA LEY DE LEY DE LA LA ATRACCIÓN) ATRACCIÓN)
POR LYNN GRABHORN (Título original: Excuse me, your life is waiting)
En un estilo ligero, humorístico humorístico y un tanto irreverente, Lynn Grabhorn Grabhorn nos introduce a la sorprendente Ley de la atracción... En estas páginas la autora nos explica por qué la mayor parte de nuestros sueños nunca se han materializado, por qué la mayoría de la gente gente vive en una situación económica precaria, por qué a las personas se les dificulta establecer una relación interpersonal armoniosa y placentera, con mala salud y un ambiente familiar psicológicamente poco satisfactorio. Y, lo que es más importante, en un estilo estilo sencillo y fácil de leer, salpicado de explicaciones lógicas, simples sugerencias y ejemplos de la vida real, Lynn Grabhorn nos muestra cómo lograr que todo se vuelva a nuestro favor..., y ahora mismo.
DISCULPA, TU VIDA TE ESTÁ ESPERANDO Muchos de nosotros llevamos mucho tiempo en la búsqueda por encontrar la felicidad en la vida, devoramos libros sobre el pensamiento positivo, autoayuda y motivación personal. Pero, si en ellos estuviera encerrado el secreto de una vida de abundancia y dicha total, ¿seguiríamos comprando nuevos títulos? Desde luego, algunos se acercan más a darnos las claves para alcanzar esa "buena vida", un tanto esquiva, que no nos han convertido en verdaderos triunfadores; en nuestras vidas, no ha habido grandes cambios. Pensamos que "tal vez era el libro equivocado", deducimos: "Probamos con otro". O lo intentamos con otra religión, otro tipo de meditación, otro guía, otro psíquico, otro médico o, quizá, otra relación esperando en cada nueva opción que ésa sea “la buena”. Tratamos de alcanzar de todas las formas posibles, en todas partes, alivio para el tedio y la lucha por la vida cotidiana; y, sin embargo, la mayor parte de nosotros continuamos en la búsqueda. ¿Por qué? ¿Cómo es posible que no hayamos encontrado el secreto de llevar una buena vida, sin importar lo que eso signifique para nosotros? ¿Cómo es que continuamos "rasgándonos las vestiduras" para obtener lo que deseamos, si desde siempre la clave para hacer realidad nuestros deseos ha sido tan elemental como la vida misma? Se ha planteado la invitación a ver la vida con una manera diferente de enfocarla, con una nueva conciencia, cambiar las viejas creencias, que las cosas llegan por un golpe de suerte, buena o mala, por accidente o coincidencia, o porque te has dedicado a "picar piedra", que para obtener algo que valga en la vida requiere gran cantidad de esfuerzo y muchas veces acompañada con sufrimiento. Sin embargo muchos se encuentran, con que no ha cambiado nada. Como si Dios dijera tú si, tú no. Pero la pregunta flota desesperadamente en el aire ¿Qué falta? ESA TONTERÍA DE LA "CONDICIÓN HUMANA" ¿Alguna vez te ha parecido grotesco que nuestras vidas sean tan difíciles, aunque seamos tan talentosos? Aquí estamos, esta especie tan inteligente, capaz de desintegrar átomos, de volar a la Luna y crear a los Picapiedra; y sin embargo, todos andamos corriendo de un lado a otro, sufriendo ataques al corazón o muriéndonos de hambre. Eso no tiene sentido. ¿Cómo nos metimos en este lío? ¿O se trata, simplemente, de la condición humana? Todo empezó de manera inexplicable, hace una eternidad, con la primera declaración falsa de aquellos que deseaban el poder, quienes proclamaban que nuestras vidas giraban en torno y eran resultado de circunstancias sobre las cuales no teníamos ningún control, incluyendo ser dominados por otros. Puesto que esto es lo que todos creyeron durante una eternidad, es lo que seguimos creyendo en la actualidad. Así es como nuestros padres, antes de nosotros, y los suyos antes de ellos, y sólo Dios sabe hace cuántos cientos de años, hemos luchado, nos hemos esforzado y nos hemos ator‐ mentado, hasta morir antes de tiempo a causa de las exigencias innecesarias de la vida. Creemos que todo eso forma parte de la condición humana, de la desafortunada aflicción que hemos dado en llamar "realidad". Pero la condición humana es un mito y, por tanto, también lo es eso que llamamos realidad. La verdad, en simples y sencillas palabras, es que nosotros tenemos la sagrada habilidad de manejar eso que llamamos "nuestra vida" para que sea lo que queramos que sea. ¡De cualquier modo! ¡Sin que importe nada! Desde una familia feliz hasta la capa de ozono. Entonces, ¿por qué no han servido de mucho los millones de libros que se han publicado sobre cómo tenerlo todo, cómo hacerle para volverse rico o cómo visualizar el camino hacia el éxito, y cómo, mediante el pensamiento positivo, lograr salir por nosotros
DISCULPA, TU VIDA TE ESTÁ ESPERANDO Muchos de nosotros llevamos mucho tiempo en la búsqueda por encontrar la felicidad en la vida, devoramos libros sobre el pensamiento positivo, autoayuda y motivación personal. Pero, si en ellos estuviera encerrado el secreto de una vida de abundancia y dicha total, ¿seguiríamos comprando nuevos títulos? Desde luego, algunos se acercan más a darnos las claves para alcanzar esa "buena vida", un tanto esquiva, que no nos han convertido en verdaderos triunfadores; en nuestras vidas, no ha habido grandes cambios. Pensamos que "tal vez era el libro equivocado", deducimos: "Probamos con otro". O lo intentamos con otra religión, otro tipo de meditación, otro guía, otro psíquico, otro médico o, quizá, otra relación esperando en cada nueva opción que ésa sea “la buena”. Tratamos de alcanzar de todas las formas posibles, en todas partes, alivio para el tedio y la lucha por la vida cotidiana; y, sin embargo, la mayor parte de nosotros continuamos en la búsqueda. ¿Por qué? ¿Cómo es posible que no hayamos encontrado el secreto de llevar una buena vida, sin importar lo que eso signifique para nosotros? ¿Cómo es que continuamos "rasgándonos las vestiduras" para obtener lo que deseamos, si desde siempre la clave para hacer realidad nuestros deseos ha sido tan elemental como la vida misma? Se ha planteado la invitación a ver la vida con una manera diferente de enfocarla, con una nueva conciencia, cambiar las viejas creencias, que las cosas llegan por un golpe de suerte, buena o mala, por accidente o coincidencia, o porque te has dedicado a "picar piedra", que para obtener algo que valga en la vida requiere gran cantidad de esfuerzo y muchas veces acompañada con sufrimiento. Sin embargo muchos se encuentran, con que no ha cambiado nada. Como si Dios dijera tú si, tú no. Pero la pregunta flota desesperadamente en el aire ¿Qué falta? ESA TONTERÍA DE LA "CONDICIÓN HUMANA" ¿Alguna vez te ha parecido grotesco que nuestras vidas sean tan difíciles, aunque seamos tan talentosos? Aquí estamos, esta especie tan inteligente, capaz de desintegrar átomos, de volar a la Luna y crear a los Picapiedra; y sin embargo, todos andamos corriendo de un lado a otro, sufriendo ataques al corazón o muriéndonos de hambre. Eso no tiene sentido. ¿Cómo nos metimos en este lío? ¿O se trata, simplemente, de la condición humana? Todo empezó de manera inexplicable, hace una eternidad, con la primera declaración falsa de aquellos que deseaban el poder, quienes proclamaban que nuestras vidas giraban en torno y eran resultado de circunstancias sobre las cuales no teníamos ningún control, incluyendo ser dominados por otros. Puesto que esto es lo que todos creyeron durante una eternidad, es lo que seguimos creyendo en la actualidad. Así es como nuestros padres, antes de nosotros, y los suyos antes de ellos, y sólo Dios sabe hace cuántos cientos de años, hemos luchado, nos hemos esforzado y nos hemos ator‐ mentado, hasta morir antes de tiempo a causa de las exigencias innecesarias de la vida. Creemos que todo eso forma parte de la condición humana, de la desafortunada aflicción que hemos dado en llamar "realidad". Pero la condición humana es un mito y, por tanto, también lo es eso que llamamos realidad. La verdad, en simples y sencillas palabras, es que nosotros tenemos la sagrada habilidad de manejar eso que llamamos "nuestra vida" para que sea lo que queramos que sea. ¡De cualquier modo! ¡Sin que importe nada! Desde una familia feliz hasta la capa de ozono. Entonces, ¿por qué no han servido de mucho los millones de libros que se han publicado sobre cómo tenerlo todo, cómo hacerle para volverse rico o cómo visualizar el camino hacia el éxito, y cómo, mediante el pensamiento positivo, lograr salir por nosotros
