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INDICE
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Lectura 6
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La reproducción de éste material de enseñanza, se hace en concordancia con lo dispuesto por la Legislación sobre Derechos de Autor. Ley 13714.
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PROGRAMA DE ESTUDIOS BÁSICOS CIENCIAS SOCIALES
Lectura Nº 1 “Surgimiento
y Desarrollo de las Ciencias Sociales”, en Autoras: Lizandra TORRES y Lina TORRES.
Introducción a las Ciencias Sociales. Sociedad y Cultura Contemporánea. Páginas: 10-15 International Thomson Editores. 1
México. 1998 Lectura Nº 1
“Surgimiento y Desarrollo de las Ciencias Sociales ”, en Autoras: Lizandra TORRES y Lina TORRES. Introducción a las Ciencias Sociales. Sociedad y Cultura Contemporánea. Páginas: 10-15 International Thompson Editores. México. 1998
Antecedentes Históricos.-
Durante los siglos III al XII los seres humanos vivieron principalmente de la agricultura en un régimen económico estable, donde la familia era responsable de la satisfacción de todas las necesidades básicas. La vida giraba en torno de la salida y la caída del sol, las estaciones del año y el campanario de la iglesia del pueblo. Las familias, nacían, crecían y morían en la misma clase social y todo estaba predeterminado por el destino, Dios o la naturaleza.
Las Cruzadas, que tienen su comienzo a partir del siglo XI, contribuyeron en gran medida a los grandes cambios que ocurrieron en Europa durante la Edad Media. Uno de estos cambios se produjo en la estructura económica y consiguientemente en lo social. El sistema feudal sostuvo el principio de autonomía y autosuficiencia del feudo, lo cual no daba margen a renglones económicos como el comercio. Lo que regía, cuando más, era el trueque. La moral medieval prohibía cualquier intercambio o negocio que generara ganancias.
Ciudades Medievales.-
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Las cruzadas llevaron a Europa artículos desconocidos, como tapices, alfombras y especias. Este fenómeno despertó en el europeo un gran interés por los mismos, hasta el punto de organizar excursiones de carácter principalmente comercial. La exposición y venta de estos artículos se hacía alrededor de las ciudades que, a la sazón, eran recintos desiertos que nada más servían de refugio ante las invasiones y de casa del obispo, al lado de la catedral. Con este movimiento, las ciudades empezaron a tomar vida, los protagonistas no fueron los señores feudales o los siervos de la gleba, sino ciertos grupos sociales que no pertenecían a los feudos; es decir no estaban sujetos ni formaban parte del lazo señorío-vasallaje. Se trataba de personas que gozaban de cierta independencia y que vivían al rededor de las ciudades. Estos grupos fueron consolidándose socialmente a través de esta “nueva” modalidad económica: el comercio. Al mismo tiempo se fueron creando ciertos oficios y artesanías que ayudaban al desarrollo del comercio incipiente; esto es, los pequeños industriales y artesanos que servían de apoyo.
Las ciudades medievales eran conocidas como Burgos, de ahí que los grupos que merodeaban por las mismas tratando de vender sus mercancías se conocieran como burgueses, con un estilo de vida, intereses y necesidades totalmente distintas a los habitantes de los feudos. Esta clase incrementó el comercio y estructuró diversos mecanismos para la obtención y venta de los artículos.
Al respecto, lo más apetecible y rentable eran las especias. A la vez que se fortalecía el poder económico de estos grupos, aumentaba su número, principalmente por el proceso de decadencia del sistema feudal, con la consiguiente liberación de los siervos de la gleba. Poco a poco la ciudad o burgo medieval se fue convirtiendo en centro de vida económica social y política. Las ciudades comenzaron a revivir. Así lo podemos ver ya en el siglo XIII.
El interés en buscar nuevas rutas para llegar a las tierras desde donde se traían mercancías provocó el llamado descubrimiento de América a finales del siglo XV y el descubrimiento europeo de gran parte de los continentes de África y Asia en siglos posteriores. El comercio que se desarrolló entre Europa y los nuevos territorios produjo cambios drásticos en la vida económica de todo el mundo. La búsqueda de nuevos productos para mercadear dio lugar a numerosas invenciones importantes, entre ellas la imprenta, la brújula, el reloj y la pólvora.
Absolutismo.-
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El poder de los burgueses creció a medida que el comercio fue tomando características de empresa internacional. Aumentó la variedad de las mercancías; grandes cantidades de oro, plata, otros metales y productos exóticos se introdujeron en los mercados europeos. En el siglo XVI, llegó el momento en que esta clase social, la burguesía, tuvo en sus manos el poder económico. De tal manera que el poder político, representado principalmente por los reyes y la nobleza, se vio obligado a contar con la burguesía.
Estos cambios económicos y tecnológicos originaron nuevas formas de pensar y nuevas explicaciones naturales de la conducta humana; cambiaron las ideas religiosas, las ideas políticas y las prácticas sociales. La justificación ideológica de toda esta praxis económica aparece en las diversas teorías mercantilistas, en que el Estado trata de controlar todo el proceso: la producción y el mercadeo. Apoyadas por la burguesía y como medida para segurar su poder económico aparecieron las monarquías absolutistas, las cuales no tenían otro propósito que proteger los intereses de la burguesía.
En el siglo XVI se da también la Reforma Protestante, una nueva lucha de poderes entre los negociantes y mercaderes y la Iglesia, que hasta entonces había tenido el poder absoluto. Las riquezas en poder del Papa, la ética cristiana contra la usura, la acumulación del dinero y la dignidad del pobre no compaginaban con las condiciones materiales del momento. La lucha de los nuevos estados nacionales con el papado, que se dio a partir de esta época proveyó a los estados de mayor poder político y económico. Por su parte, la ética protestante enfatizaba el trabajo duro, el esfuerzo, la austeridad y la acumulación de riquezas como señales de virtud, en tanto que consideraba la pobreza como señal de baja calidad moral, de vagancia o como castillo por el pecado.
Para agilizar el intercambio de mercaderías se crearon estado nacionales fuertes; con ello se logró estandarizar monedas, pesos y medidas, además de unificar y simplificar las aduanas. Estas nuevas condiciones económicas dieron pie a l desarrollo de las ideas de lo que conocemos hoy con el nombre de absolutismo político. Dos obras clásicas de las ciencias sociales de hoy son el producto de estas reflexiones de pensadores de los siglos XVI y XVII: “ El Príncipe” , de Nicolás Maquiavelo (1513), y “ Leviathan” de Thomas Hobbes (1651). Sus ideas se concentran en el estado, su soberanía y sus atribuciones; pero también intentan descubrir las normas jurídicas naturales a la sociedad humana.
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Nacimiento de la ciencia y sus implicaciones.-
Los cambios tecnológicos, económicos y políticos que surgieron durantes los siglos XVI al XVIII promovieron el desarrollo de la metodología científica en un intento de dominar y controlar la naturaleza. La visión clásica de la ciencia estaba construida sobre dos premisas. Una era el modelo de Newton, para quien existía una simetría entre el pasado y el futuro; es decir, afirmaba que podemos adquirir certezas sin necesidad de distinguir entre pasado y futuro, ya que todo coexiste en un eterno presente. La segunda premisa era el dualismo cartesiano. Descartes establecía una distinción fundamental entre la naturaleza y los humanos, entre la materia y la mente, entre el mundo físico y el mundo espiritual y social.
La ciencia se definió como la búsqueda de las leyes universales de la naturaleza que podían permanecer verdaderas a través del tiempo y del espacio; esto es, con sus leyes eternas, infinitas, sin pasado ni presente, la ciencia sustituyó a Dios. Ese Dios que hasta entonces había dirigido los valores cristianos de amor, humildad y caridad fue reemplazado por la ciencia con unos valores que predicaban una ambición infinita por lo logros materiales de la tecnología. Las ideas de progreso ilimitado – que puede alcanzarse a través de la exploración del mundo y la explotación de la naturaleza - impulsaron un interés desmedido en descubrir los secretos internos de los recursos mundiales para poseerlos y dominarlos.
Las ciencias naturales se desarrollaron en sus inicios en el estudio de los astros celestiales (la Astronomía) lo cual enfatizó el conocimiento de la naturaleza físico-matemática. Luego se desarrolló la Química y finalmente la Biología. El estudio científico hizo hincapié en la experimentación y el trabajo empírico. El mundo moderno necesitaba conocimientos exactos para tomar decisiones. Pero sólo los que tenían la capacidad económica para realizar o pagar estos experimentos y exploraciones podían beneficiarse de ellos. Las ciencias naturales, al producir resultados prácticos, consiguieron apoyo social y político, de ahí el surgimiento de numerosas academias reales para respaldar el trabajo de los científicos naturales durante los siglos XVII y XVIII.
Revolución de la Burguesía.-
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La Burguesía fue una clase social poderosa que no se conformó con el poder económico, sino que aspiró también al poder político. El acontecimiento que simbolizó la toma burguesa del poder político de se le conoce como Revolución Francesa (1789), cuyos ideales de igualdad, libertad y fraternidad representaron una nueva modalidad de ejercer el poder. De esta manera, durante un largo proceso se construyeron los cimientos del sistema económico social que conocemos con el nombre de capitalismo, cuya clase social dominante es la burguesía, organizada de distintas maneras, hasta en multinacionales
La acumulación de las riquezas exigió un gobierno eficiente y productivo, donde los que obtuvieran el poder serían los más efectivos y no los que Dios o la cuna hubieran decidido. A partir del siglo XVIII comenzaron a surgir pensadores que planteaban que el gobierno debía ser compartido, que debía ser de leyes y no de hombres, que todos los seres humanos son libres e iguales por naturaleza, que el poder radica en el pueblo y que el gobierno tiene que actuar por el bien público., Loa principales exponentes de estas ideas fueron John Locke, con su “Segundo Tratado de Gobierno Civil” (1690) ; charles de Montesquieu con “El Espíritu de las Leyes” (1748), y Jean Jaques Rousseau, con “El Contrato Social”(1762). Estas ideas se conocen como liberalismo político y dieron lugar a la Revolución Norteamericana (1776), y a l a Revolución Francesa (1789). A su vez, estas ideas políticas estuvieron acompañadas por los conceptos de liberalismo económico, los cuales planteaban que para que la economía opere en beneficio de la sociedad, el estado político no debe intervenir en los asuntos de aquélla. El máximo exponente de esta doctrina fue Adam Smith, con “La Riqueza de las naciones” (1776).