mismos del lío en que estamos metidos? ¡Muy sencillo! Todos esos libros dejaron fuera la clave más importante para lograr todo en la vida: ¡CREAMOS AL AL TENER CONGRUENCIA, AL CONGRUENCIA, AL SENTIR, SENTIR, NO SOLO NO SOLO AL AL PENSAR! Esto es cierto, logramos lo que tenemos por la forma en la que sentimos, y no tratando de poner las cosas en su lugar o de controlar nuestra mente. Todo accidente automovilístico, ascenso en el trabajo, amante sensacional o desastroso, cuentas bancarias llenas o vacías, nos “Lo semejante atrae a lo semejante”. lo semejante”. Y llegan por medio de la más elemental ley de la física: “Lo semejante como por lo general no sentimos gran entusiasmo por lo que hemos tenido al alcance la mayor parte de la vida, nos hemos vuelto verdaderos maestros, dotados en el arte de atraer hacia nosotros circunstancias que preferiríamos no tener. ¿Quieres un automóvil nuevo? ¡Lo puedes tener! ¿Quieres trabajar con éxito por tu cuenta? ¡Puedes hacerlo! ¿Deseas cerrar ese negocio? ¿Ganar más dinero? ¿Tener una relación' fuera de serie? ¿Vivir sin temor? ¿Llevar una vida espiritualmente satisfactoria? ¿Gozar de buena salud? ¿Disfrutar de tu libertad e independencia? Puedes Puedes tenerlo, si sabes como atraerlo a tu vida. La Ley de la Atracción ‐lo semejante atrae a lo semejante‐ es absoluta (y no tiene nada que ver con las personalidades). Nadie vive al m argen de esta ley, porque es la ley del universo. Lo que ocurre es que no nos habíamos dado cuenta, sino hasta hace poco, de que esta ley se adapta también a nosotros. Ésta es la ley que está detrás del éxito o del fracaso. Es la que nos resguarda, o nos lanza a la fatalidad. En pocas palabras, la que domina cada momento de alerta en nuestra vida. Así que si queremos que nuestra vida vida dé un giro considerable y que haya en ella más abundancia, salud, seguridad o felicidad de cualquier tipo, sólo tenemos que aprender la mecánica para manejar nuestra conexión interna entre la mente conciente, subconciente y poder superior y un universo de abundancia se abrirá ante nosotros para poder pedir lo que anhelamos. Todo en este mundo está hecho de energía: tú, yo, la piedra, la mesa, el pasto. Y como la energía es vibración, eso significa que todo lo que existe vibra. ¡Todo! Incluyéndonos a ti y a mí. Los físicos de nuestra época han llegado finalmente a la conclusión de que energía y materia son la misma cosa, lo que nos lleva de regreso al punto de partida: todo vibra, porque todo ‐ visible o no‐ es energía. Energía pura, vibrante, de flujo continúo. Pero aun cuando sólo hay una energía, ésta vibra en formas distintas. Tal como el sonido que surge de un instrumento musical, hay energías que vibran con mayor rapidez (como las notas altas), que provienen de frecuencias altas, y otras que vibran en forma lenta (como las notas bajas), procedentes de frecuencias bajas. No obstante, a diferencia de los tonos de un instrumento musical, la energía que fluye de nosotros procede de nuestras más profundas emociones del subconciente, para crear patrones de energía de ondas electromagnéticas altamente cargadas, lo que nos convierte en imanes vivientes las 24 horas del día, muy poderosos, pero volátiles. Eso está muy bien, pero, ¿a quién le importa? Bueno, si quieres descubrir por qué has estado luchando tan duramente toda tu vida, ¡te interesará saberlo! Si quieres saber cómo cambiar tu vida para que se vuelva exactamente como tú quieres que sea, será mejor que te importe, porque las vibraciones electromagnéticas que envías cada segundo de cada día son las que han producido ‐y continúan produciendo‐, todo lo que te ocurre, grande o pequeño, bueno o malo. ¡Todo, sin excepción!
INTRODUCCIÓN A LA LEY DE ATRACCIÓN EL DIAPASÓN Y LA LEY DE LA ATRACCIÓN Hacia los años treinta, dos célebres hombres en Oriente lograron fotografiar las vibraciones del pensamiento. iY vaya que lo lograron, a través de muros de acero, en un expe‐ rimento que ha sido repetido muchas veces desde entonces!! Pero demostraron algo más, tal vez más importante: encontraron que cuanto más cargado de emoción estaba un pensamiento, ¡más clara se veía la imagen! Fueron quizá los primeros en demostrar que existe energía magnética dentro de nuestros pensamientos, y que nuestras emociones son impulsadas por los pensamientos. (Ver comentario en Word.) Sin embargo, lo que pasaron por alto es que, debido a que las ondas de vibración (emociones) que enviamos están cargadas magnéticamente, somos literalmente imanes vivos, y que atraemos constantemente cualquier cosa que este en la misma frecuencia de longitud de onda. Por ejemplo, cuando nos sentimos bien, con el ánimo en alto, llenos de alegría y gratitud, nuestras emociones envían vibraciones de alta frecuencia, que atraerán lo bueno hacia nosotros; es decir, cualquier cosa que coincida con lo que estamos enviando. Lo semejante atrae lo semejante. En cambio, cuando experimentamos cualquier cosa que no nos cause satisfacción, como temor, preocupación, culpa, o hasta un pequeño disgusto, enviamos vibraciones de baja frecuencia.
Comentario [HAC1] : La autora lo expresó incorrectamente en el libro como "el pensamiento es impulsado por nuestras emociones." Lo correcto es: " nuestras emociones son impulsadas por los pensamientos." Se supone que la autora se equivocó solamente y que está de acuerdo con la versión corregida, ya que más abajo (ver 2do comentario), en esta misma página ella escribe , "los sentimientos... provienen de nuestros pensamientos." La corrección se hizo aquí porque se considera muy importante saber que para cambiar nuestras emociones se debe cambiar la percepción (o manera de pensar) - y no a la inversa.
Debido a que las bajas frecuencias son tan magnéticas como las altas, atraen cosas desagradables hacia nosotros; es decir cosas que nos harán sentir (vibrar) de una forma tan poco grata como lo que estamos enviando. Desagradable de ida, desagradable de vuelta. Es siempre una vibración semejante. Así que, ya sea que enviemos acciones de alta frecuencia, de satisfacción, o vibraciones bajas, de preocupación, las que enviemos en cada momento serán las que atraigamos de regreso a nosotros mismos. Somos generadores de vibraciones, por tanto, somos los imanes, la causa. Nos guste o no, nosotros hemos creado esas vibraciones y seguiremos haciéndolo. Somos de carne y hueso, pero ante todo y sobre todo, somos energía ¡energía magnética!, lo cual nos convierte en imanes vivientes que respiran. (¿No te encanta la idea?), independiente de lo que estudiaste, ó en lo que trabajas, eres, en realidad, ¡un imán viviente! (¡Vaya pequeño detalle!). Por descabellado que parezca, ha llegado el momento de despertar ante el hecho de que somos seres electromagnéticos y de que vamos por la vida con esa abrumadora capacidad de magnetizar (atraer) hacia nuestra vida todo cuanto deseamos, con sólo controlar los sentimientos que provienen de nuestros pensamientos. Sin embargo, debido a que vivimos en este planeta, en un campo de energía en el que predomina la baja frecuencia, procedente de más de seis mil millones de personas que vibran con sentimientos más de tensión y temor que de alegría, admitimos involuntariamente esas vibraciones y reaccionamos ante ellas, lo cual significa que hasta que aprendamos a sobreponernos conscientemente a esas frecuencias negativas que nos invaden todo, y en las cuales vivimos, seguiremos reciclando sus desagradables efectos en nuestra vida cotidiana,
Comentario [HAC2] : Ver primer comentario (arriba).
después de un tedioso día. Es algo semejante a nadar en agua salada, si no enjuagamos los residuos de la sal en nuestro cuerpo, tarde o temprano nos sentiremos incómodos. No hay de otra: la forma en que sentimos determina lo que atraemos, y con mucha frecuencia esos sentimientos proceden de nuestros pensamientos, los cuales instantáneamente producen reacciones electromagnéticas en cadena que, finalmente, hacen que sucedan, que sean creadas, obtenidas o destruidas las cosas. Así que, una vez más: nuestros sentimientos surgen de nosotros en forma de ondas electromagnéticas. La frecuencia que se emita atraerá automáticamente a otra frecuencia idéntica; provocará que ocurran las cosas, buenas o malas, al encontrar empatía en la vibración. Las vibraciones de frecuencias altas, positivas, atraerán circunstancias de vibraciones altas, positivas. Las vibraciones de frecuencias bajas, negativas, atraerán circunstancias de vibraciones bajas, negativas. En ambos casos, lo que se nos regresa nos hace sentir con el espíritu tan elevado, o tan bajo, como lo que hemos estado trasmitiendo (sentimiento) por‐ que lo que se regresa es una vibración que coincide exactamente con la que enviamos. Se trata del mismo principio que el del diapasón: haz sonar un diapasón en una habitación donde hay varios más, todos afinados en diferentes tonos, y sólo los que estén afinados en: la misma frecuencia del que hiciste sonar, sonarán al unísono, como sonarían aunque se encontraran en los extremos opuestos de un estadio de fútbol. Las fuerzas similares se atraen. Es una regla elemental de la física. Pero de manera totalmente distinta a la de la vibración de un diapasón, los seres humanos con nuestras frecuencias e intensidades magnéticas variables, somos semejantes a pelotas de ping pong disparadas en todas las direcciones imaginables. En un momento podemos levantar el vuelo tan alto como un papalote, sentirnos tan poderosos como el sol, y al siguiente sentirnos con tan baja energía que anulamos lo anterior y creemos que nada cambiará nuestras vidas, o al menos, no tan rápidamente. Todo esto se debe al tipo y a la intensidad de sentimientos que tengamos, los cuales van de cálidos o alegres, hasta explosivos o destructores. Pero no estamos hechos de metal. A diferencia de los diapasones, lo que regresa a nosotros como resultado de la confusión de energía emocional (vibraciones), que sale de nosotros a cada instante y que pocas veces es agradable, es una interminable cadena de pequeñas desavenencias, circunstancias y eventos no planeados. No es necesario decir que lo que hemos estado creando con todo este flujo indiscriminado de energía es un verdadero infierno; en el mejor de los casos, una vida mediocre según continuamos atrayendo hacia nuestra existencia diaria cuanta experiencia, persona, juego, suceso, encuentro, incidente, evento, riesgo, ocasión o episodio en el cual estemos vibrando, todo lo cual significa sentir.
CUENTAS, CUENTAS, CUENTAS Elige un tema que no sea de tu completo agrado, por ejemplo: pagar cuentas. A menos que estés en una situación económica totalmente desahogada, ¿cómo te sientes generalmente cuando llega el momento de pagar las cuentas? ¿Emocionado? ¿Feliz? ¿Eufórico? No lo creo.
¿Qué te parece preocupado, ansioso o, simplemente, deprimido? iBienvenido al grupo! Bien, he aquí lo irónico: son esos sentimientos de desesperación precisamente los que nos mantienen siempre con problemas económicos. ¿Por qué? Porque lo que sentimos es lo que nos hace vibrar, y lo que nos hace vibrar es precisamente lo que atraemos hacia nosotros. Es una ley universal, no hay más. Cuanto más nos concentrábamos en lo que no teníamos, más fluían y crecían nuestras energías negativas, atrayendo hacia nosotros más deudas, junto con menos ingresos para sal‐ darlas. El concentrar nuestras emociones en nuestras carencias atrae (magnetizado) más de todo aquello que nos tenía angustiados, para incorporarlo a nuestras vivencias, lo que hacía que las circunstancias se tornaran cada vez más graves y problemáticas que el mes anterior. El proceso es semejante al de un boomerang, uno de esos objetos que arrojas lejos, pero que traza un círculo y vuelve hacia ti, para que lo detengas (o te golpee si te descuidas). Lo que enviamos ‐las vibraciones‐ es lo que vuelve a nosotros. Así que mientras no cambiemos nuestras vibraciones, seguiremos recibiendo lo mismo que lanzamos. En otras palabras, si no dejamos de sentir y enviar vibraciones de baja frecuencia, ¡todo lo que vuelva a nosotros serán circunstancias negativas! Obtenemos aquello en lo que nos enfocamos emocionalmente. Enfoquémonos con insistencia en lo que queremos, ¡y listo! Iremos por buen camino. Concentrémonos en todo aquello que no queremos con esa misma pasión (preocupación, angustia, etcétera), iy listo! También hará que regrese a nosotros. Al universo no le importa si queremos algo o no lo queremos, funciona estrictamente apegado al principio físico que lla‐ mamos la Ley de la Atracción. Simplemente, enviamos los sentimientos magnéticos y el universo los devuelve obedientemente. No reacciona ante nuestras súplicas; sólo responde a nuestras vibraciones, las cuales provienen por completo de nuestros sentimientos. ¿Importa lo que originalmente causó esos sentimientos? No. Pueden proceder de un pensamiento, un suceso externo o un simple estado de ánimo general. Pero sin importar cómo se hayan iniciado, los acontecimientos que constituyen nuestra vida se originan solamente a partir de nuestro flujo de sentimientos, momento a momento, día a día, año tras año.
CONCÉNTRATE, LOGRARÁS CRECER Así que seamos realistas por un momento. Nadie te está sugiriendo que andes por la vida convertido en un bonachón, tratando de mostrarte feliz porque te despidieron del traba‐ jo, o porque perdiste el avión o extraviaste las llaves del auto. Pero los hechos son los hechos. Puesto que lo que enviamos es lo que recibimos, y puesto que lo que enviamos procede de aquello en lo que centramos la atención, lo que necesitamos hacer realmente es prestar más atención a lo que pensamos, iy a que mal eso nos hace sentir! Centrémonos en lo que queremos, y lo obtendremos, siempre y cuando no lo saboteemos. Enfoquémonos en lo que no queremos y también ocurrirá, probablemente en
una proporción mucho mayor de lo que imaginamos. Pero volvamos al tema de las cuentas. Digamos que has estado pensando demasiado en lo mucho que detestas tener que pagarlas. Cada uno de tus pensamientos (que está lleno de vida) está cargado de una vibración emocional, algo así como una firma, de cuando lo pensaste y probablemente sintonizarás otras vibraciones idénticas. Cuando dos pensamientos de la misma intensidad emocional se juntan, adquieren mayor fuerza, a una frecuencia más elevada y más rápida que cada uno de ellos por separado. Así que ahora, en lugar de un pequeño y viejo pensamiento insignificante que tenías sobre las cuentas por pagar, tienes otro mucho más profundo y poderoso, porque cada vez que te concentras en tus cuentas, se van anexando los pensamientos que habías enviado antes. iAh!, pero eso no es todo. No sólo tienes tus propios pensamientos pesimistas acerca de las cuentas que se acumulan, y que se vuelven más grandes y más poderosos con cada nuevo sentimiento de derrota que envías, sino que éstos se unen a otros pensamientos, también pesimistas, que proceden de otras personas pero que están en la misma frecuencia, y a los que yo llamo "bombas de basura". Sintonizan en frecuencias similares de temor y ansiedad y pueden dirigirse fácilmente a ti, a menos que sepas cómo sacarles la vuelta para rehuirlos emocionalmente. En otras palabras, tarde o temprano, una o más de estas bombas de basura, conteniendo todo tipo de material corrosivo procedente de las preocupaciones de todos los demás, se dirigirán hacia ti y te sacudirá con fuerza, si tú todavía estás vibrando en la misma forma y transmitiendo tus ondas en la misma frecuencia. Si ése es el caso, tendrás un verdadero problema en tus manos: más cuentas por pagar que antes, al tiempo que vivirás muchas otras circunstancias desagradables más, que pueden tener que ver o no con el pago de esas cuentas. Tu automóvil se descompondrá fácilmente y no tendrás dinero para arreglarlo. La lavadora dejará de funcionar. Tus hijos romperán el vidrio de la ventana del vecino. Tu perro atacará a un inocente que pase junto a él, y el domingo de la final del fútbol, con la casa llena de amigos, se te descompondrá la televisión. Tu "imán de atracción" sintonizará poderosamente con esas bajas vibraciones de fuerte carga emocional negativa, y continuarás atrayendo más basura, como la luz de un faro con los barcos, hasta que tú cambies esa vibración. Una vez que lo hagas, el boomerang no regresará y golpeará a alguien más, en lugar de a ti. ¡Qué pena por ellos!, pero al menos tú te habrás librado de él. Por el momento. Ahora centrémonos en otro tema más agradable, como un nuevo automóvil. Si te enfocas en el automóvil que quieres y logras mantenerte concentrado en él, será tuyo. Pero si te enfocas en el hecho de que ese automóvil todavía no lo tienes, o en que no podrás pagarlo, entonces eso es exactamente lo que atraerás hacia ti: una cuota más de "no coche". Así que si dices: "Bueno, al diablo, eso sólo demuestra que este asunto no tiene sentido. Me he estado enfocando por años en lo que quiero; o sea, en ganar más dinero y todavía no lo logro". ¡Correcto! Ante todo, existe el asunto del dinero, y después el de la falta del mismo. ¿Y adivina qué? El 99.9 por ciento de nosotros nos hemos estado enfocando en el dinero la mayor parte de nuestra vida. ¡Correcto, de nuevo! Obtenemos aquello en lo que nos enfocamos. Si te enfocas en la falta de lo que quieres, con toda seguridad obtendrás una mayor carencia o falta de lo deseado, porque a través de vibraciones similares, atraemos las cosas hacia nosotros. Ésta es, simple y llanamente, la Ley de la Atracción. CUATRO PASOS PARA EMPEZAR