A estas circunstancias económicas y políticas de la sociedad europea de finales del siglo XVIII hay que añadir que la población humana comenzó a aumentar como nunca y que por primera vez un pensador, Thomas Malthus, escribió un “Ensayo sobre Población” (1798), donde expresó su preocupación sobre la capacidad humana de alimentar a toda la población si esta seguía creciendo como lo hacía.
Por último, los cambios tecnológicos hicieron posible la Revolución Industrial, que es conocida como los acelerados cambios económicos e industriales que se suscitaron en las formas de producción desde mediados del siglo XVIII. Estos cambios se debieron a los descubrimientos, invenciones e innovaciones que se aplicaba a la producción económica y que modificaron drásticamente la vida, costumbres e ideas, provocando grandes preocupaciones sobre el futuro social de la humanidad. A partir del siglo XIX surgieron pensadores que iniciaron el intento de aplicar la metodología científica al estudio de la sociedad humana.
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Surgimiento de las CIENCIAS SOCIALES.-
Atraída por la producción económica de las fábricas, la gente comenzó a asentarse alrededor de estos focos de trabajo, sin embargo, la población carecía de las más mínimas condiciones de salud. Las viviendas se edificaron alrededor de las fábricas donde vivían varias familias sin servicios sanitarios, agua potable o alcantarillados. Niños, jóvenes, mujeres, hombres y ancianos vivían aglomerados sin separación de sexos o edades. Los desperdicios humanos se tiraban a la calle y los mosquitos, las aguas usadas y las viviendas inadecuadas eran la orden del día. Como no había intervención del estado en los asuntos de la economía, hombres y mujeres trabajaban alrededor de 16 horas al día, con salarios miserables y en condiciones que incluían falta de ventilación y calefacción en invierno, sin horas de descanso, herramientas adecuadas, ni un lugar donde sentarse. Los niños acompañaban a las madres a las fábricas y eran obligados a trabajar sin salario.
En estas condiciones la vida de los trabajadores asalariados se hizo muy dura. Aquel que se accidentaba o enfermaba no recibía paga alguna ni compensación por accidente. Había tantas personas disponibles para trabajar, que los patronos se aprovechaban de la menor protesta o del menor pretexto para echar la gente a la calle. Esto provocó que esta nueva clase social, los trabajadores asalariados – es decir, el proletariado – se organizara en sindicatos para luchar por condiciones laborales más equitativas, a pesar de que estaban prohibidos legalmente. Pretendían un salario justo, igual retribución para hombres y mujeres (igual paga por igual trabajo), una jornada laboral de ocho horas, condiciones de salud y seguridad laboral.
La situación de las personas que no podían trabajar era peor. Los enfermos, discapacitados, enfermos mentales, niños huérfanos o abandonados, ancianos y accidentados e n el trabajo eran dejados a su suerte. Por otro lado la pobre alimentación, la poca ventilación en fábricas y vivienda, y, los extenuantes horarios de trabajo hicieron que las enfermedades se propagaran con rapidez entre proletarios y pobres; es decir entre los desposeídos que tenían capacidad de trabajar y los que no la tenían.
El siglo XIX fue, pues, un siglo caracterizado por un gran aumento de la población, sobre todo entre las clases desposeídas de propiedad y riqueza... las ideas de igualdad, libertad y fraternidad promulgadas por las revoluciones de finales del siglo XVIII, pensadas por los dueños de los medios de producción (la burguesía) llegaron a los oídos de muchos integrantes de todas las clases
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sociales. Esto dio como resultado la lucha por mejorar las condiciones de vida a través de diferentes medios, el sindicalismo, el cooperativismo, el socialismo, la filantropía, y, la metodología social científica.
En este nuevo mundo de caos, desorganización y desintegración social, surgieron pensadores que plantearon la posibilidad de utilizar la nueva metodología científica para conocer, entender, explicar, predecir y controlar la sociedad humana. Si el descubrimiento de las leyes que gobiernan la naturaleza permitía dominarla en beneficio del interés económico, ¿porqué no hacerlo con la vida social humana? Ese fue uno de los orígenes de las Ciencias Sociales actuales.
La creación de las múltiples disciplinas en las ciencias sociales fue producto del intento decimonónico de asegurar el conocimiento objetivo de la realidad con base en hallazgos empíricos. Esto obedeció a un deseo de separarse de los pensadores anteriores que simplemente especulaban o intuían la verdad. para legitimar dicha forma de conocer era necesario diferenciarla de la Filosofía y las Letras. La institucionalización de las Ciencias Sociales se hizo en las universidades donde se desarrolló la actividad científica del siglo XIX; o sea, en gran Bretaña, Francia, Alemania, Italia y Estados Unidos.
Las primeras disciplinas que se diferenciaron fueron, Historia, Economía, Sociología, Ciencias Políticas y Antropología. En esos primeros años, dichas ciencias se dedicaron a describir la realidad de sus propios países. La excepción fue la Antropología, que se concentró en estudiar la vida de las naciones conquistadas por los países europeos a través del colonialismo. Más adelante, se desarrollaron Geografía, psicología y Derecho.
Los grandes exponentes de las ciencias sociales del siglo pasado y comienzos del XX fueron Augusto Comte (1798-1857), considerado el padre de la Sociología y creador del positivismo; Herbert Spencer (1820-1913, cuyas ideas justificaron la superioridad de los ricos y poderosos como “los más aptos”, y Karl Marx (18181883), creador del Materialismo Dialéctico e inspirador de numerosos movimientos que pretenden el cambio social a través del conflicto social y la revolución armada. Les siguen en orden de importancia Emile Durkheim (18581917), creador del primer intento de la investigación sociológica con su estudio sobre el suicidio, y Max Weber (1864-1920) quien influyó grandemente en la sociología occidental.
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Hasta mediados del presente siglo el desarrollo de las ciencias sociales subrayaba la separación de las disciplinas que las conformaban. Esto se dio de la misma manera en las ciencias naturales, ya que tuvieron la necesidad de desarrollar el conocimiento “objetivo” de la realidad con base en la experimentación científica. Sin embargo una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial, al cambiar las condiciones económicas y sociales en el Continente Europeo se Desarrollaron múltiples investigaciones sociales que enfatizaban los estudios de áreas, realizados sobre todo por varias disciplinas.
En la actualidad las barreras entre cada una de las especialidades de las ciencias sociales no están muy claras; por lo tanto, se regresa a los orígenes; esto es, a las ciencias sociales como un conocimiento multidisciplinario y transdisciplinario.
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PROGRAMA DE ESTUDIOS BÁSICOS CIENCIAS SOCIALES
Lectura Nº 2
“
La Cultura en Autor: Conrad PHILLIP KOTTAK.
Antropologìa. Una exploración de la Diversidad Humana. Páginas: 33-43
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”,
Editorial: McGraw Hill. Sexta edición. España. 1994 LA CULTURA Los humanos son animales diferentes. Su diferencia radica en la cultura, una razón fundamental de nuestra adaptabilidad y de nuestro éxito. Los medios sociales y culturales de adaptación han resultado de una importancia crucial en la evolución de los homínidos. Sociedad es la vida organizada en grupos. Al igual que los humanos, muchos otros animales, incluidos los simios, monos, lobos y hormigas, viven en grupos organizados. Por ejemplo, muchos monos viven en grupos sociales o manadas, compuestos de múltiples machos y hembras adultos y de su descendencia, en los que las jerarquías de dominación, los grupos juveniles de juego y los diversos movimientos y actividades coordinados regulan los contactos entre sus miembros. Sin embargo, las poblaciones humanas están organizadas, no sólo por sus relaciones y actividades sociales habituales, sino también por su exposición a una tradición cultural común. Las tradiciones culturales o, más sencillamente, las culturas se transmiten mediante el aprendizaje y el lenguaje.
La idea de cultura ha sido fundamental desde hace mucho tiempo para la antropología. Hace más de un siglo, en su libro clásico La Cultura Primitiva, el antropólogo británico Edward Taylor expuso que los sistemas de comportamiento y de pensamiento humanos no son aleatorios. Por el contrario, obedecen a leyes naturales y, por tanto, pueden estudiarse científicamente. La definición de cultura de Tylor todavía ofrece una buena panorámica del objeto de estudio de la antropología y es ampliamente citada.
«Cultura... es ese todo complejo que incluye el conocimiento, las creencias, el arte, la moral, el derecho, la costumbre y cualesquiera otros hábitos y capacidades adquiridos por el hombre como miembro de la sociedad.» (Tylor, 1871/1958, pág. 1). Aquí la frase crucial es «adquiridos por el hombre como miembro de la sociedad». La definición de Tylor se centra en las creencias y el comportamiento que la gente adquiere no a través de la herencia biológica sino por desarrollarse en una sociedad concreta donde se hallan expuestos a una tradición cultural específica. La enculturación es el proceso por el que un niño o niña aprende su cultura.
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¿QUE ES LA CULTURA? La cultura lo abarca todo.
Para los antropólogos, la cultura incluye mucho más que refinamiento, gusto, sofisticación, educación y apreciación de las bellas artes. No sólo los graduados universitarios, sino toda la gente tienen cultura. Las fuerzas culturales más interesantes y significativas son las que afectan a la gente en su vida cotidiana, particularmente aquellas que influyen en los niños durante su enculturación. La cultura, definida antropológicamente, abarca características que a veces son vistas como triviales o no merecedoras de un estudio serio, como la cultura «popular». Para entender las culturas europeas o norteamericanas contemporáneas, tenemos que tener en consideración la televisión, los restaurantes de comida rápida, los deportes, y los juegos. En tanto que manifestación cultural, una estrella del rock puede ser tan interesante como un director de orquesta, y un tebeo tan significativo como un libro ganador de un premio.
La cultura es general y específica
Todas las poblaciones humanas tienen cultura, por lo que ésta se convierte en una posesión generalizada del género Hamo. Esta es la Cultura (con C mayúscula) en un sentido general, una capacidad y una posesión compartida por los homínidos. Sin embargo, los antropólogos también utilizan la palabra cultura para describir las diferentes y diversas tradiciones culturales de sociedades específicas. Esta es la cultura (con c minúscula) en el sentido específico. La humanidad comparte la capacidad para la cultura, pero la gente vive en culturas particulares, donde está esculturada en líneas diferentes. Todas las personas se desarrollan con la presencia de un conjunto particular de reglas culturales transmitidas de generación en generación. Estas son las culturas específicas o las tradiciones culturales que estudian los antropólogos.