Así que digámoslo de nuevo: cuanto más pensamos en algo, incluso con poca emoción, más grande y poderoso se vuelve en nuestra vida, sin importar si se trata de la falta de lo que queremos, o si es eso mismo. Si decretamos: "Quiero una salud perfecta" y pensamos emocionalmente en la salud perfecta todo el tiempo, la tendremos en el acto, o vamos en camino hacia ella. Pero si decimos: "No quiero enfermarme" y pensamos emocionalmente en la enfermedad con suficiente frecuencia, estaremos optando por la mala salud porque nuestro enfoque está en la enfermedad. Si pensamos con frecuencia que deseamos una casa nueva y logramos "sentimos" dentro de ella, ya estamos en camino. Pero si pensamos constantemente: "No quiero seguir viviendo más en este lugar", nos quedaremos en él algún tiempo más. Si pensamos emocionalmente en algo lo suficiente, ya sea en lo que deseamos o en lo que no deseamos, llegará a nuestro mundo, nos guste o no. Lo que viene hacia nosotros no está asociado con lo que estamos haciendo físicamente, con lo valiosos que somos, con lo buenos que somos o con cuál pudiera ser nuestro destino, no inexorable. ¡Tiene que ver solamente con la forma en que vibramos! Lo que significa sentir. Lo que significa atraer. ¡Punto! Así que aquí hay algo que papá y mamá no nos dijeron nunca, porque no lo sabían. Aquí está lo que todo libro sobre pensamiento positivo o sobre motivación han estado promocionando con espíritu romántico, aunque ninguno había llegado al meollo del asunto, porque honestamente tampoco sabían cómo hacerlo. He aquí los cuatro pasos para la creación premeditada, los cuatro pasos que te garantizan ‐y esa es la palabra correcta: garantizan- traer a tu vida aquello que tanto deseas y mucho más. La garantía es que se trata de una ley universal, los principios básicos de los que ha surgido toda la creación. Si lo deseas, serán tuyos. Paso 1. Identifica lo que NO quieres. Paso 2. A partir de ahí, identifica lo que SÍ quieres. Paso 3. Adéntrate en el sentimiento de lo que quieres. Paso 4. Espera, escucha, y deja que suceda. He aquí. Eso es todo. A medida que te adentres en esta nueva e importante aventura; las cosas empezarán a cambiar mágicamente en todas las áreas de tu vida. Las preocupaciones, inquietudes, dudas y temores dejarán de ser una pequeña y constante molestia cotidiana, para convertirse, en unas cuantas semanas, en un fenómeno raro en tu vida, y tú lo podrás constatar y sentir día tras día. Tu salud mejorará notablemente. Tu cuenta de banco aumentará. En tus relaciones ocurrirá lo que tú quieras. Se cerrarán tus ventas. Te darán el ascenso que tanto ansías. La vi‐ da se volverá un placer cotidiano. Y todo eso será real. Podrás ver que todo marcha sobre ruedas y entonces sabrás, en verdad, que la única persona que maneja el timón en la nave de tu vida eres tú, y que eso es absolutamente real... ¡sólo tú!
NUNCA MÁS SER LA VÍCTIMA Conforme nos embarcamos en esta aventura de vivir la Ley de la Atracción, llegamos,
y muy pronto, a la inquietante conclusión de que realmente no hay víctimas y que seguir constantemente con el juego de ser una víctima de algo, o de alguien, sólo garantiza una gran insatisfacción, provocada por la continua emisión de vibraciones de baja frecuencia, Seguramente el resto del mundo continúa haciéndolo, siguen culpando a los demás de lo que les sucede, en lugar de a sus sentimientos; culpan a las "circunstancias" de su mala suerte, en lugar de a sus sentimientos; culpan al borracho que iba en la carretera, o jefe majadero, o a la economía, o a Dios, por todo lo malo que les sucede, en lugar de a sus sen‐ timientos. Es posible que nos hayan enseñado, y que por tanto lo hayamos creído, que vivimos a merced de otros, del destino, de la suerte, o de la casualidad; ciertamente eso es lo que la mayor parte de la gente que habita este planeta cree, y vive conforme a ello. Pero una vez que empieces a ver cómo funciona la Ley de la Atracción, acabarás por comprender que las víctimas no existen, que nunca han existido y que jamás existirán. No hay buena ni mala suerte, no hay buena fortuna, ni coincidencias. No existen el destino, la suerte o la providen‐ cia. No hay ningún gran juez en el cielo que nos lleve la cuenta de qué "tan bien o mal nos portamos. No hay un karma de vidas pasadas, ni penitencias que cumplir; todos son mitos creados en torno a las víctimas. Y no hay víctimas entre nosotros; sólo hay creadores de pensamientos y sentimientos, poderosos imanes que atraen, como la miel atrae a las abejas, la frecuencia similar de las vibraciones que fluyen constantemente de nosotros. Ya no necesitarás creer más que las circunstancias externas controlan tu vida. Nunca más tendrás que pensar que es malo desear algo. Nunca más tendrás que creer en algún gran poder fuera de ti mismo que maneja los hilos de tu vida, o que algo o alguien diferente a ti tiene el control. Nunca más sentirás miedo de que algo o alguien te haga daño, sin importar quién o qué pueda ser, a menos que tú se lo permitas. Así que, ¿cómo fue que nos metimos en este lío? ¡Tú lo hiciste! Más de seis mil millones de personas (más las que han existido a lo largo de incontables siglos) han nacido vulnerables a las vibraciones de baja frecuencia, llenas de temores y angustias y se han enfocado tanto en lo que no quieren, que han obtenido dosis adicionales de esas mismas carencias. Nunca hubo la intención de que ocurriera de esa forma; pero en nuestro afán y necesidad de encontrar la razón por la que no suceden las cosas como quisiéramos, imaginamos que la culpa era de algún factor ajeno a nosotros: el gobierno, la economía, nuestro jefe, nuestro matrimonio, nuestro ambiente, nuestra educación, nuestra mala suerte, e incluso Dios, tal vez, pensamos que no éramos lo suficientemente valiosos, que no estábamos "a la altura", que estábamos llenos de pecados, que no habíamos sido completamente puestos a prueba o, que de una u otra manera no habíamos pagado nuestra correspondiente "cuota". La realidad ‐la verdadera realidad‐ es que somos dignos, que no hay prueba que pasar, y que el pecado no es más que una aberración creada por el hombre para ejercer con‐ trol sobre otros. La verdadera realidad es que hemos venido a este mundo para desarrollarnos plenamente, para prosperar y vivir la gran experiencia humana con alegría, con el corazón ligero, sin carga, y no en una lucha constante y dolorosa. Hemos venido al mundo a divertirnos mientras aprendemos a crecer sin sufrir ya alimentar nuestros deseos con la convicción absoluta de que podemos tenerlo todo, una vez que aprendemos cómo manejar nuestras energías... lo que significa... nuestras emociones.
Llegamos a este mundo con la garantía del libre albedrío, que forma parte de la propia naturaleza de nuestra existencia. Ha llegado el momento de que ejerzamos ese derecho que tenemos desde que nacimos. No estamos atrapados en la red de nadie. No estamos sometidos a las circunstancias. No somos víctimas de condición alguna. Más bien, somos seres que poseemos la sagrada habilidad de llevar a cabo cualquier extravagante deseo que nuestras mentes ilimitadas puedan concebir, porque contamos con una libertad de elección sin restricciones ni condiciones, sin importar lo que hagamos. Es tiempo de despertar. Es tiempo de que recordemos cómo hacer para que nuestras elecciones se realicen. Es tiempo de sacar la cabeza de la tierra y aceptar que no es accidental lo que obtenemos en la vida. Es tiempo de que dejemos de crear circunstancias desagradables, y de recordar los secretos de la vieja sabiduría ancestral a la que alguna vez tuvimos acceso, sabiduría que nos permitió llevar a la realidad nuestros deseos con sólo intentarlo. Ya es tiempo. Tú lo mereces todo. Mereces que se realicen todas tus aspiraciones, sin importar cuáles sean, basta con que lo desees y lo sieeentas y una nueva vida de extraordinaria felicidad será tuya. No "puede ser": ¡será! Es una garantía cósmica.
EL GENIO INTERIOR. LEY DE ATRACCIÓN El proceso de creación es el mismo para todo, bien se trate del sistema solar o de unos pantalones vaqueros. Piensa en algo a lo que le hayas infundido el sentimiento adecuado..., el cual producirá las vibraciones adecuadas…………., y vendrá . El Universo, no nos da lo que solicitamos, lo que merecemos ó lo que se supone estamos destinados a tener; el Universo nos da precisamente –y nada más que eso- lo que vibramos en cada momento del día. Nada más, nada menos. Ni todos los pensamientos positivos del mundo marcarán alguna diferencia, ni ser una persona buena con un corazón generoso, ni rezar, ni visualizar y meditar hasta el amanecer, ni siquiera golpearse la cabeza contra innumerables paredes de piedra en nuestro febril intento por llevar a la realidad los sueños de toda la vida: nada de lo que hemos mencionado creará realmente algo, hasta que no fluyan de nosotros las vibraciones magnéticas necesarias para impulsar esos sueños, dentro de nuestro infalible genio maravilloso llamado sentimiento, que es realmente la autoridad electromagnética de la que están hechos los sueños.
SÓLO DE DOS TIPOS Puedes acudir a cuanto libro se haya escrito sobre el tema de los sentimientos y las emociones; a cuanta clase se haya impartido sobre los oscuros misterios freudianos de la mente, o a cuanto grupo de consejeros que haya alguna vez intentado ponernos en contacto con ese oscuro niño interior que todos llevamos dentro, o a cualquier otro que esté intentado mostrarnos cómo liberamos de esas cosas terribles que llamamos sentimientos, y condensar todas las técnicas raras en un sencillo remedio para crear abundancia y satisfacción plena en la vida: Aprende a distinguir un sentimiento bueno de otro malo. Eso es todo: aprende a hacer esto último y habrás tomado todo el curso. Puedes crear cualquier cosa que tu corazón desee. Ése es el secreto que nos convierte en verdaderos creadores, en lugar de en creadores por casualidad. Ése es el poder que transforma los sueños en realidades: el simple arte de identificar un buen sentimiento y distinguirlo de otro malo. Eso es todo. Aquí acaba la lección. No te preocupes. Ninguno de esos sentimientos tiene que ver con la tarea de hurgar en la basura de tu pasado, o de enfrentarte a cualquier monstruo que pudiera estar residiendo en tu armario emocional. Son simplemente la variedad de sentimientos que tenemos a lo largo del día. Pero una vez que aprendas a seguir la pista de los que te hacen sentir bien, y diferenciarlos de aquellos que te hacen sentir mal, adquirirás confianza. Ésa es la clave de la vida. En eso consiste la "buena suerte" de la que tanto hemos oído hablar. ¡Eso es lo que permite cerrar las grandes ventas, conseguir la casa frente a la playa,
fomentar la buena salud, brindar satisfacción espiritual y ahorrar cómodas sumas de dinero en el banco! Sólo aprende a distinguir los sentimientos maravillosos de los que no lo son, todos los días, y observa cómo surge la magia. TRAGAR VIDRIO Los sentimientos, aquello de lo que todos estamos tan temerosos si resulta que son negativos, no son más que cargas electromagnéticas de energía que recorren nuestro cuerpo, activadas por nuestros propios pensamientos. La única razón por la que llegamos a tales extremos para evitarlos, es que algunas de esas emociones negativas nos hacen mucho daño. No nos gustan las sensaciones que nos provocan. Así que las ocultamos en lo más profundo de nosotros mismos, donde creemos que no tendremos que lidiar más con ellas, y donde, francamente, están provocando un infierno con nuestro magnetismo. Por ahora, sólo echemos una mirada a aquellas que estamos conscientes de que no han quedado escondidas, empezando con nuestro tradicional hábito diario de: "Siéntete mal". Eso podría significar cualquier cosa, desde la inercia (que es nuestro estado normal cotidiano de ni hacia arriba ni hacia abajo, sino sólo existir), o un ligero decaimiento en nuestro estado de ánimo, hasta un estallido de furia incontrolable. Nos sentimos mal cuando tenemos cualquier tipo de pensamiento que no tiene que ver con la alegría, como: culpa, soledad, enojo, resentimiento, preocupación, duda, frustración, estrés e, incluso, una leve inquietud. Todos esos son pensamientos; basados en el temor, que vibran con nosotros a una frecuencia extremadamente baja, la cual provoca que no nos sintamos bien. son totalmente contrarios a nuestro estado natural de alta frecuencia. Por otra parte, nos sentimos bien cuando generamos pensamientos que se asocian con la alegría, como: aprecio, deleite, placer, exaltación, entusiasmo, reverencia, admiración, gratitud, amor y todas esas emociones cálidas con las que nos deleitamos cuando las sentimos. La razón de que esos pensamientos nos hagan sentir tan bien es que vibran a alta frecuencia, la cual, definitivamente, es nuestro estado natural. Nadie puede tragar pedazos de vidrio y esperar sentirse bien; sin embargo, eso es precisamente lo que hacemos todo el día con nuestros pensamientos y sentimientos sombríos. Literalmente bañamos nuestro inconsciente de energía negativa (tanto de nuestros propios pensamientos, como de los pensamientos de los demás)... lo cual es totalmente contrario a nuestro estado natural de alegría... y eso explica por qué tan raras veces nos sentimos con mejor ánimo. No podemos hacerlo. No, mientras estemos vibrando todo el día en la baja frecuencia que pensamos que es nuestro estado normal. Así, esto se convierte en un círculo vicioso: ambos, los sentimientos conscientes y los inconscientes que tenemos todos los días y que creemos que son normales, están enviando vibraciones negativas que van en contra de nuestra naturaleza a través de nuestro cuerpo..., que nos hacen sentir deprimidos, indiferentes, o como si simplemente existiéramos o no tuviéramos sentimiento alguno. Puesto que todos estos sentimientos constituyen diversos grados de flujo de energía de baja frecuencia, y ya que todo lo que estamos enviando son vibraciones de baja frecuencia, sólo atraemos eventos desagradables o no muy afortunados.
Lo cual nos hará sentir con el ánimo bajo..., y a su vez enviará más vibraciones de baja frecuencia..., atraerá más circunstancias de baja frecuencia..., y eso nos hará sentir con el ánimo bajo... Y así seguiremos interminablemente. QUÉ CREA LOS SENTIMIENTOS La mayoría de nosotros tenemos la idea descabellada de que llegamos por casualidad al lugar donde estamos. Nada más falso. Cada uno de nosotros llegó al mundo con un compañero, con un guardián profundamente amoroso y exclusivo, de cuya existencia generalmente no nos damos cuenta. Llámalo Ser Interior, Ser Elevado, Ser Expandido, Dios, o Mickey Mouse; llámalo como quieras; es la parte más maravillosa de nosotros, estamos adheridos a ella y viene con el paquete físico. No podemos ser una persona física sin esa parte, porque es la fuente que nos mantiene vivos (no viviendo quizá, sino vivos). Es la energía positiva y pura de todo lo que existe y de la cual somos una parte; la energía pura y positiva de la vida en la cual estamos inmersos. ¿Nunca has sentido que existe una parte oculta dentro de ti que sabe todo lo que hay que saber, pero que nunca asoma la cabeza? La hay. Es una parte más amplia, más vieja, más sabia, que se halla en cada uno de nosotros y que se comunica con nosotros en la única forma que conoce... ¡por medio de los sentimientos! Esta extensión de nosotros mismos, a la que solamente nos podemos introducir con vibraciones, se sentiría como el nirvana, muuuy por arriba en la escala de frecuencia. De hecho, esa parte de nosotros no podría identificar una vibración de carencia o de estrés, aun cuando tropezara con ella en un agujero negro. Pero si nosotros vibráramos esa frecuencia, no podríamos existir físicamente, así que lo único que podemos hacer es tratar de acercarnos tanto como podamos a las vibraciones más elevadas de la más pura alegría, emoción, aprecia‐ ción, excitación, y en general a esas maravillosas sensaciones que nos producen felicidad y bienestar, lo cual se explica porque estamos vibrando más cerca de nuestro verdadero ser. Tú y tu ser no físico están en perfecta sintonía, conectados a esa espléndida alta frecuencia con todo lo que ella puede ofrecer. Así que cuando nos sentimos bien, vibramos más rápidamente que en la forma en la que originalmente fuimos creados para hacerlo. No estamos reciclando ninguna vibración baja basada en el temor, y que puede ser tan ajena al cuerpo. Estamos en ese espacio en el que podemos obtener respuestas y guía, pues ahora vibramos emocionalmente y caminamos de la mano con el ser que somos en realidad. Por la misma razón, si estamos enviando vibraciones de carencia y preocupación, del tipo de las que nos hacen sentir cualquier cosa menos alegría, nos desconectaremos de ese compañero invisible y todo funcionará en forma adversa creándonos malestar. Es como dar a un niño un enorme oso de peluche y después quitárselo. El niño no se sentirá nada bien al verse separado del juguete que le causó tanta alegría. Así que cuando nos sentimos bien, estamos conectados, vibrando más cerca de la alta frecuencia de nuestro Ser expandido. Cuando nos sentimos mal o deprimidos, o cuando no nos