La cultura es aprendida
La facilidad con la que los niños absorben cualquier tradición cultural es un reflejo de lo única y lo elaborada que es la capacidad de aprendizaje de los homínidos. Hay diferentes tipos de aprendizaje, algunos de los cuales los compartimos con otros animales. Un tipo es el aprendizaje individual
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situacional, que se da cuando un animal aprende de, y basa su futuro comportamiento en, su propia experiencia; por ejemplo, evitando el fuego tras descubrir que quema. Los animales también hacen gala de aprendizaje social situacional, en el que aprenden de otros miembros del grupo social, no necesariamente a través del lenguaje. Los lobos, por ejemplo, aprenden estrategias de caza de otros miembros de la manada. El aprendizaje social situacional es particularmente importante entre los monos y los simios, nuestros parientes más cercano. Finalmente está el aprendizaje cultural. Este depende de la capacidad exclusivamente desarrollada por los humanos de utilizar símbolos, signos que no tienen una conexión necesaria ni natural con aquello a lo que representan.
Una característica fundamental de la evolución homínida es su dependencia del aprendizaje cultural. Mediante la cultura la gente crea, recuerda y maneja las ideas, controlando y aplicando sistemas específicos de significado simbólico. El antropólogo Clifford Geertz define la cultura como ideas basadas en el aprendizaje cultural de símbolos. Las culturas son conjuntos de «mecanismos de control-planos, recetas, reglas, construcciones, lo que los técnicos en ordenadores llaman programas para regir el comportamiento » (Geertz, 1973, pág. 44). Estos programas son absorbidos por las personas a través de la enculturación en tradiciones particulares. La gente hace suyo gradualmente un sistema previamente establecido de significados y de símbolos que utilizan para definir su mundo, expresar sus sentimientos y hacer sus juicios. Luego este sistema les ayuda a guiar su comportamiento y sus percepciones a lo largo de sus vidas.
Todas las personas comienzan inmediatamente, a través de un proceso de aprendizaje consciente e inconsciente y de interacción con otros, a hacer suyo, a incorporar, una tradición cultural mediante el proceso de enculturación. A veces la cultura se enseña directamente, como cuando los padres enseñan a sus hijos a decir «gracias» cuando alguien les da algo o les hace un favor.
La cultura se transmite también a través de la observación Los niños prestan atención a las cosas que suceden a su alrededor y modifican su comportamiento, no sólo porque otros les dicen que lo hagan, sino como resultado de sus propias observaciones y de una creciente conciencia de lo que su cultura considera bueno y malo. La cultura también se absorbe de modo inconsciente. Los norteamericanos adquieren sus nociones culturales sobre la distancia física a mantener con las personas cuando hablan con ellas, no porque se les diga que han de mantener una cierta distancia, sino a través de un proceso gradual de observación, de experiencia, y por la modificación consciente e inconsciente del comportamiento. Nadie les dice a los latinos
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que mantengan menos distancia que los norteamericanos, sino que lo aprenden así como parte de su tradición cultural.
La cultura es simbólica
El pensamiento simbólico es exclusivo y crucial tanto para los humanos como para la cultura. El antropólogo Leslie White definió la cultura como: un continuum extra somático (no-genético, no-corporal) y temporal de cosas y hechos dependientes de la simbolización... La cultura consiste en herramientas, implementos, utensilios, vestimenta, ornamentos, costumbres, instituciones, creencias, rituales, juegos, obras de arte, lenguaje, etc. (White, 1959, pág. 3.).
Para White, la cultura tuvo su origen cuando nuestros adquirieron la capacidad de simbolizar, o
antepasados
libre y arbitrariamente de originar y dotar de significado una cosa o hecho, y, correspondientemente,... captar y apreciar tal significado (White, 1959, página 3).
Un símbolo es algo verbal o no-verbal, dentro de un particular lenguaje o cultura, que viene a representar otra cosa. No se da una conexión obvia, natural o necesaria entre el símbolo y lo que simboliza. Una mascota que ladra no es más naturalmente un perro que un chien, un dog, o un mbwa, por utilizar las palabras en francés, inglés o swahili para referirse a ese animal. El lenguaje es una de las posesiones distintivas del Homo sapiens. Ningún otro animal ha desarrollado nada que se aproxime a la complejidad del lenguaje.
Los símbolos suelen ser lingüísticos. Sin embargo, también hay símbolos noverbales, como las banderas, que representan países, o las cruces de color verde de las farmacias. El agua bendita es un potente símbolo del catolicismo romano. Como en el caso de todos los símbolos, la asociación entre un símbolo (agua) y lo que simboliza (santidad) es arbitraria y convencional. El agua no es intrínsecamente más sagrada que la leche, la sangre u otros fluidos. El agua bendita no es químicamente diferente del agua ordinaria; es un símbolo dentro del catolicismo romano, que es parte de un sistema cultural internacional. Una cosa natural se ha asociado arbitrariamente con un significado particular para los católicos que comparten creencias y experiencias comunes que se basan en el aprendizaje y se transmiten de generación en generación.
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Durante cientos de miles de años, la gente ha compartido las capacidades sobre las que descansa la cultura. Estas son el aprendizaje, el pensamiento simbólico, la manipulación del lenguaje y el uso de herramientas y de otros productos culturales para organizar sus vidas y hacer frente a sus entornos. Todas las poblaciones humanas contemporáneas tienen la capacidad de simbolizar y, de este modo, crear y mantener la cultura. Nuestros parientes más próximos –los chimpancés y los gorilas- tienen capacidades culturales rudimentarias. Sin embargo, ningún otro animal tiene capacidades culturales elaboradas -aprender, comunicar, y almacenar, procesar y utilizar información en la misma medida que el Horno.
La cultura somete a la naturaleza
La cultura se impone a la naturaleza. Una vez llegué a un campamento de verano a las cinco de la tarde. Estaba acalorado y deseaba nadar en el lago. Sin embargo, leí el reglamento del campamento y me enteré de que no estaba permitido nadar después de las cinco. El lago, que es parte de la naturaleza, estaba sometido a un sistema cultural. Los lagos naturales no se cierran a las cinco, pero sí los lagos culturales.
La cultura toma las necesidades biológicas que compartimos con otros animales y nos enseña a expresarlas de formas particulares. Las personas tienen que comer, pero la cultura nos enseña qué, cuándo y cómo. En muchas culturas la comida principal se toma a mediodía, mientras que los norteamericanos prefieren una cena copiosa. Los ingleses comen pescado para desayunar, pero los norteamericanos prefieren tortitas calientes y cereales fríos. Los brasileños añaden leche caliente a un café cargado, mientras que los norteamericanos le echan leche fría a un café aguado. En el Medio-Oeste se cena entre las cinco y las seis, los españoles lo hacen a las diez. Los europeos comen cogiendo el tenedor con la mano izquierda y el cuchillo con la derecha. La carne cortada con el cuchillo se lleva inmediatamente a la boca con el tenedor, mientras que los norteamericanos se lo cambian a la mano derecha antes de comerla.
Para los betsileo de Madagascar no hay forma de decir «comer» sin decir «comer arroz», que es su alimento favorito y el elemento básico de su dieta. Su preferencia por el arroz es tan fuerte que lo guarnecen con judías, patatas y otras féculas. Las anguilas cocinadas en su propia grasa son un bocado exquisito con el que los betsileo agasajan a sus visitantes distinguidos, una categoría en la que yo temía ser incluido, dada mi aversión cultural a la carne
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de anguila (aunque toleraba los saltamontes cocinados en aceite de cacahuete; sabían como cacahuetes). En el noreste brasileño me hice al gusto del pollo cocinado en su propia sangre, uno de los platos favoritos allí.
Al igual que el lago del campamento veraniego, la naturaleza humana es sometida por los sistemas culturales y modelada en cientos de direcciones. Todo el mundo tiene que eliminar sus residuos corporales. No obstante, algunas culturas enseñan a la gente a defecar de pie, mientras que otras lo hacen en la posición de sentado. Los franceses no se avergüenzan de orinar en público, metiéndose de forma rutinaria en los pissoirs escasamente resguardados de las calles de París. Las campesinas del altiplano peruano se acuclillan en las calles y orinan en las cunetas. Sus masivas faldas les proporcionan toda la privacidad necesaria. Todos estos hábitos son parte de tradiciones culturales que han convertido los actos naturales en costumbres culturales.
La cultura es compartida
La cultura es un atributo no de los individuos per se, sino de los individuos en cuanto miembros de grupos. Se transmite en la sociedad. Aprendemos nuestra cultura a través de la observación, escuchando, conversando e interactuando con otra gente. Las creencias culturales compartidas, los valores, los recuerdos, las esperanzas y las formas de pensar y actuar pasan por encima de las diferencias entre las personas. La enculturación unifica a las personas al proporcionarnos experiencias comunes.
A veces, en los Estados Unidos, la gente tiene problemas para entender el poder de la cultura debido al valor que la cultura norteamericana atribuye a la idea del individuo. Los norteamericanos se sienten orgullosos de decir que todos son únicos y especiales en algún sentido. Sin embargo, en la cultura norteamericana el individualismo es en sí mismo un valor distintivo compartido que se transmite a través de cientos de afirmaciones y contextos de la vida cotidiana. Constantemente, tanto en las series de televisión como en la «vida real», los padres, los abuelos y los. profesores, los agentes enculturadores por excelencia en el caso norteamericano, insisten en que todos son «algo especial».
Los padres de hoy son los hijos de ayer. Si crecieron en la cultura norteamericana, absorbieron ciertos valores y creencias transmitidos de generación en generación. Las personas se convierten en agentes
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culturadores de sus hijos, del mismo modo que sus padres lo fueron para ellos. Aunque la cultura cambia constantemente, ciertas creencias fundamentales, valores, cosmovisiones y prácticas de crianza de niños se mantienen. Consideremos un sencillo ejemplo de enculturación compartida que permanece vivo en el caso norteamericano (y sin duda en otros países ricos). Cuando la generación de quienes hoy son padres eran niños y no querían terminarse alguna comida, sus padres les recordaban a los niños que pasaban hambre en otros países, del mismo modo que lo había hecho con ellos la generación anterior. El país específico puede cambiar (China, India, Bangladesh, Etiopía), pero estas culturas continúan transmitiendo la peculiar idea de que comiéndose todas esas verduras que no suelen gustarles, pueden ayudar de alguna manera a los niños del Tercer Mundo.