sentimos bien por alguna razón, estamos desconectados y fluyen vibraciones ajenas, negativas, de baja frecuencia, por todo nuestro cuerpo. En otras palabras, si no hablamos de cosas po‐ sitivas, sino siempre de lo negativo y, por tanto, si no son vibraciones positivas, habremos tragado "pedazos de vidrio". La buena noticia es que no tenemos que vigilar nuestros pensamientos cada segundo del día para llevar nuestra vida de regreso al buen camino. ¡Vaya, nos volveríamos locos! Todo lo que necesitamos hacer es permanecer sintonizados con nuestros sentimientos, elevados o bajos, buenos o malos. EL PROPÓSITO ORIGINAL: NUESTRO MAPA DEL TESORO DEL DESEO Aunque esto suene un tanto egoísta, llegamos aquí, a este bendito planeta, con un sólo propósito: encontrar formas de sentirnos bien la mayor parte del tiempo, no sólo una parte de él. Ese singular propósito ‐sentirse bien‐ se encuentra dentro de todos y cada uno de nosotros, y si sólo le prestamos atención tendremos un mapa del tesoro grabado de manera individual que puede conducirnos a la felicidad. Cuando tenemos buenos sentimientos respecto de cualquier cosa, significa que estamos avanzando hacia el cumplimiento de nuestro propósito original, que es sentirnos bien, ser felices y vibrar en alta frecuencia, que estamos en camino hacia algo que deseamos desde hace mucho tiempo, o que apenas hemos empezado a desear. De cualquier modo, el que eso llegue, a nosotros nos hará felices. Estamos de camino hacia algo que creemos que enriquecerá nuestra vida y que, por tanto, nos hará sentir mejor, lo cual a su vez elevará nuestras frecuencias y nos acercará más a nuestro estado natural, que es el verdadero reto de estar aquí. Así que esta es la clave: el propósito original se manifiesta siempre como deseo..., deseo de cualquier cosa que despierte nuestro interés, lo mismo si es un flamante Ferrari rojo, o vivir en armonía con todo lo que nos rodea. Podría revelarse como un nuevo deseo el tener la cochera limpia, aprender un baile típico o poseer y manejar una ferretería en el campo. O podría ser el viejo deseo de vivir en la playa, o de aprender a tocar el piano. De cualquier modo es un deseo, algo que queremos. El problema es que en ocasiones dejamos de estar en contacto con nuestros deseos, o los dejamos ir debido a que dependiendo de la naturaleza de éstos, la sociedad encuentra la forma de llamarnos egoístas porque los perseguimos. Sin embargo, si a pesar de eso seguimos realmente nuestros sentimientos que nos harán felices simplemente porque creemos que así será‐ estaremos persiguiendo el propósito original de divertirnos mientras estamos aquí y aprenderemos aquello que hemos venido a aprender en una vibración positiva y no en conflicto. Eso difícilmente se puede considerar egoísta. Pero la presión de la sociedad es implacable, y con mucha frecuencia, nos hace sucumbir a nuestros "deberías", dirigiéndonos en dirección opuesta a los deseos que nos harían felices. Yeso es lo que lamentablemente nos ocurre a la mayoría de nosotros, casi todo
el tiempo. Nos hemos alejado del propósito original y vibramos en la baja frecuencia de la conciencia social basada en el temor. Aun cuando esa frecuencia negativa no nos hace sentir terriblemente mal, seguramente tampoco nos hace sentir felices. No podríamos estarlo. Una frecuencia nos baja el ánimo (conciencia social), la otra nos lo eleva (propósito original). Nunca se podrán mezclar. Así que, si decidimos seguir en esa frecuencia negativa, haciendo a un lado nuestra propia alegría, exigiéndonos nobleza y privándonos del propósito original, nos uniremos a las multitudes que siguen fielmente sus odiados "deberías" de baja frecuencia, en lugar de sus alegrías de alta frecuencia no es necesario agregar que el resultado de todo ese flujo de implacable energía en este planeta no nos ha traído nada bueno. BANDERA ROJA/BANDERA VERDE Ahora volvamos a tu deseo de tener un automóvil nuevo, y digamos que el auto que tienes en este momento está en muy buenas condiciones, por lo que en realidad no existe una necesidad apremiante de tener uno nuevo, sólo el profundo deseo de conseguirlo. De hecho, hasta donde puedes recordar, siempre has tenido esa pasión por poseer un veloz y lujoso convertible rojo, con rines metálicos (si vives en Alaska y detestas el rojo, de cualquier modo trata de seguirme el juego). Pero, ¿dónde diablos está el auto? Siempre lo has anhelado. Has pensando en él durante años enteros. Así que, ¿por qué no está todavía en tu cochera? He aquí el porqué: Un día que vas paseando por la calle, por supuesto, ahí está, enfrente de ti, el auto de tus sueños. Estás que te mueres de envidia porque piensas que no puedes comprar un auto así. Empieza el anhelo. Miras el auto sintiendo un gran deseo de poseerlo, sacudes la cabeza y te dices a ti mismo: "¡Hombre, sí que sería sensacional tenerlo!". Pero lo dices con desaliento. En lugar de sentirte emocionado al ver el auto de tus sueños, te sientes deprimido, con esa sensación de que te tiemblan las rodillas y entonces dices: "¡Diablos! ¡Olvídalo!". Eso explica, precisamente, por qué ese auto no está en tu cochera. Tú estás enfocándote en la falta del automóvil, más que en la alegría de tenerlo. Estás emitiendo tal cantidad de vibraciones negativas de "sentirte mal", que tu Ser expandido está agitando enormes banderas rojas y gritando: "¡Hola, amigo! te estás sintiendo tan mal porque te estás enfocando en el hecho de que no tienes el auto. Sigue pensando así y ten la seguridad de que seguirás recibiendo más de lo mismo, es decir, un montón más de: 'No Auto' Si realmente lo quieres, empieza por sentirte bien cuando pienses en él, y entonces observa lo que sucede". A ti te están sacando una bandera roja de advertencia en forma de una sensación deprimente llamada emoción negativa. La advertencia dice que te estás enfocando en algo que no quieres -la falta de ese automóvil‐, todo debido a tu percepción de que no tienes dinero para comprarlo. Esa sensación deprimente, es una bandera roja, una señal de que la manera en la que está fluyendo tu energía (lo que estás pensando y sintiendo acerca de ello) garantiza que no
vas a obtener el automóvil. Así que ahora todo lo que tienes que hacer es cambiar tu manera de pensar y de sentir acerca de ese auto (tu deseo) y será tuyo. Emitimos ese tipo de energía, de sentimientos negativos, todo el día, lo cual explica por qué obtenemos tan poco de lo que esperábamos conseguir. Vemos algo que hemos anhelado toda la vida (que puede ser cualquier cosa, desde un costoso auto rojo, hasta entender la física cuántica) y, desde nuestra posición de carencia, que significa que no lo tenemos y que no estamos seguros de poder tenerlo alguna vez, nuestro enfoque y nuestros sentimientos se concentran en lo que no tenemos. Así, eso es lo que atraemos...: más "no tengo". La ley física nunca cambia: obtenemos todo aquello en lo que nos enfocamos. Anhelar algo, desearlo, ansiarlo, e incluso esperarlo, no son actividades de enfoque en lo que queremos, son simples pensamientos negativos que vibran, procedentes de un lugar de desaliento, de un lugar de carencia, creado por las creencias pesimistas de que probablemente nunca obtendremos lo que queremos. Y con ese tipo de sentimientos fluyendo desde nosotros constantemente, no lo tendremos. Obtenemos aquello en lo que nos enfocamos; enfócate en la falta de algo y te garantizo que eso es exactamente lo que obtendrás, porque lo que el universo nos da en todo momento corresponde exactamente a la frecuencia en que estamos vibrando. La conclusión es la siguiente: si no nos sentimos con el espíritu muy en alto cuando pensamos en algo, estamos emitiendo algún tipo de emoción negativa, una bandera roja de advertencia que nos dice que prestemos atención a lo que estamos enviando. En nuestro ejemplo inventado del automóvil rojo, si lo que estás sintiendo y pensando acerca de él no te produce algún tipo de emoción intensa y feliz, si no sientes que se te pone "la carne de gallina" o que te invade una cálida y grata sensación de urgencia, o un deleite de cualquier tipo, entonces estás sintiendo y proyectando lo contrario: vibraciones negativas a partir de tu frustración por no tener el automóvil. Desde nuestro enfoque en la carencia de algo, jamás podremos atraer lo opuesto. Para atraer lo que sea que deseamos en nuestra vida, tenemos que modificar nuestro enfoque, el cual cambiará a su vez nuestros sentimientos, y éstos nuestras vibraciones.
CONSIGUE TU AUTOMÓVIL Muy bien, ahora desenmarañemos todo el asunto, para que ese automóvil rojo pueda ser tuyo. Volvamos a nuestra fórmula original: 1. Identifica lo que NO quieres. (No quieres más no tener el auto.) 2. Identifica lo que SÍ quieres (eso es más fácil). 3. Colócate en el lugar del sentimiento de lo que quieres. (ahí es donde estamos ahora). 4. Espera, escucha y permite que suceda.
Ahora, en lugar de desear el automóvil cuando lo veas, o cuando pienses en él lo cual sólo te hará sentir mal empieza a apreciar esa belleza. Aprecia su estilo, sus ruedas, su interior, su velocidad, la forma en que crecerá tu ego. Eso, seguramente, va a hacerte sentir ‐y vibrar‐ más rápidamente y más alto que si te enfocas en su ausencia. Y serán sólo las vibraciones altas las que persistirán, no las bajas. Continuemos. Mientras te regocijas con el orgullo que te producirá tu próxima nueva adquisición, llenas tus pulmones con el delicioso aroma a nuevo de tu auto y aprecias el acabado de su tablero y su excelente sistema de sonido, todas tus vibraciones magnéticas irán en aumento y lo mejor es que todas serán positivas, lo cual significa que estás enviando una nueva señal poderosa que está creando un camino sin obstáculos para que m deseo se magnetice dentro de tu mundo. De hecho, con esas vibraciones cada vez más altas que estás emitiendo, te conviertes en un verdadero imán de alta frecuencia, lo cual te hará sentir extraordinariamente bien, ondeando banderas verdes de "sentirse bien" por doquier. Tus sentimientos irán de acuerdo con tu intención original de satisfacción. Habrás dejado de atraer más de lo que no quiero y ahora estarás atrayendo, muy en serio, lo que quieres. No te preocupes de cómo vas a pagar el auto; no te corresponde imaginarIo). En cuanto dejes de enfocarte en el hecho de que el auto no está todavía en tu cochera, el auto rojo de tus sueños estará definitivamente en camino. Los sentimientos negativos, provenientes de pensamientos "no tengo", "no puedo", o "nunca tendré", simplemente no son acordes con tu intención original (como tampoco lo son tus "deberías"). Es así de sencillo: produce sentimientos sombríos y te serán devueltos en forma de circunstancias sombrías. Si, por otro lado, te permites entusiasmarte al pensar, en el auto de tus sueños, e insistes ante ti mismo en que las cosas ya están en proceso de realizarse -sin importar que lo que tengas a la vista sea totalmente opuesto- , entonces, esos pensamientos positivos finalmente atraerán como un imán tus deseos. Deben hacerlo, es la física del universo. Recuerda, son los sentimientos los que lo harán, no nada más los pensamientos. Son los sentimientos los que crean el magnetismo y la vibración en las ondas que enviamos. Son los sentimientos, los sentimientos, los sentimientos..., ¡que provienen de nuestros pensamientos! EL PODER DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN Hace algunas noches, mientras preparaba la cena, encendí la televisión para oír las noticias y casi me vomito antes de haber siquiera probado el primer bocado. En primer lugar, transmitían el informe de la más reciente epidemia de una nueva y extraña gripe, tan exótica, de hecho, que era dudoso que aun las mejores vacunas pudieran combatirla. "En el pueblo X, a 1,500 millas de distancia, se ha encontrado que tres de cada cinco residentes han sido gravemente afectados por este nuevo virus incontrolable."
¡Terrible! Ahora, probablemente cuatro de cada cinco televidentes que estaban viendo el programa empezarían a enfocarse en sus temores y en las emociones de "no querer" a este pegajoso bicho raro, lo cual asegura, sin duda, su crecimiento y difusión, de modo que podrá invadir fácilmente a cualquiera que esté en una frecuencia afín de temor. Los que podrían haber sido sólo unos cuantos estornudos más en el pueblo sin el informe de la televisión, ahora sencillamente provocarán un desastre. Por esto te recomiendo que hagas la prueba y dejes de ver un mes cualquier noticiero y periódico y observes como te sientes sin tu generador de baja frecuencia. Lo escuchamos todo el tiempo en los medios de comunicación: otro bombardeo, otro incendio intencional, otro salpullido provocado por un bicho terrible. Así que todos nos enfocamos en lo terrible de lo sucedido, lo cual sólo sirve para atraer más de lo mismo. ¿En 1865 llevaban los jóvenes pistolas en las escuelas?, hasta la pandillas de violadores, edificios destruidos por una explosión y pirómanos en serie? No, porque no se contaba con los medios de comunicación para crear el efecto que provocan las vibraciones que lo producen en masa. En cambio, se publicaban noticias en los periódicos y carteles ofreciendo una recompensa por ladrones de trenes y asaltantes de bancos; así que lo que se multiplicaba eran los ladrones de trenes y los asaltantes de bancos. Créeme, la Ley de Atracción estaba tan activa en tiempos de Billy the Kid como lo está ahora, porque es la ley fundamental de la creación en todo el universo. Concentrémonos con repetida e intensa emoción en algo que no queremos (o que queremos) y, tarde o temprano, ese algo estará junto a nosotros. EL SÍNDROME DE LAS MASAS DE ENERGÍA Desde luego, no hay sólo dos tipos de energía: una que nos hace sentir bien y otra que nos hace sentir mal, sino que existen diversos grados en las vibraciones de sentirse bien y en las vibraciones de sentirse mal en cada pensamiento que emitimos. Las llamaremos energía positiva y energía negativa, aun cuando son lo mismo, sólo que vibran en forma diferente.
Cada vez que pensamos en algo hacemos fluir algún, tipo de energía, positiva o negativa (sentimiento), hacia lo que sea que estamos pensando. Y la tonada nunca cambia: como pensamos, sentimos; como sentimos, vibramos; y como vibramos, atraemos. Entonces, tenemos que afrontar las consecuencias. Pero, ¿cómo llegan realmente a nosotros esas "consecuencias"? ¿Cuál es la ruta que provoca que nos encontremos con algo en lo que habíamos estado pensando? Cada vez que pensamos seriamente en algo, ocurren dos cosas: primero está la vibración producida por el sentimiento que evoca ese pensamiento (felicidad, tristeza, etcétera). La segunda es la activación, producida por nuestras emociones y conformada de pequeños trocitos de pensamiento, que yo llamo pensamientos‐partícula. Una vez que esas partículas magnéticas son activadas por nuestros sentimientos, se programan de manera instantánea para atraer cosas, según lo que sea con lo que hayamos estado vibrando.
Siempre que pensamos en algo, y pensamos un poco más, y hablamos sobre ello, y le damos vueltas al mismo pensamiento al día siguiente y al otro, entonces surgen tantos pen‐ samientos de la misma frecuencia flotando por ahí, que empiezan a unirse como bolitas de la misma masa. Cuantos más pensamientos emitamos de la misma clase, mayor irá siendo el cúmulo de ellos, hasta que se extienden y se convierten en algo gigantesco, con enorme poder de atracción, lo suficientemente grande como para formar sus propios remolinos de energía magnética extraordinariamente poderosos, ya sea de naturaleza positiva (felicidad) o negativa (tristeza). Esos centros de poder, los remolinos de una monumental energía magnética, atraen hacia sus propios centros giratorios todo lo que tenga vibraciones similares ‐incluyéndote a ti"‐, lo cual en el transcurso del tiempo provoca acontecimientos. Antes de que te des cuenta de lo que está sucediendo, te encontrarás en el centro mismo de algún suceso, que tú mismo iniciaste con tus pensamientos y sentimientos recurrentes. Podría ser el mismo asunto en el que te has estado enfocando, o podría ser algo completamente diferente y, sin embargo, formado por las mismas vibraciones. Aunque ciertamente podemos hacer fluir sentimientos sin pensamientos, en nuestro ejemplo ha sido el pensamiento repetitivo el que ha provocado los sentimientos repetitivo s que pusieron a rodar la bola magnética. Lo que debemos recordar aquí principalmente es que cuanto más pensemos acerca de cualquier cosa, ya sea algo que deseemos en nuestra vida o algo que no deseemos, con mayor rapidez lo atraeremos a nuestra experiencia. Ésa es, en concreto, la Ley de la Atracción, la ley universal que reza: "Lo semejante atrae a lo semejante". TU PROPIO PODER Hemos crecido en una sociedad que ha estado produciendo energía variada y caprichosa a lo largo de muchos siglos, que se ha dejado absorber sin dirección alguna, y mucho menos dirigida hacia donde queríamos ir. Aquí no hay víctimas, sólo flujos de energía. En nuestro caso, hemos fluido directamente al desafortunado olvido de que siempre hemos tenido el poder para crear nuestras propias vidas y nuestro propio mundo, sin importar cómo se nos haya ocurrido que fuera. En cambio, a partir de nuestra incapacidad para comprender lo que significa el flujo de energía, nos hemos convertido en expertos en dejar que las cosas sucedan por negligencia. Aunque el proceso de volverse un creador decidido es extraordinariamente sencillo, no siempre es fácil, porque el concepto mismo quizá nos resulta demasiado extraño. En principio, la idea de que hemos estado creando el mundo sólo con nuestro sentimiento ‐a partir de nuestro pensamiento o de nuestras emociones‐ nos puede parecer muy sospechosa. Damos cuenta de que siempre hemos tenido el poder de crear en cualquier momento que elijamos, de la manera en que queramos, puede resultar realmente desalentador, e incluso ir más allá de nuestra disposición de aceptarlo..., por lo menos al principio. Sin embargo, la física es la física. El magnetismo es el magnetismo, y ambas cosas nos dicen que "lo semejante atrae a lo semejante". Da lo mismo que sea una nebulosa, un agujero negro, o un ser humano que lucha con una existencia física. Así funciona todo.