La cultura está pautada
Las culturas no son colecciones fortuitas de costumbres y creencias, sino sistemas pautado s integrados. Las costumbres, instituciones, creencias y valores están interrelacionados; si uno cambia, los otros lo hacen también. Por ejemplo, durante la década de 1950 la mayoría de las mujeres norteamericanas esperaban dedicarse al trabajo doméstico y madres. Las mujeres de hoy que cuentan con estudios esperan encontrar un trabajo cuando se gradúen.
A medida que las mujeres se suman a la fuerza de trabajo en números crecientes, las actitudes hacia el matrimonio, la familia y los niños cambian. El trabajo fuera de casa ejerce presiones sobre el matrimonio y la familia. El matrimonio tardío, el «vivir juntos» y el divorcio se hacen más comunes. Estos cambios sociales reflejan cambios económicos, como el giro en la producción de manufacturas pesadas hacia los servicios y el procesado de información. Los cambios económicos van acompañados de cambios en las actitudes y el comportamiento respecto al trabajo, los papeles sexuales, el matrimonio y la familia.
Las culturas están integradas no simplemente por sus actividades económicas y sus patrones sociales dominantes, sino también por los temas, valores, configuraciones y visiones de mundo que permanecen. Las culturas preparan a sus miembros individuales para compartir ciertos rasgos de la personalidad. Los elementos separados de una cultura pueden integrarse mediante símbolos clave, como la fertilidad o el militarismo. Un conjunto característico de valores centrales (claves, básicos) integran cada cultura y contribuyen a distinguirla de otras. Por ejemplo, la ética de trabajo, el individualismo, los
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logros y la confianza en uno mismo son valores centrales que han integrado la cultura norteamericana a lo largo de generaciones. Otras culturas están pautadas por un conjunto diferente de valores.
La gente utiliza creativamente la cultura
Aunque las reglas culturales nos dicen qué hacer y cómo hacerlo, no siempre seguimos su dictado. Las personas pueden aprender, interpretar y manipular la misma regla de formas diferentes, utilizando creativamente su cultura en lugar de seguirla ciegamente. Incluso si están de acuerdo sobre lo que debe y no debe hacerse, las personas no siempre hacen lo que dice su cultura o lo que otra gente espera. Se transgreden muchas reglas, algunas muy a menudo (por ejemplo, los límites de velocidad automovilísticos). Algunos antropólogos consideran útil distinguir entre la cultura ideal y la real. La cultura ideal consiste en lo que la gente dice que deberían hacer y lo que dicen que hacen. La cultura real se refiere a su comportamiento real tal como lo observa el antropólogo. Este contraste es como el de emic-etic tratado en el capítulo sobre técnicas de investigación.
La cultura es adaptante y mal-adaptante
Para hacer frente o adaptarse a las tensiones medioambientales, los humanos pueden recurrir tanto a rasgos biológicos como a patrones de comportamiento aprendidos basados en los símbolos. Además de los medios biológicos de adaptación, los grupos humanos emplean también «equipos de adaptación cultural» que contienen patrones acostumbrados, actividades, y herramientas. Aunque los humanos continúan adaptándose biológica además de culturalmente, la dependencia en los medios culturales de adaptación ha aumentado durante la evolución homínida.
Vimos en el Capítulo 1 que aunque el comportamiento adaptante ofrece beneficios a corto plazo a los individuos, éste podría dañar el entorno y amenazar la supervivencia del grupo a largo plazo. La manipulación creativa del entorno por el hombre puede fomentar una economía más segura, pero también puede agotar recursos estratégicos (Bennet, 1969, pág. 19). Por tanto, a pesar del papel crucial de la adaptación cultural en la evolución humana, los caracteres y patrones culturales también pueden ser maladaptantes, amenazando la existencia continuada del grupo (supervivencia y reproducción). Muchos patrones culturales modernos, como las políticas que fomentan la superpoblación, los sistemas inadecuados de producción de
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alimentos, el consumismo desmedido y la contaminación, parecen ser maladaptantes a largo plazo.
Más aún, las prácticas que son adaptantes o inocuas para una cultura podrían ser mal-adaptantes para otra con la que la primera comercia o a la que domina políticamente. Además, al valorar los recursos para la subsistencia, las personas podrían valorar también elementos (joyas, por ejemplo) que carecen de valor de subsistencia o utilitario, pero considerados estéticamente agradables o que realzan el status social. Dado el moderno sistema mundial de comercio y comunicación internacionales, las demandas de prestigio, de una cultura pueden agotar el sistema económico local de otras. Por ejemplo, pueden conducir al sacrificio de animales para la obtención de productos que no tienen valor local como alimento, vestido u ornamentación. Muchos animales africanos corren peligro de extinción porque los cazadores furtivos responden a las demandas de coleccionistas de otros países. Se mata a los gorilas para vender sus manos como ceniceros a coleccionistas extranjeros. Los cazadores furtivos sacrifican elefantes y exportan su marfil, utilizado para hacer tampones con firmas (populares en Asia), en joyería, tallas ornamentales, bolas de billar y teclas de piano. Los principales importadores han sido Japón y Hong Kong, con el 75 por 100 de las importaciones mundiales de marfil en 1988. La población de elefantes africanos cayó de 1,5 millones a 500.000 individuos en la década de 1980. Una prohibición internacional del comercio de marfil todavía podría salvar al elefante de las rapaces demandas de las culturas extranjeras. Sin embargo, podría ser demasiado tarde para los rinocerontes, de los cuales sólo sobreviven unos pocos millares. Su cuerno se utiliza para empuñaduras de dagas ceremoniales en Yemen y se muele para hacer polvo afrodisíaco en Asia (Shabecoff, 1989a y b).
Niveles de la cultura
La destrucción de recursos y de biodiversidad para satisfacer apetitos culturales continúa en un mundo en el que se pueden distinguir tres diferentes niveles de la cultura: nacional, internacional y subcultural. Cultura nacional se refiere a las experiencias, creencias, patrones aprendidos de comportamiento y valores compartidos por ciudadanos del mismo país. Cultura internacional es el término utilizado para tradiciones culturales que se extienden más allá de los límites nacionales. Puesto que la cultura se transmite mediante el aprendizaje más que genéticamente, los rasgos culturales pueden difundirse de un grupo a otro. Dos especies biológicas no pueden compartir sus medios de adaptación transmitidos genéticamente. Sin embargo, dos culturas pueden compartir experiencias culturales y medios de adaptación a través del préstamo o la difusión.
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El préstamo de rasgos culturales se ha dado a lo largo de la historia humana. La difusión es directa cuando dos culturas realizan intercambios matrimoniales, libran una guerra, o comercian entre sí, o cuando ven el mismo programa de televisión. La difusión es indirecta cuando los productos y patrones de comportamiento se mueven de la población A a la población C a través de la población B, sin ningún contacto de primera mano entre A y C.
A través de la difusión, la migración y las organizaciones multinacionales, muchos rasgos y patrones culturales tienen un rango internacional. Los católicos romanos de diferentes países comparten experiencias, símbolos, creencias y valores transmitidos por su iglesia. Los Estados Unidos, Canadá, Gran Bretaña y Australia contemporáneos, comparten rasgos culturales heredados de sus antepasados lingüísticos y culturales comunes de Gran Bretaña.
Las culturas también pueden tener un tamaño menor al nacional. Aunque las personas de una misma sociedad o nación comparten una tradición cultural, todas las culturas contienen también diversidad. Los individuos, las familias, los pueblos, las regiones, las clases y otros subgrupos dentro de una cultura tienen diferentes experiencias de aprendizaje al mismo tiempo que comparten otras. Subculturas son patrones y tradiciones basados en símbolos diferentes asociados a subgrupos en la misma sociedad compleja. En un país complejo, como los Estados Unidos o Canadá contemporáneos, las subculturas tienen su origen en la etnicidad, clase, región y religión. Los sus tratos religiosos de judíos, bautistas y católicos romanos crean diferencias subcultura les entre ellos. Aunque comparten la misma cultura nacional, norteño s y sureño s hacen gala de diferencias en las creencias y en el comportamiento consuetudinario como resultado de una variación subcultural regional. Los canadienses francófonos contrastan en el plano sub cultural con los anglófonos del mismo país. Los ítalo norteamericanos tienen tradiciones étnicas diferentes de las de de aquellos que tienen origen irlandés, polaco o de los afro norteamericanos.
A pesar de las nociones características norteamericanas de que la gente debe «hacerse sus propias ideas» y «tener derecho a su propia opinión», poco de lo que se piensa es original o único. Compartimos nuestras opiniones y creencias con muchas otras personas. Como ilustración del poder del contexto cultural compartido, es muy probable que estemos de acuerdo y nos sintamos cómodos con personas que son social, económica y culturalmente similares a nosotros. Esta es una de las razones por las que los norteamericanos en el extranjero tienden a entablar relaciones entre ellos, al
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igual que hacían los británicos y los franceses en las colonias de sus imperios marítimos. Los pájaros del mismo plumaje se agrupan juntos, pero, en el caso de las personas, el plumaje familiar es la cultura.
Etnocentrismo y relativismo cultural
Una de las principales metas de la antropología es combatir el etnocentrismo, la tendencia a aplicar los propios valores culturales para juzgar el comportamiento y las creencias de personas criadas en otras culturas. El etnocentrismo es un universal cultural. En todas partes la gente piensa que las explicaciones, opiniones y costumbres que les resultan familiares son ciertas, correctas, adecuadas y morales. Ven el comportamiento diferente como extraño o salvaje. Los nombres tribales que aparecen en los libros de antropología suelen proceder de la palabra nativa para persona. « ¿Cómo os llamáis?» pregunta el antropólogo. «Mugmug», contestan los informantes. Mugmug podría resultar ser sinónimo de persona, pero también podría ser la única palabra que los nativos tienen para referirse a ellos mismos. Las otras tribus no están consideradas como plenamente humanas. Las cuasi personas de los grupos vecinos no se clasifican como Mugmug. Reciben nombres diferentes que simbolizan su inferior humanidad.
Lo opuesto al etnocentrismo es el relativismo cultural, que argumenta que el comportamiento en una cultura particular no debe ser juzgado con los patrones de otra. Esta posición también puede provocar problemas. Llevado al extremo, el relativismo cultural arguye que no hay una moralidad superior, internacional, o universal, que las reglas éticas y morales de todas las culturas merecen igual respeto. Desde el punto de vista del relativismo extremo, la Alemania nazi se valora tan neutralmente como la Grecia clásica.
¿Cómo debería manejar el antropólogo el etnocentrismo y el relativismo cultural ? Creo que el principal cometido de la antropología es presentar informes y explicaciones precisos de los fenómenos culturales. El antropólogo no tiene que aprobar costumbres tales como el infanticidio, el canibalismo y la tortura para registrar su existencia y determinar las causas. Sin embargo, todo antropólogo tiene que elegir de dónde hacer trabajo de campo. Algunos eligen no estudiar determinadas culturas porque descubren, anticipadamente o nada más iniciar el trabajo de campo, que allí se practican comportamientos que ellos consideran moralmente reprobables. Los antropólogos respetan la diversidad humana. La mayoría de los etnógrafos intentan ser objetivos, precisos y sensibles en sus informes de otras culturas. Sin embargo, la objetividad, la sensibilidad y la perspectiva transcultural no
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significan que tengan que ignorarse los valores internacionales de justicia y moralidad.
UNIVERSALIDAD, PARTICULARIDAD Y GENERALIDAD
Los antropólogos están de acuerdo en que el aprendizaje cultural elaborado es exclusivo de los homínidos, que la cultura es la razón principal de la adaptabilidad humana, y que la capacidad para la cultura es compartida por todos los humanos. También aceptan de forma unánime una doctrina propuesta originalmente en el siglo diecinueve: «la unidad psíquica del hombre». La antropología asume la igualdad biopsicológica entre los grupos humanos. Esto significa que aunque los individuos difieren en tendencias y capacidades emocionales e intelectuales, todas las poblaciones humanas tienen capacidades equivalentes para la cultura. Independientemente de la apariencia física y de la composición genética, los humanos pueden aprender cualquier tradición cultural.
Para entender este punto, considérese que los norteamericanos y canadienses contemporáneos son los descendientes genéticamente mezclados de gentes de todo el mundo. Sus antepasados eran biológicamente diversos, vivían en diferentes países y continentes y participaban de cientos de tradiciones culturales. Sin embargo, los primeros colonizadores, los últimos inmigrantes y sus descendientes se han convertido todos en participantes activos de la vida norteamericana y canadiense. Ahora todos comparten una cultura nacional común.
Reconocer la igualdad biopsicológica no es negar las diferencias entre poblaciones. Al estudiar la diversidad humana en el tiempo y el espacio, los antropólogos distinguen entre lo universal, lo generalizado y lo particular. Ciertos rasgos biológicos, psicológicos, sociales y culturales son universales, compartidos por todos los humanos en todas las culturas. Otros son meras generalidades, comunes a bastantes, pero no a todos los grupos humanos. Otros rasgos son particularidades, exclusivos de ciertas tradiciones culturales.
Universalidad
Rasgos universales son aquellos que más o menos distinguen al Horno sapiens de otras especies (véase Brown, 1991). Los universales de base
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biológica incluyen un largo periodo de dependencia infantil, sexualidad durante todo el año (en lugar de estacional) y un cerebro complejo que nos permite utilizar símbolos, lenguajes y herramientas. Los universales psicológicos surgen de la biología humana y de experiencias comunes al desarrollo humano en todos los casos. Incluyen el crecimiento en el útero, el propio nacimiento y la interacción con padres y sustitutos de los padres.
Entre los universales sociales está la vida en grupos y en algún tipo de familia. En todas las sociedades humanas la cultura organiza la vida social y depende de las interacciones sociales para su expresión y continuación. La vida en familia y el compartir alimentos son universales. Entre los universales culturales más significativos están la exogamia y el tabú de incesto. Todos los humanos consideran que ciertas personas (diversas culturas difieren respecto a cuáles) están emparentadas demasiado estrechamente como para casarse o mantener relaciones sexuales con ellas. La violación de este tabú es incesto, algo que no se aconseja y que se castiga de diversas maneras' según las culturas. Si se prohíbe el incesto, la exogamia -el matrimonio fuera del propio grupo es inevitable. Puesto que vincula a grupos humanos con redes más amplias, la exogamia ha resultado crucial en la evolución de los homínidos. La exogamia se elabora a partir de tendencias observadas entre otros primates. Los estudios recientes de simios y de monos muestran que estos animales también evitan emparejarse con parientes próximos y suelen hacerlo fuera de sus grupos nativos.
Particularidad
Muchos rasgos culturales son ampliamente compartidos debido a la difusión y a la invención independiente y como universales culturales. Sin embargo, las distintas culturas enfatizan cosas diferentes. Las culturas están pautadas e integradas de forma distinta y despliegan una tremenda variación y diversidad. La unicidad y la particularidad se sitúan en el extremo opuesto a la universalidad.
Las creencias y prácticas exóticas e inusuales sirven como elementos distintivos de tradiciones culturales particulares. Muchas culturas tienen ritual izados una serie de eventos universales del ciclo vital, como el nacimiento, la pubertad, el matrimonio, la paternidad/maternidad y la muerte. No obstante, suelen diferir en cuál de los eventos merece una más especial celebración. Los norteamericanos consideran que son más apropiados socialmente los grandes gastos en las bodas que en unos funerales lujosos. Sin embargo, los betsileo de Madagascar mantienen el punto de vista opuesto. La ceremonia
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del matrimonio es un evento menor que reúne sólo a la pareja y a unos pocos parientes cercanos. Por el contrario, un funeral es una medida de la posición social y de los logros de toda una vida de la persona fallecida, y puede atraer a un millar de personas. ¿Para qué utilizar el dinero en una casa, dicen los betsileo, cuando uno puede utilizarlo en la tumba en la que pasará la eternidad en compañía de los parientes fallecidos? Esto es muy diferente de la creciente preferencia entre europeos y norteamericanos de unos funerales rápidos, y que no resulten gravosos, y por la cremación, algo que horrorizaría a los betsileo, cuyos huesos y reliquias ancestrales son objetos rituales importantes.
Las culturas difieren enormemente en sus creencias y prácticas, y al centrarse en, y tratar de explicar las costumbres alternativas, la antropología nos fuerza a reevaluar nuestras formas familiares de pensamiento. En un mundo pleno de diversidad cultural, nuestra cultura contemporánea es únicamente una variante, y no más natural, entre otras.
Generalidad
Entre los universales y la unicidad hay un plano intermedio que ocupan las generalidades culturales: regularidades que suceden en diferentes momentos y lugares, pero no en todas las culturas. Una razón de I las generalidades es la difusión. Las sociedades pueden compartir las mismas creencias y costumbres debido al préstamo o mediante la herencia (cultural) de un antepasado cultural común. Otras generalidades tienen su origen en la invención independiente del mismo rasgo o patrón cultural en dos o más culturas diferentes. Necesidades y circunstancias similares han llevado a pueblos de lugares diferentes a innovar de forma paralela. De forma independiente, ambos han dado con la misma solución o respuesta cultural.
Una generalidad cultural que se halla presente en muchas, pero no en todas, las sociedades es la familia nuclear, un grupo de parentesco consistente en los padres y sus hijos. Aunque muchos europeos de clase media ven etnocéntricamente a la familia nuclear como el grupo adecuado y «natural», ésta no es universal. No se da en absoluto, por ejemplo, entre los nayar, que viven en la costa de Malabar en la India, en grupos domésticos encabezados por las mujeres, y entre quienes los maridos y las esposas no comparten la misma residencia. En muchas otras sociedades, la familia nuclear se halla inmersa en grupos de parentesco más amplios, tal como las familias extensas, los linajes y los clanes. No obstante, la familia nuclear está presente en muchas de las sociedades tecnológicamente simples que viven de la caza
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y la recolección. Es también un grupo de parentesco significativo entre las clases medias contemporáneas de Europa y Norteamérica. Más adelante se explicará la familia nuclear como una unidad de parentesco básica en tipos específicos de sociedad.
PROGRAMA DE ESTUDIOS BÁSICOS CIENCIAS SOCIALES
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Lectura Nº 3
Status y Rol”, en
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Bruce J. COHEN Introducción a la Sociología Editorial McGRAW HILL México 1992 pp: 37-41
Status y rol DEFINICION DE STATUS Y DE ROL Por status se entiende la posición social de un individuo dentro del grupo, o el rango social de un grupo cuando éste es comparado a otros grupos. La posición de status de una persona, determinará los derechos, y privilegios que le serán atribuidos. El rol es el comportamiento que otros esperan de una persona que tiene un status determinado. Los roles apropiados son aprendidos dentro del proceso de socialización y luego son internalizados por el individuo.
STATUS ADSCRITO Y STATUS ADQUIRIDO (O ALCANZADO) El status adscrito lo obtiene el individuo al nacer, y fundamentalmente es legado por el medio familiar del niño. Los padres y la familia dan riqueza, religión, raza, antecedentes étnicos y posición social al individuo. De este modo, el status se logra más por factores
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predeterminados, que por haber realizado una serie de cosas para adquirir esa posición. El status adquirido, en cambio, es el proceso de alcanzar una posición social a través del trabajo y las capacidades desarrolladas por el individuo.
INCONSISTENCIA DE STATUS Anteriormente, en la mayoría de las sociedades los status que sustentaba un individuo eran bastante consistentes. La ocupación, los componentes étnicos y la clase social de una persona se combinaban y ajustaban entre si con facilidad. En cambio, en la moderna sociedad industrial, donde el status se adquiere tanto por adscripción o atribución como por los logros obtenidos, la persona puede tener diferentes status al mismo tiempo. Y estos status pueden ser incompatibles unos con otros, debido a la presencia de distintas expectaciones en conflicto. A esta situación se le conoce por el nombre de inconsistencia de status. Las personas con inconsistencia de status pueden reaccionar de las siguientes maneras: identificándose con cada status en conflicto, negando su asociación con el status de menor nivel, o manifestando gran confusión e inseguridad.
MODELOS DE ROL Aquellas personas que consideramos especiales y cuyo comportamiento queremos imitar, representan modelos de rol. Así, cuando alguien desempeña un rol particular, está copiando su comportamiento de un modelo de rol. Los modelos de rol son muy útiles en el proceso de aprendizaje, pues dotan al individuo de patrones de conducta aceptables para distintas situaciones.
GRUPOS DE REFERENCÍA Y DESEMPEÑO DE ROL Los grupos de referencia sirven de modelos a quienes tratan de establecer juicios y evaluaciones sobre el modo como están desempeñando su propio rol. Los grupos de referencia son una fuente de normas de conducta que se toman como punto de partida para evaluar el propio desempeño de rol en una situación determinada. Esta evaluación se hace a través de comparaciones con otras personas que están desempeñando tareas similares. Gracias a estas comparaciones, el individuo puede determinar si está o no ejecutando su rol adecuadamente. Como el rol particular de una persona en la sociedad va cambiando, igual ocurre con los grupos de referencia con los que se va comparando.