Pero no tenemos que asimilar solos todas estas novedades, porque no somos los únicos en este viaje. Cada uno de nosotros tenemos un compañero profundamente amoroso, con gran sabiduría, belleza y poder, un gran Ser expandido, un ser interno/externo, con quien estamos irrevocablemente unidos en este viaje físico, un ser cuyo apoyo decidido nunca nos abandona, cuya guía es tan tangible como las últimas emociones que acabamos de experimentar, y cuyas piedras preciosas son aquellas que llamamos sentimientos, sentimientos, sentimientos, el genio mágico de toda creación.
NO, ESO NO. 1ER. PASO LEY DE ATRACCIÓN Analizamos en el capítulo anterior de cómo se da el mecanismo de la Ley de Atracción, como este efecto no distingue entre bueno y malo, lo conveniente e inconveniente simplemente es un imán. Por ello, es tan importante para nosotros como primer paso, entender las emociones negativas, saber cómo funcionan sutilmente, cómo identificarlas, por qué continuamos teniéndolas y, curiosamente, cómo es que desempeñan un papel tan trascendente en el proceso de tomar el control. Así que, por favor, no veas este capítulo sobre lo "negativo", como negativo, pues en realidad estamos hablando del componente secreto para lograr llegar a donde queremos. Hacer evidente el trabajado del subconciente respecto a la energía negativa que hemos generado, es el primer paso para cambiarlas a positivo. La mayoría de nosotros hemos ido creando nuestros días desde que asistíamos al jardín de niños, a enfocarnos en todas las cosas que no nos gustaban ni queríamos, y que nos hacían sentir impotentes, al tiempo que observábamos cómo empeoraban. Hemos vivido una vida en la que la mayor parte del tiempo nos sentimos a merced de fuerzas que operan fuera de nuestro control. Quiero decir, ¿cuántos de nosotros asumiríamos la responsabilidad por tener un jefe detestable, por haber sido víctimas de un robo, por haber sido despedidos o por haber contraído una fuerte gripe? ¿y cuántos de nosotros culpamos al gobierno, a la economía, a nuestras familias, a la compañía donde trabaja o al "sistema", de todo lo malo que nos sucede en la vida? Sinceramente, ¿estaríamos dispuestos a aceptar la responsabilidad de todas las cosas que nos han sucedido?. No necesariamente estamos hablando de casos extremos, simplemente ¿cuántos de nosotros estamos plenamente satisfechos de accesar a la abundancia de Universo? LO QUE ESTÁ MAL ES LO QUE ESTÁ MAL No podemos vibrar con energía negativa de cualquier tipo y en cualquier cantidad, por pequeña que sea, y ser felices. Y eso significa cualquier cosa, desde estar un poco irritables o un tanto indiferentes, hasta vivir con temor permanentemente. Es fisiológicamente imposible ser feliz con ese tipo de energía fluyendo desde nosotros, porque estamos emitiendo dos vibraciones diferentes que activan dos resultados distintos, tanto externos como internos. Las víctimas, como lo hemos sido todos en uno u otro momento, que ven al mundo como el resultado de incontables circunstancias sobre las cuales creen no tener control. Todos hemos estado ahí, o estamos todavía. Sólo es cuestión de cuánto del mito de la víctima hayamos escogido para vivir. Pero no tenemos por qué quedamos ahí. De hecho, una vez que empieces a constatar realmente los efectos del magnetismo, te será muy difícil pasar por alto esta evidencia que brilla intensamente: nuestras vidas han sido moldeadas por el diario fluir de nuestra energía, no por la suerte, el destino, las circunstancias o un tío rico. Si analizas que hemos pasado décadas enteras tratando de hallar todo lo que está mal y, por tanto, enfocándonos en to‐ das las cosas de nuestro mundo que no nos gustan, no queremos, o quisiéramos cambiar, no es de asombrar que hayamos atraído tantas desdichas y desventuras. Ningún ser humano puede estar tan continuamente desconectado de su fuente de energía y llegar a donde sea que quiera ir. Así que aquí va un rayo de luz: “Vivir la vida continuamente como víctima de las circunstancias, enfocado siempre en lo malo que hay en todo y en todos, jamás nos proporcionará la existencia que deseamos. Sólo nos traerá una cosa: más de aquello que queremos tan desesperadamente cambiar”.
RECETA PARA CREAR La receta para crear cualquier cosa es realmente sencilla: toma sentimientos buenos o malos (lo que se traduce en vibraciones positivas o negativas), hornea con diversos grados de emoción para aumentar el magnetismo, y resultará lo que hayas atraído, te guste o no. Todo aquello en lo que nos hemos enfocado y la manera en la que hemos vibrado respecto a ello, es lo queremos recibido..., desde el día de nuestro nacimiento. Significa que hemos estado enfocados en lo que no queremos... ¡durante años! Sólo toma dieciséis segundos enlazar nuestras vibraciones ron aquello en lo que nos estamos enfocando. Así es, sólo dieciséis segundos de pensamiento puro, enfocado, bueno o ma‐ lo, negativo o positivo. En ese breve tiempo, empezamos a vibrar en la misma frecuencia de lo que estamos pensando emocionalmente, lo que significa que estamos listos para atraer eso mismo que pensamos. No es necesario decir que todos hemos tenido un montón de cosas en las que hemos pensado una y otra vez, en repetidos segmentos de dieciséis segundos, todos ellos con vibraciones de frustración, tensión y preocupación, sobre las incontables rosas que no queremos, que no nos gustan y no sabemos cómo manejar, o que pensamos que no podemos soportar. Lo anterior explica por qué durante la mayor parte de nuestra vida hemos estado atrayendo continuamente más de lo mismo. . Hasta ahora, ésa ha sido la manera fundamental en que hemos construido nuestra vida, produciendo una incesante corriente de tensión negativa, de la cual podríamos prescindir. Recuerda, no estoy hablando de la explosiones de negatividad, simplemente la vida cotidiana, sólo de ese eterno murmullo interior de: "Tenemos que arreglarlo, tenemos que hacerlo mejor, tenemos que hacer lo correcto, tenemos que encontrar la manera", al cual llamamos inquieta calma o nudo en las entrañas. Y por el otro lado de la misma moneda, le llamamos: "Tenemos que aceptarlo, tenemos que vivir con eso, no puedo hacer nada al respecto, me guste o no". La misma cosa, las mismas vibraciones. LA JUGUETERÍA ES TODA TUYA Imagina que te conviertes de pronto en un niño que anda suelto por la juguetería más grande y mejor surtida que hayas visto jamás en este ancho y amplio mundo, y que te dicen que puedes tomar lo que desees. iGuau! Eso va más allá de nuestra imaginación. Sin embargo, así es nuestro universo: una gigantesca juguetería de la cual podemos tomar lo que queramos para jugar con ello. Está ahí todo para que lo tomemos, o en espera de ser creado. Todo lo que tenemos que hacer es seeeeentir lo que queremos y magnetizarlo, atraerlo hacia nosotros. Por ejemplo, digamos que en nuestra juguetería mágica hay ¡Un fantástico nuevo empleo que te está esperando!. O tal vez encuentres ahí mismo tu próxima casa, con todos los lujos inimaginables y con más aparatos electrodomésticos de los que jamás hayas visto. A la vuelta de la esquina hay también una nueva y maravillosa relación (o una vieja relación renovada). Ha también, hay a tu disposición, un nuevo cuerpo, totalmente reformado, y con las medidas adecuadas. ¡Eso es espléndido! Pero, ¿de dónde te van a llegar todas esas rosas maravillosas? ¿Te van a caer del cielo, o serán un regalo de m ángel guardián? No, van a salir de ti mismo. Para poder obtenerlas, todo lo que tienes que hacer es desearlas con una intensidad que proceda de lo más profundo de tu ser, con una intensa vibración de "sentirte bien".