ROL PRESCRITO Y ROL DESEMPEÑADO El modo en que la sociedad espera que cumplamos con nuestro rol, se denomina rol prescrito. Aun cuando algunas personas no siempre se comportan de acuerdo con las expectativas de los demás, las seguimos
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viendo como que desempeñan el rol que les ha asignado la sociedad. El rol desempeñado es la forma en que una persona ejecuta efectivamente un rol específico. La discrepancia entre el rol prescrito y el rol desempeñado puede tener origen en: (1) una falta de comprensión por parte del individuo, respecto a lo que el rol exige; (2) un deseo de no ajustarse a los requerimientos esperados del rol; o (3) una incapacidad del individuo para desempeñar efectivamente su rol.
PERSONALIDAD Y DESEMPEÑO DE ROL Para que una persona pueda desempeñar un rol adecuadamente, es necesario que tenga una personalidad apta para ello. No todas las personas tienen el tipo de personalidad que les permita desempeñar eficazmente un rol particular. La mayoría de las personas tienen poca dificultad en desarrollar sus roles adscritos, que son parte de su vida desde el nacimiento. En cambio, los roles adquiridos, son generalmente asumidos por los individuos cuando ya éstos han formado su personalidad; para algunas personas es difícil hacer los ajustes necesarios y cumplir con el rol de manera efectiva.
DISTANCIA DE ROL El individuo que desempeña un rol determinado, sin involucrarse emocionalmente en él, está manifestando lo que se da en llamar distancia de rol. Esto ocurre generalmente cuando el rol no tiene una alta prioridad en la vida del individuo. En vez de incorporar el rol a la imagen que tiene de sí misma, la persona desempeña el rol porque es necesario o conveniente hacerlo. El desempeño del rol, en estas condiciones, conlleva a menudo una tensión sicológica que puede persistir hasta tanto el individuo no cambie sus prioridades y redefina el rol como algo más positivo.
TENSION DE ROL A veces, una persona tiene dificultad en desempeñar un rol esperado, debido a obligaciones o expectaciones conflictivas, propias de ese rol. Lo anterior se denomina tensión de rol. Los conflictos pueden surgir cuando los compañeros de rol de la persona tienen otras expectativas de ella, o cuando esta persona ocupa un status que exige una serie de patrones de conducta diferentes que a veces pueden estar en conflicto entre sí.
FRACASO DE ROL
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En una sociedad urbana industrializada, un solo individuo tiene que jugar a veces varios roles simultáneamente y estar por ello sujeto a exigencias contrapuestas. No es raro que una persona, en esas circunstancias, fracase en su rol. Aunque es posible fracasar en el desempeño tanto de un rol adscrito como en un rol adquirido, es más común que la gente falle en los últimos. Fuera de los individuos que no logran un status determinado y por lo tanto no tienen un rol que desempeñar, hay otros que alcanzan el status deseado pero no tienen éxito en el desempeño del rol requerido.
CONFLICTO DE ROL El individuo que desempeña uno o más roles que implican expectativas de conductas contradictorias o conflictivas, tiene posibilidades de sufrir un conflicto de rol. En la sociedad industrial moderna, caracterizada por la pertenencia de los individuos a una multiplicidad de grupos, la mayoría de las personas deben ajustarse a los requerimientos de más de un rol, y es bastante común que los roles requeridos estén en conflicto entre sí y lancen al individuo a una situación de desorden. También es posible que una persona se sienta en conflicto dentro de un solo rol.
CONJUNTO DE ROLES Cuando el individuo asume las responsabilidades de un status dado, está involucrado en un conjunto o colección de roles bastante complejos, que se asocian y se identifican con tal status. El concepto de conjunto de roles se refiere a las relaciones que una persona tiene con otros individuos con los cuales entra en contacto cuando está cumpliendo los distintos roles que corresponden a un status dado.
DRAMATIZACION DE ROL La persona que conscientemente trata de jugar un rol “hasta el máximo”, con el propósito de impresionar a otros, está haciendo una dramatización de rol. Esta persona, a menudo, ve a los individuos con los cuales interactúa como si fueran un auditorio que presenciara su representación. Si el individuo se esfuerza conscientemente por dar una determinada imagen de sí mismo y esta imagen es aceptada por el “público”, entonces la presentación del rol habrá cumplido probablemente su objetivo.
PROGRAMA DE ESTUDIOS BÁSICOS CIENCIAS SOCIALES
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Lectura Nº 4
La Familia”, en
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Autores: Manuel MENDOZA y Vince NAPOLI.
Introducción a las Ciencias Sociales. Páginas 192-198. Editorial: McGraw Hill. Cuarta edición. México. 1995
El sistema familiar
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Tal vez el más primario de todos los subsistemas sociales sea la familia. Las relaciones que se establecen dentro de sus límites son íntimas, intensas y probablemente las que duran hasta el final de la vida. En familia el individuo se forma el concepto de sí mismo y las nociones que conciernen a la naturaleza de la sociedad y a las relaciones de autoridad. Como unidad social en la que nace el individuo y recibe la socialización inicial, la familia es un eslabón vital entre el individuo y la sociedad. Ciertamente, cada sociedad está a una generación de evitar el desastre. Esto es, los jóvenes deben socializarse si la cultura va a perdurar. Por ello los revolucionarios sociales casi invariablemente tratan de alterar los patrones familiares establecidos. La familia es, por tanto, uno de los más importantes subsistemas de una sociedad dada. En este capítulo trataremos inicialmente los aspectos universales de la familia; luego examinaremos algunas diferencias en la estructura familiar y sus funciones tal como ocurre en las sociedades simples y en las complejas. Finalmente, haremos varias observaciones en relación con la cambiante familia estadounidense. Como siempre, trataremos de mostrar cómo se interrelaciona la familia con otros subsistemas sociales y con el sistema social del que forma parte. La abrumadora mayoría de las personas en todo el mundo tienen dos familias: aquella en la que nacen y aquella que ayudan a crear por medio del matrimonio y del sostenimiento y la crianza de los hijos. La primera se llama familia de orientación; la segunda es la familia de procreación. El eslabón entre estas dos familias es el individuo, y una consideración de las relaciones individuales de cada persona revela la naturaleza de la familia como estructura social universal. En la familia de orientación el individuo es un producto socialmente reconocido de la unión entre un hombre y una mujer. En la familia de procreación, el individuo es el coproductor del producto socialmente reconocido de su unión con otra persona, y así el coproductor de una nueva familia. La familia, por tanto, es un grupo de personas socialmente reconocidas que están relacionadas una a otra a través del proceso de reproducción. Es una estructura social universal porque conviene a las necesidades de cada sociedad de continuar el remplazo de su población.
Funciones universales La producción de nuevos miembros para la sociedad involucra algo más que la reproducción física. También incluye el cuidado y el sustento de los nuevos individuos cuando son jóvenes, enseñarles la cultura y ubicarlos en relación con otros dentro del sistema social. Debemos, por tanto, hablar de las cuatro funciones universales de la familia que se relacionan con el remplazo de la población: reproducción, mantenimiento, socialización y atribución de estatus. Hasta ahora hemos tratado a la familia como una estructura de
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socialización, y las funciones de reproducción y mantenimiento son tan obvias que no necesitan mayor explicación; no obstante, la comprensión de la función de atribución de estatus requiere alguna elaboración. Los estatus pueden ser o bien logrados o bien adscritos. Un estatus logrado es aquel que se gana. La presidencia de los Estados Unidos es un estatus logrado porque la persona que mantiene esa posición ha hecho algo para ganarla. Un estatus adscrito es aquel que no se gana. La monarquía de Inglaterra es un estatus adscrito porque ser rey o reina es un derecho de nacimiento, que por su propia naturaleza no se gana. Los estatus iníciales que mantiene un individuo son adscritos por la familia (por ejemplo, uno al nacer es hijo o hija). El término “estatus” también puede usarse para indicar una posición dentro de la jerarquía social. El estatus social puede ser logrado en muchas sociedades, pero en todas las sociedades el estatus inicial de una persona es adscrito por la familia. Por ejemplo, el heredero al trono británico tiene un estatus social más alto en el momento en que nace, que el hijo de una familia británica de clase media porque la familia real mantiene una posición más alta dentro de la jerarquía social británica que una familia de la clase media. El estatus inicial de una persona, entonces, es adscrito por la familia. Luego, si la sociedad lo permite, una persona puede alcanzar un estatus social mucho más alto. La familia realiza numerosas funciones universales además de aquellas que se relacionan con el remplazo de la población. Como subsistema social, la familia debe enfrentarse a las necesidades individuales de sus miembros dando seguridad emocional y guiando al individuo. La familia también es la institución social en la que los individuos pueden satisfacer sus inclinaciones sexuales. Aunque estas funciones se pueden llevar a cabo por otras estructuras sociales, se reconocen como funciones familiares en todas las sociedades.
Estructuras universales Si se entienden las funciones universales que realiza la familia, entonces se deduce fácilmente su naturaleza estructural. Para empezar, la familia es una unidad biológica que incluye tres relaciones fundamentales: matrimonio (dos individuos que comparten una unión socialmente reconocida); paternidad (relaciones padres-hijos); y fraternidad (relaciones entre hermanos). Aunque estás relaciones familiares básicas están arraigadas en lo biológico, estas tres relaciones básicas familiares también están definidas socialmente. La forma del matrimonio, como también los derechos y obligaciones de los cónyuges, varían considerablemente de sociedad a sociedad. Y en todas las sociedades las relaciones padre-hijo y las fraternales se definen en forma variable y se redefinen.
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Las relaciones entre las familias nucleares son reguladas por ciertas normas sociales universales. Una de éstas es el principio de legitimidad -que cada niño debe tener un padre sociológico que lo guíe y lo proteja- y que representa el vínculo masculino entre el niño y la sociedad. El padre sociológico del niño puede ser o no su padre biológico. En caso de adopción, por ejemplo, el niño adquiere legitimidad a través de un varón adulto que no es su padre biológico. Las relaciones entre padre e hijo son estrictamente relaciones socialmente definidas. Ninguno de sus aspectos son necesidades biológicas, como lo son algunos aspectos de las relaciones madre-hijo. En otras palabras, todos los aspectos de la relación padre-hijo son regulados socialmente, y el principio de legitimidad siempre es uno de éstos. La ilegitimidad se considera socialmente negativa en casi todas las sociedades. A menos que se adopten, los niños ilegítimos no tienen estatus familiares adscritos que los relacionen con otros miembros de la sociedad. Además, muchas sociedades no tienen formas institucionalizadas para hacerse cargo de la custodia y para dar en adopción los niños ilegítimos. La ilegitimidad casi siempre es disfuncional al sistema social existente. Existen muchos tipos de ilegitimidad, la más disfuncional de ellas es la ilegitimidad incestuosa (esto es, un niño ilegítimo producto de la unión de padre-hija, madre-hijo, o hermano-hermana). El estatus del niño que nace de tal unión incestuosa es particularmente confuso, como lo es el de sus padres. Por ejemplo, “si el niño nace de una unión hija-padre, su madre es también su hermana. El padre está casado con su abuela, su padre es simultáneamente su abuelo. Su hermano (medio hermano) es también su tío, (en otras palabras, el hermano de su madre). Esta confusión del estatus interrumpe completamente el rol de comportamiento y las expectativas en la unidad familiar, haciendo además, no solamente difícil sino también imposible que la familia realice sus funciones sociológicas básicas. Para ayudar a prevenir la ilegitimidad incestuosa, todas las sociedades han elaborado tabúes contra el intercambio incestuoso (esto es, las relaciones sexuales se prohíben dentro del núcleo familiar excepto entre marido y mujer). En algunas sociedades el tabú del incesto se extiende también a los parientes más cercanos. Los tabúes del incesto sirven para eliminar la competencia sexual dentro del núcleo familiar y para hacer la sociedad más cohesiva forzando a la nueva generación en cada familia a encontrar compañeros fuera de la unidad nuclear. Usamos el término exogamia para referirnos a la práctica del matrimonio fuera de un grupo específico. Endogamia para referirnos al matrimonio de un grupo específico pero fuera de la unidad nuclear. Homogamia es el matrimonio entre personas de características sociales similares (por ejemplo, más o menos de la misma edad o de la
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misma clase social); pero fuera de sus respectivas unidades nucleares. Tanto el tabú del incesto como el principio de legitimidad son normas sociales universales que ayudan a sostenerla estructura de la sociedad cómo también la estructura familiar. Hasta aquí hemos hecho observaciones sobre las funciones universales y la estructura de la familia. Antes de considerar la variación en las funciones y en la estructura debemos discutir un aspecto mas universal de la familia, la transmisión (esto es, los medios por los cuales se asegura la continuidad en las generaciones sucesivas). Cualquier familia dada no es un grupo permanente. Su existencia como grupo separado puede terminar en cualquier momento por la muerte o por el matrimonio. Todavía podemos observar una continuidad entre familias en generaciones sucesivas. Las cosas que un individuo adquiere en la familia de orientación se llevan a la familia de procreación, y muchas de estas mismas cosas se transmiten a sus descendientes. Ya que el tabú del incesto requiere que la nueva familia de procreación se forme por un hombre y una mujer de diferentes familias de orientación, ni todas las cosas se transmiten, ni nada de lo que se transmite es inalterable. Se considera suficiente transferencia dar una continuidad reconocible. La transmisión de la herencia cultural general y de la propia cultura familiar se llama socialización; la transmisión de la comunidad en grupos sociales amplios se denomina descendencia ; y la transmisión de propiedades se denomina herencia; la transmisión de estatus se denomina sucesión.
Variaciones Mientras que existen muchas características funcionales y estructurales universales de la familia, también es cierto que existe considerable variación funcional y estructural en familias de una sociedad a otra, y dentro de la sociedad en el tiempo. Existen generalmente amplias diferencias funcionales entre familias en las sociedades simples y complejas. Por ejemplo, una función de las familias en las sociedades simples es sostener y cuidar a los ancianos e inválidos como también a la juventud. Sin embargo, así como las sociedades se tornan más complejas, el cuidado a los ancianos e inválidos tiende a convertirse en una función de alguna estructura especializada como un hogar de convalecencia. En las sociedades simples, la familia actúa como unidad primaria de producción económica. Los miembros de una familia trabajan en variadas tareas para producir las necesidades básicas para sobrevivir. Por el contrarío, la familia en sociedades complejas tiende a actuar primordialmente como unidad de consumo. Las necesidades básicas, como también una gran variedad de bienes y servicios de lujo, se producen en estructuras especializadas. En las sociedades simples, la familia realiza las funciones centrales de educación y recreación; no obstante, éstas también tienden a disminuir como parte central de la vida familiar de las sociedades complejas.
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Las variaciones en la estructura familiar son más difíciles de agrupar sobre lineamientos sociales simples que sobre lineamientos sociales complejos en donde se dan variaciones funcionales. La variación estructural puede ser igualmente grande dentro de la sociedad simple como dentro de la compleja y entre ellas. Por ejemplo, la familia nuclear puede expandirse hasta formar grandes unidades domésticas en una sociedad dada. Podemos referirnos a esas grandes unidades como familias compuestas. Un tipo de familia compuesta es la familia extensa, en la que la pareja de esposos y más tarde sus hijos, viven bajo el mismo techo con los padres de uno de los miembros de la pareja. De esta manera se forma una tercera generación de unidad familiar. Una regla de residencia determina con cuál de los dos conjuntos de padres vivirá la nueva pareja. En algunas sociedades la pareja reside con los padres del novio, formando una familia extensa patrilocal. En otras la pareja vive con los padres de la novia formando una familia extensa matrilocal . En otras todavía la pareja puede escoger a los padres con los que vivirá. Una sociedad con una regla de residencia biolocal puede tener familias biolocales extensas que incluyen a los hijos que han traído a sus esposas para que formen parte del grupo, y a las hijas que traen a sus esposos. La forma más común de familias extensas es la patrilocal; de hecho, se encuentra más frecuentemente que la familia nuclear independiente. La regla de residencia para las sociedades que emplean la familia nuclear independiente puede prescribir la residencia neolocal (la pareja de esposos viven juntos, pero separados deI conjunto de sus padres), o la residencia duolocal (el esposo y la esposa viven bajo techos separados). Un segundo tipo de composición familiar es la familia unida, que está formada por hermanos o primos que traen sus respectivas familias nucleares para que juntas formen una unidad integral. Es interesante que la mayoría de las familias unidas se forman algunas veces como resultado de la muerte de los padres mayores en una familia extensa. Una familia unida que se forma de esta manera llega a ser una familia extensa una vez que los niños de los padres sobrevivientes se casen y tengan sus propios hijos. Un tercer tipo de composición familiar puede formarse de la unidad nuclear, por uno de los dos padres que toman uno o más esposos adicionales, una práctica conocida como poligamia. Existen tres tipos de poligamia; un hombre con más de una esposa (poliginia); una mujer con más de un esposo ( poliandria); y dos o más hombres casados con dos o más mujeres ( cenogamia o grupo matrimonial). En contraste con estas uniones plurales, la forma de matrimonio en las unidades nucleares involucra sólo a un hombre y a una mujer (monogamia). La forma prevaleciente de matrimonio en el mundo es la monogamia. No obstante, la mayoría de la población del mundo vive dentro de algunas formas de familia compuesta más que dentro de una familia de unidad nuclear.
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También se pueden observar variaciones de una sociedad a otra, considerando el sitio de autoridad, las líneas de descendencia, y las normas que gobiernan la herencia y la sucesión dentro de la estructura familiar. Por ejemplo: El proceso de tomar decisiones dentro de la familia puede ser autoritario o igualitario. Las familias autoritarias son aquellas en las que el padre domina en la toma de decisiones. En una familia patriarcal el padre (o el padre anciano en el caso de la familia extensa) domina; en una familia matriarcal, la madre o la abuela domina. Las familias igualitarias son aquellas en las que los dos padres, como también los niños en algunos casos, comparten la toma de decisiones. Las líneas de descendencia se pueden reconocer por el lado masculino (patrilineal) el lado femenino (matrilineal) o ambas (bilineal). Generalmente la agrupación de descendientes existe en todo el mundo, pero estos grupos son más fuertes en sociedades donde se tiende hacia el “simple” fin de nuestra continuidad social. La agrupación de descendientes trasciende la familia inmediata tanto en duración como en tamaño. No es raro encontrar lineamientos que puedan retroceder diez generaciones, y se han reportado algunos clanes en la China que cuentan con doscientos, o trescientos mil miembros. Las agrupaciones de descendientes pueden realizar varias funciones que la familia inmediata no puede, (por ejemplo, el desarrollo de la especialización económica, la provisión de protección militar contra extraños y la acumulación de reservas de capital). Estas funciones las realizan estructuras más especializadas en sociedades complejas. Como señala William J. Goode, una agrupación de descendientes “no necesita proteger una familia individual, si existe una política adecuada en el sistema”; y “el pariente cercano sigue siendo la más importante fuente de pequeños préstamos, aun en una sociedad industrializada, aunque los bancos sean la fuente de inversión de capital”. Las normas de la mayoría de las sociedades requieren que los propietarios cedan sus propiedades sólo a miembros, de su grupo de descendientes, y el patrón de herencia refleja usualmente el patrón dominante de la organización familiar en la sociedad. La propiedad heredada dentro de un sistema de familia unida podría sostenerse en común por varios miembros de la familia; pero la propiedad heredada dentro de un sistema de familia nuclear puede sostenerse independientemente por cada uno de los herederos. La sucesión o transmisión de estatus familiar, también se gobierna por normas sociales locales y también reflejan los patrones de-organización familiar.
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PROGRAMA DE ESTUDIOS BÁSICOS CIENCIAS SOCIALES
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CAPITULO 4 Lectura Nº 5
Las cosas buenas no siempre vienen juntas”, “
en Autor: PROGRAMA DE LAS NACIONES UNIDAS PARA EL DESARROLLO (PNUD).
INFORME DESARROLLO HUMANO 2010 Páginas 88-107. Ediciones Mundi Prensa México 2010
PROGRAMA DE ESTUDIOS BÁSICOS
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CIENCIAS SOCIALES
Lectura Nº 6
Sociedad”, en
“
Autor: Ángel AGUIRRE BAZÁN. Diccionario Temático de Antropología.
Editorial PPU Barcelona España 1999
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It.: Società. - Pt.:Sociedade. -Fr.: Societé. - Al.: Gesellschaft. In: Socíety.
En Sociología el término sociedad para designar una agrupación estable de individuos reunidos, que tiene por fin procurar la satisfacción de sus necesidades comunes mediante la colaboración mutua. El conjunto de individuos constituye la materia de la sociedad, a la que imprime una fisonomía inconfundible la coincidencia de las aspiraciones individuales. Un rasgo peculiar del hombre es la pertenencia simultánea a varias sociedades de índole distinta, mientras que cada grupo animal constituye una estructura aislada de las demás. El ser humano, en cambio, empieza por formar sociedades pequeñas, que a su vez se reúnen en otras más amplias a manera de un vasto sistema de círculos concéntricos. Así el grupo social más sencillo, que es la familia, se contiene en la ciudad que, a su vez, se incluye en el Estado, tendiendo éste a constituirse en una Sociedad Internacional. Con el nombre de sociedad civil o política designa la Sicología un conjunto de familias asociadas con carácter permanente para llevar una existencia común en todos los aspectos de la vida humana. Los griegos llamaron a una tal agrupación «polis», de donde viene político, o sea, lo concerniente a la polis. Los romanos le dieron el nombre de «civis», del que procede el término civil. Un ilustre filósofo griego, Aristóteles, para significar la necesidad que preside a su acción, definió al hombre como un animal naturalmente político, esto es, un animal a quien la naturaleza impele a agruparse en agrupaciones de alcance superior a la familia, que constituye la base de la sociedad política. Al multiplicarse las familias de un mismo origen surgió una sociedad suprafamiliar, llamada patriarcal, en la que el padre o un ascendiente distinguido actuaba ya con carácter político, más que en el seno de la propia familia, en relación con las demás organizaciones patriarcales. Después surgió la tribu y, finalmente. la federación o alianza de tribus afines. Tanto en la organización patriarcal como en la tribu, los individuos mantenían su cohesión gracias a los vínculos familiares, parentesco de sangre o de afinidad. El factor territorial apenas tenía importancia, por lo cual los grupos llevaban con frecuencia una vida nómada viviendo de los productos naturales del suelo, de la caza y de la pesca, a veces también del pillaje y del botín de guerra. Al crecer la población y escasear los productos naturales, se iniciaron la agricultura y las formas más primitivas de la industria, que obligaron a los pueblos a fijar su residencia en un lugar. Entonces nacieron las formas políticas de carácter sedentario, en las que el territorio desempeña un papel preponderante. En la ciudad culmina la evolución política de la Edad Antigua, que en buena parte se reduce a la historia de algunas ciudades importantes, como Esparta, Atenas, Roma, etc. En ella florecieron las grandes Ciudades Estado.
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El tipo político de Ciudad Estado perduró en la Edad Media, durante la cual algunas ciudades florecientes consiguieron una considerable hegemonía política. Pero coetáneamente apuntaba ya una sociedad política nueva que se engendró por la fijación de los pueblos bárbaros en Occidente y por su fusión con los pueblos vencidos y que, después de una paulatina gestación, se moldeó y consolidó en el Renacimiento. Nos referimos a la Nación. La Nación aparece en el tiempo en que la ciudad pierde su preeminencia política. Se inicia entonces un proceso paulatino de concentración de los municipios con la finalidad de construir unas estructuras políticas más amplias, que se caracterizan por la extensión de su territorio y por el gran número de sus habitantes, a la vez que por la fortaleza de los poderes directivos.
La Nación es un agrupamiento social definido, que forma como la substancia de la misma sociedad política. En cierto sentido equivale a pueblo, pero entendiendo por tal, no la masa amorfa de la población, sino la misma población estructurada socialmente y organizada para la realización de los fines colectivos. Por esta razón la Nación representa, sobre todo, un valor cultural, adquirido en el decurso de la historia merced a la concurrencia de factores geográficos, étnicos y lingüísticos, de cuya fusión se ha originado un agrupamiento social con características distintivas de los demás. La sociedad nacional, al constituirse, adquiere conciencia de su peculiaridad y tiende a recabar su reconocimiento, si ya no lo posee, organizándose en sociedad política independiente. El Estado superpone una forma política concreta a la Nación. El Estado es la forma política vigente en el mundo actual y engloba hoy, en su vasta y compleja organización, las formas precedentes de la sociedad política. La ciudad ha pasado a ser un elemento integrante del Estado moderno. La Nación coincide, a veces, materialmente con el Estado, pero hay Estados que absorben varias Naciones (Naciones sin Estado) y hay Naciones repartidas entre dos o más Estados. La sociedad, con respecto al Estado, es el conjunto de agrupamientos y círculos comprendidos dentro del marco de aquél. Al Estado se incorporan los agrupamientos según espacios geográficos, como regiones, municipios y distritos, o según los intereses y finalidades de los particulares, como sociedades culturales, deportistas, profesionales, etc. Estas sociedades disfrutan, dentro de unos límites, de una autonomía interna. El análisis del concepto de sociedad política descubre las características más importantes de la misma: en primer lugar está formada por personas y agrupamientos diversos y cuenta con un asentamiento territorial, más o menos delimitado espacialmente. Los miembros de la sociedad política se ven impelidos a cooperar entre sí para poder conseguir los objetivos perseguidos por el tipo de vida en
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común que desarrollan. Esta cooperación representa una interdependencia, que engendra un sentimiento más o menos buscado de solidaridad entre los mismos. Cada sociedad política goza de una relativa autosuficiencia cultural. Sobre la base de un sistema común de lenguaje, sus miembros comparten una amplia diversidad de pautas referentes a múltiples aspectos de la vida social, así como un ejemplo de valores. La organización de la sociedad política, compleja por su composición, por sus objetivos y por las relaciones de posición, tiende a la estabilidad estructural. El hecho de que la estabilidad sea sólo una tendencia hace posible la existencia constante de fenómenos con una realidad variable de desorganización, que juegan un papel importante en la dinámica y en el cambio de la sociedad política. Numerosos han sido los intentos de clasificación tipológica de las sociedades hechas por los sociólogos, antropólogos y filósofos sociales. Entre las más conocidas destacan: Las sociedades de unión y las de combinación de Comte. Las sociedades guerreras o militares y las sociedades industriales de Spencer. Las sociedades voluntarias y las necesarias, según su existencia dependa de la libre voluntad humana o que el hombre nazca ya en ellas sin elección previa. Por la amplitud de los objetivos perseguidos, en parciales e imperfectas y totales o perfectas. Las parciales son aquéllas en cuyo seno los individuos pueden conseguir toda clase de objetivos. En la práctica sólo la sociedad política es una sociedad total o perfecta. Estas y otras divisiones dicotómicas parten de criterios heterogéneos, sin que exista una conexión lógica entre ellas. Para conseguir una exposición sistemática de los diversos tipos de sociedad, algunos autores toman como criterio diferencial cada una de las características, ya expuestas, de la sociedad. Teniendo en cuenta el ámbito espacial o hábitat, distinguen entre sociedades locales, comarcales, regionales, nacionales e internacionales. Ecológicamente, el tipo de hábitat es el que marca la diferencia entre sociedades urbanas y sociedades rurales. El grado de integración social y de estabilidad cultural indica la diferencia entre sociedades estáticas y las dinámicas. La cultura típica de una sociedad es también un interesante factor de clasificación. De ella derivan las sociedades ágrafas, sin escritura, y las letradas, con escritura. Otra clasificación sociocultural es la derivada de la institución predominante en una sociedad. En este sentido las sociedades pueden ser de base familiar, religiosa o política. Las familiares admiten la subdivisión de patriarcales, tribales, etc. Y las políticas, de autoritarias, democráticas y oligárquicas. Otra tipología sociocultural usada muy frecuentemente en nuestra época esta basada en el fenómeno de la industrialización. Así las sociedades industrializadas se contraponen a las tradicionales o rurales por su distinto grado de desarrollo tecnológico conseguido. Un problema importante relativo al origen de la sociedad es si el hombre ha vivido siempre en sociedad o ha habido una etapa en la que
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la especie humana no estaba agrupada socialmente. En otras palabras, se trata de comprobar si el ser humano es sociable por naturaleza. La respuesta más general de los sociólogos modernos a este problema es que el mismo escapa al estudio de los métodos positivos, pues del estado presocial del hombre, si existió, no quedan testimonios de ninguna clase. Por tanto, no hay más remedio que tratarlo de una manera especulativa y, en consecuencia, su estudio queda al margen de las llamadas ciencias sociales. La teoría del «Pacto Social», muy extendida en los siglos XVII y XVIII suponía la existencia individual inicial de la especie humana. Hobbes sostuvo que el ser humano en su origen era un salvaje inculto, agresivo y solitario y que la civilización, a través del Pacto Social, lo mejoró convirtiéndolo en culto y sociable. Rousseau defendió que el hombre en su estado primitivo era bueno, razonable, pacífico y solitario y que por el Pacto o Contrato Social, se envileció volviéndose egoísta y sociable. Esta concepción teórica está en contra del concepto antiguo que defendía la naturaleza social del ser humano. Actualmente, la Sociología considera que, de hecho, el hombre vive en sociedad, no planteándose la cuestión de la naturaleza social del mismo, por considerar que este problema no forma parte de sus temas de estudio, como ya se ha comentado. El Sociologismo defiende la sociedad como una realidad absoluta, en tanto que el individuo es un simple producto de ella, cuya existencia y desarrollo sólo tiene sentido en el seno de la misma. El Liberalismo defiende la supremacía del individuo sobre la sociedad. En el fondo de estos contrastes doctrinales late la supuesta antítesis individuo sociedad, que son las dos realidades básicas de la existencia humana.
BIBLIOGRAFIA: DURKHEIM, E.: La división del trabajo social. Buenos Aires, Schapire, 1967. (Original en 1893). El autor en esta obra intenta mostrar que el desarrollo del individuo va acompañado de una dependencia cada vez más estrecha respecto a la sociedad. MUNNE, F.: Grupos, Masas y Sociedades. Barcelona, Hispano Europea, 1974. El autor, profesor de Psicología Social, aborda la temática sociológica con un enfoque inédito: no se limita a dar un bagaje conceptual completo, sino que analiza la situación concreta de las sociedades modernas y, muy especialmente, la de España. Analiza, entre otros, desde los comportamientos sociales desviados, la estratificación clasista, la dinámica de los grupos y la de los fenómenos de masas, los procesos de conjunción y disyunción de las sociedades, hasta la problemática que desde el punto de vista sociológico presentan el Derecho, la comunicación social, la vida rural Y urbana, y las instituciones de la familia, la educación, la economía, la política, la religión, el tiempo libre y, en suma, la cultura. Es un libro claro, sin dejar de tener un elevado rigor científico. SIMMEL, G.: Sociología. Revista de Occidente, 1977. (Original en 1908), Simmel presenta una perspectiva de la Sociologia, como una ciencia nueva en la que concurren la Historia de la cultura, la Ética, la Etnología y la Política con una
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